Formación de laicos, laicas y jesuitas en la provincia de

Anuncio
INFORME CENTROAMÉRICA
Tal y como lo solicitara en correos anteriores el P. Tony, te estoy adjuntado lo que como fruto
de nuestro encuentro del sector de laicos en Ecuador pudimos impulsar acá en la Provincia de
Centroamérica y es el PROGRAMA DE FORMACIÓN PARA JESUITAS Y LAICOS, que
se desarrolló en distintos niveles y experiencias en los 6 países de la Provincia. Es un programa
para 3 años como se podrá observar y hemos concluido a satisfacción el Primer Año, con
todos los materiales e insumos para el desarrollo de cada uno de los talleres de mes. Como
fruto de ellos surgieron lo que llamamos los ENCUENTROS DE FAMILIA IGNACIANA
EFI. Ha sido una experiencia enriquecedora en la que han participado una buena mayoría de
las obras de la Compañía en la Provincia.
Este primer año era el de arranque, el 2010 será el de profundización y como resultado ya están
constituidos equipos de trabajo y de coordinación en cada uno de los países y todo ello se
coordina a través de la Comisión de Espiritualidad que coordino en la Provincia.
La otra actividad fundamental es que se ha instaurado el Taller de ESPIRITUALIDAD
IGNACIANA Y MISIÓN que es un encuentro de 15 días que se hace en uno de los países de
la Provincia con asistencia de laicos-as representando las diversas obras en cada uno de los
países. También fue un éxito el de este año que fue en Nicaragua y el del año 2010 será en
Costa Rica.
FORMACIÓN DE LAICOS-AS y JESUITAS
PROVINCIA CENTROAMERICANA DE LA COMPAÑÍA DE JESUS
Comisión de Espiritualidad
1.
FUNDAMENTOS
Puesto que el sujeto de la formación es la persona (laico y/o jesuita) con todas sus
dimensiones en la etapa de la vida en que se encuentre, el objetivo de la formación es la
totalidad del ser humano, que en esta propuesta quiere incluir 5 aspectos fundamentales:
1. La primacía la tiene la vida en el Espíritu, en la que el discernimiento personal,
comunitario y apostólico ocupa un lugar esencial.
2. La dimensión humana y fraterna supone un esfuerzo constante para crecer en nuestra
maduración e integración personal y comunitaria.
3. La dimensión apostólica que en la práctica requiere la puesta al día de los objetivos y
métodos apostólicos, en fidelidad a nuestra misión y modo de proceder; debe ser
abordada como un compromiso desde la fe caminando hacia la justicia.
4. La dimensión intelectual, fundamentada en una sólida formación humana, de la
realidad, teológica necesaria para el discernimiento personal y apostólico, nos pide una
actualización constante en los diversos campos del quehacer.
5. En la dimensión del carisma o “modo de proceder”, convergen todos los demás
aspectos como en una síntesis que requiere una reflexión constante de la espiritualidad
y carisma ignaciano.
2. OBJETIVOS GENERALES DEL PROCESO DE FORMACIÓN
2
1. Favorecer, para toda la Provincia de Centroamérica, un espacio, unos medios y unas
condiciones que favorezcan la formación permanente de jesuitas y laicos en las
dimensiones:
Crecimiento y Desarrollo Humano, Identidad Cristiana, Vida
Comunitaria y Trabajo en Equipo, Compromiso Histórico y Espiritualidad Ignaciana.
2. Diseñar una propuesta temática y metodológica, garantizada por una estructura, que
responda a las necesidades de formación de jesuitas y laicos, que fortalezca su
identificación y participación en la vida de un cuerpo y que favorezca su aporte a la
misión general y específica de ese cuerpo, en bien de los más necesitados, con una
respuesta creativa desde la fe y la justicia.
3. OBJETIVOS ESPECIFICOS DE LA FORMACIÓN PERMANENTE
a. Descubrir al Dios de Jesús, su presencia, cercanía, amor y llamado en el estado de vida
propio; desde la riqueza de conocerse personalmente, de la experiencia solidaria de
vida comunitaria, de las experiencias concretas de reconocer su compromiso histórico,
iluminado desde una formación teológica y la fuente de espiritualidad ignaciana.
b. Avanzar en el proceso de discernimiento personal, comunitario y apostólico que ayude
a descubrir, a través del estudio, la oración, la reflexión teológica, la meditación, los
diálogos comunitarios o grupales; el sentido de: una misión compartida, una identidad
cristiana, un compromiso por la justicia que nace de la fe, un deseo de crecimiento
personal y espiritual.
c. Favorecer en jesuitas y laicos, fundamentados en la Espiritualidad Ignaciana, la
experiencia de crear, compartir, intercambiar los frutos de un proceso de formación (a
nivel intra-obra, inter-obras, inter-países de la Provincia, e inter-provincias de la
CPAL); constituyendo redes de colaboración que ayuden al crecimiento humanoespiritual, comunitario y apostólico que consolide un nuevo rostro del cuerpo de la
Compañía en la Provincia de Centroamérica.
4. ESTRUCTURA ORGANIZATIVA PROPUESTA
La Comisión de Espiritualidad (CE), animará a nivel Provincial el presente programa
de formación. Dicha Comisión se integra por un jesuita y un-a laico-a de cada país
designados por el Provincial.
En cada país, un-a representante designado-a por cada obra u obras afines, conforman
el Equipo Nacional para la Formación (ENF).
El ENF designa un responsable de la Formación en cada país. Es quien anima,
coordina, da seguimiento al proceso en el país.
Tanto el ENF como el responsable de la Formación en el país será acompañado por
la Comisión de Espiritualidad a nivel Provincial y por los delegados de la misma en el
país, en coordinación con el Consejo Nacional Apostólico (CNA).
3
5. CONTENIDO DEL PROGRAMA DE FORMACIÓN
El programa de formación abarca 5 ejes fundamentales:
1.
2.
3.
4.
5.
Crecimiento y Desarrollo Humano
Identidad Cristiana
Compromiso Histórico
Vida comunitaria y trabajo en equipo
Espiritualidad Ignaciana
1. Crecimiento y Desarrollo Humano
1.1. Etapas del desarrollo humano desde el ciclo vital
1.2. El eneagrama, como camino de crecimiento humano y espiritual
1.3. Ser persona en plenitud: proceso vulnerado y positividad-resiliencia
1.4. Sexualidad y afectividad en las relaciones interpersonales y comunitarias
1.5. Sentido de la vida, Autoestima y Proyecto de vida.
1.6. Ecología e Inteligencia Emocional para positivizar las emociones.
2. Identidad Cristiana
2.1. Vocación de los discípulos misioneros (Aparecida). Principio de una identidad
cristiana.
2.2. El anuncio del Reinado de Jesús, el Mesías: Dios se funde con lo humano
2.3. El seguimiento de Jesús: imperativo y exigencia radical de todo-a cristiano-a. La ética
de Jesús. Elementos de Cristología.
2.4. El cristianismo: una religión de laicos-as. La implicación en el mundo como
espiritualidad cristiana y laical.
2.5. Laicos-as y vida matrimonial y familiar: significado, crisis y cambios, fecundidad.
2.6. Los presbíteros, discípulos misioneros de Jesús Buen Pastor. La originalidad del
sacerdocio cristiano.
3. Compromiso Histórico
3.1. Análisis de la realidad (metodología): Globalización y Postmodernidad. El mal en el
siglo XXI.
3.2. El comportamiento ético de la persona en plenitud.
3.3. Dimensiones humanas en la actuación política: lo subjetivo, lo estructural, lo
ideológico, lo femenino, lo ecológico, lo cristiano, la acción transformadora.
3.4. Pautas de formación del liderazgo político
3.5. Opción evangélica básica: personas empobrecidas, desahuciadas y pecadoras
3.6. El modo cómo Jesús hizo política y marcó pautas de cambio social
4. Vida comunitaria y Trabajo en Equipo
4.1. Gestión afectiva desadaptativa y gestión ecológica emocional en la conformación de
equipos y comunidades.
4.2. Psicología del trabajo en equipo
4.3. Sentido de COLABORACIÓN Y MISIÓN en la Compañía. Decreto 13, CG 34 y
Decreto 6, CG 35.
4.4. Procesos de perdón y autoperdón en las relaciones interpersonales y grupales
4.5. Claves para el trabajo en equipo, distinguiéndolo del trabajo de grupos.
4
4.6. “Sentir con la Iglesia” desde la Espiritualidad Ignaciana
5. Espiritualidad Ignaciana
5.1. Autobiografía de San Ignacio de Loyola
5.2. Ejercicios Espirituales para nuestra realidad
5.3. La espiritualidad ignaciana es laical. Rasgos fundamentales y práctica de la
Espiritualidad Ignaciana
5.4. Discernimiento: humano y espiritual. Personal, comunitario y apostólico.
5.5. Buen y Mal Espíritu en mi persona, en la Compañía, en la obra, en la Iglesia.
5.6. Talante ético de la Espiritualidad Ignaciana
6. CALENDARIZACIÓN
2009
Febrero
Marzo
Abril
Mayo
Junio
Julio
Agosto
Septiembre
Octubre
Noviembre
1
1.1.
2
3
4
5
4.1.
2.1.
5.1.
3.1.
1.2.
4.2.
2.2.
5.2.
3.2.
2010
Febrero
Marzo
Abril
Mayo
Junio
Julio
Agosto
Septiembre
Octubre
Noviembre
1
1.3.
2
3
4
5
4.3.
2.3.
5.3.
3.3.
1.4.
4.4.
2.4.
5.4.
3.4.
2011
Febrero
Marzo
Abril
1
1.5.
2
3
4
4.5.
2.5.
5
5
Mayo
Junio
Julio
Agosto
Septiembre
Octubre
Noviembre
5.5.
3.5.
1.6.
4.6.
2.6.
5.6.
3.6.
7. DINAMICA DEL PROCESO
2008
J
A S O N D
Presentación propuesta
Designaciones responsables
Encuentro CE. Lanzamiento programa
2009-2011
E F M A M J J A S O N D
Encuentros de la CE y ENF: para orar,
discernir, planificar, organizar, estudio de
temas, evaluar el semestre, por regiones:
Norte y Sur
Encuentro de Familia Ignaciana EFI,
mensual, en cada país, coordinado por el
ENF Y CE.
Iluminación-reflexión y
orientaciones de seguimiento al tema de cada
mes
Encuentro Provincial de Laicos y Jesuitas
en proceso de formación. Profundizacióniluminación de temas del año.
La CE y el ENF animan en cada obra u
obras afines de cada país la conformación de
Grupos o Comunidades de crecimiento
humano y espiritual como asidero para
laicos y jesuitas en formación
El ICE de Guatemala envía cada mes, vía
electrónica, a cada laico y jesuita participante
en el programa de formación, el tema de mes
y materiales adicionales, con una guía de
estudio para su EFI mensual.
La CE con los ENF animan en cada EFI a la
experiencia y práctica del discernimiento,
Ejercicios en la Vida Ordinaria EVO o EE
6
en bloques
El ICE de Guatemala en sus sedes CEFAS
y Centro María del Camino CMDC ofrece
para laicos y jesuitas el Taller de Crecimiento
Psico-espiritual (1 mes) o bien la experiencia
de Discernimiento y 10 días de EE (13 días).
La CE cada mes informa a laicos y jesuitas
del programa de formación, en qué centro y
país se tienen actividades formativas, Taller de
Crecimiento Personal TCP, Taller de
Discernimiento TD y tandas de EE
EE de 5-10 días para laicos y jesuitas del
programa, uniéndolo a EE de jesuitas y laicos
de países
El ICE de Guatemala, cada mes elabora un
cuadernillo impreso sobre el tema del mes,
con su guía respectiva para su estudioreflexión-oración, para los EFI.
El ICE de Guatemala pone a disposición de
jesuitas y laicos interesados la experiencia de
EE completos (30 días)
8. CRITERIOS DE EVALUACIÓN Y SEGUIMIENTO
Criterio 1: Justificación del programa
Criterio 2:
Perfil de los participantes
Criterio 3: Áreas
Criterio 4: Delimitación
Criterio 5: Organización y estructura
Criterio 6: Evaluación y seguimiento
Criterio 7:
Apoyos
FORMACION DE LAICOS-AS Y JESUITAS
PROVINCIA CENTRAOMERICANA DE LA COMPAÑÍA DE JESUS
Comisión de Espiritualidad.
INICIO DEL PROGRAMA DE FORMACIÓN EN GUATEMALA
Después de la convocatoria a todas las obras de Guatemala, realizada en el último retiro
de mes en noviembre del 2008, se invitó a una reunión de delegados o representantes
de obras, el 2 de diciembre en CEFAS, para ofrecerles información de todo el
7
programa y la necesidad de conformar un Equipo Nacional para la Formación
(ENF).
Asisten delegados de la Universidad Rafael Landivar, Parroquia San Antonio, Parroquia
Santa María Chiquimula, Proyecto Puente Belice, Instituto Guatemalteco de Educación
Radiofónica, Colegio Loyola, Fe y Alegría e Instituto Centroamericano de
Espiritualidad.
Se acepta la propuesta, hay anuencia en las obras y las direcciones de las mismas y se
decide poner en marcha el programa.
Se toman los primeros acuerdos:
o El ENF se reunirá de ser posible cada mes, el miércoles antes del Encuentro de
Familia Ignaciana, en las instalaciones del IGER.
o Los Encuentros de Familia Ignaciana (EFI) , serán el tercer miércoles de cada
mes. Por ofrecimiento del director, serán en el salón de reuniones de Fe y
Alegría, por ser lugar céntrico.
Se convoca a una segunda reunión del EFI para el miércoles 14 de enero, para
consolidar y confirmar el equipo, además de hacer todos los preparativos para el inicio
del 1er. EFI.
Dentro de los acuerdos de esta reunión están:
o Participarán en el programa las siguientes obras: Universidad Rafael Landivar,
Parroquia La Merced, Parroquia San Antonio, IGER, Proyecto Puente Belice,
Colegio Loyola, ICE, Fe y Alegría.
o Las Facultades de Quetzaltenango y la Parroquia Santa María Chiquimula
también participarán, pero por dificultad de distancia, harán su proceso en
Quetzaltenango y se les apoyará desde el ENF.
o Se entrega un modelo de ficha a llenar por los participantes para poder elaborar
un banco de datos y de información que se enviará vía electrónica a los
miembros de ENF.
o Se ofrece también enviar a todo el equipo el documento base para el estudio del
primer tema de febrero: Etapas del desarrollo humano desde el ciclo vital.
o Se designa como Responsable del ENF hasta marzo o abril a Consuelo Ortíz
del Colegio Loyola y como apoyo secretarial, por este mismo tiempo al Sr.
Manuel Camey Amézquita de la Parroquia La Merced.
o El EFI será el miércoles 18 de febrero, de 14:00 a 17:30 pm.
o Se organizó la agenda de la tarde de la siguiente manera:
Oración inicial. Responsables: Cony y Esperanza.
Palabras de Bienvenida e inicio: P. Provincial o P. Chema
Presentación de ENF: Vinicio
Presentación participantes: Mariela y Magaly
Presentación de ponente: María Laura
Desarrollo del Tema:
Refacción
Grupos
30 min
15 min
10 min
5 min
5 min
45 min
20 min
30 min
8
Plenaria
Evaluación de la jornada: Mariela y Magaly
Avisos, información siguiente, despedida.
15 min
25 min
o Se hizo un estimado de participación y se calcula un aproximado de 40 a 50
participantes en la capital, más el número que se convoque en
Quetzaltenango. A finales de enero se recogen las fichas y se sabrá el número
exacto.
o Se acuerda la próxima reunión para el miércoles 4 de marzo de 14:00 a
16:00 pm en el IGER. Y para el 1er. EFI en febrero, el ENF se propone estar
a las 13:30 pm, para recibir a los participantes y ultimar detalles.
FORMACIÓN DE LAICOS-AS Y JESUITAS
PROVINCIA CENTROAMERICANA DE LA COMPAÑÍA DE JESÚS
Comisión de Espiritualidad.
Tema 1 del eje Crecimiento y Desarrollo Humano:
1.
El estudio del desarrollo humano durante el ciclo vital
Períodos de desarrollo
Para facilitar el estudio, el ciclo vital suele dividirse en tres grandes períodos de desarrollo:
infantil, adolescente y adulto. El primero y el último se subdividen además en sub-etapas. El
desarrollo infantil incluye el período prenatal, la infancia, la niñez temprana y la niñez
intermedia. El desarrollo adulto incluye la juventud, la edad madura y la vejez.
Periodo prenatal (de la concepción al nacimiento)
Comprende el proceso de desarrollo que tiene lugar entre la concepción y el nacimiento,
tiempo en que el organismo humano crece de una célula fertilizada a miles de millones de
células. En este período se forman los órganos y la estructura corporal básica; y tanto la
herencia como el ambiente influyen en el desarrollo. Durante los primeros meses el organismo
es más vulnerable a las influencias ambientales y negativas que en cualquier otro período de
crecimiento.
Infancia (los dos primeros años)
Se extiende desde el nacimiento hasta el segundo año de vida aproximadamente, es un período
de cambios increíbles en el que se desarrollan la capacidad y la coordinación motora del niño,
así como sus capacidades sensoriales y de lenguaje.
En esta etapa el niño se apega a los miembros de la familia y a otras personas que la atienden,
aprende a confiar o a desconfiar y a expresar y o a reprimir amor y afecto. Aprende a expresar
sentimientos y emociones básicas y desarrolla cierta interdependencia y sentido de sí mismo.
Ya en esta etapa los niños manifiestan considerables diferencias de personalidad y
temperamento.
Niñez temprana (de los 3 a los 5 años)
9
Es el tiempo preescolar en el que los niños continúan su rápido crecimiento físico,
cognoscitivo y lingüístico. Ahora pueden cuidarse mejor, empiezan a desarrollar un auto
concepto así como identidad, adquieren roles de género y se muestran interesados en jugar con
otros niños. La calidad de la relación padre-hijo es importante en el proceso de socialización
que tiene lugar en este periodo.
Niñez intermedia (de los 6 a los 11 años)
Los niños hacen avances notables en su habilidad para la lectura, escritura y la aritmética; para
comprender su mundo y para pensar de manera lógica. El logro académico adquiere una
importancia vital, lo mismo que un ajuste exitoso con los padres. La calidad de las relaciones
familiares sigue ejerciendo una gran influencia sobre el ajuste emocional y social.
Adolescencia (de los 12 a los 19 años)
Es el período de transición entre la niñez y la vida adulta durante el cual acontece la
maduración sexual, empieza el pensamiento de operaciones formales y ocurre la preparación
para ingresar al mundo de los adultos.
Una tarea psicosocial importante de esta etapa es la formación de una identidad positiva. A
medida que los adolescentes buscan una mayor independencia de los padres, también desean
un mayor contacto y un sentido de pertenencia y compañía de sus pares.
Juventud (los veinte y los treinta)
Durante los años de la juventud o vida adulta temprana, deben resolverse retos importantes
como alcanzar la intimidad, elegir carrera y lograr el éxito vocacional. Los jóvenes adultos
enfrentan otras decisiones como el matrimonio, la elección de pareja y la posibilidad de
convertirse en padres. Algunos enfrentan la probabilidad del divorcio y de contraer nuevas
nupcias, lo que puede dar por resultado una familia compuesta. Muchas de las decisiones
tomadas establecen el escenario para la vida posterior.
Edad madura (los cuarenta y los cincuenta)
Durante la edad madura, mucha gente empieza a sentir que el tiempo se le escapa a medida que
su reloj social y biológico sigue su paso. En algunos, esto da lugar a una crisis de la edad
madura, durante la cual reexaminan muchas facetas de su vida. Para los padres cuyos hijos han
dejado el hogar, los años de la edad madura pueden ser un tiempo de mayor libertad porque
ahora están libres para atender sus propios intereses.
Es un período en que mucha gente alcanza una máxima responsabilidad personal y social, así
como éxito profesional. Sin embargo, es necesario ajustarse a los cambios corporales y a las
situaciones emocionales, sociales y laborales.
Vejez (los sesenta en adelante)
La vejez es un momento de ajustes, particularmente a los cambios en las capacidades físicas, las
situaciones personales y sociales y las relaciones. Es necesario prestar mayor atención al
cuidado de la salud para mantener el vigor físico y el bienestar. La persistencia de las
capacidades verbales permite que algunos individuos continúen desarrollando su conocimiento
y habilidades cognoscitivas. Las relaciones con los hijos adultos, los nietos, los parientes
adquieren un nuevo significado, especialmente para los que han enviudado. Mantener y
establecer amistades significativas con los pares es especialmente importante para el bienestar.
En esta etapa la gente reporta un alto grado de felicidad y satisfacción con la vida y poco temor
a la muerte.
10
2.
La filosofía del desarrollo durante el ciclo vital
El desarrollo es multidimensional e interdisciplinario:
El desarrollo humano es un proceso complejo que generalmente se divide en cuatro
dimensiones básicas: desarrollo físico, cognoscitivo, emocional y social. Aunque cada
dimensión subraya un aspecto particular, hay una interdependencia considerable entre las áreas.
Por ejemplo las capacidades cognoscitivas pueden depender de la salud física y emocional así
como de la experiencia social; el desarrollo social está influido por la maduración biológica, la
comprensión cognoscitiva y las reacciones emocionales.
Desarrollo físico
Incluye
las
bases
genéticas
del
desarrollo,
el
crecimiento físico de
todos los componentes
del cuerpo, los cambios
en el desarrollo motor,
los sentidos y los
sistemas corporales. Se
relaciona
con
el
cuidado de la salud, la
nutrición, el sueño, el
abuso de drogas y el
funcionamiento sexual.
Desarrollo
cognoscitivo
Incluye todos los
cambios
en
los
procesos intelectuales
del pensamiento, el
aprendizaje,
el
recuerdo, los juicios,
la
solución
de
problemas
y
la
comunicación.
Incluye
influencias
tanto
hereditarias
como ambientales en
el
proceso
de
desarrollo.
Desarrollo
emocional
Se refiere al desarrollo
del
apego,
la
confianza,
la
seguridad, el amor y el
afecto y una variedad
de
emociones,
sentimientos
y
temperamentos.
Incluye el desarrollo
del concepto de uno
mismo y de la
autonomía
y
un
análisis del estrés, las
perturbaciones
emocionales y la
conducta.
Desarrollo social
Hace hincapié en
el proceso de
socialización,
el
desarrollo moral y
las relaciones con
los pares y los
miembros de la
familia.
Reflexiona sobre
el matrimonio, la
paternidad,
el
trabajo, los roles
vocacionales y el
empleo.
El desarrollo continua a lo largo del ciclo vital:
Aunque algunos aspectos del crecimiento físico se detienen, el desarrollo en términos de
cambio y adaptación continúa durante todo el ciclo vital. Incluso en el sentido físico, las
personas que fueron enfermizas durante la niñez y la adolescencia pueden convertirse en
adultos saludables. La maduración emocional y el proceso de socialización continúan.
La herencia y el ambiente influyen en el desarrollo:
Si la herencia juega el papel principal, entonces sería posible mejorar la raza humana mediante
ingeniería genética para eliminar las fallas innatas. Si el ambiente juega el papel principal, la
tarea consistiría en determinar qué influencias positivas mejoran el desarrollo y controlarlas
para obtener los resultados deseados.
En realidad, tanto natura (la herencia) como natura (el ambiente) ejercen influencias
importantes.
La pregunta importante no es qué factor (la herencia o el ambiente) es el responsable de
nuestra conducta, sino cómo es que ambos factores interactúan y de qué manera pueden ser
controlados para que tenga lugar un desarrollo óptimo.
El desarrollo refleja continuidad y discontinuidad:
11
En la actualidad, la mayoría de psicólogos no se ubica en puntos extremos, sino que reconocen
que algunos aspectos del desarrollo son continuos, mientras que otras muestras características
similares a las etapas.
El desarrollo es acumulativo:
Todos reconocemos que lo que sucedió antes afecta nuestra vida actual. Los psicoanalistas
enfatizan especialmente la influencia de las experiencias vividas en la niñez temprana sobre los
ajustes posteriores.
Otros estudios proponen un vínculo entre las primeras experiencias familiares y la depresión u
otros problemas psicológicos de la vida adulta.
¿Significa esto que si tenemos una infancia desdichada estamos condenados a la infelicidad y
desajuste cuando adultos? Un incidente traumático o un abuso sufrido en la infancia pueden
tener consecuencias serias, pero no permiten predecir con total certeza el ajuste posterior.
El desarrollo refleja estabilidad y cambio:
¿Existen elementos de la personalidad que permanecen estables? Si una persona manifiesta
ciertas características de personalidad durante la niñez ¿persistirán éstas en la adolescencia o la
vida adulta?
Los psicólogos no están de acuerdo en qué tanto de la personalidad puede cambiar y qué tanto
permanece estable. Todo lo que se puede asegurar es que existe cierta evidencia de que en
algunos individuos la personalidad es estable y en otras presenta cambios.
El desarrollo es variable:
El crecimiento es desigual. No todas las dimensiones de la personalidad crecen a la misma
tasa. Un niño puede ser excepcionalmente brillante, pero su crecimiento y desarrollo físico
puede retardarse.
El desarrollo a veces es cíclico y repetitivo:
Durante la vida pueden darse algunas repeticiones de las fases de ajuste. Una persona puede
enfrentar una crisis de identidad durante la adolescencia y otra en la edad madura.
Además de la repetición en la vida individual, puede haber una repetición de fases similares que
ocurren en momentos diferentes en el ciclo vital de otros individuos.
Distintas influencias moldean cada vida, produciendo rutas alternas (uno puede casarse y otro
permanecer soltero). Diversos factores aceleran o hacen más lento el itinerario, e incluso
pueden detener el proceso de desarrollo.
El desarrollo refleja diferencias individuales:
Aunque existe cierta repetición de las secuencias del desarrollo de una persona a otra, también
existe una amplia gama de diferencias individuales.
Los individuos difieren en el tiempo y tasa de desarrollo; en factores como la estatura, peso,
complexión corporal, capacidades físicas y salud; también en las características cognoscitivas,
las reacciones emocionales y las características de personalidad. Difieren en habilidades
sociales, en los pensamientos que prefieren, en las relaciones amistosas, intereses vocacionales,
competencia en el trabajo, estilo de vida.
El desarrollo refleja diferencias culturales:
Las diferencias culturales también ejercen una influencia profunda sobre el desarrollo humano.
Un estudio de las variaciones en los arreglos de sueño de infantes y niños pequeños reveló que
12
todos los niños mayas dormían en la cama de sus madres hasta que empezaban a andar. Una
comparación con niños estadounidenses reveló que ninguno dormía en la cama de su madre.
Los padres mayas enfatizaban el valor de la cercanía con los niños, mientras que los padres
estadounidenses hacían hincapié en el valor de la independencia de los niños.
3. Desarrollo infantil:
a. Perspectivas del desarrollo infantil y adolescente
El desarrollo infantil es una disciplina especializada que se dedica a la comprensión de todos
los aspectos del desarrollo humano del nacimiento a la adolescencia. Las teorías modernas
hacen hincapié en el hecho de que los seres humanos continúan adaptándose a su ambiente.
Es un campo de estudio relativamente nuevo.
Una razón de la demora del interés por el desarrollo infantil es que durante la Edad Media y
siglos posteriores no se consideraba a la niñez como una etapa separada de la vida.
Antes de las modernas técnicas de control natal, muchos de los niños traídos al mundo eran no
deseados por lo que se les consideraba una carga más que una bendición.
Hasta el siglo XX, el trabajo infantil era una práctica aceptada. Como los animales y los
esclavos, los niños eran obligados a realizar una variedad de arduas tareas para el beneficio
económico de la familia.
Bushnell afirmaba que la familia, como grupo social, influye en la vida y el carácter de los
niños, y que el amor y la gracia de Dios eran mediados por padres afectuosos. “el niño no sólo
debe ser equipado con emociones gentiles hacia lo que es correcto, sino que debe amar con un
amor fijo, por principio, y recibirlo como una fuerza vital y formativa.
La segunda filosofía de importancia fue la de John Locke, quien afirmaba que los niños son
moralmente neutros. Decía que los niños son una tabula raza, expresión latina que equivale a
papel en blanco. Lo que quiere decir que los niños no nacen con tendencias innatas, no son
buenos ni malos, y como sean dependerá de lo que experimenten mientras crecen.
La tercera de las grandes filosofías es la adoptada por Jean Jacques Rousseau que decía que los
niños son buenos salvajes, dotados con el sentido del bien y el mal. Se desarrollarán
positivamente de acuerdo con el plan de la naturaleza, porque tienen un sentido moral innato.
La teoría de Arnold Gessel tiene una orientación biológica según la cual la maduración es
mediada por los genes y la biología que determinan los rasgos conductuales y las tendencias del
desarrollo. Como el desarrollo está biológicamente determinado, decía, es muy poco lo que
padres y maestros pueden hacer para alterar este progreso.
John Dewey afirmaba que el salón de clases debería ser un laboratorio de la vida y ofrecer a los
niños experiencias que les permitieran crecer física, mental y moralmente de forma que puedan
contribuir al desarrollo de una mejor sociedad.
4. Desarrollo adolescente:
La palabra adolescencia viene del verbo latino “adolescere” que significa crecer o llegar a la
madurez. La adolescencia es el período de crecimiento que comienza en la pubertad y termina
13
con el inicio de la vida adulta. Es una etapa de transición entre la niñez y la vida adulta por la
cual deben pasar los individuos antes de que puedan tomar su lugar como mayores.
La pubertad es el periodo o edad en que una persona alcanza la madurez sexual y adquiere la
capacidad para tener hijos.
Se utiliza el término pubescencia para denotar la totalidad del período en que se tienen lugar
los cambios físicos relacionados con la maduración sexual. Significa literalmente, volverse
velludo o peludo, lo que describe el crecimiento del pelo corporal que acompaña a la
maduración sexual. La pubertad no sólo es acompañada por cambios biológicos, sino también
por cambios psicológicos y sociales.
Madurez es la edad, etapa o momento de la vida en que se considera que una persona ha
alcanzado su pleno desarrollo social, intelectual, emocional, físico y espiritual.
G. Stanley Hall dijo que la pubertad es el tiempo de trastornos, desajuste emocional e
inestabilidad que corresponde a la transición del género humano del salvajismo a la civilización.
Ana Freud caracterizó a la adolescencia como un periodo de conflicto interno, desequilibrio
psíquico y conducta errática. El desequilibrio es causado por el incremento de las pulsiones
instintivas en el momento en que tiene lugar la maduración sexual.
De acuerdo con Erickson, la tarea psicosocial principal de la adolescencia es el logro de la
identidad. La identidad tiene muchos componentes: sexual, social, vocacional, moral,
ideológico y psicológico.
El adolescente que fracasa en la búsqueda de la identidad experimentará duda, difusión y
confusión de rol.
Existen cuatro maneras posibles en que los miembros de los grupos étnicos pueden participar
en una sociedad culturalmente diversa: por asimilación, integración, separación y marginalidad.
Havighurst describió 8 tareas psicosociales importantes para la adolescencia: aceptar el físico y
usar el cuerpo de manera efectiva, formar relaciones nuevas y más maduras con compañeros
de la misma edad de ambos sexos, lograr un rol sexual-social masculino o femenino, lograr la
independencia emocional de los padres y de otros adultos, prepararse para el matrimonio y la
vida familiar, desear y lograr conducta socialmente responsable y adquirir un conjunto de
valores y un código ético que les sirvan como guía de conducta.
5. Desarrollo adulto
a. Perspectivas del desarrollo adulto
El ciclo de la vida adulta ha sido dividido en tres periodos de edad: juventud o edad adulta
temprana (los veinte y los treinta) madurez o mediana edad (los cuarenta y los cincuenta) y
vejez o edad adulta tardía (de los sesenta en adelante).
Levinson describe a la edad madura como el tiempo comprendido entre los 40 y 59 años y la
vejez como el tiempo que transcurre a partir de los 60 años.
Al envejecer los costos de la medicina y la seguridad se disparan y se espera que los viejos
ejercerán un considerable poder político al demandar el respeto de sus derechos.
Es necesario modificar las normas relacionadas con la edad para tener en consideración el
hecho de que la gente vive vidas más largas y activas.
14
b. El significado de la adultez
La adultez significa cosas diferentes para personas distintas, pero tiene dimensiones sociales,
biológicas, emocionales y legales; su principal significado es social.
De acuerdo con un estudio, las características del adulto se agrupan en 11 categorías:
responsabilidad, independencia financiera, autonomía en la toma de decisiones, madurez
emocional, potencial para el compromiso, adaptabilidad, madurez física, altruismo, nivel
educativo, comprensión y conciencia del yo y sucesos vitales importantes.
c. Transición a la vida adulta
La transición a la vida adulta es un proceso complicado en las sociedades muy industrializadas
en las que los individuos tienen que pasar por diversos ritos de transición en la medida en que
se socializan (en que aprenden y adoptan las normas, valores, expectativas y roles sociales del
grupo).
Convertirse en adulto significa la culminación exitosa de una serie de tareas del desarrollo. El
desarrollo continúa y las tareas cambian durante la juventud, la madurez y la vejez.
Los jóvenes enfrentan las tareas de lograr la autonomía, moldear una identidad, desarrollar
estabilidad emocional, establecer una carrera, encontrar intimidad, llegar a formar parte de
grupos sociales, elegir pareja y ajustarse al matrimonio, establecer y manejar una residencia,
convertirse en padres y criar a sus hijos.
Los adultos de mediana edad se enfrentan a las tareas de ajustarse a los cambios físicos,
encontrar satisfacción en sus carreras, asumir responsabilidades sociales y cívicas, despedir a
sus hijos, revitalizar su matrimonio, reconsiderar su actitud hacia sus padres que envejecen,
reorientar los roles sociales, desarrollar nuevas redes sociales y actividades para disfrutar del
tiempo libre. Su meta global consiste en encontrar un nuevo significado a la vida.
Los ancianos se enfrentan con las tareas de mantener la salud física y ajustarse a las
limitaciones, mantener un ingreso adecuado, ajustarse al cambio en los roles laborales,
establecer condiciones adecuadas de vida y vivienda, mantener la identidad y el estatus social,
encontrar compañía, aprender a usar de manera placentera el tiempo libre, establecer nuevos
roles en la familia y lograr la integridad por medio de la aceptación de la propia vida.
d. Teorías del desarrollo adulto a lo largo del ciclo vital
Roger Gould utilizó siete grupos homogéneos de edad para definir los cambios y ajustes que se
requieren conforme la gente pasa por diversas etapas de la vida.
Daniel Levinson propuso un modelo del desarrollo adulto que describe periodos de estabilidad
relativa entremezclados con periodos importantes de transición empezando a alas edades de
17, 40 y 60 años y transiciones menores a los 30 y los 50 años.
George Vaillant realizó un estudio longitudinal de las historias de los ciclos vitales de hombres
que estaban entre los mejores y más brillantes de la sociedad estadounidense. Una
contribución importante fue la comparación de los antecedentes infantiles y el éxito en la vida
15
adulta. Se observó que quienes fueron niños desdichados: eran incapaces de divertirse, eran
dependientes y faltos de confianza, tenían mayor probabilidad de desarrollar una enfermedad
mental y carecían de amigos.
Las divisiones de edad en los tres estudios son totalmente arbitrarias. Los tres investigadores
describieron un periodo de transición entre la adolescencia y la juventud y una crisis de la edad
madura alrededor de los 40 años.
PARA LA REFLEXIÓN PERSONAL
1. ¿Qué me aporta la teoría del Ciclo Vital, para el reconocimiento de las diversas etapas
del desarrollo humano?
2. ¿Qué aplicación concreta le puedo obtener al tema del Desarrollo Humano desde el
Ciclo Vital, para mi persona, mi familia, mi trabajo o los procesos que acompaño?
3. ¿Qué me hace pensar sobre el desarrollo humano en general? ¡Es sencillo, Es
complejo!
PARA LA REFLEXIÓN GRUPAL
1. Como instituciones que estamos al servicio del desarrollo humano, ¿Qué me aporta la
teoría del Ciclo Vital para mis procesos personales de acompañamiento o servicio?
2. ¿Qué tan importante es considerar las diversas etapas de la vida, dentro del Ciclo Vital,
para comprender, emitir juicios, acompañar, etc; a personas que se relacionan con mi
trabajo.
3. ¿Cuánto se requiere en los grupos humanos factores como la madurez y la adultez en
las relaciones humana y qué me aporta el tema de hoy para comprender a cada uno-a
desde su etapa vital?
FORMACIÓN DE JESUITAS Y LAICOS
Provincia Centroamericana de la Compañía de Jesús
Comisión de Espiritualidad.
Tema 2: LA GESTIÓN EMOCIONAL ECOLÓGICA
La capacidad de la ciencia y la tecnología actual de mejorar la calidad de la vida humana depende de una
elevación conjunta de la calidad de los sentimientos y actitudes que conforman el carácter -aspecto normativo de
la personalidad- sin lo cual no es posible ser verdaderamente útil a la humanidad. De allí que la formación de
un carácter sano y positivo es una tarea ineludible para la educación de hoy, centrada en la intelectualidad y en
la capacitación tecnológica.
Actualmente, el carácter está siendo retomado, al ser entendido por algunos autores como el equivalente de la
“inteligencia emocional”, concepto en auge, que se está reconociendo como responsable del éxito en la vida. La
educación del siglo XXI, caracterizado como un momento coyuntural para el género humano, debe retornar a su
base y complementar el desarrollo intelectual y tecnológico, con la educación moral y afectiva.
Desde un marco ético-moral ecológico se propone un modelo psicoeducativo tridimensional del carácter sobre la
base de categorías de la inteligencia emocional presentes en la vinculación con uno mismo, con los demás, con la
naturaleza y el aspecto trascendente de la existencia. Se aspira a que esta propuesta pueda aportar elementos
que orienten la tarea formativa del educador en la cotidianidad.
16
“Busco a la persona que sea capaz de amar al otro sin castigarlo por ello, sin hacerlo prisionero o desangrarlo;
esa persona del futuro que sepa llevar a cabo un amor independiente de ventajas o desventajas sociales, para que
el amor sea siempre un fin en sí mismo y no siempre el amor con vistas a un fin”.
Este era el deseo que Jung expresó, en una carta dirigida a Freud, al inicio del siglo pasado. ¿Acaso ya nos
hemos convertido en esas “personas del futuro” que anhelaba Jung o, en cambio continuamos castigando,
aprisionando, desangrando o buscando ventajas cuando iniciamos nuestras relaciones interpersonales o cuando
formamos pareja? ¿Qué nos mueve a elegir y por qué motivo a menudo acabamos tan lejos conseguir amigos/as,
o en la relación de pareja que anhelamos?
Una de las afirmaciones de la Ecología Emocional es que debemos convertirnos en “la persona adecuada” en
lugar de invertir energías buscando a la persona adecuada. Para que una relación interpersonal, familiar o de
pareja sea armónica es necesario que cada ser tenga una vida propia con sentido. Cuando nuestra vida es
coherente y armónica desprendemos una elevada capacidad de atracción que nos acercará a quien se encuentra en
la misma sintonía.
En cambio, si somos personas incompletas y necesitadas sintonizaremos con personas de las mismas
características y uniremos necesidades y desespero. Esta relación estará condenada al fracaso. La propuesta se
basa en fomentar cuatro áreas que promueven el equilibrio y armonía individual y de pareja: auto-dependencia,
creatividad, conducta amorosa y pacífica.
¿Qué significa ser emocionalmente ecológico?
Aunque pocos lo piensan, un especialista cuenta en estas páginas que también existe el
"calentamiento emocional global". Y cuenta por qué urge reflexionar, e impulsar un
cambio en las relaciones humanas.
Aumenta inexorable e impiadosamente la temperatura, sube el nivel de los mares, decrece la superficie helada de
los polos, desaparecen y peligran especies, inundaciones catastróficas y sequías devastadoras manchan
trágicamente el planeta. ¿Y qué pasa mientras tanto con nuestro ecosistema emocional y afectivo? ¿Hay
contaminación, partículas tóxicas y gases venenosos en nuestro medio ambiente espiritual y psíquico?
Cuando se observan los índices crecientes de violencia en la sociedad contemporánea, los episodios de intolerancia
en la vida social y de manipulación en las relaciones personales, la insatisfacción que empuja a legiones de
personas angustiadas hacia los consultorios psicoterapéuticos, el malestar afectivo que afecta a los vínculos
humanos, la relación inversamente proporcional entre el consumo –mucho– y la felicidad –poca–, el fenómeno de
la incomunicación humana paralelo al alto desarrollo tecnológico en las conexiones, la explosiva expansión en el
consumo de ansiolíticos y antidepresivos, la pandemia de adicciones encubiertas o socialmente aceptadas,
parecería que, además del fenómeno físico, que describe y denuncia el ex vicepresidente estadounidense Al Gore
en su ya célebre película (y ahora también libro) Una verdad incómoda, también el ecosistema emocional
humano está perturbado y necesita una urgente tarea de desintoxicación y preservación.
La palabra ecología (creada en 1868 por el biólogo alemán Ernst Haeckel para designar la relación entre los
seres vivos y su medio ambiente) forma parte de nuestro vocabulario habitual, aunque su concepción se ha
ampliado y ha cambiado: ya no se trata de la mera descripción del medio ambiente, sino de su protección y
saneamiento. Y abarca más que el mundo físico.
17
“Hace un tiempo tomamos conciencia de que padecemos mayor contaminación emocional que atmosférica. Nos
dimos cuenta de que los grandes principios de la ecología eran aplicables a la gestión de nuestro mundo emocional
y a partir de entonces iniciamos un trabajo de investigación y de elaboración creativa de esta categoría”, cuentan
Mercé Conangla y Jaume Soler, investigadores del campo psicológico y emocional de las relaciones humanas,
quienes, con vasta experiencia también en el campo de la salud y la educación, construyeron una categoría tan
necesaria como transformadora: la ecología emocional.
“Hemos adaptado los conceptos sobre ecología al mundo de las emociones para que ayuden a explicarlas y a
comprenderlas mejor. Así, hablamos de energías emocionalmente ecológicas, reciclar emociones, clima emocional
global, lluvia ácida, basuras emocionales, contagio emocional, contaminación emocional, desertización, vitaminas
emocionales, espacios protegidos”, explican acerca de las bases de la EE.
¿El huevo o la gallina?
Puede parecer excesivo que la contaminación emocional supere a la atmosférica. No lo es tanto si se toman en
cuenta las palabras del médico y psicoterapeuta Norberto Levy (autor de La sabiduría de las emociones y
Aprendices del amor): “Todas las emociones están en continua interacción con la mente, y sobre este vínculo
existen muchos malentendidos. En general creemos que ambas son adversarias esenciales y que debemos elegir
entre una u otra. La relación esencial entre las emociones y la mente es de complementariedad, y cuando se
desconectan de su condición de socias se embarcan en una batalla sin solución en la que todos perdemos”.
Parecería que en la sociedad contemporánea se ha hecho un culto de los poderes de la mente y sus creaciones (los
adelantos tecnológicos, los experimentos científicos, los modelos económicos, las relaciones humanas especulativas
basadas en nociones tales como conveniencia o rentabilidad). Frente a esto, lo emocional suele considerarse poco
seguro, imprevisible, ajeno a atributos tan preciados como “seguridad”, “certeza”, “resultados”.
El biólogo inglés Rupert Sheldrake (figura clave en el movimiento que propone ligar ciencia y espiritualidad)
atribuye esta ruptura al dualismo que propugnó el filósofo francés René Descartes (iniciador del racionalismo)
cuando, en el siglo XVII, consideró la naturaleza como una máquina inanimada. Como producto de este
pensamiento, que caló hondo en Occidente, el alma, las emociones, lo intangible de la existencia, quedaron
separados de todo lo físico (y luego incluso enfrentados). Acaso allí también se incubó la creencia de que lo que se
le hiciera a los espacios físicos y materiales en nada afectaría a los emocionales y espirituales.
Sin embargo, para quienes adhieren a una visión holística e integral de los fenómenos físicos, psíquicos,
emocionales y espirituales, como lo hace Sheldrake, autor de Una nueva ciencia de la vida y El renacimiento de
la naturaleza, entre otras obras ya clásicas, es necesaria y urgente la reinserción de la espiritualidad y la
valoración de las emociones en el vínculo entre las personas y de éstas con la naturaleza. Lo contrario nos deja en
lo que el ex sacerdote dominico estadounidense Mathew Fox (fundador en Chicago del Instituto de la
Espiritualidad en la Ciencia y la Cultura) llamó “una soledad cósmica”. Entre ambas ecologías, la emocional y
la física, parece establecerse así una estrecha conexión de causa, efecto y necesidad. Mientras una procura
salvaguardar los ámbitos externos, la otra va en pos de la preservación del mundo interior.
Trabajo en equipo. Esto es lo que Soler y Conangla proponen profundizar con su concepción de la ecología
emocional. “Definimos ecología emocional, o psico-eco-afectividad, como el arte de gestionar nuestros afectos
(emociones y sentimientos) canalizando y dirigiendo creativamente su energía”, dicen. “Es un trabajo en equipo
mente-emoción. El concepto eco hace referencia a la importancia de que ambas vertientes trabajen integradas, en
armonía, de forma sostenible y equilibrada para que nos muevan a efectuar acciones de mejora en nuestra
18
persona y en los sistemas humanos y sociales en los que estamos inmersos. Incluye dos valores esenciales: la
responsabilidad y la conciencia del impacto emocional global.”
Los investigadores catalanes recuerdan que, como la naturaleza, “también las personas funcionamos en ciclos: de
vida y de muerte, de descanso y de trabajo, de calma e inquietud, de reflexión y acción, de construcción y
destrucción. Tenemos todo un mundo exterior para recorrer y todo un camino interior para encontrarnos y
hacernos nacer. En este camino, nuestra afectividad y nuestra inteligencia deben aprender a trabajar en equipo
para no destruirnos a nosotros, a nuestra especie y al mundo maravilloso en el que vivimos”. En esto retoman
un legado del legendario y respetado biólogo humanista Gregory Bateson, quien así lo proponía en su
monumental trabajo Pasos hacia una ecología de la mente.
Principios ecológicos emocionales
Se sabe que la ecología física propone disminuir las emanaciones tóxicas, cuidar las fuentes de agua dulce, evitar
el vaciado irresponsable de material contaminante, ahorrar energía en lugar de derrocharla; mantener, en fin, un
vínculo consciente con el planeta que nos cobija. ¿Cuáles son las herramientas de la ecología emocional y cuál su
aplicación?
La responsabilidad sobre la propia vida (hacerse cargo de ella y de sus decisiones) es fundamental, para los
creadores de la EE, en lo que llaman gestión emocional ecológica. “Al pensar, analizar y reflexionar, vemos que
no hay una sola vía de acción ante las distintas situaciones de la vida. A veces decimos que no tenemos libertad
para tomar cierta decisión o ejecutar un acto, pero lo que ocurre es que no estamos dispuestos a afrontar las
consecuencias de esa acción. La libertad la tenemos y es así casi siempre.”
Por el camino de la evitación o la inacción, sostienen, se terminan pagando precios aún más altos y tomando un
camino existencial basado en soluciones epidérmicas o en consignas aprendidas y repetidas como leyes. Hacernos
cargo de nuestras elecciones (en los planos afectivo, familiar, laboral, vocacional, profesional, social o
comunitario) lleva a que cada acción se convierta en una nueva pieza de una construcción personal y única.
La salud psico-afectiva, en términos de EE, requiere respeto por los propios tiempos (distintos en cada persona),
salir de los ritmos vertiginosos propuestos desde afuera, recuperar el valor de la pausa y del silencio interior, así
como la ecología física propone respetar los tiempos, los espacios y los ritmos de la naturaleza. La EE esgrime
un principio según el cual lo profundo de la espiritualidad está en lo cotidiano y en lo ordinario y es allí donde
hay que buscarlo y honrarlo.
“Carpe diem no significa que debamos buscar y agotar hoy todos los placeres, sino que debemos buscar y
disfrutar de los hechos de hoy”, recuerdan, glosando al filósofo Fernando Savater. Una buena pregunta para
empezar el día, es: ¿qué bien puedo hacer hoy? Un interrogante cotidiano que puede orientar los actos y las
actitudes de la jornada.
Los ecólogos emocionales subrayan algo muy significativo: no somos responsables de lo que sentimos (las
emociones no se eligen ni se planifican de antemano), pero sí de aquello que hacemos con lo que sentimos.
Rescatan así el valor de todas las emociones, no las clasifican en buenas y malas, positivas y negativas. Todas
cumplen una función. Lo que importa es cómo se gestionan, lo que se hace con ellas. Escogemos nuestra actitud y
nuestra conducta, reza un principio de la EE. “Pensar que algo nos será dado sin que hagamos algo por ello y
quejarnos por no recibirlo, contribuye a la contaminación emocional”, advierte el mismo principio.
Otra consigna de esta corriente apunta al valor del discernimiento. Concretamente, aprender, desde la
experiencia, qué aspectos de la realidad, y en qué circunstancias, pueden ser modificados por nuestra conducta, y
19
cuáles son inalterables. Del mismo modo, incluir en nuestras expectativas y planificaciones el rol de lo
imponderable, de aquello que escapa de la voluntad, la decisión y la acción propia, y que sin embargo es parte
inexorable de la vida. Cuando el discernimiento no se hace presente, su lugar suelen ocuparlo la intolerancia, la
ansiedad, la inadaptación. Es decir, el sufrimiento emocional.
La EE rescata el valor de las utopías. Sus creadores suelen recordar un relato del chileno Alejandro
Jodorowsky sobre un arquero que se empeñó durante años en acertar con una flecha en el centro de la Luna. Por
supuesto, jamás lo consiguió y muchos de sus conciudadanos se mofaron de él. Sin embargo, al cabo de tantos
años de intentarlo se convirtió en uno de los mejores arqueros del mundo. “Todo lo que el hombre ha conseguido
o construido fue primero un sueño”. Algo que suele olvidarse en una era, como la presente, signada por la
obsesión por las certezas, por los resultados rápidos y a cualquier costo, por la fugacidad, por la inmediatez y a
menudo también por el temor al compromiso o a afrontar las consecuencias de las propias elecciones.
Desde la EE “proponemos instaurar una pedagogía de la provisionalidad y la transformación”, explican sus
creadores. “Vivimos aferrados a criterios de seguridad y permanencia, contratamos seguros para todo, queremos
tener todo bajo nuestro control. Los cambios y las transformaciones son parte natural de la vida, pero nos cuesta
asumirlo y lo vivimos como pérdidas, de modo que siempre nos encuentran sin recursos.” Todos somos como un
río, ejemplifican, que cambia de curso, que atraviesa diferentes territorios, que pierde y gana cauce, que se hiela y
se deshiela, pero jamás pierde su esencia, el agua. Un principio ecológico emocional es el de aceptar el cambio y la
transformación para mantener y proteger nuestra esencia.
Hermes Trimegisto (“el tres veces grande”), considerado en la mitología griega como un semidiós (mitad divino,
mitad humano) y padre de la escritura y la cultura, señaló, entre otras máximas, que lo de arriba proviene de lo
de abajo y que como es adentro es afuera. Al cabo de miles de años, asoma hoy una nueva comprensión para
esta consigna. Como tratemos nuestro ecosistema emocional, trataremos a los otros, y al mundo.
¿De qué modo aplicar la ecología emocional en su trabajo con personas y en qué áreas de
las relaciones se ven hoy más necesarias?
Trabajar las competencias emocionales, supone beneficios en tres niveles. Respecto de uno mismo: la mejora del
conocimiento de los matices emocionales, la traducción correcta de la información emocional y su incorporación en
el mapa mental en el momento de tomar decisiones; un buen equilibrio personal y mayor coherencia en el eje
mente-emoción-acción.
Respecto de nuestra relación con los demás: relaciones más honestas, coherentes y profundas, mejor calidad de
comunicación y capacidad de crear vínculos basados en la libertad y no en la dependencia. Respecto de nosotros
en relación con el mundo: conciencia de la interdependencia de los sistemas vitales que habitamos la Tierra,
acciones creativas de mejora del mundo, mayor respeto al entorno.
Creemos que esto es afín a todas las áreas de las relaciones humanas. Si se aplicara en el sector de enseñanza
(profesorado de todos los niveles: universidad, escuelas medias, primaria y preescolar), sería muy interesante y los
resultados serían sorprendentes ya que las personas que se hallan en posiciones de influencia tienen mayor
posibilidad de contagiar positivamente, pero también de contaminar y destruir con mayor rapidez.
¿El mundo emocional es un lugar desvalorizado o poco explorado en nuestra cultura?
¿Cuáles serían los principales malentendidos respecto de ese mundo?
20
Dedicamos toda nuestra vida a entrenar nuestra mente: adquirimos conocimientos y nos enseñan a pensar, pero
en el territorio emocional, en cambio, somos todos autodidactas, en mayor o menor medida. Hay quien considera
las emociones como obstáculos que interfieren en nuestra dimensión racional.
Nada más equivocado, puesto que las emociones son un lenguaje distinto y complementario. Una mente
inteligente pero desconectada de las emociones construiría mapas de decisión equivocados y peligrosos. Las
emociones dan color al paisaje y sirven para orientarnos en el mundo; nos indican si la ruta que hemos elegido es
adaptativa o destructiva. Enumeramos así las principales creencias erróneas respecto de las emociones:
La creencia de que “hay emociones buenas y malas”: la ecología emocional defiende que todas las emociones son
legítimas y necesarias puesto que nos proporcionan información sobre cómo nos relacionamos con nosotros mismos
y con los demás, y sobre cómo llevamos nuestro proyecto de vida. Como dijo Dolly Parton: “Soy de la opinión de
que si usted quiere gozar del arco iris tendrá que soportar la lluvia”.
Considerar que entendemos perfectamente el sentir del otro: la misma emoción puede ser vivida diferentemente en
función del equipaje vital del otro. “Te entiendo perfectamente” puede ser sólo una frase si no nos molestamos en
preguntar al otro cómo lo está viviendo.
Confundir retención emocional con autocontrol: las emociones no deben retenerse, aunque sí deben controlarse. A
veces pensamos que sólo puede perjudicarnos la retención de determinadas emociones (ira, rencor, resentimiento,
rabia), pero la EE afirma que retener emociones tales como el amor, la alegría, la gratitud, también perjudica
nuestra vida y dificulta el crecimiento de nuestras relaciones. Autocontrol supone capacidad para canalizar y
dirigir la energía emocional hacia el objetivo deseado.
Creencia de que uno es emocionalmente autosuficiente: la EE afirma que todas las formas de vida son
interdependientes. Andar por la vida es ir hacia uno mismo y encontrar a los otros en el camino. Aislados no
nos podríamos construir como humanos.
Relación entre la EE y el equilibrio y la armonía del mundo externo. ¿Cómo
interactúan?
La EE plantea un dilema inicial: “¿crear o destruir?” y elige “crear”. Como dijo Erich Fromm: “Toda la
energía que no se dirige a crear se convierte en energía destructiva”. De la misma forma que ya no consideramos
admisible que alguien lance residuos tóxicos y contaminantes a un río –porque sabemos que los peces y el río van
a morir, no podemos permitirnos el lujo de ir lanzando partículas emocionales tóxicas al exterior.
Las personas y la naturaleza son sistemas abiertos totalmente interdependientes. Existe un clima emocional
global que se está deteriorando cada vez más debido a nuestro analfabetismo emocional y a nuestra
irresponsabilidad. El clima emocional global va a depender de la suma de las aportaciones de todos y cada uno
de nosotros.
El calentamiento emocional global se manifiesta en multitud de síntomas: aumento de las agresiones verbales,
físicas, psíquicas y morales, estrés, aumento de patología ansioso-depresiva, racismo, corrupción, guerras,
terrorismo, enfermedad.. Ya es hora de efectuar cambios preventivos en lugar de vernos obligados a recurrir a
cambios catastróficos; a veces, demasiado tarde. La EE defiende un modelo humano psicoecoafectivo: personas
que construyen un espacio interior armónico en el cual razón y emoción unen sus fuerzas fomentando acciones
más empáticas, generosas y solidarias hacia los demás y hacia el mundo.
21
Principios para una vida emocionalmente ecológica
El modelo de ser humano EE: persona creativa, amorosa, pacífica, autónoma. Estos cuatro ejes deben
desarrollarse de forma sincrónica y equilibrada.
− Principio de responsabilidad en la autogestión emocional. Podemos ser parte de la solución o parte del
problema de la humanidad. No podemos vivir inundando a los demás con nuestra basura emocional.
El precio es demasiado caro.
− Principio de prevención: “Hoy estamos otra vez en una de estas situaciones decisivas en que la
diferencia entre la solución violenta y la solución anticipada puede significar la diferencia entre la
destrucción y el fértil desarrollo de nuestra civilización”. (Erich Fromm)
Buen uso y ahorro de energía emocional: elegir bien los objetivos y las personas en que invertimos energía
emocional. No despilfarrarla. Centrarnos en aquello que podemos controlar y mejorar –nosotros mismos–, en
lugar de empeñarnos en cambiar a los demás.
Uso de fuentes de energía emocional limpias, renovables y no contaminantes: movernos por el empuje de la
alegría, la curiosidad, la confianza, la valentía, la generosidad o el amor, en lugar de hacerlo por coacción, por
un falso sentido de la obligación, por lo que dirán los demás, por egoísmo o interés. La misma acción puede dar
lugar a resultados totalmente opuestos en función de si la fuente de energía emocional es limpia o contaminadora.
Creación de espacios protegidos para especies emocionales en peligro de extinción, en los que puedan crecer, entre
otras, la ternura, el amor, la serenidad y la gratitud
Protección del clima emocional evitando las contaminaciones por quejas, rumores, insultos, juicios de valores,
menosprecios. Aplicar el principio del respeto.
Siete principios de la ecología emocional para las relaciones
− Principio de la autonomía personal: “Ayúdate a ti mismo y los demás te ayudarán”.
− Principio de la prevención de dependencias: “No hagas por los demás aquello que ellos pueden hacer
por sí mismos”.
− Principio del boomerang: “Todo lo que haces a los demás, también te lo haces a ti”.
− Principio del reconocimiento de la individualidad y la diferencia: “No hagas a los demás aquello que
quieres para ti. Pueden tener gustos diferentes”.
− Principio de la moralidad natural: “No hagas a los demás aquello que no quieres que te hagan a ti”.
− Principio de la autoaplicación previa: ”No podrás hacer ni dar a los demás aquello que no eres capaz
de hacer ni darte a ti mismo”.
− Principio de la limpieza relacional: “Tenemos el deber de hacer limpieza de las relaciones que son
ficticias, insanas y no nos dejan crecer como persona”.
Guía para la reflexión personal
1. ¿Qué opinión me merece el planteamiento de Jung acerca de nuestras relaciones
interpersonales: “Busco a la persona que sea capaz de amar al otro sin castigarlo por
ello, sin hacerlo prisionero o desangrarlo; esa persona del futuro que sepa llevar a cabo
un amor independiente de ventajas o desventajas sociales, para que el amor sea siempre
22
2.
3.
4.
5.
un fin en sí mismo y no siempre el amor con vistas a un fin”? ¿Acaso ya nos hemos
convertido en esas personas del futuro que anhelaba Jung o en cambio continuamos
castigando, aprisionando, desangrando o buscando ventajas cuando iniciamos nuestras
relaciones interpersonales o cuando formamos pareja? ¿Qué nos mueve a elegir y por
qué motivo a menudo acabamos tan lejos de conseguir amigos/as, o en la relación de
pareja que anhelamos?.
¿Qué me parecen las afirmaciones de la Ecología Emocional: “debemos convertirnos
en la persona adecuada en lugar de invertir energías buscando a la persona adecuada”
Cuando nuestra vida es coherente y armónica desprendemos una elevada capacidad de
atracción que nos acercará a quien se encuentra en la misma sintonía. En cambio si
somos personas incompletas y necesitadas sintonizaremos con personas de las mismas
características y uniremos necesidades y desespero.
¿Por qué se afirma en el documento que el ecosistema emocional humano está
perturbado y necesita una urgente tarea de desintoxicación y preservación? Padecemos
mayor contaminación emocional que atmosférica.
¿Qué me sugiere la afirmación de que es necesaria y urgente la reinserción de la
espiritualidad y la valoración de las emociones en el vínculo entre las personas y de
éstas con la naturaleza?
¿Qué opinión le merece que la salud psico-afectiva en términos de ecología emocional
requiere respeto por los propios tiempos (distintos en cada persona) salir de los ritmos
vertiginosos propuestos desde afuera, recuperar el valor de la pausa y del silencio
interior?. La ecología emocional plantea que lo profundo de la espiritualidad está en lo
cotidiano y en lo ordinario y es allí donde hay que buscarlo y honrarlo.
Guía para la reflexión grupal
1. ¿Qué opinan sobre lo que plantea la ecología emocional sobre que escogemos nuestra
actitud y nuestra conducta: “Pensar que algo nos será dado sin que hagamos algo por
ello y quejarnos por no recibirlo, contribuye a la contaminación emocional”?
2. Una consigna de la ecología emocional apunta al valor del discernimiento. Cuando éste
no se hace presente, su lugar lo ocupan la intolerancia, la ansiedad, la inadaptación, es
decir el sufrimiento emocional. ¿cómo se aplica ese principio a la vida grupal y
comunitaria?
3. ¿Qué aplicación podría hacerse en nuestras instituciones de la pedagogía de la
provisionalidad y la transformación: “vivimos aferrados a criterios de seguridad y
permanencia pero somos como un río, que cambia de curso, que atraviesa diferentes
territorios, que pierde y gana cauce, que se hiela y se deshiela, pero jamás pierde su
esencia, el agua?
4. Comente sobre los beneficios de trabajar las competencias emocionales a nivel de uno
mismo: la mejora del conocimiento de los matices emocionales, la traducción correcta
de la información emocional y su incorporación en el mapa mental en el momento de
tomar decisiones, un buen equilibrio personal y mayor coherencia en el eje menteemoción-acción.
5. Comente sobre los beneficios de trabajar las competencias emocionales en nuestra
relación con los demás: relaciones más honestas, coherentes y profundas, mejor
calidad de comunicación y capacidad de crear vínculos basados en la libertad y no en la
dependencia.
23
6. Comente sobre los beneficios de trabajar las competencias emocionales en nuestra
relación con el mundo: conciencia de la interdependencia de los sistemas vitales que
habitamos la tierra, acciones creativas de mejora del mundo, mayor respeto al entorno.
FORMACIÓN DE LAICOS-AS Y JESUITAS
PROVINCIA CENTROAMERICANA DE LA COMPAÑÍA DE JESÚS
Comisión de Espiritualidad.
Eje 2: Identidad Cristiana
Tema 2.1. Vocación de los discípulos misioneros (Aparecida) Principio de Identidad
Cristiana.
CAPÍTULO 3
LA ALEGRÍA DE SER DISCÍPULOS MISIONEROS
PARA ANUNCIAR EL EVANGELIO DE JESUCRISTO
(Tomado del documento conclusivo de la Conferencia de Aparecida.)
1.
En este momento, con incertidumbres en el corazón, nos preguntamos con Tomás: “¿Cómo
vamos a saber el camino?” (Jn 14, 5). Jesús nos responde con una propuesta provocadora: “Yo
soy el Camino, la Verdad y la Vida” (Jn 14, 6). Él es el verdadero camino hacia el Padre, quien
tanto amó al mundo que dio a su Hijo único, para que todo el que crea en Él tenga vida eterna
(cf. Jn 3, 16). Esta es la vida eterna: “que te conozcan a ti el único Dios verdadero, y a
Jesucristo tu enviado” (Jn 17, 3). La fe en Jesús como el Hijo del Padre es la puerta de entrada
a la Vida. Los discípulos de Jesús confesamos nuestra fe con las palabras de Pedro: “Tus
palabras dan Vida eterna” (Jn 6, 68); “Tu eres el Mesías, el Hijo de Dios vivo” (Mt 16, 16).
2.
Jesús es el hijo de Dios, la Palabra hecha carne (cf. Jn 1, 14), verdadero Dios y verdadero
hombre, prueba del amor de Dios a los hombres. Su vida es una entrega radical de sí mismo a
favor de todas las personas, consumada definitivamente en su muerte y resurrección. Por ser el
Cordero de Dios, Él es el salvador. Su pasión, muerte y resurrección posibilita la superación
del pecado y la vida nueva para toda la humanidad. En Él, el Padre se hace presente, porque
quien conoce al Hijo conoce al Padre (cf. Jn 14, 7).
3.
Los discípulos de Jesús reconocemos que Él es el primer y más grande evangelizador enviado
por Dios (cf. Lc 4, 44) y, al mismo tiempo, el Evangelio de Dios (cf. Rm 1, 3). Creemos y
anunciamos “la buena noticia de Jesús, Mesías, Hijo de Dios” (Mc 1, 1). Como hijos
obedientes a la voz del Padre queremos escuchar a Jesús (cf. Lc 9, 35) porque Él es el único
Maestro (cf. Mt 23, 8). Como discípulos suyos sabemos que sus palabras son Espíritu y Vida
(cf. Jn 6, 63. 68). Con la alegría de la fe somos misioneros para proclamar el Evangelio de
Jesucristo y, en Él, la buena nueva de la dignidad humana, de la vida, de la familia, del trabajo,
de la ciencia y de la solidaridad con la creación.
3.1
4.
La buena nueva de la dignidad humana
Bendecimos a Dios por la dignidad de la persona humana, creada a su imagen y semejanza.
Nos ha creado libres y nos ha hecho sujetos de derechos y deberes en medio de la creación. Le
agradecemos por asociarnos al perfeccionamiento del mundo, dándonos inteligencia y
24
capacidad para amar; por la dignidad, que recibimos también como tarea que debemos
proteger, cultivar y promover. Lo bendecimos por el don de la fe que nos permite vivir en
alianza con Él hasta compartir la vida eterna. Lo bendecimos por hacernos hijas e hijos suyos
en Cristo, por habernos redimido con el precio de su sangre y por la relación permanente que
establece con nosotros, que es fuente de nuestra dignidad absoluta, innegociable e inviolable. Si
el pecado ha deteriorado la imagen de Dios en el hombre y ha herido su condición, la buena
nueva, que es Cristo lo ha redimido y restablecido en la gracia (cf. Rm 5, 12-21).
5.
Alabamos a Dios por los hombres y mujeres de América Latina y El Caribe que, movidos por
su fe, han trabajado incansablemente en defensa de la dignidad de la persona humana,
especialmente de los pobres y marginados. En su testimonio, llevado hasta la entrega total,
resplandece la dignidad del ser humano.
3.2
La buena nueva de la vida
6.
Alabamos a Dios por el don maravilloso de la vida y por quienes la honran y la dignifican al
ponerla al servicio de los demás; por el espíritu alegre de nuestros pueblos que aman la música,
la danza, la poesía, el arte, el deporte y cultivan una firme esperanza en medio de problemas y
luchas. Alabamos a Dios porque siendo nosotros pecadores, nos mostró su amor
reconciliándonos consigo por la muerte de su Hijo en la cruz. Lo alabamos porque ahora
continúa derramando su amor en nosotros por el Espíritu Santo y alimentándonos con la
Eucaristía, pan de vida (cf. Jn 6, 35). La Encíclica “Evangelio de la Vida”, de Juan Pablo II,
ilumina el gran valor de la vida humana, la cual debemos cuidar y por la cual continuamente
alabamos a Dios.
7.
Bendecimos al Padre por el don de su Hijo Jesucristo “rostro humano de Dios y rostro divino
del hombre”1. “En realidad, tan sólo en el misterio del Verbo encarnado se aclara
verdaderamente el misterio del hombre. Cristo, en la revelación misma del misterio del Padre y
de su amor, manifiesta plenamente el hombre al propio hombre y le descubre su altísima
vocación”2.
8.
Bendecimos al Padre porque todo hombre abierto sinceramente a la verdad y al bien, aun entre
dificultades e incertidumbres, puede llegar a descubrir en la ley natural escrita en su corazón
(cf. Rm 2, 14-15), el valor sagrado de la vida humana desde su inicio hasta su término natural, y
afirmar el derecho de cada ser humano a ver respetado totalmente este bien primario suyo. En
el reconocimiento de este derecho se fundamenta “la convivencia humana y la misma
comunidad política”3.
9.
Ante una vida sin sentido, Jesús nos revela la vida íntima de Dios en su misterio más elevado,
la comunión trinitaria. Es tal el amor de Dios, que hace del hombre, peregrino en este mundo,
su morada: “Vendremos a él y viviremos en él” (Jn 14, 23). Ante la desesperanza de un mundo
sin Dios, que sólo ve en la muerte el término definitivo de la existencia, Jesús nos ofrece la
resurrección y la vida eterna en la que Dios será todo en todos (cf. 1Cor 15, 28). Ante la
1
BENEDICTO XVI, Oración por la V Conferencia.
GS 22
3
EV 2
2
25
idolatría de los bienes terrenales, Jesús presenta la vida en Dios como valor supremo: “¿De qué
le sirve a uno ganar el mundo, si pierde su vida?” (Mc 8, 36)4.
10. Ante el subjetivismo hedonista, Jesús propone entregar la vida para ganarla, porque “quien
aprecie su vida terrena, la perderá” (Jn 12, 25). Es propio del discípulo de Cristo gastar su vida
como sal de la tierra y luz del mundo. Ante el individualismo, Jesús convoca a vivir y caminar
juntos. La vida cristiana sólo se profundiza y se desarrolla en la comunión fraterna. Jesús nos
dice “uno es su maestro, y todos ustedes son hermanos” (Mt 23, 8). Ante la
despersonalización, Jesús ayuda a construir identidades integradas.
11. La propia vocación, la propia libertad y la propia originalidad son dones de Dios para la
plenitud y el servicio del mundo.
12. Ante la exclusión, Jesús defiende los derechos de los débiles y la vida digna de todo ser
humano. De su Maestro, el discípulo ha aprendido a luchar contra toda forma de desprecio de
la vida y de explotación de la persona humana5. Sólo el Señor es autor y dueño de la vida. El
ser humano, su imagen viviente, es siempre sagrado, desde su concepción hasta su muerte
natural; en todas las circunstancias y condiciones de su vida. Ante las estructuras de muerte,
Jesús hace presente la vida plena. “Yo he venido para dar vida a los hombres y para que la
tengan en plenitud” (Jn 10, 10). Por ello sana a los enfermos, expulsa los demonios y
compromete a los discípulos en la promoción de la dignidad humana y de relaciones sociales
fundadas en la justicia.
13. Ante la naturaleza amenazada, Jesús, que conocía el cuidado del Padre por las criaturas que Él
alimenta y embellece (cf. Lc 12, 28), nos convoca a cuidar la tierra para que brinde abrigo y
sustento a todos los hombres (cf. Gn 1, 29; 2, 15).
3.3
La buena nueva de la familia
14. Proclamamos con alegría el valor de la familia en América Latina y El Caribe. Afirma el Papa
Benedicto XVI que la familia “patrimonio de la humanidad, constituye uno de los tesoros más
importantes de los pueblos latinoamericanos y caribeños. Ella ha sido y es escuela de la fe,
palestra de valores humanos y cívicos, hogar en que la vida humana nace y se acoge generosa y
responsablemente… La familia es insustituible para la serenidad personal y para la educación
de sus hijos”6.
15. Agradecemos a Cristo que nos revela que “Dios es amor y vive en sí mismo un misterio
personal de amor”7 y optando por vivir en familia en medio de nosotros, la eleva a la dignidad
de ‘Iglesia Doméstica’.
16. Bendecimos a Dios por haber creado al ser humano varón y mujer, aunque hoy se quiera
confundir esta verdad: “Creó Dios a los seres humanos a su imagen; a imagen de Dios los creó,
4
Cf. EN 8
Cf. BENEDICTO XVI, Mensaje para la Cuaresma 2007.
6
DI 5
7
Cf. FC 11
5
26
varón y mujer los creó” (Gn 1, 27). Pertenece a la naturaleza humana el que el varón y la mujer
busquen el uno en el otro su reciprocidad y complementariedad8.
17. El ser amados por Dios nos llena de alegría. El amor humano encuentra su plenitud cuando
participa del amor divino, del amor de Jesús que se entrega solidariamente por nosotros en su
amor pleno hasta el fin (cf. Jn 13, 1; 15,9). El amor conyugal es la donación recíproca entre un
varón y una mujer, los esposos: es fiel y exclusivo hasta la muerte y fecundo, abierto a la vida y
a la educación de los hijos, asemejándose al amor fecundo de la Santísima Trinidad9. El amor
conyugal es asumido en el Sacramento del Matrimonio para significar la unión de Cristo con su
Iglesia, por eso en la gracia de Jesucristo encuentra su purificación, alimento y plenitud (cf. Ef
5, 25-33).
18. En el seno de una familia la persona descubre los motivos y el camino para pertenecer a la
familia de Dios. De ella recibimos la vida, la primera experiencia del amor y de la fe. El gran
tesoro de la educación de los hijos en la fe consiste en la experiencia de una vida familiar que
recibe la fe, la conserva, la celebra, la transmite y testimonia. Los padres deben tomar nueva
conciencia de su gozosa e irrenunciable responsabilidad en la formación integral de sus hijos.
19. Dios ama nuestras familias, a pesar de tantas heridas y divisiones. La presencia invocada de
Cristo a través de la oración en familia nos ayuda a superar los problemas, a sanar las heridas y
abre caminos de esperanza. Muchos vacíos de hogar pueden ser atenuados por servicios que
presta la comunidad eclesial, familia de familias.
3.4
3.4.1
La buena nueva de la actividad humana
El trabajo
20. Alabamos a Dios porque en la belleza de la creación, que es obra de sus manos, resplandece el
sentido del trabajo como participación de su tarea creadora y como servicio a los hermanos y
hermanas. Jesús, el carpintero (cf. Mc 6, 3), dignificó el trabajo y al trabajador y recuerda que el
trabajo no es un mero apéndice de la vida, sino que “constituye una dimensión fundamental de
la existencia del hombre en la tierra”10, por la cual el hombre y la mujer se realizan a sí mismos
como seres humanos11. El trabajo garantiza la dignidad y la libertad del hombre, es
probablemente “la clave esencial de toda ‘la cuestión social’”12.
21. Damos gracias a Dios porque su palabra nos enseña que, a pesar de la fatiga que muchas veces
acompaña al trabajo, el cristiano sabe que éste, unido a la oración, sirve no sólo al progreso
terreno, sino también a la santificación personal y a la construcción del Reino de Dios13. El
desempleo, la injusta remuneración del trabajo y el vivir sin querer trabajar son contrarios al
designio de Dios. El discípulo y el misionero, respondiendo a este designio, promueven la
dignidad del trabajador y del trabajo, el justo reconocimiento de sus derechos y de sus deberes,
8
Cf. Congregación para la Doctrina de la Fe, Carta a los Obispos de la Iglesia Católica sobre la
colaboración del hombre y la mujer en la Iglesia y el mundo, 31 de mayo de 2004.
9
HV 9
10
LE 4
11
Cf. LE 9
12
Cf. Ibid. 3
13
Cf. Ibid. 27; 2 Tes 3,10
27
y desarrollan la cultura del trabajo y denuncian toda injusticia. La salvaguardia del domingo,
como día de descanso, de familia y culto al Señor, garantiza el equilibrio entre trabajo y reposo.
Corresponde a la comunidad crear estructuras que ofrezcan un trabajo a las personas
minusválidas según sus posibilidades14.
22. Alabamos a Dios por los talentos, el estudio y la decisión de hombres y mujeres para promover
iniciativas y proyectos generadores de trabajo y producción, que elevan la condición humana y
el bienestar de la sociedad. La actividad empresarial es buena y necesaria cuando respeta la
dignidad del trabajador, el cuidado del medio ambiente y se ordena al bien común. Se pervierte
cuando, buscando solo el lucro, atenta contra los derechos de los trabajadores y la justicia.
3.4.2
La ciencia y la tecnología
23. Alabamos a Dios por quienes cultivan las ciencias y la tecnología ofreciendo una inmensa
cantidad de bienes y valores culturales que han contribuido, entre otras cosas, a prolongar la
expectativa de vida y su calidad. Sin embargo, la ciencia y la tecnología no tienen las respuestas
a los grandes interrogantes de la vida humana. La respuesta última a las cuestiones
fundamentales del hombre sólo puede venir de una razón y ética integrales iluminadas por la
revelación de Dios. Cuando la verdad, el bien y la belleza se separan; cuando la persona
humana y sus exigencias fundamentales no constituyen el criterio ético, la ciencia y la
tecnología se vuelven contra el hombre que las ha creado.
24. Hoy día las fronteras trazadas entre las ciencias se desvanecen. Con este modo de comprender
el diálogo, se sugiere la idea de que ningún conocimiento es completamente autónomo. Esta
situación le abre un terreno de oportunidades a la teología para interactuar con las ciencias
sociales.
3.5
La buena nueva del destino universal de los bienes y ecología
25. Con los pueblos originarios de América, alabamos al Señor que creó el universo como espacio
para la vida y la convivencia de todos sus hijos e hijas y nos los dejó como signo de su bondad
y de su belleza. También la creación es manifestación del amor providente de Dios; nos ha sido
entregada para que la cuidemos y la transformemos en fuente de vida digna para todos.
Aunque hoy se ha generalizado una mayor valoración de la naturaleza, percibimos claramente
de cuántas maneras el hombre amenaza y aun destruye su ‘habitat’. “Nuestra hermana la madre
tierra”15 es nuestra casa común y el lugar de la alianza de Dios con los seres humanos y con
toda la creación. Desatender las mutuas relaciones y el equilibrio que Dios mismo estableció
entre las realidades creadas, es una ofensa al Creador, un atentado contra la biodiversidad y, en
definitiva, contra la vida. El discípulo misionero, a quien Dios le encargó la creación, debe
contemplarla, cuidarla y utilizarla, respetando siempre el orden que le dio el Creador.
26. La mejor forma de respetar la naturaleza es promover una ecología humana abierta a la
trascendencia que respetando la persona y la familia, los ambientes y las ciudades, sigue la
indicación paulina de recapitular todas las cosas en Cristo y de alabar con Él al Padre (cf. 1Cor
3, 21-23). El Señor ha entregado el mundo para todos, para los de las generaciones presentes y
14
15
Ibid. 22
FRANCISCO DE ASÍS, Cántico de las Criaturas 9.
28
futuras. El destino universal de los bienes exige la solidaridad con la generación presente y las
futuras. Ya que los recursos son cada vez más limitados, su uso debe estar regulado según un
principio de justicia distributiva respetando el desarrollo sostenible.
3.6
El Continente de la esperanza y del amor
27. Agradecemos a Dios como discípulos y misioneros porque la mayoría de los latinoamericanos
y caribeños están bautizados. La providencia de Dios nos ha confiado el precioso patrimonio
de la pertenencia a la Iglesia por el don del bautismo que nos ha hecho miembros del Cuerpo
de Cristo, pueblo de Dios peregrino en tierras americanas desde hace más de quinientos años.
Alienta nuestra esperanza la multitud de nuestros niños, los ideales de nuestros jóvenes y el
heroísmo de muchas de nuestras familias que, a pesar de las crecientes dificultades, siguen
siendo fieles al amor. Agradecemos a Dios la religiosidad de nuestros pueblos que resplandece
en la devoción al Cristo sufriente y a su Madre bendita, la veneración a los Santos con sus
fiestas patronales, en el amor al Papa y a los demás pastores, en el amor a la Iglesia universal
como gran familia de Dios que nunca puede ni debe dejar solos o en la miseria a sus propios
hijos16.
28. Reconocemos el don de la vitalidad de la Iglesia que peregrina en América Latina y El Caribe,
su opción por los pobres, sus parroquias, sus comunidades, sus asociaciones, sus movimientos
eclesiales, nuevas comunidades y sus múltiples servicios sociales y educativos. Alabamos al
Señor porque ha hecho de este continente un espacio de comunión y comunicación de pueblos
y culturas indígenas. También agradecemos el protagonismo que van adquiriendo sectores que
fueron desplazados: mujeres, indígenas, afrodescendientes, campesinos y habitantes de áreas
marginales de las grandes ciudades. Toda la vida de nuestros pueblos fundada en Cristo y
redimida por Él puede mirar al futuro con esperanza y alegría acogiendo el llamado del Papa
Benedicto XVI: “¡Sólo de la Eucaristía brotará la civilización del amor que transformará
Latinoamérica y El Caribe para que además de ser el Continente de la esperanza, sea también el
Continente del amor!”17.
CAPÍTULO 4
LA VOCACIÓN DE LOS DISCÍPULOS MISIONEROS A LA SANTIDAD
4.1
Llamados al seguimiento de Jesucristo
29. Dios Padre sale de sí, por así decirlo, para llamarnos a participar de su vida y de su gloria.
Mediante Israel, pueblo que hace suyo, Dios nos revela su proyecto de vida. Cada vez que
Israel buscó y necesitó a su Dios, sobre todo en las desgracias nacionales, tuvo una singular
experiencia de comunión con Él, quien lo hacía partícipe de su verdad, su vida y su santidad.
Por ello, no demoró en testimoniar que su Dios -a diferencia de los ídolos- es el “Dios vivo”
(Dt 5, 26) que lo libera de los opresores (cf. Ex 3, 7-10), que perdona incansablemente (cf. Ex
34, 6; Eclo 2, 11) y que restituye la salvación perdida cuando el pueblo, envuelto “en las redes
de la muerte” (Sal 116, 3), se dirige a Él suplicante (cf. Is 38, 16). De este Dios –que es su
Padre– Jesús afirmará que “no es un Dios de muertos, sino de vivos” (Mc 12, 27).
16
17
DI 1
DI 4
29
30. En estos últimos tiempos nos ha hablado por medio de Jesús su Hijo (Hb 1, 1ss), con quien
llega la plenitud de los tiempos (cf. Gal 4, 4). Dios, que es Santo y nos ama, nos llama por
medio de Jesús a ser santos (cf. Ef 1, 4-5).
31. El llamamiento que hace Jesús, el Maestro, conlleva una gran novedad. En la antigüedad los
maestros invitaban a sus discípulos a vincularse con algo trascendente, y los maestros de la Ley
les proponían la adhesión a la Ley de Moisés. Jesús invita a encontrarnos con Él y a que nos
vinculemos estrechamente a Él porque es la fuente de la vida (cf. Jn 15, 5-15) y sólo Él tiene
palabras de vida eterna (cf. Jn 6, 68). En la convivencia cotidiana con Jesús y en la
confrontación con los seguidores de otros maestros, los discípulos pronto descubren dos cosas
del todo originales en la relación con Jesús. Por una parte, no fueron ellos los que escogieron a
su maestro. Fue Cristo quien los eligió. De otra parte, ellos no fueron convocados para algo
(purificarse, aprender la Ley…), sino para Alguien, elegidos para vincularse íntimamente a su
Persona (cf. Mc 1, 17; 2, 14). Jesús los eligió para “que estuvieran con Él y enviarlos a
predicar” (Mc 3, 14), para que lo siguieran con la finalidad de “ser de Él” y formar parte “de
los suyos” y participar de su misión. El discípulo experimenta que la vinculación íntima con
Jesús en el grupo de los suyos es participación de la Vida salida de las entrañas del Padre, es
formarse para asumir su mismo estilo de vida y sus mismas motivaciones (cf. Lc 6, 40b), correr
su misma suerte y hacerse cargo de su misión de hacer nuevas todas las cosas.
32. Con la parábola de la Vid y los Sarmientos (cf. Jn 15, 1-8), Jesús revela el tipo de vinculación
que Él ofrece y que espera de los suyos. No quiere una vinculación como “siervos” (cf. Jn 8,
33-36), porque “el siervo no conoce lo que hace su señor” (Jn 15, 15). El siervo no tiene
entrada a la casa de su amo, menos a su vida. Jesús quiere que su discípulo se vincule a Él
como “amigo” y como “hermano”. El “amigo” ingresa a su Vida, haciéndola propia. El amigo
escucha a Jesús, conoce al Padre y hace fluir su Vida (Jesucristo) en la propia existencia (cf. Jn
15, 14), marcando la relación con todos (cf. Jn 15, 12). El “hermano” de Jesús (cf. Jn 20, 17)
participa de la vida del Resucitado, Hijo del Padre celestial, por lo que Jesús y su discípulo
comparten la misma vida que viene del Padre, aunque Jesús por naturaleza (cf. Jn 5, 26; 10, 30)
y el discípulo por participación (cf. Jn 10, 10). La consecuencia inmediata de este tipo de
vinculación es la condición de hermanos que adquieren los miembros de su comunidad.
33. Jesús los hace familiares suyos, porque comparte la misma vida que viene del Padre y les pide,
como a discípulos, una unión íntima con Él, obediencia a la Palabra del Padre, para producir
en abundancia frutos de amor. Así lo atestigua san Juan en el prólogo a su Evangelio: “A todos
aquellos que creen en su nombre, les dio capacidad para ser hijos de Dios”, y son hijos de Dios
que “no nacen por vía de generación humana, ni porque el hombre lo desee, sino que nacen de
Dios” (Jn 1, 12-13).
34. Como discípulos y misioneros estamos llamados a intensificar nuestra respuesta de fe y a
anunciar que Cristo ha redimido todos los pecados y males de la humanidad, “en el aspecto
más paradójico de su misterio, la hora de la cruz. El grito de Jesús: “Dios mío, Dios mío, ¿por
qué me has abandonado?” (Mc 15, 34) no delata la angustia de un desesperado, sino la oración
del Hijo que ofrece su vida al Padre en el amor para la salvación de todos”18.
18
NMI, 25-26
30
35. La respuesta a su llamada exige entrar en la dinámica del Buen Samaritano (cf. Lc 10, 29-37),
que nos da el imperativo de hacernos prójimos, especialmente con el que sufre, y generar una
sociedad sin excluidos siguiendo la práctica de Jesús que come con publicanos y pecadores (cf.
Lc 5, 29-32), que acoge a los pequeños y a los niños (cf. Mc 10, 13-16), que sana a los leprosos
(cf. Mc 1, 40-45), que perdona y libera a la mujer pecadora (cf. Lc 7, 36-49; Jn 8, 1-11), que
habla con la Samaritana (cf. Jn 4, 1-26).
4.2
Configurados con el Maestro
36. La admiración por la persona de Jesús, su llamada y su mirada de amor buscan suscitar una
respuesta consciente y libre desde lo más íntimo del corazón del discípulo, una adhesión de
toda su persona al saber que Cristo lo llama por su nombre (cf. Jn 10, 3). Es un “sí” que
compromete radicalmente la libertad del discípulo a entregarse a Jesucristo, Camino, Verdad y
Vida (cf. Jn 14, 6). Es una respuesta de amor a quien lo amó primero “hasta el extremo” (cf. Jn
13, 1). En este amor de Jesús madura la respuesta del discípulo: “Te seguiré adondequiera que
vayas” (Lc 9, 57).
37. El Espíritu Santo que el Padre nos regala nos identifica con Jesús-Camino, abriéndonos a su
misterio de salvación para que seamos hijos suyos y hermanos unos de otros; nos identifica
con Jesús-Verdad, enseñándonos a renunciar a nuestras mentiras y propias ambiciones, y nos
identifica con Jesús-Vida, permitiéndonos abrazar su plan de amor y entregarnos para que
otros “tengan vida en Él”.
38. Para configurarse verdaderamente con el Maestro es necesario asumir la centralidad del
Mandamiento del amor, que Él quiso llamar suyo y nuevo: “Ámense los unos a los otros,
como yo los he amado” (Jn 15, 12). Este amor, con la medida de Jesús, de total don de sí,
además de ser el distintivo de cada cristiano no puede dejar de ser la característica de su Iglesia,
comunidad discípula de Cristo, cuyo testimonio de caridad fraterna será el primero y principal
anuncio, “reconocerán todos que son discípulos míos” (Jn 13, 35).
39. En el seguimiento de Jesucristo, aprendemos y practicamos las bienaventuranzas del Reino, el
estilo de vida del mismo Jesucristo: su amor y obediencia filial al Padre, su compasión
entrañable ante el dolor humano, su cercanía a los pobres y a los pequeños, su fidelidad a la
misión encomendada, su amor servicial hasta el don de su vida. Hoy contemplamos a
Jesucristo tal como nos lo transmiten los Evangelios para conocer lo que Él hizo y para
discernir lo que nosotros debemos hacer en las actuales circunstancias.
40. Identificarse con Jesucristo es también compartir su destino: “Donde yo esté estará también el
que me sirve” (Jn 12, 26). El cristiano corre la misma suerte del Señor, incluso hasta la cruz: “Si
alguno quiere venir detrás de mí, que renuncie a sí mismo, que cargue con su cruz y que me
siga” (Mc 8, 34). Nos alienta el testimonio de tantos misioneros y mártires de ayer y de hoy en
nuestros pueblos que han llegado a compartir la cruz de Cristo hasta la entrega de su vida.
41. Imagen espléndida de configuración al proyecto trinitario que se cumple en Cristo, es la Virgen
María. Desde su Concepción Inmaculada hasta su Asunción nos recuerda que la belleza del ser
humano está toda en el vínculo de amor con la Trinidad, y que la plenitud de nuestra libertad
está en la respuesta positiva que le damos.
31
42. En América Latina y El Caribe innumerables cristianos buscan configurarse con el Señor al
encontrarlo en la escucha orante de la Palabra, recibir su perdón en el Sacramento de la
Reconciliación, y su vida en la celebración de la Eucaristía y de los demás sacramentos, en la
entrega solidaria a los hermanos más necesitados y en la vida de muchas comunidades que
reconocen con gozo al Señor en medio de ellos.
4.3
Enviados a anunciar el Evangelio del Reino de vida
43. Jesucristo, verdadero hombre y verdadero Dios, con palabras y acciones, con su muerte y
resurrección, inaugura en medio de nosotros el Reino de vida del Padre, que alcanzará su
plenitud allí donde no habrá más “muerte, ni luto, ni llanto, ni dolor, porque todo lo antiguo ha
desaparecido” (Ap 21, 4). Durante su vida y con su muerte en cruz, Jesús permanece fiel a su
Padre y a su voluntad (cf. Lc 22, 42). Durante su ministerio, los discípulos no fueron capaces
de comprender que el sentido de su vida sellaba el sentido de su muerte. Mucho menos podían
comprender que, según el designio del Padre, la muerte del Hijo era fuente de vida fecunda
para todos (cf. Jn 12, 23-24). El misterio pascual de Jesús es el acto de obediencia y amor al
Padre y de entrega por todos sus hermanos, mediante el cual el Mesías dona plenamente
aquella vida que ofrecía en caminos y aldeas de Palestina. Por su sacrificio voluntario, el
Cordero de Dios pone su vida ofrecida en las manos del Padre (cf. Lc 23, 46), quien lo hace
salvación “para nosotros” (1Cor 1, 30). Por el misterio pascual, el Padre sella la nueva alianza y
genera un nuevo pueblo que tiene por fundamento su amor gratuito de Padre que salva.
44. Al llamar a los suyos para que lo sigan, les da un encargo muy preciso: anunciar el evangelio del
Reino a todas las naciones (cf. Mt 28, 19; Lc 24, 46-48). Por esto, todo discípulo es misionero,
pues Jesús lo hace partícipe de su misión al mismo tiempo que lo vincula a Él como amigo y
hermano. De esta manera, como Él es testigo del misterio del Padre, así los discípulos son
testigos de la muerte y resurrección del Señor hasta que Él vuelva. Cumplir este encargo no es
una tarea opcional, sino parte integrante de la identidad cristiana, porque es la extensión
testimonial de la vocación misma.
45. Cuando crece la conciencia de pertenencia a Cristo, en razón de la gratitud y alegría que
produce, crece también el ímpetu de comunicar a todos el don de ese encuentro. La misión no
se limita a un programa o proyecto, sino que es compartir la experiencia del acontecimiento del
encuentro con Cristo, testimoniarlo y anunciarlo de persona a persona, de comunidad a
comunidad, y de la Iglesia a todos los confines del mundo (cf. Hch 1, 8).
46. Benedicto XVI nos recuerda que: “el discípulo, fundamentado así en la roca de la Palabra de
Dios, se siente impulsado a llevar la Buena Nueva de la salvación a sus hermanos. Discipulado
y misión son como las dos caras de una misma medalla: cuando el discípulo está enamorado de
Cristo, no puede dejar de anunciar al mundo que sólo Él nos salva (cf. Hch 4, 12). En efecto,
el discípulo sabe que sin Cristo no hay luz, no hay esperanza, no hay amor, no hay futuro”19.
Esta es la tarea esencial de la evangelización, que incluye la opción preferencial por los pobres,
la promoción humana integral y la auténtica liberación cristiana.
47. Jesús salió al encuentro de personas en situaciones muy diversas: hombres y mujeres, pobres y
ricos, judíos y extranjeros, justos y pecadores…, invitándolos a todos a su seguimiento. Hoy
19
DI 3
32
sigue invitando a encontrar en Él el amor del Padre. Por esto mismo el discípulo misionero ha
de ser un hombre o una mujer que hace visible el amor misericordioso del Padre,
especialmente a los pobres y pecadores.
48. Al participar de esta misión, el discípulo camina hacia la santidad. Vivirla en la misión lo lleva al
corazón del mundo. Por eso la santidad no es una fuga hacia el intimismo o hacia el
individualismo religioso, tampoco un abandono de la realidad urgente de los grandes
problemas económicos, sociales y políticos de América Latina y del mundo y, mucho menos,
una fuga de la realidad hacia un mundo exclusivamente espiritual20.
4.4
Animados por el Espíritu Santo
49. Jesús, al comienzo de su vida pública, después de su bautismo, fue conducido por el Espíritu
Santo al desierto para prepararse a su misión (cf. Mc 1, 12-13) y, con la oración y el ayuno,
discernió la voluntad del Padre y venció las tentaciones de seguir otros caminos. Ese mismo
Espíritu acompañó a Jesús durante toda su vida (cf. Hch 10, 38). Una vez resucitado,
comunicó su Espíritu vivificador a los suyos (cf. Hch 2, 33).
50. A partir de Pentecostés, la Iglesia experimenta de inmediato fecundas irrupciones del Espíritu,
vitalidad divina que se expresa en diversos dones y carismas (cf. 1Cor 12, 1-11) y variados
oficios que edifican la Iglesia y sirven a la evangelización (cf. 1Cor 12, 28-29). Por estos dones
del Espíritu, la comunidad extiende el ministerio salvífico del Señor hasta que Él de nuevo se
manifieste al final de los tiempos (cf. 1Cor 1, 6-7). El Espíritu en la Iglesia forja misioneros
decididos y valientes como Pedro (cf. Hch 4, 13) y Pablo (cf. Hch 13, 9), señala los lugares que
deben ser evangelizados y elige a quiénes deben hacerlo (cf. Hch 13, 2).
51. La Iglesia, en cuanto marcada y sellada “con Espíritu Santo y fuego” (Mt 3, 11), continúa la
obra del Mesías, abriendo para el creyente las puertas de la salvación (cf. 1 Cor 6, 11). Pablo lo
afirma de este modo: “Ustedes son una carta de Cristo redactada por ministerio nuestro y
escrita no con tinta, sino con el Espíritu de Dios vivo” (2Cor 3, 3). El mismo y único Espíritu
guía y fortalece a la Iglesia en el anuncio de la Palabra, en la celebración de la fe y en el servicio
de la caridad hasta que el Cuerpo de Cristo alcance la estatura de su Cabeza (cf. Ef 4, 15-16).
De este modo, por la eficaz presencia de su Espíritu, Dios asegura hasta la parusía su
propuesta de vida para hombres y mujeres de todos los tiempos y lugares, impulsando la
transformación de la historia y sus dinamismos. Por tanto, el Señor sigue derramando hoy su
Vida por la labor de la Iglesia que, con “la fuerza del Espíritu Santo enviado desde el cielo”
(1Pe 1, 12), continúa la misión que Jesucristo recibió de su Padre (cf. Jn 20, 21).
Guía de reflexión personal
1. ¿Me siento discípulo-a y misionero-a de Jesús y su Reino? ¿Qué es lo que me hace pensar y
sobre todo sentir que es así?
2. Si la fe es elemento fundamental para el seguimiento de Jesús y por tanto poder ser
discípulo-a y misionero-a ¿cómo valoro y me doy cuenta que mi fe está fortalecida,
formada, encauzada?
20
Cf. DI 3
33
3. ¿Cuál es mi vinculación profunda con Jesús como el primer y más grande evangelizador
enviado por Dios? ¿Cómo me doy cuenta que al ser discípulo-a misionero-a, estoy
invitado-a a vivir y encarnar el evangelio?
4. ¿Qué buenas nuevas rescato o me hacen resonancia del documento, en cuanto a la
dignidad humana, la vida, la familia, la actividad humana (el trabajo, la ciencia y la
tecnología, los bienes y la ecología)?
5. Si me siento llamado-a al seguimiento de Jesucristo como vocación de los discípulos
misioneros ¿qué implicaciones trae consigo para mi vida personal, mi vida familiar, laboral,
social?
6. ¿Qué significa que al ser discípulos-as misioneros-as de Jesucristo estamos “configuradosas con el Maestro” “enviados a anunciar el Evangelio del Reino de Vida” y “animados por
el Espíritu Santo”?
Guía de reflexión grupal
1. Si en nuestra obra todos-as nos sentimos discípulos-as y misioneros-as, seguidores de un
mismo Jesucristo ¿En qué debiera notarse? ¿Cuál sería el modo de proceder al interior, en
nuestra relación interpersonal?
2. ¿Qué buena nueva nos puede proponer el documento respecto de la vida, la familia y la
actividad humana como el trabajo? ¿Cuál sería un modo práctico, concreto y sencillo en el
que pudiéramos vivir la experiencia de la alegría de ser discípulos-as misioneros-as?
3. ¿Qué invitación me hace el tema, respecto a que el seguimiento de Jesucristo traerá unas
implicaciones para mi vida personal, familia, laboral y social? ¿Cómo se notaría?
4. ¿Cómo se vive en lo personal y en lo comunitario la experiencia que plantea el tema: “Esta
es la vida eterna: que te conozcan a ti el único Dios verdadero y a Jesucristo tu enviado”?
5. ¿Cómo se vive en la obra a la que pertenezco la experiencia de que “Creemos y
anunciamos la buena noticia de Jesús, Mesías, Hijo de Dios”? ¿De verdad, se nota en lo
personal y comunitario el deseo de escuchar a Jesús, ya que es el único Maestro?
6. Con la alegría de la fe como discípulos-as misioneros-as vamos proclamando el Evangelio
de Jesucristo y con él la buena nueva de la dignidad humana, de la vida, de la familia, del
trabajo, de la ciencia y la solidaridad con la creación?
FORMACIÓN DE LAICOS-AS Y JESUITAS
PROVINCIA CENTROAMERICANA DE LA COMPAÑÍA DE JESÚS
Comisión de Espiritualidad.
Tema 4. Autobiografía de Ignacio de Loyola
“Peregrino, peregrino, que no sabes el camino: ¿Dónde vas?”
Admirable peregrino, todos siguen tu camino. (M. Machado).
Preparado por P. José Domingo Cuesta, sj
I: IÑIGO, EL BENJAMIN
Iñigo López de Loyola, el futuro San Ignacio, nació en 1.491. Era hijo de Beltrán Ibáñez
de Oñaz y de Marina Sánchez de Licona, del linaje Oñaz-Loyola, una familia noble de
Guipúzcoa, España. Los Loyola residían en una casa-torre, que era residencia y fortaleza al
mismo tiempo, construida en piedra, como tantas otras del país vasco. En esa casa-fortín nació
Iñigo.
34
Contaba Iñigo unos seis años cuando murió su madre. Su padre, fallecería cuando tuviera
dieciséis. De aquí que para esta época, su padre, su hermano Martín y su cuñada Magdalena de
Araoz, cuidaron de la educación de Ignacio quien ya desde pequeño, debió comprender que
tenía que "labrarse un porvenir" al ser el menor de una fecunda familia. Su infancia fue la de un
muchacho noble, tal vez un poco consentido, por su condición de benjamín y la ausencia de la
figura materna. Recibió una educación religiosa. Era un joven un tanto alocado, quizás
pendenciero y muy consciente de los privilegios que le otorgaban su nacimiento y condición de
hidalgo.
II. JOVEN CABALLERO.
Cuando Iñigo tenía quince o dieciséis años fue a completar su educación a Arévalo (Ávila) en
casa de Don Juan Velázquez, contador mayor del reino de Castilla, quien era amigo del padre
de Iñigo y se ofreció a acoger como un hijo más al benjamín de los Loyola.
En el palacio de los Velázquez conoció a los reyes y a la corte. Disfrutó de todos los
privilegios de la alta aristocracia de la época. Se dedico a la "buena vida": cacerías, justas,
torneos, saraos, juegos de lance (baraja y dados), y aventuras galantes. Años más tarde,
convertido ya en Ignacio de Loyola, confesaba que "era dado a las vanidades del mundo" y que en
aquella época cometió "travesuras de mancebo". Le gustaba la música y el baile, tenía buena mano
para la caligrafía y debió leer un buen número de libros de caballerías. Fueron diez años de
alegría juvenil, sin pensar demasiado en el futuro.
A la muerte de Fernando el Católico cayó la desgracia sobre los Velázquez al oponerse al
Emperador. Poco después, en 1.517 moría Don Juan. Iñigo se quedó sin protector. No tenía
nada y la viuda de Velázquez le dio una cierta cantidad de dinero y cartas de recomendación
para el Duque de Nájera, Don Antonio Manrique de Lara, quien era virrey de Navarra. Iñigo
fue su hombre de confianza y le acompañó en diversas gestiones reales y en sus visitas a la
corte. Es posible que por entonces se fijara en la princesa Catalina de Austria, ya que los
biógrafos piensan que Iñigo alude a ella cuando, más adelante, confesará que puso sus ojos en
una dama de más alto rango que marquesa y duquesa.
Iñigo no era lo que hoy llamamos un militar, es decir, un soldado profesional. Es un
noble, un caballero y como tal, diestro en el manejo de las armas. Tenía treinta años cuando el
virrey de Navarra reunió tropas para luchar contra el rey de Francia que apoyaba al exiliado
Enrique de Labrit para que ocupara el trono de Navarra. Entre los convocados, además de
Iñigo, estaba su hermano Martín.
III. LA PIERNA QUEBRADA.
Una tía monja de Iñigo, conocedora de sus andanzas le había vaticinado: "no sentarás la cabeza ni
escarmentarás hasta que te rompas una pierna". Las palabras de la buena religiosa, se cumplieron.
Iñigo fue herido por un obús en el asedio de Pamplona. Este sería el principio de un cambio
fundamental en su vida.
Las tropas francesas y navarras que querían devolver el trono a Enrique de Labrit se
presentaron a las puertas de la capital sin que los partidarios de Carlos I hubieran podido reunir
35
suficiente ejército y armas para hacerles frente. La población se entregó sin resistencia, pero los
hombres del duque de Nájera, Iñigo entre ellos, se encerraron en la ciudadela amurallada.
Viendo la desproporción de fuerzas la mayoría de los sitiados, incluyendo al alcalde, se
mostraron inclinados a entregar la plaza sin luchar. Era suicida hacer frente a un ejército muy
superior en número y bien provisto de artillería. Iñigo no estaba de acuerdo con esta postura,
pues le parecía deshonroso capitular.
Los cañones empezaron a batir la fortaleza el 20 de mayo de 1.521. Durante el duelo
artillero una bala de cañón alcanzó a Iñigo rompiéndole una pierna y dejándole muy maltrecha
la otra. El 24 de mayo tras sufrir graves desperfectos en los muros, el castillo se rindió. Los
enemigos reconocieron caballerosamente el valor del menor de los Loyola, y se ocuparon de la
salud del adversario. La herida era grande y después de las primeras curas, le aconsejaron que
volviera a su casa donde podría recibir mejores cuidados.
En unas parihuelas lo llevaron de Pamplona a Loyola. Podemos imaginar lo duro que debió ser
tal viaje y más con los huesos rotos y dislocados que, a cada mal paso o traqueteo, le
producirían dolores insoportables.
En Loyola el enfermo empeoró. Los médicos aconsejaron una operación para colocar
los huesos en su sitio, pues tal vez por el viaje o porque los cirujanos de Pamplona no habían
atinado, estaban fuera de su lugar. Años más tarde Ignacio calificó la operación de carnicería.
Sin embargo, dio muestras de una gran entereza. No profirió un solo grito. Se limitaba a
apretar los puños. La operación no fue un éxito. Iñigo se puso a morir. Le dieron los
sacramentos. Todos creían cercano su fin.
IV: EL GRAN CAMBIO
No se lo llevó la muerte. Iñigo sanó, pero descubrió que la pierna herida le había quedado más
corta y con un bulto que le sobresalía. Por eso se sometió, a petición suya, a una segunda
operación para eliminar esa deformidad. No fue menos dolorosa que la anterior. Luego, hubo
de estar postrado muchos meses con curas molestas y soportando pesas y artilugios diseñados
para alargarle el hueso. Durante este tiempo se entretenía pensando en las gestas que
acometería al servicio de su dama. En su aburrimiento, pidió unos libros de caballería para que
le dieran nuevas ideas. No los había en la casa-torre. Sólo libros piadosos: una vida de Cristo y
otro que recogía la vida de varios santos.
De mala gana y para matar el rato, empezó su lectura. Y con sorpresa descubrió que le
gustaban y además experimentaba una gran paz y alegría. Lo contrario de lo que le ocurría
cuando alentaba sus fantasías caballerescas y guerreras, que le dejaban triste y frustrado. Por
otra parte, con frecuencia venía a su pensamiento que su vida anterior no había sido la de un
buen cristiano. Al calor de aquellos sentimientos que las lecturas piadosas le suscitaban
pensaba: "¿Qué sería si yo hiciese esto que hizo san Francisco y eso que hizo santo Domingo?". Si ellos
fueron capaces, él no se consideraba menos. Así que se propuso lo que le parecía más difícil de
realizar: ir a Jerusalén descalzo y hacer las mismas y aún mayores penitencias que habían hecho
los santos.
Los meses pasan. Poco a poco su corazón se va inclinando hacia Dios. El propósito que
acaricia es parecerse a los santos. Y junto a ello despunta una especial devoción a la persona de
36
Jesús y a la de su Madre. A primeros de 1.522 Iñigo ya está casi totalmente restablecido y
anuncia su partida.
V: EL HOMBRE DEL SACO.
A lomos de una mula, con su hermano Pedro y dos criados, dejó Loyola camino del
Santuario de Aránzazu. Después de dar gracias por su curación se despidió de Pedro y
puso rumbo a Navarrete (La Rioja), como había dicho a su familia. Luego despidió a los
criados y encaminó sus pasos hacia Montserrat. Pero no irá como un noble, protegido por
su dinero y posición social, sino como un peregrino desconocido. A partir de este
momento, Iñigo empieza a ocultar su identidad. Desea empezar una vida nueva.
De camino por la Ribera y Aragón tuvo el incidente con el moro que dudaba de la
virginidad de María. Su cabalgadura le saca del lance. Antes de llegar a Monserrat, compró tela
de saco, un bordón y una calabacita para hacerse un vestido de peregrino. Hacia el 20 de marzo
llegó a los pies de "la Moreneta". Tres días pasó preparando la confesión general de toda su
vida. La víspera de la Anunciación (25 de marzo), pasó la noche entera en la iglesia. Es su "vela
de armas" como caballero de Dios. Luego ofrendó a la Virgen la espada y el puñal, donó la
mula al monasterio y sus vestidos de caballero a un mendigo. Vistiendo el sayal de peregrino
parte a pie hacia Manresa y se aloja en un albergue de mendigos como un pobre más. Vive de
limosnas y castiga su cuerpo con duros ayunos. Pronto su aspecto es desastroso y los niños de
Manresa le bautizan como “el hombre del saco”, pero pronto surge otro apodo: "el hombre santo".
Lo pasó mal aquella temporada en Manresa. Pero no tardó en darse cuenta que a través
de los diversos estados de ánimo, Dios le estaba indicando su voluntad. Con la oración y la
lectura de los Evangelios, se va entusiasmando con la persona de Jesús, asimilando sus
actitudes y conformando su vida entera con la de Cristo.
VI: LO QUE DIOS QUIERA
La experiencia de aquellos días, cuidadosamente transcrita a papel, será el germen de sus
Ejercicios Espirituales, uno de los libros que más ha influido en la vida de la Iglesia.
En Manresa, confiesa el mismo Iñigo, Dios le trató como un maestro trata a un niño: le
enseñaba cómo quería que le sirviera. Un día, a orillas del río Cardoner, tuvo una gran
iluminación. Todo le pareció nuevo y distinto. Y descubrió que cada ser humano tiene una
vocación concreta y particular. Durante casi un año que pasó en Manresa, el peregrino se
entrega más y más a Dios, dispuesto en cada momento a seguir sus inspiraciones. Sigue
pensando en ir a Jerusalén, pero no por realizar una gran hazaña, sino porque es la tierra de
Jesús.
Si vive pobre no es ya por penitencia, sino porque Cristo fue pobre. Y empieza a ayudar
a los demás, a atender a los enfermos y necesitados, y hacer bien a los demás por medio de
conversaciones espirituales. Todo porque Jesús curó, predicó y nos libró de nuestros pecados.
Ya en Barcelona se embarcó para Italia. Consiguió ir gratis, pero le obligaron a llevar su
provisión de comida que logró pidiendo limosna. En marzo de 1523 se hacía a la mar. Cinco
días después llegaba a Italia.
VII: EL PEREGRINO.
37
Para viajar a Tierra Santa era necesario un permiso del Papa, así que Iñigo echó a andar
hacia Roma y poco después, con el visado papal en la mano, hacia Venecia que era el lugar de
donde partían los barcos hacia Tierra Santa. En Venecia pasó hambre y penalidades, vivía a la
intemperie sin más abrigo que la confianza en Dios. Consiguió un pasaje gratuito por
mediación de un noble español, en un barco que debía zarpar para la Tierra de Jesús en julio de
aquel mismo año.
El 24 de Agosto de 1.523 arribaron a Jafa. El contacto directo con la tierra de Jesús produjo
en Iñigo emociones profundas. Con los ojos bien abiertos iba grabando en su imaginación
todos los detalles de aquellos lugares. Años más tarde, cuando ponga por escrito las
contemplaciones de la Vida de Cristo, aparecerán, en la breve descripción de las escenas,
numerosos rasgos que manifiestan su conocimiento de los sitios.
Dadas las circunstancias políticas, los peregrinos sólo pudieron visitar Jerusalén y sus
alrededores (Belén, Jericó y el río Jordán). Iñigo tenía intención de quedarse allí, pero de
ningún modo fue posible e incluso llegaron a amenazarle con la excomunión si persistía en su
propósito, por lo que no tuvo más remedio que desistir.
Sólo veinte días duró la estancia de Iñigo en Tierra Santa. Era ya enero del año 1.524
cuando llega a Venecia. Sabe que en mucho tiempo no tendrá posibilidad de volver a Jerusalén.
VIII: UN ESTUDIANTE CONFLICTIVO.
Había notado que hacía mucho bien a las gentes que trataba. Pero como la Iglesia estaba llena
de ''iluminados'' y falsos predicadores, Iñigo no quería ser confundido con uno de ellos y
decidió ponerse a estudiar teología. Dejó Venecia camino de Barcelona, donde llegó en febrero
de 1.524. Allí, a los 33 años de edad, comienza los estudios de gramática y latín, asistiendo a
clase con jóvenes. Sigue viviendo de limosnas y hablando de cosas espirituales con quien quiere
escucharle. Dos años pasó en estos estudios elementales. Luego sus profesores le aconsejaron
trasladarse a la universidad de Alcalá de Henares para estudiar Arte (lo que hoy llamaríamos
Filosofía y Letras).
La estancia de Iñigo en Alcalá fue muy agitada. No aprovechó mucho en los estudios,
porque tuvo que afrontar tres procesos. El primer conflicto surgió por su indumentaria, ya que
tres estudiantes seguidores suyos vestían el mismo sayal que él. No gustó a los inquisidores
que, sin ser religiosos, llevaran algo parecido a un hábito. Obedecieron la sentencia que les
obligaba a cambiar de atuendo. La segunda pesquisa fue porque algunas mujeres de buena
posición solían ir a aconsejarse con Iñigo y no querían que se supiera. Este secreto resultó
sospechoso, pero la indagación privada no encontró motivo de encausamiento. El tercer
proceso fue más serio. Iñigo estuvo encerrado 42 días. Los inquisidores le preguntaron sobre
eso que hoy llamamos Ejercicios Espirituales y que Iñigo utilizaba con sus oyentes para
llevarlos a una vida de mayor compromiso cristiano. La sentencia fue absolutoria. A Iñigo le
cuesta someterse, pues ha descubierto que su experiencia espiritual ayuda a los demás. Acude
personalmente al arzobispo de Toledo y éste le aconseja que no vuelva a Alcalá y que siga sus
estudios en Salamanca.
Pero en la universidad de Salamanca se le torcieron las cosas desde el principio. A los
pocos días fue encarcelado y volvió a repetirse la sentencia de Alcalá: quedaba libre, pero no
38
podía "predicar a la manera apostólica". Entonces decide marcharse a París para completar sus
estudios.
IX: AMIGOS EN EL SEÑOR.
Siete años pasó Iñigo en París. Fueron decisivos. Llegó solo en febrero de 1.528 y saldría,
también solo, en abril de 1.533, pero ya como doctor en Filosofía y con los estudios de
Teología avanzados. Dejaba atrás un grupo de seguidores, fieles a su estilo de vida.
En París continuó viviendo de limosnas, pero se dio cuenta de que eso perjudicaba sus
estudios. Gracias a algunos donativos y a las colectas que realizaba en período de vacaciones
por los Países Bajos e Inglaterra, pudo costearse su estancia en la universidad de la Sorbona.
Persistió en la captación de estudiantes. Empieza por sus compañeros de cuarto en el Colegio
Mayor donde reside: Pedro Fabro, Francisco Javier, Diego Laínez… Todos tienen el mismo
deseo: ayudar a los demás e ir a Tierra Santa para evangelizar a aquellas gentes. Eran "amigos en
el Señor" y querían estar "cerca" de Jesús, incluso físicamente. De ahí su fijación con Jerusalén.
Su ideal era "predicar en pobreza" y vivir en grupo como los apóstoles. Otro rasgo que los
distingue es su generosidad. Se ofrecen para lo que "más" servicio sea de Dios y de los
prójimos, para lo "más" difícil. Este sentido tiene la frase que Iñigo repite: a "mayor" gloria de
Dios.
El 15 de agosto de 1.534 se reúnen los siete en la Iglesia de Montmartre para sellar su
compromiso. Dice la misa Fabro, el único que es entonces sacerdote y todos hacen voto de
pobreza, castidad y peregrinación a Jerusalén. Si no pudieran realizar ésta, se pondrían a las
órdenes del Papa. Así, había nacido el embrión de la futura Compañía de Jesús.
Por este tiempo Iñigo se hace llamar Ignacio. Tal vez latinizó su nombre al matricularse en la
universidad. Su salud no es buena. Está pagando los excesos en la pobreza y las penitencias.
Los compañeros, de acuerdo con el médico, le fuerzan a que haga una cura “de aires natales”,
pues necesita reponerse, y lo mejor es su tierra. Quedan de acuerdo en que se reunirán en
Venecia dos años más tarde para intentar el viaje a Jerusalén. Después de 13 años vuelve a
Loyola.
X: PREDICAR EN POBREZA.
Muy distinto era este Ignacio que llega a Azpeitia en 1.535 de aquel otro Iñigo que conocían
sus paisanos. En contra del parecer de su hermano Martín se hospeda en el albergue de los
pobres. Se dedica desde el primer momento a enseñar el catecismo a los niños y a arreglar
algunos abusos morales que eran notorios, entre ellos el de su propio hermano que tenía una
amante. Vive pobre, atiende a los marginados de su tiempo: mendigos, enfermos, apestados,
prostitutas, niños abandonados. Y respeta la libertad. Decían de él que era "hábil para
componer voluntades". A lo largo de su vida arregló a satisfacción numerosos conflictos. Esta
breve estancia de Ignacio en su pueblo (unos tres meses) resume sus años de apostolado en
Roma donde además atenderá a los judíos perseguidos o a las jóvenes en peligro.
En octubre de 1.535 se embarcó para Génova. De allí pasó a Venecia. Mientras esperaba
la llegada de sus compañeros de París, fijada para 1.537, se dedicó a completar sus estudios de
teología y, como siempre, a hacer el bien a todos los que encontraba. Entre tanto, dio los
Ejercicios a varias personas. Y consiguió que Diego de Hoces y otras personas se adhiriesen al
39
grupo. A la llegada de los compañeros intentaron de nuevo el ansiado viaje a Jerusalén al que
se habían obligado con voto.
XI: COMPAÑEROS DE JESÚS.
Era necesario el permiso del Papa para peregrinar a Tierra Santa. Por eso recomienda a sus
compañeros alojarse en hospitales para que se dediquen a cuidar y a aliviar a los enfermos.
Pasados dos meses los manda a Roma a pedir la bendición pontificia. Son cuatro meses de
caminatas en pobreza extrema. Obtienen el deseado permiso y, además, la autorización para
ser ordenados sacerdotes. Volvieron contentos con tales nuevas a Venecia. Pero no todo fue
fácil. Aquel año ninguna nave de peregrinos zarparía para Tierra Santa.
En otoño de 1.537 se ordenaron todos y celebraron la primera misa, excepto Ignacio.
Tal vez porque confiaba en decirla en la Tierra de Jesús. Luego decidieron ponerse a las
órdenes del Papa. Ignacio, Fabro, y Laínez irían a Roma a ofrecerse al vicario de Cristo y los
demás se dispersarían por las ciudades de Italia. Antes de separarse convinieron en que, si
alguien les preguntaba quiénes eran, responderían: “compañeros de Jesús”. Es el nombre que les
pareció más adecuado ya que su ideal era parecerse a los apóstoles y discípulos, es decir, a la
“gente de Jesús” viviendo juntos en desprendimiento, fraternidad y libertad.
A unos 15 kilómetros de Roma, Ignacio tuvo una experiencia espiritual profunda.
Orando en la capilla de la Storta, sintió que Dios le decía: “os seré propicio en Roma”. Ignacio
comprendió que Dios quería que le sirviera en Roma. Y desistió al instante de su propósito de
ir y quedarse en Tierra Santa.
XII: LAS RAMAS Y EL TRONCO.
Lo primero que hacen en Roma Ignacio y sus compañeros es ponerse a disposición del Papa
Paulo III, quien les encomendó tareas pastorales en la misma Roma. Las misiones que les va
dando el Pontífice plantean una cuestión: ¿deben permanecer unidos, y para ello fundar una
orden religiosa, o serán más libres si no tienen vínculos estables entre ellos? Dedicaron largos
meses a la oración y la reflexión de este tema y decidieron constituirse en orden religiosa. El
Papa dio su aprobación verbal y un año más tarde, el 27 de septiembre de 1.540, la confirmó
por escrito.
Ignacio fue elegido Superior y aunque se resistió, no tuvo más remedio que ceder ante el
voto unánime de sus compañeros. Se dedicó entonces a escribir las "Constituciones" y a dirigir
los primeros pasos de la Compañía de Jesús. El grupo tuvo un crecimiento espectacular y los
Papas empezaron a encargarles misiones cada vez mayores y más complicadas.
Los compañeros de Ignacio parten para diferentes lugares y países: Fabro a Alemania,
Bobadilla a Nápoles. Rodríguez a Portugal, Javier a la India, Laínez y Salmerón al Concilio de
Trento...
La Compañía abre casas en Alemania, Francia, España, Portugal, India... Las ramas se
extienden por todo el mundo. Pero el andariego Ignacio, anclado en Roma, da consejos, anima,
orienta y escribe. Y escribe mucho: cartas, instrucciones para los que están lejos. Y culmina la
redacción de las Constituciones. Pero no por eso deja de atender a las necesidades de los
pobres, enfermos o perseguidos, porque eso es la mayor gloria de Dios.
40
En sus últimos años padece una grave enfermedad de vesícula. De ella morirá al
amanecer del 31 de Julio de 1.556. La Compañía de Jesús, los jesuitas, ya eran entonces más de
mil. Durante más de cuatrocientos cincuenta años, con dificultades que la llevaron hasta la
supresión temporal, la Compañía ha servido a su único Señor: Jesucristo.
DIEZ RASGOS DE IGNACIO
1. Un hombre
"deshecho del
mundo". Logró
renunciar
a
aquello que le
impedía
acercarse a Dios.
2. Pecador. Se
siente
frágil,
humano, pero
reconoce
siempre
la
acción de Dios.
3. Llamado por
Dios. Poco a
poco
va
aceptando que
Dios conduzca
su vida y se
convierta en su
absoluto.
4.
Peregrino
pobre. Peregrino
geográfico
a
veces, peregrino
espiritual siempre.
5. En búsqueda
apasionada de
la Voluntad de
Dios.
El
discernimiento es
un arma clave.
6. Con un
deseo
profundo:
la
mayor gloria
de Dios. La
mayor gloria de
Dios es el Reino
de Dios, que el
ser
humano
viva.
7. "Ayudar a
las ánimas": la
misión. Servir,
es un objetivo
absoluto.
La
formulación de
eso hoy: la FeJusticia.
8.
Amigo,
compañero.
Capaz
de
amistad
profunda. Una
amistad que no
sólo se basa en
vínculos
humanos.
9.
Contemplativo
en la acción.
Encuentra a Dios
en la historia y la
oración es sobre
la historia.
10. Un hombre
de Iglesia. Vive
ante una Iglesia
en
crisis
y
pecadora pero la
ama. Habla de
“sentir con la
Iglesia”.
PARA LA REFLEXIÓN PERSONAL
1. Ignacio pensó que era posible conocer a Jesús y servirlo en los demás, viviendo en
Jerusalén. Este proyecto se derrumbó. Pero conservó lo fundamental. ¿Aquí y ahora
podemos conocer, amar y seguir a Jesús, ayudando a las “ánimas”? ¿Es Jesús nuestro
modelo de maestro? ¿Enseñamos a otros a ser como Jesús, a ser Jesús en el mundo en que
nos ha tocado vivir?
2. Su vida fue una vida de búsqueda, porque le tocó vivir situaciones de cambio de época y
buscó apasionadamente. El motor de esa búsqueda fue el MAGIS, hacer lo mejor: cómo
servir, cómo amar más, cómo salir de sí mismo. El Magis está ligado a la capacidad de
soñar grandes cosas. ¿Cómo se hace presente este factor en mi vida?
3. La idea de misión fue clave en su caminar. Todo consistió en entregarle su vida a Dios y a
los demás, condensando en esa frase que aparece en la Contemplación para alcanzar amor
la clave de lectura en su quehacer: Amar es servir. ¿Cuál es mi misión?
41
4. Nunca vio su crecimiento espiritual como algo que le pertenecía a él solo, sino como un
tesoro que debía comunicar a otros. Este saber lo que se quiere y buscarlo con
firmeza, es tal vez un rasgo temperamental de Ignacio, una de las mociones que nos ha
heredado. A esto estamos llamados.
PARA LA REFLEXIÓN GRUPAL
1. ¿Soy, somos, personas de aspiraciones? De no ser educadores, trabajadores, ¿estaríamos
aspirando al “magis” ignaciano? Vivimos en un medio social que favorece el menor
esfuerzo. ¿Cómo superarlo?
2. ¿Estamos abiertos a una conversión más profunda? ¿Hay en nosotros una base de fe, de
donde pueda partir la gracia de Dios para lanzarnos a un verdadero compromiso cristiano?
¿Qué testimonio damos a las personas con quienes trabajamos?
3. ¿Somos personas de aguante y fortaleza? Dijo Jesús: “El Reino de Dios es de los
esforzados”; ¿damos testimonio de ser tales? ¿Ayudamos a las personas con quienes
trabajamos a que sepan afrontar los retos de la vida? ¿Entendemos y explicamos que sin la
gracia de Dios no podemos nada?
4. La vida del “peregrino” es un testimonio válido para cualquier cristiano. ¿Sentimos que
nuestro trabajo nos acerca a esta espiritualidad o manera de ver la vida interior? Como
laico(a) cristiano(a), ¿me intereso en conocer más a fondo y vivir mejor esta espiritualidad?
Textos de apoyo:
Mc 10,17-27: El joven rico.
Lc 10,38-42: Marta y María.
Ef. 6,10-21: Háganse fuertes.
Fil 2, 5-11: Tengan entre Uds. los mismos sentimientos que tuvo Cristo Jesús.
Lc 14,25-33: Cuando uno de ustedes quiere construir una torre, ¿acaso no comienza por
sentarse a calcular los gastos, para ver si tiene con que terminar?
FORMACIÓN DE LAICOS-AS Y JESUITAS
PROVINCIA CENTROAMERICANA DE LA COMPAÑÍA DE JESÚS
Comisión de Espiritualidad.
Eje 3: Compromiso Histórico
Tema 3.1. Análisis de la realidad (metodología). Globalización y Postmodernidad.
LA POLITICA Y LA FE HOY21
Preparado por P. Francisco Iznardo,sj.
Entre el cinismo y la desconfianza, los sueños y la esperanza comprometida
21
Partes seleccionados de un artículo de Juan Hernández Pico en la revista Diakonía.
42
I La Política: amenazados por el cinismo y el hundimiento de la confianza
La crisis económica y el fracaso de la ideología neoliberal como crisis de confianza
La crisis financiera primero, y la crisis económica luego, ambas de alcance mundial, que
estallaron con fuerza incontenible en 2008, han puesto de relieve el fracaso brutal de la
ideología neoliberal y la falta de verdad en el axioma de que el Estado no era “parte de la
solución” para los problemas de las necesidades de la gente, sino simplemente “parte del
problema”, o que “gobernar menos es gobernar mejor”.
Cuando se derrumbó el Muro de Berlín en noviembre de 1989 y se extinguió,
desmembrándose además, la Unión Soviética en diciembre de 1991, se escuchó el grito de
triunfo de los filósofos políticos del Capitalismo: hemos llegado al “fin de la historia”22. La
historia, siguiendo el hilo del pensar de Hegel, habría mostrado que ha llegado su síntesis final
y con ella el momento en que no puede ya avanzar sustancialmente. No puede haber en el
mundo perspectivas de progreso más allá del capitalismo. Únicamente puede haber ya
historias de progreso dentro del mismo capitalismo. La gran historia ha llegado a su final. Sólo
puede haber ya pequeñas historias, que no cambian el fondo de la cuestión.
Como si hubieran previsto estos acontecimientos del final de la década, a mitad de los ochenta
el F.M.I., el B.M., el Tesoro norteamericano y Wall Street se habían unido en el famoso
Consenso de Washington para dar comienzo a “la era del ajuste estructural”, es decir la era del
empequeñecimiento del papel del Estado en la economía, la era de la desregulación,
especialmente, del mercado financiero, de la privatización de bienes y servicios estatales, del
recorte de impuestos a las grandes fortunas personales y a las grandes corporaciones
transnacionales, de la flexibilización del trabajo, y del recorte o supresión de los programas
gubernamentales de inversión social. No son, pues, las libertades del mercado las que
permitieron a la ideología neoliberal colocarse como hegemónica en el mercado, sino,
paradójicamente, las políticas intervencionistas, éticamente cuestionables, del Estado obediente
a las Instituciones Financieras Multilaterales, con el agravante de que estas últimas no han sido
electas por la población y no responden democráticamente ante ella. Todo esto, en la época de
la globalización, llevó, gracias a la libertad casi absoluta de los mercados financieros, a crisis
brutales durante los noventa en México, Brasil, Rusia, Asia Oriental y del Sur, y al comienzo
del siglo XXI en Argentina, donde una población con recursos suficientes como para vivir
decentemente, fue devuelta a la pobreza en grandes proporciones por la huída de capitales en
los bancos en los que los argentinos habían depositado sus ahorros. Todos lo vimos a través de
la televisión.
Hoy, estas crisis regionales se han convertido en una crisis mundial, la primera gran crisis del
capitalismo globalizado. El 10 de octubre de 2008, ya después de la caída el 14 de septiembre del
banco de inversión Lehman Brothers, una de las más antiguas “joyas de la corona” de Wall Street,
un miembro de la redacción del Washington Post, Anthony Faiola, escribía así: “Nadie está
hablando sobre la muerte del capitalismo excepto algunos Jefes de Estado marginales y algunos
titulares quijotescos. Haberse afiliado a las teorías del mercado libre, especialmente en Asia, ha
ayudado a liberar de la pobreza a cientos de millones en las recientes décadas. Pero está
22
Fukuyama, Francis, The End of History and the Last Man, New York, Perennial-Harper Collins Publishers,
2002, reimpresión de la edición original de 1992.
43
acrecentándose el resentimiento hacia la marca de capitalismo que prevalece en los Estados
Unidos, y que al revés de la que prevalece –digamos- en Alemania, desprecia las regulaciones y
venera los riesgos”23.
De todos modos, es posible efectivamente que las campanas no doblen a duelo por la muerte
del capitalismo, es posible que este sistema se levante y vuelva a ser una vez más un potente
motor del crecimiento de la economía mundial, pero es cierto que no lo será sin dejar a
espaldas de esta crisis millones de víctimas en términos de pérdida de sus casas y de sus
empleos y de aumento del hambre en el mundo, y sin antes revisar a fondo el papel político del
Estado en la economía y sin estimular la responsabilidad de la sociedad para luchar por un
Estado al servicio de toda la ciudadanía y no solamente de las clases económicamente
dominantes. Ya no es cierto sin más que “lo que es bueno para la General Motors o para
Microsoft, y mucho menos para Merryl Lynch o City Group, es bueno para los Estados
Unidos” y menos para la humanidad. Un periódico nada sospechosos de quijotismo afirma en
uno de sus titulares que “la economía de las principales potencias [ha caído] a niveles de la
crisis del petróleo de 1973”. Y se apoya en datos de la Organización para la Cooperación y el
Desarrollo Económico (OCDE) que subraya que la economía de sus miembros, incluida la de
las 7 mayores potencias económicas del mundo, ha caído 1.1 puntos en diciembre de 2008 y
8.2% con respecto a diciembre de 2007. Para los así llamados países emergentes el cuadro de
descenso porcentual es peor en algunos casos y mejor en otros. China ha caído 2.4 puntos en
diciembre de 2008 y 14% en comparación con diciembre de 2007. Rusia, 3.8 y 17.7%. La India
0.5 y 7.5%. Y Brasil 1.8 y 5.6%24.
Hemos empezado esta reflexión sobre “la política y la fe hoy” por la crisis financiera y
económica que abruma al mundo, para resaltar el hecho de las relaciones que se entretejen
entre la política y la economía. No podemos hablar de la política sin hablar de la economía.
Porque los intereses económicos siempre intentan influenciar la política e incidir en ella. Pero
sobre todo porque no cabe duda de que la economía tiene una autonomía de vida propia. Es
indudable que la producción de bienes y servicios depende fundamentalmente del acceso a
materias primas necesarias, de la administración eficaz, eficiente, honrada y transparente de las
empresas productoras, de la inventiva tecnológica de los ingenieros, del ahorro para el
mantenimiento y la reinversión, del financiamiento sólido de toda la operación productiva, del
control de calidad y de la productividad de quienes trabajan en la empresa, directivos,
administradores, empleados y obreros. Y es evidente que todo ello y especialmente sus
productos pasan por el crisol del mercado para llegar a interesar o no a los clientes. El aspecto
más serio de la crisis actual en esa vida autónoma de la economía es el hundimiento de la confianza
que la gente ha de tener en ella para que la economía funcione. Existe hoy una profunda crisis
de confianza en el funcionamiento de la economía global.
La crisis de confianza en los políticos y en la política
Dicho esto, tampoco se puede olvidar que no se puede hablar de economía sin hablar de
política, porque la autonomía de la economía es sólo relativa. También la política tiene una vida
autónoma. Responde al realismo de la ambición por el poder dominador y a la utopía del
poder al servicio del bien común. Y al responder de una u otra manera se incide siempre en la
23
Faiola, Anthony, Washington Post Staff Writer, Analysis: “The End of American Capitalism?”, The
Washington Post, Friday, October 10, 2008, page A01.
24
Reportaje de Alvaro Romero en El País del 06/02/09.
44
economía, dejándola casi totalmente libre o regulándola con leyes coherentes. Los impuestos
con que se gravan las rentas, bien gananciales bien salariales, de la gente, conducen a un Estado
fuerte o a otro débil para la inversión social. Los tipos de interés que los Bancos centrales
señalan son decisiones políticas que responden a las amenazas de inflación, de estabilidad de
precios o de deflación, y a la importancia de encarecer o abaratar el precio del dinero, y por
consiguiente el precio del crédito para los mismos bancos, para los inversores y para los
consumidores. La calidad, la cobertura y la profundidad de la regulación financiera dependen
de políticas públicas que creen en la capacidad de autorregulación del mercado o que
desconfían del carácter de casino o casa de apuestas global que el mercado ha estado
adquiriendo durante la globalización financiera. Las tasas de desempleo aceptables o
inaceptables dependen de que la economía se abandone a su funcionamiento autónomo o de
que el Estado asuma un papel importante en estimular la economía con la inversión pública,
con el manejo de los impuestos, con mayores exigencias de productividad, con políticas
educacionales y de salud pública de mayor calidad y cobertura, con techos salariales más
elevados, con una protección mejor para el desempleo y con la búsqueda y el fomento de un
diálogo que acerque a un consenso entre empresarios, sindicatos, partidos políticos, grandes
universidades y centros de investigación, países cooperantes e instituciones multilaterales. Y
especialmente, en nuestro medio centroamericano, con el planteamiento de una alianza entre
los gobiernos cuyos países envían inmigrantes a los Estados Unidos para llegar a un diálogo
pluralista, relativamente transparente y humanitario con el gobierno de ese país, en el que
tengan también una palabra democrática que decir los inmigrantes latinos ya asentados en los
Estados Unidos.
En estos días la política y la responsabilidad ciudadana por lo público ha de contar con la gran
desconfianza que produce en la gente la crisis global de la economía. El crédito se ha contraído
de forma aguda. Para algunos analistas de la situación la economía se ha paralizado víctima de
un círculo vicioso cuyo motor es la desconfianza: “los consumidores no consumen, los
empresarios no contratan, los inversores no invierten y los bancos no prestan” y todos ellos, en
la medida en que son empresarios, despiden a empleados y obreros y aumentan la crisis de falta
de trabajo. Aunque, en esa extrema gravedad, la desconfianza pueda ser peculiar de los países
ricos, pero está llegando a ser realidad en los países de economías más pobres. Para el caso
centroamericano, se van, muchos empresarios maquileros o despiden a muchos de sus
trabajadores y sobre todo trabajadoras, y la salida migratoria está siendo bloqueada por el
momento. Existen muchas ciudades norteamericanas donde los emigrantes latinos se agolpan
en las esquinas de las calles en espera de un empleador que los contrate y que no llega nunca o
que cuando llega contrata a unos pocos. No sólo disminuye el monto de las remesas que se
envían a las familias de los emigrantes en nuestros países, sino que a veces se llega a tener que
sostenerlos en los Estados Unidos enviándoles fondos para que traten de aguantar la
emergencia crítica sin echar por la borda, al regresarse, tanta lucha, tanto esfuerzo y tantas
penas. La gran angustia que se ha vivido siempre frente a la miseria y la pobreza, y sobre todo
frente a la falta de trabajo o el duro, incontrolado y sobreexplotado trabajo informal, se agrava
ahora porque disminuyen y se alejan las expectativas de encontrar salida en la emigración.
Vivimos al mismo tiempo una desconfianza profunda y generalizada de la política y de los políticos. La
gente utiliza los medios democráticos y sus instituciones para ir a votar periódicamente. Sin
embargo, no cree que las políticas de la democracia vayan a realizar los cambios estructurales
profundos que se necesitan. Un 64.6% de la gente en América Latina piensa que los
gobernantes no cumplen sus promesas electorales porque mienten para ganar las elecciones En
45
nuestro medio las mismas y viejas costumbres clientelistas de candidatas y candidatos,
regalando fiestas, juegos pirotécnicos, comidas, leche, camisetas, gorras, e incluso dinero, crean
en el electorado una imagen corrupta de la política. Muchas veces la recepción de los regalos
induce una conducta de “obligación” hacia quien regala. Peor todavía, cuando se dan en las
empresas amenazas de pérdida del empleo si no se vota por el partido y los candidatos que
representan los intereses de los empresarios. O cuando se condena a distritos o regiones
enteras al ostracismo mediante la despreocupación del Estado porque sus habitantes han
votado mayoritariamente por la oposición.
Impacta leer en el Estudio sobre la Democracia en América Latina que hay una mayoría de la
población (54.7%) que, enfrentada a la opción entre gobiernos democráticos incapaces de
resolver los problemas económicos y ayudar a salir de la pobreza, y gobiernos autoritarios o
dictatoriales que satisfagan esas necesidades materiales perentorias, prefieren claramente a estos
últimos. La necesidad vuelve a la gente comprensiblemente obsesiva y miope, acortando sus
horizontes. La democracia socialmente ineficaz aviva el cinismo de la gente frente a la política.
La desilusión anula la esperanza de la gente de que es posible el cambio socioeconómico y
político. Los antiguos decían que “la peor de las corrupciones es la corrupción de los mejores”.
Además la infiltración en la política del capital delincuencial global, producto del crimen
organizado alrededor de todos los tráficos y contrabandos prohibidos, muestra una capacidad
de corrupción asombrosamente renovada, y profundiza como nunca antes el cinismo del
público ante la economía y la política: generalmente se logra crear escenarios donde la gente
parece recibir más beneficios económicos del sometimiento al crimen organizado, bien de los
que trafican con droga o de los que lo hacen con armas, o de otros, que de la resistencia
honrada frente a él, y más beneficios que de los proyectos sociales que llegan por canales
democráticos. Los enormes imperios económicos transnacionales del capital delincuencial han
elaborado alrededor del mundo auténticos proyectos de asalto al poder político para favorecer
sus intereses económicos. Los medios violentos y crueles que usan les permiten entablar una
auténtica disputa para romper el monopolio de la violencia legítima de que han gozado los
Estados modernos. De estos poderes emergentes al margen de la legalidad brota un desafío
inédito al poder político y a la responsabilidad pública de la ciudadanía.
II La Fe: llamados a soñar y a comprometernos en esperanza
Compartir los sueños y las esperanzas de la humanidad
Hemos empezado esta reflexión con la hora de desconfianza, que prevalece en la economía y
en la política. Pero encontramos movimientos sociales y líderes políticos que intentan superar
esa desconfianza y seguir soñando en que la política puede ser un camino para provocar la
realización del bienestar y para animar a participar en la construcción de la igualdad, la libertad
y el servicio mutuo en la sociedad.
Es este también el núcleo del pensamiento político cristiano. Estos sueños y estas esperanzas
humanas son aquellas de las que el Concilio Vaticano II dijo que eran también los sueños, el
gozo y las esperanzas de la Iglesia (GS 1). Esto no significa vivir en mundos ideales. La fe
cristiana reconoce la compleja densidad de la realidad y parte del desvanecimiento de tantas
ilusiones revolucionarias en no pocos países pobres y de la irrupción de una crisis mundial
provocada por una exageración de codicia y avaricia.
46
La parábola del trigo y la cizaña o del poder servicial y el poder dominador
La fe cristiana se fundamenta en una parábola de Jesús de Nazaret, para intentar comprender
que la realidad de este mundo está sembrada de trigo y de cizaña, del bien y del mal (Mt 13 2430), o, aplicándola a la política, de poder dominador y de poder servicial. Sin embargo, lo
sorprendente de la parábola es que Jesús pide a sus discípulos no el exterminio del mal sino la
paciencia con el mal, en nuestro caso con el poder dominador. No porque haya que
mantenerse pasivos ante ese poder dominador, sino porque hay que contar con él
realistamente, sabiendo que no es un fruto que procede originalmente de la mano de Dios, sino
que ha sido introducido en el mundo, como dice la parábola, por “un enemigo”, es decir por la
egoísta e insolidaria voluntad de dominio de personas concretas cuya actuación ha convertido
esa voluntad de dominio en poder dominador estructurado en la sociedad.
Lo que Jesús vendría a decir en esta parábola, si la aplicamos al bien y al mal políticos, a la
voluntad de poder servicial y a la voluntad de poder dominador, es que el poder es una criatura
de Dios que permite a la humanidad ser cocreadora de la convivencia social, y puede ser usado
como Dios lo soñó al crearlo, es decir servicialmente, para bien de mucha gente, o al revés, en
contra del diseño divino, es decir dominadoramente, para calamidad y desgracia también de
mucha gente. Pero la parábola nos avisa que si en vez de promover el poder servicial en la
política queremos eliminar de una vez por todas el poder dominador en este mundo, dentro de
la historia, acabaremos convirtiendo el mismo poder servicial en dominador también. El
fanatismo de la pureza política acabará transformando la política en dominación absoluta, en
despotismo y dictadura. Es decir, hay que tratar de acercarnos a promover y practicar un poder
servicial combatiendo el poder dominador, pero con una cierta sabiduría que tiene paciencia
con el inevitable rumbo dominador que toma no pocas veces el poder, como consecuencia de
una ambición desenfrenada. Porque en última instancia el rumbo del poder depende de
decisiones humanas.
Responsabilidad cristiana en la política
Todos los cristianos, por ser humanos, debemos preocuparnos de la política. En nuestros
tiempos preocuparnos de la política significa en primer lugar tratar de conseguir una buena
información sobre partidos y candidatos, sobre partidos y funcionarios electos, es decir sobre
el comportamiento político de hecho de aquellos que pasaron de candidatos a gobernantes o
legisladores y de aquellos que fueron escogidos por los candidatos electos como funcionarios
del gobierno, ministros, viceministros, directores, jueces, fiscales, etc. Información sobre sus
programas y también sobre si sus programas fueron guía de sus actos o se convirtieron en
papel mojado. Es decir, información sobre si los políticos y políticas, por quienes deberemos
votar tantas veces en nuestras vidas, practican la verdad o viven del engaño y de la mentira.
Informarse así es equivalente a ejercer una auditoría social sobre la política, aun sabiendo que
los grandes medios de comunicación no informan con la profundidad e imparcialidad con que
debieran.
Preocuparnos por la política significa en segundo lugar y en el sistema democrático en que
vivimos, discernir con seriedad las diversas opciones políticas, es decir por qué partido y qué
candidatos hemos de votar tomando en cuenta sobre todo el bien más probable del pueblo y
especialmente de aquellos más pobres, desempleados, marginados y abandonados. Y aborrecer
la abstención electoral como un camino irresponsable que es una cesión de ciudadanía, un
47
abandono de la política llevados por la desconfianza, la desilusión y el cinismo. Otra cosa es
que, al ir a votar, pueda ocurrir que la conciencia ciudadana nos exija un voto en blanco o una
anulación del voto porque no creemos en ninguna de las opciones.
La vocación política en el cristianismo hoy
Pero una postura cristiana ante la política puede, y para no pocos debe también, traducirse en
una vocación política, es decir en una vocación que nos empuje más allá de una auditoría social
o de una participación electoral y nos lleve a participar en un movimiento social o en un
partido político, y a postularnos para una candidatura de concejal, de alcalde o alcaldesa, de
diputado o diputada y de presidente o presidenta de la república. Toda persona cristiana tiene
la obligación de participar en política por medio de la auditoría social que le prepare para ser
un buen elector, es decir un elector o electora competente, con buena información y
aprovechándose de oportunidades de formación política, porque la incompetencia como
ciudadanos y electores es la madre de muchas corrupciones. Pero no toda persona cristiana
tiene vocación política, no toda persona cristiana escucha en su corazón un llamado a ser
político o política por vocación.
Una vocación política significa un llamado a buscar el poder político y a usarlo servicialmente
como criatura de Dios, significa sentir en el corazón la pasión por el poder, incluso la ambición
sosegada de conseguirlo, para poder así servir a sus conciudadanos y conciudadanas con el
amor de mayor alcance que existe, el amor político, con el mayor desprendimiento, con la
mayor honestidad, denunciando y combatiendo la corrupción en su opción política partidaria o
en quienes forman parte de su movimiento social, con paciencia para saber que la corrupción y
la voluntad de poder dominador se van a hacer presentes a su alrededor y que no por eso hay
que tirar la toalla y abandonar una vocación profundamente sentida, aunque alguna vez esa
misma vocación podrá exigir la renuncia de un partido o de un movimiento irremediablemente
corrompidos o desviados de sus fines.
No una vocación para la política cristiana sino para ser cristianos en la política
La vocación política hoy se ejercitará normalmente en un contexto constitucional secular,
donde el Estado es laico y se funda en valores pluralistas. Hoy en día no seremos llamados por
Dios para ejercer una política cristiana, es decir una política cuyos fines y resultados sean en todo
coincidentes con la fe y la moral cristianas. La vocación política de una persona cristiana hoy
será una vocación para ser cristianos en la política, es decir políticos o políticas motivados por la
fe cristiana propia para una dedicación a un poder servicial. Es decir en lugar de ser, como en
los tiempos, por ejemplo de la Democracia Cristiana, una vocación para una política cristiana,
será una vocación para llegar a ser políticos o políticas cristianos, movidos en su vocación
política por la fe que da sentido a sus vidas. La vocación política de una persona cristiana será,
pues, una vocación para ser cristiano o cristiana en la política secular.
La vocación política de los cristianos hoy no será una vocación para que la política sirva con
preferencia a los intereses de la Iglesia católica, por ejemplo, o de ningún otro grupo humano,
sino para que sirva a los intereses de toda la ciudadanía, sin importar su fe y su religión o su
falta de fe, su identidad agnóstica o atea, sino importando por encima de todo que se sirva al
pueblo y especialmente a los intereses de los pobres, los hambrientos, los desempleados, los sin
48
techo, los migrantes, los niños y niñas de la calle, los marginados urbanos y los campesinos sin
tierra, y así sucesivamente. La motivación de fe de una vocación a la política entre cristianos
hará que estos pongan en primer plano el bienestar y el desarrollo, la salud y la educación y el
empleo para la gente pobre y desamparada, es decir las condiciones sociales necesarias para que
esa gente tenga vida, una vida digna, que es una parte fundamental de lo que llamaríamos
cristianamente la “vida en abundancia” o la “gran vitalidad” que vino a traer Jesús (Jn 10, 10).
Eso es lo que hará de su vocación a la política una vocación cristiana.
Los cristianos no podemos exiliarnos de la política
Lo que es cierto es que los cristianos no podemos exiliarnos de la política ni abandonarla en
manos de gente con ambiciones políticas de poder dominador. No podemos abandonar la
política en manos de gente “maquiavélica”, es decir de gente que busca sólo las técnicas para
alcanzar el poder por el poder, y no admite el sometimiento del poder a ningún tipo de valores
superiores y especialmente al bien común y a aquellos “hábitos del corazón”25 que permiten a
las personas y a las sociedades convivir entre sí con mutuo respeto y en libertad y
responsabilidad. Tampoco podemos los cristianos abandonar la política en manos de “utópicos
puros”, es decir de gente que quiere usar el poder como si estuviéramos ya en el mejor de los
mundos o en un mundo de inocencia absoluta, sin maldad ni corrupción, de gente que en lugar
de usar la utopía como un horizonte que atrae y que hace caminar hacia él aunque se aleje cada
vez que intentarnos acercarnos a él, la quiere usar como una herramienta idealista que conduce
al fanatismo y a la intolerancia.
La visión de la vocación de los cristianos en la política es la visión de los que se comprometen
movidos por la esperanza de una sociedad mejor y por la convicción de que tienen en sí
mismos la competencia para forjar pacientemente ese mundo y los cambios que se necesitan
para irse aproximando a un mejor mundo, un mundo menos lejano de aquel en que todos
“poseían todo en común; vendían bienes y posesiones y las repartían según la necesidad de
cada uno…[de manera que] no había indigentes entre ellos” (Hch 2,44-45; 4, 34). Hay en la
tradición cristiana una igualdad como meta de las comunidades eclesiales fraternas. La mayoría
de los exegetas piensa que esa igualdad en las comunidades cristianas primitivas fue real,
aunque siempre estuvo amenazada y peligró volverse diferenciadamente elitista26. Habrá que
mantener siempre la perseverancia de quien sabe que esa tarea de caminar políticamente hacia
25
Así llamaba Alexis de Tocqueville a algunas costumbres que observó en los años treinta del siglo
XIX en los Estados Unidos y que, según él “contribuyeron a formar el carácter americano… Resalta
la vida familiar, [las] tradiciones religiosas y [la] participación en la política local como elementos de
ayuda para la creación de un tipo de persona que podría mantener una conexión con una
comunidad política más amplia y, de este modo, apoyar en última instancia el mantenimiento de las
instituciones libres.” Todo ello, contrapuesto al “individualismo”, que podría “con el tiempo aislar a
los norteamericanos entre sí y minar, por consiguiente, las condiciones para la libertad.” Ver:
Bellah, Robert N. et al., Hábitos del corazón, Madrid, Alianza Editorial, 1989, p. 10.
26
Comenta, por ejemplo Fitzmyer: “El intercalado de los v. 43-45 introduce la copropiedad,
refiriendo cómo ‘tienen todo en común’. Da la impresión de que tal agrupación comunal de
posesiones y bienes era obligatoria; pero más tarde esto deja de ser tan obvio y con el andar del
tiempo esta comunidad de posesiones y bienes desaparece por completo. Es difícil determinar lo
extendida que estaba esta práctica, aunque al menos para Lucas estaba lo suficientemente
generalizada como para mencionarla. Puede simplemente estar relacionada con su deseo de
enseñar a los cristianos cómo debían hacer uso de la riqueza…”, en Fitzmyer, Joseph A., Los
Hechos de los Apóstoles: Hch 1,1-8,40 (Vol I), Salamanca, Sígueme, 2003, p. 365.
49
la igualdad sólo se da como vocación a personas audaces con mucha paciencia, valientes con
mucha humildad, a gente lúcida con mucha honestidad, a gente convencida con mucha
apertura para las convicciones de los demás y con capacidad de dialogar con ellas sin perder las
propias; a gente, pues, que sea capaz de escuchar y que crea en la juventud y en la novedad a la
que siempre es más sensible que otras edades de la vida.
La esperanza con memoria, que se compromete en la política
Para vivir el compromiso político como fruto de la esperanza cristiana, es decir como fruto de
una esperanza en un Dios que quiere lo mejor para este mundo y que nos quiere a nosotros
como testigos y cooperadores de sus deseos, hay que vivir la vocación política anclados en la
memoria de las injusticias y de los sufrimientos y de las catástrofes que han lastimado a la
humanidad, y en especial a nuestros conciudadanos. Los cristianos en la política nunca pueden
justificar las víctimas de injusticias, opresiones y guerras pasadas, nunca pueden justificar a la
explotación y el genocidio de la invasión española y del conflicto armado interno, no podemos
justificar el sufrimiento de las víctimas, la explotación y discriminación a los pueblos y personas
indígenas por más de 500 años, no podemos justificar el asesinato de Monseñor Gerardi.
Tampoco podemos olvidar las víctimas que son el peso inevitable que cargamos porque
nuestra política nunca es del todo honesta ni del todo generosa ni del todo servicial. Metz es el
teólogo cristiano que más ha insistido en el sustento de la esperanza en la memoria de las
víctimas en la historia, una memoria que así se vuelve peligrosa para la política fundamentada
en el poder dominador.
Si nos entregamos a la vocación política movidos por la fe en Jesucristo, no podemos olvidar
que nuestro hermano mayor Jesús de Nazaret fue condenado por blasfemo y por subversivo
(Mc 14,63; Lc 23, 2.5; Jn 19, 12) y fue un prisionero político torturado y masacrado por el
poder dominador. Por eso nos dejó en su última cena, identificado con todas las víctimas de la
tierra para las que aún no se ha cumplido el Reino de Dios, un testamento: “Hagan esto en
memoria mía” (1Cor 11, 24-25). Sin esta memoria de Jesús crucificado se vuelve mitológica la
fe en su resurrección. Sin la memoria de los pobres de nuestra historia frustrados en sus
expectativas, nunca será auténtica la esperanza cristiana que se compromete en la política. Pero
si la Iglesia mantiene viva esta memoria y resiste su tremenda tentación de poder dominador,
podrá desde la humildad, decir muchas cosas muy útiles a los políticos cristianos y no
cristianos. Cuanto más servidora sea, más posibilidades habrá de que se escuche su testimonio.
Cuanto más viva internamente, en el modo de vivir de su jerarquía y en el de sus comunidades,
una “civilización de la pobreza”27 más podrá exigir un cambio a los ricos de este mundo.
PREGUNTAS PERSONALES
1. ¿Qué me sugiere el análisis de la realidad actual del documento? ¿Cómo se podría concretar
en Guatemala?
27
La “civilización de la pobreza” es un concepto dialécticamente contrapuesto al de la “civilización
de la riqueza”, y apunta al necesario camino hacia una austeridad en el vivir que se nos impone por
consideraciones no sólo de solidaridad con los pobres sino también como modo de lucha por la
conservación ecológica del planeta y contra la avaricia de la globalización financiera. Ambos
conceptos fueron originalmente propuestos por Ignacio Ellacuría días antes de su asesinatomartirio en la UCA de El Salvador, donde estamos celebrando en 2009 su vigésimo aniversario.
50
2. ¿Qué importancia tienen para el creyente la política, la economía... el contexto que nos
rodea?
3. ¿Qué es para mí la fe?
4. ¿Qué tiene que ver la fe cristiana con el mundo que nos rodea?
5. ¿Qué relación hay entre la Buena Noticia de Jesús y la realidad?
6. ¿Qué textos de la Biblia me iluminan para que fe y vida estén integrados, no vayan
separados?
7. ¿Qué me sugieren las expresiones de la espiritualidad ignaciana “contemplativos en la
acción”; “Fe y Justicia” ? (Ver documentos complementarios)
PREGUNTAS GRUPOS
1. ¿Por qué el documento comienza con nuestra realidad actual para explicarnos la relación
entre fe y política?
2. Describa las tres cosas más importantes que caracterizan la realidad guatemalteca de los
últimos años.
3. ¿Cómo afecta la realidad guatemalteca nuestra actuación como cristianos?
4. ¿Por qué para nuestra fe católica es importante “no exiliarse” de la política?
5. ¿Conocen ustedes algún método para analizar nuestra realidad a la luz de la fe?
6. ¿Qué principios fundamentales (valores, “hábitos del corazón”) debería tener el
compromiso histórico de una persona católica?
7. ¿Qué conceptos de la espiritualidad ignaciana nos ayudan a entender mejor esta temática de
Fe y Justicia? (Ver documentos complementarios)
51
EL ENEAGRAMA COMO CAMINO DE CRECIMIENTO PERSONAL Y
ESPIRITUAL
9
1
8
2
7
3
6
5
4
52
RAICES ANTIGUAS, PERCEPCIONES MODERNAS
de los tipos de personalidad no procede de una sola fuente. Es un
híbrido, una amalgama moderna proveniente de varias tradiciones de sabiduría antigua
combinadas con la psicología moderna. (…) Muchos autores antiguos atribuían todo el
sistema a los maestros sufis, lo cual ahora sabemos que no es así.
EL ACTUAL ENEAGRAMA
Para comprender la historia del Eneagrama es necesario distinguir entre su símbolo y los nueve
tipos de personalidad. Es cierto que el símbolo del Eneagrama es antiguo, tiene unos 2.500
años de antigüedad o más. De igual modo, las ideas que finalmente llevaron al desarrollo de la
psicología de los nueve tipos se remontan por lo menos al siglo IV y tal vez antes. Sin
embargo sólo ha sido en las últimas décadas cuando se han unido estas dos fuentes.
El origen exacto del símbolo del eneagrama se ha perdido para la historia; no sabemos de
donde procede, así como no sabemos quién inventó la rueda ni quien inventó la escritura. Se
dice que se originó en Babilonia alrededor del año 2500 a. de C., pero hay pocas pruebas
fehacientes de que sea así. Muchas de las ideas abstractas relacionadas con el eneagrama, por
no decir su derivación de la geometría y las matemáticas, sugieren que podría tener raíces en el
pensamiento griego clásico. Las teorías que subyacen al diagrama se pueden encontrar en las
ideas de Pitágoras, Platón y algunos filósofos neoplatónicos. En todo caso, está claro que
forma parte de la tradición occidental que dio origen al judaísmo, el cristianismo y el islam, así
como a las filosofías hermética y gnóstica, aspectos de las cuales se encuentran en estas tres
grandes religiones proféticas.
En todo caso, de lo que no cabe duda es que el responsable de introducir el símbolo del
eneagrama en el mundo moderno fue George Ivanovich Gurdjieff. Gurdijieff era armeniogriego nacido alrededor de 1875; de joven se interesó por el conocimiento esotérico y se
convenció de que los antiguos habían desarrollado una ciencia completa para transformar la
psique humana y que ese conocimiento se había perdido después. Junto con un grupo de
amigos que compartían su deseo de recuperar esa ciencia perdida de transformación humana
dedicó la primera parte de su vida a investigar todo tipo de sabiduría antigua que lograba
encontrar. (…) viajaron mucho, visitaron Egipto, Afganistán, Grecia, Persia, India y Tíbet,
pasaron períodos en monasterios y santuarios remotos y aprendieron todo lo que pudieron
acerca de las tradiciones de sabiduría antiguas.
En algún lugar durante sus viajes, posiblemente en Afganistán o Turquía, Gurdjieff encontró
el símbolo del eneagrama. Después desarrolló su síntesis de lo que él y los demás miembros
del grupo habían descubierto…
Gurdjieff enseñaba un compendio vasto y complejo de psicología, espiritualidad y cosmología
cuyo objetivo era ayudar a los alumnos a comprender su lugar en el Universo y su finalidad en
la vida. Gurdjieff también enseñaba que el eneagrama era el símbolo principal y más
importante de su filosofía. Afirmaba que una persona no comprende algo por completo
mientras no lo entiende desde el punto de vista del eneagrama, es decir, mientras no sabe
colocar exactamente los elementos de un proceso en los puntos correctos del eneagrama, para
ver así las partes interdependientes del todo que se sostienen unas a otras. Así pues, el
eneagrama que enseñaba Gurdjieff era ante todo un modelo de procesos naturales, no una
tipología psicológica.
53
Gurdiejff explicaba que el símbolo del eneagrama tiene tres partes que representa tres leyes
divinas que rigen toda la existencia.
La primera de estas partes es EL CÍRCULO, mandala universal usado casi en todas las culturas.
El círculo representa la unidad, la totalidad y la unicidad, y simboliza la idea de que Dios es
uno, la característica distintiva de las principales religiones occidentales: el judaísmo, el
cristianismo y el islam.
Dentro del círculo encontramos el siguiente símbolo: EL
TRIÁNGULO. En la tradición cristiana, representa la Trinidad:
Padre, Hijo y Espíritu Santo. De modo similar, la cábala,
enseñanza esotérica del judaísmo, afirma que Dios se manifiesta
inicialmente en el Universo en forma de tres emanaciones o
«esferas» las sefirot (Kéter, Biná y Jojmá), que aparece en el
principal símbolo de la cábala, el Árbol de la Vida. En otras
religiones también vemos reflejos de esta idea trinitaria: los
budistas hablan de Buda, Drama y Sangha; los hindúes, de
Visnú, Brama y Siva, y los taoístas hablan del Cielo, la Tierra y el
Hombre.
Es notable cómo casi todas las principales religiones del mundo enseñan que el Universo es
una manifestación no dualista, como enseña la lógica occidental, sino trinitaria. Nuestra
manera habitual de mirar la realidad se basa en pares de opuestos, por ejemplo bueno y malo,
blanco y negro, masculino y femenino, introvertido y extrovertido, etcétera. Las tradiciones
antiguas, no obstante, no ven hombre y mujer sino hombre, mujer e hijo/a; Las cosas no son
blancas o negras sino blancas, negras y grises.
A este fenómeno Gurdiejff lo llamó la «Ley de Tres»; según esta ley todo lo que existe es
resultado de la interacción de tres fuerzas (las que sean, en una situación o dimensión dada).
Incluso parece que los descubrimientos de la física moderna apoyan esta idea de la Ley de Tres;
en la escala subatómica, los átomos están formados por protones, electrones y neutrones, y en
lugar de haber cuatro fuerzas fundamentales de la naturaleza, como se creía antes, la física ha
descubierto que en realidad sólo hay tres: la fuerza fuerte, la fuerza débil y el
electromagnetismo.
La tercera parte de este símbolo es LA HEXADA (la figura cuyo trazo sigue los números 1-4-2-85-7). Esta figura simboliza lo que Gurdieff llamó la «Ley de Siete», que tiene que ver con el
proceso y desarrollo en el tiempo; afirma que nada es estático, todo se mueve y se convierte en
otra cosa. Incluso las piedras y las estrellas se transforman finalmente. Todo cambia, se
recicla, evoluciona o se transfiere, aunque de modos legítimos y previsibles según su naturaleza
y las fuerzas que actúan sobre ello. Los días de la semana, la tabla periódica y la octava de la
música occidental se basan en la Ley de Siete.
54
Uniendo los tres elementos (círculo, triángulo y hexada) obtenemos el eneagrama. Es un
símbolo que representa la integridad de una cosa (el círculo), cómo su identidad resulta de la
interacción de tres fuerzas (el triángulo) y cómo evoluciona o cambia con el tiempo (la hexada).
Gurdjieff enseñaba el eneagrama mediante una serie de bailes sagrados, explicaba que debería
considerarse un símbolo divino, móvil, no estático. Sin embargo, en ninguno de los escritos
publicados de Gurdjieff ni de sus discípulos habla del eneagrama de los tipos de personalidad.
Los orígenes de ese eneagrama son más recientes y se basan principalmente en dos fuentes
modernas.
QUÉ ES EL ENEAGRAMA (Eneas = nueve)
El modelo del Eneagrama se aplica para delinear los procesos cosmológicos y el desarrollo de
la conciencia humana. Se trata de un diagrama, de una estrella de nueve puntas, que puede ser
utilizado para trazar el proceso de cualquier acontecimiento, desde su principio y a través de
todas las etapas de progreso de dicho evento en el mundo material, pero nuestro enfoque es
psicológico y está aplicado al estudio del carácter humano.
El propósito principal del eneagrama es descubrir el tipo al que pertenece cada uno,
descubriendo así nuestra compulsión y aprender a trabajar sobre ella, a fin de lograr en
definitiva nuestra libertad, sanación y acercamiento a Dios. Es un viaje de autoconocimiento.
La compulsión típica de una personalidad se experimenta como una fuerza básica que nos
conduce como una fijación a reaccionar de manera irresistible especialmente cuando
permanece escondida, sin reconocer por nosotros mismos. Todo ello debido a ciertas pautas o
mandatos asimilados e introyectados en nuestra infancia. "Nunca confíes en nadie". Si no
tomas el poder, lo perdiste". Lo más importante es ocultar los sentimientos. "No estamos en
un mundo perfecto". "Yo no valgo", "No soy digno de ser amado", "No merezco amor". Es
como la imposibilidad de llegar a ser lo que somos auténtica y verdaderamente.
El descubrimiento de esta compulsión supone una ruptura de la estrategia defensiva
cuidadosamente escondida que una persona ha desarrollado para su propia seguridad y una
existencia significativa. Cuando esta fuerza o compulsión que nos dirige no ha sido enfrentada
directamente tiene gran influencia en las decisiones que tomamos sobre los que tenemos o no
que hacer y cómo pensar en nosotros mismos en relación con los demás.
El Eneagrama desde Gurdjieff:
El propósito principal del eneagrama es descubrir el tipo al que pertenecemos cada uno,
descubriendo así nuestra compulsión y aprender a trabajar sobre ella, a fin de lograr en
definitiva nuestra libertad, sanación y acercamiento a Dios. Es un viaje de auto-conocimiento.
55
GEORGE GURDJIEFF:
Rusia 1877. El Eneagrama ingresó en la cultura occidental a través de las Escuelas de
Gurdjieff, quien trabajó con sufíes y otras escuelas tradicionales de conocimiento del tema en
oriente. Posteriormente fue desarrollado por Oscar Ichazo, boliviano y fundador del Instituto
Arica, estudioso del yoga, zen...quien desarrolló una aplicación al estudio psicológico del
carácter.
El eneagrama tiene una larga pero velada historia. Se cree que se originó en Afganistán, casi
hace unos dos mil años; quizás en los primeros años de la influencia cristiana en Persia y luego
se infiltró en los círculos musulmanes después de que esta religión invadiese Asia Central y el
Subcontinente de India.
Hasta el anterior siglo ha permanecido estrictamente como una tradición oral y secreta sólo
dada a conocer a los adeptos del sufismo. Lo que en Occidente se conoce del Eneagrama tuvo
su inicio con George Gurdjieff, si bien no hay una descripción escrita de dicho trabajo.
A Oscar Ichazo se le atribuye el conocimiento del eneagrama sufí en círculos académicos,
primero en Chile, de donde es originario y luego en EEUU. Ichazo se educó en Bolivia y Perú
y fue introducido en la tradición sufí del eneagrama por un hombre cuyo nombre él prefirió no
revelar. Algunos años después Ichazo atrajo la atención de algunos miembros de Esalen
(California), entre las que se encontraban Claudio Naranjo, O`Leary, Helen Palmer y otros
prestigiosos psiquiatras que actualmente enseñan dicho conocimiento. El sistema del
eneagrama fue introducido por primera vez de manera pública en el Curso de Experiencias
Religiosas realizado en 1971 en la Loyola University de Chicago y posteriormente en distintos
seminarios y talleres por todo el planeta en los que se ha podido constatar experimentalmente
la validez de este sistema.
PROPÓSITO DEL ENEAGRAMA:
El propósito principal del eneagrama es descubrir el tipo al que pertenece cada uno,
descubriendo así nuestra compulsión y aprender a trabajar sobre ella, a fin de lograr en
definitiva nuestra libertad, sanación y acercamiento a Dios. Es un viaje de autoconocimiento.
La compulsión típica de una personalidad se experimenta como una fuerza básica que nos
conduce como una fijación a reaccionar de manera irresistible especialmente cuando
permanece escondida, sin reconocer por nosotros mismos. Todo ello debido a ciertas pautas o
mandatos asimilados e introyectados en nuestra infancia. "Nunca confíes en nadie". Si no
tomas el poder, lo perdiste". Lo más importante es ocultar los sentimientos. "No estamos en
un mundo perfecto". "Yo no valgo", "No soy digno de ser amado", "No merezco amor". Es
como la imposibilidad de llegar a ser lo que somos auténtica y verdaderamente.
El descubrimiento de esta compulsión supone una ruptura de la estrategia defensiva
cuidadosamente escondida que una persona ha desarrollado para su propia seguridad y una
existencia significativa. Cuando esta fuerza o compulsión que nos dirige no ha sido enfrentada
directamente tiene gran influencia en las decisiones que tomamos sobre los que tenemos o no
que hacer y cómo pensar en nosotros mismos en relación con los demás.
56
ESENCIA Y PERSONALIDAD
Comenzaré esta disertación por aclarar a lo que me voy a referir en el presente comentario.
Nacemos siendo Esencia Divina, es decir el Amor perfecto. Al paso de los años vamos
adquiriendo lo que no somos, pero que a la sombra del embrujo de la vida, creemos ser, algo
que tomamos de fuera de nosotros mismos y que se llama personalidad.
Amor (lo que somos: la Esencia) y miedo o egoísmo (lo que no somos pero creemos ser, la
personalidad).
Hay dos raíces para todas las emociones, amor y egoísmo. El amor debiera ser el estado natural
de la vida humana; el egoísmo es el instrumento que el miedo utiliza para controlar y poseerlo
todo. Éstos no pueden coexistir simultáneamente: cuando el amor es mayor o aumenta, el
egoísmo se evapora; como nunca fue real se extingue ante el Sol del Amor perfecto. Cuando el
egoísmo aumenta, el amor se esconde y aguarda con cautela y celo el momento propicio a que
el individuo se “abra” de nuevo a la verdad. El amor nunca puede ser destruido, pero al estar el
ser humano dotado de ciertos derechos como el libre albedrío, si el egoísmo insiste en las
ilusiones el amor desaparecerá, dejando lugar a las perversiones de la personalidad. Cada quien
decide y enarbola su cruz. Elige tú la tuya.
El egoísmo quiere poseer Todo, y niega la invencibilidad de la entrega, sirvienta incondicional
del Amor. El amor es una corriente universal y se da libremente, es el propio egoísmo el que
insiste en que el amor debe ser poseído, dicta que obedezca estrictamente sus severos dictados
del dónde cuándo y cómo. Sin embargo en esto el egoísmo siempre fracasará, ya que pelea la
batalla equivocada. El amor nunca podrá ser limitado ni existir por separado o aislado, el amor
es unidad. Sólo mediante la renunciación del deseo a manipular y controlar es que el egoísmo
se disolverá, dentro del infinito universal Amor eterno.
Nunca será tratando de forzar a cambiar los sentimientos la manera en que éstos cambian. Las
emociones evolucionan sólo cuando son aceptadas exactamente como son, quiero decir libre
del justificarse, del mentirse a sí mismo. La llave para lograr esto es dejar de juzgarlas. Las
torcidas y oscuras teorías del egoísmo define lo “bueno y lo malo”, según sus torcidos y
oscuros intereses. Ésta es su herramienta principal para controlar, es entonces que si algunos
deseos son buenos y otros no, la vida se mantendrá dividida y el actuar de aquel será por lo
tanto incoherente. Sólo al separar nuestras emociones del sistema de creencias al que nos han
sometido, es el medio para utilizar su poderosa energía para nuestro desarrollo personal.
Cuando se es atacado por hordas de demonios y pensamientos y emociones son presas de
éstos, por más que se esfuercen por librarse de ellos, no habrá escapatoria. No es por medio
del antagonismo, de la lucha que podrán sobreponerse, es decir imponerse. Será sólo cuando
dejen de juzgarlos y considerarlos como malvados, quiero decir cuando dejen de echarles a
ellos la culpa, entonces se transformaran en energía para el propio desarrollo.
A medida que uno se torna consciente, aprende y comprende que todo lo que viene a nosotros
es nuestra propia creación y no la de otros. Con la claridad de este entendimiento dejamos de
gastar energía, luchando, resintiendo o reprimiendo lo que creamos. Esto nos posibilita para
utilizar la energía de nuestros deseos para alcanzar un desarrollo espiritual más rápido.
57
LAS TRIADAS
Los vértices del triángulo formado por los número 9-6-3 también representan los tres centros
en los que se divide la psique humana según el eneagrama: instinto (9), pensamiento (6) y
sentimiento (3). Los nueve tipos de personalidad se agrupan así en tres tríadas según el
"componente de la psique menos capaz de funcionar libremente"
Tríada del Instinto.
Formada por los tipos ocho, nueve y uno. Falta de sentido de identidad corporal. La pasión
básica es la IRA. "Intentan usar su voluntad para influir en el mundo sin dejarse influir por
él".Temen ser dominados o explotados. Se vuelcan en la acción para desconectar del aquí y
ahora, se resisten al presente. Son instintivos y viscerales. "PIENSAN QUE SIENTEN" pero
en realidad "HACEN".
La Ira puede seguir tres direcciones:
- Hacia el mundo: el tipo ocho. La Venganza. Ponen límite a los estímulos externos, para no
ser heridos.
- Hacia dentro y trasformación en contrario: el tipo uno. El Perfeccionismo. Reprimen los
impulsos internos, la ira es un sentimiento inadmisible para ellos.
- Hacia dentro y hacia fuera: el tipo nueve. La Indolencia. Son pasivo-agresivos, reprimen los
impulsos internos y ponen límite a los estímulos externos, para que nada altere su equilibrio.
Tríada del Sentimiento.
Formada por los números dos, tres y cuatro. Su pasión básica es la CARENCIA. Han perdido
el contacto con su verdadera naturaleza emocional, no se sienten amados ni dignos de ser
amados. Creen que tienen que hacerse valer para que los quieran, por lo que dependen del
apoyo y la aprobación de los demás. Tienen una forma de sentir falseada, inauténtica. Crean
una imagen de sí mismos con la que se identifican. Están orientados hacia el pasado.
"HACEN QUE PIENSAN" pero en realidad, "SIENTEN".
La carencia de un sentimiento de valía puede solucionarse de tres formas:
Trasformándolo en su contrario: el tipo dos. La Adulación. Se vuelcan en complacer a los
demás para caerles bien. El amor es vivido como aprobación.
Hacia dentro: el tipo cuatro. El Victimismo. Se concentran en lo trágico y complejo de sus
vidas, para provocar lástima y conseguir así que lo atiendan. El amor es vivido como empatía.
Hacia dentro y hacia fuera: el tipo tres. El Engaño. Busca la valía mediante logros. Tiene
bloqueados sus sentimientos. El amor es vivido como reconocimiento.
Tríada del Pensamiento.
Formada por los números cinco, seis y siete. La pasión principal es el MIEDO. Tienen una
mente que no para de elucubrar, planear, pronosticar, dudar... Les falta orientación interna, lo
que les genera mucha ansiedad e inseguridad con respecto a lo que les va a pasar o qué es lo
que tienen que hacer, sus pensamientos están enfocados hacia el futuro. "SIENTEN QUE
HACEN" pero en realidad, "PIENSAN".
Según la forma de manejar el miedo:
Hacia fuera y trasformación en lo contrario: El tipo siete. La Planificación. Son muy
aventureros, incluso pueden tener conductas temerarias. Tienen mucho miedo de lo que puede
haber en su mundo interior.
Hacia dentro: el tipo cinco. El Desapego. Tienen mucho miedo del mundo exterior por lo que
se retiran y se aíslan del mundo.
58
Hacia dentro y hacia fuera: el tipo seis. La Duda. Tiene miedo al miedo. Se abre al mundo pero
para actuar en él necesita un apoyo externo que le dé las pautas o las normas a seguir. La
indecisión lo paraliza.
Rasgos distintivos de cada uno de los centros:
Rasgo
Organo simbólico
Tema principal
Preocupación
Funciones privilegiadas
Vísceras (8,9,1)
Corazón (2,3,4)
Aparato digestivo
El Corazón
La superviviencia, la Los demás, o las
autoconservación, la relaciones
seguridad
interpersonales (Qué
necesitan,
me
aceptan, cómo me
ven?)
El poder y la justicia La imagen y el
prestigio
El movimiento, la Los sentimientos, las
acción, la sexualidad, necesidades
la
necesidad
de relacionales,
la
control, la llamada a atención
a
los
los valores, a las mensajes y a la
convicciones y a la comunicación verbal
fuerza de voluntad de y no verbal de los
las que brota la interlocutores,
la
acción.
trascendencia.
Filtro importante de la El oído ( la escucha, El gusto y el tacto
realidad
como presupuesto de (permiten establecer
las propias acciones y relaciones)
reacciones)
Palabra clave
Verbo
Cabeza (5,6,7)
El cerebro
Tener una visión
global de las cosas
para
afrontarlas
objetivamente.
El
temor
a
equivocarse
El análisis y síntesis,
el uso de la fantasía
y de la imaginación
para dilatar los
horizontes,
la
elaboración
de
planes y estrategias,
la objetividad y el
procedimiento
lógico, la capacidad
de decisión.
El
ojo,
para
observar,
recoger
datos
e
informaciones con
vistas a una decisión
más sabia
El conocimiento (la
vida vista como un
enigma)
La acción (la vida El
proceso
vista como desafío)
interactivo (la vida
vista
como
compromiso)
Hacer, crear
Sentir
Pensar
Es importante recordar que los tres centros están presentes en cada persona, pues no se puede
vivir sin cabeza, sin corazón o sin aparato digestivo. Cada centro hace su aportación y ofrece
una perspectiva para la integración de las potencialidades humanas.
Guía de reflexión personal:
1. ¿Qué razones puedo dar para reconocer que el Eneagrama es una herramienta de
crecimiento humano y espiritual?
59
2. ¿Qué es lo que aporta el eneagrama para mi crecimiento humano y espiritual?
3. Al descubrir mis compulsiones, me atrevería para mi crecimiento personal, desenmascarar
la estrategia defensiva que se esconde en cada tipología?
4. ¿Qué me aporta el eneagrama para el manejo más sano de mis relaciones interpersonales y
conmigo mismo-a?
5. ¿Qué invitación siento que me hace el eneagrama, desde el centro de energía
predominante?
Guía de reflexión grupal:
1. ¿Qué me aporta el Eneagrama para el manejo más sano de mis relaciones interpersonales y
conmigo mismo-a?
2. ¿De qué manera nos podemos enriquecer como equipos, comunidades, grupos, desde la
positividad de cada centro de energía y de cada tipología en el Eneagrama?
3. Si el Eneagrama me da elementos para distinguir lo sano y lo malsano de mi manera de
proceder…¿en qué disposición me encuentro para dejarme ayudar desde la herramienta en
mi crecimiento personal?
4. ¿De qué manera podemos hacer uso del Eneagrama para nuestro crecimiento espiritual?
5. ¿De qué manera nos puede ayudar el Eneagrama para crecer como grupo y no tanto para
señalarnos nuestras limitaciones o deficiencias? ¿Qué me enseña o aprendo acerca de la
manera de ser y proceder de cada uno de mis compañeros-as de trabajo o equipo?
Test del Eneagrama Esencial:
A. Enfoco las cosas con la actitud “o todo o nada”, sobre todo en los asuntos que me
importan. Valoro muchísimo ser fuerte, sincero y fiable. Me muestro tal como soy. No
me fío de los demás mientras no hayan demostrado que son dignos de confianza. Me
gusta que sean francos conmigo y sé cuando alguien disimula, miente o trata de
manipularme. Me cuesta tolerar la debilidad en las personas, a menos que entienda el
motivo de esa debilidad o vea que la persona hace algo al respecto. También me cuesta
acatar órdenes o seguir instrucciones cuando no respeto o no estoy de acuerdo con la
persona que está al mando. Soy mucho mejor cuando tomo el mando yo. Me resulta
difícil no expresar mis sentimientos cuando estoy enfadado. Siempre estoy dispuesto a
defender a mis amigos y seres queridos, sobre todo si considero que se los trata
injustamente. Puede que no gane todas las batallas con los demás, pero ellos sabrán que he
luchado.
B. Particularmente doy muchísimo valor a la corrección, y procuro vivir a la altura de esos
valores. Me resulta fácil darme cuenta de lo que está mal en las cosas cuando no son
correctas, y tampoco me cuesta ver cómo se podrían mejorar. Algunas personas podrían
considerarme demasiado crítico o exigente, pero es cierto que me resulta difícil pasar por
alto o aceptar las cosas cuando no están hechas correctamente. Me enorgullece pensar que
si me responsabilizo de realizar un cometido se puede tener la seguridad de que lo haré
bien. A veces siento resentimiento cuando las personas no tratan de hacer bien las cosas o
cuando actúan de modo irresponsable o injusto, aunque normalmente trato de no
manifestarlo abiertamente. Para mí el trabajo está antes que el placer y reprimo mis deseos,
cuando es necesario para cumplir con mis obligaciones.
60
C. Creo que soy capaz de ver todos los puntos de vista con bastante facilidad. Incluso a veces
puedo parecer indeciso, porque veo las ventajas y desventajas de todos los lados. Esta
capacidad me es útil para ayudar a las personas a resolver sus diferencias, a veces me lleva a
percibir las posturas, asuntos y prioridades particulares de otras personas mejor que los
míos. No es difícil que me distraiga e interrumpa cosas importantes que estoy tratando de
hacer. Cuando me ocurre eso mi atención suele desviarse hacia tareas triviales sin
importancia. Me cuesta saber qué es verdaderamente importante para mí, y evito los
conflictos accediendo a los deseos de los demás. Se me suele considerar una persona
acomodadiza, complaciente y agradable. Hacen falta motivos muy serios para que
demuestre mi enfado abiertamente a alguien. Me gusta que la vida sea agradable,
armoniosa y que los demás me acepten.
D. Soy sensible a los sentimientos de los demás. Sé ver lo que necesitan, incluso cuando no
los conozco. A veces es frustrante ser tan sensible a las necesidades de los demás, sobre
todo de su dolor e infelicidad, porque no puedo hacer por ellos todo lo que me gustaría.
Me resulta fácil dar de mí, pero a veces quisiera ser capaz de decir no porque acabo
poniendo más energía en cuidar de los demás que de mí mismo. Me duele que las personas
crean que quiero manipularlas o controlarlas cuando lo único que trato de hacer es
comprenderlas y ayudarlas. Me gusta que me consideren una persona buena y afectuosa,
pero cuando no se me toma en cuenta o no se me valora puedo ponerme emotivo e
incluso exigente. Las buenas relaciones significan tanto para mí, que estoy dispuesto a
trabajar muchísimo para tenerlas.
E. Ser el mejor en lo que hago es un poderoso estímulo para mí, y a lo largo de los años he
recibido muchísimo reconocimiento por mis logros. Trabajo intensamente y tengo éxito
en casi todo lo que emprendo. Me identifico profundamente con lo que hago, porque en
gran medida creo que la propia valía se basa en lo que uno realiza y el reconocimiento que
obtiene por ello. Siempre tengo más cosas para hacer de las que es posible llevar a cabo,
de modo que suelo dejar de lado los sentimientos y la reflexión sobre mí mismo para lograr
mis objetivos. Dado que siempre hay alguna actividad que realizar me cuesta quedarme
sentado sin hacer nada. Me impaciento con las personas que me hacen perder el tiempo.
A veces prefiero hacer yo un trabajo que alguien está realizando con demasiada lentitud.
Me gusta sentir y dominar cualquier situación. Si bien me gusta competir, también soy
buen jugador de equipo.
F. Yo me describiría como una persona callada y analítica que necesita más tiempo a solar que
la mayoría de las personas. Normalmente prefiero observar lo que ocurre en lugar de estar
metido en el medio. No me gusta que me impongan demasiadas exigencias ni esperen que
sepa y diga lo que siento. Soy más capaz de conectar con mis sentimientos cuando estoy
solo que cuando estoy con otras personas, y suelo disfrutar más con las experiencias
cuando las estoy reviviendo que cuando estoy pasando por ellas. Casi nunca me aburro
estando solo porque tengo una vida mental activa. Para mí es importante proteger mi
tiempo y energía y, por lo tanto, vivir una vida sencilla, sin complicaciones. Me gusta ser lo
más autosuficiente posible.
G. Tengo una viva imaginación, especialmente cuando se trata de lo que podría amenazar la
seguridad. Por lo general soy capaz de detectar lo que podría ser peligroso o dañino y llego
a sentir tanto miedo como si estuviera ocurriendo de verdad. O bien siempre evito el
61
peligro o siempre le planto cara. Mi imaginación también me favorece la inventiva y mi
sentido de humor es bueno aunque algo excéntrico. Me gustaría que la vida fuera más
segura, pero en general dudo de las personas y de las cosas que me rodean. Suelo ver los
defectos en las opiniones ajenas. Supongo que, como consecuencia de ello, algunas
personas podrían considerarme muy astuto. Tiendo a desconfiar de la autoridad y no me
siento nada cómodo si se me ofrece ejercerla. Dada mi facilidad para captar lo que está
mal en lo que generalmente se opina de las cosas, tengo tendencia a identificarme con
causas perdidas. Una vez que me ha comprometido con una persona o un asunto, soy muy
leal a ellos.
H. Soy una persona optimista que disfruta hallando cosas nuevas e interesantes para hacer.
Tengo una mente muy activa que se mueve con rapidez entre diferentes ideas. Me agrada
hacerme un cuadro global de cómo se ensamblan esas ideas y me entusiasmo cuando logro
conectar conceptos que al principio parecían no estar relacionados. Me gusta trabajar en
cosas que me interesan, y tengo muchísima energía para dedicarles. Me cuesta perseverar
en trabajos repetitivos y poco gratificantes. Me gusta estar en el comienzo de un proyecto,
durante la fase de planificación, cuando puede haber opciones interesantes que considerar.
Cuando se me ha agotado el aliciente por algo, me cuesta seguir con ello, porque deseo
pasar a otro asunto que me resulte más atractivo. Si algo me deprime, prefiero dedicar la
atención a temas más gratificantes. Creo que las personas tenemos derecho a disfrutar de
una vida agradable.
I. Soy una persona sensible, de sentimientos muy intensos. Suelo sentirme incomprendido y
solo porque me siento diferente a la mayoría de la gente. Mi conducta puede parecerles un
poco dramática a los demás; se me ha criticado por ser demasiado sensible y exagerar mis
sentimientos. En el fondo lo que anhelo es sentirme conectado emocionalmente y vivir
relaciones profundas. Me cuesta valorar las relaciones del momento porque ansío lo que
no puedo tener y tiendo a desdeñar lo que ya poseo. Ese deseo de conexión emocional me
ha acompañado toda mi vida, y pregunto por qué otras personas parecen tener mejores
relaciones y una vida más feliz que yo. Poseo un sentido estético refinado y gozo de un
mundo rico en emociones y sentido.
ENEAGRAMA ESENCIAL
CORRESPONDENCIA DE TIPOLOGÍAS CON PARRAFOS
A
TIPO 8
B
TIPO 1
C
TIPO 9
D
TIPO 2
E
TIPO 3
F
TIPO 5
G
TIPO 6
62
H
TIPO 7
I
TIPO 4
LOS NUEVE RASGOS
Según el sistema del eneagrama existen nueve tipos de personalidad humana o nueve rasgos
característicos. Lo que se intenta no es salir de nuestro rasgo principal sino observarlo para
combatir la automatización de nuestras vidas.
1. LA IRA. El Perfeccionista-Resentido
El tipo "uno" es la ira o la cólera, entendida en todas sus variantes y matices: irritación,
frustración, insatisfacción, resentimiento, impaciencia, desdén, intolerancia, rencor.
El elevado rigor ético y de comportamiento del 1 con las exigentes expectativas que abriga
respecto de sí mismo y de los demás, le hace percibir enseguida y sufrir la diferencia existente
entre el ideal y la realidad. A pesar de todos sus esfuerzos y de su incansable trabajo, la realidad
y las relaciones siguen siendo muy imperfectas y dejan mucho que desear. El 1 aprieta los
dientes para disimular su insatisfacción y enmascarar su ira, que le produce malestar y disgusto,
porque le hace dar una imagen demasiado humana e imperfecta de sí. Está convencido de que
las personas educadas no tienen que airarse jamás y su insatisfacción se manifiesta y se
somatiza en la tensión de su rostro y en el tono de su voz.
El 1 es una olla a presión, cuya rabia contenida y controlada, puede manifestarse bajo diversas
formas, tales como:
La superioridad: La irritación ante las limitaciones de los demás puede traducirse en actitudes
de superioridad profesional, estética, intelectual, de comportamiento.
La crítica: constante inclinación a detectar instintivamente los errores y los aspectos negativos
de las personas, así como a puntualizar sistemáticamente las cosas que no funcionan, tanto
dentro como fuera.
El perfeccionismo: excesiva preocupación por los detalles, debida a su obediencia a normas y
autoridades abstractas, a su obediencia a normas y autoridades abstractas, a su obsesión por la
mediocridad y a su impaciencia consigo mismo y con los demás.
el moralismo: tendencia a imponer los propios criterios y juicios, adoptando un tono de
sermón y de reprimenda en relación con los comportamientos considerados erróneos, el
moralismo degenera a menudo en actitudes culpabilizadoras.
El supercontrol: la tendencia a la rigidez y a la falta de espontaneidad. La tensión provocada
puede dificultar la distensión, perturbar el sueño, complicar la digestión y originar ulceras,
gastritis, etc.
Los unos tienen su salida buena logrando la serenidad del corazón mediante la práctica de
actitudes como las siguientes:
Educarse en la afirmación de lo que hay de bueno y positivo en uno mismo y en los demás, sin
atormentarse por lo que sigue siendo incompleto e imperfecto.
Ser conscientes de que hay distintos modos de hacer las cosas, sin absolutizar el propio y
menospreciar los de los demás.
Transformar la cólera en energía positiva, sin necesidad de juzgarla o de justificarla, sino
canalizándola al servicio de la justicia y de la verdad.
63
Tener paciencia y apreciar los pequeños esfuerzos sin lamentarse por los errores cometidos o
las oportunidades perdidas.
Aprender a reírse de uno mismo, desdramatizando los propios desaciertos y relativisando las
angustias.
Valorar la importancia de las cosas objetivamente, sin hacer una montaña de un grano de
arena, ni de una pulga un elefante.
Consolarse con la idea de que la salvación del mundo no depende de los propios esfuerzos y
confiar en la providencia.
Convivir creativamente con las propias limitaciones e imperfecciones.
Crítico de sí mismo y de los demás. Convencido de que existe una sola forma correcta. Se
siente éticamente superior. Con frecuencia utiliza palabras como "debo" o "tengo que".
Los unos evolucionados pueden ser héroes morales con excelente capacidad crítica. Los Uno
fueron niños buenos, aprendieron a portarse bien, a ser responsables y a hacer lo correcto.
Aprendieron a controlarse con severidad. Trabajadores rectos independientes y perfectos.
Perfeccionismo. Están en contra de las cosas como están. Ellos creen que luchan por mejorar
algo. Parecen personas muy justas y de gran moralidad. Muy poca aceptación del otro. Intentan
acomodar a su pareja a sus expectativas. Son amas de casa "perfectas y pulcras". Puritanos: son
más papistas que el Papa. Tienen voz firme y pronunciado mentón. Corrigen lo que está mal,
se fijan en la mancha, no en el traje. Se dedican a causas benéficas. Exigentes y estrictos.
Exigen respeto. Piden JUSTICIA. Miedo a dejarse llevar, a la pasión. Aristócratas ordenados y
limpios. La palabra es CONTROL. Es una no aceptación de la naturaleza. Es realista, con
convicciones fuertes, prejuicioso y rígido. El deber está por encima del placer. Interés por los
reglamentos, por las normas. Tienen la compulsión de decir "cómo debería de hacerse". Echan
mano de la razón, abogacía innata.
2. EL ORGULLO. El que da
El pecado original de los 2 es el orgullo, que en la tradición cristiana ha sido considerado a
menudo como el más grave de todos los pecados. El 2 cree estar animado en su servicio por
los más altos motivos y hacerlo todo sin segundas intenciones. En la práctica, le resulta
bastante difícil observarse a sí mismo interiormente y percibir su subjetivismo. El aparente
altruismo de esta personalidad es la manera legítima que tiene de vivir su propio egoísmo. En
cierto sentido el 2 está convencido de no tener necesidad de los demás y de que los demás en
cambio si tienen necesidad de el; está convencido de que él no necesita a Dios, sino que Dios
tiene necesidad de su ayuda para salvar al mundo.
El orgullo, que impide la capacidad de introspección y la aceptación global, no parcial de la
verdad, puede manifestarse de diversas maneras:
La hipervaloración: tendencia a sobrevalorar los propios méritos y a creer que puede afrontar
cualquier problema contando con las propias capacidades para administrar las crisis y acudir en
auxilio del prójimo. El 2 tiene una gran necesidad de sentirse necesario y/o indispensable en la
vida de los demás.
La hipersensibilidad emotiva: excesiva sensibilidad y ansiedad frente a las críticas o los indicios
de ser rechazado. Cuando se siente herido, el 2 se cierra en sí mismo y se hace agresivo. De vez
en cuando aparece la envidia como expresión de su necesidad de mantener dependientes a las
personas de su entorno.
64
El hedonismo: búsqueda del placer y de toda clase de gratificaciones, incluidas las culinarias,
para compensar la falta de afecto y de ternura.
La seducción: empleo de técnicas, verbales o no para atraer sobre sí la atención de las personas
que despiertan su interés o admiración.
La proyección: método recurrente de atribuir a los demás los propios sentimientos y
necesidades, como justificación para honrarles mediante el propio servicio y disponibilidad.
La salida positiva del "orgulloso" consiste en practicar la humildad que no es otra cosa que un
orgullo sanado y santificado. Verse desnudo es como verse desnudo delante de un espejo
sintiendo gratitud por lo que este refleja, sin exagerar orgullosamente los propios sentimientos,
imaginándolos mayores de lo que son y sin minusvalorarse negándose a aceptar lo que hay.
La humildad se practica a través de actitudes como las siguientes:
Aceptar las propias limitaciones, necesidades y sentimientos.
Reconocer que las propias motivaciones, a la hora de ayudar a los demás, están a menudo
mezcladas con exigencias personales de fondo.
Darse cuenta de que cuando estalla la cólera o el resentimiento es porque hay necesidades
reprimidas o insatisfechas que piden ser atendidas.
Aprender a ser uno mismo, más que esforzarse en complacer a los demás.
Quererse a uno mismo independientemente de la utilidad práctica que uno pueda suponer para
el prójimo.
Dejarse querer por los demás, sin ceder a la necesidad de comprar o ganarse su afecto con el
propio esfuerzo.
Alegrarse cuando las personas se hacen independientes y autosuficientes.
Encontrar espacios para estar a solas con uno mismo, como oportunidad para la
profundización interior.
Exige aprobación y afecto. Busca ser amado y apreciado volviéndose indispensable para otra
persona. Entregado a satisfacer las necesidades de los demás. Manipulador.
Los dos evolucionados son personas genuinamente consideradas y solícitas.
Los Dos poseen una tremenda necesidad de afecto y aprobación. "¿Les pareceré simpático?"
Desean ser amados, protegidos y sentirse importantes en la vida de los demás. Durante su
infancia estas personas obtuvieron amor y seguridad complaciendo las necesidades de los
demás. Por ello son muy intuitivos para captar la necesidad ajena.
La persona orgullosa se siente tan maravillosa que no necesita exhibirse, pero su máxima
necesidad es la atención para lo cual seduce: a cada uno le da lo que quiere. Promete más de lo
que cumple. Le atraen las emociones y las caricias, necesita gente para abrazar y contactar. Es
un dar para recibir un estar en el otro para que le hagan caso. Como princesas. Es una niña
buena pero puede resultar fatal. Seduce con total inocencia "Ya sé que soy maravillosa, pero no
lo hago queriendo".
3. LA VANIDAD. El organizador. Falsificación.
El engaño o la mentira es el pecado capital del 3, una personalidad que busca el éxito en todo
cuanto hace para lo cual trata de embellecer y manipular la realidad. El 3 recurre a un montón
de trucos para enmascarar la verdad o para vender sus propias ideas o productos. Es un
maestro del arte de la manipulación que emplea en lugar de la honestidad, porque esta
convencido de que las mentiras son un modo de transmitir la verdad, pues considera que es
verdadero todo lo que funciona.
65
La tendencia al engaño, más o menos evidente, puede manifestarse de las siguientes formas:
La orientación al éxito: el 3 es instintivo y competitivo por naturaleza y no le interesan más que
los resultados. Sabe imprimir enseguida la marcha adecuada para avanzar tanto en el campo
profesional como en el de las relaciones.
El arte de la manipulación: se expresa en su instintiva habilidad para suscitar la admiración y el
favor de los demás y para exponer sus proyectos de manera convincente a la hora de conseguir
todo tipo de apoyos.
El pragmatismo: su filosofía de la vida está orientada a la acción, a posiciones y estrategias
concretas. Para el 3 es verdadero lo que es práctico y no existen verdades objetivas.
La atracción sexual: esta personalidad se sirve de sus especiales aptitudes sociales y
comunicativas para despertar la atención y ganarse las simpatías, convencido de que toda
conquista afectiva es un nuevo éxito.
La ambigüedad. Tendencia a vivir de dos maneras diferentes: la más visible es la orientada al
exterior y está hecha de apariencia, de imagen y de adaptación, la otra tiene que ver con el
mundo interior y es más genuina, privada y protegida.
La salida buena de los organizadores consiste en integrar la virtud de la verdad, que se cultiva
mediante la práctica de actitudes como las siguientes:
Ser transparente y jugar con las cartas boca arriba, sin esconderse detrás de la profesión, el
cargo o la imagen.
Ser consciente de las mascaras y trucos que se emplean para manipular al prójimo o a uno
mismo.
Prestar más atención a los sentimientos y las necesidades del corazón, sin proyectarse
instintivamente en la acción o en los propios proyectos.
Saber percibir las diferencias entre la acción y el sentimiento, especialmente en las relaciones
interpersonales.
Reconocer la discrepancia existente entre la imagen pública que se quiere dar y el mundo
privado que se quiere esconder.
No permitir que la eficacia sea el principal criterio para valorar las situaciones y a las personas.
Afrontar con humildad el misterio de la cruz y el fracaso como senderos hacia la verdad de las
cosas y aprender a decir "me he equivocado, discúlpame".
Busca ser querido por su rendimiento y logros. Competitivo. Obsesionado con la imagen de
triunfador y con status comparativo. Maestro de las apariencias. Pueden aparentar ser más
productivos de lo que son en realidad. Confunden su ser real con la identidad del trabajo. Lo
tres evolucionados pueden ser líderes efectivos, buenos presentadores, capitanes de los equipos
vencedores.
Los Tres fueron niños que recibían premios por sus logros y puesto que eran amados por sus
logros aprendieron a reprimir sus propias emociones y a adquirir el rasgo que les garantizara el
amor. La idea era esforzarse mucho para lograr el reconocimiento, asumir posiciones de
liderazgo y ganar, siendo muy importante evitar el fracaso. Aparentan optimismo y bienestar,
abandonando sus emociones y trabajando para obtener recompensas externas. El trepador, el
ejecutivo, la "superwoman" que a todo llega.
Son muy activos y evitan el tiempo libre si no les hace escalar u obtener buenos resultados. Su
autoestima depende de su rendimiento. Su vida familiar es de anuncio: "Viajamos juntos,
hablamos mucho con los chicos, jugamos a tenis". Interpreta la imagen profesional requerida.
Competitivos, pasión por el éxito. Sienten que son sólo lo que aparentan, una mujer puede
66
identificarse con su bonita forma, su modo de vestir (su máscara). Muy perfecto pero alienado.
"No sé quien soy, pero lograré lo que me proponga", "Debo ser el mejor para que me tengan
en cuenta". Arrogantes, ambiciosos, entusiastas, enérgicos, dominantes, tipo neutro,
controlado, frío en las emociones, gestos estudiados. Se encuentra mal en soledad, necesita ser
admirada. No pierde las formas, solo muestra su tristeza en la intimidad.
4. LA ENVIDIA. El Romántico - La comparación
La envidia, el pecado capital de los 4 es un sentimiento provocado por el deseo de tener lo que
no está al alcance de uno. Nace de percepción de la carencia de algo o de alguien. Este
sentimiento puede asumir una connotación sexual (el deseo de mantener relaciones con alguna
persona), social (la ambición de pertenecer a una clase privilegiada o de desempeñar un papel
importante), material (la codicia de bienes físicos, casas, vestidos, alimentos...), intelectual (la
atracción por personas cultas, eruditas y estimulantes).
La envidia puede manifestarse de las siguientes maneras:
La pobreza de la imagen personal: La envidia parte de una insatisfacción por lo que se es o lo
que se tiene, el individuo tiene dificultad para aceptarse y reconciliarse consigo mismo.
La competición: el miedo a encontrarse con alguien que podría resultar mas atractivo e
interesante que el lleva al 4 a entablar una competición para no perder la batalla. La pugna
puede situarse en el campo de la imagen, del vestido, del estilo de la vida, de las armas de
seducción empleadas para conquistar la atención de alguien.
La intensidad emotiva: para sentirse vivo y especial, el 4 busca todo cuanto es profundo,
hermoso y doloroso, y rechaza la rutina y la vulgaridad.
El maridaje con el sufrimiento: el sufrimiento es un aliado porque crea intensidad de
sentimientos, riqueza de vida, sensibilidad exacerbada y mayor profundidad en el encuentro
con los demás. A veces el 4 se desposa con el sufrimiento ensimismándose en el papel de
victima o incomprendido.
-la búsqueda de afecto: la superación del sentimiento de vacío, de soledad y de abandono se
produce mediante la Búsqueda de alguien que le ame de verdad, para conseguir esa relación
puede hacerse dependiente del otro.
La salida de los "cuatros" consiste en saber descubrir el equilibrio y la armonía mediante la
practica de actitudes como las siguientes:
Aceptar serenamente la insatisfacción de los propios deseos.
Aprender a satisfacerse sanando la tensión entre la atracción por lo que no hay y la repulsión
por lo que hay.
Vivir el presente, sin dejarse llevar por la nostalgia del pasado ni buscar compensaciones
imaginarias soñando con un futuro maravilloso.
No ceder a la autocomplacencia, sino encauzar las propias energías en acciones constructivas,
desarrollando las propias capacidades sociales.
Valorar con serenidad y apertura lo que es único y exclusivo y lo que es normal y ordinario,
tanto dentro como fuera de uno mismo.
-Transformar las propias heridas en compasión y comprensión para con los sufrimientos de los
demás.
Recuperar el equilibrio de la propia vida sentimental.
Amarse y aceptarse, aprendiendo a ser buena compañía para uno mismo.
67
Atraído por lo inaccesible; el ideal nunca está presente en el aquí y el ahora. Trágico, triste,
artístico, sensible, original; concentrado en el amante ausente, la pérdida de un amigo.
Los cuatro evolucionados son creativos y pueden ayudar a mitigar el dolor en los demás; están
comprometidos con la belleza y vida apasionada: nacimiento, sexo, intensidad y muerte.
De su infancia, los Cuatro recuerdan el abandono y como resultado sufren de un sentimiento
de carencia y de pérdida. Se quedan concentrados en el amor perdido, en el amor imposible. Se
deprimen con frecuencia. Algunos lo aceptan de forma fatalista, permaneciendo en largos
periodos de autoaislamiento, otros luchan contra la depresión a través de una frenética
hiperactividad, si bien los hay que pueden profundizar en lado mas oscuro de las personas a
través del arte. La melancolía crea una atmósfera de dulce lamento, haciendo que los cuatro se
sientan intensamente vivos en estos cambios emocionales.
Se mantienen a una distancia segura, no muy lejos para que la nostalgia familiar no se convierta
en desesperación. Tiene miedo a ser nuevamente abandonado. Están en la comparación.
"Aquel tiene algo que a mi me falta". Buscan seres poderosos para emparejarse, gente
protectora. Tienden a despreciar a quien les ama ya que sienten: "Qué poco vale esa persona
que me aprecia, siendo como soy tan poco valiosa"
Carencia, necesidad de ser llenado con algo de fuera. Están en la queja. Rasgos físicos, marcado
entrecejo, falta de volumen corporal, imagen original, cara de bruja. Atraen el amor
necesitando más. "Se echa al suelo para que le levanten". "Intentos de suicidio para llamar la
atención". Nunca están conformes con su pareja. Intentan ampliar su cultura y conocimientos
para emular a los otros, llegando a ser muy refinados o artísticos. No se conforman con ser
como el otro, además quieren cortarle la cabeza. Hay cierta relación con las maneras
homosexuales. Son celosos "Si me quieren, no valen lo suficiente. Críticos y mordaces
5- LA AVARICIA. El Observador-La Negación
El 5 tiende a retenerlo todo para si. Tras haber construido con esfuerzo su patrimonio
intelectual y su mundo personal, no está dispuesto a privarse de lo que tiene o de lo que sabe
por miedo a empobrecerse. La avaricia se manifiesta en distintos contextos: en el ámbito
intelectual como tendencia a no comunicar los propios conocimientos e intuiciones; en el
ámbito afectivo, como inclinación a no compartir los sentimientos y a mantenerse
emotivamente distante; en el ámbito social como resistencia a implicarse y a emplear el tiempo
en cosas superficiales; en el ámbito material, como apego excesivo a las cosas queridas.
Las modalidades concretas en que puede expresarse la avaricia son las siguientes:
La autonomía: el 5 tiene una especial necesidad de exclusividad e independencia, posee una
gran capacidad de supervivencia y manifiesta un estilo de vida austero.
Acumular conocimientos: esta personalidad se distingue por su especial predilección por
ampliar su patrimonio intelectual mediante la reflexión y la discusión incluso sobre conceptos
abstractos y mediante la lectura de temas interesantes y estimulantes.
Distanciamiento emotivo: esta tendencia se advierte en el limitado nivel de autoconciencia
emotiva, en la sensación de vulnerabilidad en la relación con las personas al nivel de los
sentimientos y en el miedo a la implicación afectiva y al consiguiente peligro de dependencia.
La huida de los compromisos: el 5 se siente incomodo a la hora de asumir compromisos a
largo plazo, porque podrían privarle de la necesaria libertad e independencia. Puede por
ejemplo negarse al matrimonio porque le nacimiento de los hijos le exigiría emplear un tiempo
y unas energías que no esta dispuesto a sustraer a otras esferas vitales de su existencia.
Dejarlo para más tarde: Prefiere observar y pensar a actuar y tiende a diferir la acción y a
renunciar al propio protagonismo.
68
La salida que tienen los "cuatro" para su crecimiento consiste en cultivar la virtud del
desinterés que se practica mediante actitudes como las siguientes:
Compartir los propios conocimientos sin temor a empobrecerse.
No dar por supuesto que la manera de pensar de uno sea superior a la de los demás, sino ser
conscientes de que hay diversos tipos de inteligencias.
Tomar la iniciativa de revelar los propios sentimientos para establecer relaciones de intimidad.
Implicarse en la acción y con los demás a fin de disminuir el propio aislamiento
Esforzarse por trabajar en equipo, sin limitarse a confiar en los propios recursos.
Dejar que la vida sea maestra, mejor que depender de los propios esquemas mentales de
referencia
Mantenerse en contacto con la propia corporeidad y encauzar las energías hacia la acción.
Mantiene una distancia emocional con respecto a los demás. Protege su privacidad, no se
conecta. Se siente agobiado por los compromisos y las necesidades de los demás. Se aísla de los
sentimientos, de las personas y de las cosas.
Los cinco evolucionados pueden poseer excelente poder de decisión, pueden ser grandes
intelectuales y monjes.
Son personas tímidas, cerradas e introvertidas, les gusta vivir aislados o solos, lejos de las
tensiones emocionales. A menudo desconecta el teléfono y están apartados en los grupos.
De niños, los Cinco se sintieron invadidos, por lo que guardan su espacio y su privacidad. El
mundo exterior es percibido como invasivo y peligroso, así que se conforman con lo poco que
tienen antes de arriesgarse a salir de casa. Y lo que tienen es gran imaginación y gran capacidad
de pensamiento. Encontrarán formas de evitar el contacto. Viven su propia vida como
espectadores, intentando no involucrarse. Sienten gran necesidad de afecto pero se ven
paralizados para acercarse por lo que vive desconectado de sus emociones creando un enlace
mental con el mundo. Son los sabios solitarios.
Avaricia de Tiempo o de energía (no sólo de dinero). Es un cerrarse para no dar. "Si doy lo
poco que tengo, me quedo sin nada". Se cansa de la vida social pero en su retiro goza de cada
relación con el recuerdo. Se siente carente, retiene lo que posee. Agrede mediante la retirada
del cariño. Prefiere estar libre de obligaciones, huye del compromiso. Prefiere confiar en sí
mismo. Se guardan lo que sienten, no lloran fácilmente. Tienen problemas sociales de
comportamiento. Se amuralla para no ser invadido. Sin movimiento, como catatónicos.
Desconecta del otro a través del desconectar de sí. Orden intelectual. Inaccesible. Se siente
atrapado por todo.
6. LA COBARDIA. El que duda.
El pecado radical del 6 es el miedo, un sentimiento que surge cuando se prevé una amenaza y
que puede deberse a causas externas o internas. La amenaza o la sensación de peligro pueden
ser reales o imaginarias y puede guardar relación con realidades presentes o futuras. El 6 es un
especialista en idear escenarios catastróficos y es prisionero de sus propias trampas mentales.
Los miedos que le torturan tienen diversos nombres: miedo al cambio, miedo a equivocarse,
miedo a lo desconocido, miedo a la soledad, miedo a la critica, a la hostilidad, al engaño o a la
traición...
Frente a estos miedos, encuentra seguridad y refugio en la autoridad externa y en aquellas
instituciones que representan puntos firmes de referencia para su acción. Los sufíes definieron
69
a la Iglesia Católica como una iglesia constituida por tipos 6 pensaban efectivamente que el
sistema romano se basaba excesivamente en el temor y había llevado a muchas personas a
tener miedo de Dios, del clero, de los pecados mortales, de sí mismos y de su propio cuerpo.
Especialmente en el periodo que precedió al Vaticano II, la Iglesia a través de la fidelidad y la
obediencia a sus verdades absolutas e indiscutibles, se presentó como un lugar ideal para las
personas inseguras.
El miedo de los 6 puede asumir diversas manifestaciones:
La incertidumbre crónica: el 6 vacila, no porque esté confuso acerca de las tareas que debe
realizar, sino porque cuestiona sus propias capacidades. A menudo carecen de confianza
personal, dudan de sí mismas, vacilan a la hora de tomar decisiones y tienden a recoger
constantemente nuevas informaciones para no correr el peligro de equivocarse.
La dependencia: La recuperación de la seguridad personal se produce a través de la fiel
observancia de reglas y normas y la obediencia a la autoridad, mientras que las situaciones no
estructuradas provocan ansiedad.
La sospecha: El 6 no se fía fácilmente de las personas y tiende a dudar de las intenciones de los
demás. Presta atención a dudar de las intenciones de los demás. Presta atención a los mensajes
verbales y no verbales o a los significados ocultos, desconfía y critica a quien transgrede y esta
siempre atento a prevenir eventuales peligros.
La intolerancia ante la ambigüedad: esta personalidad tiene necesidad de claridad, de llamar a
las cosas por su nombre y no soporta la idea de la ambigüedad, por eso puede mostrarse rígido
e inflexible frente a aspectos o interpretaciones de la verdad que no coinciden con la suya
propia o que le parecen dudosas y ambivalentes.
La búsqueda de amistad: el 6 evita el peligro de ser rechazado promoviendo una imagen
positiva de si a través de la hospitalidad, la afabilidad y la amabilidad a veces pecando de
obsequioso o exageradamente fiel.
La salida del "seis" está en desarrollar la virtud del valor, que puede cultivarse mediante la
práctica de actitudes como las siguientes:
Consolidar la propia autoridad interior.
Aprender a correr riesgos y a tomar decisiones para ganar confianza en uno mismo.
Crecer más en los valores de fondo que en las normas o en las instituciones.
Privilegiar la acción, en lugar de obsesionarse con elucubraciones mentales teñidas de miedos y
peligros a menudo imaginarios.
Responsabilizarse de las propias opciones y acciones, sin esconderse detrás de la autoridad.
Expresar con claridad las propias ideas sin dejarse llevar por el miedo o por la duda frente a las
posibles reacciones o críticas.
Promover la propia autonomía e independencia, tomando decisiones en sintonía con los
propios valores, aunque puedan contrastar con el parecer de los demás.
Ser audaces, no tener miedo a tener valor.
Temeroso, obediente, lleno de dudas. El pensar sustituye al hacer, teme hacerlo por temor de
ser atacado al exponerse. Es leal a la causa, vacila, se siente perseguido y se rinde cuando le
acorralan. Al sentirse acorralado sale a enfrentar el terror de forma agresiva.
Los seis mas trabajados pueden ser excelentes miembros de un equipo, soldados leales y
buenos amigos. Trabajan en una causa de la misma manera que otros trabajan para su
beneficio personal.
70
Los Seis, de jóvenes, recuerdan haber temido a las personas que tenían poder sobre ellas y
haber sido incapaces de actuar por sí mismos. Para aliviar esta inseguridad tratan de encontrar
una figura protectora sólida o ir en contra de la autoridad. Brindan lealtad a una institución
protectora como la Iglesia, una empresa... Son en extremo leales, encuentran en el grupo su
identidad y su seguridad. La duda, incapacidad para decidir, miedo al castigo. Su vacilación
deriva de su inseguridad.
Son paranoicos, se sienten vigilados. Son bastante tímidos, depende del subtipo (6-belleza, 6Fuerza o 6-conservación). Lucha contra el miedo. Obediente con los de arriba, autoritario con
los de abajo. Necesita apoyarse en otro, busca la alianza por temor a la propia indefensión.
Tendencia a controlar sin permitirse el instinto o la intuición. Los hombres Seis tuvieron
problemas con el padre. Tienen un nivel muy alto de culpa. Una vez tomada una decisión, aún
continúan con la duda. Los Seis Fuerza necesitan demostrar su poder en cualquier situación
para prever que nadie se le vuelva en contra, por miedo.
7. LA GULA. El epicúreo-El escapista
El pecado de los "7" es la destemplanza. No se trata solo de una avidez limitado a los pecados
de la gula, sino de una inclinación general al exceso y a la inmoderación.
El peligro está en idolatrar el placer, un peligro especialmente presenta en la actual sociedad del
bienestar, que alimenta la cultura de la gratificación y de la satisfacción inmediata de deseos y
apetitos diversos. El pecado de destemplanza puede expresarse a nivel cultural, en la necesidad
de asistir a cursos, de vivir nuevas experiencias, de hacer viaje. A nivel físico en la necesidad de
satisfacer al cuerpo con los placeres de la cocina y del sexo. A nivel social en la exigencia de
establecer nuevos contactos, conocer a otras personas y vivir nuevas e interesantes aventuras.
Si el 4 tiende a fijarse en sus carencias, el 7 considera que nunca ha experimentado lo
suficiente.
La tendencia a excederse puede manifestarse de las siguientes maneras:
El permisivismo: orientación instintiva a satisfacer las propias necesidades concediéndose la
libertad de obrar de acuerdo con el deseo del momento
El narcisismo: amor desmesurado a uno mismo, que puede traducirse en el exhibicionismo y el
protagonismo o en la necesidad de aparecer como superior a los demás intelectual o
socialmente.
La seducción: el 7 puede valerse de su encanto social para resultar agradable y ganarse la
benevolencia, el apoyo y la admiración de los demás.
La falta de perseverancia: el entusiasmo demostrado ante los estímulos y las novedades se
traduce en abandono frente a las dificultades, a menudo los 7 escurren el bulto cuando hay que
sacrificarse, ser tenaces y seguir adelante.
La rebelión: se da en el 7 una actitud de oposición a la autoridad, especialmente cuando esta
puede turbar su optimismo o ejercer algún tipo de control sobre su libertad y su imaginación.
La salida de los "siete" consiste en interiorizar la virtud de la sobriedad, que se cultiva mediante
la práctica de actitudes como las siguientes:
valorar cada momento con todo lo que de bueno y creativo puede ofrecer.
llevar adelante los compromisos adquiridos, sin buscar evasiones, distracciones o cambios.
escuchar al que sufre sin necesidad de pintar las cosas de color de rosa
saber discernir prudentemente las prioridades. Sin dejarse llevar por el impulso del momento.
71
no imponer el propio ritmo ni el propio humor a los demás, sino saber adaptarse a las
circunstancias y a las personas.
amar y celebrar la vida y su aspecto gozoso, pero no a expensas del lado oscuro de la
existencia.
aceptar la enfermedad y las cruces cotidianas como aportación a la propia maduración humana
y espiritual.
experimentar el silencio y la reflexión como ocasiones para acceder a lo profundo de las cosas
y no quedarse en la superficie.
Locuaz seductor, busca el placer, evita el dolor. Gastrónomo, simpático, aventurero pero
evasivo del compromiso y de los límites. Abierto, compañero divertido, no termina lo que
empieza, hace planes pero no los ejecuta. Vende su proyecto pero embauca a otros para que lo
realicen.
Los buenos sietes pueden ser buenos teóricos, renacentistas, elegantes y amables.
Los Siete en su infancia eludieron el miedo escapando por medio de las infinitas posibilidades
de la imaginación. Suele haber un padre al que se han revelado. Se acercan a las personas para
tratar de atraerlas y desarmarlas con su encanto. Adictos a la planificación y a la diversión.
Confunde los proyectos con la realidad es un soñador un fantasioso. No tienen límites y
sienten que la vida tampoco los tiene. Ansia de satisfacción. Búsqueda del placer, que es una
huida del dolor. Complacientes. Capacidad verbal extrema, charlatán. Vendedor, embaucador,
tramposo, encantador, con poder de persuasión. La vida es juego. Son bastante payasos y les
importa la popularidad. Utiliza la astucia, es listo. Es generoso, nunca renuncia a nada, es dulce.
Su lema es "más y. Tipo gozador. Es narcisista, posee gustos exquisitos y una atracción por las
experiencias cumbre. Rehúsa el compromiso o si lo hace no suele cumplir, y aunque parece
poco fiable suele ser muy responsable en el trabajo y lo hace con gusto.
Es optimista y siempre ve abiertas futuras posibilidades de éxito.
8. LA LUJURIA. El mandón
El pecado original del jefe es la arrogancia y/o la lujuria. Ambas tendencias nacen de la
pasionalidad y en el exceso.
La lujuria es el deseo vehemente de placeres carnales. La arrogancia es la pretensión de estar en
la verdad, de imponérsela a los demás o de afirmarla sin amor. Aun manteniendo abiertas
ambas tendencias, tomaremos en consideración especial la arrogancia como expresión de
poder que puede manifestarse de los siguientes modos.
El control: exigencia de dominar las situaciones, vencer en una competición, imponerse en un
enfrentamiento directo, hacer respetar el propio espacio y las propias opiniones.
El predominio de la acción: la identidad de esta personalidad esta vinculada a la acción y a los
resultados concretos, con el peligro de descuidar o infravalorar la importancia de los
sentimientos en las relaciones.
El sarcasmo: a veces el 8 puede recurrir a actitudes punitivas para hacer valer su superioridad
como el sarcasmo, la ironía, la intimidación y la humillación.
La contestación: frente a las fuerzas que obstaculizan su voluntad y sus convicciones, el 8
puede oponer resistencia rechazando la colaboración, provocando el conflicto, denunciando la
injusticia y asumiendo una actitud rebelde.
La intensidad: la determinación y la aparente seguridad del 8 puede significar falta de
sensibilidad a su propio mundo afectivo, inclinación a enmascarar su vulnerabilidad y falta de
respeto para con la dignidad y el valor del otro.
72
Lo que deben aprender los jefes es interiorizar la virtud de la sencillez, que se cultiva mediante
la práctica de actitudes como las siguientes:
Dejar que el niño que todos llevamos dentro se manifieste y pueda expresarse.
Aprender a ser queridos y no temidos por los demás.
Hacerse más capaces de expresar el aspecto tierno y vulnerable de la propia naturaleza.
Ser más atentos y sensibles a los sentimientos propios y a los ajenos, sin tratar de negarlos o
esconderlos.
Convencerse de que nadie es autosuficiente y de que una sana dependencia de los demás es
señal de humanidad y madurez.
Reconocer que cada cual tiene su parte de verdad que ofrecer y no pretender imponer la
propia.
Aprender a adaptarse a las personas y a las situaciones sin pretender ejercer el control sobre las
cosas.
Ser pacientes con el prójimo, reprimiendo el impulso da formular juicios apresurados y
sumarios sobre las personas.
Tiene que tener el control. Hace demostraciones de fuerza, le encantan las luchas de poder y
los enfrentamientos. Forma de vida excesiva: demasiadas cosas, sexo, trasnochador, ruidoso.
Da la cara por sí mismo y por sus amigos, combativo, extremadamente protector.
Los Ocho evolucionados son excelentes líderes, poderosos. Tratan de proteger a sus amistades
de cualquier peligro.
Los Ocho describen una infancia combativa donde los fuertes eran los respetados y los débiles
no lo eran. La sólida coraza del Ocho protege el corazón de un niño dependiente,
prematuramente expuesto a circunstancias adversas. Para protegerse captan de inmediato las
intenciones negativas de los demás. Encuentran su identidad como justicieros,
enorgulleciéndose de su deseo de defender a los débiles.
Su asunto principal es saber quien tiene el poder para ejercer su propio poder sobre la situación
y mantener el control. Si los ocho se encuentran en una posición subordinada, minimizarán el
hecho de que la autoridad posee control sobre su comportamiento y abusarán de los límites y
de la interpretación de las reglas, hasta tener claro cuales serán las consecuencias. El Ocho
siempre considera que la verdad siempre surge durante una riña. Los ochos no permiten que se
cuestione su propia opinión. En lugar de buscar alianzas o acuerdos, su estrategia es la total
usurpación del poder.
El modo de liberar la sobrecarga de energía que tienen consiste en excederse, crear problemas,
interfiriendo en la vida de sus amistades, excederse con la comida, el sexo o las sustancias.
Intensidad sin medida. Rebeldía. No sienten culpa ni miedo. Primitivos pero no rencor, pena o
vergüenza. Posesivos, celosos, agresivos, competitivos. Llevan la verdad hasta el escándalo.
Gusto por los peligros, temerarios, niega las normas sociales, intolerancia a la frustración. Son
la pura acción. No pide para no arriesgarse a una negativa, lo arrebatan. Atropelladores
Rechaza la autoridad, rompe con todo obstáculo que le impida realizar sus deseos. No aparece
por los psiquiatras.
9. LA PEREZA. El mediador
La pereza es el pecado capital del 9 que tiene el peligro de abandonarse a la inactividad y dejar
para mañana lo que tendría que hacer hoy, o de dejarse influir por el humor del momento o
por las decisiones de los demás. Los pecados del 9 son por "omisión" y tienen que ver con
73
cosas que no se han hecho, con oportunidades que se han perdido y con cualidades que se han
reprimido y se han mantenido ocultas. Prefiere dejar a otros, evitando los conflictos y no
afrontando los problemas.
La pereza puede asumir las siguientes manifestaciones:
La resistencia al cambio: predilección por las cosas habituales y rutinarias, agresividad pasiva,
tendencia a la resignación.
El olvido de si mismo: dificultades para la introspección y para la conciencia de las propias
necesidades, renuncia a los deseos para responder a las de expectativas ajenas, tendencia a
desacreditarse, necesidad de pasar inadvertido.
La compensación: tendencia a colmar la inercia mediante actividades compensatorias, como la
dependencia del alcohol, de la comida, de la televisión, de la lectura o de un hobby. Trata de
narcotizarse para no enfrentar las situaciones difíciles
La distracción: inclinación a despilfarrar las energías en intereses del momento, sin objetivos de
fondo hacia los que orientar el propio esfuerzo.
Intensidad a través de las pertenencias: La imagen que el 9 tiene de si mismo está mediatizada
por sus contextos de pertenencia, como la familia, el ambiente de trabajo o el grupo de
amistades, que contribuyen a definir las funciones y la identidad. Y sobre todo está la búsqueda
de fusión con la pareja para compensar la débil identidad personal.
La salida para los mediadores está vinculada a la capacidad de desarrollo de la virtud de la
diligencia, que se cultiva mediante la práctica de actitudes como las siguientes:
asumir la responsabilidad por los dones recibidos, implicándose en la vida y con los demás.
encender el fuego interior de la motivación y apretar algo mas el acelerador.
afirmar el propio valor y dignidad, conscientes de que no es posible amar al prójimo sin amarse
a uno mismo.
desarrollar la pasión por la vida, sacando a la luz las propias energías y capacidades.
expresar las opiniones propias y afrontar de manera constructiva los conflictos y las
diferencias, evitando hacer creer a toda costa que todo es paz y armonía.
establecer limites y plazos en la realización de los proyectos, sin perderse en infinitas
distracciones o casas no esenciales.
aprender a centrar la atención tomando la iniciativa, estableciendo prioridades y tomando
decisiones.
Obsesivamente ambivalente, ve todos los puntos de vista. Conoce las necesidades de los demás
mejor que las propias; agradable, manifiesta la ira en formas indirectas. Los nueve
evolucionados pueden ser excelentes pacifistas, consejeros, negociadores. Los Nueve fueron
niños que se sintieron ignorados durante su infancia, no se sentían escuchados y las
necesidades de los demás eran más importantes que las propias. Se adormecieron y olvidaron
sus verdaderos deseos procurándose pequeñas comodidades y sustitutos para el amor.
Aprendieron a anestesiarse y a olvidarse de sí mismos al darse cuenta de que sus prioridades
probablemente no serían consideradas. Pierden el contacto con lo que quieren al fusionarse
con los deseos de los demás. Tienen dificultad en decir que no y sienten que al entablar una
relación ni siquiera se han preguntado su necesidad sino la del otro. Se encarga de mantener la
paz, de mediar, de estar de acuerdo con los otros. No discuten nada, enseguida asumen la
opinión ajena. Son lentos, se pierden en los detalles y dan rodeos. No llegan al grano de la
cuestión. Sin embargo toda esa tolerancia guarda dentro de ellos un volcán de rabia a punto de
erupción. Contienen la ira pero la expresan como terquedad o agresión pasiva.
74
Es un adormecimiento psíquico, no quieren ver ni trabajarse. Pereza de ser, de sentir su
interior, Pereza a la intensidad. Su depresión es resignada. Excesivo conformismo. Aspecto
sano, como el campesino satisfecho, Sancho Panza. Tapan la realidad para no enfrentar el
dolor. “La vida es simple, no sé por qué la gente se complica". Ni siquiera se da cuenta que
sufre, está narcotizado. Se suele evadir a través del hacer cualquier cosa inútil. Aparenta no
tener problemas, si bien va experimentando un empobrecimiento. Adopta valores del entorno.
ORÍGENES INFANTILES Y TONO DOMINANTE DE HUIDA POR EGO CON
IDEALIZACIÓN COMPULSIVA DEBIDO A LA EDUCACIÓN INFANTIL
La personalidad es en gran medida producto de la interacción que un niño tiene con sus padres
y otras personas significativas; el factor «gen» predispone a cierto temperamento.
Uno: Se orienta en negativo hacia el padre o figura paterna de autoridad, y en positivo hacia la
madre.
"En mi niñez fui muy criticado y castigado, lo cual me generó la obsesión-por ser bueno y
perfecto, por ello huyo del enfado y lo reprimo, lo que me obliga a no decir lo que pienso ni lo
que siento realmente. Me obligaron a ser adulto antes del tiempo".
Dos: Se identifica con el padre de modo ambivalente.
"En mi niñez fui querido por ser muy agradable y no dar ningún problema, por lo que huyo de
mis propias necesidades, ya que eso destruirá la imagen que quiero apararentar de seguir siendo
agradable con tal de que me quieran, lo que me obliga a creer saber y sentir lo que necesitan los
demás y dárselo aún de ignorarme a mí mismo, aprendí a representar el rol masculino de
fortaleza inquebrantable con tal de mantener fluidez afectiva hacia mí."
Tres: Se orienta en positivo hacia la madre y en negativo hacia el padre.
"En mi niñez me querían más por lo que tenía que por lo que era, por lo que huyo del fracaso
por ineficacia, y así mi gran necesidad de amor y aceptación, me hace representar roles muy
diferentes y contradictorios. Aprendí a tener alta autoestima a través de los elogios y atenciones
de mi madre y espero lo mismo de todos".
Cuatro: Se orienta en negativo hacia ambos progenitores.
"En mi niñez fui a abandonado lo que me causó una herida profunda de sentirme, raro, malo o
no ser nadie, por lo que huyo de lo normal y corriente, ya que ello me haría sentir un principio
de inadecuación y con ello sufriría aún más. Mi carencia de modelos de rol me hicieron crear
una identidad desde la fantasía interna".
Cinco: Se orienta con ambivalencia paterna-materna.
"En mi niñez deseé que me dejasen en paz por sentir que mi familia era muy entrometida y
exigente, por lo que huyo del contacto pues eso me haría relacionarme y volvería a sentir los
mismo. Mi química cerebral era muy hiperactiva"
Seis: Se orienta en positivo hacia el padre y negativo hacia la madre.
"En mi niñez sufrí humillaciones y falta de confianza, por lo que aprendí a dudar y a tener
miedo a todo lo extraño o a las figuras de autoridad, de las cuales huyo o tengo dudas, pues así
puedo romper las reglas sin temor al castigo".
75
Siete: Se orienta en negativo hacia la madre y en positivo hacia el padre.
"Mi niñez fue gris y triste, anodina, por lo que aprendí a olvidar todo lo que me pasaba,
creándome mis propios mundos; ahora huyo del dolor y la tristeza, pues eso me haría enfrentar
mi debilidad y mi escaso nivel de soportar y ceder ante la pena o la realidad. Las figuras
femeninas me producen temor por lo que las dañaré antes de ser dañado o me serán muy
indiferentes".
Ocho: Se orienta con ambivalencia hacia la madre.
"En mi niñez tuve que defenderme por mí mismo y recibí muchas palizas de mis progenitores,
lo que me hizo creer que la tiranía y el abuso así como la prepotencia es lo idóneo; ahora huyo
de la ternura, ya que eso me restaría poder y me haría débil ante los demás. Mi madre
impositora me generó como hijo rebelde y violento; solía confundirla con mi padre".
Nueve: Se orienta en positivo hacia ambos progenitores.
"En mi niñez en casa casi nunca pasaba nada, todo era muy «Light»; me sentí ignorado o no
escuchado, por lo que me creé el hábito de no querer nada ni de que nada me pasaba; ahora
huyo del conflicto y del esfuerzo, ya que eso me quitará la apatía y la negligencia a la que estoy
acostumbrado. Mis relaciones filiales fueron buenísimas, por lo que me identificaba más
viviendo la familiaridad ajena".
POSIBLES CONDICIONAMIENTOS DE LA INFANCIA
Cada eneatipo ha quedado marcado por algunas pautas de la infancia.
TIPO 1:
Sintieron que sus padres esperaban mucho de ellos; entonces se esforzaron por ser niños-as
buenos, “niños-as 10”.
A veces percibían que la figura protectora (quizás el padre biológico) no cumplía el rol, y ellos
asumieron ese papel. Se hicieron entonces “super-responsables”.
Se ganaron la independencia siendo “perfectos”.
Construyeron una autoimagen de bondad y responsabilidad frente a los demás, menos
maduros, menos correctos que ellos.
TIPO 2:
Durante su infancia creyeron que debían anteponer las necesidades de los demás a las suyas;
que debían dar para recibir; que el afecto de los demás tiene que ganarse de algún modo.
Se convirtieron en “ayudadores”, quizás con sus hermanos, padres, en los quehaceres. Así
recibían amor.
Reprimieron sus propias necesidades, sus propios sufrimientos, sus sentimientos negativos,
concentrándose en agradar y ayudar a los otros.
TIPO 3:
Aprendieron a obtener valía mediante un buen rendimiento, no por su ser sino por su hacer.
Establecieron un fuerte vínculo con la persona que los crió (a veces, la madre) a quien
deseaban agradar. Querían que se sintiera orgullosa de ellos.
Tienen un mensaje incorporado (introyecto): “No está bien no estar bien”. Entonces, que
parezca que todo está bien.
76
Puede que se disociaran interiormente en su esfuerzo para realizar proezas externas a fin de
complacer la figura sustentadora. Con frecuencia, nada resultaba suficiente.
TIPO 4:
Sintieron que sus padres no se conectaban con ellos.
Buscaron a los padres que no tuvieron en otras personas, “salvadores”, para que los rescataran.
Gran temor al abandono.
“Se escondieron” para que repararan en ellos. Intentaron ser misteriosos, llamar la atención de
alguna manera. Con fuerte carga emocional.
TIPO 5:
Temiendo ser abrumados por sus padres, crearon su espacio privado. Luego relegaron sus
necesidades personales y se centraron en algo “objetivo”.
Callados, introvertidos, ocupados en juegos solitarios, más bien intelectuales. Sus padres
trataron de socializarlos o de inducirlos a entablar una mayor relación con otros niños, con
deportes, etc.
De niños, se desconectaron del cariño de los demás, como una defensa contra frustración. De
adultos, esto se transformará en la tendencia a involucrarse con los otros.
Parecen haberse estancado en la fase infantil de separación (entre los dos y los tres años y
medio), cuando el niño aprende a actuar independientemente de su madre.
TIPO 6:
En la fase de separación, el niño suele apoyarse en la figura paterna. Tal vez el niño Seis
careció de ese apoyo, o lo sintió insuficiente, lo cual le hizo temer ser avasallado por su madre.
Anhelan aprobación, y a la vez, desean defenderse de ella. Quieren ser apoyados y temen ser
avasallados. Los asusta el abandono, pero también el avasallamiento.
En una notable ambivalencia, parecen pactar con la figura paterna: ofrecen obediencia externa,
pero internamente se vuelven rebeldes, escépticos. Marcada dualidad pasividad-agresividad.
TIPO 7:
En el plano inconsciente, experimentaron una desconexión de la figura sustentadora (a veces,
la madre) lo cual los llevó a decidir “cuidarse solos”. Quizá se sintieron desplazados por el
nacimiento de un hermano o a raíz de una enfermedad de la madre, o su lactancia fue
interrumpida.
Fase de separación conflictiva: parecen seguir buscando “objetos de transición” como
juguetes, juegos, distracciones, para ahogar la angustia de la separación.
El miedo, la frustración y el dolor quedan tapados por la búsqueda de distracciones,
sucedáneos de lo que perdieron.
TIPO 8:
Quizá debieron “hacerse adultos” o “madurar rápido” a edad temprana, por ausencia de uno
de los progenitores o debido a otro episodio. O fueron criados en un ambiente peligroso o
junto a un adulto violento.
Las actitudes “blandas” “dulces” resultan arriesgadas. De niños, quizá se sintieron rechazados
o traicionados. Cuanto más rechazo sufrieron, más se endureció su corazón.
Suelen ser la “oveja negra” o el “niño problema”, que se volverá un adulto disidente o mal
adaptado.
77
Tal vez se sintieron traicionados por uno de sus padres u otra persona adulta. O fueron
víctimas de maltratos o abusos, que los llevaron a impedir que eso se repitiese.
Si otros fueron despiadados con su familia o su entorno, el Ocho tal vez asuma esa actitud con
los demás.
De alguna manera, por uno u otro motivo, decidieron “no bajar la guardia” nunca y cerrar el
corazón.
TIPO 9:
Ante los problemas, muchos niños Nueve soslayaron los conflictos y actuaron como
pacificadores. O adoptaron la actitud de salir del medio para no causar problemas.
Nunca aprendieron a hacer valer su voluntad, o a ser independientes de sus padres. Se
mantuvieron en segundo plano.
Tanto reprimieron la rabia y la voluntad, que perdieron la conciencia de tenerlas.
Aprendieron a conformarse con lo que les daban. Lo que deseaban, pensaban o sentían fue
enterrado.
En casos extremos, pueden haber sufrido traumas físicos o sexuales en su infancia, y se
protegieron soterrándolos. Así perdieron la capacidad de contactarse profunda e intensamente
con la realidad. Y trataron de ver lo positivo aunque fuera ilusorio.
Suelen tener fama de “niño muy bueno”, un ángel.
IDEAS IRRACIONALES EN EL ENEAGRAMA
1 La idea de que indefectiblemente siempre existe una solución precisa, correcta y perfecta para
todos los problemas. Por nada del mundo se puede vivir felizmente en un lugar de
imperfecciones, sin cambiarlo. Peor, si cree que sabe cómo hacerlo. Así, busca la seguridad, el
control absoluto y la verdad perfecta, a través de NO DELEGAR NADA
2 La idea de que siempre se deberá sentir muy preocupado por los problemas y perturbaciones
de los demás, ya que los propios son tan sencillos e insignificantes. Por lo tanto, esta entrega y
deber hacia los demás aseguran un lugar especial, o el primer lugar, EN EL CORAZÓN DE
LOS OTROS
3 La idea de que se tiene la necesidad extrema de ser admirado, amado y aprobado por cada
persona significativa que se conozca. Por lo tanto, para ser tan valiosamente estimado, se debe
ser muy competente, suficiente y capaz de lograr lo mejor en todos los aspectos posibles,
teniendo en cuenta NO DESFALLECER INTERNAMENTE EN LA EMOCIÓN.
4 La idea de que es tremendo y catastrófico el hecho de que las cosas no vayan por el camino
que se desea o se ha soñado. Esto, cree, debe ser porque la desgracia humana se origina en las
cosas externas y porque la gente, como él, tiene poca o ninguna capacidad para controlar el
desborde emocional. Sin embargo, pierde validez y deja de pensarlo SI OTRO PIENSA LO
MISMO
5 La idea de que siempre se debe conocer absolutamente todo sobre algo. Que es necesario
conocer el mundo para poder caminar seguro sobre él. Por lo tanto, es preferible observarlo
detalladamente desde un solo lugar. Las personas o cosas superficiales no son de interés, como
tampoco lo son los sentimentalismos o las acciones. LO ÚNICO NECESARIO E
IMPORTANTE ES LA MENTE
78
6 La idea de que todo es o puede ser peligroso y, a veces, terrible. Por lo tanto, deberá sentirse
inquieto por ello y deberá pensar en que ocurrirá. Además, para evitar equivocarse, deberá
depender de alguien más fuerte o más sabio en quien confiar, para que de la ORDEN O
AUTORIZACIÓN NECESARIAS
7 La idea de que es mucho más fácil evitar que afrontar todas las dificultades y
responsabilidades de la vida. Por lo tanto, cualquier situación dolorosa, o simplemente
desagradable, puede nublar el día. ¡No! Todo tiene su lado alegre, sabroso y chistoso. ES
CUESTIÓN DE SINTONIZAR OTRA EMISORA.
8 La idea de que la mayoría de la gente es vil, malvada, infame. Deben ser seriamente
culpabilizados y severamente castigados por su maldad. Claro que es más terrible ser la persona
sumisa o la víctima, porque contribuyen a que gente así exista. PODRÍA HACERLES
PAGAR POR SU INJUSTICIA.
9 La idea de que algo que ocurrió antes, y generó conflictos, puede ocurrir de nuevo y volver a
conmocionarlo, afectándole indefinidamente. Por lo tanto, deberá no actuar o solamente hacer
aquello que ya dio UN ÚTIL Y FELIZ RESULTADO.
MECANISMOS DE DEFENSA EN EL ENEAGRAMA
Los Unos usan la transfiguración de la reacción para evitar la furia abierta y mantener su
autoimagen de perfectos. (La transfiguración de la reacción consiste en sentir una cosa y hacer
exactamente lo contrario como cuando, no obstante resentidos, actúan agradablemente).
Los Dos usan la represión de las demandas y sentimientos propios para evitar sentir que
necesitan y mantener su autoimagen de ayudadores disponibles. (La represión no permite
reconocer sentimientos " inaceptables", sino que los convierte en la más atractiva fuente de
energía emocional).
Los Tres usan la identificación (hacer el camaleón) para evitar el fracaso y mantener su
autoimagen de seres exitosos. (La identificación es un tipo de rol intenso donde uno mismo se
recrea y a la vez se esconde, en la imagen).
Los Cuatro usan la introyección para evitar la ordinariedad y mantener su autoimagen de seres
auténticos, especiales y diferentes. ( La introyección o dramatización, es tanto un esfuerzo por
superar las deficiencias trayendo valores de fuera de sí mismo, como el hábito de internalizar
reproches por lo que sale mal).
Los Cincos usan el aislamiento para evitar el vacío y mantener su autoimagen de sabihondos.
(El aislamiento puede ser físico y geográfico, pero también significa amputar las emociones
propias en una operación completamente mental).
Los Seis usan la proyección para evitar la transgresión (y el autorechazo) y mantener su
autoimagen de seres fieles, leales y obedientes. (La proyección es una manera de atribuir a otros
lo que uno no puede aceptar en sí mismo, tanto lo positivo como lo negativo).
79
Los Sietes usan la racionalización para evitar el dolor y mantener su autoimagen de seres
positivos, optimistas y divertidos. (La racionalización es un estilo de explicar y justificar todo
para mantener lejos el dolor, y negarse a admitir responsabilidad).
Los Ochos usan la negación para evitar la debilidad y mantener una autoimagen de seres
fuertes y poderosos. (La negación es un tipo de redireccionamiento poderoso de la atención y
los sentimientos, basado en la premeditación y el control).
Los Nueve usan la narcotización para evitar el conflicto y mantener su autoimagen de seres en
paz, cómodos y armoniosos. (La Narcotización se hace usando la comida y la bebida, la
recreación - paseos, visitas, televisión -, o modelos absolutamente repetitivos de pensar y de
hacer, que lo mantengan a uno dormido). No es extraño pues, que inmersos en una cultura tan
de corte Tres, todos caigamos tan fácilmente en ésta, tanto como comportamiento, como en la
proliferación de la drogadicción física.
FORMACIÓN DE LAICOS-AS Y JESUITAS
PROVINCIA CENTROAMERICANA DE LA COMPAÑÍA DE JESÚS
Comisión de Espiritualidad.
Eje 4: Vida Comunitaria y Trabajo en Equipo
Tema: 4.2. Psicología del Trabajo en Equipo desde una perspectiva Ignaciana
PSICOLOGÍA DEL TRABAJO EN EQUIPO DESDE
IGNACIANA. Preparado por P. José Alberto Idiáquez, sj
UNA PERSPECTIVA
La Invitación de un psicólogo práctico
En la Octava Parte de las Normas Complementarias de Las Constituciones de la
Compañía de Jesús, se lee lo siguiente: Lo que más ayuda a crear y aumentar la comunión entre todos
los miembros de la Compañía es la actitud mental y afectiva con que nos estimemos y aceptemos
mutuamente como hermanos y amigos en el Señor; porque también aquí ´la interior ley de la caridad
y el amor que el Espíritu Santo escribe e imprime en los corazones ha de ayudar para ello más que ninguna
exterior constitución´28.
Esta formulación, dirigida al cuidado y al fortalecimiento de un cuerpo apostólico, es
también, desde una perspectiva ignaciana, aplicable en la organización y consolidación del
trabajo en equipo. Retomamos este texto porque pensamos que llevar a la práctica las
Constituciones y los Ejercicios Espirituales significa profundizar en la espiritualidad ignaciana,
entendida como una vida bajo la conducción y el impulso del Espíritu de Jesús, por un lado; y
por otro, la espiritualidad ignaciana no se puede separar de la Cultura Organizativa de la
Compañía de Jesús. “Nuestro Modo de Proceder”, frase tan repetida por Ignacio, sintetiza la
manera en que los jesuitas viven su vocación y laboran en su misión. El gobierno de la
Compañía, como lo entendió Ignacio, no es para promulgar leyes. Es para unir ánimos y potenciar
las cualidades de la personas que van a ser parte de un cuerpo apostólico (Constituciones, No
666).
28
Constituciones de la Compañía de Jesús- Normas Complementarias, Mensajero, Bilbao, 1995,
p.382
80
Ignacio de Loyola, psicólogo práctico y de tenacidad a prueba de fuego, conoce muy
bien el alma humana, cualidades que le posibilitan convertirse en un modelador de personas al
estilo de Jesús. En los Ejercicios Espirituales y en las Constituciones de la Compañía de Jesús,
dos obras que se complementan mutuamente, podemos encontrar a un Ignacio que sabe
mantener el equilibrio entre persona y colectividad; rectitud y benignidad; severidad y
mansedumbre; rigidez y flexibilidad. Nada más alejado de la realidad que pensar en los
Ejercicios Espirituales como un medio de fortalecer nuestro individualismo, nuestras actitudes
egoístas y todo aquello que le da la espalda a la solidaridad humana. Entrar en la propia
interioridad a la manera de Ignacio, no significa huir del mundo para encerrarse sobre uno
mismo; al contrario, implica asumir una actitud confiada en la que rescatamos lo mejor que hay
en nosotros, porque “los deseos del Espíritu son vida y paz” (Romanos 8,6).
Desde esta perspectiva cobra un significado especial nuestra realidad sencilla de cada
día. En nuestro quehacer cotidiano podemos comprobar si nuestra espiritualidad posibilita
vivir con sentido, con optimismo y disponibilidad, superando cualquier falsa seguridad, para
dejarme guiar por el Espíritu del Señor, que me puede pedir transitar por nuevos horizontes y
cambiar comportamientos que me han marcado a lo largo de mi vida. No se trata de idealizar
lo cotidiano. Todos hemos experimentado lo que es el cansancio en el trabajo, la frustración, el
desgaste de algunas jornadas conflictivas, la mediocridad de nuestra conducta y la de nuestros
compañeros(as). Y al mismo tiempo, hemos constatado que lo más importante no se
manifiesta en los aires de grandeza o en grandes discursos, sino en el servicio sencillo y
generoso a los demás: quien quiera ser el primero que sea el servidor de todos (Mc 9, 35).
Tiempos difíciles para el trabajo en equipo
Desde las diversas experiencias de trabajo en equipo, en parroquias, colegios,
universidades, centros de investigación, medios de comunicación, centros de espiritualidad,
casas de formación de nuestra provincia centroamericana, no pocas personas recibirán con
incredulidad y escepticismo esta invitación a unir mentes y corazones en el grupo en que
realizan sus labores diarias. La insistencia en el éxito, el consumo desmedido, la competitividad
y la realización que promete el dinero, opacan todos los esfuerzos que invitan a la solidaridad y
al servicio al otro(a). Algunos pensarán que los tiempos de las transformaciones sociales y de
las grandes revoluciones son parte de un triste pasado, en que los grandes ideales se
convirtieron en una terrible ingenuidad y una gran decepción. Esta actitud es comprensible si
tomamos en cuenta que los grupos humanos están construidos por individuos concretos –
mujeres y hombres-, que van cargando sus propias historias personales. Cada persona es un
pequeño mundo en el que confluyen esperanzas, potencialidades, miedos, carencias,
necesidades básicas, historias dolorosas de vida.
Muchos de los conflictos individuales tienen su origen en esa complejidad de nuestro
mundo, pleno de carencias. Las materias pendientes en el pensum de nuestros procesos
personales no nos abandonan, aunque nos hayan asignado puestos de dirección o de liderazgo.
Desde la antropología psicológica y la psicología social se hace énfasis en la imposibilidad de
evitar el conflicto en las relaciones humanas y en los equipos de trabajo. Y al mismo tiempo se
insiste en la necesidad de manejarlo constructivamente, si realmente queremos crecer como
personas y colectividades que buscan ser eficaces en el servicio que prestan a la sociedad.
Si unimos la complejidad de nuestras historias personales con los conflictos sociales
que vivimos en nuestros días, la situación se torna muchísimo más complicada. En la
actualidad, nadie se salva de iniciar su día en ambientes y contextos sociales de sobresaltos y
malas noticias. Para constatar este hecho, basta con leer los periódicos matutinos, escuchar las
81
noticias radiales o ver las imágenes que presentan los diferentes canales de televisión. Este
primer contacto nos permite captar que las informaciones mismas y la manipulación que no
pocos medios de comunicación hacen de algunos temas, transmiten a la población un
sentimiento de impotencia e incertidumbre: crisis económica mundial, despidos masivos,
pandemias, luchas interétnicas, incremento del índice de criminalidad, crecimiento de la
desconfianza de los sistemas políticos por el aumento de la corrupción y el tráfico de
influencias, migraciones masivas y el surgimiento de reaccione xenófobas o de odio y rechazo
al inmigrante…
Un ciudadano mexicano, entrevistado en una cadena televisiva norteamericana, en
relación a la influenza AH1N1, sintetizaba esta situación diciendo: estoy seguro que no vamos a
morir por la fiebre porcina. Moriremos de miedo, si los medios de comunicación y el gobierno siguen manejando
esta enfermedad de la manera en que lo han estado haciendo. Hay mucha tensión y ansiedad en la población.
Cada familia busca la manera de protegerse, pero cada día aparece algo nuevo que aumenta la tensión”. En
otras palabras, podemos decir que el miedo y la insolidaridad invaden nuestro quehacer
cotidiano. Algunos cientistas sociales como Giddens o Beck afirman que vivimos en “la
sociedad del riesgo”. Detrás de los avances tecnológicos nos encontramos con muchos
peligros que pueden producir desequilibrios en nuestro “nicho social y laboral”. Las
experiencias concretas nos obligan a aceptar que los seres humanos estamos mal equipados para
enfrentar la vida (Shopenhauer).
Los conflictos y resistencias grupales: algunos peligros
Cuando hacemos relación a conflictos y resistencias, sin pretenderlo, hacemos alusión a
lo que ocurre en el interior de las personas, a lo que sucede cuando interactúan en los grupos y,
por más que lo evitemos, casi siempre nos atrapa una visión pesimista y caótica del conflicto.
En nuestros países centroamericanos, rápidamente hacemos la conexión entre conflicto o
crisis, con los conflictos armados y la resistencia armada que se desarrolló en los años 80 en
Nicaragua, El Salvador y Guatemala. La cultura de la violencia y la muerte se han instalado con
fuerza en nuestro modo de vida. Este fenómeno ayuda a comprender la desconfianza que
algunas personas muestran cuando se afirma que el buen manejo del conflicto y la resistencia
grupal, puede convertirse en un medio eficaz para promover la cohesión en los equipos de
trabajo. Siempre que hay conflictos entran en juego factores psicológicos, grupales, sociales y
culturales. Las historias personales toman cuerpo y se hacen presentes en las relaciones
intrapersonales, intragrupales e intergrupales. Compleja labor, que dificulta elaborar una
mínima clasificación que nos permita recabar datos para un diagnóstico.
Estas dificultades en la comprensión del tema obligan a realizar una tipología que tome
como punto de partida el contexto en el que se desarrolla el trabajo en equipo. Desde una
experiencia concreta en la Provincia centroamericana, intentaremos hacer una descripción de
tres tipos de obstáculos que pueden entorpecer seriamente un proyecto regional, al mismo
tiempo que ponen en riesgo la existencia del grupo de trabajo y la misión que han asumido.
a)-Un primer obstáculo: Lo mejor es lo nuestro y debemos evitar la “contaminación”.
Lo encontramos en las actitudes de algunos directores o responsables de grupos que se niegan
a realizar cualquier tipo de colaboración o trabajo en redes. El razonamiento de fondo parecer
ser éste: “Únicamente lo que hago yo, mi institución y mi equipo de trabajo es lo que realmente
vale la pena. Todo lo que viene de afuera y de otros grupos es de baja calidad y no amerita que
llevemos adelante un trabajo conjunto”. En este caso nos encontramos con una manifestación
de resistencia a la transformación que los seres humanos, las instituciones y las diferentes
organizaciones, consciente o inconscientemente, crean para defenderse de lo nuevo. En
82
tiempos de globalización, un grupo o institución con mentalidad de isla, está condenado a
desaparecer. La estrechez de visión del líder o director obliga al equipo a moverse por los
angostos caminos de la tradición, que al final se convierten en una especie de camisa de fuerza.
En este contexto, con mucha frecuencia se acude a las glorias pasadas y se escucha con
frecuencia: “Siempre hemos hecho las cosas de esta manera y hemos sido exitosos”. O:
“Muchas instituciones y agencias internacionales continúan solicitando nuestro apoyo y nos
consultan. Como toda organización humana, el equipo responde a la actitud sana o patológica
del líder o director. Y esta patología se expresa en la ausencia de diálogo, en una comunicación
limitada, que se reduce a recibir órdenes o líneas de trabajo. Así se pierde la creatividad
individual y grupal. Todo está prohibido y controlado en una relación patrón-empleado. Y en
caso de que algún miembro del grupo presente una opinión diferente, se acude al recurso de la
autoridad para “resolver” el problema. El resultado es el visible estancamiento del equipo y el
silencio como la principal estrategia para proteger el puesto de trabajo o para no sentirse
excluido. Se asume el modo de proceder y la dinámica de la vida de la selva. Un periodista
panameño lo formula así: En la selva… el mayor error que podrías cometer es criticar los hábitos o el modo
de hacer del León y sus cachorros. Tu jefe puede que no sepa, pero puede (porque manda). Y ésta
es la ley suprema de la selva29.
b) Un segundo obstáculo: La confusión entre protagonismo personal y misión
En este caso, no se respetan deliberadamente los límites entre el protagonismo personal y la
misión. Puede ser el líder, el director o varios miembros del equipo quienes entablan una
competencia en nombre del éxito y consolidación de la misión. Pero en el fondo, lo que se
busca es cámara y protagonismo personal. En este caso, el grupo se convierte en una
plataforma para realizar proyectos personales, presentándolos como el “bien más universal”.
Los miembros del equipo pueden sentir una extraña sensación, que puede ser comparada a la
de ir caminando en medio de una densa bruma en la que, aunque algo se ve a distancia no se
puede definir ni su forma ni su naturaleza.
Las fronteras y los entornos están lejos de ser claros y precisos y una especie de ansiedad
grupal impide que la misión de dirección dé coherencia a la visión, porque ésta se modifica y
redefine según las coyunturas y los intereses personales. Se confunden los profundos deseos
individuales con las estrategias del proyecto común. Por todos los medios se trata de evitar el
diálogo que permita sacar a la luz lo que realmente está sucediendo. Hablar de un conflicto en
el equipo es poner en peligro los grandes beneficios del proyecto que se lleva a cabo. La
situación es algo parecida a la que generan los gobiernos populistas dictatoriales: atacar el
proceso “revolucionario” es ir en contra de los intereses de las grandes mayorías. La arrogancia
y la autosuficiencia – como en el primer obstáculo señalado- están inevitablemente presentes
en todos los argumentos y mecanismos de defensa que se utilizan. En un ambiente así, los
líderes o directores no necesitan aprender porque siempre tienen la razón. Se imponen las
decisiones porque las consultas y los consensos son pérdida de tiempo. La escucha no es
necesaria porque los errores tienen sus justificaciones. Desde esta experiencia se constata que
lo peor de todo son los jefes que rehúsan cambiar y hacen exigencias que no concuerdan con el esfuerzo del
conjunto 30.
c) Un tercer obstáculo: Los conflictos entre personas
Estas situaciones surgen cuando dos o más personas del equipo trasladan al grupo conflictos
emocionales de diversos tipos. Pueden ser competencias profesionales, relaciones de
29
Pérez Anton, Francisco. Ética desfachatada para pequeños saltamontes, La Prensa, Sábado 13
de enero de 2001, Panamá. P. 8. El subrayado es nuestro.
30
Kotter, John P. La verdadera labor de un Líder. Editorial Norma, Colombia 1999, p. 107
83
dependencia, envidias, celotipias, o relaciones afectivas que no han sido bien manejadas.
Desafortunadamente, esos conflictos se cargan al grupo creando ambientes enrarecidos. Cada
individuo en conflicto busca alianzas, hasta llegar a situaciones en las que “o estás conmigo o
contra mí”. Llega un momento en que no se sabe con certeza si lo que se evalúa está
relacionado con el trabajo o con las discordias entre las personas en contienda. Los que no
están involucrados en el problema sienten que están entrampados en una guerra de baja
intensidad, que en algunos momentos se expresa con actitudes violentas y faltas de respeto.
Captan el sufrimiento de las personas que generan el conflicto por los cambios bruscos entre el
miedo y la rabia que aparecen en ellas sin mayores razones. Incluso, algunos se deprimen o
sufren quebrantos de salud, pero no se sabe cuál es la mejor manera de salir del atolladero. La
incomodidad llega a tal punto que algunos deciden apostar por la certidumbre de los malos
resultados para evadir encuentros desagradables. Sin embargo, todos están seguros que peligra
el respeto mutuo y el servicio que se presta en la misión. En este contexto, algunos se
preguntan: ¿De verdad quiero apostar por este equipo? ¿Qué sentido tienen estos conflictos
personales? ¿Hacia dónde vamos?.
En los tres obstáculos mencionados se dificulta la realización de una misión con una
visión y unos valores que fomenten la colaboración y la creatividad en cada uno de los
miembros del equipo. En estos casos, con sus diferencias, dos elementos aparecen como
fantasmas demoledores en la vida del colectivo de trabajo. El primero, el manejo insano de las
relaciones entre director-súbditos y entre los miembros del grupo. El segundo, la
manipulación que busca perpetuar el poder. Las relaciones insanas ahogan la libertad de las
personas e impiden la creatividad y la autonomía de los miembros del grupo. Apoyarnos en el
equipo de trabajo para convertirnos en el “todopoderoso” implica ponerle un disfraz a nuestra
estatura humana y atentar contra la integridad de las personas. Nada más denigrante que las
“ayudas” que se hacen desde el poder con ropaje de solidaridad, pero que en realidad son una
vil manipulación en provecho de los propios intereses personales. Estos dos elementos unidos,
explican la dificultad de diseñar una misión con una visión clara y, al mismo tiempo, posibilitan
captar las incongruencias entre las palabras y las acciones de aquellos que abusan del poder y
de la autoridad.
Construir puentes para unir mentes y corazones
En el Principio y Fundamento [EE 23], Ignacio pone las bases sobre las que edifica el gran
proyecto de los Ejercicios Espirituales: el hombre es criado para alabar, hacer reverencia y servir a
Dios nuestro Señor, y mediante esto salvar su ánima; y las otras cosas sobre la haz de la tierra son criadas
para el hombre y para que le ayuden en la prosecución del fin para que es criado… Dios nos regala la vida
para que la vivamos con un sentido y además pone a nuestra disposición cosas que nos
faciliten conseguir el “fin para el que has sido creado”. En consecuencia, el arte de vivir
ignaciano se centra en “saber usar de las cosas” tanto cuanto nos ayuden y “saber alejarse de
ellas” tanto cuanto sean un obstáculo para nuestro desarrollo humano. Toda una estrategia
para situarse efectivamente ante el mundo y la vida.
Desde la perspectiva de la espiritualidad ignaciana hay una conexión entre servir a Dios y
servir a la humanidad; entre la interior ley de la caridad y la actitud mental y afectiva con la que realizo
mis actividades cotidianas; entre nuestro seguimiento a Jesús y la misión que realizo en la
sociedad. Ese modo de situarse ante Dios, la sociedad y el mundo genera una actitud vital que
se convierte en una especie de conexión espiritual, que nos permite identificar a quienes están
en la misma frecuencia. Es justo a este punto al que nos quiere conducir el texto de las Normas
Complementarias con las que iniciamos esta reflexión.
84
Lo fundamental y lo más importante que brota de esa actitud mental y afectiva con la que
estimemos a nuestros compañeros es el profundo respeto a su dignidad como personas, que nos
permite valorar sus cualidades y aceptar sus limitaciones. Configurar un equipo de trabajo no
es exactamente lo mismo que la ejecución de tareas. Sin duda, la excelencia de la tarea realizada
dependerá de la estructuración del grupo como un todo, formado por individuos que se
identifican con una misión concreta y que ven en su organización laboral un punto de
referencia vital con sentido de pertenencia. Este ambiente genera un modo de hacer y de
pertenecer para el que es sumamente vital la comunicación.
Es muy difícil pensar en un grupo en el que no existe la comunicación, porque ésta
posibilita la recreación del colectivo y potencia el crecimiento de cada uno de sus miembros.
Sin el “nosotros” del grupo no hay manera de formar equipo, y sin comunicación no hay
equipo de trabajo. El P. Arrupe formula este reto de la siguiente manera: lo gigantesco de la obra y
su dificultad ha de ser el mejor argumento y fuerza para demostrar e impulsar a una labor de equipo (team
work) que es enteramente contraria al Individualismo (hoy tan extendido), provincialismo y asistencialismo,
dando un vuelo internacional mundial= católico a la obra de cada uno31.
Con mucha sabiduría ignaciana, el P. Arrupe encuentra la fuerza dinamizadora del
trabajo en equipo en la fusión entre lo grandioso de la obra y su dificultad. Esa afirmación lleva
implícita la aceptación de las tensiones personales y grupales que no se pueden evitar en las
organizaciones sociales. La madurez de un equipo de trabajo no se mide por la ausencia de
dificultades, sino en la actitud mental y afectiva con la que se aborda la comunicación para
aclararlas respetuosamente, por un lado; y por otro, en la libertad de cada uno de los miembros
para sacrificar los intereses individuales en beneficio del proyecto colectivo. Aprender a
manejar los conflictos grupales, es también asegurar la sobrevivencia del equipo y su misión.
Manejarlas adecuadamente exige hacer uso de dos actitudes complementarias. La primera es la
actitud compasiva32. El servicio a Dios y a la humanidad es una obra grandiosa que invita a la
inclusión y a la colaboración. La actitud compasiva (Lc 6, 36-38) facilita el despojarse de todo
los que es arrogancia y prepotencia en la relación humana. En este contexto, la comunicación
se convierte en una experiencia de autenticidad y sinceridad, porque lo que se comunica brota
de las profundidades del sentir. Para Ignacio, el sentimiento es un instrumento efectivo para
conectarnos con lo real; y desde el sentir, pide que nuestras acciones y operaciones sean puramente
ordenadas [EE 46].
La actitud compasiva en el servicio a Dios y a la humanidad, al mismo tiempo que nos
invita a buscar el “bien más universal”, a través de la comunicación y la colaboración con otros
grupos, también nos exige una actitud humilde en el modo de realizar nuestra misión y de
situarnos en el contexto social en el que vivimos. Esta segunda actitud, nos capacita para crear
un alma personal y colectiva alejada de las presiones que los líderes o directores, “oficiales” o
no, ponen en práctica para desarrollar sus ansias de control, de poder y dominio sobre el
grupo. La conexión espiritual que la actitud de humildad genera en el ambiente, posibilita al
grupo adaptarse a los cambios que exige la misión, según los tiempos, lugares, circunstancias y
31
Arrupe, Pedro, S.J. Aquí me tienes, Señor. Apuntes de sus Ejercicios Espirituales (1965).
Ediciones Mensajero, Bilbao 2002, p. 83. El subrayado es del autor.
32
En Hebreo, compasión es el plural del nombre que en singular significa útero. En este sentido, la
compasión hace relación a todo lo que es vida, cuidado; lo que brota de lo profundo del corazón y
de las entrañas. Veáse Borg J. Marcuse. “Jesus, Compassion, and Politics”. En Meeting Jesus
AGAIN for the First Time. The Historical Jesus & The Heart of Contemporary Faith. Harper, San
Francisco 1994. Pp 47-48.
85
personas33. Este modelo proporciona el más alto nivel de eficacia en el equipo, con un máximo
de satisfacción en cada uno de sus miembros. La capacidad de delegar, el ejercicio de consultar
y la búsqueda de consensos, se convierten en una invitación a los individuos para que asuman
el objetivo común como propio y las decisiones grupales incrementan la cohesión del
colectivo. La coherencia entre palabras y acciones se convierte en expresión de una visión en
servicio de la misión. San Ignacio escribía a Sor Teresa Rejadell en 1536: el que precisa poco,
comprendo poco y ayuda aún menos34. Para Ignacio, es claro que, cuando se sabe lo que se persigue,
se consiguen los medios adecuados para alcanzar el fin pretendido. Desde una perspectiva
ignaciana, la eficacia no se puede construir desde una aspiración ilusoria, debe partir de un
contexto real y concreto. De lo contrario, los ideales grupales se convierten con facilidad en
ilusiones engañosas, que nos conducen a la frustración y a la pérdida de motivación en la
realización de la misión.
A Modo de Conclusión
Fortalecer el sentido de identidad y de pertenencia, al mismo tiempo que se fomentan
los ideales y valores utópicos que animen y movilicen hacia el objetivo común, se convierte en
una necesidad indispensable para favorecer la creatividad grupal y para ofrecer motivación y
estabilidad al equipo de trabajo. Eso implica tener la intuición para captar las necesidades del
grupo y una comprensión del entorno social y cultural en el que se desarrolla la labor.
Formulado metafóricamente el ideal ignaciano, podríamos decir que la mesa del equipo se
sostiene sobre cuatro patas: sobre la base del respeto, la comunicación, la actitud compasiva y la
humildad; y el mantel que la cubre es el Servicio a Dios y a la humanidad, y tiene un color de la
estima y aceptación mutua entre hermanos y amigos en el Señor. Esta intuición de la pedagogía ignaciana
es una herramienta que nos ayuda a caminar sabiendo lo que pretendemos: la propuesta de
metas claras, la precisión en los objetivos, el consenso en la organización y la planificación de
las tareas a realizar, el fomento de la formación permanente. Todo esto se convierte en una
fuente de realización personal y una motivación en la cohesión del grupo.
PREGUNTAS PARA LA REFLEXIÓN PERSONAL
1. ¿Me aporta algo esta reflexión para mi experiencia de trabajo en equipo?
2. ¿Has detectado algunos de los conflictos señalados en tu grupo de trabajo? ¿Cómo los
manejas?
3. ¿Cómo describirías tu aporte personal en el desarrollo y cohesión de tu equipo de trabajo?
PREGUNTAS PARA LA REFLEXIÓN GRUPAL
1. ¿Cuáles son los principales desafíos de tu equipo de trabajo?
2. ¿Sientes que el grupo de trabajo es un referente en el que te realizas como persona?
3. ¿Qué es lo que más te gusta y lo que más te tensiona en tu equipo de trabajo?
33
Fórmula del Instituto de la Compañía de Jesús. En Constituciones de la Compañía de Jesús…,
Op. Cit., p. 34
34
Cusson, Gilles S.J. Los Ejercicios Espirituales y La Experiencia Cristiana. I Jornada de
Espiritualidad Ignaciana, Provincia de Aragón, Noviembre de 1999, p.10
86
FORMACIÓN DE LAICOS-AS Y JESUITAS
PROVINCIA CENTROAMERICANA DE LA COMPAÑÍA DE JESÚS
Comisión de Espiritualidad.
Eje 2: Identidad Cristiana
Tema 2.2. El anuncio del Reinado de Jesús. El Mesías.
Preparado por el P. Luis Gutiérrez, sj
JESÚS EL PROFETA DEL REINO DE DIOS
Cuando Jesús deja el desierto, cruza el río Jordán y entra en la tierra que Dios había regalado a
su pueblo. Era por al año 28 de nuestra era y Jesús tiene unos treinta y dos años. No se dirige a
Jerusalén ni se queda en Judea, se va, directamente a Galilea, y vivirá en Cafarnaún, junto al
mar.
Lleva fuego en su corazón y necesita anunciar a aquellas pobres gentes una noticia que le
quema por dentro: “he venido a poner fuego en la tierra” (Luc. 12,49). Cafarnaún es una aldea
importante pero no como Tiberíades. Las casas son modestas, sus calles polvorientas, que se
convierten en barrizales en tiempo de las lluvias. Su población es judía, a excepción de los
cobradores de impuestos y algunos funcionarios y tal vez una pequeña guarnición del ejército
de Antipas. Sus habitantes son gente modesta, bastantes campesinos que viven de los
productos del campo y las viñas de las cercanías, pero la mayoría vive de la pesca.
Al parecer Jesús simpatiza pronto con las familias de pescadores, especialmente Pedro en cuya
casa se hospeda habitualmente. Le dejan sus barcos para moverse por el lago y hablar con la
gente sentada en la orilla. Sus mejores amigos son: Simón, Andrés, Santiago y Juan, hijos del
Zebedeo. Una de las mujeres que le acompaña hasta el final es Salomé y, también María de
Magdalia, curada por Jesús y cautivada por su amor para siempre.
Jesús no se instala. Quiere difundir la noticia del Reino de Dios por todas partes. No es posible
construir su itinerario, pero sabemos que recorrió los pueblos situados en torno al lago; visitó
las aldeas de la baja Galilea: Nazaret, Caná, Naín y llegó a las regiones vecinas de Galilea: Tiro y
Sidón, Cesarea de Filipo y la Decápolis. Evita las grandes ciudades de Galilea como Tiberíades,
la nueva y espléndida capital, construida por Herodes Antipas. Cuando Jesús se acerca a
ciudades grandes no entra en ellas sino que se detiene en las aldeas donde se encuentran los
más excluídos: gente de paso y vagabundos errantes que duermen fuera de las murallas.
Generalmente va acompañado de un pequeño grupo de seguidores. Cuando se desplaza de una
aldea a otra, busca entre los vecinos personas dispuestas a proporcionarles comida y un
sencillo alojamiento. Su lugar preferido es la sinagoga o el espacio donde se reúnen los vecinos,
sobre todo los sábados. Era el mejor marco para dar a conocer la buena noticia del Reino de
Dios. Es el mismo Jesús el que recorre las aldeas invitando a “entrar en el Reino de Dios que
está ya irrumpiendo en sus vidas”. Las parábolas e imágenes que Jesús extrae de la vida de estas
aldeas vienen a ser “parábola de Dios”.
La curación de los enfermos y la liberación de los endemoniados son un signo de una sociedad
de hombres y mujeres sanos, llamados a disfrutar de una vida digna de hijos de Dios. Las
87
comidas abiertas a todos los vecinos son símbolo de un pueblo invitado a compartir la gran
mesa de Dios, el Padre de todos.
Jesús ve en esta gente el mejor punto de arranque para iniciar la renovación de todo el pueblo.
Estos campesinos hablan arameo, como él, y es entre ellos donde se conservan de manera más
auténtica la tradición religiosa de Israel. En las ciudades es diferente, además de arameo se
habla también algo de griego, lengua que Jesús no dominaba; además la cultura helenista está
allí muy presente. Es muy probable que hay otra razón más poderosa en su corazón. En las
aldeas de Galilea está el pueblo más pobre y desheredado, despojado de su derecho a disfrutar
de la tierra regalada por Dios. Aquí encuentra Jesús, como en ninguna otra parte, el Israel más
enfermo y maltratado por los poderosos, aquí es donde Israel sufre con más rigor los efectos
de la opresión.
En las ciudades, por el contrario, viven los que detentan el poder, junto con los colaboradores:
dirigentes, grandes terratenientes, recaudadores de impuestos. No son ellos los representantes
del pueblo de Dios, sino sus opresores, los causantes de la miseria y el hambre de estas
familias. La implantación del Reino de Dios tiene que comenzar allí donde el pueblo está más
humillado. La semilla del Reino solo puede encontrar buena tierra entre los pobres de Galilea y
solo entre ellos Jesús se siente libre para anunciar el Reino.
La vida itinerante de Jesús en medio de ellos es símbolo vivo de su libertad y de su fe en el
Reino de Dios. El no vive de un trabajo remunerado; no posee casa ni tierra alguna; no tiene
que responder ante ningún recaudador; no lleva moneda alguna con la imagen del César. Ha
abandonado la seguridad del sistema para “entrar confiadamente en el Reino de Dios”. El
Reino de Dios se va gestando allí donde ocurren cosas buenas para los pobres.
La pasión por el Reino
Nadie duda de esta información que proporcionan las fuentes: Jesús “fue caminando de pueblo
en pueblo y de aldea en aldea predicando y anunciando la buena noticia del Reino de Dios”.
Podemos decir que la causa a la que Jesús dedica en adelante su tiempo, sus fuerzas y su vida
entera, es lo que él llama “el Reino de Dios”. Es, sin duda el núcleo central de su predicación,
su convicción más profunda, la pasión que anima toda su actividad. Todo lo que dice y hace
está al servicio del Reino de Dios. Todo adquiere su unidad, su verdadero significado y su
fuerza apasionante desde esa realidad. El Reino de Dios es la clave para captar el sentido que
Jesús da a su vida y para entender el proyecto que quiere ver realizado en Galilea, y, en
definitiva, en todos los pueblos.
Es sorprendente que Jesús solo habló del Reino de Dios, no de la Iglesia. El Reino de Dios
aparece ciento veinte veces en los sinópticos; la Iglesia solo dos veces en Mateo (Mt 16-16 y
18-17).
Lo señalan todas las fuentes. Jesús no enseña una doctrina religiosa para que los oyentes la
aprendan bien. Anuncia un acontecimiento para que aquella gente lo acoja con gozo y con fe.
Su objetivo no es perfeccionar la religión judía, sino contribuir a que se implante cuanto antes
el añorado Reino de Dios y con él la vida, la justicia y la paz. Jesús tampoco se dedica a
exponer nuevas normas y leyes morales. Les anuncia una noticia: Dios ya está aquí buscando
una vida más dichosa para todos. Hemos de cambiar nuestra mirada y nuestro corazón.
88
Aunque Jesús habla constantemente del Reino de Dios, nunca explica directamente en qué
consiste. Aquellas gentes que lo escuchaban, de alguna manera barruntaban de qué les estaba
hablando, pues conocen que su venida es la esperanza que sostiene al pueblo. Jesús, sin
embargo, les sorprenderá cuando vaya explicando cómo llega ese Reino, para quién va a ser
buena noticia o cómo se va a acoger su fuerza salvadora. Al menos tenían a Dios como buena
noticia.
El Reino de Dios era un símbolo ya conocido, que recogía las aspiraciones y expectativas más
hondas de Israel. Esta esperanza que encontraba en el corazón de su pueblo, Jesús supo
recrearla desde su propia experiencia de Dios, dándole un horizonte nuevo y sorprendente. Si
bien la expresión literal Reino de Dios no aparece en el Antiguo Testamento, era reciente y de
muy poco uso en tiempo de Jesús. Fue él quien decidió usarla de forma regular y constante. No
encontró otra expresión mejor para expresar y comunicar aquello en lo que creía.
Jesús desde niño había aprendido a creer en Dios como creador de los cielos y la tierra. Israel
se sentía seguro y confiado. Todo estaba en manos de Dios. El pueblo expresaba su fe con
júbilo a Dios como rey: “digan a los gentiles, Yahvé es rey”. Él gobierna todos los pueblos
rectamente. Pero, cuando se estableció la monarquía en Israel, los reyes no respondieron a la
esperanza puesta en ellos.
Dios había liberado a Israel de la esclavitud de Egipto para crear un pueblo libre de toda
opresión y esclavitud: no habría esclavos entre ellos, no abusarían de los huérfanos ni de las
viudas, se tendría compasión de los extranjeros. A pesar de las denuncias de los profetas, el
favoritismo de los reyes a favor de los poderosos, la explotación de los pobres en mano de los
ricos y los abusos e injusticias de todo género llevaron a Israel al desastre. El resultado fue el
destierro a Babilonia. La pregunta que se hacían: ¿Dónde estaba Dios el rey de Israel?.
Los profetas no se dejaron arrastrar por la desesperanza. Dios restauró a aquel pueblo
humillado y de nuevo lo libraría de la esclavitud. (Isaías 52,7). Dios sigue amando a su pueblo y
le ofrece una vez más su perdón. El pueblo vivía un nuevo “éxodo”. Malaquías considerado el
último de los profetas pone en boca de Yahvé esta alentadora noticia: “Miren, yo envío un
mensajero a preparar el camino delante de mí” (Mal 3-1). Dios librará pronto a Israel de la
opresión de las potencias extranjeras y establecerá en su pueblo la justicia, la paz y la dignidad.
La situación se hizo todavía más desesperada con la invasión de Alejandro Magno y después
con las legiones romanas. Ningún profeta se atrevió ahora a alzar la voz.
Un tiempo después, el grito angustiado de este pueblo oprimido se oyó en medio de unos
escritores sorprendentes, los apocalípticos, que lograron mantener viva la esperanza de Israel.
El mensaje de estos visionarios terroríficos en sus formas literarias, era esperanzador.
La era tenebrosa de desconcierto que vive el pueblo cesará para dar paso a esta nueva paz y
bendición. Sin duda Jesús conocía el libro de Daniel, escritos por los años 168-164 a.C. durante
la brutal persecución de Antíoco IV Epifanes. Según Daniel, los reinos opresores son bestias
salvajes que destruyen al pueblo de Dios. Pero, después de tanta opresión vendrá un reino
humano. Dios quitará el poder de los reinos opresores y se lo entregará a Israel. Los judíos
piadosos expresan su confianza en la pronta intervención de Dios, verdadero rey de Israel, que
establecerá su reino eterno por medio del Mesías de la familia de David.
89
Ya está Dios aquí
Jesús sorprendió a todos con esta declaración: El Reino de Dios ya ha llegado”. Su afirmación
era demasiado audaz, mientras Israel seguía dominado por los romanos. Los campesinos
seguían oprimidos por las clases poderosas, el mundo estaba lleno de corrupción e injusticia.
Jesús, sin embargo, habla y actúa movido por una convicción sorprendente Dios está aquí,
actuando de nueva manera, su reinado ha comenzado a abrirse paso en las aldeas de Galilea.
Esta intervención de Dios, que todo el pueblo está esperando no es un sueño lejano; es algo
real que se puede captar ya desde ahora. En lo más hondo de la vida se puede percibir ya su
presencia.
Entre las dudas de unos y el escepticismo de otros, su respuesta es desconcertante: “El Reino
de Dios no viene de forma espectacular”, ni se puede decir:”Mírenlo aquí o allí”. Sin embargo,
el Reino de Dios ya está entre ustedes. No hay que andar escrutando en los cielos señales
especiales. No hay que pensar en una llegada visible, espectacular o cósmica del Reino de Dios.
Cuando Jesús afirma el Reino de Dios ya está entre ustedes, ese Reino no es una realidad
íntima y espiritual, sino una transformación que abarca la totalidad de la vida y de las personas.
La acogida del Reino comienza en el interior de las personas en forma de fe en Jesús, pero se
realiza en la vida de los pueblos en la medida en que el mal va siendo vencido por la justicia
salvadora de Dios.
Dios no viene a destruir a los romanos ni aniquilar a los pecadores. Llega a liberar a todos del
poder último del mal. Esta batalla entre Dios y las fuerzas del mal por controlar el mundo no
es un “combate mítico”, sino un enfrentamiento real y concreto que se produce
constantemente en la historia humana. El Reino de Dios se abre camino allí donde los
enfermos son rescatados del sufrimiento, los endemoniados se ven liberados de su tormento y
los pobres recuperan su dignidad. Dios es el “anti-mal”, busca destruir todo lo que hace daño
al ser humano.
Es curioso observar cómo Jesús que habla constantemente del Reino de Dios, no llama a Dios
“rey” sino “Padre”. Su reinado no es para imponerse a nadie por la fuerza, sino para introducir
en la vida su misericordia y llenar la creación de su compasión.
Esta misericordia acogida de manera responsable por todos, es la que puede destruir a Satán,
personificación de ese mundo hostil que trabaja contra Dios y contra el ser humano.
La manera de entender el Reino de Dios que presenta Jesús, no es la que se enseñaba los
sábados en la Sinagoga ni lo que se respiraba en la liturgia del templo. Jesús comunica su
propia experiencia de Dios, no lo que se repite en todas partes de manera convencional. Jesús
no cita las Escrituras para convencer a la gente de la compasión de Dios. Les instruye
contemplando la naturaleza o invita a los campesinos a descubrir que la creación entera está
llena de su bondad. Dios no se reserva su amor solo para los judíos ni bendice solo a los que
viven obedeciendo la ley. Tiene también compasión de los gentiles y pecadores. No es que
Dios sea injusto, lo que sucede es que no quiere ver sufrir a nadie. Su bondad no tiene límites,
ni siquiera con los malos. Este es el Dios que está llegando.
La opción de Jesús
90
Dichosos los pobres, los hambrientos, los que lloran… En opinión de los biblistas estas tres
formulaciones de las bienaventuranzas que presenta Lucas, serían las palabras auténticas de
Jesús. La pobreza designa una situación anómala, contraria al querer de Dios. Es un estado de
vida fruto de la injusticia, por eso cuando Jesús declara bienaventurados a estos pobres, no
significa que ellos deben sentirse felices por su situación, sino porque esa pobreza que Dios
rechaza tiene que desaparecer con el advenimiento del Reino, cuya concreción específica es la
justicia.
Las palabras de Jesús, por otra parte, son una advertencia que hace Jesús a los que promueven
y sostienen un orden social absolutamente injusto, en el que vive la gente de su tiempo, y, en
general, la gente de todas las épocas, cuando los bienes de la creación son absorbidos por unos
pocos, con la consecuencia del empobrecimiento de las grandes mayorías, sumidas en el
hambre, dolor y lágrimas.
A muchos cristianos les molesta este lenguaje. Para entender bien el pensamiento de Jesús,
partimos de esta afirmación: Jesús no excluye a nadie, anuncia la buena noticia del Reino a
todos. Pero esa buena noticia no puede ser entendida por todos de la misma manera. Todos
son llamados a entrar en el Reino pero no todos de la misma manera, pues la misericordia de
Dios está urgiendo, antes que nada, que se haga justicia a los pobres y humillados. Por eso la
venida de Dios es una suerte para los que viven explotados, mientras se convierten en una
amenaza para los causantes de esa explotación.
Jesús no propone una teoría sobre la pobreza; tiene ante sus ojos aquellas gentes de su pueblo
que viven humilladas en sus vidas sin poder defenderse de los poderosos terratenientes; conoce
el hambre de aquellos niños desnutridos; ha visto llorar de rabia e impotencia a aquellos
campesinos cuando los recaudadores se llevan lo mejor de sus cosechas. Jesús se encarna en su
pueblo sufriente, en los pobres, en los excluidos.
Esa encarnación le ganó el amor de los pobres y el odio de los opresores. Son los pobres los
que necesitan escuchar, antes que nadie, la noticia del Reino en medio de su situación injusta.
No porque siempre serán ricos como los grandes propietarios, sino porque Dios está ya
viniendo para suprimir la miseria, terminar con el hambre y hacer aflorar la sonrisa en sus
rostros.. Todos deben tener en cuenta que Dios es el defensor de los pobres. Esta es la fe de
Jesús, su pasión y su lucha.
Jesús nunca alabó a los pobres por sus virtudes o cualidades, sino porque están sufriendo
injustamente. Dios se pone de su parte, no porque lo merezcan, sino porque lo necesitan. Dios
es el buen samaritano de la parábola. Dios acude al que lo necesita; defiende a los que nadie
defiende, porque es amante de la justicia. Un discípulo de Jesús no puede cerrar los ojos ante
esta realidad de tantos humanos sufrientes. No se deja engañar por el culto ni por ninguna otra
práctica religiosa. Para Dios, lo primero es hacer justicia a los pobres. Pensamiento que queda
reflejado en la oración por el rey: (Salmo 72,4. 12-14). “Que él defienda a los humildes del
pueblo, socorra a los hijos de los pobres y aplaste al opresor”.
Todas las bendiciones de Dios vendrán sobre él “si libra al pobre suplicante, al humilde y al
desvalido, si se apiada del pobre y del débil y salva la vida de los pobres, si los rescata de la
opresión y la violencia y considera valiosa su sangre”. Así experimenta Jesús a Dios y nos llama
91
hoy a vivir en ese mismo espíritu. Este salmo está manifestando lo que estamos diciendo de
Jesús y nos empuja a trabajar por una sociedad más justa, solidaria e igualitaria; de lo contrario
vana será nuestra fe.
Preguntas para la reflexión personal
1. ¿Qué me dice a mi persona la opción de Jesús de una vida itinerante como símbolo de su
liberta y su fe en instaurar el Reino de Dios?
2. ¿Cuáles serían los rasgos más característicos hoy en día de la vivencia del Reino de Dios,
por el que tanto luchó y entregó su vida Jesús.
3. Si para Jesús lo del Reino de Dios fue la pasión que más anima su actividad ¿qué es lo que
me apasiona a mí hoy en la construcción del Reino de Dios.
4. Si hoy en día se me hiciera la declaración “Ya está Dios aquí” “El Reino de Dios ya ha
llegado” ¿a qué me invitaría en lo concreto de mi acción dentro de la obra en la que
colaboro?
5. ¿Qué me enseña en lo personal la opción de Jesús de preferir y llamar “dichosos a los
pobres, los hambrientos, los que lloran? ¿Mis opciones personales van en esa línea y en
atención a las personas que así viven la pobreza, el hambre y el llanto?
Preguntas para la reflexión en grupos
1. Todas las obras de la Compañía de Jesús, de una u otra forma, afirmamos que deseamos y
buscamos colaborar en la instauración del Reino de Dios en Centroamérica. ¿Esa
afirmación que implicaciones tiene para la obra a la que pertenezco?
2. La Compañía de Jesús trata de hacer un puente entre Justicia y Fe. En toda la opción de
Jesús de instaurar “El Reino de Dios” hay un deseo de justicia desde la vinculación con
Dios. ¿Cómo se vive esta realidad dentro de la obra a la que pertenezco? ¿Qué rostro
tiene Jesús como profeta del Reino de Dios?
3. Al hacer Jesús una opción por anunciar “el Reino de Dios” también transmite una
experiencia de la relación con Dios. ¿Cómo se vive en la obra a la que pertenezco la
búsqueda de acciones que instauren el Reino de Dios y la apuesta por espacios de de
experiencias profundas de vinculación con Dios como Padre y Madre?
FORMACIÓN DE LAICOS-AS Y JESUITAS
PROVINCIA CENTROAMERICANA DE LA COMPAÑÍA DE JESÚS
Comisión de Espiritualidad.
Eje 5: Espiritualidad Ignaciana
Tema 5.2. Ejercicios Espirituales para nuestra realidad
EJERCICIOS ESPIRITUALES EN (PARA) EL MUNDO DE HOY
Tema organizado por el P. Karmelo Eguen, sj
92
La pretensión de este artículo es hacer una introducción al conocimiento y comprensión de los
Ejercicios Espirituales de San Ignacio35. Esa experiencia que nos legó Ignacio de Loyola
condensada en el librito, así llamado, Ejercicios Espirituales. Experiencia que ha sido la fuente
original de donde ha brotado el ser y quehacer de la Compañía de Jesús y de tantos hombres y
mujeres que han optado vivir su compromiso cristiano al modo ignaciano.
El artículo va a constar de los siguientes apartados: a) el reto de cómo (qué significa) vivir con
Espíritu el momento histórico de nuestros pueblos; b) qué son los Ejercicios Espirituales y de
dónde nacen; c) su engranaje metodológico; d) dónde está su genialidad; e) requisitos para
sacar fruto de los Ejercicios Espirituales.
1.- Estamos viviendo un momento histórico que necesita de nuestra parte una respuesta que
sea coherente con la propuesta del Evangelio de Jesús de Nazaret. Vivir con el Espíritu que
animó a Jesús a establecer el Reinado de Dios en su tiempo, es el reto que sigue motivando,
desde nuestra realidad, a los/as que nos llamamos sus seguidores.
¿Cómo podríamos describir nuestro momento histórico? Haremos una descripción sucinta, sin
pretender que sea exhaustiva.
Momento histórico marcado por:
•
•
•
•
El grito de los empobrecidos que reclaman la justicia que brota de la fe.
El reto de la reivindicación de las culturas autóctonas marginadas, y del
diálogo con ellas en su propia simbología.
La desintegración psicológica de las generaciones jóvenes y adultas producto
de historias personales difíciles a causa de las realidades familiares, la violencia
generalizada y la injusticia institucionalizada.
La necesidad de reactivar la presencia de la vida del Espíritu en las diversas
dimensiones de la Iglesia en general y Centroamericana en especial.
Momento histórico con grandes tentaciones...
• Resignarse con los fracasos históricos y no seguir intentando una sociedad
mejor...
• Encandilarnos con los valores del consumismo capitalista y encapsularnos en
un individualismo aislante...
• Refugiarnos en pertenencias exclusivamente afectivas a comunidades
entusiastas...
• Abanderar indiscriminadamente reduccionismos culturales...
•
Abordar los caminos de la espiritualidad o los proyectos sociales sin integrar
las personalidades desgarradas familiar o ambientalmente…
35
Este artículo se ha elaborado en base a distintos trabajos ya publicados. Sus autores son Carlos
R.
Cabarrús s.j., Javier Osuna s.j. y Darío Mollá s.j., que nos han brindado la posibilidad de conocer
más a fondo esta herramienta tan fundamental para nuestra vida cristiana de los Ejercicios
Espirituales. Habrá términos que aparezcan en el artículo que no son comprensibles para personas
no iniciadas en su experiencia. Nos alargaría demasiado si pretendemos explicarlos. Será una
tarea que en cada país se analicen pedagógicamente.
93
Momento histórico preñado de grandes inquietudes y aspiraciones…
•
•
•
•
Defensa de la vida en todas sus dimensiones humanas, ecológicas.
Configuración de un mundo más humano y justo…
Haciéndolo a la manera de Jesús, sin evadir las contradicciones y conflictos…
Uniendo nuestros esfuerzos, en el día a día, tejiendo una gran red de
solidaridad.
¿Y qué sería vivir con Espíritu este momento histórico que tenemos entre manos?
Consistiría fundamentalmente en actuar bajo la acción del Espíritu Santo; una acción que
compromete la conciencia y la libertad de la persona humana, y que marca e ilumina todas las
actividades y zonas de la existencia humana. Es lo que entendemos por espiritualidad cristiana.
Una espiritualidad que debería ser pertinente para cristianos inmersos en la vida de su sociedad
y comprometidos con una tarea concreta en la misma; una espiritualidad para personas que
trabajan, viven su vida familiar, toman decisiones cívicas que les comprometen, que se
manchan las manos con el barro de la vida…; por tanto, no es una propuesta de espiritualidad
que sólo sea posible vivir en el aislamiento, en el retiro, en la tranquilidad de espacios y largos
tiempos de soledad…
Una espiritualidad que se siente radical y totalmente afectada y condicionada, en sus
manifestaciones y en sus expresiones, por el hecho del sufrimiento, la injusticia, la marginación
que, cerca o lejos de nosotros, sufren millones de hombres y mujeres y aun pueblos enteros; y
que parte del supuesto de que, como decía San Juan, “…quien no practica la justicia, o sea,
quien no ama a su hermano, no es de Dios” (1Jn. 3, 10). Una espiritualidad, por tanto, que
desde la cercanía a las víctimas y excluidos de nuestro mundo se pregunta qué puede significar
eso de amar a Dios, de hacer oración, de vivir la pobreza, de actuar con caridad, etc.
Pues bien, esta espiritualidad, que denominamos cristiana, ha tenido a lo largo de la historia
variadas manifestaciones, plasmadas en las distintas tradiciones religiosas: benedictina,
franciscana, dominicana, carmelitana, ignaciana… Refiriéndonos a nuestro caso, centramos
nuestra atención en la rica tradición que nos ha legado la experiencia e itinerario de Ignacio de
Loyola y sus primeros compañeros expresados en los Ejercicios Espirituales, en el
discernimiento como método para buscar y hallar la voluntad de Dios, y en el Magis, que hoy
lo formulamos como el buscar la mayor gloria de Dios en íntima relación con la realidad
histórica en que vivimos y en el servicio más universal a los pobres y excluidos.
Ante el vacío de espiritualidad que toca a la sociedad entera y que afecta a nuestra vida, hemos
de ahondar en nuestra singularidad espiritual que, encarnada y orientada a la misión, integra en
un mismo camino la fe y la justicia del Reino, la contemplación y la acción, lo histórico y las
dimensiones biológica, psicológica y espiritual de la persona para que nuestro quehacer
cristiano sea un aporte evangélico e ignaciano a la construcción de una Centroamérica
equitativa, solidaria, inclusiva y abierta a Dios y al mundo.
2.- Hoy de sobra está demostrado que los Ejercicios Espirituales, ese librito donde Ignacio
vierte toda su experiencia espiritual, han sido una propuesta provocativa para muchos hombres
y mujeres de cómo vivir su compromiso cristiano. Ya en vida de San Ignacio los Ejercicios se
habían convertido en un ministerio excepcionalmente valioso entre los primeros jesuitas, no
solo para ayudar a las personas a ordenar su vida, sino para convertirlas en discípulas y
servidoras de la misión de Cristo. Y hoy siguen siendo la matriz de donde nace toda la savia de
94
la espiritualidad cristiana al modo ignaciano. Entre los muchos testimonios que verifican su
validez y actualidad cito el siguiente párrafo de la Congregación General que se reunió en
Roma a finales del año 1974 y comienzos del ´75: “Los Ejercicios Espirituales ayudan a formar
cristianos alimentados por una experiencia personal de Dios y capaces de distanciarse de los
falsos absolutos de las ideologías y sistemas, pero capaces también de tomar parte en las
reformas estructurales, sociales y culturales necesarias....” (C.G. XXXII, D.4, 58).
¿Qué son los Ejercicios Espirituales?
En la primera Anotación con la que se abre el libro de los Ejercicios, Ignacio describe con su
sobriedad característica qué son los ejercicios espirituales:
“Por este nombre, ejercicios espirituales, se entiende todo modo de examinar la conciencia,
de meditar, de contemplar, de orar vocal y mental, y de otras espirituales operaciones, según
que adelante se dirá. Porque así como pasear, caminar y correr son ejercicios corporales, por
la mesma manera, todo modo de preparar y disponer el ánima...” (EE. 1).
Los ejercicios físicos son algo activo, no una mera descripción conceptual. Correr. Caminar,
nadar,.., son cosas muy distintas si sólo se miran y se analizan o, si por el contrario, se practican. Lo mismo ocurre con los ejercicios “espirituales”: son un proceso que “se hace”, no que
se “escucha”. No son un tiempo de indoctrinación ni de estudio. Son una actividad que
requiere entrega decidida. Unas veces será fácil y gratificante; otras, en cambio, se hará costosa,
árida, y exigirá paciencia, constancia, fidelidad por encima de todo. De aquí que Ignacio pida
“ánimo y liberalidad” (EE, 5) como condición anímica indispensable y una disponibilidad a
toda prueba, tanto ante las dificultades del camino como ante lo que Dios me pueda pedir. El
mero hecho de recorrer un camino encierra ya una pedagogía ante la cual es necesario
confianza para no ceder al desánimo. Solo habiendo realizado el esfuerzo del proceso se podrá
alcanzar la meta. La imagen del camino contiene toda una gama de registros muy diversos:
desde el entusiasmo inicial hasta la más pesada monotonía, desde la vista panorámica de un
altozano hasta la oscuridad aparentemente interminable de un túnel...
¿Y cómo se fue gestando la redacción del actual libro de los Ejercicios Espirituales?
La Autobiografía es un documento muy importante para conocer la génesis de los Ejercicios
Espirituales. Sería necesario ahora hacer un repaso del proceso que fue viviendo Ignacio desde
su conversión en Loyola. Me remito al tema del mes de Abril que trató de la vida y
personalidad de Ignacio de Loyola.
Nos centramos ahora en la etapa de Manresa que fue un tiempo de sucesivas lecciones divinas
que culminó en lo que conocemos como la eximia ilustración del Cardoner (cfr. Autob., n.30).
«En este tiempo le trataba Dios de la misma manera que trata un maestro de escuela a un niño,
enseñándole; y, ora esto fuese por su rudeza y grueso ingenio, o porque no tenía quién le
enseñase, o por la firme voluntad que el mismo Dios le había dado para servirle, claramente él
juzgaba y siempre ha juzgado que Dios le trataba de esta manera» (Autob., 27)
Y así, Ignacio, considerando que la experiencia que había transformado su vida, igualmente
podría servir a otros, comenzó a escribir el texto de los Ejercicios, que fue perfeccionando
durante muchos años, gracias a una rica experiencia permanentemente discernida. Para él ese
pequeño libro era una pedagogía, «un camino» por donde las personas podrían encontrarse con
su Criador y Señor y dejándose abrazar en su amor y alabanza, responderle con la opción de
servirle generosamente en adelante. Eso era para él «todo lo mejor que yo en esta vida puedo
pensar, sentir y entender, así para el hombre poderse aprovechar a sí mismo como para poder
fructificar, ayudar y aprovechar a otros muchos».
95
San Ignacio recibió en Manresa una doble gracia: su propia experiencia interior de Dios y la
capacidad de proponerla a otros.
En cuanto a la primera, su propia experiencia interior, es evidente que en aquel
momento no tuvo la sistematización que luego plasmaría en sus Ejercicios. Al final de su vida
dirá que en Manresa Dios le conducía “de la misma manera que trata un maestro de escuela a
un niño” (Autobiografía 27). El proceso fue largo y costoso, y duró los casi once meses que
estuvo allí. Un tiempo intenso que dedicó a la oración (Siete horas diarias), con grandes
movimientos interiores de luz, de entusiasmo y gozo pero también de angustias, tristezas, inseguridades, escrúpulos, oscuridad. La culminación de este camino fue la experiencia junto al
río Cardoner, momento de ilustración del que Ignacio dirá al final de su vida que, sumando
todo lo que había recibido de Dios a lo largo de ella, no superaba lo recibido en aquel
momento (Autobiografía. 30). Los Ejercicios quedarán marcados por esta experiencia.
La segunda gracia recibida en Manresa fue la capacidad de proponer un camino para
que otros hicieran una experiencia semejante. Ignacio no fue sólo un hombre de Dios, sino que
su experiencia de gracia también le convirtió en un “mistagogo” (iniciador en la experiencia de
Dios). Su ideal de “ayudar a las ánimas” se plasmó en la metodología que propone en sus
Ejercicios, los cuales tienen unas características muy determinadas.
Los elementos de este itinerario espiritual son presentados de forma clara y sugerente en este
pequeño librito conocido como los Ejercicios Espirituales de San Ignacio, en el que se
proponen unas prácticas muy concretas, acompañados de unas notas metodológicas, tal como
ya fue señalado por el documento papal que los aprobó oficialmente en 1548 (Paulo III. Breve
Pastoralis officii). En este pequeño librito toma forma la espiritualidad ignaciana.
3.- ¿Cómo se hilvana el proceso que nos propone vivir Ignacio en los Ejercicios Espirituales?
Ignacio divide los Ejercicios en “semanas” porque analógicamente los Ejercicios se realizan en
un mes. Cada semana –que en la práctica va a ser de duración variable- toca uno de los ejes
principales.
No es obvio que se comience una experiencia de espiritualidad a partir de “poner las cartas
sobre la mesa” –Principio y fundamento-, para luego pasar a trabajar sobre el pecado. Así lo
concibió, sin embargo, Ignacio. El objetivo del Principio y Fundamento es, ciertamente, ganar
la libertad, ganar la indiferencia: “...por lo cual es menester hacernos indiferentes a todas las cosas creadas...”.
Indiferencia entendida como libertad frente a todo, especialmente frente a las grandes sombras
de la vida: la muerte, la enfermedad, el dinero, el poder… Esta libertad se convertirá en
experiencia fundante y generadora de una serie de actitudes.
Luego, la experiencia de Primera Semana es la del(a) pecador(a) perdonado(a). Acá lo que se
tiene que vivenciar es cómo ha estado entorpecido nuestro “hacer”; es captar que, por causa de
nuestro pecado, “se hace” llevar a la muerte a Jesús… Hacerse consciente de ese pecado, y
hacerlo por medio de comparaciones, es su gran estrategia; y todo para llevarnos a sentir
hartazgo, aborrecimiento, y hacer caer en la cuenta de que a quien he ofendido en todas mis
víctimas, es al mismo Señor. Esta experiencia es la que posibilita el diálogo propuesto por
Ignacio: “¿Qué he hecho por Cristo, qué hago por Cristo, qué debo hacer por Cristo?”. Aquí nos
encontramos con que el sentir se convierte en un hacer, ¡en una tarea!. Es decir, la experiencia
fundamental de la primera semana es la del(a) pecador(a) perdonado(a) a quien el perdón se le
convierte en misión, pues no es a pesar de ser pecadores(as), sino precisamente por ello (1 Cor.
1, 25 ss) por lo que se nos invita a seguir a Jesús, para ser puestos(as) con Él, en la tarea de
construir el Reino.
A continuación, se tiene la experiencia de la contemplación del Reino que introduce de lleno a
una modalidad del hacer. Es hacerlo todo al modo de Jesús. Y es hacer también nosotros(as)
96
el Reino. Un hacer que es también “dejarse hacer”, dejarse afectar –ser puesto(a), ser
elegido(a)-, dejar actuar a la Espíritu (la gracia). En la Segunda Semana se comienza
prosiguiendo el diálogo con el Señor que invita a realizar el Reino como tarea de ese perdón.
Aunque no es obvio hacerlo, Ignacio lo propone fomentando la emulación de grandes hazañas
históricas.
Después, la contemplación de la Encarnación nos va a hacer sentir lo que experimenta la
Trinidad, viendo con ella, para luego percatarnos de la extrema solidaridad suya al formular la
frase de hagamos redención del género humano. La contemplación del nacimiento nos invita a ello
también: nos hace nacer con Cristo, para luego irlo acompañando por todos los principales
sucesos de su vida pública. Los Ejercicios hacen que nos percatemos de que el mejor modo de
hacer el Reino, de llevar adelante su Misión es aprender a conocer a Cristo para más amarle y
seguirle, pero reproduciendo su vida en la propia vida. La contemplación de toda la vida
oculta es un camino para aprender a sentir y proceder al modo de Jesús. El método de la
contemplación nos invita a tener sus mismos sentimientos y su mismo modo de proceder.
Mediada esta semana, presenta Ignacio tres ejercicios que, antes de la elección, verifican
nuestro grado de lucidez, de libertad y de amor. Por una parte, el ejercicio llamado de “Dos
Banderas” pretende medir nuestro grado de lucidez: hasta qué punto estoy claro respecto a lo
que comporta seguir a Jesús como camino de vida (test sobre mi inteligencia consciente del
Evangelio y sus exigencias). Por otra, el ejercicio llamado “Tres Binarios” pretende medir
nuestro grado de libertad: hasta qué punto estoy (soy) libre de todo aquello que me impide
decirle sí al Señor y realizar aquello que me pide (test sobre mi voluntad). Y por fin, la
consideración de los “Tres grados de humildad”: verificar hasta qué punto estoy afectado/a
por su amor que me lleve a querer identificarme con el Señor Jesús y su camino de muerte y
resurrección (test sobre mi afectividad). De esta manera Ignacio nos introduce más
inmediatamente en la experiencia de la Elección, que se va a ir realizando a través de la
contemplación de los misterios de la vida pública de Cristo, Palabra viva de Dios.
Experimentar la pasión –tercera semana- es la invitación por excelencia a la solidaridad como
consecuencia del amor. Se nos invita a hacer y padecer: qué debo yo hacer y padecer por él. Por
tanto, la Tercera Semana no es simplemente proseguir la vida de Jesús hasta su pasión y
muerte; sino también, hacer conciencia de que todavía la muerte de Jesús se da en la
humanidad que sufre actualmente, por una parte, y que, además, el pecado personal, mi pecado,
tiene íntima conexión con esta muerte. Muerte que es tal en Jesús que se esconde, se
obscurece totalmente su divinidad.
Finalmente, la resurrección –cuarta semana- es experimentar la esperanza y la alegría de la
nueva vida de Jesús: ...queriéndome afectar y alegrar de tanto gozo y alegría de Cristo nuestro Señor. Allí
lo que ayuda a experimentar es la alegría por el triunfo del amigo, del compañero querido, al
experimentarlo en su oficio de consolador. La cuarta Semana, es la más delicada. Supone
haber vivenciado no sólo la muerte individual, sino cómo Cristo padece en la humanidad. Sin
esta perspectiva no se llega a la experiencia de la Resurrección, que por esencia es un
fenómeno colectivo: es aprender a hacer esperanza en nosotros(as) y en los(as) demás, sabiendo
también, que es gracia para pedir.
Culminan los Ejercicios con la contemplación para alcanzar amor, que es la gran síntesis de
todo. Es experimentar que es el amor lo que debe regir, y también que el amor se expresa
concretándolo en acciones. Esta contemplación deja la clave de la relación con Dios: de
amante a amado, de amado a amante. La Contemplación para alcanzar amor es como el cierre
agradecido de tantos beneficios recibidos, es como quien sólo encuentra en toda la creación los
cariños tiernos de la Trinidad. Enseña a ver toda la creación como algo elocuente. Aquí los
97
Ejercicios hacen que experimentemos eso que el mismo Ignacio repetía frecuentemente en la
vida cotidiana cuando contemplaba las flores: Callad, callad, que ya sé de quién me habláis
En síntesis, siguiendo la experiencia de los Ejercicios, encontraremos personas que se han
formado en una escuela fundamental que abre al sentir profundo, al hacer como tarea recibida,
como don, y a ser capaz de padecer por ese Jesús encontrado en el sufrimiento de la
humanidad, para vivenciar también su gloria en el contexto del Reino en donde lo del servicio
a los(as) más necesitados(as), a los(as) empobrecidos(as), a los desahuciados(as), y a los(as)
pecadores(as) se hace crucial.
4.- Ahora nos preguntamos, ¿dónde está la genialidad de los Ejercicios Espirituales?
La genialidad de los Ejercicios reside, en primer lugar, en que Ignacio logró convertir en
método la gracia que él recibió: cómo vivir el seguimiento de Jesús desde una manera concreta.
Esa es la agudeza de los Ejercicios, que un carisma se vuelva método, que el Evangelio se
vuelva espiritualidad, pero no porque se aprenda teología, sino porque propone una metodología
para encontrar la espiritualidad.
Metodología, etimológicamente, significa tratado hacia el camino... Esto significa que Ignacio
plasmó su experiencia de gracia en un tratado para encontrar el camino de amar y seguir a Jesús. Por
esto, en los Ejercicios todo lleva una finalidad, nada se desperdicia, se vuelven escuela de vida,
escuela de oración. Es un método de conversión que modifica el inconsciente e invierte el
patrón de comportamiento: entro a Ejercicios como me comportaba en la vida, y luego me puedo comportar
en la vida como me comporté en Ejercicios. Por otra parte, esta metodología hace que la vivencia del
evangelio desde una perspectiva concreta -experimentar el amor que redime, la pasión por la
persona de Jesús, y la centralidad del Reino hasta las últimas consecuencias- se convierta en
espiritualidad pujante.
Otras escuelas espirituales privilegian, por ejemplo, un modo de oración, pero pocas
estructuran un camino para enseñar a practicarla. Lo interesante de los Ejercicios es que son,
de una vez, escuela de oración, pero de una oración muy específica: de petición, contextuada en un
esquema, evaluada y cotejada con el esquema mismo, con un sistema de discernimiento muy trabajado y por el
acompañamiento de alguna persona experta. Ignacio tenía una gran desconfianza en las personas
dadas a muchas oraciones, pues el noventa y tantos por ciento de esas personas, -decía- son
ilusas. De ahí que diera tanta importancia a la necesidad de evaluar, cotejar y, sobre todo,
hacer historia la oración -¿qué he hecho, qué hago, qué debo hacer por Cristo? Esta oración se ofrece
con varias modalidades: meditación, contemplación –y aplicación de sentidos-, con el compás
de la respiración, la oración vocal, etc.
Los Ejercicios también son una escuela para aprender a cambiar, para aprender a vivir desde
otras dimensiones, desde otros criterios. Aprovechan una gran cantidad de herramientas
psicológicas para propiciar que se implemente el cambio: la culpa fecunda, la emulación, los
deseos más profundos, el apasionamiento por la persona de Jesús, la atracción por la tarea, el
heroísmo, el darle sentido al dolor, el gusto por la alegría y por el sentido, por el placer –de
tanto gozo del Resucitado-. En este sentido los Ejercicios son escuela para vivir ya de manera
diferente, no según las reglas del mundo, sino en la onda de la Espíritu.
La genialidad de los Ejercicios reside también en que, a fuerza de ir examinando -en ese
laboratorio espiritual que ellos son-, se van detectando los pasos fundamentales por donde
Dios nos lleva -la consigna-, su modo para con cada uno(a).
Es también genial en los Ejercicios la captación que hacen de toda la persona: toma los
aspectos más racionales volitivos –toda nuestra parte masculina- pero luego para los temas más
trascendentales nos hace realizarlo desde la contemplación, desde la experiencia de meter el
cuerpo, de dejarse llevar, de la pasividad –toda nuestra parte femenina-. Siempre con el
98
referente principal del cuerpo, no tanto porque así lo explicite, sino porque en la práctica nos
lo hace meter todo entero. Es lo que cuida de modo muy detallista con las adiciones.
Todo esto nos lleva a verificar otra gran genialidad: nos enseñan que a partir del cuerpo, lo
más importante es sentir –más que racionalizar- ...porque no el mucho saber harta y satisface… sino el
gustar de las cosas internamente-. En los Ejercicios, “experimentar” es fundamental, determinante.
Tres verbos ejes son cruciales en el camino de experimentar en los Ejercicios: “sentir” –dejar
que mi sensibilidad vibre de la misma manera que vibra la de Jesús-, “hacer” -hacer con Jesús y
como Él, en el horizonte de que venga el Reino- y “padecer” -consecuencia lógica de
pretender el Reino a la manera de Jesús, frente al poder de este mundo que lo ahoga-. Por eso,
lo básico de la espiritualidad ignaciana es experimentar, sentir... Sentir que es experimentar,
amar, gozar, padecer... es experimentar la culpa fecunda, es aborrecer el pecado hasta producir
“hartura y fastidio”; es dejarse invitar y apasionarse por la invitación de jalonar el Reino, es desear
profundamente, es amor, es querer padecer por quien amo, es alegrarse profundamente de la alegría
de Jesús que ya ha vencido al mundo y a la muerte. Sentir que es, finalmente, experimentarse
como una pareja de personas amantes, donde sólo toca en todo amar y servir.
Para hacer posible este experimentar, Ignacio –gran conocedor de la persona- aprovecha
mecanismos psicológicos que posibilitan la experiencia. Por ejemplo, capta el papel de la culpa
sana como resorte para vivir la experiencia de la conversión, emplea el mecanismo de la
emulación para disponer al compromiso con el Reino desde el seguimiento de Jesús, utiliza la
sensibilidad, la inmersión total de la persona en la contemplación y la aplicación de sentidos ver, oír, gustar...- para posibilitar el conocimiento de Jesús que lleva al seguimiento,
“...conocimiento interno del Señor... para que más le ame y le siga”, etc.
Es insistente Ignacio en que la experiencia de Ejercicios se vive sintiendo no pensando y sin
embargo, paradójicamente es un método super racional, pero reubicando la racionalidad. Se
privilegia el sentir: el proceso se hace con la razón, pero se recorre con la sensación del cuerpo. Es
decir, hay que seguir el método, la hora de oración, los exámenes, la secuencia, el entreverado
de las peticiones... ¡pero desde la totalidad de la persona –corazón, entrañas, mente, cuerpo- y
movidos(as) por la gracia!
5.- Y concluimos con este apartado. ¿Cuáles serían los requisitos para sacar fruto de los
Ejercicios Espirituales?
Partamos de una afirmación que es obvia y, por tanto, de innecesaria demostración: que
cualquier forma de espiritualidad genera un determinado y concreto estilo de vida. Pero, a la
vez, podemos afirmar algo más: que el estilo de vida que alguien vive condiciona radicalmente
la posibilidad de una vivencia espiritual. Puede facilitarla o puede impedirla. Una determinada
forma de vivir puede llegar a hacer imposible la experiencia de Dios, mientras que otro género
de vida distinto puede ponernos en la pista de acceso a la experiencia de Dios. O, sin ir tan al
extremo, hay modos y situaciones de vida que hacen más fácil la experiencia de Dios y otros
que la dificultan. Por diversos autores se ha señalado que la experiencia de Dios requiere unas
“estructuras de posibilidad” (Libanio), o unas “estructuras antropológicas” (García Monge).
Ignacio pretende con los Ejercicios Espirituales convertir la vida toda en experiencia de Dios.
Pero esto tiene sus propias condiciones de posibilidad, referidas no sólo a la interioridad, sino a
la vida entera de la persona: habrá modos de vida que faciliten el “buscar y hallar a Dios en
todas las cosas”, y otros modos de vida que, a pesar de los esfuerzos “interiores” que se hagan,
lo limitan o impiden. Todo ello, por supuesto, sin caer en determinismos que ignoren que, al
final, es el Criador el que “inmediate” obra con la criatura [15], muchas veces más allá de lo
que aparentemente dan de sí las posibilidades humanas.
99
Algo de todo esto es lo que expresa Ignacio con su concepto de “subiecto”. La noción de
“subiecto” ignaciano hace referencia, básicamente, a la idoneidad para una determinada
experiencia espiritual, y específicamente para la experiencia de los Ejercicios Espirituales.
Idoneidad que no es sólo capacidad intelectual o personal, sino el conjunto más amplio de
condiciones personales y vitales que facilitan/dificultan la experiencia del encuentro con Dios,
en el tiempo de los ejercicios y también en la vida fuera de los mismos. Concepto éste de
“subiecto” que, además, hay que entender dinámicamente: en positivo, nos vamos haciendo
“subiectos”; en negativo, alguien que lo ha sido se puede ir deteriorando como tal. El irnos
haciendo “subiectos” para la experiencia espiritual del encontrarnos con Dios en la vida es el
objetivo final del que quiere conducirnos toda la pedagogía espiritual ignaciana.
Vamos, pues, a preguntarnos qué persona y qué modo de vida capacitan para la vivencia
espiritual que Ignacio propone y a la que a nosotras/os nos gustaría acceder. Y, evidentemente,
qué persona y qué actitudes capacitan para la experiencia de los Ejercicios Espirituales, esencia
de la experiencia espiritual y pedagogía para llegar a la plenitud de la misma.
Situados en esta dinámica, nos encontramos al comienzo del proceso de los ejercicios, en las
“Annotaciones” [1-20], con un retrato-robot del ejercitante ideal que es, al mismo tiempo,
punto de partida y punto de llegada. Las actitudes y trazos que en ese retrato se dibujan son el
mínimo que Ignacio exige para adentrarse en la aventura; esas mismas actitudes, consolidadas y
llevadas a plenitud, son también el resultado del proceso y las que permitirán vivir fuera de los
ejercicios la experiencia mística del encuentro permanente con Dios. Las actitudes de fondo del
ejercitante ideal, hechas cotidianas, son también las del cristiano ideal Por todo ello, al
describir, interpretando las “Annotaciones”, al ejercitante con “subiecto” para hacer los
ejercicios, describimos también a la persona con “subiecto” para “en todo amar y servir a su
divina majestad” [233].
a) Este “subiecto” es alguien que ya ha tomado la decisión de situar su vida en la dinámica de
la búsqueda y el cumplimiento de la voluntad de Dios: “… entrar en ellos… (los Ejercicios)
ofreciéndole todo su querer y libertad, para que su divina majestad, así de su persona como de todo lo que
tiene, se sirva conforme a su sanctísima voluntad [5], .... de manera que la causa de desear o tener una cosa
o otra, sea sólo servicio, honra y gloria de la su divina majestad” [16]. En este sentido es una persona
“magnánima”, tal como lo define Santo Tomás de Aquino: “aquel que tiene el coraje de
comprometer toda su persona en una empresa importante que decide sustancialmente su vida”. Nos
encontramos, pues, ante una persona que ha hecho en su vida una opción de fondo por
Dios, y que busca vivir de acuerdo con ella.
b) La persona que quiera encontrarse con Dios ha de ser también una persona humilde, capaz
de reconocer que se adentra en un terreno donde, con sus solas fuerzas, nada es posible y
todo es concedido: “… quando hablamos vocalmente o mentalmente con Dios nuestro Señor o con sus
santos, se requiere de nuestra parte mayor reverencia que quando usamos del entendimiento entendiendo”
[3]; “… un paso o dos antes del lugar donde tengo de contemplar o meditar me pondré en pie…
considerando cómo Dios nuestro Señor me mira, etc, y hacer reverencia o humillación”. Se trata, pues,
de alguien que es bien consciente de que tanto la postura inicial de búsqueda, como la
capacidad de encontrar y hallar, son dones que se reciben y que escapan de las
posibilidades humanas.
c) Supuesto que Dios se manifiesta y comunica muchas veces a través de mediaciones
humanas, que no son siempre las inicialmente previstas o esperadas, sino en muchas
ocasiones muy sorprendentes, es necesario que la persona que quiere encontrarse con Dios
sea abierta al otro como mediación de Dios, capaz de comunicación, de decir y de dejarse
100
d)
e)
f)
g)
decir: “… todo buen christiano ha de ser más pronto a salvar la proposición del próximo que a
condenarla…” [22].
Nunca ha sido fácil la experiencia del encuentro con Dios. Ya en el Antiguo Testamento se
nos describía como lucha agotadora (Gn. 32, 26-33). Es una experiencia combatida desde
dentro y desde fuera. Por eso la persona que se arriesga a ella ha de ser alguien con
capacidad de resistencia y lucha: “… vencer las tentaciones…; resistir al adversario, más aún…
derrocalle” [13]; de dominio sobre sí mismo: “… poniendo todas sus fuerzas para venir al contrario
de lo que está mal afectada…” [16]; de austeridad y distanciamiento afectivos: “… quanto más se
apartare de todos amigos y conocidos y de toda solicitud terrena…” [20].
Ignacio pide asimismo que sea una persona comprometida con su vida y con el presente de
su vida y sus circunstancias concretas, realista, que no se escape ni hacia atrás (con
nostalgias) ni huyendo hacia delante: “… tomando el fundamento verdadero de la historia…” [2],
“… al que toma ejercicios en la 1 semana aprovecha que no sepa cosa alguna de lo que ha de hacer en la 2
semana…” [11]; personas capaces de la “ascética del presente”, de “sentir y gustar” lo que
en cada momento es la experiencia de su vida, sin falsas pretensiones ni escapatorias.
Entre estos rasgos encontramos también el que postula una persona unificada afectiva y
vitalmente, donde los afectos y las cosas se sitúan en su lugar adecuado, en orden: “... no
teniendo el entendimiento partido en muchas cosas, aprovechar a su propia ánima…” [20].
Todo ello constituye y caracteriza, finalmente una persona libre, capaz de “… discurrir y
raciocinar por sí mismo…” [2], de “… usar de sus potencias naturales más libremente para buscar con
diligencia lo que tanto desea…” [20].
No podemos dejar de mencionar algo que Ignacio no lo explicita, pero en nuestra realidad
latinoamericana cae de su peso. La persona que quiere vivir la experiencia de Dios en la
dinámica de los Ejercicios Espirituales, de alguna manera, debería ser alguien capaz de una
vinculación orgánica al mundo de los empobrecidos. Persona que sea capaz de asumir los
desafíos que esta realidad le plantea.
Hay, pues, y siguiendo a Ignacio, una “estructura antropológica” posibilitante de la experiencia
de los Ejercicios, de la experiencia de sentir a Dios en la propia vida y en la propia historia. En
la medida en que esa estructura se dé, y se dé más plenamente, será más posible experimentar a
Dios en la vida; por el contrario, una carencia radical en esta estructura, limitará o, incluso,
llegará a imposibilitar la experiencia. Lo cual nos hace concluir que “lo que verdaderamente
impide sacar fruto de los Ejercicios es la falta de ciertos requisitos sin los cuales no se puede
hacer nada”.
La espiritualidad ignaciana postula como condición de posibilidad para realizarse personas
sujetos de opción personal, humildes, abiertas al otro, capaces de resistencia y lucha,
arraigadas en la historia, unificadas interiormente, libres. ¿Es esto el comienzo o el fin?
Las dos cosas: en alguna medida debe darse todo esto al comienzo, o, al menos, sin carencias
sustanciales; la pedagogía ignaciana, fielmente seguida, nos consolidará cada vez más sobre ese
fundamento.
Ahora ya está en manos de cada uno/a la decisión de tomar la determinación de “echarse al
agua”, es decir, de implicarme de una manera seria y auténtica en vivir esa oportunidad de los
Ejercicios Espirituales, que se me regala como gracia.
Para esto sería conveniente recapitular aquí, a modo de síntesis, los aspectos más importantes
para valorar la conveniencia y el momento oportuno de practicarlos:
• La determinación de realizar tal experiencia debe ser asumida libremente. Aunque forma
parte del proceso de formación que estamos realizando, debe ser asumido personalmente
de una forma total y profundamente libre. Sin esta libertad, el runruneo interno de que me
101
•
•
•
•
•
•
han sido impuestos y de que no hay más remedio que hacerlos, provocará que sean
realizados sin aquel “ánimo y liberalidad para con su Creador y Señor” (EE, 5). En este
caso, no se harán los Ejercicios; a lo sumo, se padecerán.
Piden su momento adecuado. Y ello viene dado, sobre todo, por el hecho de que uno se
encuentre ante un momento de cambio en su vida o ante algo importante que debe decidir.
De hecho, los Ejercicios fueron concebidos fundamentalmente como un instrumento de
discernimiento.
No es en absoluto conveniente hacerlos en momentos de depresión, o de inestabilidad
psicológica. Los Ejercicios requieren un estado de ánimo equilibrado y libre.
Tampoco puede hacer los Ejercicios completos quien tiene una gran dificultad para una
oración prolongada, ya que el método prevé momentos fuertes de oración que se
mantengan con constancia y decisión. Tampoco son adecuados para quien es incapaz de
soledad y de silencio y no puede vivir sin distraerse.
Requieren una preparación que aquiete el espíritu. No es posible cortar de repente las
preocupaciones y tensiones propias de una vida ajetreada en exceso. Sería todo esto un
lastre difícil de superar. El recuerdo vivo de mis obligaciones, de cosas que han quedado a
medio hacer, puede ser una fuente de distracciones difícil de superar. Ha de ser del todo
posible el retirarse de todas las cosas (eso en el caso de que se hagan durante un mes en
completo retiro) y ello requiere preparación. Para los que no se pueden liberarse de sus
obligaciones, Ignacio contempla la modalidad de los Ejercicios en la vida ordinaria (EE,
19). Quizás en otra ocasión se puede ampliar lo que implica esta modalidad.
Los Ejercicios no son un tiempo para leer, aunque una cierta lectura sí puede ser
conveniente (EE, 100). Tampoco son una ocasión para ponerse al día en Espiritualidad,
Biblia o Teología. Para eso existen los cursillos y otras propuestas.
No debo esperar tampoco indoctrinación magistral, sino que lo que se busca es “sentir y
gustar internamente” (EE, 2), mediante la presencia del Espíritu Santo, maestro interior
que guía con firmeza y suavidad.
Con estas advertencias no quisiéramos que se sacara la impresión de que los Ejercicios son tan
difíciles, que están reservados para una élite. Lo único que se ha pretendido ha sido tomar
conciencia del tipo de experiencia espiritual que proponen, distinguiéndola de otras, que no
son ni peores ni mejores, para que no hayan malos entendidos una vez iniciados. Pero en
ningún momento quisiéramos olvidar que todo este camino está posibilitado por Aquel que
revela los misterios a los sencillos: “Te bendigo, Padre, porque has ocultado estas cosas a los
sabios y entendidos y se las has revelado a los sencillos” Mt. 11, 25).
Guía de reflexión personal
1. ¿Cuál es mi experiencia espiritual? ¿Cómo establezco la vinculación con la espiritualidad
ignaciana y específicamente con el aporte de los Ejercicios Espirituales de San Ignacio de
Loyola?
2. ¿Qué me hace pensar o sentir que la espiritualidad ignaciana tiene una respuesta al
momento histórico actual? ¿Qué es lo que más me hace sentido de la espiritualidad
ignaciana respecto a la vinculación con la realidad y momento histórico que se vive?
3. Al estudiar el tema del mes ¿Qué resalto de la seriedad, profundidad, método y mística que
hay en todo el recorrido que San Ignacio de Loyola plantea para la vivencia de los
Ejercicios Espirituales en mi compromiso de vivir mi cristianismo de forma madura y
coherente?
102
Guía de reflexión grupal
1. ¿Cómo se vive en mi obra la espiritualidad ignaciana, pero específicamente cuál es la
experiencia de haber hecho los Ejercicios Espirituales en sus diversas modalidades, en mi
persona y en los-as compañeros?
2. ¿Cómo los Ejercicios Espirituales son una respuesta concreta y profunda a la búsqueda y
deseo de vida “en espíritu” y es una manera de profundizar en mi identidad como
cristiano-a dentro de la obra en la que participo?
3. ¿Cómo hacer posible la vivencia de las distintas etapas de los Ejercicios Espirituales en
todos los miembros de mi obra para poder sacar un fruto grupal que se manifieste en
actitudes y valores concretos; con lo cual la obra pueda reflejar a las demás personas en
todos y cada uno de sus miembros, el rostro del Dios de Jesús de Nazaret?
FORMACIÓN DE LAICOS-AS Y JESUITAS
PROVINCIA CENTROAMERICANA DE LA COMPAÑÍA DE JESÚS
Comisión de Espiritualidad.
Eje 3: Compromiso Histórico
Tema: 3.2. El comportamiento ético de la persona en plenitud
EL COMPORTAMIENTO ETICO DE LA PERSONA EN PLENITUD
Tema organizado por el P. Carlos R. Cabarrús, sj
Texto tomado del artículo “Experimentarlo todo y quedarse con lo mejor”
1. Hacia una definición operativa del valor
Sin querer entrar en una discusión de corte más filosófico axiológico, lo que te ofrezco es
partir de una definición “operativa” que nos ayude a entendernos en la tarea de “formarnos”
en estos valores. Tomando del mundo económico entendemos por valor algo que le ponemos
precio; que nos parece, a nivel intelectual, que nos suena; que nos atrae y gusta, a nivel de la
sensibilidad. Este sería el rasgo inicial de algo que tomemos como valor.
Un segundo rasgo de este concepto operativo, es que estamos proponiendo entender
como valor, lo que ayuda al propio crecimiento, a ser más tú; que te nutre, alimenta y fortalece tu profunda
identidad. De ahí lo importante de comenzar por lo del manantial y los regalos que éste nos
ofrece… La contraparte de ello, es que lo que destruye tu ser psicológico, tu salud, tu vida –
aunque te agrade- no lo estamos considerando como valor.
Muy ligado a esto, está el tercer rasgo de que si algo es valor no vale sólo para ti, para
mí, sino para todos nuestros semejantes y para la misma vida de la tierra. De nuevo estamos aludiendo
al regalo de la identidad del que ya te hable; de esa identidad con nuestra mismísima realidad
pero también con la de todo viviente y de la naturaleza. La actual situación climática, el
deterioro causado por el sistema imperante que se rige únicamente por la productividad, sin
tener en cuenta las necesidades y el estado de los recursos de la tierra, nos puede concitar a que
tengamos que tener en cuenta nuestra responsabilidad como seres humanos. A que entiendas
que lo que te guste y te atrae no puede ir en contra de las consecuencias de lo que estás
procurando. Esto nos lleva a señalar el aspecto colectivo del valor. Sólo lo es, si toma en
cuenta el bienestar del género humano y de la tierra.
103
Un cuarto rasgo es que para hablar de valor, suponemos que es algo que no se queda
en una frase, en un eslogan, sino que ya ha entrado a formar parte de tu interioridad, de tu inconsciente.
Es una cosa que ya pertenece, por decirlo así, a tu “disco duro”. Pero para que situaciones
humanas entren así en lo más profundo tuyo tiene que lograrse de dos maneras. Por una parte
por medio de experiencias significativas –de lo cual te hablaré más tarde- y por otra, lo logrado
en esas experiencias, debe llevar a una serie de acciones, de actos, que poco a poco generan
hábitos y actitudes…. Así se va introduciendo en el inconsciente y seguro que podrás, en tus
sueños, encontrar sus rastros.
Todo ello para llegar, en un quinto rasgo, a lo más dirimente de lo que entendemos por
valor. El valor es algo por lo que estarías en la disposición de arriesgar cosas importantes, y esto,
bueno, ¡hasta la misma vida!, y también no siendo tan dramáticos, estar en la disponibilidad de
renunciar a bienes legítimos en beneficio de ese valor.
El sexto elemento es tener claro que sólo es valor si se actúa. Si nunca has realizado algo de
lo que tú llamas tus valores, es evidente que no los vives. Si te fijas bien, la fundamentación de
los valores está en los Derechos de la Humanidad, pero la presentación que te propongo está
desde la perspectiva de los deberes nuestros para con la humanidad, en primer lugar, y desde ahí la
conquista de los derechos. Desde los valores se deben, por tanto hacer traducciones hacia las
diversas éticas y hacia el compromiso para hacer la tierra morada de habitantes en dignidad,
justicia, tolerancia y solidaridad.
1.1. Cómo hacer atractivos los valores
Todavía no te he expuesto de qué valores estamos hablando. Pero te puedes imaginar que no
te van a ser tan a simple vista llamativos y “seductores”. No son propiamente material que
llenara nuestras pantallas televisivas ni de muchos sitios de Internet. Como podrás intuir
dentro de ellos estará algo que tenga que ver con la dignidad de la vida; con el cuidado de la
tierra. En ese sentido, el respeto hacia las demás personas, la justicia y la solidaridad, deberán
ser ejes... Por ahí van.
De allí que la clave para formar en valores es vincularlos a ciertas dimensiones que
puedes detectar y encontrar en la manera de ser de las personas. Son ciertos dinamismos que
han acompañado los procesos humanos de todos los tiempos y desde el mismo comienzo de
lo que llamamos civilización.
En todos los ámbitos, lo más típico de quienes somos personas es que procuramos la
felicidad. Muchas veces, a toda costa. Pegado a esta búsqueda, está el deseo de ser amada, amado, y
de amar. Por otra parte, desde muy temprano en la prehistoria, en las personas humanas se ha
encontrado la capacidad de conocer, como algo específico. Muy ligada a ella, se dio la habilidad para
transformar. De alguna manera el impulso que llevaba al conocimiento y a la transformación ha
sido siempre un impulso a buscar, a comprender, a querer solucionar los problemas. El último
dinamismo sería el que en el ser humano existe la necesidad de hacerse preguntas
fundamentales: todo lo que tiene que ver con el sentido de la existencia, del dolor, de la muerte; de la
misma vida. Para los que tenemos un caminar creyente, la pregunta de Dios quizás no es la más
difícil sino la justificación de Dios en un mundo sufriente y desigual…
La habilidad de quien acompaña personas, sobre todo en la juventud, reside en ayudar
a que se vivan eso que llamamos los valores, ligándolos a esas dimensiones vitales: encontrar la
felicidad, encontrar el amor, conocer, transformar y buscar siempre; todo ello frente a la
pregunta sobre el sentido de las cosas y de la persona misma. Como ya te dije, para formar en
104
esos valores es preciso tener experiencias que te impliquen y te toquen, pero para que peguen
en tu corazón es necesario que se amarren a esos impulsos de toda persona humana.
1.2. La importancia de las experiencias significativas vividas con método.
Los valores no son algo que se aprende en un aula. Hay espacios que tradicionalmente estaban
considerados como “cuna” de valores. La familia, por mucho tiempo, fungía como eso. Cada
vez es menor el papel, debido a muchos factores, entre otros, a la falta de presencia de los
padres en el día- día, de los hijos e hijas. Espacio muy determinante en la formación es el papel
de los amigos y amigas en la juventud. Para bien o para mal, influyen de manera fuerte. Ahora bien,
si se trata de valores, las instituciones religiosas, o educativas en general, podrían aportar espacios
inspiradores para esos valores. Déjame que ya te enuncie, por lo menos, lo que nos parecen los
valores más universales, humanos y de trascendencia: La dignidad de la persona y de la tierra, la
tolerancia, la justicia y la solidaridad.
Lo curioso es que para formarse en esos valores, la mayoría de las veces se tiene que
hacer experimentando lo que produce el contra- valor. Así pues, la dignidad de la persona humana,
se capta mejor en las condiciones infra- humanas a que sometemos a más de la mitad de la
población de la tierra; la dignidad de la tierra se comprenderá con los daños que se le están
causando precisamente por no respetar sus procesos. La falta de tolerancia, es decir, el
racismo, el etno- centrismo, el sexismo, el machismo y los fanatismos políticos y religiosos con
todo lo que implican y a lo que llevan, puede ser un “lugar” para experimentar el valor de la
tolerancia, como ingrediente fundamental de la convivencia humana. Esto es muy parecido
con lo que puede ocurrir con la justicia. Viviendo situaciones de injusticia se puede apreciar lo
que sería vivir en un ambiente justo.
Quizás es la solidaridad, el único valor que puede aprenderse desde lo positivo, es decir,
saboreando la belleza y el regalo que recibes cuando eres persona solidaria…
Esas experiencias axiológicas, no se miden necesariamente por el tiempo, sino por la densidad de
esas experiencias. Para lograr esa densidad, tienen que ofrecerse con una metodología muy
concreta. Un primer momento sería algún tipo de inducción a lo que se va a vivir; brindando
todos los datos para que pueda comprenderse a cabalidad lo que se va a experimentar.
También es capital poder ofrecer un marco interpretativo previo de todos los elementos. No
descuidar dimensiones a cuestionarse y a explicar lo que se quiere experimentar. Por ejemplo,
nunca descuidar los aspectos subjetivos de quienes están viviendo los espacios que se van a
experimentar.
Además, considerar cómo todo en la vida humana es estructura. Por eso sólo si se
capta esa estructura se puede incidir en ello. No hay que olvidar, sin embargo, que las
estructuras sociales son fluidas y no estáticas. Dentro del análisis es muy importante que
quienes vayan a hacer la experiencia se percaten con que ideología van y qué ideologías se encuentran.
En ese sentido no puede desdeñarse el que capten todo desde la perspectiva femenina y
ecológica. Dado que estamos en un contexto donde para ti lo cristiano es significativo, no sería
despreciable ver la fuerza que tiene el aspecto de la fe en las personas que viven las
experiencias. Estos aspectos se tienen que cubrir, pero también haciendo lo mismo con
quienes están en el proceso de vivir las experiencias. Todo ello para generar a la corta o a la
larga una acción que si es humana, por definición debería ser una acción transformadora.
Un segundo momento es la experiencia misma. Debe de acompañarse con algún
sistema de monitoreo, donde esos datos, análisis previos, y cuestionamientos, se vayan
realizando, criticando, añadiendo… Donde constantemente también se estén cotejando todas
105
las vivencias interiores. Aquí vinculándolas con las cuatro dimensiones humanas de las que te
hable no hace mucho.
El tercer momento es el de la evaluación- síntesis. Es el momento de hacer una repetición
en clave de reconsideración de dónde se fue encontrando más consolación humana en la
experiencia; porque eso hay que potenciarlo. Como también dónde se dieron mayores
desolaciones que son la otra cara de las resistencias y los desafíos. Al terminar se debe hacer
una honda reflexión y síntesis que no puede prescindir de la sistematización en clave de los
valores. Con esa síntesis intelectual, subjetiva y de fe, se puede hacer una presentación donde
quien ha hecho la experiencia, se adueñe y defienda lo que ha conocido.
Fíjate la necesidad imperativa de poder contar, por tanto, con ese tipo de experiencias
para poder formar con los valores más universales, para poder, entonces hablar, en cristiano de
hacer un camino creyente…
1.3. Formación en un clima de anti- valores, ahí está el reto.
Lo que nunca puedes olvidar es que todo lo que hemos dicho, es justo lo contrario de lo que
“el mundo este”, como diría el evangelista Juan, nos propone. Las dimensiones o anclas
humanas se tergiversan y se adulteran por el consumismo, el erotismo y el individualismo. El
poder de este des- orden establecido reside precisamente en presentarlo desde la felicidad
descartable y “Express”, desde la atracción por los componentes descomprometidos del amor
humano, centrándose en el placer y el erotismo vinculado al individualismo y la fantasía. Desde
la violencia como clima natural. Se vive en un ambiente de la impunidad, del delito en todas
sus formas. Hay constantemente, como tú bien lo sabes, un conjunto de imaginarios sociales y
culturales que fomentan los antivalores.
Vivir desde los valores es algo que lógicamente no se puede imaginar que se haga de
manera masiva y en totalidad. Lo que sí es que en la medida en que más personas nos
acerquemos a vivir los postulados de los valores, como valor –según los rasgos que te expuseel mundo podría ser un poco más viable. Son precisamente esos valores los que pueden iluminar, inspirar
e institucionalizar –por decirlo de alguna manera- formas de convivencia humanas elementales, con su cuerpo
de normativos y legislaciones que los hagan viable, y con sanciones claras y educativas. Todo
ello para ir cambiando las culturas imperantes (injusticias, erotismo, consumismo, violencia,
individualismo, destrucción de la tierra) en culturas de respeto a los derechos humanos y de la
tierra, en culturas inclusivas, cultura de paz y dialogo, cultura de honestidad de responsabilidad
ciudadana, y de solidaridad y ecología.
Ahora bien, los valores se forman en base a experiencias que provoquen esos valores
universales. Sin embargo, la formación no queda ahí. Con ellos debe irse bajando como en cascada a
los valores más específicos, los de la propia nación, los de la identidad étnica o racial, los de las
diversas cosmovisiones religiosas; los de la familia. Por ejemplo, es necesario generar una
conciencia ciudadana; donde se incluya la perspectiva de nación en un mundo que tira hacia la
globalización no saludable. Los valores deben iluminar no sólo las legislaciones de una
convivencia humana sino también todos los factores que creen identidad en los diversos
estamentos.
1.4. Los énfasis de los valores de los que estamos hablando
Te decía que el primero de los valores lo presentamos doble: La persona es el valor, y la tierra es el
necesario valor para que se de la vida.. La dignidad da la vida se expresa en lo inalienable del ser
106
humano, por una parte y en su condición de libertad, como emblema. La apuesta por el
restablecimiento y cuidado de la bio- diversidad es insoslayable.
El segundo es la Tolerancia, cuya fuerza etimológica reside precisamente en la capacidad de
retomar lo del otro que es diferente pero que lo transformo en riqueza personal y social, es la
base de todo. La metáfora de la tierra que necesita de la bio- diversidad para que no se pierdan
las especies de la flora y de la fauna -con el papel que cada uno de ellas tiene para que haya
vida- es algo que sirve de telón de fondo explicativo.
El tercer valor es la justicia. La preocupación del bien de todas las personas; la defensa de
no “cada quien lo suyo”, únicamente, sino también y principalmente que cada quien pueda tener de
acuerdo a sus necesidades. Esto va a suponer, obviamente, un Estado de derecho, leyes, y el
fomento de aspectos vitales en la convivencia como la honestidad, el pago de impuestos, entre
otras cosas.
El cuarto valor es la solidaridad, que nos recuerda que somos todas y todos –tú y yo- partes
de un solo y gran cuerpo compacto. Algunos miembros muchas veces están padeciendo de
sufrimientos y dolores inhumanos. Allí el llamado a la salvación de quien está en desventaja, es
recordarte también que en quien está en esas situaciones te encuentras también tú; me
encuentro yo. Que lo que le pasa a mis hermanas y hermanos en el mundo es como si me
estuviera pasando a mí. Pero eso sólo se puede catar cuando has llegado a expresar esa
solidaridad con un gesto de tu cuerpo que tiene dos momentos: vas a entregar algo, pero ahí te
comienzas a entregar, tus brazos van abriéndose. Todo ello para
que se de el segundo
momento de la solidaridad. Cuando te animas a abrazar al herido en las cunetas de la historia,
éste te devuelve el abrazo apretado, con lágrimas de dolor y de agradecimiento, que te cautiva y
regresas con mucha más riqueza de la que creíste que dabas.
Ahora bien, estos valores están presentados a partir de los “deberes” que tenemos y eso constituye
los “derechos” de los demás. Estos valores deben traducirse en principios éticos en los diversos
campos. De aquí debe surgir una ética política, económica, social, sexual. Todos estos códigos
éticos deben estar apoyados, tal y como presentamos los valores, surgidos desde la fuerza del
manantial, desde la identidad más personal, pero también en estrecha relación con las demás
personas y la naturaleza. Estas fuerzas deben llevar finalmente todos ellos, a un compromiso
político para hacer más viable la humanidad y la tierra, donde la solidaridad deba reinar por
excelencia.
1.5. La dificultad de reconocer los valores más universales: su ideologización
En el mundo actual, sobre todo en las naciones con poder sobre los destinos de las realidades
globales de pobreza, se suele escuchar argumentos sobre la casi imposibilidad de hablar de
valores universales. Todo está en discusión, en este sentido. Por otra parte, en los foros
internacionales –no sin muchas luchas, discusiones y relativizaciones- sí se postulan ciertos
principios generales por los que nos debemos regir las personas humanas en las relaciones
entre nosotras y nosotros y con la naturaleza.
Todo lo que vamos diciendo sobre la fuerza de los valores, no lo podemos hacer con
ingenuidad; como si hablar de valores fuera evidente en sí mismo. Pensadores serios ponen en tela de
juicio la posibilidad de valores universales. Paradójicamente al mismo tiempo, en la
actualidad, ha comenzando un auge de la necesidad de valores, ante “la crisis de los valores
antiguos”. Recuerda, sin embargo que toda época ha puesto en cuestión los valores antiguos intentando
postular unos nuevos que justificaran a los detentadores del poder. Y es que tienes que darte cuenta que
con supuestos valores se ha justificado cualquier cosa, hasta las situaciones más aberrantes: se
107
han bendecido guerras de conquista, se han mandado a la hoguera a los disidentes sean estos
por razones de fe o de supuesta lealtad a las naciones.
En nuestros días, lo habrás visto, los debates de las campañas electorales en todos los
países, sacan a relucir la mentada crisis de los valores. Los ataques entre los contendientes
tienen mucho que ver con comportamientos morales –sobre todo en lo sexual o religioso; en
ámbitos privados- con una moral puritana y farisea muchas veces. La moralización de la vida
pública es algo cada vez más llamativa… Es decir, nos movemos en este tema entre una falta
de las dimensiones básicas para sobrevivir como humanos –que es lo que constituye para nosotros la
base del valor- , y un interés, por otra parte, de esgrimir una gama y una lista de un sin número de
supuestos valores que suelen ser muy conservadores: patria, orden, autoridad, seguridad. En el
fondo son bastiones del des- orden del mundo. Aun el mismo concepto de familia suele postularse
como lo primero y básico, pero muchas veces detrás hay intereses en mantener situaciones de
poder, donde el machismo no puede dejarse a un lado.
Hay que poner siempre en tela de juicio lo que está detrás de ciertos catálogos de “valores”, por tanto.
Es decir que formar en valores se hace en un clima de anti- valores y con conjunto de falsos
valores que tienen detrás el ansia de detentar un poder en cualquier ámbito.
La presentación de estos valores que yo te propongo nacen de un extractar las diversas
generaciones de derechos humanos, que tenderían en principio a establecer una convivencia
más humana entre las personas y con la tierra. Es decir, de los derechos fundamentales de la
humanidad extraemos lo que sería un valor. Derechos, que además, como se sabe, costaron muchas
luchas para ser aceptados precisamente por la defensa no de “valores” sino de los intereses de
los diversos países representados en los foros mundiales.
De ahí que postulemos básicamente cuatro y toda otra serie de valores más específicos,
la invitamos a ser colocada dentro de esos cuatro valores básicos. Hay que tener cuidado de la
proliferación de supuestos valores. Muchas veces se contraponen. La presentación
compendiada que te ofrezco, quiere estar cimentada en los Derechos Universales, y las
especificaciones más concretas de esos cuatro fundamentales, pueden ser asumidas en ellos.
No podemos olvidar que frente a cada derecho, surge un deber.
Sin embargo, la intención de hacer la presentación en clave de valores en vez de derechos, es que, con
las dimensiones que te he presentado de lo constitutivo de un valor, se pueden asimilar mejor a la vida personal y
colectiva de la humanidad.
Los valores tal y como te los presento están redactados en clave de “deberes” y no
tanto en clave de derechos. Los deberes bien vividos generaran la posibilidad de derechos para
quienes siempre han quedado en la exclusión. Es un recurso que creo válido aunque pudiera
parecer que puede ser torcido y que finalmente se cae en la trampa de elevar a valor lo que
“nos interesa” –y el nosotros tendría que ver con el poder y el dinero- De ahí la necesidad de
un discernimiento humano y político continuo, en torno a ellos.
Formar en valores, en el fondo es intentar que la vida de los salmones fuera la gran metáfora
para por lo menos núcleos significativos de la humanidad. El salmón nace en manantiales pequeños, y
comienza su vida recorriendo kilómetros en los mares y océanos. Cuando quieren, con todo,
engendrar y procrear, nadan de vuelta – a veces hasta cinco mil kilómetros- remontan los ríos,
riachuelos hasta llegar a su manantial de origen. Allí engendran y en esa tarea mueren. Formar
en valores es pensar que algunos de nosotros, -sobre todo los que somos cristianos y cristianas
estemos dispuestos a nadar en contra corriente para ser fieles a lo que nos da identidad
profunda. Es una buena imagen del caminar creyente, que como verás necesita del
discernimiento para encontrar lo que da vida, viviendo en fidelidad al propio ser, a las
personas, y a los designios que Dios tiene para todas y todos; para que cuidemos de nuestra
casa común y la hagamos morada digna para futuras generaciones.
108
Guía de reflexión personal
•
•
•
¿Qué es lo nuevo en este concepto de valor? ¿Qué es lo que te reta más? Pon 3 aspectos.
Con esa definición ¿Cuál es la dificultad principal de vivir los valores? ¿Cuál es el camino
que tu crees para vivirlos?
¿En qué sentido se dice que los valores de convivencia son andamio y son escalera? Pon
ejemplos.
Guía de reflexión grupal
•
•
•
•
¿Qué añade y cómo se engrana lo cristiano en estos valores? Resalta que lo cristiano debe
vivirse en grupo.
¿Qué le añade y qué le imprime lo ignaciano a estos valores?
¿Cómo entonces, miembros de la familia ignaciana, deben constituirse en una especie de
comunidad de salmones?
¿Cómo esta comunidad tiene como tarea principal humanizar la humanidad? Ponga
ejemplos, ponga desafíos para su grupo.
Descargar