Tesis-Oskar-Gutierrez-Garay - Multiversidad Mundo Real Edgar Morin

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LA PERSISTENCIA DEL VACÍO: LA LITERATURA COMO HERRAMIENTA COMPLEJA
Doctorado en Pensamiento Complejo
La persistencia del vacío: la literatura como herramienta compleja que integra y
potencia las diversas realidades discursivas.
Tesis en opción al título de Doctor en Pensamiento Complejo
Por
Autor: Mg. Oskar Gutiérrez Garay
México
2015.
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LA PERSISTENCIA DEL VACÍO: LA LITERATURA COMO HERRAMIENTA COMPLEJA
Multiversidad Mundo Real Edgar Morin, AC.
Doctorado en Pensamiento Complejo
La persistencia del vacío: la literatura como herramienta compleja que integra y
potencia las diversas realidades discursivas.
Tesis en opción al título de Doctor en Pensamiento Complejo
Por
Autor: Mg. Oskar Gutiérrez Garay
Tutor: Dr. Sc. Rigoberto Pupo Pupo
México, 2015.
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LA PERSISTENCIA DEL VACÍO: LA LITERATURA COMO HERRAMIENTA COMPLEJA
Agradecimientos
Todos los agradecimientos son para las personas de siempre, mi familia, aquellos que
siempre han creído en mí, especialmente a los cuatro Gutiérrez-Garay-Kanter. También a
mi dulce esposa Vanessa Torres Mora, sin cuya paciencia y comprensión, no podría haber
terminado esto.
Agradezco a todo el equipo docente de la Multiversidad Mundo Real, en especial al Dr. Sc.
Pupo, cuyo entusiasmo desde el inicio fue necesario para darle más bríos y dirección
conceptual a este proyecto. Primero dejó volar mi imaginación para luego guiar el proceso
a buen término.
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LA PERSISTENCIA DEL VACÍO: LA LITERATURA COMO HERRAMIENTA COMPLEJA
Dedicatoria
Cuando pienso en el vacío, me viene a la mente el silencio que produce la ausencia de las
personas que nos dejan. En un mundo hostil, que pareciera desvanecerse dentro de un
oscuro abismo, he encontrado algo de sosiego en este silencio armonioso que rebota en los
límites del vacío, cuya acústica, pese al dolor, termina reconfortándonos.
Por eso dedico este trabajo no tanto a la persistencia del vacío, como sí a la de la memoria,
porque es ella la que se niega al vacío absoluto, al horror y a las tinieblas. La memoria es la
única capaz de enfrentar el dolor por la ausencia.
A la memoria de Arturo, Leo, Siervo, Orlando, Marisol, Ingrid, Sagrario, Roberto, y de
todos los demás que viven aún dentro de mí.
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LA PERSISTENCIA DEL VACÍO: LA LITERATURA COMO HERRAMIENTA COMPLEJA
Síntesis
“Arrojado a los aledaños del propio vacío,
espectador de una poesía desnuda incapaz de sacudirte
esa fría tristeza: el vacío interno te revela la indeterminación
infinita como forma de expiación.”
(Cioran, 1996 p. 70)
El siguiente trabajo presenta una propuesta para la integración dialógica de los discursos
psicológico, político, económico, social e histórico, mediante el recurso literario, y desde la visión
del pensamiento complejo. Con dicha composición se propone novelar la época que el sociólogo
Gilles Lipovetsky define como la era del vacío, una era caracterizada por la apatía frívola hacia las
grandes cuestiones sociales y el narcisismo extremo. Se busca plantear una estética propia que dé
vida a los planteamientos teóricos del pensamiento complejo de Morin, recurriendo a la escritura
creativa. La primera parte consta de la novela La persistencia del vacío, un texto inédito construido
por el autor de esta tesis, durante 3 años, y que es el pretexto para tejer el ejercicio complejo de
convivencia entre el arte y la investigación científica. La novela presenta las inquietudes frente a esa
época mencionada anteriormente como del vacío. La segunda parte comienza con unas
consideraciones sobre las teorías de la complejidad y la necesidad de relacionar el pensamiento y
las disciplinas, posibilitando un ―antimétodo‖ que humanice el conocimiento y supere la concepción
hiperespecializada de la ciencia. Específicamente, busca tejer relaciones entre la literatura y la
investigación, no sólo desde el análisis literario, o desde el constructo argumental que un texto
puede plantear, sino la manera cómo se fusionan ambas, comenzando por la novela, analizándola a
la luz de la hermenéutica, pero conectando con el metarrelato de cómo fue concebida, qué propone,
y cómo la literatura integra de manera natural, casi transparente, los muchos discursos humanos,
revelando uno de los ejemplos más adecuados con numen complejo.
El mismo trabajo puede ser un ejemplo total del vacío; no puede haber un ejemplo de
narcisismo más evidente que el de analizar mi propio trabajo literario. Y acá paso conscientemente
de la tercera persona a la primera, ya que trataré de no ser indulgente con mis limitaciones creativas
y artísticas. Quería haber finalizado el trabajo sólo con la novela, para que ésta hable y se defienda
por sí misma. Pero en el cenit de la cientificidad, la validación y argumentación se hacen necesarias,
para mi pena claro está, pero para fines académicos quiero darle el elan académico, coherente y
honesto, que justifique ciertamente, pero también dé luces sobre la obra novelística que planteo,
titulada ―La persistencia del vacío”.
Esta investigación, no intenta en modo alguno, agotar un tema tan rico en determinaciones,
condicionamientos y mediaciones. Se trata de una aproximación a un contenido que presenta
muchas aristas, que pueden integrarse desde el pensamiento.
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LA PERSISTENCIA DEL VACÍO: LA LITERATURA COMO HERRAMIENTA COMPLEJA
Índice
Pág.
Agradecimientos
3
Dedicatoria
4
Síntesis
5
PRIMERA PARTE: La persistencia del vacío.
7
Capítulo 1.
8
Capítulo 2.
14
Capítulo 3. El revestimiento del vacío
19
Capítulo 4. El aroma del vacío
26
Capítulo 5. El aliento del vacío
32
Capítulo 6.
36
Capítulo 7. Los andamios del vacío (o los preliminares del cierre de la trilogía
Grandes hombres famosos e ingrávidos)
41
Capítulo 8.
59
Capítulo 9.
63
Capítulo 10.
69
Capítulo 11.
69
Capítulo 12. I Belong to Je suis
71
Capítulo 13.
76
Capítulo 14.
76
Capítulo 15.
80
Capítulo 16.
83
SEGUNDA PARTE. Introducción
91
Capítulo 1. Cambio de método: Complejidad
102
1.1. Lenguaje y literatura
106
1.2. Integración discursiva; las posibilidades estéticas y propositivas de la
Literatura
110
1.3. Dialogismo y construcción emergente entre lector y texto
115
1.4. La literatura como posibilidad de inclusión. El poder de la memoria y
el testimonio en Si esto es un hombre, El libro de los susurros, La ceiba
de la memoria y La escritura o la vida.
120
Capítulo 2. Hermenéutica y complejidad; análisis del vacío
141
2.1. El vacío, como propuesta y posibilidad discursiva, caracterización de
La persistencia del vacío (LPV) y su lógica epocal.
152
Capítulo 3. El discurso vacío de Mario Levrero: Estructuración del deseo
y la imposibilidad del vacío en el espacio literario; relación e
influencia con LPV.
168
3.1 El deseo en el narrador del vacío.
172
3.2 Las interrupciones y la imposibilidad del vacío.
180
3.3. Consideraciones de la investigación científica y el ejercicio creativo.
Análisis psicológico de La persistencia del vacío y la influencia de
Levrero en su construcción.
189
Conclusiones
206
Recomendaciones
215
Bibliografía general
216
Bibliografía del autor
228
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LA PERSISTENCIA DEL VACÍO: LA LITERATURA COMO HERRAMIENTA COMPLEJA
PRIMERA PARTE
LA PERSISTENCIA DEL VACÍO
Desde mi hora más tierna no he sido
como otros fueron, no he percibido
como otros vieron, no pude extraer
del mismo arroyo mi placer,
ni de la misma fuente ha brotado
mi desconsuelo; no he logrado
hacer vibrar mi corazón al mismo tono
y si algo he amado, lo he amado solo.
Entonces, en mi infancia, en el albor
de una vida tormentosa, del crisol
del bien y el mal, de su raíz misma,
surgió el misterio que aún me abisma:
desde el venero o el vado,
desde el rojo acantilado,
desde el sol que me envolvía
en otoño con su pátina bruñida,
desde el rayo electrizante
que me rozó seco y rasante,
desde el trueno y la tormenta
y la nube cenicienta
que (en el cielo trasparente)
formó un demonio en mi mente
Solo, Edgar Allan Poe.
¿Pero acaso un vacío que otorga la plenitud no contiene más realidad que la que posee toda
la historia en su conjunto?
Historia y Utopía, E.M Cioran
El sujeto que habla no es tanto el responsable del discurso (aquel que lo detenta, que afirma
y juzga mediante él, representándose a veces bajo una forma gramatical dispuesta a estos
efectos), como la inexistencia en cuyo vacío se prolonga sin descanso el derramamiento
indefinido del lenguaje.
El pensamiento del afuera, Michel Foucault
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LA PERSISTENCIA DEL VACÍO: LA LITERATURA COMO HERRAMIENTA COMPLEJA
1.
Por miedo al tiempo, aprendí a dominarlo. Domino las fugas, los escapes. Salto por
los minutos, como una liebre aterida que desconoce propósitos. Mi carne es el anonimato;
mi espíritu le hace juego, volátil y fugaz. Soy para mis propios días, algo insignificante que
pasa inadvertido.
Las remotas soledades de mi tiempo se acobardan a un poder investido, a un truco
barato, pero efectivo.
Aprendí a despojarme de los conglomerados ideológicos, para constituir una nueva
raza narcisista, principio y fin en el fin mío.
Mi cuerpo recorta y toca el agua. Mis pies se sumergen y se mueven libremente
dentro de la pileta, rodeada de geranios y flores, de promesas de verano. Todo en esta
ciudad evoca un nuevo pasado. Reintegran la historia cortada de tajo por la guerra, invento
propio que con el paso de los segundos olvida a cuenta gotas la carne quemada, la mente
gaseada; ese gran sinsentido.
El ambiente es limpio, casi perfecto. Las personas caminan despacio, los autos,
lujosos en su mayoría, circulan sin prisas, el sol da de lleno sobre esta moderna urbe.
A pocas cuadras una enorme E, empotrada en una estructura de acero y concreto,
refuerza algo que ya resulta irrecuperable. Seguido de un hondo respiro, pienso dónde
estoy, dónde estaba, dónde en pocos segundos dejaré de estar.
La plazoleta donde me encuentro queda junto a un zoológico y casas reconstruidas,
estructuras bajas, algo lejos del centro y de la Universidad que lleva el título del mayor
escritor de estas tierras.
Me gusta esta parte de la ciudad. Llevo algunos días enfermo, la mayoría de ellos,
pero el malestar ha ido mermando y camino sin mapa. Pese al sol, el agua permanece fresca
y varias personas alrededor meten los pies y se sientan al borde de la pileta, sin aspavientos
ni restricciones. Aún no lo he hecho, no he cerrado los ojos y pensado algo más lejos de
aquí.
Las bolsas negras y acuosas que se descuelgan de mis ojos, testifican el tiempo que
huye de mi cuerpo. Experiencias y dramas que ya no puedo soportar. El tedio ha sustituido
todo, pero es impuro todavía, aún anhela gajos de placer.
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LA PERSISTENCIA DEL VACÍO: LA LITERATURA COMO HERRAMIENTA COMPLEJA
En la plenitud de una vida, a la cual le he huido siempre, voy comprendiendo la
necesidad de ver el ocaso, enfrentando el hastío y las situaciones que ya no pueden ser más
aplazables.
El cansancio anida en mis hombros, el sudor escuece mi mirada. Permito un último
alivio, quiero permitirme un alivio. Pero me detengo, no lo hago. Sólo cierro mis ojos y ya.
Sigo acá.
Los dominios del horizonte me encierran, hay afán, como una forma interior oscura
y solemne. Esa cadena de circunstancias ya ajenas, a la consciencia me perturba, pero no
despiadadamente. Ahí estaba la redención y el perdón. Me tranquilizo con la idea, mientras
con el agua mojo mis manos para pasarlas por mi cuello y mi rostro. Tomo un poco y estoy
en paz un segundo con la humanidad.
Todos los átomos de los que estamos hechos fueron esquirlas de una gran explosión
estelar que cimentó lo que actualmente conocemos como vida, nuestra vida. Si uno se
pregunta por la realidad, tiene que ser primero consciente de lo minúscula que es la tierra
dentro de toda la ecuación universal, y dentro de eso, lo aún más insignificante que es
nuestro periodo en ella. Quizá, ―partícula de polvo‖, sea una forma exagerada y
condescendiente para denominar nuestra existencia, sabiendo que los hechos dentro de
nuestra corta realidad, jamás van a ser significativos. Quizá la partícula de polvo dentro de
la partícula de polvo, defina mejor nuestra axiología. Pero el calcio de las estrellas reside en
nuestros huesos, el hierro que recorre nuestra sangre y el oxígeno que llena nuestros
pulmones, hermana cada átomo del universo con un pedacito de esa memoria que nos es
tan esquiva, pero que está ahí presente, inmóvil, porosa, relacionándonos con el universo en
tiempos distintos y en planos iguales; reconstruyendo datos fácticos que se tergiversarán
para darle importancia a cosas fútiles. Cuando uno comprende esa mecánica universal,
cuando salimos de ese egoísmo antropocéntrico, comprendemos cuán inútil es
preocuparnos por una mancha en la alfombra, por una fila en el banco para pagar una
cuenta estúpida, un engaño, los celos… todo se deslíe como el polvo, el mismo que acaricia
y percude lentamente los rostros.
Durante un tiempo asistí a misa. Pasaba la homilía mirando esos rostros contritos en
sus pecados y peticiones, preocupados sobremanera en la redención. Pensaba que la
eternidad era vivir esa cantidad variopinta de vidas. Terminaba esta y vivía la otra, puede
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LA PERSISTENCIA DEL VACÍO: LA LITERATURA COMO HERRAMIENTA COMPLEJA
que la de al lado, u otra de más allá, o una en un tiempo distinto, pasado o futuro. Había
miles de millones de vidas, aparte de la mía que me tocaba vivir para llegar al fin, y eso
parecía infinito, una especie de lucidez desastrosa, pero algún día tenía que terminar, igual
que el universo que nos acoge. El tiempo iba a ser exactamente proporcional entre las vidas
que tenía que vivir, y el tiempo a lo ancho y largo del universo. Ahora era una mujer, esa
que mascullaba sin dientes una oración que calmaba los pensamientos y sumergía los
deseos. Y vivía su vida, tenía sus hijos, mis hijos, enterraba uno, y los otros me enterraban
a mí con falsos estremecimientos; me encontraba con mi pasado ahí mismo, y seguía sin ser
consciente de mi vida anterior, que también resultaba la vida de los otros. La memoria del
universo es una, pero fragmentada en millones de partículas que no están conectadas entre
sí. Oraba y suplicaba algo, una intimidad jamás compartida con mi otro yo pasado o futuro.
Y así sucesivamente, hasta agotarse las posibilidades de ese sitio, y faltarían todas las
demás iglesias, los supermercados, los prostíbulos y las guerras, los hospitales, las
universidades, las instituciones de todos los lugares y todos los tiempos hasta vivir cada una
de las vidas que sostuvieron el sentido de esos lugares y hasta vivir todas las vidas que
faltaran. La humanidad es sólo otro más de los mecanismos insostenibles y transitorios.
Salía de la iglesia a una plaza y otro mundo se abría, niños, niñas, ancianos, obreros, otras
caras que no vería pero que viviría dado el momento, hasta el infinito, hasta que todo
acabara y hubiera vivido todas las vidas de la humanidad en todos los tiempos disponibles,
refugiándome donde reside la memoria, sin otra probabilidad que la de vivir casi por
siempre en otras carnes, viviendo sin recordar lo que cada hombre en la historia de la
humanidad ha vivido. Tan grande era mi duda como ese monstruoso universo que se
posaba sobre mí con indiferencia.
El sol barre los objetos y alarga sombras hacia el oeste. Condenada al fracaso, la
estación actual estallaba con fuerza, sin guardarse nada. Constantemente los rostros
aledaños, hostilmente indiferentes, son un recuerdo decreciente. Mis tímidos proyectos se
resumían en respirar, comer, huir a las obligaciones con sarcasmo, todo bajo unas
habilidades cognitivas decentes y funcionales.
Me pongo las sandalias, dejo que el clima seque mis pies y comienzo a buscar el
hotel. No hay pierde, pleno centro junto a la estación de trenes. Una cuadra más abajo de la
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LA PERSISTENCIA DEL VACÍO: LA LITERATURA COMO HERRAMIENTA COMPLEJA
entrada principal. Podría tomar el tren eléctrico. No traje dinero, pero nadie revisa el si uno
ha comprado o no el tiquete. Decido caminar bajo esa pesada estridencia.
El hotel queda cerca a una cuadra sórdida, lo más sórdido que se puede conseguir en
este transitorio reino impecable. Un casino, tres licorerías, un par de clubes nocturnos
dentro de un marco tornasolado de prostitutas del antiguo imperio otomano que le vienen
bien a mi vista y representan un desorden simbólico en el territorio.
Nosotros, es decir nosotros, nos encontramos en todas partes. Una pancarta lacónica
rige el espacio de un edificio, invitando a la exposición itinerante de Fernell Franco.
Soplan vientos de mi tierra por acá. Una impecable soledad inmuniza nuestros rostros de un
aún más implacable tiempo. No entro. Ya habrá otra oportunidad, otro espacio fracturado.
Mi vida es una especie de reminiscencia, que evoluciona constantemente hacia
adelante. No es como vivir recordando, es mucho más que eso, es como una soledad
vigente que acompaña unos pasos que nunca he dado.
Esa necesidad de no estar estando, ese gran escape desde las auroras del día hasta el
anochecer de mi vida le han propinado una axiología al vacío de mis días. Este vacío no es
un estado, es un concepto sólido, una verdad pragmática, como la que hace que la luz viaje
más rápido en el vacío.
Herético y silencioso, me recibe un viejo en la entrada del café del hotel. Me señala
una mesa. Llega una camarera fuerte y habituada. Conoce el espacio y podría moverse con
los ojos cerrados sin golpear ni derramar nada. Le pido una cerveza de maíz y una salchicha
con mucha mostaza y pan duro. Había aprendido a ahorrar el dinero de los viáticos
pidiendo cerveza en vez de agua.
Enfriaba mi garganta con cebada y silencio. Me preguntaba si Dios era sinónimo de
vacío. Saco el teléfono y escribo la pregunta en un motor de búsqueda. Aparece que no
porque el vacío es más profundo, entraña menos misterios, propone menos reglas y coagula
más arbitrariedades. Y aunque no es principio y fin en sí mismo ─continuaba el blog que
respondía diligentemente mi inquietud comparativa entre Dios y vacío─ derrocha un
equilibrio que el mismo Dios envidiaría. Cierra con la frase ―No usarás el vacío en vano‖.
El blog era un lugar donde la ignorancia de los otros es capaz estimular los sentidos
y el asombro. Sin embargo, las demás entradas verbalizan el acto estético (aparte de Dios)
de una serie de performance de una artista serbia, tornándolos ridículos, menospreciando su
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LA PERSISTENCIA DEL VACÍO: LA LITERATURA COMO HERRAMIENTA COMPLEJA
valor artístico, volviéndolo otro espectáculo más, producto de una mente trastornada y
disfuncional.
Muerdo la protuberancia que tengo en la cara interior de mi mejilla. La masajeo con
la lengua, la muerdo delicadamente, haciendo sin intención que se inflame más. Hice
consciencia por un minuto del silencio. Es la hora donde todo se apacigua. La persistencia
de un ruido fuerte habitúa los sentidos y acalla el silencio, dejando una estela que hace eco
en el vacío y que se queda zumbando en los oídos por unos segundos, hasta que todo
termina. ¿El ruido realmente termina o vive aún en mí por esa estela invisible, que hace
eco en las cavidades de lo impronunciable?
En los tiempos actuales, periodismo, sexo y canibalismo resultan un pleonasmo. Un
enjambre de hechos se abalanzaba sobre el día, pero postergo el momento de comenzar a
saberlos todos. Pido otra cerveza y la acabo en cuatro sorbos. Ser alcohólico acá resulta una
deliciosa obligación. Saco la tableta de su estuche de cuero sintético, manufacturado por
pequeños chinos felices y productivos como Umpa lumpas. Había aplazado este momento
desde la mañana, para revisar correos y leer las noticias del día, pero no la prendo. La dejo
junto a la mesa y pido algo más de comer. Quisiera saber cómo se dice ―pocillo‖ en este
idioma, o ―pocillo de tinto‖ y ―sorber‖. Lo busco en la tableta pero me apena pronunciarlo.
Así que hago las mismas muecas de siempre para ordenar. Llega el café y pongo un tuit
sobre el hecho, sobre el lenguaje y sobre la pronunciación.
Saco el teléfono y descargo una aplicación que edita las fotos a blanco y negro,
difuminado y marchito. Un férreo adoctrinamiento en la causa capitalista, me obliga
cambiar de teléfono inteligente cada cinco meses. Saber que están diseñados para no durar
más de dos años, no evita que me dé descaradamente a la obsolescencia por un pixel y
medio o dos hertzios de velocidad adicionales.
Aparece una mujer desagradable, misteriosa, cínica, mal mirada y con
despigmentación dental. Pienso en perder el juicio en ese momento, escuchando a todo
volumen música tirolés, dándome contra las paredes imaginarias de mi cordura. La mujer
me recuerda a una compañera de la universidad. La compasión que generaba no le quitaba
mérito a su capacidad de sacarme de quicio. Cada vez que se sentaba junto a mí, me
entraban ganas de pisar los cuatro ángulos de un cuadro psicótico con manos y pies. La
mujer del café refuerza esos pensamientos que creí muertos. La miro, enfoco sus dientes y
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LA PERSISTENCIA DEL VACÍO: LA LITERATURA COMO HERRAMIENTA COMPLEJA
quiero emparejar su tono dental con algún químico toxico. Ahí vuelvo a mi monólogo
tirolés.
¿Han desbaratado el significado, han esgrimido la sintaxis, han hecho el análisis
etimológico de la palabra mierda? Mi compañera de clases era el prototipo de catálogo de
esto, literalmente no servía para ni mierda. Siempre se estaba maquillando, no prestaba
atención, navegaba por sus dispositivos móviles toda la sagrada clase, no hacía ningún
aporte y no servía ni para verse bonita. Era una obra perfecta de ingeniería intestinal. Por
algún extraño capricho del destino yo no le caía mal y se sentaba junto a mí siempre. La
vergüenza fue más poderosa que mi negativa, por eso nunca le manifesté mi odio, ni la
necesidad de una proxemia kilométrica que la alejara diametralmente de mí. Se tituló
Magna Cum Laude y hoy es editora jefe de la sección económica de un noticiero.
En los grandes ventanales del hotel resalta una membrana de grasa que fulgura con
la luz que golpea de costado. Los vapores del ambiente, la grasa animal del jabón y del
aceite quemado de cocina, se había fundido con el ventanal, y por más que lo limpiaran, ya
no caería. Lo mismo pasaba con los noticiarios de la mañana y la crónica roja. Ya no se
podía ver un noticiero, sin tener en los titulares una muerte violenta, una violación o
chapuceros de sangre que engrasan la pantalla y llenan los pulmones con lama y horror
todos los días cuando la palabra amanece y la imagen ya está desde antes sosteniendo otro
drama grandilocuente. No soy dramático, sólo circunstancial.
Entra un hombre y pide que le presten el baño, porque acaba de limpiar el suyo y no
quiere ensuciarlo en un buen tiempo. La mesera con la credulidad de la habituación le
señala la dirección del baño. Eso es lo que pasa cuando hay fluidos de por medio, lo
personal se vuelve insensible, inocuo.
Al tomar unas cátedras en la universidad que eran electivas, me decidí por Medios y
poderes, donde comenzamos con el juicio por el secuestro del hijo de Charles Lindbergh.
Nos pusieron esto como ejemplo para entender el poder de los medios en los estrados
judiciales. Un montón de pruebas circunstanciales y sin piso, una vorágine mediática llevó
a la silla eléctrica a Richard Hauptmann; Ficción y periodismo, Teoría de la hipótesis,
Crítica y condescendencia y Estética de la recepción. En todas estaba la mujer de los
dientes despigmentados. Aparte de todas las materias obligatorias, era indispensable
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LA PERSISTENCIA DEL VACÍO: LA LITERATURA COMO HERRAMIENTA COMPLEJA
completar los créditos con estas electivas que a la larga también terminaban siendo
obligatorias para optar por el título. Analizábamos artículos como el del hombre de 32 años,
que murió luego de ganar un concurso de comer cucarachas. Pero analizamos y cuando
digo analizábamos me refiero al singular, o sea yo, de ese supuesto plural que
conformábamos académicamente ella y yo, también a los grandes, aquellos que con sus
crónicas y sus investigaciones periodísticas lograban cambiar el mundo, gestar revoluciones
o derrumbar gobiernos como Woodward y Berstein con Watergate. Ambos espectros eran
igual de necesarios, todos los estudiantes apuntábamos a lo segundo, pero se nos olvidaba
pasar por lo primero, por la vida y sus callejones.
Tengo una vista privilegiada, desde donde estoy sentado del otro lado de la calle.
Con movimientos ampulosos un indigente aspira tolueno de una bolsa. Parece actuando en
un teatro de varieté. Se empina, saca las nalgas, da media vuelta y vueltas completas y se
lleva la bolsa de plástico a la boca para seguir aspirando. Las personas a su alrededor se
esfuerzan por ignorarlo. Anticipan su indiferencia unos metros atrás antes de topárselo y
siguen de largo sin siquiera voltear. Hasta la deshumanización requiere cierta sensibilidad
perceptual. Como una bola de dióxido de carbono negro que sale por el exosto de un motor
diesel, que se dirige decidida en bloque contra una pared y parece que fuera romperla,
quebrarla en mil pedazos, pero se difumina con la misma fuerza con que pretendía
romperla. Con esa fuerza difuminada es como se ignora en primera clase a un indigente en
estas tierras del lenguaje.
2.
¿Y dónde estuvo El hombre sin atributos?
Comencé a leer el libro justo después de que terminara la reunión de todos los lunes.
Había leído antes de entrar a la sala de redacción, entre el camino que llevaba del baño a la
sala, atravesando un pasillo secundario, pobremente iluminado, y las escaleras del primero
al segundo piso, de tracción inexistente, además de estrecha para el hombre actual, la
noticia de un hombre que iría caminando desde X hasta Y pero lo haría hacia atrás para
protestar por la muerte de su hijo a manos de dos policías que lo señalaron como pandillero,
para que la Fiscalía esclareciera el hecho y condenara a los dos uniformados. Me conmovió
un poco pero no lo suficiente, como para hacer un ovillo con mi cuerpo y tirarme al piso a
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LA PERSISTENCIA DEL VACÍO: LA LITERATURA COMO HERRAMIENTA COMPLEJA
llorar por la humanidad. ¿Me preguntaba si las maquinas algún día controlarían el
periodismo? ¿Computadores del tamaño de una verruga, crearán artículos con noticias
aleatorias pero coherentes, que conmoverían a la humanidad para que llore por sí misma de
tal forma que la indignación y olvido se balanceen con la precisión de ahora? Esa idea olía
a milagro, pero en los últimos años el olor se ha mimetizado con las paredes y los límites de
las ciudades huelen a nenúfares y dióxido de carbono. Había visto cómo los milagros
mueren y engendran otros milagros, con la rapidez de las noticias que se crean y se
desmienten.
Veía, al igual que el protagonista del libro, un mundo salvaje, complejo y
fascinante. Era consciente de muchas de las dinámicas que lo alimentan pero no podía
hacer absolutamente nada para generar un cambio profuso y significativo, sólo quedarme
sentado, junto a la carretera, a esperar el bus que me llevara hacia el paradero
acostumbrado.
Mi trabajo anterior, un trabajo cómodo y bien pago emplazado en el centro de una
tierra de nadie, estaba exactamente en el mismo punto de hacía dos años cuando entré, con
el agravante que a futuro, ni mejoraría ni empeoraría. Bueno, quizá esto último era más
posible, como efectivamente sucedió, teniendo en cuenta que trabajaba con el
conglomerado informativo más grande de la ciudad, que gastaba la plata en consignaciones
y en hacer más dinero. Se desprestigió, más no quebró, cuando un grupo de periodistas
admirables de la competencia, destaparon los nexos de nuestra ya no tan respetable
institución informativa, con empresas mineras y petroleras que tercereaban los contratos de
los trabajadores, en condiciones míseras, extenuantes y con sueldos de hambre, que
compraban publicidad mediante reportajes positivos para mejorar su imagen en el país. Con
esta y otras tretas de peor calaña, el diario de mi primer gran y pomposo trabajo, se
convirtió en el número uno del país.
Tenía la tableta en mis manos. El peso liviano e histórico, medido en bytes o
gramos, no sé cuál, hacía frente al viento cuando estaba caminado al trabajo. Realmente
había empezado a leer el día anterior en el bus camino a casa. Pero sólo dos páginas.
Un compañero de trabajo había perdido a su padre la semana pasada. Murió de un
infarto fulminante. Compramos entre todos un bono para sembrar un árbol a nombre del
viejo en un plan de reforestación a las afueras de la ciudad por el noroccidente. Firmamos
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LA PERSISTENCIA DEL VACÍO: LA LITERATURA COMO HERRAMIENTA COMPLEJA
una tarjeta reciclada con las condolencias y buenos deseos. La mayoría se acercaron a
abrazar al compañero y dar el pésame. Me quedé en un rincón, sin moverme, incapaz de
saludarlo. El hombre llevaba en el periódico poco más de cinco meses, por lo que guardé
prudente distancia pensando más en la hora de cierre y salida, y en que me faltaba pulir, o
mejor, comenzar la reseña. Algo me detuvo. No era antipatía, no me caía mal, y sin
saludarlo personalmente, salí de la sala a mi cubículo. Me senté y supe de lo engorroso de
la simpatía por los duelos ajenos y supe también exactamente lo que pensaban y el por qué
hacían lo que hacían todos aquellos que revoloteaban en el funeral de mi padre, riendo,
hablando en voz baja, con la capacidad intacta para seguir con sus vidas.
Me concentré en hacer una reseña del libro. Creo se cumplía el centenario de la
publicación del libro, el del fallecimiento del autor, o los 200 años de su natalicio… la
verdad no recuerdo bien el motivo, o si se celebraban los 3.500 o 4 mil años de la escritura
y en homenaje a los sumerios, los egipcios y mesopotámicos buscábamos aquellos libros
totales que pretendieran poner en escritura todo de todo; una avasalladora idea del comité
de redacción, por lo que me asignaron el libro en cuestión. El trabajo de los demás, no me
motivaba ni me enlagunaba de envidia. Tenían tareas igual de titánicas a la mía porque no
sólo era reseñar el libro, sino tratar de relacionar esto con la idea de la infinita capacidad de
representación y metamorfosis de los grafemas y su valor para condensar los intersticios
que la vida misma pasa por alto. Pensándolo bien, no sé si era un homenaje a los sumerios
o a los grafemas, el hecho es que teníamos que relacionar la escritura con la vida.
Llegué a la conclusión de que yo era el hollejo que escupió el modernismo, como si
el mismo autor del libro, chupara lo del centro y escupiera la cáscara. Yo no era
propiamente yo, sino el imperativo categórico hecho carne de la historia universal que
corría, clamaba y se contradecía por mi ADN. Pero eso tampoco es que importara. Vivía de
la teta de un sistema que no entendía del todo, del que no me preocupaba mucho por
comprender. Creía que llegaría a viejo. Lo presentía, y cuando fuera caminando, mi vejez
cansaría de sólo mirarla. Me sentía como el sujeto de las mil y una posibilidades, dispuesto
a lanzar una bola de papel a la basura que contiene la respuesta a la pregunta sobre el ser y
las cosas.
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LA PERSISTENCIA DEL VACÍO: LA LITERATURA COMO HERRAMIENTA COMPLEJA
Al morir, le escribiría a mi hijo(a) mayor en el testamento, obviamente no por
inventiva personal sino por producto de la recombinación y el plagio de las ideas de los
otros, lo siguiente:
“Te notifico que acabo de fallecer, y como puedes imaginar, no hay nada de herencia”
Tu Padre
Buscaba acomodar una verdad, e instaurar un nuevo orden filosófico o moral, con
toneladas de información y siempre terminaba haciendo lo que debía hacer: informar.
Paradójicamente, me valía de esas disquisiciones que tanto atacaba, convirtiéndome
también en desecho de esa sociedad que expulsa todo por el trasero. No había una esencia
última, no había una verdad más verdadera y comprobé, sintiendo ese hombre sin atributos
abriéndose camino por entre mis carnes, la condena sempiterna de observar por siempre
cómo se va todo al garete.
Leí con voracidad la primera semana, luego dejé el libro para ir a cubrir un evento.
Fui con alguien que me gustaba, era la fotógrafa que llevaba apenas dos meses con
nosotros. Estaba frente a ella. La intimidad tiene un trasfondo de incomodidad presencial
difícil de soslayar. Su cuerpo, al igual que el mío, estaba rígido. Mirábamos a otra parte.
Resultaba imposible sostener la mirada dos segundos seguidos y la conversación no fluía.
La experiencia sexual que pretendía, camino a un erotismo armonioso, debía pasar primero
por una rígida autoeducación, luego por un onanismo luctuoso, y finalmente por una
trasformación psíquica y simbólica que me acercara a la intimidad vaginal de ella.
Habíamos hablado por Skype el día anterior, para organizar el cubrimiento, las
entrevistas y la hora de llegada y salida. Todo desencadenó, después, en una de las
conversaciones más lujuriosas de mi vida.
Cubríamos unas olimpiadas para personas en situación de discapacidad. Todo
precario, conmovedor, simple. Erradicada de antemano
cualquier noción de espíritu
competitivo, la consigna era que todos ganaban. Como acto principal, presentaron
malabaristas. Hacían complicadas maniobras y llevaban al límite de la flexibilidad y la
resistencia sus cuerpos. Nos enseñaban sus bultos genitales congestionados, forrados en
trusa y lycra a nosotros, los no discapacitados mental sino espiritualmente. Hacían gala de
esfuerzo y virilidad y demostraban a los deportistas, los universos de distancia que los
separaba de algo remotamente parecido. No se escucharon protestas al respecto. Todo
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LA PERSISTENCIA DEL VACÍO: LA LITERATURA COMO HERRAMIENTA COMPLEJA
fueron aplausos, risas y una cordialidad atomizada por la conmiseración que despertaba la
implacable genética, en este parque temático de terror eugenésico.
La noche anterior por chat, hablamos diez minutos de cómo debía ser el enfoque del
evento, a qué horas nos encontraríamos y el resto fue de confesiones, risas y coquetería;
imágenes genitales explícitas y más coquetería. Ahora ahí, uno frente al otro,
desplegábamos un complicado algoritmo de miradas fugaces para procrastinar la libido. No
veíamos la hora de inicio del evento, para que nos quitaran a las malas, esta incomodidad;
no veíamos la hora en que terminara y no veíamos tampoco la hora de llegar a nuestras
casas para seguir, con un pretexto pueril y perfecto, hablándonos a la distancia.
Salimos del evento y como no teníamos que volver inmediatamente a la redacción,
fuimos a un parque y compartimos un éclair. Lo partí por la mitad y chorreó algo de relleno
en mi camisa. Mi psicoanalista, con esta imagen, estaría de plácemes y reforzaría sus
hipótesis sobre mis neurosis y mis desplazamientos. Caminamos por el parque sin
hablarnos, mirábamos a lo alto los esqueletos de los árboles, el estanque de los patos que
metían sincronizadamente la cabeza en el agua buscando algo, los niños en las cajas de
arena, los padres vigilando pasivamente a la distancia y caminamos siendo los testigos de
una realidad muerta, hasta dar una vuelta y media al contorno del parque.
Producto de un cerebro pobremente desarrollado, una educación privada restrictiva,
un alma llena de mañas y obsesiones, sólo exactamente ahí, entre rigores autoimpuestos y
arboles sin hojas, comprendí que no iba a terminar de leer el libro, que iba a cortar y copiar
las opiniones de varias fuentes, en un desmedrado ataque de pereza producto de la
sobrecarga laboral. No sería capaz de gastarle un segundo más de lo necesario a un libro de
100 años, con más de 1500 páginas cuyas ideas están perfectamente representadas ahora en
el presente, con esta odiosa claridad que invade cada uno de los átomos intemporales de la
realidad.
— ¿Estás bien?
— Estoy bien
— ¿Seguro?
— ¡Seguro!
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LA PERSISTENCIA DEL VACÍO: LA LITERATURA COMO HERRAMIENTA COMPLEJA
Sacó de su bolso una foto de ella, cuando tenía seis años. Vestía de blanco con un
coqueto sombrero. Era el vestido de pajecita para llevar los anillos en el matrimonio de
unos amigos de sus padres.
Había muchos temas relevantes de los cuales hablar, como de porqué me mostraba
esa foto. Pese a la incomodidad, no quería cerrar los ojos para salir de ahí. Quería convertir
el silencio en mi aliado, quería conversar a susurros. Era imposible sacar de la galera un
chiste, criticar la ridícula organización de los días, los malabaristas, o el top de escenas con
los peores olores en el cine. Quería decirle en voz alta que era la reencarnación del hombre
sin atributos, pero no entendería, aunque supe entonces que ella notaba mi
ensimismamiento, porque insistió:
— ¿Estás bien?
— Estoy bien
— ¿Seguro?
— ¡Seguro!
A los ojos del niño que fui, las dimensiones del parque donde caminábamos
parecían infinitas, con los años el espacio madura y encoge. Habiendo visto tantos lugares,
este pequeño parque parecía que encogía con los años, como un viejo que se descalcifica y
se joroba implacablemente.
Estuvimos otro par de minutos y salimos. Nos despedimos a la entrada y tomamos
rumbos distintos esperando en algún momento, con las circunstancias adecuadas, abrir
virtualmente otra vez nuestro corazón, desnudar el cuerpo, decirnos cochinadas
empíricamente reales en otros tiempos y en otros espacios; ser sinceros y honestos en
binario, sin moderar el apetito.
Tres meses después, renuncié por una propuesta intempestiva y muy seductora, no
tanto por el dinero, sino por la editorial arriesgada y libre de una revista que me enviaría al
otro lado del mundo. Dejé todo atrás, literalmente, con un parpadeo que me puso al instante
dentro de un avión rumbo a un lugar desconocido para mí.
3. El Revestimiento del vacío
Llega otra vez la camarera sosteniendo un plato con más pan y un pequeño tarrito de
mantequilla. Recoge los platos vacíos, limpia un poco y pone el plato en la mesa. Le pido
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LA PERSISTENCIA DEL VACÍO: LA LITERATURA COMO HERRAMIENTA COMPLEJA
otra cerveza. Quiero otra salchicha pero espero un poco más para ordenar. Sostengo la
pestaña de la lámina de aluminio y veo que no dice mantequilla sino esparcible. Miro al
respaldo y veo que contiene aceites vegetales que han sido refinados, hidrogenados,
interesterificados, además de un porcentaje considerable de soya, agua, un 1.5 por ciento de
sal, (el esparcible es bajo en sal), leche descremada, emulsificantes compuestos de lecitina
de soya y monoglicéridos de ácidos grasos que aportan una cantidad insignificante de
grasas trans; cloruro de potasio, sorbato de potasio como conservante, ácido cítrico como
acidulante, vitaminas E, A y D, saborizantes de mantequilla y vainilla idénticos a los
naturales, antioxidantes BHT, secuestrante EDTA (me pregunto si de sabor, de aroma, de
paladar), y finalmente betacaroteno para darle un color idéntico al de la mantequilla natural
de antaño.
Fue triste descubrir que untaba plástico a mi pedacito de pan integral y no quiero ni
de riesgos averiguar de qué está hecho eso que luce como pan, por simple ENP (Estupor
Negacionista Protector). Quizá siempre lo había untado, no recuerdo haber untado
mantequilla de leche de vaca-vaca, pero por legislación, investigo inmediatamente después
de ver los compuestos de esta obra de ingeniería alimenticia, que había tragado a
manotadas casi toda mi vida, y veo que tenía que denominarse esparcible o mantequilla
según el porcentaje de contenido graso.
Según lo que dicen, el psicoterapeuta en psicoterapia representa los intereses de la
psique del individuo. Estuve en psicoterapia un par de años, y la mujer que me atendía,
representaba los intereses de mi psique en detrimento de mi economía post-crisis
hipotecaria, defendiendo unos principios sólidos, donde el conocimiento, vale como repos
tóxicos que sirven para insuflar la moral y la confianza inversionista. Era como si me
robara la billetera y luego me diera dinero para el taxi, cosa que literalmente sucedió dos
veces. Aprendí que el conjunto de procesos psicológicos como la atención, la memoria, la
motivación, el lenguaje y el pensamiento, hacen parte de lo que denominamos consciencia.
El proceso consciente, ponía a trabajar todos esos circuitos atendiendo estímulos,
recordando cosas, irrigando el flujo motivacional, representando y organizando, sin una
estructura idéntica, las ideas que ponían en funcionamiento mi comportamiento y la
conducta que transforma el aquí y el ahora; una expresión perceptible, una realidad
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LA PERSISTENCIA DEL VACÍO: LA LITERATURA COMO HERRAMIENTA COMPLEJA
pensada. Todas mis neurosis eran proyectadas, según ella, mediante intuiciones de un
futuro invisible e incierto por segundos o por años, nunca de forma infalible.
Cuando discutíamos con la terapeuta, y aquí aclaro que discutir con un terapeuta,
carga sobre su concepción, un espantoso sentimiento de inutilidad, prodigando una perdida
absoluta de energías en alguien que rehúsa entablar contigo un dialogo furioso pero
honesto. En esas discusiones sobre la veracidad de mi condición, ella me relató, indicando
que mi padecimiento también era somático y no congénito, el caso que atendió de una niña
que murió por una dermatitis severa que no correspondía a un cuadro clínico, y que era un
padecimiento completamente psicológico. La niña jugaba en la orilla del rio con una tía que
era prostituta, cosa que la madre de la niña reprochaba tajantemente. La madre, según me
explicaba la terapeuta en todo un arranque brioso de composiciones y argumentaciones, lo
desaprobaba de tal manera que depositó en la niña su propio deseo reprimido de rechazo
hacia su hermana, generando la dermatitis que salía —simbólicamente, claro está— de la
piel de la madre. La niña generó la dermatitis al contacto con el agua a la orilla del río, agua
contaminada por la demoledora figura materna.
Ser consciente de la irrelevancia de tu vida, te proporciona un peligroso analgésico
que con un gramo de más, te mata silenciosamente. Yo no produje solo un analgésico, sino
toda una fuerte morfina con mi melancolía y mi aburrimiento, que llegó a catalizar el elixir,
o mecanismo, tal vez, que permite traducir mi condición. Miraba impávido las escenas de
mi vida y podía flotar por las circunstancias, más no podía materializar mis deseos de
escape, por lo cual entré en una depresión severa que me condujo a psicoterapia.
Finalmente, logré la fórmula para formalizar el vacío y sin la ayuda de la terapeuta, para ser
cómplice sin estar inmerso. Ese fue el secreto que me impulsó a estudiar periodismo luego
de muchas carreras y oficios descartados para vivir, con mi particular condición. Pero esto
no fue un impedimento para seguirle delegando a las instituciones el monopolio del delito.
Seguía rezando, pagando impuestos, comiendo en cadenas de restaurantes, saludando a la
bandera y viendo a la gente delegar la educación de sus hijos a otros.
La arqueología del tiempo, una vez descubierto el elixir del vacío, es sencilla. Si el
vacío te oprime, si el tedio te consume, estás a un paso de ser otro monigote más. Por eso
necesitas destilar el elixir para vivir una vida a pedazos, huyéndole al tedio pero tendiendo
claro que nada satisfactorio dura lo suficiente. Absorbo lo concreto, teniendo perfecta
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LA PERSISTENCIA DEL VACÍO: LA LITERATURA COMO HERRAMIENTA COMPLEJA
claridad de la distancia necesaria con el mundo y sus límites. El contorno del mundo de las
cosas, se define con muros de cristal trasparente. La presencia vacía y silenciosa, esa
música monótona y sin continuidad, transita por ahí con una indiferencia anestesiada,
inyectada directo al cerebro.
En la gran sábana del universo, donde los giros y las circunvoluciones son relativos
a las peripecias y choques de las fuerzas gravitacionales colosales y caóticas, la
complejidad y el azar no son productos accidentales sino patrones inevitables. Los
esfuerzos por comprender y predecir el futuro, son innecesarios y necios como cuando se
quiere concretar un puñado de aire. Pero el conocimiento es necesario para aquellos que lo
consideran como una virtud cambiante, adictiva e inestable. Sentía esa necedad de conocer
también, cuando pasaba mi lengua por la regadera, dándome una comezón sin nombre ni
propósito en la punta que se irrigaba por la espina dorsal. Quería saber el nombre técnico
del fenómeno, su utilidad o saber si esa comezón era producto de uno de los tantos errores y
rastrojos de la evolución. No podía sostener la lengua bajo el chorro más de cuatro
segundos sin que comenzara a dar arcadas.
Siempre le decía a mi terapeuta que quería adelantarme en el tiempo, tanto, como
para llegar al fin del mundo. Constantemente tenía esa proyección metida en mi cabeza. Le
decía que me generaba una odiosa sensación pensar en prepararme para el fin; endeudarse,
derrochar dinero en hedonismos poliformes, salir y acaparar abarrotes, arrumar en
estanterías subterráneas bidones con gasolina, junto con latas de atún, baterías AAA y
botellas de agua. Prefería pensar en lo privilegiado que era por asistir al final de todo, con
tranquilidad, caminar con la cabeza en alto y lentamente, mientras el caos bordeaba mi
cuerpo. Prefería eso que levantarme en otra insatisfactoria mañana y encontrarme con que
todo sigue su rumbo. Discutía con la terapeuta, y luego de mucho tiempo, comprendí que
las discusiones no lo eran tanto; su presencia concretaba todas las ausencias y vacíos, su
influjo y la preocupación para con mis cuestionamientos era tan pobre, que al final terminé
yendo más por la comodidad del sofá y de la rutina. Le gritaba que ¿cuántas veces las
congregaciones han vaticinado el fin del mundo, y cuántas veces tendrán que vaticinarlo
más o sacar excusas como que el cielo y el infierno habitan entre nosotros o que el fin del
mundo es una progresión de minúsculos actos catastróficos, que sumados, constituirán un
futuro sombrío del cual ya aseguramos una butaca con una visual casi perfecta del
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LA PERSISTENCIA DEL VACÍO: LA LITERATURA COMO HERRAMIENTA COMPLEJA
espectáculo? ¿Para qué tanto drama por la depresión si no íbamos a disfrutar del resultado
de nuestras acciones? ¿Para qué vivir en el ahora cuando anhelaba el pasado y deseaba con
más rabia el futuro? Ya estoy poniendo otra vez la lengua debajo del agua, sabiendo que de
materializarse mi sueño, un par de periodistas estarían transmitiendo en vivo el fin de todo,
perdiendo inmediatamente toda la pureza y naturalidad del hecho.
Hace dos semanas, leí una crónica bastante honrosa sobre el etnocidio propiciado
por Julio César Arana hace cien años a la comunidad uitoto. Se estima que 80 mil indígenas
murieron ya sea de hambre, apaleados, quemados vivos o de cansancio todo para hacerle
frente a la vorágine de la industria cauchera. Durante 100 años, los uitoto rehusaron hablar
del tema hasta ahora, lo hicieron, según ellos, para ―abrir el canasto y dejar que la palabra
viva y se endulce con los enemigos‖. Me conmueve sobremanera el trabajo, es muy bien
logrado. Hablan de Roger Casaments y su Libro azul del Putumayo, obviamente también de
la excelente novela de José Eustasio Rivera. Recordé el tiempo que pasé hace unos años
cuando fui hasta La Chorrera y pude ver lo que los indígenas habían hecho con la Casa
Arana. La crónica trajo todo a mi mente. Me quedé dos semanas vagando por la selva,
tratando de formalizar una crónica que nunca concreté y luchando contra los mosquitos. Me
atoraba por la saliva, sentado en una hamaca, con la humedad fastidiando los nervios, y el
aliento intoxicando las paredes que se cubrían de moho, lenta pero ininterrumpidamente.
Fui al colegio de La Chorrera y participé en unas clases con unos niños apacibles. Había
polvo y humedad pero era agradable estar ahí. Pensé sobre ese viejo mito de que los pájaros
no volaban por encima de la Casa Arana como pasaba en Auszchwitz pero no parecería que
hubiera pasado nada, ni los fantasmas ni los ecos anidaban por el tiempo y eso se veía en
los ojos de los niños y de los pobladores, unos ojos limpios que por más que hurgaras en
ellos, no ibas a encontrar nada de lo que había pasado hacia un breve periodo de tiempo.
Disfruté mi estancia pero no volvería otra vez. El tema me desbordó y de la experiencia no
saque ni un texto, que me habría gustado claro, limpio y coherente. La crónica que leí debía
producirme envidia, pero fue tranquilizador encontrar a alguien que pudiera hacer mi
trabajo con verdadero profesionalismo.
Ese único y gran verso, que contiene todos los versos conocidos y sin conocer, vivía
también ahí en La Chorrera. Todo estaba contenido en la palabra (esto era lo único que
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LA PERSISTENCIA DEL VACÍO: LA LITERATURA COMO HERRAMIENTA COMPLEJA
pude sacar en limpio de mi psicoterapia, el único punto de convergencia transparente que
unió mis horizontes con los suyos) y es tan abstracto, que esa palabra convive tanto acá en
este café al otro lado de mi hogar, como también en el viento, en el sonido de los grillos en
una noche calurosa en esa hacienda apartada que lo cubría todo.
La terapeuta me decía que la selección de estímulos, y el olvido de los mismos,
protegen la consciencia de aquellos eventos traumáticos. Que era importante que olvidara.
Revaluó con esta crónica lo que me decía la terapeuta sobre la necesidad del olvido dentro
de la historia y de mi vida. El olvido alivia el dolor, me decía, bloquea la consciencia de las
tragedias. En ese momento fue que lo comprendí. Los uitoto endulzaban la palabra pero la
vestían con olvido. En La Chorrera el olvido hacía que los pájaros volaran. Los nombres y
significados se perdían y eran reemplazados paulatinamente por otros. La cauchera ahora es
un colegio y en un futuro será escombros que filtran hierba y sepultan sangre. Los grandes
se mantienen por más tiempo pero la consciencia de los días, envueltos en significados
corrientes, olvida por igual lo necesario y lo importante. Los turcos eliminaron a los
armenios, los peruanos a los uitoto, los tutsis se eliminan con los hutus, a los judíos todos
los quieren eliminar y ellos eliminan a los palestinos y algo eliminará más adelante ese
sentimiento de pesadumbre y asco y legitimará definitivamente las vías de hecho,
colándose por los intersticios de la justicia y la ética, como aquello constitutivo de la
historia humana que se reencaucha con cada masacre.
Durante cinco mil años quedó demostrado que el recuerdo es inútil, y el olvido, se
actualiza como el lenguaje con cada tragedia que renueva los significados, que marca y teje
una formula aritmética que descubre cómo el futuro peligra con la existencia misma. Todo
es un modelo a escala que se extiende entre dos postes invisibles dentro de un tiempo finito.
Le daba cuerda al olvido, al mío propio, la consciencia del olvido tenía un trasfondo como
un pronóstico del tiempo: nada concreto.
Busco en la tableta la crónica de la Casa Arana pero debí borrarla. No recuerdo el
titulo exacto, quiero pegarle una ojeada pero rápidamente me canso y no la busco más. Veo
por todas partes en la pantalla páginas emergentes, pop-ups, spam, escucho cada segundo
notificaciones de mensajes y mensajes, tweets e información sobre promociones y
propagandas que regalan bonos de adelgazamiento que rebasan mi capacidad perceptual;
programas espía que el navegador lucha por contener sin éxito. Veo entre todo eso la
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LA PERSISTENCIA DEL VACÍO: LA LITERATURA COMO HERRAMIENTA COMPLEJA
comercialización de la originalidad y el ser único. El precio de los objetos y las prendas es
más alto pero la insatisfacción después es la misma. Cuando veo a un tipo vender 4000
afiches de la misma obra pero rociados individualmente con pintura de vinilo de una brocha
para hacerlos ―únicos‖, o unos jeanes rotos a mano, o una manzana mordida en el respaldo
de un aparato y los ríos de personas que acampan afuera de una tienda para adquirirlo en
preventa, tenerlo en ―exclusiva‖, como si el mismo Isaac Newton fuera a hincar sus
molares sobre el comprador volviéndolo más inteligente, no veo más que un fin de
policarbonato cromado de colores brillantes, 10 pulgadas y 14 gigas más cerca. No es más
que eso.
La presentadora del noticiero que hablaba por la pantalla de la exposición del tipo y
de cómo entregó 4000 afiches con 45 por ciento de descuento a las primeras cuatro mil
personas que entraron a la galería, hablaba como si su laringe quisiera salir corriendo y sus
dientes lucharan por contenerla. Abría más la boca y acentuaba las vocales corrigiendo las
viejas imperfecciones de su antiguo español andaluz. Tomaba mal aire, se asfixiaba con las
palabras, porque todo carburaba de manera inadecuada en su garganta y sólo su cabello
rubio y su altura, atenuaba la desesperación por verla luchar con el habla. La presentadora
era otra de las que se tomaba personalmente los realities, deploraba a la arpía y simpatizaba
con el débil de la casa estudio, pero se untaba una gruesa capa de filtro bloqueador UV 60
con vitamina E y aloe vera para protegerse de los peligrosos rayos de las reformas
tributarias, las guerras, los abismos sociales, las ampliaciones de los fueros militares, la
crisis de las basuras y sobre todo, la falta de cobertura en salud.
La presentadora sigue luchando contra su boca para dar la noticia de la importación
de armas automáticas desde un país del norte hacia el sur del continente, e inmediatamente
la noticia del regreso a clase de los niños sobrevivientes de una de las típicas masacres con
sello de la Asociación Nacional del Rifle. Con exclamaciones sordas, escuchaba el lenguaje
de la evidencia, mientras una corriente de viento refrescaba mi cara.
Entre el acero y la memoria, se va creando en el país un espacio gigante que
aumenta el desempleo y la inequidad. Pese a eso, la presentadora, su afasia, su anomia, los
días y las noticias resultaban estimulantes. De derrota en derrota los años se van volviendo
lánguidos, con una vida que se vive al corte del crepúsculo. Se habitúa con cortesía la
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LA PERSISTENCIA DEL VACÍO: LA LITERATURA COMO HERRAMIENTA COMPLEJA
angustia con una melodía de violonchelos de fondo que endurece la costra que recubre los
corazones y refuerza la satanización de los males que intoxican el espíritu de producción.
Todo ahora es más fácil pero no alcanza el tiempo para hacer todo eso tan fácil. Con
el formalismo del lenguaje de los perdedores, con saldos y nuevas colecciones, con comida
congelada, sopas en polvo, salsas y aderezos embotellados, con bailes de descuentos y
cifras astronómicas por prendas de baja calidad coronadas con etiquetas y bolsas de compra
de lujo, ya no queda tiempo, solo un puñado de soledades arrinconadas que se archivan por
orden alfabético.
He notado como ahora las personas se estratifican por las características de su
tarjeta de crédito. Saco mi billetera y pongo las tarjetas de crédito sobre la mesa para
constatar mi estatus de manera indigna y carente de sentido. Tengo 3 tarjetas, todas
mediocres a la hora de acceder a los mejores puestos de espectáculos: Premium, platinum,
gold, black grey, grey-black, blue… con su respectivas combinaciones Visa, MasterCard,
American… Estoy en el quinto grupo de turnos para poder acceder al concierto de un
famoso guitarrista que viene para acá dentro de un mes. Necesito digitar el número de la
tarjeta y la fecha de caducidad para acceder a otro trimestre del canal de videos y películas,
cuya subscripción vence en diez días pero que tiene un 20 por ciento de descuento por
presubscripción. Tenemos una capacidad asombrosa de diversificar las formas de
estratificación y exclusión. Un plástico cuadrado ahora dictamina qué tan cerca ves a tu
estrella favorita. Yo las veo de lejos, por canales de videos, de vez en cuando en gramilla
lejana, pero estoy feliz por no tener que pagar una comida a 48 meses como una sumatoria
de vacíos inmerecidos e infinitos.
4. El aroma del vacío
La revista de moda Goebbels, de circulación netamente virtual de ―filosofía y
variedades‖, es una publicación mediocre de acceso global, pero de desconocimiento
mundial, y ahí es donde trabajo ahora. El editor en jefe, me ha encargado un artículo en el
que realice una reflexión sobre la apatía que supone llegar a los cuarenta años de edad, con
una selección sesuda y especifica de datos, que construyan una idea, y posiblemente, una
certeza. La creación de verdades es tarea de los grandes peces, por eso cuando me hicieron
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LA PERSISTENCIA DEL VACÍO: LA LITERATURA COMO HERRAMIENTA COMPLEJA
la propuesta sólo hablaron de ideas, y máxime, una o dos certezas biográficas de grandes
hombres que han llegado a los cuarenta años y las crisis relacionadas con esto: crisis
familiares, crisis económicas por compras compulsivas, crisis políticas y morales.
El
artículo lo dividirán en tres partes que saldrán en tres ediciones diferentes. El día de entrega
es el día en que cumplo años. ¿Por qué? Ellos creen que una persona al borde de los 40
años, que no ha escrito nada que valga la pena, ni ha ganado un premio importante, es un
tipo en crisis, un tipo que perfectamente puede dar cuenta del vacío, un suicida potencial.
Quisiera desmentir eso pero tengo que verme como un tipo al borde de un ataque de
nervios, que busca en personajes históricos la misma crisis para atraer lectores. Esa fue la
frase entre comillas que escribió el editor junto con la propuesta. Él no sabe algo que yo sí
sé, es más, aparte de mí, del escritor-periodista-autor, de mi psicoterapeuta que a la larga
nunca me creyó, nadie más sabe. Me propusieron hacer esto o criar un cerdo para luego de
cinco meses decidir si comérmelo o no, una reconstrucción facial completa, implantes
mamarios o una estancia de dos semanas en una de las peores cloacas pestilentes de una
ciudad metropolitana cualquiera. Finalmente escogí hacer una reflexión sobre la apatía y el
vacío de la llegada a los cuarenta (popularizados como los nuevos veinte) tanto mía como
de personajes importantes y gente del común, y delegaron la cría del cerdo a un poeta
nadaísta, los implantes mamarios a una periodista y cuentista de medio pelo y las otras dos
a un artista plástico y a un protagonista de novela. Los de la revista, a su juicio, dividirán el
artículo como mejor les plazca.
La revista Goebbels, es una publicación patrocinada por consorcios que promueven
la gastronomía gourmet y empresas privadas con inversiones, sobre todo, en inmuebles y
minería. Se destaca por la publicidad política pagada, pautas en la portada con mujeres
desnudas en fotos ―artísticas‖ que recién se hacen un nombre en la farándula, todo en
función de un producto y un consumo variopinto. Nada es que haya cambiado realmente
desde que se extinguió el papel y la tinta. Fue un cambio estructural mas no de contenido.
Algunos arquitectos de la nostalgia, imprimen en papel todavía unas publicaciones muy
bonitas y muy bien logradas en pequeños talleres a precios exagerados. El espíritu de
Goebbels es que la necesidad de información instantánea habita en nosotros en forma de
sogas inmateriales que se extienden por el mundo y nos eximen de la libre voluntad,
alentando una reacción efímera que sólo será opacada por la siguiente. Ese
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LA PERSISTENCIA DEL VACÍO: LA LITERATURA COMO HERRAMIENTA COMPLEJA
acostumbramiento a la fachada, esa etapa de cancelaciones y licuefacciones, de privilegios
por lo urgente, hacía de mi texto y de la petición del comité editorial de la revista, una
especie de quimera. Querían algo no muy extenso.
No han acudido a préstamos y la revista cada día pauta con más universidades e
institutos que recién están obteniendo sus registros calificados. Se ayudan también con
talleres, charlas y conferencias en universidades y en ruedas de negocios, para replicar el
modelo virtual. El modelo comercial aún no está inventado ni es definitivo, y por lo pronto,
siguen apareciendo flyers y recuadros animados promocionando todo lo anterior con chicas
en videos cíclicos saludando a la cámara, exhibiendo una despreocupación y un optimismo
falso pero saludable.
En el silencio de la información periodística, la materia más consistente es el
mercado. No busco profundidad ni opinión, busco adeptos que inscriban su devoción en el
tiempo.
Mi deseo por escapar de aquella horrible oficina allá en mi país, se hizo carne
cuando logré escapar del tiempo mismo, pero ahora soy esclavo del entretenimiento, de la
búsqueda infructuosa de lo efímero, empobreciendo la lengua, manipulando la opinión que
está cooptada por el mercado y las ganancias, por las vanidades endémicas de los enfoques
periodísticos dudosos y caprichosos. Me regodeo en lo banal, satisfecho por sentirme libre
a pedazos, porque la jaula ensanchó pero con la quietud de lo mortal.
La construcción del artículo, a través del intercambio dialógico entre lector y el
escritor-sujeto-que-padece-la-extraña-condición-de-saltar-por-el-tiempo,
generarán
un
regusto de sacarina en la boca. Con el fin de aportar en el conocimiento del autor, o sea yo,
por parte del lector, se verá primero un recorrido general por mi historia; cómo de niño, el
autor, saltaba por el tiempo, no se tomaba la sopa tomándosela, no sentía dolor, sintiéndolo,
y todo alejado de la desembocadura específicamente irracional, que reelabora la realidad
discursiva, es decir, esa, mi propia vida que no vivo. Realmente nunca salté por el tiempo
sino hasta cuando comencé a trabajar, pero es importante para el público leer que fue desde
la infancia misma. Es necesario para el lector solidificar los conceptos con dosis abundantes
de tiempo. Durante una infinidad de comidas y encuentros familiares, todos ellos
protocolarios y aburridos, con sonrisas falsas y discusiones acaloradas pero superficiales
sobre política y derechos inclusivos, el autor comenzó a maquinar grandes escapes, todos
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LA PERSISTENCIA DEL VACÍO: LA LITERATURA COMO HERRAMIENTA COMPLEJA
ellos groseros fracasos que devenían en miradas asesinas y rubores sin control. El secreto,
pensaba, no era encontrar algo que me gustara. Conociendo los avatares y variables, y sobre
todo la imposibilidad científicamente comprobada de hallar aquello que me gustara
realmente, sólo por el hecho de cargar esta terrible condición humana acuestas y compartir
oxígeno y tierra con otros seres sujetos a las mismas condiciones, resultaba imposible para
mí tener una vocación verdaderamente constante y longitudinal enfocada únicamente a la
paz y la tranquilidad. La cuestión radicaba, entonces, simplemente en saltar aquello
desagradable, poder suprimir esa interminable fila de acontecimientos mecánicamente
insatisfactorios, pero pasándolos realmente, encontrando, con las correlaciones adecuadas y
la geometría correcta, la ecuación que respondía a la pregunta de cómo se puede vivir la
vida sin vivirla, cómo satisfacer las obligaciones sin el gasto de energía necesario para ello
y al final salir airoso.
Es en este sentido, pesquisas y documentos que recuperen las diversas facetas de mi
vida son necesarios. Registro civil, foto de 3x4, fotos casuales con juguetes y familiares,
certificados de matrimonio y si es necesario de defunción, certificados de divorcio, que
comprueben que este don nadie sí es un don nadie pero que también existe. Envío un correo
a casa pidiendo un par de fotos de cuando era niño e información que a priori a ellos, los
gestores de mi apellido y mi progenie, les pudiera parecer relevante sobre mi propia vida.
Es importante decir quién soy, qué hago y para dónde voy, luego conectar esto con
testimonios de otras personas que cumplieron cuarenta años y entraron en crisis para hacer
paralelismos y presentar una reflexión ―filosófica de variedades‖ sobre el vacío y la apatía.
Esa forma de difusión de cifras e investigaciones, tan pero tan común en el periodismo, es
totalmente necesaria en el texto con las características falsamente inverosímiles que estoy
construyendo. Las investigaciones periodísticas terminan siendo productos endogámicos
que se citan a sí mismos, engendrando artículos discapacitados, rigurosamente científicos;
territorios infértiles para la creatividad y la imaginación. Pero poner algo así como que se
ha demostrado que el 0,000000…1 por ciento de la población salta en el tiempo, o el
99,99999…9 porciento de la población desconoce lo anterior y no puede saltar en el
tiempo; que según estudios científicos de (colocar una universidad desconocida o de medio
pelo), (colocar año) demostraron que sólo una persona puede saltar por el tiempo, son
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LA PERSISTENCIA DEL VACÍO: LA LITERATURA COMO HERRAMIENTA COMPLEJA
odiosamente vitales para la fundamentación y la credibilidad del texto. ¿De qué otra manera
justificar y darles valor a las ideas risibles?
La pregunta tiene grasa y almidón igual que la de ¿cómo atestiguar los saltos del
tiempo para evitar el tedio y no porque la idea sea descabellada, siendo que el tiempo cada
vez se aferra más al vacío y nada dura lo que debería; nada vale ni demora lo suficiente?
¿Qué necesidad tengo de hacer un texto sobre mi condición?
Mi primer trabajo, para ganar experiencia, fue en un canal de televisión local de
corte cristiano. Había pasado por un doloroso proceso de pérdida de fe gracias al inestable
sistema laboral y las pocas oportunidades a la nueva sangre profesional. Fui ateo, luego
laico, creí un poco después en las frases motivacionales y en la autoayuda, y en ese
momento, pasaba por la disyuntiva de ser agnóstico o un consumado capitalista neoliberal,
cuando recibí la llamada milagrosa, luego de ocho meses de impaciente espera, para
trabajar en el canal cristiano. Libre de toda atadura por la cruz y el perdón de mis pecados,
pero con deudas por pagar de mis préstamos estudiantiles, dejé entrar a un cristo falso en
mi corazón. Actualmente creo en mí mismo y soy narcisista.
Tenía que conseguir personas para entrevistar sobre temas de actualidad, hacer un
sondeo general y construir las preguntas para entrevistas de veinte minutos. Llamaba a un
par de ONG y a universidades promedio, para que me facilitaran personas con un perfil tal
que pudieran responder preguntas fáciles y lineales sobre cualquier cosa, algo coherentes,
no muy coherentes ya que el presupuesto era mínimo y los entrevistados tenían que costear
su propio parqueadero, su propia agua embotellada y casi hasta su propio maquillaje. Cada
semana rotábamos temas pero se resumían en cinco particulares: bullying, prevención de
consumo de sustancias, tópicos para el fortalecimiento de la unidad familiar, pedofilia y
fiestas paganas donde disfrazarse o darse regalos unos a los otros, se ilustra lo dicho en el
Salmo 106: 37 y 38 “37 Sacrificaron a sus hijos y a sus hijas a los demonios, 38 y
derramaron sangre inocente, la sangre de sus hijos y de sus hijas, a quienes sacrificaron a
los ídolos de Canaán, y la tierra fue contaminada con sangre”. Todos rotaban de manera
secuencial con una falsa aleatoriedad. Para las fiestas paganas el director del canal de
manera fagocitosa, trajo sus propios expertos para eliminar el tejido muerto de la
simbología Halloween, y por ende, no tuve que hacer nada aparte de llevar los tintos a los
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LA PERSISTENCIA DEL VACÍO: LA LITERATURA COMO HERRAMIENTA COMPLEJA
invitados. Para bullying, también llamado matoneo, conseguí a un profesor de psicología de
la cátedra de Desarrollo humano de una universidad que quedaba empotrada en los cerros.
Aceptó ir al canal porque también era cristiano y porque la decana de la facultad lo
persuadía con más asesorías de investigaciones y horas administrativas, o la carta de
despido (condición inefable de insignificancia laboral) si no se presentaba en el programa.
En las tres entrevistas que le realizó nuestro director general, accionista mayoritario, locutor
(el canal también contaba con una cabina de radio que trasmitía en AM en directo y en FM
en diferido los domingos a las 3 de la mañana) y presentador oficial, sus respuestas
versaron sobre los mismos ejes temáticos y las mismas, casi calcadas, estrategias de
afrontamiento de la problemática, con unos casi copiados indicadores de riesgo y unos, no
menos calcados, factores detonantes y desencadenantes. Al comparar esto con las grandes
cadenas de televisión, la situación no era que cambiará mucho en las secciones de salud,
educación, medio ambiente y vivir bien. Ponían a recitar a un tipo, (profesional y experto
en el área) el guión teledirigido de las respuestas rápidas pero útiles, con lenguaje sencillo y
la miel en los labios, a unos preocupados y ávidos televidentes, que se permitían de vez en
cuando, preguntar directamente al experto, aparentemente saltando el implacable filtro del
canal, matizando con adjetivos, adverbios y verbos, como con la ayuda de mi dios, dios
permita, seguramente con el favor de dios, con la bendición de dios, cuestionamientos
precisos en primera persona que cosechan verdades y alivios.
Trabajé seis meses en el canal. Aprendí mucho. Diseñé un protocolo de entrevista
que proponía sencillos pasos, que iban desde la importancia en la escogencia del
entrevistado, la proporción de preguntas lineales que siempre tenían que sobrepasar en
porcentaje las preguntas reflexivas y proyectivas. Estas últimas no podían ser más de dos
para concluir con el encuentro, y al final, dejar en punta, con la posibilidad de trabajar el
tema en una próxima oportunidad, hipotecando así el conocimiento en cómodas cuotas a
plazos razonables. Partía de una premisa fundamental: si en una sala llena de personas, en
la mitad del espectro entre un Nobel y alguien con aneurisma cerebral, sin contacto con
internet, les preguntáramos por los nombres de Jonas E. Salk y por Lady Gaga, la mayoría
daría cuenta de la segunda, ignorando que el primero hizo que viviéramos sin preocuparnos
por la polio. A sabiendas de esto, podemos entender también los mecanismos del poder que
ya no residen en el conocimiento sino en la visibilidad. Es la prueba más sólida de la
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LA PERSISTENCIA DEL VACÍO: LA LITERATURA COMO HERRAMIENTA COMPLEJA
existencia del vacío, absolutamente necesaria para darle consistencia y remembranza a las
ideas que se quieren injertar en el cuero cabelludo del público. Por eso, muchos de los
pasajes de mi artículo flotarán en ese abismo del vacío de una escritura en apariencia hueca
y sin sentido que desafía el status quo de la coherencia y de la relevancia, pero a medida
que uno se vaya adentrando en la lógica propia del artículo, la coherencia y el sentido
emergerán como el agua a presión. El escritor-autor creará un texto intimista, dándose el
permiso de recrear y transformar pasajes de la vida y del subconsciente de personas con
crisis de los cuarenta. El amable texto, invitará a la reflexión en el vacío, en la cotidianidad,
rescatando con complejidad, la simpleza del periodismo y la escritura.
En el texto plantearé un par de entrevistas, quizá una consigo mismo, es decir
conmigo mismo, hecha con cierto desparpajo, poco rigor academicista, ejemplificando el
carácter de su historia como periodista, como hombre ad portas de los cuarenta, en crisis, e
introduciendo al lector, sin ser facilista ni condescendiente, dentro de una escritura rica,
compleja y representativa, que pudiera ser pertinente para ser tenida en cuenta y alabada en
el contexto periodístico mundial.
5. El aliento del vacío
A diferencia de hoy, ayer tomé el metro luego de un paseo de cuatro horas
caminando por la ciudad para volver al hotel. El clima estaba más fresco y conjuraba una
deliciosa vacuidad.
Un hombre arremetía con su celular a algo que no se veía bien. Veía desde mi
posición al hombre sentado, y los movimientos oscilantes y constantes de su brazo,
subiendo y bajando con el celular en la mano seguido por un golpe seco. Me empiné un
poco para chismosear el objeto que recibía la ira del hombre y vi con sorpresa y nostalgia,
una granadilla y el sonido se me antojó hermoso. La gruesa costra de la granadilla,
sucumbía al constante afán del hombre y delicadas grietas se iban dibujando, pero sus
golpes no eran efectivos, eran amortiguados por su misma mano. Lo sabía, no eran como
los que yo hacía allá lejos en mi casa, con el borde de una cuchara, con simplicidad pero
sin melodramas, y pensaba con tristeza que por más de que adelantara el tiempo, no tendría
la certeza de volver a comer una granadilla.
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LA PERSISTENCIA DEL VACÍO: LA LITERATURA COMO HERRAMIENTA COMPLEJA
En la segunda estación que paraba, viendo a la gente agolpándose, yendo y
viniendo, respiré hondo y disminuí la marcha. Si haces eso en el momento preciso,
encuentras un instante profano y sublime donde te das cuenta, como si desde una galaxia
lejana lograras divisar la tierra en tiempo real, como un punto lumínico en el firmamento
idéntico a millones, que nada, en verdad nada, vale la pena. Eso pasaba mucho cuando
andaba con la depresión alborotada. Ahora soy feliz y sonrío, pero es casi un axioma la
forma como puedes lograr con estilo que nada te importe sin paroxismos, ni odios
esperanzados.
Iba por la tercera estación y una chica entró y se hizo cerca a la puerta corrediza.
Apenas asomó me dio de lleno su aliento a Vodka. Su cabello ostentaba un capul cepillado
a ras que cubría sus cejas. Era alta, blanca al límite y su piel, hacía juego con la piel morena
y dulce de las demás chicas del metro. Me recordó un Fa'afafine, uno de esos travestí de
Samoa. Venia de hacer deporte, su sudadera Puma acariciaba con firmeza su esbelta figura.
Llevaba su Iphone Z B E, tarareaba una canción de Daft Punk que tronaba a todo volumen
por sus audífonos y que reconocí perfectamente. Venía leyendo en mi teléfono algo sobre la
amnesia global transitoria causada por los orgasmos, una especie de esfuerzo para vindicar
el error corporal en la toma de decisiones analfabetas, cuando de elección de pareja sexual
se trata. La amnesia orgásmica podía durar, o bien 20 minutos, o 20 horas. Quería escribir
algo sobre eso, como para ganar una mención de honor en un concurso patrocinado por una
caja de compensación, o para publicarlo en una revista para hombres de nivel mundial que
fuera toda una quimera en una publicación que aún no había dado muerte al papel, pero
necesitaba algo que durara más de los 20 segundos que duraría la recordación de la notica.
Preferí seguir observando a la chica deportista alcoholizada. Su dulce aliento era
intoxicante, como si abrazara un complot. Trató de disimularlo con una menta pero dio dos
bocanadas más a su termo trasparente. Cantaba más duro, se aislaba del mundo con
decisión y constancia. No advirtió el bordillo imperfecto de la salida de la estación y dio de
lleno con una columna que la recibió y la dejó inconsciente. Sus gafas Ray Ban, de marco
amarillo y vetas como de madera rustica, seguían intactas sobre su rostro impasible que
reposaba en el suelo. Su nariz afilada y lechosa, estuvo estática unos segundos. La chica,
poco a poco despertó y pude pasarla por encima, cuando ya las personas que la rodeaban
comenzaron a dispersarse.
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LA PERSISTENCIA DEL VACÍO: LA LITERATURA COMO HERRAMIENTA COMPLEJA
Por el accidente de la chica, me bajé una estación antes y aproveché para caminar un
poco. Observé los edificios que rodeaban una plaza pública llena de viejos pensionados de
temperamento diabólico, necios y satisfechos, con una vida laboral ya dejada atrás con
decoro, cuyas personalidades con la indolencia con la que iba, resultaban imposibles de
descifrar. En un edificio esquinero en un segundo piso, y con la intensión de perderse, de
integrarse como un objeto de deseo total, una pareja desarrollaba un performance desde el
ventanal de su casa. La mujer hacía gestos y gemía de manera inaudible para el público
compuesto por ocho personas que estaba en el primer piso, tratando de significar el
performance. Se quitaban y ponían, mientras el tipo la penetraba por detrás, máscaras,
pelucas y sombreros cada minuto. Comían helado, llegaban domicilios de comida chatarra
que una asistente se encargaba de recoger y entregar a ellos, mientras el hombre durante
horas, sostenía una prodigiosa erección (supe que eran horas ya que un entusiasta
transeúnte-espectador llevaba ahí más de 3 horas). Estuve quince minutos comiendo unas
fresas con crema que un vendedor ambulante vendía. En los miles de años transcurridos
desde que íbamos por ahí apareándonos y comiendo animales, y los importantes cambios
morfológicos y sociales que sucedieron para poder presenciar algo como esto, es cuando
somos conscientes de los elementos originales y básicos, que mutaron y dejaron de saciar
una ya insaciable voracidad, ahora marca registrada de la filogenia.
Volteé a mirar y un hombre orinaba una pared grafiteada con un pintado feminista
que exaltaba el poder de la mujer. Comiendo mis fresas, chupando la coyuntura de mis
dedos corazón y anular de crema escapada, traté de imaginar que como el performance de
la pareja, había si no un frontal ataque de significados, por lo menos sí una tibia afrenta
contra el poder femenino. La gente venía a cuenta gotas y así se iba mientras la pareja
seguía con su maratónica jornada sexual. La mujer ahora tenía una diadema como de
presentador deportivo de la televisión pero aunque trataba de narrar el partido, el placer no
la dejaba. El hombre sudaba copiosamente con un afro coronado por una peineta rosada,
pero no se cansaba de mirar la raíz de su miembro saliendo y entrando miles de veces en la
mujer.
Saqué mi teléfono para actualizar las noticias de los últimos veinte minutos y una
mujer, en uno de los países del mediterráneo que recién se inauguraba en la crisis
económica, despedida de su empresa de comercio de bienes inmobiliarios, amenazaba con
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LA PERSISTENCIA DEL VACÍO: LA LITERATURA COMO HERRAMIENTA COMPLEJA
quitarse su vida desde el balcón de su otrora oficina, todo por las medidas austeras de
recortes que ordenó el país dominante, amparado por la unión de países vecinos para una
fuerte inyección de capital, y salvar así, al país de la mujer suicida. Era reconfortante para
mí, en una época de entropía ininterrumpida, de crisis constantes y frágiles estabilidades,
ver preocupaciones por temas monetarios y por la caída en los mercados. Aún algo nos
anclaba a algo.
Motivado por la fresca brisa de la preocupación monetaria, ingresé las contraseñas
respectivas y constaté que mi fondo de pensiones voluntarias había subido un 2% más
desde la última vez que lo vi. Transferí unos fondos entre los varios tipos de modalidades
para la gestión de mis recursos, encomendando la gestión a un grupo de especialistas que
ajustan la distribución de mis inversiones dentro del perfil del portafolio inversor que he
seleccionado. Porcentualmente hablando, repartí en los de menor riesgo una mayor
cantidad de dinero, y dejé el portafolio riesgoso con una menor cantidad, (les delego la
potestad a los del fondo que manejen mi dinero como a bien les parezca, y soy tan
consciente de ello que ya armé el argumento, sólido por demás, para exonerarlos de toda
responsabilidad y no reclamarles por mi dinero cuando la bolsa se desplome nuevamente).
El índice de suicidios era un activo en crecimiento en esta parte del mundo por el
detrimento patrimonial, económico y moral. Parecía una página de historia, un mito de mal
gusto, rememorar esa época donde la gente se mataba por ser homosexual o porque alguien
más lo era. El acto renueva sus actores, y ciertamente me satisface sentir mi circuito
límbico, especialmente el tracto mamilotalámico, asociado al placer, bombardear
endorfinas; sentir cómo me contamino de autosatisfacción al ver a otro luchar y dar la vida
por algo completamente inútil.
Saber eso me esgrimía de esa tentadora e inútil idea de cerrar los ojos y adelantar el
tiempo hasta que nada de esto ocurriera, porque llegaría hasta la nada misma, y aún es muy
temprano para estar ahí. El vacío, ese elemento original, madre de todas las cosas, me
permitía empapar mis propios delirios periodísticos y drenar la fiebre por la inquietud
noticiosa.
Era tarde cuando llegué del paseo de ayer. Tenía sueño y quería comer algo. Pensé
llamar y pedir algo ligero para comer, una cerveza, o simplemente quedarme dormido. No
quería esperar. Cerré los ojos y ya estaba dentro de la cama. Tomé el mando electrónico,
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LA PERSISTENCIA DEL VACÍO: LA LITERATURA COMO HERRAMIENTA COMPLEJA
bajé las luces y puse algo de música esperando que el sueño llegara como siempre. La
ventana del balcón estaba abierta y el viento mecía las cortinas refrescando la ola de calor
dentro de la habitación. Cerré los ojos y no pensé en adelantar el tiempo más. Mañana sería
otro día... otros odios.
Encandilado por la luz de la tarde, comprendo algo más del día que trascurre, de la
larga jornada del día de ayer y todas las anteriores; no del devenir ni de la forma del saltar
de mis días, eso aún está vedado de la belleza colectiva de lo sabido. Voy entendiendo una
porción del significado de levantarme este día y hacer algo específico, y disfrutar sin
escapar, de algo aún sin revelar.
Allá en mi país guardaba de niño, en frascos de conservas, cientos de recortes de
periódico. Rasgaba o cortaba con tijeras partes de noticias, anticipándome por años a la
micronaturaleza de la información actual. Los iba apilando en un anaquel que un buen día
sucumbió por el peso. Fue quizá mi primer acercamiento al periodismo. Quedaron unos
pocos frascos intactos pero la mayoría se rompió.
Tengo la idea de explicar el origen del universo con un pedazo de queso fresco que
está pudriéndose en la acera enfrente del café y que nadie recoge, mediante una sucesión de
azares y desvelos podría estirar mi pie y aplastar el queso para ver día tras día lo que sucede
sin pestañear. La idea surge de ver al queso y de ver el titular de la noticia de una terapia
con base en manotazos a los pechos para hacerlos más grandes. Otra perla noticiosa que
jamás va a tener un desarrollo más profundo.
6.
El olor en el avión era violento, penetrante pero familiar y nostálgico. Me
transportaba a los callejones donde acompañaba a mi mamá al trabajo. Trabajaba en un
lugar viejo, una bodega adaptada de los años veinte, que distribuía productos de limpieza.
El lugar era hostil y sucio, bordeado por un cinturón de miseria, lleno de indigentes con
costales al hombro, obnubilados por sustancias baratas. El olor me llego como una ráfaga.
La distinción con el olor del mundo real, ahí en el avión, perdió sus contornos. Sin rigor,
sin estructuras ni medidas, el olor y la náusea invadía las condiciones iniciales de bienestar.
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LA PERSISTENCIA DEL VACÍO: LA LITERATURA COMO HERRAMIENTA COMPLEJA
El 2 de enero de este año, con la noticia de cinco minutos sobre las cejas y la
importancia para perfilar los rasgos del rostro y hacer a las mujeres más bellas, seguida de
la noticia de la propia presentadora de farándula, comentando su penosa situación que
calzaba talla 41 y se le dificultaba conseguir zapatos para su próximo matrimonio, perdí
definitivamente los últimos vestigios de credibilidad y respeto por las noticias de la noche.
Esa noticia, me hizo hacer el balance de todo lo ocurrido el año anterior. La fractura
se dio exactamente al aparecer en el avión que me trasportaría a mi lugar actual. Sentí la
batalla por justificar la verdadera importancia del paso de 365 días, de los sucesos que dan
valía al hecho de continuar vivo, la necesidad de contar las razones que acompañaron la
decisión de dar testimonio de mi condición. Bajo un cielo de atardecer color aguamarina,
mostrando bajo las nubes el vacío del vacío, comencé ascender y a recordar lo más
importante en materia de noticias personales y mundiales. Con una hermosa ignorancia,
comencé por el balance particular de mi primera visita al médico luego de tres años:
conjuntivitis; algo de fiebre; dolor de garganta; tres días sin poder dormir; congestión
global; compañera sentimental de ese entonces trasnochada pero comprensiva; visita a dos
hospitales que rechazaron brindarme el servicio ya que no tenían convenio con mi entidad
prestadora de salud; enfermera haciendo triage y ayudándome exagerando síntomas (a mi
humilde parecer ya graves) por una denotada y lastimera simpatía para poder pasar como
urgencia. Doctora bonita e indiferente que como un coitus interruptus, frustraba mis
intentos por terminar de contestar su pregunta cuando ya estaba propinando la siguiente, lo
que disparó aún más la nostalgia por aquellos doctores de antaño, casi milenarios, que
solían mirarte a los ojos y tratarte como persona. Bajada de pantalón, calzoncillo roto,
puñalada en el culo por parte de enfermero gorila, que sin escrúpulos y con arrebato, quizá
descaro,
osaba
llamar
inyección.
Tres
tipos
de
medicamentos
(difenhidraminacloronoseque... diclofenalco, DexametalgoAscorbico, Naxoproxeno); grata
sorpresa por el no cobro de mi aventura de 3 horas, tampoco por mis medicamentos;
sensación de bienestar combinada con persistente dolor en el culo producto de delicadeza
del gorila. Fin de la historia y comienzo oficial de año. Paradójicamente, casi un año
después, vuelvo a estar enfermo, síntoma de que la enfermedad tiene que acompañar los
cambios o fusionarse simbólicamente con los ciclos, los cierres y las suplantaciones.
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LA PERSISTENCIA DEL VACÍO: LA LITERATURA COMO HERRAMIENTA COMPLEJA
Mohamed Mursi, el presidente de la nación del norte de África, fue derrocado por
los militares, haciendo honor y actualizando la tradición del siglo anterior, apoyados por el
gobierno de Obama, también actualizando las maneras, y tratando con pesar, de revalidar su
posición y la de su país como el indiscutible líder mundial. Obama, el mismo inmerso en un
escándalo por infiltraciones y espionaje, el flamante premio Nobel de Paz, fulgurante de
extracciones y vacíos, decía que sigue creyendo firmemente que la mejor base para una
estabilidad duradera es un orden político, democrático en el que participen todos los
partidos políticos, y qué mejor forma que apoyar el golpe de estado con 1300 millones de
dólares en ayuda militar a los golpistas.
El mejor actor de televisión de todos los tiempos, aquel que con su carisma, supo
encantar al público con una delicada y perfecta mezcla de lujuria, violencia y
vulnerabilidad: James Gandolfini moría en un hotel romano víctima de un fulminante
ataque cardiaco, producto de sus excesos con la comida y la bebida. Estaba a punto de
asistir a la clausura del festival de cine de Taormina, demostrando que los buenos mafiosos
van al cielo.
Luego de varios siglos sin que sucediera, seis para ser un poco más exactos, un papa
renuncia a su trono. Visto como un acto elegante y sobrio de desprendimiento, aunque por
sombras de presiones de la parte ortodoxa de la iglesia y de la mafia del banco del
Vaticano, Benedicto XVI llamado Joseph Ratzinger, es remplazado en tiempo record por el
carismático Jorge Bergoglio, primer papa latinoamericano, que llego precedido por una
imagen sencilla y austera que quiere renovar la imagen opulenta del Vaticano… Papa que
ostenta sombras de un pasado oscuro gracias al beneplácito a la dictadura de Videla,
específicamente por negarse a proteger a dos sacerdotes jesuitas contrarios a la dictadura.
¿A nadie parece paradójico que el representante de Dios en la tierra sea escogido por
hombres septuagenarios en un proceso que remite absolutamente al espíritu democrático?
¿Eso no habla más de hombres que de dioses? El papa retirado, fiel a la tradición austera
católica, se retiraba a la villa veraniega papal de Castel Gandolfo de sólo 50 hectáreas con
vista al lago. El Papa nuevo enfrenta las acusaciones que no son del todo claras, como
tampoco las explicaciones dadas sobre su vínculo con Videla. Éste último murió dos meses
después, completando el anacrónico ciclo informativo, que relacionaba, casi sin esfuerzo,
un nuevo papado con una vieja dictadura. Videla murió en el más cochino desprestigio,
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LA PERSISTENCIA DEL VACÍO: LA LITERATURA COMO HERRAMIENTA COMPLEJA
víctima de su prepotencia, que junto con la derrota, tiñeron su sepulcro de deshonra como
otro de los ya innumerables e incalculables dictadorzuelos latinoamericanos y caribeños.
Mi ciudad, mi país, cada día se polarizaba más; la ultraderecha y la izquierda cada
una decía cómo enseñarle al otro la mejor manera de vivir, cómo gobernar, cómo lograr la
paz que pretendía ir a algún lado pero que por lo poliforme del conflicto, cada parte tomaba
su propio camino para atrincherarse en sus propias justificaciones, y todo esto sazonado con
las sales del esplendor, caduco e intoxicante, de la economía de libre mercado que unifica y
cosifica.
Que un concejal diga que las lesbianas son mujerzuelas, que un senador porque es
senador diga que puede conducir ebrio y que la policía no lo puede detener, como que un
senador de más de ochenta centurias de edad se oponga al matrimonio homosexual por
considerarlo sucio y excremental, no habla tan mal de ellos como de nosotros los que los
elegimos, o que el día de elecciones nos quedamos en casa masturbándonos frente al
televisor.
Mi país, país de desarraigos, intolerancia y negación para con su tradición indígena,
considera a los indígenas del Catatumbo y a los Nasa, guerrilleros. Ese mismo país, que
desde este lugar se ve muy lejano, se aprestaba a celebrar la canonización de su primera
santa. Gracias a ella se aculturizó a indígenas de la comunidad Embera Chamí. El país se
volcó a su celebración. Ese país que le abre las piernas a Pacific Rubiales, a Monsanto, a la
Drummond, acusada de botar 2000 toneladas de carbón al mar, la misma empresa acusada
de financiar paramilitares. Eso sí es prosperidad democrática y confianza inversionista, en
mi país de hambre, violencia, secuestros, empresas explotadoras, destrucción del medio
ambiente, y para eso justo lo que necesitamos: otro reality; como decía Foucault: esa voz
que canta sin palabras y que deja oír tan poco ¿no es acaso la de las sirenas, de las que
toda seducción consiste en el vacío que abren, en la inmovilidad fascinante que provocan
en aquellos que las escuchan?
Como un acto de magia, todo lo anterior va a desaparecer de la memoria colectiva
en 5, 4, 3, 2…
Trabajos con contratos a tres meses disminuían los indicadores de desempleo. La
informalidad hacía lo suyo, esos contratos a tres meses llevan renovándose durante tres
años sin ningún tipo de seguridad social, ni prestaciones, y los trabajadores se aprestan a
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LA PERSISTENCIA DEL VACÍO: LA LITERATURA COMO HERRAMIENTA COMPLEJA
celebrar otro día más del trabajo. Trabajos para los que no hay ningún tipo de apatía
burocrática, que anticipan año tras año, su propio fracaso con una profundidad totalizante.
Estudiantes y jóvenes indignados, y desempleados molestos. Protestas previas al
mundial de fútbol por elefantes blancos, estadios inacabados y una población presa de la
corrupción, la falta de salud, de educación y empleo. El patrón de protestas se repetía en
varias partes del mundo. Los cimientos donde se asentaban las plataformas de disidencia
eran similares, tanto como los mecanismos de autosuficiencia que apelaban los gobiernos
para no dar crédito a las protestas. Había un grupo no pequeño de agentes del caos
inconformes por las exenciones a los impuestos de las grandes multinacionales, a la vez que
se recortaba la inversión en salud, el campo se iba al garete, y la cultura y el arte, pasaban
ya a un quinto plano. En muy poco tiempo abarcaron todas las esquinas donde pululaban
naciones ricas y emergentes que institucionalizaban la inseguridad, empeñaban el bienestar
con productividad, se zambullían en la inestabilidad y la transitoriedad de los mercados,
totalmente incapaces de barrer bajo el tapete la mayoría de su población.
Las calles se iban encharcando con estudiantes y profesores que luchaban por sus
derechos. Sus voces retumbaban y hacían eco en un vacío decenario, anegado con las
mismas miradas indiferentes y repetidas, duplicadas por los mismos decenios, con bordes
ásperos y urgencias recalentadas.
Dentro de la voracidad de los formatos, las tablas, los informes y los consolidados
titulados y solicitados como "URGENTES", tanto en mi trabajo, como en los millones de
trabajos más, se reconocía de manera tácita la capacidad humana para explorar y conquistar
el absurdo. El vacío es más evidente cuando la burocracia te mete el cañón por la boca,
juega un poco con tus nervios, y hala el gatillo para sólo producir un chasquido tibio, que te
alivia, pero que tarde o temprano terminará por embadurnar una pared blanca, con tus sesos
y tu cordura.
La ONU con tibieza, ordenaba el retiro inmediato de los asentamientos judíos en
Cisjordania, así como de los más de 520 mil colonos israelíes que vivían en los territorios
ocupados.
El presidente más carismático de los últimos años en Latinoamérica, moría luego de
una larga enfermedad. Como en todo, las versiones oficiales y extraoficiales buscaban
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LA PERSISTENCIA DEL VACÍO: LA LITERATURA COMO HERRAMIENTA COMPLEJA
hacerse cargo de la cada vez más efímera verdad. ¿Dónde murió, cuándo, qué va a pasar?
¿Qué importa ya?
El Presidente Bashar al-Asad propiciaba un desastre humanitario; rumores de armas
químicas y desplazamientos forzados como no se veía en años. Adeptos y contradictores al
régimen se enfrascaban en una guerra sangrienta que llevaba dos años y que remontaba la
memoria a casi 100 años atrás cuando los armenios vagaban por las mismas tierras
atravesando los círculos de la muerte, en el primer genocidio no reconocido del siglo XX.
Odiaba ser el testigo indiferente, quizá, del primero del siglo XXI.
El vuelo salió a tiempo y dormí un poco. Soñé que las maletas caían y por un reflejo
estiraba los brazos hacia abajo. Una mujer pasó por el pasillo y dejó impregnado, por un
segundo, el ambiente con un olor cremoso y dulzón de almendras. Cuando pasó, volvió otra
vez el olor nauseabundo que no tenía ninguna fuente identificable. Mientras declaraba mis
impuestos y el no importe de enfermedades, vacunas, ni semillas naturales (las transgénicas
no necesitan visa), ni insectos, ni que había visitado granjas, comía la carne más insípida
del mundo.
Cada pasajero veía la pantalla del asiento posterior llena de infinitas posibilidades
de entretenimiento. ¿Acaso la primera muestra para mi artículo del vacío narcisista que
tanto pululaba en tierra? No veía desde mi posición alguien hablando con la persona de al
lado. La mujer del toque dulzón volvía a su asiento y a lo lejos se oía la succión poderosa
del baño descargándose sin poder llevarse la náusea consigo. Más soledad y vacío,
salpicado de un olor incongruente, dentro en un tubo de aluminio y acero con 300 personas
dentro. Pude haber parpadeado y dejar todo de lado y seguir, pero había algo hipnotizante,
algo que me atornillaba al asiento y me convertía en espectador, otro par de horas más.
7. Los andamios del vacío (o los preliminares del cierre de la trilogía Grandes hombres
famosos e ingrávidos)
El descreimiento institucional, es un fenómeno atribuido a nuestra generación de
cuarentones. Abjuramos de aquellos estamentos en los que antes confiábamos ciegamente.
El proceso de desestructuración pudo comenzar cuando de niños, al ver al Coyote perseguir
41
LA PERSISTENCIA DEL VACÍO: LA LITERATURA COMO HERRAMIENTA COMPLEJA
al Correcaminos, con sorna criticábamos la fidelidad del Coyote por los productos ACME.
Al constatar, con una rabia tonificada con melancolía, que la fiabilidad de la modernidad
estaba irremediablemente permeada por la suerte, supimos que el listillo, ágil, odioso y
altivo, representado en la figura del Correcaminos, pese a las circunstancias desfavorables,
siempre iba a ganar; contrario al inteligente, perseverante y laborioso Coyote, fiel a los
productos ACME, cuyo sino trágico estaba supeditado de antemano. Esto produjo en
nuestra generación un punto de inflexión irreversible, por el cual las frustraciones son más
latentes y nos producen más pánico y descreemos de las instituciones pero, inconsciente y
paradójicamente, queremos ser subyugados por ellas. De ahí que la búsqueda de estrategias
facilistas como los libros de autoayuda y las píldoras motivacionales para cambiar nuestro
sino trágico, sean tan exitosas comercialmente, ya que son estrategias elaboradas
diabólicamente por Correcaminos listillos y abominables, para que Coyotes como nosotros,
persigamos sin fin un triunfo con la ilusión de una ganancia que nunca, pero nunca va a
llegar.
Y ahí es dónde comienza la crisis de los cuarenta para nuestra generación.
En la era de la visibilidad, un aporte significativo de la intrascendental revista
Goebbels, con mi texto a la cabeza, será mostrar una realidad oculta, llena de aristas y
preguntas que van más allá de lo referencial, construyendo un artificio que permite mostrar
zonas ocultas de esa realidad superficial y objetiva que posibilitan que el lector cuestione su
realidad próxima. El lector, si todo sale bien, se preguntará: ¿podré yo también escapar de
mi propia y miserable vida, viviéndola?
¿Y qué tal si no salto en el tiempo y lo que vivo ya lo había vivido antes y lo que
poseo es una excelente memoria, porque sé de antemano qué es lo que va a pasar? La
memoria taparía los vacíos y eso tendría más sentido, mucho más que el destino.
El mecanismo de perspectivas de mi artículo, revelará verdades que no son
excluibles unas a otras, pero son verdades que enuncian todo pero que no dicen nada. Todo
supone un contraste que se da mayormente al generar patrones o referentes de valoración de
una vida que principalmente es aburrida y real, frente a otra rara, cosmopolita, que es la que
vende y produce admiración. Para mí, es casi imposible diferenciar entre experiencia
interior y exterior. Por eso el artículo se transformará en el medio de constitución de lo real.
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LA PERSISTENCIA DEL VACÍO: LA LITERATURA COMO HERRAMIENTA COMPLEJA
¿Cuántas cosas se quieren hacer antes de llegar a los 40? ¿Cuántas veces se quiso
tener rutinas más saludables? ¿Cuántas veces se trató de dejar de fumar?
A los cuarenta la perspectiva se vuelve más sombría. El número de visitas al
hospital aumenta. El número de personas que conocías vivas va disminuyendo, y por
oleadas disminuye más, a veces la cifra se estabiliza. Te aferras a cosas materiales con
fuerza creyendo que así se perpetúa el legado; se busca volver al cenit de desarrollo, pero lo
has dejado unos años atrás. Si hay hijos se trabaja para ellos con furia y dedicación, si no,
ya no los anhelas y sólo te conformas con que no salga uno de la nada ya crecido,
recriminando y reclamando cosas que, por más dinero que tengas, ya no vas a poder darle
jamás.
El artículo quiere cambiar un giro pesimista inicial a uno optimista.
A los cuarenta el tiempo cambia completamente, la madurez, te hace tomar
decisiones más acertadas y con calma. Es preciso seguir las normas, los hijos, tienen una
edad apropiada para entablar una relación más equitativa con ellos. Si no tienes, anhelas
encontrar una persona con quién compartir esa maravillosa experiencia, ya que el reloj
biológico te dice que va siendo la hora.
A los cuarenta se debe optimizar el tiempo de trabajo, no hay afán denodado por
demostrarle algo al jefe. La rutina es la mejor consejera. Hay que hacerse las mamografías
con más frecuencia igual que el examen de próstata. Ahorrar se vuelve trascendental; las
festividades tienen un significado más profundo y nostálgico. Oficialmente cuando se viaja,
se etiqueta como turista, se buscan las ofertas en el supermercado como si se cazara en el
Serengueti; los accesorios son más sobrios, la ropa más ajustada. Los cuarenta son los
nuevos veinte, y la vitalidad desciende una década al aumentar la expectativa de vida, todo
acomodándose al estilo de envejecimiento progresivo light, aunque en algunos, deja de
importar la moda y se privilegia más la comodidad.
El artículo quiere propiamente hacer un testimonio sobre la vida de grandes
personajes, personas del común y relacionar todo con la crisis del periodista, o sea yo, el
periodista-escritor-narrador-autor,
específicamente
su
―condición‖,
entendiendo
el
periodismo como la cualidad destacada de los infames y sus discursos, discursos que
resultan de la interacción de múltiples voces y registros, todos ellos nefastos, localizando la
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LA PERSISTENCIA DEL VACÍO: LA LITERATURA COMO HERRAMIENTA COMPLEJA
imagen y la importancia de la justa intrascendencia seductora, que interpreta de manera
particular, la vida misma.
Nacidos en tal fecha, en algún hospital de tal ciudad, a tales horas y bajo tales
circunstancias, describiré a las personas con crisis como prolíficos periodistas, además de
humoristas, libreros, jefes de redacción de varias revistas, fotógrafos, escribidores de
historias, figuras literarias metacognoscentes, dictadores de talleres de escritura,
economistas, filántropos, políticos y actores. Luego vendrán los motes, seudónimos y una
personalidad camaleónica que irán revelando, en este caso, a un periodista que quiere ser
muchos pero que al final es único, el mismo, que atestigua y da testimonio de las crisis, y
pese al sustantivo que se ponga, no puede cambiar la esencia que lo identifica.
En busca del vacío, tomaré como pretexto la crisis de los cuarenta de grandes
hombres famosos e ingrávidos. La prosa se caracterizará por ser áspera y precisa, sin
miramientos ni adornos, aunque con cierto toque de humor e ironía, una mezcla fascinante
cuyas costuras son invisibles entre realidad y humor, donde se destacará la particular
mirada en torno al ser humano, promovida por el uso de un lenguaje, cualquier lenguaje,
incorrecto claro está, desde el punto de vista gramatical. El texto, será un intento ecléctico y
desparpajado de autoconstrucción del yo, por medio de la más posmoderna e inconstante
escritura.
El estrés sigue igual a los cuarenta. Si a los treinta te estresaban sobremanera las
cosas del trabajo, una década después las cosas siguen estando prácticamente iguales, a
menos que te hayan descubierto una enfermedad que potencialmente te puede matar. La
mayoría de los próximos cuarentones reevalúan propósitos: X, Y y Z así lo demuestran, los
demás siguen atascados en esas cosas insignificantes para aferrarse más a la vida,
encapsulando las rutinas que se van solidificando como una costra. La calcificación de esos
comportamientos seguros y esquemáticos, es algo más que necesario.
Las redes de apoyo cambian conforme los espacios cambian. Los amigos se van
cerrado a sí mismos, enclaustrados en sus propias necesidades con la progenie, o se
comparten necesidades con adultos que tienen el mismo estatus de prolongación genética.
Los hijos cobran un valor tal que todo gira alrededor de sus cuidados, o si no, al cuidado de
las mascotas que han sido completamente humanizadas. Se apila dinero para ellos para el
colegio, la alimentación, para los uniformes, los útiles escolares de cada año, para las
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LA PERSISTENCIA DEL VACÍO: LA LITERATURA COMO HERRAMIENTA COMPLEJA
onces, para entretenciones en pálidos centros comerciales; en la comida rápida que se
compra por el juguete de moda que terminará arrumándose en cajas de cartón, o en
organizadores de plástico que voltearán a mirar una o dos veces no más. Algunos juguetes
se conservarán por años, los demás se los pasarán a otros adultos para que reciclen la
felicidad de otros niños. El dinero también se invertirá en proyectos a futuro, interesantes y
arriesgados negocios en internet vendiendo cualquier basura. Ya hay una inteligencia
económica saludable, producto del descreimiento de las veleidades de la bolsa de valores.
A los cuarenta se afana uno por tomar fotografías, hacer videos del más insignificante
acontecimiento, registro que se publica en cualquier parte y que nunca se volverá a mirar.
Hay más gastritis, más colon irritable, más comidas saludables, menos leche, menos carne,
más pescado.
Con una voz pausada y suave, muy acentuada en los intermedios, se dan órdenes a
los demás, conservándose esa sensación de que hay toda una vida por delante.
Ante no una sino dos prerrogativas respecto de mis heréticos escritos periodísticos
anteriores, quisiera probarme a mí mismo si en éste, el que finiquita la trilogía que
denominé Grandes hombres famosos e ingrávidos, pudiera tener un poco más de alcances y
no dejar el cuestionamiento volando por el aire. Al principio, quiero ser escueto en el trato
al texto, es decir, no hablar de mí, ni siquiera haré una mención explícita, queriendo que la
vida se fusione con el texto, sin que sea necesario un artilugio del tipo anestésico como el
de: ―¿qué emociones me generó saltar por el tiempo?‖ o ―¿qué sentiste a saltar en el
tiempo?‖ ―¿qué específicamente pudiera llevar a mi vida conocer que alguien salta por el
tiempo?‖ o el de ―¿qué párrafo le dedicarías a la chica de tus sueños?‖ o peor aún, la
pregunta doctoral sobre ―¿qué tiene que ver esto con la cuestión de la posmodernidad?‖
cuestión particularmente tramposa. Los hombres del texto serán seres que hasta ahora
comienzo a conocer, pero que habitaban desde hacía siglos en mí, que se ha reproducido en
toda la humanidad, que poseen la diáspora de la memoria y que buscan ahora abrirse paso
por entre mi carne mordiendo, con los labios y con las encías cicatrizadas, lo que
encuentran a su paso.
Creo que será posible vertebrar el artículo a partir de cinco fuentes de influencia
que, al combinarse, componen los cimientos de la pregunta fundamental sobre el tiempo y
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LA PERSISTENCIA DEL VACÍO: LA LITERATURA COMO HERRAMIENTA COMPLEJA
el vacío en hombres grandes, anónimos e ingrávidos; la estructuración lúdica de la intriga y
el carácter festivamente cruel de muchas historias pendejas; el clima de extrañamiento de la
vida, lo opresivo y cierta apatía del protagonista-autor; tramas zigzagueantes y la
morfología acumulativa de las imágenes periodísticas en apariencia excitantes e
impactantes; el carácter siniestro de lo cotidiano; la ambigüedad de las relaciones, lo
subnormal de la normalidad. Eso que estás pensando ahora… eso hace también parte del
gran escape.
Algunos contornos imprecisos del vacío hacen que la realidad llana se convierta en
otra realidad diferente, un mundo paralelo que se conecta con el mundo ―real‖, cobijado por
un calor húmedo, isométrico, concéntrico y sincrónico.
Una ciudad imprecisa y hostil jamás definida que resulta angustiosa pero seductora,
y a la cual jamás se puede acceder del todo, porque siempre estará cubierta tras un elemento
persuasivo, será el marco del artículo. Como en un ensueño, el personaje deambulará en
una realidad onírica, que es perfectamente lógica, una sucesión ad infinitum de noticias
escritas sin adornos y sin efectos especiales. La construcción de un campo imaginario que
sitúa al yo frente al mundo y que lo posiciona exactamente al frente del corazón de las
tinieblas noticiosas, pero al mismo tiempo, lo aleja de aquello que configura una lógica más
honesta y más cruda. El escritor, que no tendrá nombre, se moverá por una geografía sin
límites particulares, cuyos contornos son difusos y en ocasiones impenetrables, compuestos
por imágenes persuasorias que delatan a un testigo sin rostro, un tipo con unas ganas
irrefrenables por no hacer ni ser absolutamente nada, salvo vivir la vida saltando por el
tiempo.
La persistencia del vacío (Nombre tentativo para el texto), como propuesta que se
quiere adentrar en los laberintos inconscientes de la apatía, busca diagramar el yo de lo
constante con el justo afán por encontrar, mediante la escritura, aquello que escapa a la
comprensión humana. El escritor-periodista será puesto en escena como la particular
posibilidad de aquel hombre del millón de posibilidades. Al hacer esta aseveración, esta
posibilidad dentro de las tantas que ofrece un personaje que puede saltar por el tiempo, me
ponen al borde de un abismo insondable, cuyo centro oscuro, arroja una verdad que
contienen el lenguaje mismo. Orillar ese hoyo insondable es lo que pareciera darle sentido a
una verdad finita, verdad de por sí imposible en un hombre como yo, y en una sociedad
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LA PERSISTENCIA DEL VACÍO: LA LITERATURA COMO HERRAMIENTA COMPLEJA
como la nuestra que aún no se ha dado por vencida en la búsqueda de la verdad absoluta y
totalitaria.
El
escritor-autor-filosofo-de-variedades
hará
digresiones
dentro
de
las
profundidades de su yo. La historia no se resolverá, no sabemos cómo el mundo aceptará su
extraña condición, si lo recordará, si le importará, y de hacerlo por cuánto tiempo. Ya no
importará nada la crisis de los cuarenta. Sólo asistimos a un desaforado enredo de mentiras,
misterios, asesinatos, seres bizarros, chicas lindas, digresiones, dietas extrañas, todo al
mejor estilo del periodismo depredador de vanguardia, configurándose en un espacio libre
y autónomo que no permitirá el anclaje de un sentido consensuado, que va revelando
además el sinsentido del mundo y de la vida comercial y pagana. Podemos en el texto
encontrar una soledad con la escritura. La estructuración del deseo y la imposibilidad del
vacío total en el espacio vital, es común cuando no hay algo real a lo cual aferrarse; caes
por error, pretendes ahondar en el aparato psíquico y en las motivaciones correctas que te
hacen seguir adelante, en esa idea de que es imposible desligarse de la propia partícula de la
nada: comes un producto, compras otro, te aplicas algo para oler mejor, viajas por el
mundo, duermes en los intersticios, cuentas historias, asistes al cine, tienes sexo casual, te
familiarizas con las emociones, oscilas por las circunstancias, trabajas con premura y
desespero para hacer todo lo anterior, esperando que con el tiempo, todo termine con un
cansancio madurado y la habituación a lo inevitable, como aquellos pensionados que vi en
la plaza de ayer.
El autor-protagonista explícitamente luchará por no narrar el significado de vivir
con cuarenta años saltando por el tiempo, solo mostrará qué va sucediendo, dándose al
vacío y siendo presa del acto narrativo que brota sin control. La no-narración pretendida se
vuelve la narración misma, el hilo que va concatenando el discurso periodístico y la
propuesta del texto de cambiar la forma como vivimos huyendo sin enfrentar lo que nos
incomoda. La búsqueda de algo, la investigación y la persecución, no de algo material o de
una persona, sino la búsqueda de sí mismo mediante procesos deductivos.
El texto en sí, será un proceso de reflexión sobre la escritura periodística, que busca
imágenes que expresen la esencia del tiempo real, en oposición a la infranqueable tenacidad
del tedio. El vacío, como proyecto, yacerá bajo la superficialidad de la narración de vida
que para el narrador, sin embargo, es capaz de curar su padecimiento de tiempo. Ese yo
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LA PERSISTENCIA DEL VACÍO: LA LITERATURA COMO HERRAMIENTA COMPLEJA
dislocado en la cotidianidad, se reduce a una vida deseada sin complicaciones, como una
actriz que sufre por ser demasiado sexy.
El texto se va alejar de los temas trascendentales, de los grandes proyectos. Es en
este punto donde pudiera estar más latente el elemento ficcional del salto del tiempo, que es
totalmente real, pero que será tergiversado por el lector que duda y cree que lo que se le
dice es mentira, que es una metáfora, como casi todos los lectores y televidentes que dudan,
que creen que la comprensión del tiempo es una analogía, que todo es una afán del
narrador-autor por poner en diagramas de flujo la complejidad de lo cotidiano, por disfrazar
lo obvio, por aniquilar la soledad de los corazones. Pero todo es totalmente real, tornando el
texto en algo fantástico cuyas costuras son invisibles con los relatos biográficos que tiene
un fin tan real como el fin de este párrafo.
El narrador-periodista-filósofo-de-variedades, condicionará el relato a su propia
situación de exploración psíquica, buscará en su interior, hurgará su corazón para herirlo;
saltará en el tiempo y leerá idioteces, no se anclará a nada, vivirá de la fatiga, ansioso por el
día siguiente, añorando el que se fue, oliendo esas lechugas radioactivas, esos granos de
maíz adictos a la nicotina más grandes que un puño, que estallan al contacto, que se
esfuman con el pensamiento de la piel; esos monstruos de laboratorio que se encuentran en
cualquier supermercado. El conocimiento en este punto hiere, puede llegar a ser mortal,
pero puede resultar en el vacío del tiempo indiferente.
La escritura limpia y sin aparentes pretensiones, buscará integrar el yo, dislocado
por los dilemas existenciales que tienen el narrador-periodista-autor-que-salta-en-el-tiempo,
envueltos en reflexiones sobre la vida cotidiana. Nos irá introduciendo en las profundidades
de su inconsciente, plagado de espejismos, falsedades y deseos libidinosos, llevados de una
escritura que estará confeccionada en su más ascética presentación. Cada letra pudiera
representar aspectos de ese yo dislocado que se está volviendo a reagrupar, con
independencia pero a la vez con unidad, orden y forma. Será una escritura limpia, sin
pretensiones, que desembocará un poco después en el océano social y cuyas aguas será
imposible diferenciar.
La personalidad del periodista-narrador se mostrará arisca. Respeta y prefiere la
soledad. Será retratado en la cotidianidad de la vida, su casa, sus paseos al parque, sus
comidas.
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LA PERSISTENCIA DEL VACÍO: LA LITERATURA COMO HERRAMIENTA COMPLEJA
El inconsciente de este narrador se revelará mediante la voluntad de construcción
del texto escrito, un lenguaje que, configurado como propio, se vuelve público y se hace
transmisible mediante la palabra. Su infatigable búsqueda por testimoniar la persistencia del
vacío, descentran su yo y lo hacen entrar en crisis.
Detrás del efecto de lo extravagante que tienen algunos textos periodísticos, existen
mecanismos textuales que lo sustentan y le dan sentido, que lo hacen posible y necesario, y
que dejan al descubierto a una comunidad ávida de picante, horror y entretención. La
realidad deseada para el autor, es un mundo ulterior lleno de silencio y tranquilidad, con
unas adecuadas dosis de vacío, que lo aparten de los momentos de ansiedad de la vida
cotidiana. El mundo actual está lleno de momentos de impaciencia e interrupciones
graciosas, que alejan a las personas diametralmente de esa realidad demoledora que debería
contrastarse, analizarse y criticarse, por lo que ansían un morbo quirúrgico que los aleje
más. El vacío anhelado, no es más que un espacio interior silencioso que busca el autor
mediante el tiempo fragmentado, y las personas, frente al televisor o la sección de deportes,
cultura (entretenimiento y farándula), todos aparentemente inocuos. Pero la búsqueda
interior, el choque y el miedo por encontrarse de frente con ese interior, reforzarán la
imposibilidad de una escritura vacía que siempre tendrá significados y podrá ser susceptible
de interpretarse. (FoxNews.com: A grieving mother told a South Carolina court she was
slapped with several bills, including one to clean the street after her son was killed by a
drunken driver last year.)
Reconocer esto, implica concebir la ficción textual como una necesidad más
necesaria que todas, como un modo particular de narrar ligado a embalsamar y aliviar el
inconsciente colectivo, en función de una realidad deseada tipo telenovela, como una
energía oscura que rige nuestro universo personal. La persistencia del vacío desembocará
en una particular modalidad narrativa, con colores rosa y lila, en la que se perciben atisbos
de lo mentiroso desde esa pretendida consecución y conocimiento del espacio real. Esto es
el resultado de un proceso de construcción de la ficción en la que resulta, no un efecto
específico, sino una elaboración social amañada a través del lenguaje, que permite
reconstruir a los individuos miserables y fragmentados, ansiosos, deprimidos, demasiado
felices y demasiado exitosos. Su rango de acción es total, y además, perfecto.
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LA PERSISTENCIA DEL VACÍO: LA LITERATURA COMO HERRAMIENTA COMPLEJA
Ese delicado rumor que erosiona y eclosiona instantáneamente por las redes
sociales, fortalece el vacío de contenido. Al compensarse madurez con inmediatez, busco
en mi texto ese síntoma mundial, ese celebre escondrijo de bienestar. ¡Oh bendito poder
para trasferir electrónicamente más bienestar! Testimonios de rencores fluyen por las
pantallas y por mis apuntes y documentos virtuales. Tantas y tantas noticias dejadas atrás
con vehemencia recordadas únicamente en aniversarios vacuos.
Una imagen atraviesa mi mente: por una carretera, mientras avanzo, veo en el
pavimento serpientes de polvo zigzagueando que se pierden a la vista por los caprichos de
los rayos del sol que destellan sobre cada partícula, por una fracción de segundo; luego un
perro al lado de la misma carretera que me saca de mi hipnosis, cercenado por la mitad por
un camión, lamiendo con nostalgia sus entrañas y aceptando la muerte con elegancia y sin
miedo. No tenemos escapatoria y hay formas de formas para partir. Debo aferrarme a algo,
por pequeño que sea: una familia, unos hijos, un proyecto sólido y constante, pero nada,
aparte de la escritura de este artículo, aparece. Recuerdo a Kapuściński: "y es que nuestra
profesión recuerda a la del panadero: sus bollos conservan el sabor mientras están calientes,
y recién hechos; a los dos días, se vuelven duros como una piedra, y a la semana, cuando se
cubren de moho, ya no sirven sino para ser arrojados a la basura".
Recuerdo algunos de mis reportajes, lamo mi interior buscando algo de calidad, y un
liquen mohoso se pega a mi lengua arrastrando dificultades y costras. Trato en verdad de
recordar algo que hubiera valido la pena, y escudriño, quizá como una mera compulsión
para conectar la vida con alguna eventual aritmética estética, que me lleve a multiplicar sin
restar, una operación que yo, como periodista, sólo creo que ennoblece la labor. Sé que
sumatoria no da calidad, pero en el fondo pienso que sí, y me esfuerzo por atraer al público
con una tonelada de información, pero cada uno de los reportajes ha aflorado algo más
mezquino y vacuo, recabando mucho más profundo en el pleno convencimiento de que
nada salido de mis dedos, tiene la valía suficiente. Sigo lamiendo creyendo que aplazo lo
inevitable, que nada tiene un contenido preciso pero que todo tiene los contornos
adecuados.
Recuerdo algo, una entrevista a un excombatiente de un grupo paramilitar. Lo
humanicé por miedo. Quise encontrar al asesino en sus ojos y no encontré lo que buscaba.
Me repetía mentalmente lo que había hecho, una y otra vez, sin perder la pista, para no
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LA PERSISTENCIA DEL VACÍO: LA LITERATURA COMO HERRAMIENTA COMPLEJA
olvidar delante de quién me encontraba. Sabía que mi humanización lo instrumentalizaba
para mi beneficio, no como un pontífice que expía las culpas y negocia los perdones, era
simplemente para aliviar su garganta para que expectorara respuestas. Sabía que si una
estrella sacaba al aire comentarios homofóbicos o racistas, tendría más repercusión
mediática que las confesiones detalladas de las atrocidades que había cometido este señor.
La indignación es una superstición equilibrada en la balanza de los supuestos y las
creencias. Debía andarme con cuidado, una de las hijas de un gran señor hotelero había
dicho que los gay daban asco. Sacaría lo que hasta ese momento era la crónica más
importante de mi vida y tenía que luchar contra tamaña afirmación. Era seguro que los de la
revista Goebbels iban a privilegiar lo de la malcriada millonaria. Me encontraba delante del
hombre responsable de más de cien muertes confirmadas, y cientos más, ya repantigadas
por el olvido. Eliminó a personas de todos los rangos en una fiesta de salvajismo e
inconsciencia en un corregimiento olvidado por los cartógrafos. Mi crónica era la cortina de
risas pregrabadas, hostigantes y ásperas de las afirmaciones de la rica heredera. El hombre
que tenía ante mí era el rostro de la mansedumbre, un ser ya despierto con una leve resaca.
La panorámica del lenguaje no alcanzaría, se quedaría corta al describir las hendiduras por
donde moraba el animal que habitaba en él. Fundía su conciencia con el horizonte, su
paladar acariciando vocales y consonantes, en un idioma que ya se concretaba por los
movimientos de sus labios que susurraban disculpas superficiales, datos sensibles pero
vacuos, uno que otro lugar inalcanzable, fosas comunes sin coordenadas.
La hija del hotelero, dos horas después, se disculpó pero siguieron dándole tres días
más al incidente. Mi crónica fue bastante decente, quedó en la parte inferior izquierda de la
página web de la revista. Me enfoqué en el humano que había detrás del asesino y salieron
cinco párrafos y completé casi la cuartilla. Otra estrella del cine danés había hecho
comentarios pro-nazis, y mi columna no salió del olvido, pero retozó en ese espacio virtual
una semana más. Los enemigos abstractos se despeñan por la pendiente y salen airosos,
algo magullados, pero nada más. Los verdaderos enemigos dormitan en el anonimato, su
furia está contenida por la ignorancia de los otros, por la indolente sensación narcisista que
jura retener la juventud, se parapetan encima de una montaña y observan cómo las almas
chocan y se golpean. A nadie parecía importar lo que esta bestia, maquillada con toxinas
botulínicas, había hecho, con tal que no interrumpiera la telenovela o la sesión fotográfica
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LA PERSISTENCIA DEL VACÍO: LA LITERATURA COMO HERRAMIENTA COMPLEJA
de la revista de variedades. Desde ahí dejé la sección de política y opinión y pasé a
entretenimiento y cultura por la vacante dejada por un compañero que se había hartado de
todo y jubilado, mediante una solución humeante de 9 milímetros, y ya gozaba de un
espléndido retiro en un apacible cementerio con vista al mar.
Por más que luche el periodista-narrador-cronista para no pensar, para no filosofar,
para no hacer un análisis y darse de lleno al vacío, a la caligrafía simple y llana y a la nada,
no puede. ¿Cómo escribir el vacío desde el vacío mismo? ¿Cómo competir contra las
noticias macabras y violentas, cómo competir contra los deportes y la farándula, cómo
hacer fluir el desasosiego con el ritmo suficiente para que el discurso del tiempo se
convierta en un formato de pensamiento, que se expanda y se contraiga, con indiferencia
atractiva para el lector?
De ahí se desmadeja la idea y la importancia de la figura del lector en un texto de
estas características, un texto cuya voluntad es la de no explicar, más si narrar, la
complejidad del tiempo que inunda y se extermina casi al mismo tiempo. Cobra relevancia
ese lector pasivo que comienza a dialogar con aquello que no quiere ser escuchado, pero
que termina narrando y significando dilemas difíciles de dilucidar, como por qué estamos
acá, por qué continuamos y cuándo vamos a parar.
El narrador, va a llenar con recuerdos los espacios de su vida rota y caótica,
representada en muchos momentos, por los cambios y saltos de tiempo. En mi artículo
habrá una clara afirmación de una realidad aversiva, desligada, y que irrumpe además, en
los elementos constitutivos de las seguridades perecederas. De ahí que configure una
realidad particular donde todo se pretende perfecto y se aplaza innumerablemente; una vida
llena de recuerdos, momentos presentes y pasados, todos veloces y fragmentados, sueños
que el narrador trata de asir y negaciones de la realidad.
El periodista-cronista-autor, busca liberarse pero anda cautivo de sus propias
neurosis, y eso, se conectará en el texto con el deseo y la depresión que sufre, porque el
espacio, ese espacio ideal, configurado por el deseo y la acomodación del recuerdo y la
memoria, la fuga y la levedad fuera de toda responsabilidad, muy en el fondo no le
pertenecen. En ese espacio se sentirá ajeno e impropio, haciendo que retorne a estadios
primarios, a plantearse preguntas básicas como la del ser en el mundo. Su memoria es
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LA PERSISTENCIA DEL VACÍO: LA LITERATURA COMO HERRAMIENTA COMPLEJA
limitada por fronteras que lo encierran, que lo cautivan y de las cuales quiere liberarse
mediante el vacío del discurso, pero a las cuales siempre retorna con el anhelo, con el deseo
de cerrar los ojos y seguir adelante.
¿El deseo de escape, de introspección y soledad del periodista, cómo negociará y
suplantará eso que vive y que quiere poner en el pasado? ¿El deseo cómo negociará y
suplantará eso que se recuerda y que yace en la memoria? El deseo claramente modifica la
vida misma, haciendo del vacío quizá la única opción válida.
El deseo del periodista tiene estados conscientes, por eso se recriminará, porque la
vida trae en ocasiones melancolía y sensaciones de soledad imposibles de aplazar; porque
aún alcanza a rechazar su yo real diferenciándolo de la voracidad implacable de la máquina
de hacer días, aunque los lectores jamás sepan dónde radica exactamente esa disonancia
cognitiva. El deseo partirá de algo real, algo tangible que se comparte y que conecta a las
personas. Pero el deseo del periodista se configurará como un deseo de romper con las
fronteras del tiempo, para desligar lo ecuánime y lo compartido. El periodista quiere
escapar de su propia vida. El deseo cobrará relevancia y, tratará de surgir, por medio de la
palabra, de esa escritura vacía para comprender qué es lo que está pasando, y podérselo
atestiguar a un mundo obtuso y libertino.
La tranquilidad deseada, de poder concretarse, haría de su vida un espacio
infranqueable e inmodificable. Pero esa tranquilidad nunca ha reposado en las millonésimas
de segundos por las que el periodista ha saltado por el tiempo, aún no se ha dado cuenta que
el escape no es suficiente, por eso seguirá escapando. Le parecerá imposible disfrutar algo
por la posición hiperpesimista y crítica que asume. A la luz de lo que se desgrana del
artículo que pretende ir hacia ninguna parte, igual que el tiempo, la forma de franquear la
vida y la escritura se sintetizará en la imposibilidad de narrar perfectamente, de sujetar y
describir todo sin llegar aburrir. ¿Pero cómo no aburrir cuando se está aburrido?
El periodista mirará un hombre pasar caminando, con una cojera pronunciada
producto quizá de la polio. El autor hará una serie de reflexiones sobre la fragilidad de la
vida, el hombre aparecerá nuevamente por el retrovisor alejándose con sus muletas,
pretendiendo la verticalidad de su humanidad con un zapato de tacón de más de 50cms,
yéndose al lugar ese, al final de todo, donde ya las fragilidades carecen de significado. El
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LA PERSISTENCIA DEL VACÍO: LA LITERATURA COMO HERRAMIENTA COMPLEJA
siglo XXI es el siglo de las prótesis, los pastores y las patentes, que ofertan esas vitrinas
indescifrables de información corta y momentánea. Todo en partes iguales.
Ansiosas inseguridades inundan los causes de nuestro tiempo, como heridas en la
nieve que trazan mapas y rutas inexpugnables, frágiles, casi trasparentes. El problema
planteado por el texto, no sólo será la cuestión narrativa (o su evitación). Al autorperiodista, también le interesará la forma como se transmite y se entiende el texto, porque
el texto, se convertirá en la vida misma, sí, una vida que no se vive, un pocotón de palabras
que van quedando atrás con poca o nula recordación, unas noticias y unos acontecimientos
que son segados por un olvido zafio. ¿Será cuestión de atención o de memoria?, ¿Por qué
olvidamos y desatendemos tan lapidariamente, como una tumba borrada por una amnesia
anterógrada severa, imposible para generar nuevos recuerdos, nuevas vidas.
El tiempo se escurre por el cuerpo, y como un líquido, se evapora. Siendo la historia
un tumor de la subjetividad, me contraeré en el escrito a una posición intrascendental,
seguro que el futuro contará una historia distinta de mi padecimiento, una larga cadena de
atribuciones mentirosas pero efectivas, como píldoras anticonceptivas para el intelecto, con
sabores fluorescentes, dispuestas a agradar al paladar, tan efectivas como un placebo; tan
irrefutables como cualquier método científico.
El deseo de llevar la letra y las palabras a su más pura expresión, una que carezca de
significado, no logrará conducir, como quiere el autor, al entendimiento de la persistencia
del vacío, que dibuja el perfecto diagrama del olvido y la repetición.
Por más perturbadas que se encuentren las facultades psicológicas del autorperiodista, ya sea por acción de su deseo, o porque lo abrume el tiempo en su espacio vital,
estas no lo dominarán por completo y logrará configurar una fantasía onírica, sustentada en
la descripción de acontecimientos ridículos y exagerados, que a veces desbordan, pero que
llegan a ser controlados.
Un hombre timbrará con insistencia. Golpeará la puerta y timbrará al mismo tiempo.
Alguien abrirá la puerta con cierto temor, lentamente, cuidando los movimientos,
acumulados en intrincados sentimientos mudos e implacables. Dirá que no hay nadie. Se
verá medio cuerpo y su sombra regada sobre una pared. El hombre se quedará con la
mirada suspendida. La luz artificial, ira revelando lentamente la figura de un revolver que
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LA PERSISTENCIA DEL VACÍO: LA LITERATURA COMO HERRAMIENTA COMPLEJA
va a posarse en su nuca. Se queda en su occipital, vuelve a decir que no hay nadie en la casa
y cerrará la puerta despacio.
El articulo abrirá un camino importante hacía la puntualización de realidades que
seduzcan a individuos problemáticos y ciertamente patéticos (como el autor, o como un
hombre X como el autor, totalmente inconformista, molesto consigo mismo, siempre
escapando, siempre infeliz) que escinden de los absolutos y de la moralidad; que siempre
están en conflicto con la realidad y, sobre todo, con el síntoma nebuloso que les produce su
objeto de deseo. Imaginamos la redondez, la simetría, o la falta de ella, vemos
perfectamente el esfuerzo del narrador por aflojar los músculos, cerrar los ojos e ir a otra
parte.
El texto invitará a adentrarse en el laberinto mental del periodista, lleno de
rescoldos, inconformidades, nimiedades y espejos que reflejan esa particular seducción de
las noticias, que usan la distancia y la regularidad que les confiere el diario, la virtualidad,
lo inmaterial e informe. La letra lejana no será más que una metaobservación, un diálogo
consigo mismo que lo confrontará constantemente, para responderse con una naturalidad
matizada, casi transparente, lo que vacío le dictará.
La ambivalencia del tiempo y ser testigo histórico de ciertos acontecimientos
puntuales, harán que el autor-periodista represente los intereses únicamente de él mismo. El
espíritu de la época se objetivará en la irrelevancia del contenido y en el olvido inmediato
del lector, que seguro tomará una postura disyuntiva, típica de los análisis planos,
polarizados, donde el sentido de la vida constituye una totalidad extensiva que se extiende
sobre todo el mundo. El periodista-escritor-autor-filósofo-de-variedades, se irá revelando
como un héroe complejo, rico en matices, poliforme y ambivalente, pero lo suficientemente
burdo como para que el lector lo acoja como propio, se identifique con él, lo aguarde en su
seno por un tiempo para luego olvidarlo como haría en una masacre. Será una clara muestra
de la consecución, por parte del autor, de un relato periodístico más profundo que privilegia
el perfil psicológico como el único, hasta ahora, sujeto que salta por el tiempo. Más que un
escrito realista, o un diario íntimo, el artículo focalizará en el interior del individuo y más
que realidades tangibles y concretas, mostrará una esteticidad del ser, llevada a sus últimas
consecuencias, revelando no una lección moral, ni un tratado de vida, ni mucho menos una
instrucción filosófica, sino la descripción rigurosa y total de una forma muy personal de
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LA PERSISTENCIA DEL VACÍO: LA LITERATURA COMO HERRAMIENTA COMPLEJA
entender y padecer el mundo. El autor no podrá ser reducido al medio que lo rodea, como
con el brote de sífilis, seguido del de sida que paralizó la industria del porno, por la simple
razón de que el autor nunca logrará instalarse del todo en ese medio, ni lo percibe como
verdaderamente suyo, como un mundo y un tiempo que realmente pueden ser vividos,
precisamente abstrayéndose de ellos. La muerte es un estado estacionario que perpetúa en
los vivos anhelos y nostalgias, la mayoría necesarias, otras tan inútiles como las palabras
que pretenden consolarla. Si este artículo pretendiera consolar la muerte, o la mezquindad
humana, estaría condenada al fracaso. El autor lo sabe, el lector no lo sabe pero lo intuye, y
esa evanescencia, dictará su dirección.
El desenlace no situará al narrador en un momento específico de tiempo y en un
lugar particular. El autor-periodista percibe casi siempre la realidad de manera analógica: la
persona, la idea, el gesto son vislumbrados a través de la memoria, del deseo, del sueño, de
la similitud sensorial o racional que otro objeto, situación o persona despertarán en su
conciencia, fugada por el tiempo caprichoso. Por eso hay final, hay tiempo, pero ya no
habrá personaje.
En este desenlace, el autor volará sobre las lagunas del tiempo, sin atar los cabos
que presentarían una certeza solidificada con la forma de una decisión moral disyuntiva, tal
como enseñaron allá en la universidad. Todo lo contrario, presentará la estética de una
decisión que carece de moralismos, aderezada con una postura individual sin ninguna
repercusión en la historia o en el desarrollo de una axiología social, que haga cimentar una
congregación o un templo para los saltadores del tiempo; apáticos hijos del vacío. Esta
postura personal sin moralismos, reflejará mi desconcierto y fascinación por la vida virtual.
Los cambios en el espacio, tanto físico como psíquico, requerirán en el autor una continua
reconfiguración, tanto de ese espacio, como de las relaciones con su entorno. Y esa es la
puerta que se abre al final, esa irresolución en sus conflictos, esa continua mutación por el
tiempo que desborda y atraviesa todo sin posibilidad de control. El artículo dejará latentes
muchas más preguntas que respuestas a los innumerables cuestionamientos, irrelevantes
unos, trascendentales otros, como duelos patológicos que jamás sanarán.
La edición amañada ha acompañado la profesión desde que se volvió obligatorio
defender una posición, y esa posición, sustenta económicamente las otras ediciones
acomodadas, gracias a una estructura cíclica de codificada claridad. Jamás vamos a tener
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LA PERSISTENCIA DEL VACÍO: LA LITERATURA COMO HERRAMIENTA COMPLEJA
información veraz, sólo un manojo de datos apiñados, recortados, inflados, chuzados y
chupados de tal forma que te hacen creer que estás ante hechos genuinos. Seguiremos
viendo gentes agazapándose en reinos transitorios, gentes disconformes y peyorativas con
sus subalternos, atrincherados en sus escritorios con la mirada perdida en su propia
suficiencia y en esos asuntos urgentes e insignificantes. Seguirán reinando en la redacción
de los periódicos, en las gerencias y subgerencias de los rascacielos económicos, en los
congresos y senados, y en todos esos sitios donde la inutilidad y la verborrea son activos
necesarios para sustentar sesudas justificaciones que benefician siempre a los mismos
pocos, y todos ellos, se las apañarán para no ser noticia, para reproducirse como alimañas
en un estanque putrefacto.
El autor querrá darse al vacío total, pero se contiene, el mismo entorno lo contiene,
pondrá pequeñas noticias deliciosas e intrigantes para que el lector se identifique con ese
ruido externo que le da a los días un contraste necesario. El autor sabe que el vacío total, la
definición absoluta, la noticia sin tamizaje, haría perder al lector que combatirá
ingenuamente con ese vacío.
Mi recurso narrativo para crear el texto será la primera persona del plural: ―nosotros,
los testigos del vacío, promulgamos el siguiente tratado donde indicamos el lugar y el
momento exacto del nacimiento del vacío‖. Descarto de plano esa introducción, sin
embargo, quiero mostrar que aunque no lo hubiera encontrado aún, el lugar de vacío en el
texto, no es uno sino varios, con el único propósito de lograr la mayor simpatía posible,
mostrando que esto de saltar a voluntad por el tiempo es algo que perfectamente le puede
pasar a cualquiera, comenzando por el que lee el artículo.
En el epílogo, usaré la escritura para escapar, será una literatura de absolución y el
vacío en ese punto, resultará el escape a la selva del ser y del tiempo. Para entregarse al
vacío de la escritura, el autor no constreñirá los límites de la ausencia, los definirá sin
sentirse presa de ellos. Lo que me empuja a escribir el artículo es la necesidad de darle una
estructura fija a un entorno vacilante y caótico, que no perturba la libertad del tiempo ni las
repeticiones del guion.
Pero mis dudas no se evaporarán del todo. Las dudas engendrarán otras dudas, el
texto revelará una capacidad de transformación y complejidad que exalta esa forma de
narrativa que rechaza los absolutos y las certezas, que pretende ser tan intimista y tan básica
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LA PERSISTENCIA DEL VACÍO: LA LITERATURA COMO HERRAMIENTA COMPLEJA
que roza la nada. En el desenlace, el narrador conserva aún su capacidad analítica, su juicio
y contemplación estética. La incursión en la naturaleza de su condición resultará fructífera
pero frustrante, en cuanto a que aún carecerá de la respuesta total a sus cuestionamientos y
dilemas internos, pero sabrá exactamente para qué salta en el tiempo; el por qué pende de
un filamento del diámetro de una costra. Aun no entenderá completamente el mecanismo de
la vida que se multiplica, de las gentes que transitan, que se chocan y se ignoran por ahí
como parte de un plan programado. El personaje-autor-periodista dudará y los lectores, que
viven en la impostura, también dudarán. Se abrirán vacíos, espacios y resquicios que
dejarán colar un atisbo de luz. Pero la luz se extinguirá; esto será un elemento constitutivo
fundamental. El autor-periodista-narrador será un esteta activo, el lector, alguien capaz de
dialogar con la estética del tiempo que no lo es.
El narrador registrará los sucesos de su vida y la vida de muchas más personas en
crisis de cuarenta, sazonados con noticias suculentas y huecas para darle contenido a la
narración que conduce al lector. Las complicaciones virulentas, las incesantes noticias, se
convierten en el enemigo obstinado de la tranquilidad, que para el narrador brotan de ese
narcisismo extremo de la raza humana por saber todo y contar todo. El silencio es la
quimera de las castas, las tribus, las sociedades y las redes, y su voz lo que les impide la
quietud del lenguaje, la disgregación sin intermediarios. El narrador no andará a la pesca de
argumentos para confeccionar verdades. Las circunstancias de ese narrador, comenzarán a
afectar al lector, que también comenzará a ser presa de los saltos de tiempo.
El lector sentirá como propio ese tedio enemigo que no facilita la felicidad de la
vida. El lector al principio, se identificará con la situación, porque sí se quedara en el vacío
del tiempo, sería un despropósito para la fertilidad de la productividad. Pero ahí radica el
juego y la contradicción, que resultaría una nada pura que dispersaría pronto la atención.
Sabríamos cómo va a terminar porque creemos que la vida es plana y no tiene giros
radicales. Pero todos sabemos que no es así, y yo contaré con la complicidad del lector que
sabe que su vida tiene la polifonía de los desperdicios que salen por su colon, y el lector, se
irá volviendo poco a poco cómplice de esa apatía intestinal que pretende ser vacía pero que
nunca lo es del todo. Resultado: la lectura continuará, los minutos se sucederán, la realidad
seguirá apilándose en el pasado mecánica y resueltamente. El lector intuirá una acción
subsecuente jamás revelada completamente, que es música ambiental pero también fin
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LA PERSISTENCIA DEL VACÍO: LA LITERATURA COMO HERRAMIENTA COMPLEJA
último. El periodista le apuesta a esto para que la lectura no pierda fuerza. Ambos,
periodista y lector, serán cómplices de un pacto consensuado y silencioso.
El lector se posicionará queriendo saber en verdad qué es lo que está atormentando
al narrador, qué es lo que se oculta dentro de esas mínimas acciones que se deslíen en la
cotidianidad, en ese bombardeo informático extenso y pando. Yo navegaré en el vacío, el
lector buscará significar la superficie y completar una figura que desde su concepción
primigenia no tiene una estructura monolítica perfecta. Quiere saber y al final nunca sabe.
El narrador, en este punto, se desentenderá de la posible coherencia del discurso, sabe que a
la larga todo se contiene en esa bella palabra ―información‖, se oculta detrás de las
implicaciones de esa información que se está desbordando, y por eso, tiene que volver a lo
básico: las hojas que caen, las flores que ascienden, los pájaros que cantan y los ocasos que
iluminan, un poco de muerte para condimentar, y un poco de corrupción para sazonar. Será
en un punto, como en las noticias televisivas, donde los presentadores tienen roles
aprendidos, plagados de gestos y mañas ridículas sólo para diferenciarse entre sí. Preparan
una suculenta información que envuelven en metano, sincronizados con precisión suiza. Se
preguntan y se responden, metiendo la mano dentro de la bolsa de preguntas huecas y
programadas, (el generador aleatorio de información periodística y veraz), sus reflejos los
ciegan, sus egos los chupan y escupen la pepa. A estas alturas, ya estará llegando a su fin el
relato; la despersonalización y las proyecciones inconscientes del deseo del periodista, que
trata de depurar para llegar a la misma esencia del discurso, es decir el vacío, dominarán el
horizonte.
8.
Abro el muro y hay miles de nombres, tarjetas de presentación, juegos de apuestas y
toda clase de artilugios para perder el tiempo sin categoría. Frases célebres de dudosa
procedencia atribuidas hasta a hombres del paleolítico; la obra de Nietzsche y Einstein,
Platón y hasta Sócrates, se ha multiplicado en estos últimos años. Leo una frase que me
gusta, es de Anthony Burgess. La vi en el muro de la prima de un amigo, le di me gusta,
hice un comentario sin relevancia y la compartí en mi propio muro: ―No tiene ni idea de lo
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LA PERSISTENCIA DEL VACÍO: LA LITERATURA COMO HERRAMIENTA COMPLEJA
agradable que es no tener ningún futuro. Es como disponer de un anticonceptivo
absolutamente seguro‖.
Antes los mensajes en las redes eran incisivos, divertidos, buscaban sacarte una
sonrisa. Ahora los encuentras existenciales, trascendentales, de una cursilería tan
desgreñada como adictiva: una absoluta mierda. Éste de Burguess es un mensaje transitorio.
Algo de la vieja usanza y un poco de la vaina tuit. Una frase que te saca un esbozo de
sonrisa y te retiene de un pedazo de materia gris. El no futuro. Ochenta por ciento de
cerebro, diez por ciento de procesador de palabras, cinco por ciento de sistema operativo y
el resto corazón. Quiero ver pintados acá, en la ciudad posmoderna, los recintos públicos y
los bronces con frases sobre genitales grandes, obscenidades, granujas malolientes; nada
contestatario ni anarquista. Quiero ver uno que diga: ―Tengo una camiseta que dice: el
presidente de turno me la chupó o Tú mamá parió una hermosa criatura por el culo: te
postulo a ti para presidente…‖ Consignas deportivas, odios raciales. Vainas que diviertan.
Que te reprogramen y saquen de la frecuencia: ―Mi otro grafiti era mejor‖ o ―Lo siento,
quería que te desatornillaras de risa, no que limpiaras la pared‖. Ya nadie se atreve a coger
una lata y escribir en la pared. Es demasiado esfuerzo para demasiado castigo. En las
ciudades asépticas como esta, cuna de ciencia y de barbarie, sin ningún énfasis e identidad,
se perdieron los ideales y ahora lo único que se tachonean son los LED de las pantallas sin
miramientos ni ratificaciones.
Tomo un sorbo de cerveza y echo una bocanada de aire a los pulmones mezcla de
suspiro y respiración. Tengo ansiedad por varias razones, pero más, por no encontrar en la
memoria de este aparato una entrevista con un capitán retirado del ejército. Me llamaron de
la revista, luego me escribieron y me llamaron otra vez, diciéndome que necesitaban la
entrevista a raíz de la muerte de unos jóvenes en un reality show que se suicidaron: dos de
los próximos dragqueen next top model got talent idol o algo así. Hice el reportaje hace 8
meses, no les gustó por instigador y poco comercial, y ahora, el director, en toda su
iridiscencia, quiere con urgencia la entrevista. Le tomé un par de fotos al capitán jugando
un poco con reflectogramas adolescentes y actitud pseudovaronil, dos grabaciones de
audio, e hice el machote de la entrevista. Sé que puse todo en una carpeta pero no recuerdo
con qué nombre. Si tuviera alguna duda de que no lo guardé en la Tablet, y sí en el portátil,
la cosa sería más difícil. Pero estoy seguro. La metí en la Tablet porque con ésta hice los
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LA PERSISTENCIA DEL VACÍO: LA LITERATURA COMO HERRAMIENTA COMPLEJA
videos y las tomas que al coronel le gustaron por el filtro de la app FotoEffects. Descarto de
entrada la idea de buscar los archivos en el correo electrónico. El filtro de búsqueda aún no
es lo suficientemente efectivo.
Una hora después de comenzar la búsqueda, de leer dos artículos del Der Spiegel,
uno del Observer, el editorial del Folha y la Semana entera, una cerveza más y un tinto
bien negro, de escuchar todo el Tilt de Scott Walker, lo encontré en un archivo que decía
“Las mañas no son exclusivas de un ato de bestias”.
"Las mañas no son exclusivas de un ato de bestias‖, pero los militares patentan sus
mañas con el rigor de su mediocridad, y la fuerza de sus armas hace de sus mañas una
exclusividad gremial, tan particular como los bajos coeficientes que se necesitan para
pertenecer a ese ato de bestias. ―La diligencia es el cimiento de los peores enemigos de la
propagación del trabajo mediocre‖, repite constantemente el capitán retirado C desde sus
épocas de militar en la Escuela de Suboficiales del ejército. Su legado de sadismo y abuso
de poder llegaron a convertirlo en una leyenda y en el terror de las compañías de la escuela.
Se retiró, o lo retiraron mejor, luego de un escándalo minimizado por la corte penal militar,
por apoyo logístico a grupos de autodefensas en el Magdalena medio. Ahora oficia como
consultor de varios proyectos y estudios para reality shows. Su objetivo es trabajar en pro
del quebrantamiento psicológico de los participantes, busca situaciones limítrofes y
personas con las personalidades necesarias para propiciarlas. Es un experto en la materia.
Su labor en el ejército fue altamente reconocida por la cantidad de suicidios que forjó en la
débil y maleable materia de los soldados rasos. Aparte de la aparente rectitud que
demuestra en su accionar cotidiano, pese a que le encanta vestirse con la ropa de su esposa
y ser penetrado con un consolador postizo que su mujer se amarra al vientre con un
complicado juego de correas, (esto claro, fue deducido gracias a los comentarios de dos
soldados que algunas vez vieron un par de fotos reveladoras en un cajón del escritorio del
coronel y por el perfil psicológico que un amigo mío, psiquiatra forense, le hizo con base a
sus antecedentes familiares que me levanté en el archivo del ejército, el informe
disciplinario que tenía una que otra perla subrayada con resaltador, sus acusaciones por
falsos positivos y la indomable careta salida de cualquier escuela militar, y claro, la más
importante, la mente quisquillosa y perturbada de este, su seguro servidor) vendría siendo
un militar de alto rango común y corriente: voz firme e intimidante; antecede su rango
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LA PERSISTENCIA DEL VACÍO: LA LITERATURA COMO HERRAMIENTA COMPLEJA
militar a su apellido en las presentaciones a desconocidos; dureza a toda prueba (excepto
cuando es azotado que gime como niña febril; otra vez su SS), corrupto; gustador de
whiskey de contrabando y distante emocionalmente".
―El capitán C está en este momento trabajando en un reality mitad Gran hermano,
mitad concepto innovador donde el principal protagonista será el licor. Necesitan personas
con características hostiles y disfuncionales que inevitablemente choquen entre ellas. La
premisa es demostrar que cualquier malentendido o afrenta, es fácilmente manejable con el
influjo del licor. Lo único que harán es beber y dialogar, nada más. No tendrán castigos (el
único castigo es por no ingerir trago, que acarreará la expulsión inmediata del estudio), no
tendrán trabajos ni retos y se buscará que dialoguen en torno a la sociedad que construirían
si ellos fueran los mandatarios. Me dice que todo apunta a que lo van a titular: Factor licor.
No se les exigirá a los participantes escribir ni tener un proyecto, ya que todas sus ideas
quedarán consignadas en video. Se entregarán a una orgía de sexo desenfrenado e
irresponsable, y para evitar embarazos se les administrarán a las concursantes
anticonceptivos en los alimentos. Se piensa incluir psicóticos, amas de casa frustradas y
alcohólicas, una anoréxica esquizoide, una ramera universitaria ilustrada, ejecutivos
maniacos por el orden, una periquera ninfómana, un militar con complejo de inferioridad y
un enano leproso, este último en busca de identificar la influencia del licor en el manejo de
situaciones de rechazo. A la mujer u hombre que tenga relaciones sexuales con el enano le
darán inmediatamente 40 millones, no por enano, no por leproso, sino por diferente
(políticas antidiscriminación). Esta información, claro, no la conocerán los concursantes.
Hasta ahora se está discutiendo el premio para el ganador. No habrá eliminados y durarán
dos meses encerrados sin ningún tipo de contacto con el exterior exceptuando la voz del
gran hermano. Dado el caso en que se quieran matar, firmarán previamente una cláusula en
la cual exoneran a la productora de televisión por accidentes o muertes sucedidas dentro del
juego. Se les garantizará atención médica‖.
Hasta ahí va el preliminar del reportaje. Si le añado un par de cosas sobre la
biografía del capitán, otras referencias más actuales sobre los dos jóvenes suicidas, ¡listo!
se explica el morbo televisivo y la conjunción de saberes entorno al placer y la aversión
mediática, y la Goebbels, tendrá su cuota de participación en la vorágine arribista.
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LA PERSISTENCIA DEL VACÍO: LA LITERATURA COMO HERRAMIENTA COMPLEJA
Todo es importante, hasta el detalle más nimio. Pero también eso se banaliza, y a la
larga, nada tiene la suficiente importancia para desarrollar un proyecto sólido y verdadero.
9.
Cuando era más joven, hace más de 17 años, estaba en crisis profesional. No sabía
exactamente qué hacer, había comenzado varias carreras y ninguna me atrapaba. Vivía con
una chica que me gustaba mucho. Por esa época no saltaba en el tiempo, no lo había hecho
ni por casualidad como las primeras veces, algunos años después, ni tenia desarrollada
ninguna habilidad al respecto a parte de la de ser apático y aburrirme con la misma
regularidad que todos.
La chica con la que vivía estaba en crisis también y no sólo profesional sino también
sentimental. Me dijo una vez que había soñado conmigo una noche, y que en el sueño, la
hacía reír. Le pregunté que si en la vida real no la hacía reír, y me dijo que sí, pero que era
mejor soñar riendo conmigo. Había terminado con su novio y me llamó en un ataque
intempestivo de inconsciencia para que viviera con ella. Yo fungía como el tipo de segundo
plato, siempre estaba cuando ella me necesitaba. Supe tarde, pero supe, que nunca estaría
con ella. Finalmente pude ser consciente que no hay nada peor que el hecho de siempre
estar disponible para otra persona cuando uno quiere estar con esa persona. La sinergia del
gusto y la dependencia por otro se descarga cuando la seguridad es más latente, cuando el
otro está sin ser necesario ni solicitado, cuando se objetiva a tal punto de convertirse en
algo del paisaje, algo mecánico, algo completamente fehaciente. Un día me largué y no
volví a saber de ella.
Por aquella época trabajaba en un proyecto de una de las tantas carreras que inicié,
una idea que me rondaba en la cabeza sobre cómo las noticias curiosas y estúpidas
sustentan económicamente un medio de comunicación a la vez que configuran una
disonancia fructífera entre yo ideal y el yo real, que afecta directamente la concepción del
éxito en los sujetos. Desde ahí, me llamaban la atención los medios sin estar estudiando
periodismo. Eso vino algunos años después (puede parecer curioso pero realmente no lo es,
que cuando comencé a meterme de lleno en el periodismo, iniciara a saltar por el tiempo.
Ese tipo de contingencias nunca son casualidad). Nunca llevé a término la investigación,
me di cuenta que no aportaría nada, pero no sólo por eso. Por aquella época casi nada
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LA PERSISTENCIA DEL VACÍO: LA LITERATURA COMO HERRAMIENTA COMPLEJA
llevaba a término y los proyectos discurrían por sus propios e impredecibles cauces. Luego
al saltar por el tiempo, caminaba los caminos bajo mis términos, los recorría cuando yo
quería.
Esas noticias en apariencia estúpidas, o las cifras que concilian la pereza iluminando
una noción, son para mi algo completamente fascinante. Las busco en todos lados, sin
llegar a estudiarlas a profundidad, sé que son completamente necesarias para sostener
económicamente un medio. Esa vieja frase que dice ―hay gente para todo‖ en el periodismo
es totalmente real. Abro la página de la revista Bocas (una revista de entrevistas) y leo:
―3600 fotos se publican en Instagram cada 60 segundos. Más de 74000 seguidores en
Twitter consigue Justin Bieber cada día. 20000 compatriotas mueren cada año por
enfermedades asociadas al tabaco. 11000 personas se lesionan en el intento de probar
nuevas posturas sexuales; 3000 mil muertos al día dejan conductores borrachos en el
mundo. 53% de los usuarios de los celulares sufren Nomofobia o miedo a no llevar siempre
el celular. 85,7% de mis compatriotas viven con menos de dos salarios mínimos según el
ministerio de trabajo; 100 millones de euros costó el traspaso de Gareth Bale al Real
Madrid convirtiéndose en el jugador más caro de la historia; más de 40000 años tiene el
instrumento musical más antiguo, una especie de flauta fabricada con huesos de aves y
marfil procedente de los colmillos de un Mamut‖.
El problema central del periodismo es ahora una cuestión de tiempo, ya no de
contenido. La herencia de los grandes cronistas y corresponsales de la historia fue
desplazada por la revolución del minuto, de las cosas a medio hacer o en construcción
permanente. Ninguna noticia queda completa. Son como maquinas con un complejo
andamiaje donde un motor, le da vueltas a otro motor y así sucesivamente. Las noticias
forman elipsis por el orbe informativo. Como fetos sin hornear, esperan una imposible
conclusión. ―En una mezcla de espanto, oraciones y agradecimientos, lágrimas y desmayos,
un niño despierta en su velorio, pide agua y vuelve a morir‖
El lector, consciente del éxito del tuit, completará con el artículo el ciclo. Redefinirá
el tiempo, abrazará el texto y revivirá al niño que lleva en sí en la lectura que nace y muere
infinitas veces, limitando el significado de la vuelta a la vida mediante una simple
catalepsia. Una lectura, cualquiera, muere y vive unidireccionalmente la cantidad de veces
que terminamos de leerla. Vive por momentos, pero muere porque expira por otros
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LA PERSISTENCIA DEL VACÍO: LA LITERATURA COMO HERRAMIENTA COMPLEJA
significados. ¿Y si yo lo que hago es eso? ¿Y si mi capacidad para saltar el tiempo se
debiera a un defecto de la glándula de la muerte y mi condición responde a una vida que
muere infinitamente por periodos largos y cortos con una simple metronimia del vacío?
La emergencia de la información, la premura de la propaganda, esa fama pasajera se
simbiotizará como mi artículo, fijando aquello que está implícito en la existencia humana
misma, esa necesidad de universalizar las condiciones y asociar las experiencias como una
brutal metáfora de la melancolía hecha crueldad.
La indiferencia pura anidará en aquellas personas que se casarán con la imagen
primigenia que quiero proyectar. Este es el pretexto perfecto para que más adelante. Un
joven, una joven, alguien con el suficiente tiempo libre, con proyectos estáticos cuya estela
se extienda pocos metros, haga lo que yo no pude ni voy a hacer: una tesis de mi texto. No
puedo caer en esas espesas expresiones narcisistas que tanto he criticado y terminar
hablando y analizando mi propio trabajo. La fagocitosis hedonista resultante sería
inapropiada, inviable científicamente. Por eso necesito a esa otra persona que escudriñará
muy bien para desenmarañar aquello que no dice el artículo, aquello que se aferra en sus
profundidades. Ese estudiante estará metido en el texto, deberá lograr cierto grado de
identificación, basado en un empeño constante y comprometido por escribir; mucha
cafeína, mucha nicotina, chicles para controlar los nervios y algo de coca para estimular el
cerebro cuando esté a punto de sucumbir. Esa persona también tendrá dilemas
sentimentales como los míos, malos momentos, infecciones estomacales y virales, se tendrá
que reponer a las crisis, reirá y por ratos disfrutará de placeres mundanos, y al final, saldrá
avante. La tesis no lo va a abrumar. Será un pretexto para continuar adelante, para
fortalecer su personalidad y sus motivaciones. Eso dependerá únicamente del ejercicio
mórbido y grasoso de vivir en la tierra y de educarse para ser alguien en la vida. Esa tesis,
espero, que esté tan bien intencionada que será a prueba de tontos. Por más idiota que seas,
algo tendrá que agarrarte. Esa tesis no la leerá mucha gente. Así se considere que la lectura
va hacia ninguna parte, esa tesis va a demostrar, como mi artículo, que el vacío es la salida
y el tiempo, la luz que la guía.
Dentro de las infinitas posibilidades de los espacios vacíos, se encuentra una
particular complicidad al realizar el artículo. El vacío se configura en la nada, y aquí por
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LA PERSISTENCIA DEL VACÍO: LA LITERATURA COMO HERRAMIENTA COMPLEJA
más que puje y me congestione de sangre, no habrá una ―nada‖ formal y pura; una bella y
reconfortante nada.
Estoy aburrido y quiero que el lector se identifique con eso. Esta persistencia del
vacío será una oda al individualismo, la acción se centrará en mi vanidad, tan profunda y
basta que se explaya por los horizontes del deseo del otro. Mi narcisismo es tal que creo
que alguien va a estudiar mi texto, que lo contemplará crítica y argumentativamente,
abandonándose al vacío y suplantándose por un yo hedonista siempre disconforme.
Me atoro con un poco de saliva, la garganta se congestiona, tomo un poco de
cerveza pero sigue algo atascado.
Envío el documento que necesitan en la revista del preliminar de la entrevista con el
coronel con los respectivos comentarios, adiciones y sugerencias para que el editor haga, y
subrayo eso de que haga, con él lo que quiera con tal que no aparezca mi nombre y realice
la transferencia electrónica puntualmente.
Miro ahora un artículo breve que leí recién en Semana. Es sobre "las increíbles y
delirantes frases de la justicia‖ de mi país.
1) "La niña estaba jugando y se cayó por el balcón. Quedé como en 'shock', y como en
blanco. De inmediato salí del edificio a hacer una diligencias que tenía pendientes
porque, eso sí, yo soy muy cumplida". Alejandra Salazar Rengifo, la joven señalada
de haber lanzado a una niña de seis años del piso 18 de un edificio en El Poblado.
2) ─"Por favor, puedo pedirles algo".
─"Claro".
─"Me puedo tomar otro traguito".
─"Hágale".
Reacción de Camilo Torres, alias 'Fritanga', ante los agentes de la DIJIN, cuando lo
encontraron en una bacanal celebrada en una isla del caribe, y le informaron que
quedaba capturado para extraditarlo por narcotráfico.
3) "Diez cervecitas no dan para marcar un nivel tan alto de alcoholemia". Modesto de
la Cruz Carrasquillo, director de Tránsito al explicar por qué conducía un carro tras
haber tomado trago.
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LA PERSISTENCIA DEL VACÍO: LA LITERATURA COMO HERRAMIENTA COMPLEJA
4) "Yo no abusé sexualmente de ellas. Lo que hice fue liberarlas del demonio". El
pastor Álvaro Javier Gámez, sindicado de acceso carnal abusivo por haber tenido
relaciones sexuales con varias de sus feligresas en la secta Salem, en la que él dice
―es ungido por Dios‖, y según la cual, si le ―entregaban su virginidad, tendrían
privilegios y bendiciones eternas‖.
5) "¡Hombre!, ¿cómo le van hacer a un senador de la República una prueba de
alcoholemia?". Le dijo el senador Eduardo Carlos Merlano a un grupo de agentes de
la policía en un retén.
6) "Luis compró un perro caliente. Lo recibió, y de repente salió a correr en dirección
al caño del Parque El Virrey. La imagen que tengo de él es la de sus pies volando
por el aire. Es lo último que supe de él". Laura Moreno Ramírez, la detenida amiga
de Luis Andrés Colmenares, el joven muerto luego de una fiesta de disfraces el 31
de octubre del 2010.
7) "Firmé los papeles sin leerlos. Lo hice por amor". La actriz Valerie Domínguez al
explicar que no sabía que los documentos a los que le había puesto su rúbrica eran
para formalizar un crédito de Agro Ingreso Seguro con el que ella y su entonces
novio, Juan Manuel Dávila, se beneficiarían económicamente.
8) "La corrupción es inherente al ser humano". Guido, Manuel y Miguel Nule,
directivos de un conglomerado económico, al explicar las causas del
multimillonario caso del carrusel de la contratación, escándalo de corrupción que se
dio durante la alcaldía de Samuel Moreno.
9) "No me explico cómo las autoridades no se dieron cuenta de que todo era un
montaje. De los 66 hombres que se desmovilizaron, 41 eran indigentes y algunos
estaban drogados". Felipe Salazar, alias 'Biófilo', al explicar la desmovilización del
supuesto frente Cacica La Gaitana de las FARC, que hoy tiene enredado
judicialmente al excomisionado de paz Luis Carlos Restrepo.
10) "Nosotros no extorsionábamos. Al contrario, los empresarios nos buscaban para
darnos plata para nuestro proyecto". Salvatore Mancuso, excomandante de las
Autodefensas (AUC), al explicar cómo financiaron la guerra sucia contra la
insurgencia.
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LA PERSISTENCIA DEL VACÍO: LA LITERATURA COMO HERRAMIENTA COMPLEJA
11) "Conocí a Jorge Noguera a mediados del 2001, durante la campaña a la Presidencia.
Tuve la oportunidad de hospedarme en su casa y compartir con su familia. Me
pareció un buen muchacho y un profesional con futuro. Por eso, yo lo llevé a mi
gobierno". Álvaro Uribe sobre Jorge Noguera, condenado a 25 años de cárcel por la
Corte Suprema de Justicia por concierto para delinquir, haber puesto el DAS al
servicio de los escuadrones paramilitares de extrema derecha, homicidio, falsedad
por ocultamiento y revelación de secretos de Estado, entre otros cargos.
12) "Fue a mis espaldas". Ernesto Samper Pizano, expresidente de la República (7 de
agosto de 1994 a agosto de 1998) al argumentar que él no se dio cuenta de que la
mafia infiltró con seis millones de dólares su campaña presidencial, en uno de los
escándalos judiciales más sonoros de la historia nacional y conocido como el
'Proceso 8.000'.
13) "Me vi con Pablo Escobar. Es un hombre que está dispuesto a dar la paz a
Colombia. No es cierto que muchas cosas que se le atribuyen sean de su autoría.
Debemos ser justos, debemos ser veraces". El padre Rafael García Herreros en el
espacio de televisión El Minuto de Dios el 11 de mayo de 1991
Un hombre sale del lugar. Al pasar roza mi espalda con su rodilla. Recibe un
mensaje de texto de su esposa que dice que llegará en cinco minutos. Baja despacio por la
acera y llega hasta una farmacia y compra algo. Al devolverse cruza la calle y le echa un
vistazo al café pero su mirada no hace contacto con la mía. Recibe otro mensaje de texto de
su esposa donde le dice que está ovulando y que tienen que ir a casa para tener relaciones
sexuales para por fin concebir al primogénito. Viven en un apartamento sobre la avenida
Bartleby. Este mensaje inmediatamente le quita la erección que llevaba y que disimulaba
con las manos en los bolsillos. Odia el sexo de ovulación. En dos ocasiones ha tenido
dificultades para penetrar a su esposa. El llanto y las lágrimas de ésta no se hacen esperar.
Su esposa llega y él le da un tímido beso en la mejilla. Cruzan a la otra acera y
toman el primer taxi. De acá a la avenida Bartleby hay aproximadamente 15 minutos. El
trayecto lo recorrerán en silencio. Al hombre este camino le parecerá peor que los años de
inconcebible apatía hacía su esposa. Las eyaculaciones exiguas, los múltiples tratamientos
para mejorar la movilidad de los espermatozoides, los baños medicinales, los aromas
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LA PERSISTENCIA DEL VACÍO: LA LITERATURA COMO HERRAMIENTA COMPLEJA
eróticos y la masturbación frente a doctores extraños lo tienen agotado. Todo para
complacer a su esposa. Nada comparable con el cielo azul-grisáceo, que considera
primaveral, y que ya se está ocultando.
Soy un hombre aterido, contemplo desde un banco, no tan gélido como mis
pensamientos, como los vientos que acarician estas tierras, la danza, el ritual. Zozobra el
temple del espíritu y hay elasticidad en la moral. Leo las frases cinco veces más tratando de
dilucidar si esta clase de comportamiento es global, si se concentra equitativamente en
varias partes del mundo o unas regiones monopolizan una mayor cantidad de estupidez,
como golfas de sección de entretenimiento y figuras de la realeza. Es extraño, me siento
más en casa, alguna casa, leyendo este tipo de cosas. Los huesos se acostumbran pero de
vez en cuando tiemblan con nostalgia, aunque sea un poquito; la respuesta del porqué del
éxito del entretenimiento barato se revela como un código de barras que paulatinamente
comienza a repujarse en la frente.
Pido otro tinto cargado, de esos que aflojan los clavos de los ataúdes. El periodista,
el narrador, el cronista-autor, yo, procede a mirar el lugar donde estaba el tipo y ya no está,
mientras sopla el débil vaho de su café.
Ya tengo calculada la distancia. Ya estoy en la otra orilla. Ahora sí estoy listo para
escribir.
10.
Periodista: Estamos orgullosos de que haya sobrevivido a la bomba.
Entrevistado: Sí… bueno…, dos de mis compañeros murieron.
Periodista: Sin embargo, seguimos orgullosos.
Entrevistado: Pero… fue algo de azar.
Periodista: Seguimos orgullosos.
11.
Noticiero visual: Internacional, deportes, farándula y nota social; total de tiempo
invertido para cada sección: 5, 20, 45, y 1 minutos respectivamente; Contrabando de fetos
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LA PERSISTENCIA DEL VACÍO: LA LITERATURA COMO HERRAMIENTA COMPLEJA
con fines satánicos. ¿Internacional o nacional? ¿Para importación o exportación?
Respuesta: no se sabe; jugadores dopados; el mundial cerca y una inmensa cerca de púas
rodea el país. Mala suerte y mediocridad; primera persona depositará por derecho legítimo
compresas y tampones marchitos apenas untados y menopáusicos a las canecas de la
habitación principal de la cancillería primera. Otros países van por las mismas; pareja
joliwudense de tres años en fiel polígamo matrimonio presenta separación inminente por
diferencias en los tiempos de sexo compartido y en las presentaciones de premios,
conciertos, kabala y cienciología. Desidia frente a los cuestionamientos de los paparazzi y
pobres diablos con respecto al origen de su sexualidad, sobre lo bien o mal que tratan a los
niños, sus perfumes, sus pelambres y sus autos costosos; tiernas niñitas de rojiza sonrisa y
negrísimo cabello, ¡atención! brutalmente violadas con sarna y baba en la boca por
violadores aún no encontrados y escapados, que la población intenta cazar a punta de
machete entre matorrales, callejuelas, bancos y árboles. Recompensa policial por pronta
captura: 30 millones. Ataúd y hueco con tierra frescamente regada: 1 millón. Donaciones a
cuenta corriente número triple cero dosunocincodoblecuatro con el auspicio cordial de
Master Card. Velación y repudio al que se suma la república: 12 millones. Saber que se le
hizo un bien a la población capturando a los forajidos: no tiene precio. Drama familiar,
secuelas y odio reprimido: trabajo con psicólogos de ONG, igualmente, sin precio;
¡Imposible! Éxito en trasplante y posterior rinoplastia: células de rinoceronte implantadas
exitosamente en ñoco de nariz de mujer la cual un perro arrancó de un mordisco y que
luego fue dejada y posteriormente olvidada en tienda de barrio como finca para un litrico de
aguardiente Néctar; bebé abandonado en cajero automático: especialistas de la DIJIN, FBI,
INTERPOL, CPI, CIDH, OTAN analizan con poco éxito las quinientas fotografías y
múltiples videos del suceso captado en el cajero e intentan dar con el paradero de un tipejo
que tiene dos piernas, dos brazos, cabeza y tronco con tonalidad de piel blanca o negra, de
labios desleídos y de ojos inexpresivos e inidentificables. Se presume que tiene bigote
aunque podría quitárselo al momento de este informe periodístico; secuestro de avión con
granada perpetrado por minusválido ex-policía, ex-guerrillero y reinsertado que por piedad
no fue requisado por autoridades aéreas al momento de abordar el avión. Revuelo de las
sociedades de discapacitados por llamar minusválido e impedido a un terrorista en silla de
ruedas. Dichos grupos piden espacio de rectificación de cinco minutos con traducción
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LA PERSISTENCIA DEL VACÍO: LA LITERATURA COMO HERRAMIENTA COMPLEJA
simultánea en lenguaje no verbal y cárcel de por vida porque un discapacitado también
puede ser un terrorista desquiciado y sanguinario; los atracadores de autos y desocupadores
de hogares así como apuñaladores profesionales de encuentros futbolísticos y violaniños,
son capturados y soltados en tiempo récord, confirma la comisión encargada por los
Guinness Records para el registro de mediocridades omitidas o cometidas por un sistema
penitenciario y/o legislativo en país tercermundista; ciclista gana un premio de montaña en
vuelta ciclística; tenista avanza a tercera ronda de clasificación para abierto de tenis;
corredor primero en salir por lluvia en gran premio de automovilismo, directivos conformes
con el desempeño corredor porque sienten que metió güevos mientras llovía. Prolongan su
contrato por un año más con una cláusula de recesión altísima y un aumento que oscila
entre los uno y treinta millones de euros; éxito total en la pasarela de X. Inspirada en la
fusión de música clásica con Hip-Hop, se destacaron los colores terrarios, los estampados
florales y psicodélicos y las tachuelas que adornaban los accesorios de cuero. Figuras
tridimensionales y la mezcla de texturas características del neobarroquismo y el
modernismo, fueron el detalle más destacado de la noche de clausura.
Pausa para
comerciales y ya regresamos con toda la información.
12. I Belong to Je suis
Dos sacerdotes católicos contrataron un grupo de sicarios para que los asesinaran
cuando se enteraron que uno de ellos tenía SIDA. Intentaron suicidarse lanzándose desde
un acantilado, pero no fueron capaces y pagaron varios millones para que un par de sicarios
acabaran con su vida. Cuando los encontraron muertos la lluvia caía oblicua, con gruesas
gotas. El ángulo de caída permitía ver un patrón de rebote distinto, como en un lugar donde
el tiempo se fractura y donde todo se olvida y se detiene. La lluvia, caía con violencia
cuando llegó la policía a la casa donde yacían los dos sacerdotes. La noticia no decía nada
de esto, ¿cómo lo sé?; no lo sé, pero es importante imaginarlo.
Soy un hombre con recursos suficientes para prever las fallas de la vida cotidiana,
pequeños momentos de crisis, delicados dilemas de insustanciales ahorros de dinero y
tiempo, pequeños indicios de realidades subterráneas que me hacen anticipar unas
realmente incontrolables variables que yo, sólo creo, que se pueden controlar. Hago lo
posible por obtener un beneficio personal que no vaya totalmente en detrimento de las
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LA PERSISTENCIA DEL VACÍO: LA LITERATURA COMO HERRAMIENTA COMPLEJA
necesidades y gustos de las otras personas. Quiero obtener una leve ventaja, no muy
codiciosa, pero atractiva a mis necesidades, abrigando la fe de la perfección y de que
siempre puedo simpatizar con aquellos que entrevisto para sacar la mayor información
posible. Añoro aquellos tiempos de Gay Telase y de Tom Wolfe, de ese nuevo viejo
periodismo; irse un mes, un año, a narrar cómo Sinatra se acomoda el sombrero y se suena
la nariz, sobre la caída de un imperio de 2 años en el proyecto pseudorepublicano de un
pedazo de tierra sectorizada africana; quiero constatar la muerte que se parece y la vida que
se recorta al inicio de los crepúsculos, de las vanidades y la sátira de una sociedad
decadente, de cómo, ni en la tragedia más ridícula, el ángulo de caída de la lluvia se afecta
y se sigue relentizando o acelerando por el eco del olvido. Pero a mí me van a pagar por mi
crisis, no por denunciar las causales que hacen a un hombre entrar en crisis cuando se
acerca a los 40. Los pequeños detalles de la crisis planetaria de la aldea global, la era
dominada por las lógicas económicas, la contaminación democratizada (todo lo demás ya
fue privatizado) el saqueo minero-energético, de todo eso se encargará la historia y unas
poquitas publicaciones de baja popularidad, diametralmente opuestas a la Goebbels.
Mi texto es producto de la casualidad, no una casualidad pura, es más bien producto
de esa donde desarrollo otros reportajes mientras en los intermedios, arrojo ideas
preconcebidas sobre el ser y el vacío. Por eso soy medio afortunado, completaría el otro
medio si los de la Goebbels patrocinaran completamente mi descaro periodístico-literario,
con la irresponsabilidad financiera de antes, con la pureza informativa y creativa de otrora.
Esa capacidad natural para drenar la inocencia de una idea y convertirla en algo irónico,
abogando por ideas controvertidas como la vigorosa necesidad del control poblacional
radical, es mi sello particular.
Al terminar de ver la noticia de los sacerdotes, pienso en un hombre, quizá uno de
los sacerdotes suicidas, desgranando lágrimas silenciosas de sus ojos, atemperando su
sentimiento, queriendo anticipar el líquido antes de que siguiera cayendo, y pienso, con esa
imagen arbitraria al final de su vida, en la fragilidad genética, en la homofobia, en la
hermandad sobre el origen de la intolerancia que acaba con todo, en que nada quedó lo
suficientemente bien hecho; en eso que se precia de estar vivo.
La investigación hecha por un grupo de biólogos de la universidad X, se les antoja
algo deliciosamente emparentador y humano a los productores del noticiero visual.
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LA PERSISTENCIA DEL VACÍO: LA LITERATURA COMO HERRAMIENTA COMPLEJA
Inmediatamente después de la noticia de los sacerdotes, hacen la transición sutil a una
donde se buscaban los procesos que se dan en los centros nerviosos de las moscas
Drosophila macho, después de que la hembra rechazara su cortejo. Se descubrió que la
mosca macho que era rechazada, se entregaba al alcohol un 15% más para ser precisos que
aquella que lograba copular con eficiencia. El alcohol era mezclado en agua azucarada y la
mosca, prefería la mezcla con alcohol que la melaza sin alcohol. Nunca fue tan literal la
frase ―15 minutos de fama‖ ya que esta investigación fue Trending topic por 14 minutos y
43 segundos. Un estudio futuro en cucarachas dará luces, así como el de las moscas, sobre
los centros nerviosos implicados en la elaboración de investigaciones inútiles.
Esa privada revolución de 140 caracteres, que refuerza la simetría social, aún no
mitiga las lecturas etnocéntricas desde la propia isla informática. He venido comprendiendo
el éxito de la vociferación y la nueva avalancha noticiosa, pero no puedo verbalizarla en el
artículo aún. El corresponsal del vacío se ha quedado sin ideas por varios minutos, sin la
palabra adecuada, testigo mudo condenado a la pasividad, felizmente impotente.
Siguiendo con las delicadas transiciones informativas:
―Hacia 1971 la @, ese grafema que determinaba una medida de peso, comenzó a
utilizarse para identificar el lugar donde se escribía un correo electrónico. La revolución de
la @, el renacimiento de un signo, del experto en lingüística y semiótica, el sociólogo
doctor X, en 700 páginas muestra magistralmente la relación del signo con la configuración
de dinámicas sociales totalmente nuevas por un hecho prácticamente azaroso, únicamente
porque el símbolo @ se encontraba en casi todas las máquinas de escribir de la época. El
ilustre doctor, creador también de la S invertida o S del espejo, (regularmente conocida
como Z) un libro menos pretencioso pero ameno sobre el valor semántico de la última letra
del alfabeto, vuelve con este celebrado best seller, que analiza a profundidad las lógicas
oblicuas y accidentales de las relaciones sociales por medio de referentes construidos y
solidificados
por
medio
del
lenguaje
fonético
y
semántico.
RECOMENDADISIMOOOOOO‖ (dice la presentadora al final).
Con la altivez que da la depresión severa, antes podía mirar todo bajo el mismo
racero insignificante. No obstante, sufrí algunas veces de CEFI (Crisis Espontanea de
Fervor Interdependiente). Hijo del polvo, hermano putativo del vacío, padre de nada, podía
sin prosa, identificar los engranajes y los incalculables defectos de esa maquinaria vital y
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LA PERSISTENCIA DEL VACÍO: LA LITERATURA COMO HERRAMIENTA COMPLEJA
no impacientarme, mirando todo desde el pedestal de la indiferencia, excepto ese hecho
procaz de no estar junto a alguien para poder compartir tan privilegiado placer, ese de poder
seguir contemplando la sucesión de hechos que se repiten con igual proporción de belleza y
horror. En un lugar donde el conocimiento es una desgracia que se paga con moneda
vetusta, infamias y burlas, descubrí que no era necesario vivir eternamente, sólo bastaba
con dosificar, por saltos controlados, una vida modesta y corriente para saber que nada
cambia ni se transforma realmente. El resultado: adiós depresión.
Genéticamente tenemos la misma composición del hombre que vagaba por manadas
sobre las extensas estepas africanas buscando abrigo y luchando por prolongar la progenie.
La arrogancia de la depresión, la euforia por nuestros insignificantes éxitos modernos, no
compagina con esa historia de errancia e impredecibilidad milenaria.
El artículo –antes de comenzarlo– ya tiene dedicatoria. El artículo lo dedicaré única
y exclusivamente a mí. Solipsista, egoísta, narcisista, vil, sí, toda la razón. ¿Pero no son
exactamente esos mismos sentimientos y valores los que motivan los duelos y las
dedicatorias; esa capacidad humana para anclarse al dolor imposibilitándonos vivir en
comunidad con dignidad y humildad? ¿Por qué no acortar las distancias sentimentales y
conceptuales?
Ahora, un hombre bajito, enjuto y moreno, que semeja una caricatura de Bob Hope,
el compañero de la presentadora, el perfecto complemento de las dinámicas noticiosas,
aquel que neutraliza, con su aire sobrio y mesurado, la belleza despampanante y casi
ridícula de la presentadora, anuncia por la pantalla LED el ganador del festival anual del
burro. El ganador es el burro disfrazado de un reconocido religioso, un predicador de la
costa caribe, bonachón y millonario que se gana la vida con programas de televisión
matutinos, bendiciendo el día y con gacetillas cristiano-autosuperadoras, anunciando que el
man-jesús-jesucristo, está y sigue vivo.
El vacío, cortándose las uñas, lavándose los dientes, haciendo buches con un
enjuague bucal radioactivo justo a mi lado, no me toma desprevenido. Infringiendo la
voracidad de su presencia, volteo a otra parte. El operativo no es igual, insisto estar frente
al vacío, pero prefiero mirar a una mujer que se seca los lagrimales. No llora pero su vieja
expresión al frotarse los ojos con un pañuelo, semeja un gesto de lamento. Las intrigas
parecen mermar. Las zonas de evacuación de mis ideas y de los gestos parecen bloqueadas.
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LA PERSISTENCIA DEL VACÍO: LA LITERATURA COMO HERRAMIENTA COMPLEJA
Los brotes de violencia del vacío, sus llamativos y ampulosos movimientos no alteran el
orden de mi minuciosa observación. Solo una persona conmemora sobre sus hombros esa
persistencia de vida, totalmente anónima.
Calentamiento global, esos productos nuevos que se deterioran rápido gracias a
ingeniería genética para dar al consumidor sensación de frescura y naturalidad:
preocupación recurrente por los gases de efecto invernadero; crisis con forma de vieja
histérica en chanclas y rulos corriendo para todos lados. Pero con un simple ejercicio de
memoria, con solo abrir una de las tantas investigaciones sobre nada, entendemos que el
calentamiento global es tan viejo como el Mesozoico. Según unos sabios, mediante un
estimado matemático, calcularon que las flatulencias de los herbívoros produjo un
calentamiento global diez grados más que el actual. Y eso hace 150 millones de años. ¿Qué
son 150 años de revolución industrial? Aún debemos agradecer por las tabletas, el internet,
las redes sociales, teléfonos y dispositivos que piensen por uno, por investigaciones cuyo
único fin, es acallar el lamento que provoca la finitud de la vida humana, para ocupar
definitivamente el lugar que nos corresponde. Ya el vacío puede dejar de cortarse las uñas y
puede seguir de largo.
Dos actores: uno amarrado a un poste, y otro, sosteniendo una correa, hacen la
representación de alguien que ha sido capturado robando algo en la calle. Aunque visto por
la pantalla, la escena parece más real que la realidad misma. Varios curiosos se acercan y
comienzan a arengar al hombre amarrado al poste. De fondo comienza a sonar el preludio
de Tristán e Isolda, el experimento social que va narrando la caricatura de Bob Hope,
consiste en demostrar la influencia de Wagner en la ejecución de prácticas autoritarias y
vías de hecho, sin la mediación de jueces. Se establece que Wagner sí influye así como Iron
Maiden y grupos de metal industrial, también baladas de los cincuenta, pero se acentuaba
con Wagner ya que los sujetos comenzaron a patear al hombre indefenso en el poste casi
hasta el linchamiento. Incluso los sujetos de control no pudieron detener la turba que se
agolpaba más y más.
Todo terminará, sí, y ni siquiera adelantar el tiempo puede definir el momento
exacto. Hasta el mismo concepto del tiempo desaparecerá, con todo, incluido el metano y
las flatulencias de las fábricas y ese vacuo atenazamiento de la verdad. No seguiremos, o
por lo menos yo, aunque pueda lograrlo, poblando este mundo. Algo más evolucionado nos
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LA PERSISTENCIA DEL VACÍO: LA LITERATURA COMO HERRAMIENTA COMPLEJA
sucederá, algo que comprenda que los lenguajes son ulteriores a los entendimientos. Las
formas de representación se habrán extinguido y no sólo reducido, nos abandonarán las
ideas del futuro, del más allá y sabremos que la esencia no trascenderá. Cuando eso pase,
dejaré de saltar y vagar por el tiempo. Ya no seré más necesario y viviré en el idilio de la
simple ecuación de la finitud, del concepto actual del ahora.
Me levanto de la mesa, pido la cuenta y firmo, con una rúbrica odiosa y acelerada,
para cargar todo a la cuenta de la habitación que seguramente será pagada a miles de plazos
con alguna de las susodichas tarjetas de crédito. Comienzo a caminar con un poco de
malestar a la recepción del hotel.
―Si desea algo más, llame a recepción, presione el 1 y en menos de lo que piense,
alguien llamará a su puerta‖. Reza el cartel de la puerta de mi habitación.
13.
Chat (Livestream) desde el consultorio de nuestra doctora experta, Magna cum
laude, abogada penalista, experta en remoción testicular, sexóloga, jardinera, adicta al
chocolate, teniente, bacterióloga de yogures caseros, aficionada a los muebles modulares de
aglomerado, con ustedes nuestra sección de pregunte a la doctora X.
─Doctora X, ¿es mala influencia que una mujer robe para sus hijos?
─Sí, es mala influencia.
14.
El piso de la habitación está lleno de botellas vacías de agua, dos cajas de
cetilpiridino (antiséptico bucofaríngeo), Sinutab para la gripa (recubiertas, no pude
conseguir las de gel que bajan por la garganta más fácilmente) y 3 botellas de jarabe
expectorante (importado) sin alcohol, sin azúcar, sin colorantes, de extracto de hiedra
disecada, cuyos vasos dosificadores, también andaban por ahí regados fuera de mi vista.
Recién llegué el cambio de temperatura y de altitud me habían afectado dándome un
minúsculo acceso de fiebre, dolor de garganta y tos recurrente. Fue la bienvenida oficial a
estas tierras.
Muchos lugares sin nombre, muchas personas sin nombre. Eso pasa cuando
comienzas a saltar por el tiempo, las características de las cosas se disipan y comienzan a
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LA PERSISTENCIA DEL VACÍO: LA LITERATURA COMO HERRAMIENTA COMPLEJA
parecerse y ya nada se diferencia de nada. Salté un par de días y ya no estaba enfermo pero
el reguero estaba ahí. Podía saltar hasta que ya no estuviera enfermo, pero no me disgustaba
ver la habitación así, sucia y revolcada. Al saltar por el tiempo, las huellas de tu presencia
también se van desvaneciendo, así que algún testimonio como el del desorden está bien.
El malestar vuelve poco a poco. Parecía que mi cuerpo inconscientemente asociara
la habitación con los síntomas. Por las paredes, veo unos senderos llenos de maleza. En la
memoria se flanquean a ambos lados araucarias y cauchos sabaneros, cuya sombra se riega
por los caminos, ocultando esas cosas que están ahí pero que no son necesarias a la visión.
Los rastros de la noche andan con parsimonia por sobre esos caminos de la
memoria. La estabilidad, mis nervios machacados, arrugados y dejados en una esquina de la
habitación, junto con las cajas vacías de los fármacos, son los arquitectos de esta condición.
Con sopor y embotamiento, el dolor de cabeza y el cansancio luchan junto con el
insomnio para hacerme polvo y estrechar los propósitos. La habitación es como un salón
con los pupitres perfectamente alineados, incubando silencio durante años, haciendo el
vacío más penetrante. Los lugares deshabitados y mohosos de nuestro interior claman por
cambios rápidos y abruptos, que modifiquen la perspectiva y las contingencias, sin
embargo, la cálida habituación de los días, cobija y sana esos sopores para que sean
tolerados en otros días posteriores con más enjundia.
Ya se acerca Semana Santa y la revista volvía a lo mismo de los últimos años:
contratar modelos despampanantes para que representaran motivos religiosos: la ultima
cena, la crucifixión, ídolos más locales como el divino niño o la virgen de la encarnación
pero mostrando las tetas y sugiriendo la zona púbica con sombras y fotoartificios. En una
época las demandas de respetables y furibundos religiosos no se hacían esperar pero ya han
ido bajando y pronto tendrán que cambiar la estrategia de ambas partes. En la edición
digital las siluetas estaban recortadas y el lugar de los cuerpos era ocupado por sombras
torneadas con llamas que no dejaban ver los contenidos cárnicos de esas otrora mujeres. La
luminosidad del fuego de textura cremosa e inofensiva, cuya estela estaba un punto
retrasado al movimiento del cursor, dejaba advertir un pedazo de piel, y algunas letras cada
cierto tiempo, y si querías ver la modelo completa, junto con el reportaje y más zona
púbica, se tenía que pagar una pequeña suma. Por una afortunada coincidencia, no tenía que
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LA PERSISTENCIA DEL VACÍO: LA LITERATURA COMO HERRAMIENTA COMPLEJA
hacer reportajes ni especiales al desnudo de Semana Santa. Por esa semana estaría única y
exclusivamente enfocado en mi proyecto.
Los reportajes santos no se inmiscuían en el hecho cada vez más evidente de legarle
a las generaciones futuras el pecado de vivir en un mundo que privilegia el oro por sobre el
agua, la guerra y el poder por encima de la vida. Nuestro patrimonio estaba fuera de los
intereses editoriales de la redacción, no sólo en semana santa sino en las 51 semanas
restantes. En nuestra herencia, dentro la memoria de la humanidad, ya se había injertado el
sufrimiento y el odio como los únicos valores para la supervivencia, desde los albores de la
esquizofrenia de Constantino sobre el puente de Milvio, hasta nuestros días de caduca y
agitada religiosidad. La piel tiene su memoria, la historia se arrastra por entre nuestros
relatos, pero se actualizan en nuestros actos, vergonzosos y fotogénicos, débiles y etéreos.
Como un arma comienza a disparar el insomnio. Doy vueltas en la cama, trato de
concentrarme y no llega el sueño. Escucho a la distancia a alguien que se baña. El sonido
atraviesa con la claridad que da una noche solitaria e insomne la música inconfundible del
agua recorriendo el cuerpo de alguien, deslizándose como el arroyo que talla y pule
lentamente las rocas a su paso, sin detenerse en ningún pliegue de carne ni demorando su
tránsito en un ángulo imposible hasta caer sin uniformidad sobre el piso de baldosa de la
ducha haciendo un chasquido arrítmico pero armonioso. Prendo el televisor y la lámpara,
reviso el Smartphone y llegan los mensajes de los cupones virtuales de descuento para
depilación por un año, viaje a dos islas vírgenes que dejaron de serlo hace 40 años, un
menú marino para dos personas y un tratamiento con un beneficio del 90% en
microdermoabrasión+rejuvenecimiento facial, basado en la teoría de la transportación
electromagnética de la luz que asegura que cualquier cara es joven, si se ve desde varios
años luz de distancia. La llave de la ducha en la otra habitación se cierra. Por el televisor
están dando el Behind The Penthouse Girls. En la guía del DirectTV me invitan a descubrir
sin censura y en exclusiva el mundo Penthouse, el imperio del entretenimiento Premium
para adultos donde se podrá apreciar los detrás de cámaras de las grabaciones para conocer
de cerca las exuberantes y atrevidas chicas ―pets‖. Resulta una corta y nefasta píldora para
liquidar cualquiera de mis últimos vestigios de gusto por el porno, un antídoto perfecto para
el entretenimiento adulto, además de la reedición de la babilonia posmoderna, una aldea
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LA PERSISTENCIA DEL VACÍO: LA LITERATURA COMO HERRAMIENTA COMPLEJA
global y un enciclopédico ejemplo para entender el mestizaje y la criollización con gemidos
y poca censura, cabezas huecas y semen por doquier. Apago el televisor.
Como mirando las gotas que caen lentamente en un vaso, abombando una
membrana que pronto se romperá por una única gota que rebosará con violencia pragmática
el contenido, así los segundos seguían cayendo dentro del insomnio, para en algún
momento, derramar su cauce y desgarrar el dique que me separaba de la tan anhelada
inconsistencia onírica.
Últimamente me pierdo en los sinónimos al escribir. No estoy feliz con mi
redacción, tengo problemas para entenderme. Sé que se me dificultará comenzar el artículo.
Antepongo adverbios sobre adjetivos, y no facilito la lectura del texto. Siempre he tomado a
mal las críticas de la redacción. Estaba atrapado entre dos columnas de significados que se
iban cerrando por ambos lados hasta verme tomando por necesidad la alternativa de
quedarme quieto y no hacer nada. Enrojecía, me molestaba, le decía a una imagen
imaginaria que no tenía razón, arañaba una columna para trepar y poder escapar de ahí. No
aprendí a redactar y los programas de texto, autocorrección y autotraducción suplían las
faltas.
A medida que va avanzando la noche, como un manto continuo que va cayendo de
forma organizada, así caen las teorías y las ideas en mi mente, creando un suspenso
compacto. La ducha ya no se oye y todo es silencio. Imagino que desde el cielo se
desestructura una cúpula que se desgaja como un manto tonal de formas geométricas y
organizadas, resolviéndose con un final explosivo de unidades cerradas que van
desnudando la atmósfera, dejando al aire los paradigmas, las premisas sin sustento, las
normas y la validez, los plazos y cortes editoriales, la misma naturaleza limpia de toda
presunción de saber que producía antes la impresión de peso y densidad.
Me estiraba cuan larga era la cama con auténtica dignidad.
La situación forma parte de una nueva lógica llena de desprecios desmedidos. Ahora
razono con formas estructuradas muy diferentes a las de los años anteriores. Del cielo
suelen erguirse esquemas celosos de la infinitud, formas caóticas que, pasados los meses,
dan la sensación de unidad y coherencia. Las opiniones versan hacia distintos ángulos y
profundidades. Pago un precio considerable por conjugar los tipos de pensamiento surgidos
en conversaciones pasadas. En la redacción no compaginábamos en los términos medios,
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LA PERSISTENCIA DEL VACÍO: LA LITERATURA COMO HERRAMIENTA COMPLEJA
pero en las proposiciones finales, llegábamos a acuerdos más o menos unificados. El
lenguaje sigue siendo un acto privado hecho público mediante un vidrio empañado que
difumina los colores y las formas. Las impresiones se tocan en ciertos aspectos más
congraciados con la fantasía. Comprendo finalmente porqué los nombres y los lugares se
van perdiendo con el paso lento o rápido del tiempo. En cambio, las molestias, enterradas
en formalismos y apariencias, tonifican la vivacidad y los roles.
En medio de la duermevela, mirando al cielorraso, me viene la imagen de mi vieja
casa. Es parecido a este, lleno de arabescos intrincados pero el de mi casa tenía un pequeño
vitral en el centro. Desde las escaleras del primer piso, el techo daba la bienvenida creando
una especie de performance musical, con cuerdas de acero paralelas que generaban
vibraciones violentas. El viento querían sacar sonidos armoniosos con diferentes
graduaciones y tensiones pero su irregularidad lo impedía. Pensaba trasladar esos sonidos
acerados para imitar la arquitectura del techo acá, a miles de días de distancia,
superponiendo las curvas y repujados y las líneas oblicuas que se acariciaban por las luces
tamizadas del pequeño vitral, pero es imposible. No recuerdo perfectamente cómo daba la
luz, ni los ángulos que formaba y quedo sólo con el recuerdo musical del techo de mi casa
en este que no tiene vitral.
Me levanto de la cama y me dirijo a la ventana a ver la ciudad en la noche que ya va
cobrando vida y sonido.
15.
Un hombre se asoma por el casino que está enfrente del hotel a fumarse un
cigarrillo. El humo, se difumina entre dos franjas de luz de un proyector de 8mm que da
vida al hombre frente a mis ojos. Viste un traje viejo, lleva un reloj japonés grande de por
lo menos 30 años. La adicción al juego ya se ha apoderado de él y lo envuelve en una capa
de tristeza y compasión. Sus manos secas y callosas, dibujan un entramado de dermis
muerta y dura, que facilita la manipulación del cemento y el acero. Sus manos tienen la
memoria de otras que habían sido surcadas por las fibras de las cabuyas de fique, que
jalaban mulas y caballos por estrechos caminos para evitar que se despeñaran por
desfiladeros sin fin. Bestias que abrían caminos lentamente, entre la miseria y el misterio de
los sonidos de cascos sobre el barro, que atestiguaban la cercanía con las nubes, que
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LA PERSISTENCIA DEL VACÍO: LA LITERATURA COMO HERRAMIENTA COMPLEJA
cimentaron allá, en mi país, el progreso. El hombre domina sus movimientos, los hace con
cierta seguridad, sin embargo, a primera vista no se advierte un pequeño temblor en la
mano que sostiene el cigarrillo. Su cara está cansada, lleva 27 horas seguidas en el casino.
Aún conserva algo de garbo, pero todo está intoxicado por un destructivo deseo de
reivindicación.
Las prostitutas, lentamente, van más allá de sus portales y la vida nocturna toma
vida finalmente.
Llega una foto al correo. Suena el particular beep de mi celular que avisa los
mensajes de correo electrónico, que se diferencia del particular boop, que es el de los
mensajes de chat. Voy hasta la mesa de noche y tomo el celular. La foto es en blanco y
negro y con el asunto: ―mira lo que encontré‖. Es una vieja foto de cuando tenía dos o tres
años. Vestía ruana, tenis blancos. Estaba bajo una reconocida estatua homenaje a los héroes
de la batalla de Ayacucho. La foto me heló los nervios. Sentí un abismo en el estómago.
Tantos años después, los matices blanco y negro de la foto, fueron a posarse a la mitad de
mi cerebro. No me reconocía. Había apilado capas y capas de ideas que aplastaron a ese
niño. Todo parecía sencillo ahí abajo, ahí pequeño, ahí en blanco y negro. Rebobinar mi
vida y volver a empezar, desde ese punto, parecía fácil. Ahí, mirando a la cámara, alejando
la conciencia y sin la posibilidad de parpadear para volver atrás, con la serenidad de un
drama privado y ético, podía vivir todas las vidas de todos los seres humanos y nunca llegar
a comprender por qué no me reconocía en esa foto, ni por qué del vacío del tiempo, que
vamos dejando atrás, cruje a nuestro paso.
En los buses atestados llevaba libros de Michael Serres que leía entre líneas para
comprender mejor la necesidad del contrato natural. En esos lugares hostiles, inhumanos,
era necesario convalidar el respeto por el espacio y la distancia, como una noble
manifestación que redundaría, creía, en un respeto menos abstracto y más real por el
mundo. Las sombras van envolviendo mi personalidad dándole un tono ocre y gris. Esas
manifestaciones agresivas y privadas, como la de los buses, limitaban la violencia pura y
objetiva, para llegado el caso, no aniquilarnos definitivamente unos a otros. En los buses
allá en mi país, aparte de leer o escuchar canciones romanticonas y viejas, me gustaba
pensar en la torta de pan de mamá, hecha con todos los pedazos de pan viejo, las sobras y
los cunchos que quedaban guardados meses en la nevera e iban a parar al horno de mamá
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LA PERSISTENCIA DEL VACÍO: LA LITERATURA COMO HERRAMIENTA COMPLEJA
con algunos huevos y bocadillo para darle un sabor dulzón. La foto que me envió me
recordaba ese pan. Anhelé inmediatamente el sabor de su torta.
Prendo la aplicación del radio y, al igual que las prostitutas, comienzan a asomarse
las habituales noticias dadas por tipos con voces profundas y de hojalata que se involucran
poco con la emoción, hablando del cada vez más frecuente desenfreno, cada vez más
preocupante de hinchas de fútbol que se matan a la salida de los estadios, o que descargan
su furia lanzando proyectiles inverosímiles como cabezas de cerdos, envases llenos de
gaseosa y cajas de dientes a los árbitros y jugadores contrarios o propios, en una furia ciega
que ya desconocía objetivos.
Guardo la foto en favoritos y voy hasta la mesa a poner el celular. Pateo la basura
del piso y decido no cerrar los ojos hasta que me duerma. Esperaré lo que tenga que suceder
como hace mucho no lo hago.
Me asomo nuevamente al balcón, dejo colgar mis manos y paso revista. Al este, un
hombre maneja su carro, y otro en doble fila, se pone al lado para girar a la izquierda en
posición prohibida. Otro espera detrás del que está en doble fila queriendo seguir adelante.
Rabioso, adelanta y bloquea a ambos carros incluido el que está en la fila correcta. El
hombre que bloquea se baja con una escopeta. Se la pone en los hombros, hace algunas
flexiones y estiramientos como si la escopeta fuera un bastón de gimnasia. Cuando
empiezan a pitar los carros hace dos disparos al aire. Retumban por toda la ciudad pero no
hacen realmente mella en el espíritu nocturno. Deja que el semáforo vuelva a cambiar tres
veces más, hace más estiramientos y mira desafiante a los conductores que no se atreven a
bajar de sus autos ni a soltar el volante. Frunce el ceño burlonamente, sonríe entre dientes.
Finalmente se mete en su carro, bota la escopeta al asiento trasero y sigue adelante dejando
de bloquear el paso de los que quieren girar a la izquierda.
Desde el balcón tengo una vista panorámica, pero la escena no parece nada fuera de
lo común. Nadie se exalta en demasía, ni llama a la policía, ni hace nada. Los carros
aceleran, se pierden de mi vista y todo vuelve a la normalidad. El tipo que fumaba se mete
al casino y las prostitutas siguen al acecho de posibles clientes. Una cosa diminuta
revolotea en el cielo negro. A lo lejos estalla una sirena pero el sonido se aleja.
Veo ahora al oeste el letrero luminoso de uno de esos supermercados que Gunter
Wallraff desenmascaró y denunció. Productos embalados con plástico, cartón y luego más
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LA PERSISTENCIA DEL VACÍO: LA LITERATURA COMO HERRAMIENTA COMPLEJA
plástico; hileras interminables de estanterías en tierras profanas de cadenas de producción
asépticas y sin alma, limpias en frente pero acumulando basura inmigrante ilegal por detrás,
como las dos caras de la moneda de un mundo abroquelado en premisas destructivas e
inconcebibles de romper. Los intestinos infestados de parásitos prefijando una agonía
simbiótica, lenta, que poco a poco terminará acabando con todo. Lo sé. No puedo
exponerme a cosas que me alteren. Imaginar la organización del supermercado genera una
leve excitación en mi consciencia. Comprar contenidos y desechar envases, tanto de
productos que ensucian como los que limpian, personificaban una ternura malvada, procaz,
en un teatro de horrores de bienestar consumista. Las señoras entradas en años, que a esta
hora duermen plácidamente, o que esperan en un sillón de poliéster frente a la puerta a su
esposo y a sus hijos que lleguen de sus respectivos y poco apasionantes oficios, mañana
irían, con la misma disposición de Abraham para entregar a su primogénito, a feriar su
dignidad en filas kilométricas por un 40% de descuento en crema dental, o el 35% en
tampones que ya no usan.
16.
Llega otro mensaje. Pienso será otra foto de la nostalgia. Dejo de columpiar mis
manos en la baranda de hierro forjado, entro a la habitación, voy hasta la mesa de noche a
mirar el celular, pero es un mensaje del editor confirmando la llegada y dando un
insustancial agradecimiento por el borrador de la entrevista con el capitán retirado. Lo
central del mensaje no es eso. El asunto habla de un ―cambio de planes‖. Me ordenan
cancelar inmediatamente el texto de mi ―crisis de los cuarenta‖ y enfilar esfuerzos para
cubrir un festival gastronómico de embutidos muy cerca de acá, a dos ciudades de
distancia, en una sala de exposiciones bibliográficas que simultáneamente organiza la
exposición de la obra de los fotógrafos Jesús Abad Colorado, Stephan Vanfleteren y Dana
Lixenberg. El festival se dará paralelo a la exposición. Según el editor, es importante
destacar el vínculo entre el festival de comida por la multitud de gente que convoca, y la
oportunidad para enganchar a los asistentes con la conmovedora exposición que documenta
los efectos del conflicto armado en la población civil, y la proliferación de invasiones y
asentamientos de casuchas en barrios periféricos de varias ciudades.
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LA PERSISTENCIA DEL VACÍO: LA LITERATURA COMO HERRAMIENTA COMPLEJA
Ante las decisiones de los otros, ni la particular condición de saltar por el tiempo,
sirve para reversar esas decisiones. ¿Debo elegir un tiempo, ilusorio, subjetivo, una realidad
sin tiempo o atarme a una linealidad que carece de toda razón; una ilusión persistente e
irreversible de pasado, presente y futuro?
Rápidamente ajusto las ideas y el artículo de mi particular condición, el estudio
sobre la crisis de los cuarenta de grandes hombres famosos e ingrávidos, el gran testimonio
de cómo el vacío se ha apropiado de los deseos del mundo y envuelve mis más íntimos
pensamientos, pasa a reposar a una tumba en mi mente. Cuando este tipo de cosas suceden,
y al principio de mi carrera sucedían con mucha frecuencia, la afrenta en un principio
consistía en sobrellevar la situación con buen ánimo. Ya pasado el tiempo, cuando la cosa
parecía fuera de lo común, se convirtió en una lucha personal y grupal: no dejarnos joder de
las circunstancias producto de los caprichos del editor general. Ya luego todo sucede, ¡y
sigue!… todo sigue. Convivíamos con la derrota porque tocaba. La saludábamos con
monotonía y su presencia se hizo familiar. Antes era la invitada inesperada de una comida
familiar, y sin convenirlo, pasó a ser la ocupante permanente del cuarto de huéspedes.
Entraba, tomaba asiento, se servía lo que quería y nosotros, los periodistas en ciernes, los
recién desempacados de la universidad, cogíamos con las palmas las boronas sobrantes.
Vuelvo al balcón y la estatua de Atenea Palas, confundida a lo lejos entre ramas y
follaje, atestigua las dinámicas y las transiciones desde su pedestal.
Evalúo si ahora es el momento de parpadear y saltar por el tiempo hasta cuando me
esté zampando un bocado de embutido gastronómico gourmet, viendo fotografías, mientras
al mismo tiempo escrituro grafías en mi mente con la introducción de las valoraciones
sociales de políticas de inclusión que deben resaltar del festival, o ir hasta que le haya dado
punto final a la noticia, la envíe al editor y piense exactamente el paso a seguir.
Si lanzo una moneda en este momento podría decirse tranquilamente que las
posibilidades son iguales para ambas caras. Pero no. Hay algo que juega a favor o en contra
para que una cara salga más que otra. Mayor o menor fuerza en el lanzamiento, grado de
inclinación de la moneda al lanzar, el dedo con el que se vaya a hacer, la palma que lo
reciba, la altura; todo cambia. Todo es un enorme y complicado juego de variables que
juegan a favor o en contra de la cara de preferencia. Reviso mis bolsillos buscando una
moneda y en el último, uno pequeño, encuentro finalmente una. Miro al cielo y cierro los
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LA PERSISTENCIA DEL VACÍO: LA LITERATURA COMO HERRAMIENTA COMPLEJA
ojos pensando en el lado que voy a escoger. ¿Sería la cara de la moneda? ¿O el sello? ¿O la
moneda se escaparía de mis manos e iría a parar al primer piso? Imagino en mi cabeza la
moneda. Imagino los dos lados y me decido por uno. Bajo mi cara en dirección al piso y
vuelvo a subirla como presa de un reflejo pero esta vez no abro los ojos. El desconcierto y
el vacío son tan fuertes que se cuelan por mis parpados e iluminan la imagen de la moneda
en mi mente. Escojo la cara. Me preparo para lanzar y cambio la opción por el sello.
Cuando la moneda va por el aire me cambio por la cara pero antes de que caiga la decisión
es ya irrefutable: sello sería. Pongo mi mano libre rápidamente sobre la palma que recibe la
moneda para no verla. Al caer la moneda en mi mano casi resbala, pero alcanzo a retenerla
con mi otra mano. Aguardo unos segundos, el sello tiene que aparecer. Acunando la
moneda en medio de mis manos, postergo la decisión con miedo. Es algo personal. Dejo la
moneda en la mano derecha y cierro el puño. Con la imagen clavada de la forma que había
construido en mi mente del sello, abro lentamente la palma. Antes de ver, la cierro
bruscamente y postergó la mirada otros segundos más.
Si es sello salto en el tiempo, si es cara, no.
Sin más preámbulos abro mi mano y allí estaba. Aprieto la moneda con fuerza y la
boto lo más lejos que puedo. Mi cerebro se contiene y comienza el festín de improperios
por no poder saltar el tiempo para que el reportaje se haga sólo con la complicidad del
vacío. Se cruza la información en mi cabeza. Todas las cátedras, todos los reportajes, todas
las corrientes, los pueblos, los conflictos, los conceptos y paradigmas convergen en un sólo
cauce y la información desborda.
Conviviendo con la derrota, aprendí que la nostalgia y la esperanza pueden ser una
combinación feroz. Aprendí también a contemplar los reveses como pequeños momentitos
que te acercan al trágico final.
Pruebas todo.
Desde rezos, hasta rabia pura y condensada, drogas, el perdón y la meditación.
Consultas a los astros y a las sectas, vas a terapia…
Nada.
Como último recurso, aceptas. Silencio, vacío, muerte, falta de dinero, escasez de
aquellas cosas que dicen que son importantes. Esas cosas…
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LA PERSISTENCIA DEL VACÍO: LA LITERATURA COMO HERRAMIENTA COMPLEJA
Un indicador para saber que tu cuero se ha vuelto más resistente, es con la densidad
de la saliva. Es espesa al principio, difícil de bajar por la garganta. Luego se aligera y baja
con más facilidad. Finalmente, nada te sorprende porque cada vez que parpadeas, cada que
saltas por el tiempo, lo imposible ha sucedido. La saliva es liviana como tu moral y odias
en silencio.
Como debe odiarse.
Quiero en este momento poner bombas y hacer atentados contundentes y
vindicativos, con armas cortopunzantes lentas y dolorosas, contra todos los pendejos de la
redacción de la revista (no sé exactamente dónde, todo ahora son servidores y lugares
virtuales: la nube, la deslocalización absoluta, el no-sitio) La esperanza es esporádica,
rebosante de promesas y sueños por cumplir. Por el cuarto del hotel las imágenes y los
recuerdos de aquella traicionera visitante se diluyen con firmeza, así como la rabia que se
va aliviando en el interior.
Como debe ser.
Mis movimientos denotan rabia, pero de esa que ha sido bien amaestrada por la
resignación. Miro al frente con el ceño ligeramente fruncido.
Entro a la habitación, entrecierro la ventana que da al balcón dejando un pequeño
espacio para que se cuele el viento y procedo a ver un poco más de pornografía. Cambio de
canal, veo los últimos 15 minutos de una película documental sobre la biografía de un
importante artista del entretenimiento, que sabía de oídas, que hizo una fortuna en las
fragancias y en las franquicias. Al final no dan ningún tipo de información como siempre,
donde en fondo negro con letras blancas, aparece sobriamente lo que sucedió después de
los hechos ahí narrados. Creo que esa información es importante ya que el periodo
narrativo abarca sólo 10 años, haciendo énfasis en la relación tormentosa con otro artista,
(información que busco después). ¿A qué estúpido se le ocurriría esto, pienso, qué clase de
imbécil por una apuesta estética inerte sacrifica esa información que es sello de los
documentales o películas biográficas? Pongo el televisor en off y leo algunos artículos
sobre la vida del protagonista del documental y algunas entrevistas. La cabeza sigue
doliéndome pero nada que puedo dormir. Llamo a pedir té caliente. Llega la orden, doy
sorbos a la taza haciendo sonidos que rebotan contra las paredes.
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LA PERSISTENCIA DEL VACÍO: LA LITERATURA COMO HERRAMIENTA COMPLEJA
Me entran ganas de telefonear a alguien. Al otro lado debe estar comenzando la
tarde. Quiero llamar a una de esas chicas tranquilas mainstream que toman el desayuno en
el transporte público de una bolsa de papel con el logo de una respetable cadena de
restaurantes, y que succionan jugo de naranja semi-natural, por medio de un pitillo flexible
de colores, de esos que se pueden contorsionar en varios ángulos por los pliegues de su
superficie. Esas chicas siempre cargan con un best seller en el bolso donde se divisa a la
distancia el código de barras con un sutil manchón hecho seguramente por la cajera de la
librería con un borrador de nata, signo inequívoco de que aquello era un regalo y el precio
estaba vedado. Quería llamar a una de esas chicas que actualiza su Instagram cada dos
minutos y anda con lentes oscuros Dolce & Gabbana, escuchando música suave y
alternativa por unos audífonos inalámbricos. Tenía ganas de hablar un rato. Preguntarle:
«¿Cómo lo haces, cómo le has hecho todos estos años? La has pasado peor que yo y todavía
te levantas, te ves así, andas así, actúas así… en serio, tesoro, ¿cuál es la fórmula?». Tengo
en mente una chica así y la llamo al celular por Skype y está apagado. Extrañamente tengo
más aplicaciones para comunicarme, llamar, chatear, videoconferenciar, que personas con
quién realmente hacerlo, por lo que no intento con nadie más.
Discuto con el editor en mi cabeza. Mis argumentos parecen irrefutables, los de él
son taxativos, huecos pero imperativos.
Entro a Google y pregunto ―¿Cómo venderle el alma al diablo?‖, salen diez
millones de resultados y conexiones a libros negros y a sectas satánicas.
Estiro las piernas. Estoy tentado por un segundo a hacer alguno de los rituales que
recomiendan para venderle el alma al diablo, pero me basta con saltar por el tiempo,
pretendiendo evitar un vacío del cual no hay escapatoria. Otro día. Otro parpadeo.
Vuelvo a sentarme a terminar los últimos sorbos. Dejo la taza en el piso. Un regusto
amargo de té se asienta debajo del paladar. Aguardando al borde de la cama, diagonal a la
entrada del balcón, espero perplejo y remo en el vacío. Miro hacia el cielo oscuro y no veo
nada excepto algo que revolotea e intenta penetrar en la habitación. El viento ha abierto la
ventana nuevamente pero algo invisible detiene aquella forma. Todo en mí, incluso lo
externo, lo siento como propio. Todo es tan vacuo y personal como la cosa que ansía
traspasar la puerta.
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LA PERSISTENCIA DEL VACÍO: LA LITERATURA COMO HERRAMIENTA COMPLEJA
Vuelvo a masajear con la lengua la protuberancia en la cara interior de mi boca.
Escuece, sabe a sangre y ya está más inflamada.
Mi frustración es escueta. La cosa opta por retroceder a la noche oscura que
albergaba su destino hace poco, para impulsarse con decisión dentro de la habitación.
Ahora la cosa entra y se convierte en un apéndice de los límites de las cuatro únicas
trayectorias que da la habitación. Cierro la ventana completamente y la cosa cobra forma
de mariposa y aletea con desespero al no encontrar la salida. El cuarto se cierra a sí mismo.
Siento escurrir de mis poros el vacío, pero, domino mis oleadas de furia y enfrento la
situación, mirando fijamente a la mariposa. Luego de una interminable batalla de segundos
alongados, multiplicados por miedos y eternidades, logro agarrar la mariposa de un ala. Es
tan endeble que al agarrarla inmediatamente se quiebra como un pétalo disecado. Del asco,
suelto el pedazo y trato de agarrarla nuevamente de alguna otra pieza. Esta se desintegra en
fragmentos de desespero e impotencia, resquebrajándose de manera irreversible y
asquerosa. Suelto el otro pedazo que arranqué, y éstos en el suelo, comienzan a
desintegrarse de igual manera. Lo que era una repulsiva mariposa de invierno son ahora
pedazos regados en el piso que el más mínimo suspiro mueven. Curioso, luego de sentirme
conmovido por la suerte de la mariposa, me agacho con la timidez usual para tocar uno de
los pedacitos que alberga el piso. Cuando lo hago, inmediatamente los pedazos movidos
por mano divina, se trasforman en bidimensionales y casi inidentificables partículas de
polvo, como diminutos cuervos. La parvada en un comienzo se mueve errática, luego,
dándole espacio al tiempo, sus movimientos se hacen tan organizados como el vals de un
cardumen, pero únicamente a lo lejos. La geometría de su organización llega a ser perfecta,
pero individualmente, conservan los torpes y bruscos movimientos de su desintegrada
madre. El polvo trasiega su silueta recortada y brusca por el cuarto queriendo borrar de la
mente colectiva los rastros de costumbres y estirpes ajenas, esperando igual que yo, la
apertura fortuita de una puerta a un absurdo escape.
Una voz capaz de quebrar el olvido de las generaciones ha testificado el
resquebrajamiento de ajenos eternizados, fiel a la tradición que dictamina que las historias
trágicas jamás deben olvidarse y jamás deben ser leídas. Esa voz calmosa y pausada, que
nunca buscó involucrarse en el desarrollo de la trama, en el desarrollo del mejor artículo
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LA PERSISTENCIA DEL VACÍO: LA LITERATURA COMO HERRAMIENTA COMPLEJA
jamás escrito, imprimirá en las conciencias la afrenta silenciosa desde su imparcialidad
despreciable.
Y el que formaliza la voz
Es el periodista-narrador-autor
Y ése soy yo…
Seguiré siendo un visitante asiduo del tiempo y los recuerdos por el resto de la
eternidad, pero en el anonimato. El mundo no está preparado para romper las leyes de la
física y del espacio. No está dispuesto a entregar su confort por unos supuestos que desafían
lo que damos por sentado y las vanidades. La muerte y el olvido no serán impedimento
para que las futuras generaciones, vivan sin saberlo, en el legado del vacío. Se
convulsionarán los pensamientos y las memorias perderán su fidelidad pero nunca podrán
ser borradas. Se actualizarán los recuerdos, se recrearán las acciones, se plantearán las
condiciones como siempre ha sucedido. Sé algo que nadie más sabe pero que nadie quiere
escuchar. Alguno que otro esperará el siguiente movimiento. Permaneceré indemne como
referente cultural promedio. Ese artículo, como muchos otros, no será escrito y no será
leído, no tendrá un final como hubiese querido hacerlo: a la media de las circunstancias, al
calor del momento,
¿Qué siente uno cuando cree haberlo visto todo? ¿Qué pasa cuando se cree haberlo
leído todo? Se vuelve al principio. Se trata de borrar todo. Formatear las ideas y desinfectar
el espíritu. Purificarse. Volver a aprender el lenguaje. Abrir los ojos y comenzar de cero. Se
sabe que lo importante no fue vivirlo, ni leerlo, ni aprenderlo, mucho menos escribirlo todo,
sino saberlo dejar ir. Llegado el momento ocurre esto y comienzas nuevamente por lo
básico. Por las letras, por las conjugaciones. Aprendes los sonidos y a encajar eso en
oraciones. Pero ya no queda tiempo y quedas a la mitad de tu segundo re-aprendizaje. Ya
no importa. Te haces viejo, esquivas los momentos importantes y un hilo de saliva
permanece colgado de una comisura labial. Ahora comentas una y otra vez algo y lo repites
porque todos los días sientes que lo has descubierto y merece la pena compartirlo, pero
hastiada, la gente se cansa de tu retahíla y ya ni oyen lo que dices. Por fin te vas, dejando
rastros que sólo una generación tratará de encontrar y el polvo del vacío, que ya ha salido
flotando de la habitación, se encargará del resto.
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LA PERSISTENCIA DEL VACÍO: LA LITERATURA COMO HERRAMIENTA COMPLEJA
Probablemente de todos los reportajes que he escrito, este de los embutidosfotográficos vaya a ser el que más me guste. Tal vez por la necesidad de la llegada de una
resolución cualquiera: a un final fuera cual fuere. Almidonar la espera carece de sentido.
Me he vuelto experto en descascarar la espera y en hacer lo que tengo que hacer, no lo que
quiero. El acto de esperar se convirtió para mí en algo insoportable. Escarbé hasta el
tuétano y me encontré con nada. De eso está hecha la espera: de un trozo de nada. Eso
seguramente es lo que hace de mí un hijo bastardo del tiempo, que aprendió a saltar por él y
no un hijo legitimo del vacío; todavía quedan rastras de esa espera condimentada. Sazonada
con esperanza.
El periodista legítimo es aquel de corazón arrugado y manos callosas. Que se
conforma con poder almorzar y con que haya una almohada donde descansar su cabeza.
Fanático de la poética del silencio. Gozador del último respiro e infranqueable muro de
lamentos.
Yo tengo las manos limpias y humectadas, la barriga llena y una habitación hotel en
una ciudad barata y luminosa. Como periodista, aprendí a agachar la cabeza, a alejarme de
ese ideal y a aminorar mis gritos de batalla. Soy parte de una dinastía que privilegia el
grupo y ayuda a morir al individuo, que come en las noches y nunca madruga.
Como el periodista que soy he de regir mis acciones y pensamientos ante el deber
informativo. Lo que quiero escribir, aquello que cambiaría la historia de la humanidad,
modificando nuestras concepciones del espacio y el tiempo, quedará relegado ante mis
deberes inaplazables como reportero de la gran revista Goebbels. Cuando el último de
nosotros caiga, se atestiguará que fuimos parte del decorado. Que nuestra relevancia fue la
de haber soportado e informado durante años los hechos en la tierra. Que ninguna voz se
alzó contra la injusticia y que siempre fuimos partidarios de la neutralidad. El legado
morirá con el último sumido en el deber, sentado en una cómoda silla, sorbiendo un
delicioso líquido frente a una pantalla de cristal que proyecta el imperio de lo efímero. Y
ahí acabará todo.
¿Habrá otro comienzo, habrá otra oportunidad para decir lo que quiero decir?
Voy al balcón y, como nunca antes, dejo abiertos los parpados para que el viento
seque mis ojos.
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LA PERSISTENCIA DEL VACÍO: LA LITERATURA COMO HERRAMIENTA COMPLEJA
SEGUNDA PARTE
Introducción
Cuando escribimos un mensaje en redes sociales (Twitter, Facebook), se busca
implícita o explícitamente la complicidad del otro, un atenazamiento emocional o una
simpatía cálida, tibia, o aunque sea fría frente a nuestras ideas y sentimientos. Nos urge el
otro, no como un alimento ni buscando un dialogo, sino como un espejo de nosotros
mismos: ¿acaso narciso? Compartimos absolutamente todo, desde la comida que estamos
preparando, hasta nuestros más privados sentimientos (una especie de broma actual), presas
todos, me incluyo de primeras, de esa redundancia moderna de escribir cuanto uno piensa.
(Hago unos huevos, tomo café, camino a..., estoy triste… estoy feliz… estoy con…)
Estos años han sido particularmente convulsos en cuanto al volumen y la intensidad
de la información que nos llega. Gilles Lipovetsky en su libro La era del vacío, manifiesta
que en esta época de indiferencia pura, se configura una indiferencia por exceso más no por
defecto, como un mecanismo que protege al yo de la vulnerabilidad que supondría la
sobreexposición a los dramas e imágenes que dominan la escena. Es difícil ver una sopa de
carros, escombros y restos humanos recorriendo la televisión, eso no pasó hace un año en
Japón, pasó en Gramalote Norte de Santander, y hace un par años en Haití, pero no nos
acordamos de eso; o de Egipto, o de Chile, o Túnez, o de Trujillo Valle o de los montes de
María, o las desmovilizaciones falsas; o Chávez, Gadafi, Bin laden… y así ad infinitum. Lo
que nos escandaliza es momentáneo, como una llamarada de poca combustión,
efervescente; un instante en el tiempo opacado y olvidado por el siguiente, casi
simultáneamente al instante mismo.
Surge así un mecanismo de supervivencia frente al bombardeo, una barrera y un
filtro que nos protege: un narcisismo enquistado. El mensaje periodístico, en estos tiempos
de información en tiempo real, no madura. Cuando estamos asimilando una idea, viene la
siguiente con una contundencia demoledora alimentando el olvido: el vacío. Asistimos
impávidos, desde nuestra propia trinchera informativa, al ataque de noticias huérfanas de
personas, ideas y sobre todo contenidos.
Este trabajo investigativo doctoral, plantea dos grandes momentos. El primero, es
un ejercicio escritural de corte creativo a manera de novela donde se expone el problema,
no sólo de transmisión, también de recepción de la información noticiosa en los tiempos
91
LA PERSISTENCIA DEL VACÍO: LA LITERATURA COMO HERRAMIENTA COMPLEJA
actuales, que para efectos de este trabajo se conocerán como la era del vacío o de la
modernidad líquida. El segundo momento es el análisis hermenéutico y de la época en la
cual está enmarcada la novela, pero sobre todo, la especificación del aparato teórico que
sustenta la relación de la literatura con otros discursos y otras disciplinas, apoyado desde la
teoría del pensamiento complejo de Morin.
En una era hiperconectada e hiperabúlica, que exalta de manera exagerada el
hedonismo y a las figuras públicas de la farándula, esos seres inanimados que vemos en
estrados a través del televisor, se generan claros distractores de lo que podría ser algo en
verdad importante y relevante. Por ejemplo, acá en Colombia, interesa más (noticiosamente
hablando, midiendo el tamaño del tiempo que se dedica en noticieros o por el volumen de
información libre que circula por internet) el embarazo o el rompimiento de una pareja de
protagonistas de una novela mediocre de televisión, o lo que sucede en el Reality de turno,
que una reforma a la salud o a la educación, quedándonos con la triste y pobre presentación
de la información por parte de esos aún más inanimados interlocutores del otro lado de la
canal.
La primera parte tiene por título: La persistencia del vacío (de ahora en adelante
LPV), una novela, donde un protagonista sin nombre, en una ciudad sin nombre, oficia
como periodista y actualmente está escribiendo una crónica sobre el vacío de sus días y
sobre una extraña condición que padece, por encargo de una revista virtual de variedades.
La novela, versa sobre los vericuetos de un mundo hiperconectado en tiempo real, pero
sobre todo, con la falta de compromiso a los grandes proyectos, y sobre las relaciones
líquidas (como las plantea Zygmunt Bauman), que establecen en la actualidad los seres
humanos; relaciones transitorias, nada sólidas, momentáneas y ciertamente vacías.
Pensemos que en una cena familiar, todos los integrantes comparten la mesa, pero cada uno
está hablando por su celular o su computador con alguien más, o está consultando un
periódico online, o su estatus en Facebook, o poniendo un mensaje en Twitter. Ya no se
miran, ya no comparten, viven una vida, pero de manera virtual. Persiste el vacío, como
duende, en todas partes…
La razón de la novela, se debe a la posibilidad de plantear toda una axiología
hermenéutico- epistemológica desde un escrito novelístico, pero sobre todo, por ver y
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LA PERSISTENCIA DEL VACÍO: LA LITERATURA COMO HERRAMIENTA COMPLEJA
entender la literatura como un mecanismo complejo y rico de transmisión y generación de
conocimientos.
Las implicaciones de la escritura de esta novela, se sustentan en la integración desde
lo estético, de un ejercicio crítico que dé cuenta de lo político, lo social, lo histórico, lo
económico y lo ontológico, desde la mirada de un periodista que está algo harto del
periodismo actual. Esta mirada integradora en sus mediaciones varias, esta conjunción de
discursos, es una de las más fehacientes pruebas del pensamiento complejo,
de la
incertidumbre que media la realidad y la ―verdad‖.
Marco teórico y metodológico
En este apartado encontraremos el estado del arte, algunos antecedentes del estudio
asumido, y otras consideraciones teórico-metodológicas que guían la realización de la
investigación, justifican su existencia y pertinencia social.
Antecedentes, estado del arte y pertinencia de la investigación
Quisiera comenzar con un texto de Thomas Nagel (1995), para justificar mi
ejercicio:
―Somos pequeñas criaturas finitas, mas el significado nos permite, con ayuda de
sonidos o de signos sobre el papel, cubrir todo el mundo y muchas cosas de él, y aun
inventar cosas que no existen y acaso nunca lleguen a existir. El problema es
explicar cómo es esto posible: ¿cómo es que algo que decimos y escribimos tiene
significado, incluyendo todas las palabras de este libro?‖ (p. 26)
Sin llegar a desentrañar el significado de la literatura, y más aún del lenguaje y de
por qué éste significa y da vida a la idea y al pensamiento, el trabajo doctoral, versa sobre la
comprensión de una época, que busca dar cuenta de una historia. La literatura, permite
colarse por los intersticios que quiebran el poder, también, claro, busca entretener, echa a
volar la imaginación, divierte, aleja a las personas de una cruda realidad, expresando una
realidad quizá más dura, pero es innegable que la posibilidad que aflora la escritura y el
texto de corte novelístico, no se adscribe a una única forma de comprensión.
La creatividad y la innovación, han estado de la mano de la investigación científica.
Lo podemos ver desde el más elemental instrumento de aseo personal, hasta la más
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LA PERSISTENCIA DEL VACÍO: LA LITERATURA COMO HERRAMIENTA COMPLEJA
sofisticada herramienta de la era espacial. Sin embargo, ¿cómo hablar del poder integrador
de la literatura, desde la literatura misma? ¿Cómo hablar de una época y del poder literario,
construyendo una novela, sin abstraerse, sin tomar distancia metódica, sin temerle al
proceso creativo por no ser científico?
Siendo un país de una rica tradición oral y escrita, desde los juglares vallenatos y las
cantaoras, hasta nuestros grandes narradores y cuentistas, el estudio literario en Colombia,
se ha encerrado únicamente en la academia, y desafortunadamente ésta no lo ha trascendido
para que se injerte en el común, en la vida cotidiana. En Colombia, vivimos vidas de
novela, pero le falta mucha literatura a nuestras vidas. Haber estado en una facultad de
literatura, y poder constatar que la literatura no se abre, no se socializa ni se respira, y su
estudio mucho menos, fue una de las motivaciones principales para aventurarme a este
texto.
Tomar las historias personales, desde el punto de vista de la hermenéutica, significa
considerar, que al contar su vida, una persona no sólo describe ─a manera de crónica─ una
serie de situaciones inconexas, sino que construye un relato, en el que se revelan los
significados y representaciones mediante los cuales está dotando de sentido a sí mismo, a
sus acciones y al mundo (en este caso su espacio simbólico). Implica asumir que la historia
de vida, es una forma para leer una sociedad a través de un escrito. Jerome Bruner (1991),
argumenta la necesidad del estudio de la narración, con base en la obviedad con que se
suele tomar las narraciones, dada su absoluta presencia en la vida.
La narración configura nuestra experiencia del mundo, porque la narración, es una
capacidad innata del ser humano. El relato de vida, la narración coloquial, no son
propiamente literatura, sin embargo, son las sustancias primarias que recorren y alimentan
la literatura, que la dotan de sentido. La literatura, se considera una forma elaborada y
depurada de narración, sin ser La Narración con mayúscula.
―Bien es sabido que toda creación artística existe fuera de su tiempo y es esa
independencia de sus coordenadas históricas y geográficas la que en buena medida
le otorga el carácter de clásico. Por eso leemos a Ana Karenina para buscar en ella
algo que nos hable de nuestra propia vida y no para entender la Rusia del siglo XIX.
Sin embargo, cada obra de arte de valor es hija legítima de su tiempo. Y es por eso
que algo aprendemos, casi sin querer, sobre la Rusia del siglo XIX cuando leemos
Ana Karenina. Porque todas las obras de arte de valor entablan una conversación
profunda con su contexto, con su país, con el tiempo en el que fueron creadas, y
muchas veces su temprano esbozo del futuro es asombroso‖ (Ponsford, 2014, p.4).
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LA PERSISTENCIA DEL VACÍO: LA LITERATURA COMO HERRAMIENTA COMPLEJA
La literatura, facilita la conjunción de saberes. No como una lucha de poderes,
mucho menos como la mezcolanza de informaciones y datos inconexos y entretenidos. Se
constituye en el bálsamo que suaviza las coyunturas, permitiendo un dialogo franco entre
esas muchas formas de saber: el discurso histórico, el científico, el psicológico, el social, y
el pedagógico, entre otros; con el fin de entender los retos del hombre, y específicamente,
para propender por discursos incluyentes y diversos. Por ende, ¿no es válido usar la
literatura para hablar del hombre, de la forma como resuelve sus conflictos, para poderse
permitir, en honor a la memoria y a la representación, entender mejor la vida y la
humanidad? ¿Puede y debe la literatura aportar a esto? “El auténtico saber desde esta
perspectiva siempre es un saber indirecto, hecho de enunciados referidos e incorporados al
metarrelato de un sujeto que asegura su legitimidad‖ (Lyotard, 1991, p.30).
La sana convivencia, el respeto por la diferencia y por la identidad propia y del otro,
permiten que el sujeto, dentro de su rol social, se desempeñe de manera pertinente y
coherente con su contexto y su realidad. La literatura acá en Colombia, en un país tan
conflictuado, presa de tantas guerras, que en los últimos 60 años, según las cifras
manejadas por el Centro Nacional de Memoria Histórica en su informe ¡Basta ya!
Memorias del conflicto armado en Colombia (2013), de cada diez colombianos fallecidos
entre 1958 y 2012, tres murieron a causa de la guerra; tres de cada diez son civiles. Las
cifras arrojan 220.000 muertos, 25.000 desaparecidos, 4.744.048 desplazados, 27.023
secuestrados, 10.000 amputados. La literatura ha estado ausente; se permite hablar del
conflicto, pero no se atreve a tratar de transformarlo. Puede que para algunos, esto no sea
competencia de la literatura y la esté viendo como todo y como nada a la vez, pero la
narración tiene dentro de su ADN, la posibilidad de transformación, porque permite
entender y evidenciar procesos fundamentales para la transformación social. El informe
¡Basta Ya!, no apela únicamente a la presentación de cifras escalofriantes para sensibilizar,
el informe invoca a la crónica, al testimonio, a la reflexión, a la voz de los sobrevivientes,
le da voz a los ausentes, a los que sin la escritura quizá aún permanecerían en el vacío del
olvido, y todas estas figuras se han alimentado de la literatura, y la literatura se ha
alimentado de todas ellas en un proceso sincrético, dialógico y natural.
Respecto a la convivencia, y sobre todo para la potenciación del discurso
incluyente, es importante rescatar por medio de la literatura, la generación de procesos que
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LA PERSISTENCIA DEL VACÍO: LA LITERATURA COMO HERRAMIENTA COMPLEJA
tiendan a la transformación del discurso al interior de las formas de enseñanza. Es necesario
para ello identificar los procedimientos pedagógicos, la relación de la literatura con la
pedagogía, y su incidencia en la formación axiológica de las personas.
Libros y trabajos como:
Psyche and the Literary Muses: The contribution of
literary content to scientific psychology de Martin Lindauer (2009), podrían aportar a este
trabajo doctoral ya que el autor se basa en la idea que gran parte de la literatura, sí se refiere
a la creatividad de los autores, las reacciones de los lectores, o el contenido de las obras
literarias; relacionadas con la psicología, especialmente los pensamientos, los sentimientos
y la personalidad. Psicólogos y psicoanalistas, reconocen la literatura como una puerta de
entrada a la psique, como lo hacen los escritores, académicos, teóricos de la literatura y el
público en general. Otro trabajo también importante es el de Paul Cilliers (1998) llamado:
Complexity and Postmodernism: Understanding Complex Systems, explora la noción de
complejidad a la luz de las perspectivas contemporáneas de la filosofía y la ciencia. El autor
contribuye a la comprensión de los sistemas complejos y explora las implicaciones de la
teoría de la complejidad, en relación con los sistemas biológicos y sociales. Acá la teoría
posmoderna, se reinterpreta para argumentar que ésta no necesariamente implica
relativismo, sino que también podría ser vista como una manifestación de una sensibilidad
inherente a la complejidad.
Otro trabajo es el de Eric Klinger (1977): Meaning and Void : Inner Experience and
the Incentives in People's Lives, sobre el sentido que las personas le dan a sus vidas. Trata
sobre las condiciones en las que las personas se sienten sin significado, y las condiciones
que erosionan ese propósito vital, afectando la emoción, el pensamiento y la acción. Estas
consecuencias, no son en absoluto triviales o superficiales; penetran en el núcleo del ser de
una persona, se enrollan alrededor de todas las fibras del cuerpo y el alma.
El mismo Edgar Morin (2004) en el compilado: La violencia del mundo, hecho
junto con Jean Baudrillard, hace unas reflexiones importantes sobre la naturaleza de la
comunicación, exponiendo cómo la información está cooptada por la economía. Estos son
temas fundamentales que se exponen en LPV, la novela propuesta como herramienta
compleja que integra diferentes realidades y esferas discursivas. Dice Morin:
Todo entra en el circuito de la mercancía; en otras palabras, la economía invade
todas las áreas humanas. En la actualidad, la explosión de los medios de
comunicación posibilita la difusión instantánea de informaciones de un punto a otro
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LA PERSISTENCIA DEL VACÍO: LA LITERATURA COMO HERRAMIENTA COMPLEJA
del planeta. En este sentido lo que caracteriza a la globalización es su aspecto a la
vez técnico y económico. También enlaza con el orden político (p.56).
Soy sincero, este trabajo para mí será como andar a tientas por la oscuridad,
aventurándome dentro el mismo vacío que propongo analizar y exponer. No es fácil escribir
un texto de pretensiones novelísticas, mucho menos lo es analizarlo, y todavía menos que lo
anterior se conjugue en una misma persona. Pido de antemano su indulgencia y su perdón.
Conceptos y términos claves.
Complejidad, vacío, literatura, pensamiento complejo, posmodernidad, era del
vacío, racionalización, integración de saberes, psicología, psicoanálisis, hermenéutica,
metarrelato, cultura, principio de recursividad, principio dialógico, principio hologramático,
yo, deseo, narcisismo, periodismo, lenguaje, comunicación.
Objeto de estudio, su ubicación, delimitación y justificación.
El objeto de estudio, es un análisis de la literatura como una estrategia de
integración discursiva, donde se evidencie la capacitad de los textos literarios para
configurar una realidad compleja, que devela aspectos sociales, psicológicos, culturales,
políticos y económicos. Para ello, se hace un primer acercamiento con LPV donde se
traduce la esencia del pensamiento complejo desde la creación literaria.
En un segundo momento, se plantea un análisis complejo y hermenéutico de la
novela, similar al que hizo Umberto Eco en Apostillas a El nombre de la rosa, como guía y
reflexión académica del ejercicio literario. En el texto de análisis de LPV, se busca
evidenciar la posibilidad de reconocer la literatura como estrategia para integrar discursos,
construyendo el aparato teórico en forma de memoria que tiene una estructura por
capítulos, que aborda la complejidad como cambio de paradigma; la literatura como
mecanismo complejo; ejemplos de cómo la literatura fortalece la memoria y la inclusión; la
identificación de los procesos globales, tendencias, generalidades y las variantes de
comprensión que sustenten y definan, desde la teoría del pensamiento complejo y la
hermenéutica, la naturaleza del escrito; la caracterización de la novela y el planteamiento de
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LA PERSISTENCIA DEL VACÍO: LA LITERATURA COMO HERRAMIENTA COMPLEJA
su lógica epocal (la era del vacío), para así darle valía académica y que el texto en su
conjunto, pueda funcionar como tesis doctoral.
Descripción y planteamiento del problema
La literatura es un órgano complejo en cuya naturaleza se pueden rastrear las lógicas
y realidades económicas, políticas, sociales y psicológicas de cualquier época y de
cualquier punto cardinal. Ejemplos como los de García Márquez, José Eustasio Rivera,
Dostoievski, Tolstoi, Proust, Joyce, Balzac, muestran cómo la literatura bombea
significados, que sin ser literales y sólo históricos, permiten revelar verdades que pudieran
dar sentido al cúmulo de realidades, que definen y significan la vida. Desde ahí la
pertinencia de la siguiente interrogante científica: ¿Cómo la literatura despliega un
aparato complejo que integra y potencia las múltiples realidades discursivas,
mediante la creación y el análisis complejo de una novela?
Hipótesis
La literatura, es una entidad integradora per se, en cuya concepción, se manifiesta de
manera natural la posibilidad que tiene la teoría del pensamiento complejo para la
integración discursiva. Desde la literatura, se pueden evidenciar los diferentes discursos
sociales, culturales, políticos, económicos y psicológicos, cuyas propiedades emergentes,
definen un panorama y la lógica subjetiva de una época.
Objetivo general
Valorar desde la creación literaria, la capacidad de la literatura para la integración
discursiva, identificando el potencial que tiene el ejercicio escritural, para reflejar y dar
cuenta de múltiples realidades.
Objetivos específicos
1. Construir una novela en cuya historia, se vean reflejadas las inquietudes,
observaciones y reflexiones del autor, frente a la manera como se concibe el periodismo y
las comunicaciones.
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LA PERSISTENCIA DEL VACÍO: LA LITERATURA COMO HERRAMIENTA COMPLEJA
2. Revelar las relaciones de la teoría del pensamiento complejo con la literatura, a
través de un análisis hermenéutico-complejo de varios textos literarios, entre ellos La
persistencia del vacío.
3. Identificar y analizar algunas novelas donde se reconozcan procesos de memoria
e inclusión.
4. Develar las propuestas de la novela La persistencia del vacío, su estructura
narrativa, y las múltiples realidades que definen su época y su lógica.
5. Elaborar, a manera de aproximación, un aparato teórico que dé cuenta de la era
del vacío y la posmodernidad, para que se integre con la novela y que le sirva de extensión,
y así poder injertar la investigación académica con la creación estética.
Tareas científicas.
Un estudio teórico─metodológico de esta naturaleza, requiere concretarse en las
siguientes tareas científicas, a saber:
1. Estudio de orientación bibliográfica.
2. Elaboración del marco teórico─metodológico, incluyendo los conceptos y
términos claves.
3. Determinación de los conceptos centrales, operativos y sus relaciones.
4. Análisis hermenéutico de textos y elaboración posterior de las conclusiones.
Métodos y procedimientos lógicos.
Esta investigación, es de carácter descriptivo - explicativo. Según Hernández,
Fernández y Baptista (1997), frecuentemente, el propósito del investigador es describir
situaciones y eventos. Esto es, decir cómo es y se manifiesta determinado fenómeno. Los
estudios descriptivos, buscan especificar las propiedades importantes de personas, grupos,
comunidades o cualquier otro fenómeno que sea sometido a análisis. Naturalmente, dado su
cauce complejo, la descripción y la explicación interaccionan recíprocamente.
Esta investigación es de carácter cualitativo. Su propósito está encaminado hacia la
comprensión de un determinado contexto, más que su generalización, encargándose así de
99
LA PERSISTENCIA DEL VACÍO: LA LITERATURA COMO HERRAMIENTA COMPLEJA
describir los aspectos interesantes del fenómeno estudiado, permitiendo a su vez la
evaluación de sus atributos, propiedades o características (Pérez, 2004).
En el proceso investigativo, se hace uso de las siguientes herramientas
metodológicas:
─Método hermenéutico, en la medida que es una investigación de carácter teórico,
fundada en la interpretación de textos.
─Método comparativo, a través de los análisis comparativos de teorías y visiones en
torno a literatura, la teoría del pensamiento complejo de Morin y la posmodernidad.
─Procesos lógicos analítico-sintéticos, inductivo-deductivos, generalización.
Y otros, en correspondencia con el objeto investigativo, pues se parte de la premisa
de que el método se construye en el proceso mismo, sin perder de vista los referentes
ontológicos, históricos y culturales.
Novedad científica.
La novedad de este trabajo, es la de concebir la literatura como una forma de
integración discursiva compleja, pero haciéndolo desde la literatura misma, partiendo desde
el ejercicio creativo para luego dinamizar el análisis desde la complejidad, haciendo un
ejercicio metacognitivo, a la vez que teórico.
Aquí radica la novedad científica de la tesis, ya que sienta las bases para una
concepción integrada de la literatura como sistema y herramienta compleja de expresión
estética, pero que va más allá del análisis discursivo y científico, posibilitando dentro de las
bases teórico – metodológicas, la concepción de la literatura como un organismo dinámico
y posibilitador, que integra y expone múltiples discursos.
Esto significa que en la presente investigación, la novedad científica no se reduce
sólo a la concepción de una literatura, sino además, a su complejización, a la forma como
se puede integrar con otros discursos.
Estructura de la tesis.
La investigación que constituye la segunda parte de esta tesis doctoral, se estructura
de la siguiente forma: Una introducción general que preside a la tesis, donde se desentraña
el estado del arte del objeto investigativo o marco teórico, así como el corpus teórico.
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LA PERSISTENCIA DEL VACÍO: LA LITERATURA COMO HERRAMIENTA COMPLEJA
En el capítulo primero: ―Cambio de método: Complejidad”, se revela la evolución
del pensamiento científico hasta converger en el pensamiento complejo, superando las
nociones cartesianas y disyuntivas desde las cuales se concibe lo verdadero y válido,
proponiendo una alternativa convergente que reconoce los vínculos, incertidumbres,
interacciones y
diferencias. Todo el capítulo versa sobre la esencia del pensamiento
complejo, basada en la propuesta de Edgar Morin.
Se develan las particularidades de la literatura, y cómo el lenguaje desde una concepción
estructuralista - compleja permite ver la literatura desde su función narrativa y significante.
Se comienza a relacionar la literatura con la teoría del pensamiento complejo, revelando el
punto central de este trabajo y las posibilidades de la literatura. También se abordan cuatro
textos particulares: Si esto es un hombre de Primo Levi, El libro de los susurros de Varujan
Vosgonian, La ceiba de la memoria de Roberto Burgos Cantor y La escritura o la vida de
Jorge Semprún, como posibilidades de inclusión, rescatando el papel de la memoria y
sobre todo el papel de la literatura como mecanismo para la resolución de conflictos, la
autodeterminación y el reconocimiento del otro para combatir el olvido, la barbarie y el
horror.
En el capítulo segundo titulado: ―Hermenéutica y complejidad; análisis del
vacío” versa sobre el análisis de La persistencia del vacío y la importancia de la
hermenéutica y la teoría del pensamiento complejo, comenzando por Morin y
complementando el análisis desde autores como Heidegger, Saussure, Schleiermacher,
Ricoeur entre otros, sobre el oficio del protagonista de LPV y algunas consideraciones
sobre el periodismo actual. Igualmente, se profundiza sobre el contexto en el cual está
escrita la novela, a la vez que se conceptualiza y significa el vacío desde los postulados de
Gilles Lipovetsky, y autores como Lyotard, Baudrillard y Jameson.
En el capítulo tercero: ―El discurso vacío de Mario Levrero: Estructuración del
deseo y la imposibilidad del vacío en el espacio literario; relación e influencia con
LPV‖, se analiza la obra El discurso vacío del uruguayo Mario Levrero, fundamental en la
construcción de LPV, con una mirada desde el psicoanálisis, especialmente desde la pulsión
de los deseos, su configuración y la demarcación del yo del protagonista, ahondando en el
análisis de la imposibilidad de una escritura que el autor quiere proponer desde el inicio
desde el vacío total, deteniéndose en los juegos textuales que alimentan la novela, y cómo
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LA PERSISTENCIA DEL VACÍO: LA LITERATURA COMO HERRAMIENTA COMPLEJA
éstos enriquecen la lectura y la necesidad de un lector cómplice que acepte el reto
novelístico. Luego se plantea la relación entre El discurso vacío y LPV, con una serie de
reflexiones sobre el protagonista, conectando con la teoría del pensamiento complejo de
Morin y el psicoanálisis.
1. Cambio de método: Complejidad1
“A un hombre, ¿cuánto tiempo más o menos le dura una verdad?
No mucho más que un par de botas. Sólo los mendigos
no las cambian nunca. Pero como ahora te encuentras
integrado a la vida, tienes que renovarte continuamente
pues la plenitud de una existencia se mide por la suma de errores almacenados
según la cantidad de ex verdades.”
(Cioran, 1996, p.32)
Durante siglos, la parcelación de la realidad, la constitución de islas y nichos del
saber que instauraban banderas provisionales de certezas, permitió al ser humano
―conocer‖, pero a costa de la deshumanización misma del conocimiento. Serres (2004), nos
advierte sobre la paradoja de un conocimiento que no pone en relación el individuo con el
objeto, hasta tal punto que esa soledad, ese desconocimiento, deriva hacia el delirio y el
error, alimentado por un conjunto creciente de investigadores que se controlan entre ellos
desde la división de sus saberes y sus especialidades. Si estamos posicionados desde un
paradigma positivista, la realidad puede ser medible cuantificable, falseable y comprobable.
La ciencia reduccionista, que ve la realidad de manera fáctica, se ha dogmatizado de tal
manera, que presenta verdades impuestas para ser creídas por una comunidad fiel, como si
la ciencia existiera a priori, planteando ideas que no aceptan ningún tipo de crítica.
El progreso científico y tecnológico debe ser objeto de crítica racional; si en cambio
es objeto de ciega e intolerante fe, ya no es ciencia. El desarrollo científico y
tecnológico plantea, en su curso, problemas y también peligros, y sólo es progreso
si, al continuar avanzando, retorna al mismo tiempo continuamente sobre sus pasos
para superar, con los instrumentos elaborados por el mismo, las insidias creadas por
su propio proceder (Magris, 2008 p. 165).
1
Parte de este capítulo fue publicado por la Revista Complejidad No 19. Abril a Junio de 2013 ISSN 1853-8118. [12-30]
Artículo titulado: Estética de la Complejidad y Literatura del Vacío.
102
LA PERSISTENCIA DEL VACÍO: LA LITERATURA COMO HERRAMIENTA COMPLEJA
No se pueden negar los innumerables aportes del conocimiento científico
positivista, y cómo estos, redundaron en la mejora de la calidad de vida del hombre. Pero,
tornar la vida linealmente, pretendiendo reducirla a su más pura y tácita expresión, es ver el
ser humano como un objeto de conocimiento, predecible, básico, y lo peor, prescindible; y
al mundo como un cúmulo organizado de datos, cifras y certezas develadas o aún por
descubrir.
Resistiéndose a la incertidumbre y el caos, el método cartesiano posibilitó la
organización metódica, estructurada y organizada del saber, y sobre todo, de la forma cómo
sabemos y de cómo podemos conocer. Sin embargo,
es poco científico olvidarse de que existen también cosas tales como un accidente
imprevisible, la fragilidad del ser humano o una máquina que se estropea, o de que
pueden producirse en el caso de las manipulaciones genéticas desarrollos y
consecuencias que tal vez hoy la ciencia, no es capaz de prever y que, si es una
verdadera ciencia, debe darse cuenta de que tal vez todavía no sea capaz de prever
(Magris, 2008, p.166).
En la obra de teatro del poeta y dramaturgo Bertolt Brecht (1956), sobre la vida y
obra de Galileo Galilei, el protagonista cerrando la obra exclama:
Mi opinión es que el único fin de la ciencia debe ser aliviar las fatigas de la
existencia humana. Si los hombres de ciencia, atemorizados por los déspotas, se
conforman solamente con acumular saber por el saber mismo, se corre el peligro de
que la ciencia sea mutilada y que vuestras maquinas solo signifiquen nuevas
calamidades. Así vayáis descubriendo con el tiempo todo lo que hay que descubrir,
vuestro progreso sólo será un alejamiento progresivo de la humanidad. El abismo
entre vosotros y ella puede llegar a ser tan grande que vuestras exclamaciones de
júbilo por un invento cualquiera recibirán como eco un aterrador griterío universal
(p.102).
La realidad, se ha exhibido en cifras: cuántos muertos, cuántos heridos, cuántos
desempleados, qué edad, qué frecuencia, qué porcentaje, siendo el reducto cuantitativoempírico-analítico-racionalista de las ciencias naturales que se extrapola de manera grosera
y directa a las ciencias sociales. La ciencia, le ha legado al mundo avances importantes en
medicina y física, pero también ha erigido máquinas para crear muerte y silencio. ¿Para qué
describir si no podemos comprender? ¿Para qué predecir si no podemos atender? ¿Para qué
la cifra, cuando ésta carece de voz y no se relaciona con lo que realmente dice, no se
relaciona con las otras realidades que pretenden ir más allá de ese número simbólico? ¿Qué
pasa con las enormes brechas e intersticios de aquello que no sabemos; aquello que escapa
103
LA PERSISTENCIA DEL VACÍO: LA LITERATURA COMO HERRAMIENTA COMPLEJA
a la observación, a la identificación de variables, a la generalización burda y castrante?
¿Qué pasa cuando las islas no se comunican entre sí y dan versiones propias de fenómenos
comunes, valiéndose de lenguajes y construcciones semánticas particulares, que pudieran
apuntar a lo mismo, pero que entran en contraposición sin poder aportar verdaderamente al
conocimiento? ¿Qué pasa cuando los fenómenos no se descubren con el método tradicional,
y es necesaria una nueva perspectiva que abogue por la convergencia sin desconocer la
divergencia?
¿Quién puede asombrarse entonces de que, en la actualidad, la cuestión del derecho
natural dependa estrechamente de la ciencia, que describe además la situación de los
grupos en el mundo? Pues, además, ese colectivo científico, minúsculo subconjunto
de la gran placa, también tiene ante si otros colectivos con los que mantiene
relaciones clásicas, consensuales o agresivas que hay que regular mediante contratos
ordinarios (Serres, 2004, p.43).
Heidegger (1997) también nos dice lo siguiente:
La investigación científica realiza ingenuamente y a grandes rasgos la demarcación
y primera fijación de las regiones esenciales. Aunque el peso de la investigación
tiende siempre hacia esta positividad, su progreso propiamente dicho no se realiza
tanto por la recolección de los resultados y su conservación en ―manuales‖, cuanto
por el cuestionamiento de las estructuras fundamentales de la correspondiente
región, impulsado generalmente en forma reactiva por el conocimiento creciente de
las cosas (p.20)
Durante siglos la ciencia natural positivista, le ha legado a la humanidad certezas
tranquilizadoras que van, como barcos a la deriva, por un mar agitado y temido de
incertidumbres. Le hemos temido a esa incertidumbre, y bajo la inmensidad silente y
solitaria; impredecible y caótica del universo, eso parece un despropósito, por no decir una
ridiculez. Hemos atomizado la palabra, pretendiendo mediante la sílaba, entender el sentido
de la oración. Hemos aprendido a costa de nuestra propia humanidad, cosificando el ser
humano, volviéndolo un producto disyuntivo. ―El saber no es producido para ser articulado
y pensado sino para ser capitalizado y utilizado de manera anónima‖ (Morin, 2006, p.25),
Introyectar la teoría del pensamiento complejo, como posibilidad de ver, vivenciar, y por
qué no, transformar esa realidad impredecible y múltiple, aportará de manera significativa,
a la solución de las problemáticas más urgentes que nos atañen. Por perseguir la validez
metódica, hemos sacrificado una parte importante de la coherencia que brindaría un
conocimiento integrador y múltiple. Habermas (1999) nos habla sobre la validez:
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LA PERSISTENCIA DEL VACÍO: LA LITERATURA COMO HERRAMIENTA COMPLEJA
Las pretensiones de validez, que a la manera de pretensiones jurídicas, conciernen a
las relaciones entre personas y que tienen como meta que se las reconozca
intersubjetivamente, versan sobre la validez de expresiones simbólicas (…)De ahí
que parezca puesto en razón considerar una pretensión de validez como un
fenómeno complejo y derivado, que puede reducirse al fenómeno subyacente del
cumplimiento de las condiciones de validez de las oraciones (p. 406).
Al respecto Prigogine (1983) también nos comenta:
Es cierto que, independientemente de nuestra apreciación final de estos complejos
problemas, el universo en que vivimos posee un carácter plural y complejo.
Desaparecen estructuras, como en los procesos de difusión, pero aparecen otras
estructuras, como en biología y, con mayor claridad aun, en los fenómenos sociales.
Por lo que sabemos, algunos fenómenos están adecuadamente descritos por
ecuaciones deterministas como sucede con los movimientos planetarios, pero otros,
como la evolución biológica, implican procesos estocásticos. Incluso un científico
convencido de la validez de estas descripciones deterministas dudaría seguramente
en inferir que, desde el momento primigenio de la Gran Explosión cósmica, esta
conferencia estaba ya escrita en las leyes de la naturaleza (p.7).
Etimológicamente, la palabra complejo deriva del vocablo latino complexus, que
significa: "lo que está tejido junto". No necesariamente esto representa una complicación o
un enredo de aquello que constituye los fenómenos de la vida misma. Concienciar esto,
significa vindicar aquello que nos une como especie, a la vez que reconoce aquello que nos
hace distintos. A ojos de un observador inteligente, la complejidad es el: ―tejido de eventos,
acciones, interacciones, retroacciones, determinaciones, azares que constituyen nuestro
universo‖ (Morin, 1995, p.4) tanto micro como macro, y no la denominación de aquello
complicado, que no tiene nombre ni solución.
―La respuesta correcta a una metodología autoritaria y dogmática no es la
antimetodología sino una metodología que ayude a buscar la verdad profunda y a evaluar
propuestas de reforma o de revolución en materia de conocimiento‖ (Bunge, 1983, p.9)
El pensamiento complejo difiere del método tradicional, precisamente por el cambio
de paradigma: ―no se trata de obedecer a un principio de orden ─excluyendo el desorden─,
de claridad ─excluyendo lo oscuro─, de distinción ─excluyendo las adherencias, de
participaciones y comunicaciones─, de disyunción ─excluyendo al sujeto, antinomia la
complejidad─ (…) se trata por el contrario, a partir de un principio de complejidad, de unir
lo que estaba disjunto‖ (Morin, 2006, p.37). Sin ser un dogma, permite visibilizar las
carencias del pensamiento positivista tradicional que tiende a ser reduccionista, claro, sin
105
LA PERSISTENCIA DEL VACÍO: LA LITERATURA COMO HERRAMIENTA COMPLEJA
desconocer sus aportes, potenciando, cristalizando y tejiendo los puentes entre los diversos
saberes, permitiendo que emerja de manera crítica, el pensamiento que responda a las
problemáticas actuales.
1.1. Lenguaje y literatura
William Ospina (2013), el gran escritor y ensayista colombiano, en su columna de
opinión del diario El Espectador dice:
Ya los funcionarios del poder planetario no hablan de cómo combatir el cambio
climático sino de cómo adaptarse al cambio climático; los teóricos de economía no
advierten que la causa del caos es un orden de prioridades absurdo, donde los seres
humanos son el problema y lo que hay que salvar es el modelo financiero; los países
están sentados sobre la bomba de tiempo de la locura nuclear, de la banca
insaciable, de la democracia secuestrada por la plutocracia; y los medios sirven en el
plato raciones crecientes de trivialidad cotidiana y de conformismo (párr. 6).
En una sociedad gobernada por hombres para hombres, las actuales formas de
gobierno, convierten en cifras y datos un mundo absolutamente deshumanizado, donde lo
urgente se aboca sobre lo importante, donde la economía y la política se priorizan como
imperativos de bienestar por sobre la educación y la salud. El pensamiento complejo, sin
ser la receta médica para aliviar los males posmodernos, sí permite problematizar y generar
alternativas integradoras que den cuenta y privilegien lo que de verdad es importante, en un
mundo acostumbrado a falsear o comprobar hipótesis, a privilegiar conocimientos que están
difusos a una tonalidad gris, en el baricentro de una postura ideológica, o que están sujetos
a meras posturas personales sin ningún peso, sin ninguna relevancia. Para el pensador
italiano Claudio Magris (2008), la tragedia y la dignidad humana, estriban en el hecho de
que no existe una respuesta preconstruida a los dilemas; lo que existe es una búsqueda
difícil, no exenta de riesgos, incluso morales, que sin caer en un relativismo cultural y
social que legitime la barbarie, permitan comportarnos consecuentemente bajo premisas
universales que no tienen que ser inamovibles.
El hombre es el único capaz de pasar de los balbuceos al metalenguaje, es decir,
sujeto al desarrollo y al crecimiento de su propio ser, a los caprichos de su propia biología,
es el único que pasa de los simples fonemas y sonidos primarios, a dialogar y problematizar
sobre el lenguaje mismo; a pensar y re-pensar, a ser consciente de su propia humanidad y
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su propia forma de comunicar; utiliza un medio para hablar y modificar el mismo. El
lenguaje es dinámico, no sólo nomina, también crea y se crea en el proceso. Wittgenstein
(1999) denomina al proceso de los usos de palabras como: ―juegos de lenguaje‖; al todo
formado por el lenguaje y las acciones con las que el lenguaje está entretejido. Las
palabras, responden a unos usos, y esos usos están determinados por el contexto que es
múltiple, de ahí, el lenguaje y las palabras mudan de piel, significan de acuerdo a una
comunidad hablante, se construyen y se deconstruyen a la manera que propone Derrida
(1989) desde una referente histórico y metafórico, de ―una reflexión que se ejerza más
positivamente en diferentes campos, en diferentes niveles de la escritura en general, en la
articulación de la escritura en el sentido corriente y de la huella en general‖ (p.315).
Según Habermas (1999) ―los actos de habla orientados hacia el entendimiento están
insertos siempre, según lo dicho, en una red compleja de referencias al mundo‖ (p.394).El
lenguaje se desarrolla y se va a estructurando de lo simple a lo complejo, ejemplificando de
manera perfecta la naturaleza de un proceso complejo, que se configura como un todo
recursivo que es más que la suma de sus partes.
Inmerso en la complejidad, el lenguaje humano se vale tanto de vericuetos simples
aunque contundentes, formas mundanas para decir y expresar algo, como una mirada, un
grito o una caricia, así como complejos códigos y estructuras lingüísticas que hacen de un
fonema una palabra, luego una frase y luego una idea que puede convertirse en una
elaborada narración novelística. Acá se reevalúa ahora la parte, como elemento
fundamental y determinante sin la cual ese todo no tendría sentido y coherencia. Pasamos
de balbucear fonemas a poder construir, gracias al lenguaje, algo tan elaborado y complejo
como El Quijote o el Decameron. El hombre es el único capaz de poner en contexto y dar
cuenta de ése contexto desde su propio lenguaje.
La conciencia de que el lenguaje presenta un doblez (denotación explícita
/connotación implícita) es, probablemente, tan antigua como la conciencia misma
del lenguaje. Es casi imposible no notar que, además de decir algo explícitamente,
las palabras quieren decir algo más, algo que pasan como de contrabando, que dicen
(o intentan decir) sin decirlo explícitamente pero albergándolo en su interior (Ramos
García, 2006, párr. 46).
¿Quién ha podido pasar indemne frente a una obra artística aunque sea una sola, y
decir que no se ha conmovido en lo más mínimo? Quizá muchos, quizá todos, pero la
experiencia estética de una obra como la literaria, abjura de las tasaciones y las estadísticas.
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¿Cuánto puedo estar conmovido, afectado, escandalizado o ansioso por una novela que
representa, que pone en la palestra una arista de la existencia que antes no había sido
contemplada por el sujeto? ―Una experiencia es designada como estética cuando la persona
que la experimenta pone entre paréntesis su finalidad específica para apreciarla en tanto que
fuente de placeres no utilitarios‖ (Pavel, 2005, p. 342).
No hay nada menos utilitario que una obra literaria; utilitario adscrito a un sentido
de utilidad material, económica; una utilidad en la dirección del indolente progreso
industrial. La literatura, se mueve por otras aguas, se avienta por otros territorios, y su
utilidad, puede conciliar esos conflictos de la vida y la psique que tanto genera el afán por
la otra ―utilidad‖. Puede trazar la zona limítrofe de una existencia, define los inicios,
congrega los finales, le da sentido a las mañanas, alivia las noches y concilia los dolores.
―Comparada con la conducta práctica y orientada decididamente hacia la finalidad de las
cosas y de los comportamientos, la actitud estética, pese a su doble orientación subjetiva, y
objetiva, aparece, con razón o sin ella, como indebidamente teñida de subjetivismo, o
incluso de egocentrismo‖ (Pavel, 2005. p. 342).
No por ese carácter subjetivo, se puede afirmar que la actitud estética no es válida.
Habermas plantea que no se pueden delimitar parcelas, ni definiciones nominales en el
lenguaje, que el concepto de validez de un texto, es imposible explicarlo separando el
concepto de desempeño de la pretensión de validez que el texto plantea. ―El análisis de las
condiciones de validez de las oraciones nos empuja de por sí a un análisis de las
condiciones del reconocimiento intersubjetivo de las correspondientes pretensiones de
validez‖ (Habermas, 1999,p.406), es decir, el análisis de la validez estética, remite al
análisis del contexto, de los espacios de construcción semántica que le dan sentido a las
palabras y que funcionan, ya no en el lenguaje sino en los lenguajes que construyen
múltiples realidades, que no son inmutables pero sí son sensibles y reales desde su misma
intangibilidad y dinamismo. Por eso, es posible comprender la experiencia literaria como
un estado que está siempre presente cuando el sentido de la existencia de los seres humanos
se expone. El acto estético, se valida en la posibilidad de confrontar, de incomodar al sujeto
y llevarlo al límite de sus preceptos, como lo que hace el científico y artista alemán Gunther
Von Hagens, famoso por su proceso de plastinación de cuerpos de humanos y animales; o
como las artistas Marina Abramovic y Orlan que, con sus provocadores performance,
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cuestionan la concepción del sujeto en el espacio de su propio cuerpo, para relacionarse de
manera diferente con una realidad que puede ser hostil y asfixiante, una realidad semejante
a la de alguien al otro lado del mundo, que puede sentirse identificado con esa forma de
representación. El mismo Marqués de Sade puede, desde la literatura, demostrar cuánto
poder e incomodidad genera lo textual, al cuestionar el sentido existencial de lo corpóreo y
lo sexual. El cúmulo de realidades que poseen cargas significantes e históricas, hacen de
cada lectura, una experiencia distinta, siendo consecuente con el acto estético, donde hay
parámetros que no son técnicos ni metódicos, pero sí supeditados a un orden que no es ni
milimétrico ni exacto, estando más emparentados con el recurso sensible y las propiedades
emergentes que plantea la teoría del pensamiento complejo.
Ricoeur (1997) desarrolla el concepto de función narrativa. En este, aparecen tres
preocupaciones principales. La primera, es la de preservar la amplitud, la diversidad y la
irreductibilidad de los usos del lenguaje. Ricoeur se une a aquellos filósofos analíticos que
se resisten a aceptar el reduccionismo según el cual las ―lenguas bien hechas‖ habrían de
valorar la pretensión de sentido y de verdad de todos los usos no ―lógicos‖ del lenguaje;
una segunda preocupación, es la de reunir las formas y modalidades dispersas del juego de
narrar; la tercera preocupación, ofrece la posibilidad de hacer menos inabordable la
problemática de la temporalidad y de la narratividad: la de poner a prueba la capacidad de
selección y de organización del lenguaje mismo, cuando éste se ordena en unidades de
discurso más largas que la frase a las que podemos llamar textos. Esta ordenación de
unidades, puede dar cuenta del ejercicio literario dentro de una posibilidad histórica, donde,
mediante el ejercicio dialógico entre lector y texto, emerge un nuevo sentido; se construye
un nuevo espacio de significados.
Foucault (1994) se pregunta entonces qué es literatura; manifiesta que la respuesta
está en la pregunta misma, en la imposibilidad de definir con precisión lo que es literatura;
en su carácter problémico, indeterminado y difuso. En relación con la pregunta, Foucault
distingue tres cosas particulares. Primero, identifica el lenguaje como el murmullo de todo
lo que se pronuncia y es, al mismo tiempo, el sistema transparente que hace que cuando
hablamos se nos comprenda. Para él, el lenguaje es todo el hecho de las hablas acumuladas
en la historia, y además, el sistema mismo de la lengua. Segundo, menciona la obra como
la configuración del lenguaje que se detiene sobre sí, que se inmoviliza, que constituye un
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espacio que le es propio, y que retienen en ese espacio el derrame del murmullo; es decir, la
posibilidad de fijar el lenguaje; tercero, la literatura propiamente dicha, definida como la
vertiente por el que pasa la relación, tanto del lenguaje, como de la obra.
No se puede definir la literatura per se como un sistema definido y preconfigurado;
más sí como un conjunto precisamente complejo, compuesto por el lenguaje y la fijación
misma del lenguaje ─obra─, que define y se apropia de una historia y una narración, y la
familiariza en un lenguaje tradicional, que da cuenta de unas costumbres cotidianas, pero
que pudieran también dar un sentido distinto ─contrasentido─, al lenguaje dominante y de
poder.
1.2. Integración discursiva; las posibilidades estéticas y propositivas de la
literatura
No soy yo el que sufre en el mundo, sino el mundo el que sufre en mí.
El individuo existe sólo en la medida en que concentra
los mudos dolores de las cosas desde un harapo hasta una catedral. E, igualmente, el
individuo sólo es vida en el instante en que, del gusano a Dios, las criaturas gozan y gimen
en él.
(Cioran, 1996, p.64)
Una obra literaria debe ponerse en contexto, tiene que leerse a la luz de los
referentes sociales y culturales que representa y le dan valía. Expone una serie de
situaciones que la validan, no sólo como acto estético propiamente dicho, sino, como un
fenómeno susceptible de ser entendido desde el marco de significantes que representa, con
condiciones y atenuantes particulares, sin caer en generalizaciones groseras, estériles e
inefectivas. ―El método de representación adoptado por las diversas épocas y los diversos
géneros depende al mismo tiempo de la naturaleza de las hipótesis antropológicas
fundamentales y del peso que se les concede ante las consideraciones de orden social‖
(Pavel. 2005 p. 43).
Tomar las historias personales desde el punto de vista de la hermenéutica, significa
considerar, que al contar su vida, una persona no sólo describe, a manera de crónica, una
serie de situaciones inconexas, sino que, construye un relato en el que se revelan los
significados y representaciones, mediante los cuales, está dotando de sentido a sí mismo, a
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sus acciones y al mundo, en este caso, su espacio simbólico. Implica asumir que la historia
de vida, es una forma para leer una sociedad a través de un escrito. Jerome Bruner, el autor
de Actos de significado, argumenta la necesidad del estudio de la narración, con base en la
obviedad con que se suele tomar las narraciones, dada su absoluta presencia en la vida.
(Bruner, 1991, p. 55)
Edouard Dujardin en su libro Han cortado los laureles, olvidado por la historia,
pero rescatado por James Joyce, propone una narración donde la historia no es lo
importante. El autor propone una técnica que él mismo denominó monologo interior: un
discurso privado, personal e intransferible. ―Se trata de una forma relativamente ordenada
de la libre asociación desencadenada en el flujo de conciencia en su forma pura‖ (Gay,
2007, p.189). Dujardin plantea desde el relato, un cambio de paradigma donde la historia y
la aventura pasa a un segundo plano, y es la consciencia del individuo, sus narrativas, la
materia prima de la historia. El psicoanálisis venia cobrando fuerza en Europa, y la
literatura no quedó exenta de esto. La psicología con el estudio de la psique, se injertó
definitivamente en la conciencia de la escritura literaria.
James Joyce, llevando al límite lo propuesto por Dujardin, con Ulises, la obra
cumbre de la modernidad del siglo XX, devela toda la sociedad dublinesa y logra
condensarla en su obra, y lo más impactante aún, en un sólo día: el 16 de Junio de 1904.
Muestra ―todos los estigmas de lo moderno elevados al mayor grado de subversión: la
versatilidad intelectual, la riqueza de las alusiones literarias, el dominio lúdico de otros
idiomas, una imaginación acrobática y una voluntad de transgredir las normas que habían
regido la escritura durante siglos‖ (Gay, 2007, p.196). Joyce no sólo se conforma con
exponer la sociedad, sino que en el proceso, detona el lenguaje mismo En el proceso
creativo transforma la escritura desde sus estructuras, pinta un fresco de la sociedad de su
época, grafica una axiología que rompe con los valores tradicionales, e instaura una nueva
forma de pensar, muy en línea con la apreciación y valoración de la sexualidad, de los
procesos intrapsíquicos e inconscientes del individuo, intereses del psicoanálisis que se dan
en forma de lenguaje. La literatura, la sociedad y la cultura no serían los mismos luego de
su monumental novela.
Uno de los conceptos fundamentales a los que debemos recurrir para comprender la
relación entre una obra artística, en este caso un escrito literario, con la cosmovisión de un
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―mundo‖ es al idealismo simbólico. Este concepto proviene de la teoría del conocimiento y
consiste en considerar que la dimensión de los objetos depende de la actividad del sujeto.
Este idealismo es denominado simbólico porque está atravesado por la simbolización del
arte, por los procesos de la estética y de la escritura, que le dan sentido a la realidad. Por
ejemplo en Marcel Proust, todo recuerdo es una construcción literaria, una novelización que
conocemos a través del arte de su narrativa personal e íntima. Tanto el recuerdo como
cualquier otra actividad interior son construcciones estéticas, susceptibles de conmover y
persistir por sobre los rigores de la historia, aunque Foucault (2008) afirme que toda
posibilidad de lenguaje se encuentra evaporada por la transitividad en que el lenguaje se
produce (p.10).
Inmersos en los relatos y en las narrativas, la novela se configura como una clara
posibilidad para establecer puentes entre los conocimientos. ―El acierto de una obra
narrativa surge de la convergencia entre el universo ficticio representado y los
procedimientos formales que se utilizan para evocarlo‖ (Pavel, 2005, p.41). El escrito
literario, dotado de una fuerza y de una seducción mayor a las del discurso científico,
permite visibilizar una axiología de vida que representa de manera ingeniosa una idea, un
concepto, un hecho histórico o el mundo mismo. Según Pavel (2005), la obra narrativa, en
especial la novela, no se contenta con describir la realidad, la reinventa a fin de
comprenderla mejor (p. 42).
El discurso de Roland Barthes (2003), en la lección inaugural de la cátedra de
semiología lingüística del Collége de France, ayuda a entender el concepto y la naturaleza
de la literatura, no como un concepto univoco y académico. Su invitación es clara: ―la
literatura hace girar los saberes, ella no fija ni fetichiza a ninguno; les otorga un lugar
indirecto, y este indirecto es precioso. Por un lado, permite designar unos saberes
posibles—insospechados, incumplidos: la literatura trabaja en los intersticios de la
ciencia… la ciencia es basta, la vida es sutil, y para corregir esta distancia es que nos
interesa la literatura. Por otro lado, el saber que ella moviliza, jamás es completo ni final; la
literatura no dice que sepa algo, sino que sabe de algo, o mejor aún: que ella les sabe algo,
que les sabe mucho sobre los hombres‖ (párr.7)
Barthes (2003) nos permite visibilizar la literatura, no como un acto meramente
estético y artístico, sino algo mucho más profundo, amplio y complejo. El autor francés
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entiende por literatura, no un cuerpo o una serie de obras, ni siquiera un sector de comercio
o de enseñanza, sino la grafía compleja de las marcas que resultan de la práctica de escribir.
Ve en la literatura el texto, es decir, el tejido de significantes que constituye la obra:
―puesto que el texto es el afloramiento mismo de la lengua, y que es dentro de la lengua
donde la lengua debe ser combatida, descarriada: no por el mensaje del cual es instrumento,
sino por el juego de las palabras cuyo teatro constituye. Puedo entonces decir
indiferentemente: literatura, escritura o texto‖ (párr.7).
Así está planteada la cuestión de la unidad de la lengua, desde la literatura en este
caso puntual, donde se puede identificar un Uno de la lengua, en un sentido amplio que se
extiende hasta incluir todos los modelos y todas las modalidades identificatorias, todos los
polos de proyección imaginaria de la cultura social. En la lengua, cada región está
representada como configuración, como en la política, la religión, las artes, por supuesto en
la poesía y en las letras de la literatura (Derrida, 1997, p.28).
Dentro de una novela hay momentos que guían al lector, más no representan el
desenlace o una moraleja total y consensuada como tal. Estos instantes, vendrían a aportar
al análisis de un texto, y lo inherente al impacto que pueda tener en un lector y en la
sociedad misma, sabiendo que la obra tiene una estructura temporal y axiológica específica,
que no es limitante para el lector, que no importa la época, se conmueva y contempla
estéticamente el texto y se deja atravesar por él. ¿Por qué después de cien años seguimos
leyendo a Tolstoi, o maravillándonos por los sonetos y los dramas existenciales de
Shakespeare; por qué después de tantos siglos, el caballero de la triste figura sigue siendo
un referente en la consolidación del castellano como lengua universal, y aún hace parte del
relato colectivo, del imaginario social del héroe patético, del hombre fracasado de los
grandes proyectos?
La literatura facilita la conjunción de saberes. No como una lucha de poderes,
mucho menos, como la mezcolanza de informaciones y datos inconexos y entretenidos. Se
constituye en el bálsamo que suaviza las coyunturas, permitiendo un dialogo franco de esas
muchas formas de saber: el discurso histórico, el científico, el psicológico, el social, y por
supuesto, el pedagógico, todo con el fin de entender los retos del hombre, y
específicamente, para propender por discursos incluyentes y diversos. Por ende ¿no es
válido usar la literatura para hablar del hombre y de la sociedad, de la forma como resuelve
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sus conflictos, de la forma como desarrolla y confronta sus cambios, para poderse permitir
entender mejor la vida? ¿Puede y debe la literatura aportar a esto?
Derrida (1997) manifiesta respecto a la literatura francesa:
Me sentí como arponeado por la literatura y la filosofía francesa, una y otra, una u
otra: flechas de metal o de madera, cuerpo penetrante de palabras envidiables,
temibles, inaccesibles aun cuando entraban en mí, frases de las que había que
apropiarse y a la vez domesticarlas, engatusarlas, es decir amarlas inflamándolas, tal
vez destruirlas, en todo caso marcarlas, transformarlas, cortarlas, recortarlas,
forjarlas, incorporarlas al fuego, hacerlas volver de otra manera; dicho de otra
manera, así en uno mismo. (p.43)
La literatura, al igual que el lenguaje, está provista de vida. Es un organismo
pluridimensional cuyas fronteras cada vez están más lejos de divisarse. Foucault (2008),
habla de la necesidad de reconvertir el lenguaje reflexivo para dirigirlo, no hacia una
confirmación interior; él define esto como una autocomplacencia, una especie de
certidumbre central de la que no puede ser desalojado el lenguaje, sino más bien, hacia un
extremo en que necesite refutarse constantemente, para que no vea surgir la positividad y
que alcance el límite de sí mismo. La literatura no debe ser complaciente, ni mucho menos
presentar un método racional infalible. La literatura, debe ser el lugar donde las palabras y
los significados se despliegan indefinidamente. Todo conocimiento es inacabado,
imperfecto, la complejidad también lo es, ―como en el gesto de escribir las tentativas por
formalizar el lenguaje, en el estudio de los mitos y en el psicoanálisis, en la búsqueda
incluso de ese Logos que es algo así como el acta de nacimiento de la razón occidental‖
Foucault, 2008, p. 15). La literatura, como organismo complejo, no es no es única ni
indivisible, ―el hecho de que el mismo ser se transforma a lo largo del tiempo como lo
muestran admirablemente En busca del tiempo perdido y, sobre todo, el final de El tiempo
recobrado de Proust, todo ello indica que no es solamente la sociedad la que es compleja,
sino también cada átomo del mundo humano‖ (Morín, 1995, p.8).
1.3. Dialogismo y construcción emergente entre lector y texto
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Según Wolfgang Iser (1995), la obra literaria tiene dos polos que podríamos llamar
el artístico y el estético: el artístico se refiere al texto creado por el autor y el estético a la
concretización llevada a cabo por el lector (p.216).
La construcción de lector a través del intercambio dialógico entre éste y el texto
literario, genera procesos que posibilitan la identidad del individuo como ser social y
cultural. La recepción de la obra por parte de ese lector que interpreta el texto con base en
unos significados propios, permite una concepción más precisa de las estrategias textuales
que pueden viabilizar el ejercicio hermenéutico, permitiendo al sujeto-lector, cuestionar su
realidad y a sí mismo. Por ende, no todos los textos generarán el mismo impacto. Ahí es
donde el ejercicio dialógico emerge, cuando las voluntades, tanto del lector como del texto,
se tocan en la lectura. Por eso es muy importante contextualizar; dotar la lectura con un
sustrato histórico, que permite facilitar el proceso dialógico de construcción del sujetolector, que la dota de sentido. En La peste, Albert Camus sitúa los acontecimientos de su
novela en una fecha indeterminada de los años cuarenta del siglo pasado, en Orán, ciudad
argelina, donde una peste se abate sobre la población y comienza a minar no solo los
cuerpos sino los espíritus; lleva al límite a sus pobladores tanto física como
psicológicamente en su lucha por sobrevivir a la plaga. Pero la grandeza de la novela, no
radica en la forma como hila la historia y desarrolla los personajes, lo grande del libro, es lo
que se permite referenciar históricamente frente al germen de la guerra. La metáfora cobra
absoluto sentido, y ya no hablamos de la peste como enfermedad física, sino como el
destino de los hombres condenados a matarse a sí mismos por siempre: a guerras absurdas,
imprevistas y contundentes. Camus (1999) dice:
Pues él sabía que esta muchedumbre dichosa ignoraba lo que se puede leer en los
libros, que el bacilo de la peste no muere ni desaparece jamás, que puede
permanecer durante decenios dormido en los muebles, en la ropa, que espera
pacientemente en las alcobas, en las bodegas, en las maletas, los pañuelos y los
papeles, y que puede llegar un día en que la peste, para desgracia y enseñanza de los
hombres, despierte a sus ratas y las mande a morir a una ciudad dichosa (p.254).
Con esas palabras contundentes, Camus sentencia el destino de los hombres, un
destino que mira al pasado, que se sumerge en el presente salino y herrumbroso de la
posguerra. El libro, cabe recordar, fue publicado por primera vez en 1947, en una Europa
sumida en la crisis, con jaqueca y miseria, tratando de comprender lo recién sucedido.
Nietzsche (2000) sabía lo importante que era hacer este ejercicio histórico, no desde la
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LA PERSISTENCIA DEL VACÍO: LA LITERATURA COMO HERRAMIENTA COMPLEJA
objetividad, sino desde la potencia artística, desde una alta elevación creadora, ya que sólo
―desde la más poderosa fuerza del presente se puede interpretar el pasado‖ (p.102). Camus
fue más allá con su maravillosa obra El extranjero, escrita antes que La peste. Camus
expone al hombre indiferente, el hombre excluido de todo progreso y referente social: el
hombre que es extranjero del mundo; el exiliado de la sociedad y de sí mismo. El personaje
principal es el referente perfecto que anticipa al hombre deshumanizado que trata de reconstruirse desde los vestigios de la guerra; el hombre abandonado de la posguerra. No
podemos comprender un texto en un instante particular, pero ―lo que primeramente
aparecía como una pura desventaja frente a nuestros actos de percepción, se muestra ahora
como un modo de comprensión que permite organizar el texto en un proceso de lectura,
como una escisión permanente y una fusión de sus horizontes interiores‖ (Iser, 1987,
p.182). Estos horizontes interiores, pueden también dar cuenta de la forma como se
comprende y se configura el conocimiento socio histórico, desde un marco de referencia
personal.
Como lectores, a través de la literatura reconstruimos el tejido de significantes y le
damos sentido a un hecho histórico como fue la segunda guerra mundial y la posguerra. La
peste y El extranjero, sin ser libros históricos, permiten atestiguar parte de la época y parte
del mapa sociohistorico de una sociedad sumida en el caos y la locura desde el horizonte
interior del autor. Acá, tanto la literatura como la historia, están al servicio de la vida como
dice Nietzsche, y no a una historia objetiva, inamovible; a la versión oficial, porque ese
predominio excesivo de historia desmorona a la vida y la degenera, arrastrando a la historia
misma (Nietzsche, 2000). Esa percepción de algo Real Histórico, en términos de una
narración, es una operación ideológica básica en virtud de la cual un conflicto que enfrenta
a grandes fuerzas sociales, se reelabora desde las coordenadas de un drama personal (Zizek,
2008).
La literatura conjuga el discurso histórico. La literatura es importante porque hace
girar los saberes, porque no fija ni fetichiza a ninguno; les otorga un lugar indirecto. Por un
lado, permite designar unos saberes posibles, la literatura trabaja en los intersticios de la
ciencia, siempre retrasada o adelantada con respecto a ella (Barthes, 2003).
Hay grandes títulos donde la literatura, ha servido como catalizador y mecanismo
terapéutico para ayudar al individuo a enfrentar sus padecimientos y fantasmas. Harold
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Brodkey en Esta salvaje oscuridad, narra su vida desde el momento en que le dicen que va
a morir. Cuenta, a manera de diario personal, sus días finales desde que el sida comienza a
carcomer su cuerpo. Es un relato valiente donde la narración se impone a la muerte misma.
Podemos citar también a Christopher Hitchens con Mortalidad, sobre cómo su lucidez
intelectual permanece pese a la inminencia de la muerte; Primo Levi y sus inolvidables
relatos sobre su experiencia en Auschwitz, donde con lenguaje mesurado y preciso, nos
enseña el poder del relato para redimir la humanidad perdida; Aleksandr Solzhenitsyn
haciendo un ejercicio similar al de Levi pero con las Gulag de Stalin en esa monumental
obra llamada Archipiélago Gulag; el colombiano Roberto Burgos Cantor con La ceiba de
la memoria, un doloroso fresco sobre la esclavitud, sobre los sufrimientos humanos y la
libertad; Varujan Vosgonian con El libro de los susurros, el testimonio sobre la primera
gran matanza del siglo XX. Como estos breves ejemplos, algunos de los cuales se
analizarán más adelante, hay miles más en donde la literatura combate el olvido, incluye y
fortalece la memoria, integra los saberes, complejiza la narrativa y testifica la condición
humana que prevalece por sobre la mísera.
El llamado de Prigogine (1983) es claro: ―un diálogo entre ciencias naturales y
ciencias humanas, incluidas arte y literatura, puede adoptar una orientación innovadora y
quizá convertirse en algo tan fructífero como lo fuera durante el periodo griego clásico o
durante el siglo XVII con Newton o Leibniz‖ (p.5).
Gabriel García Márquez en su discurso de aceptación del Nobel de literatura de
19822, hace un llamado a la forma como los países más desarrollados nos miran con cierto
desdén, desconociendo su propia historia de horror y muerte. Sin hacerlo explícitamente,
García Márquez habla de complejidad, de cómo mirarnos, de cómo analizarnos, de cómo
entender nuestras propias dificultades y posibilidades, sabiendo que cada situación es
distinta, pero haciéndolo desde nosotros mismos, usando nuestros propios referentes. Frente
a la academia sueca, el gran autor les dice a los distinguidos miembros de una élite lejana y
caduca, una verdad descomunal, una crítica honesta frente a cómo los europeos miran por
encima del hombro a sus hijos negados, a nosotros los latinoamericanos:
2
La soledad de América Latina, disponible en http://www.eltiempo.com/cultura/libros/ARTICULO-WEBNEW_NOTA_INTERIOR-13854335.html
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Pues si estas dificultades nos entorpecen a nosotros, que somos de su esencia, no es
difícil entender que los talentos racionales de este lado del mundo, extasiados en la
contemplación de sus propias culturas, se hayan quedado sin un método válido para
interpretarnos. Es comprensible que insistan en medirnos con la misma vara con que
se miden a sí mismos, sin recordar que los estragos de la vida no son iguales para
todos, y que la búsqueda de la identidad propia es tan ardua y sangrienta para
nosotros como lo fue para ellos. La interpretación de nuestra realidad con esquemas
ajenos sólo contribuye a hacernos cada vez más desconocidos, cada vez menos
libres, cada vez más solitarios. Tal vez la Europa venerable sería más comprensiva
si tratara de vernos en su propio pasado. Si recordara que Londres necesitó 300 años
para construir su primera muralla y otros 300 para tener un obispo, que Roma se
debatió en las tinieblas de incertidumbre durante 20 siglos antes de que un rey
etrusco la implantara en la historia, y que aún en el siglo XVI los pacíficos suizos de
hoy, que nos deleitan con sus quesos mansos y sus relojes impávidos,
ensangrentaron a Europa con soldados de fortuna. Aún en el apogeo del
Renacimiento, 12.000 lansquenetes a sueldo de los ejércitos imperiales saquearon y
devastaron a Roma, y pasaron a cuchillo a 8.000 de sus habitantes (párr.7).
Latinoamérica es a ojos de una persona extranjera, un lugar exótico plagado de
microcosmos folclóricos y coloquiales, y muchas de esas miradas se alimentan de un
prejuicio que generaliza y cosifica nuestras costumbres y pensamientos. Esas
representaciones sobre nosotros, llenas de lugares comunes, algunos de ellos despóticos y
racistas, son tan frecuentes como las miradas que hacemos a otras realidades y latitudes. Es
más fácil la generalización, hija de una tradición metodológica muy fuerte que facilita las
concepciones, las predicciones y los paradigmas. Es eso lo que supo explotar el gran Gabo:
al haber recorrido gran parte del mundo, encontró su voz en su propia vivencia local y
provinciana, en esas historias de su niñez, grandilocuentes y magnificadas, pero no
demasiado, ya que en ocasiones la realidad puede superar la ficción, siendo la primera más
inverosímil, mágica y cruda que nos vuelve, a ojos foráneos, seres exóticos y de fábula muy
reales. La literatura ahí se permite, como en tantas otras ocasiones, testimoniar esas
representaciones de manera mucho más rica y constante:
Me atrevo a pensar que es esta realidad descomunal, y no sólo su expresión literaria,
la que este año ha merecido la atención de la Academia Sueca de las letras. Una
realidad que no es la del papel, sino que vive con nosotros y determina cada instante
de nuestras incontables muertes cotidianas, y que sustenta un manantial de creación
insaciable, pleno de desdicha y de belleza, del cual este colombiano errante y
nostálgico no es más que una cifra más señalada por la suerte. Poetas y mendigos,
músicos y profetas, guerreros y malandrines, todas las criaturas de aquella realidad
desaforada hemos tenido que pedirle muy poco a la imaginación, porque el desafío
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LA PERSISTENCIA DEL VACÍO: LA LITERATURA COMO HERRAMIENTA COMPLEJA
mayor para nosotros ha sido la insuficiencia de los recursos convencionales para
hacer creíble nuestra vida. Este es, amigos, el nudo de nuestra soledad (García
Márquez, 1982, parr.6)
El día en que estoy escribiendo esto, el 21 de abril de 2014, a escasos días de la
muerte del gran García Márquez, Bogotá, la ciudad en la que he vivido toda mi vida, una
urbe cosmopolita de casi ocho millones de habitantes, hoy cuenta con cuatro alcaldes: el
primero, exguerrillero del Movimiento M-19, elegido popularmente, destituido y que de
pronto podría volver para entrar a un proceso de revocatoria que tenía pendiente antes de
ser destituido, llamado Gustavo Petro; otro, llamado Rafael Pardo, ministro de trabajo y
alcalde por encargo del presidente Juan Manuel Santos, pero ambos (delegado y delegante)
viajan a ciudad de México al funeral y homenaje a Gabriel García Márquez, por lo cual
aparece un tercer alcalde por algunas horas, Oscar Sánchez, encargado del encargo y
Secretario de educación de Bogotá. Y la última, la progresista, miembro del partido del
alcalde guerrillero elegido (y destituido injustamente por un señor que rige el ministerio
público, un católico lefevrista ortodoxo llamado Alejandro Ordóñez, paradójicamente hace
unos años atrás elegido por el mismo Petro cuando era Senador, que predica la palabra en
vez de hacer cumplir las leyes; un señor que hace 35 años quemó algunos de los libros de
García Márquez en la plaza pública de Bucaramanga por considerar que perturbaban las
mentes juveniles), María Mercedes Maldonado, secretaria de habitad de Bogotá, escogida
hoy entre una terna por el presidente-candidato que busca reelegirse a cualquier precio, y
que en sus primeras declaraciones como alcaldesa encargada (al cubo), manifiesta que
estará unos meses o quizá pocos días mientras se convoca a elecciones extraordinarias o
vuelve el alcalde exguerrillero por las medidas cautelares que podría dictar el Consejo de
Estado, o por las tutelas hechas en los tribunales de la ciudad para restituirlo en el cargo. El
alcalde destituido volvió al día siguiente. ¿Más realismo mágico?
Algo tan regional y tan nimio como lo que pasaba en Aracataca, célebre por ser la
fuente de inspiración de Macondo, un lugar que hoy en día no cuenta con servicio de agua
potable, traspasó fronteras y lenguajes. Esa realidad aumentada, tan inverosímil y fantástica
en el papel, hace parte de la cotidianidad de Colombia, y me atrevo a decir que de toda
Latinoamérica. Hay un pedazo de Aracataca en el mundo y una parte del mundo en
Macondo por cuenta de la literatura, de ese lenguaje que nos regala vida e identidad y
contiene la diáspora de la memoria humana.
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LA PERSISTENCIA DEL VACÍO: LA LITERATURA COMO HERRAMIENTA COMPLEJA
Lo interesante de esto es que García Márquez dijo abiertamente, tanto en el discurso
de recepción del Nobel y en cada entrevista, en la cual se le preguntaba por sus influencias,
que sus grandes maestros habían sido Kafka, Faulkner y Hemingway; autores
diametralmente distantes tanto geográfica como conceptualmente, pero que le ayudaron a
encontrar su propia voz, sobre todo desde el periodismo, uno de los temas centrales de
LPV, que por principio complejo, refleja el todo en una parte minúscula de tierra enclavada
en el departamento del Magdalena, polvorienta y abandonada, que contiene la metáfora de
un país como Colombia, de un continente y de la humanidad condenada al olvido y a la
soledad.
Un gran europeo también lo entendió. Bertrand Russell (2004), dice que el mundo
necesita modos de pensar y de sentir que se adapten a lo que sabemos, a lo que podemos
creer y a lo que entendemos que no podemos aceptar. El autor dice que hay modos de sentir
que son tradicionales y que tienen todo el prestigio del pasado y de la autoridad y que, sin
embargo, no están adaptados al mundo en que vivimos, donde las nuevas técnicas han
hecho necesarias algunas nuevas virtudes e innecesarias algunas virtudes antiguas. Ahí
radica la universalidad de las obras literarias, en la honestidad de como aprendemos a
entender nuestro propio mundo, esa parcela cultural que a bien o mal nos tocó y así poder
socializarla, compartirla con otras latitudes que también significan y entienden, mediante
un reflejo distante pero diáfano, sus propias realidades; no en la forma que nos imponen
para pensar y entender lo que somos nosotros mismos. La literatura nos enseña a escuchar
nuestra propia voz, entendiendo a su vez la pureza de la pluralidad, el contexto del ―otro‖
de manera natural.
1.4 La literatura como posibilidad de inclusión. El poder de la memoria y el
testimonio en Si esto es un hombre, El libro de los susurros, La ceiba de la memoria y
La escritura o la vida.
Estaba absorto en mi lectura y escritura cuando en mi cuarto irrumpió un gran número de
esas personas armadas de una
ignorancia roma como un palo y de un odio afilado como una navaja. No fueron mis rollos
de seda lo que les inyectó los ojos de sangre, sino los libros ordenados de mi estantería;
escondieron la seda bajo sus ropas mientras que los libros acabaron tirados por el suelo,
pisoteados y con las páginas arrancadas ante mis ojos. Se trataba de libros encuadernados
en cuero y numerados, escritos por personas cultas, y en ellos habrían podido encontrar, si
se hubieran molestado en leerlos, mil razones para matarme allí mismo y también
120
LA PERSISTENCIA DEL VACÍO: LA LITERATURA COMO HERRAMIENTA COMPLEJA
contenían, si hubiesen querido leerlos, remedios y bálsamos para su odio. Les dije que no
los rompieran, pues muchos libros no eran peligrosos, que solamente escondía peligro uno
de ellos; y que la lectura de muchos libros llevaba a la sabiduría y la lectura de uno sólo
llevaba a la ignorancia, armada de la demencia y del odio. Y ellos me replicaron que en el
Nuevo Testamento estaba todo escrito, que contenía todos los libros de todos los tiempos:
lo que en él estaba dicho contenía todos los demás libros y, por lo tanto, había que
quemarlos, y si en algún otro libro hubiera algo que no estaba en ése, el Único, entonces
esos otros libros había que quemarlos con más razón porque eran heréticos. También
dijeron que ellos no necesitaban los consejos de los sabios y gritaron: "Conviértete, o te
sacaremos por la nuca la sabiduría de todos los libros que hayas leído".
»Al darme cuenta del odio ciego de ese gentío y al ver que, ante mis ojos, estaban matando
a los judíos que se habían negado a convertirse (unos por ser consecuentes, otros por un
orgullo que, en ocasiones, puede ser mortal), les respondí que prefería convertirme a
morir, pues a pesar de todo el temporal sufrimiento de la existencia era más valioso que el
definitivo vacío de la nada.
Danilo Kiš / Una tumba para Boris Davidovich, capítulo titulado Perros y libros
A finales de los años cincuenta la Agencia de Inteligencia Americana, mejor
conocida como la CIA, en plena guerra fría comenzó a utilizar una serie de estrategias de
persuasión contra los soviéticos, diferentes a las armas de destrucción masiva y los aparatos
sofisticados y diminutos de espionaje. El proyecto, consistía en introducir libros y textos
que tuvieran un contenido sensible para la URSS, o fueran abiertamente prohibidas, como
una especie de bombardeo intelectual para abrir las mentes de los jóvenes y adultos y así
destruir el sistema comunista desde el centro mismo. Algunos de estos libros fueron de
James Joyce, George Orwell, Vladimir Nabokov y Ernest Hemingway. En el transcurso de
la Guerra Fría, se estima que unos 10 millones de libros y revistas circularon de manera
clandestina por todo el bloque de Europa oriental. Pero de estos destaca uno: Doctor
Zhivago de Boris Pasternak, un texto que fue prohibido abiertamente y que salió de la
URSS de manera clandestina a pedazos para ser publicado primero en Italia por la editorial
Feltrinelli, y luego por la misma CIA bajo un sello editorial francés de fachada. Esto se hizo
creyendo que la literatura tendría un efecto catalizador en los jóvenes, lo que les haría
comenzar a cuestionar más abiertamente el sistema de libertades y sacrificios en nombre de
la madre patria.
La literatura ha sido ignorada por los investigadores en psicología, porque
consideran que su única función es el entretenimiento, y no tiene ninguna validez empírica.
La literatura tiene un propósito más importante. Ofrece modelos y simulaciones del mundo
121
LA PERSISTENCIA DEL VACÍO: LA LITERATURA COMO HERRAMIENTA COMPLEJA
social a través de la abstracción, la simplificación y la compresión. La literatura crea una
profunda experiencia de simulación de las interacciones sociales. Esta simulación, facilita
la comunicación y la comprensión de la información, y hace que sea más convincente,
logrando una forma de aprendizaje a través de la experiencia. Participar en las experiencias
simuladas de la literatura de ficción, puede facilitar la comprensión de los otros que son
diferentes a nosotros mismos, y puede también, aumentar nuestra capacidad de empatía e
inferencia social (Mar & Oatley, 2008).
Benjamin (2001) reflexiona sobre el narrador y la novela. Manifiesta que escribir
una, significa colocar lo inconmensurable en lo más alto, por la capacidad que esto conlleva
al representar la vida humana. En medio de la plenitud de la vida, y mediante la
representación de esa plenitud, la novela informa sobre el profundo desconcierto del ser
humano. ―En el amplio espectro de la crónica se estructuran las maneras posibles de narrar
como matices de un mismo color. El cronista es el narrador de la historia.‖ (p.122)
Pero Benjamín va más allá y da cuenta también del lector, porque la literatura
compele un ejercicio dialógico, ya que, aunque el lector de una novela está a solas, es en
esta soledad donde el lector se apropia de la lectura con mayor celo y está dispuesto a
devorarla. En efecto, el lector destruye y consume el texto como el fuego lo hace con la
madera en una chimenea. ―La tensión que atraviesa la novela mucho se asemeja a la
corriente de aire que anima las llamas de la chimenea y aviva su juego‖ (p.126) y en ese
dialogo, el narrador es el hombre que permite que las suaves llamas de su narración
consuman por completo la mecha de su vida. ―El narrador es la figura en la que el justo se
encuentra consigo mismo‖ (p.134).
Durante la historia de la humanidad, tanto la escritura, la lectura como algunos
textos puntuales, han sido prohibidos. La palabra cuando no se permite múltiple, tiende a
ser excluyente. Opresor y oprimido son conscientes que la literatura tiene un poder
asombroso, no sólo de divulgación, también de transformación. La circulación clandestina,
la persecución y prohibición son fundamentales para destruir o mantener el statu quo, como
lo vemos en el apartado de Danilo Kis que da inicio a este texto. La historia tiene cientos de
ejemplos donde la palabra, en todas sus presentaciones, ha sido negada; hitos como el de
los Nazis quemando libros, disponiendo con laxitud su consciencia para luego quemar
hombres. Y vemos la otra orilla, donde la palabra lucha por sobrevivir, como en el libro de
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LA PERSISTENCIA DEL VACÍO: LA LITERATURA COMO HERRAMIENTA COMPLEJA
Pasternak o en Archipielago Gulag de Aleksandr Solzhenitsyn y puntualmente en El libro
de los susurros de Varujan Vosgonian (2011):
En El libro de los susurros se habla del día en que ardieron los libros. Así como el
día en que degollaron a los inocentes no pudieron matarlos a todos, tampoco la
jornada de la quema de libros pudieron destruirlos a todos. En la guerra entre el
poder y los libros, aunque los únicos que mueren son éstos, el poder nunca gana.
Porque los hombres han escrito más de lo que pueden olvidar (p.281).
Edgar Morin (2004), consciente de nuestra pequeñez, dice que estamos perdidos en
el universo: la ―perdición‖ la define. Pero este agujero perdido es nuestro mundo, con su
vegetación, con sus animales; es nuestra casa común, nuestro jardín, y dado que la vida no
tiene una sustancia original, y su originalidad deriva de la complejidad de su organización,
debemos tratar por ello de cultivar la vida; debemos civilizar finalmente las relaciones
humanas.
Dentro de esa perdición, vemos la delimitación de nuevos mapas, terrenos y
fronteras; territorios como bien apunta Morin, con medios de comunicación nunca antes
vistos y una cultura que se expande por el mundo entero.
Baudrillard (2004), en el mismo texto de Morin, plantea la situación como una crisis
planetaria, un estado que también alcanza el pensamiento. Pero ―a partir de ahí es legítimo
que nos preguntemos por la capacidad del pensamiento en crisis para pensar la crisis‖
(p.50).
La literatura así se puede erigir, sino como un mecanismo inmediato para
transformar la crisis y la realidad planetaria, de la que hablan tanto Morin como
Baudrillard, sí puede ayudar para que por lo menos pensemos la crisis; para no olvidarla
como dice Vosgonian.
Said (2007) hace un fuerte cuestionamiento al papel del intelectual, particularmente
al profesor de literatura, herméticamente encerrado en sí mismo y apenas interesado en lo
que sucede en el exterior del aula. Esta crítica a la hiperespecialización del conocimiento
está en línea con la que tanto hace Morín. Said define esto como uno de los principales
males modernos que ha significado un ―creciente formalismo técnico, y una disminución
progresiva del sentido histórico de las experiencias que realmente intervienen en la creación
de una obra literaria‖ (pp.95-96).
123
LA PERSISTENCIA DEL VACÍO: LA LITERATURA COMO HERRAMIENTA COMPLEJA
La literatura se adscribe en las facultades y a la academia sólo teóricamente,
limitando su campo de acción, especializándola en demasía:
Especialización significa pérdida de visión del esfuerzo brutal que conlleva la
creación tanto del arte como del conocimiento; como resultado, te incapacitas para
ver el conocimiento y el arte como una serie de opciones y decisiones, compromisos
y alineamientos, y únicamente los percibes en función de teorías o metodologías
impersonales. Ser especialista en literatura significa con excesiva frecuencia
cerrarse a la historia, la música o la política. Al final, como intelectual plenamente
especializado en literatura, te has convertido en una persona domada y que acepta
todo lo que permitan los considerados líderes en ese campo. Así pues, la
especialización mata tu sentido de la curiosidad y del descubrimiento, elementos
ambos imprescindibles en la puesta a punto del intelectual. En último término ceder
a la especialización es una muestra de pereza, puesto que terminas haciendo lo que
otros te dicen, ya que después de todo, esa es tu especialidad (Said, 2007, p.96).
Cuando se relaciona la literatura con procesos pedagógicos de inclusión y
visibilización, rompemos las cadenas hiperconfeccionadas y especializadas que atan a la
literatura, y el conocimiento científico en sí, a una celda poco piadosa de metodologías y
teorías.
Bauman (2008) dice que ahora todo lo que demora, la dilación y la espera, se han
transformado en un estigma de inferioridad. Los mensajes y textos abundan y escurren de
todas partes, no deben demorar ni aburrir: deben tener una extraña alquimia moderna de
exactitud y brevedad:
El futuro ya no es un tiempo que se persiga. Sólo aumentará las complicaciones
presentes, acrecentando exponencialmente la inútil y sofocante masa de
conocimiento, impidiendo la salvación que seductoramente ofrece. La completa
masa de conocimiento en oferta es el principal obstáculo que impide aceptar esa
misma oferta. Y también es la principal amenaza a la confianza humana:
seguramente debe de haber en alguna parte, en esta aterradora masa de información,
una respuesta a cualquiera de los problemas que nos atormentan y así es cómo, si no
se consigue hallar la respuesta, sobrevienen inmediata y naturalmente la autocrítica
y el menosprecio por uno mismo (p.44)
Y sin embargo, la literatura sobrevive a todos los cambios históricos, no sólo para
testimoniarlos, también para dotarlos de vida y significado. La masa de información se
aleja de la literatura. Ésta se sustrae al bloque de conocimiento objetivo, calculado y
metódico que supuestamente hace la vida más fácil y cognoscible. La literatura aún tiene
mucho por decir, cualquiera sea el medio donde la encontremos. Bauman se pregunta en el
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LA PERSISTENCIA DEL VACÍO: LA LITERATURA COMO HERRAMIENTA COMPLEJA
párrafo anterior sobre dónde estaría la respuesta dentro de toda esa masa de información;
mi respuesta es en la literatura.
"Cuando están llenos de Sangre los muertos se parecen entre sí" (p.181) escribe
Vosgonian en ese hermoso y afilado libro que es El libro de los susurros. El libro es el más
fiel testimonio y la mejor prueba de que el olvido no es una opción, y que el arte, la
escritura, revivifican el compromiso social y le da voz a los muertos, a los ausentes.
Turquía tiene una deuda con la humanidad, especialmente con el pueblo armenio. Es hora
de que acepten su responsabilidad frente al genocidio de 1915 de más de un millón y medio
de personas. El mundo jamás debe permitirse olvidar cosas como estas. Vosgonian
encontró la voz de los muertos, de sus antepasados, a través de los susurros que fueron
transmitidos de generación en generación, y los tejió en papel, los escribió para nuevamente
darles vida y visibilizar lo que para unos no existía, y para otros, urgía enterrar en el olvido.
El texto, es como un libro escrito durante décadas por miles de voces y manos que no
dejaron morir la historia del genocidio armenio, ni sus costumbres ni su lenguaje.
En uno de los pasajes del libro encontramos:
Los deportados escribían para ellos mismos. Los manuscritos que han quedado del
espacio de los siete círculos de la muerte se escribieron en las rutas de la
deportación. Donde quiera que se hallara un trozo de madera, un poste kilométrico,
un árbol de corteza blanda o un muro. Durante mucho tiempo, hasta que las lluvias
las desgastaron y los vientos las borraron, permanecieron escritas o grabadas en la
madera y la piedra palabras y letras armenias. Quienes pasaban dejaban aviso a los
que venían después. Y éstos, si aún había sitio, añadían sus propias palabras. En los
campos de deportados circulaban entre la gente hojas de papel. No estaban firmadas
por miedo a las represalias ni fechadas. No era menester. La realidad, con excepción
de la nieve que se transformaba en cieno y el lodo que se trocaba en polvareda
errante, era inamovible (p.388).
La escritura acá es el único medio para sobrevivir. La carne desapareció, pero la
salvación para los armenios estaba en el testimonio, en la huella que se rehusaba a ser
borrada.
―La humanidad se halla en un momento crítico ─prosiguió el abuelo─. Las palabras
luchan en nuestro lugar. Y nosotros morimos en lugar de ellas‖ (p.113).
Vosgonian teje, con los susurros de sus ancestros, la historia de su pueblo; y la
novela al narrarla, la vive y nos hace vivirla con ella. Asistimos a los círculos de la muerte,
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LA PERSISTENCIA DEL VACÍO: LA LITERATURA COMO HERRAMIENTA COMPLEJA
impávidos por la ignominia de los turcos para no dejar rastro, y a la lucha armenia por
dejarlo.
Bourdieu (2001) hace un llamado claro frente al papel de la investigación, y sobre
todo, al investigador a defender su autonomía para imponer los valores vinculados a su
oficio, criticando a aquellos que eligen ―las facilidades virtuosas del aislamiento en su torre
de marfil que ven la intervención fuera de la esfera académica como una peligrosa
infracción a la famosa neutralidad axiológica, identificada erróneamente como objetividad
científica‖ (p.9). La crítica es clara, y la ciencia y la investigación, deben estar al servicio
del mejoramiento de la calidad de vida, que funcionen para entendernos mejor como sujetos
y seres humanos. La literatura y el estudio literario, deben salir de las cuatro paredes de la
academia para llegar a los lugares más recónditos donde se hace necesaria. Hay que romper
esas barreras que contienen ―la energía crítica que permanece encerrada en los muros de la
ciudadela de los sabios […] que prohíbe al homo academicus mezclarse en los debates
plebeyos del mundo periodístico y político‖ (p.9).
Así la literatura se libera de sus ataduras académicas hechas por los círculos de
sabios y literatos, y pasa a formar parte del común denominador de aquello que nos hace
humanos, de la génesis de la palabra donde brotaron, hace cientos de años, nuestros
referentes culturales y sociales que alimentaron y actualizaron nuestro ser. La literatura
tiene que volver a donde nació, debe democratizarse, no sólo desde el ámbito comercial y
económico. La literatura debe servir de bálsamo y referente intelectual para la sociedad,
desde la sociedad misma.
Otro ejemplo de cómo la escritura literaria, visibiliza y humaniza aquello que ha
sido deshumanizado y excluido, tenemos el caso de Primo Levi (2005), el químico y
escritor italiano que narra sus experiencias en Auschwitz, como prisionero y superviviente,
en tres maravillosos libros: Si esto es un hombre, La tregua y Los hundidos y los salvados.
Primo Levi dejó un vasto testimonio literario, quizá el más conocido sea el primero:
Si esto es un hombre, escrito apenas unos meses después de llegar nuevamente a Turín, su
lugar natal, luego del viaje de regreso desde Auschwitz. En la época inmediatamente
posterior a la guerra, los hombres prefirieron mudarse al silencio, y un relato tan doloroso
como el de Levi, no encontró la resonancia necesaria. Las personas prefirieron no mirar
atrás para reconstruir sus vidas desde las ruinas, aparentando una felicidad sustentada en un
126
LA PERSISTENCIA DEL VACÍO: LA LITERATURA COMO HERRAMIENTA COMPLEJA
progreso ilusorio y avasallante. Se publicaron en 1947 apenas unas pocas copias, y el libro,
pareció enterrado solo hasta 1961, cuando con su segundo libro: La tregua, alcanzó una
mayor notoriedad, lo que permitió la reedición de Si esto es un hombre, volviéndolo un
éxito internacional que le dio fama y prestigio a Primo Levi, erigiéndolo como toda una
autoridad en el tema. Pasaron casi 15 años desde la escritura de la novela y las personas ya
parecían estar más curtidas para afrontar la historia y su responsabilidad frente a la debacle
humanitaria que supusieron las políticas concentracionarias y de exterminio nazi. Antonio
Muñoz Molina 3 , se refiere así a Primo Levi: ―Se consagró tenazmente a contar su
experiencia, a sostener la memoria de los campos y a reflexionar sobre lo que había vivido,
pero nunca accedió al victimismo blando, a la sentimentalización del sufrimiento, a la
tranquilidad de conciencia que habría obtenido aceptando una división limpia y nítida entre
los oprimidos y los opresores entre los verdugos y las víctimas‖ (p.12).
Al momento de sacar su libro, nadie parecía creer lo que había sucedido en los
campos de exterminio. Parecía más inverosímil que la más absurda y oscura fantasía. Pero
el testimonio escrito tuvo mayor resonancia que el verbal, el primero mucho más maduro,
sereno, pero no por ello menos potente, que permitió iluminar, así fuera unos años después,
cuando los hombres estaban más dispuestos a escuchar, los más oscuros recodos del horror
humano y el Mal; y es ahí donde radica el mérito de Levi, en poder reconstruirse como ser
humano, con la paciencia de la letra, desde su trabajo como químico y su oficio como
escritor, labores que parecieran a priori, diametralmente opuestas pero que hermosamente
mezcló en ese maravilloso libro llamado: El sistema periódico.
La escritura de Levi es compleja, los mecanismos que despliega van desde su
vivencia y testimonio personal-lineal, que describe situaciones, personas y momentos, hasta
la reflexión sobre la condición humana; sobre la naturaleza y el sentido del sufrimiento.
Levi no busca la absolución mediante literatura. Busca y lucha letra a letra, palabra
a palabra, testimoniar, y sobretodo, combatir el olvido. El mismo Levi (2005) se refiere
sobre Si esto es un hombre: ―No lo he escrito con la intención de formular nuevos cargos;
sino más bien la de proporcionar documentación para un estudio sereno de algunos
aspectos del alma humana‖ (p.27).
3
Tomado del escrito titulado: Primo Levi, el testigo sin descanso, hecho para el prólogo del libro Trilogía de
Auschwitz (2005) que recopila los libros Si esto es un hombre, La tregua, Los hundidos y los salvados,
publicado por la editorial Océano.
127
LA PERSISTENCIA DEL VACÍO: LA LITERATURA COMO HERRAMIENTA COMPLEJA
La afirmación o la pregunta implícita y sarcástica que sugiere el título: Si esto es un
hombre, es la lucha constante del hombre que no quiere ser objetivado, cosificado,
animalizado. Desde la literatura, el libro se consagra como un grito viviente, aún más vivo
después de los casi 30 años del aparente suicidio de Primo Levi:
Pero éste era el sentido, que no he olvidado después ni olvidé entonces: que
precisamente porque el Lager es una gran máquina para convertirnos en animales,
nosotros no debemos convertirnos en animales; que aun en este sitio se puede
sobrevivir, y por ello se debe querer sobrevivir, para contarlo, para dar testimonio; y
que para vivir es importante esforzarse por salvar al menos el esqueleto, la armazón,
la forma de la civilización. Que somos esclavos, sin ningún derecho, expuestos a
cualquier ataque, abocados a una muerte segura, pero que nos ha quedado una
facultad y debemos defenderla con todo nuestro vigor porque es la última: la
facultad de negar nuestro consentimiento. Debemos, por consiguiente, lavarnos la
cara sin jabón, en el agua sucia, y secarnos con la chaqueta. Debemos dar betún a
los zapatos no porque lo diga el reglamento sino por dignidad y por limpieza.
Debemos andar derechos, sin arrastrar los zuecos, no ya en acatamiento de la
disciplina prusiana sino para seguir vivos, para no empezar a morir (pp.64-65).
La vida se aferra a los pequeños detalles, a la cotidianidad que rasguña la cordura
para no caer al foso de la locura y el desespero. Esas acciones en apariencia superfluas que
escribe Levi, son las que no lo dejaban escapar de su humanidad.
Cuando pareciera que la humanidad finalmente ha sido sepultada en el texto, la
misma escritura nos recuerda que la humanidad la quita un hombre, pero un hombre
también la puede restituir. En un apartado, Levi nos habla de Lorenzo, un personaje que es
fundamental para el protagonista:
En este mundo sacudido más profundamente cada día por los temblores del final
cercano, entre nuevos terrores y esperanzas e intervalos de esclavitud exacerbada,
sucedió que me encontré con Lorenzo.
En términos concretos, se reduce a poca cosa: un obrero civil italiano me trajo un
pedazo de pan y las sobras de su rancho todos los días y durante seis meses; me dio
una camiseta suya llena de remiendos; escribió para mí una carta a Italia y me hizo
recibir la respuesta. Por todo esto, no pidió ni aceptó ninguna recompensa, porque
era bueno y simple, y no pensaba que se debiese hacer el bien por una recompensa
[…]
Ahora bien, entre Lorenzo y yo no sucede nunca nada de esto. Por el sentido que
pueda tener tratar de explicar las causas por las que mi vida, entre millares de otras
equivalentes, ha podido resistir la prueba, diré que creo que es a Lorenzo a quien
debo el estar hoy vivo; y no tanto por su ayuda material como por haberme
recordado constantemente con su presencia, con su manera tan llana y fácil de ser
bueno, que todavía había un mundo justo fuera del nuestro, algo y alguien todavía
puro y entero, no corrompido ni salvaje, ajeno al odio y al miedo; algo difícilmente
128
LA PERSISTENCIA DEL VACÍO: LA LITERATURA COMO HERRAMIENTA COMPLEJA
definible, una remota posibilidad de bondad, debido a la cual merecía la pena
salvarse.
Los personajes de estas páginas no son hombres. Su humanidad está sepultada, o
ellos mismos la han sepultado, bajo la ofensa súbita o infligida a los demás. Los SS
malvados y estúpidos, los Kapos, los políticos, los criminales, los prominentes
grandes y pequeños, hasta los Häftlinge indiferenciados y esclavos, todos los
escalones de la demente jerarquía querida por los alemanes, están paradójicamente
emparentados por una unitaria desolación interna.
Pero Lorenzo era un hombre; su humanidad era pura e incontaminada, se encontraba
fuera de este mundo de negación. Gracias a Lorenzo no me olvidé yo mismo de que
era un hombre. (pp. 153, 155, 156)
Un humano es capaz de quitar la humanidad, pero un humano puede devolverla
nuevamente. El testimonio reposa con la seguridad de lo honesto, en aquellos que nos
hemos introducido de cabeza en su texto. Tanto muertos y sobrevivientes se perpetúan en la
memoria colectiva. Su humanidad la conservamos nosotros como una preciada reliquia. Yo
por ejemplo, le hablo a mis estudiantes de Primo Levi y la Shoah, (aniquilación o catástrofe
en hebreo), hablo de los campos de exterminio y de la prolongación de la vida a través de la
literatura. El mensaje no le llega a todos, pero llega a unos cuantos que quizá harán lo
mismo que yo: perpetuar aquello que vivimos mucho antes de nacer y que se actualiza
mediante la memoria literaria.
Quizá frente a estos convulsos tiempos actuales, se hace necesario rescatar y
divulgar masivamente estos testimonios, porque con demasiada facilidad, se transmuta de
víctima a victimario: el campo de concentración cambió a unos territorios ocupados que
hacen las veces de un enorme Guetto, demostrando, que las políticas concentracionarias y
de exterminio no se acabaron sino se transformaron brutalmente en Gaza y Cisjordania,
como afirma Ami Kaufman (2014), periodista israelí que testimonia con gallardía los
crímenes cometidos por su propio pueblo:
Lo importante es dar un paso atrás y mirar el panorama general: un retrato de
ocupación, de negación de derechos básicos a millones de personas, de robo de
tierras y de apartheid por casi 50 años. Israel es una empresa colonial que mantiene
a millones de personas bajo un gobierno militar y el mundo no hace nada al respecto
(párr.17).
Los que antes fueron víctimas, presas del miedo, odio y la desmemoria, empuñan
ahora las mismas lógicas que les fueron aplicadas con meticulosidad y ferocidad en el
pasado. Primo Leví fue uno de los críticos más fuertes de las políticas y avanzadas de los
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israelís contra los palestinos. Probablemente porque maduró su dolor y su historia con
palabras y poesía para evitar que la venganza germinara, al igual que los muchos
ciudadanos de bien de Israel que se oponen férreamente a las políticas de estado de su país.
Primo Levi no hace una reflexión sobre el acto de escribir. Se centra más en la
posibilidad del relato y como éste se fortalece en el colectivo. Su narrativa es consistente, y
es claro que se erige como un mecanismo de visibilidad e inclusión. El lector reivindica y
acoge la historia del que ha pretendido ser eliminado y construye, con base a los
microrelatos de su cotidianidad en el campo, un fresco más amplio que significa,
históricamente hablando, la composición y la naturaleza de las políticas nazis, abstrayendo
desde lo psicológico, lo social y lo institucional.
Levi congrega en la escritura un dialogo de discursos. Desde lo literario converge lo
filosófico, lo legal, lo psicológico y lo humano. Así como hiciera Victor Frankl luego de
salir de una experiencia similar a la de Levi, sentando las bases epistemológicas de la
logoterapia y la terapia humanista desde el relato literario en la primera parte de su libro El
hombre en busca del sentido.
Si esto es un hombre es una suma novelesca del funcionamiento y la organización
de la máquina de crear muerte más grande elaborada por el hombre. La literatura, taladra
acá los muros que protegen esa maquinaria para diseccionar los mecanismos que buscan
aniquilar las experiencias, pero que el texto rescata del olvido. Proust (2010), el gran
guardián de la memoria, tiene una hermosa explicación de la naturaleza de la memoria, ya
que esta aunque falible e imperfecta, es nuestro único recurso contra la ignominia:
Los lugares que hemos conocido no pertenecen solo al mundo del espacio en el que
los situamos para mayor comodidad. No eres sino una fina capa en medio de
impresiones contiguas que formaban nuestra vida de entonces; el recuerdo de cierta
imagen es una simple añoranza de cierto instante y las casas, las carreteras, las
avenidas son, ¡ay!, fugitivas como los años. (p.446)
Y al ser fugitivas hay que aprehenderlas, hay que aferrarse a los elementos
primarios y azarosos de la memoria por medio de la palabra escrita. Proust lo hizo al igual
que Levi, y al igual que los cientos y miles de escritores que testimoniaron una época por
medio de la literatura.
A diferencia de Levi, Vosgonian sí tiene unas reflexiones importantes sobre el acto
de escribir y su papel en el fortalecimiento de la memoria colectiva. Lo que en Levi es
130
LA PERSISTENCIA DEL VACÍO: LA LITERATURA COMO HERRAMIENTA COMPLEJA
implícito, en Vosgonian es completamente explicito, además de un ejercicio puro de
metacognición y metaobservación del acto de escribir, y el acto de volverse paulatinamente
un personaje:
En El libro de los susurros no hay personajes imaginarios porque todos han existido
en este mundo, en su tiempo y lugar correspondientes y todos tienen un nombre.
Hay un único personaje que puede parecer imaginario porque su existencia
transforma este libro en una realidad escalonada que se multiplica por sí misma,
como dos espejos colocados uno frente a otro. Escribo a menudo sobre el narrador
de El libro de los susurros. En mi narración, el narrador narra sobre El libro de los
susurros, y en este nuevo libro narrado vuelve a aparecer el narrador narrado. Narra
cosas sobre el narrador y su narración. Si se tiene la debilidad de describirse a sí
mismo, y viniésemos desde él hasta mí, entonces tendríamos el sueño, luego el
sueño del sueño y así sucesivamente. Pero al escribir sobre el que escribe y éste a su
vez está inclinado sobre el manuscrito en que existe también un personaje llamado
autor y que escribe, estamos como en un descenso escalonado, como esos juguetes
de manera metidos unos dentro de otros (Vosgonian, 2011, p.365).
Vosgonian tiene la capacidad de reflexionar sobre la escritura y sobre el lenguaje;
los ve como entidades vivas. La memoria se vuelve la consciencia del pueblo masacrado. El
libro, la literatura, ya no le pertenecen al autor, se alejan de él y van a reposar a la
humanidad misma, ya que El libro de los susurros no habla solo de los armenios, habla de
los pueblos excluidos, marginados, eliminados:
Así pues aunque le borrásemos la relación de años y la cuenta de los días, El libro
de los susurros seguiría conservando todo su sentido. Cosas como las que aquí se
narran les han ocurrido siempre a gentes de todas partes. En realidad, El libro de los
susurros, es su sustancia, vale para cualquier tiempo, como una coral de Bach, como
una puerta estrecha por la que entran los hombres, unas veces agachándose y otras
apretujándose entre ellos. (p.341)
Tanto en Levi como en Vosgonian la nostalgia es una constante, esa sensación
producida por la eliminación absoluta. El olor de la muerte, traspasa las páginas y llega
hasta nuestro olfato, el horror es tácito pero no puedes dejar de leer, porque al hacerlo,
ayudas a que los muertos vivan un poco más. Las lenguas, los sonidos y los tonos se
entremezclan con los relatos.
Adorno (1998) se preguntaba luego de terminar Auschwitz sobre las condiciones
que lo posibilitaron, y sobre si se podría trabajar sobre esos puntos neurálgicos para impedir
que algo así sucediera nuevamente. Habla de la autodeterminación y de cómo los sujetos,
inmersos en colectivos duros que exaltan la uniformidad, se cosifican, borrándose como
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LA PERSISTENCIA DEL VACÍO: LA LITERATURA COMO HERRAMIENTA COMPLEJA
seres autodeterminados e independientes, que tratan a los otros como una masa amorfa. ―De
ahí que lo primero que habría que hacer es procurar que la frialdad tomara consciencia de sí
misma, de las condiciones que la generaron‖ (p.90) Una frialdad que se define por la
incapacidad por identificarse con el otro; una incapacidad que también se da en personas
educadas y cultas.
―En su actual estructura —y desde hace siglos, sin duda— la sociedad no descansa,
como se asume ideológicamente desde Aristóteles, en la atracción, sino en la persecución
del interés propio en detrimento de los intereses de los demás‖ (Adorno, 1998, p.89)
Es ahí cuando las posibilidades de inclusión tienen que jugar un papel determinante,
para evitar las políticas concentracionarias y de eliminación. Adorno no es muy optimista al
respecto, ya que hay quienes aún dicen hoy que las cosas no fueron tan graves, porque por
muchas que sean las medidas que se tomen en el ámbito de la educación, seguirán
surgiendo los que denomina: asesinos de mesa de despacho, que sitúan el derecho del
Estado por encima del de sus miembros, asentando potencialmente el terror; además,
porque aquellos sujetos que han perdido su autodeterminación, son aquellos que estarían,
sin duda, dispuestos a colaborar si algo así ocurriera nuevamente.
Aunque hay esperanzas, claro está, y es romper la consciencia cosificada, ―esta
consciencia es, ante todo, una consciencia que se ciega frente a todo ser devenido, frente a
toda penetración cognitiva en lo condicionado de uno mismo, una consciencia, en fin, que
absolutiza lo que es-así. Si se lograra romper este mecanismo compulsivo, algo se ganaría‖
(Adorno, 1998, p.88)
Esta de-cosificación puede lograrse a través de la literatura, una estrategia que como
sugiere Adorno, debe comenzar a emplearse desde la primera infancia. El autor alemán, no
habla propiamente de la literatura, deja la pregunta ciertamente abierta y su inquietud está
más enfocada a plantearle a la educación cómo no permitir que Auschwitz suceda
nuevamente; lo que sí refiere directamente es que el trabajo es predominantemente con la
primera infancia, algo que denominó el viraje al sujeto, educándolo desde el inicio en la
autorreflexión crítica y en la autonomía, para evitar el sufrimiento que los colectivos
infringen, sobre todo al principio, en las primeras experiencias en la escuela (Adorno,
1998); es ahí donde el sujeto puede comenzar a educársele para que más adelante no se
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LA PERSISTENCIA DEL VACÍO: LA LITERATURA COMO HERRAMIENTA COMPLEJA
convierta en una cosa obediente sin criterio ni juicio, incapaz de diferenciar aquello que
está bien de lo que no.
Las formas de violencia y exclusión, encuentran su raíz en la imposibilidad de
reconocer la diferencia con el otro. Al homogeneizar la condición humana, se parte del
supuesto que todos deben ser iguales aunque permee en ellos las divergencias inherentes a
las relaciones humanas. Benjamin (2001) se pregunta si es posible la resolución no violenta
de conflictos. Sin dudar dice que sí ya que las relaciones entre personas violentadas ofrecen
abundantes ejemplos de ello. Donde quiera que la cultura del corazón haya hecho
accesibles medios limpios de acuerdo, se registra entendimiento y acuerdo. Y es que a los
medios legítimos e ilegítimos de todo tipo, que siempre expresan violencia, puede oponerse
los no violentos, es decir los medios limpios. A estos Benjamin los definió como la cortesía
sincera, la afinidad, el amor a la paz, la confianza y todo aquello que haga parte de la
bondad humana, y todos estos brotan de una misma raíz. ―De ello se desprende que existe,
precisamente en la esfera de acuerdo humano pacífico, una legislación inaccesible a la
violencia: la esfera del mutuo entendimiento o sea, el lenguaje‖ (p.34).
Puede haber una ventaja metodológica al usar la literatura, y es la de dar al excluido
dignidad y resistencia mediante la memoria. En Colombia, con el maravilloso informe
¡Basta ya!, una completa radiografía de la violencia en el país, vemos que el testimonio no
sólo se traduce en una cifra estadística; su gran éxito es que logra darle voz, mediante la
palabra escrita, a los diversos actores del conflicto que han sido execrados y excluidos por
décadas.
En palabras de Gonzalo Sánchez, en ¡Basta ya! se documentó un conflicto con
múltiples actores, muy prolongado en el tiempo y mucho más extendido
geográficamente, en el cual las transformaciones y degradaciones de los actores son
notorias. Para el historiador, el énfasis de este nuevo intento por darle un sentido a
la violencia colombiana está en la interpretación. ―¡Basta ya! narra una guerra sobre
la cual se ha informado, pero que al mismo tiempo no se ha querido ver. La
pregunta es: ¿por qué habiéndola visto, o incluso sentido, la sociedad se ha
acostumbrado?‖ (Rodríguez, 2013, párr.13)
La literatura tiene un fuerte poder de inclusión, precisamente porque confronta e
incomoda, dice verdades de manera sutil, pero no por ello, menos contundentes a los
grandes poderes y a las maquinarias del horror.
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LA PERSISTENCIA DEL VACÍO: LA LITERATURA COMO HERRAMIENTA COMPLEJA
Vásquez (2014), afirma que la literatura entraña un raro sistema de conocimiento,
porque es a la vez ambiguo y contradictorio, pero por ello, imprescindible; bajo la premisa
de que un lector serio, debe haber sentido una vez en su vida que algún libro le ha
permitido enfrentarse a una adversidad, o iluminar una incertidumbre. La ficción no es algo
banal e inofensivo, la literatura siempre ha querido molestar, subvertir, incomodar, sacudir,
abrir los ojos donde los demás prefieren cerrarlos, y así poder viajar a las oscuridades de
nuestra naturaleza y darnos, enseguida, el privilegio de saber lo que sucede allí.
Burgos Cantor (2009) en la novela La ceiba de la memoria, se vale del relato
ficcional y de las voces de múltiples personajes para retratar dos momentos históricos,
experimentando y mezclando la memoria con la imaginación. Vemos a Benkos Biohó,
Alonso de Sandoval y Pedro Claver entre otros, a través de la voz del autor, entretejiendo la
época de la esclavitud y la Shoah, con una permanente búsqueda de la identidad a través del
sufrimiento y la libertad. En La ceiba de la memoria Benkos Biohó, líder de los esclavos
cimarrones, hace un llamado que traspasa en forma de grito el texto literario:
Gritar para que los dioses acudan y estén al frente y me ayuden a poseer este mundo
ajeno donde los blancos matan a los indios, nos venden a nosotros, nos destruyen y
a la fuerza quieren convertirnos en lo que no somos (p.46).
Pero en la tragedia que narra Burgos Cantor a diferencia de la que expone Levi, en
la esclavitud al hombre no se le extermina abiertamente, y aunque se le quiete la
humanidad, se anule como hombre, se despoje de nombre y se impresione un credo y una
creencia, el sujeto histórico se elimina pero da lugar a otro sujeto, uno animalizado,
cosificado pero que aún es útil; es moneda de comercio, por lo cual su valor es proporcional
al trabajo que pueda desempeñar, algo que no sucedía en los campos de exterminio y en
este punto la diferencia es clara. Lo vemos en los siguientes párrafos de La ceiba de la
memoria:
En las negrerías no importa la muerte: es un comercio la vida. El cuidado mínimo
no es compasión y no lo presta el dueño del asiento ni sus negreros. En este campo
de Auschwitz la muerte es un designio. Importa para que se cumpla. La muerte
(p.282).
Gritar para recuperar mi nombre, para rechazar el nombre que me ponen encima del
mío, y así me llaman sin respeto. Domingo no es nombre de humano. Yo no soy
Domingo, yo tengo mi nombre de nacimiento […] Yo quiero seguir siendo yo.
Mantenerme en medio de las crueldades del trato, de las marcas que destruyen la
piel con hierros ardientes, de las cicatrices por las heridas mal cerradas del látigo
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LA PERSISTENCIA DEL VACÍO: LA LITERATURA COMO HERRAMIENTA COMPLEJA
[…] El padre Pedro quiere que yo crea lo que él cree. Yo quiero ser el que soy, o el
que fui, el que empezaré a ser.
Para siempre: Benkos Biohó.
Gritar para que no se olvide mi nombre (pp.48-49).
Gérard Wajcman (2001) busca el objeto o la obra que mejor resuma el siglo XX. Su
elección es la ausencia, aquella emparentada con las ruinas, como la destrucción sin rastros
que pretendía Auschwitz, esa maquinaria tan perfecta para fabricar la muerte, construida en
el siglo tecnológico por el hombre de ciencia moderno, por el hombre más que sapiente.
Esa destrucción sin rastros, esa única libertad que se difuminaba por las chimeneas de los
hornos crematorios, es la imagen del siglo XX, que supera con creces la ya de por sí infame
esclavitud. Wajcman descubre en el siglo XX la ausencia como imagen, la misma que ya se
venía percibiendo en los relatos de Vosgonian y Burgos Cantor sobre el pueblo armenio y
la esclavitud, respectivamente.
El relato y el horror viajan por el tiempo, se actualizan, se recargan y conectan en un
punto intermedio; van y vienen siempre encontrando actores similares con nombres y
nacionalidades distintas, pero cada uno de los protagonistas, hace parte de las raíces
tubulares y las capas de corteza que recubren la ceiba de la memoria.
Hay dos puntos neurálgicos en el tema de la exclusión y la barbarie que se
evidencian claramente en los textos de Burgos Cantor, Vosgonian y Levi, cuyas
motivaciones son diversas (políticas, raciales, económicas, militares, religiosas) pero que se
concretizan para atizar el salvajismo, porque como apunta Marx (1989): ―lo concreto es
concreto por ser la síntesis de muchas definiciones, o sea, la unidad de aspectos múltiples‖
(p.150). El primero, que es causa de toda fallida resolución pacífica de conflictos, es la
incapacidad manifiesta de los personajes, por reconocer en su totalidad el punto de vista del
otro, relacionado, con la aún más enquistada imposibilidad, de no ceder un ápice en las
propias posturas. Lo vemos acá en lo que le dice Benkos Biohó a Pedro Claver: ―gritar para
contarle a Pedro que podemos ser amigos siendo distintos‖ (p.48). Esto, porque se exaltan
características definidas como virtuosas, divinas o especiales en el colectivo propio, o como
deleznables, y por ende, dignas de ser condenadas en el otro; rasgo fundamental del
nacionalismo y de las campañas de cristianización de las comunidades religiosas durante la
conquista. El segundo, es que al no ceder, se le endilga la culpa al otro de los males y
conflictos presentes siempre en las dinámicas colectivas, por lo tanto, el único método
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LA PERSISTENCIA DEL VACÍO: LA LITERATURA COMO HERRAMIENTA COMPLEJA
válido de resolución es la eliminación del otro, que pierde su carácter diferenciado de
contrario con derechos, convirtiéndose en el enemigo al cual desvirtuar, en el caso de los
textos, deshumanizar, convertir, exterminar y cosificar por completo. El señalamiento de
las culpabilidades al otro victimizado, es común en la argumentación y justificación de la
barbarie, porque aunque se haya llegado al epítome del horror, siempre el colectivo que
perpetra los vejámenes o sus simpatizantes, esgrimen razones exactas que justifican los
hechos: de ahí que el otro siempre tenga la culpa o haga algo para merecer su suerte. Esto
es usual en grupos negacionistas que exaltan virtudes nacionalistas, y que últimamente, por
las continuas crisis económicas y migratorias, en cuya base estaría el conflicto por el uso y
propiedad de la tierra y los recursos naturales, están proliferando en varias partes del
mundo; capaces de expiar a los perpetradores o de minimizan el impacto del conflicto.
La toma de una postura pacífica que reconozca al otro, apunta a lo que afirma
Adorno: lo fundamental que es entrenar la capacidad de autodeterminación en el ser
humano, asumiéndonos como sujetos de derechos con responsabilidades para evitar que
algo como lo narrado en los textos de interés vuelva a suceder.
Esa especie de estoicismo, presente en las explicaciones superfluas de la barbarie,
son comunes cuando se lanzan desde trincheras conceptuales impersonales, que no buscan
involucrarse con nada. Esta situación no pasa con la literatura de La ceiba de la memoria,
Si esto es un hombre y El libro de los susurros. Al escribir, los autores se toman el relato
muy en serio, con verdadera indignación. Se adentran en la historia bajo el precepto de
Wajcman (2001), de que al ser el olvido un crimen, la memoria es un deber. Pero esa
inmersión la hacen los autores con mesura, sin llegar a desbordar las emociones, para no
permitir que falsos sentimentalismos, hagan mofa de las personas ausentes que dieron su
vida en favor del testimonio.
Uno de los narradores sin nombre en La ceiba de la memoria, es un viajero, que con
su hijo, visitan Europa en una época reciente: específicamente van a Auschwitz, conectando
ambas tragedias, la de la esclavitud en el caribe colombiano y la Shoah, ya que por medio
de la memoria, el dolor deja de ser propio; local, y pasa a ser universal. Su entendimiento es
una cuestión de todos:
Siento que esta tragedia es de todos. Los edificios vacíos de humanidad y cargados
de las huellas del sufrimiento entregan un símbolo terrible y premonitorio. El
despojo de los seres humanos que allí fueron destruidos y la suma de angustias al
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LA PERSISTENCIA DEL VACÍO: LA LITERATURA COMO HERRAMIENTA COMPLEJA
desconocer el porqué del odio y el desconsuelo infinito cuando el silencio de
oprobio continúa a pesar del desconcierto inocente. Suma escandalosas de preguntas
que se perdieron en la devastación (p.280).
Todos sabemos algo de los conflictos, y en cierta medida, generamos una serie de
respuestas hacia a ellos: buenas, malas, ilusorias, inverosímiles, eso es otra cuestión. Pero
las responsabilidades políticas y éticas de todos, han estado desde siempre, pero en algún
momento, debemos apropiarnos de dicha responsabilidad para en verdad transformar la
barbarie. La primera estrategia para combatir la exclusión es la memoria; y mi apuesta
particular, es la memoria que recorre la literatura.
Proust (2010b) dice que el acto de despertar de un sueño, es como una especie de
resurrección que se parece a lo que ocurre cuando recuperamos un nombre, un verso o un
refrán olvidado, pero sobre todo, da a entender que ―la resurrección del alma después de la
muerte es concebible como un fenómeno de la memoria‖ (p.91).
En esta misma línea de ideas, Jorge Semprún (1995), el escritor español que fue
confinado en el campo de concentración de Buchenwald, no por su condición racial como a
Levi, sino política debido a su militancia en el partido comunista, y por hacer parte de la
Resistencia francesa durante la ocupación Nazi, usa la escritura literaria en su libro La
escritura o la vida, para transformar esa dolorosa experiencia, donde no sólo la escritura se
reduce a describir el horror. El texto es una disección de las emociones humanas en
situaciones extremas; Semprún retorna del silencio autoimpuesto por casi cinco décadas, ya
que quería darse al olvido para aliviar un dolor que jamás le abandonó; para mirar otra vez
de frente el abismo insondable donde se aloja el mal absoluto, haciendo a su vez, una
reflexión misma sobre el acto de escribir:
Tenía que escoger entre la escritura y la vida, había escogido ésta. Había escogido
una prolongada cura de afasia, de amnesia deliberada, para sobrevivir (p.212).
Todo volvería a empezar mientras siguiera vivo: resucitado a la vida, mejor dicho.
Mientras tuviera tentaciones de escribir. La dicha de la escritura, empezaba a
saberlo, jamás borraría este pesar de la memoria: Todo lo contrario: lo agudizaba, lo
ahondaba, lo reaviva. Lo volvía insoportable.
Solo el olvido podía salvarme (p.177).
Y aunque Semprún quiso darse al olvido, no pudo; las palabras y los recuerdos
fueron más poderosos. No pudo acallar completamente el dolor, el olvido estalló, y la
escritura regreso: una escritura memoriosa capaz de mirar de frente al Mal:
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LA PERSISTENCIA DEL VACÍO: LA LITERATURA COMO HERRAMIENTA COMPLEJA
Así, el 11 de abril de 1987, aniversario de la liberación de Buchenwald, había
acabado por encontrarme de nuevo conmigo mismo. Por recuperar la parte esencial
de mí, de mi memoria, que había estado, que seguía estando obligado a reprimir, a
mantener en vereda, para poder continuar viviendo. […] A partir de este momento,
en efecto, la escritura se había orientado hacia la primera persona del singular.
Hacía la singularidad extrema de una experiencia difícil de compartir. Escribí
mucho rato, con impaciencia. Con la soltura de los términos acertados que fluían,
me daba la impresión. Con el dolor tonificante de una memoria inagotable, de la que
cada línea escrita me descubría tesoros ocultos, obliterados (p.247)
La escritura de Semprún rescata lo perdido, la memoria se deleita con la poesía y la
música: es una experiencia estética para enfrentar el horror, porque para enfrentarlo, no
hace falta únicamente describirlo, es necesario también rescatar del olvido aquello que fue
arrebatado con la humanidad: la voz, la mirada, la libertad, los aromas.
Semprún sabe que la escritura tiene un poder inigualable, pero es algo doloroso, que
no siempre es placentero pero resulta necesario. ¿Respuesta? ¿Verdad? No hay una sola en
el acto literario, pero ahí radica el dilema pero también la posibilidad de la representación y
del entendimiento de conflictos tan poliformes y complejos desde la literatura:
Quedan los libros. Las novelas, preferentemente. Los relatos literarios al menos los
que superen el mero testimonio, que permitan imaginar, aunque no hagan ver…Tal
vez haya una literatura de los campos… Y digo bien: una literatura, no solo
reportajes… […] Tal vez. Pero el envite no estribará en la descripción del horror.
No sólo en eso, ni siquiera principalmente. El envite será la exploración del alma
humana en el horror del Mal… ¡Necesitaríamos un Dostoievski! Cosa que sume a
los supervivientes, que no saben aún que han sobrevivido, en un abismo de reflexión
(pp.143-144).
Siendo el olvido la elongación del crimen, y no la respuesta como le sucede a
Semprún, en el colosal documental Shoah de Claude Lanzmann, vemos que los testigos se
obligan a recordar, no sólo las victimas sino también los perpetradores, los que intuían algo
y los que alejaron la vista. La técnica del documental se estructura desde la entrevista; se
privilegia el relato oral ya que no hay imágenes de archivo ni musicalización, como sí
ocurre en el documental de Alain Resnais Noche y niebla. El gran logro de Lanzmann es
que va más allá de Resnais. El primero usa la palabra pronunciada de manera literaria; el
otro necesita la imagen para reforzar el testimonio. Y aunque ambos son necesarios y tienen
sus propias virtudes, la apuesta de Lanzmann es más potente, mucho más humana. El
testimonio es puro y logra lo que apunta Semprún: explora el alma humana desde los
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LA PERSISTENCIA DEL VACÍO: LA LITERATURA COMO HERRAMIENTA COMPLEJA
diferentes actores con lo que dicen y callan. Aunque Shoa sea un video (se hizo un libro
después con los diálogos y reflexiones del documental), en su esencia es un relato literario
que contrasta varios puntos de vista del conflicto. Como espectadores, nos apropiamos del
relato en cuerpo y mente cuando Lanzmann hace hablar los lugares y los silencios, todos
apropiados y que contribuyen al ritmo narrativo junto con los rostros impávidos, incómodos
y dolidos de las decenas de protagonistas que se obligan a recordar. El documental es un
ejercicio que termina siendo físicamente exigente. No es fácil ver las más de diez horas que
tiene, y aunque transita sin ritmos vertiginosos por los caminos del dolor, su recorrido lento
es honesto y no le quita fuerza al horror de la barbarie. Exactamente esos son los aciertos de
los libros de Semprún, Vosgonian, Leví y Burgos Cantor.
La literatura de estos cuatro autores representa a las víctimas y los muertos. Las
narrativas sin ser relatos plenamente históricos, visibilizan las múltiples historias que por
una u otra razón no fueron o no quisieron ser escuchadas. Según Galtung (citado por
Calderón, 2009) contar con una imagen consciente y cabal del conflicto, con todos sus
aspectos profundos y sus condicionantes históricas, será determinante para la
transformación del mismo. El proceso de concientización evitará la cosificación de los
actores, haciendo de ellos protagonistas del proceso de resolución del conflicto, es decir,
―un actor consciente será capaz de dirigir esa transformación incluyendo la propia‖ (p.72).
Un error común que se comete es reducir la formación del conflicto (partes,
objetivos, detonantes, motivadores, contradicciones) al lugar del conflicto donde se traduce
en violencia. El mismo Galtung (2010) dice: ―la violencia se dirigirá en contra de lo que
sea que esté bloqueando las necesidades básicas y esa puede ser desplazada en cualquier
dirección. Si la violencia es el humo entonces el fuego es la necesidad básica bloqueada.
Una de ellas es la identidad y parte de la identidad es tener control sobre la situación de
uno mismo‖ (p.213). Un sujeto se apropia violentamente de los derechos de otro, y al no
reconocérsele, la exclusión es manifiesta y la eliminación, punto más radical de la
exclusión, es ya un hecho. La barbarie está servida; la violencia se desplaza y rebota en
forma de venganza. La memoria pondrá la primera piedra para comenzar a reconstruir las
ruinas de la barbarie, y si la violencia precisa del olvido para perpetuarse, la memoria
fortalece la identidad del sujeto y la capacidad de autorregulación de la que habla Adorno.
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LA PERSISTENCIA DEL VACÍO: LA LITERATURA COMO HERRAMIENTA COMPLEJA
Ejemplo de ello es el libro de Vosgonian. Acá reflexiona sobre su propio texto: ―El
libro de los susurros es en cierto sentido insólito, pues, a diferencia de otros relatos, aquí la
muerte sólo es un detalle y más importante que la muerte y, por lo tanto, que la vida, es la
memoria (p.559). El texto es un libro de la memoria, el escritor pone su memoria y su
palabra al servicio de la redención, para la cual la justicia tiene también una inexcusable
dimensión retroactiva (Izquierdo, 2014). Se entierra lo que nunca tiene respuesta y vive lo
que aún se susurra, y ese es el poder del testimonio, no sólo en el libro de Vosgonian,
también en el de Levi, en el de Semprún y el de Burgos Cantor.
Y pese a tener la literatura, pese a tener el dialogo y la memoria la pregunta es:
¿Cuántas más barbaries tendrán que ser aún escritas; cuántas veces más tendremos que
entrar al Corazón de las tinieblas?
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LA PERSISTENCIA DEL VACÍO: LA LITERATURA COMO HERRAMIENTA COMPLEJA
2. Hermenéutica y complejidad; análisis del vacío4
En una sociedad académica acostumbrada a las reglas y las normas, proponer una
novela y un texto de las características de La persistencia del vacío, en cierta manera,
rompe con el canon establecido, y se desvirtúa, tanto por la imposibilidad de validar el
discurso, como por la carencia de recursos académicos, que estructuren y enmarquen los
indicadores evaluativos y propositivos que el trabajo estético expone. Partiendo de la
premisa de la odiosa disyuntiva planteada por la academia de investigar bajo unas reglas,
como condiciones aprobatorias inmanentes que alejan, o en el mejor de los casos,
atemperan el gusto y el verdadero propósito e interés investigativo, esta segunda parte del
trabajo donde se entiende la literatura, como ya se expuso anteriormente, no como una
disciplina aparte, enclaustrada en sí misma, sino como una experiencia de lectura que se
relaciona, y que puede transformar, nuestra relación con la realidad con otros discursos;
otros saberes. Edgar Morín (2006) se pregunta de manera irónica: ―¿por qué hablar de mí?
¿No es decente, normal, serio que, cuando se trata de ciencia, de conocimiento, de
pensamiento, el autor se eclipse detrás de su obra, se desvanezca en un discurso que se ha
vuelto impersonal?‖ (p.38). La verdad no necesariamente es indecente ni anormal, y prueba
de esto es la novela.
Nos hacemos las mismas preguntas que se hace la cultura, usamos sus mismos
instrumentos culturales, mediáticos y tecnológicos, accedemos a los mismos libros y
a los mismos medios de comunicación, redes de datos, películas, canciones y obras
de teatro. Vivimos un mundo excesivamente pequeño, con los mismos problemas y
con similares contextos personales, familiares, educativos, culturales y sociales. Por
ello, es tan complejo ser creativo y por ello se parecen tanto nuestras
representaciones mentales, nuestras estructuras cognitivas y valorativas, nuestras
ideas y nuestros juicios de valor (De Zubiría, 2011, p.10).
Este análisis no quiere llegar a violar uno de los principios más importantes de los
escritores, que es el de justificar lo que se escribe y por qué se escribe. Umberto Eco (1985)
publicó Apostillas a El nombre de la rosa en el que expone cómo y por qué escribió su
novela más conocida, aunque no formula interpretaciones sobre ella. El autor manifiesta:
4
Parte de este capítulo fue publicado por la revista arbitrada del Centro de Investigación y Estudios Gerenciales CIEG.
ISSN: 2244-8330 Depósito legal: ppi201002LA3492. El artículo se titula: La persistencia del vacío: la literatura como
herramienta compleja que integra y potencia las diversas realidades discursivas. Año 5 Nº 1 [183-195] Fecha de
recepción. 19mar2014 / Fecha de aceptación: 23 junio2014
También se presentó como ponencia durante la 4 Jornada internacional de gerencia avanzada y educación, que se realizó
el 21 y 22 de Agosto en Bogotá en el hotel Capital. La ponencia tiene el mismo título del artículo.
141
LA PERSISTENCIA DEL VACÍO: LA LITERATURA COMO HERRAMIENTA COMPLEJA
―En la filosofía de la composición, Poe cuenta cómo escribió El cuervo. No nos dice cómo
debemos leerlo, sino qué problemas tuvo que resolver para producir un efecto poético. Por
mi parte, llamaría efecto poético a la capacidad que tiene el texto de generar lecturas
siempre distintas, sin agotarse jamás del todo‖ (p. 6). El efecto poético es precisamente lo
que mi trabajo doctoral quiere proponer, explorando esas vertientes que supone la
participación del acto creativo, en una lectura dialógica y compleja.
Escribir una novela requiere compromiso y dedicación, y la novela podría
defenderse por sí misma, pero estando emparentada con un requisito académico, la novela
puede cojear, no por el texto mismo, sino por las normas que validan y explicitan los
requerimientos educativos.
Usando una hermenéutica compleja
como herramienta metodológica de
reconstrucción del discurso, se puede identificar e interpretar el discurso social teniendo
presente su particularidad. Pensemos en una sociedad, que responde a una época, que tiene
un sistema de valores, compuesta por instituciones que rigen los destinos de sujetos que se
forman y transforman esa sociedad, cuyas creencias poseen una carga significante que es
desencadenada por algún objeto o circunstancia particular, pero que nunca será idéntica a la
de otro sujeto. Benjamin (2012) manifiesta que ―dentro de los grandes espacios históricos
de tiempo se modifican, junto con toda la existencia de las colectividades humanas, el
modo y manera de su percepción‖ (p.97). Al tener esta mirada compleja, no sólo es el
sujeto y la sociedad, sino es el todo, valiéndonos de la hermenéutica, donde podemos
potenciar, particularmente desde la literatura, el entendimiento y la resignificación del
discurso del sujeto, a partir de una lectura literaria que dé cuenta y permita viabilizar el
proceso personal y social de validación de sentido.
Desde siempre, el hombre ha creado herramientas que son extensiones o
prolongaciones de sus capacidades, que amplían su rango de acción y aminoran sus
limitaciones para su beneficio propio. Desde la manipulación de su medio inmediato, hasta
la elaboración de conceptos, y donde como dice Alicia Poloniato (2003) se relacionan dos
universos culturales y por lo tanto sociales: el de las herramientas y el de los conceptos. El
lenguaje, y obviamente la interpretación, pueden verse como herramientas pero con mayor
importancia que las de uso manual. ―Al lenguaje verbal y escrito debemos nuestro
desarrollo como seres racionales y sapientes, por ser el principal factor de desarrollo de las
142
LA PERSISTENCIA DEL VACÍO: LA LITERATURA COMO HERRAMIENTA COMPLEJA
capacidades de abstracción y de simbolización y, por ende, las de conceptualización‖
(p.28).
El lenguaje no sólo se puede entender desde ese saber hecho práctica, desde ese
sistema de signos estructuradamente organizados. Con base al lenguaje se esgrimen muchos
más factores que son de suma importancia, los cuales van más allá de la transmisión, por
ejemplo: el significado y la objetivación de la realidad y las connotaciones que presenta
como un problema de comprensión.
Conectando la idea de que el lenguaje está cargado de señales y signos, los cuales
sirven para transmitir mensajes, y que ambos deben estar referidos a códigos explícitos o
tácitos, en LPV sólo podríamos hablar de la existencia de un lenguaje literario y lo
analizaríamos simplemente por la relación directa entre mensaje, señal y código, dentro de
un marco general de la lingüística, enfocando nuestra atención en el proceso de
comprensión que esto implica, y tomando en cuenta sus repercusiones en la objetivación de
la realidad. Pero este ejercicio, quiere llevar la interpretación mucho más allá de los signos
lingüísticos, pero precisamente partiendo de ellos, porque son estos los que dan cuenta de
un contexto, de una época, de unas relaciones y de unos sistemas.
Para Ferdinand de Saussure (1945), el estudio del lenguaje debe tener
consideraciones históricas y comparativas. La lengua debe ser estudiada por el sistema de
elementos que la componen, y no por sus elementos individuales. Para Saussure el todo
está en primer lugar, el lenguaje se aprende y necesariamente se va de las partes al todo por
el hecho de ser aprendido, pero ese todo es bien particular, no es una totalidad lógica donde
los elementos pueden ser deducidos de una sola idea. Para él, no se puede fundamentar la
lengua sobre un sistema ideológico positivista; es como él lo llama: una unidad de
coexistencia pero que es arbitraria. ―El lazo que une el significante al significado es
arbitrario; o bien, puesto que entendemos por signo el total resultante de la asociación de un
significante con un significado, podemos decir más simplemente: el signo lingüístico es
arbitrario‖ (p.93).
La arbitrariedad que reúne en un signo lingüístico a un concepto y a una imagen
auditiva (sí, imagen auditiva, una de las claras licencias del lenguaje y la literatura) es quizá
una de las razones por las cuales la literatura es tan amplia en significados e
interpretaciones. Hay un marco de referencia desde el lenguaje que sustenta una idea
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LA PERSISTENCIA DEL VACÍO: LA LITERATURA COMO HERRAMIENTA COMPLEJA
literaria, que la hace trasmisible y comprensible dentro de un grupo poblacional, pero las
figuras retóricas, potencian aún más esa arbitrariedad y la profundidad de las
interpretaciones, y extrañamente, esas interpretaciones traspasan las barreras del lugar
donde fueron elaboradas; el sentido no sólo responde a un contexto particular y el
significado resulta ser universal. La sucesión de sonidos que forma un significante, no tiene
ninguna relación profunda con el concepto que evoca. Para una palabra pudo haberse
elegido alguna otra secuencia sonora, esto es tácito cuando comparamos los diversos
significantes usados para un mismo concepto, en este caso, de las múltiples formas de
pronunciar y escribir amor (en español), por no decir de las múltiples formas de significar e
interpretar esta secuencia sonora de cuatro grafías, llamadas letras, puestas en este espacio
que está a punto de finalizar transitoriamente.
F. Schleiermacher (1961), máximo exponente de la hermenéutica romántica,
propone la hermenéutica como disciplina problemática, en la medida que se generan
conflictos metodológicos y epistemológicos en el choque del pensamiento subjetivo con la
forma del objeto.
La comprensión correcta de un discurso o un escrito es el resultado de un arte, y
exige consiguientemente una ‗teoría del arte‘ o técnica, que nosotros expresamos
con el nombre de hermenéutica. Una tal teoría del arte se da solamente en la medida
en que las prescripciones forman un sistema fundamentado en principios claros
derivados de la naturaleza del pensamiento y del lenguaje (p.132).
Él manifiesta en su teoría una forma de abordar el problema de comprensión que
denominó: círculo hermenéutico, donde toda la comprensión individual está supeditada por
la comprensión del todo, comprendiendo las partes sólo mediante lo general. Sin embargo,
cabe aclarar que las partes representan al todo, y es por estas que el intérprete puede
estudiar la totalidad.
Esta teoría, que trata de elucidar cuáles son las condiciones de una interpretación
válidamente universal, abarca tanto a la hermenéutica bíblica como a la
hermenéutica puramente filológica. Schleiermacher había tomado conciencia, desde
el principio, del giro que suponía su proyecto hermenéutico respecto a la
hermenéutica anterior, aunque tal vez no se diera mucha cuenta de la radicalización
de sus planteamientos. La praxis de su actividad intelectual, especialmente su
dedicación filosófica como traductor de las obras de Platón y sus estudios
exegético-teológicos del Nuevo Testamento, determinan de forma concluyente la
necesidad de suplir las deficiencias de los métodos particulares de ambas disciplinas
por una Allgemeine Hermeneutik (hermenéutica general) capaz de preceptuar los
144
LA PERSISTENCIA DEL VACÍO: LA LITERATURA COMO HERRAMIENTA COMPLEJA
principios generales y la metodología adecuada del recto comprender. (De Santiago,
2012, p.151)
Schleiermacher dentro de su propuesta del círculo hermenéutico, hace dos
claridades puntuales. La primera es que ese todo se compone de partes que deben ser
comprendidas antes de que el intérprete pueda contemplar la totalidad. La segunda, es que
cada parte representa ella misma el todo, que se descompone a su vez en partes individuales
(De Santiago, 2012). Este es un ejemplo perfecto del principio hologramático que propone
Morin (1995) dentro de su teoría del pensamiento complejo.
De Santiado (2012), hablando de Schleiermacher, afirma algo que es fundamental a
la hora de comprender:
En todo acto de comprensión se pone un todo a modo de hipótesis, de tal manera
que el intérprete debe revisar continuamente la proyección del todo hipotética a
medida que lo pone en relación con las partes. Así pues, la tarea de comprender e
interpretar se ciñe a una totalidad que se desarrolla gradualmente y en su proceso
nos ayudamos recíprocamente unos a otros, en la medida en que cada cual ofrece a
los demás puntos de comparación y analogías. La totalidad, entonces, hay que
entenderla como algo que empieza siempre de nuevo, una y otra vez, y siempre
como una hipótesis o una conjetura que se contrasta o se somete a prueba en
relación a las partes (p.166).
La totalidad interpretativa va mutando conforme comienzan a relacionarse las partes
que la componen. Las hipótesis, las interpretaciones, los análisis pueden tener puntos en
común, pero cada uno será distinto ya que no todos los análisis toman exactamente los
mismos referentes. La interpretación, al igual que el lenguaje, es una entidad dinámica y
viva que cambia conforme cambia el contexto.
Quiero hacer un breve ejercicio comparativo entre la idea de Saussure, con los
postulados hermenéuticos planteados por Schleiermacher. Es importante aclarar que las
ideas expresadas nos son directamente relacionadas, ya que Saussure se dirige a la
lingüística mientras que Schleiermacher dirige su mirada al ―arte de comprender‖: la
hermenéutica.
Saussure da más visos sobre la estructura del lenguaje, y Schleiermacher se enfoca
sobre el problema de comprensión de un texto. Pero la relación en un primer momento es
clara, ya que todo lo que se investiga en la hermenéutica es lenguaje en su más amplia
acepción.
145
LA PERSISTENCIA DEL VACÍO: LA LITERATURA COMO HERRAMIENTA COMPLEJA
Maurice Merleau-Ponty (2006) plantea lo siguiente: ¿Por qué lo que produce una
cultura, tiene sentido para otras culturas, aun si este no es su sentido de origen? Tomo esta
frase para explicar mejor problema de la trasmisión y expresión de la cultura por medio de
la literatura. Él se responde que no es un problema de ubicaciones geográficas e históricas;
es sobre significar más allá de la existencia humana, de iniciar un sentido, porque resulta
que cualquier gesto humano es comparable a cualquier otro, debido a que todos revelan una
sola sintaxis. Merleau-Ponty dice que el cuerpo es capaz de reunirse en un gesto que
domina por un tiempo su dispersión, e impone su sello a todo lo que hace. Más allá de las
distancias tiempo-espacio, se puede hablar de una unidad del estilo humano que reúne los
gestos en una sola historia acumulativa; en un sólo arte en el cual se habla de una forma de
expresión, es decir, de una interpretación universalmente significativa. En esta se desglosan
varios puntos; primero, la idea de que vivimos en comunidad y que al estar en comunidad
sólo en ella somos capaces de comprender; segundo, que al comprender, estamos
transfiriendo nuestro yo a algo fuera de nosotros; tercero y más importante, toda vivencia
ajena a nosotros es actualizada en nuestra propia vivencia.
Más allá de las barreras lingüísticas de los pueblos y sus diferencias culturales,
podemos objetivar el conocimiento y hacerlo comprensible por medio de la hermenéutica, y
pese a que el signo lingüístico sea arbitrario, esto no impide la movilización de la idea,
mejorando y ampliando el conocimiento y llevándonos hasta nuevos horizontes, donde no
sólo lo singular participa, lo común juega también un papel vital en la comprensión de
cualquier texto, incluyendo la LPV, el que valientemente quiere interpretar su mismo
realizador.
Paul Ricoeur (1997) ayuda a comprender el papel que la narratividad juega en la
vida individual y en la historia colectiva, además, de abrir un intersticio donde podemos
entrar para así entender el papel del texto en la vida cotidiana: ―Decir que la ficción no
carece de referencia supone desechar una concepción estrecha de la misma que relegaría la
ficción a desempeñar un papel puramente emocional. De un modo u otro, todos los sistemas
simbólicos contribuyen a configurar la realidad‖ (p. 94).
Los procesos que implican azar o irreversibilidad antiguamente eran considerados
situaciones excepcionales. Hoy, vemos por todas partes, el papel de los procesos
irreversibles, de las fluctuaciones en los modelos (Prigogine, 1997). La interpretación
146
LA PERSISTENCIA DEL VACÍO: LA LITERATURA COMO HERRAMIENTA COMPLEJA
hermenéutica, está permeada por momentos históricos que son fluctuantes y que definen
una lectura y le dan valía. Por eso, la interpretación no puede funcionar por medio de los
modelos predecibles y exactos, sino por aquellos dinámicos que, como sucede en la física y
en la biología, están motivados por energías y fuerzas impredecibles y caóticas.
Ricoeur (tomado de Montoya, 2010), argumenta que la crítica literaria no se ve
obligada a oponer los lenguajes de ficción -y su fuerza en la imaginación creadora- a las
narraciones históricas -y sus pretensiones de verdad-. La razón de ello consiste en que
ambas formas narradas se construyen a partir de la creación de una trama, de una historia
narrada. Ricoeur piensa que la interrelación entre imaginación, ficción y designación de la
realidad, produce una configuración del relato entendido como una disposición de hechos.
A través de esta disposición, se lleva a cabo una mediación en la operación de
configuración, porque la ―construcción de la trama desempeña una función de integración
entre los procesos de precomprensión y de postcomprensión‖ (p.294).
Esto define el carácter dinámico de la interpretación. La comprensión va
transformándose conforme las hipótesis; también conforme a los puntos de vista que se
tengan en cuenta a la hora de abordar el texto, y pese a eso, podemos afirmar que la
interpretación puede tener visos de universalidad; tanto el texto como su interpretación,
pueden ser universales, pueden significarse dentro de muchos contextos y no sólo desde el
de creación.
Que la hermenéutica sea universal significa que su quehacer está atado a la
lingüisticidad fundamental de la experiencia humana, es decir, al hecho de que no
existe experiencia espiritual que no esté ya dada en ese horizonte general de sentido
que es el lenguaje. De ahí que la hermenéutica no pueda reducirse a un arte o una
técnica, con una evolución histórica determinable, pues está inmersa en todos los
ámbitos de la experiencia humana, tanto científica como moral. No hay experiencia
que no involucre interpretación, ni interpretación que no parta de una experiencia o,
para usar el término diltheyano, de una "vivencia" (González, 2012, p.130).
La hermenéutica tiene la capacidad de trasladar, del plano técnico de la
interpretación de textos, unos recursos epistémicos hacia la comprensión de la experiencia
de vida. Dice Montoya (2010) que la narración no representa únicamente la posibilidad de
la reconstrucción de unos hechos vividos, desde un horizonte historiográfico o jurídico; el
acto de relatar ofrece una oportunidad sin parangón de comprender y explicar
147
LA PERSISTENCIA DEL VACÍO: LA LITERATURA COMO HERRAMIENTA COMPLEJA
fenomenológicamente, el quién, el cómo, el porqué y el para qué de la acción, desde una
triple consideración: hermenéutica, epistémica y ontológica.
Heidegger (1988) se pregunta sobre la obra, diagrama los fundamentos y habla de la
relación entre la obra y el artista, como origen del significado. ―Origen significa aquí
aquello de donde una cosa procede y por cuyo medio es lo que es y como es. Lo que es
algo, cómo es, lo llamamos su esencia. El origen de algo es la fuente de su esencia. La
pregunta sobre el origen de la obra de arte interroga por la fuente de su esencia. La obra
surge según la representación habitual de la actividad del artista y por medio de ella. Pero
¿cómo y de dónde es el artista lo que es? Por medio de la obra‖ (p.37). La obra configura al
escritor, lo dota de sentido, por lo tanto la obra da cuenta del autor como sujeto histórico,
también como sujeto cognoscente y sujeto que es y está en el mundo.
Heidegger (1998) habla de la obra al referirse a la cosa que hace parte de la obra y
como la cosa llega a representar la obra. En arte y poesía, el autor da el ejemplo de un par
de zapatos. El zapato es útil porque tiene una función, pero hay algo mucho más allá que
hace que el zapato represente una realidad ulterior, digamos poética, que va más allá de su
descripción y su función. Ese útil, su ser, consiste en servir como algo. Pero la obra radica
no sólo en su capacidad de representación de esa utilidad. Los zapatos, pudieran ser solo
eso: zapatos, pero Heidegger, poéticamente, como presentación de la obra de arte que
representaría el zapato, dice:
En la oscura boca del gastado interior bosteza la fatiga de los pasos laboriosos. En la
ruda pesantez del zapato está representada la tenacidad de la lenta marcha a través
de los largos y monótonos surcos de la tierra labrada, sobre la que sopla un ronco
viento. En el cuero está todo lo que tiene de húmedo y graso el suelo. Bajo las
suelas se desliza la soledad del camino que va a través de la tarde que cae. En el
zapato vibra la tácita llamada de la tierra, su reposado ofrendar el trigo que madura
y su enigmático rehusarse en el yermo campo en baldío del invierno.
Por este útil cruza el mudo temer por la seguridad del pan, la callada alegría de
volver a salir de la miseria, el palpitar ante la llegada del hijo y el temblar ante la
inminencia de la muerte en torno. Propiedad de la tierra es este útil y lo resguarda el
mundo de la labriega. De esta resguardada propiedad emerge el útil mismo en su
reposar en sí. (p.60)
El útil revela su esencia, se vuelve obra de arte en la medida en que se revela por
medio de la representación el ser del útil. En LPV el útil, la cosa, revela su ser a través de la
narratividad, Lo vemos por ejemplo cuando el autor habla del cielorraso de su habitación:
148
LA PERSISTENCIA DEL VACÍO: LA LITERATURA COMO HERRAMIENTA COMPLEJA
En medio de la duermevela mirando al cielorraso me viene la imagen de mi vieja
casa. Es parecido a este, lleno de arabescos intrincados pero el de mi casa tenía un
pequeño vitral en el centro. Desde las escaleras del primer piso, el techo daba la
bienvenida creando una especie de performance musical, con cuerdas de acero
paralelas que generaban vibraciones violentas. El viento querían sacar sonidos
armoniosos con diferentes graduaciones y tensiones pero su irregularidad lo
impedía. Pensaba trasladar esos sonidos acerados para imitar la arquitectura del
techo acá, a miles de días de distancia, superponiendo las curvas y repujados y las
líneas oblicuas que se acariciaban por las luces tamizadas del pequeño vitral, pero
es imposible. No recuerdo perfectamente cómo daba la luz, ni los ángulos que
formaba y quedo sólo con el recuerdo musical del techo de mi casa en este que no
tiene vitral.
Me levanto de la cama y me dirijo a la ventana a ver la ciudad en la noche que ya
va cobrando vida y sonido. (LPV)
El cielorraso detona el recuerdo, carga el deseo del protagonista de poesía e
imaginación. La memoria estalla, teje recuerdos con las significaciones ulteriores del vacío
que nunca es vacío; los sonidos se equiparan a las luces, los repujados y las formas
mentales que representan, desde la narratividad, al ser que duerme dentro de la cosa.
En la narración el útil jamás es cotidiano. Por más de que sea descriptivo, la
narración de ese útil revela un propósito, un contenido y una esencia. El éxito de escritores
como Hemingway o Raymond Carver, está precisamente en partir del útil, de la superficie
de la situación, para que el lector vaya desmadejando el hilo y bucee por los significados
que se intuyen en la narración. Desde la estética de la recepción (Iser) se puede localizar la
imagen y la importancia de un otro que interpreta de manera particular las relaciones del
útil con su esencia, desde un intercambio dialógico que separa las capas de realidad, y llega
hasta la esencia del texto; de aquello que lo dota de sentido y le ayuda a representar el
mundo.
Ahora bien, en LPV se parte desde un marco de referencia noticioso real. Casi todas
las noticias ahí consignadas son verdaderas; fueron sacadas de publicaciones y revistas de
actualidad reales, ¿pero en sí, esto las vuelve reales en la novela? ¿Lo verdadero es real, o
también acá el artificio narrativo de tomar la noticia y darle un giro novelístico convierte el
texto en literatura o sigue siendo noticia?
La esencia del arte sería, pues, ésta: el ponerse en operación la verdad del ente. Pero
hasta ahora el arte tenía que ver con lo bello y la belleza y no con la verdad.
Aquellas artes que crean tales obras se llaman bellas artes a diferencia de la
artesanía que confecciona útiles. En el arte bello, no es bello el arte, sino que se
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LA PERSISTENCIA DEL VACÍO: LA LITERATURA COMO HERRAMIENTA COMPLEJA
llama así porque crea lo bello. Al contrario, la verdad pertenece a la lógica. Pero la
belleza se reserva a la estética. (Heidegger, 1988, p.61)
Las fronteras de la crónica periodística están permeadas por la voluntad literaria. Se
puede entender como una unidad ambas manifestaciones. Entre los grandes se encuentran
algunos autores que han optado por una siendo veteranos en la otra. Gay Talese, Tom
Wolfe, Norman Mailer, Truman Capote, Ryszard Kapuscinski; en Latinoamérica tenemos
grandes nombres como los de Alberto Salcedo Ramos, Martín Carparrós, Carlos Monsiváis
que se han permitido una mixtura de géneros, bastante respetuosa y exitosa. En el
periodismo actual se lucha en las antípodas objetivas y subjetivas del texto que quiere
presentarse como un testimonio frio y objetivo de una realidad, o aquel permeado por los
sentidos, subjetivo imperfecto pero también real. Al respecto Darío Jaramillo Agudelo
(2012) nos dice que el periodismo literario, ―no es ni más ni menos objetivo que el seco
periodismo omnisciente, que posiblemente transmita mejor el mundo que narra gracias a la
inmersión, a la voz personal, a la exactitud y a la dimensión simbólica, el periodismo
literario, en tanto que literario, en tanto que personal, forma parte del arte‖ (p.32)
LPV lucha por esas voluntades, un periodista que busca hacer un artículo, que no es
crónica, que no es reportaje sino es una visión personal de sí mismo que mezcla una
reflexión filosófica con un escrito pseudoperiodístico.
El testimonio resulta, al final, una verdad marcada por una manera de ver o no ver
lo que se le presenta. Este relativismo legitima estilos de periodismo que ya tiene un
nombre y una historia. Entonces se convierte en periodismo –periodismo Gonzo, lo
llaman –el testimonio de quien ha vivido situaciones a roles que se imponen. Así el
cronista cuenta el día en que fue mesero o torero o cuenta chistes o minero o policía
o vendedor ambulante o etcétera, largo etcétera. Si vamos a ser estrictos, en ese
nuevo rol de cronista hay algo que no es rigurosamente cierto. No lo es ¿Y Qué? La
fidelidad con la verdad nace a partir de ahí (Jaramillo, 2012, p.38).
Los tiempos del vacío, que se analizarán en el siguiente capítulo, se retratan en LPV
desde una mixtura de géneros cuyas fronteras no son fácilmente identificables, llegando a
mimetizar los sujetos y sus textos, las ideologías con las creencias; la verdad científica con
sus verdades anexas menos comprobables, pero igual de necesarias al sujeto.
Hermenéuticamente hablando, LPV retrata sintéticamente desde el periodismo, las nuevas
concepciones integradas y globalizantes que convierten al sujeto en todo y nada a la vez; un
imperio narcisista, principio y fin en sí mismo, en sempiterna interconexión con el mundo;
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LA PERSISTENCIA DEL VACÍO: LA LITERATURA COMO HERRAMIENTA COMPLEJA
ambivalente, preocupado y presuntuoso a la vez; jactancioso, ecológico, consumista: el
ejemplo perfecto del homo-complexus.
El protagonista de LPV hace una serie de reflexiones críticas y pesimistas frente a
su oficio, ya que ese relativismo, alimentado por la literatura y el arte, está cooptado por el
comercio, y no tanto a los intereses del público y de compartir información:
La edición amañada ha acompañado la profesión desde que se volvió obligatorio
defender una posición, y esa posición sustenta económicamente las otras ediciones
acomodadas, gracias a una estructura cíclica de codificada claridad. Jamás vamos
a tener información veraz, sólo un manojo de datos apiñados, recortados, inflados,
chuzados y chupados de tal forma que te hacen creer que estás ante hechos
genuinos. Seguiremos viendo gentes agazapándose en reinos transitorios, gentes
disconformes y peyorativas con sus subalternos, atrincherados en sus escritorios
con la mirada perdida en su propia suficiencia y en esos asuntos urgentes e
insignificantes. Seguirán reinando en la redacción de los periódicos, en las
gerencias y subgerencias de los rascacielos económicos, en los congresos y
senados, y en todos esos sitios donde la inutilidad y la verborrea son activos
necesarios para sustentar sesudas justificaciones que benefician siempre a los
mismos pocos, y todos ellos se las apañarán para no ser noticia, para reproducirse
como alimañas en un estanque putrefacto (LPV).
Ya Baudelaire (2009) había criticado de manera contundente la información
noticiosa. Los canales comunicativos han cambiado: ahora son más veloces, más
inmediatos, más complejos y son mucho más democráticos; quizá no pasa lo mismo con el
contenido, ni mucho menos con la profundidad del mensaje:
Es imposible leer cualquier periódico, de cualquier día, mes o año, sin encontrar en
cada línea los signos más espantosos de la perversidad humana, al mismo tiempo
que las más sorprendentes vanaglorias de probidad, bondad o caridad, y las
afirmaciones más desvergonzadas sobre el progreso y la civilización.
Cualquier periódico, de la primera a la última línea, no es más que una trama de
horrores: guerras, crímenes, impudicias, torturas, crímenes de príncipes, crímenes
de naciones, crímenes de particulares: una vorágine de atrocidad universal.
Y es de este aperitivo repugnante con lo que el hombre civilizado acompaña su
comida de cada mañana. Todo, en este mundo, suda el crimen: el diario, la pared y
el rostro del hombre.
No comprendo cómo una mano pueda tocar un diario sin una convulsión de asco
(p.58).
LPV primeramente es un ejercicio creativo de corte literario, pero no por eso deja de
representar un panorama definido frente a la realidad comunicacional actual, especialmente,
frente a la forma como se prioriza y se presenta la información periodística. Aunque no
151
LA PERSISTENCIA DEL VACÍO: LA LITERATURA COMO HERRAMIENTA COMPLEJA
puedo tener una posición tan extrema como la de Baudelaire, sí puedo compartir varios
puntos, ya no sólo frente al diario de papel, también frente a la forma como se banaliza, se
negocia y se transa la información, donde el amarillismo no es sólo una opción noticiosa,
sino la constante que domina el panorama actual; una era que voy a definir desde el vacío.
Nada mejor que cerrar este apartado con una frase del gran Christopher Hitchens en
su último libro, el que le dio un honroso cierre a su vida, que también es la que cierra el
libro, y que refleja perfectamente el carácter disidente y contestatario de LPV:
A lo largo de la última década, he sido vívidamente consciente del desafío
literalmente letal de la clase de gente que opera con certezas absolutas y se cree
impulsada y justificada por una autoridad superior. Haber pasado tanto tiempo
aprendiendo relativamente poco y que gente que ya lo sabe todo, y que tiene toda la
información que necesita, amenace todos los aspectos de mi vida… Aún es más
deprimente ver que, frente a este asalto feroz, muchos de los mejores carecen de
toda convicción y dudan a la hora de defender lo que posibilita su existencia,
mientras que los peores están llenos de brío y hierven en exaltación asesina.
Es una tarea ímproba combatir a los absolutistas y a los relativistas al mismo
tiempo: sostener que no existe una solución totalitaria e insistir al mismo tiempo en
que, sí, los de nuestro lado también tenemos convicciones inalterables y estamos
dispuestos a luchar por ellas. Tras varias Lealtades pasadas, he llegado a creer que
Karl Marx tenía toda la razón cuando recomendaba una duda y autocríticas
continuas (Hitchens, 2011, pp.489-490).
2.1 El vacío, como propuesta y posibilidad discursiva, caracterización de La
persistencia del vacío (LPV) y su lógica epocal.5
“Sensaciones etéreas del Tiempo en que el vacío se sonríe a sí mismo…”
(Cioran, 1996, p.22)
Vacío, a.
(Del lat. vacīvus).
1. adj. Falto de contenido físico o mental.
2. adj. Dicho de una hembra: Que no puede tener cría.
3. adj. Dicho de un sitio: Que está con menos gente de la que puede concurrir a él.
5
Parte de este capítulo fue publicado por la revista Hilo analítico, publicación de la universidad Antonio Nariño (EneroDiciembre de 2015) ISSN 1900-2734. El artículo tiene por título La persistencia del vacío: la literatura como herramienta
compleja que integra y potencia las diversas realidades discursivas: análisis del vacío.
152
LA PERSISTENCIA DEL VACÍO: LA LITERATURA COMO HERRAMIENTA COMPLEJA
4. adj. Hueco, o falto de la solidez correspondiente.
5. adj. vano (‖ arrogante, presuntuoso).
6. adj. p. us. Vano, sin fruto, malogrado.
7. adj. p. us. Ocioso, o sin la ocupación o ejercicio que pudiera o debiera tener.
8. m. Concavidad o hueco de algunas cosas.
9. m. Cavidad entre las costillas falsas y los huecos de las caderas.
10. m. Abismo, precipicio o altura considerable.
11. m. Movimiento de la danza española, que se hace levantando un pie con violencia y
bajándolo después naturalmente.
12. m. Falta, carencia o ausencia de alguna cosa o persona que se echa de menos.
13. m. Fís. Espacio carente de materia.6
Como propuesta doctoral, La persistencia del vacío es el numen que se convertirte
en el ejercicio novelístico testimonial de integración discursiva.
Para entender la era del vacío, irremediablemente tenemos que hablar de
posmodernismo, de sus lógicas, sus relaciones, y cómo las personas se comportan. Según
Jameson (1996), uno de los rasgos más sorprendentes de lo postmoderno es que hay un
amplio espectro de tendencias actuales; de análisis, de predicciones económicas, de
estudios de marketing; críticas culturales, nuevas terapias, reseñas de exposiciones de arte o
festivales nacionales de cine, cultos religiosos; noticias por doquier, y todo quizá en el
mismo espacio sin un orden ni un norte definido… o quizá sí, en pro del capitalismo y el
consumo. ―Me parece esencial concebir la postmodernidad no como un estilo sino, más
bien, como una dominante cultural: perspectiva que permite la presencia y coexistencia de
un abanico de rasgos muy diferentes aunque subordinados unos a otros‖ (p.26).
En la posmodernidad, vemos que los rasgos primarios pasaron a ser secundarios, y
estos últimos dominan las prioridades y la escena. Cuántos seguidores en Twitter, cuántos
amigos en Facebook, qué tipo de filtros en las fotos de Instagram quedarán mejor, qué
zapatos, qué perfumes, qué programas de televisión de realidad (hiperrealidad), qué autos,
qué películas, qué dietas, qué actores, qué escándalos, qué ídolos de papel transitorios y
caducos dominan la escena mundial; y las cuestiones como la salud, la educación, la
inteligencia, la política, se substraen a un plano accesorio y aburrido, cuya información, va
a ser brindada a cuenta gotas en los intermedios de lo que ahora es importante y que vende,
6
Significado de vacío según la Real Academia Española. Recuperado de: http://lema.rae.es/drae/?val=vac%C3%ADo
153
LA PERSISTENCIA DEL VACÍO: LA LITERATURA COMO HERRAMIENTA COMPLEJA
que en ―verdad‖ interesa al individuo. Todo se vuelve un producto para consumo, desde la
academia hasta la salud.
Los productos forman una suerte de jerarquía cuyo clímax reside precisamente en la
propia tecnología de la reproducción que, por supuesto, se extiende hoy mucho más
allá del clásico aparato de televisión y, en general, ha llegado a encarnarse en la
nueva tecnología informática o de los ordenadores de la tercera etapa del
capitalismo. (Jameson, 1996, p.215)
Según el mismo Jameson, esos productos se difunden a través del espacio y el
tiempo de los segmentos de entretenimiento, y es claro al decir, que incluso de las noticias
como parte de su contenido. Ejemplo de ello son los comerciales de uno de los eventos más
mediatizados del deporte mundial: el Super Bowl. Personalmente no soy fanático ni
entiendo mucho sobre el Football americano, pero la maquinaria mercantilista y comercial
equipara en importancia el juego con el entretiempo, donde artistas del momento hacen un
show faraónico; pero sobre todo los comerciales, que según un estimado para el evento del
año 2014 oscila entre 3,5 y 4 millones de dólares el minuto al aire y esto es considerable en
un deporte que cada minuto está deteniéndose y pasando a comerciales por tiempos fuera
resultado de un cúmulo de reglas y vericuetos. Ahí se despliega toda una estrategia de
marketing y creatividad para atraer consumidores. La cifra
7
de 108 millones de
telespectadores no es nada despreciable para poner a rodar ese engranaje perfecto de
entretenimiento y diversión, que exalta esos valores que ahora son primarios.
No son los productos comerciales del mercado los que en la publicidad se
convierten en imágenes sino que, más bien, son los propios procesos narrativos y de
entretenimiento de la televisión pública los que, a su vez, se reifican y convierten en
mercancías: desde la propia narrativa del serial, con sus segmentos y cortes
formulaicos y rígidos, hasta lo que las tomas de la cámara le hacen al espacio, el
argumento, los personajes y la moda; y también un nuevo proceso de creación de
estrellas y famosos que parece distinto de la experiencia histórica más antigua y
conocida de estas cuestiones (Jameson, 1996, p.216).
Las comunicaciones son fundamentales en la era posmoderna. La conexión es total;
el individuo se absorbe en la red. El yo ya no puede estar aislado, está atrapado en un
entramado de relaciones más complejas y más móviles que nunca. Joven o viejo, hombre o
7
Tomada de la revista Portafolio. Recuperado de: http://www.portafolio.co/especiales/super-bowl-especialdel-super-bowl-2014
154
LA PERSISTENCIA DEL VACÍO: LA LITERATURA COMO HERRAMIENTA COMPLEJA
mujer, rico o pobre, siempre está situado sobre «nudos» de circuitos de comunicación, por
ínfimos que éstos sean (Lyotard, 1991).
La información, los mensajes en esta era ―están dotados de formas y de efectos muy
diferentes, según sean, por ejemplo, denotativos, prescriptivos, valorativos, performativos,
etc. Es seguro que no sólo funcionan en tanto que comunican información‖ (Lyotard, 1991,
p.16), comunican aspectos complejos, hasta en su misma irrelevancia, que validan lo
inmediato y confunden lo real con lo imaginario.
La performatividad de un enunciado, sea éste denotativo o prescriptivo, se
incrementa en proporción a las informaciones de las que se dispone al respecto de
su referente. Así el incremento del poder, y su autolegitimación, pasa ahora por la
producción, la memorización, la accesibilidad y la operacionabilidad de las
informaciones (Lyotard, 1991, p.38)
Esta época ha sido particularmente convulsa en cuanto al volumen y la intensidad de
la información que nos llega. Gilles Lipovetsky (2010) en su libro La era del vacío, no se
refiere al vacío como algo necesariamente malo, ya que se han desactivado (por lo menos
transitoriamente), las ideologías asesinas y las maquinarias masivas de la muerte. El vacío,
la apatía, la ironía y el individualismo se han injertado en el panorama político actual.
Bauman (2003) también manifiesta algo similar, pero lo connota desde la liquidez
de las relaciones actuales:
Para mantenerse vivo y fresco, el deseo debe ser continua y frecuentemente
satisfecho ─aún cuando la gratificación augura justamente el fin del deseo─. Una
sociedad regida por la estética del consumo exige, por lo tanto, un tipo muy especial
de gratificación ─emparentada con el pharmakon de Derrida, una droga que cura y
envenena al mismo tiempo, o más bien una droga que debe ser cuidadosamente
suministrada, nunca en grandes dosis, que resultarían letales─. Una gratificación no
verdaderamente gratificante que jamás se bebe hasta el fondo, que siempre se queda
por la mitad (p.170)
Surge así un mecanismo de supervivencia frente al bombardeo, una barrera y un
filtro que nos protege: un narcisismo enquistado. El mensaje periodístico, en estos tiempos
de información en tiempo real, no madura. Cuando estamos asimilando una idea viene la
siguiente con una contundencia demoledora alimentando el olvido: el vacío. Asistimos
impávidos desde nuestra propia trinchera informativa, al ataque de noticias huérfanas de
personas, ideas, y sobre todo, contenidos. El mismo Bauman manifiesta esto,
particularmente en la información actual, uno de los pilares centrales de LPV. El periodista
155
LA PERSISTENCIA DEL VACÍO: LA LITERATURA COMO HERRAMIENTA COMPLEJA
sin nombre sabe que es descartable, y por ende, no tiene motivos para desarrollar un
compromiso con sus tareas o para establecer vínculos duraderos con sus compañeros de
trabajo. En la novela se mencionan, pero realmente el protagonista no se siente afín a ellos;
no se siente cercano. Para evitarse frustraciones inminentes, suele ser reacio a prometer
lealtad a su trabajo mucho menos a inscribir su propio objetivo de vida en el marco de su
futuro laboral (Bauman, 2003). Ejemplo de esto es el final de LPV donde luego de que su
proyecto no resultara, no fuera aprobado por los jefes, tiene que cambiar de propósito, no lo
toma personal, solo hace parte de su trabajo y demuestra que su compromiso es casi nulo.
No le importa mucho, solo vive al corte del día:
Ante las decisiones de los otros ni la particular condición de saltar por el tiempo
sirve para reversar esas decisiones. ¿Debo elegir un tiempo, ilusorio, subjetivo, una
realidad sin tiempo o atarme a una linealidad que carece de toda razón; una ilusión
persistente e irreversible de pasado, presente y futuro?
Rápidamente ajusto las ideas y el artículo de mi particular condición, el estudio
sobre la crisis de los cuarenta de grandes hombres famosos e ingrávidos, el gran
testimonio de cómo el vacío se ha apropiado de los deseos del mundo y envuelve
mis más íntimos pensamientos, pasa a reposar a una tumba en mi mente. Cuando
este tipo de cosas suceden, y al principio de mi carrera sucedían con mucha
frecuencia, la afrenta en un principio consistía en sobrellevar la situación con buen
ánimo. Ya pasado el tiempo, cuando la cosa parecía fuera de lo común, se convirtió
en una lucha personal y grupal: no dejarnos joder de las circunstancias producto
de los caprichos del editor general. Ya luego todo sucede, y sigue… todo sigue.
Convivíamos con la derrota porque tocaba. La saludábamos con monotonía y su
presencia se hizo familiar. Antes era la invitada inesperada de una comida familiar
y sin convenirlo pasó a ser la ocupante permanente del cuarto de huéspedes.
Entraba, tomaba asiento, se servía lo que quería y nosotros, los periodistas en
ciernes, los recién desempacados de la universidad, cogíamos con las palmas las
boronas sobrantes. (LPV)
―La flexibilidad es el eslogan del momento. Augura empleos sin seguridades
inherentes, sin compromisos firmes y sin derechos futuros, ofreciendo tan sólo contratos de
plazo fijo o renovables, despidos sin previo aviso ni derecho indemnización‖ (Bauman.
2003, p. 172).
Esto lo podemos analizar según lo que dice Lipovestky (2002), que como se
mencionó anteriormente, define esta época como la Era del vacío, una era dominada por la
apatía frívola y generalizada, donde sólo lo individual cobra relevancia. La indiferencia
pura que traduce la muerte de los grandes proyectos, las ideologías radicales, e inaugura
una nueva forma de entender el mundo. El único que parece salir indemne de esto es el
156
LA PERSISTENCIA DEL VACÍO: LA LITERATURA COMO HERRAMIENTA COMPLEJA
individualismo que sabe que los discursos han sido desacralizados y todo vale. ―Las
grandes cuestiones filosóficas, económicas, políticas y militares, despiertan poco a poco la
misma curiosidad desenfadada de cualquier suceso, todas las alturas se van hundiendo,
arrastradas por la vasta operación de neutralización y banalización sociales‖ (p.51).
Ya otros autores han utilizado el vacío como cuestión problémica y literaria. El
uruguayo Mario Levrero (2009), en su novela-diario El discurso vacío despliega un aparato
narrativo que busca la no-narración, busca el individualismo absoluto donde los grandes
problemáticas han sido anuladas por un narcisismo extremo y un hedonismo discreto pero
palpable. Esta novela de Levrero se analizará en el siguiente capítulo, ya que su influencia
fue fundamental en la construcción de LPV, porque las cosas, las personas, la información
noticiosa están ―físicamente próximas a nosotros pero a una remota e infinita distancia
espiritual‖ (Bauman, 2003, p.164).
LPV ciertamente está influida por la obra de Levrero y los estudios sociológicos y
psicoanalíticos de Lipovetsky, Jameson, Lyotard, Bauman y Zizek. En LPV el protagonista
no tiene nombre, está en una ciudad sin nombre, oficia como periodista y actualmente está
escribiendo una crónica sobre el vacío de los días, y sobre una extraña condición que
padece por encargo de una revista virtual de variedades.
La revista de moda Goebbels, de circulación netamente virtual de “filosofía y
variedades”, es una publicación mediocre de acceso global pero de
desconocimiento mundial, y ahí es donde trabajo ahora. El editor en jefe me ha
encargado un artículo en la que realice una reflexión sobre la apatía que supone
llegar a los cuarenta años de edad con una selección sesuda y especifica de datos
que construyan una idea y posiblemente una certeza. La creación de verdades es
tarea de los grandes peces, por eso cuando me hicieron la propuesta sólo hablaron
de ideas y máxime una o dos certezas biográficas de grandes hombres que han
llegado a los cuarenta años y las crisis relacionadas con esto; crisis familiares,
crisis económicas por compras compulsivas, crisis políticas y morales. La
dividirán en tres partes que saldrán en tres ediciones diferentes. El día de entrega
es el día en que cumplo años. ¿Por qué? Ellos creen que una persona al borde de
los 40 años, que no ha escrito nada que valga la pena, ni ha ganado un premio
importante es un tipo en crisis, un tipo que perfectamente puede dar cuenta del
vacío, un suicida potencial. Quisiera desmentir eso pero tengo que verme como un
tipo al borde de un ataque de nervios, que busca en personajes históricos la misma
crisis para atraer lectores. Esa fue la frase entre comillas que escribió el editor
junto con la propuesta. Él no sabe algo que yo sí sé, es más, aparte de mí, del
escritor-periodista-autor, de mi psicoterapeuta que a la larga nunca me creyó,
nadie más sabe. Me propusieron hacer esto o criar un cerdo para luego de cinco
meses decidir si comérmelo o no, una reconstrucción facial completa, implantes
157
LA PERSISTENCIA DEL VACÍO: LA LITERATURA COMO HERRAMIENTA COMPLEJA
mamarios o una estancia de dos semanas en una de las peores cloacas pestilentes
de una ciudad metropolitana cualquiera. Finalmente escogí hacer una reflexión
sobre la apatía y el vacío de la llegada a los cuarenta (popularizados como los
nuevos veinte) tanto mía como de personajes importantes y gente del común, y
delegaron la cría del cerdo a un poeta nadaísta, los implantes mamarios a una
periodista y cuentista de medio pelo y las otras dos a un artista plástico y a un
protagonista de novela. Los de la revista a su juicio dividirán el artículo como
mejor les plazca. (LPV)
La novela versa sobre los vericuetos de un mundo hiperconectado en tiempo real,
pero sobre todo, con la falta de compromiso a los grandes proyectos, y sobre las relaciones
liquidas que establecen en la actualidad los seres humanos, signo claro del vacío;
representado en relaciones transitorias, nada sólidas, momentáneas y ciertamente vacías.
Partía de una premisa fundamental: si en una sala llena de personas, en la mitad
del espectro entre un Nobel y alguien con aneurisma cerebral, sin contacto con
internet, les preguntáramos por los nombres de Jonas E. Salk y por Lady Gaga, la
mayoría daría cuenta de la segunda, ignorando que el primero hizo que viviéramos
sin preocuparnos por la polio. A sabiendas de esto podemos entender también los
mecanismos del poder que ya no residen en el conocimiento sino en la visibilidad.
Es la prueba más sólida de la existencia del vacío, absolutamente necesaria para
darle consistencia y remembranza a las ideas que se quieren injertar en el cuero
cabelludo del público. Por eso, muchos de los pasajes de mi artículo flotarán en
ese abismo del vacío de una escritura en apariencia hueca y sin sentido que desafía
el status quo de la coherencia y de la relevancia, pero a medida que uno se vaya
adentrando en la lógica propia del artículo, la coherencia y el sentido emergerán
como el agua a presión. El escritor-autor creará un texto intimista, dándose el
permiso de recrear y transformar pasajes de la vida y del subconsciente de
personas con crisis de los cuarenta. El amable texto invitará a la reflexión en el
vacío, en la cotidianidad, rescatando con complejidad la simpleza del periodismo y
la escritura (LPV).
También podemos ver la era del vacío en el siguiente párrafo de LPV:
La revista Goebbels es una publicación patrocinada por consorcios que promueven
la gastronomía gourmet y empresas privadas con inversiones sobre todo en
inmuebles y minería. Se destaca por la publicidad política pagada, pautas en la
portada con mujeres desnudas en fotos “artísticas” que recién se hacen un nombre
en la farándula, todo en función de un producto y un consumo variopinto. Nada es
que haya cambiado realmente desde que se extinguió el papel y la tinta. Fue un
cambio estructural mas no de contenido. Algunos arquitectos de la nostalgia,
imprimen en papel todavía unas publicaciones muy bonitas y muy bien logradas en
pequeños talleres a precios exagerados. El espíritu de Goebbels es que la necesidad
de información instantánea habita en nosotros en forma de sogas inmateriales que
158
LA PERSISTENCIA DEL VACÍO: LA LITERATURA COMO HERRAMIENTA COMPLEJA
se extienden por el mundo y nos eximen de la libre voluntad, alentando una
reacción efímera que sólo será opacada por la siguiente. Ese acostumbramiento a
la fachada, esa etapa de cancelaciones y licuefacciones, de privilegios por lo
urgente, hacía de mi texto y de la petición del comité editorial de la revista una
especie de quimera. Querían algo no muy extenso (LPV).
―Nuestra incapacidad para lidiar con lo que tenemos a mano es evidente en nuestra
utilización de la tecnología digital y nuestra creciente dependencia de ella. Damos prioridad
a lo remoto sobre lo inmediato, a lo virtual sobre lo real, y en lo público y en lo privado nos
dejamos llevar por pequeños aparatos que nos transportan a otra parte‖ (Wampole, 2012,
párr.6).
Las noticias están profundamente influenciadas por esas novedosas formas de
comunicación; cambia el lenguaje, cambia el medio, cambia el receptor y se va perdiendo
profundidad por la necesidad de velocidad y entretenimiento.
―Las noticias, esa parte de la información electrónica que más corre el riesgo de ser
tomada por verdadera representación del mundo exterior y que más pretensiones
tiene de ocupar el rol de espejo de la realidad […] son según Pierre Bordieu, la más
perecedera de las mercancías disponibles […] la caducidad de las noticias en tanto
información acerca del ―mundo real‖ es en sí misma uno de los rasgos más
importantes de la información: las emisiones de noticias son la celebración
constante y diariamente repetida de la vertiginosa velocidad del cambio, del
envejecimiento acelerado y de la eterna posibilidad de recomenzar‖ (Bauman, 2003,
p. 165).
El narrador tiene un propósito, y ese propósito está totalmente en función de su Yo.
En la novela el protagonista quiere anular toda voluntad de trascendencia social o
preocupación política, tomando de manera superficial, las grandes cuestiones que antes
preocupaban en la modernidad, comprimiendo la propuesta a una hiperconcepción
individual, donde resalta esa hiperinversión en el espacio privado, y se da de lleno a lo que
Lipovetsky (2010) denomina el ―homo psicologicus que está siempre al acecho de su ser y
su bienestar‖ (p.51). Lo vemos en los siguientes apartes de LPV:
El sol barre los objetos y alarga sombras hacia el oeste. Condenada al fracaso, la
estación actual estallaba con fuerza, sin guardarse nada. Constantemente los
rostros aledaños, hostilmente indiferentes, son un recuerdo decreciente. Mis tímidos
proyectos se resumían en respirar, comer, huir a las obligaciones con sarcasmo,
todo bajo unas habilidades cognitivas decentes y funcionales.
159
LA PERSISTENCIA DEL VACÍO: LA LITERATURA COMO HERRAMIENTA COMPLEJA
Mi vida es una especie de reminiscencia que evoluciona constantemente hacia
adelante. No es como vivir recordando, es mucho más que eso, es como una soledad
vigente que acompaña unos pasos que nunca he dado.
Esa necesidad de no estar estando, ese gran escape desde las auroras del día hasta
el anochecer de mi vida le han propinado una axiología al vacío de mis días. Este
vacío no es un estado, es un concepto sólido, una verdad pragmática como la que
hace que la luz viaje más rápido en el vacío.
Lipovetsky (1996) en El Imperio de lo efímero, expone uno de los puntos centrales
que presenta LPV: el manejo de la información, la ubicuidad del mensaje noticioso que
equipara y democratiza el saber, cualquier tipo de saber
gracias a unos programas vivos y amenos, las cuestiones más variadas y relativas al
progreso de la ciencia y de la técnica, al mundo de las artes y de la literatura, a la
sexualidad, a la droga, al proxenetismo, se ponen al alcance de todos. Mediante la
organización de charlas de especialistas y la producción de magazines a ritmo de
variedades, se ponen a disposición de las masas bloques de saber, y lo que era
esotérico deviene próximo y lo que pudiera parecerse a una «clase nocturna» se
torna atractivo y pone en vilo a millones de espectadores (p.266).
El devaneo de lo efímero expuesto en LPV, es un collage de informaciones que
circulan sin un norte definido. Las cuestiones noticiosas se anulan entre ellas: su finalidad
es competir por el rating y cualquier información es válida en pro de la seducción.
El autor-protagonista de LPV trata esas grandes cuestiones nacionales, esas
problemáticas humanas ─matanzas, violencia, engaños ─, con desparpajo y superficialidad.
Se permite ser irónico para tomar distancia, pretendiendo validar su discurso pero sin llegar
a involucrarse en él. Hay interés, pero más para proteger su yo:
El índice de suicidios era un activo en crecimiento en esta parte del mundo por el
detrimento patrimonial, económico y moral. Parecía una página de historia, un
mito de mal gusto, rememorar esa época donde la gente se mataba por ser
homosexual o porque alguien más lo era. El acto renueva sus actores, y ciertamente
me satisface sentir mi circuito límbico, especialmente el tracto mamilotalámico,
asociado al placer, bombardear endorfinas, sentir cómo me contamino de
autosatisfacción al ver a otro luchar y dar la vida por algo completamente inútil.
Saber eso me esgrimía de esa tentadora e inútil idea de cerrar los ojos y adelantar
el tiempo hasta que nada de esto ocurriera, porque llegaría hasta la nada misma, y
aún es muy temprano para estar ahí. El vacío, ese elemento original, madre de
todas las cosas, me permitía empapar mis propios delirios periodísticos y drenar la
fiebre por la inquietud noticiosa (LPV).
160
LA PERSISTENCIA DEL VACÍO: LA LITERATURA COMO HERRAMIENTA COMPLEJA
La era del vacío la podemos constatar en lo que nos dice el profesor Estanislao
Zuleta (1980)
En lugar de desear una relación humana inquietante, compleja y perdible, que
estimule nuestra capacidad de luchar y nos obligue a cambiar, deseamos un idilio
sin sombras y sin peligros, un nido de amor y por lo tanto, en última instancia un
retorno al huevo. En vez de desear una sociedad en la que sea realizable y necesario
trabajar arduamente para hacer efectivas nuestras posibilidades, deseamos un
mundo de satisfacción, una monstruosa salacuna de abundancia pasivamente
recibida. En lugar de desear una filosofía llena de incógnitas y preguntas abiertas,
queremos poseer una doctrina global, capaz de dar cuenta de todo, revelada por
espíritus que nunca han existido o por caudillos que desgraciadamente si han
existido (p.2).
La dificultad, los grandes retos y el trabajo arduo, representan para el periodista una
carga intolerable. Como un sibarita, el protagonista desea un mundo de satisfacción;
denuncia, pero es una denuncia plana y distante, una denuncia desde una posición
privilegiada:
Dentro de las infinitas posibilidades de los espacios vacíos, se encuentra una
particular complicidad al realizar el artículo. El vacío se configura en la nada, y
aquí por más que puje y me congestione de sangre no habrá una “nada” formal y
pura, una bella y reconfortante nada.
Estoy aburrido y quiero que el lector se identifique con eso. Esta persistencia del
vacío será una oda al individualismo, la acción se centrará en mi vanidad, esa tan
profunda y basta que se explaya por los horizontes del deseo del otro. Mi
narcisismo es tal que creo que alguien va a estudiar mi texto, que lo contemplará
crítica y argumentativamente, abandonándose al vacío y suplantándose por un yo
hedonista siempre disconforme.
Me atoro con un poco de saliva, la garganta se congestiona, tomo un poco de
cerveza pero sigue algo atascado.
Envío el documento que necesitan en la revista del preliminar de la entrevista con
el coronel con los respectivos comentarios, adiciones y sugerencias para que el
editor haga, y subrayo eso de que haga, con él lo que quiera con tal que no
aparezca mi nombre y realice la transferencia electrónica puntualmente (LPV)
El discurso se actualiza en la relación dialógica. Bajtín (1995) explica esto de la
siguiente manera: ―Toda palabra (enunciado, obras discursivas y literarias) que no sean la
mía propia aparece como palabra ajena. Yo vivo en el mundo de enunciados ajenos (...) Las
complejas relaciones con la palabra ajena en todas las esferas de la cultura y de la praxis
llenan toda la vida del hombre‖ (p.365). Por eso en un texto se tocan todas las voluntades;
se mezclan, se contradicen, se concilian y obviamente dialogan, porque todos los puntos
161
LA PERSISTENCIA DEL VACÍO: LA LITERATURA COMO HERRAMIENTA COMPLEJA
son susceptibles de ser significados. Desde acá el lector es un esteta activo, un lector capaz
de dialogar con la estética que propone la obra propuesta. El lector es un aspecto
fundamental a analizar en la obra, ya que le da significado desde sus propios referentes, y
permite aportarle a la obra en una lectura que pudiera considerarse dinámica. Estas
múltiples lecturas y referentes, permiten que se generen diferentes formas de construir las
relaciones, en una realidad dialógica que finalmente determinará una lectura más compleja
y rica, es decir, una nueva interpretación que no desconoce las otras interpretaciones.
El periodista-protagonista de LPV se da de lleno al pesimismo, a la apatía frívola
que pretende anular las preocupaciones; se siente superior a la moral, pero las inquietudes
están más latentes, fuera de él claro está.
Lo que ocurre cuando sobreviene la gran desidealización, no es generalmente que se
aprenda a valorar positivamente lo que tan alegremente se había desechado o
estimado solo negativamente; lo que se produce entonces, casi siempre, es una
verdadera ola de pesimismo, escepticismo y realismo cínico. Se olvida entonces que
la crítica a una sociedad injusta, basada en la explotación y en la dominación de
clase, era fundamentalmente correcta y que el combate por una organización social
racional e igualitaria sigue siendo necesaria y urgente. A la desidealización sucede
el arribismo individualista, que además piensa que ha superado toda moral por el
solo hecho de que ha abandonado toda esperanza de una vida cualitativamente
superior (Zuleta, 1980, p. 5).
La desidealización, el descreimiento de los grandes propósitos es algo característico
de la era del vacío. Abandonado a toda esperanza, el protagonista critica, pero sus acciones
revelan un hombre derrotado: testigo silencioso que desde su trinchera informativa,
presenta una realidad del mundo intoxicada por el vacío.
―La obsolescencia acelerada de productos y máquinas, la destrucción de las antiguas
estructuras que cubrían ciertas necesidades, la multiplicación de las falsas innovaciones, sin
beneficios perceptibles para la calidad de vida, son todos elementos que pueden agregarse
en ese balance‖ (Baudrillard, 2009, p.25).
Se puede relacionar la era del vacío con la era del consumo propuesta por
Baudrillard (2009). Ésta última es el resultado de todo el proceso de productividad
acelerada bajo el signo del capital. También es la era de la alienación radical. La lógica de
la mercancía se ha generalizado y hoy gobierna, no sólo el proceso de trabajo y los
productos materiales, sino también la cultura en su conjunto, la sexualidad, las relaciones
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LA PERSISTENCIA DEL VACÍO: LA LITERATURA COMO HERRAMIENTA COMPLEJA
humanas, hasta las fantasías y las pulsiones individuales; en el caso de LPV, gobierna el
imperio de la información, de las noticias y del entretenimiento.
El hombre del consumo nunca está ante sus propias necesidades, como tampoco está
ante el propio producto de su trabajo y tampoco está nunca frente a su propia
imagen: es inmanente a los signos que ordena. No más trascendencia, no más
finalidad, no más objetivo: lo que caracteriza a esta sociedad es la ausencia de
«reflexión», de perspectiva de sí misma (Baudrillard, 2009, p.245).
La ―persona‖ en valor absoluto, con sus rasgos irreducibles y su peso específico, tal
como la ha forjado toda la tradición occidental, como mito organizador del Sujeto, con sus
pasiones, su voluntad, su carácter o... su banalidad; esta persona está ahora ausente, muerta,
ha sido barrida de nuestro universo funcional. Esto se ve en LPV, el periodista está borrado,
anulado, sin nombre. Hay pocos personajes más pero carecen también de nombre. El
protagonista busca su yo, está a la caza de él, sin embargo, está perdido en un lugar sin
nombre, que es muchos pero que es ninguno. Lo que se pretende personalizar en LPV es
esa persona ausente, esa instancia perdida. Ese ser perdido es quien va a reconstituirse in
abstracto por la fuerza de los signos, en el abanico multiplicado de las diferencias, para
brillar en el anonimato más absoluto, puesto que la diferencia es por definición lo que no
tiene nombre (Baudrillard, 2009).
En la era del vacío el consumismo hace parte de la lógica noticiosa e informativa.
Dentro de ese consumismo un aspecto importante es el hecho de la que la información ha
sido erotizada. Vemos en la actualidad acá en Colombia revistas y publicaciones como la
Soho o Don Juan, copiando el modelo Playboy, donde se presenta un contenido crónicoinformativo, aderezado y sustentado con cuerpos de mujeres y hombres atractivos. Al
respecto Cioran (1996), con su habitual pesimismo existencial, dice que la dimensión
erótica de nuestro ser es una plenitud dolorosa que colma el vacío que hay en nosotros y
fuera de nosotros. Sin la invasión del vacío esencial, que roe las entrañas del ser y destruye
la ilusión necesaria para existir, el amor, la vida, las relaciones sociales serían un ejercicio
fácil.
Esos cuerpos cargados de energía libidinal, elloicos, perfectos en el papel y la
pantalla por acción del hiperrealismo del que habla Baudrillard, al concebir lo que es real
en la posmodernidad, se auguran promesas que nunca serán cumplidas. Este tipo de
erotismo es una forma de vacío excesiva, que inunda los sentidos, que los atiborra de
163
LA PERSISTENCIA DEL VACÍO: LA LITERATURA COMO HERRAMIENTA COMPLEJA
imágenes placenteras y a la vez peligrosas. No es gratis que en los últimos treinta años los
trastornos de la imagen y los alimenticios hayan crecido dramáticamente, así como los
ingresos y el capital de las multinacionales cuyo portafolio de servicios promete esa belleza
etérea e idílica.
Investido implícitamente según el modelo del cuerpo/objeto de la mujer, se hace
fetiche de la misma manera. De ahí que toda la esfera del «consumo» esté
impregnada de un erotismo generalizado. No hay allí una moda en el sentido liviano
del término; ésta es la lógica propia y rigurosa de la moda. Cuerpo y objeto
constituyen una red de signos homogéneos que puede intercambiar, sobre la base de
la abstracción de la que acabamos de hablar, sus significaciones. (Baudrillard, 2009.
P 163)
Esto lo vemos ejemplificado en el siguiente aparte de LPV, donde el autor, habla de
cómo la figura de la mujer se objetiva con un fin comercial, salpicado de ese erotismo
generalizado que habla Baudrillard y que busca afectar el orden establecido inquietándolo
con una estrategia que ya se está normalizando, que nunca ha sido liviana, pero que resulta
muy efectiva para la dinámica venta-consumo:
Ya se acerca Semana Santa y la revista volvía a lo mismo de los últimos años:
contratar modelos despampanantes para que representaran motivos religiosos: la
ultima cena, la crucifixión, ídolos más locales como el divino niño o la virgen de la
encarnación pero mostrando las tetas y sugiriendo la zona púbica con sombras y
fotoartificios. En una época las demandas de respetables y furibundos religiosos no
se hacían esperar pero ya han ido bajando y pronto tendrán que cambiar la
estrategia de ambas partes. En la edición digital las siluetas estaban recortadas y el
lugar de los cuerpos era ocupado por sombras torneadas con llamas que no
dejaban ver los contenidos cárnicos de esas otrora mujeres. La luminosidad del
fuego de textura cremosa e inofensiva, cuya estela estaba un punto retrasado al
movimiento del cursor, dejaba advertir un pedazo de piel, y algunas letras cada
cierto tiempo, y si querías ver la modelo completa, junto con el reportaje y más
zona púbica, se tenía que pagar una pequeña suma. Por una afortunada
coincidencia, no tenía que hacer reportajes ni especiales al desnudo de Semana
Santa. Por esa semana estaría única y exclusivamente enfocado en mi proyecto.
(LPV)
Esa realidad erotizada, en el caso particular desde lo virtual en LPV, democratizada
para todas las personas sin distinción de género, incluso sin distinción de clases, ya que
para acceder a este tipo de información sólo se requiere de una conexión a internet, propone
una realidad virtual seductora, más atractiva que la realidad ―real‖, potenciada por el cuerpo
sexuado retocado por photoshop, convirtiéndose en una promesa fácil e inaccesible
físicamente, pero no por ello menos real. ―En relación con el engaño, esto quiere decir que
164
LA PERSISTENCIA DEL VACÍO: LA LITERATURA COMO HERRAMIENTA COMPLEJA
el señuelo imaginario característico del cortejo animal es elevado (aufgehoben) al nivel del
engaño propiamente humano ─engaño en forma de verdad─. Este vínculo entre la
universalidad y la sexualidad humana debe ser concebido en toda su fuerza‖ (Zizek, 2006,
p.171).
El mismo Zizek (2006) plantea la realidad como una idea bastante miserable
porque que se limita a imitar la realidad, por el hecho de reproducir su experiencia en un
medio artificial. La realidad de lo virtual, en cambio, significa la realidad de lo virtual como
tal, de sus efectos y consecuencias; de sus causales y la manera de sustentarse y legitimarse
en el mundo real.
Ya Lyotard en 1987 anticipaba la revolución informática y multimedia que
acaecería unos veinte años después con mucha más fuerza:
La incidencia de esas transformaciones tecnológicas sobre el saber parece que debe
de ser considerable. El saber se encuentra o se encontrará afectado en dos
principales funciones: la investigación y la transmisión de conocimientos. (…) se
sabe que al normalizar, miniaturizar y comercializar los aparatos, se modifican ya
hoy en día las operaciones de adquisición, clasificación, posibilidad de disposición y
de explotación de los conocimientos Es razonable pensar que la multiplicación de
las máquinas de información afecta y afectará a la circulación de los conocimientos
tanto como lo ha hecho el desarrollo de los medios de circulación de hombres
primero (transporte), de sonidos e imágenes después (media) (1991, p.6).
En LPV, lo tecnológico, el aparato, su definición y utilidad son muy importantes en
la era del vacío, a la vez definen y estructuran la forma de comunicarnos y qué
comunicamos. Lo que afirmaba Lyotard está perfectamente plasmado en el siguiente
párrafo:
En los tiempos actuales periodismo, sexo y canibalismo resultan un pleonasmo. Un
enjambre de hechos se abalanzaba sobre el día, pero postergo el momento de
comenzar a saberlos todos. Pido otra cerveza y la acabo en cuatro sorbos. Ser
alcohólico acá resulta una deliciosa obligación. Saco la tableta de su estuche de
cuero sintético, manufacturado por pequeños chinos felices y productivos como
Umpa lumpas. Había aplazado este momento desde la mañana para revisar correos
y leer las noticias del día pero no la prendo. La dejo junto a la mesa y pido algo
más de comer. Quisiera saber cómo se dice “pocillo” en este idioma, o “pocillo de
tinto” y “sorber”. Lo busco en la tableta pero me apena pronunciarlo. Así que
hago las mismas muecas de siempre para ordenar. Llega el café y pongo un tuit
sobre el hecho, sobre el lenguaje y sobre la pronunciación.
Saco el teléfono y descargo una aplicación que edita las fotos a blanco y negro,
difuminado y marchito. Un férreo adoctrinamiento en la causa capitalista me
165
LA PERSISTENCIA DEL VACÍO: LA LITERATURA COMO HERRAMIENTA COMPLEJA
obliga cambiar de teléfono inteligente cada cinco meses. Saber que están diseñados
para no durar más de dos años, no evita que me dé descaradamente a la
obsolescencia por un pixel y medio o dos hertzios de velocidad adicionales.(LPV)
¿Cuál es la realidad que se esconde detrás del artificio virtual propuesto por la
novela? ¿La seducción de lo virtual o el escape de lo real? ¿Dónde están las fronteras, los
límites que se trazan, si es que los hay ahora, de la información que se comparte en tiempo
real en el mundo virtual? ―Aunque opuestas, esas dos interpretaciones son complementarias
por su búsqueda de una verdad más profunda por debajo de la superficie figurativa. En un
caso, esta verdad es el inefable mensaje espiritual interior; en el otro, es la visión
conceptual racional‖ (Zizek, 2006, p.96).
Dice Cioran (1996): ―cuando la aspiración a la nada alcance la intensidad del eros,
ni el tiempo ni la eternidad te dirán ya nada‖ (p.85). La era del vacío es una era que no
tiene fronteras, no tiene límites. Para transitar por ella, no es necesario pasaporte, ni
requisas. Su facilidad y seducción la hacen igual de atractiva pero igual de aburridora si las
dosis de entretenimiento y novedad no se inyectan cada cierto tiempo con la disciplina de
una adicción. ―Las fronteras se borran (…) y una indiferenciación de niveles va ocupando
paulatinamente el lugar de la antigua separación entre la cosa y el concepto‖ (Jameson,
1996, p.214)
Al igual que los objetos y la cultura de masas, en LPV los grandes discursos de la
razón se hallan atrapados por la irresistible lógica de lo nuevo, lo inmediato; son arrastrados
por una turbulencia que, si bien no es absolutamente idéntica a la de la moda en el sentido
estricto del término, no por ello deja de ser menos análoga en sus principios (Lipovetsky,
1996), atravesado por lo luminoso, lo fantástico, lo esotérico, todo aquello que hace de la
moda un elemento tan atractivo y poderoso.
Los errores y las burlas en la era del vacío alimentan el efecto informativo, lo
invisten de poder y seducen por su misma futilidad. Cosas que podríamos catalogar de
estúpidas se vuelven virales por injerencia de la red y la masificación noticiosa que
multiplica su efecto, no por miles, sino por millones. Que un bebé se ría, qué una
presentadora de televisión cometa un error o se le olvide algo, que una mascota haga una
gracia y desnude el sentimiento, al no haber un filtro, se eleva todo al mismo nivel.
166
LA PERSISTENCIA DEL VACÍO: LA LITERATURA COMO HERRAMIENTA COMPLEJA
Explayado en el horizonte informativo de la era del vacío, todo es válido, todo es permitido
en la medida en que venda o que estimule los sentidos.
En LPV ―el papel de la seducción y de lo efímero en el progreso de las
subjetividades autónomas; el rol de lo frívolo desarrolla las conciencias críticas, realistas,
tolerantes.‖ (Lipovetsky, 1996, p.18). Si La persistencia del vacío tuviera la contundencia y
la precisión que Rulfo le imprimía a sus breves relatos, ya no sería necesario escribir nada
más porque ya todo estaría dicho. LPV es un ejercicio incompleto y minúsculo que busca
dialogar con estos tiempos incompletos, indeterminados, hiperconectados y veloces, que ya
poco lugar dejan a la nostalgia, por lo menos aquella privada y pura, aquella que no
necesita ser compartida en ninguna red social.
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LA PERSISTENCIA DEL VACÍO: LA LITERATURA COMO HERRAMIENTA COMPLEJA
3. El discurso vacío de Mario Levrero: Estructuración del deseo y la imposibilidad
del vacío en el espacio literario; relación e influencia con LPV
En los años noventa, el escritor uruguayo Mario Levrero8, da un giro radical a su
obra donde lo policial, lo raro, o lo imaginativo aunque presentes, no son el pilar central de
las narrativas. La literatura intimista, la búsqueda del deseo, el yo y la difuminación del
narrador y el escritor, cobran importancia. Elvio Gandolfo, en el prólogo que hace de la
serie de relatos que Levrero tituló El portero y el otro, compara a Levrero con Roberto Arlt
debido a la búsqueda en ambos autores de un espacio fantástico que es paradójico, lleno de
interesantes contrapuntos entre lo real y lo imaginativo y que puede confundirse con una
escritura descuidada. Dice respecto al autor uruguayo: ―El cambio de tono en Levrero, el
manejo de la confesión, la disolución del yo-autor en un yo-narrador y su conversión en un
yo que es ficticio cuando en realidad no lo es, acercan este texto a la mejor literatura de
Arlt‖ (Gandolfo, 1992, p.14).
Esto es importante para entender la obra que se analizará a profundidad en este
capítulo. ―Diario de un canalla‖, uno de los cuentos que hacen parte de El portero y el otro,
donde no sabemos como lectores si lo que ―leemos es un diario íntimo una serie de
reflexiones, o un modo de contrabandear con el peso de la ‗confesión‘, recursos y hallazgos
del mejor dibujo animado‖ (Gandolfo, 1992, p.14).
En la obra de Levrero, hay una fuerte vocación introspectiva que, viéndola en
conjunto, da la idea de cierto tipo de escalada desde lo más narrativo hacia lo más
8
Jorge Mario Varlotta Levrero (Montevideo, Uruguay, 23 de enero de 1940 – 30 de Agosto de 2014) fue un prolífico
escritor, además de humorista, librero, jefe de redacción de varias revistas y fotógrafo. Dictó talleres de escritura, algunos
virtuales, otros en la propia sala de su casa por más de quince años hasta su muerte. Su camaleónica personalidad lo llevó
a asumir más de un seudónimo al firmar sus obras. Nombres como Sofanor Rigby Lavalleja Bartleby, Tía Encarnación,
Alvar Tot, el profesor Off y el profesor Hybris quizá revelan a un autor que quiere ser muchos pero que al final es único,
el mismo, y pese al nombre que adoptara, no puede cambiar la esencia que lo caracteriza.
De niño le diagnosticaron un soplo al corazón, por lo que desde los tres a los ocho años, periodo fundamental que marcó
su gusto por la lectura y la observación minuciosa, permaneció prácticamente inmóvil en cama. Como su padre, fue un
autodidacta. Abandonó sus estudios a temprana edad en el Liceo José Enrique Rodó de Montevideo, aunque resulta
curioso que los retomase cuando tenía 33 años en el mismo liceo. Ingresó a estudiar medicina pero también abandonó.
Nunca llegó a culminar una carrera universitaria; sin embargo, quedó con contactos en la facultad de medicina, y fue
precisamente en la revista Zurda, perteneciente a la facultad de medicina que abandonó, donde a los dieciocho años
comenzó a publicar sus primeros relatos de humor.
Su prolífica obra como narrador comenzó a mediados de los 60, más específicamente en 1966. Su primer trabajo fue una
novela, Gelatina, escrita en el 66 pero publicada en 1968 en la editorial Los Huevos del Plata. Esta novela narra las
peripecias de una masa gelatinosa que se come a una ciudad entera (Montevideo) y a su gente. La prosa se caracteriza por
ser áspera y precisa, sin miramientos ni adornos, aunque con cierto toque de humor e ironía, en la mejor tradición de la
literatura uruguaya de Felisberto Hernández, una mezcla fascinante cuyas costuras son invisibles entre realidad , humor y
ensueño, donde se destaca la particular mirada en torno al ser humano, promovida por el uso de un lenguaje original
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LA PERSISTENCIA DEL VACÍO: LA LITERATURA COMO HERRAMIENTA COMPLEJA
cotidiano. El autor lo explica en una entrevista, diciendo que, inadvertidamente, a lo largo
de tres décadas, su literatura fue recorriendo el camino que va desde el inconsciente
colectivo, reflejado en sus primeras novelas, pasando por el subconsciente, hasta aflorar en
la conciencia y permitirle describir lo que ocurre fuera de sí mismo. Esto es evidente en El
discurso vacío de 1996. El escritor crea una novela intimista, dándose el permiso de recrear
y transformar pasajes de su vida y de su subconsciente.
La década de los noventa supone para Levrero un giro radical en su narrativa. El
autor decide explorar una escritura más autorreferencial, más íntima, una línea como la que
abrió el cuento de 1992 ―Diario de un canalla‖ del compilado El portero y el otro pero cuyo
epítome vendría después con El discurso vacío. El mismo Levrero define su texto como
una novela dividida en dos grandes vertientes: ―ejercicios‖, un conjunto de ejercicios
caligráficos, y el ―discurso vacío‖, una serie de análisis y reflexiones sobre su vida en ese
momento. Levrero dice al respecto: ―El discurso vacío es un texto unitario de intención más
literaria‖ (p.6).
La novela, escrita entre noviembre de 1991 y mayo de 1993, y publicada en
Uruguay por Ediciones Trilce en 1996, está ideada como un ejercicio terapéutico. La
novela es un largo monólogo del narrador. El texto de 133 páginas se estructura como un
diario íntimo que pretende ahondar en el aparato psíquico del inconsciente del narrador. En
este escenario, la escritura, así sea en su más simple manifestación, es y ha sido curativa
(catártica desde el psicoanálisis) para el narrador.
La prosa se caracteriza por ser áspera y precisa, sin miramientos ni adornos, aunque
con cierto toque de humor e ironía, en la mejor tradición de la literatura uruguaya de
Felisberto Hernández, una mezcla fascinante cuyas costuras son invisibles entre realidad,
humor y ensueño, donde se destaca la particular mirada en torno al ser humano, promovida
por el uso de un lenguaje original.
El desarrollo de la narrativa de Mario Levrero señala la persistencia en algunos de
esas características. La evolución del escritor permite ver una forma inicial de concebir lo
literario con ciertos rasgos de la estética kafkiana, con presencia de elementos fantásticos,
para posteriormente, volcarse progresivamente hacia otras formas de mostrar la realidad,
por ejemplo el trabajo sobre una estética mucho menos ficcional (Olivera, 2008, p.9), como
la de El discurso vacío.
169
LA PERSISTENCIA DEL VACÍO: LA LITERATURA COMO HERRAMIENTA COMPLEJA
Guiado por la idea: ―letra linda, yo lindo‖, el narrador plantea una terapia
grafológica, con la incierta esperanza de que las mejoras en su caligrafía redunden
benéficamente en su mundo psicológico interior. Partiendo del supuesto de que la letra y
los rasgos del carácter guardan una profunda relación, sugerencia de una amiga terapeuta,
la novela comienza con la propuesta del narrador de adelantar su ―autoterapia grafológica‖
al buscar cambiar la conducta observada en su escritura para que eso redunde en cambios
psíquicos positivos sobres su propia vida, para funcionar mejor socialmente, para ser mejor
persona, para tener un Yo más saludable y funcional, debido a la incomodidad existencial
que manifiesta constantemente en el texto:
[…] a centrar mi yo y a prepararme para una jornada de mayor orden, voluntad y
equilibrio (p.15). […] En la casa, en el funcionamiento de la casa, hay un equilibrio
maléfico, producto de una serie de hábitos o pautas de conducta muy equivocadas,
que se han ido instalando por ―azar y necesidad‖; y la sola idea de modificar alguna
de estas pautas produce un desasosiego, un malestar o incluso una crisis en
cualquiera de los primitivos integrantes del grupo familiar (p.18).
El prólogo tiene dos partes: la primera es un poema del propio Levrero fechado el
22 de diciembre de 1989 y la segunda es un texto del 11 de marzo de 1990. Antes del
prólogo hay una muy breve introducción donde Levrero explica lo que es la novela en sí.
Puede resultar chocante suponer que les está entregando a los lectores una justificación
tranquilizadora del caos que reina en el libro, que a mi parecer no es necesaria. El texto se
puede defender por sí mismo.
Las tres partes siguientes del texto son una clara concatenación de las dos
voluntades que convergen en el texto: los ejercicios y el discurso como tal. El autor lo
divide en tres, pero cada una de esas partes está compuesta de ambas vertientes, de ahí la
pregunta sobre si la división de la novela es un error de edición o es resultado del carácter
lúdico y despreocupado de Levrero. Me inclino más por la última. ―Es que el ejercicio
caligráfico me está permitido y el narrativo no. El discurso surge dominando a la
prohibición […] el acto narrativo libre es lo que vengo postergando indefinidamente desde
hace años, con una u otra excusa‖ (p.36).
El narrador explícitamente lucha por no narrar, dándose al vacío y siendo presa del
acto narrativo que brota sin control. La no-narración pretendida se vuelve la narración
misma, el hilo que va concatenando el discurso novelístico y la propuesta del texto.
170
LA PERSISTENCIA DEL VACÍO: LA LITERATURA COMO HERRAMIENTA COMPLEJA
En El discurso vacío, las líneas temáticas de sus primeras obras se encuentran
transformadas de manera interesante. Persiste algo del interés de sus primeros textos por las
novelas policiales, por ejemplo en la búsqueda de algo, la investigación, y la persecución,
no de algo material o de una persona sino la búsqueda de sí mismo.
Lo más desconcertante es que la variación de uno de estos valores produce a veces
los mismos efectos que la variación de otro de esos valores. Se investiga; se sigue
investigando. Por ahora tengo gorjeos (p.20). […] Creo que la computadora viene a
sustituir lo que un tiempo fue mi Inconsciente como campo de investigación. En mi
Inconsciente llegué a investigar tan lejos como pude, y el subproducto de esa
investigación es la literatura que he escrito (aunque al mismo tiempo también la
literatura oficiaba como instrumento de investigación, al menos en ciertas
instancias) (p.26).
La escritura limpia y sin aparentes pretensiones busca integrar el yo, dislocado por
los dilemas existenciales que tienen el narrador, envueltos en reflexiones sobre la vida
cotidiana. En Levrero, ―la fragmentación como modelo de construcción de la narrativa se
apoya sobre todo en la construcción discursiva y entiende la escritura como un acto de
reconstitución de ese yo dislocado. Esta forma de concebir lo literario muestra esa fractura
entre el yo y el mundo y perfila una forma de relato fantástico que se configura como un
efecto de ficción focalizado en el acto de escritura‖ (Olivera, 2008, p.65). Esto es claro en
párrafos como los siguientes:
La fractalidad psíquica debe corresponderse sin duda con alguna fractura psíquica
(p.25). […] No voy a entrar en el tema de las interrupciones porque, como es algo
que me afecta directamente y es causa principal de mi lamentable estado psíquico,
es un tema interesante, y yo me había propuesto al comienzo de este trabajo eludir
los temas interesantes, aunque también los temas poco interesantes conspiran contra
el buen trazado de mi letra (p.28).
El vacío en el proyecto de Levrero es la superficialidad de la escritura, que para el
narrador, es capaz de curar la psique, ese yo dislocado en la cotidianidad. La superficialidad
no complica la vida y se aleja de los temas trascendentales, de los grandes proyectos, y es
en este punto donde pudiera estar más latente el elemento ficcional que se aleja de la
realidad; ese relato fantástico cuyas costuras son invisibles con el relato real-biográfico que
supondría el diario de vida. De ahí que El discurso vacío permite ubicar a Mario Levrero
como integrante de un grupo de escritores ligados a una vertiente literaria que se interesa
por aspectos de lo fantástico y de lo ―extraño‖, pero no cualquier extraño, sino uno ligado
fuertemente con la realidad, con el aquí y el ahora y con espacios tangibles que lo sitúan a
171
LA PERSISTENCIA DEL VACÍO: LA LITERATURA COMO HERRAMIENTA COMPLEJA
la vanguardia del panorama creativo de la historia literaria del Uruguay junto con Felisberto
Hernández9.
Para identificar la axiología y cómo se posiciona el narrador frente a la realidad,
podemos valernos del psicoanálisis, para diagramar estructuralmente la propuesta de
Levrero, que en vida fue un confeso lector y seguidor del psicoanálisis. ―La justificación de
aplicar a la literatura un método desarrollado para otros fines, esto es, para, conociendo el
alma humana encontrar herramientas para sanarla, viene de la tentativa perseguida por el
psicoanálisis de explicación cabal del hombre y es en ese sentido que sería perfectamente
aplicable al arte, y dentro de él, a la literatura‖ (Bordeu, 2011, p.2).
De toda la gama de posibilidades que brinda el psicoanálisis, quisiera mencionar y
enfocarme en el deseo del narrador, deseo por organizar su vida, por salir de su depresión;
por escapar y por detener las ―interrupciones‖, y por llevar una vida más sana.
3.1 El deseo en el narrador del vacío
Si pensamos en aquellas fuerzas que dirigen mantienen o terminan las conductas de
los sujetos, tenemos que remitirnos a la motivación. Freud (1992b) tomó algunos elementos
de la física y la biología y uno de esos conceptos fue el término Pulsión para definir
aquellos impulsos que motivan y dirigen nuestras acciones y pensamientos.
La pulsión tiene dos elementos interrelacionados: un estado de necesidad biológica
y su representación psicológica innata (o deseo) […] los estados de pulsión crecen
hasta que alguna acción hace que se libere su tensión. Si no se da expresión a la
pulsión, ésta sigue aumentando como el vapor en una caldera (Carver & Scheier,
1997, pp.208-210).
Al ser la pulsión también un deseo, una representación psicológica de las
necesidades del sujeto, vemos que en el narrador esa pulsión se da claramente en el deseo
de escape:
El panorama sique pues incambiado, siempre lo circunstancial desplazando a lo
esencial, siempre viviendo en función de pequeñas estupideces sin sentido, y
dejando pasar la vida de largo; que otros se ocupen de vivir. Yo ahora voy a tomar
mi antidepresivo (pp.66-67).
9
Felisberto Hernández escritor uruguayo, nació en Montevideo el 20 de octubre de 1902. ―Desde el comienzo de su
carrera, están presentes dos preocupaciones primordiales: captar u organizar los recuerdos para que ellos también estén
‘compuestos‘ en forma literaria e imitar o crear música en la escritura‖ (Simonovics, 2010, p.1). Ángel Rama (1966)
incluye a Felisberto Hernández dentro de los ―raros‖ de la literatura uruguaya, una corriente subterránea de la segunda
mitad del siglo XX, cuyo heredero es Levrero, donde se combina la literatura imaginativa con lo real.
172
LA PERSISTENCIA DEL VACÍO: LA LITERATURA COMO HERRAMIENTA COMPLEJA
El antidepresivo vendría siendo una especie de escape para hacer más tolerable la
realidad. Pero el antidepresivo también es el ejercicio caligráfico del vacío. Las constantes
discusiones con su esposa, su ansiedad y depresión rampantes, lo poco satisfecho que se
siente con su vida, representan perfectamente en el texto lo que pasa por la mente del
narrador, permitiendo una introspección constante a manera de escape. ¿Escape de qué?
Pienso que de sí mismo, de las interrupciones constantemente repetidas, de lo que fue y de
la idea lacerante de lo que nunca será. El narrador escribe en la fecha citada el 15 de
diciembre: ―Yo también estoy en una especie de suspenso, no colgando sin que mis pies
toquen el piso, sino más bien en el sentido de ―puntos suspensivos‖. Pausa, demora,
quedarse en la última sílaba de la última palabra, como arrastrándola‖ (p.67).
El narrador busca liberarse pero anda cautivo de sus propias neurosis y eso se
conecta en el texto muy de la mano con el deseo del vacío, un deseo suspendido por una
escritura limpia y natural; una escritura que no se comprometa con absolutamente nada:
Hoy se trata de controlar la ansiedad y de conseguir una letra grande y clara. De
modo que voy despacio y procuro no dejarme dominar por el torrente de
pensamientos que buscan expresar algo, no porque me parezca que no debo expresar
algo, sino para no dejarme llevar por ese torrente (p.119).
La depresión que sufre el narrador puede darse porque el espacio, ese espacio ideal,
configurado por el deseo y la acomodación del recuerdo y la memoria, muy en el fondo no
le pertenecen. En ese espacio se siente ajeno e impropio, y hace que retorne a estadios
primarios, a plantearse preguntas básicas como la del ser en el mundo.
Esta casa que hemos de dejar, está, metafóricamente, cayéndose a pedazos (y
materialmente, casi diría que también lo está). Cuando uno sabe que ha de
abandonar un lugar para no volver, es imposible seguir viviendo en él
cómodamente; por así decirlo, uno ya no está allí donde está, sino que vive
proyectándose (p.88)
La vida del narrador es limitada por fronteras que lo encierran, que lo cautivan y de
las cuales quiere liberarse mediante el vacío del discurso, de una escritura sin ningún
significado que lo aleje de su realidad psíquica: ―Pero cada vez más me dejo llevar por mi
afán narrativo y olvido la letra. Ahora pongo más cuidado, aunque la mano, nerviosa, se
apresura a trazar sus dibujos sin dar mayor tiempo de reflexión al pensamiento‖ (p.109).
173
LA PERSISTENCIA DEL VACÍO: LA LITERATURA COMO HERRAMIENTA COMPLEJA
¿El deseo de escape, de introspección y soledad del narrador, cómo negocia y
suplanta eso que se vive y que se quiere poner en papel? ¿El deseo cómo negocia y suplanta
eso que se recuerda y que yace en la memoria? Las respuestas a esto serían tan ilusorias y
vanas como idea de tener un marco total sobre la novela, pero puedo decir que para el
narrador el deseo claramente modifica la vida misma, haciendo del vacío quizá la única
opción válida.
Si vengo narrando estas cosas más o menos intrascendentes con todo detalle y la
mayor parsimonia es tal ver por inercia […] mucho me temo que se trate de una
consciencia dividida […] El primer yo inquisitivo es mi viejo yo, el de toda la vida
el que se acostumbró al ejercicio de registrar lo sueños de paladearlos, de escribirlos
e incluso tratar de interpretarlos […] pero ahora hay un nuevo yo (ciertamente, con
mucha influencia del superyó, pero yo al fin), más volcado hacia cosas prácticas y
exteriores (que he llamado ‗intrascendentes‘, tal vez no con justicia pero sí con
rabia) (p.86)
Freud (1992b) manifiesta que ―cuando una pulsión urgente (que no admite
dilación) no puede apropiarse en el momento de un objeto más apto‖ (p.135) el sujeto
entrará en crisis, se sentirá incomodo, impropio; vacío, paradójicamente el mismo vacío
que el sujeto desea y busca mediante la escritura.
La pulsión del narrador tiene estados conscientes, y eso no lo convierte en un
esquizofrénico que vive de y en su ilusión, aunque el narrador disgregue su personalidad
como en la cita anterior, por eso se recrimina, porque el texto trae en ocasiones melancolía
y sensaciones conscientes de soledad, donde aún alcanza a rechazar su yo real
diferenciándolo del imaginario aunque como lectores, jamás sepamos dónde radica
exactamente esa diferencia.
Podemos decir que el deseo es energía psíquica que parte de la inversión de energía
que hace el sujeto en una actividad o en alguna imagen. A ello se denomina catexia (Carver
& Scheier, 1997). Esa catexia se forma en la novela como un deseo de escape, ya que la
energía invertida por el narrador es muy grande e importante, y se traduce en el ejercicio
escritural para escapar de su propia vida. Así como con el personaje, el deseo cobra vida y
trata de surgir por medio de la palabra, de esa escritura vacía para comprender qué es lo que
está pasando con su vida.
El mismo psicoanálisis lo explica ya que las catextias no se forman con objetos que
satisfacen directamente una necesidad, sino también con objetos y actividades asociados
174
LA PERSISTENCIA DEL VACÍO: LA LITERATURA COMO HERRAMIENTA COMPLEJA
con la satisfacción de las necesidades (Carver & Scheier, 1997).
Por eso, aunque
físicamente no puede escapar, sí lo hace mediante la escritura, y el deseo del narrador acá
estaría parcialmente satisfecho, aunque desde las primeras páginas parecería imposible por
la posición hiperpesimista y crítica que asume el narrador a la luz de lo que se desgrana del
texto-diario que pretende ir hacia ninguna parte. La tranquilidad deseada de poder
concretarse, haría de la vida del narrador un espacio seguro y apacible.
La imposibilidad narrativa es la forma para franquear las crisis en la vida del
narrador, ahí radica el objetivo de la escritura vacía, pero a su vez busca que el texto sujete
y describa todo sin llegar a aburrir. Pero el narrador siente que no lo logra: ―También me
daba rabia hacia mí mismo, por no poder sintetizar la historia, ir a la esencia de lo que
quería contar. Cuando intentaba una vez más, otra vez me iba perdiendo en vueltas y
detalles secundarios‖ (p.62).
La historia que refiere el párrafo anterior es una cadena de sueños que se extiende
por varias páginas que el narrador atribuye al consumo del antidepresivo. El problema en el
narrador acá no es sólo la cuestión narrativa (o su evitación) o meramente descriptiva, al
narrador también le interesa la forma como se transmite y se entiende el texto.
La pulsión del narrador de llevar la letra y las palabras a una expresión que carezca
de significado, no logra conducir, como quiere, al discurso al vacío. Ese vacío es la
metáfora perfecta para entender la psique del atribulado narrador: ―Observo que la letra
viene muy pequeña; eso debe ser porque me siento culpable. Las cosas no marchan bien‖
(p.47). El narrador conscientemente relaciona el tamaño de su letra con su estado
emocional. La letra y la palabra como grafías no son secundarias en la novela, son tan
importantes que se convierten en otro personaje más, en el espejo del narrador.
Esa relación letra-estado de ánimo que plantea el narrador, se traduce en un espacio
hostil. El narrador comienza a sentir paranoia. Siente que todo a su alrededor se
desorganiza, llega a tener manifestaciones de ansiedad y está demasiado atento a las cosas
que suceden en torno a él y manifiesta que: ―No sé independizarme del entorno […] no
puedo tranquilamente acostarme, cerrar los ojos y dormir, si sé que el resto de la gente de la
casa está despierto, eso sucede porque el resto de la gente de la casa no es confiable‖ (p.47).
Por más alteradas que se encuentren las facultades psicológicas del autor, ya sea por
acción de su deseo o de que lo abrumen las ―interrupciones‖ en su espacio vital, estas no lo
175
LA PERSISTENCIA DEL VACÍO: LA LITERATURA COMO HERRAMIENTA COMPLEJA
dominan por completo. Logra configurar una fantasía onírica, sustentada en la descripción
de sus sueños que a veces desbordan pero que llegan a ser controlados. Por ejemplo:
Siento que mi discurso se ha desnaturalizado por completo, que ya no conserva su
forma, su ritmo inicial, y estoy escribiendo como por rutina, automáticamente. No
me olvido sin embargo de mis objetivos, tal vez, pienso, este aburrimiento sea
necesario para capturar de pronto, en un asalto sorpresivo, a los verdaderos
contenidos que sigo esperando encontrar (p.70).
El narrador se aleja paradójicamente de su objeto de deseo a medida que se acerca a
él. Quiere confrontarse, desnudar su realidad, confrontar a su esposa y encontrarse con la
soledad, pero tiene miedo de aquello que vaya encontrar, tiene miedo de sí mismo y busca
excusas y pretextos para no confrontarse, para no tomar decisiones y aduce que perdería
tiempo en eso. ―La realización del deseo aparta al sujeto del camino de la satisfacción,
encaminándolo hacia una búsqueda infructuosa desde la perspectiva adaptativa, búsqueda
signada por la repetición, búsqueda de una percepción primera que tiene como marco una
mítica primera vez entre el sujeto y el objeto de satisfacción‖ (Rabinovich, 1998, pp.11-12).
Tomemos como primera acotación el papel del protagonista frente al mundo. El yo
del protagonista, parece como dice Freud (1992) en El malestar en la cultura, estar
consciente de su mismidad por ocasiones. Según Freud, los individuos tenemos claros
nuestros límites, sabemos que somos únicos, que somos nosotros mismos aunque estemos
inmersos en una sociedad, sea cual sea. Pero si los límites no son claros con el mundo
exterior, nuestra yoidad sufre trastornos, presentándose diversos estados neuróticos en la
demarcación del yo, ya sea porque está demasiado o poco demarcado. El protagonista es
consciente de su yoidad:
Hoy recuperé esos distintos tipos de ruinas, y sé que con eso el alma me está
diciendo que yo soy esas ruinas. Mi contemplación casi erótica de las ruinas es una
contemplación narcisista. Y si bien tiene s precio esa autocontemplación es
placentera aunque la visión sea triste. Me miro en el espejo y veo a alguien que no
me gusta del todo pero es alguien en quien puedo confiar (p.95)
Pero los límites entre el yo y la sociedad son difusos en ocasiones, cuando lo que
quiere el narrador es que sean completamente claros; todo le molesta, todo lo crítica,
encontrar la armonía es como entregar su espíritu a la conformidad, y lo único que parece
176
LA PERSISTENCIA DEL VACÍO: LA LITERATURA COMO HERRAMIENTA COMPLEJA
claro es la lucha del protagonista por no dejarse normalizar, por hallar esa chispa divida de
la que habla. Lo vemos a continuación:
La fractalidad psíquica debe corresponderse sin duda con alguna fractura psíquica.
Estos fenómenos creo que no han sido estudiados como correspondería. Por el
momento, podría formular una especie de ley para el comportamiento general de
esta familia en la que estoy inmerso: ―Todo impulso hacia un objeto será desviado
inmediatamente hacia otro, y así sucesivamente, y el impulso hacia el objeto
primero podrá ser retomado o no‖ (p.25)
Freud (1992) propone un afuera, un mundo exterior que siempre está poniendo
barreras objétales al yo en la búsqueda del placer, es aquí donde realidad y deseo tienen que
convivir, pugnando entre lo que quiere el sujeto y lo que puede, generando el famoso
principio de realidad, donde el yo tiene que defenderse tanto de los estímulos displacenteros
internos como externos que le impiden la realización de su deseo.
En la consecución de la felicidad, los individuos buscamos formas diferentes para
satisfacer nuestras pulsiones. En estas acciones, el protagonista queda insatisfecho ya que
su deseo es incompatible con las formas de satisfacerlo. En otras palabras, redirige sus
acciones, pretende escribir desde el vacío, no quiere pensar, no quiere reflexionar para
alejarse de las frustraciones que le produce el medio familiar y social que le imposibilita la
satisfacción de sus deseos, generando mecanismos y artilugios que le dan un cierto tipo de
estabilidad. Pero el deseo al no ser es satisfecho completamente, el goce queda
parcialmente realizado desplazando así la pulsión hacia otro objeto. La satisfacción total
supondría la muerte y el protagonista lo sabe perfectamente:
Pronto se descubre que la idea de practicar una salida es totalmente ilusoria, porque
la selva se extiende con mayor rapidez que nuestro trabajo de desbrozamiento y
sobre todo porque la idea misma de ―salida‖ es incorrecta: no podemos salir porque
al mismo tiempo no queremos salir, y no queremos salir porque sabemos que no hay
hacia dónde salir porque la selva es uno mismo, y una salida implicaría alguna clase
de muerte o simplemente la muerte (p.131)
El deseo es como una lanzadera, que sigue tejiendo cuando al ojo le parecía que el
trabajo estaba terminado. Esta relación profunda del deseo con la insatisfacción, relaciona
el deseo a la labilidad del objeto de la pulsión. (Masotta, 2004). Cuando no se puede
satisfacer el deseo en toda su magnitud, el aparato psíquico recurre a una especie de
reorientación generando mecanismos para mitigar la frustración por no satisfacer nuestros
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LA PERSISTENCIA DEL VACÍO: LA LITERATURA COMO HERRAMIENTA COMPLEJA
deseos por completo. El principio de placer es el que fija el objetivo vital, es decir el deseo.
Éste a su vez está rigiendo al aparato psíquico, y si no es capaz de discernir, o mejor,
adecuar el yo con el mundo externo en búsqueda de la felicidad, se generan incongruencias
que se traducen en insatisfacción del individuo. Es en este punto es donde la felicidad se
torna tibia y donde llegan unos mecanismos para lidiar con esto. Freud propuso los
mecanismos de defensa para ello: sublimación, represión, formación reactiva,
desplazamiento y supresión, todos para ayudar al narrador a protegerse del mundo, mundo
que lo ataca y no le permite la satisfacción de su deseo. Estos mecanismos se relacionan
simplemente con el artilugio narrativo del vacío, que buscan la satisfacción de los instintos
de formas suplementarias para que el narrador satisfaga de alguna manera su pulsión.
Siendo innovadora, la novela hace acercamientos al inconsciente no como tema
literario sino que utiliza el lenguaje y la escritura narrativa como mecanismo para acceder
al inconsciente del protagonista, de su mente. El encuentro entre el inconsciente y el autor
se da en el aparente vacío de la escritura que nunca se concreta del todo. Sólo hay tres
formas de acceder al inconsciente según Freud: ―los sueños, las asociaciones libres y los
lapsus linguae‖ (Diccionario de psicología científica y filosófica, p.1). Levrero pretende
acceder al mundo inconsciente mediante el vacío de la escritura, a una caligrafía hueca y
sin sentido, estilísticamente bien hecha, para darle solidez y coherencia a su aparato
psíquico, algo psicoanalíticamente hablando imposible y hasta ridículo, que no funciona
terapéuticamente pero sí narrativamente, uno de los aciertos del libro al usar este juego
textual como estrategia narrativa. Quizá por eso es que fracasa en su proyecto pero no la
novela. Los intentos exitosos de acceder al inconsciente en relación con lo que plantea el
psicoanálisis, los vemos en los siguientes párrafos:
Sueño:
El lobo estaba vestido: veo su pecho, que debo herir y tiene puesta una camiseta
igual a la mía. Me da la chance de intentar herirlo yo primero; expone el pecho a mi
cuchillo. Yo tengo una serie de valijas superpuestas, de madera, con reparticiones,
donde hay cantidad de cuchillos de distinto tipo. Elijo uno y tiro una puñalada al
corazón del lobo (p.64).
El perro era pues, un prisionero. De noche lo encadenaban por oscuras razones
nunca sostenidas con coherencia: y también de noche ladraba a menudo, o producía
sonidos de cadenas arrastradas, o hacía sonar un tacho de agua que volcaba y luego
empujaba con la nariz sobre el piso de baldosas (p.41) […]
En el tramo narrado de esa historia, podría pensarse ese hueco que voy ensanchando
progresivamente en el alambrado lindero, como un paralelo de otro hueco, psíquico,
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LA PERSISTENCIA DEL VACÍO: LA LITERATURA COMO HERRAMIENTA COMPLEJA
que voy ensanchando progresivamente con miras a alguna forma de libertad, no del
perro sino mía (p.44).
El lobo es el narrador mismo, así como él mismo manifiesta de manera consciente
su identificación con otro personaje: su perro Pongo. Hay una clara antropomorfización del
sujeto. En el sueño, el deseo se realiza pero sólo lo hace disfrazándose. Entre el deseo y el
sueño como realización, median los disfraces (Masotta, 2004); pero no sólo por la ropa
sino, también, porque aflora su instinto de autoflagelación, pero también de búsqueda de
una liberación, algo que hace constantemente y que se ve reflejado en su diario: ―Ayer
comencé a tomar un antidepresivo […] La verdad es que quisiera salir de este estado de
aplastamiento de una vez por todas. Puede ser que el psicofármaco ayude, pero ahora no
veo un futuro claro, ni siquiera encuentro momentos de un presente aceptable‖ (pp. 59-60).
El narrador está en falta y ansioso; la consecución del goce es problemática y articula el
relato, tanto del sueño del lobo como el del perro, a su propia condición de exploración y
crisis psíquica, y busca en su interior su corazón para herirlo como una salida, una
respuesta y una cura. El conocimiento en este punto hiere, puede llegar a ser mortal. Esto
ejemplifica otra de las condiciones del psicoanálisis en la cual no hay una cura, hay un
conocimiento profundo que puede herir y liberar al sujeto al hacerse consciente.
Lapsus linguae: ―Estoy cansado de idear estrategias para sobrevivir, llevando a
cuestas una vida sin alicientes (alicientes=Alicia, buen juego inconsciente de palabras)‖
(p.61).
En este párrafo el lapsus y la conexión inconsciente se hacen conscientes con la
imagen de Alicia, la esposa del protagonista. Acá son manifiestas en el ejercicio narrativo
sus incomodidades y dificultades con su mujer de la cual quiere escapar.
Aunque en este otro párrafo, el narrador es plenamente consciente del fracaso en la
empresa por conocer y aflorar el inconsciente mediante la escritura vacía: ―Parece que la
función de escribir o de hablar es por completo dependiente de los significados, del pensar,
y no se puede pensar conscientemente en el pensar mismo; de igual modo no se puede
escribir por escribir o hablar por hablar, sin significados‖ (p.33).
La escritura en El discurso vacío, es una escritura que está confeccionada en su más
ascética presentación; es una escritura limpia, sin pretensiones:
A primera vista, mirando lo escrito hasta hoy y comparándolo con lo de ayer, hay
progresos. Hoy, con todo, la letra -si bien es más grande y legible- muestra cierto
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LA PERSISTENCIA DEL VACÍO: LA LITERATURA COMO HERRAMIENTA COMPLEJA
nerviosismo; en realidad estoy escribiendo más rápidamente que ayer. Pero noto
también que las letras están más ―despegadas‖, más espaciadas dentro de cada
palabra, menos pegoteadas que antes. Como si cada letra hubiera recuperado su
individualidad. (p.14)
Lo anterior pudiera tener dos interpretaciones. La primera puede ser meramente
estructural respecto a la caligrafía, a la propuesta narrativa en la cual el escritor nos
comenta que quiere mejorar su letra para mejorar su ser. En el párrafo anterior nos dice que
ha habido progresos respecto a ese objetivo. La segunda interpretación, más interesante,
pudiera ser respecto a la evolución de las relaciones del narrador, a la independencia que le
genera el ejercicio en su vida cotidiana. Cada letra pudiera representar aspectos de ese yo
disgregado que se está volviendo a reagrupar, con independencia pero a la vez con unidad,
orden y forma.
3.2 Las interrupciones y la imposibilidad del vacío
El narrador nos comenta que su terapia grafológica está siendo supervisada por
alguien. Su esposa, Alicia, funge como evaluadora del proceso, supervisa las mejoras y
cuestiona los retrocesos: ―Prosigue mi terapia grafológica. Ayer, la persona que
habitualmente controla estas páginas comentó que la letra se había vuelto un tanto menos
legible luego de la extensa pausa‖ (p.15).
La relación entre el narrador y Alicia es compleja. Alicia vendría a ser ese Superyó
freudiano, la ―instancia moral, enjuiciadora de la actividad yoica. El Superyó es para Freud
una instancia que surge como resultado de la resolución del complejo de Edipo y constituye
la internalización de las normas, reglas y prohibiciones parentales‖ (Laplanche y Pontalis,
p.112). El protagonista manifiesta que con Alicia la escritura no fluye, retrocede. En
ausencia de ella, la escritura se materializa en el deseo del narrador. Al ser Alicia la
instancia enjuiciadora en la vida del narrador, su figura resulta castrante, y eso es latente en
gran parte del libro, en las dificultades, intromisiones y juicios negativos manifiestos en la
relación de pareja.
La ―extensa pausa‖ de la cita anterior no es una pausa sino muchas. Los ejercicios
caligráficos son obstaculizados por los vaivenes de la vida cotidiana. Si al principio el
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LA PERSISTENCIA DEL VACÍO: LA LITERATURA COMO HERRAMIENTA COMPLEJA
narrador se resiste a estas intromisiones, a medida que el discurso avanza va permitiendo
cada vez más que el deseo de narrar tome el control de la mano, encontrando que es
justamente en la exploración de su entorno donde se produce el ansiado contacto con el
mundo interior. Pero desde el inicio, las pausas dominan el discurso y el autor las denomina
simplemente: ―interrupciones‖; momentos que descentran su yo y lo hacen entrar en crisis.
Por ejemplo:
Pero acabo de ser interrumpido por el teléfono. Atendí porque estoy solo en casa y
pensé que la llamada podría ser para mí, pero, como sucede la mayoría de las veces,
era una llamada para mi mujer. Estas interrupciones en mis actividades son muy
frecuentes. La mayor parte de mi vida he vivido solo y sin interrupciones. Ahora
vivo con una mujer, un niño, un perro y un gato (y una empleada doméstica, de
lunes a sábado por las mañanas) (pp.38-39).
Las interrupciones que señala el narrador se resumen en el ataque cerebral de su
madre, las constantes preguntas de Juan Ignacio, su hijo, la tensa dinámica relacional con
su esposa, Alicia, y el trasfondo de inconformidades con ella; el perro Pongo, personaje
entrañable con el cual el narrador entabla una relación empática, simbólica e identificativa
muy fuerte; la llegada de un gato, especie de némesis del perro y del propio narrador, y
quizá el más relevante y que le produce mayor crisis emocional al narrador: el cambio a una
nueva casa. Estos momentos críticos le impiden encontrarse consigo mismo. El narrador lo
resume así:
Ahora, después de muchos días complicados, estoy tratando nuevamente de
encontrarme a mí mismo mediante estos ejercicios. Sé que el intento es más bien
inútil, […] Eso significa una serie de compromisos, invasiones, ruidos molestos,
comidas malsanas o poco apropiadas […] siempre había logrado huir de estas cosas
con bastante éxito; la mayoría de las veces me las he arreglado para estar a solas,
leyendo una novela policial o escribiendo algo (pp.74-75).
La personalidad del protagonista es arisca y la cotidianidad de la vida, su casa, su
relación como esposo y padre, descentran su yo y lo hacen entrar en crisis emocional
haciendo que la pulsión de su deseo de tranquilidad y soledad se hagan más fuertes. El
narrador respeta y prefiere la soledad y ese es uno de los motivadores de los ejercicios
caligráficos, la privacidad que encuentra al hacerlos y que ayudan a reacomodar su yo. Los
roces con su esposa son más y más frecuentes:
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LA PERSISTENCIA DEL VACÍO: LA LITERATURA COMO HERRAMIENTA COMPLEJA
En realidad, lo más difícil de todo es tomar la drástica decisión de separarme de
Alicia. Si pudiera tomarla, de una manera clara e irreversible, sé que encontraría de
inmediato los medios para abrirme camino. Pero no he podido tomar la decisión.
Especulo con eso, pero algo muy fuerte –más fuerte que el miedo– todavía me tiene
atado […] estoy atado a la voluntad omnipotente de una mujer a su vez totalmente
atada a las convenciones sociales, una especie de militante de la vigilia‖ (pp.73-75).
Está latente una separación que efectivamente se comprueba posteriormente en otra
novela de Levrero. El epítome de esa búsqueda del yo interior es La novela luminosa,
publicada póstumamente donde se narra en la primera parte el diario que hizo el autor
cuando fue becario de la fundación Guggenheim, donde la vida se convierte en la escritura
misma. El monumental diario da paso en el siguiente capítulo a la novela luminosa como
tal, un breve ejercicio en el que el autor se confronta constantemente con aquellos episodios
que lo alejan de la iluminación espiritual, siendo el testimonio de su fracaso desde la
gestación de la escritura por conseguir esa novela total; esa vida luminosa y armoniosa:
perfecta.
A propósito, Levrero anticipa el fracaso de su empresa en el mismo prefacio de La
novela luminosa:
Yo tenía razón: la tarea era y es imposible. Hay cosas que no se pueden narrar. Todo
este libro es el testimonio de un gran fracaso. El sistema de crear un entorno para
cada hecho luminoso que quería narrar, me llevó por caminos más bien oscuros y
aún tenebrosos [...] Pero los hechos luminosos, al ser narrados, decepcionan, suenan
triviales. No son accesibles a la literatura, o por lo menos a mi literatura (2005,
p.23).
En esta novela, el protagonista ya se ha separado de Alicia, y ahora ella es la amiga
médico que le ayuda al narrador en casi todo, a controlar su presión arterial, en las compras,
en el aseo de la casa, pero no viven juntos. Más que una ex esposa o una amiga es una
madre, situación que ya viene siendo manifiesta por el narrador en El discurso vacío:
Advertí en ese momento que la imagen de Alicia, o mejor dicho la percepción
interior que yo tengo de Alicia, había sido sustituida por la de mi madre. Esa
identificación, tan perniciosa, entre Alicia y mi madre, se viene dando desde hace un
tiempo (por ejemplo, en algún sueño), y nunca le había prestado suficiente atención
puesto que es algo que debe molestarme mucho […] Este debe ser el principal factor
de perturbación en mi relación con Alicia. Debo tratar de mantenerme consciente y
seguir profundizando el tema. (pp.75-76)
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LA PERSISTENCIA DEL VACÍO: LA LITERATURA COMO HERRAMIENTA COMPLEJA
Lo maternal en las relaciones del narrador con su esposa, es algo que podría
alimentar su narcisismo extremo. Todas las personas deben funcionar para él y por él. Las
―interrupciones‖ que llama, son inherentes a la vida cotidiana, y el ejercicio escrito es un
paliativo para esa vida cotidiana que lo atosiga y abruma.
Detrás del efecto de lo fantástico que tienen algunos pasajes, existen mecanismos
textuales que lo sustentan, que lo hacen posible y que dejan al descubierto otros temas
fantásticos, relacionados muchos con los sueños. A esta mirada, se opone la propia visión
del narrador, para quien su práctica de escritura no es fantástica sino realista, y aunque esa
realidad que plantea combina ambas (realidad y ficción), la realidad deseada todavía es
lejana:
Quinto día consecutivo de ejercicios, afortunadamente parece ya un hábito. Claro
que todavía esto dista mucho de ser un ejercicio caligráfico hecho con aplicación y
esmero, pero no debemos apresurarnos. (Hoy leí una frase de Rilke que es
monumental: dice algo así como que la ―realidad es una cosa lejana que se acerca
con infinita lentitud al que tiene paciencia‖). Tengamos paciencia, pues, y
esperemos que esa cosa lejana se acerque (p.109).
La realidad deseada para el narrador, es un mundo lleno de silencio y tranquilidad
que lo aleje de los momentos de ansiedad de la vida cotidiana. Su mundo actual está lleno
de momentos de impaciencia e interrupciones, que lo alejan diametralmente de esa
―realidad‖. El vacío anhelado, no es más que un espacio interior silencioso, que acalle su
depresión y que busca mediante la escritura caligráfica aparentemente vacía. Pero la
búsqueda interior, el choque y el miedo por encontrarse de frente con ese interior,
metaforizan la imposibilidad de la escritura vacía que siempre tendrá significados y podrá
ser susceptible de interpretarse.
Reconocer esto, implica concebir la ficción de El discurso vacío como un modo
particular de narrar ligado a procesos del inconsciente en función de la realidad deseada. El
discurso vacío ha desembocado en una particular modalidad narrativa, en la que se perciben
atisbos de lo fantástico de las primeras obras de Levrero, desde esa pretendida consecución
y conocimiento del espacio inconsciente del narrador. Esto es el resultado de un proceso de
narración ficcional en la que resulta no un efecto específico, sino una construcción literaria
a través del lenguaje que permite reconstruir la fragmentación del yo del narrador ante el
mundo. Cito:
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LA PERSISTENCIA DEL VACÍO: LA LITERATURA COMO HERRAMIENTA COMPLEJA
Bien, otra vez estoy desviándome y prestando poca atención a la letra y mucha a los
contenidos lo cual es antiterapéutico al menos en este contexto terapéutico que he
elegido. No me cabe duda de que, en otro contexto terapéutico, la desviación
antedicha es deseable y positiva: pero no debo mezclar los planos de trabajo, y debo
ceñirme a lo que me he propuesto, es decir, una especie de escritura insustancial
pero legible. (p.16)
Es importante centrarse en el pretexto de la letra, una letra que a veces es redonda y
bien hecha y otras, es ilegible y torcida: ―mi letra se había vuelto tan pequeña y confusa que
en mi fuero íntimo desesperaba ya de poder recuperar en algún momento una letra legible,
esa letra legible que había conseguido con semanas y meses de ejercicios más o menos
diarios‖ (p.119), subterfugio que se presenta cuando el narrador no quiere hablar de sí
mismo y de su estado emocional. Es en esos momentos donde la letra y la caligrafía se
convierten en el narrador porque lo representan, porque dicen lo que calla de sí mismo. Por
ejemplo:
También hoy hago mi práctica. Se advierte ya en los primeros trazos que estoy
decaído, desganado; no tengo deseos de emplear la fuerza de voluntad […] Debo,
pues, comenzar a limitarme a frases simples, aunque me suenen vacías o
insustanciales; apenas empiezo a prestar atención a los contenidos, pierdo de vista la
esencia de este trabajo terapéutico, el dibujo de cada una de las letras (pp. 16-17).
La novela va y viene de los ejercicios al discurso vacío. Pero por más que Levrero
quiera desligar ambos, y por un momento lo hace, al final del texto ya se hace imposible.
Por más que luche el narrador para no pensar, para no filosofar, para no hacer un texto
narrativo y darse de lleno al vacío, a la caligrafía pura y a la nada, no puede y esa es la
verdadera imposibilidad del vacío en el texto.
El vacío nunca me asustó demasiado; en ocasiones hasta llegó a ser un refugio. Lo
que me asusta es no poder huir de ese ritmo, de esa forma que fluye sin develar sus
contenidos. Por eso me pongo a escribir, desde la forma, desde el propio fluir,
introduciendo el problema del vacío como asunto de esa forma, con la esperanza de
ir descubriendo el asunto real, enmascarado en el vacío (p.37).
El narrador llena con recuerdos los espacios de su vida rota y caótica representada
en muchos momentos por los cambios e ―interrupciones‖ en la dinámica de la vida
cotidiana. En la novela, hay una clara afirmación de una realidad aversiva, desligada y que
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LA PERSISTENCIA DEL VACÍO: LA LITERATURA COMO HERRAMIENTA COMPLEJA
irrumpe además en los elementos constitutivos de la vida compartida con su familia, de ahí
que configure una realidad particular de zonas poliformes, llena de recuerdos, momentos
presentes y pasados, sueños que el narrador trata de asir y negaciones de la realidad.
Las contradicciones en la vida del narrador, niegan a la vez que afirman. Su deseo
de escape, de cambio, siempre estuvo latente, al igual que el miedo a él. Esta es otra de las
constantes dentro de la novela, el ir y venir por reflexiones que en ocasiones chocan entre
sí. Esa es la complejidad del ser humano, retratada en el protagonista y narrador.
Ya cuando la novela está concluyendo, el narrador se da al más puro discurso vacío:
tacha, reescribe, hace ejercicios caligráficos como si la página que leemos fuera un
verdadero manuscrito. Lo prioritario en este punto es la letra y el dibujo de la letra y no
ahondar en otras cosas:
[…] por ejemplo, sé que me cuesta dibujar las ―r‖ por hábitos contraídos en años de
dibujarla mal, sin todos los elementos que permiten identificarla a primera vista;
mis ―r‖ se deducen más bien del lugar que ocupan en la palabra (obsérvese esa ―r‖
mal formada en la palabra ―palabra‖ […] No sé por qué me sale esta palabra:
perramus, perr perramus, ahora sí, perramus, perramus, carirredondo, prorrogar,
prorrogar, prorratear, prorratear, prorratear. Recorrido. Recorrido, recorrido,
recorrer, recorrer, recorrer, recorrer, recorrer. No me conforma (pp.120-121).
La novela invita a adentrarse en el laberinto mental del narrador, lleno de resquicios,
inconformidades
y espejos que reflejan el propio deseo del protagonista que usa la
distancia que le confiere el diario y la letra lejana, que no es más que una metaobservación,
un diálogo consigo mismo, confrontándose constantemente, para responderse con una
naturalidad matizada, casi transparente, lo que su deseo le dicta:
Acabo de leer de un tirón todo lo que llevo escrito hasta el momento, y la lectura ha
desatado una cantidad de asociaciones y de emociones, al punto de que me vuelvo a
sentir paralizado, como en el cruce de varios caminos y sin saber qué dirección
tomar –por más que sea que cualquier dirección será tan buena o tan mala como las
otras, ya que mi propósito inicial sigue siendo el mismo: capturar los contenidos
ocultos tras el aparente vacío del discurso y para ello no tengo apuro o no debería
tener apuro (50).
El desenlace sitúa al narrador en un momento específico de tiempo y en un lugar
particular. Permanece en Colonia, en su nueva casa, y el epílogo está fechado el 22 de
septiembre de 1991. Pero también este desenlace nos remonta a su mente, a su memoria y
sobre todo a la no resolución de su crisis emocional. Asistimos a un recorrido de la mente.
El narrador percibe casi siempre la realidad de manera analógica: la persona, la idea, el
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LA PERSISTENCIA DEL VACÍO: LA LITERATURA COMO HERRAMIENTA COMPLEJA
gesto es percibido a través de la memoria, del deseo, del sueño, de la similitud sensorial o
racional que otro objeto, situación o persona despierta en su conciencia:
Hace pocos días soñé con un grupo de curas que estaban vestidos cada uno con una
sotana de color diferente; recuerdo en particular uno de ellos, cuya sotana era de
color violeta muy vivido. Ellos adoptaban ciertas posiciones y ciertas
combinaciones en las posiciones del grupo, y yo entendía que de esa forma estaban
expresando el secreto de la Alquimia (p.132)
En el desenlace, el narrador no empieza a atar cabos para finalmente presentar una
certeza solidificada con la forma de una decisión moral disyuntiva. Como en el sueño de los
curas, donde como lectores se nos presenta una verdad pero de manera vedada. El narrador
ha descubierto algo, pero decide no compartirlo, quizá porque él mismo no lo sabe del todo,
porque cada inconsciente tiene su lenguaje propio, sus propios tiempos y no hay una verdad
universal; hay múltiples realidades que tienen múltiples significados. El narrador presenta
la estética de una respuesta que carece de moralismos, mostrando en cambio, una postura
individual sin ninguna repercusión en la historia o en el desarrollo de una axiología social.
Esta postura personal sin moralismos, refleja su desconcierto y fascinación por la vida. Los
cambios en el espacio tanto físico como psíquico, requieren en el narrador una continua
reconfiguración, tanto de ese espacio, como de las relaciones con su entorno. Y esa es la
puerta que se abre al final, esa irresolución en sus conflictos, esa continua mutación que
desborda y atraviesa todo sin posibilidad de control. Deja latentes muchas más preguntas
que respuestas a los innumerables cuestionamientos, irrelevantes unos, trascendentales
otros.
Un aporte significativo en la narrativa de Mario Levrero en El discurso vacío podría
ser mostrar una realidad oculta, llena de aristas y preguntas que va más allá de lo
referencial, construyendo un artificio que permiten mostrar zonas ocultas de esa realidad
superficial y objetiva que posibilitan que el lector cuestione su realidad próxima, volviendo
la figura del lector tan relevante como la del texto mismo; un lector que vaya más allá del
vacío, cuya instrumentalización, como artificio narrativo, es perfectamente funcional ya
que, aunque el narrador no quiera narrar, termina haciéndolo, imposibilitando el objetivo
narrativo planteado desde el inicio.
En el epílogo, el narrador usa la escritura para escapar, es una literatura de
absolución y el vacío en ese punto resulta el escape a la selva del ser, pero es un vacío
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LA PERSISTENCIA DEL VACÍO: LA LITERATURA COMO HERRAMIENTA COMPLEJA
inalcanzable imposible en el espacio literario: ―Lo que uno ha sembrado fue creciendo
subrepticiamente y de pronto estalla en una especie de selva que lo rodea por todas partes, y
los días se van nada más que en abrirse paso a golpes de machete, y nada más que para no
ser asfixiado por la selva‖ (p.131).
Pero las dudas del narrador no se evaporan del todo. Las dudas engendran otras
dudas, el texto revela –no sólo en el final– una capacidad de transformación y complejidad
que exalta esa forma de narrativa que rechaza los absolutos y las certezas, que pretende ser
tan intimista y tan básica que roza la nada. En el desenlace, el narrador conserva aún su
capacidad analítica, su juicio y contemplación estética. La incursión a su inconsciente ha
resultado fructífera pero frustrante, en cuanto a que aún carece de la respuesta total a sus
cuestionamientos y dilemas internos. Resulta hasta el final dinámico, contradictorio y
complejo. El personaje duda, y nosotros como lectores también dudamos. Se abren vacíos,
espacios y resquicios, aunque hay una especie de luz al final del túnel y Levrero nos revela
algo de la intención de su ejercicio:
[…] y me di cuenta de que aún estoy vivo, en el verdadero sentido de la palabra, y
que aún puedo llegar a situarme a mí mismo, todo es cuestión de encontrar cierto
punto justo, mediante cierta voltereta espiritual […] Hay una forma de dejarse llevar
para poder encontrarse en el momento justo en el lugar justo, y este ―dejarse llevar‖
es la manera de ser el protagonista de las propias acciones –cuando uno ha llegado a
cierta edad. (p.132)
Pero la luz se extingue y en uno de los típicos juegos de Levrero, en el último
párrafo del libro, citado anteriormente donde narra el sueño del grupo de curas que hacen
ciertas posiciones y movimientos particulares, revelando el secreto de la Alquimia, un
secreto que ni el narrador ni los lectores vamos a saber jamás y cuya relación con el libro
sería la metáfora de la búsqueda interior del narrador; el secreto revelado sin revelarse que
es la intencionalidad última y total del libro: la respuesta.
Por más que luche el narrador para no pensar, para no filosofar, para no hacer un
texto narrativo y darse de lleno al vacío, a la caligrafía simple y llana, y a la nada, no puede.
De ahí se desmadeja la idea y la importancia de la figura del lector en un texto de estas
características, un texto cuya voluntad es la de no narrar. Cobra relevancia ese lector activo
que comienza a dialogar con aquello que no quiere ser narrado, pero que termina narrando
y significando.
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LA PERSISTENCIA DEL VACÍO: LA LITERATURA COMO HERRAMIENTA COMPLEJA
El libro queda abierto y el narrador presenta las mismas neurosis que al comenzar el
diario, que según Freud (1992c), son producto de una represión incompleta ejercida por el
yo sobre los impulsos del ello. El narrador se da cuenta que ha logrado un avance en su
proceso autoexploratorio pero que aún le falta mucho camino para conocerse realmente.
Pero ni en el libro ni en el narrador hay respuestas definitivas, no hay una salida
propiamente ni un conocimiento pleno del inconsciente. Siguen las crisis, las
inconformidades, las interrupciones y el yo sigue rodeado por esa selva espesa que encierra
al narrador y de la cual no puede escapar. El motivo enquistado de la escritura resulta ser la
trascendencia de lo cotidiano, la profundización de su ser en eso habitual que no entiende
muy bien; el vacío imposible pero deseado que por más que quiera el narrador nunca puede
alcanzar. El deseo es la insatisfacción que queda después de que la necesidad ha sido
colmada. El deseo vive de su insatisfacción y resguarda esta extraña función: la función de
la insatisfacción, ya que como decía Freud, ningún objeto coincide con el objeto que el
sujeto busca (Masotta, 2004).
El narrador busca desde el vacío, lidiar con su depresión y melancolía, sin embargo,
el narrador no puede confrontar plenamente el vacío por la ambivalencia de su deseo
inconsciente, que concibe la sintomatología depresiva como la enfermedad y la cura al
mismo tiempo. El deseo es algo por lo que el sujeto se sitúa por el hecho de la existencia
del discurso. Interpretar el deseo es restituir aquello a lo cual el sujeto no puede acceder por
sí mismo (Lacan, 1959). En El discurso vacío, el contenido se impone sobre la forma
cuando la escritura ingresa a ―lo literario‖ y pierde su capacidad ―terapéutica‖. Aquello que
apuntaba al objetivo (escritura vacía), una escritura que está por fuera del discurso mismo,
deja de tener tal teleología y lo que ocurre entonces, es que la escritura se convierte en un
medio puro de catarsis (Borg, 2012). En relación a esto, el discurso no puede ser vacío por
más que el narrador lo quiera, ya que el discurso sustenta la incursión al deseo, y
claramente, el deseo del narrador del vacío se interpreta desde los mismos referentes que
quiere negar pero que se revelan con la escritura literaria.
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LA PERSISTENCIA DEL VACÍO: LA LITERATURA COMO HERRAMIENTA COMPLEJA
3.3. Consideraciones de la investigación científica y el ejercicio creativo.
Análisis psicológico de La persistencia del vacío y la influencia de Levrero en su
construcción.
Las redes sociales, mencionadas a lo largo de este trabajo doctoral, son
fundamentales para entender la mecánica de LPV. Les pedí a unos amigos cercanos que
revisaran la novela, la leyeran y me dieran sus comentarios. Casi todos apuntaron a que
para acceder a la novela hay que saber cómo funcionan las redes sociales por internet. ―Por
supuesto la revolución tecnológica no determina el cambio histórico contemporáneo; pero
su importancia es decisiva y más en una tecnología tan poderosa que amplifica y hace
posibles procesos sociales, económicos, culturales y políticos, hoy en día imposibles sin
dicha tecnología‖ (Castells, 2000 p.44). El concepto de red social es anterior a la llegada
del internet. Obviamente, no todos tienen un conocimiento de la forma como se maneja una
red social actual. Para muchos debe resultar un territorio infranqueable o no tienen ninguna
relevancia, pero lo que es innegable es que las comunicaciones se han transformado de
manera dramática por la llegada del periodismo de divulgación en tiempo real, gracias a esa
información que se vomita en dosis de 140 caracteres. Casi al tiempo de sucedido, algo ya
es publicado, desde lo banal hasta las políticas de estado, pasan por el filtro de estas redes
sociales. Mandatarios de todo el mundo como el presidente Barack Obama, usan (e
impulsaron sus elecciones de manera importante) estas estrategias multimedia para hablar
de lo divino y lo humano, para compartir desde fotos familiares hasta el reconocimiento de
dificultades, avances o proyecciones en el ámbito económico, laboral o de salud. Como
muchas revoluciones culturales, ésta ha cambiado nuestra forma de relacionarnos, así como
el lenguaje con el cuál lo hacemos. Wittgenstein (1999), cuando hablaba de los juegos del
lenguaje, quizá no anticipaba la llegada de un lenguaje tan dinámico como este que
combina emoticones, errores gramaticales y ortográficos, anglicismos, tecnicismos… y
todo en pro de hacer caber el mensaje en un espacio específico, hacerlo atractivo y darle
visibilidad.
Le Moigne (1999) dice que modalizar o representar los fenómenos que percibimos
complejos, no de los objetos o de las cosas, sino de los actos o de las operaciones que se
manifiestan en el tiempo, un tiempo creador, constituyen el más apasionante desafío que el
pensamiento complejo propone al ciudadano. Los objetos, los aparatos, todos esos gadgets
tecnológicos quizá no han representado un avance tan significativo en cuestión de
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LA PERSISTENCIA DEL VACÍO: LA LITERATURA COMO HERRAMIENTA COMPLEJA
mejoramiento de la calidad de vida, como la invención del acueducto o las vacunas, pero sí
generan desafíos epistemológicos frente a la forma de relacionarnos y el para qué
relacionarnos. Las informaciones ya no se miden mediante su relevancia, quizá por eso lo
que plantea Lipovetsky frente a lo efímero y banal, pero lo importante es comunicarnos,
seguir en contacto, así no tengamos mucho que decir. La soledad está cooptada y ese es el
acto a analizar en LPV, no tanto el objeto que facilita la soledad. El mecanismo de defensa
del sujeto frente al bombardeo mediático es el olvido; un olvido que siempre ha
acompañado el desarrollo humano, pero actualmente, por el volumen de información que se
maneja, se han perfeccionado las estrategias amnésicas para poder captar mejor la
información siguiente.
El físico ruso Andrei Linde y su colega Alan Guth pudieron comprobaron en el
2014 su teoría de la inflación cósmica. En resumidas cuentas, encontraron huellas de las
ondas gravitacionales primordiales, es decir, ecos del momento de la creación: los primeros
temblores del Big Bang. Éste no fue una explosión sino una inflación, como la de un balón,
que semeja el entramado cósmico que tiene una estructura uniforme y lisa, y no con baches
ni fragmentos desperdigados como los de una explosión. Esto abre una posibilidad aún más
increíble: la teoría de los multiversos. La teoría de la inflación sugiere que la expansión
original creó un volumen de espacio-tiempo muy grande, incluso infinito. Lo que el ser
humano puede observar es apenas la extensión equivalente a 14.000 millones de años luz
en el espacio, pero ese es solo un pedazo de ese inmenso cosmos. Y más allá de este
universo, puede haber un número infinito de otros mundos. Dijo Guth en su declaración:
―Es difícil crear teorías de la inflación que no lleven a la noción de multiversos y la
evidencia de la inflación hará que se tome más en serio esta posibilidad‖10, comprobando, o
por lo menos no refutando categóricamente, la idea que no somos únicos e irrepetibles.
Quizá millones de Oskar están viviendo una vida similar a la mía, con millones de
posibilidades y variaciones a esta que modestamente estoy viviendo. Esa posibilidad de que
hay varios universos: multiversos, con varias dimensiones que contendrían miles, quizá
millones de posibilidades y variaciones y versiones, abriría la posibilidad a nivel cuántico,
estadísticamente lejana, infinita quizá, pero posibilidad al fin y al cabo, de encontrarme con
10
Tomado de la revista Semana, el 22 de marzo de 2014. Recuperado de http://m.semana.com//vida-moderna/articulo/asifue-el-big-bang/381314-3
190
LA PERSISTENCIA DEL VACÍO: LA LITERATURA COMO HERRAMIENTA COMPLEJA
alguno de esos potenciales yo-múltiples dentro de la ignorancia superlativa e igual de
inconmensurable que el universo inflado. Estando frente a un yo con otras experiencias,
otras variables infinitesimalmente diferentes a las mías ¿seguiría siendo yo? Pensemos que
mi yo es atrapado por un agujero negro. Las fluctuaciones serán tan violentas que
impedirán que pueda existir una frontera definida entre el deseo y la necesidad; de saber
qué es lo que está pasando. Al entrar mi yo en el espacio cuántico, podrá emerger, pero de
una forma caótica. Puede ser imposible interpretar esta experiencia en palabras, pero mi yo
no estará destruido, sólo desfragmentado en pedazos imposibles de recomponer en una
única forma. Por eso será distinto una y otra y otra y otra vez... hasta el infinito; es un yo de
millones de posibilidades, un yo que vive una y otra vez, así físicamente ya no esté.
El párrafo anterior parecería desarticulado. Más que una epifanía, es un capricho del
autor que escribe esta tesis, el mismo que escribe la novela, pero quería ejemplificar algo de
la naturaleza de los contenidos informativos en la actualidad. La información con la que
construí el párrafo fue sacada enteramente de Internet, y me permití transformarla para
darle un aire literario para que el universo mismo hablara del yo, algo aún igual de basto e
inconmensurable. La literatura, las historias que nos sobreviven, prolongan en la memoria
colectiva, como se expuso en el capítulo 1, aunque sea unos pocos años, nuestra propia
finitud corporal Actualmente en la era del vacío, el objetivo no es memorizar la
información, el bloque que constituye el saber, necesita ser penetrado para depurarlo. El
saber está ahí dentro de todas las capas de información que circulan libremente. Y pese a
tener el conocimiento a un click de distancia, tenemos que saber que pertenecemos a la
generación que prefiere el petróleo y el oro por sobre el agua, que inunda los intersticios de
la vida con papeleo y burocracia, que gasta sus segundos en formatos y trámites engorrosos
que engrosan el tedio y succionan la vida. Si las generaciones siguientes hablarán de
nosotros, antes que nada, antes que referir el Internet y los aparatos electrónicos que caben
en la palma de la mano, dirán que fuimos aquellos idiotas que hicimos muy poco para
defender lo vital, prefiriendo lo efímero. Si defendiéramos con el mismo ahínco los
recursos naturales con el que defendemos la banca o el crecimiento económico, los
dirigentes estarían a la altura de nuestras necesidades y de nuestras demandas; estarían a la
altura de nosotros. Francis Scott Fitzgerald lo definió en la última línea de El Gran Gatsby:
191
LA PERSISTENCIA DEL VACÍO: LA LITERATURA COMO HERRAMIENTA COMPLEJA
"De esta manera seguimos avanzando con laboriosidad, barcos contra la corriente, en
regresión sin pausa hacia el pasado". El progreso es efímero y un ejemplo perfecto de eso
es el periodismo actual; mucho del contenido –con algunas muy honrosas excepciones–
está encadenado al marketing y de la economía de mercados.
El protagonista de LPV se pregunta por el universo y por la vida: una vida atrapada
en infinitos multiversos. También se pregunta por lo transitorio, tiene la irremediable
consciencia de finitud, de lo insignificante que somos dentro de la arquitectura universal:
Todos los átomos de los que estamos hechos fueron esquirlas de una gran explosión
estelar que cimentó lo que actualmente conocemos como vida, nuestra vida. Si uno
se pregunta por la realidad, tiene que ser primero consciente de lo minúscula que
es la tierra dentro de toda la ecuación universal, y dentro de eso, lo aún más
insignificante que es nuestro periodo en ella. Quizá “partícula de polvo” sea una
forma exagerada y condescendiente para denominar nuestra existencia, sabiendo
que los hechos dentro de nuestra corta realidad jamás van a ser significativos.
Quizá la partícula de polvo dentro de la partícula de polvo defina mejor nuestra
axiología. Pero el calcio de las estrellas reside en nuestros huesos, el hierro que
recorre nuestra sangre y el oxígeno que llena nuestros pulmones hermana cada
átomo del universo con un pedacito de esa memoria que nos es tan esquiva, pero
que está ahí presente, inmóvil, porosa, relacionándonos con el universo en tiempos
distintos y en planos iguales; reconstruyendo datos fácticos que se tergiversarán
para darle importancia a cosas fútiles. Cuando uno comprende esa mecánica
universal, cuando salimos de ese egoísmo antropocéntrico, comprendemos cuán
inútil es preocuparnos por una mancha en la alfombra, por una fila en el banco
para pagar una cuenta estúpida, un engaño, los celos… todo se deslíe como el
polvo, el mismo que acaricia y percude lentamente los rostros (LPV)
Tener razón en mí país es un extraño e inútil artilugio. Saber que las petroleras y las
compañías mineras extranjeras y nacionales, explotan la tierra con voracidad para el
beneficio de unos pocos; que los dirigentes son seres corruptos embriagados de poder para
quienes nada es suficiente; que la banca es una institución que amarra los espíritus y los
somete a intereses muy bien diseñados y tenebrosos; que la brecha entre los necesitados y
los que tienen es cada día más abismal, todo esto en mi país es información que hace parte
del paisaje. La ignorancia es un bloque impenetrable en algunos sectores sociales y es una
droga como la mayoría: toxica pero necesaria, que obliga, con los efluvios de un pasado
que siempre se está actualizando, de un futuro promisorio que para algunos nunca llegará, a
olvidar definitivamente los dolores y las penurias para poder seguir adelante. De ahí la
razón, porcentualmente hablando, de que el tiempo dedicado a este tipo de informaciones
sea menor al que se le dedica a la farándula o a la información deportiva. Bertrand Russell
192
LA PERSISTENCIA DEL VACÍO: LA LITERATURA COMO HERRAMIENTA COMPLEJA
(2004) dice que la incertidumbre paraliza nuestro impulso hacia cualquier esfuerzo penoso,
y genera un tono de angustia frívola que se toma equivocadamente por placer. Sin decirlo,
Russell habla de la era del vacío, que teme a la incertidumbre y se da a la frivolidad del yo,
para satisfacer los placeres de manera transitoria.
Kafka (2012) fue un visionario, pero más que eso, fue un descifrador detallado de su
tiempo. Las lecturas de sus relatos siguen siendo vigentes. Quizá por eso le demos un
carácter profético: ―No puedo decirle en absoluto de qué se le acusa, o mejor dicho, no sé si
se le acusa. Está usted detenido, es verdad, pero no sé nada más‖ (p.24). Esta es una de las
primeras frases contundentes de El proceso. Josef K., es apresado y no sabe por qué, ni
quiénes lo apresan. Un funcionario le dice eso, un funcionario cuyos movimientos los
controlan unos hilos que están muy lejos de ahí, detrás de unos muros, y detrás de esos
muros hay una aún más infranqueable barrera de procesos y trámites que hace difuso todo,
pero no por eso menos efectivo. Dice William Ospina (2006) que ―esto parece el retrato
mismo de una época en que millones de seres humanos empezaban a aceptar con pasividad
su papel de tuercas y tornillos en mecanismos políticos y económicos inapelables‖ (p.164).
Un banco funciona así; la presidencia y una secretaría funcionan así, al igual que un
ministerio o una comandancia de policía. Hasta la investigación científica funciona como
una empresa que sólo se preocupa por el dinero. Muchos grupos de investigación, por lo
menos acá en Colombia, ahora semejan una Cosa Nostra: una logia fagocitosa y jerárquica
donde la calidad va en detrimento de la cantidad; donde ―yo te cito pero si tú me citas‖;
índices y bases de datos como los de Scopus cuyo ranking de ―calidad‖ está determinado
por el número de citaciones y referenciaciones, reduciendo el impacto de la investigación a
eso, no a su proyección social y humana, no al beneficio del colectivo ni a la rigurosidad de
los estudios, sino a la cifra: la omnipresente y magnánima cifra de producción. Dice Pablo
Arango (2009) de la investigación en Colombia:
No es raro, por ejemplo, que la mayor parte de la ciencia social académica que se
hace en el país sea perfectamente irrelevante para nuestros gobiernos. ¿Qué puede
haber de preocupante para un régimen en el tipo de disertaciones que cité sobre los
desplazados? En la universidad, la sociedad debería ser capaz de aprender cómo se
conduce una discusión de manera lógica e informada. Lo que presentamos, en
cambio, es una serie triste y risible de monólogos. No es sorprendente, entonces,
que el resultado consista en egresados borregos o frustrados; ni que a casi nadie le
importe la ingente cantidad de cosas que publicamos. Hacen bien, después de todo:
en la mayoría de los casos, son una pérdida de tiempo, plata y esfuerzo. Mientras
193
LA PERSISTENCIA DEL VACÍO: LA LITERATURA COMO HERRAMIENTA COMPLEJA
tanto, las universidades y el gobierno siguen cacareando sus discursos ociosos sobre
la excelencia académica, el crecimiento de los grupos de investigación y las revistas
―indexadas‖ (así dicen). Lo hacen de buena fe, estoy seguro, no están mintiendo. Es
el clímax del simulacro, la farsa en estado puro: una mascarada que no oculta nada,
el maquillaje sin rostro, la bufonada de la seriedad (p.5).
En la era del vacío la cantidad es primordial; la calidad es ya el sinónimo de aquella.
La filosofía de vida es el acumulo y la desmesura, el crecimiento indiscriminado que no se
cuestiona a costa de qué está creciendo, todo con un halo de seriedad y rigurosidad de afán
por el progreso que enfila sus esfuerzos al rubro económico. Las grandes multinacionales
desde hace unos años, han posado sus ojos y sus garras sobre la investigación científica y
académica, no con un fin altruista. Monsanto y Dupont, por ejemplo, gastan millones de
dólares en investigación con fines non sanctas. En el periodismo, la investigación es
fundamental, pero con qué fin, esa es la gran pregunta. En LPV el protagonista habla de la
investigación en el periodismo en estos dos párrafos siguientes:
Esa forma de difusión de cifras e investigaciones, tan pero tan común en el
periodismo, es totalmente necesaria en el texto con las características falsamente
inverosímiles que estoy construyendo. Las investigaciones periodísticas terminan
siendo productos endogámicos que se citan a sí mismos, engendrando artículos
discapacitados, rigurosamente científicos; territorios infértiles para la creatividad y
la imaginación. Pero poner algo así como que se ha demostrado que el
0,000000…1 por ciento de la población salta en el tiempo, o el 99,99999…9 por
ciento de la población desconoce lo anterior y no puede saltar en el tiempo; que
según estudios científicos de (colocar una universidad desconocida o de medio
pelo), (colocar año) demostraron que sólo una persona puede saltar por el tiempo,
son odiosamente vitales para la fundamentación y la credibilidad del texto. ¿De qué
otra manera justificar y darles valor a las ideas risibles? (LPV)
__________________________
La investigación hecha por un grupo de biólogos de la universidad X, se les antoja
algo deliciosamente emparentador y humano a los productores del noticiero visual.
Inmediatamente después de la noticia de los sacerdotes hacen la transición sutil a
una donde se buscaban los procesos que se dan en los centros nerviosos de las
moscas Drosophila macho, después de que la hembra rechazara su cortejo. Se
descubrió que la mosca macho que era rechazada se entregaba al alcohol un 15%
más para ser precisos que aquella que lograba copular con eficiencia. El alcohol
era mezclado en agua azucarada y la mosca prefería la mezcla con alcohol que la
melaza sin alcohol. Nunca fue tan literal la frase “15 minutos de fama” ya que esta
investigación fue Trending topic por 14 minutos y 43 segundos. Un estudio futuro
194
LA PERSISTENCIA DEL VACÍO: LA LITERATURA COMO HERRAMIENTA COMPLEJA
en cucarachas dará luces, así como el de las moscas, sobre los centros nerviosos
implicados en la elaboración de investigaciones inútiles. (LPV)
De manera compleja, la economía está injertándose en todo: somos deudores y
acreedores de instituciones que reducen todo al lucro, al riesgo y el beneficio económico.
En la actualidad la cantilena arcádica, repetida a cada momento, se abreva en los
términos y expresiones y locuciones del repertorio del lenguaje económico; palabras
como mercado, empresa o crédito se usan a propósito y más a menudo sin propósito
alguno; referidas no sólo como es de justicia, a los ámbitos de su competencia, sino
con mucha frecuencia, a cosas con las que no tienen nada que ver (Magris, 2008,
p.170).
Al compararme con el universo, mi historia parecería efímera; y lo es, claro, tanto
en tiempo con tamaño, pero ni esas razones son los suficientemente poderosas para
acallarme y para no decir lo que tengo y quiero decir. Aunque mi actitud oscile entre un
moderado banalismo, y una discreta austeridad que me aleja de las exigencias y aceleres
del mundo comercial, trato de denunciar aquello que considero injusto e inmoral. LPV es
mi lucha personal, tibia y tímida quizá, pero es lo que muy honestamente está dentro de mis
capacidades. LPV es prima cercana de la modernidad, influenciada directamente por las
obras de Camus, Jean Paul Sartre, Robert Musil, Ernesto Sábato, y de aquellas obras que
mostraban la perplejidad y el sinsabor de una civilización que se tropezaba con amargas
certezas, y un repliegue sobre la interioridad destrozada de los seres humanos (Ospina,
2006).
Este parecería el momento preciso de volver a la tesis, al ejercicio académico duro y
conceptual, pero a esta altura también me es difícil saber cuál es la línea que traza lo
científico y humano; lo académico y lo personal
11
. Siempre que uno escribe,
11
Para ejemplificar esto, hice una crónica periodística titulada He pensado matarme publicada en la revista Directo
Bogotá, ISSN Nº 1692-8121 Número 42 (Julio-Septiembre, 2013) de la Pontificia Universidad Javeriana. Esta crónica es
un ejemplo de cómo se entremezclan lo científico, lo periodístico, lo literario, lo humano y lo personal en un texto. Se
puede consultar en:
http://issuu.com/directobogota/docs/directo_42_final?e=2767140/5068165
HE PENSADO MATARME
Un profesor de psicología —egresado de la maestría en Literatura de la Javeriana— narra una experiencia con
adolescentes que coquetean con la idea del suicidio. Una realidad que sobrevuela en colegios y universidades de la ciudad
y que en el país arroja cifras ascendentes: 67 niños, niñas y adolescentes entre enero y mayo de 2013.
No fue un comentario sino una afirmación. Una rápida y contundente: ―He pensado matarme‖.
195
LA PERSISTENCIA DEL VACÍO: LA LITERATURA COMO HERRAMIENTA COMPLEJA
Era finales del año 2010. Noviembre traía uno de los peores inviernos de la historia recordada. Estaba en un
colegio distrital con mis estudiantes de la clase ―Psicología del adolescente‖ de la Universidad Manuela Beltrán. Tenía a
mi cargo tres cursos de la misma materia.
El colegio ya se había inundado dos veces la última semana, pero seguía dando clase. La orden de la ministra de
educación, la doctora María Fernanda Campo, era la de continuar. No se interrumpirían las clases.
No dejaba de llover.
La visita al colegio tenía como único propósito mostrarles a mis estudiantes que la psicología no es sólo la que
está en los libros. El colegio estaba empotrado en los cerros surorientales de la ciudad de Bogotá cerca al Veinte de Julio,
en la localidad de San Cristóbal.
Mis estudiantes tenían que desarrollar una serie de talleres construidos en clase para abrir espacios de diálogo y
discusión frente al tema de culturas juveniles. Nada complicado. Era un mero pretexto para poner a hablar a adolescentes
con otros adolescentes.
Hicimos grupos de trabajo, hablé con una docente amiga mía para que nos permitiera los espacios e hicimos seis
grupos repartidos en salones diferentes. El ejercicio transcurrió de la manera prevista. Mis estudiantes tenían la cara de los
que están a punto de ser ejecutados. Los estudiantes del colegio cuchicheaban y bromeaban y tenían esa actitud de
autocomplacencia de los que dominan la situación, pero no saben que viene un día de mañana. Unos se diferenciaban de
los otros por apenas dos o máximo tres años de edad.
En pleno desarrollo de los talleres, uno de los grupos planteó un ejercicio interesante. El objetivo era dibujar
algo simbólico en un pliego de papel periódico, algo que les gustara y algo que les disgustara para luego argumentar el
porqué pasando al frente y explicándolo a los demás compañeros. Yo iba rotando por los salones y en ese momento me
encontraba en una esquina del salón 14, sin ser partícipe de la actividad y evaluando a mis estudiantes; su postura,
desenvolvimiento, frescura, manejo del discurso, cuando pasó una chica al frente y rompió con rabia el papel en pedacitos.
Se sentó sin decir nada. A todos nos impactó la escena. Mis estudiantes me miraron y yo los miré a ellos para que fueran a
hablar con ella. Una de mis estudiantes efectivamente se acercó a la joven y le preguntó porqué había roto el papel con
tanta rabia. Lo único que respondió fue: ―He pensado matarme.‖
En el año 2012, según Medicina Legal, 1642 personas se quitaron la vida en Colombia. La diferencia entre
hombres y mujeres era de más de un 300% en favor de los primeros. Esto corrobora la hipótesis de que las mujeres se
intentan matar más, pero los hombres en verdad lo logran. Evolutivamente pareciera haber una relación inversamente
proporcional entre el hecho de poder engendrar vida y cultivar la propia decisión de muerte.
***
La chica que rompió el papel en pedazos se llama Marcela. Es bajita, de ojos claros, boca pequeña y cabello
castaño claro, limpio y desordenado. Cuando mi estudiante le preguntó por qué había reaccionado así, dijo sin titubear que
estaba pensando en matarse. A mi estudiante le cambió la cara y supe que no se acordaba de absolutamente de nada de lo
que habíamos trabajado en clase.
Nuestro último tema en la clase había sido precisamente ―adolescentes y suicidio‖. Me sentí conmovido durante
esa semana en la que abordamos el tema. Dos primos míos se habían quitado la vida y uno, apenas cuatro meses atrás.
Pero lo tomaba con tranquilidad, quería que la clase fuera divertida. En el salón brincaba de un lado para otro. Me quitaba
el cinturón, me lo enlazaba en el cuello y sacaba la lengua. Hacía una pistola con la mano y me disparaba en la sien y
luego marcaba cruces sobre mis ojos. Algunos estudiantes reían, otros miraban para otra parte o escribían en sus portátiles
o en la Blackberry. Ahora veo las imágenes de la clase como en blanco y negro, a una velocidad menor y en silencio. Mi
primer primo se mató en plena final del mundial 2006. El segundo, cuatro años después, también en el mundial (en
octavos de final); las lógicas circulares de la vida.
Según cifras estadísticas de Medicina Legal, entre enero y mayo de 2013, 67 niños, niñas y adolescentes se
suicidaron en Colombia. De ellos, 40 eran hombres y 27 mujeres, la mayoría en el rango de edad entre los 15 a 17 años.
Mi clase tenía el propósito de dar a los estudiantes herramientas básicas para trabajar con jóvenes. En el caso
del suicidio reconocer síntomas, hacer una lectura compleja del fenómeno donde se reconociera la importancia de la
familia y las demás instituciones sociales, los desencadenantes e indicadores y algo de intervención en crisis por si alguno
de ellos se encontraba de golpe con un ‗pelado‘ sobre la cornisa de un edificio a punto de saltar. Trataba de enseñarles a
los estudiantes que la psicología queda desnuda ante la condición del ser. Que no hay que ser psicólogo para entender al
ser, pero que para ser psicólogo, y uno bueno, hay que comprender que los caminos del alma son silenciosos y entre más
nos callemos más honraremos la profesión. Que lo primero que tenían que hacer antes de recitar de memoria el libro
básico de desarrollo del adolescente o el de patología para diagnosticar un trastorno (depresión, esquizofrenia, bipolar),
era cerrar el pico y escuchar lo que tuviera que decir el joven.
***
El suicidio en el mundo es la tercera causa de muerte entre jóvenes entre 15 a 22 años según la Organización
Mundial de la salud (OMS). Dentro de las infinitas posibilidades de los espacios vacíos, se encuentra una particular
complicidad entre ese dato y el vacío. Se combate el consumo de sustancias con ferocidad, se endurecen las penas en el
código de la infancia y la adolescencia, se reprime y se castiga sin miramientos y todo se pierde en la espesura de lo que
196
LA PERSISTENCIA DEL VACÍO: LA LITERATURA COMO HERRAMIENTA COMPLEJA
irremediablemente en mayor o menor medida, uno termina referenciándose en el texto; en
la escritura literaria todavía más. Aunque yo no soy el personaje, el personaje habla mucho
de mí. Lo interesante es hacer que las costuras entre la ficción y la realidad sean invisibles.
Este universo literario de LPV está constituido de muchos multiversos, todos refieren a la
desfragmentación de un yo: el mío. El entrar a la vorágine de la escritura creativa, como un
agujero negro, el todo de ese yo se va desfragmentando en partes, cada una de las partes de
ese yo pueden ser analizadas de múltiples, casi de infinitas maneras, pero todas van a
remitir a ese todo que alguna vez las conjugó, del cual siguen haciendo parte por más que
estén separadas. Ahí está el más puro ejercicio hermenéutico y complejo.
El protagonista de LPV manifiesta que salta en el tiempo. Todos los momentos que
considera aburridos, los pasa cerrando los ojos y saltando hacia el futuro. El yo del
protagonista, siempre incongruente, nunca parece encontrar satisfacción, por eso su
impropiedad; su crítica que en ocasiones parece un lloriqueo. Sus constantes ―saltos del
tiempo‖ parecerían revelar un sujeto siempre insatisfecho, un sujeto con un profundo
malestar por la cultura que se mueve por sus múltiples posibilidades, como si su yo
en verdad es importante. Muy pocos son los que escudriñan más allá y se atreven a desenmarañar aquello que calla. No
muchos van más allá de la patología que termina rotulando todo como ―enfermedad mental‖.
Mi estudiante me seguía mirando. Yo con la boca le señalé para que la mirara a ella, a nuestra nueva suicida en
potencia; a Marcela. Lo hizo y salieron del salón. Hablaron por más de media hora. Pensé que seguro había problemas en
la casa como luego lo corroboré; los amigos la rechazaban y se burlaban despiadadamente de ella, había problemas
económicos, un padre maltratador y una madre que no hacía nada.
Según la Asociación Internacional Para la Prevención del Suicidio (IASP), es importante que los medios de
comunicación desarrollen lineamientos precisos, responsables y éticos para reportar los casos de suicidio, evitando que se
presenten como información amarillista o se enmascaren por temor a fomentar un comportamiento imitativo. Necesitamos
de ese periodismo serio que se aleje del amarillismo bastardo de la nada absoluta e hiperconectada. Todavía podemos
decir y hacer algo frente a la agonía del espíritu humano que cada día se lleva alrededor de tres mil vidas, seis de ellas en
Colombia.
De cada uno que consuma el suicidio hay 20 que lo intentaron; hay 20 potenciales que pudieran volver a
intentarlo y hay 20 historias con las cuales se pudiera trabajar en el mejoramiento de la autoimagen, las habilidades
sociales, el reconocimiento y el respeto por la soledad, y otras tantas que harían disminuir la cifra dramáticamente.
El suicidio no se previene escondiendo todas las sogas, cerrando todos los frascos de pastillas, destruyendo todas
las armas, o construyendo edificaciones de un solo piso. El suicidio se previene desde la constitución misma del ser, en la
raíz de las relaciones que el sujeto establezca con el mundo y consigo mismo y en la exaltación de su espíritu de
perseverancia. Espero que mi estudiante se haya acordado de lo que le dije en clase: ―No le reciten al suicida motivos para
no matarse, busquen con él o ella motivos para seguir viviendo. Esto aunque parecido, son dos cosas muy diferentes‖.
Marcela entró nuevamente al salón con mi estudiante y se sentaron. Intercambiaron papeles con sus teléfonos y
correos electrónicos para seguir hablando después.
Marcela sigue viva. Mi estudiante sigue viva. Ambas hablan con regularidad. Mi estudiante me contó hace poco
que habían hablado de los casos recurrentes de jóvenes que se estaban matando con monóxido de carbono o ahorcados en
tiempo real por chats. Y que eso es lo único que habían hablado de suicidio. De resto, hablaron de las cosas trivialmente
trascendentales que se supone deben hablar dos adolescentes.
Al salir del colegio en la localidad de San Cristóbal con 23 estudiantes de la clase de psicología del adolescente,
rumbo al paradero de buses, los charcos comenzaban a expandirse por la lluvia que volvía a caer.
Nosotros, los que aún sobrevivimos a un familiar suicida, quedamos a la deriva esta y otras odiosas mañanas
dándole vueltas a la pregunta: ¿A dónde van luego del suicidio?
197
LA PERSISTENCIA DEL VACÍO: LA LITERATURA COMO HERRAMIENTA COMPLEJA
estuviera disgregado por varios universos. No se sabe al final, si el protagonista salta en el
tiempo o es simplemente un deseo o una alucinación, lo que sí se puede saber es que el
protagonista es hijo de los tiempos ubicuos, totales: un producto de la fábrica de creación
del deseo.
La primera búsqueda de significado por parte del personaje de LPV, parte de la
pregunta sobre qué realmente lo satisfaría.
Freud (1992) desnuda hasta su más profundo detalle el significado que tiene la
cultura en el hombre y viceversa, haciendo un recorrido antropológico y sociocultural de
esta relación, yendo más allá de la mera explicación fisiobiológica de la evolución del
individuo, viéndolo más como un agente cultural, cuyos indicios no son cuantificables y
medibles, pero sí proporcionan información valiosa para analizar nuestro comportamiento,
tanto individual como colectivo, bajo la luz del omnipresente lenguaje.
Como sucedía con el protagonista del libro de Levrero, en LPV el periodista es
consciente de su mismidad, pero los límites con la sociedad son difusos. Esta es una de las
principales influencias de El discurso vacío en LPV; la concepción del héroe problémico,
complejo, disconforme, que nunca puede alcanzar su objeto de deseo, por eso todo les
molesta a ambos protagonistas, por eso critican todo, y encontrar la armonía es como
entregar su espíritu a la conformidad. Ambos protagonistas luchan para no normalizarse por
esa sociedad castrante. Lo vemos a continuación:
El texto invitará a adentrarse en el laberinto mental del periodista, lleno de
rescoldos, inconformidades, nimiedades y espejos que reflejan esa particular
seducción de las noticias, que usan la distancia y la regularidad que les confiere el
diario, la virtualidad, lo inmaterial e informe. La letra lejana no será más que una
metaobservación, un diálogo consigo mismo que lo confrontará constantemente,
para responderse con una naturalidad matizada, casi transparente, lo que vacío le
dictará.
La ambivalencia del tiempo y ser testigo histórico de ciertos acontecimientos
puntuales, harán que el autor-periodista represente los intereses únicamente de él
mismo. El espíritu de la época se objetivará en la irrelevancia del contenido y en el
olvido inmediato del lector, que seguro tomará una postura disyuntiva, típica de los
análisis planos, polarizados, donde el sentido de la vida constituye una totalidad
extensiva que se extiende sobre todo el mundo. El periodista-escritor-autor-filósofode-variedades, se irá revelando como un héroe complejo, rico en matices, poliforme
y ambivalente, pero lo suficientemente burdo como para que el lector lo acoja como
propio, se identifique con él, lo aguarde en su seno por un tiempo para luego
olvidarlo como en una masacre. (LPV)
198
LA PERSISTENCIA DEL VACÍO: LA LITERATURA COMO HERRAMIENTA COMPLEJA
El protagonista de LPV queda insatisfecho ya que su pulsión es incompatible con
las formas de satisfacerla, por ende, la satisfacción del deseo, el hallazgo del objeto que
finalmente lo satisfaga, es imposible. Como se mostró en el texto de Levrero, acá el
protagonista redirige sus acciones para alejarse de las frustraciones que le produce el medio
social:
El secreto, pensaba, no era encontrar algo que me gustara. Conociendo los
avatares y variables, y sobre todo la imposibilidad científicamente comprobada de
hallar aquello que me gustara realmente, sólo por el hecho de cargar esta terrible
condición humana acuestas y compartir oxígeno y tierra con otros seres sujetos a
las mismas condiciones, resultaba imposible para mí tener una vocación
verdaderamente constante y longitudinal enfocada únicamente a la paz y la
tranquilidad. La cuestión radicaba, entonces, simplemente en saltar aquello
desagradable, poder suprimir esa interminable fila de acontecimientos
mecánicamente insatisfactorios, pero pasándolos realmente, encontrando, con las
correlaciones adecuadas y la geometría correcta, la ecuación que respondía a la
pregunta de cómo se puede vivir la vida sin vivirla, cómo satisfacer las
obligaciones sin el gasto de energía necesario para ello y al final salir airoso.
(LPV).
Freud (1992) señala tres fuentes de donde proviene el sufrimiento humano. Una de
ellas, por la cual al hombre le resulta tan difícil ser feliz, tiene relación con la caducidad de
nuestro cuerpo y nuestra consciencia de finitud. Sin embargo, se puede encontrar belleza en
el horror que nos produce lo perecedero de nuestro cuerpo. No solo es la cultura la que
genera la enfermedad o trastorno psíquico, es también el yo el que, ya sea por el control de
sus propios impulsos o de las demandas del exterior, detona la enfermedad psíquica del
individuo.
Prefería pensar en lo privilegiado que era por asistir al final de todo, con
tranquilidad, caminar con la cabeza en alto y lentamente mientras el caos bordeaba
mi cuerpo. Prefería eso que levantarme en otra insatisfactoria mañana y
encontrarme con que todo sigue su rumbo. Discutía con la terapeuta y luego de
mucho tiempo comprendí que las discusiones no lo eran tanto, su presencia
concretaba todas las ausencias y vacíos, su influjo y la preocupación para con mis
cuestionamientos era tan pobre, que al final terminé yendo más por la comodidad
del sofá y de la rutina (LPV).
La institucionalización de la ley para Freud proviene del deseo de los hijos de darle
muerte al padre narcisista (simbólicamente), pero dicho deseo, da cabida a la culpa donde
está presente la contradicción simbólica de hacerlo o de no ser capaces de hacerlo. Dicha
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LA PERSISTENCIA DEL VACÍO: LA LITERATURA COMO HERRAMIENTA COMPLEJA
institucionalización crea un tótem, implicando un grado importante de control supremo,
necesario para la sociedad, porque la ley instituida es vivida como sagrada y ajena a los
sujetos. La totemización de las sociedades se observa en la distancia que hay entre el
protagonista de LPV y la ley emanada de las instituciones sociales que describe,
permitiendo que la ley del jefe-padre-narcisista, prime sobre el deseo del sujeto, que lo hace
regresara un modo organizativo primitivo: el llamado orden primario:
Ser consciente de la irrelevancia de tu vida te proporciona un peligroso analgésico
que con un gramo de más, te mata silenciosamente. Yo no produje solo un
analgésico, sino toda una fuerte morfina con mi melancolía y mi aburrimiento, que
llegó a catalizar el elixir, o mecanismo, tal vez, que permite traducir mi condición.
Miraba impávido las escenas de mi vida y podía flotar por las circunstancias más
no podía materializar mis deseos de escape, por lo cual entré en una depresión
severa que me condujo a psicoterapia. Finalmente logré la fórmula para formalizar
el vacío y sin la ayuda de la terapeuta, para ser cómplice sin estar inmerso. Ese fue
el secreto que me impulsó a estudiar periodismo luego de muchas carreras y oficios
descartados para vivir, con mi particular condición. Pero esto no fue un
impedimento para seguirle delegando a las instituciones el monopolio del delito.
Seguía rezando, pagando impuestos, comiendo en cadenas de restaurantes,
saludando a la bandera y viendo a la gente delegar la educación de sus hijos a
otros (LPV).
La ambivalencia que habla Freud (1992), de haber matado al padre o haberse
abstenido de esto, es el eterno conflicto entre los dos poderíos más grandes: la vida y la
muerte; Eros y Tánatos. Esto es clave dentro de la lectura de LPV para comprender por qué
el protagonista siente que la cultura le impone la tarea de vivir en comunidad, cuando él no
quiere hacerlo; una situación que el protagonista, por más que quiera, no puede rehuir. Es
en este momento donde el conflicto se magnifica al interior del protagonista para generar
finalmente la conciencia, instituyéndose con esto, el primer sentimiento de culpabilidad del
sujeto. ¿El protagonista siente culpa? Es muy posible, pero no es una culpa diferente a la de
millones de personas que introyectan la ley y el deber ser.
Esta culpa es de vital importancia para el sostenimiento de la cultura, ya que se
mantiene la relación primaria con el padre por medio de la masa que sofoca e impone. En
ocasiones, la culpa es una fachada, un constructo o una ilusión. Esto conecta el
microcosmos del individuo y el macrocosmos de la cultura donde evoluciona la culpa por
medio del conflicto primario con el padre narcisista, que en el caso del protagonista de
LPV, le hace vivir y actuar en comunidad de manera ciertamente racional en ocasiones, y
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LA PERSISTENCIA DEL VACÍO: LA LITERATURA COMO HERRAMIENTA COMPLEJA
de manera hipócrita otras tantas, pero casi siempre muy aplomadamente; queriendo a veces
entregarse a sus deseos más primarios y salvajes, pero rápidamente, machacándolos con
lenguaje y razón. En LPV el camino se allana pese a la pugna de lo que el protagonista
siente es el querer hacer y lo que es el deber hacer, a través de la entrevista a un
paramilitar:
Sabía que mi humanización lo instrumentalizaba para mi beneficio, no como un
pontífice que expía las culpas y negocia los perdones, era simplemente para aliviar
su garganta para que expectorara respuestas. Sabía que si una estrella sacaba al
aire comentarios homofóbicos o racistas, tendría más repercusión mediática que
las confesiones detalladas de las atrocidades que había cometido este señor. La
indignación es una superstición equilibrada en la balanza de los supuestos y las
creencias. Debía andarme con cuidado, una de las hijas de un gran señor hotelero
había dicho que los gay daban asco. Sacaría lo que hasta ese momento era la
crónica más importante de mi vida y tenía que luchar contra tamaña afirmación.
Era seguro que los de la revista Goebbels iban a privilegiar lo de la malcriada
millonaria. Me encontraba delante del hombre responsable de más de cien muertes
confirmadas y cientos más ya repantigadas por el olvido. Eliminó a personas de
todos los rangos en una fiesta de salvajismo e inconsciencia en un corregimiento
olvidado por los cartógrafos. Era la cortina de risas pregrabadas, hostigantes y
ásperas de las afirmaciones de la rica heredera. El hombre que tenía ante mí era el
rostro de la mansedumbre, un ser ya despierto con una leve resaca. La panorámica
del lenguaje no alcanzaría, se quedaría corta al describir las hendiduras por donde
moraba el animal que habitaba en él. Fundía su conciencia con el horizonte, su
paladar acariciando vocales y consonantes, en un idioma que ya se concretaba por
los movimientos de sus labios que susurraban disculpas superficiales, datos
sensibles pero vacuos, uno que otro lugar inalcanzable, fosas comunes sin
coordenadas (LPV).
La ley instituida es vivida como sagrada pero permanece ajena a nosotros, por eso,
el locus de control interno del protagonista está permeado por el externo: siempre hay una
figura de autoridad que somete sus deseos. Hace las cosas porque debe hacerlas, por el
miedo a la culpa, no porque siente que es importante hacerlo. El protagonista no quiere
tener otra viva, quiere la suya pero la proyecta infinitamente hacia el futuro, mostrando la
inconformidad de su yo. Esto lo relaciono estrechamente con la imposición que hace la
cultura sobre lo que podemos y no podemos hacer para satisfacer nuestro deseo supremo;
ese que parece ser prohibido por la cultura, y que satisfacemos de formas que para Freud,
son poco ortodoxas. En esa insatisfacción es donde surgen los mecanismos de defensa y ese
deseo de escape del protagonista de LPV, esos ―saltos del tiempo‖, surgen de manera
ilusoria o real -nunca se aclara en el texto- , para satisfacer la necesidad de escape del
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LA PERSISTENCIA DEL VACÍO: LA LITERATURA COMO HERRAMIENTA COMPLEJA
sujeto. La relación radica en que sea cual sea la necesidad de felicidad que tengamos,
siempre vamos a estar sujetos a lo que se nos posibilite, y con base a esto, la felicidad que
anhelamos se revierte en sufrimiento cuando el mundo exterior nos priva de ello,
dejándonos a merced de la todopoderosa e intocable ley.
Los saltos del tiempo son la representación simbólica de un mecanismo de defensa,
que usa el protagonista de LPV, para poder tolerar la insatisfacción de sus deseos.
Las patologías en el individuo, ya sean neurosis psicosis o histeria, siempre van a
estar referidas a la represión de los instintos en el individuo. Esta represión es tal que el yo
no alcanza discernir y a controlar todas esas pulsiones, dándose el síntoma y todos los
componentes agresivos que esto conlleva, según sea la patología. El protagonista de LPV
reflexiona sobre esto:
El periodista-cronista-autor busca liberarse pero anda cautivo de sus propias
neurosis y eso se conectará en el texto con el deseo y la depresión que sufre, porque
el espacio, ese espacio ideal, configurado por el deseo y la acomodación del
recuerdo y la memoria, la fuga y la levedad fuera de toda responsabilidad, muy en
el fondo no le pertenecen. En ese espacio se sentirá ajeno e impropio, haciendo que
retorne a estadios primarios, a plantearse preguntas básicas como la del ser en el
mundo. Su memoria es limitada por fronteras que lo encierran, que lo cautivan y de
las cuales quiere liberarse mediante el vacío del discurso, pero a las cuales siempre
retorna con el anhelo, con el deseo de cerrar los ojos y seguir adelante. (LPV)
El deseo está tan latente en el yo del individuo, que todos aquellos intentos fallidos
por convertir en lenguaje esos síntomas por la insatisfacción del deseo primario, generan
patologías psíquicas de las cuales nadie es ajeno; mucho menos el protagonista.
El protagonista de LPV es el síntoma de una sociedad del vacío. Tiene la certeza
que no es feliz pese a que tiene lo que quiere, o cree tenerlo. Sabe que lo que podría llegar a
tener no es más que el producto de su deseo; que la vida se desleirá en pequeños dramas,
pequeñas crisis, pequeños conflictos adornados de formalismos que serán el motor de sus
días. La subversión del deseo del protagonista, le dice que no sabe si vivió lo que quería
haber vivido; no sabe si está enfermo o preocupantemente saludable.
El Malestar en la cultura es un texto que da bases para entender la naturaleza de
LPV, tanto de las cuestiones intrapsíquicas, fundamentales en la psicología, como frente a
las inquietudes sociales que se plantean a lo largo de la novela.
He aquí, a mí entender, la cuestión decisiva para el destino de la especie humana: si
su desarrollo cultural logrará, y en caso afirmativo en qué medida, dominar la
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LA PERSISTENCIA DEL VACÍO: LA LITERATURA COMO HERRAMIENTA COMPLEJA
perturbación de la convivencia que proviene de la humana pulsión de agresión y de
autoaniquilamiento. Nuestra época merece quizás un particular interés justamente
en relación con esto. Hoy los seres humanos han llevado tan adelante su dominio
sobre las fuerzas de la naturaleza que con su auxilio les resultará fácil exterminarse
unos a otros, hasta el último hombre. Ellos lo saben; de ahí buena parte de la
inquietud contemporánea, de su infelicidad, de su talante angustiado. (Freud, 1992,
p.140)
A la luz de los preceptos de los paradigmas emergentes en psicología, se concibe la
relación terapéutica como una construcción, más que una adición aritmética, de dos o varias
realidades que comportan una suerte de predicción comportamental. Se ve con estos nuevos
paradigmas, fundamentados en la teoría del pensamiento complejo de Morin, la teoría del
caos, la cibernética de segundo orden, una psicología que se preocupa por las angustias
intrapsíquicas producto de no poder lidiar con la imposibilidad de conseguir aquello que
queremos; de las dificultades para ser felices y conformarnos con aquello que tenemos; con
los problemas y patologías de la mente del ser humano, cuya naturaleza, aún no está
completamente revelada. El protagonista de LPV se cuestiona sobre las interacciones
lingüísticas, sociales y conductuales de esa realidad asfixiante, queriendo así una
transformación capaz de generar cambios, tanto en el mismo como en los otros, desde su
pretendido artículo biográfico.
Esta concepción, permite rebatir la idea de que solo existe una sola realidad en la
psique del individuo, una forma única de ver el mundo, y por ende, de conocerlo como
durante muchos años se profesó en las trincheras del conductismo.
Las dinámicas generadas en los sistemas sociales son tan complejas que mirarlas,
con la particularidad con la que se miran los fenómenos en las ciencias positivas, hace que
se omitan componentes emergentes que son fundamentales e inherentes a la propia
dinámica. Así, una observación integradora y autoreferenciante, se convierte en una
alternativa viable para el entendimiento de la complejidad de las relaciones de los
individuos.
Así como la evolución del hombre mismo, nuestra idea sobre la psicología se ha
venido transformando con el paso del tiempo, adaptándose a los diferentes contextos y
situaciones. La psicología también se ha injertado en la literatura, por eso la importancia de
la autoreferencia en LPV. Desde los ejercicios terapéuticos relacionados con las narrativas
y la escritura, hasta en la construcción de personajes, la psicología le aporta a la literatura.
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LA PERSISTENCIA DEL VACÍO: LA LITERATURA COMO HERRAMIENTA COMPLEJA
Las fronteras entre ambas se transitan con desparpajo, los puentes son muchos y los peajes
se pasan a veces sin el importe. No hay mejores tratados psicológicos que las novelas de
Dostoievsky, ni los dramas sempiternos de las obras de Shakespeare. Cuando la letra se
confronta con la naturaleza del hombre, el significante se torna significado, sentido y
propiedad. Harold Brodkey, un escritor estadounidense, antes de su muerte, comenzó en
1993 a escribir el proceso que se dio luego de enterarse que sufría de SIDA. El libro
titulado: Esta salvaje oscuridad, es un testimonio limpio y desgarrador de un hombre que
se enfrenta a la muerte. La literatura en este momento sirve como una técnica terapéutica
para lidiar con el horror de la propia finitud. El texto es un diario de vida de los últimos tres
años del autor, y pese a que es un diario, tiene todos los elementos que lo hacen una gran
obra literaria. La psicología y la literatura se fusionan en sus páginas a través de una
meditación sosegada, pero no por ello menos dura, sobre la consciencia de la irremediable
llegada de la muerte. Sin quererlo, se alivia el dolor intrapsíquico por pasajes, pese a que el
dolor físico continúa su implacable marcha:
Es posible que uno se haya cansado del mundo -que esté cansado de los que cagan
plegarias, de los que cagan poemas, cuyos rituales distraen y son simpáticos y
agradables pero peor que irritantes porque carecen de realidad- y siga queriendo
mucho la realidad. Uno quiere vislumbres de lo real. Dios es una inmensidad;
mientras que esta enfermedad, esta muerte que está en mí, este pequeño hecho, bien
concreto, pedestre, es meramente real, sin milagros ni adoctrinamientos. Estoy en
una balsa desamarrada, un punto que se mueve en la blanda, fluida superficie de un
río. Por todos mis pensamientos, en ondas cada vez más amplias, se extiende lo
desconocido, el tenso equilibrio, los miedos y la precariedad. ¿Paz? Nunca la hubo
en el mundo. Pero en viaje por las dóciles aguas, bajo el cielo, sin amarras, yo oigo
ahora mi risa, primero nerviosa, luego de auténtico asombro. Me rodea por entero.
(Brodkey, 2001)
El pensamiento en psicología ha tenido que luchar y evolucionar de ideas tan
arraigadas en su historia primigenia como ciencia; por ejemplo, de pensar en la cibernética
de primer orden: una psicología paradigmática hijastra negada del método científico, que
con el afán del empirismo y la modernidad buscaba reducir la esencia del hombre a
conductas; hasta llegar a la dialéctica, la complejidad, a los paradigmas emergentes. La
psicología ya se permite mirar con orgullo, y relacionar, multi y transdisciplinariamente,
formas de entender más añejas que la psicología misma, como son las del relato y la
literatura.
204
LA PERSISTENCIA DEL VACÍO: LA LITERATURA COMO HERRAMIENTA COMPLEJA
Hemos ido adquiriendo nuevos conocimientos, nuevos paradigmas y más prejuicios
que nos han alimentado y nos han dejado desnudos frente a las nuevas situaciones y retos
que nos siguen y nos seguirán confrontado; hemos unido y hemos diferenciado.
Al reciclar nostalgias, la escritura literaria sale con cierta facilidad desde las
entrañas, lo cual me ha permitido, analizando ahora desde el foco de la razón y la academia,
darme cuenta que la única manera en la que realmente me pude acercar al vacío, así sea
para contemplarlo desde las orillas, fue mediante la literatura, una literatura que al igual que
Harold Brodkey, brotó de mis dedos.
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LA PERSISTENCIA DEL VACÍO: LA LITERATURA COMO HERRAMIENTA COMPLEJA
Conclusiones
La presente investigación, teniendo como objeto de estudio el
análisis de la
literatura como una estrategia de integración discursiva, donde se evidencie la capacitad de
los textos literarios para configurar una realidad integrada compleja, que devele aspectos
sociales, psicológicos, culturales, políticos y económicos, en su totalidad concreta, resuelve
el problema científico, dando respuesta a la pregunta que la encauza, en la medida que
muestra cómo la literatura despliega un aparato complejo que integra y potencia las
múltiples realidades discursivas, mediante la creación y el análisis complejo de una novela,
pues la literatura, mirada desde el pensamiento complejo, es un género integrador en cuya
naturaleza se pueden rastrear las lógicas y realidades económicas, políticas, sociales y
psicológicas de cualquier época y de cualquier punto cardinal, así como lo han demostrado
García Márquez, José Eustasio Rivera, Dostoievski, Tolstoi, Proust, Joyce, Balzac y otros
muchos, que muestran cómo la literatura bombea significados, que sin ser literales y sólo
históricos, permiten revelar verdades que pudieran dar sentido al cúmulo de realidades, que
definen y significan la vida.
Se prueba la hipótesis, ya que se revela la literatura como una entidad integradora
per se, en cuya concepción, se manifiesta de manera natural la posibilidad que tiene la
teoría del pensamiento complejo para la integración discursiva.
Se cumplen los objetivos propuestos, en razón de que:

Se valora desde la creación literaria, con elan complejo, la capacidad de la literatura
para la integración discursiva, identificando el potencial que tiene el ejercicio
escritural, para reflejar y dar cuenta de múltiples realidades.

Se construye una novela en cuya historia, se ven reflejadas las inquietudes,
observaciones y reflexiones del autor, frente a la manera como se concibe el
periodismo y las comunicaciones.

La tesis, identifica y analiza algunas novelas donde se construyen procesos de
memoria e inclusión.

Devela las propuestas de la novela La persistencia del vacío,
su estructura
narrativa, y las múltiples realidades que definen su época y su lógica, desde la
visión creadora del pensamiento complejo.
206
LA PERSISTENCIA DEL VACÍO: LA LITERATURA COMO HERRAMIENTA COMPLEJA

Elabora, a manera de aproximación, un aparato teórico que da cuenta de la era del
vacío y la posmodernidad, que se integra con la novela y le sirva de extensión, para
así injertar la investigación académica con la creación estética, problema que exige
nuevas aprehensiones en pleno siglo XXI.
En el transcurso de este viaje hermenéutico-complejo por el vacío, nos hemos
encontrado con los prejuicios provenientes de la autoridad. De acuerdo al principio
hologramático de la teoría del pensamiento complejo de Morin, en los fenómenos se puede
comprender el todo desde la individualidad, desde la parte, y la individualidad, la parte,
desde el todo. LPV, usando el recurso novelado del diario de vida, del testimonio en
primera persona, trata de profundizar no sólo en la actualidad de la información
periodística, en la era de la posmodernidad y el vacío, sino en aquellas concernientes al
protagonista y su psique, tales como la personalidad, el yo, el deseo, el pensamiento y la
melancolía. Esto permite aterriza el texto propuesto y la relación entre la psicología y la
literatura, más allá de una ciencia. La relación entre ambas es un arte, el arte mismo de la
hermenéutica compleja que se basa en la idea de acceder a la intención textual, para llegar
a comprender realmente y entrar a interactuar con el texto, porque éste puede hablar de las
personas, permite interpretarlas transdisciplinariamente, y verlas como un universo, que
aunque complejo y diferente al nuestro, comparte las más nobles y fatales virtudes del ser
humano.
El término transdisciplinariedad también ha proliferado como un descriptor que
define la amplitud de perspectiva en los campos interdisciplinarios (por ejemplo,
estudios de área y estudios culturales) y disciplinas con un tradicional amplio
espectro, por ejemplo, filosofía, historia, literatura, geografía y estudios religiosos.
(Klein, 2003, p.35)
La tesis busca una relación entre la literatura, la psicología, la política la cultura, la
economía y la investigación, en una relación claramente transdisciplinar y compleja, que
trasciende cada una de las disciplinas por separado, ampliando y enriqueciendo el
conocimiento, develando propiedades emergentes que cada una por separado jamás pudiera
tener.
En la conferencia del Centre International de Recherches et Etudes
Transdisciplinaires (CIRET) en Locarno, Edgar Morin enfatizó que la
transdisciplinariedad también debe ser inclusiva de la filosofía y la literatura. El
CIRET se distingue, de hecho, al integrar el arte y la poesía, que son
tradicionalmente excluidos. Philip Balsinger recupera el sentido germano del
207
LA PERSISTENCIA DEL VACÍO: LA LITERATURA COMO HERRAMIENTA COMPLEJA
Wissenschaft, que es inclusivo de la filosofía y la lingüística. La filosofía en este
sentido también ha jugado un rol importante. Joseph Kockelmans define la
transdisciplinariedad como un marco comprensivo que se orienta al problema de la
integración y a la necesidad de una concepción común del mundo. Algunos autores
asocian la transdisciplinariedad con la unificación de las ciencias. Otros ponen el
foco en la unidad de una visión del mundo, buscando una conceptualización común
de la cultura y de los roles de la ciencia y la educación (Klein, 2003, p.39).
La literatura es parte fundamental de la concepción de cultura que tiene una
sociedad. No es parte únicamente de la tradición oral que entretiene y comunica, sino
también, de la forma como concebimos y nos constituimos como nodos que se entrelazan
en un gran tejido social. Todorov (2008) dice que ―la sociedad conforma un todo,
compuesto de elementos interdependientes‖ (p.54) y es en este marco de pluralidad, donde
podemos encontrar nuestro lugar; una pluralidad que ayuda a ampliar el conocimiento,
tanto por la palabra dicha, como por la palabra escrita.
Una de las principales conclusiones de este trabajo doctoral es que se demostró con
ejemplos de la literatura misma, cómo ésta permite un análisis de la condición humana,
desnudando los mecanismos psicológicos tras la violencia y el mal absolutos. Al analizar
textos como La escritura o la vida, Si esto es un hombre, La ceiba de la memoria y El libro
de los susurros, se comprueba que aunque hablan de conflictos distintos, la raíz es la
misma, y la posibilidad de la literatura es vital para contribuir a la memoria y poder
entender
el
conflicto
para
transformarlo,
diseccionando
el
alma
humana
y
problematizándola como nos invita Morin. Cuando los argumentos intolerantes son
silenciados por la mayoría, se convalidan, pero a su vez se mimetizan en el aire que
respiramos, cargándolo de partículas tóxicas que no nos mata de manera fulminante pero sí
lo hace paulatinamente, comiéndonos desde adentro silenciosamente.
Morin (2011) manifiesta que comprenderse es indispensable, si queremos
comprender al otro. Esta comprensión la expresamos cuando leemos una novela, porque
somos capaces de comprender a personajes totalmente alejados de nosotros, que viven en
lugares exóticos. Pero el asunto radica en comprender y conectarse con el otro, no sólo
desde el imaginario de la novela, sino también en la realidad; pero si aprovechamos la
capacidad de identificación con el otro que tiene la literatura, podemos generar importantes
cambios para rescatar la otredad deshumanizada y cosificada.
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LA PERSISTENCIA DEL VACÍO: LA LITERATURA COMO HERRAMIENTA COMPLEJA
Uno de los logros más importantes de la tesis es hacer un análisis y un recorrido
histórico por el entendimiento del vacío, tanto como concepto como desde la lógica epocal
que plantea, con una mirada compleja desde los postulados de Morin, pero haciendo el
ejercicio multi y transdiciplinar, valiéndome de la literatura, desde el análisis de la novela
El discurso vacío de Mario Levrero, hasta en la sociología y la filosofía con los
planteamientos de Lipovetsky, Baudrillard, Bauman, Jameson y Lyotard, pasando por la
psicología y el psicoanálisis con Freud y Zizek, y sobre todo, apropiando los conceptos,
aprehendiéndolos y logrando el objetivo, que es novelar con mis propios recursos literarios,
esa época que he definido desde todos los anteriores referentes como del vacío, con la
novela La persistencia del vacío.
A estos diálogos múltiples corresponde ya la energía creadora de los jóvenes de
occidente, y sin bien la obsesión de la modernidad muchas veces condujo a rupturas
sin trascendencia frente a la tradición, hoy se orienta menos hacia una superación
formal de lo existente que hacía una búsqueda de lenguajes mixtos y de ricas
maneras de expresar culturas, que se hacen cada vez más complejas. La literatura es
hoy un poderoso instrumento para elaborar y reflejar esta manera, a la vez local y
planetaria, de ser contemporáneos, desprendidos de la tutela de una sola tradición, y
obligados al deber de interpretar con lenguajes sensibles y refinados la
muchedumbre de lo humano, la delicada frontera de promesa y peligro que es hoy la
civilización (Ospina, 2006, pp.168-169)
Frente al numen que recorre transversalmente este trabajo doctoral: el pensamiento
complejo, como el hilo conductor, que como se desarrolló en el primer capítulo, supone un
cambio paradigmático total. Sin su apropiación, este trabajo no podría haber sido posible.
Sin los postulados conceptuales de la teoría del pensamiento complejo de Morin, este
trabajo no tendría sentido, por la cantidad de disciplinas puestas a dialogar durante su
desarrollo. La relación es tácita, y es otra de las conclusiones que se esgrimen de esta tesis:
la literatura vista desde una perspectiva compleja es posible tanto prácticamente, con la
construcción de la novela LPV, como teóricamente, con los aportes y referencias no sólo
de Morin, sino de autores como Le Moigne, Castells, Prigogine, Bunge, Cilliers; y el
mismo Freire, desde los retos que supondría la literatura con una perspectiva pedagógica.
Como en todas las esferas de lo humano y lo material, lo físico y lo psicológico, en
la literatura, la diversidad también es infinita, como la plantea Morin (2006e) en el Método
V. La literatura bebe de la fuente de esa infinita diversidad de la cultura y el lenguaje: de las
lenguas que se extinguen y emergen en argots, jerigonzas y neologismos; de las culturas
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LA PERSISTENCIA DEL VACÍO: LA LITERATURA COMO HERRAMIENTA COMPLEJA
con vocabularios y vericuetos gramaticales complejos y múltiples que diversifican sus
prácticas y sus saberes, conforme son atravesados por el lenguaje y el tiempo.
Los repartos y combinaciones entre el pensamiento racional-empírico-técnico y el
pensamiento simbólico- analógico-mágico están extremadamente diversificadas, a
lo que se añade la diversidad de las formas de inteligencia, de comprehensión e
incomprensión, así como la diversidad entre los modos de pensamiento lógicos,
analógicos, intuitivos. La fabulosa diversidad de las teorías o filosofías se añade a
la fabulosa diversidad de las cosmogonías y de las visiones del mundo‖ (p.65).
En LPV las sensibilidades de una época y una cultura se plasman conforme al autor,
pero la diversidad de la que habla Morin, permite que en el ejercicio hermenéutico sobre la
novela, sea interpretada por unas diversidades que hacen de la palabra una unidad en lo
múltiple.
Llevo más de 4 años tras los pasos del vacío, buscando las huellas que definan la
naturaleza de un vacío que en sí es indomable, y que es paradójico, porque nunca es
completamente vacío. Esa es otra de las conclusiones. La bondad, la ternura, la
comprensión por el otro, el altruismo, luchan por imponerse a la ignominia y el olvido. La
literatura aporta a esto, quizá no siempre de manera directa y explícita, pero ayuda a
confrontar y fortalece la memoria, desde la confección del tejido social.
El ejercicio interdisciplinar, con inquietud transdisciplinar, comienza a apropiarse
desde el primer capítulo. Al hacer el recorrido histórico por la evolución del pensamiento a
lo largo de los siglos, estas formas de conocimiento alimentaron lo que actualmente
conocemos como literatura.
En efecto, dentro de los objetivos planteados de la tesis por definir, y a la vez,
articular la investigación y la comprensión del conocimiento de la literatura, se añade la de
comprender al ―conjunto‖, a la ―totalidad‖ o al ―universo‖ en que se insertan las distintas
disciplinas, especialidades o facultades y sus esfuerzos interdisciplinarios (González, 2004).
Por ello, y teniendo siempre presente la literatura, en la tesis se logró trascender la misma,
tendiendo puentes con otras formas de conocimiento, sin las cuales la literatura no tendría
razón de ser; disciplinas que posibilitan la integración del conocimiento y el entendimiento
de aquello que definimos como literario, reconociendo claramente los escenarios y
problemáticas en las cuales la literatura puede aportar.
Se hace necesario acceder a una literatura compleja, que fortalezca la comprensión
interpretativa bajo los signos culturales desde varias disciplinas para reconstruir, en un
210
LA PERSISTENCIA DEL VACÍO: LA LITERATURA COMO HERRAMIENTA COMPLEJA
contexto planetario, los significados de la diversidad y unidad de los lenguajes, los seres y
sus problemáticas, para poder tener una mejor comprensión de esta era que se define como
del vacío.
Ver los paradigmas emergentes que vienen de la física, la biología y la química,
reconociéndose las problemáticas a trabajar desde varias miradas y sistemas, ha aportado a
la tesis para no verse únicamente a sí misma. Haciendo un ejercicio integrador sin
desconocer los límites y las fronteras de cada una de las disciplinas, para no hacer un
amasijo ecléctico de conocimientos, sino reformulando las problemáticas con la
interdisciplina de los sistemas complejos, que plantean nuevas exigencias y posibilidades a
la epistemología de la organización y de los efectos de las acciones organizadas (González,
2004). De ahí que al analizar un problema como el denominado vacío, se analizó de manera
compleja y contextual, reconociendo las diferentes aristas que hacen parte de la situación
problémica, escenarios que pasan desde lo político, lo económico, lo cultura, lo social, lo
biológico, y lo psicológico, promoviendo así un conocimiento convergente desde lo
literario que reconozca también las diferencias conceptuales y epistemológicas de las otras
disciplinas con las cuales la literatura está en permanente relación.
Por otra parte, en proyectos de investigación cada vez más se vive la necesidad de
participar en trabajos colectivos, esto es con especialistas que, viniendo de distintas
disciplinas, deben acercarse entre sí y aprender un lenguaje común e incluso especializarse
en un área común, interdisciplinaria (González, 2004). Esa también es otra meta y otra
conclusión que evidencié desde la tesis doctoral: la integración y preparación de ejercicios
multidisciplinarios e interdisciplinarios, usando la literatura como base; ejercicios que
ayuden a la humanización y den respuesta a las enormes problemáticas sociales, políticas,
económicas, ambientales, culturales y de violencia que atraviesan, al igual que el lenguaje y
la palabra, las complejas relaciones entre los seres humanos.
Los muros de la era del vacío ya no son de concreto, son de aluminio y de vidrio
templado: dejan entrever algo de lo que sucede, pero todo sigue siendo incomprensible. La
mecánica que engrana el sistema, y que le da sentido e importancia, es igual que antes:
absurdamente lógica; las mismas lógicas que mantuvieron el feudalismo, la esclavitud, el
dominio ignominioso sobre la mujer, los campos de concentración, la inquisición, las
guerras santas, y así un largo etcétera.
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LA PERSISTENCIA DEL VACÍO: LA LITERATURA COMO HERRAMIENTA COMPLEJA
La literatura, sin arreglar los problemas y las injusticias de la vida, entra a dialogar
con el hombre al cual le importa sólo su yo y los dilemas de su tiempo, para ayudarlo a
comprender, para igualar las cargas, ya que el testimonio no es selectivo ni momentáneo:
es múltiple, diverso, casi infinito.
Se diría que el gran descubrimiento consiente de los tiempos cercanos es que el
futuro nace de los diálogos de las tradiciones, que todo surge del pasado, pero que
siendo infinitos sus caminos son también infinitas sus ramificaciones posibles. De
esa suerte de fractalidad están tejidas las literaturas contemporáneas (Ospina, 2006,
p.167)
Parece que la era del vacío es una era obscena, a la manera que la refiere
Baudrillard (2001) cuando dice que ya no estamos en el drama de la alienación, sino en el
éxtasis de la comunicación, que por supuesto, no deja de ser alienación. La obscenidad en
LPV está lejos de ser sexual, es una pornografía de la información y la comunicación, una
obscenidad que no es sobre lo oculto ni lo reprimido, sino de lo visible, de lo que es
demasiado visible, de lo más visible que lo visible; una obscenidad comunicacional que ya
no tiene secretos, completamente soluble y directa, presentada y confundida con libertad de
expresión.
Para concluir sobre el ejercicio hermenéutico–complejo hecho para el análisis de
LPV, me valgo de Foucault (1971) que dice que la interpretación se encuentra ante la
obligación de interpretarse a ella misma, y esta interpretación es hasta el infinito, se
prosigue siempre, una y otra vez, y su obligación es que no puede dejar de volver sobre ella
misma. Una interpretación que este caso arroja un protagonista complejo,
siempre
incongruente, que nunca parece encontrar satisfacción y por eso su impropiedad; un sujeto
que se mueve por sus múltiples posibilidades como si su yo estuviera disgregado por varios
universos (multiversos).
La literatura presenta un sistema complejo, y como dice Morin (2006), no basta con
asociar interrelación y totalidad, es ―importante unir estos conceptos bajo el eco de la
organización‖ (p.124). Por más que literatura represente una o varias realidades, la forma
como las organiza, da cuenta de un sistema complejo, ya que ese sistema, es una unidad
global, organizada de interrelaciones entre los elementos, las acciones y los individuos que
forman parte de LPV, al igual que los que inspiraron su escritura.
212
LA PERSISTENCIA DEL VACÍO: LA LITERATURA COMO HERRAMIENTA COMPLEJA
Al ser el cosmos igual al hombre: un ser Sapiens organizador que transforma el
desorden en orden, y el ruido en información, Morin (2006) está planteando la interrelación
entre la unidad y lo múltiple, ya que el hombre al ser Sapiens, también es Demens; no es
una cosa u otra, es ambas, porque aparte de buscar la organización, aparte de transformar el
desorden, está atravesado por pulsiones, deseos, delirios, éxtasis, fervores adoraciones,
espasmos, ambiciones y esperanzas que tienden al infinito, es decir, lo Demens. El cosmos
habita en el hombre, no sólo las moléculas y partículas de hierro y calcio nos hermanan con
el universo, en un proceso netamente hologramático, también esa forma particularmente
compleja de convivencia de lo Sapiens y lo Demens; de la organización y el caos.
La literatura, igual que el hombre y el cosmos, es atravesada también por esa
dinámica circular de orden-desorden, donde las propiedades emergentes, surgen con una
nueva organización. El observador que es capaz de escribir, de dar testimonio mediante la
literatura, mediante su observación, ―su visión, lenguaje, conceptos, saber, cultura y
sociedad, engloban a su vez la physis 12 que lo engloba‖ (Morin, 2006, p.421). El
observador ya no es lo observado, ni el escrito es presa del sujeto que lo detenta; el discurso
es libre, porque es creado y también se vuelve creador, por eso la literatura propuesta por
LPV, traspasa los tiempos y las fronteras conceptuales e idiomáticas en un permanente
intercambio de significantes.
El ejercicio interpretativo de LPV, a la manera que propone Morin con el discurso y
el ejercicio transdisciplinario, fue posible en la medida que siempre se sostuvo que la
novela podía ejemplificar las relaciones posmodernas, líquidas y del vacío de las que
hablan Jameson, Bauman y Lipovetsky,
respectivamente, pero esta interpretación es
incompleta, y no sólo por el hecho de que la analice su propio autor, y aunque alguien más
la pudiera interpretar, al representar un trabajo complejo, la hermenéutica que se cree
semiótica y se apropia de los absolutismos, de lo acabado y lineal, abandona la propia
complejidad del ejercicio interpretativo que es circular, violento, inacabado e infinito. Una
interpretación que vuelva a ella misma entra en el dominio de los lenguajes que no dejan de
implicarse a sí mismos (Foucault, 1971).
12
En este concepto, Morin en el Método 1, plantea una Physis pero regenerada: una naturaleza no sólo pasiva
sino generadora, por lo cual ya no se habla únicamente en términos de energía física, se habla también de
evolución, de paradas y de caos, es decir, de una generatividad antropo-social que es en sí misma generadora
de una ciencia que continua generando esa Physis, en un bucle recursivo. La naturaleza Morin ahora la
plantea dinámica y transformadora y no sólo predecible.
213
LA PERSISTENCIA DEL VACÍO: LA LITERATURA COMO HERRAMIENTA COMPLEJA
Al estar inmersos en una era planetaria, Morin (1999) manifiesta que la educación
del futuro deberá enseñar y problematizar la condición humana. Dice que conocer lo
humano es, principalmente, situarlo en el universo y a la vez separarlo de él. La literatura
puede ser una de las mejores estrategias de organización e inmersión de la condición
humana a través de un ejercicio complejo. Según Morin, lo humano permanece cruelmente
dividido, fragmentado en pedazos de un rompecabezas que perdió su figura.
En Los siete saberes necesarios para la educación del futuro, el autor plantea
volver a unir los conocimientos resultantes de las ciencias naturales, con el fin de ubicar la
condición humana en el mundo, y de las ciencias humanas para aclarar las
multidimensionalidades y complejidades humanas; por esa precisa necesidad de integrar el
aporte inestimable de las humanidades, no solamente de la filosofía y la historia, sino
también de la literatura, la poesía y las artes. En esa polisemia cultural, integrada desde las
artes, y como se propuso acá en esta tesis doctoral, desde la literatura, es posible extraer,
como refleja Morin, la conciencia de que no se debe reducir un ser a la mínima parte de sí
mismo. Es imposible atomizar la literatura a la mínima parte de un arte o un saber para
generalizar unos datos y unos saberes, ya que ésta, al ser afectada por la mundialización
cultural, no es homogeneizante, pero sí nos permite encontrarnos en la divergencia.
Más que certezas, las preguntas sobre la validez, la pertinencia y la coherencia de
este trabajo investigativo, que tiene un componente creativo, quedan completamente
abiertas, algo que refleja de la propia naturaleza de la teoría del pensamiento complejo. Y
aunque Foucault manifiesta que la interpretación es infinita, no cabe todo en ella, y no por
ser relacional todo es permitido. El ejercicio que compele la teoría del pensamiento
complejo, es por supuesto, unir los puentes conceptuales y disciplinares, encontrando las
propiedades emergentes que surgen de esas uniones. No puede unirse todo con todo, y ahí
está el otro reto de la teoría del pensamiento complejo: relacionar, pero también identificar
aquellas propiedades y características particulares, en este caso, de las partes que componen
esa totalidad relacional literaria.
Esta tesis doctoral, no intenta en modo alguno, agotar un tema conceptual y práctico
de tanta envergadura y riqueza hermenéutico-epistemológica. Por eso está abierta a nuevas
aprehensiones y discernimientos complejos; es una tesis con sentido rizomático como
214
LA PERSISTENCIA DEL VACÍO: LA LITERATURA COMO HERRAMIENTA COMPLEJA
propone Deleuze y Guattari (2004), ya que no sigue estructuras jerárquicas ni totalizantes, y
cuya organización es múltiple, dinámica y por supuesto, compleja.
Recomendaciones.
1. Revisar de manera conjunta, la forma cómo se leen y se discute literatura en la
academia, sobre todo, en los primeros años de estudios. Debe aprenderse a leer
literatura en la escuela de manera más dinámica, generando estrategias pedagógicas
que faciliten el proceso en los niños y jóvenes, y de esta manera, relacionar el
conocimiento y el quehacer humano desde la política, la economía, la sociología, la
ciencia, desde el recurso literario.
2. La cátedra para la paz, próxima a lanzarse en Colombia, debería incluir lectura de
textos literarios que ayuden a comprender y escenificar el conflicto en el país en
toda su magnitud, generando procesos de sensibilización y transformación en los
jóvenes, facilitando procesos de inclusión y reconocimiento del otro en la
diferencia.
3. Es necesaria la promoción de los resultados de la tesis doctoral ―La persistencia del
vacío: la literatura como herramienta compleja que integra y potencia las diversas
realidades discursivas‖, a través de su estudio y la aplicación en la educación, la
literatura, el arte y la cultura, en general, posibilitando alianzas estratégicas con
entidades gubernamentales que promueven el arte y la literatura.
4. Realización de talleres, y ejercicios de lectura compartida y dinámica, con sentido
crítico sobre los resultados de la presente tesis, en colegios y universidades.
5. Publicación en formato de libro y digitalmente, los resultados de la presente
investigación para su conocimiento y socialización.
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Ponencias
Agosto 14 y 15 de 2014. Ponente durante la IV jornada internacional de gerencia avanzada
y educación organizada por el Centro de Investigación y Estudios Gerenciales (CIEG) de
Venezuela, con la ponencia titulada: La persistencia del vacío: La literatura como
herramienta compleja que integra y potencia las diversas realidades discursivas. Bogotá,
Colombia, Hotel Capital.
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