CONFERENCIA DEL TENIENTE GENERAL JEFE DEL MANDO DE ADIESTRAMIENTO Y DOCTRINA CON EL TÍTULO: LA EVOLUCIÓN DE LA ENSEÑANZA MILITAR DE FORMACIÓN PARA OFICIALES DEL ET. Buenas tardes Excelentísimas e ilustrísimas autoridades. Señoras y señores. En primer lugar quiero mostrar mi agradecimiento al CESEDEN, por la oportunidad que me brinda de compartir con todos ustedes algunas reflexiones acerca del nuevo modelo de enseñanza militar. En 1980 en las Islas Galápagos descubrí un panel de Charles Darwin que decía: «No es la especie más fuerte la que sobrevive, ni la más inteligente, sino la que mejor responde al cambio», y de adaptarse al cambio el ET. lleva muchos años siendo un ejemplo. El mundo al que nos enfrentamos hoy no tiene nada que ver con las viejas certitudes del enemigo al que nos enfrentábamos y que definieron la Doctrina de la OTAN hasta principios de los años 2000. La interdependencia global o globalización ha disminuido la probabilidad de las guerras clásicas entre Estados. No obstante, los ciudadanos, intereses o valores españoles, incluso nuestro territorio, pueden verse afectados por estos enfrentamientos. Pero los conflictos actuales no se solucionan con las respuestas del pasado, es decir, únicamente con las armas, como bien claro lo ha expresado el presidente francés Francois Hollande en su visita a Mali: «hemos vencido en las batallas y combates pero todavía no hemos ganado la guerra, se necesita mucho tiempo y otros protagonistas. El destino de Mali debe ser gestionado por los malienses con la ayuda de sus vecinos africanos». Ante estos conflictos hay que aplicar un enfoque integral que incluye, entre otros, elementos diplomáticos, económicos, policiales, militares, de inteligencia y de cooperación al desarrollo. Hasta mediados de los años 90 las guerras se resolvían a base de combates y batallas convencionales entre ejércitos con sus grandes potencias de fuego, su poder naval y aéreo, sus rígidas estructuras de mando y control soportadas por sus avanzadas tecnologías, donde el vencedor imponía su voluntad política al vencido. Yom Kippur 06OCT73: Altos del Golán Israel-Siria Tras la desaparición del mundo bipolar seguíamos pensando que se podía hacer frente a los nuevos conflictos con las certezas que habíamos empleado hasta entonces. Pero se convirtieron en un problema, no es que siguiéramos preparándonos como en el Eurocuerpo en 1994 para la guerra pasada, si no que nos preparábamos para la guerra equivocada. El concepto de guerra ha cambiado completamente. La guerra como la conoce la mayoría de la población, como una batalla en un terreno abierto entre hombres y máquinas, como elemento de fuerza para decidir quién es el vencedor en una disputa internacional, esa guerra es muy raro que en las próximas décadas la volvamos a presenciar, porque nos encontramos en war amongst the people (la guerra entre la gente) concepto desarrollado por el magnífico e influyente libro The Utility of Forcé del General británico Sir Rupert Smith, aparecido en el 2005. Este libro ha sido el libro de cabecera de los mandos de los países occidentales a todos los niveles y el concepto de «guerra entre la gente» está recogido por las nuevas doctrinas de los USA, Reino Unido, Australia, Holanda y por la recientemente aparecida española. Hemos pasado de la guerra de la era industrial a la guerra entre la gente, de IV Generación o de la era de la información. En este nuevo modelo, la gente en cualquier parte es el campo de batalla. La actuación militar, nuestra actuación, puede ser en cualquier lugar, pero siempre en presencia de la población (o en el lugar que actuamos o instalados cómodamente en el cuarto de estar a través de la televisión o internet). Las poblaciones son el objetivo a convencer y ganar y ello hoy día solo se logra si conseguimos conquistar sus percepciones. ¿Quién conforma las percepciones? ya lo dice la Doctrina de una insurgencia, Hezboláh, y que el año pasado hemos visto empleada por Hamás en la franja de Gaza: «Si no lo has grabado y no has sido el primero en difundirlo, es que no has combatido». Hoy día, apoderarse o controlar el terreno, el objetivo físico, es secundario a capturar las percepciones, que es el objetivo a alcanzar en todo tipo de conflicto actual. No hay acción sin su mensaje. Estamos viendo como la guerra de la propaganda, unida a la difusión de episodios violentos con víctimas ¡nocentes, se adapta con mucha mayor facilidad a las preferencias, conocimientos y gustos de una opinión pública que privilegia aquellas informaciones sobre las que existen imágenes y que son capaces de ofrecer una cierta dosis de espectacularidad y dramatismo. Esta propaganda tiene una verdadera credibilidad entre la población local y a través, sobre todo de la TV y de internet, entre la audiencia internacional. La mayoría de las imágenes que se están viendo por la TV estos días han sido grabadas con teléfonos móviles por jóvenes de 14 a 18 años y trasmitidas vía internet a todas las TV vía satélite y vistas en todo el mundo. Estos conflictos actuales y a los que con segundad van a asistir a través de las pantallas de TV e internet y algunos de ustedes van a ser protagonistas, han sido denominados guerras de los capitanes, ya que la ventaja decisiva proviene de la iniciativa y buen juicio de los mandos subalternos: capitanes, tenientes y suboficiales. Los conflictos a los que nos enfrentamos y los previsibles por esa simbiosis entre medios de comunicación y percepciones, hacen que debamos grabar en sus mentes desde su formación en las Academias, que las sociedades modernas y con tradición democrática como la nuestra, al mismo tiempo que esperan que sus militares tengan esa ética del guerrero, les imponen los límites morales y legales que se deducen de los convenios internacionales y del Derecho de la Guerra y derecho constitucional. No hay, por muy complejo y extremo que sea el ambiente operativo, ninguna excepción: un desmán inmediatamente no corregido de uno de sus subordinados, lo conocido como efecto del cabo estratégico, quiebra el liderazgo, la cohesión, la disciplina y compromete la razón que pudiéramos tener en el empleo de la fuerza. El general de Ejército anterior JEME Coll Bucher, en su Visión del ET hacia el año 2025 decía respecto a la enseñanza: «Es necesario renovar las finalidades y los contenidos de la enseñanza para adaptarlos a las necesidades de los cuadros de mando. Debemos conseguir una formación generalista que siembre la inquietud intelectual. Hay que enseñar a aprender». Desde que ingresé en la AGM de Zaragoza en septiembre de 1968, hace 44 años, ha habido tres modelos de ingreso y 9 (nueve) planes de estudio. El penúltimo databa de 1992. La AGM siempre ha formado los mejores oficiales que en cada momento el ET necesitaba. Qué les puedo contar de esa dura oposición que se sufría para ingresar, con el sacrificio económico que suponía para los no muy boyantes sueldos de la época y con los cientos de aspirantes que tras cumplir la edad máxima se tenían que ir sin haber podido ingresar y sin ningún estudio reconocido. En 1973 se introdujo el sistema conocido como «selectivo». 1200 aspirantes acudían a un campamento intensivo en donde se seleccionaban a 600, que a continuación y durante un año recibían las clases de primero de Ciencias Físicas, impartidas por profesores de la Universidad de Zaragoza. Finalizado este curso los 300 alumnos con las mejores notas eran nombrados Caballeros Cadetes. Es decir, cada año se quedaban 900 sin ingresar, de ellos casi 300 repetían una, dos o hasta tres veces curso. Este sistema finalizó con el curso 78-79 (6 años). A continuación, se implantó el sistema de concurso-oposición cayendo drásticamente el número de opositores, pasando de 7,7 por plaza el año 2001 a 3,4 el último año (2009). El número de cadetes pasó de un mínimo de 88 el año 2001 a 150 el resto, excepto el año 2009 antes de implantar el nuevo sistema, que se elevó a 182. Como media de estos últimos años, repetían la oposición cada año algo más de 700 opositores y no conseguían ingresar, después de un gran esfuerzo económico y de tres o más años, más de 200 por año. La nota de corte de selectividad de los que ingresaban no llegaba al 6 los últimos años, y algunos de los que ingresaban (cada año más) no aprobaban todas las asignaturas del examen de oposición. Eso repercutía dentro de la Academia pues al examen de septiembre acudía una media de 60 alumnos, lo que hizo también que dicho examen de septiembre se centrase en lo fundamental para que pudieran pasar de curso. Pero esto pasaba y pasa en el sistema general de educación, donde hay casi un 25% de fracaso escolar (28% hombres y 20% mujeres) y por ejemplo un 36% de repetidores, lo que supone que un 23,7% de los jóvenes entre 15 y 24 años, ni estudian ni trabajan. En el curso 2011-2012, sin ir más lejos, se tuvo que organizar un curso de verano para que la última promoción del concurso-oposición del plan de estudios de 1992 pudiera pasar entera y a duras penas a las Academias de las Armas. Como pueden imaginar este sistema estaba agotado y no proporcionaba el oficial que el Ejército demandaba. Lo mejor que tenía el ET en enseñanza era la de perfeccionamiento, muy ágil, basada en la sinergia de conocimientos y experiencias de cuadros de mando, profesores y alumnos, adaptada a la actualidad y respaldada por el éxito de nuestros cuadros de mando, oficiales y suboficiales, en todas las misiones y destinos multinacionales en que participan. La Ley de la Carrera Militar 39/2007, en su Título IV, que por cierto era muy exigente en su aplicación, obligaba a que los futuros oficiales cursasen un título del sistema educativo general (que ha sido una aspiración siempre sentida por los militares) y que estuviera reconocido en el Espacio Europeo de Educación Superior (Declaración de Bolonia) al que ya se habían adecuado la mayoría de los ejércitos de los países aliados y que permitía una inusitada movilidad de alumnos y profesores; el Erasmus militar. El intercambio de cadetes era ya una realidad en Europa y los EEUU, siendo España de las pocas naciones por adoptar un sistema homologable (para el curso 2013-2014 está ya previsto el envío de 5 cadetes a West Point). Y ya que empecé hablando de las percepciones, déjenme que les recuerde que la percepción de los civiles, sobre todo en el mundo universitario, era que la Academia General Militar de Zaragoza constituía un gueto donde predominaba la preparación física, la instrucción, el tiro, las maniobras, las marchas, etc., sobre la preparación intelectual. Nosotros sabíamos que no era verdad, pero hoy día las percepciones ganan a la realidad. Una vez establecidas por el JEME las competencias exigibles al teniente como líder multidimensional, con una formación variada y extensa de carácter científico, técnico y humanístico, que le permita desde dirigir de forma personal y directa a combatientes, hasta coordinar actuaciones en organizaciones y ambientes multinacionales en el extremo de la complejidad, comprendiendo la singularidad y heterogeneidad de escenarios en los que deberá desenvolverse con flexibilidad y capacidad de adaptación, un equipo de expertos en enseñanza del EME, MADOC, AGM y de la Universidad de Zaragoza, consiguieron flexibilizar la exigente aplicación del título IV de la LCM teniendo en cuenta el objetivo fundamental de nuestra enseñanza que era y es formar tenientes, definió el título de grado que daba satisfacción a estos requerimientos, que se denominó Ingeniería de Organización Industrial y que fue defendido y finalmente aprobado, y que sigue siendo evaluado por la Agencia Nacional de Evaluación de la Calidad y Acreditación (ANECA). En la Memoria de Verificación de la titulación de grado en IOI que se impartiría en el CUD en la AGM, se estableció una tasa de graduación en torno al 55%, siendo en las Universidades alrededor del 30%. Es preciso notar que dicho porcentaje indica los que superarán los estudios correspondientes al título de grado bien en los años previstos (4) o bien en uno más (5), por ello en esa memoria se requería el 50% más de ingresos que egresos, convirtiendo prácticamente los dos primeros años en una oposición. Problemas económicos han impedido este aumento de plazas de ingreso. Como el número mínimo de tenientes que el ET necesita por año es de 180 y el óptimo de 200, se requería que ingresasen por año un mínimo de 270 hasta un máximo de 300. Por ello estamos luchando para que la Oferta de Empleo Público fije el número de egresados y no como ahora que establece el número de ingresos en la AGM, cifra que por supuesto tras 5 años no coincidirá con el número de egresos. Ya se vislumbra que en la 1a promoción, la LXX, vamos a tener un déficit de unos 60 tenientes, que deberán cubrirse con ingresos con titulación como así está contemplado en la ley. Esta completa y real integración en el sistema educativo general ha sido el motivo por el cual se ha modificado el propio esqueleto de la enseñanza de formación en las FAS. Ahora los créditos de las asignaturas se han cambiado por el Sistema de Trasferencia de Créditos Europeos: ECTS suponiendo cada ECTS 25 horas no sólo de clase, sino incluidas las de estudio, laboratorios, talleres, seminarios, prácticas en unidades. Cada año son 60 ECTS, por lo que el título de grado supone 240 ECTS. Yendo a lo práctico, el título de grado supone 10 asignaturas por año, repartidas en dos cuatrimestres. Lo que se ha hecho es agrupar todas las asignaturas no militares que se impartían en los diferentes cursos, en la diferentes Academias, y aglutinarlos en una estructura coherente de un título de grado dado por expertos de la enseñanza académica. A ello hay que añadir la formación militar, física, y la hoy en día más esencial que nunca formación en valores. Por ello al cadete se le inculca la cultura del esfuerzo como principio rector de su estancia en la General. Desde el primer momento se le explica que ha venido a cultivar su mente para alcanzar un grado de excelencia tal que le permita desarrollar plenamente sus cometidos como oficial a lo largo de su carrera profesional; a endurecer su cuerpo para hacerlo resistente a las fatigas que le impondrá el cumplimiento de su deber y, sobre todo, a fortalecer un espíritu militar basado en los valores esenciales de la profesión y en su materialización práctica continuada, las virtudes militares, que le apoyarán a ser el líder que de él se espera. Es decir, se le forma en la esencia para «ser», en el conocimiento para «saber» y en la práctica para «saber hacer». Por eso, a los 240 ECTS del título de grado hay que añadir otros 240 ECTS. Para disminuir esa carga de trabajo imposible de asumir en 5 años, en el título de grado se han introducido 102 ECTS de los 240 como asignaturas que denominamos de interés específico militar y que la agencia ANECA finalmente aprobó y que sirven tanto para el título de grado como para la formación específica militar como son: inglés (única asignatura que se da todos los años); investigación operativa; liderazgo; mundo actual; ingeniería del medio ambiente; información geográfica digital y teledetección; logística y organización y dirección de empresas; relaciones internacionales, derecho, además en 4o curso más de la mitad de las asignaturas del título de Grado son asignaturas específicas de cada Arma. Al final, la realidad es que en la AGM, en esos cuatro años se les exige 378 ECTS, además de las 32 semanas de instrucción y adiestramiento. Problemas del primer curso En el primer curso (2010-2011), promoción LXX de la AGM, la DIGEREM hizo una campaña de captación basada en la obtención del Título de Ingeniero Industrial (no del de Ingeniero de Organización Industrial), lo que provocó primero duras críticas del Colegio de Ingenieros Industriales, y además dejando el empleo de Teniente en segundo lugar de importancia y no, como debería de haber sido la captación para obtener el empleo de Teniente que tendría reconocido el título de grado de Ingeniero de Organización Industrial, lo cual produjo un número muy elevado de bajas a los pocos días (24). La no reposición de esas bajas durante las dos semanas de orientación y adaptación a la vida militar, como el ET había solicitado, hizo que este primer año se perdieran. El ET había solicitado la ponderación, para la nota de ingreso, de las calificaciones obtenidas en las materias de matemáticas y física pero, ante el miedo a que no hubiera suficiente número de aspirantes no se aceptó y hubo muchos ingresos de alumnos con bachilleratos de humanidades y ciencias sociales, incompatibles con la titulación de IOI; no obstante alguno de ellos progresaron a 2o (después de repetir 1o). Aunque a los suboficiales y tropa para el ingreso por promoción se les hizo la prueba de conocimientos científicos, no se les marcó puntuación mínima como estaba previsto. En este punto quiero hacer constar que, así como el personal MPTM no pudo progresar por falta de nivel y la mayoría renunció al finalizar primero para presentarse a la AGBS, 17 de los 22 suboficiales ingresados son hoy Caballeros Alféreces Cadetes (6 de ellos galonistas) y todo ello a pesar del bajo nivel que alcanzaron tanto en matemáticas como en física en la prueba para ingreso (ninguno alcanzó el 5 en estas asignaturas), a pesar del número de años que llevaban sin concentrarse en estudios y, sobre todo, a pesar de la carga familiar, ya que la mayoría estaba casado y con hijos, lo que supone un gran ejemplo y motivación para sus jóvenes compañeros ya que han demostrado que con constancia, esfuerzo y sacrificio se puede superar con éxito esta exigente formación. Los jóvenes alumnos que ingresan directamente desde colegios o institutos deben madurar pronto, y para ello solo hay un método eficaz: la perseverancia, el que persevera resiste y el que resiste vence. Resultados Académicos En la LXX Promoción (2010-2011) ingresaron en el ET (excluyendo la GC) 258 alumnos (incluidos los 43 de promoción interna), siendo la nota de corte de 8,375 (sobre 12) y la edad máxima de ingreso los 22 años. Tras la finalización del curso 2010-2011 del total de los 258 alumnos del ET iniciales: • • • 141 pasaron a 2o. 49 repitieron curso y se integraron en la LXXI promoción. 9 causaron baja por estudios (no superaron 3 de las 10 asignaturas). Asimismo 59 causaron baja a petición propia a lo largo del curso por diversos motivos (24 nada más empezar como hemos visto) y el resto principalmente alegando la dificultad de superar los planes de estudios (en su gran mayoría bachilleres no técnicos y personal de tropa). De esta LXX Promoción, del ET: • • • • 133 han progresado a tercer curso (empleo académico de alférez). 2 repiten 2o curso. 2 causan baja por agotar la 4a convocatoria. 4 solicitan voluntariamente la baja. En la LXXI promoción (2011-2012) ingresaron en el ET 245 alumnos (incluidos 10 de promoción interna: 8 S/OF+2 TROPA), siendo la nota de corte 9,5 (sobre 14) y la edad máxima de ingreso de 21 años. Tras la finalización del curso: • • • • 183 progresaron a 2o. 51 repiten curso y se integran en la LXXII promoción. 21 causan baja por estudios. 39 solicitaron voluntariamente la baja. Entre estas 39 bajas a petición propia a lo largo de todo el curso, algunos alegaron que habían ingresado en el ET para probar ya que no les había llegado la nota de selectividad para ingresar en el EA o en la Armada, y otros para no agotar la 4a convocatoria e iniciar con más oportunidades en otra Academia, así a la ÁGM de Zaragoza nos ha llegado uno de San Javier. La mayoría de esas 39 bajas fueron por falta de adaptación a la vida militar y sólo 3 alegaron verse incapaces de superar el plan de estudios de IOI. En la LXXII promoción (2012-2013) han ingresado en el ET 226 alumnos (incluidos 47 de promoción interna 22 S/OF + 25 TROPA). La nota de corte ha sido de 10,05 y la edad máxima de ingreso 20 años (a partir de este curso la edad máxima de ingreso va a ser de 19 años), con este sistema se disminuye la edad de egreso de teniente en dos años de media. Tanto la subida en medio punto de la nota de corte, que a buen seguro posibilitará que los alumnos afronten en mejores condiciones la superación de las asignaturas científicas de los 2 primeros cursos, como la aprobación de la OM 53/2012 de 20 de julio por la que se disminuye la carga lectiva durante los cursos primero y segundo pasando de 10 a 8 asignaturas por curso, son factores que nos animan a pensar que el número de alumnos que superarán los respectivos cursos aumentará. Asimismo en la asignatura que hasta ahora más les cuesta superar, la química, que solo se da en el primer semestre del 1o curso, se va a cambiar la ponderación de la nota pasando a ser las prácticas el 60% y el examen el 40%. Conclusiones finales – El proceso de adaptación al nuevo modelo está dando sus frutos, pasando del 65,4% (LXX) al 74,2% (LXXI) de progreso del 1o al 2o año. – El progreso del 2o al 3o de la LXX es espectacular (casi el 84 %) y permite pensar que será similar al porcentaje que finalizará sin problemas los tres siguientes cursos. – Conforme se consolida el sistema, el boca-oído y el ejemplo de los que ya son alféreces, elimina a aquellos que venían a probar y abandonaban a medias. – Es impensable considerar una rebaja en la calidad de la formación para mejorar las tasas de graduación o disminuir la tasa de abandono como se hacía en el sistema anterior. El sistema tenderá a normalizarse en cifras que rondarán el 80% de tasa de graduación. No olvidemos que la tasa de graduación del 55% (fijada en la Memoria de Verificación) se mide en porcentaje de alumnos que consiguen finalizar sus estudios en un año más de los contemplados como base (4) para la finalización del Título de Grado, (5 para las LXX y LXXI promociones y 6 para la LXXI I y siguientes). Esta tasa se ha visto gratamente superada. – El prestigio que supone una enseñanza exigente y de calidad es el mejor reclamo para atraer nuevos aspirantes y con mejor cualificación académica. – El Rector de la Universidad de Zaragoza, en la última Conferencia de Rectores de las Universidades Españolas, fue felicitado por la magnífica implantación del CUD en la AGM de Zaragoza. Es cierto que me comentó: «la calidad de los profesores del CUD no la tengo yo en las otras facultades (ni la de los alumnos).» Está claro que esta nueva formación requiere: constancia, esfuerzo y sacrificio, que son además valores esenciales a lo largo de su vida militar. La memorización ocupa un segundo lugar ante el pensamiento crítico, para discernir dentro del enorme flujo de información que hoy se recibe entre lo que es importante y lo que no, y la habilidad para resolver problemas, ya que el joven oficial se va a encontrar muchas veces sin un superior al lado que le diga lo que tiene que hacer; el liderazgo jerárquico del clásico mando y control, en los nuevos conflictos se está aplanando. Con esta formación, no solo se busca la adquisición del conocimiento teórico y práctico de la materia como se hacía en la formación del plan de estudios anterior, sino dominar los principios básicos sobre los que se sustenta dicho conocimiento, de tal forma que se explore el porqué de lo que se hace; realizar un profundo análisis de las posibles soluciones y buscar la resolución óptima del problema identificado, estimulando de esta forma el pensamiento crítico y la flexibilidad a la hora de abordar cualquier tipo de dificultad. En otras palabras: se trata no de enseñar «qué» pensar, sino «como» pensar. Desde el primer día se les enseña a trabajar en equipo, tanto físicamente como a través de la red, y a aprender a liderar por influencia, teniendo en mente el ambiente multinacional en el que se va a actuar dentro de un mundo en continuo cambio. No olviden que Bolonia exige que los alumnos adquieran: conocimientos (saber), competencias (saber hacer) y valores (ser), y para ello se debe pasar de la enseñanza al aprendizaje, en un contexto de autoformación a lo largo de toda la vida. Yo les puedo asegurar que para formar a estos líderes pentatletas intelectual, militar, física y moralmente, disponemos de un magnífico panel de profesores civiles y militares liderados por los mejores para enfrentarse a este enorme desafío: el Gral. Francisco Gan Pampols y el Catedrático Director del CUD. D. Antonio Elipe. Todos somos conscientes de que el cerebro de nuestros profesionales es la mejor arma de que dispone nuestro Ejército para la resolución de los conflictos modernos, por eso están poniendo todo su empeño en la excelencia en su formación. Estamos convencidos de que el conocimiento es el único recurso sostenible del que con seguridad se dispone. Pero esta formación de oficiales no es nueva, ya en el frontispicio de las Academias Militares de Formación de los oficiales de las famosas legiones romanas había un dístico que rezaba: NUNC MINERVA, POSTEA PALAS. Primero Minerva, es decir la sabiduría (ciencia), después Palas, es decir la guerra. En definitiva, con esta formación intelectual, militar, física y en valores, se pretende que el teniente adquiera una formación integral y global, al tiempo que posea las verdaderas cualidades del líder. Se busca que: desarrolle el pensamiento crítico y creativo en todos los niveles de decisión; sea un auténtico líder y promueva el desarrollo del liderazgo en el ámbito de sus competencias; cuente con una óptima eficacia en la gestión, dirección e incluso, propuesta de cambio en organizaciones militares. Para liderar debe contar con una gran capacidad de decisión desde su integridad y carácter; tener confianza en sí mismo y ser muy competente en el proceso de toma de decisiones en un ambiente cambiante y estresante; contar con empatia; tener un profundo conocimiento profesional abierto al aprendizaje constante y, por último, ser un eficaz comunicador. Como conclusión quiero subrayar que esta transformación que se está llevando a cabo en la enseñanza de formación de oficiales, es un hito que todo el ET tiene que entender, asumir, apoyar y reconocer. La entera dedicación y entrega junto con los amplios conocimientos a que se ha hecho acreedor el profesorado, tanto militar como universitario, nos hace ser optimistas del resultado, ya que van a egresar unos magníficos tenientes con todos los valores y virtudes que ello implica, sustentados en una sólida formación técnica. Como siempre, la AGM de Zaragoza proporcionará al ET los mejores oficiales que esta época demanda. Después del desgaste sufrido en la ardua tarea para introducir este necesario sistema de formación, hemos entendido los consejos que le da Nicolás Maquiavelo al Príncipe cuando dice: «Debe tenerse en cuenta que no hay cosa más difícil de intentar, ni menos segura de conseguir, ni más peligrosa de manejar, que llegar a jefe o príncipe e intentar imponer nuevas leyes, porque serán enemigos suyos cuantos aman las viejas instituciones, y tibios amigos y defensores quienes amen las nuevas». Muchas gracias por su atención.