EL UMBRAL POR DENTRO Qué pasa en el cuerpo cuando se trabaja sobre los límites del Umbral de Lactato. Cómo pueden entrenarse los transportadores de ácido láctico para alcanzar la “velocidad crucero”, que evite el agotamiento y la pérdida excesiva de glucógeno. Asesoró Néstor Lentini, Médico Especialista en Medicina del Deporte, Médico del CENARD (Centro Nacional de Alto Rendimiento Deportivo). Director de la Carrera de Posgrado de Medicina del Deporte de la Universidad de Buenos Aires. La vuelta del Lactato El Dr. George Brooks, de la Universidad de Berkeley, California, descubrió por 1980, que el lactato- ese compuesto químico que se genera constantemente durante el metabolismo y, sobre todo, en la actividad física- tenía muchos caminos donde podía, o bien, oxidarse, o bien, transformarse en glucosa y en un buen combustible para ejercicios de resistencia. La creencia de un “umbral anaeróbico”, entonces, entró en decadencia. No hay un pasaje de una situación aeróbica a una anaeróbica, donde no habría oxígeno. La elevación de los valores de lactato durante el ejercicio puede deberse a múltiples causas que nada tienen que ver necesariamente con una situación de hipoxia. Incluso, la remoción y la regeneración del lactato en glucosa puede acelerarse para rendir más y mejor. La pared El aumento del lactato y la consecuente pérdida de glucógeno durante un ejercicio con pruebas de cargas progresivas, puede hacer que el organismo comience a trabajar en acidosis metabólica (acumulación de ácido láctico) y disminuya su nivel de resistencia; lo que se denomina vulgarmente como “La pared”. Conocer el umbral ayuda, entonces, a mantener el mejor ritmo de corrida antes del agotamiento del glucógeno. Distintas variables pueden hacer que el lactato suba indiscriminadamente, sin que se produzca un estado “anaeróbico” o, lo que es igual, sin que haya una pérdida de oxígeno. Primera causa Cuanto más intenso es el ejercicio, más fibras rápidas se reclutan dentro del músculo y la producción de ácido láctico es mayor, a causa de un aumento de la actividad de la enzima lacticodeshidrogenasa isoenzima M. En este caso, sube el lactato sin que haya una falta de O2. Segunda causa Durante el entrenamiento, aumentan las catecolaminas (hormonas) que generan, de acuerdo a los receptores donde llegan (alfa o beta), vasoconstricción o vasodilatación. La piel y los músculos, que precisan de más O2, poseen vasodilatadores. Pero, otros órganos y tejidos, como el hígado y el riñón, que son gluconeogénicos (producen glucosa durante el ejercicio), tienen vasoconstrictores, que hacen que el lactato permaneza más tiempo en el torrente circulatorio y no entre a los órganos. Así, queda ácido láctico en sangre sin que haya ninguna hipoxia. Tercera causa Las mismas catecolaminas tienden a actuar sobre el páncreas, produciendo una elevación de la hormona glucagón (antagonista de la insulina), que al ser hiperglucemiante y glucogenolítico, facilita la formación de ácido láctico. Tampoco en esta variable se produce una disminución de O2. Extender el nivel del umbral Los transportadores Una forma de ampliar el límite de rendimiento máximo de un corredor es a través de los transportadores de monocarboxilatos (MCT). Los MCT son proteínas que transportan carboxilos, una sustancia que se encuentra tanto en el ácido láctico como en el pirúvico. Hay dos transportadores específicos que pueden ayudar a remover el lactato de forma más rápida que lo normal: el MCT1 y MCT4. El MCT1 se encuentra en las fibras lentas y el MCT4, en las fibras rápidas. Los músculos se constituyen por fibras rápidas y lentas. Las lentas tienen que ver con el metabolismo aeróbico y tienen más enzimas oxidativas y mayor cantidad de mioglobina. Las rápidas, en cambio, tienen una mayor capacidad de contracción, son de gran diámetro y contienen grandes reservas de glucógeno (se contraen rápidamente pero se cansan rápido porque gastan mucha energía). De acuerdo a cómo están distribuidas las fibras rápidas y lentas desde el nacimiento, hay deportistas que están más capacitados para la velocidad y otros para la resistencia. Cómo entrenarlos Existe un método para ejercitar los transportadores - y la consecuente remoción del lactato-, que trabaja sobre dos claves: las repeticiones y la intensidad. Por ejemplo, un nadador de 100 m puede hacer pasadas de 25 m y 50 m, nadando a su mayor velocidad, con 30” de pausa entre cada una de esas fracciones y 4´de pausa después de finalizada cada repetición. Este ejercicio puede reiterarse entre 7 y 8 veces, en dos jornadas distintas por semana, durante, por lo menos, dos meses. La recuperación tiende a ser de 72h para permitir la recarga de glucógeno. Un entrenamiento de este tipo mejora, a largo plazo, el rendimiento de los transportadores de fibras rápidas y la remoción del lactato haciendo que el umbral se extienda, aumentando la resistencia y el rendimiento. RECUADRO TEST DE UMBRAL LACTÁTICO REFERENCIAS mMol.lt Es la unidad de peso para medir una sustancia. Km/h Kilómetros por hora. Epígrafe El gráfico muestra los resultados de un test realizado con un corredor de elite en el Cenard. El eje vertical indica la cantidad de lactato en mMol detectable por litro de sangre. El eje horizontal hace referencia a la velocidad del deportista. A partir de los 14 km/h, se detecta un aumento progresivo del nivel de lactato en sangre por lo que el umbral de lactato se establece dentro de los 13 km/h. Esto permite determinar la velocidad crucero del atleta, es decir, el ritmo que puede mantener antes del agotamiento del glucógeno.