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Derecho y Procedimiento
Administrativo
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Situaciones jurídicas aptas para agotar la vía
administrativa
Ficha Técnica
Autor : Luis Eduardo Morante Guerrero*
Título : Situaciones jurídicas aptas para agotar la
vía administrativa
Fuente : Actualidad Gubernamental, Nº 47 - Setiembre 2012
Sumario
1.
2.
3.
4.
5.
Introducción al concepto de agotamiento de
la vía administrativa
Consideraciones constitucionales en el agotamiento de la vía administrativa
Las situaciones jurídicas aptas para agotar la
vía administrativa
El caso especial de recurso de aclaración que
genera el agotamiento de la vía previa.
La carga de la prueba luego del agotamiento
de la vía previa ante sede judicial
1. Introducción al concepto de
agotamiento de la vía administrativa
El concepto de agotamiento de la vía
administrativa, más que un conjunto de
definiciones abstractas, es una regla que
permite delimitar la frontera entre la vía
judicial y la administrativa, señalando el
lugar en el cual será exigible debatir el
tema, bien en el fuero administrativo,
bien en el fuero judicial, y como correlato,
cuándo el administrado cumple con los
requisitos para ser habilitado y acceder a
la tutela judicial efectiva.
En palabras de Morón, el agotamiento
de la vía administrativa “es el privilegio
inherente en el ejercicio del poder público
por el cual, para habilitar la procedencia
de cualquier acción judicial en su contra,
es indispensable efectuar un reclamo previo ante sus propias dependencias hasta
agotar la vía administrativa”.
* Miembro del Área Legal de Derecho Administrativo del Instituto
Pacífico. Especialista en derecho administrativo y contrataciones
del Estado.
Por tanto, por la regla del agotamiento
de la vía administrativa, los administrados antes de acudir a cualquier de los
procesos judiciales, deben reconocer la
competencia jurídica de la Administración
Pública para conocer previamente sobre
lo ocurrido en su ámbito.
El objeto de esta regla es que las entidades
administrativas tengan la oportunidad
y la posibilidad de conocer y resolver
cualquier controversia que su actuación u
omisión puedan producir en la esfera de
intereses o derechos de los administrados,
con anticipación a que sea sometida la
controversia a la función jurisdiccional.
Por tanto los efectos jurídicos del mantenimiento de esta regla sobre la justiciabilidad
de los actos de la Administración, son los
siguientes:
-
Convierte al procedimiento administrativo en un presupuesto de admisibilidad
de la demandas contra la Administración.
- Asume que para demandar al Estado resulta indispensable, como regla general,
acudir al reclamo administrativo previo
hasta agotar la instancia.
- La recurrencia de la vía administrativa importa interrumpir el plazo de prescripción
para el inicio de acciones judiciales.
- En caso de iniciar un proceso judicial
sin agotar la instancia administrativa, el
Estado está facultado para oponerse a
la prosecución del proceso por medio
de: la cuestión judicial (vía penal) y la
excepción de falta de agotamiento de la
vía administrativa (vía civil).
Sin embargo, la realidad cotidiana demuestra
que esta exigencia no reporta beneficios
tangibles a los administrados, por lo cual
comienza a ser flexibilizada, por algunos
ordenamientos, y, abandonado por otros.
En verdad, a la sombra de la regla sobrevive
una reminiscencia antigua, que impedía la
justiciabilidad de los actos de los soberanos,
actualizada bajo estándares procesales cons-
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titucionales, a favor de la Administración
contemporánea. Adicionalmente, el mantenimiento de esta regla sirve como factor ed
desaliento par a la justiciabilidad de los actos
de la Administración, y sobre todo, impide
que el Derecho Administrativo se nutra con
más frecuencia y utilidad de una de sus fuentes más valiosas: la jurisprudencia judicial.
Con cargo a retomar algunas de estas ideas
con posterioridad, debemos reflexionar sobre
la razonbabilidad constitucional de esta medida, Desde esta perspectiva creemos que no
podemos seguir viviendo en esta figura solo
una prerrogativa administrativa, al margen
de los demás valores constitucionales y del Estado Democrático de derecho, Si pensáramos
así, podríamos llegar a convertirlo en –como
afirma la doctrina argentina- en un ritualismo
inútil, enderezado a impedir la justiciabilidad
de la Administración1.
Por tanto, esperamos en el siguiente artículo detallar para su adecuado uso las
causales que agotan la vía administrativa y
a que su vez permitan al administrado y a
la Administración conocer en sus respectivos procedimientos cuál es el lugar idóneo
para seguir dirimiendo sus controversias o
absolviendo sus discrepancias.
2. Consideraciones constitucionales en el agotamiento de la
vía administrativa
Por sí misma, la existencia de la regla de
agotamiento de la vía administrativa sustenta una situación contradictoria con los
derechos constitucionales a la tutela judicial
efectiva y al acceso a la justicia, en la medida
que obstaculiza y difiere, el agotamiento de
una pretensión contra alguna actividad de la
administración. Sin embargo, la regla y los
derechos tienen rango constitucional. Por
ello deben ser objeto de algunas precisiones
e interpretaciones que permitan la super1 Morón Urbina, Juan Carlos. (2009). Comentarios a la nueva
Ley del Procedimiento Administrativo General. Lima: Gaceta
Jurídica. pp. 639-640.
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vivencia de ambas figuras y armonicen,
sin afectar irrazonablemente los derechos
humanos en juego, para ello se entiende
que dicho conflicto resulta salvable a través
de un adecuado test de proporcionalidad
que permite equilibrar la razonabilidad de
la limitación de los bienes jurídicos de los
administrados ante, un adecuado sistema
que permita que en el fuero constitucional
se conozcan asuntos no primigenios que
aumentan la carga procesal de dicho poder
del Estado.
Es lógico que de ninguna manera la
regla del agotamiento previo de la vía
administrativa deba conducir a que se
detenga o se demore el acceso a la justicia
y la tutela judicial efectiva. Por ello, no se
puede perder de vista que dicha exigencia
debe sustentarse en ciertos estándares
mínimos que deben reunir las entidades
de la Administración Pública; para lo cual
esta debe contar con vías eficientes para
solucionar las peticiones de los ciudadanos; las entidades administrativas deben
estructurar eficientemente sus decisiones
y además deben respetar el debido procedimiento para proteger los fundamentos
de la obligación ciudadana de agotar la
vía administrativa.
Por ello, consideramos que para mantener la regla de respeto a los estándares
constitucionales, la Administración no
puede dejar de implementar los siguientes
presupuestos:
-
Procedimentalizar sus decisiones.
Asegurar un debido procedimiento a
los administrados.
- Garantizar la eficiencia de sus servicios,
actuaciones y, sobre todo, los procedimientos que lleva a cabo.
En tal medida, si consideramos que
las entidades administrativas respetan
permanentemente estas exigencias mínimas de racionalidad para el desarrollo
de sus actuaciones y procedimientos, la
regla del agotamiento de la vía administrativa puede ser dada como aprobada antes el test de proporcionalidad
constitucional.
3. Las situaciones jurídicas aptas
para agotar la vía administrativa
funcionario superior con competencia para
decidir respecto de la causa, aunque exista
aun otro nivel más alto en la jerarquía de
la respectiva organización administrativa,
o bien cuando al no llegar han trascurridos
los plazos fijados por Ley sin que la autoridad dé una respuesta a la causa.
administrativa. Tal es el caso que si la
resolución proviene de una autoridad
administrativa cuya organización no se encuentra implementada con una instancia
jerárquicamente superior, es obvio, que
será su decisión administrativa, la que
agote la vía administrativa directamente.
De lo cual, entonces, se desprende que
puede resultar prescindible obtener una
decisión de la cumbre de la jerarquía administrativa para propiciar el agotamiento
de la vía, ya que lo trascendente es debatir
el tema lo suficiente para permitir a la
Administración ejercer su potestad de
autocorrección e incurrir en alguna de las
causales previstas por la legislación.
En este supuesto, para el nivel del Gobierno central tenemos las resoluciones adoptadas por cuatro tipos de autoridades:
Las causales para plantear el agotamiento
de la vía derivan en un conjunto de supuestos que citamos a continuación:
La ubicación organizacional del órgano
emisor del acto,
- Haber sido satisfecha la necesidad
procesal de permitir a la Administración
Pública revisar sus actos.
- Haber llegado el expediente a alguna
especial circunstancia adversa al administrado que sea de difícil revisión.
Tenemos entre los primeros los supuestos por
los cuales agotan la vía las decisiones de los
órganos ubicados en la cumbre de la organización administrativa (Ej. Presidencia de la
República, órganos autónomos o encargados
de resolver conflictos cuasijurisdiccionales,
como (Ej. tribunales administrativos).
-
-
Entre los segundos, el agotamiento con la
emisión de una segunda decisión administrativa y, por su parte, los supuestos de agotamiento de la vía inspirados en la circunstancia
desventajosa del administrado, son los actos
adversos expresos o tácticos provenientes
de la segunda instancia administrativa, las
declaraciones de nulidad de oficio, etc.2.
3.1. Resolución de autoridad que no
reconozca superior jerárquico
Artículo 218°.2 Son actos que agotan
la vía administrativa:
a) El acto respecto del cual no proceda legalmente impugnación ante una autoridad
u órgano jerárquicamente superior en la
vía administrativa o cuando se produzca
silencio administrativo negativo, salvo
que el interesado opte por interponer
recurso de reconsideración, en cuyo caso
la resolución que se expida o el silencio
administrativo producido con motivo de
dicho recurso impugnativo agota la vía
administrativa.
Las causales para alcanzar el agotamiento
del debate en la sede administrativa son
taxativas y de orden público y se encuentran detalladas en el artículo 218° de la
Ley de Procedimiento Administrativo General, Ley N° 27444, por lo que operan
automáticamente sin necesidad que el
texto de la propia resolución administrativa final declare expresamente que con
su emisión ha operado el agotamiento
de la vía.
La primera situación detallada en el artículo 218°, de la Ley de Procedimiento
Administrativo General (en adelante
la Ley), que determina el agotamiento
de la vía administrativa, se deriva de la
particular estructura de la organización
La preclusión del procedimiento en vía
administrativa es producida cuando el procedimiento ha llegado a conocimiento del
2 Morón Urbina, Juan Carlos. (2009). Comentarios a la Nueva
Ley del Procedimiento Administrativo General. Lima: Gaceta
Jurídica, pp. 644-645.
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La Presidencia de la República.- En el
primer caso tenemos las resoluciones
supremas emitidas por el presidente
de la república, como instancia inicial
y única de algún procedimiento administrativo.
Los ministros de Estado.- Esto ocurre
cuando emiten sus resoluciones
ministeriales, las cuales agotan por
sí misma la vía administrativa, pues
no cabe recurso de apelación ante
el Presidente de la República, pues
este no constituye jerarquía administrativa ordinaria, a menos que la
ley exigiera expresamente la vía de
la resolución suprema, por lo cual,
la vía administrativa queda agotada
con la expedición expresa o ficta de
la correspondiente resolución suprema.
Las máximas autoridades de los organismos constitucionalmente autónomos.- En el caso de los organismos
autónomos constitucionales, la situación es idéntica, agotada la instancia
administrativa el acto emitido por
el jerarca de instituciones como por
ejemplo: Banco Central de Reserva,
Contraloría General de la República,
Reniec, ONPE, etc., agotan la vía administrativa.
Las máximas autoridades de los organismos públicos descentralizados.Finalmente, las decisiones de las máximas autoridades de los organismos
públicos descentralizados también
agotan la vía administrativa por sí
mismos, Así sucede, por ejemplo con
la Sunat, Indecopi, Senasa, IPD, etc.
3.2. Resolución administrativa expresa
o silencio administrativo producido
en segunda instancia
Artículo 218°.2 Son actos que agotan
la vía administrativa:
b) El acto expedido o el silencio administrativo producido con motivo de la
interposición de un recurso de apelación
en aquellos casos en que se impugne el
acto de una autoridad u órgano sometido
a subordinación jerárquica.
La forma natural como queda dilucidado
el procedimiento administrativo es con la
obtención de un segundo parecer de la organización estatal a cargo del funcionario
superior que en vía de recurso, conoce y
resuelve la controversia generada por la
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decisión primigenia de un subordinado.
Con la aplicación de esta causal, el procedimiento administrativo ordinario queda
sujeto solo a dos instancias y el recursal
se limita a una.
En buena lógica, solo la decisión elaborada y firme proveniente de alguna
autoridad superior administrativa es la
que puede ser contradicha ante el Poder
Judicial, por ello, la legislación impone a
los administrados la necesidad de inducirla mediante la interposición del recurso
de apelación.
Por ello, cuando un funcionario inferior en
el organigrama jerárquico y de funciones
dicta un acto agraviante para los intereses
de algún administrado, le corresponde
recurrir mediante apelación ante el superior jerárquico, con el objeto de obtener
–en esa segunda instancia– una decisión
favorable a su pretensión. Si el superior
ratifica la decisión del subalterno, es contra esta decisión que corresponde intentar
la acción contenciosa administrativa. De
igual modo, este mismo efecto también se
logra si la resolución de segunda instancia
no contuviera una decisión de fondo sino
meramente formal o de renvío a la autoridad subordinada (por ejemplo, la anulación de la resolución apelada pero sin
reconocer el derecho del administrado),
puesto que la situación de agotamiento
también se hubiera producido a favor del
recurrente, y además, la norma no exige
que la resolución de segunda instancia sea
de fondo o con algún contenido determinado, sino solamente que meramente
otorgue a la autoridad la posibilidad de
controlar la decisión del subordinado. Por
otro lado, es importante recalcar que la
jurisprudencia ha establecido como insuficiente para considerar agotada la vía a
través del recurso de apelación, si se trata
de una segunda decisión expedida por un
mismo funcionario absolviendo un recurso
de reconsideración.
3.3. Resolución administrativa expresa
de tercera instancia (recurso de
revisión)
Artículo 218°.2 Son actos que agotan
la vía administrativa:
c) El acto expedido o el silencio administrativo producido con motivo de la
interposición de un recurso de revisión,
únicamente en los casos a que se refiere
el artículo 210° de la presente Ley.
El recurso de revisión es el medio impugnativo excepcional procedente contra
actos administrativos firmes emanados de
las entidades descentralizadas del poder,
que es interpuesto ante una tercera autoridad gubernativa encargada de su tutela,
para que con criterio unificador revoque,
modifique o sustituya el acto administrativo recurrido. Es oportuno denotar
que su interposición no es optativa, sino
que constituye un recurso indispensable
para agotar la vía administrativa, cuando
nos encontramos ante una estructura
descentralizada sujeta aun a la tutela
estatal. Asimismo, procede contra actos
administrativos firmes con el objeto de
continuar la verificación de la legalidad
de las actuaciones de las autoridades
subordinadas.
Su empleo es posterior a la apelación y
siempre que tal instrucción y decisión
hubiesen estado a cargo de funcionarios
sujetos a tutela por otro estamento del
poder público. Como se puede advertir:
El recurso de revisión encuentra su ambiente
natural en aquellas estructuras organizacionales que han seguido técnicas de descentralización y desconcentración territorial
creando dependencias con competencias
sujetas a tutela a cargo de otro funcionario
con autoridad a nivel nacional. En estas
estructuras, el recurso de revisión habilita al
ciudadano activar el control de tutela que
compete ejercer a los noveles nacionales
sobre autoridades desconcentradas, quienes
pertenecen a su ámbito de poder. La relación
típica que da ocasión para la presencia del
recurso de revisión es la que se presenta entre
subregionales o regionales respecto de las
autoridades nacionales sectoriales.
[Así también], el fundamento para esta revisión es el ejercicio de la tutela administrativa
que la legislación encarga a algunas entidades
públicas sobre otras, reconociendo en tales
casos la necesidad de reservar un poder
limitado para que sin dirigir a las entidades
tuteladas, les sea facultado revisar, autorizar,
o vetar las decisiones de los órganos superiores de entidades descentralizadas, con miras
a preservar y proteger el interés general.
En nuestro derecho, todas las administraciones descentralizadas, independientemente de
su ubicación geográfica (incluso las entidades
domiciliadas en la capital de la República)
quedan sometidas a la tutela administrativa
por parte de las autoridades con competencias nacional (sectoriales)3.
Interpuesto el recurso de revisión, la
autoridad de competencia provincial o
regional tendrá que remitir el expediente
objeto del recurso a la dependencia superior con competencia nacional (generalmente un ministerio) para que ejerza
tutela sobre su decisión.
Para ello, debemos comprender adecuadamente que la descentralización administrativa admite dos vertientes:
-
-
La vertiente de descentralización
territorial donde se crean entes con
competencias zonales o focalizadas
en áreas territoriales específicas (regionales, subregionales, provinciales,
municipios, etc.).
La vertiente descentralizadora institucional o funcional, donde se generan
3 Morón Urbina, Juan Carlos. (2009 ). Comentarios a la Nueva
Ley del Procedimiento Administrativo General. Lima: Gaceta
Jurídica, pp. 648-649
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entidades estatales con competencia
especializada sobre determinadas
materias a nivel nacional sin alcanzar
connotación territorial (organismos
públicos descentralizados o sistemas).
Tal dicotomía resulta importante para
comprender la existencia, al margen de
la regulación de las normas generales, de
procedimientos administrativos especiales
que consideran bajo el nombre de “recurso de revisión” medios impugnatorios que
activan la tutela del Estado sobre entes
descentralizados pero cuya competencia
no puede calificarse de local o nacional
sino más bien institucional o especializada.
Por ejemplo, tenemos el caso de los recursos de revisión contra decisiones firmes
para acceder como última instancia a los:
-
Consejos de Asuntos Contenciosos de
la Asamblea Nacional de Rectores.
- Consejo de Minería.
- Organismo supervisor de la Inversión
en las Telecomunicaciones (Osiptel).
- La superintendencia de Servicios de
Saneamiento (Sunass).
En estos casos especiales, el recurso de
revisión resulta incorporado a estructuras
descentralizadas no de tipo territorial sino
institucional o funcional, lo que permite
promover el control de la legalidad de la
actuación pública a través de la tutela a la
que se encuentran sujetos entes descentralizados del poder (universidades, organismo
de minería, servicios públicos, etc.).
No obstante, cuando la aplicación de
políticas descentralizadas del poder público conlleva crear estamentos con nivel
autónomo intenso sin tutela nacional en
lo administrativo, a los que llamamos, por
ejemplo, organismos constitucionalmente
autónomos, el espacio que ocupa el recurso de revisión desaparece, y quedan solo
los recursos jerárquicos internos dentro de
la cada entidad autónoma y la posibilidad
de solicitar la revisión exclusivamente ante
el fuero judicial.
3.4. Silencio administrativo producido
en segunda instancia o tercera
instancia, según el caso
El siguiente supuesto se constituye a través del empleo de la figura del silencio
administrativo durante el procedimiento
recursal que se interpone ante la segunda
instancia, en donde se da oportunidad a
la autoridad superior para revisar el fallo
del subordinado desempeñando sus facultades inherentes de control jerárquico.
Para ello, la autoridad se encuentra
supedita a un determinado plazo con la
finalidad de responder al administrado.
Dicha espera, lógicamente, no puede ser
indefinida ni sujeta a una eventual pasividad de la administración al momento
de desempeñar su rol, puesto que ello
acarrearía un perjuicio que no debe ser
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soportado por el administrado, ya que se
estaría postergando su acceso a la tutela
judicial efectiva.
Como puede apreciarse de la propia lectura de la norma, cuando se incumplan
los plazos de espera se dará ocasión para
el empleo del silencio administrativo en
todo procedimiento seguido ante órganos
inferiores. En los casos que se actúe como
primera instancia, la consecuencia será
habilitar al particular para considerarse
su solicitud tácitamente denegada o
aprobada.
Dando la salvedad, que si en la primera
instancia del procedimiento se hubiese
producido silencio negativo también, la
inacción de la segunda instancia conducirá
a la aprobación automática de lo peticionado, y no aun segundo silencio administrativo, conforme a la regla establecida en
el artículo 33°, numeral 2, de la LPAG.
3.5. Revocación o anulación de oficio
de resoluciones administrativas
Artículo 218°.2 Son actos que agotan
la vía administrativa:
d) El acto que declara de oficio la nulidad o
revoca otros actos administrativos en los
casos a que se refieren los Artículos 202°
y 203° de esta Ley.
Otro supuesto de agotamiento de la vía
previa en sede administrativa acontece
cuando una autoridad administrativa
superior a instancia de parte, anula una
resolución anterior emitida por una
autoridad jerárquicamente inferior. Ello
obedece a que en dicho caso, al anular
el acto administrativo, un funcionario
superior ha expresado ya su parecer sobre
una decisión anterior de sus subordinados,
y se obtiene así segunda opinión de la
misma sede.
Si bien es cierto esta situación para algunos no es considerada como un agotamiento real de la vía previa, pues dicho
acto no contiene la finalidad de agotar la
vía, sino que es un actuar derivado, nosotros consideramos que esta situación es
susceptible de encontrarse incursa como
agotamiento de la vía previa, por cuanto
su naturaleza y fines son los mismos que
el caso de las resoluciones consentidas que
finalizan el procedimiento.
3.6. Resolución de Tribunales y consejos administrativos regidos por
leyes especiales
Artículo 218°.2 Son actos que agotan
la vía administrativa:
e) Los actos administrativos de los Tribunales
o Consejos Administrativos regidos por
leyes especiales.
Este literal nos habla acerca de organismos
de conformación colegiada con facultad
de decisión en última instancia administrativa sobre cuestiones contenciosas
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(discrepancias y controversias) y que en
resguardo de su autonomía se encuentran
sometidos exclusiva y directamente a un
ulterior control jurisdiccional por parte del
Poder Judicial.
Tenemos, por ejemplo:
-
El Tribunal del Organismo Supervisor
de Contrataciones del Estado.
El Tribunal Fiscal.
El Consejo de Minería.
El Tribunal de Defensa de la competencia y de la Propiedad Intelectual
del Indecopi.
El Tribunal Nacional del Deporte.
El Consejo de Asuntos Contenciosos
de la Asamblea Nacional de Rectores.
La Junta de Vigilancia de Registros
Públicos.
Los Tribunales de los organismos reguladores (Sunass, Osiptel, Osinerg,
Ositran, etc.).
Entre otros.
4. El caso especial de recurso
de aclaración que genera el
agotamiento de la vía previa
El caso especial del recurso de aclaración
resulta producto de la creación en nuestro
ordenamiento de algunos procedimientos
especiales que facultan a los administrados a interponer un recurso de aclaración
contra una resolución administrativa
definitiva con el objeto de esclarecer sus
alcances o cubrir alguna omisión que
pudiera haberse producido al momento
de resolver.
En tales casos, la Corte Suprema ha
manifestado que cuando este recurso es
procedente, solo con su absolución se ha
alcanzado el estado de agotamiento de la
vía y no antes. Ello acontece aun cuando
la resolución objeto de la aclaración sea
proveniente de un tribunal administrativo,
sea una anulación de oficio, haya atendido
una apelación o sea una resolución dictada en instancia única por alguna autoridad
sin superior jerárquico.
vencimiento del agotamiento de la vía
previa cumplen un rol fundamental en
el proceso de acceso a la justicia por
actos lesivos cometidos por la administración, por cuanto permite que la
decisión sobre el agotamiento o no de
la vía previa sea verificada a través de
la presentación detallada y analizada
de hechos reales.
Por ello el ordenamiento ha establecido
que es facultad del Poder Judicial apreciar
de oficio si se han agotado los recursos
administrativos, conforme se interpongan
ante ellos los expedientes y demandas
respectivas, para dicho efecto, el juez
procede del modo siguiente:
Del análisis de estos pasos podemos
observar que en nuestro ordenamiento
peruano, la carga de la prueba sobre
el agotamiento de la vía administrativa
admite un cierto grado de desequilibrio
de distribución que pesa sobre el administrado, pues si el demandante afirma
haberlos agotado, deberá señalar la
manera en que lo realizó. E incluso, si
es el gobierno el que alega la falta de
agotamiento, deberá probar que agoto
la vía o en su defecto que se encuentro
sujeto a algún supuesto exonerativo, lo
vual no desvirtúa la obligación del Estado
de indicar al administrado los recursos por
agotarse idóneos y eficaces que no han
sido empleados.
Paso 1
El juez analiza de oficio la información proporcionada por el demandante acerca de la
forma y manera en que se agotó la vía administrativa, o sobre la existencia de alguna de
las excepciones admisibles, para obviar por la
vía administrativa.
Paso 2
Si por alguna razón el paso 1 no es suficiente
para generar convicción en el juez que la información presentada es adecuada o fidedigna sobre el tema, el juez está facultado para solicitar
informaciones previas al demandante, sin que
ello signifique prejuzgar sobre la decisión que
en definitiva adopte sobre la admisibilidad.
En ese sentido consideramos que si están pendientes de resolver pedidos de
aclaración interpuestos contra la decisión
administrativa, resulta claro que para el
administrado el sentido y los alcances de
la resolución no son del todo claros y, por
otro lado, la autoridad administrativa no
ha emitido una decisión de última palabra
sobre el tema, por lo que se detalla que en
este caso será la resolución que atienda la
aclaración presentada la que realmente dé
por agotada la vía administrativa.
Luego es competencia del Estado, deducir
la excepción de no agotamiento de la vía
administrativa, en caso de que hubiese correspondido hacerlo; y en caso de que se alegue
algunas de las excepciones, probar la existencia
y efectividad de las vías de reclamación que
no han sido utilizados.
5. La carga de la prueba luego
del agotamiento de la vía
previa ante sede judicial
Para ello el demandante, de acuerdo con el
caso concreto: deberá a) afirmar y probar
que agotó la jurisdicción nacional; o b) probar
que se encuentra incursa en alguna de las
causales de exoneración para no transitar la
vía administrativa.
Las pruebas que coadyuvan al con-
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Paso 4
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