berliner philharmoniker

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miŽrcoles, 24 de febrero de 2010 ¥ 20,15 horas
B ERLINER
P HILHARMONIKER
S IR S IMON R ATTLE
director titular
M ITSUKO U CHIDA
piano
A UDITORIO
DE
Z ARAGOZA
B ERLINER
P HILHARMONIKER
En 1882, Benjamin Bilse anunci— a su malpagada orquesta sus
planes de viajar a Varsovia en cuarta clase; cincuenta de sus
mœsicos renunciaron y se hicieron independientes. Desde sus
inicios, la joven agrupaci—n recibi— apoyo administrativo por
parte del agente de conciertos berlinŽs Hermann Wolff y, por
recomendaci—n suya, cambiaron su nombre a Berliner
Philharnmonisches Orchester. Wolff convirti— una pista de patinaje
en la primera Philharmonie, donde organiz— conciertos de abono
y busc— al mejor director de ese momento.
Hans von BŸlow ya hab’a estado al frente de la Orquesta de la
corte de Meiningen, impulsando su desarrollo art’stico. En solo
cinco a–os como Director de la Berliner Philharmoniker sent—
las bases que han dado a la Orquesta su especial renombre. Sus
sucesores permanecieron largo tiempo en el puesto. Arthur
Nikisch lo asumi— en 1895, y en los veintisiete a–os de su
liderazgo consolid— el virtuosismo y autoconfianza que la
caracterizan. Si las interpretaciones de BŸlow tend’an de alguna
manera a una brillantez anal’tica, las de Nikisch eran ricas en
esplendor y c‡lida sonoridad, con econom’a de gestos. Las obras
de Tchaikovski, Berlioz, Liszt, Strauss, Mahler y Bruckner
fueron piezas clave de su repertorio. Bajo su direcci—n, la
Orquesta alcanz— el m‡s alto nivel y colabor— con algunos de
los mejores solistas internacionales.
Tras la muerte de Nikisch en 1922, le sucedi— Wilhelm
FurtwŠngler, que reclam— una gran autonom’a y sensibilidad
por parte de los mœsicos. Se les reconoc’a como legendarios
intŽrpretes de Beethoven, Brahms y Bruckner. Al mismo tiempo
ampli— el repertorio para incluir obras contempor‡neas de
Schšnberg, Hindemith, Prokofiev y Stravinski, y realizaron
numerosas giras al extranjero, obteniendo el reconocimiento
internacional.
© MONIKA RITTERSHAUS
La dictadura nacionalsocialista y la guerra da–aron de modo
irreparable el panorama cultural alem‡n, incluyendo a la Berliner
Philharmoniker. La pol’tica racista del rŽgimen ocasion— la pŽrdida
de valiosos mœsicos y la privaci—n del intercambio internacional
con directores y solistas. Al mismo tiempo, la convirti— en un
instrumento pol’tico. No obstante, FurtwŠngler y la Orquesta
pudieron preservar la esencia de la agrupaci—n durante estos dif’ciles
a–os.
El 26 de mayo de 1945, la Berliner Philharmoniker ofreci— su
primer concierto tras la guerra, en el antiguo cine Titania Palast,
bajo la direcci—n de Leo Borchard, muerto en agosto del mismo
a–o cuando un soldado de la ocupaci—n le dispar— por error. Un
joven y desconocido director rumano, Sergio Celibidache, fue
nombrado entonces, reconocido m‡s tarde por su temperamento
apasionado y su amplio repertorio. FurtwŠngler no fue autorizado
a dirigir a la Orquesta hasta despuŽs de su Òdesnazificaci—nÓ en
1947. Volvi— a asumir el puesto de Director en 1952.
FurtwŠngler muri— en 1954. Al a–o siguiente, Herbert von Karajan
se erigi— en Director Titular y su liderazgo dur— m‡s que el de
cualquier otro director. Su labor sent— las bases para el brillante
reconocimiento internacional de la Orquesta, tanto en conciertos
como en grabaciones, y ampli— sus actividades. En 1967 se fund—
el Festival de Pascua de Salzburgo, en el que tambiŽn comenz— a
interpretar ciclos de —pera. Asimismo, la Orchester-Akademie der
Berliner Philharmoniker (Filarm—nica de Berl’n) ofrece a mœsicos
j—venes la oportunidad de formarse en el marco de una gran orquesta.
La nueva sala Philharmonie fue construida durante la era Karajan.
Dise–ada por Hans Scharoun e inaugurada en octubre de 1963, se
le a–adi— una sala de c‡mara en 1987.
Herbert von Karajan muri— en julio de 1989, tras casi treinta y
cinco a–os como Director Titular. Su sucesor, Claudio Abbado,
familiarizado con la Orquesta, la dirigi— por primera vez en 1966.
Con un estilo diferente al de sus predecesores, lidera a travŽs de
su fuerte presencia art’stica. Cada ciclo de conciertos se focalizaba
en un tema, por ejemplo en Fausto, Der Wanderer o Music is Fun
for All. Esta modernizaci—n conceptual signific— un rejuvenecimiento
y revitalizaci—n de la Orquesta. En febrero de 1998, Abbado anunci—
que permanecer’a en el puesto hasta la temporada 2001/2002.
El nombramiento de Sir Simon Rattle supuso el reclutamiento de
uno de los m‡s talentosos directores de la joven generaci—n, as’
como la introducci—n de una serie de importantes innovaciones.
La conversi—n a ÒFundaci—n Berliner PhilharmonikerÓ aporta las
condiciones que permiten un amplio rango de oportunidades de
desarrollo art’stico, asegurando al mismo tiempo la viabilidad
econ—mica. Deutsche Bank es su principal patrocinador. Uno de
los puntos destacados de este patrocinio es el programa educativo
Zukunft@BPhil, creado al asumir Sir Simon Rattle el cargo de
Director Titular y a travŽs del cual la Orquesta se acerca a un
amplio pœblico, de j—venes en especial. En palabras de Sir Simon
Rattle: ÒZukunft@BPhil nos recuerda que la mœsica no es un mero
lujo, sino una necesidad fundamental. La mœsica debe ser un
elemento vital esencial en la vida de cada individuoÓ. Este proyecto
ha significado una gran expansi—n de la misi—n cultural de la
agrupaci—n.
En reconocimiento a este compromiso, la Berliner Philharmoniker
y Sir Simon Rattle fueron nombrados Embajadores de Buena
Voluntad de Unicef, distinci—n concedida por primera vez a un
conjunto art’stico, en una ceremonia celebrada en Nueva York en
noviembre de 2007, antes de la presentaci—n de un proyecto de
danza de La consagraci—n de la primavera, en el United Palace
Theatre de Harlem, y como parte del Festival ÒLuces de Berl’nÓ
del Carnegie Hall, que incluy— una residencia de diez d’as de la
propia Orquesta.
S IR S IMON
R ATTLE
DIRECTOR TITULAR
© SIMON FOWLER
Nacido en Liverpool en 1955, Sir Simon Rattle ha sido Director
Titular de la Berliner Philharmoniker y Director Art’stico de la
Philharmonie de Berl’n desde septiembre de 2002. Ten’a 25 a–os
de edad cuando, reciŽn graduado de la Royal Academy of Music
de Londres, comenz— su estrecha relaci—n con la City of
Birmingham Symphony Orchestra (CBSO), primero como
Director Principal y Art’stico y despuŽs Ðhasta 1998Ð como su
Director Titular. Su trabajo infatigable e imaginativos proyectos
art’sticos ayudaron a convertir a la CBSO en una de las m‡s
notables orquestas del mundo.
En la sala de conciertos y en la —pera, su extenso repertorio
cubre composiciones desde el barroco hasta la mœsica
contempor‡nea. TambiŽn es Director Invitado Principal de la
Orchestra of the Age of Englightenment y trabaja con grandes
orquestas a ambos lados del Atl‡ntico. Antes de asumir el cargo
como Director Titular de la Berliner Philharmoniker, Sir Simon
Rattle hab’a trabajado con ella de forma regular desde hac’a
quince a–os. De las muchas grabaciones que ha llevado a cabo
con la Orquesta, varias han sido galardonadas con los premios
m‡s prestigiosos.
Una de sus mayores pasiones es la de acercar el trabajo y la
mœsica de la Berliner Philharmoniker a la gente joven de los
m‡s diversos entornos sociales y culturales. Con ese fin ha
establecido un programa educativo Zukunft@BPhil, que permite
a la Orquesta perseguir nuevas v’as para difundir su mœsica. En
reconocimiento a su labor con los j—venes obtuvo el premio
ÒGoldene KameraÓ y la Medalla Urania en 2007. En 2009 fue
galardonado con el Premio Don Juan de Borb—n de la Mœsica,
con la Medalla de Oro ÒGloria ArtisÓ del Ministerio de Cultura de
Polonia, y con la Cruz al MŽrito de Alemania (Bundesverdienstkreuz).
MITSUKO
UCHIDA
PIANO
© RICHARD AVEDON
Mitsuko Uchida realiza una profunda introspecci—n de la mœsica que
interpreta, a travŽs de su propia bœsqueda de la belleza y la verdad.
Reconocida intŽrprete de Mozart y Schubert, tanto en salas de concierto
como en grabaciones, tambiŽn ha introducido la mœsica de Berg, Schšnberg,
Webern y Boulez a una nueva generaci—n de oyentes.
En recientes temporadas, la pianista japonesa ha ofrecido las tres œltimas
Sonatas para piano de Beethoven, as’ como las Op. 101 y Op. 106
(Hammerklavier). Su grabaci—n de las Sonatas Op. 101 y Op. 106 fue
descrita por Michael Church, de BBC Music Magazine, como "de una
calidad tal que me considero afortunado de encontrar una vez en una
dŽcada". Recientemente gan— los premios al "Mejor Instrumentista del
A–o" y "Disco del A–o", otorgados por BBC Music Magazine, por este
cedŽ.
Mitsuko Uchida actœa en escenarios de todo el mundo, colaborando con
diversos artistas y agrupaciones. En marzo de 2009 realiz— una gira por
Europa con la Philharmonia Orchestra y Esa-Pekka Salonen, interpretando
el Concierto para piano de Schšnberg. Como solista invitada de la
Salzburg Mozartwoche y del Festival de Salzburgo toc— con la
Filarm—nica de Viena y el Hagen Quartet, as’ como en un recital de
lieder con Magdalena Kozen‡. En la presente temporada continœa
centr‡ndose en Beethoven, interpretando sus cinco conciertos para piano,
con Sir Simon Rattle, durante un mes de residencia con la Berliner
Philharmoniker, en febrero del presente a–o. TambiŽn participa en giras
de concierto europeas con la Cleveland Orchestra y la London
Philharmonic Orchestra, ofrece recitales en Par’s, Nueva York y Tokio,
vuelve a dirigir a la Chicago Symphony, y actœa en el Festival de Viena
con Pierre Boulez y Ensemble intercontemporain, interpretando el
Concierto de c‡mara de Berg, con Christian Tetzlaff. Asimismo,
emprende un proyecto discogr‡fico de obras para piano solo de Schumann.
Mitsuko Uchida graba en exclusiva para Decca; en oto–o de 2009 fue
editado un ‡lbum con los Conciertos n.¼ 23 en La mayor (KV 488) y
n.¼ 24 en Do menor (KV 491) de Mozart, dirigiendo a la Cleveland
Orchestra desde el piano. Adem‡s, mantiene un firme compromiso de
apoyo a los j—venes mœsicos y es miembro del Borletti-Buitoni Trust.
TambiŽn es co-Directora, junto con Richard Goode, del Festival de
Mœsica de Marlboro, y en junio de 2009 recibi— el t’tulo de Dama
Comandante de la Orden del Imperio Brit‡nico.
COMPONENTES
PRIMEROS VIOLNES
Guy Braunstein (primer concertino)
Daishin Kashimoto (primera concertino)
Daniel Stabrawa (primer concertino)
Rainer Sonne (concertino)
Zolt‡n Alm‡si
Maja Avramovic
Simon Bernardini
Wolfram Brandl
Peter Brem
Armin Brunner
Andreas Buschatz
Alessandro Cappone
Madeleine Carruzzo
Aline Champion
Felicitas Clamor-Hofmeister
Laurentius Dinca
Sebastian Heesch
Aleksandar Ivic
RŸdiger Liebermann
Kotowa Machida
Christoph Polonek
Bastian SchŠfer
Dorian Xhoxhi
SEGUNDOS VIOLNES
Christian Stadelmann (primer principal)
Thomas Timm (primer principal)
Christophe Horak (principal)
Daniel Bell
Holm Birkholz
Philipp Bohnen
Stanley Dodds
Cornelia Gartemann
Amadeus Heutling
Rainer Mehne
Christoph von der Nahmer
Raimar Orlovsky
Bettina Sartorius
Rachel Schmidt
Armin Schubert
Stephan Schulze
Christoph Streuli
Eva-Maria Tomasi
Romano Tommasini
VIOLAS
Neithard Resa (primer principal)
Naoko Shimizu (principal)
Wilfried Strehle (principal)
Micha Afkham
Julia Gartemann
Matthew Hunter
Ulrich Knšrzer
Sebastian Krunnies
Walter KŸssner
Ignacy Miecznikowski
Martin von der Nahmer
Zdzislaw Polonek
Joaqu’n Riquelme Garc’a
Martin Stegner
Wolfgang Talirz
VIOLONCELLOS
Georg Faust (primer principal)
Ludwig Quandt (primer principal)
Martin Lšhr (principal)
Olaf Maninger (principal)
Richard Duven
Rachel Helleur
Christoph Igelbrink
Solne Kermarrec
Martin Menking
David Riniker
Nikolaus Ršmisch
Dietmar Schwalke
Knut Weber
CONTRABAJOS
Matthew McDonald (primer principal)
Janne Saksala (primera principal)
Esko Laine (principal)
Fora Baltacigil
Martin Heinze
Wolfgang Kohly
Peter Riegelbauer
Edicson Ruiz
Janusz Widzyk
Ulrich Wolff
FLAUTAS
Andreas Blau (principal)
Emmanuel Pahud (principal)
Prof. Michael Hasel
Jelka Weber
OBOES
Jonathan Kelly (principal)
Albrecht Mayer (principal)
Christoph Hartmann
Andreas Wittmann
CORNO INGLƒS
Dominik Wollenweber
CLARINETES
Wenzel Fuchs (principal)
Alexander Bader
Walter Seyfarth
TROMBONES
Prof. Christhard Gšssling (principal)
Olaf Ott (principal)
Thomas Leyendecker
Stefan Schulz
Jesper Busk S¿rensen
TUBAS
Paul HŸmpel
Alexander von Puttkamer
TIMABALES
Rainer Seegers
Wieland Welzel
CLARINETE BAJO
Manfred Preis
FAGOTES
Daniele Damiano (principal)
Stefan Schweigert (principal)
Mor Biron
Markus Weidmann
PERCUSIîN
Raphael Haeger
Simon Ršssler
Franz Schindlbeck
Jan Schlichte
ARPA
Marie-Pierre Langlamet
CONTRAFAGOT
Marion Reinhard
TROMPAS
Stefan Dohr (principal)
Stefan de Leval Jezierski
Fergus McWilliam
Georg Schreckenberger
Klaus Wallendorf
Sarah Willis
REPRESENTANTE
DE LA ORQUESTA
Stefan Dohr
Andreas Wittmann
GABINETE DE
COMUNICACIîN
Olaf Maninger
Emmanuel Pahud
TROMPETAS
G‡bor Tarkšvi (principal)
Tam‡s Velenczei (principal)
Thomas Clamor
Georg Hilser
Guillaume Jehl
Martin Kretzer
COMITƒ DE LA ORQUESTA
Stanley Dodds
Ulrich Knšrzer
Nikolaus Ršmisch
Christian Stadelmann
Martin Stegner
COMENTARIOS AL PROGRAMA
En 1795, Beethoven se presenta como concertista de piano en Viena.
A partir de ese a–o, la vida profesional del mœsico ser‡ mucho m‡s
activa; a sus veinticinco a–os realiza varias giras por Alemania y
Checoslovaquia, y simult‡neamente escribe y publica sus seis Tr’os
con piano, Op. 1, obras que Žl ya considera como de cierta importancia.
El 2 de abril de 1800 estrena su Primera Sinfon’a y termina los seis
Cuartetos para cuerda, Op. 18, que convertir’an sœbitamente a Beethoven
en el maestro del gŽnero, cultivado con predilecci—n por Haydn. Durante
esta Žpoca, el autor nacido en Bonn se hizo cargo de sus dos hermanos,
a quienes acogi— y cuid— con desvelo hasta que fueron independientes.
Un esplendoroso porvenir parec’a abrirse para el joven compositor,
pero el imprevisible destino decidi— de otro modo y las facultades
auditivas de Beethoven empezaron a disminuir, imperceptiblemente al
principio para, r‡pidamente, llegar a la sordera total.
Pero su naturaleza se sobrepuso, aunque tuvo que abandonar su carrera
como virtuoso, y en lo sucesivo la vida y el trabajo como compositor
ocupar’an todo su tiempo. Hasta 1802 escribe el ballet Las criaturas
de Prometeo y obras para piano o c‡mara, y en este a–o surgen los
primeros bocetos del Concierto para piano y orquesta n.¼ 4, Op. 58,
ideas que continuar’an durante el a–o siguiente para, en 1804, concluir
la Tercera Sinfon’a ÒHeroicaÓ, una obra en la que el estilo de Beethoven
se desarrolla hasta alcanzar su plenitud. Los modelos de Haydn y
Mozart, aœn reconocibles en obras anteriores, son superados en el plano
formal y de la expresividad; de aqu’ en adelante el mœsico aparecer‡
como un artista plenamente original.
El Concierto n.¼ 4 para piano y orquesta en Sol mayor fue escrito en
1805, un a–o despuŽs de terminar la Sinfon’a ÒHeroicaÓ y todav’a con
su mœsica en la cabeza, una mœsica que, de algœn modo, se refleja en
los apuntes tomados para el concierto; en Žl Beethoven se expresa con
su propio lenguaje, sin la influencia de un clasicismo que se hab’a
hecho notar en sus conciertos anteriores.
La obra, dedicada al joven archiduque Rodolfo, no tuvo una buena
acogida en su estreno a causa de las novedades incluidas, la audiencia
otorg— muy escasos aplausos y los entusiasmos fueron nulos entre
pœblico y cr’tica. La Gaceta Musical Universal, en 1808, juzg— el
concierto con tres adjetivos que pod’an ser interpretados como de
elogiosos o todo lo contrario; segœn el comentarista, era la obra Òm‡s
extra–a, m‡s original y m‡s dif’cil que he escuchadoÓ.
Es cierto que las dificultades tŽcnicas eran excesivas hasta para los
pianistas de aquel tiempo, incluso para los mejores, quienes
comprometidos a tocar el concierto, a œltima hora se negaban.
El primer movimiento, Allegro moderato, es iniciado por el piano solo,
cantando suavemente un tema vigoroso, en un contraste muy atractivo
y que al ser recogido por la cuerda se transforma en una mœsica llena
de gracia y encanto. El segundo motivo es de car‡cter campestre y
simple que, tras pasajes llenos de dificultades tŽcnicas y del obligado
desarrollo, termina el movimiento con un brillante ÒcrescendoÓ, seguido
de abundantes escalas y arpegios.
El Andante con moto est‡ considerado como la p‡gina m‡s importante,
no solo de este concierto, sino de la totalidad de los conciertos
beethovenianos, en opini—n de varios estudiosos del autor. Aunque el
movimiento sea breve en longitud, el gŽnero de concierto alcanza en
este fragmento las m‡s elevadas cotas de elocuencia, obviando las
ostentaciones virtuos’sticas y las f‡ciles y efectistas tŽcnicas
instrumentales. El Rond— vivace final presenta una agilidad etŽrea, con
esos Òarpegios rotosÓ, que asombraron a los contempor‡neos de
Beethoven. En este movimiento son protagonistas la jovialidad y la
impetuosidad en el primer tema; el segundo luce un colorido agreste
para avanzar hacia un rond— de virtuosismo endiablado, juzgado en su
Žpoca como de insuperable y atrevido, adjetivos que resultan v‡lidos
hoy en d’a. Hans von BŸlow escribi— una cadencia original’sima, que
suele ser interpretada por todos los pianistas.
Johan Julius Christian Sibelius naci— el 8 de diciembre de 1865 en
Tavestehus, ciudad de guarnici—n militar al sur de Finlandia, siendo el
afrancesado nombre de Jean debido a un hermano de su padre, seguidor
de la cultura del pa’s galo.
Situaremos brevemente el per’odo hist—rico que atravesaba Finlandia
en la Žpoca en que el pa’s se encontr— sometido a Suecia desde 1150
hasta 1809, a–o en que se integra en el imperio zarista; es un tiempo
en que el estilo clasicista reina en Europa y en el que en Finlandia
sobresale Bernahrd Henrik Crusell. A Žl se suceden una primera
generaci—n de rom‡nticos, destacando el hamburguŽs establecido en
Estocolmo, y m‡s tarde en Helsinki, Fredrik Pacius. En 1882, el Instituto
de Mœsica de Helsinki, a cargo del compositor y pedagogo Wagelius,
inaugura una nueva etapa en la vida musical de Finlandia, en la que
toman parte Kajanuns y Ernst Mielck, alumno de Max Bruch y autor
en 1897 de la considerada como la primera sinfon’a genuinamente
finlandesa. ƒsta fue la situaci—n que encontr— Sibelius en Helsinki tras
dejar la carrera de Derecho. Sibelius se form— musicalmente con
Wagelius; segu’a sus estudios de viol’n pero pronto se sinti— atra’do
por la composici—n. En 1889 viaja a Berl’n, donde afianza su amistad
con el pianista, te—rico y compositor Ferruccio Buz—n, a quien hab’a
conocido en Helsinki; despuŽs va a Viena y all’ empieza una vida que
le sumergir‡ m‡s y m‡s en los ambientes de artistas: conoce a Mahler
y a Wolf, ve dirigir a Hans von BŸlow y a Richard Strauss. Vislumbra,
en un cafŽ, a un ya venerable Brahms y se entusiasma con la Quinta
Sinfon’a de Bruckner. Un poco m‡s tarde descubre la mœsica de Wagner,
hacia la que manifiesta en pœblico un rechazo que, como en el caso de
Debussy, esconde una fascinaci—n secreta.
Es la œltima dŽcada del siglo y un joven Sibelius de treinta a–os se ve
convertido en el s’mbolo musical de todo un pa’s. Durante los primeros
a–os del nuevo siglo su mœsica se difunde por casi toda Europa;
curiosamente la mœsica de Sibelius pudo conocerse en Espa–a
relativamente pronto, gracias a la curiosidad de Fern‡ndez Arb—s que,
entre 1908 y 1935, estren— en Madrid Finlandia, el Vals Triste y las
dos primeras sinfon’as. Sibelius escuchaba con escepticismo a Stravinski
y Prokofiev, o lo que se vino a llamar ÒLa estŽtica de la feriaÓ del
Grupo de los Seis. En cambio, el ÒprovincianoÓ Sibelius elogia con
admiraci—n a Schšnberg y Berg. En la llegada de la dŽcada de los
treinta, en la cumbre de la gloria, condecorado y homenajeado por
gobiernos, universidades y academias de medio mundo, cuando los
abonados de la Filarm—nica de Nueva York lo proclaman como su
compositor favorito por delante de Beethoven, Brahms o Strauss.
El gigante solitario, el ÒGenio del NorteÓ, da por concluida su obra de
manera definitiva y se retira del mundanal ambiente a su residencia
campestre de JŠrvenpŠŠ. Jean Sibelius, como ya se le conoc’a en el
ambiente musical, vive aœn treinta a–os, falleciendo a los noventa. Fue,
como lo defini— Harold Truscott, Òel compositor tonal con ra’ces en el
œltimo romanticismo, que es, sin embargo, un genuino fen—meno del
siglo XXÓ.
Durante el verano de 1900, Sibelius traba conocimiento con el bar—n
Axel Caperlan, un gran aficionado a la mœsica y fil‡ntropo finlandŽs,
quien ser‡ un personaje muy importante en la vida del mœsico, sobre
todo en lo que a su carrera musical se refiere. La generosidad del amigo
permitir‡ a Sibelius realizar su sue–o: un viaje a Italia en compa–’a de
su esposa y sus dos hijas, instal‡ndose en Rapallo, una villa situada en
la costa y cercana a GŽnova.
En un ambiente id’lico, libre, por el momento, de preocupaciones materiales,
el compositor inicia la escriturade una nueva sinfon’a, la segunda de las
siete que se encuentran en su haber, adem‡s de varios poemas sinf—nicos
y mœsica incidental para teatro.
Una noche de febrero, Sibelius lee y rememora la historia de Don Juan;
imaginando la escena cree ver a un desconocido que entra en la estancia;
al preguntarle su nombre Žste no responde, a la siguiente pregunta se
produce otro silencio, hasta que al fin, el personaje entona un canto y
Don Juan-Sibelius reconoce al visitante: es la Muerte. Ser‡ en ese
momento cuando el mœsico escribe lo que ser‡ el motivo principal de
la Segunda Sinfon’a, una obra que para algunos cr’ticos puede ser el
reflejo de los desolados y heladores bosques n—rdicos, y que en realidad
fue perge–ada a la esplŽndida luz de la Riviera italiana.
Tras sus vacaciones, y ya en Finlandia, Sibelius da por finalizada la
escritura de la sinfon’a y su estreno tiene lugar en la Gran Sala de la
Universidad de Helsinki el 8 de marzo de 1902, bajo la direcci—n del
propio compositor y con un Žxito apote—sico que provoc— otros tres
conciertos con unos llenos totales. La influencia de Tchaikovski, tan
presente en la Primera Sinfon’a, pierde en la Segunda casi toda su
fuerza, aunque aœn se pueda apreciar algo de su latido en el denso y
extraordinario segundo movimiento. El sorprendente Allegretto inicial
contiene abundantes ideas musicales con temas antag—nicos lo que,
junto a una casi inexistente cohesi—n a los varios temas que el autor
emplea, provoc— el asombro de algunos cr’ticos de la Žpoca.
Los movimientos intermedios, muy contrastados, Andante ma rubato
y Vivacissimo-Lento e soave, otorgan m‡s fuerza al sentimiento de
inestabilidad y tambiŽn a la idea de rotura en el discurso musical.
El primero es m‡s extenso y con aire de rapsodia; su dominio viene
dado por dos temas que se enfrentan, recuperando la idea de aquel Don
Juan y el reconocimiento de una Muerte cercana al personaje. El tercer
movimiento presenta una mœsica mucho m‡s concisa y tempestuosa y
fue, en la definici—n del music—logo finlandŽs Veijo MurtomŠkicomo,
Òuno de los movimientos m‡s beethovenianos de SibeliusÓ.
Un melanc—lico canto del oboe recrea un tr’o de tono pastoril, que
interrumpe el inicial motivo de danza. Para finalizar la sinfon’a, Sibelius
introduce un car‡cter de himno de una fuerza impactante y casi hipn—tica:
se trata de un Allegro moderato asombrosamente repetitivo y minimalista
que acrecienta el esp’ritu de los que reclaman una Finlandia libre.
Gyšrgy Ligeti viene al mundo el 28 de mayo de 1923 y fallece en Viena
el 12 de junio de 2006. Su lugar de nacimiento fue un peque–o pueblo de
la regi—n de Transilvania llamado Dics—szentm‡rton, que actualmente
pertenece a Ruman’a con el nombre de T‰rnaveny. En la fecha del
nacimiento de Ligeti, el lugar aœn era patrimonio hœngaro y la mayor’a
de los jud’os que all’ viv’an adoptaron apellidos hœngaros; los Auer se
llamaron Ligeti y as’ la familia de origen jud’o pas— a ser, como tantas
otras, solamente hœngara. Todav’a siendo un ni–o se trasladan a Cluj y en
el Conservatorio de la ciudad comienza Gyšrgy sus estudios musicales
desde 1941, teniendo como profesor a Ferenc Farkas, alumno y cercano
colaborador de BŽla Bart—k.
Ligeti empez— a tocar el piano a los 14 a–os, un poco tarde si se comparan
sus estudios con otros mœsicos, pianistas o compositores; tambiŽn sus
primeras obras son de esos a–os y, segœn Žl mismo cuenta, durante el
camino de su casa a la escuela rememoraba como ejercicio y con gran
precisi—n fragmentos de las sinfon’as de Beethoven o Tchaikovski; ello
ha influido, posiblemente, en su modo de componer, en unos recuerdos
almacenados durante a–os en el cerebro y que priman sobre todo en los
sonidos, colores y texturas que tan exactamente caracterizan la mœsica de
Ligeti, plena de sutiles detalles con los que se identifica la obra del autor
que, con sus estructuras inm—viles y borrosas, casi on’ricas, disolvi— el
ritmo, la armon’a y la melod’a para restaurarlos despuŽs, utilizando
reconstrucciones muy personales de tiempos pasados. En su mœsica se
advierte la influencia contrapunt’stica del renacimiento, la huella de la
mœsica javanesa, de los cantos pigmeos o de los modelos m‡s abstractos
de las matem‡ticas. Este eterno estudioso de lo universal prosigue en 1943
sus estudios en la Academia Franz Liszt de Budapest. Pero el curso queda
dram‡ticamente interrumpido: Ligeti es internado por los nazis en un
campo de trabajo, un lugar en el que permanece hasta el final de la guerra;
sus padres y su hermano, junto al resto de la familia, ser‡n enviados a
Auschwitz y solo sobrevivir‡ su madre.
Cuando termina la guerra se proclama una repœblica hœngara que ser‡
duramente ÒsupervisadaÓ por la Uni—n SoviŽtica. Durante aquellos terribles
a–os de censuras, purgas y represiones, Ligeti continœa sus estudios con
Farkas y S‡ndor Varess, gradu‡ndose en 1949. A partir de aqu’ se dedica
a la investigaci—n etno-musicol—gica y sobre la mœsica tradicional de
Ruman’a, trabajos que se encuentran muy frecuentemente en su escritura.
Ligeti abandona Hungr’a dos meses despuŽs de que los tanques rusos
entren en la capital con el fin de sofocar la revuelta popular encabezada
por Imre N‡gy, cuyo rŽgimen no aceptaba, a pesar de su liberalismo, la
mœsica de Ligeti: en los pa’ses del Este, la mœsica contempor‡nea se
consideraba como una manifestaci—n art’stica de tendencia burguesa y
decadente. El mœsico emigra a Viena y en 1967 le es concedida la nacionalidad
austr’aca; para entonces Ligeti ya hab’a escrito una serie de obras para piano
titulada ÒMusica ricercataÓ, en la que no es dif’cil reconocer los cromatismos
de Microkosmos de Bart—k o el Primer Cuarteto de cuerda, Metamorphoses
nocturnes, en el que las nuevas estŽticas se aprecian con mayor claridad.
En la Repœblica Federal de Alemania conoce algœn que otro fracaso, y el ambiente
asfixiante de los ‡mbitos musicales le empujan a regresar a Viena y tambiŽn a la
instrumentaci—n tradicional, a la m‡quina imperfectamente humana que resulta
ser la orquesta y que Žl prefiere. As’ compone Apparitions o Volumina pour Orgue.
Surgir‡n m‡s tarde obras de mayor complejidad contrapunt’sticas como Aventures
y su famoso RŽquiem, dos composiciones corales unidas por lazos extremadamente
estrechos. El mundo cinematogr‡fico se ha servido de la mœsica de Ligeti: Stanley
Kubrik, como banda sonora de Ò2001, una odisea del espacioÓ, eligi— Atmospheres,
Lux aeterna y Aventures. Kubrik estableci— un v’nculo muy especial con la mœsica
del autor hœngaro, eligiendo su obra Lontano para ÒEl ResplandorÓ y un fragmento
de ÒMusica ricercataÓ, para la que fue su œltima pel’cula, ÒEyes wide shutÓ.
Durante la dŽcada de los a–os setenta, la escritura de Ligeti se tornar‡ m‡s
transparente, apareciendo en ella retazos mel—dicos, como en Melodien. Sus
obras debieran entenderse como intentos de soluci—n a puntuales problemas
de ’ndole musical o de respuestas a circunstancias muy concretas, sometidas
a diferentes modos de plasmaci—n en obras futuras. Por ello, es debido
considerar a Ligeti como uno de los autores m‡s transgresores del siglo XX;
su manera de componer es absolutamente espont‡nea y no siente la necesidad
de ser fiel a ningœn lenguaje o estilo, aunque hayan sido producidos por Žl
mismo.
Su obra San Francisco Polyphony para orquesta est‡ escrita en ese momento
compositivo que ocupa los a–os setenta, en que el autor concede m‡s papel
a la melod’a. 1973/1974 es la Žpoca en que la Asociaci—n Sinf—nica de San
Francisco le encarga a Ligeti una pieza orquestal para celebrar su sexagŽsimo
aniversario. ƒsta se divide en cinco secciones sin soluci—n de continuidad y
se la considera como una descendiente directa de Melodien por su polifon’a
plurimel—dica. Sus movimientos encadenados van desde la m‡s complicada
polifon’a al estatismo, y de Žste a los polirritmos m‡s nuevos denominados
Òmec‡nica duraÓ. San Francisco Polyphony se estren— en la ciudad de la que
toma el t’tulo el 8 de enero de 1975, bajo la direcci—n de Seiji Ozawa.
JUANA BONAFƒ
PROGRAMA
PRIMERA PARTE
G. LIGETI
San Francisco Polyphony
duraci—n aproximada 11 min.
L. v. BEETHOVEN
Concierto n.¼ 4 para piano en Sol, Op. 58
Allegro moderato
Andante con moto
Rond . Vivace
duraci—n aproximada 34 min.
MITSUKO UCHIDA
piano
SEGUNDA PARTE
J. SIBELIUS
Sinfon’a n.¼ 2 en Re, Op. 43
Allegretto
Tempo andante, ma rubato
Vivacissimo-Lento e soave
Finale: Allegro moderato
duraci—n aproximada 43 min.
B ERLINER P HILHARMONIKER
SIR SIMON RATTLE
director titular
Imprime: Tipol’nea ¥ D.L.: Z-945-2010 ¥ La organizaci—n se reserva el derecho de variaciones de d’as y sustituciones de orquestas, solistas y programas por causas obligadas de fuerza mayor.
www.auditoriozaragoza.com
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