revista ilustrada. Año 12, n. 273 (24 julio 1906) - Gobierno

Anuncio
PAMPLONA 24 de Julio de 1906
AÑO XII
DIRECCIÓN Y ADMINISTRACIÓN
NÚM. 273
Con censura eclesiástica
•i&Iiofeca (£afóíico~propagandista
T E J E R Í A ,u_
4 0 , SB.% izq.'
TIEMPOS APOCALÍPTICOS
NA nube negrísima, preñada de tormentas, se ve avanzar por el horizonte político de nuestra patria;
nube llena de nombres de blasfemia, según el expresivo lenguaje
del Apocalipsis. Aquí donde el que
no se casa por la Iglesia tiene el
buen sentido de no pedir la bendi-.
ción al Juez, con lo cual se ha sustituido el matrimonio civil por el
matrimonio perruno, que sobre ser
igual en punto á moralidad, es más
barato, los sectarios piden el matrimonio civil obligatorio; aquí donde el que no profesa
el cuitó católico no quiere ninguno, pues los falsos dioses
no han podido arraigar en el pueblo teológico y católico
por excelencia, los sectarios piden la libertad de cultos;
aquí donde la beneficencia oficial es un modas vivendi
sin nombre, y lo único que hace soportables los hospitales, casas de maternidad y caridad es la presencia de las
Religiosas que han hecho del servicio del prójimo pobre
y desamparado, enfermo y viejo, su manera de vida, los
sectarios piden la laización de los hospitales y casas de
beneficencia; aquí donde se ha puesto á contribución hasta la muerte y las almas del Purgatorio, pues enterrar á
un pariente cuesta un dineral, y el negocio de las sacramentales (sin el recuerdo del sacramento) explotadoras
de los cementerios ha dado pie á escandalosas causas
criminales, los sectarios piden la secularización de los cementerios; aquí donde la enseñanza oficial es refugio de
•
i-.
we-
paniaguados, semillero de impíos y plantel de títulos inútiles, los sectarios piden la supresión de la enseñanza privada, con la mira puesta en acabar con los colegios de religiosos; aquí donde la libertad de asociación alcanza á
tahúres y perdidos, y gozan de singular predicamento la
casa llana y las casas de juego, los sectarios piden la supresión de las órdenes y congregaciones religiosas.
Con este programa parece deseaba gobernar el Sr. Moret, previa disolución de Cortes para hacer unas á su
imagen y semejanza conque sacar adelante todas las atrocidades sectarias que van numeradas; con ese programa
quedaba á retaguardia el Sr. Canalejas que tantas ganas
tiene de ser presidente del Consejo de Ministros; con ese
programa iba á emprenderse lo que ya se llama la europeización de España, porque á la cuenta han venido extranjeros que querían que la religión del maldito Lutero
se celebrase en magníficos templos y se han quejado de
verla reducida á capillas palurdas; á la cuenta no hay
bastantes escándalos, ni ha caído aún bastante bajo nuestra patria y se quiere que caiga más; á la cuenta ya el liberalismo del turno tan maldito como fracasado ha tirado
el antifaz que le presentaba como respetuoso con la Religión, que para mayor escarnio continúa llamándose la
del Estado, y vamos á entrar por la senda de la Francia
apóstata y perseguidora de la Iglesia católica.
Y vamos á entrar: no se llamen á engaño los que cierran los ojos para no ver y los oídos para no oir.
Vamos á entrar, primero porque eso es el liberalismo
y eso son los liberales, y nadie debe extrañarse de que
sean lógicos y de día en día se muestren más inFernales.
Pero segundo y principalmente, por la prevaricación
de tantos católicos; por los avances terribles de la confusión reinante entre los que se llaman amigos y defensores de la justicia; porque ya no falta ni el canto de un du-
162
LA AVALANCHA
ro para llamar al mal bien y al bien mal, al liberalismo
de muchos, prudencia y templanza, y al rezar el Padre
nuestro y decir venga á nos el tu reino, blasfemia y abominación; vtmos á entrar por ese camino porque, como
ha dicho recientemente el Rdo., P. Valencina en El Adalid Seráfico, "estamos de lleno en los tiempos apocalípticos».
Pero repitámoslo para que quede bien grabado: no los
han traído y traen la maldad de los malos, sino la cobardía de los buenos, los silencios criminales, la complicidad
con capa de celo, la abominación de la desolación.
A propósito de lo cual recordamos esta escena ocurrida á un amigo nuestro en un tranvía de una importante
ciudad, donde se encontró al subirse, con un hombre calificado que hizo profesión de perfección evangélica "eligiendo la mejor parte", el cual iba muy orondo y confiado leyendo en público uno de los diarios liberales que
más daño han hecho y hacen en España.
Y dijo nuestro amigo á otro, á tal propósito:—¿No le
parece á usted que esto, después de lo que está ocurriendo, forma parte de la abominación de la desolación?
A lo cual contestó el interpelado con esta gracia:
—Ciertamente; pero tiene usted que observar, amigo,
que el tranvía no es el lugar santo.
ESTANISLAO.
SANTIAGO
SPAÑA fue siempre la nación privilegiada que mayores días de gloria ha
dado al mundo católico; la raza ibera pudo leer en las brillantes páginas de su historia encarnizadas luchas impresas con caracteres de sangre, precediendo á las gloriosas victorias escritas con doradas letras.
Palpitaba en los hispanos pechos el
fuego de la Fe y de la Patria; ardía
en los corazones de los intrépidos y
valientes guerreros la llama vivificadora del amor á lo grande, á lo sublime, á lo divino, y
España lanzó al viento su inmaculada bandera pregonando sus hazañas y loando incesante al Dios de los ejércitos. No hubo soldado sin Rey ni campamento sin Cruz;
por eso no quedó herida sin remedio ni batalla sin corona.
Y no podía ser menos. Héroe tenía que ser quien sembró en nuestro suelo el germen del amor al sacrificio, á
la Fe y á la Patria; héroe, pero héroe divino, quien con
brioso caballo y flamante espada, confundiendo á la morisma hizo flotar el español estandarte en los días gloriosos de nuestra Reconquista. Y héroe es el Apóstol Santiago capitaneando á los soldados de D. Ramiro en las cercanías de Albelda, los cuales, entre los épicos sonidos del
clarín que llama á la lucha, al enérgico grito de ¡/Santiago y cierra España!! coronan sus sienes con el laurel de
la gloria y desbaratan con vergüenza á las huestes agarenas.
Santiago, á quien España tiene por su apóstol y Patrón, es uno de los Apóstoles más amados de Jesús, por
quien fue el primero en dar au sangre en la sanguiuaria
Jerusalem, y especialmente asistido de la Reina de la
cristiandad, nuestra Inmaculada Madre.
Cristo sin duda veía en Santiago al coloso enviado que
al peso de la divina elocuencia, como rayo que hiriera á
las almas, había de rendir á los dioses y hundirlos para
siempre en el lango de la materia, y había de iluminar y
allanar los escabrosos y oscuros senderos que nos condu-
jeran á la cumbre del Gólgota, esto es, $ la vida del sacriñcio para poseer la eterna vida del amor. Y porque
mucho esperaba de Santiago, y no le arredrara el constante sacrificio para el que necesitaría especiales auxilios,
Cristo le hace uno de sus predilectos, y con Cristo ascienden al glorioso Tabor los tres amados para contemplar
al Maestro transfigurado y oir la voz del Padre que en
el Hijo se complace. Así prueba Jesús el amor especial -.
que á sus tres apóstoles siente; no para levantar todavía
:
sus tiendas en la cumbre de la gloria, sino para mirar
.
fijamente á la cruz del sacrificio, necesario medio que la
milicia apostólica ha de adoptar antes que conseguir la
corona del Tabor.
Santiago ama con singular predilección á Cristo en el .
Huerto de las Olivas, cuando riega la tierra el copioso sudor de sangre que el Hijo del hombre derramaba en
aquel esfuerzo titánico, en la lucha terrible del espíritu
pronto y de la carne flaca; y Santiago, el predilecto de su
Maestro viene á España, robustecido con las doctrinas
del Salvador y confortado con las especiales gracias del
Espíritu Santo, á rasgar la tupida niebla que envolvía á
la infeliz Iberia, sentada en las sombras de la idolatría,
y, como imponente tormenta amenaza concluir con la re- '
gión sobre que descarga, acaba de hecho la presencia de
nuestro sublimo Patrono con las antiguas y falsas deidades, al vivísimo relámpago que representa á la luz de la
Fe y al estruendoso ruido del trueno con que significamos la elocuencia del Apóstol: no sin razón le llamó Jesucristo «el Hijo del trueno», como recuerda la Iglesia
en el himno de esta festividad.
Fue asistido nuestro Santo Patrono como no lo fue*
Apóstol alguno por la Virgen María, cuando las costumbres de la ciudad de Cesaraugusto trituraban su alma, y
la santa semilla de la Fe era al parecer inútilmente derramada, siu que encontrara sólido y preparado terreno
sobre que fructificar. A orillas del Ebro rogaba el Santo
Apóstol por la salvación de la raza ibera que desconocía .
la vida del Redentor, cuando la elocuencia del Apóstol
era iucapaz de grabar tan hermosos sentimientos en los
iberos corazones, cuando al eco de su vibrante voz tan
sólo contestara el monótono murmurio del Ebro que á
sus pies pasaba; mas he aquí que la virginal Madre de la
cristiandad naciente, circuida de refulgente nimbo y ro- '
deada de Ángeles que la bendecían y proclamaban su
Reina, consuela al apóstol de nuestra fe, dignifica nuestro suelo con sus virginales plantas y nos deja el más
glorioso monumento que orgullosa podrá ostentar Espa- "'
ña, el sagrado Pilar, que ha sido y será la columna firmísima sobre la que se estrellen las saetas del error y loa dardos de la impiedad. Santiago ve con asombro germinar la semilla de la Fe, y la doctrina de Cristo es más
tarde sellada con la sangre de los Mártires innumerables.
Quiso para sí Jerusalem la vida de nuestro Apóstol;
mas no por eso abandonó Santiago á España.
España luclió con vergüenza y triunfó con honra de .
las huestes que guiadas de infernales instintos quisieron
arrebatar su más preciada joya: la fe que la hizo grande.
Iberia tuvo caballeros que, con el lema Dei defensio escrito en los pomos de sus espadas, lucharon hagta-vencor
y murieron antes que rendirse por las sublimes enseñanzas de nuestro sauto apóstol.
El espíritu guerrero por Dios caracterizó á nuestro Patrono, que la Iglesia llama vindex hostium. Este espíritu
dio días de gloria á nuestra EspaÜa cuando de los intereses de Dios se trataba; y este espíritu batallador debe
también animarnos cuando las maquinaciones del mundo quieren llevarnos hacia él, cuando el demonio con sus
perversas intrigas nos tiende sus mallas para aprisionarnos y cuando la carne, propensa á brutales pasiones, no quiere reconocer la soberanía del espíritu que, como sae- •.
ta disparada, tiende á su Dios.
Creyentes COÜ Santiago, oremos ante el Pilar, origen y
símbolo de las glorias españolas; y predilectos del Señor
con tan preclaro Apóstol, descansemos después de la lu.
cha en el eterno Tabor celestial.
EDUARDO.
LA AVALANCHA
'
163
Todo lo antedicho era, como colegirá el lector, falso y
mentido.
- ,
Alegría se llevó el pañuelo á los ojos.
—¡Si vieras—añadió con voz de llanto—qué de sinsabores me ha costado el haber ido á tu cita la otra noche,
y de qué mentiras he tenido que valerme para disculpar
mi larga ausencia! Tú nada de eso tienes que sufrir; por
eso siempre te dije que yo te quería más que tú á mí,
pues de ello te doy más pruebas.
Los amantes iban tan ensimismados y embebidos en lo
que hablaban, que no vieron á un hombre embozado que
parado había estado frente al zaguán de Clemencia, y los
venía siguiendo.
Cuando entraron eu casa de la marquesa, estaban
completamente reconciliados. Alegría afectaba aún un
airecito melancólico, como el de la inocente víctima de
una injusticia y de una triste suerte. Paco Guzmán estaba
CAPÍTULO V
más alegre, más petulante que nunca.
Aquella noche la marquesa no se había recogido aún,
y estaba sentada en un sillón; á su lado estaba tranquila
é impasible, como siempre, su hija Constancia.
o llevaba Alegría, al ealir de casa de Clemencia, tan ofendido su
Alegría entró primero, pretextó dolor de cabeza, y se
amor propio y tan picada su vasentó al brasero. En seguida de ella entró doña Eufrasia;
nidad como podría pensarse de
poco después Paco Guzman.
una persona de su índole y pasioAl verle doña Eufrasia, que le conservaba toda su ojenes. Esta clase de mujeres tienen,
riza, dijo á Constancia á media voz:
sobre las que carecen de lauros y
—[Vayu un disimulo!... Con tu hermana venía, que yo
apasionados, la desventaja de sulos vi.
frir á vecea gran cosecha de desengaños, cuando no de
—Nada de extraño tendría,—contestó ésta.
desdenes ó de ridículos, de que están libres las otras.
—¿Con que nada de extraño tendría?—repuso la severa
Paco Guzmán, con"quien estaba en relaciones de amor,
dragona.—Vamos, hija mía, parece que tienes confesor
había entrado en casa de Clemencia antes de haberse desde manga ancha. Sabes que su marido no quiere que se
pedido sir George, había notado el juego de Alegría, se
acompañe con él, y la mujer que no hace lo que quiere
había encelado, y esto había sido para ella un goce que
su marido, cate usted ahí un divursio.
compensaba su fiasco en la emprendida conquista.
—Cambio de ministerio,—dijo Paco Guzmán despuéa
Salió acompañada por él, á pesar de que sabía que,
de saludar y de informarse del estado de la marquesa.
aun antes do casar. . . . . . .
,
—]Qué rae imporse, el marqués había
ta! contestó la pobre
tenido celos de éste
señora suspirando.
su apasionado.
—Salir de Sillas
Apenas se hallaron
y entrar en Caribes,
en la calle, cuando
—exclamó doña Eup r o r r u m p i ó Paco
frasia, que quería deGuzmán en amargas
cir Scila y Caribdis.
quejas y recrimina—¿Qué le han heciones.
cho á usted los iniAlegría se echó á
nistorios, que los poreir; lo que exaspene de caribes?—preró más á Paco.
guntó Paco Guzmán.
—No has muda—¿Qué me han
do, no, exclamó irrihecho? ¡Pues no es
tado. Sí, tu placer
nada! El día del Juiha sido siempre reir
cio lo verán. ¡Picadel mal que causas.
ros! ¡Ladrones! ¿Y
usted los defiende?
—Río, repuso AleSerá por espíritu de
gría, de lá idea de
contraposición. ,
que pudiera semeADIÓS.—Iglesia y easa parroquial
jante varal, con su
—Los defiendo á
cara de pero de Ron(fotografía dtl socio J). Jllberto Ofkialdegui)
capa y espada; se
da, gustarmo á mí.
' •
ha hecho en extremo ganso y vulgar criticar á los gobiernos. Nadio de buen
—No has hecho sino dirigirle la palabra.
tono lo hace. Pero usted, señora, ¿por qué arma contra
—Porque me divierte en extremo oírle pronunciar el
ellos sus formidables baterías, de que habla Napoleón en
español; no me he reído en sus barbas por la negra honsus Memorias? ¿Qué han hecho á usted los ministros,
rilla de dama de la corte.
esos pobres Atlantes?
—Pero le has invitado á ir á Madrid.
Doña Eufrasia levantó al cielo sus redondos ojos sin
—Por hacer rabiar á Clemencia, á la que no creo le
contestar.
parezca el tarasco costal de paja. Además, Paco,—añadió
Alegría con descarado cinismo,—ya sabes que soy coque—Que no le pagan; claro está,—dijo con impaciencia
ta; me gusta, sí, me gusta mucho que todos me miren y
la marquesa.
se enamoren de mí; me gusta que rabien las demás. ¿Qué
—[Ah! [Ya! |La viudedad!—exclamó Paco Guzmán.—
te importa,—añadió con zalamería,—si sabes que tú eres
¡Las viudas! ¡Qué plaga! ¡En el mundo hay un país con
el hombre que llena mi corazón, mi capricho, mi gusto y
más viudas que España! Son aquí innumerables, son inmi vanidad, al que sólo he querido siempre, quiero y
mortales, son dobles, pululan, se multiplican: cada miliquerré? Nada borra un primer amor, Paco mío; mi madre
tar deja un ciento, cada empleado una docena. No hay
mo casó con el alma de Dios de mi marido sin consultarpresupuesto que alcance á, pagar las viudedades: son el
me; cuando le habló de ti, quiso enviarme al. campo como
pozo Airón de las rentas del Estado: me desespero en
á Constancia; me amedrentó; soy dócil, y cedí; pero ceder
pensar que las contribuciones tan crecidas que pagamos,
no era arrancar de mi pecho mi primero, mi solo amor.
eu vez de ser para hacer carreteras, son para tanta viuda,
164
LA AVALANCHA
á cual más inútil, que viven de nuestra sangre como sanguijuelas monstruos. Debería haber un sabio y económico Herodes que dispusiese un degüello de inocentes
viudas.
Futí tal el asombro é indignación de doña Eufrasia al
oir esto, que por primera vez en su vida depuso el aire
marcial é indomable para tomar el de víctima, y exclamó
con tínfasis:
—Hasta ahora el huérfano y la viuda, si bien no habían
tsido pagados, habían sido tratados en el mundo con gran
consideración y lástima; pero en el día hasta eso se pierde.
¡Señor, ya nada va á detener tus iras! Y el fuego del cielo
caerá sobre España como sobre Coloma.
—Sonora,—prosiguió Paco Guzmán—cuando sea diputado propondré, para remediar la plaga de viudas que
nos aüige, el establecer aquí la sabia costumbre que existe en el Malabar.
—¿Y cuál es esa costumbre?—preguntó dofia Eufrasia,
á la que interesaba en extremo todo proyecto concerniente á este asunto.
—Señora, en aquel sabio país, cuando se muere un
hombre que tiene esposa...
—Bien, ¿qué?
—A esta interesante viuda...
—Bien, ti esa interesante...
—No vayáis á pensar que se le busca otro marido,
eso no.
'
—¿Pues que" se hace?
—Se le enciende una hoguera.
—¡Una hoguera!!! |Vaya una idea! ¿Y qué se le remedia
con eso?
—Todos sus males, pues en esa hoguera se quema ella.
—¡Jesús, María y Josél—exclamó dofia Eufrasia, poniéndose las manos en la cabeza.—Qué herejía! ¡Qué barbaridad! ¡Qué sacrilegio! Eso clamaría al cielo si fuese
Aun recuerdo cou gusto, Dios mío,
los tiempos aquellos
que, al amor do la lumbre agrupados,
las noches de invierno,
con afanes pueriles se ola
contar á mi abuelo
mil historias de tiempos remotos,
historias ó cuentos
que en sus labios seniles tomaban
calor, vida y cuerpo.
Ya jamás volverán, oh Dios mío,
los tiempos aquellos;
ya he dejado de ser inocente,
ya he llegado á un tiempo
en que casi me rio, ¡insensato!
de mi pobre abuelo
que eróla con fe tan sencilla
historias tan cuentos.
¡En!, silencio, que empieza, atención,
mirad con qué acento
unas veces describo un paisaje,
lugar de un sucoso,
y otras cuenta la historia do un hombro,
costumbres de un pueblo,
y batallas sangrientas quo daban
terribles guerreros:
todo, todo desciendo ordenado
y todo revuelto
de los labios augustos y dulces
de aquel santo viejo.
verdad; pero como se miento hoy día más que lo que se
da por Dios, no hay que creerlo.
—1^aya si es verdad! Y es lo más sabio que he oído
en mi vida. En aquel país, modelo de delicadeza conyugal, toda viuda honesta se avergonzaría de sobrevivir á
su marido.
—Si se encendiesen las hogueras para los embusteros,
y fuesen allá por grados, me parece que iría usted el primero,—repuso dofia Eufrasia dejando el tono sentimental y declamatorio.
—No miente, mujer,—dijo con displicencia la marquesa, como para cortar la disputa que le fatigaba oir;—
me han dicho que eso se hace allá entro unos salvajes
que no sou cristianos.
—¡Ya! ¡Cómo habían de serlo!—exclamó dofia Eufrasia.—Pero no quita que Paco Guzmán, que tampoco lo
es, sea capaz de aconsejarlo en esa Samblea de Madrid, á
la que sólo faltaba esto para coronar sus herejías y disparates. ¡Y luego nos vendrán hablando de la Inquisición!
Esa quemaba, según malas lenguas, á los judíos que no
se querían convertir—|benditn sea su alma!—pero pensar
en proponer quemar á las viudas porque eso se hace allá
en Malapar ó en los quintos infiernos, ¡hasta allí podía
llegar el espíritu de mitacióní ¡Oh! Si Matamoros viviese,
ya vería esa Samblea para qué había nacido. ¡Herejes!
¡Desalmados! Pues oiga usted, Paquito, á usted no le disgustan las viudas; y ahora un mes andaba usted tras de
una que bebía los vientos; yo todo lo sé, ¿está usted?
—Pues ya se ve que me gustan las viudas: como que
no soy ministro fie Haciendn; me gustan siempre que
sean posteriores á la guerra de la pendencia,—contestó
Paco Guzmán, al que no había hecho gracia ninguna la
observación de dofia Eufrasia, la que aludía á Clemencia.
(Continuará.)
(Jlitstraeienes de Ramiro f(os gáfales-)
Otras veces levanta piadoso
sus manos al cielo,
y enarcando sus cejas pobladas
parece un momento
un Moisés descendiendo del monte
de gloria cubierto.
Muchas nochos contaba milagros,
milagros tremendos
que obligaban de espanto á ponorso
en pie los cabellos.
Y siempre era la Virgen María,
la flor del Carmelo,
la que hacía milagros tan grandes
á los hombres buenos
y á loa niños quo son obedientes
y no son traviesos.
Y la Virgen, quo un nicho ocupaba
allá en un extremo,
parecía mandar sonriente
dulcísimos besos
á la frento arrugada y curtida
de aquel pobre viejo.
¡Que foliz era entonces, Dios miol
¡qué tiempos aquellos!
¡Oh quo fo tan sencilla y tan pura
ardía en mi pecho!
Luego vino la ciencia explicando
do todo el misterio;
y me hizo má3 sabio la ciencia,
pero no más bueno.
CONFERENCIA PATRIÓTICA
distinguido colaborador el ilustre escritor
navarro D. Arturo Campión dio el día 11 del actual una hermosa conferencia en San Sebastián, en
el solemne acto de la distribución de premios del concur-
¡Oh! la ciencia, qué cosa tan santa
para el vulgo necio
qué so empeña en que un sabio es un dios,
poco más ó menos.
Yo conozco algún sabio que diera,
por'poco dinero,
lo que tiene de sabio, por ser
un poco niás bueno;
y es que viene del mundo la ciencia,
la bondad del cielo;
ai las dos marchan juntas, muy bien,
si no, es el talento
un verdugo que mata á su padre*
pues mata al cerebro.
¡Oh! la ciencia quo cosa tan grande
para el vulgo necio,
ese vulgo que cree ser más
un sabio que un bueno.
Mas, dejando hoy cuestiones á un lado,
tan solo deseo
que me dejen honrar la memoria
de mi pobre abuelo,
y creer en la Virgen dej, Carmen
como cree ol pueblo:
ese sabio que lleva alpargatas
y va A pie, y es bu£no.
Eso quiero, dulcísima Virgen,
¿lo oyes?, eao quiero,
BRISTAN.
so literario-musical organizado por el consistorio de Juegos florales euskaros.
He aquí los términos en que da la noticia un diario de
dicha ciudad:
«Leyó su gran discurso, su elocuentísimo y maravilloso trabajo el insigue hombre de letras D. Arturo Campión. Su labor fue" á cada momento interrumpida por salvas estruendosas de aplausos.
LA AVALANCHA
Analizando las constituciones políticas modernas desde los tiempos revolucionarios, y al compararlas con la
constitución vizcaína, con nuestra personalidad política,
tuvo períodos relampagueantes de enérgica ironía. Cantó
un himno al Árbol de Guernica, con brillantes imágenes
y comparaciones de vigoroso color; y al analizar la humilde pero grande personalidad de Iparraguirre, á quion
Campión conoció en las montañas de Navarra, felicísimos conceptos brotaron de aquel cerebro, cuadros vibrantes de luz iban desarrollándose á medida que relataba la
vida de infortunios y desgracias del inmortal cantor de
nuestras libertades. El numeroso auditorio que con sepulcral silencio le escuchaba, conmovido de tristeza ante
la narración de la venida de Tparraguirre de América, y
su triste muerte en el país vasco, prorrumpió á su final
en estruendosa salva de aplausos que duró largo rato.
Por fin, y en un brillante período terminó su conferencia,
que como decimos es un primoroso trabajo que sumará
á otros tantos que lleva ya escritos, para gloria de este país.
El señor Campión fue objeto de una larga ovación,
que duró unos diez minutos.»
LOS AMIGOS DE LOS JESUÍTAS
(i)
son los amigos, los favorecedores, los protectores de la Compañía de Jesús?
UIÉNES
Los Jesuítas han tenido siempre
en su favor y constantemente todo
aquello que la Iglesia, es decir, el
mundo católico, ha tenido de más
ilustre en ciencia y santidad.
Los Santos deberán sin duda
Ber más apreciables en sus juicios,
pues tienen más purificado su entendimiento, y su corazón más libre de las pasiones: pues todos
ellos están en su favor. San Felipe
Neri amó y apreció tanto á la Compañía, que más de una vez pidió á San Ignacio que le recibiese entre los suyos, aunque éste, iluminado para conocer los designios de Dios sobre aquella grande alma,
no consintió en ello. San Carlos Borromeo se valió de los
Jesuítas para la dirección de su conciencia, les abrió casas y colegios en Milán y en Suiza, murió en sus brazos,
y en todo tiempo lea dio muestras de predilección. San
Cayetano de Tiene tuvo un especial amor á la Compañía, como lo testifican dos autores de su vida. Lo mismo
leemos de San Juan de Dios, y puede verse en Lancisio.
El beato Juan Micon enviaba á los Jesuítas á todos aquellos en quienes descubría amar la vida perfecta: Majore
Societatis laude, quam re/erre modestum sit. Santo Tomás
de Villanueva, grande arzobispo y singular ornamento de
la Orden de San Agustín, les profesaba tanto afecto, que
no podía menos de prorrumpir en amorosas quejas cuando los superiores le quitaban algún operario de la Compañía. Juan de Avila y Luis de Granada, dos de los mayores maestros de espíritu que han florecido en España,
hacían tal aprecio de la Compañía, que el primero envia"ba sus mejores discípulos para que se hiciesen religiosos
de ella; y el segundo, sabiendo que su celebre hermano
Melchor Cano había principiado á impugnarla, escribió
cartas de excusa muy afectuosas, y llegó á temer que viniese por aquel hecho algún castigo de Dios sobre toda
BU Orden. El beato Juan Texeda afirmaba que la Compañía no era perseguida sino porgue siempre jué grata al
(1) Ya quo nos hallamos próximos á la fíOBta del glorioso
San Ignacio de Luyóla, fundador de la ínclita Compañía de Jesús, creemos loerán con gusto nuestros amigos este interesante
articulo.
165
Señor. El beato Juan Marinonio decía de ella: Si sures
donum Dei, y desconfiando de su propio juicio, seguía el
dictamen que en materias de conciencia le daban los Jesuítas. Santa Teresa amó tiernamente á la Compañía, y
tuvo al menos doce confesores y directores de ella; y da
gracias al Señor por haberlos tenido, y los alaba extraordinariamente en muchos lugares de sus obras. San
Luis Bertrán se valía de un jesuíta para confesor y director, y los protegía y defendía en todas partes con su autoridad. Santa María Magdalena de Pazzis, gran serafina
del Carmelo, fue dirigida por los Jesuítas desde su infancia, y apreció tanto su espíritu, que recomendaba á sus
religiosas se sirviesen en todo tiempo de su dirección; y
cuando la princesa María, hija del Duque de Toscana, se
dirigía á Francia para desposarse con Enrique TV, la recomendó con mucha instancia que recabase del rey él restaUecimiento, en su reino, de los Padres de la Compañía de
Jesús, diciéndole que este era uno de los mayores servicios
que ella podía hacer á Dios para el bien de aquel reino.
De San Félix de Cantalicio, del beato Alejandro Sauli, y
de San Camilo de LeliB, sabemos por sus vidas que tuvieron una predilección especial á la Compañía. San Félix
detenía en las calles de Roma á los Jesuítas y les tributaba el honor que todos le daban á él; el beato Alejandro
era el grande amigo de San Carlos, y eso lo dice todo; y
de San Camilo se lee que fue muy afecto a los Padres de
la Compañía, teniendo siempre viva la memoria del Padre Octaviano Capelli, que le había amado y dirigido en
IOB principios de su fundación. ¿Qué diré de aquellos dos
grandes santos Francisco de Sales y Juana Francisca de
Chantal? El primero se retiraba á sus casas todos los años
para hacer bajo su dirección los ejercicios espirituales, se
gloriaba de ser su especial amigo, y quiso morir en sus
manos. Santa Francisca, viéndose vecina á la muerte, suplicó á un Padre jesuíta que viniese á asistirla, y antes
de morir le dijo: Os debemos tantas obligaciones á vos y á
vuestra santa Compañía, que nunca podremos agradecerlas
suficientemente. ¿Qué diré de aquel grande apóstol San
Vicente de Paúl? Lo que ól decía para humillación propia y exaltación de la Compañía es de tal naturaleza, que
no puede de ningún modo referirse sin faltar á la modestia; pero muestra hasta qué punto la amaba y apreciaba.
El beato Hipólito Galantini, de santidad tan notoria en
Toscana, tuvo dos Jesuítas por confesores, y protestaba
con vivo reconocimiento que debía mucho á la Compañía
por la dirección que había recibido de ella en las cosas de
su espíritu.
Es cosa muy digna de observación que todos los santos fundadores de congregaciones religiosas que han florecido después de San Ignacio, todos so han dirigido á la
Compañía de Jesús para pedir dirección y consejo. El
beato Juan Bautista de la Concepción, fundador de los
Padrea Descalzos de la Orden de la Santísima Trinidad,
debió mucho á los Padres de la Compañía de Jesús, que
fueron los que le dirigieron, aconsejaron y defendieron cerca del Pontífice, y trabajaron con religioso empeño para
que se lograra él cumplimiento de sus deseos. La beata Ma-
ría Fornari Strada, fundadora de la Orden de la Santísima Anunciada, llamada Las Azules (Le Turchine) fue dirigida por un jesuíta, el cual escribió las reglas para su
congregación; y suplicó siempre á los Jesuítas con el mayor empeño que no se negasen á, gobernar su Orden,
aunque éstos siempre evitaron ese compromiso.
El beato Pedro Fourier sometió al juicio de cuatro religiosos de la Compañía las reglas de su nueva congregación. La venerable Juana María Chezard de Matel, fundadora de las religiosas del Verbo Encarnado, fue auxiliada muy eficazmente por loa Jesuítas en la fundación
de su Orden, y los tuvo siempre por hombres apostólicos
que trabajan por la gloria del nombre de Dios. Al venera-
ble Luis Griñón de Monfort, fundador de muchas piadosas congregaciones en Francia, los jansenistas no le perdonaron jamás su inviolable afecto á los Jesuítas, sus antiguos maestros y sus ordinarios directores. El venerable
Juan Bautista de la Salle, fundador de los Hermanos de
las Escuelas cristianas, amó y apreció á los Jesuítas, y
consultó con ellos los puntos más esenciales de su insti-
166
LA AVALANCHA
tuto. La venerable Motalvo, fundadora de los célebres
los hombres. De ese modo Vuestra Santidad ha respondimonasterios de la Quiete y de ítipoli en Toseana, consuldo á IOB malévolos que procuraban destruir la estimación,
~ tó igualmente con ellos las reglas que dio á las casas inno sólo de sus personas, sino aun de su Instituto: en
dicadas, y principalmente con el P. Señeri. La beata Macuanto á nosotros, pastores de las almas, que tenemos en
ría de la Encarnación y Santa Verónica Juliani consultael celo y en IHS fatigas de estos óptimos religiosos un
ron también con los Padres de la Compaflía las cosas de
grande auxilio para dirigir nuestra grey, y yo, entre otros,
su espíritu para obque soy el último de
tener su aprobación
los obispos, damos á
y consejo; y hasta la
Vuestra Santidad
beata Mariana, llamuy humildes gramada la Azucena de
cias por lo que ya ha
Quito, beatificada en
hecho, y le suplicaestos últimos tiemmos que se digne
pos, fuó siempre diproteger siempre esrigida por la Compata Orden, que ha dañía deJesús,álaque
do á la Iglesia tan
siempre amó tiernabuenos obreros, á la
mente. Pero cerrefe tantos mártires y
mos ya este catálogo
á todo el mundo tancon el grande y piatos ejemplos. En todosísimo San Alfondas partes se ven
so de Ligorio, el cual
sus fatigas apostólivivió en los tiempos
cas, y los países cade mayores persecutólicos, heréticos ó
ciones para la Cominfieles han sido repafifa, y escribía sogados con sus sudobre esa materia en
res (1)». Todas esas
estos términos: «Espruebas de amor y
toy con más cuidado
de aprecio que los
que si las persecumayores Santos de
ciones fuesen dirigiestos últimos siglos
das contra nuestra
dieron constantemínima congregamente á la Compación, tratándose de
ñía de Jesús, y otras
una Orden que ha
muchísimas que se
santificado pordeeirpodrían alegar, si
lo así todo el munfuese necesario, no
do, y sigue-todavía
sé qué impresión posantificándole... Adedrán hacer en el ánimás del gran bien
mo de algunos; sin
que hacen en el deembargo espero que
seinpefio de los mipara todo lector prunisterios apostólicos,
dente compensarán
deben ser tenidos en
suficientemente laa
grande aprecio por
injurias y el odio del
el talento particular
apóstata Norberto,
que tienen para inde los herejes, de los
fundir en el corazón
apelantes, de Vicende la juventud pre
te Gioberti, y aun, si
cíosos gérmenes de
queréis, de los granvirtud, de modo que
des autores de la BiALTO RELIEVE DEL ALTAR MAYOR DE LA IGLESIA DEL MONASTERIO
sus discípulos, cuanblioteca civil de los
DE LAS SALESAS DE PAMPLONA
do entran en el munitaliano,*. Ciertamendo, sirven de edificate los Jesuítas tienen
ción á toda clase de personas y en todos los países. Los
mayor consuelo con el favor de todas aquellas almas tan
jansenistas y todos los novadores desearían arrojar de este
grandes delante del Señor, que tristeza y decaimiento con
mundo á la Compañía, para quitar, por decirlo así, el bael odio de estos émulos.
luarte de la Iglesia de Dios. Si llegasen á faltar los JesuíY sin embargo tienen todavía en su favor un juicio totas, los impíos se verían libres de poderosísimos adversadavía más auténtico, y es el de la Santa Sede, cátedra de
rios. Los Jesuítas son hombres resueltos, y su Compañía
la verdad. Por la causa de la verdad no se ha encargado
se hará siempre un honor de combatir á todos los enemiá los Santos (por autorizado y respetable que sea su dicgos de la Iglesia».Finalmente.cuando Clemente XIII salió
tamen), sino á la Cátedra de Pedro. Ahora bien; la Santa
en su defensa, el santo obispo no pudo contenerse, y escriSede en mil ocasiones, ya públicas, ya privadas, con bubió al Sumo Pontífice la carta siguiente: «Santísimo Palas, breves y constituciones apostólicas alabó constantedre, la bula que Vuestra Santidad ha publicado en loor
mente, aprobó, promovió y defendió la Compañía de Jey confirmación de la Compañía de Jesús, ha llenado á tosús, después de haberle dado ser y vida. Para un católico
dos los buenos de una alegría en la cual yo también he
debería ser suficiente, para dirimir toda controversia, estomado parte. Profeso la mayor estimación á esa Compaclarecer ese punto: lo cual por otra parte es muy fácil;
ñía, por el gran bien que hacen esos santos religiosos con
porque principiando por Paulo III, que con su aprobasus ejemplos y fatigas de toda clase, en cualquiera parte
ción fundó la Compañía, hasta el día do hoy, cuantos
donde se hallen. Puedo dar testimonio de los prodigios
han ocupado la Sede Vaticana, otros tantos han sido sus
de su celo y caridad, que he debido admirar viviendo en
constantes defensores.
Ñapóles. El Señor ha permitido que en estos últimos
'
P. SESÜNDO FRANCO, & J.
tiempos fuesen probados con terribles persecuciones; pe(Concluirá.)
ro Vuestra Santidad los lia consolado superabundantemente; porque como jefe de la Iglesia y padre de todos
(1) Vida de San Alfonso, por el Sr. Jeancard.
los fieles ha tomado solemnemente su defensa, publicando con una santa bula sus méritos delante de Dios y de
• • ( •
LA AVALANCHA
NUESTROS GRABADOS
Iglesia y casa parroquial de Adiós.—En el pintoresco valle de Ilzarbe, á 26 kilómetros de esta capital y
próximo á las villas de Muruzábal y Obanos, se halla situado el pueblo de Adiós, cuyos católicos vecinos han dado buen número de individuos á diferentes comunidades
religiosas.
Su iglesia parroquial esta dedicada á San Andrés
Apóstol. Hace algunos años se hicieron en este templo
importantes reformas de ampliacióu, celebrándose con este motivo solemnes cultos á los cuales asistió la venerable
Comunidad de Franciscanos de Olite, predicando uno de
los Padres en la fiesta.
También merece especial mención en esta iglesia su
artístico pulpito.
Al urente de esa parroquia se halla el celoso ó ilustrado
sacerdote navarro D. Valentín Erro.
Alto relieve del altar mayor de la iglesia del
Monasterio de las Salesas de Pamplona.—Gonio
167
cante y henchido de santa admiración el de la Beata Margarita, que aparece extasiada contemplando á su Amado.
La parte decorativa del cuadro-relieve, en el cual se ve
un altar ante el que oraba la fiel y privilegiada sierva del
Corazón Deífico, es de muy buen efecto y presenta uua
perspectiva bien estudiada. El decorado del ropaje ea
también de muy buen gusto, componiéndole flores llamadas pasionarias y follaje de cardos.
Mide el alto relieve 3,60 metros de altura por 2,50 de
ancho, próximamente, y las figuras hállansepor completo desprendidas del fondo, especialmente la de la Beata.
Iluminado de una manera especial, en el retablo produce maravilloso efecto.
Felicitamos á los artistas, y de un modo particular á la
Comunidad de Religiosas de la Visitación por su acierto
en la elección de aquéllos, así como á las señoras que
componen la Asociación de la Guardia de Honor, que
son quienes, con un desprendimiento digno de ellas, han
costeado tan artístico relieve.
El Príncipe de Viana en su gabinete de estu-
dio.—Hace poco tiempo, la Diputación foral de Navarra
encargó á la Comisión de Monumentos Históricos y Ardigna coronación á
tísticos un cuadro
las obras del nuevo
que representara al
Monasterio de la
Príncipe de Viana,
Visitación que las
por .entender que
Hijas de San Franla memoria de tan
cisco de Sales dedicelebrado personacan á Santa María
je histórico debiera
de Pamplona en
perpetuarse de este
•esta ciudad, el día
modo dentro del
24deMayoseinauPalacio provincial.
guró en la nueva y
La Comisión espreciosa capilla eritudió con atención
gida en honor al
especial y meditó
Sagrado Corazón
sobre la mejor made Jesús, el altar
nera de cumplir á
mayor con su gransatisfacción encardioso y artístico rego tan agradable,
tablo, obra del acrepor entender que
ditadísimo artista
aquel infortunado
pamplonés D. Flopríncipe era muy
rentino I s t ú r i z ,
acreedor al tributo
quien, secundado
que hoy le rinde
por el buen gusto
la Corporación proy la pericia de sus
vincial, poniéndole
no menos inteligenal frente y como
tes hijos D.Fermín
presidiendo á loa
y D. Ambrosio, ha
reyes que figuran
sabido conquistaren el amplio y sunse renombre entre
tuoso salón de su-cuantos al arte rebastas, sito en el
ligioso se dedican
lado oriente de la
en España.
planta principal
del Palacio.
Colocado en el
centro de ese retaLa Comisión de
blo, cuyo grabado
Monumentos, vista
procuraremos pula dificultad de obblicar en cuanto
tener un cuadro
adquiramos fotohistórico, con la
grafías de él, destápropiedad de épocase un magnífico
ca, tema que está,
alto relieve escultóerizado de dificulrico cuya reproductades, fijó su aten£1 Príncipe de Uiana en su gabinete de estudio
ción ofrecemos á
ción en dos cuanuestros lectores, y
drosde indiscutible
(CUADRO RECIENTEMENTE ADQUIRIDO POR LA DIPUTACIÓN DE NAVARRA)
que honra sobremérito: uno, el de
manera al taller de los señores Arques y Bernadás, de
Sala y Francés, existente en el Museo municipal de BarBarcelona. Representa la Aparición del Sagrado Coracelona, y otro, el de Moreno Carbonero, existente en el
zón de Jesús á la Beata Margarita de Alacoque.
Museo español de Arte moderno.
Es un trabajo artístico de muy buen gusto y que ha
El primero, que obtuvo premio de primera clase en la
satisfecho por completo á las personas peritas en escultuexposición de 1871, es un lienzo apaisado do dimensiones
ra y decoración, pues además del buen dibujo, corrección
extraordinarias y representa al príncipe D. Carlos visitado
de estilo y valentía en la actitud de las figuras que comen la prisión por su repulsivo padre, quien despiadado
ponen el grupo, es de admirar la expresión de los rostros:
rechaza la rendida súplica del encarcelado joven. El lien•dulce y lleno de mansedumbre el de el Salvador; suplizo cautiva pur lo cuninuvedor de la escena, por la exac-
168
LA AVALANCHA
. titud con que aquellas dos almas antitéticas, todo lujuria
y perfidia la del padre, todo bondad y amargura la del
hijo, están asomadas á los rostros respectivos. También
son de admirar en el lienzo los personajes secundarios,
un pajecillo y el decorado.
El segundo cuadro obtuvo también primer premio en
la exposición artística del afío 1881, y con ser de menores
dimensiones, con carecer de tantos accesorios como al
otro acompañan y no representar un episodio ni más personajes que el que da título al lienzo, resulta sin embargo
Una producción en muy alto grado estimable. En ella se
Te al príncipe D. Carlos sentado en amplio y elevado
sitial del más puro estilo gótico, con los brazos apoyados naturalmente, la cabeza un tanto caída hacia
adelante, recostada la espalda en suave almohadón rojo;
y sobre otro de estos, algo adelantado respecto al sitial, se
apoya el pie izquierdo. Ante sí tiene el de Viana un gran
libro abierto sobre atril sencillo de madera, y en un estante del mismo se ven arrollados algunos pergaminos cuyas
iniciales miniadas y sellos de cera pendientes concuerdan
con la época y condición social del personaje. Otro códice entreabierto, y también con sellos céreos colgantes,
tiene en su mano izquierda el Príncipe, á cuyos pies duerme tino galgo de blanca y lustrosa piel. Más lejana, se
descubre un arca por la cual rebosan pergaminos; y el
fondo se halla totalmente ocupado por robusta estantería
invadida de altos y gruesos libros, más algunos pergaminos sueltos.
La Diputación foral, á propuesta de la Comisión de
Monumentos, acordó la adquisición de este cuadro de
Moreno Carbonero, que es el que reproduce nuestro
grabado.
Los señores Altadül y Ansoleaga pidieron la designación de un buen copista á los señores Mélida y Moreno
Carbonero, quienes garantizaron la perfecta reproducción
del cuadro que hemos descrito en segundo lugar, por el
Sr. D. Adolfo Lozano Sidro, un pintor cordobés que ha
puesto varias veces de manifiesto su valía y que ha hecho
honor á su designación en la ocasión presente.
La copia está hecha sobre las mismas dimensiones que
el original, con una fidelidad y exactitud intachables, con
una riqueza de colorido cautivadora, y con tal precisión
de detalles que justiñcan plenamente la aprobación que
á la obra han prestado los electores del señor Lozano,
verdaderas autoridades en la materia.
La reflexiva actitud y plácida mirada del personaje, su
rico ropaje, admirablemente plegado con seductora naturalidad, la riqueza de detalles en el sitial, almohadones,
perro, libros, códices, pergaminos, sellos, etc., etc., hacen
sin duda calificar de muy valiosa la hermosa adquisición
que ha realizado la Diputación de Navarra. Con ella se
rinde verdadero tributo al simpático cuanto infortunado
Príncipe de Viana, figura que muchas personas echaban
de menos en aquella hermosa casa.
EL INFIERNO REVUELTO
que un día, allá en las profundidades del Averno, se encontraban los diablos celebrando sesión
solemne y continua, con el fin de
ver la mejor manera de enredar á los
mortales, cuando sin decir allá voy!
un temblorazo'de padre y muy señor mío hizo saltar á los diablos en
sus asientos de hierro hecho ascua.
—[Cachimbas!—gritó el Diablo
Mayor que presidía—¿qué es lo que pasa?
—Tenemos una alta—respondió el portero.—Acaba de
llegar un peine de campanillas, y sin querer, las piernas
se me aflojaban...
El Diablo zapateó de rabia, cogió su tridente con la
ÜEKTAN
diestra, y lanzando chispas de fuego por los ojos rugió"
desesperado:
—Hacedle al instante venir á mi presencia.
Al cabo de dos minutos regresó el portero.
—Vuestra Majestad Infernal me perdone—dijo;—perome oa imposible acercarme dos metros al recién, venido;
con su mirada me confunde.
—¿Qué es lo que oigo? |Ah zamarro, cobardón, alma
de gallinal ]Ya me la pagarás! ¡A ver cuarenta diablos
valientes ahora mismo! Id al punto y traedme arrastrado
á ese títere de tantas campanillas...
Salieron los condenados como unos rayos á cumplir la
orden de Su Majestad.
Pero aun no había acabado de salir el último de los comisionados, cuando en tropel terrible, con los pelos de
punta, rabo entre piernas y temblando como azogados, se
presentaron delante del Rey de los Infiernos los cuarenta
diablos que se tenían por valientes.
Uno de ellos salió:
—¡Señor! El peine que nos ha caído parece ser hijo
legítimo de Vuestra Majestad Excelentísima. Tiene loacuernos enormes, más desarrollados que un melocotonerode los trópicos. Y el rabo es tan soberbio, tan tremendo,
que casi nos ahorca con él á los cuarenta de una sola arremetida...
Todo el concurso diabólico, al oir estas palabras, abriótamaños ojazos y sintieron ¡cosa rara! escalofríos...
—Camaradas—exclamó el Diablo Mayor, un tantotembloroso—preparad vuestros tridentes. ¡Quizá hoy tenga necesidad de vuestro nunca desmentido arrojo!... Ya.
sabéis cuánto os he estimado y os estimo desde las puntas de mis cuernos hasta las uñas de mis cascos.
—I Viva nuestro Rey!—gritó un diablo flacucho y envejecido.
- Y otro dijo:
—Sería conveniente que Vuestra Majestad fuera enpersona á ver quién es ese intruso desconocido, y aplastarlo con su brazo...
Estaban en esto, cuaudo un segundo temblor de tierra,.,
ochenta veces más fuerte que el primero, hizo palidecer
de espanto á toditos los diablos, desde el capataz para
abajo
Un segundo después penetraba en el salón de sesionesel terrible diablo que venía por primera vez á vivir en
los infiernos.
El silencio era sepulcral.
—Amigos míos—dijo el recién llegado,—debéis reconocer mi autoridad y rendirme vasallaje. Soy vuestro
Rey. ¿Quién de vosotros es capaz de compararse conmigo?
—¿Y quién eres tú?—se atrevió á balbucear el Diablo
Mayor.
—¿Yo? Soy más y valgo más que la mentira, la calumnia, la lujuria, la soberbia y todos los vicios conocidos y
por conocer. Yo solo hago en el mundo más diabluras
en un año que todos ustedes juntos en un siglo. Para mí
es una cosa muy sencilla manchar corazones, torcer inteligencias, robar la fe de los pueblos, pervertir á los niños,
corromper á los jóvenes, endurecer á los viejos, turbar la
paz de las familias y de los estados, hacer llamar vicio á
la virtud y virtud al vicio, armar la mano del asesino y
del ladrón, mover la lengua del mentiroso y del sucio, y
poblar, en fin, el mundo entero de crímenes y pecados»,
de todo género de condición y especie.
Ante semejante discurso, los diablos se quedaron con
la boca abierta.
—¿Todavía no me conocéis? Pues yo os diré que si el
mundo actual está como está, podrido hasta los huesos,
se debe sólo á mis omnipotentes esfuerzos... Vosotros no-pasáis de ser unos grandísimos haraganes... ¿Sabéis quiéa
soy?... ¡La prensa liberal é impía!
|0h!
—¡Albricias!...
|01!
—¡Bravo!
—¡Mil enhorabuenas!...
LA AVALANCHA
—¡Bravísimo,..—exclamaron los diablos, riéndose con
los colmillos y meneando las colas que era una maravilla.
Desde ese día, refieren las crónicas que sou'dos los emperadores del Infierno: el diablo de la soberbia, que se rebeló contra Dios allá en el Paraíso; y el diablo de la prensa liberal é impía, que con sus papeles periódicos, novelas, libros, folletos y demás productos de su satánica astucia, envenena verdaderamente la atmósfera moral del
siglo en que vivimos.
PINCELADAS DE BASGONIA
•F*c*'ir*í»ii « a Ü* Siesos
s uno de los cuadros más hermosos, alegres y clásicos de la tierra
euskara. Allí aparece en sugestivo
relieve el espíritu y la manera de
ser del país bascongado.
El casero es el factor más importante de nuestras romerías, que
tanto han llamado la atención del
forastero y han sido el estudio de
grandes filósofos.
Aunque para muchas imaginaciones pesimistas no existe la antigua pureza de costumbres que se observaba en
las excursiones y romerías á los santuarios y ermitas;
aunque se ha perdido bastante de lo bueno que conservábamos como tesoro de incalculable valor, efecto sin
duda alguna, á más de una causa principalísima y que
constituía la base y cimiento del edificio del solar bascongado, á la de las nuevas corrientes de vida, las distintas
comunicaciones con sin fin de países, los nuevos adelantos y desarrollo de la industria, y por lo tanto aumento
de un contingente de extraños al país y manera de vivir
euskaldunas; aunque el amor á todo lo nuestro que es
grande y hermoso como el sol, y nítido como la luna, no
es tan patente y fogoso como debiera serlo; no obstante
todavía queda algo, mucho: todavía nuestras romerías
constituyen como la apoteosis del vivir de una raza, todavía son de ver los habitantes de nuestros baserris divertiéndose al son de un llamativo castañeteo y danzando en armonioso conjunto con sencillas mujeres de nuestras aldeas.
Lezo, los dos Pasajes, Rentería, Alza, Hernani, Iciar,
Guadalupe, Aránzazu y Urnieta en Guipúzcoa; San Antopio de Urquiola, San Miguel de Excelsis, Nuestra Señora de la Encina y otras renombradas en las provincias
hermanas, son las más frecuentadas por los romeros, á
las que mayor afluencia de gente concurre, y en las que
resplandece como en un espejo, la sencillez y moralidad
que brillan en la constitución de la familia euskalduna.
Al alba bajan ya de las montañas las parejas de jóvenes por un lado, alegres y contentas, dirigiéndose inocentes risas, secundadas por llamativas carcajadas, traspasando los manzanales, marchando por los senderos, salvando los zarzales, desafiando á la intemperie y guiados
por los albores del día que comienza; loa viejos salen de
sus caseríos coronados por la argentina y pálida luz de
las últimas estrellas; las mujeres con sus rostros sombreados por negra mantilla, llevan cual valiosa joya la ofrenda que han de colocar en el umbral de los altares del santuario; los varones apoyados sobre altas mahillas las
acompañan con sus rostros cuidadosamente rasurados, su
limpio vestir y sus clásicas abarcas, al rezo del santo rosario y edificantes conversaciones, entrecortadas á veces
en verso, por agudeza de buena ley, hijas de uua franca
y santa alegría.
La antigua iglesia aparece de madrugada nutridamente iluminada, y á medida que llegan los romeros se convierten en ascua casi interminable, efecto del sin número
de velas que ofrecen al santo de su predilección.
Bajo la bóveda del santuario están congregados multitud de romeros. Tanto las puertas laterales como la central se encuentran abiertas de par en par. El edificio rebosa de gente. El espectáculo es genuinamente consolador, digno de que se le admire de rodillas. No hay fastuosidad, lujo, exuberancia; todo es sencillo, natural, netamente elocuente.
La muchedumbre espera; los unos rezando, los otros
leyendo libros de devoción y todos guardando el recogimiento y silencio debidos.
Las entradas y salidas en la iglesia se suceden hasta el
momento de la celebración de la solemne misa mayor;
pero todo se hace con ol mayor orden, como si se tratara
de una Orden religiosa, con su rezar tranquilo y sosegado.
El repique de las antiguas campanas anuncia el comienzo de la Misa, y al último toque apenas si en la aldea queda nadie que deje de acudir.
El golpe de vista de nuestras santuarios es entonces
imponente, las voces del coro unidas á la majestuosidad
del órgano conmueven sobremanera, y aquellas innumerables luces iluminan esplendorosamente en todos los
ámbitos del templo. Parece que todo, unido armoniosamente á aquel conjunto de hombres y mujeres, canta al
unísono las gloria sublimeB del Creador.
La bendición del párroco, unida al cantar de la marcha de San Ignacio, pone digno remate á acto tan cristiano y euternecedor.
Ya salen, ya salen todos, satisfechos y envueltos en el
lábaro del más puro regocijo, saludándose unos á otros,
dirigiéndose miradas de amor, dándose las manos las mujeres y como apoyándose unos en otros los hombres, en
fraternales grupos, marchando eutre hurras y gritos por
todas las cercanías y plazas de la aldea.
En algunas de ellas báilanse preciosos aurreshisy danzas a la antigua usanaa, amenizados por el clásico tamboril; pero en todas reina sano entusiasmo, realzado por
garbosos irrintzis, que son le algazara de la juventud de
los caseríos.
Entre tal entretenimiento y placer, entre tan honesto
divertir, ljega el mediodía al toque de las campanadas
del Ángelus, y aquella multitud de personas que rompía
en bulliciosa expansión, se detiene, y en medio del silencio más solemne descubren sus cabezas y con el rezo de
la clásica y dulcísima plegaria responden al maternal toque de la campana.
Es la hora de la comida.
El Ángelus recitado por uno de los más venerables anciaüos de los que tanto acuden á las romerías,y contestado por todos los comensales, es la bendición y comienzo
de la opípara comida. El chocar de los cubiertos y platos,
el murmullo de las conversaciones, el llamar de los unos
á los otros: todo repercute como lejanos ruidos por los
espacios de la solitaria aldea.
Durante la comida, no resuena la voz ni el canto de
báquicas fiestas; ni se entonan himnos eróticos al dios de
la embriaguez; ni se oye el clamoreo de exaltadas voces;
ni los gestos de sensualismo y placeres conducen á desafíos y encuentros; ni los jolgorios terminan en delirio ni
devaneos atroces; ni las miradas son voluptuosas. Todo
es pulcro, altamente moral y alegre; pero alegre á manera del canto de nuestras montañas, de la melodía del serpenteo de los arroyos, do las juguetonas llorecillas de las
praderas, de la extraña música de resonantes é impetuo-
LA AVALANCHA
170
sas cascadas, del perfume de árboles frutales y de todas
las campiñas.
Al final de la comida, es raro que no existau entre tanto bascongado chistularis ó dulzíiineroa que con sua instrumentos típicos hagan danzar y divertirse á todos los
concurrentes. En general, ellos son los que con ayuda de
la filarmónica hacen organizar parejas que alegran faus*
tamo rito la fiesta de la tarde.
Los unos y las otras forman un gran corro que constituye el bailar más inocente y placentero; ellos, mirando
á sus parejas, bailan al son de rítmico castañeteo, en medio de aglomerados grupos y el entusiasmo de todos los
concurrentes.
(Fiesta consoladora, en donde lo moral y lo alegre corren parejas de la manera más deliciosa! (Manifestación
inimitable del vivir de la raza de Basconial
El día declina; el sol corre hacia el ocaso y la aldea va
adquiriendo su vida normal, su tranquilidad propia, su
ser habitual.
Van retirándose los romeros: van los habitantes de
nuestros caseríos con aquellas almas de fuego que destilan vida y entusiasmo; van formando hileras ordenadas
de hombres y mujeres, bailando y saltando al toque de
las filarmónicas; van hacia sus hogares, repitiendo aquellos ¡aufas! que se gritan bajo los cielos de Euskaria, y
los irrinizis que alegran los espacios; van con la gloria
del contento, que germina en el noble solar euskaro.
La romería ha tocado á su término y en los hogares
de nuestras montañas se cuentan á las madres y nietezuelos los pormenores y detalles de la feliz excursión.
Todo está saturado de un ambiente de paz y amor de
familia.
Euskaria vive. En su seno laten las costumbres más
tradicionales, dignas del canto inmortal de Iparraguirre.
ADRIAN DE LOYARTB.
San Sebastián.
BIBLIOGRAFÍA
Encabezado con cariñosísima dedicatoria, que agradecemos en el alma, hemos recibido un folleto editado por
la Sociedad Aragonesa de Ciencias Naturales y escrito
por nuestro ilustrado colaborador y notable médico de
Irurita D. Fermín Irigaray.
cNoticia biográfica del ilustre botánico Sr. Lacoizqueta», titula el Sr. Irigaray á su importante labor, que es
una Memoria acerca de los trabajos y méritos científicos
de uno de tantos sacerdotes oscurantistas cuya ciencia corrió parejas con su modestia y que víctima de la ignorancia ó mala fe reporteril, que sólo sabe encumbrar á la
ciencia de oropel, creada merced al reclamo de los interesados en aparecer sabios, vivió olvidado casi de la prensa en uno de los más pintorescos valles de nuestras queridas montañas, en Narvarte.
No nos detenemos á reseñar el folleto de nuestro querido colaborador ni á encomiarlo cual SD merece, porque
lo primero haría, quizá, desmerecer á su labor y lo segundo podría parecer á nuestros lectores producto de interesados afectos y adulación injustificada.
Nos reservamos, pues, el juicio crítico, limitándonos á
felicitar al autor del folleto por haber tenido ol buen
acierto de sacar de la obscuridad en que yacían los méritos y ciencia del que fue navarro ilustre, sacerdote ejemplar y sabio botánico, D. José María de Lacoizqueta; prometiendo hacer cuanto esté de nuestra parte para que los
lectores de esta revista puedan conocer algo de lo mucho
y bueno que legó á la ciencia.
' Si esperamos á saber antea de creer, nunca llegaremos á una
cosa ni á otra, pues la fe debe preceder á la ciencia y luogo aer
su compañera.—(San Juan Orisóstomo.)
—Una gracia atrae otra gracia, y un vicio llama á otro vicio.
REVUELTA
Por S a n t i a g o Apóstol.—Nuestra Sociedad Biblioteca Católico Propagandista celebrará la festividad m del
Patrón de España cou misa y comunión reglamentaria
que tendrá lugar mañana, 25 del actual, á las siete de
la mañana, en la iglesia de las Madres Dominicas.
A cuantos asistan á ese religioso acto se les repartirá
el interesante folleto titulado «La virtud de la fe», escrito
por el R. P. Remigio Vilariño, de la Compañía de Jesús.
Excitaciones necesarias.— Ha celebrado una
importante asamblea en París la Obra de las bibliotecas
populares cristianas, que tiene por fin el facilitar á las
Parroquias, Patronatos y otras Obras católicas la instaialación de bibliotecas circulantes.
El famoso P. Coubé, 8. J., ha pronunciado en dicha
asamblea un discurso que ha llamado grandemente la
atención, mostrando la influencia profunda ejercida por
el libro, poderoso apóstol del bien ó del mal. Sus excitaciones á la generosidad cristiana para fomentar esta clase
de Obras tienen perfecta aplicación á los españoles.
E n honor d e u n mártir.—Nuestros hermanos los
católicos vizcaínos hao celebrado la última semana, en la
villa de Elorrio, brillantísimos cultos con motivo de la
beatificación del insigne vascongado Fr. Valentín de Berrio-Ochoa.
Han asistido á esos actos el Sr. Nuncio de Su Santidad,
el celoso prelado de la diócesis vascongada y egregio navarro Dr. D. José Cadena y Eleta, y los Obispos de CiudadReal y Sion. También han acudido representaciones
de las cuatro provincias hermanas: la de Navarra ha
estado representada por los diputados Sres. Larraya y
Oroz, y el secretario Sr. Goroaábel.
En la fiesta principal predicó el ex diputado provincial
de Vizcaya ó ilustrado ingeniero, hoy dignísimo Hijo de
Sau Ignacio de Loyola, R. P. Gabriel Vilallonga.
Oiga...—¿Usted es católico?... Y siendo católico, ¿usted compra, lee y sostiene con su dinero periódicos
ácratas?
—No señor: yo sólo compro y leo El Imparcial, El
Heraldo, El Liberal... el Trust...
—Basta, basta amigo mío: y usted se dice católico? y
lee y sostiene la prensa enemiga de Dios, de su Iglesia y
de todo cuanto huele á Religión católica?... Usted... católico... y... sosteniendo con su dinero á la prensa liberal
que prefiere ver hundida la sociedad entre los horrores
de una bomba, á que ee coarte en lo más mínimo la santa
libertad de pensamiento que educa incrédulos, incendiarios y anarquistas?... Qué entenderá usted por ser católico?... Y espera usted salvarse? Medítelo usted con sosiego;
y á solas, vea ai es propio de un buen católico la cooperación al mal que en el campo cristiano ocasiona la prensa
impía, no dejando de consultarlo con un docto confesor.
Fio X no transige con el Gobierno.—Parece
un hecho que Su Santidad se declarará en contra de las
Asociaciones culturales, recomendando en cambio que los
católicos franceses se unan para formar Asociaciones
parroquiales que se rijan por los preceptos de la ley de
Asociaciones de 1901.
Cero y van —En Santander murió cristianamente, abjurados sus errores, D. Miguel Martínez López, que
en las planchas de la Masonería figuraba con el nombre
de Marte y había subido hasta el grado 33, teniendo el
número 25 en el Supremo Consejo de la Masonería española desde el año 1893.
Cuando recibió los santos sacramentos, y poco antes
171
LA AVALANCHA
de morir, manifestó que aquellas horas eran las más felices de su vida, cuando habla dado eterno adiós á las patrañas sectarias y se había abrazado con la verdad de la
Religión de Jesucristo.
B i e n hecho.—Por disposición gubernativa han sido
cerradaa en el llano de Cartagena tres escuelas laicas,
por no reunir condicionea y propagarse en ellas ideas
disolventes. Las tres escuelas clausuradas pertenecían á
los cincuenta anarquistas que, según afirmó Carlos Malato
en el periódico libertario de Paría L'Actión, funcionan
en España.
El Heraldo de Madrid censuró agriamente el cierre de
dichas escuelas, porque (jpásuuense nuestros lectores!),
constituye un ataque directo contra la libertad de concien-da. ¡Cinismo se necesita para hablar y escribir de ese
modol Hubiera sido católico ó de religiosos ol colegio
clausurado, y... el diario jacobino de Canalejas hubiera
aplaudido hasta rabiar.
ley de separación, alquilaría la iglesia parroquial para
hacer de ella una cuadra para sus caballos; pero Dios ha
querido castigarle en lo que él más amaba: su caballeriza
ahora se halla vacía, En pocoa días todos sus caballos
han muerto sin que los veterinarios hayan podido definir
de qué enfermedad. |Pobre infeliz! ahora ya no piensa en
arrendar la iglesia para cuadra de sus caballos.
Opúsculo recomendable.—Con el título de Ejercicio de los siete domingos de San José, se ha publicado en
la imprenta de San Joso de la Montaña, de Barcelona, un
bonito librito de más de cien páginas con los actos propios de esta piadosísima devoción, que se halla enriquecida con numerosas indulgencias. Pueden adquirir nuestros lectores, como así les recomendamos, este librito en
la citada imprenta de Barcelona, al precio de 50 céntimos en rústica y 1 peseta en tela.
¡Ta vendrá el triunfo!—En Charente (Francia)
T7n centenario católico.—Escriben de Nueva
York que en este año todos los católicos de la América
del Norte festejarán solemnemente el primer centenario
- ^ la restauración de la Compañía de Jesús en la gran
república americana.
Consta que desde 1806 hasta nuestros días loa reverendos Padres jesuítas en los países de Washington, de
Pesur y de Franklin no fueron nunca molestados por
el gobierno ni por los particulares, y que pudieron consagrarse á la educación de las masas y fundar colegios y
universidades, confiriendo también certificados de estudio y diplomas de la misma validez y legalidad que los
de las universidades y centros oficiales de enseñanza
del Estado.
L a m a n o d e Dioa.—Leemos en un diario francés
el siguiente sucedido, que se presta á serias reflexiones,
ü n sectario y feroz anticlerical de Dompaire (Vosges)
tenía una magnífica caballeriza, y, por odio al Catolicismo,
había dado á sus caballos los nombres más respetables y
sagrados. A veces se le oía decir que, apenas se votara la
ha tomado las proporciones de calamidad pública la epidemia de fiebrea perniciosas.
Con tal motivo ha sido necesario multiplicar el número
de enfermeras en loa hospitales, habiéndose dado el caao
de no encontrar quien preste servicio tan comprometido,
á pesar de las importantes sumaa que ae ofrecieron.
El Gobierno, ante tan gran conflicto ha acordado se
acuda á laa Hermanas de la Caridad, que no teniendo
para nada en cuenta loa deaprecioa y laa peraecucionea de
que han sido objeto, ae apresuraron á cumplimentar la
obra de misericordia, exponiendo su vida al sacrificio que
ahora como hace poco en Marsella timbrará con las palmas del martirio aus frentes.
Los perseguidores de la Caridad que se inspira en la
Fe, único sitio donde puede tomar sólida base, han tenido
que recurrir á la Caridad para Balvar del abandono sus
cuerpos flacos y enfermos; pero aus almaa muertas por
la tiranía de las malas predicaciones se niega y se negará
aún, por permisión divina, á las fuerzas de la Gracia, que
así sabe preparar y asegurar aua futuros triunfos.
¿Y siguen los sectarios sin comprender los llamamientos del Cielo?
t
Don Melitón Fernández de Garaplde,
socio de la Biblioteca Católico-Propagandista.
falleció en Pamplona el 31 de Mayo de 1906
—£>. E. P.—
£ a referida Sociedad y su órgano en
la prensa L a A v a l a n c h a , ruegan á
los socios, lectores y personas piadosas,
hagan, la caridad de encomendarle á
©ios en sus oraciones.
Su Santidad el Papa León XIII, en Breve de 19 de Diciembre de 1890, concedió sesenta diaa de indulgencia por
rezar cinco Padrenuestros y Avemarias en sufragio de las
almaa de los socios difuntos.
tOI VICEHTE FELIPE í 1RÍECUI,
soda fie la Biblioteca CakHlco-PropaganiHsla,
falleció en Pamplona e! 12 de Junio de 1906
—D.
E. P.—
.La referida Sociedad y su órgano en
la prensa La Avalancha, ruegan á
los socios, lectores y personas piadosas,
Hagan la caridad de encomendarle á
©ios en sus oraciones.
* .
So Santidad e-l Papa r<eón XIII, on Brev« de 19 de D¡ciembra de 1890, outioedió sesenta dias de indulgencia por
rezar oinoo Padrenuestros y Avemarias en sufragio de las
almas de los socios difuntos.
PAMPLONA.—Imprenta y Librería de Erice y García, calle do la Estafeta, número Si.
LA AVALANCHA
172
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y á las personas piadosas,—Eti tela, 3'50
EL EVANGELIO, explicado en laa Dominicas. Breves discursos acerca de las principales tiestas del año, por Frassinetti.
—Tela, 10.
URBANIDAD y buenas maneras del sacerdote, por el abateBranchereau, traducción por el P. Fierro.—Tela, 4'50.
EUSKARIANA. Algo de Historia. (El genio de Navarra, Ensayo apologético, histórico y critico acerca del P. Moret, y curiosísimos Apéudlcee), por D. Arturo Campión.—5.
LOS NIÑOS MAL EDUCADOS.-Entela, 6
DE COLOR DE CIELO, narraciones para niños por ol P. Moreu, S. J.—Tela con bonita plancha, 2'50.
DON FAUSTO, novela de costumbres vizcaínas, por D. Francisco de Ulacia, precedida do una carta-prólogo de D. ArturoCampión.—3.
NUEVO diccionario enciclopédico de la Lengua castellana,
ilustrado con numerosos grabados, por Toro y Gómez.—Tela, 8.
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