z III Parte La Postguerra en Villamalea 1939-1951 pp 125…

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III
La
postguerra
en
Villamalea
1939-1951
Recuérdalo tú y recuérdalo a otros,
cuando asqueados de la bajeza humana,
cuando iracundos de la dureza humana:
Este hombre solo, este acto solo, esta fe sola.
Recuérdalo tú y recuérdalo a otros.
Luis Cernuda
Canción de Bourg Madame
Españoles, salís de vuestra patria
después de haber luchado contra la invasión:
caminando por tierras extranjeras
mirando hacia la estrella de la liberación.
Camaradas caídos en la lucha
que disteis vuestra sangre por la libertad,
os juramos volver a nuestra España
para vengar la afrenta de la humanidad.
A ti Franco traidor vil asesino
de mujeres y niños del pueblo español,
tú que abriste las puertas al fascismo
tendrás eternamente nuestra maldición.
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Benito Sanz Díaz
III.La postguerra en Villamalea. 1939-1951
1.- La represión franquista: “...no eran personas, eran fieras”. El fusilamiento de Luis García.
2.- La contrarrevolución agraria.
3.- Hambre y estraperlo en la postguerra.
4.- La
guerrilla. El Manco de la Pesquera y la Agrupación Guerrillera de Levante y Aragón (AGLA).
5.- El marco de relaciones en Villamalea: El Ayuntamiento. Falange Española y de las JONS: el
partido único. La Hermandad de Labradores y Ganaderos. El aparato coercitivo: la Guardia Civil y
el someten. Instituciones de apoyo y neutralización ideológica: La educación y la Iglesia.
6.- La
burguesía del miedo.
III.- La postguerra en Villamalea.1939-1951
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III.
La postguerra en Villamalea.
1939-1951
1.- La represión franquista: “...no eran personas,
eran fieras”.1
Pocos días antes de acabar oficialmente la guerra,
muchos combatientes republicanos vuelven a sus pueblos.
La República del Frente Popular está a punto de claudicar.
En Villamalea se temen las consecuencias de la derrota.
Comienzan los cambios de chaqueta. Durante unos días
hay un vacío de poder.
Las autoridades republicanas son inoperantes ante la
inminencia de la entrada de los nacionales y el ultimo
parte de guerra: "Vencido y desarmado el ejercito rojo... la guerra ha terminado". Aun tardaran
unos días en entrar los vencedores. En los medios de la izquierda reina el pesimismo, el temor y el
desconcierto.
Por el contrario, en los partidarios del nuevo régimen franquista hay jubilo: los golpistas han
vencido. Los falangistas se sienten fuertes. Celia Fernández, jefa de la Falange local, recuerda:
-Había hecho una bandera con los colores de la Falange. La cogí y la planté en la puerta de mi
casa. Fue la primera bandera con los colores de la Falange que ondeó en el pueblo. Nadie la quitó.
Allí permanecí, cuidándola. Algunos me decían: "Que te van a matar", pero la guerra tocaba a su
fin, aunque no hubiesen entrado aún los nuestros. Encabezando a los más decididos falangistas,
tomé el Ayuntamiento. Eran los últimos días de marzo, cuando entraron en el pueblo los alemanes y
españoles. Poco después me nombraron delegada de la Sección Femenina, la jefa de Falange,
como decían aquí”.
Aún antes de la llegada de los nacionales, regresaron al pueblo los huidos de la derecha, y
salieron los que habían permanecido escondidos. Comienzan a elaborarse las primeras listas
depuradoras, se organiza el aparato represivo. La izquierda -el terror rojo, las hordas marxistashabía reprimido a la derecha. Pero la saña y el resentimiento habían estado ausentes en Villamalea.
Un terror hasta entonces desconocido comienza en el pueblo. Las detenciones, torturas, procesos,
cárceles, campos de concentración, fusilamientos... se vuelven cotidianos. Los tribunales de
Responsabilidades Políticas, las Comisiones de Depuración, las leyes de Represión de la Masonería
y el Comunismo, etc. actúan sin pausa. La fiebre antirrepublicana y anti Frente Popular, unida a la
fobia anticomunista, están a la orden del día. Pronto el fascismo alcanzará su apogeo en Europa, y
servirá para desviar la atención sobre la brutal represión que esta produciendo en toda España.
El 2 de abril de 1939 se constituye en Villamalea la Junta Local de las JONS (sic), y la preside
Claudio Moya, medico de derechas.2 La derecha local se hace cargo del Ayuntamiento e inicia su
trabajo depurando responsabilidades políticas. Comienzan por los empleados del Ayuntamiento:
"...respecto a que se puedan considerar desafectos al Régimen que actualmente rige los destinos de
nuestra patria... no merecen confianza los individuos siguientes: el vigilante municipal, los
1
Manuel Ortiz Heras, Profesor de Historia Contemporánea de la Universidad de Castilla-La Mancha, tiene varios estudios
publicados sobre historia de Castilla-La Mancha, que sirven como referencia al caso de Villamalea. Entre ellos los
publicados en el Grupo de Estudios de Asociacionismo y Sociabilidad (GEAS) referida a cuestiones relacionadas con el
asociacionismo y la sociabilidad: Las hermandades de labradores en el franquismo. Albacete 1943-1977. Albacete,
Instituto de Estudios Albacetenses, 1992; De los productores de la Dictadura a los trabajadores conscientes de la
Democracia en Castilla-La Mancha (1939-1997), en Movimientos sociales y Estado en la España contemporánea. Cuenca,
Universidad de Castilla-La Mancha, 2001, Págs. 565-605; Aproximación a las Comisiones campesinas en Castilla-La
Mancha, 1939-1988”, en Entre surcos y arados. Asociacionismo agrario en la España del siglo XX. Cuenca, Universidad
de Castilla-La Mancha, 2001, Págs. 211-235; Violencia, conflictividad y justicia en la provincia de Albacete (1936-1950).
Microforma, Cuenca, Universidad de Castilla-La Mancha, 1995; es de gran interés: Violencia política en la II república y el
primer franquismo: Albacete, 1936-1950, Siglo XXI, 1996.
2
Archivo Municipal de Villamalea (AMV), 2 de abril de 1939.
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Benito Sanz Díaz
guardas, el oficial segundo, el alguacil...“3. Se les depura. Más tarde lo es el veterinario Enrique
Vergara, al que se expedientó "para depurar las responsabilidades durante el tiempo que estuvo
como militar en el Ejercito Rojo”. Los cargos de estos depurados pasan a ser desempeñados por
afectos el nuevo régimen.
El nuevo alcalde actúa con dureza. De este cacique -medico de profesión- cuenta Samuel
Serrano: "Este alcalde era un tío canalla. Después de 8 meses de estar aquí, me acusó de ser el
presidente de la colectividad de la CNT, por ser el dueño de parte de las tierras expropiadas,
legalmente, por los anarquistas. 17 meses me tiré en prisión esperando juicio. Tres veces estuve en
la cárcel. Nunca perdonó que hiciésemos trabajar a su mujer en la colectividad".
Los más activos represores no serán solo los miembros de la derecha local. Estos tan solo
mueven procesos. “Los ricos pegaban poco. Eran los esquiroles los que nos sacudían palizas de
muerte. Se decían falangistas sin saber lo que era eso. A uno de ellos, en un juicio le preguntaron
que si era de las JONS y extrañado miró titubeando a su alrededor, y por si metía la pata, dijo:
¿que es eso?"
Juan Soriano, en sus Memorias4, cuenta el ambiente de las primeras semanas. Cuando llega al
pueblo procedente del frente, tardan 11 días en detenerlo. Narra así su apresamiento:
"-Las gentes salían de sus casas con las caras alegres y risueñas –como en los días de fiestadando gritos y haciendo demostraciones de regocijo y satisfacción. Las mujeres que había en los
hornos, salían y ofrecían pan o lo que estuvieran haciendo a los nacionales. Los hombres los
invitaban a vino y tabaco, y les daban muchos apretones de manos, por ser los primeros en traerles
“la libertad”. ¡Y cuando vieron el primer billete! Aquello fue el colmo del entusiasmo. Mi vecino E,
con un billete entre los dedos, enarbolándolo como si fuese una bandera, me decía:
-Ves Juan, esta es la moneda de Franco, esta, esta es la buena.
Otros hombres y mujeres decían:
-Gracias a Dios que ya podemos hablar. Nos tenían cosídícos estos malos. Ahora ya hay
libertad, esto es lo nuestro. ¡Arriba España, viva Franco!
Parecía que los falangistas se multiplicaban por momentos. Era una masa oportunista, de
furibundos izquierdistas ya habían pasado a ser fieles falangistas".
Se vuelven las tornas. Pacíficos vecinos que al iniciarse la guerra se habían afiliado a partidos
del Frente Popular por temor, se hacen falangistas también por temor. Celia Fernández, la jefa de
Falange local, cuenta como antes de la guerra apenas había falangistas, y que al entrar los nacionales
"crecían como setas". El oportunismo les hacia radicalizarse, por temor a ser acusados de rojos, y
sufrir una represión feroz y despiadada. Los interrogatorios y las delaciones estaban a la orden del
día. La intranquilidad y el desasosiego cunden entre los vecinos relacionados en el periodo anterior
con partidos y sindicatos del Frente Popular -la mayoría-.
Los falangistas crean un clima de inseguridad que altera el ritmo de las familias, siempre
pendientes de que les detuviesen a algún miembro de la misma. Juan Soriano cuenta que a las doce
de la noche lo despiertan:
"Abro y veo alrededor de la puerta, formando semicírculo, a 15 hombres, entre soldados,
falangistas y paisanos... lo que querían era darle mucho realce y mucha comedia a estas
detenciones. En el salón de sesiones del Ayuntamiento me esperaba M. Me recibe con dos bofetadas
y me dice:
-¿Fuiste tú el de la bomba?
Le contesto:
-Yo no fui el de la bomba -se refiere a la puesta en el Ayuntamiento el 18 de julio de 1936-.
-¿Cómo que no fuiste tú, si me lo acaba de decir R. ahora mismo?
-Él puede decirte lo que quiera, pero yo no fui.
-Déjalo de mi cuenta -dice el alférez del Ejercito-, y ya verás como canta.
-Ya está bien -le dice M.- que se lo lleven y lo encierren.
3
4
AMV, 2 de abril de 1939.
"Mis memorias", Juan Soriano. Villamalea, 1973. Memorias no publicadas, cedidas por el autor en 1976.
III.- La postguerra en Villamalea.1939-1951
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Me metieron en una habitación de la planta baja del Ayuntamiento. Hacia un frío que pelaba. A
la nueve de la mañana, hizo que me subiesen al salón de sesiones, me sacó al balcón del
Ayuntamiento y dijo:
-¡Este es el de la bomba!5
-!Eso es mentira! -le contesto en voz alta-. ¡Mi pueblo me hará justicia!
Cuando estaba en el balcón, como la vista era tan ligera, vi y oí que, la Cristeta, la Feliciana,
las dos beatas, la Victoria del maestro y su hijo y algunos más decían:
-¡Que lo maten, que lo maten!
Al salir a la calle para montar en el camión, la gente nos abría camino y se iba apartando
como si fuésemos leprosos...".
Las detenciones se suceden. Una compañía del Ejercito detenía a los sospechosos de simpatizar
con la República y el Frente Popular. Los detenidos, eran sometidos a palizas para que denunciasen
a otros rojos. Las palizas eran de muerte; los tiraban por las escaleras, les rompían un brazo o una
pierna... Cuenta Juan Soriano que:
"Les acusaban de que tenían pistolas escondidas. No era verdad. A Roque Ortiz, que había sido
alcalde por UGT en la República, lo trajeron tapado con una manta, y cuantos palos no le darían,
que agarró un hacha y se dió un tajo en la pierna a ver si se compadecían de él, pero ni por esas.
Eran católicos, gentes como... Muchos murieron en la cárcel por mala alimentación, palizas... eran
muchas cosas A los hijos de Roque Ortiz los condenaron al hambre. Sabían que no tenían nada que
comer. La familia tenia una mula. Para darle de comer y que pudiera trabajar el animal, robaban
beza. El amo que se dió cuenta, llamó a varios vecinos de derechas, lo esperaron y lo agarraron
con las manos en le masa. Tenia 15 años; le dieron una paliza bestial. Lo llevaron al Ayuntamiento
y la sacaron al balcón. Se volvió loco, les gritaba: ¡criminales! Le obligaron a limpiar y a trabajar
gratis, le humillaron todo lo que pudieron. Era la degradación más completa que se puede hacer a
un ser humano. ¡Aquello no eran personas, eran fieras!”
La vida local se impregna de simbología de los vencedores. Para tal fin -entre otros-, el
Ayuntamiento compra, el 3 de junio de
1939, varias litografías "cuyo valor es
de 21 Ptas., visto dicho trabajo que
representaba una orla patriótica de
España, Alemania, Italia y Portugal,
hermanos por vínculos ideológicos y de
mutua colaboración”.
Conforme van llegando los soldados
republicanos de los frentes, son
detenidos. Cesáreo García "el abuelo"
cuenta como llegó el 5 de abril "con
hambre y piojos, y nada más llegar, me llaman y me ponen una multa de 500 Ptas. para arreglar la
iglesia; me dicen: ¡Venga, a trabajar, y además sin jornal! Nos hacían limpiar calles, arreglar la
iglesia... Nos insultaban: ¡Rojos, más que rojos! Nos miraban con cara de asco. ¡Venga, a limpiar
waters, por comunistas! Y así, un día tras otro. Eso no me importaba; lo que me hacia mella era el
hambre que llevábamos encima. No teníamos nada para comer.
Trataron de comprarme. Me llamó el comandante del puesto de la Guardia Civil, y después de
preguntarme qué quien quemó los santos de la iglesia, me dice:
-¿Eres comunista?
-Sí. Desde 1928. Además ayudé a montar la Casa del Pueblo; fui de la UGT, y en el frente
llegué a sargento.
No negaba nada. ¿Para qué? Me sentía orgulloso. Me dice:
-Cesáreo, vamos a ser amigos. Te voy a dar lo que quieras, con una condición. Todos tienen
confianza contigo; lo que te cuenten, vienes y me lo dices.
5
Ver II.- El 18 de julio y los primeros momentos de la rebelión militar en Villamalea.
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Benito Sanz Díaz
Me fui y no volví. Pero no me daban trabajo. No negué nunca el ser comunista. Lo malo era
cuando iba a pedir trabajo y me contestaban: No, a tí no, que eres comunista. ¡Pasé hambre a
estajo!"
A Eugenio Molinero no le fue mejor: “Pude irme a Francia, pero ¿qué se me había perdido a
mí allí? Me cogieron en Madrid y directamente me llevaron a un campo de fútbol que tenían como
cárcel provisional. No dejamos ni una brizna de hierba en el campo, del hambre; después nos
mandaron a nuestro lugar de origen, y la noche que llegué me detuvieron. Me interrogó un capitán.
No le oculté nada: del PCE, de la UGT, alcalde, presidente del Socorro Rojo local, que había
luchado en el frente hasta el ultimo día... todo. Al día siguiente me llevaron a la prisión de Hellín,
donde me tiré 4 años. Después volví a caer dos veces más. Una por colaboración con la guerrilla”.
Contrastando con la situación de la izquierda, la derecha vive días de euforia. Actos patrióticos
se suceden día tras día: cantos imperiales y militares, rezos y oraciones de gracia, etc. Se cambian
los nombres de las calles. Don. M. N. como alcalde, en un acto de afirmación patriótica, cambia el
nombre de varias calles, y decide: "...que a una de las principales... se le diera el nombre de José
Antonio Primo de Rivera, asesinado por las hordas rojas, con el fin de inmortalizar su nombre...”.
Así mismo ordena "...que se quite la lapida de Aída Lafuente, colocada en la calle a su nombre... y
se ponga el antiguo nombre de calle del General Pérez Fernández”. Todas las obras de la
República van siendo eliminadas hasta en sus detalles más pequeños.
La represión en Villamalea es dura, pero a menudo no lo es tanto como la que sufren los
pueblos vecinos, ya que en Villamalea -dentro de la que era la situación del momento- la izquierda
había actuado con moderación, y no había habido muertes por represión política entre la derecha
local. Sin duda alguna, las primeras semanas fueron las peores. La venganza personal, la
arbitrariedad, el vacío jurídico, etc., pone en un estado de indefensión total a los partidarios de la
República. Algunos vecinos son detenidos fuera del pueblo. Entonces el trato era peor. Así Eladio
Bueno, militante comunista desde 1933, cuenta:
"Después de combatir en el frente de Guadalajara contra los italianos, y en otros frentes, me
hicieron guardia de asalto y me destinaron a Albacete. El día 30 de marzo del 39, entraban en
Albacete los primeros camiones llenos de moros, italianos y fascistas. Varios miles de republicanos
fuimos internados en la plaza de toros. Durante la primera semana fue espantoso para los heridos
que habían sacado de tres hospitales y que dejaron en las gradas de la plaza. Eran 417, no se me
olvidará nunca la cifra. Tocaba comer, y el que no se ponía en la cola, no le daban nada, y tampoco
dejaban que otro cogiese para un herido. Cada día morían unas docenas. Se iban quedando como
momias, escuálidos, en los huesos. Era desesperante. Darle lo nuestro era sucumbir. Veíamos morir
a los heridos, impotentes para ayudarles... era espantoso e inhumano. Creí volverme loco.
Entregaron a cuatro enfermeras republicanas -¿qué delito habían cometido?-, a la guardia mora y
las violaron y destrozaron delante de nosotros, sin que pudiésemos hacer nada. La derrota era
amarga, demasiado.
Los moros nos robaban y los nacionales se reían. De los pueblos venían bandas fascistas a
buscar a sus paisanos. Los torturaban en la enfermería. Cuando venían los de Villarobledo,
temblábamos. Era una masacre. Los gritos y golpes se oían en toda la plaza. Muchos salían
destrozados. Recuerdo a uno de aquellos flechas azules entrar vestido de falangista, y aunque sea
duro decirlo, lo vi después vestido de cura, y predicar en un púlpito. Se me caían unas lagrimas
como puños. ¿Que habíamos hecho para merecer tal castigo? Cuento esto después de 40 años, ¡40
años!, y aún me parece estar viendo las "sacas" nocturnas. Todas las noches nos hacinaban en
cuartos. A las 12 se empezaban a oírse pasos, gritos y abrirse cerrojos:
-Fulano de tal.
-Presente.
-¡Salga!
Día a día nos diezmaban. No había juicio. Después de fusilar a algunos, días después oíamos
por el altavoz que lo llamaban para que se presentasen al juzgado.
Estuve como ordenanza casi un año, y me movía con cierta libertad en la cárcel. Vi cosas que
nunca imaginé ver. Cuando llegaban las mujeres a ver a sus maridos, muchas de ellas de 20 ó 25
III.- La postguerra en Villamalea.1939-1951
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años, ¡lo que se tenían que dejar hacer para poder hablar unas minutos con su marido, o padre! De
lo que traían de comer, a los presos no les llegaba nunca nada. Cuando algún ingenuo, o exaltado,
protestaba ¿sabes lo que le decían?:
-Aquí los únicos ladrones que hay sois los rojos! ¡Entra para acá!
Les pegaban, salían hechos una injuria de cardenales. Y eso un día tras otro..."
Nos hemos detenido en el relato de algunos de los vecinos que aún recuerdan6, como una
pesadilla, los primeros años de la dictadura. El resto de los testimonios son similares; todos ellos
relatados con una expresión que recuerda horror, impotencia, e incredulidad.
La derrota en la guerra y la represión inmediata solo iba a ser el primer paso de un negro
camino de postguerra, que no por brutal iba a acabar ahí. Villamalea -hasta 1939- fue un pueblo
donde la violencia y el horror de los frentes de batalla, no llegó nunca. Siempre en retaguardia, pasó
una contienda benigna. ¿Cómo explicar el grado de violencia posterior?, ¿Por qué un terror tan
desproporcionado? Familias enteras sufrieron vejaciones y miserias por el solo hecho de haber
votado, haber sido, o simpatizar con el Frente Popular. La palabra "rojo" era un compendio de
actitudes degeneradas, inhumanas, antipatrióticas, la "horda roja" o marxista no merecía ningún
respeto o consideración.
Eugenio Molinero
"Al comenzar la Guerra Civil -cuenta Eugenio Molinero-, le expropiamos a Enrique Tevar Liante, uno de
los más pudientes del pueblo, 5 mulas. Al acabar la guerra se quedó con todas las mulas de la colectividad de
UGT. Algunos, en un arranque de indignación, fuimos a protestar:
-Os cojo las mulas que me robasteis.
-Le requisamos 5, y Ud. se queda con 5 pares, que son 10.
- No me piquéis -nos contestó muy seguro y tranquilo- que nunca estáis contentos. Así que callaros.
Y se quedó con las mulas que con tanto esfuerzo habíamos comprado para la colectividad ugetista”.
En la foto d la izquierda Eugenio Molinero, comunista del PCE desde 1928, dirigente de la UGT, alcalde
durante la Guerra Civil. Condenado a 20 años de cárcel por Consejo de Guerra -causa número 5.214, de 14 de
Julio de 1941- por rojo, en su tercera estancia en el penal del Dueso (1955-1957). “Al volver del frente a
Villamalea, en abril de 1939, fue detenido y conducido a la plaza de toros de Casas-Ibáñez. Yo tenia entonces
8 años y recuerdo haber visitado a mi padre; íbamos y volvíamos andando, había 15 Km. de un pueblo a otro,
para poder llevarle la poca comida que podíamos recoger” cuenta Vicente Molinero. La segunda vez fue
detenido junto a su hijo Vicente Molinero Borja por ayuda a la guerrilla del Manco de La Pesquera (AGLA),
fueron condenados ambos a seis años de prisión en Consejo de Guerra de 12 de julio de 1954. En la foto de la
izquierda aparece Eugenio Molinero, en 1955, en su tercera estancia en el penal del Dueso. En la de la derecha,
Eugenio Molinero junto a Concepción Borja, su mujer, también del PCE, y sus nietos. Foto VM. 1976.
6
Entrevistas realizadas en 1976.
132
Benito Sanz Díaz
DOCUMENTO
Villarrobledo y los muertos republicanos de la guerra.
Los vecinos de Villamalea se refieren siempre a los muertos republicanos de Villarrobledo en la
postguerra. El País recogía un reportaje, en 1978, sobre los asesinatos masivos que tuvieron lugar en ese
municipio. Recogemos parte de los testimonios aparecidos en el articulo:
“Francisco Rubio fue sargento de carabineros durante la Guerra Civil española y combatió en el frente del
Ebro hasta el final de la contienda. Cuando acabó la guerra, al igual que muchos de sus convecinos de
Villarrobledo, regresó del frente, el 10 de abril de 1939. «Al día siguiente -cuenta su viuda-, a las cuatro de la
tarde, fue detenido por miembros de Falange y conducido a una casa habilitada para prisión. Era la casa de
un médico llamado José Tobarra, quien también fue detenido y posteriormente asesinado. En la noche del 15
de abril, después de ser torturado, mi marido, junto con otras personas, fue arrojado a unos pozos de gran
profundidad llamados barreros.» El barrero ha sido, durante cuarenta años, la palabra maldita del pueblo. Se
calcula que trescientas personas se hallan sepultadas en tres de esos pozos. Allí fueron empujados, muchos de
ellos con vida, en una de las represalias más sangrientas y crueles de nuestra Guerra Civil. Se trata de unos
pozos cuya profundidad oscila entre cuarenta y cincuenta metros, que desde mucho tiempo atrás se utilizaban
para extraer el barro con que se confeccionaban las antiguas tinajas. Ahora han desaparecido todos los barreros
del pueblo y con ellos se ha ido a pique la totalidad de la industria de cerámica de la localidad. A nadie le
extraña, por tanto, que el barrero sea la palabra maldita que hasta ahora no se ha podido pronunciar.
Juan José Ortega Calero, conocido popularmente por Sopa en Vino, es hijo de otra de las personas
sepultadas en el barrero. Se trata de un hombre de mediana edad, de carácter pacífico, que se ha propuesto, con
toda firmeza, sacar a la luz pública los hechos acaecidos en Villarrobledo cuando él sólo tenía cinco años. Para
ello trabajó junto con una comisión del pueblo, en cargada de levantar un monumento, por suscripción popular,
a los caídos de los barreros. «Durante estos cuarenta años... los vecinos de Villarrobledo nos dirigíamos el día
de los difuntos al cementerio. Allí había un monumento erigido a los caídos en el que, año tras año, el
Ayuntamiento depositaba flores. Mi padre, junto con casi ochocientas personas, se hallaba enterrado
ocultamente. Estaban en distintos lugares del pueblo. Exactamente se encuentran nuestros compañeros en los
barreros y en unos refugios existentes en los subterráneos de la plaza del Ayuntamiento. Sin embargo, nos era
prohibido acercarnos a los barreros, situados al lado del cementerio. Era incluso peligroso tan sólo dirigir
nuestras mi radas a los pozos cuando caminábamos a diez metros de los mismos.»
«Ahora -expresa Juan José Calero- todo eso debe acabar. Nos proponemos levantar un monumento en
homenaje a los republicanos ejecutados y que se reconozca oficialmente su muerte. Ya es hora de que termine
esa historia de que mi padre ha desaparecido. Son muchos los vecinos y familiares del pueblo que pudieron
ver las huellas de los crímenes en los días posteriores a las ejecuciones. No se trata de hablar de revanchas,
sino, simplemente, de que se dé un trato justo a la historia de nuestro pueblo.» […]
Casino Munera Padilla tenía catorce años en 1939. Es también un comunista «de los de antes». «Se
llevaron a mi padre y a mi hermano Constancio.... Quienes los detuvieron eran falangistas del pueblo vestidos
de nazarenos con capucha, para que no se les reconociera. Mi hermano tenía diecisiete años y fue el único,
junto con Juan Moya, que se salvó de ser arrojado al barrero, entre los trescientos detenidos. No fusilaron a
ninguno ni hubo ninguna formalidad legal. Mi padre no volvió nunca y nunca podré olvidar la mañana del 12
de abril de 1939, cuando fui a la boca de los pozos y vi toda aquella sangre. Mataron a muchas personas
conocidas de mi familia, entre ellas a la señora Marta conserje de la casa del pueblo, y a otra mujer, conocida
por La Lobica, dirigente del PCE. A esta última la arrojaron junto con su hijo, de pocos meses. Nunca lo
olvidaré. Ahora se me revuelve el estómago cuando veo lo que ha pasado con las elecciones.»
La memoria colectiva del pueblo no se ha borrado. Son muchas todavía las personas que esperan un
cambio radical de la situación política. También son muchas las personas que desde el poder económico y
político local esperan que no cambie absolutamente nada. La reconciliación nacional no ha llegado a
Villarrobledo, y a ello ha contribuido esencialmente la existencia de un caciquismo a ultranza, causante de una
economía local desastrosa...”
Fuente: Villarrobledo quiere que se reconozca a sus muertos republicanos de la guerra. EL PAÍS | Última - 11-11-1978.
III.- La postguerra en Villamalea.1939-1951
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Terror y pánico son palabras que definen la España negra que se instauraba. "A las que
habían pertenecido al Socorro Rojo -prácticamente todas las que tenían un familiar en el frente-, o
se habían destacado en algo, le rapaban el pelo al cero, y las sacaban al balcón del ayuntamiento
para que todos las viesen. Se hacían cosas increíbles, como echarles miel en las cabezas para
atraer a las moscas, y que los vecinos se riesen. Parecía la Inquisición. A otras nos daban aceite de
ricino a tragos. En ocasiones llamaban a familias enteras para "reconocerlas" y ver si tenían el
llamado “piojo verde”. Les hacían desnudarse a todos. Los duchaban con agua fría... era un golpe
muy duro, una humillación. Antes, ni delante del marido nos desnudábamos del todo. Era otra
época. A las jóvenes la buscaban el piojo verde solo para verlas desnudas. Por ser mujer de rojo te
obligaban a fregar la iglesia, a limpiar el cementerio, a ir a misa y a los rosarios... A nuestros
maridos no los dejaban salir de casa más tarde de las 9, y si lo hacían, se exponían a palizas y
detenciones. La que lo tenia en la cárcel y se sacrificaba por llevarle algo de comer, veía como
nada le llegaba. Lo mismo pasaba con el dinero. Era desesperante. No se puede contar todo
aquello con palabras".
La situación en las cárceles no era mucho mejor. Sebastián Pérez, comandante del 5º
Regimiento del PCE, recuerda: "Me acusaron de comunista, de ser un mando del Ejercito Rojo.
Aguantamos de todo. En el cuartelillo me gritaban:
-¡Hala, a sacar mierda, cabrón! Tenias que comértela. ¡Venga, remuévela bien con las manos,
a batirla hasta que esté blandita!
A uno que se le volcó el cubo lleno de mierda de las letrinas, le restregaron la cara contra el
suelo. Hombres con orgullo tuvieran que doblegarse de forma degradante. Lo peor fue la cárcel.
Pero no por los carceleros y la situación, ya de por si dura. Cuando es el enemigo el que te
machaca, resistes. Es malo el hambre, la miseria, la separación familiar, las palizas y las "sacas”...
Pero lo más duro eran los enfrentamientos entre nosotros mismos. Vencidos y divididos. La UGT, el
PCE, la CNT-FAI, los republicanos, los socialistas... todo eran acusaciones mutuas, tensión
constante. Cada uno acusaba al otro de ser el culpable de la derrota. Diariamente los
enfrentamientos acababan en puñetazos, golpes y porrazos. Si hubiésemos tenido armas
hubiésemos acabado de destrozarnos y aniquilarnos entre nosotros mismos. El partido –PCE- no se
cansaba de predicar la unidad, en vano. Fusilaban juntos a hombres que la víspera habían estado
dándose mamporros y hostias. A ellos no les importaba el partido a que pertenecieran los que
fusilaban, les daba igual, éramos todos “rojos". Al paredón todos juntos."
Al dirigente anarquista local, Bernardo Parra, no le fue mucho mejor: "Traté de salir de España
por Alicante. Había conseguido un visado de Méjico, pero los barcos no llegaron. El espectáculo
del puerto de Alicante era escalofriante. Muchos se suicidaban delante de todos nosotros. Me
cogieron y estuve preso en el campo de Los Almendros. En el juicio me pidieron pena de muerte por
anarquista; después me rebajaron la pena a 30 años, si bien solo llegué a cumplir 7 años y dos
meses. Fueron años muy malos. Tuve suerte que la jefa de Falange habló bien de mí. En libertad, la
Guardia Civil me molestaba, llevándose todos los libros que tenia. Después de la cárcel, fue un
calvario. El hambre causaba estragos. Nadie se puede imaginar lo que nos hicieron pasar en la
postguerra".
En los pueblos vecinos, la violencia de los vencedores fue sin duda más brutal que en
Villamalea, ya que en la localidad no había habido muertes violentas y la represión de la izquierda
estuvo muy atenuada. La España fratricida se deshacía y se desgarraba; la revancha era más cruel
por lo metódica e incontrolada, por la extensión misma.
"A mí me tenían que haber fusilado en guerra por lo que hice -cuenta Celia Fernández, la jefa
de Falange local-. La gente me orillaba, pero nada más. Pero cuando ganaron los nuestros,
empezaron a dar aceite de ricino, a rapar a las mujeres, a pegar... Un día oí chillidos en el
Ayuntamiento. Voy y veo a A... echando sangre por todos lados. Me oponía a esas cosas. Sí no llego
a estar yo, allí hacen una escabechina.
Vino Don M., el más rico del pueblo -que en guerra estuvo escondido todo el tiempo-, hecho un
león. Quería que los fusilásemos a todos. No podíamos dejar huérfanos a muchas familias por
haber robado una oveja, comida, o que hubieran estado en un partido! ¡Que sabia la gente
134
Benito Sanz Díaz
entonces de política! Aquí no se mató a nadie, y yo fui la peor tratada. Di la cara cuando había que
darla. Con Don A. las tuve gordas, insistía en fusilar a los cabecillas, y yo que no. Un día,
indignado por que había sacado a 6 ó 7 de la cárcel de Albacete, sin poder contenerse me gritó:
-Celia, ¡tú te has vuelto roja!
Aquello me irritó. Al único que se fusiló del pueblo fue a Luis García. Era una parte de su
familia la que lo acusaba. Tuvo tres juicios. En los tres le salió pena de muerte. Luis fue un gran
hombre, evitó atropellos y consiguió crear tranquilidad durante la guerra... no quería muertes. Era
comunista y su padre muy de derechas. Yo hablé en su favor todas las veces, pero querían verlo
muerto".
El fusilamiento de Luis García.
Un solo vecino fue fusilado por motivos políticos: Luis García. Su muerte es el reflejo de los
conflictos y tensiones de una de las épocas más negras de España. ¿Por qué se le fusiló? Luis García
pasó la Guerra Civil como medico militar, con el grado de comandante, en una de las bases aéreas
de los soviéticos, en Albacete. A punto de finalizar la guerra, los soviéticos le proponen evacuarlo a
la URSS. Se niega: "Mi puesto está con los míos”, dirá con tono idealista y místico de la revolución.
"Vino de Albacete -cuenta su hermana- y nos dijo que quería entregarse, pues nada le harían,
que por tener un ideal no fusilaban a nadie. Cuando vio la actitud de falangistas, moros e italianos,
tuvo miedo. Buscó a un primo de derechas al que había ayudado, para que le acompañase a
entregarse, pero este lo denunció. Lo encarcelaron en la Prisión Provincial de Albacete, donde
ejerció de medico; mientras mi padre recogía firmas y avales para sacarlo".
Antonio García -su padre-, reúne apoyos. En el archivo de la familia encontramos escritos como
el siguiente: "Los abajo firmantes, mayores de edad, vecinos de Cenizate, y de marcada
significación derechista, ex alcaldes de este Ayuntamiento desde el 16 de febrero, y ex fiscal
municipal del mismo pueblo, cumplimos con el deber de justicia de exponer que el vecino de
Villamalea Luis García, de profesión medico, en cuantas visitas hizo a este pueblo... nunca habló,
ni hizo manifestación política alguna...”.
"Don Vicente Albiar, jefe local de FET y de las JONS de este pueblo de Fuentealbilla certifico:
que de los antecedentes que he podido recoger por este servicio de información e investigación del
FET y de las JONS resulta que no consta que el vecino de Villamalea Luis García López... haya
tomado parte en ninguno de los actos de propaganda organizados por elementos de izquierdas de
este pueblo... 10 de febrero de 1940”.
No solamente encontró apoyo en los pueblos vecinos entre los elementos de la derecha, que por
otra parte conocían las actividades políticas y la militancia comunista de Luis García, sino de
vecinos de Villamalea muy conservadores:
"Antes del Movimiento Liberador no llegó a actuar en política en esta localidad y durante este
periodo toda su labor ha tendido a evitar daños y a amparar a quienes eran multados o perseguidos,
como ha hecho con nosotros, que nos levantó una fuerte multa que nos había impuesto el Gobernador
Don José Cazorla, por el solo motivo de haber hecho un donativo en el año 1935, para la reparación de
la Casa Cuartel del Benemérito cuerpo de la Guardia Civil.
(Hay ocho firmas).
Reconozco las firmas por ser autenticas. El jefe local. Villamalea. 10.2.1940".
Otra de ellas decía así:
"Saludo a Franco. Arriba España.
Los abajo firmantes... declaramos bajo juramento por Dios y por la Patria, que el 20 de octubre de
1937, nos fue impuesta una multa por el duplo de lo que anteriormente dimos para la reconstrucción de la
Casa Cuartel, por desafectos al régimen marxista... por el solo delito de haber sido siempre derechistas,
cuya multa no hicimos efectiva por razón de que el vecino del pueblo, Luis García López, a pesar de su
espíritu izquierdista supo imponerse para que en este pueblo no pasasen tales atropellos.
11 de mayo de 1939. Año de la Victoria". (Siguen 17 firmas de los más ricos del lugar).
III.- La postguerra en Villamalea.1939-1951
135
A pesar de conocer sus actividades, Luis García ha conseguido ganarse el respeto de la derecha
local. Todos estos, y otros documentos, son aportados al juicio, con el propósito de atenuar la
condena. A pesar de los esfuerzos, la familia conoce por un secretario de Millan Astray que "se lo
quieren cargar por asuntos del pueblo".
La familia indaga el origen de la acusación más grave. Lo descubre en la propia familia. Le
achacan el ser el causante de no haber evitado la muerte de su primo Julio Vergara. Es un caso más
de familia que se divide a causa de la Guerra Civil fratricida.
A pesar de que la familia García era de origen burgués y conservador, algunos de ellos
militaban en el PCE: Luis García y sus dos hermanas, una de ellas secretaria del Socorro Rojo;
varios de los hermanos de su primo Julio Vergara también militaban en el PCE, como Enrique,
veterinario, teniente del Ejercito republicano y comisario político en la guerra. Los intentos de una
parte de la familia, por que la otra retire las denuncias, son estériles. Dos veces es condenado a
muerte, y dos veces la acusación de una parte de la familia presiona para su condena. Por tercera vez
es procesado. El padre de Luis García, como descargo en el juicio, escribía al auditor de guerra:
“Se le acusa de que pudo evitar la muerte de Julio Vergara Carrión, vilmente asesinado por
turbas marxistas, el 29 de septiembre del año 1936, en Valencia. Pero me consta que mi hijo, tan
pronto tuvo conocimiento de la persecución de que era objeto el desventurado Julio, abandonando
el servicio de médico... marchó a Valencia, con el fin de evitar su encarcelamiento, haciéndole
proposiciones para que el caído hubiese aceptado si su mujer... no se hubiese opuesto".
Más adelante señala de uno de los hermanos de Julio Vergara que: "Desempeña hoy el cargo de
secretario local de la Falange Tradicionalista y de las JONS, y en aquellas fechas estaba afiliado al
Partido Comunista, y este mismo secretario de hoy, en el año 1931, fue socio fundador de la Casa
del Pueblo de esta villa".
Esto no evita el que sea juzgado por tercera vez. "Yo estuve en su juicio -cuenta Celia
Fernández-. Era un “tribunal de sangre”. Luis García no tenia nada que ver con la muerte de su
primo Julio. Si no me mataron a mí, que estaba abiertamente contra ellos y lo manifestaba
constantemente, a él menos. Luis le ayudó, incluso le propuso ayudarle para pasarse con los
nacionales, pero su mujer se opuso. Pero a pesar de la defensa, volvió a ser condenado a muerte”.
En una carta del abuelo de Luis García a su hijo -fechada el 18.2.1940- acaba diciendo:
“...esperando que nuestro Luis salga de esta revisión del expediente... libre de lo que está
amenazado por cuatro farsantes, que ya les llegará su hora.... los Vergara se resisten a hacerlo
alegando que les amenazaron con encerrarlos en la cárcel si saben que firmaban algo para Luis...".
¿Quién amenazaba a los Vergara? ¿Acaso algún Vergara corría peligro por haber sido
comunista? (tres de ellos lo fueron). Es difícil saberlo con los datos que conocemos. De todas
formas, el nombre de Julio Vergara aparecería en el frontón de la iglesia, junto al de José Antonio
Primo de Rivera, como el único caído de la villa. Es por ello que los homenajes a su caído son
continuos en aquellos años. El Ayuntamiento, en uno de estos homenajes ellos recogía en el acta
municipal: "...el sentimiento de la corporación por la muerte del ex alcalde, D. Julio Vergara
Carrión, vilmente asesinado por los enemigos de España, cuyas honras fúnebres han tenido lugar
esta mañana..."
La carta -no obstante- dejaba un interrogante ¿Quien estaba interesado en su muerte? El
testimonio de Juan Soriano, es claro en algunos puntos, ya que mantuvo varias conversaciones en la
cárcel de Albacete con Luis García, antes de que este fuese fusilado. El mismo día de la ejecución
Juan Soriano estuvo con Luis:
“Le pregunté, aunque ya lo sabia:
-¿Quién pidió la revisión del juicio?
-El Dr. P. B. -contestó.
-¿De qué te acusan?
-Adhesión a la rebelión, ser dirigente del Partido Comunista, haber requisado aparatos
sanitarios, y no haber hecha nada por salvar a mi primo Julio Vergara. Esto es lo que más me ha
dolido, es una vil mentira, una calumnia tan ruin y asquerosa, que solo me causa desprecio y
repugnancia.
136
Benito Sanz Díaz
-¿Sabes de quien ha partido la calumnia?
-Claro que lo sé. De mi primo...
La hora de entrar los condenados a muerte en capilla era cuando todos los presos estaban en el
patio para tomar el rancho de la tarde... se oye una voz:
-Luis García López.
-Vamos a ver lo que quieren -me dice-.
-Luis, tiene que entrar Ud. en capilla -le informan-.
-Llegó la hora –dice-. Sacó la petaca, el papel y lió un cigarrillo.
Me quedé asombrado de su entereza y sangre fría. En los años que lo conocí, jamás lo había
visto tan sereno como en aquel momento.
-Quizás tú te salves -me decía-. Tan solo os pido esto: que no seáis sectarios. El sectarismo es
horrible en todas sus formas.
La curiosidad de las gentes no tiene limites, pero en la cárcel tiene su justificación. Al
enterarse que un preso tiene amistad con cualquier condenado que a la mañana siguiente va a ser
ejecutado, le hacen preguntas y más preguntas: ¿Que fue en la guerra? ¿Que cargos tuvo en el
pueblo? ¿Por qué le ha echado pena de muerte? Etc., etc. Es curiosidad. Por confrontar el delito
del que está en la cárcel, con el suyo.
La hora exacta no la sé... cuando llegó el cura. La celda quedó en silencio. Este se dirigió a
Luis y le dijo:
-Hay que pensar en la vida eterna, Dios perdona los pecados de los hombres...
-Mire Ud. Sr. cura -le contestó Luis- le pido por favor que las pocas horas que me quedan, me
deje pasarlas tranquilo...
Al momento, oí llorar y gritar. Por estos gritos comprendí que eran los familiares de los
condenados, que venían, por ultima vez, a verlos y despedirse de estos seres queridos.
En esta explosión de dolor y sentimiento que había entre los condenados y familias, no podía
entender lo que decían, todo era un amasijo de llanto y de gritos, pero el llanto de aquellas pobres
gentes era algo más que pena y dolor: era espanto y desesperación. Todo esto se convertía en
desesperante...
-¡Adiós hijo mío!
-¡Ay madre de mí alma!
-¡Hasta siempre amor mío!
Se abren las puertas de la cárcel, y entran los del tricornio. La salida de los condenados es
rápida. Luis sale con la manta plegada en las manos, y le pide al ordenanza:
-Dasela a mi paisano.
Desde arriba lo llamé. Él levantó la cabeza, nos miramos y le dije:
-¡Que te vaya bien...!
Mi despedida no estaba a tono con el momento, pero en esta difícil situación, no sabia lo que
hacia o decía, estaba aturdido.
Corría por la cárcel una versión, la de que Luis les había hablado a los que formaban el
pelotón y había gritado:
-¡Viva la Unión Soviética!”
La muerte de Luis García es una más de las muchas que separaron para siempre a familias
enteras por militar en campos opuestos. Si en Villamalea no existieron nunca tensiones violentas, la
postguerra abrió una brecha difícil de cerrar. La violencia de los vencedores supuso lo inimaginable
hasta entonces. Uno de los vecinos republicanos se preguntaba: “¿Pero hubo vencedores? El gran
derrotado fue el pueblo español: obreros, campesinos, intelectuales... no importa en el bando en
que combatiese...”.
El caso de la familia García: dos fusilados. Uno de cada bando. Ambas muertes inútiles y sin
sentido. Lejos de ser políticas, fueron dramas familiares, ajenos -como en tantos casos- a lo que se
debatía en la contienda. “Después de fusilar a mi hermano Luis, aún vino la hermana de mi padre
con ganas de incordiar: que sí le estaba merecido, que si esto y lo otro. Mi padre la echó de casa.
Desde ese momento no nos hablamos jamás”.
III.- La postguerra en Villamalea.1939-1951
137
DOCUMENTO
El testamento político de Luis García.
Luis García, convencido bolchevique y militante pro
soviético, defendió a la URSS hasta el final. Pocas horas entes de
ser fusilado, escribió a mano estas notas, que entregó a Juan
Soriano, el cual las cosió a su chaqueta y las entregó a la familia al
salir de prisión:
"En capilla, madrugada del 10 de abril de 1940:
La situación del terror, el más furioso que reconoce la
historia de la Humanidad, por que atraviesa nuestro pueblo, es la consecuencia de
nuestros errores pasados y de la traición de una pandilla de bandoleros, que se
llaman amigos del pueblo.
En esta derrota vosotros, camaradas, debéis forjar de nuevo y de modo más
elevado las armas que dentro de poco -uno, dos años-, habréis de emplear en la lucha
decisiva contra el explotador.
Nuestros enemigos no terminan en el caciquismo del pueblo; no acaban con el
fascismo nacional; llegan mucho más lejos, puesto que alcanzan igualmente a los
Imperialismos llamados fascistas, como a los llamados democráticos.
Vuestra guía ha de ser la estrella de cinco puntas, roja como nuestra sangre,
cuya expresión concreta esté determinada por la revolución bolchevique de la
U.R.S.S. y por la solidaridad internacional del proletariado revolucionario.
Camaradas, yo moriré dentro de un rato, moriremos centenares, miles de
revolucionarios. Os hacemos depositarios de nuestra fe.
¡Viva la revolución!
¡Viva la solidaridad internacional!
¡Viva el comunismo!
Luis García López.
Poco después escribía otra nota que decía así:
“Dentro de unas horas voy a morir. Voy sereno y alegre por que si mi cuerpo va
a caer, no podrán fusilar a la Idea. Vosotros, camaradas, estáis encargados de
conducir a la victoria revolucionaria a nuestro pueblo, en ésta lucha intransigente y
definitiva contra el capitalismo mundial, y contra su expresión más feroz, el fascismo
español. Os esperan jornadas duras, pero gloriosas. ¡Disciplina revolucionaría!
¡Unidad! ¡Viva el Comunismo! ¡Viva la IIIª Internacional!
Luis García López”.7
7
Archivo de la familia García, cedido en 1976 al autor por Ana García.
138
Benito Sanz Díaz
Adolf Hitler y Benito Mussolini apoyarían la sublevación militar contra la Republica democrática. El régimen del general
Franco devolvería el apoyo obtenido por la Alemania nazi y la Italia fascista durante la IIª Guerra Mundial. En la foto, el
general Franco con Adolf Hitler y Benito Mussolini, sus aliados.
La España del general Franco se
queda aislada y sin aliados. La
capitulación de la Alemania nazi
y la Italia fascista.
5
Mussolini junto
a su amante
Clara Petacci colgados
por los partisanos
antifascistas en la
piazzele Loreto
de Milán,
en 1945
5
Los soviéticos entran en Berlín. Es el fin de Hitler
y el nazismo .
El canciller Adolf Hitler se
suicidaría en su búnker de Berlín
el 30 de abril de 1945. Ocho días
después Alemania capitula. Los
soviéticos entran en Berlín y
hacen ondear la bandera de la
URSS en el Reichtag.Los
partisanos italianos detienen a
Mussolini cuando huía, y lo
cuelgan en la piazzele Loreto de
Milán en 1945, junto a su amante
Clara Petacci y otros fascistas. La
dictadura del general Franco se ha
quedado sin aliados, y la
oposición republicana espera que
los aliados invadan España y
hagan caer al régimen fascista que
ha luchado contra loas aliados
junto a Hitler y Mussolini. Pero
los aliados no intervendrán, pues
poco después se ha iniciado una
nueva guerra: la guerra fría. El
general Franco se ha quedado
aislado en un mundo en el que han
desaparecido las dictaduras nazi
fascistas de Europa. Pero aun
permanecerá tres décadas en el
poder, y morirá en la cama.
III.- La postguerra en Villamalea.1939-1951
139
Himmler, jefe de la GESTAPO nazi y
Serrano Suñer, ministro de Asuntos
Exteriores de la dictadura
La identificación y apoyo mutuo entre la
Alemania nazi, la Italia fascista y la
dictadura salazarista portuguesa estaría
presente en los primeros años de la IIª
Guerra Mundial.
Franco apoyó la Alemania nazi enviando
la División Azul al frente ruso. Al
producirse el giro bélico de declive de las
dictaduras nazi-fascistas –1943-, el
general Franco se distanció de las
potencias del Eje, y se aisló durante casi
dos décadas.
En la foto, cartel de propaganda a favor
del Eje, y el ministro de Asuntos
Exteriores Serrano Suñer, el cuñadisimo,
en una visita a Alemania, junto a
Himmler, jefe de la GESTAPO alemana
.
...Dios suscitó como enviado del cielo al Caudillo invencible, lo empeñó en una nueva y sagrada cruzada..
La iglesia será uno de los
apoyos y aliados claves del
levantamiento militar
antirrepublicano de julio de
1936, hasta tal punto de
calificarlo como "cruzada".
Tras el triunfo de las tropas
franquistas, la Iglesia será
uno de los sectores de la
nueva jerarquía del régimen,
y parte importante de su
soporte ideológico.
En la foto, el cardenal Pla i
Deniel, y el general Franco
en Burgos.
Los gobiernos y el poder
durante la dictadura estarían
condicionados por militares,
que ocuparían ministerios y
puestos claves. En la ultima
etapa el almirante Luis
Carrero Blanco seria el
numero dos del régimen,
llegando a ser presidente de
Gobierno.
140
Benito Sanz Díaz
DOCUMENTO
El juicio a José García Fernández y Miguel Tarancón Jiménez
Más de un centenar de juicios políticos tuvieron lugar contra vecinos de Villamalea, acusados
de militar en organizaciones del Frente Popular, y ocupar cargos dirigentes. Hemos recogido
documentación sobre algunos expedientes que nos dan la línea seguida contra la izquierda local.
"Testimonio que en el proceso sumarísimo ordinario nº 7.599 de esta Auditoria...
1º.- El procesado José García Fernández, 34 años, natural y vecino de Villamalea, casado,
agricultor, de antecedentes marxistas, hasta el punto de que antes del Alzamiento Nacional
puso a un hijo suyo el nombre de Lenin, y que cuando este murió, lo enterró civilmente.
Perteneció a la UGT y al Partido Comunista, despeñando el cargo de vocal del Frente
Popular de Villamalea desde primeros de octubre del 36, a últimos de noviembre del
mismo año, durante cuyo mandato se formuló por dicho Comité Central del Frente
Popular... una denuncia contra el cabo y los guardias civiles del puesto del citado pueblo,
denuncia que tuvo consecuencias por estar uno de ellos ya encarcelado y haberse pasado
los demás a filas nacionales. Perteneció a la Junta Calificadora de desafectos y participó
en incautaciones. Según informes y la prueba testifical, el comportamiento del procesado
fue bueno y favoreció cuanto pudo a las personas de orden.
Miguel Tarancón Jiménez, de 34 años de edad, natural y vecino de Villamalea, casado,
obrero, afiliado a la UGT con anterioridad al Alzamiento. Durante el dominio rojo ingresó
el Partido Comunista, exaltó la causa marxista y perteneció a la Junta Calificadora de
Desafectos.
2º.- Que los hechos anteriormente expuestos son constitutivos de sendos delitos de auxilio a la
rebelión, del párrafo 1 del art. 240 del Código de Justicia Militar.
3º.- Que dichos delitos son responsables en concepto de autores, los procesados de acuerdo al
art. 174...
4º.- Que concurren y es de apreciar en José García Fernández la circunstancia de atenuante de
compensación de daños producidos... por falta de peligrosidad del delincuente y escasa
trascendencia de los hechos...
5º.-Que procede imponer al procesado José García Jiménez la pena de 12 años de prisión
mayor, y a Miguel Tarancón Jiménez de seis años ...
22.7.1942.”
La virulencia represiva se atenúa con los años y se hace menos brutal y primaría, más selectiva.
Vemos como los comunistas de la localidad, en sus expedientes, son acusados de marxistas, y a
renglón seguido se reconoce el ser partidarios del orden. La represión alcanzó unas proporciones y
una dureza, que encuentran su justificación en el deseo de aniquilar físicamente a la oposición
democrática española. El caso de Villamalea es uno más. Junto a la eliminación física, está la
humillación, el desprecio, el pisotear los derechos humanos más elementales. Ante Villamalea -y
España- se abría uno de los periodos más negros de la historia: le dictadura del general Franco, que
duraría hasta el 20 de noviembre de 1975.
III.- La postguerra en Villamalea.1939-1951
141
DOCUMENTO
Juicio Militar contra 22 vecinos de Villamalea por delito de auxilio a la rebelión militar
Albacete a 14 de Julio de 1941
22 vecinos de Villamalea fueron juzgados y condenados en Albacete –en uno de los juicios militares- por
delito de auxilio a la rebelión militar, aplicándoles el Código Penal Común, el Código de Justicia Militar,
Mando Declarativo del Estado de Guerra, Orden Circular de 25 de enero de 1940, Ley de Responsabilidades
Políticas, y demás disposiciones. El delito: pertenecer a partidos de izquierdas del Frente Popular. Las personas
procesadas y condenadas fueron:
Eugenio Molinero Martínez
Cesar Gómez Soriano
Pedro Sáez Nohalez
Ramón Selma Sánchez
Cipriano Escribano Pardo
Julián López López
Juan Pérez Navarro
Francisco Fernández Pérez
Miguel Moya Sáez
Martín Valera Sáez
Antonio Tabernero López
Cayetano García Gómez
Saturnino Pérez Piqueras
Anastasio Ruiz Morales
Alberto Tarancón Alarcón
Justino Parreño Gómez
Juan Caballero Serrano
Ignacio Albiar Ruiz
Constantino Descalzo Martínez
Emilio García Cuenca
Antonio Sáez García
Pedro Antonio Molina Caballero
Consejo de Guerra Permanente. Causa número 5.214.
Juzgado Militar de Justicia de Albacete
FALLAMOS:
Que debemos condenar y condenamos al procesado CESAR GOMEZ SORIANO, como autor de un delito
de Adhesión a la Rebelión Militar, sin que concurran circunstancias modificativas de la responsabilidad
criminal a la pena de TREINTA AÑOS DE PRISION MAYOR; al procesado EUGENIO MOLINERO
MARTINEZ como autor de un delito de AUXILIO A LA REBELION MILITAR, con las circunstancias
agravantes que se citan en el segundo Considerando de esta sentencia a la pena de VEINTE AÑOS DE
RECLUSION MENOR; a los procesados JULIAN LOPEZ LOPEZ, JUAN PEREZ NAVARRO, ANTONIO
TABERNERO LOPEZ Y PEDRO ANTONIO MOLINA CABALLERO como autores de un delito de AUXILIO A
LA REBELION MILITAR, sin que sean de apreciar circunstancias modificativas a la pena de CATORCE
AÑOS OCHO MESES Y UN DIA DE RECLUSION MENOR; a los procesados MIGUEL MOYA SÁEZ,
MARTIN VALERA SÁEZ, CAYETANO GARCIA GOMEZ, SATURNINO PEREZ PIQUERAS, ANASTASIO
RUIZ MORALES Y ALBERTO TARANCON ALARCON, como autores de un delito de AUXILIO A LA
REBELION MILITAR sin que concurran circunstancias modificativas a la pena de DOCE AÑOS Y UN DIA
DE PRISION MENOR, sin que concurran circunstancias modificativas a la pena de DOCE AÑOS Y UN DIA
DE PRISION MENOR al procesado IGNACIO ALBIAR RUIZ, como autor de un delito de AUXILIO A LA
REBELION MILTAR con las circunstancias atenuantes que se citan en el segundo Considerando a la pena de
OCHO AÑOS DE PRISION MAYOR a los procesados CIPRIANO ESCRIBANO PARDO, FRANCISCO
FERNANDEZ PEREZ Y CONSTANTINO DESCALZO MARTINEZ, también como un delito de AUXILIO A LA
REBELION MILITAR con las atenuantes citadas a la pena de SEIS AÑOS Y UN DIA DE PRISION MAYOR, a
los procesados EMILO GARCIA CUENCA Y ANTONIO SÁEZ GARCIA, corno autores de un delito de
AUXILIO A LA REBELION MILITAR, con los atenuantes mencionados muy cualificados a la pena de
CUATRO AÑOS DE PRISION MENOR al procesado PEDRO SÁEZ NOHALEZ, como autor de un delito de
AUXILIO A LA REBELION MILITAR con los atenuantes muy cualificados citados a la pena de DOS AÑOS
DE PRISION MENOR a los procesados JUSTINO PARREÑO GOMEZ Y JUAN CABALLERO SERRANO,
también autores de un delito de AUXILIO A LA REBELION MILITAR con las atenuantes muy cualificadas a la
pena de SEIS MESES Y UN DIA DE PRISION MENOR, para todos ellos accesorias legales correspondientes
y responsabilidad civil en cuantía indeterminada, siéndole de abono el total del tiempo en prisión preventiva
sufrida por esta causa. Y debemos absolver y absolvemos al procesado RAMON SELMA SANCHEZ, con todos
los procedimientos naturales y favorables.
ASI POR ESTA NUESTRA SENTENCIA lo pronunciamos y mandamos y firmamos.
Texto completo en anexo. Fuente: documento cedido por Vicente Molinero Borja. Villamalea, abril 2003.
142
Benito Sanz Díaz
2.- La contrarrevolución agraria.
Samuel Serrano, anarquista y fundador de la colectividad de CNT, cuenta sobre las
devoluciones de tierras de los primeros momentos de la postguerra:
"Cuando llegaron D. M. y D. Claudio, ambos médicos y gente principal de la villa, se quedaran
con todo lo que la CNT tenia almacenado, sin nada a cambio. Fue un abuso. Hacían la que querían
sin nada a cambio. Se llegaba a extremos increíbles. A un rico de Casas Ibáñez, al que hablamos
comprado varios pares de mulas, por el dinero que nos pidió -antes de que se las expropiasen-, vino
al fin de la guerra; trae dinero republicano -que ya no valía-, coge las mulas, y cuando se las va a
llevar, me encaro y la digo:
-¡Eh!¿, ¿Dónde va con esas mulas?
-Me las llevo, son mías.
¿-¿Cómo que son suyas? Se las compramos por lo que nos pidió, y pagamos.
-Ahí tienes el dinero que me diste -y me da unos billetes republicanos ya sin valor-.
-Ese dinero ya no vale, y cuando se lo dimos era legal, valía.
Se puso a gruñir y a insultarme.
-Rojo, ladrón, revolucionario, esto no se queda así.
Fuimos al Ayuntamiento con el caso, y por el camino me iba diciendo perrerías. Fue peor el
remedio que la enfermedad. No solo nos quedamos sin mulas, sino que al verme D. M., que era
alcalde, me grita:
- Ladrón, tenía una navaja de afeitar en casa y me la robasteis los de la CNT.
-Yo ladrón -la agarré del cuello-¡Canalla, a mí no me dices ladrón!
Si no me sujetan lo ahogo.
-De esta te vas a acordar. El encierro te bajará los humos.
Tres años me tiré en la cárcel. Después, por un registro en el que me encontraron libros de la
Republica, me volvieron a encarcelar".
Arbitrariedades de este tipo son corrientes en los primeros meses. No hay ley que proteja. Los
que se oponen son más duramente reprimidos y apaleados. La arbitrariedad es la ley. Si durante los
breves años de la Republica los jornaleros y pequeños campesinos habían comenzado a defender sus
intereses frente a los patronos, gracias a la UGT -de afiliación masiva entre los vecinos- y la bolsa
de trabajo, todos estos avances se perdieron, y sus dirigentes fueron perseguidos. Se prohíben
partidos y sindicatos. Tan solo FET y de las JONS es legal. Con el nuevo régimen era imposible
reivindicación alguna. La doctrina oficial negaba la lucha de clases, patronos y obreros debían
hermanarse en el mismo sindicato vertical, que corporativamente los defendía a ambos.
Se dieron varios casos de pequeños campesinos que habían obtenido tierras expropiadas, y no
solo se vieron obligados a devolver las expropiadas, sino que perdieron las que siempre habían sido
suyas. Su delito: haber apoyado al Frente Popular, lo cual invalidaba cualquier denuncia; se dieron
casos de denuncias que se volvían contra el denunciante, que iban a parar a la cárcel, ya que era
acusado de hechos falsos, con el fin de consolidar la expropiación.
La inexistencia de sindicatos dejaba la mano libre al propietario, que fijaba los salarios de
hambre, para compensarse de las "perdidas" de la guerra. En los primeros meses de la postguerra, se
llegó a obligar a trabajar gratis, recibiendo por ello tan solo un pan. Cuenta Eladio Bueno que
cuando salió de la cárcel le ocurrió lo siguiente:
"No podías quejarte. A la menor ocasión tenias encima la letanía de “cállate rojo, que no
tienes derecho ni a comer”, y cosas por el estilo. Como tenia que mantener a la familia, buscaba
trabajo, sin encontrarlo. Un día me llamó un patrón, D. M.
-¿Quieres trabajar haciendo hoyos para viña en un campo que quiero plantar?
- Sí. ¿Cuanto jornal me da?
-6 pesetas y un Kg. de pan.
-Si no me lo da hoy no puedo ir. No tengo ni fuerzas, pues no he comido desde hace tres días.
-No te preocupes, mañana te lo llevan al tajo.
III.- La postguerra en Villamalea.1939-1951
143
Con más hambre que un traspellao, cogí la azada, y sin fuerzas me puse a cavar hoyos. A las
doce llega el amo a ver como va la faena y sin el pan. Por la noche lo mismo. A ninguno de la casi
docena de los que allí estábamos, nos dio nada. Se lo dijimos:
-Mañana os lo traerán. No os preocupéis.
Y así cuatro días, y el amo sin aparecer. Nos decía que su mujer había ido a cocerlo y cosas
así. Al quinto día, no se como podíamos coger la azada. Llega el patrón a ver como va el trabajo, y
con gesto despreciativo dice:
-¡Esto va flojo. Muy lento!
-Mire Ud. -le digo- llevamos cinco días sin comer, y encima nos llama gandules. ¿Es que no ve
que no tenemos fuerzas?
-Los rojos hacéis hoyos con pan a sin él -nos dijo gritando.
-Te voy a matar -le dije con rabia- aunque sea lo ultimo que haga. ¡Canalla!
Se echó a temblar y se fue corriendo. Por la noche, un criado suyo me llevó tres panes de dos
Kg cada uno. Uno de ellos lo partí en dos y le di la mitad.
-Este trazo no es mío. Me contrató por 1 Kg. diario.
No lo quiso coger, pero lo agarré y delante de él lo tiré a la calle. Hambre sí, pero con
dignidad. Nada podía hacer. El patrón era del someten y concejal. Desde aquel día siempre iba
acompañado, por si acaso".
Hay denuncias de unos vecinos contra otros. Salen de nuevo rencores y rencillas. Se dio el caso
de un somatenista que denunció a un padre y un hijo de ser revolucionarios; cuando se los llevaron
se quedó con sus tierras y sus mulas.
-¡Ves y pide justicia!
El somatenista era un pobre diablo. Les robó... ¡Justicia!
Pronto se comprende la perdida sufrida con la desaparición de las organizaciones políticas y
sindicales: "En la Republica, la UGT nos defendía. Después todo cambió. Trabajabas por la que
querían darte y aun les parecía mucho". La contrarreforma agraria, la desaparición de los
sindicatos, los bajos salarios y el temor, son algunas de los elementos claves para que el propietario
haga una rápida acumulación. Bajos salarios y altos precios por el estraperlo crean capitales
importantes en la villa. El triunfo del franquismo ayudaba a los propietarios rurales a obtener
beneficios fáciles, que lo recompensaran con creces de tres años de Guerra Civil.
Un cambio fundamental se produce en los propietarios rurales. Si hasta la Guerra Civil, los
beneficios acumulados los invertían en la mejora de sus tierras, en la tecnificación de los cultivos, o
bien en pequeñas industrias agrarias de transformación -harina, alcohol, vino etc.-, siempre en
constantes cambios para introducir las ultimas mejoras, a partir de 1939 el comportamiento da un
giro.
El propietario tiene miedo, y no va a mejorar la agricultura ni las industrias, como en el periodo
anterior. Después del conflicto está traumatizado, inseguro; la guerra mundial, y el posible cambio
de régimen le crea incertidumbre. Guarda el dinero en bancos, o lo invierte en acciones o valores.
Tan solo destina al campo lo mínimo para mantener lo que tiene. Por otro lado, la mano de obra
barata no es estimulo para invertir en maquinaria. Las consecuencias del fin de la guerra son
dolorosas. El hambre asola la nación. Florece el mercado negro, el estraperlo...
144
Benito Sanz Díaz
3.- Hambre y estraperlo.
Consecuencia de una guerra de 3 años, España tuvo que sufrir racionamientos, hambre y
escasez. Durante el conflicto, Villamalea pasó estrecheces, pero no hambre. A partir de 1939
conocerá de nuevo el fantasma del hambre, olvidada durante las ultimas décadas.8
Cuenta un campesino, con socarronería: “A veces, hablando con amigos, me decían: “¿Te
acuerdas del año del hambre? (1941), y yo sonriendo les pregunto: ¿Y cual es ese año? ¡Hubo
tantos!” El racionamiento y el hambre serán las constantes de la vida local. Cartillas de
racionamiento, cupones, vales para el pan o cualquier producto, es algo normal hasta la década de
los 50. Los protagonistas de este historia -los vecinos de Villamalea- cuentan sus vivencias y
recuerdos de unos años aún próximos que desean olvidar.
"Todo estaba intervenido. Con las cartillas y los cupones hacíamos colas interminables. Todo
estaba racionado. Venían los camiones de Albacete, y la primera parada era en el Ayuntamiento, o
en casa del alcalde, que hacía estraperlo. Hubo mucho nuevo rico por el entonces. Un Kg de azúcar
o un litro de aceite valía casi 50 Ptas. en el mercado negro. Las colas empezaban de madrugada, y
muchas veces no llegaba para todos. Primero despachaban a los de Falange y el somatén, luego a
los demás. La manipulación de las cartillas era frecuente”. Una vecina cuya familia tenia tienda
recuerda que: "Pasábamos hambre a espuertas. Teníamos que hacer mil pillerías para comer, y eso
que teníamos tienda. Los fideos los hacíamos nosotros, y al despacharlos estaban mojados para que
pesasen más. La gente protestaba:
-Pero mujer, sí es que los acabamos de hacer, si quieres vuelve mañana que estarán secos.
Y se los llevaban. Vendíamos harina de beza, algarroba, maíz y cebada. ¡Entonces era gloría,
no hacíamos ascos! Hoy, ni los gorrinos la quieren. Cuantas veces te dabas la vuelta despechando,
y un hombre metía la mano en la lata del escabeche y se comía un trozo. ¿Y qué le dices? ¡Si
arrastraban hambre de días!”
Estas anécdotas ilustran el ambiente del momento. Las mujeres que estaban al otro lado del
mostrador cuentan historias similares. Colas, fraude en el peso, arbitrariedad y abuso. "A un
hortelano que trajo a vender dos gorrinos, criados con mil sudores, se los decomisó el
Ayuntamiento, y entre los que allí trabajaban se los comieron. El hortelano estaba desesperado”.
Seria prolijo repetir historias similares. Los mas afectadas serán los de siempre: las clases
populares, condenadas a la miseria más espantosa. Solo los propietarios fuertes vivirán con holgura.
Decir que la postguerra es época de hambre es un tópico, un lugar común. ¿Pero que siente el que la
padece, que hace para acallarla, que secuelas trae el hambre? Un par de casos.
"En 1939 tenia 7 años -cuenta Julián Serrano-. Un mes fui a la escuela. Tenia tres hermanos
pequeños. Al acabar la guerra, mis padres y dos tíos fueron a la cárcel por ser de la CNT. Nos
quedamos 4 hermanos, y yo era el mayor Un tío mío, herrero, nos ayudó, pero murió pronto de
tuberculosis. Vivíamos en un tejar, sin agua, luz, ni nada... aquello era un corral en ruinas. Por las
noches cogíamos esparto del monte publico y lo vendíamos. Cuando pasábamos por las huertas,
agarrábamos lo que podíamos. Me puse a trabajar en casa del boticario, y los perros que tenia
comían más que yo. Todos los días les daba un tazón de leche, cocido y unas magdalenas duras. Me
bebía la leche y les echaba agua. Del cocido dejaba los huesos, y de las magdalenas les dejaba la
mitad. Así comía; duré tres semanas. El boticario me llama y me dice:
-Julián, parece que los perros están muy flacos.
8
La agricultura de España, de 1939 a 1951, conocerá un periodo recesivo, estancamiento y reducción de la producción. De
1941 a 1945, la producción descenderá en un 25% con respecto el periodo republicano de 1931-1935. Ros Hombravella
señala que las causas del desastre agrícola se han imputado tradicionalmente a tres causas: las dificultades de importar
maquinaria agrícola, a la falta de abonos y a la adversa climatología, explicando estos factores solo parcialmente la
realidad. El nuevo marco surgido de la contienda es decisivo en el descenso de la producción agraria. La ocultación de
superficie y producción constituyen claros síntomas de fraude, que se destinan al mercado negro. Por otra parte la estructura
intervencionista del Estado, desorientaba y desajustaba la oferta. Simultáneamente, la población activa del sector primario
aumenta llegando al 50%. La gente va al campo para paliar el hambre; la burocracia consecuencia de la intervención,
agudizaba la ya de por sí difícil y precaria situación. La disminución de la producción de trigo fue la siguiente: Base = 1900
= 100; 1931-35 = 128; 1941-45 = 72,2.
III.- La postguerra en Villamalea.1939-1951
145
-Debe ser que no comen bastante -le contesté.
A los dos días se dio cuenta y me echó”.
"A los dos años tuve polio y me quedé invalido –cuenta Augusto, jornalero-. Mi madre estaba
enferma y yo tenia que cargar leña, que pesaba más que yo, para poder comer. A cambio del
trabajo, daban un poca de grasa o harina ¿Hambre? ¡A montones! En mi barrio los chavales
morían de anemia. Un vecino se comió el sebo que se ponía a los ejes de los carros para que giren
bien y casi se ahoga."
El robo es algo habitual. Es una simple cuestión de supervivencia. De ahí que la represión
contra el robo fuese muy fuerte. El castigo al que cogían robando era pelarlo al cero y colgarle un
cartel que decía: "Por ladrón y ratero, así me veo”, y lo exponían en el balcón del Ayuntamiento.
Otras veces le untaban miel en la cabeza y lo paseaban por las calles.
No había trabajo. Trabajar de sol a sol, por poco jornal, era un privilegio. “La mula que llevaba
comía mejor que yo”. El vagabundeo era continuo. Se recorrían los campos en busca de que hurtar.
Se dio él casa de que se reunieron varios parias medio muertos de hambre y robaron una cabra.
Cuando el pastor fue a por ella, le decían: "Nos tendrás que llevar a nosotros, la llevamos dentro".
La persecución de la Guardia Civil era vana. La única solución era el poder comer, y eso era difícil
para muchos.
El hambre se cebaba en unos barrios más que en otros. El llamado "Barrio gitano", recibía tal
nombre "no por que en él viviesen gitanos, sino por que allí se vivía peor que gitanos”. El índice de
tuberculosis era allí más elevado. Algunos relatos tienen connotaciones kafkianas. “¡Que difícil es
ver cavando a un manco! Pues había un vecino que perdió un brazo en guerra, y por ser rojo se
encontraba desamparado, y tenia que darle a la azada para mantenerse. Peor era aquel que perdió
las piernas, y hacía de todo: cavar, coger azafrán, sermentar... al final se casó y emigró a Valencia.
Lo pasó muy mal aquel hombre".
Los rasgos de humor socarrón no están ausentes en la vida cotidiana. Cuentan: “Íbamos a la
plaza y nos preguntábamos:
-¿Has comido ya?
-Sí. ¿Y Ud.?
-También.
Ambos sabíamos que no habíamos probado bocado, pero el orgullo y la dignidad de pobres no
lo perdíamos. Aun era más gracioso aquel que llegaba al bar de Botones, muy serio él, y decía para
que todos lo oyésemos:
-¡Dame un vaso de agua bien grande, que me acabo de comer un arroz con pollo, que me ha
dejado una sed enorme!
Lo hacía para dar envidia, aunque daba poca, pues todos sabíamos que era mentira. Era mala
leche y ganas de fastidiar".
Naturalmente, el hambre arrastraba sus secuelas: mendicidad, falta de higiene, vivir hacinados
en chozas o en medio del campo, analfabetismo, etc. La tuberculosis causó grandes estragos. “Era
contagiosa. Veías a la gente desmayarse en la calle, con los pies hinchados, y decíamos: a ese le
queda poco, y agonizaba entre la impotencia de sus familiares. Murió mucha gente; veías La
Requenense -la línea de autobús con Albacete- llena de enfermos, todo amarillos, con el pulmón
destrozado. Duraban poco”.
La España de la época vivió una situación irrepetible. En Villamalea aún dicen que el hambre
era clasista. "Solo comían bien los ricos y los del Ayuntamiento". Había dos tipos de pan: el pan de
rico -hecho de harina de trigo, sin mezclas y bien cocido-, y el pan de pobre -mal cocido, con
cáscaras y mezcla de harinas de guija, beza, etc. “Hoy se los das a los cerdos y no lo quieren. Pero
entonces, con el hambre que había era gloria”. Las posibilidades de no pasar hambre eran escasas,
las de emigrar nulas -hasta los años 60-. Se dieron muchas "tierras a medias” en condiciones mucho
más duras que en la etapa precedente, alcanzándose situaciones grotescas. La necesidad de aumentar
la producción -para el estraperlo- animaba a ello.
146
Benito Sanz Díaz
Como emergencia cotidiana se recurría a la Derrubiada. Había pasado la época frentepopulista,
en la que se podía disponer de los bienes de propios sin problemas. La Guardia Civil y los forestales
volvían a controlar, con la de que eran más estrictos por el maquis.
El léxico local se enriquece con nuevos términos. De la época data el termino "lunero", que
designaba a los que salían al monte con la luna, para mejor escabullirse de la vigilancia. "Además, si
le dabas un trancazo a alguno, no te descubrían; por la noche todos los gatos son pardos".
Otra forma de sacar algo era sermentar la viña. Después de recoger la uva, hay que quitar la
leña seca de la cepa, sermentar. Tradicionalmente se pagaban unos jornales por el trabajo. En esta
época se hacía gratis a cambio de la leña. "Encima que trabajabas gratis, les tenías que estar
agradecidos”. Otras veces se iba a "la dula”, que consistía en recoger las espigas que queda
después de la siega. En esta época se prohibió ir a "la dula", poniendo guardas, para evitar que se
robase la mies recogida. “Se permitía bajo vigilancia. Incluso el amo se quedaba con parte de la
que recogíamos, después de deslomarnos desde la madrugada. Luego las vendíamos -a veces al
dueño del campo-, y comprábamos guijas, beza y otras cosas para comer".
Un poco de gastronomía popular de postguerra. Una serie de platos caracterizan las comidas
de un sector de la población. Las guijas (almortas), que les valió a los vecinos de Villamalea -entre
los pueblos del contorno- el apodo de "guijosos", por la miseria que ello representaba. Muchos
fueron los que enfermaron de latirismo y murieron. Las guijas era un alimento para el ganado,
produciendo su ingestión en cantidades y continuidad importantes intoxicaciones y lesiones
neurológicas, invalidez y parálisis, todo ello de difícil curación, por la falta de medicinas -y
alimentos con que sustituir las guijas-. Con cierto humor, se comenta que habría que hacer un
monumento a la guija, ya que ayudo a sobrevivir a los vecinos, si bien produjo en muchas
deformaciones y enfermedades crónicas. Con harina de guija se hacía un sabroso plato de “cachulí”,
masa pastosa, como gachas. “Parecíamos niños de Biafra, con grandes estómagos hinchados.
Nunca supe si aquello alimentaba algo, pero lo que es el estomago, parecía un bombo".
Tortas de cebada, pan de mincho (harina de maíz), beza y bellotas, eran otras variedades
culinarias del lugar. En otras ocasiones se freían las brevas, o hacían gazpacho de “ababoles” amapolas tiernas-, a las que poníamos aceite cuando había- y sal, para quitarles el sabor fuerte que
tenían. Altramuces, alfalfa -cocida o frita-, espárragos de Tamarilla, etc., eran otros de los manjares
del lugar.
Menú de día grande eran las "gachas-miga" -harinas de diversa procedencia, agua, sal y grasa
de cerdo-, collejas con arroz trigo escascarao o de "puchero" -con hierba santa para darle olor y
sabor-, piñones, etc. "¡El hambre que pasaríamos, que he visto comerse la cebolla del azafrán! Hice
la prueba de comerme una y casi me muero del dolor de tripas que me dio. Los veía comérselas y
hacer interminables digestiones. Era mejor el hambre. Cuando nos dimos cuenta que había gatos,
tardaron días en desaparecer. Nos veías con un saco recorriendo el pueblo, pero no había más".
Otras veces, el hambre venía rodeada de cierto misticismo y apariciones. Cuentan de un vecino
que iba por la calle hablando solo, y decía que hablaba con su padre -el cual había muerto años
antes-. Se sentaba, y se ponía a hablar con Díos, los santos y toda la corte celestial. “Le dijimos al
cura que había un iluminado de Dios, y este, que era mas largo que un real de hilo, le dio durante
unos días un par de panes, y aquel vecino dejó de delirar. El hambre nos hacía ver visiones, y es
que soñábamos con rollos de pan".
El estraperlo en Villamalea. Intervencionismo, control de precios, cartillas de racionamiento
etc., hacen florecer un potente mercado negro en nuestra postguerra. El campo es de nuevo polo de
atracción. Es allí donde se produce y se oculta la producción que engrasa los canales del estraperlo,
especulando con las necesidades de una población famélica.
En Villamalea comienza el estraperlo en 1941: trigo y aceite son los principales productos.
Cerca de docena y media de vecinos se dedican a tan lucrativo negocio a lo largo de los años 40.
"No había trabajo -cuenta uno de los estraperlistas- y cuando lo había te daban 6 ó 7 Ptas. al
día. Un Kg. de pan costaba 2 duros. ¿Cómo podíamos vivir? Tuve suerte de poder hacer estraperlo,
III.- La postguerra en Villamalea.1939-1951
147
consiguiendo que me prestasen un poco de dinero para empezar. Los propietarios fuertes
estraperleaban sin problemas. Nos vendían los productos muy caros y pasábamos por el tubo.
Teníamos que hacerlo casi todos los días, pues se sacaba poco margen".
“Mi padre compró un horno y estaba sin un duro. Me dijo un día: Hijo mío, con una mulilla y
el carro hay que salir adelante. Y empecé el negocio. Como era joven, el riesgo me daba igual. Era
peligroso por si nos confundían con guerrilleros. La cárcel no me preocupaba, peor no podíamos
estar. Todos los días cargaba cerca de 1.000 Kg, quedándome dos reales el Kg. Teniendo en cuenta
el pienso de alimentar la mula, riesgos de confiscación, etc, no era tan rentable como parecía. El
negocio nuestro estaba en la arena, que cerníamos y mezclábamos con la harina. A menudo el
comprador abría el saco y llegaba a encontrar piedras. Pero los que estraperleábamos de continuo
lo hacíamos con honradez, pues preferíamos seguridad".
Virgilio Tarancón, estraperlista.
Cuentan en Villamalea la historia de Virgilio Tarancón, conocido estraperlista, que cargaba a sus espaldas
50 y 60 Kg de trigo, y recorría cerca de 50 Km. por día. Tal era el peso, que sobre los hombros llevaba marcado
una cicatriz producida por el peso de las cuerdas con que se ataba el cargamento. Lo impulsaba la necesidad,
siendo protegido por la Guardia Civil, que hacia la vista gorda a su paso. De todos era conocido que no lo
animaba el deseo de lucro o beneficio, sino su propia situación económica.
En las fotos Virgilio Tarancón, estraperlista en los años 40, en 1976. En la foto de la derecha Virgilio Tarancón junto
con su hermano y el autor. Fotos BS. 1976.
El transporte se hacia en mulas o carros, y a veces al hombro. Se transitaba de noche por
caminos poco frecuentados, para eludir a la Guardia Civil. Durante horas recorrían kilómetros de
senderos hacia lugares en los que esperaban los camiones. “Alguna vez vi llegar a la Guardia Civil
en los camiones de los estraperlistas, y me asusté, casi salgo corriendo, pero solo protegían el
negocio. En dos años seguidos, solo una vez me quitaron el genero, y pagué 10.000 Ptas. de multa.
Mi padre me dijo: hay que ganárselos, si no, nos arruinan. Pero salía muy caro. Les tenias que
llevar todas las semanas, a todos, sino cuando estaban de servicio te pulían. Pero más cara salía la
detención. ¿Que ibas a hacer? Sabían cuando iba yo, y procuraban no verme. Una vez detuvieron a
un amigo, pero no lo denunciaron. Se daban cuenta de como estaba la vida. Habían entre ellos
148
Benito Sanz Díaz
buena gente. Además lo pasaban mal. El hambre era para todos. Eso sí, nunca aceptaban dinero,
solo comida: un pernil, harina, etc.”.
El canje lo hacían en Vadocañas, junto al puente romano donde confluyen Cuenca, Valencia y
Albacete. “Allí llegaban los camiones y se hacia el cambio. Había un viejo molino para el trigo,
que de la molienda solo cobraba un 5 o un 10%, cuando en el pueblo te sacaban un riñón”. Era
corriente la detención de determinados individuos por la Guardia Civil. En esos casos era normal
decomisar el cargamento. “Con la aparición del maquis, el estraperlo dejó de ser seguro, pues
estaban a la que saltaba".
Eladio Bueno cuenta que intentó hacer estraperlo, pero por haber sido comunista no lo dejaban
tranquilo. “Lo llevaba en bici y luego en un carro que alquilé: Me agarraron cinco veces a mil
Ptas. de multas cada vez. Lo tuve que dejar por rojo, pues perdía dinero." A los listillos del lugar y
principiantes, les solía salir mal el negocio. Tratando de evitar la Guardia Civil, caían en peores
manos. Venían en camiones por la noche a las afueras del pueblo, y los pequeños campesinos que
tan solo tenían unos cientos o miles de kilos, los engañaban. "A mi vecino, que consiguió acumular
7.000 Kg., le ofrecieron hacer mercado negro. El pobre vió el cielo abierto. Pensó que se haría de
oro por lo que le ofrecían. Sacó con gran cautela una noche su trigo en un carro a las afueras del
pueblo, y lo cargaron en un camión. A la hora de cobrar, le sacaron una pistola y se largaron sin
pagarlo. Casi se muere del disgusto. No podía denunciarlo, pues sino encima lo multaban. La gente
se espabilaba mucho, y a los advenedizos en el negocio se las daban como querían". El estraperlo
era común con trigo, aceite, ganado, etc. Los vecinos robados -por vergüenza- no lo decían-,
cayendo otros vecinos en la misma treta.
No todos se ocultaban para hacer estraperlo. Cuenta "El Berna”, que vió a Enrique Tevar -uno
de los ricos del lugar- estraperleando, y se fue al cuartel a denunciarlo. "Se lo dije el cabo. Me mira,
saca papel tranquilamente y se pone a apuntarlo. Veo que le está dando largas. Me hacia una y
otra vez la misma pregunta. Yo venga a decirle que viniese a verlo. Me eché a temblar. Sí se iba me
acusaría de mentiroso y me darían una paliza. Lo agarre de la pechera, y casi me lo llevo rastras.
Por denunciarlo me creé problemas. Estuve a punto de robar un fusil irme al maquis. Los tiempos
no eran para menos. Venia de lejos el lío. Una vez vino un guardia a mí casa y me dice que firme
para felicitar a Franco. ¿Pero esto es voluntario? Sí. Pues entonces no firmo. Me llamaron al
cuartel.
-¿Por qué no quiere firmar?
-Por que es voluntario y no le tengo nada que agradecer a ese señor.
-¿Cómo se atreve?, ¿Sabe de quien está hablando?
-Mire Ud., estoy parado. No tengo de que comer, y no me dan trabajo. ¿Me dá el trabajo?
¡No!, pues no sé de que le tengo que estar agradecido.
Y no firmé. Pero me tenían “enfilaó”, y me creaban problemas a toda hora. Pero, ¿qué tenia
que perder?”
Junto a este tipo de estraperlo había otro más popular y masivo, si bien ocasional. "Mi madre y
su vecina -que estaban muy delgadas- se hacían delantales dobles. El de abajo eran bolsas y las
llenaban de harina y cosas. El de encima era para disimular. Iban a Valencia y parecían gordas.
Allí lo cambiaban y traían otras cosa". Los métodos eran ingeniosos y ocurrentes: garrafones con
doble fondo, camuflaje bajo los arreos de la mula, etc.
III.- La postguerra en Villamalea.1939-1951
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Más allá de la utopía: Agrupación
4.- La guerrilla. El Manco de la Pesquera
Guerrillera de Levante.
y la Agrupación Guerrillera de Levante
(AGLA).
La Universidad de Castilla-La Mancha reeditó en
La situación política en Villamalea será
2002 "Más allá de la utopía: Agrupación
difícil para las organizaciones políticas que han
Guerrillera de Levante", enriquecida con nuevas
pasado a la clandestinidad. La única organización
aportaciones documentales de altísimo interés,
que levanta cabeza es el PCE. El hecho de que la
consolida un modo de entender la historiografía y,
guerra la hubiese pasado en la retaguardia
lo que es aún más importante, la historia y la
sociedad. Continúa sorprendiendo en esta obra el
republicana, había favorecido la pervivencia de la
protagonismo dado a las fuentes orales, así como la
ideología de clase. La estructura de los partidos
potencia explicativa y esclarecedora de esas fuentes
permanecía, aunque fuese ilegal. Los anarquistas
desde el punto de vista humano, cotidiano y
hacen intentos de reagruparse sin éxito, debido a
cualitativo. Cada testimonio es en sí mismo un
su escaso numero. Solo los comunistas están
documento precioso, una lucha contra el tiempo, y,
acostumbrados al trabajo político clandestino. El
en el caso de los guerrilleros, una oportunidad única
resto de las organizaciones se desintegra.
de dar la voz a los sin voz. Pero el libro de
"Al salir de la cárcel -cuenta Sebastián
Fernando Romeu no es sólo -con ser mucho- una
Pérez, comandante comunista del 5º Regimientorecopilación de los recuerdos, vivencias y opiniones
de una de las varias agrupaciones guerrilleras que
empezamos a tantear a los antiguos camaradas,
desarrollaron su actividad armada de resistencia
pero tenían miedo a las palizas, a la continua
antifascista.
El esfuerzo investigador de la autora,
vigilancia, al hambre y a la brutal represión que
igualmente
meritorio
(y en ocasiones casi heroico),
nos deshacía. La vigilancia de la Guardia Civil,
se extiende también el análisis de fuentes
el somatén y las derechas nos ponía la situación
secundarias; concretamente a los archivos del
difícil. Aún así conseguimos formar tres células.
Comité Central del PCE, de la Guardia Civil y del
Solo estábamos los veteranos de la guerra,
Archivo Histórico Provincial de Teruel. De todos ha
gentes dispuestas a seguir la lucha. No había
rescatado importantes documentos que se incluyen
mes que no tirásemos dos hojas clandestinas, con
en esta nueva edición. Fernando Romeu maneja con
maestría y rigor metodológico toda esa variedad de
el fin de mantener la moral del pueblo.
materiales, con una gran perspicacia interpretativa y
Empezamos a acercarnos a los jóvenes, pero con
un estilo narrativo apasionante y apasionado.
mucha cautela. Cualquier fallo nos costaba la
Más allá de la utopía: Agrupación Guerrillera de
cárcel, y con mala suerte, te fusilaban".
Levante. Fernanda Romeu Alfaro. Colección
Son muchos los que no se reintegran al PCE.
Almud. Universidad de Castilla-La Mancha. 2002.
Sin embargo colaboran con dinero, información y
otras ayudas. La actividad política se reduce a las
reuniones clandestinas, pasar información y
mantener el espíritu de lucha. Se siembran
rumores, se ayudan entre ellos, colaboran al
mantenimiento de las familias de los presos, etc.
Hacia 1945, el PCE aglutinaba 16 militantes en
tres células. Muchos habían salido de la cárcel, donde la organización era más fuerte, y llevaban
consignas, contactos, y relaciones con gentes que habían pertenecido a la organización.
Algunos vecinos de la zona andaban huidos por los montes, para evitar la cárcel o la muerte.
Eran grupos pequeños, sin conexiones ni organización. Poco después comienza a actuar en la zona
Basilio Serrano, conocido como el Manco de la Pesquera, que pertenecía a la Agrupación
Guerrillera de Levante.9
9
La Agrupación Guerrillera de Levante y Aragón –AGLA- actuó por Valencia, Cuenca, Castellón, Albacete, etc. Fue la
agrupación más importante y organizada, resistiendo más que las demás. Sus momentos de auge fueron los años 1946, 1947
y 1948. Desaparece en 1951. El AGLA estaba compuesto tanto de gentes del interior, como las venidas del exterior.
Interceptar carreteras, asaltos, secuestros, eliminación de caciques y falangistas, enfrentamientos con la Guardia Civil y el
Ejercito, etc., eran sus principales acciones. A partir de 1948 declina el AGLA. El Ejercito y la Guardia Civil los acosa. La
población se atemoriza, y las partidas guerrilleras son diezmadas. En 1950, en Santa Cruz de Moya (Cuenca), el mando del
AGLA es sorprendido y prácticamente aniquilado. Poco después, los restos de la guerrilla son evacuados a Francia.
150
Benito Sanz Díaz
El Manco de la Pesquera10 actúa en los limites de Cuenca, Albacete y Valencia. Conoce muy
bien la zona, por ser de ella, lo que le permita moverse como pez en el agua, encontrando apoyos en
la población.
Villamalea, en 1945, es un hervidero de discusiones entre los más conscientes. Hay una cierta
exaltación: el Eje Alemania - Italia - Japón, ha sido derrotado. Los aliados han derrotado al fascismo
Italiano y al nazismo alemán. “Estábamos entusiasmados. Discutíamos como iba a caer el
franquismo. Aquello tomaba auge y nacía la esperanza. Llegamos a hablar en voz alta, sin temor.
Sintonizábamos la BBC de Londres y la Pirenaica, sobre todo "La Pire"11. Las oíamos por las
noches a pesar de las interferencias. Después imprimíamos lo que oíamos en octavillas. Hubo
semanas que llegamos a perder el miedo pues creíamos que los aliados nos ayudarían a acabar con
el Régimen. Eso si, no olvidábamos la clandestinidad".
Los contactos que se tenían con Albacete desaparecen a causa de las continuas redadas. Las
octavillas y panfletos que se recibían de la capital son sustituidos por hojas escritas a maquina
(oculta en un granero). Se reproducen las noticias que se escuchan en Radio España independiente,
y en la BBC de Londres. Las hojas las metían por debajo de la puerta de los simpatizantes, o bien se
dejan en las esquinas, caminos transitados por los vecinos, etc. La Guardia Civil detenía a aquellos
que sorprendía leyendo hojas clandestinas. Desaparecidos los contactos orgánicos con Albacete,
estos se reanudan a través de la guerrilla.12
El somatén dificulta la acción de los comunistas, que son vigilados continuamente. Así, cuando
se tiran panfletos, los militantes más conocidos se encuentran en plazas y casinos, a la vista de
todos, para tener una coartada cuando sean llamados a declarar al cuartelillo de la Guardia Civil.
Las noticias de la caída del Eje anima a la izquierda y desconcierta a la derecha, la cual golpea
confusa ante la posibilidad de un cambio de régimen. Los panfletos que anuncian la caída de Hitler
en Alemania pasan de mano en mano. Es en esos momentos cuando aparece y toma contactos con el
pueblo la partida del Manco de la Pesquera.
Junto al núcleo organizado del PCE, todos ellos antiguos militantes del Frente Popular, va a
surgir de forma espontánea un grupo de jóvenes que se agrupan bajo las siglas de J. S. U. Son estos
jóvenes los primeros en entrar en contacto con la guerrilla. "Estábamos un día bañándonos en el río
Cabriel, y llegaron varios guerrilleros. Contaron la lucha que llevaban, la política contra la
dictadura y todo eso. Decidimos ayudarles y nos enseñaron a organizarnos. La mayoría teníamos
algún familiar que había estado en la cárcel, que había sido torturado, etc. Establecimos una
“estafeta”, y allí dejábamos ropa, comida y dinero. Ellos nos dejaban una nota con lo que querían;
dejaban propaganda, que tirábamos por el pueblo o por caminos de transito. Era arriesgado, pero
10
José Gross, contactó entre la dirección del PCE y la guerrilla (antes luchó en la Guerra Civil y fue guerrillero en la
URSS), cuenta en su libro "Abriendo camino. Relatos de un guerrillero comunista español", -Ebro. París. 1971-, sus
contactos con el Manco: "El Manco, al terminar nuestra Guerra Civil, se había quedado en el monte, cerca de su pueblo.
La Guardia Civil se enteró que no andaba lejos por que su mujer había parido dos hijos en ese tiempo. Además algunos
campesinos le habían visto. No era comunista, ni anarquista, ni republicano. Tenia una mentalidad muy especial. Creo que
más que guerrillero era asalta caminos, pero odiaba ferozmente al régimen franquista". Hay otras versiones sobre la
guerrilla de la zona. A. Ruiz Ayucar, en su libro "El partido Comunista, 37 años de clandestinidad" -Ed. San Martín. 1976), da la visión del bando franquista, considerando a la partida del Manco como “bandoleros”, partidas sueltas dedicadas al
bandidaje, etc. "La Guardia Civil no permanecía ociosa... el servicio más brillante tuvo lugar en el termino de la Pesquera
(Cuenca), de donde era natural “El Manco”. La detención de un desertor permitió descubrir el campamento. El 19 de
enero de 1947, 30 guardias civiles lograron aproximarse sin ser descubiertos... murieron 9 bandoleros...” Pero Basilio
Serrano “El Manco” no cae y sigue actuando. Ataca a la Guardia Civil, mata al alcalde de Santa Cruz de Moya, roban a
viajeros y agentes de la fiscalía de tasas, etc. En la misma línea ideológica está Francisco Aguado Sánchez -coronel de la
Benemérita-, y autor de “La guerrilla en España”, y "La guerrilla española en sus documentos", ambos en Ed. San Martín,
apología de la Guardia Civil. Ver también Maquis: El puño que golpeó al franquismo. La Agrupación Guerrillera de
Levante y Aragón (AGLA). Josep Sánchez Cervelló Editor. Editorial Flor de los vientos, 2003.
11
Radio España Independiente, la Pirenaica, fue la emisora exterior del PCE bajo el franquismo, y a través de ella se
difundieron consignas, comunicados, e informaciones, etc.
12
Curiosamente una de las ultimas reuniones que se habían mantenido con el comité de Albacete, la mantuvo Eugenio
Molinero, entre otros, y se habló entre otras cosas de la posibilidad de aglutinar a la oposición aprovechando la Ley de
Cooperativas de 1942. “Era interesante y había gente dispuesta, pero prevaleció el miedo a que la confundieran de
entrada con una colectividad, y que nos acusasen de rojos; al final desistimos hasta años después, en que estuvo madura la
idea", cuenta Molinero.
III.- La postguerra en Villamalea.1939-1951
151
sospechaban de los mayores, pues nosotros éramos muy jóvenes y sin antecedentes", cuenta Vicente
Molinero.
Las continuas apariciones de propaganda alteraron la vida cotidiana y el control se hizo más
estricto, sobre todo para aquellos que habían pertenecido al Frente Popular. No es la derecha solo la
que se inquieta, también los comunistas se sorprenden, pues creen que son los únicos que están
organizados. Se tira propaganda de su partido y no son ellos, además se difunden noticias que ellos
desconocen. Los del PCE se movilizan para ver el origen de la difusión: “Nos distribuimos por el
pueblo para ver quien hacia movimientos sospechosos. Pronto supimos que eran los jóvenes. Cual
no sería mi sorpresa al descubrir que uno de ellos era mí hijo -cuenta Eugenio Molinero-. Le digo
un día:
-Pero oye, ¿no eres tú de esos que tiran hojas comunistas?
Al principio lo negó, pero luego me lo contó todo".
Por medio de los jóvenes del JSU, el PCE entra en contacto con la guerrilla, preparándose una
entrevista. Se contacta en el ámbito orgánico con la JSU, siendo el enlace Sebastián Pérez, antiguo
comandante del 5º Regimiento. El encuentro tiene lugar en el chozo "la Corvetera". Asiste el
Manco, junto a otro guerrillero, dos jóvenes de la JSU, y tres del PCE. Allí se acuerda la táctica a
seguir, y las formas de ayuda y colaboración con la guerrilla. También se discute la situación
política. La reunión está a punto de costar un disgusto a los militantes del PCE. Cuenta Molinero
que todos los días se tenia que presentar en el cuartelillo de la Guardia Civil, y que con motivo de la
reunión, los tres que asistieron llegaron tarde a presentarse, teniendo que dar unas explicaciones
poca creíbles, por lo que se estuvo a punto de iniciar una investigación.
A Villamalea llega continuamente propaganda, que se distribuye con profusión. Uno de los
golpes más sonados de la guerrilla en la localidad fue el rapto de la hija de Higinio, apodado "el
gitano", vecino adinerado y prestamista. Cenaron un día en su casa y le pidieron 20.000 duros para
la causa. Como se negó, se llevaron a su hija. Entregó el dinero sin dar parte a la Guardia Civil.
Ante las continuas acciones de la Guardia Civil por acabar con la guerrilla en la zona, la
población comenzó a atemorizarse. Una de las tácticas más utilizadas por Guardia Civil, y con
buenos resultados, fue la de aparentar ser guerrilleros. Aparecían en casa de algún vecino que vivía
en las afueras y allí comían y pedían dinero. Si el vecino no denunciaba inmediatamente el hecho, lo
apaleaban para atemorizar a la población. "A veces ibas a denunciarlo y te daban igual, por no
haber ido antes. Así sembraban el temor entre los hortelanos, pastores y campesinos, que a veces
no distinguían entre maquis y Guardia Civil”. La incertidumbre hace perder apoyo a la guerrilla,
que contrarrestaba el temor pagando puntualmente lo que se llevaban, lo que les daba una buena
imagen entre los vecinos.
La partida del Manco tuvo gran prestigio en la zona durante los años 1945-1948. A partir de la
fecha, el temor y el cansancio hacen mella en la población, que ve como los Aliados no ayudan al
cambio de régimen, y permanecen al margen de la democratización de España.
Después de unos años de entusiasmo, el apoyo pierde fuerza. Se ve con simpatía la acción
guerrillera, pero se la teme a causa de la represión indiscriminada que lanza la Guardia Civil. La
lucha tropieza cada vez más con dificultades.
"Un día el Manco nos pidió un plano del pueblo con la localización del cuartel, la casa de los
más ricos y cosas por el estilo. Al volver de la "estafeta" estuve a punto de darme de morros con
una pareja de la Guardia Civil. Fue un milagro que no chocase. A veces, al meter propaganda por
debajo de las puertas, entre las persianas, y sitios así, estábamos a punto de tropezarnos con los
vecinos de derechas o somatenistas. Un día me vió un amigo tirar propaganda, pero como iba
tapado con una manta no me reconoció. El tío estaba haciendo de vientre, y por estar en cuclillas
no me di cuenta de su presencia. Al día siguiente me viene y me dice que había visto a uno de los
que tiraban hojas; me asusté. ¿Quién era? No lo sé, iba tapado con una manta. Nunca le dije que
era yo".
Dada la tensión a que se somete a algunos vecinos, estos están a punto de tirarse al monte con el
maquis. Varios vecinos han contado situaciones que les hicieron estar a punto de lanzarles a la
guerrilla. Palizas, represión constante, discriminación, etc, son motivos suficientes para que algunas
152
Benito Sanz Díaz
de los vecinos de la izquierda deseen liarse la manta a la cabeza e irse a luchar en la guerrilla.
Cuenta Juan Soriano que se emborracharon P. y L. y no se les ocurrió nada más gracioso que ir al
cuartelillo y denunciarlo que le habían oído decir que se tenia que hundir la iglesia. Los padres de P.
y L., atemorizados de que la Guardia Civil diese una paliza a sus hijos por la broma de mal gusto,
acusaron también a Soriano de lo mismo. "Todos estábamos asustados; me llenaron el macuto de
comida, el suegro me dio una pistola que tenia y dinero para que me fuese con los maquis. Hasta
mí mujer estaba de acuerdo con esta decisión. ¡Cómo lo pondrían estos guardias para llegar a este
extremo!” Situaciones de este tipo están a punto de lanzar a los hombres al monte. Dos vecinos que
iban a unirse al maquis, por un chivatazo son sorprendidos y baleados en el paraje llamado “Cuco la
zorra” de Villarta. Y así varios casos.
La picaresca no está ausente. Se dieron varios casos en los que con el pretexto de apoyar a la
guerrilla se obtuvo de los vecinos dinero y alimentos, destinados a otros fines menos altruistas. "F...
pidió dinero para ayudar a la guerrilla y se lo dimos. Como era tan secreto, nadie preguntaba más.
Después de años nos enteramos de que con el dinero que había sacado le había comprado una
maquina de coser a su mujer. Algunos no tenían escrúpulos".
No solo se aprovechaban de esta forma, sino que había otras muchas. Uno de los pudientes de la
villa, T., contrataba a los mozos de mulas por unas condiciones que después no cumplía. Uno le
plantó cara y la cosa se puso tirante. "Venia este mozo de arreglar una reja en el campo y era de
noche. Para asustarle, le dispararon, y este se calló. A los pocos días le llamó el teniente de la
Guardia Civil y le acusaron de ocultar a la guerrilla.
-Nos han avisado que oíste unos tiros y no has venido a dar parte.
Le dieron una paliza de muerte y 24 horas para abandonar el termino municipal. Esos eran
métodos eficaces para acallar protestas. Los ricos no hacían caso. Se reían. Si pedíamos algo nos
decían:
-Qué humor tienes. ¿No lo dirás en serio? ¡Que cosas dices!
El que les plantaba cara, le daban 24 horas para salir del pueblo".
Los jóvenes de la JSU recibían formación política en charlas organizadas por los guerrilleros en
medio del campo. Poco después se establecería conexión entre la JSU y el PCE, pasando los jóvenes
a ser una rama del partido.
A pesar de las argucias de la Guardia Civil, la población empieza a distinguir entre los
auténticos y los falsos guerrilleros. "A mí no me la daban los guardias disfrazados de maquis. Se le
notaban detalles. Cuando lo notaba, los ponía de ladrones y forajidos, y les decía que los iba a
denunciar. Con esa me salvaba de la paliza, y al irse me faltaba el tiempo para ir al cuartelillo. Era
corriente que los falsos maquis visitasen a la gente para conocer quien los apoyaba. Pero no todos
se daban cuenta, y las palizas llovían. El autentico maquis tenía sus formas, ya que pagaban todo,
hablaban de política, te trataban bien, etc., y al irse te decían que fueras al cuartel a denunciarlo
para evitar problemas, si bien nos esperábamos un rato, para que les diese tiempo a regresar el
monte".
Pero a pesar de todo, la moral de los vecinos está minada. Los continuos movimientos de tropas,
la vigilancia cada vez más estricta, etc., hace perder las esperanzas iniciales. Los Aliados –iniciada
la Guerra Fría- no toman medidas en contra de un régimen que ha estado al lado de la Italia fascista
y la Alemania Nazi, que contrariamente a las consignas y comunicados de la oposición democrática,
no solo no se hunde, sino que da síntomas de excelente salud.
Algunas veces son los vecinos de izquierdas los que se valen de artimañas para saber quien
delata a la guerrilla y conocer a cada cual. "Dos de izquierdas se vistieron de maquis. Iban cubiertos
con mantas. Le preguntaron a un vecino que se sospechaba era confidente, que donde podían beber
agua y descansar unas horas. El campesino confidente les indicó un lugar y se fue corriendo a
denunciarlos. Entonces los otros escondieran las mantas y se pusieron a cultivar. Al poco rato, la
Guardia Civil había desplegado todas las fuerzas de la zona, y no encontró nada. Todo el mundo
decía que no había visto a nadie. Le dieron tal paliza al chivato por creer que los había engañado,
que no le quedaron ganas de denunciar a más gente".
III.- La postguerra en Villamalea.1939-1951
153
Nuevos decretos son promulgados por el Gobierno franquista para intimidar a la población que
ayuda a la guerrilla. El 3 de mayo de 1947 aparecía en el BOE el Decreto-ley para la Represión del
Bandidaje y el Terrorismo.13 El mismo año se pone en vigor leyes derogadas, como la Ley de 1887
contra secuestros, y la de 1894 contra tenencia de explosivos, que condenan a la pena de muerte a
los infractores.
La resistencia guerrillera se hace cada vez más estéril. Los guerrilleros van siendo aislados. Las
continuas batidas y perdidas humanas hacen declinar el sentido de una lucha a la que no se le ve
perspectiva. El apoyo de los campesinos y obreros se hace más difícil. La estrategia de la guerrilla
pierde sentido en la nueva situación, por lo que comienza a evacuarse a los combatientes. En este
contexto de hundimiento de la guerrilla tiene lugar la caída del apoyo guerrillero en Villamalea.
Un veterano del PCE cuenta el temor que le tenían a los jóvenes de las JSU por su
inexperiencia. "Les decían a los jóvenes del pueblo que se apuntasen a las Juventudes y que
ayudasen a las guerrillas. No guardaban la clandestinidad, y eso en un pueblo donde todo se sabe
por los espías y chivatos es peligroso".
A pesar de las posibles inconsciencias juveniles, nada sale por ese conducto. El 7 de noviembre
de 1949, la Guardia Civil sorprende a un campamento guerrillero, entre ellos el secretario de
organización del PCE y al comandante del batallón guerrillero, desarticulando el comité regional
recién llegado de Francia, y capturando dinero, armas y documentación en abundancia. Entre la
documentación capturada aparece un plano de Villamalea, donde se recoge la situación de las casas
de los propietarios pudientes, el cuartel de la Guardia Civil y otros detalles. Llega a Villamalea una
brigadilla de información de la Guardia Civil, que indaga y observa. Pronto descubre la estafeta. La
primera detención es casual, y del hilo, el ovillo.
“Llevaban varios días vigilando a los sospechosos. Fueron a casa de uno de ellos. Su suegro,
un anciano, estaba calentándose al fuego, y de espaldas a la puerta. La policía secreta entró, y le
preguntó a ver lo que caía:
-Somos los de la estafeta. ¿Está el contacto?
-Eso lo lleva mi yerno y ahora no está -les dijo el viejo sin volverse-. Sentaros que no tardará
en volver.
No tenían preparación ni cuidado. Llegó el yerno y lo detuvieron. El abuelo que se dio cuenta
de la metedura de pata, decía: ¡Ay madre, pero que he hecho yo!, y se desesperaba".
Las detenciones en la zona y en Villamalea se inician, sin que el resto de la organización se
aperciba en los primeros momento. Uno de los detenidos habla. A partir de los nombres que da,
comienzan las detenciones. En una de las casas encuentran listas de nombres, planos y otros
documentos. La falta de experiencia de los jóvenes provoca una caída masiva. Primero detienen a
los jóvenes: Vicente Molinero, Teofilo, Carfollo, y varios más.14
13
El Art. 1 de dicha Ley decía: "Los que por atentar contra la seguridad pública, atemorizar a los habitantes de una
población, realizar venganzas a represalias de carácter social o política, perturbar la tranquilidad, el orden o los servicios
públicos provocasen explosiones, incendios, naufragios, descarrilamientos, interrupción de comunicaciones o
derrumbamientos, inundaciones o voladuras o empleasen cualquier otro medio o artificio que ocasionen estragos, serán
castigados:
1.- Con la pena de muerte sí se produjese la muerte de alguna persona.
2.- Con la reclusión menor o muerte en los demás casos".
La fuerza represiva estaba compuesta por contingentes importantes. “Nuestra Bandera”, órgano del PCE dice que en 1947 la
composición de las fuerzas represivas era la siguiente: "Un ejercito regular de cerca de 800.000 hombres con cuatro
quintas movilizadas. Guardia Civil con 100.000 hombres, Policía Armada con 40.000. Policía secreta con 8.000. Servicios
especiales de Falange. Miles de somatenistas".
A pesar de la no intervención de los Aliados, estos cercaban el régimen franquista. Por eso en 1946, Franco ordenaba en una
nota confidencial que “...teniendo en cuenta la intervención de representantes diplomáticos... con motivo de algunos
juicios celebrados contra elementos detenidos por actividades comunistas contra la seguridad del Estado y buen nombre
de la patria, se hace saber que en lo sucesivo las fuerzas encargadas de la represión de actos de sabotaje y terrorismo,
aplicaran con rigor el castigo que corresponde a todo detenido con armas en la mano o convicto por actos de esta
naturaleza. No habrá pues prisioneros a menos que haya testigos sospechosos...”.
14
La lista completa esta en el anexo III.- Consejo de Guerra a 16 villamaleenses. Sentencia del Consejo de Guerra de 12 de
julio de 1954. Causa numero 2-5-51.
154
Benito Sanz Díaz
Las familias estaban asustadas. A la mayoría los detuvieron por la noche, mientras dormían. A
otros en el bar, cogiendo leña o trabajando. Son muchos los detenidos, pero la detención se centra en
12 de los jóvenes, más implicados en la guerrilla y en la organización de otros jóvenes.
"Nos dieron leña a base de bien. ¡Claro que cantamos! Nos llevaron a la brigadilla de Albacete
y nos sacudieron. Los vergajos con que nos daban encendían lumbre. Nos preguntaban quienes
eran los agitadores, quienes nos aleccionaba y nos daba la propaganda...". Tres militantes del PCE
son detenidos: Eugenio Molinero, Sebastián Pérez y Juan Antonio Navarro Martínez. Son los
conocidos por los jóvenes de las JSU detenidos, pues se reunieron con ellos en la entrevista con el
Manco de la Pesquera. Cerca de una cuarentena de detenciones se producen en pueblos limítrofes.
"Nos hicimos los tontos y los ignorantes, -cuenta Vicente Molinero-. No iban a por los jóvenes,
ni siquiera por la guerrilla, iban tras desarticular la organización del partido; eliminando la base
de apoyo de la guerrilla, acabarían con ella. Nos dieron duro, pero no dijimos ni una palabra. La
cadena de detenciones acabó en nosotros". El balance de detenidos es grande, pero solo pasaran a
juicio tres militantes del PCE y 12 jóvenes de las JSU. Los jóvenes de las JSU tenían entre 17 a 20
años. De los 12 detenidos, 10 eran hijos de represaliados políticos de la postguerra; por otra parte,
todos ellos eran de familia de jornaleros, al igual que los del PCE.
Tras la detención pasan a la cárcel de Albacete y de allí a la Prisión Celular de Valencia (26 de
enero de 1951). Juzgados por un tribunal militar en Valencia (12 julio de 1954), los jóvenes son
condenados a un año de prisión. Los del PCE a dos años por reincidentes, menos Eugenio Molinero,
al que lo condenan a 5 años. A todos ellos “por ayuda al bandolerismo”.
"En la cárcel de Mislata, en Valencia, aprendimos a organizarnos. Nos daban charlas de
política y marxismo. La información funcionaba muy bien. Fue una autentica escuela, inolvidable.
Conocimos lo que era solidaridad, la lucha que llevaban los comunistas... Aprendimos a ver más
lejos de lo que hubiésemos podido ver en el pueblo", cuenta uno de los jóvenes encarcelados.15
La experiencia de estos jóvenes, y lo aprendido en la cárcel, servirá como base para una
reorganización posterior del PCE en Villamalea. La caída de 1949 en Villamalea acabará,
momentáneamente, con la organización clandestina de los comunistas, ya que sus dirigentes se
encuentran detenidos, y el temor causa estragos.
La primera generación de comunistas, cuya lucha arranca de los años 20, con un enfrentamiento
a la monarquía de Alfonso XIII, la organización de partidos y sindicatos en la Republica, el combate
contra el fascismo en la Guerra Civil, y la resistencia al franquismo en los años 40, acaba con la
caída de 1949.
El PCE desaparece como organización hasta 1951. A partir de este año surge en Villamalea una
nueva generación de comunistas, embrión de lo que en los años 60 y 70 será un partido comunista
fuerte, influyente y organizado. Esta nueva generación -la 2ª- no ha conocido la guerra, ni ha
participado en ella. Son gente nueva, con vínculos familiares con militantes del Frente Popular, que
poco a poco reorganizan el PCE, integrando posteriormente a los veteranos.
La caída de la partida guerrillera del Manco de la Pesquera se producirá poco después de las
detenciones de sus apoyos en Villamalea. Con su caída desaparece la actividad guerrillera en la
zona, los contactos con el exterior, y todas las esperanzas puestas en el apoyo de los países
democráticos a la instauración de la democracia en España.
15
Los testimonios orales fueron recogidos en 1976, antes de la legalización de los partidos políticos y de las elecciones
democráticas de 15 de junio de 1977, por lo que los entrevistados prefirieron dar sus apodos, o contarlo con la condición de
que no aparecieran sus nombres. Tan solo en algunos casos, como el de la familia Molinero, autorizó al autor a utilizar la
filiación, por ser muy conocida la militancia comunista. Es por eso que, a lo largo de este texto, escrito originalmente meses
después de la muerte del general Franco, solo aparezcan referencias genéricas como los jóvenes, militantes del PCE, CNT,
etc., sin nombres en la mayoría de los casos. No obstante, los nombres y datos figuran en el documento anexo Consejo de
Guerra a 16 villamaleenses. Sentencia del Consejo de Guerra de 12 de julio de 1954. Causa numero 2-5-51. Villamalea
apoya a la Agrupación Guerrillera de Levante (AGLA). El Manco de la Pesquera. Documento cedido por Vicente
Molinero Borja, en abril de 2003.
III.- La postguerra en Villamalea.1939-1951
Tras la prisión, los detenidos en 1949, regresan
a sus hogares. Las dificultades con que se
encuentran son enormes. Nadie quiere darles
trabajo. La vigilancia sobre ellos es continua, lo que
les impide un mínimo de organización. Diariamente
debían presentarse en el cuartel de la Guardia Civil,
y una vez al mes en Valencia.
“Esto duró dos años. No nos dejaban en paz.
Las amenazas eran continuas para que no nos
organizásemos, bajo la amenaza de volver el hotel
“Rejas”. Nos hacían llevarle la comida a los
guardias que estaban de servicio por el monte;
cuando encontrábamos trabajo, era el peor y
menos pagado, pues decían que nos hacían un
favor. Algún rico nos trató bien, pues decía que
éramos buenos trabajadores, sí bien después de
muchos años me confesó que era para cubrirse las
espaldas en el caso de que diese la vuelta la
tortilla. Más le valía llevarse bien con todos, pues
le daba seguridad".
Eugenio Molinero fue uno de los vecinos que
más sufrió la represión política. El haber sido
dirigente del PCE y de la UGT, alcalde durante la
Guerra Civil, le valió pasar por la cárcel de 1939 a
1945. Puesto en libertad, colabora en la
reorganización del PCE local, siendo uno de sus
dirigentes. Mantiene contactos con la organización
de Albacete, y ayuda a la guerrilla por lo que
detenido y, juzgado, vuelve a la cárcel condenado a
cinco años. Revisado el proceso, será condenado de
nuevo, pasando al penal del Dueso, de 1955 a 1957.
Vuelto a la libertad, se reorganizaría de nuevo en el
núcleo formado por la 2ª generación de comunistas
de Villamalea, siendo siempre uno de los más
activos militantes.
155
Sí no se le encasquilla el arma no le
hubiesen cogido vivo, pues se guardaba la
ultima bala para él.
Cuenta el comunista José Gross en su libro
citado -Pág. 253-, que siendo enlace del PCE
con el interior y Francia, le señaló a Basilio
"El Manco” lo peligroso de montar
campamentos a lo largo del río Cabriel,
contestándole este: "No tengo sitios mejores”.
Fue en una de estas cuevas donde lo
localizaron en una de las batidas del año 50.
El enfrentamiento causó muchas bajas,
teniendo lugar en el paraje denominado "La
casa la madre". "El Manco" fue detenido. A
raíz de este enfrentamiento, cuenta Gross que preparaba la evacuación-: Estos deben
ser los últimos muertos de la Agrupación”.
Sobre la detención de "El Manco”, cuenta
Andrés Sorel: “El campamento fue asaltado,
muriendo el guía designado para conducirles
a Francia, y siendo heridos varios
guerrilleros, entre ellos el Tendero,
radiotelegrafista, el Manco de la Pesquera y
el Grande... El asalto al campamento fue
terrible, un verdadero combate, en el que
aparte del muerto y los heridos, perdimos
municiones, la emisora y la moral...”
(“Búsqueda, reconstrucción e historia de la
guerrilla española del siglo XX", Andrés
Sorel. Paris. 1970. Pág. 237-238). Cuenta
Eugenio Molinero que habló con el Manco en
la cárcel de Mislata, y que este le contó lo
siguiente: "Que era el ultimo servicio que
hacía antes de ser evacuado a Francia. Se
defendió hasta el fin. Sí no se le encasquilla
el arma no le hubiesen cogido vivo, pues se
guardaba la ultima bala para él. Me contó
que lo torturaron como nadie se podía
imaginar, pero que no consiguieron hacerle
hablar. Me costó mucho hablar con él, pues
estaba incomunicado. Fue durante un paseo.
Después lo fusilaron”.
156
Benito Sanz Díaz
DOCUMENTO
Consejo de Guerra a 16 villamaleenses.16
Sentencia del Consejo de Guerra de 12 de julio de 1954. Causa numero 2-5-51.
Villamalea apoya a la Agrupación Guerrillera de Levante (AGLA). El Manco de la Pesquera.
El apoyo a la guerrilla que dirigía en la zona Basilio Serrano, el Manco de la Pesquera, provocaría la detención,
tortura, proceso y sentencia de prisión para 16 vecinos de Villamalea, junto con otros 12 procesados de otros
lugares. Pardo Peñarrubia, Vicente Molinero Borja y Florentino Huertas Martínez.
“D. Fermín Diez Trias, sargento de Infantería, Secretario del Juzgado Militar Permanente Especial de esta
Región, y como tal del sumario nº 2-V-51 del que es Juez Instructor el Comandante de la misma arma D.
Rafael Broco Gómez,
CERTIFICO:
Que en el aludido procesamiento obran las particularidades que copiadas son como sigue:
Valencia del Cid a 10 de Septiembre de 1954.
De conformidad con el anterior dictamen de mi Auditoria de Guerra y por sus propios fundamentos:
ACUERDO: Aprobar la sentencia impuesta resultas de la Causa 2-V-51 por la que se condena como cómplices
de un delito de bandidaje del art. 5º. del Decreto-Ley de 18 de Abril de 1947 a los procesado TEOFILO
BALBINO GONZALEZ LOPEZ, JOSE ANTONIO GONZALEZ PARDO, y SATURNINO DESCALZO
CUENCA a las penas de CATORCE AÑOS, DOCE AÑOS Y UN DIA y DIECISÉIS AÑOS
respectivamente, todas ellas de reclusión menor, con la accesoria de inhabilitación absoluta durante la
condena; y como autores sendos delitos de auxilio a bandoleros del Art. 6º. del mismo Decreto-Ley a los
procesados que a continuación se expresan a las siguientes penas: SEIS AÑOS DE PRISION MENOR a
EUGENIO MOLINERO MARTINEZ, TRES AÑOS DE IGUAL PENA a VICENTE MOLINERO
BORJA, y DOS AÑOS también de prisión menor a los procesados PEDRO FRANCISCO JATIVA
MEDINA, FLORENTINO HUERTAS MARTINEZ, JULIAN RUIZ BERLANGA, FRANCISCO LLOPIS
GUAITA Y MACARIO SORIANO JIMENEZ; y finalmente a sendas penas de UN AÑO igualmente de
PRISION MENOR a JOSE RUIZ MORENO y JUAN RAMON HERRERO GARCIA todas ellas con las
accesorias de suspensión de todo cargo público, profesión oficio y derecho del sufragio durante la condena;
así mismo se decreta el comiso de las QUINIENTAS PESETAS halladas en poder de EUGENIO
MOLINERO MARTINEZ y se ABSUELVE LIBREMENTE a los también procesados JULIAN MATEO
SIMON, ANGEL SAHUQUILLO BERLANGA, SEBASTIAN PEREZ LOPEZ, JUAN ANTONIO
NAVARRO MARTINEZ, JOSE PARREÑO PEREZ, JUAN FRANCISCO GOMEZ RUIZ, CASIMIRO
ALCALDE SERRANO, VELERIANO TELLEZ CABALLERO, ANDRES VALVERDE RUBIO,
MIGUEL GOMEZ PEREZ, JULIAN SERRANO PALOMARES, FRANCISCO RODENAS ZAMORA,
ANTONIO ORTIZ GOMEZ, PEDRO RAMON MOLINA TARANCON, PEDRO PEREZ PIQUERAS e
ISABEL PARDO PEÑARRUBIA.- Por el instructor se deducirán los oportunos testimonios de los hechos
relativos al procesado PEDRO PEREZ PIQUERAS los cuales deberán ser remitidos al Excmo. Sr.
Gobernador Civil de la provincia de Albacete, así mismo interesará del archivo en que se halla el
procedimiento nº. 5214-A- 39 seguido contra Eugenio Molinero Martínez, al que en caso de habérsele
concedido los beneficios de indulto del Decreto de 9 de Octubre de 1945 unirá testimonio de la sentencia
distada en este causa elevando aquellas actuaciones por si procediera la renovación de dichos beneficios.Pase lo actuado al Juez Militar nº. 2 de Plaza para cumplimiento y cuantos trámites se indican en el referido
decreto.
EL CAPITAN GENERAL. Firmado. -Ilegible Rubricado.- Hay un sello en tinta que dice: Capitanía General de la 3ª. Región
Militar de Justicia. Y para que conste y su entrega al interesado, expido el presente por orden y con el Visto Bueno de Sª.
Sª. en la Plaza de Valencia del Cid a veintidós de Septiembre del mil novecientos cincuenta y cuatro. Vº. Bº. EL
COMANDANTE JUEZ MILITAR ESPECIAL.
16
Documento cedido por Vicente Molinero Borja, en abril de 2003. El texto completo de la sentencia figura en el anexo.
III.- La postguerra en Villamalea.1939-1951
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La familia Molinero.
Al terminar la contienda, Eugenio Molinero fue juzgado por un Consejo de Guerra -Causa número 5.214por el Juzgado Militar de Justicia de Albacete, el 14 de Julio de 1941. La sentencia condenaba: “al procesado
Eugenio Molinero Martínez como autor de un delito de auxilio a la rebelión militar, con las circunstancias
agravantes que se citan en el segundo considerando de esta sentencia a la pena de veinte años de reclusión...”
por lo que paso por la cárcel de 1939 a 1945.
Puesto en libertad, colabora en la reorganización del PCE local, siendo uno de sus dirigentes. Mantiene
contactos con la organización de Albacete, y ayuda a la guerrilla por lo que detenido y, juzgado por Consejo de
Guerra -12 de julio de 1954. Causa numero 2-5-51-, vuelve a la cárcel, esta vez junto a su hijo Vicente; la
sentencia decía que los condenaban “como autores del delito de auxilio a bandoleros, condenamos al
procesado Eugenio Molinero Martínez (A) Güeña a la pena de seis años de prisión menor; al procesado
Vicente Molinero Borja a tres años de igual pena...” Revisado el proceso, será condenado de nuevo, pasando
al penal del Dueso, de 1955 a 1957. Vuelto a la libertad, se reorganizaría de nuevo en el núcleo formado por la
2ª generación de comunistas de Villamalea, volviendo por tercera vez a la cárcel (ver anexos II y III).
El haber estado juzgados, condenados y encarcelados, hacia que al salir de prisión, tuviesen problemas
para encontrar trabajo, ya que los propietarios veían con recelo a los comunistas. Tampoco podían emigrar a
Europa, ni vendimiar en los meses de verano en Francia, ya que la policía no les daba pasaporte, lo que los
condenaba a condiciones laborales duras y gravosas económicamente, por lo que tenían que ingeniar para
sobrevivir. Así, Vicente Molinero, al carecer de trabajo, y ante las deficiencias de escolarización y cultura de la
población, montaría una academia particular. “Al salir de la cárcel tuve que hacer la mili, y al acabarla me
dedique a la enseñanza durante diez años, desde 1956. No fue fácil, ya que tenia fuertes presiones por parte de
la Iglesia local y de los fanáticos falangistas, que no aceptaban que un comunista diese clases, por temor a que
transmitiese mi ideología.
Daba clases de cultura general a niños, mañana y tarde, y a jóvenes trabajadores por la noche, cuando
venían de trabajar el campo. Mi lema era impartir cultura.
La situación generó polémicas entre algunas familias del régimen, ya que veían que sus hijos aprendían
más que en los colegios públicos. Gracias a una persona influyente conseguí mantener la enseñanza, ya que
neutralizó los ataques, hasta que no pudo apoyarme y se cargaron mi academia, ya que me dijeron que si no la
cerraba yo, iría la Guardia Civil a cerrarla”.
La foto recoge los alumnos de la academia de Vicente Molinero, que aparece al fondo. Foto VM.
158
Benito Sanz Díaz
5.- El marco de relaciones políticas en Villamalea.
El Ayuntamiento. Falange Española y de las JONS: el partido único. La complejidad de las
formas que adoptan las relaciones políticas de la postguerra en todos los aspectos de la vida local,
las implicaciones e influencias entre los distintos sectores de la población, hacen que nos
detengamos a analizar una vida cotidiana difícil, dura y conflictiva, que marca uno de los periodos
más negros de la historia.
El fascismo adquiría en las zonas rurales un carácter grotesco, ridículo, trágico y regresivo a
todos los niveles. El triunfo del fascismo supone la consolidación del trauma nacional. Los primeros
traumatizados habían sido las derechas y con el fin de la guerra lo serían las izquierdas. Villamalea
despierta de una situación de armonía interclasista a una situación de violencia de clases. La Guerra
Civil había sido un simple ensayo de violencia al lado de lo que seria en la postguerra. La República
había reprimido a la derecha local a causa de la Guerra Civil en Villamalea, sin llegar a la tragedia.
La relación entre la población seguía manteniendo rasgos de cordialidad, siempre teniendo en
cuenta la situación de Guerra Civil por que atravesaba España.
El fin de la contienda será desgarrador. La persecución será implacable, la violencia
desproporcionada. Hay que aniquilar, destruir todo lo anterior. Hacer purgar toda una época para
escarmiento de los vencidos. De ahí la represión brutal, la contrarrevolución agraria, el hambre, la
desaparición de las libertades democráticas, la guerrilla, etc. El choque que se produce es total. Se
abre una barrera infranqueable. Cada clase social se desmarcará de la otra. A partir de 1939,
Villamalea se dividirá en dos sectores claramente diferenciados y enfrentados. La tensión social será
permanente, contribuyendo a ello los vencedores, que lejos de dar un mínimo respiro, actuaran con
gran dureza y saña. Una etapa negra se abre en la historia de la villa. Más negra en cuanto se tiene
conciencia de la misma, por vez primera en la localidad.
Las escenas de los primeros meses de la postguerra quedan grabadas en la conciencia de los
vencidos: "Acabada la guerra, vecinos de derechas recorrieron el pueblo requisando todos los
alimentos, y dedicándose al pillaje en las casas de los que éramos de izquierda. Se lo llevaron todo.
Nos dijeron:
-Os llamaremos al ayuntamiento para que cobréis lo que nos llevamos.
Días después echaron un bando por el cual todos los billetes de la Republica debían llevarse al
ayuntamiento. El caso es que poco después nos llamaron a los que nos habían hecho pillaje de
bienes y alimentos, para pagarnos. Lo hicieron con el dinero de la Republica que se había llevado
al ayuntamiento, y que era inservible. La humillación acabó en que tuvimos que recuperar parte de
lo requisado y robado con dinero de Franco, y a precio de oro. Todo esto lo dirigían las máximas
personalidades del pueblo. Son los que durante más de 30 años han estado chupando de la cazuela.
¿Y que íbamos a hacer? ¡Callarnos!"
En la villa, el nuevo orden es garantizado por la Guardia Civil y el somatén, la nueva burocracia
municipal compuesta por falangistas y gentes fieles al régimen, los propietarios y algunos jornaleros
vinculados a los propietarios. El ayuntamiento es una de las instituciones al servicio del franquismo.
Después de depurar a los funcionarios republicanos, gente fiel y falangistas de nueva hora ocupan
sus puestos. Alcalde y concejales vuelven a ser los mismos hombres que lo habían sido durante la
monarquía y los primeros años de la Republica (hasta febrero del 36).
La vuelta a situaciones anteriores se hace más dolorosa en cuanto se han conocido años de
democracia, de auge de las organizaciones de clase, de libertad sindical y política. La vuelta el
poder de las antiguas clases ya no cuenta con la aceptación pasiva de los dominados, como en otras
épocas. La clase dominante ha de imponerse a través de la violencia directa, la tortura, la represión
indiscriminada, el terror de las cárceles y el fusilamiento, únicas formas de mantener su poder.
Desaparece la armonía interclasista. El conflicto es latente. El fascismo no rehuye el enfriamiento y
la tensión. Al contrario, provoca continuamente, insulta, humilla. Los vencidos acumulan rencor y
odio. Las ansías de revancha los mantiene despiertos y unidos. Por eso en Villamalea ha florecido la
oposición, que lejos de desaparecer rebrota continuamente.
III.- La postguerra en Villamalea.1939-1951
159
¿Que formas adopta el Nuevo Estado franquista en Villamalea? El partido único. El
partido único es una de las formas políticas del franquismo. Falange Española y de las JONS, y más
tarde el Movimiento Nacional, son la única voz política admitida. La derecha local se hace
falangista. Continuos actos de afirmación patriótica, masivos en asistencia y oportunismo temeroso,
se suceden. Antiguos frentepopulistas son obligados a asistir a actos patrióticos y levantar el brazo a
modo fascista, a cantar canciones patrioteras e imperiales, a simular un ritual grotesco y trágico.
Desde el ayuntamiento el alcalde, Jefe local del Partido Único, Falange Española y de las JONS y el
Movimiento Nacional, lanza continuas arengas y ataques a los "enemigos de España", contra las
"hordas marxistas”, contra los rojos y desafectos. "Se da el nombre a una calle, el de José Antonio
Primo de Rivera... asesinado por las hordas rojas." Se retira el papel moneda republicano "no
canjeable y puesto en circulación por el enemigo”. Villamalea es el fiel reflejo de las dos Españas:
la victoriosa "hermanada por vínculos ideológicos y de mutua colaboración” con la Iglesia,
Mussolini, Hitler y Salazar; y la España del exilio, la cárcel y la derrota.
El ayuntamiento local expide certificados de pureza ideológica y adhesión a la dictadura a quien
lo solicita: "manifiesta que hizo fervorosa adhesión al Movimiento y que ha asistido a cuantos actos
oficiales se han celebrado para el enaltecimiento del Nuevo Estado”. La fraseología triunfalista y
sin contenido contrasta con el hambre, la delación, la represión política... la vida oficial adquiere un
estado de continua e "inquebrantable lealtad al Excmo. Sr. Dn. Francisco Franco, jefe del Nuevo
Estado y Generalísimo de los ejércitos".
Junto a la labor política, está la social. Cuanta Celia Fernández, jefa de la Falange local que en
los primeros años de la postguerra y debido al hambre: "Montamos lo de Auxilio Social, que estaba
muy bien. Se pasaba mucha hambre. La manera de conseguir provisiones era sencilla. Mandaba a
un falangista a casa de algunos con un papel que decía que diese un "donativo", un cordero, 500
Ptas., o lo que hiciese falta. Si oía a alguien blasfemar, le ponía 10 Ptas. de multa. La gente me
tenia mucho respeto. Cuando pasaba por la calle me saludaban alzando el brazo a lo falangista”.
Las campañas publicas de recogida de dinero son continuas. Los motivos todos ellos patrióticos
o piadosos: la reconstrucción de la Ermita del Beaterio, la iglesia local, la campaña promovida por
la Junta Nacional de Damas Pro-Sacerdotes desvalidos, la División Azul, seminarios, reconstrucción
de santuarios y un largo etc. Apuntarse a FE y de las JONS tenia sus ventajas: "A veces te daban de
comer carne frita, hacían cine de gratis en Reyes, te daban algún juguete y cosas así. Aquí todo el
que se creyese de derechas, aunque fuese más pobre que las ratas, se hacia de Falange y se subía al
carro del vencedor".
Bajo la capa de Falange se cometían toda clase de atropellos y discriminaciones. La propia jefe
de Falange en la época cuenta: "Cuando acabó la guerra vinieron los viejos políticos de derechas,
los rancios. No eran de nada, pero se pusieron la camisa azul. Si no es por mí, hubiesen cometido
barbaridades. Querían sangre. Ayudé a muchos, pues tenían familia que alimentar. Al que no
conseguí salvar fue a Luis García, que aunque era comunista, era muy buena persona.
Muchos se decían de Falange y no tenían nada de falangistas. Se aprovechaban. Yo tenía mí
“idea”, había luchado por ella y no me parecía justo lo que hacían. Ocurrió el caso de que robaron
la caja del local de Falange. La culpa se la llevaron los rojos. Habían entrado por el balcón,
forzado la caja y robado el dinero. El crucifijo, los retratos de Franco y José Antonio y una imagen
de la Virgen, los habían estampado contra el suelo. Se confeccionaron listas para detener
sospechosos. Algunas mujeres vinieron a decirme: "Hay que quemar en la plaza a los culpables”.
No sé por que, me olía que el autor era uno de nuestra "cazuela". ¿Cómo un rojo se iba a meter en
la boca del lobo? Nadie había vista nada y eso era raro. Me puse a indagar, y llamé a un joven
camarada falangista del que sospechaba y le dije que era él. Se quedó cortado. Lo confesó. Llamé a
su madre, una de las que pedían quemar al autor en la plaza y le dije: ¿Lo quemamos en la plaza?
Había roto los cuadros y lo demás para despistar. Si no lo descubro yo, muchos hubiesen ido a la
cárcel. Les habrían dado unos estacazos y hubieran "confesado". Al joven ladrón falangista lo
perdonamos”.
La visión del otro lado, de uno de los apuntados en la lista, coincide: "Al robar la caja de
Falange nos olimos que nos echarían la culpa. Fue un robo audaz y con artimaña. Querían dejar
160
Benito Sanz Díaz
creer que entraron por la ventana, tiraron los retratos de Franco y José Antonio. Al día siguiente
teníamos a todos los del Movimiento buscando culpables. A 32 tenían en la lista para encarcelar.
Vino el secretario de la Falange de Albacete. Al final se comprobó que era uno de ellos y, claro
está, no le hicieron nada".
La jefa de Falange se desengaña pronto. En 1941 comprueba que la Falange es algo vacío. Celia
Fernández, falangista de primera hora se da cuenta que su ideología carece de todo contenido social.
Pronto se desengaña y no esperará la "Revolución Pendiente" como otros. "A los dos años dejé el
cargo de jefa de Falange. Aquello no era para mí. Cada uno iba a lo suyo. Me acusaron de
haberme vuelto roja. Los que dimos la cara nos fuimos y se quedaron los rancios politicastros de
siempre. Me borré y me fui a mi casa. Cuando yo salí desapareció el Auxilio Social, y todo se
empezó a enfriar. Había demasiado caciquismo". El contenido social de la Falange -sí había tenido
alguno en la villa- desaparece con Celia Fernández. Falange queda reducido a una simbología y una
burocracia sin contenido social a político alguno.
Antiguos izquierdistas cambian de chaqueta. Alguno de ellos, creador de la Casa del Pueblo, la
UGT, y militante de primera hora del Partido Comunista, llega a ostentar el cargo de secretario local
del Partido Único. Muchos de aquellos izquierdistas y frentepopulistas se cambian de bando. Los
derechistas encubiertos con ropaje de rojos durante la guerra piden al ayuntamiento certificados de
pureza ideológica "por sus marcadas ideas derechistas" y gozar de los posibles beneficios del
Nuevo Orden.
La Hermandad de Labradores y Ganaderos. Otro de los aparatos de control utilizados por el
Nuevo Estado son los sindicatos verticales. De fachada interclasista y demagógica, pretenden
integrar a clases sociales antagónicas. La Hermandad de Labradores y Ganaderos era el organismo
del poder dictatorial para dirigir y controlar al movimiento campesino, domesticado y a merced de
caciques y propietarios. En Villamalea, los propietarios controlan dichos sindicatos –Hermandad-, si
bien su hegemonía es discutida y arrebatada en varias ocasiones, como veremos más adelante. La
Hermandad de Labradores y Ganaderos sustituyen a la UGT y la CNT, tradicionales organizaciones
de clase en el campo.
Sobre los pilares del ayuntamiento y las Hermandades se apoya el nuevo régimen franquista en
Villamalea, como comunidad agraria. Los cuadros de ambas entidades serán en todo momento
falangistas, gentes de derecha y propietarios. Evidentemente, en un Estado de las características del
franquista, era necesario un aparato político coercitivo y represivo fuerte. Es el Ejercito y la Policía
Armada, junto con la Brigada Político Social –BPS- las que controlan la vida nacional y urbana. En
las áreas rurales este papel lo desempeñan la Guardia Civil, el somatén y los guardas forestales.
La Guardia Civil está presente en todo momento, con su papel disuasor, y en permanente
custodia de la propiedad privada. También es el guardián de la pureza ideológica del régimen,
manteniendo con eficacia el monolitismo ideológico. Se identifica plenamente con el orden
franquista y las clases dominantes de las áreas rurales. Al mismo tiempo constituyen -en los años
40- una de las fuerzas claves para combatir la guerrilla. Durante años enteros, son decenas los
vecinos que tienen que presentarse diariamente al cuartelillo, por haber estado en prisión o por haber
pertenecido al Frente Popular durante la Guerra Civil. Todo desplazamiento de los vecinos
represaliados es controlado con eficacia por la Guardia Civil. Sus viviendas son registradas de día o
de noche.
"Me presentaba a diario en el cuartel –cuenta Samuel Serrano, de la CNT-. La casa la
registraban a menudo. Una de las primeras veces se llevaron cerca de 150 Kg de libros de
Bernardo. Entre ellos había unos de medicina que le regaló Luis García a Bernardo, que había sido
de la FAI. Al verlos decía un guardia: "mirar, mirar, es un libro de torturas, es como asesinan los
rojos". El ignorante no sabia leer. Confundía un libro de cirugía con la tortura. Por eso me
juzgaron. El Tte. Coronel le decía al guardia:
-...pero no ve que son libros de Medicina.
Me cabreé y dije que no teníamos institutos criminales como "otros", y el guardia se volvía al
Tte. Coronel y le decía:
III.- La postguerra en Villamalea.1939-1951
161
-Lo ve, lo ve Ud., encima insultando”.
Las torturas eran continuas. Hacían bestialidades. Para que hablásemos nos ponían cerillas en
los pies... lo más corriente eran las palizas. Nos ataban de pies y manos y nos zarandeaban hasta
que desencajados, cedíamos. A un camarada, Feliciano Valentín, por haber sido su padre
secretario del ayuntamiento en la Republica, lo sacaron varias veces para fusilarlo por que se
negaba a confesar que mató a uno. Lo sacaron cinco veces para fusilarlo. ¡Eran refinados y
perversos!”
La persecución era tan continuada que cualquier pretexto era suficiente para ensañarse con un
vecino. Eladio Bueno Caballero, viejo comunista cuenta que, tras la Guerra Civil, vivía de la
matanza del cerdo. "Un día fui al pueblo vecino a por cebollas para hacer morcillas. Llegué tarde
al pueblo. Dos veces había estado la Guardia Civil en mi casa. Cuando me presenté, a nadie le han
dicho tantas casas feas. Yo callado. Era corriente que a las horas más intempestivas me llamasen al
cuartel. A las tres de la mañana me llaman un día.
-¿Quién es?
-La Guardia Civil, ¡abra!
-¿Que quieren?
-Nada. Solo comprobar que estabas.
Otro día a las dos de la mañana me hacen levantarme e ir al cuartelillo. Me dan un sobre y me
mandan a Los Basilios, una aldea del pueblo, con una nota, donde está una pareja de guardias
civiles de control a la guerrilla. Nevando, me tiro horas en el monte. Llego y digo:
-Me manda el cabo con esta nota urgente.
La abre delante de mí y solo hay un papel en blanco. Al volver me insultan por haber tardado
tanto. Así más de 20 años".
Como ayuda al aparato coercitivo estaban los forestales y el somatén. El somatén lo componían
falangistas y gentes de derechas, con permiso de armas. Su colaboración era de gran eficacia, ya que
la Guardia Civil permanecía marginada de la vida cotidiana y circunscrita a su cuartel. En cambio el
somatén se mezclaba en la vida local, vigilando los pasos de los vecinos para delatarlos. Dentro del
somatén estaba la Guardia de Franco y el Servicio de Información de la Falange, que elaboraba
informes, controlaba la correspondencia, etc. Eran de gran utilidad, a pesar de que la aposición supo
eludir esa vigilancia. Todo lo que ocurría en el pueblo se sabía. Esto era un handicap para la acción
de la izquierda, aunque no para su organización.
"Comunistas y anarquistas son hijos de Caín, asesinos de sus hermanos, envidiosos de los
que rinden culto a la virtud, a quienes asesinan y martirizan por eso". Cardenal Pla i Daniel.
Vamos a referirnos a continuación a las instituciones de apoyo y neutralización ideológica del
medio rural, concretadas en Villamalea, en el sistema educativo, las organizaciones falangistas y la
Iglesia. La educación es una de las formas de control ideológico local. Como matiz diremos que la
no-educación, por el bajo nivel de escolarización rural, es también un sistema idóneo de dominio. A
través de la escuela, el Estado imparte su ideología, que reproduce el sistema de dominación. Se
imparte una visión de la historia y de la vida de acuerdo el sistema de los vencedores; sus formas de
pensar son doctrina oficial; se politiza a los alumnos desde su infancia, segregando a los que no
acepten su forma de pensar. La educación corre a cargo de falangistas y maestros conservadores,
fuertemente ideologizados. La vinculación a la Iglesia produce una influencia del catolicismo
determinante. Como requisito previo para asistir a la escuela, se obliga a afiliarse a Falange. "Mi
madre no quiso que me apuntasen, y me echaron. Por eso no se leer. Daban mucho rollo de José
Antonio y cosas de esas, por eso iba lo mejorcillo del pueblo. Desde luego, apuntarse a Falange
tenía sus ventajas, pues podías tener una mínima educación”.
Cantos patrióticos, rosarios, procesiones, misas, pensamiento político José Antonio, consignas y
máximas Imperiales, Guerra Civil, anticomunismo, etc., llenan las horas de los adolescentes desde
la mañana a la noche. Si bien estas enseñanzas no calaban en ellos -por contraste con la dura
realidad-, si evitaban referencias a otras ideologías, ya que las familias se negaban a hablar a sus
hijos del pasado más reciente, por miedo a que los hijos –inconscientemente-, los delatasen.
162
Benito Sanz Díaz
La creación de organizaciones vinculadas a la Iglesia Católica (como Acción Católica) y al
Partido Único (Frente de Juventudes, Sección Femenina... ), servían de transmisores de la nueva
ideología oficial. Campamentos de verano, competiciones deportivas, procesiones, misiones,
campañas pro-seminario, semana santa, etc., son actividades que neutralizan ideologías políticas
contrarias el nuevo régimen. La población opta por aceptar pasivamente, en la mayoría de los casos.
Temen por su seguridad. Asisten a los actos públicos para evitar ser señalados. Participan sin
entusiasmo y obligados por el ambiente que respiran.
En el papel ideológico, la Iglesia cumple un aspecto fundamental. Como institución, la Iglesia
tiene dos etapas bien diferenciadas en Villamalea. La 1ª de 1939 a los años 60. La 2ª de los años 60
a los 70. En la 1ª etapa, la Iglesia está marcada por un carácter conservador, regresivo, ajeno al
interés y el sentir popular. Había combatido el lado de los rebeldes, llegando a darle el carácter de
Cruzada a la Guerra Civil fratricida.17
La Iglesia se pone junto a los vencedores, siendo uno de los pilares del régimen. Acusa de
complot internacional al bando republicano, dándole adjetivos como los de "monstruo moderno”. Al
comunismo y marxismo los califica de "hidra de siete cabezas, síntesis de todas las herejías"
(obispos Mújica y Olaechea). Pla i Daniel, en una carta pastoral decía: "Comunistas y anarquistas
son hijos de Caín, asesinos de sus hermanos, envidiosos de los que rinden culto a la virtud, a
quienes asesinan y martirizan por eso". Estas y otras referencias similares son corrientes para
definir la causa republicana. Por eso el apoyo de la Iglesia al régimen será uno de sus más firmes
baluartes.
Durante la guerra, en Villamalea, había habido manifestaciones antirreligiosas, tales como la
quema de los "santos"; ahora bien, los comunistas habían protegido al cura local y lo habían
evacuado en el momento de máxima conflictividad. El cura está siempre al lado de los pudientes,
siendo una de las instituciones con poder local. El catolicismo local tenia mucho de ignorancia e
incultura. A este propósito, el padre Ramón Sarabia, refiriéndose a La Mancha decía: "puede ser
que en todas las partes halléis un numero más o menos grande de almas selectas y de corazones
virtuosos... los demás viven prácticamente con un adarme de religión prendida con ribetes
supersticiosos, o bien totalmente divorciados de ella”. La descripción no puede ser más plástica. La
zona en que se encuentra Villamalea vive marginada de la religión. La religión son ritos,
superstición y signos externos.
Aparte de que el cura detentase una parcela de poder, y por ello gozase del temor y el respeto de
la población, también tenía enfrente a las personas más cultas y conscientes. Los elementos de
izquierdas lo veían con malos ojos. Incluso el día de la rebelión militar -el 18 de julio-, el cura, D.
Gumersindo Corbalán, se encontraba reunido en casa de los falangistas y fue uno de los
sorprendidos por la famosa bomba. Eso es lo que lleva el PCE a evacuarlo, por temor a que se atente
contra su vida.
17
Sobre la Iglesia de la postguerra, es interesante el libro de Víctor M. Arbeloa "Aquella España Católica”, Ed. Sígueme.
1975. Arbeloa es profesor del Instituto Pastoral de Madrid y de teología en Pamplona. Resume así la postura de la Iglesia
en el conflicto 1936-39: "El movimiento de julio del 36 es el ultimo de esta cadena de hostilidades y de revanchas que dura
más de un siglo. Esta vez la lucha es más dura y sangrienta y pone en juego a Europa y al mundo entero. La Iglesia, más
atemorizada que nunca, más segura también que nunca, se pone de parte de los nuevos cruzados -no es con todo una
guerra santa indulgenciada- es la nueva guerra divinal. Los obispos la bendicen y ponen en un brete a muchos católicos
del mundo. Pero la mayoría de los sacerdotes -salvo en gran parte de Guipúzcoa y Vizcaya, y mucho menos en Cataluña-,
y de los seglares -exceptuando unos pocas- favorecen la causa de Franco. El Vaticano también."
Es así como la Iglesia oficial, incluido el Vaticano, apoyan la causa de los rebeldes. En este contexto, el 1 de julio de 1937, la
mayoría del obispado español encabezado por el Cardenal Gomá apoya el Movimiento y la llama Cruzada. La Iglesia no
podía por más, que apoyar a la reacción. Los partidos obreros eran anticlericales. "El Socialista" escribía: "La libertad tuvo
siempre en España dos carceleros que la retuvieron prisionera: La Iglesia y el cuartel." J. Peirats -de CNT- decía:
"Nosotros veíamos a la Iglesia española como el puntal más sólido del andamiaje autoritario, en lo que tiene la autoridad
del Estado de antisocial y protectora del privilegio económico de clase".
Naturalmente, el apoyo incondicional de la Iglesia a la rebelión, pronto tiene sus compensaciones. Arbeloa dice que, tras la
toma de postura del obispado, los beneficios fueron inmediatos: “Tras la carta colectiva los boletines eclesiásticos y la
prensa nacional de la zona franquista se llenan de pastorales, circulares, mensajes religiosos-patrióticos animando a la
guerra santa... Cantando los laureles del Caudillo victorioso... La mayoría de los obispos del mundo se ponen al lado de
los españoles". Op. cit. Pág. 247.
III.- La postguerra en Villamalea.1939-1951
163
Uno de los curas de Villamalea cuenta -en 1976- que las razones de la toma de posición del
clero rural son complejas, y concretamente durante la Republica señala que: "Muchos curas
párrocos de La Mancha nos hemos preguntado a menudo las razones por las que se apoyaba a los
caciques y ricas del pueblo. La Republica quitó la subvención a la Iglesia, sin distinguir entre clero
y ordenes religiosas, estas ultimas con grandes medías económicos, mientras que el clero rural era
pobre y sin recursos. Los curas rurales, sin medios económicos, se vieron obligados a aceptar la
ayuda de los caciques y gente bien situada, que lo mantenían. ¿Cómo mantenerse independientes?
Había párrocos que hacían su labor pastoral con dignidad. Esto ocurrió en esta zona, y en otras, y
tenia su peso".
Acabada la guerra, el párroco vuelve al pueblo. Se le reponen los bienes que tenía en la casa, y
se reconstruye la iglesia. “El cura no es revanchista, aunque tampoco nos ayudó mucho, más bien
se quedó el margen. Acepta que la entrada de la iglesia sea enladrillada con los emblemas de la
Falange: un gran yugo con las flechas preside la entrada al recinto. Toma el partido del vencedor”.
Los intereses se mezclan y confunden, son los mismos. Gumersindo Corbalán escribía en el libro de
matrimonios de la parroquia a su regreso, en 1939:
“Con este partida termina el libro 9 de matrimonios que queda en suspenso hasta el año 1939, año
de la Victoria. El año 1936, y en el día 18 de Julio, se produjo el Glorioso Movimiento Nacional, a cuya
cabeza se alzó el glorioso general Franco, quedando esta zona en poder de los rojos, teniendo que huir el
párroco que suscribe, encarcelado y perseguido y milagrosamente salvado de la horda marxista. Fue
reintegrado a su parroquia el día 29 de marzo de 1939, año de la Victoria, en donde continua reanudando
su ministerio parroquial; quedando la iglesia devastada, quemadas todas las imágenes y todas las ropas y
el pavimento destrozado, el pueblo con el fervor de Dios premia restaurarla.
Villamalea a uno de abril del año 1939. Año de la Victoria. Gumersindo Corbalán".18
La toma de postura es clara. El buen cura D. Gumersindo Corbalán olvida que son dos
comunistas los que le ayudan a salir del pueblo. La terminología utilizada no puede ser más
ideológica. Se identifica con el vencedor. A la requisa de Falange sobre los frentepopulistas para
reponer los bienes al cura, le llama prosaicamente "el pueblo con el fervor de Dios". En el libro de
bautizos, nos completa D. Gumersindo Corbalán la historia de sus desdichas: "Con este partida
termina el año 1936, año del Glorioso Movimiento Nacional en el que las hordas rojas se
adueñaron de la parroquia; tuvo el párroco que suscribe que abandonarla para reanudar los
bautizos después de estar en la cárcel 30 meses...”19
La identificación de lo religioso con lo patriótico y español, es total. Ser anticatólico era ser
enemigo de la patria. "Católico es ya una palabra patriótica, con jerarquía, como la cruz".20
La casa del cura había sido desmantelada y utilizada por el Frente Popular durante la guerra. Al
finalizar esta, se le reponen los bienes. Se obliga a la izquierda a trabajar gratis, limpiar y contribuir
económicamente. Cuenta Molinero que se negó a contribuir y los líos con la Jefa de Falange fueron
continuos:
"Como dije que no daba nada para la casa del cura, pues nada me llevé, me dijo Celia
Fernández:
-Voy a poner 6 platos de mi casa y dirá que son tuyos.
-No y no. Nada robé, nada le daré al cura. Si los pones en mi nombre me van a considerar un
ladrón, y no lo soy.
-¡Que te van a llamar de Falange y va a ser peor!
Y me llamaron:
18
Archivo de la parroquia de Nuestra Señora de la Asunción de Villamalea. Libro 9 de matrimonios. Pagina 196.
Archivo dela parroquia de Nuestra Señora de la Asunción de Villamalea. Libro 23 de Bautizos. Pág. 125.
20
Las prebendas en la postguerra son generosas a cambio del apoyo: "Consiliarias en las escuelas, cuarteles, sindicatos,
Falange. Como todo el mundo es católico, la Iglesia puede hacerlo, exigiendo todo: nuevos seminarios, nuevos palacios,
nuevas iglesias... abundan las procesiones esplendorosas... las romerías locales, las coronaciones de vírgenes,
concentraciones de juventud... la más estricta censura de prensa, del cine, de los espectáculos más diversos: la Iglesia
puede dormir tranquila". Arbeloa, op. cit. Pág. 26, 27 y 28.
19
164
Benito Sanz Díaz
-Tú te llevaste cosas de casa del cura.
-Eso es mentira.
-Te llevaste una cama.
Entonces me acordé que siendo alcalde se la dimos al ama de llaves del cura, que no tenia
donde dormir y estaba enferma.
-Si eso es robar, yo soy un ladrón.
Me dieron la murga todo lo que quisieron hasta que me llevaron a la cárcel, pero nada di".
El edificio de la iglesia estaba muy dañado, por haber servido de deposito y casa de refugiados.
Todos los adornos, casullas, imágenes, etc. habían sido destruidos. "Ordené enladrillar la entrada, e
hice que pusieran el yugo y las flechas en la entrada, para que se viesen bien. Nadie se opuso.
Entonces mandaba la Falange y todos llevaban la camisa azul y la boina roja”, cuenta Celia
Fernández. Colectas voluntarias y obligatorias se suceden, y pronto la iglesia vuelve a su anterior
situación, incluso mejora.
Iglesia y vida cotidiana.
"Las gentes estábamos atemorizadas por haber sido de las izquierdas. Oías las campanas y
todos a la iglesia. Los domingos echaban un bando y decían: "Hoy no se trabaja." ¡Dichoso el que
encontraba trabajo! Si en domingo trabajabas para un rico, nada pasaba. Si ibas a lo tuyo, multa
que te crío.” "Recuerdo en 1940 que me llamaron para ir a misa, ¡a mí que ni para casarme lo
hice, pues me casé en guerra! Salí corriendo para escabullirme, y me sacaron 5 duros de multa. Los
primeros años nos obligaban a asistir a todos los actos religiosos. Te veían trabajando en el campo
un domingo, y la pareja de la Guardia Civil te traía a misa. La única solución era no salir de casa.
Algunos amos exigían a sus mozos ir, y si no, no había trabajo".
Las situaciones alcanzaban sentido trágico cómico en ocasiones. Cuenta Eladio Bueno: "Ni los
fariseos le hicieran tanto a Cristo. Me descuidé un día y me vieron por la calle. Me obligaron a ir a
la procesión. Iba por el centro, y me dice una beata:
-Tú detrás, ateo, que no tienes derecho a ir entre nosotras.
Me voy para atrás y me suelta un falangista:
-Venga p´alante rojo, que tú te quieres escapar.
Eran los primeros años. Demasiada ignorancia y atropellos. Días había en que ponían a la
pareja a la entrada a la plaza, antes de la procesión, y no dejaban salir a nadie, para que no se
escapasen".
De 1939 a 1965, fueron varios los curas que pasaron por la parroquia. Los comentarios sobre
ellos son variados y jugosos. Pocos a favor, y la mayoría en contra o neutrales. Como representa
algo coercitivo, oficial, con poder, siendo la religión algo formal, se le rechaza en la vida intima. El
cura es una autoridad más, incluso a veces con más peso que otras jerarquías. Unos curas tienen
fama de "peseteros": “Dn. J. estuvo liado para quitarle una herencia a..."; O “... era generoso con
las mujeres. Al final a una de ellas la dejó el novio por que no se podía disimular "aquello", y se
tuvo que casar para que pareciese del otro." Los comentarios, lejos de ser políticos, se refieren más
a la cotidianidad de la vida local, donde todo son comentarios malintencionados unas veces,
graciosos y chispeantes otros.
Cuenta Juan Soriano los sermones del padre Rodríguez, misionero en la cárcel:
“-¿Me pregunto por que estáis en la cárcel? Y me contesto: ¡por que lo merecéis! Las
matanzas que habéis hecho con las personas cristianas, sacerdotes, santos varones de la Iglesia,
santas monjitas. El cielo clama venganza. Todos tenéis que pasar por el cedazo, que por cierto es
muy espeso, para responder de vuestros crímenes ante Dios y ante los hombres. Dios es
misericordioso y tiene en cuenta las flaquezas de los hombres. ¡Pero de tejas abajo no hay
compasión para vosotros!
A nadie le he oído hablar con tanto odio y con tanto deseo de venganza como a este sacerdote.
No eran solo las palabras, eran los gestos y la mirada, por los ojos salían fuegos de venganza."
Sobre los años de la postguerra y sobre la actividad de la Iglesia local cuenta Miguel:
"Teníamos religión para comer y para cenar. La gente no comía pero a ellos nunca les faltaba
III.- La postguerra en Villamalea.1939-1951
165
carne en su casa. Cuando empezaron a dar en "Caritas" leche y queso yanqui de la ayuda
norteamericana a Franco, por el hambre que había, el cura los vendía. Un día después de un
rosario, el cura no se pudo aguantar por la cola que había para la leche americana y la oí decir
que los pobres éramos unos bichos repugnantes, sin cultura y que no merecíamos nada. Todo esto
lo decía porque en les colas se organizaban alborotes, gritos y luchas para coger un trozo de queso
o un poco de leche en polvo, y había muchos que se colaban. Pero era el hambre que
arrastrábamos. Mi mujer no era católica pero iba a ver la que caía. Eso sí, rosarios, novenas,
misas y procesiones no nos faltaban".
Los cursillos de cristiandad.- Junto a todas las manifestaciones y actos religiosos, los años 50
van a enriquecer la vida local con los cursillos de cristiandad.21 En Albacete los cursillos de
cristiandad, fueron organizados por el secretariado diocesano. El desarrollo del cursillo era el
siguiente: sacar a los vecinos de sus pueblos y llevarlos a un local -la casa de ejercicios-, en tandas
de 40 personas y durante tres días permanecían incomunicados del exterior. Los dirigían laicos
ayudados de seglares. La mecánica consistía en crear un clima artificial, tratando de crear un fuerte
impacto sobre el individuo, a través de temas como los del pecado, la perdida de gracia santificante,
la condenación eterna, la muerte, el juicio universal y temas semejantes. Largas sesiones
martilleando estos temas, podían provocar un clima de tensión emocional.
"Era descubrir un mundo extraño y nuevo -cuenta el joven sacerdote A. M.- Visto desde la
perspectiva actual22, sería un lavado de cerebro temporal, jugando con los sentimientos de las
personas. Había una lectura llamada de intendencia en la cual se leían los sacrificios y oraciones
de gente que los habían realizado anteriormente, de religiosos, monjas, etc., pidiendo por su
conversión. Todo esto creaba un clima para convertirlos”.
Se atraía a los cursillos a los profesionales de los pueblos, caciques o personas relevantes de la
vida económica y social. El efecto que se esperaba obtener era convencer a otros a través de sus
testimonios, por la ascendencia que estas personas tenían sobre otras capas sociales. El último acto
del cursillo se abría a no participantes. En este acto, cada uno decía públicamente lo que había
sentido y se comulgaba. Si alguno no comulgaba era un fracaso. "Se buscaba el efecto. Los
mujeriegos y gentes de vida social dudosa, eran los que causaban un efecto más caldoso. Salían
arrepentidos e iban a misa todos los días de forma ostentosa, causando impresión a los que
conocían su vida. Era una época de triunfalismo, y del imperio hacia Dios. Había que conseguir
que el oficinista sonriese el cliente, pero sin cuestionarse por qué. Todo se quedaba en la cáscara.
Los problemas de fondo, lo cotidiano nunca se trataba. La fiebre pasaba enseguida y se enfriaban
los ánimos, sin que tuviera incidencia real y duradera”.
En Villamalea primero los hicieron los hombres, después las mujeres. Al principio todo fue
normal, dentro de las líneas marcadas. Después surgieron comentarios y rumores maliciosos. "La
gente salía “tocá”. Decían que los drogaban y que pasaban cosas muy extrañas. Una vecina vino
diciendo que veía a Dios. Otra que había que tener la familia que Dios mandase y que era pecado
evitar tener hijos. Otro que se fue diciendo que a él no lo convencerían, salió loco diciendo cosas
muy raras. Contaban que los llevaban a cementerios y les hacían jurar en la tumba de sus
familiares. Pero todos tardaban solo semanas en volver a ser los de antes”. “El comentario sobre
lo alterados que salían los asistentes, estaba muy extendido. El hecho de crear un estado
psicológico de excitación, ansiedad y concentración en un clima preparado, llegaba a provocar la
histeria colectiva, por lo que la población decía que estaban drogados. Los bulos eran tales que se
decían que daban caramelos drogados. De tal manera que alguno llegó a mandar a Albacete esos
caramelos para comprobarlo. Hablaban solos, lo cual preocupaba a sus familiares".
21
Fue monseñor Hervás el que los introdujo en los años 50. El planteamiento respondía a un cristianismo de Iglesia, que no
tocase nunca la problemática económica, social o de otro tipo. Al contrario, la ocultaba. Tocaba aspectos de la vida
espiritual del individuo, dejando aparte planteamientos profesionales, políticos, etc. Su lema era que los sacramentos
obraban por sí mismo, y lo demás sobraba.
22
Entrevista 1976.
166
Benito Sanz Díaz
Todos estos estados emocionales, a veces de gran espectacularidad, sembraban desconfianzas y
murmuraciones entre los vecinos, que no llegaban a comprender los mecanismos de religiosidad
utilizados por la Iglesia. También son abundantes los comentarios que se hacían sobre ciertos
párrocos de la villa respecto a su vida licenciosa. Los rumores sobre líos entre el cura y alguna
vecina eran continuos. La explicación de este hecho se debe, entre otros datos, a que en la zona de
Chinchilla y el norte de la provincia de Albacete, donde se encuentra Villamalea, era considerada,
dentro de la diócesis, como zona de castigo. Allí se destinaba a los curas "que habían tenido líos de
faldas, a los listillos y párrocos que no mantenían enteramente el celibato", constituyendo una
especie de destierro para ellos.
Otro hecho religioso típico son las misiones. Durante días enteros los misioneros se desplazaban
a los pueblos, organizando grandes manifestaciones de religiosidad. Se programaban charlas para
matrimonios, para solteros, para jóvenes, rosarios en familia, procesiones y comuniones masivas.
Las misiones perdurarán hasta los años 60.
En una de estas misiones se bautizó y casó canónicamente a todos aquellos que no la habían
sido durante los tres años que duró la Guerra Civil. Fue importante el que lo hiciesen gratis, pues en
algunos casos los vecinos se “ajuntaban”, evitando el matrimonio religioso para “evitar el gasto”.
La superstición estaba fuertemente arraigada entre la población, que incapaz de comprender
determinados fenómenos recurría a la religión como solución de sus contradicciones. Gran número
de anécdotas lo ilustran. Cuentan, por ejemplo, como ante una sequía se hicieron procesiones, y al
mantenerse la misma, los vecinos dejaron de invocar y hacer procesiones durante años. Como
contaba un viejo con cierta sorna e incredulidad a un cura: “Llevo desde los cinco años en el campo,
durmiendo al raso y nunca se me ha aparecido la virgen, así que no creo que exista”.
Para completar de alguna manera la visión sobre la religión durante estos años, señalar que toda
la generación de la postguerra estuvo fuertemente influida por la religión católica y la Iglesia, por un
catolicismo místico, formal y supersticioso, sin que realmente calase en la población. Desde la
infancia se participa en actividades religiosas y así hasta el final de la vida: catequesis, comuniones,
bautizos, bodas, entierros, etc. "Desde muy pequeños nos apuntaban a alguna hermandad. Había
varias: la del Perpetuo Socorro, la Purísima, Ángel de la guarda, Corazón de Jesús, etc. Nos daban
un escapulario de la hermandad a la que nos apuntábamos, pagando una cuota. En semana santa,
cada hermandad desfilaba en las procesiones y velaba a los santos por turnos. Estaba bien visto. Si
alguien se moría, allí íbamos todos a velar al difunto. Muchas no éramos creyentes, era por lucir
algún vestido, unos zapatos o cosas así. Si una vecina era de una hermandad, la otra se apuntaba
para no ser menos. Los hombres iban mucho menos a misa que las mujeres, pues iban a la plaza.
En cambio estaba mal visto que nosotras no fuésemos. Decíamos entre nosotras: ¿te parece fulana?
No va a misa ni se confiesa. ¿Qué hará esa con el novio para no confesarse”.
6.- La burguesía del miedo
Decimos del miedo porque abandona el espíritu innovador, dinámico y transformador que la
caracterizaba hasta 1936, para convertirse en un sector temeroso, regresivo y con una constante
actitud defensiva. Y es lógico. La hegemonía y dominio indiscutido que había mantenido hasta la
Guerra Civil, clase expansiva y sin trabas, se encuentra de la noche a la mañana con su talón de
Aquiles: los sindicatos y los partidos políticos de clase, que durante el breve período de la Republica
habían calado profundamente en amplios sectores de la población, coincidiendo causas subjetivas
locales, con la situación de auge de las fuerzas populares en el ámbito de Estado. El propietario
local se ve desbordado por la rapidez de los acontecimientos.
La comunidad rural va a cambiar en un gran número de aspectos que el propietario no logra
asimilar, o lo hace lentamente con recelo y temor. La posibilidad de la tan anunciada revolución
social, por parte de algunos grupos de izquierdas, se convierte en una amenaza real durante la
Guerra Civil. Le ha visto las orejas al lobo y le entra pánico; un pánico más ideológico que real,
pues difícilmente se cambian los hábitos, costumbres y hegemonías seculares. Pero ha vislumbrado
la posibilidad. Ha vivido la cresta de la ola revolucionaria, y retrocede. El mismo reflejo han
vivenciado, desde una perspectiva opuesta sectores del campesinado, jornaleros y capas populares.
III.- La postguerra en Villamalea.1939-1951
167
Han visto que se podía cambiar, y eso impregna el ambiente. Ya no es posible la concordia, el
olvido, la sumisión de unos y el dominio de otros. Se ha roto la armonía social interclasista que
caracterizaba a la villa.
Las posturas quedan claramente definidas. Los propietarios locales van a utilizar el aparato
represivo a fondo, con dureza, sin vacilación. Saben que conservarán su dominio, pero a costa de
una violencia continua. Han vencido en una Guerra Civil, han mejorado su situación económica,
pero han tenido que imponerse por la fuerza sobre gentes que hasta entonces habían aceptado su
autoridad; ahora "sufren" la autoridad, no aceptada sino impuesta. El aparato represivo está
continuamente presente, y de forma especial durante la década de los años cuarenta.
La acumulación de capital se intensifica, pero no se reinvierte localmente. Por eso decimos que
los propietarios se hacen conservadores, e invierten en bancos, acciones o en bienes inmuebles lejos
de la localidad. La agricultura no se tecnifica por la falta de interés de los propietarios, así como por
las dificultades de importar o producir maquinaria, abonos y tecnología. Subsiste el paternalismo,
pero pierde terreno. La postguerra trastorna la vida local, la hace cuartelera. Los propietarios han
salido ilesos y reforzados de la guerra a costa de presentar una de sus caras más violentas.
La mano de obra será controlada por los propietarios durante los años 40 a través de la violencia
física y la intimidación, con gran eficacia. Cuando el hambre lleva a los jornaleros al robo, las
respuestas son castigos, palizas y cárcel. La violencia es el único lenguaje posible. Posteriormente
será de gran utilidad la Hermandad de Labradores y Ganaderos, sindicato vertical de corte fascista,
controlado por los grandes propietarios locales.23 Como mecanismo económico de control se crea el
SNT24, la Fiscalía de Tasas, la Dirección General de Abastecimientos y Transportes, etc. con
influencia económica en Villamalea.
Los propietarios locales se desenvuelven en éste contexto, favoreciéndoles en sus intereses
económicos, pero temerosos en lo político y social. Los propietarios habían cumplido plenamente
con sus intereses objetivos de clase, en todo lo que iba de siglo, y lo seguiré cumpliendo con instinto
y fortuna hasta el final. Sus beneficios y acumulación se vieron frenados a partir de los años 50 por
la creación de una cooperativa Vitivinícola, que les privó de un buen porcentaje del excedente
campesino. Este fue el primer golpe a sus beneficios. El segundo golpe tendría lugar en los años 60
como consecuencia del Plan de Estabilización de 1959 y la emigración masiva: el precio de la mano
de obra sube como consecuencia de la salida masiva de los vecinos de la villa con destino a
Holanda. Coincide simultáneamente en los años 60 y 70, la aceleración del proceso de
descampesinización, que alcanzo su auge en Villamalea de 1965 a 1972.
23
La Hermandad de Labradores y Ganaderos, tiene su origen en los antiguos sindicatos agrícolas, de signo católico, creados a
principios de siglo como instrumentos de manipulación de caciques, propietarios y partidos políticos conservadores. Su
claro matiz "amarillo" quedaba claro ya que tenía como objetivo neutralizar las corrientes anarquistas y socialistas en el
campo. Hay varios escritos de J. J. Castillo sobre el tema, resaltando el trabajo publicado por el Ministerio de Agricultura:
"Propietarios muy pobres Sobre la subordinación política del pequeño campesino en España. La Confederación Nacional
Católica Agraria. 1917-1942”. Madrid, 1979.
La Hermandad de Labradores y Ganaderos se creó por la ley de Organización Sindical de 6 de diciembre de 1940. Se
retornaba así a los antiguos sindicatos amarillos, donde se englobaban a grandes, medianos y pequeños propietarios, junto a
arrendatarios, aparceros y jornaleros, con unos hipotéticos intereses comunes y únicos, donde el gran propietario
manipulaba la organización en su beneficio. Sevilla-Guzmán señala que la reducción del salario agrícola de 1940 a 1951, en
términos reales, descendió en un cuarenta por ciento y La Hermandad de Labradores y Ganaderos no hizo nada para
evitarlo. España utilizaba métodos de la Italia fascista, la Alemania nazi y el Portugal salazarista: prohibición de huelgas,
ausencia de sindicatos libres, control del sindicato único por una burocracia al servicio del Estado autoritario y los grades
propietarios, etc.
24
El Servicio Nacional del Trigo -SNT- no defendía a los pequeños propietarios trigueros, a pesar de la creencia
generalizada, sino a los grandes propietarios, que, "se enriquecieron a través de la generación de rentas diferenciales... En
los años del hambre los grandes propietarios fueron quienes realmente se beneficiaron del SNT, pero no por vender sus
productos al mismo, sino precisamente por todo lo contrario. Una gran proporción de la producción triguera fue vendida
a través de los canales clandestinos en el mercado negro a un precio muy superior..." (Sevilla-Guzmán, 166). El estraperlo
creó grandes fortunas, sin que el SNT se molestase en un autentico control de la producción del gran propietario, "sin
ningún recato en ocultarlo". El precio artificial superior al del mercado mundial favoreció a los grandes propietarios
trigueros.
168
Benito Sanz Díaz
Estos dos factores de enorme importancia, hacen entrar en crisis al propietario local, que en el
momento justo y al mejor precio, aprovecha y vende sus tierras, parcelándolas, e invierte su capital
en bienes ajenos a la localidad, trasvasándolos a sectores no agrícolas. Así se consuma el éxito total
de los propietarios de Villamalea, siempre en una línea coherente con sus intereses, siendo los
auténticos protagonistas de la historia económica de la localidad. En todo momento han obtenido el
máximo beneficio posible y cuando ven que este ya no en posible, en un alarde inteligente y hábil,
venden gran parte de sus propiedades.
A los propietarios, a partir de los años 60, le suceden los monopolios, en rápida y acelerada
expansión. Al campesino y el jornalero ya no lo explota el propietario local, y la usura es sustituida
por los bancos. La comercialización de los productos cae en manos de grandes cadenas y
monopolios; los abonos, maquinaria, energía, etc. les son suministrados por otros monopolios. El
Estado discrimina políticamente el campo, fijando bajos precios, gravando con tasas y altos
impuestos, etc. El campesino será el gran perdedor en todas las épocas, excepto en el periodo 19361939. El campesinado se proletariza a partir de los años 60, como veremos a continuación.
é
Villamalea, almacén de la cooperativa, 1976. Foto BS.
ç Una escena corriente de la vida cotidiana hasta los años 60: la
escasez de agua en el pueblo hacia que los vecinos se desplazasen a
las fuentes a por agua, a los pozos de san Antón, Media Legua, etc. El
que disponía de una mula, como en la foto, podía acarrearla mejor.
Foto Álvaro Anguix.
ç
Una de las primeras industrias que se
montaron en Villamalea fue la de
tejas, creada en 1922 y que estuvo en
funcionamiento hasta 1957. En la
foto aparece la familia Alfaro en el
tejar de su propiedad, que suministró
gran parte de las tejas de la época.
Foto años 50, cedida por Álvaro
Anguix.
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