Lectio miercoles 10 de octubre 2012

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Lectio miércoles 10 de octubre 2012, vigésima séptima semana T.O. Ciclo – BLecturas: GÁLATAS 2, 1-2. 7-14; SALMO 116; Lucas 11, 1-4
PARA REFLEXIONAR CON LA PALABRA
CUANDO DECIMOS PADRE NUESTRO
1. Hagamos las LECTURAS
Una vez que estaba Jesús orando en cierto lugar, cuando terminó, uno de sus discípulos
le dijo: -«Señor, enséñanos a orar, como Juan enseñó a sus discípulos.» Él les dijo: «Cuando oren digan: "Padre, santificado sea tu nombre, venga tu reino, danos cada día
nuestro pan del mañana, perdónanos nuestros pecados, porque también nosotros
perdonamos a todo el que nos debe algo, y no nos dejes caer en la tentación."»
VEAMOS NUESTRA REALIDAD: EL MAESTRO NOS ENSEÑA A ORAR –
“Santificar su nombre” significa reconocer que su amor por nosotros nos da la fuerza
para cambiar la manera como nos relacionamos con el mundo y con nuestros hermanos.
Santificarse, según la mentalidad de esa época, era aproximarse a Dios por todos los
medios: la oración, el servicio, la evangelización. Clamar por su Reino significa que
reconocemos el valor de la propuesta que él nos hace en Jesús, de hacer de este mundo
un mundo más justo. El Reino de Dios no es un asunto únicamente para el ‘más allá’,
sino ante todo una manera de organizar el ‘más acá’ a partir del amor solidario. Pedir
perdón a Dios por las ofensas significa que sabemos que su misericordia es infinita y
que, en consecuencia, podemos hacer nosotros también pequeños gestos de perdón y
reconciliación. Esta oración es una invitación para que hagamos del amor de Dios el pan
de nuestras relaciones con Él y con nuestros hermanos.
2. MEDITEMOS la lectura
a. ¿Qué dice el texto?
La oración del “Padrenuestro” nos ayuda a descubrir nuestra vocación de hijos e hijas
de Dios. Si bien otras expresiones religiosas se relacionan con Dios invocándolo como
fuerza, sabiduría, bien, origen de todas las cosas y muchas otras formas, lo particular del
cristianismo es su vinculación con Dios en términos de amor filial.
b. ¿Qué nos dice el texto a nosotros hoy?
Cuando decimos Padre Nuestro decimos Dios con nosotros, Dios cercano tejido en
nuestra historia. Y afirmamos que es nuestro, y con ello que es de todos,
reivindicamos una fraternidad universal de hijas e hijos, buenos y malos, creyentes
y no creyentes, de toda raza y nación, en un éxodo de liberación que supera cualquier
desierto ideológico y toda esclavitud religiosa. Cada mujer y cada hombre -hasta el más
acérrimo enemigo- es nuestro hermano precisamente por Él.
Cuando decimos Padre Nuestro queremos que su Reino sea y acontezca aquí y ahora
entre nosotros, que florezcan la paz, la justicia, la liberación, la vida plena y abundante
para todos. Sabemos que más allá de nuestras torpezas y mezquindades el Reino viene
creciendo humilde, silencioso y tenaz, y por eso rogamos que sea un árbol frondoso que
cobije a todos.
Cuando decimos Padre Nuestro hacemos nuestra la causa de los hermanos, y no
queremos que a nadie le falte el sustento ni el alimento de la Palabra, y si el hambre de
las hijas y los hijos es causa de desvelo de Padre, también es nuestra causa.
Cuando decimos Padre Nuestro nos reconocemos incompletos y limitados, dependientes
absolutos de su Misericordia, y afirmamos que desde el perdón un mundo nuevo es
posible, que toda herida puede curarse, que el odio puede desterrarse de una vez y
para siempre.
Cuando decimos Padre Nuestro nos descubrimos caminantes a los saltos, peregrinos
expertos en andar a los tumbos, y por eso rogamos no caer en la tentación de olvidar que
Dios nos ama, de renegar del hermano, de abdicar de la esperanza, de no ser solidarios,
de no buscar fervorosamente otra militancia que no sea la compasión.
Cuando decimos Padre Nuestro quizás no busquemos tanto un distingo, sino volvernos
cada día más humanos, tanto como el más humano entre todos nosotros, Jesús de
Nazareth, nuestro hermano y Señor.
3. CONTEMPLEMOS - Cultivemos la semilla de la Palabra en lo profundo del
corazón
-Cuando hubo terminado...
Esperaron junto a El que terminara su oración... Me admira ese su respeto a la oración
de Jesús: no lo estorbemos que tome todo el tiempo necesario... nada es más urgente
que esa oración... cuando terminará -dentro de diez o veinte minutos- entonces le
preguntaremos... mientras tanto, lo contemplamos: Jesús está orando...
4. OREMOS - ¿Qué nos hace decirle el texto a Dios?
Oh Dios Padre nuestro: Tú nos describes hoy cómo oraba Jesús y cómo enseñó a sus
discípulos a orar: ante todo por la gloria de tu nombre, por la venida y crecimiento de tu
reino y para que en cielo y tierra se cumpla tu voluntad. Nosotros sabemos que esta
voluntad es la del Padre y por eso te pedimos con fe y confianza: Que tu voluntad sea
nuestra voluntad, que tu gloria sea nuestra gloria, que tu reino de paz y justicia de amor
y perdón sea nuestro reino, y que constantemente crezca entre nosotros ahora y por los
siglos de los siglos. Amén.
5. ACTUEMOS – ¿Cómo puedo vivir este texto hoy?
Motivación: Es bueno recordar que como cristianos tenemos la tarea de rogar por
todos. Nuestro papel es ser mediadores, así como somos mediadores de paz y de
reconc iliación. LÍBRANOS DE TODO MAL
Señor, líbranos de todo mal, en especial de caer en la tentación de no perdonar las
ofensas que nos infringen del mismo modo que perdonas las nuestras, y que sabemos
bien que te ofenden cuando algunos de tus hijas e hijos no tienen pan y nosotros no lo
compartimos; que el pan sea para todos por igual porque esa es tu voluntad en esta tierra
porque esa es tu voluntad del cielo, santificar tu Nombre en el culto y santificarlo en el
servicio al hermano necesitado. Señor que estás en los cielos y estás bien cerca te
suplicamos tengas piedad de nosotros que aún sabiendo el camino que nos enseñó tu
Hijo Jesús hermano y Señor nuestro, hacemos todo al revés y no terminamos de
aceptarte y descubrirte en tu infinita misericordia como nuestro Padre.
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