sección 08 ap alicante sentencia 157

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TRIBUNAL DE MARCA COMUNITARIA
AUDIENCIA PROVINCIAL DE ALICANTE
SECCION OCTAVA.
ROLLO DE SALA Nº 127 (C-14) 06
PROCEDIMIENTO Juicio Ordinario 292/05
JUZGADO de Marca Comunitaria, Mercantil nº 1 Alicante
SENTENCIA Nº 157/06
Ilmos.
Presidente: D. Enrique García-Chamón Cervera
Magistrado: D. Luis Antonio Soler Pascual
Magistrado: D. Francisco José Soriano Guzmán
En la ciudad de Alicante, a veinticinco de abril del año dos mil seis
El Tribunal de Marca Comunitaria, integrado por los Iltmos. Sres. expresados
al margen, ha visto los autos de Juicio Ordinario sobre infracción de derecho de
diseño y modelo y competencia desleal, seguidos en instancia ante el Juzgado de
Marca Comunitaria nº 1 de Alicante con el número 292/05 y de los que conoce en
grado de apelación en virtud del recurso entablado por la parte demandante, la
mercantil Panini España S.A., representada por el Procurador D. Juan Carlos Olcina
Fernández y dirigida por el Letrado D. Francisco Javier Marquez Martín; y como
parte apelada la parte demandada, la también mercantil Kellogg´s España S.L.,
representada por el Procurador D. Fernando Fernández Arroyo y dirigida por el
Letrado D. José Ramón Fernández Castellanos, que ha presentado escrito de
oposición.
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ANTECEDENTES DE HECHO
PRIMERO.- Por el Juzgado de Marca Comunitaria de Alicante, en los referidos
autos tramitados con el núm. 292/05, se dictó sentencia con fecha 26 de diciembre
de 2005, cuya parte dispositiva es del tenor literal siguiente: “Que debo desestimar y
desestimo la demanda interpuesta por Panini España S.A. contra Kellogg´s España
S.L., absolviéndola de las pretensiones contra ella formuladas. Las costas se
imponen a la parte actora.”
SEGUNDO.- Contra dicha Sentencia se preparó recurso de apelación por la parte
actora antes referenciada; y tras tenerlo por preparado, presentó el escrito de
interposición del recurso, del que se dio traslado a las demás partes, presentando la
apelada el correspondiente escrito de oposición. Seguidamente, tras emplazar a las
partes, se elevaron en fecha 30 de marzo de 2006 los autos a este Tribunal donde
fue formado el Rollo número 127/C-14/06, donde se señaló para la deliberación,
votación y fallo el día 11 de abril de 2006, en el que tuvo lugar.
TERCERO.- En la tramitación de esta instancia, en el presente proceso, se han
observado las normas y formalidades legales.
VISTO, siendo Ponente el Iltmo Sr. D. Luis Antonio Soler Pascual.
FUNDAMENTOS DE DERECHO
PRIMERO.- Por la entidad mercantil Panini España S.A., se deduce demanda
contra la también mercantil Kellogg´s España S. L. en la que, ejercitando acciones
de infracción de modelo industrial comunitario y de competencia desleal, se solicita:
en primer lugar que se declare la infracción, por parte de Kellogg´s, del derecho
exclusivo que Panini tiene sobre las fichas protegidas por el Registro de Diseño y
Modelos Comunitarios con el número 000110648 y, en concreto, respecto de a
l
reivindicación número seis; en segundo lugar, se declare que la actuación realizada
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por Kellogg´s es constitutiva de competencia desleal; en tercer lugar, se ordene el
cese de los actos declarados infractores y/o desleales, prohibiendo a la demandada
realizar en el futuro cualesquiera de dichos actos, salvo que obtenga la autorización
expresa de Panini; en cuarto lugar, se condene a Kellogg´s al pago de los daños y
perjuicios ocasionados a Panini España S.A. que han sido fijados en la cantidad de
ochenta y cuatro mil novencientos cincuenta y siete euros con sesenta y cinco
céntimos; y en quinto lugar, se condene a Kellogg´s también en concepto de daños
y perjuicios al pago del uno por ciento de la cifra de negocios realizada por el
infractor con los productos que incorporen el diseño protegido, de conformidad con
lo previsto en el artículo 55-5 de la Ley de Protección Jurídica del Diseño Industrial.
Formulada oposición a todas las pretensiones por la mercantil demandada Kellog´s
España S.L. en su contestación a la demanda, la Sentencia de instancia desestima
la demanda, imponiendo las costas procesales a la parte actora.
Contra dicha sentencia se interpone recurso de apelación por Panini España S.A.
de cuyo contenido resulta que dos son las cuestiones que he mos de dilucidar y que
a la postre, vienen a reproducir ante esta alzada, la demanda en su integridad, a
saber, una, la relativa a la demanda por infracción del derecho de utilización en
exclusiva (y el correspondiente ius prohibendi) que la titularidad del diseño industrial
comunitario otorga a quien lo tiene registrado –art 19 Reglamento 6/2002-, y que en
este caso viene referido a la pretendida infracción del modelo registrado y titularidad
de la actora la mercantil Panini España S.A. ante la OAMI bajo el número
000110648 en su variante número 6, modelo relativo a la forma peculiar de fichas
de juego y, otra, la concerniente a la pretendida infracción de las reglas de la
competencia por entender el comportamiento derivado de los antecedentes de la
negociación previa iniciados con la actora para el uso legítimo de sus modelos por
la demandada Kellogg´s España S.L. genéricamente contraria a los principios de la
buena fe y específicamente, constitutiva su conducta imitadora de un claro
aprovechamiento de la reputación y esfuerzo de la actora (art 5 y 11 Ley de
Competencia Desleal).
SEGUNDO.- Como hemos señalado, la primera de las alegaciones que se formula
en el recurso de apelación (en el numeral segundo del recurso de apelación) es la
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relativa a la infracción del modelo comunitario titularidad de Panini España
registrado como variante número 6 del registro (múltiple) del registro número
000110648 de la OAMI, infracción que es desestimada por el Juez de instancia al
considerar que el modelo (también una ficha de juego infantil) comercializado por
Kellogg´s, produce en el usuario informado una impresión general distinta a la que
dimana del modelo registrado por Panini cuya validez y titularidad no es objeto de
cuestión con la consecuencia de que la protección que el artículo 10 del
Reglamento 6/2002 confiere al modelo, esto es, el efecto extensivo del diseño, no
puede entenderse estirada a la citada ficha, denominada por Kellogg´s “Giracrash” ,
con la consecuencia de que su divulgación mediante su comercialización, no
supone una infracción del derecho que en exclusiva corresponde (art 19
Reglamento 6/2002) al titular registral de un determinado modelo comunitario.
La decisión del motivo ha de pasar necesariamente por los siguientes presupuestos.
1) La comparación para determinar si el modelo que se dice infractor, produce o no
en el usuario informado una impresión general distinta, ha de efectuarse
exclusivamente, dado que el modelo que se dice infringido no ha sido producido
(reproducido) industrialmente, a partir de la representación dibujada que en dos
perspectivas, aparece aportada por el actor a la Oficina y que es objeto del registro
ya mentado; 2) que corresponde a este Tribunal fijar en este caso su criterio
mediante el estudio analítico y comparativo, asumiendo empáticamente la función
de “usuario informado” a que se refiere el artículo 6 del Reglamento de Diseño
Comunitario dado que, como bien señala el Juez de Instancia, el usuario informado
no es el consumidor cualquiera pero tampoco lo es ni el experto a que hace
referencia la legislación en materia de patentes (artículo 9 Ley de Patentes) ni,
añadimos nosotros, a los integrantes de “los círculos especializados del sector” a
que hace referencia los artículos 7 y 11 del Reglamento comunitario en relación a la
divulgación, que tiene un sentido más de conjunto de productores y comerciantes
que de usuarios, no tratándose en el caso que nos ocupa, de un producto que por
su especialización o naturaleza requiera de una aproximación técnica (de ordinario
de naturaleza pericial) imperativa para alcanzar, en este sector mercantil, una
conclusión en torno a si el producto de Kellogg´s produce o no la mentada
impresión general diferenciada del modelo registrado por Panini, lo que enlaza con
el tercero de los presupuestos que se tomarán en consideración para la decisión de
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este procedimiento; 3) el grado de libertad del creador (art 10-2 Reglamento
6/2002), que constituye un límite interpretativo de la singularidad de un producto en
relación a otro similar.
Pues bien, con estos presupuestos, la decisión del Tribunal no puede ser distinta a
la alcanzada por el Juez de Instancia ya que, examinado el producto/modelo de
Kellogg´s en relación a la doble perspectiva del dibujo que integra el registro o
variante 006 del modelo registrado en la Oficina con el número 000110648 por
Panini, se observan no ya per se variantes suficientes en lo que a la forma se
refiere, sino una relevancia en las mismas como resultado del cierto grado de
indeterminación que el modelo que defiende la actora produce como consecuencia
de ciertas carencias en el modelo solicitado, sólo a dicha parte imputables a la hora
de cuestionar algunas de las diferencias, a saber, la ausencia de descripción (que el
Reglamento 2245/02 de Ejecución del 6/02 autoriza en su artículo 1-2, precepto que
permite una descripción sencilla por dibujo o modelo no superior a 100 palabras
como elemento posible de la solicitud) y la insuficiencia en el número de
perspectivas del modelo (hasta siete autoriza el Reglamento de Ejecución en su
artículo 4-2), limitaciones que producen como consecuencia más visible el que los
peritos se dediquen en sus informes a interpretar, desde las perspectivas que han
sido objeto de representación, el contenido de las mismas, en suma, el modelo
mismo. El perito Sr. Morgades afirma en su informe –folio 9- que “no le es
posible…apreciar si en las figuras 6-1 y 6-2 del Modelo Comunitario, la zona central
es o no deprimida, o más o menos deprimida…” señalando a continuación que
“…en buena técnica de dibujo, si fuera deprimida dicha zona debería de haber sido
dibujada de la forma que se muestra más abajo ( hace referencia a un dibujo que
incorpora el perito…”., viéndose de hecho obligado el perito de la actora, Sr.
Juncosa, a formular conclusiones a partir del resultado industrial del modelo sí
producido,
la
variante
número
1
del
registro
múltiple,
trasladando
sus
consecuencias al modelo no producido y que se afirma infringido, la variante
número 6, para rebatir las conclusiones del perito de la demandada.
Para una mayor claridad de lo que señalamos, reproducimos del informe pericial de
la demandada, por su fidelidad, los modelos registrados 000110648, variante 006,
ante la Oficina por Panini y que se contienen en la documentación de la actora.
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Entendemos que esta reproducción patentiza la escasez de detalle del modelo
registrado, al punto que incluso entre las dos perspectivas, existe una diferencia
esencial referente a la forma, una, la numerada en la solicitud como 6-1, aquí la
ubicada en la derecha del dibujo, aparece como figura de circularidad oblonga
mientras que la otra, la 6-2 (la representada a la izquierda), se presenta como
absolutamente circular.
Estas perspectivas permiten afirmar que son notorias las diferencias entre el modelo
producido por Kellogg´s y el registrado por Panini, diferencias que podemos
concretar en su formato general, estrellado (consecuencia de la combinación de
formas cóncavas y convexas), de puntas redondeadas en el caso del modelo
registrado, claramente hexagonal en el caso del “Giracrash”, en figura conformada
por líneas rectas y pestiños triangulares que marcan sobre una depresión visible en
cada punto, cada uno de los extremos del hexágono, figura que cierra un círculo
perfecto ampliamente deprimido en relación al sobre-borde en su cara anterior,
depresión que no se aprecia, ni en existencia ni en condiciones, en el dibujo
registrado, mostrando como elemento diferencial el modelo de Kellogg´s en su cara
posterior, un punto protuberante que permite una función específica al modelo
“Giracrash”, protuberancia o punto central (que permite el giro de la pieza sobre sí
misma), del que carece desde luego el modelo registrado.
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Reproducimos del informe pericial de la demandada, también por su fidelidad, el
modelo a dibujo del “Giracrash” de Kellogg´s, junto con uno de los comercializados,
escaneado tanto en su cara posterior como anterior para su comparativa.
Pues bien, la representación gráfica que mostramos, patentiza la afirmación que
hacemos sobre que las diferencias descritas son fácilmente apreciables, diferencias
que no solo hacen del modelo de Kellogg´s, un modelo nuevo en términos del
artículo 5 del Reglamento (lo que resulta aquí irrelevante), sino en especial singular
en tanto que aporta en su conjunto una impresión diferencial respecto del
representado en el Registro por Panini. Obviar como pretende el recurrente, las
diferencias indicadas, sobredimensionando las apariencias, resulta contradictorio
con el criterio que impone el grado de libertad del creador de estas formas pues sin
duda, tratándose de fichas para niños de las que se insertan en productos
generalmente alimenticios para menores, la amplitud o posibilidades de modelos
que existen en el sector (algunos ejemplos aporta el demandado), demuestran que
responden a patronos determinados en tanto dirigidos una modalidad de juego que,
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con variantes, responde a parámetros similares, algunos de ellos también descritos
por el demandados, tales como la brevedad del tamaño, su embolsabilidad, la
existencia de la depresión donde ubicar las figuras, generalmente licenciadas, etc;
afirmación que se efectúa, no se olvide, sobre la base de una hipotética
conformación del producto a partir del modelo registrado por Panini que, a falta de
detalles, supone eludir aspectos que describen la singularidad misma del modelo en
términos del artículo 3 del Reglamento tales como el color, la textura, el material o
su ornamentación obviamente presentes en el modelo comercializado por Kellogg´s.
Conclusión que, como adelantábamos cuando fijábamos los parámetros de nuestra
decisión, adoptamos desde la asunción por el Tribunal del papel de usuario
informado, no solo porque la falta de producción del modelo imposibilita acudir o
tomar en consideración datos reales del mercado, habiendo que la comparativa lo
sea entre un objeto de claro significado jurídico, un modelo registrado, y un modelo
material efectivamente comercializado, sino porque en supuestos en los que la
impresión percibida es connatural a la percepción, el mejor criterio para decidir
cuando además se dispone del instrumental probatorio introducido por las partes
para formar el convencimiento judicial, no puede ser otro que el propio del Tribunal
en tanto conforma una voluntad decisoria sobre su percepción y su información,
dándole sin duda el carácter más deseado de usuario informado. Pero es más, se
pregunta el apelante porque no tomar en consideración al público infantil al que se
dirigen los modelos en conflicto. Y diremos que por una razón esencial. Porque no
disponemos de su apreciación. Pero nos atrevemos a más a partir de cierto
reconocimiento de los argumentos que utiliza el apelante en torno a la
trascendencia que en el mercado se otorga al sector concreto al que se producto se
dirige. Y es que consideramos que si alguien es capaz de distinguir una pieza de
juego de otra, un producto de otro, incluso por su origen, es precisamente el público
infantil. Resulta notorio que en cualquier encuesta, los que mejor identifican por su
marca los productos deseados son los menores y, dentro de ellos, el público infantil,
en ocasiones el más infantil. Precisamente por ello, aspectos funcionales de un
modelo resultan esenciales en la impresión que producen porque al niño en
absoluto le resulta irrelevante que una ficha gire o no, permita una forma de
ensamblamiento u otra y esté destinada a una determinada modalidad de juego o a
otra.
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En conclusión, el modelo creado por Kellogg´s, “Giracrash”, no solo es diferente de
los Waps diseñado por Panini sino que, a los efectos de denegar la protección
impetrada por la actora, produce una impresión general claramente distinta, de
modo que la protección que el diseño registrado confiere a su titular (art 10
Reglamento
6/2002),
no
puede
entenderse
extendido
al
citado
modelo,
desestimándose en consecue ncia el motivo de impugnación alegado.
TERCERO.- Sobre la pretensión relativa a la comisión de infracciones propias de la
competencia desleal. Alegación tercera del recurso de apelación.
Funda fácticamente la actora su pretensión declarativa de la deslealtad de la
conducta industrial y comercial de Kellogg´s y consecuentemente resarcitoria en
base al artículo 5 de la Ley de competencia desleal (comportamiento objetivamente
contrario a las exigencias de la buena fe), en lo que no fueron sino tratos
preliminares de un posible contrato mantenidos entre ambas partes en su momento
para la utilización por parte de la demandada, mediante su inserción en sus
productos, de los diseños de Panini, obviando con ello la actora dos criterios que
desmerecen desde luego la apreciación de tal pretensión. En primer lugar la
circunstancia de que en virtud de los tratos preliminares las partes no quedan
obligadas, no surge vinculo contractual u obligacional con determinado componente
de derechos y obligaciones pretendidamente recíprocos, teniendo en esta fase las
partes plena libertad no solo para expresar cómo querrían obligarse o vincularse
sino, desde luego, para llegar o no a la celebración definitiva del contrato; y si bien
es cierto que también en esta fase la actuación de las partes ha de estar presidida
(STS 29 de enero de 1965) por una actuación fundada en la buena fe, la simple
ruptura de negociaciones o la falta de acuerdo final no genera per se
responsabilidad para ninguna de las partes, aunque la doctrina (Ihering) ha venido
manteniendo que sí cabría indemnización por los gastos hechos a consecuencia de
los tratos preliminares cuando se constatara en la ruptura de negociaciones, que el
inicio de aquellos tratos no estuvo presidido por la buena fe lo que en el caso no
consta en absoluto, poniendo de relieve la documentación aportada por ambas
partes, la fluida comunicación habida entre ellas y las dificultades que las exigencias
de Kellogg´s encontraron en relación a la fabricación de los productos de Panini por
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la empresa sita en China (Patech) que justificaron finalmente, la falta de acuerdo.
Falta de mala fe en esta fase, única desarrollada entre los litigantes, que dificulta
seriamente la pretensión de apreciar la objetiva mala fe en el comportamiento
concurrencial del demandado cuando éste se fundamenta en una pretendida
imitación del producto, características obtenidas a raíz de aquellos tratos, que ni
existe en el mercado (sólo está ejecutado el modelo waps cuadrangular), ni consta
que se le exhibiera al demandado en diseño que se dice luego imitado y cuando, a
modo de segunda razón esencial, la cláusula contenida en el artículo 5 de la Ley de
Competencia Desleal constituye una válvula de autorregulación del sistema para
subsumir en él aquellos comportamientos no específicamente tipificados en los
preceptos especiales (art 6 a 17 Ley de Competencia Desleal) de manera que no
resulta factible acudir al artículo 5 cuando la conducta de que se trate merezca una
especial tipificación y valoración a tenor de otro precepto, sin que el simple hecho
de que tampoco por el precepto especial fuera merecedora la conducta de
reproche, autorice acudir a aquella cláusula que es autónoma e independiente,
nunca subsidiaria de las especiales.
En conclusión, en absoluto puede apreciarse infracción del artículo 5 de la Ley de
Competencia Desleal pues los hechos en que se sustentan son los de imitación de
forma, que tiene su específica tipificación, como bien señala el propio actorapelante, en el artículo 11 de la citada ley y por tanto, a él deberemos referirnos a la
hora de efectuar la valoración concurrencial del comportamiento del demandado sin
obviar, como veremos, la vinculación que existe entre la protección requerida del
derecho industrial y esta legislación.
CUARTO.- Y aunque hemos querido despejar ya ab initio toda duda sobre la
aplicabilidad del artículo 5 de la Ley de Defensa de la Competencia, es lo cierto que
la cuestión es con mucho más amplia ya que, descendiendo a la infracción por
imitación de formas del artículo 11 de dicha ley, la cuestión está en determinar la
acumulabilidad de la protección por esta legislación más la especial de propiedad
industrial. El Juez de instancia hace un detallado análisis de la doctrina y
jurisprudencia actual sobre la cuestión y llega a la correcta conclusión de que la
legislación sobre competencia desleal no tiene como fin directo la protección del
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titular del un derecho industrial pues, como señala la Exposición de Motivos de la
Ley 3/1991, de Competencia Desleal, no pretende dicha norma la resolución de los
conflictos entre competidores sino ordenar las conductas en el mercado en tanto
partícipes en el mismo, detalle particularmente relevante cuando se formula
pretensión a partir de un modelo no comercializado por no creado industrialmente.
En cualquier caso, hay recíproca tensión entre ambas legislaciones (así lo afirma la
SAP Barcelona, Secc 15ª. De 4 de junio de 1998) dado que la propiedad industrial
supone de ordinario una actuación en el mercado creando riesgo de confusión que
constituye al tiempo núcleo de la infracción de algunos ilícitos concurrenciales tales
como el invocado artículo 11, pero no por ello puede desconocerse que la
legislación de competencia tiene por objeto principal, en esa relación con la
propiedad industrial, la de sellar las filtraciones que aquella produce en un momento
determinado en relación a la protección del citado derecho. Podemos afirmar que el
artículo 11 está pensado para reprimir actos desleales consistentes en la imitación
de una prestación no amparada por un derecho de exclusiva. Existiendo, debe
entenderse que la legislación aplicable a título principal es la específica de la
modalidad de que se trate (aquí la referente al diseño industrial), constituyendo las
normas de competencia desleal en realidad, un cauce complementario pero nunca
sustitutivo.
Es por ello que las conclusiones alcanzadas en torno a la falta de protección del
diseño de Panini en relación a las fichas de Kellogg´s “Giracrash”, por ser su
impresión general distinta a aquél, unida a la falta de comercialización del diseño de
Panini, impide en puridad recurrir al amparo del artículo 11 LCD sobre protección de
formas pues sino existe riesgo de confusión entre ambos modelos a los efectos de
la específica protección que le correspondería a aquél que tuviera el exclusivo
derecho de utilización, ni puede haberlo en el mercado porque no concurren, tanto
menos se puede apreciar a los efectos concurrenciales que protege la norma
competencial, sin que desde luego se haya aportado prueba ninguna en torno a una
estructura de juego vinculada creativamente en origen a los Waps como que para
que otros productos del mercado del mismo sector asuman en parte esa estructura
–el apilamiento por ejemplo-, de modo que no siendo así, tales conductas no
suponen el aprovechamiento indebido de la reputación o el esfuerzo ajeno, sino que
son fruto del derecho a la libre imitabilidad que el propio precepto, con los límites
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que en el mismo se contiene, protege, sin que, por otro lado, pueda sostenerse ante
la plena carencia de prueba, que la negociación preliminar, que antes ya
calificábamos, iba destinada a conocer los presupuestos de un producto para su
posterior imitación en el mercado, aprovechando el esfuerzo ajeno. Nada sin
embargo nos lleva a tal conclusión, tanto y más cuando directamente en el
mercado, sin necesidad de acudir a su fuente, cualquier consumidor puede conocer
el producto y su utilización y, por tanto, llevar a cabo un acto de imitación sin
necesidad de entrar en contacto previo con el productor y generar gastos como los
que evidentemente tuvo que soportar Kellogg´s (probablemente también Panini)
durante los tratos previos.
En conclusión, no teniendo la mercantil actora derecho de exclusiva por titularidad
de un modelo de ficha de juego infantil que le permita extender su protección al
modelo de Kellogg´s, no cabe eludir el derecho de imitabilidad que el párrafo 1º del
artículo11 LCD protege. No teniendo en cualquier caso la mercantil actora,
exclusividad por origen creativo en la prestación que supone la ficha de juego de
que se trata (Waps), y no mediando parecido entre ésta y la comercializada por
Kellogg´s, no cabe apreciar riesgo de confusión en cuanto al origen ni, desde luego,
aprovechamiento de reputación –que es en origen anterior a Panini, en los
conocidos como Tazos- y por tanto de un esfuerzo particular.
Y es que el mercado muestra por el contrario que los modelos de una y otra
empresa, y con referencia a los comercializados que son los únicos comparables,
se presentan claramente diferenciados, tanto en la forma como en su uso e
identidad, esta última a través de las serigrafías que en la parte posterior de cada
modelo los identifican. Ni el nombre que comercialmente se da a cada ficha (Waps y
Giracrash), ni la función (giratoria –dando un contenido descriptivo a la
denominación del producto- en el caso de los productos de Kellogg´s) que
desarrollan para el entretenimiento de los niños, ni las formas con que se presentan
en el mercado (cuadrangulares en el caso de los Waps, hexagonales en el caso de
los Giracrash), permiten una asociación y el correspondiente riesgo de confusión en
un mercado marcado por lo demás con determinadas características propias de la
psicología del marketing como son los colores llamativos, variados en extremo al
punto de hacerlos irreconocibles para una sola titularidad, y la manejabilidad de las
fichas, tanto por tamaño como por peso.
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En conclusión no hay infracción concurrencial y por ello no cabe sino confirmar la
sentencia de instancia y desestimar el motivo de apelación formulado.
QUINTO.- En cuanto a las costas procesales de este recurso, y habiéndose
desestimado en su integridad el recurso de apelación deducido por la actora,
procede imponer expresamente las costas del recurso de apelación a la citada
apelante de conformidad con los artículos 398 y 394 LEC. Sin que resulte desde
luego procedente variar el pronunciamiento por razón de vencimiento de la primera
instancia ni tampoco el de esta alzada ya que el único motivo que permitiría
moderar el criterio objetivo es la existencia de dudas de hecho o de derecho y, ni
unas ni otras, se aprecian concurrentes en este procedimiento, ni resultantes de los
hechos ocurridos en el mismo que son los únicos atendibles para fijar tal criterio.
Las partes han defendido sus posiciones conforme a las alegaciones de sus
respectivos escritos y no consta en absoluto que la demandada se plegara a las
pretensiones, en todo o en parte de la actora como para que ésta se viera
compelida a mantener su posición. La defensa de sus pretensiones ha sido
claramente independiente y basada en los intereses de su representada. Por ello, la
falta de estimación no constituye una excepción al principio general que procede
mantener en toda su integridad.
Vistos los artículos citados y demás de gene ral y pertinente aplicación, en
nombre del Rey y por la autoridad conferida por el Pueblo Español.
FALLAMOS
Que desestimando el recurso de apelación deducido por las representación que
ostenta el Procurador D. Juan Carlos Olcina Fernández de la mercantil Panini
España S.A. contra la sentencia dictada por el Juzgado de Marca Comunitaria
número 1 de fecha 26 de diciembre de 2005, debemos confirmarla y la confirmamos
en su integridad; y con expresa imposición de las costas procesales de esta alzada
a la parte actora-apelante.
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Notifíquese esta Sentencia en forma legal y, en su momento, devuélvanse los autos
originales al Juzgado de procedencia, de los que se servirá acusar recibo,
acompañados de certificación lite ral de la presente resolución a los oportunos
efectos de ejecución de lo acordado, uniéndose otra al Rollo de apelación.
Así, por esta nuestra Sentencia definitiva que, fallando en grado de apelación, lo
pronunciamos, mandamos y firmamos.
PUBLICACIÓN.- En el mismo día ha sido leída y publicada la anterior resolución
por el Ilmo. Sr. Ponente que la suscribe, hallándose la Sala celebrando Audiencia
Pública. Doy fe.-
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