dentro del natural dominio de la laurisilva, no creemos necesario

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dentro del natural dominio de la laurisilva, no creemos necesario incluir aquí
una larga relación de localidades, limitándonos a citar algunas de ellas en
que concretamente hemos hecho observaciones sobre las distintas facetas
que, según el momento y circunstancias, ofrecen los montes así explotados.
E n el monte " A g u a s y Pasos", de L o s Silos (Tenerife), hemos observado
algunas parcelas de monte bajo, en las que el turno está a punto de cumplirse y el estrato superior puede considerarse y a reconstruido; figuran en él
como dominantes laureles y acebiños, a los que, en plan accesorio, se asocian
las fayas y los brezos; no faltan algunos ejemplares de viñátigos y paloblancos, existiendo también, según nos informan, aunque nosotros no los vimos,
barbusanos y adernos. Estas especies nobles, según las normas dictadas por
el Servicio Forestal para esta clase de aprovechamientos, no se consideran
incluidas en ellos, debiendo ser respetadas. Sin duda, tal medida data de
época reciente, pues, de lo contrario, la conservación de las mencionadas
especies estaría h o y garantizada por más abundantes muestras, y las formas
de monte medio serían más frecuentes.
Entre el cortejo que acompaña en nuestro caso a las especies principales,
vemos aún abundantes muestras de colonizadoras helio filas
(Pteridium,
Cistus, Origanum, Micromeria, etc.); pero, en general, restaurada la sombra, los estratos inferiores aparecen caracterizados por especies de marcada
progresividad (Vibumum
rugosum Pers., Phyllis nobla L., Ranunculus corL'Herit., Myositis
macrocalytusqefolius Willd., Geranium anemonaefolium
cina Coss., etc.). E n consonancia con esto, el suelo está propicio para recibir
las simientes de las especies definitivas, y todo parece a punto para un importante avance hacia la climax; sin embargo, de nada servirá que estén
allí presentes los árboles padres, dispuestos a una eficaz diseminación, ni
que incluso se h a y a n logrado y a algunos brinzales; el turno está a punto de
cumplirse, y el hacha, que tiene y a marcada su fecha de actuación, se encargará de retrotraer brutalmente el paisaje al punto de partida, malogrando
y desambientando todos los intentos de recuperación del suelo por los mejores elementos.
E n el monte de Breña A l t a (La Palma), entre los 800 y 1.000 m. de altitud, hemos tenido ocasión de apreciar el aspecto de un predio recién cortado, que pudiera considerarse como la inmediata continuación del anteriormente descrito. L a formación arbustiva de acebiño, laurel, faya y brezo,
con grandes bosquetes de viejos viñátigos localizados en los barrancos, aparece interrumpida por extenso raso, en el que aún se v e n diseminadas algunas carboneras humeantes. Según nos informan, hace dieciséis años de la
corta anterior en este mismo sitio, y el actual aprovechamiento ha producido 150 estéreos de leña por hectárea. A u n q u e teóricamente esté sometido
el monte al citado turno, resulta en la práctica que de las 700 Ha. que apro-
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