Prontuario de Prevención de Riesgos Laborales 2011

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LEY DE PREVENCIÓN DE
RIESGOS LABORALES Y
REGLAMENTO DE LOS
SERVICIOS DE PREVENCIÓN
I. MARCO NORMATIVO BÁSICO: LEY DE PREVENCIÓN DE RIESGOS LABORALES
INTRODUCCIÓN
El artículo 40 de la Constitución considera como principio rector de la política
social económica la necesidad de velar por la seguridad e higiene en el trabajo.
La Ley 31/1995, de 8 de noviembre, de Prevención de Riesgos Laborales
(BOE del 10 de noviembre de 1995) constituye el marco básico en materia de seguridad y salud laboral y traspone al ordenamiento interno la Directiva 89/191/CEE,
de la Unión Europea.
Objeto y carácter de la norma
El artículo primero de la Ley 31/1995, de 8 de noviembre, de Prevención de
Riesgos Laborales relaciona las normas que constituyen el sistema en los siguientes términos: “La Normativa sobre prevención de riesgos laborales está constituida
por la presente Ley, sus disposiciones de desarrollo o complementarias y cuantas
otras normas, legales o convencionales, contengan prescripciones relativas a la
adopción de medidas preventivas en el ámbito laboral o susceptibles de producirlas en dicho ámbito”.
De lo expuesto se deduce que:
• La Ley de Prevención de Riesgos Laborales es la normativa básica que
determina el marco legal en el que deben acomodarse las restantes normas de
inferior rango.
• Las disposiciones de desarrollo o complementarias serán dictadas por el
Gobierno a través de los correspondientes reglamentos respecto a las materias
relacionadas en el artículo 6 de la Ley.
• Por fin, lo completan las normas convencionales en forma de convenios
colectivos que adopten medidas preventivas en el ámbito laboral.
La Ley proclama en el artículo 2, que tiene por objeto la promoción de la
seguridad y salud de los trabajadores mediante el desarrollo de las actividades
necesarias para la prevención de los riesgos derivados del trabajo.
A tal fin, se establecen los principios generales que informan el desarrollo de
cualquier acción preventiva y que afloran durante la exposición del articulado de
la Ley, de manera que ésta supone una superación integradora del conjunto de
normas dispersas existentes hasta la fecha, configurando, a su vez, un auténtico
sistema de prevención bajo una visión unitaria. La eliminación o disminución de los
riesgos derivados del trabajo, la información, la consulta, la participación equilibrada y la formación de los trabajadores son piezas básicas de tal sistema.
La determinación del carácter de las disposiciones laborales contenidas en la
Ley y de sus normas reglamentarias se efectúa en el n.º 2 del citado artículo 2.º, al
afirmar que son de derecho necesario mínimo indisponible, lo que quiere decir:
• Que su observancia es de todo punto obligatoria, irrenunciable y no
disponible.
• Que constituyen el suelo mínimo por cuanto las condiciones de seguridad y
salud laboral pueden ser mejoradas y desarrolladas por los convenios colectivos.
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Marco normativo básico: LPRL - 53
Ámbito de aplicación
Una de las principales novedades de la Ley hace referencia al campo de
su aplicación que desborda netamente los ámbitos estrictamente laborales; su
vocación es omnicomprensiva, a pesar de que existen actividades profesionales
a quienes no afecta en su integridad, lo que permite efectuar un cuadro de inclusiones y exclusiones.
Tanto la Ley como sus normas de desarrollo son de aplicación:
• Al ámbito de las relaciones laborales reguladas por el Estatuto de los Trabajadores.
• Al ámbito de las administraciones públicas, constituyendo en sus aspectos fundamentales norma básica del régimen administrativo o estatutario de los
funcionarios públicos por referencia al art. 149.1.18 de la CE y en los términos
expresados en la Disposición Adicional Tercera.
• Igualmente son aplicables a las sociedades cooperativas en las que existan
socios cuya actividad consista en la prestación de servicios.
• Fabricantes, importadores y suministradores en cuanto se les impone el
cumplimiento de ciertas obligaciones.
• Trabajadores autónomos en cuanto de la Ley y su desarrollo legislativo
puedan derivarse derechos y obligaciones.
1. EL DEBER GENERAL DE PROTECCIÓN
El deber general de protección corresponde al empresario como consecuencia del poder de dirección; del mismo, se derivan un conjunto de obligaciones
empresariales que es necesario conocer.
El deber general de protección es pieza básica del Ordenamiento Laboral. Interesa aquí el deber de protección referido única y exclusivamente a la seguridad
y salud en el trabajo.
En el fondo, se trata de un deber contractual que se corresponde con el
derecho del trabajador a conservar su salud y que incluye, a su vez, la obligación
de observar los reglamentos internos de la empresa o las medidas de seguridad
impuestas. Su configuración legal se desarrolla en diversos textos jurídicos.
El art. 4.2.d) del texto refundido de la Ley del Estatuto de los Trabajadores,
Real Decreto Legislativo 1/1995, de 24 de marzo, es concluyente al respecto: “en
la relación de trabajo, los trabajadores tienen derecho a su integridad física y a
una adecuada política de seguridad e higiene” y el art. 5 b) y c) “los trabajadores
tienen como deberes básicos observar las medidas de seguridad e higiene y
cumplir las órdenes e instrucciones del empresario en el ejercicio regular de sus
facultades directivas”.
A mayor abundamiento, el art. 19 del mismo texto legal dedicado exclusivamente a las cuestiones de seguridad e higiene en el trabajo en los apartados 1 y
2, y a modo de preámbulo, incide en los mismos derechos y deberes básicos: “el
trabajador, en la prestación de sus servicios, tendrá derecho a una protección eficaz en materia de seguridad e higiene” y “está obligado a observar en su trabajo
las medidas legales y reglamentarias de seguridad e higiene”.
El art. 14 de la Ley de Prevención de Riesgos Laborales inicia su desarrollo
afirmando que todos los trabajadores tienen derecho a una protección eficaz en
materia de seguridad y salud en el trabajo; derecho que se corresponde con el
correlativo deber del empresario de protección de los trabajadores frente a los
riesgos laborales. Ello no es sino el reflejo del art. 5 de la Directiva marco 89/391,
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de 12 de junio, que proclama como obligación del empresario la de garantizar la
seguridad y salud de los trabajadores en todos los ámbitos de trabajo.
Consecuente con el campo de aplicación de la propia Ley, el deber de
protección se extiende también a las Administraciones Públicas respecto del
personal a su servicio.
En el cumplimiento de este deber general de protección, el empresario debe
adoptar cuantas medidas sean necesarias para hacer eficaz los derechos de los
trabajadores respecto a la evaluación de riesgos, información, consulta y participación y formación de los trabajadores, actuación en casos de emergencia y
de riesgo grave e inminente, vigilancia de la salud y constitución de servicios de
prevención. Es decir, el conjunto de derechos y obligaciones desarrollados en el
Capítulo III de la Ley, teniendo en cuenta que el coste de tales medidas de seguridad y salud no debe recaer sobre los propios trabajadores.
El deber general de protección se complementará mediante la implantación
de una política de prevención adecuada, teniendo en cuenta dos objetivos específicos (art. 5 LPRL), uno relativo a la igualdad de mujeres y hombres y otro relativo
a las pequeñas y medianas empresas.
Igualdad de mujeres y hombres
La Ley Orgánica 3/2007, de 22 de marzo, para la igualdad efectiva de mujeres
y hombres incluye un nuevo apartado, el 4, en el artículo 5 de la LPRL. En este
apartado 4 se indica que las Administraciones públicas promoverán la efectividad
del principio de igualdad entre mujeres y hombres, considerando las variables
relacionadas con el sexo en materia de prevención de riesgos laborales.
Esta promoción de la igualdad tiene por objetivo detectar y prevenir posibles
situaciones de riesgo que, de actualizarse, pudieran generar daños derivados del
trabajo vinculados con el sexo de los trabajadores.
Pequeñas y medianas empresas
La Ley 25/2009, de 22 de diciembre, (BOE del 23), añade un nuevo apartado
5 en el artículo 5 de la Ley de Prevención de Riesgos Laborales, planteando dos
temas de interés en el ámbito de los objetivos específicos a cumplimentar:
• La política en materia de prevención de riesgos laborales deberá promover
la integración eficaz de las actividades de seguridad y salud laboral en el sistema
de gestión de la empresa.
• La política a implantar deberá tener en cuenta las necesidades y dificultades específicas de las pequeñas y medianas empresas; por ello, se plantea
la necesidad de que en las disposiciones de carácter general se incorpore un
informe sobre la aplicación de las mismas en las pequeñas y medianas empresas.
Esto supone el seguimiento de las estrategias comunitaria y española de
seguridad y salud en el trabajo 2007-2012.
Asesoramiento técnico en empresas de menos de 10 trabajadores
La Disposición adicional tercera “asesoramiento técnico en empresas de menos de 10 trabajadores” contempla que en el cumplimiento del artículo 7 de la Ley
31/1995, de 8 de noviembre, de Prevención de Riesgos Laborales, el Gobierno
aprobará un plan de asistencia pública al empresario en materia de seguridad y
salud en el trabajo, que se ajustará a las siguientes bases:
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Marco normativo básico: LPRL - 55
a) Quedarán incluidas las empresas de hasta 10 trabajadores.
b) El plan contendrá el diseño y puesta en marcha de un sistema dirigido
a facilitar al empresario el asesoramiento necesario para la organización de sus
actividades preventivas, impulsando las autoevaluaciones por sectores y especificando aquellas actividades o riesgos que requieran apoyo técnico especializado.
2. PRINCIPIOS DE LA ACCIÓN PREVENTIVA
Para llevar a cabo las medidas que integran el deber general de prevención, el art.
15 de la Ley desarrolla el conjunto de principios que el empresario debe tener en cuenta, y que constituyen las líneas básicas del sistema de prevención de riesgos laborales.
Estos principios son los siguientes:
a) Evitar los riesgos.
b) Evaluar los riesgos que no se puedan evitar.
c) Combatir los riesgos en su origen.
d) Adaptar el trabajo a la persona, en particular en lo que respecta a la concepción de los puestos de trabajo, así como a la elección de los equipos y los
métodos de trabajo y de producción, con miras, en particular, a atenuar el trabajo
monótono y repetitivo y a reducir los efectos del mismo en la salud.
e) Tener en cuenta la evolución de la técnica.
f) Sustituir lo peligroso por lo que entrañe poco o ningún peligro.
g) Planificar la prevención, buscando un conjunto coherente que integre en
ella la técnica, la organización del trabajo, las condiciones de trabajo, las relaciones sociales y la influencia de los factores ambientales en el trabajo.
h) Adoptar medidas que antepongan la protección colectiva a la individual.
i) Dar las debidas instrucciones a los trabajadores.
Sintetizando estos principios, se abordan ciertas cuestiones que se derivan
de los mismos.
Análisis y control de los riesgos
La acción preventiva persigue los siguientes objetivos:
• La eliminación o supresión de los riesgos, actuando y modificando los
factores que les dan cobertura.
• Si ello no fuera posible, se impone la necesidad de evaluar dichos riesgos
conforme a metodologías comúnmente aceptadas, con lo que se consigue el control
de los mismos y la reducción de sus efectos, en caso de que puedan actualizarse.
• La adopción de las medidas pertinentes que han de incidir preferentemente
sobre la fuente y el origen de los riesgos, removiendo las causas directas e indirectas que puedan desencadenar su transformación en incidentes o accidentes.
• La sustitución de los elementos peligrosos del trabajo por otros que entrañen poco o ningún peligro.
Adaptación del trabajo a la persona
Ello implica:
• La adopción de medidas conducentes a la adaptación del trabajo y su
entorno a las capacidades de las personas, aplicando los principios ergonómicos
a la prevención.
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• La atenuación del trabajo monótono y repetitivo mediante la caracterización
de los puestos de trabajo y la elección de los equipos, de los métodos de trabajo y
de producción más adecuados para reducir los efectos nocivos para la salud.
Planificación integrada de la prevención
La formulación del principio de prevención integrada se expresa en los
siguientes términos: “planificación de la prevención, buscando un conjunto coherente que integre en ella la técnica, la organización del trabajo, las condiciones
de trabajo, las relaciones sociales y la influencia de los factores ambientales en
el trabajo”.
Esta integración:
• Es horizontal, si forma un todo con las restantes políticas de la empresa
dentro de una estrategia común, y responde a un enfoque pluridisciplinar.
• Es vertical, si se produce una dilución de responsabilidades sobre todos los niveles jerárquicos, partiendo del supremo poder de decisión y liderazgo de la gerencia.
Evolución de la técnica
La asunción de nuevas tecnologías encierra los riesgos que son propios del
contacto con lo desconocido; en tal caso, las medidas a poner en práctica se
refieren a:
• El conocimiento de los riesgos, mediante la correspondiente información,
formación y adiestramiento y
• Su transmisión a los mandos intermedios y trabajadores afectados.
Anteposición de la protección colectiva a la individual
El principio que debe presidir todo programa de acción preventiva consiste
en la anteposición y primacía de la protección colectiva a la individual; es decir,
ésta tiene carácter subsidiario, y se emplea cuando aquélla no es posible o no es
suficiente.
3. INTEGRACIÓN DE LA PREVENCIÓN
El deber general de protección que incumbe al empresario debe cumplimentarse a través de la integración de la prevención en el sistema de gestión
empresarial.
De esta forma, la integración de la prevención deviene en la principal obligación de la empresa, y está asociada inexorablemente a la acción productiva.
La Ley de reforma del marco normativo de la prevención de riesgos laborales
estructura de una forma singular, pero clarividente, la inserción de la prevención
tanto en la producción como en los distintos niveles jerárquicos de las organizaciones.
De una forma más concreta y más específica el Real Decreto 604/2006, de
19 de mayo, modificador del Reglamento de los Servicios de Prevención, aborda
también esta integración que es objeto de comentario a continuación.
Abundando en las mismas cuestiones, el artículo 1 del Reglamento de los
Servicios de Prevención contempla la integración de la actividad preventiva en la
empresa mediante un conjunto de preceptos.
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Marco normativo básico: LPRL - 57
La prevención de riesgos laborales debe integrarse en el sistema general de
gestión empresarial a través de la implantación y aplicación de un plan de prevención de riesgos laborales, comprendiendo:
• Al conjunto de las actividades, lo que implica que dicha integración debe
proyectarse en los procesos técnicos, en la organización del trabajo y en las condiciones en que éste se preste.
• A todos los niveles jerárquicos de la empresa, lo cual implica la atribución
a todos ellos, y la asunción por éstos de la obligación de incluir la prevención de
riesgos en cualquier actividad que realicen u ordenen y en todas las decisiones
que adopten.
En el apartado segundo de este artículo 1 se indica que los trabajadores y
sus representantes deben contribuir a la integración de la prevención de riesgos
laborales en la empresa y colaborar en la adopción y el cumplimiento de las
medidas preventivas a través de la correspondiente participación en la política
de prevención.
Esta participación incluye la consulta acerca de la implantación y aplicación del
Plan de Prevención de Riesgos Laborales de la empresa, es decir de la evaluación de
los riesgos y la consiguiente planificación y organización preventiva en su caso, así
como el acceso a la documentación correspondiente, de acuerdo a lo previsto en la
Ley 31/1995, de 8 de noviembre, de Prevención de Riesgos Laborales.
4. PLAN DE PREVENCIÓN DE RIESGOS LABORALES, EVALUACIÓN DE LOS RIESGOS Y PLANIFICACIÓN DE LA
ACTIVIDAD PREVENTIVA
Se contempla el plan de prevención y su implantación y aplicación en cuanto
obligación empresarial.
Por esta razón, se efectúa un desarrollo del plan de prevención de riesgos
laborales, así como la evaluación de los riesgos y planificación de la actividad
preventiva.
➤ 4.1. Plan de Prevención de Riesgos Laborales
El artículo 16.1 de la LPRL y el artículo 2 del Reglamento de los Servicios de
Prevención, según la modificación efectuada por el Real Decreto 604/2006, de 19
de mayo, desarrollan el significado del Plan de Prevención de Riesgos Laborales
como herramienta para lograr la integración de la actividad preventiva en el sistema general de gestión de la empresa.
El Plan de Prevención de Riesgos Laborales debe ser aprobado por la Dirección de la empresa, asumido por toda su estructura organizativa y, en particular,
por todos sus niveles jerárquicos, y conocido por todos sus trabajadores.
El Plan de Prevención de Riesgos Laborales constará en el correspondiente
documento que se conservará a disposición de la autoridad laboral, de las autoridades sanitarias y de los representantes de los trabajadores, e incluirá, con la amplitud
adecuada a la dimensión y características de la empresa, los siguientes elementos:
• La identificación de la empresa, de su actividad productiva, el número y
características de los centros de trabajo y el número de trabajadores y sus características con relevancia en la prevención de riesgos laborales.
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• La estructura organizativa de la empresa, identificando las funciones y responsabilidades que asume cada uno de sus niveles jerárquicos y los respectivos cauces
de comunicación entre ellos, en relación con la prevención de riesgos laborales.
• La organización de la producción en cuanto a la identificación de los distintos procesos técnicos y las prácticas y los procedimientos organizativos existentes en la empresa, en relación con la prevención de riesgos laborales.
• La organización de la prevención en la empresa, indicando la modalidad
preventiva elegida y los órganos de representación existentes.
• La política, los objetivos y metas que en materia preventiva pretende alcanzar la empresa, así como los recursos humanos, técnicos, materiales y económicos de los que va a disponer al efecto.
La Ley 25/2009, de 22 de diciembre, añade un nuevo apartado 2 bis en el
artículo 16 de la LPRL, cuyo contenido consta a continuación.
Algunas empresas podrán realizar el plan de prevención de riesgos laborales,
incluyendo su aplicación mediante la evaluación de los riesgos y la planificación
de la actividad preventiva, de forma simplificada en atención al número de trabajadores y a la naturaleza y peligrosidad de las actividades realizadas, bajo dos
condiciones:
• Que ello no suponga una reducción del nivel de protección de la seguridad
y salud de los trabajadores.
• Que se sigan los criterios que se determinen reglamentariamente.
El Real Decreto 337/2010, de 19 de marzo, añade un nuevo apartado 4 al
artículo 2 del Reglamento de los Servicios de Prevención. Este apartado 4 es del
siguiente tenor:
• Las empresas de hasta 50 trabajadores que no desarrollen actividades del
anexo I del RSP podrán reflejar en un único documento el plan de prevención
de riesgos laborales, la evaluación de riesgos y la planificación de la actividad
preventiva.
• Este documento:
– Será de extensión reducida y de fácil comprensión.
– Deberá estar plenamente adaptado a la actividad y tamaño de la empresa y
– Establecerá las medidas operativas pertinentes para realizar la integración
de la prevención en la actividad de la empresa, los puestos de trabajo con riesgo
y las medidas concretas para evitarlos o reducirlos, jerarquizadas en función del
nivel de riesgos, así como el plazo para su ejecución.
➤ 4.2. Evaluación de los riesgos y planificación de la actividad preventiva
Los instrumentos esenciales para la gestión y aplicación del Plan de Prevención de Riesgos Laborales son la evaluación de los riesgos y la planificación de
la actividad preventiva de acuerdo con el desarrollo del artículo 16.2 de la LPRL.
A. Evaluación de los riesgos
El empresario deberá realizar una evaluación inicial de los riesgos para la
seguridad y salud de los trabajadores, teniendo en cuenta, con carácter general:
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Marco normativo básico: LPRL - 59
• la naturaleza de la actividad
• las características de los puestos de trabajo existentes
• las características de los trabajadores que deban desempeñarlos
B. Planificación de actividades preventivas
“Si los resultados de la evaluación prevista en la letra A. anterior pusieran
de manifiesto situaciones de riesgo, el empresario realizará aquellas actividades
preventivas necesarias para eliminar o reducir y controlar tales riesgos. Dichas
actividades serán objeto de planificación por el empresario, incluyendo por cada
actividad preventiva:
• El plazo para llevarla a cabo
• La designación de responsables
• Los recursos humanos y materiales necesarios para su ejecución”
C. Seguimiento
El empresario deberá asegurarse de la efectiva ejecución de las actividades
preventivas incluidas en la planificación, efectuando para ello un seguimiento
continuo de la misma.
➤ 4.3. Integración documentada
El artículo 23 de la LPRL indica que el empresario debe elaborar y conservar
a disposición de la autoridad competente los documentos inherentes al proceso
de integración:
• El Plan de Prevención de Riesgos Laborales conforme a lo previsto en el
apartado 1 del artículo 16 de la presente Ley y artículo 2 del Reglamento de los
Servicios de Prevención.
• La Evaluación de los riesgos para la seguridad y la salud en el trabajo,
incluido el resultado de los controles periódicos de las condiciones de trabajo y
de la actividad de los trabajadores, de acuerdo con lo dispuesto en la letra a) del
apartado 2 del artículo 16 de la LPRL.
• La Planificación de la actividad preventiva, incluidas las medidas de protección
y de prevención a adoptar y, en su caso, material de protección que deba utilizarse,
de conformidad con la letra b) del apartado 2 del artículo 16 de la citada Ley.
5. OBLIGACIONES ESPECÍFICAS EMPRESARIALES
El deber general de protección que incumbe al empresario requiere el cumplimiento de un conjunto de obligaciones específicas que versan sobre las diversas
facetas que componen el sistema de prevención previsto en la legislación vigente
y concretamente en la Ley de Prevención de Riesgos Laborales.
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OBLIGACIONES ESPECÍFICAS DEL EMPRESARIO
EL DEBER GENERAL
DE PROTECCIÓN
Evaluación de los riesgos
Riesgo grave e inminente
Equipos de trabajo y medios
de protección individual
Vigilancia de la salud
Información, consulta
y participación
Documentación
Formación de los trabajadores
Coordinación de las
actividades empresariales
Medidas de emergencia
Protección de los trabajadores
especialmente sensibles a
determinados riesgos
➤ 5.1. Evaluación de los riesgos
La evaluación de los riesgos, en cuanto pieza básica de la prevención, es
obligación del empresario en los términos previstos en el artículo 16 de la referente LRPL.
Se desarrollan los distintos tipos de evaluación y sus resultados:
Evaluación inicial
La que se realiza con carácter general, ya sea con motivo de la declaración
de apertura o por la iniciación de un programa de acción en materia de seguridad
y de salud, teniendo en cuenta la naturaleza de la actividad, así como los riesgos
especiales a que pueden estar sometidos ciertos trabajadores.
Evaluación
Con ocasión de la elección de equipos de trabajo, de sustancias o preparados químicos y del acondicionamiento de los lugares de trabajo.
Evaluación actualizada
Por causa de la modificación de las condiciones de trabajo.
Evaluación incidental
Cuando hayan acaecido accidentes o daños para la salud.
El análisis de los resultados de la evaluación puede comportar la toma de
ciertas decisiones:
• Cuando el resultado de la evaluación así lo aconsejara, el empresario realizará controles periódicos de las condiciones de trabajo para detectar situaciones
potencialmente peligrosas.
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Marco normativo básico: LPRL - 61
• Si los resultados demostraran que existen riesgos con alguna probabilidad
de actualizarse, el empresario ha de adoptar las medidas correctoras necesarias
para lograr un mayor nivel de protección.
Cuando el empresario aprecie que las medidas de prevención o correctoras resultan insuficientes porque se ha producido un daño para la salud de los trabajadores
o con ocasión de la realización de reconocimientos médicos o controles de salud, se
llevará a cabo una investigación para detectar las causas de tales hechos.
➤ 5.2. Equipos de trabajo
La Unión Europea aborda la problemática planteada por la utilización de equipos de trabajo a través de la Directiva 89/655/CEE, de 30 de noviembre y el artículo
17.1 de la LPRL establece las normas generales de uso de los citados equipos.
Se entiende por equipo de trabajo cualquier máquina, aparato, instrumento e
instalación utilizado en el trabajo.
La virtualidad más importante de los equipos es su adecuación al trabajo
para el que fueron construidos, sin olvidar, a su vez, que los propios equipos
pueden presentar un riesgo específico, que el empresario ha de afrontar, tomando
las siguientes medidas:
• Los equipos de trabajo sólo pueden ser utilizados por aquellos trabajadores
encargados para ello por la dirección y el mando.
•La reparación, mantenimiento y conservación se efectuará por trabajadores
especialmente capacitados.
En todo caso, se informará a los trabajadores sobre los riesgos inherentes a
los sistemas de accionamiento, de puesta en marcha y parada, sobre roturas y
proyecciones de objetos, sobre las protecciones de los elementos móviles, sobre
los dispositivos de seguridad y sobre posibles explosiones e incendios.
➤ 5.3. Equipos de protección individual
La Unión Europea aborda la problemática planteada por la utilización de
medios de protección individual a través de la Directiva 89/656/CEE, de 30 de
noviembre, debiéndose indicar que el Real Decreto 1407/92, ha transpuesto la
Directiva 89/686/CEE de 21 de diciembre, regulando las condiciones para la
comercialización y libre circulación intracomunitaria de los equipos de protección
individual.
Concepto
Se entiende por equipo de protección individual, cualquier equipo destinado
a ser llevado o sujetado por el trabajador para que le proteja de uno o varios
riesgos que puedan amenazar su seguridad o su salud en el trabajo, así como
cualquier complemento o accesorio destinado a tal fin.
Características generales
Un equipo de protección individual deberá:
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a) Ser adecuado a los riesgos de los que haya de protegerse, sin suponer de
por sí un riesgo adicional.
b) Responder a las condiciones existentes en el lugar de trabajo.
c) Tener en cuenta las exigencias ergonómicas y de salud del trabajador.
d) Adecuarse al portador, tras los necesarios ajustes.
Obligaciones
Las obligaciones primordiales del empresario relativas a los medios de protección individual se deducen del artículo 17.2 de la LPRL, y son las siguientes:
a) Se proporcionarán gratuitamente.
b) Se exigirá el uso de los mismos.
c) Se informará a los operarios sobre los riesgos que se pretende proteger.
➤ 5.4. Información a los trabajadores
Siguiendo a la Directiva marco 89/391/CEE, la Ley desarrolla ampliamente
en su art. 18, las obligaciones del empresario sobre la información a los trabajadores.
El cumplimiento del deber general de protección comporta que el empresario
proporcione a cada trabajador, a los trabajadores en general o, en su caso, a sus
representantes, información sobre las siguientes materias:
• Los riesgos que se hayan detectado en la empresa en su conjunto o en
cada puesto de trabajo o función.
• Las medidas de protección o prevención que se hayan adoptado respecto
a tales riesgos o factores de riesgo.
• Las medidas de emergencia que se hayan adoptado en materia de primeros
auxilios, lucha contra incendios y evacuación de los trabajadores.
En las empresas que cuenten con representantes de los trabajadores, la
información se facilitará por mediación de éstos, salvo en lo relativo a los riesgos
específicos que afecten al puesto de trabajo o función, en cuyo caso la información se realizará directamente.
➤ 5.5. Consulta y participación de los trabajadores
Siguiendo a la Directiva marco 89/391/CEE, la Ley desarrolla ampliamente
en su art. 18, las obligaciones del empresario sobre la consulta y participación de
los trabajadores.
Otros deberes del empresario se refieren a la obligación:
• De consultar a los trabajadores sobre todo aquello que hace referencia a
la acción preventiva.
• De permitir su participación y la realización de propuestas en las cuestiones
que afecten a la seguridad y salud en el trabajo, que serán dirigidas tanto al empresario como a los órganos de participación y representación.
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Marco normativo básico: LPRL - 63
➤ 5.6. Formación de los trabajadores
Siguiendo a la Directiva marco 89/391, la Ley desarrolla ampliamente en su
art. 19, las obligaciones del empresario sobre la formación de los trabajadores.
Obligación primordial del empresario en el cumplimiento del deber general
de protección es garantizar que cada trabajador reciba una formación teórica y
práctica suficiente y adecuada.
Debe impartirse:
• En el momento de la contratación cualquiera que sea la modalidad o duración
de ésta.
• Cuando se produzcan cambios en las funciones que desempeña el trabajador.
• Cuando se introduzcan nuevas tecnologías.
• Cuando se operen cambios en los equipos de trabajo. La acción formativa
requiere ciertos condicionamientos y características:
– Se dirige preferentemente al puesto de trabajo o función desarrollada por
cada trabajador.
– Ha de adaptarse a la evolución de los riesgos o a la aparición de otros nuevos y repetirse periódicamente si ello fuera necesario.
– La formación se proporcionará en la jornada de trabajo, y, si fuera de ella,
dará lugar al descuento correspondiente en horas de trabajo.
– La formación se puede realizar por medios propios o ajenos concertados.
– En ningún caso su coste recaerá sobre los trabajadores.
➤ 5.7. Medidas de emergencia
En algunos centros de trabajo las medidas de emergencia adquieren capital
importancia, causa por la que el empresario se enfrenta a determinadas obligaciones que están contempladas en el artículo 20 de la LPRL.
Obligación general
El empresario, ante situaciones de emergencia, debe poner en práctica las
medidas necesarias para proteger a los trabajadores de los riesgos ocasionados
por incendios, explosiones, emanación de gases, etc.
Obligaciones específicas
La obligación general indicada se concreta en:
• El análisis de las posibles situaciones de emergencia.
• La adopción de las medidas necesarias en materia de primeros auxilios,
lucha contra incendios y evacuación de los trabajadores.
• La designación de los trabajadores que deberán poner en práctica tales medidas.
• Facilitar el material adecuado.
• Formar a los trabajadores designados en suficiente número.
• Establecer las relaciones necesarias con servicios externos en lo referente
a primeros auxilios, asistencia médica de urgencia, salvamento y lucha contra
incendios.
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➤ 5.8. Riesgo grave e inminente
En el art. 21 se preceptúan las obligaciones del empresario cuando, por razón
de la naturaleza de los procesos productivos u otras circunstancias, los trabajadores tienen peligro de ser sujetos pasivos de las incidencias resultantes de riesgos
graves e inminentes.
Se entiende por riesgo grave e inminente aquél en el que hay una alta probabilidad de que se materialice o actualice y que en este supuesto las lesiones
fueran importantes.
En atención a ello, y siguiendo al citado artículo, cabe hablar de distintos deberes empresariales y de diversas facultades de los trabajadores y sus representantes.
5.8.1. Deber de información
Todo empresario debe informar lo antes posible a los trabajadores que estén
o puedan estar expuestos a riesgos de peligro grave e inminente, de la naturaleza
de dichos riesgos, así como de las medidas adoptadas o que deberán adoptarse
en materia de prevención.
5.8.2. Interrupción del trabajo
El empresario pondrá en práctica las medidas necesarias y dará las instrucciones pertinentes para que los trabajadores sometidos a riesgo grave e inminente
puedan interrumpir el trabajo y ponerse a salvo, abandonando inmediatamente
sus puestos de trabajo.
5.8.3. Ius resistentiae
El reconocimiento del derecho de resistencia ante peligros graves e inminentes está recogido de modo relevante en el ordenamiento jurídico laboral.
Consiste en la facultad que tiene el trabajador de interrumpir su actividad y
abandonar el lugar de trabajo sin contar con el mando, cuando considere que el
trabajo entraña un riesgo grave e inminente para su vida y su salud, en cuyo supuesto el empresario no podrá exigir a sus trabajadores que reanuden la actividad
mientras persista el peligro, previniendo, además, ciertas cautelas:
• El cese en el trabajo y el alejamiento del puesto no puede entrañar perjuicio
alguno para los trabajadores afectados.
• Antes bien, deberán estar protegidos contra cualesquiera consecuencias
perjudiciales e injustificadas.
Comprende, además, la posibilidad de que todo trabajador pueda tomar medidas frente a las consecuencias de los citados riesgos para su seguridad, la de otros
trabajadores o la de terceros ajenos a la empresa, de acuerdo con sus conocimientos, cuando no pudiera ponerse en contacto con su superior jerárquico.
5.8.4. Paralización de la actividad
Cuando el empresario no cumpla con sus obligaciones frente al riesgo grave
e inminente cabe la posibilidad de paralizar la actividad por los representantes
legales de los trabajadores con acuerdo mayoritario de sus miembros o, en casos
de urgencia, por decisión mayoritaria de los Delegados de Prevención ateniéndose a las siguientes reglas:
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Marco normativo básico: LPRL - 65
• Será comunicada de inmediato a la empresa y a la Autoridad Laboral.
• La Autoridad Laboral, en el plazo de 24 horas, anulará o ratificará la paralización acordada.
• Los trabajadores o sus representantes no podrán sufrir perjuicio alguno por tal
acuerdo, a no ser que se hubiera actuado de mala fe o cometido negligencia grave.
➤ 5.9. Vigilancia de la salud
La vigilancia de la salud en general adopta distintas modalidades:
• Inicial, con ocasión del ingreso en la empresa.
• Adicional, con motivo de síntomas de empeoramiento o por la exposición a
determinados riesgos específicos.
• Periódica, la que se realiza cada cierto tiempo previamente determinado
por la normativa vigente o por acuerdo entre empresa y trabajadores.
• Post ocupacional, la que se realiza después de extinguida la relación laboral.
Ante las dificultades que entraña el tratamiento de la vigilancia de la salud
conviene distinguir los siguientes apartados:
5.9.1. Principio básico
Es del siguiente tenor: “El empresario garantizará a los trabajadores a su
servicio la vigilancia periódica de su salud en función de los riesgos inherentes al
trabajo” (art 22.1).
5.9.2. Consentimiento y excepciones
Esta vigilancia de la salud sólo puede llevarse a cabo cuando el trabajador
preste su consentimiento, aceptándose excepciones, previo informe de los representantes de los trabajadores, en los siguientes supuestos:
• Cuando la realización de los reconocimientos médicos sea imprescindible
para evaluar los efectos de las condiciones de trabajo sobre la salud de los trabajadores.
• Para verificar si el estado de salud del trabajador puede constituir un peligro
para sí mismo, para los demás trabajadores o para otras personas relacionadas
con la empresa o
• Cuando esté así establecido en una disposición legal, debido a riesgos
específicos o a actividades de especial peligrosidad.
5.9.3. Limitaciones
Los reconocimientos médicos y/o controles de salud deben someterse a las
siguientes limitaciones:
• Causarán las menores molestias posibles al trabajador y serán proporcionales al riesgo.
• El derecho a la intimidad y a la dignidad de la persona, así como a la confidencialidad de la información relativa al estado de la salud será respetado.
• Los resultados de los reconocimientos médicos o vigilancia de la salud
serán comunicados a los trabajadores afectados.
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• El empresario no puede utilizar los datos relativos a los controles sanitarios
con fines discriminatorios ni en perjuicio del trabajador.
• Las personas u órganos con responsabilidades en materia de prevención,
es decir, los responsables de la dirección, el servicio de prevención, el comité de
seguridad y salud, el comité de empresa, los delegados de prevención y órganos
administrativos con funciones de control serán informados de las conclusiones
que se deriven de los citados reconocimientos médicos para verificar la aptitud
del trabajador para el desempeño de su puesto de trabajo o para mejorar las
medidas de protección y prevención.
• Aún así, cuando se trate de información personal de carácter médico confidencial, el acceso a los datos se limita única y exclusivamente al personal médico
que lleve a cabo el control de la salud de los trabajadores.
• Se prohíbe suministrar información a terceros sin el consentimiento expreso
del trabajador.
➤ 5.10. Documentación
Tres tipos de obligaciones tiene el empresario respecto a la documentación
en materia de seguridad y salud laboral, de acuerdo con el contenido del artículo
23 de la LPRL.
5.10.1. Elaboración y conservación
El empresario debe elaborar y conservar a disposición de la Autoridad Laboral la documentación respecto a:
• Plan de Prevención de Riesgos Laborales, conforme a lo previsto en el
apartado 1 del artículo 16 de la Ley.
• Evaluación de los riesgos para la seguridad y la salud en el trabajo, incluido
el resultado de los controles periódicos de las condiciones de trabajo y de la
actividad de los trabajadores, de acuerdo con lo dispuesto en el párrafo a) del
apartado 2 del artículo 16 de esta Ley.
• Planificación de la actividad preventiva, incluidas las medidas de protección
y de prevención a adoptar y, en su caso, material de protección que deba utilizarse, de conformidad con el párrafo b) del apartado 2 del artículo 16 de esta Ley.
• Práctica de los controles del estado de salud de los trabajadores previstos
en el artículo 22 de esta Ley y conclusiones obtenidas de los mismos en los términos recogidos en el último párrafo del apartado 4 del citado artículo.
• Relación de accidentes de trabajo y enfermedades profesionales que hayan
causado al trabajador una incapacidad laboral superior a un día de trabajo. En
estos casos el empresario realizará, además, la notificación a que se refiere el
apartado 3 del presente artículo.
Esta documentación se pondrá también a disposición de las Autoridades
Sanitarias, a fin de que éstas puedan cumplir con lo dispuesto en la Ley 14/1986,
de 25 de abril, General de Sanidad.
5.10.2. Remisión a la Autoridad Laboral
La documentación señalada se remitirá a la Autoridad Laboral en el momento
del cese en la actividad.
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Marco normativo básico: LPRL - 67
5.10.3. Notificación de las lesiones
Se incide en la obligación del empresario de notificar por escrito a la Autoridad Laboral los daños para la salud de los trabajadores, es decir, de los accidentes de trabajo y enfermedades profesionales:
• Accidentes de trabajo: Orden TAS/2926/2002, de 19 de noviembre, por la
que se establecen nuevos modelos para la notificación de los accidentes de trabajo
y posibilita su transmisión por procedimiento electrónico y Orden de 16 de diciembre de 1987, por la que se establecen nuevos modelos para la notificación de accidentes de trabajo y se dan instrucciones para su cumplimentación y tramitación.
• Enfermedades profesionales: Real Decreto 1299/2006, de 10 de noviembre,
por el que se aprueba el cuadro de enfermedades profesionales en el sistema
de la Seguridad Social y se establecen criterios para su notificación y registro y
Orden TAS/ 1/2007, de 2 de enero, por el que se establece el modelo de parte de
enfermedad profesional, se dictan normas para su elaboración y transmisión y se
crea el correspondiente fichero de datos personales.
➤ 5.11. Coordinación de actividades empresariales
El régimen de obligaciones en materia de prevención de riesgos laborales de
diversos empresarios cuyos trabajadores realizan actividades en un mismo centro
de trabajo es tratado por la Ley en el art. 24 bajo la denominación de coordinación
de actividades empresariales.
En tal supuesto, la distribución de obligaciones es la siguiente:
1. Todas las empresas, dos o más, que desarrollen actividades mediante sus
trabajadores en un mismo centro de trabajo tienen la obligación de cooperar y
coordinar su acción preventiva frente a los riesgos laborales.
A tal fin se establecerán los recursos o medios de coordinación que sean
necesarios, así como la información que sobre los mismos ha de facilitarse a sus
respectivos trabajadores.
Esta obligación de información es extensiva a las operaciones contratadas
en los supuestos en que los trabajadores de la empresa contratista o subcontratista, aunque no preste servicios en el centro de la empresa principal, utilice
la maquinaria, equipos, productos, materias primas o útiles proporcionados por
esta última.
2. Corresponde al empresario titular del centro de trabajo la obligación de informar y de instruir a los otros empresarios, que desarrollen sus actividades en su
centro, sobre los riesgos detectados en el mismo y sobre las medidas de protección y prevención correspondientes, así como sobre las medidas de emergencia a
aplicar, para su traslado a los trabajadores afectados.
3. La empresa principal tiene la obligación de vigilar que los contratistas
o subcontratistas cumplan la normativa sobre prevención de riesgos laborales
siempre que la contrata o subcontrata se refiera a la realización de obras o servicios de las siguientes características:
• Que correspondan a la propia actividad de la principal y
• Que se desarrollen en sus propios centros de trabajo.
4. Los deberes de cooperación, de información e instrucción señalados se
aplican a los trabajadores autónomos que desarrollen actividades en dichos cen-
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tros de trabajo, en coherencia con lo previsto en el art. 3 de la Ley relativo a su
ámbito de aplicación.
Este artículo obtiene el correspondiente desarrollo reglamentario a través del
Real Decreto 171/2004, de 30 de enero, de Coordinación de actividades.
5.11.1. Concurrencia de trabajadores de varias empresas en un mismo
centro de trabajo
El deber de cooperación entre las distintas empresas es fundamental cuando
haya concurrencia de trabajadores en un mismo centro de trabajo; el artículo 4 así lo
ratifica. Este deber de cooperación adopta distintas formalidades en su implantación.
A. Deber de cooperación
Cuando en un mismo centro de trabajo desarrollen actividades trabajadores
de dos o más empresas, éstas deberán cooperar en la aplicación de la normativa
de prevención de riesgos laborales.
Este deber de cooperación se aplica a todas las empresas y trabajadores
autónomos concurrentes en el centro de trabajo, existan o no relaciones jurídicas
entre ellos.
B. Información recíproca
Las empresas se informarán recíprocamente de los riesgos específicos y de
sus consecuencias que puedan afectar a trabajadores de las otras empresas concurrentes en el mismo centro, en particular de aquéllos que puedan verse agravados o modificados por circunstancias derivadas de la concurrencia de actividades.
Esta información:
• Deberá ser suficiente.
• Habrá de proporcionarse antes del inicio de las actividades.
• Se proporcionará cuando se produzca un cambio relevante en las actividades concurrentes.
• Cuando se haya producido una situación de emergencia.
• Cuando se produzca un accidente de trabajo como consecuencia de los
riesgos de las actividades concurrentes.
• Se facilitará por escrito cuando alguna de las empresas genere riesgos calificados como graves o muy graves.
Esta información deberá ser tenida en cuenta por los empresarios concurrentes en el centro de trabajo para la evaluación de los riesgos y la planificación de la
actividad preventiva, de acuerdo con lo previsto en el artículo 16 de la LPRL.
C. Intercomunicación
Los empresarios deben comunicarse de inmediato toda situación de emergencia susceptible de afectar a la salud o la seguridad de los trabajadores de las
empresas presentes en el centro de trabajo.
D. Información a los trabajadores
El empresario debe informar a sus trabajadores y a sus representantes respectivos sobre los riesgos derivados de la concurrencia de actividades empresa-
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Marco normativo básico: LPRL - 69
riales en el mismo centro de trabajo en los términos previstos en el artículo 18.1
de la LPRL.
5.11.2. Concurrencia de trabajadores de varias empresas en un centro de
trabajo del que un empresario es titular
Cuando exista un empresario titular, además de cumplir las medidas establecidas en el apartado anterior, existen otras obligaciones que se concretan en los
siguientes títulos:
• Información del empresario titular.
• Instrucciones del empresario titular.
• Medidas que deben adoptar los empresarios concurrentes.
A. Información del empresario titular
El empresario titular del centro de trabajo debe informar a los otros empresarios concurrentes sobre los riesgos inherentes a dicho centro, las medidas preventivas relativas a su control y las medidas de emergencia que deben aplicarse.
La información:
• Deberá ser suficiente.
• Habrá de proporcionarse antes del inicio de las actividades y cuando se
produzca un cambio relevante en los riesgos existentes.
• Se facilitará por escrito cuando los riesgos propios del centro de trabajo
sean calificados como graves o muy graves.
B. Instrucciones del empresario titular
Recibidas las informaciones sobre los riesgos detectados por los otros empresarios concurrentes, el empresario titular del centro de trabajo debe elaborar
y proporcionar a dichos empresarios instrucciones para la prevención de riesgos
que pueden afectar a los trabajadores de las otras empresas y sobre las medidas
que deban aplicarse cuando se produzca una situación de emergencia.
En relación con las instrucciones hay que poner de relieve los siguientes postulados:
• Se proporcionan dichas instrucciones cuando los trabajadores del titular del
centro de trabajo desarrollen actividades en el mismo.
• Deberán ser suficientes y adecuadas a los riesgos existentes en el puesto
de trabajo que pueden afectar a los trabajadores de las empresas concurrentes y
a las medidas consecuentes para prevenir tales riesgos.
• Habrán de proporcionarse antes del inicio de las actividades y cuando se
produzcan cambios relevantes en los riesgos existentes en el centro de trabajo
que puedan afectar a los trabajadores de las empresas concurrentes.
• Las instrucciones se facilitarán por escrito cuando los riesgos sean calificados como graves o muy graves.
C. Medidas que deben adoptar los empresarios concurrentes
Los empresarios concurrentes darán cumplida respuesta a las siguientes obligaciones:
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• Tendrán en cuenta la información recibida del titular del centro de trabajo
para la evaluación y la planificación de la actividad preventiva a las que se refiere
el artículo 16 de la LPRL.
• Las instrucciones a que se ha hecho referencia en el apartado anterior, dadas por el empresario titular del centro de trabajo, deberán ser cumplidas por
todos y cada uno de los empresarios concurrentes.
• Deberán comunicar a sus trabajadores el contenido de la información y las
instrucciones recibidas del empresario titular del centro de trabajo, en los términos
previstos en el artículo 18.1 de la LPRL.
• Estas medidas son aplicables a todas las empresas y trabajadores autónomos que desarrollen actividades en el centro de trabajo, existan o no relaciones
jurídicas entre el empresario titular y ellos.
5.11.3. Concurrencia de trabajadores de varias empresas en un centro de
trabajo cuando existe un empresario principal
El empresario principal, como dice el artículo 24 de la Ley de Prevención de
Riesgos Laborales, tiene la obligación de vigilar el cumplimiento de la normativa
de prevención de riesgos laborales por parte de las empresas contratistas y subcontratistas de obras o servicios correspondientes a su propia actividad y que se
desarrollen en su propio centro de trabajo.
Para llevar a cabo tal obligación, el artículo 10 del Real Decreto contempla las
siguientes medidas:
• Antes del inicio de la actividad, el empresario principal exigirá a las empresas contratistas y subcontratistas que le acrediten por escrito que han realizado,
para las obras y servicios contratados, la evaluación de los riesgos y la planificación de la actividad preventiva.
• También exigirá a tales empresas que acrediten por escrito que han cumplido sus obligaciones en materia de información y formación relativa a los trabajadores que vayan a prestar servicios en el centro de trabajo.
• La empresa principal debe comprobar que los contratistas y subcontratistas
concurrentes en el centro de trabajo han establecido los necesarios medios de
coordinación entre ellas.
• Estas obligaciones se establecen sin perjuicio de la potencial responsabilidad solidaria a que se refiere el artículo 42.3 del texto refundido de la Ley de
Infracciones y Sanciones en el Orden Social, aprobado por Real Decreto legislativo
5/2000, de 4 de agosto.
5.11.4. Medios de coordinación
El deber de cooperación que incumbe a todos los empresarios concurrentes
se llevará a cabo mediante el establecimiento de los medios de coordinación más
adecuados y ordenados a la prevención de riesgos laborales.
En la elección y aplicación de estos medios de coordinación se tendrá en
cuenta:
• El grado de peligrosidad de las actividades que se desarrollen en el centro
de trabajo.
• El número de trabajadores de las empresas.
• La duración de la concurrencia de las actividades.
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Marco normativo básico: LPRL - 71
En el desarrollo de este apartado se abordará la relación no exhaustiva de
los medios de coordinación, la determinación de los mismos, la designación de
personas encargadas de la coordinación y sus funciones.
A. Relación no exhaustiva de medios de coordinación
Los medios de coordinación pueden estar previstos en una norma específica o pueden ser fruto de la negociación colectiva, tal como determina la
disposición adicional segunda del Real Decreto. El artículo 11 del Real Decreto
presenta una enumeración de algunos medios de coordinación entre los que
cita:
• El intercambio de información y de comunicaciones entre las empresas concurrentes.
• La celebración de reuniones periódicas entre las empresas concurrentes.
• Las reuniones conjuntas de los comités de seguridad y salud de las empresas concurrentes o, en su defecto, de los empresarios que carezcan de dichos
comités, con delegados de prevención.
• La impartición de instrucciones.
• El establecimiento conjunto de medidas específicas de prevención de riesgos existentes en el centro de trabajo que pueden afectar a los trabajadores de las
empresas concurrentes o de procedimientos o protocolos de actuación.
• La presencia en el centro de trabajo de los recursos preventivos de las empresas concurrentes.
• La designación de una o más personas encargadas de la coordinación de
las actividades preventivas.
B. Determinación de los medios de coordinación
Recibida y conocida la información en los términos previstos en los apartados
anteriores, los empresarios concurrentes en el centro de trabajo establecerán los
medios de coordinación que consideren más adecuados y eficaces.
Al respecto, hay que tener en cuenta las siguientes premisas:
• La iniciativa en la determinación de los medios de coordinación corresponde
al empresario titular del centro de trabajo, cuyos trabajadores realicen actividades
en el mismo, o en su defecto, al empresario principal.
• Los medios de coordinación deben actualizarse en función de las exigencias
dimanantes de la naturaleza de los riesgos y de las medidas preventivas.
• Cada empresario informará a sus trabajadores sobre los medios de coordinación establecidos.
• Cuando los medios de coordinación establecidos consistan en la presencia
de recursos preventivos en el centro de trabajo o en la designación de una o varias
personas encargadas de la coordinación, se facilitarán a los trabajadores los datos
necesarios para permitirles su identificación.
C. Designación de una o más personas encargadas de la coordinación de las
actividades preventivas
El artículo 13 del Real Decreto prevé como medio de coordinación preferente
la designación de una o más personas encargadas de la coordinación cuando
concurran dos o más de las siguientes condiciones:
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• Cuando se realicen en el centro de trabajo, en el que concurren las distintas
empresas, actividades o procesos reglamentariamente considerados como peligrosos o con riesgos especiales.
• Cuando existan especiales dificultades en el control de las interacciones de
las distintas actividades desarrolladas en el centro de trabajo que puedan generar
riesgos calificados como graves o muy graves.
• Cuando existan especiales dificultades para evitar que se desarrollen en el
centro de trabajo, sucesiva o simultáneamente, actividades incompatibles entre sí
en la óptica preventiva.
• Cuando exista una especial complejidad para la coordinación de las actividades preventivas como consecuencia del número de empresas y trabajadores
concurrentes, del tipo de actividades desarrolladas y de las características del
centro de trabajo.
El empresario titular del centro de trabajo, cuyos trabajadores desarrollen actividades en el mismo, designará a la persona o personas encargadas de la coordinación de las actividades preventivas, que debe circunscribirse a las siguientes:
• Uno o varios trabajadores designados.
• Uno o varios miembros del servicio de prevención propio de la empresa
titular del centro de trabajo o de las demás empresas concurrentes.
• Uno o varios miembros del servicio de prevención ajeno concertado por la
titular del centro o por las demás empresas concurrentes.
• Uno o varios trabajadores de la empresa titular del centro de trabajo o de
las demás empresas concurrentes que no formen parte de la modalidad organizativa elegida, pero que reúnan los conocimientos, la cualificación y la experiencia
necesarios.
• Cualquier otro trabajador de la empresa titular del centro de trabajo, que por
su alta posición en la estructura jerárquica, esté capacitado para la coordinación
de las actividades empresariales.
• Una o varias personas dedicadas a la coordinación de actividades preventivas
que reúnan las competencias, los conocimientos y la cualificación necesarios.
La colaboración entre las personas designadas encargadas de la coordinación y los recursos preventivos de los empresarios concurrentes es necesaria.
Por otra parte, se prevé que la persona o personas que integran los recursos
preventivos, previstos en el artículo 32 bis de la LPRL, puedan ser igualmente
encargadas de la coordinación de actividades preventivas.
D. Funciones y facultades de la persona/s encargadas de la coordinación de
las actividades preventivas
El artículo 14 del Real Decreto efectúa una exposición de las funciones y las
facultades que corresponden a las personas encargadas de la coordinación de las
actividades preventivas.
Tendrán las siguientes funciones:
• Favorecer el cumplimiento de los objetivos a que se ha aludido anteriormente.
• Servir de cauce de las informaciones que preceptivamente deben intercambiarse las empresas concurrentes en el centro de trabajo.
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Marco normativo básico: LPRL - 73
• Cualesquiera otras actividades encomendadas por el empresario titular del
centro de trabajo.
Estarán facultadas para:
• Conocer las informaciones que deben intercambiarse entre las empresas
concurrentes en el centro de trabajo.
• Conocer cualquier otra documentación de carácter preventivo que se considere necesaria para el cumplimiento de sus funciones.
• Acceder a cualquier zona del centro de trabajo.
• Impartir a las empresas concurrentes las instrucciones necesarias, demandadas por la exigencia del cumplimiento de sus funciones.
• Proponer a las empresas concurrentes la adopción de las medidas necesarias para la prevención de los riesgos existentes en el centro de trabajo.
Otras dos previsiones importantes contempla el Real Decreto:
• La persona o personas encargadas de la coordinación deberán estar presentes en el centro de trabajo durante el tiempo que sea necesario para el cumplimiento de sus funciones.
• La persona o personas encargadas de la coordinación deberán contar con
la formación preventiva correspondiente, como mínimo la asignada a las funciones
de nivel intermedio.
➤ 5.12. Protección de los trabajadores especialmente sensibles a determinados riesgos
La Ley de Prevención de Riesgos Laborales (LPRL) en los arts. 25 a 28
desarrolla ampliamente esta protección especial, constituyendo ello, además, la
transposición de las Directivas 92/85/CEE, 94/33/CE y 91/383/CEE, relativas a la
protección de la maternidad, protección de los jóvenes y relaciones de trabajo
temporales de duración determinada y en empresas de trabajo temporal.
Las obligaciones básicas en tales supuestos son las siguientes:
• El empresario debe garantizar una protección especial a los trabajadores
sensibles a determinados riesgos por causa de sus propias características personales o estado biológico conocidos, incluidos aquellos que tengan reconocida la
situación de discapacidad física, psíquica o sensorial.
• En atención a ello, se efectuarán las evaluaciones de los riesgos y la adopción
de medidas preventivas y de protección necesarias, y la determinación de puestos
de trabajo cuyo desempeño no ponga en peligro a los trabajadores en cuestión, a los
demás trabajadores o a otras personas relacionadas con la empresa.
• El empresario tiene la obligación de evaluar de forma especial todos los
factores de riesgo que puedan incidir en la función de procreación y, en particular,
por la exposición a agentes físicos, químicos y biológicos de forma que no afecten
negativamente a los aspectos que hacen referencia a la fertilidad y al desarrollo
de la descendencia.
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➤ 5.13. Protección de la maternidad
El empresario debe responder de ciertas obligaciones en la protección de las
trabajadoras embarazadas o que hayan dado a luz recientemente o en el período
de lactancia frente a determinados agentes, procedimientos o condiciones de
trabajo.
5.13.1. Derechos de la mujer trabajadora
• Derecho a la suspensión del contrato de trabajo por maternidad.
• Derecho a un período de excedencia no superior a tres años con reserva de
puesto de trabajo para el cuidado de cada hijo.
• Derecho de la mujer embarazada de ausentarse del trabajo sin merma de su
retribución para la realización de exámenes prenatales y técnicas de preparación
al parto, previo aviso al empresario y justificación de la necesidad de su realización durante la jornada de trabajo.
5.13.2. Evaluación de los riesgos
El empresario, al evaluar los riesgos, ha de tener en cuenta la naturaleza,
el grado y la duración de la exposición de las trabajadoras embarazadas en situación de parto reciente o en período de lactancia a agentes, procedimientos
o condiciones de trabajo que pueden influir negativamente en su salud, en la del
feto o en la del hijo.
Si los resultados de la evaluación revelan riesgo para la seguridad y la salud
o una posible repercusión sobre el embarazo o lactancia de las citadas trabajadoras, se toman las siguientes medidas:
• Adaptación y modificación de las condiciones y del tiempo de trabajo para
evitar cualquier riesgo a la trabajadora afectada.
• La supresión del trabajo nocturno y del trabajo a turnos, cuando ello resulte
necesario.
5.13.3. Cambio de puesto de trabajo
Otra medida de alcance en la protección de la maternidad es el cambio de
puesto de trabajo que ha de llevarse a cabo cuando no sea posible la adaptación
de las condiciones o del tiempo de trabajo, y por ello persista el peligro para la
salud de la trabajadora embarazada o del feto o del hijo lactante, lo cual debe ser
certificado por el médico de la Seguridad Social.
Este cambio de puesto o de función se efectúa de acuerdo con las reglas y
criterios que se aplican en los supuestos de movilidad funcional (art. 39 de ET) y
conforme a la relación de puestos de trabajo exentos de riesgos que hayan sido
señalados por el empresario, previa consulta con los representantes de los trabajadores, sin perjuicio de la reincorporación al puesto anterior cuando así lo permita
la salud de la trabajadora.
5.13.4. Suspensión del contrato de trabajo. Riesgo durante el embarazo
La Ley 39/1999, de 5 de noviembre, para promover la conciliación de la
vida familiar y laboral de las personas trabajadoras, publicado en el BOE el 6 de
noviembre del mismo año, introduce una importante novedad al modificar el art.
26 de la Ley 31/1995, de 8 de noviembre, de Prevención de Riesgos Laborales.
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Marco normativo básico: LPRL - 75
El n.º 3 del citado artículo 26 ofrece una solución cuando el cambio de puesto
de trabajo no resultara técnica u objetivamente posible o no pueda razonablemente exigirse por motivos justificados.
La solución consiste en declarar a la trabajadora afectada a la situación
de suspensión del contrato de trabajo por riesgo durante el embarazo, contemplada en el art. 45.1 d) del Estatuto de los Trabajadores, durante el período
necesario para la protección de la seguridad y salud y mientras persista la
imposibilidad de reincorporarse a su puesto anterior o a otro puesto compatible
con su estado.
Tal situación de suspensión se extiende al período de lactancia, si las condiciones de trabajo pudieran influir negativamente en la salud de la mujer o el hijo, y
así lo certificara el médico de la Seguridad Social.
La Ley Orgánica 3/2007, de 22 de marzo, modifica el artículo 35 e introduce
el artículo 35 bis en la Ley General de la Seguridad Social, aprobada por Real
Decreto Legislativo 1/1994, de 20 de junio.
El citado artículo 35 arranca con el siguiente principio básico: “La prestación
económica por riesgo durante el embarazo se concederá a la mujer trabajadora en
los términos y condiciones previstos en esta Ley para la prestación económica de
incapacidad temporal derivada de contingencias profesionales, con las particularidades establecidas en los apartados siguientes”:
• La prestación económica nacerá el día en que se inicie la suspensión del
contrato de trabajo y finalizará el día anterior a aquél en que se inicie la suspensión
del contrato de trabajo por maternidad o el de reincorporación de la mujer trabajadora a su puesto de trabajo anterior o a otro compatible con su estado.
• La prestación económica consistirá en subsidio equivalente al 100 % de
la base reguladora correspondiente. A tales efectos, la base reguladora será
equivalente a la que esté establecida para la prestación de incapacidad temporal,
derivada de contingencias profesionales.
• La gestión y el pago de la prestación económica por riesgo durante el embarazo corresponderá a la Entidad Gestora o a la Mutua de Accidentes de Trabajo
y Enfermedades Profesionales de la Seguridad Social en función de la entidad
con la que la empresa tenga concertada la cobertura de los riesgos profesionales.
El artículo 135 bis de la Ley General de la Seguridad Social considera como
situación protegida el riesgo durante la lactancia natural, abordando esta cuestión
en los siguientes términos:
“A los efectos de la prestación económica por riesgo durante la lactancia
natural, se considera situación protegida el período de suspensión del contrato
de trabajo en los supuestos en que, debiendo la mujer trabajadora cambiar de
puesto de trabajo por otro compatible con su situación, en los términos previstos
en el artículo 26.4 de la Ley 31/1995, de 8 de noviembre, de prevención de riesgos
laborales, dicho cambio de puesto no resulte técnica u objetivamente posible, o
no pueda razonablemente exigirse por motivos justificados”.
5.13.5. Medidas para promover la mejora de la seguridad y de la salud en
el trabajo de la trabajadora embarazada, que haya dado a luz o en
período de lactancia
En el marco de la protección de los trabajadores especialmente sensibles, el
Real Decreto 298/2009, de 6 de marzo, contempla una nueva redacción del párrafo b) del artículo 4.1 del Reglamento de los servicios de prevención, mediante
el texto siguiente: en la evaluación de los riesgos que no hayan podido evitarse
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se tendrá en cuenta “La posibilidad de que el trabajador que lo ocupe o vaya a
ocuparlo sea especialmente sensible, por sus características personales o estado
biológico conocido, a alguna de dichas condiciones”; se entiende de las condiciones desfavorables para la salud del puesto de trabajo.
De una forma específica, se contempla la protección de la maternidad en los
siguientes términos:
• El Anexo VII del Real Decreto 39/1997, de 17 de enero, Reglamento de los
servicios de prevención, a efectos de lo previsto en el artículo 26.1 de la LPRL
sobre evaluación de los riesgos, incluye una lista no exhaustiva de agentes,
procedimientos y condiciones de trabajo que pueden influir negativamente en la
salud de las trabajadoras embarazadas, del feto o del niño durante el período de
lactancia natural en cualquier actividad susceptible de presentar un riesgo específico de exposición.
• El Anexo VIII del citado Real Decreto contiene una primera parte o supuesto
definido con el precepto siguiente: en todo caso la trabajadora embarazada no
podrá realizar actividades que supongan riesgo de exposición a los agentes o
condiciones de trabajo incluidos en la lista no exhaustiva (parte A), cuando de
acuerdo con las conclusiones obtenidas de la evaluación de riesgos, ello pueda
poner en peligro su seguridad o su salud o la del feto.
Este Anexo VIII contempla un segundo supuesto que consiste en que la
trabajadora en período de lactancia no podrá realizar actividades que supongan
el riesgo de una exposición a los agentes o condiciones de trabajo enumerados
en la lista no exhaustiva (parte B), cuando de la evaluación se desprenda que ello
pueda poner en peligro su seguridad o su salud o la del niño durante el período
de lactancia natural.
Para promover la salud en la maternidad y evitar los riesgos indicados, se
adoptarán las medidas preventivas de acuerdo con lo previsto en el artículo 26
de la LPRL.
Los Anexos nuevos, introducidos en el Reglamento de los servicios de prevención y a los que procede acudir para una consulta concreta, tienen el siguiente
formato.
ANEXO VII: Lista no exhaustiva de agentes, procedimientos y condiciones de trabajo que pueden influir negativamente en la salud de las trabajadoras embarazadas o en período de lactancia natural, del feto o del niño
durante el período de lactancia natural.
Comprende, por una parte, un conjunto de agentes físicos, biológicos y químicos y, por otra, procedimientos industriales que figuran en el Anexo I del Real
Decreto 665/1997, de 12 de mayo, sobre riesgos cancerígenos.
A. Agentes
1. Agentes físicos, cuando se considere que puedan implicar lesiones fetales
o provocar un desprendimiento de la placenta, en particular:
a) Choques, vibraciones o movimientos.
b) Manipulación manual de cargas pesadas que supongan riesgos, en particular dorsolumbares.
c) Ruido.
d) Radiaciones no ionizantes.
e) Frío y calor extremos.
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Marco normativo básico: LPRL - 77
f) Movimientos y posturas, desplazamientos, tanto en el interior como en el
exterior del centro de trabajo, fatiga mental y física y otras cargas físicas vinculadas a la actividad de la trabajadora embarazada, que haya dado a luz o en período
de lactancia.
2. Agentes biológicos
Agentes biológicos de los grupos de riesgo 2, 3 y 4, según la clasificación de
los agentes biológicos establecida en el Real Decreto 664/1997, de 12 de mayo,
sobre la protección de los trabajadores contra los riesgos relacionados con la
exposición a agentes biológicos durante el trabajo.
3. Agentes químicos
Los siguientes agentes químicos, en la medida en que se sepa que ponen en
peligro la salud de las trabajadoras embarazadas o en período de lactancia, del
feto o del niño durante el período de lactancia natural y siempre que no figuren
en el Anexo VIII:
a) Las sustancias etiquetadas R 40, R 45, R 46, R 49, R 68, R 62 y R 63
por el Reglamento sobre clasificación, envasado y etiquetado de sustancias
peligrosas.
b) Los agentes químicos que figuran en los Anexos I y III del Real Decreto
665/1997, de 12 de mayo, sobre la protección de los trabajadores contra los riesgos relacionados con la exposición a agentes cancerígenos durante el trabajo.
c) Mercurio y derivados.
d) Medicamentos antimitóticos.
e) Monóxido de carbono.
f) Agentes químicos peligrosos de reconocida penetración cutánea.
B. Procedimientos
Procedimientos industriales que figuran en el Anexo I del Real Decreto
665/1997, de 12 de mayo, sobre la protección de los trabajadores contra los
riesgos relacionados con la exposición a agentes cancerígenos durante el trabajo.
ANEXO VIII: Lista no exhaustiva de agentes y condiciones de trabajo a
los cuales no podrá haber riesgo de exposición por parte de trabajadoras
embarazadas o en período de lactancia natural.
Comprende, por una parte, a un conjunto de agentes físicos, biológicos y químicos a cuyos riesgos no podrán estar expuestas las trabajadoras embarazadas
y, por otra, a otro conjunto de agentes químicos y condiciones de trabajo a las
que no podrán estar expuestas las trabajadoras en período de lactancia.
A. Trabajadoras embarazadas
1. Agentes
a) Agentes físicos:
- Radiaciones ionizantes.
- Trabajos en atmósferas de sobrepresión elevada, por ejemplo, en locales
a presión, submarinismo.
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b) Agentes biológicos:
-
Toxoplasma.
Virus de la rubeola.
Salvo si existen pruebas de que la trabajadora embarazada está suficientemente protegida contra estos agentes por su estado de inmunización.
c) Agentes químicos:
Las sustancias etiquetadas R60 y R61, por el Reglamento sobre clasificación,
envasado y etiquetado de sustancias peligrosas, aprobado por el Real Decreto
363/1995, de 10 de marzo, o etiquetadas como H360F, H360D, H360FD, H360Fd
y H360Df por el Reglamento (CE) nº 1272/2008 del Parlamento Europeo y del
Consejo, de 16 de diciembre de 2008, sobre clasificación, etiquetado y envasado
de sustancias y mezclas.
Plomo y derivados, en la medida en que estos agentes sean susceptibles de
ser absorbidos por el organismo humano.
2. Condiciones de trabajo
Trabajos de minería subterráneos.
B. Trabajadoras en período de lactancia
1. Agentes químicos:
Las sustancias etiquetadas R 64, por el Reglamento sobre clasificación,
envasado y etiquetado de sustancias peligrosas, aprobado por el Real Decreto
363/1995, de 10 de marzo, o H362 por el Reglamento (CE) n.º 1272/2008 del Parlamento Europeo y del Consejo, de 16 de diciembre de 2008, sobre clasificación,
etiquetado y envasado de sustancias y mezclas.
Las sustancias cancerígenas y mutágenas incluidas en la tabla 2 relacionadas
en el “Documento sobre límites de exposición profesional para agentes químicos
en España” publicado por el Instituto Nacional de Seguridad e Higiene en el Trabajo para las que no haya valor límite de exposición asignado, conforme a la tabla
III del citado documento.
Plomo y derivados, en la medida en que estos agentes sean susceptibles de
ser absorbidos por el organismo humano.
2. Condiciones de trabajo
Trabajos de minería subterráneos.
➤ 5.14. Protección de los menores
La consideración de los menores como trabajadores especialmente sensibles
a determinados riesgos es evidente habida cuenta su desarrollo incompleto, su
inexperiencia y su inmadurez.
Aquel dicho “el joven no aprecia el riesgo” es una realidad.
Cabe mencionar distintas prohibiciones y protección de la seguridad y salud
de los menores.
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Marco normativo básico: LPRL - 79
Prohibiciones
• Se prohíbe a los menores de 18 años la realización de trabajos nocturnos
y de horas extraordinarias.
• También se prohíbe a los menores de 18 años la realización de ciertas
actividades y trabajos insalubres, tóxicos, penosos y peligrosos, que están
previstos en la Relación Segunda del Decreto de 26 de julio de 1957, vigente
hasta que el Gobierno desarrolle las previsiones contenidas en el apartado 2
del art. 27 de la Ley de Prevención de Riesgos Laborales y en el art. 6.2 del ET.
Hay que indicar que la Disposición Derogatoria de la Ley deja vigente de este
Decreto los aspectos de su normativa relativos a los menores, derogando lo
referente a las mujeres.
Derechos
• A un descanso de 30 minutos durante la jornada diaria continuada, siempre
que ésta exceda de 4 horas y media.
• A un descanso semanal, como mínimo de 2 días ininterrumpidos.
Obligaciones del empresario (art. 27 LPRL)
Comprende:
• La evaluación de los puestos de trabajo antes de que sean ocupados por
menores de 18 años, o con motivo de cualquier modificación importante en sus
condiciones de trabajo con el fin de determinar la naturaleza, el grado y la duración de la exposición a agentes, procesos o condiciones de trabajo que puedan
poner en peligro la seguridad y salud de dichos menores.
Esta evaluación tendrá en cuenta los riesgos específicos derivados de la falta
de experiencia, de la inmadurez y del incompleto desarrollo de los jóvenes.
• La información a dichos jóvenes y a sus padres o tutores de los posibles
riesgos y de todas las medidas preventivas adoptadas.
➤ 5.15. Relaciones de trabajo temporales de duración determinada y en empresas de trabajo temporal
Está demostrado que los trabajadores con relaciones de trabajo temporales
están especialmente expuestos a los riesgos inherentes a su trabajo, debido al
cambio constante de actividad y a la falta de información y formación sobre los
peligros y las medidas correctoras.
Tanto el artículo 28 de la Ley de Prevención de Riesgos Laborales (LPRL)
como la Ley 14/1994, de 1 de junio que regula las empresas de trabajo temporal
establecen ciertas cautelas y obligaciones en materia de seguridad y salud laboral
respecto a los trabajadores con relaciones de trabajo temporales.
Principio general
Adopta la siguiente formulación: “El nivel de protección en materia de
seguridad y salud laboral debe ser el mismo que el dispensado a los restantes
trabajadores de la empresa, siendo por ello injustificada cualquier diferencia de
trato”.
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