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BIBLIOTECA DE MÉX CO
ISSN-0188-476X · NÚMERO 113 · SEPTIEMBRE-OCTUBRE DE 2009 · $ 38.00
I
I
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E D G A R ? ALLAI
•
Ρ 0Ε
I
•
(1809-2009)
EDGAR ALLAN POE
•y
EL CUERVO
99
•2
Versión de Enrique González Martínez
Una media noche lóbrega, abismado en la lectura
Alargando la mirada por la sombra desolada
de raros libros de oscura y trasnochada cultura,
de la calle, se hundió el alma en confusa marejada
por el cansancio los ojos entornábanseme ya,
de fantasmas y de sueños que jamás soñó un mortal.
cuando oí, de pronto, incierta, tenue llamada a mi puerta.
Y una voz rasgó el silencio de la hora: "Leonora",
"Un visitante -me dije- que llamando está a mi puerta;
y la sola voz oída fue aquel nombre: "Leonora",
W tur"£ *
esto es sólo y nada más."
P7 * /
aquel nombre y nada más.
Bien lo recuerdo. Diciembre con su cierzo helaba el mundo.
Volví al fondo de mi estancia temeroso y sorprendido;
Su espectro incrustaba al suelo cada tizón moribundo.
pero un sonido más fuerte llegó súbito a mi oído.
Leyendo esperaba el día, leyendo por olvidar
Dije: "Hay alguien que rondando junto a la ventana está;
a la clara y sin par virgen, la que el vuelo tendió al cielo,
aclaremos el enigma que interrumpe mi reposo;
hoy llamada Leonora por los ángeles del cielo,
de seguro que es el viento el que turba mi reposo;
ya sin nombre aquí jamás.
es el viento y nada más.
A/ 4Ύ*
El rozar incierto, lúgubre, de las sedeñas y rojas
De par en par, la ventana abrí, y entró con estrépito
colgaduras, llenó mi alma de pavores y congojas,
-de santa época lejana- un cuervo grave y decrépito
de terrores y fantasmas con que no soñé jamás.
que se puso, sin mirarme, por el cuarto a revolar,
Y me dije: "Llama alguno que ha venido a visitarme,
y con aires señoriles, al ver un busto de Palas
un amigo inoportuno que pretende visitarme;
sobre mi puerta, las alas tendió hacia el busto de Palas
esto es sólo y nada más."
y posóse en él no más.
Refrenando miedo y dudas y con el de fuera hablando,
Movióme el pájaro a risa con su estrafalario aspecto,
dije: "Señor o señora, medio dormitaba cuando
y al mirarlo de tal guisa, cortesano y circunspecto,
llamasteis; perdón demando por lo que os hice esperar;
"aunque feo y calvo -díjele- no eres un cuervo vulgar;
apenas oíros pude... ¡Como tan quedo a la puerta
sepamos cómo te nombras, vagabundo de las sombras,
tocabais!"... Y en la desierta calle, cuando abrí la puerta,
qué noble título llevas en las plutónicas sombras"...
hallé sombra nada más.
Dijo el Cuervo: "Nunca más".
BIBLIOTECA DE MÉXICO
NÚMERO 113
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T. S. ELIOT
DE POE A VALÉRY
13
JULIO CORTÁZAR
21
VICENTE QUIRARTE
26
EDGAR ALLAN POE
37
CHARLES BAUDELAIRE
40
EDGAR ALLAN POE
47
JORGE LUIS BORGES
48
STEPHANE MALLARMÉ
SEPTIEMBRE-OCTUBRE DE 2009 · $38.00
PLAZA DE LA CIUDADELA 4, CENTRO HISTÓRICO
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LA CULTURA Y LAS ARTES
PRESIDENTA
CONSUELO SAlZAR
DIRECTOR G E N E R A L DE B I B L I O T E C A S
FERNANDO ALVAREZ DEL CASTILLO
REVISTA B I B L I O T E C A DE M É X I C O
DIRECTOR FUNDADOR
JAIME GARCÍA TERRÉS t
l
D I R E C T O R : EDUARDO LIZALDE
E D I T O R : JOSÉ ANTONIO MONTERO
E D I T O R A S O C I A D O : MARIO BOJÓRQUEZ
49
HERMANN HESSE
50
EDGAR ALLAN POE
55
D.H.LAWRENCE
SECRETARIO DE REDACCIÓN:
JOSÉ DE LA COLINA
C O N S E J E R O S F U N D A D O R E S : JUAN ALMELA, FERNANDO
ÁLVAREZ DEL CASTILLO, MIGUEL CAPISTRÁN, ADOLFO
ECHEVERRÍA, VICTOR TOLEDO Y RAFAEL VARGAS
P R O M O C I Ó N E D I T O R I A L : MIGUEL GARCÍA RUIZ
D I S E Ñ O : PEDRO A. GARCÍA C.
A S I S T E N C I A E D I T O R I A L : MARINA GRAF
ASISTENCIA TÉCNICA Y CORRECCIÓN:
LINA GARAY VAQUERA
RAÚL ZENDEJAS DE LA PEÑA
COMERCIALIZACIÓN Y DISTRIBUCIÓN:
RUYSDAEL NAVA
55
EDMONDJALOUX
59
EDGAR ALLAN POE
I M P R E S I Ó N : EDITORES Ε IMPRESORES PROFESIONALES.
EDIMPRO, S.A. DE C.V.
2 A . D E F O R R O S : LITOGRAFÍA DE EDOUARD MANET.
4 A . DE F O R R O S : GRABADO DE AUBREY BEARDSLEY.
T. S.
ELlOT*
,
DE POE A VALERY**
No me propongo ahora dictaminar como juez sobre Edgar Allan
Poe; no pretendo decidir su categoría como poeta ni aislar su
originalidad esencial. En realidad, con Poe viene siempre a
tropezar el crítico como juez. Si
examinamos su obra en detalle
nos parece no encontrar en ella
más que frases desaliñadas,
pensamientos pueriles que no
tienen como base una extensa
lectura ni estudios profundos,
experimentos al azar en diversos géneros literarios, realizados principalmente bajo el apremio de una necesidad de dinero,
sin perfección en ningún detalle.
Pero esto no sería justo. Porque
si, en lugar de examinar su obra
analíticamente, nos alejamos
para contemplarla en conjunto,
vemos una masa de forma singular y de dimensiones impresionantes, a la que constantemente se vuelve la mirada . La
influencia de Poe es asimismo
• T. S. Eliot. Criticar al critico, Alianza Editorial, traductor: Manuel Rivas Corral , Madrid , 1967, 264 pp .
•• Conferencia pronunciada en la Biblioteca del
Congreso de los Estados Unidos, en Washington, el 19 de noviembre de 1948.
desconcertante. En Francia ha
sido inmensa la de su poesía y
de sus teorías poéticas. En Inglaterra y en Norteamérica parece casi insignificante. ¿Podemos
señalar a algún poeta cuyo estilo manifieste que se ha formado
en el estudio de Poe? El único
nombre que se insinúa inmediatamente es el de Edward Lear. Y
no obstante, no se puede estar
seguro de que en lo que uno ha
escrito no haya influencia de
Poe. Puedo designar con certeza a ciertos poetas cuya obra ha
influido en la mía; puedo nombrar a otros de los que estoy
seguro que no han influido; tal
vez haya algunos de cuya influencia no me doy cuenta y que
alguien, no obstante, podría
señalarme; pero con Poe nunca
estaré seguro. Escribió muy pocos poemas, y de ellos sólo una
media docena tuvieron gran
resonancia; pero esos pocos los
conoce un tan gran número de
personas y los recuerdan todos
tan bien como cualquier otro
poema jamás escrito. Y algunos
de sus cuentos han ejercido una
importante influencia en autores
2
Biblioteca de México
y géneros literarios en los que
apenas cabía esperarlo.
No voy a intentar resolver
aquí el enigma. En el mejor de
los casos, mi disertación no es
sino una contribución al estudio
de su influencia y una elucidación, por parcial que sea, de una
de las causas de la importancia
de Poe a la luz de esa influencia.
Por el momento, me esfuerzo en
verlo, en lo que me resulta posible, con los ojos de tres poetas
franceses: Baudelaire, Mallarmé
y, especialmente, Paul Valéry. El
orden de la enumeración es ya
importante en sí. Esos tres poetas franceses representan el
comienzo, el punto medio y el fin
de una determinada tradición en
poesía. Una vez le contó Mallarmé a un amigo mío que había
ido a París porque deseaba conocer a Baudelaire; le vio en una
ocasión en un puesto de libros
en un muelle, pero no tuvo el
valor de dirigirse a él. De Valéry
sabemos, por su primera carta a
Mallarmé, escrita cuando apenas no era más que un muchacho, que se consideraba su discípulo; y conocemos su devo-
ción por Mallarmé hasta que
éste murió. He aquí tres generaciones literarias que representan
casi exactamente un siglo de literatura francesa. Son, desde
luego, poetas muy diferentes entre sí; y, por supuesto, la progenie literaria de Baudelaire fue
numerosa e importante y tiene
otras líneas de descendencia.
Pero podemos seguir las huellas
del desarrollo y posteridad de
una teoría particular de la naturaleza de la poesía a través de
esos tres poetas, y esa teoría
tiene su origen precisamente en
la teoría -más que en la forma
en que la puso en práctica- de
Edgar Poe. Y la impresión que
sacamos de la influencia de Poe
es tanto mayor cuanto que MalIarmé, ya su vez Valéry, no descienden de Poe por intermedio
de Baudelaire, sino cada uno de
ellos estuvo sometido directamente a esa influencia y ha dejado pruebas convincentes del
valor que atribuían a la teoría ya
la práctica del propio Poe. Ahora
bien , a todos nos gusta creer
que comprendemos a nuestros
poetas mejor que cualquier extranjero; pero creo que deberíamos mostrarnos dispuestos a
concebir la posibilidad de que
esos franceses vieran en Poe
algo que ha escapado a los lectores de habla inglesa.
As í, pues, el tema de mi diser-
tación no es Poe simplemente ,
sino el efecto que tuvo Poe en
tres poetas franceses, que representan tres generaciones sucesivas ; y me propongo también
abordar el modo de entender
una actitud peculiar ante la poesía de los propios poetas, que
constituye quizás lo más interesante, posiblemente el hecho
más característico y sin duda el
más original de la estética de la
versificación registrado en la totalidad de ese periodo. Y es tanto más merecedor de examen si
-como me inclino a creer- esa
actitud ante la poesía constituye
una etapa a la que puso fin la
muerte de Valéry. Este estudio
debería ayudarnos a comprender lo que nuestra generación y
la que nos sigue puede que encuentren para ocupar ese lugar.
Antes de ocuparme de Poe,
tal como lo vieron esos poetas
franceses , creo que conviene
también que exponga mi impresión sobre la posición relativa
que ocupa entre los lectores y
críticos norteamericanos e ingleses ; porque , si estoy equivocado, quizás deban ustedes criticar
lo que digo de su influencia en
Francia teniendo presentes mis
errores. No creo que sea injusto
decir que se ha considerado a
Poe como un seguidor de importancia menor o secundario del
movimiento romántico ; un suce-
MENTlilElte
POE,EL
INVOLUNTARIO
GIGANTE
Con textos de eminentes poetas y escritores del siglo XIX y
del xx, y con textos contemporáneos, se conmemora en
este número de nuestra revista el bicentenario del nacimiento de Edgar Allan Poe, un
milagroso monstruo de originalidad y talento, muerto a los
40 años de edad, cuya obra
de narrador, ensayista y poeta, nacida en medio del huracán romántico que permeó la
literatura de todas las lenguas, conmovió y asombró
desde la segunda mitad de su
siglo a una pléyade de los
mayores
líricos
franceses
(Baudelaire, Mallarmé, Verlaine, Valéry y otros muchos).
Bien anota T.S. Eliot, en esa
luminosa conferencia de 1948,
que hemos tomado de su
famoso libro Criticar al crítico,
que" ... con Poe viene siempre
a tropezar el critico como juez.
Si examinamos su obra en detalle, nos parece no encontrar
en ella más que frases desaliñadas, pensamientos pueriles
que no tienen como base una
extensa lectura .. . experimen-
Paul Val éry
3
Biblioteca de México
"'1.1 : ( 1.-' .. ¡q
.. , u, SjYIUS
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, ii ,I.IAnu .
Pd.'U! J" i~l .
Portada diseñada por Edgar Poe
sor de los llamados novelistas
"góticos" en sus obras de ficción
y un seguidor de Byron y Shelley
en sus versos. Ahora bien, esto
implica encuadrarlo en la tradición inglesa, y lo cierto es que
no pertenece a ella. Los lectores
ingleses explican, a veces, que
Poe está al margen de toda tradición inglesa porque es norteamericano; pero tampoco esto me
parece que sea del todo cierto,
especialmente si tenemos en
cuenta a los demás norteamericanos de su generación y de la
generación precedente. Hay un
cierto aroma provinciano en su
obra, en un sentido que no cabe
atribuir en absoluto a Whitman;
es la calidad de provinciano de
la persona que no se siente en
casa en el lugar a que pertenece, pero que no puede ir a ningún otro sitio. Poe es una especie de europeo desplazado; se
siente atraído por París, Italia y
España, lugares a los que podía
atribuir melancolía y grandiosidad románticas. Aunque el espacio en que se movía apenas rebasaba los límites de Richmond
y Bastan en sentido longitudinal ,
y no fue más al este o al oeste
de esos centros , parece un vagabundo sin residencia fija . Pocos autores tan destacados pue-
de haber que hayan sentido tan
poco el tirón de sus propias raíces ni que hayan estado tan aislados de todo lo que les rodeaba
como Poe.
Creo que la opinión que tiene
de Poe el lector culto corriente
inglés o norteamericano es, poca más o menos, la siguiente:
Poe . es autor de unos pocos
-muy pocos- poemas cortos
que le fascinaron durante cierto
tiempo cuando era muchacho y
que, de una u otra forma, han
quedado clavados en su memoria. No creo que relea esos poemas, a menos que tropiece con
ellos en las páginas de una antología: lo que le hace disfrutar es
más bien el recuerdo de un goce, que tal vez vuelva a sentir
por un momento. Le parece que
pertenecer a un periodo peculiar,
precisamente aquél en que su
interés por la poesía acaba de
despertarse. Ciertas imágenes,
y sobre todo, ciertos ritmos , se le
han quedado grabados. Ese lector recuerda también algunos
cuentos -no muchos- y sustenta la opinión de que The Gold
Bug era bastante bueno para su
época, si bien la novela policíaca
ha progresado mucho desde entonces . Y tal vez le compare , a
veces , con Whitman, aunque habrá releído con frecuencia a
Whitman y no a Poe.
En cuanto a la prosa, está admitido que los cuentos de Poe
han ejercido gran influencia en
algunos tipos de relatos populares de ficción . Por lo que toca a
la novela policíaca, la huella del
origen de casi todo puede descubrirse en dos autores: Poe y
Wilkie Collins. A veces concurren ambas influencias; pero, en
cualquier caso, a ellos se deben
dos tipos diferentes de detectives. El eficiente policía profesional tiene su origen en Collins; el
brillante y excéntrico detective
aficionado, en Poe. Conan Doyle
debe mucho a Poe, y no solamente al monsieur Dupin de The
4
Bibliotec a de Mexico
Murders- in the Rue Margue.
Sherlock Holmes engañaba a
Watson cuando le decía que había comprado su violín Stradivarius por unos cuantos chelines
en una tienda de compraventa
de la Tottenham Court Road . El
violín lo había encontrado en las
ruinas de la casa de Usher. Hay
una estrecha analogía entre los
ejercicios musicales de Holmes
y los de Roderick Usher: esas
arrebatadas y arbitrarias improvisaciones que, aunque en una
ocasión hicieran dormir a Watson, tenían que ser una tortura
para cualquier oído habituado a
la música. Tengo la impresión de
que las novelas de aventuras inverosímiles e increíbles de Rider
Haggard se inspiraron en Poe;
luego, el propio Haggard tuvo
bastantes imitadores. Creo igualmente probable que H. G. Wells,
en sus primeras novelas de exploración e invención científicas,
le debe mucho al estímulo de
algunas de las narraciones de
Poe: Gordon Pym , A Descent into the Maelstrom , por ejemplo, o
The Facts in the Case of monsieur Valdemar. La acumulación
de pruebas es algo que dejo a
quienes se hallen interesados en
proseguir la indagación. Pero
me temo que hoy son demasiado pocos los lectores que abren
She o The War of the Worlds o
The Time Machine. Y menos todavía los que son capaces aún
de estremecerse con sus predecesores.
Lo primero que me llama la
atención, como diferencia general entre la manera de considerar a Poe de los poetas franceses que he citado y la de los críticos norteamericanos e ingleses
de autoridad equivalente, es la
actitud de los primeros ante la
oeuvre de Poe, es decir, su obra
en conjunto. Creo que los críticos anglosajones se inclinan
más a emitir juicios por separado
respecto de las diferentes partes
de la obra de un autor. Consideramos a Poe como a alguien
que ha hecho tanteos en verso y
en ciertos tipos de prosa, sin
pararse a realizar una labor enteramente buena en ningún género. A esos lectores franceses
les causó impresión la variedad
de forma y expresión, porque
descubrieron, o creyeron descubrir, una unidad esencial; aunque reconocían, si era necesario, que gran parte de su obra
era fragmentaria u ocasional ,
debido a circunstancias de pobreza y fragilidad y a ciertas vicisitudes, lo aceptaban, no obstante, como autor de entidad
suficiente para que su obra se
considerase en su totalidad .
Esto, en parte, representa una
diferencia entre dos clases de
mentalidad crítica; pero hemos
de alegar en apoyo de nuestra
opinión que su base es que nos
damos cuenta de los defectos e
imperfecciones de lo que escribió realmente Poe. Vale la pena
poner ejemplos de esos defectos , que hieren a un lector de habla inglesa.
Poe poseía, en grado excepcional, el sentido del elemento
cadencioso de la poesía, de eso
que podríamos llamar, en su
acepción más estrictamente literal, "la magia dei verso". Su versificación no es, como la de los
máximos maestros de prosodia,
de la clase que, por medio del
estudio y un prolongado hábito,
va proporcionando una mayor riqueza melódica a la sensibilidad
cada vez más sazonada del lector cuando éste vuelve a ella a
veces en el transcurso de su
vida . El efecto de la versificación
de Poe es inmediato y elemental; probablemente casi es el
mismo para un escolar con sensibilidad que para una mente
madura y un oído cultivado. En
esa inmediatez invariable, participa quizás más del carácter de
la versificación muy buena que
de la poesía; pero esto es soltar
una liebre que no me propongo
perseguir ahora, porque lo de
Poe es, estoy seguro, "poesía" y
no "versificación". Produce el
efecto de una melopea cadenciosa precisamente por su carácter rudimentario, que despierta sentimientos a un nivel profundo y casi primitivo. Pero al
elegir la palabra que suene bien,
Poe no pone cuidado alguno en
que tenga además el sentido
adecuado. Voy a establecer una
comparación entre el empleo de
una misma palabra por Poe y
por Tennyson . Tennyson, entre
todos los poetas ingleses desde
Milton, es probablemente el que
poseía una apreciación más
exacta y meticulosa del sonido
de las sílabas. En Ulalume, de
Poe -uno de sus poemas más
logrados y más típicos, a mi entender-, encontramos los versos
siguientes:
MENTI8Elte
tos. . realIZados principalmente bajo el apremio de una neceildad de dinero". y, tras esa
aflrmación, Eliot declara: ·Pero
eso no serfa justo; porque si,
en lugar de examinar su obra
analrtlcamente, nos alejamos
para contemplarla en conjunto,
vemos una masa de forma singuiar y de dimensiones Impresionantes, a la que constantemente se vuelve la mirada ..."
"Involuntario gigante", fue
Poe, decfamos en el tftulo de
esta columna, porque además
de literato impresionantemente precoz, y muerto tan joven,
nunca pareció preocuparse
por la promoción de su vasta
obra de narrador y, como también anotan Eliot y otros comentaristas, Poe es un verdadero provinciano, que si bien
se confesaba atrardo por los
grandes centros de la cultura
europea (Francia, España,
Ita"a) y fue consistente lector
It was night, in the lonesome
October
of my most immemorial year *
de grandes autores de lengua
Inglesa, el espacio en que vivió "apenas rebasaba los Ifmi-
Immemorial, según el Diccionario
de Oxford, significa "lo que está
fuera del alcance de la memoria o
de la mente; lo que es tan antiguo
que no se recuerda ni consta en
parte alguna; sumamente antiguo". Ninguna de esas acepcio• Era de noche. en el solitario octubre I de mi
año más inmemorial.
5
Biblioteca de México
tes de Richmond y Boston en
sentido longitudinal, y no fue
nunca más al este o al oeste
de esos
centros~
(Eliot).
Publicamos, inevitablemente en este número, parte de los
del significado de las palabras.
The Raven, a mi entender, no es
con mucho el mejor poema de
Poe; pero es el más conocido,
en parte, por el análisis que hace de él su autor en The Philosophy of Composition:
In there stepped a stately Raven
of the saintly
[days of yore ,*
nes parece aplicable al empleo
que hace Poe de esa palabra. El
año no estaba fuera del alcance
de la memoria: el que habla recuerda muy bien un incidente
ocurrido ese año, y al final recuerda incluso un entierro en el mismo
lugar, exactamente un año antes.
El verso de Tennyson, igualmente
conocido y admirado precisamente porque su sonoridad corresponde perfectamente a lo que el
poeta desea evocar, tal vez haya
acudido ya a su memoria:
The moan of doves in immemorial elms **.
Aquí, immemorial, además de
tener el valor fonético más acertado, es exactamente la palabra
que conviene a árboles tan anti•• El zureo de las palomas en olmos inmemoriales.
guos que nadie sabe exactamente cuántos años tienen.
Podría decirse que la poesía,
en sus diferentes clases, va desde la que centra primordialmente la atención del lector en el
sonido a la que se encauza primordialmente hacia el significado. En la poesía del primer tipo,
tal vez el sentido se perciba inconsciente; en la citada en segundo lugar -en esos dos extremos- de lo que no nos damos
cuenta que actúa en nosotros es
del sonido. Pero tanto en uno
como en otro tipo de poesía han
de cooperar sonido y significado;
incluso en el poema más puramente cadencioso no puede
prescindirse impunemente de la
aceptación que da el diccionario
a las palabras.
No es infrecuente en Poe una
cierta irresponsabilidad respecto
6
Biblioteca de México
ya que en el cuervo no hay nada
especialmente santo (si es que
en realidad el ominoso pájaro no
es precisamente todo lo contrario) no puede tener ningún significado referir su origen a un periodo de santidad, aun en el supuesto de que haya existido ese
periodo. Acabamos de oír que se
describe al cuervo como stately
(majestuoso, augusto), pero en
seguida se nos dice que es ungainly (desgarbado, tosco), atributo difícil de conciliar, sin una
buena dosis de explicaciones,
con la majestuosidad. En el poema se han insertado, al parecer,
varias palabras para simplemente rellenar un verso hasta completar la medida requerida o
para que rimaran con otras. Se
llama al pájaro no craven (impávido) sin más necesidad que la
apremiante exigencia de algo
que rime con craven (cuervo);
sometimiento a las imposiciones
de la rima que Malherbe no hubiera tolerado con paciencia. Y
ni siquiera hay siempre una justificación tan pueril como esa:
decir que la luz de la lámpara
g/oated o'er (se regodeaba) en
los cojines del sofá es una pura
extravagancia, pues aunque viniera a cuento cierto "regodeo"
en alguna parte siempre aparecería como forzado.
Semejantes imperfecciones
en The Raven -y se podrían
citar otras- tal vez contribuyan a
explicar por qué The Philosophy
of Composition, ensayo en el
• Surgió un majestuoso cuervo de los santos
días de antaño.
que Poe pretende revelar el método que siguió para componer
The Raven, no se ha tomado tan
en serio en Inglaterra o Norteamérica como en Francia. Es difícil que leamos el ensayo sin hacernos la reflexión de que si Poe
preparó su poema con tanto cálculo, podía haberse tomado un
poco más de trabajo en su ejecución; el resultado no acredita
demasiado al método. Así , lo
probable es que saquemos la
conclusión de que Poe, al analizar su poema, o gastaba una
broma o se engañaba a sí mismo, pues exponía la manera en
que le gustaba pensar que lo había escrito. De aquí que el ensayo no se haya tomado tan en
serio como merece.
Hay otros ensayos de Poe
sobre estética poética que también vale la pena considerar.
Ningún poeta, al escribir sobre
su art poétique, debe esperar
conseguir mucho más que explicar, racionalizar, defender o preparar el camino para lo que hace
en la práctica . Tal vez piense
que está promulgando leyes
para toda la poesía; pero lo que
tiene que decir y merece que se
diga, guarda una relación inmediata con la manera en que es-
cribe o quiere escribir; aunque
ello conserve también validez
para los poetas que les siguen
inmediatamente en el tiempo y
les resulte sumamente útil. Sólo
nos sentimos seguros de encontrar, entre lo que escribió sobre
poesía, principios válidos para
toda poesía, en tanto podamos
corroborar lo que dice con la cIase de versos que escribe. Es de
señalar un pasaje de Poe que
habla de la imposibilidad de escribir un poema largo, porque un
poema largo -aduce- es, en el
mejor de los casos , una serie de
poemas cortos hilvanados. Lo
que hemos de tener presente es
que él era incapaz de escribir un
poema largo. Sólo podía concebir un poema con un simple
efecto único: para él , la totalidad
de un poema debe responder a
un estado anímico. Sin embargo, lo cierto es que en un poema
de cierta extensión caben diversas modalidades emotivas, porque una diversidad de ellas exige un cierto número de temas o
asuntos distintos , los cuales
pueden estar relacionados entre
sí o pueden guardar relación en
la imaginación del poeta . Esas
partes pueden formar un todo,
que es algo más que la suma de
MEN'rlilERe
magistrales escritos ya clásicos que sobre el autor escribieron el mismo Baudelaire,
Stephane Mallarmé, Paul Valéry, Herman Hesse, D. H.
Lawrence, etc., como los de
Julio Cortázar (que tradujo su
obra narrativa entera) o el homenaje poético de Jorge Luis
Borges, lo mismo que la no
menos maestra versión castellana de El cuervo, que por segunda vez consumó nuestro
grande Enrique González Martínez.
Acaso nos quedamos cortos en esta ocasión, porque
debimos incluir aquí lo que
Salvador Elizondo escribió sobre Poe en su estupenda edición de El cuervo (El Colegio
Nacional y Tucán de Virginia,
1998), en la que rendía asimismo pleitesía a las versiones magníficas de su tío
abuelo el Hombre del Búho, y
además se ocupó de traducir
íntegramente el texto de la Filosofía de la composición.
Repararemos
esta
falla,
acontecida por falta de espacio, en números posteriores,
para rendir también a Elizondo
otro homenaje.
E.L.
7
Bibliotec a de México
las partes; de manera que el deleite que nos produce leer una
cu~lquiera de las partes se intensifica al abarcar la totalidad.
Se sigue también de ello que en
un poema largo tal vez se haya
proyectado deliberadamente que
unas partes sean menos "poéticas" que otras: esos pasajes tal
vez no resplandezcan al extraerlos de su contexto, pero pueden
tener como fin poner de relieve,
por contraste, la significación de
otras partes y amalgamarlas en
un conjunto con mayor significado que cualquiera de las partes.
Un poema largo puede ganar
mediante las más amplias variaciones posibles de intensidad.
Pero Poe quería que un poema
tuviera la máxima intensidad del
principio al fin; es dudoso que
pudiera apreciar las partes más
filosóficas del Purgatorio del Dante. Lo que Poe dijo sirvió de gran
consuelo en el pasado para
otros poetas igualmente incapaces de escribir un poema largo;
y hemos de reconocer que la
cuestión de la posibilidad de escribir un largo poema no es simplemente cuestión de vigor y
perseverancia de cada poeta,
sino que tiene algo que ver también con las condiciones de la
edad en que se encuentra. Y lo
que Poe hubo de decir sobre
este aspecto es esclarecedor,
porque nos ayuda a comprender
el punto de vista de los poetas a
quienes resulta imposible escribir un poema largo.
El hecho de que para Poe un
poema haya de ser la expresión
de un estado anímico único -significaría una larga digresión intentar demostrar ahora que The
Bel/s, a pesar de ser un ejercicio
deliberado de diferentes estados
anímicos es un poema de un solo
estado anímico, tanto como cualquiera otro de Poe -puede entenderse como manifestación de
una debilidad más fundamental.
Lo que voy a decir a este respecto es sólo una conjetura, pero es
una opinión que me gustaría la n- realización de un sueño: signifizar para ver qué suerte corre. Mi cativamente, las mujeres de sus
tesis puede incluso explicar por poemas y sus cuentos son siemqué la obra de Poe ha atraído a pre damas extraviadas o que se
muchos lectores en una fase con- desvanecen antes de que se las
creta de su desarrollo: en la eta- pueda abrazar. Incluso en The
pa de su vida en que acababan Haunted Palace, donde el tema
de salir de la niñez. Que Poe po- parece ser su propia debilidad del
seía un poderoso intelecto es in- alcoholismo, el desastre no tiene
negable; pero, a mi juicio, era el significación moral; lo trata imperintelecto de un muchacho super- sonalmente, como fenómeno aisdotado antes de llegar a la puber- lado; no tiene como fondo esa
tad. Las formas que adoptaba su fuerza aterradora de aquellos
vívida curiosidad son precisamen- versos de Fran~ois Villon cuando
te aquellas en que se recrea una habla de su propia caída.
mentalidad pre-adolescente: las
ma'ravillas de la naturaleza y de Dicho todo lo que precede sobre
la mecánica, lo sobrenatural, crip- Poe, tengo que ponerme a anatogramas y claves, rompecabe- lizar lo que los tres grandes poezas y laberintos, jugadores mecá- tas franceses citados descubrienicos de ajedrez y vuelos espe- ron de admirable en su obra, y
culativos desenfrenados. La que nosotros no hemos enconvariedad y ardor de su curiosidad trado. Hemos de tener en cuencomplace y deslumbra; pero, a la ta primeramente que ninguno de
postre, cansa esa excentricidad yesos poetas conocía muy bien el
falta de coherencia de sus cen- idioma inglés. Baudelaire debió
tros de interés. Precisamente lo leer una cierta cantidad de poeque le falta es aquello que da dig- sía inglesa y norteamericana; sin
nidad al hombre maduro: una opi- duda, algo se apropia de Gray y
nión consistente de la vida. Una también de Emerson. Pero nunactitud puede ser madura y con- ca llegó a estar familiarizado con
sistente, y a pesar de ello suma- el inglés, y no hay razón alguna
mente escéptica; pero Poe no era para creer que lo hablara bien.
escéptico. Parece entregarse por Por lo que a Mallarmé se refiere,
completo a la idea del momento; ciertamente enseñó inglés, pero
el efecto que produce es que to- hay pruebas convincentes de que
das sus ideas las sustenta, pero lo conocía imperfectamente porque no cree en ellas. Lo que le que se dedicó a escribir una esfalta no es vigor cerebral, sino pecia de guía para el uso del
esa madurez de intelecto que idioma. El mero examen de ese
sólo se alcanza cuando el hom- curioso tratado -donde se resebre madura en su totalidad, con ñan extrañas frases como si se
el desarrollo y coordinación de tratara de dichos corrientes en
sus diversas emociones. No me inglés- debería disipar cualquier
interesa ahora ninguna posible rumor sobre la erudición de Maexplicación psicológica o patoló- lIarmé en lengua inglesa. En
gica; para el fin que persigo es cuanto a Valéry, nunca le oí hasuficiente hacer constar que la blar una sola palabra en inglés,
obra de Poe es la obra que uno ni siquiera en Inglaterra. No sé lo
esperaría de un hombre con inte- que habría leído en nuestro idioligencia y sensibilidad muy ex- ma; el segundo idioma de Valécepcionales, pero cuyo desarrollo ry, cuya influencia es perceptible
emotivo, en algún aspecto, ha en algunos de sus versos, era el
quedado detenido a una edad italiano.
temprana; sus más vívidas e imaResulta ciertamente posible
ginativas realizaciones son la que, al leer algo en un idioma que
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Biblioteca de México
sólo entiende imperfectamente, el
lector encuentre algo que en realidad no está ahí; y si el lector es
un hombre de genio, el poema
extranjero leído, por feliz accidente, puede hacer surgir de las profundidades de su mente algo importante que atribuye a lo que
está leyendo. La verdad es que,
al traducir al francés la prosa de
Poe, Baudelaire la mejoró sorprendentemente; transformó lo
que era con frecuencia una prosa
inglesa descuidada y vulgar en un
francés admirable. También MaIIarmé, que tradujo al francés, en
prosa, cierto número de poemas
de Poe, los mejoró en forma análoga; aunque por otra parte se
perdiera el ritmo donde se encierra una gran parte de la originalidad de Poe. Así, pues, la prueba
de que los franceses valoraron en
exceso a Poe porque conocían
mal el inglés tiene un aspecto
puramente negativo; no podemos
aventurarnos más allá de decir
que no les turbaban esas debilidades que nosotros vemos tan
claramente. Pero esto no explica
su alta opinión del pensamiento
de Poe, ni el valor que atribuyen a
sus ensayos filosóficos y críticos.
Para comprenderlo, hemos de
mirar en otra dirección.
No hay que caer en el error, a
este respecto, de suponer que
Baudelaire, Mallarmé y Valéry
reaccionaran ante Poe exactamente de la misma manera. Son
los tres grandes poetas, y cada
uno de ellos es diferente de los
otros ; además , representan como ya les he recordado, tres generaciones distintas. Es Valéry el
que ahora me interesa principalmente. Sólo diré, por tanto, que
Baudelaire, a juzgar por su prólo~o a la traducción que hizo de los
:uentos y ensayos de Poe, se
interesaba sobre todo por la personalidad del hombre. No me
preocupa la exactitud de su retrato : el hecho es que Baudelaire
encontró en Poe, con su vida , su
aislamiento y su fracaso en el
9
Biblioteca de México
mundo, al prototipo de poete
maudít, el poeta proscrito de la
sociedad, tipo que iba a hacerse
realidad en formas distintas en
Verlaine y Rimbaud, es decir, el
tipo del que Baudelaire se consideraba a sí mismo como ejemplo
distinguido. Este arquetipo del siglo XIX, le poete maudít, el rebelde contra la sociedad y contra la
moralidad de la clase media (rebelde cuyo antecedente es, por
supuesto, el mito continental de
la figura de Byron) corresponde a
una situación social peculiar.
Pero en el prólogo, que es primordialmente un esbozo de Poe
como hombre y de su biografía,
Baudelaire desliza una observación que apunta a una estética
que nos conduce a Valéry:
"Creía (dice Baudelaire), como auténtico poeta que era, que
la meta de la poesía es de la
misma naturaleza que su principio, y que no debía tener en
cuenta más que a la poesía misma ."
"Un poema no dice algo; es algo." Se ha defendido esta doctrina en tiempos más recientes.
El interés de Mallarmé se centra más en la técnica de la versificación, aunque la de Poe, como
el propio Mallarmé reconoce, es
un tipo de versificación que no se
presta a ser utilizada en el idioma
francés. Pero al llegar a Valéry,
vemos que no es el hombre ni la
poesía lo que atrae su atención,
sino la teoría de la poesía. En
una de sus primeras cartas, que
escribió a Mallarmé cuando era
muy joven, al presentarse al
poeta de más edad, dice: "Tengo
en alta estima las teorías de Poe,
aprendidas de modo tan profundo como insidioso; creo en la
omnipotencia del ritmo y en especial en la frase sugerente". Pero
mi opinión no se basa primariamente en esta profesión de fe de
un hombre muy joven sino en la
teoría y práctica posteriores de
Valéry. Así como la poesía de
Valéry y sus ensayos sobre el
arte poético no son sino dos aspectos de un mismo interés de su
intelecto, que se complementan
mutuamente, para Valéry la poesra de Poe es inseparable de las
teorías poéticas de Poe.
Esto me lleva a considerar el
significado de la expresión "la
poésíe pure": en francés tiene
una connotación de controversia
y polémica que no aparece en
absoluto en la expresión inglesa
equivalente, "pure poetry".
Podría decirse que toda poesía fluye de las emociones que
los seres humanos experimentan
en sus relaciones consigo mismos, con otros seres humanos,
con entes divinos y con el mundo
que los rodea: por consiguiente,
le incumbe también el pensamiento y la acción que provocan
esas emociones, y de los cuales
surge la emoción. Pero aun en
una etapa muy primitiva de expresión y apreciación, la función
de la poesía no puede ser nunca
despertar simplemente esas mismas emociones en los que escuchan al poeta. Recuerden el relato de la fiesta de Alejandro en la
oda famosa de Dryden. Si realmente el conquistador de Asia se
vio transportado por las violentas
emociones que despertó en él el
bardo TImoteo, al variar diestramente su música, lo que debió
ocurrir es que el gran Alejandro
padecía en aquel momento del
automatismo inducido por intoxicación alcohólica, y en ese estado era enteramente incapaz de
apreciar arte alguno, musical o
poético. En la poesía más primitiva o en el goce más rudimentario de la poesía, la atención del
oyente se encauza al asunto; el
efecto poético se deja sentir sin
que el oyente llegue a darse
cuenta plenamente de ese arte.
Al desarrollarse la conciencia del
lenguaje, hay otra etapa en la
cual el oyente -que con el transcurso del tiempo tal vez se haya
convertido en lector- se da cuenta de que en un relato hay doble
10
Biblioteca de Méxjco
interés, el relato en sr mismo y la
forma en que se dice; es decir,
llega a darse cuenta del estilo.
Tal vez nos deleitemos entonces
en distinguir entre las formas que
diferentes poetas emplean al tratar los mismos temas; apreciación no sólo de si es mejor o
peor, sino también de las diferencias entre estilos que son objeto
de igual admiración. En una tercera etapa de evolución, el asunto puede pasar a segundo término; en vez de ser la finalidad de
un poema, es simplemente un
medio necesario para realizar el
poema. En esta etapa, el lector o
el oyente pueden llegar a sentirse casi indiferentes respecto al
asunto, como el oyente primitivo
se sentía respecto al estilo. Una
inconsciencia o indiferencia completas respecto al estilo en los
comienzos, o respecto al asunto
al final, nos apartará, sin embargo, por entero de la poesía; porque una completa inconsciencia
de todo lo que no sea el asunto
significaría que para ese oyente
aún no ha aparecido la poesía,
pero una completa inconsciencia
de todo lo que no sea el estilo
significaría que la poesía se ha
desvanecido.
Ese proceso de creciente conciencia de sí mismo ~, podríamos decir, de creciente conciencia del idioma- tiene como meta
teórica lo que podríamos llamar
la poésíe pure. Creo que es una
meta que jamás podrá ser alcanzada, porque pienso que la poesía sólo es poesía en tanto conserva en ese sentido cierta "impureza", es decir, en tanto que el
asunto tiene valor por sí mismo.
El abate Brémond -si le he entendido bien- sostiene que, aunque es necesario un elemento
de poésíe pure para que un
poema sea un poema, ningún
poema podría consistir en poesía pu ra únicamente. Ahora
bien, en el caso de Valéry, lo que
se produjo es un cambio de actitud ante el argumento. Hemos
de evitar cuidadosamente decir
que el asunto pasa a ser "menos
importante". Adquiere más bien
un tipo distinto de importancia:
es importante como medio ; el fin
es el poema. El asunto existe
para el poema, no el poema para el asunto. Un poema puede
utilizar varios asuntos , combinándolos en una forma determinada, y carecería de sentido preguntar: "¿Qué argumento tiene
un poema?". De la combinación
de varios asuntos surge no otro
distinto, sino el poema.
Quisiera señalar ahora la diferencia que existe entre una teoría de la poesía , tal como la expone un tratadista de estética, y
esa misma teoría, tal como la
sostiene un poeta. Una cosa es
describir cómo el poeta escribe
sin saberlo, y otra distinta lo que
el poeta escribe conscientemente con arreglo a esa teoría. Al influir en lo que escribe, la teoría
se convierte en algo muy distinto
de aquello que no era más que
una explicación de cómo el poeta escribe. Y Valéry era un poeta
que, sin duda, escribía muy
consciente y deliberadamente;
tal vez en lo mejor de su obra no
siguiera del todo la pauta de la
teoría ; pero lo cierto es que sus
teorías influyeron en la clase de
poesía que escribió. Fue el más
consciente de todos los poetas.
A esta actitud consciente llevada al grado sumo de Valéry
hay que añadir otro rasgo característico: su extremo escepticismo. Podría pensarse que un
hombre semejante, que no creía
en nada que pudiera servir de
tema poético, iba a encontrar el
refugio en una doctrina del "arte
por el arte". Pero Valéry era demasiado escéptico incluso para
creer en el arte. Es significativo
el número de veces que describe algo de lo que había escrito
como ébauche , como esbozo.
Había dejado de creer en los fines y sólo se mostraba interesado en los procedimientos. Con
frecuencia da la impresión de
que si continuaba escribiendo
poesía era pura y simplemente
porque se interesaba en una observación introspectiva , es decir,
en contemplarse a sí mismo dedicado a escribir. No hay más
que leer los diversos ensayos
-más apasionantes a veces que
sus propios versos , porque es
de sospechar que le apasionaba
mucho más escribirlos- en los
que anota sus observaciones.
Hay una observación reveladora
en Varieté \1, el último de sus libros en que se recopilan escritos
suyos: "A mí, lo confieso, me interesa mucho más la formación
o la elaboración de las obras (de
arte) que las obras propiamente
dichas". Y un poco más adelante, en el mismo volumen, dice:
"En mi opinión , la filosofía más
auténtica no está tanto en el objeto de la reflexión cuanto en el
mismo acto de pensar y su manipulación".
Aparecen aqu í, llevados a su
culminación por Valéry, dos nociones cuyo origen puede descubrirse en Poe. En primer lugar, la
doctrina , extraída por Baudelaire
de Poe, que he citado ya : "Un
poema no debe tener nada más
en cuenta que el propio poema";
en segundo lugar, la noción de
que la composición de un poema
debe ser, en todo lo posible,
consciente y deliberada , y de
que el poeta debe observarse a
sí mismo en el acto de la composición ; y esto, en una mente tan
escéptica como la de Valéry, lleva a la conclusión , tan paradójicamente incompatible con la primera, de que el acto de la composición es más interesante que
el poema resultante .
Está , primero , la "pureza" de
la poesía de Poe. En el sentido
en que hablamos de "pureza del
idioma", la poesía de Poe está
muy lejos de ser pura , pues ya
he señalado el descuido de Poe
y su falta de escrupulosidad en
el empleo de palabras. Pero en
11
Biblioteca de México
el sentido de la poésie pure , esa
clase de pureza le cuadra bien a
Poe. El asunto significa poco; la
manera de tratarlo es todo. No
tenía que conseguir la pureza
mediante un proceso de purificación, porque ya el material que
utilizaba era de tenue consistencia. Segundo, en Poe se da ese
defecto al que aludí al decir que
no parece creer en teorías , sino
más bien sustentarlas. Y también en este punto, con Poe y
Valéry, los extremos se tocan : la
mente inmadura que juega con
las ideas porque no se ha desarrollado hasta adquirir convicciones, y la mente muy adulta que
juega con las ideas porque es
demasiado escéptico para albergar convicciones . Creo que por
mediante contraste se puede explicar la admiración de Valéry
por Eureka, esa fantasía cosmológica que a la mayoría no nos
causa impresión profunda porque nos damos cuenta de que
Poe no estaba calificado para
hablar de filosofía , teología o
ciencias naturales, pero que Valéry, y antes Baudelaire, tenían
en alta estima como "poema en
prosa". Por último, está el asombroso resultado del análisis que
hace Poe de la composición de
The Raven . Da igual que The
Philosophy of Composition sea
una burla , o trate con ella de en-
gañarse a sí mismo, o sea una
Ahora bien, creo que ya he
descripción más o menos exacta apuntado que el art poétique
de los cálculos de Poe al escribir cuyo germen hallamos en Poe y
el poema; lo que importa es que que fructificó en la obra de Vasugirió a Valéry un método y una léry, ha ido ya todo lo lejos que
ocupación: la de observarse al podía ir. No creo que esa estétiescribir. Claro está que alguien ca pueda servir de ninguna
de más talla que Poe había estu- ayuda a poetas posteriores. Lo
diado antes el proceso poético. que no sé es lo que ocupará su
En su Biographia Literaria, Cole- lugar. No serviría una estética
ridge se ocupa principalmente, que fuera simplemente su negadesde luego, de la poesía de ción. Insistir en que todo lo imWordsworth; y no es que prosi- portante es el argumento o teguiera sus indagaciones filosófi- ma, hacer hincapié en que el
cas simultáneamente con la poeta debe ser espontáneo e
composición de su poesía, pero irreflexivo, en que debe depense anticipa ya a la pregunta que der de la inspiración y menosfascinaba a Valéry: "¿Qué es lo preciar la técnica, sería salir de
que hago cuando escribo un lo que en cualquier caso es una
poema?". Pues bien, The Philo- actitud altamente civilizada para
sophy of Composition es una mi- recaer en una actitud bárbara.
se au point de la cuestión, lo que Lo que deberíamos tener es una
le da su capital importancia en estética que en cierto modo
relación con ese proceso que se encierre y trascienda la de Poe y
remata con Valéry. Porque la pe- Valéry. No es una cuestión que
netración de la actividad poética aguijonee demasiado mi mente
por la actividad crítica introspec- porque creo que las teorías del
tiva la lleva Valéry al límite, pa- poeta deben fluir de lo que escrisado el cual la última empieza a be, no lo que escribe de sus teodestruir a la primera. Louis Bolle, rías. Pero reconozco, en primer
en su admirable estudio de este lugar, que dentro de esa tradipoeta, observa atinadamente: ción que se extiende de Poe a
"Ese narcisismo intelectual no es Valéry se hallan algunos de los
ajeno al poeta, aunque no expli- poemas modernos que más adca la totalidad de su obra: '¿Por miro y que mayor placer me cauqué no concebir como obra de san; segundo, pienso que esa
arte la propia producción de una tradición representa en sí misma
el hecho más interesante de la
obra de arte?"'.
12
Biblioteca de México
conciencia poética en esos cien
años; y, por último, atribuyo valor
en sí misma a esa exploración
de ciertas posibilidades poéticas, porque creo que deben explorarse todas las posibilidades.
y descubro que al intentar ver a
Poe con los ojos de Baudelaire,
de Mallarmé y sobre todo de Valéry, quedo más plenamente
convencido de su importancia,
es decir, de la importancia de su
obra en conjunto. Y, con respecto al futuro, es una hipótesis
defendible la de que la progresión del conocimiento reflexivo,
la extrema percepción consciente y preocupación por el lenguaje que hallamos en Valéry es
algo que tiene que quebrarse
por último, porque somete a una
creciente tensión contra la que
han de rebelarse la mente y nervios humanos; de la misma manera que podría sostenerse que
la elaboración hasta el infinito de
los descubrimientos e invenciones científicas y del mecanismo
político y social puede llegar a
un punto en que se produzca
una irresistible reacción de la
humanidad, que se mostrará dispuesta a aceptar las penalidades más primitivas antes que
seguir soportando la carga de la
civilización moderna. No tengo
sobre esto una opinión precisa;
lo dejo a su consideración .
JULIO CORTAzAR*
EDGAR ALLAN POE
(Fragmento)
EL POETA, EL NARRADOR Y EL CRÍTICO
La lectura de los libros más notables consagrados a Poe
en lo que va del siglo permite observar dos tendencias
generales. La primera busca someter la crítica de su
obra a las circunstancias de carácter personal y psicológico que pudieron condicionarla, y a aventurar, por
tanto, los estudios clínicos del "caso Poe" en busca de
una comprensión de su obra. Edward Shanks ha denunciado mejor que nadie esta inclinación a lo personal, y
reclamado un mayor interés por la obra de Poe en su
plano solamente textual, en su calidad de hecho literario. Nada mejor, pues, en esta sucinta introducción a los
cuentos y ensayos del poeta, que aportar una intención
crítica centrada principalmente en los textos mismos y
destinada a proporcionar al lector una puesta en
ambiente que favorezca su personal estimación del sentido y el valor de dichos textos.
La segunda tendencia traduce una cierta subestimación de la poesía y la literatura de Poe. Por un lado, esta
actitud constituye un necesario retorno al equilibrio después del alud indiscriminado de exaltaciones y elogios
(provenientes en gran medida de Francia, a causa de la
profundísima influencia de Poe en Baudelaire Y- los simbolistas). Por otra parte, sin embargo, esta frialdad,
paradójicamente visible en el entusiasmo de la investigación, deriva de una actitud condenable: la de desconocer que la profunda presencia de Poe en la literatura
es un hecho más importante que las flaquezas o deméritos de una parte de su obra. Cuando un Aldous Huxley
borda pulcras variaciones sobre el mal gusto de Poe,
ejemplificándolo con pasajes de sus poemas más famosos, cabe preguntarse por qué esos poemas están presentes en su memoria y su irritación cuando tantos otros
de impecable factura duermen olvidados por él y por
nosotros. Cuando -para nombrar a uno entre muchosun Joseph Wood Krutch se expide terminantemente
sobre la inepcia, inanidad y vesania de Eureka, no está
de más preguntarse por qué la lectura de ese curioso
texto ocupó las horas de un Paul Valéry, y puede devolvernos algo del temblor de maravilla que las noches
estrelladas traían a nuestra infancia. Sin temor de incurrir en un criterio meramente sentimental, creemos que
un balance de la obra de Poe y sus consecuencias, de lo
absoluto y lo relativo en ella, no puede lograrse si se la
reduce a un caso clínico, o a una serie de textos literarios. Hay más, hay siempre ~ás. Hay en nosotros una
presencia oscura de Poe, una latencia de Poe. Todos, en
algún sector de nuestra persona, somos él, y él fue uno
de los grandes portavoces del hombre, el que anuncia su
tiempo por la noche. Por eso su obra, incidiendo desde
dimensiones extratemporales, las dimensiones de la
naturaleza profunda del hombre al desnudo, es tan profundamente temporal como para vivir en un continuo
presente, tanto en las vitrinas de las librerías como en
las imágenes de las pesadillas, en la maldad humana y
también en su búsqueda de ciertos ideales y de ciertos
ensueños,
Poe y su época
Empecemos este camino tratando de situar a Poe en su
ambiente. No podría decirse que en ese terreno haya
tenido suerte, pues a su aristocracia intelectual le hubiera convenido un medio de alta cultura. Entre 1830 y
1850, los Estados Unidos iniciaban titubeantes su histo-
H I HLl O TEC A DE C ULTURA B ÁS I CA
EDGAR ALLAN- POE
OBRAS EN PROSA
C UENTOS
UNIVHSIDAD DE PU ERT O IU CO
Rtl/hld de Occl aUl1t
M AD R / D
* Edgar Allan Poe. Obras en prosa, traducción, introducción y notas de Julio
Cortázar. Ediciones de la Universidad de Puerto Rico, Revista de Occidente,
Madrid, 1956, dos tomos, 914 y 840 pp.
13
Biblioteca de México
Litografía de Edouard Manet
na literaria. Había meritorios pioneros y unos pocos
escritores de primera línea. Emerson, Nathaniel Hawthome, James Rusell Lowell, Oliver Wendell Homes y,
naturalmente, Longfellow, el más popular. La nación se
encaminaba hacia el industrialismo, y la ola del progreso mecánico empezaba a abatir las débiles defensas de
un tiempo más pastoril e ingenuo. Poe habría de asistir
a la iniciación de los conflictos abolicionistas y esclavistas, a los preludios de la guerra entre el Norte y el
Sur. Criado en el marco provincial de Virginia, se sentiría siempre incómodo y a trasmano en ciudades como
Filadelfia, Nueva York y Baltimore, hirvientes de "adelanto" y de comercio. Pero, paralelamente a este clima
progresista, la literatura se refugiaba en pacatos moldes
dieciochescos, en el respeto al "ingenio" y a las elegancias retóricas, aspirando tímidamente los aires violentos
del romanticismo inglés y francés que llegaban en
forma de novelas y poemas liberados de todo yugo que
no fuera el sacrosanto yugo del Yo. Boston y su área de
influencia intelectual elaboraban una filosofía trascendentalista sin mayor originalidad ; Nueva York y
Filadelfia bullían de "círculos literarios", donde las poetisas constituían el encanto un tanto dudoso; las revistas
literarias prolongaban las líneas de las grandes y famosas publicaciones inglesas y escocesas, sin aspirar a
independizarse en el lenguaje o la temática. La mitología seguía siendo invocada profusamente, y el mesmerismo, el espiritismo y la telepatía hacían su agosto en
los salones de las señoras inclinadas a buscar en el más
allá lo que no veían a dos pasos en el más acá.
La lectura de las reseñas y ensayos críticos del mismo Poe puede mostrar mejor que nada el mediocre nivel
intelectual de su tiempo. Aparte de las propias limitaciones, que señalaremos en su momento, lo que más
daña esta parte de su obra es la general insignificancia
de sus temas: pésimas novelas y poemas, ensayos triviales o extravagantes, cuentos insípidos. Sólo de vez
en cuando asoman páginas dedicadas a Hawthorne, a un
Macaulay, a un Bulwer Lytton. La famosa serie Los
"literati", en la cual Poe trazó semblanzas críticas de
treinta y ocho escritoras y escritores de Nueva York, se
ha vuelto legible por la simple razón de que sus treinta
y ocho temas son aún mucho más ilegibles. ¿Cómo
recorrer durante horas la descripción de una galería de
cuadros desaparecidos?
"La época -dice Hervey Allen-, la peculiar mitad del
siglo XIX, en el cual Poe vivió y se movió, se ha convertido en un país perdido para los que vinieron luego,
un país más remoto y singular que Siam. Cuando se
contemplan sus raros vestidos, su extraña arquitectura
rococó, sus creencias, sus prejuicios, esperanzas y
ambiciones, sus convenciones carentes hoy de sentido,
pero sobre todo si se intenta una aproximación a través
de su literatura popular, parece como un extraño océano
neblinoso, donde, a través de calles apenas entrevistas,
en pueblos oníricamente grotescos, se movieran -por
motivos olvidados-los fantasmas de los trajes. Fuera de
esta tierra de vaga agitación y de apagados destellos,
como un campanario sobre la niebla que cubre la ciudad
y bajo la cual se oye rodar el tráfico invisible, unas
pocas cosas aparecen delineadas y definidas claramente. Una de ellas es la prosa imaginativa y la poesía de
Edgar Allan Poe."
Y Van Wyck Brooks ha de caracterizar así las razones del aislamiento inevitable de Poe: "Resulta claro
que durante lo que se ha llamado el período clásico de
la literatura norteamericana el alma de Norteamérica se
negaba a distraerse de la acumulación de dólares ; resulta claro que el instinto pionero de la autoafirmación
económica era la ley de la tribu ... El inmenso, vago y
nebuloso dosel de idealismo que colgó sobre el pueblo
norteamericano durante el siglo XIX no fue autorizado
jamás, de hecho, a interferir con la conducta práctica de
la vida. He dicho que no fue autorizado, aunque sería
14
Biblioteca de Mexico
preferible explicar que, siendo impersonal en sí misma,
la esencia de este idealismo residía en el hecho de que
no tenía y no podía tener relaci6n con la conducta práctica de la vida. Los escritores más famosos y de mayor
éxito, Bryant y Longfellow, por ejemplo, promovieron
este idealismo, mostrándose, hasta donde alcanzamos a
ver, satisfechos con las prácticas sociales; aceptaban
tácitamente el peculiar dualismo presente en la raíz de
cada punto de vista nacional. El equívoco dualismo de
Emerson afmn6, por un lado, la libertad y la confianza
en sí mismo, y por otro, justific6 la conveniencia privada y sin límites del hombre de negocios. Y como sugestivo corolario de todo esto, los dos principales artistas
de la literatura norteamericana, Poe y Hawthorne, estuvieron distanciados de la sociedad como pocos artistas
lo han estado jamás en el mundo; a sus contemporáneos
les parecerían espectrales y distantes, apenas humanos,
y fácilmente podría mostrarse que no es menos marcada la reacci6n que en su obra produce un mundo esencialmente irreal para ellos."
La página en blanco
Imaginemos a Edgar Poe en un día cualquiera de 1843.
Se ha sentado a escribir en alguna de las muchas mesas
(casi nunca propias), en algunas de las muchas casas
donde habit6 pasajeramente. Tiene ante él una página
en blanco. Probablemente sea de noche, y pronto vendrá Mrs. Clemm a traerle una taza de café. Edgar va a
escribir un cuento, y supondremos que será El gato
negro, que se public6 ese año. Su autor tiene treinta y
cuatro años, está en plena madurez intelectual. Ya ha
escrito El pozo y el péndulo, La caída de la casa Usher,
William Wilson y Ligeia. Y también Los crímenes de la
calle Margue y El hombre de la multitud. Un año después terminará El cuervo, su poema más famoso .
¿Qué inevitables aportaciones personales van a desembocar en su nuevo cuento, y qué elementos exteriores se incorporarán a su trama? ¿Cuál es el proceso, el
silencioso cicl6n del acto literario, cuyo vórtice está en
la pluma que Poe apoya en este instante sobre la página? Érase un hombre que amaba a su gato, hasta un día
en que empez6 a odiarlo y le arranc6 un ojo ... Lo monstruoso está de inmediato ahí, presente e inequívoco. De
la totalidad de elementos que integran su obra, sea poesía, sean cuentos, la noción de anormalidad se destaca
con violencia. A veces es un idealismo angélico, una visión asexual de mujeres radiantes y benéficas; a veces
esas mismas mujeres incitan al entierro en vida o a la
profanaci6n de una tumba, y el halo angélico se cambia
por un aura de misterio, de enfermedad fatal, de revelaci6n inexpresable; a veces hay un festín de caníbales en
un barco a la deriva, un globo que atraviesa el Atlántico
en cinco días, o llega a la Luna después de asombrosas
experiencias. Pero nada, diurno o nocturno, feliz o desgraciado, es normal en el sentido corriente, que incluso
aplicamos a las anormalidades vulgares que nos rodean
y nos dominan y que ya casi no consideramos como
tales. Lo anormal, en Poe, pertenece siempre a la gran
especie.
El hombre que se dispone a escribir es orgulloso, pero
su orgullo nace de una esencial debilidad que se ha refugiado, como el cangrejo ermitaño, en una caracola de
violencia luciferina, de arrebato incontenible. El cangrejo Poe s610 abandona la valva de su orgullo frente a sus
seres queridos, sus poquísimos seres queridos. Ellos
-Mrs. Clemm, Virginia, algunas otras mujeres, ¡siempre
mujeres!- sabrán de sus lágrimas, de su terror, de su necesidad de refugiarse en ellas, de ser mimado. Ante el
mundo y los hombres, Edgar Poe se yergue altanero,
impone toda vez que puede su superioridad intelectual,
su causticidad, su técnica de ataque y de réplica. Y como
su orgullo es el orgullo del débil y él lo sabe, los héroes
de sus cuentos nocturnos serán a veces como él, y a veces
como él quisiera ser; serán orgullosos por debilidad,
como Roderick Usher, como el pobre diablo de El coraz6n delator, o serán orgullosos porque se sienten fuertes,
como Metzengerstein o William Wilson.
Este gran orgulloso es un débil, pero nadie medirá
nunca lo que la debilidad ha proporcionado a la literatura. Poe la resuelve en un orgullo que le obliga a dar lo
mejor de sí en aquellas páginas escritas sin compromisos exteriores, escritas a solas, divorciadas de una realidad tempranamente postulada como precaria, insuficiente, falsa. Y el orgullo asume además el matiz característico del egotismo. Poe es uno de los egotistas más
cabales de la literatura. Si en el fondo ignoró siempre el
diálogo, la presencia del tú, que es la auténtica inauguraci6n del mundo, se debe a que s610 consigo mismo
condescendía a hablar. Por eso no le importaba que sus
seres queridos no lo comprendieran.-Le bastaba su cariño y su cuidado; no los necesitaba para la confidencia
intelectual. Y frente a sus pares en el mundo literario,
frente a un Russell Lowell o un Hawthorne, le irrita de
inmediato que no acepten a ciegas su primaCía intelectual. Su labor de crítico en las revistas le permiti6 ser un
"pequeño dios", menudo árbitro en un mundo artístico
también menudo. Compensaci6n flaca, pero que lo calmaba. Al final el egotismo desembocará en la locura.
Dirá tranquilamente al editor de Eureka que su libro es
tan importante que requiere una primera tirada de
50.000 ejemplares, pues el libro causará una incalculable revolución en el mundo.
A la luz de todo esto, unos párrafos de su Marginalia
asumen un tono patéticamente personal: "Me he entrevistado a veces tratando de imaginar cuál sería el destino
de un individuo dueño (o más bien víctima) de un intelecto muy superior a los de su raza. Naturalmente tendría
conciencia de su superioridad, y no podría impedirse (si
estuviera constituido en todo lo demás como un hombre)
manifestar esa conciencia. Así se haría de enemigos en
todas partes. Y como sus opiniones y especulaciones
diferirían ampliamente de las de toda la humanidad, no
cabe duda de que lo consideraría loco. ¡Cuán horrible
resultaría semejante condici6n! El infierno es incapaz de
inventar una tortura peor que la de ser acusado de debilidad anormal por el hecho de ser anormalmente fuerte ... "
La consecuencia inevitable de todo orgullo y de todo
egotismo es la incapacidad de comprender lo humano,
asomarse a los caracteres, medir la dimensi6n ajena. Por
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Biblioteca de México
eso Poe no alcanzará nunca a crear un solo personaje
con vida interior; la llamada novela psicológica lo
hubiera desconcertado. ¿Cómo imaginarlo, por ejemplo, leyendo a Stendhal, que publicaba en ese tiempo La
Chartreuse de Parme? Muchas veces se ha señalado
que sus héroes son maniquíes, seres empujados por una
fatalidad exterior, como Arthur Gordon Pym, o interior,
como el criminal de El gato negro. En un caso ceden a
los vientos; a las mareas, a los azares de la naturaleza;
en el otro se abandonan a la neurosis, a la manía, a la
anormalidad o al vicio, sin la menor sutileza, el menor
distingo, la menor gradación. Cuando Poe nos presenta
a un Pym, a un Usher, a un Egaeus, a un Montresor, ya
están sometidos a su especial "perversidad" (término
que él va a explicar en El demonio de la perversidad);
si se trata de un Dupin, de un Hans Pfaall, de un Legrand, no son en rigor seres humanos, sino máquinas
razonan tes y actuantes, autómatas como aquel de
Maelzel, que tan agudamente analizó Poe, y donde él
mismo está metido para mover los hilos del razonamiento tal como un jugador de ajedrez estaba metido en
el autómata que asombraba a los públicos de su tiempo.
Por eso, además, es válido sugerir el mundo onírico
como impulsor de muchos de los relatos de Poe. Las
pesadillas organizan seres como los de sus cuentos;
basta verlos para sentir el horror, pero es un horror que
no se explica, que nace de la sola presencia, de la fatalidad a que la acción los condena o a la que ellos condenarán su acción. Y la escotilla que comunica directamente el mundo del inconsciente con el escenario de los
relatos de Poe no hace más que trasmutar los personajes
y los sucesos del plano soñado al plano verbal; pero él
no se molesta en mirarlos a fondo, en explorarlos, en
descubrir sus resortes o intentar una explicación de sus
conductas. ¿Para qué? Por un lado son Poe mismo, sus
criaturas más profundas, de modo que cree conocerlas,
como cree conocerse a sí mismo, y luego son personajes, es decir, otros, seres ya ajenos a él, en el fondo
insignificantes para él.
y si pensamos en otra corriente de sus ficciones, la
de los cuentos satíricos y humorísticos, vemos al punto
que la situación es la misma. La sátira en Poe es siempre desprecio, y no hay más que leer C6mo escribir un
art(culo a la manera de Blackwood (y su segunda
parte), El timo considerado como una de las ciencias
exactas, El hombre de negocios, o Los anteojos, para
comprender el frío desdén que lo mueve a crear astutos
seres que embaucan a la masa despreciable, o miserables muñecos que van de tumbo en tumbo cometiendo
toda clase de torpezas. En cuanto al humor no existe
prácticamente, y es de sospechar que una parte de la
antipatía que provoca Poe en los lectores ingleses o norteamericanos deriva de su incapacidad para algo que
esos lectores consideran casi inseparable de la buena
literatura. Cuando Poe incurre en lo que él cree humos,
escribe El aliento perdido, Bon-Bon, El ángel de lo
extraño o El rey Peste, es decir, que deriva inmediatamente a lo macabro, donde está en su terreno, o a lo grotesco que considera desdeñosamente el terreno de los
demás.
Este débil lleno de orgullo y egotismo necesita dominar con sus armas, intelectualmente. En su tiempo había
un recurso fácil, más que el genio es una cuestión de
perspectiva y ni siquiera Poe podía tener la plena seguridad de serlo. Este recurso es el saber, la erudición, el testimonio, en cada página de crítica o de ficción, de una
cultura vastísirna, particular, con tintes de misterio y
entrevisiones de iniciación esotérica. Desde temprano
Poe organiza un sistema de notas, de fichas donde al
correr de sus lecturas variadísimas e indisciplinadas va
registrando frases, opiniones, enfoques heterodoxos o
pintorescos. De niño y adolescente devoró las revistas
literarias inglesas, aprendió un poco de francés, latín y
griego, italiano y español, lenguas que, junto con el
hebreo y el alemán, pretendía dominar. La lectura de su
Marginalia muestra la verdadera latitud de esa cultura,
sus inmensas lagunas, sus sorprendentes promontorios.
Para un norteamericano de su tiempo, Poe alcanza una
cultura fuera de lo común, pero muy por debajo de la que
pretenderá poseer. No vacila en citar equivocadamente de
memoria, variando las lecciones, repitiéndose. Tiene
pasajes favoritos, que el lector reencuentra cada tantas
páginas, aplicados a distintos temas. Inventa autores,
obras, opiniones si es necesario. Le encanta usar términos
franceses (las citas en latín son corrientes en su tiempo),
y hasta se atreve al español y al italiano. ' Cada arresto de
saber lo afirma en su superioridad. Su actitud frente a las
ciencias exactas es sintomática. Tiene natural facilidad
para ellas, y no cabe duda de que leyó cantidad de matemáticas, física y astronomía. Pero todo lo confunde o
reduce a referencias vagas, prefiriendo citar a los autores
de segundo orden, más llenos de sugestión y menos comprometedores. Tiene el don de acordarse en su debido
momento de la frase que va a ayudarlo a lograr un efecto, a acentuar un clima. Y en un cuento, La incomparable
aventura de un tal Hans Pfaall, pondrá en fila sus nociones y recuerdos de tanto manual de la época, y armará un
relato "científico", del cual es el primero en burlarse,
pero que va a dar origen -con otros cuentos suyos- a la
obra de Jules Veme y a tantas de H. G. Wells.
Este hombre que se propone al mundo como un erudito, este altanero inventor de máquinas literarias y poéticas destinadas a producir exactamente el efecto que él
, Cita en alemán, por ejemplo, sin saber nada de esta lengua. Emile Lauvriere
señala un error grosero: Poe habla de un libro escrito "por Suard y André".
corrigiendo lo que cree una errata (Suard und andre).
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Biblioteca de México
afmnará haberse propuesto (engañar, aterrar, encantar o deslumbrar), este neurótico fundamentalmente inadaptado al
mundo que lo rodea y a las leyes
generales de la realidad convenida, va a escribir cuentos, poemas y ensayos que no se explican ni por la erudición, ni por
el egotismo, ni por la neurosis, ni por la confianza en sí
mismo. Toda tentativa meramente caracterológica de
explicar la obra de Poe confundirá como siempre, medios y fines, tomando como
impulsos rectores los que no
son más armónicos y concomitantes. Dejemos a los psicoanalistas indagar el caso de Poe, del
que han extraído conclusiones que
reafirman y aclaran los datos ya bastante trasparentes de su biografía. Lo
que importa aquí es insistir en que hay un
Poe creador que antecede a su neurosis declarada, un Poe adolescente que se quiere poeta, que se
elige poeta, para decirlo con vocabulario familiar en
nuestros días; un Poe que escribe sus primeros versos
entre los nueve y los doce años, y que en plena adolescencia va a romper lanzas con un dorado horizonte de
mediocridad para seguir adelante un camino que él sabe
solitario, que no puede sino ser triste y miserable . Y esta
fuerza que estalla en él antes de que estallen las taras,
esta fuerza de la que él bebe antes de beber el primer
vaso de ron, es libre, es todo lo libre que puede serlo
una decisión humana cuando nace de un carácter -aunque sea un carácter aún no plenamente integrado.
Hemos oído hablar demasiado de la esclavitud de Poe a
sus pasiones (o a su falta de pasiones), como para que
no señalemos hoy, casi alegremente, la presencia inequívoca de la libertad del poeta en ese acto inicial que
lo enfrente con su guardián y con el mundo convencional y a la medida de los seres razonables. Lo que ocurre
es que después, solapadamente, sus anormalidades se
colarán por la puerta abierta. Con igual libertad, igual
impulso creador e igual técnica literaria, un Hawthome
escribe relatos de hombre normal, y Poe relatos de hombre anormal. No se insista, pues, en atribuir la obra a las
taras, a verla como una sublimación o satisfacción de
las taras. Lo anormal del carácter de Poe se incorpora
adventiciamente a su obra, aunque llegue a constituir el
centro mismo de tantos relatos y poemas. Hay que
entender en materia de centros, y el hecho de que un
hombre le arranque un ojo a un gato, que es el eje de un
cuento de Poe, no significa que el sadismo allí manifiesto baste para producir el cuento. La mayoría de los
sadismos sólo los conocemos cuando un cronista policial nos informa de lo ocurrido. Dando la vuelta a una
famosa frase de Gide, no bastan los malos sentimientos
para hacer buena literatura.
El poeta
De no haber tenido que ganarse el
sustento con trabajos periodísticos, necesariamente en prosa si
habían de venderse , acaso
Edgar Poe se hubiera consagrado tan sólo a la poesía.
Tal como lo decidieron las
circunstancias, quedan de él
unos pocos poemas escritos
al principio y al final de su
carrera; la época creadora
más intensa estuvo casi íntegramente dedicada a las
narraciones y a la crítica.
Puesto que esta edición contiene solamente su prosa, no
corresponde aquí un análisis de
los poemas, pero sí mostrar las líneas de fuerza de su poética como teoría
elaborada a posteriori y estrechamente
unida a la actividad crítica y narrativa. Se
hace imprescindible asomarse a la visión particular que
tiene Poe del acto poético si hemos de apreciar sus aplicaciones parciales a tantas páginas de ficción o de ensayo.
El problema consiste en estimar los alcances de la
inspiración y la composición, entendiendo por la primera el crédito que Poe concedía a los productos poéticos nacidos de una intuición pura, y por composición,
la estructura minuciosamente articulada de elementos
escogidos, inventados, preferidos, que integrarían un
poema. En una de sus reseñas leemos una frase perdida
entre muchas: " No hay mayor engaño que creer que una
auténtica originalidad es mera cuestión de impulso o de
inspiración. Originar consiste en combinar cuidadosa,
paciente y comprensivamente." De este criterio va a
surgir la mucho más notoria Filosofía de la composición, donde Poe explica al público (el texto le servía
para conferencias) la mecánica de El cuervo. Pero otros
textos, diseminados aquí y allá en su obra crítica, alteran con frecuencia el rigor analítico de estas observaciones. Y, además, están los poemas en sí, las puertas de
acceso más directas -una vez que se abren- a ese territorio incierto y de difícil topografía o toponimia.
La lectura de todo lo que Poe escribió acerca de la poesía deja en claro una consecuencia casi perogrullesca. El
poeta entiende la poesía según sus propios poemas, la
mira desde ellos y con ellos. Y los razonamientos posteriores están forzosamente sometidos a la materia poética
elemental, la que se informa en el verso. Poe era demasiado inteligente para no comprenderlo, aunque su inteligencia forzó con frecuencia el marco natural de su poesía, ya sea en el poema mismo (haciendo de El cuervo
una especie de sutilísimo reloj de repetición, una máquina de belleza, según él entendía la cosa), ya en los textos críticos que analizan la creación poética. Pero por más
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que tergiversara la verdad, alterando la interpretación de
su propia poesía y la ajena con "principios" extraídos
deductivamente, el conjunto general de esos principios
coincide, como vamos a ver, con el tono auténtico de sus
poemas. Por más que a veces nade contra la corriente,
Poe no puede salir del río de su propia poesía. Su poética
es como una tentativa de negar el tronco del árbol yafirmar a la vez sus ramas y su follaje; de negar la irrupción
vehemente de la sustancia poética, pero aceptar sus
modalidades secundarias. No querrá admitir que El cuervo, en cuanto poesía, no es un mero artificio previsto y
realizado con técnica de relojero, y en cambio admitirá en
su poética y en sus poemas, creyéndolas fruto de la imaginación y el razonamiento, las modalidades que en él
vienen de lo irracional, de lo inconsciente: la melancolía,
la nocturnidad, la necrofilia, el angeJismo y la pasión
desapasionada, es decir, la pasión a salvo de cumplimiento, la pasión-recuerdo del que llora invariablemente
a alguna muerta, a alguien que no puede ya amenazarlo
deliciosamente con su presencia temporal. Y así creerá
haber deducido libremente que "la muerte de una hermosa mujer" es el más poético de los temas, cuando nada de
libre hay en esa imposición profunda de su naturaleza, y
el "principio" le parecerá tan racional como los principios meramente técnicos del verso.
Los rasgos generales de esta poética se precisan,
sobre todo , en el texto que él llamó normativamente El
principio poético. Pese a haber comenzado su labor de
juventud con dos poemas extensos , Poe se declara contrario a la epopeya, a toda composición que pase de los
cien versos. La finalidad del poema es exaltar, elevar el
alma del lector; un principio psicológico elemental
demuestra que la exaltación no puede mantenerse por
mucho tiempo. Hay, pues, que condicionar el poema a
la capacidad de exaltación; el tema, la forma deben
someterse a este principio. Del mismo modo un poema
excesivamente breve no logrará sublimar los sentimientos del que lee o escucha.
Este poema breve exaltará el alma al hacerle entrever
la bellez.a extraterrena, al darle uno de esos atisbos de
eternidad, por vía estética, que prueban que el hombre
tiene un alma inmortal. Oigámoslo: " Esta sed inextinguible (de belleza) es propia de la inmortalidad del hombre.
Es a la vez consecuencia e indicación de su existencia
perenne. Es el an sia de la falena por la estrella. No se trata
de la mera apreciación de la Belleza que nos rodea, sino
de un anhelante esfuerzo por alcanzar la Belleza que nos
trasciende. Inspirados por una extática presciencia de las
glorias de ultratumba, luchamos, mediante multiformes
combinaciones de las cosas y los pensamientos temporales, para alcanzar una parte de esa Hermosura, cuyos elementos, quizá, pertenecen tan sólo a la eternidad. Y así,
cuando, gracias a la Poesía o a la Música -el más arrebatador de los modos poéticos-, cedemos al influjo de las
lágrimas, no lloramos, como supone el abate Gravina,
por exceso de placer, sino por esa petulante e impaciente
tristeza de no poder alcanzar ahora, completamente, aquí
en la tierra, de una vez y para siempre, esas divinas y
arrebatadoras alegrías, de las cuales alcanzamos visiones
tan breves como imprecisas a través del poema o a través de la música."
En este texto exaltadamente metafísico Poe incorpora ya la expresión técnica: "Mediante multiformes combinaciones de las cosas y los pensamientos temporales",
es decir, la labor del poeta como combinador de la receta trascendente. La técnica es severa y exige importantes restricciones. El poema es cosa estética, su fin es la
belleza. Por eso (y aquí Poe se acuerda de sus juveniles
lecturas de Coleridge) hay que distinguir entre Belleza
y Verdad. La poesía didáctica, la poesía que tiene por
finalidad una enseñanza cualquiera, es un monstruo, un
compromiso vitando entre la exaltación del alma y la
instrucción de la inteligencia. Si lo bello es naturalmente verdadero y puede enseñar algo, tanto mejor; pero el
hecho de que pueda ser falso, es decir, fantástico, imaginario, mitológico, no sólo no invalida la razón del
poema, sino que, casi siempre, constituye la única belleza verdaderamente exaltadora. El hada exalta más que
la figura de carne y hueso; el paisaje inventado por una
imaginación fecunda es más hermoso y, por ende, más
exaltador que el paisaje natural.
Así como el poema no debe proponerse la verdad
como fin, nada tiene tampoco que ver con la moral, con
el deber. Su finalidad no es una moraleja deducible de
su tema, y un poema no debe ser una alegoría, a menos
que ésta apunte a fines meramente exaltadores. En su
juvenil prólogo a los poemas escritos en West Point,
Poe se burla despectivamente de Wordsworth por su
tendencia didáctico-moral; pero, como se da cuenta de
que el sentido moral (y, por extensión, el sentido de los
destinos humanos, de los grandes problemas éticos) no
puede desterrarse de la poesía sin un inmediato empobrecimiento de su ámbito, inventará un compromiso y
hará notar en otros textos que un poema digno de su
nombre comporta muchas veces dos corrientes: una de
superficie, que es la poesía en toda su belleza, el tema
libre de compromisos didácticos o alegóricos, y una
corriente subterránea que la sensibilidad del lector puede aprehender, y de la cual emana un contenido moral,
un valor ejemplificador para la conciencia.
Pero no basta con que un poema esté libre de didacti smo y de moralejas ; se requiere, además, que no sea
un producto de la pasión. La pasión exalta los corazones, pero no las almas, lo humano del hombre y no su
partícula inmortal. El poeta no puede prescindir de sus
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B i blioteca de México
pasiones, pero las incorporará al poema como estímulos
imaginativos y no como pasiones en sí. El poema apunta, por vía de la belleza, a mostrar al hombre el paraíso
perdido, a entreabrir las puertas que la vida terrenal
mantiene cerradas. La poesía, según ha de definirla
finalmente, es la creación rítmica de belleza: la definición es funcional, pragmática, artística. Es una definición para uso del poeta más que para la iluminación de
lectores de poética. Pero en su tono deliberadamente
técnico busca salvaguardar la libertad de la poesía, su
condición de producto puramente imaginativo; la idealidad -tal como la entendían Poe y los frenólogos de su
tiempo, o sea, la facultad puramente creadora del hombre- es la única hada presente en este bautismo de la
princesa Poesía.
Ni vehículo doctrinario, ni artificio alegórico, ni arrebato apasionado, el poema es un producto libre y desinteresado de la imaginación del poeta. Poe nos lo repite
con hermoso entusiasmo: "La verdad es que, si nos atreviéramos a mirar en el fondo de nuestro espíritu, descubriríamos inmediatamente que bajo el sol no hay ni
puede haber una obra más digna ni de más suprema
nobleza que ese poema, ese poema per se, ese poema
que es un poema y nada más, ese poema escrito solamente por el poema en sí."
La mayoría de los críticos suspenden aquí el análisis
de esta caracterización de la poesía y proceden a mostrar
sus limitaciones y defectos; como muy bien anota
Andrew Lang, es obvio que Poe, cediendo a sus gustos
personales reduce la poesía a la mera poesía lírica. Si en
ésta sus condiciones tienen cierta validez, en cambio
resultan absurdas aplicadas a la poesía dramática o épica.
"Sin la concepción del deber y la verdad", agrega, "no
hubiéramos tenido Antígona ni Prometeo". Del mismo
modo, el principio (postulado en Filosofía de la composición) de que el tono adecuado para la poesía es la tristeza y la melancolía, deja fuera las obras nacidas de diferentes estados de ánimo, como pueden serlo una oda, un
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himno O un epitalamio. Y finalmente, al desterrar la
pasión como elemento demiúrgico del poema, Poe empobrece insalvablemente el ámbito de la poesía, la mutila,
la somete a una tiránica elaboración fundada en fórmulas
y efectos verbales, o la reduce a una evocación de sombras, de recuerdos, a un tono inevitablemente elegíaco,
atemperado, donde la música verbal sería el único sostén
para la creación de una resonancia duradera.
Estos reparos son muy ciertos, pero abarcan tan sólo
la mitad explícita de la poética de Poe, dejando en sombra el sector que él mismo se disimulaba o apenas consentía en manifestar en textos colaterales a sus ensayos
doctrinarios. Veamos si una ojeada a ese sector ayuda a
comprender mejor su obra. Por lo pronto, hay una frase
significativa. En el breve prefacio a la edición de El
cuervo y otros poemas afirma Poe: "No creo que este
volumen contenga nada muy valioso para el público o
muy honroso para mí. Razones al margen de mi voluntad me han impedido en todo momento esforzarme
seriamente por algo que, en circunstancias más felices,
hubiera sido mi terreno predilecto. Para mí la poesía no
ha sido un propósito, sino una pasión .. ." ¿Coincide esto
último con su poética explícita? Dando por sentada su
condición de poeta, el hombre que nos narra cómo compuso El cuervo partía de la intención de componerlo, es
decir, del propósito de escribir un poema que lograra
tales y cuales efectos. Pero en el prólogo al libro donde
figura el mismo poema va a decimos que la poesía no
ha sido su propósito, sino su pasión. ¿Habría que distinguir aquí entre la poesía que es una pasión y el poema
que es un propósito? No parece posible ni coherente. Y,
además, esas palabras iluminan de rebote un párrafo de
la Filosofía de la composición que podía pasar inadvertido: "Dejemos de lado, como ajena al poema per se, la
circunstancia --o la necesidad- que en primer término
hizo nacer la intención de escribir un poema, etc."
Pasión y necesidad de poesía; frente a estos términos la
intención instrumental del poema retrocede a un valor
meramente técnico. La poesía es una urgencia y su
satisfacción se alcanza cumpliendo ciertas formalidades, adoptando ciertos procedimientos. Pero la noción
de "poema en frío", que parecía nacer del texto de la
Filosofía de la composición, se ve sensiblemente disminuida. A la luz de esta admisión de un ímpetu poético
que tiene toda la violencia del que reconocían los
románticos, El cuervo debe ser revalorado. No hay duda
de que en este poema hay mucho de excesivamente
fabricado, tendiente a lograr un profundo efecto general
por medio de la sabia gradación de efectos parciales, de
preparación psicológica, de encantamiento musical. En
este sentido, el relato que nos hace Poe de cómo lo
escribió parece corroborado por los resultados. Se sabe,
sin embargo, que la verdad es otra: El cuervo no nació
de un plan infaliblemente preconcebido, sino de una
serie de estados sucesivos (y obsesivos, pues Poe vivió
varios años hostigado por el tema -nacido de su lectura
de Barnaby Rudge, de Dickens-, probándolo en distintos planos, acercándose de a poco a la versión final),
estados que se desalojaban o perfeccionaban mutua-
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Biblioteca de México
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"Ulalume manuscrito de Poe"
mente hasta alcanzar ese texto donde la tarea de poner
y quitar palabras, pesar cuidadosamente cada ritmo,
equilibrar las masas, alcanza una perfección menos
arquitectónica que mecánica. Este cuervo es un poco
como el ruiseñor a cuerda del emperador de la China;
es, literalmente, una "creación rítmica de belleza"; pero
una belleza fría, una magia elaborada por los conjuros
impecables del gran mago, un estremecimiento sobrenatural que recuerda el vaivén de la mesa de tres patas.
No se trata de negar estas evidencias. Pero sí es lícito
sospechar, a la luz de un análisis global de impulsos y
propósitos, que la relojería de El cuervo nace de la
pasión más que de la razón, y que, como en todo poeta,
la inteligencia es allí auxiliar de lo otro, de eso que "se
agita en las profundidades", como lo sintió Rimbaud.
Si ello fuera cierto de El cuervo, ¿qué decir de los
otros grandes poemas que nos ha dejado Poe? Léase To
Helen, The Sleeper, Israfel, Dreamland, The City in the
Sea , For Annie, The Conqueror Worm, The Haunted
Palace. En ellos el impulso motor del poema es demasiado análogo a los impulsos motores de sus relatos más
autobiográficos y más obsesivos, como para no sospechar que tienen la misma inevitabilidad y que sólo su
acabado, su retoque fueron desapasionados. ¿No hace lo
mismo todo poeta? La mano que corrige la primera versión no es la misma que la había escrito ; otras fuerzas la
guían, otras razones la hacen borrar palabras y versos,
sustituir, pulir, agregar ...
He dejado aparte dos de los más hermosos poemas de
Poe que proporcionan pruebas complementarias de lo
que insinúo. En Annabel Lee Poe lloró la muerte de su
esposa, y lo hizo con acentos que jamás hubieran podido nacer de un "combinar cuidadosa, paciente y com-
prensivamente". Su admirable técnica llenó de música
una urgencia apasionada, una angustia demasiado entrañable para admitir ocultación. Y en Ulalume, para mí su
más hermoso poema junto con To Helen, Poe se entregó indefenso a una materia poética que nacía y cobraba
forma bajo sus ojos, pero que por serle tan profundamente propia le era incomprensible en el plano consciente. Por más que ordenara las estrofas, creara o completara la música obsesionante de esta evocación necrofílica, de esta confesión final de derrota, Poe no sabía lo
que había escrito, tal como podría afmnarlo un surrealista que escribiera automáticamente. Hay testimonios
de su perplejidad cuando le pedían una explicación de
Ulalume . i Una explicación! Era todavía el tiempo en
que los poemas tenían que ser comprensibles a la inteligencia, pasar por la aduana de la razón. Pero el poeta
que había afirmado orgulloso su absoluto dominio de la
materia poética en El cuervo, el poeta enamorado de la
técnica del verso y la música verbal, confesó más de una
vez que el final de Ulalume era un enigma tan grande
para él como para sus lectores.
Edward Shanks ve en Ulalume "un poema que transfiere del poeta al lector un estado mental que ninguno de
los dos podría definir con términos precisos", y lo considera iniciación de la escuela simbolista y decadente
que los franceses llevarían a sus últimas consecuencias.
Como dándole la razón, como admitiendo este puente
casi mediúrnnico por el cual la poesía pasa del poeta al
poema y a su lector, Poe tiene un texto que me parece
harto elocuente. Hablando de Tennyson, dice: "Hay en
sus obras pasajes que me confmnan en una convicción
muy antigua, la de que lo indefinido es un elemento de
la verdadera poiesis. ¿Por qué algunas personas se fatigan intentando descifrar obras de fantasía tales como
The Lady of Shalott? Lo mismo daría desenredar el ventum textilem. Si el autor no se propuso deliberadamente
que el sentido de su obra fuera sugestivamente indefinido, a fin de lograr -y esto muy definidamente- un efecto tan vago como espiritual, dicho efecto nació por lo
menos de esas silenciosas incitaciones analíticas del
genio poético que, en su supremo desarrollo, abarca
todos los órdenes de la capacidad intelectual."
Aquí Poe supone, como está en su naturaleza suponerlo, un propósito deliberado por parte de Tennyson
de sugerir lo indefinido. Pero agrega que si no fuera así
-es decir, admitiendo que ello pueda no ser así-, entonces hay que aceptar esa "silenciosa incitación analítica
del genio poético que ... abarca todos los órdenes de la
capacidad intelectual". Poe dice "incitación analítica",
lo cual no es muy claro, pero sí es claro que el genio
poético, en su más alto desarrollo, abarca para él todos
los órdenes de la capacidad intelectual. Así, en resumen,
es probable que él creyera sinceramente que un poema
podría escribirse de fuera para dentro; pero, aunque
vigilara como pocos el proceso de su creación, escribió
los suyos al igual que todos los poetas, aceptando lo que
venía por el puente de lo indefinido y poniendo en
orden estético, en creación rítmica de belleza, el otro
orden más profundo e incomprensible.
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Biblioteca de México
VICENTE QUIRARTE
POE, LAS MUJERES Y
ALGUNOS ESCRITORES
MEXICANOS
La fotografía más célebre que
de Edgar Allan Poe ha llegado
hasta nosotros es la de un abandonado. Un sobreviviente. Está
fechada el 15 de noviembre de
1848, cuando el escritor tenía 39
años, y uno antes de que llegara
al fin de su aventura terrestre. La
imagen fue hecha en un estudio
de Providence, Rhode Island. En
esa misma ciudad habría de nacer, cuatro décadas más tarde ,
uno de los mejores herederos de
Poe, Howard Phillips Lovecraft.
Enamorado de paisajes y costumbres de su ciudad natal , la
convirtió en escenario de sus
historias y poemas, en sitio de
peregrinación para sus devotos.
En largas caminatas, Lovecraft
gustaba de reconstruir los escenarios vividos por su maestro: la
acogedora biblioteca del Atheneum, que luce casi idéntica al
aspecto que tenía en la época
en que Poe cortejaba en ella a la
viuda Sara Hellen Wh itman ,
poeta oriunda del lugar, y el adyacente cementerio donde le
propuso matrimonio.
Un segundo elemento que hace la foto más dramática es que
fue tomada cuatro días después
de que Poe intentara suicidarse
con una fuerte dosis de láudano.
Aunque se tratara de un gesto
teatral y desesperado, producto
de la negativa de Sara a seguir
aceptando el cortejo -asedicr del
poeta, lo cierto es que Poe vivía
uno de esos momentos tan frecuentes en su agitada existencia,
en la cima de la ola de la exaltación amorosa y con el vehemente
deseo de ser admirado y protegido por la figura femenina .
Poe era conocido como "el
hombre que nunca sonreía". Sin
embargo, en la mayor parte de
los retratos que de él se conservan la sonrisa está a punto de
despegar. En dos de sus fotografías anteriores a la de 1848
aparece de tres cuartos . En una
viste el abrigo militar que conservaba de su paso por West Point.
Fue su fiel compañero , inclusive
en el entierro de su esposa Virginia Clemm , la fría mañana del
21
B ibliote ca de México
30 de enero de 1847. En otra
fotografía , parece que la cámara
lo hubiera sorprendido en su mesa de trabajo. Su gesto es afable;
su cabello, brillante; su vestidura ,
irreprochable. En cambio, en la
última de sus imágenes tomadas
en vida , Poe no se concede ni
nos concede piedad. Mira de
frente . No a nosotros, sino más
allá. Muestra, por un lado, las
huellas del inmediato desastre
en el ceño, las grandes ojeras y
bolsas de los ojos. En los delgados labios , un gesto que lo
muestra al mismo tiempo
trágico y burlón , desdeñoso e irreverente, urgido
de afecto. Como todos
los seres cuya existencia
oscila entre la realidad y
el deseo, en la fotografía
podemos leer tal escisión. El lado derecho
muestra a un caballero
grave, digno habitante de
la Nueva Inglaterra , al
ejemplar trabajador y
periodista que podía ser
cuando el alcohol no se
apoderaba de su voluntad ; el lado izquierdo -el
del corazón , la imaginación y la creatividad- da
cuenta de la intensidad
del ceño fruncido, actitud
del auténtico melancólico
que a semejanza del
ángel de Durero siempre
está a punto de la consumación. Yo es otro, escribiría un cuarto de siglo
más adelante Jean-Arthur Rimbaud, uno de los herederos espirituales de Poe. Yo soy
dos, dice la fotografía de Poe,
como lo descubrió fatalmente
William Wilson en el cuento homónimo, aportación de Poe al
mito del doble, y que tanta relación guarda con la existencia del
autor.
Como antes se dijo, Poe propuso matrimonio a Hellen Whitman en un cementerio de Providence. Su gesto, erudito y macabro, sería repetido años más
tarde por Lovecraft, a la única
mujer a la cual cortejó , y con la
cual contraería un matrimonio
que duraría dos años , al contrario de la relación de los más de
diez de la vida en común de
Eddie y Sissi, como se llamaban
familiarmente los esposos Poe.
Bajo este título , el actor Guillermo Henry hizo un montaje con
motivo del bicentenario de nacimiento de Edgar Allan Poe, el 9
de enero de 2009, en la Casa
Poe de esta ciudad de México.
A doscientos años de su nacimiento, de ser considerado extravagante y marginal, el gran
Edgar ha llegado hasta nosotros
como uno de los arquitectos del
pensamiento artístico, la lucidez
y el profesionalismo literario. Es
un autor admirado y estudiado
tanto por el joven que descubre
sus propios fantasmas como por
el erudito que rastrea las rutas
de su pensamiento. Sin embargo, no abundan las nuevas biografías del hombre. Una de las
más completas y reeditadas es
la de Arthur Hobson Quinn , Edgar Alfan Poe. A Critical Biography. Como su nombre lo indica,
es fundamentalmente un estudio
sobre las aportaciones de la escritura de Poe. Por fortuna , para
el bicentenario del escritor la editorial Edhasa ha publicado la
biografía de Peter Ackroyd ,1 uno
de cuyos capítulos lleva por títu, Peter Ackroyd. Poe. Una vida truncada .
Traducción de Bern ardo Moreno Carrillo ,
Barcelona , Edh asa, 2009 .
22
Biblioteca de Mexico
lo, precisamente, liLas
mujeres". Estudioso de
William Blake y Charles
Dickens, biógrafo de
Shakespeare y de la ciudad de Londres, Ackroyd
entrelaza hechos de la
vida y la escritura de Poe
y ofrece el retrato de un
hombre que necesitó la
compañía de las mujeres, pero que en sus relatos y poemas se encargaría de matar con inefables torturas. Uno de los
aspectos más valiosos
del trabajo de Ackroyd es
la inclusión de testimonios que las mujeres
tenían sobre Poe. Mary
Devereaux, muchacha a
la que el poeta cortejó en
Baltimore durante su
juventud, y que cultivaría
posteriormente la amistad de la familia Poe, dijo
sobre Edgar que lino le
gustaba el tonteo ni el
charloteo . Tampoco la gente de
piel oscura ... Tenía un temperamento excitable, apasionado, y
era muy celoso. Carecía de equilibrio interior; tenía demasiado
cerebro . Se mofaba de todo lo
sagrado, y nunca iba a la iglesia ... Decía a menudo que había
un misterio que planeaba sobre
él que no lograba descifrar. .. Lo
único que no me gustaba de él
era que mantuviera la cabeza
tan alta. Era orgulloso , y miraba
por encima del hombro." Años
más tarde , en la joven madurez
de Poe, y cuando ya estaba casado con Virginia , el poeta quiso
tener una aventura extra marital
con la poeta Frances Osgood,
también casada, y a la que había conocido en el vestíbulo del
hotel Astor en Nueva York. Ella
referiría el encuentro por escrito:
"Con su orgullosa y hermosa cabeza bien alta, sus ojos oscuros
centelleando con la luz electiva
del sentimiento y el pensamiento , la peculiar e inimitable mez-
cla de dulzura y altivez en su expresión y compostura, me saludó de manera sosegada, grave, casi fría".
Las mujeres desempeñaron un
papel importante en la vida y en
la escritura de Poe. Cuando
muere Virginia , el autor ya ha
dado a la luz los principales cuentos donde aparecen sus musas
fantasmales: Berenice, Ligeia ,
Morella y la lady Madelein de "La
caída de la casa Usher". Igualmente, en la Graham 's Magazine
de abril de 1846 había publicado
ya ''The Philosophy of Composition", donde dejó establecido
que el tema poético por antonomasia era el de la muerte de una
mujer joven y bella. Naturalmente
eso lo creía el artista pero no el
hombre, acosado por los fantasmas tangibles de la enfermedad
de su esposa, la pobreza y la defensa apasionada de su talento
en medio de un mundo cuyos lectores aún no habían nacido.
Como todo artista, Poe quería ser
reconocido, particularmente por
las mujeres. Sin embargo, testigo
de la vida en común del matrimonio itinerante, bajo el cuidado de
la indomable María Clemm, habla
del loco amor que Poe sentía por
Virigina . Lo que en otras mujeres
buscaba era ese reconocimiento a su talento y la
protección que le podía
brindar su alta posición
económica y social. No lo
abandonaron en sus peores momentos; una de
ellas llevó para el cadáver
de Virginia una mortaja de
lino y otra hizo, de acuerdo
con Ackroyd, la acuarela
de Virginia que ha llegado
hasta nosotros. Su ejecución es igualmente digna
de una historia nacida de
la imaginación de Poe:
debido a que no existía un
retrato de la muchacha,
hubo necesidad de incorporarla en su lecho, ya
muerta, para pintarla como
si estuviera viva . Sin embargo, inmediata ante el hecho. En una
tras el escándalo que tuvo lugar clase con sus alumnos, se dispor la difusión que se hizo de pone a hacer la autopsia a un
algunas cartas dirigidas a él por cuerpo femenino. La causa de la
algunas de esas mujeres, Poe muerte ha sido envenamiento
dejó clara su postura final respec- por cianuro y el cadáver ha sido
to a esas nuevas femmes savan- encontrado en la habitación de
tes: "Son una panda de personas una casa de citas. Se da cuenta
inmisericordes, antinaturales, ve- que es su esposa. Concluye el
nenosas, sin honor ni principio autor: "La misma extraña clarialguno que las guíe, excepto un dad que alumbraba un poco
desenfrenado amor propio".
antes sus facciones, marchitas y
En tiempos posteriores a los fatigadas , apareció de nuevo en
de Poe, cuando surgen concep- su rostro. Se acercó a la plancha
tos como contenidos latentes y y, buscando en el cuerpo un escontenidos manifiestos, la visión pacio determinado, hizo la pride las mujeres en sus cuentos mera incisión con el bisturí. " Cofue sistematizada y estudiada mo en el caso de Nervo, en Díaz
por una discípula de Sigmund Dufóo la única posesión posible
Freud, Marie Bonaparte . En de la mujer es cuando está
México, la literatura de fines del muerta. Sólo entonces puede
siglo XIX lo reconoce y se reco- ejercer sobre ella el varón el donoce en Poe. Un texto como minio que no pudo tener en vida .
"Una autopsia" de Carlos Díaz
Rubén M. Campos, otro miemDufóo, perteneciente a Cuentos bro del clan decadentista , esnerviosos (1900) sigue de cerca cribirá sus memorias bajo el títuun esquema común a varios te x- lo El bar, donde además de anatos de Poe: "El retrato oval", lizar la vida literaria en las postri"Morella" o "Berenice": una mu- merías del siglo XIX, enumera las
chacha en plenitud de sus pode- sucesivas víctimas dejadas por
res sensuales, contrae nupcias esa que se había convertido en
con un médico frío y desapega- una nueva institución republicado. Un día ella huye con otro na. De igual manera , a Rubén
hombre. El médico continúa con M. Campos se deben varios
su vida rutinaria , sin reacción cuentos donde el tema del entierro prematuro y el alcoholismo revelan una atenta
lectura de los cuentos de
Poe. Cualquier borracho o
cualquier frecuentador de
otras formas de paraísos
artificiales es digno de
nuestra simpatía , y a veces de nuestra admiración. Edgar Allan Poe supo combatir contra ese
monstruo tangible y al
mismo tiempo invisible , en
sus momentos de heroísmo y voluntad creadora .
En una carta escrita en
1848, un año antes de
morir, expresó: "No encuentro precisamente placer alguno en los estimulantes a los que me entreI
23
Biblioteca de México
un testamento del romanticismo.
En 1901, una sociedad creyente
en las bondades de la revolución
industrial no quiere legitimar con
homenajes las acciones necrofílicas de su juventud dorada. De
ahí el interés de confrontar la reN:e,~~~ lación de admiración y rechazo
que Poe tuvo en los periódicos
de la época, reacciones que dependían de la tendencia política
o religiosa de las publicaciones:
mientras para los decadentistas
Poe era un profeta , para los conservadores era un autor extravagante y peligroso. De tal modo,
Sara Royster
Poe consumaba la exigencia de
un joven clásico del nuevo siglo:
el poeta tiene la obligación de ser
go con frecuencia tan vehemen- la mala conciencia de su tiempo.
temente . No es en verdad por
Cuando Amado Nervo encuenamor al placer por lo que he tra la posibilidad de enamorarse
expuesto a la ruina mi vida , mi del cuerpo, de combinar avidez
reputación y mi razón" . La pri- con puro afecto, y comulgar íntemera víctima del alcohol en gramente con una mujer, ella
nuestro mexicano domicilio fue muere. Es el momento de canJosé Bernardo Couto, quien an- tarla , de hacer de la amada intes de cumplir 19 años años dejó móvil la espada de una cruzada
este mundo con absoluta fideli- misógina que tenía por objetivo
dad al ritmo que quiso imprimir a condenar a la mujer activa y
sus días: abusar sistemática- santificar a aquella incapaz de
mente de su cuerpo, explorar los despertar la peligrosa sensualifantasmas que nacían a partir de dad. El gran antecesor de semeesa despiadada confrontación, y jante idea es nuevamente Poe.
valerse de los paraísos artificia- Las mujeres de los textos finiseles para combatir el tedio . Con el culares mexicanos siguen de
genio de su vida , llevaba a la cerca el modelo que el estadunipráctica lo que Amado Nervo ha- dense estableció en su cuento
bía establecido como programa "Ligeia": "Era alta, un poco delgeneracional desde los versos gada, y en sus últimos años llede Perlas negras, de 1898, su gó a la extenuación". Sumamenprimer libro de poemas y texto te reveladora es cuando más
programático del modernismo:
adelante en el relato citado dice:
"De todas las mujeres que he
iMentira! Yo no busco las
conocido , ella , la exteriormente
grandezas; tranquila , la siempre plácida
me deslumbra la luz del apoteosis, Ligeia, ha sido la más violentay prefiero seguir entre malezas
mente devorada por los tumulcon mi pálida corte de tristezas
tuosos buitres de la pasión ; auny mi novia bohemia: la Neurosis. que de tal pasión yo nunca pude
sacar conclusión alguna , a no
En 1873, la Ciudad de México ser por la milagrosa expansión
había consagrado funerales de de aquellos ojos que al mismo
príncipe al poeta Manuel Acuña, tiempo me deleitaban y me atecuyo suicidio era simbólicamente rraban , por la casi mágica me-
24
Biblioteca de México
lodía, modulación, claridad y placidez de su voz profunda y por la
ardiente energía, doblemente
efectiva por el contraste con su
modo de hablar".
Los personajes de los autores
mexicanos aman a mujeres de
nombres extravagantes y sonoros como los que desfilan por los
cuentos de Poe; son obsesivos y
ultrasensibles como Roderick
Usher y desafían a su doble, como William Wilson . El libro más
intenso de principio a fin es el de
Bernardo Couto Castillo. El cuento "Rojo y blanco" es una de las
más altas prosas del modernismo y una de las mejores logradas adaptaciones de un satanismo no gratuito. El personaje
de Couto hace del asesinato una
de las bellas artes para escapar
de la mediocridad de la vida cotidiana : su objetivo es poseer el
cuerpo femenino más allá de la
vida . Su enseña es una estrofa
de Baudelaire:
Et comme d'autres par la
tendresse
Sur ta vie et sur ta jeunesse
Moi je veux regner par I'effroi.
Los clásicos resucitan generacionalmente. Poe y Baudelaire no
constituyeron la excepción . Si
nuestro modernismo fue la consumación del romanticismo como
un sistema de ideas y no como
una retórica que propiciaba la relajación estilística , es con los
autores mexicanos de fin de siglo
que la carne, el diablo y la muerte
-la trilogía establecida por Mario
Praz en el libro que dedica al
romanticismo- quedan consagrados como los grandes temas poéticos . Un colectivo retrato de
Dorian Grey los amparaba y demostraba la evolución ascendente de su decadencia -valga el oxímoron. Las ilustraciones de Julio
Ruelas se vuelven cada vez más
oscuras -y mejores- conforme la
revista se acerca al nuevo siglo.
Los faunos y sátiros de las prime. ras entregas dan paso a cuerpos
lacerados, a suicidas perseguidos
por sombras ominosas, a niños
devorados por jaurías de perros o
nubes de zopilotes. En el México
de mediados del siglo XIX, el cuerpo del intelectual moriría de cólera
o en servicio a la patria. A finales
del siglo heroico, el cuerpo muere
de los excesos conjurados por él.
El panteón de los héroes modernistas está integrado por una figura que evoluciona de Edgar Allan
Poe, pasa por Baudelaire y llega a
Guy de Maupassant. El de los
mexicanos era el tiempo en que
los tres escritores pasaban de ser
raros para convertirse en clásicos.
El terror de los cuentos de Poe,
decía él, nace de las profundidades del corazón y no son imitaciones del gótico alemán.
En un curso de verano que tuvo lugar en El Escorial entre el 3
y el 7 de agosto, "La descendencia de Poe. Terror y literatura", organizado por Fernando Iwasaki ,
editor igualmente , junto con
Jorge Volpi de la edición comentada de los cuentos del gran
Edgar,2 una de las conclusiones a
las que llegaron Luis Alberto de
Cuenca y José María Merino fue
que Poe era un psicópata en
potencia, como el resto de sus
pitoyables freres que pasan lista
de presente en un libro como la
Historia trágica de la literatura
de Walter Muschg. Sin embargo, Poe demostró que el verdadero artista, como escribe
Ernesto Sábato, es el que hace el viaje de ida y vuelta a la
locura. De sus amores nos
queda la sublimación cristalizada en el poema "Anabel
Lee", a cuya influencia no
pudo ni quiso sustraerse otra
mujer, la mexicana Laura Méndez de Cuenca , en la traducción
que Pablo Mora recoge en la edición de sus obras
ANNABEL LEE *
Elizabeth Hopkins Poe
No felices los ángeles, celos
les causó nuestra dicha de aquí;
(Versión libre [sobre un poema] de
Edgar Allan Poe )
y por esa razón todos saben
en aquel apartado país,
que una racha de viento dio muerte,
una noche, a mi hermosa Noemí.
Hace mucho, muchísimo tiempo
que hacia el mar, en un vasto país,
una hermosa doncella vivía
a quien todos llamaban Noemí .
Era amarme su objeto en la vida
y también ser amada por mí.
Mas el nuestro era amor más vehemente
que el de muchos amantes de allí ,
bien nutridos de larga experiencia
y aún más sabios que yo y que
Noemí.
Yo era niño; una niña era ella ,
en aquel apartado país,
y era el nuestro un amor tan inmenso,
más que amor, mucho más, que por fin
los alados querubes del cielo
y por eso , ni alados querubes
ni demonios de averno sin fin,
podrán nunca apartar de mi alma
a mi bien , a mi dulce Noemí.
* **
envidiaron a ella y a mí.
Nunca hiende la luna el espacio
De allí fue que hace siglos y siglos
en aquel misterioso país
una ráfaga helada de viento
sin traerme en su disco gentil ,
con sus rayos de plata, los sueños
de la tierna doncella infeliz;
abatió a mi adorada Noemí.
y jamás las estrellas se elevan
De allí fue que sus nobles parientes
al azul , sin dejarme sentir
a la niña apartaron de mí:
las miradas de luz de la niña
la encerraron en hondo sepulcro,
que en el mundo llamaron Noemí:
hacia el mar, el lejano país.
mi adorada , mi amor y mi vida
que reposa en la tumba , dormida
junto al mar, en lejano país.
Fernando Iwasaki y Jorge Volpi (editores ).
Edgar Allan Poe. Edición comentada . Cuentos completos. Traducción de Julio Cortázar.
Madrid y México, Editorial Paginas de Espuma-Col ofón , 2008.
2
Anna Mowatl
25
Biblioteca de Mexico
San Francisco, California , 1896
EOGAR ALLAN POE
MUJERES
EN SU
POEsíA
Traducción de Marta Donís
L E N ORE.
i" th e golden bo",I'
the spirit ft o\l'n rorc"c r ~
LENORE
¡Ah, roto está el cuenco dorado! ¡Se ha ido para siempre el espíritu!
¡Que suene la campana! Un alma santa flota en el río Estigia;
Y, Guy De Vere, ¿acaso tú no tienes lágrimas? ¡Llora ahora o nunca más!
¡Mira ahí, el triste y rígido féretro donde yace tu amada, Lenore!
¡Ven! ¡Que se lea el rito sepulcral, que se cante la canción de exequias!
Un himno para la muerta más majestuosa que jamás haya muerto tan joven,
Un lamento para ella, la doblemente muerta, porque murió tan joven.
"¡ Miserables! La amasteis por su riqueza y la odiasteis por su orgullo,
Y cuando su salud menguó, la bendijisteis ... ¡por haber muerto!
¿Cómo deberá leerse, entonces, el ritual? ¿Cómo cantaréis el réquiem
Con ése, vuestro ojo malvado, y ésa, vuestra lengua calumniadora
Que entregó a la muerte la inocencia que murió, y tan joven?
Peccavimus; ¡pero no os enfurezcáis así! ¡Y que una canción del Sabbath
Llegue a Dios tan solemne que los muertos no sientan agravio!
La dulce Lenore se había "ido antes", con la Esperanza, que a su lado volaba,
Dejándote frenético por la querida criatura que debió ser tu novia
Por ella, la linda y garbosa, que tan humilde yace ahora,
Hay vida en su cabello rubio pero no en sus ojos
-Ahí en su cabello aún late la vida, pero hay muerte en sus ojos.
Por los amigos arriba y los demonios abajo, el indignado espíritu es rajado
-Desde el Infierno hasta una encumbrada heredad, allá en el Cielo"De la pena y el gemido, a un trono dorado, junto al Rey del Cielo".
¡Que no suene campana alguna!, no sea que su dulce alma, en su santo júbilo,
Escuche el sonido, cuando éste flote desde la abominable Tierra.
¡Fuera! Esta noche mi corazón se ha aligerado. No elevaré cantos fúnebres,
Pero con un antiguo himno triunfal llevaré por el aire al ángel en su vuelo!
26
Bibli o teca de MelCico
PARAHELEN*
. Te vi una vez -sólo una- años atrás;
No debo decir cuántos, pero no muchos.
Era una medianoche, en julio; y de afuera
Una luna muy llena que, como tu propia alma, se cernía,
Buscó una senda abrupta hacia arriba, por el cielo,
Cayó un velo sedoso de luz plateada,
Con serenidad y calor, con adormecimiento,
En los rostros que al cielo volvían mil
Rosas que en jardín encantado crecieron,
Que ningún viento se atrevió a perturbar, salvo de puntillas,
Cayó sobre los rostros vueltos al cielo de estas rosas
Que dieron, en respuesta a la luz del amor,
Sus almas perfumadas en muerte extasiada
Cayó sobre los rostros que al cielo volvían
Que sonrieron y murieron en este parterre,
Hechizadas por ti y la poesía de tu presencia.
Vestida toda de blanco, sobre una hilera de violetas
Te vi medio inclinada, mientras la luna alumbraba
Los rostros que las rosas al cielo volvían,
Yen el tuyo, que también volvías al cielo, ¡ay, con dolor!
¿No fue acaso el Destino el que, en esta medianoche de julio
-No fue acaso el Destino (cuyo nombre también es Pesar)-,
Quien me ordenó detenerme ante aquel portón del jardín,
A aspirar el incienso de las rosas durmientes?
No había movimiento de pasos; dormía el mundo odiado,
Excepto tú y yo. (¡Oh, Cielos -oh, Dios!
¡Cómo mi corazón latía acompasado por dos palabras!
Excepto tú y yo). Me detuve -miréYen un instante todas las cosas desaparecieron.
(¡Ah, recuerda que el jardín estaba encantado!)
El brillo perlado de la luna se apagó;
Las hileras con musgo y las veredas sinuosas,
Las felices flores y los árboles descontentos
* Poema escrito para la señora Sarah Helen Whitman.
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Biblioteca de México
Sara Helen Whitman
No eran ya visibles: los mismos olores de las rosas
Murieron en los brazos de los amorosos aires.
Todas -todas pereGieron salvo tú- salvo algo menos que tú:
Salvo s610 la luz divina de tus ojos
Salvo el alma misma de tus ojos vueltos al cielo.
S610 miré tus ojos -10 eran todo para mí.
S610 miré tus ojos -sólo vi tus ojos durante horasS610 los miré hasta que se escondió la luna.
¡Que historias de corazones indómitos aparecían grabadas
En esas esferas celestiales, cristalinas!
¡Qué oscuro infortunio! ¡Y aun así, qué esperanza tan sublime!
¡Qué océano de orgullo tan silenciosamente sereno!
¡Qué ambición tan osada! ¡Y aun así, qué profunda,
Qué insondable capacidad de amar!
Pero ahora, finalmente, el querido Dian se perdi6 de vista,
En un lecho del oeste, de nubes de truenos;
Y tú, un fantasma, entre los árboles sepultureros
Te desvaneciste. Sólo quedaron tus ojos.
No quisieron irse -no se han ido aún.
Esa noche, alumbrando mi solitario camino a casa,
Desde entonces tus ojos no me han dejado
(Al contrario de mi esperanza).
Me siguen -me guían a 10 largo de los años.
Son mis pastores -y sin embargo yo soy su esclavo.
Su oficio es iluminar e inflamar
-Mi deber, ser salvado por su luz brillante
Ser purificado en su fuego eléctrico,
Y santificado en su fuego elíseo.
Colman mi alma de Belleza (que es Esperanza),
Y están muy. arriba en el cielo
-Las estrellas ante las que me arrodilloEn las tristes, silenciosas vigilias de mis noches;
Aunque incluso en el resplandor meridiano del día
¡l:;os veo aún -dos Venus que titilan
Dulcemente, que no se extinguen con el sol!
.
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Biblioteca de México
No hace mucho qu~ el autor de estas líneas,
En la desquiciada altivez del intelecto,
De endía "el poder de las palabras": decia que nunca
Surgía un pensamiento en el cerebro humano
Allende la expresitsn de la lengua humana:
y ahora, como burla de esa jactancia,
Dos palabras, dos suaves bisílabos extranjeros,
-Tonos italianos, hechos s610 para que los susurren
,
Angeles que sueñan con el rocío alumbrado por la luna
"Que cuelga como cadenas de perlas .en la colina Herrnon"Se han agitado desde los abismos de su corazón,
]Pensamientos como no pensados, almas del pensamilento,
Visione§ más opulentas, mucho más indómitas y divinas
Que incluso el serafín arpista, Israfel
(Que tiene "la voz más dulce de todas las criaturas de Dios"),
Podría esperar pronunciarlas. ¡Y yo!, mis hechizos están rotos.
La pluma cae impotente de mi mano temblorosa.
Con tu nombre querido como texto, aunque dicho por ti,
No puedo escribir -no puedo hablar o pensar¡Ay!, no puedo sentir; pues no es el sentimiento,
Este estar de pie inmóvil sobre el dorado umbral
Del portón de los sueños, abierto de par en par,
Contemplando, extasiado, la primorosa vista allá abajo
Y me emociono mientras veo, hacia la derecha
Hacia la izquierda y a lo largo de todo el camino,
En medio de vapores no purpúreos, lejos
Hacia donde la esperanza termina: sólo a ti.
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Biblioteca de México
ANNABELLEE
Hace muchos, muchos años,
En un reino junto al mar,
Vivía una joven que quizá conozcas
Con el nombre de Annabel Lee;
y esta joven vivía sin más pensamiento
De amarme y yo amarla.
Yo era un niño, y ella una criatura,
En ese reino junto al mar:
Pero nos amábamos con un amor
Que era más que el amor
Yo y mi Annabel Lee;
Con un amor que codiciaban
Los alados arcángeles del cielo.
y por esta razón, hace mucho tiempo,
En ese reino junto al mar,
De una nube sopló un viento, y congeló
A mi primorosa Annabel Lee;
Así que llegó su pariente de alta alcurnia
y se la llevó de mi lado,
Para encerrarla en un sepulcro
En ese reino junto al mar.
Los ángeles, ni la mitad de felices en el cielo,
Nos envidiaban a ella y a mí.
¡Sí! Por esa razón fue que (como todos saben,
En ese reino junto al mar)
El viento salió de la nube por la noche,
Helando y matando a mi Annabel Lee.
Mas nuestro amor fue por mucho más grande
Que el amor de los mayores que nosotros
-De muchos más sabios que nosotrosy ninguno de los ángeles allá arriba, en el cielo,
Ni, aquí abajo, los demonios bajo del mar,
Podrán jamás separar mi alma del alma
De la hermosa Annabel Lee.
Pues la luna nunca resplandece sin traerme sueños
De la hermosa Annabel Lee.
y las estrellas nunca salen, pero siento los ojos brillantes
De la hermosa Annabel Lee.
y así, paso toda la marea nocturna, tendido al lado
De mi amada -mi amada-, mi vida y mi novia,
Allí en el sepulcro junto al mar,
En su tumba junto al sonoro mar.
Ilustración de Aubrey Beardsley
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Biblioteca de México
PARA F _ _ _ _ _ s S. O _ _ _ _ _ d*
¿Serás amada? deja pues que tu corazón
De su sendero actual no se aparte
Siendo todo lo que ahora eres,
No siendo nada de lo que no eres.
Así que con el mundo tus modos suaves,
Tu gracia, tu más que belleza,
Serán un tema interminable de alabanza
y el amor. .. un simple deber.
Frances Osgood
• Frances Sargent Osgood
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PARA ALGUIEN EN EL PARAÍSO
. Fuiste todo eso para mí, amor mío,
Lo que mi alma en verdad anheló
Una isla verde en el océano, amor,
Una fuente y un altar,
Toda coronada de frutas y flores de hadas.
y todas las flores fueron mías.
¡Ah, sueño tan brillante que poco duraría!
¡Ah, Esperanza constelada!
¡Surgiste, sólo para quedar oscurecida!
Una voz del Futuro grita,
"¡Sigue, sigue! ", pero sobre el Pasado
(¡Golfo oscuro!) Mi espíritu gravita
¡Mudo, estático, pasmado!
Pues, ¡oh, desgracia, para mí
La luz de la Vida terminó!
"¡No más, no más, ya nada más"
(Idioma que declama el solemne mar
A las arenas en la playa)
¡Florecerá el árbol chamuscado por el trueno,
O la acongojada ascensión del águila!
y todos mis días son trances,
y todos mis sueños nocturnos
Están donde brillan tus oscuros ojos,
y donde la pisada reluce
En cuántas danzas etéreas,
Por cuántas corrientes eternas.
Retrato de Virginia Poe
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EULALIE
Una Canción
Moraba solo
En un mundo de lamentos,
y mi alma era una corriente estancada
Hasta que la bella y suave Eulalie fue mi ruborizada novia
Hasta que la joven Eulalie de cabellos dorados fue mi sonriente novia.
¡Ah, menos, mucho menos brillantes
Son las estrellas nocturnas
Que los ojos de la joven resplandeciente!
y nunca un copo de nieve
Que el vapor pueda hacer
Con los matices purpúreos, perlados,
De la luna
Podrá competir con el rizo más desatendido de la modesta Eulalie
-Jamás podrá compararse con el rizo más humilde,
Más descuidado de Eulalie, la de los ojos brillantes.
Ahora bien Duda, ahora bien Dolor,
No volváis jamás
Porque su alma me tiene suspiro tras suspiro,
y todo el día
Brilla, fuerte y clara,
Astarté cerca del cielo,
Mientras siempre para su querida Eulalie vuelve hacia al cielo su ojo de matrona
-Siempre hacia su joven Eulalie vuelve su ojo violeta.
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PARAANNIE
¡Gracias al cielo!, la crisis,
El peligro ha pasado,
y la persistente enfennedad
Finalmente cesó,
y la fiebre llamada "Vida"
Conquistada está por fin .
Por desgracia sé
Que carezco de fuerzas,
y ningún músculo muevo
Mientras tendido estoy
Cuan largo soy.
Pero, ¡qué importa! Siento
Que estoy mejor al fin.
y descanso tan sereno,
Ahora, en mi cama,
Que cualquier espectador
Creería quizás que estoy muerto
Empezaría a observarme,
Creyéndome muerto.
Los lamentos y gemidos,
Los suspiros y sollozos,
Silenciados ahora,
Con ese horrendo latido
En el corazón -¡oh, que horrible,
Qué horrible, palpitación!La enfennedad, la náusea,
El despiadado dolor
Han cesado, con la fiebre
Que desquició mi juicio
Con la fiebre llamada "Vivir"
Que ardía en mi cerebro.
Y, ¡ay!, de todas las torturas
Ésa fue la peor
Ha aplacado la pavorosa
Tortura de la sed
Del río de naftalina
Por la Pasión maldecido:
He bebido de un agua
Que aplaca toda sed:
De un agua que fluye,
Con sonido de arrullos,
De una fuente a muy, muy pocos
Metros del suelo
De una caverna no muy lejana
Debajo del suelo.
A la reina de los ángeles
Para protegerme de daños.
Y aquí yazgo con tanta calma,
Ahora en mi cama
(Sabiendo de su amor)
Que me creíste muerto
Y descanso con tanto contento,
Ahora en mi cama,
(Con su amor en mi pecho)
Que me creíste muerto
Que tiemblas al mirarme,
Creyéndome muerto:
¡Ay!, y que jamás nadie
Con desatino diga
Que mi cuarto es sombrío
y estrecha mi cama;
Pues hombre alguno durmió
En cama distinta
Y, para dormir, debes adormilarte
Justo en una cama así.
Mas mi corazón está más brillante
Que todas las muchas
Estrellas en el cielo,
Pues centellea con Annie
Resplandece con la luz
Del amor de mi Annie
Con pensar en la luz
De los ojos de mi Annie.
Mi torturado espíritu
Reposa aquí muy suave.
Y olvida, o jamás
Deplora, sus rosas
Sus viejas inquietudes
De mirtos y rosas:
Pues ahora, mientras tan quieto
Imagina acostado
U na fragancia más santa
Cerca de él ~e violetas
Un olor a romero,
Mezclado con violetasCon ruda y las hermosas,
Puritanas violetas.
Y así descansa feliz,
Bañado en muchos
Sueños de la verdad
Y la belleza de Annie
-Que se ahogó en un baño
Por las trenzas de Annie.
Me besó con ternura,
Cariñosa me acarició
Y entonces, dulcemente,
Quedé dormido en su pecho
Profundamente me dormí
Pues su pecho era el cielo.
Cuando la luz se apagó
Me cobijó afectuosa
Y rezó a los ángeles
Para evitarme daños.
Annie Richmond
35
Biblioteca de México
PARA _ _ _ __
No me cuido de que mi porción terrena
Poca tierra tenga
Que años de amor se olviden
En el odio de un minuto:
No me aflige que los desolados
Sean más felices o dulces que yo,
Sino que tú te entristezcas por mi suerte
Que sólo un transeúnte soy.
PARAF_ _ _ __
¡Amada!, entre los infortunios serios
Que en mi camino terrenal proliferan
(¡Ay!, lóbrego camino donde no crece
Ni siquiera una sola rosa)
Mi alma por fin tuvo un consuelo
En sueños contigo, y allí conoce
Un Edén de blando sosiego.
y así tu recuerdo es para mí
Como una encantada isla distante
En un tumultuoso mar.
Un palpitante océano libre y lejano
Con tormentas, pero donde entretanto
Constantemente cielos serenísimos
Sobre esa sola isla sonríen.
36
Biblioteca de México
Retrato da
Ba ~¡
eJairc y de Poe ¡1or Alexe"leff
C HA RUC:S BA UrJ E LAI RE'"
EDGAR ALLAN POE
(Fragmentos)
La elevac¡ón sum@, ~a deli cade~&1
exqu jsita y
mortalidad
~[
acento de rn-
~ ue E:dJg~ r P'oe ~~ i g~
de la musa,
lelo~
las préictictil!s de
de
distr©le rle d~
~lecució Jl) ,
le
est¡~
mularon a perrfeccion@r cont¡ n l!a:~
• Charles B©ludelaire, ~dgjar Ailem P e, Poesía completa , edición bilingüe, Arturo SáT1chez y Fede ~ico Revill¡;¡, Ediciones 29, Libros
Río ~:; evo , Barcalona, España, 1974, 33
pp.
mente su
cha
ge lJ¡ a ~
g~n te , ~obre
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e[ebomción que empleó, la adap-
todo en re los
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37
Biblioteca de México
una e§pecie de estribillo
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1a me~ a n co ¡ ¡ a y ¡a desesperación,
adornado de una rlrna que era
~a
más sOliera de todas (neVf3rttiore , nunca má ~h la elección de
38
Biblioteca de Méxtco
un pájaro que pudiese imitar la
voz humana, pero un pájaro ~I
cuervo- marcado en la opinión
del vulgo por un carácter funesto;
la elección del tono más poético
de todos, el melancólico, y del
sentimiento más poético, el amor
a una difunta; etc. Dice además:
"Y no situaré al héroe de mi
poema en un ambiente pobre,
porque la pobreza es trivial y contraria a la idea de belleza. Su
melancolía se cobijará en una
dos al azar, los fatalistas de la
inspiración y los fanáticos del
verso suelto podrán considerar
extravagantes esas minucias. No
hay tales minucias, de ninguna
clase, en materia de arte.
Acerca de versos sueltos, añadiré que Poe concedía una extraordinaria importancia a la
rima. En el análisis que él efectuó sobre el placer matemático y
musical obtenido por el espíritu
en la rima depositó tanta meticuhabitación suntuosa y poética- losidad y sutileza como en todas
mente amueblada". El lector las demás cuestiones referentes
puede advertir en muchos cuen- al oficio poético. Igualmente, así
tos de Poe las señales de ese como demostró que el estribillo
gusto inmoderado hacia las se presta a unas aplicaciones
bellas formas, particularmente las infinitamente variadas, trató de
bellas formas singulares, los rejuvenecer y de potenciar el
ambientes cargados de adornos placer de la rima, añadiéndole
y a los lujos orientales.
un elemento inesperado, la exHe dicho que el artículo men- trañeza, que resulta ser algo así
cionado me parecía tocado por como el condimento indispensauna leve impertinencia. Los parti- ble de toda belleza . A menudo
darios de la inspiración no deja- emplea de modo feliz las repetirán de registrar en ello profana- ciones del mismo verso o de vación y blasfemia. Pero creo que rios, la obstinada reiteración de
el artículo fue escrito especial- frases que reflejan las obsesiomente para ellos. Así como mu- nes de la melancolía o de la idea
chos autores simulan naturalidad fija , el estribillo puro y simple,
y aspiran a lograr la obra maes- pero c~n múltiples variantes en
tra cerrando los ojos, confiados su aplicación; el estribillo -evoen el desorden y esperando que cando la indolencia o la distraclas letras, lanzadas al techo, cai- ción-, las rimas redobladas o trigan formando un poema, Edgar plicadas y también el género de
Poe -que es uno de los hombres rima que introduce en la poesía
más inspirados que conozco- moderna, pero con más cautela
puso todo su cuidado en ocultar e intención, las sorpresas del
la espontaneidad, simulando verso latino.
sangre fría y deliberación. Con
Evidentemente, el valor de esun orgullo curioso y que no tos medios no puede comproencuentro de mal gusto declaró barse más que en su aplicación
lo siguiente: "Creo poderme ala- concreta. Una traducción de
bar de que ningún punto de mi poesías tan personales y tan
composición ha sido dejado al concentradas puede ser un sueazar y de que la obra entera ha ño sugestivo, pero nada más
avanzado, paso a paso, hacia su que un sueño. Poe ha escrito
finalidad con la precisión y la pocas poesías. A veces, ha malógica rigurosas propias de un nifestado su contrariedad por no
problema matemático." Insisto poder entregarse a este género
en que solamente los aficiona- -que consideraba el más noble-
39
Biblioteca de México
no ya más a menudo, sino exclusivamente. Pero su poesía está
siempre dotada de una gran pujanza. No se trata de la efusión
ardiente de Byron, ni de la melancolía suave, armoniosa y refinada de Tennyson, por quien
sentía, a pesar de todo, una admiración casi fraternal, dicho sea
de paso. Es algo profundo y destellante como el ensueño, enigmático y perfecto como el cristal.
No creo necesario añadir que
los críticos americanos han atacado a menudo esta poesía. Recientemente hallé en un diccionario de biografías americanas
un artículo donde se la tildaba
de rareza declarando el temor
de que esa musa vestida sabiamente hiciese escuela en el glorioso país de la moral útil y lamentando finalmente que Poe
no hubiese aplicado su talento a
la expresión de verdades morales, en vez de gastarlo en la búsqueda de un ideal raro y en la
prodigalidad en sus versos de
una voluptuosidad misteriosa.
Ya conocemos esa esgrima.
Las censuras que los malos críticos formulan a los buenos poetas son idénticas en todos los
países. Leyendo ese artículo,
me parecía la traducción de
cualquiera de las abundantes requisitorias que los críticos de
París lanzan contra los poetas
nuestros más enamorados de la
perfección. Es fácil adivinar cuáles son nuestros preferidos:
cualquier alma apasionada por
la poesía pura me comprenderá
cuando diga que nuestro pueblo
antipoético admiraría menos a
Víctor Hugo si fuese perfecto y
que sólo ha podido hacerse perdonar su genio lírico introduciendo, a la fuerza y brutalmente, en
su poesía justamente lo que Edgar Poe consideraba la herejía
moderna capital: la enseñanza.
EOGAR ALLAN POE
CORRESPONDENCIA
Traducción del inglés de Mario Bojórquez
CARTAS A SU PADRE*
Baltimore.
Octo: 16th 1831.
Dear Sir,
It is a long time since 1 have written to you unless with an
application for money or assistance. 1 am sorry that it is so
se Ido m that 1 hear from you or even of you - for all communication seems to be at an end; and when 1 think of the
long twenty one years that 1 have called you father, and you
have called me son, 1 could cry like a child to think that it
should all end in this. You know me too well to think me
interested - if so: why have 1 rejected your thousand offers
of love and kindness? It is true that when 1 have been in
great extremity, 1 have always applied to you - for 1 had no
other friend , but it is only at such a time as the present when
1 can write to you with the consciousness of making no
application for assistance, that 1 dare to open my heart, or
speak one word of old affection. When 1 look back upon the
past and think of every thing - of how much you tried to
do for me - of your forbearance and your generosity, in
spite of the most flagrant ingratitude on my part, 1 can not
help thinking <you> myself the greatest fool in [page 2:]
existence, - 1 am ready to curse the day when 1 was born.
But 1 am fully - truly conscious that all these better feelings have come too late - 1 am not the damned villain even
to ask you to restore me to the twentieth part of those affections which 1 have so deservedly lost, and 1 am resigned to
whatever fate is alotted [[sic]] me.
1 write merely because 1 am by myself and have been thinking over old times, and my only friends, until my heart is
full - At such a time the conversation of new acquaintance
is like ice, and 1 prefer writing to you altho' 1 know that you
care nothing about me, and perhaps will not even read my
letter.
1 have nothing more to say - and this time, no favour to
ask - Altho 1 am wretchedly poor, 1 have managed to get
clear of the difficulty 1 spoke of in my last, and am out of
debt, at any rate.
May God bless you EAP.
Will you not write one word to me?
,-
,
•.___. u- .... r ' .-..-...
•
•...:
,
~' .'
-
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t"~ ..:..., . ./ " .
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•-
~-. ~....
"
,
....,
,? ~ ... " ~~ ..
' ,<...
.. 4.6-
'c~t-
• Mary Newton Stanard , Edgar Allan Poe Letters Till Now Unpublished
in the Valentine Museum Richmond, Virgina . Philadelphia: J. B. Lippincolt , 1925.
40
Biblioteca de México
~'.'
Baltimore,
Balt:
Octubre 16, 1831
Estimado Señor,
Novr 18.1831,
My Dear Pa,
Hace bastante tiempo desde que le escribí solicitando su
1 am in the greatest distress and have no other friend on
ayuda de dinero y asistencia. Lamento que desde entonces
earth to apply to except yourself if you refuse to help me 1
sólo raramente haya escuchado alguna palabra de usted o
know not what 1 shall do. 1 was arrested eleven days ago for
a debt which 1 never expected to have to pay, and which
acerca de usted -por toda comunicación parece que esto ha
resultado finalmente así; y cuando pienso que a lo largo de
veintiún años lo he llamado padre, y usted me ha llamado
was incurred as much on Hy 's account as on my own about
two years ago.
hijo, termino llorando como un niño pensando que todo debió
1 would rather have done any thing on earth than apply to
parar en esto. Me conoce demasiado bien para considerarme
un interesado -si así fuera: ¿Por qué he rechazado sus miles
you again after your late kindness - but indeed 1 have no
other resource, and 1 am in bad health, and unable to under-
de ofertas de amor y cariño? Es verdad que cuando estuve en
go as much hardships as formerly or 1 never would have
extrema necesidad, siempre acudí a usted -porque no tenía
asked you to give me another cent.
otro amigo, pero sólo es hasta ahora cuando puedo escribirle
If you will only send me this one time $80, by Wednesday
next, 1 will never forget your kindness & generosity. - if
you refuse God only knows what 1 shall do, & all my hopes
& prospects are ruined forever -
con la conciencia de no solicitar ninguna ayuda, que me atrevo a abrirle mi corazón, o decirle una palabra de antiguo afecto. Cuando veo hacia atrás y pienso en las muchas cosas -en
lo mucho que intentó hacer por rruí- en su indulgencia y en su
generosidad, a pesar de la más flagrante ingratitud de mi
Yours affectionately
parte, no puedo ayudarle a que no piense de mí como en el
EAPoe
más grande tonto de la existencia -Estoy listo para maldecir
el día en que naCÍ.
Pero estoy completamente cierto -concientemente convenci-
1 have made every exertion but in vain .
do que todos estos buenos sentimientos han llegado demasiado tarde- no soy un maldito villano pidiendo la restitución de
esa vigésima parte de su afecto que he perdido tan merecidamente, y estoy resignado a lo que el destino ha dispuesto para
mí.
Le escribo simplemente porque he estado recordando los viejos tiempos y a mis únicos amigos, hasta que me siento pleno
-en este momento la conversación con los conocidos es como
el hielo para mí, y prefiero escribirle aunque sé que no le interesa, y probablemente ni leerá esta carta.
No tengo nada más que decir -y esta vez, ni favor que pedir.
-Aunque desgraciadamente pobre, he podido manejar hacia
la solución las dificultades de las que le hablé en mi última
carta, y estoy fuera de deudas, de cualquier manera.
Que Dios lo bendigaE. A .P.
¿Podrá escribir una palabra para mí?
Baltimore
~~oviembre
18, 183 1
Mi querido Papá
Estoy en un grandísimo apuro y no tengo otro amigo en la tierra a quien acudir excepto a usted, si se niega a ayudarme no
sé lo que puedo hacer. f ui arrestado hace once días por una
deuda que nunca esperé que debiera pagar, y en la cual incurrí por unas inversiones de mi la cuenta de ahorros hará unos
dos aiiíos.
Hubiera hecho cualquier cosa en el mundo antes de acudir a
41
Biblioteca de México
usted otra vez, especialmente después de su última muestra
me your assistance if not for my sake for the sake of human-
de amabilidad -pero de hecho no tengo otro recurso, estoy
ity.
mal de salud e incapaz de experimentar tantas dificultades
1 know you have never tumed a beggar from your door, and 1
como antes para enfrentarlas, de otro modo nunca le hubiera
pedido un centavo más.
apply to you in that light, 1 beg you for a little aid, and for the
Si usted pudiera enviarme por sólo esta ocasión $80, para el
sake of all that was formerly dear to you 1 trust that you will
relieve me.
miércoles próximo, nunca olvidaré su amabilidad y generosi-
If you wish me to humble myself before you 1 am humble -
dad. -si usted se negara, sólo Dios sabrá qué es lo que haré,
Sickness and misfortune ha.ve left me not a shadow of pride.
y todas mis esperanzas y proyectos se habrán arruinado para
1 own that 1 am miserable and unworthy of your notice, but
siempre -
do not leave me to perish without leaving me still one
resource. 1 feel at the very bottom of my heart that if you were
Su afectísimo
in my situation and you in mine, how differently 1 would acto
EAPoe
Yours affecty
EAP
He realizado todos los esfuerzos pero en vano.
Baltimore
Diciembre 15, 1831
Querido Papá
Balt. Dec. 15th, 1831.
Dear Pa,
Estoy seguro de que usted no se negaría a ayudarme si estu1 am sure you could not refuse to assist me if you were wel!
viera verdaderamente conciente del apuro en que me encuen-
aware of the distress 1 am in . How often have you relieved the
tro. Cuántas veces usted ha asistido en sus dificultades a per-
distresses of a perfect stranger in circumstances less urgent
fectos extraños en circunstancias menos urgentes que la IlÚa,
than mine. and yet when 1 beg and intreat you in the name of
y aun cuando le pido y le suplico en el nombre de Dios por
God to send me succour you will stil! refuse to aid me. 1 know
que me envíe su socorro usted todavía se niega a ayudarme.
that 1 have offended you past al! forgiveness, and 1 know that
Sé que antes lo he ofendido más allá de cualquier perdón, y
1 have no longer any hopes of being again received into your
sé que no tengo esperanzas de ser recibido nuevamente en el
favour, but, for the sake of Christ, do not let me perish for a
ámbito de su favor, pero por amor de Dios, no me deje pere-
sum of money which you would never miss, and which would
cer por una suma de dinero que usted no echará de menos, y
relieve me from the greatest earthly misery - especial!y as 1
con la cual puede aliviarme de la más terrenal miseria -espe-
promise by al! that is sacred that 1 wil! never under any cir-
cialmente con la promesa por todo lo que hay de sagrado, que
cumstances apply to you again. Oh! if you knew at this
nunca, bajo ninguna circunstancia acudiré a usted otra vez.
moment how wretched 1 am you would never forgive your-
¡Oh! si usted supiera en este momento lo desgraciado que
self for having refused me. You are enjoying yourself in all
soy, nunca se perdonaría por rechazarme. Usted está gozando
the blessings that wealth & happiness can bestow, and 1 am
de todas las bendiciones de abundancia y felicidad que se
suffering every extremity of want and misery without even a
pueden obtener, y yo estoy sufriendo cada extremosa necesi-
chance of escape, or a friend to whom 1 can look up to for
dad y miseria sin ninguna posibilidad de escape, o un amigo
assistance.
a quien pueda dirigirme por ayuda.
Think for one moment, and if your nature and former heart
Piense por un momento, y si su naturaleza y su bondadoso
are not altogether changed you [page 2:] will no longer refuse
corazón no sufren un cambio, no rehusará otorgarme su
42
Biblioteca de México
ayuda al menos por otro motivo que por humanidad.
Sé que usted jamás ha rechazado ayudar a un mendigo que
toca a su puerta, y yo acudo ante usted en esa forma, suplicando por una pequeña ayuda, y por todo lo que alguna vez
representé de cariño para usted, confío en que podrá socorrerme.
,
" .. r-.. ,,&
Si desea que me humille ante usted , me he humillado - La
enfermedad y la desgracia no me han dejado una sombra de
orgullo. Reconozco que soy una persona desgraciada e indig.na de su consideración, pero no me deje desfallecer sin dejarme al menos todavía una posibilidad. Desde el fondo de mi
corazón siento que si usted estuviera en mi lugar y yo en el
suyo, de qué modo tan diferente actuaría.
Su afectuoso
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EAP
•
1
.... U::!-
Baltimore
Decr : 29th 1831
Dear Sir,
Nothing but extreme mi sery and di stress would make <y>
me venture to intrude my self again upon your notice - If
you knew how wretched I am I am sure that you would
<ref> relieve me - No person in the world I am sure, could
have undergone more wretchedness than 1 have done for
sorne time past - and I have indeed no friend to look to but
yourself - and no chance of extricating myself without
your assistance. I know that I have no c1aim upon your generosity - and that what little share I had of your affection
is long since forfeited, but , for the sake of what once was
dear to you, for the sake of the love you bore me when I sat
upon your knee and called you father do not forsake me this
only time - and god will remember you accordingly EAPoe
43
Biblioteca de México
Baltimore
Diciembre 29, 1831
Estimado Señor,
any offence against society which would render me deserving
of so hard afate. For God's sake pity me, and save me from
destruction.
Nada sino una extrema miseria y necesidad me hacen aventuranne a imponer mi persona ante su atención -si usted
supiera de qué modo tan desgraciado vivo, estoy seguro que
acudiría en mi ayuda. Nadie en el mundo, estoy seguro, pudo
experimentar tal miseria como la que yo he pasado en los últimos tiempos -y sin nadie a quien acudir sino a usted mismo
-ya sin ninguna oportunidad de sobresalir sin su ayuda. Sé
que no tengo derecho a reclamar su sobrada generosidad -y
que la pequeña parte de su afecto que me prodigaba se ha perdido hace mucho tiempo, pero, por el cariño que alguna vez
me tuvo, por el cariño que me dedicó cuando me senté en sus
rodillas y le llamé padre, no me desampare por esta única
ocasión -y dios lo recordará por siempre.
EAPoe
EAPoe
Baltimore
Abril 12, 1833
Baltimore
April 12th 1833
lt has now been more than two years since you have assisted
me and more than three years since you have spoken to me. 1
feel little hope that you will pay any regard to this letter, but
still 1 cannot refrain from making one more attempt to interest you in my behalf. If you will only consider in what a situation 1 am placed you will surely pity me without friends ,
without any means, consequently of obtaining employment, 1
am perishing-absolutely perishing for want of aid. And yet 1
am not idle-nor addicted to any vice-nor have 1 committed
Hace ahora más de dos años desde que me ayudó y más de
tres desde que usted habló conmigo. Siento muy pocas esperanzas de que preste alguna atención a esta carta, sin embargo, no puedo reprimir hacer una nueva tentativa de interesarle en mis asuntos . Si solamente considerara en qué situación
me encuentro, seguramente se apiadaría de mí -sin amigos,
sin ningún medio , consecuentemente impedido para obtener
un empleo, estoy falleciendo absolutamente, falleciendo por
obtener alguna ayuda. No soy un ocioso -no soy adicto a ningún vicio -no he cometido ninguna ofensa contra la sociedad,
la cual pudiera restarme algún mérito para que difícilmente
me pudiera conseguir un destino. Por el amor de Dios apiádese de mí, y sálveme de la destrucción.
EAPoe
44
Biblioteca de México
LAS DOS CARAS DE EDGAR ALLAN POE*
Traducción del francés, Mario Bojórquez
Poe escribió esta larga carta introspectiva en respuesta
a Lowell quien le había solicitado una "autobiografía
espiritual", para presentarla a los lectores de Graham's
Magazine.
Nueva York, 2 de julio 1844
Querido Señor,
Me compadezco de esa indolencia natural, de la cual
usted se lamenta, porque es uno de mis menores defectos. Soy excesivamente perezoso y maravillosamente
activo, por momentos. Tengo periodos donde toda actividad intelectual es para mí una tortura, y donde nada
me satisface más que convivir solitariamente con "las
montañas y los bosques" -esos altares de Byron. He,
incluso, perdido meses enteros vagando y soñando, para
despertarme a una suerte de locura de la composición.
Entonces rasco el papel todo el día y leo toda la noche,
mientras que esta enfermedad dura
No soy ambicioso, sino de forma negativa. Tengo de
vez en cuando el repentino deseo de ganarle a cualquier
idiota, sobre todo simplemente porque me da horror
dejar creer a un imbécil que pueda vencerme. Estoy
profundamente consciente de esta vanidad, donde la
mayor parte se reduce a discutir: la vanidad de la vida
temporal. Paso la vida soñando en el porvenir. No creo
en la perfección del hombre. No creo que los esfuerzos
del hombre habrán de tener efectos apreciables en la
humanidad. El hombre es ahora más activo, _pero no
más feliz ni más sabio que hace 6 000 años. El resultado definitivo no cambiará en nada -y creo que pudo ser
diferente, creo que nuestros ancestros han muerto en
vano, que el pasado no es más el ABC del porvenir, que
las legiones de muertos no son nuestros iguales, tanto
como nosotros no lo somos de nuestra posteridad. No
puedo consentir ver al individuo perderse en la masa.
No creo en la espiritualidad. Creo que esta palabra es
sólo una palabra. Nadie puede verdaderamente concebir
el espíritu. No podemos imaginar ni qué es. La idea de
una materia infinitamente rarificada es un error. La
materia aparece a nuestros sentidos por grados: una piedra, un metal, un líquido, una atmósfera, un gas, el éter
centellante. Más allá intervienen modificaciones más
complejas. Pero nosotros las ligamos a la noción de partículas constituidas, a la composición atómica. Es por
esto que nos imaginamos al espíritu como esencialmente diferente, porque, nos decimos, el espíritu es indivisible, y entonces no puede ser materia. Pero es claro que
si avanzamos suficientemente lejos dentro de nuestra
concepción de la rarefacción, percibiremos un punto en
* Jacques Cabau, Edgar Allan Poe, par lui-meme, ecrivains de toujours, aux
Editions de Seuil, París, 1960, 192 pp.
el cual todas las partículas se fusionan; porque, si bien
las partículas son infinitas, es absurdo concebir una infinita pequeñez de espacios que las separan. La materia
indivisible, que penetra y anima todas las cosas, es
Dios. Su acción es el pensamiento de Dios -que creó al
hombre. El hombre y los otros seres pensantes son las
individualizaciones de la materia indivisible. El hombre
existe en tanto que individuo, porque él está revestido
de una materia particular, que lo individualiza. Su vida
bajo este hábito no es más que una etapa efímera. Esto
que llamamos "Muerte" es una dura metamorfosis. Las
estrellas y planetas son la residencia de estos avatares.
Sin la necesidad de estas etapas efímeras, no habría
mundos. Morir para convertirse en mariposa -aunque
material, pero de una materia imperceptible a nuestros
sentidos, percibida directamente -sin la mediación de
algún órgano- por los médiums durante los trances
mesméricos. Así un sonámbulo puede ver los espíritus.
Despojado de su efímero hábito orgánico, el ser vive en
el espacio -dentro de lo que creemos es el universo
inmaterial- desde cualquier lugar y decidiendo todo por
su sola voluntad; e iniciado en todos los secretos, salvo
aquellos de la naturaleza de la voluntad divina" movimiento o voluntad de la materia indivisible.
Usted me pide "un resumen sobre mi vida" -después
de lo que aquí precede comprenderá que no se lo daré.
Estoy muy consciente de la evanescencia transitoria de
las cosas temporales para conceder alguna atención
continua a algo, para ser lógico en algo. Mi vida no es
más que un capricho -impulso -pasión- deseo de soledad -desprecio de todas las cosas presentes, y sed de
futuro.
Soy muy sensible a la música, y en ciertos poemas,
en particular aquellos de Tennyson, con los de Keats,
Shelley, Coleridge (a veces) y algunos otros de la misma vena y del mismo estilo, ya que los considero como
los ÚNICOS poetas. La música es la perfección del alma
o la esencia de la poesía. La exaltación IMPRECISA suscitada por la música, que debe ser muy tenue, y nunca
muy fuertemente sugestiva, debe ser el orden de toda
poesía. La búsqueda del efecto, dentro de ciertos límites, no es entonces un defecto. . ..
Creo que mis mejores poemas son: La durmiente, El
gusano conquistador, El palacio encantado, Leonora,
País del sueño y el Coliseo, todos fueron hechos con
gran vivacidad y muy espontáneamente. Mis mejores
cuentos son: Ligéia, El escarabajo de oro, El doble crimen de la calle Morgue, La caída de la casa Usher, El
corazón delator, El gato negro, William Wilson y Un
descenso al Milelstrom; La carta robada que va a parecer en el Gijt, este puede ser el mejor de mis cuentos de
raClOCIDlO ...
45
Biblioteca de México
John Allan
Frances Allan
El lector podrá, por supuesto, ver la parte de la máscara, en esta autobiografía romántica. Una carta a Maria
Clemm, ofrece una imagen más humana del "pobre
Eddie" en un viaje:
Nueva York, domingo por la mañana,
7 de abril (1844), después del desayuno.
Mi querida mamá,
Acabamos de desayunar, y me siento a contarte todo.
No pude pagar por el timbre porque el correo está cerrado hoy. Llegamos sanos y salvos al desembarcadero de
la calle Walnut. El conductor quería cobrarme un dólar
de propina, me rehusé a pagarlo. Pero si tuve que pagarle a un muchacho para que subiera las maletas a un
coche ... Fuimos en coche a Amboy, unos 70 kms. de
Nueva York, pues ahí tomamos el transbordador para el
resto del viaje. Sissi no tosió demasiado. Cuando llegamos al muelle, estaba lloviendo. La dejé a bordo,
puse las maletas en el salón de Damas, fui a comprar un
paraguas y a buscar una pensión. Encontré a un hombre
que vendía paraguas y le compré uno por 62 centavos.
Después subí por la calle de Greenwich y ahí finalmente encontré una pensión. Es justo llegando a la calle
Cedar, lado oeste subiendo a mano izquierda. Hay una
escalinata de lozas umbrías, y un porche de columnas
oscuras. En la puerta está el nombre de "Morrison".
Hice el trato en unos minutos, tomé un taxi y volví a
buscar a Siso No tardé ni media hora, y ella se sorprendió de verme regresar tan rápido. Ella me esperaba por
lo menos hasta dentro de una hora. Había otras dos
damas a bordo, que esperaban también -así que no estuvo sola. Llegados a la pensión tuvimos que esperar una
media hora a que la habitación estuviera lista. La casa
es vieja y el aire lleno de alimañas . . , (Carta cortada con
tijeras en este punto) ... la pensión es la menos cara, si
se considera que está muy cercana, y que la alimentación es excelente. Si Caterina1 ve esto, cae enferma.
Ayer por la tarde, en la cena, conseguimos el mejor té
del mundo, fuerte y caliente, pan de trigo y de centeno
-quesos -galletas, un gran plato (dos platos de hecho)
de jamón excelente, y 2 de ternera fría y apilados en una
montaña, en rebanadas finas, 3 platos de pasteles, todo
sin medida. No hay peligro de morir de hambre por
aquí. La propietaria nos fuerza a comer, e inmediatamente nos sentimos en casa. Su marido vive con ella es
un gordo. Tiene unos 8 o 10 huéspedes, de los cuales 2
o 3 damas, y 2 empleadas. Para el "breakfast", tenemos
un café muy oloroso, caliente y fuerte, sin nada de
crema, costillitas de res, jamón, huevos, un pan excelente y mantequilla. Nunca me senté a mesa tan buena y
abundante. Quisiera que pudieras ver los huevos -y los
grandes platos de carne. Este es el primer buen desayuno que tomo desde que salí de casa. Sis está muy feliz,
y estamos los dos de excelente humor. Ella apenas si
tose, y ya no suda durante la noche. Está intentando
reparar mi pantalón que desgarré con un clavo. Salí ayer
por la noche para comprar una madeja de seda, un ovillo de hilo, 2 botones, un par de zapatillas y una sartén
para la estufa. Nos quedan apenas 4 dólares y medio.
Mañana intentaré pedir prestados 3 -que nos hará bien
asegurar la semana. Me siento en buena forma, y no he
bebido una gota de alcohol -así que espero salir bien.
En cuanto reúna suficiente dinero, se lo enviaré. No
tiene idea de cómo la extrañamos los dos. Sissy ayer por
la tarde estuvo llorando mucho porque usted y Caterina
no están aquí. ..
, Sissy o Sis, diminuti vo de Virginia, su esposa.
, Caterina: el gato de Poe.
46
Bibl ioteca de M é xico
JORGE LUIS BORGES*
EDGAR ALLAN POE
Borges en la tumba de Poe
Pompas del mármol , negra anatomía
Que ultrajan los gusanos sepulcrales,
Del triunfo de la muerte los glaciales
Símbolos congregó . No los temía.
Temía la otra sombra, la amorosa,
Las comunes venturas de la gente;
No lo cegó el metal resplandeciente
Ni el mármol sepulcral sino la rosa .
Como del otro lado del espejo
Se entregó solitario a su complejo
Destino de inventor de pesadillas.
Quizá, del otro lado de la muerte ,
Sigue erigiendo solitario y fuerte
Espléndidas y atroces maravillas.
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• Jorge Luis Borges. El otro , el mismo, Emecé Editores, S_A , Buenos Aires , 1969, 276 pp -
47
Bibli o t e ca d e M é xi c o
STEPHANE MALLARMÉ*
LA TUMBA DE
EDGAR POE
Traducción de Tomás Segovia
Como en sí mismo al fin la eternidad lo cambia,
El poeta suscita con su espada desnuda
A su siglo espantado de no haber conocido
Que la muerte triunfaba en esa voz extraña.
Ellos, vil hidra trémula, oyendo dar al ángel
Un sentido más puro al habla de la tribu
Proclamaron muy alto el hechizo bebido
En la onda sin honor de alguna negra mezcla.
Si con suelo y con nubes hostiles, ¡oh dolor!
Nuestra idea no esculpe algún bajorrelieve
Con que la deslumbrante tumba de Poe se adorne
Bloque en calma caído de algún desastre oscuro
Que este granito al menos dé un límite a los negros
Vuelos que la Blasfemia esparce en el futuro.
Tumba de Edgar Allan Poe
• Marco Antonio Montes de Oca, El surco y la brasa, Fondo de Cultura Económica , México, 1974, 450 pp.
48
Biblioteca de México
HERMANN HESSE*
E.A.POE
(1809-1849)
La literatura alemana actual está llena de obras "fantásticas"
de las que únicamente las de Meyrinck tienen una cierta profundidad. El padre de este género, Poe, no ha vuelto a ser
alcanzado nunca. Poe, el periodista americano solitario y
pobre, era un ser realmente marcado, un Caín con la marca del
genio. Toda la literatura fantástica y de horror que le sigue volverá a desaparecer pronto. Poe es seguramente el escritor
más grande de América anterior a Whitman .
•
Edgar Allan Poe, acuarela de Manet
• Hermann Hesse, Escritos sobre literatura 2, Alianza Editorial , Madrid , 1984, 664 pp .
49
Biblioteca de México
EOGAR ALLAN POE
EL CUERVO
Versión de Enrique González Martínez
The Raven
El Cuervo
Once upon a midnight dreary, while 1 pondered, weak and weary,
Over many a quaint and curious volume of forgotten loreWhile 1 nodded, nearly napping, suddenly there carne a tapping,
As of sorne one gently rapping, rapping at my chamber door.
"'T is sorne visitor," l muttered, "tapping at my chamber doorOnly this and nothing more."
Una media noche lóbrega, abismado en la lectura
de raros libros de oscura y trasnochada cultura,
por el cansancio los ojos entomábanseme ya,
cuando oí, de pronto, incierta, tenue llamada a mi puerta.
"Un visitante -me dije- que llamando está a mi puerta;
esto es sólo y nada más."
Ah, distinctly [ remember it was in the bleak December;
And each separate dying ember wrought its ghost upon the floor.
Eagerly l wished the morrow; - vainly 1 had sought to borrow
From my books surcease of sorrow -sorrow for the lost LenoreFor the rare and radiant maiden whom the angels name LenoreNameless here for everrnore.
Bien lo recuerdo. Diciembre con su cierzo helaba el mundo.
Su espectro incrustaba al suelo cada tizón moribundo.
Leyendo esperaba el día, leyendo por olvidar
a la clara y sin par virgen , la que el vuelo tendió al cielo,
hoy llamada Leonora por los ángeles del cielo,
ya sin nombre aquí jamás.
And the silken, sad, uncel1ain rustling of each purple curtain
Thrilled me - filled me with fantastic terrors never felt before;
So that now, to sti 11 the beating of my heal1, [ stood repeating,
" 'T is sorne visitor entreating entrance at my chamber doorSorne late visitor entreating entrance at my chamber door; This it is and nothing more."
El rozar incierto, lúgubre, de las sedeñas y rojas
colgaduras, llenó mi alma de pavores y congojas,
de terrores y fantasmas con que no soñé jamás.
y me dije: "Llama alguno que ha venido a visitarme,
un amigo inoportuno que pretende visitarme;
esto es sólo y nada más ."
Grabados de Gustave Doré
• Enrique González Martinez, en El CuervofThe Raven y Filosofía de
la Composición. edición trilingüe presentada por Salvador Elizondo .
El Tucán de Virginia. El Colegio Nacional . México. 1998. 64 pp .
50
Biblioteca de Méxic o
Grabado de Gustave Doré
Presently my soul grew stronger; hesitating then no longer,
"Sir," saíd 1, "or Madam, truly your forgiveness 1 implore;
But the fact is l was napping, and so gently you carne rapping,
And so faintly you came tapping, tapping at my chamber door,
That l se arce was sure l heard you" -here l opened the door;Darkness there and nothing more.
Refrenando miedo y dudas y con el de fuera hablando,
dije: "Señor o señora. medio dormitaba cuando
llamasteis; perdón demando por lo que os hice esperar;
apenas oíros pude .. . ¡Como tan quedo a la puerta
tocabais! " ... Y en la desierta calle, cuando abrí la puerta.
hallé sombra nada más.
Deep into that darkness peering, long l stood there wondering, fearing,
Doubting, dreaming dreams no mortal ever dared to dream before;
But the silence was unbroken, and the stillness gave no token,
And the only word there spoken was the whispered word, "Lenore?"
This 1 whispered, and an echo murmured back the word, "Lenore!"
Merely this and nothing more.
Alargando la mirada por la sombra desolada
de la calle, se hundió el alma en confusa marejada
de fantasmas y de sueños que jamás soñó un mortal.
y una voz rasgó el silencio de la hora: "Leonora",
y la sola voz oída fue aquel nombre: "Leonora'·.
aquel nombre y nada más.
Back into the chamber tuming, all my soul within me buming,
Soon again l heard a tapping somewhat louder than before.
"Surely," said 1, "surely that is something at my window lattice;
Let me see, then, what thereat is, and this mystery exploreLet my heart be still a moment and this mystery explore;'T is the wind and nothing more!"
Volví al fondo de mi estancia temeroso y sorprendido:
pero un sonido más fuerte llegó súbito a mi oído.
Dije: "Hay alguien que rondando junto a la ventana está;
aclaremos el enigma que interrumpe mi reposo;
de seguro que es el viento el que turba mi reposo;
es el viento y nada más.
Open here 1 flung the shutter, when. with many a flirt and flutter.
In there stepped a stately Raven of the saintly days of yore;
Not the least obeisance made he; not a minute stopped or stayed he;
But, with mien of lord or lady, perched above my chamber doorPerched upon a bust of Pallas just above my chamber doorPerched. and sat, and nothing more.
De par en par, la ventana abrí, y entró con estrépito
-de santa época lejana- un cuervo grave y decrépito
que se puso, sin mirarme, por el cuarto a revolar,
y con aires señoriles, al ver un busto de Pal as
sobre mi puerta, las alas tendió hacia el busto de Palas
y posóse en él no más.
Then this ebony bird beguiling my sad fancy into smiling,
By the grave and stem decorum of the countenance it wore,
'Though thy crest be shom and shaven, thou," l saíd, "art sure no craven.
Ghastly grim and ancient Raven wandering from the Nightly shoreTell me what thy lordly name is on the Night's Plutonian shore!"
Quoth the Raven. "Nevermore."
Movióme el pájaro a risa con su estrafalario aspecto,
y al mirarlo de tal guisa. cortesano y circunspecto.
"aunque feo y calvo -díjele- no eres un cuervo vulgilr:
sepamos cómo te nombras, vagabundo de las sombras,
qué noble título llevas en las plutónicas sombras" ...
Dijo el Cuervo: "Nunca más".
51
Biblioteca de México
•
l~
/
-.'.
Viñeta de José Antonio Montero
Much 1 marvelled this ungainly fowl to hear discourse so plainly,
Though its answer little meaning- little relevancy bore;
For we cannot help agreeing that no living human being
Ever yet was blessed with seeing bird aboye his chamber doorBird or beast upon the sculptured bust aboye his chamber door,
With such name as "Nevermore."
Me dejó la voz del cuervo alarmado y sorprendido
por más que fuera su verbo un vocablo sin sentido;
pero ¿cuándo tal escena ningún bombre vio jamás?
¿ Quién miró sin sentir susto, sobre el mármol de aquel busto,
un pajarraco vetusto, firme y quieto sobre el busto,
y de nombre "Nunca más?"
But the Raven, sitting lonely on the placid bust, spoke only
That one word, as if his soul in that one word he did outpour.
Nothing farther then he uttered -not a feather then he flutteredTill 1 scarceIy more than muttered, "Other friends have flown beforeOn the morrow he willleave me, as my Ropes have flown before."
Then the bird said, "Nevermore."
Sin dejar su sitio el ave, con imperturbable calma,
dejaba oír su voz grave, su única voz, cual si el alma
se le fuera toda en ella. Y pensé: "Ya vi escapar
mi esperanza, mi alegría y otros amigos de un día,
y mañana se irá éste, mañana al rayar el día ... "
Dijo el Cuervo: "iNunca más!"
Startled at the stillness broken by reply so aptly spoken,
"Doubtless," said 1, "what it utters is its only stock and store
Caught from sorne unhappy master whom unmerciful Disaster
Followed fast and followed faster till his songs one burden boreTilI the dirges of his Rope that melancholy burden bore
Of 'Never- nevermore: "
Asombrado al oír una respuesta tan oportuna,
"este es el solo vocablo -pensé ya sin duda alguna- que
su dueño, un pobre diablo, pudo al pájaro enseñar;
tal vez fue víctima oscura de una vida de amargura;
por eso va repitiendo su estribillo de amargura:
'Nunca mas' y 'Nunca más'''.
But the Raven still beguiling my sad fancy into smiling,
Straight 1 wheeled a cushioned seat in front of bird and bust and door;
Then, upon the velvet sinking, 1 betook myself to linking
Fancy unto fancy, thinking what this ominous bird of yoreWhat this grim, ungainly, ghastly, gaunt, and ominous bird of yore
Meant in croaking "Nevermore."
Sonriendo en mi tristeza, un sillón acojinado
arrastré frente a mi huésped en el busto encaramado,
y en mi asiento arrellanado sueño a sueño eché a volar;
y ante el ave milenaria aguzaba mi sentido
meditando en su graznido y buscando qué sentido
encerraba el "Nunca más".
This 1 sat engaged in guessing, but no syllable expressing
To the fowl whose fiery eyes now bumed into my bosom's core;
This and more 1 sat divining, with my head at ease recIining
On the cushion's velvet Iining that the lamp-light gloated o'er,
But whose velvet-violet Iining with the Iamp-light gloating o'er,
She shall press, ah, nevermore!
Frente al ave cuyos ojos traspasaban con agudos
dardos de lumbre mi pecho, me instalé, los labios mudos,
cavilando cómo y cuándo el misterio penetrar,
la cabeza en los cojines devorados por la huella
de la luz, y donde ella no podrá imprimir su huella
nunca más iah! nunca más.
Then, methought, the air grew den ser, perfumed from an unseen censer
Swung by seraphim whose foot-falls tinkled on the tufted floor.
"Wretch," 1cried, "thy God bath lent thee -by these angels he hath sent thee
Respite -respite and nepenthe from thy memories of Lenore;
Quaff, oh, quaff this kind nepenthe and forget this lost Lenore!"
Quoth the Raven, "Nevermore."
El ambiente de mi alcoba fue tomándose más denso
como si esparciera nubes de aromado y puro incienso
el incensario de un ángel que invisible sentí andar.
Y me dije: "Dios te ha oído; el nepente del olvido
un arcángel te ha traído; da su imagen al olvido" ...
Dijo el Cuervo: "iNunca más!"
52
Biblioteca de México
"Prophet!" said 1, "th ing of evil! -prophet still , if bird or devil!Whether Tempter sent, or whether tempest tossed thee here ashore,
Desolate yet all undaunted, on this desert land enchantedOn this home by Horror haunted -tell me truly, I imploreIs there -is there balm in Gilead? -tell me- tell me, 1 implore !"
Quoth the Raven, " Neverrnore."
" ¡Profeta, de monio o ave, ser maligno ! Si e l conj uro
de l Te ntado r te dio c ita y hasta mi c ubil osc uro
-en donde e l ho rror habita- te arrojó la te mpestad ,
dime si hay algo que sea un consue lo, yo te im ploro;
di si hay bá lsamo e n Judea ; res pó ndeme, yo te imploro ."
Dijo e l C uervo : " ¡Nunca más!"
"Prophet! " said 1, "thing of evil ! - prophet still, if bird or dev il'
By that Heaven that bends aboye us -by that God we both adoreTell this soul with sorrow laden if, within the distant Aidenn,
It shall c1asp a sainted maiden whom the angels name LenoreClasp a rare and radiant maiden whom the angels name Le nore."
Quoth the Rave n, "Neverrnore."
"Ave, profeta o demo nio , por e l Dios q ue está e n e l c ie lo
y tú ado ras y yo adoro ; sepa mi a lma s in consue lo
s i allá e n e l lej ano c ie lo ha de volver a besar
a la virge n por quie n lloro, hoy e n e l ce leste coro,
Leonora. así llamada por los de l ce leste coro. "
Dijo e l C uervo: "¡ Nunca mas '"
" Be that word our sign of parting, bird or fiend' " 1 shrieked. upstarting"Get thee bac k into the tempest and the Night 's Plutonian shore '
Leave no black plume as a token of that Iie th y soul hath spoken'
Leave my loneliness unbroken! -quit the bust aboye my door!
Take thy beak from out my heart, and take thy fo rrn from off my door!"
Quoth the Rave n, "Neverrnore."
"¡ Que tu voz aborrec ida sea señal de partida
-aullé a lzá ndo me-; ya vete; abandona mi guarida;
q ue a las plutó nicas sombras te arre bate e l ve ndaval;
ni una pluma que recuerde esa me ntira que mata
aqu Í dejes; de mi seno saca e l pico que me mata!"
Dijo e l C uervo : " ¡Nunca más!"
And the Raven, never flittin g, still is sitting, srill is sitting
On the pallid bust of Pallas just abo ve my chamber door;
And his eyes have all the seeming of a demon's that is dreaming,
And the lamp-Iight o'er him streaming throws his shadow on the fl oor;
And my soul from out that shadow th at lies fl oating on the floor
Shall be Jifted - nevemore'
Inmóvil y adu sto e l C uervo sig ue tre pado en e l busto
de Palas, y se aletarga, e nigmático y vetu sto,
y es un de mo nio que sueña su pesadill a infe rn a l;
y su sombra se proyec ta so bre e l sue lo , de nsa y larga,
y mi a lma se hunde e n e ll a. y de aque lla sombra larga
no ha de a lzarse ¡ nunca más '
Ilustración de Prassinos
53
Biblioteca de México
D. H.
LAWRENCE*
EDGAR
ALLAN
POE
... Poe sólo conoció el amor, el amor, el amor, las vibraciones intensas y
la conciencia realzada . Drogas, mujeres y autodestrucción , pero de todos
modos el éxtasis prismático de la conciencia agudizada y el sentido del
amor y del flujo. El alma humana en él estaba detrás de él. Pero no estaba perdida. Nos dijo lisa y llanamente cómo era para que lo supiéramos.
Era un aventurero de las criptas , de los sótanos y de los tétricos pasajes subterráneos del alma humana. Sondeó el horror de su propia perdición.
Estaba perdido. Murió deseando más amor, y el amor lo mató. El amor
es una enfermedad horrible. Poe nos habla de su enfermedad y trata de
que resulte bella y atrayente. Y a veces lo consigue ...
D H Lawrence , Estudios sobre literatura clásica norteamencana, traducción de Ca rlos Mari a Reyles, Emecé Editores, Buenos Aires, 1946, 276 pp
54
B iblioteca de Mexi c o
EOMONO JALOUX*
EL RECUERDO DE
EDGAR POE
I nmediatamente después de su muerte, el nombre
de Edgar Poe fue casi unánimemente escarnecido
Cottage de Landor, la amiga preferida, su Dama ,
como se decía en tiempos de la novela de caballe-
y despreciado. Uno de sus amigos, Rufus Gris-
ría . También dio a John Ingram las admirables car-
wold, ( ... ) le traicionó bajamente, como se sabe por
tas de ella y las copias de sus poesías. Sólo la
Baudelaire. Hizo de él una caricatura casi abyecta.
señora Clemm, el ángel de abnegación, había
La orquesta de la crítica norteamericana siguió a
desaparecido. Pero Ingram tuvo su corresponden-
Rufus Griswold . John Ingram fue el primer hombre
cia entre las manos.
que del otro lado del Atlántico tomó partido por el
Así , más allá de la tumba , esas mujeres per-
poeta. Escribió la primera biografía seria y verídica
manecían fieles al hombre que habían querido y
de Poe; biografía seguida de innumerables traba-
que se había vuelto para la mayoría de sus con-
jos que han permitido a todos los críticos y comen-
temporáneos un objeto de mofa , un ilota, aquel
taristas del poeta reconstruir aproximadamente su
que es saludable despreciar si se quiere halagar la
imagen exacta, con conclusiones, según sus teo-
opinión pública. ¿Se veían ellas? ¿Se visitaban?
rías personales , más o menos favorables para el
¿Hablaban de él reunidas, o cada una se queda-
autor de El Cuervo.
ba sola con ese fantasma en el corazón? iQué
Fue hacia 1880 que John Ingram publicó su her-
grandiosa imagen la del crepúsculo de la vida ,
mosa obra de rehabilitación . Se tomó mucho tiem-
descendiendo lentamente sobre todas esas muje-
po para hacerla; tuvo la suerte de conocer y de
res a quienes el olvido no había quitado nada y
entrar en contacto cm'! muchos familiares y amigos
que recordaban piadosamente haber alimentado,
del poeta , lo que da a la mayoría de sus informes
una después de la otra y a veces hasta juntas, esa
un carácter de conmovedora veracidad. En el curso
alta llama amorosa que, sublimada por un ardien-
de sus investigaciones, debía encontrar fatalmente
te espiritual ismo, hizo posible la creación de tan-
a muchos de los familiares del poeta. Fúe así que
tas obras inmortales!
descubrió que casi todas las mujeres qilJe Poe
Ninguna se creyó traicionada, ninguna lo trai-
había amado vivían aún. Las vio una por una.
cionó . Lo que los hombres no comprendieron,
Conoció a Elmira Shelton, el primer y último amor
ellas lo adivinaron . Erdgar fue fiel a tod as ellas
de Poe y, dice el crítico, ella le reveló el secreto de
como ellas mismas lo fueron para él. A todas pidió
sus amores. DescilJbrió el retiro de Rosalía Poe,
el secreto de su vida , es decir, esa exaltación en
quien le confió los
~ Itimos
recuerdos que tenía
d~
la cual encontraba una forma
d~1
©Imor. Pues , en
su hermano. Visitó a María Luisa Shew que le dio a
realidad , a medida que medimos esa vida yestu-
leer su diario y los más íntimos pensamientos de su
diamos su obra , nos parece más y más que el
vida en la época que frecuentaba al poeta. Sarah
amor no fue para Edgar Poe esa terrible necesi-
Helena Whitman , también , dejó ver la fidelidad de
dad de placer que es para la mayoría de los seres,
una ternura siempre viva y permitió a Ingram leer
ni ese deseo de fundirse en una unión , que se
las cartas de Poe. La señora Stella le donó los ver-
parece a una huída, sino una amistad hipertensa,
sos que Poe le había enviado y el último retrato del
una ternura casi edénica. Pedía a las mujeres que
poeta: el más trágico, aquel en que parece ya per-
lo guiaran en esos estados de trascendencia lírica
tenecer a ese otro mundo que acaso conoció mejor
que obtenía por su concurso fís ico e intelectual , y
que éste. En fin , conoció a Annie, la Annie del
de los que ellas le proporcionaban la llave. Si ha
hablado poco del amor en sus cuentos, yeso con
* Edmond Jaloux. Edgar Poe y las mujeres, traducción de Vi rgilio
Piñera y Humberto Rodríguez Tomeu , Argos, Buenos Aires, 1947,
276 pp.
recelo y fanático pudor, en desquite su poesía es
toda amorosa. Ya se trate del dolor, de la pena , de
55
Biblioteca de Mexico
Autorretrato de Edgar Allan Poe
la nostalgia, de la esperanza, del deseo, sólo los
Bonaparte y otros eruditos han querido ver la con-
ve a través de la mujer. Sin ellas, no podría obtenerlos. Pero esta mujer no es ella misma. una
fesión de una deficiencia física -cuando no es
meta, no es un todo: es la portadora de una luz
que él debe arrebatarles para componer su obra y
para la cual los sentimientos humanos tienen otro
sentido que para nuestra especie, sentimientos a
sin la cual nada puede. La palabra "inspiradora",
la vez más angélicos y demoníacos que los otros.
de la que se ha abusado tanto en el siglo
que
¿Si , lo repito , fuéramos al fondo de la psicología
ha llegado a ser ridícula , es justa en este caso . Es
de otros poetas, particularmente de la misma
justa, puesto que él mismo ha descrito exacta-
época, y acaso de todos los tiempos , no encontraríamos señales análogas? ¿Shelley, Goethe,
XIX
mente sus estados sentimentales y ha nombrado
a algunas de las que se los inspiraran . Pero en
más que la confesión de un alma desmesurada,
Baudelaire, Leopardi , para citar espíritus muy dife-
realidad ellas creaban en él un movimiento del
rentes , no han buscado también a través del amor
alma particular, una especie de trance que partici-
un estado de felicidad superfísica, capaz de con-
paba a la vez de la desesperación y del éxtasis.
ducirlos a un extraño misticismo lírico? Un amor a
Esas cartas[ .. .] describen , en efecto, con una
la vez tan puro y tan trágico sólo podía resolverse ,
me parece , en la muerte, como el de Tristán e
especie de sombrío furor esa horripilación del ser
entero ante la cercanía de la amada , ese furor de
Isolda. Fue por ese motivo que antes de partir,
abrazo y esa desesperación , esa irritación y ese
Poe, al decir adiós a Annie , le pidió que acudiese
deseo de absoluto, esa necesidad de inmortalidad
a su lecho de muerte; también por eso uno de sus
más bellos poemas, Para Annie , debía concluir
y de nada a la vez, en los cuales la princesa María
56
Biblioteca de México
con la misma súplica. Yesos versos son como el
testamento sagrado de esa vida prodigiosa y tan
difícilmente descifrable al espíritu rutinario de los
hombres.
y así yace, felizmente,
bañado en muchos
sueños de la constancia
y de la belleza de Annie
ahogado en el baño
de las trenzas de Annie.
Ella me besó tiernamente,
me acarició amorosamente,
y entonces caí dulcemente
para dormir sobre su seno
para dormir profundamente
gracias al cielo de su seno.
Cuando la luz fue apagada,
ella me cubrió cálidamente ,
y a los ángeles rogó
me preservasen del mal
a la reina de los ángeles
de preservarme del mal
y yazgo tan reposadamente ,
ahora , en mi lecho,
(sabiendo su amor)
que me imagináis muerto
y descanso tan contento ,
ahora en mi lecho,
(con su amor en mi pecho)
•
-.
.
•
....
~_
O "
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que me imagináis muertoque tembláis al mirarme,
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creyéndome muerto.
'-.
...: '.... .
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1,
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Pero mi corazón brilla más
l
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". "
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que las innumerables
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.
estrellas en el cielo ,
pues centellea por Annie-
lSla v A
Il ustración de Aubrey Beardsley
resplandece con la luz
del amor de mi Anniecon el pensamiento de la luz
de los ojos de mi Annie .
Dejemos a Edgar Poe en este último nombre, dejémoslo con ese último sueño , el más puro y el
mejor de su vida , el que le ha dado el máximo de
felicidad que pudo alcanzar en este mundo esa
alma doliente.
57
Biblioteca de México
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(,
58
Bibliotf>ca de Mé" icfO
EOGAR ALLAN POE*
CUENTOS
PARÁBOLA
Sí, aunque marcho por el valle de la Sombra ...
(Salmo de David, XXIII)
Vosotros los que leéis aún estáis entre los vivos; pero yo, el
que escribe, habré entrado hace
mucho en la región de las sombras. Pues en verdad ocurrirán
muchas cosas, y se sabrán cosas secretas, y pasarán muchos
siglos antes de que los hombres
vean este escrito. Y, cuando lo
hayan visto, habrá quienes no
crean en él, y otros dudarán,
mas unos pocos habrá que encuentren razones para meditar
frente a los caracteres aquí grabados con un estilo de hierro.
El año había sido un año de
terror y de sentimientos más intensos que el terror, para los
cuales no hay nombre sobre la
tierra. Pues habían ocurrido muchos prodigios y señales, y a lo
lejos y en todas partes, sobre el
mar y la tierra, se cernían las
negras alas de la peste. Para
aquellos versados en la ciencia
de las estrellas, los cielos revelaban una faz siniestra; y para
mí, el griego Oinos, entre otros,
era evidente que ya había llegado la alternación de aquel año
794, en el cual, a la entrada de
Aries, el planeta Júpiter queda
en conjunción con el anillo rojo
del terrible Saturno. Si mucho no
* Edgar Allan Poe, Obras en prosa, traducción, introducción y notas de Julio Cortázar,
Ediciones de la Universidad de Puerto
Rico, Revista de Occidente, Madrid, 1956,
dos tomos, 914 y 840 pp.
me equivoco, el especial espíritu del cielo no sólo se manifestaba en el globo físico de la tierra, sino en las almas, en la imaginación y en las meditaciones
de la humanidad.
En una sombría ciudad llamada Ptolemáis, en un noble palacio, nos hallábamos una noche
siete de nosotros frente a los
frascos del rojo vino de Chíos. Y
no había otra entrada a nuestra
cámara que una alta puerta de
bronce; y aquella puerta había
sido fundida por el artesano Corinnos, y, por ser de raro mérito,
se la aseguraba desde dentro.
En el sombrío aposento, negras
colgaduras alejaban de nuestra
vista la luna, las cárdenas estrellas y las desiertas calles; pero el
presagio y el recuerdo del Mal no
podían ser excluidos. Estábamos rodeados por cosas que no
logro explicar distintamente; cosas materiales y espirituales, la
pesadez de la atmósfera, un
sentimiento de sofocación, de
ansiedad; y por, sobre todo, ese
terrible estado de la existencia
que alcanzan los seres nerviosos cuando los sentidos están
agudamente vivos y despiertos,
mientras las facultades yacen
amodorradas. Un peso muerto
nos agobiaba. Caía sobre los
cuerpos, los muebles, los vasos
en que bebíamos; todo lo que
59
Biblioteca de México
nos rodeaba cedía a la depresión y se hundía; todo menos las
llamas de las siete lámparas de
hierro que iluminaban nuestra orgía. Alzándose en altas y esbeltas líneas de luz, continuaban
ardiendo, pálidas e inmóviles; y
en el espejo que su brillo engendraba en la redonda mesa de
ébano a la cual nos sentábamos,
cada uno veía la palidez de su
propio rostro y el inquieto resplandor en las abatidas miradas
de sus compañeros. Y, sin embargo, reíamos y nos alegrábamos a nuestro modo -lleno de
histeria-, y cantábamos las canciones de Anacreonte -llenas de
locura-, y bebíamos copiosamente, aunque el purpúreo
vino nos recordaba la sangre.
Porque en aquella cámara había
otro de nosotros en la persona
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ED G AR ALLA N POE
OBRAS EN PROSA
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guna cosa familiar. Y, después
mos fijamente las profundidades
de temblar un instante, entre las
del espejo de ébano. Y al final
Cuentos completos
colgaduras del aposento , que-
yo, Oinos, hablando en voz muy
Edg:" AH.n Po<
dó, por fin , a plena vista sobre la
baja, pregunté a la sombra cuál
superficie de la puerta de bron-
era su morada y su nombre. Y la
ce . Mas la sombra era vaga e
sombra contestó: "Yo soy SOM-
informe, indefinida, y no era la
BRA, Y mi morada está aliado de
sombra de un hombre o de un
las catacumbas de Ptolemáis, y
dios, ni un dios de Grecia, ni un
cerca de las oscuras planicies
dios de Caldea ni un dios egip-
de Clíseo, que bordean el impu-
cio . Y la sombra se detuvo en la
ro canal de Caronte ."
Trad ucción de J ULI O
CORT ÁZAR
entrada de bronce , bajo el arco
Y entonces los siete nos le-
del entablamento de la puerta , y
vantamos llenos de horror y per-
sin moverse, sin decir una pala-
manecimos de pie temblando,
bra , permaneció inmóvil. Y la
estremecidos, pálidos; porque el
puerta donde estaba la sombra ,
tono de la voz de la sombra no
si recuerdo bien , se alzaba fren-
era el tono de un solo ser, sino el
del joven Zoilo . Muerto y amor-
te a los pies del joven Zoilo
de una multitud de seres , y, va-
tajado yacía tendido cuan largo
amortajado. Mas nosotros, los
riando en sus cadencias de una
era , genio y demonio de la esce-
siete allí congregados, al ver có-
sílaba a otra, penetraba oscura-
na. iAy, no participaba de nues-
mo la sombra avanzaba desde
mente en nuestros oídos con los
tro regocijo! Pero su rostro , con-
las colgaduras , no nos atrevi-
acentos familiares y harto recor-
vulsionado por la plaga , y sus
mos a contemplarla de lleno, si-
dados de mil y mil amigos muer-
ojos , donde la muerte sólo había
no que bajamos los ojos y mira-
tos.
apagado a medias el fuego de la
pestilencia , parecían interesarse
en nuestra alegría de los que van
a morir. Mas aunque yo, Oinos,
sentía que los ojos del muerto
estaban fijos en mí, me obligaba
a no percibir la amargura de su
expresión , y mientras contemplaba fijamente las profundidades
del espejo de ébano, cantaba en
voz alta y sonora las canciones
del hijo de Teos.
Poco a poco , sin embargo,
mis canciones fueron callando y
sus ecos , perdiéndose entre las
tenebrosas colgaduras de la
cámara , se debilitaron hasta vol-
~
.....
verse inaudibles y se apagaron
del todo . Y he aquí que de aquellas tenebrosas colgaduras, donde se perdían los sonidos de la
canción , se desprendió una profunda e indefinida sombra , una
sombra como la que la luna ,
cuando está baja , podría extraer
del cuerpo de un hombre; pero
ésta no era la sombra de un
hombre o de un dios, ni de nin-
Viñeta de José A ntonio Montero
60
Biblioteca de Mexico
ELEONORA
Sub conservatione formae specificae salva anima.
RAI MUNDO LULlo
Vengo de una raza notable por
la fuerza de la imaginación y el
ardor de las pasiones. Los hombres me han llamado loco; pero
todavía no se ha resuelto la
cuestión de si la locura es o no
la forma más elevada de la inteligencia, si mucho de lo glorioso,
si todo lo profundo, no surgen
de una enfermedad del pensamiento, de estados de ánimo
exaltados a expensas del intelecto general. Aquellos que sueñan de día conocen muchas
cosas que escapan a los que
sueñan sólo de noche. En sus
grises visiones obtienen atisbos
de eternidad y se estremecen, al
despertar, descubriendo que
han estado al borde del gran secreto. De un modo fragmentario
aprenden algo de la sabiduría
propia y mucho más del mero
conocimiento propio del mal.
Penetran, aunque sin timón ni
brújula, en el vasto océano de la
"luz inefable", y otra vez, como
los aventureros del geógrafo
nubio, "agressi sunt mare tenebrarum quid in eo esset exploraturr'.
Diremos, pues, que estoy loco. Concedo, por lo menos, que
hay dos estados distintos en mi
existencia mental: el estado de
razón lúcida, que no puede discutirse y pertenece a la memoria
de los sucesos de la primera
época de mi vida, y un estado
de sombra y duda, que pertenece al presente y a los recuerdos
que constituyen la segunda era
de mi existencia. Por eso, creed
lo que contaré del primer período, y, a lo que pueda relatar del
último, conceded tan sólo el crédito que merezca; o dudad resueltamente, y, si no podéis
dudar, haced lo que Edipo ante
el enigma.
La amada de mi juventud, de
quien recibo ahora, con calma ,
claramente, estos recuerdos ,
era la única hija de la hermana
de mi madre, que había muerto
hacía largo tiempo . Mi prima se
llamaba Eleonora. Siempre habíamos vivido juntos, bajo un
sol tropical, en el Valle de la
Hierba Irisada. Nadie llegó jamás sin guía a aquel valle,
pues quedaba muy apartado
entre una cadena de gigantescas colinas que lo rodeaban
con sus promontorios, impidiendo que entrara la luz en sus
más -bellos escondrijos. No había sendero hollado · en su
vecindad, y para llegar a nuestra feliz morada era preciso
apartar con fuerza el follaje de
miles de árboles forestales y
pisotear el esplendor de millones de flores fragantes. Así era
como vivíamos solos, sin saber
nada del mundo fuera del valle,
yo, mi prima y su madre.
Desde las confusas regiones
más allá de las montañas, en el
extremo más alto de nuestro circundado dominio, se deslizaba
un estrecho y profundo río, y no
había nada más brillante, salvo
los ojos de Eleonora; y serpeando furtivo en su sinuosa carrera,
pasaba, al fin, a través de una
61
Biblioteca de México
sombría garganta, entre colinas
aún más oscuras que aquellas
de donde saliera. Lo llamábamos el "Río de Silencio", porque
parecía haber una influencia
enmudecedora en su corriente.
No brotaba ningún murmullo de
su lecho y se deslizaba tan suavemente que los aljofarados guijarros que nos encantaba contemplar en lo hondo de su seno
no se movían, en quieto contentamiento, cada uno en su antigua posición, brillando gloriosamente para siempre.
Las márgenes del río y de los
numerosos arroyos deslumbrantes que se deslizaban por caminos sinuosos hasta su cauce,
así como los espacios que se
extendían desde las márgenes
descendiendo a las profundidades de las corrientes hasta tocar
el lecho de guijarros en el fondo,
esos lugares, no menos que la
superficie entera del valle, desde el río hasta las montañas que
lo circundaban, estaban todos
alfombrados por una hierba suave y verde, espesa, corta, perfectamente uniforme y perfumada de vainilla, pero tan salpicada
de amarillos ranúnculos, margaritas blancas, purpúreas violetas
y asfódelos rojos rubí, que su
excesiva belleza hablaba a
nuestros corazones, con altas
voces, del amor y la gloria de
Dios.
y aquí y allá, en bosquecillos
entre la hierba, como selvas de
sueño, brotaban fantásticos árboles cuyos altos y esbeltos
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Ilustración de Aubrey Beardsley
troncos no eran rectos, mas se
dijimos una palabra durante el
altos flamencos hasta entonces
inclinaban graciosamente hacia
resto de aquel dulce día, y aun al
la luz que asomaba a mediodía
en el centro del valle . Las man-
siguiente nuestras palabras fueron temblorosas, escasas. Ha-
nunca vistos, y todos los pájaros
gayos, resplandecientes, desple-
chas de sus cortezas alternaban
bíamos arrancado al dios Eros de
nosotros. Peces de oro y plata
el vívido esplendor del ébano y la
aquellas ondas y ahora sentía-
frecuentaron el río, de cuyo seno
plata, y no había nada más
suave, salvo las mejillas de Eleo-
mos que había encendido dentro
de nosotros las ígneas almas de
brotaba, poco a poco, un murmullo que culminó al fin en una arru-
nora ; de modo que, de no ser por
nuestros antepasados. Las pa-
lladora melodía más divina que la
el verde vivo de las enormes
siones que durante siglos habían
distinguido a nuestra raza llega-
del arpa eólica, y no había nada
hojas que se derramaban desde
sus cimas en largas líneas trému-
garon su plumaje escarlata sobre
ron en tropel con las fantasías
más dulce, salvo la voz de Eleonora. y una nube voluminosa que
las, retozando con los céfiros, po-
por las cuales también era famo-
habíamos observado largo tiem-
dría habérselos creído gigantes-
sa , y juntos respiramos una dicha
delirante en el Valle de la Hierba
po en las regiones del Héspero
flotaba en su magnificencia de
Tomados de la mano, durante
Irisada. Un cambio sobrevino en
todas las cosas . Extrañas , brillan-
oro y carmesí y, difundiendo paz
sobre nosotros, descendía cada
quince años, erramos Eleonora y
tes flores estrelladas brotaron en
vez más, día a día, hasta que sus
yo por ese valle antes de que el
amor entrara en nuestros corazo-
los árboles donde nunca se vieran flores . Los matices de la
bordes descansaron en las cimas
de las montañas, convirtiendo
nes. Ocurrió una tarde, al termi-
alfombra verde se ahondaron, y
toda su oscuridad en esplendor y
nar el tercer lustro de su vida y el
mientras una por una desaparecían las blancas ma rgaritas, bro-
encerrándonos como para siempre en una mágica casa-prisión
taban , en su lugar, de a diez, los
de grandeza y de gloria.
asfódelos rojo rub í. Y la vida su rgía en nuestros senderos, pues
La belleza de Eleonora era la
de los serafines, pero era una
cas serpientes de Siria rindiendo
homenaje a su soberano , el Sol.
cuarto de la mía, abrazados junto
a los árboles serpentinos, mirando nuestras imágenes en las
aguas del Río del Silencio. No
62
Biblioteca de México
doncella natural e inocente, como la breve vida que había llevado entre las flores. Ningún
sado en su pecho, y supo que,
como la efímera, había sido creada perfecta en su hermosura
artificio disimulaba el fervoroso
amor que animaba su corazón,
sólo para morir; pero, para ella,
los terrenos de tumba se reducí-
y examinaba conmigo los escondrijos más recónditos mien-
an a una consideración que me
reveló una tarde, a la hora del
tras caminábamos juntos por el
Valle de la Hierba Irisada y dis-
crepúsculo, a orillas del Río de
Silencio. Le dolía pensar que,
una vez sepulta en el Valle de la
curríamos sobre los grandes
cambios que se habían producido en los últimos tiempos.
Por fin, habiendo hablado un
día, entre lágrimas, del último y
Hierba Irisada, yo abandonaría
para siempre aquellos felices
lugares, transfiriendo el amor
bía yo recibido . Y apelé al poderoso amo del Universo como
testigo de la piadosa solemnidad de mi juramento. Y la maldición de El o de ella, santa en el
Elíseo, que invoqué si traicionaba aquella promesa , implicaba
un castigo tan horrendo que no
puedo mentarlo. Y los brillantes
ojos de Eleonora brillaron aún
más al oír mis palabras, y suspiró como si le hubieran quitado
del pecho una carga mortal, y
hombre, en adelante se demoró
entonces tan apasionadamente
suyo a otra doncella del mundo
exterior y cotidiano. Y entonces,
tembló y lloró amargamente,
pero aceptó el juramento (pues,
¿qué era sino una niña?), y el
Eleonora en este único tema
doloroso, vinculándolo con to-
allí, me arrojé precipitadamente
a los pies de Eleonora y juré,
das nuestras conversaciones,
ante ella y ante el cielo, que
nunca me uniría en matrimonio
con ninguna hija de la Tierra,
juramento la alivió en su lecho
de muerte. Y me dijo, pocos días
después, en tranquila agonía
triste camino que debe sufrir el
así como en los cantos del
bardo de Schiraz las mismas
imágenes se encuentran una y
que, en pago de lo que yo había
hecho para confortación de su
que en modo alguno me mos-
alma, velaría por mí en espíritu
otra vez en cada grandiosa va-
traría desleal a su querida me-
después de su partida y, si le era
riación de la frase.
moria, o a la memoria del abne-
permitido, volvería en forma visi-
gado cariño cuya bendición ha-
ble durante la vigilia nocturna;
Vio el dedo de la muerte po-
Ilustración de Aubrey Beardsley
63
Biblioteca de M e Kico
pero, si ello estaba fuera del
poder de las almas en el Paraíso, por lo menos me daría frecuentes indicios de su presencia,· suspirando sobre mí en los
vientos vesperales, o colmando
el aire que yo respirara con el
perfume de los incensarios
angélicos. Y con estas palabras
en sus labios sucumbió su inocente vida, poniendo fin a la primera época de la mía.
Hasta aquí he hablado con
exactitud. Pero cuando cruzo la
barrera que en la senda del
Tiempo formó la muerte de mi
amada y comienzo con la segunda era de mi existencia,
siento que una sombra se espesa en mi cerebro y duda de la
perfecta cordura de mi relato.
Mas dejad me seguir. Los años
se arrastraban lentos y yo continuaba viviendo en el Valle de la
Hierba Irisada; pero un segundo
cambio había sobrevenido en
todas las cosas. Las flores estrelladas desaparecieron de los
troncos de los árboles y no brotaron más. Los matices de la alfombra verde se desvanecieron
y uno por uno fueron marchitándose los asfódelos rojo rubí, y
en lugar de ellos brotaron de a
diez oscuras violetas como ojos,
que se retorcían desasosegadas y estaban siempre llenas
de rocío. Y la Vida se retiraba de
nuestros senderos, pues el alto
flamenco ya no desplegaba su
plumaje escarlata ante nosotros,
mas voló tristemente del valle a
las colinas, con todos los gayos
pájaros brillantes que habían llegado en su compañía . Y los peces de oro y plata nadaron a través de la garganta hasta el confín más hondo de su dominio y
nunca más adornaron el dulce
río. Y la arrulladora melodía,
más suave que el arpa eólica y
más divina que todo, salvo la
voz de Eleonora, fue muriendo
poco a poco, en murmullos cada
vez más sordos, hasta que la
corriente tornó, al fin , a toda la
solemnidad de su silencio originario. Y por último, la voluminosa nube se levantó y, abandonando los picos de las montañas a la antigua oscuridad ,
retornó a las regiones del Héspero y se llevó sus múltiples resplandores dorados y magníficos
del Valle de la Hierba Irisada.
Pero las promesas de Eleonora no cayeron en el olvido,
pues escuché el balanceo de los
incensarios angélicos, y las olas
de un perfume sagrado flotaban
siempre en el valle, yen las horas solitarias, cuando mi corazón latía pesadamente, los vientos que bañaban mi frente me
llegaban cargados de suaves
suspiros, y murmullos confusos
llenaban a menudo el aire nocturno, y una vez -¡ah, pero sólo
una vez!- me despertó de un
sueño, como el sueño de la
muerte, la presión de unos labios espirituales sobre los míos.
Pero, aun así, rehusaba llenarse el vacío de mi corazón.
Ansiaba el amor que antes lo
colmara hasta derramarse. Al fin
el valle me dolía por los recuerdos de Eleonora, y lo abandoné
para siempre en busca de las
vanidades y los turbulentos
triunfos del mundo.
Me encontré en una extraña
ciudad, donde todas las cosas
podían haber servido para borrar del recuerdo los dulces sueños que tanto duraran en el
Valle de la Hierba Irisada. El
fasto y la pompa de una corte
soberbia y el loco estrépito de
las armas y la radiante belleza
de la mujer extraviaron e intoxicaron mi mente. Pero, aun en-
64
Biblioteca de México
tonces, mi alma fue fiel a su juramento, y las indicaciones de la
presencia de Eleonora todavía
me llegaban en las silenciosas
horas de la noche. De pronto,
cesaron estas manifestaciones
y el mundo se oscureció ante
mis ojos y quedé aterrado ante
los abrasadores pensamientos
que me poseyeron, ante las
terribles tentaciones que me
acosaron, pues llegó de alguna
lejana, lejanísima tierra desconocida, a la alegre corte del rey
a quien yo servía, una doncella
ante cuya belleza mi corazón
desleal se doblegó en seguida,
a cuyos pies me incliné sin una
lucha, con la más ardiente, con
la más abyecta adoración amorosa. ¿Qué era, en verdad, mi
pasión por la jovencita del valle,
en comparación con el ardor y el
delirio y el arrebatado éxtasis de
adoración con que vertía toda
mi alma en lágrimas a los pies
de la etérea Ermengarda? iAh,
brillante serafín, Ermengarda! Y
sabiéndolo, no me quedaba
lugar para ninguna otra. ¡Ah,
divino ángel, Ermengarda! Y al
mirar en las profundidades de
sus ojos, donde moraba el recuerdo, sólo pensé en ellos, y
en ella.
Me casé; no temí la maldición
que había invocado, y su amargura no me visitó. Y una vez,
pero sólo una vez en el silencio
de la noche, llegaron a través de
la celosía los suaves suspiros
que me habían abandonado, y
adoptaron la voz dulce, familiar,
para decir:
"¡Duerme en paz! Pues el espíritu del Amor reina y gobierna
y, abriendo tu apasionado corazón a Ermengarda, estás libre,
por razones que conocerás en
el Cielo, de tus juramentos a
Eleonora."
El Consejo Nacional^ara C u l t u r a y las Artesa t^vés efe la Bibliotec^de Mé*ico a
"José Vasconcelos" en colaboración con la Comisión Nacional de los Derechos
Wümanos y la Embajada de Polonia en México se complace en invitarle a la exposición:
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UNA HISTORIA DE REFUGIADOS POLACOS EN MÉXICO ig43" 947
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nemes de 16 30a 17.30horas
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UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE MÉHIC0 | $40.00 · ISSN 01SS-1330
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de e-radio, el portal musical de Radio Educación:
Daniel Cazés
Censurar
www.conacultagob mx
V i v i r Mejor
SUSCRIPCIONES | 55 50 5
EDGAR ALLAN POE
LIGEIA
(Fragrimentos]0
Era de alta estatura, un poco delgada y, en sus últi-
Para los ojos no tenemos modelos en la remota
mos tiempos, casi descarnada. Sería vano intentar
antigüedad. Quizá fuera, también, que en los de mi
la descripción de su majestad, la tranquila soltura
amada yacía el secreto al cual alude lord Verulam.
de su porte o la inconcebible ligereza y elasticidad
Eran, creo, más grandes que los ojos comunes de
de su paso. Entraba y salía como una sombra,
nuestra raza, más que los de las gacelas de la tribu
Nunca advertía yo su aparición en mi cerrado gabi-
del valle de Nourjahad. Pero sólo por instantes - e n
nete de trabajo de no ser por la amada música de
los momentos de intensa e x c i t a c i ó n - se hacía más
su voz dulce, profunda, cuando posaba su mano
notable esta peculiaridad de Ligeia. Y en tales oca-
marmórea sobre mi hombro. Ninguna mujer igualó
siones su belleza - q u i z á la veía así mi imaginación
la belleza de su rostro[...]
ferviente - e r a la de los seres que están por encima
Examiné el contorno de su frente alta, pálida: era
o fuera de la tierra, la belleza de la fabulosa hurí de
impecable - ¡ q u é fría en verdad esta palabra aplica-
los turcos. Los ojos eran del negro más brillante,
da a una majestad tan divina!- por la piel, que riva-
velados por oscuras y largas pestañas. La cejas,
lizaba con el marfil más puro, por la imponente
de diseño levemente irregular, eran del mismo co¬
amplitud y la calma, la noble prominencia de las
lor. Sin embargo lo "extraño" q u e encontraba en
regiones superciliares; y luego los cabellos, como
sus ojos era independiente de su forma, del color,
ala de cuervo, lustrosos, exuberantes y naturalmen-
del brillo, y debía atribuirse, al cabo, a la
te rizados, que demostraban toda la fuerza del epí-
¡Ah, palabra sin sentido tras cuya vasta latitud de
teto homérico: "cabellera de jacinto". Miraba el deli-
simple sonido se atrinchera nuestra ignorancia de
cado diseño de la nariz y sólo en los graciosos
lo espiritual! La expresión de los ojos de Ligeia...
expresión.
medallones de los hebreos he visto una perfección
¡Cuántas horas medité sobre ella! ¡Cuántas no-
semejante. Tenía la misma superficie plena y suave,
ches de verano luché por sondearla! ¿Qué era
la misma tendencia casi imperceptible a ser aguile-
aquello, más profundo que el pozo de Demócrito,
ña, las mismas aletas armoniosamente curvas, que
que yacía en el fondo de las pupilas de mi amada?
revelaban un espíritu libre. Contemplaba la dulce
¿Qué era? Me poseía la pasión de descubrirlo,
boca. Allí estaba en verdad el triunfo de todas las
¡Aquellos ojos! ¿Aquellas grandes, aquellas bri-
cosas celestiales: la magnífica sinuosidad del breve
llantes, aquellas divinas pupilas! Llegaron a ser
labio superior, la suave, voluptuosa calma del infe-
para mí las estrellas gemelas de Leda, y yo era
rior, los hoyuelos juguetones y el color expresivo; los
para ellas el más fervoroso de los astrólogos[...]
dientes, que reflejaban con el brillo casi sorprenden-
De todas las mujeres que jamás he conocido, la
te los rayos de la luz bendita que caían sobre ellos
exteriormente tranquila, la siempre plácida Ligeia,
en la más serena y plácida y, sin embargo, radiante,
era presa con más violencia que nadie de los t u -
triunfal de todas las sonrisas. Analizaba la forma del
multuosos buitres de la dura pasión. Y no podía yo
mentón y también aquí encontraba la noble ampli-
medir esa pasión como no fuese por el milagroso
tud, la suavidad y la majestad, la plenitud y la espi-
dilatarse de los ojos que me deleitaban y aterraban
ritualidad de los griegos, el contorno que el dios
al mismo tiempo, por la melodía casi mágica, la mo-
Apolo reveló tan sólo e n sueños a Cleomenes, el
dulación, la claridad y la placidez de su voz tan pro-
hijo del ateniense. Y entonces me asomaba a los funda, y por la salvaje energía (doblemente efectiva
grandes ojos de Ligeia.
por contraste con su manera de pronunciarlas) con
/
que profería habitualmente sus extrañas palabras.
Edgar Alian Poe, Obras en prosa, traducción, introducción y notas
de Julio Cortázar, Ediciones de la Universidad de Puerto Rico,
Madrid, 1956, 914 y 840 pp.
He hablado del saber de Ligeia: era inmenso,
como nunca lo hallé en una mujer. Su conocimiento de las lenguas clásicas era profundo y, en la
medida de mis nociones sobre los modernos dialectos de Europa, nunca la descubrí en falta. A
decir verdad, en cualquier tema d e la alabada erudición académica, admirada simplemente por abstrusa, ¿descubrí alguna vez a Ligeia en falta? [...]
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