ACCIONES DESDE LA ARQUITECTURA HACIA UNA

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ACCIONES DESDE LA ARQUITECTURA HACIA UNA NORMATIVIDAD AMBIENTAL
Por Adolfo Gómez Amador, Aníbal Figueroa Castrejón, José Manuel Ochoa de la Torre.
RED Aquitectura Bioclimática (Proyecto PROMEP: Normatividad y reglamentación para arquitectura
bioclimática)
Resumen
Se hacer una revisión de diferentes instrumentos desarrollados por arquitectos, o desde el
área de la arquitectura. Estos instrumentos tienen un carácter normativo informal, y
cubren una amplia gama de productos pero no forman parte de un sistema que los
identifique, les de claridad en sus alcances y pertinencia para una arquitectura
comprometida con el medio ambiente. Después de hacer un recuento de estas
herramientas, se propone un esquema de organización de las propuestas normativas que
implican a la arquitectura con una visión comprometida con su entorno.
Palabras clave: Arquitectura bioclimática, Normatividad ambiental, Clima.
Abstract.
This paper is a review of different policy instruments developed by architects, or from the
area of architecture. These instruments do not have a normative formal, and cover a wide
range of products, but they are not part of a system. A system would identify them, give
them clarity in scope and relevance. This system would allow the committed architectural
environment. After recounting these tools, we propose a scheme of organization of
regulatory proposals involving architecture with a vision committed to their environment.
Keywords: Bioclimatic architecture, Environmental regulations, Climate.
Antecedentes
Diseñar conlleva una responsabilidad social que no puede estar exenta de controles. La
arquitectura se sujeta a una serie de reglas y normas, en tal sentido la arquitectura y de
manera más específica una arquitectura respetuosa del entorno
se enfrenta a un
problema común de la reglamentación: Ante la ley todos somos iguales pero no todos
vivimos en las mismas condiciones, y especialmente en las mismas condiciones
ambientales y climáticas.
Hacer leyes implica de algún modo generalizar y algunos aspectos y particularizar otros,
el problema es que la particularidad no puede ser demasiado diversa.
Específicamente en nuestro país al “diseñar” leyes existe un criterio centralista, esto
equivale a decir que lo que es bueno para la Ciudad de México debe ser bueno para
cualquier parte del país. En el mejor de los casos eventualmente piensan en las
condiciones extremas y en función de estas se definen acciones regulatorias. Es decir se
normaliza y se tipifica justo en el sentido en que lo define la Real Academia Española
“Hacer que algo se estabilice en la normalidad” y “Ajustar varias cosas semejantes a un
tipo o norma común”
El primer problema es determinar que es lo normal, o lo común. Por ejemplo si
consideramos la totalidad del territorio nacional la condición climática más común es la
árida. De acuerdo a la
Edición 2000 del Anuario Estadístico de los Estados Unidos
Mexicanos de INEGI, cerca del 50 por ciento de la superficie continental presenta climas
seco y muy seco. Por otra parte, si consideramos lo normal como una aproximación a los
valores medios de los elementos meteorológicos de la república mexicana, entonces
puede ser más aproximado un clima templado subhúmedo. Finalmente si lo normal esta
determinado por la condición del mayor número de personas independientemente de la
extensión territorial (ver tabla 1), en ese sentido se podría considerar las condiciones de
clima preferidas por las personas como lo normal. El problema vuelve a ser que esta
preferencia también es relativa, a menos que consideremos el criterio centralista impuesto
en los países más desarrollados dependientes del aire acondicionado, también con
condiciones muy diferentes a las de nuestra realidad climática y económica.
Tabla 1 distribución de climas por territorio y población en la república mexicana
Territorio
Temperatura/Hum
edad
Húmedo
Subhúm
Semi
Muy
edo
seco
Seco
seco
Cálido
7.28 %
16.98 %
3.78 %
2.65 %
3.29 %
Semicálido
1.83 %
11.57 %
3.26 %
5.30 %
13.06 %
Templado
0.74%
8.40 %
7.47 %
4.16 %
3.91 %
Semifrío
0.04%
2.53 %
0.08 %
Población
Temperatura/Hum
edad
Húmedo
Subhúm
Semi
Muy
edo
seco
Seco
seco
Cálido
1.74 %
10.73 %
3.76 %
0.97 %
3.93 %
Semicálido
0.98 %
3.62 %
6.13 %
2.36 %
1.85 %
Templado
0.77 %
25.97 %
26.09 %
4.59 %
3.03 %
Semifrío
0.00 %
3.47 %
0.00 %
Fuente: Elaboración propia con datos de INEGI. (2010)
En todo caso si estandarizamos ¿Que diferencias se deben suprimir y como?¿Que se
puede estandarizar? Y en su caso si lo que se pretende es tipificar regiones ¿Como
establecer las divisiones? Considerando la Geografía política, la física o la humana?. Las
condiciones ambientales no se atienen a fronteras políticas, en tal caso se requeriría
nuevamente generalizar, habría que considerar que algunos estados, como es el caso de
San Luis Potosí, cuentan con casi toda la diversidad ambiental del país. Las fronteras
físicas se pueden definir pero resultaría muy complejo en términos de la necesidad de
simplificación de las leyes.
Regresamos a nuestra premisa inicial de la responsabilidad social que no debe excluir los
controles legales y, agregamos, debe sujetarse a los resultados de evaluación de
experiencias previas y criterios técnicos sistemáticamente comprobados.
Instrumentos normativos de diseño bioclimático
En tal sentido la arquitectura provee de algunas pautas aplicables a localidades o a
regiones muy específicas. De acuerdo a cada experiencia se han establecido
lineamientos, directrices, criterios, instrucciones y guías.
La diferencia entre cada uno de estos instrumentos para el diseño puede ser sutil. Los
principios son premisas o valores que guían de forma muy general las decisiones. Por ello
son estudios o conjuntos de conocimientos más bien teóricos y generales, a manera de
enunciados, sin definir una condición o realidad específica, pero pueden estar orientados
o limitados a un país o región continental, o bien ser parte del ideario de una entidad
pública o privada. Ejemplo: los principios del "Profesional de la Edificación Verde de
Rumania" que constituye el ideario del organismo certificador de la edificación sustentable
de ese país. Por otra parte, los criterios son ideas que pueden ser tomadas en cuenta
para la toma de decisiones, ya sea que esten orientados a un sector, o a un género
arquitectónico o edificatorio, como los criterios de “Diseño Solar Pasivo en Escuelas para
la Protección del Medio Ambiente en Grecia” propuesto por investigadores de la
Universidad Técnica Nacional de Atenas.
Las directrices o lineamientos son equivalentes a patrones para la acción y la toma de
decisiones para un sector o una condición regional intermedia, por ello son un conjunto de
elementos de referencia para la ejecución de algo. Ejemplo de este tipo de documentos
son las “Directrices para el diseño de viviendas bioclimáticas en Grecia”, “Directrices para
el diseño climáticamente adaptado, para climas fríos en China” y, aunque de manera
demasiado genérica, el “Código de la vivienda en México”
Las guías son instrumentos documentales en que se dan preceptos para encaminar o
dirigir decisiones. Por ejemplo las tablas de Mahoney son una herramienta de consulta
basada en tablas de referencia para la arquitectura utilizada como una guía de diseño
apropiado para un clima determinado. Llevan este nombre por el arquitecto Carl Mahoney,
quien trabajó en ellas junto con Evans y Königsberger. Se publicó por primera vez en
1971 por el Departamento de Asuntos Económicos y Sociales de las Naciones Unidas.
Las recomendaciones son un recurso frecuente de diseño, el concepto recomendar
implica dar una orden a alguien para que haga lo que haría él mismo y normalmente son
resultado de experiencias prácticas o productos de investigación.
Las instrucciones podemos definirlas como un conjunto de reglas o advertencias para
algún fin. Ejemplo de este mecanismo es el documento conocido como el “Manual del
arquitecto descalzo”.
Salvo los principios, la mayoría de estos instrumentos son propuestas individuales o de
pequeños grupos. Es notable el caso de las tablas de Mahoney pues a pesar de ser
resultado del trabajo de un pequeño grupo de expertos, es resultado de una iniciativa de
una institución global.
Todos estos instrumentos son resultados de un proceso metodológico preciso y quienes
las elaboran son los expertos de su localidad o región. En algunos países estos
esquemas datan de los años 70. La mayoría de los instrumentos son de carácter
voluntario, su objetivo es mejorar la habitabilidad con un buen desempeño ambiental de
las edificaciones.
La experiencia mexicana
En México, salvo las recomendaciones para el diseño bioclimático, no abundan este tipo
de herramientas, y hasta fechas recientes no había interés por desarrollarlas. En algunos
países como Australia e Italia se han desarrollado algunos esquemas de directrices de
carácter obligatorio, algunos criterios muy específicos se convierten en limitantes del
diseño y no necesariamente las recomendadas o enunciadas en la norma constituyen la
mejor solución para cada caso en particular. Sobre todo cuando se convierten en un
catalogo de soluciones son criticados por limitar la creatividad del diseño, e inhibir nuevas
propuestas quizá mas eficientes que las planteadas por los instrumentos.
A finales de la década de los 70’s principios de los 80’s en México se empezaron a
desarrollar e implementar diversos instrumentos tendientes a una normatividad
bioclimática donde intervinieron instituciones como INFONAVIT, CONESCAL, UNAM,
IPN, SAHOP.
En 1982 se promulgó la Ley Federal de Protección al Ambiente y fue creada la Secretaría
de Desarrollo Urbano y Ecología (SEDUE), para asegurar su cumplimiento y ordenar la
política ambiental del país.
A partir del PLEA (Pasive and Low Energy Architecture) realizado en la Ciudad de México
en 1985, se pudo recapitular todo lo hecho hasta el momento en nuestro país, así como
acuatizar esta área del conocimiento a partir de los avances sobre la materia en el resto
del mundo.
En este evento se dieron a conocer diversos proyectos bioclimáticos realizados en varios
estados de la republica: Baja California, Baja California Sur, Chihuahua, Colima, Distrito
Federal, Estado de México, Guerrero, Jalisco, Oaxaca, San Luis Potosí, Tlaxcala,
Veracruz, Zacatecas.
Estas experiencias dieron la pauta para buscar sistematizar soluciones de mayor
posibilidad de acceso económico y facilidad de uso. A partir de entonces se comenzaron a
generar criterios y protocolos relacionados con el diseño sustentable, entre los primeros
métodos se encuentran los de la Dirección General de Aguas Salinas y Energía Solar, de
la SAHOP con un procedimiento para la evaluación de ecotecnologías y el proyecto
Cartilla Solar para diferentes estados del país, para catalogar los recursos y potenciales
de cada región. En este mismo orden otro documento que sistematiza las tecnologías,
pero dirigidos hacia el ámbito rural, es el realizado por Johan Van Lengen que derivó en el
Manual del arquitecto descalzo, referido líneas arriba que continúa publicándose. Entre
1982 y 1984 se comenzaron a sistematizar en documentos la evaluación de materiales,
como la Cartilla del Adobe de CONESCAL, y el análisis de las condiciones ambientales,
como el ABC de la climatización de Everardo Hernández, esta última experiencia se
culminó como procedimiento metodológico en 1985 en el Póster de Recomendaciones
Bioclimáticas, de Hernández, Meyer y Alcántara y poco después Estrategias de diseño
bioclimático para la Ciudad de México otra referencia importante en la búsqueda de un
diseño sustentable fue el trabajo de J. González Claverán conocido por su acróstico
A+B=C.
El intento más serio hasta ese momento para desarrollar un esquema normativo para la
edificación adecuada al clima fue el de las Normas de diseño bioclimático de vivienda de
Infonavit, este documento fue promovido por el Departamento de Investigación y Diseño
Urbano y la Oficina de normas técnicas de la Subdirección técnica de esa institución y
publicado en 1986.
En 1987, se autorizó al Congreso de la Unión para legislar en materia de protección al
ambiente a los tres niveles de gobierno, y en 1988 fue publicada la Ley General del
Equilibrio Ecológico y la Protección al Ambiente aún vigente.
A partir de la promulgación de esta ley se han producido varios instrumentos orientados a
la edificación adaptada al entorno.
Con el objetivo específico de establecer lineamientos normativos, la Dirección General de
Normas e Insumos de vivienda, Subsecretaria de vivienda de la propia Secretaría de
Desarrollo Urbano y Ecología, publicó un documento, no fechado pero producido entre
1986 y 1988, denominado Normas Mínimas para la Vivienda de Interés Social (Desarrollo
urbano). El Sistema de Normas para vivienda, fue un instrumento creado en 1988 por la
Dirección General de Normas e insumos de vivienda, Subsecretaria de vivienda, de la
Secretaría de Desarrollo Urbano y Ecología. También de 1988 es la Clasificación de la
vivienda de interés social en clima cálido húmedo, de la Dirección General de Normas e
insumos de vivienda de la Secretaría de Desarrollo Urbano y Ecología.
En 1991 la Dirección General de políticas y la Coordinación de programas de vivienda de
la Secretaría de Desarrollo Urbano y Ecología, publicó una Guía metodológica para la
formulación de programas estatales de vivienda.
Con este instrumento se pretendía
orientar las políticas para generar un diseño de vivienda más apropiado a cada región.
Experiencias más recientes de compilación de tecnologías pasivas y estrategias de
diseño aplicadas a determinadas condiciones de un sitio o región específica son los
materiales publicados por la Universidad de Guadalajara 1994 y 2002.
Con la línea de las metodologías la Universidad de Colima ha continuado desarrollando el
esquema de análisis de sitios y regiones a partir de los trabajos de investigación destacan
las recomendaciones para el estado de Colima (1986 y 1990), Jalisco (1992), San Luis
Potosí (1996), Nayarit (2003) y Chihuahua (2004).
En 1990, el Instituto Mexicano del Seguro Social publicó Criterios de Adecuación
Bioclimática en Arquitectura con el No.7300, de las normas técnicas del IMSS
Desde la creación de la entonces Comisión Nacional para el Ahorro de Energía (ahora
Comisión Nacional para el uso Eficiente de la Energía, CONUEE) en conjunto con la
secretaría de energía y otras instituciones,ha propuesto y desarrollado normas oficiales
mexicanas (NOM) que reglamentan diversos aspectos del consumo y uso de la energía
en edificaciones, que van desde los motores, sistemas de iluminación, aire acondicionado
o la características de materiales aislantes, hasta las que definen la eficiencia energética
de la envolvente de los edificios, estas ultimas han sido de difícil aplicación ya que la
misma depende de que cada municipio del país las integre a su reglamento de
construcción como una norma técnica complementaria, adaptándola a las características
regionales.
En el mes de julio del 2012, la secretaría de Economía presentó el proyecto de Norma
Mexicana PROY-NMX-AA-164-2012 “Edificación Sustentable - Criterios y Requerimientos
Ambientales Mínimos” que se encuentra actualmente en su fase de auscultación pública
Propuesta de articulación de un sistema normativo
La mayoría de estos instrumentos son producto de la experiencia e investigación sin
embargo no es sencillo determinar lo generalizable de una experiencia, y sobre todo
establecer un método de evaluación para diferentes condiciones.
Problemas de las pautas de diseño
Existen varios problemas asociados a la implementación de pautas de diseño.
En primera instancia la interpretación puede diferir de una lectura a otra en el cuanto a las
acciones que deben efectuarse. Esta puede variar de un individuo a otro en función de su
conocimiento del tema, preparación técnica, actividad productiva o contexto social.
Por otra parte, el diseño no tiene un proceso lineal, sino que parte de ideas genéricas que
se transforman en propuestas específicas de volúmenes, materiales, elementos y
sistemas constructivos. Por ello el resultado de diseño de una pauta no puede ser
determinado a priori y puede tener muchas posibles soluciones válidas, incluso algunas
no consideradas en su redacción.
Otra consideración importante es el contexto socio-cultural, en el que se incluyen los usos
y costumbres locales tales como las formas de vida y de trabajo, la organización
productiva y familiar y los hábitos sociales de las personas que usan un espacio, entre
otros. Estos elementos pueden modificar la aplicación de pautas y volverlas inoperantes o
ineficientes. Con frecuencia un aumento en la eficiencia de una construcción implica
cambios en sus formas de uso.
El contexto económico plantea múltiples problemas en cuanto a las pautas de diseño ya
que generalmente el costo directo de una construcción determina muchas de las acciones
a seguir. Es este sentido es importante señalar que la mayoría de las pautas de diseño
involucran ventajas en la operación y mantenimiento que se reflejan a mediano y largo
plazo. Por ello es importante que las pautas hagan énfasis en la acciones de orientación y
ubicación de elementos arquitectónicos que no implican una inversión mayor. Otro
elemento de económico a considerarse es la asesoría técnica para la aplicación de la
pauta.
Otro problema que se ha presentado en México es la implementación de las normas, aquí
intervienen factores como: quien debe verificar su cumplimiento y como evaluar su
aplicación. En nuestro país son los municipios quienes dan los permisos de construcción y
terminación de obra. Por ello, se necesita en primera instancia capacitación técnica para
miles de funcionarios municipales, quienes adicionalmente se renuevan cada tres años.
Por otro lado son los Directores Responsables de Obra, mejor conocidos como DRO,
sobre los que recae la responsabilidad de que el proyecto cumpla con las normas y
reglamentos de construcción y de verificar la ejecución de la obra, por lo tanto es
necesario que estos tengan la capacitación adecuada o bien crear otra figura o unidad
verificadora que funja como corresponsable específico.
Adicionalmente las normas no pueden ser de aplicación general, ya que será muy distinto
el grado detalle e información que se requiere para un edificio de grandes dimensiones
como un hospital o un centro comercial a aquel de una vivienda unifamiliar. Incluso en
este último caso será diferente una vivienda unifamiliar aislada que un conjunto de
vivienda masiva que puede llegan a incluir hasta 40,000 unidades.
Los mecanismos de verificación son otro problema importante que debe solucionarse en
la redacción misma de la norma. De forma ideal estos deben se sencillos y prácticos. Es
importante que el cumplimiento de la pauta no se convierta en un obstáculo y por lo tanto
sea susceptible de corrupción.
Diferencias entre cada documento técnico o normativo
No es sencillo establecer las diferencias entre los distintos instrumentos técnicos,
reglamentarios o normativos existentes, ya que tienen metodologías diferentes, usan
términos distintos y consideran resultados heterogéneos. Por ejemplo, hay desde pautas
que hacen énfasis en los elementos “sustentables” que incluyen el agua, el transporte, el
ciclo de vida de los materiales, etc. hasta otras que específicamente se relacionan con
variables físicas tales como el consumo energético o la iluminación.
Ante el aumento de iniciativas tendientes a la regulación y normalización de los edificios
surge confusión en cuanto a cual o cuales seguir y que beneficios podemos esperar.
El carácter legal de las pautas de acción en el diseño
El carácter legal de las pautas de diseño es otro tema de gran relevancia. Claramente
existen a nivel mundial dos posturas: aquellas que las marcan como de carácter
obligatorio y coercitivo estableciendo multas y penalizaciones por su incumplimiento y las
que son de carácter voluntario y que conllevan beneficios o premios económicos tales
como exención de algunos impuestos, mayor valor de mercado o mejor imagen comercial.
En términos generales en la mayoría de los países se han establecido normas “básicas”
de eficiencia energética que son obligatorias en todos los casos generalmente
relacionadas a ventilación e iluminación natural, eficiencia de la envolvente y
características termo-físicas de los elementos arquitectónicos. Adicionalmente se aplica
en muchos países un segundo nivel de normatividad, que al menos en sus fases iníciales
siempre es voluntaria y que implica un estudio detallado de diversos componentes de la
construcción y de su desempeño en el tiempo.
En el caso mexicano, la aceptación de normas internacionales voluntarias internacionales
como LEED ha tenido una gran aceptación en el mercado inmobiliario, sobre todo de
edificios comerciales y de oficinas. Mientras que la normatividad federal oficial (NOMENER) ha tenido muy poco apoyo para su aplicación tanto en los niveles de gobierno
como en los particulares.
El carácter de las pautas de diseño
Generalmente las pautas de diseño son solo de carácter referencial, lo que plantea
incertidumbre sobre su uso y aplicación. Cuando se lleva a cabo una pauta de carácter
exclusivamente matemático, datos de entrada presentan generalmente niveles de
incertidumbre muy altos que pueden producir desviaciones importantes. Se tiende a
pensar que los resultados son “exactos” e irrefutables, aún cuando no lo sean.
En otros casos se han hecho diagramas o esquemas que “traducen” a un lenguaje gráfico
la redacción técnica. Sin embargo estos gráficos tienden a predisponer a los diseñadores
hacia lo que se busca como objetivo, limitando sus posibilidades de aplicación.
Otro alternativa es aquella en la que se emplean “casos de estudio” como pautas de
aplicación. En este caso se generan “modelos ideales” de lo que se debería hacer,
provocando copias formales que con frecuencia carecen de un diseño adecuado. Esto es
particularmente negativo cuando los casos de estudio pertenecen a otras condiciones
climáticas, culturales y económicas.
El alcance territorial de las pautas
Como se analizó anteriormente, es difícil establecer el alcance territorial de las pautas, ya
que en términos generales a mayor grado de detalle en cuanto al territorio de aplicación,
mayor será la certidumbre de los resultados. Sin embargo, resulta impráctico realizar
pautas específicas para cada localidad e incluso estas pueden enfrentas situaciones
físicas (topográficas, orográficas, hidrológicas, etc.) que les afecten en un mismo sitio.
A nivel internacional, el alcance territorial común es dividir a un país en un número
limitado de regiones climáticas (de 3 a 9) y establecer criterios generales de diseño para
su aplicación en cada una de ellas. Como es lógico, en toda división del territorio existirán
casos “típicos” que cumplan completamente con las características esperadas y un
número de “casos de frontera” de lugares que no respondan con tanta exactitud a estas
características o incluyan propiedades de dos e incluso tres regiones.
También es un obstáculo para el alcance territorial de la normatividad, la disponibilidad de
información climatológica precisa. Si bien existen estudios climáticos del territorio desde
hace más de cien años, en muchos casos los datos se encuentran muy dispersos en
grandes áreas, como es el caso de la porción norte y sureste del territorio nacional y no
incluyen todos los parámetros climatológicos necesarios para un análisis para el diseño
arquitectónico.
Sin embargo, el mayor obstáculo para el alcance territorial de las pautas lo constituye la
división político-administrativa del territorio que es posible que no corresponda
adecuadamente con una división climática.
Ámbito de aplicación o validez de la pauta.
A partir de la sistematización de las experiencias en la producción de instrumentos
normativos para la arquitectura bioclimática o la edificación sustentable, las dificultades de
aplicación y las contradicciones que se han identificado y las limitaciones que enfrentan
estas herramientas, proponemos un esquema para la implementación de cualquier
instrumento, herramienta o pauta de diseño con carácter legal o reglamentario.
Tabla 2 esquema taxonómico de las pautas de diseño
Alcance
geográfico
Nacional
Pauta aplicable
Naturaleza
Esfera de
aplicación
Federal
Categoría
Principios
Abstracta
absoluta
Estándares y valores mínimos de
desempeño ambiental de la
construcción
Estrategias de adecuación por región o
sector.
Macroregional
o sectorial
Lineamientos
Abstracta
genérica
Federal
Mesorregional
Criterios
Estatal
Esquemas de ordenamiento
Microrregional
Recomendaciones
y guías
Referencial
genérica
Técnica
especifica
Local
Soluciones bioclimáticas particulares
Fuente: Elaboración de los autores
CONCLUSIONES
Desde los años 70 en México, numerosas instituciones publicas y privadas ha
desarrollado y definido una gran cantidad de leyes, normas, pautas, lineamientos de
diseño, guías y códigos, referidos a los aspectos bioclimáticos y ambientales de las
edificaciones, sin embargo, al no ser de carácter obligatorio o requerir de ajustes mayores
para aplicarse en el ámbito regional o no haber los medios suficientes para su aplicación y
verificación, su uso no ha sido generalizado ni han tenido un impacto significativo en la
calidad de vida de los ciudadanos.
Otro obstáculo que prevalece en México para la aplicación de normatividad bioclimática
es falta de información climatológica adecuada, normalizada y confiable para el análisis
térmico y energético de edificios así como para la implementación
de energías
renovables. Ni siquiera existe una zonificación climática oficial referida a la edificación, la
actual usada por el INEGI y la SAGARPA, está basada en la clasificación climática de
Köppen-García que tiene más utilidad para la agricultura y la ganadería, ya que no
considera factores climáticos como la radiación solar, vientos o humedad relativa que son
indispensables para el diseño bioclimático.
De la reflexión que se hace en el presente documento de podría decir que una posible
propuesta de reglamentación no podría consistir en una sola norma de aplicación general,
ni de normas individuales para cada municipio, sino de un sistema normativo coordinado,
que incluya la zonificación e información climática adecuada, normas técnicas regionales,
manuales y pautas para la aplicación de las normas y una red de unidades verificadoras
capacitadas.
La labor no es fácil ya que no solamente se trata de elaborar y emitir normas y decretos,
se requiere que los actores involucrados ya sean legisladores, constructores,
diseñadores, evaluadores y hasta los mismos usuarios, estén capacitados y sean
conocedores del tema. Para ellos se deberían definir y estimular líneas de investigación
prioritarias, incidir en los planes de estudio de licenciatura y posgrado de las disciplinas
involucradas y hacer campañas de difusión y divulgación al respecto para el publico en
general, entre otras acciones.
En algunos aspectos ya se han dado los primeros pasos, también hay muchos esfuerzos
aislados, pero la tendencia general es a considerar cada vez más esta temática como un
asunto cotidiano y no como algo extraño y especial. Estamos en un punto en el que el
problema no es tanto
técnico (aunque falta mucho por investigar al respecto) como
político, económico y social.
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