Embarazo: Nutrición materna e imprinting metabólico neonatal

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Embarazo: Nutrición materna e imprinting metabólico neonatal
Dr. Jorge Alvariñas
“Somos lo que nuestra madre
quiere que seamos”
La prevención primaria de las enfermedades cardiometabólicas está en el
embarazo.
La dieta materna, sus patologías, los factores genéticos y epigenéticos tienen
influencia en el estado metabólico y endócrino de la madre que, a través del flujo
sanguíneo, atraviesan la placenta y llegan al feto. En caso de que las condiciones
no sean las adecuadas para su desarrollo, el feto sufre adaptaciones metabólicas,
genéticas y hormonales intrauterinas que lo llevan a programar ejes hormonales
con cambios en la economía metabólica y dependiendo de las condiciones a las
que se exponga en la vida extrauterina va a desarrollar en mayor o menor medida
enfermedades cardiovasculares y metabólicas.
En cuanto a la situación actual del estado nutricional materno, de 1000 mujeres
estudiadas del Policlínico Bancario 2002, solo un 60%presentan un IMC adecuado
al comenzar el embarazo, un 16% estaban por debajo del peso normal, 20% con
sobrepeso y obesidad. La ganancia de peso en función al IMC según las Guías de
la National Academy of Sciences es de 12,5 a 18 Kg en la mujer con bajo peso, de
11 a 12,5 en la mujer con peso normal y en aquellas con sobrepeso y obesidad 7
kg . Ninguna mujer debe bajar de peso.
El aumento de peso en el embarazo está compuesto por 7 litros de agua, 4.5kg de
tejido adiposo que son 36000 calorías que se usan fundamentalmente en la
lactancia y 1kg de proteínas que van el 50 % van al feto y en su mayoría para el
adecuado desarrollo del sistema nervioso central. La ganancia de peso menor a lo
esperado aumenta 3 veces el parto pre-término. Una ganancia mayor también
aumenta un 2% el riesgo relativo.
En Argentina en el 60% de las mujeres no se cumplen las recomendaciones
nutricionales. Es aparentemente un problema educacional ya que el grupo
estudiado no tiene problemas socioeconómicos. En una encuesta realizada en
EE.UU el 70% de mujeres no ganaron el peso adecuado durante el embarazo, de
estas el 27% no recibió indicación y en el 73% restante la indicación fue
inadecuada. En el estudio ¨Nutrición y salud Argentina¨ se observo 64% de las
mujeres de déficit de energía, 29% déficit de proteínas, 88% déficit de calcio, 59%
de hierro sin justificarlo por la posición socioeconómica.
El peso al nacer depende de la ganancia de peso durante el embarazo y el estado
nutricional de la madre en el momento de embarazarse. Por esto es importante el
concepto del embarazo programado. Otros factores asociados son el valor de
triglicéridos de la madre y la presencia o no de diabetes gestacional.
La mortalidad en un recién nacido con
bajo peso es mayor que en uno con
normopeso. También en recién nacidos
macrosómicos (peso mayor a 5 kg) la
tasa de mortalidad fue de 14 veces más
comparado con recién nacido de 3,5 kg.
Otro dato llamativo es que el 75 % de los
recién nacidos con más de 5kg fallece al
año.
Los hijos macrosómicos de madre
diabética presentaron el espesor de la
intima aumentado, el diámetro de la luz de la aorta disminuido, la masa del
ventrículo hipertrofiada con diferencias significativas con respecto a recién nacidos
de madres sin diabetes.
Por cada punto que baje el índice ponderal al nacimiento aumenta un 14% la
mortalidad por enfermedad coronaria. Independientemente de otro factor de
riesgo y por cada aumento de IMC a los 11 años aumenta un 22% la
mortalidad por enfermedad coronaria.
Existen patologías asociadas de la madre que impactan en el niño y en el adulto
como la obesidad la cual aumenta 3 veces la mortalidad fetal. Un IMC >38
aumenta 3 veces la teratogenicidad, probablemente por modificaciones en los
ácidos grados o carencia de ácido fólico.
La prevalencia de diabetes tipo2 aumenta en adultos con bajo peso al nacer. Se
esperan aumentos de más del 100% en países con desnutrición materno fetal.
Esto sucede por la insulino-resistencia que desarrolla el feto en tejido adiposo y
músculos para que la escasa glucosa que recibe llegue al cerebro. Presentan
mayor índice cintura/cadera, más grasa visceral y más insulino-resistencia que los
recién nacidos normonutridos.
Se observó presencia de HTA en adultos con dietas sin armonía durante la
gestación, independientemente de otro factor. Los hijos de madre no diabética
presentan un 7% de padecer diabetes, los hijos nacidos de esa madre cuando era
diabética presentan 21% de padecer la enfermedad. Con respecto al padre no hay
diferencia. Todo depende del medio ambiente materno. Presentan más obesidad
los expuestos a diabetes en el útero.
Los triglicéridos maternos tienen impacto en el peso del recién nacido. A los 11
años ya presentan depósitos de lípidos en la pared aórtica.
Los factores genéticos no se modifican. Hay genes que predisponen a padecer
obesidad y diabetes.
Los recién nacidos de bajo peso como los de alto peso comparten alteraciones
mitocondriales que explican la insulino-resistencia. Son las mismas alteraciones q
se ven en los diabetes 2.
En cuanto a los factores epigenéticos por mecanismos de metilación altera la
expresión del gen que codifica mitocondrias, presentando menor número, por lo
tanto más diabetes y más obesidad. La alimentación inadecuada y la carencia de
ácido fólico predispone a mayores metilaciones.
La prevención de estas patologías relacionadas con la programación fetal se logra
con la programación del embarazo, teniendo un peso normal al momento del
embarazo. En casos de mujeres con sobrepeso u obesidad bajando 8% - 10%
mejora el trabajo mitocondrial por lo que disminuye el riesgo de padecer
enfermedades cardiovasculares en el adulto. La ingesta de Omega 3 y 6
aumenta la actividad visual, el coeficiente intelectual y previene parto pretérmino. Se indica en forma de aceite de canola. El ácido fólico más aceite de
cárcamo disminuye la posibilidad de malformación a 2%. Indicar lactancia
como mínimo 6 meses tienen menos riesgo de padecer obesidad los niños
de esas madres.
Para la prevención de diabetes, síndrome metabólico y enfermedades
cardiovasculares apuntar a la madre en la etapa prenatal a través del embarazo
programado, educar sobre adecuados estilos de vida con más énfasis en las
familias con recién nacidos con alto y bajo peso al nacer.
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