Lourdes Sola. Choque Heterodoxo y Transición Política Sin Ruptura: un Enfoque Transdisciplinario. DESARROLLO ECONOMICO. Vol. XXVIII Nº 112. 1989. CHOQUE HETERODOXO Y TRANSICION POLÍTICA SIN RUPTURA: UN ENFOQUE TRANSDISCIPLINARIO LOURDES SOLA* 1. Introducción Las experiencias recientes de transición a la democracia en América Latina se desarrollaron en condiciones que obligan a un cambio de perspectiva en el tratamiento de las dimensiones política y social de la inflación. La secuencia tan conocida que, en el pasado, tenía como punto de partida un estallido inflacionario juntamente con una escalada de la deuda externa, para culminar de inmediato en cambios profundos en las reglas de juego político, reveló ser, a partir de la década de 1980, una calle de doble mano. La gestión de esos desequilibrios agudos y de las tensiones sociopolíticas subyacentes se volvió inviable también en los límites de los regímenes "burocrático-autoritarios", que, como se sabe, cobraron legitimidad (en Brasil, tanto como en la Argentina, Uruguay y Chile) gracias a su eficacia inicial en la eliminación de esos focos de incertidumbre económica y política1. No cabe ya circunscribir los "efectos de la inflación sobre el desarrollo político y social" solamente a los casos de "desastre político": Weimar, Brasil en 1964, Ghana e Indonesia en 1966, Chile y la Argentina en 1973 y 1976, respectivamente (Hirschman, 1981, pág. 203). Hoy, la secuencia que va de la alta inflación (o de la hiperinflación) al cambio político puede ser descripta como un proceso que opera en forma "radical" entre nosotros, igual que en el pasado. La novedad reside en el hecho de que esa secuencia reveló ser neutra, "indiferente", por así decir, a la naturaleza de los regímenes afectados, fueran éstos democráticos o autoritarios. Una de las implicaciones de este estado de cosas es de que dichas * Instituto de Estudios Avanzados, Universidad Católica de San Pablo. Para un análisis de este último proceso y de la controversia sobre los factores económicos, políticos y sociales en la instauración de regímenes burocrático-autoritarios, véase Collier, 1979. 1 Este documento ha sido descargado de http://www.educ.ar 1 Lourdes Sola. Choque Heterodoxo y Transición Política Sin Ruptura: un Enfoque Transdisciplinario. DESARROLLO ECONOMICO. Vol. XXVIII Nº 112. 1989. experiencias se presentaron como casos propios de una abnormal science (ciencia de lo anormal). La búsqueda de explicaciones para los diferentes procesos de ruptura (y de reconstrucción) político-institucional remite, en ese caso, a otra cuestión conexa, la de las modalidades de la incertidumbre que caracteriza las coyunturas de indeterminación política, y la forma en que afectan la viabilidad de estrategias económicas técnicamente factibles: Como apuntan O'Donnell y Schmitter a propósito de los períodos de transición democrática, la incertidumbre es una de las categorías analíticas centrales para dar cuenta de esa situación (véase O'Donnell y Schmitter, 1985; y Sola, 1982, para las modalidades de incertidumbre que antecedieron a la instauración del régimen burocrático-autoritario en Brasil)2. Uno de los momentos cruciales en ese tipo de secuencia se ha signado por la percepción generalizada, entre los diversos sectores sociales, de la imposibilidad de controlar la inflación. El pesimismo concomitante se vincula, frecuentemente, con la inoperancia de las sucesivas experiencias de estabilización (no siempre convencionales) que anteceden inmediatamente a las crisis del régimen. Las condiciones que vuelven controlable la inflación, empero, varían de acuerdo con la naturaleza del régimen político que se va a implantar. En las actuales circunstancias de democratización política, la implantación de una estrategia económica concertada es un requisito básico para que la estabilización sea compatible con la poliarquía. No obstante, esa tarea se ha visto perjudicada por un cuadro económico adverso: el fin del ciclo expansivo de la economía internacional, la retracción de los acreedores, y, sobre todo, la falta de un horizonte temporal para la solución de las deudas externas nacionales. Hay que compatibilizar programas de austeridad, de un lado, con dos reivindicaciones adicionales de los sectores sociales que integraron el pacto antiautoritario, y que son respectivamente la reanudación del crecimiento en Brasil (o la reconstrucción económica en la Argentina) y el pago de la "deuda social" acumulada a lo largo del período de autoritarismo ("reparación social" en la Argentina). Compatibilizar los objetivos sujetos a lógicas tan diversas no es simple, ni técnica ni políticamente. Las experiencias de estabilización 2 Aquí la noción de incertidumbre es aplicada de un modo más abarcador, incluyendo también las coyunturas de indeterminación que precedieron a la instauración y consolidación del "nuevo autoritarismo" en América Latina. (Pare esto último, véase Sola, 1982.) Este documento ha sido descargado de http://www.educ.ar 2 Lourdes Sola. Choque Heterodoxo y Transición Política Sin Ruptura: un Enfoque Transdisciplinario. DESARROLLO ECONOMICO. Vol. XXVIII Nº 112. 1989. presuponen siempre un proceso más o menos intenso de redistribución de las penalidades y privilegios, así como de los recursos reales, entre los actores políticos y entre los poderes a instancias gubernamentales. Las secuelas y resultantes de ese proceso son imprevisibles e inciertos. El grado de incertidumbre aumenta y cambia de carácter, no obstante, si el compromiso con las reglas democráticas de juego político impone la formación de una estrategia aceptada por los principales sectores afectados. A su vez, la satisfacción de ese prerrequisito presupone patrones de acción y de intervención gubernamental también específicos. La naturaleza intrínsecamente conflictiva de los múltiples procesos de redistribución que envuelven la acción estabilizadora exige que ésta sea conducida por un gobierno que, además de legítimo, sea fuerte en cuanto poder público. El interés por analizar las causas del fracaso del primer plan de estabilización posautoritario en Brasil deriva de tres órdenes de razones. La primera consiste en el hecho de tratarse de una, terapia antiinflacionaria distinta de las convencionales -"por choque heterodoxo", según la expresión de uno de sus primeros propugnadores brasileños, Lopes (1986)-, pariente próxima de la adoptada en la Argentina ocho meses antes. La segunda razón deriva del propósito de comparar ambos experimentos, y de sus límites. Ambos fueron implementados por los primeros gobiernos civiles comprometidos con la reinstitucionalización del país, pero se desenvolvieron en marcos político-institucionales distintos, principalmente en lo tocante a los procesos de formación de la política económica. Este hecho tiene que ver con la modalidad de transición democrática: por distensión del régimen autoritario, en el caso de Brasil, o por su colapso, en el caso de la Argentina (véase, con respecto a esta distinción, O'Donnell et al., 1987). Por último, la nueva terapia fue adoptada en Brasil en circunstancias económicas extremadamente favorables, cuando se reanudaba el ritmo acelerado de crecimiento, y se estaban generando saldos comerciales suficientes para pagar los intereses de la deuda externa (sin perjuicio de una rápida acumulación de reservas) e iba en aumento la mesa de salarios en términos reales. En suma, las condiciones de gobernabilidad propiciadas por el movimiento expansivo de la economía eran más favorables en Brasil. Parecía existir una condición adicional para el éxito del experimento de estabilización, pues, come Este documento ha sido descargado de http://www.educ.ar 3 Lourdes Sola. Choque Heterodoxo y Transición Política Sin Ruptura: un Enfoque Transdisciplinario. DESARROLLO ECONOMICO. Vol. XXVIII Nº 112. 1989. se sabe, la gestión de los conflictos, distributivos se ve facilitada cuando los recursos reales son crecientes. Vale la pena introducir algunos datos básicos relativos al desempeño de la economía brasileña en el contexto político inmediato, antes de analizar el contraste entre las expectativas generadas por el Plan Cruzado y su fracaso en cuanto terapia antiinflacionaria. La crisis del régimen autoritario en Brasil se vio agravada, en efecto, por la más profunda recesión experimentada en el país desde la década de 1930. No obstante, ésta fue de corta duración (1981-83): desde una perspectiva temporal, sólo representó una pausa en un período de crecimiento prolongado, aunque errático a partir de 1978. Cuando se la compara con la crisis de ajuste de otros países latinoamericanos, la de Brasil en ese período fue menos traumática en su impacto económico disruptivo, no obstante su alto costo social inmediato. Esto no sólo se debió a su breve duración sino, sobre todo, al intenso dinamismo de la economía (y sociedad) brasileña a lo largo del período autoritario (1964-1985). En ese aspecto, cobraron relieve las políticas expansionistas de corte sustitutivo adoptadas a partir de fines de 1974, come respuesta -poco convencional- a la crisis ya en curso del sistema internacional (véase Castro y Pines de Souza, 1985). para nuestros propósitos comparativos, el hecho relevante es el siguiente: la "marcha forzada de la economía" y el curso expansivo que le imprimieron los propugnadores de la política económica en el período Geisel (actuando contra la corriente de las tendencias internacionales) fue por lo tanto simultánea a la adopción de la estrategia de apertura política. La conjugación y simultaneidad de ambos procesos define en gran parte la singularidad de la experiencia brasileña, tanto en lo tocante a las condiciones de gestión de la crisis económica posterior como en lo que se refiere a algunas características del proceso de transición política "por distensión". Aquí sólo interesa, empero, el hecho de que las políticas de ajuste convencionales fueron adoptadas únicamente entre 1981 y 1983, o sea, en la etapa final del "viejo régimen"3. 3 Aún no existe un conjunto significativo de pruebas que confirmen la existencia de un proyecto coherente e integrado del gobierno de Geisel, y que explique la simultaneidad entre la estrategia política de apertura y la de la "marcha forzada". Sin embargo, parece evidente la "afinidad electiva" entre una estrategia económica sustitutiva y la prolongación del horizonte temporal de crecimiento, por una parte, y por la otra la liberalización del régimen autoritario. Este documento ha sido descargado de http://www.educ.ar 4 Lourdes Sola. Choque Heterodoxo y Transición Política Sin Ruptura: un Enfoque Transdisciplinario. DESARROLLO ECONOMICO. Vol. XXVIII Nº 112. 1989. Ya en 1984 se puso en evidencia que, no obstante la profunda recesión de los tres años anteriores, dichas políticas no habían llegado a afectar los resultados positivos de la "marcha forzada" de la economía (y sociedad) brasileña. (Sobre las condiciones que explican la rápida recuperación de la economía, véase Castro y Pires de Souza, 1985; para una evaluación de la singular trayectoria brasileña en los años 1970-80, en una perspectiva comparada, véase Hirschman, 1986). A mediados de 1984, el país parecía emerger de la recesión. Una vez que se reanudó el crecimiento, éste demostró ser compatible con la generación de saldos positivos regulares en la balanza comercial, como ya mencionamos. El año 1985 sometió a una prueba crucial la continuidad de ése proceso, a raíz del alto grado de incertidumbre política que crearon las circunstancias traumáticas en que se dio el cambio de poder. La asunción del primer presidente civil después de dos décadas de gobiernos militares representó un momento de anticlimax, en lugar de ser la culminación de las campañas "cívicas" masivas de 1984 y 1985 (a propósito de la forma en que captó ese proceso la percepción popular, véase Meyer y Montes, 1986). La muerte del presidente Tancredo Neves, uno de los principales artífices de la "transición" lenta y gradual, desembocó en la asunción de su sucesor legal, el vicepresidente José Sarney. Recién salido del partido oficial que había actuado como baluarte del régimen autoritario, el Partido Democrático Social (PDS), poco tiempo atrás se había integrado al principal partido opositor, donde gozaba de escasa legitimidad. A pesar de la incertidumbre política y de la indefinición de la política económica en los primeros meses de gobierno (en virtud del conflicto entre los ministros de Hacienda y Planeamiento), parecía volver a afirmarse la "vocación para el crecimiento". (Véase la polémica entre el ministro "expansionista" Sayad y el "recesionista" Dornelles, en Sardemberg,1987, págs. 99-128). Junto con el buen desempeño económico global, hay que consignar dos clases de cambios. El primero consistió en el aumento de los salarios reales, que en promedio crecieron a una tasa del 12 % en el primer semestre de 1985, lo cual significó un impulso adicional para el mercado interno y, además, manifestó una actitud más permisiva en ese frente por parte del nuevo gobierno, que ya enfrentaba tasas de inflación crecientes. Gracias a eso y al crecimiento del 8,5 % del PBI, parecía materializarse la secuencia normativa esperada de un gobierno democrático: crear condiciones para una sociedad más Este documento ha sido descargado de http://www.educ.ar 5 Lourdes Sola. Choque Heterodoxo y Transición Política Sin Ruptura: un Enfoque Transdisciplinario. DESARROLLO ECONOMICO. Vol. XXVIII Nº 112. 1989. abierta y más junta. No obstante, una segunda tendencia fue la elevación del índice de inflación, que pasó del 5 % mensual a comienzos de 1985, al 14,5 % en diciembre. (Sobre las causas de esa aceleración inflacionaria, véase Pieres et al., 1987, y Sola, 1987, pág. 10-15). Ese contexto económicamente favorable, acentuado por el clima de confianza resultante de la "marcha forzada" y cuyos frutos comenzaban entonces a recogerse, es el que sirvió de telón de fondo al primer experimento de estabilización por choque heterodoxo en Brasil. El Plan Cruzado, adoptado el 26 de febrero de 1986, pudo contar, como su predecesor argentino, el Plan Austral, con "las enormes reservas de confianza y de buena voluntad que (los nuevos gobiernos) tuvieron en su favor, como resultado de las libertades políticas y de los derechos humanos que habían restaurado o establecido" (Hirschman, 1986, págs. 40-48; este autor hace una evaluación justificadamente optimista del éxito futuro de las nuevas terapias, sobre todo en Brasil). El fracaso del Plan Cruzado adquirió contornos nítidos para la población a fines de noviembre de 1986. El rebrote virulento de la inflación en el período inmediatamente posterior representa uno de los principales desafíos para los analistas que buscan dar cuenta también de la dimensión política y social de este tipo de procesos. A modo preliminar, no obstante, cabe consignar que además de las condiciones económicas favorables, otras de orden político y social parecían justificar cierto optimismo entre los observadores de la escena brasileña. De ellas las más importantes fueron: la adhesión masiva y espontánea de la población a las nuevas reglas de juego económico y el activo apoyo recibido de los medios de comunicación de mesas. Otra circunstancia de orden general e igualmente positiva fue similar a la vigente en la Argentina: la existencia, a disposición de las democracias incipientes, de los mejores recursos técnicos y políticos. En primer lugar, el Plan Cruzado constituyó, como el Plan Austral, una innovación técnica en cuanto terapia antiinflacionaria (por choque heterodoxo), como veremos. El hecho de haber derivado de la teoría inercial de la inflación y, por consiguiente, del análisis de experiencias extremas de ese tipo de procesos la acreditaron como más adecuada al contexto latinoamericano que las terapias convencionales. Amén de ello, fue percibida por la población como una alternativa frente a los programas de estabilización convencionales, y legitimada como tal. Por último, el ascenso al poder de una nueva promoción de Este documento ha sido descargado de http://www.educ.ar 6 Lourdes Sola. Choque Heterodoxo y Transición Política Sin Ruptura: un Enfoque Transdisciplinario. DESARROLLO ECONOMICO. Vol. XXVIII Nº 112. 1989. economistas -los principales artífices de la reforma monetaria- estuvo de acuerdo con los nuevos criterios de legitimidad política y social; en primer lugar, gracias a su condición de profesionales de la economía, y por lo tanto, dotados de competencia técnica y científica; además, por haberse afirmado en el sistema político como críticos del "viejo régimen"; y, sobre todo, en su carácter de propugnadores de políticas económicas distintas de las convencionales. Por varias rezones, en su mayoría específicas de la experiencia brasileña, las vicisitudes del primer choque heterodoxo en Brasil componen una historia cuyo "tono" es el de un anticlimax, y cuyo resultado afectó con un profundo descrédito, desde su lanzamiento, la tentativa posterior de aplicar el mismo tipo de terapia, debidamente corregida de sus imperfecciones y errores técnicos iniciales (el Plan Bresser de 1987). En ese sentido, la experiencia brasileña no creó las condiciones subjetivas que permiten a los policy-makers (altos funcionarios responsables de elaborar las políticas oficiales) introducir las sucesivas correcciones y adaptaciones capaces de prolongar la vida útil de ese tipo de experimentos, al contrario de lo que ocurrió en la Argentina y en Israel. El objetivo de las páginas que siguen es dar cuenta de las causas del fracaso del Plan Cruzado, partiendo de la base de que la explicación sobre el contraste entre las intenciones perseguidas y el resultado de ese experimento pasa por la adopción de un enfoque transdisciplinario. O sea, obliga a dar cuenta de por lo menos dos tipos de causalidades respecto de la reanudación del proceso inflacionario. Antes de eso han de señalarse algunos hechos básicos, teniendo en cuenta la pregunta que constituye el punto de partida analítico de este trabajo, esto es: ¿en qué aspecto la diferente trayectoria socioeconómica del Brasil y, en especial, la modalidad específica de transición democrática -sin ruptura del cuadro político-institucional anterior- afectó las condiciones para el control de la inflación, en los términos definidos por la nueva terapia? A partir de allí será posible evaluar el peso relativo de los errores técnicamente evitables, lo cual remite a los errores de diagnóstico (sobre las causas de la inflación brasileña) y a la inadecuación de la terapia -objeto de la crítica técnico-económica-. Al mismo tiempo, será posible determinar los factores de orden político y social, que Este documento ha sido descargado de http://www.educ.ar 7 Lourdes Sola. Choque Heterodoxo y Transición Política Sin Ruptura: un Enfoque Transdisciplinario. DESARROLLO ECONOMICO. Vol. XXVIII Nº 112. 1989. hasta ahora periodística4. han sido objeto casi exclusivo de la literatura 2. Las incertidumbres de la transición sin ruptura y su influencia en la gestión económica El Plan Cruzado se torna comprensible a partir de un cuadro de profunda incertidumbre económica y política. Las razones de ello son inherentes a la trayectoria de desarrollo socioeconómico y de democratización del Brasil (más allá de la imprevisibilidad inherente a las transiciones de este tipo, estudiada por O'Donnell y Schmitter, 1985, y por Przeworski, 1982). Aquí se trata de indicar solamente algunos de los elementos del contexto político, cambiante e inestable, en el cual habrían de actuar los responsables de la política económica; a partir de ello, se identificarán algunas de las principales restricciones políticas que obstaculizan el control de la inflación en Brasil. 2.1. Lo viejo y lo nuevo en la "Nueva República" Uno de los temas menos examinados de la transición brasileña es el tipo de relaciones entre técnicos y políticos en la formación de la política económica. Es bien conocido que ese proceso se viene caracterizando por su gradualismo, su larga duración y el control ejercido por los militares sobre el ritmo y las reglas del juego político-electoral a lo largo de la liberalización iniciada en 1974. No obstante, se ha pasado por alto la tutela ejercida sobre las reglas del juego económico por los macroeconomistas oficiales y, en general, por la alta tecnocracia. Estos actores preservaron (por lo menos formalmente) su capacidad de proponer e instrumentar cambios drásticos de estrategia económica5. Desde el punto de vista de la gestión de la economía, hay dos aspectos político-institucionales, heredados del "viejo régimen" y robustecidos a partir de 1979, que merecen señalarse por su aspecto paradójico. En primer lugar, el extremo confinamiento de los ámbitos decisorios cruciales para la 4 Buena parte de las informaciones sobre los procesos decisorios relacionados con el Plan se extrajeron del excelente libro de Sardemberg, 1987, y de Solnik, 1987. Este documento ha sido descargado de http://www.educ.ar 8 Lourdes Sola. Choque Heterodoxo y Transición Política Sin Ruptura: un Enfoque Transdisciplinario. DESARROLLO ECONOMICO. Vol. XXVIII Nº 112. 1989. formación de la política económica en relación con las presiones de la política competitiva. En consecuencia, la creciente opacidad de las decisiones tomadas en tales ámbitos fue uno de los rasgos típicos más notables de los policy-makers brasileños durante la transición. En segundo lugar, se mantuvo el alto grado de autonomía decisoria de la tecnocracia, y en particular de los macroeconomistas en el poder, así como la opacidad del proceso presupuestario y financiero, significativos ambos para la gestión de las empresas públicas. En suma, en la formación de las decisiones económicas continuó excluida también la elite política -un grupo integrado por "perdedores" tradicionales, desde 1964. Por diversas circunstancias, la característica más notable de este proceso fue la exacerbación de las pautas de centralismo burocrático, junto con la liberalización del régimen. En ese sentido puede hablarse de una primera disparidad, indicativa de la compleja relación existente entre lo nuevo y lo viejo en la modalidad brasileña de transición. De un lado, el marco político-institucional centralizado y el clima enrarecido en que se desenvuelve la política económica; del otro, la reinstitucionalización del país caracterizada por la gradual ampliación de la esfera de la política competitiva, el cambio en los criterios de legitimación de los actores involucrados, además de las nuevas reglas del juego político-electoral. A este juego se fueron incorporando progresivamente los "perdedores" tradicionales del viejo régimen -las elites políticas y los líderes sindicales (véase Sola, 1987, págs. 7-16)-. De este modo, mientras se mantenían intactos los patrones de acción y de intermediación político-burocráticos en el "área económica", en los últimos años de la crisis del régimen (1981-84) simultáneamente se gestaba un nuevo sistema partidario, por obra de los realineamientos entre actores situados dentro y fuera del sistema de decisiones. Ese proceso, que hoy sigue en curso, está en la raíz de la fluidez característica del sistema partidario resultante de la crisis del régimen autoritario, así como de la continua pérdida de identidad que han sufrido los partidos emergentes, con excepción del nuevo Partido Trabalhista (PT) (véase Lamounier-Meneguello, 1987). En suma; tanto el Movimiento Democrático Brasileño (PMDB), partido mayoritario de la oposición (cuyo programa de gobierno testimoniaba el predominio en él de las fuerzas de centro-izquierda), 5 A lo largo de los últimos veintidós años, hubo no menos de cinco cambios de estrategia económica: 1964, 1967-68, 1974, con anterioridad al período más errático de 1979-81, y después de eso, los de 1981-82 y 1986. Este documento ha sido descargado de http://www.educ.ar 9 Lourdes Sola. Choque Heterodoxo y Transición Política Sin Ruptura: un Enfoque Transdisciplinario. DESARROLLO ECONOMICO. Vol. XXVIII Nº 112. 1989. como el recientemente creado Partido del Frente Liberal (PFL), integrado por opositores de orientación más conservadora, vieron rápidamente engrosadas sus filas por la adhesión de políticos y técnicos que abandonaban el partido oficial. 2.2. Los dilemas del desarrollo con distensión política El gradualismo de la transición brasileña se relaciona con el desempeño del régimen en el frente económico, y con la consecuente credibilidad que logró conservar frente a sus bases sociales. Así, igual que en el período del "milagro económico" (1968-74), la segunda mitad de la década de 1970 se caracterizó por un renovado impulso a la acumulación del capital, gracias a las políticas expansionistas adoptadas como respuesta (poco convencional) frente a la primera crisis del petróleo (1974-78). Dichas políticas diferían de las anteriores por el hecho de que con ellas el Estado imprimía, una vez más, un cambio de rumbo a la estrategia brasileña de desarrollo. Con el nuevo paquete de inversiones se procuraba completar el proceso de sustitución de importaciones en los sectores de bienes de capital, insumos intermedios básicos, petróleo y otras formas de energía (Castro y Pires de Souza, 1985). Dado el largo período de maduración de tales inversiones, uno de sus principales objetivos (reducción de las importaciones estratégicas para la continuidad del desarrollo) sólo se haría sentir en los primeros años de la década de 1980. Esta modalidad poco ortodoxa de ajuste a un panorama internacional adverso, y la consecuente sustentación del acelerado ritmo de crecimiento, permitieron encaminarse hacia el segundo objetivo estratégico del gobierno del general Geisel, esto es, iniciar la liberalización "lenta, gradual y segura". En ese sentido, el proyecto de dar renovado impulso al proceso de crecimiento y de diversificación de la estructura productiva fue instrumental para garantizar la cohesión política indispensable en torno de la "apertura"6. (Pare un 6 El "efecto túnel" explicaría el siguiente hecho paradójico: la mayor tolerancia hacia las desigualdades crecientes, de ingreso y de riqueza, durante la fase expansiva del ciclo económico, precisamente cuando más se agudizan tales desigualdades. En ese caso, la mayor cohesión política en torso de los intereses económicamente hegemónicos se explicaría por el horizonte de movilidad ascendente que recrea el crecimiento acelerado, para los sectores que van quedando a la zaga. Este documento ha sido descargado de http://www.educ.ar 10 Lourdes Sola. Choque Heterodoxo y Transición Política Sin Ruptura: un Enfoque Transdisciplinario. DESARROLLO ECONOMICO. Vol. XXVIII Nº 112. 1989. análisis de la dimensión política del crecimiento acelerado en los países en desarrollo, véase Hirschman, 1979). En contrapartida, el tributo que se pagó por la prioridad asignada a la estrategia de crecimiento con distensión política fue la aceleración inflacionaria y la, escalada de la deuda externa e interna. El recurso sistemático a los mismos mecanismos de financiamiento que habían sustentado el "milagro económico" de 1968-74 (el endeudamiento externo e interno) reveló ser una política mucho más onerosa de lo que habían previsto los policy-makers. Dados los cambios en curso en el panorama económico internacional desde el segundo shock del petróleo, y la modificación en la política norteamericana en materia de intereses, los mecanismos de financiamiento que hasta entonces habían sido funcionales para la acumulación de capital, pasaron a ser factores de desestabilización, y por lo tanto de incertidumbre económica, cobrando la forma de una escalada en la deuda interna y externa. A pesar de ello, debido a los lineamientos de la política económica del período, los sectores empresariales modernos que mantenían relaciones privilegiadas con el Estado pudieron transferir a este último la carga de las deudas contraídas en dólares. Esa política de financiamiento, en especial la decisión de inducir a las empresas públicas a buscar préstamos en el exterior, cumplió una función política muy especial y que hasta ahora ha sido pasada por alto (además de la más obvia, de aliviar las presiones sobre la balanza de pagos). A mi modo de ver, ella permitió prorrogar, y en cierta medida eludir, la implementación de reformas económicas que habrían propiciado otros mecanismos de financiamiento, pero que hubieran sido potencialmente destructivas desde un punto de vista político. O sea, las reformas tributaria y administrativa pueden haber estado en esa época a la orden del día, pero sólo en términos de su viabilidad técnica. Mi hipótesis es que se habrían multiplicado los conflictos en torno del proceso de redistribución de los perjuicios y privilegios inherentes a ambos tipos de reformas. Por eso, aunque deseables desde el punto de vista de su racionalidad macroeconómica, dichas reformas eran políticamente incompatibles con la estrategia de consenso que presidía la liberalización del régimen. En ese sentido se justifica hablar de la funcionalidad política de aquello que "retrospectivamente" aparece como una "sobredosis" de endeudamiento interno y externo. O sea, puede interpretársela como la opción por la vía de menor resistencia, dada la estrategia del gobierno de Geisel de compatibilizar la "marcha forzada" de la Este documento ha sido descargado de http://www.educ.ar 11 Lourdes Sola. Choque Heterodoxo y Transición Política Sin Ruptura: un Enfoque Transdisciplinario. DESARROLLO ECONOMICO. Vol. XXVIII Nº 112. 1989. economía, por un lado, con la liberalización tutelada del régimen, por otro. La reanudación del proceso inflacionario, en cuanto tema emergente en la agenda del gobierno y también en la percepción de los sectores y partidos opositores, puede remontarse al segundo shock del petróleo y al alza de los intereses por los Estados Unidos. Asimismo, se tornó visible (y pasó a ser un tema reiterado en las argumentaciones de los economistas opositores) la relación directa entre la aceleración de las presiones inflacionarias, el choque cambiario (devaluación abrupta), la escalada de la deuda pública interna en virtud de la indexación de los activos financieros y la over-reliance (confianza excesiva) en el endeudamiento externo. En contrapartida, el papel del Estado, ya sea en el ejercicio de sus funciones empresariales o regulatorias, o incluso como iniciador de nuevas estrategias económicas, pasó a ser el objeto central de los debates técnico y político. Como parte de ese cuadro se vuelven comprensibles algunas de las principales modalidades de incertidumbre económica y política con que se vieron confrontados los policy-makers de la Nueva República. El análisis de estas modalidades remite a las restricciones impuestas por el proceso brasileño de transición a la gestión de los conflictos distributivos. Una fuente decisiva de incertidumbre se relaciona con las tareas objetivas que enfrentaron los nuevos gestores de la economía, y sobre las cuales había cierto acuerdo entre los macroeconomistas que integraban el frente opositor, pese a la diversidad de sus orientaciones7. Debían proceder a una doble compatibilización. De un lado, debían conciliar estabilización y crecimiento –objetivo programático de la nueva coalición política, a cuya formulación habían contribuido algunos de los macroeconomistas que ahora estaban en el poder-. De otro lado, debían reinstitucionalizar el país dentro de los moldes restringidos y conciliatorios de la transición sin ruptura con el cuadro político-institucional vigente. Vale la pena que nos detengamos un poco en los dilemas que envolvía la consecución de la primera de estas dos tareas. 7 Me refiero a los economistas que, directa o indirectamente, proponían diagnósticos y terapias distintos de los oficiales. Cabe recordar que en los primeros meses de la Nueva República coexistieron dentro del Ejecutivo dos orientaciones opuestas: una, convencional, representada por Dornelles (ministro de Hacienda), y otra, "alternativa", la de Sayad (ministro de Planeamiento). Esto dio lugar a una primera "pugna por la supremacía" infra-tecnocrática en torso de la cuestión de las reformas. Este documento ha sido descargado de http://www.educ.ar 12 Lourdes Sola. Choque Heterodoxo y Transición Política Sin Ruptura: un Enfoque Transdisciplinario. DESARROLLO ECONOMICO. Vol. XXVIII Nº 112. 1989. Entre los requisitos macroeconómicos para conciliar crecimiento sostenido con estabilización, el más decisivo era el financiamiento no inflacionario de un nuevo ciclo de inversiones públicas y privadas, y el saneamiento financiero y administrativo del sector público. Ahora bien, el cumplimiento de este requisito dependía de una seria de condiciones con los acreedores externos y, en especial, implementación de las reformas administrativas, tributaria y financiera; o sea, exigía un profundo reordenamiento de las instituciones que sirven de marco al sistema económico. No obstante, dichas tareas objetivas presuponían (y continúan presuponiendo) el ejercito de una intensa actividad reformadora por parte de gobierno, como iniciador y árbitro de múltiples procesos de redistribución no sólo de recursos reales, sino también de penalidades y privilegios. Y estos procesos, dada la modalidad brasileña de transición, no sólo envolvían a los sectores políticos situados dentro y fuera del sistema de decisiones (empresarios, tecnoburocracia civil y militar, clase política), sino que apuntaban además a un nuevo patrón de relaciones entre el gobierno central, los estados y los municipios, además a un nuevo patrón de relaciones entre el gobierno central, los estados y los municipios, además de exigir, por cierto, un nuevo equilibrio entre el Poder Ejecutivo y el Poder Legislativo. Ahora bien, por su impacto redistributivo, que afecta tanto a los recursos reales como a los políticos, tales reformas son generadoras de conflicto y tienden a desbaratar el equilibrio de fuerzas vigentes. Por tratarse de reformas del tipo que Hirschman, con razón, caracterizó como “antagonísticas”, están sometidas al constreñimiento representado por el parámetro de la conciliación, predominante en la modalidad brasileña de transición. Dicha restricción, no obstante, solo se convierte en una inviabilidad política en dos situaciones: ante la ausencia de una estrategia económica acordada entre los principales sectores afectados, o sea, de un pacto social; y cuando es insuficiente la capacidad del gobierno como poder público para arbitrar los conflictos y articular la política de apoyo a sus propias directivas. Por razones de diverso orden, como se sabe, tales condiciones estaban presentes desde el comienzo de la Nueva República. En lo que se refiere a la viabilidad de ese tipo de reformas, el año 1985 terminó impartiendo algunas lecciones sobre las principales constraints (restricciones) impuestas por el sistema político en construcción a la actividad reformista del gobierno (para un balance Este documento ha sido descargado de http://www.educ.ar 13 Lourdes Sola. Choque Heterodoxo y Transición Política Sin Ruptura: un Enfoque Transdisciplinario. DESARROLLO ECONOMICO. Vol. XXVIII Nº 112. 1989. global de ese año, vease Sallum Martins y Graeff, 1986). Por un lado, a fines de diciembre el equipo económico que acababa de asumir el poder logró implantar una mínima reforma fiscal que por su tenor redistributivo, aunque modesto, contenía algunos de los ingredientes del ideario reformista del PMDB. Respondía a dos exigencias: la reducción del déficit fiscal al mínimo (precondición técnica como veremos, para la aplicación del choque heterodoxo que se estaba gestando) y una redistribución socialmente más equitativa delas cargas del desarrollo. Esto último por que se reducía el tributo fiscal de los asalariados, se castigaba la especulación financiera y, al mismo tiempo, fueron introducidos (o mantenidos) los incentivos al capital productivo (Sallum et al., págs. 18-19). La forma en que se llevo a cabo la reforma, no obstante, fue sintomática de la compleja relación existente entre lo nuevo y lo viejo, que era (y es) la marca registrada de la Nueva República. Se le daba una nueva fachada al Estado desarrollista, ahora siguiendo la imagen reformista del PMDB, pero al mismo tiempo las técnicas de acción gubernamental empleadas para delinear dicha imagen eran las de siempre. De ese modo, alegando un “régimen de urgencias”, el Congreso fue reducido a cumplir una función meramente homologatoria. Por cierto, existía un fundamento político para esta forma de implementar las decisiones: el grado de articulación alcanzado por las fuerzas conservadoras, también en el Congreso, y su capacidad de obstrucción delas tímidas medidas reformistas. De cualquier manera, el recurso a aquellas técnicas de acción por los gestores de economía denota, ante de cualquier otra cosa, en qué medida fueron preservados, en los procesos decisorios relevantes, los patrones de acción y de intermediación (político-burocrática) heredados del autoritarismo. En esa misma línea de dificultades, la inviabilidad de una reforma administrativa, proclamada como condición indispensable por el presidente Sarney, se contó entre “retrocesos” oficiales más evidentes, junto a la reforma agraria, y su efecto más obvio sería el de reducir el impacto positivo de los innumerables avances en el proceso de reinstitucionalización del país a lo largo de 1985. La compleja relación entre lo nuevo y lo viejo, y en especial la forma que asume en la elaboración de la política económica puede apreciarse mejor desde otro ángulo, crucial para nuestros propósitos analíticos, a saber la inserción de los macroeconomistas responsables Este documento ha sido descargado de http://www.educ.ar 14 Lourdes Sola. Choque Heterodoxo y Transición Política Sin Ruptura: un Enfoque Transdisciplinario. DESARROLLO ECONOMICO. Vol. XXVIII Nº 112. 1989. de la instrumentación del plan Cruzado en el sistema político en formación. Ella puede entendida como sigue. Por un lado, el ascenso al poder de dichos actores políticos fue pautado por los nuevos criterios de legitimación social, política y profesional que ellos mismo habían ayudado a modelar, en cuanto líderes profesionales emergentes de los múltiples movimientos de renovación de aquella categoría profesional, y/o como integrantes de los reductos académicos donde se elaboraban políticas distintas de las convencionales (véase Sola, 1988), por otro lado la integración de los macroeconomistas al sistema de decisiones se desarrollo pari passu con la exacerbación del centralismo burocrático dentro de lo que se dio en llamar convencionalmente en Brasil el “área económica” (o sea, los ámbitos estratégicos donde se toman la decisiones relevantes para gestión de la economía integrados por los organismos subordinados a los ministerios de Planeamiento y Hacienda y al Banco Central). En virtud de las circunstancias inherentes al cambio de poder en Brasil desde la elección de Tancredo Neves hasta enero de 1986, se produjo una sorprendente profundización del proceso de centralización dentro del Poder Ejecutivo y del área económica: atribuciones antes compartidas por otros ministerios del área pasaron entonces a la esfera del Ministerio de Hacienda. En los últimos meses de 1985, la autonomía decisoria de que gozaron los técnicos del "área económica" contribuyó, por cierto, al proceso de homogeneización interna entre dos equipos portadores de tradiciones intelectuales y técnicas diversas (véase Bier, Messemberg y Paulani, 1987, págs. 10-50). La contrapartida de ello fue el mantenimiento de los patrones de acción e intermediación política heredados del pasado, ya observada al implantarse el Plan Cruzado. Respectivamente, tenemos: una casi completa exclusión de la clase política (salvo el presidente y los miembros de su círculo inmediato) y la inclusión sólo a última hora tanto del ministro de Trabajo cuanto de los ministros militares (salvo el consultor general de la república, encargado de dar forma jurídica al drástico cambio en las relaciones contractuales vigentes en la economía) (véase Sardemberg, 1987, y Solnik, 1987, para los procesos decisorios relevantes). Además de la aceleración de la inflación (17,5 % en enero) y las perspectivas de una hiperinflación, varias circunstancias parecen haber sido cruciales en cuanto al lanzamiento del Plan Cruzado. Una de ellas fue la rápida erosión del centro político, en curso desde enero de 1986, y, como consecuencia, el debilitamiento de un gobierno que Este documento ha sido descargado de http://www.educ.ar 15 Lourdes Sola. Choque Heterodoxo y Transición Política Sin Ruptura: un Enfoque Transdisciplinario. DESARROLLO ECONOMICO. Vol. XXVIII Nº 112. 1989. había nacido débil. Desde luego, la alianza política de apoyo a la transición amenazaba con derrumbarse ante la adopción de una postura opositora (aunque moderada) por parte de los líderes más progresistas del PMDB, en respuesta a los retrocesos del presidente, bajo la tutela cada vez mayor de los conservadores articulados en el PFL. Las condiciones de gobernabilidad se restringieron rápidamente también a raíz de la escalada de la oposición izquierdista, tanto de los líderes sindicales más modernos y combativos y del PT, cuanto de Brizzola (gobernador de Río de Janeiro), quien lanzó una ofensiva antigubernamental altamente movilizadora de la hostilidad de los militares. Por cierto, hubo otros factores que pesaron en la decisión (tomada apresuradamente) de lanzar el Plan Cruzado a fines de febrero de 1986. Si se las compara con las circunstancias de lanzamiento del Plan Austral (un caso de éxito comparativo), las condiciones entonces vigentes en Brasil indicaban que la coyuntura era políticamente favorable para la adopción de una "estrategia de alto riesgo". Los salarios reales crecían en consonancia con el movimiento expansivo de la economía, lo cual incrementaba las posibilidades de establecer un pacto social (o por lo menos una tregua en el frente sindical). Análogamente, otro foco de incertidumbre económica aguda, la situación externa, parecía estar bajo control, dado el excepcional desempeño del balance comercial. En suma: tanto los elementos del contexto político inmediato (inestable y móvil) que sirvió de telón de fondo a la creación del Plan Cruzado, cuanto la complejidad de los problemas asociados a las tareas de reforma institucional, necesarias para compatibilizar crecimiento y estabilización, configuraban una situación de extrema inestabilidad e incertidumbre. Por ello, trataremos de enfocar el Plan Cruzado a partir de una perspectiva menos convencional, habida cuenta de su doble dimensión, técnica y política. En otros términos, a mi juicio la nueva terapia antiinflacionaria se vuelve más inteligible como instrumento político crucial para la reducción del alto grado de incertidumbre económica y sociopolítica vigente en Brasil. Este documento ha sido descargado de http://www.educ.ar 16 Lourdes Sola. Choque Heterodoxo y Transición Política Sin Ruptura: un Enfoque Transdisciplinario. DESARROLLO ECONOMICO. Vol. XXVIII Nº 112. 1989. 3. Teoría y práctica del Plan Cruzado La característica distintiva del Plan Cruzado en cuanto experimento de estabilización fue la progresiva pérdida de consistencia macroeconómica de la terapia antiinflacionaria efectiva con relación a la prescripta por sus principales propugnadores (Francisco Lopes, Persio Arida y Lara Resende). Esto pudo observarse desde su lanzamiento mismo, en febrero de 1986, pero en grado creciente a partir de junio, cuando se introdujo un nuevo paquete de medidas con miras "correctivas", el llamado "Cruzadinho". Proceso que, a su vez, culminó en una completa pérdida de identidad del plan inicial, observable en las medidas de noviembre de ese año, el Plan Cruzado II. En las páginas que siguen se tratarán de indicar las diferencias entre la estrategia de estabilización postulada por los autores intelectuales del Plan Cruzado y la efectivamente implementada. Este paso preliminar es indispensable, a mi modo de ver, para explicar el contraste entre las intenciones y los resultados de las políticas que estamos examinando, desde una perspectiva que permita integrar también los factores políticos esenciales que contribuyeron a ese desenlace. De ese modo, se podrá responder a un primer interrogante, objetivo principal del presente trabajo: ¿Hasta qué punto el fracaso del Plan Cruzado se explica en términos de errores técnicamente evitables, sea de diagnóstico, sea de implementación? ¿En qué medida ese enfoque -que ha caracterizado al tipo de crítica técnico-económica, pero que ha sido reconocido como insuficiente por los propios técnicos que fueron protagonistas del drama- padece de un obvio reduccionismo? Por otra parte, cabe asimismo efectuar otra indagación, relativa al recurso explicativo a factores extraeconómicos, que ha predominado hasta ahora entre los especialistas en economía. ¿Hasta qué punto la fórmula, extremadamente vaga, por la cual se imputan a la "política" las causas de los resultados no deseados de la política económica no refuerzan más aún el sesgo autoritario característico de nuestra tradición y cultura políticas, principalmente en ese campo? ¿En qué medida consagra la exclusión de la clase política de los procesos decisorios relevantes?8. Para evitar la 8 Obsérvese que prácticamente no existe una tradición brasileña de gestión democrática de la economía. Durante la democracia populista, tanto el marco político-institucional como el tipo de intermediación político-burocrática garantizaban: a) el confinamiento de los ámbitos decisorios respecto de las Este documento ha sido descargado de http://www.educ.ar 17 Lourdes Sola. Choque Heterodoxo y Transición Política Sin Ruptura: un Enfoque Transdisciplinario. DESARROLLO ECONOMICO. Vol. XXVIII Nº 112. 1989. emboscada subyacente en este tipo de dilemas9, es preciso ir más allá de la discusión sobre los factores políticos intervinientes en la maraña de episodios que nos interesan aquí. Hay que dar cuenta también del proceso de politización de las decisiones "técnicas", en sus diversas modalidades. Sólo así será posible distinguir entre dos tipos de politización: por un lado, la inherente a la gestión democrática de la economía; por el otro, la que redunda en un desprecio (contraproducente) de los gobernantes por los límites que la "necesidad económica" impone a su voluntad y a sus caprichos (pare lo primero, véase Lindbeck, 1976; para lo segundo, Hirschman, 1979). La respuesta a este primer conjunto de interrogantes remite al análisis de los procesos decisorios. Ella facilitará encauzar una tarea posterior: dar cuenta del eventual impacto del Plan Cruzado en la economía (y sociedad). Interesa, en este caso específico, explorar las causes de los múltiples comportamientos inflacionarios a la luz de los supuestos que, en esta materia, subyacen en la teoría en que se fundó el Plan Cruzado, así como a la luz de los cálculos y de las expectativas de los técnicos. 3.1. La teoría inercial de la inflación y el contexto brasileño Como se sabe, la teoría inercial de la inflación deriva de la observación de los casos agudos y crónicos de este tipo de procesos. El énfasis explicativo recae en los mecanismos de propagación, los cuales una vez instaurados adquieren autonomía independientemente de las causas profundas que detonaron la alta aceleración de los presiones de la política competitiva; b) la autonomía decisoria de los técnicos en la propuesta y formulación de la política económica. Contrariamente a ello, una característica anómala del sistema político entonces vigente consistía en que las presiones originadas en el sistema político-partidario (y en los sindicatos) emergían en la escena política con un fuerte poder de veto, precisamente de la estabilización. 9 No obstante, el dilema es real, y se halla constantemente en juego en las democracias modernas. La gestión de la economía (y de la inflación) no sólo depende de la adecuación de las medidas prescriptas al sistema económico, sino además del timing y de la intensidad con que lean aplicadas. En ciertas circunstancias, esto puede entrar en contradicción con la normatividad esperada de un proceso decisorio efectivamente democrático, cuyo timing tiende a ser bastante más lento y cuyos resultados se ven comparativamente diluidos por los procesos de negociación. Análogamente, los actores típicos envueltos en ambos procesos son distintos, porque corresponden a diferentes modalidades de intermediación política. Véase Lindbeck, 1976, y, sobre una posible alternativa de solución constitucional en la república de Weimar, véase Kirscheimer, 1963. Este documento ha sido descargado de http://www.educ.ar 18 Lourdes Sola. Choque Heterodoxo y Transición Política Sin Ruptura: un Enfoque Transdisciplinario. DESARROLLO ECONOMICO. Vol. XXVIII Nº 112. 1989. precios (o su mantenimiento en altos niveles). El factor crucial en este tipo de dinámica inflacionaria es el proceso de formación de expectativas, cuya racionalidad básica, en casos de alta inflación o de hiperinflación, se funda en la alta probabilidad de que las tasas de inflación del pasado se reproduzcan (como mínimo) en el futuro. Una estabilización efectiva presupone, pues, en un primer momento, la intervención directa y abrupta de las autoridades gubernamentales sobre los mecanismos de propagación, con vistas a promover una reversión de las expectativas (según la versión de Arida y de Lara Resende) o una eliminación de la memoria inflacionaria (Lopes). En ese sentido, el tratamiento de choque recomendado será tanto más eficaz cuanto más ponderable sea el componente inercial del proceso inflacionario. Obsérvese, sin embargo, que esté tipo de terapia implica una profundización de la acción del Estado en la economía (y sociedad), partiendo de la base de que sea no sólo temporaria sino también consentida. El análisis de los supuestos y postulados subyacentes a las prescripciones recomendadas por los artífices del Plan Cruzado es ilustrativo de una interpretación sociopolítica bastante específica de la inflación. En ella se combinan elementos de la teoría de las selecciones racionales con una concepción sociológica clásica de los conflictos distributivos del tipo de una "pugna por la supremacía" (tug-of-war) (Hirschman, 1981 y 1986; véase Arida y Resende, 1985; Arida, 1984; Lopes, 1986). Dichos supuestos pueden ser enunciados como sigue: -La alteración de la estructura de distribución del ingreso existente -alteración determinada por una modificación cualquiera en un precio estratégico- genera reacciones en cadena entre los grupos afectados, con vistas a la recomposición de la estructura distributiva inicial. La aceleración inflacionaria es detonada, así, a partir de una respuesta en cadena a un primer "choque", y tiende a agotarse tan pronto se instaure el nuevo perfil distributivo por ella inducido. - En consecuencia, la aceleración inflacionaria se da en la medida necesaria a la alteración que se debe producir en la participación de los grupos involucrados en el ingreso nacional: cuanto mayor es la capacidad de resistencia de los sectores perjudicados, mayor es el "trabajo" que debe realizar la inflación10. 10 Agradezco a Roberto Messemberg esta sugerencia, que a su vez contiene la idea de que, céteris páribus, cuanto mayor es la capacidad de resistencia organizada frente a un choque inflacionario, y mayor el número de actores institucionales Este documento ha sido descargado de http://www.educ.ar 19 Lourdes Sola. Choque Heterodoxo y Transición Política Sin Ruptura: un Enfoque Transdisciplinario. DESARROLLO ECONOMICO. Vol. XXVIII Nº 112. 1989. - La modificación que detonó el conflicto distributivo deriva de la tentativa exitosa por parte de un grupo de agentes socioeconómicos de modificar su participación en el producto nacional, pero puede ser provocada por cualquier causa "exógena"; por ejemplo, la inducida por un shock agrícola. - La capacidad de autodefensa de los grupos involucrados frente a un choque inflacionario como el descripto es diferencial: depende de las reglas de indexación y, sobre todo, de la rapidez y periodicidad de los reajustes, que determinan la capacidad de recuperación de las posiciones iniciales. - La falta de sincronía perfecta en los ajustes inducidos por un choque inflacionario impone adoptar un horizonte temporal a partir del cual se establezca cuál será el ingreso promedio de los grupos involucrados en el período x. - En las circunstancias brasileñas de indexación generalizada, y ante la ausencia de un choque inflacionario cualquiera (real o previsto), el mejor pronóstico de la inflación futura era, de hecho, el índice de inflación del pasado, o sea que el componente inercial del proceso era apreciable. Hay tres supuestos esenciales para nuestros propósitos analíticos. El primero se refiere a las características de la "pugna por la supremacía": el comportamiento inflacionario de los agentes y grupos era considerado predominantemente reactivo. Un corolario de esto es que la estructura existente de distribución del ingreso era postulada como estable, incluso en la percepción ex ante de los sectores afectados. El objetivo básico de estos últimos sería restablecer la situación original. El segundo supuesto se vincula con el papel decisivo de las expectativas y con la forma de interpretar su racionalidad. O sea, se postula que ésta objetiva la recuperación del ingreso real medio, en un plazo (u horizonte temporal) dado. (En este sentido, hay una diferencia respecto de la concepción de Lopes; véase al respecto Bier, Messemberg y Paulani). En tercer lugar, y como corolario de lo anterior: en la medida en que cualquier choque distributivo desencadena una nueva rueda de conflictos (y se manifiesta en una aceleración de la inflación), el requisito básico de una terapia eficaz es la neutralidad distributiva de las autoridades. Finalmente, el mayor o menor automatismo con que se hacen los involucrados en el proceso conflictivo de tipo "pugna por la supremacía", lento mayor también el trabajo "potencial" realizado por vía de la aceleración inflacionaria antes de llegar a un nuevo "punto muerto". Este documento ha sido descargado de http://www.educ.ar 20 Lourdes Sola. Choque Heterodoxo y Transición Política Sin Ruptura: un Enfoque Transdisciplinario. DESARROLLO ECONOMICO. Vol. XXVIII Nº 112. 1989. ajustes de precios y de utilidades, su periodicidad, así como los criterios de corrección (elementos que componen las reglas vigentes de indexación), determinan la capacidad de defensa de los distintos sectores. En suma, si la práctica de corrección monetaria institucionaliza las expectativas existentes sobre el alza de precios (o si es el mecanismo privilegiado de reproducción de la memoria inflacionaria), la solución para revertirla es una terapia de choque. A través de ésta operarían, simultáneamente, don clases de cambio: la desindexación de los precios y utilidades, combinada con la cotización en una nueva moneda. La receta antiinflacionaria correspondiente -por choque heterodoxo, según la expresión de su primer propugnador, Francisco Lopes- se inspira, como se sabe, en las experiencias de hiperinflación europeas de comienzos de siglo. De modo particular, como bien demostró Llach en el análisis del caso de Weimar, deriva de una interpretación específica, bastante problemática, de las condiciones de éxito de las hiperestabilizaciones correspondientes (Llach, 1985). Las autoridades de los países en cuestión crearon una moneda nueva, con paridad fija en relación con las monedas extranjeras estables; pero, al hacerlo, se limitaron a institucionalizar una práctica social espontánea y generalizada. Así, la preferencia por la moneda extranjera como nuevo patrón monetario a partir del cual se procedían a efectuar los reajustes de precios y utilidades en las sociedades hiperinflacionarias pertinentes marcó el camino para una hiperestabilización consentida, o, dicho en otras palabras, una reforma monetaria mediante la indexación total y sincronizada de la economía. Y ésta se ve facilitada, además, por el hecho de que en las hiperinflaciones tipo Weimar, por ejemplo, la exacerbación del proceso (que en ese caso llegó a una tasa anual de 10.000 %) impone, como prioridad número uno de la población (y no sólo del gobierno), el ataque inmediato a dicho proceso. También en el recetario de los técnicos brasileños, la indexación total de la economía -de todos los contratos ya efectuados y por efectuar-, garantía de sincronización perfecta en los reajustes de precios y de utilidades, efectuada una sola vez y para siempre, preservaría la neutralidad distributiva de la intervención gubernamental. Tratábase así de eliminar el componente inercial de la "pugna por la supremacía" en torso y la memoria inflacionaria a ella asociada. Y el requisito de neutralidad distributiva a lo largo del proceso de recontractualización de la economía -con la Este documento ha sido descargado de http://www.educ.ar 21 Lourdes Sola. Choque Heterodoxo y Transición Política Sin Ruptura: un Enfoque Transdisciplinario. DESARROLLO ECONOMICO. Vol. XXVIII Nº 112. 1989. correspondiente profundización de la acción estatal- debía obedecer a una determinada secuencia temporal. La reforma monetaria, en cuanto instrumento de estabilización efectiva, debía ser rigurosamente disociada de los objetivos e instrumentos de las políticas redistributivas (Arida, 1984; Solnik, 1987). En síntesis, existía una secuencia prevista por los artífices intelectuales del Plan: la acción estabilizadora efectiva tenía que preceder a cualquier política redistributiva. Había asimismo una secuencia en cuanto a los instrumentos a ser utilizados en los diversos momentos de la política económica: monetarios, para poner la casa en orden, y fiscales, para redistribuir. Dadas las tasas de inflación vigentes en Brasil a la sazón, indicativas de que se estaba siguiendo un camino explosivo, pero no comparables a la de los países europeos en que se inspiraron los propugnadores del choque heterodoxo (o incluso a las de la Argentina y de Israel), la nueva terapia representaba, en rigor, una hiperestabilización preventiva11. (Véase Llach, 1985, para el análisis de las condiciones internacionales e institucionales de la hiperinstitucionalización de Weimar, ausentes en el contexto latinoamericano actual). La propuesta, según fue formulada y discutida por el conjunto de técnicos de los dos ministerios del área económica (y presentada al presidente) hasta una semana antes del lanzamiento del Plan Cruzado, se resumía en los siguientes puntos: - Se creaba una nueva moneda, el "cruzado" (en sustitución del "cruzeiro"), como único patrón regulador de los contratos, tanto de los nuevos como de los anteriores a la reforma. - Un sistema bastante complejo de conversión (como el de las escalas de conversión argentinas) permitía tomar en cuenta las diferencias existentes en materia de plazos y de criterios de 11 Una cuestión que debe investigarse en el caso brasileño es la siguiente: ¿hasta qué punto eliminar la inflación era la prioridad número uno de la población (y no sólo de los propugnadores de la política económica), como ciertamente ocurrió en situaciones de hiperinflación? Si había otras prioridades en juego en el contexto brasileño, de ello se derivan dos corolarios: a) la adhesión al programa antiinflacionario propuesto en 1986 obedeció también a otros factores; b) en nuestro caso había un hiato entre la conciencia (anticipada) de los especialistas en cuanto a los riesgos de una hiperinflación, de un lado, y del otro lado la percepción efectiva de los sectores envueltos en el conflicto distributivo, acerca de las implicaciones futuras (que es, precisamente, una de las características de una "pugna por la supremacía"). Este documento ha sido descargado de http://www.educ.ar 22 Lourdes Sola. Choque Heterodoxo y Transición Política Sin Ruptura: un Enfoque Transdisciplinario. DESARROLLO ECONOMICO. Vol. XXVIII Nº 112. 1989. corrección en los contratos anteriores a la reforma, a partir de una estimación oficial de la inflación futura efectuada en la vieja moneda. Se evitaba así una de las dificultades básicas para la recontractualización de la economía brasileña: la diversidad de criterios de corrección monetaria (indicadores) y de plazos. (Los realineamientos de precios y salarios en respuesta a los choques inflacionarios estaban lejos de ser automáticos: estos eran corregidos semestralmente, mientras que los activos financieros lo eran siempre en intervalos diarios). En este sentido, las tablas de conversión, combinadas con la homogeneización de los indicadores oficiales de la inflación (ya iniciada en diciembre de 1985), representaban una novedad adicional en la escena económica: introducían principios más igualitarios de corrección, instrumentales para cumplir con el requisito de neutralidad distributiva y así evitar una nueva sucesión de conflictos. - Dicha cuestión imponía también un realineamiento, previo a la reforma, de los precios "atrasados". El eje de la reforma consistía en la desindexación total de los precios, salarios y activos financieros en la nueva moneda, y en la indexación total de la economía en la vieja moneda. El congelamiento de precios estaba excluido de la propuesta Ariela-Resende, y tampoco contaba con la simpatía de los demás técnicos. (Véase Bier, Messemberg y Paulani, 1987, para el análisis de las diferencias entre los teóricos del choque heterodoxo, Lopes y Arida-Resende; y Sandemberg, 1987, para la gestación de las medidas). En suma, la reversión de las expectativas inflacionarias debía ser simultánea a la preservación del ingreso medio real de los grupos sociales involucrados, cotizado en la nueva moneda. Estaba garantizada, asimismo, la neutralidad de las autoridades en lo tocante al arbitraje de los conflictos en torso. Las metáforas usadas por los técnicos en los medios de comunicación de mesas fueron ilustrativas de las expectativas subyacentes a la propuesta: se habló, por ejemplo, de la fotografía instantánea (de los conflictos y/o posiciones relativas) y de la eliminación de la memoria inflacionaria con la "inflación cero". La condición sociopolítica para la eficacia de la reforma, y condición de legitimación, era un pacto social, garantía de un cese temporario de la disputa distributiva (Sayad, 1987; Belluzzo, 1987; Arida, 1986). Vale la pena consignar algunas de las implicaciones derivadas de los supuestos y cálculos subyacentes a la estrategia antiinflacionaria Este documento ha sido descargado de http://www.educ.ar 23 Lourdes Sola. Choque Heterodoxo y Transición Política Sin Ruptura: un Enfoque Transdisciplinario. DESARROLLO ECONOMICO. Vol. XXVIII Nº 112. 1989. en cuestión. Una primera serie se refiere a las condiciones de su viabilidad técnica, tanto mayor cuanto más ponderable fuera el componente inercial de la inflación. Una segunda serie se relaciona con lo anterior: la racionalidad de los grupos empeñados en el comportamiento inflacionario consistía en reafirmar una determinada estructura de distribución del ingreso. Amén de eso, la eliminación de la inflación se presentaba como la mayor prioridad para los sectores afectados. Se trataba de legitimar un nuevo patrón de relaciones entre Estado y sociedad, en el que aquél desempeñaría una función pasiva en lo tocante a los procesos de redistribución de los recursos reales. Por fin, una condición de eficacia decisiva para la acción estabilizadora adicional según los moldes prescriptos era que se redujesen al mínimo las posibilidades de choques, detonadores de nuevos conflictos distributivos; y, en consecuencia, de que sus causas estuviesen bajo control. Ellas eran, respectivamente, el déficit fiscal (de ahí la reforma preparatoria de diciembre), la estabilidad del tipo de cambio (garantizada por la relativa holgura del sector externo) y el equilibrio entre la oferta y la demanda, para lo cual era fundamental que no sobreviniera ningún tipo de choque de oferta, como un choque agrícola (véase Bier, Messemberg y Paulani). Importa advertir que la estrategia postulada contemplaba el control temporario de los precios y salarios, pero fue excluida la hipótesis de congelamiento recomendada por Lopes, con el argumento de que habría eventuales crisis de abastecimiento, mercado negro, etcétera. La incertidumbre sobre el impacto macroeconómico de la estrategia prescripta era grande, y se reflejó en una primera divergencia entre los economistas. Algunos temían la recesión, como ocurriera en la Argentina, la cual en el caso brasileño sería políticamente insostenible, por la escasa popularidad del gobierno de Sarney y por la estructura extremadamente concentrada de distribución funcional y regional del ingreso. La hipótesis de Arida y Resende, por el contrario, era el alto riesgo de una sobreintensificación de la demanda. Ambos se basaban no sólo en el aumento de la tasa de empleo, sino también en otros dos factores cuyo impacto redistributivo aún debía ser cotejado: ellos eran, respectivamente, el aumento del salario real medio en un 14 % en 1985 y la reducción de los impuestos fiscales recaudados en la fuente para los asalariados de las clases medias, medida introducida con el paquete fiscal de diciembre. Tal vez se deba a este tipo de incertidumbre, relativa al eventual impacto adverso de las medidas Este documento ha sido descargado de http://www.educ.ar 24 Lourdes Sola. Choque Heterodoxo y Transición Política Sin Ruptura: un Enfoque Transdisciplinario. DESARROLLO ECONOMICO. Vol. XXVIII Nº 112. 1989. propuestas sobre el crecimiento, el tenor bastante más heterodoxo del Plan Cruzado en comparación con su predecesor argentino. A la luz de lo dicho anteriormente, es posible explorar las condiciones de éxito de este tipo de estrategia antiinflacionaria. Esta dependía de la adecuación a la realidad brasileña de trece supuestos referidos al comportamiento económico, todos ellos indicativos del tipo de racionalidad esperada por los economistas, ora del funcionamiento de la economía de mercado (que iba a ser estimulada), ora de los agentes decisivos para la formación de los precios estratégicos. El primero de estos supuestos se refiere a los controles de precios. La actividad reguladora del gobierno debía ejercerse sólo sobre los productos finales, dejando librado al "juego del mercado" la fijación de los precios intermedios (Sardemberg, 1987, págs. 230-33). La misma expectativa presidía el segundo supuesto: las eventuales presiones en favor de aumentos salariales (factor crucial por el lado de los costos) serían contenidas por los propios empresarios en negociación con los trabajadores, tan pronto tropezasen con el límite impuesto por el índice de aumento de la productividad. En tercer lugar, la desindexación de los activos financieros, en condiciones de estabilización de precios, llevaría a los inversores a hacer sus cálculos en términos reales. Deshecha así la "ilusión monetaria", el único criterio (e incentivo) para el ahorro sería la rentabilidad real de los activos financieros. En suma, a juzgar por los cálculos subyacentes en era estrategia, se trataba de promover un tipo muy especial de intervención del Estado en la economía (y sociedad), bastante paradójico: una hiperestabilización preventiva por vía de una reforma monetaria. La profundización de la acción del Estado, condición para proceder a la recontractualización de la economía, debía perseguir como objetivo, precisamente, ampliar la esfera del mercado en relación con la esfera negociada y/o administrada de la economía. Además, debería ser funcional para reducir el ámbito de arbitraje del gobierno sobre una porción sustantiva de los conflictos distributivos. Puede concluirse, en síntesis, que una de las consecuencias fundamentales era la relación entre el Estado y la sociedad que iba a ser instaurada en Brasil a través de la reforma monetaria: la prescindencia (aunque temporaria) del primero en relación con los intereses particularistas. Tratábase, pues, de un cambio sustantivo en términos de la tradición brasileña de policy-making, Este documento ha sido descargado de http://www.educ.ar 25 Lourdes Sola. Choque Heterodoxo y Transición Política Sin Ruptura: un Enfoque Transdisciplinario. DESARROLLO ECONOMICO. Vol. XXVIII Nº 112. 1989. que implicaba el supuesto (problemático) de la existencia de un gobierno fuerte en cuanto poder público. Es fácil imaginar, por otro lado, la atracción de un experimento basado en los principios antedichos para un gobierno de transición, en general, y para el brasileño en particular. Se eliminaba, de súbito, un proceso hasta entonces indisociable de los programas de austeridad: la redistribución de las penalidades y privilegios, tareas generadoras de antagonismos y predestinada a volver vulnerables las cambiantes e inestables alianzas en que se apoyaba la reinstitucionalización del país. Además, la exigencia de eliminar el déficit fiscal -condición sine que non de eficacia del Planrepresentaba una doble ventaja, económica y política. Por una parte, la estabilidad monetaria, en caso de ser alcanzada, creaba mejores condiciones financieras para la gestión del déficit público. Por la otra, aún como simple propuesta ya contribuiría a la difícil tarea gubernamental de decir que no a las múltiples reivindicaciones de los sectores relevantes para la sustentación del frente democrático. Y, en especial, el compromiso gubernamental se erigía en un programa para lidiar con las múltiples presiones por un aumento del gusto, originadas en diversas jurisdicciones del propio sector público12. (Sobre la funcionalidad del Plan Austral en cuanto instrumento para compatibilizar las demandas sociales, de un lado, y el compromiso con la estabilidad monetaria, del otro, véase Torre, 1987.) En verdad, debe reconocerse que incluso en el nivel de los ámbitos decisorios ultralimitados en que se gestó el Plan, la exigencia previa de eliminar el déficit ya había rendido sus frutos. Por ejemplo, fue instrumental para persuadir al presidente y a su círculo inmediato de que debía implementarse la reforma fiscal de diciembre de 1985. Desde ese punto de vista, también, el Plan Cruzado parece haber contribuido a reducir el cúmulo de decisiones existente en la agenda gubernamental, sin perjudicar la popularidad del presidente. Había más rezones aún, por consiguiente, para considerarlo un instrumento político decisivo en la reducción del alto grado de incertidumbre vigente en el escenario brasileño. 12 Este aspecto fue desarrollado por Hirschman, 1981, en conexión con las presiones específicas sobre el déficit público engendradas por proyectos de desarrollo regional y/o de crecimiento acelerado. Creo que el "efecto multiplicador inflacionario" generado en el interior del sector público es una noción que puede fácilmente ampliarse para dar cuenta también de las demandas detonadas por la perspectiva de democratización y que son canalizadas especialmente a través de ese sector. Este documento ha sido descargado de http://www.educ.ar 26 Lourdes Sola. Choque Heterodoxo y Transición Política Sin Ruptura: un Enfoque Transdisciplinario. DESARROLLO ECONOMICO. Vol. XXVIII Nº 112. 1989. 3.2. Primeras reacciones frente a la reforma económica Las medidas, divulgadas el 26 de febrero, sobrepasaron con creces el ámbito de una reforma monetaria del tipo descripto. Algunas de ellas fueron coherentes con la estrategia original; entre estas últimas pueden mencionarse: la cotización de los precios en la nueva moneda, el "cruzado", simultáneamente con la desindexación de los activos financieros, los salarios y la fijación del tipo de cambio; la recontractualización global de la economía de acuerdo con un sistema de equivalencias entre la vieja y la nueva moneda. Por otro lado, se introducían medidas francamente redistributivas, que juntamente con otras como el congelamiento de precios y salarios, representaban un desvío sustancial respecto de la estrategia primitiva y de la tradición brasileña de policy-making. Destacábanse entre éstas: las bonificaciones salariales, que garantizaban un aumento real del 8 % a todos los asalariados, y del 15 % para los que ganaban el salario mínimo (42 % de la población); la introducción de una escala móvil automática para la corrección de los salarios, que sería "detonada" cuando la inflación alcanzase el 20 % (de ahí la expresión "gatillo salarial"); y la introducción del seguro de desempleo. Es importante puntualizar que, contrariamente a la convicción generalizada entre los técnicos, fue postergado para después de la introducción de la reforma el reajuste previo de algunos de los precios estratégicos que se encontraban desfasados. O sea, no hubo una conversión de los precios de acuerdo con el promedio en los siguientes casos: leche, combustible, carnes y tarifas públicas (estas últimas ya severamente reducidas en 1985). Se crearon así nuevos focos de presiones inflacionarias y de conflictos- entre los productores de estos bienes y el gobierno. Amén de eso, permanecían abiertas algunas puertas por las cuales se canalizaban las presiones, ahora renovadas, sobre el Tesoro por parte de las empresas públicas, cuyos precios continuaban constreñidos. La característica más marcada y paradójica del Plan Cruzado, en su primera versión, fue el contraste entre lo viejo y lo nuevo, entre la continuidad y el cambio. O sea, entre medidas distributivas socialmente progresistas, por un lado, y por el otro el carácter ultraconservador de los procesos decisorios, de las técnicas de acción gubernamental y de la forma de presentación de las medidas. Vale la pena hacer un breve comentario al respecto. (Para una crítica Este documento ha sido descargado de http://www.educ.ar 27 Lourdes Sola. Choque Heterodoxo y Transición Política Sin Ruptura: un Enfoque Transdisciplinario. DESARROLLO ECONOMICO. Vol. XXVIII Nº 112. 1989. contundente de ambos aspectos, véase Singer, 1987, y Oliveira, 1986). En su conjunto, las medidas instrumentadas revelaron la nueva faceta reformista del gobierno, sorprendente a inesperada por varias rezones. Desde luego, es innegable que representaban un cambio drástico en las directivas de política económica dentro del marco del delicado equilibrio político de la transición sin ruptura (y "sin traumas"). Fueron adoptadas por un presidente que, tanto por su pasado como por su círculo de allegados, estaba del lado de los "ganadores" tradicionales. Y, sobre todo, porque algunas de las medidas apuntaban en una dirección inédita en la historia brasileña incluida la época de la democracia populista de 1945-64 (Sola, 1982). Así, iniciativas tales como la introducción del seguro de desempleo, la adopción de la escala móvil y automática en la corrección de los salarios y el congelamiento de precios representaron una severa ruptura con la- tradición de policy-making en el frente sindical (el congelamiento era también una reivindicación de este sector). Dichas medidas venían a reforzar el sesgo redistributivo, junto a otras como el aumento de los salarios reales previo a la reforma y la discriminación en favor del salario mínimo, así como el nuevo rumbo impreso a la reforma fiscal dos meses antes y aún la legalización de las centrales sindicales (por primera vez en la historia brasileña). En su conjunto, constituían una subversión de los parámetros históricos que hasta entonces habían pautado la, política económica brasileña. Así pues, a juzgar por los procesos redistributivos en curso antes y después del choque heterodoxo, el período en cuestión se caracterizó por una intensa actividad reformista del gobierno, que trascendía los límites declarados de una reforma monetaria, y, en especial, marcaba un nuevo rumbo en el proceso de distribución de penalidades y privilegios, indisociable de cualquier acción estabilizadora efectiva. El nuevo perfil del Estado adquirió contornos más nítidos aún ya en marzo, con la nueva política en materia de intereses: -las tasas fueron reducidas sustancialmente, con vistas a estimular las inversiones productivas y en detrimento de la especulación financiera. Esa medida, combinada con la desindexación total de la economía y la estabilidad monetaria de los primeros meses, era un castigo severo y deliberado al sistema de intermediación financiera -sobre todo a los Este documento ha sido descargado de http://www.educ.ar 28 Lourdes Sola. Choque Heterodoxo y Transición Política Sin Ruptura: un Enfoque Transdisciplinario. DESARROLLO ECONOMICO. Vol. XXVIII Nº 112. 1989. bancos, principales beneficiarios de la alta inflación, cuyas utilidades oscilaban entre el 500 % y el 800 %13. El problema principal con que se enfrenta el observador de la escena brasileña en este período es explicar la obvia incongruencia macroeconómica del Plan Cruzado, en los términos definidos por sus responsables. ¿Cómo dar cuenta de la introducción a última hora de medidas tales como el congelamiento y la, escala móvil de salarios, que de hecho implicaban mantener un cierto tipo de indexación? Al mismo tiempo, ¿cómo dar cuenta de la exclusión (técnicamente inexplicable) de otras medidas, por ejemplo la corrección de los precios desfasados? La explicación que goza de mayor crédito en la bibliografía pertinente la de la evidente politización de las decisiones técnicasplantea más problemas de los que resuelve, pues las características del marco brasileño son muy diversas de las que ha registrado la bibliografía sobre "la estabilización en sociedades abiertas". En estas sociedades, el actor responsable del proceso de politización de las decisiones económicas es el político profesional, enraizado en el sistema partidario y portador típico de un tipo de racionalidad distinta de (y a veces indiferente a) la racionalidad macroeconómica (al respecto, véase en particular Lindbeck, 1976). En nuestro caso, al contrario, el confinamiento de los ámbitos decisorios en relación con las presiones de la política competitiva, y la consecuente autonomía de los técnicos, acabó asumiendo su forma más extrema precisamente en la Nueva República. A juzgar por las evidencias hasta ahora disponibles, los ámbitos decisorios en que se gestó el Plan Cruzado quedaron a resguardo no sólo de las presiones originadas en el sistema político partidario (y, por lo tanto, en los políticos profesionales); por lo que se sabe, el proceso de formación de las políticas relevantes fue aún más excluyente: hasta una semana antes de la reforma permaneció circunscripto a un grupo reducido, compuesto en su mayoría por técnicos de los ministerios del área económica, además del presidente de la República y del consultor general (encargado de dar forma jurídica a las medidas pautadas). Tratábase, en síntesis, de un proceso decisorio que también excluía a 13 La pérdida sustancial que sufrieron los bancos se vincula con la reducción de su patrimonio, determinada por la desindexación de los títulos oficiales que integraban su portfolio (cartera de valores). Este castigo efectivo fue luego atenuado por otras dos medidas: la recompra de una parte de esos títulos por el gobierno, y la rápida reorganización del sistema bancario con vistas a reducir sus costos. Este documento ha sido descargado de http://www.educ.ar 29 Lourdes Sola. Choque Heterodoxo y Transición Política Sin Ruptura: un Enfoque Transdisciplinario. DESARROLLO ECONOMICO. Vol. XXVIII Nº 112. 1989. los pares de los demás ministerios, por obra del extremo centralismo burocrático vigente en el interior del propio Ejecutivo14. En esas circunstancias, la explicación de ese primer conjunto de contrastes entre las intenciones y los resultados del Plan Cruzado debe buscarse en el proceso de formación de las políticas relevantes, o sea, en la lógica y la dinámica política de los ámbitos decisorios. Sintéticamente, el origen de la politización de las decisiones técnicas no puede buscarse en su locus classicus, los partidos, ni en sus portadores típicos, los políticos y dirigentes sindicales. Tampoco la explicación de ese proceso se agota en la cuestión de la mayor o menor idoneidad técnica, criterio privilegiado por la critica técnico-económica. Por lo menos en esa etapa (a juzgar por los datos disponibles), hay que descartar asimismo otra hipótesis: la de un conflicto intra-tecnocrático. En un primer momento parecen haber prevalecido acomodamientos y transacciones dictados por la incertidumbre sobre el probable impacto recesivo o expansivo de la nueva terapia, por el afán de cambio de los técnicos y por el optimismo reinante entre estos últimos en cuanto a la autonomía efectiva de que gozaban15. El proceso de progresiva disolución de la consistencia macroeconómica del Plan Cruzado sólo tomó cuerpo, coma era de prever, con la inclusión de los pocos políticos consultados, todos ellos en el ámbito del Poder Ejecutivo y a última hora. Fueron ellos, respectivamente, el ministro de Trabajo (Pazzianoto), el presidente del PMDB (Ulises Guimarães), economistas próximos a este partido (Conceiçáo Tavares) o ligados a las centrales sindicales (Barelli). Con excepción del presidente del PMBD, que mantuvo la reserva, todos los parlamentarios (incluidos el líder del gobierno en el Congreso, senador Fernando Henrique Cardoso ) Euston informados cuando el decreto-ley presidencial llegaba ya a los medios de comunicación. A mi juicio, la dinámica política interna de los procesos decisorios puede dividirse en dos etapas. En un primer estadio, a cada medida potencialmente recesiva (y antipopular), y por presión de un subgrupo de técnicos, se le adjuntaba otra medida compensatoria con 14 A mi modo de ver, esto explica, no los patrones comparativamente informales de tome de decisiones a lo largo de 1986, sino sobre todo la dificultad dé instituir patrones de accountability por parte de los técnicos y políticos en cuestión. 15 La mayoría de las informaciones relevantes con respecto a esto Euston obtenidas de Sardemberg, 1987, y Solnik, 1987, así como en las entrevistas realizadas por la autora (Belluzzo, Arida) y conferencias públicas de los gestores del Plan Cruzado (Sayad, Arida). Este documento ha sido descargado de http://www.educ.ar 30 Lourdes Sola. Choque Heterodoxo y Transición Política Sin Ruptura: un Enfoque Transdisciplinario. DESARROLLO ECONOMICO. Vol. XXVIII Nº 112. 1989. vistas a atenuar o neutralizar sus eventuales resultados socialmente regresivos o recesivos; éstas eran "las salvaguardias". En un segundo estadio, por una alquimia que aún debe ser explicada, en la decisión final se mantenían exclusivamente las salvaguardias -de corte redistributivo o expansionista-. El aspecto paradójico de esta dinámica es precisamente su grado de politización y su halo populista, en las circunstancias ya descriptas de la extrema autonomía decisoria garantizada a los técnicos. La situación era tal que las restricciones políticas al mantenimiento de la neutralidad distributiva fueron, por así decir, "internalizadas" por los propios técnicos, espontáneamente o a 'través de un proceso de persuasión (poco arduo) por parte del ministro de Trabajo y, muy secundariamente en esa etapa, por la acción del presidente. Las decisiones adoptadas en el frente salarial fueron ilustrativas de este tipo de procesos. La propuesta de aumentar los salarios en términos reales antes de congelarlos fue introducida como una "respuesta-salvaguardia". Su objetivo era contrabalancear el impacto negativo sobre el ingreso de los trabajadores de la corrección planeada de los precios desfasados -cuyo alineamiento era parte integrante de la reforma-. Al fin, se retuvo la bonificación salarial, cuyo monto fue negociado primero entre los técnicos y finalmente con el ministro de Trabajo, pero no hubo el reajuste de tarifas y precios programados. Ya en el caso del congelamiento de los precios que, como vimos, tampoco había sido programado, la decisión final tuvo que ver con el reconocimiento de la enorme dificultad institucional para montar a tiempo un sistema de control de precios. Tanto el seguro de desempleo (propuesta del ministro de Trabajo) como el "gatillo salarial" que sería accionado cada vez que la inflación alcanzase el 20 % (propuesta de la economista Tavares) pueden atribuirse a un cálculo político: el de facilitar la legitimación del Plan, en cuanto estrategia económica acordada, por los dirigentes sindicales y la izquierda en general. Como vimos, éste era (y es) el requisito para compatibilizar la estabilización con un modelo políticamente viable de democracia. La incongruencia técnica de eras medidas que, de hecho, redundaban en una redistribución de los recursos reales y políticos en favor de los perdedores tradicionales, han sido objeto de controversias. Las críticas varían desde las estrictamente técnicas, basadas en la obvia pérdida de consistencia de la terapia inercialista (Arida, 1986; Solnik, 1987), hasta las que impugnan el alcance Este documento ha sido descargado de http://www.educ.ar 31 Lourdes Sola. Choque Heterodoxo y Transición Política Sin Ruptura: un Enfoque Transdisciplinario. DESARROLLO ECONOMICO. Vol. XXVIII Nº 112. 1989. redistributivo de las medidas relevantes (Singer, 1987). Sin embargo, para dar cuenta de esa redistribución "prematura", de la que habrían sido responsables los economistas orgánicamente ligados al PMDB y articulados al Ministerio de Hacienda, el instrumental analítico de la economía es a todas luces insuficiente, porque se restringe a una visión sistemática de la economía únicamente -ignorando el sistema político y el lugar que ocupan en éste los actores relevantes-, como constitutivo (y restrictivo) de las prácticas y procesos decisorios significativos. En ese sentido, y en la medida en que estamos hablando de la política económica, cabe suponer que los responsables del Plan Cruzado estaban supeditados a lógicas y dinámicas diversas, en consonancia con su forma de inserción (y de legitimación) dentro del sistema político como un todo -principalmente el sistema partidario-. En otros términos, mi explicación (alternativa) sobre el comportamiento en apariencia irracional (presuntamente incompetente) de los macroeconomistas en cuestión, para esa etapa específica del Plan Cruzado, tiene que ver con un tipo de racionalidad política (contradictoria con la macroeconómica, en este caso) y que es también distinta de aquella más inmediatista regida por el cálculo electoral. Es cierto que prevaleció un tipo de cálculo político, pero de más largo plazo: el determinado por el compromiso con la imagen y tradición de un partido (véase Whitehead, 1977, y Sofa, 1982), o por lo que daré en llamar aquí, a falta de un nombre mejor, el "efecto de cambio", que incluía la adopción de principios de justicia redistributiva por el sector que a la sazón parecía ideológicamente hegemónico en el PMDB16. El mismo tipo de dificultad y de compromiso político explica, creo, -la política en materia de tasa de interés que se adoptó luego del lanzamiento del Plan Cruzado. El proceso de politización de las decisiones técnicas obliga a hacer algunas reflexiones. El hecho que debe explicarse es, precisamente, el que parece haber constituido la anomalía de la experiencia brasileña, si se la analiza desde el punto de vista de la bibliografía pertinente sobre las vicisitudes del proceso de estabilización. Lo que ocurrió entre nosotros fue la incorporación, por parte de los técnicos en el poder, de un cierto tipo de cálculo, cuyos vehiculizadores típicos en un marco democrático son los políticos profesionales (véase 16 Lo que aquí deseo subrayar es que el hecho de que las decisiones macroeconómicas, y sus portavoces, estén sujetas a otro tipo de "determinismo", eminentemente político, ha escapado a la critica técnico-económica. Mientras que Este documento ha sido descargado de http://www.educ.ar 32 Lourdes Sola. Choque Heterodoxo y Transición Política Sin Ruptura: un Enfoque Transdisciplinario. DESARROLLO ECONOMICO. Vol. XXVIII Nº 112. 1989. Lindbeck, 1976; Sola, 1982). Así, los propios ámbitos estratégicos del Ejecutivo operaron como foro de negociaciones, y no el Congreso o cualquier otra instancia más representativa de los intereses en juego. La internacionalización de ese tipo de cálculo por los propios técnicos, así como el patrón de relaciones que establecieron con los políticos a lo largo del proceso, es un tema analíticamente interesante para el observador de la escena brasileña. Como ya he tratado de sugerir, ésta puede ser mejor entendida a la luz del contexto político e institucional en que se desenvolvió la creación del Plan Cruzado. Y en particular, tomando en cuenta la peculiar inserción de los macroeconomistas (y de los políticos profesionales) en el sistema de decisiones relevante respecto de la política económica. A partir de allí se torna inteligible la compleja relación, ya observada, entre continuidad y cambio17. Por cierto, la amenaza de un estallido inflacionario, signado por el índice de inflación de enero de 1986 (17,6 %), así como la inevitable revisión en los plazos de reajustes salariales (de seis a tres meses), exigida por las centrales sindicales, volvían más vulnerable la transición sin rupturas. No obstante, dadas las "facilidades" que ofrecía la extrema centralización burocrática y la autonomía decisoria en el área económica, es de suponer que se añadieron otros ingredientes a esto que se presenta como la politización de las decisiones técnicas por los propios economistas que acababan de llegar al poder. El primero de estos elementos se vincula con el potencial disruptivo de algunos elementos del contexto político inmediato, extremadamente polarizado en enero de 1986. Son ellos: la ofensiva opositora de izquierda, vale decir, de las centrales sindicales, del Partido de los Trabajadores y, sobre todo, del gobernador de Río de Janeiro, Brizzola, caudillo movilizador de la hostilidad de los militares; la postura cada vez más opositora de los dirigentes más progresistas del PMDB, alimentada por la lentitud de los cambios y el terror de que las elecciones de noviembre para el Congreso Constituyente reprodujesen en escala ampliada los reveses del año anterior; y por último, la ofensiva, por el lado de la derecha, del partido minoritario para esta última el político es considerado como "residual" (y frecuentemente como obstructivo), aquí se da primacía a una visión sistémica de la política. 17 Dada la importancia del Estado como "locus" privilegiado de generación de la política económica y la autonomía decisoria de los técnicos, también en la democracia populista se observaban prácticas similares: los técnicos políticamente progresistas se erigían en portavoces del pueblo. Este documento ha sido descargado de http://www.educ.ar 33 Lourdes Sola. Choque Heterodoxo y Transición Política Sin Ruptura: un Enfoque Transdisciplinario. DESARROLLO ECONOMICO. Vol. XXVIII Nº 112. 1989. en la coalición gubernamental (el PFL). En tal sentido, el recurso a una hiperestabilización preventiva en momentos en que la economía continuaba creciendo y los salarios reales ya estaban en alza, era políticamente instrumental para contrarrestar el proceso de erosión del centro y consolidar a los sectores de centro-izquierda en el poder. Asimismo, la inclusión (intencional o no) de medidas redistributivas, junto con la estabilidad monetaria, demostró ser funcional para "desgastar" la ofensiva de Brizzola y ampliar la adhesión de las centrales sindicales y del PT, y quizás reconstruir las bases políticas del gobierno también dentro del PMDB. Ante todo, esto daba cuerpo a la imagen de tradición "de cambio" creada por el PMDB, en cuanto partido-líder de la oposición. Podemos sintetizar ahora las razones por las cuales el Plan Cruzado merece ser considerado un instrumento para la reducción del grado ("anormal") de incertidumbre política y económica que caracterizaba la escena brasileña. En su carácter de interlocutores de la oposición y de propugnadores de modelos económicos distintos de los oficiales, los macroeconomistas que ahora estaban en el poder se hallaban, también ellos, bajo el impacto de un doble efecto desencadenado por el proceso de transición democrática: el efecto de cambio y el efecto de reparación (de la deuda social). La expectativa de introducir cambios redistributivos profundos en forma acelerada y de arriba hacia abajo, asociados a la reforma monetaria, tenía por base real el poder efectivo que propiciaba el marco político institucional, ultracentralizado, de la política económica, así como la autonomía decisoria de que seguían gozando los técnicos frente a los demás sectores políticos (autonomía que, unos meses después, demostraría ser en parte ilusoria). La contrapartida de ese proceso, que excluía a la clase política, es la dificultad que ésta demostró (con obvias excepciones) para asimilar los patrones modernos de racionalidad macroeconómica y de accountability (transparencia en la gestión). Igualmente, la aceptación por parte de los progenitores intelectuales del Plan Cruzado de la pérdida de consistencia macroeconómica de sus propuestas puede explicarse, tal vez, en términos de ese mismo contexto. Lo cual justificaba, además, otro tipo de cálculo económico y político: se sobreestimó la viabilidad política de introducir correcciones o ajustes en las medidas iniciales -en el timing y en la intensidad dictados por la "racionalidad macroeconómica"-. Un ejemplo de esto fue la expectativa de poder Este documento ha sido descargado de http://www.educ.ar 34 Lourdes Sola. Choque Heterodoxo y Transición Política Sin Ruptura: un Enfoque Transdisciplinario. DESARROLLO ECONOMICO. Vol. XXVIII Nº 112. 1989. controlar el proceso de descongelamiento de precios en menos de tres meses y en forma ordenada. Por último, en el cálculo de los policy makers, y dadas las condiciones adversas del panorama internacional, también estaban fijados los límites de la reforma monetaria, pues dependía de un acuerdo formal con los acreedores, crucial asimismo para el control del déficit fiscal. La expectativa de que el éxito del Plan viniese a facilitar las negociaciones parece haber sido compartida por todos los técnicos, quienes también suponían que abriría el camino para las reformas institucionales indispensables con el fin de formular una estrategia de largo plazo. En conclusión, las medidas de hecho instrumentadas llevan a afirmar que existió una mix (mezcla) inicial (pero no planeada) de dos tipos de "racionalidad": una racionalidad macroeconómica (tal como fue interpretada por los responsables intelectuales del Plan) y la dictada por la lógica del sistema político en formación (cuyos gestores, en este caso, eran en gran parte los mismos actores políticos). El predominio del tipo de intermediación político-burocrática heredada del pasado fue un factor de peso para la percepción generalizada de que "nada cambió", y muy pronto la promesa de una modificación en las reglas del juego económico (indisociable del Plan Cruzado ) sufrió la erosión de un nuevo estallido inflacionario. 4. El rebrote inflacionario 4.1. Vicisitudes del Plan Cruzado en sus primeros meses Las reacciones de la población son bien conocidas, así como la sorpresa que generaron entre los miembros del gobierno. La entusiasta respuesta a la apelación del presidente para que cada ciudadano actuase como "fiscal del gobierno" en el control de los precios y de los infractores fue sintomática. En parte es comparable a las reacciones que suscitó en la Argentina el Plan Austral. Como sugiere Hirschman, se explican en términos de las "enormes reservas de confianza y de buena voluntad que (los nuevos gobierno civiles) tuvieron en su favor, como resultado de las libertades públicas y los derechos humanos que habían restaurado o establecido" (1986, pág. 46). No obstante, la agresión "plebiscitaria" al Plan Cruzado contiene otros ingredientes, hasta ahora soslayados. Ella evoca el clima civil Este documento ha sido descargado de http://www.educ.ar 35 Lourdes Sola. Choque Heterodoxo y Transición Política Sin Ruptura: un Enfoque Transdisciplinario. DESARROLLO ECONOMICO. Vol. XXVIII Nº 112. 1989. de la campaña por las elecciones directas de 1984, y también el de las manifestaciones masivas en todo el país en oportunidad del entierro de Tancredo Neves -clima que ya fue descripto con propiedad, desde un punto de vista antropológico y psicosociológico, como "fiesta en la política" (Meyer y Montes, 1986)-. Con esta diferencia crucial: esta vez parecía romperse la cadena de frustraciones y de experiencias de anticlímax que había caracterizado la transición brasileña desde 1982. Con el Plan Cruzado, parecía inequívoca en la percepción de la población la nueva faz de "cambio" del gobierno, y sobre todo su función de aval de nuevos criterios de legitimidad social y política, ya bastante arraigados en la sociedad que emergió del autoritarismo. (A propósito de los cambios en las formal organizacionales de representación de la sociedad y de la política desde la década de 1970, véase Cardoso, 1986, pág. 87; Santos, 1985.) Indagar el alcance de este proceso escapa a los objetivos del presente trabajo. Importa retener apenas uno de sus aspectos relevantes para entender las vicisitudes posteriores del Plan Cruzado en cuanto terapia antiinflacionaria. A juzgar por los datos disponibles de las encuestas de la opinión pública, por ejemplo, el Plan adquirió un significado sociopolítico más complejo y profundo aún que el de una "guerra contra la inflación" (Hirschman, 1986, pág. 46). Mi hipótesis es que gracias a las circunstancias especiales en que se desarrolló el experimento antiinflacionario en Brasil, la adopción voluntaria por gran parte de la población de las disciplinas sociales recomendadas se explican por tres funciones simultáneas, todas ellas "reformadoras" del statu quo. En primer lugar, la función políticamente cohesiva generada por el contenido de las medidas, por su forma de presentación y por el hecho de reanudarse el crecimiento acelerado, vale decir, por la concreción de la "trilogía de cambio" asociada a la transición: crecimiento, estabilización y pago de la deuda social. En segundo lugar, el Plan tuvo connotaciones de una redención moral, después de varios años de autoritarismo y de un crecimiento acelerado a costo de la exacerbación de una estructura de distribución del ingreso en extremo concentrada. Por último, y en conexión con lo anterior, una profundización de la acción del Estado en la economía (y sociedad) -constante histórico-estructural y, por tanto, nada sorprendente-, que implicaba un súbito cambio de rumbo en favor de los perdedores tradicionales y recientes. Este documento ha sido descargado de http://www.educ.ar 36 Lourdes Sola. Choque Heterodoxo y Transición Política Sin Ruptura: un Enfoque Transdisciplinario. DESARROLLO ECONOMICO. Vol. XXVIII Nº 112. 1989. Y como consecuencia de este tipo de impacto, y por cierto de la estabilización monetaria alcanzada en los primeros meses, se vuelven comprensibles en parte las contribuciones políticas para la efectivización de la estrategia prescripta. Dicho de otro modo: la pérdida de la consistencia macroeconómica del Plan, creciente a partir de junio, se vincula con su propio éxito inicial, con el modo en que fue percibido por la población y, de inmediato, "metabolizado" por los artífices de la política económica. La insuficiencia de las medidas correctivas introducidas a través del nuevo paquete, el "Cruzadinho", fue obvia desde su lanzamiento, en junio, pero sólo para los sectores más familiarizados con los misterios de la economía. Nuevamente, ella puede explicarse a partir de la formación de las políticas relevantes; sólo que ahora, ya manifiesta la adhesión popular al programa de estabilización monetaria, este proceso se volvió más complejo, como enseguida veremos. Cabe identificar un conjunto de otras reacciones, que están en la raíz de los comportamientos inflacionarios posteriores. Así, el contraste entre las intenciones y los resultados del Plan Cruzado podrá ser enfocado también desde otro ángulo, complementario al aquí adoptado. O sea, no sólo desde el punto de vista de los procesos decisorios relevantes, sino también desde una perspectiva critica que tome en cuenta la mayor o menor adecuación a la experiencia brasileña de la inflación de los supuestos de comportamiento (y operacionales) inherentes a la terapia antiinflacionaria prescripta. 4.2. Efectos macroeconómicos y políticos y primeras medidas correctivas Buena parte de las vicisitudes del Plan Cruzado en sus primeros tiempos pueden explicarse en términos técnicos, como resultado de un verdadero choque de demandas aplicado a la economía, sin que hubiese del lado de la oferta una respuesta compatible con el nivel de ingresos disponibles que acababa de generarse. Ya en mayo de 1986 se multiplicaron las evidencias de un "hiperincremento" de la demanda, tan temido por los artífices de la reforma. Todavía esa tendencia podía ser interpretada por los economistas asesores del Ministerio de Hacienda como "rachas" de consumo, de breve duración (Sardemberg, 198?, págs. 68-75, y Gazeta Mercantil, varios números, abril-junio ). Las razones que llevaron a este choque de demanda son de diversos órdenes; no obstante, algunas de ellas Este documento ha sido descargado de http://www.educ.ar 37 Lourdes Sola. Choque Heterodoxo y Transición Política Sin Ruptura: un Enfoque Transdisciplinario. DESARROLLO ECONOMICO. Vol. XXVIII Nº 112. 1989. contradicen sustancialmente las premisas sobre el comportamiento económico de la población en que se basaba el Plan Cruzado. La primera tiene que ver con la evolución de la masa salarial, por obra del abrupto crecimiento de los niveles de empleo y de ingresos, que sólo en el sector industrial aumentó un 26,4 % entre los mesas de marzo y octubre (véase Dedecca, 1987). La expansión del empleo en la industria observada desde el año anterior se debió en gran parte a la ocupación de la capacidad ociosa preexistente. Por eso, en ausencia de nuevas inversiones para ampliar la capacidad instalada, surgieron las primeras trabas para un aumento del nivel de consumo sin presiones inflacionarias. A su vez, ante consecuencia se vio reforzada por una expansión súbita, y todavía mayor, del ingreso y del empleo en los sectores de servicios e informal de la economía. Por lo que parece, éstos fueron los beneficiarios más inmediatos de la repentina expansión del mercado interno (véase al respecto Dedecca, 1987, págs. 83-97). Y un factor decisivo en este desenlace fue la política de bajos intereses establecida por el Ministerio de Hacienda en marzo de 1986. Un segundo conjunto de factores -inesperado- fue la fuga masiva de los inversores de las cuentas de ahorro (hasta entonces los activos financieros más populares) con dirección a bienes reales de consumo y/o inmuebles, o a otros activos financieros (proceso que se hizo manifiesto, sobre todo, en el alza especulativa de las acciones en las bolsas de valores). Los motivos para dejar las cuentas de ahorro variaron según se tratase de pequeños o grandes inversores. En total, se estima que entre marzo y junio el 27 % del valor total de esos activos fue transferido a otro circuito: al de los bienes reales (Mendonça de Barros, 1986) y, en parte, en los casos de los grandes inversores, a la Bolsa. Este proceso fue significativo, particularmente en el caso de los pequeños inversores de la clase media asalariada, porque contrariaba frontalmente los supuestos operacionales de los artífices del Plan Cruzado. En particular, justifica que se ponga en tela de juicio el tipo de racionalidad microeconómica esperada de los agentes económicos involucrados. O sea, la, expectativa de que en las nuevas condiciones de estabilidad monetaria los inversores habrían de cambiar en forma drástica y automática su comportamiento, pasando a hacer sus cálculos en términos reales. Por el contrario, a juzgar por las evidencias disponibles hasta ahora, los inversores, incluso los iniciados en cálculos financieros, percibieron la desindexación como una Este documento ha sido descargado de http://www.educ.ar 38 Lourdes Sola. Choque Heterodoxo y Transición Política Sin Ruptura: un Enfoque Transdisciplinario. DESARROLLO ECONOMICO. Vol. XXVIII Nº 112. 1989. pérdida. Esta conducta, en apariencia irracional, merece un estudio detenido. La bibliografía sociológica y política reciente sobre otras experiencias inflacionarias ofrece algunas pistas. Se sabe que las experiencias de coma duración, por más que lean de gran impacto, resultan comparativamente menos decisivas de lo que se piensa en cuanto a la creación de comportamientos y expectativas (véase, a propósito de Weimar, Waldman, 1987, pág. 35). Una posible explicación de la reacción de los pequeños ahorristas en Brasil es que fue producida por una combinación de un tipo de "desilusión monetaria" (que aún debe ser explicada), provocada por el fin de la corrección, y la incertidumbre respecto de que la estabilidad monetaria se mantuviese mucho tiempo y de que el gobierno pudiese sustentar su estrategia. Este sentimiento puede haberse visto reforzado, al menos en parte, por el alargamiento de los plazos permitidos para el retiro del dinero invertido en las cuentas de ahorro, que pasó de un mes a tres meses (véase Bier, Messemberg y Paulani, 1987, pág. 218). Ahora bien, si esta hipótesis se confirmase, es una razón más para rever críticamente tanto el concepto de "memoria inflacionaria" como el de expectativas racionales, utilizados por los inercialistas brasileños. Es probable incluso que los conceptos de la antropología lean más adecuados para volver inteligibles estas conductas en apariencia irracionales desde el punto de vista macroeconómico. Así, una mejor comprensión de la manera en que opera la cultura inflacionaria en Brasil, o de las expectativas (populares y de las elites) con relación al papel del Estado (posiblemente el opuesto al de la neutralidad distributiva), sea el mejor camino para dar cuenta de los comportamientos inflacionarios en cuestión. Por ejemplo, para entender el movimiento especulativo en la Bolsa -respuesta casi inmediata de los grandes inversores (y de los medios de comunicación) a la desindexación de los activos financieros-. (Para un tratamiento de ambas cuestiones en conexión con la práctica histórica de la corrección monetaria y el modo de inserción de los macroeconomistas en el sistema político brasileño, véase Sola,1987, págs. 16-20). El aumento de la producción según el ritmo definido por la demanda (prioridad mayor o menor de las grandes y medianas empresas) explica por qué, al contrario de lo previsto, las negociaciones entre los empresarios y los trabajadores redundaron en aumentos reales de los salarios, por encima de los índices que el Este documento ha sido descargado de http://www.educ.ar 39 Lourdes Sola. Choque Heterodoxo y Transición Política Sin Ruptura: un Enfoque Transdisciplinario. DESARROLLO ECONOMICO. Vol. XXVIII Nº 112. 1989. gobierno esperaba. Todo indica que la expectativa de los empresarios parece haber sido que en algún momento el aumento de los costos en que estaban incurriendo podría, si fuese necesario, ser trasladado a los precios. Estas expectativas se fundaban en parte en el compromiso asumido por el Ministerio de Hacienda de proceder al descongelamiento en menos de tres meses. De cualquier manera, hay evidencias seguras de que no hubo presión de costos por ese lado, en la medida en que la productividad en el sector industrial (e informal) de la economía aumentó más que el empleo y que el ingreso, y por tanto que la masa salarial (véase, para el sector industrial, Dedecca, 1987, págs. 93-95). Vale la pena mencionar otras dos reacciones. La primera fue la oposición al Plan Cruzado de los dirigentes sindicales más modernos, que por razones históricas persistieron en una estrategia contra el gobierno, así como la reticencia hostil del Partido de los Trabajadores. En relación con la primera, hay pruebas de que los dirigentes obreros tenían cierto terror de que, en ausencia de inflación, perdieran la capacidad de movilizar y controlar a sus bases sindicales y dé fábrica. Si estas evidencias fueran correctas, serían bastante sintomáticas de la funcionalidad política atribuida al proceso inflacionario para la organización de un movimiento sindical más autónomo respecto del Estado. En ese caso, una vez más, cabrían dudas acerca de la adecuación de los supuestos de comportamiento implícitos en la teoría del choque heterodoxo para las condiciones brasileñas. En cualquier forma, desde un punto de vista más global, no se cumplió el requisito de creación de un pacto social, aunque fuera ex post y por adhesión. De ahí la situación aparentemente paradojal en el frente sindical: la inviabilidad de la adopción del plan como estrategia económica concertada, pese a su impacto redistributivo inicial en favor de los salarios y del aumento permanente del índice de empleo en esa época. Finalmente, es importante señalar que el impacto global del Plan Cruzado contrariaba frontalmente los supuestos de los técnicos también en otro punto, decisivo para nuestros propósitos analíticos. Me refiero a la ampliación de la esfera negociada de la economía con respecto a la esfera del mercado, y no al revés. Hay motivos para suponer que esto fue lo que sucedió no sólo en el frente salarial sino además en las relaciones interempresariales, ya que el control de precios por el gobierno sólo se ejerció en el final de la cadena de consumo. Así, la negociación permanente de los precios intermedios, Este documento ha sido descargado de http://www.educ.ar 40 Lourdes Sola. Choque Heterodoxo y Transición Política Sin Ruptura: un Enfoque Transdisciplinario. DESARROLLO ECONOMICO. Vol. XXVIII Nº 112. 1989. como también la de los salarios, introdujo un componente de politización e incertidumbre crecientes en sustitución de las reglas del juego económico anteriores, en que el poder del mercado estaba más definido. Ahora bien, en la bibliografía pertinente sobre el surgimiento de sociedades inflacionarias en los países centrales, se ha señalado que ese tipo de procesos es un factor decisivo del alza de los precios (véase Burns, Baumgartner y Dévillé, 1984). Mi hipótesis es de que en las condiciones brasileñas, la cultura inflacionaria continuó siendo alimentada por la ampliación de la esfera negociada de la economía con relación a la esfera de mercado, y se manifestó asimismo en los comportamientos especulativos seguidos: el cobro de un "agio" (sobreprecio ilegal), el "maquillaje" de los productos (pequeñas alteraciones en su presentación) que convertía en nuevos a viejos productos bajo control, y las crisis de abastecimiento, que redundaron en una pugna por la supremacía entre el gobierno y los productores -sobre todo los de la industria de la carne. Parte de las dificultades de abastecimiento fueron momentáneamente eludidas a través de una política de importaciones de bienes de consumo cada vez más permisiva (y poco común en la tradición brasileña). El peso de esa política inmediatista se haría sentir recién en octubre, cuando se observó una abrupta reducción de los saldos comerciales y de las reservas cambiarias. De hecho, el congelamiento de precios y el mantenimiento de un tipo de cambio fijo dieron por resultado crecientes presiones sobre la balanza de pagos, por vía de un aumento de la demanda (gracias a la erosión de la relación entre tipo de cambio y salario). No obstante, hasta fines de Julio, cuando se resolvieron las primeras medidas correctivas, los únicos perdedores evidentes del proceso parecían ser los bancos; el desempleo en ese sector, aunque alto (alrededor de 250.000 personas), fue "absorbido" por el crecimiento más que proporcional de los niveles de empleo globales. A partir de mayo, la faceta macropolítica más notable fue la vinculación con los efectos de feedback (realimentación) de la reforma sobre los actores políticos situados en los ámbitos estratégicos en que se formulaban las políticas correctivas. A partir de Julio (reunión de Carajás) las decisiones significativas fueron adoptando un cariz cada vez más populista. En este caso se trataba de un populismo de segundo grado, inducido por la popularidad del Plan Cruzado. Esto explica en gran parte, a mi manera de ver, la creciente incongruencia de las medidas posteriores con relación a la Este documento ha sido descargado de http://www.educ.ar 41 Lourdes Sola. Choque Heterodoxo y Transición Política Sin Ruptura: un Enfoque Transdisciplinario. DESARROLLO ECONOMICO. Vol. XXVIII Nº 112. 1989. estrategia original, ya que de acuerdo con esta última se imponía un ataque a las causas del recalentamiento de la economía a partir de junio. El proceso de formación de las políticas correctivas ilustra la manera diferencial en que los actores significativos percibieron y filtraron las reacciones populares. También es sintomático de las restricciones políticas a la aplicación correcta de las medidas que los técnicos sugerían. Ya en abril, el veto del presidente al descongelamiento confirmaba la expectativa popular (y de las centrales sindicales) y abría el camino para que el congelamiento se convirtiese en un verdadero fetiche -en sinónimo popular de la reforma monetaria-. Esa pérdida de identidad del Plan en cuanto a su complejidad fue paralela a la subestimación, tanto por el presidente come por el ministro de Hacienda, de uno de los problemas cruciales con que se enfrentaban los administradores de la economía: la resistencia de los acreedores internacionales a adoptar fórmulas de negociación menos convencionales. Teniendo en cuenta los datos disponibles sobre el primer paquete de medidas correctivas, en junio, con el "Cruzadinho", se reprodujo en escala ampliada el mismo tipo de dinámica política mencionada en oportunidad del lanzamiento de la reforma, con una serie de diferencias relevantes. Desde luego, el proceso de politización de las medidas técnicas, así como la dilución de las medidas restrictivas y antipopulares, se desenvolvió de una forma más "personalizada", por así decir. Cada vez más las decisiones relevantes, así como los conflictos y alineamientos de fuerzas, fueron pautados por un grado creciente de subjetividad, poniendo de relieve el estilo personal y la idiosincrasia de los actores involucrados (véase Solnik, especialmente sobre la destitución de Sayad). De ahí la impresión de que las directivos de política económica se delineaban más bien siguiendo los caprichosos vetos del presidente, con la interferencia de las eminencias grises de su círculo íntimo y en consulta con los poquísimos políticos del PMDB llamados a opinar (fundamentalmente el presidente del partido y el entonces poderoso jefe de la casa civil, ligado al PFL). Análogamente, el papel cada vez más dominante del ministro de Hacienda en el área económica, así como su estilo personal centralizador, contribuyeron a que la popularidad del Plan Cruzado fuera "filtrada" a través de algunos de los actores políticos encargados de formular la estrategia correctiva de junio, o sea, como un compromiso prioritario con la adhesión popular. De ahí el fuerte cuño populista de las medidas y de Este documento ha sido descargado de http://www.educ.ar 42 Lourdes Sola. Choque Heterodoxo y Transición Política Sin Ruptura: un Enfoque Transdisciplinario. DESARROLLO ECONOMICO. Vol. XXVIII Nº 112. 1989. las técnicas de acción oficial adoptadas, y de ahí también la creciente "personalización" de los conflictos intra-tecnocráticos sobre el contenido, el timing y la intensidad necesaria de las medidas correctivas. Desde este punto de vista, son ilustrativos los episodios asociados a lo que parecía ser la intransigencia del ministro de Hacienda en cuanto a elevar la tasa de interés -requisito improrrogable para inducir la desaceleración de la demanda, según los técnicos del Banco Central (Arida, Resende y Bracher; véase, sobre la destitución de Arida y Resende, Solnik, 1987)-. A mi juicio, esta dificultad (come otras posteriores) no se reduce a la "incompetencia técnica" del grupo articulado en torno al Ministerio de Hacienda o a su optimismo centralizador. La explicación debe buscarse en la forma en que ese grupo de técnicos se insertó en el sistema político desde la década de 1970, en los sistemas de alianzas que conformó y, en particular, en los compromisos que asumió. Así, a lo largo de varios años de oposición, ese grupo orgánicamente ligado al PMDB, coautor del programa del partido, se legitimó en la escena política brasileña y en ciertos círculos empresariales gracias a la proyección de una imagen desarrollista, y en especial como propugnadores de políticas económicas alternativas de tipo socialdemócrata. El compromiso con una política de bajos intereses, contrapartida de la critica a la "patria financiera" en los últimos años del régimen autoritario, así como la defensa de las reformas económicas -administrativa, fiscal y financiera- eran inseparables de la imagen y tradición opositora tanto del partido como de ese subgrupo de técnicos. En tal sentido, la principal restricción para el aumento de las tasas de interés no era técnica sino política (lo que implica reconocer la dimensión subjetiva de ese tipo de errores, esto es, el momento de certidumbre en cuanto la adecuación de la medida, inducida por los compromisos y la trayectoria política de sus autores). Creo que una reflexión semejante se aplica al propio ministro de Hacienda, buen ejemplo de las dificultades que enfrentaban los técnicos ligados al PMDB para tomar distancia -en cuanto al timing y a la intensidad requeridas por la gestión del proceso inflacionario de su compromiso prioritario con política desarrollistas. En definitiva, ésta había sido una de las principales fuentes de legitimación de esos autores en el sistema político, así como de las políticas alternativas por ellos recomendadas. Este tipo de constricción a la adopción de medidas técnicamente recomendables puede haber sido tan considerable como Este documento ha sido descargado de http://www.educ.ar 43 Lourdes Sola. Choque Heterodoxo y Transición Política Sin Ruptura: un Enfoque Transdisciplinario. DESARROLLO ECONOMICO. Vol. XXVIII Nº 112. 1989. otro tipo de cálculo político-electoral que asumió creciente importancia a medida que se aproximaban las elecciones de noviembre18. Por razones diferentes, pero siempre a través de un proceso de politización de las decisiones, se volvió inviable la corrección de los desequilibrios más agudos que debían tratarse con el "Cruzadinho", o sea, la reducción del creciente déficit fiscal. Esta situación, junto con la resolución presidencial de lanzar un paquete de inversiones de gran impacto social, imponía medidas drásticas de saneamiento de las finanzas públicas y un reencauzamiento de los gastos. Pero nuevamente las directivas de los técnicos para cumplir esos objetivos fueron diluidas: los cortes selectivos de los gastos públicos y el nuevo paquete fiscal se revelaron inoperantes. En primer lugar, porque apenas se retiraron de la circulación cuarenta mil millones de cruzados (contra los ciento cincuenta mil millones programados); en segundo lugar, porque de nuevo el paquete fiscal perjudicaba a los sectores asalariados de la clase media, en la medida en que se limitaba a los "préstamos" obligatorios sobre combustibles y bienes no esenciales; finalmente, porque la absoluta opacidad en que permanecieron los procesos decisorios relacionados con los gastos y presupuestos efectivos en el sector público permitió que se diese un destino, hasta entonces oscuro, a los recursos generados con el paquete fiscal. El resultado desagradó a casi todos. A los amplios sectores de clase media, porque fueron los mayores castigados por todos los paquetes fiscales; al presidente, "porque el Plan de Metes no tuvo la grandiosidad deseada; y a los economistas, porque el plan les parecía exagerado ...los ciento cincuenta mil millones se habían reducido a cuarenta mil" (Sardemberg, 1987, pág. 313). En suma, se frustraba uno de los requisitos centrales para controlar la inflación en los términos de la nueva terapia: mantener bajo control uno de los factores autónomos de los choques redistributivos permanentes, el déficit fiscal. Cabe preguntarse, empero, en qué medida el compromiso de "reducir el déficit a cero", asumido pública y reiteradamente por los técnicos, no implicó desde el vamos minimizar las restricciones político-estructurales que se oponían a un saneamiento financiero tan 18 Me refiero a las elecciones municipales de noviembre de 1985, que dieron por resultado la pérdida de cuatro de las principales prefecturas urbanas del país. Este documento ha sido descargado de http://www.educ.ar 44 Lourdes Sola. Choque Heterodoxo y Transición Política Sin Ruptura: un Enfoque Transdisciplinario. DESARROLLO ECONOMICO. Vol. XXVIII Nº 112. 1989. drástico del sector público brasileño19. Queda fuera de los alcances de este artículo examinar de manera sistemática dichas restricciones; bastará recordar que las presiones recurrentes sobre los fondos públicos federales y la dificultad de controlar el déficit van mucho más allá que los efectos atribuidos al ciclo electoral. En primer lugar, las presiones de los representantes políticos de los estados y municipios son difíciles de eludir en las condiciones de un aumento de la demanda, impulsada por la perspectiva de democratización (y de descentralización). Además, se originan en los múltiples polos regionales existentes en Brasil. Estos, como se sabe, son estructuralmente diversos en cuanto a su capacidad de endeudamiento y de autofinanciamiento (y por ende, de dependencia de los recursos del gobierno central). Ahora bien, esta "heterogeneidad estructural" (pare usar una expresión que tiene sus orígenes en los teóricos de la CEPAL), ha sido analizada como factor inflacionario ponderable por las teorías política y sociológica de la inflación (véase Burns, Baumgartner y Dévillé, 1984, y Hirschman, 1981, en conexión con los gastos del sector público). Por añadidura, las falencias (heredadas del régimen anterior) de algunos gobiernos locales y estaduales recién elegidos en las regiones deprimidas del nordeste brasileño se combinaron con las nuevas demandas sociales planteadas a los gobernadores, también recién elegidos, y redundaron en una mayor (en lugar de una menor) dependencia de los recursos federales. En segundo lugar, las empresas públicas gozan en Brasil de una autonomía financiera y presupuestaria tal que escapan al control federal, así como a los intereses regionales, públicos y privados, articulados en torno de ellas; pero dependen de la nación para cubrir sus déficit. En síntesis: la interpretación posible de la expectativa de los técnicos de reducir el déficit a cero es que apostaron, con excesivo optimismo, a la viabilidad política de las reformas fiscal y administrativa (y eventualmente la financiera) y a la posibilidad de que éstas se vieran facilitadas por la reversión del proceso inflacionario. 19 Creo que este es un buen ejemplo en que se combinan ambos tipos de cálculo político, debido a la existencia de una restricción estructural: la representada por la forma de inserción de los técnicos en el sistema social y político y dentro del espectro ideológico. Este documento ha sido descargado de http://www.educ.ar 45 Lourdes Sola. Choque Heterodoxo y Transición Política Sin Ruptura: un Enfoque Transdisciplinario. DESARROLLO ECONOMICO. Vol. XXVIII Nº 112. 1989. 4.3. El Cruzado II y el rebrote inflacionario En los meses de Julio, agosto y septiembre se volvió evidente que el obstáculo fundamental para controlar la inflación, siquiera manteniéndola en una meseta del 2 % mensual hasta octubre, era la dificultad para establecer una estrategia económica concertada en el interior del gobierno, y, sobre todo, entre los propios economistas. A fines de octubre la situación se agravó lo suficiente como para que se comenzase a trabajar en un nuevo paquete correctivo; la decisión sobre su contenido final y su fecha de lanzamiento se aplazó para después de las elecciones del 15 de noviembre (de representantes ante la Asamblea Constituyente y de gobernadores). A mediados de octubre, el cuadro era crítico pero aún manejable. Desde luego, la liberación indiscriminada de importaciones configuraba una crisis en el sector externo. El saldo de la balanza comercial quedó reducido a 110 millones de dólares en ese mes (mucho menor que el promedio mensual de los años anteriores, de unos mil millones) y, lo que era peor las reservas en divisas cayeron abruptamente a un tercio de su valor. Las dificultades para modernizar y agilizar las instituciones encargadas del control de precios provocaron la multiplicación de las negociaciones "caso por caso" entre las autoridades encargadas de ejercer dicho control y los productores de bienes y servicios. Además del impulso adicional que eso representaba para la expansión de la esfera negociada de la economía, abrió espacio para la proliferación de los especuladores, que pasaron a apostar al desabastecimiento y al agio. Pese a ello, aún parecía haber cabida para cierto optimismo, en la medida en que la inflación no sobrepasaba el 2 %, los sondeos electorales apuntaban a la victoria cierta del PMDB y, sobre todo, las encuestas de opinión registraban la popularidad de las principales figures asociadas al Plan Cruzado, Sarney y el ministro Funaro (60 % de apoyo). Según los economistas, las cuestiones básicas eran de tres tipos. En primer lugar, hallar fórmulas para proceder al descongelamiento de los precios (y eliminar el veto del presidente). En segundo lugar, encontrar una salida para el financiamiento no inflacionario de los gastos del gobierno. En tercer lugar, obtener condiciones más favorables de negociación de la deuda externa. La victoria electoral del PMDB, masiva y en gran parte atribuida al Plan Cruzado, parecía compensar los errores e insuficiencias de las medidas anteriores. Paradójicamente, a partir de entonces se Este documento ha sido descargado de http://www.educ.ar 46 Lourdes Sola. Choque Heterodoxo y Transición Política Sin Ruptura: un Enfoque Transdisciplinario. DESARROLLO ECONOMICO. Vol. XXVIII Nº 112. 1989. exacerbaron no sólo las inconsistencias macroeconómicas -hecho observable en el contenido del último paquete correctivo, el Cruzado II-, sino también la polarización cada vez mayor entre los técnicos del Ministerio de Planeamiento y del Banco Central, por un lado, y del Ministerio de Hacienda, por el otro. La "impasse" poselectoral entre los técnicos sobre las medidas correctivas se revela en la propuesta de dos paquetes alternativos y excluyentes entre sí: el que de hecho triunfó, del grupo de Hacienda, y la propuesta de Sayad. Los mecanismos que dan cuenta de la creciente polarización entre los economistas aún deben ser analizados, ya que retrospectivamente los propios partícipes son unánimes en sus críticas al Cruzado II (véase la entrevista a Belluzo llevada a cabo por la autora, 1987). Interesa consignar, empero, que el Cruzado II contrariaba la tradición intelectual de algunos de sus artífices, articulados en torno del Ministerio de Hacienda. El nuevo paquete de medidas promovía un aumento del 100 % en el impuesto a los productos industrializados, cobrado sobre el precio final de los artículos considerados menos esenciales: automóviles, bebidas y cigarrillos. Junto con los aumentos dramáticos en los precios de la gasolina y del alcohol, el azúcar, la energía eléctrica y el teléfono (las tarifas públicas a la sazón atrasadas) y de los medicamentos, esto terminó impulsando la decisión de descongelar los precios en forma abrupta y total (a propósito, y también para el análisis del paquete de medidas de Sayad, véase Sardemberg, 1987, págs. 337-39). No es de extrañar, por lo lento, que el Cruzado II tuviera un impacto inflacionario inmediato. El proceso de deterioro en las relaciones entre los técnicos, sus causas y su lógica, así como la pérdida de congruencia macroeconómica con respecto a la estrategia inicial, aún deben ser mejor investigados, sobre todo en lo que se refiere a este período20. Importa, empero, consignar dos características adicionales de ese proceso que acentuaron el sabor amargo del autoritarismo-populismo, especialmente fuerte en lo tocante a los episodios vinculados con la elaboración del Cruzado II. A juzgar por las destituciones y según los datos divulgados, hubo sólo dos políticos 20 Esta cuestión podría ser examinada con ayuda de las categorías desarrolladas por Hirschman en su análisis de los aspectos psicosociales subyacentes en la dinámica sociopolítica de la "pugna por la supremacía", si se los adapta en grado suficiente para dar cuenta tanto del carácter especial de los conflictos que se presentan en el universo intra-tecnocrático, como del contexto político específico en que se desenvuelven (véase Sola, 1987, págs. 20-25). Este documento ha sido descargado de http://www.educ.ar 47 Lourdes Sola. Choque Heterodoxo y Transición Política Sin Ruptura: un Enfoque Transdisciplinario. DESARROLLO ECONOMICO. Vol. XXVIII Nº 112. 1989. decisivos en lo que se refiere al arbitraje entre los dos paquetes de medidas: el propio Sarney y el presidente del PMDB; y ambos actuaron a partir de criterios de "confianza política" más bien que de acceso a la información económica pertinente y de capacidad para elaborarla con autonomía. Este poder de arbitraje adicional conferido a los políticos relevantes por las circunstancias señaladas explica don características de las relaciones entre técnicos y políticos. La primera, que merece ser profundizada en sus aspectos psicosociales, tiene que ver con la dinámica de la pugna por la supremacía intratecnocrática: en los momentos cruciales los técnicos quedaron sumidos en sus propios conflictos, cuya sustentación fue ganando autonomía y prominencia. La segunda consistió en la disputa de los técnicos para "hacerse oír" por los políticos claves y ganarse su atención en los momentos de tomar decisiones. Una de las razones principales de la pérdida de credibilidad del equipo responsable del Cruzado II, y de las recíprocas recriminaciones entre los técnicos, fue el hecho de que recurrieran a una de las técnicas del régimen autoritario más repudiada por sus opositores de entonces: la eliminación, en los índices de inflación, de los componentes que los elevaban. Así, frente al previsible impacto inflacionario de las nuevas medidas, se reintrodujeron don indicadores distintos para medir la inflación, ambos oficiales; uno de ellos la mediría en términos del poder adquisitivo de los sectores más pobres (de uno a cinco salarios mínimos) y fueron expurgados de él los rubros de consumo cuyo aumento había sido decretado (gasolina, bebidas, etcétera). Un absurdo técnico, amén de político. En síntesis, por diversas razones es posible hablar de una overdose (sobredosis) de politización de las decisiones técnicas como causa específica de la pérdida de identidad del Plan Cruzado, lo cual también explica en medida considerable la erosión de la unidad entre los técnicos y su vulnerabilidad cada vez mayor frente a algunos políticos y "eminencias grises". Esta tendencia disruptiva dentro del universo tecnocrático (con repercusiones evidentes en el universo académico) se manifestó en dos mecanismos. Por un lado, la aparición (o explicitación) de centros de poder y de saber rivales, precisamente entre los macroeconomistas, o sea, entre los actores políticos cuya legitimación frente a los demás actores se funda en el monopolio de la capacidad de interpretar la "necesidad económica" y de actuar sobre ella en forma racional. Por otro lado, ese proceso disruptivo dio lugar a una dinámica política perversa: el creciente Este documento ha sido descargado de http://www.educ.ar 48 Lourdes Sola. Choque Heterodoxo y Transición Política Sin Ruptura: un Enfoque Transdisciplinario. DESARROLLO ECONOMICO. Vol. XXVIII Nº 112. 1989. predominio del presidente y de su círculo de allegados, reforzado por la necesidad (inesperada) de arbitrar en las diferencias intra-tecnocráticas sobre las cuestiones técnicas. Para resumir, las circunstancias asociadas a la instrumentación del Plan Cruzado y los desarrollos posteriores reforzaron in extremis las condiciones heredadas del pasado- de un presidencialismo imperial. 5. Conclusiones El fracaso del Plan Cruzado fue analizado aquí como resultante de dos series de factores. Por un lado, la dilución progresiva de su congruencia macroeconómica; por el otro, la reanudación de los comportamientos inflacionarios (incluso dentro del gobierno), pese a la estabilidad monetaria con crecimiento efectivamente lograda en los meses iniciales. La primera vertiente explicativa fue explorada a partir de los procesos de formación de las políticas recomendadas, dentro del contexto de la transición democrática brasileña. La segunda remite al impacto del Plan Cruzado en la economía (y sociedad), y principalmente a las reacciones de los sectores socioeconómicos responsables de la formación de los precios estratégicos. Como vimos, algunas de esas reacciones llevan a cuestionar la validez de los supuestos en materia de comportamiento económico, de la terapia recomendada y de su adecuación a la experiencia brasileña de inflación. Esto obliga a revisar las ideas sobre las expectativas racionales y la memoria inflacionaria, tal como fueron aplicadas (de un modo un tanto apriorístico) por los propugnadores del Plan. La combinación de esos dos órdenes de factores explicativos (uno político y el otro socioeconómico) permite entender mejor, según creo, este resultado paradójico: la pérdida progresiva de identidad del Plan, que comenzó a partir de su lanzamiento mismo pero fue incrementándose en los meses siguientes, simultáneamente con su popularidad y su aparente eficacia económica. En otras palabras: las causas del contraste entre las intenciones y los resultados del Plan son también de orden político; no se circunscriben sólo a los errores técnicamente evitables; por el contrario, también estos último: fueron aquí abordados como parte de una lógica y una dinámica política: singulares. A partir de éstas se Este documento ha sido descargado de http://www.educ.ar 49 Lourdes Sola. Choque Heterodoxo y Transición Política Sin Ruptura: un Enfoque Transdisciplinario. DESARROLLO ECONOMICO. Vol. XXVIII Nº 112. 1989. delimitaron los parámetros que permiten saber si una terapia antiinflacionaria técnicamente factible es o no viable. En este sentido, el enfoque que aquí hemos privilegiado se distingue del que es típico de los economistas, quienes buscan las causas del contraste entre las intenciones y resultados de la política económica predominantemente en los errores de diagnóstico y/o de instrumentación de las medidas prescriptas. No negamos que esa instancia analítica, eminentemente técnica es decisiva para avitar cualquier política pública, pero aquí hemos optado por rastrear otro tipo de causalidad y de dinámica, subyacentes en la reanudación de la inflación. Sus causas se identificaron como resultantes de un doble proceso. Un primer proceso consistió en la forma en que se metabolizaron las prescripciones iniciales dentro de los ámbitos decisorios estratégicos, y en la modalidad específica de politización que acabó prevaleciendo. Un segundo proceso tuvo que ver con la falta de viabilidad de la nueva terapia en cuanto estrategia económica concertada por los agentes sociales y actores políticos involucrados, no obstante su éxito inicial. El interés de este tipo de experiencias radica, precisamente, en la especificidad de las restricciones políticas que impone el control de la alta inflación, dado el contexto conflictivo y cambiante que caracteriza la modalidad brasileña de transición. Una buena prueba para este tipo de perspectiva analítica la ofrece la comparación con las vicisitudes de los programas de estabilización en un marco democrático. Como frecuentemente ocurre, el fracaso de una política antiinflacionaria también se explica a partir de un proceso de entropía, del tipo descripto: la pérdida progresiva o abrupta de la congruencia macroeconómica de las medidas relevantes, debido a los múltiples procesos de politización. Se sabe que, en un marco formalmente democrático (y con mayor razón aún en las sociedades más pluralistas que las nuestras), los políticos profesionales desempeñan un papel especial en los procesos de estabilización (Whitehead, 1977; Lindbeck, 1976; Sofa, 1982). En su calidad de portadores de un tipo de racionalidad específica, distinta de la macroeconómica, son los principales agentes de politización de las decisiones técnicas, para la desesperación de los macroeconomistas en estado puro. En su afán (realista) de legitimar la integración de esos actores al proceso de formación y de instrumentación de las políticas antiinflacionarias, el economista Lindbeck les confiere la condición de "políticos endógenos" (endógenos, se sobreentiende, al sistema de gestación Este documento ha sido descargado de http://www.educ.ar 50 Lourdes Sola. Choque Heterodoxo y Transición Política Sin Ruptura: un Enfoque Transdisciplinario. DESARROLLO ECONOMICO. Vol. XXVIII Nº 112. 1989. de la economía, dado el marco democrático). Esto permite señalar una característica singular de la primera experiencia brasileña de choque heterodoxo -y uno de los motivos del interés que suscita su análisis-: la modalidad de politización que terminó prevaleciendo. La relación entre técnicos y políticos en la creación del Plan Cruzado fue atípica a raíz del centralismo burocrático, del extremo confinamiento de los procesos decisorios frente a las presiones de la política competitiva y de la autonomía inicial de los técnicos. Esto impone una conclusión: en nuestro caso, ocurrió lo opuesto de lo que se considera normal en las economías abiertas y en las sociedades pluralistas de que hablan Lindbeck y Whitehead. Los cálculos y compromisos políticos que tienden a moderar las opciones maximizadoras de la "racionalidad" macroeconómica -y que, por ende, estimulan la búsqueda de soluciones de tipo second-best o third best (segunda o tercera opción, cuando la opción mejor no es viable J- tuvieron por principales vehiculizadores a los propios técnicos, y no a los miembros de la clase política. Fueron ellos, en suma, los que desempeñaron la función de políticos endógenos, una vez llegados al poder y gracias a la forma ambigua en que se legitimaron frente a los demás actores durante los años de oposición al autoritarismo, en su condición de portadores de un recurso político exclusivo (el dominio del conocimiento científico y la pericia técnica) y de propugnadores de políticas económicas alternativas, a partir de un sistema de valores y de alianzas políticos opuestos a los del establishment. Mientras que el primer atributo los calificaba como interlocutores técnicos legítimos de los macroeconomistas oficiales del régimen autoritario, por el segundo se erigían en portadores de valores reformistas, socialmente más igualitarios. Esta función entró en contradicción, en algún momento, con la primera, y la opción recayó en el segundo atributo, de una forma conflictiva también dentro del propio universo intra-tecnocrático. (Véase Sola, 1987, págs. 7-23, para las raíces históricas de esa situación, así como para la lógica política perversa que terminó prevaleciendo en la etapa final del Plan.) La comprensión de los límites impuestos al control de la inflación por el choque heterodoxo en Brasil remite, en primer lugar, a los diversos tipos de incertidumbre y a los dilemas que implica la gestión democrática de la economía, algunos de los cuales son específicos del panorama brasileño. Se ha puesto de relieve la incertidumbre política inherente a la tarea de compatibilizar estabilización y crecimiento, Este documento ha sido descargado de http://www.educ.ar 51 Lourdes Sola. Choque Heterodoxo y Transición Política Sin Ruptura: un Enfoque Transdisciplinario. DESARROLLO ECONOMICO. Vol. XXVIII Nº 112. 1989. dada la índole del proceso en torso de reinstitucionalización del país: ello implica conciliar objetivos doblemente conflictivos. Vale decir, la lógica impuesta por la necesidad económica exige que se cumpla una condición indispensable para estabilizar con recursos reales crecientes: la consecución de reformas económicas antagonísticas, en virtud de su carácter intrínsecamente redistributivo (cualquiera que sea la dirección social, progresiva o regresiva, de ese proceso). Tarea ésta que, a su vez, está en franca contradicción con el parámetro de conciliación (elitista) que preside la transición sin ruptura. A este tipo de incertidumbre se le suma la asociada a las circunstancias en que se dio en Brasil el cambio de poder, y que derivan en gran parte de que el primer gobierno civil se caracterizó por una debilidad congénita, en cuanto poder político, frente al cúmulo de decisiones que debía adoptar el Ejecutivo. Fue incapaz de sobreponerse a los centros del poder y del saber rivales (algunos de los cuales estaban dentro del propio Ejecutivo) y de conducir el proceso de redistribución de recursos reales, de penalidades y de privilegios que implica la acción estabilizadora efectiva en una coyuntura de democratización. En resumen, no es de extrañar que en un cuadro de indeterminación como el descripto, la reiniciación del proceso inflacionario reactivara los comportamientos especulativos -ya que éstos son la faz económica de la incertidumbre- y generara una sobredosis de politización de las cuestiones técnicas. La contrapartida de ese proceso de politización (que merece una investigación sistemática por parte de los especialistas en cultura política) es la naturaleza de las reacciones populares. El apoyo entusiasta de la población al Plan Cruzado puede denotar que tanto la representación del sistema político como las expectativas sobre el papel del Estado son extrañas a la lógica económica y al cálculo político de los policy-makers, aunque perfectamente racionales en términos de la tradición brasileña. Mi hipótesis es que dicha adhesión popular, después de tantos años de conducta arbitraria y de pérdidas, y frente a las nuevas perspectivas de cambio que ofrecía el gobierno (explicitadas en el Plan Cruzado ), reflejaba un tipo de expectativas opuestas a las idealizadas por los artífices del Plan. Dichas expectativas se vinculaban con una profundización de la acción del Estado en la economía (y sociedad), como siempre a través de la intensificación de su actividad reformista, sólo que, esta vez, de signo contrario, favorable a los perdedores. A partir de la conjunción e interacción dinámicas entre los dos tipos de procesos hasta aquí Este documento ha sido descargado de http://www.educ.ar 52 Lourdes Sola. Choque Heterodoxo y Transición Política Sin Ruptura: un Enfoque Transdisciplinario. DESARROLLO ECONOMICO. Vol. XXVIII Nº 112. 1989. estudiados se explica, a mi juicio, el sentimiento generalizado entre los observadores de la escena brasileña, en cuanto a que la transición se estancó. El Plan Cruzado, cuya función inicial fue también la de un instrumento político para reducir la situación de aguda incertidumbre económica, se convirtió en un factor de conservación del status quo, al menos en lo que se refiere a mantener el movimiento pendular entre autoritarismo y populismo, dejando la amarga impresión de que esa oscilación es inevitable. Traducido por Leandro Wolfson BIBLIOGRAFIA ARIDA, P. (1984): "Economic Stabilization in Brazil", Washington, Working Paper, 149. ARIDA, P. 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RESUMEN Este trabajo procura aportar a la discusión del tema de la inflación y de los consecuentes programas de estabilización en el contexto de transición a la democracia en América Latina, a través del análisis del Plan Cruzado. Una de las características distintivas de este Plan fue la pérdida progresiva de consistencia macroeconómtca de la terapia antiinflacionaria efectiva con relación a la prescripta por sus principales responsables. ¿Hasta qué punto su fracaso se explica en términos de errores técnicamente evitables, sea de diagnóstico, sea de implementación? ¿En qué medida este enfoque padece de un cierto reduccionismo? Hasta qué punto imputar a la “política” las causas de los resultados no deseados de la política económica no refuerza el sesgo autoritario característico de nuestra tradición y cultura políticas? ¿En qué medida afecta la participación de la clase política en los procesos decisorios relevantes en esa materia? Estas son las preguntas claves a las que se intenta responder mediante el análisis de la reciente experiencia brasileña de estabilización. Este documento ha sido descargado de http://www.educ.ar 56