Beizama, en el corazón de Gipuzkoa

IBILBIDEAK RECORRIDOS
Beizama, en el
corazón de
Gipuzkoa
texto Alejandro Cantero,
Ingeniero de Montes, IKT
fotografías IKT
En el centro geográfico de Gipuzkoa se ubica el municipio de Beizama, cuna de aizkolaris y misioneros. La
producción económica de sus escasos habitantes
está centrada en el turismo rural y en la ganadería,
principalmente de ovino y vacuno, pero ello no ha
sido óbice para constituir un pueblo puntero en el
aprovechamiento comunitario de la biomasa forestal.
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Un poco de geografía
El barrio principal de Beizama constituye,
con 543 metros de altitud, el pueblo más
alto de Gipuzkoa, superando a los vecinos Bidania (490 m) y Goiaz (520 m). La
gran mayoría de los 180 vecinos del
municipio vive en caseríos aislados, más
o menos agrupados en barrios. El más
conocido de ellos, a causa de su gran tradición en sokatira, es el barrio de Nuarbe,
barrio compartido con el municipio de
Azpeitia. Las empresas de Azpeitia ejercen precisamente de centro económico
de la zona y dan trabajo a una gran parte
de los vecinos de Beizama.
La complicada orografía de Beizama,
durante siglos, ha favorecido su aislamiento y ha dificultado la producción
agrícola. En el año 1900 contaba con 634
habitantes, triplicando su población
actual. El éxodo de los años 60 ha dejado tras de sí una población en cierto
modo envejecida y, en algunos casos,
sin continuidad generacional en el baserri.
El entorno geográfico es de gran belleza,
formado por bosques (74% del municipio) y praderas (20%) y dominado por
montañas en todas las direcciones. Las
cotas más bajas del municipio están anegadas por el embalse de Ibai-Eder, construido en 1991 para recoger las aguas de
estos montes, abastecer a diversos
núcleos de la comarca y regular el caudal
del río Urola.
El núcleo principal de Beizama es un
pequeño grupo de casas en torno a la
iglesia, al Ayuntamiento y a la Natur
Eskola, grupo donde se ha instalado una
experiencia pionera de calefacción tipo
district heating. Una caldera de 400 kW
alimentada por pellets suministra agua
caliente a los edificios próximos mediante 600 m de conducciones, evitando el
empleo de gasoil y propano. El
Ayuntamiento está barajando la ampliación de la experiencia mediante el
empleo de astillas generadas en los bosques próximos, incluidos los de sus propios montes.
Precisamente, los montes de Utilidad
Pública de Beizama son los únicos de
toda la comarca de Urola Kosta que quedaron en manos de un Ayuntamiento
tras los sucesivos episodios de venta y
desamortización que se sucedieron a lo
largo del siglo XIX. Causas como la
Guerra de la Convención, la invasión
napoleónica o las Guerras Carlistas supusieron, para muchos Ayuntamientos de
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las cuencas del Urola y del Deba, la
venta de sus propiedades para hacer
frente a las deudas contraídas. Actualmente, los montes públicos Soasu y
Garrintza aparecen como islas de propiedad forestal pública en un mar de propiedades privadas.
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El itinerario
Precisamente, el monte público Soasu
es el escenario del itinerario propuesto.
Es el primero de los senderos ofertados
en la página web del Ayuntamiento de
Beizama (www.beizama.net). Hay que
tener en cuenta que este monte, de 275
ha, es de complicada orografía: se
extiende desde los 218 hasta los 706 m
de altitud y su pendiente media del
monte ronda el 50%.
El itinerario ronda los 10 km y puede
hacerse a pie en 2-3 horas, dependiendo
de las veces que se detenga en busca de
buenas fotos o de setas. Parte del caserío Santa Ageda (cota 698), en el barrio
de Urdanpileta, a la altura del punto kilométrico 8,5 de la carretera GI-3720, de
Azpeitia (Nuarbe) a Albiztur (Santutxo)
por Beizama. La estrecha carretera,
luego pista hormigonada, se dirige hacia
el sur cruzando por varios caseríos.
A unos 2 km encontramos de frente la
cumbre del monte Maramendi (721 m),
que hay que rodear por el este. En las
cercanías de esta pequeña cumbre se
ubican tres dólmenes: Trikumuttegi y
Maramendi norte y sur.
Llegamos al collado de Domiko Mugarria
(3 km, cota 602), punto de unión de cuatro municipios y de tres comarcas de
Gipuzkoa. En este punto hay que dejar la
pista hormigonada y girar hacia el noroeste, por una pista más o menos embarrada que se adentra en el hayedo-robledal. Hacia el sur continúa el camino que
asciende al monte Marumendi o
Murumendi (859 m), cumbre donde la
leyenda ubica a la bruja Mari.
El trayecto por el monte público de
Beizama permite contemplar multitud de
antiguas carboneras, de lo que se puede
deducir el interés de estos bosques para
producir biomasa en forma de carbón
vegetal, seguramente destinado en gran
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Panorámica del
macizo de
Izarraitz desde
el monte de
Beizama.
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Bosquete de
castaños del
monte, apreciando varios
ejemplares
enfermos y
puntisecos.
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Buen ejemplar
de roble en
medio de las
hayas.
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parte a las ferrerías del río Urola. El bosques una mezcla de árboles de haya,
roble albar, castaño, abedul,… El tamaño
de los árboles es también muy variable,
coexistiendo hayas trasmochas o robles
adultos de buena altura con densos brotes de cepa. Se trata de un bosque aparentemente muy natural, aunque citas
históricas (ver wikipedia) afirman que el
Ayuntamiento de Beizama repobló sus
montes con unas 100.000 hayas en el
siglo XVIII, en una época histórica de
gran demanda de madera para la Marina
y para las ferrerías.
A nivel municipal, las masas de frondosas ocupan prácticamente la misma
superficie que las plantaciones de coníferas. El bosque mixto, dominado en
forma de bosquetes de hayas, castaños
y robles albares (Quercus petraea), es el
tipo de bosque que ocupa mayor superficie en el monte público de Beizama y el
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que podremos contemplar con mayor
abundancia en este sendero. Aparece
algún bosquete aislado de haya en las
umbrías o de jaro de castaño, especie
que hasta hace poco tuvo interés local
para la cestería pero que, como tantas y
tantas costumbres ligadas al monte, se
ha ido perdiendo, sustituido por otros
materiales menos sostenibles.
Siguiendo la curva de nivel de los 550600 m, el itinerario cruza diversas repoblaciones forestales de coníferas y frondosas y permite rodear las estribaciones
del citado Maramendi, por un entorno
muy tranquilo y con hermosas panorámicas de los montes circundantes y de las
regatas que descienden hacia el embalse de Ibai-Eder. Esta tranquilidad es un
rasgo de modernidad, ya que estos montes han sido muy transitados durante
siglos por pastores, leñadores, carboneros, mineros… dejando su huella en el
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paisaje, en el arbolado o en forma de
antiguos caminos o construcciones.
En cualquier punto del recorrido podemos decidir perdernos y descender por
alguna de las numerosas pistas que cruzan el monte. Alcanzaremos así las riberas del embalse de Ibai-Eder, en el que
una pista perimetral nos llevará hacia
Matxinbenta, en la cola del embalse, o
hacia Nuarbe, en la salida del embalse
hacia Azpeitia.
Si decidimos recorrer el itinerario propuesto, hacia el kilómetro 8 volvemos a
llegar a la pista hormigonada, que nos
devuelve hacia el barrio de Urdanpileta y
hacia la carretera general. Atrás dejamos
este monte tan solicitado en el pasado
para la obtención de materias primas.
Quién sabe si tendremos que volver para
seguir obteniendo combustibles, pero
ahora siguiendo un Plan de Ordenación
forestal.
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