Opinión 059-2014/DTN

Anuncio
Dirección Técnico Normativa
Opinión
T.D.: 4799944
4702950
OPINIÓN Nº 059-2014/DTN
Entidad:
INDRA PERÚ S.A.
Asunto:
Presentación de traducción simple en la propuesta técnica.
Referencia:
a) Carta IP N°APO.314-2014/YL
b) Carta IP N°APO.233-2014/YL
1.
ANTECEDENTES
Mediante los documentos de la referencia, los Apoderados de la empresa INDRA
PERÚ S.A. consultan sobre la presentación de traducción simple en la propuesta
técnica.
Antes de iniciar el desarrollo del presente análisis, es necesario precisar que las
consultas que absuelve este Organismo Supervisor son aquellas referidas al sentido y
alcance de la normativa de contrataciones del Estado, planteadas sobre temas
genéricos y vinculados entre sí, sin hacer alusión a asuntos concretos o específicos,
de conformidad con lo dispuesto por el literal j) del artículo 58 de la Ley de
Contrataciones del Estado, aprobada mediante Decreto Legislativo Nº 1017 (en
adelante, la “Ley”), y la Segunda Disposición Complementaria Final de su
reglamento, aprobado mediante Decreto Supremo Nº 184-2008-EF (en adelante, el
“Reglamento”).
En ese sentido, las conclusiones de la presente opinión no se encuentran vinculadas
necesariamente a situación particular alguna.
2.
CONSULTAS Y ANÁLISIS
La consultas formuladas son las siguientes:
2.1. “(…) ¿es válida la presentación de traducciones simples realizadas por
Traductor Público Juramentado como parte de la propuesta técnica, en lugar
de la presentación de traducciones certificadas u oficiales, tal como lo
dispone el artículo 62° del Reglamento de la Ley de Contrataciones del
Estado, antes de su modificación (RLCE)?” (sic).
2.1.1 Conforme a lo señalado en los antecedentes de la presente opinión, las
consultas que absuelve el OSCE son aquellas consultas genéricas referidas al
sentido y alcance de la normativa de contrataciones del Estado; en esa medida,
en vía de consulta, este Organismo Supervisor no puede determinar si es válida
2
la presentación de determinados documentos como parte de la propuesta
técnica, pues ello excede la habilitación establecida en el literal j) del artículo
58 de la Ley.
Sin perjuicio de ello, a continuación se analizará la exigencia prevista en la
normativa de contrataciones del Estado de presentar traducción oficial y/o
certificada de los documentos que se adjunten a la propuesta técnica, cuando
estos se encuentren en un idioma distinto al castellano.
2.1.2 Al respecto, el primer párrafo del artículo 62 del Reglamento establece lo
siguiente: “Todos los documentos que contengan información referida a los
requisitos para la admisión de propuestas y factores de evaluación se
presentarán en idioma castellano o, en su defecto, acompañados de traducción
oficial o certificada efectuada por traductor público juramentado o traductor
colegiado certificado, según corresponda, salvo el caso de la información
técnica complementaria contenida en folletos, instructivos, catálogos o
similares, que podrá ser presentada en el idioma original. El postor será
responsable de la exactitud y veracidad de dichos documentos.” (El subrayado
es agregado).
De acuerdo con la disposición citada, los documentos que contengan
información referida a los requisitos para la admisión de propuestas y los
factores de evaluación, en principio, deben presentarse en idioma castellano; de
no ser así, deben presentarse acompañados de traducción oficial realizada por
un traductor público juramentado, o de traducción certificada realizada por
traductor colegiado certificado.
No obstante, cuando se trate de información técnica complementaria contenida
en folletos, instructivos, catálogos o similares, la normativa de contrataciones
del Estado ha previsto que dicha información pueda ser presentada en su
idioma original, sin ser necesario adjuntar la respectiva traducción oficial o
traducción certificada.
2.1.3 Por su parte, cabe precisar que, el artículo 1 del Reglamento de Traductores
Públicos Juramentados (en adelante, el “Reglamento de TPJ”), aprobado
mediante Decreto Supremo Nº 126-2003-RE, establece que los traductores
públicos juramentados cumplen la función de “(...) efectuar traducciones
oficiales escritas de documentos en dos direcciones: de un idioma extranjero
al idioma castellano (traducción directa) y del idioma castellano a un idioma
extranjero (traducción inversa). (...)”(El subrayado es agregado).
Asimismo, el artículo 2 del referido reglamento, precisa que “Las traducciones
que realicen los Traductores Públicos Juramentados en el ejercicio de sus
funciones merecen fe pública1 y tienen plena validez legal. No obstante, la
Según el Diccionario de la Lengua Española, Vigésima Segunda Edición, “fe pública” es la “1. f.
Autoridad legítima atribuida a notarios, escribanos, agentes de cambio y bolsa, cónsules y
secretarios de juzgados, tribunales y otros institutos oficiales, para que los documentos que autorizan
1
3
traducción no significa el reconocimiento de la autenticidad del documento
traducido.”
En tal sentido, se advierte que las traducciones oficiales a efectos de tener
validez legal y merecer fe pública, deben ser realizadas por un Traductor
Público Juramentado en el ejercicio de sus funciones y deben efectuarse
conforme a las disposiciones del Reglamento de Traductores Públicos
Juramentados, aprobado mediante Decreto Supremo Nº 126-2003-RE
2.1.4 De otro lado, el literal n) del punto 1.3 del Manual de Procedimientos de la
Traducción Certificada 2, define a la “traducción certificada” como la “Versión
traducida a una lengua meta de un documento en lengua origen por un
Traductor Colegiado Certificado del Colegio de Traductores del Perú, que se
ajusta a los requisitos establecidos en el presente Manual.”
Adicionalmente, el punto 7.1 del citado Manual establece que: “Será
presentada en formato físico con una carátula donde aparecerá el título
centrado 'Traducción Certificada', redactado en la lengua meta, seguido del
título del documento traducido. (…)”
De esta manera, las traducciones certificadas además de ser efectuadas por un
Traductor Colegiado Certificado del Colegio de Traductores del Perú deben
cumplir con ser presentadas en formato físico que contenga una caratula donde
se aprecie el titulo centrado “Traducción Certificada” escrito en la lengua meta
y el título del documento traducido; adicionalmente, deben ajustarse a lo
establecido por el Manual de Procedimientos de la Traducción Certificada.
2.1.5 Ahora bien, de acuerdo con el artículo 508 del Decreto Supremo Nº 076-2005RE, Reglamento Consular del Perú, para que un documento público o privado
extendido en el exterior tenga validez en el Perú debe estar legalizado por los
funcionarios consulares peruanos competentes, cuyas firmas deben ser
autenticadas posteriormente por el área correspondiente de legalizaciones del
Ministerio de Relaciones Exteriores del Perú.
No obstante, el “Convenio de la Apostilla” 3, vigente en el Perú desde el 30 de
setiembre del 2010, suprime la exigencia de legalizar los documentos públicos
extranjeros, a efectos de que tengan valor en los países que forman parte de
dicho convenio.
en debida forma sean considerados como auténticos y lo contenido en ellos sea tenido por verdadero
mientras
no
se
haga
prueba
en
contrario.”
(El
subrayado
es
agregado).
http://lema.rae.es/drae/?val=fe%20p%C3%BAblica.
2
Publicado
en
el
portal
web
del
Colegio
de
Traductores
del
Perú.
http://www.colegiodetraductores.org.pe.
3
Aprobado mediante Resolución Legislativa Nº 29445 y ratificado por Decreto Supremo Nº 0862009-RE, el cual entró en vigencia, el 30 de setiembre de 2010, de acuerdo con la publicación
efectuada en el diario oficial “El Peruano”, con fecha 15 de octubre de 2010.
4
De lo antes expuesto, se advierte que, para que los documentos expedidos en el
exterior tengan validez en el Perú deben estar legalizados por los funcionarios
consulares peruanos y refrendados por el Ministerio de Relaciones Exteriores
del Perú o, en el caso de documentos públicos extranjeros, contar con la
Apostilla de la Haya.
2.1.6 Adicionalmente, debe precisarse que sin perjuicio de las traducciones oficiales
que se puedan realizar a los documentos privados que sí contengan las
legalizaciones oficiales correspondientes, el artículo 25 del Reglamento de TPJ
establece que: “Los Traductores Públicos Juramentados podrán traducir
documentos privados que no contengan las legalizaciones oficiales
correspondientes, pero deberán estampar en el encabezamiento de la primera
página de las traducciones efectuadas un sello del siguiente tenor:
“TRADUCIDO SIN LEGALIZACIONES OFICIALES” y debajo otro sello que
diga: “TRADUCCIÓN SIMPLE SIN VALOR OFICIAL”; los cuales deben
estamparse en cada una de sus páginas. De igual modo, estampar sellos del
mismo tenor en los idiomas extranjeros pertinentes en las traducciones a tales
idiomas. De estas traducciones simples sólo será legalizada de requerirse, la
firma del Traductor Público Juramentado.” (El subrayado es agregado).
Como se aprecia, el Reglamento de TPJ faculta a los traductores públicos
juramentados a traducir de manera no oficial documentos privados que no
contengan las legalizaciones correspondientes, con la condición que consignen
un sello precisando que tal traducción se realiza sin dichas legalizaciones, y
otro que indique que se trata de una traducción simple sin valor oficial.
2.1.7 Tal como se advierte de lo antes expuesto, dada la importancia de los
documentos que se presentan a efectos de acreditar los requisitos para la
admisión de las propuestas y los factores de evaluación –pues estos determinan
qué proveedores pueden seguir participando en el proceso de selección, así
como su calificación, respectivamente–, la normativa de contrataciones del
Estado ha previsto formalidades especiales cuando dichos documentos sean
presentados en idioma distinto al castellano, con la finalidad de salvaguardar
no solo su validez, sino también la calidad de la información que estos detallan.
En esa medida, aquellos documentos que contengan información referida a los
requisitos para la admisión de propuestas y factores de evaluación, emitidos en
un idioma distinto al castellano, deberán estar acompañados de traducciones
oficiales o certificadas que cumplan con las condiciones señaladas en las
normas de la materia; con la finalidad que la propuesta técnica sea admitida o,
de ser el caso, calificada con el puntaje correspondiente.
2.2. “(…) en caso la pregunta número 1 sea negativa, en el supuesto que el
otorgamiento de la Buena Pro se hubiera dado en contravención de lo
dispuesto durante la vigencia del artículo 62° del RLCE, ¿corresponde la
declaratoria de nulidad de oficio por parte del órgano correspondiente, sea
éste el Titular de la Entidad o el Tribunal de Contrataciones del Estado,
cuando corresponda, de conformidad a lo establecido en el artículo 56° de la
5
Ley de Contrataciones del Estado, aprobada mediante D. Leg. N° 1017 y
modificado mediante Ley N° 29873?” (sic).
2.2.1 En el marco de la normativa de contrataciones del Estado, la potestad para
declarar la nulidad de los actos derivados de un proceso de contratación se
encuentra regulada en el artículo 56 de la Ley.
Al respecto, debe indicarse que, conforme a lo establecido en el segundo
párrafo del citado artículo, el Titular de la Entidad puede declarar de oficio la
nulidad del proceso de selección, hasta antes de la celebración del contrato,
cuando los actos dictados: (i) provengan de órgano incompetente; (ii)
contravengan las normas legales; (iii) contengan un imposible jurídico; o (iv)
prescindan de las normas esenciales del procedimiento o de la forma prescrita
por la normativa aplicable; precisando en la Resolución que se expida, el
momento al cual se retrotraerá el proceso de selección.
Como se advierte, la normativa de contrataciones del Estado otorga al Titular
de la Entidad la potestad de declarar la nulidad de oficio de un proceso de
selección, hasta antes de la celebración del contrato, cuando los actos dictados
por los funcionarios de la Entidad o el Comité Especial contravengan normas
legales.
En consecuencia, el Titular de la Entidad4 podrá declarar la nulidad de oficio
de un proceso de selección cuando la propuesta técnica haya sido admitida o
calificada en contravención de lo dispuesto en el artículo 62 del Reglamento.
2.2.2 Por su parte, de acuerdo a lo señalado en el primer párrafo del artículo 56 de la
Ley, el Tribunal de Contrataciones del Estado, en los casos que conozca,
declara nulos los actos expedidos cuando se encuentren dentro de alguna de las
causales previstas para la declaración de nulidad de oficio por parte del Titular
de la Entidad.
De igual manera, cuando el Tribunal de Contrataciones del Estado declare la
nulidad de un proceso de selección deberá expresar en la Resolución que
expida la etapa a la que se retrotraerá dicho proceso.
2.3. “En el supuesto que se declare de oficio la nulidad del acto de otorgamiento
de la Buena Pro por contravención del artículo 62° del RLCE, ¿queda sin
efecto la obligación de suscribir el contrato, tal como lo dispone el artículo
137 del Reglamento??” (sic).
2.3.1 Sobre el particular, debe precisarse que, la consecuencia de la declaración de
nulidad es la invalidez de los actos dictados de forma ilegal desde su origen; de
esta manera, los actos nulos son considerados actos inexistentes y, como tales,
no producen efectos jurídicos.
4
De conformidad con el artículo 5 de la Ley, la potestad del Titular de la Entidad de declarar la
nulidad de oficio no puede ser objeto de delegación.
6
Ahora bien, en el marco de un proceso de selección, la invalidez de un acto
determina, no solo la invalidez de la etapa en la cual fue realizado, sino
también la invalidez de las etapas posteriores. En esa medida, el artículo 56 de
la Ley establece que en la resolución mediante la cual se declara la nulidad,
debe precisarse la etapa o fase a la que se retrotraerá el proceso de selección, a
efectos de sanearlo y continuar válidamente con su tramitación.
En esa línea, el penúltimo párrafo del artículo 22 del Reglamento precisa que el
incumplimiento de alguna de las disposiciones que regulan el desarrollo de las
etapas de un proceso de selección constituye causal de nulidad de las etapas
siguientes5, según lo dispuesto en el artículo 56 de la Ley, y determina la
necesidad de retrotraerlo al momento anterior a aquél en que se produjo dicho
incumplimiento.
2.3.2 Por su parte, el primer párrafo del artículo 137 del Reglamento señala que,
“Una vez que la Buena Pro ha quedado consentida o administrativamente
firme, tanto la Entidad como el o los postores ganadores, están obligados a
suscribir el o los contratos respectivos.”
Como se aprecia, la obligación de contratar señalada en el párrafo precedente
es una consecuencia directa de que la Buena Pro haya quedado
administrativamente firme o que se haya producido su consentimiento.
De esta manera, la nulidad del otorgamiento de la Buena Pro implica no solo la
invalidez de la etapa en la que tuvo lugar sino también la invalidez e ineficacia
de la obligación de contratar que se originó luego de su consentimiento o de
haber quedado administrativamente firme.
3.
CONCLUSIONES
3.1
De conformidad con lo establecido en el artículo 62 del Reglamento, aquellos
documentos que contengan información referida a los requisitos para la
admisión de propuestas y factores de evaluación, emitidos en un idioma
distinto al castellano, deberán estar acompañados de traducciones oficiales o
certificadas que cumplan con las condiciones señaladas en las normas de la
materia; con la finalidad que la propuesta técnica sea admitida o, de ser el caso,
calificada con el puntaje correspondiente.
5
Al respecto, de conformidad con lo establecido en el artículo 22 del Reglamento, los procesos de
selección contienen las siguientes etapas:
1. Convocatoria.
2. Registro de participantes.
3. Formulación y absolución de consultas.
4. Formulación y absolución de observaciones.
5. Integración de las Bases.
6. Presentación de propuestas.
7. Calificación y evaluación de propuestas.
8. Otorgamiento de la Buena Pro
7
3.2
El Titular de la Entidad podrá declarar la nulidad de oficio de un proceso de
selección cuando la propuesta técnica haya sido admitida o calificada en
contravención de lo dispuesto en el artículo 62 del Reglamento. Asimismo, el
Tribunal de Contrataciones del Estado, en los casos que conozca, declara nulos
los actos expedidos cuando se configure alguna de las causales previstas para
que el Titular de la Entidad dicte la nulidad de oficio.
3.3
La nulidad del otorgamiento de la Buena Pro implica no solo la invalidez de la
etapa en la que tuvo lugar sino también la invalidez e ineficacia de la
obligación de contratar que se originó luego de su consentimiento o de haber
quedado administrativamente firme.
Jesús María, 6 de agosto de 2014
MARTÍN TORRES CATERIANO
Director Técnico Normativo (e)
MAMV/.
Descargar