SOCIEDAD URUGUAYA DE CARDIOLOGÍA Las mujeres con síndromes coronarios agudos reciben menos intervenciones en la fase aguda que los hombres en una población argentina La cardiopatía isquémica es la principal causa de morbimortalidad en los países industrializados, tanto en hombres como en mujeres. En nuestro país, los datos de la Comisión Honoraria para la Salud Cardiovascular del año 2011(1), muestran que la enfermedad isquémica del corazón es la segunda causa de muerte cardiovascular de la mujer, responsable del 22 % de las mismas; luego de las enfermedades cerebro vasculares. Las mujeres con síndromes coronarios agudos en general se presentan más tardíamente a la consulta hospitalaria, tienen sintomatología diferente, con dolores atípicos, fatiga, disnea, náuseas o vómitos. Son estudiadas y tratadas sub utilizando las guías basadas en la evidencia. Hasta el momento actual las explicaciones de estas diferencias son especulativas, e incluyen la percepción distinta al dolor, mayor edad, la presencia de otras comorbilidades, así como factores vinculados a los médicos tratantes y sistemas de salud(2). Las mujeres tienden a subestimar a las enfermedades cardiovasculares como principal causa de muerte, dándole baja importancia relativa a las mismas. La encuesta de “percepción de la enfermedad cardiovascular de la mujer por la mujer” realizado en mujeres montevideanas en el año 2013, mostró que mientras que el 62 % de las mujeres eligió como primer causa de muerte al cáncer, el 12% consideró como primer causa a las enfermedades cardiovasculares(3). En este artículo de la Revista Argentina de Cardiología, Barros y colaboradores presentan los resultados del estudio GRACE en una población argentina. Es un estudio de diseño de observación, realizándose un análisis post-hoc, en el cual se evaluó la cohorte de 6.772 pacientes de 6 centros, de los cuales 2.027 eran mujeres. Se discute en profundidad los métodos diagnósticos y terapéuticos durante la etapa hospitalaria, así como el seguimiento a dos años. Las mujeres fueron significativamente mayores, con mayor prevalencia de hipertensión arterial e insuficiencia cardíaca. Tuvieron similares signos de isquemia miocárdica (tanto en el electrocardiograma como en la proporción de enzimas cardíacas anormales), que los hombres. A pesar de esto, el estudio demostró que en la Argentina las mujeres recibieron significativamente menos aspirina, clopidogrel y betabloquente en las primeras 24 horas del ingreso. A su vez tuvieron la mitad de chance de angioplastia (OR 0.55, IC 95% 0.48-0.62) y de cirugía de revascularización miocárdica (OR 0.49, IC 95% 0.36-0.67). Las incidencias crudas de mortalidad y re infarto durante la internación y seguimiento a 2 años fueron mayores en las mujeres, pero sin diferencia en el riesgo relativo de eventos mayores una vez ajustado por edad y otras co-variables. La importancia de este trabajo realizado en Argentina, radica que, a nivel regional, como en otras partes del mundo, la angiografía coronaria, la intervención percutánea, la cirugía de revascularización, la terapia farmacológica basada en la evidencia, se han utilizado menos en las mujeres. Deberíamos realizar estudios similares en nuestro país, para saber cuál es nuestra realidad con respecto a la promoción, estudio y tratamiento de la enfermedad cardiovascular en las mujeres. Bibliografía 1. 2. 3. Dr. Sergio Curto, Tec. Omar Prats, Aux. Leonardo Martínez. Comisión honoraria para la salud cardiovascular. Mortalidad por enfermedades cardiovasculares en el Uruguay 2011. Área de Epidemiología y estadística (gentileza de la SUC). Towfighi A, Zheng L, Ovbiagele B. Sex-specific trends in midlife coronary heart disease risk and prevalence. Arch Intern Med 2009: 169:1762-6. http://archinte.jamanetwork.com/article.aspx?articleid=724485 Dra. Carolina Artucio. Encuesta de «Percepción, Conocimiento y Conducta de Prevención de Enfermedades Cardiovasculares en La Mujer Por La Mujer» FLASH REPORT, Congreso Uruguayo de Cardiología, 2013 Comentario: Dra. Carolina Artucio Ver artículo: Las mujeres con síndromes coronarios agudos reciben menos intervenciones en la fase aguda que los hombres en una población argentina