Shera, Jesse Shera, Jesse. -- “ Un fundamento epistemológico para la ciencia de la biblioteconomía. -- En su : Los fundamentos de la educación bibliotecológica. -- México : UNAM, 1990. -- p. 113-131. ................................................................................................................................................ UN FUNDAMENTO EPISTEMOLOGICO PARA LA CIENCIA DE LA BIBLIOTECONOMIA "Con frecuencia he pensado", escribió George Beadle en Phage and the Ongitis of Mole-cular Biology, "cuánto más interesante sería la ciencia si aquéllos que la crearon nos conta-ran cómo sucedió realmente, más que informarnos sobre ella lógica e impersonalmente, como suelen hacerlo en trabajos científicos. Tal cosa no es fácil debido a la modestia y discreción normales, a la renuencia por decir toda la verdad y a las tendencias protectoras hacia otros." Sin embargo, el recuento de James Watson sobre el descubrimiento de la estructura del DNA casi satisface el deseo de Beadle. En las páginas de The Double Helix se registran los pasos y las circunstancias implicados en un acto de creatividad, en un gran descubrimiento científico. Pero el libro de Watson trata la interacción de no más de los cinco personajes de su drama y de su búsqueda por el conocimiento científico; se trata, como tenía que ser, del registro de un esfuerzo efectuado por unos cuantos individuos en búsqueda de conocimiento nuevo. Y así como la necesidad de información y conocimiento impulsa al individuo, así tam-bién impulsa a la sociedad. Es la base del comportamiento colectivo y también del indivi-dual. Así como el cerebro se deteriora cuando es privado de información que pueda ser procesada, así una sociedad, si es que ha de evitar la decadencia, debe tomar constantes provisiones para la adquisición y asimilación de nueva información y conocimiento. Pero para ser transmitido y absorbido dentro de cualquier grupo, eso que se conoce debe ser comunicado y comunicable. La sociedad sabe a la vez más y menos que el individuo; colec-tivamente se sabe el contenido íntegro de todas las enciclopedias que ha producido y todas las contribuciones a los procesos de las sociedades cultas. Pero no sabe del calor y las experiencias íntimas que configuran la belleza y la textura de una vida individual. Cada individuo posee, a través de sus experiencias personales, conocimientos que otros no tie-nen cuyas experiencias han sido diferentes. Y como la comunicación perfecta no existe, buena parte de este conocimiento nunca puede ser compartido, ni siquiera por aquéllos que tienen un talento poco usual para las artes creativas. Pero el conocimiento y el lengua-je -social en su origen- son esencialmente inseparables, ya que el lenguaje es la estructura-ción simbólica del conocimiento en forma comunicable, y como es el agente por medio del cual se comunica el conocimiento, puede conformar tanto el conocimiento del individuo como el del grupo. La sociedad moderna en una dualidad de acción y pensamiento vincula-dos mutuamente por el sistema de comunicación. Sin el lenguaje -un sistema de comuni-cación - la acción de grupo, si puede decirse que ésta exista en absoluto, se convierte en solamente el producto de una circunstancia fortuita o de un comportamiento azaroso; el mero pulular de aglomeraciones de organismos individuales, como las cuatro culebras de Emerson, en Fresh Fond, deslizándose de arriba abajo en un hoyo "sin ningún propósito que yo pudiera ver- ni por comer, ni por amor, solamente por deslizarse." LA NECESIDAD DE UNA NUEVA DISCIPLINA EPISTEMOLOGICA El proceso de comunicación es una dualidad de sistema y mensaje, de aquello que se transmite así como de la manera en que se transmite. Por tanto, el bibliotecario debe considerar su rol en el proceso de comunicación como algo más que un eslabón en una cadena; también debe interesarse en el conocimiento que comunica y en la importancia de ese conocimiento, tanto para el individuo como para file:///C|/Licad/modulos/Modulo Inicial/eje1/bibliografia/008.htm (1 of 17) [20/03/2002 09:52:29 a.m.] Shera, Jesse la sociedad. Y sin embargo, el estudio de la naturaleza del conocimiento y la relación entre la estructura del conocimiento, tal como se ha desarrollado en la civilización contemporánea, y las herramientas del bibliote-cario para tener acceso intelectual a ese conocimiento, casi no han recibido atención y ciertamente ninguna exploración intensa. Por eso hablamos aquí de la necesidad de una nueva disciplina epistemológica, de un nuevo cuerpo de conocimiento sobre el propio conocimiento. La manera en que el conoci-miento se ha desarrollado y ha sido aumentado, también ha sido sujeto de estudio desde hace mucho, pero los modos en que se coordina y pone a trabajar el conocimiento, consti-tuyen, hasta la fecha, un campo de investigación casi no reconocido. Han existido sistemas de lógica y formulaciones del método científico. El hombre sabe con alguna exactitud la manera en que el conocimiento científico se acumula y transmite de una generación a otra; los historiadores de la ciencia, por ejemplo, se han interesado cada vez más en el desarro-llo del conocimiento científico. Muchos filósofos han especulado acerca de la naturaleza del conocimiento, sus fuentes, métodos, límites de validez y relación con la verdad. Hasta tiempos relativamente recientes, la epistemología era una rama de la filosofía especulativa, interesada en cómo conocemos. Sin embargo, la evolución de la psicología dejó a la episte-mología relativamente pobre en cuanto a sustancia intelectual. Hoy, la "epistemología científica, para emplear el término de Eddington, ha transformado el anterior enfoque filo-sófico y especulativo, en un estudio científico y en gran parte teórico que se relaciona primariamente con lo que el hombre no puede conocer, es decir, con los límites del conoci-miento humano. En terminología cibernética se refieren a estos límites como las "restric-ciones” al conocimiento. Tales restricciones pueden ser físicas, biológicas (o fisiológicas), psicológicas o determinadas conjuntamente por el ambiente y la estructuración orgánica del cuerpo humano. Pero casi invariablemente, el estudio de la epistemología se ha efec-tuado tomando en cuenta los datos esenciales de los procesos intelectuales del individuo. Los psicólogos han llevado al laboratorio las especulaciones de los filósofos y efectuado algunos progresos en la comprensión del comportamiento mental, pero siempre del indivi-duo. Ni los epistemólogos ni los psicólogos han desarrollado un cuerpo de conocimiento ordenado y comprensivo sobre la diferenciación intelectual y la integración del conoci-miento dentro de una organización social compleja. Y aunque los sociólogos han dirigido su atención hacia el comportamiento del hombre en grupos, han hecho poco caso de las fuerzas intelectuales que configuran las estructuras y las instituciones sociales. La nueva disciplina que aquí se considera (y para la cual por buscar un mejor nombre, Margaret E. Egan ha originado la frase de epistemología social), tendría que suministrar un marco para investigar el complejo problema de la naturaleza del proceso intelectual en la sociedad; un estudio sobre los modos en que la sociedad como un todo logra una rela-ción perceptiva de su ambiente total. Tendría que elevar el estudio de la vida individual, de aquél que es un escrutinio del individuo, a una investigación de los medios por los cuales una sociedad, nación o cultura alcanza la comprensión de los estímulos que actúan sobre ella. El enfoque de esta nueva disciplina debería ser sobre la producción, el flujo, la integración y el consumo de pensamientos comunicados a todo lo largo del tejido social. Y de tal disciplina debería emerger un nuevo cuerpo de conocimiento sobre, y una síntesis de, la interacción entre el conocimiento y la actividad social. En años recientes han apare-cido dos importantes libros que apuntan en la dirección de suministrar una base para el tipo de disciplina que indicamos aquí. Ninguno de ellos podría apropiadamente designarse como "epistemología social" tal como aquí empleamos el término, pero ambos enfrentan de cierto modo los problemas que le interesan a la 'epistemología social". Hace pocos años que William Goffman, decano de la School of Library Sciense de la Case Western file:///C|/Licad/modulos/Modulo Inicial/eje1/bibliografia/008.htm (2 of 17) [20/03/2002 09:52:29 a.m.] Shera, Jesse Reserve University, ha empezado a trabajar con un enfoque matemático sobre la diseminación de las ideas científicas y que, junto con el doctor Vaun Newill ex docente de la Escuela de Medicina de la misma universidad, ha estado desarrollando una analogía entre la diseminación del conocimiento científico y la expansión de una epi-demia. Aunque la "epistemología social" debería contar con su propio cuerpo de conocimiento teórico, tendría que ser realmente interdisciplinaria debido a su fuerte dependencia de muchos campos: sociología, antropología, linguística, economía, la fisiología del sistema nervioso humano, la psicología, las matemáticas y la teoría de la información, para sólo nombrar algunas de las áreas más conspicuas. También pueden esperarse de ellas resulta-dos prácticos, y una de sus aplicaciones más pragmáticas se daría en la biblioteconomía, pues existe ahí una importante afinidad entre ella y el rol que desempeña el bibliotecario en la sociedad. La biblioteconomía, aunque lo reconozcan o no sus practicantes, se basa en fundamentos epistemológicos. El objetivo de la biblioteconomía, en cualquier nivel intelec-tual que opere es, como hemos mostrado en capítulos anteriores de este libro, llevar a un punto de máxima eficiencia la utilidad social de los registros gráficos humanos, inde-pendientemente de que el cliente al que se sirve sea un niño absorto en su primer libro de imágenes, o el más avanzado investigador comprometido con alguna investigación esotérica. Claramente, si el bibliotecario ha de convertirse en un mediador efectivo entre el hom-bre y sus registros gráficos, la biblioteconomía debe ser mucho más que un montón de técnicas que se enseñan en una escuela comercial para un determinado libro, en un estante determinado, para un determinado cliente, con una determinada necesidad. Tales técnicas tienen un lugar entre las habilidades del bibliotecario, pero éste hará mal su trabajo si no posee un verdadero dominio sobre los medios que le permitan acceder al conocimiento registrado. Y tal dominio implica no sólo una cabal comprensión de la naturaleza de ese conocimiento, sino también una apreciación del rol que desempeña el conocimiento en esa parte de la sociedad en la que opera el bibliotecario. Si los sistemas de información y bibliográficos del bibliotecario deben estructurarse para que se conformen tanto como sea posible a los usos humanos del conocimiento registrado, los fundamentos teóricos de su profesión deberán, a la larga, suministrar respuestas a preguntas tales como: El problema de la cognición; cómo conoce el hombre. El problema de la cognición social; los modos por medio de los cuales la sociedad conoce y la naturaleza del sistema sociopsicológico por medio del cual el conocimiento personal se convierte en conocimiento social. El problema de la historia y del conocimiento filosófico tal como se han desarrollado en el tiempo y en culturas diferentes. El problema de los sistemas y mecanismos bibliográficos existentes, y el grado en que éstos son congruentes con las realidades del proceso de comunicación y los hallazgos de la investigación epistemológica. Tradicionalmente, las herramientas y métodos del bibliotecario para controlar su colec-ción - sus esquemas de clasificación, encabezamientos de materia, índices y otros instru-mentos para el análisis temático de unidades bibliográficas- han estado basados sobre la suposición de que habrá relaciones permanentes, o relativamente permanentes, entre las varias ramas del conocimiento. Así, los sistemas en los que es encajada cada unidad de información tienden en gran parte a volverse inflexibles, cerrados, fragmentados y no holís-ticos. En contraste, la estructura y la comunicación del conocimiento, forman un sistema abierto que cambia en la medida en que las funciones y necesidades del individuo y la sociedad file:///C|/Licad/modulos/Modulo Inicial/eje1/bibliografia/008.htm (3 of 17) [20/03/2002 09:52:29 a.m.] Shera, Jesse se modifican para acomodar la creciente diferenciación del conocimiento, al igual que la consolidación que resulta cuando dos o más de estas disciplinas se unifican. Marjorie Grene, tomando como punto de partida su interpretación de la teoría del co-nocimiento desarrollada por Michael Polanyi, ha avanzado la tesis de que la filosofía mo-derna está aprisionada por la pretendida objetividad de la ciencia. Y de que por tanto, la filosofía no ha podido desarrollar una adecuada teoría del conocimiento, pues ésta es una aventura de individuos vivientes que se esfuerzan por darle sentido a su experiencia por medio de las limitadas dotaciones de su tiempo y espacio. Argumenta que la filosofía en la tradición de Descartes y Newton no ha podido interpretar a la naturaleza viviente, que hemos llegado al final del árido mundo del objetivismo y que estamos en mitad de una revolución filosófica que está revisando drásticamente el concepto de conocimiento. Así, con base en su estudio de las teorías del conocimiento sostenidas por Hume, Kant, el neo-darwinismo, Whitehead, Merleau-Ponty y Polanyi, ella llega a la conclusión de que el conocimiento es inescapablemente conjetural. LA NATURLEZA DEL CONOCIMIENTO Así, uno es llevado a confrontarse cara a cara con el problema básico de qué es el conocimiento. La tercera edición del Webster's registra no menos de doce definiciones, y todas ellas, salvo dos, dicen que el término denota "hecho o condición". La compilación acepta siete términos (incluyendo al propio conocimiento!) como sinónimos: ciencia, aprendizaje, erudición, saber, información y saber popular, diciendo que éstos "concuerdan en que significa lo que es o puede ser conocido." Es interesante que la definición de cono-cimiento como eso que es conocido, sea considerada por los corifeos de Springfield como aplicable solamente a aquello que es conocido por la sociedad: "la suma total de lo que es conocido: todo el cuerpo de verdades, hechos, informaciones, principios u otros objetos de la cognición adquiridos por la humanidad." Los compiladores del Syntopicon of the Great Books of the Westem World, tras haber examinado el uso del término que hacen de los estudios clásicos los autores del Hutchins-Adler, concluyen que el "conocimiento, como el ser, es un término de gran alcance", y que su "comprensión es, de algún modo, correlativa con la del ser." Pues la única cosa, argumentan, que no puede ser objeto del conocimiento, sobre la cual no puede pensarse de ningún modo salvo negativamente, es aquella que no tiene ser de ningún tipo, en breve: la nada Admitidamente, no todas las cosas pueden ser conocidas para el hombre, pero las cosas que están más allá del conocimiento del hombre son cognoscibles. Así, la definición de conocimiento se extiende a todas las cosas cognoscibles, a todo tipo de conocedores, a todas las modalidades de conocimiento y a todos los métodos de este conocimiento. Karl Deutsch sostiene que aunque el conocimiento es un concepto más amplio que “meros datos adecuados para ser tabulados", el término incluye "datos y fórmulas cuantita-tivas" junto con una comprensión de 'saber' qué esperar, cómo actuar y aun cómo orde-nar y manejar la mente de uno." E incluye tanto al "conocimiento trágico" de filósofos tales como Karl Jaspers" como al conocimiento intuitivo, "o lo que Pascal llama el 'esprit de finesse'. La adquisición de conocimiento, tanto analítico como sintético, factual como abstracto, repetitivo como único, constituye "una parte del proceso del crecimiento de todo niño, en tanto que ordena y recuerda su experiencia, y en tanto que empieza a proyectar inferencias de esto en el futuro, y se convierte en la principal vocación de algunos adultos." Similarmente, en el nivel social, el conocimiento es empleado por todo grupo humano para abstraer datos "de sus experiencias y [usarlos] para guiar su comportamiento futuro." Kenneth Boulding ha empleado el término Imagen para aquello que nosotros llamaríamos conocimiento. file:///C|/Licad/modulos/Modulo Inicial/eje1/bibliografia/008.htm (4 of 17) [20/03/2002 09:52:29 a.m.] Shera, Jesse Y así, en defensa de su terminología, escribe: "De lo que he estado hablando es del conocimiento. Conocimiento no es quizá una buena palabra para esto. Quizá uno debería más bien decir Imagen del mundo. El conocimiento tiene una implicación de validez, de verdad. Y de lo que yo estoy hablando es de aquello que yo creo que es verdadero, mi conocimiento subjetivo. Es esta imagen la que gobierna en gran parta mi comportamiento." Pero advierte que debe hacerse una cuidadosa distinción entre esta Imagen y los mensajes que la alcanzan, pues "los mensajes consisten de información en el sentido de que son experiencias estructuradas... El significado de un mensaje es el cambio que produce en la imagen." En la gran mayoría de los encuentros entre mensaje e Ima-gen, esta última permanece sin cambio, es decir, gran parte de la información recibida tiene poco impacto sobre el conocimiento. Pero el mensaje puede alterar la Imagen de algún modo regular y bien definido, en cuyo caso puede decirse que la información consti-tuye un aumento o una clarificación o sustanciación del conocimiento existente. En otros casos, el mensaje - la información puede proyectar dudas sobre la Imagen y así minar la confianza en algún aspecto del conocimiento, lo que a su vez puede estimular el deseo de contar con información adicional; pues la inestabilidad en la Imagen engendra angustia emocional y una cierta pérdida de orientación. De nuevo, la información puede provocar un cambio revolucionario en la Imagen: "A veces un mensaje afecta algún tipo de núcleo o estructura de soporte de la Imagen, y toda la cosa cambia de un modo bastante radical", tal como la obra de Darwin revolucionó su propio saber y el de las generaciones sucesivas y provocó una drástica revolución en el conocimiento del hombre sobre sí mismo y sobre su lugar en el universo. Esta estructura de conocimiento subjetivo -la Imagen- incorpora un sistema de valores de acuerdo con el cual ciertos tipos de información son evaluados con base en una serie de escalas que marcan "mejor que" o "peor que" y que son determinadas por el individuo, la organización, la sociedad o la cultura. Estas escalas de valores desempeñan un papel tan importante al determinar el efecto de la información sobre el conocimiento, que uno po-dría, incluso, atreverse a decir que no existen "hechos" en el sentido absoluto; sólo mensa-jes filtrados a través de un sistema de valores cambiable. Seguimos a Boulding cuando distinguimos entre información y conocimiento a pesar de la propuesta de Fritz Machlup "de que nos deshagamos de la duplicación 'conocimiento e información'... Podemos ocasionalmente referirnos a ciertos tipos de conocimiento como 'información', pero evitaremos la redundante frase conocimiento e información.'. Sin em-bargo, quien esto escribe ve una clara distinción entre las dos, probablemente derivada de la terminología de los teóricos de la información es el insumo del conocimiento, y siempre es recibida a través de los sentidos independientemente del número de artefactos que pue-dan intervenir entre transmisor y receptor. La palabra información es un nombre colectivo que le damos a una parte de la suma total de aquello que puede ser conocido y en nuestra opinión es un empleo erróneo usarla para representar a todo el conocimiento. Por otra parte, el conocimiento es aquello que "sabe" un individuo, un grupo o una cultura, y no puede haber conocimiento sin un conocedor. Dicho de otro modo, el conoci-miento es todo lo que un ser ha aprendido o asimilado - valores así como hechos o infor-mación - y organizado de acuerdo a aquellos conceptos, imágenes o relaciones que ha podido dominar. Del universo de experiencia, el hombre individualmente y la sociedad colectivamente, seleccionan lo que Margenau ha denominado componente cognoscitivo; aquello que es "conocido" y, por tanto, la sustancia del conocimiento. El conocimiento existe tan pronto como una persona "lo" ha adquirido por medio del descubrimiento, la invención o algún otro medio. Pero no crece simplemente por el insumo de mensajes; existe dentro del individuo y dentro de la sociedad un activo mecanismo de organización interna que conforma y moldea el insumo de tal file:///C|/Licad/modulos/Modulo Inicial/eje1/bibliografia/008.htm (5 of 17) [20/03/2002 09:52:29 a.m.] Shera, Jesse modo que el conocimiento se convierte en algo más que la suma de los estímulos que cada organismo recibe. El conocimiento es siempre de o sobre un objeto real o supuesto. Ledger Wood ha de-nominado a esta característica la "trascendencia referencial" (es decir, el medio intelec-tual)," que en sí misma es una característica indispensable de todo el conocimiento, y es responsable, sostiene Wood, de gran parte de la estructura de lo que él llama situación-de-conocimiento. Esta trascendencia cognoscitiva puede ser o bien perceptual, relacionada con una realidad exterior, o una realidad supuesta, ya sea presente o recordada; o puede ser conceptual y dirigida hacia sistemas abstractos o universos. La trascendencia cognoscitiva, misteriosa como es, le da al hombre el poder de conceptualizar. Se relaciona exclusiva-mente con los contenidos conscientes y no caracteriza objetos extramentales. Estrictamente hablando, un objeto nunca puede referir a otro objeto, aun cuando uno pueda significar al otro por virtud de la inclusión de ambos en el mismo esquema referencial. La referencia es una característica sólo de la mente, y sólo la mente puede referir un objeto a otro. Así, la situación-de-conocimiento, y especialmente el principio de trascendencia cognoscitiva, yacen en el fundamento de todas las facetas de la biblioteca como un sistema de información, en sus análisis temáticos y en sus operaciones de consulta. El grado en que la biblioteca como un sistema de información está involucrada en la situación-de-conocimiento no es accidental. El uso de la biblioteca y la situación-de-conocimiento están genéricamente relacionadas en la medida en que la primera es una manifes-tación de la segunda. La situación-de-conocimiento, o proceso de conocimiento, en una unidad de sujeto, vehículo y objeto. Expresada en términos psicológicos, el sujeto es el yo (self), el que percibe; podría incluso entenderse como el simple acto de conciencia. El vehículo abarca todo aquello que se le da al sujeto y a través de lo cual conoce el objeto. El objeto es la meta última o el referente del conocimiento; es aquéllo de "lo que trata" el conocimiento. Transferidos a la situación de la biblioteca, estos términos podrían ilustrarse así: El usuario de la biblioteca El aparato bibliográfico El contenido intelectual de la colección (sujeto) ) (vehículo (objeto) De este modo, la biblioteca es más que un eslabón importante en la cadena de la comunicación; tal como un sistema intelectual es parte de la situación-de-conocimiento total. El bibliotecario debe estar interesado no sólo en aquello que es conocido, sino también en la condición intelectual o el estado del conocimiento. Esta condición es tanto personal como social y el bibliotecario debe operar en dos mundos a la vez, el microcosmos del individuo y el macrocosmos de la cultura en la que el individuo reside y con la cual debe desarrolla una relación armoniosa. LA CLASIFICACION DEL CONOCIMIENTO La clasificación del conocimiento no es una forma de ejercicio mental perseguido mera mente para el entretenimiento de los filósofos. La clasificación es una forma de análisis con frecuencia puede ser más esclarecedora que una definición al establecer la naturaleza y función del conocimiento en la sociedad. file:///C|/Licad/modulos/Modulo Inicial/eje1/bibliografia/008.htm (6 of 17) [20/03/2002 09:52:29 a.m.] Shera, Jesse Pero la clasificación puede ser de poco valor menos que su propósito (o propósitos) se manifieste. Una clasificación exhaustiva está cercanamente emparentada con una definición; una clasificación menos refinada implica definiciones menos precisas; y una clasificación elemental sólo indica el alcance y la variedad de aquello que se está clasificando. Aun una simple enumeración de los elementos constituyentes puede ser de considerable valor el exponer abiertamente gran parte del significado del término en cuestión. El conocimiento puede clasificarse de muchas maneras según una variedad de propósitos y de acuerdo con el marco particular de referencia con el que es considerado. Para el bibliotecario así como para muchos filósofos, la clasificación del conocimiento significa si estructuración formal de acuerdo con ciertas relaciones reales o supuestas entre las varia disciplinas según fueron determinadas por su respectivo contenido espiritual. El hombre ha desarrollado ciertos órdenes especializados para las divisiones del conocimiento: un orden del desarrollo, u orden pedagógico, un orden pragmático y aún un "orden de la naturaleza", que supuestamente representan el 'nodo en que las cosas son realmente según fueron determinadas por un individuo o por lo que Bliss llamó "el consenso científico”. Tales enfoques de la clasificación nos resultan irrelevantes para nuestra actual discusión, la cual tiene que ver con la naturaleza y utilización del conocimiento más que con su contenido sustancial. Como sucede con todos los intentos del hombre por clasificar los fenómenos, la clasificación del conocimiento ha estado influida fuertemente por la necesidad de dicotomizar de bifurcar el conocimiento en dos partes de un todo. Así algunos filósofos de la ciencia han distinguido entre conocimiento "científico" e "histórico", donde el primero tiene que ver con la generalización y el segundo con los hechos individuales y los sucesos únicos. Tal dicotomía confunde las distinciones válidas entre conocimiento e información y fuerza, tan to en la ciencia como en la historia, un conocimiento extraño y limitado. Otros han denominado a sus dos divisiones del conocimiento: "general-sistemático" o "general-abstracto' y "particular-concreto". Para mejorar la discriminación de estas dos categorías algunos epistemólogos han empleado una distinción de "universales lógicos necesarios", "universa-les probables empíricos" y "particulares". De nuevo, dividir el conocimiento en aquello que es de valor perdurable y aquello que es de valor sólo transitorio, parecería introducir juicios que son en sí mismos efímeros y relativos para el individuo y para un tiempo y lugar dados. Sin embargo, si ha de clasificarse el conocimiento según los usos que se le dan, debería haber cierto reconocimiento de una permanencia relativa de esa utilidad, aunque tal permanencia no fuera en y para sí misma, una base para la clasificación. Friedrich Hayek ha marcado una línea clara entre "conocimiento científico" - el cono-cimiento de reglas generales- y "el conocimiento de circunstancias particulares de tiempo y espacio." Y se lamenta de que "hoy es casi una herejía sugerir que el conocimiento científico no es la suma de todo el conocimiento", y que "está de moda hoy minimizar la importancia del conocimiento de las circunstancias particulares de tiempo y espacio." "Debemos recordar", añade, "cuánto tenemos que aprender en cualquier ocupación des-pués de haber completado nuestro entrenamiento teórico, qué parte de nuestro tiempo gastamos en aprender trabajos particulares, y lo valioso que es para la gente la posesión de conocimiento en todos los ámbitos de la vida en condiciones locales y en circunstancias especiales." La distinción general que con frecuencia se hace entre "científico" y todas las otras formas de conocimiento es de poco valor porque el término "científico" esta sujeto a una variedad de interpretaciones y definiciones tan amplia como el propio término de conoci-miento. Las palabras "básico" y "aplicado" sí sugieren ciertas relaciones funcionales del conocimiento, donde se puede decir file:///C|/Licad/modulos/Modulo Inicial/eje1/bibliografia/008.htm (7 of 17) [20/03/2002 09:52:29 a.m.] Shera, Jesse que el segundo se deriva del primero. Pero hay algu-nos ejemplos en los que una aplicación ha sugerido indicios para el descubrimiento de conceptos básicos, y, por otra parte, la línea de demarcación entre ambos conocimientos no siempre es clara. "Básico" y "aplicado" son con frecuencia sólo términos relativos, y no es infrecuente que los dos existan en combinaciones en las que el grado de énfasis de cada uno puede variar ampliamente, como la clasificación que del teatro hizo Polonio: tragedia, comedia, historia, pastoral, pastoral-cómica, histórico-pastoral, trágico-histórica, trágico-cómica histórica~pastoral, de escena indivisible o poema ilimitado. La sociedad ha asignado vastos recursos para la producción de conocimiento práctico bajo la forma de tecnología, para la cual es prerrequisito contar con un vasto almacén de conocimientos básicos, pero al mismo tiempo existe mucho conocimiento práctico que no está basado en nada que pueda ser atribuido a la ciencia o el saber de algún género. Cier-tamente, hay quienes creen que esta afirmación es cierta por lo que toca a la tecnología bibliotecaria, y que sostienen que los procedimientos y procesos del bibliotecario se han derivado de experimentación puramente ad hoc basada sólo en la prueba y el error, en comparación con esas suposiciones insustanciales sobre los modos en que la gente consulta un archivo bibliotecario o extrae información de un libro. Los alemanes han distinguido desde hace mucho entre wissen y konnen, o el "saber qué" y el "saber cómo" de Gilbert Ryle, mientras que Michael Polanyi ha desarrollado el con-cepto de la "dimensión tácita" y el "conocimiento tácito", con lo cual quiere decir que un ser humano sabe más de lo que puede decir. Pero una clasificación que es marcadamente superior que las simples dicotomías mencionadas es la diseñada por Max Scheler, quien ha distinguido tres clases de conocimiento: herrschaftswissen, conocimiento que busca la ac-ción o el control; bildungswisssen, conocimiento que busca la cultura no material, y erlo-sungswissen, conocimiento que busca la salvación. Estas tres categorías han sido interpre-tadas por Fritz Machlup como conocimiento instrumental, conocimiento intelectual y co-nocimiento espiritual respectivamente. Scheler negó la existencia del conocimiento por el conocimiento mismo: "No hay tal cosa como el conocimiento solo por el conocimiento mismo", escribió, y añadió que "el propósito del conocimiento intelectual es la libre auto-satisfacción de todas las capacidades mentales del individuo y del continuo crecimiento de su mente." Machlup critica el esquema de Scheler porque no prevee el conocimiento transitorio o efímero, aunque concede que tal conocimiento podría estar incluido en el conocimiento instrumental. Y ha dudado seriamente si "la mayoría de nuestras películas o series televisivas, o nuestros libros y revistas" podrían ser acomodados siguiendo las no-ciones de Scheler, pero aquí de nuevo encontramos el problema de definir el conocimiento y de diferenciarlo de información o de la mera percepción o estimulación sensorial. Benjamin Bloom y sus asociados en el estudio de la taxonomía de los objetivos educati-vos han desarrollado también una división tripartita del conocimiento: 1. Conocimiento de datos específicos: el recuerdo de trozos aislados y específicos de infor-mación. 2. Conocimiento de los modos y maneras de manejar los datos específicos: organización, estudio, juicio y crítica de ideas y fenómenos. 3. Conocimiento de los universales y de la abstracción en un campo: una comprensión de las principales ideas, esquemas y modelos por medio de los cuales se organizan los fe-nómenos y las ideas. file:///C|/Licad/modulos/Modulo Inicial/eje1/bibliografia/008.htm (8 of 17) [20/03/2002 09:52:29 a.m.] Shera, Jesse Anthony Downs ha dividido a todo el conocimiento en conocimiento de "entretenimien-to" que según dice es "el obtenido únicamente por la enseñanza que suministra", y el conocimiento empleado en el proceso de la toma de decisiones. Esta última categoría la divide en conocimiento de "producción", conocimiento de "consumo" y conocimiento "po-lítico”. Esta clasificación no representa ningún avance respecto de la de Scheler, y aunque parece haber satisfecho la demanda de Machlup por la clasificación del conocimiento efímero en su categoría de "entretenimiento", no reconoce el conocimiento espiritual. Uno se pregunta si lo consideraría en relación al entretenimiento o a la toma de decisiones. Hertz y Rubenstein han clasificado el conocimiento de acuerdo al tipo de conocimiento que necesitan las operaciones de los equipos de investigación, es decir, conceptual, empíri-co, de procedimiento estimulatorio, de política y direccional. Pero como esta categon-zación está relacionada con las necesidades implícitas en el proceso de investigación, no dice nada respecto al rol que desempeña el conocimiento en un cierto número de necesi-dades y actividades humanas importantes. Ledger Wood ha recurrido a la psicología como el marco de referencia de su clasificación: conocimiento sensorial, percepción de "cosas" - conocimiento a partir de la experiencia directa; memoria perceptual conocimiento a partir del recuerdo; conocimiento introspectivo; conocimiento de otros "yos"; conocimien-to conceptual; conocimiento categórico; conocimiento formal y conocimiento de evalua-ción. Antes bien, como su clasificación lo muestra claramente, Wood se interesa primaria-mente en el conocimiento poseído por el individuo más que por el conocimiento como producto social. Esta misma observación puede hacerse de la elaborada categorización sobre los modos en que puede considerarse el conocimiento, desarrollada por los compiladores del Syntopi-con a partir de su análisis de las grandes obras de la literatura. Adler y Gorman han identi-ficado seis maneras en las que puede clasificarse el conocimiento: 1. De acuerdo a la diversidad de objetos. a. Ser-convertirse; inteligible-sensible; lo necesario-lo contingente; lo eterno-lo tempo-ral; material- inmaterial. b. Conocimiento de las naturalezas o clases, a diferencia del conocimiento de las indi-vidualidades. c. Conocimiento de hechos - conocimiento de ideas o relaciones. d. Extraordinario-ordinario; sensible-suprasensible. 2. De acuerdo a las facultades involucradas en el acto de conocer. a. Percepción sensorial. b. Memoria. c. Racional o intelectual. d. Comprensión, juicio, razón - intuición, imaginación. file:///C|/Licad/modulos/Modulo Inicial/eje1/bibliografia/008.htm (9 of 17) [20/03/2002 09:52:29 a.m.] Shera, Jesse 3. De acuerdo a los métodos o medios de conocimiento. a. Imaginativo, contemplativo o intuitivo como distinto de discursivo. b. De juicios inmediatos o mediatos; de inducción-de razonamiento; de principios de conclusiones. c. lnnato-adquirido. d. A pnori-a posteriori; trascendental, especulativo- empírico. e. Natural-supernatural; sensorio o racional-de fe o inspiración. 4. De acuerdo a los grados de aprobación. a. Cierto-probable b. Tipos de certidumbre-grados de probabilidad. c. Adecuado-inadecuado; perfecto-imperfecto. 5. De acuerdo al significado o meta del conocimiento. a. Teórico-práctico; en aras del conocimiento-en aras de la producción. b. Tipos de conocimiento práctico, el empleo del conocimiento en la producción y en la dirección de la conducta técnico-moral. 6. De acuerdo al medio de comunicación del conocimiento. a. Medios y métodos de comunicar el conocimiento. b. Valor de la diseminación del conocimiento, libertad de discusión. Los editores del Syntopicon también han analizado los Great Books (obras clásicas) res-pecto a la naturaleza del conocimiento, la relación entre quien conoce y lo conocido, el carácter internacional del conocimiento, el deseo y el poder naturales del hombre por co-nocer, los principios del conocimiento, el conocimiento en relación con otros estados men-tales, la extensión de o los límites del conocimiento humano, la comparación del conoci-miento humano con otros tipos de conocimiento, el uso y el valor del conocimiento, el crecimiento del conocimiento humano, la historia del progreso del conocimiento humano y el fracaso en la búsqueda del conocimiento. Así como el estudio de la comunicación busca la respuesta a la pregunta" quién le dice qué cosa a quién, empleando qué medios y con qué efecto?", el estudio de las funciones del conocimiento en la sociedad se pregunta " quien sabe, y por qué y con qué propósito? Así, no puede haber absolutos en la clasificación del conocimiento de acuerdo con la fun-ción. El conocimiento instrumental para el profesional siguiendo la agrupación de Sche-ler- podría ser conocimiento intelectual para el lego: un conocimiento file:///C|/Licad/modulos/Modulo Inicial/eje1/bibliografia/008.htm (10 of 17) [20/03/2002 09:52:29 a.m.] Shera, Jesse de termodinámica es instrumental para el físico y conocimiento intelectual para el bibliotecario, mientras que la comprensión de los principios de la organización bibliográfica es instrumental para el bibliotecario e intelectual para el físico. Para el bibliófilo, sin embargo, el conocimiento de los libros es probablemente más espiritual que instrumental o intelectual. Independientemente de lo favorable o desfavorable que uno pueda considerar algunas de las distinciones de Machlup, su clasificación del conocimiento de acuerdo con la fun-ción, o como él diría "el significado subjetivo de lo conocido para quien conoce", es la más útil para nuestros propósitos. Ha distinguido cinco clases de conocimiento de las cuales la primera tiene seis clases subordinadas: 1.Conocimiento práctico: áquel que es útil en el trabajo de uno, en la toma de decisiones y en la determinación de la acción. (Puede subdividirse de acuerdo con la actividad). a. Conocimiento profesional b. Conocimiento administrativo (business) c. Conocimiento del operario, del obrero d. Conocimiento político e. Conocimiento de las cosas del hogar f. Otros conocimientos prácticos 2. Conocimiento intelectual: aquél que satisface la curiosidad intelectual. Se le asocia ha-bitualmente con los valores culturales; es, por lo general, un importante ingrediente de la educación humanista. 3. Conocimiento para el pasatiempo. Satisface la curiosidad no intelectual y el deseo por entretenimiento ligero y estimulación emocional. Habitualmente se adquiere de mane-ra pasiva. (En esta categoría la insistencia de Machlup sobre la identificación de la in-formación con el conocimiento se hace particularmente difícil). 4. Conocimiento espiritual: relacionado con las creencias religiosas. 5. Conocimiento no deseado o inútil. (Aquí, una vez más, Machlup parecería estar hablan-do de información más que de conocimiento). Machlup lleva nuestra atención hacia el conocimiento ético, el que, dice, podría repre-sentar una categoría separada, salvo que en la medida en que sirve como una guía para la acción es una parte del conocimiento práctico, y en el grado en que representa un conoci-miento de los valores reconocidos por otros es una forma de conocimiento intelectual. También debería hacerse una distinción entre el conocimiento que es subjetivamente nuevo, aquél que hasta entonces no ha sido conocido por algún individuo particular, y aquél que es socialmente nuevo, que no ha sido conocido previamente por nadie. Aunque los recursos asignados a la generación de conocimiento social nuevo son todavía relativa-mente pequeños comparados con las vastas sumas file:///C|/Licad/modulos/Modulo Inicial/eje1/bibliografia/008.htm (11 of 17) [20/03/2002 09:52:29 a.m.] Shera, Jesse gastadas en la diseminación del conoci-miento existente, se están incrementando constantemente en la medida en que cada vez son más las capacidades intelectuales y económicas de las naciones que se dedican a 1 a investigación y desarrollo. Más aún, buena parte de la energía canalizada a la producción de conocimientos nuevos, cuando menos tanto en las ciencias físicas como en las sociales, se dirige a la obtención de generalizaciones acerca de los efectos predecibles que son el resultado de actos especificados bajo ciertas condiciones. Muchas de estas generalizaciones son de valor duradero, aunque una parte del conocimiento tecnológico podría ser de valor sólo por un período de tiempo relativamente corto. Las investigaciones acerca de la tasa de obsolescencia del conocimiento están muy lejos de ser extensas y serían de gran valor para el bibliotecario, aun cuando la utilidad social no debe medirse solamente en función de su tasa de deterioro. La distinción arriba señalada entre conocimiento subjetivamente nuevo y socialmente nuevo, hace surgir una nueva distinción, aquella entre la diseminación del conocimiento y la producción de éste. La teoría de comunicación moderna nos da la descripción del proce-so por medio del cual la información se transfiere dentro del sistema de una unidad a otra. El transmisor selecciona el mensaje del almacén de información o del agregado de estímu-los y lo comunica al receptor con base en la red o canal que esté disponible, habitualmente tras codificarlo en una “señal". Luego de descodificar el mensaje, el receptor lo incorpora en su nuevo almacén de información. Al procesar el receptor la información recibida, ésta se convierte en conocimiento. Aunque parece haber buenas razones para tener fe en el progreso del conocimiento humano, la comprensión sobre el proceso de crecimiento del conocimiento sigue siendo lamentablemente inadecuada, S.R. Ranganathan ha sugerido que el conocimiento crece o, más específicamente, se mueve rápidamente hacia nuevos sujetos de cuatro modos princi-pales: desnudamiento, disección, laminación y libre agrupamiento. El concepto de desnudación lo ha derivado Ranganathan de la geología, donde significa una exposición de formaciones o estructuras a través de la remoción de material sobrepuesto; por analo-gía, una innovación o descubrimiento en el conocimiento puede exponer un área de inves-tigación totalmente nueva y revelar una fuente de información no sospechada. La disección es la fragmentación de un campo en dos o más segmentos, los que pueden, o no, retener su asociación con la disciplina matriz dependiendo de la magnitud y la profundidad del rom-pimiento y del carácter sociológico de la disociación. La laminación es la asociación o federación de dos o más campos debido a la emergencia de elementos comunes de interés, como lo ilustra el ascenso, en decenios recientes, de los estudios interdisciplinarios. El libre agrupamiento difiere de la laminación principalmente en el grado de intensidad de la asociación. Se trata también aquí de debilitar las barreras convencionales entre las discipli-nas, aunque sus resultados pueden limitarse principalmente a "préstamos" que hace un campo de otro para mejorar su visión o comprensión. En un estudio reciente sobre los tipos de lazos existentes entre dos campos temáticos, Ranganathan ha revisado su terminología, aunque esto no altera materialmente su análisis del crecimiento del conocimiento y de las relaciones intracognoscitivas. Ahora emplea el término "fisión" para reemplazar a los anteriores: disección y desnudación. "La fisión", ha escrito, "le da una división canónica a la materia principal." Pero lo que es más impor-tante para la presente exposición que su revisión terminológica, es que ha aumentado a su lista la palabra fusión” , aunque no ha desarrollado plenamente este concepto. Así, ha escrito: "Apenas hemos empezado ahora a ver la posibilidad de que haya un quinto modo en que dos materias file:///C|/Licad/modulos/Modulo Inicial/eje1/bibliografia/008.htm (12 of 17) [20/03/2002 09:52:29 a.m.] Shera, Jesse importantes puedan enlazarse. Proponemos que se llame a esto 'fusión'. En la fusión, las dos materias principales vinculadas pierden su individualidad... y la disci-plina resultante de la fusión puede tener su propio conjunto de materias compuestas." Pero Ranganathan ha prevenido que "el campo del conocimiento es un universo infini-to. No conocemos todas sus materias específcas; es un universo infinito de entidades des-conocidas e incognoscibles. Existe, por lo tanto, un elemento de incertidumbre. Cualquier materia específica puede surgir en cualquier rincón específico de conocimiento en cual-quier momento." Y ha mencionado la importancia de comprender los modelos de creci-miento del conocimiento para "las tácticas, las correspondientes contra- tácticas y las má-quinas-herramienta" del sistema bibliotecario, pero ha aplicado sus teorías principalmente al problema de la clasificación bibliográfica. EPISTEMOLOGíA SOCIAL Y LA SOCIOLOGíA DEL CONOCIMIENTO Como lo ha señalado apropiadamente Kenneth Boulding, todo el sistema social de una cultura es un proceso centralmente interesado en la información y el conocimiento, y aun las decisiones políticas más "responsables" se hacen a la luz de la imagen del mundo que posea aquél que toma las decisiones. Y su imagen es en gran parte el producto de la información que recibe y por lo tanto está controlada por la naturaleza de los sistemas de información de los que está rodeado. Si han de controlarse las decisiones políticas, deben ser consideradas por la sociedad como una parte integral de una estructura mucho mayor en la que la información se recolecta y transforma en imágenes del mundo. La ciencia, por ejemplo, deriva gran parte de su importancia política del hecho de que se ha convertido en una parte cada vez más significativa del proceso social total por medio del cual se crean imágenes del mundo. Don K. Price, sostiene que existen cuatro estados - el científico, el profesional, el admi-nistrativo y el político - todos los cuales se diferencian en gran parte por los modos en que utilizan o aplican la información y el conocimiento. El científico está interesado en la ver-dad pura. El profesional aplica la verdad para propósitos particulares o especializados, có-mo curar a los enfermos o educar a los jóvenes. Los administradores diseñan y ejecutan la estructura social necesaria para llevar adelante un propósito particular. Los políticos, o, más exactamente, los hombres de Estado, proclaman y promueven las metas últimas y más importantes de la sociedad. Estos estados no están siempre definidos claramente, dice Pri-ce, pero tienden a convergir en un espectro o continuo, de manera que un individuo puede asumir roles en más de un estado. También existen controles y verificaciones que funcio-nan entre estados de manera que ninguno domine a los otros, del mismo modo en que los tres elementos constitutivos de la cultura deben mantenerse en un equilibrio razonable. La epistemología social está relacionada con, pero en un sentido es el reverso de la sociología del conocimiento. Esta última tiene que ver empíricamente con la determina-ción social del conocimiento para descubrir el grado de la influencia de los factores sociales sobre las ideas, y busca aislar estas influencias de la sociedad por medio de las cual es se condiciona el conocimiento. La sociología del conocimiento surgió debido al reconoci-miento de que los métodos más viejos de la historia intelectual, que se orientaban sobre una suposición a priori de que los cambios en las ideas deberían entenderse sólo en el nivel dé las ideas mismas, interferían con una comprensión del impacto del proceso social sobre la esfera intelectual del hombre. Esta historia del pensamiento orientada sociológicamente, reconocía que existen propósitos colectivos del grupo que subyacen al pensamiento del individuo, y que una gran parte del pensamiento y el saber no pueden entenderse correcta-mente mientras las implicaciones sociales de la vida humana no se tomen en cuenta. En la medida en que este trasfondo social se hace reconocible como file:///C|/Licad/modulos/Modulo Inicial/eje1/bibliografia/008.htm (13 of 17) [20/03/2002 09:52:29 a.m.] Shera, Jesse la fuerza invisible en la que radica el conocimiento, uno se da cuenta de que los pensamientos y las ideas no son el resultado de la inspiración aislada de los grandes genios. Aun debajo de la profunda visión del genio, yace la historia de las experiencias colectivas del grupo. Pero esta influencia del grupo no debe confundirse con la popular noción de "la mente grupal". Implícito en el conocimiento humano existe no sólo meramente un complejo de experiencia colectiva con una tendencia exclusiva; para cualquier individuo, el mundo del conocimiento se desarrolla a partir de muchas orientaciones diferentes porque existen muchas tendencias de pensa-miento simultáneas y mutuamente contradictorias y de valor desigual en competencia la una con la otra y cada una de ellas con su interpretación diferente de lo que es una "expe-riencia común”. La historia sociológica del arte ha mostrado de manera bastante clara que las formas de arte pueden ser fechadas definitivamente de acuerdo con su estilo, puesto que cada forma se ha desarrollado a partir de ciertas condiciones históricas dadas y por lo tanto revelan la característica de su época. Y lo que es cierto para el arte lo es también para el conocimien-to. Así como las formas de arte pueden fecharse sobre la base de su asociación con períodos particulares de la historia, así también en el conocimiento podemos detectar con con-siderable exactitud la perspectiva atribuible al marco histórico. La palabra perspectiva tal como está empleada aquí, significa el modo en que uno considera a un segmento particular del conocimiento, lo que se percibe en él y cómo está construido en el pensamiento. La perspectiva es algo más que una mera determinante formal del pensamiento; y es cualitati-va porque se relaciona con los rasgos por medio de los cuales se puede caracterizar al conocimiento en cualquier etapa dada; la naturaleza de los conceptos empleados, la ausen-cia o presencia de sinónimos o contraconceptos, los niveles de abstracción y la reestructu-ración de los conceptos. Así, la sociología del conocimiento nos revela muy claramente la distinción entre información y conocimiento, pues la información no deja lugar a la pers-pectiva sociológica. La afirmación de que dos más dos es igual a cuatro, para citar el ejem-plo más simple, no da ningún indicio sobre cuándo, dónde y quién la formula. La perspectiva se vuelve importante cuando la validez de la información está en duda. Aquí no pode-mos involucramos con una consideración sobre la naturaleza de la verdad, pero es impor-tante registrar que es en este punto de validación en el que la información pasa la barrera y se convierte en conocimiento. "El conocimiento es información subjetiva", dice Heilprin, "que no es meramente comunicada, sino comparada y encontrada idéntica por un grupo de científicos o sabios que comparten estos conceptos. Es, sobre todo, un producto social que depende del acuerdo entre un grupo de técnicos que desempeñan las operaciones caracte-rísticas de su campo. Y es Lina función de tiempo puesto que cualquier miembro del grupo puede desafiar su consenso." Cada cultura, como ha mostrado Boulding, produce una "transcripción", un registro en una forma más o menos permanente, que puede ser pasado de generación a generación. En sociedades primitivas no alfabetas, esta transcripción toma la forma de rituales, leyen-das, mitos, poemas y ceremonias, todos ellos verbales y cuya transmisión de generación en generación es uno de los principales intereses del grupo. La invención de la escritura mar-có el principio de un grado de disociación entre el comunicador y aquello que se comuni-ca. En las culturas primitivas donde la transcripción es tradición oral y la transmisión es difícil, existe una gran resistencia y aun miedo a cambiar una vez que la transcripción ha sido “aprobada" por la sociedad. El énfasis se pone en la cosa "correcta" y en el tiempo 'apropiado" una vez que esta corrección y momento apropiado han sido socialmente de-terminados. El advenimiento de una transcripción registrada aceleró el crecimiento del conocimiento al liberar a la mente de la necesidad de retener la tradición, de manera que la energía mental podía gastarse en la innovación. file:///C|/Licad/modulos/Modulo Inicial/eje1/bibliografia/008.htm (14 of 17) [20/03/2002 09:52:29 a.m.] Shera, Jesse La sociedad alcanza su conocimiento por medio de dos canales, la experiencia directa y el registro o transcripción; y las áreas de conocimiento y las diferentes culturas varían en su proporción de dependencia sobre la una ola otra. La historia, por ejemplo sólo, puede ser conocida a través de la transcripción, pero los principios de la física tienen su origen prin-cipalmente en la experiencia directa, aunque la transcripción transmite esa experiencia. Sin embargo, es importante recordar que el sistema de valores de una cultura tiene también su efecto en la transmisión. Un sistema de valores que le da gran peso a esos mensajes que se conforman a la tradición, es decir, a la transcripción, tenderá a suprimir o rechazar aque-llos mensajes que no se conforman. El sistema de valores de la ciencia puede ser tan des-piadado como el del hombre primitivo cuando censura mensajes que amenazan al sistema; piénsese en el lento avance de la innovación científica que hicieron las corporaciones ce-rradas que eran las academias. El sistema de valores de tina cultura ejerce una fuerte in-fluencia sobre la comunicación del conocimiento dentro de una sociedad y sobre los modos en que la sociedad utiliza el conocimiento. Así, como en el mundo biológico uno se da cuenta sólo de los mutantes que sobreviven, así en una sociedad existe, sin duda, una suma sustancial de conocimiento que fracasa en la despiadada competencia por la aceptación. Naturalmente no hay ninguna garantía de que la capacidad para sobrevivir sea una prueba confiable de validez, sin embargo no hay ningún sustituto de la competencia y sin ésta una cultura o se volvería un caos o se hundiría en el estancamiento. Es muy poco lo que se conoce sobre la apariencia y el destino último del mutante en el conocimiento. A veces el clima intelectual parece apropiado para la innovación y no hay ningún innovador; otras, hay un innovador que le habla sólo a oídos sordos. Uno no se atreve a insistir demasiado en el determinismo histórico; sin la existencia de San Pablo la historia del cristianismo hubiera sido sumamente diferente, y Lutero tuvo que hallar a su príncipe y Newton a su Royal Society. Y sin embargo, pese al poder del azar y al carácter mutacional de las alteraciones en el conocimiento que posee la sociedad, luego de conside-rar el largo curso de la historia registrada uno no puede evitar tener la impresión de que existe un desarrollo ordenado del conocimiento público tal como lo registran las transcrip-ciones de civilizaciones y sociedades sucesivas. De la concepción del hombre sobre sí mis-mo como el centro de una pequeña localidad tridimensional, a su conciencia del universo relativo de cuatro dimensiones donde el espacio y el tiempo no son el continuo que alguna vez él creyó que eran - aunque el registro tiene sus extravagancias, callejones sin salida y períodos de decadencia - el desarrollo global parecería no ser ni casual ni azaroso. Con frecuencia el conocimiento antiguo puede reconocerse como un caso especial de aquello que ha venido después. El álgebra generalizó las operaciones de la aritmética tal como el cálculo generalizó algunas operaciones del álgebra; y la economía keynesiana es una gene-ralización del sistema clásico de Adam Smith. Puesto que el conocimiento se alimenta de valores sociales, como cualquier otro orga-nismo se mueve inevitablemente hacia la parte de un posible campo de acción donde los valores y las recompensas parecen ser los más altos. La sociedad, guiada por su propio sentido de los valores, abre sus esclusas para irrigar ciertos campos y las cierra a otros. El crecimiento del conocimiento público es una parte esencial del crecimiento y la organiza-ción de la sociedad. "Cuando observamos toda la gama de las culturas humanas," escribe Margaret Mead, "y seguimos los tipos de evolución multilineal... las potencialidades evolu-tivas de la cultura humana parecen ciertamente muy altas. Así también cuando seguimos el desarrollo cultural que ha tomado lugar en alguna parte del mundo sobre un período de tiempo relativamente largo... es sorprendente la potencialidad más bien monótona para que la civilización se desarrolle en una dirección." Pero también añade que "mientras más bajo nos movemos en la escala de la evolución cultural... mayor es la posibilidad de que una cultura caiga en un callejón sin salida, como file:///C|/Licad/modulos/Modulo Inicial/eje1/bibliografia/008.htm (15 of 17) [20/03/2002 09:52:29 a.m.] Shera, Jesse cuando un pueblo llega a preocuparse obsesivamente por un ritual, o encuentra una solución provisional al problema de la ali-mentación, o construye una institución políticamente limitante como la cacería de cabezas. EPISTEMOLOGíA SOCIAL Y LA BIBLIOTECA La filosofía de la biblioteconomía delineada aquí no excluye la importante contribución que pueden hacer las ciencias físicas al arsenal intelectual del bibliotecario. Puesto que una cultura, y las subculturas de las que se compone, son una estructura social compleja creada por hombres que en sí mismos son compuestos de fenómenos psicológicos, biológicos y físicos, tanto las ciencias físicas como las sociales tienen relevancia en el problema global de la epistemología social. Y si la biblioteconomía ha de interesarse - como debe hacerlo- en el problema epistemológico de la sociedad, también debe ser interdisciplinaria. Creemos que muy pocos negarán que el uso humano de los registros gráficos de la socie-dad (la transcripción social para usar el término de Kenneth Boulding) es un estudio fun-damentado científicamente al cual pueden contribuir todas las ramas del conocimiento hu-mano. Y como la biblioteconomía está interesada primariamente en el uso que le dan los seres humanos a la transcripción social, es fundamentalmente una ciencia del comporta-miento, pero como los métodos y hallazgos de las ciencias físicas y biológicas se están aplicando cada vez más al estudio del comportamiento humano, la biblioteconomía debe ser "científica" incluso en el sentido clásico del término. Por tanto un bibliotecario debe ser un científico, no sólo porque puede estarle distribuyendo literatura científica a científi-cos y por fuerza tendrá que comunicarse inteligiblemente con sus clientes, sino también porque la ciencia, en que su más amplio sentido, es parte de los cimientos del saber del bibliotecario. El enfoque interdisciplinario hacía el análisis de sistemas y las operaciones de investiga-ción tiene una relevancia directa en cuanto a los procedimientos y la tecnología del biblio-tecario, y un significado simbólico para el crecimiento del conocimiento en la sociedad. Así como el análisis de sistemas dirige su investigación hacia las interrelaciones entre las partes componentes de un todo en operación, así la epistemología social pone el énfasis en todo el hombre y toda la sociedad, y todos sus modos de pensar, conocer, sentir, actuar y comu-nicarse. La ciencia en si es una gran empresa social ciertamente llevada a cabo por indivi-duos, pero en la actualidad cada vez más por individuos que trabajan concertadamente dentro del contexto o ambiente de organizaciones e instituciones educativas, de investiga-ción industriales y gubernamentales. Pero los bibliotecarios no sólo viven del pan de las matemáticas, ni del guiso de maíz y habas del análisis de sistemas; decir que el análisis de sistemas es la esencia de la ciencia de la biblioteconomía es mostrarse partidario de una visión muy estrecha y restringida. La responsabilidad del bibliotecario es el manejo eficiente y efectivo de la transcripción, del registro gráfico de todo lo que la sociedad sabe sobre sí misma y su mundo. Heilprin ha resumido admirablemente la importancia del enfoque epistemológico para los problemas del bibliotecario y su educación profesional en una revisión de una versión anterior de este capítulo: Sí el bibliotecario (o más generalmente el científico de la información) es actualmente un importante es-labón de servicio para optimizar el uso de la información registrada gráficamente, el éxito depende en-tonces de la medida en que tal persona entienda este proceso. Debe verlo todo en un corte vertical; cómo manufacturamos el conocimiento, a partir de impresiones sensoriales directas e incluyendo (en la ciencia, cuando menos) una cuidadosa comparación de las abstracciones comunicadas. Habitualmente a file:///C|/Licad/modulos/Modulo Inicial/eje1/bibliografia/008.htm (16 of 17) [20/03/2002 09:52:29 a.m.] Shera, Jesse esto sigue una publicación en símbolos. Con frecuencia todo esto sucede antes de que el bibliotecario vea el pro-ducto. Pero cada vez con mayor frecuencia debe tomar parte en el proceso de manufactura suministrando algunos de los conceptos comunicados en diversos estados probados preliminarmente, con evaluaciones de estos estados. Esto requiere tener experiencia sobre las materias, no solamente referencias. También tenderá a ser más un científico y en particular tendrá que entender el modo en que lo que una vez fue aceptado como objetivo tiende, con el avance del conocimiento, a retraerse a su anterior estado de sub-jetividad. Si la epistemología abarca completamente este campo, incluyendo toda la ciencia de la comu-nicación, se necesita claramente una gran expansión por lo que toca a los antecedentes del científico de la información. Debe cuando menos estar consciente de todo el proceso del conocimiento y de las principales restricciones y puntos débiles en cuanto a su comunicación. Y los educadores deben elaborar cursos para guiar e instruir al científico de la información no pueden tener menos amplitud de miras que aquéllos que están tratando de educar. Ser una maestro competente en este campo será verdaderamente un desafío. Podemos concluir diciendo que quizá la razón principal por la que la ciencia de la información h a progresado tan poco como ciencia es que no entendemos las conexiones que estamos buscando a tientas por aquí. La falta de conocimiento epistemológico es quizá la principal barrera que impide mejorar la biblioteca y la ciencia de la información. file:///C|/Licad/modulos/Modulo Inicial/eje1/bibliografia/008.htm (17 of 17) [20/03/2002 09:52:29 a.m.]