Bagés N, Feldman L. Chacón G. Patrón de conducta tipo A y reactividad cardiovascular en gerentes. Salud Publica Mex 1995;37:47-56. Bagés N, Feldman L, Chacón G . Type A behaviour and cardiovascular reactivity among bussiness managers. Salud Publica .Mex 1995;37:47-56. RESUMEN ARSTRACT Con el objeto de establecer la relación cntre el patrón de conducta tipo A (PCTA) y la reartividad caizliovascular en el ambiente laboral natural. se llevó a cabo un estudio en un grupo de directivos (46 hombres y seis mujeres) de una importante empresa, en quienes se evaluó la presencia del PCTA como factor dcl riesgo para enfermedades cardiovasculares. Asinzismo, se evaluó la presión arteria1 sistólica (PAS)y diastálica ( P A D ) y la frecuencia cardiaca ( F C ) ante estínlulos cogilitivos estresantes. Se estimaron también las hábitos de vida asociados con el riesgo cardiovascular (sedentarismo, tabaquismo, consumo d~ alcohol y obesidad) y otros factores biológicos relevantes (antecedentesfamiliares, antecedentes personales, colesterol, triglicéridos e historia de hipertensicín). Los resultados mostraron que las tarcas de tipo cognitivo como razodentro namiento abstracto ( R A ) y aritmética mental (ARI), del ambienta laboral, producen una actividad sicqnificativa en las tres rned~das cardiovasculares ulilizadas y en la medida de la percepción subjetiva de tensión.La mayoría de los purt~cipantesalcanzó valores pico de la FC y de la PAS durante la tarea de ARI, mientras que /a PAD estuvo activada en /a tareu de RA. La PAS fue significativamente más alta al momento de iniciar la sesicín, en contraste a la observada du- Witli the purpose of studying the relationship behvecn type A behaviour pattern ( T A B P ) and cardiovuscular reactivity in the natural work envir-onment, the presente of ~ p Ae, heart rate ( H R ) and systolic and dias~olic blood pressure (SBP, B R P ) during two cognitive tasks were evaluated in a group of bussiness managers (46 men and six women) of a large organization. Hahits associated with cardiovascular- risk (sedentarism,snloking, alcohol consumption and obesity) as well as other hiological rish factors (familiar and personal histor-y of card~ovascularproblems, cholesterol and tiygliceridc level) were also assessed. On results showed that when solving cognitive tasks -ahstract reasoning ( A R ) and menral arithme~ics(MA)- within thc work environment, these stirnuli produced n significant reactivity in heart rate, SBP and DBP and also in a subjective measure of stress The rnajorio of participants reachedpeak values of HR and SRP during the M A task, whereas DRP was mostly activated during the AR task. SBP was significantly highei at the heginning of the experinlental session than during the resting periods or between tasks, and H R at the beg~nniiigof the session, was assoc~ated with the leve1 of performance. Type A's and 3's differed in their SBP taken lust hefore leaving the session. These results indicatc the imporlance of takiiig * Trabajo presentado en el 11 Congreso Internacional Luiini Dies. Barcelona. España, 1991 ( 1 ) Departamento de Ciencia y Tecnologia del Comportamiento. Universidad Simón Bolívar, Venezuela. Fecha de recibido: 6 de julio de 1994 ENERO-FEBRERO DE 1995. VOL. 37. No. I Fecha de aprobado: 7 de diciembre de 1994 rante los periodos de reposo. y la FC al inicio estuvo asociada significativamente con la ejecución de ambas tareas. Los participantes tipo A sr diferenciaron de los tipo B en la PAS tomada al finalizar la s e s h experimental. Estos resultados indican la importancia de tomar en cuenta, además de la línea base de reposo, los periodos de llegada previos a la manipulación experimenta[. En reiarión a la frecuencia del PCTA, se encontró una alta proporción de este tipo de conductas dentro +delgrupo laboral evaluado (85%). as; como dr sedentarismo y consumo de alcohol, por un lado, y antecedentes familiares por el otro. Se encontró también que una alta proporción de los part~cipantes tenía más de dos factores biológ~cosde riesgo o hábztos asociados con el riesgo cardiovascular. Los tipo A y los tipo B se difereizciaron en los antecederitev personales e hipertensión, siendo los tipo A los más desfavorecidos. El redurido número de tipos B no permitió extraer otras conclus~ones. irzto acrounl, asidefrom the resting measures, the entering and kaving periods of an experimental session. A very high proportion o? the subjects srudied were classified on type A behaviour (85%). Sedentarism, alcohol consumption and family history were also more fiequent in this group. A very high proportion of participants had more than two hiolo~icalrisk factors or habits assoíiated with cardiovascular risk. A's and B's were significantly different in personal history and hypertension. berng A's at higher risk. The reduced number of type E's in this group did not allow further conclusions. Palnhras clave: tipo A, reactividad cardiovascular, presión iirterial. frecuencia cardiaca. gerencia Key words: type A. cardiovascularreactivity, blood pressure, heart rate, management Solicitud de sobretiros: Profa. Nuri Bagés. Departamento de Ciencias y Tecnologiii del Comportamiento. Universidad Simón Bolívar. Edificio de Estudios Gencrales, 3er. piso. Valle Sartencjas. Baruta, Apartado Postal 89000. Caracas, Venezuela. E L PAPEL DE los factores de riesgo tradicionales -colesterol, hipertensión y tabaquism* en el desarrollo de las enfermedades cardiovasculares (ECV), comenzó a ser cuestionado a mediados de los años cincuenta, debido a que éstos no podían explicar el rápido incremento de la enfermedad en el siglo XX, ni su distribución geográfica en el rn~nd0.l.~ La hipótesis de que podían existir características individuales que favorecieran la aparición de problemas cardiovasculares, y más específicamente de enfermedades coronarias, surgió de las observaciones clínicas de los cardiólogos Friedman y Rosenman,' quienes describieron un patrón de conducta que parecía ser común a sus pacientes y el cual no se observaba en aquéllos que no tenían ECV. Este estilo conductual, denominado patrón de conducta tipo A (PCTA) comprende, en líneas generales, características tales como impaciencia, alta competitividad y mo~ivación al logro, hostilidad en la comunicación, habla rápida, tensión en la musculatura facial y gesticulación b r u s ~ a , ~así ~ ' como una actitud alerta, estilo vocal rhpido y enfático y ritmo acelerado de actuación; además, respuestas emocionales de irritabilidad, hostilidad y un potencial elevado para la manifestación de irritabilidad, rabia y male~tar.~ Las características del PCTA destacan más en el medio laboral, donde el reto implícito y el estrés en general proporcionan el medio adecuado para que los individuos tipo A despliegen su estilo conductual ~articular.~.~ Las vías a través de las cuales los factores emocionales o los estilos conductuales específicos pueden llegar a causar daños orgánicos, han sido ampliamente investigadas. En el caso particular de la relación entre el estilo conductual del tipo A y la aparición de enfermedades coronarias, una de las hipótesis que se ha manejado por BAGÉS N Y COL. más tiempo y que ha sido más exhaustivamente investigada, es la de la hiperreactividad del sistema cardiovascular ante estímulos específicos. Esto significa que en presencia de estímulos definidos como estresantes, los tipo A muestran un aumento de distintos indicadores de actividad cardiovascular, como por ejemplo la presión arterial (PA) y la frecuencia cardíaca (FC),' la vasodilatación en músculos esqueléticos de antebrazo y el aumento de epinefrina en plasma.# La variabilidad de la PA es más elevada en personas con PCTA al realizar tareas de tipo congnitivo y en las que implican reto^.^-'^ En hombres jóvenes y adultos hay hiperreactividad cardiovascular y neurohormonal ante tareas cognitivas de tipo matemático." Por otra parte, también se ha encontrado que los tipo B tienen una hiperreactividad ante estímulos que provocan una respuesta alfaadrenérgicaivagal (estímulo frío), lo cual podría explicar su reducido riesgo cardiovascular en relación a los tipo A.I2 Se piensa que este tipo de respuesta exagerada, al ser mantenida en el tiempo en condiciones naturales, puede llevar a daños estructurales de las arterias coronarias a través de un aumento de las catecolaminas en plasma, lo cual llevaría a la formación de ateromas y a un subsiguiente estrechamiento del lumen arterial.I3También se ha propuesto que esa hiperreactividad mantenida lleva, progresivamente, a mayores niveles de presión arterial en reposo.14 Existe una vasta literatura donde se discuten las distintas hipótesis acerca de la evidencia de la relación entre la reactividad y la aparición de problemas cardiovasculares, pero este punto escapa a los objetivos de este trabajo. Unicamente se señalará que se mantiene una fuerte controversia entre aquéllos que favorecen la hipótesis de La reactividad y los que no la encuentran satisfactoria. Estos desacuerdos justifican el continuar llevando a cabo investigaciones que aporten elementos para resolver el dilerna.l.I5 Uno de los puntos mas controversiales en esta discusión es la relación entre la reactividad medida en el laboratorio y la evaluada en condiciones naturales. Las preguntas que se formulan son: ¿la reactividad de un individuo en una tarea de laboratorio refleja la forma como éste reacciona en su vida diaria, en condiciones naturales? y Les esa reactividad un factor de riesgo cardiovascular? De acuerdo a Rosenman4 "...la respuesta de presión arterial inducida por factores conductuales dentro ENERO-FEBRERO DE 1995, VOL.37. NO.1 del laboratorio no contribuye a la patogénesis de la hipertensión". A pesar de las dificultades para llevar a cabo investigaciones en el medio natural, en el área de reactividad cardiovascula~es necesario continuar buscando soluciones metodológicas que permitan una adecuada evaluación fisiológica y conductual. En esta investigación se llevaron a cabo registros cardiovasculares dentro de un ambiente laboral, durante la resolución de problemas de tipo cognitivo. En este estudio se abordarán principalmente dos aspectos: por una parte. la evaluación del PCTA en un grupo social específico, como los directivos de una empresa, dentro de una cultura donde no había sido evaluado con anterioridad, describiendo también los factores de riesgo y hábitos de vida relacionados con las enfermedades cardiovasculares en ese grupo y analizando las posibles relaciones del PCTA con esos factores. Por la otra parte, se evaluará la hiperreactividad cardiovascular como el posible proceso fisiológico que lleva en los individuos tipo A a la aparición de indicadores de problemas coronarios. El grupo de estudio estuvo compuesto por 62 integrantes de la presidencia, directiva y alta gerencia de una importante empresa en la zona metropolitana de Caracas. El promedio de edad de los participantes era de 50 años (rango 38-59 años). Diez personas se negaron a participar en el estudio; por lo tanto, el grupo final estuvoconstituido por 52 individuos (46 hombres y seis mujeres). El rechazo a participar se debió, en ocho de los casos, a la poca disponibilidad de tiempo. En un solo caso, un gerente manifestó expresamente no querer participar en este tipo de investigaciones. Todos ellos fueron informados acerca del estudio a través de la gerencia médica de la empresa. Dentro de este estudio se llevó a cabo la evaluación y registro de los siguientes aspectos: Patrón de condurtu tipo A: para la evaluación del PCTA se utilizó la Entrevista Estructurada (EE) Rosenman; con este instrumento se trata de propiciar en los entrevistados aquellas conductas que caracterizan al PCTA. La EE se basa en un guión compuesto por preguntas muy específicas a través de las cuales se evalúa el con- traba cuando el experimentador así lo indicaba, esto es, al transcurrir un minuto. La respuesta se anotó y se le pidió al participante que continuara hasta que se le volviera a preguntar, lo cual sucedió después de transcurrido otro minuto. Durante ambos conteos se tom6 un registro de la PAS, la PAD y la FC. Al finalizar ambas tareas y luego de comentar brevemente la sesión con el participante, se realizó un último registro de las variables cardiovasculares y el TT. Así, la sesión experimental estuvo constituida por seis fases; las medidas'tomadas en cada una fueron. Fase 1. Llegada: PAS 1, PAD 1, FC 1, TT I Fase 2. Reposo: PAS2, PAD2, FC2, TT2 Fase 3. RA: P A S ~ P. A D ~ F, C ~ P, A S ~ F, C ~ T, T ~ Fase 4. Periodo entre-tareas: PASS, PADS, FC5 Fase 5. ARI: P A S ~P ,A D ~ F, C ~T. T ~ Fase 6. Salida: PAS7, PAD7, FC7, TT5 De los hábitos de vida asociados con riesgo cardiovascular evaluados, los participantes refirieron con mayor frecuencia el consumo de alcohol (51%), seguido por el sedentarismo (46%), el tabaquismo (28%) y, por último, el sobrepeso (18%) (figura 2). A través de ia EE se encontró que la mayor propoción de participantes fue evaluada como tipo A 1 (44%) y tipo A2 (41%), seguida por porcentajes mucho menores de los tipo X (9%) y los tipo B (6%). En relación a las diferencias entre los tipo A y los B en lo que a los factores de riesgo se refiere, se encontró que los tipo A mostraron más antecedentes personales que los B (p= 0.0391; Tau de Kendall= -.208). Por otra parte, se observó una diferencia significativa en hipertensión entre los tipo A y los B, siendo los A más hipertensos que los B (p= 0.0303; Tau= -.225). 5 factores de rie.igo 13% Es importante destacar que a los participantes no se les dieron instrucciones de suspender ingesta cafeínica o medicación alguna. Tampoco se controlaron variables ambientales de temperatura o humedad, como suele hacerse en las investigaciones de reactividad dentro del laboratorio. Como se mencionó anteriormente, se trató de evaluar la respuesta cardiovascular en condiciones lo más semejantes posibles a la rutina diaria de los participantes. RESULTADOS El grupo se describe con base en las proporciones de las variables de salud y tipo A encontradas. A continuación se presentan los resultados de ejecución en las dos tareas experimentales, en términos de tiempo de respuesta y número de respuestas correctas. Posteriormente se analizan los datos fisiológicos absolutos. la reactividad cardiovascular, los valores pico y la reactividad máxima. Finalmente, se realizan análisis de regresión múltiple entre las variables de ejecución y de reactividad cardiovascular. Para cada una de las variables se establecen las comparaciones entre los tipo A y los tipo B. El factor de riesgo más frecuente fue la presencia de antecedentes familiares, en 78% de los participantes, seguido por el colesterol (40%), la hipertensión (39%). los antecedentes personales (35%) y los triglicéridos (35%). Solamente el 8% del grupo informó no tener ninguno de los factores de riesgo evaluados (figura 1). ENERO-FEBRERODE 199.5. VOL. 37. No. 1 4 factores de riesgo 18 % re; 2 riesgo actor de riesgo 31 % 2 factores de riesgo FIGURA l. Porcentaje de participantes con 0, 1, 2, 3. 4 y 5 factores biológicos de riesgo (colesterol.triglicéndos,hipertensión, antecedentes familiares y antecedentes personales) 3 habitos de riesao 2 hábitos de riesg 30 % FIGURA 2. Porcentaje de par~icipantescon 0, 1.2.3 y 4 hábitos de riesgo (alcohol, tabaquismo, sobrepeso y sedentarisnio) Ejecución de las íareas experimeníales En relación a la ejecución en las dos tareas experimentales, no hubo diferencias significativas entre hombres y mujeres por lo que los resultados se presentan agrupados. En el cuadro 1 se muestran los correspondientes al razonamiento abstracto; al analizar la relación entre las respuestas acertadas y el tiempo en que éstas se emitían, se encontró que correlacionaban positivamente (r= .25, p= .0273). En otras palabras, aquellos participantes que se tomaban más tiempo para contestar, daban más respuestas correctas. En la tarea aritmética hubo 51% de respuestas correctas, con una inedia de operaciones (sustracciones) realizadas de 16.15 y una desviación estándar de 14.25; las respuestas incorrectas fueron 49% (%=19.1 1, DE= 8.10). Los participantes tipo A no se diferenciaron de los tipo B en el desempeño de las pruebas experimentales. El patrón de conducta no influyó, por lo tanto, en el número de respuestas correctas o en el tiempo para dar las respuestas. Variables cardrovasculares y termómetro de tensión Antes del análisis de las variables cardiovasculares, se realizó una comparación entre hombres y mujeres a fin de decidir si podían ser agrupados y se encontró que diferían significativamente en los valores absolutos de PAS y PAD, siendo los de los hombres más altos. Por lo tanto, el grupo femenino no se incluyó en el análisis de las variables fisiológicas y el hccho de ser sólo seis impidió tratamientos estadísticos por separado; sin embargo, se intentó una evaluación cualitativade esos datos, la cual se presenta posteriormente. El número de participantes en el análisis de los datos cardiovasculares fue, por lo tanto, de 46. Para evaluar la significancia de la activación psicofisiológica en las distintas fases de la sesión, se compararon el 'm, la FC, la PAS y la PAD en cada periodo utilizando Anovas de una vía. En los casos en que había diferencias significativas se realizaron comparaciones múltiples con la prueba de diferencias mínimas significativas modificada (Modifield Least Significant Differences= MO~LSD), para tomar en cuenta el hecho de que se realizaban varias comparaciones en el nivel de significancia. Los promedios de la percepción subjetiva de tensión, medida a través del en las diferentes fases de la sesión experimental, fueron diferentes [f (4 215)= 12,63; p< 0.0011. Se encontró que los niveles de Ilegada y durante las tareas fueron significativamente diferentes a los de reposo y del final. No hubodiferencias entre los tipo A y B en lo que al TT se refiere. En otras palabras, la evaluación subjetiva de las distintas fases de la sesión fue semejante para ambos tipos de pariicipantes (cuadro 11). Por otra parte, se encontraron diferencias estadísticamente significativas para las tres variables fisiológicas [PAS:F (5.257)= 7.78; p< 0.001; PAD: F (5.257)= 6.15; p<0.001; FC: F(5.252)= 9.49; p<0.001]. La PAS presentóniveles más altos durante las tareas, y además la fase de llegada se diferenció en forma significativa del reposo inicial, del reposo entre tareas y de la fase de salida. Los resultados de la PAD y la F c indican que los valores de estas variables durante los dos periodos de realizaciónde las tareas fueron significativamente mayores que los de llegada, reposo, descanso y salida. Así = CUADRO 1 Medidas descriptivas de ejecución durante la tarea de razonamiento abstracto Rango observado Tiempo de respuesta (seg) Número de respuestas emitidas Número de respuestas correctas 25.46 5.98 1.21 Rango posible las tareas experimentales fueron efectivas al producir una activación cardiovascular en este grupo, en las tres variables evaluadas. Además, la PAS reflejó la activación en el periodo de llegada a la sesión (cuadro 11). La reactividad cardiovascular se calculó aplicando la fórmula: Medida en c/fase - Medida en reposo x 100 Medida en reposo A trav&.de esie cálculo se tomó en consideración el nivel de Iínea base de cada uno de los participantes. También se evaluó la reactividad máxima, calculando el cambio mayor entre el reposo y cada una de las fases, a lo largo de toda la sesión. En el caso del n'se estimó igualmente el nivel de Iínea base (autopercepción de tensión al finalizar el periodo de reposo inicial) y la reactividad máxima durante toda la sesión experimental. La reactividad máxima en cada una de las fases de la sesión experimental se presenta en la figura 3, donde puede apreciarse que la mayoría de los participantes tuvo una mayor reactividad durante la ejecución de la prueba de ARI. Esto ocurrió en el caso de la FC, la PAS y también para el TT. Es interesante destacar que la reactividad máxima en la PAD ocurrió durante la ejecución de la tarea de RA. Llegada Termómetro de tensión (TT) (Rango: O- 10) Presicín arterial sistólica (PAS mm Hg) Presión arterial diastólica Reposo Regresión múltiple entre las variables cardiovasculares y de ejecución En relación a la FC durante la prueba de RA, se encontró que la mayor reactividad en la fase de llegada estaba asociada negativamente en forma significativa con el tiempo para responder (B= -.415, R2= .l72, p< .005). En otras palabras, A mayor activación inicial de la FC, menor era el tiempo de respuesta. En la tarea de ARI se encontró que, tanto !a PAD durante la ejecución de la misma, como la FC al momento de salir de la sesión, estuvieron positivamente relacionadas con el número de operaciones correctas realizadas (B= ,317,R2= ,078, p< .04; B= .490,R2=.240, p< .OOl, respectivamente). Diferencias entre tipo A y tipo B en las variables cardiovasculares A pesar del reducido número de participantes tipo B, se realizaron tentativamente Anovas para evaluar las diferencias entre éstos y los tipo A en las variables cardiovasculares; se encontró que diferían únicamente en la PAS en la medida tomada al finalizar las tareas. En esta fase los tipo A fueron más reactivos que los B Fase de la sesiún experimental Razonamiento abstracto Descanso Prueba aritmética salida 4.7b 145.1" (PAD mm Hg) 84.7" Frecuencia cardiaca (FC I ~ P ) 66Xa I I Letras distintas indican diferencias estadísticamentc significativas al nivel de significación alfa = 0.05 NE= No evaluado ENERO-FEBRERO DE 1995. VOL. 37, No. 1 53 Llegada Reposo FC R.A. PAS Entre-tareas VI. Salida PAD FIGURA 3. Porcentaje de participantescon reactividad máxima en cada Fase de la s e s i h . N= 46 El análisis descriptivo del grupo laboral evaluado -gerentes y directivos- mostró proporciones altas de factores de riesgo biológico y de hábitos de vida asociados al riesgo cardiovascular. Se destaca en especial el alto porcentaje de participantes con PCTA (85%). La proporción de participantes con más de dos factores de riesgo fue también importante. De hecho sólo un 8% no tenía factores biológicos de riesgo, mientras que 82% tenían uno o más. Con respecto a los hábitos de vida riesgosos, 20% carecían de ellos, mientras que 80% tenían uno o más. Lo anterior permite concluir que en este grupo laboral el riesgo cardiovascular es alto. Murzalh ha expresado que los gerentes viven más saludablemente y se sienten más sanos que otros grupos sociales, además de que su nivel socioeconómico es alto, lo cual está asociado a una mejor calidad de vida. Sin embargo, pareciera que los beneficios económicos también proporcionan el acceso a un número de elementos de riesgo para la salud. Al ser el promedio de edad de los participantes representativo de la mediana edad (50 años). estos hallazgos pueden ser considerados como preocupantes. En todo caso, refuerzan la noción de que el individuo con una alta competitividad, presión de tiempo y con características hostiles en algunos casos, es quien llegará a ocupar cargos directivos. Este patrón conductual se traduce en altos niveles de eficiencia beneficiosos para la organización y redunda en el reforzamiento de los métodos personales utilizados para lograrlo. Es el propio sistema el que refuerza y promueve la competencia, la hostilidad y la permanente búsqueda del éxito." Los patrones socioculturales, sin duda, juegan también un papel im- portante en el despliegue de conductas y estilos de afrontamiento dentro del medio laboral.'" En Venezuela. y como parte de una Iínea de investigación que se lleva a cabo en la Universidad Simón Bolívar, se realizaron recientemente dos estudios para evaluar el' PCTA en una muestra de 90 mujeres gerentes y oficinistas y en otra de 98 policía^.'^^'^ En el primero se encontró que la frecuencia de PCTA era de 53.33947, mientras que en el grupo de policías era de 34.69%. Los grupos de estudio son amplia y obviamente disímiles y así se reflejan las diferencias que pueden encontrarse en este patrón de conducta, dependiendo del sexo y del grupo laboral, social y cultural al cual pertenece un individuo. Los resultados obtenidos en el presente estudio, en el grupo de mujeres, pueden someterse a un análisis de tipo cualitativo informal. Las seis mujeres que participaron ocupaban, al igual que los hombres, cargos de alta gerencia en la empresa. Cinco de ellas fueron evaluadas como tipo A. La única gerente tipo B era la encargada de biblioteca y publicaciones de la organización, cargo cuyas funciones no parecen adaptarse mucho a las características personales de lbs tipo A. De las seis mu,jeres tipo A, sólo una estaba casada y ninguna tenía hijos. La participante tipo B estaba casada y tenía cuatro hijos. Es importante continuar evaluando en las mujeres estos aspectos en estudios futuros, ya que podrá apreciarse la importancia relativa o la prioridad que se le da a los aspectos laborales en relación a los familiares, los cuales podnan estar siendo percibidos como una interferencia para el logro de metas en el ámbito laboral. Las relaciones encontradas entre correlatos psicosociales y enfermedades coronarias2' dan más peso a esta necesidad. En relación a la reactividad cardiovascular, los resultados parecen indicar que se dio una especificidad de la respuesta cardiovascular ante las distintas fases de enfrentamiento a situaciones activadoras. En particular la activación inicial de la PAS, posiblemente reflejó las expectativas que los participantes tenían en relación a lo que se esperaba de ellos. Se han notificado hallazgos similares con anterioridad, señalándose que la reactividad es un constructo con dimensiones múltiples y que diferentes tareas y situaciones pueden provocar diversos patrones de respuesta f i s i o l ó g i c a . ' ~ o sresultados aquí encontrados apoyan esta noción, agregando la importancia que revisten los niveles iniciales de los individuos antes de ser sometidos a los periodos de reposo, que generalmente se toman conlo línea base. SALUD PUBLICA DE MÉXICO La activación inicial de la FC determinó el tiempo que necesitaban los participantes para responder en la primera prueba. Al tomar en cuenta que en la tarea de RA el tiempo en responder estuvo negativamente correlacionado con el número de respuestas correctas. pudiera afirmarse que esa activación inicial de la FC desfavoreció el nivel de actuación. Este resultado, en conjunto con la asociación encontrada entre la FC al salir y la ejecución en la tarea de ARI, apunta hacia la importancia de losniveles de entrada y salida de las variables fisiológicas, las Cuales pueden ser indicadores tan adecuados como los periodos de reposo y ejecución que generalmente se informan en la literatura. Por otra parte, la diferencia encontrada entre participantes tipo A y tipo B en la PAS, al finalizar la sesión, podría indicar que, si bien durante la reali~aciónde las dos actividades cognitivas los tipo A y los B no niostraron diferencias en su respuesta cardiovascular. probablemente su preocupación en relación a su actuación se reflejó en la activación de la PAS al momento de terminar la sesión. En los abundantes estudios de reactividad publicados, generalmente no se notifican los niveles de llegada o salida de los participantes y los resultados se basan sobre todo en las diferencias entre la línea base y las medidas durante la ejecución de las tareas. En este sentido, los resultados aquí presentados son acordes con hallazgos anterioresI2 donde los A y los B no difirieron en reactividad durante una tarea de aritmética mental, encontrando también que los B eran más reactivos que los A ante un estímulo frío (alfa-adrenérgico). Los autores concluyen que esto respalda la hipótesis de que los tipo A y los tipo B difieren en el balance autonómico, estando los tipo A más predispuestos a una respuesta beta-adrenérgica excesiva (como la que supuestamente produce una tarea de aritmética mental), mientras que los tipo B lo están a respuestas alfa-adrenérgicas. En una revisión de 45 estudios llevada a cabo por Myrtek Greenlee,2* se encontró que la única medida que diferenciaba a los tipo A de los tipo B eran los puntajes de cambio de la PAS. Otros autores también indican que las únicas diferencias encontradas entre los A y los B ante factores psicológicos estresantes, es en la mayor PAS y FC de los primeros en relación con los segundos.' Los resultados aquí presentados promueven la idea de que la reactividad de la PAS es una de las medidas que permiten discriminar a los A de los B, lo cual concuerda con los hallazgos de Myrtec y Greenlee.?2 ENERO-FEBRERO DE 1995, VOL. 37, No. 1 Es importante continuar con evaluaciones en situaciones naturales de tipo ambulatorio, donde se puede medir la actividad cardiovascular no sólo al enfrentar condiciones de estrés, sino también en los periodos previo y posterior.* Cabe m;ncionar que en varios estudios se ha encontrado que los A sí son más reactivos cardiovascularmente que los B. En una revisión llevada a cabo por Cinciripini2' se encontró que de 14 estudios revisados, 10 mostraban que los tipo A eran más reactivos que los tipo B. Señala Cinciripini que las diferencias en los estudios pueden deberse a diversos instrumentos de clasificación, tipo de tarea. tipo de participantes, o a que sólo un subgrupo de A es el más reactivo. La proporción de B era muy inferior a los A y esto podría limitar la potencia de la hipótesis de investigación. A pesar de esto, se encontraron resultados significativos utilizando una metodología de análisis conservadora. Además, las pruebas estadísticas utilizadas toman en cuenta el tamaño reducido de la muestra. Así, los resultados significativos deben tener una alta consistencia. La hipótesis de una mayor reactividad cardiovascular en los individuos tipo A ante tareas cognitivas, no se ve respaldada en este estudio y, por tanto, no pareciera ser el proceso patogénico implicado en los problemas de tipo coronario en ese tipo de personas. La reactividad puede ser considerada como una respuesta natural adaptativa del organismo ante situaciones evaluadas como estresantes4 Sin embargo, los hallazgos en relación la PAS al finalizar la sesión indican que deben continuase explorando las diferencias en medidas cardiovasculares específicas durante momentos distintos a la ejecución de tareas cognitivas y/o estresantes en la rutina diaria, por ejemplo, durante esperas o ante expectativas de distinto tipo. Esta investigación se llevó a cabo con la valiosa colaboración de la licenciada Yelena Yañes. * Wnwick-EvansL.(Univcrsity of Southainpton) y iMoi~isP. (Universily oT Porlsmouth). 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