Tendencias actuales en el tratamiento y seguimiento

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SAP. Subcomisiones, Comités y Grupos de Trabajo
Arch Argent Pediatr 2009; 107(2):176-180 / 176
Tendencias actuales en el tratamiento y
seguimiento de la criptorquidia
Cryptorchidism: current tendences about treatment
and follow up
Comité Nacional de Endocrinología*
INTRODUCCIÓN
En el año 2001, el Comité Nacional de
Endocrinología de la Sociedad Argentina
de Pediatría publicó en Archivos Argentinos de Pediatría sus “Recomendaciones
para el diagnóstico y tratamiento de la
criptorquidia”.1
En los años siguientes, se profundizó
la discusión en foros internacionales acerca de cuál es el tratamiento óptimo para
esta entidad en la edad pediátrica. En
algunos lugares de Europa2 y en EE.UU.
se recomendaba el tratamiento antes de
los 2 años de edad, mientras que en otros
se prefería realizarlo entre los 2 y 4 años.
Esto motivó que se realizara en Escandinavia, en el año 2006, un encuentro entre
expertos pediátricos nórdicos (endocrinólogos, urólogos, patólogos, anestesistas
y fisiólogos testiculares) cuyas conclusiones fueron publicadas en un número especial de Acta Pædiatrica.3
Actualmente, en nuestro país, los diferentes centros reconocidos adoptan también distintos modos y tiempos de tratamiento en el niño con criptorquidia. Tal
situación motivó a este Comité a realizar
un análisis crítico de la bibliografía, a invitar a un grupo de especialistas nacionales
en el tema para su discusión y a elaborar un
documento con acuerdos locales.
Antes de exponer dicho documento,
se efectúa un breve repaso de algunos
conceptos relacionados con el tema.
ESTADO ACTUAL
DEL CONOCIMIENTO
Etiopatogenia de la criptorquidia
El testículo se desarrolla a partir de
una gónada indiferenciada desde la sexta
semana de gestación. El descenso a su
posición definitiva en el escroto se produce en dos fases: transabdominal e inguinoescrotal.
1ª fase (transabdominal): Los testículos
se deslizan sobre los conductos genitales,
quedan enclavados caudalmente por el
ligamento gubernáculo, junto con el
epidídimo e ingresan en el anillo inguinal
interno.
Esta fase se completa en la semana 15ta
de la gestación y es dependiente princi-
* Comité Nacional de Endocrinología: Dra. Mirta Gryngarten, Dra. Viviana R.
Pipman, Dra. María Eugenia Escobar, Dra. Titania Pasqualini, Dra. Sonia V Bengolea,
Dra. Elizabeth Boulgourdjian, Dr. Miguel Blanco y Dr. Guillermo Alonso.
Coordinadoras: Dra. Mirta Gryngarten y Dra. Viviana Pipman.
Expertos invitados: Endocrinólogos Pediátricos: Dra. Silvia Gottlieb (Hospital de
Correspondencia:
Niños “Dr. Ricardo Gutiérrez”); Dr. Rodolfo Rey (Hospital de Niños “Dr. Ricardo
Dra. Viviana Pipman
[email protected]
Gutiérrez”); Dra. Verónica Gacitúa Figueroa (Hospital de Niños “Dr. Pedro de Elizalde”);
Dra. Elisa Vaiani (Hospital Nacional de Pediatría “Prof. Dr. Juan P. Garrahan) y Dra.
Conflicto de intereses:
Mirta Stivel (Hospital Durand). Endocrinólogo Adultos: Dr. Pablo Knoblovits (Hospital
Nada que declarar
Italiano BA); Cirujanos Pediátricos: Dr. Luis Zuccardi (Hospital de Niños “Dr. Ricardo
Recibido: 16-12-08
Gutiérrez”); Dr. Francisco De Badiola (Hospital Italiano BA); Dr. Juan Moldes (Hospital
Aceptado: 16-12-08
Italiano BA); Dr. Enrique Denes (Hospital de Niños “Dr. Pedro de Elizalde”).
Tendencias actuales en el tratamiento y seguimiento de la criptorquidia / 177
palmente del factor insulino simil 3 (INSL3),
secretado por las células de Leydig fetales en la
semana 9, que actúa a nivel de su receptor RXFP2 e
induce el desarrollo masculino del gubernáculo.
Los andrógenos tienen un papel menor: gatillan la
regresión del ligamento suspensorio craneal.4,5
2ª fase inguinoescrotal: El testículo es guiado por
el ligamento gubernáculo desde el área inguinal
al escroto. Esta fase, que se completa al final de la
semana 35, es altamente dependiente de andrógenos y, en parte, de otros factores anatómicos.4,5
Frecuentemente, la criptorquidia se debe a anormalidades anatómicas en la fase inguinoescrotal
del descenso testicular. La fase transabdominal
está raramente alterada, y sólo cerca de un 5% de
los testículos no descendidos operados se hallan en
posición intrabdominal.4,5
Las causas genéticas de criptorquidia pueden
estar relacionadas a alteraciones cromosómicas (síndrome de Klinefelter) o a mutaciones en los genes
INSL3/RXFP2 o receptor de andrógenos. Se halló
una asociación significativa entre causa genética y
criptorquidia persistente y bilateral.6
Definición de criptorquidia
La criptorquidia representa la forma más común de trastorno endocrino en los varones. Se
define como la falta de descenso al escroto de uno
(criptorquidia unilateral) o de ambos testículos
(criptorquidia bilateral). La criptorquidia puede
estar presente en forma aislada o asociada a alteraciones de la diferenciación sexual, enfermedades
endocrinas y cuadros malformativos o genéticos.
El testículo criptórquido puede estar situado a lo
largo de su trayecto habitual de descenso, ya sea
intraabdominal, en el canal inguinal o en la raíz del
escroto, o fuera del trayecto, en una posición ectópica,
como, por ejemplo, el testículo subcutáneo.
Testículos no descendidos congénitos: Están fuera
del escroto desde el nacimiento, pueden ser palpables, o no palpables por su localización intraabdominal, o bien estar ausentes.
Testículos no descendidos adquiridos: Son los testículos que descienden durante el primer año de
vida y luego reascienden. Con el crecimiento somático del niño, el cordón permanece corto y retrae el
testículo. El 40% de los testículos criptórquidos al
nacimiento que bajan espontáneamente reascienden7 y pueden requerir tratamiento quirúrgico a
los 5-10 años de edad.
Por lo tanto, en estos pacientes se debe controlar
la ubicación testicular hasta la pubertad.
El testículo retráctil: Representa una variante
normal de la posición testicular, resultante de un
reflejo cremasteriano exagerado.8 (Este reflejo está
ausente en el primer año de vida y se exacerba
alrededor de los 6 años).
Resultado satisfactorio del tratamiento
El objetivo del tratamiento de la criptorquidia
es permitir una adecuada semiología de la gónada,
preservar la fertilidad y disminuir el riesgo de
cáncer testicular. Estos resultados son, por lo general, incompletamente evaluados en las publicaciones ya que las casuísticas son reducidas o el tiempo
de seguimiento insuficiente y habitualmente consideran otros resultados como expresión de tratamiento exitoso.
Resultado anatómico satisfactorio: Se define como
la localización y persistencia del testículo en el
escroto sin atrofia obvia.
Resultado funcional satisfactorio: Se define como
el logro de una adecuada espermatogénesis y fertilidad futura. El seguimiento de los pacientes pediátricos a largo plazo, para evaluar la fertilidad, es
dificultoso.
Prevención de cáncer testicular: Se la valora por la
disminución del riesgo de cáncer.
La criptorquidia se asocia con 4-5 veces mayor
riesgo de cáncer testicular. Estas observaciones
indican, palmariamente, que en la mayoría de los
casos la criptorquidia es causada por una alteración primaria del desarrollo testicular que ya ocurre in útero.3 De hecho, la criptorquidia de causa
genética, con mayor frecuencia bilateral, también
se asocia a daño testicular progresivo (aun en el
testículo escrotal en caso de ser unilateral), con
mayor riesgo de infertilidad y cáncer testicular.
Por otro lado, el porcentaje de cáncer testicular
atribuíble a criptorquidia es de sólo el 5%. Este
riesgo es mayor en los pacientes con criptorquidia
bilateral y disminuye en aquellos con criptorquidia
unilateral, con criptorquidia adquirida operada
entre los 8-11 años o en aquellos con descenso
testicular espontáneo.8
Discusión con los expertos
La construcción de este documento se basó en la
discusión de preguntas que intentan considerar los
aspectos más polémicos:
1. ¿Cuál es la edad óptima para el tratamiento
médico o quirúrgico?
La prevalencia de la criptorquidia oscila en 28% al nacimiento. La criptorquidia congénita puede resolverse espontáneamente y el descenso ocurre, por lo general, durante los primeros meses de
vida, en coincidencia con la activación del eje
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hipotalamohipofisogonadal. Por lo tanto, se describe una prevalencia menor, de 1-2% entre los 3 y
12 meses de vida7, 0,8-1,2% al año de edad.1
Estos datos motivan la sugerencia de una conducta expectante los primeros 6 meses de vida,
luego de los cuales debería realizarse una valoración clínica precisa con el objetivo de definir posición y tamaño del testículo criptórquido.
Asimismo, sería conveniente valorar la función
testicular con dosaje de gonadotrofinas, testosterona, hormona antimülleriana e inhibina B. Estos
datos permitirían seleccionar a aquellos pacientes
en los que el tratamiento hormonal tendría más
posibilidades de resultado satisfactorio (testículos
con adecuado volumen, de localización en el canal
inguinal, próximo al orificio inguinal externo y
apropiada funcionalidad hormonal).
Muchas publicaciones subrayan que la localización escrotal del testículo permitiría una adecuada
transformación de gonocitos a espermatogonias tempranas,9,10 evidenciado por mayor volumen testicular
o patrones histológicos, y sugieren el beneficio de la
resolución quirúrgica en edades tempranas. Sin
embargo, los efectos de esta conducta sobre la fertilidad no han sido comprobados.
Los adelantos en la anestesiología pediátrica, la
mejor tolerancia al procedimiento en niños menores
y el desarrollo de instrumental apropiado que facilita la técnica quirúrgica junto con un menor impacto psicológico en el niño y los padres, ha llevado a
muchos cirujanos expertos a recomendar la resolución quirúrgica antes de los dos años de vida.
2. ¿Tiene indicación actual el tratamiento con
gonadotrofina coriónica humana (hCG)?
La eficacia del tratamiento hormonal es variable, con tasas de éxito de 0-55% (hCG) y 9-78%
(factor liberador de gonadotrofinas [GnRH]).11
Pyorala y col.12 revisaron 33 estudios publicados entre 1975 y 1990, y analizaron en un
metanálisis 9 trabajos aleatorizados disponibles.
La terapia con GnRH fue efectiva (posición escrotal
del testículo) en 21%, con hCG 19% y con placebo
4%. Esta tasa de éxito de tratamiento es menor si
se excluyen los pacientes con testículos retráctiles.
Cuando el análisis considera la posición del testículo antes del tratamiento, el éxito es mayor cuando la posición es más caudal.
En otro metanálisis,13 que incluye trabajos hasta
2003, se concluyó que hCG fue eficaz en 25% y
GnRH en 18%. Los autores puntualizan que los
trabajos exhiben muestras pequeñas, poco poder
estadístico y que en ninguno de ellos se describe el
método de aleatorización.
Ong y col.,14 que resumen trabajos aleatorizados y no aleatorizados publicados entre 1991 y
2003, alcanzan conclusiones similares a las de
Pyorala.11 En cuatro de estos trabajos analizados se
sugiere una tasa de éxito mayor cuando la criptorquidia es bilateral. Además, se destaca el reascenso
en el 25% de aquellos testículos criptórquidos que
descienden con tratamiento hormonal.
En nuestro país, Gottlieb y col.,15,16 en una revisión retrospectiva de registros clínicos de alrededor de 2.100 pacientes de un centro endocrinológico
de referencia, observaron descenso testicular con
hCG en 30-40% de los casos, directamente relacionado con la posición inicial del testículo.
Los estudios que valoran el beneficio a largo
plazo del tratamiento hormonal son escasos. Richter
y col. analizan 121 pacientes tratados hormonalmente. En 39% encontraron recuento espermático
normal; infertilidad en 18% de los pacientes con
criptorquidia unilateral y en 25% de aquellos con
criptorquidia bilateral.17
En la criptorquidia congénita, especialmente en
pacientes prematuros, un porcentaje de testículos
presenta descenso espontáneo en el primer semestre de la vida en relación con la activación fisiológica del eje hipotalamohipofisogonadal en esa etapa,
por tal razón, la valoración de la presencia o no de
testículos en el escroto en el recién nacido, seguida
de una nueva valoración clínica alrededor del año
de edad, permitiría definir: 1) si se produjo descenso testicular espontáneo y 2) la posibilidad de éxito
del tratamiento hormonal.
En nuestra reunión con expertos nacionales se
opinó que la tasa de éxito anatómico depende de la
localización y capacidad de respuesta del testículo
criptórquido al estímulo hormonal. Una valoración apropiada del paciente permitiría seleccionar
a aquellos en los que este tratamiento sería efectivo.
Los protocolos de administración de hCG descriptos en la bibliografía son variables.
Dada la forma de presentación comercial de
esta hormona en nuestro país, se podría utilizar un
esquema que incluya la administración vía
intramuscular de 2.500 o 5.000 Unidades Internacionales según la edad del paciente, repartidas en 5
semanas consecutivas.
3. ¿Daña la hCG?
En los últimos años ha surgido preocupación
debido a estudios que refieren apoptosis de células
germinales y cambios inflamatorios en biopsias
testiculares de pacientes tratados previamente con
hCG y en modelos animales, y disminución del
número de células germinales y volumen testicular
Tendencias actuales en el tratamiento y seguimiento de la criptorquidia / 179
en pacientes adultos. Basándose en tres trabajos
previos,18-20 el Consenso Nórdico para el tratamiento de
la criptorquidia no recomienda el uso de hCG, en
general, para el tratamiento de esta entidad.3,21 De
todos modos, en estos trabajos no se demuestra que
esos cambios sean deletéreos sobre el número de
espermatozoides en el semen ni aclaran el significado biológico del fenómeno apoptótico. El diseño
de estos trabajos es cuestionable por cuanto no se
trata de trabajos aleatorizados y el método de recuento de células germinales por sección transversal del túbulo es discutible. Demirbilek22 demostró
cambios inflamatorios y vasculares en biopsias
testiculares de pacientes operados recientemente
tratados con hCG, aunque esos cambios fueron
transitorios.
Otros efectos adversos conocidos del tratamiento
hormonal son los producidos por el aumento de la
testosterona que llega a niveles puberales (efectos
androgénicos),11 como erecciones, cambios de conducta, crecimiento peneano, que revierten al finalizar el tratamiento.
4. ¿Tiene la hCG indicación prequirúrgica para
mejorar los resultados de la cirugía?
La utilización de hCG antes de la cirugía se ha
utilizado durante mucho tiempo. Los beneficios
referidos para esta conducta se basan en el aumento de la elasticidad de estructuras vasculares y en la
elongación del cordón espermático.
El uso creciente de la laparoscopia que permite
una mayor magnificación óptica, así como la utilización de material más delicado ha hecho que la
atrofia postquirúrgica sea una complicación extremadamente infrecuente en manos de un cirujano o
urólogo pediatra entrenado.
Por otro lado, no existen trabajos en la bibliografía que destaquen el beneficio de administrar hCG
previo a la orquidopexia, por lo cual, en esta Reunión de Expertos, no se sugiere su utilización en
esta circunstancia.
CONCLUSIONES Y
RECOMENDACIONES FINALES
1. El recién nacido debe ser evaluado por el
neonatólogo para definir si los testículos están o
no presentes en el escroto.
2. El niño con criptorquidia unilateral o bilateral
aislada o asociada a otros trastornos del desarrollo sexual debe ser evaluado en forma temprana, tanto anatómicamente como funcionalmente, por un médico experto.
3. El tratamiento debe diferirse hasta por lo menos
los 12 meses considerando la posibilidad de
descenso espontáneo del testículo al escroto.
4. En pacientes cuidadosamente seleccionados,
puede utilizarse como tratamiento inicial hCG.
5. Aquellos pacientes que no sean pasibles de
tratamiento hormonal deben referirse tempranamente al cirujano o urólogo pediatra entrenado.
6. La corrección quirúrgica antes de los 2 años de
vida, si bien no es obligada, es recomendable.
7. La utilización de hCG previa a la cirugía, a fin de
facilitar el acto quirúrgico, no está indicada.
8. El seguimiento de los niños con alteraciones
del descenso testicular, con especial énfasis en
la revaloración del volumen y función hormonal gonadal, debe ser realizada por pediatras
endocrinólogos. !
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