Tesis - Universidad de Colima

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INSTITUTO MEXICANO DEL SEGURO SOCIAL Y
UNIVERSIDAD DE COLIMA
PREVALENCIA DE SINDROME DEPRESIVO,
EN EL PERSONAL DE ENFERMERÍA EN
UN HOSPITAL DE ZONA.
TESIS QUE PARA OBTENER EL GRADO DE:
ESPECIALISTA EN MEDICINA FAMILIAR.
PRESENTA:
LORENA DEL ROCIO MEDINA LÓPEZ.
ASESOR BÁSICO:
M. EN C. PORFIRIO DÍAZ DUEÑAS
ASESOR CLÍNICO:
PSIQUIATRA ROBERTO OCHOA HERNÁNDEZ.
Colima, Colima, Febrero 2006.
DR. ALEJANDRO MANUEL ELIZALDE LOZANO.
DIRECTOR DE LA FACULTAD DE MEDICINA.
PRESENTE:
Por medio de la presente comunico a usted, que la alumna Lorena Del
Rocio Medina López inscrita en el programa de Especialidad en Medicina
Familiar, adscrita a la Facultad de Medicina de la Universidad de Colima,
ha concluido la tesis titulada “Prevalencia de Síndrome Depresivo en el
Personal de Enfermería en un Hospital de Zona” la cual reúne la
originalidad y calidad suficiente para ser sometida a la consideración del
jurado de examen de grado correspondiente.
Anexando a usted la Carta de Terminación.
ÌNDICE
PÁGINA
Resumen
1
Abstract
2
Introducción
3
Desarrollo histórico
18
Epidemiología
19
Justificación
21
Planteamiento del problema
22
Objetivo General
23
Objetivos Específicos
23
Material y métodos
24
Diseño metodológico
24
Universo de Estudio
24
Población estudiada
24
Criterios de inclusión
24
Criterios de no inclusión
24
Criterios de eliminación
24
Procedimiento
25
Aspectos éticos
26
Variables
27
Resultados
28
Discusión
30
Conclusiones
32
Anexos
33
Referencias
38
TABLA DE CONTENIDO
Figura No. 1
Prevalencía de Depresión en el personal 28
de enfermería y su distribución por
género.
Figura No. 2
Pacientes diagnosticados con depresión
29
según grupo étareo.
Anexo No. 1
Formato para el diagnóstico de
33
depresión.
Anexo No. 2
Clasificación de trastornos mentales
34
CIE 10.
Anexo No. 3
Formato de consentimiento informado.
36
Anexo No.4
Definición de términos
37
RESUMEN
Objetivo General.- Determinar la prevalecía de síndrome depresivo en el personal de
enfermería. Procedimiento.-Se encuesto al personal IMSS de enfermería del género
masculino y femenino de base o suplentes que laboran en cualquiera de los 3 turnos en
el HGZ 1 Colima, Col. que aceptaron participar en el estudio, recolectándose 102
encuestas en total., de un universo de estudio de 248. Tipo de estudio.- observacional descriptivo-transversal.
Resultados.-Encontramos
una
prevalecía
de
síndrome
depresivo de n=4 (3.92%) con una relación hombre-mujer 1:3 y con un predominio de
su presentación en la tercera y cuarta década de la vida. Además se mostró una
prevalencia mayor en casados n=3 (75%). Conclusiones.- La prevalencía de síndrome
depresivo en la población de enfermería del HGZ 1 de Colima, Colima, es baja en
relación a lo reportado en la literatura. Palabras clave.- Depresión, personal de
enfermería IMSS.
1
ABSTRACT
General objective.- To determinate prevalency of depressive syndrome in the
infirmary personnel. Procedure.- It was poll to infirmary personnel IMSS of
kind male and female. of base or substitutes who toil in 3 shifts in the HGZ 1
Colima, Col., that accepted to participate in the study, collecting it self 102
surveys in total of a universe of study of 248. Study type.- Descriptive-crosssectional. Results.- We found aa prevalency of depressive syndrome of n=4
(3.92%). With a man – woman relation ship 1:3 and a predominium of them
presentation in the third and fourth decade of the live. Also it showed a bigger
prevalency in married n=3 (75%). Conclutions.- The prevalency de syndrome
depressive in the infirmary personnel IMSS in the HGZ 1 de Colima, Colima, is
low in relation in the report in the literature. Key words.- Depression, infirmary
personnel IMSS.
2
INTRODUCCIÓN
El síndrome depresivo es un trastorno de la afectividad que se define como una
agrupación de síntomas relacionados con la tristeza. Aunque debemos primero
diferenciar entre síndrome depresivo primario o secundario, esta información puede
extraerse de una historia clínica general en donde nos permita detectar factores que
indiquen una etiología orgánica o secundaria del cuadro depresivo. 1
Como la mayoría de los trastornos
mentales,
la depresión se debe a causas
múltiples. En su aparición se entrelazan factores biológicos, condiciones de desarrollo
en la infancia, sucesos vitales, la condición de género femenino y circunstancias
sociales. Es decir se pueden dividir los factores causales en factores biológicos,
genéticos y psicosociales. Esta división es artificial por la alta probabilidad de que estos
factores interactúen entre sí.
2
Por lo cual es difícil determinar la medida de su
participación en los casos concretos.
3
Ya que por si mismos estos factores de
vulnerabilidad, en la mayoría de las personas, no llevan a desarrollar este trastorno
depresivo, 3 por lo que los factores ambientales son determinantes. 4 Desde hace décadas
se está planteando de que la depresión pueda tener algún tipo de sustrato biológico, por
lo cual han surgido diversas hipótesis han tratado de relacionar la etiopatogenia de esta
afección con algún tipo de alteración en los principales sistemas de neurotransmisiòn
que actúan en el sistema nervioso central (SNC). En la primera teoría postula se dice
que existe un trastorno en la disponibilidad de diversos neurotransmisores cerebrales,
una insuficiencia absoluta o relativa que afectaría fundamentalmente los sistemas
noradrenèrgicos y serotonèrgicos y es conocida como hipótesis monoaminèrgica clásica
de la depresión, basada en dos tipos de evidencias: a) la aparición de cuadros depresivos
en algunos pacientes tratados con fármacos antihipertensivos, que tienen efectos
deplecionadores de monoaminas (reserpina, metildopa), y b) la constatación de que
diversos grupos de fármacos que incrementan la disponibilidad de monoaminas en el
espacio sináptico poseen actividad antidepresiva en el ser humano. 5
3
También los neuroesteroides están directamente implicados en las alteraciones
anímicas. La activación del eje hipotálamo-pituitario-corticoadrenal (HPA) es un
síntoma básico biológico de la depresión. La alteración de las concentraciones de los
neuroesteroides cortisol y dehidroepiandrosterona (DHEA) se relaciona directamente
con la depresión. En general se asume que el estrés y la depresión producen valores
elevados crónicos de cortisol y concentraciones reducidas crónicas de DHEA. La
DHEA tiene propiedades antiglucocorticoides que previenen algunos de los efectos
nocivos del cortisol. La DHEA ha demostrado ser un esteroide neuroactivo con posibles
efectos positivos sobre el estado anímico, independientemente de su acción sobre el
cortisol. 6,7
Como se comento anteriormente si existe un défisis de serotonina y noradrenalina,
en los casos de depresión y si comparten vías neuroquìmicas, seguramente compartirán
algunos genes, pudiendo existir una relación genética entre algunos trastornos de
ansiedad y depresión.4 Comprobaron que aquellos individuos que presentaban mayor
grado de ansiedad tenían, con mayor frecuencia, la variante corta del gen de la proteína
transportadora de serotonina, mientras que los que tenían la secuencia larga de este gen
respondían de forma menos intensa. Los mismos investigadores afirman que este gen
puede estar implicado en los mecanismos de desarrollo de este trastorno en un
porcentaje muy bajo, puesto que evidencias científicas estiman que existen varios genes
implicados en la fisiopatología de la ansiedad y la depresión.5 Pero la predisposición
genética no comporta que se desarrolle necesariamente la enfermedad. En estas
enfermedades los factores ambientales son determinantes.4 El estudio de las causas
genéticas implicó trabajar con familias y se pudo confirmar repetidamente que es de 2 a
10 veces más probable que la padezcan los parientes en primer grado, de los pacientes
que sufren depresión, que los sujetos de la población general. Los estudios con hijos
adoptados también han aportado datos que confirman la idea de que existe un
componente genético básico para la heredabilidad de la depresión. Los estudios con
gemelos monocigóticos han demostrado que la concordancia para el trastorno depresivo
mayor es de 50% y entre dicigóticos es de 10 al 25%. 2
Se ha propuesto la hipótesis neurotròfica de la depresión, mediante técnicas de
neuroimagen in vivo, dadas las alteraciones del eje hipotálamo-hipofisario-adrenal (HPA)
demostradas en una gran proporción de los pacientes depresivos, y las alteraciones
morfológicas en el cerebro de estos pacientes. Además esta hipótesis da cuenta de los
4
cambios potenciales que se producen en la expresión génica de las neuronas diana tras
el tratamiento crónico con fármacos antidepresivos, que finalmente resultan en valores
alterados de diversas proteínas específicas que subyacen a los cambios en las
propiedades funcionales de determinadas poblaciones neuronales. 5
La menopausia es una condicionante para presentar depresión, ya que se observa que
la mujer no asume su nuevo rol el la vida, lo cual produce un acontecimiento vital
estresante, al que se va acercando paulatinamente toda mujer. En otras ocasiones se
produce una menopausia por medios quirúrgicos por patología subyacente ginecológica,
encontrándose de la noche a la mañana inmersa en ella. 6
Algunos especialistas están convencidos de que los sucesos vitales desempeñan un
papel esencial en la depresión; otros sugieren que estos sucesos tienen sólo un papel
relativo en el inicio y duración de la misma. Los datos más convincentes indican que el
suceso más implicado en el desarrollo posterior de una depresión es la pérdida de uno
de los progenitores antes de los once años y que el factor estresante ambiental más
relacionado con el inicio de esta condición es la pérdida de un cónyuge; a estas causas
se las denominó factores psicosociales. 2
La aparición de sintomatología depresiva y psicòtica es bien conocida en relación
con el consumo y/o abstinencia de sustancias (alcohol, benzodiazepinas, baclofeno e
interferón alfa). El interés no solo radica en la gravedad clínica de la depresión
psicòtica, sino también en el hecho de que se produce en el contexto abstinencial de
múltiples sustancias (principalmente alcohol y alprazolam pero, además, opiáceos,
cocaína y Cannabis), en un paciente sin antecedentes psiquiátricos previos. Desde el
punto de vista de automedicación, el consumo de estas sustancias podría considerarse
como una forma de autotratamiento ante un posible trastorno afectivo primario, que no
llegó a manifestarse hasta el momento de la abstinencia total. 8 La coexistencia de abuso
de alcohol y depresión es vista hasta en 30%, dicha asociación puede resultar del efecto
crónico del alcohol en el cerebro, lo cual condiciona una depresión difícil de tratar. 8,9
Se encontró que las principales causas generadoras de cuadros depresivos son los
problemas familiares, la presencia de enfermedades crónicas o terminales, la dificultad
para adaptarse a las diferentes etapas de la vida individual y familiar, los duelos, y en
menor frecuencia al uso de alcohol o drogas. 10
Además se sabe que ciertos tipos de personalidad, en comparación con otros
presentan alto riesgo de padecer una depresión; por ejemplo la personalidad
dependiente, el obsesivo compulsivo y la histriónica. 2
5
Clasificación.
En general en la práctica clínica se emplean criterios de clasificación en función de
su etiología, los síntomas predominantes o su evolución. En la actualidad, para la
clasificación de los diversos trastornos depresivos se aceptan las directrices del Manual
Estadístico y Diagnostico de los Trastornos Mentales (Diagnostic and Statistical Manual
Of. Mental Disorders: DSM-IV, cuarta edición) editadas por la Asociación Americana
de Psiquiatría (APA).
5
En general los tipos de depresión: son tres los más comunes
depresión severa, la distimia y el trastorno bipolar. 11
El término “depresión menor” se utiliza para describir un amplio grupo de trastornos,
incluido el llamado trastorno distìmico en el DSM-IV.
11
Es una forma crónica y más
leve de depresión, en la que los síntomas depresivos persisten durante al menos dos
años.12
Bipolar tipo I , según los criterios del DSM IV se define por un curso clínico de uno
o más episodios maníacos o episodios mixtos y, a veces, episodios depresivos mayores.
Bipolar tipo II, se caracteriza por presencia de episodios depresivos mayores que
alternan con episodios de hipomanía, o sea, episodios de síntomas maníacos que no
cumplen todos los criterios de los episodios maníacos del trastorno bipolar I. 11
Los pacientes que sufren únicamente episodios depresivos se dice que padecen un
trastorno depresivo mayor, llamado también, a veces, depresión unipolar (no es un
término del DSM-IV). Los términos manía unipolar y manía pura (no son conceptos del
DSM IV) se utilizan a veces para designar a los pacientes con un trastorno bipolar I que
no presentan episodios depresivos.
11
Un episodio maníaco es un período concreto (al
menos una semana, o menos si el paciente debe ser hospitalizado) durante el cual “el
estado de ánimo es anormal y persistentemente elevado, expansivo o irritable”. Un
episodio mixto es un período que dura, al menos, una semana durante el cual, casi
diariamente, se cumplen los criterios tanto para un episodio maníaco como para un
episodio depresivo mayor. Los síntomas de un episodio hipomaniaco, que tiene una
duración superior a los 4 días, son similares a los de un episodio maníaco, pero también
conllevan, al menos, tres de los siguientes síntomas: autoestima exagerada, disminución
de la necesidad de dormir distracción fácil, gran actividad física y mental e implicación
excesiva en actividades placenteras con consecuencias desagradables. Según el DSMIV, el trastorno bipolar tipo I se define por un curso clínico de uno o más episodios
maníacos o episodios mixtos y, a veces, episodios depresivos mayores. 11
El DSM IV introduce una nueva categoría diagnóstica de trastorno del estado de
6
ánimo en el texto principal (trastorno bipolar tipo II) y tres nuevas categorías de
investigación (trastorno depresivo menor, trastorno depresivo breve recurrente y
trastorno disfórico premenstrual). Otros diagnósticos del DSM-IV son el trastorno del
estado de ánimo debido a una enfermedad médica y el trastorno del estado de ánimo
inducido por sustancias. 11
Según el DSM-IV, un trastorno depresivo mayor se define por la presencia de uno o
más episodios depresivos mayores sin historia de episodios maníacos, mixtos o
hipomaníacos. Un episodio depresivo mayor debe durar al menos dos semanas;
típicamente la persona está deprimida o deja de interesarse por la mayoría de las
actividades. Quienes reciben el diagnóstico de episodio depresivo mayor deben también
experimentar al menos cuatro síntomas de una lista que incluye cambios en el apetito y
peso, cambios en el sueño y nivel de actividad, pérdida de energía, sentimientos de
culpa, disminución de la capacidad para pensar y tomar decisiones e ideas recurrentes
de suicidio o muerte. 11
Trastorno depresivo no especificado. Si un paciente presenta síntomas depresivos
como característica principal de su trastorno, pero no cumple los criterios diagnósticos
para ningún otro trastorno del estado de ánimo u otro trastorno mental del DSM-IV, el
diagnóstico más apropiado es el de trastorno depresivo no especificado. 1
Cuadro clínico.
El síndrome depresivo se manifiesta por un conjunto de síntomas psíquicos como
tristeza, desmoralización, falta de ilusión, desinterés, pesimismo, pérdida de autoestima,
sentimientos de culpa y minusvalía, pérdida del impulso vital, y otros síntomas
somáticos como astenia, hipoactividad, anorexia, pérdida ponderal, desregulación
vegetativa (palpitaciones, xerostomía, sudación, estreñimiento, etc.). y trastornos del
sueño. Las alteraciones del sueño son prácticamente constantes en todos los síndromes
depresivos, aunque se manifiestan de manera distinta según la entidad nosológica. El
insomnio de conciliación es más frecuente en las depresiones neuróticas, trastornos
adaptativos y en los síndromes en que predomine la ansiedad. El despertar precoz es
característico de las depresiones endógenas, y está presente ocasionalmente en las
somatógenas. En ocasiones el cuadro clínico se acompaña de ansiedad, ideas delirantes,
agitación o inhibición psicomotríz, múltiples quejas somáticas o ideación autolítica.
Estos síntomas se mantienen durante la mayor parte del día, y suelen asociarse a un
importante deterioro social, laboral o de otras áreas importantes de la actividad del
individuo. Las depresiones enmascaradas son aquellas en las que predominan las quejas
7
somáticas sobre las demás manifestaciones clínicas 1
No todas las personas que están en fases depresivas o maníacas padecen de todos los
síntomas. Algunas padecen de unos pocos síntomas, otras tienen muchos. La gravedad
de los síntomas varía según la persona y también puede variar con el tiempo. 13
Depresión.
Estado de ánimo triste, ansioso o “vacío” en forma persistente.
Sentimientos de desesperanza y pesimismo.
Sentimientos de culpa, inutilidad y desamparo.
Pérdida de interés o placer en pasatiempos y actividades que antes se disfrutaban,
incluyendo la actividad sexual.
Disminución de energía, fatiga, agotamiento, sensación de estar “en cámara lenta.”
Dificultad para concentrarse, recordar y tomar decisiones.
Insomnio, despertarse más temprano o dormir más de la cuenta.
Pérdida de peso, apetito o ambos, o por el contrario comer más de la cuenta y
aumento de peso.
Pensamientos de muerte o suicidio; intentos de suicidio, inquietud, irritabilidad.
Síntomas físicos persistentes que no responden al tratamiento médico, como dolores
de cabeza, trastornos digestivos y otros dolores crónicos.
Manía.
Euforia anormal o excesiva.
Irritabilidad inusual.
Disminución de la necesidad de dormir.
Ideas de grandeza.
Conversación excesiva.
Pensamientos acelerados
Aumento del deseo sexual.
Energía excesivamente incrementada.
Falta de juicio.
Comportarse en forma inapropiada en situaciones sociales. 13
8
Las manifestaciones clínicas del síndrome depresivo afectan a varias áreas
psicopatológicas, que pueden agruparse de la forma siguiente:
Orientación y vigilancia.
El paciente se encuentra vigilado y orientado. Únicamente en caso de importante
inhibición, o ante un estupor depresivo, se afectan estas esferas. Las alteraciones en esta
área sugieren una etiología orgánica.1
Atención, concentración y memoria.
Puede expresar el enfermo depresivo alteraciones cognoscitivas como déficit de
atención o fallos mnésicos, principalmente por alteraciones en la memoria de fijación.
Sin embargo, las alteraciones de la memoria son más importantes subjetiva que
objetivamente, y desaparecen con la resolución de la clínica depresiva. Los trastornos de
memoria subjetivos, junto con las quejas del propio individuo sobre su memoria,
incluyen distorsiones no conscientes del recuerdo (paramnesias), que se manifiestan por
una selección de situaciones o recuerdos de tinte afectivo negativo.1
Afectividad.
La tristeza es el núcleo básico del síndrome depresivo. Puede ser cualitativamente
igual a la tristeza normal pero exagerada respecto al estímulo desencadenante; se
observa una diferencia cuantitativa de la intensidad y la duración respecto a la tristeza
normal (tristeza reactiva). Los pacientes con cuadros depresivos endógenos describen
una tristeza cualitativamente distinta a la normal, que invade todo su ser y es
corporalizada (tristeza reactiva). Los pacientes con cuadros depresivos endógenos
describen una tristeza cualitativamente distinta a la normal, que invade todo su ser y es
corporalizada (tristeza vital). En ocasiones el paciente se muestra incapaz de sentir
(anestesia afectiva), lo cual indica un estado depresivo más intenso. La anhedonia o
incapacidad para sentir placer puede ser uno de los síntomas guía en los cuadros
depresivos. La ansiedad, tanto psíquica como somática, es muy frecuente (70%-80% de
los cuadros depresivos), e incluso puede predominar sobre otras emociones.1
Pensamiento.
La alteración de la psicomotricidad es un aspecto característico del síndrome
depresivo, especialmente de las depresiones endógenas. La manifestación clínica más
frecuente es el enlentecimiento psicomotor, que puede llegar a la acinesia en los estados
de estupor depresivo. Impera una hipotonía general que se manifiesta por facies triste,
abandono personal, con desinterés por las relaciones sociales y actitudes regresivas
(aislamiento, clinofilia). En los cuadros en los que predomina la ansiedad, se observa
9
inquietud psicomotríz, que puede llegar a la agitación franca. 1
Diagnóstico.
El diagnóstico se establece en función de múltiples factores. Los antecedentes
hereditarios, el estilo de la personalidad, la ausencia o presencia de desencadenantes y
principalmente de la clínica son los puntos básicos en los que se afianza el diagnóstico
sindrómico. En determinados casos que se sospeche de una enfermedad orgánica
subyacente, será imprescindible el examen físico y las exploraciones complementarias
para aclarar el diagnóstico. 1
Las personas con un trastorno depresivo frecuentemente buscan ayuda de su médico
de cuidado primario por síntomas diversos que raramente incluyen “depresión”. El
trastorno se presenta frecuentemente enmascarado como forma de fatiga crónica, dolor,
o quejas somáticas inespecíficas.9,10 El humor depresivo puede manifestarse como
indiferencia, aislamiento, intranquilidad, nerviosismo, agitación o aún enojo. Por ello,
un alto índice de sospecha es necesario, porque muchos síntomas presentes pueden
corresponder a depresión más que a problemas somáticos. 9
La historia clínica se orienta a la diferenciación entre el síndrome depresivo primario
y secundario. La información que puede extraerse de la historia clínica general puede
permitir detectar factores que indiquen una etiología orgánica o secundaria del cuadro
depresivo. Debe determinarse la edad de inicio de la clínica, ya que un comienzo tardío
(mayores de 60 años) en ausencia de antecedentes psiquiátricos personales es sugestivo
de un trastorno depresivo de base orgánica. La presencia de síntomas médicos
concurrentes, así como la existencia de antecedentes recientes de cuadros médicos, la
prescripción de fármacos o el abuso de tóxicos orientan hacia una etiología orgánica o
tóxico-medicamentosa del cuadro depresivo. Por último, la detección de clínica
psiquiátrica atípica en el contexto de un cuadro depresivo, como déficit mnésicos,
desorientación, o alucinaciones visuales, es muchas veces indicativa de trastorno mental
de origen orgánico. 1
Dentro de la exploración física debemos centrarnos en la exploración neurológica. Es
importante detectar no sólo posibles signos neurológicos focales, sino examinar posibles
disfunciones subcorticales difusas (enlentecimiento motor y del habla, bradipsiquia,
ataxia, descoordinación motora, temblor, disartria, asterixis o corea. También es
importante determinar alteraciones indicativas de la posible causa somática del trastorno
depresivo. Las exploraciones complementarias van orientadas a dos aspectos
10
fundamentales: a) descartar que el cuadro depresivo supuestamente primario sea
secundario a una causa médica no psiquiátrica, y b) descartar alteraciones somáticas que
pueden desaconsejar o contraindicar un determinado tratamiento farmacológico. Se
recomiendan una batería de pruebas de despistaje general útil en la evaluación del
paciente depresivo, siempre en función de la historia clínica, exploración física y
sospecha clínica. 1
El uso adecuado de escalas clinimétricas es de enorme utilidad para establecer el
diagnóstico de depresión, así como para contar con una medida objetiva de los cambios
terapéuticos que permite monitorizar su evolución. La clinimetría constituye en si un
área en desarrollo que permite agregar un elemento de objetividad al cuantificar la
sintomatología observada. Se recomienda la aplicación de dos instrumentos; la escala de
Hamilton y el cuestionario clínico para el diagnóstico del síndrome depresivo de
Calderón Narváez. 11
La aplicación de dos instrumentos a fin de confirmar su concordancia, lo cual aunado
a los criterios diagnósticos del cuadro clínico que presente el paciente, permitirá al
médico de cuidado primario incrementar la confiabilidad de su diagnóstico y contar con
un parámetro para monitorear la respuesta terapéutica. Existen diversos instrumentos
disponibles, se describen a continuación dos de ellos, la Escala de Halmilton y el
Cuestionario Clínico de Calderón Narváez. 9
Escala de Halmilton. Fue desarrollada en 1960 por Halmilton, es un instrumento de
21 preguntas. Las primeras 17 exploran la sintomatología depresiva asignando una
severidad de menor a mayor gravedad (de 0 a 4). Las últimas cuatro preguntas exploran
la variación diurna, la despersonalización o desrealización, los síntomas paranoides y
los síntomas obsesivos. Está diseñado para que sea aplicado por un clínico.9
Cuestionario clínico para el diagnóstico del Síndrome Depresivo. Fue desarrollado
en México, Calderón (1992), y consta de 20 reactivos que corresponden a los síntomas
frecuentes de depresión en nuestro medio cultural. Está diseñada para ser autoaplicada y
requiere sólo de una breve explicación al paciente. Las respuestas se formulan de
acuerdo con un rango sumarizado de Lickert, y cada reactivo se puede contestar en
forma negativa (NO) o en forma positiva (SI) con opción a tres grados de severidad en
este último caso. El diseño permite sumar individualmente las cuatro columnas y luego
multiplicar cada una por el factor correspondiente para obtener la calificación final,
como sigue: Normal, de 20 a 35 puntos; reacción de ansiedad, de 36 a 39 puntos;
depresión incipiente de 40 a 55 puntos; y depresión severa, de 66 a 80 puntos. La
11
consistencia interna de este instrumento es de alfa de Cronbach de 0.86. La terminología
utilizada por Calderón (Anexo 1) difiere discretamente de la enunciada en el Manuel
Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales. Sin embargo, se considera que es
un instrumento desarrollado y validado en población mexicana que es de utilidad para
confirmar la presencia de un trastorno depresivo, así como de su severidad y en la
misma medida puede servir con propósitos de monitoreo para documentar la
disminución de la severidad. 9
Las causas del subdiagnóstico varían de la falta de reconocimiento por los médicos a
la negación de la enfermedad por parte de los pacientes, e incluyen el estigma de la
enfermedad mental quizá como el factor individual más frecuente. Debido a que los
médicos de cuidado primario suelen desarrollar largas relaciones médico-paciente con
sus enfermos, cuentan con la ventaja de poder minimizar los efectos estigmatizantes y
proporcionar un tratamiento efectivo a sus pacientes con depresión.9
La detección temprana del trastorno mental está directamente relacionada con una
mejor evolución del padecimiento, por lo que una educación amplia, dirigida al
diagnóstico y tratamiento de las enfermedades mentales propiciará un cambio, no sólo
en los pacientes, sino también en la respuesta de los familiares respecto a la búsqueda de
ayuda profesional. 10
Tratamiento.
Los fármacos antidepresivos se dividen en tres tipos: inhibidores de la
monoaminoooxidasa, compuestos tricíclicos y heterocíclicos e inhibidores selectivos de
la recaptura de serotonina. Los pacientes severamente deprimidos responden bien a la
terapia con tricíclicos. Aquellos con depresión atípica, caracterizada por excesivo sueño
y ganancia de peso corporal, responden mejor a los inhibidores de la monoamino
oxidasa o a los inhibidores selectivos de la recaptura de serotonina. En general, se
considera que todos los medicamentos ofrecen beneficios equivalentes. 9 La mayoría de
los antidepresivos pueden ser usados a largo plazo, pero la experiencia con inhibidores
de la recaptaciòn de serotonina (ISRS), es más extensa y friable que con cualquier otro
tipo de fármacos, incluyendo los tricíclicos y los nuevos antidepresivos, la prevención
de recaídas y recurrencias, un magnifico patrón de interacciones farmacológicas,
aspecto este especialmente importante en enfermos de edad elevada, con patologías
somáticas concomitantes y polimedicados, que justamente son los que tienen que
cumplir tratamientos más prolongados.14,15 La eficacia a corto plazo de los
12
antidepresivos tricíclicos y los ISRS en pacientes con depresión en atención primaria es
similar, aunque los ISRS parecen tolerarse mejor,15 además de su baja frecuencia de
efectos secundarios
9,13
aunque sus efectos adversos son más frecuentes y son
potencialmente más serios en pacientes ancianos que sus contrapartes jóvenes.9 La
utilización de fármacos de acción prolongada, que permiten una disminución del
número de tomas, es importante, y en este sentido la experiencia con fluoxetina semanal
aporta resultados muy favorables, con tasas de buen cumplimiento a medio y largo
plazo del 80-90%. Dado que el abandono de los tratamientos es la primera causa de
recaídas en muchas enfermedades recurrentes o crónicas, lo que tiene graves
implicaciones socio sanitarias, es importante promover y facilitar los tratamientos de
mantenimiento a largo plazo, y para ello es necesario disponer de fármacos eficaces y
seguros, con formas de administración sencillas y cómodas.14
La mirtazapina y la paroxetina son buenas elecciones para pacientes que pueden
beneficiarse con la estimulación del apetito. La fluoxetina, la venlafaxina, la nefazodona
y el bupropión son buenas elecciones para pacientes con hiperfagia o quienes
potencialmente puedan ganar peso. La sertralina y el citalopram son elecciones
intermedias adecuadas por tener menos posibilidad de desencadenar cambios de peso.
La fluoxetina es la única droga que ha sido aprobada para el tratamiento de la bulimia y
puede ser una buena elección de tratamiento para pacientes deprimidos en quienes
existan algunos de los criterios para anorexia o bien se confirma la comorbilidad entre
depresión y anorexia. 9
Para pacientes con gran necesidad de dormir, el tratamiento con mirtazapina,
nefazodona, paroxetina o fluvoxcamina puede ser considerada. Para quienes cursan con
síntomas de retardo psicomotor, alguno de los antidepresivos con mayor capacidad de
activación tales como fluoxetina, velafaxina o bupropión es una buena elección. La
sertralina y el citalopram causan un poco de agitación y sedación y se ubica en un punto
medio entre las alternativas previas. Casi todos los inhibidores selectivos de la recaptura
de serotonina causan algo de agitación en los primeros días de su inicio, pero este efecto
secundario usualmente desaparece por sí mismo y casi siempre se resuelve cuando la
dosis es reducida.9
Los antidepresivos en principio se ha establecido que es preferible no utilizarlos en el
tratamiento del trastorno bipolar en fase depresiva, aunque hay dos indicaciones
irrefutables respecto al uso de los antidepresivos: la resistencia a los estabilizadores del
ánimo y el riesgo suicida. Ghaemi revisó los ensayos clínicos en los que evalúa el uso
13
de antidepresivos y concluyó que el era igual o mejor que la combinación de litio
imipramina. Se estudiaron el tratamiento antidepresivo combinado con los
estabilizadores del ánimo, en aquellos pacientes que han respondido a esta modalidad,
por un espacio mayor a seis meses después de la remisión, ya que si se suspende antes
de este lapso, los pacientes tendrán un periodo de eutimia menor que si lo continuarán, y
además, un año después 70% de ellos habrá tenido una recaída depresiva en
comparación con sólo 36% de los pacientes que mantienen el tratamiento. 16
Se ha propuesto el uso de antipsicóticos atípicos (clozapina, olanzapina y
risperidona) en el tratamiento de la depresión bipolar resistente. Compararon en un
estudio abierto, la utilidad de la olanzapina sola, y de la combinación de olanzapina con
fluoxetina contra placebo y observaron que el uso de este antipsicótico es más
beneficioso que el placebo, pero que su combinación con la fluoxetina resulta en una
mejoría más consistente. 9
Otros fármacos utilizados son los antagonistas de canales de calcio y las hormonas
tiroideas son otros medicamentos que pueden utilizarse en algunos casos. Fármacos
como el topiramato tiene mecanismos de acción que incluyen la inhibición de los
canales de sodio y el bloqueo de algunos canales de calcio, un efecto agonista alostérico
del GABA, la modulación de la neuroexcitación mediada por glutamato, el bloqueo de
receptores AMPA kainita y la inhibición de las isoenzimas CA -II y CA - IV de la
anhidrasa carbónica, similares a los que poseen la carbamazepina, el valproato y la
lamotrigina. Más recientemente, Kusumakar, McIntyre y Riccardelli demostraron en un
estudio abierto que añadir la topiramato a dosis de 25 a 400 mg/día (145 mg en
promedio) a los estabilizadores del ánimo habituales, al tratamiento de pacientes con
trastorno bipolar I y II, mejoraban tanto su sintomatología depresiva como maniaca e
hipomaniaca. 16
En función de la revisión realizada, el litio es el medicamento que cumple con los
criterios para ser considerado el tratamiento de primera elección para el paciente con
trastorno bipolar tipo I que pasa por un episodio depresivo. Esta recomendación es
congruente con las guías de la Asociación Psiquiátrica Americana. Si el paciente,
debido a que las manifestaciones depresivas no ceden con litio, requiere el uso de otro
fármaco; es recomendable añadir lamotrigina, otro estabilizador del ánimo o bien
olanzapina, sobre todo si el paciente ha tenido episodios maniacos severos. Si el
estabilizador es valproato o carbamazepina, es prudente adicionar litio o lamotrigina. 16
14
Sólo en el caso de un episodio depresivo grave, debe iniciarse simultáneamente el
estabilizador y un antidepresivo, de preferencia bupropión o un inhibidor selectivo de
recaptura de serotonina; de otra forma es mejor evitarlo por el riesgo que el paciente
cicle a un episodio maníaco. 16
La gabapentina es un fármaco aprobado para su utilización como anticonvulsivo.
También parece ser útil como coadyuvante en el tratamiento de pacientes con trastorno
bipolar y en el tratamiento de pacientes con trastorno bipolar y en el tratamiento de la
agitación en enfermos mentales graves. La eficacia en el tratamiento de otros trastornos
de ansiedad, así como en la desintoxicación del alcohol y en el síndrome de
abstinencia del alcohol y de la cocaína., además se muestra eficaz en el tratamiento
tanto de los síntomas climatéricos como en el de los síntomas de ansiedad y del estado
de ánimo.17
La TEC es un tratamiento efectivo a corto plazo para la depresión y es
probablemente más efectivo que la terapia farmacológica. La TEC bilateral es
moderadamente más efectiva que la unilateral, y altas dosis de TEC son más efectivas
que bajas dosis, aunque
los trastornos cognitivos duran más.18Este tratamiento es
seguro según otros autores y su uso no excluye la farmacoterapia requerida para
prevenir una recaída a largo plazo 9 (TEC o "Electro-shock") es una buena opción para
pacientes cuya depresión es severa o pone su vida en peligro y para los pacientes que
no pueden tomar antidepresivos13 o que no responden a la farmacoterapia o la
psicoterapia.19Cuando la situación es una emergencia, por la presencia de síntomas
psicóticos, puede adicionarse un antipsicótico atípico. Si existe riesgo suicida, e incluso
si hay síntomas psicóticos, debe considerarse la terapia electroconvulsiva; en estudios
abiertos ésta tiene una tasa de respuesta de 50 a 100% en estos casos.9
Efectos secundarios e indeseables, algunos suelen ocurrir sólo al inicio del
tratamiento y otros después de algunas semanas. Los posibles efectos y sus
características deben ser discutidos ampliamente con el paciente: activación versus
sedación, ganancia de peso versus pérdida de peso, molestias gastrointestinales y
efectos sexuales secundarios. 9
Dentro de los efectos secundarios a nivel gastrointestinal tenemos las más comunes
asociadas al uso de nuevos antidepresivos. Después de iniciar tratamiento con
inhibidores de serotonina, lo cual se resuelve en uno a tres días., requieren suspender y
reiniciar a dosis más bajas. La constipación vista con los tricíclicos raramente ocurre
con los nuevos agentes, pero algunos pacientes reportan diarrea que puede requerir la
15
suspensión de la medicación. La dispepsia puede ocurrir también, pero usualmente
responde al uso de bloqueadores H-2. El bupropión es el más probable en causar diarrea
entre los antidepresivos más recientemente desarrollados. La nefazodona no debe ser
usada en pacientes con enfermedad hepática preexistente, de hecho su presentación
muestra la leyenda de advertencia sobre riesgo de falla hepática.9
Efectos sexuales secundarios. Los pacientes que prematuramente suspenden la toma
de antidepresivos frecuentemente citan efectos sexuales secundarios como la razón para
ello. En la actualidad hay una posibilidad de que los antidepresivos pueden mejorar la
vida sexual del paciente debido a que restauran la libido, incrementan la energía y
mejoran el ciclo de sueño. Sin embargo, los inhibidores selectivos de la recaptura de
serotonina y la venlafaxina son conocidos por ocasionar cambios significativos en la
respuesta sexual debido a que incrementan la actividad serotononinérgica en el sitio de
los receptores 5-HT2. En
general los inhibidores selectivos de la recaptura de
serotonina tienen efectos secundarios menos severos que otros agentes y son más
seguros en caso de sobredosis. 9
La mayoría de las personas deprimidas no buscan tratamiento. Aún cuando la gran
mayoría (incluso los que sufren de depresión severa) podría recibir ayuda .Hoy se sabe
que ciertos medicamentos y psicoterapias son eficaces para la depresión. Estas
psicoterapias son conocidas por los nombres de terapia cognitivo-conductual, terapia de
apoyo (terapia de conversación o plática). Estos tratamientos alivian el sufrimiento de la
depresión.20
El trastorno depresivo no es una condición de la cual uno puede liberarse a
voluntad. Las personas que padecen no pueden decir simplemente “ya basta me voy a
poner bien”. Sin tratamiento, los síntomas pueden durar semanas, meses e incluso años.
Sin embargo, la mayoría de las personas que padecen de depresión puede mejorar con
un tratamiento adecuado. A pesar que es un trastorno altamente tratable, únicamente un
tercio de los pacientes deprimidos reciben tratamiento apropiado. 13
Psicoterapia
Se acepta y reconoce actualmente que es recomendable la implementación de
abordajes psicoterapéuticos breves, ya sea de corte psicoanalítico, cognitivo-conductual
o interpersonal.
9,13
Algunos estudios disponibles muestran evidencia de que las
psicoterapia cognitivo-conductual e interpersonal tiene rangos de eficacia de 40 a 50%,
lo cual se incrementa al combinarlas con farmacoterapia. Por otro lado, se recomienda
que la psicoterapia pueda ser considerada como primera línea de tratamiento en casos de
16
depresión leve, no complicada y sin rasgos de melancolía, particularmente la prefiere en
vez de la farmacoterapia o ha tenido una respuesta positiva a psicoterapia previa.9
Curso y pronóstico.
Los estudios de seguimiento del curso natural sugieren que después de un año del
diagnóstico de un episodio depresivo mayor 40%, de los sujetos presentan aún síntomas
que son de la suficiente gravedad como para cumplir los criterios para un episodio
depresivo mayor, más o menos 20% sigue teniendo algunos síntomas que ya no
cumplen con los criterios completos para un episodio depresivo mayor y 40% no
presenta trastorno del estado de ánimo.
El trastorno tiene más probabilidades de
persistir en tanto haya mayor severidad y esté asociado a enfermedades médicas.9
La depresión es usualmente recurrente. La mitad de las personas que han cursado
con un episodio depresivo mayor tiene probabilidad de cursar al menos con otro en el
transcurso de su vida. El riesgo de recurrencia se incrementa de manera significativa
hasta 70% de riesgo para quienes han cursado con dos episodios depresivos y 90% para
quienes han cursado con tres episodios. Los pacientes con depresión recurrente también
son más propensos a tener un incremento en la tasa de morbilidad y un pronóstico más
pobre a largo plazo. El tratamiento puede condicionar una mejoría importante en un
corto plazo, sin embargo, el que ello afecte significativamente el pronóstico a largo
plazo o no, permanece poco claro.9
Complicaciones.
Riesgo de suicidio.
La ideación suicida y los intentos suicidas son comunes entre personas deprimidas.
Uno de cada ocho intentos de suicidio es fatal y alrededor de 3% de las personas que
han tenido intentos de suicidio eventualmente cometen suicidio consumado. Debido a
que la ideación suicida es una característica frecuente en la depresión, es importante
evaluar a cada paciente como un potencial suicida. El suicidio es un acto rápido y
violento. El 70% de los suicidios ocurren en pacientes con historia de enfermedad
crónica, por ejemplo, el rango de suicidio en pacientes con SIDA es de 21 a 36 veces
más alto que en la población general. La depresión que se acompaña de salud física
pobre cuenta para 25% de todos los suicidios que ocurren en pacientes ancianos,
quienes constituyen solamente 10% de la población. El abuso de sustancias y la
presencia de dolor crónico o discapacidad también incrementan el riesgo de suicidio.9
17
La desesperanza es otro factor de riesgo importante. Cuando los proyectos futuros no
parecen ofrecer la posibilidad de mejoría en una situación dolorosa actual, el escape, a
través del suicidio puede parecer atractivo. Otros factores significativos de riesgo
incluyen sexo masculino, raza blanca, presencia de síntomas psicóticos, aislamiento
social, historia previa de intentos suicidas, abuso de alcohol y la existencia de un plan
suicida con la intención de llevarlo a cabo. Finalmente, la evaluación del suicida
potencial es imprecisa. Cada individuo es capaz de suicidarse. Entonces, es importante
indagar acerca de los pensamientos suicidas en todos los pacientes deprimidos. La
mejor manera de evaluarlo es preguntando directamente a los pacientes si ellos están
considerando el suicidio y si lo tienen o no un plan que pretendan llevar a cabo, así
como la disponibilidad de agentes de autodaños tales como armas, acceso a edificios
altos, etc. La identificación de un riesgo significativo en un paciente depresivo es una
emergencia y frecuentemente requiere inmediata referencia a un psiquiatra o bien de
hospitalización para garantizar la seguridad de los pacientes esto que representa la
culminación fatídica de un problema complejo. La depresión constituye uno de los
factores asociados al mismo, además de edad mayor de 45 años, dependencia al alcohol
y pérdida de salud física entre otros. Las ideas suicidas ocurren en 25% de casos de
depresión grave; 12.2% en depresión moderada; y 3.5% de los casos de depresión leve.9
Desarrollo histórico.
El trastorno depresivo de la personalidad (TDP) tiene una rica tradición histórica y
clínica, y ha sido denominado bajo distintos nombres. Descrito por investigadores
diferentes desde perspectivas teóricas distintas, en el cual inicia Hipócrates con el
concepto de temperamento melancólico que fue formalizado más tarde por Galeno
denominándolo como un exceso de humor frío, posteriormente Krapelin en 1896, lo
denomina como la psicosis maniaco depresiva.21,22 y denomina personalidad cilcloide a
un patrón del temperamento que combina cualidades maniacas y depresivas, en tanto
que Kretschmer denomina que los trastornos afectivos como la personalidad cicloide
están asociados con el morfotipo pícnico. Además de otros autores que le dan diferentes
connotaciones y que mencionan además que los factores ambientales desempeñan un
papel modificador.21
18
Epidemiología
La depresión es uno de los trastornos mentales más frecuentes en todo el mundo, y
su prevalecía es de 8-12%. Las enfermedades neuropsiquiàtricas se colocaron entre las
que más carga representa en la escala mundial. Se atribuyó a estas enfermedades el 10%
de la carga global de la enfermedad (estimando que aumentará hasta el 15 % para el
2020). La depresión unipolar destacó por ocupar el 4to. lugar mundial en la carga de la
enfermedad, y para el 2020 ocupará el 2do. Lugar y el primero en países en desarrollo.23
Los trastornos afectivos constituyen una de las principales enfermedades
neuropsiquiàtricas, siendo la depresión la patología psiquiatrica más frecuentemente
diagnosticada en los países desarrollados. Se calcula que entre la población adulta,
alrededor de un 20% de las mujeres y un 10% de los varones experimentan un episodio
depresivo a lo largo de su vida. La prevalecía anual de la depresión se estima que es del
5% para los varones y del 10% para las mujeres, 5 aunque otros autores mencionan que
independientemente del país o la cultura, su prevalecía es de dos veces más en mujeres
que en hombres
2,3
Sin embargo; numerosos estudios sugieren que estos valores no
reflejan bien la realidad y que los datos reales podrían duplicar las estimaciones
anteriores.5 Aunque en otro estudio realizado en el Hospital Psiquiatrico Fray
Bernardino Alvarez en el D.F., calculan su presentación del síndrome depresivo en la
población general, de 10 a 25% de las mujeres y de 5 a 12% en los hombres la padecen
alguna vez en la vida y actualmente su incidencia en la población adulta es de 5 al 9%
en las mujeres y de 2 a 3% en hombres (APA, DSM-IV, 1994). 2
La media de la edad de inicio gira alrededor de los 40 años; 50% de los pacientes
comienzan a sufrir el trastorno entre los 20 y los 50 años. Puede también iniciarse en la
infancia o en la vejez, aunque esto es poco frecuente. Algunos resultados
epidemiológicos recientes sugieren que la incidencia puede estar incrementando entre
las personas menores de 20 años. Si esta observación es cierta, podría estar relacionada
con el consumo de alcohol y otras sustancias en este grupo de edad. 2
Según los criterios DSM IV predominaron las mujeres, el grupo de 35 a 54 años y
los que tenían pareja. La edad de inicio de los cuadros depresivos se sitúa entre la 3era.
y 4ta. década de la vida. El 28.5% de los deprimidos han tenido un intento suicida actual
o anterior, y fue frecuente esa conducta en sus familiares. 24
19
En general, el trastorno depresivo mayor se observa más frecuentemente en personas
que no tienen relaciones interpersonales íntimas, o que están separadas o divorciadas.6
En otro artículo se comenta que es más frecuente su presentación en mujeres casadas
que en solteras, situación inversa en el caso de los hombres. 24
No se ha detectado ninguna correlación entre el nivel socioeconómico y el trastorno
mayor. Aunque la depresión es más frecuente en las áreas rurales que en las urbanas, se
desconoce la causa exacta de estos trastornos. 2Aunque en otra revisión nos menciona
que la carencia de recursos sociales, es decir las personas pobres tienen las más altas
prevalecías de trastornos mentales y conductuales.2 En nuestro país la situación resulta
similar en cuanto a mayor nivel de depresión.25
La encuesta
nacional de epidemiología psiquiatrica (ENEP) proporcionó las
primeras estimaciones nacionales de la prevalecía de los trastornos mentales. Se estimó
que el 8.4% de la población ha sufrido, según el Manual Diagnóstico y Estadístico de la
Asociación Americana de Psiquiatría (DSM IV, por sus siglas en inglés), un episodio de
depresión mayor alguna vez en la vida con una mediana de edad de inicio de 24 años. 13
En México, se han identificado 17% de mujeres en comparación con el 8.5% de
hombres con síntomas de depresión.15 En un estudio en la población mexicana en 1996,
9.1% de los adultos de la población urbana en México había presentado un episodio
depresivo.
2
En otro estudio en México comenta que un 8.3% de la población ha
padecido este trastorno al menos una vez en la vida. y los resultados obtenidos de la
Encuesta Nacional de Adicciones realizada en zonas urbanas en 1994, señalaron la
prevalecía de trastornos mentales entre 15 y 18% de la población en general. 10
20
JUSTIFICACIÓN
En la literatura revisada, se observa que el síndrome depresivo afecta directamente a
nuestro entorno, no solo laboral sino familiar, por lo cual lo hace de primordial
importancia su estudio. Se realizó el presente estudio en personal de enfermería ya que
esté personal es el que se encuentra con mayor contacto con la población
derechohabiente por lo que se puede mermar la calidad de su atención al sufrir de esté
trastorno, ya que el personal de enfermería por su mismo rol ocupacional se encuentra
en un alto nivel de distrés subjetivo, esto aunado a eventos vitales estresantes.
9
Otra
razón que llevo a realizar esté estudio es que hasta el momento en nuestro hospital y a
nivel local, nuestro estado no se cuenta aún con estudios de prevalencia de síndrome
depresivo.
21
PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA
¿Cuál es la prevalecía del síndrome depresivo en el personal de enfermería en el HGZ
No 1 Colima?
22
OBJETIVOS
General.
¿Determinar la prevalencía de síndrome depresivo en personal de enfermería?
Específicos.
1.1
Conocer cual es
la prevalencía de síndrome depresivo en el personal de
enfermería.
23
MATERIAL Y METODOS
DISEÑO METODOLOGICO:
Estudio observacional, descriptivo, transversal.
UNIVERSO DE ESTUDIO:
248 enfermeras que laboran en el HGZ No. 1 Colima, Col.
POBLACIÓN ESTUDIADA:
102 encuestas aplicadas al personal de enfermería, en el periodo comprendido del 01febrero al 15 de febrero de 2004.
CRITERIOS DE INCLUSIÓN
1.-Trabajador IMSS del área de enfermería del HGZ No. 1 en Colima, Col.
2.-Independientemente del género.
3.- Aceptación a participar en el estudio.
CRITERIOS DE NO INCLUSIÓN.
1.- Personal de enfermería en formación que se encuentre realizado su servicio social,
prácticas escolares, internado, clasificados como becarios.
2.-Personal de enfermería que no este laborando durante la realización del estudio, ya
sea por vacaciones, incapacidad médica, falta laboral o licencia.
CRITERIOS DE ELIMINACIÓN.
a) No contamos.
24
PROCEDIMIENTO
1. Previa autorización se aplicó una encuesta (anexo 1) para el diagnostico clínico
depresión en personal de enfermería, tanto femenino como masculino, en el
HGZ y UMF 1 de Colima, Col., en el período comprendido del 01-febrero al 15
de febrero de 2004.
2. Tal cuestionario se aplicó en sus turnos laborales (matutino, vespertino,
nocturno y jornada acumulada).
3. Esté cuestionario es autoaplícable, y previo a su llenado se les explicó en que
consistía y la forma de llenarlo.
4. El cuestionario esta conformado por 20 preguntas, las cuales son cerradas con 4
posibles respuestas las cuales tienen un valor numérico., y que nos van a
clasificar a la depresión en: incipiente (40 a 45 puntos), media (46 a 65 puntos)
y severa(66 a 80 puntos), además de normal (20 a 35 puntos) y reacción de
ansiedad (36 a 39 puntos).
5. Se les pidió que entregaran sus cuestionarios de forma inmediata o más tardar al
término de su jornada laboral.
6. Se capturó la información en el “ Programa Exel ”.
7. Se analizó la información con estadística descriptiva (frecuencias absolutas y
frecuencias relativas).
9. Para una mejor presentación de los datos se graficarán los resultados obtenidos.
25
CONSIDERACIONES ÉTICAS
Según la declaración de Helsinki, publicada por primera vez por la Asociación
Medica Mundial en 1964., la cual se considera como primera norma internacional para
la investigación biomédica. En su última modificación en 2001, afirma que la
investigación médica sólo se justifica si existen posibilidades razonables de que la
población, sobre la que la investigación se realiza, podrá beneficiarse de los resultados
de la investigación. Por lo que en esté estudio se cuido siempre el bienestar de los
participantes sobre los intereses de la ciencia y de la sociedad, por lo que los resultados
obtenidos de está investigación no afecta la integridad psicoafectiva de los participantes,
ya que fue hecho en forma anónima y confidencial el manejo de la información
obtenida, y con el consentimiento de los participantes. Incluyo formato de
consentimiento informado. (Anexo 3)
26
DEFINICIÓN OPERACIONAL DE LAS VARIABLES
Independiente: Edad, sexo, estado civil, turno laboral.
Dependiente: Depresión.
Variable
Naturaleza de
Escala de
la variable
medición
Tiempo cronológico desde el
Cuantitativa
De Razón
nacimiento hasta la fecha
continua
Sexo
Genero masculino o femenino
Cualitativa
Nominal
Estado Civil
Vínculo conyugal
Cualitativa
Nominal
Turno Laboral
Tiempo predeterminado por empresa
Cualitativa
Nominal
Edad
Definición
donde se labora.
Depresión
Conjunto de síntomas que interfieren Cualitativa
Ordinal
con la con la capacidad de desarrollo
de
actividades
que
eran
antes
placenteras.
27
RESULTADOS
El universo de nuestro estudio n=248, solo participaron en el estudio n=102
(41.12%), por ser la población que reunió los criterios de inclusión ya descritos con
anterioridad. En nuestro estudio se obtuvo una prevalencía de síndrome depresivo de
n=4 (3.92%). De estos la distribución por género se obtuvo que n=3 (75%) son mujeres
y n=1 (25%) hombre, lo cual nos habla de una relación hombre – mujer 1:3. Ver fig. 1.
.3
0
N
12
.7
5%
.98
.9 %
8%
1.9
6%
2.
94
11
.7
7%
Número de
50
pacientes
%
81
100
87
.2
7%
5%
Figura 1. Prevalencia de síndrome depresivo en el
personal de enfermería y su distribución por género.
R.A. D.I. D.M. D.S Total
Mujeres
83
3
1
2
0
89
Hombres
12
0
1
0
0
13
N: Normal
RA: Reacción de Ansiedad
D.I: Depresión Incipiente
D.M: Depresión Media
D.S: Depresión Severa
28
Además mostraron un predominio de presentación del síndrome depresivo en la
tercera y cuarta década de la vida, los cuales se muestran en Fig. 2
Figura No. 2. PACIENTES DIAGNOSTICADOS
CON DEPRESION SEGÚN GRUPO ETARIO
IMSS 2004
120
100%
100
80
50.99%
60
40
19.6%
25.49%
20
1.96% 3.92%
0.98%
0.98%
0
3.92%
20-30
31-40
41-50
51-60
Total
paciente
s
Poblac. Estudio
20
26
52
4
102
Depresiòn
1
1
2
0
4
En cuanto al estado civil de los pacientes con síndrome depresivo se obtuvieron:
n=3 (75%) son casados y n=1 (25%) soltero. En cuanto a turno laboral n=3 (75%)
pertenecen al turno matutino y n=1 (25%) vespertino.
29
DISCUSIÓN
Se encontró un 3.92% de prevalencía de síndrome depresivo en nuestro estudio,
siendo estos resultados por debajo de las estimaciones ya referidas a nivel mundial y
nacional.
2,10
Esto probablemente se debió a las barreras que impiden que la población
busque atención médica, estas barreras van aunadas a la estigmatización de los
trastornos mentales y a la negación de la enfermedad por parte de los pacientes.9,10 Esta
baja prevalencía en nuestro estudio se debió a que no se obtuvo una muestra lo
suficientemente grande, por lo que sugiero se realice en lo sucesivo un nuevo estudio
similar con otro tipo de diseño metodológico que permita la inclusión de más personal
para su estudio. El diseño metodológico que se utilizó no fue el óptimo ya que gran
cantidad de personal que se negó a participar, pude ser que haya sido por las mismas
circunstancias inherentes al problema de salud estudiado. Es bueno también recordar
que es un tema tabú dentro de nuestra población en general, por lo cual sería
recomendable otorgar una capacitación previa al personal de salud para aclarar muchas
dudas, y miedos que se tienen entorno a está problemática. Con ello se realizará una
nueva conceptualización del problema, obteniendo con ello más diagnósticos oportunos
y una canalización adecuada de los pacientes afectados. Todo esto para abatir
fehacientemente la verdadera prevalencía del síndrome depresivo en nuestro personal, y
además abatiríamos el ausentismo laboral
y por tanto la morbi-mortalidad
que
ocasiona esté problema de salud. 10
En nuestro estudio se observo un 75% de los pacientes pertenecen al género
femenino, y un 25% masculino, obteniendo un mayor índice de presentación de esté
síndrome en el género femenino a razón de 3 mujeres por cada hombre, concordando
con estudios ya referidos anteriormente en la literatura.5,15,24 La edad de inicio del
trastorno depresivo se sitúa entre la tercera y cuarta década de la vida24 en forma similar
a lo obtenido en nuestro estudio. En lo concerniente al estado civil se observo en
nuestro estudio que el 75% corresponde a mujeres casadas en concordancia con una
revisión en la que nos menciona que es más frecuente en casadas, situación inversa en
el caso de los hombres,24 donde también hay concordancia encontrando un 25% de los
afectados con estado civil soltero.
30
No se encontraron datos relevantes en la variable turno laboral, ya que ninguno de los
afectados pertenecieron al turno nocturno, ya que se pensaría que por la inversión de su
ciclo sueño vigilia,
encontraríamos un aumento de nuestra prevalencía de esté
síndrome, ya que las alteraciones del sueño son prácticamente una constante en el
síndrome depresivo. 1
CONCLUSIONES
31
La prevalencía de síndrome depresivo en la población de enfermería del HGZ 1 de
Colima, Colima., fue de un 3.92%. Esta prevalencía es baja en relación a lo reportado
en la literatura. Además que se encontró mayor su presentación en la tercera y cuarta
década de la vida, siendo en género femenino el más afectado con una relación 3:1,
además que un 75% se le encontró en mujeres casadas, concordando todo ello con
estudios anteriores ya mencionados con anterioridad.
ANEXO No.1
32
Fuente: Calderón NG Cuestionario clínico para el diagnóstico de los cuadros
depresivos, Rev Med IMSS (México) 1992, 30:377-80., validez Arch Neurociencias
1996, 1 (1): 11-15.
ANEXO NO. 2
33
Clasificación de trastornos mentales CIE 10.
Criterios de la OMSS.
F00-F09 Trastornos mentales orgánicos incluidos los sintomáticos.
F30-39 Trastornos del humor (afectivos)
F30 Episodio maníaco.
F30.0 Hipomanía.
F30.1 Manía sin síntomas psicóticos.
F30.2 Manía con síntomas psicóticos.
F30.8 Otros episodios maníacos.
F30.9 Episodio maníaco sin especificación.
F31 Trastorno bipolar.
F31.0 Trastorno bipolar, episodio actual hipomaniaco.
F31.1 Trastorno bipolar, episodio actual maníaco sin síntomas psicóticos.
F31.2 Trastorno bipolar, episodio actual maníaco con síntomas psicóticos.
F31.3 Trastorno bipolar, episodio actual depresivo leve o moderado.
F31.4 Trastorno bipolar, episodio actual depresivo grave sin síntomas psicóticos.
F31.5 Trastorno bipolar, episodio actual depresivo grave con síntomas psicóticos.
F31.6 Trastorno bipolar, episodio actual mixto.
F31.7 Trastorno bipolar, actualmente en remisión.
F31.8 Otros trastornos bipolares.
F31.9 Trastorno bipolar sin especificación.
F32 Episodios depresivos.
F32.0 Episodio depresivo leve.
34
F32.1 Episodio depresivo moderado.
F32.2 Episodio depresivo grave sin síntomas psicóticos.
F32.3 Episodio depresivo grave con síntomas psicóticos.
F32.8 Otros episodios depresivos.
F32.9 Episodio depresivo sin especificación.
F33 Trastorno depresivo recurrente.
F33.0 Trastorno depresivo recurrente, episodio actual leve.
F33.1 Trastorno depresivo recurrente, episodio actual moderado.
F33.2 Trastorno depresivo recurrente, episodio actual grave sin síntomas psicóticos.
F33.3 Trastorno depresivo recurrente, episodio actual grave con síntomas psicóticos.
F33.4 Trastorno depresivo recurrente actualmente en remisión.
F33.8 Otros trastornos depresivos recurrentes.
F33.9 Trastorno depresivo recurrente sin especificación.
F34 Trastornos del humor (afectivos) persistentes.
F34.0 Ciclotimia.
F34.1 Distimia.
F34.8 Otros trastornos del humor (afectivos) persistentes.
F34.9 Trastorno del humor (afectivo) persistente sin especificación.
F38 Otros trastornos del humor (afectivos)
F38.0 Otros trastornos del humor (afectivos) aislados.
F38.1 Otros trastornos del humor (afectivos) recurrentes.
F38.8 Otros trastornos del humor (afectivos).
F39 Trastorno del humor (afectivo) sin especificación
Fuente: CIE-10 Vol. 1 Washington D.C , 10 MA Edición en 1992.
Anexo No. 3
35
PROYECTO: PREVALENCIA DE SINDROME DEPRESIVO,
EN EL PERSONAL DE ENFERMERÍA EN
UN HOSPITAL DE ZONA.
Modelo de Consentimiento por escrito
Título del ensayo..............................................................................................
Yo .................................................... (Nombre y apellidos)................................
He leído la hoja de información que se me ha entregado.
He podido hacer preguntas sobre el estudio.
He recibido suficiente información sobre el estudio.
He hablado con..................... (Nombre del investigador)...................................
Comprendo que mi participación es voluntaria.
Comprendo que puedo retirarme del estudio:
1. Cuando quiera
2. Sin tener que dar explicaciones
3. Sin que esto repercuta en mis cuidados médicos
Presto libremente mi conformidad para participar en el ensayo
Fecha
Firma del participante
FUENTE: Declaración de Helsinki, publicada por primera vez por la Asociación
Médica Mundial en 1964.
DEFINICIÓN DE TÉRMINOS:
Anexo No. 4
36
El trastorno distìmico según el DSM-IV, está caracterizado por el estado de ánimo
deprimido de al menos dos años de duración, que está presente la mayor parte del
tiempo, y por síntomas depresivos adicionales que no cumplen el diagnóstico de
episodio depresivo mayor. 11
El término “depresión menor” se utiliza para describir un amplio grupo de
trastornos, incluido el llamado trastorno distìmico en el DSM-IV 1
Trastorno bipolar; llamado también enfermedad maníaco-depresivo se caracteriza
por cambios cíclicos en el estado de ánimo; fases del ánimo elevado o eufórico (manía)
y fases de animo bajo (depresión) los cambios de estado de ánimo pueden ser
dramáticos y rápidos pero más a menudo son graduales. 3
Fase maníaca, la persona puede estar hiperactiva, hablar excesivamente y tener una
gran cantidad de energía. La manía a menudo afecta la manera de pensar; el juicio y la
manera de comportarse. 3
Bipolar tipo I , según los criterios del DSM IV se define por un curso clínico de uno
o más episodios maníacos o episodios mixtos y, a veces, episodios depresivos
mayores.11
Bipolar tipo II, se caracteriza por presencia de episodios depresivos mayores que
alternan con episodios de hipomanía, o sea, episodios de síntomas maníacos que no
cumplen todos los criterios de los episodios maníacos del trastorno bipolar I. 11
Trastorno depresivo mayor se define según el DSM-IV, por la presencia de uno o
más episodios depresivos mayores sin historia de episodios maníacos, mixtos o
hipomaníacos. Un episodio depresivo mayor debe durar al menos dos semanas;
típicamente la persona está deprimida o deja de interesarse por la mayoría de las
actividades, deben también experimentar al menos cuatro síntomas de una lista que
incluye cambios en el apetito y peso, cambios en el sueño y nivel de actividad, pérdida
de energía, sentimientos de culpa, disminución de la capacidad para pensar y tomar
decisiones e ideas recurrentes de suicidio o muerte. 11
Ansiedad es un fenómeno esencialmente humano. Permite al hombre anticipar
diversas situaciones, algunas relacionadas con su defensa y otras relacionadas con el
ataque.26
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