Señora de la miel - Revistas UTP

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Literatura y Lingüística
Parodia de la figura del
donjuan en Los pañamanes
y Señora de la miel
de Fanny Buitrago
•
LEY DIANA MUÑOZ GUIRALES
JAIME R. REYES CALDERÓN
Resumen
La novelística de Fanny Buitrago, representada en las novelas Los
pañamanes y Señora de la miel nos ofrece un horizonte amplio, susceptible de numerosas lecturas. Este trabajo ha querido ser una
aproximación -bajtiniana y de género- de las muchas posibles que
tan rica textualidad admite.
La pequeña sociedad del grupo tinieblo experimenta la doble condición de ser pañaman y también pequeño donjuan, en una atávica continuación de la ruptura original pero ahora actualizada
por el evento Sabina, resultante del infortunio de Nicasio al truncar la ruta de un alcatraz. A este grupo símbolo ingresa la figura
corruptora de Sabina Galende trastocando aún más el desorden
social imperante.
•
Ley Diana Muñoz. Especialista en Literatura de la Universidad de Caldas. Profesora catedrática de la Universidad Tecnológica de Pereira.
Jaime R. Reyes Calderón. Especialista en Literatura de la Universidad de Caldas.
Revista de Ciencias Humanas • UTP • No. 32 • 2004
La parodia de la figura histórica, corresponde en Los pañamanes a
una estructura mítico – trágica en la que notamos como un primer don juan contaminó la historia de la isla provocando una
ruptura del orden significada por la aparición de una clase social
de proscritos representada en el clan de los tinieblos, suma y definición de la categoría “pañaman”.
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La gran historia de la isla se nos presenta en las historias de los
protagonistas y es así como la mujer, las mujeres, contribuirán a
la transformación de esos pequeños donjuanes, al tiempo que la
dinámica subversiva del carnaval opera una transformación por
la cual se rebajan las autoridades y jerarquías establecidas, se cuestiona la cultura oficial, se restauran las relaciones afectivas y se
inicia un nuevo orden social, regido por los antiguos marginados, los tinieblos. En Los pañamanes el carnaval repara lo pervertido por el destino y la maldad, es decir, una nueva y positiva realidad maravillosa purifica la historia nacida de fuerzas míticas
malignas.
Señora de la miel parodia también la figura del donjuan pero esta
vez condensando el perfil de este personaje histórico en un sujeto
que es ácidamente descalificado al ser descrito como un cuerpo
grotesco, animalizado. Degradado el donjuan en el personaje de
Galaor Ucrós se parodia y rebaja el modo de vida típico del macho colombiano.
La parodia de la figura del donjuan sugiere esta evolución en la
escritura de nuestra autora: de un esquema mítico-legendario en
clave trágica, con una intencionalidad crítica acerca de lo sociohistórico (Los pañamanes), vamos a un esquema de cuento de hadas actualizado, en un relato eminentemente humorístico, caricaturesco, con una intencionalidad crítica acerca de lo afectivo sexual
y alimenticio (Señora de la miel).
Palabras claves: Bajtín, carnaval, degradación, macho, míticotrágico, mitológico, oralidad, pañamane, parodia, restauración.
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Abstrac
The last Fanny Buitrago novelistic, represented by the novels Los
Pañamanes and Señora de la miel, offer us a wide horizon susceptible of several readings. This work had wanted to be a bajtinian
and gender approach-from many possibles ones that admit a rich
textuality.
In the studying of the corpus selected, we apply the bajtinian standard proposed as too much pertinent that the perceived subject
in the fiction related. First development, the parody of the historical figure, it belongs in Los pañamanes to a myth and tragic structure in that we note how a first donjuan to contaminate the island’s
history provoking a rupture in the order meant by the appeareance
of a social class of outkast represented by the “clan de los tinieblos”, sum and definition of “pañaman” category”.
The little society of the “tinieblo” group, experiments the double
condition of being “pañaman” and also a little donjuan, in a con-
tinuation of the original rupture but now by the Sabina event, resulting
from the bad luck of Nicasio to truncate the route of a gannet. To this
symbol-group get in the corruptive figure of Sabina Galende changing
even more the social desorder..
The island’s great history present to us in the stories of the protagonists
(leading roles) and it’s like woman, women will contribute to the transformation of these little donjuan, at the same time that subversive dynamic of carnival works as a transformation that’s why autorities and hierarchy get low themselves, the official culture ask about it, the affective
relationships get restauration and a new social orderis starting ruled by
the ancient outkast, the “tinieblos”. In Los pañamanes carnival repairs
destiny and evil’s perversion (twist of fate), means a new and positive
wonderfull reality that cleans the history born from evil and mythical
forces.
Señora de la miel also parodies the donjuan’s figure but this time the profile of this historical carácter in a subject that is sourly diqualified to be
described like a bizarre body animalized. Degraded don juan in the character of Galaor Ucrós it parodies and gets low the typic way of life of
the Colombian male.
Parody of the figure of donjuan sugest this evolution in the writing of
our writer: from a mythical-legendary sketch in a tragic clue with a critic
intentionality about the social-historical thing (Los pañamanes), we go
into a sketch of an updated fairy tale in a humor story, a cartoon, with a
critic intentiionality about affective-sexual and food thing (Señora de la
miel).
Key words: Bajtín, carnival, degradation, male, myt-tragic, mythologic,
Al abordar la lectura y análisis de las dos obras escogidas de Fanny
Buitrago: Los Pañamanes y Señora de la Miel nos abocamos a la necesidad de precisar qué elementos específicos carnavalescos se hallan
allí inscritos. Hemos afirmado como hipótesis de estudio la presencia de estructuras carnavalescas en las dos obras que constituyen el
corpus de análisis. Pasamos ahora a comprobar y desarrollar las dimensiones más patentes y específicamente carnavalescas que reconocemos como puntos de contacto en ambas novelas. Así pues, identificaremos dos grandes líneas de análisis: la parodia de una figura
histórica y el banquete festivo.
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orality, spanishman, parody, restauration.
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Iniciamos una primera sección sobre la parodia del personaje histórico. Recordamos, con Bajtín en Problemas de la poética de Dostoievski
que entre los rasgos de lo cómico-serio se encuentra la novedosa actitud frente a la realidad: “Los héroes mitológicos y las figuras históricas
del pasado se actualizan en estos géneros de una manera deliberada y manifiesta , actúan y hablan en la zona de contacto familiar con la contemporaneidad inconclusa”. (1993, 152)
El punto de partida para la generación del sentido es el momento
actual, el instante. De tal manera, las figuras, los personajes, las costumbres, y todo lo que tenga que ver con el prestigio y la solemnidad
de la tradición histórica, es rebajado, en orden a ofrecer una crítica a
estereotipos así como unas nuevas líneas de comprensión de lo humano. Con esto, lo mitológico, lo histórico es re-interpretado, recuperado, profanado, exaltándose la impetuosa esencialidad del presente en oposición a un pasado oficial ya superado por la dinámica
transgresora y restauradora del carnaval.
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Nuestro corpus de análisis patentiza la insistencia de la autora por la
exposición estética de lo socio-histórico y lo socio-afectivo. Y en este
último conjunto la preocupación por examinar las rutinas del macho
colombiano, más concretamente, el macho costeño. Descubrimos,
entonces, que una línea muy clara de carnavalización literaria se ocupa
de releer, desde nuestra idiosincrasia caribeña, el mito fundamental
que sustenta la opresión de la razón patriarcal, el mito del donjuan.
El análisis del donjuan en ambas novelas fusionará dos materias, una
primera extractada de la realidad común de nuestra sociedad, y una
materia histórico-legendaria, en la actualización paródica del personaje histórico de casanova. Dado que cada novela enfatiza ciertas
peculiaridades, tanto de la sociedad como de las relaciones afectivas,
identificaremos ese rasgo cómico-serio fundamental, primero en Los
Pañamanes y después en Señora de la miel.
Los donjuanes del pueblo en Los pañamanes
Los Pañamanes ofrece al lector una zaga de aventuras individuales y
grupales alrededor de un eje histórico central: la superación de la
crisis socio-política de la isla de San Gregorio, representada en la lucha de un grupo delincuencial, barriobajero, -los “Tinieblos”-, en la
defensa del barrio Canta Rana, del sector El Arenal, amenazado por
la posible construcción de un complejo turístico que desalojaría definitivamente a los moradores pobres, por parte de una mafia isleña
dedicada al negocio de los casinos y la prostitución. A la postre, el
mencionado grupo de los “Tinieblos” derivará en nueva fuerza política, nueva fuerza generacional 1.
Con estos antecedentes nos proponemos ahora examinar la figura
del donjuan en Los pañamanes. Como indicaremos en el lugar respectivo, no hay un solo tipo de donjuan, ni un solo esquema de interpretación de las actividades donjuanescas. El tono de “los donjuanes”,
su estructura, los recursos narrativos empleados en la construcción
de la historia; refieren a unas líneas comunes que la autora desarrolla
en sus otras obras. Con Señora de la miel establece clarísimos nexos
argumentales, temáticos y compositivos con su obra precedente. Pero
Los Pañamanes se construye fundamentalmente desde una fuente
mítico-trágica. Ese origen mítico-trágico llevará a la configuración
de una tipología donjuanesca que, igual como sucede en Señora de la
miel, no representa una afirmación constructiva o positiva ni de las
relaciones de género, ni de las relaciones sociales. Todo lo contrario:
el donjuan hace parte de una tradición social de las relaciones afectivas que necesariamente debe ser retratada, evaluada, ridiculizada y
suprimida para aspirar a unos niveles sociales y afectivos realmente
humanizadores. Los mecanismos de ficción aglutinan una tradición
literaria, una tradición socio-histórica haciendo uso de una estructura significativa tan dúctil y rica como la tradición mítico-trágica.
Cuando se revisa el carácter de los protagonistas se puede caer en la
tentación de juzgar como algo natural y positivo las actividades típicas del donjuan. Como si la figura donjuanesca fuera una opción existencial rebelde, razonable, contracultural y justiciera, dado que filosóficamente eso representó el donjua en su momento, tal como lo
afirma Foucault en Historia de la Sexualidad, T. I: “ Los dos grandes sistemas de reglas que Occidente ha concebido para regir el sexo, la ley de la
alianza y el orden de los deseos son, destruidos por la existencia de donjuan,
surgida en su frontera común”. (1986, 52)
Pero en nuestra cultura machista, donde las reglas de conducta viril
exigen del hombre un narcisismo patente 2, como vuelta neurótica
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Reconocemos en todo el recorrido de la historia del texto, una historia objetiva, una historia en la que se oponen bandos sociales con
opciones políticas y culturales antagónicas. El carácter histórico y
crítico que se percibe en la obra no niega el desarrollo de unos mecanismos de ficción atravesados por 1a oralidad, las descripciones sensoriales, y muy en particular, el humor, lo carnavalesco. Así como
tampoco la articulación de realidades como el amor, la familia y el
matrimonio.
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hacia la contemplación de su propia genitalidad, de su propio placer,
de su propia satisfacción, cultura en la que se exige demostrar la virilidad por la acumulación irreflexiva de seducciones y conquistas;
cultura en la cual la mujer se identifica solamente como “cosa” para
evaluar el funcionamiento genital del varón. Definitivamente la dinámica donjuanesca es una prolongación de los mecanismos de poder que sustentan la división y jerarquización opresora de los géneros. En los términos psicoanalíticos de Florence Thomas en Amor,
sexualidad y erotismo femenino del volumen colectivo Mujer, amor y violencia:
… sabemos por qué a los hombres les aterroriza escoger: les gusta demasiado seducir. Un ambiguo sentimiento de abandono les
ha enseñado desde siempre que para poder reconocerse como hombres deben excluir a como dé lugar, la posibilidad de un ‘no’.
(1990, 93)
Así, paradójicamente, entre más conquistas suman los hombres, menos alcanzan el amor, menos superan sus neurosis de regresión, menos se encuentran a sí mismos y más aumenta según Thomas, “...miedo
insoportable de sentirse de nuevo enclaustrados, atrapados por la mujer posesiva que los castraba”. (91)
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Paradójicamente, también en una sociedad que promulga el ideal
matrimonial de 1a familia nuclear, monogámica, que aparentemente
sigue las directrices morales de un cristianismo que sanciona el adulterio, nos encontramos justamente con la realidad de que ser hombre
es ser macho, es vivir la vida sexual mediante actividades genitales
que lo elevan a la categoría de héroe cuando se realizan por fuera del
noviazgo y por fuera del matrimonio 3.
En fin, el contexto del machismo hace de la dinámica donjuanesca,
no una ruptura revolucionaria, sino una continuación de lo establecido, un soporte a la desigualdad, una perpetuación de una actual
ideología patriarcal que no permite otros términos de relación que
no sean los del temor y la opresión de la mujer. Celia Amorós en
Hacia una crítica de la razón patriarcal lo expresa así:
La opresión de la mujer es la misoginia y el propio temor masculino la teme porque la oprime, y sobre todo la ha oprimido duramente, y en la medida en que pretende -sutilmente- seguir oprimiéndola para mantener una identidad -la identidad masculinaconstruida sobre la base de esta opresión. (1991, 186)
Para presentar la figura del donjuan que recorre la obra, debemos
escoger como criterio analítico la caracteriología que más se acerque
a la perspectiva histórico-social e histórico-afectiva de Los Pañamanes. Descartamos la tradición humorística de Enrique Jardiel Poncela
pues esta se acopla mejor a parodias de clara intención humorística,
como es el caso de Señora de la miel. Optamos por lo sugerido en las
famosas Memorias de Casanova, principalmente motivados por el tono
heroico que recubre y justifica las andanzas del más famoso de los
donjuanes, quien será desde su momento matriz y modelo del seductor, es decir, la ley de conducta galante para quien opte por la
ligereza y falibilidad del amor carnal.
Retomemos entonces las características que sintetizan las aventuras
del donjuan en la figura histórica de Juan Jacobo Casanova:
Casanova es un hedonista, un sensual que sólo busca en la vida
el placer en todas sus manifestaciones, sin excluir las que proporciona el espíritu [...] [1]
Las aventuras de amor lo ocupan constantemente [...] pasa de
una mujer a otra con avidez, sin amar de veras a ninguna, pero
poniendo en casi todos sus caprichos ráfagas de sentimentalismo, pronto desvanecidas [2]. Gusta de los refinamientos, de la
galantería y del libertinaje. Sabe frenar cuando un peligro cierto
lo amenaza. [3]
[Físicamente]: sería un hombre guapo si no fuese feo. Es alto , de
constitución hercúlea, con cierto aire de ferocidad en la expresión y tez africana. En su rostro, brillan unos ojos escrutadores e
inquietos que reflejan fácilmente la susceptibilidad, el deseo, el
amor y el odio. [5]
Intelectualismo[...] Casanova es un hombre de gran ingenio, de
carácter y de ilustración. Sabe sintetizar un concepto en una
frase, y un libro en un comentario… ”[6]
(Los números entre corchetes corresponden a la numeración establecida por el crítico que introduce la obra de Casanova).
Esta es, en la persona de Giacomo Casanova, el donjuan histórico
clásico, la caracterización fundante. Como nuestro objetivo es identificar esa actualización en la novela y demostrar que Los Pañamanes
carnavaliza parodiando esa figura, pasamos a reconocer los donjuanes de la obra.
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Vive del juego [...] queda bien clara su silueta de tahúr galante
[...] a veces explota a las mujeres. [4]
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Caracterización de los donjuanes en Los pañamanes
El primer evento de donjuanismo y, podemos decir que el evento
legendario fundante de todo el proceso narrativo, lo encontramos en
la referencia a la leyenda del pañamán. Decimos fundante, porque
de esa seducción aparecería una descendencia de marginados y proscritos, todos marcados con el estigma de ser racialmente diferentes,
impuros, innobles, extranjeros. La unidad cultural formada hasta el
momento por una colonia puritana de origen anglo-caribeño se romperá , se contaminará, con un nuevo ser depositario ahora de todos
los defectos personales y mundanos. Roto el orden cósmico original
en ese pasado legendario, la historia de San Gregorio y Fortuna será
en adelante el castigo y la lucha por renacer a un nuevo orden, en un
claro esquema de tragedia clásica aplicada a una historia actual 4.
En la conciencia de Goyo Saldaña, representante del liderazgo pañamán y principal protagonista, pervive esa huella legendaria y maligna impresa por una burla de amor:
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Pensaba que desde siglos atrás el destino lo marcaba como pañamán, cuando un náufrago español -the spanish man- surgió de
las aguas de la vecina isla de Fortuna, imponiéndose con su regia apostura[...] su precaria condición de forastero, no le impidieron a “the spanish man“ agregar a su vocabulario las suficientes palabras inglesas para seducir a una mujer[...] en el forcejeo de la criatura por nacer y la ira de una muerte segura envileciendo sus entrañas, la parturienta gritó ese ;¡the spanish man!
colérico, pleno de odio contenido, que sonó a “pañamán” al apretujarse en la garganta enronquecida. Grito que reemplazó a todos los gritos de rechazo y desprecio contra el inmigrante colombiano...(12)
La semilla del seductor, del burlador, del transgresor, será heredada
por esa clase marginal, Los pañamanes y, consecuentemente, el grupo
protagónico -Los Tinieblos- autodefinirá el éxito de sus vidas en esa
dinámica de conquista amorosa. A continuación la afirmación de este
donjuanismo grupal, genérico, unido a las actividades delictivas, lo
uno (el vagabundeo lujurioso), será el premio de lo otro (negocios
deshonestos, ilegales):
[Goyo Saldaña invitando a Nicasio Beltrán]: “Te compraremos
el barrio de Canta Rana y la mitad de la isla si entras en el negocio. Juergas, trajes de postín, hembras al por mayor. Mucho de
mucho”. (12)
Los tinieblos viven las ilusiones sensuales típicas del donjuanismo,
“el placer en todas sus manifestaciones”, decíamos antes. El placer
en un grupo barriobajero se sintetiza en esos cuatro elementos: negocio y riqueza, parranda, lujo en el vestir y hembras, elementos simples que definen el norte existencial de cualquier vida en una clase
marginada: “mucho de mucho”.Y ello enunciado por la mente lúcida del clan, Goyo Saldaña.
Identificamos en este momento los rasgos donjuanescos en los protagonistas individuales. No perdamos de vista que lo particular deviene como concreción de una visión de mundo, anterior, universal, legendaria y clasal. Con esto visualizamos que nuestros personajes son
presa de un destino preestablecido por ese doble origen: el legendario -pañamán-, correlativo al socioeconómico delincuencial.
El primer donjuan entra en escena inscrito al segundo suceso míticolegendario que marca el desarrollo de la historia. Nos referimos a la
relación de Nicasio Beltrán con la prototípica Sabina Galende, después de que el tinieblo “trunca la ruta de un alcatraz y Nick-Boy perdió
su alma”. Este segundo suceso irrumpirá en el microcosmos formado
por la sociedad amistosa de los tinieblos. En la presencia violenta de
un nuevo miembro maligno -Sabina- se centrarán todas las catástrofes y desórdenes del grupo de amigos, y se asociarán al hecho supersticioso y simbólico de la muerte del alcatraz.
Descortés y sin concederse motivos románticos. Engallado por
veinte años de incansable donjuanismo pueblerino[...] en su corretear de una cama a otra Astolfo Fernández había regado mucho semen por la Costa del Caribe[...] su rostro, de contorno infantil, infinitamente desvalido, tierno en la mirada color ciruela,
no sólo despertaba escondidos instintos en las muchachas que
estrenaban erectos pezones y tormentos inconfesables en honradas esposas… (29, 30)
Luego de un asedio galante y tras ser rechazado, ignorado e insultado por la rebelde Sabina, el galán caerá en el exceso de fracturar la
personalidad de la joven transformándola en un ser ahogado, de ahí
en adelante, por el odio y la ambición:
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Estudiemos pues al primer donjuan. En la historia de Sabina Galende aparece con toda impetuosidad un ejemplar típico del machismo
colombiano, concretamente guajiro: Astolfo Fernández. Veamos la
descripción del galán y su oferta amorosa a la preciosa, y en ese instante inocente Sabina:
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Fue sorprendida en el recogimiento de su mundo[...] [Manuelita
Urzola ] fue la única persona que levantó una mano para defender la virtud de Sabina Galende[...] violada, magullada. El orgullo vuelto ripias[...] El más alto de los encapuchados la depositó
esa noche -sin mayores miramientos- en brazos de la madre, lanzándola por la ventana abierta. (34)
Pasemos ahora a los miembros de “la tinieblamenta” en la persona
de su máximo líder, el hábil y talentoso Gregorio Saldaña. Primer
rasgo, su aspecto físico, mezcla de belleza, fealdad y ferocidad, (numerado en Casanova con el [6]): “Su aspecto era exótico, aterrador en el
desenfreno de una belleza que el desasosiego y la ira transformaban inmediatamente en fealdad”. (22)
Los ojos de Valentina Cisneros, su pareja, también describirían ese
porte salvaje del joven líder: “… continuó sin mirarlo. Ello no le impedía
presentir la reverberación de los ojos color de vino amontillado, el territorio
gigantesco del hombre, la presencia agazapada de un animal salvaje tras el
disfraz humano”. (256)
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Por boca de la misma Valentina Cisneros se nos hace saber la condición galante de Goyo: “¡Ni siquiera una mirada! -comentó-. El donjuan
del barrio se hace de rogar” (170). Cuando ya se sospechaba del amor de
Goyo por Valentina, la matrona Prudence Pomare realzará sus dotes
amatorias: “¡Ya quisieran todas las mujeres de San Gregorio, tenerlo en su
cama, Maule! Te digo que si yo tuviera unos años menos...” (283)
Es constatable, a lo largo de toda la novela, la función racional-organizativa que Goyo desempeña en el clan de los tinieblos. A su apostura y capacidad de atracción suma también la inteligencia: “[...] Campo Elías Saldaña le había enseñado incontables recitaciones[...] Lord Caca se
acostumbró a las recitaciones y refranes de Goyo[...] [Lord Caca] no daba
consejos ni órdenes como Goyo Saldaña”. (246)
Esta definición percibida por Lord Caca sintetiza una constante: en
toda crisis o problema, Goyo Saldaña ofrece un pensamiento directriz acertado y eficaz. Goyo Saldaña es donjuan en los límites de su
condición de tinieblo: apuesto, feroz, galante y ,- como nota diferenciadora a la vez que funcional -, en el grupo de amigos, inteligente y
organizado. Comparte el ideal mundano de la parranda y la mujeres, pero no es el aventurero libertino a la caza de cualquier mujer.
Bello Román representa otra dimensión del donjuanismo del pueblo. Es el niño bonito mimado de mamá que por su apostura ganará
mujeres a su antojo:
[...] fornido muchacho [...] ninguna voz sonaba como la suya.
Ningún bailarín le aventajaba. Su prestigio de bachiller laureado, la ropa vistosa comprada por la niña Cochi quitándose la
comida de la boca y su escogido vocabulario, levantaron un rosario de muchachas tras él [...] El héroe por quien suspiraban las
niñas y cajeras de almacén [...] el sueño inconfesable de las dejadas del marido, ídolo de las colegialas del Arenal. El tumba-locas
del paseo. (123)
Este tinieblo realiza el requisito [2] para acercarse más estrechamente a Casanova, sabe vivir de las aventuras del amor en el contexto
popular que lo limita: bailes, niñas empleadas de almacén, colegialas
y adultas abandonadas por el marido. Pero además es un donjuan de
barrio que escapa de la ley común del trabajo, “pasó a engrosar las
estadísticas efectuadas por el Ministerio de Trabajo sobre el índice de vagancia y desempleo”. (123)
Justificado por el desmesurado concepto que tenía su madre, quien
no le aceptaba el ejercer otro trabajo que: “de gerente y pare de contar.
Tú eres bachiller y no le debes nada a nadie. ¡No permitiré que agaches la
cabeza!”. (123)
Así, Bello Román conjuga la casi totalidad de las características donjuanescas definidas en Casanova, inclusive en el rasgo de intelectualismo, porque aunque cómicamente, es de superior nivel intelectual
que el resto de los pobladores del Arenal gracias a su flamante cartón
de bachiller. Vemos por lo demás, que lo Casanova sufre la reducción
natural -y cómica- consecuente a un miembro de la clase popular de
una isla en un país subdesarrollado del siglo veinte. Donjuanismo
ridiculizado pero presente, viviente.
El esquema del donjuanismo en Bello Román integra elementos muy
cercanos a la idiosincrasia machista colombiana. Primero, un nombre que todo él resume narcisismo generado por la protección exagerada de la mamá. Articulado a esa sobreprotección aparece la realidad cultural externa de buena apariencia física sumada al buen vestir y rematada con una cualidad intelectual “formalista”, que en este
caso corresponde a su situación de bachiller. La sobreprotección, el
orgullo y el arribismo no pueden generar otro ser que una “cosa para
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Y como es común en muchas familias, Bello Román al comprometerse con Manuelita Urzola -quien no cambió la directriz laboral ordenada por la madre- no llega a ser otra cosa que un mantenido: “[...]
no se molestaba en buscar trabajo[...] tenía a dos mujeres pendientes de sus
menores deseos, afanadas en sostenerlo a todo timbal, orgullosas de exhibirlo como el mejor adorno de la casa”. (124)
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adornar la casa” o un individuo estéril laboral e intelectualmente que
se conforma con ser una especie de fino semental. Esquema en donde “mamá” y “esposa” no dejan de ser elementos causales y justificadores. (En Señora de la miel veremos que esta situación está casi
idénticamente desarrollada por Galaor (Bello), Ramonita (Cochi) y
Clavel (Manuelita), en unas rutinas de vida similares).
La conquista del donjuan no sólo se vive en los terrenos públicos de
las relaciones afectivas “a plena luz del día”. Todo libertino satisface
su ansia de cuerpo femenino en el lugar socialmente marginado, pero
también socialmente legitimado: el prostíbulo. Casanova en sus Memorias relata una de sus “aventuras” en uno de estos sitios creados
sólo para el deleite de los de su clase:
[...] fui con Patu al Hotel du Roule, famoso en París, amueblado con elegancia por su dueña, que tenía allí doce o catorce
ninfas elegidas[...] buenas camas, limpieza, y soledad en los
magníficos bosquecillos. Había un orden perfecto, y todos los
placeres se hallaban sometidos a una razonable tarifa. (1973,101102).
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En el clan de los tinieblos tenemos esta característica prostibularia
del libertino en el caso de Pinky Robinson. Mas, el pasaje mismo aúna
ejemplo de prostibulismo, con ridiculización del mismo. Así, la obra
ataca esa rutina de los hombres de cualquier lugar por la cual, intentando afirmar la potencia de su virilidad, sólo consiguen perder su
identidad humana, degradarse, al punto de parecer una caricatura
risible y triste de macho:
[Pinky Robinson] Estaba boca arriba en un catre de spring. Lívido. Cadavérico, los ojos hundidos en sus párpados como hojas de
té, el cabello húmedo pegado al cráneo. En cueros de la cintura
para abajo. Tenía el fusil en alto. El doble de su tamaño, con las
venas hinchadas y a punto de estallar. Como si lo hubiese picado
un gigantesco mosquito de pozo séptico con mandíbulas de acero. -¿Esto qué contiene- preguntó Goyo Saldaña atemorizado. Está así desde anoche- explicó Olinda Pastor, tironeándose los
ruches del escote- ¡No le baja y no le baja...!, ¡Y no le baja!. (233)
El tinieblo mantenía un secreto romance, a espaldas de su prometida
oficial -Pucha Beltrán, con una de las prostitutas del sitio “Los Arrecifes”. Para impresionarla con su virilidad, centrada en el tamaño del
pene, se había untado “ungüento chino” con los resultados ya descritos. No se puede inventar mayor burla y vergüenza: obligaría a
sus amigos a emprender una patética misión de rescate:
Lo sacaron con toda clase de precauciones de la casa. Disimulado el disparador bajo una campana de cartón, cuatro soportes
metálicos y una colcha bordada [...] las pupilas de Olinda Pastor habían comenzado a reír en el mismo instante en que el
enfermo saliera en camilla hacia el aeropuerto [para] enviar al
paciente de inmediato al Hospital de Cartagena. (235)
La ridiculización del prostibulario aparecerá nuevamente en Señora
de la Miel cuando el donjuan de la obra -Galaor Ucrós- sea retratado
en su exhibicionismo fálico. La situación “donjuan-pupilas-mamasanta-orgía-degradación” se repetirá en dicha obra pero sin ninguna
presencia de perturbación amorosa física5.
Pequeños donjuanes a la medida de la marginalidad, donjuanes de
barrio bajo, donjuanes con pésima fama, donjuanes sin clase, sin cosmopolitanismo, sin altas influencias nobiliarias y económicas, donjuanes que son mujeriegos porque el machismo de nuestra educación social así lo dispuso, donjuanes del gozo intenso pero simple de
las parrandas de amigos, donjuanes nacidos de la dinámica económica del turismo, donjuanes para las damas de sociedad que escapan de su vida formal para encontrarse a sí mismas en una novedosa
sexualidad paródica. Es decir, donjuanes limitados, parciales, transitorios, que cambiarán cuando varíen sus circunstancias sociales pues,
no son el donjuan, no son esencialmente donjuan. Y ese mecanismo
de parodización del personaje histórico, así como de la muy concreta
realidad turística de nuestras costas caribeñas, nos llevará a la misma disolución del ideal amoroso galante y libertino, cuando, de la
mano de la mujer, descubra el amor y muera para siempre como donjuan. El retrato del pequeño donjuan establece esa ambigüedad característica de la literatura carnavalizada, y mientras se afirman los
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Como ya comentamos anteriormente, Los pañamanes describe una
historia que representa la historia social de una región concreta y, en
contrapunto con esa historia social, las historias afectivas de sus protagonistas. El amor también hace historia. No exclusiviza un núcleo
familiar o una pareja, o un triángulo amoroso particular. Supeditados a esta estructura más global, nuestro análisis del donjuan arroja
la siguiente conclusión: no se desarrolla lo donjuanesco sino en la
medida en que la historia afectiva de los tinieblos ofrece características donjuanescas. No hay, pues, un donjuan protagónico exclusivo,
como sí lo identificaremos en Señora de la miel. Más bien, un donjuanismo repartido en varios protagonistas: donjuan intelectual en Goyo,
donjuan mantenido en Bello Román, donjuan burlador y opresor en
Astolfo Fernández, donjuan prostibulario en Pinky Robinson.
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éxitos galantes también se recorren, por las vías del ridículo, la oposición crítica. Con ello se opera eficazmente el recurso de la parodia
que en palabras de Bajtín: “Significa crear un doble destronador, un mundo
al revés… todo posee su parodia, su aspecto irrisorio, puesto que todo renace
y se renueva a través de la muerte” (1993, 179).
Galaor ucrós, don juan degradado en Señora de la miel
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Señora de la Miel es una novela en donde humorísticamente se critica,
revisa, desacraliza, realidades concernientes a la esfera de las relaciones afectivas, muy particularmente, las relaciones eróticas. Condensando, bajo una perspectiva carnavalesca, bajo una óptica de lo humorístico-irónico, una serie de elementos propios de la idiosincrasia
caribeña, nos proporciona un examen divertido y agudo de una sociedad cuya moral y prácticas sexuales se caracterizan por la mojigatería, el egoísmo, el interés comercial, la hipocresía, la ambigüedad,
pero también, y ya como una clara propuesta de sentido, una visión
del amor y la sexualidad en donde es posible la restauración, la regeneración, la amabilidad, el desinterés, la solidaridad, la fiesta, la unidad trascendente de las personas, la sociedad y el cosmos.
Así, pues, el relato de Fanny Buitrago, progresa en las sinuosidades
que se forman al criticar y proponer, simultáneamente, construyéndose bajo la dinámica de la ambigüedad. Pero no hay tal ambigüedad cuando sobre lo valorativo, lo estético, el nivel de propuesta de
sentido hacemos balance de los conceptos esenciales acerca del amor,
las relaciones sociales y la crítica socio-política. El recurso de lo grotesco, la exageración, lo esperpéntico, lo irónico, nos dan la orientación para decantar qué realidades son criticadas como ideológicas y
qué realidades constituyen una construcción positiva y humanizante.
En esta sección haremos una aproximación a lo que consideramos
uno de los ejes para orientar esa propuesta de sentido que es crítica y
afirmación a la vez. Estudiaremos, pues, la caracterización temática
de la relación erótica que se construye en torno a la figura del donjuan, figura histórico-literaria que se parodia carnavalescamente,
apropiándonos de la tradición humorística española y los criterios
de análisis de M. Bajtín en su obra La cultura popular en la Edad Media
y el Renacimiento6. A diferencia de lo analizado en Los pañamanes, lo
donjuanesco se marcará casi exclusivamente en la figura del personaje Galaor Ucrós, prototipo ya no del isleño marginal, sino más particularmente del pequeño donjuan costeño. Contrario a lo que una
lectura superficial pudiera definir, este donjuan pequeño-burgués no
se retrata como línea positiva para la restauración de las relaciones
afectivas, no es un modelo sublime de identificación erótica. Por ello
nos detendremos en algunas descripciones sumamente claras para
develar la intención paródico-crítica que encierra el recorrido de esta
figura.
Caracterización donjuanesca
Asumimos tres orientaciones para demostrar que la figura de este
personaje funciona en el relato como un traducción colombiana, costeña, tropical, del mito de donjuan. Mito que replanteado carnavalescamente será portador de un concepto crítico para la restauración
de las relaciones de género.
Una primera definición nos dice, con el crítico español Pérez de Ayala, citado por el introductor Alemany, a la novela de E. Jardiel Poncela Pero...¿Hubo alguna vez once mil vírgenes?, que donjuan “es egoísta,
sacrílego y cosmopolita” (1988, 50). Galaor Ucrós actúa constantemente
sin otro interés que hacer su voluntad, satisfacer sus caprichos, no
responder a nadie, no esforzarse por nada, no entregar nada que no
sea para el propio provecho.
Otra escena que patentiza el egoísmo donjuanesco de Galaor, en lo
que pudiera ser una de las conductas más viles que ser humano pueda tener, se nos ofrece tras la visita sensual de Clavel Quintanilla,
cuando ambos se dedican a sus juegos, encerrándose y dejando por
fuera de la casa a la sufrida Teodora: “Tanto la puerta principal como la
del patio tenían pesados cerrojos. Teodora se cansó de golpear. Estuvo el
resto de la noche sentada en el pretil del frente, atemorizada por los quejidos,
jadeos, ayayayayes y gritos desaforados que emergían de la casa...”(43)
Galaor siempre trató a Teodora como una sirvienta despreciable, sin
reconocer agradecimiento por los pródigos cuidados que ésta le brindaba. Al enfrentarse con Teodora en el momento de la lectura del
testamento de Doña Ramonita, la consecuente repartición de bienes,
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Tras la muerte de su madre, la actividad de Galaor se concentra en
atraer a cuanta mujer fuera al novenario, sin respetar mínimamente
la memoria del ser querido: “¿Cuánta belleza… y -yo tan solito- murmuraba hipócrita Galaor, a todas y cada una por igual - ¡Cuán triste estoy…
Y ellas empeñadas en cumplir sus antojos, llenar su vaso, rozar las delicadas
manos”7.
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se verá cómo a Galaor le interesaba de su mamá exclusivamente la
ilusionada fortuna, descubriendo en Teodora una rival digna solamente del insulto y la calumnia:
[Acerca del la esperada e ilusoria herencia dejada por Doña Ramonita a Galaor] ...¡¡Mentira!! ¡¡Todo mentira! ¡[...] Esto es un
engaño. ¿Dónde está la casa? ¿Y la finca de Caracolí? ¿Y la
Quinta de Barranquilla?… [ … ] Galaor Ucrós increpaba furioso al abogado y a Teodora: ¿Y ustedes qué? ¿Van a estafarme?
¿Dónde están las escrituras de mis bienes? (84)
… [ … ] Permaneció allí el tiempo necesario para hacer maletas
y acusar a Teodora de corrompida, ladrona e indigna. (99)
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Bien, ya hemos comprobado dos de los tres epítetos caracterizadores
del donjuan, en Galaor Ucrós. Violó la discreción y el respeto que
debía a la memoria de su madre. Se aprovechó de su condición de
huérfano y le importó más su placer que la elemental hospitalidad a
Teodora y, finalmente demostró que sólo había estado interesado por
el desenlace económico de la defunción de Doña Ramona. El cosmopolitanismo también aparece, y con verdadero sabor criollo, ser cosmopolita en una pequeña población de provincia como es Real del
Marqués significa el poder hacer de las suyas en las capitales. Sin
poder recurrir a unos pergaminos de riqueza y linaje auténticos Galaor actúa simplemente como un buen arribista de nuestra cultura
actual, que copiando los usos norteamericanos continúa seduciendo,
pero lejos de su marginada región:
Un apuesto forastero que vivía a lo Creso en los mejores hoteles
de Cartagena, Santa Marta y la misma Barranquilla. Se paseaba
en un convertible color magenta y enamoraba a las mujeres más
célebres del Caribe, cantantes, modelos, reinas de belleza. Todas
estaban locas por él. Le decían Valentino, pipí de oro, el dardo y
la flecha[...] ¡Un hombre así, únicamente en Hollywood¡ (101)
Realicemos ahora una segunda comprobación recuperando el concepto de Don Gregorio Marañón, citado por el crítico Alemany en la
introducción a la novela de E. Jardiel Poncela Pero …¿Hubo alguna
vez once mil vírgenes?: “[donjuan es:] ...poco inteligente, rico y ocioso,
jugador, rebelde y trashumante” (50). En cuanto al primer epíteto, haremos memoria de un rasgo que podemos inducir de todas las descripciones de Galaor: nunca estudió, ni creó, ni trabajó, ni puso a producir nada. Galaor Ucrós no es inteligente en el sentido positivo de creación, genialidad o intelectualidad. Este donjuan costeño, como todos
los pequeños donjuanes, suplen la incapacidad creativa con un sentido pragmático que les facilita resolver, astuta y maliciosamente, los
lances que los enfrentan a seres cautos y crédulos en exceso. Galaor
no es inteligente, es un “vivo”, un aprovechado, un habilidoso manipulador.
Recordemos, el primer golpe de pragmática viveza, para engañar a
su futura esposa Copelia Arantza: será todo un montaje, un arte de
fingimiento por el que robarán sus cesantías y armarán la más sonada orgía de ese tiempo:
Galaor la acompañó a retirar su cesantía de siete años[...] Galaor Ucrós nunca llegó al hotel El Prado. Lo asaltaron varios
facinerosos en plena calle[...] -Escuché de una parranda que
duró quince días con sus noches[...] el anfitrión la pasó en paños menores, jugando al poker y a los dados, y llevándose a la
cama una a una a Leocadia y a sus falsas sobrinitas en riguroso
turno y propiciando muchas vagabunderías. (118)
La ociosidad, concomitante a su impotencia intelectual y laboral, se
marcará constantemente a lo largo de la novela. Galaor fue un mantenido antes de Teodora, durante su matrimonio y sobre todo después, cuando ella trabajaba para Amiel en España. Bástenos citar su
rutina cuando al salir del hogar materno le tocara ir a casa de Clavel
Quintanilla: “Durante el día iba de la cama al mecedor y de allí a la hamaca, en calzoncillos o bermudas. Entre siesta y siesta leía el periódico, tomaba
un refresco o probaba los guisos de Clavel. En la noche acudía al American
Bar o miraba la televisión”. (69)
Nos quedaría definir si Galaor Ucrós es rebelde. Parece que todo lo
contrario: vive adaptándose a las posibilidades de comodidad que le
ofrecen, le da gusto “formal” a todas, aun cuando siempre termina
siéndole infiel a todas. Más que rebelde es caprichoso y sus iras corresponden sobre todo al carácter de un infante sobreprotegido. No
enfrenta retos o arduas confrontaciones, simplemente reclama, se
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El segundo acto de viveza nos lo cuentan respecto a Teodora, pero
descubrimos que Galaor es tan poco inteligente que repite el truco
del “robo para desbaratar un compromiso”. En este caso, las vacaciones que Teodora había planeado para “su familia” en España, después de mucho tiempo de trabajo, renuncias, sacrificios, y movida
por su inalterable ingenuidad y su perpetua bondad natural: “Teodora había gastado todos sus ahorros en planear unas vacaciones fastuosas.
Pasajes, cheques viajeros, dólares en efectivo, marcos y pesetas. Toda una
fortuna robada a Galaor en el aeropuerto de Soledad”. (52)
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queja, busca la compasión de los tontos (o más concretamente, de las
tontas). Los otros vicios que nos define el señor Marañón, es decir, el
juego y la trashumancia, ya los hemos constatado en anteriores citas.
Galaor, como donjuan re-elaborado, agregará una nueva característica, muy desde el machismo criollo, a la tradición literaria: a pesar de
jurar amor, a pesar de engendrar hijos, a pesar de casarse formalmente, nunca se enamorará, nunca detendrá su actividad conquistadora. Galaor Ucrós, donjuan del machismo colombiano, costeño, expondrá la siguiente figura conductual, por lo demás bastante típica y
realista: aparentemente comprometido, realmente libre para seducir,
gozar, parrandear y engañar. Adaptó la “formalidad matrimonial” a
su donjuanismo, el vínculo sacramental es burlado y con ello se afirma de nuevo ese otro carácter universal y perverso del donjuan, lo
sacrílego.
A continuación transcribimos los juicios que emite Enrique Jardiel
Poncela acerca del donjuan. Este material lo extraemos de la introducción , también paródica y humorística, que el novelista escribió
para su obra Pero…¿Hubo alguna vez once mil vírgenes?, en donde fija
el norte que orienta su ácida crítica al mito del donjuan. (Seleccionamos las afirmaciones más lúcidas y a nuestro parecer, más pertinentes al examen de Galaor Ucrós).
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Donjuan…
… no es un hombre espiritual, porque no utiliza para nada el
espíritu,
… no es un ensalzador de las buenas cualidades de la mujer,
porque las cualidades de la mujer que él encuentra buenas -o
explotables- son, precisamente, las cualidades malas;
… no es un aventurero, porque su anhelo estriba en provocar
siempre el mismo lance;
… no es un inadaptado, porque vive perfectamente a gusto en la
esfera de su actividad;
… no es un alma sin par, puesto que alienta rodeado de almas
semejantes a la suya: sus mujeres;
… no es un hedonista, porque soportar cada día una mujer distinta es lo que menos se parece al placer;
… no es un selecto, porque su acción amorosa comprende a cuantas mujeres ve, con tal de que sean jóvenes y hermosas…
… no es un enamoradizo, porque no se enamora de las mujeres
que persigue;
… no es un coleccionista, puesto que nunca conserva las muje-
res conquistadas;
… no es un tirano sexual, porque después de llegar a la posesión,
se marcha;
Consecuencia
Luego, si donjuan no es nada de eso, como hasta ahora ha venido
diciéndose, ¿Qué es verdaderamente donjuan?
Desde nuestro punto se advierte clarísimo:
DON JUAN ES UN IDIOTA
…, por el motivo de que hace falta ser un idiota completo para
vivir pendiente exclusivamente de las mujeres. Y no se vea en
esto un ataque a la mujer: la mujer es admirable…pero ¿qué
diríais del hombre que, desde el instante de despertar hasta el
momento de dormirse, durante todo el día, a todas horas, sin
más descanso que el imprescindible para comer y almorzar, se
dedicase a encender un mechero automático suizo? Diríais que
era un idiota: no lo neguéis. Pues lo que haría aquel hombre hipotético con el mechero suizo hace donjuan con la mujer. (15-18)
Cada uno de los doce juicios negativos (donjuan no es espiritual,
ensalzador de la mujer, aventurero, idealista, inadaptado, sin par,
hedonista, selecto, enamoradizo, coleccionista y tirano sexual), pretenden socavar la tradición que desde el primer donjuan (Casanova)
ha puesto una especie de aureola heroica a todos los que han merecido tal apelativo. Para Jardiel Poncela no existe nada positivo, nada
razonable, nada virtuoso que legitime al donjuan. La idiotez, si analizamos el ejemplo de Jardiel Poncela, que equipara a la mujer con
un mechero suizo, es el peyorativo de un concepto bien interesante:
la cosificación. donjuan no es un hombre normal, pues “el hombre
normal tiene un fin: crear; crear, ya en colaboración con la mujer, ya por sí
solo” (98). El donjuan, impotente social, intelectual y afectivamente
hablando, viene a ser un pobre ser vacío, un cascarón de hombre que
sólo puede hacer lo que él mismo es, una cosa varón que cosifica a un
ser mujer. Pudiéramos tomar cada una de las doce categorías y apli-
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Pérez Ayala nos proporcionaba un primer juicio psicológico del donjuan. Gregorio Marañón, siguiendo esa línea, nos enriquecía la caracterización con el elemento intelectual. Jardiel Poncela, con bastante humor e ironía, nos remata la semblanza con un completo listado
de falsas verdades que dan, como resultado final, el juicio tajante
sobre la idiotez genérica del donjuan.
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cárselas a nuestro donjuan costeño. Todas se efectuarían. Mas por el
momento ha sido suficiente la serie anterior de comprobaciones.
Asumamos como síntesis, una primera gran definición de tipo antropológico, el donjuan degradado, el pequeño donjuan costeño, el
modelo de macho, nuestro Galaor Ucrós, no es hombre personalizado, no responde a una dinámica ni natural, ni social, ni afectiva, ni
intelectual orientada a la humanización. El donjuan, el macho, el vagabundo facilista, comodón, infantil y promiscuo, ofrece para la construcción y la restauración de las relaciones de género un horizonte
de cuestionamiento, ridiculizando la ideología patriarcal que legitima-por una tradición cultural falsamente imperecedera, los anti-valores y las prácticas que someten y destruyen la integridad de la mujer,
y con ella, la pareja, la familia y las relaciones socio-afectivas en general. El donjuan es el negativo del hombre, la inhumanidad, el que
se niega a la creación decidiéndose por la idiotez.
Bien, todo este rodeo ha tenido un fin epistemológico, no se puede
ver la descripción humorística de Galaor Ucrós como una propuesta
afirmativa. Al momento de asumir los conceptos bajtinianos acerca
del carnaval y lo grotesco, precede la relación teórica a esta primera
definición antropológica pues, lo corporal en él proyectado, solamente
constituye una realidad del mundo oficial, viejo, decandente, hipócrita, que necesita ser restaurado. Lo galaoresco corporal hace parte
de una esfera de la inhumanidad, determinada por lo donjuanesco.
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Notas bibliográficas
1. En entrevista sostenida con la autora se nos confirmó un rasgo paródico: su
intención era la de reproducir críticamente los inicios humildes de la clase
política.
2. Aplicamos el término psicoanalítico. Cfr. «Narcisismo» en Laplanche, J. y
Pontalis J-B.: Diccionario de Psicoanálisis. Bogotá: Ed. Labor ,1994: 228-232.
3. Al respecto son bastante dicientes las cifras que arrojaron una serie de encuestas acerca de la vida sexual de los colombianos: el 69% de los hombres
ha sentido atracción hacia otra persona distinta de su cónyuge contra un
24% de las mujeres. Y, particularmente, el 47% de los hombres casados han
tenido relaciones extrapareja, contra un escaso 3% de las mujeres. La infidelidad del varón es obvia. (Revista Semana, Nº 591, agosto 7 de 1993, condensando datos de «Las fuerzas de la opinión», Carlos Lemoine, Centro Nacional
de Consultoría: Bogotá, 1993).
4. Para ampliar la definición de lo trágico remitimos a una esclarecedora aplicación en el drama de Hamlet ofrecida en: Guerin y otros. Introducción a la
crítica literaria. Buenos Aires: Marymar, 1974: 147-153.
5. Umberto Eco nos sugiere el mecanismo de producción del efecto cómico,
por lo demás bastante utilizado en ambas obras: «El efecto cómico se realiza
cuando: i) Hay violación de una regla (preferible pero no necesariamente una menor,
como una regla de etiqueta; ii) la violación es cometida por alguien con quien no
simpatizamos porque es un ser innoble, inferior y repulsivo (animalesco); iii) por
tanto, nos sentimos superiores a su mala conducta[...] v) nuestro placer es mixto
porque disfrutamos no solo la violación de la regla sino la desgracia de un individuo
animalesco». Tomado de Los marcos de la libertad cómica citado en El animal
que ríe leyendo, de Lecturas dominicales, El Tiempo, julio 28, 1996:7.
6. BAJTÍN, Mijail. La cultura popular en la Edad Media y Renacimiento.El
contexto de Francois Rabelais. Madrid: Alianza, 1988. En adelante todas las
citas de este texto corresponden a esta edición.
7. BUITRAGO, Fanny. Señora de la miel. Bogotá: Arango Editores,1993, 19.
Este texto se seguirá citando de esta edición.
AMORÓS, Celia. Hacia una crítica de la razón patriarcal. Barcelona: Anthropos, 1991.
BAJTÍN, Mijaíl. La cultura popular en la Edad Media y en el Renacimiento. El
contexto de François Rabelais. Trad. Julio Forcat y C. Conroy. México: Alianza Editorial, 1989.
_________. Problemas de la poética de Dostoievski. Trad. Tatiana Bubnova. Bogotá: Fondo de Cultura Económica, 1993.
CASANOVA, Juan Jacobo. Memorias. Trad. A. Espina. Madrid: Mediterráneo,
1973.
FOUCAULT, Michel. Historia de la sexualidad. Vol. I. Trad. Ulises Guiñazú.
México: Siglo XXI, 1986.
JARDIEL PONCELA, Enrique. Pero...¿hubo alguna vez once mil vírgenes? Introducción y notas de Luis Alemany. Madrid: Cátedra, 1988.
MUÑOZ GUIRALES, Diana y REYES CALDERON, Jaime R. Procesos escriturales en Los pañamanes y Señora de la miel, de Fanny Buitrago. Tesis de grado. 1996.
THOMAS, Florence. Amor, sexualidad y erotismo femenino. En: Mujer, amor y violencia. Grupo Mujer y Sociedad. Bogotá: Tercer Mundo, 1990.
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Bibliografía
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