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 Gata sobre tejado de zinc caliente de Tennessee Williams Adaptación libre y dirección Àlex Rigola Funciones 20 de enero a 27 de febrero de 2011 De martes a sábados, a las 19.00 h Domingos, a las 18.00 h Teatro Valle‐Inclán | Sala Francisco Nieva Plaza de Lavapiés s/n 28012 Madrid Cetro Dramático Nacional | Prensa Teléfonos 913109429 – 913109425 – 913109413 – 609052508 [email protected] http://cdn.mcu.es/ Gata sobre tejado de zinc caliente Texto Adaptación libre y dirección Traducción Escenografía Vestuario Caracterización Iluminación Sonido Ayudante de dirección Ayudante de escenografía Reparto (por orden alfabético) Maggie Abuela Abuelo Brick Mae Gooper Tennessee Williams Àlex Rigola Joan Sellent Max Glaenzel Berta Riera y Georgina Viñolo Ignasi Ruiz Xavier Clot Igor Pinto Georgina Oliva Ángela Ribera Chantal Aimée Muntsa Alcañiz Andreu Benito Joan Carreras Ester Cort Santi Ricart Pianista Raffel Plana Producción Centro Dramático Nacional Teatre Lliure Duración: 1 hora y 30 minutos sin descanso Un fresco sobre las relaciones humanas, la mentira, la desintegración de la pareja y el desmembramiento de una familia. Un retrato de los problemas que tenemos para afrontar y decir la verdad con las personas que tenemos más cerca. «Why is it so hard to talk?», dice Tennessee Williams en boca de uno de los personajes. Un espectáculo de agotamiento psíquico y emocional para los actores. Muy lejos nos queda la película de Richard Brooks y muy cerca el mundo de Williams. Y situado en... ¿en los cincuenta?... ¿ahora? Welcome to the couple hell and the family jungle! * * * Cat on a Hot Tin Roof se estrenó en Broadway en 1955 bajo la dirección de Elia Kazan, interpretada por Barbara Bel Geddes (Maggie), Ben Gazzara (Brick), Burl Ives (Big Daddy), Mildred Dunnock (Big Mama), Pat Hingle (Gooper) y Madeleine Sherwood (Mae). En 1958 se realizó su adaptación cinematográfica, dirigida por Richard Brooks con Elizabeth Taylor (Maggie), Paul Newman (Brick), Judith Anderson (Big Mama), Jack Carson (Gooper), Burl Ives y Madeleine Sherwood, estos dos últimos en los mismos papeles que habían representado en la versión teatral. El pájaro que espero cazar en la red de esta obra no es la solución al problema psicológico de determinado hombre: lo que intento capturar es la calidad auténtica de la experiencia en un grupo de personas, aquella interacción anieblada, parpadeante, evanescente –¡y ferozmente cargada!– de unos seres humanos vivos dentro de la nube de tormenta de una crisis común. Debemos dejar cierta parte del misterio sin desvelar en el perfil de los personajes reales, incluso si se trata de desvelar el propio carácter. Ello no exime al dramaturgo del deber de ejercer la observación y el sondeo tan a fondo como legítimamente se pueda, pero debería alejarle de conclusiones demasiado «fáciles» y de aquellas definiciones demasiado esquemáticas que consiguen que una obra de teatro sea simplemente eso, sólo una obra de teatro, y no un anzuelo para capturar la verdad de la experiencia humana. TENNESSEE WILLIAMS, comentario sobre Cat on a Hot Tin Roof Se trata de un texto magnífico, y si alguien discrepa de sus gestos operísticos, si alguno de sus personajes parece más pequeño que la vida, o tal vez más rudimentario, el triunfo de Williams consiste, como en sus mejores obras, en crear algo enormemente duro y romántico a la vez con una prosa capaz de altos vuelos, pero siempre ligada a la realidad y, lo que es más importante, a la verosimilitud. Tennessee Williams fue como Lorca, un poeta romántico del teatro, aunque la energía que impulsa su obra procede menos de la metáfora que de la realidad. Sus textos se leen maravillosamente y resultan maravillosos en escena. EDWARD ALBEE Gata sobre tejado de zinc es una de las obras preferidas de Fidel Castro, que al conocer a Tennessee Williams lo saludó con un: «¡Oh... esa gata!». Y, según sus memorias, también era la preferida de su autor. Por dos motivos: estaba orgulloso de su férrea unidad clásica, con su acción ininterrumpida en un único lugar y sin elipses temporales, y también de lo que él llamaba «una especie de cruda elocuencia de la expresión por parte del Abuelo, que no he conseguido dar a ningún otro personaje de mi creación». Pero, pese a Aristóteles, lo más importante de Gata no es su argumento, sino la solidez de sus personajes inolvidables y sus registros lingüísticos, tan sorprendentemente personales: Maggie la gata, tan desesperadamente valiente y elocuente, dividida entre su interés y su continua vulnerabilidad; el Abuelo, el firme y sensato terrateniente, mirando de afrontar el desmentido definitivo de la muerte con su acostumbrada y rotunda franqueza, e, inmóvil y distanciado, entre ambos, Brick, el chico de oro autodestructivo, cuya devoción por «el origen» nos recuerda al mito griego del amor irremediablemente perdido pero imposible de olvidar. Gracias a estas vívidas caracterizaciones, Gata sobre tejado de zinc caliente ocupa un lugar entre las «tres grandes obras» de Williams junto a El zoo de cristal y Un tranvía llamado deseo. BRIAN PARKER Mi PDV La última vez que estuve en Hollywood, una periodista muy conocida, con un gusto pasado de moda por los sombreros de señora pero muy al día en cuanto al mercado cinematográfico, me llamó una mañana y se lanzó sobre mí como una tigresa que defiende a sus crías: «Me gustaría saber por qué usted siempre se está zambullendo en las cloacas», me soltó. Resultó que la señorita me cayó bien y que, como ávido lector de las revistas de cine, me había proporcionado horas de placer con sus diatribas contra las estrellas, cuya conducta privada había ofendido su sentido del decoro. Por tanto no repliqué a su increpación sino que intenté apaciguarla con una exposición razonable de mi PDV, opuesto al suyo –nos detenemos un momento para contar que PDV es una contracción muy útil del término «punto de vista» que se suele utilizar en los guiones de rodaje de cine. Intenté convencer a esta señorita, de la manera más gentil posible, que desde mi PDV yo nunca había bajado a las cloacas para buscar material y personajes, sino al riachuelo propio de la vida. No conseguí cambiar su PDV, pero por lo menos conseguí calmar su cólera. El PDV de la señorita Mary Mannes es básicamente el mismo que el de la señorita Hedda Hopper, e incluso el mismo que el de mi madre, que solía repetir con frecuencia: «Hijo mío, ya existen demasiadas cosas desagradables en el mundo, ¿por qué hay que llevarlas también a escena?». La pregunta de mi madre conllevaba un tono más triste que iracundo, pero en cualquier caso ello no facilitaba mi respuesta, especialmente cuando aún tenía un terrible sentimiento de culpabilidad en presencia de mamá. No creo haber intentado darle una, pero un día, para mi asombro, ella misma me la ofreció. Teníamos visita y alguien le preguntó: «Señora Williams, ¿por qué su hijo malgasta su talento con temas tan sórdidos?». Mi madre le respondió con tanta rapidez que parecía conocer la respuesta desde siempre: «Mi hijo –respondió– escribe sobre la vida», y lo dijo con la convicción de quien profiere un grito rebelde. [... Me atrevería a sugerir, desde mi PDV, que el teatro ha conseguido grandes avances artísticos en nuestra época gracias a la apertura, la iluminación y la ventilación de los armarios, los áticos y los sótanos de la conducta y la experiencia humana. Aquello que la señorita Hopper, como Dorothy Kilgallen y me temo que también la señorita Mannes aunque sólo sea por implicación, llaman «cloacas». Creo que lo que ha ocurrido representa una ampliación muy saludable y en absoluto nociva de las fronteras de temas y planteamientos aceptables para nuestro arte dramático, tanto para la escena como para la pantalla e incluso para la televisión, al margen del PDV de sus «patrocinadores». [... El grito de guerra de aquellos que quieren que nuestras cabezas terminen bajo la hoja es: tengamos obras de teatro que reafirmen la dignidad esencial del ser humano. Sin duda, una atractiva consigna programática. El único problema es que, desde mi PDV, no nos pondríamos de acuerdo sobre qué significa exactamente este pomposo eslogan referido a la verdad de la dignidad y del ser humano. En el fondo, la gente, todos nosotros, por mucho que intentemos con todas nuestras fuerzas aparentar lo contrario, somos insignificantes, estamos asustados y nos sentimos culpables. Tenemos convicciones muy débiles sobre nuestro sentido básico de decencia y, por lo tanto, estamos más interesados en aquellos personajes escénicos que comparten nuestros miedos y vergüenzas ocultas, y deseamos que las obras contengan el siguiente mensaje: «Te comprendo. Tú y yo somos hermanos, la vida es dura pero debemos afrontarla y luchar juntos». Creo que lo que en realidad necesita aclaración no es el concepto de dignidad básica sino el de ambigüedad básica en el hombre. El PDV de la Señorita Mannes y compañía delata un malentendido esencial en cuanto a la naturaleza y a la función del arte creativo. Hay dos tipos de trabajo creativo: el orgánico y el inorgánico. Es posible cambiar la naturaleza de un trabajo artístico inorgánico (sintético), y quiero decir con eso un trabajo que se produce por necesidad y no como algo íntimamente ligado al latido del corazón y a la respiración del artista. En cambio, podríais arrancar la piel a un escritor cuyo trabajo es orgánico y ni siquiera conseguiríais una sincera retractación de su fe en lo que hace, por muy abominable que sea o acabe siendo este trabajo. [... El sistema nervioso de cualquier época o de cualquier país lo conforman sus trabajadores creativos, sus artistas. Y si este sistema nervioso resulta profundamente alterado por el ambiente, el trabajo que produce reflejará inevitablemente esta alteración, unas veces de forma indirecta, otras de manera rotunda y violenta, según la naturaleza y el control del artista. No revelo secreto profesional alguno al poner atención al número de artistas, incluso escritores, que han buscado refugio en la psiquiatría, el alcohol, los narcóticos, en las conversiones religiosas más o menos a la moda, etcétera. Una enumeración más extensa sería superflua y aburrida. Si negamos al arte de nuestro tiempo su única fuente, aquella que representa la expresión verdadera de los problemas personales y apasionados y su purificación a través del trabajo, nos quedaremos con un terreno tan árido que ni siquiera un cactus conseguirá florecer. Resumiendo para la defensa: no debemos menospreciar en absoluto la máquina de rayos X o la aguja que nos facilita el análisis de sangre. Siguiendo en términos médicos, creo que nos hemos esforzado considerablemente por indicar cuáles son las células sanas y el tejido normal del mundo de nuestro tiempo, exponiendo con claridad sus puntos negros y los virus en las placas y en los cultivos sanguíneos. TENNESSE WILLIAMS Fragmentos de un ensayo publicado en The New York Times el 12 de junio de 1960 reunido en Where I Live, Selected Essays, Nueva York, New Directions, 1978). Tennessee Williams Autor Tennessee Williams (seudónimo de Thomas Lanier Williams III) nació en Columbus (Misisipí) el 26 de marzo de 1911 y falleció en Nueva York el 25 de febrero de 1983. Es uno de los grandes dramaturgos estadounidenses del siglo XX. El Sur de Estados Unidos donde nació proporciona a Tennessee Williams el escenario más frecuente para sus creaciones. Su primer gran éxito teatral en Broadway fue El zoo de cristal (1944). Obtuvo el premio Pulitzer de teatro por Un tranvía llamado deseo en 1948 y por Gata sobre tejado de zinc caliente en 1955. Además de estas dos obras, recibió sendos premios del Círculo de Críticos Teatrales de Nueva York en 1945 por El zoo de cristal y en 1961 por La noche de la iguana. Su obra La rosa tatuada obtuvo en 1952 el Tony Award como mejor obra teatral. Obtuvo también un considerable éxito con otras obras, como Verano y humo (1948), revisada y publicada como Excentricidades de un ruiseñor (1964); el extenso drama en un acto titulado De repente, el último verano (1958) y Dulce pájaro de juventud (1959). Aunque nunca dejó de escribir obras de teatro, no logró repetir el clamoroso éxito de sus primeras creaciones con otras obras madurez, entre las cuales destacan títulos como Out Cry (1971), En el bar de un hotel de Tokio (1969), Vieux Carré (1977) o Ropa para un hotel de verano (1980). Dos recopilaciones recogen muchas de sus obras en un acto: 27 vagones llenos de algodón (1946) y American Blues (1948). Entre sus obras narrativas destacan dos novelas: La primavera romana de la señora Stone (1950) y Moisa y el mundo de la razón (1975). Escribió además varias colecciones de cuentos, entre ellas Un brazo y otros relatos (1948), Caramelo fundido (1954), Un empeño caballeresco (1969) y Ocho damas poseídas (1974). Nueve de sus obras de teatro han sido llevadas al cine. También para el cine escribió el guión original de la película Baby Doll de Elia Kazan (1956). Escribió dos libros de poemas: In the winter of cities (1956) y Androgyne, Mon Amour (1977). En sus Memorias (1975) describe sus problemas con el alcohol y las drogas, y su homosexualidad, hecha pública sólo hacia el final de su vida. Àlex Rigola Dirección Nació en Barcelona, en 1969. Es director del Teatre Lliure desde 2003. Ha dirigido y adaptado los siguientes espectáculos: 2009 – Nixon‐Frost, de Peter Morgan (Teatre Lliure). 2008 – Días mejores, de Richard Dresser (Teatro de La Abadía). – Rock’n’roll, de Tom Stoppard (Teatre Lliure, Premio de la Crítica al Mejor Espectáculo Teatral 2008/09 e Interpretación Femenina). – El buñuelo de Hamlet, de Luis Buñuel y Pepín Bello (Lectura, Expo Zaragoza 2008). 2007 – 2666, de Roberto Bolaño (Teatre Lliure‐Festival de Barcelona Grec 2007, Premio de la Crítica al Mejor Espectáculo Teatral, Mejor Dramaturgia y Mejor Escenografía 2008; Premio Internacional Terenci Moix de las Artes Escénicas 2008 y premio Qwerty 2008 a la Mejor Adaptación de una novela a otro formato; Premio Max 2009 al Mejor Espectáculo Teatral y a la Mejor Escenografía). – El holandés errante, de Richard Wagner (Gran Teatre del Liceu). 2006 – La nit just abans dels boscos, de B‐M. Koltès (Temporada Alta). – Arbusht, de Paco Zarzoso (Teatre Lliure‐Festival de Barcelona Grec 2006). – Largo viaje hacia la noche, de Eugene O’Neill (Teatro de La Abadía 2005‐
2006; Premio No‐Todo 2006 al Mejor Montaje de Artes Escénicas). 2005 – European House (prólogo a un Hamlet sin palabras) [Festival Temporada Alta. – Ricardo III, de William Shakespeare (Festival de Teatro Clásico de Almagro y Teatre Lliure 2005‐2006). 2004 – Santa Juana de los Mataderos, de Bertolt Brecht (Festival Grec 2004 y Teatre Lliure 2004‐2005). 2003 – Glengarry Glen Ross, de David Mamet. Teatre Lliure. – Cançons d’amor i droga (Pla es fa el Sales). de P. Sales, A. Pla, J. Farrés y À. Rigola (Teatre Lliure, Premio Enderrock al Mejor Espectáculo Musical). – Cancionero de palacio (XVII Festival Castell de Peralada, dirección musical de Carles Magraner). 2002 – Julio César de Shakespeare. Teatre Lliure. – Ubú de Alfred Jarry. Teatro de la Abadía de Madrid. 2001 – Woyzeck de G. Büchner. Festival Grec y Teatre Romea. 2000 1999 1998 1997 1996 – Titus Andrònic de Shakespeare (Festival Grec 2000 y Temporada Teatre Lliure 2000‐2001; Premio José Luis Alonso para jóvenes directores de la Asociación de Directores de Escena 2000 y Premio Butaca 2001 al mejor director de teatro y mejor montaje teatral; Premio de la Crítica a la Mejor Dirección). – Suzuki I y II de Alexei Chipenko (Teatre Lliure). – Les variacions Goldberg de George Tabori (Teatre Nacional de Catalunya). – Un cop baix, de Richard Dresser (Sitges Teatre Internacional y Sala Beckett; Premio de la Crítica a la mejor dirección). – La màquina d’aigua, de David Mamet (STI y Sala Beckett; premio de la Crítica a la mejor dirección). – Troianes de Eurípides (STI). – Kafka: El procés, de Franz Kafka (STI y Teatre Adrià Gual). Camí de Wolokolamsk (I), de Heiner Müller (homenaje a Heiner Müller celebrado en el Teatre Artenbrut). Reparto (por orden alfabético)
Chantal Aimée Maggie Actriz licenciada en Arte Dramático por el Institut del Teatre de la Diputació de Barcelona. Ha realizado stages con Carol Rosenfeld en el HB Studio de Nueva York, Núria Espert, Stuart Hopps en la Lambda School de Londres y Franco di Francescantonio. Ha trabajado, entre otros, bajo la dirección de Núria Espert, Xavier Albertí, Pere Sagristà, Manel Dueso y Joan Castells. Entre sus trabajos destacan la participación en Criatures (dir. David Plana); Macbeth (dir. Calixto Bieito); El sopar dels idiotes (dir. Paco Mir); Lʹoficiant del dol (dir. Carlota Subirós); La ópera de cuatro cuartos (dir. Calixto Bieito); J.R.S. (de dotze anys) (dir. Manuel Dueso); Homenatge a Catalunya (dir. Josep Galindo), u Hombres (dir. Sergi Belbel). En televisión ha colaborado en varias series como La Grand Battre, Laberint d’ombres, Jet Lag, Majoria absoluta y Hospital Central. Y en cine ha trabajado bajo la dirección de Francesc Bellmunt (Rateta rateta), Siegfried Monleón (L’illa de l’holandès), Cesc Gay (En la ciudad) y Patxi Barco (El final de la noche). En 2005 entra a formar parte de la compañía Teatre Lliure con la que participó en Ricardo III y Otelo, y en la explotación en gira de Santa Juana de los mataderos. También formó parte del reparto de Arbusht (dir. Àlex Rigola) y de El dúo de La Africana, de Xavier Albertí y Lluïsa Cunillé. En la temporada 2007‐
2008 formó parte del reparto de La torre de La Défense, de Copi (dir. Marcial di Fonzo Bo); 2666 de Roberto Bolaño; El buñuelo de Hamlet (dir. Àlex Rigola), y de Dia de partit de David Plana (dir. Rafel Duran). Recientemente ha participado en montajes como Rock’n’Roll, El bordell, Dead Cat Bounce, Nixon‐Frost y en la reposición de 2666. Muntsa Alcañiz Madre Actriz fundadora del Teatre Lliure. Fue miembro de la Tartana de Reus y en el año 1973 se integró en el Teatre de lʹEscorpí de Horta. Ha colaborado asiduamente con la compañía Zitzània. Entre otros galardones en su carrera, en 1985 recibió el Premi Margarida Xirgu. Actualmente es profesora de interpretación en el Institut del Teatre de la Diputació de Barcelona. Ha trabajado también en cine y televisión. Ha interpretado, entre otras obras: La nit de les tribades de P. O. Enquist (dir. Fabià Puigserver); El Pare de A. Strindberg (dir. Pere Planella); A lʹest de qualsevol lloc de T. Eduard (dir. J. M. Mestres); Dansa dʹagost de B. Field (dir. Pere Planella); El manuscrit dʹAli Bei de J. M. Benet i Jornet (dir. J. M. Montanyès); Titanic‐92 de Guillem Jordi Graells (dir. Pere Planella); Antígona de S. Espriu (dir. Joan Ollé); Mel salvatge de Michael Frayn‐Anton Chéjov (dir. Pere Planella); Damunt lʹherba, de Guillem Jordi Graells (dir. Pere Planella); La senyora de Sade, de Y. Mishima (dir. J. Mesalles); Brossarium, de Joan Brossa (dir. J. Mesalles); McBeth de Shakespeare (dir. M. Narros); El guant negre, de A. Strindberg (dir. H. Bonnín); Les tres germanes de Anton Chéjov (dir. Lluís Pasqual); La bella Helena de P. Hacks‐J. Offenbach (dir. Pere Planella); Hedda Gabler de Henrik Ibsen (dir. Pere Planella); Titus Andrònic de Shakespeare (dir. Fabià Puigserver); Leonci i Lena de Georg Büchner (dir. Lluís Pasqual); Ascensió i caiguda de la ciutat de Mahaggonny de Bertolt Brecht (dir. Fabià Puigserver); Camí de nit, 1854 (creación y dirección Lluís Pasqual); Quiriquibú de Joan Brossa (dir. Fabià Puigserver‐Guillem Jordi Graells); Eva Perón, de Copi (dir. Jordi Prat i Coll); Surabaya, de Marc Rosich (dir. Sílvia Munt); L’hivern plora gebre damunt el gerani (creación y dirección de Albert Mestres), y Antílops, de Henning Mankell (dir. Magda Puyo). Premio ex‐aequo de la crítica teatral de Barcelona en la temporada 1992‐
1993 por su interpretación en Dansa d’agost de B. Fiel. Premi Serra d’Or ex‐
aequo (1989) por La gran imprecació davant de la muralla de la ciutat de Tankred Dorst (dir. Josep Maria Mestres). Premi Margarida Xirgu de interpretación en 1985 por Kean, de A. Dumas‐J. P. Sartre (dir. Josep Montanyès) y por Conversa a casa del matrimoni Stein, sobre el senyor Von Goethe, absent de P. Hacks (dir. Pere Planella). Andreu Benito Padre Actor de teatro, cine y televisión. Su carrera alcanza más de una veintena de producciones. En los últimos años ha trabajado con Joan Ollé (Apocalipsi, 1998; L’oncle Vània, 2004), Sergi Belbel (El criptograma, 1999), Manel Dueso (La presa, 2000), Mario Gas (La Mare Coratge i els seus fills, 2001), Antonio Simón (Vindrà algú, 2002), Lluís Pasqual (Edipo XXI, 2002), Magda Puyo (Excès, 2003), Georges Lavaudant (Començaments sense fi, 2003), Àlex Rigola (Glengarry Glen Ross, 2003), Ramon Simó (Calígula, 2004), Xicu Masó (El fantàstic Francis Hardy, 2005) y Rafel Duran (Casa de nines, 2004; Panorama des del pont, 2006). En cine destaca su participación en El pont de Varsòvia (dir. Pere Portabella, 1990). En televisión, ha colaborado en las series Quin curs el meu tercer! (dir. Ignasi P. Ferrer, 1994) y Valèria (dir. Sílvia Quer, 2000). En estos últimos años ha participado asiduamente en producciones del Teatre Lliure como Els estiuejants, de Maxim Gorki (dir. Carlota Subirós, 2006), La cantant calba & La cantant calba al Mc Donald’s (dir. Joan Ollé, 2006), Una còpia de Caryl Churchill (dir. Jordi Prat i Coll, 2007) y Après moi, le déluge, de Lluïsa Cunillé (dir. Carlota Subirós, 2007). En la temporada 2008‐2009 protagonizó en la Sala Beckett Una ciutat brillant, de Conor McPherson, con dirección de Jordi Vilà. La temporada pasada formó parte del reparto de Nixon‐Frost de Peter Morgan, y de 2666, de Roberto Bolaño, ambas dirigidas por Àlex Rigola. Joan Carreras Brick Formado en el Institut del Teatre de la Diputació de Barcelona. Ha trabajado con varios directores, como Ferran Madico (Molt soroll per no res, de Shakespeare), Rosa Novell (Les dones sàvies, de Molière), Magda Puyo (L’excés, de Neil LaBute), Ariel García Valdés (Galatea, de J. M. de Sagarra), Toni Caffiero (Els dos bessons venecians, de Carlo Goldoni), David Plana (Mala Sang) o Víctor Conde (La tienda de los horrores, de Alan Menken y Howard Ashman). También ha participado en La filla del mar (dir. Josep Maria Mestres), El coronel ocell (dir. Rafel Duran), El somni dʹuna nit dʹestiu (dir. Àngel Llàcer), Lʹescola de dones (dir. Carles Alfaro), Electra (dir. P. A. Angelopoulos), y Nits blanques (dir. Carlota Subirós). Con Àlex Rigola colabora desde Titus Andrònic, y en Suzuki I y II, Woyzeck, Glengarry Glen Ross, Santa Juana de los mataderos, Ricardo III. y Arbusht, y en la segunda temporada de Julio César. En 2006‐2007 participó en Otelo (dir. Carlota Subirós), y en El dúo de la Africana, de Xavier Albertí y Lluïsa Cunillé. En televisión participa en series como Temps de silenci, De moda, Zoo, Porca misèria, Infidels o La riera, y también en varias telemovies. Durante la temporada 2007‐2008 formó parte del reparto de La torre de La Défense, de Copi (dir. Marcial di Fonzo Bo); 2666, de Roberto Bolaño, y El buñuelo de Hamlet (dir. Àlex Rigola), y Dia de partit, de David Plana (dir. Rafel Duran). Ha llevado a escena también uno de los papeles protagonistas de Rock’n’Roll, de Tom Stoppard, y en la pasada temporada formó parte del reparto de Nixon‐Frost de Peter Morgan y de 2666, de Roberto Bolaño, todas ellas bajo la dirección de Àlex Rigola. Ester Cort Mae Actriz formada en el Institut del Teatre de Barcelona, el IT de Terrassa, la Escola de Teatre del Centre de Lectura y el Conservatori de Música de Reus. Actualmente es también docente de técnicas de interpretación. Ha trabajado bajo la dirección de Gemma Beltran en Tocata i fuga (2005), Divertimento (2003) y Scherzo (2002); con Rosa Mateu (Shakespeare: escenes d’amor, 2000; El Brecht que a mi m’agrada, 1999; Ai, les dones de Molière, 1998); Miquel Fernández (Les criades); Joan Martínez (El verí del teatre). Su experiencia abarca también televisión, en series como Porca misèria, El pulso, Jugar a matar y El cor de la ciutat. Santi Ricart Gooper Actor de una dilatada carrera, entre sus últimos espectáculos cabe mencionar Escenes d’una execució, de Howard Barker (dir. Ramon Simó, 2002); Via Gagarin, de G. Burke (dir. Jesús Díez); Temptació, de C. Batlle (dir. Rafel Duran, 2004); Calígula, de Albert Camus (2004); Fuente Ovejuna, de Lope de Vega, 2005); Aigües encantades, de J. Puig i Ferrater (2006), y Arcàdia, de Tom Stoppard (2007), todas ellas dirigidas por Ramon Simó. También ha trabajado recientemente con Sergi Belbel en En pólvora, de À. Guimerà; con Pep Pla en L’home, la bèstia i la virtut, de Luigi Pirandello, y con Jordi Pons‐Ribot en La classe neutra, de Santiago Rusiñol. La pasada temporada formó parte del reparto de Nixon‐Frost y Nixon‐Frost (unplugged escènic) de Peter Morgan, y de la reposición de Rock’n’roll de Tom Stoppard, todas bajo la dirección de Àlex Rigola. Uno de sus últimos espectáculos ha sido L’auca del senyor Esteve, de Santiago Rusiñol, con dirección de Carme Portaceli, en el TNC. Raffel Plana Pianista Tras más de ciento cincuenta conciertos por toda Europa, se introduce en el mundo escénico como músico en el Institut del Teatre, donde entra en contacto con las compañías de danza y teatro para desarrollar proyectos como compositor y director musical para, entre otros, el Teatro Español, el Teatre Lliure, el Teatre Nacional de Catalunya, el Gran Teatro de Cáceres, la Fira de Tàrrega, la Fira de Música d’Arrel de Manresa, el Mercat de Música Viva de Vic, Festival Iberoamericano de Teatro de Miami, el Teatro de Lisboa, el Festival Tradicionàrius, el Festival Ciudad de Gaia, el Senglar Rock, el Matadero de Madrid o el Palau de Congressos de València, También ha trabajado en el Círculo de Bellas Artes de Madrid (donde ejerce además como productor y director musical). Destaca su labor como compositor de El llanto; la inauguración de la Fira de Teatre de Tàrrega o la del Museu d’Art de Lleida. Actualmente combina la música para escena con la producción musical. Ha trabajado, entre otros, con artistas como Shakira, Rafael Amargo, Bruno Galindo, Leo Minaz, Preston Heyman, Carles Benavent, Roger Blavia, Jordi Bonell, Enrique Tellería, Ravid Goldshmidt, Ramon Oller, Maite Marcos o Julio Bocca. 
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