¿APRENDER O APROBAR? AQUÍ EL QUE NO APRUEBA ES PORQUE NO SABE....... DONDE RECLAMAR. REFLEXIONES DE UNA DOCENTE. Y uno aprende que realmente puede aguantar, que uno es realmente fuerte, que uno realmente vale, y uno aprende y aprende…….y con cada día uno aprende. Jorge Luis Borges Y uno aprende que en educación, la objetividad y honestidad no siempre llegan a ser entendidas como esenciales. Y uno aprende que en educación la formación y experiencia no siempre garantizan la satisfacción de entender que confían en nosotros. Y uno aprende que la seriedad, la implicación y entrega no siempre se entienden como pilares que sustentan esta vocación. Y uno aprende que los valores que un docente inculca no siempre llegan en el momento adecuado, pero que no por eso dejan de ser necesarios. Y uno aprende que marcar unos objetivos y ayudar a cumplirlos no siempre son entendidos en el contexto educativo. Y uno aprende que reforzar patrones de una conducta activa, infundir ánimos y estimular la superación no se aprecian o conciben provechosas. Si das pescado a un hombre hambriento le nutres durante una jornada. Si le enseñas a pescar, le nutrirás durante toda la vida. Lao-Tsé El alumno no siempre aprende que si en su etapa educativa predominan las críticas y los rechazos, lo normal es que aprenda a vivir angustiado y a estar siempre a la defensiva. El alumno no siempre aprende que conocer qué es exactamente lo que se espera de él es básico para adquirir seguridad y que equivocarse y corregirse es fundamental a la hora de propiciar la autodeterminación y la capacidad de decisión. El alumno no siempre aprende que el proceso educativo es siempre gradual y un proceso completo que abarca a la persona como unidad. El alumno no siempre aprende el valor de la responsabilidad, que para fomentarla es esencial establecer normas y límites. El alumno no siempre aprende que para llevar a la realidad sus aptitudes debe modelar su conducta, mantener las deseadas y modificar las inadecuadas. El alumno no siempre aprende que debemos entrenar la capacidad de enfrentarnos a toda clase de dificultades y problemas de la vida. El alumno no siempre aprende que la falta de hábito de esfuerzo y convencimiento de ser capaz frena el deseo de crecer. Nada verdaderamente valioso e importante se logra sin entusiasmo, sin coraje, sin ilusión y ello se manifiesta en tres aspectos: Capacidad de mantener actitudes y creencias positivas acerca de sí mismo y de posibilidades reales. Capacidad para crecer, perfeccionarse, para evolucionar, para hacer realidad los propios proyectos, cueste lo que cueste. Capacidad para ser independiente, para valerse por sí mismo y no necesitar el apoyo de los demás. Consideraciones extraídas de Bernabé Tierno Jiménez, psicólogo, pedagogo y escritor A veces todo esto se viene abajo cuando tras treinta años de experiencia y formación tu valoración sobre lo aprendido no se lleva a consideración, cuando no existe un argumento convincente sobre tu labor profesional. Algunos alumnos en su etapa terminal voluntariamente abandonan la materia que impartes y sin mostrar preocupación alguna y total descaro se encuentran con el premio del aprobado final. Las reclamaciones están tan interiorizadas como habituales que no sólo las presentan sin a veces saber argumentarlas sino conteniendo todo tipo de descalificaciones destinadas al docente. El grado de madurez de un alumno no se debe medir sólo en el caso de que le quede una materia, alumnos con dos y tres han podido tener una evolución mejor y haber mostrado una actitud más positiva, dígase voluntad, responsabilidad y entrega. Ofelia Tadeo González Catedrática de Inglés de Enseñanza Secundaria.