8. Agricultura.

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MONOGRAFÍAS SOBRE LAS NORMAS
INTERNACIONALES DE INFORMACIÓN FINANCIERA
AGRICULTURA
por
Simón Vera Ríos
Catedrático de Escuela Universitaria
de la Universidad de Granada
MONOGRAFÍA 8
ÍNDICE
Págs.
III.
ANTECEDENTES, OBJETIVOS Y ALCANCE DE LA NIC 41 ........
1. El proceso de gestación y desarrollo de la NIC 41 .................
2. La justificación de una NIC centrada en la Agricultura .........
3. Experiencias de ámbito nacional en el terreno de la
normalización contable agrícola .........................................
3.1. Francia .......................................................................
3.2. Estados Unidos ............................................................
3.3. Australia .....................................................................
3.4. Nueva Zelanda ............................................................
4. Objetivos y alcance de la NIC 41 ........................................
361
361
362
III.
EL ÁMBITO DE APLICACIÓN DE LA NIC 41 ...........................
1. La delimitación de la actividad agrícola ..............................
1.1. Criterios que tipifican la actividad agrícola ...................
1.2. La actividad productiva agrícola primaria o principal ....
1.3. La actividad secundaria o conexa .................................
1.4. La postura de la NIC 41 ...............................................
2. El proceso de transformación biológica ...............................
3. Activos biológicos y productos agrícolas .............................
3.1. Activos biológicos .......................................................
3.2. Productos agrícolas .....................................................
377
377
377
378
379
381
383
386
386
388
III.
CUESTIONES REGULADAS EN LA NIC 41 ..............................
1. Reconocimiento y valoración de los activos biológicos y los
productos agrícolas ............................................................
1.1. Requisitos exigibles para el reconocimiento ..................
1.2. La valoración de los activos biológicos y los productos
agrícolas .....................................................................
1.3. Las ganancias o pérdidas derivadas de la aplicación del
valor razonable ...........................................................
2. El Reconocimiento de las subvenciones relacionadas con
activos biológicos ...............................................................
3. Información a revelar en los estados financieros ..................
391
IV.
365
366
367
369
372
373
391
391
392
415
423
426
COMPARACIÓN DE LA NIC 41 CON LA NORMATIVA
CONTABLE ESPAÑOLA .......................................................... 435
1. Los activos agrícolas ........................................................... 435
359
LAS NORMAS INTERNACIONALES DE INFORMACIÓN FINANCIERA
2. Requisitos para el reconocimiento inicial ............................
3. La valoración conforme al valor razonable ..........................
4. El reconocimiento en los estados financieros de los cambios
en el valor razonable ..........................................................
5. Contratos de futuros sobre activos agrícolas .........................
6. Las subvenciones relacionadas con los activos biológicos ....
7. La información a revelar en los estados financieros ..............
439
441
443
444
445
446
BIBLIOGRAFÍA ...................................................................... 449
ANEXOS ................................................................................ 455
360
PRESENTACIÓN DE ESTADOS
FINANCIEROS:
AGRICULTURA
Simón Vera Ríos
Catedrático de Escuela Universitaria de la Universidad de Granada
Ramiro Serrano García
Profesor Titular de Escuela Universitaria de la Universidad de Alcalá
I. ANTECEDENTES, OBJETIVOS Y ALCANCE DE LA NIC 41
1.
El proceso de gestación y desarrollo de la NIC 41
La gestación de la NIC 41 se inició en 1994, con la decisión del
Consejo del IASC de nombrar un Comité Director encargado de delimitar los principales problemas que en el plano de la información financiera presentaban las empresas encuadradas en el ámbito productivo
agrícola1 y de estudiar y proponer posibles vías de solución. Los traba1
En una parte de la literatura sobre agricultura existente en España puede observarse el
empleo de los términos agrario y agrícola con diferente alcance. Así, al conjunto de la
actividad productiva que se desarrolla en la agricultura es frecuente referirse como actividad agraria, la cual es objeto de división en tres ramas –agrícola, forestal y ganaderadiferenciándose las dos primeras de la última en la naturaleza vegetal o animal, respectivamente, de los procesos productivos desarrollados y de los productos resultantes. Entre
las dos primeras la clase de cultivo –herbáceos y arbóreos no forestales, de un lado, y
bosques, de otro– constituye el elemento discriminador, cuya toma en consideración se
justificaría por la desigual problemática técnico-económica que de la misma se deriva.
De este modo, el término agrario tendría un alcance más amplio que el agrícola, pues
abarcaría además los ámbitos de actuación forestal y ganadera. Es de hacer notar cómo,
con anterioridad a la publicación de la NIC 41, el párrafo 1 de la NIC 2 aludía expresamente a los tres subsectores antes referidos. Sin embargo, el texto de la NIC 41 se
decanta por el empleo del término agrícola con un sentido omnicomprensivo de la agricultura, razón por la cual a lo largo de la exposición adoptamos idéntico criterio, descar-
361
MONOGRAFÍAS SOBRE LAS NORMAS INTERNACIONALES DE INFORMACIÓN FINANCIERA
jos del Comité se plasmaron en un Borrador de Declaración de
Principios, publicado en 1996 [IASC, 1996], donde se recogía la relación de los problemas detectados así como de las posibles alternativas
para afrontarlos, junto con la propuesta aconsejada en cada caso. A lo
largo del correspondiente período de debate público, el Comité recibió
numerosos comentarios que propiciaron la revisión de algunas recomendaciones iniciales, que quedaron así incorporadas al Proyecto de
Norma E65 [IASB: 1999] emitido por el Consejo en julio de 1999.
Concluido el 31 de enero de 2000 el nuevo período abierto para reci2
bir observaciones, el IASC decidió complementar las 62 cartas de
sugerencias y comentarios recibidas con información proveniente
directamente de empresas agrícolas, a cuyo efecto circularizó un cuestionario con el propósito principal de recabar más opiniones acerca de
la propuesta de determinación del valor razonable contenida en el E65.
Finalmente, en diciembre de 2000, tras proceder a la consideración de
las respuestas al cuestionario y los comentarios recibidos, el Consejo
3
aprobó la versión definitiva de la NIC 41 –Agricultura– [IASB: 2001],
disponiendo su empleo en la formulación de los estados financieros
que abarquen períodos que se inicien a partir del 1 de enero de 2003.
2.
La justificación de una NIC centrada en la agricultura
Es de sobra conocido que el IASB tiene como cometido principal el
tando el uso del vocablo agrario al objeto de evitar cualquier confusión acerca de su
alcance.
2
El texto completo de las cartas puede consultarse en <http://www.iasb.org.uk>-, dentro
de la sección Project Archives\Agriculture [E65]\Comment Letters.
3
La traducción al español del IASB, junto con un apéndice que recoge los fundamentos
de las conclusiones, puede consultarse en IASB [2002: 1505-1569], mientras que la versión en español que tendrá carácter oficial en España -y que difiere de la anterior en la
traducción de algunos términos- figura en CCE [2003: 376-385].
362
AGRICULTURA
desarrollo de normas internacionales de contabilidad susceptibles de
aplicación con carácter general a todos los sectores de actividad. Ello
no es óbice para que, cuando se estima aconsejable, puedan acometerse proyectos que abordan la problemática específica de un sector concreto. En esta línea, pueden mencionarse la NIC 30 –Información a
revelar en los estados financieros de bancos y entidades financieras
similares– y la NIC 40 –Inmuebles de inversión–, o los trabajos en
curso relativos a las empresas encuadradas en el sector de seguros o en
la industria extractiva.
¿Era necesaria una NIC que abordara con carácter exclusivo el sector
agrícola? Frente a las dudas suscitadas por los condicionantes que en el
plano informativo se derivan de la reducida dimensión de la gran
mayoría de las unidades económicas que lo integran, o por la dificultad
a priori en otorgar un tratamiento unitario a la diversidad que caracteriza la problemática inherente a la actividad agrícola –fundamentalmente por la existencia de ciclos cortos y largos de producción–, el Consejo
opuso las siguientes consideraciones, que finalmente inclinaron la
balanza para que el interrogante se concretara en un proyecto:
• la ausencia de unas directrices contables que abordaran las peculiaridades del proceso de transformación agrícola, cuya naturaleza biológica dificulta la aplicación de un modelo contable basado en el
coste histórico y la realización;
CUADRO 1
Cronología de la NIC 41
1994
1996
1999
2000
2001
2003
2003
Decisión de acometer el estudio de la información financiera en las empresas agrícolas.
Publicación del Borrador de Declaración de Principios sobre Agricultura.
Aprobación del Borrador E65 de Propuesta de NIC sobre Agricultura.
Aprobación de la NIC 41 sobre Agricultura.
Publicación de la NIC 41 sobre Agricultura.
Entrada en vigor para ejercicios con inicio a partir del 01–01–2003.
Publicación en el D.O. de la Unión Europea del Reglamento por el que se
adopta, entre otras, la NIC 41.
363
MONOGRAFÍAS SOBRE LAS NORMAS INTERNACIONALES DE INFORMACIÓN FINANCIERA
• la creciente demanda de información financiera basada en principios contables generalmente aceptados por parte de las entidades
suministradoras de recursos financieros a las empresas agrícolas;
• el incremento experimentado en la dimensión, alcance y comercialización de la agricultura a nivel internacional;
• la importancia que reviste la agricultura en la economía de muchos
países.
Particularmente relevante para comprender la decisión de acometer la
elaboración de la NIC 41 es la situación en la cual se encontraba el tratamiento de los activos ligados a la actividad agrícola y de los cambios
experimentados por tales activos, con anterioridad al desarrollo de la
misma. En efecto, como reconoce el propio IASC [2001: pfo. B4]:
• la NIC 2 [pfo. 1] –Existencias– excluía las derivadas “de productos
ganaderos, agrícolas o forestales … que estén en poder de los productores, siempre que sean valorados según el valor neto realizable
de acuerdo con las prácticas tradicionalmente establecidas en ciertas
industrias”;
• la NIC 16 [pfo. 2] –Inmovilizado Material– no era aplicable a “bosques y recursos naturales renovables similares”;
• la NIC 18 [pfo. 6] –Ingresos Ordinarios– no trataba de los ingresos
procedentes de los “incrementos naturales en las cabañas ganaderas,
así como en otros productos agrícolas y forestales”; y
• la NIC 40 [pfo. 3] –Inmuebles de inversión– dejaba fuera de su
ámbito de aplicación a los “bosques y recursos naturales renovables
similares”.
A la vista de las consideraciones anteriores y aunque la decisión no
contaba con el beneplácito de diversas empresas e instituciones influyentes, que mostraron una actitud beligerante y crítica hacia el proyecto, el Consejo decidió acometer su desarrollo.
364
AGRICULTURA
3.
Experiencias de ámbito nacional en el terreno de la normalización
contable agrícola
La ausencia a nivel internacional de unas normas contables relativas al
sector agrícola con anterioridad a la publicación de la NIC 41 no significa, naturalmente, que no se le haya prestado atención al tema a nivel
nacional, e incluso a nivel comunitario en Europa. Así, hay que reseñar
que organismos públicos y privados de diversos países han acometido
con mayor o menor acierto y profundidad el desarrollo de guías y pronunciamientos contables tendentes a ofrecer soluciones a los problemas específicos del sector agrícola. Nos referiremos brevemente a
aquellas aportaciones que consideramos más relevantes en el presente
contexto, en tanto que pueden servir al lector como punto de referencia para enjuiciar la NIC 41.
Mención aparte requiere la Red de Información Contable Agrícola
(RICA), que funciona a nivel comunitario desde 1965 con la finalidad
de que los órganos de decisión comunitarios puedan disponer de información objetiva y comparable acerca de las rentas y de la realidad
económica de las empresas agrícolas, con vistas a orientar las acciones
encaminadas al cumplimiento de los objetivos de la política agrícola
común. Las detalladas instrucciones que se suministran para que las
empresas adscritas a la RICA puedan cumplimentar con criterios homogéneos la ficha de explotación [véase CCE, 2001a], han sido a menudo
consideradas como una especie de ensayo de normalización contable
agrícola a nivel europeo, a pesar de que éste no haya sido nunca un
objetivo declarado. Aun cuando los datos recabados no tienen ni
siquiera como finalidad la elaboración de estados financieros, la información disponible a través de la ficha de explotación permite cumplir
con ese cometido sin grandes dificultades. Sobre esta base, algunos
autores [Argilés et alt, 2001: 377] consideran que, si se logran salvar las
diferencias existentes entre ambas, la RlCA podría constituir un instrumento válido para lograr la difusión de la NIC 41 a nivel comunitario.
365
MONOGRAFÍAS SOBRE LAS NORMAS INTERNACIONALES DE INFORMACIÓN FINANCIERA
3.1.
Francia
Francia representa indudablemente en Europa el país de mayor tradición en el ámbito de la normalización contable agrícola. Sus esfuerzos
datan de 1965, cuando se presentó el primer proyecto de plan contable
para la empresa agrícola, que fue aprobado en 1970 [IGER, 1970]. La
publicación del nuevo Plan Contable General en 1982 para adecuarse
a las disposiciones de la IV Directiva supuso la oportunidad para acometer una revisión en profundidad del Plan de 1970, a cuyo efecto se
nombró en 1984 una comisión cuyos trabajos culminaron en 1986 con
el dictamen favorable del Consejo Nacional de la Contabilidad y un
decreto interministerial que aprobaba el Plan Comptable Général
Agricole (PGCAF) [IGER, 1987]. De este modo la agricultura francesa
se dotó de un nuevo plan contable, con un enfoque eminentemente
económico y especialmente concebido para atender sus necesidades.
El PGCAF denomina bienes vivos al conjunto de animales y vegetales
empleados en la actividad productiva de la empresa como inversiones
económicas de carácter fijo o circulante en curso de producción. La
naturaleza de las cuentas a utilizar y su posterior clasificación en el
activo del balance dependen de su función en la explotación. Así,
aquellos animales o vegetales cuya finalidad sea contribuir, de forma
duradera, al desarrollo de la actividad de la empresa agrícola, deben
ser incluidos en el inmovilizado. En tal situación se encontrarán, por
ejemplo, los animales reproductores, las viñas o las plantaciones de
árboles frutales. Aquellos otros animales o vegetales cuya participación
en el ciclo de explotación de la empresa agrícola tiene como única
finalidad su venta al término de un proceso de producción, deben
incluirse en el activo circulante. Este sería el caso de los animales de
engorde o de los cultivos de cereales.
Como regla general, las normas de valoración previstas en el Plan
Contable General francés resultan aplicables a los bienes vivos. Ahora
bien, las empresas agrícolas pueden determinar el coste de producción
366
AGRICULTURA
de los bienes vivos producidos en la explotación de acuerdo con los
medios disponibles. De este modo, cuando no se tenga implantado un
sistema de contabilidad de gestión, el coste de producción podrá obtenerse mediante procedimientos estadísticos; en concreto, mediante
baremos estandarizados proporcionados por diversos organismos agrícolas que permiten incorporar, en la medida de lo posible, las condiciones particulares en que la empresa desarrolla su actividad.
En aquellos casos excepcionales donde no resulte posible determinar el
coste de producción de los bienes vivos por aplicación de las normas
generales, el PGCAF prevé los siguiente métodos:
• Realizar la valoración aplicando los precios de mercado que rigen
en la fecha de cierre del ejercicio, minorados del margen con el que
opera la empresa según cada clase de bien vivo.
• Si el método anterior resulta inaplicable, los bienes vivos figurarán
por su valor venal en la fecha de cierre del ejercicio.
3.2.
Estados Unidos
En los Estados Unidos resulta obligado destacar la publicación en 1987
por parte del American Institute of Certified Public Accountants
(AICPA), dentro de su serie de guías de auditoría y contabilidad, del
documento titulado Audits of Agricultural Producers and Agricultural
Cooperatives, que incluía como parte integrante en un anexo el
Statement of Position 85-3 –Accounting by Agricultural Producers
and Agricultural Cooperatives– y que ha desempeñado en buena
4
medida desde entonces el papel de guía de referencia en el sector .
4
Otro documento cuya mención también resulta ineludible aun cuando no posea el
carácter de pronunciamiento oficial por tratarse de un estudio de investigación es
Accounting and Financial Reporting by Agricultural Producers publicado por el CICA
[1986] en Canadá. En líneas generales, las conclusiones alcanzadas denotan una toma
de posición próxima a la sustentada por la AICPA. Las recomendaciones contenidas en
ambos documentos han tenido un notable eco en el ámbito anglosajón, donde son con-
367
MONOGRAFÍAS SOBRE LAS NORMAS INTERNACIONALES DE INFORMACIÓN FINANCIERA
El SOP 85-3 no contradice las recomendaciones del Accounting
Research Bulletin 43 [AIA, 1953], que establece la valoración de las
existencias de acuerdo con la fórmula al coste o al mercado, según
cual sea menor. No obstante, conviene tener presente que el Statement
9 del capítulo 4 del ARB 43 admite de forma expresa la valoración de
los productos agrícolas –entre otras excepciones– por un importe superior al coste, obtenido por diferencia entre el valor de venta y los costes
pendientes de incurrir hasta su colocación, en aquellos casos en que:
• resulta difícil la determinación de los costes en forma apropiada;
• es factible la comercialización inmediata a los precios vigentes en el
mercado;
• las unidades son intercambiables entre sí.
En esencia, la propuesta valorativa del SOP 85-3 [pfos. 38-39 y 60-62],
que no abarca la actividad forestal, puede resumirse como sigue:
• Hasta el momento de su cosecha o recolección, los cultivos y demás
productos vegetales deben acumular los costes directos e indirectos
que ocasionen, valorándose mientras tanto al coste o al mercado,
según cual sea menor.
• Idéntico tratamiento se propone para los animales en proceso de
crecimiento, criados con destino al mercado.
• Los animales en disposición de ser vendidos y los productos vegetales recolectados con destino al mercado pueden ser valorados al
coste o al mercado, según cual sea menor, o bien, de acuerdo con
las prácticas establecidas en el sector, por su precio de venta menos
los costes ligados a su comercialización, siempre que:
sideradas por algún autor [Juchau, 1989:1.4] como la base sobre la que se asientan
buena parte de los avances logrados en el campo de la información financiera del sector
agrícola. Las referencias a ambos documentos, tanto en el texto del Borrador de
Declaración de Principios sobre Agricultura de 1996 como en varios de los comentarios
al E65, así parecen confirmarlo.
368
AGRICULTURA
– posean un precio de mercado fiable, rápidamente determinable y
realizable;
– tengan unos costes de colocación susceptibles de estimación y de
escasa importancia relativa;
– se encuentren disponibles para su entrega inmediata.
• Los costes directos e indirectos incurridos en la etapa de creación de
las plantaciones deben activarse para ser posteriormente amortizados a lo largo de la etapa de producción estimada.
• Los costes directos e indirectos imputables a los animales en proceso
de crecimiento, criados para su explotación, deben ser acumulados
hasta que alcancen su fase de madurez en la cual serán transferidos
a su función productiva, momento a partir del cual el importe de la
diferencia entre los costes acumulados y el valor residual de los animales deberá ser amortizado a lo largo de la vida productiva estimada de los animales.
Por otra parte debe mencionarse la labor del Farm Financial Standards
Council (FFSC) como organismo aglutinador de las diferentes partes
involucradas en el sector agrícola norteamericano, interesadas en disponer de normas específicas que contribuyan a dotar de mayor uniformidad a la información financiera elaborada por las empresas agrícolas. Su extenso documento Financial Guidelines for Agricultural
Producers [FFSC, 1997] se encuentra en línea con la normativa norteamericana antes citada.
3.3.
Australia
En 1963, con la presencia de diferentes colectivos con intereses en la
actividad del sector agrícola, se constituyó el Joint Committee on
Standardization on Farm Management Accounting, cuyo informe
Accounting and Planning for Farm Management [JCSFMA, 1983] ha
sido objeto de varias ediciones, habiendo servido sus recomendaciones
369
MONOGRAFÍAS SOBRE LAS NORMAS INTERNACIONALES DE INFORMACIÓN FINANCIERA
durante largo tiempo como directrices en el terreno de la información
contable agrícola. En su propuesta valorativa, se recomienda para los
productos vegetales recolectados el uso del valor de mercado (farm
gate price) obtenido por diferencia entre el precio de venta y los costes
de transporte y venta; sin embargo se desaconseja cualquier intento de
valoración de los vegetales pendientes de recolección, con el argumento de que los riesgos que gravitan sobre los mismos aconsejan la adopción de una postura conservadora. En su lugar, se propone activar los
costes variables ligados a tales cosechas para su traslado al resultado
del período en que se produzca la recolección. En cuanto al ganado, se
acepta el empleo del precio de adquisición para las compras externas,
pero se opta por valorar los incrementos naturales de acuerdo con
valores estándares diferenciales, determinados como un promedio de
los precios de mercado para las diferentes categorías o como fruto de
un análisis de los costes incurridos en diferentes períodos.
Otro hito relevante fue la constitución en 1966, contando con representantes de las principales organizaciones profesionales contables y
agrícolas, del Australian Committee for Coding Rural Accounts con
el objetivo de elaborar un plan contable cuya aplicación permitiera
cubrir las necesidades de los usuarios de la información contable agrícola. Así, en 1970 vio la luz el Uniform Chart and Code for Rural
Accounting que contó desde un principio con el apoyo de las instancias gubernamentales y ha servido de guía en el aspecto terminológico
a los diferentes modelos de contabilidad agrícola desarrollados en
Australia.
En fechas más recientes, hay que referirse necesariamente a la aprobación en agosto de 1998 por parte del Australian Accounting
Standards Board de la norma de contabilidad AASB 1037 –Self–
Generating and Regenerating Assets [AASB, 1998] emitida con el
objetivo de regular la información financiera publicada por las empresas agrícolas y, más en concreto, la relativa a los activos agrícolas que
tienen el carácter de bienes vivos –plantas y animales–. En líneas gene370
AGRICULTURA
rales, aunque la AASB 1037 se encuentra próxima en sus planteamientos a la NIC 41, en la actualidad se encuentra en proceso de revisión
para lograr su plena homologación con los requerimientos informativos
de la norma internacional. Como aspectos diferenciales pueden destacarse los siguientes:
• Los activos agrícolas deben valorarse de acuerdo con el valor neto
de mercado, entendido como la estimación del importe derivado de
la colocación de un activo en un mercado activo, deducción hecha
de los costes derivados de la venta. Se presume que su determinación puede siempre realizarse con fiabilidad.
• Con respecto a los activos agrícolas recolectados, la diferencia entre
su valor neto contable y los costes de recolección en la fecha en que
ésta tiene lugar debe llevarse al estado de pérdidas y ganancias del
ejercicio en que se ha llevado a cabo la misma.
• Cuando la determinación del valor neto de mercado no se derive de
los precios observados en un mercado activo, hay que indicar si se
ha contado con los servicios de un tasador o asesor independiente,
debiendo precisarse en caso afirmativo la denominación de la
empresa que ha intervenido en la valoración.
• No se exige, pero se recomienda, el suministro de información acerca de la sensibilidad de los importes que figuran en los estados
financieros a los cambios en los supuestos en los que se fundamenta
la determinación del valor neto de mercado.
• Confiere a los derechos exclusivos sobre bienes vivos adquiridos
mediante leasing u otros acuerdos idéntico tratamiento que a los
propios bienes vivos.
• En los estados financieros debe presentarse de forma separada la
información relativa a las diferentes clases de plantas y animales.
No deja de ser significativo que la fecha de entrada en vigor de la
AASB 1037 tuviera que ser retrasada un año, ante las dificultades expe371
MONOGRAFÍAS SOBRE LAS NORMAS INTERNACIONALES DE INFORMACIÓN FINANCIERA
rimentadas por las empresas agrícolas al elaborar sus estados financieros conforme a la misma. No obstante, el Australian Accounting
Research Foundation ha sido uno de los organismos que mayor apoyo
ha mostrado al E65, y ello a pesar de las voces críticas con el documento de algunas grandes empresas agrícolas australianas.
3.4.
Nueva Zelanda
La normalización de la contabilidad agrícola en Nueva Zelanda ha sido
impulsada por The Chartered Accountants of New Zealand (CANZ)
–conocida como New Zealand Society of Accountants (NZSA) hasta
1996–, apoyándose en tres documentos pioneros –Research Report on
Farm Accounting, Farm Accounting in New Zealand y Management
Accounting for the New Zealand Farmer–, publicados en los años
1961, 1966 y 1977, respectivamente. Especialmente relevante resulta
este último, del que en 1985 se publicó una segunda edición revisada
[NZSA, 1985]. Como aspectos destacables del mismo hay que mencionar la recomendación de utilizar valores de mercado (net current
value) para la valoración del ganado y de las plantas, al entender que
proporcionan la información más realista y útil a los diferentes usuarios
de la información financiera. Asimismo, se sugiere desglosar los cambios en el valor del ganado en dos componentes –cantidad y precio– y,
aunque deja libertad para el tratamiento de las ganancias no realizadas,
aconseja optar por el criterio de la realización para su incorporación a
la cuenta de pérdidas y ganancias.
En línea con los planteamientos anteriores, se emitieron tres pronunciamientos –Valuation of Livestock in the Financial Statements of
Farming Enterprises, en 1986; Accounting for Forestry Activities in
New Zealand, en 1987; y Accounting for Bloodstock Enterprises, en
1988– que van a ser reemplazados en breve por otro de carácter más
global que se encuentra pendiente de aprobación, por lo que en el
momento de redactar estas líneas sólo se dispone del texto de su borrador: ED-90 - Agriculture [ICANZ, 2002].
372
AGRICULTURA
Esta norma pretende regular las prácticas contables de las empresas agrícolas, así como la información mínima a revelar en los estados financieros en Nueva Zelanda, encontrándose muy próxima a la NIC 41 en sus
propuestas, de la cual representa casi una copia literal. Como diferencias
más significativas contenidas en el ED-90 cabe mencionar que:
• Excluye de su ámbito de aplicación las subvenciones oficiales relacionadas con activos biológicos que se valoran según su valor razonable menos los costes estimados en el punto de venta, al considerarse preferible su tratamiento en una norma de carácter general.
• A diferencia de la NIC 41, que no menciona expresamente los contratos de arrendamiento que pueden recaer sobre los activos biológicos, se indica de forma expresa que los activos biológicos objeto de
un arrendamiento financiero deben considerarse como activos biológicos de los arrendatarios a los efectos de la norma. Se entiende que
los activos intangibles resultantes del derecho al uso de activos biológicos (por ejemplo, derechos exclusivos sobre determinados caballos de raza) pueden proporcionar beneficios económicos similares a
aquellos otros que derivan de los que se poseen en propiedad y, por
consiguiente, el valor razonable de tal derecho experimenta cambios
en idéntico sentido que el valor razonable del activo biológico subyacente.
4.
Objetivos y alcance de la NIC 41
El propósito general perseguido con esta norma es regular el tratamiento contable y la presentación en los estados financieros de los activos biológicos y los productos derivados del ejercicio de la actividad
agrícola.
En particular, y siempre que se encuentren relacionados con la actividad agrícola, la NIC 41 se ocupa de:
373
MONOGRAFÍAS SOBRE LAS NORMAS INTERNACIONALES DE INFORMACIÓN FINANCIERA
• los requisitos exigibles para el reconocimiento inicial de los activos
biológicos y los productos agrícolas;
• la valoración inicial y posterior de los activos biológicos, según su
valor razonable menos los costes estimados en el punto de venta,
siempre que resulte posible su determinación con suficiente fiabilidad;
• la valoración según idéntico criterio de los productos agrícolas en el
punto de su cosecha o recolección;
• las condiciones para el reconocimiento como ingresos de las subvenciones oficiales relacionadas con activos biológicos que se valoren según su valor razonable menos los costes estimados en el punto
de venta;
• la información que, en relación a los puntos anteriores, debe incluirse en los estados financieros.
Consecuentemente, el tratamiento de estas cuestiones queda excluido
de aquellas otras NIC de carácter general que, en ausencia de la NIC
41, pudieran resultar aplicables. Así:
• La NIC 2 [pfo. 1] –Existencias– no resulta de aplicación a:
– las existencias de productos agrícolas y forestales que estén en
poder de los productores, siempre que sean valorados según el
valor neto realizable de acuerdo con las prácticas tradicionalmente establecidas en ciertas industrias;
– los activos biológicos relacionados con la actividad agrícola.
• La NIC 16 [pfo. 2] –Inmovilizado Material– excluye asimismo los
activos biológicos relacionados con la actividad agrícola.
• La NIC 17 [pfo. 1] –Arrendamientos– no debe ser aplicada para
propósitos de valoración por:
374
AGRICULTURA
– los arrendatarios de activos biológicos en virtud de arrendamiento
financiero; o
– los arrendadores de activos biológicos en virtud de arrendamiento
operativo.
• La NIC 18 [pfo. 6] –Ingresos Ordinarios– no trata aquellos que proceden del:
– reconocimiento inicial y cambios en el valor razonable de los activos biológicos relacionados con los activos agrícolas; o del
– reconocimiento inicial de los productos agrícolas.
• La NIC 20 [pfo. 2] –Contabilización de las subvenciones oficiales
e información a revelar sobre ayudas públicas– no se ocupa de las
subvenciones oficiales cubiertas por la NIC 41.
• La NIC 36 [pfo. 1] –Deterioro del valor de los activos– presenta,
entre las excepciones a su aplicación, los activos biológicos relacionados con la actividad agrícola que se valoren según su valor razonable menos los costes estimados en el punto de venta.
• La NIC 40 [pfo. 3] –Inmuebles de inversión– excluye de su alcance
a los activos biológicos adheridos a terrenos y relacionados con la
actividad agrícola.
Por otra parte, como elementos relevantes, que no son objeto de tratamiento por la NIC 41, cabe mencionar:
a) El procesamiento de los productos agrícolas con posterioridad a su
cosecha o recolección, de modo que para su tratamiento contable ha
de acudirse a lo establecido al respecto en la NIC 2 –Existencias–.
b) Los terrenos relacionados con la actividad agrícola, que deben ser tratados de acuerdo con la NIC 16 –Inmovilizado Material– o con la
NIC 40 –Inmuebles de inversión–, según cual sea más aconsejable
en función de las circunstancias que concurran. La NIC 16 [pfos. 2830] establece un tratamiento preferente, según el cual los terrenos
375
MONOGRAFÍAS SOBRE LAS NORMAS INTERNACIONALES DE INFORMACIÓN FINANCIERA
a) deben ser valorados a su coste de adquisición menos las pérdidas
acumuladas por deterioro del valor, y un tratamiento alternativo permitido que posibilita que los terrenos figuren revalorizados de acuerdo con su valor de mercado. Por su parte, la NIC 40 [par. 24] ofrece
la posibilidad a la empresa para practicar la valoración según su valor razonable o bien a su coste menos cualquier pérdida por deterioro de activos acumulada.
c) Los activos intangibles relacionados con la actividad agrícola, cuya
problemática se aborda en la NIC 38 –Activos inmateriales–. Tras la
valoración inicial, la NIC 38 [pfos. 63-64] admite asimismo un doble
tratamiento: uno, con carácter preferente, de acuerdo con el cual los
elementos de activo inmaterial se valoran según su coste menos la
amortización y las pérdidas por deterioro de valor acumuladas, y otro
alternativo permitido, que admite su expresión revalorizada sobre la
base del valor razonable. La recomendación que inicialmente se recogía en el texto del Proyecto de Norma E65 en pos de la adopción
de este último tratamiento para los activos inmateriales relacionados
con la actividad agrícola, al objeto de favorecer la coherencia con el
criterio de valoración de los activos biológicos, no fue finalmente incorporada por el Consejo al texto definitivo de la NIC 41.
376
AGRICULTURA
II.
1.
1.1.
EL ÁMBITO DE APLICACIÓN DE LA NIC 41
La delimitación de la actividad agrícola
Criterios que tipifican la actividad agrícola
Son dos los criterios que se manejan primordialmente a la hora de tipificar la actividad agrícola: el territorial y el biológico. De acuerdo con el
primero, que ha sido el empleado tradicionalmente, la utilización productiva del factor tierra5 representa un requisito inexcusable, de tal
modo que cuando la actividad se desarrolla desconectada de una extensión de terreno resulta improcedente su calificación como agrícola.
Sin embargo, la paulatina industrialización experimentada por la agricultura, junto con los avances tecnológicos que han permitido el cultivo de plantas desligado de la tierra –cultivos hidropónicos–, han llevado a cuestionar la vigencia del criterio territorial y provocado su progresiva sustitución por el criterio biológico. Éste fija su atención en los
procesos biológicos que subyacen en el desarrollo del ciclo vital de las
plantas y animales sobre los que recae la actividad, convirtiendo aquéllos en el rasgo productivo más genuino de la actividad agrícola, desvinculando así su ejercicio del uso de la tierra.
En esta línea de razonamiento, la actividad agrícola se concibe como
aquella parcela de la actividad económica que se manifiesta a través
del conjunto de operaciones tendentes al sometimiento al control
humano de un ciclo biológico vegetal o animal, para la obtención de
productos de idéntica naturaleza. Así, pues, aunque el aprovechamiento del potencial productivo de la tierra confiere a este factor una singu5 De hecho, etimológicamente, la palabra agricultura proviene de ager, tierra, y cultura,
cultivo.
377
MONOGRAFÍAS SOBRE LAS NORMAS INTERNACIONALES DE INFORMACIÓN FINANCIERA
lar importancia en el contexto de la agricultura, carece en la actualidad
de valor excluyente con respecto a la calificación de una actividad
como agrícola.
No obstante, la existencia de procesos netamente industriales de carácter biológico impiden acotar de una forma inequívoca el ámbito de la
actividad agrícola mediante el recurso a la presencia, individual o conjunta, de los dos criterios antes referidos, planteándose la duda sobre la
calificación a otorgar a una serie de actividades fronterizas. De hecho,
asociaciones como The Canadian Institute of Chartered Accountants
manifestaron explícitamente esta duda en sus comentarios al E65, señalando que algunos procesos químicos, especialmente muchos de los
que se desarrollan en la industria farmacéutica, son similares a los procesos biológicos.
Por otra parte, de acuerdo con la naturaleza vegetal o animal de los
organismos vivos sobre los que recae la actividad agrícola, ésta puede
escindirse en dos ramas que tendrían el carácter de primarias o principales, por oposición a las actividades secundarias o conexas consistentes en todas aquellas operaciones complementarias de transformación que sufren los productos agrícolas en su estado natural dentro de
la propia explotación.
1.2.
La actividad productiva agrícola primaria o principal
En los cultivos herbáceos y arbóreos no forestales, el proceso productivo consta generalmente de cuatro fases sucesivas –preparación del
terreno, siembra o plantación, cultivo y recolección–, cada una de las
cuales engloba un conjunto de operaciones cuya ejecución depende,
en cada caso, de las características de la tierra cultivada y de las necesidades propias del desenvolvimiento del ciclo biológico de cada especie vegetal. Existe, además, un conjunto de operaciones como las de
protección de las plantas, de riego o de abonado, que resultan de difícil
adscripción a alguna de las fases anteriores, toda vez que no resulta
378
AGRICULTURA
posible con carácter general la inequívoca identificación del momento
en que se llevan a cabo en relación al orden secuencial referido.
Así, la horticultura, la fruticultura, la arboricultura, la viticultura, al
igual que el cultivo del arroz, del tabaco, del olivo, de hongos, de algas
y, también, el cultivo de plantas llevado a cabo en viveros, representan
actividades genuinamente agrícolas de producción vegetal.
La silvicultura presenta como particularidad que su objeto de cultivo son
los bosques o, en general, cualquier masa forestal. Esto supone que las
especies vegetales que se manejan son de ciclo largo, lo que explica la
estrecha analogía que guarda su proceso productivo con el propio de las
plantaciones arbóreas agrícolas, en la medida en que resulta necesario
diferenciar claramente dos etapas, caracterizadas por diversas fases. La
primera etapa, de implantación del vuelo, tiene por objeto la creación
de una masa vegetal de alguna especie arbórea, mientras que la segunda, de explotación forestal, abarca el conjunto de operaciones, variables
según la orientación productiva, tendentes al aprovechamiento y regeneración del bosque de acuerdo con un plan dasocrático trazado al efecto.
Por su parte, la actividad ganadera se concreta en la serie de tareas encaminadas a favorecer el desarrollo de un proceso de producción pecuaria
-es decir, la crianza de seres animales- orientado a la obtención de productos de idéntica naturaleza. El aprovechamiento productivo se logra
bien al alcanzar una determinada edad, en que se procede a su sacrificio
con vistas a la utilización de su carne, piel, etc., o bien manteniéndolo
en la empresa durante gran parte de su período de existencia, procediendo la utilidad de los animales en tal caso de los productos que suministran de una forma regular.
1.3.
La actividad secundaria o conexa
La actividad de la empresa agrícola no necesariamente queda reducida a
la obtención de los productos vegetales o animales en su estado natural.
379
MONOGRAFÍAS SOBRE LAS NORMAS INTERNACIONALES DE INFORMACIÓN FINANCIERA
Razones de diversa índole, fundamentalmente económicas, pueden
aconsejar someter tales productos a un procesamiento adicional al
objeto de obtener otros, elaborados, de distinta naturaleza. En tanto
que proceso de transformación técnica, tal procesamiento es de naturaleza industrial, a pesar de lo cual, y considerando el peso significativo que posee su ejercicio por parte de los agricultores, se ha convenido en algunos ámbitos su inclusión dentro del ejercicio normal de
la agricultura.
La elaboración de mermeladas, la destilación de licores, la transformación de la uva en vino, de la leche en mantequilla, del trigo en
harina, de la leña en carbón, etc. son algunas de las actividades susceptibles de caracterizarse como conexas.
La denominación genérica de actividades conexas comprende, pues,
aquellas operaciones, posteriores a la obtención del producto agrícola en su estado natural, encaminadas a su transformación técnica.
Aun cuando exceden de las tareas esencialmente agrícolas en ocasiones son calificadas como tales por algunas instancias en atención a la
relación instrumental mantenida con las mismas. Para dilucidar el
carácter agrícola de estas actividades secundarias se recurre al criterio de la doble conexión: subjetiva y objetiva. La conexión subjetiva
requiere que el titular de la explotación desarrolle una actividad agrícola primaria, mientras que la conexión objetiva exige la presencia
de una complementariedad económica habitual entre ambas clases
de actividades, debiendo verificarse, además, que la actividad no
intrínsecamente agrícola se presente como subordinada respecto a la
actividad agrícola principal. De esta forma, la simple elaboración de
quesos -con leche adquirida de terceros- no podría ser caracterizada
como agrícola por no concurrir el requisito de la conexión subjetiva.
Si esta misma empresa se dedicase primordialmente a la fruticultura
carecería entonces del requisito de la conexión objetiva.
380
AGRICULTURA
1.4. La postura de la NIC 41
En su propósito de delimitar la actividad agrícola, la NIC 41 se decanta
de un modo inequívoco por el criterio biológico al definirla, en su
párrafo 5, como la gestión, por parte de una empresa, de las transformaciones de carácter biológico realizadas con los activos biológicos, ya sea para destinarlos a la venta, para dar lugar a productos
agrícolas o para convertirlos en otros activos biológicos diferentes,
entendiendo que un activo biológico se corresponde con un animal
vivo o una planta.
A la luz de esta definición cabe realizar algunas observaciones en relación al ámbito de aplicación de la NIC 41:
• Al considerarse que la actividad agrícola es aquélla que persigue la
producción controlada de diferentes especies vegetales y animales,
una breve referencia a la caza y a la pesca resulta obligada. Con
independencia de las connotaciones de tipo deportivo, lúdico, o
simplemente empresarial, que puedan concurrir en cada caso, el
objetivo perseguido con el ejercicio de la actividad cinegética es la
captura de animales salvajes, esto es, que nacen y viven fuera de la
potestad del ser humano. Es obvio, que en este contexto falta un
requisito fundamental como es el control sobre la vida animal, razón
por la cual difícilmente ambas actividades pueden enmarcarse dentro de la noción de actividad agrícola contenida en la NIC 41.
• En tanto que el factor tierra no ostenta ningún papel determinante
para la caracterización de una actividad como agrícola, los cultivos
hidropónicos o la acuicultura –incluyendo las piscifactorías- tienen
perfecto encaje dentro de la NIC 41.
• El uso o el destino que pueda reservarse a los productos agrícolas
una vez que abandonen la esfera de control de la empresa no se
menciona como elemento condicionante para su caracterización
como tal. Quedan, pues, invalidadas aquellas posturas que cuestionan el carácter agrícola de las actividades conducentes a la obten381
MONOGRAFÍAS SOBRE LAS NORMAS INTERNACIONALES DE INFORMACIÓN FINANCIERA
ción de productos que no guarden una estrecha relación con la alimentación y el vestido humanos. Así, pues, la crianza de palomas mensajeras, de perros de raza, al igual que la de animales de experimentación,
o los destinados a la preparación de vacunas y sueros, etc. deben ser
contempladas como actividades agrícolas.
• En lo que respecta a la extensión otorgada a la actividad ganadera,
se opta por la tendencia amplia, toda vez que no se limita en forma
expresa su ejercicio con respecto ninguna especie.
• Las actividades conexas quedan fuera del ámbito de aplicación de
6
la NIC 41 . El Consejo sometió a su consideración aspectos como
la similitud entre algunos procesos de curación o maduración y la
transformación biológica, así como su trascendencia para una adecuada evaluación del rendimiento de aquellas empresas donde
ambos tipos de actividades se encuentran integradas en la misma
explotación, no obstante lo cual se optó finalmente por su exclusión aduciéndose como argumento principal la dificultad para
lograr su diferenciación de otros procesos productivos netamente
industriales de carácter biológico. Por consiguiente, el tratamiento
contable de los productos agrícolas sometidos a un procesamiento
con posterioridad al punto de recolección o cosecha debe realizarse de acuerdo con la NIC 2 –Existencias– o cualquier otra NIC que
resulte de aplicación. A este respecto, en el Apéndice B del propio
texto de la NIC 41 [pfo. B8] se señala como ejemplo la aplicabilidad de la NIC 16 –Inmovilizado Material– en el supuesto de una
empresa que produce troncos cortados y decide usarlos para construir su propio edificio.
6 En España ya han surgido voces que reclaman la aplicación de la NIC 41 a una actividad conexa como la producción de aceite de oliva que verificaría las condiciones objetivas exigibles para la determinación del valor razonable [véase Álvarez López et alt.,
2002]. En los comentarios al E65, las empresas del sector vitivinícola fueron las más críticas con la exclusión de las actividades conexas.
382
AGRICULTURA
2.
El proceso de transformación biológica
La actividad agrícola se caracteriza por la estrecha conexión existente
entre el proceso de transformación económica y el proceso de reproducción y crecimiento de los organismos vivos que se desarrollan sobre
la base de las leyes biológicas, de modo que todo intento de influir
sobre el primero necesariamente se ve condicionado no sólo por las
leyes técnicas y económicas, sino también por las de la Naturaleza.
Esto motiva que, en cualquiera de sus dos vertientes –vegetal o animal–, el proceso productivo agrícola se vea revestido de una fuerte rigidez temporal, difícil de superar, toda vez que su desarrollo se ve subordinado al de un ciclo biológico, sin que la intensificación del ritmo de
realización de las operaciones agrícolas pueda ejercer una influencia
significativa en su acortamiento.
El punto de partida del ciclo biológico en la producción vegetal radica
en la siembra o en la plantación, a partir de las cuales se suceden una
serie de estadios sucesivos hasta la extinción de la actividad vital,
viéndose la empresa obligada a aguardar la llegada del momento en el
CUADRO 2
Clases de cultivos y cosechas
CLASES DE
CULTIVOS
CLASES DE
COSECHAS
EJEMPLOS
Única
Cereales, remolacha azucarera.
Múltiple
Hortalizas.
Única
Bosque destinado a madera.
Anual
Plantación de árboles frutales, una vez superada la etapa de creación.
Plurianual
Bosque orientado a la explotación del corcho
o de la resina
Ciclo corto
Ciclo largo
383
MONOGRAFÍAS SOBRE LAS NORMAS INTERNACIONALES DE INFORMACIÓN FINANCIERA
cual la planta le resulta más útil desde una óptica económica. Los cultivos suelen caracterizarse como de ciclo corto o de ciclo largo,
según que no excedan o, por el contrario, sobrepasen el período anual
fijado para la campaña. En el primer caso, cabe diferenciar los cultivos
de cosecha única de los de cosecha múltiple –pueden sucederse
varias veces al año sobre la misma tierra–. Por su parte, los cultivos de
ciclo largo pueden proporcionar una cosecha única, o con periodicidad anual o plurianual –tiene lugar a intervalos múltiples de año–.
De forma análoga a los vegetales, el ciclo vital animal se inicia a partir
de una fase previa de reproducción acaecida en la propia empresa,
salvo que los animales objeto de explotación sean adquiridos en el
exterior. Una vez que el animal nacido puede afrontar su actividad
vital en forma autónoma, comienza un proceso de desarrollo con unas
etapas de crecimiento delimitadas y una duración total variables con
cada especie, hasta que tiene lugar la extinción de su vida. En el
aspecto técnico, dentro de cualquiera de las fases de su desarrollo biológico, los animales transforman diariamente una ración alimenticia
en productos pecuarios: incremento de peso, leche, huevos, etc. Así,
pues, la actividad ganadera puede concebirse como la explotación
productiva de una maquinaria biológica [Maino et alt., 1980: 58] que
transforma en productos los alimentos que le son suministrados, exigiendo su normal funcionamiento una adecuada labor de mantenimiento y una especial atención a la materia prima suministrada.
Como se ha puesto de manifiesto en líneas anteriores, para la NIC 41
la transformación biológica de un activo biológico representa el criterio discriminante para tipificar una actividad como agrícola y, por
consiguiente, quedar sometida a sus disposiciones en el terreno contable.
De acuerdo con la referida Norma [pfo. 5], la transformación biológica comprende los procesos de crecimiento, degradación, producción y procreación que son la causa de los cambios cualitativos o
cuantitativos en los activos biológicos.
384
AGRICULTURA
Se identifican, pues, cuatro procesos como expresión de la transformación biológica que se opera en los activos biológicos:
• Crecimiento: incremento en la cantidad o una mejora en la calidad
de cierto animal o planta.
• Degradación: decremento de la cantidad o un deterioro en la calidad del animal o planta.
• Producción: obtención de productos agrícolas, tal como el látex, la
hoja de té, la lana o la leche.
• Procreación: obtención de plantas o animales vivos adicionales.
La propia Norma [pfo. 6] se encarga de destacar cómo, con independencia de la variante concreta de que se trate, en el ejercicio de toda
actividad agrícola subyacen tres características comunes ligadas precisamente a la transformación biológica:
• Capacidad de cambio: tanto las plantas como los animales vivos
son capaces de experimentar transformaciones biológicas.
• Gestión del cambio: la gerencia facilita las transformaciones biológicas promoviendo, o al menos estabilizando, las condiciones necesarias para que el proceso tenga lugar (por ejemplo, niveles de nutrición, humedad, temperatura, fertilidad y luminosidad). Tal gestión
distingue a la actividad agrícola de otras actividades. Por ejemplo,
no constituye actividad agrícola la cosecha o recolección de recursos no gestionados previamente (tales como la pesca en el océano y
la tala de bosques naturales); y
• Valoración del cambio: Tanto el cambio cualitativo (por ejemplo,
adecuación genética, densidad, maduración, cobertura grasa, contenido proteínico y fortaleza de la fibra) como el cuantitativo (por
ejemplo, número de crías, peso, metros cúbicos, longitud o diámetro
de la fibra y número de brotes) conseguido por la transformación
biológica, es objeto de valoración y control como una función rutinaria de la gerencia.
385
MONOGRAFÍAS SOBRE LAS NORMAS INTERNACIONALES DE INFORMACIÓN FINANCIERA
3.
3.1.
Activos biológicos y productos agrícolas
Activos biológicos
Como ya se ha señalado, la NIC 41 [pfo. 5] denomina activo biológico a
un animal vivo o a una planta, y utiliza la expresión grupo de activos
biológicos para referirse a una agrupación de animales vivos, o de plantas, que sean similares.
A este respecto, conviene precisar que las semillas representan simplemente los granos que existen en el interior del fruto de las plantas, los
cuales, puestos en condiciones adecuadas, son capaces de germinar y
producir otras plantas de la misma especie. Para que la germinación se
efectúe se requiere el cumplimiento de determinadas condiciones
medioambientales y que las semillas mantengan su poder germinativo
debidamente adaptado a las características del entorno. Por consiguiente, no cabe otorgar a las mismas el carácter de activos biológicos en
tanto que hasta su siembra y germinación no se inicia en sentido estricto
el ciclo biológico de la planta, requisito exigible para su caracterización
como tal. Cuestión distinta obviamente es la existencia en la empresa de
plantones de árboles y plantas, criados habitualmente en viveros para
ser posteriormente transplantados, cuya tipificación como activos biológicos no ofrece dudas.
Otro tanto ocurre con las plantaciones y las masas forestales. Las plantaciones comprenden todos los posibles cultivos de carácter duradero que
se encuentran en explotación, cuyo ciclo biológico abarca más de una
campaña. Así, las principales clases de plantaciones no forestales, como
por ejemplo, los árboles frutales, los olivos o los viñedos, requieren de un
período de implantación y desarrollo superior al año hasta que comienzan a dar frutos en condiciones de economicidad. Con respecto a las silvicultura, sobre la base de la densidad de la cubierta forestal y su aprovechamiento, en España suele distinguirse entre monte maderable –siendo
sus principales especies: pinos, abetos, chopos, hayas, castaños, robles y
386
AGRICULTURA
eucaliptos–, abierto –abarca las dehesas de pasto y arbolado con encinas,
alcornoques, quejigo y otros árboles– y leñoso – formado por chaparros
de encina, roble, etc. o con matorral o maleza de especies inferiores–.
Con respecto a la ganadería, los activos biológicos se identifican con los
animales vivos que primordialmente participan de forma activa en el proceso productivo, desempeñando el papel de agente transformador de la
energía contenida en sus alimentos en productos pecuarios: carne, leche,
lana, huevos, etc. La clasificación del ganado en categorías suele adoptar
como base la especie –bovina, equina, porcina, ovina, caprina, avícola,
apícola, etc.– y, dentro de la mayoría de ellas, la separación por edades,
sexos y destino productivo.
No obstante, los animales vivos pueden también actuar en la empresa
agrícola como agentes productores de servicios. Si bien en la actualidad la
utilización generalizada del tractor ha reducido su presencia, cabe destacar el ganado de labor, bovino y equino principalmente, que es sin duda
el que tradicionalmente ha revestido mayor importancia en la empresa
agrícola, habiendo sido ampliamente utilizado como elemento de tracción y de transporte. Otros animales destinados a la prestación de servicios en la empresa agrícola son los de guardia –como por ejemplo, los
perros de ciertas razas que son empleados a menudo para el cuidado del
rebaño– o los de silla –como ocurre con algunos caballos, que se reservan
como medios de desplazamiento por las fincas–.
En todos los casos se trata de animales vivos cuya presencia en la
empresa se justifica por su relación con el desarrollo de la actividad
agrícola y, en ese sentido, susceptibles en una primera aproximación de
ser catalogados como activos biológicos dada su naturaleza. Sin embargo, debe tenerse presente que el interés productivo no reside en este
supuesto en la transformación biológica que se opera en los mismos, y
este es precisamente el criterio diferenciador utilizado por la NIC 41
para que un vegetal o un animal caiga bajo su ámbito de aplicación. En
consecuencia, puede convenirse que al no concurrir en estos animales
el requisito de la gestión de su transformación biológica para la venta,
387
MONOGRAFÍAS SOBRE LAS NORMAS INTERNACIONALES DE INFORMACIÓN FINANCIERA
obtención de frutos o convertirlos en otros activos biológicos diferentes,
deben quedar excluidos de la referida norma.
Las dudas que pudieran surgir en el supuesto anterior desaparecen cuando los comentarios vertidos se hacen extensibles, por ejemplo, a las plantas de interior o las integrantes de un jardín con función ornamental, o a
los animales existentes con finalidad diversa en las empresas no orientadas a la actividad agrícola (circo, parque zoológico, escuela de equitación, etc.), los cuales quedan inequívocamente fuera del ámbito de aplicación de la NIC 41. En esta línea se manifiesta el AASB 1037 cuando, al
delimitar su ámbito de aplicación, excluye del mismo los bienes vivos
cuya posesión obedece a razones de carácter estético, ecológico, medioambiental o recreativo.
Una cuestión no contemplada en la NIC 41, pero curiosamente mencionada de forma expresa tanto en la AASB 1037 como en el ED–90, es el
origen de los animales. En ambas, haciéndose eco de los avances en el
campo de la biotecnología y la posibilidad de almacenar embriones congelados fuera del seno materno, se acepta explícitamente que los seres
obtenidos con su concurso deben ser tratados de idéntico modo que los
creados de forma natural.
3.2.
Productos agrícolas
En la producción animal, dejando a un lado el ganado productor de servicios, la explotación pecuaria de la mayor parte de las especies puede
encuadrarse en alguna de las dos orientaciones productivas principales:
ganadería de productos y ganadería de engorde [Loring, 1969: 92-93]. La
ganadería de productos se caracteriza por proporcionar un output que es
claramente diferenciable del animal productor, del que puede separarse y,
por tanto, cuantificarse e inventariarse, a partir de cuyo momento, el futuro de ambos –producto y animal productor– puede discurrir por caminos
divergentes. Ejemplos característicos son los huevos puestos por las gallinas o la leche producida por las vacas. En la ganadería de engorde, sin
388
AGRICULTURA
embargo, no tiene lugar la separación entre producto y animal productor.
Téngase presente que el output derivado de la transformación productiva de
la ración alimenticia llevada a cabo por el animal se traduce en principio
en un incremento de peso, que obviamente queda incorporado al animal,
vinculándose de forma inexorable el destino de ambos. El cerdo en cebo o
el pollo de carne constituyen dos ejemplos de ganadería de engorde.
En cuanto a la producción vegetal, es de resaltar que el carácter perecedero de gran parte de la misma unido a razones de índole comercial
como, por ejemplo, la distancia de los mercados finales o la conveniencia de acelerar el instante de su presencia en los mismos, pueden aconsejar adelantar la fecha de la recogida a un instante en que el producto
está aún en proceso de maduración. De este modo, en las fechas próximas a la recolección podría surgir la duda acerca de la consideración
técnica de un producto como maduro y, por tanto, en cuanto a su posible caracterización como acabado.
En tales circunstancias, la NIC 41 elude entrar en disquisiciones acerca
de las condiciones que deben verificarse para la tipificación de un producto como en curso o acabado y se limita, en su párrafo 5, a identificar el producto agrícola con el producto ya recolectado, procedente
de los activos biológicos de la empresa, aclarando únicamente a este
respecto que la cosecha o recolección es la separación del producto
del activo biológico del que procede, o bien el cese de los procesos
vitales de un activo biológico.
Por consiguiente, puede afirmarse que, para la citada Norma, un producto agrícola:
• procede directamente de un activo biológico;
• para ser catalogado como tal, debe encontrarse recolectado; en cuyo caso,
• puede corresponderse con un elemento separado y diferenciado del
activo biológico que lo ha generado, tal como ocurre, por ejemplo,
con el corcho procedente del descortezado de los alcornocales o con
la miel extraída de las colmenas; o bien,
389
MONOGRAFÍAS SOBRE LAS NORMAS INTERNACIONALES DE INFORMACIÓN FINANCIERA
• con independencia de la parte donde resida su interés productivo,
puede identificarse con un activo biológico cuyo ciclo vital se ha
extinguido, pudiendo citarse como ejemplos característicos en este
caso las distintas variedades de hortalizas o los animales de carne sacrificados.
Así, pues, en la diferenciación entre activos biológicos y productos agrícolas, la operación de recolección resulta clave pues marca el instante en que
el producto agrícola se individualiza, ya sea desligándose físicamente del
activo biológico de procedencia o surgiendo precisamente de la extinción
del ciclo vital de éste. A título ilustrativo, el texto de la Norma incluye el
cuadro 3, cuya claridad nos exime de mayores comentarios al respecto.
CUADRO 3
Activos biológicos, productos agrícolas y
productos resultantes de la subsiguiente actividad conexa
ACTIVOS
BIOLÓGICOS
Ovejas
PRODUCTOS RESULTANTES DEL
PROCESAMIENTO TRAS LA
COSECHA O RECOLECCIÓN
PRODUCTOS
AGRÍCOLAS
Lana
Arboles de una
Troncos cortados
plantación forestal
Hilo de lana, alfombras
Madera
Plantas
Algodón
Caña cortada
Hilos de algodón, vestidos, azúcar
Ganado lechero
Leche
Queso
Cerdos
Reses sacrificadas
Salchichas, jamones curados
Arbustos
Hojas
Tabaco curado
Vides
Uvas
Vino
Arboles frutales
Fruta recolectada
Fruta procesada
390
AGRICULTURA
III.
1.
CUESTIONES REGULADAS EN LA NIC 41
Reconocimiento y valoración de los activos biológicos y los
productos agrícolas
1.1.
Requisitos exigibles para el reconocimiento
Los tres requisitos señalados por la NIC 41 [pfo. 10] para la incorporación de un activo biológico o un producto agrícola a los estados financieros de una empresa representan una simple extrapolación de lo establecido al respecto, con carácter general, para los activos en el marco
conceptual del IASC [1989: pfos. 49 y 83]:
1.º) La empresa controla el activo como resultado de sucesos ocurridos en el pasado.
Partiendo del principio de primacía del fondo sobre la forma, debe
atenderse a la realidad económica que subyace al elemento, sin que la
forma legal que rodea su situación ostente un papel determinante en su
consideración o no como activo. Así, la posesión de un derecho de
propiedad sobre el elemento no constituye necesariamente un requisito
esencial para su calificación como activo. En el sector agrícola en particular, el control sobre un activo puede hacerse patente por medios
diversos, tales como el marcado de las reses o la presencia de una
plantación en una finca explotada por la empresa, entre otros.
Normalmente, los sucesos que dan origen a la presencia de un nuevo
activo en la empresa se corresponden con operaciones de compra o
con el desenvolvimiento del proceso de producción agrícola, que
puede traducirse, por ejemplo, en el nacimiento de crías de animales,
la recolección de frutas de los árboles o la obtención de cultivos herbáceos a partir de la siembra.
391
MONOGRAFÍAS SOBRE LAS NORMAS INTERNACIONALES DE INFORMACIÓN FINANCIERA
2.º) Es probable que la empresa obtenga beneficios económicos futuros derivados del activo.
La capacidad para generar beneficios económicos en el futuro está
relacionada con el potencial de un activo para contribuir directa o indirectamente a incrementar los flujos de tesorería u otros recursos similares de la empresa. En el caso de los activos objeto de nuestra atención,
se manifiesta fundamentalmente a través de su participación en el proceso productivo agrícola –caso de los activos biológicos– o mediante la
posibilidad de su intercambio por otros activos –como sucede con la
venta de productos agrícolas–, sin descartar asimismo en ambos casos,
aunque con una menor frecuencia, su posible utilización para cancelar
un pasivo. La probabilidad de generación de beneficios económicos
futuros debe ser apreciada en todo caso a la luz de la evidencia disponible en la fecha de formulación de los estados financieros.
3.º) Resulta posible determinar de forma fiable el valor razonable o
el coste del activo.
En caso contrario, el elemento no debe ser incorporado a los estados
financieros para evitar que pueda convertirse en una potencial fuente
de equívocos. No obstante, cuando a pesar de su falta de fiabilidad se
estime que su presencia resulta relevante para los usuarios de la información contable, queda la opción de su inclusión mediante notas o
cuadros en la memoria.
1.2.
La valoración de los activos biológicos y los productos agrícolas
1.2.1.
El valor razonable como base de referencia en la valoración
El marco conceptual del IASC resulta aplicable a diferentes modelos
contables, no manifestándose en el mismo una marcada preferencia
por ninguno en particular. En esta línea de neutralidad, se acepta que
la formulación de los estados financieros pueda llevarse a cabo de
392
AGRICULTURA
acuerdo con diversas bases de valoración, mencionándose expresamente el coste histórico, el coste corriente, el valor realizable o de
liquidación y el valor actual, si bien se reconoce que la primera es la
más comúnmente utilizada. Éstas, junto con el concepto de mantenimiento del capital adoptado en cada caso, determinarán en gran medida las características del modelo resultante.
Como apuntan Gonzalo y Tua [2001: 62-63], de la combinación de los
anteriores métodos, aplicados de forma alternativa según las circunstancias, así como de la evolución experimentada por los mercados
hasta hacerse más eficientes, han surgido otras tres formas de valoración: el valor recuperable –el mayor entre el valor de realización de
un activo y su valor actual neto–, el valor pagable –estimación de los
flujos de tesorería necesarios para cancelar un pasivo– y el valor razonable –precio al que se vendería un activo o se cancelaría un pasivo
de llevarse a cabo la transacción entre dos partes informadas que actúan libremente–.
Será este último el que centre nuestra atención en las líneas que siguen,
toda vez que la NIC 41 [pfo. 8] se decanta por su empleo con carácter
imperativo, contemplándolo como el importe por el que puede ser
intercambiado un activo o liquidado un pasivo, entre partes interesadas y debidamente informadas, que realizan una transacción
libre, y estableciendo que tanto los activos biológicos como los productos agrícolas deben ser valorados según su valor razonable menos
los costes estimados en el punto de venta.
Como es sabido, no se trata de un criterio privativo de la NIC 41, ya
que pueden encontrarse referencias a su aplicación, con carácter obligatorio u optativo, en diversas normas internacionales de contabilidad:
• NIC 16 –Inmovilizado Material–.
• NIC 18 –Ingresos Ordinarios–.
• NIC 22 –Combinaciones de Negocios–.
393
MONOGRAFÍAS SOBRE LAS NORMAS INTERNACIONALES DE INFORMACIÓN FINANCIERA
• NIC 32 –Instrumentos Financieros: Presentación e Información a
Revelar–.
• NIC 38 –Activos Inmateriales–.
• NIC 39 –Instrumentos Financieros: Reconocimiento y
Valoración–.
• NIC 40 –Inmuebles de Inversión–.
A la vista del tratamiento que se le otorga en las mismas, Gonzalo
[2000: 244] destaca tres notas características del valor razonable:
• Se trata de un valor de salida, esto es, la empresa se sitúa frente al
mercado en una posición vendedora.
• Se basa en valores observables en el mercado: siempre que exista
un mercado amplio, activo y de libre concurrencia, los precios
vigentes en el mismo actúan como referente, lo cual no excluye
otras alternativas en caso de que el mercado no reúna las condiciones adecuadas.
• Es un valor objetivo, en la medida en que las consideraciones relativas a la historia del elemento, a la empresa que lo posee o al destino
que se le reserva, no inciden en el mismo.
En general, suele aceptarse que el coste histórico presenta mayor fiabilidad en tanto que es imparcial, objetivo y verificable, pues su cuantificación se apoya en transacciones realizadas entre partes que acuerdan
tácita o expresamente su montante, al tiempo que se resalta su pérdida
de relevancia con el transcurso del tiempo al no incorporar el efecto de
sucesos con impacto en el valor registrado. El valor razonable vendría a
resolver los problemas derivados de la carencia de relevancia atribuida
al coste histórico, pero al mismo tiempo suscita la duda acerca de su
fiabilidad, de modo que su aplicación parece requerir permanentemente el suministro de información adicional tendente a justificar el cumplimiento de esta característica cualitativa básica.
394
AGRICULTURA
Así, pues, el debate en torno a la conveniencia de la adopción del
valor razonable suele centrarse en la disyuntiva relevancia–fiabilidad
[véase García et alt, 2002], contraponiéndose de un lado las ventajas
que se derivan de su aplicación al reflejar valores actualizados y por
ello más relevantes de cara al usuario de la información financiera, y
de otro, las debilidades asociadas a su determinación, especialmente
cuando no resulta posible la obtención de precios derivados de un
mercado amplio y organizado, dotado de transparencia y de libre acceso. Esta ha sido de hecho una de las preocupaciones manifestadas por
la Comisión de Expertos [2002: 110] encargada de redactar el Libro
Blanco para la reforma de la contabilidad en España, que ha visto un
problema potencial en aquellos casos en que debe recurrirse al empleo
de valores aproximados, obtenidos a partir de modelos de valoración
alternativos a la observación directa del precio de mercado, dado que
podría violarse la presunta objetividad del producto de la valoración,
resultando por consiguiente perjudicada la correcta interpretación de la
información.
En definitiva, determinar el valor razonable de un activo requiere estimar el importe de una transacción hipotética acerca de un bien cuyo
valor se ve condicionado por las circunstancias de ubicación y estado
que concurren en el mismo en la fecha de su valoración, entre partes
razonablemente informadas y, por tanto, a las que se supone un adecuado conocimiento de las alternativas y oportunidades que brinda un
mercado abierto y competitivo en relación a los bienes objeto de la
transacción.
La dosis de subjetividad más o menos acentuada que a veces puede
rodear la fijación del valor razonable permite entender que la decisión
sobre su introducción en el ámbito agrícola no haya estado exenta de
una cierta controversia, siendo destacable el rechazo frontal manifesta7
do por la Comisión Europea , así como por diversas asociaciones profe7
En el plano conceptual, la Comisión Europea entiende que no se ha probado la
validez de algunos de los supuestos de partida en los que se fundamentan parte de las
395
MONOGRAFÍAS SOBRE LAS NORMAS INTERNACIONALES DE INFORMACIÓN FINANCIERA
sionales de reconocido prestigio como el American Institute of
Certified Public Accountants o el Canadian Institute of Chartered
Accountants. Como principales argumentos esgrimidos en contra de su
adopción pueden mencionarse:
• la necesidad de acudir a estimaciones altamente subjetivas, difíciles
de verificar;
• la gran volatilidad que caracteriza a menudo los precios de mercado
del sector agrícola, con bruscas oscilaciones en cortos períodos de
tiempo;
• la intervención de los poderes públicos subsidiando las rentas agrícolas a través de numerosos mecanismos puede llegar a invalidar los
precios que rigen en los mercados como indicadores fiables;
• la posible falta de concordancia de los precios de mercado tomados
como referencia en la fecha de la valoración con los que rijan en el
momento de la venta;
• la inexistencia de mercados activos para algunos activos biológicos,
en particular los que requieren un dilatado período de crecimiento,
como ocurre, por ejemplo, con una plantación de árboles frutales en
desarrollo o con el arbolado en pie de una explotación forestal
orientada a la producción de madera en su etapa de creación;
• el reconocimiento de ganancias no realizadas, en contradicción con
las pautas de reconocimiento de ingresos establecidas en el marco
conceptual;
conclusiones y propuestas de la NIC 41. En concreto, cuestiona que:
• existan mercados eficientes para todos los activos biológicos;
• existan mercados activos y líquidos para todos los activos biológicos, en todos las fases
de su crecimiento;
• la transformación biológica pueda medirse con un grado de fiabilidad suficiente como
para proceder a su reconocimiento contable;
• todos los sectores de la agricultura presenten la suficiente similitud como para abordar
su contabilidad sobre unas mismas bases.
396
AGRICULTURA
• la mayor objetividad que proporciona el precio de adquisición o el
coste de producción como expresión de transacciones verificables
de forma independiente.
Algunas de estas críticas no fueron compartidas por el Consejo. Así, se
cuestionó la mayor fiabilidad, con carácter general, del coste de producción frente al valor razonable. En efecto, tanto la estrecha interrelación que a menudo se registra entre las diferentes ramas de producción
coexistentes en una misma empresa agrícola –tal como sucede en una
explotación agropecuaria con los vegetales producidos con destino a la
alimentación del ganado o con el estiércol empleado como abono de
ciertos cultivos–, como las dificultades que entraña una adecuada interpretación económica de las relaciones técnicas que ligan los diferentes
productos –como ocurre con los cultivos intercalares o con los cultivos
sucesivos complementarios integrados en una misma rotación–, obligan a recurrir a lo largo del proceso de cálculo de costes a criterios que
no siempre están fundamentados sobre bases objetivas, por lo que pueden conducir a la obtención de valores escasamente fiables [véase
Vera, 1995].
Tampoco se consideró como determinante por parte del Consejo la
carencia de mercados para algunos elementos, ante la evidencia de
que son numerosos los activos biológicos que disponen de un mercado
activo con precios observables que sirven de base de referencia fiable
para la fijación del valor razonable.
Básicamente, las razones esgrimidas por el Consejo para justificar la
adopción del valor razonable en el sector agrícola giran en torno a su
superioridad para poner de manifiesto los efectos económicos derivados de los cambios cualitativos y cuantitativos provocados por la transformación biológica a la que se ven sometidos los diferentes activos
biológicos. En este sentido, se considera que, en general, las modificaciones experimentadas por el valor razonable de un activo biológico
guardan una relación directa con los cambios que se producen en las
397
MONOGRAFÍAS SOBRE LAS NORMAS INTERNACIONALES DE INFORMACIÓN FINANCIERA
expectativas de beneficios en la empresa y, en particular, en los cultivos de ciclo largo o en la ganadería de engorde se posibilita un reconocimiento de los ingresos a lo largo de todo el período de crecimiento,
alcanzándose un grado de correlación temporal mayor con los costes
ocasionados que el que se derivaría de la aplicación de un modelo de
coste histórico basado en las transacciones. Así, pues, la naturaleza de
la actividad agrícola y las peculiaridades de su proceso de producción
se encuentran en la base de los razonamientos que han conducido a la
adopción del valor razonable por la NIC 41.
1.2.2.
La determinación del valor razonable
El valor razonable de un activo biológico o de un producto agrícola es
un valor hipotético en tanto que alude a una transacción posible pero
no realizada. La conveniencia de reducir al mínimo el grado de subjetividad inherente a su estimación obliga a buscar un referente objetivo
externo a la empresa que sirva como base aceptable para abordar su
determinación. El precio vigente en un mercado activo en la fecha de
la valoración ha sido el indicador elegido para cumplir tal cometido,
aclarando la propia Norma [pfo. 8] las condiciones que debe reunir un
mercado activo para ser catalogado como tal:
• los bienes o servicios intercambiados en el mercado son homogéneos;
• se pueden encontrar en todo momento compradores o vendedores para un determinado bien o servicio, y
• los precios están disponibles para el público.
La imposibilidad de la producción en serie derivada de la individualidad
de lo vivo impide la obtención de productos estrictamente homogéneos,
no obstante lo cual los mercados han ido progresivamente normalizando las características asociadas a las diferentes categorías existentes para
los distintos productos agrícolas, por lo que la homogeneidad debe ser
398
AGRICULTURA
entendida dentro de ese marco. A pesar de ello, resulta a veces difícil
precisar en el momento de la cosecha de un producto agrícola el volumen alcanzado de cada de sus categorías comerciales, aspecto éste relevante pues sus precios pueden llegar a diferir notablemente, al ser práctica frecuente la colocación de los productos de mayor calidad en los
mercados internacionales más exigentes pero con precios más altos,
reservándose los productos de menor calidad para los mercados locales.
No es desde luego la homogeneidad de los bienes intercambiados el
único ni el principal problema en la determinación del valor razonable,
siendo así que el Consejo, consciente de la casuística que puede registrarse en torno al planteamiento básico de la Norma, incorpora en la
misma una serie de soluciones alternativas aplicables en determinadas
circunstancias, a las cuales nos vamos a referir en las líneas que siguen.
(a) Existencia de un único mercado activo.
Es la situación más simple que cabe considerar. En este supuesto, el
precio de cotización en tal mercado se toma como base adecuada para
la determinación del valor razonable.
(b) Coexistencia de diferentes mercados activos.
Cuando la empresa tenga acceso a diferentes mercados activos, deberá
optar por el precio existente en aquél que resulte de mayor relevancia.
Así, ante la existencia de varias alhóndigas en la zona geográfica donde
opera la empresa, ésta tomara el precio de aquella donde espera colocar
su producción, aunque pueda no coincidir con el que presenta el precio
más ventajoso. A este respecto, es de hacer notar que cuando el producto es colocado en el mercado internacional a través de intermediarios o
de cooperativas de comercialización, no siempre resulta posible precisar
en el momento de la valoración cuál será su destino definitivo.
(c) Ausencia de un mercado activo.
Las razones pueden ser diversas: el volumen de transacciones del activo objeto de valoración es reducido, el acceso al mercado puede pre399
MONOGRAFÍAS SOBRE LAS NORMAS INTERNACIONALES DE INFORMACIÓN FINANCIERA
sentar restricciones, los precios se ven influidos por un reducido número de participantes, etc. Ante la inexistencia de un mercado activo, la
Norma [pfo. 18] señala algunas alternativas que, en caso de estar disponibles, pueden ayudar a la fijación del valor razonable:
• el precio de la transacción más reciente en el mercado del activo en
cuestión, siempre y cuando no se hayan registrado cambios sustanciales en las condiciones económicas durante el intervalo que media
entre la fecha de la transacción y la del balance;
• los precios de mercado de activos similares, ajustados de modo que
reflejen las diferencias que pudieran existir entre los mismos; tal sería
el caso, por ejemplo, de la variedad, en el producto recolectado de un
árbol frutal, o de la raza, en una determinada especie de ganado;
• las referencias del sector, tales como el valor de los cultivos de un
huerto expresado en función de la superficie en fanegas o hectáreas;
o de la producción en términos de envases estándar para exportación u otra unidad de capacidad; o el valor del ganado expresado
por kilogramo de carne.
La posibilidad de disponer de fuentes de información alternativas
puede conducir a la obtención de precios no coincidentes, en cuyo
caso la empresa debe analizar las razones de las discrepancias entre los
precios disponibles al objeto de decidir cuál es el que proporciona una
estimación más fiable del valor razonable, sin que a priori y con carácter general quepa otorgar un carácter preferente a alguna de las opciones mencionadas por la Norma. Esta falta de un orden de prelación
explícito pretende no restar flexibilidad a la elección del tratamiento
más acorde con las circunstancias que concurren en cada caso, dada la
diversidad de supuestos que pueden presentarse en la realidad económica contemplada8.
8 A título ilustrativo, en sus comentarios al E65, Nutreco International B.V. –grupo internacional de empresas que operan en el sector pesquero y animal– planteaba en estos tér-
400
AGRICULTURA
Un caso singular es el de los activos biológicos adheridos a la tierra,
como los árboles de una plantación forestal, para los cuales puede no
existir un mercado independiente, pero sí otro en el cual se les considere conjuntamente con el terreno en el que se asientan, formando así
parte integrante de un conjunto unitario objeto de transacciones como
tal. En este supuesto, la Norma admite que el valor razonable de los
activos biológicos pueda calcularse detrayendo del valor razonable de
los activos combinados el correspondiente a los terrenos y a las mejoras territoriales9 que éstos hayan podido experimentar.
Este punto de la Norma ha sido objeto de múltiples críticas, particularmente de empresas agrícolas, que trasladaron a la Comisión la dificultad de derivar valores representativos para los activos biológicos dada
la práctica imposibilidad de deslindar su valor del correspondiente al
terreno que les sirve de soporte. Tal sería el caso de aquellas plantaciones forestales en las que el terreno se usa exclusivamente para determinadas especies, a las cuales se halla vinculado durante un elevado
número de años, o el de la vid, que forma parte integrante de una
estructura productiva junto con una serie de factores como la región
donde se ubica, el microclima, las características del terreno, el emparrado, los recursos hídricos disponibles, etc. que son los que le confieminos sus problemas en relación a la fijación del valor razonable: en el negocio de la
cría de salmones no existe un mercado para los salmones que no alcanzan los 2 Kgs; al
carecer éstos de valor en el mercado, ¿podría pensarse que su valor razonable es cero?
Para los salmones que exceden de 2 Kgs puede asumirse la existencia de un mercado,
pero Nutreco nunca será capaz de vender todo su stock de salmones de más de 2 Kgs al
precio que rige en el mismo, porque en tal caso el volumen colocado tendría un impacto
significativo sobre dicho precio.
9
El suelo cultivable es el fruto de una serie de labores realizadas sobre el terreno primitivo tendentes a situarlo en condiciones de poder ejercer sobre el mismo la actividad agrícola. En un sentido amplio, todas las obras desarrolladas para hacer cultivable el terreno
natural o para acrecentar la aptitud productiva de la tierra ya cultivada constituyen obras
de mejora territorial cuando su efecto duradero excede del ejercicio económico. Algunos
ejemplos característicos son las obras de roturación, nivelación, abancalado, drenaje o
enmiendas del terreno, así como la creación de barreras vegetales de contención o la
apertura de caminos y vías de comunicación en las fincas.
401
MONOGRAFÍAS SOBRE LAS NORMAS INTERNACIONALES DE INFORMACIÓN FINANCIERA
ren valor al conjunto, resultando difícil y arriesgado pronunciarse por
el valor que corresponde a un elemento aislado del resto.
A pesar del abanico de alternativas que se admiten como válidas, en
determinadas circunstancias una empresa puede llegar a encontrarse
en una situación de inexistencia de precios determinados por el mercado para un activo biológico en su estado actual como, por ejemplo, los
árboles recién plantados en una explotación forestal. Cuando esto
sucede, la Norma [pfo. 20] indica que la empresa deberá emplear el
valor actual de los flujos netos de efectivo esperados del activo,
descontados a un tipo antes de impuestos definido por el mercado.
En el aspecto operativo, de la Norma se desprende que:
• el cálculo del valor presente tiene como finalidad determinar directamente el valor razonable en una fecha concreta;
• en consecuencia, al estimar los flujos netos de efectivo y fijar la tasa
de descuento deberá contemplarse las circunstancias de ubicación y
condición actuales del activo;
• quedan excluidos de ese cometido los posibles incrementos de valor
originados por la transformación biológica que pudiera desarrollarse
con posterioridad a la fecha de la valoración o por las mejoras que
la empresa pudiera introducir en el futuro;
• tampoco debe incluirse en el cómputo de los flujos de efectivo los
destinados a la financiación del activo, los relativos a los impuestos
o los derivados del restablecimiento de los activos biológicos tras la
cosecha o recolección (por ejemplo, los costes de replantar los árboles en una plantación forestal después de la tala de los mismos);
• por el contrario, deben incorporarse las expectativas de posibles
variaciones en los flujos de efectivo, procurando que las hipótesis
manejadas en la estimación de los flujos de efectivo esperados y en
la fijación de la tasa de descuento sean coherentes entre sí.
402
AGRICULTURA
Debe observarse cómo en los activos biológicos a los que en principio
resulta de mayor aplicabilidad esta alternativa dadas las dificultades
para acogerse a las restantes, concurren una serie de factores que dificultan el cálculo del valor actual. Particularmente trascendente resulta
el dilatado horizonte temporal que es necesario contemplar tal como
ocurre, por ejemplo, en una plantación de arbustos de té (alrededor de
50 años) o de pinos (alrededor de 30 años), para estimar el valor de la
producción obtenida en el transcurso o al término de ese período, con
toda la incertidumbre que el comportamiento de las variables climáticas y la evolución de los mercados en dichos períodos conlleva. En
estas condiciones, la elección de la tasa de descuento a aplicar no
resulta una tarea sencilla.
Ejemplo 1
Determinación del valor razonable sobre la base del valor actual de los flujos netos
de caja
Una empresa agrícola posee, con carácter complementario a su actividad ganadera,
una plantación forestal compuesta de 1.000 pinos cuya madera es empleada en los
sectores de la construcción y de la fabricación de muebles una vez que han alcanzado su estado de madurez, lo que requiere por término medio un período de 30 años.
Este hecho explica que, en su estado actual, dado que fueron plantados hace 8 años,
dichos árboles carezcan de un mercado activo cuyos precios pueda servir para
determinar su valor razonable.
No obstante, sí existe un mercado activo para los pinos maduros de la misma especie, lo que permite a la empresa disponer de unos precios de referencia a partir de
los cuales puede acometer la estimación del valor atribuible a los pinos en cada
período y, por tanto, la variación experimentada durante el mismo.
Respecto de los dos últimos períodos, habida cuenta de los costes de apeo, troceado, arrastre, carga, desbosque y transporte, así como de los costes en el punto de
venta actuales, un árbol maduro correspondiente a una troza de longitud de 2,50
metros y de diámetro medio ha alcanzado en el mercado un valor de:
• al 31-12-200N: 300 €;
• al 31-12-200N+1: 312 €;
y, por tanto, el valor de la plantación total hubiese ascendido a:
• al 31-12-200N: 300.000 €;
• al 31-12-200N+1: 312.000 €.
403
MONOGRAFÍAS SOBRE LAS NORMAS INTERNACIONALES DE INFORMACIÓN FINANCIERA
(Ejemplo 1, continuación)
Analizados los factores que deben contemplarse a tal efecto, la empresa se decanta
por el empleo de una tasa anual de descuento del 7%, con lo cual el valor asignado
por la empresa a la plantación sería:
• al 31-12-200N: 300.000 T (1 + 0,07)23 = 63.284,06 €
• al 31-12-200N+1: 312.000 T (1 + 0,07) 22 = 70.422,51 €
Como puede observarse, se ha registrado un incremento en el valor razonable
menos los costes estimados en el punto de venta asignado de la plantación de
7.138,52 €. Tal incremento figurará como componente positivo en el estado de
resultados del período, que incorporará asimismo como componente negativo el
montante de los costes incurridos en idéntico período por las labores de conservación ligadas a la plantación.
Finalmente, es de reseñar que la NIC 41 [pfo. 24] admite la posibilidad
de que en determinadas circunstancias pueda lograrse una aproximación válida del valor razonable mediante el recurso a los costes, mencionando expresamente dos situaciones concretas:
• en la cual, durante el tiempo transcurrido desde el momento en que
se incurre en los primeros costes hasta la fecha de la valoración, la
transformación biológica operada es escasa, lo cual acontece a
menudo en la producción vegetal cuando la siembra tiene lugar en
fechas próximas a la valoración; y
• aquella otra en que no se espera que la transformación biológica
pueda tener un efecto relevante sobre el precio, circunstancia que
podría registrarse en los estadios iniciales de la etapa de implantación del vuelo en la producción forestal.
La existencia de contratos de futuro sobre los activos biológicos o los
productos agrícolas de una empresa no altera todo el planteamiento
anterior, en tanto que se considera que los mismos no reflejan necesariamente los precios vigentes en el mercado corriente y, por tanto, pueden no constituir una base fiable para abordar la determinación del
valor razonable.
404
AGRICULTURA
El Consejo llegó a plantearse la posibilidad de regular tales contratos en
la NIC 41, pero finalmente desechó esa posibilidad ante las dificultades
para lograr un tratamiento coherente, limitándose a señalar que la NIC
37 –Provisiones, Activos Contingentes y Pasivos Contingentes–
resulta de aplicación cuando tales contratos sean onerosos, esto es,
que los costes inevitables de cumplir con las obligaciones que conlleva, exceden a los beneficios económicos que se esperan recibir
del mismo [NIC 37: pfo. 68], en cuyo caso, de acuerdo con esta última norma [pfo. 66], procederá dotar la correspondiente provisión por
el coste neto de las obligaciones presentes.
A la vista de las dificultades que puede entrañar la determinación del
valor razonable, en especial cuando resulta preciso acudir al valor actual
de los flujos netos de efectivo, muchos comentarios al borrador de la NIC
41 incidieron en la necesidad de recurrir a los servicios de un evaluador
independiente. La posibilidad de exigir el concurso obligatorio de estos
profesionales fue desechado por el Consejo en la discusión del texto definitivo, al considerar que su presencia no resulta habitual en ciertas actividades agrícolas y que, en cualquier caso, su intervención supondría una
carga económica adicional para las empresas.
No obstante, debe destacarse la estrecha relación que el IASC mantiene
con el International Valuation Standards Committee (IVSC). Este organismo no gubernamental persigue, entre otros objetivos, la difusión y el
logro de una aceptación generalizada a nivel internacional de la normativa sobre valoración elaborada en su seno, que se concreta en la
actualidad en tres tipos de documentos principales: normas (IVS) aplicaciones (IVA) y recomendaciones (GN). En su IVA 1 –Valuation for
Financial Reporting–, el IVSC [2003a] asume la normativa emanada
del IASC, de modo que sus recomendaciones, cuando se insertan en la
anterior aplicación, procuran ser congruentes con lo establecido en las
NIC. Buena prueba de ello lo constituye el contenido de la recomendación GN 10 –Valuation of Agricultural Properties– [IVSC, 2003b]
donde se asume las definiciones de actividad agrícola y activos bioló405
MONOGRAFÍAS SOBRE LAS NORMAS INTERNACIONALES DE INFORMACIÓN FINANCIERA
gicos de la NIC 41, al tiempo que se reconoce que el valor de mercado
constituye la base valorativa fundamental para los activos agrícolas y se
dispone su adecuación a los requerimientos de las NIIF cuando la valoración practicada tenga como propósito su empleo en la formulación
de estados financieros, en línea con lo establecido al respecto en la
IVS 1 –Market Value Basis of Valuation– [IVSC, 2000].
1.2.3.
Los costes relacionados con la venta
Ya hemos mencionado en páginas anteriores que la NIC 41 establece
la valoración de acuerdo con el valor razonable menos los costes
estimados en el punto de venta y que, a tal efecto, debe contemplarse la ubicación y demás circunstancias que afecten al elemento en relación al objetivo perseguido, esto es, su valoración.
A este respecto, debemos precisar que la Norma no agrupa bajo una
misma rúbrica todos los costes a considerar en el proceso de valoración. De la lectura de su párrafo 9 se desprende que, por ejemplo, los
costes de transporte y otros necesarios para situar el bien en el mercado
correspondiente inciden en la determinación del valor razonable,
minorando el precio de mercado. De acuerdo con lo anterior, cabría
interpretar que todos aquellos costes ligados a tareas agrícolas posteriores a la recolección o cosecha propiamente dicha, necesarias, por
ejemplo, para seleccionar, proteger o almacenar los productos agrícolas, deberían experimentar idéntico tratamiento pues derivan de la ubicación y condición del producto en cuestión.
Obsérvese que la venta directa de los productos agrícolas tal como se
obtienen en la fase de recolección –con tierra, hojas, restos de plaguicidas, elementos defectuosos, etc.– no siempre resulta posible ni conveniente. La utilización de determinados canales de distribución requiere,
en ocasiones, acondicionar previamente el producto, por lo que operaciones como las de limpieza, eliminación de destríos, tipificación,
envasado, paletización, etc. resultan ineludibles para la colocación del
producto en el mercado.
406
AGRICULTURA
Teniendo presente lo anterior, y a la luz de lo precisado en el párrafo 14
de la Norma, los costes estimados en el punto de venta se corresponden
exclusivamente con los que se originarían como consecuencia directa de
la ejecución de la transacción de venta, identificándose con las comisiones a los intermediarios y agentes, los corretajes que correspondan a las
alhóndigas o a los mercados organizados de productos agrícolas, así
como los impuestos y gravámenes que recaigan sobre las transferencias.
A tenor de lo señalado, puede trazarse el siguiente esquema de cálculo
para abordar la valoración de los activos biológicos y de los productos
agrícolas sobre la base del valor razonable:
CUADRO 4
Esquema de cálculo del valor asignable a un
activo agrícola, sobre la base del valor razonable
[+] Valor de mercado del activo agrícola................................................
[–] Costes estimados hasta el punto de venta..........................................
• Costes de carga y descarga ................…………………..…
xxx
• Costes de transporte .........................................…………..
xxx
• Otros costes ......................................................................
(xxx)
[=] Valor razonable ................................................................................
[–] Costes estimados en el punto de venta ..............................................
• Comisiones ........................................…………………..…
xxx
• Gravámenes .....................................................…………..
xxx
• Otros costes ......................................................................
(xxx)
[=] Valor asignable al activo agrícola ......................................................
1.2.4.
XXX
(XXX)
XXX
(XXX)
XXX
La imposibilidad de determinar el valor razonable con
fiabilidad
La NIC 41 asume que, en principio, el valor razonable de los activos
biológicos y de los productos agrícolas puede determinarse de forma
fiable. Este supuesto puede, sin embargo, quedar en entredicho en la
práctica en aquellas situaciones en que, no existiendo precios o valores
407
MONOGRAFÍAS SOBRE LAS NORMAS INTERNACIONALES DE INFORMACIÓN FINANCIERA
determinados por el mercado, la aplicación de otros procedimientos
alternativos no permita alcanzar una estimación del valor razonable
dotada de la suficiente fiabilidad.
Tan sólo en el momento del reconocimiento inicial de los activos biológicos puede una empresa refutar el supuesto de partida. En tal caso,
debe proceder a su valoración según su coste menos la amortización
acumulada y cualquier pérdida acumulada por deterioro del valor
[NIC 41, pfo. 30], a cuyo efecto resultarán de aplicación la NIC 2
–Existencias–, la NIC 16 –Inmovilizado Material– y la NIC 36
–Deterioro del Valor de los Activos–. La empresa queda, no obstante,
obligada a valorar tales activos según su valor razonable menos los
costes estimados en el punto de venta en cuanto resulte posible la
determinación del valor razonable de un modo fiable.
Ejemplo 2
Cálculo del valor asignable a un producto agrícola
Una empresa agrícola que posee una plantación de árboles frutales acaba de dar por
finalizada la operación de recolección de la presente campaña, durante la cual se ha
alcanzado un volumen de 100.000 kilos. Por las condiciones en que se practica la
recogida del fruto, éste no puede ser colocado tal cual en el mercado, pues requiere
con carácter previo la eliminación de los destríos, que suelen representar alrededor
del 10% de la producción recolectada. Para dicha labor suele contratarse expresamente personal capacitado, estimándose a la vista del volumen recolectado que su
coste ascenderá a 4.032 €. El mercado activo donde la empresa suele colocar su
producción se encuentra ubicado en la misma provincia, pero distante 80 kilometros
de la empresa, lo cual obliga a recurrir a los servicios de una empresa de transporte
para efectuar el traslado hasta la alhóndiga. Considerando el número de transportes
a contratar y las tarifas vigentes, se estiman los costes de transporte en 1.202 €.
El titular de la alhóndiga donde se lleva a cabo la venta tiene establecida una comisión del 2% sobre el importe de las transacciones que se desarrollan en la misma.
Por otra parte, en estas ocasiones la empresa suele contactar con un agente intermediario de confianza que se ocupa directamente de llevar a cabo la venta y de todos
los trámites que conlleva, labor por la cual tiene establecidos unos honorarios del
1% sobre el importe facturado. Teniendo presente que el precio que rige en dicho
mercado en la fecha en que se practica la valoración es de 1,14 €/Kg., el valor atribuible al producto agrícola en el punto de recolección asciende a:
408
AGRICULTURA
(Ejemplo 2, continuación)
[+] Valor de mercado del fruto(1) .................................................... 102.600,00
[–] Costes estimados hasta el punto de venta ................................. (5.234,00)
• Costes de eliminación de destríos ............................................ 4.032,00
• Costes de transporte ....................................... 1.202,00
__________
[=] Valor razonable del fruto ......................................................... 97.366,00
[–] Costes estimados en el punto de venta ..................................... (3.078,00)
• Alhóndiga(2) .................................................... 2.052,00
• Comisionista(3) ................................................. 1.026,00
__________
[=] Valor razonable menos los costes estimados en el punto de venta del fruto ............................................... 94.288,00
(1) [= 100.000 x 0,9 x 1,14]; (2) [= 102.600 x 0,02]; (3) [= 102.600 x 0,01]
En el contexto del párrafo 30 de la NIC 41, cabe interpretar que la NIC
2 debe emplearse en la valoración de los activos biológicos destinados
al consumo [véase § 3.3.]. Por tanto, en el momento de su reconocimiento inicial su coste incorporará todos los costes derivados de la
adquisición y transformación de los mismos, incluidos aquellos necesarios para situarlos en su condición y ubicación actuales. Con posterioridad, y mientras no resulte posible determinar el valor razonable con
fiabilidad, se valorará por el importe que resulte menor al comparar su
coste con su valor neto realizable, el cual representa el precio estimado de venta de un activo en el curso normal de la explotación,
menos los costes estimados para terminar su producción y los
necesarios para llevar a cabo la venta [NIC 2: pfo. 4].
En línea con la interpretación anterior, la NIC 16 resulta apropiada para
los activos biológicos destinados a producir frutos, cuyo valor razonable
en el momento de su reconocimiento inicial en los estados financieros
no pueda determinarse con fiabilidad. En estas circunstancias, de acuerdo con la norma anterior, el coste de un activo biológico estará compuesto por su precio de adquisición y cualquier coste directamente relacionado con su puesta en servicio o, por su coste de producción, según
que su procedencia sea externa o interna a la empresa, respectivamente.
409
MONOGRAFÍAS SOBRE LAS NORMAS INTERNACIONALES DE INFORMACIÓN FINANCIERA
Por tanto, en primera instancia deberá utilizarse la NIC 2 para la determinación del coste de producción de aquellos activos biológicos destinados a producir frutos, cuando los mismos tengan su origen en un proceso de transformación desarrollado en la propia explotación agrícola.
Hasta tanto no pueda determinarse con fiabilidad el valor razonable de
los activos biológicos destinados a la producción, los desembolsos posteriores a su reconocimiento inicial incrementarán su valor en libros
cuando sea probable que de los mismos se deriven beneficios económicos futuros, adicionales a los originalmente evaluados,
siguiendo pautas normales de rendimiento, para tales activos [NIC
16: pfo. 23]. En sentido opuesto, el coste de estos activos deberá minorarse por la depreciación acumulada, practicada sobre la base de lo
establecido al respecto por la NIC 16, y por el importe acumulado de
cualquier pérdida por deterioro de valor que hayan podido experimentar, conforme a lo establecido sobre este particular por la NIC 36.
Ejemplo 3
Valoración de un activo biológico según su coste por imposibilidad de determinar
su valor razonable con fiabilidad
Una empresa agrícola radicada en la Costa Tropical, aprovechando las características del microclima reinante en la zona durante todo el año, ha decidido dedicar
cuatro hectáreas a cultivar un árbol frutal originario de Malasia, cuyo fruto comienza
a abrirse mercado en Europa y se le augura un futuro prometedor, pero del que se
posee escasa experiencia en cuanto a su cultivo.
Los costes incurridos a lo largo del ejercicio económico en el que se inicia la etapa de
formación de la plantación ofrecen el siguiente detalle:
• Plantación
• Labores de cultivo
• Riegos
• Abonado
• Tratamientos
• Otros costes
Total
410
7.825,00 €
991,00 €
418,00 €
1.923,00 €
1.202,00 €
625,00 €
12.984,00 €
AGRICULTURA
(Ejemplo 3, continuación)
Dada la naturaleza y el estado del activo biológico considerado, la empresa se
encuentra ante la inexistencia de un mercado activo y la imposibilidad de recurrir a ninguna de las alternativas previstas en la NIC 41 para abordar la determinacióndel valor razonable de una forma fiable, razón por la cual en el momento
de su reconocimiento inicial deberá valorar el activo en cuestión según su coste,
esto es, 12.984 €. De no alterarse la situación de partida, deberá seguirse idéntico proceder en los ejercicios sucesivos hasta alcanzar la etapa de producción, a
partir de la cual el valor acumulado hasta la fecha deberá ser objeto de amortización.
Esta vía prevista para el reconocimiento inicial de los activos biológicos es, sin embargo, rechazada de plano en el caso de los productos
agrícolas, para los cuales, desde el punto de vista sustentado por la
Norma, siempre resulta posible determinar con suficiente fiabilidad el
valor razonable en el punto de la cosecha o recolección. Por tanto,
pudiera darse la circunstancia de que un producto agrícola fuese valorado de acuerdo con su valor razonable, mientras que el activo biológico del que procede figurase a su coste menos la amortización y otras
pérdidas acumuladas. La situación inversa no resulta posible obviamente en la NIC 41.
El tránsito desde el valor razonable al coste no es admitida por la
Norma, según la cual, una vez valorado un activo biológico sobre la
base de su valor razonable, deberá procederse de idéntico modo hasta
el momento de su enajenación o de su baja, lo que equivale de hecho
a negar la posibilidad de que, con posterioridad a una primera valoración de acuerdo con el valor razonable, pueda desembocarse en una
situación donde su estimación carezca de fiabilidad. Esta postura algo
drástica de la Norma se explica por la intención del Consejo de impedir que las empresas pudieran acogerse a la excepción como excusa
para dejar de aplicar el valor razonable cuando el mercado presentase
fallos.
411
MONOGRAFÍAS SOBRE LAS NORMAS INTERNACIONALES DE INFORMACIÓN FINANCIERA
En suma, la presunción de que el valor razonable puede siempre determinarse de un modo fiable sólo puede ser rechazada por una empresa
en el momento del reconocimiento inicial de un activo biológico y
hasta tanto se mantenga esa situación para dicho elemento. Al objeto
de evitar que se pueda injustificadamente eludir la aplicación del valor
razonable, siempre que una empresa haga uso de la excepción, la
Norma le exige el suministro de información adicional en los estados
financieros acerca de los activos biológicos afectados.
1.2.5.
Fechas de referecia para practicar la valoración
Si uno de los principales objetivos perseguidos por la NIC 41 con la aplicación del valor razonable es el reflejo en los estados financieros de los
efectos económicos de la transformación biológica, resulta coherente
que los activos biológicos sean valorados periódicamente en el transcurso de su permanencia en la empresa. A este respecto, resulta preciso
diferenciar entre los activos biológicos y los productos agrícolas.
(a) Activos biológicos.
La valoración debe llevarse a cabo tanto en el momento de su reconocimiento inicial, esto es, cuando pasan a integrarse en la esfera de control de la empresa, como en cada una de las fechas posteriores en las
que se formule un balance. Teniendo presente que la determinación
del valor razonable exige considerar la ubicación y demás condiciones
que rodean el bien objeto de valoración, en cada ocasión y para cada
activo biológico deberá procederse de forma individualizada a obtener
evidencia de tales extremos para apoyar sobre una base válida la
correcta selección de los precios de mercado que según las circunstancias concurrentes proceda tomar como referencia.
Se entiende, pues, la carga de razonabilidad de algunas voces que han
alertado acerca del coste administrativo que pueda suponer la aplicación del valor razonable, sobre todo si se requiere elaborar estados
412
AGRICULTURA
financieros intermedios10. No obstante, cabe señalar a este respecto
que el proceso de determinación del valor razonable puede verse facilitado gracias a una adecuada agrupación de los activos biológicos o
de los productos agrícolas de acuerdo con los atributos más significativos en la fijación del precio por el correspondiente mercado. Así, por
ejemplo, en una explotación pecuaria con orientación productiva al
engorde, el ganado de cerda suele agruparse en cría, recría, cebo y
reproductores, lo cual permite disponer de unas categorías relativamente homogéneas que, en definitiva, deben contribuir a agilizar notablemente la tarea de identificación de las características físicas de los activos biológicos existentes en la empresa en una determinada fecha.
Cuando los activos biológicos constituyan el objeto de una operación
de arrendamiento, resulta de aplicación la NIC 41 para la valoración
posterior al reconocimiento de aquellos activos que se controlan como
arrendatario en virtud de un contrato de arrendamiento financiero, así
como de aquellos otros arrendados a terceros mediante un contrato de
arrendamiento operativo. Aunque la citada norma no lo mencione
expresamente, debe observarse que en el momento de su aprobación
se modificó la NIC 17 –Arrendamientos–, excluyéndose ambos
supuestos del ámbito de aplicación de esta norma y remitiendo para su
tratamiento a la NIC 41.
(b) Productos agrícolas.
Los productos agrícolas procedentes de los activos biológicos deben ser
valorados en el punto de cosecha o recolección. En este caso, la NIC
10
Así, el G-100 -grupo constituido por las 100 mayores empresas australianas del sector
agrícola- en sus comentarios al E65, ponía de manifiesto que, considerando su dimensión, no siempre resulta posible determinar anualmente sobre una base fiable el
rendimiento de una plantación. Añadía como ejemplo el caso de las plantaciones de
eucaliptos, donde la práctica existente en el sector consiste en completar el inventario de
su estado al término de los años 3 y 8 (la tala tiene lugar entre los años 10 y 12), no siendo posible hasta entonces conocer las pérdidas de árboles registradas y el grado de crecimiento de los que continúan en pie. El inventario practicado con periodicidad anual en
este tipo de plantaciones resultaría antieconómico.
413
MONOGRAFÍAS SOBRE LAS NORMAS INTERNACIONALES DE INFORMACIÓN FINANCIERA
41 no alude a ningún otro momento en el que deba practicarse una
nueva valoración, tal como acontece con los activos biológicos.
Si se tiene presente, de un lado, el carácter perecedero que reviste
buena parte de los productos agrícolas y, de otro, el desarrollo de una
serie de técnicas que contribuyen a paliar esta limitación, prolongando
artificialmente en el tiempo la conservación de sus cualidades, surge el
interrogante acerca de cómo proceder cuando, en una fecha posterior a
la de su reconocimiento inicial, la empresa formule nuevos estados
financieros sin que para entonces haya colocado en el mercado la totalidad de la producción recolectada y hayan podido modificarse sustancialmente los atributos físicos del producto agrícola o los precios que
rigen en su mercado de venta.
En principio, pudiera parecer congruente con la filosofía que inspira el
valor razonable proceder a su actualización cada vez que la empresa
deba elaborar unos nuevos estados financieros, de modo que una
misma clase de producto agrícola fuese valorada de un modo similar
con independencia de su fecha de recolección. Sin embargo, la NIC 41
guarda silencio sobre este particular y no se pronuncia acerca de las
pautas a seguir en estas circunstancias. Cabe razonablemente pensar
que el Consejo, al igual que establece expresamente sin ambigüedad el
modo de abordar la valoración posterior a la inicial para los activos
biológicos, podría haber hecho otro tanto con respecto a los productos
agrícolas de haberse decantado por esta opción. Debe interpretarse,
pues, que de acuerdo con la NIC 41, la valoración otorgada a los productos agrícolas en el punto de recolección no debe ser objeto de revisión para ajustarla conforme al precio razonable que pudiera regir en
un momento posterior.
Las razones que se esconden detrás de esta postura del Consejo hay
que buscarlas en el hecho de que una empresa agrícola puede adquirir
productos agrícolas para revenderlos o para transformarlos en otros
productos. Si los productos agrícolas obtenidos en la propia explotación fuesen valorados nuevamente con posterioridad a la cosecha de
414
AGRICULTURA
acuerdo con el valor razonable, un tratamiento coherente de los productos procedentes del exterior exigiría revisar su valoración sobre la
base del valor razonable al objeto de que activos similares ofreciesen
expectativas similares respecto a los beneficios futuros, lo cual resulta
incompatible con la NIC 2.
La NIC 41 [pfo. 13] se limita a señalar que la valoración practicada en
el punto de cosecha o recolección, minorando el valor razonable con
los costes en el punto de venta, constituye el coste en esa fecha,
cuando se aplique la NIC 2, Existencias, u otra Norma Internacional
de Contabilidad que sea de aplicación, dando a entender que ello es
coherente con el modelo contable del coste histórico aplicable a otro
11
tipo de existencias y a los procesos de fabricación en general .
1.3.
Las ganancias o pérdidas derivadas de la aplicación del
valor razonable
Como ya se ha referido en líneas anteriores, los activos biológicos
deben valorarse tanto en el momento de su reconocimiento inicial
como en la fecha de cada balance, según su valor razonable menos los
costes estimados en el punto de venta. Puede suceder, por tanto, y de
hecho es la situación más corriente, que el valor atribuido a un activo
biológico varíe de una fecha a otra. Son diversas las causas que pueden
ocasionar ese cambio, pero especialmente deben mencionarse, de un
lado, la transformación biológica operada en el activo, que puede producir incrementos en la cantidad o una mejora en la calidad del animal
o de la planta, pero que también puede actuar en sentido contrario,
11
La Comisión Europea, en sus comentarios al E65, manifestó su perplejidad y consideró inconsistente e ilógico el hecho de que cuando se afronta una etapa productiva (actividad primaria) de relativa incertidumbre, volatilidad y medidas carentes de fiabilidad se
requiera la aplicación del valor razonable, mientras que cuando se reduce la incertidumbre y se tiene acceso a medidas fiables, como ocurre a menudo con los productos finales
de la actividad conexa, se exija la vuelta al coste histórico.
415
MONOGRAFÍAS SOBRE LAS NORMAS INTERNACIONALES DE INFORMACIÓN FINANCIERA
provocando su degradación en términos de un decremento en su cantidad o un deterioro en su calidad; de otro, los factores exógenos que
inciden tanto en los costes relacionados con la venta como en el precio
de mercado del activo no permanecen inalterados y representan otra
posible fuente de variación.
Ejemplo 4
Pérdida surgida en el momento del reconocimiento inicial de
un activo biológico registrado según su valor razonable
Una empresa ganadera ha adquirido diversas cabezas de ganado por 120.000 € en
una feria ganadera que se celebra regularmente y que, por las características de su
funcionamiento, reúne los requisitos exigibles para su consideración como un mercado activo. La operación ha supuesto para el vendedor el pago de una comisión
del 2% sobre el importe de la transacción. Por su parte, la empresa ha soportado
unos costes de 500 € por el transporte de los animales hasta la granja.
El coste de adquisición de las cabezas de ganado es de 120.500 €, mientras que su
valor razonable menos los costes estimados en el punto de venta en el momento de
su reconocimiento inicial asciende a:
[+] Valor de mercado de los animales ........................................... 120.000,00
[–] Costes estimados hasta el punto de venta .................................
(500,00)
• Costes de transporte ............................................
500,00 __________
[=] Valor razonable de los animales .............................................. 119.500,00
[–] Costes estimados en el punto de venta ..................................... (2.400,00)
• Comisiones ..........................................................
2.400,00 __________
[=] Valor razonable menos los costes estimados en el punto de venta de los animales
117.100,00
De acuerdo con la NIC 41 [pfo. 27], el registro de las cabezas de ganado por su
valor razonable menos los costes estimados en el punto de venta supone reconocer
en ese instante el surgimiento de una pérdida por un importe de 3.400 € (= 120.500
– 117.100).
416
AGRICULTURA
Además, como consecuencia del reconocimiento inicial12 de los activos biológicos y de productos agrícolas puede ponerse de manifiesto
una ganancia, como ocurre con el nacimiento de un becerro, o una
pérdida, al tener que deducir del valor de mercado de un producto
agrícola cosechado unos costes estimados hasta el punto de venta y en
el punto de venta de mayor cuantía, tal como apunta la propia Norma
[pfo. 29].
Es de resaltar que en el Proyecto de Norma E65 no se recogía de forma
expresa la posibilidad de que como consecuencia del reconocimiento
inicial de un producto agrícola registrado según su valor razonable
menos los costes estimados en el punto de venta pudiera surgir una
ganancia o una pérdida. La NIC 41, sin embargo, alude explícitamente
a esta cuestión, señalando que tal hecho puede suceder como consecuencia de la cosecha o recolección.
En ambos tipos de elementos, el efecto es el surgimiento de una ganancia o una pérdida que no tiene su origen en una transacción con terceros. Tanto para los activos biológicos [pfo. 26] como para los productos
agrícolas [pfo. 28], la NIC 41 dispone la inclusión de esa ganancia o pérdida en el resultado del período en el cual aparezca, admitiendo así su
coherencia con el principio del devengo y asumiendo que esta forma de
operar procura un conocimiento más acorde con el desenvolvimiento
real del proceso de generación de la renta de la empresa en el tiempo.
En el debate registrado durante la elaboración de la NIC 41, este punto
fue objeto de diversas objeciones centradas en torno a la improcedencia del reconocimiento como ingresos de los efectos de la transforma12
El empleo de la expresión “… tras el reconocimiento inicial …” en los párrafos 27 y 29
del texto español de la NIC 41 pudiera inducir al lector a interpretar que se está haciendo referencia a un momento posterior al reconocimiento inicial, cuando lo cierto es que
se está aludiendo al mismo instante del reconocimiento. La consulta del texto original en
inglés permite observar cómo, a diferencia de lo que ocurre en la versión española publicada en el Diario Oficial de la Unión Europea, la expresión empleada en los párrafos 26
al 29 es idéntica: “… on initial recognition …”.
417
MONOGRAFÍAS SOBRE LAS NORMAS INTERNACIONALES DE INFORMACIÓN FINANCIERA
ción biológica y de la incorporación de las ganancias no realizadas al
resultado periódico y no al patrimonio neto, acrecentando de este
modo la volatilidad del beneficio, especialmente por los elevados riesgos a que están expuestos los activos biológicos.
A este respecto, es de señalar que el concepto de ingreso que se formula en el marco conceptual del IASC [1989, pfo. 76] incluye expresamente las ganancias no realizadas, tal como las surgidas por la revalorización de títulos cotizados en Bolsa o los incrementos en el importe en
libros de los activos a largo plazo, y su reconocimiento en la cuenta de
resultados queda supeditado al surgimiento de un incremento en los
beneficios económicos futuros relacionado, entre otras posibilidades,
con un incremento en el valor de los activos y siempre que pueda
medirse con fiabilidad.
El Consejo consideró, pues, que su propuesta era compatible con el
marco conceptual del IASC y que la asignación pluriperiódica de la
renta generada por un activo biológico contribuiría a una mejor interpretación del rendimiento alcanzado por la empresa y, en consecuencia, debía ser considerada como de mayor relevancia informativa que
la opción consistente en demorar su reconocimiento hasta el final del
ciclo vital, lo que podría dar lugar en algunos casos a tener que aguardar un período excesivamente dilatado antes de proceder a su cómputo
y registro. Así, por ejemplo, en una explotación forestal podrían transcurrir más de treinta años desde la plantación hasta la tala de los árboles y su venta como madera, sin que se reconociera la renta generada
durante ese período.
Por otra parte, no debe pasar desapercibido el hecho de que la actualización periódica del valor razonable de un mismo activo biológico
torna innecesaria la discriminación de la condición de activable o no
de los costes relacionados con los mismos, toda vez que su impacto
sobre los beneficios económicos futuros de la empresa quedará reflejado en la valoración del bien al término del período. Por consiguiente,
418
AGRICULTURA
costes como los de alimentación del ganado o los relacionados con la
siembra, el cultivo, el abonado o el riego, incidirán directamente en la
cuenta de resultados del período en que se originen.
Una mejora en la información suministrada resulta posible si se profundiza en el análisis de la ganancia o la pérdida registrada, a la luz del
hecho evidente, ya reseñado, de que el valor atribuido a un activo biológico puede variar entre dos fechas como consecuencia de los cambios acaecidos en el mismo, fruto de la transformación biológica a que
se ve sometido, y de las oscilaciones experimentadas por su precio de
mercado. En la medida en que el conocimiento del efecto que cada
grupo de causas ha tenido sobre la variación experimentada por el
valor del activo biológico en el intervalo temporal considerado, puede
resultar relevante para apoyar proyecciones futuras relativas a la producción, mantenimiento y regeneración de los activos biológicos, en
especial cuando su ciclo productivo excede de un año, la NIC 41 [pfo.
51] aconseja discriminar para cada ejercicio, por grupos de activos o
de otra manera, qué parte de la cuantía registrada en la ganancia o pérdida neta del período corresponde a cambios físicos y a cambios en los
precios. El Consejo entiende que ambos son indicativos del rendimiento de la empresa, por lo que en su momento rechazó la propuesta consistente en incluir el efecto de los cambios físicos en el resultado y trasladar directamente el efecto de los cambios en precios al patrimonio
neto.
Para su desagregación en los componentes cambio físico y cambio
en precios podría operarse, en principio, de un modo similar al convencional en el cálculo y análisis de las desviaciones en los sistemas
de costes predeterminados, según el cual se procede a desagregar la
desviación de un período en dos componentes: un componente técnico o en cantidades y otro económico o en precios. Sin embargo, esta
forma de actuar conllevaría dos errores de partida al considerar, por
un lado, que la variación técnica viene motivada exclusivamente por
un cambio cuantitativo –ignorándose por tanto el efecto del cambio
419
MONOGRAFÍAS SOBRE LAS NORMAS INTERNACIONALES DE INFORMACIÓN FINANCIERA
cualitativo– y, por otro, la diferencia entre los precios al inicio y al
final del período se emplearían para calcular la variación debida al
cambio en precios –sin considerar que tales precios corresponden a
dos activos biológicos que, aunque pertenecen a una misma clase, son
cualitativamente diferentes–.
En efecto, como indica Loring [1969: 116–117] en referencia al ganado de engorde, "al quedar el producto biológicamente unido al animal
productor, el producto sigue sometido a las transformaciones metabólicas que alteran su calidad, y, en consecuencia su precio. (...) esta
variación del precio del kilo de carne en función de la edad del animal
vivo, no tiene nada que ver con las oscilaciones de tendencia, cíclicas
o accidentales de los precios en el mercado. No se trata de que un
producto haya variado de precio, sino que el producto ha variado en sí
mismo. La carne de un lechón no es el mismo producto que la carne
de un cerdo de 90 kilos. Cuando el cerdo tiene 90 kilos, es cierto que
ha añadido 70 kilos a los 20 que tenía cuando era lechón. Pero la realidad es que el cerdo ya no tiene ninguna carne de lechón y tiene 90
kilos totales de otra calidad de carne. Por ello si calculamos su valor:
20 kilos x precio de lechón + 70 kilos x precio de cerdo cebado,
obtendríamos un resultado falso. Su valor es 90 kilos x precio de cerdo
cebado".
Consideremos, pues, a tal efecto un mismo activo biológico en dos
fechas sucesivas que denotaremos como instantes 0 y 1, en las cuales
su denominación será A y B, respectivamente, por ser en las mismas
cualitativamente diferente, de modo que:
QA,0: cantidad del activo biológico en el instante 0;
QB,1: ídem, en el instante 1;
PA,0: valor razonable menos los costes estimados en el punto de venta,
expresado a nivel de unidad de cantidad, del activo biológico en
el instante 0;
420
AGRICULTURA
PB,1: ídem, en el instante 1.
La diferencia experimentada por el valor del activo biológico en el
período 0–1 ascenderá a:
Para su descomposición en los componentes cambio físico y cambio
en precios introduciremos en la anterior expresión, sumando y restando, un tercer término (QA,0 • PA,1), donde:
PA,1: valor razonable menos los costes estimados en el punto de venta,
expresado a nivel de unidad de cantidad, del activo biológico
caracterizado como A en el instante 1;
con lo cual tendríamos que:
y operando:
El segundo sumando de la anterior expresión [QA,0 . (PA,1 – PA,0)] refleja
claramente el impacto en la variación global del cambio en precios
entre los dos instantes considerados en relación a la cantidad de partida, que es la única que puede estar presente en ambos instantes.
Representa, pues, la diferencia en la valoración de un activo biológico,
considerando su cantidad y estado al inicio de un período, de acuerdo
con los precios que rigen al inicio y al final del mismo.
Por su parte, el primer sumando [(QB,1.PB,1) – (QA,0.PA,1)] es expresivo
del efecto económico que la transformación biológica ha provocado.
Así, la variación provocada por el cambio físico de un activo biológico
representa la diferencia entre su valor en el estado cuantitativo y cualitativo que ofrece al término del período y el que corresponde a su esta421
MONOGRAFÍAS SOBRE LAS NORMAS INTERNACIONALES DE INFORMACIÓN FINANCIERA
do cuantitativo y cualitativo al inicio del mismo, de acuerdo en ambos
casos con los precios vigentes al final del período contemplado.
Obsérvese que el cambio físico engloba a su vez dos componentes: un
cambio cuantitativo entre las cantidades existentes al inicio y al final
del período, y un cambio cualitativo, consistente en la conversión de la
cantidad inicial del activo biológico “A” en la misma cantidad de un
activo cualitativamente diferente “B”. Si en algún caso pudiera resultar
de interés cuantificar por separado ambos cambios, con las debidas
cautelas en su interpretación, una aproximación podría lograrse sumando y restando (QA,0 . PB,1) en la expresión del referido primer sumando,
con lo cual:
o bien:
donde [(QB,1 – QA,0) .PB,1] reflejaría la expresión monetaria del cambio
cuantitativo y [QA,0 . (PB,1 – PA,1)] la correspondiente al cambio cualitativo.
422
AGRICULTURA
Gráficamente, en la figura 1 pueden apreciarse los diversos componentes señalados, en el supuesto de que QA,0 < QB,1 y PA,0 < PA,1 < PB,1.
FIGURA 1. Descomposición de la variación experimentada por el valor
de un activo biológico entre dos fechas sucesivas.
2.
El reconocimiento de las subvenciones oficiales relacionadas
con activos biológicos
En su párrafo 3, la NIC 20 –Contabilización de las subvenciones oficiales e información a revelar sobre ayudas públicas– define las subvenciones oficiales como ayudas procedentes del sector público en
forma de transferencias de recursos a una empresa en contrapartida
del cumplimiento, futuro o pasado, de ciertas condiciones relativas
a sus actividades de explotación, condicionando su reconocimiento a
la existencia de una razonable seguridad de que la empresa cumplirá
las condiciones asociadas a su disfrute y que, por tanto, recibirá las
subvenciones en las condiciones prefijadas.
En lo que se refiere a la presentación de las subvenciones oficiales relacionadas con activos, la NIC 20 contempla dos alternativas aceptables.
La primera supone reflejar las subvenciones como partidas de ingresos
423
MONOGRAFÍAS SOBRE LAS NORMAS INTERNACIONALES DE INFORMACIÓN FINANCIERA
diferidos, que se irán imputando a los ejercicios sobre bases sistemáticas y racionales, a lo largo de la vida útil de los activos que financian.
La segunda posibilidad consiste en su detracción del valor de los activos a los que están vinculadas, incidiendo de este modo en la cuenta
de resultados de forma periódica al aminorar la dotación anual por la
depreciación de cada activo.
Los redactores de la NIC 41 se encontraron así con que la aplicación de
la segunda alternativa prevista en la NIC 20 resultaba incoherente con el
planteamiento propio del valor razonable, especialmente en el caso en
que la percepción de una subvención estuviese condicionada al cumplimiento de determinadas condiciones. Ante la disyuntiva de promover
una revisión de la NIC 20 para dar adecuado tratamiento a esta cuestión
o abordarla de un modo directo en la NIC 41, el Consejo se decidió por
esta segunda opción con el argumento de que las subvenciones oficiales
relativas a la actividad agrícola son comunes en muchos países.
La NIC 41 [pfo. 57] contempla, a efectos de su reconocimiento, tres
posibilidades:
a) Subvenciones oficiales relacionadas con un activo biológico que
se valora según su coste menos la depreciación acumulada y las
pérdidas por deterioro del valor acumuladas.
Resulta de aplicación la NIC 20, en los términos que se acaban de
referir.
b) Subvenciones oficiales incondicionales relacionadas con un activo biológico que se valora según su valor razonable menos los
costes estimados en el punto de venta.
Deben ser reconocidas como ingresos cuando, y sólo cuando, tales
subvenciones se conviertan en exigibles.
c) Subvenciones oficiales condicionadas relacionadas con un activo
biológico que se valora según su valor razonable menos los costes estimados en el punto de venta.
424
AGRICULTURA
La empresa debe reconocer la subvención oficial cuando, y sólo cuando, se hayan cumplido las condiciones ligadas a la misma. Los términos para su concesión pueden ser muy diversos, llegando incluso a
abarcar en ocasiones el compromiso de no emprender una actividad
agrícola específica durante un determinado período. En el apéndice B
de la propia Norma [pfo. B68] se refiere el caso de una empresa que
recibe una subvención por trabajar la tierra durante cinco años en una
determinada zona geográfica, de forma que si el ejercicio de la actividad no alcanzara dicho período se tuviese que devolver toda la subvención recibida. La aplicación de la norma supone en este caso
demorar el reconocimiento de la subvención hasta que no hayan transcurrido los cinco años. Sin embargo, en caso de que la subvención permitiese retener una parte a medida que transcurre el tiempo, la empresa debería reconocer como ingresos la parte proporcional de la subvención correspondiente al tiempo transcurrido en la medida en que dicho
importe ostenta ya un carácter definitivo.
El Proyecto de Norma E65 proponía el reconocimiento como ingreso de
una subvención condicionada cuando la empresa dispusiera de suficiente garantía de que va a poder atender los requerimientos asociados
a la misma, en línea con las exigencias de la NIC 18 –Ingresos
Ordinarios–, que dispone el reconocimiento de los ingresos cuando
exista un grado de certidumbre suficiente de que los beneficios económicos futuros fluyan a la empresa y puedan ser valorados con fiabilidad.
El Consejo adoptó en este tema una postura más conservadora que la
que se contenía en el Proyecto, al no permitir el reconocimiento de los
ingresos aun cuando exista una razonable certeza del cumplimiento de
las condiciones ligadas a la subvención. Las razones que se manejaron
para justificar esta toma de posición fueron, de un lado, la preocupación
por evitar posibles juicios subjetivos acerca de la probabilidad por parte
de la empresa de cumplir las condiciones de la subvención y, de otro, el
hecho frecuente de que las subvenciones condicionadas entrañan costes
y obligaciones, por lo que el importe de la subvención puede ser menor
que el beneficio económico asociado a la misma. En definitiva, hasta
425
MONOGRAFÍAS SOBRE LAS NORMAS INTERNACIONALES DE INFORMACIÓN FINANCIERA
que las obligaciones inherentes a una subvención condicionada no se
satisfagan efectivamente se entiende que más que un ingreso lo que la
empresa debe reconocer es un pasivo, surgido a raíz del compromiso
asumido por la empresa de actuar en un determinado sentido.
3.
Información a revelar en los estados financieros
La NIC 41 se ocupa de forma exhaustiva de todos aquellos puntos
regulados por la misma que deben ser objeto de revelación en los estados financieros. Este volumen de información ha sido considerado
excesivo en muchos de los comentarios realizados al E65, entre otros,
el formulado por la Comisión Europea, que aprovechó la ocasión para
apostillar que entendía ese requerimiento ante la necesidad de mitigar
la falta de fiabilidad inherente a la propuesta valorativa de la Norma.
En lo que respecta a los activos biológicos, además de la presentación
de su valor por separado en el balance [véase ejemplo 10], la Norma
exige una descripción narrativa o cuantitativa de cada grupo, no obstante lo cual se aconseja a las empresas optar por la segunda, distinguiendo, siempre que resulte adecuado, entre:
• Activos biológicos consumibles: son aquellos que van a ser recolectados como productos agrícolas (cultivos como el maíz, el arroz o
la cebada, árboles en crecimiento para su venta como madera) o
vendidos como activos biológicos (cabezas de ganado, colmenas); y
• Activos biológicos para producir frutos: se corresponden con
aquéllos cuya presencia en la empresa no tiene como finalidad productiva su transformación en un producto agrícola, sino justamente
el servir como instrumento para la obtención periódica de productos
agrícolas (ganado productor de leche o de huevos, árboles frutales,
cultivos leñosos no forestales como la vid o el olivo, etc.).
426
AGRICULTURA
Además, con vistas a que la información proporcionada contribuya a
evaluar los flujos futuros de efectivo, se recomienda que, para cada uno
de los grupos de activos biológicos individualizados, se distinga entre:
• Activos biológicos maduros: se identifican tanto con los activos
biológicos consumibles que han alcanzado las condiciones adecuadas para su cosecha o recolección (peces de una piscifactoría que
han adquirido el tamaño adecuado para su comercialización) como
con los activos biológicos para producir frutos capaces de sostener
una producción o proporcionar cosechas de forma regular; y
• Activos biológicos por madurar: carecen de la madurez suficiente
para cumplir con la finalidad productiva propia del grupo en el que
se encuadran (cultivos de ciclo largo en su estadio de implantación,
plantación forestal en su etapa de creación, animales recién destetados en la ganadería de engorde).
Sorprende que no se haya hecho alusión expresa alguna a la ubicación
geográfica de las plantaciones o de los cultivos, habida cuenta que la
calidad agronómica del suelo, el grado de accidentalidad del terreno y
todas aquellas otras variables que conforman su microclima, ejercen
una indudable influencia en la calidad del producto y, por tanto, en su
precio.
A menos que sea objeto de revelación en otra parte, la empresa debe
describir asimismo en sus estados financieros [véase ejemplo 11]:
• la naturaleza de las actividades desarrolladas en relación a cada
grupo de activos biológicos; y
• los aspectos relevantes del proceso de medición o estimación de las
cantidades físicas correspondientes tanto a la producción agrícola
del período como a cada uno de los grupos de activos biológicos
existentes al término del mismo.
En el terreno de la valoración económica, la empresa debe poner de
manifiesto:
427
MONOGRAFÍAS SOBRE LAS NORMAS INTERNACIONALES DE INFORMACIÓN FINANCIERA
• los métodos e hipótesis significativas manejadas para la determinación
del valor razonable de cada grupo de productos agrícolas en el punto
de cosecha o recolección, así como de cada grupo de activos biológicos [véase ejemplo 5];el valor asignado en el punto de recolección a
los productos agrícolas cosechados o recolectados durante el ejercicio, determinado por diferencia entre su valor razonable y los correspondientes costes estimados en el punto de venta [véase ejemplo 12];
• la ganancia o pérdida total surgida durante el ejercicio corriente por
el reconocimiento inicial de los activos biológicos y los productos
agrícolas [véase ejemplo 13];
Ejemplo 5
Nota a los estados financieros relativa a las HIP tesis manejadas
en la determinación del valor razonable
Con respecto a la situación contemplada en el ejemplo 1:
Para la determinación del valor razonable menos los costes estimados en el punto
de venta de la plantación de árboles forestales en pié, la Sociedad ha partido de los
siguientes supuestos:
• La masa forestal se ha valorado asumiendo que el volumen de madera comercializable es el que se desprende de su estado actual.
• Los árboles en pie alcanzarán su madurez dentro de 22 años.
• No se prevén cambios en las prácticas actuales de cultivo, mantenimiento y gestión de la plantación.
• Los costes periódicos derivados de tales prácticas no se han incluido en los cálculos, incorporándose en cada período su importe total al estado de pérdidas y
ganancias.
• La estimación de los costes hasta el punto de venta se ha realizado a partir de los
importes medios calculados por la empresa para el último trienio, tomando como
referencia los datos disponibles de las empresas más representativas del sector, así
como la distancia existente entre la plantación y la ubicación actual del mercado
activo del que se han tomado los precios vigentes para los activos maduros en la
fecha de la valoración.
• Para cuantificar los costes en el punto de venta se ha adoptado como hipotésis de
trabajo el mantenimiento del 2% del valor de la venta que rige en la actualidad.
• La tasa de descuento nominal antes de impuestos del 7% anual que se ha aplicado
para estimar los flujos netos de caja incorpora el riesgo asociado a la plantación.
• No se han previsto cambios significativos en el índice general de precios.
428
AGRICULTURA
• la ganancia o pérdida total derivada de los cambios en el valor razonable menos los costes estimados en el punto de venta de los activos
biológicos registrados en el ejercicio [véase ejemplo 13];
• la conciliación de los cambios en el importe en libros de los activos
biológicos entre el comienzo y el final del ejercicio económico,
incluyendo [véase ejemplo 9]:
– la ganancia o pérdida derivada de los cambios registrados en el
valor razonable menos los costes estimados en el punto de venta,
aconsejándose la separación de los cambios físicos de los cambios
imputables a los precios [véase ejemplo 8];
– los aumentos debidos a compras;
– las disminuciones provocadas por ventas;
– las disminuciones ocasionadas por la cosecha o recolección;
– los aumentos surgidos de combinaciones de negocios13;
– las diferencias de cambio netas procedentes de la conversión de
los estados financieros de una entidad extranjera; y
– cualesquiera otros cambios con incidencia en la variación del
importe en libros.
En el supuesto de existencia de activos biológicos cuyo valor razonable
no puede ser calculado con fiabilidad y, por tanto, figuran valorados a
su coste menos la amortización acumulada y las pérdidas por deterioro
de valor acumuladas, debe suministrarse información adicional, variable según las circunstancias [NIC 41, pfo. 54–57]:
13
La NIC 22 [pfo. 8] define la combinación de negocios como la unificación de empresas independientes en una entidad económica única, como resultado de que una de
las empresas se une con la otra u obtiene el control sobre los activos netos y las
operaciones de la misma.
429
MONOGRAFÍAS SOBRE LAS NORMAS INTERNACIONALES DE INFORMACIÓN FINANCIERA
• Si se produjese la enajenación de tales activos a lo largo del ejercicio:
– la empresa debe revelar la ganancia o pérdida surgida de la operación;
– en la conciliación del cambio de valor de los activos biológicos
entre el comienzo y el final del período, a la cual se ha hecho
referencia anteriormente, debe figurar separadamente los importes
relacionados con los activos enajenados, incluidos los relativos
tanto a las pérdidas por deterioro de valor y sus reversiones como
a la depreciación.
• Si en el transcurso del ejercicio la empresa ha podido determinar
con fiabilidad el valor razonable de tales activos, deberá proporcionar:
– una descripción de los mismos;
– una explicación de los hechos que han permitido que el valor
razonable pueda determinarse de un modo fiable;
– el efecto cuantitativo del cambio en la base de referencia aplicada
para su valoración.
• Si al término del ejercicio sigue siendo inviable la determinación del
valor razonable, la empresa está obligada a facilitar:
– una descripción de los activos biológicos que se encuentran en
tales circunstancias;
– una explicación de por qué no resulta posible obtener una estimación fiable del valor razonable;
– cuando resulte posible, el intervalo de valores dentro del cual es
altamente probable que se encuentre el valor razonable;
– el método de depreciación y la vida útil o la tasa de amortización
empleados;
430
AGRICULTURA
– el valor bruto en libros y la suma de la amortización y las pérdidas
por deterioro de valor acumuladas, tanto al principio como al final
del ejercicio.
Por otra parte, hay que tener presente que el desarrollo normal del
ciclo vital de las plantas cultivadas se ve afectado por diversas causas
que provocan su asfixia, su destrucción o alteran sus tejidos y órganos.
Estas alteraciones pueden venir motivadas por causas de diversa índole.
La mayoría de las veces se deben a la presencia de seres vivos, vegetales o animales, que se alimentan o viven a expensas de la planta cultivada –hongos, insectos, roedores, etc.–. Las enfermedades y plagas
pueden, asimismo, afectar tanto a las cosechas, como a las plantaciones o al ganado. En otras ocasiones, la causa se encuentra exclusivamente en la acción de un medio ambiente desfavorable, sin intervención de seres vivos. Son de sobra conocidos los múltiples factores climáticos –sequía, inundaciones, pedrisco, heladas, …– que pueden ocasionar la destrucción de las cosechas. A pesar de los avances registrados en el terreno de la prevención, la empresa agrícola sigue siendo
vulnerable a la acción a menudo incontrolable de factores climatológicos y biológicos que pueden provocar fuertes variaciones en el volumen de producción, ajenas por completo al mayor o menor acierto en
el desarrollo de la actividad agrícola.
Cuando por su magnitud, naturaleza o incidencia, algunos de los sucesos antes mencionados pueda ser relevante para alcanzar una adecuada comprensión del rendimiento de una empresa durante un ejercicio,
la NIC 41 [pfo. 53] dispone que la naturaleza y cuantía de las partidas
de ingresos y gastos relacionadas con dicho suceso serán reveladas
conforme a lo establecido al respecto en la NIC 8, –Ganancia o
Pérdida Neta del Ejercicio, Errores Fundamentales y Cambios en las
Políticas Contables–. Esta Norma contempla en su párrafo 15 dos
posibilidades, aplicables cuando se producen circunstancias como las
mencionadas:
431
MONOGRAFÍAS SOBRE LAS NORMAS INTERNACIONALES DE INFORMACIÓN FINANCIERA
• la naturaleza e importe de cada partida extraordinaria relacionada
con el suceso acaecido pueden ser consignados en el cuerpo principal de la cuenta de resultados; o bien
• la cuenta de resultados se limita a recoger el importe total de las partidas extraordinarias, en cuyo caso en las notas a los estados financieros deberán desglosarse los importes parciales de cada partida de
pérdidas y ganancias extraordinarias.
Ejemplo 6
Nota relativa a un activo biológico del que no se puede obtener una estimación
fiable de su valora razonable
Con relación a la situación descrita en el ejemplo 3:
La empresa ha dado inicio a lo largo del ejercicio a la formación de una plantación
de mangostáns, compuesta por 800 plantas en una extensión de 2 hectáreas. El cultivo de este árbol frutal en el territorio nacional se ha iniciado en fechas recientes, por
lo que se carece en la actualidad de un mercado activo donde las plantaciones de
esta naturaleza sean objeto de transacciones. El valor asignado a la plantación al
31–12–200N asciende a 12.984,00 €, montante correspondiente a los costes incurridos hasta la fecha para su formación. Se estima que esta etapa tendrá una duración de 4 años y que la de producción abarcará un período de 25 años.
En el apartado relativo a limitaciones a la disponibilidad, contingencias
y obligaciones relacionadas con los activos biológicos, la NIC 41 [pfo.
49] exige revelar:
• el valor de los activos biológicos acerca de cuya titularidad pudiera
existir alguna restricción;
• el importe de los activos biológicos pignorados como garantía de
deudas contraídas;
• la cuantía de los compromisos alcanzados para desarrollar o adquirir
activos biológicos;
• las estrategias seguidas por la empresa para afrontar el riesgo financiero relacionado con la actividad agrícola.
432
AGRICULTURA
La actitud con que la empresa agrícola se enfrenta a este riesgo dependerá, entre otros factores, de su potencial económico, de su capacidad
para readaptar su orientación productiva y del grado de aversión al
riesgo del propio empresario. La literatura especializada en el tema
suele agrupar las estrategias para afrontar el riesgo agrícola en tres clases [véase Barry, 1984: 95 y ss; Lee et alt., 1988: 252 y ss]: financieras
14
(seguros ; mantenimiento de una situación desahogada de liquidez),
comerciales (selección de productos con mercados más estables; combinación de productos de cosecha única anual con otros cuya producción sea más regular –leche, huevos–; contratos de futuros) y de producción (diversificación, incluida la geográfica y la de variedades y
especies dentro de una misma clase de producto agrícola; intensificación de las medidas de protección de los activos biológicos).
Por último, la NIC 41 [pfo. 57] también dispone el suministro de información acerca de las subvenciones oficiales relacionadas con los activos biológicos que se valoran según su valor razonable menos los costes estimados en el punto de venta. En concreto, debe ponerse de
manifiesto:
• la naturaleza y alcance de las subvenciones oficiales reconocidas
en los estados financieros;
15
• las condiciones incumplidas y las contingencias ligadas a las subvenciones oficiales; y
14 Los seguros agrarios, a menudo subvencionados por los poderes públicos, pueden ser
específicos o combinados según que con una misma póliza se asegure una o varias
clases de riesgos naturales, estando habitualmente excluidos los riesgos que se derivan
de un desfavorable comportamiento de los precios de mercado. En España, con fecha de
28 de diciembre de 1978, se aprobó la Ley de Seguros Agrarios Combinados, aplicable a
la producción agrícola. La Ley prevé el establecimiento de pólizas que cubran los riesgos
inherentes a los daños que ocasionan las variaciones anormales de agentes naturales,
siempre y cuando los medios técnicos de lucha preventiva normales no hayan podido ser
utilizados por los afectados por causas no imputables a ellos o hayan resultado ineficaces. El Reglamento de la Ley concreta los riesgos agrícolas, pecuarios y forestales asegurables.
15
Véase lo señalado en § 2.3. respecto a los requisitos a cumplir para su reconocimiento.
433
MONOGRAFÍAS SOBRE LAS NORMAS INTERNACIONALES DE INFORMACIÓN FINANCIERA
• los decrementos esperados en el nivel de las subvenciones oficiales,
siempre que sean significativos.
Ejemplo 7
Nota a los estados financieros relativa a la estrategia seguida en la gestión del riesgo
La Sociedad está expuesta al riesgo derivado de los cambios en los precios alcanzados por sus productos en los mercados europeos donde opera. Asimismo, dado el
volumen de negocio realizado con el Reino Unido y con los Estados Unidos, se ve
sometida a los efectos de las fluctuaciones en los tipos de cambioen las monedas de
estos dos países. La estrategia seguida por la empresa en los dos últimos ejercicios
consiste en una apuesta clara y progresiva por un canal de distribución que permite
atenuar ese riesgo, ofreciendo al mismo tiempo una garantía de consecución de
unos niveles de precios aceptables. Así, en la actualidad, cerca del 70 % de la cifra
de negocio proviene de la producción colocada a través de ANAGRO, asociación
nacional de comercialización de productos hortofrutícolas que, gracias al volumen
de producción que maneja y el reconocimiento de que goza en Europa, posee gran
poder de negociación y la capacidad para atender los requerimientos en volumen y
tiempo de las principales cadenas de dsitribución al por menor en Alemania, Suecia
y Reino Unido, lo cual se traduce en la firma de contratos para cada campaña que
permiten estabilizar los precios finales.
Por otra parte, sobre la base de la experiencia acumulada en campañas anteriores y
de las peculiaridades climáticas de la zona geográfica donde se ubican los cultivos,
la sociedad tiene como norma la contratación en cada campaña de una póliza de
seguro que cubre el riesgo derivado del pedrisco y de las heladas.
434
AGRICULTURA
IV.
COMPARACIÓN DE LA NIC 41 CON LA NORMATIVA
CONTABLE ESPAÑOLA
Con carácter público oficial, hasta la fecha no se ha llevado a cabo en
España ninguna adaptación sectorial del Plan General de Contabilidad
a la agricultura, ni tampoco se ha publicado ninguna norma que acometa el tratamiento contable de su problemática específica. En consecuencia, el análisis comparativo de la NIC 41 con la normativa española debe adoptar como referencia aquellos textos que regulan, aunque
sea en un plano genérico, las cuestiones tratadas en la citada norma.
Tomaremos, pues, en consideración la legislación mercantil aplicable,
el Plan General de Contabilidad español –PGCE– y sus adaptaciones
sectoriales, las resoluciones del Instituto de Contabilidad y Auditoría de
Cuentas16 –ICAC– en materia contable, así como el marco normativo
comunitario en el que se inserta el Derecho de Sociedades español, del
cual la regulación contable forma parte integrante.
1.
Los activos agrícolas
Sobre la base de su concepción de la actividad agrícola, la NIC 41 diferencia entre:
• activos biológicos: plantas o animales vivos destinados a la venta o a
la obtención de productos agrícolas o de nuevos activos biológicos
merced a un proceso de transformación biológica; y
• productos agrícolas: productos recolectados procedentes de los activos biológicos de la empresa.
16 Los otros tres órganos reguladores de la contabilidad en España –Banco de España,
Dirección General de Seguros y Comisión Nacional del Mercado de Valores– dirigen sus
normas hacia ámbitos específicos.
435
MONOGRAFÍAS SOBRE LAS NORMAS INTERNACIONALES DE INFORMACIÓN FINANCIERA
A su vez, los activos biológicos se escinden en consumibles, si su destino es la venta o la conversión en productos agrícolas, y para producir
frutos, cuando esta es su función productiva. En ambos casos, se clasifican en maduros y por madurar, como ya se ha referido en / 3.3.
El PGCE no contiene obviamente ninguna cuenta específica reservada
para representar de forma exclusiva los elementos anteriores, debiéndose buscar las cuentas genéricas más próximas en los grupos 2 y 3.
El desglose del Grupo 3 Existencias del PGCE contiene tres subgrupos
donde los citados elementos podrían encontrar encaje:
• 33. Productos en curso: representan aquellos que se encuentran en
fase de formación o transformación al cierre del ejercicio.
• 34. Productos semiterminados: se corresponden con los producidos por la empresa y no destinados normalmente a su venta hasta
tanto sean objeto de elaboración, incorporación o transformación
posterior.
• 35. Productos terminados: los producidos por la empresa y destinados al consumo final o a su utilización por otras empresas.
Por otra parte, el Grupo 2 Inmovilizado recoge en su desarrollo los subgrupos:
• 22. Inmovilizaciones materiales: que recoge los elementos patrimoniales tangibles, muebles o inmuebles.
• 23. Inmovilizaciones materiales en curso: donde tienen cabida las
inmovilizaciones en adaptación, construcción o montaje, al cierre
del ejercicio.
El subgrupo 33. Productos en curso sería el encargado de dar cabida a
los activos biológicos consumibles inmaduros, en tanto que representan, desde un punto de vista económico, productos intermedios en pro436
AGRICULTURA
ceso de transformación con vistas a alcanzar el estado que permita
caracterizarlos como productos finales. Teniendo presente que bajo esta
rúbrica podrían coexistir en una misma explotación agrícola, por ejemplo, cultivos herbáceos que serán recolectados dentro de un breve intervalo de tiempo y árboles cultivados para su venta como madera dentro
de varios años, parece razonable desde el punto de vista informativo
que está situación tan dispar derivada de los condicionantes temporales
de cada proceso productivo tenga adecuado reflejo contable.
A este respecto, por enmarcarse en el mismo ámbito cultural que la
normalización contable española, puede resultar oportuna la referencia
a la solución ofrecida por el Plan Contable Général Agricole francés,
donde se ha optado por la creación de cuatro subgrupos que permiten
diferenciar los procesos de transformación en curso de ciclo corto y de
ciclo largo, distinguiendo además en cada caso los que corresponden a
vegetales en tierra de los desarrollados por animales. Esta solución
resulta perfectamente compatible con la normativa española, donde la
separación entre las existencias de productos en proceso de ciclo corto
y de ciclo largo figuran contempladas en la actualidad en las adaptaciones sectoriales del PGC a las empresas inmobiliarias y a las empresas del sector vitivinícola [Ministerio de Economía, 2001].
En los subgrupos 34. Productos semiterminados y 35. Productos terminados encontrarían acomodo tanto los productos agrícolas como los
activos biológicos consumibles maduros. Procedería su inclusión en el
subgrupo 35 cuando estuviesen listos para ser comercializados (como
las cabezas de ganado que han alcanzado la edad apropiada para su
colocación en el mercado), y en el subgrupo 34 si su destino es la
incorporación como input a un proceso de producción subsiguiente
propio de alguna actividad conexa (por ejemplo, la aceituna en espera
de ser transformada en aceite) o de alguna otra rama de producción
(como acontece con los vegetales reservados para la alimentación del
ganado en una explotación agropecuaria).
437
MONOGRAFÍAS SOBRE LAS NORMAS INTERNACIONALES DE INFORMACIÓN FINANCIERA
Dada la función que los activos biológicos para producir frutos desempeñan en el seno de la empresa agrícola, su consideración como auténticas inversiones económicas de carácter permanente no ofrece dudas.
Su caracterización como inmovilizaciones materiales o bien como
inmovilizaciones materiales en curso dependerá de si se está en presencia de activos biológicos maduros o inmaduros, respectivamente.
Esta es desde luego la postura adoptada por los redactores de la adaptación del PGCE a las empresas vitivinícolas, donde las plantaciones y
replantaciones de viñas se incluyen en el subgrupo 22, mientras que las
plantaciones y replantaciones de viñas en curso figuran en el subgrupo
23. El PCGAF propone idéntico tratamiento pero, además, separa a
nivel de subgrupo las inmovilizaciones materiales que corresponden a
bienes vivos del resto.
Vemos, pues, que por tratarse de un Plan General, el PGCE no desciende al detalle de los elementos característicos de un sector económico
específico como el que nos ocupa, no obstante lo cual las diferentes
clases de activos biológicos y productos agrícolas a las que se alude en
la NIC 41 encuentran adecuado encaje en su cuadro de cuentas. El
cuadro 5 resume la correspondencia que se ha puesto de manifiesto en
líneas anteriores.
438
AGRICULTURA
CUADRO 5
Correspondencia entre las clases de activos
agrícolas y las cuentas del PGCE
NIC 41
PGCE
34. Productos semiterminados
[Los destinados a otro proceso de transformación dentro de la propia empresa]
Productos Agrícolas
35. Productos terminados
[Los destinados al mercado]
33. Productos en curso
Por
[En su caso, con separación entre ciclo corto y ciclo
madurar largo, y entre animales y vegetales]
34. Productos semiterminados
Consumibles
[Los destinados a otro proceso de transformación dentro de la propia empresa]
Maduros
Activos
Biológicos
35. Productos terminados
[Los destinados al mercado]
Para
reproducir
frutos
Por
23. Inmovilizaciones materiales en curso
madurar [En su caso, con separación entre animales y vegetales]
Maduros 22. Inmovilizaciones materiales
[En su caso, con separación entre animales y vegetales]
2.
Requisitos para el reconocimiento inicial
Si se compara el principio del registro contenido en el PGCE, según el
cual los hechos económicos deben registrarse cuando nazcan los derechos u obligaciones que los mismos originen, con los tres requisitos
señalados por la NIC 41 para el reconocimiento inicial de los activos
biológicos y los productos agrícolas [véase § 3.1.1.], se aprecia en el
439
MONOGRAFÍAS SOBRE LAS NORMAS INTERNACIONALES DE INFORMACIÓN FINANCIERA
primero un apego a la vertiente jurídica de las transacciones realizadas
por la empresa que no se halla presente en la norma internacional,
donde resulta patente la adopción de una perspectiva más amplia que
trasciende el punto de vista jurídico para otorgar un mayor protagonismo al trasfondo económico, lo cual indudablemente le confiere una
versatilidad en su aplicación de la que carece el citado principio.
Como acertadamente señala Martínez Churiaque [1993: 195], en la
misma línea que otras muchas voces, el principio del registro es "deficiente en su formulación e insuficiente en su contenido" al pretender
"regular el reconocimiento contable de todos los hechos económicos
ignorando que muchos de ellos no guardan una relación de
causa–efecto con el nacimiento de derechos y obligaciones". Por ello a
menudo suele recurrirse a mostrar como posible alternativa el enunciado más amplio propuesto por AECA [1992: 27]: "Los hechos contables
deben registrarse en el momento en que se originen los derechos y
obligaciones correspondientes a los mismos. En caso de que no supongan una transacción frente al exterior, se registrarán cuando se produzca el auténtico consumo de un activo, la transformación de un pasivo o
cuando se cumplan los supuestos establecidos para la imputación de
un determinado importe al resultado del período". A este respecto, hay
que precisar que con la publicación de su marco conceptual AECA se
17
ha situado en este tema en una posición próxima a la sustentada por
el IASC en su propio marco conceptual.
En todo caso, debe tenerse presente que cuando la aplicación estricta
del principio del registro pueda contravenir el objetivo de mostrar la
imagen fiel asignado a las cuentas anuales, de acuerdo con la idea rectora de la primacía del fondo sobre la forma, sancionada en el art. 34
del Código de Comercio, dicho principio dejaría de ser aplicable. Esta
circunstancia puede verificarse de forma reiterada en el ámbito de la
actividad agrícola en relación a los efectos derivados de la transformación biológica.
17
Véase AECA, 1999: pfos. 244-297.
440
AGRICULTURA
3.
La valoración conforme al valor razonable
La valoración en el PGCE se rige por el principio del precio de adquisición, que establece como regla general que todos los bienes y derechos
se registrarán por su precio de adquisición o coste de producción, respetando así fielmente lo señalado al respecto en el art. 38 f) del Código
de Comercio y en el artículo 32 de la IV Directiva comunitaria.
Si bien el art. 33 de la IV Directiva autoriza de hecho a los estados
miembros a poner en práctica otras alternativas valorativas, lo cierto es
que en España al igual que en el resto de los países comunitarios no se
ha hecho un uso muy extenso de esa posibilidad [véase Gonzalo,
1993]. En septiembre de 2001 la IV Directiva comunitaria fue objeto de
una modificación para introducir de forma expresa el valor razonable
como criterio valorativo, pero limitando su aplicación a determinados
instrumentos financieros.
Aun no tratándose de un concepto totalmente novedoso ni ajeno a
nuestra normativa contable vigente [Comisión de Expertos, 2002: 110],
ésta no contempla con carácter general la posibilidad de valorar elementos como los activos biológicos o los productos agrícolas de acuerdo con el valor razonable, por lo que, teniendo presente el carácter
obligatorio que la NIC 41 confiere a su aplicación, puede afirmarse que
esta norma choca frontalmente con el marco valorativo predominante
en España, que requiere de las modificaciones oportunas para resultar
compatible con la misma.
No obstante lo anterior, pueden mencionarse algunas situaciones
donde la valoración conforme a la normativa española se situaría próxima a la resultante de aplicar el valor razonable.
Así, puede observarse una cierta analogía con el valor razonable en la
norma de valoración n.º 2 del PGCE, cuando establece que los elemen-
441
MONOGRAFÍAS SOBRE LAS NORMAS INTERNACIONALES DE INFORMACIÓN FINANCIERA
tos de inmovilizado material adquiridos a título gratuito deben valorarse según su valor venal en el momento de la adquisición, entendiendo
como tal el precio que se presume estaría dispuesto a pagar un adquirente eventual, teniendo en cuenta el estado y el lugar en que se
encuentre el bien en cuestión.
De igual modo, cabe señalar que tanto la norma de valoración n.º 13
del PGCE como la norma duodécima de la Resolución del ICAC [2000]
relativa a los criterios para la determinación del coste de producción
aluden al valor de mercado como límite superior en la valoración de
los productos terminados y los productos en curso. El valor de mercado
de los productos terminados se corresponde con su valor de realización, deducidos los gastos de comercialización que correspondan,
mientras que para la determinación del valor de mercado de los productos en curso se parte del valor de realización de los correspondientes productos terminados y se deducen los costes de fabricación necesarios para completar su transformación, además de los gastos de
comercialización. En la medida en que el valor de realización representa el importe que se puede obtener por la enajenación de las
existencias teniendo en cuenta las características y el estado de
avance productivo en que se encuentre dicho bien, parece razonable suponer que en aquellos casos en que el valor de mercado resulte
aplicable para la valoración de los productos en curso y terminados, el
importe alcanzado no debe diferir significativamente del resultante de
aplicar en tal caso el valor razonable.
Por otra parte, es de resaltar que la Subcomisión de Estudio de Aspectos
Prácticos de la Aplicación de las NIC, creada en el seno de la Comisión
de Expertos [2002: 455] redactora del Libro Blanco, manifestó su conformidad con el carácter obligatorio en la aplicación de los criterios de
valoración contenidos en la NIC 41, sin embargo entre las recomendaciones finales formuladas por la citada Comisión tan sólo se encuentra
un pronunciamiento a favor de la extensión a todas las empresas del
valor razonable, pero conforme al texto de la Directiva 2001/65/CE refe442
AGRICULTURA
rido anteriormente, esto es, en relación a ciertos instrumentos financieros. La Comisión de Expertos [2002: 111] se mostró cauta ante la posibilidad de su aplicación generalizada, defendiendo la utilización del valor
razonable cuando se dan transacciones con terceros, partes vinculadas y
aportaciones de capital, pero manifestando sus reservas en algunos
casos en que su empleo es opcional –NIC 16, NIC 38 y NIC 40–, para
los que se pronuncia por su inclusión en las notas a los estados financieros siempre que se obtengan tasaciones racionales y de calidad.
4.
El reconocimiento en los estados financieros de los cambios
en el valor razonable
El principio de prudencia establece que los riesgos previsibles y las pérdidas eventuales deben contabilizarse tan pronto como sean conocidas
pero que, por el contrario, a la fecha de cierre de un ejercicio sólo deberán registrarse los beneficios realizados. Este principio, que ostenta un
carácter preferente en la normativa contable española en caso de conflicto con otros principios contables, aparece recogido asimismo en el
art. 31.1.c) de la IV Directiva comunitaria, la cual establece además, en
su art. 33, que los importes derivados de la actualización del valor de los
activos fijos –recogidos, en su caso, en una reserva de revalorización–
sólo pueden traspasarse a la cuenta de pérdidas y ganancias en la medida en que se correspondan con plusvalías efectivamente realizadas.
Sin embargo, como ya se ha referido, la NIC 41 dispone la inclusión en
el resultado periódico de las ganancias o pérdidas que se pongan de
manifiesto como consecuencia de los cambios registrados en el valor
asignado a estos activos biológicos con posterioridad a su reconocimiento inicial, cuando tales elementos son valorados según su valor
razonable menos los costes estimados en el punto de venta.
Así, pues, el tratamiento propuesto en la NIC 41 para las ganancias surgidas de la aplicación del valor razonable contraviene claramente el
443
MONOGRAFÍAS SOBRE LAS NORMAS INTERNACIONALES DE INFORMACIÓN FINANCIERA
principio de prudencia recogido en art. 37 del Código de Comercio y
en el PGCE. Se trata además de un principio que goza de gran arraigo
en nuestra cultura contable y cuya sustitución por otro con un planteamiento menos conservador no va a resultar sencilla. De hecho, la
Comisión de Expertos [2002: 113] redactora del Libro Blanco se ha
mostrado contraria a cualquier reparto de resultados positivos derivados exclusivamente de los cambios en el valor razonable de los activos, proponiendo la diferenciación entre la parte distribuible y no distribuible del resultado registrado en el ejercicio, así como el suministro
de información acerca de la disponibilidad o indisponiblidad de las
reservas, toda vez que el beneficio no realizado debería pasar a formar
parte integrante del patrimonio neto.
Asimismo es de reseñar cómo en el estudio de conformidad entre las
NIC y las Directivas contables europeas manejado internamente por la
Comisión de las Comunidades Europeas [CCE, 2001b] se reconoce
explícitamente que el planteamiento del valor razonable contenido en
la NIC 41 resulta incompatible con los art. 31.1.c) y 33 de la IV
Directiva al permitir el reconocimiento resultante de las ganancias y
plusvalías no realizadas en la cuenta de pérdidas y ganancias.
5.
Contratos de futuro sobre activos agrícolas
La existencia de contratos de futuro sobre los activos agrícolas no constituye, según la NIC 41, una fuente de información que deba ser tomada en consideración de cara a la determinación del valor razonable de
estos activos. Cuando esos contratos son onerosos se rigen por la NIC
37, que obliga a dotar la correspondiente provisión.
La norma de valoración n.º 13 del PGCE aborda esta cuestión en relación a las correcciones de valor de las existencias, admitiendo que
aquellas que estén sujetas a un contrato de futuro no sean objeto de
correcciones valorativas, siempre y cuando el precio de venta acorda444
AGRICULTURA
do en dicho contrato permita cubrir tanto el precio de adquisición o
coste de producción de tales bienes como los demás costes derivados
de la ejecución del contrato.
Por tanto, en ninguna de los dos normas citadas los precios de los contratos de futuros se emplean para la determinación del valor de los bienes en una fecha anterior, si bien en ambas se contempla la posibilidad
de que el margen proporcionado por los mismos no sea positivo, en
cuyo caso se arbitran soluciones acordes con el criterio valorativo
empleado por cada norma para el oportuno reflejo contable de ese
hecho.
6.
Las subvenciones relacionadas con los activos biológicos
La norma de valoración n.º 20 del PGCE se ocupa de las subvenciones
de capital no reintegrables, entendiendo como tales aquellas en las que
se hayan cumplido las condiciones fijadas para su concesión o, en su
caso, no existan dudas razonables acerca de su futuro cumplimiento.
Su imputación al resultado periódico debe practicarse en proporción a
la depreciación experimentada durante el período por los activos financiados con dichas subvenciones.
La NIC 20 resulta aplicable a los activos biológicos valorados según su
coste menos la depreciación acumulada y las pérdidas por deterioro
acumuladas. Conforme a la misma, el hecho de recibir una subvención
no constituye una evidencia concluyente de conformidad con las condiciones asociadas a su disfrute, por lo que su reconocimiento debe
demorarse hasta que no exista una prudente seguridad de su cumplimiento. Si bien la coincidencia con el PGCE en este punto es patente,
no ocurre otro tanto con su reflejo contable pues, además de su imputación al resultado periódico a lo largo de la vida útil del activo, la NIC
20 admite su detracción del valor del activo, alternativa ésta no contemplada por el PGCE.
445
MONOGRAFÍAS SOBRE LAS NORMAS INTERNACIONALES DE INFORMACIÓN FINANCIERA
Las subvenciones relacionadas con los activos biológicos que se valoran según su valor razonable menos los costes estimados en el punto
de venta se rigen por la NIC 41. Si la subvención oficial es incondicional debe reconocerse como ingreso cuando sea exigible, mientras que
si se trata de una subvención oficial condicionada la empresa se debe
aguardar para ello al cumplimiento efectivo de los términos de la concesión. En este último supuesto, se observa que la postura de la NIC 41
resulta algo más conservadora que la del PGCE, pues no admite el
reconocimiento aun cuando exista una prudente seguridad de que se
van a verificar las condiciones ligadas a la subvención. En cualquier
caso, subordinado a los condicionantes derivados del empleo del valor
razonable, el criterio de reconocimiento como ingresos de las subvenciones que se desprende de la NIC 41 difiere notablemente del propugnado por el PGCE.
7.
La información a revelar en los estados financieros
Al no contemplarse expresamente en el PGCE los elementos objeto de
regulación en la NIC 41, no procede efectuar ninguna comparación
acerca del nivel de requerimientos informativos de ambos. Nos limitaremos, pues, a señalar que la información exigida por la NIC 41 [véase
§ 3.3.] tiene perfecta cabida en el marco del PGCE, toda vez que la
señalada en sus modelos de cuentas anuales representa la información
mínima a suministrar. Como se aclara en las propias normas de elaboración de las cuentas anuales del PGCE, tanto en el balance como en la
cuenta de pérdidas y ganancias pueden añadirse nuevas partidas cuando su contenido no esté previsto en los modelos, al igual que cabe la
posibilidad de efectuar subdivisiones más detalladas de las partidas
previstas en los modelos, mientras que con respecto a la memoria, se
exige la inclusión de toda aquella información necesaria para la comprensión de las cuentas anuales aunque no figure incluida en el modelo del PGCE. La mayor dificultad radicaría en la incorporación del esta446
AGRICULTURA
do de cambios habidos en el patrimonio neto y del estado de flujos de
tesorería que, de acuerdo con la NIC 1 [pfo. 7], forman parte integrante
de los estados financieros, pero con carácter independiente a los antes
mencionados que son los únicos contemplados por el PGCE.
A este respecto, resultan significativas las recomendaciones formuladas
por la citada Comisión de Expertos [2002: 98] respecto de los cambios
a introducir en las cuentas anuales del PGCE:
• "se debería adoptar obligatoriamente el formato de estado, agrupando los gastos por naturaleza, para la presentación de los resultados de las empresas, y abandonando por tanto el modelo actual en
su forma de cuenta";
• "se debería adoptar un estado financiero obligatorio para todas las
empresas que mostrase las variaciones en las cuentas del patrimonio neto, mostrando tanto las operaciones hechas con los propietarios como el resto de los movimientos, contrapartida de las
variaciones en la cuentas de activos y pasivos, así como los resultados del ejercicio;
• "para todas las empresas que presentasen balance normal, debería
hacerse obligatoria la presentación de un estado de flujos de
tesorería, y"
• las notas de la memoria deberían modificarse, para recoger las
exigencias informativas y de revelación contenidas en las
NIC/NIIF, …".
447
AGRICULTURA
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450
AGRICULTURA
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454
AGRICULTURA
ANEXOS
Ejemplo 8
Cálculo de la variación experimentada por el valor de un activo
biológico debido a los cambios físicos en los precios de mercado
Consideremos una empresa agrícola que posee un rebaño cuya estructura en una
fecha determinada puede expresarse en función del número de animales encuadrados en cada uno de los diferentes segmentos de edad, dado que esta es la característica cualitativa determinante en el mercado a la hora de fijar su precio. Así, al inicio
del ejercicio 200N, la composición de la cabaña ofrece el siguiente detalle, junto
con el valor razonable menos los costes estimados en el punto de venta calculado a
nivel de animal, para cada segmento:
Qi,0
Pi,0
Animales menores de 1 año
150
25
3.750
Animales de 1 año
320
50
16.000
Animales de 2 años
150
59
8.850
Rebaño al 01-01-200N
Animales de más de 3 años
Animales reproductores
Total
Qi,0 • Pi,0
90
55
4.950
100
30
3.000
810
36.550
Durante el ejercicio 200N no se registraron ni ventas ni muertes de animales, pero
se produjeron los siguientes hechos:
– Nacimientos en la propia explotación: 100 animales a los que, habida cuenta
de los precios vigentes, se les atribuye en la fecha de su nacimiento un valor
razonable menos los costes estimados en el punto de venta de 27 €/unidad.
– Compras de animales de 1.º año: 200 unidades a 52 €/unidad, de los que la
mitad fueron transferidos al lote de animales de 2.º año antes de concluir el
ejercicio.
Al término del ejercicio, la empresa dispone de la siguiente información referida al
número de animales que integran cada lote, junto con el respectivo valor razonable
menos los costes estimados en el punto de venta al 31–12–200N:
455
MONOGRAFÍAS SOBRE LAS NORMAS INTERNACIONALES DE INFORMACIÓN FINANCIERA
Qi,1
Pi,1
Animales menores de 1 año
100
30
3.000
Animales de 1 año
250
58
14.500
Animales de 2 años
420
62
26.040
Animales de más de 3 años
240
57
13.680
Animales reproductores
100
36
Rebaño al 31-12-200N
Total
1.110
Qi,1 • Pi,1
3.600
60.820
De acuerdo con las fórmulas de cálculo obtenidas en § 3.1.3., el cómputo de las
variaciones de valor acaecidas durante el ejercicio 200N puede realizarse como
sigue:
456
150 x 57 = 8.550
90 x 57 = 5.130
100 x 36 = 3.600
(*) 60.820
Animales
de 2 años
Animales de
más de 3 años
Animales
reproductores
Total
(**) 49.650
100 x 30 = 3.000
90 x 55 = 4.950
2.560
600
600
1.280
0
400
5.130
0
0
6.040
600
180
450
750
300
4.200
0
–750
Cambios en
los precios
[c] = [b] – [c]
Cambios
físicos
[d] = [a] – [b]
(*) Valor del stock final; (**) Valor de: stock inicial + compras + nacimientos.
100 x 36 = 3.600
90 x 57 = 5.130
150 x 59 = 8.850
320 x 50 = 16.000
100 x 52 = 5.200
100 x 52 = 5.200
320 x 58 = 18.560
100 x 58 = 5.800
100 x 58 = 5.800
300 x 62 = 19.840
100 x 58 = 5.800
100 x 62 = 6.200
Animales
de 1 año
150 x 62 = 9.300
150 x 25 = 3.750
100 x 27 = 2.700
150 x 30 = 4.500
100 x 30 = 3.000
150 x 58 = 8.700
100 x 30 = 3.000
Animales menores
de 1 año
QA,0 • PA,0
[C]
QA,0 • PA,1
[B]
QB,1 • PB,1
[a]
Rebaño
AGRICULTURA
457
MONOGRAFÍAS SOBRE LAS NORMAS INTERNACIONALES DE INFORMACIÓN FINANCIERA
Ejemplo 9
Conciliación de los cambios en el importe en libros de un activo biológico entre el
comienzo y el final de un período
Partiendo de los datos y de los cálculos contenidos en el ejemplo 8, la presentación de la información requerida por la NIC 41, en su párrafo 50, podría adoptar
el siguiente formato:
Conciliación de los cambios en el importe en libros
del ganado entre el comienzo y el final de 200N (en €)
458
[+] Valor del ganado al 01-01-200N .............................................
[+] Valor de las compras de animales en 200N .............................
[+] Valor de los nacimientos registrados en 200N .........................
[+] Efecto económico de los cambios físicos en 200N ...................
[+] Efecto económico de los cambios en precios en 200N ............
[–] Valor de los animales vendidos en 200N .................................
[–] Valor de los animales muertos o perdidos en 200N .................
36.550
10.400
2.700
5.130
6.040
0
0
[=] Valor del ganado al 31-12-200N .............................................
60.820
AGRICULTURA
Ejemplo 10
AGROSUR, S.A. Balance de situación al 31 de diciembre de 200N (en €)
200N
ACTIVOS
Activos no corrientes
Inmovilizado material ...................................................
Terrenos .....................................................................
Mejoras territoriales ....................................................
Construcciones ...........................................................
Instalaciones técnicas y maquinaria ...........................
Plantaciones en producción .......................................
Ganado ovino productor ............................................
Plantaciones en formación .........................................
Ganado ovino de reposición en crecimiento ..............
Otro inmovilizado ......................................................
Activos inmateriales ......................................................
Inversiones financieras ..................................................
Total activos no corrientes ......................................
Activos corrientes
Existencias ....................................................................
Materias primas y otros aprovisionamientos ...............
Ganado ovino en crecimiento ....................................
Anticipos a los cultivos ...............................................
Productos vegetales recolectados ...............................
Deudores comerciales y otras cuentas a cobrar .............
Efectivo y otros medios líquidos equivalentes ...............
Total activos corrientes ...........................................
TOTAL ACTIVO ......................................................
PATRIMONIO NETO Y PASIVOS
Capital y Reservas
Capital suscrito .............................................................
Reservas ........................................................................
Ganancias acumuladas .................................................
Total Capital y Reservas ..........................................
Pasivos no corrientes
Préstamos con intereses ................................................
Total Pasivos no corrientes ......................................
Pasivos corrientes
Acreedores comerciales y otras cuentas a pagar ............
Préstamos a corto plazo ................................................
Total Pasivos corrientes ...........................................
TOTAL PATRIMONIO NETO Y PASIVOS ...............
200N–1
1.343.780,00
680.000,00
84.141,00
144.242,88
110.185,54
180.303,00
48.100,00
42.070,00
8.760,00
45.977,58
3.786,00
6.000,00
1.353.566,00
1.354.128,00
680.000,00
90.151,00
150.253,00
120.202,42
177.920,00
47.000,00
29.015,00
8.500,00
51.086,58
4.207,00
6.000,00
1.364.335,00
38.637,69
27.045,54
2.280,00
7.212,15
2.100,00
48.080,97
22.237,34
108.956,00
1.462.522,00
35.261,00
24.040,48
3.100,00
6.320,00
1.800,52
32.124,00
19.327,00
86.712,00
1.451.047,00
480.000,00
520.000,00
300.493,00
1.300.493,00
480.000,00
520.000,00
205.942,52
1.205.942,52
120.000,00
120.000,00
160.000,00
160.000,00
32.029,00
10.000,00
42.029,00
1.462.522,00
35.104,48
50.000,00
85.104,48
1.451.047,00
459
MONOGRAFÍAS SOBRE LAS NORMAS INTERNACIONALES DE INFORMACIÓN FINANCIERA
Ejemplo 11
Nota los estados financieros relativa a la
naturaleza de las actividades y a los activios biológicos y productos agrícolas
Agrosur, S.A. tiene estructurada su actividad productiva en tres ramas principales:
a) En una finca situada en el término municipal de Almuñecar, propiedad de la empresa y con una extensión de tres hectáreas, se explota una plantación de chirimoyos compuesta de 600 árboles que se encuentran a pleno funcionamiento y cuya
producción en el ejercicio ha sido de 24.000 Kg. En el ejercicio anterior, se adquirió otra finca próxima a la anterior con objeto de dedicarla a la producción de
aguacates, habiéndose llevado a cabo ya todas las labores propias para el establecimiento de la plantación, integrada por 450 árboles, la cual se espera inicie su etapa de producción dentro de seis años.
b) En la provincia de Málaga la empresa posee una finca de 80 ha., de las que 20 ha.
corresponden a regadío y 60 hectáreas a secano. La orientación productiva seguida por la empresa responde a las características edafoclimáticas de la zona. En las
tierras de secano, la alternativa elegida tiene una duración de tres años, en hojas
iguales y está formada por trigo/cebada/barbecho. La alternativa en las tierras de
regadío ofrece el siguiente detalle: patata (enero–mayo), tomate (julio–marzo),
maíz (abril–agosto) y patata (agosto–diciembre); además, fuera de rotación se cultivan 2 hectáreas de alfalfa. Durante el ejercicio, el volumen cosechado ha sido de:
trigo, 45.000 Kg.; cebada, 60.000 Kg.; patata, 216.000 Kg.; tomate, 144.000 Kg.;
maíz, 43.500 Kg.; y alfalfa, 16.000 Kg.
c) La empresa cuenta asimismo con un rebaño de ganado lanar, de raza churra, constituido por 560 ovejas de vientre, 24 moruecos y 146 corderos para reposición. Su
alimentación se lleva a cabo directamente en los pastos de una parte del término
municipal donde radica la explotación y se complementa con piensos en las épocas en que aquellos resultan insuficientes. El rebaño se explota por el sistema de
tres partos cada dos años, consiguiéndose 1,2 corderos por parto. Las ovejas se ordeñan durante seis meses y los corderos se venden como lechales a los cuarenta y
cinco días. La vida útil de las ovejas se establece en cinco años. La producción alcanzada en el ejercicio por la explotación del rebaño fue de 906 corderos, 54.432
litros de leche, 1.343 Kg. de lana, 49.275 Kg. de estiércol, 30 pieles y 5.256 Kg. de
animales de desecho.
460
AGRICULTURA
Ejemplo 12
Nota los estados financieros relativa a los criterios de valoración
aplicados a los activos biológicos y productos agrícolas
Agrosur, S.A. valora la totalidad de los activos biológicos y de los productos agrícolas –en este caso, en el punto de cosecha o recolección– a su valor razonable menos
los costes estimados en el punto de venta, con el siguiente detalle:
a) Las plantaciones se valoran sobre la base de los precios que rigen en la zona. La
empresa valora en el punto de recolección las chirimoyas, calculando a tal efecto
el valor razonable de acuerdo con los precios que rigen en la alhóndiga de
Carchuna donde coloca toda su producción, que ha alcanzado en el período un
valor de 36.000,00 €.
b) El valor razonable de los cereales se calcula de acuerdo con los precios de mercado de la Lonja de Toledo, mientras que para el resto se toma como referencia los
de Mercasevilla. El valor en el punto de cosecha de los productos recolectados durante el período se eleva a: trigo, 7.370,00 €; cebada, 3.420,00 €; alfalfa, 2.080,00
€; tomate, 86.400,00 €; maíz, 7.134,00 €; y patata, 64.800,00 €.
c) El valor razonable del ganado se determina basándose en los precios
de mercado correspondiente a ganado de edad, raza y genética análogos.
Asimismo, el valor razonable de los productos pecuarios se obtiene a partir de los
precios del mercado nacional de ganado. El valor correspondiente a la producción
del período asciende a: corderos, 44.756,40 €; leche, 13.085,72 €; lana, 805,80
€; estiércol, 5.923, 90 €, pieles, 216,36 € y animales de desecho, 1895,35 €.
461
MONOGRAFÍAS SOBRE LAS NORMAS INTERNACIONALES DE INFORMACIÓN FINANCIERA
Ejemplo 13
AGROSUR, S.A. Estado de resultados del ejercicio finalizado
el 31 de diciembre de 200N (en €)
Ingresos de la explotación
Productos pecuarios a valor razonable ........................
Productos vegetales a valor razonable .........................
Ganancias por cambios en el valor razonable menos los
costes estimados en el punto de venta de la
cabaña ovina ...............................................................
Ganancias por cambios en el valor razonable menos los
costes estimados en el punto de venta de las
plantaciones ................................................................
Ventas de productos agrícolas .....................................
A deducir: valor razonable menos los costes estimados
en el punto de venta de los productos agrícolas
vendidos calculado en el punto de recolección ...........
Total ingresos de la explotación ..................................
Gastos de la explotación
Consumo de materias primas y otros
aprovisionamientos ......................................................
Gastos de personal ......................................................
Dotación para amortizaciones .....................................
Otros gastos de explotación .........................................
Total gastos de la explotación .....................................
RESULTADO DE LA EXPLOTACIÓN ...........................
Gastos financieros .......................................................
RESULTADO ANTES DE IMPUESTOS .........................
Gasto por el impuesto sobre los beneficios ..................
RESULTADO DE LAS ACTIVIDADES ORDINARIAS ...
Partidas extraordinarias ................................................
RESULTADO NETO DEL EJERCICIO ...........................
200N
200N–1
66.683,53
207.204,00
56.680,55
176.123,40
1.360,00
2.020,00
15.438,00
276.818,00
31.025,00
235.295,30
(273.516,05)
293.987,48
(232.488,64)
268.655,61
(36.720,15)
(84.141,69)
(27.567,00)
(14.233,16)
(162.662,00)
131.325,48
(9.325,00)
122.000,48
(27.450,00)
94.550,48
0,00
94.550,48
(35.528,00)
(82.364,58)
(28.030,25)
(11.320,55)
(157.243,38)
111.412,23
(14.725,00)
96.687,23
(21.754,00)
74.933,23
(4.000,00)
70.933,23
Ejemplo 14
AGROSUR, S.A. Estado de cambios en el patrimonio neto del ejercicio finalizado el
31 de diciembre de 200N (en €)
Capital
emitido
Saldo al 1 de enero de 200N–1 480.000,00
Ganancia neta del período
0,00
Saldo al 31 de agosto de 200N 480.000,00
462
Reservas
Ganancias
acumuladas
Total
520.000,00 205.942,52 1.205.942,52
0,00 94.550,48
94.550,48
520.000,00 300.493,00 1.462.522,00
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