Los últimos días del Libertador - Actividad Cultural del Banco de la

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LOS tJl TIMOS OlAS DEL LIBERTADOR
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MANUEL JOSE FORERO
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LOS ULTIMO S DIAS DEL LIBERTADOR
HOMENAJE EN EL CENTENARIO DE SU MUERTE
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1930
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Quiso Dios formar de salvajes lin grande imperio, y creó a Manco Cápac. Pecó Sil l'aza, U lanzó
(( Pizarra. Después de tres siglos de expiación lia
tenido piedad de la América, y os ha creado. a vos.
Sais, pues, ~l hombre de lin designio providencial.
Nada de lo hecho atreís se parece a lo que habéis
hecho; y para que algllIlo pueda imitaras, será preciso que llaga un mundo por libertar. Habéis [tWdado cinco repúblicas que en el inmenso desarrollo
CI que están llamadas,
deparán vuestra grandeza
{! donde ningllno ha llegado.
¡Call los siglos crecerá
Ullestra yloria como (TeCe la sombra cuando el sol
declina!
ClwquehllaIlca al Libertador, en el .t\llo Perú.
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Bol(var en 1830.
Homenaje
del Congreso
Constituyente.
La ingratitud de los unos y el desvio de los otros, el
hondo desencanto de las cosas y de los hombres, el cansancio físico producido por una existencia cuya actividad llenó
de asombro a los más valientes guerreros de su época, todo
ello culminó en el agotamiento y la extinción de la vida del
héroe a cuyo paso nació la libertad en un mundo reducido
a la esclavitud, y a cuyo soplo, inflamado en el soplo divino, surgieron de las tinieblas de la servidumbre, a la luz
del derecho, cinco naciones soberanas.
Ya desde los primeros días del afio de 1830Bolivar caminaba a su ocaso. Nada podría desde entonces detenerIe
en su descenso hacia el sepulcro. Todo sería inútil en el
empeño dé llevar una célula restauradora a su organismo
exhausto y un rayo de consuelo y esperanza a su corazón
oprimido.
Ante los ojos pensativos del Libertador se presentaban
entonces ora las escenas de confusión y espanto de la nefanda
noche septembrina, ora la visión funesta de aquellos hijos de
su propio suelo, perseguidores de su obra trascendente y
negadores de su desinterés y patriotismo; ya escuchaba las
aclamaciones de cien ciudades a quienes hizo libres su espada, ya percibía a su alrededor el trágico silencio de las
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8
LOS ÚLTIMOS DiAs DEL LlBElU' ADOR
. horas de hlto y de ostracismo vividas, también eUas, para
el servicio y la gloria de América.
No todo eran desengafios, no obstante, para el alma
conturbada del Libertador. Algungs buenos ciudadanos le
recordaban con veneración, no pOCQsle amaban y, .sofian..;.
do con las grandezas del Padre de la Patria, aguardaban
para ella días mejores, y para sus sienes el descanso y la
paz que le ofrecerifln, sus venturolipijos.
El 9 de mayo de 1830 expidió e~C()ngreso Constituyente
de la Nueva Granada el Decreto que constituyó una de las
mayores y más profundas satisfacciones de Bolívar:
"El Congreso ConstitU!!enle,....
. \.
~'Que el Libertador :Siinón BoJf\r~r-no'sólo ha dado existencia y vida a Colombia' por sus 'iilte:te$~ntes è inauditos
~fuerioi sino' que há excitadó la adMiración del universo.
por sus proezas y emii1entes'serviciosaJa 'causaamericana;
"Que ha cesado de ser Presidente de la Rep1iblica, desde que, insistiendo en)a dimiSión del ïnándQ, el Congreso
nombró su sucesorio
'
"Que el desinterés y la noble consagración de que ha
. dado las más distinguidas pruebas, desde que comenzó su
carrera pública, exigen unadeinQst;f~õn
de la gratitud
nacional; que le ponga a 'cuhiei1:o11e su generoso y sin
igual desprendimiento,
"Artículo i.o El Congreso Constituyente, a ~ombre de
la Naëión colombiana, pre¡~nta,_al' Liheriado:r SimõnBolivar el ttibuto de gratitud y de admiráci6ri a que tan justamente le han hecho acreedor SUs relevantes méritos' y sus
heroicos servicios, aja causa de:Iàemati~~~!merican~
"Articulo 2.° En cualquier l~ar_~'_Ja:República
que
habite el Libertador Simón Bolivar,' será tratado siempre
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BOLIYAH
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1.08 ÚLTIMOS DÍAS DEL LIBERTADOR
con el respeto y la consideración
debidos al primero y
mejor ciudadano de Colombia ..
"Articulo 3.° El Poder Ejecutivo dará el más puntual y
exacto cumplimiento
al Decreto del Congreso, de 23 de julio de 1823, por el cual se concedió al Libertador
Simón
Bolívar la pensión de treinta mil pesos anuales durante su
vida, desde eL día en que terminasen
sus funciones como·
Presidente de la RepÚblica; y esta disposición deberá tener
efecto cualquiera que sea el lugar de su residencia .
.
.
"Dado en Bogotá a 9 de mayo de 1830."
Acto análogo, no menos conmovedor
que el de Colombia, se registraba en el Ecuador, al propio tiempo.
Una exposición suscrita por los más distinguidos vecinos de la ciudad de Quito, llegada a Bogotá en aquellos
días, àecía al Libert~dor,
próximo ya.u partir de la capital:
"Venga Vuestra Excelencia a vivir en nuestros corazones y a recibir los homenajes de gratitud y respeto que se
deben al genio de la América, al Libertador
de un mnndo.
"Venga Vuestra Excelencia a enjugar las lágrimas de los.
sensibles hijos del Ecuador y a deplorar con ellos los males de la Patria.
"Venga Vuestra Excelencia, en fin, a tomar asiento en
la cima del Chimborazo,
adonde no alcanzan los tiros de
la maledicencia
y adonde ningún mortal sino Bolivar puede respirar con gloria inefable."
Mientras unos le ultrajaban
y maldecían su nombre,
mientras otros explotaban en su propio provecho el l1lagno·
ideal de la emancipación
americana,
mientras los menos
agradecian los inauditos esfuerzos de su brazo y se esforzaban por llevar a sus oídos una palabra de consideración y de confianza, las fuerzas de Bolívar languidecian,
amenazando extinguir su vida fecunda en toda suerte de·
bienes para sus compatriotas
y llena de esperanzas para el
territorio vastísimo a quien dio libertad.
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El viaje postrero.
Llegada a la Ciudad Heroica.
Abandonada la primera Magistratura, en la madana del
:8 de mayo de 1830 sl}lióel Libertador de Bogotá.
Pocos momentos antes de ponerse en marcha le fu~
presentada una manifestación firmada por el Presidente dè
la República, General Domingo Caicedo; el Arzobispo de
Bogotá, doctor Fernando Caicedo y Flórez; otros eminentes personajes del Gobierno, y por innumerables ciuda·danos, a la cual pertenecen los·siguientes apartes:
En la vida privada recibirá Vuestra Excelencia'
'pruebas inequivocas de nuestra adhesión a la persona de
Vuestra Excelencia. Recordaremos 'sin cesar vuestrosmé4"W>s
y,servicios, y enseñaremos a nuestros hijos a pronun,ciar vuestro nombre con tiernas emociones de admiración
y reconocimiento.
"El Cielo, que ha velado sobre vuestra conservación sa,cándoos indemne de tántos riesgos, prospere vuestros dias
y derrame sobre vos todas sus bendiciones, a que os hacen
tan digno vuestras sublimes virtudes."
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Un historiador, ilustre por mUChostítulos, refiere asi la
-escena:
"Bolívar leyó esta exposición, y hondamente conmovi.do, estrechó en sus brazos al General Caicedo, rogándole
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LOS ÚLTIMOS DÍAS DEL LIBERTADOR
que manifestase su profunda gratitud a los señores que la·.
habian firmado: se despidió de él y de los presentes, entre
los que habia algunas señoras, y montó a caballo, con los.
ojos humedecidos, tembloroso el cuerpo y palpitante el co-·
razón ..
"Los Ministros del Despacho, el Cuerpo Diplomático,
muchos militares, y ciudadanos notables, casi todos los ex",,:
tranjeros. principalmente los caballeros ingleses, que entonces abundaban en la capital, acompañaron al Libertador
más de dos leguas, y algunos rueron basta FacatativÚ, nonde debía pasar la' noche."
.
En Guaduas se detuvo y aprovechó el breve descansoque se le ofrecía para escribir una carta a don Gabriel Camacho, apoderado de sus bienes en la ciudad de Caracas,
"previniéndole que vendiese cuanto le quedase de sus posesiones, para no verse en la mendicidad en tierra extraña."
Asi tenía que hacerla el Hombre providencial, cuya vida
fue un ejemplo constante de abnegación y amor a sus
compatriotas, el antaño acaudalado hijo de don Juan Vicente Bolívar.
En Honda recibió el saludo de las autoridades municipales, así como el de respet~bles personajes de los puehlos.
circunvecinos, venidos a ella deseosos de testimoniar al Padre de la Patria el homenaje de su admiración y reconocimiento.
A instancias del Director de las minas de plata d~ Sa¡¡lfl.·
Ana, Bolivar se dirigió a ellas con el o-bjeto de visitarias, y
al volver a Honda (en donde le aguardaban los champanes
¡>'araproseguir su viaje), pasó por cerca de la antigua y memoriosa ciudad de Mariquita.
En Turbaco (localidad adonde llegó el Libertador el 25
de mayo) le fue preciso detenerse algunos dias, porque su
salud se quebrantaba rttomento por momento. Su agotamiento era absoluto, a tal punto que ni él mismo ni quienes le rodeaban, se hicieron ilusiones sobre el desenlace de
la enfermedad que le aquejaba.
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LOS ÚLTIMOS
DÍAS DEL LIBERTADOR
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El coloso a quien ninguna dificultad venciera hasta entonces, el ilustre guerrero que conociera la embriaguez de
todas las victorias, ya en Carabobo y Pichin'cha, ya en los
campos sagrados de Junin y Ayacucho, el Genio de la Guerra, al cual ningÚn ejército se opuso que no rodara convertido en polvo, el estadista en cuya mente esclarecida difundía sn luz indeficiente el amor a la Patria, ese hombre
extraordinario
por tántos títulos, vio entonces su vigor desfallecido, reducidas sus admirables energías y agostado el
,entusiasmo que le hizo superhomhre en Boyacá y le trocó
semidiós en Pativilca,
Cuando le fue posible hacerla, prosiguió el éxodo.
A su llegada a Cartagena, la nohilísima ciudad le hizo el
ret:ibimiento más espléndido que imaginarse pueda, La
Ciudad Heroica agasajó al héroe de la mejor manera posihie, enterneciendo
al Libertador la generosa hospitalidad
de sus vecinos,
En Cartagena habitó en una de las pintorescas construc-ciones del Pie de la Popa. Alli recibió, a las nueve de la
noche delLa de julio, la nueva de haber sido asesinado en
la montaña de Berruecos el :\lariscal Antonio José de Sucre,
Aquella misma noche le atacaron una fiebre lenta y un
fuerte constipado, que aceleraron !>ufin, al decir del insigne escritor General Joaquín Posada Gutiérrez, quien le
acompañaba.
Multitud de sinsabores, unidos a la extenuación
cada
vez mayor que Je agobiaba, obligaron al Libertador Simón
Bolívar a exclamar un día, en presencia del General Mantilla, don Juan ¿le Francisco Martin, don Juan de Dias Amador y otros amigos suyos:
• " .... ~le siento morir, mi plazo se cumple, Dios me llama;
tengo que preparar me a darle cuenta, y una cuenta terrible, como h~ sido terrible la agitación de mi vida, y quiero
exhalar mi Último suspiro en los brazos de mis antiguos
compañeros, rodeado de .sacerdotes cristianos de mi pais
y con el Crucifijo en las manos ...."
y afirmó' entonces su resolución de no salir de tierra
colombiana sino morir en ella, tan amada por su corazón
magnánimo.
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Disolución de la Gran Colombia.
Obligado a ello por las circunstancias, e instado por una
respetable corriente de )a opinión pública, Bolívar dejó oír
su voz, una vèz más, en momentos en que la Gran Colombia desaparecia y renunciaban el Presidente y el Vicepresidente de la Nueva Granada.
El Libertador expidió entonces, ên Cartagena (18 de septiembre), la siguiente proclama:
"Colombianos:
"Las calamidades públicas que han reducido a Colombia al estado de anarquia, me obligan a salir del reposo de
mi retiro para emplear mis servicios como ciudadano y.
como soldado..
"Muchos de vosotros me llamáis para que contrihùya a
librar la República de la disolución espantosa que )a amenaza. Yo os prometo, penetrado de la más pura gratitud,
corresponder en cuanto dependa de mis facultades, a la
confianza con que me honráis. Os ofrezco tod?s mis fuerzas para cooperar a la reunión de la familia colombiana,
ahora sumergida en los horrores de la guerra civil.
"Toca a vosotros, para salvaria, reuniras en torno del
Gobierno que el peligro común ha puesto a vuestra cabeza.
Olvidad, os ruego, hasta vuestras propias pasiones, pues
sin este heroico sacrificio Colombia no será más, dejando
la infausta memoria de un pueblo frenético, que por no en-
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LOSÚLTIMOS
DÍASDELLlBERTADOR
tenderse inmoló su gloria, su libertad, su existenCia.:.. Pero
nó, Colombianos. Vosotros sois dóciles a la voz de la religión y de la Patria. Vosotros amáis los. Magistrados y las
leyes. ¡VOSOTROS
SALVARÉIS
A COLOMBIA!
"BOLÍVAR
Cartagena, 18 de septiembre de 1830."
Empero, la misma voz del Padre de la Patria sería desoída en tan angustiosos instantes.
Cuanto podria salvaria, cuanto la llevaría a seguras
playas de ventura y de paz, fue descuidado por unos y otros.
La oritica situación de los paises emancipados en nada mejoraba, y negras nubes oscurecian el horizonie de América.
El desorden ambiente dificultaba o hácía imposible la inteligencia ciudadana, surgiendo de tal modo a la v,era de la
disoluCión y merced a ilia, caudillos ambiciosos que vendrían tan sólo a pros,tituir yenvileœr la magna obra de los
libertadores.
Sucre en Ber.r:uecos, bajo la pen.ùmbra de la selva espesa, y, Bolívar en San Pedro Alejan4rino, ala sombrl;\ de los
.afiosos t~marindos, víctimas fueron ofrecidas en holocausto por la salvación de Colombia la Grande.:
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.Llegada a Santa Marta.
Su última proclama.
A las siete y media de la noche del día 1.o de diciembre
de 1830llegó el Libertador a Santa Marta, procedente de
Sabanilla, en el bergantín nacional .1lIanuel. Hubo necesi':"
dad de transportarlo en. silla de hrazos, por serle imposible caminar y aun sostenerse en pie.
Desde aquel día el médico francés doctor Alejandro
Próspero Révérend se encargó del cuidado del ilustre enfermo. Atendida la gravedad de su estado, el Libertador
otorgó ellO de diciembre sn testamento, ante el Escribano
Púhlico José Catalina Noguera.
El mismo día recibió los ultimos sacramentos, que le
fueron administrados por el Obispo de Sant~ ~Iarta, Ilustrísimo señor Jo~-é~Iaría Esté'vez, quien le oyó en c.onfesión
y le sirvió-horas más tarde-de amanuense para escribir la
postrera Proclama con que su corazón de Padre se despidió de los colomhianos.
Oigamos con veneración sus palabras:
"COLOMBIANOS:
"Habéis presenciado mis esfuerzos para plantear la libertad donde reinaba la tiranía. He trabajado con desinterés, abandonando mi fortuna, y aun mi tranquilidad. Me
Cltimos dias. del Libertador-2
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18
LOS ÍJLTIMOS DiAS ~
UBEBTADOR
separé del mando cuando me persuadi que desconfiabais
de mi desprendimiento. Mis enemigos abusaron de vuestra
credulidad, y hollaron lo que es más sagrado: mi reputación y mi amor a la libertad.
"He sido victima de mis perseguidores, que me han conducido a las puertas del sepulcro. Yo los perdono.
"Al desaparecer de en mèdio de vosotros, mi cariño me
dice que debo hacer la manifestación de mis últimos desèos:
no aspiro a otra gloria que a la consolidación de Colombia.
Todos debéis trabajar por el bien inestimable de la unión.
Los pueblos, obedeciendo al actual pobierno para librarse .
de la anarquia; los ministros del santuario, dirigiendo sus
oraciones al Cielo; y los militares, empleando su espada en
defender las garantias sociales.
"COLOMBIANOS: mis últimos votos son por la felicidad de
la Patria. Si mi muerte contribuye para que cesen los partidos y se consolide la unión, yo bajaré tranquilo al se- pulcro.
.•
"SIMÓN
BOLÍVAR"
Despedirse de sus amigoS' con la frase consoladora y vehemente, de sus enemigos con los acentos sublimes delperdón, decir adiós a cuanto habla amado con amor profundo, legándolo todo al suelo querido; exhalar el postrer
aliento, persuadido de la bondad de aquellos grandes ideales a quienes!consagró su existencia; lanzar la palabra de
unión en los momentos en que la obra trascendental amenazaba hundirse, "hacerse grande en el infortunio como se
había hecho 'grande en la gloria", s610 pudo realizado el corazón del más puro entre los hijos de América.
En su Proclama, Bolivar enseñó con la suprema elocuencia de los postreros dias en cuánto debe estimarse la
Patria y cómo es preciso serviria; repitió Jos preceptos que
durante los años de [su vida pública habia difundido por
. doquiera, y dejólel testimonio clarísimo de su carifio aJos
mismos que:amargaron sus horas y llenaron de acíbar la
copa que acercaba a sus labios.
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El 17 de diciembre de 1830.
En breve la estancia se cubrió de sombras.
Alli estaban, unidos en un solo haz por la desolación y
la muerte, los corazones de todos los bravos de Colombia;
aUi se encontraban, sumidos en sepnlcral silencio, los guerreros qne dieron lustre a su Patria en mil combates y pusieron en alto el pabellón sagrado de la Patria en las recias
batallas libertadoras.
Todos callaban. En la testera de la celda un Crucifijo
extendía sns brazos sobre el cadáver venerando. Ocho cirios disipaban un tanto, con su amarillenta lumbre, las hondas tinieblas y velaban al héroe, cuya existencia se había
apagado a la nna de la tarde de aquel infaust~ dia.
Sentados unos, de pie otros, todos los circunstantes tenían el espiritu abrumado por la pesadumbre y las pupilas
nubladas por el llanto.
Era el 17 de diciembre de 1830.
Los ojos del Libertador habían dejaJo de ver y el corazón de palpitar dentro del noble pecho, pero su imagen
gloriosa comenzaba a dibujarse con rasgos de amor y gratitud en el alma de sus hijos.
Aciaga tarde aquella en que al estertor del ilustre moribundo se unieron los lamentos de las cinco Repúblicas por
él nacidas a la vida de la emancipación, y en la cual se con-
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"20
LOS .ÚLTIMOS DiAS DEl..UBERTADOR
fundieron en un sollozo inmenso e interminable· el d91órido
acento de los acompafiantes de su agonia yel gemido de
la brisa murmuradora en e! bosque cercano a San Pedro·
Alejandrino.
Pálido el rost~ó, cerrados los labios exangües, en un
triste abandono las finas manos redentoras, reposaba el
cuerpo inanimado, cubierto con el paoellón cuyos colores
bañara con los destellos de su gloria. Y su espíritu excelso,
desprendído de la corporal envoltura, eÚlpezab? a vigilar
la penosa marcha de las naciones a cuyo servicio se consagró durante la plenitud de su vigor y de su g~nio.
•.Colombia, vestida de luto, se hallaba representada en el
lúgl~bre aposento en la persona de sus mejores soldados y
de sus más adictos ciudadanos. Mas no sólo se encontraban alii cuantos alentaban. en el mundo de Jo~ vivos: presentes deploraban en su mudez sinnom:bre )a orfandad de
la República, los manes de los esclarecidos patriotas que
dieron la púrpura de su sangre o' la .esplendidez de sus es·fuerzos como contribución a la epopeyà emancipa<,lora.
Sucre, Ricaurte, Nariño, Girardot, Córdoba, Francisco
Miranda .... Alií estaban. Y contemplando ~l Libertador re- .
novaban la memoria de su sin par grandeza.
Presentes se hallaban, asímismo, las nutridas ;alanges
de soldados heroicos caidos en Boyacá, en Junín, en IflS
Queseras yen el Pantano de Vargas; los humildes que dieron su sangr~ en Ayacucho y en Mar.acaibo, eh Bomboná y
Tenerife. Sangrando uno~ todavía, otros rasgada la modesta
blusa, bajo la cual latiera un corazón bien pùesto, todos
portando el fusil, a cuyo empuje rodó vencido -el veterano
enemigo y ascendió al trono sacrosanto la bandera querida.
A la pálida luz de los cirios brillaban con extraños fulgores las armas de los valientes a cuyó paso las multitudes
granadinas enloquecían de gozo, y ante las cuales huyeron
-despavoridos los vencedores otrora en Bailén yen Pavia.
En presencia del Libertador muerto inclinaban ]a cansada
cabeza los descendientes del indio somètido por el conquistador ibero tres centurias antes; mas ahora se inclinaban
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LOS (;LTIMOS
DÍAS DEL LIBEHTADOR
2t
en silencio las tostadas frentes, como doliente homenaje y
sen,tido tributo al vengador providenciál de la extinguida
raza.
Vibraban los clarines, resonaban las trompetas innúme-ras, ensordecían los atambores; pero ya no inspiraba sus
acentos el regocijo de la temprana victoria sino la pesadumbre del vencimiento postrero. Y llevaba el , viento los.
sones ,doloridos, ora a las espesuras de la fronda, ora hasta las
desiertas orillas del mar gemebundo.
Claras voces de mando, venidas de Guayaquil y del Avi-la, de Lima y Chuquisaca, dianas mil veces repetidas, piafar de impacientes corceles, nostálgicos cantos de victoria,
llegaban a los oídos de los circunstantes, conmoviéndolos
en la suprema des~laciÓn. Los estandartes sagrados ya no
tremolaban en el Chimborazo inalcanzable ni en las alturas
del Cundurcunca; todos descansaban al lado del héroe sin.
segundo, .como entristecidos por desventura tánta!
.... Allí el justo Abel llorado en Cartagena por el Libertador Siinón Bolivar. Berruecos estaba lejos, no le alcanzaban a divisar las miradas, le cubría la tiniebla espesa. Los
gritos azorados de los asesinos se perdían entre el boscaje,
y el silbido de las balas homicidas en la maraña tupida.
Creyeron los traidoreslhaber muerto a quien más puro santuario había ofrecido en su pecho al hijo de Caracas, y con:
él, a su mejor amigo. No se engañaron. Pero la sangre del
Sacrificadó cayó como una maldición que los hombres no·
entienden pero el Cielo lanza desde las alturas como el rayo
la tempestad enfurecida.
Y en estos momentos tocaba a Sucre velar el cadáver
del Padre de la Patria. Le seguía en muerte como le había
seguido en vida, tan fiel como solícito. ¡Y alzaba al firmamento los brazos proceros, entre los cuales estrechó tántas
veces alJienio contra su propio corazón!
.... Allá a lo lejos se alcanza a divisar la casa de San
Mateo. Los españoles se precipitan sobre ella como un alud
que hará sucumbir a los independientes.
El peligro crece.
El estandarte del Rey avanza entre vitores triunfales. ·~odo.
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LOS ÚLTIMOS DÍAS DEL LIBERTADOR
será perdido dentro de algunos instantes, y de los patriotas
sólo quedará la memoria infamante. Sólo el sacrificio podrá obtener la restauración ambicionada. ¡Yvuela, envuelto en clámide de llamas, el cadáver destrozado de Antonio
Ricaurte!
¿Y Córdoba? También le había amado, y por eso estaba
.a la vera de su lecho de muerte. El sable del'asesino había
hendido su cabeza en donde sólo cupo la idea rede~tora.
Pero habra dejado intacto el cora~ón, y en él siguió ardiendo, como votiva lámpara, el afecto sin limites ni ocaso ha:
cia el General en cuyo ejército habia militado cubriéndose
de gloria y aprendiendo la inmensa lección del heroísmo.
Y como su vida fuera un homenaje a la libertad, rindióla
en El Santuario por ella.
Girardot, Páez, Rondón, Anzoátegui, la Legión Británica,
eon Rook a Ia cabeza, Abdón Calderón, muerto gloriosamente en Pichincha pero.vivo en el corazón del soldado, los
lanceros que el Llano envió como una pléyade que no sabia
.combatir sino para vencer, ,todos miraban de hito en hito
el cadáver del Libertador, abrumados por la m~nitud de
una pérdida realizada en un instante fatal y que costaría
siglos de dolor a cinco Repúblicas americanas.
Son miriadas, llegadas tile remotós paises, las que a lo
lejos se adivinan. Y el cortejo interminable solloza, y todos
ocultan el rostro entre las sombras funerales. ¡I;Iamuerto
un hombre pero se creeria que ha muerto un diosl
Y mientras avanza la noche y el silencio se hace más
profundo y desolador, los bravos 'guerreros de Colombia la
Grande desfilan como en là víspera gloriosa de Junín, presentando las armas y empañando con lágrimas del alma las
dolientes pupilas ....
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DOCUMENTOS
Diario del doctor
Alejandro
Próspero
Révórend,
médico del Libertador.
Testamento
Relación
de los últimos
del General
Proclama
honores
hechos al cadáver
Simón Bolívar.
del General
Presidente
Sa"
del Libertador.
Rafàel Urdanota,
do la República,
Pedro Alejandrino,
por Guillerrno
V~cnoi".
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Diario sobre la enfermedad q~ padece el L~bertador
Simón Bolívar, y método curativo seguido por el médico de cabecera, doctor Alejandro Próspero
Révérend •.
BOLETÍN
NÚMEno
t
Bolívar llegó a esta ciudad de Santa Marta a las siete y media de
la noche del dia l.· de diciembre de 18:m, procedente de Sabanilla, en
el bergantin nacional Manuel, y habiendo venido a tierra en una silla
de brazos, por no poder caminar, le encontré en la siguiente situación:
cuerpo muy naco y extenuado, el semblante adolorido y una inquietud de ánimo constante. La voz ronca, una tos profunda con esputos
viscosos y de color verdoso; el pulso igual pero comprimido; la digestión laboriosa. Las frecuentes impresiones del paciente indicaban
padecimientos morales. Finalmente, la enfermedad d~ Su Excelencia
me pareció ser de las más graves, y mi primera opinión fue que tenia
los pulmones dañados. No hubo tiempo de preparar un método formal;
solamente se le dieron unas cucharadas de un elixir pectoral compuesto en Barranquilla.
Santa Marta, diciembre 1.. de 1830,alas ocho de la noche.
IH;vÉREN~
BOLETÍN NÚMERO
2
Su Excelencia pasó mala noche, desvelado y tosiendo, principalmente por la madrugada. Tuve más lugar de reconocer el temperamento del paciente, que se puede clasificar en los biliosos-nerviosos.
Además de tener el pescuezo delgado, liene también el pecbo contrai-
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u26
LOS ÚLTIMOS DiAs DEL LtBERTADOR
.do, y agregando a estas señales la amarillez de su rostro, opiné que la
"enfermedad era un catarro pulmonar crónico, tanto más cuanto que
.yo reparaba los esputos de color verdoso. FUe «;lela misma opinión t!l
doctor M. Night, cirujano norteamericano de la goleta de guerra
..{;rampus de los Estados Unidos, que casualmente se lJ.allaba en esta
plaza. A las diez de la mañana conferenciéèon el doctor M. Night para
-arreglar un método curativo, y lo hicimos en estos términos: los remedios pectorales mezclados con los narcóticos y expectorantes,
dando al mismo tiempo una pequeña dosis de ,'mIfato de quinina para
<entonar el estómago. Por alimento, las masas de sagu, pollo y caldo.
Santa Marta, diciembre 2 de 1830,a las ocho de la noche.
RÉVÉREND
BOLETíN NÚMERO
3
La noche pasada fue un poco más tranquila, pero siempre éon la
,tos Y los mismos esputos. Es de advertir que Su Excelencia tiene
,mucha repugnancia para tomar los remelijos y aun los alimentos, lo
que se puede atribuir a la desgana que tiene. También debe notarse,
que duerme solamente dos o tres hor.as en las primeras de la noche,
Y el resto lo pasa desvelado, Y como con pequeños desvarios. El mhl~
.mo método, y además el cuarto ventilado, procurando que el pecho y
.los pies esluvierl\n cubiertos .
. Santa Marta, diciembre 3 de 1830,a las ocho de la noche.
RËV¡:;REND
BOLETtN NÚMERO
4
La noche pasada no fue molesta; esta mafíana hubo unos vómitos
.que Su Excelencia atribuyó a una taza de leche de burra, y no continuó tomándola. La misma tos, expectoración y desgano; con todo, el
pulso parecido al natural, aunque por la noche se vuelve algo febril.
Por la tarde, estando presente el seilor doctor M. Night, se quejó Su
Excelencia de un dolor interno correspondiente al hueso este no; se le
.·aplicó entonces el emplasto de pez de Borgoña en la parte dolorida,
.y se alivió bastante.
El demás método Y alimentación, lo mismo que en los días ante¡Fiores.
Santa Marta, diciembre 4 de 1830,a las ocho de la noche.
RÉVÉREND
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LOS ÚLTIMOS DiAS DEL LIBERTADOR
BOLETÍN NÚMERO
5
La noche pasadl no fue buena, y a pesar de seguir con los mismos
remedios ya indicados, pasó el dia más molesto que los anteriores.
El dolor del pecho le creció y propagó en el costado derecho. También un poco de hipo; pero no fiausaba al paciente mucha molestia.
El dolor del pecho se curó con una untura anodina, y mediante una
píldora calmante se sosegÓ. El mismo método y los mismos alimentos. Su Excelencia volvió a la costumbre de encerrarse; en este dia se
pensó buscar en el campo un temperamento más fresco y más puro
<Iue el de la ciudad; el mismo paciente lo deseaba con ansia.
Adición: Habiendo tenido que seguir en la goleta Grampus el doctor
Night, de que es cirujano, yo me quedo encargado de la asistencia de
Su Excelencia el Libertador.
Diciembre 5, a las nueve de la noche.
RÉVÉRE~D
BOLETÍN NÚMERO
6
La noche pasada fue regular mediante una píldora calmante que,
toma Su Excelencia el Libertador. El dolor del pecho habia desaparecido, y la expectoración era menos. Habiendo Su Excelencia manifestado el gran deseo que tenia de ir al campo, y de acuerdo con sus
.amigos, que también opinaban como yo, que le seria provechoso el
.aire del campo, salió Su Excelencia por la tarde para la Quinta de San
Pedro Alejandrino, donde llegó bastante bien, y contento del viaje,
que decía le había aprovechado, pues le condujeron en berlina. En
fin, estaba muy satisfecho, y e!'ltaconfianza fomentaba las esperanzas
de sus amigos. Los mismos remedios y los mismos alimentos; además
se hizo un poco de aguas de goma arábiga por tisana común.
San Pedro, diciembre 6, a las nueve de la noche.
RÉvf:RE~D
BOLETÍN
NÚMERO
7
Su Excelencia pasó una buena noche y el dia contento, alabando
mucho la mudanza de temperamento, o más bien el hallarse en el
campo; el pulso permaneció siempre regular, y observé -poca cantidad
de esputos; además de las medicinas ya indicadas, tomó un baño emoliente tibio, y no tuvo novedad. Es el mejor dia que ha tenido Su
Excelencia después' de su llegada.
Diciembre í, a las ocho de la noche.
RÉVÉREXD
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28
LOS ÚLTIMOS DIAS DEL LIBERTADOR
BOLETIN NÚMERO
8
Anoche principió a variar la enfermedad de Sú Excelem'.ia. Además del pequèño desvario que ya se le habia notado, estaba bastante
amodorrado, tenia la cabeza caliente y los extremos frios a ratos;)a
calentura le dio con más fuerza, le entró también el hipo con más
frecuencia y con más tesón, pero sin molestar al paciente. Lu expectoración fue menos y el desvelo más grande: Sin embargo el enfermo
disimulaba sus padecimientos, pues estando solo daba algunos quejidos. Se le puso un emplasto anodino narcó'tÎco en el epigastrio, y
mediante unos remedios antiespasmódicos se sosegó un poco; ·pero se
le observaban de un modo sensible, entorpecimientos en e I ejercicio
de sus facultades intelectuaíes. Me pareció ser un efecto de hi supresión .de la expectoración y que la materia mortificaba por UIl movimiento metostástico del pecho subia a la cabeza. Se usaron entonces
los. remedios refrigerantes en la cabeza, JOs revulsivos en los extremos inferiores, las frotaciones ~stimulant~s lejos del paraje atacado,y
finalmente, cuantas medicinas podián hacer derribar la congestión en
el cerebro ...
Diciemb,'e 8, a las ocho de la noche.
BOLETíN
NÚMERO
9,
La noche fue baslante molesta, mucho desvelo; poca expeetoracion, ellúpo repitió con bastante fuerza, algún delirio; el pblso más
. frecuente y apretado; sudor ninguno. Cuando le· p!'eguntaban a Su
Excelencia si lenia algún dolor, siempre contestaba que nó, por lo
, que se conocía que el sistema nervioS1>estaba atacado. Han seguido
los ·remedios calmantes aRodinos y el mismo método que el día anterior. Por alimento: sagú, gelatina y caldos.
Diciembre 9, a las ocho de la mañana.
BOLETíN NÚMERO
10
A pesar de "tener el cuerpo más despejado le siguió la misma modo. rra. La lengua ha estado algo trabajosa a ratos. Calor en la cabeia, y los
extremos fríos, Un pediluvio y las manos puestas en agua tibia restablecièron el equilibrio de 10$ humores. Arroja alg1.ttios esputos de la
misma calidad que antes, con sensaciones de dolor al pecho, princi-
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LOS ÚLTIMOS niAS DEL LIBERT AODH
pahuente hacia cilada izquicrdo: Linimentos anodinos en las partes
doloridas, y el uso de los revulsi\'os siempre lo mismo. Por la tarde
se le recargaron los males, pero solamente por la noche se le notÓ delirio. A pe~ar de tener algún trabajo cn expresarsc, gozaba enteramente de juicio.
Dieiembre U, a las nUC\'e de la noche.
HÉ.\'ÉKE~O
BOLETÍ:-¡
:-¡ÚMEHO
11
1)os o tres horas de sueño l'II las primcras de la noellI' y con alguna inquietud. El resto de ella lo pasÓ Su ExceIeneia desvelado,
conversanùo solo, y de consiguiente deliraba. La mayor parle del
tiempo era Ull quejido continuo; pero el paciente siemp're contestaba
que estaba hueno. :-':0 pudo restablecerse la expectoración como
antcs; de consiguiente tuve más motivo para àeer que iba a efectuarse la metastasis.
Se continuÓ en l'luso de los calmantes y por otra pal'te los revulsivos.
Diciembre 10, a las ocho de la mañana.
H¡::Vl~RE~D
BOLETí~
NÚMEHO
12
Como ùe costumbre tenía mas despejo de dia, por la noche le crecieron los males ea'll más fuerza. De cuando en cuando la misma modorra, pero al despertal'se hablaba con sercnidad y claridad. Sin embargo, apal'ccieron los sintomas de congestión en el cerebro. Como
Su Excelencia es de naturaleza estreñida, se le dieron dos píldoras
purgantes para cvacuarlas, y no le hicieron cfecto, a pesar de dos lavativas que se le echaron. Lc atacó el hipo de nuevo, y tuvo más arqueadas. Cn parche anodino le restableció la quietud, pero siguiendo
siempre las mismas señales inminentcs de una congcstión cerebral,
se le puso fin cáustico o vejigatorio en la nuca a las dos de la tarde,
continuando los mismos remedios revulsivos y anodinos. A las ocho
y media de la noche se levantÓ el cáustico, que le había hecho poco
efecto, por lo que sc le puso otro inmediatamente en el mismo paraje.
Bebió el agua de goma por tisana comÚn. Habiendo estado por la
tarde más despejado a beneflcio dcl cáustico, Su Excelencia hizo sus
disposiciones espirituales y temporales con la mayor serenidad, y no
le reparé la menor falta en el ejercicio de sus facultades intelectuales,
lo que atribuí también al efecto del vejigatorio.
Diciembre 10, a las nucve de la noche.
R¡:;V¡:;RE:-iO
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LOS ÚLTIMOS DiAS DEL LIBERT~DOR
BOLETíN NÚMERO
13
Mediante los vejigatorios en la cabeza y frotaciones et:lel espinazo, como también sinapismos en los pies, am"aneció con menossopor~
Sin embargo, la noche fue molesta y con algún delirio. Amedia nochele entró la calentura con alguna fuerza. Su Excelencia tomó cucharadas de UDapoción antiletárgica que le hizo regular efecto. El hipo no
fue tan tenaz; pero siempre seguian los demás sintomas graves.
Diciembre 11, a las ocho de la mañana.
IÜ;YÉREND.
BOLETÍN NÚMERO
14
Después de la curación del vejigatorio que levantó regular y que.
no causó mucho dolor a Su Excelencia, hubó una deposición copiosa
provocada por una lavativa purgante. Lós ataques del hipo no fueron
tan fuertes ni tan frecuentes. Con todo hubo modorra con dolo!" en la
cabeza y frio en los extremos. Por la tarde Su Excelencia tuvo ardor
en la orina, se le dió el agua de linaza, y un pequeño delirio se notócerca de las seis; el pulso más frecuente y apurado. Se continuó el
mismo método; es decir, refrigerantes en la cabeza, frotaciones estimulantes en el espinazo, sinapismos a los pies, lavativas excitantes,
y también una mixtura pectoral incisiva para excitar la expectomcîón.
Diciembre 11, a las ocho dè la noche.
RÉ\"ÉIŒND.
BOLETÍN NÚMERO
15
Su Excelencia pasó mala noche, desvariando a menudo. Sin embargo el vejigatorio había" purgado algo. El pulso frec~nte y más
comprimido que nunca; grande exasperación en los sintomas. Orines.
involuntarios con sensación de dolor. No hubo hipo. Se siguió el
mismo método, pero con poco efecto en los resultados, pues amaneció
menos despejado que el día anterior. Al curar el vejigatorio se le untó.
más arriba de la nuca con el linimento vesicante de Gondret; iumediâtamente le causó el pequeño dolor que proviene de su aplicación.
Diciembre 12, a las ocho de la mafiana.
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LOS ÚLTIMOS DIAS Dlw. LIBERTADOR
BOLETiN NÚMERO
16
Desde las ocho de la mañana hasta el medio dia tuvo las ideas algo
confusas, conversando a ratos con alguna serenidad. Por la tarde se
despejó y tuvo algunos momentos tranquilos. La tos se aumentó y la
expectoración un poco más; el pulso siempre febril y apretado; frio en.
los extremos y calor en la cabeza. El vejigatorio purgó poco y ellinimento vesicante de Gondret hi'Zopoco efecto. Por agua comÓn la tísana de la semilla de linaza;la mixtura pectoral, y los alimentos fueron
una o dos tazas de caldo, la gelatina y varias tazas de sagú. Hubo una
deposición provocada por una lavativa. La gana de comer es muy
poca y la sed ninguna.
Diciembre 12, a las nueve de la noche.
IH;vf;I\END·
BOLETÍN NÚMERO
17
La noche del 12 a113, Su Excelencia la pasó con mucha inquietud
y desvelo, mudándose cada rato de la cama a la hamaca y de la hamaca a la cama, con unos quejidos continuos, pero sin poder explicar
sus achaques. Orines ipvoluntarios, frecuentes y en poca cantidad.
Tos seca y muy a menudo, pero sin expectoración. El pulso frecuente
y más blando que ayer, pero más deprimido. La voz algo pesada y.la
expresión más trabajosa. El vejigatorio ha purgado poco. Finalmente,
Su Excelencia está más abatido que en los dias anteriores. La cabeza
siempre calurosa. Hcfrescos a la cabeza y tisana emoliente pOI'agua
común. Sagú por alimento.
Diciembre 13, a las ocho de la mañana.
BOLETÍN
NÚMERO
18
En este día se han agravado los síntomas de la enfermedad de Su
Excelencia, y aun se ha aKfegado otra complicación, que es unairritación de los órganos digestivos, pues la lengua, de húmeda que estaba hasta ahora, se ha puesto un poco seca, áspera y colorada en sus.
orillas. Varias veees ha tenido bascas y aun ha vomitado. La misma
confusión'en las ideas y aberración en la memoria. Calor en la cabeza,
pero menos que en los dias anteriores; el frio en los extremos también ha sido menos. lIa seguido la tos seca sin expectoración, pero-
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LOS ÚLTIMOS DiAS DEL LIBERTADOR
con un escupir continuo. Orines involuntarios a veces, 'aunque no
muy frecuentes. El semblante muy abatido. EI'pulso por la tlU'de fue
suave, pero es de advertir que esa disposición no es constante. No se
ha quejado tanto Su Excele~cia, pero tampocQ ha explicado sus dolencias. Las sensaciones están como ¡entorpecidas. Refrescar la cabeza, llamar al calor a los extremos, calm-arla tos con agua mucilaginosa,
ha sido'el método de hoy, y el sagú por alimento; el vejigatorío ha
purgado poco .•
Diciembre 13, a las nueve de la noche.
RÊ\'ÉHEXD
'BOLETfN NÚMERO
19
La noche del día 13 al 14 Su Excelencia ha tenido un poco de descanso, efecto de un julepe anodino, y untura emoliente en el pecho.
Desde las doce hasta ll\s seis de la mañana durmió sin despertarse, y
de consiguiente sin toser. Sin embargo, sigue el entorpecimiento en
las scnsaciones; la lengua está, húmeda y menos irritada; la voz ronca,
y mientras dormia el pecho le silbaba. Hay siempre incontinencia de
la orina. El pulso está menos frecuente y algo blando. El vejigatorio ha purgado algo; después de habedo curado, Su Excelencia ha
tenido unas bascas y un vómito. Tisana pectoral, untura anodina en
~l pecho, y sagÚ por alimento .
. Diciembre 1-1,a las ocho de la mañana.
BOLETiN NÚMEUO
20
.
"
,
.
El Libertador se va empeorando más. El pulso, de regular que estaba a las ocho, se ha vueito deprimido. Los extremos se mantienen
frios. Un sopor casi de continuo se ha apoderado de- Su Excelencia.
El semblante está más abatido y pronostica la proximidad de la
muerte. Tose muy poco y nada expectora. Fortificantes y estimulanlantes al exterior ..
Diciembre 14, a las once de la mañana.
RÉVÉI\END
BOLETiN NÚMERO
21
Su Excelencia sigue en el mismo estado de postración y. aun peor.
Poco a poco se le van agoiándo las fuerzas vitales. J)ecubUo en las
espaldas, coma vigil, el facies algo hipocrático, el sopor lo mismo, la
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33
LOS ÚLTIMOS niAS DEL LIBERTADOR'
respiración estertorosa, palabras balbucientes, y frío excesivo en los
extremos, son los síntomas que tiene el enfermo. Ninguna esperanza
,nos queda. Siempre se usan los fortificantes interior y exteriormente.
Sagú con vino es el alimento que puede pasar.
Diciembre 14, a la una y media de la tarde.
BOLETí~
NÚM~RO
22
Su Excelencia sigue siempre declinando. Los únicos remedios que
se usan)on los fortificantes. El sopor permanece, lo mismo que los
demás síntomas expresados en el boletin anterior número 21.
Diciembre 14, a las cuatro de la tarde.
RÉVÉREND
BOLETíN :'IlÚMJo.RO2:1
Su Excelencia está en el mismo estado de postración. Sin embargo, no han crecido de un modo sensible los síntomas expresados en
los dos boletines antecedentes. El pulso está siempre deprímido, los
extremos fríos, las palabras balbucientes, cte., pero el hipo no ha sido
tan a menudo esta noche. El vejigatorio purga poco y tiene la llaga
un color blanquízco. Se sigue el mismo método; es decir, fortificante
al exterior y al interior, sinapismos, y untura anodina en el peeho.
SagÚ con vino por alimento.
Diciembre 14, a las nueve de la noche.
HÉVÉHE:-iD
BOLETíN N(;MERO
24
se
Su Excelencia
halla casi lo mismo, con la diferencia que los
sintomas han perdido algo de su fuerza. ~sí es que el calor ha vuelto
:.los extremos,el pulso está menos:deprimido, etc. Además, ha arrojado algunos esputos. A pesar de las pocas esperan~as, siguen siempre
los fortificantes y alimer..tos nutritivos, como el sagú con vino.
Diciembre 15, a las seis de la mañana.
RÉVÉREND
Los últimos dias del Libertador-3
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LOS ,ÚI.TIMOS DiAS DEL LIBERTADOR
,
Su Excelencia sigue 'lo mismo y aun..I~ vuelve a ratos el hipO.
Está siempre en el mismo desvario: La tos se ha vuelto seca Y no es·
puta casi nada. La lengua seca en su centro. El pulso' menos blando.
Sin embargo, el frio en los extremos no ha vuelto, como ayer. Medicamento pectoral. Sagú por alimento cada dos horas.
Diciembre 15, a la una de'Ia tarde.
RÉVÉREND
BOLETÍN Nú¥ER026
El estado de Su Excelencia es' siempre edUco. Él mismo desvario,
palabras balbucientes, semblante más decaído, estupor en el rostro,
orines en pequefia cantidad; voz ronca, la lengua algo seca, poca..expectoración. Las fuerzas. vitales estimuladas por el arte no bastan
para tánta complicación, y por consiguiente hay muy poca, o mejor
decir, ninguna esperanza de conservar la ,vida de Su Excelencia él,
Libertador. Sin embargo, siguen los remedios pectorales, y unturas
anodinas en el pecho; refrescos en la cabeza; y frotaciones espirituosas en los extremos. Sagú por alimento.
Diciembre 15, a las cinco de la tarde;
RÉVÉREND
BOLETiN NÚMERO 27
Vuelven a agravarse los síntomas peligrosos de que se ha. hablado
antes en los últimos boletines. Ha vuelto el hipo a menudo, la cabeza
se ha puesto calurosa, y el frío ha invadido otra vez los extremos; de '
consiguiente ha resultado el desvario continuado que Su Excelencia
tiene desde esta tarde. La voz se l}.apuesto más ronca, y las palabras
balbucientes. Nada de despejo en todo el dia. El pecho no se afloja,
aunque la tos no l'S mucha. Los orines son pocos. Refrescos en la cabeza, dos ventosas en las espaldas, y dos vejigatorios en las pantorrillas;' el de la nuca ha purgado' poco. Se le dieron' dos cucharadas de
una poción antiespasmõdica, y se contuvo el hipo. Tisana pectoral incisiva por agua común. Se le pusieron dos lavativas. Por alimento'una
, taza de sagú cada dos horas.
'
Diciembre 15, a las nueve de la noche.
R:tVÉREND
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LOS ÚLTIMQS
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DiAS .DEL LIBERTADQR
BOLETíN
NÚMERO
28
Los síntomas delmul se están exasperando por momentos. El desvario continúa, los orines están parados, el hipo no eede,los extremos
muy fríos. El semblante ha vuelto a ponerse hipocrático. El pulsó
está miserable. ¡~unca habia llegado Su Excelencia a tan sumo grado
de postraciÓn! Frotacioncs espirituosas en los extremos, poción antiespasmódica. una cucharada de un cordial. Desde las nue\'e de la
noche no había tomado alimento. Se le prepara actualmente un poco
de sagú con vino.
Diciembre Iii, a la una de la madrugada.
BOLETÍ~
;Il(;~lEltO
29
Por los muchos estimulantes y fortificantes se sostiene la vi<ia de
Su Excelencia. lia vuelto .un poco de calor a los extremos, el pulso
no está tan decaído, pero vuelvo a decirlo, es sÓlo el estimulo de los
remedios. AÚnno se han curado los vejigatorios, pues habiéndoselos
quitado a media noche el mismo paciente, fue necesarioreponérselos.
Frotaciones espirituosas en los extremos, anliespasmódicos al interior, son los remedios que se le están haciendo. El sagÚ con vino por
alimento.
Diciembre 16, a las seis de la ma1Ïana.
BOLETÍS
:-;ÚMEHO
~10
Su Excelencia va siempre declinando, y si vuelven las fuerzas vitales a sobresalir alguna vez, es para decaerse un rato despues; finalmente, es la lucha extrema de la vida con la muerte. El vejigatorio de
la nuca ha purgado bastante; pero los que se pusieron anoche en las
'pantorrillas han hecho muy poco efecto. Los orines se han suprimido.
Siguen siempre las frotaciones espirituosas en los extremos, las bebidas antiespasmódicas, unturas emolientes, y lavativas. Sagú cada dos
horas.
Diciembre 16, a la una de la tarde.
Rtvf:REND
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LOS ÚLTIMOS DlAS DBL LlBER1'ADOR
;
BOLETIN 1WMERO
.. -'--
'S1
Todos los sintomas de la enfermedad de Su Excelencia han vuelto'
'a ~xasperarse; además se le ha notado otro sintoma malo, y es que ha
echado orines ensangrentados. La respiración es más trabajosa, y'
lÍ:penashan purgado los vejigalorios, prinçipalmente los de las pantorrillas. Frotaeiones espirituosas en los extremos, antiespasm6dico al '
interior, etc. Sagú por alimento ..
Diciembre 16, a las nueve de la noche.
Hf:vÉREND
BOLETÍN NÚMERO 32
Todos los sintomas están llegando al últbno grado de intensidad;
el pulso está en el mayor decaimiento; el facîesestá más hipocrático
que antes; en fin, la muerte está próxíma.Frotáciones
estimulantes,
e:ótdiales y sagú. Los vejigatorios han purpdo muy poco.
Diciembre 17, a las siete de lanuiñana.
BOLETÍN NÚMERO
33
Desde las ocho hasta la una del dia, que ha fallecido Su Ext'elencia el Libertador, todos los sintomas han sefíalado más y más la
proximidad de la muerte. Respira,ción anhelosa, pulso apenas sensible, cara hipocrãtica,.supresión total de orines, etc. A las doce empezó el ronquido, y a la una en punto expiró el Exceleotisimo señor
Libertador, después de una larga agonia pero tranquila.
SilO
Pedro, diciembre 17, a la una deldí~ .
. Es copia; fecha a la una y media de la tarde,
Cepeda, Secretario
I;a copia. Cartagena, enero I:! de 1831.
El Secretario de la Prefectura.
Juan Bau,tista Catcaño
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Relación histórica de los últimos honores hechos
al Libertador de Colombia.
EI17 del corriente, a la una de la tarde, falleció, de muerte natural,
el Excelentísimo señor Libertador de Colombia Simón Bolivar. En
medio de varios amigos suyos y de antiguos compañeros de sus glorias, cerró los ojos para siempre, en la quinta llamada de San Pedro,
distante una legua de la ciudad de Santa Marta. Inmediatamente se
hizo por la fortaleza del Morro la señal de tres cañonazos, y ésta fue
sucedida de una cada media hora, hasta que se sepultó 1:1 cadáver,
como parte de los honores fúnebres que manda la ordenanza en estos
casos. Verificado por el facultativo el reconocimiento del cadáver de
Su Excelencia, y hecha la disertación que en copia certificada se adjunta, se le trasladó a la ciudad como a las ocho de la noche, y se depositó en la casa de aduana, que estaba preparada de antemano. Alli se
le embalsamó, y colocado después en la sala principal del edificio, con
el aparato fúnebre correspondiente a tan distinguido personaje, al
menos proporcionado a los recursos del pais, .quedó expuesto al público, que anhelaba por conocerle yadmirarle.
Un concurso numeroso de todas clases y sexos ocupaba frecuentemente la casa de dia y de noche; no habia uno que no lamentase la
muerte prematura del héroe. Fijado el día 20 para dar eputtura al
cadáver, se ejecutó en el orden si~uiente:
•
Tendida la milicia de la ciudad pOi' las calles por donde debia pasar el entierro, y puesta sobre las armas la guardia de Su Excelencia, comenzó la procesión a las cinco de la tarde, precedida por los
caballos del difunto General, con caparazones negros, llevando sobre
ellos las iniciales del nombre de Su Excelencia, sin los cuatro cafiones de campaña ni destacamento de caballeria que previene la ordenanza, por no haber los en la plaza; en el orden de marcha seguia el
sargento mayor de éste, a caballo, detrás un Coronel y un primer Comandante,también montados, todo~ tres con espada en mano; después
marchaba una compañía del Batallón Pichincha, luégo las parroquias
de la ciudad y el Cabildo Eclesiástico, sin asistencia del Ilustrísimo
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LOS 'ÚL'fIMOS DfASDJU.. LÍhERT~DOB
señor Obispo, por hallarse enfer~o, y en seguida el cadáver del Li~
hertador, vestido con sus insignias militares y conducido por dos Ge.;
nerales, dos Coroneles y dos primero.s Comandantes; detrás del cadáver el Comandante General de.l Departamento, el Comandante de Armas de la Plaza y sus respectivos Estados Mayores, luégo la Guatdia
de Su Excelencia, compuesta también de otra compañía del Batallón
Pichincha, con bandera arrollada y armas a la funerala, y después de
ella los Oficiales no empleados, magistrados y ciudadanos de Santa
Marta, presidiendo a ésta el Gobernador de la Provincia, quien llevaba a su derecha a uno de los albacea~ del difunto General. Después,
de. la casa en que estaba depositado elca,dáver de Su Excelencill,
basta là puerta de la çatedral recibió todos los honorcs que la orde:
nanza señala a las Capitanes Generales del Ejército.
Un silencio religiosa y un sentimiento. profundo se nataba en el
semblante de tados las que prcsenciaban tan triste cercmonia del entierro. del Libertador de Colombia, 'y las músicas so.rdas de los Cuerpos, junto can ellúgllbrc tafiido de las campanas parro.quiales, y el
canto fúnebre de lo.s sacerdo.tes de la religión, hacían más melancólico. el deber de dar sepultura al Padre de la Patria.
Llegada, en fin, el entierra a la iglesia catcdral, se co.lo.cóel cadáver en un .tÚmulo.suntuo.samcnte vestidó,y
alii tuviero.n lugar lo.s
ú:ltimo.soficios fúnebres. 'Las campafíias del Pichincha y Guardia de
Su Excelencia, y la fartaleza del Mo.rro hicieron sus rcspectivas descargas en el tiempo. que previene la o.rdenanza, y co.ncluída la fun~
ción, Su Excelencia fue colo.cado en una de las bóvedas principales, can las precauciones necesarias pata su conservación, desfilando
seguidamente las tropas a sus cuarteles.
Allí reposarán los restos venerandos nel Genio. de la Independencia, hasta que pueda cumplirse su volúntad de trasladarloS asu pats
nativo. No habiendo en la plaza de Santa Marta las tro.pas suficientes,
piezas de artillería ni atros recurso.s precisos para enterrar a Su
Excelencia, con tado. aquel aparato y -pompa que previenen las orde.
nanzaS del Ejército, la Co.mandancia General ha tenido. que pasar por
la doble pena de no. haber podido. tributar a Su Excelencia todo.s las
ho.no.res que po.r su graduación le correspandían, y que eran tan justo.s y tan dignas ,de sus virtudes y heroicas servicios.
ISantaMarta, diciembre 24de 1830.
El Secretario. de'la Co.mandanciaGeneral dell\fagdalena,
J. A.Cepeda
Escopia--Cartagena,
'enero 12 de 1831.
El Secret~riQ de la Pr'efectura,
Ca/caño
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Testamento de Su Excelencia el Libertador de
Colombia, General Simón Bolivar.
En nombre de Dios Todopoderoso. Amen.
Yo, Simón Bolivar, Libertador de la República de Colombia, natural de la ciudad de Caracas en el Departamento de Venezuela, hijo legitimo de los señores Juan Vicente Bolivar y ~laria Concepción Palacios, difuntos, vccinos que fueron de dicha ciudad; hallándome
gravemente cnfermo, pero en mi entero y cabal juicio, memoria y entendimiento natural, creyendo y confesando como firmememente crco
y confieso, el alto y soberano misterio de la Beatisima Y Santísima
Trinidad, Padre, Hijo y Espiritu Santo, :tres personas distil~tas Y un
solo Dios vcrdadero, y cn todos los demás misterios que cr"êe y predica y eusei'm nuestra santa madre Iglesia, católica, apostólica, romana, bajo cuya fe y creencia he vivido y protesto vivir hasta la muerte
como católico y liel cristiano, para estar prevenido cuando la mia
llegue, con disposición testamental, bajo la invocación divina, hago,
otorgo y ordeno mi testam.cnto en la forma siguicnte:
1. Primeramente encomiendo mi alma a Dios nuestro Señor, que
de la nada la crió, y el cuerpo a la tierra de que fue:formado, dejand~
a disposición dc mis albaceas el funeral y entierro y el pago de las
mandas que sean necesarias para obras pías, y esten prevenidas por
0
el Gobierno.
200 Declaro fui casado legalmente con la señora Teresa Toro, difunta, en cuyo matrimonio no tuvimos hijos algunos.
300 Declaro que cuando contrajimos matriÍnonio, mi referida esposa, no introdujo a él ningún dote, ni otros bienes, y yo introduje cuanto heredé de mis padres.
4.0 Deelaro que no poseo otros bienes más que las tierras y minas
de Aroa, situadas en l'á Provincia de Carabobo, Y unas alhajas que"
constan en el inventario que debe hallarse entre mis papeles, las cuales existen en el poder del señor Juan de Francisco Martin, vecino de
Cartagena.
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LOS ÚLTIMOS DfAs-l)BL LI8ER'FADOR
5.·Declaro ~ue solamente soy deudor de cant1dadd& pesos a los
señores Juan de FranciscO Martin y ,PowIesy
Cia., Y prevengo a mis
albaceas que estén y pasen por las cuentas que dichos sefiores presenten y las satisfagan de mis bienes.
6.· Es
Bolivia a
en prueba
conservo
mi voiuntad que la medalla que me presentó el Congreso de
nombre de aquel pueblo, se le dèvuelva cOlno se lo ofreci,
del verdadero afecto que aun en mis últimos momentos
a aquella República.
7.0 Es voluntad que las dos obras que me regaló mi amigo el señor
General Wilson; que pertenecieron antes a Ia biblioteca de Napoleón,
tituladas El Contrato Social de Rouueauy El Arte Militar de Cúculi,
se ,éntreguen a la Universidad de Caracas.
8.· Es mi voluntad que d~ mis bienes SQ den a nil fiel .mayordomo
JoséPalacios ocho mil pesos en remuneración a sus constantes servicios.
_9.0 Orden~ que los papeles que se hallan en poder
vageau se quemen.
del señor Pa-
10. Es mi voluntad que después de nti 'fallecimiento
sean depositados en la ciudad de Caracas. mi pais oeW.
ItÚS
restos
, U. Mando a rtijs albaceas que la espada q\le ine regalé el Griln Ma.
riscal de Ayacñcho se devuelva a su viuda, PlÙ"!l qué la conserve como
una prueba del amor que le he profesad'oál Gran :Mliriseal.
¡
12. Mando que mis albaceas den las gra~1as alsei\or
General Ro- bt.rto Wilson por su buen comportamiento. ya. que tan fielmente me ha
aeompañado hasta los últimos momentos de mi vida.
13. Para eumplir y pagar este mi tës~nfu
y lo en él contenido,
námbro por mis albaceas testá1nélitarios ftdeteelJtÎSlltkjs, tenedores
de bienes a los señores Generales Pedro Brlcet\o Méndez, Juan de
Francisco Martin, doctor José Vargas y General Laurencio Silva, para
~e de mancomum e in solidum èntren en eil08, los benefieien y vendan en almoneda o luera de ella. aunq\le sea pàsado el año de
albaceugo, pues yo les prorrogo el demás tiempo que necesiten, con
libr~, lranca y general administración.
14. y cumplido y pagado este mi testamento y lo en él contenido,
instituyo y nombro por mis únicos univerhlllslrerederos
en el remanente de todos mis bienés, deúdas, derechos y acciones~futura8 sucesiones en que baya sucedido y suceder pùd1eret. a mis hermanas Marla Antonia y JUBna. Bolivar y a los hijos de mi finado krinAno JUab
Vicente Bolivar, a saber, Juan, Felicia y Fernando&Uvar,
como prevención de _que mis bienes deberán dlvidit$e
tres partes, las dos
pua 'miS dichas dos hermànas y la olra p'" tos retericlosliljos de mi
indicado hermano Juan Vicente, para que ióbayañj disfruten coula
bendlcl6n lie Di os ..
è.
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LOS ÚLTIMOS DÍAS DEL LIBERTADOR
y revoco, anulo y <loypor de ningún valor ni efecto otros testamentos, codicilos, poderes y memorias que antes de 'éste haya morgado por escrito, de palabra o en otra forma para que no prueben ni
hagan fe en juicio IIi fuera de él, salvo el presente, que otorgo como mí
última y deliberada voluntad, o en aquella via y forma que más haya
lugar y derecho. En cuyo testimonio asllo otorgo en esta hacienda de
San Pedro Alejandrino, de la comprensión de la eiudad de Santa Marta, ¡¡ diez de diciembre de mi! ochocientos treinta .
. y Su Excelencia el otorgante, a quien yo el infrascrito Escribano
Público del núme¡'o certifico que conozco y que del parecer está en
su entendimiento natural, así lo dijo, otorgó y firmó por ante mi en la
casa de su habitación y en este mi registro corriente de contratos públicos; siendo testigos los seílores Generales Mariano Montilla, José
Maria Carrcño, Coronel Belford lIinton \\1Ison, Coronel José de la
Cruz Paredes, Coronel JoaquIn Mier, primer Comandante Juan Glen y
doctor Manuel Pérez de Hecuero, presente.
St:>IÓN BoLfvAJI
Ante mi José Catalino i"\ogucm, Escribano Público.
Es copia. Cepeda, Secretario.
Es copia. Cartagena, enero 12 de 1831.
Secretario de la Prefectura,
.luau B. Ga/caño,
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PROCLAMA
Rafael Ul'daneta, encargado del Poder Ejecutivo .... etc ....
COLOMIlIA~OS:
Agobiado pareI peso del dolor, me esfuerzo, no obstante, por cumplir con cI más triste de mis deberes, como Magistrado, como ciudadano, como amigo. Os anuncio que ha cesado de existir el más ilustre
entre todos los hijos de Colombia, el Libertador, el Fundador de tres
Repúblicas, el .inmortal Simón Bolívar. Después de habcr agotado
hasta las Últimas hcces del cálíz de amargura que le ofreció la suspicacia de algunos eonciudadanos suyos, ha pasado a la rcgión de las
almas, dejando Ull \'acio inmenso en Colombia, cn América, cn el mundo civilizado,
Colombianos: Las pasiones contemporáncas, aun las más encarnizadas, debe~ darse ya por satisfechas. Bolivar no pertenece de hoy
más silla al dominio de la historia, y mientras ella le asigna en sus
páginas el prominente lugar a que le han hecho acreedor sus relevantes servicios a la causa de la humanidad, nosotros los que tenemos la
desgracia de sobrevivirle, debemos reunirnos en torno de su tumba
helada, a llorar la pérdida que hemos hecho, a mcditar sobre la situación de Colombia, y a prestaI'll' los auxilios de que tánto necesita la
Patria para reviYir.
Colombianos: Deseoso de que no se malogren los esfuerzos inauditos de aquel varón esclarecido por la independencia y libertad de
nuestra tierra, me ocupo actualmente de dictai' aquellas medidas que
demandan reposo Y bienestar de los que viven sometidos al Gobierno Nacional, y de negociar con las que no lo están los medios de llegar a lin avenimiento amistoso, que tenga por resultado reorganizar a
Colombia y presentarla de nuevo a los ojos de las naciones en su pasada majestad y esplendor. En nombre de la independencia y de la
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LOS ÚLTIMOS
D~DEL.~1'ADOB
,
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'0-
libertad, convido a todos los que abriguen en su pecho sentimientos
,-nobles y generosos a que coadyuven a la bella empresa de restaurar
a Colombia. Venid, pues, colombianos, al Templo de la Coneordia, venid conmigo a darnos un abrazo fraternal; sólp asi evitaremos que el
pais sea patrimonio de la anarquia más espantosa y devoradora que
jamás vieron los siglos.
RAFAEL URDANETA
Bogotá, enero 9 de 1831.
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SAN PEDRO ALEJANDRIN0
POR
GUILLERMO VALENCIA
Aqui cayó rendido, hace un siglo, el soberbio cóndor
andino, el de ducal gorguera que, ebrio de tempestades y
desplumado por el huracán, vino a rendirle ~us garras invictas a lá única majestad digna de ellas: el dios de Atlante.
Hasta aqui llegó el profeta que recogiera sobre el desierto 'ilimite la santa y ardiente verdad que decirles a los hombres, rayo de sol inmisericorde y calcinante que pasó pro- .
digando-sus lenguas vivaces a través de una selva dotada de
injusticias, ardiéndolo todo en vivo espíritu, restaurando la
tierra, purificando el aire, acrisolando los hombres, renovando la creación integral, convirtiendo en volcanes las cimas que dormian el sueño de su resignación milenaria,
proyectando una livida luz trágica sobre la faz despavorida
de las ciudades violadas, hasta convertirse todo en un inabordable piélago de fuego, que fue extinguiéndose, cansado
de devorar y crear, cuando el profeta enloquecido de la renovación y el estrago vino a extinguir en estas aguas turbu- .
lentas, la antorcha prodigiosa, que era la propia vida. Hasta
aqui llegó el creador de un mundo sin igual, que del desorden caótico y de la nada estéril hizo surgir la arcilla en
qué modeló un orbe lleno de luz y de perfume, grávido de
esperanza, duef'ío del ritmo alado que lo impulsa. a un destino seguro.
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LOS (JLTIMOS .pl~s~~;LJ~I\TADQl\.·
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Abandonada su creación a la codicia de Jos hombres, el
semidiós peregrino y silencioso buscó un día un oido amigo para confiarle sus quebrantos. Venia portand() el ánfora
colmada de amarguras que no podia volcarse sobre la tierra
inocente de malicia, porque se habrían envenenado todas
las fuentes de la vida. Sólo este insondable abismo salobre
podia recibir sin peligro el más grande tributo de dolor que
destilase el alma humana en lá hora trágica de la desolación y el desengaño.
Surgir del seno dei'úBarUa sil\isêi' anunéiadas por he~
chos prodigiosos; viajar y comparar los.destinos humanos;
sentir en lo más íntimo la rebeli6n inconforme de una fuerza creadgra; medirseorgun()~me.,.t~con la aplastante magnitud de ]0 imposible y retarlo a desigual combate, contra
la granitica cristalización del destino; suscitar la imagen impalpable de una vaga esperanza; haeerse Orfro para edificar
cantando, y forjar como Hefestos,sobre el yunque sonoro,
cpn fuego del ,que hurtó Prometeo>la zigzagueante hija de
un relámpago que pÜdiese empufiarse para la lucha gigantesca; despertar a los pueblos dormidos soplando rabiosamente en el clllrín de plata; crear fa c.onciencia d~ libertad
en tres razas aletargadas; desalarl;l tragedia, vivificarlay
extenderla, dándole e.n el dolor una variedad de matices; infinita y lancinante, como no la soí}aron los griegos; bañar
alternativamente una inmensa porción del suelo americano
en frescas aguas de piedad y en burí>\)jeantes raudales sangrientos; asistir por tJ;'eslustras a todas las vicisitudes de la
fatal fortuna; ver extinguirse cpmo luz de falenas cuando
puntúan la noche con Sll fosforescenclfl intermitente, la es-o
peranza en el alma de los compañeros afligidos; gustar en
copa de oro la ebriedad d.ela victo~a súbita· para hunqirse
un dia después en las torturas del dE$astreinclemente; errar
cien veces el camino para recomcnzarlo otras tantas; vigilar cuando todos duermen y dormir serenamente dejándO'se arrullar por las inquietudes circunst,antes; cobrar sobre el
mismo sitio de una derrota- irr~paJ,',llblela victoria definitiva; atravesar medio mundo al galope de un caballo, despertando con chillidos de águila los futuros polluelos de, la
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LOS ÚLTIMOS DIAS DEL LIBERTADOR
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gloria; osario, todo, preveerlo todo, sentirIo todo, alcanzarlo todo, todo, menos la gratitud de los esclavos redimidos,
¡oh grandezal, ¡oh dolor!
En este sitio, sagrado entre todos los sitios, se extinguió
el genio-relámpago que iluminó los caminos de libertad.
para un mundo irredento. En este lugar, solemnemente doloroso, feneció la existencia más fecunda de América, dejándonos un:}vez más la impresión grandiosamente amarga, de que los creadores humanos, lo mismo que las fuerzas
sísmicas en lo físico, producen en el mundo moral desequilibrios de tal magnitud que para compensarse necesitan,
cabe las inaccesibles alturas, las correlativas profundidades
del abismo. Eri-desquite de la altitud del Everest, se ahondan las simas insondables del mar de las Indias; al delirio
de Bolívar sobre el Chimborazo, sólo puede oponerse la
mudez infinita del héroe moribundo de este asilo; dijérase
que aquel padre, a estilo de los soberanos egipcios, afanóse
en vida, levantando la colosal pirámide consagrada a sus
glorias, convertida a la postre en cI sepulcro de su dueño.
La lección de este sitio, por el Libertador de cinco pueblos,
perfila en lineamiento ultra terrestre, el ángulo de la trar:tquilidad perdurable, en que se juntaron para siempre la
ascendente linea de la gloria y la linea deslindante de la
muerte.
San Pedro Alejandrino es, aún más que un santuario venerado del patriotismo agradecido, el punto final de incidencia de gigantescas órbitas: sólo el silencio puede ser el
himno de este albergue; la voz humana empequeñece aqui
la majestad inalcanzable del que fue símbolo vivo de un
poder misterioso: silencio.
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