Comentario de la encuesta 102 - Fundación Bioquímica Argentina

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Programa Parasitología
Comentario de la encuesta 102
La mayoría de los participantes ha respondido correctamente que el motivo de la encuesta era
quiste de Giardia lamblia (sin G. intestinalis).
Debido a las diferencias en las condiciones sanitarias, en los países subdesarrollados es mayor
la prevalencia que en los países avanzados. No obstante, en estos últimos las infecciones
humanas se hallan en turistas, homosexuales y personas en asilos o guarderías. En algunos
países pobres, la giardiosis en niños afecta a cerca del 100% de la población. Grandes epidemias
han ocurrido por contaminación fecal de alimentos y reservorios de agua, infectando en algunos
casos a miles de personas.En el mundo hay 280 millones de infecciones anuales por G. lamblia.
En los países desarrollados su prevalencia varía entre 2 y 5% y en los que están en vías de
desarrollo oscila entre 20 y 70% siendo una parasitosis endémica. Aunque en la Argentina no
existen estudios sistematizados sobre la prevalencia de este parásito, de acuerdo a relevamientos
realizados en diferentes partes del país la infección con Giardia sería la causa de numerosos
casos de diarrea y malabsorción y/o de contaminación fecal de productos para el consumo
humano. Más del 50% de los niños argentinos estarían infectados con G. lamblia, y sería una
causa de desnutrición infantil. El mecanismo de infección es por fecalismo y la transmisión
hídrica es la causante de la mayoría de los casos. Los alimentos pueden contaminarse a través
de sus manipuladores. En las guarderías y jardines de infantes la infección sigue generalmente
la ruta fecal-oral directa, especialmente en niños que no controlan esfínteres. Los animales
domésticos y balnearios turísticos son también fuentes de transmisión del parásito. Por otro
lado, un factor a considerar es que la infección de animales de producción (especialmente
chinchillas y conejos) y domésticos (perros y gatos) produce pérdidas económicas de
importancia, además de la potencialidad de transmisión zoonótica. La mayoría de los bioterios
del país que mantienen animales para experimentación y que fueron analizados durante los
últimos años mantenían ratas, ratones y conejos infectados con Giardia.
Para prevenir la giardiosis es necesario dotar a las comunidades de saneamiento ambiental,
suministro de agua potable, así como promover los hábitos de higiene personal mediante
programas educacionales. Hay que verificar la buena higiene de frutas y verduras que serán
consumidas sin cocción. También debe evitarse el riego y abono de cultivos de hortalizas con
aguas negras.
Los quistes, formas de diseminación son muy resistentes y se mantienen viables durante meses
en agua fría y limpia. Son sensibles a la desecación y se destruyen por calentamiento a
temperaturtas superiores a 50ºC y por fenol al 2,5%. Resisten la acción del formol, HgCl2 y
permanganato de potasio. Las concentraciones de cloro empleadas en el clorinado del agua
potable no alcanzan a destruirlos, por lo que un agua bacteriológicamente segura, puede no
serlo parasitológicamente.
La forma segura de consumir agua es mediante previa ebullición durante al menos 10 minutos
para destruir los quistes. Algunos filtros también son adecuados para su eliminación.
Morfología:
G. lamblia presenta dos estadíos parasitarios: el trofozoíto, forma vegetativa o trófica,
responsable de la acción patógena y el quiste, que es la estructura de resistencia y de
transmisión. El trofozoíto tiene aspecto piriforme, mide 12 a 15 micrones de longitud, 5 a 9
micrones de ancho y 1 a 2 micrones de espesor. Es aplanado dorsoventralmente y en la
superficie ventral, anterosuperior se localiza el disco suctorio o de adherencia, que ocupa la
mitad del cuerpo, es cóncavo, de 0,4 micrones de profundidad y le permite adherirse o fijarse a
la mucosa intestinal. Este disco estácompuesto por proteínas contráctiles como tubulina,
giardinas, a-actinina, tropomiosina, vinculina y miosina. Se cierra hacia los extremos formando
una cresta lateral, que es la única zona del disco que realmente tiene interacción física con las
células blanco del hospedador. (Fig 1)
El trofozoíto posee un par de núcleos, cuerpos basales, cuatro pares de flagelos, cuerpos medios
y vacuolas periféricas. Los dos núcleos tienen la misma cantidad de DNA, son activos desde el
punto de vista transcripcional y presentan algunos grumos de heterocromatina en contacto con
la membrana nuclear. Están ubicados en posición anterior en forma simétrica respecto al eje
longitudinal.
Los cuerpos medianos de G. lamblia se localizan en la línea media y dorsal a los flagelos y
están formados por un grupo de microtúbulos en un paquete compacto que podría ser un sitio de
ensamble de microtúbulos que se incorporan al disco suctorio y le confieren soporte al
trofozoíto. El cuerpo está recorrido por el axostilo longitudinalmente.
El quiste tiene forma ovoide, mide 8 a 12micrones de longitud por 7 a10 micrones de ancho. La
pared es de 0,3 a 0,5 micrones de espesor y está compuesta de una capa filamentosa externa
constituida por una red de filamentos de 7 a 29 nm de diámetro y otra membranosa interna
formada por dos membranas. Se observan 2 a 4 núcleos, en las formas quísticas inmadura y
madura respectivamente. Presentan todas las estructuras del trofozoíto, aunque los componentes
del citoesqueleto del disco ventral se encuentran fragmentados en el citosol. (Fig 1)
Entre la pared quística y la membrana plasmática se encuentra un espacio lacunar, que en
algunos casos es bien manifiesto por retracción del quistozoíto. Los quistes de tipo I tienen la
estructura clásica y los de tipo II, con el citoplasma retraído, son no infectivos y presentan una
tasa de desenquistamiento del orden de 0 a 15%.
Los quistes son estables en el ambiente y su tasa metabólica es del 20% de la del trofozoíto.
Fig1 Trofozoítos y quiste de G. lamblia
Ciclo evolutivo:
La infección se produce por vía oral mediante la ingestión de quistes, siendo suficientes tan sólo
10 a 100 quistes para adquirirla. El desenquistamiento se inicia después de que los quistes se
degluten, pasan por el pH ácido del estómago y se activan con el pH alcalino del duodeno. El
proceso es rápido y los trofozoítos se dividen por fisión binaria longitudinal después de salir del
quiste, e incluso antes de su salida. Por cada quiste se liberan 2 trofozoítos. Las sales biliares y
el colesterol favorecen su crecimiento, lo que promueve la colonización, principalmente en
duodeno y yeyuno. La duración de este proceso varía entre 6 y 20 horas. Los trofozoítos de
adhieren a las microvellosidades a través del disco suctorio. El mecanismo de adaptación de
Giardia conocido como enquistamiento es esencial para que el parásito pueda sobrevivir fuera
del intestino del hospedador, ya que los trofozoítos son sumamente sensibles a los cambios de
temperatura, humedad y a la presencia deagentes químicos. En este proceso, los trofozoítos
descienden por el intestino del hospedador, y al encontrar un ambiente pobre en colesterol, se
induce su diferenciación a quiste, los cuales al ser eliminados con las heces ya son infectantes.
La forma quística con su rígida pared glicoproteica externa protege al parásito en condiciones
ambientales muy
hostiles, inclusive a la acción de desinfectantes. En los últimos años, utilizando métodos
bioquímicos, inmunológicos y de biología molecular, se ha identificado el estímulo que inicia el
enquistamiento de Giardia y caracterizado moléculas cuya expresión es inducida
específicamente en este proceso. Además, se han dilucidado varios eventos moleculares
comprometidos en el transporte, secreción y ensamblado de la pared quística extracelular. En el
medio exterior los quistes sobreviven hasta un mes en suelo húmedo y sombreado, y tienen la
capacidad de infectar al mismo individuo que los eliminó y/o contaminar a nuevos
hospedadores, cuando son ingeridos con alimentos y agua contaminados. (Fig 2)
Fig.2 Ciclo evolutivo de G. lamblia
Cuadro clínico:
La presentación clínica de la giardiosis varía desde un cuadro asintomático hasta cuadros de
diarrea grave con malabsorción. La presentación sintomática tiene un período de incubación que
varía entre 1 a 3 semanas después de la ingesta de quistes e incluye diarrea, náuseas, flatulencia,
esteatorrea y dolores abdominales. También puede presentarse con pérdida ponderal, vómitos,
anorexia e inflamación abdominal. En ausencia de tratamiento, la enfermedad puede durar
varios meses, pudiendo entrar en cronicidad, con períodos de diarrea y constipación alternados.
En fase crónica es común la malabsorción de grasas, de lactosa y de vitaminas liposolubles A y
B12. Es probable que en los casos asintomáticos crónicos, el portador tenga una absorción
intestinal deficiente subclínica.
Las heces son blandas, estatorreicas y lientéricas (con restos macroscópicos de alimentos),
malolientes.
En pacientes inmunocomprometidos, especialmente hipogammaglobulinémicos o con
inmunodeficiencias adquiridas, los cuadros son más floridos y de mayor duración.
Diagnóstico:
Después del examen clínico epidemiológico orientador en el que se considera la diarrea de larga
evolución, malabsorción, y condicioned higiénicas y hábitos que puedan conducir a la infección
por G.lamblia, se presenta para el laboratorio el desafío de efectuar un diagnóstico de esta
parasitosis.
En el laboratorio se pueden buscar quistes y trofozoítos en materia fecal, trofozoítos en líquido
duodenal o biopsias de intestino delgado, y coproantígenos y secuencias de DNA específicas
mediante PCR.
Estudios coproparasitológicos: Cuando las heces son blandas o diarreicas es más probable el
hallazgo de trofozoítos, en cambio si son formadas o semiformadass, se identifican más quistes
que trofozoítos. Además los elementos parasitarios se eliminan en forma discontinua o irregular
con las materias fecales. Estas consideraciones hacen que se deba encarar el examen
coproparasitológico contemplando más de un tipo de muestra. Debido a que la sensibilidad se
incrementa con el número de muestras analizadas (con una muestra, la sensibilidad es de 76 a
86%, con dos de 90% y con tres hasta un 96,7%), se sugiere recolectar un muestra seriada
durante tres días alternados o 5 días consecutivos (especialmente en casos crónicos) recogiendo
las heces sobre un conservador. Además por la falta de eliminación de quistes en casos de
diarrea franca, se sugiere sumar a la anterior, una muestra en fresco recién emitida conservada
en un recipiente limpio y seco. En ésta se puede ver la motilidad característica del trofozoíto en
una preparación húmeda, tomando de las zonas más mucosas y pudiendo diluir la muestra con
solución fisiológica (Foto 4). En el caso de las muestras seriadas deben efectuarse sobre ellas
métodos de enriquecimiento para aumentar la sensibilidad en la detección parasitaria.
Se puede emplear lugol para las preparaciones húmedas a fin de resaltar estructuras y efectuarse
tinciones permanentes. (Fotos 1, 2 y 3)
Foto 1. Quistes de G.lamblia en preparación húmeda
Foto 2. Quistes de G.lamblia con lugol
Foto 3. Coloración tricrómica de Quistes de G.lamblia
Sondeo duodenal: Si los estudios coproparasicológicos mencionados no detectaron la
presencia de Giardia, puede recurrirse a un método más invasivo como el sondeo o aspirado
duodenal con biopsia, si el cuadro clínico lo impone. En el primer caso se buscan trofozoítos en
el líquido duodenal y en el segundo pueden efectuarse coloraciones del material de biopsia
encontrándose también trofozoítos. (Fotos 4 y 5)
Foto 4 . Trofozoítos de G. lamblia en fresco
Foto 5 Trofozoítos de G. lamblia (Giemsa)
Métodos inmunológicos: Permiten detectar pequeñas concentraciones de antígenos parasitarios
en las heces. La prueba de ELISA, que reconoce al antígeno GSA-65 tiene una sensibilidad del
98% y especificidad del 100%. Además del ELISA, comercialmente existen equipos que
detectan otras proteínas de superficie mediante técnicas de inmunofluorescencia, empleando
anticuerpos monoclonales.
Estudios moleculares: El diagnóstico basado en la detección del DNA de G. lamblia en
materia fecal mediante PCR está en proceso. Se han usado varios genes, por ejemplo con la
amplificación del gen de la triosa fosfatoisomerasa, se obtuvo una sensibilidad del 94%.
Otros han empleado diferentes iniciadores y genes de amplificación con una sensibilidad
analítica de 1 a 10 quistes por mezcla de reacción.
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