INSTITUTO MEXICANO DEL SEGURO SOCIAL Y UNIVERSIDAD DE COLIMA PREVALENCIA DE SINDROME DEPRESIVO, EN EL PERSONAL DE ENFERMERÍA EN UN HOSPITAL DE ZONA. TESIS QUE PARA OBTENER EL GRADO DE: ESPECIALISTA EN MEDICINA FAMILIAR. PRESENTA: LORENA DEL ROCIO MEDINA LÓPEZ. ASESOR BÁSICO: M. EN C. PORFIRIO DÍAZ DUEÑAS ASESOR CLÍNICO: PSIQUIATRA ROBERTO OCHOA HERNÁNDEZ. Colima, Colima, Febrero 2006. DR. ALEJANDRO MANUEL ELIZALDE LOZANO. DIRECTOR DE LA FACULTAD DE MEDICINA. PRESENTE: Por medio de la presente comunico a usted, que la alumna Lorena Del Rocio Medina López inscrita en el programa de Especialidad en Medicina Familiar, adscrita a la Facultad de Medicina de la Universidad de Colima, ha concluido la tesis titulada “Prevalencia de Síndrome Depresivo en el Personal de Enfermería en un Hospital de Zona” la cual reúne la originalidad y calidad suficiente para ser sometida a la consideración del jurado de examen de grado correspondiente. Anexando a usted la Carta de Terminación. ÌNDICE PÁGINA Resumen 1 Abstract 2 Introducción 3 Desarrollo histórico 18 Epidemiología 19 Justificación 21 Planteamiento del problema 22 Objetivo General 23 Objetivos Específicos 23 Material y métodos 24 Diseño metodológico 24 Universo de Estudio 24 Población estudiada 24 Criterios de inclusión 24 Criterios de no inclusión 24 Criterios de eliminación 24 Procedimiento 25 Aspectos éticos 26 Variables 27 Resultados 28 Discusión 30 Conclusiones 32 Anexos 33 Referencias 38 TABLA DE CONTENIDO Figura No. 1 Prevalencía de Depresión en el personal 28 de enfermería y su distribución por género. Figura No. 2 Pacientes diagnosticados con depresión 29 según grupo étareo. Anexo No. 1 Formato para el diagnóstico de 33 depresión. Anexo No. 2 Clasificación de trastornos mentales 34 CIE 10. Anexo No. 3 Formato de consentimiento informado. 36 Anexo No.4 Definición de términos 37 RESUMEN Objetivo General.- Determinar la prevalecía de síndrome depresivo en el personal de enfermería. Procedimiento.-Se encuesto al personal IMSS de enfermería del género masculino y femenino de base o suplentes que laboran en cualquiera de los 3 turnos en el HGZ 1 Colima, Col. que aceptaron participar en el estudio, recolectándose 102 encuestas en total., de un universo de estudio de 248. Tipo de estudio.- observacional descriptivo-transversal. Resultados.-Encontramos una prevalecía de síndrome depresivo de n=4 (3.92%) con una relación hombre-mujer 1:3 y con un predominio de su presentación en la tercera y cuarta década de la vida. Además se mostró una prevalencia mayor en casados n=3 (75%). Conclusiones.- La prevalencía de síndrome depresivo en la población de enfermería del HGZ 1 de Colima, Colima, es baja en relación a lo reportado en la literatura. Palabras clave.- Depresión, personal de enfermería IMSS. 1 ABSTRACT General objective.- To determinate prevalency of depressive syndrome in the infirmary personnel. Procedure.- It was poll to infirmary personnel IMSS of kind male and female. of base or substitutes who toil in 3 shifts in the HGZ 1 Colima, Col., that accepted to participate in the study, collecting it self 102 surveys in total of a universe of study of 248. Study type.- Descriptive-crosssectional. Results.- We found aa prevalency of depressive syndrome of n=4 (3.92%). With a man – woman relation ship 1:3 and a predominium of them presentation in the third and fourth decade of the live. Also it showed a bigger prevalency in married n=3 (75%). Conclutions.- The prevalency de syndrome depressive in the infirmary personnel IMSS in the HGZ 1 de Colima, Colima, is low in relation in the report in the literature. Key words.- Depression, infirmary personnel IMSS. 2 INTRODUCCIÓN El síndrome depresivo es un trastorno de la afectividad que se define como una agrupación de síntomas relacionados con la tristeza. Aunque debemos primero diferenciar entre síndrome depresivo primario o secundario, esta información puede extraerse de una historia clínica general en donde nos permita detectar factores que indiquen una etiología orgánica o secundaria del cuadro depresivo. 1 Como la mayoría de los trastornos mentales, la depresión se debe a causas múltiples. En su aparición se entrelazan factores biológicos, condiciones de desarrollo en la infancia, sucesos vitales, la condición de género femenino y circunstancias sociales. Es decir se pueden dividir los factores causales en factores biológicos, genéticos y psicosociales. Esta división es artificial por la alta probabilidad de que estos factores interactúen entre sí. 2 Por lo cual es difícil determinar la medida de su participación en los casos concretos. 3 Ya que por si mismos estos factores de vulnerabilidad, en la mayoría de las personas, no llevan a desarrollar este trastorno depresivo, 3 por lo que los factores ambientales son determinantes. 4 Desde hace décadas se está planteando de que la depresión pueda tener algún tipo de sustrato biológico, por lo cual han surgido diversas hipótesis han tratado de relacionar la etiopatogenia de esta afección con algún tipo de alteración en los principales sistemas de neurotransmisiòn que actúan en el sistema nervioso central (SNC). En la primera teoría postula se dice que existe un trastorno en la disponibilidad de diversos neurotransmisores cerebrales, una insuficiencia absoluta o relativa que afectaría fundamentalmente los sistemas noradrenèrgicos y serotonèrgicos y es conocida como hipótesis monoaminèrgica clásica de la depresión, basada en dos tipos de evidencias: a) la aparición de cuadros depresivos en algunos pacientes tratados con fármacos antihipertensivos, que tienen efectos deplecionadores de monoaminas (reserpina, metildopa), y b) la constatación de que diversos grupos de fármacos que incrementan la disponibilidad de monoaminas en el espacio sináptico poseen actividad antidepresiva en el ser humano. 5 3 También los neuroesteroides están directamente implicados en las alteraciones anímicas. La activación del eje hipotálamo-pituitario-corticoadrenal (HPA) es un síntoma básico biológico de la depresión. La alteración de las concentraciones de los neuroesteroides cortisol y dehidroepiandrosterona (DHEA) se relaciona directamente con la depresión. En general se asume que el estrés y la depresión producen valores elevados crónicos de cortisol y concentraciones reducidas crónicas de DHEA. La DHEA tiene propiedades antiglucocorticoides que previenen algunos de los efectos nocivos del cortisol. La DHEA ha demostrado ser un esteroide neuroactivo con posibles efectos positivos sobre el estado anímico, independientemente de su acción sobre el cortisol. 6,7 Como se comento anteriormente si existe un défisis de serotonina y noradrenalina, en los casos de depresión y si comparten vías neuroquìmicas, seguramente compartirán algunos genes, pudiendo existir una relación genética entre algunos trastornos de ansiedad y depresión.4 Comprobaron que aquellos individuos que presentaban mayor grado de ansiedad tenían, con mayor frecuencia, la variante corta del gen de la proteína transportadora de serotonina, mientras que los que tenían la secuencia larga de este gen respondían de forma menos intensa. Los mismos investigadores afirman que este gen puede estar implicado en los mecanismos de desarrollo de este trastorno en un porcentaje muy bajo, puesto que evidencias científicas estiman que existen varios genes implicados en la fisiopatología de la ansiedad y la depresión.5 Pero la predisposición genética no comporta que se desarrolle necesariamente la enfermedad. En estas enfermedades los factores ambientales son determinantes.4 El estudio de las causas genéticas implicó trabajar con familias y se pudo confirmar repetidamente que es de 2 a 10 veces más probable que la padezcan los parientes en primer grado, de los pacientes que sufren depresión, que los sujetos de la población general. Los estudios con hijos adoptados también han aportado datos que confirman la idea de que existe un componente genético básico para la heredabilidad de la depresión. Los estudios con gemelos monocigóticos han demostrado que la concordancia para el trastorno depresivo mayor es de 50% y entre dicigóticos es de 10 al 25%. 2 Se ha propuesto la hipótesis neurotròfica de la depresión, mediante técnicas de neuroimagen in vivo, dadas las alteraciones del eje hipotálamo-hipofisario-adrenal (HPA) demostradas en una gran proporción de los pacientes depresivos, y las alteraciones morfológicas en el cerebro de estos pacientes. Además esta hipótesis da cuenta de los 4 cambios potenciales que se producen en la expresión génica de las neuronas diana tras el tratamiento crónico con fármacos antidepresivos, que finalmente resultan en valores alterados de diversas proteínas específicas que subyacen a los cambios en las propiedades funcionales de determinadas poblaciones neuronales. 5 La menopausia es una condicionante para presentar depresión, ya que se observa que la mujer no asume su nuevo rol el la vida, lo cual produce un acontecimiento vital estresante, al que se va acercando paulatinamente toda mujer. En otras ocasiones se produce una menopausia por medios quirúrgicos por patología subyacente ginecológica, encontrándose de la noche a la mañana inmersa en ella. 6 Algunos especialistas están convencidos de que los sucesos vitales desempeñan un papel esencial en la depresión; otros sugieren que estos sucesos tienen sólo un papel relativo en el inicio y duración de la misma. Los datos más convincentes indican que el suceso más implicado en el desarrollo posterior de una depresión es la pérdida de uno de los progenitores antes de los once años y que el factor estresante ambiental más relacionado con el inicio de esta condición es la pérdida de un cónyuge; a estas causas se las denominó factores psicosociales. 2 La aparición de sintomatología depresiva y psicòtica es bien conocida en relación con el consumo y/o abstinencia de sustancias (alcohol, benzodiazepinas, baclofeno e interferón alfa). El interés no solo radica en la gravedad clínica de la depresión psicòtica, sino también en el hecho de que se produce en el contexto abstinencial de múltiples sustancias (principalmente alcohol y alprazolam pero, además, opiáceos, cocaína y Cannabis), en un paciente sin antecedentes psiquiátricos previos. Desde el punto de vista de automedicación, el consumo de estas sustancias podría considerarse como una forma de autotratamiento ante un posible trastorno afectivo primario, que no llegó a manifestarse hasta el momento de la abstinencia total. 8 La coexistencia de abuso de alcohol y depresión es vista hasta en 30%, dicha asociación puede resultar del efecto crónico del alcohol en el cerebro, lo cual condiciona una depresión difícil de tratar. 8,9 Se encontró que las principales causas generadoras de cuadros depresivos son los problemas familiares, la presencia de enfermedades crónicas o terminales, la dificultad para adaptarse a las diferentes etapas de la vida individual y familiar, los duelos, y en menor frecuencia al uso de alcohol o drogas. 10 Además se sabe que ciertos tipos de personalidad, en comparación con otros presentan alto riesgo de padecer una depresión; por ejemplo la personalidad dependiente, el obsesivo compulsivo y la histriónica. 2 5 Clasificación. En general en la práctica clínica se emplean criterios de clasificación en función de su etiología, los síntomas predominantes o su evolución. En la actualidad, para la clasificación de los diversos trastornos depresivos se aceptan las directrices del Manual Estadístico y Diagnostico de los Trastornos Mentales (Diagnostic and Statistical Manual Of. Mental Disorders: DSM-IV, cuarta edición) editadas por la Asociación Americana de Psiquiatría (APA). 5 En general los tipos de depresión: son tres los más comunes depresión severa, la distimia y el trastorno bipolar. 11 El término “depresión menor” se utiliza para describir un amplio grupo de trastornos, incluido el llamado trastorno distìmico en el DSM-IV. 11 Es una forma crónica y más leve de depresión, en la que los síntomas depresivos persisten durante al menos dos años.12 Bipolar tipo I , según los criterios del DSM IV se define por un curso clínico de uno o más episodios maníacos o episodios mixtos y, a veces, episodios depresivos mayores. Bipolar tipo II, se caracteriza por presencia de episodios depresivos mayores que alternan con episodios de hipomanía, o sea, episodios de síntomas maníacos que no cumplen todos los criterios de los episodios maníacos del trastorno bipolar I. 11 Los pacientes que sufren únicamente episodios depresivos se dice que padecen un trastorno depresivo mayor, llamado también, a veces, depresión unipolar (no es un término del DSM-IV). Los términos manía unipolar y manía pura (no son conceptos del DSM IV) se utilizan a veces para designar a los pacientes con un trastorno bipolar I que no presentan episodios depresivos. 11 Un episodio maníaco es un período concreto (al menos una semana, o menos si el paciente debe ser hospitalizado) durante el cual “el estado de ánimo es anormal y persistentemente elevado, expansivo o irritable”. Un episodio mixto es un período que dura, al menos, una semana durante el cual, casi diariamente, se cumplen los criterios tanto para un episodio maníaco como para un episodio depresivo mayor. Los síntomas de un episodio hipomaniaco, que tiene una duración superior a los 4 días, son similares a los de un episodio maníaco, pero también conllevan, al menos, tres de los siguientes síntomas: autoestima exagerada, disminución de la necesidad de dormir distracción fácil, gran actividad física y mental e implicación excesiva en actividades placenteras con consecuencias desagradables. Según el DSMIV, el trastorno bipolar tipo I se define por un curso clínico de uno o más episodios maníacos o episodios mixtos y, a veces, episodios depresivos mayores. 11 El DSM IV introduce una nueva categoría diagnóstica de trastorno del estado de 6 ánimo en el texto principal (trastorno bipolar tipo II) y tres nuevas categorías de investigación (trastorno depresivo menor, trastorno depresivo breve recurrente y trastorno disfórico premenstrual). Otros diagnósticos del DSM-IV son el trastorno del estado de ánimo debido a una enfermedad médica y el trastorno del estado de ánimo inducido por sustancias. 11 Según el DSM-IV, un trastorno depresivo mayor se define por la presencia de uno o más episodios depresivos mayores sin historia de episodios maníacos, mixtos o hipomaníacos. Un episodio depresivo mayor debe durar al menos dos semanas; típicamente la persona está deprimida o deja de interesarse por la mayoría de las actividades. Quienes reciben el diagnóstico de episodio depresivo mayor deben también experimentar al menos cuatro síntomas de una lista que incluye cambios en el apetito y peso, cambios en el sueño y nivel de actividad, pérdida de energía, sentimientos de culpa, disminución de la capacidad para pensar y tomar decisiones e ideas recurrentes de suicidio o muerte. 11 Trastorno depresivo no especificado. Si un paciente presenta síntomas depresivos como característica principal de su trastorno, pero no cumple los criterios diagnósticos para ningún otro trastorno del estado de ánimo u otro trastorno mental del DSM-IV, el diagnóstico más apropiado es el de trastorno depresivo no especificado. 1 Cuadro clínico. El síndrome depresivo se manifiesta por un conjunto de síntomas psíquicos como tristeza, desmoralización, falta de ilusión, desinterés, pesimismo, pérdida de autoestima, sentimientos de culpa y minusvalía, pérdida del impulso vital, y otros síntomas somáticos como astenia, hipoactividad, anorexia, pérdida ponderal, desregulación vegetativa (palpitaciones, xerostomía, sudación, estreñimiento, etc.). y trastornos del sueño. Las alteraciones del sueño son prácticamente constantes en todos los síndromes depresivos, aunque se manifiestan de manera distinta según la entidad nosológica. El insomnio de conciliación es más frecuente en las depresiones neuróticas, trastornos adaptativos y en los síndromes en que predomine la ansiedad. El despertar precoz es característico de las depresiones endógenas, y está presente ocasionalmente en las somatógenas. En ocasiones el cuadro clínico se acompaña de ansiedad, ideas delirantes, agitación o inhibición psicomotríz, múltiples quejas somáticas o ideación autolítica. Estos síntomas se mantienen durante la mayor parte del día, y suelen asociarse a un importante deterioro social, laboral o de otras áreas importantes de la actividad del individuo. Las depresiones enmascaradas son aquellas en las que predominan las quejas 7 somáticas sobre las demás manifestaciones clínicas 1 No todas las personas que están en fases depresivas o maníacas padecen de todos los síntomas. Algunas padecen de unos pocos síntomas, otras tienen muchos. La gravedad de los síntomas varía según la persona y también puede variar con el tiempo. 13 Depresión. Estado de ánimo triste, ansioso o “vacío” en forma persistente. Sentimientos de desesperanza y pesimismo. Sentimientos de culpa, inutilidad y desamparo. Pérdida de interés o placer en pasatiempos y actividades que antes se disfrutaban, incluyendo la actividad sexual. Disminución de energía, fatiga, agotamiento, sensación de estar “en cámara lenta.” Dificultad para concentrarse, recordar y tomar decisiones. Insomnio, despertarse más temprano o dormir más de la cuenta. Pérdida de peso, apetito o ambos, o por el contrario comer más de la cuenta y aumento de peso. Pensamientos de muerte o suicidio; intentos de suicidio, inquietud, irritabilidad. Síntomas físicos persistentes que no responden al tratamiento médico, como dolores de cabeza, trastornos digestivos y otros dolores crónicos. Manía. Euforia anormal o excesiva. Irritabilidad inusual. Disminución de la necesidad de dormir. Ideas de grandeza. Conversación excesiva. Pensamientos acelerados Aumento del deseo sexual. Energía excesivamente incrementada. Falta de juicio. Comportarse en forma inapropiada en situaciones sociales. 13 8 Las manifestaciones clínicas del síndrome depresivo afectan a varias áreas psicopatológicas, que pueden agruparse de la forma siguiente: Orientación y vigilancia. El paciente se encuentra vigilado y orientado. Únicamente en caso de importante inhibición, o ante un estupor depresivo, se afectan estas esferas. Las alteraciones en esta área sugieren una etiología orgánica.1 Atención, concentración y memoria. Puede expresar el enfermo depresivo alteraciones cognoscitivas como déficit de atención o fallos mnésicos, principalmente por alteraciones en la memoria de fijación. Sin embargo, las alteraciones de la memoria son más importantes subjetiva que objetivamente, y desaparecen con la resolución de la clínica depresiva. Los trastornos de memoria subjetivos, junto con las quejas del propio individuo sobre su memoria, incluyen distorsiones no conscientes del recuerdo (paramnesias), que se manifiestan por una selección de situaciones o recuerdos de tinte afectivo negativo.1 Afectividad. La tristeza es el núcleo básico del síndrome depresivo. Puede ser cualitativamente igual a la tristeza normal pero exagerada respecto al estímulo desencadenante; se observa una diferencia cuantitativa de la intensidad y la duración respecto a la tristeza normal (tristeza reactiva). Los pacientes con cuadros depresivos endógenos describen una tristeza cualitativamente distinta a la normal, que invade todo su ser y es corporalizada (tristeza reactiva). Los pacientes con cuadros depresivos endógenos describen una tristeza cualitativamente distinta a la normal, que invade todo su ser y es corporalizada (tristeza vital). En ocasiones el paciente se muestra incapaz de sentir (anestesia afectiva), lo cual indica un estado depresivo más intenso. La anhedonia o incapacidad para sentir placer puede ser uno de los síntomas guía en los cuadros depresivos. La ansiedad, tanto psíquica como somática, es muy frecuente (70%-80% de los cuadros depresivos), e incluso puede predominar sobre otras emociones.1 Pensamiento. La alteración de la psicomotricidad es un aspecto característico del síndrome depresivo, especialmente de las depresiones endógenas. La manifestación clínica más frecuente es el enlentecimiento psicomotor, que puede llegar a la acinesia en los estados de estupor depresivo. Impera una hipotonía general que se manifiesta por facies triste, abandono personal, con desinterés por las relaciones sociales y actitudes regresivas (aislamiento, clinofilia). En los cuadros en los que predomina la ansiedad, se observa 9 inquietud psicomotríz, que puede llegar a la agitación franca. 1 Diagnóstico. El diagnóstico se establece en función de múltiples factores. Los antecedentes hereditarios, el estilo de la personalidad, la ausencia o presencia de desencadenantes y principalmente de la clínica son los puntos básicos en los que se afianza el diagnóstico sindrómico. En determinados casos que se sospeche de una enfermedad orgánica subyacente, será imprescindible el examen físico y las exploraciones complementarias para aclarar el diagnóstico. 1 Las personas con un trastorno depresivo frecuentemente buscan ayuda de su médico de cuidado primario por síntomas diversos que raramente incluyen “depresión”. El trastorno se presenta frecuentemente enmascarado como forma de fatiga crónica, dolor, o quejas somáticas inespecíficas.9,10 El humor depresivo puede manifestarse como indiferencia, aislamiento, intranquilidad, nerviosismo, agitación o aún enojo. Por ello, un alto índice de sospecha es necesario, porque muchos síntomas presentes pueden corresponder a depresión más que a problemas somáticos. 9 La historia clínica se orienta a la diferenciación entre el síndrome depresivo primario y secundario. La información que puede extraerse de la historia clínica general puede permitir detectar factores que indiquen una etiología orgánica o secundaria del cuadro depresivo. Debe determinarse la edad de inicio de la clínica, ya que un comienzo tardío (mayores de 60 años) en ausencia de antecedentes psiquiátricos personales es sugestivo de un trastorno depresivo de base orgánica. La presencia de síntomas médicos concurrentes, así como la existencia de antecedentes recientes de cuadros médicos, la prescripción de fármacos o el abuso de tóxicos orientan hacia una etiología orgánica o tóxico-medicamentosa del cuadro depresivo. Por último, la detección de clínica psiquiátrica atípica en el contexto de un cuadro depresivo, como déficit mnésicos, desorientación, o alucinaciones visuales, es muchas veces indicativa de trastorno mental de origen orgánico. 1 Dentro de la exploración física debemos centrarnos en la exploración neurológica. Es importante detectar no sólo posibles signos neurológicos focales, sino examinar posibles disfunciones subcorticales difusas (enlentecimiento motor y del habla, bradipsiquia, ataxia, descoordinación motora, temblor, disartria, asterixis o corea. También es importante determinar alteraciones indicativas de la posible causa somática del trastorno depresivo. Las exploraciones complementarias van orientadas a dos aspectos 10 fundamentales: a) descartar que el cuadro depresivo supuestamente primario sea secundario a una causa médica no psiquiátrica, y b) descartar alteraciones somáticas que pueden desaconsejar o contraindicar un determinado tratamiento farmacológico. Se recomiendan una batería de pruebas de despistaje general útil en la evaluación del paciente depresivo, siempre en función de la historia clínica, exploración física y sospecha clínica. 1 El uso adecuado de escalas clinimétricas es de enorme utilidad para establecer el diagnóstico de depresión, así como para contar con una medida objetiva de los cambios terapéuticos que permite monitorizar su evolución. La clinimetría constituye en si un área en desarrollo que permite agregar un elemento de objetividad al cuantificar la sintomatología observada. Se recomienda la aplicación de dos instrumentos; la escala de Hamilton y el cuestionario clínico para el diagnóstico del síndrome depresivo de Calderón Narváez. 11 La aplicación de dos instrumentos a fin de confirmar su concordancia, lo cual aunado a los criterios diagnósticos del cuadro clínico que presente el paciente, permitirá al médico de cuidado primario incrementar la confiabilidad de su diagnóstico y contar con un parámetro para monitorear la respuesta terapéutica. Existen diversos instrumentos disponibles, se describen a continuación dos de ellos, la Escala de Halmilton y el Cuestionario Clínico de Calderón Narváez. 9 Escala de Halmilton. Fue desarrollada en 1960 por Halmilton, es un instrumento de 21 preguntas. Las primeras 17 exploran la sintomatología depresiva asignando una severidad de menor a mayor gravedad (de 0 a 4). Las últimas cuatro preguntas exploran la variación diurna, la despersonalización o desrealización, los síntomas paranoides y los síntomas obsesivos. Está diseñado para que sea aplicado por un clínico.9 Cuestionario clínico para el diagnóstico del Síndrome Depresivo. Fue desarrollado en México, Calderón (1992), y consta de 20 reactivos que corresponden a los síntomas frecuentes de depresión en nuestro medio cultural. Está diseñada para ser autoaplicada y requiere sólo de una breve explicación al paciente. Las respuestas se formulan de acuerdo con un rango sumarizado de Lickert, y cada reactivo se puede contestar en forma negativa (NO) o en forma positiva (SI) con opción a tres grados de severidad en este último caso. El diseño permite sumar individualmente las cuatro columnas y luego multiplicar cada una por el factor correspondiente para obtener la calificación final, como sigue: Normal, de 20 a 35 puntos; reacción de ansiedad, de 36 a 39 puntos; depresión incipiente de 40 a 55 puntos; y depresión severa, de 66 a 80 puntos. La 11 consistencia interna de este instrumento es de alfa de Cronbach de 0.86. La terminología utilizada por Calderón (Anexo 1) difiere discretamente de la enunciada en el Manuel Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales. Sin embargo, se considera que es un instrumento desarrollado y validado en población mexicana que es de utilidad para confirmar la presencia de un trastorno depresivo, así como de su severidad y en la misma medida puede servir con propósitos de monitoreo para documentar la disminución de la severidad. 9 Las causas del subdiagnóstico varían de la falta de reconocimiento por los médicos a la negación de la enfermedad por parte de los pacientes, e incluyen el estigma de la enfermedad mental quizá como el factor individual más frecuente. Debido a que los médicos de cuidado primario suelen desarrollar largas relaciones médico-paciente con sus enfermos, cuentan con la ventaja de poder minimizar los efectos estigmatizantes y proporcionar un tratamiento efectivo a sus pacientes con depresión.9 La detección temprana del trastorno mental está directamente relacionada con una mejor evolución del padecimiento, por lo que una educación amplia, dirigida al diagnóstico y tratamiento de las enfermedades mentales propiciará un cambio, no sólo en los pacientes, sino también en la respuesta de los familiares respecto a la búsqueda de ayuda profesional. 10 Tratamiento. Los fármacos antidepresivos se dividen en tres tipos: inhibidores de la monoaminoooxidasa, compuestos tricíclicos y heterocíclicos e inhibidores selectivos de la recaptura de serotonina. Los pacientes severamente deprimidos responden bien a la terapia con tricíclicos. Aquellos con depresión atípica, caracterizada por excesivo sueño y ganancia de peso corporal, responden mejor a los inhibidores de la monoamino oxidasa o a los inhibidores selectivos de la recaptura de serotonina. En general, se considera que todos los medicamentos ofrecen beneficios equivalentes. 9 La mayoría de los antidepresivos pueden ser usados a largo plazo, pero la experiencia con inhibidores de la recaptaciòn de serotonina (ISRS), es más extensa y friable que con cualquier otro tipo de fármacos, incluyendo los tricíclicos y los nuevos antidepresivos, la prevención de recaídas y recurrencias, un magnifico patrón de interacciones farmacológicas, aspecto este especialmente importante en enfermos de edad elevada, con patologías somáticas concomitantes y polimedicados, que justamente son los que tienen que cumplir tratamientos más prolongados.14,15 La eficacia a corto plazo de los 12 antidepresivos tricíclicos y los ISRS en pacientes con depresión en atención primaria es similar, aunque los ISRS parecen tolerarse mejor,15 además de su baja frecuencia de efectos secundarios 9,13 aunque sus efectos adversos son más frecuentes y son potencialmente más serios en pacientes ancianos que sus contrapartes jóvenes.9 La utilización de fármacos de acción prolongada, que permiten una disminución del número de tomas, es importante, y en este sentido la experiencia con fluoxetina semanal aporta resultados muy favorables, con tasas de buen cumplimiento a medio y largo plazo del 80-90%. Dado que el abandono de los tratamientos es la primera causa de recaídas en muchas enfermedades recurrentes o crónicas, lo que tiene graves implicaciones socio sanitarias, es importante promover y facilitar los tratamientos de mantenimiento a largo plazo, y para ello es necesario disponer de fármacos eficaces y seguros, con formas de administración sencillas y cómodas.14 La mirtazapina y la paroxetina son buenas elecciones para pacientes que pueden beneficiarse con la estimulación del apetito. La fluoxetina, la venlafaxina, la nefazodona y el bupropión son buenas elecciones para pacientes con hiperfagia o quienes potencialmente puedan ganar peso. La sertralina y el citalopram son elecciones intermedias adecuadas por tener menos posibilidad de desencadenar cambios de peso. La fluoxetina es la única droga que ha sido aprobada para el tratamiento de la bulimia y puede ser una buena elección de tratamiento para pacientes deprimidos en quienes existan algunos de los criterios para anorexia o bien se confirma la comorbilidad entre depresión y anorexia. 9 Para pacientes con gran necesidad de dormir, el tratamiento con mirtazapina, nefazodona, paroxetina o fluvoxcamina puede ser considerada. Para quienes cursan con síntomas de retardo psicomotor, alguno de los antidepresivos con mayor capacidad de activación tales como fluoxetina, velafaxina o bupropión es una buena elección. La sertralina y el citalopram causan un poco de agitación y sedación y se ubica en un punto medio entre las alternativas previas. Casi todos los inhibidores selectivos de la recaptura de serotonina causan algo de agitación en los primeros días de su inicio, pero este efecto secundario usualmente desaparece por sí mismo y casi siempre se resuelve cuando la dosis es reducida.9 Los antidepresivos en principio se ha establecido que es preferible no utilizarlos en el tratamiento del trastorno bipolar en fase depresiva, aunque hay dos indicaciones irrefutables respecto al uso de los antidepresivos: la resistencia a los estabilizadores del ánimo y el riesgo suicida. Ghaemi revisó los ensayos clínicos en los que evalúa el uso 13 de antidepresivos y concluyó que el era igual o mejor que la combinación de litio imipramina. Se estudiaron el tratamiento antidepresivo combinado con los estabilizadores del ánimo, en aquellos pacientes que han respondido a esta modalidad, por un espacio mayor a seis meses después de la remisión, ya que si se suspende antes de este lapso, los pacientes tendrán un periodo de eutimia menor que si lo continuarán, y además, un año después 70% de ellos habrá tenido una recaída depresiva en comparación con sólo 36% de los pacientes que mantienen el tratamiento. 16 Se ha propuesto el uso de antipsicóticos atípicos (clozapina, olanzapina y risperidona) en el tratamiento de la depresión bipolar resistente. Compararon en un estudio abierto, la utilidad de la olanzapina sola, y de la combinación de olanzapina con fluoxetina contra placebo y observaron que el uso de este antipsicótico es más beneficioso que el placebo, pero que su combinación con la fluoxetina resulta en una mejoría más consistente. 9 Otros fármacos utilizados son los antagonistas de canales de calcio y las hormonas tiroideas son otros medicamentos que pueden utilizarse en algunos casos. Fármacos como el topiramato tiene mecanismos de acción que incluyen la inhibición de los canales de sodio y el bloqueo de algunos canales de calcio, un efecto agonista alostérico del GABA, la modulación de la neuroexcitación mediada por glutamato, el bloqueo de receptores AMPA kainita y la inhibición de las isoenzimas CA -II y CA - IV de la anhidrasa carbónica, similares a los que poseen la carbamazepina, el valproato y la lamotrigina. Más recientemente, Kusumakar, McIntyre y Riccardelli demostraron en un estudio abierto que añadir la topiramato a dosis de 25 a 400 mg/día (145 mg en promedio) a los estabilizadores del ánimo habituales, al tratamiento de pacientes con trastorno bipolar I y II, mejoraban tanto su sintomatología depresiva como maniaca e hipomaniaca. 16 En función de la revisión realizada, el litio es el medicamento que cumple con los criterios para ser considerado el tratamiento de primera elección para el paciente con trastorno bipolar tipo I que pasa por un episodio depresivo. Esta recomendación es congruente con las guías de la Asociación Psiquiátrica Americana. Si el paciente, debido a que las manifestaciones depresivas no ceden con litio, requiere el uso de otro fármaco; es recomendable añadir lamotrigina, otro estabilizador del ánimo o bien olanzapina, sobre todo si el paciente ha tenido episodios maniacos severos. Si el estabilizador es valproato o carbamazepina, es prudente adicionar litio o lamotrigina. 16 14 Sólo en el caso de un episodio depresivo grave, debe iniciarse simultáneamente el estabilizador y un antidepresivo, de preferencia bupropión o un inhibidor selectivo de recaptura de serotonina; de otra forma es mejor evitarlo por el riesgo que el paciente cicle a un episodio maníaco. 16 La gabapentina es un fármaco aprobado para su utilización como anticonvulsivo. También parece ser útil como coadyuvante en el tratamiento de pacientes con trastorno bipolar y en el tratamiento de pacientes con trastorno bipolar y en el tratamiento de la agitación en enfermos mentales graves. La eficacia en el tratamiento de otros trastornos de ansiedad, así como en la desintoxicación del alcohol y en el síndrome de abstinencia del alcohol y de la cocaína., además se muestra eficaz en el tratamiento tanto de los síntomas climatéricos como en el de los síntomas de ansiedad y del estado de ánimo.17 La TEC es un tratamiento efectivo a corto plazo para la depresión y es probablemente más efectivo que la terapia farmacológica. La TEC bilateral es moderadamente más efectiva que la unilateral, y altas dosis de TEC son más efectivas que bajas dosis, aunque los trastornos cognitivos duran más.18Este tratamiento es seguro según otros autores y su uso no excluye la farmacoterapia requerida para prevenir una recaída a largo plazo 9 (TEC o "Electro-shock") es una buena opción para pacientes cuya depresión es severa o pone su vida en peligro y para los pacientes que no pueden tomar antidepresivos13 o que no responden a la farmacoterapia o la psicoterapia.19Cuando la situación es una emergencia, por la presencia de síntomas psicóticos, puede adicionarse un antipsicótico atípico. Si existe riesgo suicida, e incluso si hay síntomas psicóticos, debe considerarse la terapia electroconvulsiva; en estudios abiertos ésta tiene una tasa de respuesta de 50 a 100% en estos casos.9 Efectos secundarios e indeseables, algunos suelen ocurrir sólo al inicio del tratamiento y otros después de algunas semanas. Los posibles efectos y sus características deben ser discutidos ampliamente con el paciente: activación versus sedación, ganancia de peso versus pérdida de peso, molestias gastrointestinales y efectos sexuales secundarios. 9 Dentro de los efectos secundarios a nivel gastrointestinal tenemos las más comunes asociadas al uso de nuevos antidepresivos. Después de iniciar tratamiento con inhibidores de serotonina, lo cual se resuelve en uno a tres días., requieren suspender y reiniciar a dosis más bajas. La constipación vista con los tricíclicos raramente ocurre con los nuevos agentes, pero algunos pacientes reportan diarrea que puede requerir la 15 suspensión de la medicación. La dispepsia puede ocurrir también, pero usualmente responde al uso de bloqueadores H-2. El bupropión es el más probable en causar diarrea entre los antidepresivos más recientemente desarrollados. La nefazodona no debe ser usada en pacientes con enfermedad hepática preexistente, de hecho su presentación muestra la leyenda de advertencia sobre riesgo de falla hepática.9 Efectos sexuales secundarios. Los pacientes que prematuramente suspenden la toma de antidepresivos frecuentemente citan efectos sexuales secundarios como la razón para ello. En la actualidad hay una posibilidad de que los antidepresivos pueden mejorar la vida sexual del paciente debido a que restauran la libido, incrementan la energía y mejoran el ciclo de sueño. Sin embargo, los inhibidores selectivos de la recaptura de serotonina y la venlafaxina son conocidos por ocasionar cambios significativos en la respuesta sexual debido a que incrementan la actividad serotononinérgica en el sitio de los receptores 5-HT2. En general los inhibidores selectivos de la recaptura de serotonina tienen efectos secundarios menos severos que otros agentes y son más seguros en caso de sobredosis. 9 La mayoría de las personas deprimidas no buscan tratamiento. Aún cuando la gran mayoría (incluso los que sufren de depresión severa) podría recibir ayuda .Hoy se sabe que ciertos medicamentos y psicoterapias son eficaces para la depresión. Estas psicoterapias son conocidas por los nombres de terapia cognitivo-conductual, terapia de apoyo (terapia de conversación o plática). Estos tratamientos alivian el sufrimiento de la depresión.20 El trastorno depresivo no es una condición de la cual uno puede liberarse a voluntad. Las personas que padecen no pueden decir simplemente “ya basta me voy a poner bien”. Sin tratamiento, los síntomas pueden durar semanas, meses e incluso años. Sin embargo, la mayoría de las personas que padecen de depresión puede mejorar con un tratamiento adecuado. A pesar que es un trastorno altamente tratable, únicamente un tercio de los pacientes deprimidos reciben tratamiento apropiado. 13 Psicoterapia Se acepta y reconoce actualmente que es recomendable la implementación de abordajes psicoterapéuticos breves, ya sea de corte psicoanalítico, cognitivo-conductual o interpersonal. 9,13 Algunos estudios disponibles muestran evidencia de que las psicoterapia cognitivo-conductual e interpersonal tiene rangos de eficacia de 40 a 50%, lo cual se incrementa al combinarlas con farmacoterapia. Por otro lado, se recomienda que la psicoterapia pueda ser considerada como primera línea de tratamiento en casos de 16 depresión leve, no complicada y sin rasgos de melancolía, particularmente la prefiere en vez de la farmacoterapia o ha tenido una respuesta positiva a psicoterapia previa.9 Curso y pronóstico. Los estudios de seguimiento del curso natural sugieren que después de un año del diagnóstico de un episodio depresivo mayor 40%, de los sujetos presentan aún síntomas que son de la suficiente gravedad como para cumplir los criterios para un episodio depresivo mayor, más o menos 20% sigue teniendo algunos síntomas que ya no cumplen con los criterios completos para un episodio depresivo mayor y 40% no presenta trastorno del estado de ánimo. El trastorno tiene más probabilidades de persistir en tanto haya mayor severidad y esté asociado a enfermedades médicas.9 La depresión es usualmente recurrente. La mitad de las personas que han cursado con un episodio depresivo mayor tiene probabilidad de cursar al menos con otro en el transcurso de su vida. El riesgo de recurrencia se incrementa de manera significativa hasta 70% de riesgo para quienes han cursado con dos episodios depresivos y 90% para quienes han cursado con tres episodios. Los pacientes con depresión recurrente también son más propensos a tener un incremento en la tasa de morbilidad y un pronóstico más pobre a largo plazo. El tratamiento puede condicionar una mejoría importante en un corto plazo, sin embargo, el que ello afecte significativamente el pronóstico a largo plazo o no, permanece poco claro.9 Complicaciones. Riesgo de suicidio. La ideación suicida y los intentos suicidas son comunes entre personas deprimidas. Uno de cada ocho intentos de suicidio es fatal y alrededor de 3% de las personas que han tenido intentos de suicidio eventualmente cometen suicidio consumado. Debido a que la ideación suicida es una característica frecuente en la depresión, es importante evaluar a cada paciente como un potencial suicida. El suicidio es un acto rápido y violento. El 70% de los suicidios ocurren en pacientes con historia de enfermedad crónica, por ejemplo, el rango de suicidio en pacientes con SIDA es de 21 a 36 veces más alto que en la población general. La depresión que se acompaña de salud física pobre cuenta para 25% de todos los suicidios que ocurren en pacientes ancianos, quienes constituyen solamente 10% de la población. El abuso de sustancias y la presencia de dolor crónico o discapacidad también incrementan el riesgo de suicidio.9 17 La desesperanza es otro factor de riesgo importante. Cuando los proyectos futuros no parecen ofrecer la posibilidad de mejoría en una situación dolorosa actual, el escape, a través del suicidio puede parecer atractivo. Otros factores significativos de riesgo incluyen sexo masculino, raza blanca, presencia de síntomas psicóticos, aislamiento social, historia previa de intentos suicidas, abuso de alcohol y la existencia de un plan suicida con la intención de llevarlo a cabo. Finalmente, la evaluación del suicida potencial es imprecisa. Cada individuo es capaz de suicidarse. Entonces, es importante indagar acerca de los pensamientos suicidas en todos los pacientes deprimidos. La mejor manera de evaluarlo es preguntando directamente a los pacientes si ellos están considerando el suicidio y si lo tienen o no un plan que pretendan llevar a cabo, así como la disponibilidad de agentes de autodaños tales como armas, acceso a edificios altos, etc. La identificación de un riesgo significativo en un paciente depresivo es una emergencia y frecuentemente requiere inmediata referencia a un psiquiatra o bien de hospitalización para garantizar la seguridad de los pacientes esto que representa la culminación fatídica de un problema complejo. La depresión constituye uno de los factores asociados al mismo, además de edad mayor de 45 años, dependencia al alcohol y pérdida de salud física entre otros. Las ideas suicidas ocurren en 25% de casos de depresión grave; 12.2% en depresión moderada; y 3.5% de los casos de depresión leve.9 Desarrollo histórico. El trastorno depresivo de la personalidad (TDP) tiene una rica tradición histórica y clínica, y ha sido denominado bajo distintos nombres. Descrito por investigadores diferentes desde perspectivas teóricas distintas, en el cual inicia Hipócrates con el concepto de temperamento melancólico que fue formalizado más tarde por Galeno denominándolo como un exceso de humor frío, posteriormente Krapelin en 1896, lo denomina como la psicosis maniaco depresiva.21,22 y denomina personalidad cilcloide a un patrón del temperamento que combina cualidades maniacas y depresivas, en tanto que Kretschmer denomina que los trastornos afectivos como la personalidad cicloide están asociados con el morfotipo pícnico. Además de otros autores que le dan diferentes connotaciones y que mencionan además que los factores ambientales desempeñan un papel modificador.21 18 Epidemiología La depresión es uno de los trastornos mentales más frecuentes en todo el mundo, y su prevalecía es de 8-12%. Las enfermedades neuropsiquiàtricas se colocaron entre las que más carga representa en la escala mundial. Se atribuyó a estas enfermedades el 10% de la carga global de la enfermedad (estimando que aumentará hasta el 15 % para el 2020). La depresión unipolar destacó por ocupar el 4to. lugar mundial en la carga de la enfermedad, y para el 2020 ocupará el 2do. Lugar y el primero en países en desarrollo.23 Los trastornos afectivos constituyen una de las principales enfermedades neuropsiquiàtricas, siendo la depresión la patología psiquiatrica más frecuentemente diagnosticada en los países desarrollados. Se calcula que entre la población adulta, alrededor de un 20% de las mujeres y un 10% de los varones experimentan un episodio depresivo a lo largo de su vida. La prevalecía anual de la depresión se estima que es del 5% para los varones y del 10% para las mujeres, 5 aunque otros autores mencionan que independientemente del país o la cultura, su prevalecía es de dos veces más en mujeres que en hombres 2,3 Sin embargo; numerosos estudios sugieren que estos valores no reflejan bien la realidad y que los datos reales podrían duplicar las estimaciones anteriores.5 Aunque en otro estudio realizado en el Hospital Psiquiatrico Fray Bernardino Alvarez en el D.F., calculan su presentación del síndrome depresivo en la población general, de 10 a 25% de las mujeres y de 5 a 12% en los hombres la padecen alguna vez en la vida y actualmente su incidencia en la población adulta es de 5 al 9% en las mujeres y de 2 a 3% en hombres (APA, DSM-IV, 1994). 2 La media de la edad de inicio gira alrededor de los 40 años; 50% de los pacientes comienzan a sufrir el trastorno entre los 20 y los 50 años. Puede también iniciarse en la infancia o en la vejez, aunque esto es poco frecuente. Algunos resultados epidemiológicos recientes sugieren que la incidencia puede estar incrementando entre las personas menores de 20 años. Si esta observación es cierta, podría estar relacionada con el consumo de alcohol y otras sustancias en este grupo de edad. 2 Según los criterios DSM IV predominaron las mujeres, el grupo de 35 a 54 años y los que tenían pareja. La edad de inicio de los cuadros depresivos se sitúa entre la 3era. y 4ta. década de la vida. El 28.5% de los deprimidos han tenido un intento suicida actual o anterior, y fue frecuente esa conducta en sus familiares. 24 19 En general, el trastorno depresivo mayor se observa más frecuentemente en personas que no tienen relaciones interpersonales íntimas, o que están separadas o divorciadas.6 En otro artículo se comenta que es más frecuente su presentación en mujeres casadas que en solteras, situación inversa en el caso de los hombres. 24 No se ha detectado ninguna correlación entre el nivel socioeconómico y el trastorno mayor. Aunque la depresión es más frecuente en las áreas rurales que en las urbanas, se desconoce la causa exacta de estos trastornos. 2Aunque en otra revisión nos menciona que la carencia de recursos sociales, es decir las personas pobres tienen las más altas prevalecías de trastornos mentales y conductuales.2 En nuestro país la situación resulta similar en cuanto a mayor nivel de depresión.25 La encuesta nacional de epidemiología psiquiatrica (ENEP) proporcionó las primeras estimaciones nacionales de la prevalecía de los trastornos mentales. Se estimó que el 8.4% de la población ha sufrido, según el Manual Diagnóstico y Estadístico de la Asociación Americana de Psiquiatría (DSM IV, por sus siglas en inglés), un episodio de depresión mayor alguna vez en la vida con una mediana de edad de inicio de 24 años. 13 En México, se han identificado 17% de mujeres en comparación con el 8.5% de hombres con síntomas de depresión.15 En un estudio en la población mexicana en 1996, 9.1% de los adultos de la población urbana en México había presentado un episodio depresivo. 2 En otro estudio en México comenta que un 8.3% de la población ha padecido este trastorno al menos una vez en la vida. y los resultados obtenidos de la Encuesta Nacional de Adicciones realizada en zonas urbanas en 1994, señalaron la prevalecía de trastornos mentales entre 15 y 18% de la población en general. 10 20 JUSTIFICACIÓN En la literatura revisada, se observa que el síndrome depresivo afecta directamente a nuestro entorno, no solo laboral sino familiar, por lo cual lo hace de primordial importancia su estudio. Se realizó el presente estudio en personal de enfermería ya que esté personal es el que se encuentra con mayor contacto con la población derechohabiente por lo que se puede mermar la calidad de su atención al sufrir de esté trastorno, ya que el personal de enfermería por su mismo rol ocupacional se encuentra en un alto nivel de distrés subjetivo, esto aunado a eventos vitales estresantes. 9 Otra razón que llevo a realizar esté estudio es que hasta el momento en nuestro hospital y a nivel local, nuestro estado no se cuenta aún con estudios de prevalencia de síndrome depresivo. 21 PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA ¿Cuál es la prevalecía del síndrome depresivo en el personal de enfermería en el HGZ No 1 Colima? 22 OBJETIVOS General. ¿Determinar la prevalencía de síndrome depresivo en personal de enfermería? Específicos. 1.1 Conocer cual es la prevalencía de síndrome depresivo en el personal de enfermería. 23 MATERIAL Y METODOS DISEÑO METODOLOGICO: Estudio observacional, descriptivo, transversal. UNIVERSO DE ESTUDIO: 248 enfermeras que laboran en el HGZ No. 1 Colima, Col. POBLACIÓN ESTUDIADA: 102 encuestas aplicadas al personal de enfermería, en el periodo comprendido del 01febrero al 15 de febrero de 2004. CRITERIOS DE INCLUSIÓN 1.-Trabajador IMSS del área de enfermería del HGZ No. 1 en Colima, Col. 2.-Independientemente del género. 3.- Aceptación a participar en el estudio. CRITERIOS DE NO INCLUSIÓN. 1.- Personal de enfermería en formación que se encuentre realizado su servicio social, prácticas escolares, internado, clasificados como becarios. 2.-Personal de enfermería que no este laborando durante la realización del estudio, ya sea por vacaciones, incapacidad médica, falta laboral o licencia. CRITERIOS DE ELIMINACIÓN. a) No contamos. 24 PROCEDIMIENTO 1. Previa autorización se aplicó una encuesta (anexo 1) para el diagnostico clínico depresión en personal de enfermería, tanto femenino como masculino, en el HGZ y UMF 1 de Colima, Col., en el período comprendido del 01-febrero al 15 de febrero de 2004. 2. Tal cuestionario se aplicó en sus turnos laborales (matutino, vespertino, nocturno y jornada acumulada). 3. Esté cuestionario es autoaplícable, y previo a su llenado se les explicó en que consistía y la forma de llenarlo. 4. El cuestionario esta conformado por 20 preguntas, las cuales son cerradas con 4 posibles respuestas las cuales tienen un valor numérico., y que nos van a clasificar a la depresión en: incipiente (40 a 45 puntos), media (46 a 65 puntos) y severa(66 a 80 puntos), además de normal (20 a 35 puntos) y reacción de ansiedad (36 a 39 puntos). 5. Se les pidió que entregaran sus cuestionarios de forma inmediata o más tardar al término de su jornada laboral. 6. Se capturó la información en el “ Programa Exel ”. 7. Se analizó la información con estadística descriptiva (frecuencias absolutas y frecuencias relativas). 9. Para una mejor presentación de los datos se graficarán los resultados obtenidos. 25 CONSIDERACIONES ÉTICAS Según la declaración de Helsinki, publicada por primera vez por la Asociación Medica Mundial en 1964., la cual se considera como primera norma internacional para la investigación biomédica. En su última modificación en 2001, afirma que la investigación médica sólo se justifica si existen posibilidades razonables de que la población, sobre la que la investigación se realiza, podrá beneficiarse de los resultados de la investigación. Por lo que en esté estudio se cuido siempre el bienestar de los participantes sobre los intereses de la ciencia y de la sociedad, por lo que los resultados obtenidos de está investigación no afecta la integridad psicoafectiva de los participantes, ya que fue hecho en forma anónima y confidencial el manejo de la información obtenida, y con el consentimiento de los participantes. Incluyo formato de consentimiento informado. (Anexo 3) 26 DEFINICIÓN OPERACIONAL DE LAS VARIABLES Independiente: Edad, sexo, estado civil, turno laboral. Dependiente: Depresión. Variable Naturaleza de Escala de la variable medición Tiempo cronológico desde el Cuantitativa De Razón nacimiento hasta la fecha continua Sexo Genero masculino o femenino Cualitativa Nominal Estado Civil Vínculo conyugal Cualitativa Nominal Turno Laboral Tiempo predeterminado por empresa Cualitativa Nominal Edad Definición donde se labora. Depresión Conjunto de síntomas que interfieren Cualitativa Ordinal con la con la capacidad de desarrollo de actividades que eran antes placenteras. 27 RESULTADOS El universo de nuestro estudio n=248, solo participaron en el estudio n=102 (41.12%), por ser la población que reunió los criterios de inclusión ya descritos con anterioridad. En nuestro estudio se obtuvo una prevalencía de síndrome depresivo de n=4 (3.92%). De estos la distribución por género se obtuvo que n=3 (75%) son mujeres y n=1 (25%) hombre, lo cual nos habla de una relación hombre – mujer 1:3. Ver fig. 1. .3 0 N 12 .7 5% .98 .9 % 8% 1.9 6% 2. 94 11 .7 7% Número de 50 pacientes % 81 100 87 .2 7% 5% Figura 1. Prevalencia de síndrome depresivo en el personal de enfermería y su distribución por género. R.A. D.I. D.M. D.S Total Mujeres 83 3 1 2 0 89 Hombres 12 0 1 0 0 13 N: Normal RA: Reacción de Ansiedad D.I: Depresión Incipiente D.M: Depresión Media D.S: Depresión Severa 28 Además mostraron un predominio de presentación del síndrome depresivo en la tercera y cuarta década de la vida, los cuales se muestran en Fig. 2 Figura No. 2. PACIENTES DIAGNOSTICADOS CON DEPRESION SEGÚN GRUPO ETARIO IMSS 2004 120 100% 100 80 50.99% 60 40 19.6% 25.49% 20 1.96% 3.92% 0.98% 0.98% 0 3.92% 20-30 31-40 41-50 51-60 Total paciente s Poblac. Estudio 20 26 52 4 102 Depresiòn 1 1 2 0 4 En cuanto al estado civil de los pacientes con síndrome depresivo se obtuvieron: n=3 (75%) son casados y n=1 (25%) soltero. En cuanto a turno laboral n=3 (75%) pertenecen al turno matutino y n=1 (25%) vespertino. 29 DISCUSIÓN Se encontró un 3.92% de prevalencía de síndrome depresivo en nuestro estudio, siendo estos resultados por debajo de las estimaciones ya referidas a nivel mundial y nacional. 2,10 Esto probablemente se debió a las barreras que impiden que la población busque atención médica, estas barreras van aunadas a la estigmatización de los trastornos mentales y a la negación de la enfermedad por parte de los pacientes.9,10 Esta baja prevalencía en nuestro estudio se debió a que no se obtuvo una muestra lo suficientemente grande, por lo que sugiero se realice en lo sucesivo un nuevo estudio similar con otro tipo de diseño metodológico que permita la inclusión de más personal para su estudio. El diseño metodológico que se utilizó no fue el óptimo ya que gran cantidad de personal que se negó a participar, pude ser que haya sido por las mismas circunstancias inherentes al problema de salud estudiado. Es bueno también recordar que es un tema tabú dentro de nuestra población en general, por lo cual sería recomendable otorgar una capacitación previa al personal de salud para aclarar muchas dudas, y miedos que se tienen entorno a está problemática. Con ello se realizará una nueva conceptualización del problema, obteniendo con ello más diagnósticos oportunos y una canalización adecuada de los pacientes afectados. Todo esto para abatir fehacientemente la verdadera prevalencía del síndrome depresivo en nuestro personal, y además abatiríamos el ausentismo laboral y por tanto la morbi-mortalidad que ocasiona esté problema de salud. 10 En nuestro estudio se observo un 75% de los pacientes pertenecen al género femenino, y un 25% masculino, obteniendo un mayor índice de presentación de esté síndrome en el género femenino a razón de 3 mujeres por cada hombre, concordando con estudios ya referidos anteriormente en la literatura.5,15,24 La edad de inicio del trastorno depresivo se sitúa entre la tercera y cuarta década de la vida24 en forma similar a lo obtenido en nuestro estudio. En lo concerniente al estado civil se observo en nuestro estudio que el 75% corresponde a mujeres casadas en concordancia con una revisión en la que nos menciona que es más frecuente en casadas, situación inversa en el caso de los hombres,24 donde también hay concordancia encontrando un 25% de los afectados con estado civil soltero. 30 No se encontraron datos relevantes en la variable turno laboral, ya que ninguno de los afectados pertenecieron al turno nocturno, ya que se pensaría que por la inversión de su ciclo sueño vigilia, encontraríamos un aumento de nuestra prevalencía de esté síndrome, ya que las alteraciones del sueño son prácticamente una constante en el síndrome depresivo. 1 CONCLUSIONES 31 La prevalencía de síndrome depresivo en la población de enfermería del HGZ 1 de Colima, Colima., fue de un 3.92%. Esta prevalencía es baja en relación a lo reportado en la literatura. Además que se encontró mayor su presentación en la tercera y cuarta década de la vida, siendo en género femenino el más afectado con una relación 3:1, además que un 75% se le encontró en mujeres casadas, concordando todo ello con estudios anteriores ya mencionados con anterioridad. ANEXO No.1 32 Fuente: Calderón NG Cuestionario clínico para el diagnóstico de los cuadros depresivos, Rev Med IMSS (México) 1992, 30:377-80., validez Arch Neurociencias 1996, 1 (1): 11-15. ANEXO NO. 2 33 Clasificación de trastornos mentales CIE 10. Criterios de la OMSS. F00-F09 Trastornos mentales orgánicos incluidos los sintomáticos. F30-39 Trastornos del humor (afectivos) F30 Episodio maníaco. F30.0 Hipomanía. F30.1 Manía sin síntomas psicóticos. F30.2 Manía con síntomas psicóticos. F30.8 Otros episodios maníacos. F30.9 Episodio maníaco sin especificación. F31 Trastorno bipolar. F31.0 Trastorno bipolar, episodio actual hipomaniaco. F31.1 Trastorno bipolar, episodio actual maníaco sin síntomas psicóticos. F31.2 Trastorno bipolar, episodio actual maníaco con síntomas psicóticos. F31.3 Trastorno bipolar, episodio actual depresivo leve o moderado. F31.4 Trastorno bipolar, episodio actual depresivo grave sin síntomas psicóticos. F31.5 Trastorno bipolar, episodio actual depresivo grave con síntomas psicóticos. F31.6 Trastorno bipolar, episodio actual mixto. F31.7 Trastorno bipolar, actualmente en remisión. F31.8 Otros trastornos bipolares. F31.9 Trastorno bipolar sin especificación. F32 Episodios depresivos. F32.0 Episodio depresivo leve. 34 F32.1 Episodio depresivo moderado. F32.2 Episodio depresivo grave sin síntomas psicóticos. F32.3 Episodio depresivo grave con síntomas psicóticos. F32.8 Otros episodios depresivos. F32.9 Episodio depresivo sin especificación. F33 Trastorno depresivo recurrente. F33.0 Trastorno depresivo recurrente, episodio actual leve. F33.1 Trastorno depresivo recurrente, episodio actual moderado. F33.2 Trastorno depresivo recurrente, episodio actual grave sin síntomas psicóticos. F33.3 Trastorno depresivo recurrente, episodio actual grave con síntomas psicóticos. F33.4 Trastorno depresivo recurrente actualmente en remisión. F33.8 Otros trastornos depresivos recurrentes. F33.9 Trastorno depresivo recurrente sin especificación. F34 Trastornos del humor (afectivos) persistentes. F34.0 Ciclotimia. F34.1 Distimia. F34.8 Otros trastornos del humor (afectivos) persistentes. F34.9 Trastorno del humor (afectivo) persistente sin especificación. F38 Otros trastornos del humor (afectivos) F38.0 Otros trastornos del humor (afectivos) aislados. F38.1 Otros trastornos del humor (afectivos) recurrentes. F38.8 Otros trastornos del humor (afectivos). F39 Trastorno del humor (afectivo) sin especificación Fuente: CIE-10 Vol. 1 Washington D.C , 10 MA Edición en 1992. Anexo No. 3 35 PROYECTO: PREVALENCIA DE SINDROME DEPRESIVO, EN EL PERSONAL DE ENFERMERÍA EN UN HOSPITAL DE ZONA. Modelo de Consentimiento por escrito Título del ensayo.............................................................................................. Yo .................................................... (Nombre y apellidos)................................ He leído la hoja de información que se me ha entregado. He podido hacer preguntas sobre el estudio. He recibido suficiente información sobre el estudio. He hablado con..................... (Nombre del investigador)................................... Comprendo que mi participación es voluntaria. Comprendo que puedo retirarme del estudio: 1. Cuando quiera 2. Sin tener que dar explicaciones 3. Sin que esto repercuta en mis cuidados médicos Presto libremente mi conformidad para participar en el ensayo Fecha Firma del participante FUENTE: Declaración de Helsinki, publicada por primera vez por la Asociación Médica Mundial en 1964. DEFINICIÓN DE TÉRMINOS: Anexo No. 4 36 El trastorno distìmico según el DSM-IV, está caracterizado por el estado de ánimo deprimido de al menos dos años de duración, que está presente la mayor parte del tiempo, y por síntomas depresivos adicionales que no cumplen el diagnóstico de episodio depresivo mayor. 11 El término “depresión menor” se utiliza para describir un amplio grupo de trastornos, incluido el llamado trastorno distìmico en el DSM-IV 1 Trastorno bipolar; llamado también enfermedad maníaco-depresivo se caracteriza por cambios cíclicos en el estado de ánimo; fases del ánimo elevado o eufórico (manía) y fases de animo bajo (depresión) los cambios de estado de ánimo pueden ser dramáticos y rápidos pero más a menudo son graduales. 3 Fase maníaca, la persona puede estar hiperactiva, hablar excesivamente y tener una gran cantidad de energía. La manía a menudo afecta la manera de pensar; el juicio y la manera de comportarse. 3 Bipolar tipo I , según los criterios del DSM IV se define por un curso clínico de uno o más episodios maníacos o episodios mixtos y, a veces, episodios depresivos mayores.11 Bipolar tipo II, se caracteriza por presencia de episodios depresivos mayores que alternan con episodios de hipomanía, o sea, episodios de síntomas maníacos que no cumplen todos los criterios de los episodios maníacos del trastorno bipolar I. 11 Trastorno depresivo mayor se define según el DSM-IV, por la presencia de uno o más episodios depresivos mayores sin historia de episodios maníacos, mixtos o hipomaníacos. Un episodio depresivo mayor debe durar al menos dos semanas; típicamente la persona está deprimida o deja de interesarse por la mayoría de las actividades, deben también experimentar al menos cuatro síntomas de una lista que incluye cambios en el apetito y peso, cambios en el sueño y nivel de actividad, pérdida de energía, sentimientos de culpa, disminución de la capacidad para pensar y tomar decisiones e ideas recurrentes de suicidio o muerte. 11 Ansiedad es un fenómeno esencialmente humano. Permite al hombre anticipar diversas situaciones, algunas relacionadas con su defensa y otras relacionadas con el ataque.26 37 REFERENCIAS 1.- Meler L, Álvarez H. Protocolo diagnóstico del paciente con depresión aguda y crónica. Medicine 2003; 8:5675-78. 2.- López J, López MA, Vargas BE, Villamil V. Estudio doble ciego con antidepresivo, psicoterapia breve y placebo en pacientes con depresión leve a moderada. Salud Mental 2004; 27: 53-61. 3.- Lara MA. 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