sor maria joly

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MARIA JOLY
La historia de María Joly se entrecruza con la vida de la señora de Goussault
(Genoveva Fayet). María trabajaba como criada en el palacio, eso significaba tener un trabajo
seguro, un salario fijo y un porvenir halagüeño, al igual que vestir y comer bien. María era
trabajadora, enérgica y tenía un corazón tierno y compasivo.
Algunas veces María había abierto la puerta del palacio a una aldeana que venía a
recibir dinero, comida o medicinas de parte de Luisa de Marillac o del padre Vicente. Otras
veces se había encontrado con ella por las calles. Sabía que se llamaba Margarita Naseau y le
había escuchado cómo llevaba la marmita de comida a los enfermos pobres y cómo les
arreglaba la casa y a ellos. Mientras caminaba juntas María se emocionaba. ¡Eso sí que era ser
sirvienta de los pobres y dar gloria a Dios y no lo que hacía ella: servir a una señora!
Un día de la primavera de 1632 María se presentó delante de su señora y le dijo:
“Señora, la dejo; voy a unirme al grupo de la señorita Le Gras y de Margarita Naseau”.
María cogió sus cosas, las metió en un bolso y se fue a la calle Versailles donde
ahora vivía Luisa. No necesitaba mucha preparación, pues llevaba muchos meses de criada.
Durante más de un año llevó la marmita de comida a las destartaladas habitaciones de los
enfermos desvalidos. Se sentía feliz; había encontrado su vocación.
María empezó a trabajar con las señoras de la Cofradía de la Caridad en la
parroquia de San Salvador. Pronto se ganó la confianza de las señoras y los pobres siempre
quedaban contentos. María era más inclinada a la acción que a la oración, a la vez que era muy
dinámica y responsable pero sobre todo siempre entregada a los más pobres. Posteriormente
fue destinada a la parroquia de San Pablo, en el lujoso barrio del Marais. Después va a la
parroquia de San Germán de Auxerrois. Pero en 1639 los administradores del Gran Hospital
de Angers pidieron a San Vicente a las Hijas de Caridad y allí fue María. Dos años más tarde
1641, Vicente y Luisa pensaron en ella para enviarla a una fundación muy complicada y
delicada, a cientos de kilómetros de Paris, a Sedan, fue la primera superiora de la casa, allí
estuvo hasta 1654. Su regreso a París, tras una ausencia de trece años, fue para ella ocasión
de una terrible prueba ya que se dejó llevar por el desánimo y huyó de la casa madre.
Readmitida unos días más tarde a petición propia, reparó con una conducta ejemplar su
debilidad momentánea. El 5 de agosto de 1672 era superiora en Saint-Jacques-du-Haut-Pas.
Firmó el acta de erección de la Compañía y aportó su testimonio en la conferencia sobre las
virtudes de Bárbara Angiboust, dijo de ella “que era muy alegre con las hermanas”. Murió el
13 de abril de 1675.
Primeras hermanas – María Joly
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