Ana González Pinto - Colegio Oficial de Médicos de Gipuzkoa

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Miércoles 09.03.16
EL DIARIO VASCO
AL DÍA SALUD
«Fumar cannabis duplica el riesgo de
patología mental en menores de 16»
Ana González-Pinto Psiquiatra y profesora de la UPV/EHU
Mañana dará una charla
en el Colegio de Médicos
para «advertir de los
riesgos de su consumo,
porque no es inocuo»
:: ANE URDANGARIN
SAN SEBASTIÁN. Problemas cognitivos, síndrome amotivacional,
depresión, ansiedad, psicosis... Un
consumo esporádico del cannabis
puede derivar en enfermedad mental si pasa a ser adictivo, un riesgo
que se duplica en menores de 16
años. De todo ello hablará mañana
en Donostia Ana González-Pinto
Arrillaga, jefa del servicio de Psiquiatría del Hospital Universitario de
Álava y profesora de la UPV/EHU,
en la primera de las charlas informativas que ha organizado el Colegio de Médicos de Gipuzkoa en colaboración con la Sociedad Vasco Navarra de Psiquiatría. La conferencia,
abierta al público hasta completar
aforo, será a las 18.30 horas en la
sede del Colegio (Paseo de Francia,
número 12).
– ¿En qué porcentaje se relaciona
el consumo de cannabis con enfermedad mental?
– El cannabis es una sustancia en
principio ilegal, aunque está en vías
de qué pasa con ella, de consumo
generalmente lúdico, recreacional
de fin de semana. Pero también es
cierto que como todas las sustancias
adictivas tiene efecto sobre el cerebro, y va a haber un porcentaje de
personas, el 10%, que se enganchan
al consumo, que deja de ser lúdico
para convertirse en patológico y asociado a enfermedad mental. No estamos hablando de todos los consumidores de cannabis, sino de ese
10%, que pasaría a ser un 20% si estamos hablando de gente muy joven. En menores de 16 años, va a haber el doble de riesgo de generar un
problema asociado a una adicción y
a una enfermedad mental.
– ¿Cuánto más joven peor?
– Sí. Parece que es debido a que todos tenemos dentro de nuestro cerebro y organismo unas sustancias
internas, unos receptores para cannabis, y en el momento en que metemos una sustancia igual producimos un desequilibrio interno, que
es lo que genera una situación de
euforia en un momento concreto si
el consumo es esporádico. Pero si es
diario, estamos haciendo que ese cerebro, en personas muy jóvenes, no
madure. Puede generar unas alteraciones de funcionamiento que pueden llegar a ser permanentes si el
consumo es muy continuado, dura
años. Entonces, pueden producirse
problemas importantes.
– ¿De qué enfermedades estamos
hablando?
– Los problemas más comunes que
Ana González-Pinto es la responsable de psiquiatría del Hospital Universitario de Álava. :: JESÚS ANDRADE
produce la dependencia al cannabis,
el consumo diario, son los cognitivos, de memoria y de atención. Y lo
más frecuente es que eso se asocie
a una dificultad para el rendimiento escolar. Otros problemas son los
trastornos depresivos y ansiosos. Y
en algunos casos, no con mucha frecuencia, se puede llegar a producir
un cuadro psicótico. Más o menos
hay psicosis en el 2% de la población,
y si esas personas en riesgo consumen cannabis, tienen el doble de
posibilidad de tener un episodio psicótico. Para personas vulnerables es
un factor de riesgo aumentado; para
los que no tienen problemas en la
familia, es mucho menor.
– ¿Cómo suelen intervenir?
– A nosotros nos llegan los casos problemáticos y con muchos síntomas
psiquiátricos, como cuadros psicóticos, o personas con una enorme
dependencia, fracaso escolar, cuadros depresivos... Solemos examinar los casos, porque otro problema
que produce el cannabis es que duplica el riesgo de consumo de otras
sustancias. Hay gente que solo consume cannabis, pero otros toman
también estimulantes, algo bastante común. Si hay un consumo doble
intentamos que se dejen las drogas
más fuertes y luego vamos dando
pasos hacia el abandono de cannabis. Y si solo consume cannabis, intentamos motivarle para que lo deje
o, al menos, disminuya el consumo.
Luego están las personas que todavía no han entrado en esa situación,
sino que simplemente están empezando a ser dependientes del cannabis. Se ha visto que muchas veces
hay síntomas ansiosos y depresivos
unidos a ese enganche.
– El debate de la legalización del
cannabis está en calle. ¿Cree que
la sociedad está bien informada?
– Es un poco el motivo de la charla.
El tema de las drogas y su legalización es tan interesante y llamativo
desde el punto de vista social que,
a veces, la información que se da
está balanceada un poco a favor del
consumo. Y creo que nosotros tenemos la obligación de hablar también
de la otra parte. Si se analiza la encuesta de consumo de sustancias a
nivel nacional, en este momento
hay más personas que se inician en
el cannabis que el tabaco. Es decir,
se considera que el cannabis entraña menos riesgo que el tabaco, a pe-
«Su consumo se ha
banalizado tanto que se
considera que es menos
perjudicial que el tabaco»
«En el mercado se ve un
aumento de sustancias con
más THC, que es lo que
estimula y genera adicción»
sar de que se fuma con tabaco y sin
filtro. Se ha conseguido banalizar
tanto su consumo que se ha generado una sensación de que es menos perjudicial que el tabaco, y cuando las personas tienden a usar una
sustancia con fines recreativos y lúdicos, se están balanceando más hacia el cannabis.
– Pero tiene usos terapéuticos, luego tan malo no será, se suele argumentar a su favor.
– Tenemos que ser muy cautos, porque se mezclan muchas cosas. El
cannabis es una planta con muchos
componentes. Algunos se extraen
en laboratorio y se están estudiando para fines terapéuticos. Eso es
una cosa. Luego, el cannabis en sí
mismo se ha autorizado en algunos sitios para el tratamiento de
trastornos muy concretos: la espasticidad de la esclerosis múltiple o para las náuseas producidas
por la quimioterapia. Pero también
la morfina se usa todos los días en
los hospitales para combatir el dolor y eso no tiene nada que ver con
que esa sustancia se pueda usar libremente, a diario, por personas
jóvenes, sin ninguna información,
y tras una compra ilegal en la que
no sabes lo que realmente estás
comprando. Hay muchos matices
y creo que es importante tener la
información. El cannabis es lo que
es. Que una persona de 40 años
quiera consumirlo los fines de semana entra dentro de su libertad.
Es su elección, pero otra cosa muy
distinta es que sean menores de
edad quienes empiezan a consumirlo, que alguien les venda esa
sustancia como si no tuviera riesgos, y eso no es cierto.
– ¿Qué le parece su regulación?
– El Gobierno Vasco hizo una propuesta para legalizar algunos centros de uso de cannabis pero siempre pensando en mayores de edad y
en un consumo responsable. El tema
de la legalización es algo que se nos
escapa porque depende de muchos
factores, son decisiones políticas en
las que hay que tomar en cuenta
muchos ámbitos, no solo el sanitario, sino también el social... Lo que
yo y mis compañeros de la psiquiatría y medicina queremos destacar
es que el consumo no se puede banalizar, hay que advertir de que hay
unos riesgos. Que la morfina pueda
tener unos usos terapéuticos y sanitarios no significa que haya que
consumirla por parte de la sociedad,
y menos si se trata de menores.
– ¿Por qué en los últimos congresos de psiquiatría han alertado sobre el cannabis sintético?
– El cannabis tiene distintos componentes. El tetrahidrocannabinol
(THC) es el que te estimula y te hace
seguir consumiendo, el que te engancha y te genera adicción. En cualquier planta de marihuana, por muy
suave que sea, hay más THC que cannabidiol, que es el tranquilizante.
Pero cuando vas al sintético, las personas que quieren generar un mercado normalmente van a buscar sustancias que tienen más THC, porque engancha más y te llevan a comprar más. Ahora en el mercado se
está viendo un incremento de sustancias con más THC.
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