BIBLIOTECA DE MÉX CO ISSN-0188-476X · NÚMERO 113 · SEPTIEMBRE-OCTUBRE DE 2009 · $ 38.00 I I Γ • E D G A R ? ALLAI • Ρ 0Ε I • (1809-2009) EDGAR ALLAN POE •y EL CUERVO 99 •2 Versión de Enrique González Martínez Una media noche lóbrega, abismado en la lectura Alargando la mirada por la sombra desolada de raros libros de oscura y trasnochada cultura, de la calle, se hundió el alma en confusa marejada por el cansancio los ojos entornábanseme ya, de fantasmas y de sueños que jamás soñó un mortal. cuando oí, de pronto, incierta, tenue llamada a mi puerta. Y una voz rasgó el silencio de la hora: "Leonora", "Un visitante -me dije- que llamando está a mi puerta; y la sola voz oída fue aquel nombre: "Leonora", W tur"£ * esto es sólo y nada más." P7 * / aquel nombre y nada más. Bien lo recuerdo. Diciembre con su cierzo helaba el mundo. Volví al fondo de mi estancia temeroso y sorprendido; Su espectro incrustaba al suelo cada tizón moribundo. pero un sonido más fuerte llegó súbito a mi oído. Leyendo esperaba el día, leyendo por olvidar Dije: "Hay alguien que rondando junto a la ventana está; a la clara y sin par virgen, la que el vuelo tendió al cielo, aclaremos el enigma que interrumpe mi reposo; hoy llamada Leonora por los ángeles del cielo, de seguro que es el viento el que turba mi reposo; ya sin nombre aquí jamás. es el viento y nada más. A/ 4Ύ* El rozar incierto, lúgubre, de las sedeñas y rojas De par en par, la ventana abrí, y entró con estrépito colgaduras, llenó mi alma de pavores y congojas, -de santa época lejana- un cuervo grave y decrépito de terrores y fantasmas con que no soñé jamás. que se puso, sin mirarme, por el cuarto a revolar, Y me dije: "Llama alguno que ha venido a visitarme, y con aires señoriles, al ver un busto de Palas un amigo inoportuno que pretende visitarme; sobre mi puerta, las alas tendió hacia el busto de Palas esto es sólo y nada más." y posóse en él no más. Refrenando miedo y dudas y con el de fuera hablando, Movióme el pájaro a risa con su estrafalario aspecto, dije: "Señor o señora, medio dormitaba cuando y al mirarlo de tal guisa, cortesano y circunspecto, llamasteis; perdón demando por lo que os hice esperar; "aunque feo y calvo -díjele- no eres un cuervo vulgar; apenas oíros pude... ¡Como tan quedo a la puerta sepamos cómo te nombras, vagabundo de las sombras, tocabais!"... Y en la desierta calle, cuando abrí la puerta, qué noble título llevas en las plutónicas sombras"... hallé sombra nada más. Dijo el Cuervo: "Nunca más". BIBLIOTECA DE MÉXICO NÚMERO 113 2 T. S. ELIOT DE POE A VALÉRY 13 JULIO CORTÁZAR 21 VICENTE QUIRARTE 26 EDGAR ALLAN POE 37 CHARLES BAUDELAIRE 40 EDGAR ALLAN POE 47 JORGE LUIS BORGES 48 STEPHANE MALLARMÉ SEPTIEMBRE-OCTUBRE DE 2009 · $38.00 PLAZA DE LA CIUDADELA 4, CENTRO HISTÓRICO DE LA CIUDAD DE MÉXICO, CP 06040. 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A S I S T E N C I A E D I T O R I A L : MARINA GRAF ASISTENCIA TÉCNICA Y CORRECCIÓN: LINA GARAY VAQUERA RAÚL ZENDEJAS DE LA PEÑA COMERCIALIZACIÓN Y DISTRIBUCIÓN: RUYSDAEL NAVA 55 EDMONDJALOUX 59 EDGAR ALLAN POE I M P R E S I Ó N : EDITORES Ε IMPRESORES PROFESIONALES. EDIMPRO, S.A. DE C.V. 2 A . D E F O R R O S : LITOGRAFÍA DE EDOUARD MANET. 4 A . DE F O R R O S : GRABADO DE AUBREY BEARDSLEY. T. S. ELlOT* , DE POE A VALERY** No me propongo ahora dictaminar como juez sobre Edgar Allan Poe; no pretendo decidir su categoría como poeta ni aislar su originalidad esencial. En realidad, con Poe viene siempre a tropezar el crítico como juez. Si examinamos su obra en detalle nos parece no encontrar en ella más que frases desaliñadas, pensamientos pueriles que no tienen como base una extensa lectura ni estudios profundos, experimentos al azar en diversos géneros literarios, realizados principalmente bajo el apremio de una necesidad de dinero, sin perfección en ningún detalle. Pero esto no sería justo. Porque si, en lugar de examinar su obra analíticamente, nos alejamos para contemplarla en conjunto, vemos una masa de forma singular y de dimensiones impresionantes, a la que constantemente se vuelve la mirada . La influencia de Poe es asimismo • T. S. Eliot. Criticar al critico, Alianza Editorial, traductor: Manuel Rivas Corral , Madrid , 1967, 264 pp . •• Conferencia pronunciada en la Biblioteca del Congreso de los Estados Unidos, en Washington, el 19 de noviembre de 1948. desconcertante. En Francia ha sido inmensa la de su poesía y de sus teorías poéticas. En Inglaterra y en Norteamérica parece casi insignificante. ¿Podemos señalar a algún poeta cuyo estilo manifieste que se ha formado en el estudio de Poe? El único nombre que se insinúa inmediatamente es el de Edward Lear. Y no obstante, no se puede estar seguro de que en lo que uno ha escrito no haya influencia de Poe. Puedo designar con certeza a ciertos poetas cuya obra ha influido en la mía; puedo nombrar a otros de los que estoy seguro que no han influido; tal vez haya algunos de cuya influencia no me doy cuenta y que alguien, no obstante, podría señalarme; pero con Poe nunca estaré seguro. Escribió muy pocos poemas, y de ellos sólo una media docena tuvieron gran resonancia; pero esos pocos los conoce un tan gran número de personas y los recuerdan todos tan bien como cualquier otro poema jamás escrito. Y algunos de sus cuentos han ejercido una importante influencia en autores 2 Biblioteca de México y géneros literarios en los que apenas cabía esperarlo. No voy a intentar resolver aquí el enigma. En el mejor de los casos, mi disertación no es sino una contribución al estudio de su influencia y una elucidación, por parcial que sea, de una de las causas de la importancia de Poe a la luz de esa influencia. Por el momento, me esfuerzo en verlo, en lo que me resulta posible, con los ojos de tres poetas franceses: Baudelaire, Mallarmé y, especialmente, Paul Valéry. El orden de la enumeración es ya importante en sí. Esos tres poetas franceses representan el comienzo, el punto medio y el fin de una determinada tradición en poesía. Una vez le contó Mallarmé a un amigo mío que había ido a París porque deseaba conocer a Baudelaire; le vio en una ocasión en un puesto de libros en un muelle, pero no tuvo el valor de dirigirse a él. De Valéry sabemos, por su primera carta a Mallarmé, escrita cuando apenas no era más que un muchacho, que se consideraba su discípulo; y conocemos su devo- ción por Mallarmé hasta que éste murió. He aquí tres generaciones literarias que representan casi exactamente un siglo de literatura francesa. Son, desde luego, poetas muy diferentes entre sí; y, por supuesto, la progenie literaria de Baudelaire fue numerosa e importante y tiene otras líneas de descendencia. Pero podemos seguir las huellas del desarrollo y posteridad de una teoría particular de la naturaleza de la poesía a través de esos tres poetas, y esa teoría tiene su origen precisamente en la teoría -más que en la forma en que la puso en práctica- de Edgar Poe. Y la impresión que sacamos de la influencia de Poe es tanto mayor cuanto que MalIarmé, ya su vez Valéry, no descienden de Poe por intermedio de Baudelaire, sino cada uno de ellos estuvo sometido directamente a esa influencia y ha dejado pruebas convincentes del valor que atribuían a la teoría ya la práctica del propio Poe. Ahora bien , a todos nos gusta creer que comprendemos a nuestros poetas mejor que cualquier extranjero; pero creo que deberíamos mostrarnos dispuestos a concebir la posibilidad de que esos franceses vieran en Poe algo que ha escapado a los lectores de habla inglesa. As í, pues, el tema de mi diser- tación no es Poe simplemente , sino el efecto que tuvo Poe en tres poetas franceses, que representan tres generaciones sucesivas ; y me propongo también abordar el modo de entender una actitud peculiar ante la poesía de los propios poetas, que constituye quizás lo más interesante, posiblemente el hecho más característico y sin duda el más original de la estética de la versificación registrado en la totalidad de ese periodo. Y es tanto más merecedor de examen si -como me inclino a creer- esa actitud ante la poesía constituye una etapa a la que puso fin la muerte de Valéry. Este estudio debería ayudarnos a comprender lo que nuestra generación y la que nos sigue puede que encuentren para ocupar ese lugar. Antes de ocuparme de Poe, tal como lo vieron esos poetas franceses , creo que conviene también que exponga mi impresión sobre la posición relativa que ocupa entre los lectores y críticos norteamericanos e ingleses ; porque , si estoy equivocado, quizás deban ustedes criticar lo que digo de su influencia en Francia teniendo presentes mis errores. No creo que sea injusto decir que se ha considerado a Poe como un seguidor de importancia menor o secundario del movimiento romántico ; un suce- MENTlilElte POE,EL INVOLUNTARIO GIGANTE Con textos de eminentes poetas y escritores del siglo XIX y del xx, y con textos contemporáneos, se conmemora en este número de nuestra revista el bicentenario del nacimiento de Edgar Allan Poe, un milagroso monstruo de originalidad y talento, muerto a los 40 años de edad, cuya obra de narrador, ensayista y poeta, nacida en medio del huracán romántico que permeó la literatura de todas las lenguas, conmovió y asombró desde la segunda mitad de su siglo a una pléyade de los mayores líricos franceses (Baudelaire, Mallarmé, Verlaine, Valéry y otros muchos). Bien anota T.S. Eliot, en esa luminosa conferencia de 1948, que hemos tomado de su famoso libro Criticar al crítico, que" ... con Poe viene siempre a tropezar el critico como juez. Si examinamos su obra en detalle, nos parece no encontrar en ella más que frases desaliñadas, pensamientos pueriles que no tienen como base una extensa lectura .. . experimen- Paul Val éry 3 Biblioteca de México "'1.1 : ( 1.-' .. ¡q .. , u, SjYIUS ',,"HU' , ii ,I.IAnu . Pd.'U! J" i~l . Portada diseñada por Edgar Poe sor de los llamados novelistas "góticos" en sus obras de ficción y un seguidor de Byron y Shelley en sus versos. Ahora bien, esto implica encuadrarlo en la tradición inglesa, y lo cierto es que no pertenece a ella. Los lectores ingleses explican, a veces, que Poe está al margen de toda tradición inglesa porque es norteamericano; pero tampoco esto me parece que sea del todo cierto, especialmente si tenemos en cuenta a los demás norteamericanos de su generación y de la generación precedente. Hay un cierto aroma provinciano en su obra, en un sentido que no cabe atribuir en absoluto a Whitman; es la calidad de provinciano de la persona que no se siente en casa en el lugar a que pertenece, pero que no puede ir a ningún otro sitio. Poe es una especie de europeo desplazado; se siente atraído por París, Italia y España, lugares a los que podía atribuir melancolía y grandiosidad románticas. Aunque el espacio en que se movía apenas rebasaba los límites de Richmond y Bastan en sentido longitudinal , y no fue más al este o al oeste de esos centros , parece un vagabundo sin residencia fija . Pocos autores tan destacados pue- de haber que hayan sentido tan poco el tirón de sus propias raíces ni que hayan estado tan aislados de todo lo que les rodeaba como Poe. Creo que la opinión que tiene de Poe el lector culto corriente inglés o norteamericano es, poca más o menos, la siguiente: Poe . es autor de unos pocos -muy pocos- poemas cortos que le fascinaron durante cierto tiempo cuando era muchacho y que, de una u otra forma, han quedado clavados en su memoria. No creo que relea esos poemas, a menos que tropiece con ellos en las páginas de una antología: lo que le hace disfrutar es más bien el recuerdo de un goce, que tal vez vuelva a sentir por un momento. Le parece que pertenecer a un periodo peculiar, precisamente aquél en que su interés por la poesía acaba de despertarse. Ciertas imágenes, y sobre todo, ciertos ritmos , se le han quedado grabados. Ese lector recuerda también algunos cuentos -no muchos- y sustenta la opinión de que The Gold Bug era bastante bueno para su época, si bien la novela policíaca ha progresado mucho desde entonces . Y tal vez le compare , a veces , con Whitman, aunque habrá releído con frecuencia a Whitman y no a Poe. En cuanto a la prosa, está admitido que los cuentos de Poe han ejercido gran influencia en algunos tipos de relatos populares de ficción . Por lo que toca a la novela policíaca, la huella del origen de casi todo puede descubrirse en dos autores: Poe y Wilkie Collins. A veces concurren ambas influencias; pero, en cualquier caso, a ellos se deben dos tipos diferentes de detectives. El eficiente policía profesional tiene su origen en Collins; el brillante y excéntrico detective aficionado, en Poe. Conan Doyle debe mucho a Poe, y no solamente al monsieur Dupin de The 4 Bibliotec a de Mexico Murders- in the Rue Margue. Sherlock Holmes engañaba a Watson cuando le decía que había comprado su violín Stradivarius por unos cuantos chelines en una tienda de compraventa de la Tottenham Court Road . El violín lo había encontrado en las ruinas de la casa de Usher. Hay una estrecha analogía entre los ejercicios musicales de Holmes y los de Roderick Usher: esas arrebatadas y arbitrarias improvisaciones que, aunque en una ocasión hicieran dormir a Watson, tenían que ser una tortura para cualquier oído habituado a la música. Tengo la impresión de que las novelas de aventuras inverosímiles e increíbles de Rider Haggard se inspiraron en Poe; luego, el propio Haggard tuvo bastantes imitadores. Creo igualmente probable que H. G. Wells, en sus primeras novelas de exploración e invención científicas, le debe mucho al estímulo de algunas de las narraciones de Poe: Gordon Pym , A Descent into the Maelstrom , por ejemplo, o The Facts in the Case of monsieur Valdemar. La acumulación de pruebas es algo que dejo a quienes se hallen interesados en proseguir la indagación. Pero me temo que hoy son demasiado pocos los lectores que abren She o The War of the Worlds o The Time Machine. Y menos todavía los que son capaces aún de estremecerse con sus predecesores. Lo primero que me llama la atención, como diferencia general entre la manera de considerar a Poe de los poetas franceses que he citado y la de los críticos norteamericanos e ingleses de autoridad equivalente, es la actitud de los primeros ante la oeuvre de Poe, es decir, su obra en conjunto. Creo que los críticos anglosajones se inclinan más a emitir juicios por separado respecto de las diferentes partes de la obra de un autor. Consideramos a Poe como a alguien que ha hecho tanteos en verso y en ciertos tipos de prosa, sin pararse a realizar una labor enteramente buena en ningún género. A esos lectores franceses les causó impresión la variedad de forma y expresión, porque descubrieron, o creyeron descubrir, una unidad esencial; aunque reconocían, si era necesario, que gran parte de su obra era fragmentaria u ocasional , debido a circunstancias de pobreza y fragilidad y a ciertas vicisitudes, lo aceptaban, no obstante, como autor de entidad suficiente para que su obra se considerase en su totalidad . Esto, en parte, representa una diferencia entre dos clases de mentalidad crítica; pero hemos de alegar en apoyo de nuestra opinión que su base es que nos damos cuenta de los defectos e imperfecciones de lo que escribió realmente Poe. Vale la pena poner ejemplos de esos defectos , que hieren a un lector de habla inglesa. Poe poseía, en grado excepcional, el sentido del elemento cadencioso de la poesía, de eso que podríamos llamar, en su acepción más estrictamente literal, "la magia dei verso". Su versificación no es, como la de los máximos maestros de prosodia, de la clase que, por medio del estudio y un prolongado hábito, va proporcionando una mayor riqueza melódica a la sensibilidad cada vez más sazonada del lector cuando éste vuelve a ella a veces en el transcurso de su vida . El efecto de la versificación de Poe es inmediato y elemental; probablemente casi es el mismo para un escolar con sensibilidad que para una mente madura y un oído cultivado. En esa inmediatez invariable, participa quizás más del carácter de la versificación muy buena que de la poesía; pero esto es soltar una liebre que no me propongo perseguir ahora, porque lo de Poe es, estoy seguro, "poesía" y no "versificación". Produce el efecto de una melopea cadenciosa precisamente por su carácter rudimentario, que despierta sentimientos a un nivel profundo y casi primitivo. Pero al elegir la palabra que suene bien, Poe no pone cuidado alguno en que tenga además el sentido adecuado. Voy a establecer una comparación entre el empleo de una misma palabra por Poe y por Tennyson . Tennyson, entre todos los poetas ingleses desde Milton, es probablemente el que poseía una apreciación más exacta y meticulosa del sonido de las sílabas. En Ulalume, de Poe -uno de sus poemas más logrados y más típicos, a mi entender-, encontramos los versos siguientes: MENTI8Elte tos. . realIZados principalmente bajo el apremio de una neceildad de dinero". y, tras esa aflrmación, Eliot declara: ·Pero eso no serfa justo; porque si, en lugar de examinar su obra analrtlcamente, nos alejamos para contemplarla en conjunto, vemos una masa de forma singuiar y de dimensiones Impresionantes, a la que constantemente se vuelve la mirada ..." "Involuntario gigante", fue Poe, decfamos en el tftulo de esta columna, porque además de literato impresionantemente precoz, y muerto tan joven, nunca pareció preocuparse por la promoción de su vasta obra de narrador y, como también anotan Eliot y otros comentaristas, Poe es un verdadero provinciano, que si bien se confesaba atrardo por los grandes centros de la cultura europea (Francia, España, Ita"a) y fue consistente lector It was night, in the lonesome October of my most immemorial year * de grandes autores de lengua Inglesa, el espacio en que vivió "apenas rebasaba los Ifmi- Immemorial, según el Diccionario de Oxford, significa "lo que está fuera del alcance de la memoria o de la mente; lo que es tan antiguo que no se recuerda ni consta en parte alguna; sumamente antiguo". Ninguna de esas acepcio• Era de noche. en el solitario octubre I de mi año más inmemorial. 5 Biblioteca de México tes de Richmond y Boston en sentido longitudinal, y no fue nunca más al este o al oeste de esos centros~ (Eliot). Publicamos, inevitablemente en este número, parte de los del significado de las palabras. The Raven, a mi entender, no es con mucho el mejor poema de Poe; pero es el más conocido, en parte, por el análisis que hace de él su autor en The Philosophy of Composition: In there stepped a stately Raven of the saintly [days of yore ,* nes parece aplicable al empleo que hace Poe de esa palabra. El año no estaba fuera del alcance de la memoria: el que habla recuerda muy bien un incidente ocurrido ese año, y al final recuerda incluso un entierro en el mismo lugar, exactamente un año antes. El verso de Tennyson, igualmente conocido y admirado precisamente porque su sonoridad corresponde perfectamente a lo que el poeta desea evocar, tal vez haya acudido ya a su memoria: The moan of doves in immemorial elms **. Aquí, immemorial, además de tener el valor fonético más acertado, es exactamente la palabra que conviene a árboles tan anti•• El zureo de las palomas en olmos inmemoriales. guos que nadie sabe exactamente cuántos años tienen. Podría decirse que la poesía, en sus diferentes clases, va desde la que centra primordialmente la atención del lector en el sonido a la que se encauza primordialmente hacia el significado. En la poesía del primer tipo, tal vez el sentido se perciba inconsciente; en la citada en segundo lugar -en esos dos extremos- de lo que no nos damos cuenta que actúa en nosotros es del sonido. Pero tanto en uno como en otro tipo de poesía han de cooperar sonido y significado; incluso en el poema más puramente cadencioso no puede prescindirse impunemente de la aceptación que da el diccionario a las palabras. No es infrecuente en Poe una cierta irresponsabilidad respecto 6 Biblioteca de México ya que en el cuervo no hay nada especialmente santo (si es que en realidad el ominoso pájaro no es precisamente todo lo contrario) no puede tener ningún significado referir su origen a un periodo de santidad, aun en el supuesto de que haya existido ese periodo. Acabamos de oír que se describe al cuervo como stately (majestuoso, augusto), pero en seguida se nos dice que es ungainly (desgarbado, tosco), atributo difícil de conciliar, sin una buena dosis de explicaciones, con la majestuosidad. En el poema se han insertado, al parecer, varias palabras para simplemente rellenar un verso hasta completar la medida requerida o para que rimaran con otras. Se llama al pájaro no craven (impávido) sin más necesidad que la apremiante exigencia de algo que rime con craven (cuervo); sometimiento a las imposiciones de la rima que Malherbe no hubiera tolerado con paciencia. Y ni siquiera hay siempre una justificación tan pueril como esa: decir que la luz de la lámpara g/oated o'er (se regodeaba) en los cojines del sofá es una pura extravagancia, pues aunque viniera a cuento cierto "regodeo" en alguna parte siempre aparecería como forzado. Semejantes imperfecciones en The Raven -y se podrían citar otras- tal vez contribuyan a explicar por qué The Philosophy of Composition, ensayo en el • Surgió un majestuoso cuervo de los santos días de antaño. que Poe pretende revelar el método que siguió para componer The Raven, no se ha tomado tan en serio en Inglaterra o Norteamérica como en Francia. Es difícil que leamos el ensayo sin hacernos la reflexión de que si Poe preparó su poema con tanto cálculo, podía haberse tomado un poco más de trabajo en su ejecución; el resultado no acredita demasiado al método. Así , lo probable es que saquemos la conclusión de que Poe, al analizar su poema, o gastaba una broma o se engañaba a sí mismo, pues exponía la manera en que le gustaba pensar que lo había escrito. De aquí que el ensayo no se haya tomado tan en serio como merece. Hay otros ensayos de Poe sobre estética poética que también vale la pena considerar. Ningún poeta, al escribir sobre su art poétique, debe esperar conseguir mucho más que explicar, racionalizar, defender o preparar el camino para lo que hace en la práctica . Tal vez piense que está promulgando leyes para toda la poesía; pero lo que tiene que decir y merece que se diga, guarda una relación inmediata con la manera en que es- cribe o quiere escribir; aunque ello conserve también validez para los poetas que les siguen inmediatamente en el tiempo y les resulte sumamente útil. Sólo nos sentimos seguros de encontrar, entre lo que escribió sobre poesía, principios válidos para toda poesía, en tanto podamos corroborar lo que dice con la cIase de versos que escribe. Es de señalar un pasaje de Poe que habla de la imposibilidad de escribir un poema largo, porque un poema largo -aduce- es, en el mejor de los casos , una serie de poemas cortos hilvanados. Lo que hemos de tener presente es que él era incapaz de escribir un poema largo. Sólo podía concebir un poema con un simple efecto único: para él , la totalidad de un poema debe responder a un estado anímico. Sin embargo, lo cierto es que en un poema de cierta extensión caben diversas modalidades emotivas, porque una diversidad de ellas exige un cierto número de temas o asuntos distintos , los cuales pueden estar relacionados entre sí o pueden guardar relación en la imaginación del poeta . Esas partes pueden formar un todo, que es algo más que la suma de MEN'rlilERe magistrales escritos ya clásicos que sobre el autor escribieron el mismo Baudelaire, Stephane Mallarmé, Paul Valéry, Herman Hesse, D. H. Lawrence, etc., como los de Julio Cortázar (que tradujo su obra narrativa entera) o el homenaje poético de Jorge Luis Borges, lo mismo que la no menos maestra versión castellana de El cuervo, que por segunda vez consumó nuestro grande Enrique González Martínez. Acaso nos quedamos cortos en esta ocasión, porque debimos incluir aquí lo que Salvador Elizondo escribió sobre Poe en su estupenda edición de El cuervo (El Colegio Nacional y Tucán de Virginia, 1998), en la que rendía asimismo pleitesía a las versiones magníficas de su tío abuelo el Hombre del Búho, y además se ocupó de traducir íntegramente el texto de la Filosofía de la composición. Repararemos esta falla, acontecida por falta de espacio, en números posteriores, para rendir también a Elizondo otro homenaje. E.L. 7 Bibliotec a de México las partes; de manera que el deleite que nos produce leer una cu~lquiera de las partes se intensifica al abarcar la totalidad. Se sigue también de ello que en un poema largo tal vez se haya proyectado deliberadamente que unas partes sean menos "poéticas" que otras: esos pasajes tal vez no resplandezcan al extraerlos de su contexto, pero pueden tener como fin poner de relieve, por contraste, la significación de otras partes y amalgamarlas en un conjunto con mayor significado que cualquiera de las partes. Un poema largo puede ganar mediante las más amplias variaciones posibles de intensidad. Pero Poe quería que un poema tuviera la máxima intensidad del principio al fin; es dudoso que pudiera apreciar las partes más filosóficas del Purgatorio del Dante. Lo que Poe dijo sirvió de gran consuelo en el pasado para otros poetas igualmente incapaces de escribir un poema largo; y hemos de reconocer que la cuestión de la posibilidad de escribir un largo poema no es simplemente cuestión de vigor y perseverancia de cada poeta, sino que tiene algo que ver también con las condiciones de la edad en que se encuentra. Y lo que Poe hubo de decir sobre este aspecto es esclarecedor, porque nos ayuda a comprender el punto de vista de los poetas a quienes resulta imposible escribir un poema largo. El hecho de que para Poe un poema haya de ser la expresión de un estado anímico único -significaría una larga digresión intentar demostrar ahora que The Bel/s, a pesar de ser un ejercicio deliberado de diferentes estados anímicos es un poema de un solo estado anímico, tanto como cualquiera otro de Poe -puede entenderse como manifestación de una debilidad más fundamental. Lo que voy a decir a este respecto es sólo una conjetura, pero es una opinión que me gustaría la n- realización de un sueño: signifizar para ver qué suerte corre. Mi cativamente, las mujeres de sus tesis puede incluso explicar por poemas y sus cuentos son siemqué la obra de Poe ha atraído a pre damas extraviadas o que se muchos lectores en una fase con- desvanecen antes de que se las creta de su desarrollo: en la eta- pueda abrazar. Incluso en The pa de su vida en que acababan Haunted Palace, donde el tema de salir de la niñez. Que Poe po- parece ser su propia debilidad del seía un poderoso intelecto es in- alcoholismo, el desastre no tiene negable; pero, a mi juicio, era el significación moral; lo trata imperintelecto de un muchacho super- sonalmente, como fenómeno aisdotado antes de llegar a la puber- lado; no tiene como fondo esa tad. Las formas que adoptaba su fuerza aterradora de aquellos vívida curiosidad son precisamen- versos de Fran~ois Villon cuando te aquellas en que se recrea una habla de su propia caída. mentalidad pre-adolescente: las ma'ravillas de la naturaleza y de Dicho todo lo que precede sobre la mecánica, lo sobrenatural, crip- Poe, tengo que ponerme a anatogramas y claves, rompecabe- lizar lo que los tres grandes poezas y laberintos, jugadores mecá- tas franceses citados descubrienicos de ajedrez y vuelos espe- ron de admirable en su obra, y culativos desenfrenados. La que nosotros no hemos enconvariedad y ardor de su curiosidad trado. Hemos de tener en cuencomplace y deslumbra; pero, a la ta primeramente que ninguno de postre, cansa esa excentricidad yesos poetas conocía muy bien el falta de coherencia de sus cen- idioma inglés. Baudelaire debió tros de interés. Precisamente lo leer una cierta cantidad de poeque le falta es aquello que da dig- sía inglesa y norteamericana; sin nidad al hombre maduro: una opi- duda, algo se apropia de Gray y nión consistente de la vida. Una también de Emerson. Pero nunactitud puede ser madura y con- ca llegó a estar familiarizado con sistente, y a pesar de ello suma- el inglés, y no hay razón alguna mente escéptica; pero Poe no era para creer que lo hablara bien. escéptico. Parece entregarse por Por lo que a Mallarmé se refiere, completo a la idea del momento; ciertamente enseñó inglés, pero el efecto que produce es que to- hay pruebas convincentes de que das sus ideas las sustenta, pero lo conocía imperfectamente porque no cree en ellas. Lo que le que se dedicó a escribir una esfalta no es vigor cerebral, sino pecia de guía para el uso del esa madurez de intelecto que idioma. El mero examen de ese sólo se alcanza cuando el hom- curioso tratado -donde se resebre madura en su totalidad, con ñan extrañas frases como si se el desarrollo y coordinación de tratara de dichos corrientes en sus diversas emociones. No me inglés- debería disipar cualquier interesa ahora ninguna posible rumor sobre la erudición de Maexplicación psicológica o patoló- lIarmé en lengua inglesa. En gica; para el fin que persigo es cuanto a Valéry, nunca le oí hasuficiente hacer constar que la blar una sola palabra en inglés, obra de Poe es la obra que uno ni siquiera en Inglaterra. No sé lo esperaría de un hombre con inte- que habría leído en nuestro idioligencia y sensibilidad muy ex- ma; el segundo idioma de Valécepcionales, pero cuyo desarrollo ry, cuya influencia es perceptible emotivo, en algún aspecto, ha en algunos de sus versos, era el quedado detenido a una edad italiano. temprana; sus más vívidas e imaResulta ciertamente posible ginativas realizaciones son la que, al leer algo en un idioma que 8 Biblioteca de México sólo entiende imperfectamente, el lector encuentre algo que en realidad no está ahí; y si el lector es un hombre de genio, el poema extranjero leído, por feliz accidente, puede hacer surgir de las profundidades de su mente algo importante que atribuye a lo que está leyendo. La verdad es que, al traducir al francés la prosa de Poe, Baudelaire la mejoró sorprendentemente; transformó lo que era con frecuencia una prosa inglesa descuidada y vulgar en un francés admirable. También MaIIarmé, que tradujo al francés, en prosa, cierto número de poemas de Poe, los mejoró en forma análoga; aunque por otra parte se perdiera el ritmo donde se encierra una gran parte de la originalidad de Poe. Así, pues, la prueba de que los franceses valoraron en exceso a Poe porque conocían mal el inglés tiene un aspecto puramente negativo; no podemos aventurarnos más allá de decir que no les turbaban esas debilidades que nosotros vemos tan claramente. Pero esto no explica su alta opinión del pensamiento de Poe, ni el valor que atribuyen a sus ensayos filosóficos y críticos. Para comprenderlo, hemos de mirar en otra dirección. No hay que caer en el error, a este respecto, de suponer que Baudelaire, Mallarmé y Valéry reaccionaran ante Poe exactamente de la misma manera. Son los tres grandes poetas, y cada uno de ellos es diferente de los otros ; además , representan como ya les he recordado, tres generaciones distintas. Es Valéry el que ahora me interesa principalmente. Sólo diré, por tanto, que Baudelaire, a juzgar por su prólo~o a la traducción que hizo de los :uentos y ensayos de Poe, se interesaba sobre todo por la personalidad del hombre. No me preocupa la exactitud de su retrato : el hecho es que Baudelaire encontró en Poe, con su vida , su aislamiento y su fracaso en el 9 Biblioteca de México mundo, al prototipo de poete maudít, el poeta proscrito de la sociedad, tipo que iba a hacerse realidad en formas distintas en Verlaine y Rimbaud, es decir, el tipo del que Baudelaire se consideraba a sí mismo como ejemplo distinguido. Este arquetipo del siglo XIX, le poete maudít, el rebelde contra la sociedad y contra la moralidad de la clase media (rebelde cuyo antecedente es, por supuesto, el mito continental de la figura de Byron) corresponde a una situación social peculiar. Pero en el prólogo, que es primordialmente un esbozo de Poe como hombre y de su biografía, Baudelaire desliza una observación que apunta a una estética que nos conduce a Valéry: "Creía (dice Baudelaire), como auténtico poeta que era, que la meta de la poesía es de la misma naturaleza que su principio, y que no debía tener en cuenta más que a la poesía misma ." "Un poema no dice algo; es algo." Se ha defendido esta doctrina en tiempos más recientes. El interés de Mallarmé se centra más en la técnica de la versificación, aunque la de Poe, como el propio Mallarmé reconoce, es un tipo de versificación que no se presta a ser utilizada en el idioma francés. Pero al llegar a Valéry, vemos que no es el hombre ni la poesía lo que atrae su atención, sino la teoría de la poesía. En una de sus primeras cartas, que escribió a Mallarmé cuando era muy joven, al presentarse al poeta de más edad, dice: "Tengo en alta estima las teorías de Poe, aprendidas de modo tan profundo como insidioso; creo en la omnipotencia del ritmo y en especial en la frase sugerente". Pero mi opinión no se basa primariamente en esta profesión de fe de un hombre muy joven sino en la teoría y práctica posteriores de Valéry. Así como la poesía de Valéry y sus ensayos sobre el arte poético no son sino dos aspectos de un mismo interés de su intelecto, que se complementan mutuamente, para Valéry la poesra de Poe es inseparable de las teorías poéticas de Poe. Esto me lleva a considerar el significado de la expresión "la poésíe pure": en francés tiene una connotación de controversia y polémica que no aparece en absoluto en la expresión inglesa equivalente, "pure poetry". Podría decirse que toda poesía fluye de las emociones que los seres humanos experimentan en sus relaciones consigo mismos, con otros seres humanos, con entes divinos y con el mundo que los rodea: por consiguiente, le incumbe también el pensamiento y la acción que provocan esas emociones, y de los cuales surge la emoción. Pero aun en una etapa muy primitiva de expresión y apreciación, la función de la poesía no puede ser nunca despertar simplemente esas mismas emociones en los que escuchan al poeta. Recuerden el relato de la fiesta de Alejandro en la oda famosa de Dryden. Si realmente el conquistador de Asia se vio transportado por las violentas emociones que despertó en él el bardo TImoteo, al variar diestramente su música, lo que debió ocurrir es que el gran Alejandro padecía en aquel momento del automatismo inducido por intoxicación alcohólica, y en ese estado era enteramente incapaz de apreciar arte alguno, musical o poético. En la poesía más primitiva o en el goce más rudimentario de la poesía, la atención del oyente se encauza al asunto; el efecto poético se deja sentir sin que el oyente llegue a darse cuenta plenamente de ese arte. Al desarrollarse la conciencia del lenguaje, hay otra etapa en la cual el oyente -que con el transcurso del tiempo tal vez se haya convertido en lector- se da cuenta de que en un relato hay doble 10 Biblioteca de Méxjco interés, el relato en sr mismo y la forma en que se dice; es decir, llega a darse cuenta del estilo. Tal vez nos deleitemos entonces en distinguir entre las formas que diferentes poetas emplean al tratar los mismos temas; apreciación no sólo de si es mejor o peor, sino también de las diferencias entre estilos que son objeto de igual admiración. En una tercera etapa de evolución, el asunto puede pasar a segundo término; en vez de ser la finalidad de un poema, es simplemente un medio necesario para realizar el poema. En esta etapa, el lector o el oyente pueden llegar a sentirse casi indiferentes respecto al asunto, como el oyente primitivo se sentía respecto al estilo. Una inconsciencia o indiferencia completas respecto al estilo en los comienzos, o respecto al asunto al final, nos apartará, sin embargo, por entero de la poesía; porque una completa inconsciencia de todo lo que no sea el asunto significaría que para ese oyente aún no ha aparecido la poesía, pero una completa inconsciencia de todo lo que no sea el estilo significaría que la poesía se ha desvanecido. Ese proceso de creciente conciencia de sí mismo ~, podríamos decir, de creciente conciencia del idioma- tiene como meta teórica lo que podríamos llamar la poésíe pure. Creo que es una meta que jamás podrá ser alcanzada, porque pienso que la poesía sólo es poesía en tanto conserva en ese sentido cierta "impureza", es decir, en tanto que el asunto tiene valor por sí mismo. El abate Brémond -si le he entendido bien- sostiene que, aunque es necesario un elemento de poésíe pure para que un poema sea un poema, ningún poema podría consistir en poesía pu ra únicamente. Ahora bien, en el caso de Valéry, lo que se produjo es un cambio de actitud ante el argumento. Hemos de evitar cuidadosamente decir que el asunto pasa a ser "menos importante". Adquiere más bien un tipo distinto de importancia: es importante como medio ; el fin es el poema. El asunto existe para el poema, no el poema para el asunto. Un poema puede utilizar varios asuntos , combinándolos en una forma determinada, y carecería de sentido preguntar: "¿Qué argumento tiene un poema?". De la combinación de varios asuntos surge no otro distinto, sino el poema. Quisiera señalar ahora la diferencia que existe entre una teoría de la poesía , tal como la expone un tratadista de estética, y esa misma teoría, tal como la sostiene un poeta. Una cosa es describir cómo el poeta escribe sin saberlo, y otra distinta lo que el poeta escribe conscientemente con arreglo a esa teoría. Al influir en lo que escribe, la teoría se convierte en algo muy distinto de aquello que no era más que una explicación de cómo el poeta escribe. Y Valéry era un poeta que, sin duda, escribía muy consciente y deliberadamente; tal vez en lo mejor de su obra no siguiera del todo la pauta de la teoría ; pero lo cierto es que sus teorías influyeron en la clase de poesía que escribió. Fue el más consciente de todos los poetas. A esta actitud consciente llevada al grado sumo de Valéry hay que añadir otro rasgo característico: su extremo escepticismo. Podría pensarse que un hombre semejante, que no creía en nada que pudiera servir de tema poético, iba a encontrar el refugio en una doctrina del "arte por el arte". Pero Valéry era demasiado escéptico incluso para creer en el arte. Es significativo el número de veces que describe algo de lo que había escrito como ébauche , como esbozo. Había dejado de creer en los fines y sólo se mostraba interesado en los procedimientos. Con frecuencia da la impresión de que si continuaba escribiendo poesía era pura y simplemente porque se interesaba en una observación introspectiva , es decir, en contemplarse a sí mismo dedicado a escribir. No hay más que leer los diversos ensayos -más apasionantes a veces que sus propios versos , porque es de sospechar que le apasionaba mucho más escribirlos- en los que anota sus observaciones. Hay una observación reveladora en Varieté \1, el último de sus libros en que se recopilan escritos suyos: "A mí, lo confieso, me interesa mucho más la formación o la elaboración de las obras (de arte) que las obras propiamente dichas". Y un poco más adelante, en el mismo volumen, dice: "En mi opinión , la filosofía más auténtica no está tanto en el objeto de la reflexión cuanto en el mismo acto de pensar y su manipulación". Aparecen aqu í, llevados a su culminación por Valéry, dos nociones cuyo origen puede descubrirse en Poe. En primer lugar, la doctrina , extraída por Baudelaire de Poe, que he citado ya : "Un poema no debe tener nada más en cuenta que el propio poema"; en segundo lugar, la noción de que la composición de un poema debe ser, en todo lo posible, consciente y deliberada , y de que el poeta debe observarse a sí mismo en el acto de la composición ; y esto, en una mente tan escéptica como la de Valéry, lleva a la conclusión , tan paradójicamente incompatible con la primera, de que el acto de la composición es más interesante que el poema resultante . Está , primero , la "pureza" de la poesía de Poe. En el sentido en que hablamos de "pureza del idioma", la poesía de Poe está muy lejos de ser pura , pues ya he señalado el descuido de Poe y su falta de escrupulosidad en el empleo de palabras. Pero en 11 Biblioteca de México el sentido de la poésie pure , esa clase de pureza le cuadra bien a Poe. El asunto significa poco; la manera de tratarlo es todo. No tenía que conseguir la pureza mediante un proceso de purificación, porque ya el material que utilizaba era de tenue consistencia. Segundo, en Poe se da ese defecto al que aludí al decir que no parece creer en teorías , sino más bien sustentarlas. Y también en este punto, con Poe y Valéry, los extremos se tocan : la mente inmadura que juega con las ideas porque no se ha desarrollado hasta adquirir convicciones, y la mente muy adulta que juega con las ideas porque es demasiado escéptico para albergar convicciones . Creo que por mediante contraste se puede explicar la admiración de Valéry por Eureka, esa fantasía cosmológica que a la mayoría no nos causa impresión profunda porque nos damos cuenta de que Poe no estaba calificado para hablar de filosofía , teología o ciencias naturales, pero que Valéry, y antes Baudelaire, tenían en alta estima como "poema en prosa". Por último, está el asombroso resultado del análisis que hace Poe de la composición de The Raven . Da igual que The Philosophy of Composition sea una burla , o trate con ella de en- gañarse a sí mismo, o sea una Ahora bien, creo que ya he descripción más o menos exacta apuntado que el art poétique de los cálculos de Poe al escribir cuyo germen hallamos en Poe y el poema; lo que importa es que que fructificó en la obra de Vasugirió a Valéry un método y una léry, ha ido ya todo lo lejos que ocupación: la de observarse al podía ir. No creo que esa estétiescribir. Claro está que alguien ca pueda servir de ninguna de más talla que Poe había estu- ayuda a poetas posteriores. Lo diado antes el proceso poético. que no sé es lo que ocupará su En su Biographia Literaria, Cole- lugar. No serviría una estética ridge se ocupa principalmente, que fuera simplemente su negadesde luego, de la poesía de ción. Insistir en que todo lo imWordsworth; y no es que prosi- portante es el argumento o teguiera sus indagaciones filosófi- ma, hacer hincapié en que el cas simultáneamente con la poeta debe ser espontáneo e composición de su poesía, pero irreflexivo, en que debe depense anticipa ya a la pregunta que der de la inspiración y menosfascinaba a Valéry: "¿Qué es lo preciar la técnica, sería salir de que hago cuando escribo un lo que en cualquier caso es una poema?". Pues bien, The Philo- actitud altamente civilizada para sophy of Composition es una mi- recaer en una actitud bárbara. se au point de la cuestión, lo que Lo que deberíamos tener es una le da su capital importancia en estética que en cierto modo relación con ese proceso que se encierre y trascienda la de Poe y remata con Valéry. Porque la pe- Valéry. No es una cuestión que netración de la actividad poética aguijonee demasiado mi mente por la actividad crítica introspec- porque creo que las teorías del tiva la lleva Valéry al límite, pa- poeta deben fluir de lo que escrisado el cual la última empieza a be, no lo que escribe de sus teodestruir a la primera. Louis Bolle, rías. Pero reconozco, en primer en su admirable estudio de este lugar, que dentro de esa tradipoeta, observa atinadamente: ción que se extiende de Poe a "Ese narcisismo intelectual no es Valéry se hallan algunos de los ajeno al poeta, aunque no expli- poemas modernos que más adca la totalidad de su obra: '¿Por miro y que mayor placer me cauqué no concebir como obra de san; segundo, pienso que esa arte la propia producción de una tradición representa en sí misma el hecho más interesante de la obra de arte?"'. 12 Biblioteca de México conciencia poética en esos cien años; y, por último, atribuyo valor en sí misma a esa exploración de ciertas posibilidades poéticas, porque creo que deben explorarse todas las posibilidades. y descubro que al intentar ver a Poe con los ojos de Baudelaire, de Mallarmé y sobre todo de Valéry, quedo más plenamente convencido de su importancia, es decir, de la importancia de su obra en conjunto. Y, con respecto al futuro, es una hipótesis defendible la de que la progresión del conocimiento reflexivo, la extrema percepción consciente y preocupación por el lenguaje que hallamos en Valéry es algo que tiene que quebrarse por último, porque somete a una creciente tensión contra la que han de rebelarse la mente y nervios humanos; de la misma manera que podría sostenerse que la elaboración hasta el infinito de los descubrimientos e invenciones científicas y del mecanismo político y social puede llegar a un punto en que se produzca una irresistible reacción de la humanidad, que se mostrará dispuesta a aceptar las penalidades más primitivas antes que seguir soportando la carga de la civilización moderna. No tengo sobre esto una opinión precisa; lo dejo a su consideración . JULIO CORTAzAR* EDGAR ALLAN POE (Fragmento) EL POETA, EL NARRADOR Y EL CRÍTICO La lectura de los libros más notables consagrados a Poe en lo que va del siglo permite observar dos tendencias generales. La primera busca someter la crítica de su obra a las circunstancias de carácter personal y psicológico que pudieron condicionarla, y a aventurar, por tanto, los estudios clínicos del "caso Poe" en busca de una comprensión de su obra. Edward Shanks ha denunciado mejor que nadie esta inclinación a lo personal, y reclamado un mayor interés por la obra de Poe en su plano solamente textual, en su calidad de hecho literario. Nada mejor, pues, en esta sucinta introducción a los cuentos y ensayos del poeta, que aportar una intención crítica centrada principalmente en los textos mismos y destinada a proporcionar al lector una puesta en ambiente que favorezca su personal estimación del sentido y el valor de dichos textos. La segunda tendencia traduce una cierta subestimación de la poesía y la literatura de Poe. Por un lado, esta actitud constituye un necesario retorno al equilibrio después del alud indiscriminado de exaltaciones y elogios (provenientes en gran medida de Francia, a causa de la profundísima influencia de Poe en Baudelaire Y- los simbolistas). Por otra parte, sin embargo, esta frialdad, paradójicamente visible en el entusiasmo de la investigación, deriva de una actitud condenable: la de desconocer que la profunda presencia de Poe en la literatura es un hecho más importante que las flaquezas o deméritos de una parte de su obra. Cuando un Aldous Huxley borda pulcras variaciones sobre el mal gusto de Poe, ejemplificándolo con pasajes de sus poemas más famosos, cabe preguntarse por qué esos poemas están presentes en su memoria y su irritación cuando tantos otros de impecable factura duermen olvidados por él y por nosotros. Cuando -para nombrar a uno entre muchosun Joseph Wood Krutch se expide terminantemente sobre la inepcia, inanidad y vesania de Eureka, no está de más preguntarse por qué la lectura de ese curioso texto ocupó las horas de un Paul Valéry, y puede devolvernos algo del temblor de maravilla que las noches estrelladas traían a nuestra infancia. Sin temor de incurrir en un criterio meramente sentimental, creemos que un balance de la obra de Poe y sus consecuencias, de lo absoluto y lo relativo en ella, no puede lograrse si se la reduce a un caso clínico, o a una serie de textos literarios. Hay más, hay siempre ~ás. Hay en nosotros una presencia oscura de Poe, una latencia de Poe. Todos, en algún sector de nuestra persona, somos él, y él fue uno de los grandes portavoces del hombre, el que anuncia su tiempo por la noche. Por eso su obra, incidiendo desde dimensiones extratemporales, las dimensiones de la naturaleza profunda del hombre al desnudo, es tan profundamente temporal como para vivir en un continuo presente, tanto en las vitrinas de las librerías como en las imágenes de las pesadillas, en la maldad humana y también en su búsqueda de ciertos ideales y de ciertos ensueños, Poe y su época Empecemos este camino tratando de situar a Poe en su ambiente. No podría decirse que en ese terreno haya tenido suerte, pues a su aristocracia intelectual le hubiera convenido un medio de alta cultura. Entre 1830 y 1850, los Estados Unidos iniciaban titubeantes su histo- H I HLl O TEC A DE C ULTURA B ÁS I CA EDGAR ALLAN- POE OBRAS EN PROSA C UENTOS UNIVHSIDAD DE PU ERT O IU CO Rtl/hld de Occl aUl1t M AD R / D * Edgar Allan Poe. Obras en prosa, traducción, introducción y notas de Julio Cortázar. Ediciones de la Universidad de Puerto Rico, Revista de Occidente, Madrid, 1956, dos tomos, 914 y 840 pp. 13 Biblioteca de México Litografía de Edouard Manet na literaria. Había meritorios pioneros y unos pocos escritores de primera línea. Emerson, Nathaniel Hawthome, James Rusell Lowell, Oliver Wendell Homes y, naturalmente, Longfellow, el más popular. La nación se encaminaba hacia el industrialismo, y la ola del progreso mecánico empezaba a abatir las débiles defensas de un tiempo más pastoril e ingenuo. Poe habría de asistir a la iniciación de los conflictos abolicionistas y esclavistas, a los preludios de la guerra entre el Norte y el Sur. Criado en el marco provincial de Virginia, se sentiría siempre incómodo y a trasmano en ciudades como Filadelfia, Nueva York y Baltimore, hirvientes de "adelanto" y de comercio. Pero, paralelamente a este clima progresista, la literatura se refugiaba en pacatos moldes dieciochescos, en el respeto al "ingenio" y a las elegancias retóricas, aspirando tímidamente los aires violentos del romanticismo inglés y francés que llegaban en forma de novelas y poemas liberados de todo yugo que no fuera el sacrosanto yugo del Yo. Boston y su área de influencia intelectual elaboraban una filosofía trascendentalista sin mayor originalidad ; Nueva York y Filadelfia bullían de "círculos literarios", donde las poetisas constituían el encanto un tanto dudoso; las revistas literarias prolongaban las líneas de las grandes y famosas publicaciones inglesas y escocesas, sin aspirar a independizarse en el lenguaje o la temática. La mitología seguía siendo invocada profusamente, y el mesmerismo, el espiritismo y la telepatía hacían su agosto en los salones de las señoras inclinadas a buscar en el más allá lo que no veían a dos pasos en el más acá. La lectura de las reseñas y ensayos críticos del mismo Poe puede mostrar mejor que nada el mediocre nivel intelectual de su tiempo. Aparte de las propias limitaciones, que señalaremos en su momento, lo que más daña esta parte de su obra es la general insignificancia de sus temas: pésimas novelas y poemas, ensayos triviales o extravagantes, cuentos insípidos. Sólo de vez en cuando asoman páginas dedicadas a Hawthorne, a un Macaulay, a un Bulwer Lytton. La famosa serie Los "literati", en la cual Poe trazó semblanzas críticas de treinta y ocho escritoras y escritores de Nueva York, se ha vuelto legible por la simple razón de que sus treinta y ocho temas son aún mucho más ilegibles. ¿Cómo recorrer durante horas la descripción de una galería de cuadros desaparecidos? "La época -dice Hervey Allen-, la peculiar mitad del siglo XIX, en el cual Poe vivió y se movió, se ha convertido en un país perdido para los que vinieron luego, un país más remoto y singular que Siam. Cuando se contemplan sus raros vestidos, su extraña arquitectura rococó, sus creencias, sus prejuicios, esperanzas y ambiciones, sus convenciones carentes hoy de sentido, pero sobre todo si se intenta una aproximación a través de su literatura popular, parece como un extraño océano neblinoso, donde, a través de calles apenas entrevistas, en pueblos oníricamente grotescos, se movieran -por motivos olvidados-los fantasmas de los trajes. Fuera de esta tierra de vaga agitación y de apagados destellos, como un campanario sobre la niebla que cubre la ciudad y bajo la cual se oye rodar el tráfico invisible, unas pocas cosas aparecen delineadas y definidas claramente. Una de ellas es la prosa imaginativa y la poesía de Edgar Allan Poe." Y Van Wyck Brooks ha de caracterizar así las razones del aislamiento inevitable de Poe: "Resulta claro que durante lo que se ha llamado el período clásico de la literatura norteamericana el alma de Norteamérica se negaba a distraerse de la acumulación de dólares ; resulta claro que el instinto pionero de la autoafirmación económica era la ley de la tribu ... El inmenso, vago y nebuloso dosel de idealismo que colgó sobre el pueblo norteamericano durante el siglo XIX no fue autorizado jamás, de hecho, a interferir con la conducta práctica de la vida. He dicho que no fue autorizado, aunque sería 14 Biblioteca de Mexico preferible explicar que, siendo impersonal en sí misma, la esencia de este idealismo residía en el hecho de que no tenía y no podía tener relaci6n con la conducta práctica de la vida. Los escritores más famosos y de mayor éxito, Bryant y Longfellow, por ejemplo, promovieron este idealismo, mostrándose, hasta donde alcanzamos a ver, satisfechos con las prácticas sociales; aceptaban tácitamente el peculiar dualismo presente en la raíz de cada punto de vista nacional. El equívoco dualismo de Emerson afmn6, por un lado, la libertad y la confianza en sí mismo, y por otro, justific6 la conveniencia privada y sin límites del hombre de negocios. Y como sugestivo corolario de todo esto, los dos principales artistas de la literatura norteamericana, Poe y Hawthorne, estuvieron distanciados de la sociedad como pocos artistas lo han estado jamás en el mundo; a sus contemporáneos les parecerían espectrales y distantes, apenas humanos, y fácilmente podría mostrarse que no es menos marcada la reacci6n que en su obra produce un mundo esencialmente irreal para ellos." La página en blanco Imaginemos a Edgar Poe en un día cualquiera de 1843. Se ha sentado a escribir en alguna de las muchas mesas (casi nunca propias), en algunas de las muchas casas donde habit6 pasajeramente. Tiene ante él una página en blanco. Probablemente sea de noche, y pronto vendrá Mrs. Clemm a traerle una taza de café. Edgar va a escribir un cuento, y supondremos que será El gato negro, que se public6 ese año. Su autor tiene treinta y cuatro años, está en plena madurez intelectual. Ya ha escrito El pozo y el péndulo, La caída de la casa Usher, William Wilson y Ligeia. Y también Los crímenes de la calle Margue y El hombre de la multitud. Un año después terminará El cuervo, su poema más famoso . ¿Qué inevitables aportaciones personales van a desembocar en su nuevo cuento, y qué elementos exteriores se incorporarán a su trama? ¿Cuál es el proceso, el silencioso cicl6n del acto literario, cuyo vórtice está en la pluma que Poe apoya en este instante sobre la página? Érase un hombre que amaba a su gato, hasta un día en que empez6 a odiarlo y le arranc6 un ojo ... Lo monstruoso está de inmediato ahí, presente e inequívoco. De la totalidad de elementos que integran su obra, sea poesía, sean cuentos, la noción de anormalidad se destaca con violencia. A veces es un idealismo angélico, una visión asexual de mujeres radiantes y benéficas; a veces esas mismas mujeres incitan al entierro en vida o a la profanaci6n de una tumba, y el halo angélico se cambia por un aura de misterio, de enfermedad fatal, de revelaci6n inexpresable; a veces hay un festín de caníbales en un barco a la deriva, un globo que atraviesa el Atlántico en cinco días, o llega a la Luna después de asombrosas experiencias. Pero nada, diurno o nocturno, feliz o desgraciado, es normal en el sentido corriente, que incluso aplicamos a las anormalidades vulgares que nos rodean y nos dominan y que ya casi no consideramos como tales. Lo anormal, en Poe, pertenece siempre a la gran especie. El hombre que se dispone a escribir es orgulloso, pero su orgullo nace de una esencial debilidad que se ha refugiado, como el cangrejo ermitaño, en una caracola de violencia luciferina, de arrebato incontenible. El cangrejo Poe s610 abandona la valva de su orgullo frente a sus seres queridos, sus poquísimos seres queridos. Ellos -Mrs. Clemm, Virginia, algunas otras mujeres, ¡siempre mujeres!- sabrán de sus lágrimas, de su terror, de su necesidad de refugiarse en ellas, de ser mimado. Ante el mundo y los hombres, Edgar Poe se yergue altanero, impone toda vez que puede su superioridad intelectual, su causticidad, su técnica de ataque y de réplica. Y como su orgullo es el orgullo del débil y él lo sabe, los héroes de sus cuentos nocturnos serán a veces como él, y a veces como él quisiera ser; serán orgullosos por debilidad, como Roderick Usher, como el pobre diablo de El coraz6n delator, o serán orgullosos porque se sienten fuertes, como Metzengerstein o William Wilson. Este gran orgulloso es un débil, pero nadie medirá nunca lo que la debilidad ha proporcionado a la literatura. Poe la resuelve en un orgullo que le obliga a dar lo mejor de sí en aquellas páginas escritas sin compromisos exteriores, escritas a solas, divorciadas de una realidad tempranamente postulada como precaria, insuficiente, falsa. Y el orgullo asume además el matiz característico del egotismo. Poe es uno de los egotistas más cabales de la literatura. Si en el fondo ignoró siempre el diálogo, la presencia del tú, que es la auténtica inauguraci6n del mundo, se debe a que s610 consigo mismo condescendía a hablar. Por eso no le importaba que sus seres queridos no lo comprendieran.-Le bastaba su cariño y su cuidado; no los necesitaba para la confidencia intelectual. Y frente a sus pares en el mundo literario, frente a un Russell Lowell o un Hawthorne, le irrita de inmediato que no acepten a ciegas su primaCía intelectual. Su labor de crítico en las revistas le permiti6 ser un "pequeño dios", menudo árbitro en un mundo artístico también menudo. Compensaci6n flaca, pero que lo calmaba. Al final el egotismo desembocará en la locura. Dirá tranquilamente al editor de Eureka que su libro es tan importante que requiere una primera tirada de 50.000 ejemplares, pues el libro causará una incalculable revolución en el mundo. A la luz de todo esto, unos párrafos de su Marginalia asumen un tono patéticamente personal: "Me he entrevistado a veces tratando de imaginar cuál sería el destino de un individuo dueño (o más bien víctima) de un intelecto muy superior a los de su raza. Naturalmente tendría conciencia de su superioridad, y no podría impedirse (si estuviera constituido en todo lo demás como un hombre) manifestar esa conciencia. Así se haría de enemigos en todas partes. Y como sus opiniones y especulaciones diferirían ampliamente de las de toda la humanidad, no cabe duda de que lo consideraría loco. ¡Cuán horrible resultaría semejante condici6n! El infierno es incapaz de inventar una tortura peor que la de ser acusado de debilidad anormal por el hecho de ser anormalmente fuerte ... " La consecuencia inevitable de todo orgullo y de todo egotismo es la incapacidad de comprender lo humano, asomarse a los caracteres, medir la dimensi6n ajena. Por 15 Biblioteca de México eso Poe no alcanzará nunca a crear un solo personaje con vida interior; la llamada novela psicológica lo hubiera desconcertado. ¿Cómo imaginarlo, por ejemplo, leyendo a Stendhal, que publicaba en ese tiempo La Chartreuse de Parme? Muchas veces se ha señalado que sus héroes son maniquíes, seres empujados por una fatalidad exterior, como Arthur Gordon Pym, o interior, como el criminal de El gato negro. En un caso ceden a los vientos; a las mareas, a los azares de la naturaleza; en el otro se abandonan a la neurosis, a la manía, a la anormalidad o al vicio, sin la menor sutileza, el menor distingo, la menor gradación. Cuando Poe nos presenta a un Pym, a un Usher, a un Egaeus, a un Montresor, ya están sometidos a su especial "perversidad" (término que él va a explicar en El demonio de la perversidad); si se trata de un Dupin, de un Hans Pfaall, de un Legrand, no son en rigor seres humanos, sino máquinas razonan tes y actuantes, autómatas como aquel de Maelzel, que tan agudamente analizó Poe, y donde él mismo está metido para mover los hilos del razonamiento tal como un jugador de ajedrez estaba metido en el autómata que asombraba a los públicos de su tiempo. Por eso, además, es válido sugerir el mundo onírico como impulsor de muchos de los relatos de Poe. Las pesadillas organizan seres como los de sus cuentos; basta verlos para sentir el horror, pero es un horror que no se explica, que nace de la sola presencia, de la fatalidad a que la acción los condena o a la que ellos condenarán su acción. Y la escotilla que comunica directamente el mundo del inconsciente con el escenario de los relatos de Poe no hace más que trasmutar los personajes y los sucesos del plano soñado al plano verbal; pero él no se molesta en mirarlos a fondo, en explorarlos, en descubrir sus resortes o intentar una explicación de sus conductas. ¿Para qué? Por un lado son Poe mismo, sus criaturas más profundas, de modo que cree conocerlas, como cree conocerse a sí mismo, y luego son personajes, es decir, otros, seres ya ajenos a él, en el fondo insignificantes para él. y si pensamos en otra corriente de sus ficciones, la de los cuentos satíricos y humorísticos, vemos al punto que la situación es la misma. La sátira en Poe es siempre desprecio, y no hay más que leer C6mo escribir un art(culo a la manera de Blackwood (y su segunda parte), El timo considerado como una de las ciencias exactas, El hombre de negocios, o Los anteojos, para comprender el frío desdén que lo mueve a crear astutos seres que embaucan a la masa despreciable, o miserables muñecos que van de tumbo en tumbo cometiendo toda clase de torpezas. En cuanto al humor no existe prácticamente, y es de sospechar que una parte de la antipatía que provoca Poe en los lectores ingleses o norteamericanos deriva de su incapacidad para algo que esos lectores consideran casi inseparable de la buena literatura. Cuando Poe incurre en lo que él cree humos, escribe El aliento perdido, Bon-Bon, El ángel de lo extraño o El rey Peste, es decir, que deriva inmediatamente a lo macabro, donde está en su terreno, o a lo grotesco que considera desdeñosamente el terreno de los demás. Este débil lleno de orgullo y egotismo necesita dominar con sus armas, intelectualmente. En su tiempo había un recurso fácil, más que el genio es una cuestión de perspectiva y ni siquiera Poe podía tener la plena seguridad de serlo. Este recurso es el saber, la erudición, el testimonio, en cada página de crítica o de ficción, de una cultura vastísirna, particular, con tintes de misterio y entrevisiones de iniciación esotérica. Desde temprano Poe organiza un sistema de notas, de fichas donde al correr de sus lecturas variadísimas e indisciplinadas va registrando frases, opiniones, enfoques heterodoxos o pintorescos. De niño y adolescente devoró las revistas literarias inglesas, aprendió un poco de francés, latín y griego, italiano y español, lenguas que, junto con el hebreo y el alemán, pretendía dominar. La lectura de su Marginalia muestra la verdadera latitud de esa cultura, sus inmensas lagunas, sus sorprendentes promontorios. Para un norteamericano de su tiempo, Poe alcanza una cultura fuera de lo común, pero muy por debajo de la que pretenderá poseer. No vacila en citar equivocadamente de memoria, variando las lecciones, repitiéndose. Tiene pasajes favoritos, que el lector reencuentra cada tantas páginas, aplicados a distintos temas. Inventa autores, obras, opiniones si es necesario. Le encanta usar términos franceses (las citas en latín son corrientes en su tiempo), y hasta se atreve al español y al italiano. ' Cada arresto de saber lo afirma en su superioridad. Su actitud frente a las ciencias exactas es sintomática. Tiene natural facilidad para ellas, y no cabe duda de que leyó cantidad de matemáticas, física y astronomía. Pero todo lo confunde o reduce a referencias vagas, prefiriendo citar a los autores de segundo orden, más llenos de sugestión y menos comprometedores. Tiene el don de acordarse en su debido momento de la frase que va a ayudarlo a lograr un efecto, a acentuar un clima. Y en un cuento, La incomparable aventura de un tal Hans Pfaall, pondrá en fila sus nociones y recuerdos de tanto manual de la época, y armará un relato "científico", del cual es el primero en burlarse, pero que va a dar origen -con otros cuentos suyos- a la obra de Jules Veme y a tantas de H. G. Wells. Este hombre que se propone al mundo como un erudito, este altanero inventor de máquinas literarias y poéticas destinadas a producir exactamente el efecto que él , Cita en alemán, por ejemplo, sin saber nada de esta lengua. Emile Lauvriere señala un error grosero: Poe habla de un libro escrito "por Suard y André". corrigiendo lo que cree una errata (Suard und andre). 16 Biblioteca de México afmnará haberse propuesto (engañar, aterrar, encantar o deslumbrar), este neurótico fundamentalmente inadaptado al mundo que lo rodea y a las leyes generales de la realidad convenida, va a escribir cuentos, poemas y ensayos que no se explican ni por la erudición, ni por el egotismo, ni por la neurosis, ni por la confianza en sí mismo. Toda tentativa meramente caracterológica de explicar la obra de Poe confundirá como siempre, medios y fines, tomando como impulsos rectores los que no son más armónicos y concomitantes. Dejemos a los psicoanalistas indagar el caso de Poe, del que han extraído conclusiones que reafirman y aclaran los datos ya bastante trasparentes de su biografía. Lo que importa aquí es insistir en que hay un Poe creador que antecede a su neurosis declarada, un Poe adolescente que se quiere poeta, que se elige poeta, para decirlo con vocabulario familiar en nuestros días; un Poe que escribe sus primeros versos entre los nueve y los doce años, y que en plena adolescencia va a romper lanzas con un dorado horizonte de mediocridad para seguir adelante un camino que él sabe solitario, que no puede sino ser triste y miserable . Y esta fuerza que estalla en él antes de que estallen las taras, esta fuerza de la que él bebe antes de beber el primer vaso de ron, es libre, es todo lo libre que puede serlo una decisión humana cuando nace de un carácter -aunque sea un carácter aún no plenamente integrado. Hemos oído hablar demasiado de la esclavitud de Poe a sus pasiones (o a su falta de pasiones), como para que no señalemos hoy, casi alegremente, la presencia inequívoca de la libertad del poeta en ese acto inicial que lo enfrente con su guardián y con el mundo convencional y a la medida de los seres razonables. Lo que ocurre es que después, solapadamente, sus anormalidades se colarán por la puerta abierta. Con igual libertad, igual impulso creador e igual técnica literaria, un Hawthome escribe relatos de hombre normal, y Poe relatos de hombre anormal. No se insista, pues, en atribuir la obra a las taras, a verla como una sublimación o satisfacción de las taras. Lo anormal del carácter de Poe se incorpora adventiciamente a su obra, aunque llegue a constituir el centro mismo de tantos relatos y poemas. Hay que entender en materia de centros, y el hecho de que un hombre le arranque un ojo a un gato, que es el eje de un cuento de Poe, no significa que el sadismo allí manifiesto baste para producir el cuento. La mayoría de los sadismos sólo los conocemos cuando un cronista policial nos informa de lo ocurrido. Dando la vuelta a una famosa frase de Gide, no bastan los malos sentimientos para hacer buena literatura. El poeta De no haber tenido que ganarse el sustento con trabajos periodísticos, necesariamente en prosa si habían de venderse , acaso Edgar Poe se hubiera consagrado tan sólo a la poesía. Tal como lo decidieron las circunstancias, quedan de él unos pocos poemas escritos al principio y al final de su carrera; la época creadora más intensa estuvo casi íntegramente dedicada a las narraciones y a la crítica. Puesto que esta edición contiene solamente su prosa, no corresponde aquí un análisis de los poemas, pero sí mostrar las líneas de fuerza de su poética como teoría elaborada a posteriori y estrechamente unida a la actividad crítica y narrativa. Se hace imprescindible asomarse a la visión particular que tiene Poe del acto poético si hemos de apreciar sus aplicaciones parciales a tantas páginas de ficción o de ensayo. El problema consiste en estimar los alcances de la inspiración y la composición, entendiendo por la primera el crédito que Poe concedía a los productos poéticos nacidos de una intuición pura, y por composición, la estructura minuciosamente articulada de elementos escogidos, inventados, preferidos, que integrarían un poema. En una de sus reseñas leemos una frase perdida entre muchas: " No hay mayor engaño que creer que una auténtica originalidad es mera cuestión de impulso o de inspiración. Originar consiste en combinar cuidadosa, paciente y comprensivamente." De este criterio va a surgir la mucho más notoria Filosofía de la composición, donde Poe explica al público (el texto le servía para conferencias) la mecánica de El cuervo. Pero otros textos, diseminados aquí y allá en su obra crítica, alteran con frecuencia el rigor analítico de estas observaciones. Y, además, están los poemas en sí, las puertas de acceso más directas -una vez que se abren- a ese territorio incierto y de difícil topografía o toponimia. La lectura de todo lo que Poe escribió acerca de la poesía deja en claro una consecuencia casi perogrullesca. El poeta entiende la poesía según sus propios poemas, la mira desde ellos y con ellos. Y los razonamientos posteriores están forzosamente sometidos a la materia poética elemental, la que se informa en el verso. Poe era demasiado inteligente para no comprenderlo, aunque su inteligencia forzó con frecuencia el marco natural de su poesía, ya sea en el poema mismo (haciendo de El cuervo una especie de sutilísimo reloj de repetición, una máquina de belleza, según él entendía la cosa), ya en los textos críticos que analizan la creación poética. Pero por más 17 Biblioteca de México que tergiversara la verdad, alterando la interpretación de su propia poesía y la ajena con "principios" extraídos deductivamente, el conjunto general de esos principios coincide, como vamos a ver, con el tono auténtico de sus poemas. Por más que a veces nade contra la corriente, Poe no puede salir del río de su propia poesía. Su poética es como una tentativa de negar el tronco del árbol yafirmar a la vez sus ramas y su follaje; de negar la irrupción vehemente de la sustancia poética, pero aceptar sus modalidades secundarias. No querrá admitir que El cuervo, en cuanto poesía, no es un mero artificio previsto y realizado con técnica de relojero, y en cambio admitirá en su poética y en sus poemas, creyéndolas fruto de la imaginación y el razonamiento, las modalidades que en él vienen de lo irracional, de lo inconsciente: la melancolía, la nocturnidad, la necrofilia, el angeJismo y la pasión desapasionada, es decir, la pasión a salvo de cumplimiento, la pasión-recuerdo del que llora invariablemente a alguna muerta, a alguien que no puede ya amenazarlo deliciosamente con su presencia temporal. Y así creerá haber deducido libremente que "la muerte de una hermosa mujer" es el más poético de los temas, cuando nada de libre hay en esa imposición profunda de su naturaleza, y el "principio" le parecerá tan racional como los principios meramente técnicos del verso. Los rasgos generales de esta poética se precisan, sobre todo , en el texto que él llamó normativamente El principio poético. Pese a haber comenzado su labor de juventud con dos poemas extensos , Poe se declara contrario a la epopeya, a toda composición que pase de los cien versos. La finalidad del poema es exaltar, elevar el alma del lector; un principio psicológico elemental demuestra que la exaltación no puede mantenerse por mucho tiempo. Hay, pues, que condicionar el poema a la capacidad de exaltación; el tema, la forma deben someterse a este principio. Del mismo modo un poema excesivamente breve no logrará sublimar los sentimientos del que lee o escucha. Este poema breve exaltará el alma al hacerle entrever la bellez.a extraterrena, al darle uno de esos atisbos de eternidad, por vía estética, que prueban que el hombre tiene un alma inmortal. Oigámoslo: " Esta sed inextinguible (de belleza) es propia de la inmortalidad del hombre. Es a la vez consecuencia e indicación de su existencia perenne. Es el an sia de la falena por la estrella. No se trata de la mera apreciación de la Belleza que nos rodea, sino de un anhelante esfuerzo por alcanzar la Belleza que nos trasciende. Inspirados por una extática presciencia de las glorias de ultratumba, luchamos, mediante multiformes combinaciones de las cosas y los pensamientos temporales, para alcanzar una parte de esa Hermosura, cuyos elementos, quizá, pertenecen tan sólo a la eternidad. Y así, cuando, gracias a la Poesía o a la Música -el más arrebatador de los modos poéticos-, cedemos al influjo de las lágrimas, no lloramos, como supone el abate Gravina, por exceso de placer, sino por esa petulante e impaciente tristeza de no poder alcanzar ahora, completamente, aquí en la tierra, de una vez y para siempre, esas divinas y arrebatadoras alegrías, de las cuales alcanzamos visiones tan breves como imprecisas a través del poema o a través de la música." En este texto exaltadamente metafísico Poe incorpora ya la expresión técnica: "Mediante multiformes combinaciones de las cosas y los pensamientos temporales", es decir, la labor del poeta como combinador de la receta trascendente. La técnica es severa y exige importantes restricciones. El poema es cosa estética, su fin es la belleza. Por eso (y aquí Poe se acuerda de sus juveniles lecturas de Coleridge) hay que distinguir entre Belleza y Verdad. La poesía didáctica, la poesía que tiene por finalidad una enseñanza cualquiera, es un monstruo, un compromiso vitando entre la exaltación del alma y la instrucción de la inteligencia. Si lo bello es naturalmente verdadero y puede enseñar algo, tanto mejor; pero el hecho de que pueda ser falso, es decir, fantástico, imaginario, mitológico, no sólo no invalida la razón del poema, sino que, casi siempre, constituye la única belleza verdaderamente exaltadora. El hada exalta más que la figura de carne y hueso; el paisaje inventado por una imaginación fecunda es más hermoso y, por ende, más exaltador que el paisaje natural. Así como el poema no debe proponerse la verdad como fin, nada tiene tampoco que ver con la moral, con el deber. Su finalidad no es una moraleja deducible de su tema, y un poema no debe ser una alegoría, a menos que ésta apunte a fines meramente exaltadores. En su juvenil prólogo a los poemas escritos en West Point, Poe se burla despectivamente de Wordsworth por su tendencia didáctico-moral; pero, como se da cuenta de que el sentido moral (y, por extensión, el sentido de los destinos humanos, de los grandes problemas éticos) no puede desterrarse de la poesía sin un inmediato empobrecimiento de su ámbito, inventará un compromiso y hará notar en otros textos que un poema digno de su nombre comporta muchas veces dos corrientes: una de superficie, que es la poesía en toda su belleza, el tema libre de compromisos didácticos o alegóricos, y una corriente subterránea que la sensibilidad del lector puede aprehender, y de la cual emana un contenido moral, un valor ejemplificador para la conciencia. Pero no basta con que un poema esté libre de didacti smo y de moralejas ; se requiere, además, que no sea un producto de la pasión. La pasión exalta los corazones, pero no las almas, lo humano del hombre y no su partícula inmortal. El poeta no puede prescindir de sus 18 B i blioteca de México pasiones, pero las incorporará al poema como estímulos imaginativos y no como pasiones en sí. El poema apunta, por vía de la belleza, a mostrar al hombre el paraíso perdido, a entreabrir las puertas que la vida terrenal mantiene cerradas. La poesía, según ha de definirla finalmente, es la creación rítmica de belleza: la definición es funcional, pragmática, artística. Es una definición para uso del poeta más que para la iluminación de lectores de poética. Pero en su tono deliberadamente técnico busca salvaguardar la libertad de la poesía, su condición de producto puramente imaginativo; la idealidad -tal como la entendían Poe y los frenólogos de su tiempo, o sea, la facultad puramente creadora del hombre- es la única hada presente en este bautismo de la princesa Poesía. Ni vehículo doctrinario, ni artificio alegórico, ni arrebato apasionado, el poema es un producto libre y desinteresado de la imaginación del poeta. Poe nos lo repite con hermoso entusiasmo: "La verdad es que, si nos atreviéramos a mirar en el fondo de nuestro espíritu, descubriríamos inmediatamente que bajo el sol no hay ni puede haber una obra más digna ni de más suprema nobleza que ese poema, ese poema per se, ese poema que es un poema y nada más, ese poema escrito solamente por el poema en sí." La mayoría de los críticos suspenden aquí el análisis de esta caracterización de la poesía y proceden a mostrar sus limitaciones y defectos; como muy bien anota Andrew Lang, es obvio que Poe, cediendo a sus gustos personales reduce la poesía a la mera poesía lírica. Si en ésta sus condiciones tienen cierta validez, en cambio resultan absurdas aplicadas a la poesía dramática o épica. "Sin la concepción del deber y la verdad", agrega, "no hubiéramos tenido Antígona ni Prometeo". Del mismo modo, el principio (postulado en Filosofía de la composición) de que el tono adecuado para la poesía es la tristeza y la melancolía, deja fuera las obras nacidas de diferentes estados de ánimo, como pueden serlo una oda, un BOS'lOH P~bl ishld by OUV(R OrTSO." Co2nWntll n(lon Sr _ . ..... ' 4 ,~ .... f _ _..... _JJ' ~. ..... ~ ~ '~ .rrl)_, #lfrN " ~. r. ~ , l".. ¿,,_ •• "r-MII( ' r-r, ,.,N_' .:;,-.:.--It'_ himno O un epitalamio. Y finalmente, al desterrar la pasión como elemento demiúrgico del poema, Poe empobrece insalvablemente el ámbito de la poesía, la mutila, la somete a una tiránica elaboración fundada en fórmulas y efectos verbales, o la reduce a una evocación de sombras, de recuerdos, a un tono inevitablemente elegíaco, atemperado, donde la música verbal sería el único sostén para la creación de una resonancia duradera. Estos reparos son muy ciertos, pero abarcan tan sólo la mitad explícita de la poética de Poe, dejando en sombra el sector que él mismo se disimulaba o apenas consentía en manifestar en textos colaterales a sus ensayos doctrinarios. Veamos si una ojeada a ese sector ayuda a comprender mejor su obra. Por lo pronto, hay una frase significativa. En el breve prefacio a la edición de El cuervo y otros poemas afirma Poe: "No creo que este volumen contenga nada muy valioso para el público o muy honroso para mí. Razones al margen de mi voluntad me han impedido en todo momento esforzarme seriamente por algo que, en circunstancias más felices, hubiera sido mi terreno predilecto. Para mí la poesía no ha sido un propósito, sino una pasión .. ." ¿Coincide esto último con su poética explícita? Dando por sentada su condición de poeta, el hombre que nos narra cómo compuso El cuervo partía de la intención de componerlo, es decir, del propósito de escribir un poema que lograra tales y cuales efectos. Pero en el prólogo al libro donde figura el mismo poema va a decimos que la poesía no ha sido su propósito, sino su pasión. ¿Habría que distinguir aquí entre la poesía que es una pasión y el poema que es un propósito? No parece posible ni coherente. Y, además, esas palabras iluminan de rebote un párrafo de la Filosofía de la composición que podía pasar inadvertido: "Dejemos de lado, como ajena al poema per se, la circunstancia --o la necesidad- que en primer término hizo nacer la intención de escribir un poema, etc." Pasión y necesidad de poesía; frente a estos términos la intención instrumental del poema retrocede a un valor meramente técnico. La poesía es una urgencia y su satisfacción se alcanza cumpliendo ciertas formalidades, adoptando ciertos procedimientos. Pero la noción de "poema en frío", que parecía nacer del texto de la Filosofía de la composición, se ve sensiblemente disminuida. A la luz de esta admisión de un ímpetu poético que tiene toda la violencia del que reconocían los románticos, El cuervo debe ser revalorado. No hay duda de que en este poema hay mucho de excesivamente fabricado, tendiente a lograr un profundo efecto general por medio de la sabia gradación de efectos parciales, de preparación psicológica, de encantamiento musical. En este sentido, el relato que nos hace Poe de cómo lo escribió parece corroborado por los resultados. Se sabe, sin embargo, que la verdad es otra: El cuervo no nació de un plan infaliblemente preconcebido, sino de una serie de estados sucesivos (y obsesivos, pues Poe vivió varios años hostigado por el tema -nacido de su lectura de Barnaby Rudge, de Dickens-, probándolo en distintos planos, acercándose de a poco a la versión final), estados que se desalojaban o perfeccionaban mutua- 19 Biblioteca de México , "'" t.tJ. Lwt, 1.- , ...i-.4 _-' .",J.... J JJuJ ...... ~.." _lO ~ - . . ...... _ c:'Aw __ ..... ~ ~ ~ ~"IU. j '., "Ulalume manuscrito de Poe" mente hasta alcanzar ese texto donde la tarea de poner y quitar palabras, pesar cuidadosamente cada ritmo, equilibrar las masas, alcanza una perfección menos arquitectónica que mecánica. Este cuervo es un poco como el ruiseñor a cuerda del emperador de la China; es, literalmente, una "creación rítmica de belleza"; pero una belleza fría, una magia elaborada por los conjuros impecables del gran mago, un estremecimiento sobrenatural que recuerda el vaivén de la mesa de tres patas. No se trata de negar estas evidencias. Pero sí es lícito sospechar, a la luz de un análisis global de impulsos y propósitos, que la relojería de El cuervo nace de la pasión más que de la razón, y que, como en todo poeta, la inteligencia es allí auxiliar de lo otro, de eso que "se agita en las profundidades", como lo sintió Rimbaud. Si ello fuera cierto de El cuervo, ¿qué decir de los otros grandes poemas que nos ha dejado Poe? Léase To Helen, The Sleeper, Israfel, Dreamland, The City in the Sea , For Annie, The Conqueror Worm, The Haunted Palace. En ellos el impulso motor del poema es demasiado análogo a los impulsos motores de sus relatos más autobiográficos y más obsesivos, como para no sospechar que tienen la misma inevitabilidad y que sólo su acabado, su retoque fueron desapasionados. ¿No hace lo mismo todo poeta? La mano que corrige la primera versión no es la misma que la había escrito ; otras fuerzas la guían, otras razones la hacen borrar palabras y versos, sustituir, pulir, agregar ... He dejado aparte dos de los más hermosos poemas de Poe que proporcionan pruebas complementarias de lo que insinúo. En Annabel Lee Poe lloró la muerte de su esposa, y lo hizo con acentos que jamás hubieran podido nacer de un "combinar cuidadosa, paciente y com- prensivamente". Su admirable técnica llenó de música una urgencia apasionada, una angustia demasiado entrañable para admitir ocultación. Y en Ulalume, para mí su más hermoso poema junto con To Helen, Poe se entregó indefenso a una materia poética que nacía y cobraba forma bajo sus ojos, pero que por serle tan profundamente propia le era incomprensible en el plano consciente. Por más que ordenara las estrofas, creara o completara la música obsesionante de esta evocación necrofílica, de esta confesión final de derrota, Poe no sabía lo que había escrito, tal como podría afmnarlo un surrealista que escribiera automáticamente. Hay testimonios de su perplejidad cuando le pedían una explicación de Ulalume . i Una explicación! Era todavía el tiempo en que los poemas tenían que ser comprensibles a la inteligencia, pasar por la aduana de la razón. Pero el poeta que había afirmado orgulloso su absoluto dominio de la materia poética en El cuervo, el poeta enamorado de la técnica del verso y la música verbal, confesó más de una vez que el final de Ulalume era un enigma tan grande para él como para sus lectores. Edward Shanks ve en Ulalume "un poema que transfiere del poeta al lector un estado mental que ninguno de los dos podría definir con términos precisos", y lo considera iniciación de la escuela simbolista y decadente que los franceses llevarían a sus últimas consecuencias. Como dándole la razón, como admitiendo este puente casi mediúrnnico por el cual la poesía pasa del poeta al poema y a su lector, Poe tiene un texto que me parece harto elocuente. Hablando de Tennyson, dice: "Hay en sus obras pasajes que me confmnan en una convicción muy antigua, la de que lo indefinido es un elemento de la verdadera poiesis. ¿Por qué algunas personas se fatigan intentando descifrar obras de fantasía tales como The Lady of Shalott? Lo mismo daría desenredar el ventum textilem. Si el autor no se propuso deliberadamente que el sentido de su obra fuera sugestivamente indefinido, a fin de lograr -y esto muy definidamente- un efecto tan vago como espiritual, dicho efecto nació por lo menos de esas silenciosas incitaciones analíticas del genio poético que, en su supremo desarrollo, abarca todos los órdenes de la capacidad intelectual." Aquí Poe supone, como está en su naturaleza suponerlo, un propósito deliberado por parte de Tennyson de sugerir lo indefinido. Pero agrega que si no fuera así -es decir, admitiendo que ello pueda no ser así-, entonces hay que aceptar esa "silenciosa incitación analítica del genio poético que ... abarca todos los órdenes de la capacidad intelectual". Poe dice "incitación analítica", lo cual no es muy claro, pero sí es claro que el genio poético, en su más alto desarrollo, abarca para él todos los órdenes de la capacidad intelectual. Así, en resumen, es probable que él creyera sinceramente que un poema podría escribirse de fuera para dentro; pero, aunque vigilara como pocos el proceso de su creación, escribió los suyos al igual que todos los poetas, aceptando lo que venía por el puente de lo indefinido y poniendo en orden estético, en creación rítmica de belleza, el otro orden más profundo e incomprensible. 20 Biblioteca de México VICENTE QUIRARTE POE, LAS MUJERES Y ALGUNOS ESCRITORES MEXICANOS La fotografía más célebre que de Edgar Allan Poe ha llegado hasta nosotros es la de un abandonado. Un sobreviviente. Está fechada el 15 de noviembre de 1848, cuando el escritor tenía 39 años, y uno antes de que llegara al fin de su aventura terrestre. La imagen fue hecha en un estudio de Providence, Rhode Island. En esa misma ciudad habría de nacer, cuatro décadas más tarde , uno de los mejores herederos de Poe, Howard Phillips Lovecraft. Enamorado de paisajes y costumbres de su ciudad natal , la convirtió en escenario de sus historias y poemas, en sitio de peregrinación para sus devotos. En largas caminatas, Lovecraft gustaba de reconstruir los escenarios vividos por su maestro: la acogedora biblioteca del Atheneum, que luce casi idéntica al aspecto que tenía en la época en que Poe cortejaba en ella a la viuda Sara Hellen Wh itman , poeta oriunda del lugar, y el adyacente cementerio donde le propuso matrimonio. Un segundo elemento que hace la foto más dramática es que fue tomada cuatro días después de que Poe intentara suicidarse con una fuerte dosis de láudano. Aunque se tratara de un gesto teatral y desesperado, producto de la negativa de Sara a seguir aceptando el cortejo -asedicr del poeta, lo cierto es que Poe vivía uno de esos momentos tan frecuentes en su agitada existencia, en la cima de la ola de la exaltación amorosa y con el vehemente deseo de ser admirado y protegido por la figura femenina . Poe era conocido como "el hombre que nunca sonreía". Sin embargo, en la mayor parte de los retratos que de él se conservan la sonrisa está a punto de despegar. En dos de sus fotografías anteriores a la de 1848 aparece de tres cuartos . En una viste el abrigo militar que conservaba de su paso por West Point. Fue su fiel compañero , inclusive en el entierro de su esposa Virginia Clemm , la fría mañana del 21 B ibliote ca de México 30 de enero de 1847. En otra fotografía , parece que la cámara lo hubiera sorprendido en su mesa de trabajo. Su gesto es afable; su cabello, brillante; su vestidura , irreprochable. En cambio, en la última de sus imágenes tomadas en vida , Poe no se concede ni nos concede piedad. Mira de frente . No a nosotros, sino más allá. Muestra, por un lado, las huellas del inmediato desastre en el ceño, las grandes ojeras y bolsas de los ojos. En los delgados labios , un gesto que lo muestra al mismo tiempo trágico y burlón , desdeñoso e irreverente, urgido de afecto. Como todos los seres cuya existencia oscila entre la realidad y el deseo, en la fotografía podemos leer tal escisión. El lado derecho muestra a un caballero grave, digno habitante de la Nueva Inglaterra , al ejemplar trabajador y periodista que podía ser cuando el alcohol no se apoderaba de su voluntad ; el lado izquierdo -el del corazón , la imaginación y la creatividad- da cuenta de la intensidad del ceño fruncido, actitud del auténtico melancólico que a semejanza del ángel de Durero siempre está a punto de la consumación. Yo es otro, escribiría un cuarto de siglo más adelante Jean-Arthur Rimbaud, uno de los herederos espirituales de Poe. Yo soy dos, dice la fotografía de Poe, como lo descubrió fatalmente William Wilson en el cuento homónimo, aportación de Poe al mito del doble, y que tanta relación guarda con la existencia del autor. Como antes se dijo, Poe propuso matrimonio a Hellen Whitman en un cementerio de Providence. Su gesto, erudito y macabro, sería repetido años más tarde por Lovecraft, a la única mujer a la cual cortejó , y con la cual contraería un matrimonio que duraría dos años , al contrario de la relación de los más de diez de la vida en común de Eddie y Sissi, como se llamaban familiarmente los esposos Poe. Bajo este título , el actor Guillermo Henry hizo un montaje con motivo del bicentenario de nacimiento de Edgar Allan Poe, el 9 de enero de 2009, en la Casa Poe de esta ciudad de México. A doscientos años de su nacimiento, de ser considerado extravagante y marginal, el gran Edgar ha llegado hasta nosotros como uno de los arquitectos del pensamiento artístico, la lucidez y el profesionalismo literario. Es un autor admirado y estudiado tanto por el joven que descubre sus propios fantasmas como por el erudito que rastrea las rutas de su pensamiento. Sin embargo, no abundan las nuevas biografías del hombre. Una de las más completas y reeditadas es la de Arthur Hobson Quinn , Edgar Alfan Poe. A Critical Biography. Como su nombre lo indica, es fundamentalmente un estudio sobre las aportaciones de la escritura de Poe. Por fortuna , para el bicentenario del escritor la editorial Edhasa ha publicado la biografía de Peter Ackroyd ,1 uno de cuyos capítulos lleva por títu, Peter Ackroyd. Poe. Una vida truncada . Traducción de Bern ardo Moreno Carrillo , Barcelona , Edh asa, 2009 . 22 Biblioteca de Mexico lo, precisamente, liLas mujeres". Estudioso de William Blake y Charles Dickens, biógrafo de Shakespeare y de la ciudad de Londres, Ackroyd entrelaza hechos de la vida y la escritura de Poe y ofrece el retrato de un hombre que necesitó la compañía de las mujeres, pero que en sus relatos y poemas se encargaría de matar con inefables torturas. Uno de los aspectos más valiosos del trabajo de Ackroyd es la inclusión de testimonios que las mujeres tenían sobre Poe. Mary Devereaux, muchacha a la que el poeta cortejó en Baltimore durante su juventud, y que cultivaría posteriormente la amistad de la familia Poe, dijo sobre Edgar que lino le gustaba el tonteo ni el charloteo . Tampoco la gente de piel oscura ... Tenía un temperamento excitable, apasionado, y era muy celoso. Carecía de equilibrio interior; tenía demasiado cerebro . Se mofaba de todo lo sagrado, y nunca iba a la iglesia ... Decía a menudo que había un misterio que planeaba sobre él que no lograba descifrar. .. Lo único que no me gustaba de él era que mantuviera la cabeza tan alta. Era orgulloso , y miraba por encima del hombro." Años más tarde , en la joven madurez de Poe, y cuando ya estaba casado con Virginia , el poeta quiso tener una aventura extra marital con la poeta Frances Osgood, también casada, y a la que había conocido en el vestíbulo del hotel Astor en Nueva York. Ella referiría el encuentro por escrito: "Con su orgullosa y hermosa cabeza bien alta, sus ojos oscuros centelleando con la luz electiva del sentimiento y el pensamiento , la peculiar e inimitable mez- cla de dulzura y altivez en su expresión y compostura, me saludó de manera sosegada, grave, casi fría". Las mujeres desempeñaron un papel importante en la vida y en la escritura de Poe. Cuando muere Virginia , el autor ya ha dado a la luz los principales cuentos donde aparecen sus musas fantasmales: Berenice, Ligeia , Morella y la lady Madelein de "La caída de la casa Usher". Igualmente, en la Graham 's Magazine de abril de 1846 había publicado ya ''The Philosophy of Composition", donde dejó establecido que el tema poético por antonomasia era el de la muerte de una mujer joven y bella. Naturalmente eso lo creía el artista pero no el hombre, acosado por los fantasmas tangibles de la enfermedad de su esposa, la pobreza y la defensa apasionada de su talento en medio de un mundo cuyos lectores aún no habían nacido. Como todo artista, Poe quería ser reconocido, particularmente por las mujeres. Sin embargo, testigo de la vida en común del matrimonio itinerante, bajo el cuidado de la indomable María Clemm, habla del loco amor que Poe sentía por Virigina . Lo que en otras mujeres buscaba era ese reconocimiento a su talento y la protección que le podía brindar su alta posición económica y social. No lo abandonaron en sus peores momentos; una de ellas llevó para el cadáver de Virginia una mortaja de lino y otra hizo, de acuerdo con Ackroyd, la acuarela de Virginia que ha llegado hasta nosotros. Su ejecución es igualmente digna de una historia nacida de la imaginación de Poe: debido a que no existía un retrato de la muchacha, hubo necesidad de incorporarla en su lecho, ya muerta, para pintarla como si estuviera viva . Sin embargo, inmediata ante el hecho. En una tras el escándalo que tuvo lugar clase con sus alumnos, se dispor la difusión que se hizo de pone a hacer la autopsia a un algunas cartas dirigidas a él por cuerpo femenino. La causa de la algunas de esas mujeres, Poe muerte ha sido envenamiento dejó clara su postura final respec- por cianuro y el cadáver ha sido to a esas nuevas femmes savan- encontrado en la habitación de tes: "Son una panda de personas una casa de citas. Se da cuenta inmisericordes, antinaturales, ve- que es su esposa. Concluye el nenosas, sin honor ni principio autor: "La misma extraña clarialguno que las guíe, excepto un dad que alumbraba un poco desenfrenado amor propio". antes sus facciones, marchitas y En tiempos posteriores a los fatigadas , apareció de nuevo en de Poe, cuando surgen concep- su rostro. Se acercó a la plancha tos como contenidos latentes y y, buscando en el cuerpo un escontenidos manifiestos, la visión pacio determinado, hizo la pride las mujeres en sus cuentos mera incisión con el bisturí. " Cofue sistematizada y estudiada mo en el caso de Nervo, en Díaz por una discípula de Sigmund Dufóo la única posesión posible Freud, Marie Bonaparte . En de la mujer es cuando está México, la literatura de fines del muerta. Sólo entonces puede siglo XIX lo reconoce y se reco- ejercer sobre ella el varón el donoce en Poe. Un texto como minio que no pudo tener en vida . "Una autopsia" de Carlos Díaz Rubén M. Campos, otro miemDufóo, perteneciente a Cuentos bro del clan decadentista , esnerviosos (1900) sigue de cerca cribirá sus memorias bajo el títuun esquema común a varios te x- lo El bar, donde además de anatos de Poe: "El retrato oval", lizar la vida literaria en las postri"Morella" o "Berenice": una mu- merías del siglo XIX, enumera las chacha en plenitud de sus pode- sucesivas víctimas dejadas por res sensuales, contrae nupcias esa que se había convertido en con un médico frío y desapega- una nueva institución republicado. Un día ella huye con otro na. De igual manera , a Rubén hombre. El médico continúa con M. Campos se deben varios su vida rutinaria , sin reacción cuentos donde el tema del entierro prematuro y el alcoholismo revelan una atenta lectura de los cuentos de Poe. Cualquier borracho o cualquier frecuentador de otras formas de paraísos artificiales es digno de nuestra simpatía , y a veces de nuestra admiración. Edgar Allan Poe supo combatir contra ese monstruo tangible y al mismo tiempo invisible , en sus momentos de heroísmo y voluntad creadora . En una carta escrita en 1848, un año antes de morir, expresó: "No encuentro precisamente placer alguno en los estimulantes a los que me entreI 23 Biblioteca de México un testamento del romanticismo. En 1901, una sociedad creyente en las bondades de la revolución industrial no quiere legitimar con homenajes las acciones necrofílicas de su juventud dorada. De ahí el interés de confrontar la reN:e,~~~ lación de admiración y rechazo que Poe tuvo en los periódicos de la época, reacciones que dependían de la tendencia política o religiosa de las publicaciones: mientras para los decadentistas Poe era un profeta , para los conservadores era un autor extravagante y peligroso. De tal modo, Sara Royster Poe consumaba la exigencia de un joven clásico del nuevo siglo: el poeta tiene la obligación de ser go con frecuencia tan vehemen- la mala conciencia de su tiempo. temente . No es en verdad por Cuando Amado Nervo encuenamor al placer por lo que he tra la posibilidad de enamorarse expuesto a la ruina mi vida , mi del cuerpo, de combinar avidez reputación y mi razón" . La pri- con puro afecto, y comulgar íntemera víctima del alcohol en gramente con una mujer, ella nuestro mexicano domicilio fue muere. Es el momento de canJosé Bernardo Couto, quien an- tarla , de hacer de la amada intes de cumplir 19 años años dejó móvil la espada de una cruzada este mundo con absoluta fideli- misógina que tenía por objetivo dad al ritmo que quiso imprimir a condenar a la mujer activa y sus días: abusar sistemática- santificar a aquella incapaz de mente de su cuerpo, explorar los despertar la peligrosa sensualifantasmas que nacían a partir de dad. El gran antecesor de semeesa despiadada confrontación, y jante idea es nuevamente Poe. valerse de los paraísos artificia- Las mujeres de los textos finiseles para combatir el tedio . Con el culares mexicanos siguen de genio de su vida , llevaba a la cerca el modelo que el estadunipráctica lo que Amado Nervo ha- dense estableció en su cuento bía establecido como programa "Ligeia": "Era alta, un poco delgeneracional desde los versos gada, y en sus últimos años llede Perlas negras, de 1898, su gó a la extenuación". Sumamenprimer libro de poemas y texto te reveladora es cuando más programático del modernismo: adelante en el relato citado dice: "De todas las mujeres que he iMentira! Yo no busco las conocido , ella , la exteriormente grandezas; tranquila , la siempre plácida me deslumbra la luz del apoteosis, Ligeia, ha sido la más violentay prefiero seguir entre malezas mente devorada por los tumulcon mi pálida corte de tristezas tuosos buitres de la pasión ; auny mi novia bohemia: la Neurosis. que de tal pasión yo nunca pude sacar conclusión alguna , a no En 1873, la Ciudad de México ser por la milagrosa expansión había consagrado funerales de de aquellos ojos que al mismo príncipe al poeta Manuel Acuña, tiempo me deleitaban y me atecuyo suicidio era simbólicamente rraban , por la casi mágica me- 24 Biblioteca de México lodía, modulación, claridad y placidez de su voz profunda y por la ardiente energía, doblemente efectiva por el contraste con su modo de hablar". Los personajes de los autores mexicanos aman a mujeres de nombres extravagantes y sonoros como los que desfilan por los cuentos de Poe; son obsesivos y ultrasensibles como Roderick Usher y desafían a su doble, como William Wilson . El libro más intenso de principio a fin es el de Bernardo Couto Castillo. El cuento "Rojo y blanco" es una de las más altas prosas del modernismo y una de las mejores logradas adaptaciones de un satanismo no gratuito. El personaje de Couto hace del asesinato una de las bellas artes para escapar de la mediocridad de la vida cotidiana : su objetivo es poseer el cuerpo femenino más allá de la vida . Su enseña es una estrofa de Baudelaire: Et comme d'autres par la tendresse Sur ta vie et sur ta jeunesse Moi je veux regner par I'effroi. Los clásicos resucitan generacionalmente. Poe y Baudelaire no constituyeron la excepción . Si nuestro modernismo fue la consumación del romanticismo como un sistema de ideas y no como una retórica que propiciaba la relajación estilística , es con los autores mexicanos de fin de siglo que la carne, el diablo y la muerte -la trilogía establecida por Mario Praz en el libro que dedica al romanticismo- quedan consagrados como los grandes temas poéticos . Un colectivo retrato de Dorian Grey los amparaba y demostraba la evolución ascendente de su decadencia -valga el oxímoron. Las ilustraciones de Julio Ruelas se vuelven cada vez más oscuras -y mejores- conforme la revista se acerca al nuevo siglo. Los faunos y sátiros de las prime. ras entregas dan paso a cuerpos lacerados, a suicidas perseguidos por sombras ominosas, a niños devorados por jaurías de perros o nubes de zopilotes. En el México de mediados del siglo XIX, el cuerpo del intelectual moriría de cólera o en servicio a la patria. A finales del siglo heroico, el cuerpo muere de los excesos conjurados por él. El panteón de los héroes modernistas está integrado por una figura que evoluciona de Edgar Allan Poe, pasa por Baudelaire y llega a Guy de Maupassant. El de los mexicanos era el tiempo en que los tres escritores pasaban de ser raros para convertirse en clásicos. El terror de los cuentos de Poe, decía él, nace de las profundidades del corazón y no son imitaciones del gótico alemán. En un curso de verano que tuvo lugar en El Escorial entre el 3 y el 7 de agosto, "La descendencia de Poe. Terror y literatura", organizado por Fernando Iwasaki , editor igualmente , junto con Jorge Volpi de la edición comentada de los cuentos del gran Edgar,2 una de las conclusiones a las que llegaron Luis Alberto de Cuenca y José María Merino fue que Poe era un psicópata en potencia, como el resto de sus pitoyables freres que pasan lista de presente en un libro como la Historia trágica de la literatura de Walter Muschg. Sin embargo, Poe demostró que el verdadero artista, como escribe Ernesto Sábato, es el que hace el viaje de ida y vuelta a la locura. De sus amores nos queda la sublimación cristalizada en el poema "Anabel Lee", a cuya influencia no pudo ni quiso sustraerse otra mujer, la mexicana Laura Méndez de Cuenca , en la traducción que Pablo Mora recoge en la edición de sus obras ANNABEL LEE * Elizabeth Hopkins Poe No felices los ángeles, celos les causó nuestra dicha de aquí; (Versión libre [sobre un poema] de Edgar Allan Poe ) y por esa razón todos saben en aquel apartado país, que una racha de viento dio muerte, una noche, a mi hermosa Noemí. Hace mucho, muchísimo tiempo que hacia el mar, en un vasto país, una hermosa doncella vivía a quien todos llamaban Noemí . Era amarme su objeto en la vida y también ser amada por mí. Mas el nuestro era amor más vehemente que el de muchos amantes de allí , bien nutridos de larga experiencia y aún más sabios que yo y que Noemí. Yo era niño; una niña era ella , en aquel apartado país, y era el nuestro un amor tan inmenso, más que amor, mucho más, que por fin los alados querubes del cielo y por eso , ni alados querubes ni demonios de averno sin fin, podrán nunca apartar de mi alma a mi bien , a mi dulce Noemí. * ** envidiaron a ella y a mí. Nunca hiende la luna el espacio De allí fue que hace siglos y siglos en aquel misterioso país una ráfaga helada de viento sin traerme en su disco gentil , con sus rayos de plata, los sueños de la tierna doncella infeliz; abatió a mi adorada Noemí. y jamás las estrellas se elevan De allí fue que sus nobles parientes al azul , sin dejarme sentir a la niña apartaron de mí: las miradas de luz de la niña la encerraron en hondo sepulcro, que en el mundo llamaron Noemí: hacia el mar, el lejano país. mi adorada , mi amor y mi vida que reposa en la tumba , dormida junto al mar, en lejano país. Fernando Iwasaki y Jorge Volpi (editores ). Edgar Allan Poe. Edición comentada . Cuentos completos. Traducción de Julio Cortázar. Madrid y México, Editorial Paginas de Espuma-Col ofón , 2008. 2 Anna Mowatl 25 Biblioteca de Mexico San Francisco, California , 1896 EOGAR ALLAN POE MUJERES EN SU POEsíA Traducción de Marta Donís L E N ORE. i" th e golden bo",I' the spirit ft o\l'n rorc"c r ~ LENORE ¡Ah, roto está el cuenco dorado! ¡Se ha ido para siempre el espíritu! ¡Que suene la campana! Un alma santa flota en el río Estigia; Y, Guy De Vere, ¿acaso tú no tienes lágrimas? ¡Llora ahora o nunca más! ¡Mira ahí, el triste y rígido féretro donde yace tu amada, Lenore! ¡Ven! ¡Que se lea el rito sepulcral, que se cante la canción de exequias! Un himno para la muerta más majestuosa que jamás haya muerto tan joven, Un lamento para ella, la doblemente muerta, porque murió tan joven. "¡ Miserables! La amasteis por su riqueza y la odiasteis por su orgullo, Y cuando su salud menguó, la bendijisteis ... ¡por haber muerto! ¿Cómo deberá leerse, entonces, el ritual? ¿Cómo cantaréis el réquiem Con ése, vuestro ojo malvado, y ésa, vuestra lengua calumniadora Que entregó a la muerte la inocencia que murió, y tan joven? Peccavimus; ¡pero no os enfurezcáis así! ¡Y que una canción del Sabbath Llegue a Dios tan solemne que los muertos no sientan agravio! La dulce Lenore se había "ido antes", con la Esperanza, que a su lado volaba, Dejándote frenético por la querida criatura que debió ser tu novia Por ella, la linda y garbosa, que tan humilde yace ahora, Hay vida en su cabello rubio pero no en sus ojos -Ahí en su cabello aún late la vida, pero hay muerte en sus ojos. Por los amigos arriba y los demonios abajo, el indignado espíritu es rajado -Desde el Infierno hasta una encumbrada heredad, allá en el Cielo"De la pena y el gemido, a un trono dorado, junto al Rey del Cielo". ¡Que no suene campana alguna!, no sea que su dulce alma, en su santo júbilo, Escuche el sonido, cuando éste flote desde la abominable Tierra. ¡Fuera! Esta noche mi corazón se ha aligerado. No elevaré cantos fúnebres, Pero con un antiguo himno triunfal llevaré por el aire al ángel en su vuelo! 26 Bibli o teca de MelCico PARAHELEN* . Te vi una vez -sólo una- años atrás; No debo decir cuántos, pero no muchos. Era una medianoche, en julio; y de afuera Una luna muy llena que, como tu propia alma, se cernía, Buscó una senda abrupta hacia arriba, por el cielo, Cayó un velo sedoso de luz plateada, Con serenidad y calor, con adormecimiento, En los rostros que al cielo volvían mil Rosas que en jardín encantado crecieron, Que ningún viento se atrevió a perturbar, salvo de puntillas, Cayó sobre los rostros vueltos al cielo de estas rosas Que dieron, en respuesta a la luz del amor, Sus almas perfumadas en muerte extasiada Cayó sobre los rostros que al cielo volvían Que sonrieron y murieron en este parterre, Hechizadas por ti y la poesía de tu presencia. Vestida toda de blanco, sobre una hilera de violetas Te vi medio inclinada, mientras la luna alumbraba Los rostros que las rosas al cielo volvían, Yen el tuyo, que también volvías al cielo, ¡ay, con dolor! ¿No fue acaso el Destino el que, en esta medianoche de julio -No fue acaso el Destino (cuyo nombre también es Pesar)-, Quien me ordenó detenerme ante aquel portón del jardín, A aspirar el incienso de las rosas durmientes? No había movimiento de pasos; dormía el mundo odiado, Excepto tú y yo. (¡Oh, Cielos -oh, Dios! ¡Cómo mi corazón latía acompasado por dos palabras! Excepto tú y yo). Me detuve -miréYen un instante todas las cosas desaparecieron. (¡Ah, recuerda que el jardín estaba encantado!) El brillo perlado de la luna se apagó; Las hileras con musgo y las veredas sinuosas, Las felices flores y los árboles descontentos * Poema escrito para la señora Sarah Helen Whitman. 27 Biblioteca de México Sara Helen Whitman No eran ya visibles: los mismos olores de las rosas Murieron en los brazos de los amorosos aires. Todas -todas pereGieron salvo tú- salvo algo menos que tú: Salvo s610 la luz divina de tus ojos Salvo el alma misma de tus ojos vueltos al cielo. S610 miré tus ojos -10 eran todo para mí. S610 miré tus ojos -sólo vi tus ojos durante horasS610 los miré hasta que se escondió la luna. ¡Que historias de corazones indómitos aparecían grabadas En esas esferas celestiales, cristalinas! ¡Qué oscuro infortunio! ¡Y aun así, qué esperanza tan sublime! ¡Qué océano de orgullo tan silenciosamente sereno! ¡Qué ambición tan osada! ¡Y aun así, qué profunda, Qué insondable capacidad de amar! Pero ahora, finalmente, el querido Dian se perdi6 de vista, En un lecho del oeste, de nubes de truenos; Y tú, un fantasma, entre los árboles sepultureros Te desvaneciste. Sólo quedaron tus ojos. No quisieron irse -no se han ido aún. Esa noche, alumbrando mi solitario camino a casa, Desde entonces tus ojos no me han dejado (Al contrario de mi esperanza). Me siguen -me guían a 10 largo de los años. Son mis pastores -y sin embargo yo soy su esclavo. Su oficio es iluminar e inflamar -Mi deber, ser salvado por su luz brillante Ser purificado en su fuego eléctrico, Y santificado en su fuego elíseo. Colman mi alma de Belleza (que es Esperanza), Y están muy. arriba en el cielo -Las estrellas ante las que me arrodilloEn las tristes, silenciosas vigilias de mis noches; Aunque incluso en el resplandor meridiano del día ¡l:;os veo aún -dos Venus que titilan Dulcemente, que no se extinguen con el sol! . 28 Biblioteca de México No hace mucho qu~ el autor de estas líneas, En la desquiciada altivez del intelecto, De endía "el poder de las palabras": decia que nunca Surgía un pensamiento en el cerebro humano Allende la expresitsn de la lengua humana: y ahora, como burla de esa jactancia, Dos palabras, dos suaves bisílabos extranjeros, -Tonos italianos, hechos s610 para que los susurren , Angeles que sueñan con el rocío alumbrado por la luna "Que cuelga como cadenas de perlas .en la colina Herrnon"Se han agitado desde los abismos de su corazón, ]Pensamientos como no pensados, almas del pensamilento, Visione§ más opulentas, mucho más indómitas y divinas Que incluso el serafín arpista, Israfel (Que tiene "la voz más dulce de todas las criaturas de Dios"), Podría esperar pronunciarlas. ¡Y yo!, mis hechizos están rotos. La pluma cae impotente de mi mano temblorosa. Con tu nombre querido como texto, aunque dicho por ti, No puedo escribir -no puedo hablar o pensar¡Ay!, no puedo sentir; pues no es el sentimiento, Este estar de pie inmóvil sobre el dorado umbral Del portón de los sueños, abierto de par en par, Contemplando, extasiado, la primorosa vista allá abajo Y me emociono mientras veo, hacia la derecha Hacia la izquierda y a lo largo de todo el camino, En medio de vapores no purpúreos, lejos Hacia donde la esperanza termina: sólo a ti. 29 Biblioteca de México ANNABELLEE Hace muchos, muchos años, En un reino junto al mar, Vivía una joven que quizá conozcas Con el nombre de Annabel Lee; y esta joven vivía sin más pensamiento De amarme y yo amarla. Yo era un niño, y ella una criatura, En ese reino junto al mar: Pero nos amábamos con un amor Que era más que el amor Yo y mi Annabel Lee; Con un amor que codiciaban Los alados arcángeles del cielo. y por esta razón, hace mucho tiempo, En ese reino junto al mar, De una nube sopló un viento, y congeló A mi primorosa Annabel Lee; Así que llegó su pariente de alta alcurnia y se la llevó de mi lado, Para encerrarla en un sepulcro En ese reino junto al mar. Los ángeles, ni la mitad de felices en el cielo, Nos envidiaban a ella y a mí. ¡Sí! Por esa razón fue que (como todos saben, En ese reino junto al mar) El viento salió de la nube por la noche, Helando y matando a mi Annabel Lee. Mas nuestro amor fue por mucho más grande Que el amor de los mayores que nosotros -De muchos más sabios que nosotrosy ninguno de los ángeles allá arriba, en el cielo, Ni, aquí abajo, los demonios bajo del mar, Podrán jamás separar mi alma del alma De la hermosa Annabel Lee. Pues la luna nunca resplandece sin traerme sueños De la hermosa Annabel Lee. y las estrellas nunca salen, pero siento los ojos brillantes De la hermosa Annabel Lee. y así, paso toda la marea nocturna, tendido al lado De mi amada -mi amada-, mi vida y mi novia, Allí en el sepulcro junto al mar, En su tumba junto al sonoro mar. Ilustración de Aubrey Beardsley 30 Biblioteca de México PARA F _ _ _ _ _ s S. O _ _ _ _ _ d* ¿Serás amada? deja pues que tu corazón De su sendero actual no se aparte Siendo todo lo que ahora eres, No siendo nada de lo que no eres. Así que con el mundo tus modos suaves, Tu gracia, tu más que belleza, Serán un tema interminable de alabanza y el amor. .. un simple deber. Frances Osgood • Frances Sargent Osgood 31 Biblioteca de México PARA ALGUIEN EN EL PARAÍSO . Fuiste todo eso para mí, amor mío, Lo que mi alma en verdad anheló Una isla verde en el océano, amor, Una fuente y un altar, Toda coronada de frutas y flores de hadas. y todas las flores fueron mías. ¡Ah, sueño tan brillante que poco duraría! ¡Ah, Esperanza constelada! ¡Surgiste, sólo para quedar oscurecida! Una voz del Futuro grita, "¡Sigue, sigue! ", pero sobre el Pasado (¡Golfo oscuro!) Mi espíritu gravita ¡Mudo, estático, pasmado! Pues, ¡oh, desgracia, para mí La luz de la Vida terminó! "¡No más, no más, ya nada más" (Idioma que declama el solemne mar A las arenas en la playa) ¡Florecerá el árbol chamuscado por el trueno, O la acongojada ascensión del águila! y todos mis días son trances, y todos mis sueños nocturnos Están donde brillan tus oscuros ojos, y donde la pisada reluce En cuántas danzas etéreas, Por cuántas corrientes eternas. Retrato de Virginia Poe 32 Biblioteca de México EULALIE Una Canción Moraba solo En un mundo de lamentos, y mi alma era una corriente estancada Hasta que la bella y suave Eulalie fue mi ruborizada novia Hasta que la joven Eulalie de cabellos dorados fue mi sonriente novia. ¡Ah, menos, mucho menos brillantes Son las estrellas nocturnas Que los ojos de la joven resplandeciente! y nunca un copo de nieve Que el vapor pueda hacer Con los matices purpúreos, perlados, De la luna Podrá competir con el rizo más desatendido de la modesta Eulalie -Jamás podrá compararse con el rizo más humilde, Más descuidado de Eulalie, la de los ojos brillantes. Ahora bien Duda, ahora bien Dolor, No volváis jamás Porque su alma me tiene suspiro tras suspiro, y todo el día Brilla, fuerte y clara, Astarté cerca del cielo, Mientras siempre para su querida Eulalie vuelve hacia al cielo su ojo de matrona -Siempre hacia su joven Eulalie vuelve su ojo violeta. 33 Biblioteca de México PARAANNIE ¡Gracias al cielo!, la crisis, El peligro ha pasado, y la persistente enfennedad Finalmente cesó, y la fiebre llamada "Vida" Conquistada está por fin . Por desgracia sé Que carezco de fuerzas, y ningún músculo muevo Mientras tendido estoy Cuan largo soy. Pero, ¡qué importa! Siento Que estoy mejor al fin. y descanso tan sereno, Ahora, en mi cama, Que cualquier espectador Creería quizás que estoy muerto Empezaría a observarme, Creyéndome muerto. Los lamentos y gemidos, Los suspiros y sollozos, Silenciados ahora, Con ese horrendo latido En el corazón -¡oh, que horrible, Qué horrible, palpitación!La enfennedad, la náusea, El despiadado dolor Han cesado, con la fiebre Que desquició mi juicio Con la fiebre llamada "Vivir" Que ardía en mi cerebro. Y, ¡ay!, de todas las torturas Ésa fue la peor Ha aplacado la pavorosa Tortura de la sed Del río de naftalina Por la Pasión maldecido: He bebido de un agua Que aplaca toda sed: De un agua que fluye, Con sonido de arrullos, De una fuente a muy, muy pocos Metros del suelo De una caverna no muy lejana Debajo del suelo. A la reina de los ángeles Para protegerme de daños. Y aquí yazgo con tanta calma, Ahora en mi cama (Sabiendo de su amor) Que me creíste muerto Y descanso con tanto contento, Ahora en mi cama, (Con su amor en mi pecho) Que me creíste muerto Que tiemblas al mirarme, Creyéndome muerto: ¡Ay!, y que jamás nadie Con desatino diga Que mi cuarto es sombrío y estrecha mi cama; Pues hombre alguno durmió En cama distinta Y, para dormir, debes adormilarte Justo en una cama así. Mas mi corazón está más brillante Que todas las muchas Estrellas en el cielo, Pues centellea con Annie Resplandece con la luz Del amor de mi Annie Con pensar en la luz De los ojos de mi Annie. Mi torturado espíritu Reposa aquí muy suave. Y olvida, o jamás Deplora, sus rosas Sus viejas inquietudes De mirtos y rosas: Pues ahora, mientras tan quieto Imagina acostado U na fragancia más santa Cerca de él ~e violetas Un olor a romero, Mezclado con violetasCon ruda y las hermosas, Puritanas violetas. Y así descansa feliz, Bañado en muchos Sueños de la verdad Y la belleza de Annie -Que se ahogó en un baño Por las trenzas de Annie. Me besó con ternura, Cariñosa me acarició Y entonces, dulcemente, Quedé dormido en su pecho Profundamente me dormí Pues su pecho era el cielo. Cuando la luz se apagó Me cobijó afectuosa Y rezó a los ángeles Para evitarme daños. Annie Richmond 35 Biblioteca de México PARA _ _ _ __ No me cuido de que mi porción terrena Poca tierra tenga Que años de amor se olviden En el odio de un minuto: No me aflige que los desolados Sean más felices o dulces que yo, Sino que tú te entristezcas por mi suerte Que sólo un transeúnte soy. PARAF_ _ _ __ ¡Amada!, entre los infortunios serios Que en mi camino terrenal proliferan (¡Ay!, lóbrego camino donde no crece Ni siquiera una sola rosa) Mi alma por fin tuvo un consuelo En sueños contigo, y allí conoce Un Edén de blando sosiego. y así tu recuerdo es para mí Como una encantada isla distante En un tumultuoso mar. Un palpitante océano libre y lejano Con tormentas, pero donde entretanto Constantemente cielos serenísimos Sobre esa sola isla sonríen. 36 Biblioteca de México Retrato da Ba ~¡ eJairc y de Poe ¡1or Alexe"leff C HA RUC:S BA UrJ E LAI RE'" EDGAR ALLAN POE (Fragmentos) La elevac¡ón sum@, ~a deli cade~&1 exqu jsita y mortalidad ~[ acento de rn- ~ ue E:dJg~ r P'oe ~~ i g~ de la musa, lelo~ las préictictil!s de de distr©le rle d~ ~lecució Jl) , le est¡~ mularon a perrfeccion@r cont¡ n l!a:~ • Charles B©ludelaire, ~dgjar Ailem P e, Poesía completa , edición bilingüe, Arturo SáT1chez y Fede ~ico Revill¡;¡, Ediciones 29, Libros Río ~:; evo , Barcalona, España, 1974, 33 pp. mente su cha ge lJ¡ a ~ g~n te , ~obre \~u­ e[ebomción que empleó, la adap- todo en re los ta ión del ritmo, ¡a etección de capacidad. rectores d ·1s¡ n g u ~ a r })oema mula'o ~;J Cuervo, se escanda¡¡zaría S1 anaJizara e1 art lc:uro do nde nuestro j)oeta -con apariend a de jngenuidad, pero no ~ i n un" punta de impertjnend a que r\ seré yo quien censure- explic6 minuciosamente et método de 37 Biblioteca de México una e§pecie de estribillo b ¡~V'e posrbte y ~I o más § usce pt¡bj~ de diversas a;:>J(cad o J'1]ltiS , pero al pro [o tiempo repmsentativo de 1a me~ a n co ¡ ¡ a y ¡a desesperación, adornado de una rlrna que era ~a más sOliera de todas (neVf3rttiore , nunca má ~h la elección de 38 Biblioteca de Méxtco un pájaro que pudiese imitar la voz humana, pero un pájaro ~I cuervo- marcado en la opinión del vulgo por un carácter funesto; la elección del tono más poético de todos, el melancólico, y del sentimiento más poético, el amor a una difunta; etc. Dice además: "Y no situaré al héroe de mi poema en un ambiente pobre, porque la pobreza es trivial y contraria a la idea de belleza. Su melancolía se cobijará en una dos al azar, los fatalistas de la inspiración y los fanáticos del verso suelto podrán considerar extravagantes esas minucias. No hay tales minucias, de ninguna clase, en materia de arte. Acerca de versos sueltos, añadiré que Poe concedía una extraordinaria importancia a la rima. En el análisis que él efectuó sobre el placer matemático y musical obtenido por el espíritu en la rima depositó tanta meticuhabitación suntuosa y poética- losidad y sutileza como en todas mente amueblada". El lector las demás cuestiones referentes puede advertir en muchos cuen- al oficio poético. Igualmente, así tos de Poe las señales de ese como demostró que el estribillo gusto inmoderado hacia las se presta a unas aplicaciones bellas formas, particularmente las infinitamente variadas, trató de bellas formas singulares, los rejuvenecer y de potenciar el ambientes cargados de adornos placer de la rima, añadiéndole y a los lujos orientales. un elemento inesperado, la exHe dicho que el artículo men- trañeza, que resulta ser algo así cionado me parecía tocado por como el condimento indispensauna leve impertinencia. Los parti- ble de toda belleza . A menudo darios de la inspiración no deja- emplea de modo feliz las repetirán de registrar en ello profana- ciones del mismo verso o de vación y blasfemia. Pero creo que rios, la obstinada reiteración de el artículo fue escrito especial- frases que reflejan las obsesiomente para ellos. Así como mu- nes de la melancolía o de la idea chos autores simulan naturalidad fija , el estribillo puro y simple, y aspiran a lograr la obra maes- pero c~n múltiples variantes en tra cerrando los ojos, confiados su aplicación; el estribillo -evoen el desorden y esperando que cando la indolencia o la distraclas letras, lanzadas al techo, cai- ción-, las rimas redobladas o trigan formando un poema, Edgar plicadas y también el género de Poe -que es uno de los hombres rima que introduce en la poesía más inspirados que conozco- moderna, pero con más cautela puso todo su cuidado en ocultar e intención, las sorpresas del la espontaneidad, simulando verso latino. sangre fría y deliberación. Con Evidentemente, el valor de esun orgullo curioso y que no tos medios no puede comproencuentro de mal gusto declaró barse más que en su aplicación lo siguiente: "Creo poderme ala- concreta. Una traducción de bar de que ningún punto de mi poesías tan personales y tan composición ha sido dejado al concentradas puede ser un sueazar y de que la obra entera ha ño sugestivo, pero nada más avanzado, paso a paso, hacia su que un sueño. Poe ha escrito finalidad con la precisión y la pocas poesías. A veces, ha malógica rigurosas propias de un nifestado su contrariedad por no problema matemático." Insisto poder entregarse a este género en que solamente los aficiona- -que consideraba el más noble- 39 Biblioteca de México no ya más a menudo, sino exclusivamente. Pero su poesía está siempre dotada de una gran pujanza. No se trata de la efusión ardiente de Byron, ni de la melancolía suave, armoniosa y refinada de Tennyson, por quien sentía, a pesar de todo, una admiración casi fraternal, dicho sea de paso. Es algo profundo y destellante como el ensueño, enigmático y perfecto como el cristal. No creo necesario añadir que los críticos americanos han atacado a menudo esta poesía. Recientemente hallé en un diccionario de biografías americanas un artículo donde se la tildaba de rareza declarando el temor de que esa musa vestida sabiamente hiciese escuela en el glorioso país de la moral útil y lamentando finalmente que Poe no hubiese aplicado su talento a la expresión de verdades morales, en vez de gastarlo en la búsqueda de un ideal raro y en la prodigalidad en sus versos de una voluptuosidad misteriosa. Ya conocemos esa esgrima. Las censuras que los malos críticos formulan a los buenos poetas son idénticas en todos los países. Leyendo ese artículo, me parecía la traducción de cualquiera de las abundantes requisitorias que los críticos de París lanzan contra los poetas nuestros más enamorados de la perfección. Es fácil adivinar cuáles son nuestros preferidos: cualquier alma apasionada por la poesía pura me comprenderá cuando diga que nuestro pueblo antipoético admiraría menos a Víctor Hugo si fuese perfecto y que sólo ha podido hacerse perdonar su genio lírico introduciendo, a la fuerza y brutalmente, en su poesía justamente lo que Edgar Poe consideraba la herejía moderna capital: la enseñanza. EOGAR ALLAN POE CORRESPONDENCIA Traducción del inglés de Mario Bojórquez CARTAS A SU PADRE* Baltimore. Octo: 16th 1831. Dear Sir, It is a long time since 1 have written to you unless with an application for money or assistance. 1 am sorry that it is so se Ido m that 1 hear from you or even of you - for all communication seems to be at an end; and when 1 think of the long twenty one years that 1 have called you father, and you have called me son, 1 could cry like a child to think that it should all end in this. You know me too well to think me interested - if so: why have 1 rejected your thousand offers of love and kindness? It is true that when 1 have been in great extremity, 1 have always applied to you - for 1 had no other friend , but it is only at such a time as the present when 1 can write to you with the consciousness of making no application for assistance, that 1 dare to open my heart, or speak one word of old affection. When 1 look back upon the past and think of every thing - of how much you tried to do for me - of your forbearance and your generosity, in spite of the most flagrant ingratitude on my part, 1 can not help thinking <you> myself the greatest fool in [page 2:] existence, - 1 am ready to curse the day when 1 was born. But 1 am fully - truly conscious that all these better feelings have come too late - 1 am not the damned villain even to ask you to restore me to the twentieth part of those affections which 1 have so deservedly lost, and 1 am resigned to whatever fate is alotted [[sic]] me. 1 write merely because 1 am by myself and have been thinking over old times, and my only friends, until my heart is full - At such a time the conversation of new acquaintance is like ice, and 1 prefer writing to you altho' 1 know that you care nothing about me, and perhaps will not even read my letter. 1 have nothing more to say - and this time, no favour to ask - Altho 1 am wretchedly poor, 1 have managed to get clear of the difficulty 1 spoke of in my last, and am out of debt, at any rate. May God bless you EAP. Will you not write one word to me? ,- , •.___. u- .... r ' .-..-... • •...: , ~' .' - .... t"~ ..:..., . ./ " . ~ .,:.. ~ ..fW"~ a!,. ,~A."'''''"'? , ~ , •. •- ~-. ~.... " , ...., ,? ~ ... " ~~ .. ' ,<... .. 4.6- 'c~t- • Mary Newton Stanard , Edgar Allan Poe Letters Till Now Unpublished in the Valentine Museum Richmond, Virgina . Philadelphia: J. B. Lippincolt , 1925. 40 Biblioteca de México ~'.' Baltimore, Balt: Octubre 16, 1831 Estimado Señor, Novr 18.1831, My Dear Pa, Hace bastante tiempo desde que le escribí solicitando su 1 am in the greatest distress and have no other friend on ayuda de dinero y asistencia. Lamento que desde entonces earth to apply to except yourself if you refuse to help me 1 sólo raramente haya escuchado alguna palabra de usted o know not what 1 shall do. 1 was arrested eleven days ago for a debt which 1 never expected to have to pay, and which acerca de usted -por toda comunicación parece que esto ha resultado finalmente así; y cuando pienso que a lo largo de veintiún años lo he llamado padre, y usted me ha llamado was incurred as much on Hy 's account as on my own about two years ago. hijo, termino llorando como un niño pensando que todo debió 1 would rather have done any thing on earth than apply to parar en esto. Me conoce demasiado bien para considerarme un interesado -si así fuera: ¿Por qué he rechazado sus miles you again after your late kindness - but indeed 1 have no other resource, and 1 am in bad health, and unable to under- de ofertas de amor y cariño? Es verdad que cuando estuve en go as much hardships as formerly or 1 never would have extrema necesidad, siempre acudí a usted -porque no tenía asked you to give me another cent. otro amigo, pero sólo es hasta ahora cuando puedo escribirle If you will only send me this one time $80, by Wednesday next, 1 will never forget your kindness & generosity. - if you refuse God only knows what 1 shall do, & all my hopes & prospects are ruined forever - con la conciencia de no solicitar ninguna ayuda, que me atrevo a abrirle mi corazón, o decirle una palabra de antiguo afecto. Cuando veo hacia atrás y pienso en las muchas cosas -en lo mucho que intentó hacer por rruí- en su indulgencia y en su generosidad, a pesar de la más flagrante ingratitud de mi Yours affectionately parte, no puedo ayudarle a que no piense de mí como en el EAPoe más grande tonto de la existencia -Estoy listo para maldecir el día en que naCÍ. Pero estoy completamente cierto -concientemente convenci- 1 have made every exertion but in vain . do que todos estos buenos sentimientos han llegado demasiado tarde- no soy un maldito villano pidiendo la restitución de esa vigésima parte de su afecto que he perdido tan merecidamente, y estoy resignado a lo que el destino ha dispuesto para mí. Le escribo simplemente porque he estado recordando los viejos tiempos y a mis únicos amigos, hasta que me siento pleno -en este momento la conversación con los conocidos es como el hielo para mí, y prefiero escribirle aunque sé que no le interesa, y probablemente ni leerá esta carta. No tengo nada más que decir -y esta vez, ni favor que pedir. -Aunque desgraciadamente pobre, he podido manejar hacia la solución las dificultades de las que le hablé en mi última carta, y estoy fuera de deudas, de cualquier manera. Que Dios lo bendigaE. A .P. ¿Podrá escribir una palabra para mí? Baltimore ~~oviembre 18, 183 1 Mi querido Papá Estoy en un grandísimo apuro y no tengo otro amigo en la tierra a quien acudir excepto a usted, si se niega a ayudarme no sé lo que puedo hacer. f ui arrestado hace once días por una deuda que nunca esperé que debiera pagar, y en la cual incurrí por unas inversiones de mi la cuenta de ahorros hará unos dos aiiíos. Hubiera hecho cualquier cosa en el mundo antes de acudir a 41 Biblioteca de México usted otra vez, especialmente después de su última muestra me your assistance if not for my sake for the sake of human- de amabilidad -pero de hecho no tengo otro recurso, estoy ity. mal de salud e incapaz de experimentar tantas dificultades 1 know you have never tumed a beggar from your door, and 1 como antes para enfrentarlas, de otro modo nunca le hubiera pedido un centavo más. apply to you in that light, 1 beg you for a little aid, and for the Si usted pudiera enviarme por sólo esta ocasión $80, para el sake of all that was formerly dear to you 1 trust that you will relieve me. miércoles próximo, nunca olvidaré su amabilidad y generosi- If you wish me to humble myself before you 1 am humble - dad. -si usted se negara, sólo Dios sabrá qué es lo que haré, Sickness and misfortune ha.ve left me not a shadow of pride. y todas mis esperanzas y proyectos se habrán arruinado para 1 own that 1 am miserable and unworthy of your notice, but siempre - do not leave me to perish without leaving me still one resource. 1 feel at the very bottom of my heart that if you were Su afectísimo in my situation and you in mine, how differently 1 would acto EAPoe Yours affecty EAP He realizado todos los esfuerzos pero en vano. Baltimore Diciembre 15, 1831 Querido Papá Balt. Dec. 15th, 1831. Dear Pa, Estoy seguro de que usted no se negaría a ayudarme si estu1 am sure you could not refuse to assist me if you were wel! viera verdaderamente conciente del apuro en que me encuen- aware of the distress 1 am in . How often have you relieved the tro. Cuántas veces usted ha asistido en sus dificultades a per- distresses of a perfect stranger in circumstances less urgent fectos extraños en circunstancias menos urgentes que la IlÚa, than mine. and yet when 1 beg and intreat you in the name of y aun cuando le pido y le suplico en el nombre de Dios por God to send me succour you will stil! refuse to aid me. 1 know que me envíe su socorro usted todavía se niega a ayudarme. that 1 have offended you past al! forgiveness, and 1 know that Sé que antes lo he ofendido más allá de cualquier perdón, y 1 have no longer any hopes of being again received into your sé que no tengo esperanzas de ser recibido nuevamente en el favour, but, for the sake of Christ, do not let me perish for a ámbito de su favor, pero por amor de Dios, no me deje pere- sum of money which you would never miss, and which would cer por una suma de dinero que usted no echará de menos, y relieve me from the greatest earthly misery - especial!y as 1 con la cual puede aliviarme de la más terrenal miseria -espe- promise by al! that is sacred that 1 wil! never under any cir- cialmente con la promesa por todo lo que hay de sagrado, que cumstances apply to you again. Oh! if you knew at this nunca, bajo ninguna circunstancia acudiré a usted otra vez. moment how wretched 1 am you would never forgive your- ¡Oh! si usted supiera en este momento lo desgraciado que self for having refused me. You are enjoying yourself in all soy, nunca se perdonaría por rechazarme. Usted está gozando the blessings that wealth & happiness can bestow, and 1 am de todas las bendiciones de abundancia y felicidad que se suffering every extremity of want and misery without even a pueden obtener, y yo estoy sufriendo cada extremosa necesi- chance of escape, or a friend to whom 1 can look up to for dad y miseria sin ninguna posibilidad de escape, o un amigo assistance. a quien pueda dirigirme por ayuda. Think for one moment, and if your nature and former heart Piense por un momento, y si su naturaleza y su bondadoso are not altogether changed you [page 2:] will no longer refuse corazón no sufren un cambio, no rehusará otorgarme su 42 Biblioteca de México ayuda al menos por otro motivo que por humanidad. Sé que usted jamás ha rechazado ayudar a un mendigo que toca a su puerta, y yo acudo ante usted en esa forma, suplicando por una pequeña ayuda, y por todo lo que alguna vez representé de cariño para usted, confío en que podrá socorrerme. , " .. r-.. ,,& Si desea que me humille ante usted , me he humillado - La enfermedad y la desgracia no me han dejado una sombra de orgullo. Reconozco que soy una persona desgraciada e indig.na de su consideración, pero no me deje desfallecer sin dejarme al menos todavía una posibilidad. Desde el fondo de mi corazón siento que si usted estuviera en mi lugar y yo en el suyo, de qué modo tan diferente actuaría. Su afectuoso =_l- ,,_ . - 1'-" ,'/ ~ rt:.~ . . '" .... , "' .... .. .-4 . .f J ,..-- .f" 4~ .... L: .... ... ... A. / Y._ L! _,k.,~, - ' "'.f ¿ 1, " ." ")"-'" ~ "-'- .<. 0 f , - . - -.. _1- ( ..¿jt-~ .. '__ <L -' ' I ¡,.... é .. ...i'. --. ; • ...., - i' ,1 ,._e ...... s. . ,"~ .. ~ .-:. ~ r ....... IC ~ Iia..... !..j -:;,. / -- . . . "' .. I 'w .·. ~- • ~ ,.----' 7 .¡ '".-- ' ,"/" 1 , ""\ ~.. ~"O-. ~. .. '"""" .. .... , . ~ -..... • • ".~ ( .--~ --, .'9 I. ""',..Á..... ,'u.- l . ""'J . - c. .....,. EAP • 1 .... U::!- Baltimore Decr : 29th 1831 Dear Sir, Nothing but extreme mi sery and di stress would make <y> me venture to intrude my self again upon your notice - If you knew how wretched I am I am sure that you would <ref> relieve me - No person in the world I am sure, could have undergone more wretchedness than 1 have done for sorne time past - and I have indeed no friend to look to but yourself - and no chance of extricating myself without your assistance. I know that I have no c1aim upon your generosity - and that what little share I had of your affection is long since forfeited, but , for the sake of what once was dear to you, for the sake of the love you bore me when I sat upon your knee and called you father do not forsake me this only time - and god will remember you accordingly EAPoe 43 Biblioteca de México Baltimore Diciembre 29, 1831 Estimado Señor, any offence against society which would render me deserving of so hard afate. For God's sake pity me, and save me from destruction. Nada sino una extrema miseria y necesidad me hacen aventuranne a imponer mi persona ante su atención -si usted supiera de qué modo tan desgraciado vivo, estoy seguro que acudiría en mi ayuda. Nadie en el mundo, estoy seguro, pudo experimentar tal miseria como la que yo he pasado en los últimos tiempos -y sin nadie a quien acudir sino a usted mismo -ya sin ninguna oportunidad de sobresalir sin su ayuda. Sé que no tengo derecho a reclamar su sobrada generosidad -y que la pequeña parte de su afecto que me prodigaba se ha perdido hace mucho tiempo, pero, por el cariño que alguna vez me tuvo, por el cariño que me dedicó cuando me senté en sus rodillas y le llamé padre, no me desampare por esta única ocasión -y dios lo recordará por siempre. EAPoe EAPoe Baltimore Abril 12, 1833 Baltimore April 12th 1833 lt has now been more than two years since you have assisted me and more than three years since you have spoken to me. 1 feel little hope that you will pay any regard to this letter, but still 1 cannot refrain from making one more attempt to interest you in my behalf. If you will only consider in what a situation 1 am placed you will surely pity me without friends , without any means, consequently of obtaining employment, 1 am perishing-absolutely perishing for want of aid. And yet 1 am not idle-nor addicted to any vice-nor have 1 committed Hace ahora más de dos años desde que me ayudó y más de tres desde que usted habló conmigo. Siento muy pocas esperanzas de que preste alguna atención a esta carta, sin embargo, no puedo reprimir hacer una nueva tentativa de interesarle en mis asuntos . Si solamente considerara en qué situación me encuentro, seguramente se apiadaría de mí -sin amigos, sin ningún medio , consecuentemente impedido para obtener un empleo, estoy falleciendo absolutamente, falleciendo por obtener alguna ayuda. No soy un ocioso -no soy adicto a ningún vicio -no he cometido ninguna ofensa contra la sociedad, la cual pudiera restarme algún mérito para que difícilmente me pudiera conseguir un destino. Por el amor de Dios apiádese de mí, y sálveme de la destrucción. EAPoe 44 Biblioteca de México LAS DOS CARAS DE EDGAR ALLAN POE* Traducción del francés, Mario Bojórquez Poe escribió esta larga carta introspectiva en respuesta a Lowell quien le había solicitado una "autobiografía espiritual", para presentarla a los lectores de Graham's Magazine. Nueva York, 2 de julio 1844 Querido Señor, Me compadezco de esa indolencia natural, de la cual usted se lamenta, porque es uno de mis menores defectos. Soy excesivamente perezoso y maravillosamente activo, por momentos. Tengo periodos donde toda actividad intelectual es para mí una tortura, y donde nada me satisface más que convivir solitariamente con "las montañas y los bosques" -esos altares de Byron. He, incluso, perdido meses enteros vagando y soñando, para despertarme a una suerte de locura de la composición. Entonces rasco el papel todo el día y leo toda la noche, mientras que esta enfermedad dura No soy ambicioso, sino de forma negativa. Tengo de vez en cuando el repentino deseo de ganarle a cualquier idiota, sobre todo simplemente porque me da horror dejar creer a un imbécil que pueda vencerme. Estoy profundamente consciente de esta vanidad, donde la mayor parte se reduce a discutir: la vanidad de la vida temporal. Paso la vida soñando en el porvenir. No creo en la perfección del hombre. No creo que los esfuerzos del hombre habrán de tener efectos apreciables en la humanidad. El hombre es ahora más activo, _pero no más feliz ni más sabio que hace 6 000 años. El resultado definitivo no cambiará en nada -y creo que pudo ser diferente, creo que nuestros ancestros han muerto en vano, que el pasado no es más el ABC del porvenir, que las legiones de muertos no son nuestros iguales, tanto como nosotros no lo somos de nuestra posteridad. No puedo consentir ver al individuo perderse en la masa. No creo en la espiritualidad. Creo que esta palabra es sólo una palabra. Nadie puede verdaderamente concebir el espíritu. No podemos imaginar ni qué es. La idea de una materia infinitamente rarificada es un error. La materia aparece a nuestros sentidos por grados: una piedra, un metal, un líquido, una atmósfera, un gas, el éter centellante. Más allá intervienen modificaciones más complejas. Pero nosotros las ligamos a la noción de partículas constituidas, a la composición atómica. Es por esto que nos imaginamos al espíritu como esencialmente diferente, porque, nos decimos, el espíritu es indivisible, y entonces no puede ser materia. Pero es claro que si avanzamos suficientemente lejos dentro de nuestra concepción de la rarefacción, percibiremos un punto en * Jacques Cabau, Edgar Allan Poe, par lui-meme, ecrivains de toujours, aux Editions de Seuil, París, 1960, 192 pp. el cual todas las partículas se fusionan; porque, si bien las partículas son infinitas, es absurdo concebir una infinita pequeñez de espacios que las separan. La materia indivisible, que penetra y anima todas las cosas, es Dios. Su acción es el pensamiento de Dios -que creó al hombre. El hombre y los otros seres pensantes son las individualizaciones de la materia indivisible. El hombre existe en tanto que individuo, porque él está revestido de una materia particular, que lo individualiza. Su vida bajo este hábito no es más que una etapa efímera. Esto que llamamos "Muerte" es una dura metamorfosis. Las estrellas y planetas son la residencia de estos avatares. Sin la necesidad de estas etapas efímeras, no habría mundos. Morir para convertirse en mariposa -aunque material, pero de una materia imperceptible a nuestros sentidos, percibida directamente -sin la mediación de algún órgano- por los médiums durante los trances mesméricos. Así un sonámbulo puede ver los espíritus. Despojado de su efímero hábito orgánico, el ser vive en el espacio -dentro de lo que creemos es el universo inmaterial- desde cualquier lugar y decidiendo todo por su sola voluntad; e iniciado en todos los secretos, salvo aquellos de la naturaleza de la voluntad divina" movimiento o voluntad de la materia indivisible. Usted me pide "un resumen sobre mi vida" -después de lo que aquí precede comprenderá que no se lo daré. Estoy muy consciente de la evanescencia transitoria de las cosas temporales para conceder alguna atención continua a algo, para ser lógico en algo. Mi vida no es más que un capricho -impulso -pasión- deseo de soledad -desprecio de todas las cosas presentes, y sed de futuro. Soy muy sensible a la música, y en ciertos poemas, en particular aquellos de Tennyson, con los de Keats, Shelley, Coleridge (a veces) y algunos otros de la misma vena y del mismo estilo, ya que los considero como los ÚNICOS poetas. La música es la perfección del alma o la esencia de la poesía. La exaltación IMPRECISA suscitada por la música, que debe ser muy tenue, y nunca muy fuertemente sugestiva, debe ser el orden de toda poesía. La búsqueda del efecto, dentro de ciertos límites, no es entonces un defecto. . .. Creo que mis mejores poemas son: La durmiente, El gusano conquistador, El palacio encantado, Leonora, País del sueño y el Coliseo, todos fueron hechos con gran vivacidad y muy espontáneamente. Mis mejores cuentos son: Ligéia, El escarabajo de oro, El doble crimen de la calle Morgue, La caída de la casa Usher, El corazón delator, El gato negro, William Wilson y Un descenso al Milelstrom; La carta robada que va a parecer en el Gijt, este puede ser el mejor de mis cuentos de raClOCIDlO ... 45 Biblioteca de México John Allan Frances Allan El lector podrá, por supuesto, ver la parte de la máscara, en esta autobiografía romántica. Una carta a Maria Clemm, ofrece una imagen más humana del "pobre Eddie" en un viaje: Nueva York, domingo por la mañana, 7 de abril (1844), después del desayuno. Mi querida mamá, Acabamos de desayunar, y me siento a contarte todo. No pude pagar por el timbre porque el correo está cerrado hoy. Llegamos sanos y salvos al desembarcadero de la calle Walnut. El conductor quería cobrarme un dólar de propina, me rehusé a pagarlo. Pero si tuve que pagarle a un muchacho para que subiera las maletas a un coche ... Fuimos en coche a Amboy, unos 70 kms. de Nueva York, pues ahí tomamos el transbordador para el resto del viaje. Sissi no tosió demasiado. Cuando llegamos al muelle, estaba lloviendo. La dejé a bordo, puse las maletas en el salón de Damas, fui a comprar un paraguas y a buscar una pensión. Encontré a un hombre que vendía paraguas y le compré uno por 62 centavos. Después subí por la calle de Greenwich y ahí finalmente encontré una pensión. Es justo llegando a la calle Cedar, lado oeste subiendo a mano izquierda. Hay una escalinata de lozas umbrías, y un porche de columnas oscuras. En la puerta está el nombre de "Morrison". Hice el trato en unos minutos, tomé un taxi y volví a buscar a Siso No tardé ni media hora, y ella se sorprendió de verme regresar tan rápido. Ella me esperaba por lo menos hasta dentro de una hora. Había otras dos damas a bordo, que esperaban también -así que no estuvo sola. Llegados a la pensión tuvimos que esperar una media hora a que la habitación estuviera lista. La casa es vieja y el aire lleno de alimañas . . , (Carta cortada con tijeras en este punto) ... la pensión es la menos cara, si se considera que está muy cercana, y que la alimentación es excelente. Si Caterina1 ve esto, cae enferma. Ayer por la tarde, en la cena, conseguimos el mejor té del mundo, fuerte y caliente, pan de trigo y de centeno -quesos -galletas, un gran plato (dos platos de hecho) de jamón excelente, y 2 de ternera fría y apilados en una montaña, en rebanadas finas, 3 platos de pasteles, todo sin medida. No hay peligro de morir de hambre por aquí. La propietaria nos fuerza a comer, e inmediatamente nos sentimos en casa. Su marido vive con ella es un gordo. Tiene unos 8 o 10 huéspedes, de los cuales 2 o 3 damas, y 2 empleadas. Para el "breakfast", tenemos un café muy oloroso, caliente y fuerte, sin nada de crema, costillitas de res, jamón, huevos, un pan excelente y mantequilla. Nunca me senté a mesa tan buena y abundante. Quisiera que pudieras ver los huevos -y los grandes platos de carne. Este es el primer buen desayuno que tomo desde que salí de casa. Sis está muy feliz, y estamos los dos de excelente humor. Ella apenas si tose, y ya no suda durante la noche. Está intentando reparar mi pantalón que desgarré con un clavo. Salí ayer por la noche para comprar una madeja de seda, un ovillo de hilo, 2 botones, un par de zapatillas y una sartén para la estufa. Nos quedan apenas 4 dólares y medio. Mañana intentaré pedir prestados 3 -que nos hará bien asegurar la semana. Me siento en buena forma, y no he bebido una gota de alcohol -así que espero salir bien. En cuanto reúna suficiente dinero, se lo enviaré. No tiene idea de cómo la extrañamos los dos. Sissy ayer por la tarde estuvo llorando mucho porque usted y Caterina no están aquí. .. , Sissy o Sis, diminuti vo de Virginia, su esposa. , Caterina: el gato de Poe. 46 Bibl ioteca de M é xico JORGE LUIS BORGES* EDGAR ALLAN POE Borges en la tumba de Poe Pompas del mármol , negra anatomía Que ultrajan los gusanos sepulcrales, Del triunfo de la muerte los glaciales Símbolos congregó . No los temía. Temía la otra sombra, la amorosa, Las comunes venturas de la gente; No lo cegó el metal resplandeciente Ni el mármol sepulcral sino la rosa . Como del otro lado del espejo Se entregó solitario a su complejo Destino de inventor de pesadillas. Quizá, del otro lado de la muerte , Sigue erigiendo solitario y fuerte Espléndidas y atroces maravillas. , ;, \ - .... -J' r el I • " rr' _ _ • ...,..-1 ,. , - .. 'f " '--, - -~ .' ~ -r · • Jorge Luis Borges. El otro , el mismo, Emecé Editores, S_A , Buenos Aires , 1969, 276 pp - 47 Bibli o t e ca d e M é xi c o STEPHANE MALLARMÉ* LA TUMBA DE EDGAR POE Traducción de Tomás Segovia Como en sí mismo al fin la eternidad lo cambia, El poeta suscita con su espada desnuda A su siglo espantado de no haber conocido Que la muerte triunfaba en esa voz extraña. Ellos, vil hidra trémula, oyendo dar al ángel Un sentido más puro al habla de la tribu Proclamaron muy alto el hechizo bebido En la onda sin honor de alguna negra mezcla. Si con suelo y con nubes hostiles, ¡oh dolor! Nuestra idea no esculpe algún bajorrelieve Con que la deslumbrante tumba de Poe se adorne Bloque en calma caído de algún desastre oscuro Que este granito al menos dé un límite a los negros Vuelos que la Blasfemia esparce en el futuro. Tumba de Edgar Allan Poe • Marco Antonio Montes de Oca, El surco y la brasa, Fondo de Cultura Económica , México, 1974, 450 pp. 48 Biblioteca de México HERMANN HESSE* E.A.POE (1809-1849) La literatura alemana actual está llena de obras "fantásticas" de las que únicamente las de Meyrinck tienen una cierta profundidad. El padre de este género, Poe, no ha vuelto a ser alcanzado nunca. Poe, el periodista americano solitario y pobre, era un ser realmente marcado, un Caín con la marca del genio. Toda la literatura fantástica y de horror que le sigue volverá a desaparecer pronto. Poe es seguramente el escritor más grande de América anterior a Whitman . • Edgar Allan Poe, acuarela de Manet • Hermann Hesse, Escritos sobre literatura 2, Alianza Editorial , Madrid , 1984, 664 pp . 49 Biblioteca de México EOGAR ALLAN POE EL CUERVO Versión de Enrique González Martínez The Raven El Cuervo Once upon a midnight dreary, while 1 pondered, weak and weary, Over many a quaint and curious volume of forgotten loreWhile 1 nodded, nearly napping, suddenly there carne a tapping, As of sorne one gently rapping, rapping at my chamber door. "'T is sorne visitor," l muttered, "tapping at my chamber doorOnly this and nothing more." Una media noche lóbrega, abismado en la lectura de raros libros de oscura y trasnochada cultura, por el cansancio los ojos entomábanseme ya, cuando oí, de pronto, incierta, tenue llamada a mi puerta. "Un visitante -me dije- que llamando está a mi puerta; esto es sólo y nada más." Ah, distinctly [ remember it was in the bleak December; And each separate dying ember wrought its ghost upon the floor. Eagerly l wished the morrow; - vainly 1 had sought to borrow From my books surcease of sorrow -sorrow for the lost LenoreFor the rare and radiant maiden whom the angels name LenoreNameless here for everrnore. Bien lo recuerdo. Diciembre con su cierzo helaba el mundo. Su espectro incrustaba al suelo cada tizón moribundo. Leyendo esperaba el día, leyendo por olvidar a la clara y sin par virgen , la que el vuelo tendió al cielo, hoy llamada Leonora por los ángeles del cielo, ya sin nombre aquí jamás. And the silken, sad, uncel1ain rustling of each purple curtain Thrilled me - filled me with fantastic terrors never felt before; So that now, to sti 11 the beating of my heal1, [ stood repeating, " 'T is sorne visitor entreating entrance at my chamber doorSorne late visitor entreating entrance at my chamber door; This it is and nothing more." El rozar incierto, lúgubre, de las sedeñas y rojas colgaduras, llenó mi alma de pavores y congojas, de terrores y fantasmas con que no soñé jamás. y me dije: "Llama alguno que ha venido a visitarme, un amigo inoportuno que pretende visitarme; esto es sólo y nada más ." Grabados de Gustave Doré • Enrique González Martinez, en El CuervofThe Raven y Filosofía de la Composición. edición trilingüe presentada por Salvador Elizondo . El Tucán de Virginia. El Colegio Nacional . México. 1998. 64 pp . 50 Biblioteca de Méxic o Grabado de Gustave Doré Presently my soul grew stronger; hesitating then no longer, "Sir," saíd 1, "or Madam, truly your forgiveness 1 implore; But the fact is l was napping, and so gently you carne rapping, And so faintly you came tapping, tapping at my chamber door, That l se arce was sure l heard you" -here l opened the door;Darkness there and nothing more. Refrenando miedo y dudas y con el de fuera hablando, dije: "Señor o señora. medio dormitaba cuando llamasteis; perdón demando por lo que os hice esperar; apenas oíros pude .. . ¡Como tan quedo a la puerta tocabais! " ... Y en la desierta calle, cuando abrí la puerta. hallé sombra nada más. Deep into that darkness peering, long l stood there wondering, fearing, Doubting, dreaming dreams no mortal ever dared to dream before; But the silence was unbroken, and the stillness gave no token, And the only word there spoken was the whispered word, "Lenore?" This 1 whispered, and an echo murmured back the word, "Lenore!" Merely this and nothing more. Alargando la mirada por la sombra desolada de la calle, se hundió el alma en confusa marejada de fantasmas y de sueños que jamás soñó un mortal. y una voz rasgó el silencio de la hora: "Leonora", y la sola voz oída fue aquel nombre: "Leonora'·. aquel nombre y nada más. Back into the chamber tuming, all my soul within me buming, Soon again l heard a tapping somewhat louder than before. "Surely," said 1, "surely that is something at my window lattice; Let me see, then, what thereat is, and this mystery exploreLet my heart be still a moment and this mystery explore;'T is the wind and nothing more!" Volví al fondo de mi estancia temeroso y sorprendido: pero un sonido más fuerte llegó súbito a mi oído. Dije: "Hay alguien que rondando junto a la ventana está; aclaremos el enigma que interrumpe mi reposo; de seguro que es el viento el que turba mi reposo; es el viento y nada más. Open here 1 flung the shutter, when. with many a flirt and flutter. In there stepped a stately Raven of the saintly days of yore; Not the least obeisance made he; not a minute stopped or stayed he; But, with mien of lord or lady, perched above my chamber doorPerched upon a bust of Pallas just above my chamber doorPerched. and sat, and nothing more. De par en par, la ventana abrí, y entró con estrépito -de santa época lejana- un cuervo grave y decrépito que se puso, sin mirarme, por el cuarto a revolar, y con aires señoriles, al ver un busto de Pal as sobre mi puerta, las alas tendió hacia el busto de Palas y posóse en él no más. Then this ebony bird beguiling my sad fancy into smiling, By the grave and stem decorum of the countenance it wore, 'Though thy crest be shom and shaven, thou," l saíd, "art sure no craven. Ghastly grim and ancient Raven wandering from the Nightly shoreTell me what thy lordly name is on the Night's Plutonian shore!" Quoth the Raven. "Nevermore." Movióme el pájaro a risa con su estrafalario aspecto, y al mirarlo de tal guisa. cortesano y circunspecto. "aunque feo y calvo -díjele- no eres un cuervo vulgilr: sepamos cómo te nombras, vagabundo de las sombras, qué noble título llevas en las plutónicas sombras" ... Dijo el Cuervo: "Nunca más". 51 Biblioteca de México • l~ / -.'. Viñeta de José Antonio Montero Much 1 marvelled this ungainly fowl to hear discourse so plainly, Though its answer little meaning- little relevancy bore; For we cannot help agreeing that no living human being Ever yet was blessed with seeing bird aboye his chamber doorBird or beast upon the sculptured bust aboye his chamber door, With such name as "Nevermore." Me dejó la voz del cuervo alarmado y sorprendido por más que fuera su verbo un vocablo sin sentido; pero ¿cuándo tal escena ningún bombre vio jamás? ¿ Quién miró sin sentir susto, sobre el mármol de aquel busto, un pajarraco vetusto, firme y quieto sobre el busto, y de nombre "Nunca más?" But the Raven, sitting lonely on the placid bust, spoke only That one word, as if his soul in that one word he did outpour. Nothing farther then he uttered -not a feather then he flutteredTill 1 scarceIy more than muttered, "Other friends have flown beforeOn the morrow he willleave me, as my Ropes have flown before." Then the bird said, "Nevermore." Sin dejar su sitio el ave, con imperturbable calma, dejaba oír su voz grave, su única voz, cual si el alma se le fuera toda en ella. Y pensé: "Ya vi escapar mi esperanza, mi alegría y otros amigos de un día, y mañana se irá éste, mañana al rayar el día ... " Dijo el Cuervo: "iNunca más!" Startled at the stillness broken by reply so aptly spoken, "Doubtless," said 1, "what it utters is its only stock and store Caught from sorne unhappy master whom unmerciful Disaster Followed fast and followed faster till his songs one burden boreTilI the dirges of his Rope that melancholy burden bore Of 'Never- nevermore: " Asombrado al oír una respuesta tan oportuna, "este es el solo vocablo -pensé ya sin duda alguna- que su dueño, un pobre diablo, pudo al pájaro enseñar; tal vez fue víctima oscura de una vida de amargura; por eso va repitiendo su estribillo de amargura: 'Nunca mas' y 'Nunca más'''. But the Raven still beguiling my sad fancy into smiling, Straight 1 wheeled a cushioned seat in front of bird and bust and door; Then, upon the velvet sinking, 1 betook myself to linking Fancy unto fancy, thinking what this ominous bird of yoreWhat this grim, ungainly, ghastly, gaunt, and ominous bird of yore Meant in croaking "Nevermore." Sonriendo en mi tristeza, un sillón acojinado arrastré frente a mi huésped en el busto encaramado, y en mi asiento arrellanado sueño a sueño eché a volar; y ante el ave milenaria aguzaba mi sentido meditando en su graznido y buscando qué sentido encerraba el "Nunca más". This 1 sat engaged in guessing, but no syllable expressing To the fowl whose fiery eyes now bumed into my bosom's core; This and more 1 sat divining, with my head at ease recIining On the cushion's velvet Iining that the lamp-light gloated o'er, But whose velvet-violet Iining with the Iamp-light gloating o'er, She shall press, ah, nevermore! Frente al ave cuyos ojos traspasaban con agudos dardos de lumbre mi pecho, me instalé, los labios mudos, cavilando cómo y cuándo el misterio penetrar, la cabeza en los cojines devorados por la huella de la luz, y donde ella no podrá imprimir su huella nunca más iah! nunca más. Then, methought, the air grew den ser, perfumed from an unseen censer Swung by seraphim whose foot-falls tinkled on the tufted floor. "Wretch," 1cried, "thy God bath lent thee -by these angels he hath sent thee Respite -respite and nepenthe from thy memories of Lenore; Quaff, oh, quaff this kind nepenthe and forget this lost Lenore!" Quoth the Raven, "Nevermore." El ambiente de mi alcoba fue tomándose más denso como si esparciera nubes de aromado y puro incienso el incensario de un ángel que invisible sentí andar. Y me dije: "Dios te ha oído; el nepente del olvido un arcángel te ha traído; da su imagen al olvido" ... Dijo el Cuervo: "iNunca más!" 52 Biblioteca de México "Prophet!" said 1, "th ing of evil! -prophet still , if bird or devil!Whether Tempter sent, or whether tempest tossed thee here ashore, Desolate yet all undaunted, on this desert land enchantedOn this home by Horror haunted -tell me truly, I imploreIs there -is there balm in Gilead? -tell me- tell me, 1 implore !" Quoth the Raven, " Neverrnore." " ¡Profeta, de monio o ave, ser maligno ! Si e l conj uro de l Te ntado r te dio c ita y hasta mi c ubil osc uro -en donde e l ho rror habita- te arrojó la te mpestad , dime si hay algo que sea un consue lo, yo te im ploro; di si hay bá lsamo e n Judea ; res pó ndeme, yo te imploro ." Dijo e l C uervo : " ¡Nunca más!" "Prophet! " said 1, "thing of evil ! - prophet still, if bird or dev il' By that Heaven that bends aboye us -by that God we both adoreTell this soul with sorrow laden if, within the distant Aidenn, It shall c1asp a sainted maiden whom the angels name LenoreClasp a rare and radiant maiden whom the angels name Le nore." Quoth the Rave n, "Neverrnore." "Ave, profeta o demo nio , por e l Dios q ue está e n e l c ie lo y tú ado ras y yo adoro ; sepa mi a lma s in consue lo s i allá e n e l lej ano c ie lo ha de volver a besar a la virge n por quie n lloro, hoy e n e l ce leste coro, Leonora. así llamada por los de l ce leste coro. " Dijo e l C uervo: "¡ Nunca mas '" " Be that word our sign of parting, bird or fiend' " 1 shrieked. upstarting"Get thee bac k into the tempest and the Night 's Plutonian shore ' Leave no black plume as a token of that Iie th y soul hath spoken' Leave my loneliness unbroken! -quit the bust aboye my door! Take thy beak from out my heart, and take thy fo rrn from off my door!" Quoth the Rave n, "Neverrnore." "¡ Que tu voz aborrec ida sea señal de partida -aullé a lzá ndo me-; ya vete; abandona mi guarida; q ue a las plutó nicas sombras te arre bate e l ve ndaval; ni una pluma que recuerde esa me ntira que mata aqu Í dejes; de mi seno saca e l pico que me mata!" Dijo e l C uervo : " ¡Nunca más!" And the Raven, never flittin g, still is sitting, srill is sitting On the pallid bust of Pallas just abo ve my chamber door; And his eyes have all the seeming of a demon's that is dreaming, And the lamp-Iight o'er him streaming throws his shadow on the fl oor; And my soul from out that shadow th at lies fl oating on the floor Shall be Jifted - nevemore' Inmóvil y adu sto e l C uervo sig ue tre pado en e l busto de Palas, y se aletarga, e nigmático y vetu sto, y es un de mo nio que sueña su pesadill a infe rn a l; y su sombra se proyec ta so bre e l sue lo , de nsa y larga, y mi a lma se hunde e n e ll a. y de aque lla sombra larga no ha de a lzarse ¡ nunca más ' Ilustración de Prassinos 53 Biblioteca de México D. H. LAWRENCE* EDGAR ALLAN POE ... Poe sólo conoció el amor, el amor, el amor, las vibraciones intensas y la conciencia realzada . Drogas, mujeres y autodestrucción , pero de todos modos el éxtasis prismático de la conciencia agudizada y el sentido del amor y del flujo. El alma humana en él estaba detrás de él. Pero no estaba perdida. Nos dijo lisa y llanamente cómo era para que lo supiéramos. Era un aventurero de las criptas , de los sótanos y de los tétricos pasajes subterráneos del alma humana. Sondeó el horror de su propia perdición. Estaba perdido. Murió deseando más amor, y el amor lo mató. El amor es una enfermedad horrible. Poe nos habla de su enfermedad y trata de que resulte bella y atrayente. Y a veces lo consigue ... D H Lawrence , Estudios sobre literatura clásica norteamencana, traducción de Ca rlos Mari a Reyles, Emecé Editores, Buenos Aires, 1946, 276 pp 54 B iblioteca de Mexi c o EOMONO JALOUX* EL RECUERDO DE EDGAR POE I nmediatamente después de su muerte, el nombre de Edgar Poe fue casi unánimemente escarnecido Cottage de Landor, la amiga preferida, su Dama , como se decía en tiempos de la novela de caballe- y despreciado. Uno de sus amigos, Rufus Gris- ría . También dio a John Ingram las admirables car- wold, ( ... ) le traicionó bajamente, como se sabe por tas de ella y las copias de sus poesías. Sólo la Baudelaire. Hizo de él una caricatura casi abyecta. señora Clemm, el ángel de abnegación, había La orquesta de la crítica norteamericana siguió a desaparecido. Pero Ingram tuvo su corresponden- Rufus Griswold . John Ingram fue el primer hombre cia entre las manos. que del otro lado del Atlántico tomó partido por el Así , más allá de la tumba , esas mujeres per- poeta. Escribió la primera biografía seria y verídica manecían fieles al hombre que habían querido y de Poe; biografía seguida de innumerables traba- que se había vuelto para la mayoría de sus con- jos que han permitido a todos los críticos y comen- temporáneos un objeto de mofa , un ilota, aquel taristas del poeta reconstruir aproximadamente su que es saludable despreciar si se quiere halagar la imagen exacta, con conclusiones, según sus teo- opinión pública. ¿Se veían ellas? ¿Se visitaban? rías personales , más o menos favorables para el ¿Hablaban de él reunidas, o cada una se queda- autor de El Cuervo. ba sola con ese fantasma en el corazón? iQué Fue hacia 1880 que John Ingram publicó su her- grandiosa imagen la del crepúsculo de la vida , mosa obra de rehabilitación . Se tomó mucho tiem- descendiendo lentamente sobre todas esas muje- po para hacerla; tuvo la suerte de conocer y de res a quienes el olvido no había quitado nada y entrar en contacto cm'! muchos familiares y amigos que recordaban piadosamente haber alimentado, del poeta , lo que da a la mayoría de sus informes una después de la otra y a veces hasta juntas, esa un carácter de conmovedora veracidad. En el curso alta llama amorosa que, sublimada por un ardien- de sus investigaciones, debía encontrar fatalmente te espiritual ismo, hizo posible la creación de tan- a muchos de los familiares del poeta. Fúe así que tas obras inmortales! descubrió que casi todas las mujeres qilJe Poe Ninguna se creyó traicionada, ninguna lo trai- había amado vivían aún. Las vio una por una. cionó . Lo que los hombres no comprendieron, Conoció a Elmira Shelton, el primer y último amor ellas lo adivinaron . Erdgar fue fiel a tod as ellas de Poe y, dice el crítico, ella le reveló el secreto de como ellas mismas lo fueron para él. A todas pidió sus amores. DescilJbrió el retiro de Rosalía Poe, el secreto de su vida , es decir, esa exaltación en quien le confió los ~ Itimos recuerdos que tenía d~ la cual encontraba una forma d~1 ©Imor. Pues , en su hermano. Visitó a María Luisa Shew que le dio a realidad , a medida que medimos esa vida yestu- leer su diario y los más íntimos pensamientos de su diamos su obra , nos parece más y más que el vida en la época que frecuentaba al poeta. Sarah amor no fue para Edgar Poe esa terrible necesi- Helena Whitman , también , dejó ver la fidelidad de dad de placer que es para la mayoría de los seres, una ternura siempre viva y permitió a Ingram leer ni ese deseo de fundirse en una unión , que se las cartas de Poe. La señora Stella le donó los ver- parece a una huída, sino una amistad hipertensa, sos que Poe le había enviado y el último retrato del una ternura casi edénica. Pedía a las mujeres que poeta: el más trágico, aquel en que parece ya per- lo guiaran en esos estados de trascendencia lírica tenecer a ese otro mundo que acaso conoció mejor que obtenía por su concurso fís ico e intelectual , y que éste. En fin , conoció a Annie, la Annie del de los que ellas le proporcionaban la llave. Si ha hablado poco del amor en sus cuentos, yeso con * Edmond Jaloux. Edgar Poe y las mujeres, traducción de Vi rgilio Piñera y Humberto Rodríguez Tomeu , Argos, Buenos Aires, 1947, 276 pp. recelo y fanático pudor, en desquite su poesía es toda amorosa. Ya se trate del dolor, de la pena , de 55 Biblioteca de Mexico Autorretrato de Edgar Allan Poe la nostalgia, de la esperanza, del deseo, sólo los Bonaparte y otros eruditos han querido ver la con- ve a través de la mujer. Sin ellas, no podría obtenerlos. Pero esta mujer no es ella misma. una fesión de una deficiencia física -cuando no es meta, no es un todo: es la portadora de una luz que él debe arrebatarles para componer su obra y para la cual los sentimientos humanos tienen otro sentido que para nuestra especie, sentimientos a sin la cual nada puede. La palabra "inspiradora", la vez más angélicos y demoníacos que los otros. de la que se ha abusado tanto en el siglo que ¿Si , lo repito , fuéramos al fondo de la psicología ha llegado a ser ridícula , es justa en este caso . Es de otros poetas, particularmente de la misma justa, puesto que él mismo ha descrito exacta- época, y acaso de todos los tiempos , no encontraríamos señales análogas? ¿Shelley, Goethe, XIX mente sus estados sentimentales y ha nombrado a algunas de las que se los inspiraran . Pero en más que la confesión de un alma desmesurada, Baudelaire, Leopardi , para citar espíritus muy dife- realidad ellas creaban en él un movimiento del rentes , no han buscado también a través del amor alma particular, una especie de trance que partici- un estado de felicidad superfísica, capaz de con- paba a la vez de la desesperación y del éxtasis. ducirlos a un extraño misticismo lírico? Un amor a Esas cartas[ .. .] describen , en efecto, con una la vez tan puro y tan trágico sólo podía resolverse , me parece , en la muerte, como el de Tristán e especie de sombrío furor esa horripilación del ser entero ante la cercanía de la amada , ese furor de Isolda. Fue por ese motivo que antes de partir, abrazo y esa desesperación , esa irritación y ese Poe, al decir adiós a Annie , le pidió que acudiese deseo de absoluto, esa necesidad de inmortalidad a su lecho de muerte; también por eso uno de sus más bellos poemas, Para Annie , debía concluir y de nada a la vez, en los cuales la princesa María 56 Biblioteca de México con la misma súplica. Yesos versos son como el testamento sagrado de esa vida prodigiosa y tan difícilmente descifrable al espíritu rutinario de los hombres. y así yace, felizmente, bañado en muchos sueños de la constancia y de la belleza de Annie ahogado en el baño de las trenzas de Annie. Ella me besó tiernamente, me acarició amorosamente, y entonces caí dulcemente para dormir sobre su seno para dormir profundamente gracias al cielo de su seno. Cuando la luz fue apagada, ella me cubrió cálidamente , y a los ángeles rogó me preservasen del mal a la reina de los ángeles de preservarme del mal y yazgo tan reposadamente , ahora , en mi lecho, (sabiendo su amor) que me imagináis muerto y descanso tan contento , ahora en mi lecho, (con su amor en mi pecho) • -. . • .... ~_ O " ." que me imagináis muertoque tembláis al mirarme, .; creyéndome muerto. '-. ...: '.... . i 1, :,. ,' i :,.,. ;, "', ,.' Pero mi corazón brilla más l .' ". " " que las innumerables ., ' . estrellas en el cielo , pues centellea por Annie- lSla v A Il ustración de Aubrey Beardsley resplandece con la luz del amor de mi Anniecon el pensamiento de la luz de los ojos de mi Annie . Dejemos a Edgar Poe en este último nombre, dejémoslo con ese último sueño , el más puro y el mejor de su vida , el que le ha dado el máximo de felicidad que pudo alcanzar en este mundo esa alma doliente. 57 Biblioteca de México " ,:; : (, 58 Bibliotf>ca de Mé" icfO EOGAR ALLAN POE* CUENTOS PARÁBOLA Sí, aunque marcho por el valle de la Sombra ... (Salmo de David, XXIII) Vosotros los que leéis aún estáis entre los vivos; pero yo, el que escribe, habré entrado hace mucho en la región de las sombras. Pues en verdad ocurrirán muchas cosas, y se sabrán cosas secretas, y pasarán muchos siglos antes de que los hombres vean este escrito. Y, cuando lo hayan visto, habrá quienes no crean en él, y otros dudarán, mas unos pocos habrá que encuentren razones para meditar frente a los caracteres aquí grabados con un estilo de hierro. El año había sido un año de terror y de sentimientos más intensos que el terror, para los cuales no hay nombre sobre la tierra. Pues habían ocurrido muchos prodigios y señales, y a lo lejos y en todas partes, sobre el mar y la tierra, se cernían las negras alas de la peste. Para aquellos versados en la ciencia de las estrellas, los cielos revelaban una faz siniestra; y para mí, el griego Oinos, entre otros, era evidente que ya había llegado la alternación de aquel año 794, en el cual, a la entrada de Aries, el planeta Júpiter queda en conjunción con el anillo rojo del terrible Saturno. Si mucho no * Edgar Allan Poe, Obras en prosa, traducción, introducción y notas de Julio Cortázar, Ediciones de la Universidad de Puerto Rico, Revista de Occidente, Madrid, 1956, dos tomos, 914 y 840 pp. me equivoco, el especial espíritu del cielo no sólo se manifestaba en el globo físico de la tierra, sino en las almas, en la imaginación y en las meditaciones de la humanidad. En una sombría ciudad llamada Ptolemáis, en un noble palacio, nos hallábamos una noche siete de nosotros frente a los frascos del rojo vino de Chíos. Y no había otra entrada a nuestra cámara que una alta puerta de bronce; y aquella puerta había sido fundida por el artesano Corinnos, y, por ser de raro mérito, se la aseguraba desde dentro. En el sombrío aposento, negras colgaduras alejaban de nuestra vista la luna, las cárdenas estrellas y las desiertas calles; pero el presagio y el recuerdo del Mal no podían ser excluidos. Estábamos rodeados por cosas que no logro explicar distintamente; cosas materiales y espirituales, la pesadez de la atmósfera, un sentimiento de sofocación, de ansiedad; y por, sobre todo, ese terrible estado de la existencia que alcanzan los seres nerviosos cuando los sentidos están agudamente vivos y despiertos, mientras las facultades yacen amodorradas. Un peso muerto nos agobiaba. Caía sobre los cuerpos, los muebles, los vasos en que bebíamos; todo lo que 59 Biblioteca de México nos rodeaba cedía a la depresión y se hundía; todo menos las llamas de las siete lámparas de hierro que iluminaban nuestra orgía. Alzándose en altas y esbeltas líneas de luz, continuaban ardiendo, pálidas e inmóviles; y en el espejo que su brillo engendraba en la redonda mesa de ébano a la cual nos sentábamos, cada uno veía la palidez de su propio rostro y el inquieto resplandor en las abatidas miradas de sus compañeros. Y, sin embargo, reíamos y nos alegrábamos a nuestro modo -lleno de histeria-, y cantábamos las canciones de Anacreonte -llenas de locura-, y bebíamos copiosamente, aunque el purpúreo vino nos recordaba la sangre. Porque en aquella cámara había otro de nosotros en la persona U I Il L I' )"l lLA 1) 1; tUI 1 u~,\ tl A') !( t\ ED G AR ALLA N POE OBRAS EN PROSA L U I:N T O~ l' u'''. 4, Occ rd. ftI, ~ ¡I ¡" , fI guna cosa familiar. Y, después mos fijamente las profundidades de temblar un instante, entre las del espejo de ébano. Y al final Cuentos completos colgaduras del aposento , que- yo, Oinos, hablando en voz muy Edg:" AH.n Po< dó, por fin , a plena vista sobre la baja, pregunté a la sombra cuál superficie de la puerta de bron- era su morada y su nombre. Y la ce . Mas la sombra era vaga e sombra contestó: "Yo soy SOM- informe, indefinida, y no era la BRA, Y mi morada está aliado de sombra de un hombre o de un las catacumbas de Ptolemáis, y dios, ni un dios de Grecia, ni un cerca de las oscuras planicies dios de Caldea ni un dios egip- de Clíseo, que bordean el impu- cio . Y la sombra se detuvo en la ro canal de Caronte ." Trad ucción de J ULI O CORT ÁZAR entrada de bronce , bajo el arco Y entonces los siete nos le- del entablamento de la puerta , y vantamos llenos de horror y per- sin moverse, sin decir una pala- manecimos de pie temblando, bra , permaneció inmóvil. Y la estremecidos, pálidos; porque el puerta donde estaba la sombra , tono de la voz de la sombra no si recuerdo bien , se alzaba fren- era el tono de un solo ser, sino el del joven Zoilo . Muerto y amor- te a los pies del joven Zoilo de una multitud de seres , y, va- tajado yacía tendido cuan largo amortajado. Mas nosotros, los riando en sus cadencias de una era , genio y demonio de la esce- siete allí congregados, al ver có- sílaba a otra, penetraba oscura- na. iAy, no participaba de nues- mo la sombra avanzaba desde mente en nuestros oídos con los tro regocijo! Pero su rostro , con- las colgaduras , no nos atrevi- acentos familiares y harto recor- vulsionado por la plaga , y sus mos a contemplarla de lleno, si- dados de mil y mil amigos muer- ojos , donde la muerte sólo había no que bajamos los ojos y mira- tos. apagado a medias el fuego de la pestilencia , parecían interesarse en nuestra alegría de los que van a morir. Mas aunque yo, Oinos, sentía que los ojos del muerto estaban fijos en mí, me obligaba a no percibir la amargura de su expresión , y mientras contemplaba fijamente las profundidades del espejo de ébano, cantaba en voz alta y sonora las canciones del hijo de Teos. Poco a poco , sin embargo, mis canciones fueron callando y sus ecos , perdiéndose entre las tenebrosas colgaduras de la cámara , se debilitaron hasta vol- ~ ..... verse inaudibles y se apagaron del todo . Y he aquí que de aquellas tenebrosas colgaduras, donde se perdían los sonidos de la canción , se desprendió una profunda e indefinida sombra , una sombra como la que la luna , cuando está baja , podría extraer del cuerpo de un hombre; pero ésta no era la sombra de un hombre o de un dios, ni de nin- Viñeta de José A ntonio Montero 60 Biblioteca de Mexico ELEONORA Sub conservatione formae specificae salva anima. RAI MUNDO LULlo Vengo de una raza notable por la fuerza de la imaginación y el ardor de las pasiones. Los hombres me han llamado loco; pero todavía no se ha resuelto la cuestión de si la locura es o no la forma más elevada de la inteligencia, si mucho de lo glorioso, si todo lo profundo, no surgen de una enfermedad del pensamiento, de estados de ánimo exaltados a expensas del intelecto general. Aquellos que sueñan de día conocen muchas cosas que escapan a los que sueñan sólo de noche. En sus grises visiones obtienen atisbos de eternidad y se estremecen, al despertar, descubriendo que han estado al borde del gran secreto. De un modo fragmentario aprenden algo de la sabiduría propia y mucho más del mero conocimiento propio del mal. Penetran, aunque sin timón ni brújula, en el vasto océano de la "luz inefable", y otra vez, como los aventureros del geógrafo nubio, "agressi sunt mare tenebrarum quid in eo esset exploraturr'. Diremos, pues, que estoy loco. Concedo, por lo menos, que hay dos estados distintos en mi existencia mental: el estado de razón lúcida, que no puede discutirse y pertenece a la memoria de los sucesos de la primera época de mi vida, y un estado de sombra y duda, que pertenece al presente y a los recuerdos que constituyen la segunda era de mi existencia. Por eso, creed lo que contaré del primer período, y, a lo que pueda relatar del último, conceded tan sólo el crédito que merezca; o dudad resueltamente, y, si no podéis dudar, haced lo que Edipo ante el enigma. La amada de mi juventud, de quien recibo ahora, con calma , claramente, estos recuerdos , era la única hija de la hermana de mi madre, que había muerto hacía largo tiempo . Mi prima se llamaba Eleonora. Siempre habíamos vivido juntos, bajo un sol tropical, en el Valle de la Hierba Irisada. Nadie llegó jamás sin guía a aquel valle, pues quedaba muy apartado entre una cadena de gigantescas colinas que lo rodeaban con sus promontorios, impidiendo que entrara la luz en sus más -bellos escondrijos. No había sendero hollado · en su vecindad, y para llegar a nuestra feliz morada era preciso apartar con fuerza el follaje de miles de árboles forestales y pisotear el esplendor de millones de flores fragantes. Así era como vivíamos solos, sin saber nada del mundo fuera del valle, yo, mi prima y su madre. Desde las confusas regiones más allá de las montañas, en el extremo más alto de nuestro circundado dominio, se deslizaba un estrecho y profundo río, y no había nada más brillante, salvo los ojos de Eleonora; y serpeando furtivo en su sinuosa carrera, pasaba, al fin, a través de una 61 Biblioteca de México sombría garganta, entre colinas aún más oscuras que aquellas de donde saliera. Lo llamábamos el "Río de Silencio", porque parecía haber una influencia enmudecedora en su corriente. No brotaba ningún murmullo de su lecho y se deslizaba tan suavemente que los aljofarados guijarros que nos encantaba contemplar en lo hondo de su seno no se movían, en quieto contentamiento, cada uno en su antigua posición, brillando gloriosamente para siempre. Las márgenes del río y de los numerosos arroyos deslumbrantes que se deslizaban por caminos sinuosos hasta su cauce, así como los espacios que se extendían desde las márgenes descendiendo a las profundidades de las corrientes hasta tocar el lecho de guijarros en el fondo, esos lugares, no menos que la superficie entera del valle, desde el río hasta las montañas que lo circundaban, estaban todos alfombrados por una hierba suave y verde, espesa, corta, perfectamente uniforme y perfumada de vainilla, pero tan salpicada de amarillos ranúnculos, margaritas blancas, purpúreas violetas y asfódelos rojos rubí, que su excesiva belleza hablaba a nuestros corazones, con altas voces, del amor y la gloria de Dios. y aquí y allá, en bosquecillos entre la hierba, como selvas de sueño, brotaban fantásticos árboles cuyos altos y esbeltos ............... . .. .,. . ... . .. ....;. •• •• •••.' • •• ... ..... . .t,.. ' .' .... .-. ,. 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Peces de oro y plata el vívido esplendor del ébano y la aquellas ondas y ahora sentía- frecuentaron el río, de cuyo seno plata, y no había nada más suave, salvo las mejillas de Eleo- mos que había encendido dentro de nosotros las ígneas almas de brotaba, poco a poco, un murmullo que culminó al fin en una arru- nora ; de modo que, de no ser por nuestros antepasados. Las pa- lladora melodía más divina que la el verde vivo de las enormes siones que durante siglos habían distinguido a nuestra raza llega- del arpa eólica, y no había nada hojas que se derramaban desde sus cimas en largas líneas trému- garon su plumaje escarlata sobre ron en tropel con las fantasías más dulce, salvo la voz de Eleonora. y una nube voluminosa que las, retozando con los céfiros, po- por las cuales también era famo- habíamos observado largo tiem- dría habérselos creído gigantes- sa , y juntos respiramos una dicha delirante en el Valle de la Hierba po en las regiones del Héspero flotaba en su magnificencia de Tomados de la mano, durante Irisada. Un cambio sobrevino en todas las cosas . Extrañas , brillan- oro y carmesí y, difundiendo paz sobre nosotros, descendía cada quince años, erramos Eleonora y tes flores estrelladas brotaron en vez más, día a día, hasta que sus yo por ese valle antes de que el amor entrara en nuestros corazo- los árboles donde nunca se vieran flores . Los matices de la bordes descansaron en las cimas de las montañas, convirtiendo nes. Ocurrió una tarde, al termi- alfombra verde se ahondaron, y toda su oscuridad en esplendor y nar el tercer lustro de su vida y el mientras una por una desaparecían las blancas ma rgaritas, bro- encerrándonos como para siempre en una mágica casa-prisión taban , en su lugar, de a diez, los de grandeza y de gloria. asfódelos rojo rub í. Y la vida su rgía en nuestros senderos, pues La belleza de Eleonora era la de los serafines, pero era una cas serpientes de Siria rindiendo homenaje a su soberano , el Sol. cuarto de la mía, abrazados junto a los árboles serpentinos, mirando nuestras imágenes en las aguas del Río del Silencio. No 62 Biblioteca de México doncella natural e inocente, como la breve vida que había llevado entre las flores. Ningún sado en su pecho, y supo que, como la efímera, había sido creada perfecta en su hermosura artificio disimulaba el fervoroso amor que animaba su corazón, sólo para morir; pero, para ella, los terrenos de tumba se reducí- y examinaba conmigo los escondrijos más recónditos mien- an a una consideración que me reveló una tarde, a la hora del tras caminábamos juntos por el Valle de la Hierba Irisada y dis- crepúsculo, a orillas del Río de Silencio. Le dolía pensar que, una vez sepulta en el Valle de la curríamos sobre los grandes cambios que se habían producido en los últimos tiempos. Por fin, habiendo hablado un día, entre lágrimas, del último y Hierba Irisada, yo abandonaría para siempre aquellos felices lugares, transfiriendo el amor bía yo recibido . Y apelé al poderoso amo del Universo como testigo de la piadosa solemnidad de mi juramento. Y la maldición de El o de ella, santa en el Elíseo, que invoqué si traicionaba aquella promesa , implicaba un castigo tan horrendo que no puedo mentarlo. Y los brillantes ojos de Eleonora brillaron aún más al oír mis palabras, y suspiró como si le hubieran quitado del pecho una carga mortal, y hombre, en adelante se demoró entonces tan apasionadamente suyo a otra doncella del mundo exterior y cotidiano. Y entonces, tembló y lloró amargamente, pero aceptó el juramento (pues, ¿qué era sino una niña?), y el Eleonora en este único tema doloroso, vinculándolo con to- allí, me arrojé precipitadamente a los pies de Eleonora y juré, das nuestras conversaciones, ante ella y ante el cielo, que nunca me uniría en matrimonio con ninguna hija de la Tierra, juramento la alivió en su lecho de muerte. Y me dijo, pocos días después, en tranquila agonía triste camino que debe sufrir el así como en los cantos del bardo de Schiraz las mismas imágenes se encuentran una y que, en pago de lo que yo había hecho para confortación de su que en modo alguno me mos- alma, velaría por mí en espíritu otra vez en cada grandiosa va- traría desleal a su querida me- después de su partida y, si le era riación de la frase. moria, o a la memoria del abne- permitido, volvería en forma visi- gado cariño cuya bendición ha- ble durante la vigilia nocturna; Vio el dedo de la muerte po- Ilustración de Aubrey Beardsley 63 Biblioteca de M e Kico pero, si ello estaba fuera del poder de las almas en el Paraíso, por lo menos me daría frecuentes indicios de su presencia,· suspirando sobre mí en los vientos vesperales, o colmando el aire que yo respirara con el perfume de los incensarios angélicos. Y con estas palabras en sus labios sucumbió su inocente vida, poniendo fin a la primera época de la mía. Hasta aquí he hablado con exactitud. Pero cuando cruzo la barrera que en la senda del Tiempo formó la muerte de mi amada y comienzo con la segunda era de mi existencia, siento que una sombra se espesa en mi cerebro y duda de la perfecta cordura de mi relato. Mas dejad me seguir. Los años se arrastraban lentos y yo continuaba viviendo en el Valle de la Hierba Irisada; pero un segundo cambio había sobrevenido en todas las cosas. Las flores estrelladas desaparecieron de los troncos de los árboles y no brotaron más. Los matices de la alfombra verde se desvanecieron y uno por uno fueron marchitándose los asfódelos rojo rubí, y en lugar de ellos brotaron de a diez oscuras violetas como ojos, que se retorcían desasosegadas y estaban siempre llenas de rocío. Y la Vida se retiraba de nuestros senderos, pues el alto flamenco ya no desplegaba su plumaje escarlata ante nosotros, mas voló tristemente del valle a las colinas, con todos los gayos pájaros brillantes que habían llegado en su compañía . Y los peces de oro y plata nadaron a través de la garganta hasta el confín más hondo de su dominio y nunca más adornaron el dulce río. Y la arrulladora melodía, más suave que el arpa eólica y más divina que todo, salvo la voz de Eleonora, fue muriendo poco a poco, en murmullos cada vez más sordos, hasta que la corriente tornó, al fin , a toda la solemnidad de su silencio originario. Y por último, la voluminosa nube se levantó y, abandonando los picos de las montañas a la antigua oscuridad , retornó a las regiones del Héspero y se llevó sus múltiples resplandores dorados y magníficos del Valle de la Hierba Irisada. Pero las promesas de Eleonora no cayeron en el olvido, pues escuché el balanceo de los incensarios angélicos, y las olas de un perfume sagrado flotaban siempre en el valle, yen las horas solitarias, cuando mi corazón latía pesadamente, los vientos que bañaban mi frente me llegaban cargados de suaves suspiros, y murmullos confusos llenaban a menudo el aire nocturno, y una vez -¡ah, pero sólo una vez!- me despertó de un sueño, como el sueño de la muerte, la presión de unos labios espirituales sobre los míos. Pero, aun así, rehusaba llenarse el vacío de mi corazón. Ansiaba el amor que antes lo colmara hasta derramarse. Al fin el valle me dolía por los recuerdos de Eleonora, y lo abandoné para siempre en busca de las vanidades y los turbulentos triunfos del mundo. Me encontré en una extraña ciudad, donde todas las cosas podían haber servido para borrar del recuerdo los dulces sueños que tanto duraran en el Valle de la Hierba Irisada. El fasto y la pompa de una corte soberbia y el loco estrépito de las armas y la radiante belleza de la mujer extraviaron e intoxicaron mi mente. Pero, aun en- 64 Biblioteca de México tonces, mi alma fue fiel a su juramento, y las indicaciones de la presencia de Eleonora todavía me llegaban en las silenciosas horas de la noche. De pronto, cesaron estas manifestaciones y el mundo se oscureció ante mis ojos y quedé aterrado ante los abrasadores pensamientos que me poseyeron, ante las terribles tentaciones que me acosaron, pues llegó de alguna lejana, lejanísima tierra desconocida, a la alegre corte del rey a quien yo servía, una doncella ante cuya belleza mi corazón desleal se doblegó en seguida, a cuyos pies me incliné sin una lucha, con la más ardiente, con la más abyecta adoración amorosa. ¿Qué era, en verdad, mi pasión por la jovencita del valle, en comparación con el ardor y el delirio y el arrebatado éxtasis de adoración con que vertía toda mi alma en lágrimas a los pies de la etérea Ermengarda? iAh, brillante serafín, Ermengarda! Y sabiéndolo, no me quedaba lugar para ninguna otra. ¡Ah, divino ángel, Ermengarda! Y al mirar en las profundidades de sus ojos, donde moraba el recuerdo, sólo pensé en ellos, y en ella. Me casé; no temí la maldición que había invocado, y su amargura no me visitó. Y una vez, pero sólo una vez en el silencio de la noche, llegaron a través de la celosía los suaves suspiros que me habían abandonado, y adoptaron la voz dulce, familiar, para decir: "¡Duerme en paz! Pues el espíritu del Amor reina y gobierna y, abriendo tu apasionado corazón a Ermengarda, estás libre, por razones que conocerás en el Cielo, de tus juramentos a Eleonora." El Consejo Nacional^ara C u l t u r a y las Artesa t^vés efe la Bibliotec^de Mé*ico a "José Vasconcelos" en colaboración con la Comisión Nacional de los Derechos Wümanos y la Embajada de Polonia en México se complace en invitarle a la exposición: ¿3 LOS NIÑOS DEfe* 6Λ HACIENDA DE SANTA SAN ID5A UNA HISTORIA DE REFUGIADOS POLACOS EN MÉXICO ig43" 947 1 J O K t lH O M j' U U lN O l Gobierno FEDERAL CONACULTA : 1 MEXICO 1 •.'.Al', ι|· ·| ι· i 1 I ' ι (•· Ι· >. 1 1 y ' ΠΙ » 2©1® w w w c .o n c ju a tg .o o tr . n x Cultura fáe la Educación, R E V I S T A D E Ü Con todos ¡os UlIIVI-Vl'íitnAD D sentidos »>*mt\wmyMiw w Gobierno federal donde se pienso ¡a radio \ Narro Robles icisco Bolívar Zapata m mió Príncipe de Asturias ¿UN AM MÉXICO tos espacios t e m á t i c o s 2010 talos por el 1060 de amplitud modulada nentocion E M E X l f t y servicio... en Carlos Monsiváís CONACULTA La anécdota y el revés deHa trama je las relaciones familiaies,el ; la salud integral y el equilibrio de lia iernes de 12:00 o 13 00 horas ti María Baranda Poema Barra Infantil... un espacio para que los Jacobo Zabludovsky Elogio del Centro Histórico niños experimenten, imaginen, aprendan y vivan la cultura Lunes o viernes de 13:30 a 14:00 horas Myríam Moscona Cien años de Simone Weil ontracultura e ad... UTO miuda contemporánea a iones juveniles y la construcción de o social, cultural y tecnológico, nemes de 16 30a 17.30horas Barra Entretenimiento cultural... Textos y reseñas César ArístidesL.i* ff" l; Michelangelo Bovero Gonzalo Celorib Joaqüfn-Afmando Chacón Crescenciano Grave Claudio Isaac Sergio Mondragón José Ramón Ruisánchez Ignacio Solares un acercamiento al quehacer de las artes a partir de la tertulia con sus creadores y una viaje por tas opciones gastronómicas, ecológicas y culturales del país Lunes a viernes de 19:00 a 20:00 horas Xnálisis e información... Concepción Company Gramática del deseo Ί i - Guadalupe Loaeza Toulouse-Lautrec www.e-radio.edu.mx Reportaje gráfico Meireles en el muac UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE MÉHIC0 | $40.00 · ISSN 01SS-1330 wwini.radioeducacian.edu.mx rf..i-ar-Énn • Adolfo Castañón Sobre Ernesto Cardenal , escucha una selección de la mejor música clásica y jazz las 2 4 horas del día, adío • I Vicente Quirarte Poe entre nosotros Carlos Martinez Assad Fotogenia de la Ciudad de México la a del acontecer político y cultural perspectiva plural e inteligente viernes a los 20:30 horas de e-radio, el portal musical de Radio Educación: Daniel Cazés Censurar www.conacultagob mx V i v i r Mejor SUSCRIPCIONES | 55 50 5 EDGAR ALLAN POE LIGEIA (Fragrimentos]0 Era de alta estatura, un poco delgada y, en sus últi- Para los ojos no tenemos modelos en la remota mos tiempos, casi descarnada. Sería vano intentar antigüedad. Quizá fuera, también, que en los de mi la descripción de su majestad, la tranquila soltura amada yacía el secreto al cual alude lord Verulam. de su porte o la inconcebible ligereza y elasticidad Eran, creo, más grandes que los ojos comunes de de su paso. Entraba y salía como una sombra, nuestra raza, más que los de las gacelas de la tribu Nunca advertía yo su aparición en mi cerrado gabi- del valle de Nourjahad. Pero sólo por instantes - e n nete de trabajo de no ser por la amada música de los momentos de intensa e x c i t a c i ó n - se hacía más su voz dulce, profunda, cuando posaba su mano notable esta peculiaridad de Ligeia. Y en tales oca- marmórea sobre mi hombro. Ninguna mujer igualó siones su belleza - q u i z á la veía así mi imaginación la belleza de su rostro[...] ferviente - e r a la de los seres que están por encima Examiné el contorno de su frente alta, pálida: era o fuera de la tierra, la belleza de la fabulosa hurí de impecable - ¡ q u é fría en verdad esta palabra aplica- los turcos. Los ojos eran del negro más brillante, da a una majestad tan divina!- por la piel, que riva- velados por oscuras y largas pestañas. La cejas, lizaba con el marfil más puro, por la imponente de diseño levemente irregular, eran del mismo co¬ amplitud y la calma, la noble prominencia de las lor. Sin embargo lo "extraño" q u e encontraba en regiones superciliares; y luego los cabellos, como sus ojos era independiente de su forma, del color, ala de cuervo, lustrosos, exuberantes y naturalmen- del brillo, y debía atribuirse, al cabo, a la te rizados, que demostraban toda la fuerza del epí- ¡Ah, palabra sin sentido tras cuya vasta latitud de teto homérico: "cabellera de jacinto". Miraba el deli- simple sonido se atrinchera nuestra ignorancia de cado diseño de la nariz y sólo en los graciosos lo espiritual! La expresión de los ojos de Ligeia... expresión. medallones de los hebreos he visto una perfección ¡Cuántas horas medité sobre ella! ¡Cuántas no- semejante. Tenía la misma superficie plena y suave, ches de verano luché por sondearla! ¿Qué era la misma tendencia casi imperceptible a ser aguile- aquello, más profundo que el pozo de Demócrito, ña, las mismas aletas armoniosamente curvas, que que yacía en el fondo de las pupilas de mi amada? revelaban un espíritu libre. Contemplaba la dulce ¿Qué era? Me poseía la pasión de descubrirlo, boca. Allí estaba en verdad el triunfo de todas las ¡Aquellos ojos! ¿Aquellas grandes, aquellas bri- cosas celestiales: la magnífica sinuosidad del breve llantes, aquellas divinas pupilas! Llegaron a ser labio superior, la suave, voluptuosa calma del infe- para mí las estrellas gemelas de Leda, y yo era rior, los hoyuelos juguetones y el color expresivo; los para ellas el más fervoroso de los astrólogos[...] dientes, que reflejaban con el brillo casi sorprenden- De todas las mujeres que jamás he conocido, la te los rayos de la luz bendita que caían sobre ellos exteriormente tranquila, la siempre plácida Ligeia, en la más serena y plácida y, sin embargo, radiante, era presa con más violencia que nadie de los t u - triunfal de todas las sonrisas. Analizaba la forma del multuosos buitres de la dura pasión. Y no podía yo mentón y también aquí encontraba la noble ampli- medir esa pasión como no fuese por el milagroso tud, la suavidad y la majestad, la plenitud y la espi- dilatarse de los ojos que me deleitaban y aterraban ritualidad de los griegos, el contorno que el dios al mismo tiempo, por la melodía casi mágica, la mo- Apolo reveló tan sólo e n sueños a Cleomenes, el dulación, la claridad y la placidez de su voz tan pro- hijo del ateniense. Y entonces me asomaba a los funda, y por la salvaje energía (doblemente efectiva grandes ojos de Ligeia. por contraste con su manera de pronunciarlas) con / que profería habitualmente sus extrañas palabras. Edgar Alian Poe, Obras en prosa, traducción, introducción y notas de Julio Cortázar, Ediciones de la Universidad de Puerto Rico, Madrid, 1956, 914 y 840 pp. He hablado del saber de Ligeia: era inmenso, como nunca lo hallé en una mujer. Su conocimiento de las lenguas clásicas era profundo y, en la medida de mis nociones sobre los modernos dialectos de Europa, nunca la descubrí en falta. A decir verdad, en cualquier tema d e la alabada erudición académica, admirada simplemente por abstrusa, ¿descubrí alguna vez a Ligeia en falta? [...] BIBLIOTECA DE M É X I C O Consejo Nacional www.cnca.gob.mx para la i Cultura y las Artes — $228.oo México O FORMA DE PAGO DATOS PERSONALES Oeleoaejórl C! rnunjcj!)iQ ( ( ( ( ( ( E~ IeléfQoQ gartiQUIar: CQ[reQ ~leQtró!JiQQ Li Eaí~ REC A g"dj[ del DúlIlero Plaza de la Ciudadela 4 • Centro Histórico. México, D.F. 06040 Tel.: 4155 0839· 4155 0830 ext. 3857 Correo electrónico: [email protected] VALIDO AL 31 DE DICIEMBRE DE 2009 ) ) ) )