Anlisis Narrativo en las Ciencias Humanas

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Análisis Narrativo en las Ciencias Humanas
Teoría, Epistemología, Metodología
Juan Carlos Gorlier
Selección de Textos
http://www.faculty.umb.edu/carlos_gorlier/
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EL GIRO NARRATIVO EN LAS CIENCIAS HUMANAS
La escritura del dios
“Horas después, empecé a avistar el recuerdo; era una de las tradiciones del dios. Éste,
previendo que en el fin de los tiempos ocurrirían muchas desventuras y ruinas, escribió el
primer día de la Creación una sentencia mágica […] La escribió de manera que llegara a
las más apartadas generaciones y que no la tocara el azar. Nadie sabe en qué punto la
escribió ni con qué caracteres, pero nos consta que perdura, secreta, y que la leerá, un
elegido […] En el firmamento hay mudanza. La montaña y la estrella son individuos y
los individuos caducan. Busqué algo más tenaz, más invulnerable […] En ese afán estaba
cuando recordé que el jaguar era uno de los atributos del dios […] En la otra celda había
un jaguar; en su vecindad percibí una confirmación de mi conjetura y un secreto favor
[…] Dediqué largos años a aprender el orden y la configuración de las manchas” (Borges,
1974: 596).
Notas para un análisis estructural de las narrativas
“Las narrativas del mundo son innumerables. Aparecen ante todo en una prodigiosa
variedad de géneros […] como si todo material fuera apto para recibir los relatos
humanos: la narrativa puede sustentarse en el lenguaje articulado, oral o escrito, en
imágenes móviles o fijas, en gestos y en la mezcla ordenada de todas estas sustancias. La
narrativa está presente en el mito, la leyenda, la fábula, el cuento, la novela, la épica, la
historia, la tragedia, el drama, la comedia, la pantomima, la pintura […] el vitral, el cine,
las tiras cómicas, las noticias, la conversación […] en su diversidad de formas está
presente en toda era, en todo lugar, en toda sociedad; comienza con la historia misma de
la humanidad y nunca hubo ni hay en la actualidad un pueblo sin narrativa” (Barthes,
1977: 79).
The ironic poetics of late Modernity
“(el giro discursivo) tiene un impacto muy importante sobre el estudio de las ciencias
sociales y humanas porque considerarlas, no como ciencias, ni siquiera como disciplinas,
sino como discursos, nos permite entender porqué son posibles distintas interpretaciones
del mismo fenómeno. Esto nos permite ver que lo que estudiamos, en las ciencias
humanas y sociales, e incluso en gran parte las ciencias naturales, es el producto del
modo en que describimos la realidad en el discurso […] Tratamos esas disciplinas como
discursos que crean sus propios objetos de estudio a través de procesos que están
fundados en el lenguaje, pero que son más retóricos que gramaticales en su articulación y
elaboración” (White, 2006b: 1-2).
The structure of the scientific revolutions
“Raramente la investigación efectiva comienza antes de que una comunidad científica
considere que ha adquirido respuestas sólidas a preguntas como las siguientes: ¿Cuáles
son las entidades fundamentales que componen el universo? ¿Cómo interactúan entre sí y
con los sentidos? ¿Qué preguntas es legítimo hacer sobre esas entidades y cuáles son las
técnicas empleadas para la búsqueda de soluciones?” (Kuhn, 1970: 4-5).
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“El estudio de los paradigmas […] es el modo principal de preparación para que el
estudiante se convierta en miembro de la comunidad científica particular en la que luego
va a practicar. Dado que a ella se incorporan sujetos que aprendieron los fundamentos de
su campo a partir de los mismos modelos concretos, sus prácticas futuras raramente
evocarán un desacuerdo abierto con esos fundamentos. Los sujetos cuya investigación se
basa en paradigmas compartidos están comprometidos con las mismas reglas y estándares
para la práctica científica. Ese compromiso y el consenso manifiesto que produce son los
pre-requisitos para la ciencia normal, es decir para la génesis y continuación de una
tradición de investigación particular” (Ibidem: 10).
“La transición de un paradigma en crisis a uno nuevo a partir del cual una nueva tradición
de ciencia normal pueda emerger no se parece en nada a un proceso acumulativo, a algo
que se consumaría a través de la articulación o extensión del viejo paradigma. En lugar de
eso, es una reconstrucción del campo a partir de nuevos fundamentos, una reconstrucción
que cambia algunas de las generalizaciones teóricas más elementales, así como muchos
de sus métodos y aplicaciones paradigmáticas […] Otros que han notado este aspecto del
avance científico han enfatizado su similitud con cambios en la gestalt visual: las
manchas sobre el papel que primero eran vistas como un pájaro son ahora vistas como un
antílope, o viceversa” (Ibidem: 84).
“Como ocurre con la elección entre instituciones políticas que compiten entre sí, la
elección entre paradigmas competitivos se muestra como una elección entre modos de
vida comunitaria incompatibles […] Cuando los paradigmas entran en un debate sobre el
paradigma que debe elegirse, su función es necesariamente circular. Cada grupo usa su
propio paradigma para argumentar en su favor […] Sin embargo, la circularidad
resultante no hace que los argumentos sean equivocados o ineficaces. Cuando argumenta
en su defensa, el sujeto que adopta como premisa un paradigma muestra claramente cómo
sería la práctica científica para aquellos que adopten la nueva visión de la naturaleza”
(Ibidem: 94).
Tropics of discourse
“Todo genuino discurso toma en consideración las diferencias de opinión al sugerir dudas
sobre su propia autoridad , que despliega sistemáticamente en la superficie. Tal el caso
especialmente cuando se trata de señalar lo que aparece como un área nueva de la
experiencia humana para su análisis preliminar, definir sus contornos, identificar sus
elementos en el campo, y discernir los tipos de relaciones entre ellos. Aquí el discurso
debe establecer la adecuación del lenguaje, usado para analizar el campo, a los objetos
que parecen ocuparlo. Y el discurso efectúa esa adecuación a través de un movimiento
prefigurativo que es más trópico que lógico (White, 1978: 1; subrayado en el original).
Lessons in paganism
“La teoría es una forma de narración sin transitividad […] se rodea a sí misma de
silencio. Su referencia debe permanecer callada, o en otras palabras insensata, para que
valga la pena explicarla, para hacerla hablar […] y su destinatario también debe
permanecer callado, no debe saber nada, para que valga la pena decirle lo que la teoría
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tiene para decirle. Eventualmente, se le puede permitir hablar, poniéndolo en posición de
narrador, pero sólo para probar que puede recitar su lección correctamente” (Lyotard,
1989: 135).
Sublime historical experience
“Lo único seguro es que los historiadores deben sacar ventaja de su propia subjetividad,
deben confiar en su propia subjetividad lo más posible y, al mismo tiempo, tratar de
hacerla invisible a sus lectores. En términos más generales, se trata de un doble
movimiento: una confianza completa en la subjetividad y un borrar la subjetividad; la
idea es que los historiadores deben disolver su propia subjetividad en el texto, como un
terrón de azúcar se disuelve en una taza de té […] el mejor instrumento para leer el texto
es la persona que somos -y, en nuestra lectura del texto, no debemos eliminar a priori
ningún aspecto de nuestra personalidad” (Ankersmit, 2005: 94-5; subrayado en el
original).
“El sentido ya no viaja libremente a través del tiempo y el espacio: sus lazos con su lugar
de origen son más fuertes que nunca […] El sentido ahora es centrípeto en lugar de
centrífugo […] Como resultado de ello, su vínculo con ‘la teoría’ -es decir con los
instrumentos teóricos que tradicionalmente usábamos para expandir el alcance del sentido
cultural, narrativo y textual- tiende a debilitarse. Ahora el sentido recibe su contenido del
modo en que el mundo se nos da en la experiencia (Ibidem: 1-2; subrayado en el
original).
Social postmodernism: beyond identity politics
“Antes de ser posmoderno, yo era marxista […] El pivote de mi ‘conversión’ fue mi
desilusión con el marxismo, que luego se extendió a un desencanto con aspectos centrales
del Iluminismo occidental […] Para mí el marxismo estaba enredado con una rebelión
edípica y generacional –contra un padre exitoso pero distante, contra una sociedad
‘opulenta’ que no prometía más que familia, consumismo y carrera profesional […]
Comencé a analizarme con la fe iluminista de que el análisis reemplazaría la ilusión con
la realidad, la opacidad con el insight científico […] Pero, a pesar de muchos años de
análisis, mi psique seguía densa y opaca, rechazando obstinadamente la verdad a favor de
las narrativas que yo, y mi analista, valorábamos más por sus efectos fortalecedores […]
que por su validez […] Mi análisis es inseparable de la decisión de ‘salirme del ropero’
en lo referido a mi identidad gay. Por supuesto, no conecto este acontecimiento a mi
adopción de un punto de vista posmoderno. Con todo, esta decisión tuvo para mí
consecuencias epistemológicas de largo alcance” (Seidman en Nicholson y Seidman,
1995: 1-4)
Una teoría sexual – síntesis
“[…] la interrupción de este desarrollo (el sexual) por la época de la latencia, nos parece
digna de una especial atención, pues creemos que contiene una de las condiciones de la
evolución del hombre hacia una civilización, pero también de su predisposición a las
neurosis” (Freud, 1973, Tomo II: 1231)
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El siglo
“La singularidad de Freud es que el cara a cara con lo sexual no es del orden del saber
sino del orden de una nominación, un intervención, lo que el llama una ‘discusión
franca’, que busca precisamente desvincular los efectos de lo sexual de toda aprehensión
al poder de la norma” (Badiou, 2005: 98).
The storyteller
“Aunque su nombre nos sea familiar, el narrador en su inmediatez viviente ya no es una
fuerza activa, es algo remoto, algo cada vez más distante […] El arte de narrar está
llegando a su fin […] es como si nos hubieran arrebatado algo que parecía inalienable,
una de nuestras posesiones más seguras: la capacidad de intercambiar experiencias […]
La razón es obvia: la experiencia está desvalorizada. Con la Primera Guerra Mundial
comenzó un proceso que desde entonces no se ha detenido. ¿No era acaso manifiesto que
al final de la guerra los hombres que volvían del frente estaban cada vez más silenciosos
–no más ricos sino más pobres en experiencia comunicable? […] Nunca la experiencia ha
sido contradicha tanto: la experiencia estratégica por la táctica militar, la experiencia
económica por la inflación, la experiencia corporal por la guerra mecánica, la experiencia
moral por aquellos en el poder” (Benjamin, 1968: 83-4)
Análisis narrativo en las ciencias humanas
“Pero los psicólogos narrativos están lejos de usar dogmáticamente las contribuciones
provenientes de los análisis lingüísticos y semiológicos. En efecto, si bien es cierto que
entre una “ficción” literaria y un relato personal sobre ‘hechos y experiencias reales’ hay
una complicidad inextricable, también parecer existir entre ambos una diferencia radical.
La posibilidad de abordar los relatos, de cualquier índole que sean, como construcciones
que poseen estructuras y funciones canónicas, tiene consecuencias que apenas comienzan
a vislumbrarse. Por una parte, se produce una súbita nivelación de las distancias y las
jerarquías entre distintos discursos: en la vida cotidiana, la ciencia, la literatura y la
religión, siempre se trataría de “alguien que le dice algo a otro”. Esa nivelación tiene
efectos extraordinariamente liberadores -al menos para aquellos que, aunque sea de
manera más o menos confusa, ya estaban deseando liberarse” (Gorlier, 2006: 1-2).
The social construction of what?
“La matriz en la que se forma la idea de ‘mujer refugiada’ es un complejo de
instituciones, defensores, artículos periodísticos, abogados, decisiones judiciales,
procedimientos inmigratorios. Y esto sin mencionar la infraestructura material, barreras,
pasaportes, uniformes, mostradores en los aeropuertos […] Esta materialidad tiene
consecuencias sustanciales para la gente. Del mismo modo, las ideas sobre las mujeres
refugiadas tienen consecuencias para el medio material […]” (Hacking, 1999: 10).
Merely telling stories? Narrative and knowledge in the human sciences
“Con el desplazamiento del signo a la oración y de ésta al texto, y la consiguiente
ampliación de la demarcación textual para incluir una multitud de prácticas significantes
la problemática de las ciencias humanas se ha ampliado […] Al mismo tiempo, con el
reconocimiento de que la producción de conocimiento no es universal ni está fuera del
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tiempo sino que depende de ciertas clases de actos comunicativos históricamente
específicos, de supuestos hermenéuticos y de relaciones de poder, aparecen cuestiones
relacionadas con la auto-reflexividad” (Kreiswirth, 2000: 299).
“Es importante tener constantemente presente que un relato verdadero, que reclama
representar sucesos reales (una anécdota cotidiana, el informe de un sociólogo, un texto
histórico, una dictamen judicial, etc.) opera como un acto comunicativo exactamente de
la misma manera que lo hace un relato de ficción, que no tiene ese reclamo […] la
narrativa opera como una narrativa independientemente del uso que se haga de ella”
(Ibidem: 313).
Narrative turn in the humanities - The Routledge encyclopedia of narrative theory
“Como las peripecias y vaivenes narrativos dentro de las humanidades y entre ellas y
otras disciplinas han comenzado a enseñarnos, la distinción ficticio / no ficticio tal vez
sea más una cuestión de método y de perspectiva, que de sustancia y definición. En lugar
de ver la narrativa como una subespecie de la ficción o la ficción como una subespecie de
la narrativa, o de confundir una con la otra, los pensadores narrativos […] han
argumentado que es mejor ver estos términos como describiendo, no objetos, sino actos,
procesos discursivos cuyas determinaciones están constituidas por los modos en que una
comunidad las usa, y no por las características intrínsecas de un texto” (Herman et al.,
2005: 381).
“La naturaleza de la representación puede analizarse mejor contrastándola con la
descripción. En la descripción es siempre posible distinguir entre referencia (el
sustantivo de la descripción) y predicación (el predicado de la descripción) pero esa
distinción no es posible en el caso de la representación. Piénsese en un retrato por
ejemplo, no es posible distinguir en él las partes de la pintura que exclusivamente refieren
de aquellas que exclusivamente atribuyen […] esto ocurre porque hay una
indeterminación en la relación entre lo representado y su representación que no tiene
paralelo en la descripción” (Ibidem: 100-1).
El autor como gesto
“El sujeto, como el autor […] no es algo que pueda ser alcanzado directamente como una
realidad sustancial presente en alguna parte; por el contrario, es aquello que resulta del
encuentro y del cuerpo a cuerpo con los dispositivos en los cuales ha sido puesto –si lo
fue- en juego. Puesto que también la escritura […] es un dispositivo, y la historia de los
hombres no es quizás otra cosa que el incesante cuerpo a cuerpo con los dispositivos que
ellos mismos han producido: antes que ninguno, el lenguaje” (Agamben, 2005: 93-4).
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“ALGUIEN LE DICE A OTRO QUE ALGO OCURRIÓ”
Narratology
“Una narrativa es la representación semiótica de una serie de eventos conectados con
sentido en una manera temporal y causal. En este sentido amplio, las películas, las obras
de teatro, las tiras cómicas, las novelas, los artículos periodísticos, las crónicas y los
tratados de historia geológica son narrativas. Por lo tanto, las narrativas pueden
construirse usando una amplia variedad de medios semióticos: lenguaje hablado o escrito,
imágenes visuales, gestos y actuaciones, o una combinación de éstos […] El término
‘narrativa’ es por ende potencialmente ambiguo. Como hemos visto, tiene al menos dos
sentidos: el sentido amplio, que acabamos de definir, y el sentido estrecho, según el cual
la narrativa es exclusivamente un fenómeno lingüístico, un acto de habla, definido por la
presencia de un narrador o relator y de un texto verbal” (Landa y Onega, 1996: 3-4).
Narrative - Handbook of narrative analysis
“Tradicionalmente se considera que una narrativa es una secuencia de eventos. La
formulación es altamente problemática y algunos de los problemas que plantea no son
fáciles de resolver. Ante todo, esta definición simplemente transfiere la definición al
“evento”, un concepto igualmente problemático […] Segundo, uno podría preguntar qué
clase de secuencia de eventos aparecen en una narrativa. ¿Puede uno hablar de narrativa
cuando un evento sucede a otro en el tiempo? ¿O la conexión entre eventos debe ser más
fuerte? Por ejemplo, ¿debe acaso haber una conexión de causa y efecto? (Herman y
Vervaeck, 2005: 11).
Tlön, Uqbar, Orbis Tertius
“He dicho que los hombres de ese planeta conciben el universo como una serie de
procesos mentales, que no se desenvuelven en el espacio sino de modo sucesivo en el
tiempo […] Dicho sea con otras palabras: no conciben que lo espacial perdure en el
tiempo. La percepción de una humareda en el horizonte y después del campo incendiado
y después del cigarro a medio apagar que produjo la quemazón es considerada una
asociación de ideas […] Ese monismo o idealismo total invalida la ciencia. Explicar (o
juzgar) un hecho es unirlo a otro” (Borges, 1974: 436).
Plot - Handbook of narrative analysis
“Según Forster (1927: 86), el relato es la secuencia cronológica de los eventos. La trama
refiere a la conexión causal entre esos eventos. Sin embargo, no siempre es fácil
establecer una distinción entre ambos. No rechazamos la distinción entre ambos niveles,
pero queremos aclarar que la distinción es una construcción teórica que hay que
diferenciar de las interpretaciones concretas de los lectores de carne y hueso. La
secuencia de eventos es siempre el trabajo del lector que hace las conexiones entre los
distintos incidentes del relato. Esto suministra la dinámica a la trama y da lugar a la idea
de que algo está de hecho ocurriendo” (Ibidem: 12).
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Author - The Routledge encyclopedia of narrative theory
“Usualmente el término autor refiere a la persona que ha creado el texto […] El uso de
este concepto está conectado a las teorías de la creatividad (por ejemplo, el autor como
genio), de la textualidad (por ejemplo, el autor como la intersección de múltiples
discursos) y de la comunicación (por ejemplo, el trabajo literario como expresión de las
emociones y sentimientos del autor) […] En el uso popular la fórmula ‘la muerte del
autor’ implica que los textos pueden y deben ser entendidos sin referencia alguna al autor
histórico y a sus intenciones que el sentido de un texto es el producto de su interacción
con un número potencialmente infinito de pretextos […] Sin embargo, aunque a partir de
los ochenta el discurso teórico estuvo dominado por el eslogan de la muerte del autor, la
crítica literaria no resultó demasiado afectada por ese eslogan y continúa empleando
libremente términos como ‘autor’ y ‘obra’” (Herman et al., 2005: 33-4).
Notas para un análisis estructural de las narrativas
“[…] el narrador y los personajes son esencialmente ‘seres de papel’; el autor (material)
de una narrativa no debe confundirse de ninguna manera con el narrador de esa narrativa;
los signos del narrador son inmanentes a la narrativa y por ende accesibles a un análisis
semiológico; pero para concluir que el autor mismo (presente, oculto o disuelto) tiene
‘signos’ a su disposición que esparce a través de su trabajo, es necesario asumir que entre
esta ‘persona’ y su lenguaje existe una relación descriptiva directa que hace del autor un
sujeto pleno y de la narrativa la expresión instrumental de esa plenitud” (Ibidem: 111).
Narrator - The Routledge encyclopedia of narrative theory
“El narrador es el agente o, en términos menos antropomórficos, la agencia o instancia
que dice o transmite todo […] en una narrativa a un destinatario. Esta definición simple,
que afirma un vínculo fuerte entre el concepto de narrador y la narrativa, oculta ciertas
complejidades y cuestiones polémicas […] Ryan (2001) diferencia tres funciones
subyacentes al concepto de narrador: la creativa (el narrador da forma al relato a través
del empleo de distintas técnicas); la transmisión (los distintos modos de comunicación
empleados); y la testimonial (la afirmación del carácter verdadero del relato con relación
al mundo de referencia)” (Herman et al., 2005: 388).
http://en.wikipedia.org/wiki/Narrator
“El narrador de cualquier trabajo tiene ciertas características y limitaciones que definen
cómo puede el autor contar el relato. Lo más significativo es que un narrador sólo puede
relatar lo que ha experimentado […] En la narrativa en primera persona, el narrador es un
personaje en el relato. Este personaje actúa, juzga, tiene opiniones e inclinaciones […]
En su forma limitada, el narrador en tercera persona es similar al anterior, excepto por el
uso de los pronombres en tercera persona. La trama se centra en un protagonista y cubre
sólo relativo al personaje, pero éste no es el narrador, que es incorpóreo, no hace nada, no
juzga, no expresa opiniones y no tiene forma física en o fuera del relato. Este narrador
conoce los pensamientos, sentimientos y recuerdos del protagonista, pero no los de otros
personajes […] El narrador omnisciente, como en las formas en tercera persona más
limitadas, también es incorpóreo […] pero presencia todos los eventos, aunque no haya
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personajes presentes, y conoce tanto el pasado y el futuro -y a veces incluso el futurocomo los pensamientos de todos los personajes.
Tres testimonios de conversión religiosa
“Descubrí que mi vida era una mentira, y que los mentirosos no heredan el reino de los
cielos, cambiaron muchas cosas, pero todavía estaba casada, mi marido me traicionaba,
salía a beber, no quería compromiso con Dios y yo en cierta forma lo empujaba a eso,
porque sentía enojo con él, no me gustaba tener relaciones, fingía, después del acto me
sentía como una basura, me sentía usada, en fin fui dejando mi casamiento de lado, pero
Jesús estaba trabajando en mi vida, porque allí cambió todo, Dios me llevó a un ayuno de
3 meses para hablar conmigo y entrar con providencia en este asunto de mi casamiento, él
no quería a Jesús, bebía, se prostituía, debía a todo mundo, ¿cómo tener comunicación
con él y con Dios que es santo?” (Gorlier, 2006: 1)
El limonero real
“Wenceslao no oye nada salvo el tumulto oscuro del sueño, que se retira de su mente
como cuando una nube negra va deslizándose en el cielo y deja ver el círculo brillante de
la luna; no oye nada, porque cincuenta años de oír en el amanecer la voz de los gallos, de
los perros y los pájaros, la voz de los caballos, no le permiten en el presente escuchar otra
cosa que no sea el silencio” (Saer, 1987: 11)
Notas para un análisis estructural de las narrativas
(tres concepciones sobre el dador de la narrativa) “La primera sostiene que la narrativa
emana de una persona (en el sentido psicológico del término). Esta persona tiene un
nombre, el autor, en el que hay un intercambio incesante entre “la personalidad” y “el
arte” de un individuo perfectamente identificado que periódicamente toma su lapicera y
escribe una historia: la narrativa […] es aquí simplemente la expresión de un Yo externo
a ella […] La segunda concepción hace del narrador una suerte de conciencia total,
aparentemente impersonal, que emite la historia desde un punto de vista superior, el de
Dios […] La tercera y más reciente concepción […] dicta que el narrador debe limitar su
narrativa a lo que los personajes pueden observar y saber, para que todo ocurra como si
cada uno de esos personajes fuera el emisor de la narrativa.” (Barthes, 1977: 110-111).
Character - The Routledge encyclopedia of narrative theory
“El personaje refiere a un participante en el mundo del relato, es decir a cualquier
individuo o grupo unificado que aparece en un drama o trabajo narrativo de ficción. En
el sentido más restringido el término alude a los participantes en el dominio narrado, con
exclusión del narrador y del destinatario” (Herman et al., 2005: 52).
Audience - The Routledge encyclopedia of narrative theory
“Audiencia es un término general que cubre todo receptor de un texto, sea éste un lector,
alguien que lo ve o que lo escucha […] algunos teóricos atienden a lectores, no
abstractos, sino reales […] y a sus estrategias interpretativas desde una perspectiva
sociológica que presta especial importancia al género y la clase social […] Otros críticos
atienden a distintas formas de idealización o abstracción -lectores implicados, lectores
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destinatarios y lectores postulados. Las divisiones no son claras, pero es importante
hacerlas. Para determinar los primeros basta atender al texto. Dado que son imaginados
por el autor, los segundos sólo pueden establecera a través de un estudio del texto en su
contexto biográfico e histórico. Los lectores postulados […] son independientes del
texto. De hecho, preceden al texto como un artificio hermenéutico para descifrarlo.
Distintas comunidades interpretativas leerán el ‘mismo’ texto de maneras radicalmente
diferentes’ (Herman et al., 2005: 30).
Mimesis - Handbook of narrative analysis
“La mimesis evoca la realidad poniéndola en escena. Esto es evidente en el teatro, pero
las narrativas también tienen momentos en que tienden a la representación mimética, por
ejemplo, las conversaciones directas, entre “ ”. En estos casos la narrativa muestra casi
literalmente qué fue dicho en la realidad evocada por el texto; con todo una completa
superposición entre la representación narrativa y la conversación ‘real’ está fuera de
cuestión” (Herman y Vervaeck, 2005: 14).
El limonero real
“No, hoy no –responde ella tranquila, y después arranca con los dientes un sobrante de
hilo del hilván que acaba de hacer en el borde superior del bolsillo de la camisa. Deja la
camisa sobre la mesa y comienza a meter el mate en una media negra llena de agujeros.
Deja el mate enfundado en la media encima de la mesa. Comienza a enhebrar una aguja
con hilo negro, humedeciendo la punta del hilo con los labios y tratando una y otra vez de
ensartarla en el ojo de la aguja. A concentrarse en la operación saca la punta de la lengua
mordiéndosela con suavidad” (Saer, 1987: 20).
La grande
“Gabriela […] guardando el carretel de hilo beige en la caja, revuelve su contenido hasta
encontrar el amarillo […] Desenrollando un pedazo de hilo del carretel, de unos treinta
centímetros más o menos, Gabriela lleva el carretel a la boca, corta el pedazo de hilo con
los dientes y, aprovechando el movimiento, introduce en su boca el extremo del hila que
acaba de cortar y lo humedece con la punta de la lengua. Dejando caer otra vez el
carretel en la caja abierta, se dispone a enhebrar la aguja. La punta que acaba de
humedecer se mantiene rígida y termina en un filamento delgadísimo que debería pasar
sin dificultad a través del ojo, pero el ojo es tan estrecho que, tocando el metal sin entrar
en la hendidura, el filamento se dobla […] (Saer, 2005: 208).
Diégesis - Handbook of narrative analysis
“La diégesis sintetiza eventos y conversaciones. En esa síntesis siempre se hace evidente
la voz del narrador, colorando los eventos narrados, que como consecuencia de ello ya no
son directamente accesibles […] Aunque la mimesis y la diégesis parecen ser un par
binario, en realidad constituyen los dos extremos de un continuo en el que toda narrativa
ocupa una posición específica” (Herman y Vervaeck, 2005: 14-5).
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El entenado
“En ese azul monótono, la travesía duró más de tres meses. A los pocos días de zarpar,
nos internamos en un mar tórrido. Ahí fue donde empecé a percibir ese cielo ilimitado
que nunca más se borraría de mi vida. El mar lo duplicaba […] Al cabo de varias
semanas nos alcanzó el delirio: nuestra sola convicción y nuestros meros recuerdos no
eran fundamento suficiente. Mar y cielo iban perdiendo nombre y sentido” (Saer, 1988:
14).
Metaphor - On Line Encyclopedia
“Una metáfora puede definirse como la comparación directa entre dos o más cosas que
aparentemente no están relacionadas. En su caso más simple adopta la forma ‘la (primera
cosa) es un (segunda cosa)’. En términos más generales, una metáfora describe una
primera cosa como si fuera otra cosa o fuera igual a ella. Por ende, la primera cosa puede
describirse de manera económica pues se utiliza la segunda para realzar la descripción de
la primera” (http://en.wikipedia.org/wiki/Metaphor).
El limonero real
“Mira la cara redonda, la piel oscura y llena de arrugas. Los ojos han ido achicándose
desde que él murió y ahora parecen dos heridas rectas y cortas a medio cicatrizar. Ahora
parecen no destellar más que cuando por momentos la certidumbre y no el simple
recuerdo de que él murió la arrasan provocándole una desesperación súbita análoga a la
locura. Pero ahora parecen no solo (sic) no destellar, parecen incluso ciegos y no existir”
(Saer, 1987: 18).
El entenado
“Toda vida es un pozo de soledad que va ahondándose con los años” (Saer, 1988: 42).
La grande
“-Estaba viajando en el tiempo- dice. -Y yo -dice Nula-, montado en el presente, tratando
de aguantar las sacudidas de ese potro salvaje. -Que por suerte a veces puede ser también
una yegua mansa -dice Gutiérrez” (Saer, 2005: 28).
Metonymy - On Line Encyclopedia
“Metonimia es el uso de una característica singular para identificar una entidad más
compleja; también es conocida como la parte por el todo […] es extremadamente común
que la gente tome un aspecto bien conocido o fácil de percibir y lo use en lugar de la cosa
en su totalidad o de alguna otra parte o aspecto […] es la sustitución de una palabra por
otra a la que es asociada” (Ibidem: metonymy).
El entenado
“Se hubiese dicho que había dos capitanes: el que transmitía, con precisión matemática,
órdenes que emanaban, sin duda, de la corona, y el que miraba fijo un punto invisible
entre el mar y el cielo, sin parpadear, petrificado sobre el puente” (Saer, 1988: 14).
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How to do things with words
“Se ha llegado a aceptar que muchas emisiones que parecen enunciados no pretenden en
absoluto, o sólo pretenden parcialmente, dar información sobre hechos: por ejemplo, las
‘proposiciones éticas’ tal vez pretenden, exclusiva o parcialmente, expresar una emoción,
prescribir una conducta o influirla de maneras particulares […] Hay muchas palabras
embebidas en enunciados aparentemente descriptivos que producen especial perplejidad
porque no sirven para indicar alguna característica adicional en la realidad reportada, sino
para indicar (no para reportar) las circunstancias en las que se hace el enunciado, o las
reservas a las que está sujeto, o el modo en que debe tomarse […]” (Austin, 1967: 2-3).
“Cuando digo, en el registro civil o ante el altar, ‘Sí, quiero” no estoy reportando un
casamiento, estoy consintiendo casarme […] ¿Cómo llamar a una oración o emisión de
este tipo? Propongo llamarla oración performativa o emisión performativa o, abreviando,
‘un preformativo’ […] El término deriva, por supuesto de ‘realizar’, el verbo usual con el
sustantivo ‘acción’ e indica que la expresión de una emisión es la realización de una
acción.” (Ibidem: 6, subrayado en el original).
“La emisión de las palabras es, por cierto, usualmente un, o incluso el elemento principal
en la realización del acto (apostar o lo que fuera) pero muy inusualmente, o tal vez nunca,
la única cosa necesaria para aceptar que el acto ha sido realizado. En general, es siempre
necesario que las circunstancias en que las palabras son proferidas sean de alguna manera
apropiadas, y es muy habitual que el hablante mismo u otras personas también realicen
otras acciones, físicas o mentales o incluso actos de proferir otras palabras” (Ibidem: 8;
subrayado en el original).
“Cuando la intención está ausente, ¿no hablamos acaso de una ‘falsa’ promesa? Pero
decir eso no es afirmar que la emisión ‘Yo prometo que…’ es falsa, en el sentido que
aunque declara que promete, no lo hace, o aunque describe lo hace mal -informa de
manera errónea. Porque él (el sujeto que promete) hace la promesa […] pero está hecha
de mala fe. Su oración es acaso engañosa, probablemente tramposa y sin duda incorrecta,
pero no es una mentira o un error. Más aún, no hablamos de una apuesta falsa o de un
bautismo falso; y a pesar que hablamos una falsa promesa, también hablamos de un
movimiento en falso; pero “falso” no se aplica sólo a las oraciones” (Austin: 11;
subrayado en el original).
Philosophical investigations
“Imaginemos un lenguaje […] que sirve para la comunicación entre un constructor A y
un asistente B. A esta construyendo con piedras: hay bloques, pilares, lozas y vigas. B
tiene que pasar las piedras, en el orden que A las necesita. Para este propósito usan un
lenguaje consistente en las palabras “bloque”, “pilar”, “loza”, “viga”. A las pide –B trae
la piedra que aprendió a traer de acuerdo al pedido. Conciba esto como un lenguaje
primitivo” (Wittgenstein, 1958: § 2).
“No hay que preocuparse por el hecho de que este lenguaje (§ 2) y (§ 8) consista sólo en
órdenes. En lugar de verlo como una indicación su carácter incompleto, habría que
12
preguntarse si nuestro lenguaje es completo; si ya lo era antes de la incorporación del
simbolismo de la química y de la notación del cálculo infinitesimal; estos son, por decirlo
de alguna manera, los suburbios de nuestro lenguaje. (¿Y cuántas casas o calles se
requieren antes de que un pueblo comience a ser un pueblo?). Podemos ver nuestro
lenguaje como una ciudad antigua: una red de callejuelas y plazas, de casas viejas y
nuevas, y de casas con agregados de varios períodos; y todo esto rodeado por una
multitud de nuevas urbanizaciones, con calles regulares y rectilíneas y con casas
uniformes.” (Ibidem: § 18).
“Tal vez, la palabra “significar” se usa de manera más directa cuando el objeto
significado está marcado con el signo. Supóngase que las herramientas que usa A en la
construcción tienen ciertas marcas. Cuando A muestra a su asistente una de esas marcas,
éste trae la herramienta que tiene esa marca. De una manera más o menos similar un
nombre significa y es dado a una cosa. –Con frecuencia sería útil en filosofía que nos
digamos: nombrar algo es como ponerle una etiqueta a una cosa” (Ibidem: § 15).
“Si atendemos al ejemplo en § 1, tal vez podamos captar un indicio de hasta dónde esta
noción general del sentido de una palabra rodea al trabajo del lenguaje con una niebla que
hace imposibilita una visión clara. Pero la niebla se dispersa si se estudio los fenómenos
del lenguaje en formas de aplicación primitiva en las que hay una visión clara del
objetivo y el funcionamiento de las palabras” (Ibidem § 5).
“Ahora podemos definir de manera ostensiva un nombre propio, el nombre de un color,
de un material, de un numeral, de un punto en el compás y así sucesivamente. La
definición del número dos, “Eso se llama dos –señalando dos nueces- es perfectamente
exacta” (Ibidem: § 28).
“En la práctica del uso del lenguaje (§ 2) una persona dice en voz alta las palabras y la
otra actúa a partir de ellas. En el aprendizaje del lenguaje el proceso será el siguiente: el
alumno nombra los objetos; es decir emite la palabra cuando el maestro señala la piedra Y habría un ejercicio todavía más simple: el alumno repite las palabras que dice el
maestro- estos dos procesos se parecen al lenguaje […] Podemos tambien pensar todo el
proceso de usar palabras en § 2 como uno de esos juegos con los que los chicos aprenden
su lenguaje natal. Llamaré a esos juegos “juegos de lenguaje” y a veces diré que un
lenguaje primitivo es un juego del lenguaje […] llamaré juego del lenguaje a la totalidad
consistente en el lenguaje y las acciones con las que está entrelazado” (Ibidem: § 7).
“Es fácil imaginar un lenguaje que sólo consista en órdenes y reportes de batalla. O un
lenguaje que sólo consista en preguntas y expresiones para responder sí y no. Y otros
lenguajes innumerables. E imaginar un lenguaje significa imaginar una forma de vida ”
(Ibidem § 19).
“¿Cuál es la relación entre el nombre y la cosa nombrada? -Bueno, ¿cuál es?. Mire al
juego de lenguaje § 2 o a otro juego: allí puede verse en qué consiste esa relación. La
relación puede consistir también, entre muchas otras cosas, en el hecho que escuchar el
nombre evoca en nuestra mente la representación de lo nombrado; y también puede
13
consistir, en tener el nombre escrito sobre la cosa nombrada o pronunciarlo cuando se
señala la cosa” (Ibidem: § 37).
Narrativa: entre la descripción y el acto
“La filosofía lingüística crea abstracciones que a su vez producen oposiciones artificiales.
Por ejemplo, la oposición entre un enunciado puramente descriptivo y un enunciado
puramente performativo; y también la oposición entre una narración cuyo sentido reside
en la descripción de un “estado de cosas” y una narración cuyo sentido está en el
destinatario que la recibe. Esto ocurre porque hay entre algunos académicos una obsesión
por analizar enunciados del tipo “discúlpeme” o “"el gato está sobre la alfombra" en
condiciones de laboratorio, es decir en que pretenden conjurar las incertidumbres propias
de los usos cotidianos del lenguaje. Por el contrario, pensamos que hay “un objeto” de
estudio más legítimo: se trata de la narración, entendida como una práctica social situada,
a través de la cual alguien le relata a otro que algo ocurrió” (Gorlier, 2005: 169-170;
subrayado en el original).
“Exploremos un poco más detenidamente algunos abordajes a esa práctica, distinguiendo
tres dimensiones: ‘el cómo’, ‘el qué’ y ‘el para qué’. A partir de esa distinción puede
argumentarse que la narración es una actividad, que despliega ciertos contenidos, con la
finalidad de producir cambios en el destinatario.
Entre las múltiples dificultades que
se presentan para avanzar con el estudio de esas dimensiones hay una que se destaca: por
un lado, para no abstraer, habría que ver estas dimensiones como parte de un acto total;
por el otro, no es posible captar las tres dimensiones al mismo tiempo; más aún, hay
infinidad de situaciones cotidianas que crean las condiciones para separarlas. Para tratar
de sortear esta dificultad, sin negarla, un análisis de la narrativa como práctica social
puede partir de la idea de que el único acceso a ‘lo que ocurrió’ es a través del acto de
narrarlo. Avanzando un paso más, afirmemos que se trata de un acto performativo, es
decir es un acto que hace lo que dice en el acto mismo de decirlo. Ante esta afirmación
surgen inevitablemente reservas razonables […]” (Gorlier, 2005: 170-1; subrayado en el
original).
“Sin duda, hay muchas cosas que no pueden hacerse sólo con palabras; incluso, tal vez
hay algunas cosas que se hacen sin palabras. Pero definitivamente, hay algo que sólo con
ellas puede hacerse o deshacerse. No nos referimos a ‘palabras sueltas’; dichas por
cualquiera en cualquier situación. Se trata de prácticas narrativas que por su carácter
repetitivo y recurrente no tienen un sentido transparente a los sujetos que las realizan.
Aunque también, en condiciones excepcionales, una sola palabra puede producir una
conversión. El acto de narrar produce algo y al hacerlo se oculta detrás de su producto.
Nos referimos a “la identidad”, concibiéndola como la sedimentación de prácticas
narrativas de índole performativa (Gorlier, 2005: 171; subrayado en el original).
14
LA NARRACIÓN DE LA HISTORIA
The history / literature debate
“Como es obvio, uno de los términos claves en el debate historia versus literatura ha sido
‘ficción’. Sin embargo, la palabra ‘ficción’ se ha usado en contextos tan diferentes y con
sentidos tan distintos que es prácticamente imposible dar una definición única de ella […]
la palabra en latín refería originalmente no tanto a invenciones poéticas o mentiras, sino
al moldear y dar forma a materia pre-existente […] Podríamos entonces argumentar que
todo conocimiento supone cierta cantidad de fictio en el sentido original de la palabra
[…] En tal sentido, la palabra ‘ficción’ refiera a un sistema de técnicas poéticas usadas en
toda literatura y, posiblemente, también en toda historia” (Korhonen, 2006: 16; subrayado
en el original).
Historical discourse and literary writing
“Con frecuencia, se considera que el principal enemigo de la historia es la mentira, pero
en realidad hay dos enemigos más peligrosos para su misión de decir la verdad y nada
más que la verdad acerca del pasado: la retórica y la ficción. La primera porque de
acuerdo a la doxa filosófica, busca seducir donde no puede convencer a través de la
evidencia y el argumento; y la segunda porque de acuerdo a la misma doxa, presenta
cosas imaginarias como si fueran reales y sustituye la verdad por la ilusión” (White,
2006: 25).
Figural realism
“En la fase de investigación, los historiadores se aplican a descubrir la verdad sobre el
pasado y a recuperar información olvidada, suprimida u obscurecida y, por supuesto, en
la medida que sea posible, a darle sentido. Pero entre esta fase, que es difícil de
diferenciar de fases similares en el periodista o el detective, y la realización de un historia
escrita, debe realizarse una cantidad de importantes operaciones transformadoras en las
que el aspecto figurativo del pensamiento del historiador, en lugar de disminuir, se
intensifica” (White, 1999: 8)
Historical discourse and literary writing
“Para la historiografía tradicional, había que leer el documento histórico buscando la
información fáctica referida al mundo del que hablaba o del que era una huella. El
paradigma del documento histórico era el informe del testigo presencial de un conjunto
de eventos que, correlacionados con otros informes y otras clases de documentos
relativos a esos eventos, permitían una caracterización de ‘lo que ocurrió’ en un campo
finito de sucesos pasados […] La operación implicada en este proceso […] supone que el
objeto de estudio permanece virtualmente perceptible a través del registro documental
(que atestigua tanto su existencia como su naturaleza o sustancia). El objetivo era extraer
un número de hechos de la lectura del registro que pudieran ser medidos o
correlacionados con hechos extraídos de otros registros. Esto requería leer a través de, o
en torno al, contenido de habla figurativa, contradicción lógica, o alegorización que
pudiera contener un testimonio dado. Nada de esto sería admitido en un tribunal de
15
justicia y por consiguiente no era posible dejarlo por así decir, sin traducir, a los
equivalentes literales” (White, 2006: 26)
¿Qué es un hecho narrativo?
Hay al parecer dos cosas que hace a los hechos maleables o como quiera llamarse a su
carácter efímero. Primero, los meros hechos no son viables hasta que han sido
categorizados. Ni siquiera son hechos […] Lo segundo es su relevancia: los hechos
vitales no son prueban, incluso una vez categorizados, hasta que hayan mostrado su
relevancia para alguna teoría o relato ocupada en una cuestión más general. Ni la ley ni
la vida tienen mucho espacio para hechos irrelevantes; son inmateriales (Bruner, 1998:
18-9).
¿Acaso esto significa que el relato y la construcción teórica ponen en tela de juicio la
ontología de los hechos? Tal vez no, pero ciertamente debemos empezar a interrogarnos
qué significaba la expresión “los hechos mismos”, existiendo independientemente en un
lugar engañosamente llamado “mundo real”. Pero incluso, a pesar de estas dudas una
persona razonable sabe que los hechos son, de alguna manera, como rocas duras: están
ahí, aunque sean también producto de nuestros esfuerzos de dar sentido al mundo
(Ibidem: 19).
“Para espesar el argumento, llamemos a todas estas concepciones sobre el mundo real
ficciones. Una ficción es algo construido, la raíz latina es fingo, fingere […] que
significa dar forma, formar, manufacturar, modelar; también organizar, ordenar;
representar, imaginar, concebir; finalmente, aparentar, fabricar, urdir” (Ibidem).
“Alguien puede insistir diciendo que los hechos son los hechos y yo respondería, deje de
confundir relevancia con facticidad, aunque me pregunto si realmente es posible no
hacerlo” (ibidem: 20).
“¿Qué hace aparecer algo como un hecho cuando uno se lo encuentra? Esta no es una
cuestión trivial. La verosimilitud ofrece a la narrativa lo que la verificación y la
verificabilidad ofrece a la ciencia y la lógica. Algo verosímil es la marca de la que
ilusión de la realidad está operando” (Ibidem: 23).
“Si algo de significado social nos ocurre, nuestro impulso inicial casi irresistible es creer
que es el resultado de un acto realizado por un agente o agentes humanos con algún
propósito en mente. Esta convicción o presunción parece tener el poder de guiar nuestra
atención y dar forma a nuestra experiencia; y separa el mundo en las categorías que
corresponde a ella […] todo esto sugiere que los seres humanos comparten ciertas
susceptibilidades que los llevan a ver el mundo de la realidad de ciertas maneras –a veces
locales, compartidas por una cultura, otras virtualmente universales” (Ibidem: 25).
The value of narrativity in the representation of reality
“Los historiadores no tienen que transmitir sus verdades sobre el mundo real en forma
narrativa […] esto nos permite distinguir entre un discurso histórico que narra y un
16
discurso que narrativiza; entre un discurso que adopta abiertamente una perspectiva que
mira al mundo y lo reporta y un discurso que simula hacer que el mundo hable por sí
mismo y que lo haga en la forma de un relato […] en el discurso narrativizador […] los
eventos se registran cronológicamente como aparecen en el horizonte del relato. Aquí
nadie habla. Los eventos parecen hablar por sí mismos (White, 1981: 7; subrayado en el
original)
“¿Qué es lo que supone este hallazgo del ‘verdadero relato’, este descubrimiento del
‘relato real’ dentro o detrás de los acontecimientos que nos llegan en la forma caótica de
los ‘archivos históricos’? ¿Qué aspiración se lleva al acto, qué deseo queda gratificado
por la fantasía de que los acontecimientos reales están representados con propiedad
cuando se los hace mostrar la coherencia formal de un relato?” (Ibidem: 8; subrayado en
el original)
“La regularidad del calendario señala el ‘realismo’ del recuento, su intención es lidiar, no
con acontecimientos imaginarios, sino reales. El calendario los ubica no en el tiempo de
la eternidad o del kairos, sino en el tiempo cronológico, en un tiempo humanamente
experimentado. Este tiempo no tiene puntos bajos o altos, es por así decirlo infinito […]
no tiene fisuras.” (Ibidem: 12).
“Si aceptamos, como debemos, que este discurso se desenvuelve bajo el signo de un
deseo de lo real, para justificar la inclusión de la forma de los anales entre los tipos de
representación histórica, debemos concluir que es el producto de una imagen de la
realidad en la que el sistema social, lo único que podría suministrar los hitos para
jerarquizar la importancia de los acontecimientos, está apenas presente en la conciencia
del escritor o mejor aún, está presente como un factor en la composición del discurso sólo
en virtud de su ausencia. Por doquier son las fuerzas del desorden, natural y humano, las
fuerzas de la violencia y la destrucción, las que ocupan la atención” (Ibidem: 14).
“Como no hay ‘conflicto’, no hay nada para narrativizar, no hay necesidad de hacer que
los acontecimientos ‘hablen por sí mismos’ o de representarlos como si pudieran ‘decir su
propia historia’. Lo único necesario es registrarlos de la misma manera en que se los
capta pues, dado que no hay conflicto, no hay historia que relatar” (Ibidem: 22;
subrayado en el original)
“Esto nos aproxima a una posible caracterización de la demanda por el cierre en la
historia, algo que falta en la forma de la crónica que por ello nos lleva a considerarla
deficiente desde el punto de vista narrativo. La demanda de cierre en el relato histórico es
una demanda, sugiero, de sentido moral, la demanda de que se evalúe la secuencia de
acontecimientos reales en función de su significado como elementos de un drama moral”
(Ibidem: 24; subrayado en el original)
“En contraste con los anales, la realidad representada en la narrativa histórica, ‘hablando
por sí misma’, nos habla a nosotros […] y despliega la coherencia formal que a nosotros
nos falta. La narrativa histórica, en contraste con las crónicas, nos revela un mundo que
17
supuestamente está ‘consumado’ […] En ese mundo, la realidad se pone la máscara de un
sentido completo y acabado, algo que sólo podemos imaginar, pero nunca experimentar”
(Ibidem).
“[…] es difícil ver cómo podría alcanzarse el acabamiento narrativo […] sin la
invocación implícita de un estándar moral para distinguir entre los acontecimientos reales
que vale la pena registrar y aquellos que carecen de valor. Los eventos que quedan
registrados en la narrativa aparecen como ‘reales’ precisamente en la medida en que
pertenecen a un orden de existencia moral y derivan su sentido de su ubicación en ese
orden. Esos eventos encuentran un lugar en la narrativa que atestigua su realidad porque
conducen al establecimiento del orden social o porque, por el contrario, no consiguen
hacerlo […] ¿De qué otra manera una narrativa de acontecimientos reales podría
concluir? Cuando se trata de recontar el transcurso de acontecimientos reales, ¿qué otro
tipo de ‘finalización’ puede atribuirse a ese transcurso, sino una finalización
‘moralizadora’?” (Ibidem: 26; subrayado en el original).
Tropics of discourse: essays on cultural criticism
“Cuando buscamos dar sentido a tópicos problemáticos como la naturaleza humana, la
cultura, la sociedad y la historia, nunca decimos precisamente lo que quisiéramos decir o
expresamos precisamente lo que decimos. Nuestro discurso siempre tiende a desplazarse
de nuestros datos a las estructuras de conciencia con las que tratamos de captarlos; o, lo
que significa lo mismo, los datos siempre resisten la coherencia de la imagen que
tratamos de imprimir en ellos” (White, 1978: 1).
“Un tropo puede verse como el equivalente lingüístico a un mecanismo psicológico de
defensa […] es siempre no sólo una desviación a partir de un sentido posible, apropiado,
como una desviación hacia otro sentido, concepción o ideal acerca de lo correcto
apropiado y verdadero “en realidad”. Así considerada, la actividad de construir tropos es
tanto un movimiento desde una noción acerca del modo en que las cosas estaán
relacionadas hacia otra noción y una conexión entre cosas de manera que queden
expresadas en un lenguaje que toma en cuenta la posibilidad de que sean expresadas de
otra manera. El discurso es el género en que el esfuerzo por ganarse este derecho a la
expresión, dando crédito a la posibilidad que las cosas sean expresadas de otro modo, es
prominente (Ibidem: 2).
“Si el objetivo del historiador es familiarizarnos con lo que no es familiar, debe usar la
figuración en lugar del lenguaje técnico. Este último sólo puede familiarizar a aquéllos
que han sido indoctrinados en sus usos y sólo en relación a los conjuntos de eventos que
los practicantes de una disciplina acuerdan describir con una terminología uniforme. La
historia no posee ese tipo de terminología técnica consensuada” (Ibidem: 94).
“[...] considerada como un sistema de signos, la narrativa histórica apunta en dos
direcciones distintas: hacia los eventos descriptos en la narrativa y hacia el tipo de
historia o mito que el historiador a elegido como icono de la estructura de los eventos. La
narrativa no es el icono; lo que hace es describir eventos en el registro histórico de
18
manera que informen al lector qué tomar como icono de los eventos, para tornarlos
‘familiares’” (Ibidem: 88; subrayado en el original).
Metahistory. The historical imagination in Nineteenth Century Europe
“Así concebido, el trabajo histórico representa un intento de mediar entre lo que llamaré
el campo histórico, el registro histórico sin procesar, otros recuentos históricos, y una
audiencia” (White, 1973: 5; subrayado en el original).
“[...] el contextualista procede aislando algún (de hecho, cualquier) elemento del campo
histórico como tema de estudio; el elemento puede ser tan amplio como la ‘Revolución
Francesa’ o tan pequeño como un día en la vida de una persona específica. Entonces
procede a seleccionar los ‘hilos’ que unen el evento a explicar con distintas áreas del
contexto. Esos hilos son identificados y rastreados tanto hacia afuera en el espacio
natural y social circunvalante donde el evento ha ocurrido, como hacia atrás -para
determinar los ‘orígenes’ del evento- y hacia adelante en el tiempo –para determinar su
‘impacto o ‘influencia’ en eventos subsiguientes” (Ibidem: 18).
Tropics of discourse: essays on cultural criticism
“El estilo narrativo, tanto en la historia como en la novela, se construiría a través del
movimiento de una representación de algún estado de cosas original, a otro estado de
cosas. El sentido primario de una narrativa consistiría entonces en la des-estructuración
de un conjunto de eventos (reales o imaginarios) originalmente codificados en un modo
tropológico y en la progresiva reestructuración de ese conjunto en otro modo
tropológico” (White, 1978: 96).
“La metáfora no da una imagen de la cosa que busca caracterizar, da direcciones para
encontrar el conjunto de imágenes que intenta que se asocien con esa cosa. No funciona
como un signo, sino como un símbolo: es decir que no nos da ni una descripción ni un
icono de la cosa que representa, sino que nos dice qué imágenes buscar en nuestra
experiencia culturalmente codificada para determinar cómo debemos sentirnos con
respecto a la cosa representada” (Ibidem: 91; subrayado en el original).
Figural realism: studies in the mimesis effect
“[...] los cuatro tipos generales identificados por la teoría retórica neoclásica parecen ser
básicos: metáfora (basada en el principio de similitud), metonimia (basada en el de
contigüidad), sinécdoque (basada en la identificación de las partes de una cosa como
pertenecientes a un todo), e ironía (basada en la oposición). Considerados como
estructuras de figuración básicas, estaos cuatro tropos nos suministran categorías para
identificar los modos de conectar un orden de palabras a un orden de pensamientos (por
ejemplo manzana con tentación) sobre el eje paradigmático de una oración o de un
discurso con las faces precedentes o subsiguientes (por ejemplo, capítulos o parágrafos de
transición) sobre el eje sintagmático (White, 1999: 11; subrayado en el original).
19
Metahistory. The historical imagination in Nineteenth Century Europe
“[...] las historias desplegadas en el modo Irónico, del cual la Sátira es la forma ficcional,
obtienen sus efectos frustrando las expectativas normales sobre las clases de resolución
suministradas por las historias desplegadas en otros modos” (White, 1973: 8).
“La Ironía es en cierto sentido meta-tropológica, pues se despliega con la conciencia del
posible mal uso del lenguaje figurativo [...] representa un estadio de la conciencia en la
que la naturaleza problemática del lenguaje mismo ha sido reconocida [...] El tropo de la
Ironía suministra un paradigma lingüístico que es radicalmente auto-crítico tanto con
respecto a una caracterización dada del mundo de la experiencia como al esfuerzo mismo
de capturar adecuadamente la verdad de las cosas con el uso del lenguaje” (Ibidem: 37).
Teoría literaria y escritura histórica
“[...] la historia no es sólo un objeto de estudio y nuestro estudio de ese objeto; es
también, e incluso fundamentalmente, cierto tipo de relación con el pasado mediada por
un forma distintiva de discurso escrito. Dado que el discurso histórico está actualizado
en una forma culturalmente significativa, podemos entender el carácter relevante de la
teoría literaria para la teoría y la práctica de la historiografía (White, 1999: 1).
“Debemos partir del hecho histórico innegable que los discursos distintivamente
históricos producen típicamente interpretaciones de su tema de estudio. La traducción de
esos discursos a la forma escrita produce un objeto distintivo, el texto historiográfico, que
a su vez puede servir de tema de reflexión filosófica o crítica. De ahí las distinciones,
convencionales en la teoría histórica moderna entre la realidad del pasado, que es el
objeto de estudio del historiador; la historiografía, que es el discurso escrito del
historiador sobre ese objeto; y la filosofía de la historia, que es el estudio de las posibles
relaciones entre ese discurso y ese objeto […] toda historia es ante todo y principalmente
un artefacto verbal, el producto de una forma particular de uso del lenguaje” (Ibidem: 34).
El texto histórico como artefacto literario
“La distinción tradicional entre ficción e historia, en la que la ficción es concebida como
la representación de lo imaginable y la historia como la representación de lo real, debe
dar lugar al reconocimiento de que sólo podemos conocer lo real contrastándolo o viendo
su parecido con lo imaginable” (White, 1978: 98).
“Al acercar la historiografía a sus orígenes en la sensibilidad literaria, deberíamos ser
capaces de identificar el elemento ideológico, por ser ficticio, en nuestro propio discurso”
(Ibidem: 99)
“[…] argumentaría que las historias ganan, en parte, su efecto explicativo cuando tienen
éxito construyendo relatos a partir de meras crónicas; y los relatos a su vez están
construidos a partir de crónicas a través de una operación que he llamado ‘entramado’.
Entiendo por entramado simplemente al codificación de los hechos contenidos en la
crónica como si fueran componentes de estructuras de tramas específicas” (: 83)
20
“Los eventos pasan a formar parte de un relato por la supresión o subordinación de
ciertos eventos y el énfasis de otros, por ejemplo a través de la caracterización, repetición
de motivos, variaciones de tono y punto de vista […] en definitiva todas las técnicas que
esperamos encontrar en una novela o una obra de teatro. Por ejemplo, no hay evento
histórico que sea intrínsecamente trágico; solo puede concebirse como tal desde un punto
de vista particular, o dentro del contexto de un conjunto estructurado de eventos del cual
es un elemento que ocupa un lugar privilegiado” (: 84).
21
COMUNIDADES NARRATIVAS
Construcción social, identidad, narración
“Uno de los efectos más significativos asociados a la multiplicación de pequeños grupos
feministas […] ha sido llamar la atención sobre la importancia del pequeño grupo para
los análisis sociales. Reunidos bajo el lema “lo personal es político” estos grupos han
excavado los distintos estratos de la cotidianidad doméstica, desencadenando cambios
decisivos en la comprensión de la sexualidad, las relaciones interpersonales y la
institución familiar. En el ámbito académico el lema supone un cuestionamiento profundo
de las divisiones disciplinarias –“psicología”, “sociología”, “ciencias políticas”– y, dentro
de la sociología, de las tradicionales dicotomías entre “lo privado y lo público”, y entre lo
“micro” y lo “macro” […] Si bien el proyecto de teoría social esbozado por las feministas
de la segunda ola toma como punto de partida la perspectiva de las experiencias
subjetivas tal como se desenvuelven en la vida cotidiana, el análisis no se restringe a este
nivel, sino que apunta a mostrar el modo en que esas experiencias están modeladas por
condiciones y procesos más globales. Asimismo, hay contribuciones que, anclándose en
pequeñas comunidades y grupos bien definidos, muestran cómo los mismos se
constituyen en instancias de mediación entre las experiencias personales y las estructuras
sociales […] Si bien los colectivos feministas han hecho visible la fecundidad que los
pequeños grupos pueden tener para el análisis social, la importancia de los mismos
excede las fronteras del feminismo; no es casual entonces que fuera de esa corriente, haya
contribuciones académicas que parecen corroborarlo. Estas contribuciones indican que
estos grupos tienen un potencial teórico-práctico considerable. Además de ofrecer a los
analistas la posibilidad de observarlos directamente, son instancias clave tanto en la
reproducción como en la confrontación y la innovación sociocultural. Asimismo, hay que
tener en cuenta que suelen formar redes difusas que se extienden en el espacio y en el
tiempo; estas redes explican que ciertos fenómenos sociales que ocurren dentro y a través
de pequeños grupos tengan una visibilidad y difusión excepcionales (Gorlier, 2005: 367).
Personal narratives as sociology
“Las narrativas personales recolectadas y usadas por cientistas sociales, son historias que
suministran recuentos de vidas y eventos contados por un narrador […] considerar a una
narrativa personal como una historia no es verla como una ficción aunque, como
cualquier otra fuente sociológica, es una construcción […] Las narrativas personales
tienen una ampla variedad de formas: historias orales, autobiografías, entrevistas de
historia de vida, entre otras. Distintas formas de escritura personal también pueden tener
una dimensión narrativa: biografías, diarios personales, correspondencia, incluso
obituarios” (Laslett, 1999:392).
“Las narrativas personales suministran una perspectiva única sobre la intersección del
individuo, la colectividad, lo cultural y lo social. Como una fuente y como una técnica de
análisis pueden dar acceso a la motivación, la emoción, la imaginación, la subjetividad y
la acción de maneras que son menos accesibles a otros abordajes. También ofrecen una
manera única de comprender la historia, pues la forma narrativa incorpora el pasaje del
22
tiempo en el marco analítico. Además, la dualidad del posicionamiento dentro del
proceso analítico –el del cientista social y el del narrador o actor social- plantea
importantes cuestiones para la sociología del conocimiento histórico” (Ibidem: 392-3).
Subversive stories and hegemonic tales: towards a sociology of narrative
“La narrativa puede ser objeto, método o producto de investigación. Primero, cuando la
narrativa es objeto de investigación y explicación, los investigadores examinan cómo se
producen los relatos a través de la acción social y funcionan mediando la acción y
constituyendo identidades […] La narrativa también puede usarse como un método para
estudiar la vida social […] aquí las narrativas son un medio para estudiar otra cosa, la
conciencia de clase, el poder familiar o la toma de decisiones en el seno de un jurado […]
En el tercer caso, la narrativa entra en la producción académica cuando los investigadores
sociales funcionan como narradores produciendo relatos de la vida social (Ewick y
Silbey, 1995: 201; subrayado en el original).
Lessons in paganism
“[…] en efecto, la gran narrativa sólo pudo alcanzar la supremacía porque sus
destinatarios, los trabajadores que eran al mismo tiempo sus héroes, estaban excluidos de
relatar historias; esa supremacía fue posible sólo porque los señores de las metanarrativas, los intelectuales cuya función era justificar la historia relatada por el Poder
Comunista, encontraban razones para amordazar a la gente, reduciéndolos a un referente
silencioso, al mismo tiempo que les cantaban loas” ((Lyotard, 1989: 128).
“La teoría es una forma de narración sin transitividad […] se rodea a sí misma de
silencio. Su referencia debe permanecer callada, o en otras palabras insensata, para que
valga la pena explicarla, para hacerla hablar […] y su destinatario también debe
permanecer callado, no debe saber nada, para que valga la pena decirle lo que la teoría
tiene para decirle. Eventualmente, se le puede permitir hablar, poniéndolo en posición de
narrador, pero sólo para probar que puede recitar su lección correctamente” (Ibidem:
135).
“La inspiración bajo los discursos teóricos […] es evitar que olvidemos el Bien, Dios, el
Ser, el Trabajo, el Inconsciente, el Tiempo. El precepto detrás de la teoría […] es la
necesidad de luchar contra el olvido; por eso decimos que es una meta-narrativa: una
narrativa sobre el recordar historias. Pero incluso esa meta-narrativa se ve forzada a
olvidar algo, olvida que es una narrativa. Ese es el tributo que paga al tiempo” (Ibidem:
145).
“(la habilidad de contar historias) Es elemental en dos sentidos. Primero, es frágil, y
segundo, es algo que hace a un elemento básico en toda sociedad, me refiero a la
actividad narrativa. Pero usted puede ver la resolución y el ascetismo necesarios para que
ese elemento finalmente sobresalga y se manifieste –no importa cuán débilmente– fuera
del tutelaje de las narrativas programadas por las instituciones políticas. No hay razón
para solazarse en ello. Sólo se trata de salvar el honor –el honor de las fábulas” (Ibidem:
132).
23
“(la construcción de una nueva teoría general sobre la lucha de la Sociedad contra el
Estado) ¿Cuál sería el daño de esto? Sería estar ciegos al insight que acabamos de
alcanzar; un insight crucial: la historia consiste en un enjambre de narrativas, narrativas
que se traspasan, se construyen, se escuchan y se actúan en bandada; la gente no existe
como sujeto; es una masa de miles de pequeñas historias fútiles y a la vez serias, que a
veces se atraen unas a otras para formar historias más grandes, o para desintegrarse en
elementos que quedan a la deriva, pero que usualmente se sostienen unas a otras lo
suficiente como para formar lo que llamamos la cultura de una sociedad civil” (Ibidem:
134; subrayado en el original).
“La única manera que las redes de historias inciertas y efímeras pueden morder los
grandes aparatos narrativos institucionalizados es incrementando la cantidad de choques
en los márgenes. Eso es que lo que desde la última década (1960) […] vienen haciendo
las mujeres que tuvieron abortos, los prisioneros, los conscriptos, las prostitutas, los
estudiantes y los campesinos. Uno construye pequeñas historias, o incluso segmentos de
pequeñas historias, las escucha, las transmite, y las lleva al acto cuando hay una ocasión
propicia. ‘¿Porqué pequeñas historias?’ Porque son breves, porque no son extractos de
alguna gran historia y porque son difíciles de acomodar dentro de cualquier gran historia”
(Ibidem: 132 (subrayado en el original).
Considering counternarratives
“Los hablantes nunca se ubican totalmente afuera del marco dominante de la narrativa
maestra, sino que siempre mantienen cierta complicidad y trabajan ‘desde dentro’ con
componentes y partes de ese marco […] Los hablantes no presentan una contranarrativa
simple, sino que manipulan distintos guiones simultáneamente. En ese sentido las
contranarrativas operan en el borde de lo que es disputable y requieren considerable
sutileza interactiva y fineza retórica de parte del hablante” (Bamberg, 2004; subrayado en
el original).
“En general, parece haber dos interpretaciones distintas del término ‘narrativas maestras’;
una plantea (en un sentido más restringido) que esas narrativas delimitan el modo en que
los narradores se posicionan en sus relatos; la otra argumenta que los hablantes están
sujetos a grand rècits y metanarrativas de las cuales parece no haber escape alguno”
(Ibidem).
“(refiriéndose a la primera interpretación) para aquellos que están afectados por ellas,
enfrentar esas expectativas no es fácil pero nada parece prohibirnos ver ciertos
encadenamientos de eventos o guiones como simplificados o idealizados […]
especialmente cuando se trata de la propia experiencia […] Sin embargo cuando se trata
de los grand rècits y metanarrativas […] no es fácil simplemente indicar la génesis
histórica, la especificidad cultural […] y las contradicciones que puedan tener […] en
este caso es imposible ‘simplemente’ señalar mi experiencia personal, dado que ésta no
parece poder rivalizar con ese tipo de narrativas maestras” (Ibidem).
24
“Sugiero que distingamos entre el ‘ser posicionado’ que atribuye una fuerza
determinística a las narrativas maestras, y la noción más activa del sujeto como
‘posicionándose’, en la que los repertorios o recursos discursivos no están preestablecidos, sino que se consuman interactivamente. ‘Ser posicionado’ y ‘posicionarse’
son dos construcciones metafóricas para dos relaciones muy distintas entre el agente y el
mundo: en el primer caso la dirección va del mundo al agente y en el segundo del agente
al mundo” (Ibidem).
After virtue: a study in moral theory
“Una vez más, el fenómeno narrativo del encastramiento es crucial: la historia de una
práctica está […] encastrada en una historia de la tradición más amplia y prolongada que
la hace inteligible y a través de la cual esa práctica llega hasta nosotros […] Por continuar
una narrativa que todavía está inconclusa, las tradiciones vivientes enfrentan un futuro
que por su carácter determinado y determinable […] deriva del pasado.” ((MacIntyre,
1981: 205-6).
Memory, identity, community
“El concepto de narrativa se ha convertido en favorito entre muchos practicantes de la
ciencias humanas que estudian colectividades. Las narrativas individuales y incluso los
relatos históricos tejidos por narradores de segundo orden, figuran el los procesos de
formación y mantenimiento comunitario. Las historias creadas por los individuos con
frecuencia se presentan como variaciones dentro de un repertorio disponible de
narraciones sociales que a su vez legitiman la comunidad y garantizan la continuidad de
su existencia (Hinchman y Hinchman, 1997: xiii).
“”Usualmente, el relato de una vida individual despliega una o más narrativas
transmitidas social e históricamente, que sirven como prototipos para la elaboración de la
identidad personal. Por ende, la teoría narrativa es siempre implícitamente una teoría
acerca del modo en que las comunidades se forman y mantienen, y acerca del modo en
que los individuos son reclutados para ocupar los roles sociales disponibles. Sería
entonces fácil inferir que dado este lado comunitario, la teoría narrativa tiene una
inclinación hacia la tradición y que tácitamente bloquea el acceso a la distancia crítica
necesaria para ver las formas sutiles de control contenidas en muchos relatos […] sin
embargo los relatos, incluso los ‘grandes relatos’ culturalmente determinantes, invitan al
cuestionamiento, al debate, y a la constante reevaluación a partir de nuevos hechos y
experiencias” (Ibidem: xxiii)
“Los relatos comunitarios ofrecen a sus miembros un conjunto de símbolos, tramas y
personajes canónicos a través de los cuales pueden interpretar la realidad y negociar -o
incluso crear- su mundo. La cultura se “habla a sí misma” cuando los miembros reiteran
esas formas canónicas en sus vidas. De hecho, sin el consenso que las narrativas ayudan
a establecer, las memorias que ayudan a preservan y los valores y patrones de conducta
que transmiten, la cultura sería imposible” (Ibidem: 235).
25
Comunidades narrativas
“[…] los relatos, o mejor, la acción de relatar, se constituye como una práctica central.
Aunque en el nivel manifiesto hablar no es lo mismo que hacer y el que habla es siempre
un sujeto individual, vale la pena detenerse y profundizar un poco más el análisis de los
relatos como prácticas colectivas desarrolladas en el seno de los grupos que nos ocupan.
Una vez que empiezan a consolidarse, es frecuente encontrar que en todos estos grupos
hay mujeres que se destacan por su desenvoltura para transmitir testimonios personales
[…] tanto por lo que dicen como por el tono, la cadencia de la voz y el lenguaje corporal
que emplean al decirlo, los relatos de estas mujeres llevan la marca inconfundible de la
colectividad religiosa en la que están insertos: esto revela la dificultad de trazar una línea
precisa que permita discernir dónde termina el individuo y dónde comienza el colectivo
[…] es frecuente observar que al expresar sus experiencias las mujeres más integradas y
activas enuncian un relato colectivo dominante, que a su vez se refuerza a través del
entramado de los relatos personales de las distintas participantes” (Gorlier, 2004: 148).
“En situaciones catastróficas, los relatos que una mujer se repite a sí misma y a las
figuras significativas en su vida cotidiana, tienden a reforzar sus aflicciones porque ella
no encuentra dentro de sí los recursos requeridos para modificarlas y, pasiva o
activamente, las figuras mencionadas están asociadas a esas catástrofes. Esto explica que
en la mayoría de los casos, las secuelas subjetivas de la catástrofe se prolongan
indefinidamente. Por el contrario, los relatos contados a una nueva audiencia que los
comparte, contiene y apoya, hacen su remodelado más fácil […] además esa audiencia
ensaya preguntas, clarificaciones y reinterpretaciones que llevan eventualmente a que la
recién llegada adquiera nuevas palabras y significados que aplicar a la reconstrucción de
sus experiencias pasadas y presentes” (Ibidem: 153).
“El trabajo colectivo se sustenta en identificaciones ya disponibles (‘mujer’, ‘madre’,
‘esposa’) e intensifica las discrepancias subjetivas para estimular la aparición de
identificaciones nuevas, o al menos la reorganización profunda de la jerarquía de
identificaciones previamente existente, lo que en ambos casos acarrea la aparición de
nuevas subjetividades. La intensificación de esas incongruencias crea las condiciones de
posibilidad para que una identificación termine predominando sobre las otras,
subvirtiendo de esta manera el orden jerárquico establecido. En tal sentido, parecería que
la presencia de una identificación sólida con un rol ya instituido, más que ser un
obstáculo puede facilitar esa subversión (Ibidem: 157).
Narrative studies, personal stories, and identity transformation in the mutual help
context
“Una manera alternativa de entender las organizaciones de ayuda mutua, es abordarlas
como comunidades narrativas normativas donde tienen lugar transformaciones
identitarias. Este abordaje nos fuerza a escuchar las historias personales que la gente
relata sobre su propia vida. Esto tiene varias ventajas, incluyendo la reducción del
centrismo profesional y la conexión explícita de las vidas individuales con los procesos
comunitarios” (Rappaport, 1993: 239).
26
“Una de las ventajas de este abordaje es que hace del estudio de las organizaciones de
ayuda mutua un ejemplo específico de procesos más generales que pueden verse en las
vidas de la gente. Entender la ayuda mutua de esta manera, en la que la participación en
una de estas organizaciones es entendida como un unirse y vivir en una comunidad, está
en claro contraste con la visión habitual de la ayuda mutua como un tratamiento
alternativo para un desorden médico o psiquiátrico” (Ibidem: 241).
“Todo el mundo tiene problemas y todo el mundo usa, para bien o para mal, las
estructuras mediadoras disponibles para concebir (construir) respuestas a preguntas tales
como ‘¿quién soy?’ ‘¿con quién estoy conectado?’ ‘¿quién puedo llegar a ser?’.
Abordados de esta manera, aunque tengan contenidos propios, los mismos procesos que
operan en otras organizaciones comunitarias, facilitando u obstaculizando el
desenvolvimiento y la transformación de la identidad, operan también en las
organizaciones de ayuda mutua” (Ibidem: 246).
“Este punto de vista sugiere que la organización de ayuda mutua suministra a sus
miembros una identidad a través de la narrativa que relata acerca de la comunidad de
miembros, del modo en que los miembros cambian; de esta manera, esa narrativa sirve de
base para el cambio en el relato personal acerca de la propia identidad” (Ibidem: 247).
“Una narrativa comunitaria es una historia relatada repetidamente entre distintos
miembros en un escenario social determinado. Se la puede relatar directamente, en
contactos cara a cara, o indirectamente por medio de materiales escritos, rituales,
expectativas implícitas, eventos compartidos y comportamientos no verbales. El
escenario social puede ser una familia, un barrio, una organización social, religiosa o
comercial. Los miembros pueden también pertenecer a una comunidad psicológica
(personas que viven en la calle o veteranos de alguna guerra) o miembros del movimiento
de mujeres o de una comunidad profesional. Una manera de saber si el escenario social
es una comunidad es buscar por la presencia o ausencia de historias compartidas”
(Ibidem: 248).
Narrative practice and the coherence of personal stories
“Escuelas, clínicas, centros de asistencia psicológica, correccionales, hospitales, grupos
de apoyo y organizaciones de autoayuda, entre otras sedes para el relato de experiencias,
suministran los marcos narrativos para transmitir la experiencia personal a través del
tiempo, para fijar lo que pasa por relevante en nuestras vidas, y para ofrecer las razones
por las cuales nuestras vidas se desenvolvieron del modo que lo hicieron” (Gubrium y
Holstein, 1998: 237).
“Existe una brecha persistente entre los recursos disponibles para transmitir una historia y
el modo en que una narrativa particular se desenvuelve en la práctica. Por ejemplo,
cuando se relata una experiencia en un grupo que comparte un repertorio relativamente
cristalizado de guiones, uno tiene a su disposición un conjunto discernible de tramas […]
Pero incluso en este contexto, las historias individuales emergen en el proceso de ser
relatadas […] Por ende, el sentido y la coherencia de una historia proviene tanto de las
27
‘conexiones narrativas’ como de los elementos dispares y las tramas disponibles a partir
de las cuales se compone una historia” (Ibidem: 166).
“El ‘monitoreo sustantivo’ se extiende a las variaciones locales en la manera de
transmitir los comienzos, los desarrollos y los finales de las historias. Por ejemplo,
algunos grupos de apoyo comparten formatos muy cristalizados sobre los relatos de
historias, organizándolos en torno a un curso típico […] Otros grupos transmiten
formatos menos cristalizados, con monitoreos más flexibles. En estos casos, las historias
no se examinan para verificar su adecuación a pautas compartidas” (Ibidem: 174).
“Los ordenamientos institucionales cotidianos que rodean a los relatos de historias
proveen control narrativo formal. Entrevistas de trabajo, evaluaciones de elegibilidad en
las agencias de servicios sociales, sesiones psicoterapéuticas, entrevistas médicas y
similares están todas organizadas para promover tipos particulares de historias que sigan
pautas predeterminadas” (Ibidem: 175).
“Típicamente, se espera que la historia personal pertenezca a alguien, el recuento de
alguien es su historia. Pero nuestra concepción de la práctica narrativa complica la
cuestión de la propiedad y reclama un vocabulario analítico consonante con la
organización social de esa propiedad […] ¿De quién es la voz que escuchamos cuando se
nos comunica una historia?” (Ibidem: 178).
“Por ejemplo, una agencia de terapia familiar que adhiere a un modelo de equilibrio
doméstico basado en la funcionalidad de las jerarquías de autoridad introduce
limitaciones estrictas a los relatos que los niños pueden hacer de sus experiencias durante
las sesiones de terapia familiar […] Otra agencia, guiada por la visión de la familia
funcional como una democracia de emociones, enmarca de manera muy distinta los
derechos y obligaciones de los niños, demandando que cada niño o niña ofrezca sus
propias historias y explicaciones” (Ibidem: 179).
28
PSICOLOGIA NARRATIVA
Autobiography, narrative, and the Freudian concept of life history
“(tres conjuntos de prácticas para generar datos) el primero consiste en las así llamadas
prácticas técnicas, que circunscriben y dan forma a fenómenos, y al hacerlo confirman
supuestos generales: cubren un especto que va desde la situación psicoanalíticca
específica del analista como terapista y el analizante como paciente (o cliente), a los
códigos de las reglas de acción profesional, definidas por las diversas instituciones
psicoanalíticas, médicas y psicológicas. El segundo conjunto son […] las prácticas del
nombrar y relacionar. Estas prácticas definen (algunos clínicos dirían ‘rotulan’) los
fenómenos de acuerdo a supuestos básicos; como consecuencia de ello, los fenómenos en
cuestión son mapeados en una red minuciosa de conceptos psicoanalíticos tales como
‘neurosis’, ‘psicosis’, ‘represión’ […] Y por último hay un tercer conjunto de prácticas
narrativas y retóricas, que coordinan los fenómenos, circunscriptos por las prácticas
técnicas, dentro de una red categorial, organizadas por las prácticas del nombrar, de
acuerdo a las pautas provenientes de algunas estructuras narrativas fundamentales”
(Brockmeier, 1997: 180; subrayado en el original).
“En contraste con la necesidad evolutiva del relato darwiniano y con las fuerzas
mecánicas del relato newtoniano, las perspectivas de Freud sobre la dinámica cultural
eran ambivalentes. Por una parte, estaba convencido, como casi todo el mundo
académico de la época, del aumento paulatino del conocimiento científico, de la riqueza
económica y de los estándares materiales de la civilización […] Sin embargo, la
representación global que Freud se hacia del progreso de la civilización no era brillante y
optimista. Al final de su vida, era profundamente escéptico, y acaso pesimista, acerca del
futuro de la cultura humana” (Ibidem: 186)
“Como consecuencia de ello, el psicoanálisis ha producido una gran número de extrañas
metanarrativas y relatos auxiliares […] sospechamos que estas estructuras (algunas de
ellas al menos) no fueron diseñadas en base a un sistema de supuestos coherente, sino a
falta de una coherencia textual en la composición narrativa general. Es decir, que no
fueron pensadas como elementos de una arquitectura sistemática, sino generadas a través
de limitaciones textuales y necesidades narrativas inmanentes (Ibidem: 188).
Análisis narrativo en las ciencias humanas
“Las concepciones psicológicas tradicionales ven la memoria como una facultad
cognitiva que permite almacenar las huellas que dejan los eventos en la psique individual;
a su vez, esas huellas mnemónicas son entendidas como cosas estáticas que por estar
causadas por esos eventos, contienen de manera codificada la información sobre las
experiencias asociadas a los mismos […] Estas concepciones están modeladas a partir de
relatos anclados en la metáfora de la memoria como un lugar interno de almacenamiento
de experiencias, relatos que al hablar sobre el recuerdo y el olvido, “olvidan” o reprimen
otras dimensiones significativas de estos fenómenos […] En contraste con ellas, el
enfoque narrativo abandona esa metáfora y aborda el recordar y el olvidar como
actividades intersubjetivas. Para las siguientes reflexiones tomaré como principal
29
referente la actividad de recordar y olvidar tal como se desenvuelve en el contexto de la
“historia de vida”, es decir de la práctica a través de la cual alguien le relata a otro su vida
o segmentos importantes dentro de la misma” (Gorlier, 2006; subrayado en el original).
“Desde la perspectiva narrativa, lo que llamamos ‘memoria’ es una actividad
intersubjetiva, en la que el recordar y el olvidar emergen a través de un tráfico constante
entre distintos registros: el individual y el sociocultural; el de las fantasías, afectos y
deseos, y el de los hechos fácticos; e incluso, el tráfico entre los relatos expertos y los
relatos vernáculos acerca de la “naturaleza de la memoria”. Más aún, esa actividad
explica no sólo que podamos olvidar cosas que nos han hecho y que hemos hecho, sino
también recordar, genuinamente, cosas que, desde otros puntos de vista, nunca nos
hicieron o hicimos. Lejos de ser un sinsentido, estos fenómenos se entienden un poco
mejor si se acepta que las fronteras que separan la memoria individual de la memoria
colectiva son, al menos en algunos casos, extremadamente porosas (Gorlier, 2006;
subrayado en el original).
“Sin duda, hay una diferencia radical entre los recuerdos que una persona tiene de su
propia historia y los recuerdos que otras personas tienen de ella. Por esa razón, por más
“evidencias” -testigos presenciales, fotos, grabaciones, documentos, etc.- que le sean
presentadas, una persona puede genuinamente creer y expresar “realmente, no recuerdo
que alguien me haya hecho eso, pero tal vez, es que lo he olvidado”. Por la misma razón,
cuando la persona en cuestión recuerda genuinamente lo que había olvidado, así lo
expresa y sus interlocutores le creen, ni ella ni sus interlocutores piensan que está
repitiendo de memoria lo que han dicho los testigos o lo que está escrito en los
documentos. Todos los sujetos involucrados en esta experiencia aceptan que los
recuerdos y olvidos personales son una propiedad inalienable de la memoria individual.
Es decir que la memoria es erigida como un lugar sagrado donde el individuo reina solo
(Gorlier, 2006; subrayado en el original).
“Una de las premisas fundacionales de la tradición narrativa es que la vida humana se
modela a través de relatos. Abordar el análisis de las emociones desde esa premisa
presenta singulares desafíos. Si acepta que “las emociones se experimentan en y con el
cuerpo” (Gorlier, 2005: 90; subrayado en el original), parecería que también hay que
aceptar que las emociones son fenómenos de índole psicofisiológica. Pero si las
emociones residen en el cráneo y las vísceras, no se comprende cómo podrían ser objeto
de modelado narrativo. Las siguientes reflexiones apuntan a mostrar nuevas dimensiones
de ese modelado, algo que exige incluir en la noción misma de “narración” ciertas
prácticas significantes que no están compuestas de palabras articuladas ni obedecen a
reglas gramaticales y sintácticas” (Gorlier, 2006).
“Todo núcleo sociocultural contiene un repertorio de reglas sobre qué sentir y cómo
expresarlo, que los sujetos suelen activar al desplegar ante otros sus emociones. Pero
esas reglas no tienen el carácter de leyes físicas que se cumplen inexorablemente. Para
poder vislumbrar la índole de esa activación conviene insistir con la idea de que el
despliegue emocional -contestar con monosílabos, vestirse de negro, negarse a participar
30
en reuniones familiares, etc.- es un movimiento estratégico de carácter performativo y no
una reacción psicofisiológica. En definitiva, el despliegue emocional puede concebirse
como una actividad retórico estratégica dirigida a desplegar la propia identidad ante otros
(Gorlier, 2006; subrayado en el original).
“Retomando algunas ideas expuestas más arriba, desde la perspectiva del análisis que
estoy presentando, más que quedar apresado por una emoción visceral, el sujeto es
reclutado por un personaje, dentro de una trama narrativa, que llora de determinada
manera y que al hacerlo le está diciendo algo a alguien. En definitiva, el llanto del sujeto,
si es auténtico, tiene un fuerte componente irreflexivo, pero a diferencia de los
movimientos involuntarios -por ejemplo, un “movimiento reflejo” en la rodilla-, puede
ser interpretado como el llanto de alguien que le dice algo a otro. Pero si aceptamos que,
aún cuando no obedezcan a reglas gramaticales ni sintácticas, las emociones siempre
narran algo a alguien, también deberíamos aceptar que no hay narración personal que no
tenga una investidura emocional” (Gorlier, 2006; subrayado en el original).
Countering that which is called anorexia
“En nuestros discursos dominantes la anorexia y la bulimia son identificados con aquellas
personas que sufren sus efectos: una persona es anoréxica o bulímica. Por el contrario,
los terapeutas narrativos las conciben separadas de la persona. Como consecuencia de
ello, el problema y la relación de la persona con él pueden ser reconocidos como ‘el
problema’. De esta manera, la anorexia y la bulimia pueden abordarse como si tuvieran
‘voces’ propias, actuando como parásitos discursivos y extrayendo su sustento de los
discursos dominantes suscritos por aquellos atacados por ellos” (Lock et al., 2004: 275).
“No puede entonces pensarse que los avances en la ciencia y la medicina nos permiten
capturar mejor esta “condición” esencial, como si hubiera sido cuidadosamente
“descubierta” a través de sofisticadas prácticas médicas y científicas […] desde nuestra
perspectiva, son los recursos históricamente establecidos en nuestra cultura los que
permiten construir la anorexia como un ‘trastorno alimentario’ […] como un ‘hecho
incontrovertible’ que preexiste a nuestro conocimiento de él” (Ibidem: 276).
“Desde el inicio debemos reconocer que cada experiencia individual con la anorexia esta
historiada de manera distinta por cada individuo llamado ‘anoréxico”, aunque esperamos
encontrar temas similares. Consideramos que es importante discriminar en los relatos
personales los escenarios a partir de los cuales sea posible construir contra-narrativas,
capaces de plasmar ‘actos de resistencia’ contra la anorexia, una resistencia que de otro
modo sería fácilmente co-optada o superada” (Ibidem: 278).
“Sugerimos que, para ser efectiva, la contra-narrativa que se gesta debe ubicarse fuera de
las premisas de la narrativa dominante. Una contra-narrativa no puede sólo ser un acto de
resistencia apoyado sobre las mismas bases, sino que debe desafiar radicalmente muchas
de los supuestos fundacionales a partir de los cuales se construye la narrativa dominante.
Una vez que se hace esto, otros recursos de la narrativa dominante pueden ser co-optados
con el propósito de la resistencia” (Ibidem: 287).
31
“La identificación de sí mismo con la anorexia lleva inexorablemente a la culpa. La falta
de recursos lingüísticos, conceptuales y narrativos llevan, lógica y retóricamente, a
verbalizar la persona como el problema. Las conversaciones externalizantes revierten
este proceso, construyendo lingüística y conceptualmente la anorexia como una fuerza o
influencia separada de la persona, e invitando a la identificación, objetivación y crítica de
la anorexia y su voz; a la construcción de un ‘enemigo’ que de otra manera no podría
identificarse; y a una cruzada moral para repudiarlo” (Ibidem: 296).
Listening in psychoanalisis
“Considero que es útil caracterizar la escucha como la construcción más o menos
desarrollada de narrativas o historias. Estas historias se conformarán a las expectativas y
contexto que nosotros, como escuchantes hemos aprendido a suministar o a inventar,
usando lo que ya está disponible. El sentido se actualiza a través de la narración, a través
de relatos sobre sí mismo, los otros, las relaciones, el propio mundo en el pasado, el
presente y el futuro predecible, el mundo más amplio, los mundos imaginarios, y así
sucesivamente. Estas acciones narrativas no acompañan la acción de escuchar, sino que
son la escucha misma. Cuando por alguna razón, optamos por volver a relatar la historia
que escuchamos o leímos, esto no puede verse como la primera historia; de hecho
estamos relatando una segunda historia. De ello se sigue que cuando los analistas
interpretan, están volviendo a relatar las historias transmitidas por sus analizantes”
(Schafer, 2005: 272-273; subrayado en el original).
“Sugiero que el trabajo de los psicoanalistas, como el de los historiadores consiste en
desarrollar relatos especializados de los detalles contenidos en los históricos de sus
analizantes. Presentados como hechos históricos, muchos de esos detalles son
inicialmente vagos, inconsistentes y exagerados o minimizados en su importancia, o de lo
contrario hechos importantes por su omisión, como cuando no hay mención a una pérdida
o daño significativo” (Ibidem: 274).
“Idealmente, los guiones preferidos son fieles a los principios de interpretación de
fantasías, conflictos y acuerdos que los analistas han aprendido. La incorporación de
esos principios no se opera sólo a través del entrenamiento, sino que se refuerzan a través
de la reflexión sobre sus mejores y peores prácticas, y a través del diálogo con sus
colegas” (Ibidem: 275).
“En la escucha analítica, ni los analistas ni los analizantes parten de cero. Tanto unos
como otros siempre están ya posicionados en diversos contextos y preparados con
volúmenes de anticipaciones; por más que extiendan los bordes de esos contextos hacia
atrás en el tiempo y hacia delante en los futuros pensables, por más que traten de hacer
esos contextos más inclusivos, nunca pueden librarse de su situacionalidad inicial.
Ambos participantes están limitados en su rango y flexibilidad” (Ibidem: 276).
“(los analistas) oyen más en las historias de sus analizantes de lo que éstos pueden tolerar
saber y no se apresuran a decir lo que oyen […] al contenerse, consiguen metabolizar la
32
historia que han oído y, en el momento adecuado y con tacto, pueden transmitir al
analizante una versión que sea potencialmente tolerable, asimilable y útil […] El analista
como un “contenedor activo”, como alguien que revisa y vuelve a relatar en el tiempo
debido y con sensibilidad, facilita el despliegue de la historia que debe relatarse para que
el tratamiento progrese” (Ibidem: 279).
33
ANÁLISIS DE TEXTOS AUTOBIOGRÁFICOS
Tres testimonios de conversión
Seleccionados entre unos 800 testimonios presentados entre abril del 2004 y agosto del 2005 de la página
web de Gideões Missionários da Última Hora en
http://www.gmuh.com.br/gmuh/testemunhosgmuh/default.asp
Cláudia Lima de Assis Macena, Jataí, Goiás
Cláudia (abril de 1998) […].
Teníamos en el municipio de Serranopolis una hacienda, donde me padre criaba
ganado para engorde, y cierta vez un domingo del año 1980 fue a prender un fuego, era
una montaña y él subió, pero antes encendió el fuego abajo para que subiese, pero el
fuego lo encerró y lo quemó todo, quedó vivo por una semana […] yo tenía cinco años,
mi madre dependía totalmente de él, y mi hermana tenía un año y 8 meses, mi madre era
muy joven y por esa razón salía mucho y en una de esas conoció a un hombre, Carlos
Humberto, divorciado, con dos hijos y a partir de dos años de la muerte de mi padre ya
tenía un enamorado que vino a ser como el pivote de una segunda tragedia y la familia
[…] mi abuelo por esa razón y porque no tenía posesiones ni nada que ofrecer a mi madre
y a nosotras, lo quiso matar junto con mi madre, nos tomó a mi y a mi hermana, tomó
también nuestros bienes, ella entonces para evitar una tragedia mayor se fue para Barra
do Garça pasó una temporada y después se fue para Rio Verde, donde se quedó durante
un año lejos de nosotras.
[…] mi madre buscó la justicia en contra de mi abuelo y nos recuperó, fuimos a vivir a
Rio Verde yo y mi hermanita, yo con 10 años y ella con 6, fue muy difícil mi madre vivía
en una barraca, su marido era pobre, […] nos adaptamos, con el correr del tiempo cuando
mi abuelo ya no decía más nada sobre la relación de ellos se separaron, pero mi abuelo
nunca más bendijo a mi madre, ni la tenía más como hija, entonces quedamos yo, mi
madre y mi hermana.
Ella vendió nuestra hacienda en Serranopolis, compramos entonces casas y lotes
en Jataí […].
Entonces en el año 1990 día 3 de julio la tragedia, la muerte de mi madrecita, mi
amiga, la perdí mientras se estaba bañando, dijeron que la vena de su corazón se tapó y
yo encontré mi madre muerta en la bañera de casa […], fue un revés en mi vida, pues yo
ya no tenía mi padre, toda la familia peleada, y ahora había perdido la única persona que
cuidaba de mi, era una adolescente de 14 años, para mi el mundo había terminado, tenía
que mudarme a Jataí, ciudad que no me gustaba, pues me había acostumbrado al ritmo de
Rio Verde, salía a la noche a los bailes, tenía mis enamoraditos, en fin mi vida […].
Mi abuelo se convirtió en nuestro tutor legal judicialmente […], teníamos todo, no
nos faltaba nada, gastábamos a voluntad, comprábamos todo lo que queríamos, pero no
teníamos cariño […].
Me enamoré bastante, salía demasiado, bebía mucho, a escondidas de mi abuelo, a
pesar de que me vigilaba muy de cerca. En 1991, haciendo el primer año de magisterio,
conocí a un muchacho, que sería mi futuro novio lo amaba mucho, fue una relación de
dos años, pero era muy celoso, peleábamos mucho, acabamos cortando, yo terminé,
estaba sofocada, y él intentó suicidarse fue una tragedia, pero no murió, se fue a otra
34
ciudad y mejoró, pero no volví con él porque ya había conocido otro muchacho cuatro
años mayor, Marcelo y ya estaba saliendo, pero mi familia no lo aceptó, era una
muchacho simple, sin posesiones, entonces me entregué a él, fue una tragedia, yo estaba
borracha, no fue una buena experiencia, quede traumatizada, quedé embarazada y mi
abuelo me obligo a casarme, pues de lo contrario se avergonzaría ante todos y mancharía
su buen nombre, me case el día 13 de febrero de 1993, grávida de 3 meses.
Mi casamiento fue simple en el fórum estaba grávida de casi 3 meses, pero a
partir de 4 meses de casada descubrí que no lo amaba, y que todavía me gustaba mi exnovio Fábio, no me realizaba sexualmente con él porque no lo amaba, no teníamos
diálogo, no éramos amigos, no éramos nada […].
Después de las peleas con mi abuelo para tomar posesión de lo que era mío, él me
lo entregó a mi y a mi marido, pero mi marido no tenía experiencia con nada y fue
haciendo negocios equivocados, inversiones equivocadas, y perdiendo todo […], yo lo
dejaba hacer por falta de experiencia, por miedo, por pensar que mi vida sería con él para
siempre, pues en mi familia nunca hubo separación luego de casamiento, vivimos 6 años
juntos, años horribles, él salía, se prostituía, tenía amantes, yo me quedaba en casa
llorando, o esperando que llegara a la madrugada, él me agredía físicamente e
verbalmente para vender las cosas, e íbamos viviendo de esa forma, no era vida era un
estado de vegetación, y mi familia ajena a todo, sólo estaba yo y mi hijita.
Desde que me casé con Marcelo conocí a sus 8 hermanos, una de ellas Carmem
Sueli era creyente, desde que la conocí oraba por nosotros porque yo era espiritista y ella
pedía a Dios por nuestra conversión, y una cierta vez un domingo Marcelo fue a la casa
de su madre, la hermana Maria que hace mucho años que es creyente de la misión de la
Assembléia de Deus, toda la familia estaba reunida, sólo yo no quise ir, porque cuando se
juntaban los hermanos siempre había pelea, uno de sus hermanos discutió con Marcelo y
pelearon, llegaron a la casa unas personas junto con mi cuñada, eran un presbítero y el
pastor Lázaro, oraron, aconsejaron, pero yo no me acerqué, pero al final fui a ver lo que
pasaba y al llegar a la puerta me dio un llanto profundo y convulsivo sin que yo me diera
cuenta de que me venía (creo que fue cuando fui tocada por Cristo), oraron con nosotros
y nos invitaron a ir a la iglesia Luz para os Povos […], dijimos que iríamos, pero yo no
fui, era muy espiritista y no quise ir, Marcelo fue, aceptó a Jesús, mi hija tenía 3 para 4
años, llegaron animados cantando, yo me interesé pero no pregunté nada. El miércoles
de esa misma semana Cleide otra de sus hermanas fue a mi casa y enseguida empezó a
contarme su conversión, su testimonio y sentí deseos de ir a la iglesia y aquel día había
culto, y fui con ella, era una iglesia pequeña, había tres personas, al llegar a la puerta de
la iglesia, antes de saludar a alguien o de entrar, fui a leer el nombre de la iglesia, una
fuerza extraña me empujó para abajo y me torcí el pie, entre en la iglesia y me pareció
muy linda, asistí a todo el culto, la música muy tocante y hablaban de un hombre que
había venido a la tierra hace mucho tiempo y que murió en la cruz para salvarnos, yo
nunca había oído hablar de Jesús, pero no quise aceptarlo, sólo el domingo cuando volví
lo acepté llorando, a partir de ahí mi vida cambió, abril de 1998.
En julio del mismo año paseando en la ciudad de Rio Verde con mi hermana, la
misma fuerza extraña y maligna me empujó para abajo me caí y me quebré el mismo pie,
el pie que me había torcido en la puerta de la iglesia, el diablo pensó que me iba a alejar
35
de la iglesia, pero fue ahí que me mantuve firme, leí la Biblia durante los 2 meses que
estuve en reposo, los primeros libros que leí fueron el de Job, el Génesis y el Éxodo.
Descubrí que mi vida era una mentira, y que los mentirosos no heredan el reino de
los cielos, cambiaron muchas cosas, pero todavía estaba casada, mi marido me
traicionaba, salía a beber, no quería compromiso con Dios y yo en cierta forma lo
empujaba a eso, porque sentía enojo con él, no me gustaba tener relaciones maritales,
fingía, después del acto me sentía como una basura, me sentía usada, en fin fui dejando
mi casamiento de lado, pero Jesús estaba trabajando en mi vida, porque allí cambió todo,
Dios me llevó a un ayuno de 3 meses para hablar conmigo y entrar con providencia en
este asunto de mi casamiento, él no quería a Jesús, bebía, se prostituía, debía a todo
mundo, ¿cómo tener comunicación con él y con Dios que es santo? Fui a un encuentro en
mi iglesia, Encuentro con Dios, y el propio Dios me dijo que aquél que estaba allí no era
mi marido, yo entendí que todo lo que yo había pasado era para tener un encuentro con
El, y que aquél que yo quería para mí no era ese. Pedí el divorcio tomando la palabra de
Pablo en 1ª Corintios, donde nos habla de adulterio, y que si uno de los dos lados
estuviese en adulterio el otro lado podía pedir divorcio y estaría libre para casarse otra
vez […].
Dios trabajó mi vida espiritual, me dio dones […], pero quedé muy herida
sentimentalmente, emocionalmente, sexualmente, y Jesús fue trabajando, pasando su
sangre preciosa, estudié, hice la facultad de pedagogía que me fue dada por Dios, trabajó
en varios puntos de la iglesia, y fui discípula de la pastora Edimeire que se volvió mi
madre durante 3 años, me enseñó todo lo que ella sabía e me hizo aprovechar todas las
oportunidades que surgían en la iglesia para que yo creciese […] limpié la iglesia durante
4 años, participé del equipo de oración, me enseñaron LIBRAS que es el lenguaje de las
señales (cuando iba a la facultad conocí a Sara Jane Rodrigues, una misionera bautista, la
mejor parte de la facultad fue conocerla a ella […] fui líder del ministerio pues había
algunos sordos en la iglesia, fui secretaria de la iglesia, y hacía todo lo que los pastores
me pedían […]
Como fue profetizado a inicios del año 2004, Jesús preparó un cambio en mi vida,
el fruto de una promesa para que Dios me trajera un esposo a fines del 2004, luego de
casi 8 años sola esperando al Señor, y se cumplió, conocí a una persona muy especial en
el Internet, João es su nombre, comenzamos a conocernos el segundo semestre del 2004,
era una amistad hasta que comenzamos a hablar de nuestros testimonios y nuestras vidas
que eran tan semejantes, entonces el día 10 de noviembre del 2004, comenzamos a orar, y
el día 3 de diciembre, después de que Dios confirmara nuestros propósitos, él fue a Jataí a
conocerme personalmente, mi hija, mi iglesia, mi vida, mis pastores, en fin todo sobre mí,
y me pidió en casamiento.
El día 25 de mayo de 2005 marcamos nuestro casamiento para el día 7 de julio en
el fórum de la ciudad de Jataí y el día 9 de julio en la iglesia Luz para os Povos.
Había pasado menos de un mes luego de nuestro casamiento, mi hija había vuelto
de vacaciones, y yo no estaba yendo con frecuencia a los cultos, ni con fervor del primer
amor, decidí y se lo dije a mi esposo que estaba esperando para salirme […], mi esposo
no había sido recibido como miembro entonces era una separación sólo nuestra, yo ya
estaba trabajando con dos iglesias dando cursos de danza ayudando a los grupos a hacer
coreografías, en Jerusalém y en Exercito de Cristo, quiero ser de una iglesia, miembro,
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ofertante, diezmista y fiel a mis pastores, pero la unción que Dios me permitió es para el
reino de Él, y nunca me negaré en la medida que me sea posible ayudar a los grupos y las
iglesias en el área de las artes, siento un llamado a la palabra, a las artes, a las misiones y
a la oración. Este es nuestro llamado:
Prepárese Israel (Hijos de Dios) para encontrarse con tu Dios.
Denise Barbosa de Lima, Planaltina, Brasilia
Bueno, todo ocurrió cuando yo tenía 15 años, e iba a la iglesia con mis padres
pues fuimos criados yendo a la iglesia, iba a la iglesia pero no por compromiso, iba a
enamorar. Conocí allí al padre de mis 4 hijas. Y salí de la iglesia, fueron 15 años de
sufrimiento, alquilábamos y en todos los lugares donde vivíamos era un tormento pues él
bebía y me pegaba era horrible, entonces fuimos a vivir cerca de mi hermano en
Planaltina, y cuando empezó el año 2002 empecé a sentirme muy angustiada a veces me
despertaba en la noche y pensaba que me iba a morir, era horrible y entonces fui con él a
la casa de su madre en un lugar de Goiás que se llama Santo Antonio do Descoberto, y
cerca de la casa de ella vive una hermana que se llama Rosalina, y yo no conversaba
mucho con ella porque el que anda desviado como en mi caso no gusta de ella pero Dios
había preparado algo tremendo entre ella y yo.
Una mañana muy temprano yo estaba saliendo de la casa de la madre de él con él,
ella estaba en la puerta y me habló así “Dense quiero hablar con usted”, entonces yo
hable porque pensaba que quería venderme algún producto -pues vendía cosas
naturalistas- pero me dijo lo siguiente “Denise usted está bajo la mirada de Dios”.
Me quedé muy nerviosa porque ella apunto al cielo y habló con mucha
convicción, él también la oyó porque estaba al lado mío, y yo le insistí para que me dijera
más pero ella me dijo que tenía que fijar una hora para hablar conmigo y entonces me
quedé más nerviosa. El día 25 de julio de 2002 fuimos de nuevo a Goiás de novo, y el 26
de julio de 2002 yo estaba yendo a buscarlo al bar pues yo no bebía pero vivía en el bar
con él. Entonces la hermana Rosa como la llamo ahora había salido para ir a la iglesia
pues en ese tiempo era vice pastora de la Igreja Batistano Goiás, y Dios la uso para hablar
así “Denise Dios la quiere levantar pero no como usted era antes”, yo nunca había
hablado nada de cómo yo antes no era creyente de verdad, entonces ella lo completó
diciendo “¿quién es el tropiezo en su vida? es Rogerio no? Pero Dios se lo va a sacar del
medio”, dijo eso y entró en el coche para ir a la iglesia y yo me fui al bar […].
Cuando fue el día 4 de agosto de 2002 Dios la uso para hablar con él y conmigo
así “Rogelio, usted fue ungido en el vientre de su madre para servir al Señor su usted
quiere usted puede lograrse pero si usted no quiere va a ocurrir una tragedia en su vida.
Rogerio si usted no quiere libere a esta mujer para que ella vaya a servir al Señor Rogerio
usted no sabe si va a llegar a los 35 o 40 años ¿sabe? Rogerio Dios es aquél que tiene el
poder de abrir el suelo y tirarlo adentro y después volverlo a cerrar no endurezca su
corazón”, e después leyó en Ezequiel cap.3 vrc.16 allí estaba todo dicho, después lo
mando a parar de beber […] cuando fue el 8 de agosto yo me reconcilié y a las 11 de la
noche de ese mismo día él fue asesinado en el bar. Hoy yo y mis hijas gracias a Dios
servimos al señor en la Igreja Assembleia de Deus entre cuadras 1 – 2, Vila Buritis,
Planaltina DF fone 3893434 cuando yo y la hermana Rosa nos encontramos el señor
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opera maravillosamente. Este testimonio fue resumido, pero si en nombre de Jesús Dios
nos manda un patrocinador para hacer un film para que sepan que Dios habla Dios
cumple.
Raquel Araujo, Sao Paulo
[…]
Nací en un hogar cristiano, mi padre era presbítero da Assembléia de Deus […].
A los 13 años quería como mis amigas de la escuela, usar pantalones apretados,
cortarme el pelo, pintarme las uñas, pero no podía, entonces le dije a él que me saldría de
la iglesia, él dijo que estaba bien siempre que yo encontrara un trabajo porque de aquel
día en adelante no me mantendría más... Para mí todo estaba bien también […]. A los 19
años trabajaba en una constructora y a los 23 anos comencé a trabajar como
independiente en financiamiento inmobiliario que es lo que hago hasta ahora.
A los 26 años, trabajaba como independiente […]. En esa época salía de lunes a
lunes, todos los días para los bares, los locales de baile, cada fin de semana un enamorado
nuevo, porque de los 17 años a los 24, 7 años tuve un único enamorado, entonces cuando
terminé sentí que tenía alas y que quería recuperar todo el tiempo que había perdido.
En 1991 abrí mi empresa R.A Assessoria Ilimitada em Imóveis […]. Dios me
honro aunque en lugar de agradecérselo de manera correcta, continuaba con mis
trasnochadas cada vez más, cometí adulterio, de una caipirinha, pasé a una botella de
wiskie, que me la bajaba en una noche […].
Me mude de una casa con tres ambientes y alacena a una de 11 ambientes, 3
baños y alacena, todo me iba muy bien, como no era casada, resolví tener un hijo anduve
con una persona un año y nada, después que terminé, salí con una persona que conocía
profesionalmente desde hacía 3 años, pero siempre nos respetamos, sin embargo ocurrió,
(y después nació Mariana en 1994), me quedé unos dos años en casa sin tener vida
nocturna, pero después empecé de nuevo, salía el sábado a la tarde de casa e volvía el
domingo por la mañana. En esa época, aprendí a leer el tarot y hacer mapas astrales,
atendía a clientes para ofrecerles financiación y también les hacia mapas astrales […] o
mo Padre... como eres de misericordioso, tengo certeza que estaría en la ciénaga...[…]
Yo tenía una empleada que frecuentaba Renascer y empezó a llevar un grupo a
orar a la oficiona, las oraciones se tornaron semanales y resolví tirar todos los duendes,
las runas, las cartas de tarot, los libros de astrología […]
E, 4 de enero de 1999 comenzó la caída de Raquel, vendí un apartamento en 1996
y quedó una deuda a mi nombre con el banco para que la pagara el comprador, que por
estar en proceso de separarse pidió un tiempo para poner el inmueble a su nombre, él
tenía un atraso de 4 meses y mi nombre quedó por el suelo....
4/1/1999, efecto dominó, yo tenía créditos personales y de la empresa por más de
R$ 500.000,00, el banco bloqueó todo, y usó mis depósitos para cubrirlos, me quedé sin
un centavo y llena de deudas […]
Por el dolor, pues todos creían que yo había dado un golpe, como podía ser que de
la noche al día estuviera en ese lío... acepté a Jesús como mi Salvador... […]. Salí
corriendo a sus brazos, tenía una amiga que trajo un pastor... iglesia pentecostal Espada
de Dois Gumes... todo lo que ocurrió fue permitido por Dios, para que pudiese ser
reestructurada espiritualmente y el Señor sabe que tal vez si me hubiese tocado mi salud
38
o la salud de los míos, no me hubiera lastimado tanto como mi honestidad -a partir de
ahora me llamaban fraudulenta, golpista etc. […]
En medio de muchos “profetas” que aparecieron en mi vida, mi empleada de
aquella época, que era cristiana habló con una amiga de Salvador que estaba en Santos
para ver si podía venir a casa (le contó nuestra situación), ella no sólo vino sin que trajo
dos hermanos de Santos, Josué e Derval, y todo lo que hoy entiendo de la palabra se lo
debo a ellos […]. Antes de mudarme a la casa a la que fuimos a vivir ellos se quedaron
allí 15 días, pintando, cambiando azulejos y orando. Después de que me mudé, hablé
mucho con ellos para saber si debía bautizarme o no, pero ellos nunca se entrometieron,
diciéndome que debía seguir mi corazón. Pero yo todavía estaba fumando, cómo podía
bautizarme […]
En octubre de 1999 las amenazas eran grandes y empecé a quedarme a trabajar en
casa, cuando el oficial de justicia fue a la oficina y yo juntando valor intenté arreglar la
situación porque si no la oficina sería clausurada, pero no se puedo, todos estábamos muy
cansados […].
El mes 11 de 1999 fuimos al fondo de la casa, colocamos una mesa, conectamos
los computadores a la red y allí montamos nuestra empresa […], no podíamos parar
teníamos una familia para sustentar y Jesús nos ayudó...
Antes de fin de año fuimos a ver un local comercial y el 4 de enero del 2000 ya
estábamos allí […].
¿Y ahora cómo trabajar... Cómo vender en el mercado una empresa que todos
sabe que cerró? -Vamos a disponer otro nombre para ella, leyendo la Biblia durante un
rato libre en el fin de semana, fuí al estudio y encontré “Etã” que en este estudio quería
decir fortaleza, y encontramos también “Bezaleel” que en el estudio significaba, “bajo la
sombra de Dios”, así creamos Etã Bezaleel – Profissionais em Negócios Imobiliários,
empresa de Jesús […]
Continuamos trabajando, sin embargo mi conducta con el Señor, no era buena...
Comencé a chatear en el Internet, sólo frecuentaba la iglesia de vez en cuando... […]
Conocía personas en el Internet, pero un día domingo empecé a hablar con una persona y
enseguida le dí el teléfono, él me llamó y me preguntó que iba a hacer, le dije que iría a la
iglesia y él me dijo que iría conmigo. No le creí pero realmente me fue a buscar a casa y
fuimos a Hebrom... una bendición... Cuando salimos de Hebrom fuimos a un barcito en
Moema y tomamos vino blanco... y se prolongó la noche y... Aquél día quedé grávida de
Silas Neto, el padre del bebé vino a vivir conmigo en mi casa... Yo lo admiraba mucho y
en esa época yo sólo conseguía quedarme con alguien o gustar de alguien a quien
admirase, pero siempre buscaba el lado profesional, el intelecto... Qué pasión... el
cumpleaños de mi hija era el 24 de agosto, él era del día 25 e yo del 26, increíble... Yo
decía éste fue enviado por Dios... perdóname Padre, por todo lo que hice contra ti...
Octubre del 2000, por no tener paciencia, ni saber esperar y pensar que tengo que
recibir todo lo que doy en la misma cantidad, manejé mi pasión como hasta entonces lo
eché... Nunca más lo vi y él nunca más vio su hijo, creo que no perdí gran cosa, ¿no es
cierto? Pues un acto no justifica el otro... Bueno necesito trabajar un poco más porque el
parto es caro […]
Continué trabajando, no conseguía dejar de fuma, grávida y el 20 3 2001 nació
Silas Neto, una bendición en mi vida. Ahora tengo que luchar todavía más, una criatura
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más... los negocios caminaban a veces bien y a veces mal hasta que en marzo del 2003
cuando ya no aguantaba administrar saldos negativos, decidí vender la empresa, o
asociarme a alguien […]
Encontré dos personas que querían asociarse, pero el dinero no era mucho y así
estuve hasta junio, después del comienzo del mes me acuerdo que en mis oraciones hable
con mi Padre, Señor se debo continuar con la empresa abierta que entre trabajo, pues si
no entra la cerraré... como si mi padre tuviera alguna culpa de mis actitudes... pero aún
así me oyó, esa misma semana conseguimos cinco trabajos nuevos, y entonces resolví
continuar, reformar el escritorio que tenía un aspecto muy desordenado y oscuro […]
Además de nuestro trabajo normal comencé a desarrollar nuestro sitio y nuestro
sistema que operan ahora coordinadamente, qué dificultad, pero nunca le tuve miedo al
trabajo […] comencé a dejar que el Espíritu Santo actuara en mí, a oírlo y lo principal,
entró en mi corazón y entendimiento que dios ya había dado diversos pasos a mi favor y
yo solamente uno en su favor, siempre que precisé él estuvo allí...
Hasta esta fecha en agosto del 2003, cuando acepté a Cristo, el Espíritu Santo me
libertó de lo que ya mencioné, bebida, bailes, bares, clubes nocturnos, pero el cigarrillo y
el sexo continuó... Mi abstinencia sexual comenzó desde que terminé la relación con el
padre de mi hijo, no pequé, no me enamoré, no dormí con nadie, ni besé a nadie, nunca
sentí que me hacía falta, porque entendí que sólo me quedaría con alguien que supiese
que fue enviado por Dios a mi vida... sabía que dios suple todas las necesidades de su
carne, si usted vive más por el espíritu que por la carne […]
De ahí en adelante comencé a sentir la presencia de Dios constantemente en mi
vida y a vivir para él, e todo lo que precisaba comenzó a ser acrecentado, en enero de
2004, sentí precisaba ser diezmista, pero no frecuentaba ninguna iglesia, entonces
comencé a hacer cultos en mi apartamento y resolví dar el diezmo a quien me ayudó
cuando precisé, todo comenzó a cambiar […]
Mis transformaciones continúan, cada día el Señor hace que yo aprenda algo
nuevo, tengo la paciencia que pensé que no tenía […]
Hoy, además de ser miembro diezmista de la Comunidade Hebrom, cuando digo
diezmo digo que de todo el dinero que gano, que gasto, que pago que doy saco el 10% y
lo guardo para la casa del Señor, y antes estaba dividiendo mi diezmo entre la iglesia y
otras situaciones, pero el Señor me ha bendecido mucho entonces a partir de este mes mi
diezmo irá todo a la iglesia y lo que daría en otras partes y otras situaciones lo daré como
oferta. Quiero saber en qué puyedo servir a mi iglesia... Trato de no faltar los martes pues
aprendemos mucho. Hace treinta días tomé como objetivo la evangelización de mis
empleados, hoy tenemos un cuerpo de 20 […]
Mi propósito con el Señor es hacer su obra, que yo sea capacitada
profesionalmente para que la empresa de él (Etã Bezaleel) pueda financiar nuestra obrar
[…] no es mi estilo pedir ayuda a otros y sí ayudar a los otros, y mi Señor lo sabe, él me
abre las puertas, recibo mensajes telefónicos que ni imaginaba, negocios que ni soñaba
hacer, el templo que quiero construir para él, es algo que todavía no tenemos aquí […]
Historias de vida
“(La estructura narrativa de una “buena” historia de vida) Es posible concebir las
historias de vida como compuestas por segmentos narrativos que hipotéticamente
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referirían a dos escenarios. El escenario de los acontecimientos y acciones es el
escenario del mundo externo. Este escenario corresponde a los pasajes de la historia de
vida donde el entrevistado recuenta los sucesos significativos en su pasado tal como se
presentarían ante un observador externo. Por su parte, el escenario de la conciencia está
compuesto por los segmentos narrativos donde el entrevistado despliega significados y
conexiones menos visibles y más implícitas. Por ejemplo, los sentimientos, las
intenciones y los propósitos de las distintas personas que están presentes en su historia de
vida.
En general, se espera que la estructuración narrativa muestre cierto balance entre
uno y otro escenario, refiriéndose tanto a contextos, sucesos y acciones
como a intenciones y propósitos. Sin embargo, es posible encontrar que librados a su
propia dinámica algunos relatos presentan uno de los escenarios considerablemente
desarrollado, mientras que el otro está mucho menos desplegado. Es muy útil que el
entrevistador tenga cierto conocimiento de la estructura narrativa de una “buena” historia
de vida. “Buena” no desde el punto de vista de lo contenidos y la sustancia, sino desde el
punto de vista de la estructura y la forma. Hay infinidad de maneras de invitar a alguien a
que nos relate su historia de vida. Las distintas alternativas se conectan a las preferencias
personales del entrevistador, a las características del entrevistado, al contexto y los
propósitos de la entrevista. Puede parecer extraña la mención a las preferencias del
entrevistador, pero lo cierto es que esta técnica, más que ninguna otra, el entrevistador
tiene que sentirse cómodo e identificado con el modo en que va a conducir la entrevista.
En la aplicación de esta técnica, la persona del entrevistador es un instrumento
fundamental. Hay entrevistadores que comienzan con una pregunta introductoria muy
abierta, por ejemplo: “todos tenemos una historia de vida, ¿cuál es la suya?” (Gorlier y
Guzik, 2002: 186). Pero en el transcurso de la entrevista suelen tratar de orientar el relato
del entrevistado haciéndole preguntas más específicas de manera de estimular la
producción de una historia de vida rica y compleja. Las preguntas sobre el qué y el
cómo: “¿qué ocurrió?”, “¿cómo fue que ocurrió?” suelen estimular a los entrevistados a
desarrollar el escenario de los acontecimientos y las acciones, permitiendo captar las
principales fases o “capítulos” de la vida personal del entrevistado, los ejes temáticos más
recurrentes y los personajes mas relevantes.
Por su parte las preguntas sobre el porqué estimulan el despliegue del escenario
de la conciencia y ayudan a comprender mejor la subjetividad del entrevistado y el modo
en que el mismo interpreta los deseos e intenciones de las personas significativas en su
vida. Como es lógico, hay entrevistadores a quienes les interesa registrar la historia de
vida tal como espontáneamente la despliega la persona entrevistada, sin tratar de influirla
ni modelarla con preguntas específicas. Pero lo habitual es que colaboren de manera
reflexiva y planeada, incentivando la producción de una historia de vida lo más rica y
compleja que sea posible (Ibidem).
“(La multiplicación de voces) Esta técnica está conectada a la teoría según la cual la
identidad personal, lo que una persona es, está constituida por la internalización de un
repertorio jerárquico de relatos donde la persona ocupa posiciones o roles determinados,
desde los cuales habla, por así decirlo, con distintas “voces”. La hipótesis es, por
ejemplo, que María a veces va hablar como “mujer”, otras veces como “esposa”, otras
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como “trabajadora”, otras como “latina”, etc. Algunas de esas voces son muy audibles,
otras están completamente silenciadas, pero pueden activarse a través de preguntas
pertinentes. La idea de jerarquía supone que la persona se identifica más con ciertas
voces y roles que con otras, aunque esto puede variar de acuerdo al contexto y al
interlocutor.
La técnica de la multiplicación de voces (Holstein y Gubrium, 1995: 15, 33, 66),
aparece como un medio de aumentar la riqueza de la historia de vida, intentando la
activación de distintos roles y “voces” en el entrevistado. // “roles”, “voces”, “posiciones
de sujeto” en una narrativa dada//.
Desde el punto de vista metodológico, la estrategia básica consiste en escuchar la
narración de la historia prestando atención a cuáles son los roles más sobresalientes y las
“voces” más audibles, y buscando la oportunidad de insertar preguntas que activen otras
voces: por ejemplo, “usted, como esposa, ¿qué piensa de esto?” o “ahora, si usted viera
esto mismo como madre, ¿Qué pensaría?”. Asimismo, al ensayar esta estrategia se podrá
comprobar que, según las características del entrevistado, algunos roles son más fáciles
de activar que otros. O, más interesante todavía, que los distintos roles pueden plantear
demandas incompatibles y contradictorias.
Continuando esta estrategia se puede incluso invocar personas significativas en la
vida del sujeto entrevistado, aunque esas personas ya estén muertas: “si su padre
estuviera vivo, que le aconsejaría que hiciera ante una situación así? ¿si su madre
estuviera viva que sentiría al verla a usted en esta situación?
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LA CONSTRUCCIÓN NARRATIVA DEL NOSOTROS
El idioma analítico de John Wilkins
“En sus remotas páginas está escrito que los animales se dividen en (a) pertenecientes al
Emperador, (b) embalsamados, (c) amaestrados, (d) lechones, (e) sirenas, (f) fabulosos,
(g) perros sueltos, (h) incluidos en esta clasificación, (i) que se agitan como locos, (j)
innumerables, (k) dibujados con un pincel finísimo de pelo de camello, (l) etcétera, (m)
que acaban de romper el jarrón, (n) que de lejos parecen moscas” (Borges, 1974: 708).
La razón populista
“Nos hemos referido al nombre como tornándose el fundamento de la cosa. ¿Qué
significa exactamente esta afirmación? Vamos a explorar la cuestión desde dos ángulos
sucesivos: el primero tiene que ver con las operaciones significantes que se requieren
para que un nombre desempeñe tal rol; el segundo, con la fuerza que, por detrás de esas
operaciones, las hace posibles” (Laclau, 2005: 131; subrayado en el original).
“Las operaciones que la nominación puede llevar a cabo están, para el descriptivismo,
estrictamente limitadas por la camisa de fuerza dentro de la cual tienen lugar: los rasgos
descriptivos que habitan en cualquier nombre, reducen el orden del significante al medio
transparente a través del cual una superposición puramente conceptual entre el nombre y
la cosa (en tanto el concepto es su naturaleza común) se expresa a sí misma. Con el antidescriptivismo trenemos el comienzo de una autonomización del significante (del
nombre)” (Ibidem: 135).
“Las diferentes operaciones de significación a las que nos hemos referido hasta ahora
pueden explicar las formas que adopta la investidura, pero no la fuerza en que la
investidura consiste […] está claro que si una entidad se convierte en objeto de una
investidura –como estar enamorado u odiar-, la investidura pertenece necesariamente al
orden del afecto […] sería erróneo pensar que al agregar el afecto a lo que hemos dicho
hasta ahora sobre la significación, estamos uniendo dos tipos diferentes de fenómenos
que, al menos analíticamente, serían separables. La relación entre significación y afecto
es, de hecho, mucho más íntima que eso” (Ibidem: 142; subrayado en el original).
Theses on the philosophy of history
“Nada ha corrompido más a la clase obrera alemana que la noción de estarse moviendo
con la corriente, viendo los desarrollos tecnológicos como el resultado del flujo dentro
del que creía estar incluida. De allí hay sólo un paso a la ilusión de que el trabajo fabril
dirigido al supuesto progreso tecnológico constituía un logro político” (Ibidem: 258).
“La verdadera fotografía del pasado se escurre velozmente. El pasado sólo puede
capturarse como una imagen que destella en el instante en que es reconocido y nunca más
[…] Cada imagen del pasado que no es reconocida por el presente como una de sus
propias preocupaciones peligra desaparecer irremediablemente” (Benjamin, 1968c: 255).
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“Articular el pasado históricamente no significa reconocerlo como “lo que realmente fue”
[…] significa capturarlo en la memoria tal como resplandece en un momento de peligro
[…] el peligro afecta tanto al contenido de la tradición como a sus receptores. El mismo
peligro pesa sobre ambos: el peligro de convertirse en un instrumento de las clases
gobernantes […] Sólo aquel historiador convencido de que ni siquiera los muertos estarán
a salvo del enemigo si éste triunfa, tiene el don de encender la chispa de la esperanza en
el pasado. Y este enemigo nunca ha cesado de vencer” (Ibidem).
“La Historia es el sujeto de una estructura cuya sede no es el tiempo vacío, homogénero,
sino el tiempo lleno por la presencia del ahora // ‘el aquí y ahora’ no ‘el presente’ // La
Revolución Francesa se vio a sí misma como la reencarnación de Roma. Evocaba a la
antigua Roma a la manera en que la moda evoca los atuendos del pasado. No importa
dónde escarbe la espesura del pasado, la moda tiene un instinto por la forma; es el salto
del tigre en el pasado. Pero ese salto acontece donde domina la clase gobernante. Así es
como Marx entendió la revolución, como ese salto dialéctico en el espacio abierto de la
historia” (Ibidem: 261; el // es mío).
“Un hecho que sea causa de otro no es por esa razón un hecho histórico; llega a ser
histórico póstumamente, a través de eventos que pueden estar separados de él por miles
de años. El historiador que toma esto como su punto de partida deja de relatar la
secuencia de los eventos como si fueran las cuentas de un rosario. En lugar de ello,
campa la constelación que su propia era ha formado con una era anterior” (Ibidem: 263).
“El materialista histórico no puede prescindir de la noción de un presente que no es una
transición, sino en el que el tiempo se aquieta y llega a detenerse. Esta noción define el
presente donde él mismo está escribiendo historia. El historicismo da la imagen “eterna”
del pasado; el materialismo histórico suministra una experiencia única con el pasado. El
materialista histórico le deja a otros ser seducidos por la ramera llamada “había una vez”
en el burdel del historicismo; él no pierde el control de sus poderes, como alguien capaz
de hacer pedazos la continuidad de la historia” (Ibidem: 262).
Dissenting words
“Los seres humanos son animales políticos por dos razones: primero, porque tenemos el
poder de poner en circulación más palabras, palabras ‘inútiles’ e innecesarias, palabras
que exceden la función de designación rígida; segundo, porque esta habilidad
fundamental de proliferar palabras es confrontada incesantemente por aquellos que se
arrogan el ‘hablar correctamente’ –es decir, por los señores de la designación y la
clasificación que, por querer retener su estatus y poder, niegan frontalmente esta
capacidad de hablar” (Rancière, 2000: 115).
“La subjetividad política refiere a una capacidad enunciativa y demostrativa de
reconfigurar la relación entre lo visible y lo decible, la relación entre palabras y cuerpos:
es decir lo que designo como la ‘partición de lo sensible’ […] afirmar la naturaleza
poética en la política significa ante todo y principalmente que la política es una actividad
de reconfiguración de aquello que es dado a los sentidos” (Ibidem).
44
“El principio de la interlocución política es el desacuerdo; es decir, el entendimiento
discordante tanto en lo que hace a los objetos de referencia como a los sujetos hablantes.
Para entrar en el intercambio político, es necesario inventar la escena en la cual las
palabras habladas sean audibles, en la que los objetos sean visibles y los individuos
mismos sean reconocidos” (Ibidem: 116).
“[…] se requiere afirmar que estos discursos de conocimiento, como otros modos de
discurso, usan los poderes comunes de la innovación lingüística para hace los objetos
visibles y disponibles al pensar […] esto requiere reintegrar esos discuros a un modo de
razonamiento o forma de lenguaje accesible para que todos puedan tomar parte de esta
actividad creativa de invención que permita una redescripción y reconfiguración de un
mundo de experiencia común” (Ibidem).
“Para mí, pensar es siempre repensar. Es una actividad que desplaza un objeto fuera del
lugar de su aparición originaria […] Pensar significa someter una objeto de pensamiento
a una variación específica que incluye un cambio en el registro discursivo, en su universo
de referencia, o sus designaciones temporales […] la elaboración de estos “momentos de
pensamiento” son para mí la tarea de una filosofía que desafía las fronteras que separan
las clases de discursos” (Ibidem: 120).
“Para construir un presente específico -es decir una caja de resonancias para los ecos de
un acontecimiento de pensar- se requiere una doble trasgresión. Por una parte, hay que
trasgredir las divisiones del discurso: divisiones que separan las disciplinas (filosofía,
ciencia política, historia, etc.), las divisiones entre el discurso noble y el discurso profano,
las divisiones entre la lógica de una cadena de eventos reales y la lógica de una cadena de
eventos ficcionales. Por la otra, es imperativo revocar el principio de autoridad derivado
de la sucesión de los eventos históricos. Y considero que las implicaciones de esta
segunda trasgresión son críticas para una idea de la contemporaneidad. Conceptuar la
‘contemporaneidad’ del pensar requiere confiarse a cierto anacronismo o intemporalidad”
(Ibidem: 121).
“Puede que sea banal afirmar que tal o cual pensador es nuestro contemporáneo. Sin
embargo, me parece que es muy distinto construir una contemporaneidad entre el
pensamiento de un pensador y el nuestro: para constituir un momento en el pensar, un
momento que se dé a sí mismo al pensamiento es tal vez siempre necesario que haya
operando dos temporalidades; para constituir un objeto de pensamiento tal vez es
igualmente necesario que haya en juego dos registros diferentes de discurso” (Ibidem:
123).
“Estos sujetos no tienen la consistencia de grupos sociales coherentes unidos por la
propiedad o el nacimiento o otra cosa en común. Existen enteramente dentro del acto y
sus acciones son la manifestación de un disenso; es decir de un poner en cuestión lo dado
de una situación particular. Los sujetos de la política hacen visible lo que no es
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perceptible, lo que dentro de la óptica de un campo de percepción dado no posee razon de
ser, lo que no tiene nombre” (Ibidem 124-5).
El siglo
“La captura política de un fragmento de real no deriva de la necesidad, del interés o de su
correlato, el saber privilegiado, sino de la aparición de un pensamiento susceptible de
colectivizarse, y sólo de él. Lo que también puede decirse de la siguiente manera: la
política, cuando existe, funda su propio principio en lo concerniente a lo real y, por lo
tanto, no necesita de nada salvo de sí misma” (Badiou, 2005: 89).
“La corriente de pensamiento que se identifica con la época que termina […] ha sostenido
que toda subjetivación auténtica es colectiva y toda intelectualidad viva es construcción
de un ‘nosotros’. Es que parea esa corriente un sujeto es, por fuerza, evaluable en
función de una historicidad o capaz de hacer resonar, en su composición, un
acontecimiento […] si se cree que el mundo puede y debe cambiar absolutamente, que no
hay naturaleza de las cosas que deba respetarse ni sujetos preformados que sea necesario
mantener, se admite que el individuo es sacrificable. Lo cual que significa que no está
dotado por sí mismo de ninguna naturaleza por cuya permanencia valga la pena
esforzarse” (Ibidem: 130).
“Sin embargo, es cierto que, ya se las idealice y se haga de ellas desde el principio el
sostén subjetivo de una política de conquista, ya no sean más que los nombres pomposos
de una paralización política, hay en efecto producción de entidades macroscópicas
imaginarias, de nombres hiperbólicos. Esas grandes entidades no son el ‘nosotros-sujeto’
[…] no se originan en una ocurrencia o un acontecimiento, son colectivos inertes. Sus
devotos las consideran necesarias para cualquier subjetivación, como una materia prima
cuya reflexión o despliegue práctico es el nosotros-sujeto. Yo propondría de buena gana
denominarlas cuerpo pasivo de la subjetivación (Ibidem: 134; subrayado en el original).
“El siglo hace que se enfrenten dos maneras de concebir ‘lo que no es nosotros’. O bien
se ve en ello una amorfia multiforme […] o bien otro ‘nosotros’, un sujeto exterior y por
lo tanto antagónico” (Ibidem: 142).
“La esencia del ‘nosotros’ no es el acuerdo o la fusión sino el mantenimiento de lo
inseparado” (Ibidem: 157)
Ética del compromiso militante
“No es difícil darse cuenta que una ética militante del acontecimiento, opuesta al orden
normativo de una situación determinada, tiene que privilegiar el momento de ruptura
sobre el de orden, correspondiente a la dimensión situacional. Pero con una lógica
implacable, esto nos lleva a la absoluta falta de certeza sobre el contenido normativo del
acto ético” (Laclau, 2004: 10).
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“El acto de nombrar lo irrepresentable que constituye el acontecimiento involucra a lo
irrepresentado dentro de una situación y sólo puede ocurrir a través del desplazamiento
de elementos que ya estaban presentes en ella. Esto es lo que hemos llamado la mutua
contaminación entre situación y acontecimiento. Sin ella, sería imposible cualquier
incorporación de elementos de la situación al acontecimiento, excepto a través de un acto
de conversión totalmente irracional” (Ibidem: 10).
“Si el acontecimiento sólo ocurre por medio de este proceso de construcción colectiva, la
deliberación […] no es algo que se agrega externamente a él sino algo que pertenece a su
naturaleza intrínseca. La aspiración a hacer de la verdad una totalidad representa el mal
en tanto interrumpe este proceso de construcción de equivalencias y torna a un único sitio
en el lugar absoluto de la enunciación de la verdad” (Ibidem: 11).
“Metáfora, metonimia, sinécdoque (y especialmente catacresis como común
denominador) no son categorías que describen ornamentos del lenguaje […] sino
categorías ontológicas que describen la constitución de la objetividad como tal” (Ibidem:
12).
Psicología narrativa
Sin entrar en la discusión acerca de si, en la relación terapéutica, el analista debe
representar “la moral establecida” o “la subversión de los valores dominantes”, la índole
de los lazos que se establecen entre éste y el analisante es inseparable del modo en que
desde esas posiciones narrativas se ubican otras subjetividades significativas para la vida
de este último -la madre, el jefe, los amigos del club, etc. Para decirlo de otra manera, la
índole de los lazos que unen a dos o más sujetos -“nosotros”- es inseparable de la índole
de los lazos que los separan de “lo que no es nosotros”. Pero si la subjetividad es
inseparable del proceso de construcción intersubjetiva de sentido, esa subjetividad hunde
sus raíces en las formas históricas que adopta lo político.
Visto desde cierto ángulo, el entrenamiento al que aludía en el apartado previo es
un fenómeno extraordinariamente simple, es la pretensión de formalizarlo la que lo torna
extremadamente complejo. El entrenamiento consiste en desplegar la capacidad de decir
-de hacer- algo apropiado. Un acto de habla es apropiado, cuando lo dicho tiene sentido
para dos o más sujetos, para “nosotros”. Incluso hay actos apropiados en los cuales
alguien le dice algo a otro sin pronunciar palabra, como cuando alguien para de hablar, va
a buscar agua, vuelve y riega una planta. Para realizar un acto así, se requiere
entrenamiento.
A diferencia de los entrenamientos de integración a “un colectivo inerte” (Badiou,
2005: 134), el auténtico potencial del trabajo terapéutico reside en facilitar la inserción
del analizante a un “nosotros-sujeto” (Ibidem), es decir a una comunidad de producción
activa del sentido. Un colectivo es “inerte” cuando los sujetos que lo componen sólo
pueden pertenecer a él a condición de decir lo que la moral del colectivo sanciona como
“apropiado”. En cambio, en el “nosotros-sujeto” rige la ética, que tiene otras reglas de
juego. Para usar una vez más las palabras de Badiou, si la esencia del colectivo “es el
acuerdo o la fusión”, la del nosotros-sujeto es “el mantenimiento de lo inseparado”
(Ibidem: 157).
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Entrenando al analisante en el proceso de cambiar el sentido al que han arribado
conjuntamente, el analista le hace menos difícil la inserción en una comunidad regida por
esas reglas. Como no hay garantías definitivas, el aprendizaje consiste en un entrenarse
apostando. El analisante debe aprender a hablar como si lo que dice es apropiado,
apostando a que al decirlo acontecerá algo que cambie “la pragmática cultural”
(Brockmeier, 1997: 177), tornándolo apropiado. A pesar de las apariencias, es un
aprendizaje simple: imaginemos que el niño, con sus actos, convence a la madre de que
lo que ella realmente desea no es hacerlo dormir, sino mantenerlo despierto.
Pero la subjetividad no sólo se constituye en las tramas del amor materno-filial y
fraternal, sino también en las del odio a los otros.
Más allá de los modos en que el derecho a hablar y a hacer estén distribuidos,
siempre existen actos de habla y sujetos que quedan excluidos: para que haya “nosotros”
debe haber también siempre “lo que no es nosotros”. Lo que no es nosotros puede
construirse como algo relativamente amorfo -“una amorfia multiforme”- y por ende
reformable e incorporable al “nosotros”. Pero también puede construirse como un
enemigo -“un sujeto antagónico”- al que hay que aniquilar.
La construcción de “lo que no es nosotros” es inseparable de la formación del
“nosotros”. Sin duda, se trata de una construcción cargada de riesgo. Por un lado está el
riesgo de odiar demasiado, de eliminar la disidencia y promover un colectivo inerte. Por
el otro está el riesgo de amar demasiado, y dejar todo como está por miedo a eliminar
algo o alguien que sería reformable. Son riesgos que ni en la terapia ni en la política
conviene tratar de evitar (Gorlier, 2006).
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