Significado biológico de la mitosis en organismos unicelulares y pluricelulares En los organismos unicelulares como los protozoos, las algas unicelulares o las levaduras, la división de la célula supone, directamente, la creación de nuevos individuos es decir, es una reproducción del individuo. Se trata de una reproducción asexual, en la que solo interviene un progenitor, y en la que las células hija son idénticas a la progenitora, por lo que la descendencia tendrá las mismas ventajas y desventajas para sobrevivir en un medio. Es un método sencillo y rápido, por lo que un organismo bien adaptado puede dar lugar a un gran número de individuos en poco tiempo y colonizar el medio, pero si las condiciones del medio cambian, pueden sucumbir por la falta de variabilidad genética. Es un proceso que garantiza que las células hija van a tener la misma información genética que la célula madre, ya que poseen el mismo número de cromosomas. En los organismos pluricelulares no se trata de una reproducción del individuo, sino que sus finalidades son otras: La división celular es imprescindible para el crecimiento del organismo, ya que un individuo no crece porque crecen sus células, sino porque aumenta el número de ellas. Regeneración de células envejecidas. Reparación de tejidos deteriorados. Se utiliza para la reproducción asexual en plantas, hongos y algunos animales como la holoturia. Es un proceso que garantiza que las células hijas van a tener la misma información que la célula madre. Si se detuviese la división celular, el organismo moriría en poco tiempo. En el ser humano adulto se producen unos 25 millones de divisiones celulares por segundo. En cualquier caso, la reproducción celular en células eucariotas puede producirse de estas formas: Bipartición: división binaria. En ella, la célula madre da lugar a dos células hija de tamaño y morfología similar. Se produce en amebas, protozoos, muchas algas y en las células de los seres pluricelulares. Pluripartición: división múltiple. Es igual a la anterior, excepto en que se forman cuatro o más células hijas. Se producen varias mitosis sucesivas en el interior de la célula sin que se produzca la citocinesis, formándose células polinucleadas. Posteriormente, cada núcleo se rodea de membrana plasmática y citoplasma, originando varias células hija. Se produce en protozoos, hongos, algas, musgos, helechos. Gemación: en la célula madre, el núcleo se divide en dos y uno de los resultantes se aloja en un abultamiento del citoplasma, llamado yema, que terminará independizándose, pudiendo o no separarse. Puede ser simple o múltiple en función del número de células hijas que se genere. Se produce en levaduras. Esporulación: supone un proceso previo de enquistamiento de la célula madre. Una vez que se ha formado una rígida cubierta externa, el núcleo procede a dividirse de forma múltiple. Alrededor de cada nuevo núcleo y de la parte del citoplasma que lo rodea se sintetizará una membrana plasmática y también una cubierta. Las células hijas formadas se llaman esporas y se liberarán cuando la célula madre se rompa. Una vez libres, perderán la cubierta y crecerán hasta alcanzar su tamaño normal. Se produce en protozoos como el plasmodio.