10 DE DICIEMBRE DE 1948:

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10 DE DICIEMBRE DE 1948:
DECLARACIÓN UNIVERSAL DE LOS DERECHOS HUMANOS
Los Derechos Humanos no fueron creados en un único acto ni por una sola persona o grupo, sino que son
productos del desarrollo histórico. Por ello, hay que hablar de una construcción histórica de los mismos.
Las revoluciones inglesa, francesa y norteamericana que
tuvieron lugar entre los siglos XVII y XVIII sirvieron
como antesala para el reconocimiento positivo de los
Derechos Humanos. Ellos son producto de estas
primeras luchas como reacción al Estado absolutista. La
“Declaración de la Independencia” de EEUU de la
corona de Inglaterra en el año 1976, la “Constitución de Estados Unidos” ratificada en 1789 y la
“Declaración de los Derechos del Hombre y el Ciudadano” producto de la Revolución Francesa, fueron
documentos que prepararon el camino para la consagración de los derechos humanos a nivel internacional.
El 24 de octubre de 1945, a raíz de la Segunda Guerra Mundial, las Naciones Unidas nació como una
organización intergubernamental con el propósito de salvar a las generaciones futuras de la devastación de
conflictos internacionales.
Los Estatutos de las Naciones Unidas establecieron seis órganos principales, incluyendo la Asamblea
General, el Consejo de Seguridad, la Corte Internacional de Justicia, y en relación con los derechos
humanos, un Consejo Económico y Social (ECOSOC).
Los estatutos de las Naciones Unidas otorgaban al Consejo Económico y Social el poder de establecer
“comisiones en campos económicos y sociales para la promoción de los derechos humanos…”. Una de ellas
fue la Comisión de Derechos Humanos de las Naciones Unidas, que, bajo la presidencia de Eleanor
Roosevelt, se encargó de la creación de la Declaración Universal de los Derechos Humanos.
La Declaración fue redactada por representantes de todas las regiones del mundo y abarca todas las
tradiciones jurídicas. Formalmente adoptada por las Naciones Unidas el 10 de diciembre de 1948, es el
documento más universal de los derechos humanos en existencia, describiendo los treinta derechos
fundamentales que constituyen la base para una sociedad democrática. Dicha declaración proclama los
derechos personales, civiles, políticos, económicos, sociales y culturales del hombre, los cuales sólo se ven
limitados por el reconocimiento de los derechos y libertades de los demás, así como por los requisitos de
moralidad, orden público y bienestar general. Entre los derechos citados por la Declaración se encuentran el
derecho a la vida, a la libertad, a la seguridad personal; a no ser víctima de una detención arbitraria; a un
proceso judicial justo; a la presunción de inocencia hasta que no se demuestre lo contrario; a la no invasión
de la vida privada y de la correspondencia personal; a la libertad de movimiento y residencia; al asilo
político; a la nacionalidad; a la propiedad; a la libertad de pensamiento, de conciencia, de religión, de
opinión y de expresión; a asociarse, a formar una asamblea pacífica y a la participación en el gobierno; a la
seguridad social, al trabajo, al descanso y a un nivel de vida adecuado para la salud y el bienestar; a la
educación y la participación en la vida social de su comunidad. La Declaración fue concebida como parte
primera de un proyecto de ley internacional sobre los derechos del hombre. La Comisión de los Derechos
Humanos de la ONU dirigió sus esfuerzos hacia la incorporación de los principios más fundamentales de la
Declaración en varios acuerdos internacionales.
Tras este acto histórico, la Asamblea pidió a todos los países miembros que publicaran el texto de la
Declaración y “que se distribuyera, exhibiera, leyera y expusiera principalmente en escuelas y otras
instituciones de enseñanza, sin importar el status político de los países o territorios”.
En 1955 la Asamblea General autorizó dos pactos de Derechos Humanos, uno relativo a los derechos civiles
y políticos y el otro a los derechos económicos, sociales y culturales. Ambos pactos entraron en vigor en
enero de 1966, tras una larga lucha para lograr que fueran ratificados.
En 1977, la Comisión Argentina de Derechos Humanos denunció en Ginebra al régimen militar, acusándolo
de 2.300 asesinatos políticos, unos 10.000 arrestos por causas políticas y la desaparición de entre 20.000 y
30.000 personas, muchas de las cuales fueron asesinadas y sepultadas en tumbas anónimas.
En 1994, se agregó a la Constitución argentina la Constitución Americana sobre los Derechos Humanos
(Pacto de San José de Costa Rica).
En la actualidad, la Declaración es un documento en continua evolución que ha sido aceptado como contrato
entre un gobierno y su pueblo en todo el mundo.
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