EL DECIMO MANDAMIENTO 109 Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas" (Mateo 6:33). Los mandamientos se eslabonan Y así, al llegar a este punto, el último mandamiento le da la mano al primero. Porque si usted procura ALGUNA cosA contraria a la voluntad de Dios, usted codicia. Si en su mente y corazón usted codicia y ansía algo más que obedecer al Creador y recibir sus bendiciones, ese algo se convierte en un ÍDOLO para usted. "Codicia ... es IDOLATRíA" (Col. 3:5). Entonces, cualquier cosa que usted idolatre ocupa en su mente el lugar del verdadero DIOs. Y usted QUEBRANTA el primer mandamiento que dice: "No tendrás dioses ajenos delante de mí" (Exodo 20:3). El apóstol Pablo dijo: "No sabéis que si os sometéis a alguien como esclavos para obedecerle, sois esclavos de aquel a quien obedecéis, sea del pecado para muerte, o sea de la obediencia para justicia?" (Romanos 6:16, Versión Reina-Valera, Revisión 1960). Cuando usted empieza a codiciar cosas materiales usted les "sirve". Gasta su tiempo, su energía, su dinero en ellas. En tal situación, usted no tiene tiempo ni energía para ESTUDIAR realmente la Biblia, o para dedicar una hora en ferviente ORACIÓN delante del Ser que le da la vida y el aliento. Y descubre que se ha vuelto "tacaño" y envidioso del dinero que le debe a su Hacedor para financiar la proclamación de su verdad. . Por este simple proceso, las cosas materiales que codicia y ansía se convierten en su "mos". Porque usted en verdad les sirve y las adora - y se encuentra conque en su vida no le queda mucho tiempo, ni energía ni dinero para SERVIR al Dios verdadero con todo su entendimiento, toda su fuerza, y su corazón. ¿Lo ve usted? La codicia es CRUEL Y MALIGNA - porque corta al individuo de la asociación, las bendiciones y el amor del gran Dios de los cielos que hizo TODO cuanto existe - y cuyo propósito es que esta creación material se use en su servicio y para su gloria. Y, en la vida diaria, la codicia viola el principio básico del CAMINO DE VIDA señalado por todos los mandamientos de Dios y por Jesucristo mismo. Jesús abrevió este principio cuando dijo: "Bienaventurada cosa es dar antes que recibir" (Hechos 20:35). Si usted lucha y se esfuerza por ver cuánto más puede dar a