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Teresa Torres Rivera
Querellante
Querella Número
400009683
Vs.
Berríos Auto Gallery, Inc., Daimler
Chrysler Financial Services Caribbean
S.A., y Chrysler International Services
Querellado
Sobre
Mercancía Defectuosa
RESOLUCION
La vista administrativa de la presente querella se celebró el día 3 de julio
de 2008. Compareció a la vista administrativa la parte querellante, Teresa Torres
Rivera representada por el Lcdo. Carlos A. Velázquez Ramírez. Por la parte
querellada Berríos Auto Gallery, Inc., compareció la Lcda. Brenda Quiñones
Bayrón y la acompañaba Roberto Aponte Hernández, gerente de ventas y Jimmy
Osorio Lleras, gerente de servicio, ambos de dicha parte querellada. Por la
restante parte co-querellada, Daimler Chrysler Financial Services Caribbean
compareció el Lcdo. Yamil M. Caro Pérez.
Con anterioridad a la celebración de la vista administrativa, la parte
querellante había solicitado el desistimiento contra la parte co-querellada,
Chrysler International Services por no existir reclamación alguna contra dicha
parte. En adición, antes de comenzar la vista administrativa la parte querellante
indicó que tampoco tiene ninguna reclamación contra la parte co-querellada,
Daimler Chrysler Financial Services Caribbean.
Conforme a la prueba presentada, se formulan las siguientes:
DETERMINACIONES DE HECHOS
1. La querellante acudió a las facilidades de la firma querellada, Berríos Auto
Gallery, Inc., en busca de un vehículo cuatro (4) cilindros que no
consumiera mucho combustible y que fuera blanco.
2. La querellante también interesaba que el vehículo que comprara fuera
financiado a través del Pentagon Federal Credit Union.
3. La firma querellada le indicó a la querellante que el vehículo Jeep Liberty
era muy económico en consumo de combustible, pero que no lo tenían
disponible en color blanco. Como alternativa la firma querellada le ofreció
traerlo en color blanco desde un dealer en Ponce, pero le costaría $1,000.00
dólares adicionales, a lo cual la querellante aceptó.
4. La querellante, Teresa Torres Rivera suscribió un contrato de compraventa
de un vehículo de motor nuevo, marca Jeep, modelo Liberty del año 2007
con la firma co-querellada, Berríos Auto Gallery, Inc., el 8 de enero de
2008.
5. El costo del vehículo de motor, Jeep Liberty del año 2007 fue de $22,504.00
dólares.
6. La querellante pagó un pronto de $2,000.00 dólares a la firma querellada y
financió la cantidad restante de $20,504.00 dólares con la querellada,
Daimler Chrysler Financial Services Caribbean. Además, pagó $399.25
dólares a la firma querellada por la tablilla de dicho vehículo. El vendedor
no le contestó nada con relación a su petición de que el préstamo fuera
financiado a través del Pentagon Federal Credit Union.
7. Cuando le entregaron la licencia provisional de dicho vehículo a la
querellante, su hijo se percató que el mismo era de seis (6) cilindros y no
de cuatro (4) cilindros según lo solicitó. Sin embargo, el vendedor
convenció a la querellante para que se quedara con la unidad, Jeep
Liberty.
8. Posteriormente, la querellante llevó el vehículo a la firma querellada para
que le corrigieran ciertos defectos, en adición, la querellante le informó
que dicho vehículo gastaba bastante combustible y que estaba inconforme
con el mismo. El empleado de la firma querellada le contestó que le iban a
calibrar el tanque de combustible para que no gastara tanta gasolina.
9. Alrededor del 30 de enero de 2008, la querellante fue al local de la firma
querellada para la corrección de defectos en el vehículo de la querellante y
el Sr. Jimmy Osorio Lleras le expresó que la calibración no reduciría el
consumo de gasolina.
10. La querellante se comunicó con la firma querellada, específicamente con el
vendedor y le expresó su inconformidad con la venta dado el alto
consumo de gasolina. Es el propio vendedor que le sugiere a la
querellante que de en “trade-in” dicho vehículo, por uno más económico
en el consumo de gasolina.
11. El 6 de febrero de 2008, la querellante dio en “trade-in”, la Jeep Liberty, la
cual le fue entregada a la firma querellada, para suscribir un nuevo
contrato de compraventa de un vehículo de motor, en esta ocasión, una
Jeep Patriot del año 2008. La firma querellada le indicó a la querellante
que el balance de cancelación del primer contrato era de $23,492.00
dólares, por lo cual dicha cantidad fue el valor de “trade-in” de la Jeep
Liberty.
12. La firma querellada financió la unidad, Jeep Patriot del año 2008 por la
cantidad de $24,995.00 dólares.
13. Igualmente, la querellante interesaba que el financiamiento fuera otorgado
a través Pentagon Federal Credit Union, pero el vendedor de la firma
querellada le contestó que el mismo fue denegado.
14. Luego de suscrito el contrato de financiamiento, la firma querellada envía
a la querellante a la institución que financió este nuevo contrato de
compraventa, Caribe Federal Credit Union para firmar los documentos
del préstamo aprobado. Un empleado de Caribe Federal le indicó a la
querellante que ellos no podían financiar la unidad Jeep Patriot, objeto del
nuevo contrato porque la cantidad financiada es mayor al costo de dicho
vehículo, el cual era de $19,000.00 dólares.
15. La querellante se presentó nuevamente a las facilidades de la firma
querellada, Berríos Auto Gallery, Inc., expresó lo sucedido y le exigió que
le ajustaran el precio al valor de dicho vehículo de $24,995.00 dólares a
$19,000.00 dólares. El Sr. Roberto Aponte Hernández, gerente de ventas
fue la persona que atendió a la querellante y le indicó que no podía ajustar
el precio de la unidad, Jeep Patriot porque hubo un “trade-in”.
16. En ese momento la firma querellada le ordenó a la querellante la entrega
del vehículo, objeto del nuevo contrato, Jeep Patriot y le exigió a la
querellante que aceptara la Jeep Liberty, vehículo objeto del contrato
resuelto.
17. La querellante se negó a aceptar el vehículo del primer contrato, Jeep
Liberty ya que lo había dado en “trade-in”, y así consta en el nuevo
contrato suscrito entre las partes.
18. La parte querellada tomó posesión del vehículo Jeep Patriot. Además, el
empleado de la firma querellada, Joel Santiago sacó el vehículo, objeto de
primer contrato, Jeep Liberty del dealer querellado y la estacionó en las
afueras de las facilidades de dicha firma querellada. En adición, le
indicaron a la querellante que el vehículo, Jeep Liberty era su
responsabilidad, porque el mismo estaba a su nombre.
19. La querellante se llevó el vehículo Jeep Liberty, objeto del contrato
resuelto para su residencia.
20. El 12 de febrero de 2008, la querellante radicó la presente querella en este
Departamento alegando que el vehículo Jeep Liberty adolecía de los
defectos siguientes: (1) moho en el sistema de “muffler” y por la parte de
debajo del vehículo; y (2) rasgos de moho en la capota y el bonete.
21. Posteriormente, el 31 de marzo de 2008, la parte querellante enmendó la
querella de epígrafe a los fines de añadir que el primer contrato quedó
resuelto y que dicho vehículo fue entregado a la firma querellada, pues se
suscribió un nuevo contrato entre las partes, teniendo como objeto otro
vehículo de motor. En adición, la parte querellante alega dolo en la
contratación.
22. La parte querellante solicita la resolución del contrato, la devolución de
las prestaciones, costas y honorarios de abogados, y que se le compense a
la querellante por todos los malos ratos y angustias mentales causadas por
las acciones de la firma querellada.
23. Antes de comenzar la vista administrativa la parte querellante desistió
voluntariamente de los defectos del vehículo Jeep Liberty alegados en la
querella de epígrafe.
24. En la vista administrativa la parte querellante testificó lo siguiente:
• que la motivación de la compraventa era un vehículo cuatro (4)
cilindros.
• que firmó el contrato sin leerlo.
•
•
•
•
•
•
que su hijo fue la persona que se percató que el vehículo era seis (6)
cilindros y no cuatro (4) cilindros cuando un empleado de la firma
querellada le entregó la registración provisional.
que tuvo el vehículo en su posesión por veinticinco (25) días en los
cuales se percató que el mismo no fue económico en cuanto al
consumo de combustible.
que la Jeep Liberty no es suya porque la había dado en “trade-in” y
había firmado un contrato posterior.
que continuo realizando los pagos mensuales del vehículo Jeep
Liberty, a pesar de haberla dado en “trade-in”.
que el Pentagon Federal Credit Union le aprobó el préstamo por la
cantidad de $25,000.00 dólares.
Al día de la vista administrativa, la Jeep Liberty se encuentra en su
posesión.
25. El testimonio de la parte querellante nos mereció entera credibilidad.
26. En la vista administrativa Roberto Aponte Hernández, gerente de venta
de la parte co-querellada, Berríos Auto Gallery Inc. testificó lo siguiente:
• que su función en dicha firma querellada es velar por las ventas y
su culminación.
• que le mostró a la querellante otros vehículos blancos de cuatro (4)
cilindros.
• que la diferencia en combustible en vehículos de cuatro (4) y seis (6)
cilindros es muy poco.
• que cuando atendió a la querellante el 6 de febrero de 2008, su
reclamó fue que el vehículo gastaba mucha gasolina.
• que el Pentagon Federal Credit Union denegó el préstamo de
financiamiento.
• que en la segunda transacción el costo de la depreciación de la
primera unidad fue sumado al precio de venta de la unidad Jeep
Patriot.
• que los vendedores en algunas ocasiones hablan directamente con
las instituciones financieras y en otras ocasiones el propio cliente
habla con éstas.
• que el vendedor le informó a la querellante que sólo le aprobaron
$19,000.00 dólares.
Examinadas las anteriores Determinaciones de Hechos se esbozan las
siguientes:
CONCLUSIONES DE DERECHO
La parte co-querellada, Daimler Chrysler Financial Services Caribbean es
la institución financiera que aprobó el préstamo de financiamiento del contrato
de compraventa del vehículo Jeep Liberty del año 2007. Al día de la vista
administrativa, se encuentra vigente el préstamo de financiamiento y la
querellante continua realizando los pagos mensuales de dicho préstamo, por lo
cual dicha parte querellada debe ser parte en la querella de epígrafe.
Comenzaremos por analizar e interpretar el primer contrato suscrito entre
la firma querellada, Berríos Auto Gallery, Inc. y la querellante, Teresa Torres
Rivera.
Entre las partes de epígrafe se perfeccionó un contrato de compraventa
mediante el cual la parte querellada se obliga a entregar una cosa determinada,
en este caso en particular, un vehículo de motor, Jeep Liberty del año 2007 con
número de serie 1J4GK48K67W617250, y la parte querellante a pagar un precio
cierto. Véase artículo 1334 del Código Civil de Puerto Rico, 31 L.P.R.A. sec. 3741.
El artículo 1044 del citado Código obliga a las partes a cumplir
estrictamente lo contratado. La prueba desfilada demuestra la configuración de
un contrato válido entre las partes.
Conforme dispone el Artículo 1157 del Código Civil de Puerto Rico, 31,
L.P.R.A. sec. 3241, las obligaciones pueden modificarse: (1) variando su objeto o
sus condiciones principales; (2) sustituyendo la persona del deudor; y (3)
subrogando a un tercero en los derechos del acreedor. Por su parte, el Artículo
1158 del citado Código Civil, 31 L.P.R.A. sec. 3242, establece que para "...que una
obligación quede extinguida por otra que la sustituya es preciso que así se
declare terminantemente, o que la antigua y la nueva sean de todo punto
incompatibles".
Un análisis de la jurisprudencia interpretativa de las antes mencionadas
disposiciones legales, demuestra que nuestro Tribunal Supremo ha establecido,
"...como pauta interpretativa de este articulado que la novación nunca se
presume sino que ha de ser acreditada sin género alguno de duda...."; que la
misma "...es siempre una cuestión de intención y que ésta debe inferirse de las
circunstancias que rodean cada caso en particular..."; que la "...doctrina
puntualiza el elemento de la voluntad de las partes como determinante de la
novación..."; y que por razón de que "...la extinción de la obligación conlleva la
extinción de las garantías y demás derechos accesorios...", resulta "...evidente que
una consecuencia tan drástica como ésta sólo puede producirse cuando las partes
han tenido clara conciencia de ella...". Warner Lambert v. Tribunal Superior, 101
D.P.R. 378, 389, 390-391 (1973). Esto es, el llamado “efecto novatorio extintivo”
que se produce solamente cuando las partes lo han querido y así lo han
declarado en forma inequívoca, o, en su defecto, cuando la intención de novar se
deriva de la incompatibilidad absoluta entre las dos obligaciones. Warner Lambert
Co. v. Tribunal Superior, supra. Goble & Jiménez, Inc. v. Doré Rice Mill, Inc., 108
D.P.R. 89, 91 (1978).
En Constructora Bauzá, Inc. v. Luis García López, 129 DPR 579, 599 (1991), el
Tribunal Supremo recalcó la normativa antes expuesta, ".....la incompatibilidad
existe cuando la obligación anterior y la posterior al acto novativo pertenecen a
tipos distintos o se han transformado de naturaleza. Empero, apuntan que la
jurisprudencia afirma reiteradamente que la incompatibilidad existe cuando hay
alteraciones esenciales en la obligación, es decir, variación de las ‘condiciones
principales’ de las que habla el Art. 1157, como el objeto o el precio en el
contrato. No hay novación, en cambio, cuando subsistiendo la obligación
primitiva se dan facilidades para su cumplimiento, prórroga o plazos
fraccionados. No obstante, cuando el plazo constituye condición esencial del
contrato, su alteración es causa de novación extintiva por incompatibilidad entre
la nueva y la primitiva obligación. En definitiva, el criterio jurisprudencial es el
que juzga acerca de si han variado 'las condiciones principales', en suma, se deja
a la apreciación de cada caso si una variación afecta a una condición que ha de
ser tenida por principal'....". (Enfasis suplido.) En Miranda Soto v. Mena Eró, 109
D.P.R. 473, {DPR 599} 479-480 (1980).
De la prueba presentada se desprende que ambas partes de común
acuerdo deciden resolver el contrato de compraventa del vehículo Jeep Liberty
para que se entregara en “trade-in” por otro vehículo de la misma firma
querellada. La querellante entregó la Jeep Liberty a la firma querellada quien la
aceptó y tomó posesión de la misma. En adición, se resolvió este contrato y se
incluyó dicho vehículo como “trade-in” en un nuevocontrato que suscribieron la
firma querellada y la querellante, el 6 de febrero de 2008. Por acuerdo de las
partes el contrato de compraventa de la Jeep Liberty del año 2007 quedó resuelto.
Es evidente que hubo una novación extintiva de la obligación
originalmente pactada; ello en vista del hecho incuestionable de que hubo una
variación sustancial de las condiciones principales que originalmente habían
pactado las partes, específicamente el objeto y el precio del contrato.
Posteriormente, la firma querellada le entregó a la querellante el vehículo,
objeto del contrato resuelto, la Jeep Liberty, bajo el apercibimiento que era su
responsabilidad lo que le hubiese sucedido a este vehículo. El hecho de que la
firma querellada no hubiese cancelado el contrato de financiamiento y el de
seguro, no significa que el contrato de compraventa de este vehículo continuaba
vigente. No existe responsabilidad ninguna de la querellante con relación al
vehículo Jeep Liberty.
Quedando resuelto este primer contrato de compraventa mediante una
novación extintiva, pasamos a dilucidar la reclamación de la querellante respecto
al nuevo contrato de compraventa del vehículo, Jeep Patriot del año 2008.
Entre las partes de epígrafe se perfeccionó un contrato de compraventa
mediante el cual la parte querellada se obliga a entregar una cosa determinada,
en este caso en particular, un vehículo de motor, Jeep Patriot del año 2008 con
número de serie 1J8FT28W78D584819, y la parte querellante a pagar un precio
cierto. Véase artículo 1334 del Código Civil de Puerto Rico, 31 L.P.R.A. sec. 3741.
El artículo 1044 del citado Código obliga a las partes a cumplir
estrictamente lo contratado. La prueba desfilada demuestra la configuración de
un contrato válido entre las partes.
Nuestro ordenamiento jurídico establece en el Artículo 1213 del Código Civil
de Puerto Rico, 31 L.P.R.A. sec. 3391. “No hay contrato sino cuando concurren
los requisitos siguientes:
1- Consentimiento de los contratantes
2- Objeto cierto que sea materia del contrato
3- Causa de la obligación que se establezca”.
“Será nulo el consentimiento prestado por error, violencia, intimidación o
dolo”. Artículo 1217 del Código, supra. Por cualquiera de éstos el contrato es
anulable. El dolo invalida el consentimiento.
Los artículos 1221 y 1222 del Código Civil de Puerto Rico disponen: “Hay
dolo cuando con palabras o maquinaciones insidiosas de parte de uno de los
contratantes, es inducido al otro a celebrar un contrato que, sin ellas, no hubiera
hecho”. “Para que el dolo produzca la nulidad de los contratos, deberá ser grave
y no haber sido empleado por las dos partes contratantes”. El dolo se entiende
como todo un complejo de malas artes, contrario a la honestidad e idóneo para
sorprender la buena fe ajena, generalmente para beneficio propio, en que viene a
resumirse el estado de ánimo de aquel que no sólo ha querido el acto, sino que,
además, ha previsto y querido las consecuencias antijurídicas de él provenientes.
Sánchez Rodríguez v. López Jiménez, 118 D.P.R. 701, 708 (1987). Véase, además,
Rivera Vda. de Hernández v. Hernández, 44 D.P.R. 356, 357-358 (1933); José Puig
Brutau, Fundamentos de Derecho Civil, Tomo I, Vol. II, 504 (2da ed. 1976).
También, el dolo grave es la voluntad consciente de producir un acto injusto.
Federico Puig Peña, Compendio de Derecho Civil Español, Tomo III, Vol. 1, 183
(1966). Colón v. Promo Motor Imports, Inc., 144 DPR 659 (1997).
El dolo grave es aquel que causa y lleva a celebrar el contrato, de modo
tal que sin él no se hubiera otorgado el mismo. Colón v. Promo Motor Imports, Inc.,
supra. En otras palabras, es el engaño de una de las partes sobre aquellas
cualidades que indujeron a la otra a contratar. Márquez v.Torres Campos supra.
El vendedor de la firma querellada le expresó a la querellante que el
Pentagon Federal Credit Union le denegó el préstamo de financiamiento. Sin
embargo, la querellante testificó y mostró en la vista una carta del Pentagon
Federal Credit Union en la cual le notificaron que su préstamo fue aprobado.
Por existir dolo grave en el consentimiento prestado en el contrato de
compraventa del vehículo del querellante, el mismo es nulo. El efecto que
produce la nulidad, es que las partes tienen que restituirse las prestaciones o su
equivalente pecuniario. Véase Artículo 1252 del Código, supra.
Por otro lado, los contratos válidamente celebrados se pueden resolver o
revocar por acuerdo de ambas partes, por incumplimiento de una parte o por
autorización de ley. Cuando una de las partes no cumple con su obligación
principal puede solicitar la resolución del contrato.
Por su parte, el Artículo 1077 del Código Civil, supra, dispone lo siguiente:
“La facultad de resolver las obligaciones se entiende implícita en las
recíprocas, para el caso de que uno de los obligados no cumpliere lo que le
incumbe. El perjudicado podrá escoger entre exigir el cumplimiento o la
resolución de la obligación, con el resarcimiento de daños y abono de
intereses en ambos casos. También podrá pedir la resolución, aun
después de haber optado por el cumplimiento cuando éste resultare
imposible....” La parte querellante solicita la resolución del contrato de
compraventa.
La prueba desfilada demostró que la parte querellante cumplió con su parte
del contrato de acudir a las oficinas de la institución bancaria, Caribe Federal Credit
Union para firmar los documentos del préstamo aprobado, y son éstos quienes le
expresaron a la querellante que no pueden financiar su vehículo porque el
financiamiento es mayor al costo del vehículo. Para solucionar este asunto la
querellante acudió a las oficinas de la firma querellada, y éstos no le ajustaron el
precio del vehículo ni buscaron otras alternativas, como lo hubiese sido el financiar
dicha unidad mediante el Pentagon Federal Credit Union.
No obstante, es imposible creer que a la querellante la institución bancaria
le haya aprobado sólo $19,000.00 dólares, valor real de la unidad Jeep Patriot; y que
la firma querellada le haya entregado el vehículo a sabiendas de que no le
aprobaron la cantidad completa y necesaria y sin garantía de pago. Por último, en
el momento en que la parte querellada exigió la entrega de este vehículo, Jeep
Patriot y tomó posesión del mismo, se entiende que unilateralmente resolvió el
contrato de compraventa de esta unidad. La firma querellada privó a la
querellante del uso del vehículo, objeto del contrato de compraventa.
Conforme a lo antes expuesto, y respecto al vehículo Jeep Liberty del año
2007, procede que la querellante entregue el vehículo en el local de la firma
querellada, por haberse resuelto el contrato mediante una novación extintiva con
el aval de las partes. En cuanto a la unidad Jeep Patriot del año 2008, por haber
un incumplimiento de la firma querellada, se resuelve dicho contrato entre las
partes y procede la devolución de las prestaciones.
Los honorarios de abogado sólo proceden cuando una parte actua con
temeridad, Regla 44.1 Reglas de Procedimiento Civil (32 L.P.R.A. Ap. III R. 44.1).
La temeridad es definida de la siguiente manera, “Dícese de aquella parte que
pleitea alegando pretensiones infundadas y desprovistas de razón alguna”.1
La parte querellada no tenía razón para continuar con la querella de
epígrafe, a sabiendas que resolvieron el contrato de compraventa de la Jeep
Liberty con el consentimiento de ambas partes (novación extintiva,
anteriormente discutida) y que tomaron posesión del vehículo, objeto del
segundo contrato, incumpliendo el mismo. Por todo lo cual, procede que la parte
querellada pagué la cantidad de $300.00, de honorarios de abogado de la parte
querellante, según solicitado en la presente querella.
Con relación a la petición de la querellante de indemnización por todos
los malos ratos y angustias mentales causadas por las acciones del querellado,
sobre esto no se presentó prueba suficiente que evidencie tal petición, por lo cual
no procede.
Por todo lo antes expuesto, este Departamento, en virtud de las facultades
conferidas por la Ley Núm.5 de 23 de abril de 1973, según enmendada, emite la
siguiente:
1
Lcdo. Ignacio Rivera García, Diccionario Jurídico, 3era edición revisada
ORDEN
Se desestima la presente querella contra Chrysler International Services
por no existir una reclamación contra dicha parte. En cuanto a las partes coquerelladas, Berríos Auto Gallery y Daimler Chrysler Financial Services
Caribbean se declara HA LUGAR la presente querella.
En el término de treinta (30) días contados a partir de la notificación de la
presente Resolución, el querellado Berríos Auto Gallery, Inc. reembolsará
(concepto de devolución de dinero) a la querellante la cantidad de $2,000.00
dólares que se adjudicó como pronto pago, más $1,000.00 dólares que la
querellante pagó a la querellada por traerle la unidad Jeep Liberty color blanca
desde Ponce, más $399.25 dólares por la tabilla de dicho vehículo y las
cantidades sobre las respectivas partidas pagadas de seguros y registro que
apliquen. Además, la parte querellada, Berríos Auto Gallery, Inc. reembolsará a
la querellante la suma de $300.00 dólares de honorarios de abogado.
Las partes querelladas Berríos Auto Gallery, Inc. y Daimler Chrysler
Financial Services Caribbean reembolsará (concepto de devolución de dinero)
solidariamente a la querellante todas las mensualidades pagadas hasta ahora,
por ésta, sobre el principal e intereses según provea Daimler Chrysler Financial
Services Caribbean. Se le apercibe a la querellante que cese de utilizar el
vehículo, Jeep Liberty.
Entregada dicha suma a la querellante, ésta procederá a devolver el
vehículo Jeep Liberty al querellado, Berríos Auto Gallery, Inc. Transcurrido el
tiempo aquí dispuesto sin que las querelladas hayan pagado la referida suma a la
querellante, la deuda comenzará a devengar intereses según la taza de interés
establecido en el mercado. Además, se ordena a la parte co-querellada, Daimler
Chrysler Financial Services Caribbean provea los cálculos sobre lo pagado por la
querellante de principal e intereses y los suministre a las partes en diez (10) días
al recibo de esta Resolución so pena de sanciones y multa. Además, deberá
abstenerse de realizar gestiones de cobro contra la querellante.
Este Departamento solicitará el auxilio del Tribunal de Primera Instancia
para hacer cumplir la misma.
La parte querellante notificará a este Departamento, por escrito si la parte
querellada cumple lo ordenado para procederse al Cierre y Archivo del caso.
Igualmente notificará por escrito, si no cumple para procederse conforme a
derecho.
Aquella parte afectada por la presente Resolución podrá solicitar al
Departamento una reconsideración de la misma, en el plazo de veinte (20) días
contados a partir de la fecha de archivo en autos de dicha resolución. En la
alternativa podrá la parte afectada, acudir directamente al Tribunal de
Apelaciones en Revisión Judicial, dentro del término de treinta (30) días del
archivo en autos de la resolución emitida, Ley Número 247 del 25 de diciembre
de 1996. Los términos comprendidos en los presentes apercibimientos se
computan basado en días naturales.
Si la parte afectada opta por solicitar la reconsideración de la resolución
emitida, dicha solicitud deberá ser por escrito, consignándose claramente la
palabra Reconsideración como título y en el sobre de envío.
Dicha reconsideración deberá ser enviada a la Oficina Regional de
Caguas de este Departamento, localizada en el Centro Gubernamental, Primer
Piso, Oficina 103, Apartado 1031, Caguas, Puerto Rico 00726. Copia de la
solicitud deberá ser enviada a la otra parte. De no hacerlo así, la presente
Resolución advendrá final y firme.
Si el Departamento dejare de tomar alguna acción con relación a la moción
de reconsideración dentro de los quince (15) días de recibida, se considerará
rechazada de plano, por lo cual el término de treinta (30) días para solicitar
Revisión Judicial al Tribunal de Apelaciones comenzará a contar a partir de ese
momento.
Si el Departamento tomase alguna determinación sobre la reconsideración
radicada, el término para solicitar Revisión Judicial empezará a contarse desde
la fecha en que se archivó en autos una copia de la notificación de la Resolución
de la Agencia, resolviendo definitivamente la reconsideración solicitada. Dicha
Resolución deberá ser emitida y archivada en autos dentro de los noventa (90)
días siguientes a la radicación de la reconsideración. De lo contrario, la agencia
perderá jurisdicción sobre dicha solicitud de reconsideración y el término para
solicitar Revisión Judicial empezará a contarse nuevamente a partir de la
expiración del plazo de noventa (90) días, salvo que el Departamento por justa
causa y previo al vencimiento del término de noventa (90) días prorrogue dicho
término por un período que no excederá de treinta (30) días adicionales.
En Caguas, Puerto Rico, a 31 de julio de 2008.
Lcdo. Víctor A. Suárez Meléndez
Secretario
Lcda. Ethel G. Ruiz Fernández
Directora
__________________________
Lcda. Marleen Alvarado Acosta
Juez Administrativo
________________________
Lcda. Marilda Santana Santos
Oficial Examinador
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