SD 07-11 - Jurado de Enjuiciamiento de Magistrados

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CAUSA: “Abgs. JUAN FRANCISCO
RECALDE
BURGOS,
MENELEO
INSFRÁN RIVEROS y FLORENCIO
PEDRO ALMADA ÁLVAREZ, Miembros
del Tribunal de Cuentas de la Capital, 1°
Sala s/ Enjuiciamiento”.-
S. D. N° 07/11
Asunción, 11 de Mayo de 2011.VISTO: Estos autos, de los que
R E S U L T A:
Que, por A.I. N° 01/10 de fecha 04 de enero de 2010, el Jurado
resolvió iniciar de oficio el enjuiciamiento de los Miembros del Tribunal de Cuentas
de la Capital, 1° Sala, Abgs. Juan Francisco Recalde Burgos, Meneleo Insfrán
Riveros y Florencio Pedro Almada Álvarez, por la causal de “mal desempeño de
funciones”, específicamente por las conductas previstas en los incs. “b” y “g” del
art. 14 de la Ley N° 3759/09.Que, por Oficio J.E.M. N° 05/10 de fecha 04 de enero de 2010, el
Jurado ha comunicado al Presidente de la Comisión Permanente del Congreso de la
República, lo resuelto por A.I. N° 01/10 de fecha 4 de enero de 2010. Asimismo,
por Oficios J.E.M. N°s 04/10, 06/10 y 07/10, respectivamente, se ha comunicado
al Presidente de la Honorable Cámara de Senadores, al Presidente de la Honorable
Cámara de Diputados y al Presidente de la Corte Suprema de Justicia, el
enjuiciamiento de oficio de los citados Magistrados.Que, en fecha 25 de enero de 2010 el Secretario Judicial II, interino de
la Secretaría General de la Corte Suprema de Justicia, por Nota S.J. II N° 3156 de
fecha 21 de enero de 2010, comunicó a este órgano constitucional, que la Corte
Suprema de Justicia resolvió que los Acuerdos y Sentencias N°s 951 y 952 dictados
por los Miembros del Tribunal de Cuentas, como integrantes de la sala
Constitucional de la máxima instancia judicial, carecen de validez jurídica, con los
alcances previstos en el art. 137 de la Constitución de la República; y su agregación
se dispuso por providencia de fecha 28 de enero de 2010.Que, por Nota de fecha 01 de febrero de 2010, el Jurado notificó al
Fiscal acusador, de la resolución de su designación en la presente causa (fs. 104).-
Que, una vez corrido traslado a los enjuiciados, citando y
emplazándolos para que contesten dentro del plazo de Ley, los mismos se han
presentado a contestar el enjuiciamiento y solicitar la apertura de la causa a prueba,
requiriendo a su vez, su absolución en la presente causa (fs. 109/258).Que, por providencia de fecha 20 de febrero de 2010, el Jurado
resolvió correr vista a la parte acusadora, por el plazo de Ley, de conformidad al
art. 21, inc. “d”, de la Ley N° 3759/09.Que, por escrito de fs. 262/267 de autos, el Fiscal acusador en el
presente juicio, Abg. Pedro Javier Cano Ocampos, se ha presentado a contestar la
vista, solicitando se declare la cuestión de puro derecho y se llame autos para
sentencia; providenciándose su agregación en fecha 23 de febrero de 2010.Que, por A.I. N° 27/10 de fecha 17 de marzo de 2010, el Jurado
resolvió tener por contestado el traslado corrídole a los Magistrados enjuiciados,
Abgs. Juan Francisco Recalde Burgos, Meneleo Insfrán Riveros y Florencio Pedro
Almada Álvarez; admitir las pruebas documentales ofrecidas por la parte enjuiciada,
y por último, declarar la cuestión de puro derecho y llamar autos para sentencia, de
conformidad a lo dispuesto en los incs. “b” y “c” del art. 25 de la Ley N° 3759/09,
habiéndose notificado dicha resolución a las partes en fecha 19, de marzo del año
2010, estando la misma firme y consentida,
OPINIÓN DE LOS MIEMBROS DRES. JORGE ANTONIO OVIEDO
MATTO, MIGUEL ÁNGEL GONZÁLEZ ERICO, CÉSAR LÓPEZ
BENÍTEZ, JORGE ÁVALOS MARIÑO Y RAÚL TORRES KIRMSER
y,
C O N S I D E R A N D O:
Que, este Jurado ha resuelto, por Interlocutorio N° 01/10 de fecha 04
de enero de 2010, iniciar de oficio el enjuiciamiento de los Miembros del Tribunal
de Cuentas de la Capital, 1° Sala, Abgs. Juan Francisco Recalde Burgos, Meneleo
Insfrán Riveros y Florencio Pedro Almada Álvarez, por la causal de “mal
desempeño de funciones”, específicamente por las tipificaciones de los incs. “b” y
“g” del art. 14 de la Ley N° 3759/09.Que, el presente proceso ha sido iniciado por las resoluciones
adoptadas
en
los
autos
caratulados:
“ACCIÓN
DE
INCONSTITUCIONALIDAD PROMOVIDA POR LOS DRES. BONIFACIO
CAUSA: “Abgs. JUAN FRANCISCO
RECALDE
BURGOS,
MENELEO
INSFRÁN RIVEROS y FLORENCIO
PEDRO ALMADA ÁLVAREZ, Miembros
del Tribunal de Cuentas de la Capital, 1°
Sala s/ Enjuiciamiento”.-2…///…
RIOS AVALOS y CARLOS FERNÁNDEZ GADEA CONTRA LAS
RESOLUCIONES N° 122 DEL 25 DE NOVIEMBRE DE 2003 y 134 DEL 12
DE DICIEMBRE DE 2003” (Año 2003, N°s 5767 y 5327).Que, en oportunidad de resolverse el presente enjuiciamiento de los
Magistrados en cuestión, este órgano constitucional ha sostenido en su resolución
lo siguiente: “…Que, en atención al tema en cuestión, primeramente debemos analizar la
posibilidad o no de un eventual inicio de oficio de un enjuiciamiento a los referidos Miembros del
Tribunal de Cuentas de la Capital, 1° Sala, quienes integraron la Sala Constitucional de la
Corte Suprema de Justicia en los autos arriba mencionados. Que, con relación a la forma de
procederse, el art. 11 de la Ley N° 3759/09 “Que regula el procedimiento para el enjuiciamiento
y remoción de Magistrados y deroga las leyes antecedentes”, expresa cuanto sigue: “Compete al
Jurado, de acuerdo con el procedimiento establecido en la presente Ley, el enjuiciamiento de los
miembros de los Tribunales de Apelación de cualquier fuero o jurisdicción, de los demás jueces y de
los agentes fiscales del Ministerio Público”. De esta manera, tenemos que el proceso constitucional
de remoción de Jueces inferiores a la Corte Suprema de Justicia, con la reforma constitucional de
1992, alteró profundamente el régimen de remoción de Magistrados inferiores a la Corte Suprema
de Justicia, y la mencionada reforma (art. 253, Constitución Nacional) actualmente se
complementa con el dictado de la Ley N° 3759/09, motivo por el cual, de conformidad al citado
art. 253 de la Constitución Nacional y el art. 11 de la Ley N° 3759/09, este Jurado se halla
plenamente facultado para estudiar el enjuiciamiento de los mismos, por las causales establecidas
en la Ley N° 3759/09. En tal sentido, tenemos que las resoluciones en cuestión contrastarían –
en principio- con la doctrina clásica, que establece que las decisiones del Congreso en el juicio
político, no estarían sujetos a revisión o injerencia de los Tribunales, y esto, ocurre por aplicación de
la disposición establecida en el art. 3° de la Constitución Nacional, que dispone lo siguiente:
“Del Poder Público. El Pueblo ejerce el Poder Público por medio del sufragio. El gobierno es
ejercido por los poderes Legislativo, Ejecutivo y Judicial en un sistema de separación, equilibrio,
coordinación y reciproco control. Ninguno de estos poderes puede atribuirse, ni otorgar a otros ni a
personas alguna, individual o colectiva, facultades extraordinarias o la suma del Poder Público”.
Concordante con el dispositivo constitucional antes descrito, en la misma Ley fundamental, el art.
261 dispone textualmente: “De la remoción y cesación de los Ministros de la Corte
Suprema de Justicia. Los ministros de la Corte Suprema de Justicia sólo podrán ser
removidos por juicio político…”. En suma, las disposiciones antes señaladas puntualizan de
manera convergente que el único órgano constitucionalmente habilitado para entender, conocer y
decidir en el marco de un juicio político, es el Poder Legislativo, y que la decisión de una eventual
remoción de los Ministros de la Corte Suprema de Justicia solo podría verificarse por efecto de una
sentencia emanada –previo juicio político- del único órgano competente, que es el Congreso de la
Nación. Debe entenderse que las normas son imperativas, taxativas y excluyentes de cualquier
otra interpretación que podría deslizarse ya que esta posibilidad resultaría impensable desde la
estructura misma del marco legal aplicable y, fundamentalmente, de que siendo el derecho
constitucional el sustento del derecho público en un Estado de Derecho, bajo pretexto alguno podría
invertirse el axioma “lo que no está expresamente permitido, está prohibido”. Que, la acción de
inconstitucionalidad –en principio- no procedería contra las decisiones de los cuerpos y órganos
legislativos, y ello es así porque las medidas que les incumbe tomar en cumplimiento de las
funciones constitucionales son incontrastables; esa es la manera que un segmento importante de la
doctrina se inclina a rechazar la posibilidad de revisar las decisiones exclusivas y excluyentes de las
Cámaras del Congreso Nacional, en ejercicio de lo previsto en los arts. 3°, 225 y 261 de la
Constitución Nacional. Al respecto de lo afirmado precedentemente, es conveniente realizar una
transcripción del Diario de Sesión Plenaria N° 10, pág. 19, de la Convención Nacional
Constituyente, y más específicamente lo dicho por el Convencional Bernardino Cano Radil, que
sostuvo lo siguiente: “En un sistema de separación, equilibrio, coordinación y recíproco control…
En tercer lugar, hay que rescatar el concepto “independencia”. De ningún modo esta separación,
estos controles o este equilibrio, evita que tenga que tener independencia cada uno de estos poderes.
Incluso, sería bueno que llegue hasta el conflicto en la defensa de su independencia, porque es la
mejor forma de asegurar que exista la República. Esta interdependencia o el concepto de
colaboración, que ahora se quiere utilizar, es peligroso. Sobre todo en los países con poca tradición
democrática, como los nuestros. Apoyo enfáticamente, entonces, que tenga el concepto de
“independencia”. Y eso de ningún modo va a significar que no puedan ser controlados y que no
tengan que trabajar acorde a un programa común, porque el gobierno sigue siendo único y el poder
público uno, y lo que estamos rescatando son funciones…” (Sic). Por consiguiente, y en atención a
CAUSA: “Abgs. JUAN FRANCISCO
RECALDE
BURGOS,
MENELEO
INSFRÁN RIVEROS y FLORENCIO
PEDRO ALMADA ÁLVAREZ, Miembros
del Tribunal de Cuentas de la Capital, 1°
Sala s/ Enjuiciamiento”.-3…///…
lo establecido en los arts. 12 y 14, incs. “b” y “g” de la Ley N° 3759/09, que establecen lo
siguiente: “Son causales de enjuiciamiento la comisión de delitos o el mal desempeño de las
funciones definidas en la presente Ley”; “Constituye mal desempeño de funciones que autoriza la
remoción de magistrados judiciales y agentes fiscales… incumplir las obligaciones y garantías
previstas en la Constitución Nacional, códigos procesales y otras leyes referidas al ejercicio de sus
funciones; mostrar manifiesta parcialidad o ignorancia de las leyes en juicio”; este Jurado es de la
convicción que corresponde iniciar de oficio el enjuiciamiento de los Abgs. Juan Francisco Recalde
Burgos, Meneleo Insfrán Riveros y Florencio Pedro Almada Álvarez, Miembros del Tribunal de
Cuentas de la Capital, 1° Sala, en uso de la potestad otorgada por el art. 16 de la Ley
3759/09, que reza: “El juicio será iniciado… y de oficio por el propio Jurado…”, por
la causal de “mal desempeño de funciones”, específicamente por las conductas previstas en los incs.
“b” y “g” del art. 14 de la Ley N° 3759/09. Asimismo, debemos mencionar que ante una
eventual posibilidad de la existencia de la comisión de delitos, a su vez, este órgano constitucional
podrá disponer la remisión de los antecedentes en cuestión al Ministerio Público, para la
investigación de la posible comisión de hechos punibles tipificados en la legislación penal, por parte
de los enjuiciados…///… A SU TURNO, el Miembro Prof. Dr. Raúl Torres Kirmser se
adhiere a la opinión expuesta precedentemente, añadiendo que otros motivos suficientes para el
inicio de un enjuiciamiento oficioso son: la supuesta inobservancia de las reglas de competencia de
Sala Constitucional ad hoc, la presunta falencia en cuanto a la integración efectiva de la litis sin
participación de todos los agentes involucrados, y finalmente, la extensión de los efectos de las
decisiones puestas en crisis, específicamente que no integraron originariamente la litis. Estos
aspectos también constituirían causales de enjuiciamiento, que podrán ser debatidos y controvertidos
en dicho contexto…” (Sic).Asimismo, en oportunidad de dictarse el referido fallo, los actuales
Miembros Dres. Enrique Bacchetta Chiriani, Sindulfo Blanco, y la entonces
Miembro Abg. Amparo Samaniego Vda. de Paciello, han opinado de la siguiente
manera: “…Que, en primer lugar, este Jurado debe analizar si se dan los presupuestos
normativos y facticos para un eventual enjuiciamiento de oficio a los referidos Miembros del
Tribunal de Cuentas de la Capital, 1° Sala, quienes integraron la Sala Constitucional de la
Corte Suprema de Justicia, para la emisión de los fallos ut-supra indicados. En tal sentido, el art.
11 de la Ley Nº 3759/09 “Que regula el procedimiento para el enjuiciamiento y remoción de
magistrados y deroga las leyes antecedentes”, expresa cuanto sigue: “Compete al Jurado, de acuerdo
con el procedimiento establecido en la presente Ley, el enjuiciamiento de los miembros de los
Tribunales de Apelación de cualquier fuero o jurisdicción, de los demás jueces y de los agentes
fiscales del Ministerio Público”. Cotejado el texto de la norma de referencia con el art. 200 de la
Ley N° 879/81 “Código de Organización Judicial”, que textualmente reza: “En los casos de
ausencia, impedimento, recusación de los jueces y funcionarios judiciales… La sustitución se hará
conforme a las siguientes reglas: a) los Magistrados de la Corte Suprema de Justicia serán
sustituidos por los Miembros de los Tribunales de Apelación y el Tribunal de Cuentas, y
sucesivamente…”, y, el art. 2° de la Ley N° 963/82 “Que modifica y amplia algunas
disposiciones del Código de Organización Judicial”, el cual establece: “El Poder Judicial será
ejercido por: la Corte Suprema de Justicia; el Tribunal de Cuentas…”, se infiere con meridiana
claridad que los Magistrados que intervinieron en los decisorios puestos en crisis, pertenecen
naturalmente al ámbito de un Tribunal de segundo grado, y, por ende, se encuadran a las
previsiones legales que conminan la competencia de este Jurado para someter la cuestión suscitada y
decidir sobre la posibilidad de un enjuiciamiento oficioso. No está demás recalcar, que el instituto
del enjuiciamiento de Magistrados y Agentes Fiscales, con la sanción y promulgación de la
Constitución del año 1992, recayó en este órgano constitucional, tal como lo expresa el art. 253 de
la Ley fundamental, y su correlato en la Ley N° 3759/09, circunstancia objetiva de mayor
ponderación para concluir, preliminarmente, la plena competencia de este Jurado para entender en
la presente causa. Que, las resoluciones dictadas por los citados Miembros del Tribunal de
Cuentas, en este caso, integrando la Sala Constitucional de la Corte Suprema de Justicia,
evidentemente han generado una controversia significativa en nuestra sociedad, trascendiendo
inclusive a los órganos de los diversos Poderes del Estado, en particular, en lo que hace referencia a
los alcances de las decisiones emitidas por aquellos. En efecto, sin entrar a estudiar el fondo de la
cuestión suscitada, este Jurado debe discernir en el contexto de un enjuiciamiento funcional, si las
decisiones puestas en crisis constituyen una vulneración de lo dispuesto en el art. 3° de la
Constitución Nacional, en concordancia con el art. 15, inc. “d” del Código Procesal Civil, de cuya
constatación se podrá concluir si hubo o no extralimitación por parte de los Magistrados Juan
CAUSA: “Abgs. JUAN FRANCISCO
RECALDE
BURGOS,
MENELEO
INSFRÁN RIVEROS y FLORENCIO
PEDRO ALMADA ÁLVAREZ, Miembros
del Tribunal de Cuentas de la Capital, 1°
Sala s/ Enjuiciamiento”.-4…///…
Francisco Recalde Burgos, Meneleo Insfrán Riveros y Florencio Pedro Almada Álvarez, respecto
a lo que se entiende como material justiciable y no justiciable, por parte del Poder Judicial, en los
juicios políticos ordenados como una facultad privativa y excluyente del Congreso Nacional. En tal
sentido, existen posturas doctrinarias que sostienen que la Acción de inconstitucionalidad procede
nada más que contra resoluciones judiciales y excepcionalmente contra las resoluciones de órganos
administrativos, tal como lo exponen varios de los Miembros integrantes de este Jurado. Y, por
otro lado, otros Miembros observan la posibilidad de un probable estudio de las decisiones
extrajudiciales, si es que se visualizan groseras e incontestables violaciones de las garantías
constitucionales. Al respecto de esto último, es conveniente traer a colación lo referido por el autor
Néstor Pedro Sagües en su obra “Derecho Procesal Constitucional, Recurso extraordinario”, 4°
edición, pág. 455, que dice: “Bidart Campos indica que en principio la decisión de la Cámara
alta es irrevisible para la judicatura; esto se manifiesta, dice, en cuanto al fondo del asunto, que
quedaría bajo la discreción del Senado, y sobre el cual no cabría la posibilidad de articular el
recurso extraordinario. En cambio, si se impugna la decisión senatorial por motivos de
procedimiento, el aspecto de forma (p.ej., violación del derecho de defensa) sí podría cuestionarse por
vía de dicho recurso, ya que con eso no se invade lo privativo del Senado, sino que se controla el
procedimiento; y el procedimiento jamás es privativo de ningún órgano cuando está comprometida o
violada una garantía individual, porque por encima de toda competencia de los órganos prevalece el
derecho a la jurisdicción de los individuos”. En el caso de autos, se ordenó la reposición inmediata
de los recurrentes en sus cargos de Ministros de la Excelentísima Corte Suprema de Justicia de la
República del Paraguay, y al mismo tiempo, advertir a los señores Presidente de la República del
Paraguay, Presidente de la Honorable Cámara de Senadores, y al Presidente del Consejo de la
Magistratura, abstenerse de implementar o continuar los procedimientos de selección
correspondientes para llenar los cargos vacantes dejados por los Ex-Ministros de la Corte Suprema
de Justicia, Dres. Wildo Rienzi Galeano y José Victoriano Altamirano Aquino; y por último, se
dispuso oficiar al Ministerio de Hacienda, a los efectos presupuestarios. Estas decisiones conllevan
la sospecha razonable de un mal desempeño de funciones, sobre todo, desde la perspectiva de un
exceso en las atribuciones constitucionales y legales del órgano jurisdiccional. Por consiguiente, y en
atención a lo establecido en los arts. 12 y 14, incs. “b” y “g” de la Ley N° 3759/09, que
establecen lo siguiente: “Son causales de enjuiciamiento la comisión de delitos o el mal desempeño
de las funciones definidas en la presente Ley”; “Constituye mal desempeño de funciones que
autoriza la remoción de magistrados judiciales y agentes fiscales… incumplir las obligaciones y
garantías previstas en la Constitución Nacional, códigos procesales y otras leyes referidas al
ejercicio de sus funciones; mostrar manifiesta parcialidad o ignorancia de las leyes en juicio”; este
Jurado es de la convicción que corresponde iniciar de oficio el enjuiciamiento de los Abgs. Juan
Francisco Recalde Burgos, Meneleo Insfrán Riveros y Florencio Pedro Almada Álvarez,
Miembros del Tribunal de Cuentas de la Capital, en uso de la potestad otorgada por el art. 16 de
la Ley 3759/09, por la causal de “mal desempeño de funciones”, específicamente por las
conductas previstas en los incs. “b” y “g” del art. 14 de la Ley N° 3759/09…” (Sic).Que, en oportunidad de contestar el traslado, los representantes
convencionales de los enjuiciados han considerado la incompetencia del Jurado,
oponiendo dicha circunstancia como medio general de defensa, sosteniendo que el
Jurado de Enjuiciamiento de Magistrados no podría juzgar los supuestos hechos
considerados irregulares cometidos por los Ministros o Miembros de la Corte
Suprema de Justicia, pues, supuestamente ello sería materia reservada
exclusivamente al Congreso de la Nación, por vía del juicio político, a la luz del art.
261 de la Constitución de la República.Al mismo tiempo, los enjuiciados han negado el mal desempeño de
funciones que les fuera atribuido, exponiendo –entre otros argumentos- que los
fallos emitidos se ajustarían a la doctrina dominante referente a que “el juicio
político es justiciable” y no lo contrario, como se sostiene en el Interlocutorio por
el cual se ha iniciado el enjuiciamiento de los mismos, amparándose en el voto en
minoría del Presidente y algunos Miembros de este órgano constitucional.
Finalmente, en la contestación del presente enjuiciamiento, los citados enjuiciados
afirmaron que encontraron clara e inequívocamente inconstitucionales las
Resoluciones N° 122 y 134 del año 2003, dictadas por la Honorable Cámara de
Senadores, por ser contrarias a la disposición del art. 137, última parte, de la
Constitución Nacional.De esa manera, una vez más corresponde que este Jurado de
CAUSA: “Abgs. JUAN FRANCISCO
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MENELEO
INSFRÁN RIVEROS y FLORENCIO
PEDRO ALMADA ÁLVAREZ, Miembros
del Tribunal de Cuentas de la Capital, 1°
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Enjuiciamiento de Magistrados se ratifique sobre la competencia que el organismo
posee para el enjuiciamiento de los enjuiciados. Al respecto, este órgano
constitucional, en el Interlocutorio N° 01/10 de fecha 04 de enero de 2010 y a
manera de ratificación, ha expuesto claramente sobre la competencia que le otorga
la Ley N° 3759/09 “Que regula el procedimiento para el enjuiciamiento y remoción
de Magistrados y deroga las Leyes antecedentes”, en su art. 11, pues, en ella
claramente se expresa cuanto sigue: “Compete al Jurado, de acuerdo con el procedimiento
establecido en la presente Ley, el enjuiciamiento de los miembros de los Tribunales de Apelación de
cualquier fuero o jurisdicción, de los demás jueces y de los agentes fiscales del Ministerio Público”.En tal sentido, y a la luz de las claras disposiciones del art. 253 de la
Constitución de la República y el art. 11 de la Ley N° 3759/09, este Jurado se halla
plenamente facultado para conocer y resolver el presente enjuiciamiento iniciado
por la causal de “mal desempeño de funciones”, tal como lo estipula el art. 12 de la
citada Ley, y en consecuencia, la defensa esgrimida por los enjuiciados, como
medio general, deviene improcedente por lo que corresponde no hacer lugar a la
misma, por los mismos fundamentos ya expuestos en oportunidad de dictarse el
A.I. N° 01/10 de fecha 04 de enero de 2010.Ahora bien, en cuanto a las conductas de mal desempeño de
funciones expuestas en el auto de enjuiciamiento, específicamente en la opinión
mayoritaria esgrimida de los actuales Miembros Dres. Miguel Ángel González
Erico, Jorge Oviedo Matto, César López Benítez y Raúl Torres Kirmser, además
del entonces Miembro Dr. José López Chávez, se ha señalado que las resoluciones
dictadas por los enjuiciados contrastan la doctrina clásica del principio por el cual
se establece que las decisiones del Congreso, tomadas en un juicio político, no
estarían sujetos a revisión o injerencia de los Tribunales, por aplicación de los art.
3°, 225 y 261 de la Constitución de la República.-
Que, con las Resoluciones N°s 951 y 952 de fecha 30 de diciembre de
2009, los Magistrados enjuiciados, en los expedientes caratulados: “ACCIÓN DE
INCONSTITUCIONALIDAD PROMOVIDA POR LOS DRES. BONIFACIO
RÍOS AVALOS y CARLOS FERNÁNDEZ GADEA CONTRA LAS
RESOLUCIONES N° 122 DEL 25/11/2003 y N° 134 DEL 12 DE
DICIEMBRE DE 2003” (Año 2003, N°s 5067 y 5327), resolvieron anular los
fallos emitidos por los cuerpos y órganos legislativos, en ocasión de los juicios
políticos en cuestión, lo que eventualmente traería aparejado mal desempeño de
funciones, pudiendo haber incurrido los mismos en las disposiciones de los incs.
“b” y “g” del art. 14 de la Ley N° 3759/09.Asimismo, se sostiene como motivo del inicio oficioso del
enjuiciamiento, la inobservancia de las reglas de competencia de la Sala
Constitucional ad hoc, la presunta falencia en cuanto a la integración efectiva de la
“litis” sin participación de todos los agentes involucrados y la extensión de los
efectos de las decisiones puestas en crisis, a los órganos que no integraron
originariamente la “litis”.Por su parte, en opinión minoritaria, los Miembros Dres. Enrique
Bacchetta Chiriani y Sindulfo Blanco, y la entonces Miembro Abg. Amparo
Samaniego Vda. de Paciello, en oportunidad de dictar el fallo de enjuiciamiento,
han sostenido que existiría la posibilidad de un probable estudio de las decisiones
extrajudiciales en el caso que –en dichos actos- se visualicen groseras e
incontestables violaciones de las garantías constitucionales, mencionándose como
una posibilidad de exceso de atribuciones constitucionales y legales del órgano
jurisdiccional al resolver la reposición inmediata de los recurrentes en sus cargos de
Ministros de la Excelentísima Corte Suprema de Justicia de la República del
Paraguay, y al mismo tiempo, advertir a los señores Presidente de la República del
Paraguay, Presidente de la Honorable Cámara de Senadores, y al Presidente del
Consejo de la Magistratura de abstenerse de implementar o continuar los
procedimientos de selección correspondientes para llenar los cargos vacantes
dejados por los Ex Ministros de la Corte Suprema de Justicia, Dres. Wildo Rienzi
Galeano y José Victoriano Altamirano Aquino, y finalmente, de oficiar al Ministro
de Hacienda a los efectos presupuestarios.Que, con relación a los hechos mencionados como causal de
CAUSA: “Abgs. JUAN FRANCISCO
RECALDE
BURGOS,
MENELEO
INSFRÁN RIVEROS y FLORENCIO
PEDRO ALMADA ÁLVAREZ, Miembros
del Tribunal de Cuentas de la Capital, 1°
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enjuiciamiento, y en atención a que este órgano constitucional de conformidad al
Interlocutorio N° 27/10 de fecha 17 de marzo de 2010 resolvió que el caso puede
ser resuelto con las constancias del expediente, encontramos la instrumental
agregada a fs. 100/102 de autos (Resolución N° 2382 de fecha 05 de enero de
2010), por la cual la Corte Suprema de Justicia ha resuelto declarar que los
Acuerdos y Sentencias N° 951/2009 y 952/2009, dictados por los Miembros del
Tribunal de Cuentas como integrantes de la Sala Constitucional de la Corte
Suprema de Justicia –hoy enjuiciados-, carecen de validez jurídica, con los alcances
previstos en el art. 137 de la Constitucional Nacional.Que, el extremo señalado precedentemente por la Corte Suprema de
Justicia, revela claramente que los fallos suscriptos por los enjuiciados fueron
dictados en contraposición a lo establecido en la Constitución de la República y
normas aplicables sobre la materia, pues, al decir de dicha resolución, la sentencia
de inconstitucionalidad debe contener siempre un pronunciamiento que se agota
única y exclusivamente en la declaración de inconstitucionalidad. Este hecho
señalado por la Corte Suprema de Justicia, en la Resolución N° 2382 de fecha 05 de
enero de 2010, resulta coincidente con la opinión del Miembro Prof. Dr. Raúl
Torres Kirmser, en donde manifestara que la resolución dictada por los enjuiciados
ha extendido sus efectos a órganos que no integraron originariamente la litis.Que, por claras previsiones del art. 383 del Código Civil, el fallo
emitido por la Corte Suprema de Justicia, y referido precedentemente, hace plena fe
mientras no fuere argüido de falso por acción criminal o civil. Bajo estas
circunstancias, se halla plenamente probado que los enjuiciados han vulnerado las
disposiciones de los arts. 555 y 560 del Código Procesal Civil al disponer la
extensión de los efectos de las decisiones puestas en crisis, específicamente a los
órganos que no integraron originariamente la litis, como el Consejo de la
Magistratura, el Ministerio de Hacienda y la Presidencia de la República del
Paraguay (3° punto de las Res. N°s 951/09 y 952/09).De esa manera, podemos señalar claramente que los enjuiciados han
vulnerado el deber que poseen todos los Jueces de fundar las resoluciones en la
Constitución y en las leyes, conforme a la jerarquía de las normas vigentes y al
principio de congruencia, y pronunciarse necesaria y únicamente sobre lo que sea
objeto de petición (art. 15, incs. “b” y “c” del Código Procesal Civil).Que, al hecho considerado probado en el presente juicio, a su vez
debe agregarse la opinión mayoritaria de los Miembros de este órgano
constitucional, donde claramente se ha puesto en consideración que las decisiones
del Congreso en juicio político, no estarían sujetos a revisión o injerencia de los
Tribunales, por aplicación de las disposiciones de los arts. 3°, 225 y 261 de la
Constitución de la República.Efectivamente, este Jurado sostiene que la atribución del Congreso de
constituirse como tribunal de enjuiciamiento político, es una de las facultades
exclusivas que le otorga la Constitución de la República para fiscalizar no solo el
accionar del Presidente de la República, el Vicepresidente, los Ministros del Poder
Ejecutivo, los Ministros de la Corte Suprema de Justicia, el Fiscal General del
Estado, el Defensor del Pueblo, el Contralor General de la República, el Sub
Contralor y los integrantes del Tribunal Superior de Justicia Electoral, y al respecto,
corresponde mencionar que dicha prerrogativa resultaría desvirtuada si la decisión
última emanara del mismo poder que se procura controlar. Esta doctrina clásica se
plasma en la Constitución Nacional, en sus arts. 3°, 225 y 261, por lo que las
decisiones del Congreso emanadas en juicio político, no están sujetos a revisión o
injerencia de los Tribunales.En ese orden de ideas, el juicio político es una cuestión política no
justiciables, ajena por completo a la actividad jurisdiccional del Poder Judicial y esa
fue la decisión originaria del poder constituyente al disponer lo establecido en el art.
3° ya mencionado. En tal sentido, debemos traer a colación el Acuerdo y Sentencia
N° 586 de fecha 31 de diciembre de 1996, donde la Sala Constitucional de la Corte
Suprema de Justicia ha opinado sobre la posibilidad de declarar la
inconstitucionalidad de leyes u otros instrumentos normativos (art. 260, inc. 1°,
Constitución de la República). En dicho fallo, el Prof. Dr. Oscar Paciello sostuvo lo
CAUSA: “Abgs. JUAN FRANCISCO
RECALDE
BURGOS,
MENELEO
INSFRÁN RIVEROS y FLORENCIO
PEDRO ALMADA ÁLVAREZ, Miembros
del Tribunal de Cuentas de la Capital, 1°
Sala s/ Enjuiciamiento”.-7…///…
siguiente: “1. El sistema arbitrado por la Constitución Nacional, es el de la plena
responsabilidad de quienes ejercen la gestión de los órganos creados por ella. Pro, correlativamente a
esta responsabilidad, se inscribe su amplia libertad para obrar dentro de la esfera de su
competencia. Como lo señala el ilustrado preopinante, la potestad de destituir a un funcionario de
elección popular, le es conferida en este caso, a la H. Cámara de Diputados. Si este órgano, actúa
dentro de la esfera de su competencia en función a un procedimiento en el que no se observa la
conculcación a garantías razonablemente hacen a la seriedad y responsabilidad con que deben
administrarse los negocios públicos, el Poder Judicial no puede interferir su libre gestión. Admitir
lo contrario importaría tanto como borrar la esfera de la separación de los poderes que es también,
un soporte de todo nuestro sistema. 2. En el caso que nos ocupa la responsabilidad asumida por la
H. Cámara de Diputados es una responsabilidad política. No está en juego, salvo en cuestiones
procedimentales que, como se vio, no afectan la regularidad de las actuaciones, ninguna cuestión
que afecte el orden jurídico. Por tanto no existe, propiamente, ninguna materia justiciable…”
(Sic).Que, por esa razón, la decisión de la Honorable Cámara de Senadores
no es susceptible de revisión, es decir, no constituyen materia justiciable, todo ello,
sobre la base del sistema de controles y contrapesos organizado por los
constituyentes, que establecieron de esta manera una garantía al sistema de división
de poderes, pues, sería un absurdo que en definitiva el Poder Judicial tenga a su
cargo el juzgamiento final de sus miembros.OPINIÓN DE LOS MIEMBROS DRES. ENRIQUE BACCHETTA
CHIRIANI Y ESTELA KOBS GIMÉNEZ
y,
C O N S I D E R A N D O:
En primer lugar, nos adherimos a la opinión mayoritaria en cuanto a
que este órgano constitucional resulta competente para entender en el presente
juicio de responsabilidad, resultando inviable la defensa opuesta por los enjuiciados
como medio general de defensa.Que, entrando a analizar el fondo de cuestión debatida, corresponde
realizar algunas aclaraciones en torno a la teoría de los actos justiciables o no
judiciables, pues, primeramente debemos anteponer dicha discusión a los efectos de
examinar la conducta ejercida los Magistrados enjuiciados.Al respecto de lo señalado precedentemente, la Corte Suprema de
Justicia podría anular un acto de legítima competencia de la Cámara de Senadores
en caso de existir violación del debido proceso o indefensión. Al respecto, nuestra
Constitución de la República, en su art. 260, atribuye a la Corte Suprema de Justicia,
específicamente a su Sala Constitucional, “conocer y resolver sobre la inconstitucionalidad
de las leyes y de otros instrumentos normativos, declarando la inaplicabilidad de las disposiciones
contrarias a esta Constitución en cada caso concreto, y en fallo que sólo tendrá efecto con relación a
ese caso”.Que, tal disposición prevé el ejercicio de la potestad jurisdiccional
cuando se conozca y resuelva sobre la inconstitucionalidad de otros instrumentos
normativos, lo que implica que el cumplimiento de esa actividad –dirigida a dirimir
la controversia que derive de funciones específicas de los otros poderes del Estadose halla habilitada. En consecuencia, la norma constitucional autoriza y torna
factible que la Sala Constitucional de la Corte Suprema de Justicia haga extensiva el
control de constitucionalidad de las decisiones tomadas por los otros poderes. Sin
embargo, la revisión judicial se limita exclusivamente a controlar el efectivo respeto
del debido proceso en la tramitación del proceso de juicio político, para lo cual,
procedería la revisión judicial, y además, la violación de esa garantía constitucional
ha de ser grave, nítida y significativa para que justifique la intervención judicial, y la
inspección de modo alguno debe versar sobre el criterio utilizado por el Jurado
político en cuanto a lo sustancial del enjuiciamiento.Que, no está de más recordar lo dicho ya por este órgano
constitucional en oportunidad de dictar el fallo A.I. N° 01/10 de fecha 04 de enero
de 2010 (fs. 84 vlto), sobre lo referido líneas arriba: “Al respecto de esto último, es
conveniente traer a colación lo referido por el autor Néstor Pedro Sagües en su obra “Derecho
Procesal Constitucional, Recurso extraordinario”, 4° edición, pág. 455, que dice: “Bidart
Campos indica que en principio la decisión de la Cámara alta es irrevisible para la judicatura;
CAUSA: “Abgs. JUAN FRANCISCO
RECALDE
BURGOS,
MENELEO
INSFRÁN RIVEROS y FLORENCIO
PEDRO ALMADA ÁLVAREZ, Miembros
del Tribunal de Cuentas de la Capital, 1°
Sala s/ Enjuiciamiento”.-8…///…
esto se manifiesta, dice, en cuanto al fondo del asunto, que quedaría bajo la discreción del Senado,
y sobre el cual no cabría la posibilidad de articular el recurso extraordinario. En cambio, si se
impugna la decisión senatorial por motivos de procedimiento, el aspecto de forma (p.ej., violación
del derecho de defensa) sí podría cuestionarse por vía de dicho recurso, ya que con eso no se invade
lo privativo del Senado, sino que se controla el procedimiento; y el procedimiento jamás es privativo
de ningún órgano cuando está comprometida o violada una garantía individual, porque por
encima de toda competencia de los órganos prevalece el derecho a la jurisdicción de los individuos”.Ahora bien, en cuanto a los argumentos para decidir la posibilidad de
considerar probada las causales de enjuiciamiento, específicamente las establecidas
en los incs. “b” y “g” del art. 14 de la Ley N° 3759/09, a su vez consideramos que
se encuentra probado el extremo de la extralimitación en las atribuciones
constitucionales y legales de los Magistrados enjuiciados, pues, la prudencia
justamente no ha sido lo que los caracterizó al dictar sus fallos, pues, todos los
poderes se hallan limitados y no son plenos, tal como lo refiere la propia Corte
Suprema de Justicia al dictar la Resolución N° 2382 de fecha 05 de enero de 2010,
donde claramente se establece que los Magistrados procesados no observaron el
orden jurídico de la República y vulneraron principios cardinales del sistema
jurídico nacional, ya que no solo se limitaron a pronunciarse única y exclusivamente
en la declaración de inconstitucionalidad, tal como lo dispone el art. 555 y 560 del
C.P.C., sino que han ordenado a otros órganos del Estado que originariamente no
integraron la litis, tal como se aprecia en el punto 3° de las Resoluciones N°s 951 y
952/2009
dictadas
en
los
expedientes
caratulados:
“ACCIÓN
DE
INCONSTITUCIONALIDAD PROMOVIDA POR LOS DRES. BONIFACIO
RÍOS AVALOS y CARLOS FERNÁNDEZ GADEA CONTRA LAS
RESOLUCIONES N° 122 DEL 25/11/2003 y N° 134 DEL 12 DE
DICIEMBRE DE 2003” (Año 2003, N°s 5067 y 5327).-
En conclusión, y atento a los argumentos expuesto en los párrafos
anteriores, este Jurado es de la plena convicción que los Magistrados enjuiciados
han incurrido en la causal de remoción de “mal desempeño de funciones”, pues,
sus conductas se encuadran dentro de las previsiones de los incs. “b” y “g” del art.
14 de la Ley N° 3759/09, y en consecuencia, corresponde remover a los mismos, y
a su vez, librar oficio a la Corte Suprema de Justicia, las Honorables Cámaras de
Diputados y Senadores, así como al Consejo de la Magistratura y la Fiscalía General
del Estado, para su toma de razón.Por tanto, atento a lo precedentemente expuesto,
EL JURADO DE ENJUICIAMIENTO DE MAGISTRADOS
R E S U E L V E:
1) NO HACER LUGAR a la defensa temporaria opuesta por los
Magistrados enjuiciados, Abgs. JUAN FRANCISCO RECALDE BURGOS,
MENELEO INSFRÁN RIVEROS y FLORENCIO PEDRO ALMADA
ÁLVAREZ, respectivamente, a tenor de las consideraciones vertidas en el exordio
de la presente resolución.2) REMOVER a los Miembros del Tribunal de Cuentas de la Capital, 1°
Sala, Abgs. JUAN FRANCISCO RECALDE BURGOS, MENELEO INSFRÁN
RIVEROS y FLORENCIO PEDRO ALMADA ÁLVAREZ, respectivamente, por
haber incurrido en la causal de “mal desempeño de funciones”, específicamente por
insertarse sus conductas dentro de las previsiones de los incs. “b” y “g” del art. 14
de la Ley N° 3759/09, sobre la base de los fundamentos vertidos en el exordio de
la presente resolución.3) COMUNICAR esta decisión a las Cámaras del Congreso de la República,
a la Corte Suprema de Justicia, al Consejo de la Magistratura y a la Fiscalía General
del Estado, para su correspondiente toma de razón. Para el efecto, librar los
correspondientes oficios.4) ANOTAR, registrar y notificar.-
Ante mí:
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