Número de registro: 18616 Novena Época Instancia: Segunda Sala

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CONTRADICCIÓN DE TESIS 133/2004-SS.
Número de registro: 18616
Novena Época
Instancia: Segunda Sala
Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta
Tomo: Tomo XXI, Enero de 2005
Página: 438
CONTRADICCIÓN DE TESIS 133/2004-SS. ENTRE LAS SUSTENTADAS POR LOS
TRIBUNALES COLEGIADOS CUARTO Y PRIMERO, AMBOS EN MATERIA
ADMINISTRATIVA DEL PRIMER CIRCUITO.
CONSIDERANDO:
TERCERO. A fin de estar en aptitud de resolver la presente denuncia de contradicción de
tesis, es preciso atender a las consideraciones sustentadas por los órganos colegiados, siendo
las que a continuación se transcriben.
El Primer Tribunal Colegiado en Materia Administrativa del Primer Circuito en la ejecutoria
que dictó al resolver el amparo en revisión número RA.162/2004-2152, promovido por Juan
Carlos Bolaños Silva y coagraviados, en lo conducente, sostuvo:
"QUINTO. En la primera parte del único agravio, la parte recurrente manifiesta que la
sentencia recurrida viola lo dispuesto por los artículos 22, 77, fracción III y 80 de la Ley de
Amparo, toda vez que contrario a lo que determinó el a quo, los ordenamientos que se
combaten por su sola entrada en vigor imponen a los quejosos obligaciones de no hacer, por
lo que tienen el carácter de autoaplicativos.
"Explica el representante común de los quejosos que de conformidad con la jurisprudencia de
los órganos del Poder Judicial de la Federación, una norma es autoaplicativa cuando al inicio
de su vigencia afecta la esfera jurídica de los particulares que se ubican en el supuesto que
ella establece, sin necesidad de un acto de aplicación por parte de la autoridad.
"Dice que, en particular, el artículo 100 del Reglamento de Tránsito dispone que basta tener
la calidad de conductor de vehículos para estar obligado a acatar la prohibición de conducir
con un grado de alcohol en sangre o en aire expirado superior a los señalados en dicho
precepto. Asimismo, es suficiente que los agentes cuenten con dispositivos de detección de
alcohol y otras sustancias tóxicas para que los conductores tengan la obligación de someterse
a las pruebas de detección de intoxicación en el lugar, sin que la propia norma condicione
dicha obligación a que los agentes soliciten al particular que se someta a las pruebas en
comento.
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"Por lo que toca al resto de las normas reclamadas, la parte recurrente afirma que también
tiene interés jurídico para impugnarlos, porque forman parte de un sistema que tiene como
propósito verificar y sancionar el incumplimiento de la obligación establecida por el artículo
110 (sic) del Reglamento de Tránsito para el Distrito Federal.
"Continúa diciendo que de considerarse que para estar en aptitud de promover el juicio de
amparo se debe sufrir una aplicación de las normas, cualquier sentencia dictada en este juicio
posterior contra esos actos de aplicación sería insuficiente para restituir a los quejosos en el
pleno goce de las garantías, ya que habrían sido violadas de manera irreparable o, en su caso,
estaríamos en presencia de actos consumados, por lo que se caería en la hipótesis del artículo
73, fracción IX, de la Ley de Amparo.
"Finalmente, dice la parte recurrente que en el caso de que la sentencia tuviera efectos para el
futuro, la violación cometida a través del primer acto de aplicación no podría ser reparada.
"Pues bien, debe dejarse precisado que el Juez de Distrito sobreseyó en el juicio por lo que
toca a la expedición, promulgación y refrendo de los artículos 99 y 101 del Reglamento de
Tránsito del Distrito Federal, publicados en la Gaceta Oficial del Distrito Federal el treinta de
noviembre de mil novecientos noventa y nueve; la expedición promulgación y refrendo del
decreto publicado en la Gaceta Oficial del Distrito Federal el dieciocho de septiembre de dos
mil tres, a través del cual se reformó el artículo 100 y se adicionó un tercer párrafo al artículo
102 del Reglamento de Tránsito del Distrito Federal; y la emisión del Aviso del
establecimiento del Programa de Control y Prevención de Ingestión de Alcohol en
Conductores con Vehículos en el Distrito Federal publicado en la Gaceta Oficial del Distrito
Federal el dieciocho de septiembre del dos mil tres, porque, en esencia, consideró que
constituyen ordenamientos de observancia general que revisten el carácter de
heteroaplicativos y no de autoaplicativos, por lo que se actualiza la causal de improcedencia
prevista en el artículo 73, fracción VI, de la Ley de Amparo, porque por su sola vigencia las
normas no causan perjuicios a los promoventes del amparo.
"En estas condiciones, procede analizar si los ordenamientos antes indicados tienen o no el
carácter de normas autoaplicativas, a la luz de los razonamientos formulados por la parte
recurrente.
"Para el análisis de agravio sintetizado, se toma en cuenta que de conformidad con lo
dispuesto por el artículo 114, fracción I, de la Ley Reglamentaria de los Artículos 103 y 107
de la Norma Suprema, procede el juicio de amparo indirecto ante Juez de Distrito contra
leyes federales y locales, tratados internacionales y reglamentos expedidos por el presidente
de la República de acuerdo con la fracción I del artículo 89 constitucional y reglamentos de
leyes locales expedidos por los gobernadores de los Estados o por el jefe del Distrito Federal
u otros reglamentos, decretos y acuerdos de observancia general, que por su sola entrada en
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vigor o con motivo del primer acto de aplicación causen perjuicio personal y directo al
quejoso.
"Del precepto antes referido se desprende que para la procedencia del amparo contra leyes, se
debe diferenciar entre normas que por su sola entrada en vigor causen un perjuicio a los
gobernados, de aquellos ordenamientos que requieren de un acto concreto de aplicación que
afecte a los particulares, a fin de determinar el momento de su impugnación.
"Sirve de apoyo la tesis del Pleno de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, publicada en
el Semanario Judicial de la Federación, Séptima Época, Volúmenes 103-108, Primera Parte,
página 167, cuyos rubro y texto dicen: ‘LEYES AUTOAPLICATIVAS, AMPARO
CONTRA.’ (se transcribe).
"Por su parte, el artículo 73, fracción VI, de la ley de la materia distingue las leyes, tratados y
reglamentos que por su sola expedición inciden en la esfera jurídica de los particulares, de
aquellas que para realizar la afectación de los gobernados requieren un acto posterior de
autoridad; además, prevé que para que proceda el juicio de garantías es necesario que desde
la vigencia de la norma, el gobernado se coloque en el supuesto normativo que le obligue a
hacer o dejar de hacer, sin exigir un acto posterior de autoridad.
"A fin de dilucidar si una ley es o no autoaplicativa, no sólo debe tomarse en cuenta si el
gobernado está en condiciones de realizar o no determinados actos, sino ver si el texto legal,
desde su entrada en vigor, impone una obligación de hacer o no hacer que genere un agravio
personal y directo al gobernado.
"Sobre el particular, la Suprema Corte de Justicia de la Nación en la tesis de jurisprudencia
número 55/97, publicada en el Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Novena
Época, Tomo VI, julio de 1997, página 5, sostuvo lo siguiente: ‘LEYES
AUTOAPLICATIVAS Y HETEROAPLICATIVAS. DISTINCIÓN BASADA EN EL
CONCEPTO DE INDIVIDUALIZACIÓN INCONDICIONADA.’ (se transcribe).
"La distinción entre leyes autoaplicativas y heteroaplicativas no se basa en que al momento
de expedirse la norma existen individuos colocados en su hipótesis, sino en la manera o
condición como se ejecuta el mandamiento, que se traduce en la obligación de hacer o no
hacer que genere un agravio personal y directo al gobernado.
"El elemento primordial que caracteriza a una ley autoaplicativa es que sus disposiciones
resulten obligatorias desde el momento mismo de su vigencia, o sea, que desde ese momento
obliguen al particular cuya situación jurídica prevén a hacer o dejar de hacer, sin que sea
necesario un acto posterior de autoridad para que genere su obligatoriedad, de tal modo que
para que se dé la ley autoaplicativa basta el imperativo de la norma para que el particular no
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pueda dejar de cumplirla y, por lo mismo, la actividad de los órganos del Estado es
meramente pasiva ante la realización del mandato de observancia general, pudiendo
combatirse desde ese momento a través del juicio constitucional, si se quiere no sufrir su
aplicación.
"Por tanto la ley es de naturaleza autoaplicativa cuando reúne los siguientes elementos:
"1. Que por su sola expedición sea de observancia obligatoria y cause perjuicio real en la
esfera jurídica del gobernado, y
"2. Que no sea necesario un acto posterior de autoridad o personal para que el particular se
coloque en la hipótesis normativa que lo obligue.
"Apoya lo antes expuesto la jurisprudencia del Tribunal Pleno de la Suprema Corte de
Justicia de la Nación, publicada en el Semanario Judicial de la Federación, Séptima Época,
Primera Parte, Volúmenes 181-186, página 250, que dice: ‘LEY AUTOAPLICATIVA.’ (se
transcribe).
"En tanto que la ley es de naturaleza heteroaplicativa cuando desde el inicio de su vigencia el
particular no se coloca en la situación establecida por la norma, sino que requiere de un acto
posterior de aplicación de la autoridad o personal, para que se encuentre obligado a hacer o
dejar de hacer, y será entonces cuando afecte su esfera jurídica.
"Lo anterior pone de manifiesto que la acción de amparo requiere de una parte agraviada y la
existencia de un perjuicio, de ahí que cuando se dan ambos supuestos legitima al gobernado
para promover el juicio de garantías.
"Ahora bien, de las constancias del juicio de amparo se advierte que los quejosos, hoy
recurrentes, manifiestan ser personas físicas que cuentan con licencia para conducir vehículos
y que habitualmente los conducen en esta ciudad capital.
"Tal aseveración pretenden acreditarla con las copias simples de las licencias para conducir
expedidas por la Secretaría de Transportes y Vialidad del Gobierno del Distrito Federal, por
la Dirección General de Seguridad Pública y Tránsito del Gobierno del Estado de México y
por ‘California’ (sic).
"Por su parte, los artículos que combate el quejoso del Reglamento de Tránsito del Distrito
Federal establecen lo siguiente:
"‘Artículo 99.’ (se transcribe).
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"‘Artículo 100.’ (se transcribe).
"‘Artículo 101.’ (se transcribe).
"‘Artículo 102.’ (se transcribe).
"El programa emitido por el secretario de Seguridad Pública del Gobierno del Distrito
Federal, reclamado, dispone: ‘Aviso del establecimiento del Programa de Control y
Prevención de Ingestión de Alcohol en Conductores con Vehículos en el Distrito Federal.’ (se
transcribe).
"Dice la parte recurrente que el artículo 100 del Reglamento de Tránsito es una norma de
carácter autoaplicativa, en virtud de que dispone que basta tener la calidad de conductor de
vehículos para estar obligado a acatar la prohibición de conducir con un grado de alcohol en
sangre o en aire expirado superior a los señalados en dicho precepto. Asimismo, es suficiente
que los agentes cuenten con dispositivos de detección de alcohol y otras sustancias tóxicas
para que los conductores tengan la obligación de someterse a las pruebas de detección de
intoxicación en el lugar, sin que la propia norma condicione dicha obligación a que los
agentes soliciten al particular que se someta a las pruebas en comento.
"Tal consideración es inexacta, porque como correctamente consideró el Juez de Distrito no
basta la sola entrada en vigor de la norma para que el particular se ubique en su hipótesis
normativa, sino que requiere de ciertos actos para que adquiera individualización y lo sitúe
dentro de las hipótesis legales, que en una primera etapa necesariamente sería:
"1) Conducir un vehículo por la vía pública, ya sea particular, de carga o destinado al
transporte colectivo de pasajeros, al transporte privado de sustancias tóxicas o peligrosas, o
de vehículos destinados a la prestación de transporte privado especializado.
"2) Que se encuentre instalado un puesto de revisión o verificación en el que personal de la
Secretaría de Seguridad Pública del Distrito Federal pretenda aplicar el Programa de Control
y Prevención de Ingestión de Alcohol en Conductores de Vehículos en el Distrito Federal en
perjuicio de un particular.
"3) Que agentes que cuenten con dispositivos de detección de alcohol y otras sustancias
tóxicas, detengan al particular y lo sometan a las pruebas para la detección del grado de
intoxicación en el lugar, entregándole un ejemplar del comprobante de los resultados de la
prueba al conductor.
"4) Que en la prueba a la que sea sometido el particular obtenga un resultado que arroje:
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"1) Si el vehículo conducido es particular, una cantidad de alcohol en la sangre superior a 0.8
gramos por litro o de alcohol en aire expirado o superior a 0.4 miligramos por litro;
"2) Si el vehículo conducido es de carga, una cantidad de alcohol en la sangre superior a 0.5
gramos por litro o de alcohol en aire expirado superior a 0.25 miligramos por litro;
"3) Si el vehículo conducido es destinado al transporte colectivo de pasajeros, al transporte
privado de sustancias tóxicas o peligrosas, o de vehículos destinados a la prestación de
transporte privado especializado, cualquier cantidad de alcohol en la sangre;
"5) Que remitan y presenten al conductor ante el Juez Cívico junto con un ejemplar del
comprobante de los resultados de la prueba;
"Como hipótesis particular.
"1) Que se conduzca un vehículo destinado al transporte colectivo de pasajeros, al transporte
privado de sustancias peligrosas, o de vehículos destinados a la prestación de transporte
privado especializado;
"2) Que el conductor sea detenido y encontrado con aliento alcohólico y, por ende, sea
remitido al Juzgado Cívico correspondiente.
"De lo anterior se puede desprender que se requiere de la realización de diversos actos para
que la norma impugnada adquiera individualización y sitúe al particular dentro de la hipótesis
legal.
"Además, el solo hecho de que el artículo 100 del Reglamento de Tránsito prohíba a los
conductores de vehículos conducir con un grado de alcohol en sangre o en aire expirado
superior a los señalados en él, es insuficiente para considerar autoaplicativa la norma, porque
se trata de una prohibición que sólo indirectamente, por sus consecuencias, puede afectar el
interés jurídico de los particulares, es decir, hasta el momento en que sean detenidos para
aplicarles la prueba respectiva y ésta salga positiva, pero antes de ese momento sólo se trata
de una prohibición abstracta y general.
"En este sentido, debe decirse que no es suficiente para considerar procedente el amparo
indirecto el dicho de los quejosos de que se colocarán bajo la hipótesis del Reglamento de
Tránsito del Distrito Federal y del Aviso del establecimiento del Programa de Control y
Prevención de Ingestión de Alcohol en Conductores de Vehículos en el Distrito Federal, y
que, por tanto, se les aplicarán, puesto que aunque ello aconteciera seria hasta que ocurriese
lo uno o lo otro y no antes, que esa ley afectará su esfera jurídica.
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"Cobra aplicación al caso la tesis 3a./J. 9/94, de la anterior Tercera Sala de la Suprema Corte
de Justicia de la Nación, que aparece publicada en la página 17 del tomo 76, abril de 1994, de
la Gaceta del Semanario Judicial de la Federación, que dispone: ‘LEYES, AMPARO
CONTRA. EL INTERÉS JURÍDICO PARA INTERPONERLO NO SE ACREDITA CON
AFIRMAR QUE SE ESTARÁ BAJO SUS SUPUESTOS.’ (se transcribe).
"A mayor abundamiento, los quejosos no acreditan debidamente que cuentan con licencia
para conducir vehículos, toda vez que únicamente aportaron copias de tales documentos
supuestamente expedidos por la Secretaría de Transportes y Vialidad del Gobierno del
Distrito Federal, por la Dirección General de Servicios al Autotransporte del Gobierno del
Estado de México y por California (sic), a las cuales no se les otorga pleno valor probatorio
con fundamento en el artículo 197 del Código Federal de Procedimientos Civiles de
aplicación supletoria, por ser copias simples que no se encuentran adminiculadas con alguna
otra prueba, amén de que de la copia simple de las licencias de Mariana Gómez Luna de
León (foja 78), Luis Fernando Lardura Latorre (foja 83) y Roberto Cuetara Canale (foja 84),
se desprende que al momento de la presentación de la demanda de amparo (treinta de octubre
del dos mil tres) habían expirado, pues tenían fecha de validez, respectivamente, al siete de
diciembre del dos mil uno, cuatro de noviembre del dos mil dos y doce de octubre del dos mil
tres.
"Por lo que corresponde al documento presentado por Juan Carlos Arquesty-Ortiz,
denominado ‘Driver License’, no se le otorga valor probatorio pleno toda vez que se
encuentra redactado en idioma extranjero, por lo que para alcanzar plena validez, además de
presentar el original, el agraviado debió acompañar su correspondiente traducción, según lo
exige el artículo 132 del Código Federal de Procedimientos Civiles.
"Por otro lado, es importante destacar que el sobreseimiento en el juicio en los términos hasta
aquí indicados no impide a los solicitantes del amparo volver a impugnar las normas
generales cuando en realidad se les apliquen en su perjuicio precisamente con motivo de las
actividades que dicen realizar.
"Cobra aplicación al caso, en lo conducente y por analogía, la tesis 2a./J. 67/99, de la
Segunda Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, que aparece publicada en la
página 104 del Tomo X, julio de 1999, del Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta,
Novena Época, que establece lo siguiente: ‘AMPARO CONTRA LEYES CON MOTIVO
DEL PRIMER ACTO DE APLICACIÓN. SI ÉSTE NO CAUSA PERJUICIO AL
QUEJOSO, DEBE SOBRESEERSE POR LA LEY, SIN QUE ELLO IMPIDA AL
PROMOVENTE IMPUGNARLA EN LA OPORTUNIDAD EN QUE SE APLIQUE EN SU
PERJUICIO.’ (se transcribe).
"Así, es inexacta la afirmación de la parte recurrente en el sentido de que de esperar al acto
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de aplicación para combatir la constitucionalidad de las normas generales reclamadas,
cualquier sentencia que se dicte en ese nuevo juicio será insuficiente para restituirlos en el
pleno goce de las garantías violadas, porque estos se habrían consumado, pues pierde de vista
que la Ley de Amparo establece medidas cautelares que pueden solicitarse al momento de
promover el juicio de garantías a fin de preservar el fondo del asunto.
"Por último, es inoperante el argumento de la parte recurrente en el que afirma que por lo que
toca al resto de las normas reclamadas, también tiene interés jurídico para impugnarlos,
porque forman parte de un sistema que tiene como propósito verificar y sancionar el
incumplimiento de la obligación establecida por el artículo 110 (sic) del Reglamento de
Tránsito para el Distrito Federal.
"Se afirma que es inoperante, porque el quejoso no combate con tal aserto el argumento toral
expuesto por el Juez Federal para decretar el sobreseimiento en el juicio por lo que toca a los
artículos 99, 101 y 102 del Reglamento de Tránsito del Distrito Federal y el Aviso del
establecimiento del Programa de Control y Prevención de Ingestión de Alcohol en
Conductores de Vehículos en el Distrito Federal, que consiste en que al tratarse de normas
heteroaplicativas los solicitantes de amparo debieron acreditar la existencia de un acto
concreto de aplicación de tales ordenamientos en su perjuicio.
"Por tanto, es correcto el sobreseimiento decretado con base en el artículo 73, fracción VI, en
relación con el 74, fracción III, de la Ley de Amparo, con la salvedad precisada en el
considerando cuarto de este fallo.
"En la parte final del único agravio la parte recurrente manifiesta que la sentencia del a quo
viola el artículo 77, fracción III, de la Ley de Amparo, porque en el punto resolutivo de la
sentencia no se establece de manera clara y precisa el acto o actos por los que se sobresee el
amparo.
"Es infundado el agravio antes sintetizado, toda vez que en el punto resolutivo único de la
sentencia el juzgador no deja lugar a duda de que se sobresee en el juicio respecto de todos
los actos que fueron reclamados, lo cual es congruente con lo asentado en la parte
considerativa de la sentencia, en donde se hace una exposición de las razones lógico-jurídicas
por las que se arriba a tal conclusión.
"En efecto, como puede corroborarse de la simple lectura de la sentencia recurrida en el
considerando segundo, el Juez precisó cuáles fueron las leyes y actos reclamados.
"A continuación, en el considerando tercero el juzgador determinó que no son ciertos los
actos que se reclaman del jefe de Gobierno, secretario de Transportes y Vialidad, secretario
de Seguridad Pública, secretario del Medio Ambiente, secretario de Finanzas y secretario de
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Gobierno, autoridades todas ellas del Gobierno del Distrito Federal, consistentes en la
aplicación, en perjuicio de los quejosos, tanto de los preceptos que reclaman del Reglamento
de Tránsito del Distrito Federal, como del Aviso del establecimiento del Programa de Control
y Prevención de Ingestión de Alcohol en Conductores de Vehículos en el Distrito Federal,
porque así se desprendía de los informes justificados de tales autoridades. Igualmente
consideró inexistentes los actos atribuidos a los Jueces Cívicos números uno al treinta y seis
del Gobierno del Distrito Federal, en sus diferentes turnos y demarcaciones territoriales,
consistentes en la aplicación y ejecución de las disposiciones combatidas, pues mientras que
algunos de ellos negaron la existencia de tales conductas al rendir sus informes con
justificación (folios 137, 182, 141, 230, 130, 280, 194, 120, 190, 198, 225, 276, 374, 389,
340, 186, 123, 235, 238, 214, 116, 114, 120, 344, 335, 244 y 216), los quejosos no
desvirtuaron mediante algún medio ordinario de prueba esta negativa; además, aun cuando el
resto de las autoridades omitió rendir dicho informe, como las ordenadoras negaron la
existencia de alguna orden girada en contra de los agraviados con el objeto de aplicarles las
disposiciones jurídicas reclamadas, el a quo consideró evidente entonces que las ejecutoras,
como lo son en este caso los Jueces Cívicos mencionados, no pueden cumplimentar algo que
resulta inexistente.
"Finalmente, en el considerando quinto el a quo sobreseyó en el juicio respecto de los actos
que resultaron ciertos consistentes en:
"a) La expedición, promulgación y refrendo del decreto de veintinueve de noviembre de mil
novecientos noventa y nueve, publicado un día después en la Gaceta Oficial del Distrito
Federal, mediante el cual fue creado el Reglamento de Tránsito del Distrito Federal, en
particular por lo que hace a los artículos 99, 100, 101 y 102;
"b) La expedición, promulgación y refrendo del decreto publicado en la Gaceta Oficial del
Distrito Federal el dieciocho de septiembre del dos mil tres, mediante el cual se reforma el
artículo 100 y se adiciona un tercer párrafo al artículo 102 del Reglamento de Tránsito del
Distrito Federal;
"c) La expedición del Aviso del establecimiento del Programa de Control y Prevención de
Ingestión de Alcohol en Conductores de Vehículos en el Distrito Federal, publicado en el
medio oficial de difusión de esta entidad federativa el dieciocho de septiembre de dos mil
tres.
"Respecto de tales actos el Juez explicó que como no se trata de normas autoaplicativas y los
amparistas no acreditaron la existencia de un acto de aplicación en su perjuicio, resultaba
improcedente el juicio de amparo de conformidad con lo dispuesto en la fracción III del
artículo 74 de la Ley de Amparo, al actualizarse plenamente la causa de improcedencia
prevista por la fracción VI del numeral 73 de la ley sustantiva invocada.
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"Por lo anterior, resulta que el punto resolutivo único de la sentencia recurrida es por demás
claro y preciso, porque sobresee en el juicio respecto de la totalidad de los actos reclamados,
lo cual resulta congruente con lo determinado en su parte considerativa.
"En las relatadas condiciones, y al resultar infundados los agravios del recurso de revisión, lo
que se impone en derecho es confirmar la sentencia recurrida."
CUARTO. Por su parte, el Cuarto Tribunal Colegiado en Materia Administrativa del Primer
Circuito en el amparo en revisión (improcedencia) número 746/2003, consideró:
"CUARTO. El agravio es fundado.
"En él, estima el recurrente que el Juez de Distrito transgredió en su contra el artículo 145 de
la Ley de Amparo, al considerar que en la especie existió un motivo manifiesto e indudable
de improcedencia del juicio constitucional, debido a que el desechamiento de la demanda de
garantías se apoyó equivocadamente en el hecho de que las disposiciones legales impugnadas
habían sido atacadas por su posible aplicación, siendo que en realidad se impugnó la
inconstitucionalidad de los artículos 100 y 102 del Reglamento de Tránsito del Distrito
Federal de treinta de agosto de dos mil tres y del acuerdo que expidió el ‘Programa de
Control y Prevención de Ingestión de Alcohol en Conductores de Vehículos en el Distrito
Federal, publicado en la Gaceta Oficial del Distrito Federal de dieciocho de septiembre de
dos mil tres’; por lo que lo único que debió demostrarse fue su calidad de conductor de
vehículo, situación que acreditó con la licencia de conducir que exhibió en su demanda de
garantías, y que circula por las calles del Distrito Federal, lo que pone en evidencia que dicho
acuerdo es autoaplicativo, en razón de que corre el riesgo inminente de ser detenido,
molestado y presumiblemente privado de su libertad en forma arbitraria por las autoridades
que realicen el operativo sin una orden o mandamiento escrito de la autoridad competente
que funde y motive la causa legal del procedimiento.
"Es fundado el argumento sintetizado en el párrafo precedente por los motivos siguientes:
"De la lectura de la demanda de garantías se desprende que fueron señalados como actos
reclamados los siguientes: ‘(se transcribe)’.
"El a quo desechó la demanda de garantías por estimar esencialmente que los artículos 100 y
102 del Reglamento de Tránsito del Distrito Federal, son normas de carácter
heteroaplicativas, pues para que se actualizaran las hipótesis que contienen era necesario que
el ocursante tuviera vehículo y que lo condujera, que existieran diversos porcentajes de
alcohol en su sangre, o bien, en aire expirado; que fuera detenido por los agentes de la
Secretaría de Seguridad Pública del Distrito Federal con motivo de la aplicación del
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programa impugnado; y que los funcionarios cuenten con los aparatos autorizados para
practicar los exámenes correspondientes, en virtud de que sería hasta ese momento cuando se
verificaría el acto de molestia apoyado en los ordenamientos tildados de inconstitucionales
(fojas 72 y 72 vuelta).
"Otro argumento utilizado en el auto reclamado fue que la entrada en vigor de la reforma del
artículo 100 y la adhesión de un tercer párrafo del 102 del Reglamento de Tránsito del
Distrito Federal de treinta de agosto de dos mil tres, no tenían como consecuencia inmediata
que se procediera en contra del agraviado, debido a que para la actualización de los supuestos
reglamentarios era indispensable que el gobernado fuese detenido por sobrepasar los niveles
de alcohol permitidos, al haber ingerido por voluntad propia bebidas embriagantes, o bien,
consumido enervantes, estupefacientes o cualquier sustancia psicotrópica o tóxica y conducir
un vehículo automotor, lo que ocasionaría que la autoridad administrativa tuviera la
obligación de aplicarle las medidas coercitivas correspondientes; circunstancias que sirvieron
de base para concluir que la afectación a la esfera jurídica del gobernado era un acto futuro de
realización incierta (fojas 74 a 75 vuelta).
"Que en ese orden de ideas, se concluyó en el acuerdo atacado, que en la especie existió una
causal de improcedencia del juicio manifiesta e indudable, en virtud de que en caso de que
fuese admitida la demanda de garantías a trámite, no era factible que el recurrente aportara
medios de convicción con los que demostrara que ingirió bebidas embriagantes, que condujo
un vehículo automotor, que fue detenido y sometido a la prueba de detección de alcohol en la
sangre o aire expirado, y que finalmente se le impuso una sanción administrativa (foja 75).
"Los artículos 99, párrafo segundo, 100, quinto párrafo y fracciones I a III y 102, segundo
párrafo, del Reglamento de Tránsito del Distrito Federal, vigente a partir del primero de
diciembre de mil novecientos noventa y nueve, los dos últimos reformados y adicionados con
un nuevo párrafo, respectivamente, por decreto publicado en la Gaceta Oficial del Distrito
Federal el dieciocho de septiembre de dos mil tres, que fueron tildados de inconstitucionales
por el recurrente, a la letra disponen lo que se reproduce a continuación:
"‘Artículo 99.’ (se transcribe).
"‘Artículo 100.’ (se transcribe).
"‘Artículo 102.’ (se transcribe).
"Por su parte, los artículos segundo a sexto del Programa de Control y Prevención de
Ingestión de Alcohol en Conductores de Vehículos en el Distrito Federal, son del tenor
siguiente: ‘(se transcribe)’.
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"De la reproducción se desprenden medularmente los datos siguientes:
"1. Los agentes tienen facultades para detener la marcha de los vehículos que circulen en el
Distrito Federal, cuando la Secretaría de Seguridad Pública emita y lleve a cabo programas de
control y preventivos de ingestión de alcohol u otras sustancias tóxicas para conductores de
vehículos.
"2. En caso de que los agentes cuenten con dispositivos de detención de alcohol y otras
sustancias tóxicas, se procederá de la manera siguiente:
"a) Los conductores tienen obligación de someterse a las pruebas que se les efectúen en los
lugares donde sus vehículos son detenidos para la detección de grado de intoxicación;
"b) El agente deberá entregar un ejemplar de comprobante de los resultados de la prueba al
conductor inmediatamente a la conclusión a la misma; y
"c) Otro ejemplar de los resultados de la prueba será entregado al Juez Cívico ante quien sea
presentado el conductor, constancia que hará prueba plena de la cantidad de alcohol u otra
sustancia tóxica encontrada y servirá de base para la emisión del dictamen que emita el
médico legista con el fin de determinar el tiempo probable de recuperación del conductor.
"3. Si con motivo de la violación de las disposiciones contenidas en el Reglamento de
Tránsito para el Distrito Federal, deba presentarse alguna persona ante el Juez Cívico, todos
los policías preventivos estarán obligados a hacerlo con estricto apego a las disposiciones
jurídicas y administrativas aplicables.
"4. La detención de vehículos se hará de forma aleatoria en los puntos previamente
designados que serán rotativos; y
"5. Una vez que el conductor haya estacionado en lugar seguro su automóvil, será
entrevistado para cerciorarse que todo esté en orden, y que en caso de mostrar signos de
haber ingerido bebidas embriagantes se le someterá al examen correspondiente.
"En ese estado de cosas, no es correcta la determinación del a quo, consistente en que los
dispositivos normativos impugnados tienen el carácter heteroaplicativos, por el hecho de que
para la actualización de las hipótesis que contienen es indispensable que el quejoso tenga en
su sangre un porcentaje de alcohol mayor al permitido por el Reglamento de Tránsito del
Distrito Federal, que sea detenido por los agentes de la Secretaría de Seguridad Pública del
Distrito Federal, en aplicación al programa que impugnó, que dichos servidores públicos
cuenten con los aparatos autorizados para la práctica de los exámenes, y que se le aplique una
sanción administrativa.
-12-
CONTRADICCIÓN DE TESIS 133/2004-SS.
"En efecto, debe considerarse en principio que el programa de que se trata, emitido entre
otros preceptos normativos con fundamento en los artículos 100 y 102 del Reglamento de
Tránsito del Distrito Federal, se aplica a todos los conductores de automotores que circulan
en el Distrito Federal, esto es, que los agentes policiacos tienen atribuciones para detener a
cualquier persona que transite en un vehículo con motor en esta ciudad, sin que para ello sea
necesario que el gobernado tenga en su sangre un porcentaje de alcohol mayor al permitido
por el reglamento en cita y que por ese motivo se le aplique una sanción administrativa, pues
esas circunstancias únicamente pueden verificarse con posterioridad a la detención de la
persona y a la práctica del examen correspondiente; de tal suerte que con el fin de admitir a
trámite la demanda, basta que el inconforme haya demostrado que la autoridad competente le
expidió la licencia para conducir, la que obra en copia certificada a foja setenta del cuaderno
auxiliar de amparo, con independencia de que una vez que se hayan rendido los informes
justificados y aportado las pruebas en el juicio, en la sentencia se determine la naturaleza de
las normas impugnadas por el ocursante y, en su caso, con apoyo en los elementos allegados
al juicio, se determine el sobreseimiento en el mismo.
"A mayor abundamiento, respecto a la ejecución de los actos, más que tratarse de actos que
revisten el carácter de futuros de realización incierta, porque su ejecución está condicionada a
determinadas conductas positivas a cargo de las autoridades encargadas de la aplicación del
programa y del propio quejoso, se está en presencia de actos razonablemente probables
derivados de la circunstancia de circular en un vehículo automotor que es uno de los
supuestos necesarios para que se aplique el denominado ‘alcoholímetro’.
"En atención a lo expuesto, los argumentos expresados en el auto atacado no ponen en
evidencia la existencia de una causa de improcedencia del juicio indudable y manifiesta; en
consecuencia, fue indebido que se desechara la demanda de garantías.
"En apoyo a lo anterior, se invoca la jurisprudencia 2a. LXXI/2002, emitida con motivo de la
contradicción de tesis 4/2002-PL, dictada por la Segunda Sala de la Suprema Corte de
Justicia de la Nación, publicada en la página cuatrocientos cuarenta y ocho, Tomo XVI del
Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, correspondiente a julio de dos mil dos,
Novena Época, que dispone lo siguiente: ‘DEMANDA DE AMPARO. DE NO EXISTIR
CAUSA DE IMPROCEDENCIA NOTORIA E INDUDABLE, O TENER DUDA DE SU
OPERANCIA, EL JUEZ DE DISTRITO DEBE ADMITIRLA A TRÁMITE Y NO
DESECHARLA DE PLANO.’ (se transcribe).
"En las relatadas condiciones, al asistirle razón al recurrente, lo que procede es revocar el
acto impugnado, a fin de que el Juez admita la demanda de garantías de no existir un motivo
diverso al examinado en el presente medio de defensa que impida proceder de esa manera."
-13-
CONTRADICCIÓN DE TESIS 133/2004-SS.
De la resolución anterior se obtuvo la tesis aislada I.4o.A.422 A, consultable en la página
1379, Tomo XIX, abril de 2004, Novena Época del Semanario Judicial de la Federación y su
Gaceta, cuyos rubro y texto son los siguientes:
"ALCOHOLÍMETRO. LOS ACTOS DE EJECUCIÓN DE LOS ARTÍCULOS 100 Y 102
DEL REGLAMENTO DE TRÁNSITO DEL DISTRITO FEDERAL VIGENTE HASTA EL
TREINTA DE DICIEMBRE DE DOS MIL TRES, NO SON ACTOS FUTUROS DE
REALIZACIÓN INCIERTA, SINO ACTOS FUTUROS RAZONABLEMENTE
PROBABLES. De lo dispuesto en los artículos 100 y 102 del Reglamento de Tránsito del
Distrito Federal, vigente hasta el treinta de diciembre de dos mil tres, en relación con los
diversos del segundo al sexto del Aviso del establecimiento del Programa de Control y
Prevención de Ingestión de Alcohol en Conductores de Vehículos en el Distrito Federal,
emitido con fundamento, entre otros, en aquellos preceptos reglamentarios, se advierte, en
primer lugar, que los agentes de la Policía Preventiva se encuentran facultados para detener la
marcha de vehículos de manera aleatoria en los puntos previamente designados que serán
rotativos; en segundo lugar, que los conductores se encuentran obligados a someterse a las
pruebas que se les efectúen en el lugar donde su vehículo sea detenido, para la detección del
grado de intoxicación a través del instrumento de medición llamado ‘alcoholímetro’; y, en
tercer lugar, que dichos agentes se encuentran obligados a presentar al conductor al Juzgado
Cívico para que, con base en los resultados de esas pruebas, que tendrán pleno valor de la
cantidad de alcohol u otra sustancia tóxica, se le impongan las sanciones que procedan.
Ahora bien, es cierto que las disposiciones en cita no tienen como consecuencia inmediata
que se proceda en los términos indicados en contra del quejoso, ya que su aplicación se
encuentra condicionada a determinadas conductas positivas, tanto de éste como de las
autoridades, pero no por ello los actos de ejecución son actos futuros de realización incierta,
sino más bien, constituyen actos, aunque futuros, razonablemente probables, en virtud de que
derivan de la circunstancia de circular un vehículo de motor, que es uno de los supuestos
necesarios para que se aplique el ‘alcoholímetro’." (Novena Época. Instancia: Cuarto
Tribunal Colegiado en Materia Administrativa del Primer Circuito. Fuente: Semanario
Judicial de la Federación y su Gaceta, Tomo XIX, abril de 2004, tesis I.4o.A.422 A, página
1379).
QUINTO. Con el fin de corroborar si existe la contradicción de tesis denunciada, es necesario
constatar que se encuentran cumplidos todos los requisitos que determinan su existencia,
tratándose de criterios emanados de Tribunales Colegiados de Circuito, a saber:
a) Que al resolver los negocios jurídicos se hayan examinado cuestiones de derecho
esencialmente iguales y se adopten posiciones o criterios jurídicos discrepantes;
b) Que la diferencia de criterios se presente en las consideraciones, razonamientos o
interpretaciones jurídicas de las resoluciones respectivas; y
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CONTRADICCIÓN DE TESIS 133/2004-SS.
c) Que los criterios discrepantes provengan del examen de los mismos elementos;
Lo anterior se deriva de la naturaleza y características propias de los conflictos de
contradicción de tesis, así como de la tesis de jurisprudencia del Tribunal Pleno, cuyos rubro
y datos de identificación se insertan:
"CONTRADICCIÓN DE TESIS DE TRIBUNALES COLEGIADOS DE CIRCUITO.
REQUISITOS PARA SU EXISTENCIA." (Novena Época. Instancia: Pleno. Fuente:
Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Tomo XIII, abril de 2001, tesis P./J.
26/2001, página 76).
Los requisitos enunciados se surten en la especie.
Por principio, debe precisarse que los actos reclamados en las demandas de garantías que
originaron los asuntos que conocieron los Tribunales Colegiados, fueron el decreto de treinta
de agosto de dos mil tres, publicado en la Gaceta Oficial del Distrito Federal de dieciocho de
septiembre de ese año, a través del cual se reformó el artículo 100 y se adicionó el diverso
102, ambos del Reglamento de Tránsito del Distrito Federal, así como la aprobación y
expedición por parte del secretario de Seguridad Pública del Gobierno del Distrito Federal,
del acuerdo denominado "Aviso del establecimiento del Programa de Control y Prevención
de Ingestión de Alcohol en Conductores con Vehículos en el Distrito Federal.", publicado en
la referida gaceta en la última de las fechas citadas. En ninguno de los asuntos involucrados
se señaló un acto concreto de aplicación.
Ahora bien, los Tribunales Colegiados participantes emitieron sus pronunciamientos sobre la
naturaleza de las disposiciones reclamadas, pues determinaron si de acuerdo a la afectación
causada a la esfera jurídica de los gobernados, aquéllas debían considerarse autoaplicativas o
heteroaplicativas, a partir de lo cual resolvieron si para la procedencia del juicio de amparo se
requería de un acto concreto de aplicación de las normas.
Como puede verse, los referidos órganos emitieron sus respectivas resoluciones examinando
cuestiones jurídicas iguales, por tratarse de los mismos elementos, como son los siguientes:
• Las disposiciones jurídicas examinadas fueron las mismas.
• Se reclamaron por su sola entrada en vigor y no por un acto concreto de aplicación.
• La naturaleza de las normas, es decir, si eran autoaplicativas o heteroaplicativas.
• La procedencia del juicio de amparo respecto de tales disposiciones desde el inicio de su
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CONTRADICCIÓN DE TESIS 133/2004-SS.
vigencia.
Ahora bien, la valoración de los anteriores elementos condujo a los órganos jurisdiccionales a
conclusiones opuestas, en tanto el Primer Tribunal Colegiado en Materia Administrativa del
Primer Circuito consideró que se trataba de normas heteroaplicativas que no podían ser
reclamadas a través del amparo por su sola entrada en vigor; por su parte, el Cuarto Tribunal
Colegiado de la misma materia y circuito estimó que se trataba de normas autoaplicativas y,
por ende, que para la procedencia del juicio de garantías no se requería de un acto concreto
de aplicación.
En consecuencia, el punto de derecho en el que se centra la presente contradicción de tesis
consiste en:
• Si el decreto de treinta de agosto de dos mil tres, publicado en la Gaceta Oficial del Distrito
Federal de dieciocho de septiembre de ese año, a través del cual se reformó el artículo 100 y
se adicionó el diverso 102, ambos del Reglamento de Tránsito del Distrito Federal, así como
la aprobación y expedición por parte del secretario de Seguridad Pública del Gobierno del
Distrito Federal, del acuerdo denominado "Aviso del establecimiento del Programa de
Control y Prevención de Ingestión de Alcohol en Conductores con Vehículos en el Distrito
Federal.", publicado en la referida gaceta en la última de las fechas citadas, contienen normas
de naturaleza autoaplicativa o heteroaplicativa, a fin de determinar la procedencia del juicio
de amparo cuando no se reclama ningún acto concreto de aplicación.
Cabe precisar que no es óbice a lo anterior, la circunstancia que uno de los pronunciamientos
haya sido sobre el sobreseimiento decretado al dictar sentencia en el juicio de garantías
(Primer Tribunal Colegiado) y el otro atinente al desechamiento de una demanda de amparo
(Cuarto Tribunal Colegiado), porque esa diferencia de ningún modo trascendió a los criterios
sustentados, pues independientemente de que se trate de dos momentos diversos dentro de un
juicio de amparo indirecto, lo relevante para la materialización de la discrepancia es que el
aspecto medular que originó la emisión de los criterios antagónicos, fue el determinar la
naturaleza de las normas reclamadas.
Al caso resulta aplicable la tesis de esta Segunda Sala del tenor siguiente:
"CONTRADICCIÓN DE TESIS. EXISTE, AUNQUE LOS CRITERIOS DE LOS
TRIBUNALES CONTENDIENTES SE HAYAN EXTERNADO SOBRE RESOLUCIONES
DE DIVERSOS ESTADIOS PROCESALES. La circunstancia de que los actos reclamados
en los juicios de amparo directo, que originaron criterios divergentes, provengan de diversos
estadios procesales -como el acuerdo de desechamiento de demanda dictado por el
Magistrado instructor de una Sala del Tribunal Fiscal de la Federación por una parte y la
sentencia emitida por una Sala del mismo órgano por la otra- no es obstáculo para determinar
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CONTRADICCIÓN DE TESIS 133/2004-SS.
la existencia de la contradicción de tesis entre dos Tribunales Colegiados de Circuito si los
criterios de éstos, resolvieron sobre una misma cuestión procesal, con sentido diverso."
(Novena Época. Instancia: Segunda Sala. Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su
Gaceta, Tomo I, abril de 1995, tesis 2a. III/95, página 55).
SEXTO. La presente contradicción ha de resolverse conforme al criterio que sobre el tema a
debate sienta esta Sala, al tenor de las consideraciones que enseguida se expresan.
El artículo 114, fracción I, de la Ley de Amparo establece:
"Artículo 114. El amparo se pedirá ante el Juez de Distrito:
"I. Contra leyes federales o locales, tratados internacionales, reglamentos expedidos por el
presidente de la República de acuerdo con la fracción I del artículo 89 constitucional,
reglamentos de leyes locales expedidos por los gobernadores de los Estados, u otros
reglamentos, decretos o acuerdos de observancia general, que por su sola entrada en vigor o
con motivo del primer acto de aplicación, causen perjuicios al quejoso."
Del precepto anterior se desprende que los gobernados pueden combatir leyes federales o
locales, tratados internacionales, reglamentos expedidos por el presidente de la República de
acuerdo con la fracción I del artículo 89 constitucional, reglamentos de leyes locales
expedidos por los gobernadores de los Estados, u otros reglamentos, decretos o acuerdos de
observancia general, en dos momentos distintos: por su sola entrada en vigor o con motivo
del primer acto de aplicación, siempre que en ambos casos se cause perjuicio al quejoso.
Lo anterior cobra relevancia, en virtud de que si la norma no genera perjuicio al gobernado
por su solo inicio de vigencia, entonces para que pueda ser combatida a través del juicio de
garantías, se requerirá el acto concreto de aplicación.
Sobre el particular, debe atenderse a la tesis del Tribunal Pleno del tenor siguiente:
"LEYES AUTOAPLICATIVAS, AMPARO CONTRA. El elemento primordial que
caracteriza a una ley autoaplicativa lo es el de que sus disposiciones resultan obligatorias
desde el momento mismo en que entran en vigor, o sea, que desde ese preciso instante
obligan al particular cuya situación jurídica prevén, a hacer o dejar de hacer, sin que sea
necesario acto posterior de autoridad para que se genere dicha obligatoriedad y, por lo tanto,
es evidente que cuando no se da dicho elemento esencial no se está en presencia de una ley
de esa naturaleza, sino que en ese caso debe concluirse que se trata de una ley
heteroaplicativa, que, por lo mismo, únicamente puede reclamarse al través del juicio de
amparo hasta que se realice el acto de autoridad que vincula al particular al cumplimiento de
la norma." (Séptima Época. Instancia: Pleno. Fuente: Semanario Judicial de la Federación,
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CONTRADICCIÓN DE TESIS 133/2004-SS.
Volúmenes 103-108, Primera Parte, página 167).
Cabe señalar que en los asuntos materia de pronunciamiento de los órganos colegiados, las
normas se reclamaron por su sola entrada en vigor, ya que en ningún caso se señaló un acto
concreto de aplicación.
Por tanto, acorde al punto de contradicción fijado en su oportunidad, resulta necesario
elucidar si las disposiciones reclamadas impactan en la esfera jurídica del gobernado por su
sola entrada en vigor, esto es, si se trata de normas autoaplicativas o no.
En relación con este tema, el Tribunal Pleno de esta Suprema Corte de Justicia de la Nación
emitió la tesis de jurisprudencia siguiente:
"LEYES AUTOAPLICATIVAS Y HETEROAPLICATIVAS. DISTINCIÓN BASADA EN
EL CONCEPTO DE INDIVIDUALIZACIÓN INCONDICIONADA. Para distinguir las
leyes autoaplicativas de las heteroaplicativas conviene acudir al concepto de
individualización incondicionada de las mismas, consustancial a las normas que admiten la
procedencia del juicio de amparo desde el momento que entran en vigor, ya que se trata de
disposiciones que, acorde con el imperativo en ellas contenido, vinculan al gobernado a su
cumplimiento desde el inicio de su vigencia, en virtud de que crean, transforman o extinguen
situaciones concretas de derecho. El concepto de individualización constituye un elemento de
referencia objetivo para determinar la procedencia del juicio constitucional, porque permite
conocer, en cada caso concreto, si los efectos de la disposición legal impugnada ocurren en
forma condicionada o incondicionada; así, la condición consiste en la realización del acto
necesario para que la ley adquiera individualización, que bien puede revestir el carácter de
administrativo o jurisdiccional, e incluso comprende al acto jurídico emanado de la voluntad
del propio particular y al hecho jurídico, ajeno a la voluntad humana, que lo sitúan dentro de
la hipótesis legal. De esta manera, cuando las obligaciones derivadas de la ley nacen con ella
misma, independientemente de que no se actualice condición alguna, se estará en presencia
de una ley autoaplicativa o de individualización incondicionada; en cambio, cuando las
obligaciones de hacer o de no hacer que impone la ley, no surgen en forma automática con su
sola entrada en vigor, sino que se requiere para actualizar el perjuicio de un acto diverso que
condicione su aplicación, se tratará de una disposición heteroaplicativa o de individualización
condicionada, pues la aplicación jurídica o material de la norma, en un caso concreto, se halla
sometida a la realización de ese evento." (Novena Época. Instancia: Pleno. Fuente:
Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Tomo VI, julio de 1997, tesis P./J. 55/97,
página 5).
Del criterio anterior se desprende que las leyes autoaplicativas se caracterizan por ser
disposiciones que acorde con el imperativo en ellas contenido, vinculan al gobernado a su
cumplimiento desde el inicio de su vigencia, en virtud de que crean, transforman o extinguen
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CONTRADICCIÓN DE TESIS 133/2004-SS.
situaciones concretas de derecho; en cambio, cuando las obligaciones de hacer o de no hacer
que impone la ley, no surgen en forma automática con su sola entrada en vigor, sino que se
requiere para actualizar el perjuicio de un acto diverso que condicione su aplicación, se
tratará de una disposición heteroaplicativa o de individualización condicionada.
A partir de las consideraciones anteriores, debe determinarse la naturaleza de las normas
reclamadas, las cuales establecen:
"Decreto mediante el cual se reforma el artículo 100 y se adiciona un tercer párrafo al artículo
102, del Reglamento de Tránsito del Distrito Federal.
"Primero. Se reforma el artículo 100 del Reglamento de Tránsito del Distrito Federal,
publicado en la Gaceta Oficial del Distrito Federal, el 30 de noviembre de 1999, para quedar
en la forma siguiente:
"Artículo 100. Ninguna persona podrá conducir vehículos por la vía pública, si tiene una
cantidad de alcohol en la sangre superior a 0.8 gramos por litro o de alcohol en aire expirado
superior a 0.4 miligramos por litro.
"Cuando se trate de vehículos de carga ligera sus conductores no deberán conducir con una
cantidad de alcohol en la sangre superior a 0.5 gramos por litro o de alcohol en aire expirado
superior a 0.25 miligramos por litro.
"Si se trata de vehículos destinados al transporte colectivo de pasajeros, privado de sustancias
tóxicas o peligrosas o de vehículos destinados a la prestación de transporte privado
especializado, sus conductores no deberán presentar ninguna cantidad de alcohol en la
sangre, en caso de presentar síntomas simples de aliento alcohólico, el conductor será
remitido al Juzgado Cívico correspondiente, si el médico de dicho juzgado constata el
consumo de alcohol se dará aviso de inmediato a la secretaría, para que ésta proceda de
conformidad con los artículos 47, fracción VII y 64, fracción I de la ley y demás
disposiciones jurídicas aplicables.
"Si se trata de vehículos destinados al transporte colectivo de pasajeros, privado de sustancias
tóxicas o peligrosas o de vehículos destinados a la prestación de transporte privado
especializado, sus conductores no deberán presentar síntomas simples de estar bajo el influjo
de enervantes, estupefacientes o sustancias psicotrópicas o tóxicas, el conductor será remitido
al Juzgado Cívico correspondiente, si el médico de dicho juzgado constata estos síntomas se
dará aviso de inmediato a la secretaría, para que ésta proceda de conformidad con los
artículos 47, fracción VII y 64, fracción I de la ley y demás disposiciones jurídicas aplicables.
"Cuando los agentes cuenten con dispositivos de detección de alcohol y otras sustancias
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CONTRADICCIÓN DE TESIS 133/2004-SS.
tóxicas, se procederá como sigue:
"I. Los conductores tendrán la obligación de someterse a las pruebas para la detección del
grado de intoxicación en el lugar;
"II. El agente entregará un ejemplar del comprobante de los resultados de la prueba al
conductor, inmediato a su realización; y
"III. El agente entregará un ejemplar del comprobante de los resultados de la prueba al Juez
Cívico ante quien sea presentado el conductor, documento que constituirá prueba fehaciente
de la cantidad de alcohol u otra sustancia tóxica encontrada y servirá de base en el dictamen
del médico legista para determinar el tiempo probable de recuperación.
"Segundo. Se adiciona un segundo párrafo al artículo 102 del Reglamento de Tránsito del
Distrito Federal, publicado en la Gaceta Oficial del Distrito Federal, el 30 de noviembre de
1999, para quedar en los términos siguientes:
"Artículo 102. ...
"Cuando con motivo de la violación a las disposiciones de este reglamento deba presentarse
alguna persona ante el Juez Cívico, cualquier elemento de la Policía Preventiva tendrá la
obligación de hacerlo, cumpliendo en todo momento con las disposiciones jurídicas y
administrativas aplicables.
"Transitorios
"Primero. El presente ordenamiento entrará en vigor a partir del día siguiente de su
publicación en la Gaceta Oficial del Distrito Federal.
"Segundo. Publíquese en la Gaceta Oficial del Distrito Federal.
"Dado en la residencia oficial del jefe de Gobierno del Distrito Federal, en la Ciudad de
México, a los treinta días mes de agosto del año dos mil tres. El jefe de Gobierno del Distrito
Federal, Andrés Manuel López Obrador. Firma. El secretario de Transportes y Vialidad,
Francisco Garduño Yañez. Firma. El secretario de Seguridad Pública, Marcelo Ebrard
Casaubon. Firma."
"Aviso del establecimiento del Programa de Control y Prevención de Ingestión de Alcohol en
Conductores de Vehículos en el Distrito Federal. Licenciado Marcelo Ebrard Casaubon,
secretario de Seguridad Pública del Distrito Federal, con fundamento en lo dispuesto por los
artículos 67 fracción XX del Estatuto de Gobierno del Distrito Federal; 1o., 15 fracción X y
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CONTRADICCIÓN DE TESIS 133/2004-SS.
16 fracción IV de la Ley Orgánica de la Administración Pública del Distrito Federal; 1o., 2o.,
4o. de la Ley de Seguridad Pública del Distrito Federal; 1o., 3o. fracciones I, IV, XIV, XV,
XVI, XVII, XIX y XXX, 4o., 8o. fracciones II, III y XIX, 24, 26 fracciones I, VII y IX y 27
fracciones I, III, IV y V de la Ley Orgánica de la Secretaría de Seguridad Pública; 1o. y 8o.
de la Ley de Transporte y Vialidad del Distrito Federal, y 99, 100, 101 y 102 del Reglamento
de Tránsito del Distrito Federal, y
"CONSIDERANDO
"Que la seguridad pública constituye una de las actividades esenciales del Gobierno del
Distrito Federal, cuyo objeto es el mantenimiento del orden público, la protección de la
integridad física y el patrimonio de las personas, la prevención de delitos e infracciones a los
ordenamientos gubernativos, de justicia cívica y de policía, la colaboración en la persecución
e investigación de los delitos y el auxilio de la población en caso de siniestros o desastres.
"Que de acuerdo con las estadísticas de mortandad en el Distrito Federal, el 47% por ciento
de los fallecimientos que se registraron en el 2002 con motivo de accidentes de tránsito,
estuvieron relacionados con conductores de vehículos en estado de ebriedad, cuyo proceder
irresponsable en la generalidad de los casos ha tenido consecuencias desfavorables para
terceros.
"Que el Gobierno del Distrito Federal a través de la Secretaría de Seguridad Pública y en
pleno ejercicio de sus atribuciones y facultades, ha considerado oportuno establecer un
programa de control y prevención de ingestión de alcohol, aplicable de manera aleatoria a
conductores de vehículos en todas sus modalidades que circulan en esta ciudad, con el fin de
salvaguardar la integridad física de las personas y de sus bienes, preservar el orden público y
la vialidad en la capital del país. Por lo anterior he tenido a bien expedir el siguiente:
"Aviso del establecimiento del Programa de Control y Prevención de Ingestión de Alcohol en
Conductores de Vehículos en el Distrito Federal.
"Primero. Se informa a los habitantes del Distrito Federal que con la finalidad de
salvaguardar la integridad física y bienes de los conductores de vehículos, así como de sus
familias y terceros, preservar el orden público y la vialidad, se inicia el Programa de Control
y Prevención de Ingestión de Alcohol en Conductores de Vehículos en el Distrito Federal,
mismo que se aplicará preferentemente los fines de semana en horarios vespertino y
nocturno.
"Segundo. Los agentes de la Secretaría de Seguridad Pública procederán a detener la marcha
de vehículos de manera aleatoria y en puntos previamente designados que serán rotativos,
con el propósito de evitar que sus conductores circulen con un porcentaje de alcohol en la
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CONTRADICCIÓN DE TESIS 133/2004-SS.
sangre o en aire espirado, mayor al establecido en el artículo 100 del Reglamento de Tránsito
del Distrito Federal.
"Tercero. Una vez que el conductor haya detenido la marcha del automotor y se encuentre
estacionado en lugar seguro, será entrevistado por el agente de la autoridad para cerciorarse
que todo esté en orden y en el caso de mostrar signos de haber ingerido bebidas
embriagantes, el personal técnico comisionado por la Secretaría de Seguridad Pública lo
someterá al examen respectivo a través de los aparatos autorizados para este efecto, los cuales
realizan la medición del porcentaje de alcohol tanto cuantitativa como cualitativamente.
"Cuarto. La prueba de alcohol en aire espirado consistirá en solicitar al conductor del
vehículo que realice una exhalación profunda en la boquilla de plástico esterilizada, la cual
estará conectada al ‘Alcoholímetro’, instrumento de medición que permitirá determinar
cuantitativa y cualitativamente si se encuentra bajo el influjo de bebidas alcohólicas y el
grado de toxicidad. El procedimiento se realizará en condiciones de estricta higiene,
seguridad y control; las boquillas de plástico se utilizarán una sola vez y serán desechadas.
"Quinto. Una vez realizado el examen, el personal técnico de la Secretaría de Seguridad
Pública llenará y firmará conjuntamente con el conductor el documento oficial denominado:
formato de control y cadena de custodia para prueba de detección de alcohol en aire espirado,
mismo que deberá estar foliado y contener los datos de identificación necesarios que sirvan
de base a la autoridad competente para la aplicación de las sanciones que procedan;
posteriormente se depositará la prueba en un sobre que será cerrado en presencia del
conductor y se le entregará una copia del formato. En caso de que el conductor se niegue o no
sepa firmar, hará prueba plena la constatación de dos testigos de asistencia.
"Sexto. El programa se llevará a cabo de manera permanente, aleatoria y rotativa en las
vialidades del Distrito Federal, así como en las terminales, bases de servicio, cierres de
circuito y centros de transferencia modal del servicio de transporte público de pasajeros; bajo
estrictas medidas de confidencialidad, con el propósito de resguardar el factor sorpresa para
cumplir su objetivo.
"Séptimo. Para garantizar la transparencia, legalidad, imparcialidad y respeto de las garantías
y derechos fundamentales de los conductores, las células establecidas en cada uno de los
puntos de revisión estarán integradas por elementos operativos tanto masculinos como
femeninos, personal médico, personal de la Dirección Ejecutiva de Derechos Humanos de la
Secretaría de Seguridad Pública y becarios del Instituto Técnico de Formación Policial que
proporcionarán apoyo social y fungirán como testigos de asistencia.
"Sanciones
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CONTRADICCIÓN DE TESIS 133/2004-SS.
"De conformidad con lo establecido en la Ley de Transporte y Vialidad del Distrito Federal,
la Ley de Justicia Cívica del Distrito Federal y el Reglamento de Tránsito del Distrito
Federal, podrán aplicarse, entre otras las siguientes:
"1. Los conductores a quienes conforme al examen practicado se les detecte un porcentaje de
alcohol en la sangre o en aire espirado, mayor al establecido en el artículo 100 del
Reglamento de Tránsito del Distrito Federal, serán presentados ante el Juez Cívico para
efecto de que les aplique la sanción correspondiente conforme al artículo 102 del mismo
ordenamiento, la cual consiste en arresto inconmutable de 12 a 36 horas.
"2. Tratándose de conductores de vehículos de transporte público, privado, mercantil y
especializado, bastará únicamente que muestren aliento alcohólico para su presentación
inmediata ante el Juez Cívico a efecto de que se aplique la sanción señalada en el párrafo que
antecede.
"3. Independientemente de la sanción establecida en el punto anterior, en el caso de
conductores del servicio público, privado, mercantil y especializado de transporte, la
Secretaría de Seguridad Pública remitirá el vehículo al depósito vehicular en términos del
artículo 158 fracción VIII de la Ley de Transporte y Vialidad y aplicará la sanción que prevé
el numeral 156 fracción IX del mismo cuerpo normativo, consistente en multa de 350 a 450
días de salario mínimo general vigente tratándose de transporte de pasajeros y multa de 250 a
350 días de salario mínimo general vigente si se trata de transporte de carga.
"4. Los conductores que se nieguen a ser sometidos a la prueba de detección de alcohol, serán
de inmediato puestos a disposición del Juez Cívico para la aplicación de las sanciones que
procedan, sin perjuicio de su posterior remisión al agente del Ministerio Público por la
posible comisión del delito de desobediencia o resistencia de particulares.
"5. La Secretaría de Seguridad Pública implementará una base de datos para el registro de
infracciones derivadas de la aplicación del programa, la cual enviará semanalmente a la
Secretaría de Transportes y Vialidad con el propósito de que en caso de reincidencia, proceda
a la revocación de las concesiones o permisos para la prestación del servicio de transporte
público, privado, mercantil y especializado de transporte, o a la cancelación de la licencia de
conducir, conforme a lo dispuesto en los artículos 47 fracción VII, 64 fracción I y 157 de la
Ley de Transporte y Vialidad.
"...
"Transitorios
"Primero. El presente acuerdo entrará en vigor a partir del día siguiente de su publicación en
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CONTRADICCIÓN DE TESIS 133/2004-SS.
la Gaceta Oficial del Distrito Federal.
"Segundo. Publíquese además en dos de los diarios de mayor circulación en el territorio del
Distrito Federal.
"Dado en la residencia oficial de la Secretaría de Seguridad Pública del Distrito Federal, en la
Ciudad de México, a los nueve días del mes de septiembre del año dos mil tres.
"El secretario de Seguridad Pública del Distrito Federal. Licenciado Marcelo Ebrard
Casaubon."
Respecto de las disposiciones anteriores, el Cuarto Tribunal Colegiado sostiene que:
"... no es correcta la determinación del a quo consistente en que los dispositivos normativos
impugnados tienen el carácter heteroaplicativos, por el hecho de que para la actualización de
las hipótesis que contienen es indispensable que el quejoso tenga en su sangre un porcentaje
de alcohol mayor al permitido por el Reglamento de Tránsito del Distrito Federal, que sea
detenido por los agentes de la Secretaría de Seguridad Pública del Distrito Federal, en
aplicación al programa que impugnó, que dichos servidores públicos cuenten con los aparatos
autorizados para la práctica de los exámenes, y que se le aplique una sanción administrativa.
"En efecto, debe considerarse, en principio, que el programa de que se trata, emitido entre
otros preceptos normativos con fundamento en los artículos 100 y 102 del Reglamento de
Tránsito del Distrito Federal, se aplica a todos los conductores de automotores que circulan
en el Distrito Federal, esto es, que los agentes policiacos tienen atribuciones para detener a
cualquier persona que transite en un vehículo con motor en esta ciudad, sin que para ello sea
necesario que el gobernado tenga en su sangre un porcentaje de alcohol mayor al permitido
por el reglamento en cita y que por ese motivo se le aplique una sanción administrativa, pues
esas circunstancias únicamente pueden verificarse con posterioridad a la detención de la
persona y a la práctica del examen correspondiente ..."
Como puede verse, se afirma que las normas en cuestión son autoaplicativas, ya que "se
aplican a todos los conductores de automotores que circulan en el Distrito Federal", es decir,
que dicho órgano colegiado sostiene que por su sola entrada en vigor crean, transforman o
extinguen situaciones concretas de derecho.
Del análisis de las disposiciones de que se trata, se advierte que el Reglamento de Tránsito
del Distrito Federal y del Aviso del establecimiento del Programa de Control y Prevención de
Ingestión de Alcohol en Conductores de Vehículos en el Distrito Federal, contemplan los
siguientes supuestos:
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CONTRADICCIÓN DE TESIS 133/2004-SS.
• Los agentes de la Secretaría de Seguridad Pública procederán a detener la marcha de
vehículos de manera aleatoria y en puntos previamente designados que serán rotativos
(artículo segundo del aviso).
• Una vez que el conductor haya detenido la marcha del automotor y se encuentre
estacionado en lugar seguro, será entrevistado por el agente de la autoridad para cerciorarse
de que todo esté en orden (artículo tercero del aviso).
• En caso de mostrar signos de haber ingerido bebidas embriagantes, el personal técnico
comisionado por la mencionada secretaría, lo someterá al examen respectivo a través de los
aparatos autorizados para este efecto (artículo tercero del aviso).
• Los conductores tendrán la obligación de someterse a las pruebas para la detección del
grado de intoxicación en el lugar (artículo 100, párrafo quinto, fracción I, del reglamento).
• La prueba de alcohol en aire espirado consistirá en solicitar al conductor del vehículo que
realice una exhalación profunda en la boquilla de plástico esterilizada, la cual estará
conectada al "alcoholímetro", instrumento de medición que permitirá determinar cuantitativa
y cualitativamente si se encuentra bajo el influjo de bebidas alcohólicas y el grado de
toxicidad. El procedimiento se realizará en condiciones de estricta higiene, seguridad y
control; las boquillas de plástico se utilizarán una sola vez y serán desechadas (artículo cuarto
del aviso).
• Una vez realizado el examen, el personal técnico de la Secretaría de Seguridad Pública
llenará y firmará conjuntamente con el conductor el documento oficial denominado: formato
de control y cadena de custodia para prueba de detección de alcohol en aire espirado, mismo
que deberá estar foliado y contener los datos de identificación necesarios que sirvan de base a
la autoridad competente para la aplicación de las sanciones que procedan; posteriormente se
depositará la prueba en un sobre que será cerrado en presencia del conductor (artículo quinto
del aviso).
• El agente entregará un ejemplar del comprobante de los resultados de la prueba al
conductor, inmediato a su realización (artículo 100, párrafo quinto, fracción II, del
reglamento).
• En caso de que el conductor se niegue o no sepa firmar, hará prueba plena la constatación
de dos testigos de asistencia (artículo quinto del aviso).
• El programa se llevará a cabo de manera permanente, aleatoria y rotativa en las vialidades
del Distrito Federal, así como en las terminales, bases de servicio, cierres de circuito y
centros de transferencia modal del servicio de transporte público de pasajeros, bajo estrictas
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medidas de confidencialidad, con el propósito de resguardar el factor sorpresa para cumplir
su objetivo (artículo sexto del aviso).
De los supuestos anteriores se desprende con nitidez que la vigencia de las normas en
comento no crean, transforman o extinguen situaciones concretas de derecho, ya que para que
estos supuestos se materialicen es requisito indispensable que las autoridades de la Secretaría
de Seguridad Pública del Distrito Federal establezcan en los lugares que, de manera aleatoria
y rotativa, decidan, puestos de control para llevar a cabo la detención de los vehículos y
entrevista a los respectivos conductores, y a partir de estos eventos, se realicen los demás
supuestos previstos en las normas en comento.
En otras palabras, la detención por parte de los agentes policiacos para verificar el
cumplimiento de la obligación de no conducir automotores con alcohol en la sangre o en aire
espirado en niveles mayores a lo permitidos por el artículo 100 del Reglamento de Tránsito,
no surgen en forma automática con la sola entrada en vigor de las disposiciones reclamadas,
sino que para actualizar el perjuicio se requiere forzosamente de un acto diverso que es el que
condiciona su aplicación, a saber: el establecimiento del puesto de control para llevar a cabo
la verificación de la observancia de la norma, es decir, que se trata de disposiciones de
individualización condicionada.
Al respecto, es importante destacar que si bien los elementos de la Secretaría de Seguridad
Pública cuentan con atribuciones para llevar a cabo la verificación que autoriza el
reglamento, lo cierto es que mientras no se ejerzan esas facultades no existe ninguna
afectación a la esfera jurídica de los gobernados, pues el solo establecimiento de las
atribuciones no generan ninguna obligación para aquéllos.
El señalamiento anterior se aprecia con mayor claridad al tenerse en cuenta que incluso
pueden no llegar a ejercerse tales facultades, es decir, que nunca se materialicen, con lo cual
se pone de manifiesto que mientras no exista un acto concreto de aplicación, la norma no
genera ningún impacto en la esfera jurídica del gobernado.
En consecuencia, debe concluirse que las normas examinadas revisten el carácter de
heteroaplicativas.
Al caso resultan aplicables, por identidad de razón, las tesis jurisprudenciales del tenor
siguiente:
"BEBIDAS ALCOHÓLICAS. LOS ARTÍCULOS 16 AL 25, 40 AL 46 Y 54 AL 58 DE LA
LEY QUE REGLAMENTA SU VENTA, DISTRIBUCIÓN Y CONSUMO, REQUIEREN
DE UN ACTO CONCRETO DE APLICACIÓN PARA CAUSAR PERJUICIO A LOS
GOBERNADOS (LEGISLACIÓN DEL ESTADO DE TABASCO, VIGENTE A PARTIR
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DEL 11 DE FEBRERO DE 1996). Los artículos 16 al 25, antes citados, regulan la solicitud
de licencias para el funcionamiento de establecimientos destinados a la venta y distribución
de bebidas alcohólicas en el Estado de Tabasco, los requisitos y trámites de esa petición, así
como las condiciones y plazos para la expedición de la licencia respectiva, su vigencia,
revocación y revalidación; por su parte, los artículos 40 al 46 de la propia ley establecen los
actos u omisiones que, para efectos de esa legislación, se reputan como infracciones
relacionadas con los establecimientos, venta, distribución y consumo de bebidas alcohólicas
en el propio Estado, así como las sanciones correspondientes; por otro lado, los artículos 54
al 58 del referido ordenamiento legal prevén hipótesis delictivas vinculadas con la venta y
distribución de bebidas alcohólicas, las penas respectivas que son de naturaleza corporal y
pecuniaria, y la medida de seguridad consistente en el decomiso de la mercancía. Por el
contenido de las hipótesis que tales disposiciones legales establecen, es patente que no causan
perjuicio a los gobernados por su sola entrada en vigor, sino que requieren de un acto
concreto de aplicación para que se actualice el perjuicio y, por ende, revisten el carácter de
heteroaplicativas. En efecto, respecto de los primeros numerales en cita, las exigencias que
establecen se actualizan cuando los interesados acuden ante la autoridad administrativa
correspondiente a efectuar la solicitud de licencia o revalidación de la misma; respecto de los
preceptos señalados en segundo y tercer lugares, la simple existencia legal de supuestos de
infracciones administrativas y de delitos relacionados con la venta y distribución de bebidas
alcohólicas, no afecta la esfera jurídica de los particulares, pues ello depende de que éstos
incurran en los ilícitos, así como de la actividad de las autoridades correspondientes, para que
se generen consecuencias que involucren al respectivo particular. Por lo tanto, siendo los
aludidos dispositivos de naturaleza heteroaplicativa, si no se acredita un acto concreto de
aplicación, procede sobreseer, respecto de ellos, en el juicio de garantías." (Novena Época.
Instancia: Pleno. Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Tomo VI,
septiembre de 1997, tesis P./J. 61/97, página 64).
"CÓDIGO FISCAL DE LA FEDERACIÓN. LOS ARTÍCULOS 91-A Y 91-B,
ADICIONADOS MEDIANTE DECRETO DE REFORMAS, PUBLICADO EN EL DIARIO
OFICIAL DE LA FEDERACIÓN EL 31 DE DICIEMBRE DE 1998, TIENEN EL
CARÁCTER DE NORMAS HETEROAPLICATIVAS. Los preceptos mencionados son de
naturaleza heteroaplicativa, puesto que por su sola vigencia no causan perjuicio a la parte
quejosa, sino que es necesario un acto posterior de aplicación para que se acredite el agravio
personal y directo, pues el artículo 91-A define la conducta constitutiva de una infracción, al
establecer que se configura cuando el contador público que dictamine estados financieros, no
observe en su informe la omisión de contribuciones recaudadas, retenidas, trasladadas o
propias del contribuyente; a su vez, el artículo 91-B señala la sanción que debe imponerse por
la comisión de aquella conducta; por lo tanto, de la sola vigencia de dichas disposiciones no
deriva afectación a situaciones concretas de derecho, sino que se requiere de un acto de
aplicación, a saber, la emisión de una resolución de autoridad en la que se imponga una multa
al haberse cometido la infracción." (Novena Época. Instancia: Segunda Sala. Fuente:
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Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Tomo XI, febrero de 2000, tesis 2a./J.
6/2000, página 39).
Una vez que se ha definido que las disposiciones en comento tienen el carácter de
heteroaplicativas, es evidente que si se reclaman por su sola entrada en vigor y no por un acto
concreto de aplicación, el juicio de amparo resulta improcedente y, por tanto, debe decretarse
el sobreseimiento.
Sobre el particular, resultan aplicables las siguientes tesis jurisprudenciales:
"LEYES HETEROAPLICATIVAS QUE NO CAUSEN PERJUICIO AL QUEJOSO. EL
AMPARO ES IMPROCEDENTE EN TÉRMINOS DEL ARTÍCULO 73, FRACCIÓN
XVIII, EN RELACIÓN CON EL 114, FRACCIÓN I, A CONTRARIO SENSU, AMBOS
DE LA LEY DE AMPARO. Conforme a la técnica del juicio de garantías, para analizar el
aspecto sustantivo de una norma, con motivo de su primer acto de aplicación, debe existir
como presupuesto que la misma haya irrumpido en la individualidad de un gobernado, al
grado de ocasionarle un agravio en su esfera jurídica, ya sea que se le aplique formal o
materialmente, de manera escrita o de hecho, pues basta que dicho ordenamiento materialice
sus efectos en el mundo fáctico y altere el ámbito jurídico de la persona, para que se estime
aplicada. De no ser así, la ley reclamada no causa perjuicio y el amparo resulta improcedente,
de conformidad con el artículo 73, fracción XVIII, ésta en concordancia con el artículo 114,
fracción I, a contrario sensu, de la ley de la materia." (Novena Época. Instancia: Segunda
Sala. Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Tomo VII, marzo de 1998,
tesis 2a./J. 12/98, página 323).
"LEYES HETEROAPLICATIVAS. SI SE IMPUGNAN POR SU PRETENDIDA
APLICACIÓN Y NO POR SU APLICACIÓN CONCRETA, EL JUICIO DE AMPARO
RESULTA IMPROCEDENTE. Si se reclama la expedición, promulgación y publicación de
una ley porque con base en ella se pretende cobrar a la quejosa determinados derechos, aun
cuando los actos de las autoridades se hayan tenido por presuntivamente ciertos, si no se
señala el acto de aplicación, sino simplemente se expresa que las ejecutoras tratan de aplicar
la ley, como no se impugna propiamente el mencionado cuerpo legal por su aplicación
concreta al caso especial de la quejosa, sino por su pretendida aplicación, sin que ésta se haya
demostrado, debe sobreseerse en el juicio." (Novena Época. Instancia: Segunda Sala. Fuente:
Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Tomo VII, enero de 1998, tesis 2a./J. 76/97,
página 374).
"LEYES HETEROAPLICATIVAS. SI SE RECLAMAN POR ACTOS INMINENTES Y
NO POR ACTOS CONCRETOS YA REALIZADOS, ES IMPROCEDENTE EL JUICIO
DE AMPARO. Para que la acción constitucional sea procedente en contra de leyes
heteroaplicativas, o sea, en relación con las que se impugnan por haber existido un acto
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concreto de aplicación en perjuicio del quejoso, es necesario que se demuestre la existencia
misma de dicho acto de aplicación, relacionado con la fecha de presentación de la demanda y,
por ende, no basta la inminencia de la aplicación de la ley para que el amparo sea procedente,
ya que la referida inminencia no actualiza o concreta el perjuicio en la esfera jurídica del
gobernado de manera real y actual, lo cual constituye requisito indispensable de procedencia
del juicio de garantías, sino que sólo genera la presunción de que tal aplicación ha de
realizarse, sin conocerse circunstancias de tiempo, modo y lugar de ejecución, lo que impide
constatar la existencia misma del perjuicio." (Novena Época. Instancia: Segunda Sala.
Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Tomo VII, enero de 1998, tesis
2a./J. 77/97, página 382).
Por todo lo expuesto, la tesis que debe prevalecer es la sustentada por esta Segunda Sala, que
de acuerdo con lo dispuesto por el artículo 195 de la Ley de Amparo, debe regir con carácter
jurisprudencial, del rubro y texto siguientes:
ALCOHOLÍMETRO. LAS NORMAS CONTENIDAS EN EL DECRETO QUE REFORMA
Y ADICIONA, RESPECTIVAMENTE, LOS ARTÍCULOS 100 Y 102 DEL
REGLAMENTO DE TRÁNSITO, Y EL AVISO DEL ESTABLECIMIENTO DEL
PROGRAMA DE CONTROL Y PREVENCIÓN DE INGESTIÓN DE ALCOHOL EN
CONDUCTORES DE VEHÍCULOS, AMBOS DEL DISTRITO FEDERAL, PUBLICADOS
EN LA GACETA OFICIAL DE LA ENTIDAD EL 18 DE SEPTIEMBRE DE 2003, NO
SON RECLAMABLES EN AMPARO POR SU SOLA ENTRADA EN VIGOR. Las normas
contenidas en el decreto y aviso citados, no crean, transforman o extinguen situaciones
concretas de derecho al iniciar su vigencia y, por ende, no pueden reclamarse en amparo en
ese momento, pues para que se materialicen sus efectos es requisito que las autoridades de la
Secretaría de Seguridad Pública del Distrito Federal establezcan de manera aleatoria y
rotativa puestos de control para llevar a cabo la detención de los vehículos en los lugares que
decidan, así como la entrevista a los respectivos conductores. Lo anterior es así, porque la
detención por parte de los agentes policiacos para verificar el cumplimiento de la obligación
de no conducir vehículos automotores con alcohol en la sangre o en aire espirado en niveles
mayores a los permitidos por el artículo 100 del Reglamento de Tránsito del Distrito Federal,
no se concreta en forma automática con la sola entrada en vigor de las disposiciones
mencionadas, sino que para actualizar el perjuicio se requiere de un acto diverso que es el que
condiciona su aplicación, a saber: el establecimiento del puesto de control para llevar a cabo
la verificación de la observancia de la norma, es decir, se trata de disposiciones
heteroaplicativas impugnables en amparo con motivo del primer acto de aplicación. Además,
si bien los elementos de la Secretaría de Seguridad Pública cuentan con atribuciones para
llevar a cabo la verificación que autoriza el mencionado reglamento, mientras éstas no se
ejerzan, no existe afectación alguna a la esfera jurídica de los gobernados, pues su solo
establecimiento no les genera ninguna obligación.
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CONTRADICCIÓN DE TESIS 133/2004-SS.
Por lo expuesto y fundado, se resuelve:
PRIMERO. Sí existe contradicción de tesis entre las sustentadas por el Primer y Cuarto
Tribunales Colegiados en Materia Administrativa del Primer Circuito.
SEGUNDO. Debe prevalecer con el carácter de jurisprudencia, el criterio que en esta
resolución se sustenta.
Notifíquese; remítase de inmediato al Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta la
tesis de jurisprudencia que se sustenta, hágase del conocimiento de los Tribunales Colegiados
de Circuito de la República, para los efectos establecidos en el artículo 195 de la Ley de
Amparo, y envíese copia de esta ejecutoria a los Tribunales Colegiados participantes; en su
oportunidad, archívese el expediente como asunto concluido.
Así lo resolvió la Segunda Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, por unanimidad
de cinco votos de los señores Ministros Margarita Beatriz Luna Ramos, Genaro David
Góngora Pimentel, Sergio Salvador Aguirre Anguiano, Guillermo I. Ortiz Mayagoitia y
presidente Juan Díaz Romero.
Fue ponente el Ministro Guillermo I. Ortiz Mayagoitia.
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