Oficina Regional de Caguas Apartado 1031, Caguas, Puerto Rico 00726 Teléfono: 744-9341 / Fax: 744-3414 www.daco.gobierno.pr Teresa Torres Rivera Querellante Querella Número 400009683 Vs. Berríos Auto Gallery, Inc., Daimler Chrysler Financial Services Caribbean S.A., y Chrysler International Services Querellado Sobre Mercancía Defectuosa RESOLUCION La vista administrativa de la presente querella se celebró el día 3 de julio de 2008. Compareció a la vista administrativa la parte querellante, Teresa Torres Rivera representada por el Lcdo. Carlos A. Velázquez Ramírez. Por la parte querellada Berríos Auto Gallery, Inc., compareció la Lcda. Brenda Quiñones Bayrón y la acompañaba Roberto Aponte Hernández, gerente de ventas y Jimmy Osorio Lleras, gerente de servicio, ambos de dicha parte querellada. Por la restante parte co-querellada, Daimler Chrysler Financial Services Caribbean compareció el Lcdo. Yamil M. Caro Pérez. Con anterioridad a la celebración de la vista administrativa, la parte querellante había solicitado el desistimiento contra la parte co-querellada, Chrysler International Services por no existir reclamación alguna contra dicha parte. En adición, antes de comenzar la vista administrativa la parte querellante indicó que tampoco tiene ninguna reclamación contra la parte co-querellada, Daimler Chrysler Financial Services Caribbean. Conforme a la prueba presentada, se formulan las siguientes: DETERMINACIONES DE HECHOS 1. La querellante acudió a las facilidades de la firma querellada, Berríos Auto Gallery, Inc., en busca de un vehículo cuatro (4) cilindros que no consumiera mucho combustible y que fuera blanco. 2. La querellante también interesaba que el vehículo que comprara fuera financiado a través del Pentagon Federal Credit Union. 3. La firma querellada le indicó a la querellante que el vehículo Jeep Liberty era muy económico en consumo de combustible, pero que no lo tenían disponible en color blanco. Como alternativa la firma querellada le ofreció traerlo en color blanco desde un dealer en Ponce, pero le costaría $1,000.00 dólares adicionales, a lo cual la querellante aceptó. 4. La querellante, Teresa Torres Rivera suscribió un contrato de compraventa de un vehículo de motor nuevo, marca Jeep, modelo Liberty del año 2007 con la firma co-querellada, Berríos Auto Gallery, Inc., el 8 de enero de 2008. 5. El costo del vehículo de motor, Jeep Liberty del año 2007 fue de $22,504.00 dólares. 6. La querellante pagó un pronto de $2,000.00 dólares a la firma querellada y financió la cantidad restante de $20,504.00 dólares con la querellada, Daimler Chrysler Financial Services Caribbean. Además, pagó $399.25 dólares a la firma querellada por la tablilla de dicho vehículo. El vendedor no le contestó nada con relación a su petición de que el préstamo fuera financiado a través del Pentagon Federal Credit Union. 7. Cuando le entregaron la licencia provisional de dicho vehículo a la querellante, su hijo se percató que el mismo era de seis (6) cilindros y no de cuatro (4) cilindros según lo solicitó. Sin embargo, el vendedor convenció a la querellante para que se quedara con la unidad, Jeep Liberty. 8. Posteriormente, la querellante llevó el vehículo a la firma querellada para que le corrigieran ciertos defectos, en adición, la querellante le informó que dicho vehículo gastaba bastante combustible y que estaba inconforme con el mismo. El empleado de la firma querellada le contestó que le iban a calibrar el tanque de combustible para que no gastara tanta gasolina. 9. Alrededor del 30 de enero de 2008, la querellante fue al local de la firma querellada para la corrección de defectos en el vehículo de la querellante y el Sr. Jimmy Osorio Lleras le expresó que la calibración no reduciría el consumo de gasolina. 10. La querellante se comunicó con la firma querellada, específicamente con el vendedor y le expresó su inconformidad con la venta dado el alto consumo de gasolina. Es el propio vendedor que le sugiere a la querellante que de en “trade-in” dicho vehículo, por uno más económico en el consumo de gasolina. 11. El 6 de febrero de 2008, la querellante dio en “trade-in”, la Jeep Liberty, la cual le fue entregada a la firma querellada, para suscribir un nuevo contrato de compraventa de un vehículo de motor, en esta ocasión, una Jeep Patriot del año 2008. La firma querellada le indicó a la querellante que el balance de cancelación del primer contrato era de $23,492.00 dólares, por lo cual dicha cantidad fue el valor de “trade-in” de la Jeep Liberty. 12. La firma querellada financió la unidad, Jeep Patriot del año 2008 por la cantidad de $24,995.00 dólares. 13. Igualmente, la querellante interesaba que el financiamiento fuera otorgado a través Pentagon Federal Credit Union, pero el vendedor de la firma querellada le contestó que el mismo fue denegado. 14. Luego de suscrito el contrato de financiamiento, la firma querellada envía a la querellante a la institución que financió este nuevo contrato de compraventa, Caribe Federal Credit Union para firmar los documentos del préstamo aprobado. Un empleado de Caribe Federal le indicó a la querellante que ellos no podían financiar la unidad Jeep Patriot, objeto del nuevo contrato porque la cantidad financiada es mayor al costo de dicho vehículo, el cual era de $19,000.00 dólares. 15. La querellante se presentó nuevamente a las facilidades de la firma querellada, Berríos Auto Gallery, Inc., expresó lo sucedido y le exigió que le ajustaran el precio al valor de dicho vehículo de $24,995.00 dólares a $19,000.00 dólares. El Sr. Roberto Aponte Hernández, gerente de ventas fue la persona que atendió a la querellante y le indicó que no podía ajustar el precio de la unidad, Jeep Patriot porque hubo un “trade-in”. 16. En ese momento la firma querellada le ordenó a la querellante la entrega del vehículo, objeto del nuevo contrato, Jeep Patriot y le exigió a la querellante que aceptara la Jeep Liberty, vehículo objeto del contrato resuelto. 17. La querellante se negó a aceptar el vehículo del primer contrato, Jeep Liberty ya que lo había dado en “trade-in”, y así consta en el nuevo contrato suscrito entre las partes. 18. La parte querellada tomó posesión del vehículo Jeep Patriot. Además, el empleado de la firma querellada, Joel Santiago sacó el vehículo, objeto de primer contrato, Jeep Liberty del dealer querellado y la estacionó en las afueras de las facilidades de dicha firma querellada. En adición, le indicaron a la querellante que el vehículo, Jeep Liberty era su responsabilidad, porque el mismo estaba a su nombre. 19. La querellante se llevó el vehículo Jeep Liberty, objeto del contrato resuelto para su residencia. 20. El 12 de febrero de 2008, la querellante radicó la presente querella en este Departamento alegando que el vehículo Jeep Liberty adolecía de los defectos siguientes: (1) moho en el sistema de “muffler” y por la parte de debajo del vehículo; y (2) rasgos de moho en la capota y el bonete. 21. Posteriormente, el 31 de marzo de 2008, la parte querellante enmendó la querella de epígrafe a los fines de añadir que el primer contrato quedó resuelto y que dicho vehículo fue entregado a la firma querellada, pues se suscribió un nuevo contrato entre las partes, teniendo como objeto otro vehículo de motor. En adición, la parte querellante alega dolo en la contratación. 22. La parte querellante solicita la resolución del contrato, la devolución de las prestaciones, costas y honorarios de abogados, y que se le compense a la querellante por todos los malos ratos y angustias mentales causadas por las acciones de la firma querellada. 23. Antes de comenzar la vista administrativa la parte querellante desistió voluntariamente de los defectos del vehículo Jeep Liberty alegados en la querella de epígrafe. 24. En la vista administrativa la parte querellante testificó lo siguiente: • que la motivación de la compraventa era un vehículo cuatro (4) cilindros. • que firmó el contrato sin leerlo. • • • • • • que su hijo fue la persona que se percató que el vehículo era seis (6) cilindros y no cuatro (4) cilindros cuando un empleado de la firma querellada le entregó la registración provisional. que tuvo el vehículo en su posesión por veinticinco (25) días en los cuales se percató que el mismo no fue económico en cuanto al consumo de combustible. que la Jeep Liberty no es suya porque la había dado en “trade-in” y había firmado un contrato posterior. que continuo realizando los pagos mensuales del vehículo Jeep Liberty, a pesar de haberla dado en “trade-in”. que el Pentagon Federal Credit Union le aprobó el préstamo por la cantidad de $25,000.00 dólares. Al día de la vista administrativa, la Jeep Liberty se encuentra en su posesión. 25. El testimonio de la parte querellante nos mereció entera credibilidad. 26. En la vista administrativa Roberto Aponte Hernández, gerente de venta de la parte co-querellada, Berríos Auto Gallery Inc. testificó lo siguiente: • que su función en dicha firma querellada es velar por las ventas y su culminación. • que le mostró a la querellante otros vehículos blancos de cuatro (4) cilindros. • que la diferencia en combustible en vehículos de cuatro (4) y seis (6) cilindros es muy poco. • que cuando atendió a la querellante el 6 de febrero de 2008, su reclamó fue que el vehículo gastaba mucha gasolina. • que el Pentagon Federal Credit Union denegó el préstamo de financiamiento. • que en la segunda transacción el costo de la depreciación de la primera unidad fue sumado al precio de venta de la unidad Jeep Patriot. • que los vendedores en algunas ocasiones hablan directamente con las instituciones financieras y en otras ocasiones el propio cliente habla con éstas. • que el vendedor le informó a la querellante que sólo le aprobaron $19,000.00 dólares. Examinadas las anteriores Determinaciones de Hechos se esbozan las siguientes: CONCLUSIONES DE DERECHO La parte co-querellada, Daimler Chrysler Financial Services Caribbean es la institución financiera que aprobó el préstamo de financiamiento del contrato de compraventa del vehículo Jeep Liberty del año 2007. Al día de la vista administrativa, se encuentra vigente el préstamo de financiamiento y la querellante continua realizando los pagos mensuales de dicho préstamo, por lo cual dicha parte querellada debe ser parte en la querella de epígrafe. Comenzaremos por analizar e interpretar el primer contrato suscrito entre la firma querellada, Berríos Auto Gallery, Inc. y la querellante, Teresa Torres Rivera. Entre las partes de epígrafe se perfeccionó un contrato de compraventa mediante el cual la parte querellada se obliga a entregar una cosa determinada, en este caso en particular, un vehículo de motor, Jeep Liberty del año 2007 con número de serie 1J4GK48K67W617250, y la parte querellante a pagar un precio cierto. Véase artículo 1334 del Código Civil de Puerto Rico, 31 L.P.R.A. sec. 3741. El artículo 1044 del citado Código obliga a las partes a cumplir estrictamente lo contratado. La prueba desfilada demuestra la configuración de un contrato válido entre las partes. Conforme dispone el Artículo 1157 del Código Civil de Puerto Rico, 31, L.P.R.A. sec. 3241, las obligaciones pueden modificarse: (1) variando su objeto o sus condiciones principales; (2) sustituyendo la persona del deudor; y (3) subrogando a un tercero en los derechos del acreedor. Por su parte, el Artículo 1158 del citado Código Civil, 31 L.P.R.A. sec. 3242, establece que para "...que una obligación quede extinguida por otra que la sustituya es preciso que así se declare terminantemente, o que la antigua y la nueva sean de todo punto incompatibles". Un análisis de la jurisprudencia interpretativa de las antes mencionadas disposiciones legales, demuestra que nuestro Tribunal Supremo ha establecido, "...como pauta interpretativa de este articulado que la novación nunca se presume sino que ha de ser acreditada sin género alguno de duda...."; que la misma "...es siempre una cuestión de intención y que ésta debe inferirse de las circunstancias que rodean cada caso en particular..."; que la "...doctrina puntualiza el elemento de la voluntad de las partes como determinante de la novación..."; y que por razón de que "...la extinción de la obligación conlleva la extinción de las garantías y demás derechos accesorios...", resulta "...evidente que una consecuencia tan drástica como ésta sólo puede producirse cuando las partes han tenido clara conciencia de ella...". Warner Lambert v. Tribunal Superior, 101 D.P.R. 378, 389, 390-391 (1973). Esto es, el llamado “efecto novatorio extintivo” que se produce solamente cuando las partes lo han querido y así lo han declarado en forma inequívoca, o, en su defecto, cuando la intención de novar se deriva de la incompatibilidad absoluta entre las dos obligaciones. Warner Lambert Co. v. Tribunal Superior, supra. Goble & Jiménez, Inc. v. Doré Rice Mill, Inc., 108 D.P.R. 89, 91 (1978). En Constructora Bauzá, Inc. v. Luis García López, 129 DPR 579, 599 (1991), el Tribunal Supremo recalcó la normativa antes expuesta, ".....la incompatibilidad existe cuando la obligación anterior y la posterior al acto novativo pertenecen a tipos distintos o se han transformado de naturaleza. Empero, apuntan que la jurisprudencia afirma reiteradamente que la incompatibilidad existe cuando hay alteraciones esenciales en la obligación, es decir, variación de las ‘condiciones principales’ de las que habla el Art. 1157, como el objeto o el precio en el contrato. No hay novación, en cambio, cuando subsistiendo la obligación primitiva se dan facilidades para su cumplimiento, prórroga o plazos fraccionados. No obstante, cuando el plazo constituye condición esencial del contrato, su alteración es causa de novación extintiva por incompatibilidad entre la nueva y la primitiva obligación. En definitiva, el criterio jurisprudencial es el que juzga acerca de si han variado 'las condiciones principales', en suma, se deja a la apreciación de cada caso si una variación afecta a una condición que ha de ser tenida por principal'....". (Enfasis suplido.) En Miranda Soto v. Mena Eró, 109 D.P.R. 473, {DPR 599} 479-480 (1980). De la prueba presentada se desprende que ambas partes de común acuerdo deciden resolver el contrato de compraventa del vehículo Jeep Liberty para que se entregara en “trade-in” por otro vehículo de la misma firma querellada. La querellante entregó la Jeep Liberty a la firma querellada quien la aceptó y tomó posesión de la misma. En adición, se resolvió este contrato y se incluyó dicho vehículo como “trade-in” en un nuevocontrato que suscribieron la firma querellada y la querellante, el 6 de febrero de 2008. Por acuerdo de las partes el contrato de compraventa de la Jeep Liberty del año 2007 quedó resuelto. Es evidente que hubo una novación extintiva de la obligación originalmente pactada; ello en vista del hecho incuestionable de que hubo una variación sustancial de las condiciones principales que originalmente habían pactado las partes, específicamente el objeto y el precio del contrato. Posteriormente, la firma querellada le entregó a la querellante el vehículo, objeto del contrato resuelto, la Jeep Liberty, bajo el apercibimiento que era su responsabilidad lo que le hubiese sucedido a este vehículo. El hecho de que la firma querellada no hubiese cancelado el contrato de financiamiento y el de seguro, no significa que el contrato de compraventa de este vehículo continuaba vigente. No existe responsabilidad ninguna de la querellante con relación al vehículo Jeep Liberty. Quedando resuelto este primer contrato de compraventa mediante una novación extintiva, pasamos a dilucidar la reclamación de la querellante respecto al nuevo contrato de compraventa del vehículo, Jeep Patriot del año 2008. Entre las partes de epígrafe se perfeccionó un contrato de compraventa mediante el cual la parte querellada se obliga a entregar una cosa determinada, en este caso en particular, un vehículo de motor, Jeep Patriot del año 2008 con número de serie 1J8FT28W78D584819, y la parte querellante a pagar un precio cierto. Véase artículo 1334 del Código Civil de Puerto Rico, 31 L.P.R.A. sec. 3741. El artículo 1044 del citado Código obliga a las partes a cumplir estrictamente lo contratado. La prueba desfilada demuestra la configuración de un contrato válido entre las partes. Nuestro ordenamiento jurídico establece en el Artículo 1213 del Código Civil de Puerto Rico, 31 L.P.R.A. sec. 3391. “No hay contrato sino cuando concurren los requisitos siguientes: 1- Consentimiento de los contratantes 2- Objeto cierto que sea materia del contrato 3- Causa de la obligación que se establezca”. “Será nulo el consentimiento prestado por error, violencia, intimidación o dolo”. Artículo 1217 del Código, supra. Por cualquiera de éstos el contrato es anulable. El dolo invalida el consentimiento. Los artículos 1221 y 1222 del Código Civil de Puerto Rico disponen: “Hay dolo cuando con palabras o maquinaciones insidiosas de parte de uno de los contratantes, es inducido al otro a celebrar un contrato que, sin ellas, no hubiera hecho”. “Para que el dolo produzca la nulidad de los contratos, deberá ser grave y no haber sido empleado por las dos partes contratantes”. El dolo se entiende como todo un complejo de malas artes, contrario a la honestidad e idóneo para sorprender la buena fe ajena, generalmente para beneficio propio, en que viene a resumirse el estado de ánimo de aquel que no sólo ha querido el acto, sino que, además, ha previsto y querido las consecuencias antijurídicas de él provenientes. Sánchez Rodríguez v. López Jiménez, 118 D.P.R. 701, 708 (1987). Véase, además, Rivera Vda. de Hernández v. Hernández, 44 D.P.R. 356, 357-358 (1933); José Puig Brutau, Fundamentos de Derecho Civil, Tomo I, Vol. II, 504 (2da ed. 1976). También, el dolo grave es la voluntad consciente de producir un acto injusto. Federico Puig Peña, Compendio de Derecho Civil Español, Tomo III, Vol. 1, 183 (1966). Colón v. Promo Motor Imports, Inc., 144 DPR 659 (1997). El dolo grave es aquel que causa y lleva a celebrar el contrato, de modo tal que sin él no se hubiera otorgado el mismo. Colón v. Promo Motor Imports, Inc., supra. En otras palabras, es el engaño de una de las partes sobre aquellas cualidades que indujeron a la otra a contratar. Márquez v.Torres Campos supra. El vendedor de la firma querellada le expresó a la querellante que el Pentagon Federal Credit Union le denegó el préstamo de financiamiento. Sin embargo, la querellante testificó y mostró en la vista una carta del Pentagon Federal Credit Union en la cual le notificaron que su préstamo fue aprobado. Por existir dolo grave en el consentimiento prestado en el contrato de compraventa del vehículo del querellante, el mismo es nulo. El efecto que produce la nulidad, es que las partes tienen que restituirse las prestaciones o su equivalente pecuniario. Véase Artículo 1252 del Código, supra. Por otro lado, los contratos válidamente celebrados se pueden resolver o revocar por acuerdo de ambas partes, por incumplimiento de una parte o por autorización de ley. Cuando una de las partes no cumple con su obligación principal puede solicitar la resolución del contrato. Por su parte, el Artículo 1077 del Código Civil, supra, dispone lo siguiente: “La facultad de resolver las obligaciones se entiende implícita en las recíprocas, para el caso de que uno de los obligados no cumpliere lo que le incumbe. El perjudicado podrá escoger entre exigir el cumplimiento o la resolución de la obligación, con el resarcimiento de daños y abono de intereses en ambos casos. También podrá pedir la resolución, aun después de haber optado por el cumplimiento cuando éste resultare imposible....” La parte querellante solicita la resolución del contrato de compraventa. La prueba desfilada demostró que la parte querellante cumplió con su parte del contrato de acudir a las oficinas de la institución bancaria, Caribe Federal Credit Union para firmar los documentos del préstamo aprobado, y son éstos quienes le expresaron a la querellante que no pueden financiar su vehículo porque el financiamiento es mayor al costo del vehículo. Para solucionar este asunto la querellante acudió a las oficinas de la firma querellada, y éstos no le ajustaron el precio del vehículo ni buscaron otras alternativas, como lo hubiese sido el financiar dicha unidad mediante el Pentagon Federal Credit Union. No obstante, es imposible creer que a la querellante la institución bancaria le haya aprobado sólo $19,000.00 dólares, valor real de la unidad Jeep Patriot; y que la firma querellada le haya entregado el vehículo a sabiendas de que no le aprobaron la cantidad completa y necesaria y sin garantía de pago. Por último, en el momento en que la parte querellada exigió la entrega de este vehículo, Jeep Patriot y tomó posesión del mismo, se entiende que unilateralmente resolvió el contrato de compraventa de esta unidad. La firma querellada privó a la querellante del uso del vehículo, objeto del contrato de compraventa. Conforme a lo antes expuesto, y respecto al vehículo Jeep Liberty del año 2007, procede que la querellante entregue el vehículo en el local de la firma querellada, por haberse resuelto el contrato mediante una novación extintiva con el aval de las partes. En cuanto a la unidad Jeep Patriot del año 2008, por haber un incumplimiento de la firma querellada, se resuelve dicho contrato entre las partes y procede la devolución de las prestaciones. Los honorarios de abogado sólo proceden cuando una parte actua con temeridad, Regla 44.1 Reglas de Procedimiento Civil (32 L.P.R.A. Ap. III R. 44.1). La temeridad es definida de la siguiente manera, “Dícese de aquella parte que pleitea alegando pretensiones infundadas y desprovistas de razón alguna”.1 La parte querellada no tenía razón para continuar con la querella de epígrafe, a sabiendas que resolvieron el contrato de compraventa de la Jeep Liberty con el consentimiento de ambas partes (novación extintiva, anteriormente discutida) y que tomaron posesión del vehículo, objeto del segundo contrato, incumpliendo el mismo. Por todo lo cual, procede que la parte querellada pagué la cantidad de $300.00, de honorarios de abogado de la parte querellante, según solicitado en la presente querella. Con relación a la petición de la querellante de indemnización por todos los malos ratos y angustias mentales causadas por las acciones del querellado, sobre esto no se presentó prueba suficiente que evidencie tal petición, por lo cual no procede. Por todo lo antes expuesto, este Departamento, en virtud de las facultades conferidas por la Ley Núm.5 de 23 de abril de 1973, según enmendada, emite la siguiente: 1 Lcdo. Ignacio Rivera García, Diccionario Jurídico, 3era edición revisada ORDEN Se desestima la presente querella contra Chrysler International Services por no existir una reclamación contra dicha parte. En cuanto a las partes coquerelladas, Berríos Auto Gallery y Daimler Chrysler Financial Services Caribbean se declara HA LUGAR la presente querella. En el término de treinta (30) días contados a partir de la notificación de la presente Resolución, el querellado Berríos Auto Gallery, Inc. reembolsará (concepto de devolución de dinero) a la querellante la cantidad de $2,000.00 dólares que se adjudicó como pronto pago, más $1,000.00 dólares que la querellante pagó a la querellada por traerle la unidad Jeep Liberty color blanca desde Ponce, más $399.25 dólares por la tabilla de dicho vehículo y las cantidades sobre las respectivas partidas pagadas de seguros y registro que apliquen. Además, la parte querellada, Berríos Auto Gallery, Inc. reembolsará a la querellante la suma de $300.00 dólares de honorarios de abogado. Las partes querelladas Berríos Auto Gallery, Inc. y Daimler Chrysler Financial Services Caribbean reembolsará (concepto de devolución de dinero) solidariamente a la querellante todas las mensualidades pagadas hasta ahora, por ésta, sobre el principal e intereses según provea Daimler Chrysler Financial Services Caribbean. Se le apercibe a la querellante que cese de utilizar el vehículo, Jeep Liberty. Entregada dicha suma a la querellante, ésta procederá a devolver el vehículo Jeep Liberty al querellado, Berríos Auto Gallery, Inc. Transcurrido el tiempo aquí dispuesto sin que las querelladas hayan pagado la referida suma a la querellante, la deuda comenzará a devengar intereses según la taza de interés establecido en el mercado. Además, se ordena a la parte co-querellada, Daimler Chrysler Financial Services Caribbean provea los cálculos sobre lo pagado por la querellante de principal e intereses y los suministre a las partes en diez (10) días al recibo de esta Resolución so pena de sanciones y multa. Además, deberá abstenerse de realizar gestiones de cobro contra la querellante. Este Departamento solicitará el auxilio del Tribunal de Primera Instancia para hacer cumplir la misma. La parte querellante notificará a este Departamento, por escrito si la parte querellada cumple lo ordenado para procederse al Cierre y Archivo del caso. Igualmente notificará por escrito, si no cumple para procederse conforme a derecho. Aquella parte afectada por la presente Resolución podrá solicitar al Departamento una reconsideración de la misma, en el plazo de veinte (20) días contados a partir de la fecha de archivo en autos de dicha resolución. En la alternativa podrá la parte afectada, acudir directamente al Tribunal de Apelaciones en Revisión Judicial, dentro del término de treinta (30) días del archivo en autos de la resolución emitida, Ley Número 247 del 25 de diciembre de 1996. Los términos comprendidos en los presentes apercibimientos se computan basado en días naturales. Si la parte afectada opta por solicitar la reconsideración de la resolución emitida, dicha solicitud deberá ser por escrito, consignándose claramente la palabra Reconsideración como título y en el sobre de envío. Dicha reconsideración deberá ser enviada a la Oficina Regional de Caguas de este Departamento, localizada en el Centro Gubernamental, Primer Piso, Oficina 103, Apartado 1031, Caguas, Puerto Rico 00726. Copia de la solicitud deberá ser enviada a la otra parte. De no hacerlo así, la presente Resolución advendrá final y firme. Si el Departamento dejare de tomar alguna acción con relación a la moción de reconsideración dentro de los quince (15) días de recibida, se considerará rechazada de plano, por lo cual el término de treinta (30) días para solicitar Revisión Judicial al Tribunal de Apelaciones comenzará a contar a partir de ese momento. Si el Departamento tomase alguna determinación sobre la reconsideración radicada, el término para solicitar Revisión Judicial empezará a contarse desde la fecha en que se archivó en autos una copia de la notificación de la Resolución de la Agencia, resolviendo definitivamente la reconsideración solicitada. Dicha Resolución deberá ser emitida y archivada en autos dentro de los noventa (90) días siguientes a la radicación de la reconsideración. De lo contrario, la agencia perderá jurisdicción sobre dicha solicitud de reconsideración y el término para solicitar Revisión Judicial empezará a contarse nuevamente a partir de la expiración del plazo de noventa (90) días, salvo que el Departamento por justa causa y previo al vencimiento del término de noventa (90) días prorrogue dicho término por un período que no excederá de treinta (30) días adicionales. En Caguas, Puerto Rico, a 31 de julio de 2008. Lcdo. Víctor A. Suárez Meléndez Secretario Lcda. Ethel G. Ruiz Fernández Directora __________________________ Lcda. Marleen Alvarado Acosta Juez Administrativo ________________________ Lcda. Marilda Santana Santos Oficial Examinador