Tema 6: Los Reyes Católicos: la construcción del

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 1 Tema 6: Los Reyes Católicos: la construcción del
Estado moderno
6.1. Unión dinástica: integración de las Coronas de Castilla y
Aragón
En 1469 tuvo lugar el matrimonio de Isabel de Castilla y Fernando de Aragón.
Tras morir Enrique IV, estalló la guerra civil en Castilla entre los partidarios de
su hermana Isabel, que contaba con el apoyo de Aragón, y los de la presunta
hija, Juana la Beltraneja, apoyada por Portugal. El conflicto culminó con la
batalla de Toro en 1476 y la paz de Alcaçovas con Portugal en 1479, en
función de la cual Isabel I era reconocida como reina de Castilla. Ese mismo
año de 1479, Fernando I era coronado rey de Aragón, culminando así la unión
dinástica entre los dos reinos más poderosos de la Península. Los nuevos
reyes se aprestaron a conseguir la unión peninsular bajo su corona,
destacando los siguientes aspectos:
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En enero de 1492 culminó la conquista del reino nazarí de Granada,
terminando así la Reconquista y la presencia musulmana en la
Península.
Con Portugal se intentó infructuosamente la unión matrimonial.
Con la firma del Tratado de Barcelona (1493), Aragón había recuperado
de Francia los territorios del Rosellón y la Cerdaña, y Castilla había
concluido en 1496 la conquista de Canarias.
Tras morir Isabel, Fernando el Católico en 1512 conquistó Navarra, que
quedó unida a Castilla.
La unión era, sin embargo, una unión dinástica: los distintos reinos siguieron
manteniendo leyes e instituciones propias.
6.2. La conquista del Reino Nazarí y la incorporación del Reino
de Navarra
La guerra y conquista de Granada tuvo una enorme importancia para los Reyes
Católicos por múltiples razones:
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En lo que se refiere al reino de Castilla, ratificó la victoria de Isabel y
Fernando en el conflicto de sucesión y aseguró su posición frente a la
nobleza, a la que se implicó de forma masiva en la guerra. También
sirvió para desarrollar el sistema fiscal y la capacidad militar castellana,
contribuyendo a forjar el Estado moderno.
Por otro lado, fue una contienda en la que participaron, militar y
financieramente, aunque de manera desigual, castellanos y aragoneses,
constituyendo la primera gran empresa común de la nueva monarquía.
En la política internacional, significó asegurar el flanco mediterráneo de
la Monarquía ante el empuje turco; con ello, los Reyes Católicos
quedaron con las manos libres para afrontar la rivalidad con Francia en
el Rosellón, Italia y Navarra.
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Finalmente, la guerra y la conquista de Granada —hábilmente explotada
por los propagandistas de la Corona— sirvió para reforzar el prestigio de
los nuevos monarcas.
La guerra, iniciada en 1482, estuvo marcada por el poderío militar cristiano y
por las desavenencias internas en el reino musulmán. Tuvo sus principales
momentos en las conquistas de Ronda (1485) y Málaga (1486). El sitio final de
la ciudad de Granada, de abril de 1491 a enero de 1492, culminó con la
rendición final de Boabdil, el último monarca de Al-Andalus.
La incorporación de Navarra en 1512 fue una iniciativa de Fernando el Católico,
con el pretexto de una conspiración franco-navarra contra el reino castellano.
Fue anexionada a la Corona de Castilla (Cortes de Burgos, 1515), pero en un
plano de igualdad, conservando sus fueros e instituciones propios, entre ellos
las Cortes.
6.3. La integración de las Canarias y la aproximación a Portugal
La Corona de Castilla y Portugal fueron rivales sobre los derechos de conquista
de las islas Canarias. Finalmente, en 1479, Portugal renunció a las islas por el
Tratado de Alcaçovas.
En 1478, los Reyes Católicos ordenaron la conquista de Gran Canaria. En
1493 fue anexionada la isla de La Palma, y la unión a Castilla concluyó en 1496
con la conquista de Tenerife.
El proceso de conquista fue muy similar al que luego se aplicó en América. Fue
llevado a cabo por particulares que firmaban contratos (“capitulaciones”) con la
Corona.
La población indígena, los guanches, con un nivel de desarrollo económico y
cultural muy bajo, fueron pronto exterminados. El contagio de enfermedades
procedentes de Europa fue la clave del desastre demográfico.
Los conquistadores, sobre todo andaluces y extremeños, esclavizaron a la
menguante población indígena, pese a las prohibiciones legales de los reyes
castellanos y el Papa. Ante su desaparición paulatina, comenzaron a importar
esclavos de la costa africana.
El azúcar se convirtió en la principal fuente de riqueza.
La estructura administrativa se copió de la castellana con un Capitán General al
frente del archipiélago y dos Adelantados en Tenerife y Gran Canaria.
Cristóbal Colón hizo escala en Gran Canaria, y luego zarpó de la isla de La
Gomera en el viaje de descubrimiento de 1492.
Con respecto a Portugal, los Reyes Católicos utilizaron la política matrimonial
de forma sistemática como un instrumento de la política exterior:
• En 1490, casaron a su hija Isabel con el príncipe Alfonso de Portugal,
hijo primogénito del rey Juan II.
• La muerte de Alfonso en 1491 y la del rey Juan II en 1495 dejaron como
heredero al hermano del monarca, Manuel el Afortunado. En 1497,
Manuel se casó con Isabel, viuda del anterior rey, Alfonso.
3 • Isabel murió en 1498 en el parto de su hijo Miguel, quien murió dos años
más tarde. De nuevo, la diplomacia matrimonial funcionó y la infanta
María, hija también de los Reyes Católicos, ocupó su lugar como esposa
de Manuel.
Pese a que esta política matrimonial no dio resultado inmediato, posteriormente
en virtud de esta compleja red de relaciones familiares, Felipe II reclamó con
éxito en 1580 el trono de Portugal, al morir sin descendencia el rey Sebastián.
6.4. La organización del Estado: instituciones de gobierno
Con los Reyes Católicos se fortaleció definitivamente el poder de la monarquía,
en pugna con la nobleza durante los últimos siglos medievales.
La reorganización de la Hacienda se adoptó en las Cortes de Toledo (1480),
donde se revisaron las “mercedes” (concesiones a los nobles) efectuadas
durante el reinado de Enrique IV. Esta medida, que perjudicó esencialmente a
los nobles que habían apoyado a Juana la Beltraneja, permitió a los monarcas
rescatar más de la mitad de sus rentas.
En 1476, en las Cortes reunidas en Madrigal de las Altas Torres, se aprobó la
constitución de la Santa Hermandad, organismo policial y judicial, que ejercía
también una importante labor en la recaudación de impuestos y que favoreció
la restauración de la paz y el orden en el reino.
En 1480 se reorganizó el Consejo Real, dando el papel central a los letrados,
salidos de las Universidades con sólida formación jurídica; los nobles quedaron
relegados a un papel meramente consultivo.
El poder real también se reforzó en el ámbito local con la generalización de los
corregidores, delegados del poder real en villas y ciudades, que presidían los
ayuntamientos y tenían funciones judiciales y policiales.
Otras medidas importantes fueron el control real de las Órdenes Militares
(Santiago, Calatrava, Alcántara) y el fortalecimiento de la administración de la
justicia, con dos Reales Chancillerías, sitas en Valladolid y Granada.
En la Corona de Aragón, debido a su tradición política “pactista”, el poder
monárquico tuvo muchas más dificultades en fortalecerse. No obstante, el
poder de los lugartenientes generales, importantes por las frecuentes
ausencias de Fernando I, fue reforzado.
6.5. La proyección exterior: política italiana y norteafricana
Mientras Castilla se lanzaba a la expansión atlántica y americana, los Reyes
Católicos llevaron a cabo una política claramente heredera de la que había
aplicado durante siglos la Corona de Aragón: enfrentamiento con Francia por el
predominio en la península italiana.
Cerdeña y Sicilia estaban integradas en la Corona de Aragón y en Nápoles
reinaba una rama bastarda de Alfonso V el Magnánimo. En un primer
momento, Fernando el Católico y el monarca francés, Carlos VIII, buscaron una
solución pactada. Fruto de esta actitud fue el Tratado de Barcelona (1493) por
el que Aragón recuperaba el Rosellón y la Cerdaña. La ruptura vino cuando
Carlos VIII conquistó Nápoles en 1495. La reacción española fue inmediata y
se enviaron tropas comandadas por un noble castellano, Gonzalo Fernández
de Córdoba, conocido como el Gran Capitán. Tras una larga y compleja
4 campaña militar, las tropas españolas incorporaron a la monarquía el reino de
Nápoles en 1505. España se convertía en una gran potencia europea.
En el norte de África, los castellanos, enardecidos por la conquista de Granada,
practicaron una política expansionista que buscaba neutralizar a los piratas
berberiscos apoyados por la gran potencia del Mediterráneo oriental, el Imperio
Turco. La conquista de Melilla (1497) y de Orán (1509), junto al establecimiento
de protectorados en Bujía, Trípoli y Argel, parecía adelantar la conquista
española del Magreb. Sin embargo, la derrota en las islas de Gelves frustró el
sueño expansionista. La monarquía hispánica mantuvo algunas plazas fuertes
en el norte de África pero no consiguió acabar con la piratería berberisca.
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