INFORTUNIO Y MEDICINA LABORAL TOMO I Antonio Paolasso Médico del Trabajo INTRODUCCIÓN INFORTUNIO E INFORTUNÍSTICA Nada es más fácil que tener un concepto del accidente de trabajo. Nada es más difícil que encerrar ese concepto dentro de una definición jurídica. Unsain (1916) Para comprender el alcance de este término, es menester que previamente recordemos que Traumatología “es la parte de la Medicina que estudia las lesiones anatómicas y funcionales, generales o locales, que se producen en el organismo humano como consecuencia de una causa imprevista y/o violenta”. Cuando las “causas imprevistas y/o violentas” son lesiones o accidentes, que por su naturaleza, caen en el campo de la Medicina Legal, (la cual “es la aplicación de los conocimientos médicos a los problemas judiciales”, debemos considerar a la Traumatología de esas lesiones y/o accidentes con implicancias legales, como una Traumatología Médico-legal.) En realidad, sobre todo en el campo laboral, hay que agregar el concepto de traumatismo acumulativo (repetitivo) o microtraumatismo, para diferenciarlo del traumatismo imprevisto y/o violento, el que debe considerarse macrotraumatismo. Son microtraumatismos las lesiones causadas por traumatismos repetitivos menores que dañan en forma microscópica un tejido u órgano, hasta llegar a producir un signo o síntoma macroscópico por la mera acumulación de los pequeños traumatismos reiterados. En la actualidad, a esta Traumatología Médico-Legal se la propone para la denominación de Infortunística, palabra que deriva o proviene de infortunio, para darle el carácter de disciplina independiente o, por lo menos, el de una rama particular de la Traumatología General. En general, todas las ramas de la Medicina especializada que tienen que ver con accidentes o hechos accidentales, tienden a denominar a dichos accidentes como infortunios. La Real Academia Española (RAE) define al accidente, en el sentido de hecho que causa daño, como “suceso eventual o acción de que involuntariamente resulta daño para las personas o cosas” y para la RAE, infortunio, en el mismo sentido, es “hecho o acaecimiento desgraciado”. El vocablo infortunio es introducido a la Medicina desde el Derecho, más que por la Medicina en sí. Los accidentes llevados a litigio 2 Antonio Paolasso – INFORTUNIO Y MEDICINA LABORAL en tribunales, van conformando una especie de “derecho” dedicado a tipificar los accidentes y ahí se acuña el término infortunio que después será incorporado al lenguaje médico. Pero el uso del mismo no está reconocido por los diccionarios médicos todavía. De esta forma dejamos aclarado las relaciones lingüísticas de Infortunística y el alcance de su significado como palabra. Corresponde ahora definir a la Infortunística, desde un punto de vista estrictamente médico, como “la rama de la Medicina Traumatológica que se ocupa de los aspectos legales de lesiones y accidentes”. Así damos forma o cuerpo a esta nueva división de la Medicina, agregando que provisoriamente se constituyó con dos grandes ramas: 1. Lesionología 2. Accidentología en razón de los fines de la Medicina Legal. Gisvert Calabuig creó en 1957 el término lesionología,1 cuyo concepto es: “rama de la Medicina que se ocupa de los traumatismos ocurridos en el organismo humano por efecto de factores mecánicos, físicos, químicos o fisicoquímicos” y que ahora incorporado a la Infortunística sería: “rama de la Infortunística que se ocupa de los traumatismos ocurridos en el organismo humano por efecto de factores mecánicos, físicos, químicos o fisicoquímicos”. Habría una lesionología laboral que encuadra perfectamente en el concepto de la enfermedad profesional y de las enfermedades-accidentes, dado que el significado de esta rama de la Medicina tiene a los agentes etiológicos designados por Calabuig y que hoy debe agregarse al distrés laboral dentro de estos agentes etiológicos. En cuanto a accidentología, según Bonnet, es un término empleado por los estudiosos de los accidentes y sería “la rama de la Infortunística que abarca todos los accidentes, cualquiera sea su etiología”. En Medicina cambian un poco las definiciones generales o genéricas de las palabras para ser adaptadas a los fines médico-legales específicos y en este caso, accidente “es todo hecho fortuito, determinante de un daño corporal evidenciable, constituido por una lesión en el cuerpo o en la salud, o por la muerte de una persona”. La Accidentología, en su aspecto medicolegal de rama de la Infortunística, a su vez abarca dos grandes ramas: 1. Accidentología Laboral 2. Accidentología Transportística La Accidentología Laboral “estudia los traumatismos producidos directa o indirectamente en el organismo humano, por el hecho o en ocasión del trabajo” (Bonnet). Prácticamente, esta definición nos lleva a pensar en una traumatología laboral, por cierto, muy distinta a la traumatología médica estudiada tradicionalmente, porque esta traumatología laboral implica la inclusión de una traumatología del SNC, de una traumatología de tórax y abdomen, de una traumatología psíquica, que están muy lejos de los tradicionales manuales de traumatología muy extensos en traumatología ósea y articular de miembros y columna vertebral y que tibiamente roza la traumatología de tejidos blandos. 1 Gisbert Calabuig, J. A.: MEDICINAL LEGAL Y PRÁCTICA FORENSE, Tomo I, Edit. Saber, Valencia, España, 1957 Antonio Paolasso – INFORTUNIO Y MEDICINA LABORAL 3 Tanto la lesionología como la accidentología tratan dolores comunes con la reumatología y lesiones con la traumatología. Así, artralgias, lumbalgias, cervicalgias, cervicobraquialgias y dorsalgias se juntan pero no se mezclan. Es muy distinto el concepto de dolor reumatológico al del dolor traumático. Así una cervicobraquialgia, una dorsalgia o una lumbalgia en una persona joven pueden ser pasajera para los reumatólogos (salvo para reumatismo crónicos como la artritis reumatoide, la fiebre reumática o una patología congénita, mientras que para los accidentólogos la casuística es completamente distinta, en especial, la referida a lo laboral, donde estas algias puede ser per vitam y muy rebeldes a tratamientos, diferenciándose formal y sustancialmente de las otras algias tradicionalmente estudiadas en reumatología. La traspolación de conocimientos traumatológicos y reumatológicos tradicionales a la lesionología y accidentología, lleva a conceptos equívocos que no sólo trascienden a lo médico y a lo laboral, sino que llegan al foro judicial provocando dictámenes y sentencias injustas por la falsa creencia de que un dolor de espaldas es siempre pasajero y, así, lo mismo con las otras algias. Divisiones de la Infortunística De esta manera graficaremos a la Infortunística con el esquema siguiente: INFORTUNÍSTICA Ramas LESIONOLOGÍA ACCIDENTOLOGÍA Subramas Subespecialidad Lesionología Laboral Accidentología Laboral Accidentología Transportística Accidentología Terrestre (Accidentología Vial o Infortunística Vial)2 Accidentología Aérea Accidentología Acuática Hemos analizado así lo que significa la palabra infortunio, su nexo con la traumatología y el accidente y hemos detectado dentro de la parte de la Medicina que estudia el infortunio, denominada Infortunística, en sus ramas, una lesionología laboral y una accidentología laboral. Accidente de trabajo Es lógico que la definición de accidente de trabajo, que ordinariamente se aplica al accidente que causa daño psicofísico a la persona del trabajador, sea una cuestión más propia de la medicina que de las ciencias jurídicas. Si el Derecho debe definir qué es accidente de trabajo, debe hacerlo, desde un punto de vista médico, de acuerdo a los fenómenos reales que se producen en ocasión del trabajo y que traen como 2 El término Infortunística Vial (Infortunística Stradale) fue empleado en 1967 por los autores italianos Merli y Umano Ronchi 4 Antonio Paolasso – INFORTUNIO Y MEDICINA LABORAL consecuencia un daño psicofísico que afecta la capacidad laboral. Por eso debe prevalecer el criterio médico sobre el criterio semántico en este caso circunscrito y lo semántico debe estar acorde con los hechos y sus secuelas, más que con la intención de buscar conceptos que favorezcan a una parte determinada en perjuicio de la otra, cuando el accidente laboral genera una lite. Lo semántico debe operar sobre las cualidades formales de los hechos reales y no sobre conceptos abstractos que dejan fuera de las definiciones a los verdaderos hechos dañinos que ocurren en ocasión y por el trabajo mismo. La palabra accidente es polisémica (multisignificativa) tanto en lo denotativo (diccionario) como en lo connotativo (idea que cada uno forma de una palabra). Así se habla de accidentes de una superficie, de una montaña, de hechos accidentales, en el sentido de involuntarios, y accidentes referidos a todo hecho brusco y violento como un choque de vehículos, una caída desde alturas, un hecho catastrófico de la naturaleza. Por estas circunstancias es útil conocer la etimología, la denotación y la connotación de las palabras, mediante un rastreo semántico. Sobre el rastreo semántico de la palabra accidente está, en primer lugar, la definición de la Real Academia Española (RAE), donde en español, accidente significa primariamente “cualidad o estado que aparece en algo sin que sea parte de su esencia o de su naturaleza”, “suceso eventual que altera el orden regular de las cosas”, “suceso eventual o acción de que involuntariamente resulta daño para las personas o las cosas”.3 En el caso específico de accidente de trabajo, la RAE define: “accidente de trabajo: lesión corporal o enfermedad que sufre el trabajador con ocasión o a consecuencia del trabajo que ejecute por cuenta ajena”. La Medicina Laboral contiene conceptos diversos, por ejemplo, “Accidente del trabajo: Suceso imprevisto sobrevenido en el acto o con motivo del trabajo que produce una alteración funcional transitoria o permanente”.4 “En su sentido más amplio, accidental significa raro o inesperado, pero el concepto puede incluir un elemento con calidad de „repentino‟ en la causa o en el resultado. Las palabras „que surge del empleo‟ denotan una relación causal entre el empleo y la incapacidad”. 5 Tanto La Dou como Kaplan, que luego veremos, coinciden en que no hay un criterio médico y legal de consenso unívoco sobre la definición de accidente y accidente laboral. Esto permite que haya diferencias entre los conceptos medicolegales, los de medicina laboral y los textos jurídicos. Los intereses económicos de grupos de presión (empresarios, seguros) sobre el poder político, bogan por una definición cada vez más acotada para excluir todo hecho lesivo en ocasión del trabajo que tenga carácter de excepcional. No obstante, la lógica y la razonabilidad nos dicen que si en ocasión o motivo del trabajo o empleo ocurre cualquier hecho que produzca una lesión psicofísica, lo justo es considerar a esa lesión, sobre todo si es incapacitante, como secuela del trabajo y, en este orden, el trabajo, en forma directa o elíptica, es la causa de la misma. También, por ser suceso eventual o acción de que involuntariamente resulta daño para las personas o las cosas, puede ser considerado accidente laboral. No es posible definir hechos concretos en forma académica y abstracta, sino que el lenguaje, aunque sea técnico o jurídico, debe adecuarse al fenómeno real, tanto para describirlo como para aceptarlo. El accidente laboral real es multifacético lo que lo torna imposible de definir en un esquema muy rígido, que no admita variables. El problema de las lesiones en ocasión o por causa del trabajo o con motivo del mismo es si la incapacidad generada es temporal o irreversible y si debe ser indemnizada. El criterio general es que si hay incapacidad permanente o irreversible, el damnificado debe ser indemnizado de modo conveniente y pertinente, en forma independiente de un concepto jurídico o legal interpretado académicamente pero en total desacuerdo con el hecho real concreto ocurrido. 3 Diccionario de la Real Academia Española, 22ª edición, Editorial Espasa, Bs. As. 2006 Diccionario Médico Salvat 5 La Dou – MEDICINA LABORAL: 24, Manual Moderno, México, 1994 4 5 Antonio Paolasso – INFORTUNIO Y MEDICINA LABORAL El hecho de la indemnización es lo que lleva a las partes que deben indemnizar, a polemizar sobre lo semántico para evitar la responsabilidad de indemnizar, sin considerar el daño en sí. Esta es la causa que lleva a la discusión y a la resistencia a aceptar términos como enfermedad profesional, microtraumatismo, accidente laboral, enfermedad accidente. También es la causa a excluir como lesiones laborales a la escoliosis, la artrosis postraumática, las “algias” crónicas (dorsalgias, gonalgias, omalgias, metatarsalgia, otalgia) por considerar que el dolor no es objetivo sino un mero síntoma no objetivable (concepto médico erróneo) y por lo tanto, no es daño autónomo resarcible. Incluso, se insiste en que algunos dolores (lumbalgia) son conexos a determinadas patologías anatómicas (artrosis, discopatías) y no deben indemnizarse por separado. ¿Qué ocurre, por ejemplo, en una omalgia crónica provocada por fractura de clavícula, no detectable por EMG y la LRT no indemniza ni el dolor en sí ni la fractura de la clavícula, si no provocan limitación funcional? Estos conceptos se generan en el desconocimiento del dolor y de los mecanismos fisiopatológicas de determinadas lesiones que intentan englobarse como “enfermedades degenerativas” o “síntomas no objetivables”. Sin embargo, el dolor, en la semiología médica, es uno de los síntomas que más se pueden objetivar por la semiología principalmente, puesto que no hay estudios complementarios de completa sensibilidad y fidelidad en relación al dolor. El argumento de la falta de objetividad se debe a la ignorancia de la medicina o a la mala formación médica de un profesional que arguye de esa manera. Ningún médico correctamente instruido e informado puede decir que le es imposible objetivar un dolor. Tampoco puede minimizar un dolor que es mucho más invalidante que una amputación, porque la amputación afecta al miembro dañado, mientras que el dolor afecta psicofísicamente a todo el cuerpo y la persona, creando una incapacidad laboral mayor. He apelado, en digresión, con los elementos degenerativos y dolor, porque son las secuelas más encontradas, junto con la inflamación crónica, en lesiones ocasionadas por el trabajo, tanto por macro como por microtraumatismos accidentales. Kaplan6 ensaya varias definiciones para el accidente de trabajo. Arranca con conceptos de decretos reguladores de la derogada ley 9688 definiendo “se considera accidente de trabajo todo hecho que en la ejecución del trabajo o en ocasión, y por consecuencia del mismo, produzca lesiones corporales mediatas o inmediatas, aparentes o no aparentes, superficiales o profundas. Se considera igualmente accidente de trabajo, los hechos constituidos por caso fortuito o por fuerza mayor inherente al trabajo que produzcan las mismas lesiones. Existen definiciones, ya clásicas, que admiten que el accidente constituye un hecho exterior a la víctima, ocurrido en forma súbita e instantánea. Sin embargo, la Comisión informante en la discusión de la ley 9688 desechó las definiciones de accidente de trabajo que lo hacen depender exclusivamente de una acción violenta y súbita”. Es oportuno traer a colación el trabajo de Kaplán, a pesar de su especificidad en relación a la derogada ley 9688, porque el concepto de accidente de trabajo aún sigue fluctuando en forma imprecisa, a pesar de que la actual Ley de Riegos del Trabajo insiste en hechos súbitos y violentos: “se considera accidente de trabajo todo acontecimiento súbito y violento ocurrido por el hecho o en ocasión del trabajo, o en el trayecto entre el domicilio del trabajador y el lugar de trabajo, siempre y cuando el trabajador no hubiere interrumpido o alterado dicho trayecto por causas ajenas al trabajo” (art. 6, LRT). Se comprueba así que aunque un texto provenga de una ley, la ley no tiene en sí ninguna fuerza para cambiar la naturaleza del léxico y del fenómeno a que alude dicho léxico y, mucho menos, adaptarlo a intereses coyunturales. Si no, se crea una discordancia en la jurisprudencia de manera tal que un hecho 6 Juan Kaplan – MEDICINA DEL TRABAJO, Editorial El Ateneo, Bs. As., 1976 6 Antonio Paolasso – INFORTUNIO Y MEDICINA LABORAL determinado y objetivo una vez será justicia de una forma determinada y en otra vez, el mismo hecho, por imperio de otra ley, será injusticia. Es obvio que un mismo fenómeno no puede ser extremadamente contradictorio a la vez (blanco o negro). Sin embargo, de acuerdo a textos legales citados, la definición de accidente de trabajo cae en esta situación paradójica. Es evidente que no siempre las lesiones por esfuerzo laboral son producto de hechos “súbitos y violentos” porque puede ocurrir que un movimiento anormal forzado (flexión, extensión, rotación o combinación de los mismos) produzca una lesión que puede dar o no un dolor repentino y agudo, o el mismo manifestarse unas horas después del hecho súbito pero no demasiado violento. ¿Qué ocurre con los microtraumatismos que se generan por movimientos repetitivos de brusquedad e intensidad o violencia de escala menor, pero que su repetición los transforman, en el tiempo, en altamente dañinos? Estos casos son aprovechados por los seguros para descartar un accidente por considerar que no hubo acción violenta y súbita. Es evidente que hubo un hecho súbito como es el movimiento anormal, el cual puede no haber resultado violento. Acá, el vocablo violento entra en una discusión semántica, pues en el español o castellano, para la RAE violento tiene una primera acepción de “que está fuera de su natural estado, situación o modo” y una segunda y tercera acepción que dicen: “que obra con ímpetu y fuerza”, “que se hace bruscamente, con ímpetu e intensidad extraordinarias”. Considerando lo lingüístico y la polisemia del término “violento”, éste debe adecuarse debidamente cuando se esté refiriendo a un accidente laboral. En el ejemplo del movimiento anormal es claro que violento está referido a lo que está fuera de su natural estado, situación o modo, pues el movimiento se ha hecho más allá de los límites normales y, en este concreto caso, es violento. Pero cuando ocurre una caída desde una altura considerable, o una máquina golpea súbita y con gran fuerza, o un engranaje atrapa al cuerpo o parte del mismo, allí violento adquiere la denotación de que se hace bruscamente, con ímpetu e intensidad extraordinarios. Es decir, violento puede aplicarse tanto a un movimiento anormal como a una lesión contusa brusca y de gran intensidad. Este es el criterio justo, razonable y lógico que evita lo arbitrario. Esto lo define magistralmente Nerio Rojas:7 “si cierta brusquedad y la anormalidad del hecho son caracteres esenciales del accidente, el origen externo no lo es, pues que el esfuerzo brusco productor de una lesión debe ser y es aceptado como accidente, aunque se trata de una causa interna. Hecho anormal en el trabajo, en su ejercicio o vinculado con él, violencia interna o externa, más o menos brusca, he ahí los elementos constitutivos del „accidente‟ en el sentido legal. Así surge de la doctrina, de la jurisprudencia, de las discusiones de congresos y sociedades científicas (Borri, Morgue, Thoinot, Sachet, Rameri, Unsain, Congreso Internacional del trabajo de 1889, Congreso Internacional sobre Accidentes del Trabajo, Lieja, 1905, etc.) Accidente es, pues, la violencia externa o interna producida por un hecho anormal vinculado con el trabajo y causante de un estado patológico”. En consecuencia, el concepto legal de evento o hecho violento y súbito queda supeditado a la polisemia del léxico “violento”. Incluso, el daño laboral al cuerpo humano, en lo médico y en lo legal, reconoce tres claras instancias: 1) el accidente laboral que hemos definido y que ocasiona un hecho traumático único y violento produciendo lesiones postraumáticas de consenso evidente (herida, amputación, conmoción, contusión, movimiento anormal); 2) la enfermedad profesional debida a etiologías que sólo pueden ser adquiridas en ocasión del trabajo casi exclusivamente (neumoconiosis, cáncer originado en acción de sustancias fisicoquímicas, infecciones, intoxicaciones, envenenamiento, etc.) y 3) la lesión o dolor crónicos producidos por hechos repetitivos o los llamados microtraumatismos. Entre la lesión accidental violenta (amputación, herida, quemadura, fractura, etc.) y la enfermedad profesional, hay una gama de secuelas y lesiones crónicas y desprendidas o de un accidente o de un microtraumatismo, llamadas enfermedades-accidente. 7 Nerio Rojas – MEDICINA LEGAL; 87, El Ateneo, Bs. As., 1976 7 Antonio Paolasso – INFORTUNIO Y MEDICINA LABORAL El término enfermedad-accidente fue acuñado para separar a las lesiones por traumatismos de un accidente único y sufrido por única vez considerado macrotraumatismo (como puede ser un dolor crónico o una lesión orgánica debido a contusión, una herida, etc.), a las lesiones producidas por accidentes iterativos (que son pequeños hechos súbitos y violentos cuya magnitud no produce por sí un daño inmediato, sino que el daño surge con la acumulación por repetición de estos pequeños hechos súbitos y violentos) como son los microtraumatismos que provocan las vibraciones, el ruido crónico o persistente, los microtraumatismos articulares y tisulares por sobrecarga, sobreesfuerzo o posiciones viciosas. Ambas situaciones son accidentales, es decir son accidentes. No así la enfermedad profesional u ocupacional (asbestosis, intoxicación plúmbica, asma ocupacional) provocada por agentes tóxicos o irritantes, que salvo las intoxicaciones masivas (por gran cantidad de tóxicos en una única dosis que no son hechos súbitos pero sí sumadamente violentos) que causan muerte súbita, generan enfermedades a través del tiempo. Juan Kaplán, define a la enfermedad-accidente de esta forma “como su situación es intermedia entre la enfermedad profesional y el accidente de trabajo, la justicia, en las numerosas situaciones en que se ha probado la vinculación entre el trabajo y la enfermedad, ha decidido la indemnización del daño, denominándola enfermedad-accidente”.8 Microtrauma laboral. Enfermedad por microtrauma El término microtraumatismo proviene de microtrauma que significa “traumatismo microscópico”.9 Es la definición etimológica denotativa (la que aparece en el diccionario) de la palabra, pero en Medicina hay una definición connotativa dada por la clínica semiológica traumatológica: Los microtraumatismos son pequeños traumas físicos por la realización de ciertos trabajos o deportes por causa de movimientos repetitivos, esfuerzos excesivos, movimiento manual de cargas y posturas inadecuadas o forzadas de articulaciones de miembros o columna vertebral. Estos microtraumatismos se deben a repetición crónica o a la exageración o realización más allá de los límites normales de los movimientos naturales articulares: flexión, extensión, rotación, inclinación y la combinación de los mismos. De estos movimientos microtraumáticos surgen trastornos musculoesqueléticos con micro o macrodesgarros, microhemorragias intramusculares, distensión de fibras o filamentos tisulares, etc. que deterioran tejidos, tendones, nervios, músculos y vasos y articulaciones. Los microtraumatismos repetitivos actúan por presión y fricción de articulaciones o tejidos. Los médicos e investigadores médicos han denominado a los microtraumatismos como gestos o movimientos repetitivos, cumulative trauma disorders o CTD (trastornos por trauma acumulativo), repetitive Strain injuries o RSI (lesiones por esfuerzos repetitivos), trastornos musculoesqueléticos (TME) (Iñaki Galíndez – TRASTORNOS MÚSCULO – ESQUELÉTICOS, España, 2010) La palabra microtrauma es muy usada por los autores españoles.10 En Argentina, recientemente, Cibeira ha analizado la enfermedad por microtrauma. Los microtraumatismos pueden provocar artrosis patológica proveniente del esfuerzo repetitivo laboral o profesional u ocupacional, pero también los microtraumatismos pueden ocasionar patología de tejidos blandos, como pueden las periartritis y las neurodocitis, hernias discales, escoliosis, espondilolistesis, entre otras. Cada lesión por microtraumatismos, según el tejido afectado, tendrá diferentes mecanismos fisiopatológicos. 8 Kaplan, op. citado (Diccionario Médico Salvat-2a. edic.: 358, l974) (Ni el Diccionario de la Real Academia Española ni los Diccionarios Médicos de habla sajona como el Melloni y el Dorland, consignan este término.) 9 10 Dres. Barceló – LA ARTROSIS 8 Antonio Paolasso – INFORTUNIO Y MEDICINA LABORAL Los microtraumas se refieren a los cambios bioquímicos microscópicos que operan en la degradación de los tejidos sometidos a la acción del microtrauma. Los factores mecánicos que provocan microtraumas serían: presión o compresión (contusión intraarticular) continua provocadas por la hiperfunción y sobrecarga articular. Microtraumatismos repetitivos: vibraciones, movimientos reiterados, etc.11 El microtraumatismo repetitivo es llamado también traumatismo acumulativo (Sheila Reid) inestabilidad articular por tensión anormal músculo ligamentosa. hipertensión intraarticular En lo laboral, son lesiones que afectan las articulaciones óseas y tejidos blandos periarticulares. Son producidas por agentes que causan: vibraciones locales o de todo el cuerpo; posiciones viciosas forzadas o sostenidas, movimientos o gestos repetitivos de las articulaciones (mecanismo por hiperflexiones, hiperextensiones, flexoextensiones, rotaciones, flexorrotaciones forzadas, etc., que llevan más allá del límite normal del desplazamiento de una articulación); cargas ponderales que por sobrepeso provoquen fuerzas axiales compresivas de huesos y tejidos (mecanismo de compresión axial). Asimismo, determinadas contusiones o conmociones (elongamientos bruscos, sobrepesos que se cargan para transportar o sostener pasivamente en brazos o con el cuerpo) pueden producir microtraumatismos en tejidos y órganos (microhemorragias, microdesgarros, microelongaciones) Se confirma experimentalmente la acción de fuerzas mecánicas en el inicio de lesiones microtraumáticas que erosionan el cartílago. Esta erosión, según Bollet, es producida por dos procesos: 1. la degradación enzimática 2. la erosión mecánica. Ya hemos definido que es microtraumatismo y dentro del mismo hemos catalogado al microtraumatismo repetitivo. “Se considerarán gestos repetitivos aquellos movimientos continuos y repetidos efectuados durante la jornada laboral en los que se utilizan un mismo conjunto osteo-mio-neuro-articular“ La tendencia moderna es hablar de esfuerzos repetitivos y sus consecuencias serían lesiones por esfuerzos repetitivos, término que los anglosajones han denomina repetitive strain injury (RSI) (injuria por esfuerzo repetitivo). Nosotros hemos denominado “repetitivo”12 a todo aquello que se repite varias veces, en forma continua y en rápida sucesión. Sin embargo, hay técnicos de ergonomía que pretenden estandardizar un criterio de repetitivo y sacan elaboradas cuentas de los tipos de movimientos y el lapso que media entre uno y otro movimiento, para poder definir técnicamente lo que es repetitivo. Esto constituye una falacia abierta porque un obrero que apalea material de embanque según use pala chica o pala grande tendrá variables distintas de tamaño y peso y esto influirá en el ritmo de movimientos. A mayor peso y tamaño del instrumento, menor ritmo de movimiento y viceversa. Mi criterio, basado en los hechos pragmáticos y empíricos difíciles de cuantificar o colocar un estándar, es que repetitivo debe basarse esencialmente en lo que se repite varias veces ya sea en lapsos cortos o medianos o largos. Un obrero que hace diez paladas de material realiza movimiento repetitivo menor que el 11 Microtraumatismos reconocidos por el laudo 156/96 que reglamenta el Dcto. 658/96 de la ley 24557, lo que echa por tierra al Dictamen de la Cuerpo Médico Forense de los tribunales Buenos Aires cuando intentó negar la existencia de microtraumatismo como causa de artrosis 12 En castellano no existe la palabra repetitivo cuyo sinónimo es repetidamente que según la RAE es “con repetición, varias veces” 9 Antonio Paolasso – INFORTUNIO Y MEDICINA LABORAL que realiza cien paladas, pero la cantidad no influye en la calidad del movimiento, pues es repetitivo a menor escala, sino en los resultados del movimiento. Evidentemente, quien realice más movimientos repetitivos (cantidad) o más forzados (calidad por intensidad), tendrá lesiones en más cantidad e intensidad que el que debe realizar movimientos menores en calidad y cantidad. Hay movimientos anormales que desplazan a las articulaciones más allá de los límites normales en forma súbita y violenta repetitivamente y esto constituye en su esencia verdaderos microaccidentes. El concepto de microaccidente es pertinente en cuestiones legales cuando se intenta definir al accidente de trabajo como “hecho súbito y violento” y no se considera un accidente laboral al hecho de lesiones repetitivas por movimientos bruscos y violentos repetidos. El vocablo es una contraposición lingüística al término macroaccidente que sirve para designar al episodio único que no surge de hechos repetitivos. Los movimientos repetitivos más usuales son los que le ocurren, como ejemplos más ilustrativos, a los que se someten a vibraciones por uso de aparatos que vibran (manejo de vehículos pesados, martillos neumáticos o perforadoras neumáticas, el que usa martilleo o herramientas similares como son los forjadores de metales), el dactilógrafo clásico de las máquinas de escribir o de otros tipos de teclados como es el de las computadoras (oficinistas, telemarketer, etc.), los atletas y todo trabajo que exija realizar o repetir reiteradamente un movimiento o esfuerzo. También son muy importantes los movimientos continuos y por varias horas de trabajo que realizan las amas de casas, los operadores de limpieza doméstica (servicio doméstico, ordenanzas, celadores de escuelas, empresas de servicios de limpieza, etc.). Pasar el plumero en techos, paredes, ventanas, muebles; barrer o trapear pisos, encerar; correr muebles o levantarlos para limpiar, lavar y secar, etc., determinan flexorrotaciones, rotaciones y flexoextensiones forzadas de columna vertebral, flexorrotaciones, flexiones, extensiones y flexoextensiones forzadas de los cuatro miembros y de columna vertebral. De igual modo los obreros municipales que se encargan de la limpieza pública de calles, acequias y veredas. Los obreros de secaderos, lavaderos, fraccionamiento y envase de frutas, verduras, etc., los obreros rurales del campo y las viñas, los operarios de bodegas, los panaderos y empleados de panificadoras que realizan estibas de bolsas, de canastos o envases llenos de los productos que elaboran, la manipulación de máquinas elaboradoras, cinta de fraccionamiento y de envase, acumulación de carga o descarga en palets, carga o descarga de materiales desde camiones o contenedores, manejo de autoelevadores o máquinas similares, etc.. Los albañiles, poceros, operarios de perforación de todo tipo, los operarios de máquinas viales y tareas de reparación de caminos, calles y rutas. Otras profesiones como peluqueros, operarios de viveros, petroleros, mineros, etc. A esto hay que sumar muchos otros casos de trabajadores que realizan diferente tareas microtraumatizantes.13 Cuando una patología se va desarrollando o evolucionando en forma crónica o un proceso degenerativo se cronifica, nace el concepto de enfermedad por microtrauma, estudiada en Argentina por el Dr. Cibeira. Cibeira14 divide a la patogenia por microtrauma en cuatro etapas: 1. sobrecarga anormal crónica (SAC) por irritación de las estructuras (inflamación por causa mecánica). 2. movilidad anormal crónica (MAC) por inestabilidad o subluxación (pérdida de congruencia funcional de la articulación por desplazamiento exagerado por movilidad anormal de sus partes) 13 Ver Hugo F. Rostagno – LOS RIESGOS DE UN CUERPO HUMANO QUE TRABAJA, Córdoba, 1998 Cibeira, José B. – CERVICOBRAQUIALGIA – ENFERMEDAD POR MICROTRAUMA: 165-207, Editorial Panamericana, Bs. As. 2001 14 10 Antonio Paolasso – INFORTUNIO Y MEDICINA LABORAL 3. estabilidad anormal crónica (EAC) por rigidez: fijación autogenerada en las estructuras mediante procesos de artrosis, fibrosis o capsulitis adhesiva. 4. sobrecarga anormal a distancia (SAD) o compensación articular a distancia Los microtraumas actúan en dos sectores: osteoarticular pasajes anatómicos preexistentes (PAP): conductos de la columna vertebral, en región toracoclavicular y en “síndromes de atrapamiento” (neurodocitis) Según LaDou15 y Kaplan16 las innovaciones técnicas y la introducción de diversos aparatos e instrumentos en el trabajo han ocasionado un incremento de la exposición a las denominadas vibraciones. Este relativamente nuevo fenómeno laboral ha originado una serie de trabajos científicos y de opiniones médicas emitidas en libros en que juega mucho el significado del vocablo vibración. Este vocablo es polisémico o, es decir, cobra distinto significado de acuerdo al campo técnico o científico que se aplique. No es lo mismo en física que en el sentido ergonómico. La aplicación del término en Medicina, particularmente Medicina Laboral lo llena de connotaciones, pero lo más razonable es apelar en primer lugar al significado que le da la Real Academia Española para la cual vibración es “acción y efecto de vibrar” y vibrar es un movimiento trémulo, es decir, tembloroso, el cual puede interpretarse como una “doble oscilación” (concepto aplicado a la vibración molecular). Esto obra, a los efectos prácticos como un movimiento repetitivo (en castellano existe la palabra “repetitivo”, sino “repetido”, que significa, más o menos, “realizado varias veces”). De ahí que convendría adoptar el criterio de la definición del Diccionario Médico Dorland: vibración es todo “movimiento rápido de vaivén; oscilación”. Los ergonomistas han acuñado el concepto de movimiento oscilatorio de un sistema o cuerpo elástico. Es importante definir el sentido que se le dará a la palabra “vibración” pues de él dependerá la interpretación de la fisiopatología, o sea, del mecanismo que produce patología o enfermedad en las partes afectadas por las vibraciones. En forma coincidente, los autores que estudian a las vibraciones producidas por aparatos en el trabajo, las han divido en dos grandes categorías:17 1. Las que afectan a los miembros superiores 2. Las que afectan a todo el cuerpo Personalmente disiento con estas clasificaciones dado que de acuerdo a los ciclos/segundos con que se mueve la máquina vibradora, estas vibraciones pueden llegar a 5.000 movimientos por minuto lo que lleva a Kaplan a clasificar las máquinas vibradoras en dos grandes categorías: Las que vibran a razón de 70 c.p.s. (ciclos por segundo) a las que llama herramientas automáticas pesadas y son muy potentes (martillos neumáticos, perforadoras de hormigón o taladro neumático, etc) Las que vibran desde 200 a 800 c.p.s. que considera como herramientas automáticas livianas (amoladoras y esmeriladoras de mano, perforadoras manuales, destornilladores, aprietatuercas, afiladoras, taladradoras, astilladoras, etc) 15 Joseph LaDou – MEDICINA LABORAL: 72, Manual Moderno, Méjico, 1993 Juan Kaplan – MEDICINA DEL TRABAJO: 153-153, El Ateneo, Buenos Aires, 1976 17 (Griffin M.J. – HANDBOOK OF HUMAN VIBRATION, Elsevier, Londres, 2004) (Chaffin y col. – OCCUPATIONAL MIOMECHANICS, 4ª edición, Wiley-Interscience, 2006) 16 11 Antonio Paolasso – INFORTUNIO Y MEDICINA LABORAL Si bien estas máquinas son usadas con las manos, las vibraciones no solo afectan a los miembros superiores como afirman los especialistas en ergonomía, sino que realmente se advierte a simple vista que las vibraciones sacuden además de los miembros superiores, al torso y, en algunos casos se transmiten a miembros inferiores. Si bien la forma en que estas vibraciones afectan a todo el cuerpo es distinta a las vibraciones producidas en las máquinas de conducción manual y con el operario sentado o parado en ella (vibraciones verticales en sentido arriba-abajo), en el fondo son vibraciones de todo el cuerpo con oscilaciones en sentido lateral u horizontal o antero-posterior. Esto confirma la aseveración de Kaplan de que “estos efectos no se limitan a las zonas de contacto con las partes vibratorias, también se ejercen en zonas alejadas, porque las vibraciones se transmiten por el esqueleto. Es así que se producen, sobre todo, manifestaciones de la columna vertebral que conducen al dolor crónico invalidante”. Lo que casi todos estos autores no han considerado en forma directa, es otro tipo de vibraciones que determinan algunas profesiones como el picapedrero que talla la piedra a mano, el metalúrgico, el obrero de la demolición, obreros de la construcción (albañiles), que deben usar martillos pesados o grandes mazas para golpear el instrumento que perfora, rompe o talla. El golpe del martillo sobre el instrumento a incrustar produce un sacudimiento o vibración que no sólo se transmite a los miembros superiores sino que llega a “convulsionar” o temblar todo el cuerpo y cuando son golpes repetidos en forma encadenada (repetida), esas convulsiones se transforman en verdaderas vibraciones. Otro detalle importante para el efecto de las vibraciones, que resalta muy bien Kaplan, son las posiciones viciosas forzadas o prolongadas (estación bípeda o sedente, semiflexión lumbar, estación en decúbito supino o dorsal (acostado) como puede ocurrir en metalúrgicos, mecánicos de automotores, etc. Hay un efecto sinérgico considerable en la combinación de vibraciones y posiciones viciosas. Generalmente, los casos más comunes de las consideraciones vibraciones de todo el cuerpo, según Kaplan y LaDou ocurren en conductores o pasajeros de vehículos, u operadores de comandos, especialmente de maquinarias pesadas (colectivos, camiones, tractores, autoelevadores, montacargas, equipo pesado de construcción y maquinarias de la construcción vial, grúas, etc.). La ley 24.557 en su laudo 156/96 incluye ejemplos parciales de trabajadores que están sometidos a vibraciones de todo el cuerpo, lo que ha llevado a las ARTs a aceptar esas lesiones únicamente en conductores de vehículos de cargas pesadas, excluyendo a otras profesiones o trabajos que producen vibraciones de todo el cuerpo. De igual modo, se adoptó el concepto equívoco de que el manejo manual de maquinarias vibradoras sólo afecta a manos, cuando en la realidad se puede afectar todo el miembro superior y la columna vertebral. Otro concepto importante a agregar en el capítulo de las vibraciones de todo el cuerpo es el movimiento vibratorio que se produce en vehículos de todo tipo cuando circulan por caminos cuya capa superficial es asimétrica, como es el ejemplo de ondulaciones y estrías del pavimento o asfalto, pozos y baches de caminos asfaltados o de tierra, caminos empedrados o llenos de piedras grandes enterradas, y, últimamente los agregados a las rutas y calles de los llamados “serruchos”, “lomadas o lomos” y “badenes”. O bien las aceleraciones/desaceleraciones que provoca el desplazamiento a alta velocidad que obran como vibraciones de todo el cuerpo (caso de autobombas de bomberos, móviles policiales, ambulancias, etc.). Así, cualquier conductor de cualquier tipo de vehículos que por razones laborales o de otra índole deba circular por caminos irregulares durante varias horas sufrirá las mismas vibraciones de todo el cuerpo que padece un conductor de vehículos de carga pesada o manejo de comandos en maquinaria pesada (grúa, autoelevadores, etc.). Esto afecta a bomberos, policías, choferes de taxis o remis, transportes escolares o turísticos, etc. No debemos olvidar las vibraciones de todo el cuerpo al estar parado en pisos que vibran (p. ej., cerca de prensas eléctricas en una fábrica de estampar o cerca de máquinas sacudidoras en un taller de 12 Antonio Paolasso – INFORTUNIO Y MEDICINA LABORAL fundición). De persistir en la tesis de que únicamente un chofer de vehículo de carga pesada padece vibraciones de todo el cuerpo, en el caso de indemnizaciones por daño que produce incapacidad laboral, se produce un daño jurídico irreparable al privar al trabajador afectado de la justa indemnización. Otro aspecto importante es que la LRT sólo considera a la espondiloartrosis lumbar y a la calcificación de los discos como producto de las vibraciones de todo el cuerpo, pero omite la lumbalgia o lumbociatalgia que producen esas afecciones y si bien acepta la calcificación del disco intervertebral omite a la hernia de disco encontrada en los conductores de camiones por las investigaciones de Kelsey y Hardy.18 Asimismo, la ley omite que las vibraciones también afectan a la columna cervical y dorsal y, además de la espondiloartrosis, provocan cervicobraquialgias, cervicalgias y dorsalgias como también hernias de discos intervertebrales. Mecanismos fisiopatológicos Ya adelanté que las vibraciones se transmiten a través del esqueleto, lo que significa que produce lesiones óseas directas (microtraumatismo óseo). Kaplan cita el estudio de Desplas y Raymond que determinó que las lesiones óseas detectadas eran de tres tipos: 1. Vacuolas o geodas por contusión y descalcificación 2. Exostosis 3. Descalcificación linear Los estudios modernos por RMN han determinado edemas óseos y otras lesiones microtraumáticas que llevan a la lesión del cartílago articular y degeneran en artrosis. El mecanismo de la artrosis postraumática en el microtraumatismo se inicia con un proceso degenerativo. Mazières y cols. presentaron un trabajo experimental que probó que el proceso de formación de artrosis por causas mecánicas sufre la siguiente evolución “a las 48 hs. de sucedido el daño comienzan los cambios degenerativos microscópicos y fenómenos de deshidratación y/o inflamación;los condrocitos de la capa superficial desaparecen a partir del 4° día después de comenzar la lesión; hacia el 8° día se aprecia una proliferación condrocitaria que desaparece seguidamente al 30° día, dando lugar a una extensa degeneración celular con ulceración del cartílago, necrosis condrocitaria y desgarro de las fibras colágenas. Después de 6 meses, las lesiones presentan todas las características de la artrosis: eburneización, múltiples fisuras y osteofitos”.19 Telhag (Suecia) también produjo experimentalmente, la inducción mecánica de artrosis por traumatismo y encontró que “prácticamente todos los efectos agresivos permanentes sobre el cartílago articular producen cambios degenerativos”. Sokoloff estudió la inestabilidad articular debida a la tensión anormal músculoligamentosa (factor sostenido por Borrachero del Campo y col. y el Dr. Bollet) que produce el desplazamiento de superficies articulares o asimetría articular en forma reiterada, como se observa también en las profesiones con posiciones viciosas prolongadas y en actitud forzada o concentrada y en los oficios en los que el cuerpo o miembros son sometidos a vibraciones. En virtud de los mecanismos lesivos investigados, cobraría vigencia la teoría de Freeman de los dos mecanismos que lesionan el cartílago: 18 Kelsey J.L.; Hardy R.W. – DRIVING OF MOTOR VEHICLES AS A RISK FACTOR FOR HERNIATED LUMBAR INTERVERTEBRAL DISC, American Journal of Epidemiology 102: 63-73, EE.UU. 1975 19 (Servicio de Reumatología C.H.U. Rangueil, Toulouse, Francia en el XV CONGRESO INTERNACIONAL DE REUMATOLOGÍA, reunido en París el 21 de junio de 1981) (SIMPOSIO INTERNACIONAL DEL VI CONGRESO DE REUMATOLOGÍA, SEAPAL, Japón, 1988) 13 Antonio Paolasso – INFORTUNIO Y MEDICINA LABORAL “fractura de fatiga” por presión, compresión, etc. “ploughing”20 por asimetría debida a tensión anormal músculo-ligamentosa. La tensión anormal músculo-ligamentosa también produce tendinosis (tendinitis, tenosinovitis) que llevan al engrosamiento tendinoso y cuando esto ocurre, por ejemplo, a nivel de la muñeca, esos engrosamientos tendinosos producen síndromes de atrapamiento (síndrome del túnel carpiano o síndrome del canal de Guyón). Kaplan también cita a los trabajos de Middleton, Hamilton y otros autores que advierten en manos de trabajadores expuestos a las vibraciones una hipertonía vascular que además de afectar a la temperatura, comprometen la irrigación ósea y conducen a una osteonecrosis aséptica o bien afectan el trofismo muscular y producen atrofia o hipotrofia tenar. La denominada “enfermedad de Lóriga” consistiría en una enfermedad descrita por el médico italiano Giovanni Lóriga en 1911 y que consiste en un síndrome neurovascular similar un Raynaud profesional y que se caracteriza por una reacción vasomotora con palidez isquémica, hormigueo, sensación de frío, disminución de la sensibilidad o movilidad de uno o varios dedos de la mano que maneja una herramienta vibratoria. En la columna vertebral, además de la espondiloartrosis, las vibraciones pueden conducir a la formación de hernias discales porque los desplazamientos de ligamentos y cuerpos vertebrales, más allá de límites normales terminan con el desgarro o fisura del anillo discal (según los trabajos científicos de investigación citados). Hay que considerar que determinadas vibraciones irregulares constituyen desplazamientos bruscos y violentos repetidos que dislocan los cuerpos vertebrales y lesionan los ligamentos laterales. Estos movimientos, sumados a la posición viciosa prolongada o forzada (sedente, semiflexión lumbar o bípeda), son los que causan la lesión del anillo del disco intervertebral que terminará con el desplazamiento del núcleo pulposo y la formación de la hernia discal postraumática. El microtraumatismo crónico, como las vibraciones, provoca microdesgarros y en ligamentos microhemorragias que llevan a la calcificación del disco o de los ligamentos (ligamentos amarillos). La lesión articular afecta a todas las partes blandas periarticulares (musculares, nerviosas, vasculares, etc.) que inducen una periartritis (inflamación de tejidos periarticulares tales como tendinitis, bursitis, neuritis, sinovitis, etc.) No debemos olvidar, obviamente, que la espondiloartrosis afecta columna lumbar, cervical, dorsal y provoca del “síndrome artrósico” dolor (cervicalgia, dorsalgia, lumbalgia, y cuando comprime raíces nerviosas; cervicobraquialgia, lumbociatalgia) y limitación funcional severa. En la patogenia osteoarticular de la espondiloartrosis se discutió si la lesión primitiva era sobre el disco o en las articulaciones interapofisarias, en el caso de la columna vertebral. Las teorías más aceptables fueron las de Farfan21 y Putti22 que demostraron que lesiones interapofisarias. El primer signo de estas lesiones interapofisarias es el dolor y según Valls y cols. se debería a una neurodocitis vertebral provocada por la inflamación de los tejidos periarticulares y de las carillas articulares interapofisarias que lesionan finas terminaciones nerviosas desarrollando un dolor neurálgico. Es lógico que haya artrosis en articulaciones interapofisiarias porque poseen cartílago articular, en cambio en los cuerpos vertebrales, sus carillas articulares carecen de cartílago y entre cuerpo vertebral y disco intervertebral se interpone una lámina cartilaginosa que está adherida al disco. Por esta razón hay discartrosis en forma separada de la espondiloartrosis. La discartrosis deforma al cuerpo vertebral y le provoca espondilitis deformante que le 20 Término inglés equivalente a ruptura Farfan, H. F. y otros – LUMBAR INTERVERTEBRAL DISC DEGENERATION, J. Bone Joint Surg (AM) 54: 492, 1972 22 Putti, V. – NEW CONCEPTIONS IN THE PATHOGENESIS OF SCIATIC PAIN, Lancet 2:53, 1927 21 14 Antonio Paolasso – INFORTUNIO Y MEDICINA LABORAL lleva a la famosa osteofitosis “en pico de loro”. De ahí que muchos autores confundan a la osteofitosis del cuerpo vertebral con espondiloartrosis.23 ¿Influye la predisposición familiar en el microtrauma? El Dr. Guillermo Dambrossi, publica24 un artículo sobre las consideraciones etiopatogénicas y medicolegales de la artrosis, descalifica totalmente la pretendida “teoría genética” en la etiopatogenia artrósica, mientras que confirma la causa mecánica de las llamadas artrosis secundarias y que nosotros hemos encolumnado como artrosis patológicas. En esas causas mecánicas considera a los esfuerzos reiterados, posiciones antifisiológicas, trabajo antiergonómico, exigencia del normal juego muscular agonista-antagonista. Sin embargo, la mayoría de los autores de libros médicos, insisten en la predisposición genética, diátesis familiar, etc., términos generales abstractos no reflejados en una localización genética gonadal no somática con fenotipo monogénico. Cuando hay poligenia fenotípica, la mutación genética no es hereditaria sino adquirida y esto da la razón a Dambrossi sobre los factores ambientales que enuncia, teoría que apoyan los genetistas en las últimas investigaciones multicéntricas. Quedaría pendiente de comprobación fehaciente, la tesis de que pueden existir mutaciones genéticas hereditarias que sólo se expresan por la acción constante de factores familiares, que no son analizadas por el Dr. Dambrossi. Lo cierto, y esto sería coherente con lo que hemos venido expresando de acuerdo a las últimas tendencias o conceptos genéticos, es que el microtraumatismo es un factor ambiental que puede contribuir a la mutación genética adquirida que hemos referido anteriormente. Cibeira acepta que sólo actuando sobre una malformación congénita latente pero no manifiesta, el microtraumatismo puede desencadenar clínicamente signos y síntomas en dicha afección haciéndola patente. Es muy difícil, una vez que la patología se hace presente, determinar hasta dónde hay un lecho congénito patente y hasta dónde la causa directa es el microtraumatismo que transformó lo latente en patente. Esto significa que de no mediar el microtraumatismo, la lesión congénita latente puede permanecer así de por vida (per vitam) sin tener una expresión clínica como signo o síntoma.25 La no aceptación de este fenómeno, induce a muchos médicos a atribuir un cuadro clínico patológico subyacente a una malformación congénita, directamente como causada por la malformación congénita. Los diferentes estudios multicéntricos e investigaciones han demostrado fehacientemente que las malformaciones congénitas de la columna vertebral no siempre tienen expresiones clínicas en sí, sino debido a otros factores que la evidencian. Esto lleva a que muchas malformaciones sean descubiertas por causas catastrales (al realizar un examen prelaboral o investigar un dolor), en edades adultas. Si la lesión congénita hubiera tenido expresión clínica por sí, lo hubiera hecho desde el momento del nacimiento. El hallazgo de una malformación congénita en un adulto, en más del 50% de los casos es catastral y ninguno de esos adultos manifiesta o refieren tener problemas clínicos. 23 (Voss-Herrlinger – ANATOMÍA HUMANA: 52, 3ª edición, Editorial Ateneo, Buenos Aires, 1974) (Walter B. Greene – ORTOPEDIA, Elsevier Masson, España, 2007, reedición 2008) (Valls y cols. ORTOPEDIA Y TRAUMATOLOGIA, 1976) 24 en la Rev. EMPRESALUD 25 (Harrison – PRINCIPIOS DE MEDICINA INTERNA: 111, 16ª edición, Editorial McGraw-Hill, Interamericana, México, 2007) (Avrahami E., Frishman E. y cols. – SPINE: 12-15, 1994) (Tachdjian – ORTOPEDIA PEDIATRICA) (Cibeira – CERVICOBRAQUIALGIAS, editorial Panamericana, Bs. As. 2001) (Del Sel y col. – ORTOPEDIA Y TRAUMATOLOGÍA: 63, 2ª edición, López Libreros Editores, Bs. As. 1976) 15 Antonio Paolasso – INFORTUNIO Y MEDICINA LABORAL Por otro lado, es importante recordar que hoy hay conceptos distintos referidos a las variaciones genéticas, las cuales pueden depender, en los casos no congénitos ni heredados, de factores ambientales. Una de las causas ambientales son los microtraumatismos en general y los laborales en particular. Haré un repaso sobre los factores ya conocidos que provocan deleciones o mutaciones genéticas y explicaré cómo es el proceso de la deleción que llevará al cambio de las funciones de un gen que pasará a fabricar proteínas anómalas en lugar de las que habitualmente le corresponde formar en situación normal. Han sido referidos por diferentes estudios e investigaciones, los efectos de las radiaciones electromagnéticas naturales y artificiales sobre el ADN y el ARN. Pero hay otros factores como los virus, que infectando a las células alteran el genoma integrando su genoma viral al genoma humano para convertir a la célula humana en una fábrica de proteínas virales y estas alteraciones producen graves enfermedades que van desde la teratogénesis al cáncer. Las deleciones genéticas y otros cambios, alteran secuencias y genes y por lo tanto cambian las funciones de los proteomas, induciendo la producción de proteínas anómalas que no cumplirán sus funciones fisiológicas normales o bien ejercerán funciones patológicas. Algunos investigadores y médicos que creen en el absolutismo genético manifestado por una especie de determinismo o fatalismo genético, en el cual indefectiblemente el gen es el único responsable de todas las afecciones humanas, independientemente de otras causas. Tal concepto, según Solari, implica un grave error conceptual que lleva al menoscabo de factores ambientales en el desencadenamiento de la enfermedad. Seguramente cuando se complete el estudio del genoma humano, ya no habrá dudas de que nada puede alterarse en el organismo humano sin la participación de los genes porque es probable que esos genes o tengan todas las secuencias necesarias para provocar todos los males o estén sujetos a una plasticidad genética que permita una gran variabilidad mutacional para constituir una secuencia determinada bajo un estímulo o acción diferente como puede ser un factor ambiental. De todos modos, sea una secuencia preexistente o mutada, no hay dudas que en el caso de las células somáticas, la expresión genética de un trastorno será por causa de un factor ambiental. Si bien el motor final de un proceso patológico es un gen, la causa de que dicho motor entre en funcionamiento es el factor ambiental. Si dicho factor no actúa, es poco probable la expresión por sí y esto se ha demostrado fehacientemente en el caso del cáncer, en el cual se sabe que todo el género humano tiene oncogenes o genes generadores de cáncer, pero sólo un porcentaje de la población generará cáncer y de estos, son de bajísima frecuencia los de expresión congénita (que aún no se sabe si también en ellos pueden influir factores ambientales a través de la madre). De igual modo operan genopatías que bien pueden tener expresión inmediata al nacer o durante la infancia, o durante la adolescencia y últimamente se ha descubierto que aún en la senectud (como puede ocurrir con el llamado rasgo talasémico y otros). Actualmente los conceptos nuevos a la luz de la biología molecular genética, hablan de variabilidad. El estudio del genoma humano deparó muchos datos sorpresivos y hoy la biología molecular ha aclarado que existen varios mecanismos de cambios genéticos y algunos ya clásicamente conocidos como las deleciones, sustituciones o transversiones pueden ser gatillados por factores ambientales, a tal punto que Solari26 concluye que las variaciones fenotípicas son producidas por: variaciones genotípicas + variaciones ambientales. El genotipo y el ambiente tienen relaciones muy complejas que sólo ahora se van conociendo a medida que se va develando el genoma humano. Un ejemplo que Solari remarca es la existencia de las llamadas fenocopias que son rasgos provocados por factores ambientales concretos (drogas, virus) que remedan los efectos de una alteración del genotipo. Actualmente, en el estudio de las metabolopatías con expresiones genéticas como la diabetes 2, se 26 Alberto Juan Solari –GENÉTICA HUMANA, Bs. As. 1996 16 Antonio Paolasso – INFORTUNIO Y MEDICINA LABORAL concluyen que los factores ambientales pueden provocar mutaciones sobre todo del ADN mitocondrial de células somáticas (estrés respiratorio), las que alterarían sus funciones normales originando cuadros patológicos. El estrés es uno de los factores ambientales que inducen cambios genéticos a través de los neurotransmisores que llevan a la producción de radicales libres y éstos son la causa de las alteraciones genéticas espontáneas. A este tipo de variación genética se les llama provisoriamente, mutaciones genéticas adquiridas no transmisibles. Provocan la enfermedad de un feto, un niño o un adulto, pero el defecto genético no es transmisible por ocurrir en células somáticas. Generalmente son cuadros patológicos poligénicos (diabetes 2, HTA, etc.) Este tema de las mutaciones genéticas adquiridas no transmisibles lo desarrollaremos en otro parágrafo. Las posiciones forzadas son aquellas en las que el cuerpo y sus articulaciones y columna vertebral dejan de estar en una posición funcional normal para pasar a otra inadecuada que genera máximas extensiones, máximas flexiones y/o máximas rotaciones osteo-mio-neuro-articulares durante la jornada laboral. Incluso, las posiciones sedentes y las bípedas muy prolongadas en el tiempo, resulta también ser forzadas porque afectan a la columna vertebral (deshidratación discal, sistema osteomioneuroarticular, sistema venoso periférico). La columna vertebral es una de las regiones más afectadas por posiciones viciosas forzadas y prolongadas que deforman sus curvaturas normales y pueden causar escoliosis, cifosis, hiperlordosis, etc. Politraumatismo La Real Academia Española define a “politraumatismo como conjunto de lesiones producidas simultáneamente por causas externas”. Curiosamente la palabra no figura en la mayoría de los Diccionarios Médicos (Salvat, Dorland, Melloni) ni tampoco en los manuales comunes de traumatología. Es un término muy usado en las guardias hospitalarias y salas de internación para indicar que una persona ha padecido muchos traumatismos simultáneos, pero no se describen los mismos cuando los médicos los consideran irrelevantes al momento de la atención primaria o porque no tienen tiempo para una descripción minuciosa. Esta costumbre de una descripción parcializada y ambigua priva del conocimiento puntual de cada lesión primaria en el caso de secuelas tardías, lo que es muy importante no sólo para el estudio y tratamiento del damnificado, sino para las cuestiones legales que puedan surgir como las malas praxis por omisión de diagnóstico y tratamiento o los juicios por indemnizaciones de lesiones traumáticas. La falta de consignación taxativa de las lesiones traumáticas, lo que es muy común en las guardias de hospitales y certificados médicos policiales, priva al lesionado de ser no sólo tratado sino indemnizado debidamente causando un doble daño: la lesión y secuelas y la falta de asistencia e indemnización, lo que le deja en completo estado de indefensión ya que jueces y abogados litigantes hacen hincapié en los “antecedentes primarios” a pesar de la manifiesta omisión de lesiones de los mismos. Por esta razón, el perito deberá apelar a estas condiciones particulares del diagnóstico politraumatismo para develar a través de la anamnesis y la existencia manifiesta de secuelas compatibles con lesiones traumáticas según las características del accidente y con evidente nexo de causalidad. “Es fundamental, como en todo acto médico, la realización de una exhaustiva anamnesis. El 50% del diagnóstico, dicen los clínicos clásicos, lo da la anamnesis y el otro 50% la exploración. Las pruebas complementarias sólo deben confirmar y objetivizar los resultados. Dice Marañon que el „el mejor instrumento de que dispone el médico ante sus pacientes es la silla para poder observarlos y escucharlos con 17 Antonio Paolasso – INFORTUNIO Y MEDICINA LABORAL atención y sosiego (Marañon, 1962)”.27 Naturalmente, el perito deberá usar las técnicas semiológicas y la Medicina de la Evidencia para descartar la mentira y la simulación, evitando emitir diagnósticos inexactos o poco confiables o la subjetividad o arbitrariedad pericial. Infortunio en Medicina laboral o medicina del trabajo Toca ahora definir el otro título de este trabajo y que es el referido a la Medicina Laboral. En la mayoría de los diccionarios médicos no hay una denotación del término Medicina Laboral, pero sí la hay de su sinónimo o Medicina del Trabajo, la que se encuentra en el Diccionario Médico Salvat: “parte de la Medicina que cuida de la salud, bienestar y seguridad de los trabajadores”. A fin de evitar confusiones debemos distinguir que tanto Medicina Laboral como Medicina del Trabajo se refieren a una misma cosa y pueden usarse indistintamente. Luego, quienes la ejercen deben ser considerados médicos laborales o médicos del trabajo. Del mismo modo que los diccionarios médicos obvian definir que es la Medicina Laboral, ocurre con los tratadistas, los cuales en su mayoría no definen a esta disciplina y los manuales son incompletos y no actualizados. Los avances de la Medicina en general y de sus ramas como la Cirugía, la Traumatología, la Neurología y otras, ligadas a los accidentes y enfermedades laborales, han introducido nuevos puntos de vistas que modifican muchas de las creencias y enfoques que tradicionalmente tenía la Medicina Laboral. Este apartado de la Medicina, prácticamente nace a fines del siglo XIX y toma forma en el siglo XX. Pero los avances serán después de la década del 50‟ y la gran transformación se opera después de la década del 70‟ con la introducción de tecnologías sofisticadas que trae nuevos problemas médicos laborales. Asimismo, la profundidad de las investigaciones médicas y psicológicas, ponen nuevos puntos de vista sobre las afecciones psicológicas y en manera especial, sobre la psiquiatría laboral que deberá remarcar muy particularmente los efectos del distrés laboral y otros factores psíquicos. Si nos atenemos a la definición del Diccionario Médico Salvat que hemos citado, el campo de la Medicina Laboral se perfila en el siglo XXI como muy extenso y complejo, ya que no sólo debe ocuparse de lesiones y accidentes, sino también del bienestar del trabajador, lo que involucra establecer condiciones de trabajo dignas y que conlleven confort, estudiar los factores que provoquen malestar físico, psíquico y social. Por último, la otra parte que es la seguridad del trabajador le impulsa a esta Medicina a poner el acento en la prevención de riesgos, es decir, en la prevención de los factores que provocan malestar. Hay otro factor que también es competencia de la Medicina Laboral y es el referido a las secuelas del daño laboral en general o sea a las incapacidades laborales que genera el trabajo. Pero no sólo interesa establecer incapacidad como secuela del daño producido por el trabajo, sino que también debe saber averiguar si existe incapacidad preexistente en el trabajador para poder dictaminar si es apto o no, para un determinado trabajo. En el supuesto de que se acepte a un trabajador con factores preexistentes, éstos deben ser bien delimitados para poder dilucidar cuando un accidente o enfermedad producida por el trabajo o en el trabajo, es causada totalmente por el mismo o la preexistencia influye para su agravamiento. La Medicina del Trabajo de este fin de siglo se prepara para el siglo XXI introduciendo cambios fundamentales que exigen el auxilio de varias ciencias, tanto médicas como no médicas. Hasta ahora tenía como base o pilares a: 1. Psicología del Trabajo 2. Psiquiatría del trabajo 27 Claudio Hernández Cueto. VALORACIÓN MÉDICA DEL DAÑO CORPORAL: 109, Editorial Masson, Barcelona, 1966 18 Antonio Paolasso – INFORTUNIO Y MEDICINA LABORAL 3. Patología laboral (enfermedades profesionales) 4. Higiene Industrial 5. Derecho Laboral. Pero las empresas modernas han evolucionado a niveles en que ya no solo importa cómo se produce o qué se produce, sino que se busca la calidad total. Por lo tanto, necesita de la informática, las relaciones públicas, la psicodinámica, el mercadeo, calidad de producto, publicidad y, especialmente, la ética laboral. Las estructuras o infraestructuras de producción, administración y mercadeo se han “robotizado” (neologismo que se refiere al uso de la tecnología o tecnologismo, especialmente la robótica). Las relaciones humanas internas se han revolucionado con los conceptos de dinámica de los grupos que intervienen en lo administrativo, fabril, financiero y en la promoción, abriendo una nueva mentalidad en las relaciones interpersonales, los niveles de mando y de supervisión. Por otro lado, la legislación laboral en materia de infortunios no tiene presente los factores psicosociales, por lo que la Medicina Laboral ya los está integrando paulatinamente. LaDou es uno de los autores avanzados que habla de ergonomía y de distrés laboral, aunque soslaya las hasta ahora llamadas enfermedades-accidentes. Iniciaremos nuestro trabajo con esta introducción, que además de intentar definir qué la Medicina Laboral, también se ocupará de la persona del médico laboral, del tipo de medicina que debe desarrollar en forma humanizada y de la función de introducir la calidad en la vida ocupacional para conseguir la salud ocupacional. Los conceptos sobre las secuelas de los infortunios en Infortunística en general y en la Medicina Laboral en particular, varían fundamentalmente con los conceptos de las mismas afecciones en otra rama de la medicina. Por ejemplo, una dorsalgia, una lumbalgia o una cervicobraquialgia postraumática tiene características y duración muy diferente a las mismas patologías tratadas en clínica, reumatología, etc. Así, estas algias postraumáticas se prolongan en el tiempo mucho más de lo que ocurre con la misma afectación en un dolor reumático no crónico. La dorsalgia de la clínica y la reumatología dura unos días o, a lo sumo, unas semanas. La dorsalgia postraumática puede durar muchos años y según su etiología o tipo de tejido lesionado, será su manifestación clínica. El médico laboral y la calidad de vida En el tema de calidad de vida y de salud ocupacional, es donde entra el rol del médico, más particularmente, el del médico laboral. El médico, como tal, pasa a ser dentro de la empresa otro engranaje que sirve al fin empresarial de producir con calidad. En virtud de esto, la formación del médico laboral necesita conocer los puntos de vistas empresariales y no podrá intervenir eficazmente si desconoce lo que la empresa produce y lo que se necesita para producir y promocionar el consumo. Es un asesor de salud ocupacional, pero también debe ejercer una cierta docencia en el terreno de la psicología para ayudar a incorporar o internalizar los nuevos postulados de una ética laboral distinta a la que hasta hoy se habían usado. La nueva Medicina del Trabajo, en la rama empresarial, requiere de otras disciplinas auxiliares, completamente distintas de las que habitualmente incursionaba. Probablemente los conocimientos que había preceptuado debe mantenerlos pero renovados y a ellos hay que agregarle la nueva temática que antes pertenecía específicamente a la administración de empresas, relaciones humanas, mercadeo, publicidad, etc. Estos principios de estas materias deben ser cuidadosamente incorporados a la Medicina del Trabajo, pero adaptados a la naturaleza de la misma. Traerlos sin un proceso de homogeneización es injertar cosas heterogéneas que pueden prestarse a confundir los roles a tal punto que un médico de repente, hable más de 19 Antonio Paolasso – INFORTUNIO Y MEDICINA LABORAL cosas técnicas que médicas. Antes de asimilar lo nuevo, debe asegurar su pleno conocimiento de lo ya visto, limando las asperezas e imperfecciones que en este campo había, de forma tal que se obtengan principios claros, homogéneos y útiles, abandonando lo académico o meramente doctoral y sin aplicación práctica. Los problemas actuales deben ser resueltos para no seguir haciendo medicina empírica. Se debe aplicar la calidad a la medicina ya existente para poder incorporar otras cosas con mayor garantía de que son veraces, que concretamente servirán a los fines propuestos. Adquirir e incorporar los tópicos empresariales al campo médico, es parte de la globalización que como fenómeno moderno afecta a todo el mundo y que intrínsecamente involucra la universalización de conocimientos y la integración de los mismos para que una cosa sea abordada desde todos los puntos de vista para un conocimiento total u holístico, cuya aplicación sea homogénea en todo el orbe, a fin de mejorar la calidad de todo el quehacer humano. La medicina globalizada exige un nuevo médico: aquél que debe aprender a ser auténtico, a estar correctamente informado, a acceder a una formación integral que evite una medicina de partes o parcial para ejercer con dignidad y calidad una medicina holística que abarque todo lo que corresponde a su especialidad y es conocido y aceptado en todo el mundo. Esto es la globalización médica. El esfuerzo que esto demande determinará una nueva personalidad y conducta en el médico, pero éste no debe perder el horizonte final de su misión que es ser curador de males, tanto físicos como espirituales, particularmente en estos tiempos, sociales. De otro modo se pierde la esencia médica (autenticidad). ¿Cómo conservar la autenticidad médica? : Profundizando el conocimiento real de la enfermedad y sus causas, basándose en la investigación formal y real y no apelando a conceptos generales académicos, más míticos que científicos, aunque tengan consenso general. Buscando terapéuticas integrales que no sea sólo de un signo o un síntoma, que no se base únicamente en un comprimido o una pócima, una extirpación o amputación o el reemplazo de un órgano, sino que englobe a toda la persona y su entorno, porque el hombre a diferencia del vegetal no enferma por partes sino se afecta totalmente y es distinto al animal porque tiene un sentimiento de enfermedad que lo impregna psíquica y físicamente. Ejerciendo la docencia médica, lo que traducido quiere decir que el médico no debe ser un diagnosticador, derivador o recetador al estilo espartano, con un laconismo que lo aleja de sus pacientes en lugar de identificarse con ellos. Debe usar la palabra justa y medida pero lo suficientemente extensa para enseñar las normas que tienden a preservar la salud y evitar la enfermedad. Debe dejar la medicina del signo o síntoma para optar por la medicina preventiva. En el nuevo rol del médico laboral, la docencia es la base de su función de formador de la nueva ética laboral, pues tendrá que instruir a los trabajadores en la idea de que deben tomar todos los recaudos para prevenir los daños potenciales que el trabajo encierra para la salud, como también inculcar virtudes necesarias a su labor específica, que lleven a adoptar un estilo de vida que busque la calidad de la misma y extender esa calidad fuera de la exclusividad de la medicina laboral, para llevarla a la vida toda del trabajador. En el contexto de autenticidad y calidad, el médico no es sólo un técnico que aplica lo aprendido en forma mecánica o empírica, sino es el pensador que modifica el conocimiento adquirido para enriquecerlo y adaptarlo a cada hombre-paciente que le toca asistir. Esto es la hominización de la medicina, en la que le toca al médico ver a su paciente como un “otro igual a mí” que no es objeto ni sujeto, sino un ser idéntico a él, su prójimo, destinatario de la aplicación de una ciencia pero también de un afecto caritativo. En su acción 20 Antonio Paolasso – INFORTUNIO Y MEDICINA LABORAL docente, el médico debe tener una personalidad formada, informada, armoniosamente equilibrada, auténtica, educada, para poder realmente ayudar a quien se lo pide, porque nadie puede formar a otro si previamente no se está formado. No se puede transmitir lo que no se tiene. La ética médica, y junto con ella la bioética, ha planteado una justa cuestión al tratar de definir que se entiende por “buen” médico. Hay dos planteamientos que considerar: 1. el médico como técnico 2. el médico como hombre. En este problema Gracia considera que también hay “dos condiciones básicas”: corrección bondad. En el planteamiento del médico como técnico, decimos que un acto médico es incorrecto cuando no está técnicamente bien realizado. La incorrección conlleva siempre una falta o falla en la aplicación de la ciencia técnica. Luego, el médico que posee una capacidad técnica insuficiente o incorrecta es un “mal médico”. Contrariamente, la pericia en el arte de curar o “corrección técnica” lo trasforman en un “buen médico”. Como hombre, el médico debe poseer la bondad humana, la cual va de la mano de la bondad ética y ambas bondades definen lo que es un “médico bueno”. En el polo opuesto, la falta de estas bondades establece lo que es un “médico malo”. En mérito a estas condiciones, los romanos solían definir al médico como “vir bonus medendi peritus” lo que significa que médico era el hombre bueno, perito en el arte curar. Por esto concluimos: un buen perito pero médico malo, no hace que sea aceptado como el “buen médico” en el criterio popular. Si bien en la mayoría de los círculos médicos se exige y se preocupan más por la pericia que por la bondad ética y humana, solamente un buen perito no hace el “buen médico”. Tampoco un “médico bueno” pero mal perito, hace que se ubique como “buen médico” en el concepto popular ni en la concepción ortodoxa que sustentaba la definición romana que hemos dado. Gracia considera que el médico que no cumple los requisitos de pericia y bondad, con la ausencia de cualquiera de ellos, no llena el criterio de “buen médico”. Por tanto, en todos los sentidos, será “buen médico” el que reúna ambas condiciones: la de perito correcto y la de “médico bueno”. Este “buen médico” es la base de la humanización de la medicina, a la que la técnica fría y el vaciamiento de valores ha deshumanizado, especialmente en este siglo XXI y en el que le antecedió, más que en otras épocas históricas. Medicina Tecnológica e impraxis en Medicina Laboral Los siguientes conceptos se aplican al médico que realiza medicina asistencial, es decir, el encargado de estudiar y tratar una patología. La Medicina tecnológica que la tecnociencia está creando, indudablemente tiene muchísimas aristas para analizar técnica y filosóficamente y que afectan no sólo a la medicina en general sino a la medicina laboral en particular. Aunque parezca paradójico, países como EE.UU. en los cuales la tecnociencia está en su máxima expresión por ser un país ultradesarrollado, han llevado a problemas impensables a los médicos que deben ejercer su práctica por medio de esta tecnociencia. Si bien no se puede ignorar que los avances tecnológicos posibilitan mejores diagnósticos, en cuanto a rapidez y precisión atañe, este sistema de salud tan sofisticadamente desarrollado aleja cada vez más al médico de su paciente, al mismo tiempo que le produce una confianza ilimitada en la tecnología. Se pierde de vista el concepto de sistema médico que promete no hacer daño (Richardson). 21 Antonio Paolasso – INFORTUNIO Y MEDICINA LABORAL De esta confianza surge la deducción de que la ultratecnología es una especie de panacea que torna obsoleto el concepto de que “la Medicina es un arte”, pues la tecnología o tecnociencia crea la ilusión de un control absoluto de salud y enfermedad. Luego, un razonamiento tan “lógico” conlleva la adhesión automática y no razonado del médico a la tecnología, provocando lo que Fernando Lasala llama “subordinación pasiva a un sofisticado sistema de tecnología sanitaria”. Por lo tanto la “adhesión al aparataje técnico” deshumaniza la función del trabajo del médico, perdiendo de vista la relación médicopaciente, pasando dicho paciente a ser un mero objeto de estudio y terapéutica, más en función de aparatos y drogas, que de evaluación razonada y personal de cada ser humano que es el enfermo. La despersonalización de la relación interpersonal conduce a una lógica automatización donde el “arte médico” se desvanece para dejar paso libre a una relación médico-aparato-paciente. En esta trilogía el “aparato” aleja al médico del paciente y no puede “estar junto a él” para evaluar un diagnóstico o la acción de un medicamento. Más aún: en los casos en que el contacto “tète a tète” se evapora, dado que el médico sólo actúa mecánicamente (por el aparato) o a través de un paramédico, va perdiendo la valiosa práctica de razonar por sí (y no a través de computadoras o análisis complementarios altamente tecnológicos), si los diagnósticos obtenidos son los adecuados y si las nuevas drogas realmente son efectivas. Por este “abandono” de la medicina personalizada, se cometen graves errores de diagnósticos y terapéuticas que sin querer conducen a esa mala praxis que causa más daño o muerte que la enfermedad en sí. F. Lasala resume este efecto pernicioso de la tecnociencia que pone en peligro directo la vida del paciente, con el concepto de que el “médico tecnológico” es “un médico operario reemplazado por la máquina” y que la medicina que ejerce “consume un enfermo convertido en objeto a reparar” (...) “Entiendo que un enfermo así manipulado, un médico convertido en la pieza más barata sustituible de una maquinaria, pierden ambos su condición de personas”. Un “buen médico” es el que sabe usar la tecnociencia en todo lo positivo que ésta tiene, pero sin descuidar la relación directa con su paciente y la revisación personal que no abandona la semiotecnia, la cual a veces mejora más aún un diagnóstico tecnológico, pero que por sobre toda consideración técnica, este contacto interpersonal permite evaluar cuánto es el sufrimiento real de un paciente o cuál es la repercusión psicofísica de su mal. Si un medicamento realmente le beneficia. Pero primordialmente predomina el consejo que evita la conducta mala que lleva a la enfermedad. La “docencia médica personal” no es sustituible por ninguna máquina ni la más sofisticada tecnología y es lo que hace al “arte médico”, el que depende de una única maquinaria biológica irreemplazable: el hombre. A todos estos conceptos conviene agregar otro tipo de praxis médica laboral como suele ser la ejercida por algunos profesionales de las ARTs (Aseguradoras de Riesgos del Trabajo), que por la modalidad adoptada puede encuadrarse en una impraxis o falta de praxis médica recta. Esto se debe a un factor económico que consiste en negar o disminuir la indemnización que correspondería dar a un trabajador por una incapacidad laboral. De ese modo se introduce el término “inculpable” que es sinónimo de “no figura en la ley” o “no indemnizable”. Así, por ejemplo, un profesional de la voz, generalmente un docente o un teleoperador sufre de una disfonía y los estudios indican que hay un hiatus o una deformación de la cuerda vocal, el médico se limita a diagnosticar la patología de la cuerda vocal y no la disfunción vocal que produce incapacidad y que es la disfonía. Salvo los nódulos de cuerdas vocales, la ley actual (24557) no reconoce como indemnizable otra patología de las cuerdas, pero sí es indemnizable la disfonía. Luego, diagnosticar una lesión anatómica y omitir la disfunción con la intención de no indemnizar al damnificado no es una práctica profesional correcta ni desde el punto de vista científico y mucho menos desde el punto de vista legal. Otro procedimiento de impraxis es catalogar una patología de preexistente, es decir, anterior al hecho accidental denunciado, cuando no hay ningún documento médico (historia clínica, estudio 22 Antonio Paolasso – INFORTUNIO Y MEDICINA LABORAL complementario) con fecha anterior al hecho denunciado, que certifique la existencia de la patología reclamada o demandada para indemnizar. Finalmente está la deformación del examen físico como por ejemplo realizar maniobras semiológicas no pertinente para declarar inexistente un signo o una lesión. En este caso hay varios ejemplos: al buscar hidrartrosis se realiza la maniobra del signo del témpano que sólo sirve para detectar masas líquidas importantes en la articulación y no se usa el signo de la ola o de abombamiento que detecta presencia de pequeños derrames articulares. Cuando se mide la funcionalidad de un miembro, en lugar de considerar los movimientos activos forzados que son donde el paciente presenta su incapacidad laboral, el médico se limita a medir el movimiento pasivo forzado que es el inducido por la mano del médico y no el que realiza el paciente, creando el médico una movilidad inexistente. A estas prácticas hay que agregar el uso indiscriminado de expresiones médicas vacías de contenido como “diátesis”, “predisposición”, “enfermedad degenerativa”, etc. Estos conceptos ambiguos sólo tienen validez cuando hay una historia clínica coherente que muestra prospectivamente la evolución de una dolencia y en dicha historia constan estudios genéticos y árbol genealógico que determina “predisposición genética o familiar” o bien hay diagnósticos reiterados de dolencias afines que impresionan una “diátesis”. En cuanto a enfermedad degenerativa, ésta no se diagnostica retrospectivamente sino prospectivamente, es decir, primero hay que encontrar el origen y después demostrar el desarrollo de dicha enfermedad, pero no considerar a un cuadro terminal como enfermedad degenerativa cuando en la historia médica personal no hay antecedentes de ningún tipo y, en casos como la degeneración de una articulación o un disco intervertebral, no hay estudios científicos comprobados de esa denominada “enfermedad profesional” que avale el criterio que falsamente sostienen varios autores médicos. Diferentes modalidades de la Medicina en Medicina Laboral Medicina de la persona Para mantener la calidad de la vida del hombre, es imperioso que exista calidad en la asistencia de los profesionales de la salud. La Medicina debe ser una medicina igual para todos evitando todo tipo de discriminación, y también debe ser preventiva, curadora o restauradora y rehabilitadora. Por esto se debe tender a una calidad de Medicina acorde con la dignidad del hombre y “hecha a su medida” de ser inteligente e individual. En ese carácter es una “medicina personal” o Medicina de la persona o Medicina personalizada y como está destinada al hombre debe ser Medicina Antropológica. Nosotros hemos hablada de una Medicina humanizada (hominizada). Esta condición de medicina de la persona exige que sea integral e individual, dirigida a “cada persona en sí” y para esto es menester que esa Medicina recupere su función social y no sea sólo un “medio lucrativo”. Conforme a estos principios debe obrar también la tecnociencia por lo que debe ser una “tecnociencia humanizada” que no desborde en tecnofilia ni se anule por tecnofobia. Por lo tanto debe cumplir esas normas de ética por las cuales venimos abogando a fin de que se procure conseguir: 1. respetar la voluntad y autonomía del paciente 2. la acción del profesional debe ser siempre benéfica y no limitada sino libre y responsable 3. la atención de la salud es una tarea multi, inter y transdisciplinaria, lo que significa que debe ser ejercida por un “equipo” médico eficaz y no pretender que un solo profesional conozca y ejercite todas las ramas de la medicina bajo el pretexto de una “medicina general”, “medicina de familia” o “medicina de cabecera”, pues esto términos de ninguna manera autoriza a que un solo profesional sea obstetra, cirujano, clínico y pediatra a la vez. 4. la medicina debe ser proporcionada por la sociedad con espíritu de justicia, a fin de que equitativamente beneficie todos los sectores y no discrimine ninguno. 5. evitar la “medicina de mercado”. 23 Antonio Paolasso – INFORTUNIO Y MEDICINA LABORAL Medicina de mercado El concepto de medicina de mercado o mercado de la medicina, surge de otros aspectos de la tecnociencia. La globalización y la expansión tecnológica llevan a las empresas a tener nuevos conceptos de mercadotecnia o mercadeo o “marketing”, en donde impera los conceptos de “costos”, “eficiencia”, “rendimiento”, “producto”, “cliente”, etc. Acá el “servicio médico” es el producto mientras que el enfermo deja de ser paciente para ser cliente y así el acto médico ingresa como “bien de mercado” sujeto a “estrategias de control” y pasible de una “atención gerenciada”. Estos conceptos, naturalmente, se intentan aplicar (o se aplican de hecho) en diversas instituciones médicas (aseguradoras, medicina del trabajo, obras sociales e, incluso, hospitales públicos y privados). Antes de proseguir, debemos dejar perfectamente en claro que si el gerenciamiento de la medicina buscar “aprovechar mejor los recursos existentes para evitar el derroche o el empleo inadecuado de una infraestructura” “optimizar los recursos para que con la misma cantidad se presten más y mejores servicios”, etc., demás está decir que contra esto nadie se opone. Lo que acá intentamos aclarar es el manejo negativo del llamado “gerenciamiento médico”, de acuerdo a las circunstancias que iremos describiendo. Han aparecido cientos de tratados que hablan del “marketing médico” del “gerenciamiento de la medicina” y se incorporan conceptos como “productividad” que, en el caso del gobierno de Mendoza, se traduce en un ítem o plus del sueldo para que los médicos de sus instituciones trabajen “unas horas más” aumentando el cupo de “números” para consultas y evitando la “demanda rechazada” o no atendida, por “falta de números”. Acá el médico pierde el concepto de ser un profesional artesanal, para convertirse en un mero “obrero” más, que debe responder a un “rendimiento”. Pero se olvida, en el caso de la medicina gerenciada, que el “mayor rendimiento” va contra la “calidad del servicio”. Esto no interesa mayormente al “gerente médico” al cual sólo le “importa” que sus subordinados atiendan la mayor cantidad de enfermos en el menor tiempo que sea posible. La imposibilidad del médico de “zafar” de este sistema, dado que necesita el empleo, le transforma en un rehén del sistema, del mismo modo que al paciente y ambos quedan entrampados en el “mercado” médico, el cual, a la inversa del mercado de otros productos industriales, el “mayor rendimiento” o “eficiencia en la administración de los medios” significa menor calidad del producto ofrecido: el servicio médico. Este tipo de medicina, reglada por la tecnociencia de la economía, provoca iatrogenias, abandono de persona, diagnósticos y tratamientos que ponen en directo peligro, no sólo la salud, sino también la vida. ¿Cuántos casos ha publicado la prensa y otros medios de información, de pacientes que testimonian haber acudido a uno de esos servicios “gerenciados” y un mal diagnóstico o tratamiento les ocasionó daño irreparable e, incluso, la muerte. En estos casos del médico contratado para ejercer la medicina de mercado, tiene una doble condición: por un lado es el profesional médico que siempre debe estar atado a la ética y a la fidelidad hacia el paciente y por otro lado, el “empleado” o “contratado” por la “empresa médica” que le obliga imperiosamente a una medicina de “marketing” en el sentido de rendir más en el menor tiempo y de desatender los reclamos de los pacientes o de negarles la asistencia correcta como ocurre con las famosas ART (Aseguradoras de Riesgos del Trabajo) (Ley 24557 de Riesgos del Trabajo), so pretexto de que determinadas lesiones están “fuera de la ley”. Etcheverry llama a esto la doble lealtad del médico mercadista, que para un médico ético resulta muy traumática y deberá violar el contrato. En cambio para el médico lucrante, lisa y llanamente abandona al paciente en aras de “mantener el cargo” siendo fiel “al que paga sus servicios”. En el caso del médico lucrante debemos recordarle que la única lealtad posible a un médico es la sola lealtad al paciente como excluyente de cualquier otra lealtad (Juramento Hipocrático: “¿Juráis hacer de la salud y de la vida de vuestro enfermo la primera de vuestras preocupaciones?”). 24 Antonio Paolasso – INFORTUNIO Y MEDICINA LABORAL Un “buen médico”, naturalmente trata de oponerse “por todos los medios” a este tipo de medicina, e igualmente, los pacientes afectados deberían iniciar su propia lucha. El esquema sólo puede ser reformado o desechado sólo con la acción mancomunada de los dos ejes más importantes: médicos y pacientes. El médico laboral debe alejarse del viejo esquema que tan magistralmente describe Emilio Zolá en su novela GERMINAL al referirse a los médicos que debían atender a los obreros de la plantación y venían a consultar por sus dolencias y el médico les decía que “no era nada” “vaya a seguir trabajando, nomás”. Esta actitud despreciativa y falta de toda caridad, aunque parezca increíble, aún se sigue repitiendo en gran mayoría de los médicos laborales que tienden a descreer en las afecciones del trabajador e intentan atribuirla, por todos los medios, a causas ajenas al trabajo. Esas creencias desarrollan en muchos médicos laborales, actitudes que van desde la franca ironía o burla, hasta el trato agresivo del trabajador enfermo. En estas situaciones el médico laboral es de “mal genio”, “mal educado” o “burlesco” estableciendo una relación médico-paciente deplorable por parte del profesional. En sus argumentos figuran desde la simulación, hasta el engaño: pretender que el trabajador intenta adjudicar al trabajo las lesiones obtenidas fuera del mismo, o que son preexistentes. Como ya analizaremos en mayor detalle, una de las frases más comunes es la famosa “diátesis” o “predisposición familiar” o “el origen genético” (otras veces confunden genético con congénito y dicen que un mal es congénito, como si ignoraran que congénito es todo lo relativo a aquellas afecciones con las cuales se nace. Es decir, lo congénito es “nacer enfermo”. Así una luxación de cadera es congénita cuando se adquiere por una mala maniobra de parto. Obviamente son congénitas las enfermedades hereditarias (Down, osteocondrodisplasia familiar, enanismo) y algunas patologías endocrinas (idiocia por hipotiroidismo congénito). Pero nunca una persona tendrá algo “congénito” que aparezca o se haga patente únicamente a los 30 o 50 años de edad. El otro grave error, como lo hemos remarcado anteriormente y ahora iteramos, es el señalado en la citada novela de Zolá, como es minimizar los males del trabajador, por el mero nominalismo del “ya se le va a pasar”, “vaya y siga trabajando porque esto no es nada”, etc. El médico laboral debe ser leal con su “patrón” en cuánto se refiere a cumplir cabalmente sus funciones, pero nunca debe confundir lealtad al patrón con la conducta de negar la asistencia debida a un trabajador enfermo, porque aunque un mal sea congénito, heredofamiliar o preexistente, igual es enfermedad y debe ser tratada para rehabilitar un trabajador, en lugar de dejarlo desamparado o aconsejar su despido. No hay argumento válido para dar el “alta laboral” a un trabajador enfermo. Si está enfermo, así se debe consignar y no tratar de meter la enfermedad dentro de una ley o una disposición patronal. Toda enfermedad tiene prioridad, esté o no en un listado médico, y las normas escritas deben ser ajustadas al enfermo y no al revés. El concepto de medicina de mercado, en la práctica, está más cerca de una medicina mercantilista o mercenaria, donde el lucro impera sobre la ética y la praxis correcta o eupraxis médica. Por esta razón, en lo laboral, el trabajador está más expuesto a una mala praxis legal porque cuando le afecta una lesión que “no está en la ley” (inculpable) queda a la deriva, pues no sólo sufre abandono de persona sino que es privado del deber de cuidado que todo médico debe ejercer. Y cuando se le reconoce la “culpabilidad” de una lesión, los servicios prestados son mínimos y llenos de defectos que rozan groseramente con la mala praxis médica, debido a que las prestaciones están regidas por la ley de la economía. Se presta lo más barato. Conceptos de LaDou sobre el médico del trabajo Para LaDou las “funciones” del médico del trabajo son varias, con relación a los diversos aspectos que implica atender a los trabajadores y las enfermedades por el trabajo (médico tratante o asistencial) Esta 25 Antonio Paolasso – INFORTUNIO Y MEDICINA LABORAL función la puede realizar como “médico de la empresa” en forma personal o a través de un Departamento médico específico. Además de todos los aspectos generales que hemos tratado en los puntos que anteceden, hay que agregar que el médico laboral debe tener un amplio conocimiento de las lesiones, enfermedades y traumatismos acumulativos a que está expuesto todo trabajador y conocer las secuelas e incapacidades que puede emanar de esas dolencias. Como el daño de una incapacidad debe ser indemnizado de acuerdo a mecanismos legales vigentes en cada país en forma particular, en ese aspecto el médico laboral se transforma en un evaluador de incapacidades según las modalidades legales. En este caso se desempeña como perito, como médico integrante de comisiones evaluadoras, como médico de seguros o médico de parte. Por otro lado, la presencia de riesgos del trabajo, exigen al médico laboral el conocimiento de los mismos y por esto se transforma en un médico preventista. Últimamente, los médicos laborales incursionan en marketing y gerenciamiento empresarial e influyen en la formación del trabajador a través de la psicología del trabajo. Estas nuevas actividades profesionales abren una perspectiva a la Medicina Laboral algo distinta a la mera actividad profesional de cuidar, curar y prevenir el daño psicofísico laboral, pues las nuevas actividades tienen mucho que ver con la calidad del trabajo y el mejor y mayor rendimiento, tema no estrictamente médico. Como evaluador, dice LaDou que “no debe esperarse que los médicos sean expertos en todas las variantes de la ley de la compensación para los trabajadores. Si el médico considera que el empleo del trabajador puede haber contribuido en más de un modo de producir la alteración que está tratando, el asunto debe manejarse como lesión o enfermedad profesional. La determinación final respecto a la compensabilidad, corresponderá a los ajustadores de reclamaciones, abogados del tribunal administrativo o de la corte judicial.” Frente a una denuncia de accidente o enfermedad por el trabajo, la empresa encarga a una persona o a un departamento (en nuestro país a la ART) el ajuste de la reclamación. Entonces es cuando interviene el médico para informar de una vez o periódicamente sobre el estado de salud del trabajador, progreso del tratamiento o las lesiones que restan como secuelas. “El primer beneficio laboral, con frecuencia el único que recibe un trabajador lesionado es la atención médica”. Éste debe ser proporcionado directamente por el patrón o responsable de la empresa, o a través de un servicio legal, por el cual paga, para curar los efectos de una lesión o enfermedad profesional. En los EE.UU. el trabajador selecciona directa y libremente al médico que desea para su tratamiento. (En Argentina generalmente le es impuesto por la empresa o por la ART). Siempre el médico tiene la obligación de informar al patrón o al ajustador de reclamaciones, toda la historia clínica del paciente y las incapacidades eventuales. Cuando el médico laboral trata al trabajador lesionado en su trabajo, debe tener presente que el trabajador lesionado está sujeto a diversos tipos de estrés: mental o endógeno como puede ser la ansiedad en relación con su estado de salud, a su situación laboral o a su familia o puede ser un estrés exógeno que surge de relaciones interpersonales conflictivas, recomendaciones de abogados y ajustadores de reclamos, representantes sindicales, etc. Este estrés debe ser tratado siempre, aunque sea mínimo o profundo, porque puede tener secuelas con incapacidad crónica para trabajar. Ante un litigio laboral, el médico laboral puede ser médico de parte (del actor o de la demandada) o bien ser un perito designado por el tribunal. Como médico de parte se limita a informar todo lo relativo al accidente o enfermedad laboral, aportando cuanto estudio posea o haya realizado y las certificaciones pertinentes. Como perito, en cambio, debe someter al lesionado a una técnica especial de examen médico y el 26 Antonio Paolasso – INFORTUNIO Y MEDICINA LABORAL informe debe específicamente ajustado al lenguaje judicial y contestar las preguntas de las partes y determinar las conclusiones médico-legales. En este caso debe describir los factores de incapacidad: 1. describir las definiciones anatómicas y fisiológicas de los signos (datos objetivos) de incapacidad 2. especificar los síntomas (datos subjetivos) que limitan las funciones 3. usar baremos o tablas de incapacidades (catálogos estatales o privados) como guías de valoración de grado de incapacidad 4. definir específicamente si la incapacidad es leve, moderada o grave en base a los datos objetivos específicos y no guiarse por impresiones subjetivas del paciente 5. describir las características de la incapacidad (si es total o parcial, permanente o temporal, irreversible, etc.) 6. puntualizar las limitaciones laborales (si puede levantar o no cosas pesadas, realizar o no esfuerzos físicos, especificar el valor de la carga y el modo de hacerlo, por ejemplo, “no cargar más de 25 Kg. en cualquier momento, no levantar de modo repetido cargas de 12.5 Kg. etc. Asimismo determinar si podrá aprobar o no un examen prelaboral) Siempre los informes médicos deben ser por escritos y tener la mayor cantidad de datos posibles como asimismo discriminar tipos de estudios y resultados. Calidad de prestación del servicio médico laboral Es menester que el médico vuelva a adquirir una formación clínica o semiológica que le permita realizar o antelar un diagnóstico correcto. Nosotros aplicaremos reglas generales que compiten a todos los médicos, pero que en forma particular queremos adaptar a la prestación con calidad del servicios médico laboral. ¿Por qué esta necesidad de aprender a diagnosticar bien? Porque para curar, primero hay que saber lo que se va a tratar. Manejarse apriorísticamente, sin profundizar la búsqueda de signos y síntomas y su correcta interpretación, es exponerse a errar un diagnóstico o no poder hacerlo. Tan grave es el yerro como la omisión. La no oportuna advertencia de una patología evita la detección precoz de un cáncer o una enfermedad crónica, progresiva e invalidante. La exigencia está en que el médico estudie exhaustivamente la semiología y la aplique en forma ortodoxa y a fondo, sin ahorrar detalles. Un manejo racional y bien dirigido de los medios de diagnóstico significa la supresión de exámenes complementarios tipo catastral, con los cuales se pide sin ton ni son, en forma rutinaria. Más aún: puede ocurrir que luego muchos de exámenes pedidos a “tiro de escopeta” no sean interpretados debidamente. Es muy común que el médico diga al paciente “están normales” o “no tiene nada”, cuando en realidad suelen haber alteraciones sutiles en un hemograma, en una orina, que no se integran debidamente a la clínica y pasan inadvertidas pequeñas desviaciones que aparentemente no tienen significado patológico, pero que integradas en conjunto pueden dar rastros muy importantes. Hay que saber en primer lugar qué se debe pedir y porqué y después tener la habilidad de descifrar los signos en forma personalizada y no sobre la base de fórmulas generales. El empirismo, la aplicación de fórmulas rígidas y el desconocimiento de los pequeños desvíos fisiológicos o fisiopatológicos, puede llevar a conclusiones diagnósticas inconvenientes con explicaciones inapropiadas. 27 Antonio Paolasso – INFORTUNIO Y MEDICINA LABORAL Un médico joven o recién recibido, puede que esté bien informado pero poco formado y peca de academismos, haciendo gala de un conocimiento demasiado técnico o sofisticado que se puede perder en marañas de un exceso de procedimientos o de criterios, pecando muchas veces de autosuficiencia o soberbia al no consultar o escuchar otras opiniones diagnósticas. Contrariamente, el médico que “está de vuelta” en la profesión, puede pecar al revés: poca información, desactualizada, o creer que su formación práctica y experiencia le exime de profundizar un estudio, dando diagnósticos “a ojo” o “por impresión clínica”, omitiendo una correcta semiología o determinados exámenes complementarios. No es infrecuente que se yerre en más o en menos. Por lógica, hay médicos novatos bien ubicados y con una excelente predisposición que les permite ejercer con gran idoneidad, como asimismo hay médicos con muchos años de ejercicio que manejan con ortodoxia la semiología, que se han actualizado e informado debidamente y en forma suficiente, por lo que tienen excelente pericia. Pero salvando las excepciones, lo normal es que un alto porcentaje de médicos en actividad (casi 2/3), no puedan, no sepan o no quieran realizar diagnósticos apropiados. En unos casos por rutina, otros por precariedad, pero en la mayoría de los casos por desinformación. Cuando se deben “ver” varios pacientes por día, durante mucho tiempo, el médico puede caer en un “síndrome de hastío” o aburrimiento y volverse ritual, o derivador consuetudinario, o hacer una medicina del síntoma; o espera que el tiempo atenúe o cure una patología. Pero hay algo que un médico nunca debe olvidar: que es un verdadero investigador que debe considerar a todo paciente, cualquiera sea el motivo de consulta, como un caso o enigma apasionante digno de descifrarse. No conviene que “a priori” determine que es una nimiedad, una simulación, algo común, o una manifestación “no registrada” en los libros de medicina, etc. Una derivación oportuna, un síntoma que requiere intervención urgente o permitir la evolución de un proceso que sólo requiere eso, es lícito que en estos casos el médico intervenga con un criterio rápido, pero lo que no es lícito es que después de esa atención primaria emergente, no asesore al paciente sobre los pasos a seguir para profundizar un diagnóstico, un tratamiento, o el control oportuno de su mal. La desidia es tan mala como la impericia.28 ¿Por qué se insiste tanto en un buen diagnóstico? Porque, además de poder orientar un tratamiento correcto y evitar todo lo señalado, puede ocurrir un fenómeno médico-social muy común: un caso sin diagnóstico equivale, para muchas personas, a no estar enfermo. Un paciente sin diagnóstico es un paria que no recibe tratamiento y no es catalogado como afectado por patología. El diagnóstico es el rótulo (label) que le da el pasaporte a la categoría de “enfermo” y esto le permite acceder a la consideración del médico, de familiares, de superiores y también recibir un tratamiento. Pero lo que el médico nunca debe dejar de hacer, con o sin el convencionalismo del rótulo diagnóstico, es dejar de atender un paciente que se queja y, mucho menos, no considerarlo enfermo hasta que se demuestre lo contrario (porque aún un hipocondríaco o un simulador pueden tener algún grado de alteración psíquica o psiquiátrica o psicosomática). 28 Todos estos conceptos se aplican a médicos honestos que se equivocan por las circunstancias descriptas, pero no hay que olvidar al médico corrupto que se equivoca ex profeso para beneficiar a alguien, el que generalmente le premia con favores o dinero, el acto incorrecto o corrupto. 28 Antonio Paolasso – INFORTUNIO Y MEDICINA LABORAL El médico no debe prejuzgar peyorativamente a un paciente que manifieste sentirse mal. Debe preocuparse, aún contra su voluntad o a pesar del rechazo que pueda sentir, de establecer la situación real de un paciente en lo atinente al mal que dice padecer. Sólo después de comprobar si los reclamos son motivados o no, puede proceder en consecuencia. El rechazo de un caso es permitido únicamente si el mismo escapa a la competencia del médico (por ejemplo, un pediatra no puede hacer medicina del adulto, un cirujano no será un conocedor de la psiquiatría y así sucesivamente, salvo que un profesional se haya especializado ex-profeso en dos o más ramas de la Medicina). La confusión de roles en las especialidades de la ciencia médica, tanto por parte del profesional como del paciente, puede generar ejercicio ilegal, impericia y otros daños. Cada médico debe atender lo que está en su competencia, para lograr ser un buen diagnosticador y terapeuta. Negarse a prestar un servicio para el que no está debidamente preparado, no es abandono de persona, siempre y cuando procure derivar correcta y oportunamente al caso. En esta situación, no derivar o no hacerlo como corresponde, es abandono de persona. El médico no debe creer en la omnipotencia de su saber ni en la infalibilidad de sus actos porque esta soberbia le lleva al borde del error que puede ser fatal. Debe repasar cuidadosamente sus actos antes de darlos por terminados y no dudar en pedir una opinión o interconsulta si lo considera útil, estableciendo con este procedimiento una especie de “control de calidad” del ejercicio de la profesión. Hay que aceptar que un solo médico no puede abarcar, con idoneidad absoluta, todo el conocimiento médico actual, aunque pueda operar con alguna habilidad en el campo de la práctica de algunas especialidades o tener un conocimiento general de cada una de ellas, como ocurre con algunos médicos generales. Esta habilidad debe ser empleada, en el mejor de los casos, para llegar a un buen diagnóstico y derivar al paciente para un tratamiento especializado. De ninguna manera se debe realizar un ejercicio indiscriminado de la profesión. El conocimiento múltiple y polifacético de la medicina actual requiere de un equipo médico interdisciplinario que pueda atender en forma holística a un paciente, frente a una especial patología. Hay extremos que deben evitarse en la medicina moderna: el ejercicio indiscriminado como poliespecialista, por lo antepuesto, y el superespecialista (que sólo sabe mucho de una especialidad y poco o nada de la medicina en general). El médico clínico o de cabecera, es una especie de director de equipo cuya premisa fundamental es saber diagnosticar para sólo tratar lo que entienda o derivar, según corresponda. En la derivación se reserva el derecho de control de tratamiento para evitar la superposición de prácticas y orientar las medicaciones para que no haya asociaciones inconvenientes de medicamentos, porque se da el caso de que un paciente tratado por dos o más especialistas suelen recibir medicamentos de cada uno de ellos y no es infrecuente que se produzcan asociaciones tóxicas o que resten eficiencia a determinados tratamientos. La relación médicopaciente hominizada es cuando el médico cumple cabalmente su función y ve en el paciente a su prójimo, un “igual a mí” que debe ser tratado con calidad científica pero también con la calidez del afecto y no usarlo como objeto de experimentación, lucro o abandono. El médico no debe tomar distancia de sus pacientes sino ser un verdadero asistente o acompañante del enfermo en el curso de su enfermedad. Además de dar un diagnóstico y un tratamiento correctos, como antes destacamos, debe practicar la docencia médica con el consejo y las indicaciones bien detalladas de todo lo que le favorece y le perjudica mientras padece la enfermedad, como así también lo que debe hacer para evitarla. Otra cuestión a tener siempre presente es el deber de asistencia por el cual el médico ejerce otro deber: el deber de cuidado: el médico una vez que presta el servicio debe seguir al paciente en todas las instancias que subsiguen al acto médico practicado (si es quirúrgico debe controlar que no haya hemorragias, Antonio Paolasso – INFORTUNIO Y MEDICINA LABORAL 29 edemas, infecciones; si es clínico debe indagar sobre la realización de los estudios pedidos, la toma de los medicamentos, las dietas correctas y las medidas preventivas aconsejadas. Esta relación médico-paciente hominizada mediante la lealtad, idoneidad y amor, es el sello de calidad de la prestación. La prevención Finalmente he reservado una reflexión que considero fundamental, a pesar de ser reiterativa, que atañe a lo que considero una misión muy relevante para el médico: la prevención. La preservación de la buena salud en lo físico, es lo relativo a factores de riesgos para enfermedades. Esta preocupación por la prevención es uno de los puntales de la Medicina del Trabajo, en la cual la prevención va dirigida fundamentalmente, a los accidentes de trabajo, pero no descuida los factores personas de buena salud. Dijimos que es parte de la docencia médica saber aconsejar o asesorar al paciente sobre los hábitos convenientes a su salud, para lo cual se debe tener en cuenta: 1. 2. 3. 4. 5. la buena alimentación e higiene los hábitos tóxicos el estrés las contaminaciones los riesgos laborales posibles Se debe adoptar una buena alimentación y todas las reglas de higiene, mientras que se desecharán los hábitos tóxicos, el estrés y las contaminaciones de todo tipo. Estos son los principios generales de la prevención médica para lograr el desempeño correcto de órganos y funciones que garanticen la calidad de la salud física en el hombre. La prevención del trabajador va en relación directa no sólo a su salud personal, es decir, evitar que contraiga patologías prevenibles, ni tampoco a evitar el accidente laboral o la enfermedad en ocasión del trabajo. Esa prevención no se basa en mantener dentro de “condiciones legales” el lugar del trabajo, en darle los instrumentos y el ropaje adecuado, etc., sino que tiene que ir más allá de convencionalismo legales o convenientes a una determinada formalidad. Esencialmente, la protección del trabajador debe abarcar la educación en cómo desarrollar su labor tanto técnica como en forma adecuada a su cuidado personal. Esa protección debe contemplar lo psicofísico y la mente del trabajador es tan importante como su cuerpo. La prevención real es evitar todo aquello que pueda dañar de alguna forma al trabajador o atentar contra los intereses de la empresa, dado que la dupla trabajador-empresa es una relación sin la cual una parte no funciona sin la colaboración efectiva de la otra. En esto es muy importante la correcta y completa provisión de equipos de trabajos adecuados y la enseñanza de posiciones ergonómicas que evitan las posturas y movimientos incorrectos. El criterio del empresario debe ser cuidar de su trabajador como el componente elemental del desarrollo de la empresa, porque de él depende no sólo la calidad y la cantidad del producto o servicio, sino también el progreso económico que hace posible la persistencia de la empresa como fuente de producción de artículos necesarios a la sociedad, la rentabilidad del patrón y el justo salario del trabajador. Mantener en condiciones óptimas estas ecuaciones económicas es parte de una prevención ortodoxa. ACCIDENTE “IN ITINERE” Los traumatismos por accidente “in itinere” generalmente son causados por accidentes viales o caídas por lo que se producen secuelas postraumáticas muy distintas a las que suelen producir los accidentes 30 Antonio Paolasso – INFORTUNIO Y MEDICINA LABORAL laborales típicos. Normalmente son politraumatismo, es decir, hay trauma de muchas y diversas partes del cuerpo y de los órganos en forma simultánea. Esta razón de lesión atípica en lo laboral es lo que ha hecho excluir de la Tabla de Incapacidades de la LRT, lesiones postraumáticas de gran daño anatomofuncional y repercusión en la incapacidad laboral en forma directa o indirecta, lo que además de constituir una omisión importante de la Tabla, obliga a la indemnización con otras tablas ajenas al Dcto. 659/96. Así por ejemplo, la LRT no indemniza fracturas de hombro, codo y antebrazo como lo hace con las fracturas de miembros inferiores. Otro aspecto controversial del accidente in itinere es la definición que da del mismo la LRT, en su art. 6 inc. 1 en el que menciona que se considera accidente de trabajo al ocurrido en el trayecto entre el domicilio del trabajador y el lugar de trabajo, siempre y cuando el damnificado no hubiere interrumpido o alterado dicho trayecto por causas ajenas al trabajo. Es decir, la LRT aprueba sólo el accidente ocurrido en el trayecto de la casa al trabajo y nada más. Obvia, por ejemplo, el detalle fundamental de que si el actor se desvía un poco para cargar combustible o adquirir comida o medicamentos, no considera estos actos de estricta necesidad y los usa para calificar como “desvío del trayecto ordinario”, cuando en realidad son desvíos por imperio de estricta necesidad y no modifican la naturaleza del trayecto ordinario del viaje de la casa al trabajo o viceversa. Otra cosa sería si el desvío es muy grande y por motivos innecesarios. Un desvío mayor y sin necesidad evidente es causa de considerar que no se cumple el requisito del accidente en el trayecto habitual de desplazamiento fuera del establecimiento donde se trabaja. La controversia surge porque recientemente en Argentina se han promulgado las leyes 26693 y 26694 que aprueban y adoptan los convenios de la OIT y el Protocolo del 2002. Este protocolo dice en su art. 1, inc. d) que el término accidente de trayecto (en Argentina accidente in itinere) designan todos los accidentes que causen muerte o produzcan lesiones corporales y ocurran en el recorrido entre el lugar de trabajo y la residencia principal en el que el trabajador suele tomar sus comidas. A esto agrega también, el lugar en el que el trabajador suele cobrar su remuneración laboral. Desde luego, si un trabajador que va al banco a percibir su sueldo sufre un accidente en el trayecto, la LRT no lo indemniza, pero al estar en vigencia las leyes 26693 y 26694, la indemnización es posible. De ahí la controversia que será principalmente en el foro judicial cuando se reclame la indemnización correspondiente. De lo que no debe dudarse es que el accidente de trayecto o in itinere no ocurriría si el trabajador no debiera desplazarse para asistir o salir del trabajo, es decir, es un accidente en ocasión del trabajo. 31 Antonio Paolasso – INFORTUNIO Y MEDICINA LABORAL CAPÍTULO I CONSECUCIÓN DE CALIDAD DE VIDA OCUPACIONAL Calidad de vida ocupacional Entre los proyectos existenciales cotidianos, el trabajo u ocupación es uno de los principales. Como todo proyecto existencial, trabajar es una “forma de vivir” y también exige una calidad de vida, en este caso, calidad de vida ocupacional. En lo personal, el trabajo es un medio para adquirir una renta, pero también es una forma de realizar aquello que nos agrada y permite aplicar la creatividad. A través del trabajo se producen bienes y servicios que hace al desarrollo de una sociedad y al bienestar del hombre. La Medicina del Trabajo, obviamente, es la que trata la salud ocupacional y por lo tanto corresponde a su terreno científico lo relacionado con la calidad de vida y salud ocupacional. El trabajador es, ante todo, un hombre. Para poder formar un buen trabajador, antes es menester formar un buen hombre. En consecuencia, todo lo que hemos introducido como concepto de calidad de vida y de salud en los capítulos anteriores, es aplicable absolutamente a la calidad de vida y salud ocupacional. Empero, la Medicina del Trabajo tiene un espacio individual propio que le compete y que es curar y prevenir las patologías desencadenadas por el trabajo. Muy particularmente, los infortunios laborales. Hasta ahora, la base de la Medicina del Trabajo ha sido la curación y la prevención de las llamadas “enfermedades profesionales”, entendiendo por éstas a las patologías cuya única o principal causa era el trabajo o la profesión. Así se inició en los principios esta disciplina de la Medicina, pero la evolución de la industria y la tecnología, del conocimiento médico y la problemática social, significó un cambio radical en las décadas ulteriores, que actualmente también compulsa a un cambio de la Medicina del Trabajo. Fue incorporando paulatinamente no sólo enfermedades, sino también aspectos legales, psicológicos, de higiene industrial y de contaminación ambiental juntamente con otras disciplinas. Hoy, y en los años que vienen, como toda la Medicina presente, esta rama especializada deberá ocuparse del hombre en forma total, holística y no por partes o de una mera patología. En esto le va lo de la calidad de vida y salud ocupacional. No es únicamente abarcar causas de prevención de enfermedades, sino todo el fenómeno vital del trabajador y por esto debe incorporar la problemática empresarial para poder entender sobre la calidad de vida y salud ocupacional y por lo tanto está obligado a incursionar en la ética laboral, las relaciones interpersonales (relaciones humanas, públicas e internas), publicidad, mercadeo y otras disciplinas que hacen a las ciencias de la administración empresarial. Esto dimensiona espectacularmente el área de la Medicina Laboral, transformándola en una especie de eje fundamental de la empresa. De ella dependerá no solo la salud física sino también la espiritual y social de todos los miembros de la empresa, y no entenderá de enfermedades y su prevención sino que va más allá buscando la formación del trabajador para conseguir la calidad de vida personal, luego la ocupacional y finalmente, dentro de ésta, la participación plena en la consecución de calidad de producción, porque de ella dependerá la calidad de vida del propio trabajador y de la sociedad toda. El médico del trabajo no será fundamentalmente un preventista de los riesgos ocupacionales, sino también un formador de conciencia en lo atinente a la motivación y la ética laboral, induciendo conductas adecuadas dentro y fuera de la empresa, siempre con miras a la búsqueda de la calidad total (de vida personal, ocupacional, de la salud y de la producción). Por esto, de las ciencias auxiliares que hemos citado en general y empresariales en particular, hay que resaltar las políticas y la sociales, sobre todo el Derecho, para que el médico pueda participar oportuna y activamente en el marco jurídico para evitar la proyección y sanción de Antonio Paolasso – INFORTUNIO Y MEDICINA LABORAL 32 leyes injustas o anacrónicas que eviten el acceso del trabajador a la adecuada y merecida calidad de vida y salud ocupacional. Pero, a la par, debe saber de ergonomía, de formas de retribución del trabajo, de los horarios más convenientes, de las modalidades de ejercer el trabajo. La dirección de la labor del médico laboral contemporáneo persigue mejorar la eficiencia y el rendimiento total del trabajador en su ocupación específica, por lo que el médico debe entender el cómo y el para qué conseguir esos fines. En esto le va conocer y comprender cómo se produce, se logra la calidad de esa producción, cuáles son los requerimientos del mercado y las necesidades de los clientes, destinatarios finales de la producción. Así, con esta visión, se cierra el ciclo de la misión de un médico laboral en la actualidad. En este parágrafo, a los conceptos generales de calidad de vida agregaremos los conceptos específicos de la vida ocupacional. Las premisas principales de una calidad de vida ocupacional comprenden: conocer la propia “vocación de trabajo” conocer el “gusto por el trabajo” que se tiene tener una “aptitud laboral” tener “experiencia laboral” saber conocer los campos laborales con probabilidades de desarrollo profesional La vocación personal de trabajo Como toda actividad personal existencial, el trabajo exige una predisposición o “llamado” para una determinada ocupación. Si bien potencialmente el hombre puede desarrollar cualquier actividad, para conseguir la calidad de vida ocupacional sólo podrá concretar una profesión u ocupación correcta si se siente atraído hacia ella. Así, de esta forma se sentirá realizado y satisfecho porque estará identificado con lo que está “llamado a hacer”. Sin vocación ocupacional el trabajador puede “sentirse atrapado” por lo que debe hacer sin tener inclinación y esto hace que el trabajo sea agobiante o sofocante. Cuando se está ejerciendo una tarea vocacional, no tendrá lugar esa horrible sensación de “no poder hacer algo” respecto a la ocupación que se tiene. El gusto por el trabajo Esto se refiere a tener en cuenta las propias aficiones por una ocupación o profesión. Muchas veces se puede sentir inclinación por una ocupación, es decir, tener vocación por ella, pero puede ocurrir que algunas circunstancias específicas resten la adhesión emocional o anímica al mismo. Por ejemplo, una empresa con baja estabilidad, o salarios insuficientes o mala relación interpersonal, por más que ofrezca un empleo compatible con una vocación, difícilmente logrará la adhesión (afición) al mismo. Hay otras circunstancias que hacen al “gusto por el trabajo”. Aptitud laboral La aptitud laboral está relacionada con la capacitación o formación laboral lo que implica buscar y conocer el asesoramiento y la información de las modalidades de los presuntos trabajos a realizar y adquirir todo el conocimiento del mismo. Hay que saber realizar o hacer el trabajo que se compromete a desarrollar. Esto evita la improvisación o las situaciones inesperadas, permite la orientación vocacional y la aprobación de las pruebas de aptitud laboral, a las que eventualmente debiera ser sometido. 33 Antonio Paolasso – INFORTUNIO Y MEDICINA LABORAL Adquirir experiencia laboral Además de capacitarse para buscar un empleo, se necesita ejercer esa capacitación o sea adquirir experiencia laboral, lo que puede conseguirse: desempeñando un trabajo voluntariamente (ad honorem o una mínima retribución) entrevistando a los que desarrollan esas tareas y preguntando todo lo relativo a ella y de esta manera se adquiere “buena información” realizando diversas actividades, porque así se adquiere mayor experiencia, ampliar las responsabilidades y tener capacitación adicional estudiando permanentemente lo relativo a la ocupación que ejerce o que va a ejercer. Debe evitarse los conocimientos o estudios generales inespecíficos para dedicarse exclusivamente a la especialidad que se elige para trabajar. La aptitud y la experiencia laboral constituirán la idoneidad (requisito reconocido como único en la Constitución Nacional). En todo esto debe aceptarse la competencia como algo estimulante y no conflictivo ni pernicioso. Elegir un campo con probabilidades de desarrollo profesional Además del gusto, la vocación y la aptitud laboral, necesarios para ejercer con idoneidad y calidad un trabajo y que hace a la calidad de vida ocupacional, es fundamental saber o conocer qué probabilidades de desarrollo profesional ofrece una ocupación. Los trabajos “sin porvenir o futuro” de desarrollo de una carrera, no son estimulantes y con el tiempo se vuelven tediosos. El trabajo como motivo de placer Hemos dicho anteriormente que una de las condiciones de calidad de vida es vivir con placer. En la calidad de vida ocupacional, el trabajo debe ser considerado como un motivo de placer y ser vivido placenteramente. De lo contrario es el yugo bíblico, sin sentido y poco digno de vivirse. En este tema recordaremos los conceptos de Jeremy Taylor, obispo inglés del siglo XVII, el que postuló: “Si no fuera por el trabajo, los hombres no podrían alimentarse con tanta abundancia, ni recrearse con tanto placer, ni dormir tan profundamente, ni ser tan saludables, productivos, fuertes, pacientes y nobles, ni permanecer tan ajenos a las tentaciones”. En alguna medida, todas estas cosas están vigentes hoy, sobre todo cuando el trabajador pertenece a una empresa que le permite desarrollarse totalmente y es tratado con dignidad humana. Taylor tuvo la visión de la dimensión del trabajo como fuente de bienes y servicios, y ambas cosas contribuyen a la felicidad del hombre, por lo cual atribuyó al trabajo el origen de las virtudes que adosa a los trabajadores (saludables, productivos, fuertes, pacientes, nobles, ajenos a las tentaciones). Estas consideraciones taylorianas deberían bastar para llenar de sentido al trabajo y de motivaciones para ser considerado como un bien absoluto y en esta tesitura, como fuente de placer. Pero una cosa es considerar que el trabajo sea una fuente de placer y otra muy distinta es que todos los trabajadores sean felices por trabajar. Un trabajador se siente a placer, en primer lugar, si su trabajo es apreciado debidamente y no ignorado, o se siente sólo como un engranaje sin sentido dentro de una cadena de ocupaciones cuyo único fin es enriquecer a la empresa o patrón para el cual trabaja, en desmedro de la calidad del producto o del trabajo que realiza. A la estima del trabajo realizado deben existir otras ponderaciones como es el salario justo o correcto que le permita una vida personal digna y no penosa. Antonio Paolasso – INFORTUNIO Y MEDICINA LABORAL 34 Henry Ford tuvo una fórmula que revolucionó no sólo al mercado sino que fue un paradigma de justicia social liberal. Estableció un horario de ocho horas de trabajo e hizo partícipe de sus ganancias a los obreros. Esto significó un hito histórico para la economía y para la historia del trabajo y su evolución en la humanidad. Tanta importancia tiene el suceso económico de la revolución fordiana, que el escritor y sacerdote católico francés, padre R. L. Bruckberger (Orden de Santo Domingo), lo llamó LA GRAN REVOLUCIÓN DEL SIGLO XX 29 Otro fenómeno histórico fue la “experiencia Mondragon” que pudo demostrar que la empresa ideal sería la que maneja el propio trabajador, el cual ya no trabaja por un salario o sueldo sino que coparticipa en pie de absoluta igualdad con todas las ganancias que la empresa proporciona y también es posible tener su propio seguro, su propia caja de jubilación, su propio sistema de seguridad, salud y educación y la provisión de vivienda propia. Este fue el sueño de completa felicidad que logró la empresa vasca de Mondragon. Objetivos de la calidad de vida ocupacional Este punto, necesariamente, implica reconocer que la calidad de vida ocupacional está indisolublemente ligada a las condiciones de vida que se den en una estructura empresarial en la cual el trabajador se desempeña. Facci indica que “esto incluye aspectos del bienestar, garantía de salud y seguridad físicas, mentales y sociales, lo mismo que la capacidad para desarrollar tareas sin riesgo y con el mejor uso posible de la propia energía”. A continuación señala los objetivos del Programa “Mejoramiento continuo de la calidad de vida de los trabajadores”: 1. 2. 3. 4. 5. 6. “mayor satisfacción personal” “mayor motivación en el trabajo” “menos accidentes / enfermedades” “desarrollo de una mentalidad saludable” “mayor productividad / calidad” “reducción de costos”. En estas conclusiones coincidimos plenamente, ya que hemos adelantando que en general son los objetivos de la nueva sociedad productora y de la empresa moderna, por todo lo que hemos meditado anteriormente. También concordamos con Facci en la modalidad operativa para lograr los objetivos. Sólo aclararemos que lo que él llama concientización nosotros lo llamamos educación para la motivación y al estilo de vida, proyecto existencial. Estos aspectos los iremos desarrollando al tratar de la salud ocupacional, en especial, en los capítulos de la salud espiritual y social. Salud ocupacional En este ítem también debemos hablar de salud física, espiritual y social, para abarcar holísticamente el concepto de salud y dejamos sentado que todo lo que aplicamos, con anterioridad, a los conceptos de calidad de salud en general, deben ser aplicados acá, a lo que agregaremos conceptos específicos de cada tema. 29 Bruckberger, R. L.: LA GRAN REVOLUCIÓN DEL SIGLO XX, Revista LIFE, EE.UU., 1959 35 Antonio Paolasso – INFORTUNIO Y MEDICINA LABORAL Postulados para la salud ocupacional física Empezaremos aclarando que en todo lo relativo a la salud ocupacional no abordaremos lo relativo a enfermedades profesionales por ser una temática bien conocida y estudiada en todos los tratados de Medicina del Trabajo, en todos los aspectos (preventivos, higiénicos, legales, riesgos, etc.). El desafío de hoy es la incorporación de los nuevos fenómenos en la patología laboral creados en parte por la problemática sociolaboral y en parte por los nuevos instrumentos de la tecnología electrónica. El trabajador convive o coparticipa de dos ambientes netamente diferentes: el medio ambiente laboral y el extralaboral. Todo ocurre de forma tal que lo que aporta desde el medio ambiente extralaboral al laboral puede ser negativo o positivo y viceversa. Son negativos, en general, los factores de riesgos. Son positivos los conocimientos, las motivaciones positivas y las predisposiciones al mejor desarrollo de los roles (predisposición, por ejemplo, al mejor rendimiento y eficiencia). El médico debe conocer a ciencia cierta los factores de riesgos extralaborales, pero mucho más los laborales para poder ejercer con efectividad la prevención de esos riesgos. Los factores de riesgos extralaborales son los generales que atañen a la alimentación, hábitos tóxicos, ingesta de medicamentos, desarrollo de actividades deportivas, etc. y por esto es importante que el médico de una empresa sepa qué comen los trabajadores y cómo lo comen, que hábitos tienen, qué medicamentos consume (tipo, dosis, efectos colaterales) y si había patología preexistente al ingreso ocupacional. De esta forma podrá evaluar el riesgo e incidencia de factores extralaborales en el trabajo específico que realiza para la empresa. Examen preocupacional La forma de averiguar cuál es el estado en que el trabajador ingresa a una empresa, es el examen preocupacional (prelaboral, preingreso). En algunos foros actuales se discute si es conveniente o no el examen preocupacional. Nosotros creemos que esto es una discusión bizantina porque es contundente que una persona que ingresa a un trabajo debe ser conocida en todos sus antecedentes personales y médicos, para evaluar la confiabilidad con que cuenta para desarrollar las tareas que se le encomendarán. No sólo debe interesar su filiación y antecedentes sociales (instrucción escolar, buena conducta, adiestramientos para el trabajo al cual se postula) sino también interesa lo relativo al hombre en sí como instrumento laboral. De nada vale una herramienta con un buen envase y con un aspecto impecable, si intrínsecamente está fallada. El examen preocupacional es un elemento imprescindible por una razón primaria: saber en qué condiciones físicas se encuentra la herramienta humana de trabajo. Es un control de calidad de la salud preocupacional y de las aptitudes reales. Secundariamente, en determinados países, este examen es una defensa legal cuando hay demandas sobre presuntas patologías preexistentes y que pretenden atribuirse al trabajo realizado. Aunque hay pautas muy definidas sobre el contenido y la forma de realizar un examen preocupacional, generalmente por razones de costos, no se realiza debidamente y se transforma en un mero formulario llenado ligeramente y sin profundizar exámenes y estudios. Es frecuente encontrar renglones completos con las siglas s/p (sin particularidades) que bien puede significar que un examen ha sido completamente normal, pero que en realidad se ha transformado en una muletilla para obviar los exámenes semiológicos. Por esto, el examen debe contener todos los antecedentes heredofamiliares bien detallados y determinados. Hay que investigar todos los factores de riesgos usando todas las técnicas médicas que se conocen para evitar la simulación de hábitos buenos o la disimulación de malos hábitos, costumbres normales, enfermedades padecidas o qué padece y los tratamientos médicos que pueda estar recibiendo o si recibe automedicación. El examen físico, además de exhaustivo, debe contener exámenes complementarios 36 Antonio Paolasso – INFORTUNIO Y MEDICINA LABORAL mínimos, catastrales: Rx de tórax, columna vertebral y articulaciones, análisis completo de sangre y orina, EEG y ECG, reacciones para las principales enfermedades contagiosas en portadores aparentemente sanos: sífilis, HIV, hepatitis y para algunas regiones Chagas, brucelosis, TBC, etc. La empresa debe conocer todo esto, no para ejercer una discriminación laboral a rajatabla impidiendo el acceso laboral, sino para detallar en el contrato de trabajo hasta donde rendirá el trabajador y llegará la responsabilidad de la empresa para las eventualidades que pudieran ocurrir en virtud del estado previo del trabajador. Se debe considerar que no siempre es menester rechazar de plano un trabajador con algún antecedente patológico, sino debe ser evaluado desde el punto de vista del trabajo a realizar, para no caer en el craso error de negar una fuente de ingresos a un discapacitado o a determinadas patologías. Así, por ejemplo, un HIV positivo puede trabajar en funciones que no representen peligro potencial de accidentes que provoquen heridas abiertas, ya que sabemos que sólo un contacto directo con sangre puede contagiar la infección. Si no tiene SIDA, el infectado puede realizar tareas de supervisión, conserjería, oficinescas, vigilancia, etc. absteniéndose de los factores de riesgos como sería tener relaciones sexuales con otros miembros de la empresa o sufrir accidentes cruentos que produzcan hemorragias. Lo que corresponde evaluar en un discapacitado o en un portador de posible enfermedad es en qué puede rendir y ser eficiente y qué posibilidades tiene la empresa de colocarlo. En los casos de infectados potenciales (portadores sanos) debe limitarse a su control médico periódico. Un rechazo o discriminación laboral es pertinente si hay razones absolutas de incompatibilidad (enfermedad infecciosa en pleno período de contagio abierto, por ejemplo, una TBC, SIDA, etc.). Admitir un contagiado no enfermo no implica que la empresa se haga cargo de la enfermedad cuando ésta se instale. Incluso, el contagio registrado o la enfermedad registrada como preexistente, permite colocar en el contrato de trabajo una cláusula que será aceptada sin reticencias por el trabajador, en el sentido de que la empresa no será responsable de las agravaciones ocasionadas por el trabajo. En el caso del HIV, la aparición del SIDA es motivo de ruptura automática del contrato laboral, no siendo la empresa responsable de la misma (salvo que la infección por HIV se haya producido en ocasión del trabajo) Otro de los elementos a integrar en un examen preocupacional debe ser la evaluación psicológica o psiquiátrica, ya que la aptitud laboral depende absolutamente de la aptitud, actitud y salud mental previa. Las enfermedades por el trabajo Otro tema que la Medicina del Trabajo debe profundizar es el relativo a lo que se conoce como enfermedad-accidente o enfermedad por el trabajo. Se entiende por enfermedad-accidente a aquella enfermedad que no tiene como causa única al trabajo que, incluso, puede ser polietiológica, pero cuando es desencadenada por un accidente de trabajo o en ocasión del mismo, se considera al trabajo como causa de la misma. Si no median factores de riesgos individuales ajenos al trabajo, el trabajo es causa directa y, si existen esos factores, el trabajo es causa desencadenante. Ejemplos de enfermedad-accidente pueden ser la inoculación accidental de una infección de cualquier naturaleza; una artrosis postraumática, una flebopatía postraumática, un síndrome postconmocional, etc. La lista es extensa y no corresponde a la naturaleza de esta introducción, la que únicamente pretende que el médico laboral tome conciencia de que debe conocer minuciosamente los factores de riesgos laborales, específicamente los de la empresa en forma particular, y los mecanismos fisiopatológicos reales, para determinar con pericia si una enfermedad es causada o no por el trabajo realizado. Hemos dicho que la enfermedad por el trabajo es la que aparece y se desarrolla en el curso de hacer un trabajo y en este caso obra el distrés laboral. El distrés laboral en un concepto relativamente nuevo para expresar o abarcar todos los factores físicos y psíquicos que intervienen como riesgo de enfermedad al 37 Antonio Paolasso – INFORTUNIO Y MEDICINA LABORAL desarrollar una ocupación o profesión. En este concepto entran las patologías por accidente directo (el de aparición brusca e inesperada que causa un daño físico como herida, contusión, fractura, etc.), las generadas por sobreesfuerzo, posturas viciosas, factores físicos ambientales y posiciones sedentes o de estación bípeda prolongadas (distrés físico). Pero más particularmente hay que incorporar las enfermedades de adaptación o psicosomáticas, propias del distrés moderno (distrés psicosocial). Se debe incluir entre las causas de distrés, las modalidades del trabajo en lo relativo a formas y extensión de los horarios, los conflictos interpersonales, el riesgo de muerte, la resolución de emergencias, el exceso de trabajo (que en Japón ha generado el “síndrome de intoxicación por el trabajo”), etc. Cuando estas patologías, que suelen ser polietiológicas, encuentran en el trabajo un factor de riesgo positivo o sea que puede desencadenar la enfermedad, en este caso debe considerarse como causa al trabajo. En esto, el médico laboral debe interesarse por todos estos factores de riesgos que estamos señalando con miras a una acción preventista, más que por el efecto y la calificación legal de causa o concausa. En cuanto a la empresa debe importarle tanto los efectos legales como los factores de lesión para un trabajador, al que necesita indemne para que trabaje con eficiencia, rendimiento y calidad. Insistimos en estos aspectos, porque no siempre se tienen claros y no es infrecuente que las empresas se desliguen de prevenir. Para hablar de calidad total hay que tener presente en forma permanente que dicha calidad comprende todo: la vida del trabajador, su salud ocupacional, el trabajo y el producto. En cuanto a las causas patológicas, a empresa y médico laboral no debe interesar una discusión académica sino tener comprobaciones prácticas sobre los riesgos reales. El médico debe actualizar todo lo relativo a las patologías que los trabajadores vayan presentando en el curso del trabajo para evitar el uso de entelequias tales como “lo constitucional”, “lo hereditario”, “lo genético”. Cuando hable de estas diátesis, debe contar con datos precisos y bien investigados. Si habla de causas genéticas tiene que estar bien identificado el gen que comanda la aparición de una enfermedad. Si no, no mencionar “causas genéticas”. Igualmente debe proceder con lo constitucional y lo hereditario. Debe incorporar la idea de que una flebopatía periférica, si hay ortostatismo se debe más a éste que a causas constitucionales o hereditarias, sobre todo si éstas no son evidentes. En estas patologías que aparecen en ocasión del trabajo, importa más el “gatillo” que las circunstancias virtuales o potenciales. Los conceptos “míticos” sobre las causas probables se diluyen si el médico cuenta con la literatura especializada actualizada, conoce los últimos estudios multicéntricos y, sobre todo, sabe interpretar lo que lee, como así también, debe saber integrar lo nuevo, al conocimiento previo que tenga de una enfermedad. Pero por encima de esto, le conviene incorporar una meditada experiencia personal. Esto es lo que hoy se conoce como medicina de la evidencia. Hay una clásica figura, del médico laboral, descripto por Emilio Zolá que ya hemos presentado. Es probable que esta posición del profesional esté originada en la creencia de que es imagen positiva para la empresa, la del médico laboral con baja estadística de denuncias de patologías y sin ausentismo laboral. Lo cierto es que negar una enfermedad es peor para la empresa, que procurar evitarla o tratarla, porque el daño es mayor, tanto para la empresa como para el trabajador. El médico laboral no debe guiarse por la preocupación de “mantener su empleo”, ni hacer “buena letra” ante exigencias patronales absurdas, ni simular que “no hay problemas”. Antes que determinar “a priori” si hay simulación o causa irreal de enfermedad, debe estudiar a fondo lo que el trabajador declara. Aún ante una causa irreal aparente, como médico debe conocer los cuadros de ansiedad y pánico que la vida de hoy genera con hechos imaginarios, pero que fisiopatológicamente dan patología aparatosa. No tiene que despreciar lo subjetivo, ya que una personalidad enferma es peor que un baldado físico. Esta situación exige conocer bien los nuevos aspectos de la Psicología y Psicopatología del trabajo y del distrés laboral. Estas ramas de la Medicina, como muchas otras, actualmente avanzan día a día a pasos agigantados haciendo que lo que hoy se conoce mañana sea obsoleto. Además, cada trabajador es un caso 38 Antonio Paolasso – INFORTUNIO Y MEDICINA LABORAL especial que a veces puede no encuadrar en lo que se conoce tradicionalmente en medicina y por esto exige un estudio especial. Asimismo hay que recordar que muchas patologías que se estudian, no son detectables por los estudios por imágenes, de corrientes bioeléctricas ni de laboratorio. Esta circunstancia no debe provocar el rechazo, desprecio o soslayo por parte del médico, de signos o síntomas. Exigir estudios cuando no es posible, despreciando la semiología, es un criterio negativo de dispensar la medicina y no hace a la calidad de prestación. Los costos de los estudios Este es un tema que también hemos rozado pero que ahora agregaremos algunos otros aspectos. Los costos que pueden generar un estudio médico es uno de los principales escollos que enfrenta trabajador y empresa cuando se busca un diagnóstico. Este tema queda exclusivamente en el campo del ingenio de médico y empresa para solucionarlo, tomando medidas de prevención ante gastos eventuales. Los medios con que se cuenta para sufragar los estudios son: el hospital público (generalmente regenteado por el Estado), la obra social o las prestadoras particulares. A estas instituciones se puede acceder por la afiliación directa, el pago de aranceles en cada prestación, por sistema de medicina prepaga o por un seguro por enfermedad. Otra modalidad de financiación son las fundaciones o fondos especiales que muchas empresas han organizado para enfrentar estos costos. Otras formas son las cooperativas de salud que en muchas empresas organizan los trabajadores entre sí. También algunas empresas usan la modalidad de convenios de trueque: con el hospital público o a instituciones privadas prestatarias de salud o a obras sociales, la empresa conviene en proveerles suministros sin cargo o a costos mínimos a cambio de los servicios para sus trabajadores, también sin cargo o a costos mínimos. Estas características operativas señaladas permiten concluir que: 1. los costos de los estudios son necesarios y pueden ser financiados de muchas maneras, a las cuales hay que estudiar y acudir, a veces en forma sinérgica, es decir, reunir obras sociales, cooperativas, fondos especiales u otra solución, para que entre todos los aportes sean menos onerosos. 2. Otra conclusión es que en materia de estudio y prevención de enfermedades, todos los costos se traducen en beneficios directos o indirectos. Puede constituir un problema el hecho de que exista un costo inmediato y un beneficio mediato, pero siempre hay un beneficio para un costo. Prevención de riesgos Todo lo que se diga sobre prevención nunca es redundante y siempre hay aspectos distintos a considerar. En la prevención de riesgos y enfermedades, a todo lo conocido en higiene industrial, hay que agregar algunos temas que no están debidamente remarcados. La viabilidad de la prevención de riesgos, en función de la relación costos / beneficios, es uno de los problemas principales de la empresa, por lo cual deben estudiarse adecuadamente las medidas anti-riesgos para no soslayarlas por una cuestión de costos, dado que las consecuencias de las imprevisiones son más onerosas a veces, que la inversión en la prevención. La aplicación de normas y reglamentos preventivos es una preocupación que debe ser permanente para no cometer omisiones. Una empresa no puede funcionar desde su comienzo con un ambiente de alta riesgosidad. Antes de instalarse debe incluir la premisa de arrancar con baja o nula riesgosidad, para no complicarse después en aplicar “fomentos” que son mucho más caros que una actitud preventista. Corregir un 39 Antonio Paolasso – INFORTUNIO Y MEDICINA LABORAL error cuesta más que evitarlo y las consecuencias de la corrección suelen ser de beneficios dudosos. Lo realmente de bajo costo y puro beneficio es que no se produzca el error. A los conceptos ya clásicos y conocidos de la higiene industrial y los riesgos de contaminación ambiental, hay que agregar una nueva forma de polución: la contaminación electromagnética que genera la nueva tecnología. En este campo especial, además de radiaciones y otros problemas, hay que considerar las llamadas molestias psicofísicas que esta contaminación produce. Estas molestias son deletéreas en su acción y suelen ser más perjudiciales para el trabajador y la producción que los daños orgánicos. La falta de conocimiento médico de estos fenómenos psicoorgánicos nuevos puede hacer que pasen inadvertidos influyendo notablemente en el rendimiento y eficiencia de la producción. El médico debe estudiarlos primero para conocerlos, luego aprender a detectarlos y finalmente tratarlos. Seguidamente debe proceder a ocuparse de la prevención de los mismos. Igual criterio debe seguir con otros fenómenos psicofísicos, hasta ahora no enfocados debidamente. Como ejemplo de esto hay que remarcar los síntomas psicoaudiopatológicos del ruido ambiental que son más dañinos que los males otológicos conocidos para el ruido. En lo atinente al ruido patológico debe incluirse el conocimiento de los ruidos inaudibles (infra y ultrasonido) de los equipos modernos (turbinas, refrigeradores, acondicionadores de temperaturas, etc.). Confort del ambiente laboral En los conceptos modernos, conviene reflotar las teorías de Taylor (no el obispo antes nombrado, sino un gran economista) sobre el confort ambiental del trabajo. El espacio físico dedicado al trabajo tiene mucha influencia psíquica sobre el trabajador lo que influye directamente en el rendimiento y eficiencia de la producción. Así hay que pensar que siempre es mejor un lugar amplio que uno apretado, que posea un grado de intimidad y poco ruido para no ser dispersante. Pero de acuerdo a lo sugerido por Taylor también hay que cuidar detalles de pintura, amueblamiento, luz adecuada para dar el máximo de comodidad. También hay que agregar lo relativo a “lo agradable”: flores, música, cuadros u objetos de colores que “alegran” un lugar tradicionalmente “frío”. Otro aspecto siempre descuidado es el referido al baño, el cual debe estar bien ubicado con relación a la accesibilidad de los mismos, provistos de todos los artefactos (inodoros, bidets, duchas, lavabos, espejos, toallas descartables, papel higiénico) además de estar bien limpios e iluminados. Un baño es primordialmente el eje del aspecto higiénico personal pero también una necesidad ineludible para la evacuación de la catarsis vesical e intestinal. A la par de esto, es un lugar que además de la satisfacción de la higiene y la catarsis personal, cuando son confortantes y agradables, se transforman en lugares de una satisfacción fugaz, lo que predispone a una mejor disposición para el trabajo eficiente y rendidor. Un detalle básico, pero frecuentemente no atendido, es la provisión de agua potable, la que debe ser permanente, de excelente calidad bromatológica y temperatura agradable. Un trabajador necesita de dos litros de agua como mínimo para el buen funcionamiento orgánico y una hidratación correcta, que no altere la circulación e irrigación de órganos nobles como el cerebro. La falta de una buena hidratación puede provocar alteraciones imperceptibles del área intelectual que provoca dispersiones o alteraciones de la memoria que pueden inducir accidentes o errores de procedimientos o influir de otras formas en el buen rendimiento y eficiencia. La temperatura del local de trabajo no debe caer en extremos que causen daños o molestias y aún en los lugares de temperaturas extremas (frigoríficos, calderas) deben arbitrarse medidas que atemperen las consecuencias de la exposición a temperaturas no adecuadas. 40 Antonio Paolasso – INFORTUNIO Y MEDICINA LABORAL Muchas empresas modernas, entre las medidas confortantes, han introducido un refrigerio ligero consistente en una merienda (emparedado y una bebida) o servicio de té y/o café, para lo cual otorgan “recreos” cortos de escasos minutos (10 a 15). Incluso, cuando los horarios son continuados o discontinuos, pero con intervalos muy cortos, han introducido “comedores” especiales para aquellos empleados de horario corrido o que tienen hogares muy alejados del lugar de trabajo y los intervalos entre horario y horario impiden comer con tranquilidad. En esos locales destinados al refrigerio pueden tener cocina propia o un servicio de lunch contratado o permitir a los trabajadores que lleven sus viandas personales. Hay mucho más para decir del confort ambiental como parte de la prevención de riesgos, sobre todo del distrés, y como factor de peso en la calidad de vida y salud ocupacional. La misión del médico laboral es trabajar en equipo con otros expertos para elaborar procedimientos afines con la empresa en particular en que les toca trabajar, a fin de lograr las condiciones ambientales adecuadas para la calidad de trabajo y de muy baja riesgosidad. En la prevención de riesgos personales provenientes del mal uso del cuerpo y de sus movimientos a realizar en un determinado trabajo, se debe impartir un entrenamiento previo, dirigido en varias vertientes: Para evitar posturas viciosas o mejorar el impacto de un sobreesfuerzo. Debe instruirse al personal sobre las posiciones y movimientos que convienen al realizar tareas específicas, por ejemplo, cuando se deben agachar no flexionar la cintura dorsolumbar, sino ambas rodillas, manteniendo el tronco en posición erecta. Tampoco hay que permanecer sentado con el tronco o el cuello en posiciones viciosas que lesionen la columna vertebral. No realizar movimientos de rotación de cuello o cintura de tipo oscilatorio, porque se afectan músculos y articulaciones de la columna vertebral, etc. La lista de posiciones correctas deben explicarse y enseñarse en cada caso particular. La idea es evitar los movimientos bruscos y lesivos. El personal que realiza movimientos y esfuerzos que comprometen el aparato locomotor, previamente debe practicar ejercicios de precalentamiento. El fin de esto es que el entrenamiento previo evite el daño osteomuscular por el sobreesfuerzo en un músculo “frío”. Entrenamiento para ahorro y destreza en los movimientos a realizar. Debe estudiarse concretamente cuales son los movimientos que favorecen el rendimiento y la eficiencia en los trabajos físicos y manuales, ahorrando energía y tiempo y aumentando la producción y su calidad. Entrenamiento físico deportivo fuera de los horarios de trabajos. El ejercicio físico o gimnasia, pautados, preservan al aparato osteomuscular mejorando sus funciones y corrigiendo factores de riesgos, pues corrige la obesidad, el sedentarismo, el estreñimiento, mejora el metabolismo, desintoxica y favorece el rendimiento muscular. Puede practicarse aerobismo, calistenia, elongación y otros ejercicios o deportes (natación, ciclismo, caminatas, aparatos, etc.). La empresa en lo posible debe propender al fomento de este entrenamiento con medios adecuados: ayudando a las cooperativas de los trabajadores o gremios que posean clubes y gimnasios, o teniendo locales propios o contratando los servicios privados o pagando una cuota para estos fines. Entrenamiento antidistrés. El trabajador, además de aprender técnicas de relajación de concentración o de dispersión, según convenga, debe recibir una preparación espiritual y cultural que le permita resolver los conflictos del distrés. Debe también conocer causas, mecanismos y consecuencias del distrés. La prevención del distrés es una de las bases fundamentales de la calidad de vida y de salud en general y de la ocupacional en particular. Hay que llenar el vacío espiritual que conlleva al distrés, enseñando o dando ejemplos de contenidos plenos de significado y motivación para vivir en paz y armonía, sin conflictos ni violencia interior y exterior. Esto evita conflictos interpersonales, abulia o tedio laboral, el 41 Antonio Paolasso – INFORTUNIO Y MEDICINA LABORAL sabotaje, la desaprensión y otros males, mejorando el desempeño personal e instando al personal a motivarse positivamente para adoptar una ética humana y una laboral dirigida a la consecución de calidad de vida, salud ocupacional y de la producción. En el tema de la prevención de riesgos, ya se anteló que este trabajo excluye lo relativo a la higiene industrial, como también la profilaxis de enfermedades, por suponerlos conocidos y obligatorios para la empresa. Por esto no hablamos de vacunaciones, prevenciones en épocas de epidemias, etc. Postulados para la salud espiritual Probablemente lo más valioso en los nuevos conceptos de la Medicina del Trabajo es la prevención en lo relativo a la salud espiritual. Estos nuevos enfoques proponen cambiar el hombre errático de estos días para volverlo a todo su potencial de ser humano, por esto se habla de cambio de estilo de vida, para lo cual se busca formar al hombre eliminado todo vacío espiritual, cultural y de formación, logrando un hombre cabal, auténtico en general y un trabajador feliz y eficiente en lo particular. De ahí la proposición de incluir la Psicología del Trabajo renovada con nuevos principios y experiencias, la antropología médica y filosófica y una ética laboral depurada como nuevas disciplinas auxiliares de la Medicina del Trabajo. Estas ciencias del espíritu tienen por fin llenar de sentido y valores a la vida del hombre, paliando o supliendo el vacío espiritual actual, que le ha sido provocado por la vida acelerada, los cambios veloces y sucesivos, sucesos vertiginosos que se han introducido en la sociedad de hoy y entrampan sin salida en el distrés existencial. La mejora espiritual de este hombre alicaído es un desafío que algunos proponen como revolución espiritual, o como un segundo Renacimiento histórico, en que el hombre vuelve a las antiguas fuentes, a beber de viejos contenidos, pero con aspectos nuevos. Esta concepción aspectual es la que rige la ciencia moderna, que ahora no pontifica con leyes rígidas, sino que aborda aspectos de un fenómeno para comprenderlo mejor. A esta concepción se llega por la filosofía de la existencia y las ciencias de la información y comunicación han mostrado fehacientemente que todo objeto que existe, todo ente, tiene varios puntos de vista para ser contemplado. O sea, puede ser visto desde diferentes ángulos, lo que explica que un mismo objeto, observado en el mismo lugar y tiempo (simultáneamente) entre dos o más personas que se encuentran en distintas posiciones, sea visto de formas aparentemente disímiles. La observación desde distintos puntos de vistas muestra a un objeto con zonas blancas, negras y grises. De acuerdo al particular punto de vista que a cada uno le toca en la contemplación simultánea, será el aspecto que afirmará ver, tocar, sentir y por lo tanto lo expondrá como su verdad absoluta porque así lo percibe. Al dejarse en claro la cuestión de los “puntos de vista”, nadie puede ahora aducir que “él posee la verdad absoluta” ya que sólo cuenta con “una verdad relativa” que necesita integrar con otras, para lograr acercarse a la absoluta. Estas verdades relativas son los puntos de vistas o conceptos. De la conjunción de puntos de vistas o conceptos surge un mejor conocimiento o comprensión de un fenómeno definido. Debido a esta particular situación, el método científico que predominó hasta mediados del siglo XX era la visión rígida de un sólo punto de vista, al cual se llegaba fijando los parámetros o condiciones en que debía realizarse una observación, esto es, permitiendo un único punto de vista, homogéneo para todos a fin de descartar la contradicción de principios. Cuando se escapaba a estas reglas aparecían los descubrimientos o la descripción de nuevos aspectos, algunos en franca contradicción con lo conocido. La formulación de la Teoría de la Relatividad y otros fenómenos científicos fueron modificando el campo de la matemática, la física y la química que tuvieron que cambiar principios y postulados rígidos por otros más relativos. Se elimina la aparente incongruencia de los distintos puntos de vistas en que algunos afirmaban que un objeto era blanco, al mismo tiempo que algunos diferían viéndolo negro y otros gris. ¿Había contradicción? No. Simplemente que cada observador tenía una visión distinta de un objeto que tenía 42 Antonio Paolasso – INFORTUNIO Y MEDICINA LABORAL facetas blancas, negras y grises. La afirmación rígida de un principio es parcialmente válida para fenómenos “quietos” no sujetos a eventuales modificaciones, pero no ocurre lo mismo con los fenómenos “cambiantes” en que hay modificaciones permanentes, como acontece con lo biológico. No se puede formular leyes o principios rígidos sobre aspectos modificables en cada etapa sucesiva. Por esto las ciencias biológicas son los que más conceptos han debido rever. Las ciencias de la comunicación y la antropología filosófica o existencial, aconsejan rodear un fenómeno o un ente, a fin de enfocarlo desde todos los puntos de vista posibles, haciendo esfuerzos de empatización, hermenéuticos y de exégesis de lo observado para no quedarse estancado en un sólo punto de vista. Esta observación debe ser permanente y dinámica para incorporar todos los aspectos y cambios reales o posibles de una cosa o ente, objeto de un especial estudio, es decir, todos los aspectos reales o virtuales. En esto reside la actual aceptación de aspectos (lo aspectual). El hombre moderno tiene a su disposición un arsenal de medios tecnológicos, que al decir de Mc Luhan, un estudioso canadiense de la comunicación contemporánea, todos estos aparatos le sirven como una extensión de los sentidos, a los cuales potencia amplificando infinitamente su alcance (ej. un microscopio electrónico es una extensión de la vista, los satélites artificiales permiten la extensión de la vista, el oído y la inmediatez y la simultaneidad). Esta potenciación de los sentidos hace que el “mismo Universo de siempre” sea aprehendido de forma distinta, segundo a segundo, y lo “ya visto” incorpora nuevos y diferentes aspectos. El conocimiento no siempre ocurre con la celeridad que estos aspectos se ven o antelan. El estudioso de hoy, atento como nunca y con una tecnología escalofriante a su alcance, observa “azorado” un mundo que va desde lo micro (partículas, moléculas, átomos) a lo macro (conocimiento del espacio y del mundo geográfico de selvas impenetrables, profundidad de mares, fenómenos meteorológicos que se pueden predecir o seguir, etc.). No hay dimensión que no sea explorada en miles de mundos nuevos, lo que genera una información desesperante por lo desordenada, lo abundante y lo pasajero: lo que ahora se está aprendiendo, al segundo siguiente puede no ser tal. El campo de la información, a pesar de la globalización informática, es cada vez más lato, más difícil de sintetizar, no fácil de conocer y si se conoce no suele comprenderse bien y si se logra comprender no siempre es manejable u operable un conocimiento, en la debida forma. En virtud de lo que ocurre, el médico en general y el especialista en Medicina del Trabajo en particular, deben estar atento a los cambios e incorporarlos, en la medida de lo posible, conforme sedimenten y sean operables. Un científico de hoy debe estar preocupado y ocupado en la aprehensión permanente y en la rápida asimilación y compresión de lo que aprehende y aprende, para no perderse en especulaciones académicas o controversias estériles. Asimismo, debe ser cauto como nunca para aplicar conocimientos nuevos. Debe optar por lo que ya es definitivamente operativo, que signifique real progreso y haga a la calidad verdadera en todo (calidad total).Lo especulativo es atractivo pero no ayuda en la solución de problemas, salvo que las especulaciones sean meditaciones certeras que antelan conocimientos reales. El fin de hoy, entre los postulados de la calidad de vida espiritual es inducir el cambio para introducir los objetivos que hacen a la calidad total. En ese sentido se habla de “cambios de estilos de vida” “nuevas motivaciones” “concientización para el cambio” “cambios de conductas”. Facci30 ofrece, entre las soluciones para un cambio, el ofrecimiento de “programas de concientización en conjunto con otros programas”. Al decir de Facci, el “anticuado modelo de educación para la salud” que 30 Facci, R. UN PROGRAMA PARA LA CALIDAD DE VIDA EN EL LUGAR DE TRABAJO, Empresalud (63): 28-31, 1996. 43 Antonio Paolasso – INFORTUNIO Y MEDICINA LABORAL propiciaba “propaganda” a través de informativos, póster, ferias de salud, clases educacionales y consultoras interactivas, para lograr los fines de cambios de creencias, actitudes y conocimientos, no logró un ansiado cambio de conducta en lo relativo a la salud. Nosotros coincidimos con Facci en lo referente a la integración de programas porque se beneficia también la unificación de los medios. Pero creemos que este esfuerzo sólo no es todo el camino que se debe recorrer para la “concientización”. Por eso hemos propuesto “llenar de sentido todos los contenidos” como parte de la “motivación” necesaria para inducir el “arranque” del cambio. El primer paso para un cambio está en que éste tenga un sentido y sea motivador. Se debe “crear” la necesidad de buscar la excelencia total como “condición sin la cual no” es posible lograr la calidad de vida en el sentido de bienestar, satisfacción y felicidad reales, no declamadas y nunca logradas. El “realismo” o sentido de realidad que debe primar en la búsqueda y consecución de estos propósitos es tener bien en claro que la vida actual no es satisfactoria para nadie, que existen soluciones probables y qué estas se alcanzan mediante dos condiciones básicas: primero “quererlas” o “desearlas vivamente” y en segundo término afanarse en su consecución a través de un trabajo diario, tesonero e intenso. No hay que quedarse con meras intenciones y deseos. Del plano emotivo, hay que pasar inmediatamente al plano volitivo, es decir, “querer y hacer”. Calidad de ambiente laboral El método que signa nuestro trabajo, al exponer sobre un tema determinado, es la aclaración previa de conceptos que se utilizan, primero en lo denotativo y luego en lo connotativo. En el tópico referido a la calidad de ambiente laboral, comenzaremos con la denotación del término ambiente. Según la Real Academia Española, en su acepción 3, que es la ajustada a la intención de lo que acá se habla, ambiente es “condiciones o circunstancias de un lugar, que parecen favorables o no para las personas, animales o cosas que en él están”. La calidad de ambiente laboral se refiere, naturalmente, a las condiciones o circunstancias del lugar de trabajo para que sean totalmente favorables a los trabajadores que en él están. Hemos hablado algo de los aspectos físicos del ámbito laboral al tratar las sugerencias del economista Taylor y medidas de confort. Conseguir la adecuación de un ambiente es ambientar, lo que la Real Academia define en sus acepciones 2 y 3 como “proporcionar a un lugar un ambiente adecuado mediante decoración, luces, objetos, etc.” “adaptar o acostumbrar una persona a un medio desconocido o guiarla u orientarla en él”. De estas definiciones podemos ahora definir a la ambientación laboral como “el conjunto de logros destinados al confort ambiental físico y a la adaptación del trabajador a las nuevas relaciones interpersonales empresariales hasta ahora desconocidas o no aplicadas”. Facci refiere la calidad de ambiente laboral como apoyo ambiental. Propone para este tema: a. cambiar la estructura física, las políticas empresariales y la cultura de la empresa b. implementar programas de desarrollo c. destacar que los empleados son dueños de los programas. Hasta acá nosotros hemos remarcado lo propuesto en el punto a) al hablar de las condiciones ambientales físicas y las política y cultura de la empresa moderna. En cuanto a los programas de desarrollo, cada empresa debe planear específicamente a los mismos, de acuerdo a sus posibilidades y fines. Lo único a tener en cuenta es que todos estos programas contengan los principios generales propuestos por nosotros y Facci. 44 Antonio Paolasso – INFORTUNIO Y MEDICINA LABORAL La propiedad de los programas que Facci postula para los trabajadores, debe hacerse efectiva permitiendo que los trabajadores participen en la confección de los mismos y respetando lo programado. El acento más importante, además de lo físico, debe colocarse en las relaciones interpersonales porque es lo humano lo que demarcará definitivamente el desarrollo de la producción. Un buen equipo con un nivel de entendimiento y compresión mutua es el mejor instrumento para cualquier programa que se intente. En el desarrollo de este trabajo iremos explicando todo el campo de la Medicina Laboral que abarca en este comienzo del siglo XXI. Hoy la Biogenética Molecular ha comprobado fehacientemente que el ambiente en general, el que comprende el ambiente laboral, es causa de cambios genéticos (mutaciones adquiridas no hereditarias). Se ha introducido los conceptos de genoma (conjunto de genes del hombre), ambioma (el ambiente que interactúa con el organismo y el genoma) y el proteoma (conjunto de proteínas que elabora el genoma y que es responsables de los procesos enzimáticos, elaboración de hormonas, neuropéptidos y otros elementos que hacen a la función vital orgánica y celular. 45 Antonio Paolasso – INFORTUNIO Y MEDICINA LABORAL CAPÍTULO II DERECHO LABORAL Y LEY DE TRABAJO El trabajo y el derecho En el siglo XXI el concepto de Medicina Laboral o Medicina del Trabajo no tendrá, sin dudas, la misma extensión que tuvo hasta fines del siglo XX. La evolución de las empresas, de la tecnología industrial, el nuevo concepto de la filosofía empresarial y de mercados, de la producción, de la calidad total y de la filosofía laboral en sí, ha sacudido todo lo sabido y tenido por costumbre, provocando un cambio rápido y profundo, que como todos los cambios últimos, no alcanzó a ser conocido, comprendido y aceptado con detenimiento y en la debida profundización. El arraigo de casi tres siglos de transformaciones sociales, económicas, filosóficas e históricas que arrancan desde fines del siglo XVIII, no habilitan al hombre actual para abarcar todos los fenómenos tecnológicos, sociales, económicos e históricos que sólo en dos décadas (1980-2000) han provocado velocísimas transformaciones. El hombre tuvo que trabajar desde que aparece sobre la faz terrestre y así consta en el mandato bíblico que ha trascendido popularmente con el aforismo de ganarás tu pan con el sudor de tu frente. Este parágrafo dedicado a los derechos del trabajador es arduo y extenso puesto que el trabajador, además de sus roles sociales y cívicos, debe participar en su propio rol de trabajador y de miembro de un sindicato laboral. El desenvolvimiento histórico y el actual de la actividad sindical, han mostrado algunos errores y fallas que resultaron y resultan urticantes para el trabajador, al que sólo le importa trabajar (con diversos fines) y no participar en forma compulsiva en una actividad sindical cuya modalidad no comparte. La necesidad de formar una fuerza estructurada y hegemónica por parte de los trabajadores, para defenderse de los excesos o explotación empresarial, determinó la aparición de la afiliación obligatoria y forzosa junto con el sindicato único y las confederaciones o federaciones sindicales. En principio, la idea era aceptable en sus fundamentos pero en la práctica degeneró en situaciones peores que la no-existencia de un sindicato fuerte y hegemónico que defendiera a los trabajadores, pues a los males naturales de la explotación empresarial, se sumó la expoliación sindical que consistió en: contribuciones forzosas con cualquier pretexto cúpulas de dirigentes sindicales despóticos, incompetentes, con falta de honradez en el manejo de bienes y fondos sindicales dirigentes veniales que se vendían a la patronal, en desmedro de los afiliados a quienes representan la posesión per vitam del cargo de dirigente gremial, con elecciones fraguadas mediante maniobras fraudulentas o manipuleo de listas o intervenciones inventadas, que permitían el “continuismo” o auto perpetuación de determinados dirigentes e impedían la renovación de los mismos (dictadura sindical) constitución de monopolios de ingresos laborales, que impedían el libre acceso de los trabajadores a las fuentes de trabajo porque exigían el derecho de que sea el sindicato el que aceptaría o no el ingreso de un trabajador a una empresa, previa afiliación obligatoria. Esto provocó una sucesión de abusos que negaban el derecho de acceder libremente a una fuente de trabajo a todos aquellos que no aceptaban las imposiciones sindicales en ciertos países como EE.UU., algunos sindicatos cayeron en manos del crimen o delito organizado (mafia) cometiendo diversos atropellos y delitos (mafia sindical). 46 Antonio Paolasso – INFORTUNIO Y MEDICINA LABORAL A raíz de estos males objetivos y documentados en su existencia, la doctrina liberal sindical propugna que los derechos del trabajador sean vistos en tres planos: 1. plano jurídico o Derecho Laboral 2. plano individual o Derechos del Trabajador 3. plano sindical o Derechos Sindicales. Derecho Laboral Es de orden jurídico y está dado por el cuerpo de leyes laborales que rige en cada país la jurisprudencia respectiva, con sus tribunales, jueces y fueros especiales (fuero laboral). Es deseo de la doctrina liberal que en todos los países del mundo esas leyes laborales se ajusten a los postulados de la libertad, la recta justicia y el respeto absoluto de los derechos individuales en todos y cada uno de los trabajadores. No trataremos la naturaleza, texto y contexto del Derecho Laboral, ni las leyes del trabajo, pues no hacen a la intención de este trabajo. Por su naturaleza, corresponden al Derecho y deben ser tratadas en ese terreno. Derechos individuales del trabajador Estos derechos son los postulados por la doctrina liberal siendo los deseables para cada trabajador, dado que le aseguran el derecho a trabajar, el respeto a su persona y dignidad, a su estabilidad y al ejercicio de otros derechos humanos y sociales. Estudiaremos estos derechos a la luz de algunos antecedentes y propuestas de la doctrina liberal. En Argentina, la Constitución Argentina es de inspiración liberal, como la de Estados Unidos y la de Francia. Esta Constitución fue reformada en 1949 (que históricamente fue llamada la “Constitución del 49”) donde se incluyeron los derechos del trabajador y que por su fidelidad a la doctrina liberal propuesta, nosotros transcribiremos para su conocimiento e interpretación. La reforma constitucional del 49‟ falló porque un movimiento militar en 1955 llevó al poder una intervención del gobierno nacional y provinciales y esta intervención, por decreto-ley anuló dicha reforma. Posteriormente, una Convención Reformadora en 1957 amplió el Art. 14 y le agregó todos los postulados de esos derechos, siendo conocida esta reforma de 1957 como el Art. 14 bis. Posteriormente la impresión de la Constitución sólo incluyó un Art. 14 que unificó los postulados de los derechos consagrados en 1853 y 1957. La reforma de 1994 volvió a incluir Art. 14 bis. El texto de los derechos enumerados en la Constitución del 49, incluía en el capítulo III, Art. 37º, la Declaración de derechos especiales, parágrafo I, Derechos del trabajador y decía: Derecho a trabajar: “El trabajo es el medio indispensable para satisfacer las necesidades espirituales y materiales del individuo y la comunidad, la causa de todas las conquistas de la civilización y el fundamento de la prosperidad general; de ahí que el derecho a trabajar deba ser protegido por la sociedad considerándolo con la dignidad que merece y proveyendo ocupación a quien la necesite”. El Art. 14 bis actual consagra el enunciado del derecho solamente o sea que dice “derecho a trabajar” y el Art. 16 enuncia que “Todos los habitantes (...) son admisibles en los empleos sin otra condición que la idoneidad” Derecho a una retribución justa: “Siendo la riqueza, la renta y el interés del capital frutos exclusivos del trabajo humano, la comunidad debe organizar y reactivar las fuentes de producción, en forma de posibilitar y garantizar al trabajador una retribución moral y material que satisfagan sus necesidades vitales y sea compensatoria del rendimiento obtenido y del esfuerzo realizado”. El Art. 14 bis actual reafirma los principios de “retribución justa, salario mínimo, vital y móvil, igual remuneración por igual tarea, 47 Antonio Paolasso – INFORTUNIO Y MEDICINA LABORAL participación en las ganancias de la empresa”. En nuestro punto de vista, la justa retribución, además del salario correspondiente, en el caso de las llamadas horas extras (trabajo fuera del horario habitual), debe contemplar el pago de esas horas extras, de modo tal que indefectiblemente ninguna empresa privada o estatal deberá usufructuar ni un solo minuto más de trabajo fuera del horario acordado, sin la debida retribución. Debe suprimirse la malsana tendencia de compensar el horario extra con la devolución del tiempo trabajado. El horario extra debe pagarse y no compensarse. Derecho a la capacitación: “El mejoramiento de la condición humana y la preeminencia de los valores del espíritu, imponen la necesidad de propiciar la elevación de la cultura y la aptitud profesional, procurando que todas las inteligencias puedan orientarse hacia todas las direcciones del conocimiento e incumbe a la sociedad estimular el esfuerzo individual proporcionando los medios para que, en igual de oportunidades, todo individuo pueda ejercer el derecho a aprender y perfeccionarse”. Este derecho no tiene expresión directa en el Art. 14 y 14 bis de la actual Constitución, pero puede considerarse como extensión del derecho de enseñar y aprender, el cual está expreso en el Art. 14. La ley debe normalizar formalmente el mecanismo para que este derecho sea efectivo, pues involucra la concesión de permisos especiales durante la jornada laboral o reducción de horarios, que permitan al trabajador asistir a los estudios cuando el horario de clases se superpone al horario de trabajo. Igualmente deben otorgarse días de licencia para rendir exámenes. Otra situación a contemplar son las posibilidades laborales que tenga el empresario, patrón o funcionario público, de procurar otorgar horarios que posibiliten el estudio y, concomitantemente, disminuir el ausentismo laboral, no autorizado, por estudio. Es decir, por ejemplo, si en una empresa que trabaja de mañana (oficinas de seguros, financieras, bancos u organismos estatales) puedan adecuar horarios de tarde o de noche, para los estudiantes. Por otro lado, las empresas que adquieren tecnología nueva debe tener la obligación de capacitar a sus trabajadores en el manejo de esa tecnología o en las instrucciones del mercado y gerenciamiento de la empresa, a fin de que estén constantemente actualizados y no sean desplazados o despedidos por no saber o comprender las nuevas reglas de trabajo imperantes. Derecho a condiciones dignas de trabajo: “La consideración debida al ser humano, la importancia que el trabajo reviste como función social y el respeto recíproco entre los factores concurrentes de la producción, consagran el derecho de los individuos a exigir condiciones dignas y justas para el desarrollo de su actividad y la obligación de la sociedad de velar por la estricta observación de los preceptos que las instituyen y reglamentan”. Este derecho está en el Art. 14 bis de la Constitución que dice: “condiciones dignas y equitativas de labor” y agrega: “jornada limitada, descanso y vacaciones pagadas” pero las condiciones dignas de trabajo comprenden no sólo una jornada limitada (considerada como un máximo de ocho horas diarias), el descanso (semanal y anual), salario básico suficiente para cubrir las necesidades elementales (vestir, comer, vivienda, educación, salud y esparcimiento) y vacaciones pagas, sino también abarcan: el trato respetuoso por parte de los superiores, la estabilidad en el trabajo, horarios y funciones adecuados, lugar de trabajo con buena ventilación e iluminación, temperatura agradable, asientos cómodos, higiene correcta, etc. En estas condiciones de dignidad se incluye la estabilidad en el trabajo porque es común que el patrón amenace a los trabajadores, con despidos arbitrarios, los cuales efectiviza a menudo debido a que la contratación del trabajo es al margen de la ley (trabajo en “negro”) o dentro de la ley pero en condiciones precarias (caso de los contratados en la Administración Pública). También es necesaria la estabilidad de horarios. Hay ocupaciones como ciertos trabajos de obreros en cuadrillas volantes, enfermeros, bomberos, policías y otros empleos estatales y privados, en los cuales el trabajador está obligado a cumplir horarios rotativos, en 48 Antonio Paolasso – INFORTUNIO Y MEDICINA LABORAL los que se le fijan recargos u horarios arbitrarios con la gastada frase de justificación de presuntas “razones de servicio”. En la práctica, estas razones de servicio escudan errores de organización, improvisación o decisiones arbitrarias del patrón o superior. En estos casos la prestación de los servicios debe ser cuidadosamente estudiada para prevenir recargos en los horarios de trabajo o cambios intempestivos, que lisa y llanamente significan disponer del trabajador las 24 horas del día (dedicación full time) pero no se le da la compensación salarial que correspondería a esta dedicación total de “todo el tiempo”. En estos casos especiales de dedicación full time, el patrón o los “superiores” deben procurar que sean llenados por voluntarios que presten consentimiento expreso a ese régimen de trabajo y darle la debida compensación salarial, acorde con la categoría o profesión del trabajador. Por ende, en lo posible, no tienen que existir horarios rotatorios y la jornada debe ser fija. Los diferentes turnos de los servicios de 24 hs y 365 días del año, deben ser llenados con personal ad hoc que hayan consentido trabajar permanentemente de mañana, de tarde o de noche. Si en alguna ocasión o emergencia realmente justificada deben cambiarse los horarios o requerir servicios extras emergentes, para eso deben estar previstas las guardias pasivas que generen personal de reemplazo en caso de ausencias inesperadas o planificadas o cuando haya recargo de tareas. No se puede o se debe instituir una imprevisión crónica que desestabiliza, sin ningún tipo de garantías, la prestación de servicios del trabajador y le ocasionaría daños físicos, morales y económicos. Por último, es necesario establecer la estabilidad del lugar de trabajo porque es frecuente que ciertas empresas o reparticiones estatales abusen provocando cambios, no siempre justificados, de lugares de trabajo, originando conflictos y problemas de tiempo y dinero a los trabajadores (mayor tiempo de desplazamiento y/o gastos de pasaje cuando deben usarse dos colectivos, trastornos de autoestima cuando se le denigra al asignarle tareas de menor categoría que las que realizaba normalmente). En todo caso hay que considerar el distrés laboral o tensión psicofísica que puede llevar a la enfermedad psicosomática cuando el trabajador es sometido a rotaciones horarias permanentemente, o se someten a cambios de trabajo que resulten lesivos o humillantes, o se les trata y mantiene con precariedad laboral, pues la sensación de ser manejado como una cosa (al decir de los trabajadores vejados: “como cucarachas”), sin ningún respeto ni estima, provoca un daño psíquico importante al trabajador. Todo cambio debe estar supeditado al consenso expreso y voluntario del trabajador o, en su defecto, especificar en el contrato o concurso, las condiciones previas del trabajo, a fin de que el trabajador pueda optar en tomar o no el trabajo ofrecido. Derecho a la preservación de la salud: “El cuidado de la salud física y moral de los individuos debe ser una preocupación primordial y constante de la sociedad, a la que corresponde velar para que el régimen de trabajo reúna los requisitos adecuados de higiene y seguridad, no exceda las posibilidades normales del esfuerzo y posibilite la debida oportunidad de recuperación por el reposo”. Este derecho no está incluido explícitamente en el Art. 14 de la actual Constitución. En el comentario del derecho que antecede hemos abarcado parte de lo que este derecho prescribe, en lo relativo a rotación de horarios que impiden el descanso y generan enfermedades. Las condiciones sanitarias inadecuadas del lugar de trabajo producen enfermedades de grado diverso: desde distrés laboral crónico con enfermedades psicosomáticas a enfermedades profesionales o enfermedades-accidente. El trabajador debe ser preservado realmente de los riesgos del trabajo y no con leyes inaplicables como ocurre con la Ley de Riegos del Trabajo Nº 24.557 que han generado Aseguradoras de Riegos de Trabajo que son un fraude para el trabajador y la empresa y Comisiones Médicas incompetentes que nunca encuentran condiciones de riesgo en las empresas y las enfermedades consecuencias del trabajo no se consideran como tales, ya sea porque están fuera del Listado de Enfermedades de esa Ley o de su Tabla de Incapacidades. 49 Antonio Paolasso – INFORTUNIO Y MEDICINA LABORAL Lo cierto es que con ley o sin ella se burlan todas las previsiones y derechos del trabajador y se le somete a riesgos y humillación con condiciones indignas e indignantes de trabajo. En la definición que la Organización Mundial para la Salud (OMS.) propone para el término salud incluye el concepto de “bienestar físico, psíquico y social”. Esta definición es fundamental porque engloba a “lo social” dentro de los factores que preservan la salud o la modifican. Cuando “lo social” es negativo, es causa de enfermedad. No sólo lo físico o psíquico actúa sobre la salud. Por esto hemos analizado que las relaciones interpersonales entre superiores y subordinados, en la esfera de trabajo, deben ser cordiales, corteses y respetuosas. Un cargo jerárquico da autoridad para lo laboral o administrativo, pero no para disponer indiscriminadamente de un trabajador o dispensarle un trato despótico. Las órdenes de trabajo deben serlo en estricta relación con el trabajo y dentro de las posibilidades de cumplimiento racional. Las órdenes ilegales, irracionales, arbitrarias son susceptibles de ser desobedecidas. Un ambiente social en lo laboral que sea humanizado, genera en el trabajador energías positivas, acatamiento, contracción, salud y eficiencia. Al trabajador que contrae una enfermedad crónica por causas laborales o extralaborales, que no le provoque incapacidad total y deba continuar prestando servicios, se le deben asignar condiciones laborales acordes con el estado de su salud. Si hay consejo médico en el sentido de que debe procurársele un cambio de tareas o reducción de horarios, el jefe o patrón debe tratar, por razones de solidaridad humana, de proveer lo aconsejado y no hostigar al trabajador interpretando su enfermedad como un escapismo laboral o un privilegio irritante, llegando al extremo de acusar o considerar al trabajador enfermo como un simulador. El trabajador enfermo no debe seguir encuadrado como un bien económico o herramienta de trabajo, sujeto a simples fórmulas de “productivo” o “improductivo”. El trabajador enfermo crónico es un factor social a considerar desde una faz especial que no es meramente económica. No es un trabajador improductivo total, sino un productivo parcial, por lo que debe ser encuadrado en “tareas especiales” acordes con su capacidad física y psíquica. Estado, sindicatos y empresas deben planificar un seguro social para enfermedad crónica, de forma tal que estos trabajadores sigan percibiendo un salario digno que le permita sufragar los gastos de su enfermedad y sobrevivir dignamente. La empresa pagará el salario acorde con el trabajo que se realiza, el seguro social cubrirá, mientras dure la enfermedad, el resto del salario que el trabajador percibía al momento de enfermarse. Un trabajador enfermo no es “algo” que es fungible, es decir, que al momento de su enfermedad la empresa o el patrón lo despide sin más y coloca en su lugar alguien que está completamente sano. Desde otro punto de vista, este derecho que tratamos acá prevé que el trabajador no sea explotado con tareas agotadoras y en el caso de sobreesfuerzo laboral deben contar con períodos de descanso durante el horario de trabajo, como ya se preconizó, y a esto sumarse el descanso semanal y anual previsto. Las vacaciones anuales, además de ser pagadas mediante el pago normal del salario, deben contar con un mínimo de quince días por año trabajado y con un máximo de sesenta días por año trabajado. Para computar el mínimo y el máximo se tendrán en cuenta el tipo de trabajo, la edad del trabajador y la antigüedad en el empleo. A mayor esfuerzo o desgaste laboral, a mayor edad o antigüedad, mayor cantidad de días por año trabajado. Incluso, en las regiones con inviernos muy duros, o en los trabajos muy desgastantes, se deben prever dos períodos anuales de descanso: el estival y el invernal. Derecho al bienestar: “El derecho de los trabajadores, cuya expresión mínima se concreta en la posibilidad de disponer de vivienda, indumentaria y alimentación adecuadas, de satisfacer sus angustias, sus necesidades y las de su familia, en forma que le permita trabajar con satisfacción, descansar libre de preocupaciones y gozar mesuradamente de expansiones espirituales y materiales, impone la necesidad de elevar el nivel de vida y de trabajo con los recursos directos e indirectos que permita el desenvolvimiento económico”. 50 Antonio Paolasso – INFORTUNIO Y MEDICINA LABORAL La actual Constitución no contempla directamente este derecho. Está indirectamente entendido en el pago de los salarios y las prevenciones familiares que luego estudiaremos. Sin embargo, el hecho de que no esté citado expresamente en la Constitución, no libera al gobierno y a las empresas a otorgarlo, puesto que la definición de Política consagra el derecho universal al “bienestar general” que corresponde a la obra de todo gobierno democrático y bien constituido. Derecho a la seguridad social: “El derecho de los individuos a ser amparados en los casos de disminución, suspensión o pérdida de su capacidad para el trabajo, promueve la obligación de la sociedad de tomar unilateralmente a su cargo las prestaciones correspondientes o de promover regímenes de ayuda mutua obligatoria, destinados unos y otros a cubrir o complementar las insuficiencias o ineptitudes propias de ciertos períodos de vida o los que resulten de infortunios provenientes de riesgos eventuales”. El Art. 14 de la actual Constitución dice: “El Estado otorgará los beneficios de la seguridad social que tendrá carácter de integral e irrenunciable”. En este punto, la doctrina social liberal reconoce y acepta sin discusión el derecho a la seguridad social. Lo objetable del texto de la Constitución del 49, que hemos trascripto, es la frase “regímenes de ayuda mutua obligatoria”. La palabra obligatoria ha sido interpretada normalmente, como la compulsión de la afiliación involuntaria a una obra social o a un fondo de ayuda mutua. Hay leyes que obligan la afiliación a una determinada obra social, lo que se materializa con el descuento compulsivo del salario, de la cuota de la obra social. Ante el caso de la ineficacia de la obra social, el trabajador no puede renunciar y optar por otra obra social de mejor cobertura. Es transformado en una especie de rehén obligado. En esta situación el trabajador enfrenta el siguiente dilema: o prosigue afiliado a esa obra social obligatoria y queda sin percibir una cobertura total de seguridad social, recibiéndola parcialmente y de mala calidad, o se ve obligado al doble pago de obra social optando por incorporarse a una obra social de mejor cobertura, debiendo pagar la obligatoria y la optativa simultáneamente. Esta situación va contra los principios de libertad y de libre elección y es una compulsión que provoca daño físico y/o económico, llevando a un malestar e inseguridad social, es decir, todo lo contrario del espíritu de la legislación laboral y de los deseos justos del trabajador que proclama el bienestar y la seguridad social. El Estado debe promover los regímenes de ayuda mutua u obras sociales pero respetando el derecho de la libre elección. El resto de las consideraciones pertinentes a este derecho, se abordaron en el derecho inmediato precedente. Derecho a la protección de su familia: “La protección de la familia responde a un natural designio del individuo, desde que ella se genera sus más elevados sentimientos afectivos y todo empeño tendiente a su bienestar debe ser estimulado y favorecido por la comunidad como el medio más indicado de propender al mejoramiento del género humano y a la consolidación de principios espirituales y morales que constituyen la esencia de la convivencia social”. El Art. 14 bis de la Constitución vigente prevé: “la protección integral de la familia, la defensa del bien de familia, la compensación económica familiar y el acceso a la vivienda digna”. Hasta ahora las únicas medidas tendientes a la protección de la familia del trabajador era el salario familiar por esposa, hijos y familiares directos impedidos (padres y hermanos), el pago de una suma anual por estudios primarios y secundarios de los hijos y el acceso a la obra social de los familiares a cargo. Pero la suma que se paga en concepto de salario familiar y por estudios es tan magra, que prácticamente no se cumple la idea de protección integral de la familia, su compensación económica y, ni hablar, de vivienda digna. Lo veraz es que el trabajador argentino de fin de siglo 20 y comienzos del 21 tiene un porvenir incierto, a tal punto que la frase del ex Fiscal de Estado de Mendoza, Dr. Aldo Giordano, que aplicó al suicidio del Dr. René Favaloro, se puede parafrasear para dicho trabajador: no es que se sienta así “porque está mal, sino porque ha perdido la esperanza de 51 Antonio Paolasso – INFORTUNIO Y MEDICINA LABORAL estar mejor”. El magro salario familiar en la mayoría de los casos no es pagado y ni mencionar lo del acceso a la vivienda digna (“Misión Imposible”) Derecho al mejoramiento económico: “La capacidad productora y el empeño de superación hallan un natural incentivo en las posibilidades de mejoramiento económico por lo que la sociedad debe apoyar y favorecer las iniciativas de los individuos tendientes a ese fin y estimular la formación y utilización de capitales, en cuanto constituyan elementos activos de la producción y contribuyan a la propiedad general”. Este derecho reconoce que el trabajador puede y debe propulsar su progreso económico personal. Sería la base de todo método o movimiento que los trabajadores organizasen para su independencia económica, incluyendo el mutualismo y cooperativismo. Esto en cuanto a fines activos. Pero también hay modos pasivos de defender al mejoramiento económico, como ser evitar la caída de los salarios, solicitando salarios justos. Cuando esto no se logra por la concertación (acuerdo, paritarias, comisiones, etc.) se debe acudir a la vía judicial apelando al derecho constitucional de un salario digno. Naturalmente, el salario digno surgirá de una producción acorde y de las utilidades reales que tenga la empresa. Una empresa improductiva o un trabajo inefectivo no generan utilidades, sin ganancias no hay posibilidades de un salario digno, ni siquiera de lograr el pago de un salario. Lo más frecuente, en el plano laboral de fin de siglo 20 en Argentina, es que las empresas mal conducidas están al borde de la quiebra, o sean producto de vaciamiento mal intencionado. En este caso, ninguna vía, ni la del litigio ni de la aplicación del derecho a huelga, serán los caminos válidos para lograr el salario digno. La única forma de un buen salario es que la empresa sea eficiente, productiva y tenga el margen de utilidades necesario para el pago del correcto salario. Hasta acá hemos enumerado los derechos del trabajador enumerados en la Constitución del 49 y su correlación con la Constitución actual, tras la reforma de 1957 y la de 1994. En los derechos que estudiaremos a continuación incluiremos el resto que figura en el Art. l4 bis de la Constitución en vigencia. De la simple lectura de los derechos precedentes enumerados, se desprende la universalización y aceptación por consenso general de los mismos por ser inalienables. Como toda la Constitución de la Nación Argentina, están impregnados del espíritu y de la doctrina liberal. Por supuesto, el liberalismo completa estos derechos con otros derechos individuales como extensión natural de los derechos vistos, que hacen al confort (bienestar material y espiritual) del trabajador, siendo estos derechos: Derecho a una ocupación o trabajo grato: cada individuo tiene derecho a desenvolverse libremente en la tarea o trabajo que más le agrade y sepa realizar, a fin de no ser despersonalizado ni herido en su autoestima y dignidad. Es inhumano que un patrón o funcionario, asigne por castigo una tarea humillante o una rebaja de categoría a un trabajador. Tanto el ascenso como el descenso en la escala laboral debe ser medido por la sola idoneidad, tal cual lo dice la Constitución y por otros factores económicos, sociales o personales. Nunca debe rebajarse la categoría de un trabajador o darle tareas ingratas, por conveniencias personales de una empresa o un funcionario, por capricho de los mismos, por razones de revanchas personales o por causas de filiación o luchas internas políticas. Si un trabajador no es idóneo (o a perdido su capacidad) para un trabajo, debe volvérsele a preparar para esas tareas o, en su defecto, asignarle otra tarea que le sea grata y para la cual sea idóneo. Obligar a un trabajador a realizar una actividad laboral con disconformidad del mismo, por obligación o por algún tipo de presión, además de someterlo a un distrés laboral crónico, es un riesgo para la productividad de la empresa y del trabajador. En estas 52 Antonio Paolasso – INFORTUNIO Y MEDICINA LABORAL circunstancias, la empresa (pública o privada) se ve privada de la excelencia de un servicio, a la vez que el trabajador corre el peligro de enfermar. Derecho a disponer, en libertad, de la propiedad y bienes de consumo: este derecho concede la libertad de uso de las propiedades y bienes personales que se apetezcan y se puedan adquirir, siempre que los mismos sean fruto del ahorro proveniente de las ganancias por el trabajo (licitud de adquisición) y poseídos legalmente (licitud de posesión). Este derecho no restringe el uso en sí, en tanto y en cuanto este uso no ocasione daño al usuario o a otras personas y no sea un abuso en detrimento del derecho ajeno. No olvidemos que el postulado liberal principal preconiza libertad con responsabilidad y disciplina, es decir, libertad sí, libertinaje no. Derecho al progreso laboral individual: es un derecho que tiende a implantar una verdadera carrera del trabajador, de manera que en todos los ámbitos de trabajo se permita, sobre la base de merecimientos personales (experiencia, eficiencia, antigüedad, fidelidad a la empresa, honestidad), ir escalonando posiciones superiores satisfactorias (ascensos). Sin estímulos, toda acción continua con el tiempo aburre y sume en la frustración o desesperanza. Por el contrario, la esperanza de gratificación con mejores horizontes, da un porvenir de progreso, de ampliar posibilidades, estimula la acción laboral mediante el incremento de la creatividad y el entusiasmo por hacer. Nadie acepta permanecer de buenas ganas, en situaciones fijas o carentes de esperanzas y porvenir, so pena de caer en la rutina demoledora de mente y cuerpo. Derecho a la vida social y a la cultura: este derecho se basa en la condición humana de que toda personalidad es sociable y el hombre por naturaleza tiende a buscar la cultura como medio trascendente. Para poder ejercer esta sociabilidad es necesario poseer un tiempo-ocio, es decir, un tiempo de no-trabajo que es distinto al tiempo de descanso. El tiempo de descanso es un lapso también necesario por una imposición fisiológica: el trabajador debe reposar para superar la fatiga lógica que le produce trabajar. En cambio el tiempo-ocio es un tiempo libre en el cual no se incluye ni el ciclo de trabajo ni el de reposo. Gráficamente, si el trabajador tiene una jornada laboral de ocho horas y una de reposo, también de ocho horas, virtualmente le quedan ocho horas diarias para invertir en alimentación, higiene, viajes de traslados (de casa al trabajo y viceversa) y el tiempo que resta de estas ocupaciones, sería el tiempo-ocio, el que se incrementaría con los fines de semanas y los feriados. De acuerdo a la modalidad de hábitos, descartadas las actividades de comer, viajar, vestirse, asearse, etc., se estima que el tiempo-ocio diario puede ser entre una y cuatro horas. Por supuesto, al hablar de tiempo-ocio se está automáticamente descartando la subocupación (tener dos o más trabajos diarios en distintas empresas). En este punto hay que considerar que el tiempo-ocio es tiempo útil para invertir en estudiar, culturizarse u otra tarea similar y no debe dársele la connotación de tiempo de pura haraganería, de no hacer nada (como comúnmente se interpreta al ocio). (Recordar la frase popular: el ocio es la madre de todos los vicios). En este sentido, ocio no es un tiempo vacío sino un tiempo a llenar, un tiempo para la creatividad. Además de conceder el espacio para el tiempo-ocio es necesario allanar el acceso a las instituciones sociales y culturales. En la década del 50‟, el desaparecido Instituto del Trabajo ponía en horarios nocturnos, a disposición de los trabajadores, diferentes cursos y un bachillerato nocturno. La escuela primaria y secundaria nocturna ha sido uno de los mejores adelantos para la cultura y la formación intelectual de los trabajadores. Defender el tiempo-ocio del trabajador implica que en el caso de necesitar recargar un horario o solicitar horas extras, debe pedirse el consentimiento previo del trabajador. Si éste no da ese consentimiento, no debe obligársele bajo ningún pretexto. Naturalmente, el tiempo-ocio requiere un cierto gasto y esto involucra un costo del mismo que el salario o sueldo debe 53 Antonio Paolasso – INFORTUNIO Y MEDICINA LABORAL prever, porque según Alexis Carrel “el hombre está hecho para vivir, no sólo para producir”. No es un bien económico, sino una criatura vital.31 Derecho a la vida familiar: todo trabajador debe tener momentos libres también para dedicar a su vida de hogar, su reunión con la familia y la posibilidad de brindar su compañía personal a la misma. Una madre que trabaja debe tener la oportunidad de asistir a sus hijos, sobre todo cuando más la necesitan, en los períodos vitales como es el cuidado del bebé en su primer año de vida, la asistencia de hijos menores enfermos o de un esposo o de otro pariente que revista gravedad. En el caso de la madre que trabaja, la legislación laboral debe contener normas expresas que reglamenten permisos especiales para amamantar y cuidar familiares enfermos, en el tiempo que sea necesario. Para el período de amamantar, muchas empresas han establecido una especie de guardería dentro del establecimiento donde la madre trabaja y le permite períodos de amamantamiento durante el horario de trabajo. La ley permite entrar más tarde y retirarse más temprano a la madre que amamanta, pero a veces esto no es suficiente. Lo más racional es la guardería dentro de la empresa. Otro problema a resolver es la asistencia de los niños a la escuela. O las escuelas establecen horarios especiales para los hijos cuyos dos padres trabajan, o las empresas deben permitir que uno de los padres lleve sus hijos a la escuela cuando no hay otra persona habilitada en la familia. De igual modo los nacimientos de hijos, la muerte de los familiares directos, festejos familiares relevantes, merecen un breve espacio para que el trabajador esté presente en ellos. De no permitirse esto, los núcleos familiares se debilitan, lo que es frecuente que ocurra cuando los horarios son absorbentes o los patrones intransigentes. Aunque una empresa tenga una cocina y un comedor o un alojamiento cómodo para los recreos, más cómodos aún que los que pueda tener un trabajador en su hogar, no reemplazan esos ámbitos a la afectividad de los hogareños. Nuevamente nos dice Alexis Carrel: “Es un error creer que la burocracia puede sustituir a los grupos naturales. Una administración será siempre inhumana. Son indispensables los agrupamientos humanos pequeños con relación de amor y cariño. Es preciso, pues, reconstruir la familia” Derechos sindicales: la organización laboral contempla la inclusión de los derechos sindicales, entre los derechos del trabajador. Hemos aludido con anterioridad a los problemas que la sindicalización del trabajador había originado tanto en Europa como en EE.UU., siendo en este país mucho más graves los desvíos sindicales. En EE.UU. se estableció la sindicalización obligatoria, no sólo para el trabajador ya establecido, sino también como el único medio para ingresar a un trabajo. Esto creó una dictadura sindical peor que la dictadura política de un Estado. Por lo tanto, dado que es una preocupación permanente de todo ciudadano el ejercicio de sus derechos, en un régimen de gobierno constitucional, democrático, liberal o de libertad, el derecho al trabajo es uno de los más importantes y básicos. Por esto no puede ser coartado por otro derecho como es la sindicalización. Una cosa es tener un derecho y otra cosa es confundirlo con una obligación. Así se negaba a los trabajadores el ingreso laboral si no accedía a abonar previamente cuotas, derechos de ingreso y diversas contribuciones obligatorias y de preingreso, a lo que se sumaba la exigencia de someterse incondicionalmente a lo que el sindicato impusiera. Los que disentían o se oponían a esto les significaba no obtener jamás un empleo, o perderlo si ya lo tenía. Por esto se pidió que la regulación de las fuentes de trabajo fuese por un contrato libre entre empresa y trabajador, o, a lo sumo, si el sindicato mediara no lo hiciera en condiciones absolutas. El poder sindical irrestricto es tan dañino como la ausencia sindical. Tanta corrupción y excesos sindicales, llevaron a Samuel Gompers, difunto líder obrero 31 Civera EL SINDICALISMO Introducción: 9 54 Antonio Paolasso – INFORTUNIO Y MEDICINA LABORAL norteamericano de la American Federation of Labor, a sostener el principio de la sindicación voluntaria, no obligatoria. Por tanto, la doctrina liberal propone algunos derechos sindicales, que pueden ser perfectibles e incrementados con otros (29): Derecho a la sindicación libre: la sindicación es un derecho del trabajador para ser ejercido en forma libre, voluntaria, no obligada. Derecho a elegir autoridades sindicales mediante sufragio universal, directo y secreto: ningún dirigente sindical puede ser tal si no es elegido por este medio. Derecho a deponer las autoridades sindicales corruptas: toda autoridad sindical caduca una vez que cumplió su mandato en el cargo para cual fue elegido por la votación del derecho precedente. Cuando un dirigente no cumple cabalmente su cargo, debe ser depuesto por una asamblea sindical, sin más trámite. En la asamblea se vota directamente por mayoría. Derecho a la protección de los fondos sindicales: la administración de los fondos sindicales debe ser protegida legalmente en la misma forma que se garantizan los depósitos bancarios, financieros y de las compañías sindicales. Todos los ingresos sindicales (cuotas, contribuciones, otros ingresos) deben ser estrictamente contabilizados y comunicarse públicamente todo egreso, en forma detallada y con los comprobantes debidos. La rendición pública y escrita de las cuentas debe ser mensual, semestral y anual y no en partidas globales sino en cuentas pormenorizadas, aunque sea más engorroso. Derecho a la autonomía regional o local de los sindicatos: en el caso de sindicatos federados o de sindicatos de extensión nacional o provincial (que tengan filiales en todo el país o el territorio provincial), las autoridades del orden nacional o provincial no podrán tomar posesión o intervenir las filiales de una región o localidad sin la aprobación o pedido expreso de todos los socios de ese sindicato regional. En estos casos, las intervenciones serán sumamente breves, muy limitadas y en lo absolutamente necesario. Tanto el pedido como la aprobación de una intervención debe ser por voto mayoritario de los socios. Derecho a la educación sindical: un trabajador no debería ejercer un cargo sindical sino está previamente preparado para ello. La conducción gremial, como todo tipo de conducción, debe fundamentarse en líderes educados para esa función, con una formación sindical sólida y vasta. La formación sindical debe llevarse a cabo con una escuela para dirigentes sindicales que toda organización de trabajadores debe poseer bajo fiscalización adecuada para que en ella no sólo se enseñen principios de Derecho y Organización sindical y laboral, basados en doctrinas auténticas y ortodoxas, sino que también se provea una cultura adecuada a un dirigente. Esta fiscalización debe garantizar la educación necesaria y correcta y rechazar enseñanzas de doctrinas falsas o teñidas por intereses espurios (lavado de cerebro) que con fines extrasindicales (políticos o económicos) atenten contra la estructura sindical democrática y libre. Estas escuelas sindicales, además, deben procurar la educación del trabajador en sus derechos y obligaciones y métodos para defenderlos y cumplirlos. Aprovechando la preocupación del Papa Paulo VI por el desarrollo de los pueblos y su pensamiento social sobre las organizaciones profesionales, transcribimos su pensamiento: “En la obra del desarrollo, el hombre, que encuentra en la familia su medio de vida primordial, se ve frecuentemente ayudado por las organizaciones profesionales. Si su razón de ser es la de promover los intereses de sus miembros, su responsabilidad es grande ante la función educativa que pueden, y al mismo tiempo deben, cumplir. A través de la información que ellas procuran, de la formación que ellas proponen, pueden mucho para dar a todos el sentido del bien común y de las obligaciones que éste supone para cada uno” Derechos constitucionales de los sindicatos La Constitución de la Nación Argentina, promulgada en 1853 y de reconocida tendencia liberal, después de las reformas del 49 y del 57 se volvió más generosa con la incorporación de los derechos del 55 Antonio Paolasso – INFORTUNIO Y MEDICINA LABORAL trabajador y de los sindicatos. El Art. 14° bis, ya analizado, comienza garantizando el derecho de trabajar para seguir enunciando: “el trabajo en sus diversas formas, gozará de la protección de las leyes, las que aseguran al trabajador: condiciones dignas y equitativas de labor: jornada limitada, descanso y vacaciones pagadas, retribución justa, salario mínimo, vital y móvil: igual remuneración por igual tarea; participación en las ganancias de las empresas, con control de la producción y colaboración en la dirección; protección contra el despido arbitrario, estabilidad del empleado público”. En referencia a los sindicatos, el Art. 14 prescribe: “(...) organización sindical libre y democrática, reconocida por la simple inscripción en un registro especial”. Este texto reafirma el concepto liberal al enunciar que se admite la organización sindical libre y democrática. Asimismo, el criterio de libertad se consolida con la vocación atribuida al Estado, el cual, según texto constitucional, no opondrá mayores trabas a la organización sindical, a la que reconocerá con “la simple inscripción en un registro especial”. Es deseable que la palabra simple sea entendida por la administración estatal de turno como el anhelo de romper toda traba burocrática para el reconocimiento de la organización sindical. Los derechos de los sindicatos, garantizados por el Art. 14, son los siguientes: “concertar convenios colectivos de trabajo” “recurrir a la conciliación y al arbitraje” “al derecho de huelga” También la dirigencia sindical es protegida por la legislación constitucional la que reconoce en el mencionado Art., 14°: “Los representantes gremiales gozarán de las garantías para el cumplimiento de su gestión sindical y las relacionadas con la estabilidad de su empleo”. Si bien el texto es muy general al especificar cómo se desarrollará el cumplimiento de la gestión sindical, el espíritu es que no se coloquen trabas ni inconvenientes a dicha gestión. Pero, a pesar de que algunas leyes laborales otorgan beneficios claros como la licencia gremial (licencia para que los dirigentes gremiales puedan dirigir el sindicato respectivo), tanto el Estado como los patrones privados tratan en forma solapada o abierta burlar estos derechos, según sus conveniencias coyunturales. Una de las medidas contundentes y bien francas es el despido arbitrario o caprichoso. Es frecuente que los medios de comunicación publiquen, tras determinados conflictos laborales con obreros y empresas, éstas terminan despidiendo a los trabajadores conflictivos y entre ellos a los dirigentes sindicales o los delegados gremiales. De este modo, el precepto constitucional es claramente soslayado, incluso aún en los últimos textos de leyes relacionadas con el trabajo, incluyendo la reforma laboral que incluye la flexibilización laboral (quita de todos los derechos adquiridos y constitucionales de los trabajadores) en una abierta maniobra de “taiwanización” de los trabajadores argentinos. Se ha intentado definir a la flexibilización laboral como “la capacidad del sistemas de relaciones laborales para adaptarse, en cuanto tal y en algunas de sus instituciones básicas, a los profundos cambios experimentados en la vida social y económica de los últimos años”. Pero lo que no se dijo es que los profundos cambios pueden ser los resultados de la ultratecnología y las fluctuaciones del mercado como así también los conceptos de una política de economía como es el llamado neoliberalismo que postula la “economía de mercado”. De ninguna manera esos “profundos cambios” deben significar la pérdida de los derechos universales del trabajador y de los derechos adquiridos. Nada de eso ayuda al progreso empresarial, salvo al “enriquecimiento a costa del costo salarial” (disminuir los salarios para ganar más y aumentar las horas de la jornada laboral sin pagar el excedente). Por esto, las normas legales laborales deben ajustarse estrictamente a la Constitución y no pueden existir leyes que suspendan o derogan los derechos del trabajador, legítimos y consagrados universalmente. Las obligaciones de las empresas privadas y públicas es mantener vigente la producción de bienes y servicios en forma óptima, evitando el desmanejo de las 56 Antonio Paolasso – INFORTUNIO Y MEDICINA LABORAL empresas, el vaciamiento de las mismas o la producción incompetente. No se puede cerrar una empresa aduciendo que está con déficit o no es eficaz porque paga “salarios altos” y muchos menos despedir a trabajadores o disminuirles sus salarios con el pretexto de que no hay utilidades para pagarles, cuando la realidad es que está en franco proceso de vaciamiento empresarial. Es un hecho obvio que las empresas quiebran por mala administración, sobre todo las empresas estatales. Cuando las empresas inglesas comenzaron a fundirse por la mala conducción, Margaret Tatcher, primera ministra inglesa, obligó al cierre de las mismas y prohibió la instalación de empresas que no estuvieran debidamente constituidas y fueran integradas por empresarios capaces (doctrina Tatcher) No es aceptable el argumento de que los costos de producción son pocos rentables por los “altos salarios”. Un salario es alto cuando lo percibe un incapaz para la función que tiene asignada, es alto cuando sobrepasa más allá del salario mínimo y vital (el que alcanza para cubrir la llamada canasta familiar que consiste en la compra de alimentos y vestidos, pago de la vivienda, costo de la salud y la educación) pero nunca es alto cuando el trabajador lo gana ajustadamente de acuerdo a lo que produce y en concordancia con la canasta familiar (no se puede determinar que un salario es alto porque está por encima de otros salarios que notoriamente son bajos porque no cubren las necesidades mínimas y vitales del trabajador). Determinar la justicia de un salario por una burda comparación es un desafío a los derechos e inteligencia de los trabajadores. Hemos acuñado el término de taiwanización en alusión a la tendencia actual de movimiento laboral argentino de semejar a las condiciones de los llamados “tigres orientales” de la economía que rige en China, Hong Kong, Taiwán, etc., en los cuales se producen bienes de baja calidad a costos irrisorios, simplemente porque a los trabajadores se les impone jornada de tiempo completo (casi 20 horas diarias corridas) y sus salarios no alcanzan a los cien dólares mensuales. Este fenómeno es el basamento de la llamada doctrina neoliberal que se escuda con el pretexto de efectos económicos de la globalización o bien características de la economía de mercado, ambas “tendencias avanzadas” que rigen la economía, el comercio y la precarización laboral que de ahora en más debe ser un retroceso inmoral e ilegal a las condiciones de trabajo que en el siglo 19 dio lugar a la Revolución Industrial que encabezaron los socialistas y los marxistas y que reformó Ford en el siglo 20. Se culpó a las conquistas sociales de los trabajadores de la ineficiencia productiva de las empresas argentinas. Nada más lejos de la verdad. Las conquistas sociales (vacaciones, aguinaldo, descanso semanal, obra social) y los derechos del trabajador, son derechos adquiridos a sangre y fuego que la sociedad en general, los gobernantes y políticos de turno, las asociaciones de trabajadores y las empresas en general (privadas y públicas), no deben avasallar. Ningún legislador de buena estirpe ni ningún juez justo y honesto, pueden actuar en contra de los justos derechos adquiridos. Una ley que quita justos derechos adquiridos, no es una buena ley y puede convertirse en inconstitucional, en el caso de Argentina o en antijurídica en cualquier nación o lugar del planeta. Lo que la ley no debe admitir es dar falsos derechos a funcionarios temporales del gobierno o a cargos altos del poder (presidente, ministros, jueces, legisladores), creando fueros e intangibilidades irritantes para un trabajador que no alcanza a ganar lo justo en una jornada de sol a sol, en una economía de recesión y miserias, cuando los incompetentes que ocupan cargos del poder gozan de un status económico y social inmerecido y sus gastos rimbombantes deben ser pagados con el sudor de los impuestos altos e injustos, confiscatorios. No se deben confundir prebendas o privilegios irritantes con los derechos adquiridos auténticamente. Los privilegios otorgados tradicionalmente a los políticos o a los “acomodados” por la política (nepotismo, favoritismo, amiguismo) que ocupan cargos transitorios, se han hecho leyes mucho más firmes que las tradicionales leyes del trabajo que protegían al trabajador de la expoliación y la explotación patronal. Se llegó 57 Antonio Paolasso – INFORTUNIO Y MEDICINA LABORAL al caso de que un legislador se jubilara por cuatro años de actuación en la legislatura, con un sueldo que superaba en más de diez veces el salario de un trabajador que debía esperar más de 30 años de trabajo o tener una edad superior o cercana a los 60 años para poderse jubilar. Las leyes no pueden manejarse caprichosamente y crearlas sólo por necesidades temporales de un gobierno o para beneficiar o encubrir incapacidades de conducción. Una ley debe ser lo suficientemente sólida para ser estable y vigente en todo tiempo y lugar y no estar llena de omisiones o vacíos que la tornen obsoleta antes de ser promulgada. Las situaciones de emergencia y necesidad no son motivo de una ley. Son campo para estudiar planes de gobierno eficientes y, a lo sumo, se acordará en un lapso prudente, ajustar la aplicación de una ley, pero ese lapso debe tener fecha de comienzo y de fin y una promesa inmediata de resarcimiento. Toda emergencia se supone temporal. Toda ley, para ser tal, debe ser intrínsecamente estable, no temporal. Las medidas temporales son materia de decretos, resoluciones, etc., pero nunca de ley. No se pueden suspender derechos otorgados por una ley con otra ley. Las leyes se derogan o no. Pero no es de sentido común “suspenderla”. Más bien es un hecho antijurídico. La antijuridicidad de las leyes es motivo de caos y desgobierno, de desquicio del Poder Judicial y de las estructuras jurídico-judiciales. La incapacidad de legisladores es la base de un Poder Legislativo inoperante y la fábrica de leyes “ilegales”, “inaplicables”, “vetables”, “inconstitucionales”, en una palabra: leyes basura o deleznables. Se reflota la explotación obrera mediante la precarización laboral que se esconde en el eufemismo denominado flexibilización laboral que es lisa y llanamente volver a la jornada de sol a sol, con salarios que no superen los 200 o 300 dólares mensuales, perder el derecho al descanso semanal, anual, al aguinaldo, a la estabilidad laboral, a la indemnización por daño laboral (caso de enfermedad o accidente laboral), a la pérdida del sistema de seguridad (jubilación y obra social), o bien acceder a las mismas en las peores condiciones de bajísimas sumas previsionales que en algunos casos apenas alcanzan los 50 dólares por mes y en otros no superan los 200 dólares, cuando el gasto de un jubilado, nada más que en salud, puede superar los 200 dólares. Ni hablar de obras sociales que no cubren ni el mínimo imponible para estudios y tratamiento de enfermedades, que difieren la atención de un enfermo con turnos humillantes y superiores a 30 ó 60 días o más, cuando el trabajador o un anciano necesita con urgencia ser atendido. La quiebra del trabajo y la seguridad social en Argentina pronostican un tercer milenio de hambre, miseria, enfermedad y abandono social de todos los habitantes, mientras la clase política y empresarial se enriquece vergonzosamente con la corrupción y la estafa social del trabajador. La desocupación y el abandono social del trabajador y el aumento de la pobreza no son hechos coyunturales como se pretende explicar con estúpidos pretextos y demostrar con las pérfidas comparaciones de lo que ocurre en la India, África y otros países miserablemente subdesarrollados o nunca desarrollados. ¿Por qué políticos, economistas y empresarios no nos comparan con los obreros de Europa o los países norteamericanos? Allí hay estabilidad, indemnizaciones millonarias, un servicio de seguridad social a prueba de fuego y los salarios no bajan de 1.500 a 2.000 dólares por mes. Se debe terminar con la burda teoría de que Argentina no progresa por el alto costo de la mano de obra que impide competir con el comercio interno y externo. Lo que más ha hundido al país es la corrupción de los políticos que despilfarran y esquilman el erario público y no tienen capacidad de gobernar; la ineptitud y corrupción de empresarios argentinos y la vergonzosa y confiscatoria exacción impositiva donde la voracidad fiscal pretende crear una cultura del impuesto para que todos paguen lo que no deben (dos o tres jubilaciones que nunca se cobrarán, doble y triple impuesto a un mismo producto, tasas impositivas irracionales que superan el costo de un producto o las ganancias de un trabajador, servicios públicos privatizados y monopolizados que obligan al pago de un abono Antonio Paolasso – INFORTUNIO Y MEDICINA LABORAL 58 que supera los 20 o 30 dólares mensuales cuando el gasto del servicio no alcanza a esa cifra, siendo un abierto robo al usuario que pagará por un servicio que no existe). Es decir, se debe pagar un servicio se preste o no, bajo el pretexto del “costo administrativo”, o sino la burla mayor y más estúpida: subir un costo o una tasa o un interés porque internacionalmente ese valor subió (en EE.UU. un medicamento común cuesta 200 dólares porque el enfermo gana dos mil dólares o más), pero en Argentina cobrar eso con el pretexto de que los norteamericanos pagan ese precio, es una perversidad sin límites, teniendo en cuenta que los 20 dólares que ese mismo medicamento cuesta en Argentina supera holgadamente el 10% del haber de un jubilado o un obrero argentino, los que no alcanzan a 200 dólares. Por todo esto las leyes argentinas deben regular el respeto del derecho con exclusión absoluta del arbitrio, tanto de una como de otra parte. El patrón o el Estado deben observar sus obligaciones con los derechos de los gremialistas pero también los gremialistas deberán evitar inconductas que signifiquen un abuso o desvirtúen el sentido de sus derechos. Obligaciones de los trabajadores Hemos analizado algunos de los principales derechos del trabajador pero sabemos que todo derecho crea una obligación. ¿Cuáles son las obligaciones naturales del trabajador? La primera obligación es el cumplimiento de lo pactado en su contrato de trabajo. Es una obligación obvia. Otra obligación natural es que debe producir lo suficiente para que la empresa para la cual trabaja tenga los fondos genuinos necesarios y el patrón pueda pagarle lo justo. Luego, la obligación de producir es también una obligación obvia. Para que esta obligación no sea penosa o estéril, tanto patrón como trabajador deben entender que el contrato de trabajo debe convertir a los trabajadores en socios de la empresa, de manera tal que el esfuerzo de producir vaya a favor de ambos al distribuirse equitativamente las ganancias. ¿En qué consiste esta obligación de producir que tiene el trabajador? Desde el primer minuto que comienza la vigencia del contrato de trabajo, el trabajador de cooperar con la empresa en: 1. 2. 3. 4. 5. el crecimiento de la eficiencia eliminación del despilfarro disminución del costo de producción preservación de los instrumentos de trabajo y bienes de la empresa mejoramiento de la calidad de producción En otras palabras: producir más, mejor y más barato. El cumplimiento de los derechos será más factible si hay cabal cumplimiento de las obligaciones, dado que si la empresa progresa, el patrón o empresario podrá dar puntual ejecución a sus obligaciones patronales que, virtualmente, son los derechos del trabajador. El convertir a los trabajadores en asociados naturales de la empresa significa hacerlos partícipes de los crecientes frutos del esfuerzo común (utilidades o ganancias). Es decir, automáticamente el obrero será mejor pago sin los regateos de paritarias o los vacíos o magros decretos estatales de mejoras de sueldos y salarios, puesto que “los salarios sólo podrían aumentarse en proporción al aumento de la producción y utilidades” La cooperación patrón-trabajador es la relación ideal para solucionar los problemas actuales del trabajador. Esto debe ser comprendido cabalmente por patrones, trabajadores y dirigentes sindicales. Otras formas de expresar las obligaciones naturales del trabajador se encuentran en el Decálogo que la Liga Pro-Comportamiento Humano (una institución privada argentina) ha elaborado para el trabajador: 59 Antonio Paolasso – INFORTUNIO Y MEDICINA LABORAL 1. “Entender que el trabajo no es una carga ni un sacrificio sino una función que jerarquiza la condición humana” 2. “Comprender que el capital y el trabajo no son fuerzas antagónicas sino factores convergentes en la empresa noble de cimentar la grandeza del mundo y afirmar la felicidad común” 3. “Deponer toda indisposición anímica y toda rebeldía sistemática en el cumplimiento de labores específicas para que la tarea tenga el sentido de un esfuerzo consciente, fecundo y creador” 4. “Extremar los empeños para mejorar la capacitación personal procurando la perfección de la tarea como atributo de prestigio” 5. “Saber eludir las influencias interesadas de los profesionales de la discordia que fermentan los antagonismos sectoriales como causas determinantes de una descomposición social” 6. “Entender que toda labor deja de ser sacrificio y carga cuando se pone en el esfuerzo la voluntad, el anhelo de ser útil y el convencimiento de la responsabilidad compartida” 7. “Cultivar el compañerismo y la leal camaradería con los que comparten la tarea cotidiana, deponiendo todo celo profesional y toda actitud egoísta, signos negativos para la armónica convivencia gremial” 8. “Aspirar a una legítima seguridad económica y a una humana posición social, pero mediante procedimientos racionales y lógicos que no trastoquen el proceso natural del progreso general” 9. “Tratar de afirmar la propia cultura, superar la capacidad técnica y sensibilizar los sentimientos arraigando el anhelo de actuar con probada idoneidad, espíritu constructivo y predisposición de ánimo en la misión que le está señalada como factor gravitante en la empresa de la grandeza nacional” 10. “Recordar que la esmerada dedicación, la corrección de procederes, la constante aplicación y la observada puntualidad, son expresiones de una honrosa conducta humana que enaltecen el valor ponderable de la propia dignidad” Es necesario agregar que entre las obligaciones del trabajador, quedan tácitas: no simular enfermedad no simular que realiza su trabajo con eficiencia a fin de ocultar lo contrario: que no realiza sus tareas o las realiza en forma ineficiente. vocación de colaboración y buena voluntad en el cumplimiento de sus tareas cotidianas, a fin de no dejar para mañana lo que puede hacerse hoy. perfeccionarse permanentemente para adquirir mayor idoneidad o tecnología ofrecer iniciativas o creatividad para mejorar y aumentar el rendimiento laboral participar en la función sindical y en la organización del trabajo para aportar a la consolidación de los derechos del trabajador. Queremos decir con esto que a fin de lograr una relación patrón-obrero-sindicalista, o un trabajo sindicalista auténtico, todas las partes deben deponer intereses no esenciales a los mismos y soslayar probables enconos ancestrales. Se debe pensar en común que el bien social y económico radica en el interés supremo de que la empresa (fuente de trabajo y riqueza para todos) sea próspera y esto garantizará el bienestar de patrones y trabajadores, de toda la sociedad y, por ende, del país. Así, el bienestar común o general es la meta de una nación que con trabajo y la honestidad privada y pública debe reencontrar el camino del progreso fecundo, de la riqueza genuina, pero este trabajo propuesto debe ser ejercido con 60 Antonio Paolasso – INFORTUNIO Y MEDICINA LABORAL libertad, responsabilidad, idoneidad y disciplina y que sus frutos sean lógicamente por el esfuerzo y no la corrupción, la estafa y otros medios deshonestos. Y, sobre todo, aplicar el principio constitucional de idoneidad: toda persona que ocupe un cargo privado o público debe estar preparado y conocer a fondo lo que ese cargo necesite para ser ejercido. Si no es así, no debe ocuparlo ni ejercerlo. De este modo, como no hay derecho sin obligación, no debe haber trabajo sin rentabilidad. Antonio Paolasso – INFORTUNIO Y MEDICINA LABORAL 61 CAPÍTULO III HACIA UNA NUEVA ÉTICA LABORAL Ética y moral La Medicina del Trabajo actualmente debe incursionar necesariamente en el campo de la ética que es la “parte de la filosofía que trata de la moral y de las obligaciones del hombre” por lo que está indisolublemente relacionada con las “buenas costumbres”, porque moral es “ciencia que trata el bien en general y de las acciones humanas en orden a su bondad o malicia”. Las buenas costumbres exigen tener ciertas virtudes o cualidades indispensables para ejercer esas normas morales sin las cuales no hay calidad de vida, ni de trabajo, ni de vida laboral. Se sabe que toda obligación genera un derecho y viceversa, por lo que la ética laboral se ocupa de las obligaciones morales del trabajador y, en alguna medida, de sus derechos humanos. En el comienzo de nuestro trabajo comentamos los problemas éticos de las empresas en sus relaciones interpersonales con el trabajador. Los cambios operados en la dinámica empresarial desplazaron abiertamente los viejos métodos por ser anacrónicos y ocasionar serios problemas que afectaban a la calidad de la producción, disminuyendo el rendimiento y la eficiencia. La necesidad de contar con nuevas políticas empresariales llevó a considerar que también era imprescindible encontrar una nueva ética que regulara las relaciones entre los distintos componentes de la empresa, especialmente entre trabajadores y patrones. Al estudiarse estas relaciones y la conducta del trabajador dentro de la empresa, se concluyó que era importante, en la nueva ética, incorporar otras motivaciones y esclarecer derechos y obligaciones de todos los miembros de la empresa. En este capítulo incluiremos parágrafos dedicados a las virtudes necesarias para lograr una conducta inherente a la calidad de trabajo y las motivaciones principales que deben regir las buenas costumbres laborales. Rendimiento, desinterés y tedio laboral Un problema laboral actual y de nivel mundial, es el que ocasiona, por un lado el desinterés laboral que en forma creciente manifiestan los trabajadores y por el otro, la búsqueda de un rendimiento eficiente que necesitan las empresas. Es obvio que los trabajadores contemporáneos han aprendido a trabajar rutinariamente, siguiendo rituales automáticos que le llevan a simular un buen desempeño laboral, pero lo real es que no sienten interés en poner empeño en las tareas cotidianas que debe realizar. Esta actitud, tarde o temprano, les aleja de sus responsabilidades laborales y terminan, no sólo dañando a la empresa, sino perjudicando al mismo trabajador. El peligro reside cuando un trabajador se siente intimidado, antes de empezar, por las tareas que deberá desarrollar en la jornada. Otro factor es el tedio laboral. En este estado de intimidación y tedio, comienza a ser el típico empleado pasivo, a quien no le interesan los problemas de su trabajo, ni los de la empresa y que, por añadidura, delegan en los demás sus responsabilidades. No les mueve ningún incentivo, como pueden ser los ascensos, mejores sueldos, estima de sus colegas y de sus superiores, ni siquiera su propia autoestima. Se limita a un ritual de cumplimiento estricto de horarios y tareas, en forma despersonalizada. Actúa como un “cumple órdenes” autómata. En ocasiones pasa a las filas de los desertores mediante el absentismo laboral, ya sea por supuestas causas de “fuerza mayor” o por fingimiento o simulación de enfermedades. En estos casos, el trabajador parece regirse por el principio: “hago lo que esperan de mí y no veo cual es el objetivo de hacer más. Mi trabajo no es tan importante en mi vida”. Entre las señales de tedio laboral tenemos: 1. aburrimiento: ocurre cuando se conoce todo lo relativo a la ocupación que desempeña y comienza a desempeñarse “automáticamente”. 62 Antonio Paolasso – INFORTUNIO Y MEDICINA LABORAL 2. neurosis dominical: este fenómeno fue descrito por Mira y López como una especie de neurosis provocada por el vacío laboral del fin de semana y que algunos autores denominan “dominguitis”. Consiste en una especie de cansancio y depresión que se siente, sobre todo, el día domingo o feriados, que suelen aparecer con sólo pensar que al día siguiente hay que volver a trabajar. 3. estancamiento salarial: cuando el trabajador no encuentra la forma de ganar más dinero padece una especie de preocupación permanente que le lleva a un estado de dispersión mental que no le permite concentrarse en el trabajo y lo hace despreocupadamente. 4. regla del 30%: el tedio acaece cuando al menos el 30% del trabajo (un tercio) que se debe hacer, consiste en tareas que francamente se vuelven detestables. 5. el sueño dorado: este fenómeno consiste en que el trabajador comienza a pensar en lo que le gustaría o “quisiera ser”, lo que le genera expectativas generalmente mayores en relación a las que le despierta el trabajo habitual. La desilusión que surge de la comparación de ambas expectativas, sume al trabajador en un desgano total. 6. vocación errada: es también una especie de desilusión pero distinta a la anterior, porque es una sensación que comienza cuando al trabajador le dicen o piensa en lo que “debiera haber sido”. 7. depresión constante: acaece cuando el trabajo provoca desazón y se va perdiendo no sólo las ganas de trabajar sino también la eficiencia sino también la eficiencia; el desempeño es insatisfactorio, no se consigue recobrar fuerzas y los demás notan el decaimiento. 8. huida emocional: cuando busca una adición o un pretexto para evadirse espiritual o físicamente (ausentismo) del lugar de trabajo. 9. sufrimiento de accidentes frecuentes 10. incumplimiento de directivas: o mal cumplimiento o indiferencia hacia ellas. ¿Qué factores de la empresa pueden intervenir en esta actitud negativa? Estudios psicológicos realizados en Alemania Occidental, por un grupo de expertos en Psicología del Trabajo, han determinado que los factores negativos que inciden en el tedio laboral y el desinterés son: 1) Controles estrictos Una supervisión demasiado estrecha, la producción bajo presión y la desconfianza, producen efectos nocivos en la salud de los trabajadores. Los controles pueden ser buenos y necesarios, pero deben ser lo suficientemente flexibles para que no molesten al trabajador. Aún así, la confianza da mejores resultados. 2) Una ética laboral anacrónica En los últimos años ha cambiado un tanto el concepto de la ética puritana que sostenía que “el trabajo es valioso en sí y debe implicar algún esfuerzo penoso”. Tal vez este concepto esté muy cerca de la sentencia bíblica “ganarás el pan con el sudor de tu frente”, lo cual se interpretaba como que el trabajo es castigo. En consecuencia, según estos criterios, el esfuerzo labora debe ser necesariamente penoso. Lo que la sentencia bíblica en ningún momento dejó puntualmente aclarado, es que el sudor debe ser interpretado como algo punitivo, en lugar de un mero esfuerzo, sin connotación de pena o castigo. Muchos políticos, sociólogos y hombres de empresas de hoy, atribuyen la creciente descomposición de la ética laboral, a la generalizada e imprecisa definición de valores (o la interpretación peyorativa de los mismos). Esta situación lleva a la búsqueda imperativa de una nueva y más valorable ética laboral. Actualmente la gente trabajadora, en vez de estar imbuida del sentido del deber, del dominio de sí misma y del esmero, como de una mayor autoestima, se afana más por lograr lo que entiende como su realización personal. En la práctica, esto significa actividades recreativas e indulgencia consigo mismo, pero siempre lejos de un trabajo que considera 63 Antonio Paolasso – INFORTUNIO Y MEDICINA LABORAL rutinario y enajenante. La consecuencia de este pensamiento es un alejamiento emocional de la vida laboral cotidiana.32 Por su parte, el sociólogo norteamericano John Naisbitt sustenta una teoría más optimista cuando afirma que los empleados actuales han crecido en una sociedad próspera y poseen una mejor instrucción formal que la generación precedente. Estas posiciones disímiles, sustentadas por diferentes escuelas y sociedades laborales, han creado sendos fenómenos que llevan a cambiar las expectativas laborales, tanto por parte de la empresa como del trabajador. Nace el concepto de una nueva ética laboral en la cual el trabajo debe ser agradable, en lugar de penoso. Si una persona descuida su trabajo, puede ser porque sienta un vacío existencial entre sus anhelos y el mundo real. Espera de su ocupación algo más que un mero medio de subsistencia. Con todo, día tras día se enfrenta a una realidad que no satisface sus expectativas y le deja huérfano de valores éticos laborales. 3) Liderazgo y comunicación laboral eficientes Existen dificultades o técnicas incorrectas de comunicación laboral entre los líderes dirigentes y supervisores de las empresas laborales y los niveles inferiores de ejecución. Este fenómeno ya lo hemos analizado en nuestro trabajo. Aún los empresarios tradicionalistas comprenden que la falta de entusiasmo laboral no puede endilgarse exclusivamente a los empleados. Los empresarios progresistas coinciden con algunos expertos en que no es tanto que la gente y sus valores se hayan agotado o transformado; la naturaleza misma del trabajo es lo que ha evolucionado. Las estructuras institucionales de la mayoría de las empresas resultan ya irremediablemente obsoletas y, hasta ahora, la sociedad industrial no ha podido idear un nuevo estilo de liderazgo. Una vez que una perspectiva sombría se arraiga, toda la fuerza laboral asume la actitud del “me importa un bledo” (el “qué me importa”). Un empleado que no se siente en lo personal comprometido con su empresa, abandona mentalmente su trabajo.33 Noelle Neumann y Raidt coinciden acá en el fenómeno del abandono o alejamiento mental o emocional del trabajo. El supervisor induce a un subordinado a perder interés por el trabajo, cuando lo pasa por alto, no le explica sus decisiones o atribuye las fallas sólo al empleado, en tanto él se adjudica exclusivamente los méritos del trabajo bien hecho. Los superiores que apenas se comunican o que ejercen un control excesivo, también pueden enajenar a quienes están bajo sus órdenes. Lo que ocurre en los niveles inferiores, a menudo refleja el modo de pensar de la alta jerarquía. (Raidt). Cuando el personal ya no recibe suficiente información y las políticas de la empresa se modifican con frecuencia y sus objetivos no resultan claros para los trabajadores, la falta de entusiasmo cunde en todos los niveles y esto acarrea juicios y operaciones erradas. Un liderazgo deficiente no solo causa graves pérdidas financieras, sino que, incluso, puede llevar al derrumbe de una empresa. La razón de que tantas organizaciones no han sabido implantar una sana política de liderazgo, es que se han aferrado a la ética y a las estructuras institucionales propias de la era industrial, pasando por alto la transición hacia una sociedad orientada más hacia la buena y correcta información, al trato cortés y a la confianza mutua. Naisbitt afirma que no se incrementarán las utilidades en tanto no se aprenda a propiciar el desarrollo de las personas. Pero no es exclusivamente la gente la que debe cambiar, sino básicamente las estructuras empresariales. Los sistemas de jerarquía de la era industrial, deben dar paso a un ordenamiento más natural. Las unidades de organización más pequeñas contribuyen a una mejor comunicación y a crear condiciones de trabajo independientes. En los grupos pequeños, las personas tienden a poder identificarse mejor entre sí, con mayor ventaja. De esta manera se advierten los cambios de conducta de un compañero y se puede dialogar con él inmediatamente. Con esto hay menos riesgos de aislamiento, el que constituye un buen caldo de cultivo para la falta de interés en el trabajo. Otra ventaja de los pequeños equipos de trabajo (no más de 8 personas) es que satisfacen con más facilidad el innato deseo humano de ejercer papeles de liderazgo activo, disminuyendo el riesgo de liderazgos pasivos. De vez en cuando, aún quienes están en la cúspide, tienen la necesidad de escuchar a alguien, pues de otra manera se agotan pronto. (Raidt). 32 33 Elizabeth Noelle Neuman - INSTITUTO DEMOSCÓPICO DE ALLENBASCH - Alemania. Fritz Raidt, sociólogo, economista y catedrático de la Universidad de Maguncia y Coblenza 64 Antonio Paolasso – INFORTUNIO Y MEDICINA LABORAL 4) No permitir la creatividad Si se les da la oportunidad, la mayoría de los empleados serán competentes y creativos. Al fin y al cabo, fuera de sus trabajos deben tomar decisiones por cuenta propia. Si las aptitudes que la mayoría de los hombres pueden aplicar sólo fuera de los lugares de trabajo tuvieran un uso más generalizado, el problema de la falta de interés en el trabajo, probablemente, desapareciera en poco tiempo. Muy a menudo ni directivos ni empleados se dan cuenta de los peligros inherentes a una fuerza laboral desinteresada y enajenada. Inevitablemente el desinterés laboral de los trabajadores sofocará la creatividad, el espíritu innovador en cualquier empresa. 5) Inestabilidad y salarios frustrantes Cuando la empresa tiene la política de despedir sistemáticamente a sus empleados, por diversas razones, el trabajador que ingresa o pertenece a estas empresas, ya desde el comienzo trabaja a desgano o, al menos, sin entregarse a su ocupación totalmente. Sabe o presiente que en cualquier momento e inesperadamente será despedido. Igualmente la empresa que paga salarios muy bajos para aumentar sus márgenes de ganancias, cuando abona un haber que no satisface las necesidades mínimas de sus trabajadores, inevitablemente provocará el desinterés laboral de sus subordinados, los que tenderán al menor esfuerzo y al descuido de sus tareas, en desmedro de la eficiencia y rendimiento en la producción. En el peor de los casos, habrá corrupción, sabotaje o el “robo hormiga” (hurto permanente de elementos, en pequeñas cantidades) u otras formas de daño. Cuando la empresa para aumentar sus ganancias apela al pago de salarios magros, aún cuando las intenciones de esa empresa sea mejorar la producción para una mejor competitividad, el descontento y la insatisfacción de sus trabajadores inducen el revanchismo de los trabajadores mediante el daño físico y moral a la empresa. Por tanto, es imprescindible que una empresa genere: a) confianza en sus trabajadores si logra formar equipos en los que prime la buena comunicación; b) la convicción de que el trabajo que se realiza es útil y es reconocido así por la empresa, la que recompensa a su personal manteniendo la fuente de empleo con estabilidad plena y con una mejor distribución de utilidades, de forma tal que el trabajador puede subsistir económica y socialmente en la comunidad en que le toca vivir. Boreout Los investigadores de la psicología laboral que ya venían advirtiendo el crecimiento del desinterés laboral a fines del siglo pasado, de acuerdo a las investigaciones que hemos citado, en el principio de este siglo XXI corroboran el auge y en el empeoramiento del fenómeno y crean el nombre de boreout (del inglés bored = aburrido, harto y out = quedar fuera, estar fuera). Con este vocablo se quiere designar al cuadro que presentan los trabajadores que hartos de sus problemas laborales ingresan a un círculo de tedio que se manifiesta de formas diversas como fastidio, desinterés, fobia, depresión, angustia, distimias, etc. y “quedan fuera del interés por trabajar, hartos o aburridos”. El ahora denominado “síndrome del boreout” que describe los problemas de motivación y concentración laboral o bien un creciente temor por el avance de la desconfianza personal hacia las propias capacidades. Es decir, este síndrome se manifiesta desde diversas aristas: por un lado la conducta laboral del afectado, por el otro el medio laboral y los actores del mismo (compañeros, superiores) y en otra dimensión, la propia vivencia del damnificado que puede llegar a una baja autoestima por creer que no tiene la capacidad suficiente para realizar las tareas en que debe trabajar. 65 Antonio Paolasso – INFORTUNIO Y MEDICINA LABORAL Este síndrome del boreout es definido por la Dra. Garber como:34 “poner en marcha cualquier tipo de iniciativa en el trabajo cuesta demasiado esfuerzo” “las cuestiones personales en el horario laboral ocupan la mayor parte de la jornada (chatear, llamados, estudio, compraventa por Internet)” “el cuerpo experimenta un gran cansancio cuando termina la jornada laboral junto con una sensación de insatisfacción personal, frustración y tedio” “aumenta la sensación de aburrimiento, desgano y duda, porque no se sabe qué hacer durante todo el día” “paulatinamente se instala el desinterés, la ausencia de identificación con la tarea” “la falta de desafíos y metas a cumplir hace que el trabajo sea sólo un cúmulo de horas que hay que cumplir para cobrar a fin de mes” Es evidente que los estudios actuales confirman todos los datos de este síndrome que ya estaban advertidos según comprobamos en los estudios antes citados. Pero a este síndrome, ya desde el punto de vista médico, hay que agregarles la conducta ritual o repetitiva, actos de fobia laboral como es el temor de ir a trabajar para lo cual se busca cualquier pretexto para falta, el desarrollo de una personalidad alterada generalmente basada en el malhumor o la tendencia al menor esfuerzo esperando que otros hagan las tareas que el afectado debe realizar (o bien, directamente las deja en manos de otros con diversas justificaciones o simplemente “dejando de hacer lo que debe”), En algunos casos hay una especie de “insubordinación” donde se suelen discutir las órdenes de los superiores o ignorarlas y no cumplirlas. El pretexto de “ir al baño” y demorar irracionalmente la ausencia, o bien prolongar indefinidamente la “hora de la merienda”, son otros datos positivos del síndrome. En otros casos, hay conflictividad permanente en las relaciones interpersonales tanto con compañeros de trabajo como con superiores. La Dra. Garber resalta que el trabajador puede llegar a estar más horas en su lugar de trabajo que en su hogar o ámbito social por lo que debe tenderse a lograr un ambiente laboral “motivador, pujante y estimulante” para evitar las conductas distorsionadas y el ausentismo que causa el síndrome estudiado. También “recuerde que la productividad aumenta de la mano de la creatividad, de la flexibilidad y la capacidad de planificar”. La erradicación de causas que llevan al desarrollo del síndrome de boreout evidentemente pasa no sólo en la supresión de las mismas sino en evitar esas causas y suplantarlas por otro esquema laboral empresario. Pero también debe preverse que la empresa prepare no sólo técnicamente a sus empleados, sino que los adiestre también en su comprensión del rol que debe desempeñar. Es obvio que si yo doy un instrumento de manejo desconocido, el trabajador no sabrá qué hacer con él, y de la misma manera, si el trabajador no está mentalmente motivado y preparado para conocer el modo en que debe trabajar, los problemas que hemos venido señalando como causa de desinterés laboral no serán solucionados porque no están bien planteados. Bases de una ética laboral: Las virtudes laborales La observación de buenas costumbres necesariamente debe basarse en la virtud. Según el Diccionario de la Real Academia Española (20ª edición), virtud es una palabra que deriva del latín virtus y su significado 34 Dra. Elba Garber – BOREOUT: EL RARO SINDROME QUE APARECE CON EL ABURRIMIENTO LABORAL, publicación efectuada en Buenos Aires, Argentina, 2012 66 Antonio Paolasso – INFORTUNIO Y MEDICINA LABORAL tiene varias acepciones. La acepción 1 la define como “actividad o fuerza de las cosas para producir y causar efectos”. Las acepciones 3 y 4 la destacan como “fuerza, vigor o valor” o “poder o potestad de obrar”. Las acepciones 5, 6, 7, y parte de algunas de la 9, se refieren a las acepciones éticas o morales como son “integridad de ánimo y bondad de la vida”; “hábito y disposición del alma para las acciones conformes a la ley moral y que se ordenan a la bienaventuranza”; “acción virtuosa o recto modo de proceder”; “hábito de obrar bien, independientemente de los preceptos de ley, por sola bondad de la operación y conformidad de la razón natural”. En el Diccionario hay otro concepto relacionado con la virtud que es el virtuosismo, el que se aplica a los artistas sobresalientes y que es definido como “dominio de la técnica de un arte propio del virtuoso, artista que domina un instrumento” (“que domina de modo extraordinario la técnica de su instrumento”). En términos políticos, Maquiavelo dio un nuevo concepto de lo que el llamó virtù, en su libro EL PRÍNCIPE. El hombre nuevo del Renacimiento pone en acción la virtù con visión psicológica vigorosa. Mientras que Bückhardt define a la idea de virtù como “unión de fuerza y talento”, Gentile la interpreta “como fuerza humana, la voluntad en acción y por consiguiente, la fuerza del talento”.35 Maquiavelo también interpreta a la virtù como la dote del príncipe o gobernante en las maneras de adquirir algo con energía, empuje, resolución, talento, valor indómito y, si se quiere, feroz.36 Para Moore la virtud es un placer metafísico en una conducta que opta por la bondad (por lo bueno). Por consiguiente “nuestro deber” sólo podría ser definido como aquella acción que determine “la existencia de mayor bien en el Universo” con relación a cualquier otra alternativa.37 Aristóteles, en sus conceptos éticos, centra a la moral como un quehacer práctico encaminado a la felicidad y al bien. Para él hay virtudes éticas y con el nombre de virtud entiende a lo que hoy llamaríamos valores, valores éticos o más bien, valores antropológicos. De esta manera la virtud finca en la axiología o escala de valores. El bien moral está ligado a la felicidad en la perfecta actuación del hombre según su actividad específica. Cada ser, cada instrumento, tiene su ser específico y su sentido: cuando cumple la misión a que lo encadene su especie, es bueno. En estos conceptos, Moore y Aristóteles coinciden en que la virtud es algo que “opta por lo bueno” y por lo tanto es una de las bases ideales para una ética que busca la calidad de vida. ¿Cómo surge la ética?. Lo más conocido es la norma de conducta que, de hecho, han trazado los hombres a lo largo de la historia, con directivas dadas a las vidas particulares. Se llega así, a la verdad por confrontación y crítica de diversas opiniones que hay en la escala de valores que fácticamente se ha ido formando. La ética griega es una ética de bienes y entre ellos, la virtud es un bien racional. Aristóteles introduce la fórmula “obrar según la recta razón” para describir la acción moralmente virtuosa. Luego, la razón es la parte del alma que obra como sede de las virtudes intelectuales. Algunas de estas virtudes intelectuales serían: Prudencia: o pensamiento práctico: es una virtud deliberativa para proponer y obrar con rectitud. Astucia y sagacidad: son virtudes auxiliares de la prudencia. Prontitud o buen consejo: es también auxiliar de la prudencia. Equidad y sentido de discriminación: dos virtudes para no incurrir en una justicia demasiado estricta o errada. Continencia: es la virtud del hombre sobrio, aquel que no conoce ni usa desbordes. 35 Juan Beneyto, HISTORIA DE LAS DOCTRINAS POLÍTICAS - Edit. Aguilar, 1964 Chevallier - LOS GRANDES TEXTOS POLÍTICOS, Edit. Aguilar, 1969 37 Mary Warnock - ÉTICA CONTEMPORÁNEA, Edit. Labor, 1968 36 67 Antonio Paolasso – INFORTUNIO Y MEDICINA LABORAL Otras virtudes, para Aristóteles, son: dignidad, modestia, justa indignación, magnificencia, magnanimidad, generosidad, mansedumbre, templanza, fortaleza, urbanidad, amistad, veracidad y justicia. A la virtud, Aristóteles38 opone el vicio. Considera como hábitos viciosos del alma a tres cosas: 1) la incontinencia. La incontinencia se manifiesta en los placeres corporales y la ira. 2) el libertinaje y 3) la bestialidad. En el concepto aristotélico, las virtudes son “términos medios” (“La virtud es el justo medio entre dos defectos”). La fortaleza es un sentimiento intermedio entre el miedo y la intrepidez. La templanza está entre el libertinaje e insensibilidad en los placeres. La mansedumbre es una virtud entre la irascibilidad y la incapacidad para irritarse (falta de espíritu). La generosidad o liberalidad ubica entre la prodigalidad (derroche) y la avaricia y se refiere al gasto del dinero. La magnanimidad media con la soberbia y la pusilanimidad (pequeñez de espíritu) y su campo es la honra u honor y su contrapartida, la ignominia o deshonor. La dignidad es intermedia entre la autosuficiencia y la cortesía servil y su campo es el de las relaciones e intercambios de la vida social. La modestia o vergüenza digna centra con la desvergüenza o descaro y la timidez o pudor excesivo y su terreno propio son las acciones y las conversaciones (que no deben ser zafadas). La urbanidad está entre la bufonada (patanería) y la excesiva seriedad (pesadez o solemnidad acartonada) y su campo está en lo agudo y el humor, manejado con gusto y oportunidad. La amistad media entre la adulación (lisonja exagerada o sin razón) y el odio (aversión o crítica inmerecida). El amigo no atribuye elogios ni alabanzas de méritos que no existen pero tampoco disminuye los que realmente se poseen. La magnificencia está colocada entre la ostentación (extravagancia) y la vileza (pequeñez) y su terreno es el gasto justo o medido que no tenga exceso ni deficiencia. La justa indignación es mediadora entre la envidia del bien y el placer del mal y su campo es la ira merecida, con fundamentos, que no se origina en una envidia o rencor indiscriminado o como acto irracional, incontrolable, sino que es una justa capacidad de reacción mesurada y con causa valedera (la justa causa). La veracidad es término medio entre hipocresía y jactancia y su terreno es la conversación medida. La justicia es una virtud siempre referida a la acción frente al otro, generalmente al respeto del derecho ajeno. Así habría una justicia natural y una convencional (la que imparte la ley escrita). Estas virtudes intelectuales son las que debieran acompañar a todo hombre y frente a todas sus circunstancias existenciales. Se aplican a toda la vida del hombre y son los paradigmas de una calidad de conducta que hace a la calidad de vida. De todo lo visto podemos deducir que virtud es la fuerza, vigor o valor que unida al talento da poder o potestad de obrar con integridad de ánimo, hábito y disposición del alma para las acciones conformes a la moral o buenas costumbres como recto modo de proceder, por solo la bondad de la operación y en conformidad con la razón natural, a fin de adquirir dominio extraordinario en la capacidad de hacer y proceder siempre buscando lo mejor o lo bueno. Con esta definición operacional podemos aprestarnos a una conducta que tiende a la búsqueda absoluta de la calidad, tanto en la vida general como en la laboral y en todos los actos que se deban realizar cualquiera sea su naturaleza. En relación a las virtudes laborales, éstas básicamente comprenden a todas las virtudes que hemos comentado, pero en particular deben buscarse aquellas virtudes que tiendan a llevar al trabajador a una especie de virtuosismo: el dominio de modo extraordinario, de la ocupación que ejerce. En el fundamento de las virtudes laborales, están: 1. idoneidad 2. fidelidad 38 Aristóteles - GRAN ÉTICA, Edit. Aguilar, 1968 68 Antonio Paolasso – INFORTUNIO Y MEDICINA LABORAL 3. contracción al trabajo 4. empeño en perfeccionarse continuamente. Con la idoneidad tendrá pericia para realizar con calidad su trabajo. Con la fidelidad cumplirá cabalmente sus obligaciones buscando el beneficio permanente de la empresa y de su trabajo. Con la contracción evitará el tedio, el desinterés y tendrá un magnífico desempeño pleno de eficiencia y rendimiento. Con la inquietud de perfeccionarse permanentemente en todo lo que signifique llegar al “dominio extraordinario” de su ocupación, obtendrá no sólo la satisfacción personal sino que ganará la admiración y reconocimiento de superiores, amigos y compañeros o colegas. 69 Antonio Paolasso – INFORTUNIO Y MEDICINA LABORAL CAPÍTULO IV VALORACIÓN MÉDICA DEL DAÑO CORPORAL LABORAL Concepto Hay una división fundamental entre el foro civil, el foro laboral y el foro penal en la concepción del término “daño”. Pero no es lo mismo valorar el daño civil, como daño en sí, el daño laboral que además del daño común produce incapacidad laboral y el daño penal que cuantifica la pena a aplicar más que el daño en sí y la incapacidad emergente. Lo real es que en lo civil interesa sólo el daño, mientras que en lo laboral importa más la incapacidad que surge de ese daño, además del daño en sí. En el foro civil “el problema radica que en este fuero, en general, no se trata de valorar la capacidad laboral de un individuo, sino de determinar el monto de una indemnización por daño”. 39 Se ha planteado en foros judiciales, especialmente civil, el rechazo de las pericias médicas, impugnando con el argumento de que el actor o demandante no presenta o aparenta incapacidad que justifique el porcentaje de una evaluación. En lo civil la demanda dice claramente “por daños y perjuicios”. No se demanda incapacidad. No obstante, la jurisprudencia y los peritos hablan de incapacidad en lugar de daño y esto es lo que provoca la confusión judicial cuando, por ejemplo, se dice que una fractura de un hueso, que demandó algunos meses de tratamiento, recupera íntegramente (lo que significa que consolida en eje y sin pseudoartrosis y con una arquitectura sin deformaciones), se evalúa el daño en un 4%. La impugnación es que si no deja incapacidad, dicha fractura no es indemnizable. Es evidente que la fractura de un hueso es un daño anatómico, pues la ruptura es una alteración anatómica importante. Si bien está sujeta a recuperación, de ninguna manera significa que el hueso fracturado sea exactamente igual que el hueso normal no fracturado, aunque mantenga la forma. Además, en una fractura, hay que considerar la atrición de los tejidos blandos que rodea tal hueso y que uno de los más afectados es el paquete vasculonervioso, pues suelen quedar neuritis residuales que aunque son esporádicas, de igual modo suelen producir algún efecto molesto. Considerando entonces, el daño óseo y de los tejidos blandos perióseos, y las molestias secuelares esporádicas, se deduce que hay un daño real que debe ser indemnizado. Este conflicto de conceptos ha exigido que muchos investigadores se avoquen al estudio del problema y se está buscando un consenso universal entre los evaluadores, a fin de dilucidar cuándo se indemniza daño meramente, primariamente, y cuándo incapacidad. Y en qué casos, ambas cosas, pues debemos reconocer que si bien hay daño anatómico, también hay daño funcional y la incapacidad emerge mucho más de lo funcional que de lo anatómico (salvo que lo anatómico sea lesión irreparable, ablación de un órgano o amputación de un miembro o parte del miembro). Comenzaremos comentando el concepto de valoración de daño y del daño mismo, para determinar el alcance del término dentro de este trabajo. Hernández Cueto40 define al concepto valoración del daño corporal, como “serie de actuaciones médicas dirigidas a conocer exactamente las consecuencias que un suceso traumático determinado, generalmente accidental, ha tenido sobre la integridad psicofísica y la salud de una persona, dirigido a obtener una evaluación final que permita al juzgador establecer las consecuencias exactas del mismo: penales, laborales económicas, familiares, morales, etc.” Esta completa definición nosotros la adaptaremos para la valoración médica del daño corporal laboral a la que daremos el concepto parafraseado de Hernández Cueto, pero completado con otras cuestiones elementales en lo laboral y diremos: “serie de actuaciones médicas dirigidas a conocer exactamente las consecuencias que un suceso traumático determinado, repetitivo crónico o accidental, ha 39 40 Altube-Rinaldi – BAREMO GENERAL PARA EL FUERO CIVIL: 307, Editorial García Alonso, Bs. As., 2006 en su obra VALORACIÓN MÉDICA DEL DAÑO CORPORAL 70 Antonio Paolasso – INFORTUNIO Y MEDICINA LABORAL tenido sobre la integridad psicofísica y la salud de una persona, para obtener una evaluación final que permita al juzgador establecer las consecuencias exactas del mismo: penales, laborales económicas, familiares, morales y de todo otro orden, a los efectos de que las mismas sean reparadas con un resarcimiento íntegro de todos los daños y perjuicios sufridos”. Concepto de daño Según la Real Academia Española (RAE) daño es el “efecto de dañar” y dañar es “causar detrimento, perjuicio, menoscabo, dolor o molestia. Maltratar o echar a perder una cosa”. Para Hernández Cueto la doctrina jurídica es más precisa que la RAE porque contempla las fuentes de un daño desde dos puntos de vista: como menoscabo por consecuencia de un evento determinado, que sufre una persona en sus bienes vitales naturales, en su propiedad o en su patrimonio menoscabo material o moral causado por contravenir una norma jurídica y provocado a una persona y del cual haya de responder el dañador. Desde el punto de vista de la jurisprudencia, muchas sentencias han consagrado, desde el punto de vista de daño corporal, los siguientes conceptos: 1. Toda alteración de la salud o enfermedad contraída, tenga o no origen traumático 2. Toda acción u omisión que genere una pérdida o disminución de la integridad corporal humana o de la capacidad laboral, o que también cause una perturbación de la incolumidad o bienestar corporal sin menoscabo de la salud misma, o produzca cualquier perturbación de la salud en el sentido más laxo y que consista en un malestar físico o psíquico o social. Desde el punto de vista médico, el daño corporal ha sido definido por algunas corporaciones médicas. Por ejemplo, la Asociación Médica Americana (AMA), a través de su Comité de Expertos, en 1956 define a la valoración del daño corporal como “la apreciación de la naturaleza y alcance de la enfermedad o lesión del paciente en cuanto ha afectado o alterado el estado anterior de la persona”. Hemos remarcado los del “estado anterior” de la persona porque consideramos muy importante el hecho que después de haber sufrido un evento dañino, una persona “no es la misma” que antes de ese hecho. El concepto de AMA fue ampliado en Borobia, en 1985, al aclarar que una alteración del lesionado debe consistir en “una anormalidad anatómica o disminución funcional que permanece después de una rehabilitación llevada a cabo al máximo y cuya anormalidad o disminución funcional considera el médico como estable o progresiva al momento de la evaluación”. Este otro concepto de “al momento de la evaluación” es muy importante porque aclara muchos errores de considerar a un dañado mucho antes o después del momento de la evaluación, atribuyendo el error a la evaluación y no a los estados referentes a un antes y un después de la evaluación. La OMS41 entiende por daño a la “pérdida o anormalidad en una estructura o función psicológica, fisiológica o anatómica”. La Tabla de Incapacidades de la ley 24557 define a daño como “la disminución anatómica o funcional de un órgano, un aparato o un sistema del organismo o de éste en conjunto, en elación al funcionamiento del mismo antes de la lesión o enfermedad que lo provocó, o si esto se desconoce, en relación con el estándar de normalidad de la población general comparable en sexo y edad”. La mayoría de los diccionarios médicos no incluyen la definición de daño corporal. Sólo definen a lesión como sinónimo 41 en una Asamblea Mundial en Ginebra en 1976 y en su manual INTERNACIOTIONAL CLASSIFICATION OF IMPAIRMENT, DISSABILITIES AND HANDICAPS (1980) 71 Antonio Paolasso – INFORTUNIO Y MEDICINA LABORAL de daño corporal y en este sentido Hernández Cueto define como “toda alteración anatómica o funcional causada por agentes externos o internos”. La RAE denota a lesión como “daño o detrimento corporal causado por herida, golpe o enfermedad. Cualquier daño, perjuicio o detrimento”. El Diccionario Médico Dorland define a lesión como “cualquier discontinuidad patológica o traumática de tejido, o pérdida de la función de una parte”. El Diccionario Médico Salvat denota “daño o alteración morbosa, orgánica o funcional, de los tejidos” y distingue entre lesión anatómica, orgánica o estructural (daño anatómico) “la que afecta la constitución de tejidos u órganos”, lesión funcional (daño funcional) “trastorno de las funciones de un órgano sin alteración perceptible de la estructura”, y lesión microscópica “la perceptible con ayuda de un microscopio”. Desde el punto de vista de localización y/o extensión una lesión puede ser focal (precisa y/o localizada) o difusa y diseminada (imprecisa y/o generalizada). Hernández Cueto cita una definición médico legal de lesión: toda alteración física o psíquica causada por agentes mecánicos, físicos, químicos o biológicos, derivados de una acción exógena de carácter doloso o no”. Finalmente este autor cita a Gisbert (1984) el que compara el concepto medico-legal de daño o lesión al de disfuncionalidad o funcionalidad alterada, el que a su vez significa: actividad alterada, operatividad alterada, capacidad alterada de expansión en el ámbito social, etc. También cita a Barreda (1983), quien considera a daño o lesión como “modificación peyorativa de una o más funciones corporales”. La Circular N° 2/1990 de la Fiscalía General del Estado define a lesión desde el punto de vista médico-legal “la alteración sustancial del cuerpo (bienestar físico y mental), el proceso patológico que conocemos como enfermedad y todas las alteraciones mínimos de ese equilibrio que produzcan un malestar pero que no precisen de atención médica, ni mecanismos curativos y que integran una mínima lesión constitutiva de falta”. Otro concepto asimilado a daño o lesión es el de injuria que la RAE define como “daño o incomodidad que causa una cosa”. Esta palabra deriva del latín iniuria que en el Derecho Romano eran “lesiones personales de menor gravedad” La determinación del daño corporal debe hacerse a la luz de una pericia adquirida con todos los elementos médicos probatorios de una lesión. Así por ejemplo, si ha una flebopatía periférica presuntamente originada por el trabajo, antes de dictaminar que se debe a una predisposición familiar, debe investigarse los factores de riesgo del trabajo para el aparato vasculovenoso periférico y acudir a los estudios multicéntricos o trabajos de investigación que hayan sido confeccionados para comprobar como una posición viciosa determinada puede ocasionar flebopatía periférica (el caso más común es el de las “várices del peluquero” o bien las del “afilador de cuchillos” “escardador de lana” o “curtidor de cuero. En el primer caso la estación bípeda prolongada provoca flebopatía de miembros inferiores bilateral. En los otros casos hay flebopatía de un solo miembro inferior que es el que maneja el pedal de las máquinas que usan y acá se debe a que la tensión muscular permanente provoca estasis venosa). En estos casos de etiología múltiple o dudosa, en lugar de atribuir una secuela o enfermedad a una cuestión ajena al trabajo, hay que descartar concausas y si no las hay es evidente que la patología es desencadenada por la profesión o trabajo y en estos casos hay que buscar lo investigado sobre el particular. Acudir a la bibliografía médica de estudios multicéntricos y de investigaciones clínicas, es lo que se conoce como Medicina Basada en la Evidencia. Medicina basada en la evidencia Según la RAE evidencia es la “certeza clara, manifiesta y tan perceptible, que nadie puede racionalmente dudar de ella. Es la certidumbre de una cosa, de modo que el sentir o juzgar lo contrario sea tenido por temeridad”. Normalmente el médico debe manejarse con más incertidumbre que certidumbre, sobre todo cuando lo sometido al análisis clínico o pericial no encuadra tal cual en el “cuadro clínico” de una enfermedad (etiología, evolución, estado y pronóstico). La ciencia médica en sí es pasible de ser incierta dado que los progresos actuales de la investigación médica provocan conocimientos nuevos que a veces se difunden rápidamente, pero en la mayoría de los casos no. Los textos médicos e incluso las publicaciones 72 Antonio Paolasso – INFORTUNIO Y MEDICINA LABORAL periódicas, a pesar de ser publicados en el 2000, traen contenidos elaborados, a lo sumo, en 1999, es decir, “lo más nuevo” no lo es tanto. ¿Por qué ocurre esto?. Porque la investigación médica necesita una casuística (conjunto de personas investigadas) lo más numerosa posible, heterogénea (proveniente de varios centros de estudios) y analizada en congresos o simposios, antes de ser dada a una publicación masiva y reciba el consenso universal (universalización o aceptación universal del conocimiento médico). No obstante, hay publicaciones periódicas, generalmente mensuales, que traen el avance de una investigación, la que será incorporada definitivamente a los textos, cuando ésta adquiera sedimento. Los cambios rápidos y profundos de la medicina, hacen que muchos textos o libros clásicos caigan rápidamente en desuso. Durante años se afirmó que la diabetes era absolutamente de herencia o predisposición genética, de modelo mendeliano: “de padres a hijo”. Hoy se sabe que pesan más los factores ambientales que lo genético, pues para que muchos genes se expresen necesitan el estímulo ambiental. Esto hace que haya diabetes tanto juveniles como del adulto, que si bien tienen genes o agentes ligados a la genética, muchos árboles genealógicos han demostrado que no hay factores heredofamiliares que explican claramente un cuadro diabético en estos momentos en que la curva de diabetes del adulto va en franco y alarmante ascenso, de forma tal que hay más hijos diabéticos con padres sin diabetes. Éste es uno de los tantos ejemplos de afecciones médicas que hoy merecen otra forma de enfocar y tratar. Por esto, Navarrete y col.,42 aconsejan que el médico actual frente a este conocimiento médico cambiante y fluctuante, debe “aprender cómo acceder a él, cómo interpretarlo y utilizarlo adecuadamente para asumir con rigor la responsabilidad de tomar decisiones”. Estos autores llaman a esta disciplina Medicina Basada en la Evidencia Científica (MBEC) y la definen como “el uso sensato de la mejor evidencia científica disponible para la toma de decisiones clínicas en pacientes individuales. Se busca el equilibrio entre el juicio clínico procedente de la experiencia y el conocimiento basado en las pruebas procedentes de la investigación”. Esto se aplica tanto a la prevención como al diagnóstico, tratamiento, rehabilitación y paliación de las enfermedades. Nosotros postulamos a la MBEC para la Medicina Laboral para estos puntos fundamentales: Realizar un diagnóstico certero Encontrar el agente etiológico más compatible con el cuadro clínico Ambas cosas son fundamentales para evaluar a un trabajador enfermo porque el daño corporal provocado por el trabajo es susceptible de indemnización y de no acordarse ésta por vía de acuerdo o consenso, debe acudir a litigio y por esto debe probarse fehacientemente la causalidad o concausalidad entre una lesión adquirida en ocasión del trabajo y la posibilidad de que esa lesión sea ajena al trabajo o preexistente. Por eso, sobre todo en el campo de la pericia de la enfermedad o lesión laboral, el médico debe abandonar la práctica de criterios basados en entelequias y preocuparse por ahondar la actualización bibliográfica en busca de la forma en que el trabajo es causa o agente desencadenante de una lesión. No debe acudir a galimatías, creencias o conceptos preconcebidos, sino proceder a analizar minuciosamente toda circunstancia de daño corporal de origen laboral y después tratar de corroborar si existe en la investigación médica antecedentes de que el trabajo sea el agente causante, desencadenante o concausante de una determinada afección. No aceptar este criterio y negar una lesión “porque no está en los libros” (naturalmente en los que conoce ese médico) o cree que es congénita, genética o por predisposición familiar, o simulación, o preexistente, es una actitud negativa y poco científica y muy cercana a una impericia o mala praxis. Es verdad que todo es discutible en Medicina y toda afección y cuadro clínico puede ser atribuido en forma diferente. De no ser así no abundarían diagnósticos errados o enfoques distintos de un mismo signo o 42 Farreras – Rozman, MEDICINA INTERNA, 14ª edic., (11): 82-85, Edit. Harcourt, Madrid, 2000 Antonio Paolasso – INFORTUNIO Y MEDICINA LABORAL 73 síntoma. Pero la MBEC exige que antes de adoptar un criterio diagnóstico o un tratamiento, se someta el caso a la investigación bibliográfica para obtener una mayor certeza y justificar debidamente lo hecho. Esto obliga al médico a realizar un proceso de análisis, el cual debe ser explicado intensa y extensamente para no dejar dudas que el criterio adoptado es el más coherente y aceptable. La MBEC tuvo origen en 1980 en la Facultad de Ciencias de la Salud de la Universidad de McMaster (Hamilton, Notario, Canadá) y la usaron para analizar y usar correctamente a la bibliografía médica. Recién en 1992 fue bautizada como MBEC. Es una disciplina que tiene adeptos entusiastas y detractores hostiles. Los que se oponen a ella la tildan peyorativamente de “medicina de bibliografía”, como queriendo significar que se opone a la experiencia clínica el conocimiento bibliográfico. Nada más errado. No se trata de reemplazar una cosa por la otra sino todo lo contrario: las dos deben complementarse. Esta es la razón que debe imperar porque todo el conocimiento médico, en general, es aleatorio y no todas las cosas son evidencias matemáticas. La relatividad evidente del acto y del conocimiento médico, obliga a los médicos a ser cautos y profundizar lo más posible el conocimiento adquirido y el existente, a fin de lograr un juicio más completo. Por esto hay que evitar los dogmatismos extremos: tanto el basado exclusivamente en la experiencia clínica como la creencia exclusiva en las “guías bibliográficas”. Si ha de aceptarse o negarse una decisión, esta conducta debe ser fundamentada en ambos casos. No puede un médico tomar una decisión “ex cátedra” (la infalibilidad atribuida al Papa y al dogma) ni mucho menos pronunciarse “porqué así lo ve él” o “porque no cree en determinados métodos” o “porqué ése es su parecer o criterio”. No hay autoridad suficiente, salvo que haya realizado un estudio personal con métodos ortodoxos y casuística indiscutible, para sostener “criterios personales” Lo mejor es basar los criterios en la evidencia científica. Naturalmente, hay cosas que son muy importantes en toda decisión: 1. Nunca dejar de lado al “sentido común”. Hay hechos que sólo son probables a la luz del sentido común: si una afección no existía antes de un traumatismo y aparece luego de ocurrido el mismo, naturalmente esa lesión es postraumática. Lo que hay que probar es si la causa es el traumatismo en sí o es una secuela por concausa. 2. Someter el diagnóstico a la probabilidad más frecuente o más aceptable 3. Escoger la hipótesis o explicación que sean más adecuadas a las manifestaciones clínicas del paciente. La MBEC exige que las decisiones a tomar se basen en la información surgida de dos fuentes: 1. De los datos recolectados en cada paciente con la Anamnesis y el examen físico 2. De los datos de la investigación científica que consta en la bibliografía médica avalada. Otra forma de buscar información es: o o o Consultar con colegas especialistas del tema Asistir a congresos, simposios y conferencias Leer los últimos libros científicos actualizados Así estamos en condiciones en condiciones de resumir lo que sería una estrategia de búsqueda y elección de información y que comprendería:43 Apelar a la intuición o sentido común Consultar los libros científicos más actualizados y aceptados universalmente (literatura sin discusión) Interconsulta con colegas especialistas en el tema que se investiga 43 Vázquez y cols. PROAMI, 4° Ciclo, Fasc. 4: 122-140, Edit. Panamericana, Bs. As. 1999 74 Antonio Paolasso – INFORTUNIO Y MEDICINA LABORAL Poseer y consultar toda bibliografía actualizada (dossier, publicaciones, revistas, anales, informes, etc. Fijar los objetivos de la investigación de información (reconocer la importancia de la información que aporta la investigación científica, si la toma de decisión es adecuada o no, reflexionar sobre la búsqueda de información y la mejor forma de obtenerla, considerar la necesidad de analizar la calidad de la evidencia que sustenta la información científica, a través de una lectura crítica de la literatura médica) Realizar investigaciones propias correctamente documentadas y con casuística apropiada. La MBEC analiza las evidencias de causalidad y de ellas surgen diversas relaciones: 1. Evidencia de causalidad y evidencia de asociación: la primera se obtiene con estudios de intervención o estudio prospectivo y la segunda opera con estudios observacionales donde se comparan resultados prospectivos o retrospectivos 2. Diferencia de asociaciones de causa-efecto y de efecto-causa: en esto opera el factor temporal que en los estudios de intervención son siempre prospectivos (el desenlace es siempre posterior a la acción del factor causal) mientras que en los estudios observacionales puede ser prospectivos o retrospectivos (el desenlace es posterior o anterior a la acción del factor causal). Los estudios de seguimiento cohortes consisten en el seguimiento prospectivo de grupos de sujetos a lo largo de un tiempo determinado. El estudio de cortes transversales consiste en la medición de las variables predictoras y de desenlace en los sujetos de estudio en un mismo y único momento en el tiempo. 3. Diferenciando asociaciones de causa-efecto y de efecto-efecto: para esto se distingue entre factores contundentes (causa) que son los elementos asociados a la variable predictora y a su vez son causa de la variable de desenlace. La asociación efecto-efecto (concausa) es cuando a la causa se suma otro factor de riesgo. 4. La relación causa-efecto se basa en la verosimilitud biológica (un golpe puede luxar una vértebra provocando una espondilolistesis, aunque ésta puede también tener una causa congénita. Si la espondilolistesis no es detectada antes del traumatismo ni presenta signos clínicos y sí es detectada y presenta signos clínicos después del traumatismo, es congruente que su causa sea el traumatismo). Otro fundamento es la fuerza de asociación (si ya hubo estudios previos que demostraron la espondilolistesis postraumática) Tabla 2 – Resumen de metodología de revisión sistémica de evidencia científica 1ª etapa: identificación del problema que necesita respuesta o decisión 2ª etapa: operar sobre el problema buscando eficacia, seguridad, su verdadera necesidad, adecuación, equidad y eficiencia 3ª etapa: diseñar estrategia de búsqueda-análisis-producción de evidencia científica 4ª etapa: presentación de tablas y niveles de evidencia 5ª etapa: metaanálisis o síntesis de la evidencia científica 6ª etapa: integración directa e indirecta de la evidencia científica Antonio Paolasso – INFORTUNIO Y MEDICINA LABORAL 75 Distinción de los tipos de daño corporal laboral Es muy importante en Medicina del Trabajo saber definir cuáles son los tipos de daños corporales atribuidos al trabajo. Toda afección adquirida en ocasión del trabajo realizado, es una afección laboral y hay consenso en todos los tratadistas en admitir dos circunstancias bien claras, en relación al trabajo como causa de daño corporal Incluso, el daño laboral al cuerpo humano, en lo médico y en lo legal, reconoce tres claras instancias: o o o el accidente laboral que hemos definido y que ocasiona un hecho traumático único y violento externo produciendo lesiones postraumáticas de consenso evidente (herida, amputación, conmoción, contusión, movimiento anormal); o un movimiento anormal forzado interno, único o repetido; la enfermedad (hasta ahora considerada profesional) debida a etiologías que frecuentemente pueden ser adquiridas en ocasión del trabajo (neumoconiosis, cáncer originado en acción de sustancias fisicoquímicas, infecciones, intoxicaciones, envenenamiento, etc.) y la inclusión de factores conocidos y estudiados últimamente como es el distrés laboral, hasta ahora siempre excluido de toda ley; la lesión o dolor crónicos producidos por hechos repetitivos (como proceso degenerativo o inflamatorio crónico, lesión anatómica o funcional) o los llamados microtraumatismos (microlesiones tisulares detectables sólo microscópicamente). Entre la lesión accidental violenta (amputación, herida, quemadura, fractura, etc.) y la enfermedad profesional, hay una gama de secuelas y lesiones crónicas y desprendidas o de un accidente o de un microtraumatismo, llamadas enfermedades-accidente. Habría otra cuestión o circunstancias en que el trabajo es el agente que produce una activación, iniciación, agravamiento de un mal preexistente, de una predisposición genética o familiar o factores de riesgos extralaborales y en este caso se habla de concausa. El concepto de concausa es que el trabajador ya tenía comprobadamente una predisposición genética o familiar (lo genético se descarta sin lugar a dudas con un mapa genético realizado previo al ingreso laboral y lo familiar se descarta con el estudio del árbol genealógico, sobre todo en parientes de primer grado tanto ascendientes como descendientes y en rama horizontal (abuelos, padres, hermanos, tíos e hijos) o una enfermedad. Si no hay preexistencia comprobada, ésta no debe ser presupuesta. Como ya explicamos anteriormente, si en una diabetes que se presenta en ocasión del trabajo y no tiene factores de riesgos extralaborales (obesidad, sobreingesta) ni antecedentes heredofamiliares (no hay parientes consanguíneos diabéticos) y no se conoce el genoma o mapa genético con genes específicos para diabetes, no se puede hablar de predisposición o de causa genética. Hoy se sabe que muchas cosas (virus, radiaciones, proteínas especiales) pueden ser causa de cambios genéticos (deleciones, etc.) y hacer que en un individuo cuyos padres no tenían determinados genes, aparezcan los mismos. En estos casos, los factores ambientales pueden ser los que generan el cambio genético. Si hay genes heredados, el factor ambiental es el activador o “gatillo” de la expresión genética o fenotipo. Por esto es importante incorporar el estudio genético en el examen de ingreso, si hay dudas de preexistencia o predisposición de enfermedades consideradas genéticas. De no ser así, en caso de litigio, ningún médico, perito, abogado o juez podrá poner el sello de genético a ninguna enfermedad cuyo origen no sea exclusivamente genético, por las razones dadas. Por las razones que he expuesto, basado en lo científico y en el principio jurídico de justicia y razonabilidad, deben modificarse los falaces conceptos dados interesadamente a las definiciones de enfermedad profesional y accidente laboral, en los actuales textos legales y establecer una jurisprudencia que evite en el futuro persistir en definiciones que causan mayor litigiosidad y empañan los dictámenes judiciales que deben recorrer un largo camino tribunalicio para lograr, en muchos casos, que impere la 76 Antonio Paolasso – INFORTUNIO Y MEDICINA LABORAL razón de la justicia y ponga en su lugar debido a las aventuras legislativas de dar textos legales no aplicables, inconstitucionales o privados de toda razón y justicia. La justicia sólo dice que el daño laboral se mide por la incapacidad laboral que genera. He aquí otro concepto traído de los pelos. El daño laboral es mucho más amplio que la incapacidad laboral. Hay dos conceptos conexos: incapacidad laboral y deshabilidad laboral. Siempre se ha usado el clásico ejemplo del pianista que amputa algunos dedos en una o ambas manos. En este caso hay incapacidad laboral relativa, puesto que la persona dañada puede realizar trabajos distintos al de su profesión de pianista. Así puede fijársele, por ejemplo, una incapacidad laboral del 30% de la total obrera. Esto parece justo y racional. Pero veamos ahora el otro lado: ese hombre centró su vida en la profesión de pianista. ¿Qué pasaría si Arthur Rubinstein se hubiera lesionado una o las dos manos? ¿Podría dedicarse a ser vendedor, representante de comercio, diplomático, etc.? Es evidente que no es lo mismo para el artista una cosa que la otra. La condición social y económica sería muy distinta y dañina en lo personal, en lo económico y en lo social. La deshabilidad laboral es muy importante en determinadas profesiones, a tal punto que es mayor que la supuesta incapacidad laboral en relación a la total obrera. Sin embargo, lo obvio no es el criterio jurídico para jueces e indemnizadores. Se prefiere encontrar más razonable atrincherarse en el concepto de incapacidad laboral que aceptar la deshabilidad laboral, esgrimiendo el concepto fallido de la capacidad laboral restante. Esta cuestión de incapacidad y deshabilidad es muy patente frente a dos hechos concretos: el accidente laboral “in itinere” y el examen prelaboral. El primero conlleva lesiones inimaginables en un contexto laboral exclusivo, pues se producen en condiciones ambientales totalmente ajenas al laboral. Estos accidentes generan lesiones y secuelas que normalmente están fuera de todos los baremos laborales y de los textos legales y jurisprudenciales. Luego, muchas lesiones y secuelas quedan en un “limbo” jurídico que no pueden encausarlas debidamente para se indemnizadas. El examen prelaboral actual es otro concepto aparte pues lesiones mínimas de la columna vertebral o de un miembro, o de orden psíquico, pueden dejar como inválidos laborales per vitam a centenas de trabajadores. Así, por ejemplo, una disfonía irreversible trunca para siempre la carrera de un docente, pero la ley cree que esto se compensa con un 15%. Una inocente fractura de tibia que requiere un elemento metálico de por vida y que no es indemnizado actualmente por la ley de riesgos del trabajo, deja fuera del circuito laboral también de por vida, si al intentar ingresar a un trabajo se le realiza una radiografía. Y, así, sucesivamente. Muchos lesionados por el trabajo no indemnizados o indemnizados magramente quedan condenados a ser desocupados de por vida o bien obligados a desempeñar trabajos que están fuera de una preparación académica que exigió muchos años de estudios y dedicación y de formar currículos que luego se desintegrarán. Esto, de alguna manera denigra psíquica y económicamente a muchos. Sin embargo, el daño psicosocial y económico no está previsto en la incapacidad laboral actual. Queda, a veces, supeditado al abstracto concepto de daño moral, no siempre reconocido judicialmente, por lo que no es indemnizado o es indemnizado incorrectamente. La propuesta concreta es que los legisladores y los jueces (Poder Legislativo y Poder Judicial) opten por indemnizar el daño anatomofuncional y el daño social y económico que en forma patente deriva del trabajo. Esto significa optar por daño laboral (incapacidad laboral + deshabilidad laboral real), en lugar de una dudosa incapacidad laboral funcional, concepto que prima en la actual Ley de Riegos del Trabajo, lo que la ha llevado a ser denostada en los tribunales y considerada inconstitucional en la mayoría de sus artículos. La incapacidad laboral fijada por la Tabla del Dcto.659/96 adolece de múltiples defectos y omisiones que han llevado a pedir su inconstitucionalidad. En ese sentido es mucho más sabia la Tabla del Dr. Basile. Para la deshabilidad laboral el concepto actual de factores de ponderación resulta irrisorio, incompetente y arbitrario, en la forma en que se pretende aplicar (aparte de su redacción poco clara que genera decimales de incapacidad muy difíciles de manejar en la realidad de capacidad funcional aunque puedan servir para cálculos matemáticos de indemnización). También, en esta cuestión, resultan más útiles las tablas de Mc Bride. 77 Antonio Paolasso – INFORTUNIO Y MEDICINA LABORAL De todo esto se desprende que tanto en lo jurídico, en lo legal y en lo médico, toda lesión producida en ocasión del trabajo, cualquiera sea su naturaleza, debe constituir daño laboral que cuando es permanente o irreversible comprende al daño anatómico, al daño funcional, y al daño social y económico, de manera que abarque en forma global tanto a la real incapacidad laboral como a la deshabilidad laboral que, independientemente de la incapacidad laboral que fija un baremo, es mucho más dañina, en el actual contexto laboral. La incapacidad laboral reduce en algunos casos la capacidad obrera total, pero la deshabilidad laboral transforma un trabajador con mediana capacidad en un “inválido laboral” porque no puede aprobar un examen prelaboral y queda “desocupado” per vitam. Lo justo, racional y real es adoptar en la ley por el concepto de daño laboral en el sentido propuesto y descartar definitivamente aquello de enfermedad profesional, accidente laboral y enfermedad-accidente, porque, según lo analizado, son términos puramente basados en lo semántico y abstracto que escapan a lo real, verdadero y efectivo, en lo atinente al daño provocado en ocasión del trabajo. La definición actual de enfermedad profesional y accidente laboral son términos totalmente excluyentes del verdadero daño laboral psicofísico, en más de un 50% de los casos reales sometidos a juicios de indemnización. ¿Esto es justo, racional y equitativo? ¿O es arbitrario? Valoración de incapacidades Otro parágrafo importante en la valoración del daño corporal laboral es la fijación de la incapacidad laboral. Según la RAE, incapacidad es la “falta de capacidad para hacer, recibir o aprender una cosa. Falta de entendimiento o inteligencia. Falta de preparación o de medios para realizar un acto. En Derecho: carencia de aptitud legal para ejecutar válidamente determinados actos”. En cuanto a incapacitado es toda persona “que no tiene capacidad o aptitud para una cosa”. Por capacidad entiende a toda “aptitud, talento, cualidad que dispone a alguien para el buen ejercicio de algo” En los diccionarios médicos, el Dorland define a incapacidad (en inglés disability = deshabilidad) como “falta de capacidad para funcionar normalmente desde el punto de vista físico o mental. Todo aquello que causa impedimento. Según el Gobierno Federal de EE.UU., es incapaz toda persona que no puede participar en cualquier actividad sustancialmente productiva por motivo de un impedimento físico o mental que pueda precisar ser medicamentado y que cabe esperar dure o ha durado un lapso continuo no menor de doce meses”. Es importante destacar el concepto de incapacidad del diccionario Dorland, en especial la raíz inglesa del vocablo que nomina como deshabilidad a la incapacidad. El concepto de deshabilidad es más preciso, en el orden laboral, que el de incapacidad, pues en realidad se afecta una especial habilidad laboral o profesional. Para el diccionario médico Salvat, la incapacidad es “la falta de capacidad o potencia para el trabajo especial. Incapacidad total o absoluta: estado en que queda la víctima de una enfermedad o accidente, en que ha perdido completamente su aptitud para el trabajo”. En el diccionario médico Melloni, incapacidad es la “pérdida legal o civil de facultades o potencial de trabajo. Insuficiencia o cualquier disminución física”. LaDou44 define a incapacidad laboral como “lo causado por una lesión o resultado de un daño corporal del trabajador, relacionado con el trabajo” “una lesión en que el trabajo puede ser causa de incapacidad o el „gatillo‟ (lo que activa, agrava, precipita, inicia o acelera, etc.) de un trastorno persistente que puede ser compensable, sobre todo si surge durante o por el desempeño del trabajo o empleo”. (“surgir de y durante el empleo”). El concepto de LaDou está más cerca de daño laboral que de incapacidad laboral y quizás el concepto de daño sea el mejor para indemnizar que el de incapacidad. Rubinstein45 escribe “entendemos por incapacidad, en el derecho del trabajo, a toda disminución física, psíquica o sensorial producida por un accidente, por una enfermedad profesional, por una enfermedad concausal o por una enfermedad inculpable, que disminuya en forma temporaria o permanente – y ostensiblemente – la suficiencia del obrero en su 44 45 en su libro MEDICINA LABORAL en su libro LOS INFORTUNIOS DEL TRABAJO 78 Antonio Paolasso – INFORTUNIO Y MEDICINA LABORAL trabajo, o que implique su afectación estética, con el consiguiente cercenamiento de sus posibilidades en el campo del empleo” (a esta definición le faltó agregar, además de la enfermedad profesional, el concepto de enfermedad-accidente, lo que probablemente por la actual tendencia ha englobado en la enfermedad concausal o inculpable, y además del campo del empleo, debió agregar el campo del ejercicio autónomo de una profesión u oficio) En términos generales, nosotros definimos a la capacidad obrera como “la completa aptitud física y mental de una persona para desarrollar un trabajo determinado en forma competente y eficiente” y capacidad obrera total “la completa aptitud física y mental de una persona para desarrollar todo tipo de trabajo en forma competente y eficiente”. A los efectos de la evaluación de la capacidad obrera total, ésta se considera como el 100% (cien por ciento). De este total se descontará el porcentaje de incapacidad. Así una incapacidad de un 20% se denomina “20% de la total obrera” lo que significa pérdida de un 20% de la capacidad obrera total. Causas de incapacidad laboral LaDou distingue entre lesiones, enfermedades y traumatismos acumulativos al daño corporal laboral. Para él lesión es el daño producido por un accidente que surge de y durante el trabajo o empleo. Nosotros hemos adoptado el criterio general de lesión o accidente y de enfermedad, pero distinguimos en forma diferente estos conceptos. Así, lesión es todo daño provocado por un traumatismo accidental, pero al concepto traumatismo lo distinguimos de dos formas: 1. macrotraumatismo 2. microtraumatismo Macrotraumatismo, como ya lo definimos, es el traumatismo directo, imprevisto y violento a afecta macroscópicamente un tejido o un órgano y es provocado por un accidente laboral único (macrotrauma o macrolesión) El término microtraumatismo proviene de microtrauma que significa “traumatismo microscópico” (Diccionario Médico Salvat-2a. edic.: 358, l974) (Ni el Diccionario de la Real Academia Española ni los Diccionarios Médicos de habla sajona como el Melloni y el Dorland, consignan este término.) El microtraumatismo en un traumatismo acumulativo por accidentes múltiples, repetitivos, de intensidad menor (traumatismo menor) que causa primero lesiones microscópicas (microlesión) en los tejidos y que con el paso del tiempo dan signos evidentes o macroscópicos. Las vibraciones parciales o totales del cuerpo y los movimientos repetitivos de articulaciones y columna vertebral, el sobreesfuerzo continuo para cargar pesos, los movimientos bruscos e intensos reiterados, etc., son microtraumatismos. Tanto macro como microtraumatismos deben ser considerados accidente laboral, mientras que el macrotraumatismo da lesión evidente o macrolesión y el microtraumatismo cuando se manifiesta lo hace como una enfermedad crónica. Por esto se le considera enfermedad – accidente. Anteriormente tratamos el concepto de accidente laboral definido por Nerio Rojas como que “se considera accidente de trabajo todo hecho que en la ejecución del trabajo o en ocasión y por consecuencia del mismo produzca lesiones corporales, mediatas o inmediatas, aparentes o no aparentes, superficiales o profundas”. Luego de analizar si la causa de un accidente es interna o externa, Rojas termina su definición de esta forma “accidente es, pues, la violencia externa o interna producida por un hecho anormal vinculado con el trabajo y causante de un estado patológico”. Bonnet considera que accidente “es todo hecho fortuito, determinante de un daño corporal evidenciable, constituido por una lesión en el cuerpo o en la salud, o por la muerte de una persona”. Nosotros creemos que es importante integrar y completar estas definiciones a fin de evitar confusiones y diremos que accidente de trabajo es todo hecho que en la ejecución del trabajo o en ocasión y por consecuencia del mismo produzca lesiones corporales o psíquicas o en la salud en general, mediatas o inmediatas, aparentes o no aparentes, superficiales o profundas, debido a una violencia 79 Antonio Paolasso – INFORTUNIO Y MEDICINA LABORAL externa o interna causante de un estado patológico. Esta definición encierra muchos aspectos porque habla de dos cosas importantes: 1. lesiones mediatas e inmediatas, aparentes o no aparentes 2. violencia externa o interna y da lugar a aceptar a secuelas tardías y por su carácter de “violencia interna”, a los microtraumatismos y a las secuelas de un distrés laboral como sería un accidente cerebrovascular o un infarto de miocardio y otras enfermedades psicosomáticas. El concepto de enfermedad laboral o enfermedades relacionados con el trabajo es muy amplio y actualmente se encuentra en discusión muchos términos, pero esta discusión, en la mayoría de los casos, es originada por desconocimiento o ignorancia o la no aceptación de agentes etiológicos. LaDou considera que las enfermedades relacionadas con el trabajo son: enfermedades profesionales otras enfermedades que surgen del trabajo enfermedades que resultan de un lesión traumática enfermedades preexistentes agravadas por lesiones traumáticas u otros factores relacionados con el trabajo La enfermedad profesional es toda enfermedad adquirida exclusivamente por la acción del trabajo e independiente de toda otra causa. Así por ejemplo una neumoconiosis por asbestosis en un obrero que trabaja con asbesto, es sin dudas, una enfermedad adquirida en el ejercicio de la profesión u ocupación. Esta enfermedad surge por la exposición continua y particular de una ocupación específica. Hasta ahora era el criterio imperante y excluyente. Pero actualmente hay corrientes que tratan de modificar estos criterios y directamente considerar un solo tipo de enfermedad laboral que es la de cualquier enfermedad que surja del trabajo y durante el desempeño del mismo (LaDou). Esto evitaría la superposición de los conceptos de enfermedad profesional y de enfermedad-accidente. La enfermedad-accidente es toda afección que puede tener otras causas distintas al trabajo, es decir, ser polietológica, pero en ocasiones la causa o agente desencadenante, es el trabajo en sí. En este caso, es una enfermedad accidente porque puede ser la secuela de un traumatismo directo por accidente de trabajo, como ser una artrosis postraumática, o bien desencadenada por microtraumatismos o traumatismos repetitivos y acumulativos. Serían las enfermedades no profesionales (otras enfermedades de LaDou, que surgen del trabajo). Acá la denominación correcta sería enfermedad emergente por el trabajo. Dentro de este grupo, mucho más numeroso que el grupo de las enfermedades estrictamente denominadas profesionales, hay que englobar las afecciones por causa de los factores psicosociales, siendo algunos de ellos el distrés psicosocial o determinadas afecciones epidemiológicas como el Chagas o el HIV, la fatiga crónica. Kalimo y cols.46 afirman que “los factores psicosociales son decisivos, tanto en relación con las causas y la prevención de las enfermedades como respecto a la promoción de la salud. Esto es cierto en el caso de las ciencias sanitarias en general y de la higiene del trabajo en particular, ya que los factores psicosociales figuran entre los más importantes que influyen en la salud total de las poblaciones trabajadoras”. La nueva legislación laboral cada vez se aleja más del concepto de enfermedad por el trabajo o emergente por el trabajo y se ciñe tozudamente a las denominadas enfermedades profesionales o al accidente de trabajo por macrotraumatismo. Ni remotamente considera a los microtraumatismos ni a los factores psicosociales u otra alternativa que no sea accidente o enfermedad profesional. Incluso ha desterrado a la hernia inguinal que clásicamente estuvo presente en toda ley laboral y que está incorporada a la legislación mundial como enfermedad producida por el trabajo. Hoy se tiende a reflotar la vieja y gastada teoría de la 46 FACTORES PSICOSOCIALES EN EL TRABAJO, OMS, Ginebra 1988 80 Antonio Paolasso – INFORTUNIO Y MEDICINA LABORAL diátesis, la inculpabilidad, la predisposición, la preexistencia, lo congénito, etc. Naturalmente nada de esto se prueba, simplemente se asevera y se fundamenta en creencias más que en razones científicas. O se realizan estudios tendenciosos. Por esta razón, estas circunstancias actuales de depreciación tanto laboral como sanitaria del trabajador hacen que la afirmación Unsain (que hemos resaltado como cita especial al iniciar la introducción de este trabajo), como lo que confirma Rubinstein en los INFORTUNIOS DEL TRABAJO: “creo que la legislación sobre los infortunios laborales es deficiente, parcial, de mala técnica legislativa y que no fue analizada en profundidad, ya que fue impulsada por determinados grupos sociales con claros objetivos económicos”, sean declaraciones muy vigentes a pesar de el primero lo dijo en 1916 y el segundo en 1993. La reciente promulgación de la ley de flexibilización laboral puso en evidencia el presunto cohecho denominado “coima de los senadores” porque se sospechó que los legisladores habían recibido una suma de dinero para aprobar coercitivamente una ley que va a contrapelo contra las necesidades y la realidad del campo laboral argentino. Además es muy sospecha la defensa acalorada que en los seminarios provinciales y nacionales de empresarios se realiza de la flexibilización laboral, a la que se considera la panacea de todos los males. La verdad desnuda es que desde que comenzó a regir el concepto de “economía de mercado” y el de “flexibilización laboral” (practicada mucho antes de aprobarse la ley), ha empeorado la economía argentina a tal punto que además de la intensa recesión, se eleva la tasa de desocupación a niveles del casi 20%, cifra que históricamente jamás se había alcanzado en el país. La acentuación de la pobreza amenaza en superar otras épocas deflacionarias como la década del 30‟ al 40‟ y las vigentes a fines del siglo XIX, que llevaron al legislador socialista Alfredo Palacios a proyectar a comienzos del siglo XX las famosas leyes laborales del descanso dominical y la jornada máxima de ocho horas diarias (conquistas que sólo fueron puestas en vigencia plena en la década del 50‟ durante el gobierno de Perón. Todo esto es agravado por la exacción impositiva que no permite ejercer el cuentapropismo ni las profesiones y oficio autónomos (los que deben realizarse “en negro” al margen de la ley). En cuanto a la “ocupación”, que realmente es “subocupación”, más del 80% es también “en negro”, porque se realiza por contratos precarios en el gobierno (sin jubilación, licencias ni obra social) y sin ningún tipo de contrato en las empresas y comercios privados, donde se pagan salarios que apenas rondan los 200 dólares (o mucho menos), se trabajan más de doce horas diarias y no hay descansos semanales, ni vacaciones, ni jubilaciones, ni obra social (y, mucho menos, estabilidad y dignidad). Los incapacitados laborales por accidentes o enfermedades emergentes del trabajo son poco, mal, o no atendidos por las Aseguradoras del Riesgo del Trabajo (ART), y muchas empresas no cuadran con la actual ley de Riesgos del Trabajo (LRT), pues no contratan ART o no pagan la misma una vez asociados. Un trabajador incapacitado es una “cosa fungible” pues al manifestar incapacidad o intentar litigar por ella, es despedido inmediatamente y repuesto por otro candidato al puesto. Naturalmente se evade todo tipo de indemnización. Spengler47 habla de la “traición de la técnica” por el impacto negativo en la integridad del ser humano, y agregando que “termina por privarle al trabajador de la fuente de trabajo, cuando no está en condiciones de adaptarse a otra actividad laboral”. De Buen48 asevera que “un nuevo derecho del trabajo, aún no declarado formalmente, ocupa el espacio antes reservado para el juego de la justicia social. Los nuevos principios del derecho laboral, visibles en la conducta del Estado, aunque contradigan las reglas vigentes, podrían ser los siguientes: la transformación del principio in dubio pro operario en el principio in dubio pro empresario. La norma más favorable se orientará hacia el empleador. El principio de productividad inspirará la vigencia de la regla más favorable. El beneficio de la irrenunciabilidad de los derechos, uno de los baluartes de la justicia social, se aplicará a favor del empresario, decretándose la nulidad de cualquier concesión que le hubiese sido arrancada”. La sociedad argentina de fines del siglo XX 47 (citado por Tissembaum en su trabajo ANTOLOGÍA DEL DERECHO DEL TRABAJO Y DE LA SEGURIDAD SOCIAL, Santa Fe, 1983) 48 RAZÓN DE ESTADO Y JUSTICIA SOCIAL, Edit. Porrúa, México, 1991 81 Antonio Paolasso – INFORTUNIO Y MEDICINA LABORAL y comienzos del XXI, entre los accidentes viales, las víctimas de la delincuencia y los incapacitados del trabajo, arrastra una estadística de morbimortalidad superior al cáncer y otras enfermedades que tradicionalmente encabezaban las estadísticas de morbimortalidad. Esto significa menor cantidad de “mano de obra”, más “indigentes sociales” que el Estado debe atender con subsidios a la pobreza y reventar a la salud pública con el aumento de la atención de estos incapacitados en instituciones médicas públicas. Es un país económicamente enfermo con una masa de trabajadores cada vez más ineficiente, enferma y desposeída de todos los derechos, expoliada y tratada indignamente, humillada en su salud y en su condición humana. La concausa en el daño laboral Si bien la LRT no contempla concausa, este término sigue siendo introducido por médicos laborales y abogados del foro laboral. Para Rubinstein49 la teoría de concausa y su concepto no nace en el Derecho del Trabajo, sino en el Derecho Penal. Según este autor, en el daño laboral “es importante considerar la relación causalidad para fundamentar la relación jurídica”. Bosch reafirma esto: “la causa condiciona la responsabilidad del agente y precisa la relación jurídica entre causa y daño”. La relación causal es una relación o nexo directo entre lo que produce el daño y en daño en sí. Pero cuando al hecho directo o autor del daño, se une un factor ajeno a él, pero que agrava sus consecuencias, al factor agregado a la causa se denomina concausa o factor concausal.50 Rojas distingue entre: concausa preexistente: concausa anterior al hecho e ignorada por el agente concausa sobreviniente: es un factor agregado con posterioridad al hecho. El concepto de concausa preexistente es todo lo que hay en el damnificado antes de ocurrido el hecho o accidente laboral que genera una lesión o enfermedad. En especial, se habla de una disposición corporal particular (Hoffmann, Austria). En esta concausa preexistente entran los factores de riesgo, toda enfermedad preexistente, etc. La concausa sobreviniente es algo más difícil de explicar, pues para ser concausa tiene que ser independiente de la causa o sea un factor agregado a la causa. Normalmente lo sobreviniente al daño causado por el trabajo, son las secuelas mediatas o inmediatas. Las secuelas naturales no pueden ser catalogadas como concausa sobreviniente, puesto que es lo esperable de una determinada lesión. Para ser concausa que atenúe la culpabilidad, debe ser independiente más desde el punto de vista jurídico que médico. Por ejemplo una sobreinfección de una herida, si no es atribuible al objeto que provocó la lesión, sino a una mala praxis médica o a la falta de cuidado e higiene del damnificado, no podrá considerarse secuela natural sino concausa sobreviniente. De igual modo, si el damnificado no cumple los tratamientos médicos indicados para su afección y ésta se agrava o complica, no será secuela natural sino concausa sobreviniente. Toda concausa es a favor del acusado y es atenuante de la obligación legal pertinente, en este caso, el grado de incapacidad y/o monto de indemnización. Toda concausa disminuye el grado de incapacidad real, para transformarla en incapacidad relativa o efectiva (efectiva no en el sentido de incapacidad en sí, sino en el sentido de las consecuencias legales de la indemnización). Por esto es muy importante que el médico laboral sepa y pueda establecer debidamente las relaciones causales y concausales. Rubinstein clasifica a las concausas en: 1. concausa anterior, previa o preexistente: acá hace una referencia específica a una predisposición para una afección ignorada o latente en el damnificado, que se evidencia con el infortunio 49 50 LAS INCAPACIDADES LABORATIVAS, (8): 65, 3ª edición, Edit. Dipalma, Bs. As. 1990 Nerio Rojas, MEDICINA LEGAL, op. Cit. (5):65-66 Antonio Paolasso – INFORTUNIO Y MEDICINA LABORAL 82 2. concausa simultánea: es la que no estaba con anterioridad al infortunio, sino se presenta en el momento del infortunio, en forma simultánea al mismo, paralela al evento dañoso y constituyen el típico factor concausal 3. concausa posterior o sobreviniente: son factores perturbadores para la evolución favorable de la lesión o infortunio que se presentan después del daño consumado y constituyen un perjuicio en la salud del trabajador 4. concausa emergente y concausa convergente: la concausa emergente es la que “tiene responsabilidad jurídica porque se identifican con el efecto” y la concausa convergente es la que “no tiene responsabilidad jurídica, por cuanto no es posible cargar al agente causal con los estados morbosos del estado anterior o posterior del accidentado y porque no mantienen los postulados de causa a efecto” .51 Rubinstein no distingue entre concausa posterior y secuela y esto es importante porque la secuela natural no es concausa sino efectos previsibles de la causa o, a lo sumo, actuaría como concausa emergente. Sólo es concausa convergente cuando las secuelas o la preexistencia no tienen relación directa con la causa. El mismo autor sugiere en un apartado de su obra como acción negativa en la evolución del accidente o enfermedad a: 1. 2. 3. 4. 5. intervenciones quirúrgicas deficientes altas médicas precipitadas carencia de elementales normas de higiene en los sanatorios asistenciales errores de la medicación falta de suministro de medicación, etc. Por otro lado, este autor confunde groseramente a la enfermedad – accidente a la que considera como enfermedad concausal. Si la enfermedad o la predisposición a la enfermedad es anterior al evento dañino, lisa y llanamente es concausa preexistente. Pero si la enfermedad surge directamente por acción del evento dañino, acá no hay concausa sino directamente causa. El error surge de seguir considerando la distinción entre enfermedad profesional y enfermedad emergente por causa del trabajo. Si la enfermedad emergente no es una enfermedad propia del trabajo sino que puede ser causa por agentes ajenos al trabajo, cuando se produce en ocasión del trabajo, se convierte lisa y llanamente en enfermedad emergente por causa del trabajo. Un lumbago o lumbalgia puede ser producida por diferentes agentes etiológicos, pero si la causa es el sobreesfuerzo laboral o una posición viciosa (acción antiergonómica) o un traumatismo directo (macrotraumatismo) o repetitivo, acumulativo o microtraumatismo, en ambos casos lumbalgia postraumática, sólo cuando se convierte en crónica, hablamos de enfermedad accidente. Como dijimos anteriormente, siempre hay que apelar al sentido común para interpretar un evento dañino o infortunio: si un trabajador o profesional no presenta signos o síntomas por algo latente y lo latente se hace patente en virtud del infortunio, guste o no, el infortunio es la causa o agente desencadenante inmediato. Y si el infortunio se debe al trabajo o en ocasión del mismo, directamente el trabajo es la causa del infortunio y su consecuencia (lesión o enfermedad). Pretender deslindar responsabilidades por presuntas latencias, es convertir a la consecuencia o daño laboral en una entelequia que está con un criterio en la mente del perito médico, con otro criterio en el responsable del hecho y su abogado defensor y puede llegar a estar con criterios distintos a éstos, en la mente del juzgador o juez. Por esas razones lo mejor para todos es 51 Dedomenici - LA CONCAUSA EN ACCIDENTES DEL TRABAJO, Rev. de Medicina Legal y Jurisprudencia Médica, Rosario, 1943 83 Antonio Paolasso – INFORTUNIO Y MEDICINA LABORAL considerar las cosas tal cual se presentan: un damnificado antes del daño no tenía lesiones y sí las tiene después del daño. Luego, el daño es causa directa de la lesión. Los otros factores pueden concurrir o no a agravar el daño, pero el hecho de que estén presentes no significa que obligadamente agravan el daño y por lo tanto eximan o disminuyan la responsabilidad sobre el daño causado. Precisamente por creer que la concausa elimina la responsabilidad sobre la causa del daño, emerge la teoría de la indiferencia de la concausa. Esta teoría confirma que a pesar de que el trabajador puede tener predisposición física o psíquica para contraer determinadas afecciones, los diversos factores ambientales, físicos, químicos, radiactivos, etc. que se generan en el trabajo, incluyendo los accidentes y las enfermedades profesionales, pueden servir para poner de manifiesto una secuela incapacitante, ya sea que la predisposición se mantuvo oculta o ignorada y el factor generativo fue determinante de la agravación o aparición del estado patológico, que se hallaba latente. Acá hay algo muy importante a tener en cuenta en los litigios que requieren la presencia de un perito médico: el juicio sobre indiferencia de la concausa es de carácter netamente jurídico, pero la calificación de causa o de concausa es materia pertinente al médico. El médico es quien califica de causa o concausa y el juez deberá decidir, una vez que se diagnosticó concausa si rige o no la teoría de indiferencia de la concausa. Dijimos que la concausa se origina en el Derecho Penal, pero se incorpora al Derecho Laboral y también lo está en el Derecho Civil. En este sentido, la tratadista del Derecho Civil, Dra. Kemelmajer de Carlucci dice:52 “en el derecho común, en principio, sólo se responde por el daño causado; consecuentemente no rige la tesis de la indiferencia de la concausa. Sin embargo, la indiferencia concausal fue sostenida, en excelente fallo, por el juez Schiffrin (...). El magistrado afirma que cuando concurren culpa y riesgo no hay que aceptar la tesis de Llambías según la cual el culpable sólo responde de lo que a él se le puede imputar y no de las otras consecuencias, porque esto supone una incursión en el campo de la culpabilidad y no en el de la causalidad”. De todos modos, aunque haya concausa preexistente, Bramante Jáuregui53 considera al trabajo como causa ocasional eficiente o desencadenante, lo que no exime de culpabilidad a la enfermedad emergente (es culpable y no puede hablarse de enfermedad inculpable). En este sentido De Cupis54 es cortante cuando afirma “la distinción precedente es de fundamental importancia, ya que cuando existe interrupción del nexo causal, la responsabilidad del agente cesa, mientras que en la hipótesis de concausa la responsabilidad del agente subsiste, aunque ella atenuada por la presencia de causa concurrente”. Jurisprudencia y concausa. Confusión y exclusión de enfermedades-accidente La jurisprudencia ha considerado a la concausa por predisposición como “hecho previsible”, lo que obliga al empleador a aumentar el esfuerzo por detectar la predisposición y, en ese caso, evitar colocar al trabajador predispuesto, en ocasiones de riesgos para esa predisposición. No tomar este recaudo, le hace responsable del daño emergente.55 En referencia a la enfermedad-accidente o enfermedad por el trabajo, en autos caratulados “ARRIETA, HUGO SENON C/ MANUEL BARRADO” y “PANTOJA DARDO ALONSO C/ MANUEL BARRADO) (Tribunal Colegiado de la Sala Décima del Trabajo) se dictamina: Debe quedar en claro que el sistema previsto en la ley 24557 rige exclusivamente para aquellas enfermedades del trabajo que figuran en la nómina o listado de enfermedades a que hace referencia el Art. 6 lo que no 52 Publicado en El Derecho: 5, Bs. As. 23/12/91 MEDICINA LEGAL DEL TRABAJO: 28, Edit. El Ateneo, Bs. As. 1950 54 (citado por Goldenberg en su obra LA RELACIÓN DE CAUSALIDAD EN LA RESPONSABILIDAD CIVIL) 55 Rubinstein LAS INCAPACIDADES LABORATIVAS, op. cit.: 28 53 84 Antonio Paolasso – INFORTUNIO Y MEDICINA LABORAL significa que aquellas enfermedades con nexo causal en el trabajo, no contempladas en dicha ley ni en su listado, no tengan posibilidad de resarcimiento alguno por otra vía legal. Es más, el apartado 3 del Art. 6 de referencia, al establecer el régimen de exclusiones, no contempla esa hipótesis y además el hecho de los casos contemplados como excluidos no significa que quien se considere perjudicado por acción u omisión de otro, o responsabilidades objetivas, no pueda ejercer las acciones pertinentes, tal como se pretende establecer en el Art. 39, inc. 4 Resulta irrazonable sostener que las enfermedades no contenidas en la lista no pueden ser resarcibles, resultando inconstitucional la negación al derecho de obtener reparación de un daño que es imputable a una persona, por el hecho de que la misma esté vinculada al damnificado por una relación de dependencia. Resulta importante tener en claro la confusión que ha regido para muchos médicos de considerar como concausa a enfermedades excluidas de listado y ocurre que cuando se reclama reparación del daño de las mismas se las considera extrasistémicas, es decir, fuera del sistema contemplado por la ley 24557, por lo que dicha ley no resulta de aplicación directa. Con las modificaciones lo que se ha acotado es que la reparación solamente pueda ser del tipo tarifado y no de reparación integral, cuando de enfermedades del listado se trate. Por tanto no sólo son resarcibles en forma tarifada los daños previstos en el Art. 6 de la ley 24557 sino y además los que devienen por daños en los términos del Art. 75 de la LCT. La expresión “daños”, previstos en el Art. 6 de la LRT en modo alguno limita la posibilidad de que se reclamen daños derivados del incumplimiento a otras leyes tales como el previsto en el Art. 75 de la LCT, por incumplimiento de la ley de Higiene y Seguridad. Cuando quedó probada la existencia de daño en la salud física del accionante y su relación de causalidad existente entre el daño sufrido y la actividad laboral y no existiendo culpa de la víctima o de un tercero, inexorablemente la demandada resulta ser imputable y responsable del daño del actor merced al imperativo presuncional de la norma, propio de la naturaleza jurídica, de la responsabilidad objetiva y extracontractual y son aplicables los artículos del C.C. en lo referente a la responsabilidad de quien por culpa o negligencia ocasione un daño a otro. El daño moral debe ser receptado por resultar de las consecuencias de las enfermedades aptas para producir inseguridad con su correlato de sufrimiento. Toda ley que impidiese el ejercicio de las acciones para el reclamo de dichos derechos, violaría inexorablemente lo dispuesto por los artículos 14 bis, 16, 17, 19 y 75, inc. 22 de la C.N. y de los tratados internacionales con jerarquía constitucional, pues por una parte afectaría el derecho de la propiedad del trabajador al impedirle el incremento de su patrimonio basado en un derecho legal y legítimo. Por otro lado, se eximiría a la otra parte, el empleador, de responder de los daños que causare, discriminación no compatible con los principios esenciales de la C.N. El Art. 6 de la LRT inc. 2°, párrafo final, al eximir de responsabilidad civil a los empleadores frente a los trabajadores y los derechos-habientes, por las enfermedades no incluidas en el listado, es inconstitucional porque viola el derecho de igualdad ante la ley e impide el acceso a la justicia violando el Art. 18 de la C.N. Sin embargo, la injusticia de la exclusión expresa de lesiones o enfermedades ocasionadas por el trabajo fue tan inmensa y notoria, que en 2000 el gobierno dio un giro engañoso mediante la emisión de los decretos 1278/00 y 410/01 donde abiertamente reconoce el error de la Tabla Dcto. 659/96 de excluir las enfermedades accidentes y declara que las mismas son indemnizables. Pero comete una trampa perversa al determinar que la inclusión de las lesiones ocasionadas por el trabajo sólo es patrimonio de las Comisiones Médicas; y que dichas lesiones únicamente puede ser evaluadas por el Baremo Oficial. Si las Comisiones Médicas no suelen reconocer las lesiones incluidas en la Tabla menos van a tender a introducir las que están fuera de ella y así ocurre en la realidad, pues ningún dictamen de la Comisión Médica de Mendoza incluye los Dctos. 1278/00 y 410/01. 85 Antonio Paolasso – INFORTUNIO Y MEDICINA LABORAL Por otro lado, el Baremo Oficial, por ley, está confeccionado para ser aplicado al régimen previsional y da prioridad a enfermedades orgánicas más que a lesiones traumáticas. No contempla fracturas ni las secuelas emergentes por traumatismos y microtraumatismo y, en consecuencia, como no es un baremo para indemnizar, excluye más del 80% de las enfermedades-accidentes y, en ese sentido, es más incompleto que la Tabla Dcto. 659/96. No obstante, los decretos 1278/00 y 410/01 tiene el valor legal de reconocer que las lesiones y enfermedades excluidas de la tabla Dcto. 659/96 deben ser igualmente indemnizables y en ese sentido deben emplearse para sentar jurisprudencia. Los riesgos laborales La RAE define a riesgo como la “contingencia o proximidad de un daño. Cada una de las contingencias que puede ser objeto de un contrato de seguro” y contingencia es “la posibilidad de que una cosa suceda o no suceda”. La RAE utiliza a riesgo como contingencia en el sentido de probabilidad, posibilidad o proximidad de un daño. Hugo Rostagno56 define a riesgo como “posibilidad o probabilidad de que ocurra un suceso que tenga o pueda tener consecuencia adversas para algo o alguien”. A los riesgos del trabajo los define como “contingencias producidas por diversos agentes capaces de realizar un daño a la persona que trabaja”. Para LaDou (MEDICINA LABORAL), los riesgos profesionales “son los factores profesionales o ambientales que pueden ser la causa de enfermedad por ser potencialmente tóxicos o peligrosos para el trabajador que se expone a ellos en el sitio del trabajo”. Farreras-Rozman (MEDICINA INTERNA) define a riesgo como “la probabilidad que presenta una persona de adquirir y/o desarrollar una enfermedad (riesgo promedio, incidencia acumulada, riesgo de incidencia) cuando se expone a un factor de pronóstico de prevalencia de enfermedad (factor de riesgo)”. Queda así completado el concepto de riesgo y riesgo del trabajo o de la profesión en el sentido de que es un elemento que contiene las siguientes características: 1. es toda cosa que sea contingencia en el sentido de posibilidad o probabilidad de ser potencialmente causa de un daño (factor de riesgo) 2. que ese factor de riesgo se encuentre en el sitio de trabajo, entre los instrumentos o herramientas que usa el trabajador o en el ambiente en que realiza el trabajo o profesión 3. que el factor conlleve un pronóstico de prevalencia de daño o enfermedad 4. que el trabajador esté en condiciones reales de exposición a ese factor de riesgo 5. que todo factor de riesgo debe ser estudiado y conocido pues es un factor previsible por su carácter de pronosticable. Clasificación de los factores de riesgos Rostagno clasifica a los factores de riesgos en: 1. físicos: ruido, vibraciones, calor, radiaciones, humedad, presión, etc. 2. químicos: gases, vapores, polvillos (de origen mineral: sílice, asbesto; de origen vegetal: bagazo de caña de azúcar, algodón, carbón vegetal), humos (metálicos, etc.), etc. que causen efectos irritantes (ácido clorhídrico, ácido sulfúrico, amoníaco, cloro, etc.); efectos 56 LOS RIESGOS DE UN CUERPO HUMANO QUE TRABAJA, Córdoba, 1998 86 Antonio Paolasso – INFORTUNIO Y MEDICINA LABORAL asfixiantes (hidrógeno, nitrógeno, helio, metano, acetileno, etc.) y efectos anestésicos (solventes orgánicos, butano, propano, aldehídos, acetonas, benceno, xileno, tolueno, etc. 3. biológicos: virus, bacterias, bacilos, parásitos y hongos 4. ergonómicos: sobreesfuerzos físicos intensos (trabajo físico pesado), levantamiento incorrecto y transporte manual de un peso, posturas inadecuadas (posturas incorrectas y en posiciones incómodas), control rígido de productividad, imposición de ritmos excesivos, trabajo en turno nocturno, jornada de trabajo prolongada, monotonía, repetitividad, estrés psicofísico, etc. 5. de accidentes: herramientas inadecuadas o defectuosas, máquinas o equipamientos sin protección, iluminación inadecuada, electricidad, probabilidad de incendio, almacenamiento inadecuado, etc. A estos factores hay que agregar: 1. factores ambientales naturales (dentro de los factores físicos) como es trabajar a la intemperie y exponerse a lluvias, frío, nieve, tormentas, aluviones, etc. Estos factores afectan a policía, bomberos, trabajadores viales, trabajadores en mantenimiento de líneas y cauces, guardabosques, taladores de bosques, obreros rurales, etc. La lista de los trabajadores en la intemperie es muy larga. Sólo basta que entre los datos de antecedentes figure la constancia del dato de que se trabaja en condiciones de intemperie (a cielo descubierto, sin techo ni otro reparo alguno, con destemplanza o desigualdad del tiempo) 2. Igualmente deberían tenerse en cuenta dentro de los riesgos laborales o profesionales el distrés mental o psíquico que pueden provocar: Las relaciones interpersonales conflictivas u hostiles con superiores y/o compañeros de trabajo el riesgo de daño físico o muerte (profesiones como la de bomberos, policía, militares, etc.) no previsible ni prevenible. las frustraciones laborales (salario bajo, horario extenso, falta de promoción, inestabilidad o precariedad laboral, etc.) el distrés crónico que puede llegar a despertar impulsos hostiles u homicidas (el que conduce profesionalmente vehículos en un tránsito caótico y desordenado como es el caso de chóferes de colectivos, ambulancias, taxis, remises, etc., el trabajador afectado por fatiga crónica por tener horarios discontinuos o tener que mantener dos o más empleos simultáneamente, etc.) Tipos de incapacidades laborales Ernesto Krotoschin57 expone que las incapacidades laborativas son un tema de profundo interés humano y jurídico y más amplio de lo que se supone. Ha sido tratado someramente en la doctrina a pesar de las variadas referencias en la legislación anterior y actual y las múltiples consecuencias que determinan la relación laboral y la situación del trabajador. Hay que considerar los presupuestos fácticos de las incapacidades, sus diversas derivaciones jurídicas, de derecho laboral y de derecho civil, pero, de sobremanera, todo lo relativo al campo de la seguridad social. Las incapacidades laborales no interesan sólo al derecho del trabajo, sino que motivan modalidades de seguro social (jubilación o pensión por invalidez, asignaciones familiares, etc.) 57 en el prólogo del libro del Dr. Rubinstein, LAS INCAPACIDADES LABORATIVAS Antonio Paolasso – INFORTUNIO Y MEDICINA LABORAL 87 A su vez, el propio Rubinstein, en la introducción del libro, recalca que la nueva era tecnológica no hizo desaparecer los riesgos de los infortunios laborales y de las enfermedades profesionales, razón por la cual las incapacidades del trabajo continúan siendo un fenómeno social que repercute notablemente en el mercado del empleo. En esto influyen causas socioculturales y ambientales donde los factores de riesgos (que nosotros analizamos en el parágrafo anterior) tienen influencia decisiva en las incapacidades laborativas. A pesar de las leyes de prevención que se dictan y las previsiones y estudios de las Naciones Unidas, las condiciones y el ambiente de trabajo no mejoraron lo suficiente como para disminuir en forma ostensible el número de incapacitados entre los trabajadores. Nuestra Constitución Nacional no menciona expresamente el derecho a la atención de la salud del trabajador (ni de la población en general), un craso error que debe ser corregido por los legisladores por su importancia para el resguardo de la salud de la población. Las incapacidades laborales son parte del derecho a la atención de la salud y por eso deben figurar en todos los planes y proyectos, la prevención de la incapacidad, la rehabilitación de la misma (a lo que nosotros agregamos: con su correspondiente indemnización por daño, sobre todo cuando la rehabilitación no repara la incapacidad) y la participación plena de los discapacitados en la vida social, con igualdad de oportunidades. La clasificación de las incapacidades o tipos de incapacidades la hace Rubinstein, basado en la clasificación de Hernáinz Márquez: 1. Incapacidad total 2. Incapacidad parcial 3. Incapacidad temporal 4. Incapacidad permanente 5. Incapacidad permanente parcial 6. Incapacidad temporal parcial 7. Incapacidades permanentes alterables 8. Incapacidades permanentes inalterables 9. Incapacidades totales o parciales continuadas o intermitentes 10. Incapacidades fisiológicas y psíquicas 11. Incapacidades instantáneas y diferidas 12. Incapacidades múltiples simultáneas monofuncionales, polifuncionales y mixtas 13. Incapacidades múltiples sucesivas 14. Incapacidad específica 15. Incapacidad genérica Otra clasificación es la dada por Manuel Osorio:58 1. 2. 3. 4. 5. Invalidez física Invalidez profesional Incapacidad de ganancia por la importancia de la lesión o afectación: leve, grave y gravísima por los órganos afectados pueden ser incapacidades visuales, auditivas, locomotoras, estéticas (desfiguración de rostro) etc. 6. por su cobertura se destacan las incapacidades indemnizables y las no indemnizables. Marc considera que las incapacidades permanentes reconocidas por legislación pueden ser: 58 MÉTODOS DE VALORACIÓN DE INCAPACIDADES POR ACCIDENTES DEL TRABAJO, Rev. de Ciencias Económicas Antonio Paolasso – INFORTUNIO Y MEDICINA LABORAL 88 1. incapacidad laboral 2. incapacidad vital o gran invalidez Fernando Pastorino sostiene que la invalidez puede ser: 1. específica 2. genérica Otros autores señalan sólo tres formas de incapacidad: física profesional general Borrajo Dacruz ensaya una clasificación que hace distinción de diferentes incapacidades según su origen: 1. 2. 3. 4. 5. incapacidad laboral por accidente de trabajo incapacidad laboral por enfermedad profesional incapacidad laboral por invalidez incapacidad laboral por vejez o senilidad incapacidad laboral por enfermedad Incapacidad total Sería la que priva completamente de la aptitud para realizar tareas profesionales o laborales. Dentro de esta categoría se destacan dos tipos de incapacidad total: 1. incapacidad total propiamente dicha: que es la referida al cercenamiento completo de la aptitud laboral para las tareas desempeñadas con habitualidad 2. incapacidad total absoluta: o restricción completa de la aptitud laboral para el ejercicio de todo tipo de trabajo o tarea o profesión. Esta incapacidad involucra el caso particular en que el trabajador requiere la colaboración de otra persona para desenvolverse en las necesidades de la vida diaria. A esta incapacidad que requiere asistencia de terceros, se la denomina también superinvalidez, invalidez agravada o gran invalidez. Se considera incapacidad total cuando alcanza o supera al 66% de la total de la capacidad obrera. Incapacidad parcial Es la que limita o disminuye parte de la aptitud para el desempeño en las actividades laborales. Se considera parcial cuando la incapacidad no alcanza al 66% de la total de la capacidad obrera, siendo inferior a esa cifra. Tanto las incapacidades totales o parciales pueden ser continuadas o intermitentes. Son incapacidades totales o parciales continuadas cuando no sufren ninguna modificación, alteración o cambio con el transcurso del tiempo. Son incapacidades totales o parciales intermitentes cuando varían con el tiempo agravando, mejorando, desapareciendo y recidivando. La intermitencia puede ser periódica o regular 89 Antonio Paolasso – INFORTUNIO Y MEDICINA LABORAL cuando las variaciones son constantes y previsibles e irregulares cuando son variaciones no previsibles e inconstantes. Incapacidad temporal Comprende la limitación de las funciones o capacidad laboral dentro de un lapso o tiempo determinado, cuando la duración de la incapacidad puede ser mayor o menor que el período medio calculado para una determinada afección o dolencia. Pero la condición ineludible es esa: la lesión siempre cura con restitución completa (restitutio ad integro). Dentro de la incapacidad temporal podemos considerar incapacidad temporal parcial que se produce cuando hay restricción o disminución de parte de la aptitud laboral del trabajador y limitada en el tiempo con mayor o menor extensión en el mismo pero que termina curando. La incapacidad temporal total es cuando hay impedimento completo de la aptitud laboral en un tiempo limitado, de extensión variable y que cura transcurrido el mismo. Incapacidad permanente En la conceptuación de esta incapacidad debe tenerse muy especial cuidado en la forma en que tradicionalmente se la ha definido: limitación de las aptitudes laborales en forma irreversible y para siempre. ¿Por qué conviene hacer una distinción entre permanente e irreversible? Porque hay lesiones que teóricamente son consideradas temporales, pero que en algunas personas no se cumple la propiedad de temporalidad y se extienden en el tiempo, más allá de toda previsión llegando en determinados casos a ser irreversibles. Hasta tanto esas lesiones no sean categóricamente irreversibles pero se prolonguen por períodos de muchos años les cabe, dentro de la concepción de la denotación de la palabra permanente, el carácter de permanencia, sin que esto signifique irreversibilidad. Según la RAE permanecer es “mantenerse sin mutación en un mismo lugar, estado o calidad. Estar en algún sitio durante un cierto tiempo”, permanencia es “duración firme, constancia, perseverancia, estabilidad, inmutabilidad. Estancia en un lugar y sitio” y permanente es lo “que permanece”. Es evidente que entre el concepto de Hernain Márquez, adoptado por Rubinstein y las leyes laborales y el verdadero significado de la palabra, hay una diferencia fundamental porque permanente es lo que “durante un cierto tiempo” y no lo que los tratadistas y la legislación han tildado de “irreversible59 y para siempre”. La tergiversación de deformar el significado de permanente con la connotación de irreversibilidad aleja a la palabra de su sentido real y etimológico. No había necesidad de agregar la irreversibilidad al concepto de permanente, cuando lisa y llanamente se podría hablar de incapacidad irreversible, para diferenciar la incapacidad permanente que es la que simplemente permanece en el tiempo hasta el momento en que se evalúa, pero que de ninguna manera tiene la certidumbre de ser temporal o irreversible, hasta que dichas condiciones se cumplan. No siempre la permanencia de una incapacidad la hace irreversible y ésta es la excepción que invalida la pretendida regla de que permanencia es igual a irreversibilidad. Tan confusa ha sido la clasificación de permanente como algo irreversible, que la excepción que hemos comentado debe obligar a los tratadistas a hablar de incapacidades permanentes alterables e inalterables. ¿Qué es esta incongruencia? ¿No era que permanente es irreversible y para siempre? Esta aseveración le da el atributo de irreversibilidad a una lesión, es decir, de inalterabilidad absoluta. El hecho de admitir que una lesión “irreversible” puede mejorar “sin que ello influya en su denominación de permanente” es una verdad relativa, pero es falsedad cuando se pretende que lo irreversible es reversible parcialmente. La irreversibilidad no admite dicotomías: una lesión o es irreversible o es reversible (y acá se puede hablar de reversibilidad total o parcial, es decir queda un resto de lesión permanente). Para evitar las 59 Según la RAE irreversible es lo que no puede ser reversible, es decir, lo que no puede volver a un estado o condición anterior 90 Antonio Paolasso – INFORTUNIO Y MEDICINA LABORAL “fluctuaciones” y “baches” del lenguaje, conviene volver a los criterios lógicos e incontrovertibles: permanente es todo lo que permanece durante un tiempo, irreversible es lo que no vuelve para atrás y es para siempre y lo reversible puede ser parcial o total. Si hay reversibilidad total se habla de incapacidad temporal, pues se supone que al ser completamente reversible es cuestión de un determinado lapso (cantidad de tiempo), si hay irreversibilidad se habla de incapacidad irreversible que puede ser parcial o total y si hay incapacidad reversible parcial, se habla de incapacidad permanente. Naturalmente lo irreversible, también es permanente pero hay que agregar lo de irreversible para concretar que el tiempo de permanencia es “para siempre”. ¡Y lo irreversible no es alterable! (a menos que cambiemos el significado absoluto de las palabras y armemos un lenguaje connotativo sui generi que sólo produce confusiones del tipo Babel). Debemos realizar una aclaración muy importante: la incapacidad reversible temporal no significa que dura un corto tiempo. Puede durar meses o años. Cuando la temporalidad se extiende en el tiempo (cronicidad) la incapacidad laboral por el daño económico debe ser indemnizada. No puede aducirse, como lo hacen las ART que hay que esperar que una incapacidad se consolide o cumpla su etapa temporal. Cuando ha permanecido por años, mientras dure, debe ser indemnizada, pues priva al trabajador de ejercer su actividad laboral. Iterando, toda incapacidad se indemniza, aún la temporal prolongada. Nerio Rojas (MEDICINA LEGAL) propone más racionalmente, que toda lesión que se prolonga más allá de un año sea considerada permanente y su evolución posterior le dará o no el carácter de irreversible. Nosotros proponemos que incapacidad permanente es todo daño que disminuya anatómica o funcionalmente lo físico (órgano, aparato o sistema) y lo psíquico, por períodos medidos en años y que supere más de un año de estancia. Ya hemos dicho que las incapacidades permanentes pueden ser parciales o totales y debemos entender por incapacidad permanente parcial a la incapacidad permanente que limita en parte a las funciones laborales o capacidad laboral. De igual modo hay una incapacidad permanente total que es la que impide en forma completa la función laboral o supresión de toda la capacidad laboral. Queda por último analizar las incapacidades permanentes denominadas alterables e inalterables. Esto se refiere a la evolución de las lesiones incapacitantes las cuáles pueden crónicas y progresivas. Cuando tienen estos caracteres hablamos de incapacidad permanente alterable, las que dentro de su permanencia pueden progresar o retroceder algo en su evolución. Son lesiones de progresos fluctuantes que pueden avanzar o agravarse o retroceder y mejorar parcialmente. Esto permite que una incapacidad parcial se convierta en total y viceversa. La incapacidad permanente inalterable es la que no oscila con el paso del tiempo y si es total o parcial, así queda definitivamente. Salvado con esta digresión lo que consideramos muy importante para el uso del término permanente, seguiremos con las clasificaciones de las incapacidades. Incapacidades fisiológicas (funcionales) y psíquicas Según las describe Hernáinz Márquez es una clasificación confusa porque atribuye al término fisiológica el carácter de alteración anatómica. Según la RAE fisiológico, ca es lo “perteneciente a la fisiología” y fisiología es “el estudio de las funciones de los seres orgánicos”. Igual sentido le atribuyen los diccionarios médicos Dorland, Melloni y Salvat. La parte anatómica corresponde a la anatomía. Lo más lógico es hablar de incapacidades físicas y psíquicas e incapacidades físicas pueden ser incapacidades físicas fisiológicas o funcionales que es cuando se afectan o limitan las funciones del aparato locomotor, de un órgano o sistema, mientras que incapacidades físicas anatómicas son las referidas exclusivamente a las estructuras locomotoras (huesos, músculos, nervios, etc.), órganos, aparatos o sistemas. Es decir, se daña una estructura o un tejido. Las incapacidades psíquicas son las que provocan alteraciones o trastornos de las funciones psíquicas produciendo patologías psicológicas o psiquiátricas. No afecta a los nervios como se afirma en el tratado de Rubinstein pues los nervios son estructuras anatómicas. Esto se debe a que vulgarmente a los enfermos mentales o psíquicos se les tilda de “enfermo de los nervios” debido a que presentan “nerviosismo”, pero en realidad las enfermedades físicas no alteran a los nervios en sí sino a las estructuras mentales que residen en el sistema nervioso central (encéfalo) y a través de ellas alteran la función periférica. 91 Antonio Paolasso – INFORTUNIO Y MEDICINA LABORAL Incapacidades instantáneas y diferidas En realidad esto significaría que la incapacidad instantánea es la capacidad inmediata (incapacidad temprana), es la que se presenta junto con la lesión, apenas ésta se produce. La incapacidad diferida es la incapacidad mediata (incapacidad tardía) que aparece después de algún tiempo de producida la lesión y se va manifestando lentamente a causa de las tareas realizadas. Es una incapacidad de aparición tardía. Incapacidades múltiples Hay dos tipos de incapacidades múltiples: las incapacidades múltiples simultáneas o conjuntas que son las producidas por un mismo accidente o factor de riesgo y afectan varias partes distintas de una misma región corporal o de un sistema, órgano, miembro o aparato (por ej. Afecta la cabeza y da lesiones de cráneo o cara y lesiones psíquicas) y se denominan monofuncionales o diferentes regiones del organismo porque afecta a más de un sistema, órgano, miembro o aparato y en este caso son polifuncionales. En cambio serán mixtas cuando abarquen incapacidades mono y polifuncionales simultáneamente. Las incapacidades múltiples sucesivas son las derivadas de dos o más accidentes o enfermedades ocurridas en hechos o circunstancias distintas. Incapacidades específica y genérica Una incapacidad genérica es la incapacidad que involucra la total obrera en sí, es decir, es una incapacidad para todo tipo de trabajo, que involucra cualquier clase de actividad o tarea laboral. Es la que genera la invalidez física (Ossorio) En realidad lo que se denomina también incapacidad física, en realidad es una incapacidad global porque no sólo afecta lo físico como engañosamente puede inducir a pensar el término físico, sino que también comprende a lo psíquico o mental y a lo funcional y anatómico. La incapacidad específica es la que se desarrolla expresamente para la actividad que habitualmente desarrolla el trabajador o sea, una determinada actividad. Es asimilable a la invalidez profesional (Ossorio) pues, además, tiene una vinculación de causa a efecto. Incapacidad de ganancia Es la que tiene en cuenta solamente la limitación en los ingresos del trabajador en sus tareas habituales, sin considerar otros factores, ya sean físicos o profesionales. También se le denomina incapacidad general cuando la gravedad es de tal envergadura y entidad que hace que el trabajador esté completamente imposibilitado de realizar actividades para obtener ingresos o ganancias que le permitan el sustento por sí. Grados de una incapacidad Una incapacidad puede tener diferentes grados de gravedad y así ser: leve: gravedad mínima o de muy tenue invalidez leve a moderado: grado intermedio en que tiende a ser un poco más grave que la leve pero sin ser totalmente moderada moderada: el grado de gravedad que sigue a leve pero no es grave ni tiende a la gravedad. Produce invalidez apreciable. moderada a grave: grado intermedio en que la incapacidad tiende a ser un poco más grave que la moderada pero sin ser totalmente grave 92 Antonio Paolasso – INFORTUNIO Y MEDICINA LABORAL grave: es de mucha importancia y cuidado. Produce gran invalidez gravísima: es de gravedad extrema o suma gravedad, postrante e invalidez total o absoluta Incapacidad por deshabilidad Mc Bride (o Mac Bright) ha empleado un método para evaluar incapacidad que involucra el rendimiento, la eficiencia y, en algún modo, la posibilidad de tener acceso o no a una fuente laboral, según las probabilidades de aprobar, o no, un examen de ingreso. Es decir, un trabajador puede no ser un incapaz total, pero sí tiene afectada su eficiencia y rendimiento porque ha perdido velocidad o presteza, coordinación de movimientos, seguridad para el trabajo, la resistencia o energía, la capacidad de vigilancia o preocupación, la vitalidad o vigor, etc. lo que significa que está involucrada su habilidad60 la que se encuentra restringida o disminuida sensiblemente, por lo que se dice que tiene deshabilidad para trabajar. Esta deshabilidad contempla el rendimiento, la eficiencia, la velocidad, la destreza, etc. Incapacidades indemnizables y no indemnizables Una incapacidad puede merecer una indemnización o no. En el caso de que merezca ser indemnizada o incapacidad indemnizable, esto está relacionado con lo que se ha dado en llama enfermedad o accidente culpable, lo que significa que la incapacidad es generada por un daño atribuible al trabajo y que debe ser indemnizado. Contrariamente la incapacidad no indemnizable, es lo relacionado con enfermedad o accidente inculpable, que es lo que no tiene relación alguna con el trabajo realizado y por lo tanto no debe ser indemnizada. Determinación de las incapacidades por hechos y Derecho En materia civil se ha definido el hecho jurídico como “un acontecimiento cualquiera” o como “una circunstancia a la cual el ordenamiento jurídico vincula el surgimiento de consecuencias jurídicas”. En las incapacidades laborales, la situación fáctica no nace de un acontecimiento cualquiera sino que se genera dentro del ámbito de trabajo o de las relaciones laborales. Con excepción del accidente in itinere, los infortunios laborales tienen: un factor topográfico consecuencias de ese hecho o disminución de la capacidad o aptitud laboral del trabajador una cuestión técnica que es la determinación de la invalidez o incapacidad pero que es regulada por normas jurídicas encargadas de encuadrar dicha incapacidad dentro de las calificaciones legales. la indemnización del daño o incapacidad. Para determinar la incapacidad, las leyes laborales establecen tres etapas: 1. la ubicación exacta de las lesiones derivadas del accidente o enfermedad profesional (listado de enfermedades) 2. la forma e intensidad en que esas lesiones o enfermedades influyen en la capacidad del obrero para seguir desempeñándose en la profesión o trabajo habitual que desarrollaba en el 60 Según la RAE, habilidad es “capacidad y disposición para algo”. En general, al definir otras habilidades en todas ellas la RAE resalta la destreza. 93 Antonio Paolasso – INFORTUNIO Y MEDICINA LABORAL momento del infortunio o de la aparición de la enfermedad profesional. Esto se le da categoría con la Tabla o Baremo de incapacidades 3. la conclusión de que si existe, o no, incapacidad y su calificación (si es total o parcial, permanente o temporaria, etc.) Como cuestión de hecho, estamos en presencia de un problema fáctico desvinculado de la aplicación del derecho a un caso concreto. Se trata de la búsqueda de lesiones o enfermedad para su posterior estudio y conocimiento de una eventual incapacidad laboral. Acá es primordial distinguir entre la disminución de la capacidad o aptitud para el trabajo y la incapacidad laboral. La disminución de la capacidad es del resorte del médico quien comprobará por examinar al afectado, el que puede observar que al problema físico o psíquico, nacido de un infortunio determinado, se sumará a otros factores integrados de la incapacidad. Sin embargo, la incapacidad laboral, más que una respuesta médica, es el producto de una valoración jurídica realizada por la magistratura laboral (fuero laboral) o, en otros casos, por los órganos administrativos competentes. Pero como la disminución física o psíquica es parte inherente de la incapacidad, constituye un elemento esencial para su calificación, por lo que el experto médico no puede desatenderse totalmente de su opinión acerca de la incapacidad del trabajador, independientemente del criterio que adopte en definitiva el órgano jurisdiccional correspondiente (el dictamen del perito no es vinculativo). Pero la relación íntima entre disminución de la capacidad e incapacidad derivada no permite un análisis parcial o por partes de las mismas, con omisión de su conexidad, sino que contrariamente hay plena conexión entre una y otra. La disminución de la capacidad laboral está en función de la edad, el sexo, la profesionalidad, el salario, etc. (factores de ponderación) y de esta forma, en última instancia, disminución de la capacidad y factores de ponderación integran el concepto de incapacidad laboral. Para poder definir si es cuestión de hecho o de derecho, hay que aclarar que por un lado están las lesiones y enfermedades y por el otro, las secuelas de las mismas. Bartoluzzi61 afirma que las lesiones y enfermedades son de índole mutable y evolutiva y pueden presentar las siguientes alternativas o consecuencias: mejoría franca hasta su completa curación evolución favorable limitada e incompleta, sin que el individuo haya logrado sus condiciones normales anteriores agravamiento acelerado o lento, que puede llegar al desenlace fatal. La secuela es siempre secundaria, es la consecuencia de la enfermedad o lesión que la genera, con una continuidad biológica respecto del mecanismo que le da origen, pero independiente de éste si se la considera en su proyección socio-laboral. Pero desde el punto de vista de la capacidad laboral debe considerarse como disminución de la aptitud laboral, tanto para realizar las tareas que habitualmente desempeñaba el trabajador antes de la lesión, como para su capacidad laboral total (total obrera). Este concepto ubica a la secuela como incapacidad, por lo que se la involucra como factor preponderante de calificación. Esto genera dos etapas del proceso: 1. determinación efectiva de la existencia de incapacidad 2. calificación de esa incapacidad conforme a la ley vigente. En esto hay una aceptación plena del concepto que para fijar la incapacidad, el trabajador debe ser considerado como un todo orgánico-funcional (incapacidad integral) y no limitarse únicamente a la lesión sufrida. Incluso, a esto hay que agregar la ponderación sobre las tareas habituales, en forma independiente de su posible reintegro a las mismas y de la percepción del mismo salario que recibía con anterioridad al infortunio (recalificación laboral). El grado de incapacidad laboral es una cuestión de hecho, pero su 61 GRAVEDAD DE LA LESIÓN Y GRAVEDAD DE LA INVALIDEZ, Acta Médica de Córdoba: 12, 1964 94 Antonio Paolasso – INFORTUNIO Y MEDICINA LABORAL encuadramiento en una determinada categoría (absoluta y permanente, parcial y permanente o temporal, etc.) es una calificación jurídica, aunque tenga su origen en cuestiones fácticas que pudieran haberla precedido. Método de valoración de incapacidades Dictámenes médicos o pericias Por regla general los jueces del fuero laboral determinan las incapacidades laborales conformes a las reglas legales y de la sana crítica, aceptando o apartándose de los criterios emitidos en los dictámenes de peritos médicos, del Cuerpo Médico Forense y de otros organismos oficiales especializados en valorar incapacidades. Baremos o Tablas de Incapacidades Una de las formas habituales, es determinar las incapacidades mediante el uso de los denominados baremos o tablas de incapacidades que constituyen verdaderos sistemas de evaluación que sirven de guía, indicadores o como antecedentes para determinar el grado de incapacidad que corresponde a cada lesión o secuela en forma particular. El uso de un baremo determinado hace más objetiva la evaluación de una incapacidad y de ese modo, la tabla o baremo es el instrumento fundamental usado por el perito médico. Dado que la peritación es un medio de prueba (Devis Echandía), el baremo se transforma en la esencia de ese medio probatorio (Rubinstein). Aunque el juez no tenga los conocimientos científicos precisos del perito, con sus conocimientos básicos o comunes, puede y debe realizar una correcta valoración del informe pericial, conforme a las pautas suministradas por los adelantos científicos (medicina de la evidencia) y también por la metodología y razonabilidad del método y proceso usado por el perito, a los cuáles se agregan los métodos probatorios de una lesión mediante estudios complementarios, los que forman parte integral del informe pericial en forma natural. Los estudios que el perito agrega en autos nunca constituyen una introducción de prueba nueva, siempre y cuando estén referidos a las lesiones demandadas y sean compatibles plenamente con éstas. Frente a la labor pericial, el juez puede utilizar varios métodos de control, de los cuales Rubinstein destaca tres: 1. valoración de la autoridad científica del perito 2. incorporación al patrimonio científico comúnmente aceptado de los métodos por él empleados 3. solidez y razonabilidad de sus fundamentos y su coherencia lógica. Se han comprobado casos en que las pericias se encontraban bien fundadas en sus principios, con riguroso análisis científico para diagnosticar lesiones y secuelas, pero que cometieron errores groseros al considerar el grado de incapacidad, ya sea otorgando valores exagerados o negando la existencia de incapacidad. Ambos extremos no condicen con el principio de justicia y derecho, pues en un caso exagera la realidad, mientras que en el otro causa un daño al no saber evaluar una incapacidad y termina negándola. Por esto, es necesario que el perito señale concretamente el baremo utilizado y cite taxativamente el ítem que utiliza para evaluar, a fin de que las partes del juicio (actor y demandada) y el juez tengan elementos suficientes y claros para comprender a la pericia, formar juicio a los fines de una adecuada valoración. Aunque doctrinariamente se ha sostenido (y se sostiene) que no existe una prueba pericial, conviene, para no errar criterios, aceptar el otro punto de vista doctrinal que asevera que la prueba pericial es importante en el proceso y su utilidad para las tareas del juez, por lo que debe exigirse que esa pericia se ajuste en todos 95 Antonio Paolasso – INFORTUNIO Y MEDICINA LABORAL los aspectos a un procedimiento correcto y justo, evitando opiniones subjetivas, evaluaciones alejadas de la realidad o usando baremos no adaptados al caso en particular que se litiga. Si bien los baremos o tablas son elementos fundamentales de la pericia médica, de ninguna manera tienen prevalencia en sí mismas puesto que no deben interpretarse aisladamente, sino que debe ajustarse a cada caso en particular y la evaluación, además del baremo, debe basarse con todos los elementos del proceso. De esta forma se evitar beneficiar o dañar una de las partes. En caso de dudas, convendría aplicar el principio de naturaleza procesal: in dubio pro operario para nivelar desigualdades. Este principio es válido tanto para jueces como para peritos, por lo que Vázquez Vialard sostiene que debe determinarse el grado de incapacidad en función de la persona que sufre y no por simple aplicación en forma abstracta de determinadas tablas. Hay diferentes clases de baremos los cuales pueden más o menos generales o específicos, amplios o limitados, extensos o cortos, etc. Esto ocurre porque es prácticamente imposible que un solo baremo agrupe todos los casos de incapacidades. Por esa razón, los peritos deben usar un amplio número de los baremos aprobados en el medio judicial, e incorporados a la jurisprudencia. En el caso de Argentina, es usual tener verdaderos manuales de baremos como los editados por los Dres. Rubinstein y Álvarez Chávez o bien los baremos que diferentes tratadistas de Medicina Legal o de Medicina Laboral han propuesto (Basile, Bonnet, etc.) Recientemente se ha incorporado el Baremo General para el Foro Civil de los Dres. Altube-Rinaldi. Cuando el perito recurre a diversos baremos en un peritaje, el criterio válido es que busca graduar una incapacidad lo más aproximadamente posible al estado real del incapacitado, en sus condiciones de la disminución efectiva de su capacidad orgánica y funcional, tanto en lo físico como en lo psíquico. Pero la integración de baremos no debe dejar dudas de lo que se pretende decir o probar. El uso debe ser honesto, racional y veraz, pero por sobre todo, completamente claro y comprensible, aún para el más lego y de forma tal que la incapacidad no resulte de un simple cálculo frío aunque sea basado en reglamentaciones legales o baremos reconocidos, sino que también debe considerar la realidad económica y social para su determinación. Por ejemplo, para la determinación del daño ótico y auditivo, las tablas o baremos de la AMA como el método del Dr. Buniak y el Baremo de la ley federal del trabajo de Méjico, son tablas de un manejo complicado y de cálculos muy magros que sólo reconocen incapacidades muy severas. Por esta razón el Dr. Rubinstein no las hace aconsejables para aplicar en lo que él llama hipoacusias atípica, que son aquellas en que el afectado tiene un daño orgánico cierto y comprobado por audiometría, pero su intensidad no es tan grave como para privarle de la audición en forma severa sino que se transforma en una incapacidad para tonos altos y voz cuchicheada (hipoacusia tonal en el 4000 Hz) y piden que sean evaluadas por otros métodos.62 Esos cálculos de AMA y las otras tablas no dan incapacidad por hipoacusias leves o atípicas. La hipoacusia por ruido provoca incapacidad funcional auditiva (IFA) pero lo hace en distintos grados. El Dr. Basile, muy atinadamente no considera a las complicadas cuentas con los decibeles perdidos de audición en los distintos niveles de Hz., sino simplemente considera un porcentaje de audición definible en medios del porcentaje total (100% para audición normal) y así va considerando la capacidad auditiva que resta del daño (capacidad auditiva residual) la cual puede mayor o menor del 50% (menor del 50% de leve a mediana) (mayor del 50% de mediana a grave) Para terminar, como prueba contundente de la bondad de la Tabla del Dr. Basile (uno de los más prestigiosos especialistas en incapacidades laborales del país), se considera al daño en tres instancias: daño orgánico, daño funcional y el daño psicológico que toda 62 Dr. Rubinstein – CÓDIGO DE TABLAS DE INCAPACIDADES LABORATIVAS: 108, Editorial Depalma, Bs. As. 1996 96 Antonio Paolasso – INFORTUNIO Y MEDICINA LABORAL incapacidad inevitable conlleva. Esta es la única forma de evaluar real y efectiva: real porque existe y efectiva porque tiene algunos efectos. De otra forma no sería incapacidad El descuento porcentual Se ha establecido que cuando existen varias lesiones que determinan porcentajes de incapacidad distintos y numerosos, si la sumatoria de los mismos determina una suma excesiva que supera el 100% de la capacidad, esta situación ilógica se subsana apelando a métodos de cálculo llamados descuento porcentual que consiste en tomar la lesión de mayor evaluación y restarla de 100 y el resto de esta cuenta se multiplica por la evaluación de las lesiones que siguen en forma graduable. Por ejemplo, si se determina una lesión articular que se evalúa en un 40% una lesión psíquica de un 30%, una lesión neurológica de un 20% y una lesión orgánica de un 25%, a 100 se le resta 40 y los 60 que quedan se multiplica por la lesión que sigue en valor decreciente, en este caso, por 30 lo que determina un 18%. Luego se adiciona este 18% al 40% inicial y se obtiene un 58% el que se resta de 100. El 42% obtenido se multiplica por la lesión siguiente que es del 25% y el 10,5% obtenido se suma al 40 inicial, al 18% y así sucesivamente hasta agotar la sumatoria de todos los valores. Este método directo es el adoptado por Balthazar.63 Pero Simonin sugiere una fórmula que sostiene que los valores para lesiones de una misma región anatómica, por ejemplo, fractura de hombro que determina periartritis y lesión muscular, ligamentosa y neurológica, la sumatoria de esas lesiones del hombro es directa sin descuento porcentual. Las sumatorias se realizarán con lo obtenido en cada lesión regional. El mal entendido del descuento porcentual y la presión de los intereses de las compañías se seguro, llevó a exigir el descuento porcentual para cualquier tipo de sumatoria, lo que constituye un factor de daño irreversible para los intereses del damnificado, puesto que puede disminuirse significativamente la indemnización al aplicarse el descuento porcentual no pertinente. Los Dres. Altube y Rinaldi64 sostienen que si la sumatoria directa de los porcentajes de evaluación no supera el 100% no corresponde efectuar el descuento porcentual, siendo éste un postulado lógico, razonable y justo. Estos autores también sostienen que en el foro civil no se debe hablar de porcentaje de incapacidad (que siempre se refiere exclusivamente a lo funcional) sino de daño, pues la demanda civil siempre es por daños y perjuicios. En este caso se debe indemnizar el daño anatómico y el daño funcional. Por ejemplo, si se fractura un hueso, aunque éste tenga restitución íntegra, la calidad del tejido, la textura del hueso y las pequeñas neuralgias residuales constituyen un daño cierto aunque no conlleven incapacidad. La fórmula de Gabrielli establece que la incapacidad de una concausa se determina evaluando la incapacidad de la lesión preexistente (concausa) y restando del 100%. Lo que resta de capacidad es la que debe emplearse para aplicar la fórmula de Balthazard o de Simonin del descuento porcentual en la sumatoria de incapacidades múltiples. La fórmula de descuento porcentual de concausa funciona así: 1. al porcentaje de la primera incapacidad se resta del 100. Lo que queda se denomina C1. 2. Después se suma el porcentaje de la primera incapacidad al de la segunda y se resta de 100. Esto da C2 3. La fórmula es: C1 – C2 x 100 = C1 Descuento porcentual y capacidad restante Muchos médicos y aseguradoras consideran que el descuento porcentual debe aplicarse siempre a toda sumatoria de más de una incapacidad. Es un concepto irracional y erróneo dado que cuando las 63 Este autor también ha formulado una regla para efectuar descuento de incapacidades concausales Autores del Baremo General para el Foro Civil, un baremo muy elogiado por la precisión que describe de las lesiones a evaluar y la amplitud de lesiones que abarca, ha llenado un vacío en el foro civil 64 97 Antonio Paolasso – INFORTUNIO Y MEDICINA LABORAL sumatorias son pequeñas, el descuento porcentual beneficia a quien debe indemnizar y perjudica al damnificado porque le priva de una justa indemnización por su real incapacidad laboral (y no la creada por una fórmula matemática mal aplicada). Incluso, la ley 24557 de riesgos de trabajo en Argentina indujo al error de confundir descuento porcentual con la llamada capacidad restante. Ya definimos lo que se consideraba descuento porcentual. Corresponde ahora definir qué es la capacidad restante. La capacidad restante es la que resulta de restar del 100% de capacidad, el porcentaje de una incapacidad laboral. Por ejemplo, si un trabajador se le asigna un 20% de incapacidad laboral, restar este porcentaje del 100% da una incapacidad restante del 80%. El decreto que reglamenta la ley 24557 (Tabla de Incapacidades Dcto. 659/96) en el ítem OSTEOARTICULAR, Generalidades, dice “En los pacientes afectados de invalideces múltiples producto de lesiones anatómicas y/o funcionales en un mismo segmento corporal se procederá a la suma de todas ellas para el cálculo de la invalidez total. El resultado final tendrá como máximo el porcentaje de la incapacidad dado por la pérdida completa (amputación del segmento estudiado). Si el trabajador presentara con anterioridad, limitación de los movimientos de una o varias articulaciones, se tomará como normal la capacidad restante de esa/s articulación/es y se harán los cálculos de la nueva rigidez proporcionalmente a dicha capacidad restante”. A pesar de la claridad contundente del texto del decreto, las Aseguradoras de Riesgos del Trabajo (ART) han introducido, citando a este decreto, el descuento porcentual que nada tiene que ver con la capacidad restante, pero que en la práctica se pretenden usar como sinónimos. Así, habitualmente, al realizar sumatorias de incapacidad aplican el descuento porcentual no sólo a lesiones osteoarticulares, como lo establece el decreto, sino a todas las afecciones laborales que impliquen el resto de los órganos (cara, piel, garganta, nariz, oído, aparato cardiovascular, sistema nervioso, psiquiatría, aparato digestivo, etc.). Igual criterio sustentan las Comisiones Médicas, avalando un sistema erróneo e ilegal, que en la práctica resulta arbitrario en todo el sentido de esta palabra pues, además de irracional, se aplica por mero voluntarismo unilateral, en forma falaz y contra el texto legal. El único fin que persigue esta arbitrariedad es disminuir el monto de indemnización para favorecer las finanzas de las aseguradoras. Concepto de peritaje medicolegal Es sabido que obviamente, un abogado o un juez no están preparados en conocimientos especiales ajenos a su formación jurídica, como puede ser determinar una cuestión que exige una auditoria contable, un examen médico o una necropsia, un estudio técnico sobre los elementos mecánicos que intervienen en la producción de un accidente y toda otra cuestión sometida a litis que sea completamente ajena a la ciencia jurídica, en su naturaleza. Para resolver estos problemas técnicos no jurídicos, el abogado que inicia un juicio y secundariamente, el juez que resuelve la litis, deben acudir al consejo, opinión o asesoramiento de diferentes técnicos como pueden criminólogos, contadores, ingenieros, calígrafos, médicos, etc. Estos profesionales técnicos, generalmente, especializados son convocados por diferentes medios o formas para realizar el estudio específico de la cuestión sometida a litis y luego emitir una opinión técnica, es una colaboración incorporada a la práctica judicial y a los textos legales y se le conoce con el nombre de peritaje judicial porque requiere la intervención de aquellos técnicos que supuestamente más y mejor saben del tema a juzgar, por lo que se les denomina peritos judiciales. Luego, la labor en conjunto se conoce con el nombre de pericia judicial. La Real Academia Española (RAE) define como perito al “entendido, experimentado, hábil, práctico en una ciencia o arte” y al perito que interviene en una cuestión judicial (perito judicial) es la “persona que poseyendo determinados conocimientos científicos, técnicos o prácticos, informa bajo juramento, al juzgador sobre puntos litigiosos en cuanto se relacionan con su especial saber o experiencia”. Por ende, todas las definiciones apuntan al concepto de que un perito debe ser un entendido con completo saber sobre la cuestión a peritar y reunir condiciones de sabio en la materia (esto es lo que se conoce como “pericia del perito”), pues de otra forma, una formación científica o técnica parcial o un saber “a medias” no le habilita para ser perito. 98 Antonio Paolasso – INFORTUNIO Y MEDICINA LABORAL La pericia del perito Obviamente, el perito debe ser un profesional completamente informado y debidamente preparado. Esta condición de “preparación debida” conlleva dos fases: 1. La de ser bien preparado en la faz científica o técnica de su profesión o especialidad 2. La de estar bien preparado para la ciencia de la pericia Una cosa es tener completa competencia técnica y científica y otra muy distinta es saber aplicar o adaptar su ciencia o conocimiento al asesoramiento de una parte judicial. Obviamente, la ciencia no está basada en su aplicación al foro judicial. Su aplicación judicial es un evento que surge de la necesidad de que un juzgador judicial tenga un dato firme y verdadero de lo que ha ocurrido en una cuestión sometida a litis y cómo ese hecho está completamente ligado o tiene plena compatibilidad con las causas que lo ocasionan (nexo de causalidad). El otro aspecto a considerar, en el caso de que lo exija, es la evaluación judicial del daño sobre la base de la repercusión técnica o científica del daño sobre la víctima. Acá el perito debe determinar la cuantía del daño sobre la base de una evaluación para fijar la indemnización. Esto significa dar el grado o porcentaje del daño.65 Ambas consideraciones pueden variar leve o completamente desde el punto de vista técnico o científico, al someterlo al punto de vista estrictamente judicial. El arte del perito arranca desde el saber absoluto y acertado de la técnica, la ciencia y la experiencia para desembarcar en el encuadre de ese saber a las exigencias legales jurídicas para el caso en el que se le convoca a peritar. El juez y los abogados deben someter a consideración plena la pericia del perito (determinar la completa idoneidad del perito como especialista en la materia a dictaminar y como apto para saber responder de acuerdo al contexto jurídico legal, porque es indudable que la ausencia de este requisito puede generar una pericia fallada que lleva a una sentencia injusta o errónea. Ante la duda del valor de una pericia y de su no probada idoneidad, conviene ordenar otras pericias, hasta lograr la que realmente tenga todos los requisitos de minuciosidad, criterio fundamentado y aporte pruebas irrefutables. Una pericia basada en una mera opinión sin apoyo de pruebas o criterios fundados, no es válida. Si hay citas bibliográficas, éstas deben ser precisas y detalladas y, en lo posible, adjuntarse fotocopias de textos usados, para determinar si una cita no ha sido sacada fuera de un contexto, de forma que se use desvirtuando lo que realmente quiere decir el texto usado. Asimismo debe comprobarse que la bibliografía utilizada, como ya lo dijimos, sea la correcta, adecuada al último conocimiento científico o medicolegal que tenga consenso científico universal y que sea ajustadamente aplicable al caso concreto que se analiza. Las citas desactualizadas o usadas fuera de contexto tampoco son válidas. Para que la “ciencia del perito” o “pericia del perito” tenga una eficacia y calidad indudable, se debe aplicar la Medicina de la Evidencia, la cual ya hemos descripto en un parágrafo anterior. La honorabilidad moral del perito Como dice Nerio Rojas,66 el perito médico no sólo necesita de la ciencia para ir en busca de la verdad, sino que también le es imprescindible decir tal cual esa verdad, sin deformarla ni ocultarla u omitirla o negarla: “la función pericial requiere dos condiciones en el médico; preparación técnica y moralidad. No se puede ser buen perito si falta alguna de estas condiciones. El deber en un peritaje es decir la verdad, pero para ello es necesario: primero, saber encontrarla, y después, querer decirla. Lo primero es un problema 65 Para un caso de lite laboral, se reemplaza el porcentaje de daño por el de incapacidad laboral. Nerio Rojas MEDICINA LEGAL, Editorial El Ateneo, Bs. As. 1976 (todas las citas en este trabajo, sobre Nerio Rojas lo son sobre esta obra del autor) 66 99 Antonio Paolasso – INFORTUNIO Y MEDICINA LABORAL científico, lo segundo es un problema moral”. El perito comparte con los funcionarios judiciales, particularmente el juez, la responsabilidad de la honorabilidad. Vibert ha resaltado: “la grandiosidad de estas funciones y de la responsabilidad que representan frente a la conciencia de todo hombre honesto”. Según Rojas, “el perito debe actuar con la ciencia del médico, la veracidad del testigo y la ecuanimidad del juez”. Cuando un perito es convocado a realizar la pericia médica judicial debe dejar de lado toda parcialidad y venialidad. En primer lugar para aceptar la responsabilidad debe tener la preparación académica de especialista en peritaje mediante un curso postgrado.67 No cualquiera puede ejercer de perito, como en todo trabajo técnico y científico, sino sólo aquél que se ha preparado académicamente para ejercer con ciencia y responsabilidad. En segundo lugar, aunque la pericia se la pida quien la paga o una empresa para la cual trabaja, la misma debe ser tan objetiva que no deforme la verdad ni omita algo para favorecer a la parte que encomienda la tarea pericial. Tampoco debe prestarse a la venialidad del cohecho. Asimismo, no deben influir relaciones de amistad o parentesco, ni reacciones de venganza en el caso en que la pericia pueda ser elemento perjudicial para con quien se tiene un problema conflictivo. El perito tiene que estar más allá de todo mal y siempre a favor del bien objetivado en la verdad absoluta. Su ecuanimidad lo coloca en un pedestal del cual no puede descender hacia nada que no sea el ejercicio completo de la ciencia médica al servicio de la verdad y la moral. Un solo desvío desvirtúa cualquier trabajo pericial. Un detalle muy importante es que al aplicar una teoría, escuela, tendencia o concepto médico sujeto a contradicción, para que éste no se transforme en dañino por no ajustarse a la verdad, debe adquirir el carácter de consenso universal, es decir, se debe seguir el criterio que tenga más investigaciones a favor basadas en estudios multicéntricos. Lo contrario, es adoptar negativamente un concepto o teoría que no sólo puede ser engañosa o falaz, sino que es inmoral porque no se ajusta a lo científico estrictamente y porque daña a un litigante, ya sea privándole de derechos, de juicio justo o provocando un daño económico al negarle una indemnización por daño o incapacidad. Si la teoría médica discutida equivocada se introduce con una intención expresa, esto significa malicia por parte del perito y afecta seriamente a la verdad y a la honorabilidad del perito y de la pericia. Por esta razón, todo juez, ante la situación de escuelas médicas contradictorias, debe exigir al perito que mediante la Medicina de la Evidencia, pruebe fehacientemente la universalidad del concepto que usa para lo cual debe realizar citas bibliográficas ajustadas y no fuera de contexto, citando todo lo relativo a la fuente de la bibliografía (estudio multicéntrico, autor, lugar, fecha, página de libro, editorial, etc.). Cuando las circunstancias lo exijan, o ante la probabilidad cierta de una duda, mejor que citar es adjuntar fotocopia del trabajo o bibliografía utilizado y probar fehacientemente los estudios multicéntricos que dan consenso universal al concepto o escuela médica usada para justificar las conclusiones periciales. Si así no lo hace, desde el punto de vista científico, su pericia es completamente nula. Y al no ser totalmente respetable de principios científicos probados, queda inmersa en la nulidad legal que formula la ley (Código Procesal, decreto, reglamento o ley específica). La honorabilidad pericial compromete al perito no sólo con cosas estrictamente morales, sino que también involucra los criterios científicos y técnicos. Una pericia mal estructurada desde el punto de vista formal puede inducir a confusión. La omisión de maniobras semiológicas en un examen físico pericial no permite verificar afirmaciones generales y sumamente sintéticas cuando un perito afirma: “examen neurológico normal o sin particularidades”. El examen, para ser considerado normal debe ser descripto con todos los detalles que indican la normalidad. En lo judicial es importante probar todo lo que se afirma. Si el perito no procede a realizar la pericia con todas las formalidades científicas y legales, arriesga a la aceptabilidad científica o legal de su pericia. La falta de aceptabilidad, tanto en lo legal como en lo científico, es lisa y llanamente la nulidad de la pericia. 67 Este requisito se obvia si no existe el posgrado pero el Consejo Deontólico o el Colegio Médica determina la habilidad de una especialidad por la práctica correcta comprobada de la misma 100 Antonio Paolasso – INFORTUNIO Y MEDICINA LABORAL Un perito que reiteradamente y en forma fehaciente demuestra ser incapaz en lo científico y en lo legal, no puede seguir ejerciendo su función pericial por el daño que conlleva a la justicia y la verdad de un juicio. Los juicios deben preocuparse de llevar una especie de estadísticas de las fallas periciales, para confeccionar listas de tachas de profesionales peritos que faltan a la legalidad, la ciencia y la honorabilidad. Debe exigir a cada perito que al aceptar el cargo de perito jure confeccionar la pericia dentro de la responsabilidad y obligación científica, legal y moral. Haga declaración jurada escrita de que no comprenden incompatibilidades legales o morales, que no tiene o ha tenido relaciones con las partes en litigio que puedan afectar la imparcialidad de la pericia en lo relativo a cualquiera de las tres condiciones fundamentales: ley, ciencia y moral. Ciencia de la semiología El Código Procesal Civil establece que una pericia debe llenar requisitos científicos exclusivos. De acuerdo con el Art. 192, 2° párrafo del C.P.C. los principios científicos de una pericia se basarían en la semiología en el examen físico clínico (anamnesis, observación, palpación, auscultación y examen neurológico), exámenes complementarios, los postulados de la Medicina de la Evidencia, en el sentido de apoyar la compatibilidad de las secuelas con los daños demandados, de acuerdo a estudios multicéntricos y bibliografía especializada que consigne las investigaciones experimentales que avalan los fundamentos de la pericia; compulsa de antecedentes presentados en autos y aceptados como pruebas o de los presentados en el curso de la pericia y adjuntos a la misma. La semiología fue considerada antiguamente como la ciencia de la sintomatología y era una ciencia fenomenológica pues era la parte de la patología que estudiaba los fenómenos o síntomas de una enfermedad, entendiendo por síntoma todo fenómeno revelador de enfermedad, es decir, toda manifestación de una alteración orgánica o funcional apreciable por el médico o el enfermo. En este contexto, la sintomatología abarcaba tanto a lo que actualmente se considera signo y síntoma. Pero con el transcurso del tiempo, se perfeccionaron los conceptos y se circunscribieron los términos médicos. Así, síntoma pasó a ser “dato subjetivo de enfermedad o situación del paciente”,68 o sea, todo fenómeno revelador de enfermedad apreciable únicamente por el enfermo, mientras que signo es “prueba objetiva de enfermedad que proporciona un dato perceptible al examen médico”, lo que significa todo fenómeno revelador de enfermedad apreciable por el médico (además del paciente). La semiología pasa a ser la semiótica69 que es la parte de la ciencia médica o patología que estudia y examina todo lo “relativo a los signos o síntomas de enfermedad, especialmente lo patognomónico”. 70 De todas las definiciones obtenemos un concepto general de que semiología o semiótica es la parte de la medicina que estudia signos y síntomas patognomónicos de las enfermedades, con el fin de un diagnóstico y un pronóstico”. Veamos ahora otros aspectos de la ciencia médica. La ciencia médica se basa en un pilar fundamental que es la ciencia de la semiología o semiótica que fundamenta el examen físico médico. En estos basamentos está afirmada la “certidumbre” de la ciencia médica. La semiología es el estudio acabado de signos y síntomas que llevan a descifrar lo que el paciente padece y su aplicación reside en el examen físico, el cual contiene todo un proceso o pasos ineludibles: 68 Diccionario Médico Dorland La Real Academia Española la define como “parte de la medicina que trata de los signos de las enfermedades desde el punto de vista de diagnóstico y pronóstico” 70 Definición del Diccionario Médico Dorland (patognomónico es “lo específicamente distintivo o característico de una enfermedad o condición patológica, signo o síntoma por el cual puede establecerse un diagnóstico”) 69 101 Antonio Paolasso – INFORTUNIO Y MEDICINA LABORAL 1. Anamnesis: es la clave del examen pues en su aplicación el médico despliega toda su ciencia o conocimiento médico en la aplicación práctica de la semiología que es la indagación o recogimiento de todos los signos y síntomas del paciente. Es un interrogatorio que debe ser hábil, minucioso y orientador del paciente en cuanto a la expresión oral o descripción de signos y síntomas, debiendo el médico realizar el máximo esfuerzo por acomodar el lenguaje común del paciente a la traducción en términos médicos. Así, si el paciente dice que siente “malestar” el médico debe investigar a fondo en qué consiste tal malestar (dolor, inestabilidad, trastorno psíquico, etc.). Igualmente si dice que es dolor, el médico debe aplicar el algoritmo del dolor para objetivarlo en términos médicos de diagnóstico o de ubicación como síntoma de una dolencia en particular. De no ser así, tendría validez la frase falaz que algunos médicos esgrimen cuando afirman que la subjetividad del dolor impide saber si existe y qué significa. Hay medios semiológicos que permiten no sólo objetivar claramente y diagnosticar un dolor, sino saber que si es simulado o disimulado (palpación, escala visual, características del dolor, etc.). Asimismo, si el paciente refiere “mareos” debe averiguarse si es mareo propiamente dicho o es un vértigo o es otra afección de inestabilidad posicional. Y, de esta forma, sucesivamente, irá desgranando cada signo y síntoma. En esto reside “lo formidable” de la anamnesis como principal instrumento o herramienta médica para llegar a un diagnóstico certero y que no queda en un mero diagnóstico presuntivo. Muchas veces, la mera anamnesis permite el “diagnóstico correcto de entrada”, el que luego se someterá al resto de las maniobras del examen físico. Permite detectar trastornos psíquicos. 2. Observación o inspección: esta parte del examen consiste en la mera inspección visual del paciente que permite recoger datos sobre las condiciones de la piel (color, particularidades como lunares, pecas, etc.; cicatrices o heridas o excoriaciones, manchas, erupciones, reacciones vasculares como palidez o rubor, sudoración, secreción grasa u otras secreciones anormales); las facies o expresiones del rostro; la marcha; el estado general corporal (deformaciones o posiciones anormales), la audición, la visión, el estado de ánimo (depresivo, alegre, nervioso, agresivo, inquieto, estático, etc.), síntomas audibles (respiración, tos, estornudos); si hay limitación funcional de movimientos activos normales y forzados y el estado trófico del cuerpo. Un médico buen observador, sólo con la inspección puede hacer determinado diagnósticos y saber si hay simulación o disimulación. Ayuda a objetivar trastornos psíquicos (actitud del paciente, movimientos repetitivos como los tics, temblores, gestos de obsesión compulsiva, etc.) 3. Palpación: consiste en la exploración manual del cuerpo, especialmente de las zonas afectadas. La palpación puede consistir en un simple contacto táctil superficial que permite apreciar temperatura, humedad, asperezas, deformaciones; en maniobras de compresión y descompresión, en maniobras de percusión, en maniobras de detección de pulsos periféricos, choque de punta del corazón, inspección manual mediante la introducción de la mano o dedos en determinadas cavidades, determinar formas y flexibilidad de formaciones tumorales. La palpación también acude a la antropometría o medición de las formas del cuerpo (diámetro del cráneo, estatura, talla, perímetro y longitud de miembros, ángulos de los movimientos activos y forzados de las articulaciones, etc.) Para esto acude a instrumentos que miden la altura, al goniómetro y a la cinta métrica (que en lo posible debe ser metálica para evitar el factor de flexibilidad o estiramiento de la cinta confeccionada en hule o material plástico). La palpación exige el uso del dorso y la palma de la mano y de los dedos. Es un método semiológico que recoge signos y objetiva síntomas como el dolor, la fiebre, vértigos, etc. mediante determinadas maniobras. Dentro de la palpación y la observación se ubica el examen neurológico. La palpación también es un acto semiológico que ayuda a confirmar o descartar simulación y disimulación. 102 Antonio Paolasso – INFORTUNIO Y MEDICINA LABORAL 4. Auscultación: en este procedimiento semiológico el órgano principal de investigación es el oído y los aparatos de extensión (estetoscopios, ruidos de ecografía, ruidos audibles del cuerpo sin necesidad del uso de aparatos (borborigmos, crujidos, expulsión de gases, etc.) Mediante el uso del estetoscopio se detectan ruidos normales o patológicos del sistema cardiovascular (corazón y vasos), la tensión arterial (aunque ahora puede conocerse con los nuevos tensiómetros por computadoras), ruidos pulmonares y de vías respiratorias y del tórax, ruidos abdominales, etc. Es otro método semiológico muy certero para individualizar ruidos normales y patológicos. 5. Estudios complementarios: son los estudios realizados por prestadores especializados en ramas de las ciencias médicas como es el diagnóstico por imágenes (radiografía, TAC, RMN, ecogramas, SPECT, densitometría, videos etc.); audiometría, EMG, ECG, EEG, PET, etc.; análisis bioquímicos y químicos; biopsias y estudios anatomopatológicos; cultivos para infecciones, exámenes invasivos (cateterismos, endoscopías, laparotomías, etc.), estudios psicológicos o psiquiátricos (test, informes); otros estudios especializados (genéticos, electrofisiológicos, etc.). El problema de los estudios complementarios, que atentan en general en su confiabilidad, es: los falsos negativos o positivos, los artefactos de imágenes, el método usado, el estado de los aparatos usados y su grado de perfeccionamiento y actualización, el criterio de los interpretadores o informadores de resultados, si el estudio está realizado por un paramédico o un médico especialista, etc. Por estos motivos se ha establecido el aforismo de que “la clínica es soberana” sobre todo si hay una disociación evidente entre el resultado del examen complementario y el resultado del examen clínico. 6. Diagnóstico: es el corolario de todo el proceso semiológico para reconocer en forma certera o presuntiva, la enfermedad o afección. El diagnóstico debe ser claro y completo (por ejemplo, si se diagnostica distonía neurovegetativa debe agregarse si es hipotónica o hipertónica, si es adrenal o simpática, colinérgica o parasimpática y aclararse los estudios de descarte de otros diagnóstico para dar la certeza y evitar la presunción), extenso (abarcar todo lo que el paciente siente o tiene. Por ejemplo, en lugar de escribir politraumatismo deben consignarse en qué consiste cada traumatismo, pues de lo contrario se priva al paciente de un diagnóstico y un pronóstico y de posibles secuelas no previstas) indicar si es diagnóstico de signos y síntomas (indica síndromes, signos o síntomas)o diagnóstico de una enfermedad o afección puntual (da el nombre de la enfermedad o de la afección), indicar si es definitivo o presuntivo. Precisar los métodos por los cuales se llega al diagnóstico: por clínica, por estudios complementarios, etc. En la formulación del diagnóstico debe obligatoriamente ejercerse el diagnóstico diferencial y usar la Medicina de la Evidencia. Ambos confieren el grado de certeza y de confiabilidad y permiten un pronóstico adecuado. La Medicina de la Evidencia exige establecer claramente el agente etiológico mediante el consenso universal obtenido de estudios multicéntricos y la bibliografía especializada (libros, revistas) reconocidos fehacientemente por los medios científicos (por ejemplo, un estudio o trabajo publicado sólo por Internet carece de todo valor científico, a menos que sea la transcripción o copia de un estudio certificado por un medio científico reconocido y confiable) En relación a la anamnesis agregaremos otros conceptos que atañen a lo jurídico: La anamnesis (palabra derivada del griego que significa “recuerdo”) son “los datos proporcionados por el paciente sobre ambiente y el comienzo de la enfermedad hasta el momento en que comienza la exploración” (Diccionario Médico Salvat). La Real Academia Española la define como: “conjunto de datos clínicos relevante y otros del historial de un paciente”. También es la base de datos relevantes, en especial sintomatología, para “la historia clínica o psiquiátrica” (Diccionario Médico Dorland). Dentro de las denominadas “bases clínicas” (conjunto de todas las maniobras semiológicas que conforman el examen físico completo (anamnesis, exploración física, exámenes complementarios, diagnósticos) la anamnesis es la primera y más importante 103 Antonio Paolasso – INFORTUNIO Y MEDICINA LABORAL “base clínica”. “Al elaborar los antecedentes de una enfermedad es necesario incluir los acontecimientos clínicamente relevantes del paciente. En general, debe prestarse mayor atención a los hechos recientes… Cualquier hecho vinculado al paciente, por insignificante o distante que parezca, podría ser la clave de la solución de su problema clínico. En términos generales… suministrarán la información completa. Unos antecedentes informativos son algo más que una lista ordenada de síntomas. Siempre se obtendrá una información adicional si se presta atención a la forma en que los pacientes describen su síntomas, ya que las inflexiones de la voz, la expresión facial y la actitud proporcionan muchas veces indicios importantes para entender el significado que tienen los síntomas para el paciente. La anamnesis generalmente permite obtener abundante información. Los pacientes presentan grandes variaciones en la sofisticación con la que describen sus problemas y su capacidad para recordar los hechos. Por tanto, siempre que sea posible es necesario corroborar los antecedentes médicos… Al escuchar los antecedentes narrados por el propio paciente, el médico descubre no solamente algo de la enfermedad, sino también algo acerca del paciente. El proceso de anamnesis constituye una oportunidad excepcional para observar el comportamiento del paciente y valorar diversas características que se evalúan de manera más concienzuda durante la exploración física”. (Harrison – PRINCIPIOS DE MEDICINA INTERNA: 2, 16ª edición, McGraw-Hill Interamericana, México, 2007) Este prestigioso autor da las claves fundamentales de la anamnesis: es importante para conocer la sintomatología (los factores subjetivos como el dolor, que el médico no puede ver ni conocer si el paciente no lo refiere, o trastornos psíquicos, parestesias, etc.) Si el médico no pregunta jamás podrá conocer por sí esos datos clínicos básicos. De acuerdo a los conceptos anteriores, la anamnesis es una herramienta médica primordial, necesaria (lo que no puede dejar de ser) que la transforma en imprescindible para todo examen médico. En la anamnesis el médico pregunta y el paciente responde. No es un relato al azar y caprichosa o arbitrariamente ilado por el paciente, sino respuestas concretas a preguntas concretas. Esas preguntas constituyen lo que se denomina en semiología médica, los algoritmos. El término algoritmo, según la Real Academia Española es un conjunto ordenado y finito de operaciones que permite hallar la solución de un problema. Aplicado a un síntoma, por ejemplo dolor, consiste en preguntar dónde localiza, cómo se manifiesta, qué lo estimula o calma, cronología, síntomas que lo acompañan, etc. Permite establecer diagnósticos diferenciales posibles. El algoritmo es elemento de diagnóstico certero y elimina toda posibilidad de simulación o disimulación de un síntoma (señal subjetiva de enfermedad). Desde el punto de vista jurídico, la anamnesis aplicada a la pericia médica no es un elemento de prueba de ningún modo. Sólo es un instrumento médico operativo ordenador y orientador para el examen físico. Cuando relata las impotencias funcionales específicas, en especial a las referidas a tareas laborales y habituales, relaciones sociales, sus hábitos personales, etc., son datos que deben ser corroborados por los antecedentes en autos o por el examen físico médico y esto es indicativo y no vinculante para los jueces. en el sentido de conocer el impacto de un daño anatomofuncional emergente de un accidente o la incapacidad laboral en el caso pertinente. La clásica interpretación jurídica descalificante de “dichos del actor” no es válida puesto que, por lo explicado, no son meros dichos sino datos relevantes para el perito y el juez, que deben ser corroborados, según la definición explícita de la anamnesis. Si los datos son corroborados, dejan de ser simples dichos para transformarse en datos relevantes, según dicha definición de anamnesis. Pedir la supresión de la anamnesis es un acto arbitrario que desconoce la ciencia médica. Es como pedir la supresión de la semiología y descalificar sin fundamentos los métodos del examen clínico. Como la anamnesis tiene la obligación de consignar todo lo que el paciente dice, en lo jurídico, en primer lugar el médico puede suplantar una descripción vulgar con un término médico (o colocar entre paréntesis cuál es el nombre médico de lo que el paciente describe). Puede también contener datos falsos, pero para eso está la corroboración o pruebas en autos. Si no ocurre, el dato se desestima. Una cosa es desestimar un dato falso y otra pedir la supresión de la anamnesis. Para observar o impugnar una anamnesis, que no tiene ningún valor de prueba ni es vinculante jurídicamente, se deben presentar pruebas fehacientes que los datos suministrados en la anamnesis son falsos o inexistentes. Como corresponde a todo proceso de litis, toda afirmación o acusación debe ser probada, del mismo modo que se debe probar los datos de la anamnesis. De 104 Antonio Paolasso – INFORTUNIO Y MEDICINA LABORAL no hacerse, tanto lo consignado en la anamnesis como la observación o impugnación de la misma, carece de materia y es descartable tanto para el perito como para el juez. Se insiste: los datos de la anamnesis sobre lo estrictamente médico, se prueba en el examen físico. Los datos no vinculados a temas médicos (accidentes ocurridos, daños no médicos, etc.) se prueban con antecedentes adjuntos en autos o testimoniales. Cuando se solicita una pericia médica, el abogado debe estudiar si el examen físico reúne todos los requisitos explicados y si se han usado todos los pasos pertinentes a dicho examen. La omisión de uno de ellos es suficiente para descalificar un examen físico, especialmente si dicha omisión es referida a un punto de pericia de valor fundamental para la evaluación pedida. Nunca un perito debe informar que la región demandada como enferma o lesionada “es normal”. La mera expresión de examen normal sin otra descripción o fundamentación, no es válida en una lite. El perito debe realizar un examen detallado de la zona lesionada demandada71 y sólo después de describir todos los métodos semiológicos en detalle, recién es posible admitir que concluya que el examen ha indicado normalidad, para lo cual debe explicar qué es lo normal. Si se refiere a la movilidad de una articulación debe medirla con goniómetro y consignar los grados obtenidos en los movimientos activos forzados y en los pasivos, pero debe consignar únicamente los movimientos activos que es donde reside la real incapacidad del trabajador y no usar para evaluar los pasivos que son los movimientos que provoca o induce la mano del médico y no los que puede realizar en sus tareas habituales el trabajador. Si palpa un dolor no corresponde que escriba “el paciente refiere dolor” sino que indique los signos que objetivan el dolor (escala visual, reflejo de evitación o posición antálgica). Las referencias del paciente sólo corresponden en la anamnesis y en el resto del examen físico, es el médico perito el que debe describir las reacciones físicas del paciente y no lo que éste dice. Los principios científicos de la pericia El Código Procesal Civil exige que las pericias sean efectuados bajo principios científicos rigorosos. Esos principios se basan en a) compulsa de antecedentes; b) examen físico pericial; c) exámenes complementarios y d) aplicación baremo o tabla vigente. Contesta las preguntas de las partes que corresponde a la contestación de puntos de pericia, además de los puntos que contiene la demanda y que pueden estar, o no, en las preguntas o cuestionarios a contestar. De acuerdo con el Art. 192, 2° párrafo del C.P.C. los principios científicos serían la semiología en el examen físico clínico (anamnesis, observación, palpación, auscultación y examen neurológico) y dentro del examen el uso de instrumentos científicos como el estetoscopio, el tensiómetro, el termómetro, la cinta métrica, el goniómetro y otros aparatos médicos que confirmen un dato objetivo a través de un instrumento científico, exámenes complementarios, los postulados de la Medicina de la Evidencia, en el sentido de apoyar la compatibilidad de las secuelas con los daños demandados y la certeza de los diagnósticos basado en evidencias médicas, de acuerdo a estudios multicéntricos y bibliografía especializada que consigne las investigaciones experimentales que avalan los fundamentos de la pericia; compulsa de antecedentes presentados en autos y aceptados como pruebas o de los presentados en el curso de la pericia y adjuntos a la misma. Esos antecedentes prueban la relación laboral, la existencia de un accidente, la realización de esfuerzos laborales irregulares, etc. El perito debe indicar taxativamente en la pericia el método científico usado y usar instrumentos médicos para mediciones y obtención de datos funcionales (respiración, presión arterial, ruidos patológicos, etc.) y de consignar expresamente el uso de esos instrumentos. 71 La descripción de un examen general no tiene ningún sentido ni valor pues no interesa el estado general del trabajador, en particular si no tiene relación con lo demandado, sino el estado de las lesiones demandadas exclusivamente. Para evaluar una fractura no se necesita saber cómo respira (a menos que sean fracturas de tórax) el estado del abdomen, características antropométricas, estado cardiovascular, etc. Hay algunas teorías impuestas por las aseguradoras de que todo examen deben ser completo. Legalmente no tiene ningún valor por la falta de conexión con lo demandado. Lo que interesa saber si hay antecedentes de preexistencia o concausa muy importante. 105 Antonio Paolasso – INFORTUNIO Y MEDICINA LABORAL CAPÍTULO V ERGONOMÍA Concepto Para la RAE, ergonomía (del griego ergio = obra, trabajo y nomia = tratado, normas o principios) es el “estudio de datos biológicos y tecnológicos aplicados a problemas de mutua adaptación entre el hombre y la máquina”. De esta definición se desprenden tres cosas importantes: 1. etimológicamente, ergonomía es el conjunto de normas, principios o tratado de lo relacionado con el trabajo 2. estudia datos biológicos y tecnológicos aplicados a problemas del trabajo del hombre con el uso de aparatos tecnológicos 3. estudia los problemas que acarrea el uso de máquinas, sobre todo las tecnológicas y la “mutua adaptación” entre el hombre y su trabajo con esas máquinas, es decir, cómo el hombre debe trabajar frente a los artefactos tecnológicos (conductas, actitudes y posturas ergonómicas) y/o cómo éstos deben ser diseñados para ser mejor adaptados a las funciones y formas del cuerpo humano (diseño ergonómico) Para el Diccionario Médico Dorland, ergonomía deriva también del griego, sólo que la raíz es identificada con ergo = fuerza y la define como “ciencia relacionada con el hombre y su trabajo que estudia principios anatómicos, fisiológicos, psicológicos y mecánicos, relacionados con la distribución eficiente de la energía”. Este concepto refuerza y apoya totalmente al dado por la RAE e introduce la variable de una distribución eficiente de energía, lo que equivaldría al principio de mayor rendimiento con el menor esfuerzo. LaDou define a ergonomía como “ingeniería de factores humanos” y la cataloga como “estudio de la conducta y las actividades de las personas que trabajan con máquinas y herramientas mecánicas y electrónicas”. En esta connotación, el autor pone el acento más sobre cómo el hombre debe usar a las máquinas, más que a factores corporales y mecánicos o la adaptación de la máquina al hombre. No obstante, cuando desarrolla el tema sobre la función de los ergonomistas (especialistas en ergonomía), la define como “diseñar o mejorar el sitio de trabajo, el equipo y los procedimientos de los trabajadores para proveer seguridad, salud y logro eficaz de los objetivos personales y de la organización”. Con esta aclaración arrima su idea de ergonomía a los aspectos tratados en los diccionarios vistos. Por definición y etimología, ergonomía es la rama de la Medicina Laboral que se ocupa específicamente de los riesgos que conlleva el trabajo personal del hombre o profesional con máquinas o equipos o herramientas electrónicas, de la evaluación de los trastornos y las lesiones anatómicas, fisiológicas y psicológicas que ese trabajo puede ocasionar, finalmente, del estudio de normas de prevención de riesgos y de trastornos y lesiones mediante conductas, actitudes y posiciones correctas. El Dr. Dambrossi72 dice que la ergonomía es la ciencia que ajusta el ambiente laboral al hombre lo que permite que el operario trabaje a gusto y desarrolle sus potencialidades al máximo. Los ergonomistas serán arquitectos, ingenieros, expertos o diseñadores que se dedicarán exclusivamente al diseño de los 72 EMPRESALUD, 7,29: 10, Córdoba, 1996 106 Antonio Paolasso – INFORTUNIO Y MEDICINA LABORAL ambientes laborales, diseño o rediseño de máquinas y herramientas, para adaptarlas mejor al cuerpo y a las funciones que deben desarrollar los operadores de esas máquinas. La ergonomía, por su naturaleza, exige un equipo ergonómico, básicamente constituido por médico laboral, ergonomista y profesionales de la seguridad laboral. Desde el punto de vista de la Medicina Laboral, la ergonomía sirve para explicar cuáles son los riesgos de actitudes o posiciones viciosas y los medios para evitarlas o corregirlas. Por otro lado, la ergonomía serviría para ahorrar los gastos exagerados (litigios, pérdida de días de trabajo por ausentismo laboral, costos de rehabilitación, etc.) que traen aparejados las lesiones por el trabajo y las primas del seguro de compensación para los trabajadores. Las posturas incorrectas que se adoptan pueden agravarse debido a muebles mal diseñados o vicios posturales del usuario. Para evitarlos deben proveerse muebles diseñados ergonométricamente y educar al usuario en posturas correctas para el uso de los muebles adecuados. El disconfort ambiental (mala iluminación, temperaturas extremas, aire enrarecido (por mala circulación, humos, humedad, etc.) también ocasiona malestar físico. La provisión de elementos o herramientas y ambientes adecuados y adaptados a los movimientos corporales y al trabajo a realizar, además de evitar los riesgos y sus secuelas, mejoran el rendimiento laboral y la eficiencia y la relación costo/eficacia resulta provechosa, pues la prevención del riesgo disminuye los costos de salud de empleados y de las herramientas mal diseñadas. LaDou trata el tema del estrés físico y psíquico que implica un lugar de trabajo inadecuado y un diseño indebido o deficiente de los equipos y herramientas. Asimismo, la iluminación del ambiente laboral es otro factor ergonómico. Los más comunes errores de la iluminación ambiental son: calidad inadecuada de las fuentes lumínicas: en general son inadecuadas las luces fluorescentes no protegidas, las luces titilantes, luces destellantes, etc. cantidad inapropiada de luz: tanto el exceso como la falta de iluminación para el ambiente o para leer un texto, son perjudiciales. Ergonomía visual inadecuada: se refiere a la contaminación visual, a esparcir la fuente y posición de la luz y otras fuentes de resplandor que hemos señalado, a la iluminación en especial de la tarea, luz exterior, humedad, polvo, brillo directo o reflejado, spot, etc. Otros factores: calidad del monitor o de la terminal de video (calidad y fluctuación de la pantalla, persistencia de la fluctuación y tasa de enfriamiento o renovación) y el tipo de interacción hombremáquina (práctica laboral colorimétrica, alfanumérica, constante o intermitente, prolongada o esporádica, frecuencia de parpadeo, frecuencia de mirar lejos (preferentemente a distancias fuera del ambiente laboral), dimensiones del lugar de trabajo, distancia entre pantalla y ojo, etc. Reglas básicas de la ergonomía El Dr. Hugo Rostagno73 ha publicado seis reglas básicas de la ergonomía para la organización biomecánica del trabajo: 1. Primera regla: la forma ideal para trabajar debe ser con torsión cero: establece que ninguna articulación debe estar en posición o postura de giro (rotación). En la práctica lo correcto sería: a) que el cuerpo esté en posición vertical, a excepción de cuando está sentado; b) los brazos deben estar en vertical; c) los antebrazos deben estar en vertical o lo máximo en horizontal; d) deben ser evitadas o llevadas al mínimo las rotaciones de la columna; e) se debe evitar trabajar con los brazos por encima del nivel de los hombros 2. Segunda regla: las bancadas de trabajo deben ser estructuradas de tal forma que el cuerpo que trabaja esté vertical, sin encorvar el tronco y sin elevar los miembros superiores: 73 EMPRESALUD, 9,43:38-44, Córdoba, 1999 Antonio Paolasso – INFORTUNIO Y MEDICINA LABORAL 107 3. 4. 5. 6. 7. 8. cuando el trabajo exige fuerza física, la bancada debe estar a la altura del pubis de la persona que trabaja y si no exige fuerza física, la bancada debe estar a la altura del codo del trabajador. Si el trabajo exige esfuerzo visual, la bancada debe estar a 30 cm. de los ojos. Para lograr los ángulos y las distancias convenientes a cada tipo de trabajo o esfuerzo, se deben dotar a las bancadas o mesas de trabajo de un mecanismo que regule altura, ancho e inclinación. Tercera regla: transformar fuerza en movimiento: en lo posible hay que cambiar una situación de trabajo de manera que el trabajador, en lugar de ejecutar un esfuerzo desmedido, ejecute mayor movimiento de mayor frecuencia y mayor amplitud. Cuarta regla: reducir la fuerza que tiene que realizar el trabajador: en múltiples situaciones es posible mejorar el trabajo disminuyendo la fuerzo del trabajador, con sólo alterar las palancas, aumentando el brazo de potencia de movimiento o disminuyendo el brazo de resistencia del mismo. Si el trabajo exige un esfuerzo muscular sostenido y de máximo requerimiento, se debe contemplar la posibilidad de mecanizar el trabajo. Quinta regla: eliminar los esfuerzos estáticos: en diversas circunstancias hay que disminuir los esfuerzos estáticos haciéndolos dinámicos, para ello se deben colocar soportes que alivien la carga de trabajo estático, o reducir el tiempo de la tarea, alternándola con otras labores predominantemente dinámicas Sexta regla: la altura útil de puestos de trabajos está entre el pubis y el hombro: se debe tender a mantener las piezas a utilizar en un puesto de trabajo, en una altura que va desde el hombro del individuo hasta el pubis, de esa manera no habrá movimientos de columna vertebral que puedan ser perjudiciales. Séptima regla: a las reglas propuestas por el Dr. Rostagno nosotros agregamos esta 7ª regla que hemos desglosado de la primera: se debe escoger la mejor postura o posición de trabajo, de acuerdo a la exigencia de cada tarea Octava regla: el cuerpo de la persona que trabaja debe estar en “tensión cero”: también creemos oportuno agregar esta otra regla dado que la intención final de la ergonomía es que el trabajador realice su tarea lo más distendido y relajado posible, a fin de que dañar su aparato osteomuscular. La única forma posible es que no esté sometido a tensiones psíquicas ni físicas, y en este punto la ergonomía también debe estudiar los factores de distrés laboral. Antropometría laboral Para la RAE antropometría (del griego antropos = hombre y metría = medir) es el “tratado de las proporciones y medidas del cuerpo humano”. Para el Diccionario Médico Dorland, antropometría (del inglés anthropology) es la “parte de la antropología que trata de las medidas y proporciones del organismo humano”. El Diccionario Médico Salvat es un poco más específico y define a antropometría como “el estudio de las proporciones del cuerpo humano por procedimientos métricos”. Esta definición es mucho más aceptable desde el punto de vista médico y es la que adoptaremos nosotros para definir a la antropometría laboral a la que definiremos como el estudio que debe realizar el médico laboral de las proporciones del cuerpo de cada trabajador, mediante procedimientos métricos, para consignar en la ficha antropométrica. El vuelco de los datos métricos de cada trabajador a una ficha confeccionada especialmente ad hoc permite: el conocimiento previo al ingreso laboral de las medidas reales del trabajador y dejar asentadas las posibles asimetrías preexistentes para evitar que luego sean atribuidas a los trabajos realizados evaluar si el trabajo provoca alguna asimetría o modificación de las medidas previas al realizar el trabajo 108 Antonio Paolasso – INFORTUNIO Y MEDICINA LABORAL adaptar el moblaje y las herramientas a las medidas específicas de cada trabajador a fin de obviar el riesgo de posiciones viciosas. LaDou destaca que “una de las razones primarias de estrés físico en el trabajo, es la desproporción de tamaño entre el trabajador y el lugar donde labora, el equipo o la maquinaria. Esta desigualdad puede dar como resultado el tener que trabajar en posición de flexión con uno o ambos brazos y hombros en alto durante largos períodos, sostener una herramienta eléctrica a cierta distancia durante mucho tiempo o sentarse sobre un taburete o banca muy bajo o muy alto” Por ejemplo, la rotación forzada de cintura o de cuello en forma reiterada o repetitiva termina influyendo negativamente en el aparato locomotor y, además de lesionar músculos, tendones, paquetes vasculonerviosos y articulaciones, afecta muy especialmente a la columna vertebral cervical y lumbar, provocando hernias de discos, discopatías, esguinces, espondiloartrosis (y espondilosis o artrosis incipiente) y si los movimientos son muy bruscos o sobreesforzadas hay estiramiento exagerado de tendones y desplazamiento de piezas óseas que llevan a la deformación provocando desviaciones tales como cifosis, escoliosis, lordosis y combinaciones de estas desviaciones. Un esfuerzo muy grande y brusco o la carga de un gran peso sobre la columna puede ser causa, en cualquiera de los segmentos, de una espondilolistesis, un acuñamiento o una luxación, un esguince o una fractura luxación. Todas estas características exigen que la ergonomía busque conocer dimensiones corporales de hombres y mujeres que trabajan y que los lugares de trabajo y las máquinas se diseñen de tal forma que puedan ser adaptadas automáticamente a cualquier medida antropométrica (muebles funcionales) para que todas las posibilidades de la morfología corporal tengan ambientes, muebles y equipos y/o herramientas adaptados “a la medida” para trabajar debidamente, sin riesgos de deformaciones u otras lesiones. El espacio de trabajo o ambiente debe ser adaptado a la altura del cuerpo, en general, y ser pensado para trabajadores de gran cuerpo, lo que obviamente permitirá desarrollar labores tanto a los que poseen cuerpo grande como mediano o pequeño. Del mismo modo se debe adaptar a la altura de visión, localización de manos y pies, evitar flexoextensiones o rotaciones indebidas del cuerpo, etc. los equipos y sus palancas o botones de control manual, la altura de asientos y mesadas, los cuales deben ser graduables para cada cuerpo. La “máquina” humana El cuerpo humano, de la manera con que trabajan los huesos, músculos, articulaciones, nervios y fluidos, puede ser comparado como una máquina y en el trabajo ofrece una variedad de palancas. Si recordamos que en Física se estudian tres tipos de palancas: de primer, segundo y tercer grado, bastará estudiar los diversos movimientos de los distintos sectores del cuerpo y se verá que algunos actúan como perfectas palancas físicas. Por ejemplo una palanca de primer grado estaría ubicada en el área relacionada, en función del equilibrio del cuerpo, con el cuello y su músculo esternocleidomastoideo, que ofrece la resistencia de la cabeza que debe mantenida erguida, el apoyo en la inserción del músculo y la potencia en el músculo en sí (palanca 1° grado: R-A-P). Una palanca de segundo grado (A-R-P) no se encuentra en el cuerpo humano. La palanca de tercer grado (A-P-R) puede ser ubicada en el brazo, siendo el punto de apoyo el hombro, la potencia los músculos del brazo y antebrazo y la resistencia el peso que hay que levantar. Si bien físicamente hay semejanzas entre el cuerpo humano y una máquina, es evidente que la máquina humana es superior a cualquier otra máquina inventada por el hombre porque su inteligencia le permite tomar decisiones e improvisar (creatividad), cosas que la máquina mecánica o artificial no tiene. Todos los conceptos precedentes que influyen en la postura corporal y la producción de traumatismos o microtraumatismos que conducen a dolores crónicos, tanto en la vida cotidiana como en la laboral, surgen del estudio de la biomecánica humana que establece las particularidades del comportamiento estático y dinámico basado en las características anatomofisiológicas del hombre. Este estudio permite comprender la fisiología del cuerpo, para lo cual hay que comenzar conociendo las necesidades funcionales a las que dicho cuerpo responde y conocer cómo la propia naturaleza tiene medios para resolver naturalmente dichas necesidades sin ocasionar daño anatomofuncional. La biomecánica humana es el instrumento para conocer el 109 Antonio Paolasso – INFORTUNIO Y MEDICINA LABORAL funcionamiento fisiológico postural y locomotor normal y el patológico, lo que teóricamente permitiría postular el origen de los movimientos y posturas problemáticas y eliminarlas en prevención de riesgos ciertos. La “cadena muscular” El problema postural del cuerpo humana, a la luz de la biomecánica humana, ha permitido llevar al estudio de los grupos musculares que intervienen en determinadas acciones y movimientos comandados por dichos músculos. La investigación ha determinado lo que se conoce como cadena muscular. Se ha definido a cadena muscular como “la expresión muscular de una coordinación motriz organizada para llevar a cabo una determinada acción o función motora encaminada a un objetivo específico”. Esta definición conecta directamente a las cadenas musculares con el origen y control regulador de movimientos y posturas corporales. Por lo tanto, el concepto o significado de la cadena muscular es meramente funcional más que anatómico, lo que obsta para describir o individualizar a cada músculo que constituye o interviene en la cadena. Pero la idea de cadena no es proporcionada por el grupo muscular anatómico que obviamente interviene, sino en la concatenación de movimientos funcionales de dichos músculos. Se ha localizado en el hombre, un número de ocho cadenas musculares que regularían la postura corporal, teniendo por características dichas cadenas que son predominantemente de función tónica (mantener el tono muscular). Para esto, el grupo muscular de cada cadena actúa en múltiples planos. Las cadenas musculares reguladoras de la postura no actúan independientemente o en forma autónoma, sino que establecen una sinergia muscular mediante una combinación entre ellas de forma tal que permite controlar la postura en todas las partes del cuerpo que contribuyen a la constitución de una determinada postura corporal. Esto es así porque cada postura exige distintas acciones musculares estáticas y dinámicas, pues para contraer unos músculos otros deben relajarse y así, alternativamente, cuando el cuerpo cambia posturalmente. No es lo mismo una postura de apoyo bípedo que una postura sedentaria o sedente o estar agachado en genuflexión o en flexión lumbar forzada. Es sumamente importante conocer todo lo fisiológico a lo relativo de la función de las posturas corporales humanas, pues cuando éstas son anormales se necesita un tratamiento y corrección de dichas alteraciones posturales, especialmente en lo relativo a una correcta alineación corporal, a fin de lograr el restablecimiento de la normalidad (recuperación) que involucra la flexibilidad muscular, la eliminación del dolor y la limitación funcional y reinstalar completamente la correcta función muscular y postural, reconociendo la sinergia entre forma, estructura y función del sistema neuromusculoesquelético. PREVENCIÓN DE TRASTORNOS DE POSTURA Tanto si trabaja como si juega, es importante que el cuerpo mantenga posturas cómodas, no forzadas. Ello no sólo puede afectar a la productividad general, también a la comodidad experimentada al utilizar el equipo y puede ayudarle a prevenir trastornos MSD. Recuerde que cambiar de postura durante tareas de larga duración también puede ayudarle a evitar la incomodidad y la fatiga. Al trabajar o jugar en el equipo, prepare el entorno y organice el equipo informático para conseguir una postura corporal relajada y cómoda. Puesto que cada persona tiene un entorno de trabajo y un tamaño corporal únicos, no podemos recomendar un acondicionamiento exacto de la estación de trabajo para evitar incomodidades; no obstante, las siguientes sugerencias pueden ayudarle a obtener un entorno cómodo. Para apoyar la espalda: Elija una silla que proporcione apoyo para la zona lumbar. Ajuste la altura de la superficie de trabajo y de la silla para adoptar una postura corporal cómoda y natural. Para descansar las piernas: 110 Antonio Paolasso – INFORTUNIO Y MEDICINA LABORAL Retire los elementos que se encuentren debajo de la mesa para que las piernas se puedan colocar y mover con comodidad. Utilice un reposapiés si los pies no descansan cómodamente en el suelo. Para descansar los brazos: Coloque el teclado y el mouse o la bola de seguimiento a la misma altura; deben estar a la altura de los codos. La parte superior de los brazos debe caer de forma relajada a ambos lados. Al escribir, centre el teclado con respecto al cuerpo, con el mouse o la bola de seguimiento situada cerca del teclado. Sitúe los elementos utilizados con más frecuencia de modo que estén cómodamente al alcance del brazo. Mantenga las muñecas rectas al escribir y al utilizar el mouse o la bola de seguimiento. Evite doblar las muñecas hacia arriba, abajo o lateralmente. Utilice las patas del teclado si le ayudan a mantener una posición recta y cómoda de las muñecas. Escriba con las manos y las muñecas flotando sobre el teclado, de modo que pueda utilizar todo el brazo para alcanzar las teclas distantes en lugar de estirar los dedos. Escriba con toques ligeros, con las manos y los dedos relajados, ya que se necesita un esfuerzo mínimo para activar las teclas del teclado. Asimismo, utilice un toque ligero al hacer clic con el botón del mouse o al utilizar un joystick u otro dispositivo de juego. No apoye las palmas de las manos o las muñecas sobre ninguna superficie al escribir. Si dispone de un reposa-muñecas, sólo debe utilizarlo durante las pausas de escritura. Relaje los brazos y las manos cuando no escriba. No descanse sobre bordes, como el borde la mesa. Sujete el mouse con la mano relajada. No sujete el mouse con fuerza. Realizar pausas puede ser una gran ayuda para que su cuerpo se recupere de cualquier actividad y para reducir el riesgo de MSD. La duración y frecuencia adecuadas de las pausas dependen del tipo de trabajo que realice. Detener la actividad y relajarse es una forma de hacer una pausa, aunque también hay otras formas de hacerlo. Por ejemplo, cambiar de tareas (quizás, de estar sentado escribiendo a estar de pie hablando por teléfono) puede ayudarle a relajar algunos músculos mientras otros permanecen en acción. Prolongue las pausas durante largos periodos de tiempo. Utilice distintos dispositivos de entrada, como el mouse (ratón) y el teclado, para realizar la misma tarea. Por ejemplo, para realizar una tarea de desplazamiento, puede utilizar la rueda del mouse o las teclas de dirección del teclado. Puede trabajar con mayor eficacia si utiliza las características del software y el hardware para reducir el esfuerzo y aumentar la productividad. Por ejemplo, puede presionar la tecla del logotipo de Windows para abrir el menú Inicio. Antonio Paolasso – INFORTUNIO Y MEDICINA LABORAL 111 CAPÍTULO VI DISTRÉS OCUPACIONAL Concepto de estrés y distrés S e discute en ámbitos médicos y jurídicos, si el distrés debe ser considerado como causa de enfermedad o un simple factor de riesgo, o no tener “per se” ninguna relevancia en la etiopatogenia de algunas dolencias. Esta controversia ya ha sido analizada y los estudios efectuados sobre esa cuestión han rebatido los conceptos que negaban al estrés jerarquía etiopatogénica. Hay que saber distinguir las modalidades y mecanismos del estrés para comprender por qué la reacción estresante puede ser beneficiosa o dañina. Hoy estamos en perfectas condiciones de decir que estrés es una reacción biológica natural frente a una conmoción profunda. Esa conmoción puede ser despertada por un conflicto o una emoción y cualquier otro estímulo externo e interno. Ya no hablamos de estímulos solamente, porque esa palabra puede ser cualquier cosa, tanto física como espiritualmente, en cambio sabemos que emoción es una sensación interna que es despertada, sí, por estímulos, pero tiene diferentes grados de intensidad (suave o intensa, débil o fuerte) y matices de significación (amor u odio, placer o sufrimiento, satisfacción o frustración, solución o conflicto). Una emoción estresante puede placentera o conflictiva. Por eso debemos agregar al concepto de estímulo, la palabra eventos.74 En el estrés, cuando hay emoción placentera, decimos que hay eustrés (estrés correcto o bueno) y en una emoción conflictiva encontramos el distrés (estrés incorrecto o malo), donde se plantea pero no se resuelve el clásico dilema de lucha o huida que luego explicaremos. Como en la vida hay placer y conflictos alternadamente, podemos decir que estrés es una reacción natural y biológica de la vida. Con lo de natural biológica, nos referimos a que es parte de la esencia de los seres vivos, y afecta a todos ellos. Por lógica, el estrés del ser humano tiene connotaciones propias debido a que sus emociones y estímulos son distintos a los otros seres vivos. Originalmente, stress era la fuerza interna que se genera en un cuerpo para resistir una fuerza que tiende a deformarlo (tensión). Este concepto físico responde un poco al concepto de que todo estímulo activo genera una fuerza reactiva (esto es similar al principio de acción y reacción). La idea de estrés, en un esquema interactivo de estímulo-respuesta, puede llevar a que se considere al estrés, tanto como un estímulo que genera respuesta, o bien, como una respuesta a un estímulo. Cannon, en 1929, habla de stress como una especie de reacción fight-flight (lucha o huida) que puede plantearse ante un hecho amenazante o peligroso y esboza que su mecanismo depende del sistema catecolamínico del eje simpático-adrenal (homeostasis). Otra idea sobre el origen etimológico es que el estrés significa constricción y es factible que tenga una raíz o al menos una similitud con strictiare, término latino que se refiere a estrechar o constreñir. Este concepto puede ser aplicable a una de las manifestaciones del estrés, en cuanto éste provoca sensación de constricción o de limitación del entorno y de las relaciones interpersonales, pero no al estrés en sí. Esta sensación suele expresarse como “sentir opresión o ahogo en el pecho”. Algunos autores eligen como raíz etimológica a stringere e intentan traducirlo por “provocar tensión”. Stringere, sinónimo de strictiare significa “apretar, comprimir”.75 Sin embargo, personalmente creo que todo lo que expresa una 74 Evento o acaecimiento es la “cosa que sucede” y en el contexto de nuestro trabajo se refiere a las cosas que suceden en la vida como hechos cotidianos o hechos importantes que dejan una impronta o marca en nuestra mente y oficia como estímulo de diversas sensaciones, entre ellas, las emociones. La fuente mayor de estímulos que causan estrés están en los hechos que nos ocurren, ya sea por una acción directa de los mismos o por una interpretación equívoca de ellos 75 Diccionario Duplex Latino-Americano, Editorial Sopelsa, Bs. As, 1953. Algunos autores piensan que stringere es raíz griega y significa provocar tensión y creen que el inglés stress deriva de esta raíz 112 Antonio Paolasso – INFORTUNIO Y MEDICINA LABORAL especie de estrechamiento o constricción o sensación de “estar apretado o comprimido” está más cerca de angustia, aunque ésta también es causa de estrés. Es muy difícil rastrear la etimología de stress, ya que el propio Cannon y Selye, creadores del término, no lo relacionaron con ninguna raíz latina, sino con el concepto físico que se tenía en ese momento, de la palabra stress en inglés, o sea, como sinónimo de tensión. Pero el autor del incremento del uso de la palabra estrés (del inglés stress = tensión), fue Hans Selye, quien definió al estrés biológico, como “una respuesta no específica del organismo a cualquier exigencia que se le haga”. Esta concepción es clara, en la que el estrés, por naturaleza, será siempre una “respuesta a” un estímulo, y éste, a su vez, será permanentemente el agente estresante o estresor. Así, estrés es, en toda situación, una “consecuencia” de la interacción de los estímulos endógenos o ambientales y la respuesta propia de cada individuo. Estímulo o evento conmoción psicoorgánica tensión estrés reacción adaptación respuesta Al referirse a distrés, en el hombre y en el animal, hay que hablar de condiciones anómalas, que tienden a perturbar las funciones normales del cuerpo y la mente y, más específicamente en el hombre, hay que considerar al estrés como una influencia que ocasiona desequilibrio emocional. Por lo tanto, es posible distinguir un estrés físico y un estrés psíquico, según que el estímulo externo o interno, impacte en el cuerpo o en la mente. En 1986, Mason aclara que los estresores,76 que son generadores de reacciones intensas importantes y muy dañinas, no pueden ser cosas conocidas o habituales del medio,77 puesto que éstas por ser reconocidas y toleradas, no provocan alarma. Pero cuando hay algo desconocido que irrumpe en forma abrupta y que el individuo afectado reconoce como conflicto o peligro, entonces se establece el estímulo estresante (evaluación cognitivo-simbólica). Estos eventos ofician como macroestresores. Es como si la persona afectada reconociera que el estresor no es comparable con otras circunstancias personales experimentadas. Luego, aunque el estímulo estresor pueda tener elementos para que algunos puedan evaluarlo como no amenazante, pasará a ser conflictivo cuando la valoración cognitiva previa lo catalogue como tal. Es lo que ocurre con los microestresores cotidianos. No es la naturaleza del estímulo lo que constituye un estresor, sino su evaluación cognitiva simbólica, que le da categoría de amenaza. 76 Aclaramos que en cuestiones conflictivas crónicas, agobiantes y no resueltas, toda la familia de palabras derivadas de estrés, deben considerarse como distrés y así hablaríamos de distresores, situaciones distresantes, etc. 77 Salvo los llamados “microestresores” cotidianos (levantarse, asearse, viajar, ir al trabajo, moverse en el ruido citadino, problemas familiares, económicos, sociales, etc. 113 Antonio Paolasso – INFORTUNIO Y MEDICINA LABORAL Esto funcionaría como el punto de vista desde el que se aprecia dicho estímulo. Teniendo como base lo antepuesto, la llamada reacción de alarma de Selye, que se consideró como una cadena de reacciones psicofísicas frente a un agente o estímulo estresante, determina que la respuesta al estresor no es específica sino general, por lo que se propone el nombre de síndrome general de adaptación. En esta reacción hay una fase aguda o alarma propiamente dicha, y una fase de adaptación (se huye o se lucha con el conflicto). adaptación normal mecanismos compensatorios (homeostasis) afrontamiento escape lucha huída Pero con el tiempo y la profundización de estudios, el término estrés va adquiriendo nuevas connotaciones. Uno de estos estudios modernos es el que establece la conexión entre estrés y enfermedad: el estrés es factor de riesgo y causa de enfermedades. Por eso, en 1974, el mismo Selye rectifica el concepto de estrés y propone usar el término distrés como respuesta anormal, disfuncional o patológica. De esta forma, ya no es una simple reacción de alarma (concepto de agudeza), ni un síndrome de adaptación (concepto de cronicidad), sino que se transforma en un concepto mucho más amplio y polifacético, en el cual el hombre no puede adaptarse al conflicto quedando entrampado en no poder luchar ni huir. Este nuevo fenómeno abarca tanto lo agudo como lo crónico y es polisintomático y polietiológico, desde el punto de vista fisiopatológico y clínico, resultando ser producto de causas naturales o artificiales, de cosas reales o imaginarias y de cualquier factor de ansiedad. En ese mismo año, Selye, contemplando las diferentes reacciones agudas y crónicas de su propuesto síndrome general de adaptación, reconoce que hay que diferenciar dos situaciones bien concretas: 1. La reacción primaria aguda, normal o funcional, propiamente denominada estrés, y la que comprende todos los mecanismos del sistema de respuesta funcional considerados normales para todo conflicto o afrontamiento con que normalmente vivimos en nuestro medio habitual y que configuran las conductas de afrontamiento (del inglés coping)78 y son los que llevan a la lucha o a la huída. 2. La reacción anormal que es la provoca enfermedad o entrampamiento y cronifica la reacción normal, es la que llama distrés, constituyendo un sistema de respuesta disfuncional que lleva a la confrontación con el conflicto constituyendo las conductas de confrontamiento (del inglés binding).79 Es decir, el estrés reconoce varias causas y ocasiona diversos síntomas en estas nuevas connotaciones, en las que deja de ser una buena reacción para transformarse en una mala reacción, que ya no le permite llamarse estrés sino distrés. El distrés se aleja del estrés porque mientras estrés se concibió 78 El coping deriva del inglés cope y puede ser traducido como “arreglándoselas”. En inglés la frase “to cope wit difficulties or problems” significa hacer frente al problema o dificultad o abordarlo. 79 Deriva de bind que significa atar o sujetar y se traduciría como “ataduras”. Es sinónimo de bound que sería lo mismo y en el distrés funciona como la frase inglesa “bound hand and foot” (estar atado de manos y pies) 114 Antonio Paolasso – INFORTUNIO Y MEDICINA LABORAL como síndrome de adaptación a un conflicto, el distrés es, realmente, un verdadero síndrome de desadaptación: adaptación anormal por estímulo repetitivo (adaptación por el cambio) respuesta patológica (alostasis) enfermedad psiquiátrica orgánica Cuando las reacciones naturales de alarma no producen lucha o huída, el hombre queda inhibido e inmerso en la tensión. Este término, de acuerdo con la RAE, primariamente sugiere “estado de un cuerpo estirado por fuerzas que lo atraen”, entendiendo como una “fuerza que impide separarse unas de otras a las partes de un mismo cuerpo, cuando se halla en dicho estado”. Es como si el estímulo ejerciera un “estiramiento” sobre los músculos y la mente y, físicamente, aparece una contractura muscular, mientras que mentalmente es un “estado de alerta”, todo esto manifestado por lo que lo siente, como un “estar bajo presión”. Pero, tensión también es un “estado anímico de excitación, impaciencia, esfuerzo o exaltación producido por determinadas circunstancias o actividades”. Los diccionarios médicos entienden por tensión “la acción y efecto de tender o estirar y el grado de estiramiento”.80 Estas definiciones nos llevan a concebir a la tensión en el ser humano como una fuerza interior o presión interior que se despierta ante un estímulo, que por un lado tiende a una expansión, pero por otro lado ejerce una contención a dicha expansión. Esta aparente contradicción es, precisamente, el carácter de la tensión estresante: es una sensación de presión u opresión interna que busca una salida o explosión, pero que es contenida por mecanismos diversos, de forma tal que obra como un “querer sin poder”. Obviamente, esta tensión es vivida como sufrimiento y frustración. En este sentido, puede operar sobre lo psíquico (tensión psíquica) y llevar a la angustia y la ansiedad por distrés mental o psíquico, o bien, obrar sobre el cuerpo (tensión física) y se manifiesta como distrés físico mediante tensión muscular (contractura), hipertensión vascular (arterial o venosa), tensión orgánica (enfermedad psicosomática).81 El concepto de distrés como causa de enfermedad, nace del estado de alteración psicoemocional o físico que produce efectos deletéreos sobre el bienestar psicofísico y social de la persona. Últimamente se considera que el estrés surge como un concepto de reacción a un estímulo y se manifiesta por cambios en la cantidad de hormonas y en la función y tamaño de muchos órganos, como respuesta de adaptación a dicha reacción. El estrés, como concepto de adaptación, en sí, no conlleva ninguna connotación de bueno o malo, sino que este concepto surge de las circunstancias que conducen a una persona a sufrir una reacción de estrés y de los efectos que éste causa. De ahí nace que en determinadas circunstancias un estrés, por sus efectos, puede ser bueno (eustrés) y en otras malo (distrés). Ambos, eustrés y distrés, suelen ser nocivos porque una emoción positiva de eustrés, si es muy intensa puede provocar una muerte súbita, un accidente cerebrovascular, desencadenar una crisis asmática o hipertensora, etc., dependiendo la reacción, en casi la 80 81 Diccionarios médicos Salvat, Dorland, Melloni También se considera distrés físico a diversos traumatismos por agentes físicos 115 Antonio Paolasso – INFORTUNIO Y MEDICINA LABORAL mayoría de los casos, de la situación personal preexistente en las personas o de las tendencias o predisposición a enfermar en determinados aparatos (órganos blancos o diana).82 La mayoría de las acciones y decisiones que hay que tomar, en referencia a los factores de estrés, en la vida diaria, no tienen trascendencia para la supervivencia física (no ponen en peligro la vida). En consecuencia, no sería necesario responder a la mayoría de esos factores, como si estuviera en peligro la vida o el bienestar de la persona. Pero cuando uno de ellos es dimensionado por las circunstancias, de forma tal que se vivencie como que constituye una amenaza real o supuesta para la supervivencia, acciona los mecanismos que controlan la actividad física y la homeostasis, para alertar a una persona a enfrentarse con ese conflicto y tomar la decisión de pelear (enfrentarlo) o huir (alejarse del problema o no enfrentarlo). Este estado de alerta se ha hecho casi un hábito para el organismo del hombre actual (hipervigilancia), dado que muy pocas personas reflexionan acerca de la realidad o verdad que cada situación encierra y sólo atinan a reaccionar con hábitos, los cuales al no ser los adecuados, llevan a la inadaptación. 83 Todo ocurre como si el total de las personas que conviven en una sociedad están plenamente convencidas de que la lucha por la existencia y todos los males aparentes que ésta trae, son inevitables. Desde el día en que se produce el nacimiento (y aun durante el embarazo, en el estado de gestación), hasta que la llegada de la muerte, el transcurso de la vida es apreciado como una serie de conflictos de todo tipo. Según esta concepción, o forma de vivir, la vida es un campo de batalla en el cual la derrota es más factible que la victoria (visión pesimista) que sumerge al hombre en la inacción, le quita su condición de ser reflexivo o inteligente y le hunde en la desesperanza, lo que lleva a más de dos tercios de la humanidad actual, a vivir en condiciones infrahumanas (miseria, ignorancia, guerra, enfermedad, etc.). Y, a pesar de tener instrumentos suficientes y hábiles para superar cualquier contingencia, el hombre queda a merced de las circunstancias y de las catástrofes en una especie de actitud suicida. Pierde su condición de pensador inteligente para transformarse en un ser irracional que vive y actúa contra toda norma de sentido común, y no se deprime porque está mal, sino porque pierde las esperanzas de estar mejor. Así, una relación que debiera ser tan simple como es la familia (esposo, esposa, hijos, parientes) en la que se supone que deben primer sentimientos de afecto y amor, comprensión, buen trato, tolerancia, pasa a ser utópica o algo inalcanzable y los grupos familiares como la relación esposo-esposa, padres-hijos, matrimonio-parientes, constituyen grupos con personas con ideas contrapuestas, surgiendo el conflicto por sentimientos encontrados de celos, competencia, falta de unión, intolerancia y otras emociones negativas. Hay pugna o conflicto constante con las tres opciones que surgen entre lo qué se es, lo qué se debiera ser y lo qué se quisiera ser. El hombre de hoy pierde el sentido de su vida y yerra al no encontrar el equilibrio entre esas tres opciones. A veces porque no se sabe qué se debiera ser o hacer, qué es lo correcto, qué es lo bueno; en otras oportunidades puede saberse qué hacer pero se reniega de ellos (no quiere hacer lo que debe hacer) y, en algunas circunstancias (las menos), realmente no puede superar el medio para adaptarse a un equilibrio entre las tres proposiciones sobre su ser. Todo esto afecta a lo ideal, a la tradición y al futuro, puesto que lleva a la inseguridad, a la inestabilidad y se cambian todas las reglas o normas conocidas o no se aceptan ninguna de ellas, quedando el conflicto como principal medio de vida necesario e inevitable, como única norma de vida, restando otras posibilidades. Al ser lo inevitable una norma, lo verdadero puede ser considerado falso y viceversa, los valores tales como la vida, el amor, las virtudes pierden todo sentido o son despojados del mismo, entrando en un círculo vicioso de odio, lucha, falta de afecto, irracionalidad y agresividad. “Todo el 82 AMERICAN JOURNAL PSYCHIATRY (148): 1346-1352, 1991 AMERICAN JOURNAL PSYCHIATRY (148): 1346-1352, 1991.~ PSYCHOSOMATIC MEDICINE (42): 307-321, 1980. ~ MEDICAL MAG Vol. 7, N° 64, 1996 83 116 Antonio Paolasso – INFORTUNIO Y MEDICINA LABORAL mundo está en pugna con alguien”. Así, una persona que se siente inferior a otra, entrará en una lucha no necesaria, para llegar a una cima imaginaria. Contrariamente, quien albergue sentimientos de superioridad hacia otro, le despreciará y humillará. Por momentos, todo opera como que no hay sentimientos profundos de amor, consideración hacia sí mismo y hacia el otro.84 Como resultado final, el temor, la soledad y la desesperanza expresan el exterior de toda sociedad actual y aparecen como el eje de la rutina, la que se vive como algo abrumador que frustra la vida de tantos seres humanos, convirtiéndoles en insensibles, violentos y amargados, situación que les guía al asesinato (guerra, asalto, violación, reacción por emoción violenta) y al suicidio. No quiere su propia vida ni respeta la ajena. O bien, desarrollan un miedo a vivir signado por la angustia y ansiedad crónica, con picos de agudeza de las mismas, y la depresión. Y, en esta dura realidad, finca el distrés actual, el cual funciona como una emoción más. El distrés está, en alguna medida, en todo el ámbito cotidiano actual, el que desde un punto de vista ecológico y vital se le denomina ambioma. Dentro de este ámbito está la vida laboral, la cual no es algo nimio ni carente de importancia ya que el hombre que trabaja ocupa, en el mejor de los casos, un tercio de su vida. Esto quiere decir que gran parte del distrés diario lo genera la necesidad de trabajar. Cada trabajo tiene su distrés particular. Tanto el obrero que sufre recargo de sobreesfuerzos físicos u horarios, como el profesional que debe enfrentar la plétora de su campo laboral, como el empresario que debe considerar todos los problemas inherentes al mantenimiento de su empresa, padecen distrés en distintos grados y naturaleza. El distrés se instala, desde ya, por el sólo hecho de tener que trabajar. En algunos casos, el trabajo se vive como un sufrimiento, casi con la visión bíblica del Génesis cuando Dios pareció “condenar” al hombre al trabajo, según el texto bíblico. Para otros es una distracción, para algunos una evasión y, últimamente, una obsesión compulsiva. Sea cual fuere el punto de vista o la sensación que el trabajar genera en los laborantes, lo cierto y preciso es que muy poca gente tiene plena satisfacción en trabajar. Así, el hombre que ya tiene que habérselas con un ambioma extralaboral conflictivo, agrega el distrés laboral, dado que en el ámbito laboral todos conllevan una personalidad desfigurada por un estilo de vida inauténtico. Este fenómeno distorsiona las relaciones interpersonales y al distrés físico del esfuerzo corporal se suma el distrés psíquico de los conflictos interpersonales laborales o sociopolíticos. La necesidad de aumentar el horario de trabajo involucra que muchas personas lleguen a pasar más de la mitad de su vida en el trabajo. En otros casos, como es el de los jubilados con magros recursos, obliga a extender la vida laboral hasta la muerte. Los vaivenes políticossociales que impactan en el trabajo (leyes injustas o conflictivas, relaciones intralaborales tensas, problemas económicos que se traducen por sueldos o salarios insuficientes, las exigencias laborales más allá de lo normal y prudente, etc.) aportan otros elementos distresantes. El distrés “invade” la vida laboral, ocupacional o profesional y allí puede ser más patente que en otras situaciones vitales (vida personal, familiar, social extralaboral). Estas son las razones que dimensionan al llamado “distrés laboral”, el que se agrava con fenómenos que van más allá del mero trabajar, como es el fenómeno que hoy ocupa gran parte de los conflictos del trabajo: el mobbing.85 Retomando lo relativo a los mecanismos del estrés/distrés diremos que hay interrelación entre los estados emocionales y los cambios de funciones corporales (Cannon). Acá surge la otra acepción de estrés (distrés): estado alterado del organismo cuando las demandas que recibe exceden su capacidad para responder.86 Por esto la RAE define al estrés como la “situación de un individuo vivo, o de algunos de sus órganos o aparatos, que por exigir de ellos un rendimiento muy superior al normal, los pone en riesgo próximo a enfermarse”. La OMS dice que el estrés es un “conjunto de reacciones fisiológicas que preparan 84 AMERICAN JOURNAL PSYCHIATRY (148): 1346-1352, 1991.~ PSYCHOSOMATIC MEDICINE (42): 307-321, 1980. ~ MEDICAL MAG Vol. 7, N° 64, 1996 85 Viejo problema que hoy se actualiza al ser reconocido en los estrados judiciales, y castigado. 86 Gracilazo y Ardariz – EL STRESS, ENEMIGO SOLAPADO (PSICOSOMATISMO Y STRESS), Rev. Resp. Científ., Bs. As. 1980 117 Antonio Paolasso – INFORTUNIO Y MEDICINA LABORAL al organismo para la acción”. Hoy pesan en el concepto de estrés, los factores psicosociales, de forma tal que es dable aceptar el distrés/estrés psicosocial. El estrés, básicamente como reacción ante un estímulo determinado, es potenciado o condicionado en la sociedad actual, por las circunstancias sociales, económicas y políticas, que cada vez más se acentúan como productores de desajustes, ante las expectativas personales o sociales que se tienen y las que la vida en sociedad ofrece. También, estrés es “la respuesta del organismo a toda demanda real o imaginaria que produce tensión”, con o sin adaptación. Lazarus piensa que estrés/distrés es “el resultado de la relación entre el individuo y el entorno, evaluado por aquél como amenazante, que desborda sus recursos y pone en peligro su bienestar”. Probablemente, Lazarus piensa más en distrés que en estrés, pero, como dice López Mato,87 “por una cuestión de hábito” mencionamos la palabra estrés cuando en realidad hablamos de distrés. En virtud de los conceptos repasados, hablar de estrés es referirse a situaciones muy distintas entre sí. No debe confundirse la vía común final del mecanismo fisiopatológico del estrés con los distintos estresantes. Lo que diferencia un estrés del otro es el estresante y su mecanismo de acción y el efecto final del mismo (si es agudo o crónico, físico o psíquico, etc.). Estos conceptos involucran que no hay un solo tipo de estrés, sino hay estreses (diferentes clases de estrés). Se puede deducir, entonces, que entre las causas de estrés/distrés se debe hablar de: 1. Agentes físicos o ambientales 2. Agentes biológicos o interpersonales 3. Agentes psicoemocionales endógenos o exógenos Consecuentemente, no es posible inferir que el estrés en sentido de distrés es algo común a todos, un elemento natural de la vida, etc. si la intención de estas generalidades es simplificar lo que de por sí es complejo, o restarle importancia a los fines sociales, individuales, jurídicos u otros. Quien intenta simplificar así, equivoca los conceptos actualizados de estrés, a los cuales se ha llegado investigando con la aplicación del formidable desarrollo tecnológico de los últimos años, lo que ha permitido la evaluación, cuantificación y estudio de los efectos del estrés y sus consecuencias, como factor de riesgo y causa de enfermedad. Si hablamos absolutamente de estrés como reacción natural, podemos aceptar que es un elemento biológico común a todo ser humano y “elemento natural de la vida”, pero cuando es patológico o distrés, cambia todo. Luego, la generalización o simplificación en la calificación del estrés, como muchos autores pretenden, es confundir los distintos tipos y mecanismos fisiopatológicos del mismo. En Medicina del Trabajo, hay autores que soslayan o niegan al estrés como causa en sí de enfermedades o como factor de riesgo o agravante de enfermedades preexistentes, con el argumento infundado de que “todos padecemos estrés”, por lo que hay que saber distinguir entre lo que se padece y la causa por la cual se padece. Se discute el porqué de cada estrés en particular. Por eso, ahora conviene dejar bien claro que es mejor decir distrés cuando hablamos de situaciones disfuncionales o anormales y dejar a estrés como sinónimo de lo normal o natural. De este modo, la palabra distrés pone fin a todo tipo de controversia. Asimismo, es verdad parcial de que el estrés “es parte natural del hombre”, como en alguna medida lo es de toda la escala biológica. Pero debe aclararse debidamente que la reacción normal o natural de las especies biológicas, es la dada para enfrentar el conflicto ambiental natural. Esta es la reacción descubierta o explicada por Hans Selye como “reacción de alarma” y que planteaba dos claras opciones, según la posibilidad de una respuesta: luchar o huir. Hoy, la vida social ha complicado la existencia del hombre a tal punto que frente al conflicto, la posibilidad ya no es sólo huir o lucha, y el hombre de hoy, paradojalmente, está incapacitado para luchar o 87 López Mato, Andrea, médica psiquiatra, profesora de Psiconeuroinmunoendocrinología de UBA y Universidad de Barceló, directora del Instituto de Psiquiatría Biológica Integral (PBI) en el X CONGRESO DE LA ASOCIACIÓN ARGENTINA DE PSIQUIATRAS, Bs. As., Octubre 2000 118 Antonio Paolasso – INFORTUNIO Y MEDICINA LABORAL huir, pues está como anonadado por la problemática social actual, de forma tal que como no puede o no sabe luchar o huir, queda entrampado en el conflicto y se le genera angustia, ansiedad, pánico, depresión y, finalmente, la enfermedad o la muerte. Vemos de este modo, que el concepto de stress que Selye propuso originalmente para el Síndrome General de Adaptación, como defensa ante un factor exógeno agresor, en la actualidad es un síndrome que se desprende de su fin natural y funciona en forma independiente y estereotipada; no sólo ante un factor exógeno y real, sino ante cualquier factor que pueda ser endógeno o exógeno, real o imaginario. Más aun: tampoco responde ya a una función adaptativa simple, normal y protectora de la salud, sino que, paradójica e irónicamente, se ha convertido, como ya lo catalogamos al llamarlo “síndrome de desadaptación”, en una “respuesta de mala adaptación” que atenta contra la salud.88 Esta inadaptación produce alteraciones tanto psiquiátricas como orgánicas: Alteraciones psiquiátricas -impulso homicida -trastornos de ansiedad -ira – hostilidad-violencia -depresión Alteraciones orgánicas -enfermedades cardiovasculares -enfermedades respiratorias -enfermedades gastrointestinales -trastornos inmunitarios -endocrinopatías En estos términos, estrés no es sólo una ecuación simple que involucra o representa a la ecuación fuerzas externas-tensión-cambios internos, sino que es algo más amplio y multisistémico, que afecta al hombre como agente de enfermedades psíquicas o psicosomáticas, actuando como alterador de la persona humana y de las funciones normales del cuerpo. Actualmente la teoría cognitiva habla de cuatro modos de respuestas primarias: a). dos respuestas del estrés: huída o lucha b). dos del distrés: desmayo (faint) o parálisis (freeze) El concepto de sideración o congelamiento, traducido por la parálisis, ya fue bosquejado por Krestchmer.89 Las escuelas psicoanalíticas la llaman inhibición (Lacan). Actualmente Kleist y Monchablon hablan de histerismo cuando hay desmayo, y catatonismo cuando hay parálisis.90 Metafísicamente, este fenómeno pueda extrapolarse al terreno filosófico o sociológico y deducir que los cambios de personalidad que el distrés provoca, alteran la vida individual primero y comunitaria después, provocando en el hombre una nueva axiología social, política, religiosa y económica, cuya ética es confusa y muy difícil de evaluar en las circunstancias actuales. Lo único claro es que el estrés es, nítidamente, un 88 Selye, H. – STRESS Y ENFERMEDAD CARDIOVASCULAR, Rev. Rassegna (3): 20-26, 1980 En su libro HISTERIA, REFLEJO O INSTINTO 90 Estos autores describen tres modos vivenciales de reacción frente al estrés: epiléptico (lucha o huída), histérico (desmayo) o catatónico (parálisis) 89 119 Antonio Paolasso – INFORTUNIO Y MEDICINA LABORAL alterador de la persona del hombre y, por esa vía, un disociador social. Por esto, el hombre, y con él la humanidad de lo que va del siglo XXI, no es un paradigma de satisfacción en el orden universal. Han transcurrido muchas décadas desde que Cannon (1929) y Selye (1936) hablaran de estrés. Las grandes transformaciones de los sistemas industriales, laborales y la tecnología misma, han producido muchos y más espectaculares cambios en los últimos sesenta años (1940-2000) que durante siglos. El hombre no puede asimilar estos cambios con la velocidad que los mismos se producen y, en el mismo lapso, aunque logra superar su expectativa vital (combatiendo con eficiencia la enfermedad, disminuyendo el desgaste del envejecimiento y mejorando la calidad de vida). Empero, esta vida prolongada no ha podido imprimir a su naturaleza (de ritmos circadianos, vida afectiva y emocional, equilibrio psíquico, metabolismo específico de sistemas y órganos) la misma aceleración de esos cambios, lo que le lleva a un empeoramiento espiritual a pesar de sus conquistas materiales. En otras palabras, el aumento de la vida en mayor cantidad de años no se acompañado de una mejor calidad de vida, en general. De ahí surgen las diversas tensiones psicosensoriales a que se encontró sometido el hombre del siglo XX y que continúan presionando en el siglo XXI, las cuales son más, mayores y distintas a las de sus antepasados y esto le provoca, también, un estrés diferente. (Mallion y col.) En rigor, lo que produce estrés no son los cambios en sí, sino el número y magnitud de esos cambios, que cada uno puede asumir en una unidad de tiempo. (Eliot y col.) Las personas chocan, sufren y se enferman por situaciones vitales inmanejables que les producen los cambios numerosos y, sobre todo, rápidos (Richard) Esto nunca antes había ocurrido en la humanidad. Volviendo al tema de la negación e importancia del estrés, como causa en sí de enfermedades, criterio particularmente sostenido por algunos autores en Medicina del Trabajo, esto ha llevado en forma concatenada, a qué abogados y jueces se enrolen en esta opinión a fin de minimizar jurídicamente al estrés, como causa “per se” de enfermedades. Éste es un craso error porque el distrés laboral u ocupacional existe como entidad autónoma, independiente de otras causas cotidianas de estrés, siendo sus causas una serie de estresantes propios del ambiente y relaciones laborales, que causan la llamada enfermedad-accidente.91 Llegando a este punto, en alguna medida convendría, para los que aún sostienen que el estrés es algo natural, inherente a la esencia biológica del hombre, reservar el término estrés para la reacción de alarma descrita por Selye y dejar como distrés el fenómeno laboral consignado acá, con la denominación de distrés. Esto zanjaría definitivamente la polémica sobre si el estrés es bueno o malo. En 1994, Bohus agregó que en el distrés confluyen dos vertientes: 1. por una, las características y tiempo de duración de un estímulo o estresor 2. por la otra, la capacidad de afrontamiento o confrontamiento que cada individuo pueda tener en sus sistemas biológicos, para evaluar y ubicarse frente al estresor De esta forma, si la persona es normal, decidirá por luchar o huir, según lo que sea más conveniente, pero si sus sistemas biológicos no responden normalmente, puede colapsar su sistema vagal y tener un desmayo o lipotimia (faint) o una muerte paradojal. Otras veces no puede luchar ni huir, ni se desmaya, pero queda como paralizado o catatónico, es decir inhibido, siderado o congelado (freezer). La cronificación del estrés o estado de estrés lleva a la enfermedad psicosomática o de conversión (lo psíquico afecta lo físico, o sea, al cuerpo y la mente). 91 Patología cuya causa no depende estrictamente del trabajo en forma única, pero que es ocasionada cuando se realiza el mismo y por factores exclusivamente ligados al trabajo 120 Antonio Paolasso – INFORTUNIO Y MEDICINA LABORAL El estrés natural, el que despierta un peligro, por ejemplo, o los llamados microestresores cotidianos (despertar, viajar, programar las tareas del día, etc.) son reacciones necesarias para estimular acciones propias del vivir diario. Estas reacciones ayudan a realizar las actividades encaminadas al desarrollo normal de la existencia (normoestrés). No enferman. De igual modo, las emociones positivas pueden ser estresantes, pero no dañan (a menos que estemos predispuestos por una patología subyacente). Este “estrés bueno” y necesario para la vida es el llamado “eustrés”. No genera ninguna patología y son reacciones rápidas que pasan sin dejar huellas. El término proviene de castellanizar el inglés eustress. La palabra se forma con el prefijo griego eu que significa lo bueno, lo naturalmente beneficioso, lo correcto, por lo que superficialmente, puede ser considerado como el estrés agradable o estrés saludable. Sería el estrés para desearlo y disfrutarlo porque los estresantes son situaciones de emociones afectivas positivas, alegría, satisfacciones, etc. Según algunos autores, serían estresantes normativos o normales, que son estímulos para la evolución. En mayor o menor grado, sería una “compatibilidad con el entorno” (Mayor). Puede ser identificado como el “estrés de la perfecta adaptación” o como respuestas normales a hechos importantes de la vida, unidos a satisfacción, felicidad, alegría, placer o triunfo, por ejemplo, enamorarse y ponerse de novio, casarse, embarazarse o nacer un hijo, comenzar o finalizar una carrera, recibir un premio, reconciliación matrimonial, triunfo en los negocios, ascenso en la clase social. Los efectos del eustrés son inmediatos y deseables, desde el punto de vista colectivo, con falta total de peligro psicológico o sociológico (Selye). También, para Selye, el eustrés puede ser la “sal de la vida”, por lo que postula “facilitar el eustrés” y “disminuir el distrés”. Para Farreras-Rozman92 el eustrés puede ser un “despertador hormonal” favorable (caso de la hormona del crecimiento) o bien, causar la muerte súbita (muerte paradojal) cuando la emoción es fuerte y según genere, o no, ansiedad. De todos modos, se considera un “estrés necesario en la vida”, como generador de alegría por estímulo positivo y asociado a actividades ligadas a la satisfacción, al esparcimiento o diversión y a acciones emotivas de carácter grato (risa, excitación sexual, etc.). Sin embargo, en las personas vulnerables a las emociones fuertes, un eustrés puede causarle infarto o muerte súbita. Pero cuando un estímulo estresante es negativo, repetitivo y no está destinado a una acción útil, el estrés que se produce queda actuando sobre el organismo sin permitir que éste se libere de su acción. Es el estrés que entrampa, es decir, no produce ninguna reacción de lucha o huída que son las motivaciones de un estrés ante un peligro. El estresado en estas condiciones está, en términos psicopatológicos, “freezado”: queda congelado, paralizado, sufriendo sin poder desembarazarse del problema. Éste es el “estrés malo” que enferma y que se le ha llamado distrés. Es un término generado también, en el inglés distress, que se forma con el prefijo griego dis que significa lo malo, lo incorrecto. Esto sería el estrés desagradable o estrés patógeno, el que genera insatisfacción y enfermedad. Además de ser sinónimo de estrés para la enfermedad, es también identificado como el estrés que debe combatirse o evitarse, porque generalmente está unido a esfuerzos excesivos de todo tipo, tanto corporales como intelectuales o psíquicos de larga duración, contrariedades, frustraciones y estados de tensión que parecen irremediables. En oposición al eustrés, el distrés es provocado por estresantes no normales, o anormales, que serían estímulos obstaculizadores de la evolución normal. Por ser el distrés sinónimo de enfermedad psicosomática, es denominado estrés del desajuste o de la falta de adaptación. Es el estrés del rechazo y el sufrimiento, asociado a reacciones de sobrealarma y al estrés agudo fatal. De igual modo está conectado a cuando no existe la posibilidad de iniciar la lucha o darse a la fuga (estrés de la impotencia) y en este caso, igualmente, puede sobrevenir la muerte trivial (Richter) o síntomas de alteración psicosomática con daños permanentes. De esas investigaciones y estudio, rescataremos estos conceptos fundamentales: 92 Farreras y Rozman – MEDICINA INTERNA, 1979 Antonio Paolasso – INFORTUNIO Y MEDICINA LABORAL 121 1. el estrés, como distrés, es causa de enfermedades agudas o crónicas (estas últimas como enfermedades de adaptación o psicosomáticas), en personas sin patologías previas ni disposición familiar (predisposición). 2. el distrés es factor de riesgo en personas con patologías previas o predisposición. 3. el distrés tiene relevancia “per se” en la etiopatogenia y no puede excluirse como agente etiopatogénico con la mera afirmación de que “es parte de la vida”, lo que es una confusión grosera con el estrés. Los mecanismos de daño en el distrés Tanto el distrés agudo como el crónico pueden provocar daño. El distrés agudo libera un tren de catecolaminas donde la adrenalina y noradrenalina provocan una vasoconstricción tan intensa en zonas vitales para el organismo (arterias, corazón y cerebro) que pueden llevar al ataque isquémico agudo y provocar una importante isquemia o un infarto que dañan irreversiblemente los tejidos afectados. El distrés crónico se vale de otros neurotransmisores siendo el principal el cortisol y provoca daños más deletéreos pero que conllevan al mismo final: el daño tisular. Salvo que el distrés crónico afecta más al sistema neuroendocrinoinmunológico e induce metabolopatías, enfermedades psicosomáticas y cardiovasculares. Los principales mecanismos de daño tisular por parte del distrés son: 1. 2. 3. 4. el estrés respiratorio liberación de citosinas proinflamatorias (en lo inmunológico) isquemia vasculotisular secreción de factores de liberación (en lo endocrinológico) Concepto de estrés respiratorio celular El estrés respiratorio celular, llamado también estrés oxidativo celular, es un proceso intracelular provocado por los denominados radicales libres, y está relacionado con la patogénesis de una gran variedad de enfermedades humanas, las que se originan por defecto de las defensas antioxidantes naturales, que luego estudiaremos. Esto ha conducido a realizar estudios sobre ese daño oxidativo y la progresión de una enfermedad, a los efectos de investigar la forma de evitar los factores de riesgos, potenciar las defensas antioxidantes naturales o, en su defecto, buscar suplementos, también naturales, para recuperar la eficacia de las defensas antioxidantes naturales disminuidas. Ahora se sabe que los radicales libres son altamente reactivos con gran capacidad de oxidar moléculas biológicas que abarcan desde las proteínas y lípidos, hasta las membranas celulares y el ADN. Se ha observado y detectado cantidades aumentadas de metabolitos oxidados de estos radicales, en pacientes que sufren una extensa variedad de enfermedades. Entre estas enfermedades podemos citar: aterosclerosis, daño por isquemia-reperfusión, trasplante, diabetes, inflamación o enfermedades inflamatorias como artritis reumatoide, enfermedad intestinal inflamatoria, pancreatitis; cáncer, enfermedades neurológicas (accidente cerebrovascular, enfermedad de Parkinson, trauma neurológico); hipertensión arterial, afecciones de la medicina de cuidados intensivos (traumas, sepsis, hipoperfusión de órganos, hipoxia); enfermedades oculares (cataratas, degeneración macular senil, fibroplasia retrolenticular); toxicidad de drogas, enfermedad pulmonar (síndrome de distrés respiratorio de adulto y del neonato, fibrosis pulmonar idiopática, fibrosis quística), SIDA, enfermedad hematológica, ejercicio físico. Si las enfermedades o trastornos del cuerpo humano que se han enumerado, resultan de un desbalance entre el estrés oxidativo y la defensa antioxidante, 122 Antonio Paolasso – INFORTUNIO Y MEDICINA LABORAL teóricamente sería posible limitar o prevenir tal daño oxidativo, mejorando, por los medios pertinentes, la defensa antioxidante natural. 93 El descubrimiento de los llamados radicales libres Los fenómenos moleculares que intervenían en la respiración celular, involucraba una serie de fenómenos debido a intercambios de electrones a nivel intracelular. Esto originó el conocimiento de los procesos de oxidación y reducción que constituían la oxidorreducción. Era un proceso de intercambio electrónico intracelular que una molécula cedía electrones a otra que los captaba. Las moléculas más activas siempre fueron, en primer lugar el oxígeno, en segundo lugar el hidrógeno y entre ellos era la principal acción oxidorreductora. El secreto era el pasaje de estas moléculas a través de las membranas celulares (exo y endocelulares). La membrana exocelular es la membrana externa de todas las células. Las membranas endocelulares eran las de las mitocondrias, el núcleo, etc. El proceso de oxidorreducción necesitaba de elementos catalizadoras que eran enzimas. Normalmente, el metabolismo celular (y con él todo el metabolismo orgánico) era consecuencia de esos proceso enzimático responsable de la oxidorreducción de la respiración celular. El principal dador de enzimas respiratorias, era la mitocondria. El principal formador de electrones de intercambio era el oxígeno, el elemento que se consideraba básico para la respiración celular y con él, el mantenimiento del proceso vital. Sin oxígeno era imposible la vida terrestre. En la década del ‟60 del siglo XX era impensable que el oxígeno fuese un elemento, en condiciones normales de respiración, dañino. Tanto es así que por esa época un patólogo inglés lanza la hipótesis de que el oxígeno es una amenaza potencial para el cuerpo humano.94 Por esa época comenzó a conocer una especie de reducción parcial del oxígeno celular que originaba moléculas denominadas radicales libres. Estas moléculas aumentaban en el envejecimiento, en trastornos respiratorios que comprometían la oxigenación celular, en la administración excesiva de oxígeno puro con fines medicamentosos, en procesos infecciosos e inflamatorios y en procesos isquémicos, especialmente los que comprometían las membranas exocelulares y las endocelulares. Estos radicales se encontraban en los procesos oxidorreductores normales de la respiración celular, pero sólo tenían una permanencia vital de microsegundos y siempre en una concentración completamente minúscula. Las principales moléculas de la reducción parcial del oxígeno son el llamado radical superóxido (O2-) y el radical hidróxilo (HO). Poseen una exagerada capacidad oxidativa y la reacción a que suelen dar lugar se propaga en cadena, en forma limitada, pero produciendo daños celulares irreversibles en las estructuras celulares en las cuales actúan. Joe M. McCord95 descubrió la enzima superóxido-dismutasa y explicó que una pequeña fracción del oxígeno reducido por una célula aeróbica se convierte en superóxido a través de canales metabólicos normales. Para limitar la acción destructiva, la naturaleza equipó a las células con la superóxido-dismutasa que resulta ser una enzima protectora que se ocupa de eliminar a los radicales libres, mediante un proceso catalizador de una presencia excesiva de dichos radicales. Poco después, los investigadores descubrieron otras células que intervenían en el proceso de los radicales libres, como la glutatión-peroxidasa, que eran captadoras de radicales libres. Si los radicales libres no fuesen eliminados o se producen en exceso, desbordando las defensas celulares, atacan selectivamente a tres principales blancos celulares: 93 S. R. J. Maxwell – DRUGS 1995; 49 (3): 345-361, Departamento de Medicina Queen Elizabeth, Birmingham, Inglaterra. 94 Dormandy, T. L. - ¿QUÉ HA PROVOCADO QUE EL OXÍGENO NO SEA CONSIDERADO UNA AMENAZA POTENCIAL?, The Lancet, 1960 95 Bioquímico estadounidense 123 Antonio Paolasso – INFORTUNIO Y MEDICINA LABORAL 1. membranas: tanto exo o pericelulares como la endo o intracelulares (mitocondrias, lisosomas, núcleo). Los fosfolípidos de membrana contienen ácidos grasos insaturados, los que son muy vulnerables a la acción de radicales libres, a nivel de sus dobles ligaduras. Al comienzo de la acción de los radicales libres, sólo se provoca una simple desorganización de la estructura de la membrana, pero a medida que avanza la acción de esos radicales, sigue después un defecto de fluidez de los mecanismos de intercambios y las perturbaciones se acentúan progresivamente hasta llegar a la completa lisis de dicha membrana, debido a una reacción en cadena.96 El ataque oxidativo de las fosfolipasas se denomina peroxidación lipídica, fenómeno que resulta frecuentemente como resultado de la formación ion metálicodependiente de radicales hidroxilos.97 2. proteínas: las proteínas que son blanco selectivo de los radicales libres son las que tienen el grupo sulfidrilo (SH), que cae bajo la acción modificatorio de los radicales. Las principales proteínas ricas en sulfidrilo son numerosas enzimas celulares. Otras proteínas sensibles a los radicales libres son las microfibrillas de colágeno y el ácido hialurónico, constituyente esencial de la sustancia fundamental del tejido conectivo. El ataque a estas proteínas origina esclerosis y fibrosis. Este sería uno de los mecanismos que explica la artrosis fisiológica por envejecimiento articular. Las proteínas atacadas por los radicales libres se fragmentan, entrecruzan o agregan y las consecuencias de esto incluyen la interferencia con los canales iónicos y la falla de los receptores celulares o de la fosforilación oxidativa. 3. ácidos nucleicos: los radicales libres atacan a la histona, proteína que recubre los ácidos nucleicos, a los cuales “desnuda” para actuar después directamente sobre dichos ácidos, desnaturalizando el ADN por destrucción de las bases y de los azúcares de desoxirribosa, o con roturas únicas o dobles de los filamentos cromosómicos (deleciones, mutaciones)98 con graves consecuencias sobre la multiplicación, transmisión o replicación del mensaje genético que interviene en la síntesis de proteínas (alteración del genoma y del proteoma), llevando a la carcinogénesis y la muerte celular.99 Ataca el ADN mitocondrial fundamentalmente, y a las enzimas respiratorias mitocondriales, produciendo hinchazón mitocondrial. Activación del neutrófilo en la sepsis El leucocito neutrófilo polimorfonuclear (PMN) es una de las herramientas biológicas contra la infección, más importantes de las que dispone el sistema inmunohematopoyético. El LPS (lipopolisacárido) y otros productos como las citoquinas son conocidos activadores del sistema enzimático acoplado a la membrana de los fagocitos, conocido como NADPH-oxidasa. Este sistema, que toma oxígeno del medio, produce un verdadero estallido o “burst” de oxígeno transformándolo en el anión superóxido(O-2), mediante un sistema de citocromos que transportan electrones. El O-2 es un radical libre del oxígeno que se convierte en peróxido de hidrógeno (H2O2) en forma espontánea o por medio de la superóxido-dimutasa (SOD). Por otra parte, el neutrófilo cuenta con la enzima mieloperoxidasa, que utiliza el H2O2 y cloro, para formar ácido 96 Sevenian A., Hochstein P. – Mechanisms and consequences of lipid peroxidation in biological systems, ANNU REV NUTR 1985; 5: 365-375 97 Aust S. D., Morehouse L. A., Thomas C. E. – Role of metals in oxygen radical reaction Free Radic, BIOL MED 1985; 1:3 98 Aruoma O. I., Halliwell B., Dizdaroglu M. – Iron ion-dependent modification of bases in DNA by the superoxide radical generating system hypoxanthine-xantine oxidase, J BIO CHEM 1989; 264: 13024-13028 Birboim H. C., Kanabus-Kominska M. – The production of DNA strand breaks in human leukocytes by superoxide may involve a metabolic process, PROC NATL ACAD SCI USA 1987; 82: 6820-6824 99 Sholes R. G. – Radiation effects on DNA, BR J RADIOL 1983; 56: 221-231 124 Antonio Paolasso – INFORTUNIO Y MEDICINA LABORAL hipocloroso. Estas especies reactivas constituyen verdaderas armas letales para las bacterias por su potencia oxidante, pero también armas de doble filo por su capacidad de causar daño sobre los tejidos. Tal como Carreras y col. Describieron en humanos, en el momento de activación o de O2 “burst” del neutrófilo, también se produce óxido nítrico (NO) y es sabido que al reaccionar con O-2 se convierte rápidamente en peroxinitrito. Este producto posee alto poder oxidante (citocida de microorganismos) y puede dar lugar al radical hidróxilo (HO) con alta capacidad de daño sobre las membranas celulares. La producción de especies reactivas de oxígeno (anión superóxido) y nitrógeno como NO, es responsable del estado de estrés oxidativo que ocurre en múltiples tejidos en la sepsis grave. En el pulmón parece depender de activación de neutrófilos, pero es independiente de ellos en el músculo esquelético.100 El neutrófilo en la inflamación o necrosis tisular De igual modo que en la sepsis, el neutrófilo opera en el estrés respiratorio en los procesos inflamatorios y en la necrosis tisular. En esos procesos, los tejidos alterados pueden ser captados (fagocitados) o por simple contacto (el neutrófilo se adosa al tejido inflamado) y al detectar un tejido no normal, lo registra como tejido extraño y comienza el proceso de liberación de radicales libres como el peróxido y el oxidrilo cuya función es destruir el tejido extraño. Cuando el tejido es fagocitado, la lisis tisular se realiza dentro del neutrófilo, pero si el tejido no es fagocitado, el simple contacto hace que los radicales libres liberados salgan al exterior y comiencen la destrucción del tejido extraño, en este caso, el tejido inflamado. Eso explica porque el tejido inflamado termina con daño tisular o con necrosis. El proceso del neutrófilo y los macrófagos en la inflamación fueron muy bien estudiados en los procesos inflamatorios alérgicos y la producción de radicales libres es lo que explicó el daño tisular por alergia y la autoperpetuación de un problema alérgico. Similarmente ocurrió con las autoinmunopatías que afectan diversos tejidos (piel, músculos, huesos, articulaciones, etc.) Vulnerabilidad de las membranas La membrana celular es un sistema biológico elemental y simple y una forma primitiva y fundamental de la vida. Es una película muy fina cuyo espesor es de 20 nanómetros (nm) y separa dos medios hídricos (extra e intracelular) definiendo dos entidades diferentes. La naturaleza de su estructura condiciona su solidez y rol funcional. En la constitución de la membrana, la unidad básica es un fosfolípido, molecular bipolar que presenta dos polos: 1. un polo hídrico (formado por ácido fosfatídico) 2. un polo hidrófobo (formado por dos cadenas de ácidos grasos) Estos polos se acomodan de forma tal que quedan enfrentados entre sí los polos hidrófobos formando un doble lecho fosfolípidico que queda incluido en el interior de la membrana, mientras que los polos hídricos enfrentarán por fuera de la célula al medio extracelular y por dentro de la célula al medio intracelular, protegiendo del agua a los polos hidrófobos (llamados así porque el agua los daña). Cuando esta disposición de los polos de los fosfolípidos es modificada, el sistema membranoso pierde la solidez y comienza un número determinado de perturbaciones, siempre en relación con el grado de desorganización estructural que se haya provocado. ¿Cómo desorganizan a la membrana celular los radicales libres?. Las dos cadenas de ácidos grasos de los fosfolípidos son ácidos grasos insaturados que poseen dobles ligaduras de carbono-carbono, esencial para la solidez de la estructura espacial determinada en el conjunto de la trama membranosa. Es precisamente a 100 PROAMI, 3er. Ciclo, fascículo 2, Editorial Panamericana, Bs. As. 1998 125 Antonio Paolasso – INFORTUNIO Y MEDICINA LABORAL nivel de la doble ligadura carbono-carbono donde se encuentra la vulnerabilidad de la estructura membranosa a los radicales libres. Los oxhidrilos, en especial, se combinan con los carbonos provocando roturas de fragmentos o angulaciones diferentes (como si doblaran la cadena lipídica y esto desestructura la unión de los polos hidrófobos y rompe la constitución membranosa provocando una discontinuidad de la misma por pérdida de la disposición arquitectural. Esta pérdida textural provoca las denominadas brechas iónicas, alterando el intercambio iónico normal de las células (canales iónicos de intercambio) como así también se alteran las proteínas receptoras y transportadoras de los carriers membranosos responsables de portar información desde el exterior al interior de la célula, puesto que estas proteínas son ricas en grupos sulfidrilos que son blanco directo de los radicales libres. Se destruye así la denominada barrera membranosa responsable del equilibrio intracelular en relación con el medio extracelular. El ataque a la membrana, por parte de radicales libres es una reacción en cadena. Dicha reacción en cadena se debe a una especie de autooxidación por la cual, cada radical libre después de alterar seriamente una cadena lipídica, ataca a la cadena vecina, manteniendo todo su poder destructivo. Es decir, la acción de los radicales libres no disminuye su potencialidad y le permite seguir ocasionando nuevas reacciones en forma completa. En esta cadena de reacción se pueden distinguir tres etapas: 1. etapa de iniciación: que comienza con el “escape” de un radical libre OH que no es neutralizado por el “sistema de seguridad” enzimático que forman la SOD, CAT y GPx. 2. etapa de propagación: el radical OH ataca la doble ligadura carbono-carbono de un primer ácido graso y después pasa al fosfolípido siguiente y así, sucesivamente, dando lugar a una reacción en cadena, pues su acción se repite de 10 a 12 veces produciendo una modificación mayor de la estructura membranosa. 3. etapa de terminación: se establece cuando el radical libre encuentra otro radical libre y el intercambio de electrones los neutraliza o bien aparece una molécula capaz de apresarlo y guardarlo Naturaleza bioquímica de los radicales libres Los radicales libres provienen de las llamadas formas activadas del oxígeno: las cuales serían: 1. formas estables: oxígeno molecular (O2) que es el actúa normalmente en la respiración celular aerobiótica 2. formas inestables: ión superóxido (O2-), inestable peróxido de hidrógeno o agua oxigenada (HOOH), el menos inestable radical oxhidrilo (OH) muy inestable oxígeno singulete (O) el más inestable Un radical libre es una molécula o átomo que posee sobre su capa externa un electrón célibe (electrón no apareado con otro electrón de rotación inversa sobre la misma capa orbital de un átomo. Es una especie de electrón libre llamado también electrón impar). Es nos indica que un radical libre también puede ser definido como cualquier especie capaz de existir independientemente y que contenga uno o más electrones célibes o impares. Esta característica confiere al átomo una fuerte reactividad con todas las moléculas vecinas y su vida es muy corta. Esta inestabilidad hace que sea difícil ponerlo en evidencia. También, la presencia de un solo radical libre puede iniciar una cadena de eventos de transferencia de electrones denomina reacciones redox, las que luego estudiaremos como una reacción en cadena. Son radicales libres propiamente dichos el ión superóxido y el radical oxhidrilo. El peróxido de hidrógeno y el oxígeno singulete son moléculas de oxígeno 126 Antonio Paolasso – INFORTUNIO Y MEDICINA LABORAL tóxicas pero no son radicales libres en sentido estricto. En el proceso de oxidorreducción celular incompleto, los radicales libres son formas activadas del oxígeno por ganancia del electrón célibe. Es como si atraparan un electrón más, al cual no pueden inactivar con otro de rotación inversa y al quedar libre se vuelve tóxico. Por ser un electrón excedente, es lo que provoca su gran inestabilidad. El metabolismo aeróbico (aerobiosis celular) propio de las células que actúan en aerobiosis, actúan sobre el oxígeno y la glucosa principalmente mitocondrial y originan superóxido, el cual bajo la acción de la SOD (enzima superóxido-dismutasas), es llevado a peróxido (H2O2) (agua oxigenada) con producción de radicales oxhidrilos libres (OH). Sobre el peróxido actúa una enzima que es la catalasa-peroxidasa y transforma el peróxido en agua (H2O) sustancia inocua para la célula. El sistema catalasa-peroxidasa esta formado por dos enzimas: la catalasa (CAT) y la peroxidasa o glutatión-peroxidasa (GPx) que transforman los radicales OOH en radicales OH y esto permite formar agua. Tanto la SOD como la CAT y la GPx constituyen un verdadero sistema fisiológico antioxidante. Las enzimas SOD son metaloproteínas (polipéptidos constituidos por una cadena de aminoácidos que encierran dos átomos metálicos que son cobre, zinc o manganeso), existentes sólo en las células con sistemas aeróbicos (no existen en los sistemas anaeróbicos). Para ser efectivas, las SOD deben estar necesariamente acopladas a las catalasa-peroxidasa que evitan la acumulación de peróxido y oxhidrilos. Si los sistemas de defensa enzimáticos son desbordados por hiperproducción de radicales libres, habrá defecto de eliminación y la consiguiente acumulación de superóxido, peróxido y presencia de oxhidrilos (elemento no fisiológico para el que no está prevista la defensa enzimática natural), acentuándose la propagación en cadena en forma ilimitada y gran daño celular a nivel de membranas, proteínas y ácidos nucleicos). Todo el sistema opera como verdadera carrera de velocidad entablada entre las enzimas protectoras y la tasa o nivel de radicales libres. Cuando la velocidad de catalización enzimática es superada por la masa de radicales libres, se produce la descompensación con el daño consiguiente. Recordemos que los factores que favorecen la hiperproducción y fallas en el sistema enzimático de eliminación, son el envejecimiento, las infecciones, las inflamaciones y otros procesos de destrucción celular. Ayuda a la neutralización de radicales libres, en el caso de desborde, otros elementos celulares como son las membranas, ácidos nucleicos, alfa tocoferol, ácido ascórbico. Pero la actuación de las membranas y ácidos nucleicos será con el costo de su integridad morfológica y funcional (según vimos, lisis membranosa y deleciones genéticas) Síntesis fisiológica de radicales libres Existe una especie de síntesis fisiológica101 de radicales libres en las siguientes circunstancias: 1. cadena respiratoria mitocondrial: en el proceso de respiración celular mitocondrial, mediante un proceso de óxido-reducción, el oxígeno que ingresa es reducido a agua, por la intervención de aporte energético que realiza el adenosintrifosfato (ATP). Esta reacción, que consiste en un intercambio de electrones, los electrones son desplazados de una molécula a otra por pares. Pero, ocurre en muy escasa medida una reacción incompleta de óxidoreducción en la que una molécula recibe sólo un electrón (electrón célibe) y se produce un radical activo. Normalmente, la interreacción metabólica entre oxígeno y glucosa determina como resultado final un 95% de agua, pero queda un 5% de moléculas de oxígeno libres. Éste es el oxígeno responsable de la formación de moléculas activas de oxígeno que darán origen a los radicales que antes estudiamos, de los cuales surgirán los radicales libres. Todo el proceso de metabolización respiratoria intracelular se denomina cadena respiratoria. Produce un transporte mitocondrial de electrones debido al escape de superóxidos producido por la ineficiente reducción del oxígeno. La presencia de iones de metales de transición como el 101 Que se forman en condiciones normales y se compensan homeostáticamente Antonio Paolasso – INFORTUNIO Y MEDICINA LABORAL 127 2. 3. 4. 5. cobre y el hierro, dentro del citosol mitocondrial, interactúan con el superóxido y dan lugar a la producción de radicales hidroxilos muy reactivos y dañinos. síntesis de prostaglandinas: ocurre a nivel de membranas que ricas en ácido araquidónico. Cuando hay liberación de dicho ácido a partir de los fosfolípidos de membrana, debido a la intervención de una enzima fosfolipasa, inmediatamente otra enzima, la ciclooxigenasa, comienza la degradación del ácido araquidónico formado las prostaglandinas (tromboxano A2, prostaciclina). En el proceso de producción o síntesis de prostaglandinas hay una generación fisiológica de radicales libres debido a la acción de la ciclooxigenasa. fagocitosis realizada por leucocitos: frente a una bacteria (acción bactericida) o toda sustancia extraña, los leucocitos (polinucleares neutrófilos, macrófagos, monocitos) realizan una invaginación de su membrana para envolver y aislar el germen o sustancia extraña y de esa forma dan origen a una especie de vacuola o bolsa que introducen en el citoplasma (fagosoma). Este proceso se conoce como fagocitosis por leucocitos. Dentro de la bolsa formada, la membrana origina ión superóxido el cual es transformado por la enzima mieloperoxidasa en peróxido cuya función es destruir al intruso. En la reacción también interviene el NADPH que produce NADP. El superóxido no utilizado por el fagosoma es neutralizado formando agua. Este mismo mecanismo leucocitario también se encuentra en los procesos inflamatorios y en las enfermedades autoinmunitarias, en las cuales los radicales libres son liberados por la actividad fagocitaria. efecto de irradiaciones: los radicales libres se forman cuando hay radiaciones o irradiaciones ionizantes normales como ocurre con la luz natural o artificial con irradiaciones ultravioletas (U.V.) y también con otras radiaciones del espectro visible de la luz. Los tejidos más expuestos a estas radiaciones normales son la piel y el ojo (cristalino y retina) primero por ser los más expuesto y, segundo, por tener un metabolismo celular muy intenso. Las irradiaciones transforman el oxígeno intracelular normal en iones superóxido. Las irradiaciones artificiales, como ocurre con la exposición a Rayos X también producen radicales libres. Ciertos humos, como el humo del cigarrillo, desprenden en su fase gaseosa, una gran cantidad de radicales libres. procesos tisulares anormales: ciertas enzimas del sistema mitocondrial, como la xantinooxidasa, al producirse la reperfusión de tejidos isquémicos, liberan superóxidos. El reingreso de sangre y oxígeno en tejidos previamente isquémicos promueve la liberación de radicales libres provenientes del oxígeno.102 El metabolismo de algunas drogas como el paracetamol o el paraquat liberan productos intermedios que favorecen la liberación de radicales libres. En este tema es fundamental saber como los radicales libres interfieren en la cadena de degradación de fosfolípidos a prostaglandinas. Dijimos que en una primera instancia la fosfolipasa degrada un fosfolípido a ácido araquidónico. Sobre éste actúa posteriormente una ciclooxigenasa y se originan las prostaglandinas tromboxane A y prostaciclina. En el curso de ciertas etapas de la síntesis de prostaglandinas existe una cierta producción de radicales libres que pueden llegar a inhibir la acción de la ciclooxigenasa. Esto ocurre cuando un exceso de esos radicales modifica las orientaciones metabólicas y disminuye, de esta forma, en modo esencial, la síntesis de la prostaciclina que es la prostaglandina que interviene en el ciclo antiagregante. De esta familia surgen los eicosanoides, especie de mediadores intra o intercelulares. La intervención de los radicales libre sobre el comportamiento de los elementos sanguíneos circulantes y de la pared vascular se produce a varios niveles, que originan las hipótesis siguientes: 102 McCord J. M. – Oxygen-derived free radicals in post-ischaemit tissue injury, N ENGL MED 1985; 312: 159-163 128 Antonio Paolasso – INFORTUNIO Y MEDICINA LABORAL Deformación y alteración de la membrana celular, pérdida de la elasticidad, modificación eléctrica de las plaquetas y del endotelio vascular, por ejemplo, en la denominada fase de llamado de la agregación o adhesividad Por la presencia de radicales libres se libera en la membrana una fosfolipasa denominada fosfolipasa A2 que origina un ácido araquidónico modificado La intervención directa sobre la cascada del ácido araquidónico, disminuiría la relación sustancias antiagregantes/sustancias proagregantes. Las modificaciones de los flujos transmembranas, en particular del calcio al nivel de los gránulos y del sistema tubular denso. Los radicales libres, en su intervención en la síntesis de las prostaglandinas, bajo la acción de los hidroperóxidos se forman los leucotrienos, agentes proinflamatorios. Los radicales oxhidrilos serían los responsables de la inhibición de la prostaciclina y de la ciclooxigenasa. Envejecimiento y estrés El envejecimiento es un proceso natural de todos los seres vivos. Hay varias causas y la cronología de edad que nos lleva a envejecer. Entre las causas del envejecimiento hay dos muy particulares, de las cuales, la primera, es una síntesis de todo lo que hemos expuesto sobre estrés respiratorio: 1. el estrés oxidativo celular provocado por los radicales libres, especialmente el superóxido, que se generan en las mitocondrias. Las mitocondrias son verdaderas usinas generadoras de energía y enzimas respiratorias, que asimilan el oxígeno llevado por la sangre desde los pulmones, para realizar los procesos oxidativos que intervienen en el metabolismo celular. Este proceso oxidativo “inyecta vida” a nuestras células y les permite mantenerse en funcionamiento, pues mediante la oxidación el 95 por ciento de los alimentos se transforman en energía combustible que genera fuerzas vitales para los músculos y todos los otros órganos y tejidos. Pero, en el proceso oxidativo normal, las mitocondrias pierden electrones que quedan libres y se les denomina radicales libres, los que se dispersan dentro de las células afectadas y al unirse a distintas moléculas intracelulares generan un proceso anormal de oxidación, el cual es dañino porque el blanco de su acción es el DNA, en especial el mitocondrial que se hallan en todas las células somáticas. El exceso de radicales libres genera una especie de contaminación intracelular que daña especialmente el DNA provocando mutaciones genéticas adquiridas no hereditarias, que son las responsables del cáncer y otras afecciones y, en particular, del envejecimiento y la muerte celular. Hay un círculo vicioso: los radicales libres provocan envejecimiento y el envejecimiento aumenta los radicales libres y de esta forma aumenta el daño genético y celular. 2. El estrés psicofísico, mediante la secreción de catecolaminas, especialmente adrenalina y cortisol y otros neurotransmisores, altera todo el sistema cortico-hipotalámico-hipofisiariohormonal y que actúa sobre tiroides, adrenales y otros órganos, produciendo un trastorno psiconeuroendocrinoinmunológico que lleva a enfermar todo el cuerpo y a trastocar el sistema inmunitario permitiendo enfermar a todos los órganos con enfermedades psicosomáticas que conllevan el envejecimiento. De este modo, ambos tipo de estrés, el celular y el psicofísico conllevan al envejecimiento y la enfermedad. El mecanismo final es el mismo: el estrés psicofísico, a través del sistema nervioso, altera al sistema endocrino e inmunológico y acelera el estrés oxidativo celular. Algunos investigadores (Bruce Ames, 129 Antonio Paolasso – INFORTUNIO Y MEDICINA LABORAL Judith Campisi y otros)103, además de establecer en 1990, por investigaciones presentadas en congresos científicos y publicadas en revistas científicas, demostraron el nexo esencial entre la oxidación celular, la mutación del DNA y la edad. Se dedicaron a estudiar sustancias que pudieran aminorar el estrés oxidativo celular y encontraron dos de ellas, en 1999: ALCAR (acetil-L-carnitina) Ácido alfalipoico (antioxidante) La combinación de ambas parece disminuir la concentración de radicales libres en las células. Otros investigadores han encontrando diversas sustancias, algunas de ellas fitoquímicos (sustancias químicas que se hallan en determinados vegetales) como el licopeno de los tomates, el betacaroteno y otros más, que junto a algunas vitaminas (A, E, C, B) parecen tener una gran acción antioxidante unidas a oligominerales. Últimamente, se investiga a la capsaicina, principio encontrado en la cáscara de la pimienta negra y los ajíes picantes, especialmente el chile. Luego, una adecuada ingesta de nutrientes o sustancias antioxidantes, una conducta antiestrés o profilaxis del estrés psicofísico y una vida con adecuado entrenamiento físico que evite el sedentarismo, parecen ser el secreto de longevidad o aumento de la edad para vivir. La teoría Ames es que las células envejecidas y acosadas por el estrés oxidativo no producen el envejecimiento por muerte celular, sino porque pierden la capacidad de reproducirse. Esto, aparentemente, favorecería la formación de tumores, especialmente cáncer. Pero ocurre que la alta tasa de DNA dañado por el estrés oxidativo sí puede generar células capaces de reproducirse en forma irregular, es decir, formar tumores cancerígenos. El secreto estaría en prolongar la juventud celular, previniendo el estrés oxidativo celular. Concepto de distrés ocupacional Se denomina distrés ocupacional (laboral o profesional) al distrés provocado en ocasión del trabajo, ocupación o profesión. LaDou define como estrés profesional al “desequilibrio percibido entre las demandas profesionales y la capacidad de la persona para llevarlas a cabo cuando son importantes las consecuencias del fracaso”. Esta definición, en apreciación del mismo autor, se refiere a la percepción individual y de esa manera transforma a la reacción del profesional en algo subjetivo, factor que deforma a todo reclamo judicial por lesión por estrés en una valoración de menor cuantía que otros daños físicos. Pero en realidad esta definición no es global sino parcial, pues sólo considera la reacción del trabajador frente a determinadas demandas estandardizadas, como aclara después, especialmente referidas a una cantidad determinada de producción. Cuando el trabajador no alcanza el estándar fijado o presupuesto, puede generar ansiedad o angustia estresante. La definición de LaDou parece no involucrar el distrés físico (contusión, ruido, etc.) que también genera ansiedad estresante. Tampoco dimensiona adecuadamente las reacciones normales y universales de todo hombre, independiente de su condición social de trabajador, frente a una acción interpersonal violenta (acoso laboral o mobbing), por ejemplo, el maltrato de un superior. Esta escapa a una mera percepción individual, pues es una reacción natural espontánea, independiente del grado de sensibilidad individual. Lo individual podrá graduar la reacción (en más o en menos), pero la regla es que toda persona, cualquiera sea su susceptibilidad personal, reaccionará indefectiblemente ante el agravio o el trato violento. 103 Bruce Ames es científico profesor de bioquímica de la Universidad de California, Berkeley, EE.UU. y Judit Campisi es una bióloga molecular, colaboradora de Ames 130 Antonio Paolasso – INFORTUNIO Y MEDICINA LABORAL En el tema distrés laboral no se modifica el esquema general de estrés/distrés propio del cualquier ser humano, sino que cambian los tipos de estresores. Así una carga horaria excesiva es distresante, un salario bajo, los horarios rotativos, la precarización laboral, el riesgo profesional (policía, bombero, médico, etc.), el trabajo de esfuerzo psicofísico excesivo, etc. son factores de distrés laboral u ocupacional. Estos son los detalles que la definición LaDou soslaya. De todos modos, en la cuestión del distrés ocupacional hay dos polos indiscutibles: el trabajador y el medio ambiente laboral y de la interacción de esos dos polos surge la relación distresante. La relación distresante puede ser considerada bajo diferentes modelos y, de hecho, los investigadores del distrés ocupacional han formulado diversos modelos. En este punto coincidimos con LaDou en que uno de los modelos más acertados para graficar los mecanismos del distrés ocupacional, es el modelo de ajuste ambiental de Person. Este modelo contempla el enfrentamiento o confrontamiento objetivo entre ambiente y persona (trabajador) y de este contacto con la realidad (ambiente objetivo y ambiente subjetivo) surge una precisión de autovaloración entre lo objetivo y lo subjetivo de la persona. De acuerdo al resultado de ajuste en la interacción de ambiente y persona, surgirán las tensiones causantes o desencadenantes de enfermedades.104 Las manifestaciones clínicas causadas por el distrés laboral, presentan una elevada incidencia en ciertas profesiones que se desarrollan en medios muy competitivos u opresivos (reglamentos con muchas obligaciones y ningún o pocos derechos), y llevan a un deterioro de la capacidad laboral afectando la calidad de vida de los aquejados (Nieri). El distrés laboral adviene cuando los conflictos o estresantes que se desarrollan en el trabajo o profesión u ocupación, se convierten en enfermedades psicosomáticas o de adaptación (fenómeno de conversión) (Cortes Arboleda) 105 Es importante, entonces, en el distrés ocupacional, considerar: el distrés emocional o el psicosocial como el ocasionado por las malas relaciones interpersonales, pero también influye muy particularmente el distrés físico provocados por traumatismos y factores ambientales (ruido, contaminación, humedad o temperaturas extremas, no confortantes). el distrés psíquico crónico causado por factores ambientales que permanentemente inciden negativamente sobre el estado de ánimo del trabajador o profesional, causándole diferentes síndromes de estrés crónico. Queda así nítidamente mostrado, que tanto el distrés crónico como el agudo, en ocasión del trabajo, es causa de enfermedad o muerte. El distrés emocional que acabamos de analizar, es parte del distrés psicosocial, un distresante importante en el trabajo u ocupación, que además de las relaciones interpersonales conflictivas, es provocado por otras situaciones como puede ser la inestabilidad económica. Los estudios han demostrado que los ejecutivos de nivel medio sufren más distrés que los ejecutivos de nivel alto. Pero debemos destacar que diferentes instituciones han elaborado estudios sobre el impacto de determinados trabajos y profesiones. La Fundación Europea para el Desarrollo de las Condiciones del Trabajo señala que entre los trabajadores más alterados física y psíquicamente se encuentran los profesores de 104 105 Joseph LaDou - MEDICINA LABORAL - Edit. Manual Moderno, Méjico, 1994. Cortes Arboleda - PSICOLOGÍA DEL TRABAJO - QUORUM T. 14, 1987. 131 Antonio Paolasso – INFORTUNIO Y MEDICINA LABORAL enseñanza primaria y secundaria. De ellos, sólo un 64% reconoce vivir estresado y de sufrir distrés. Le siguen en orden al nivel de estrés, los camioneros, de los un 50% padecen y enferman por estrés. Sucesivamente están los trabajadores manuales con un 46% de afectados y le siguen los médicos y enfermeras con un 44%. Kerman y Kertész consideran que la profesión médica es muy distresante “principalmente en toda especialidad que deba enfrentar casos muy graves y/o muy rápidas”.106 Según estos autores, en el ambiente laboral, son distresantes los factores de ambigüedad de roles y los juegos de poder. El Instituto de Ciencia y Técnica de la Universidad de Manchester (Inglaterra) coloca con los índices mayores de estrés, en el orden siguiente, a mineros, policías, trabajadores de la construcción, pilotos aéreos, conductores de transportes públicos, periodistas, médicos y odontólogos.107 El distrés físico afecta de muchas maneras en el trabajo y existen, además de los enunciados por la Universidad de Manchester, otros trabajos, ocupaciones y profesiones distresantes. Un ejemplo es el levantamiento de un objeto pesado. Todo esfuerzo físico como distrés en el trabajo, puede provocar cualquier tipo de descompensación cardiovascular, desde un angor, arritmias o hipertensión arterial hasta un accidente cardiovascular (infarto, paro, etc.)108 Otros distresantes físicos pueden ser las posiciones prolongadas: sedente (sentado) o estación bípeda (de pie). Como distresantes físicos en el trabajo, se han catalogado a los factores ambientales como el calor, frío (tanto en sus valores extremos, como en la condición de alternar situaciones de calor con frío), la humedad, los contaminantes y el ruido. Existen también las posiciones viciosas o antiergonométricas que son las adoptadas forzadamente en estados de flexión, extensión rotación, inclinación o desvío del cuerpo para realizar tareas diversas (el obrero agachado, el oficinista con el cuello flexionado al máximo o rotado hacia un costado, el dactilógrafo de computadora o máquina de escribir que tiene el teclado demasiado alto, el metalúrgico, albañil, pintor de obras, viñatero, podador, obrero rural, obrero municipal, etc. que para ejercer su trabajo debe adoptar posiciones forzadas como las que exigen el trabajo de pico y pala, levantar pesos enormes, manejar palancas, levantar y transportar carretillas cargadas, trabajar sobre escaleras, sostener máquinas que hacen vibrar todo el cuerpo, etc.) La cantidad de distresantes ocupacionales es muy extensa y de matices diversos, algunos aparentemente inocuos, pero que pueden producir importantes alteraciones irreversibles, sobre todo cardiovasculares (Gilmore). Todas estas situaciones investigadas y comprobadas en estudios multicéntricos regresivos o prospectivos, demostraron que el trabajo, ocupación o profesión puede ser causa de distrés agudo o crónico. Por tanto definiremos que distrés laboral, ocupacional o profesional, es el distrés agudo o crónico causado por el trabajo, ocupación o profesión, por distresantes físicos, emocionales y psicosociales que pueden producir afecciones invalidantes diversas, enfermedades psicosomáticas y muerte súbita. La condición de factor de enfermedad física o mental o muerte, lleva a la OIT (Organización Internacional del Trabajo) a considerar al distrés laboral como “peligro para las economías”, tanto de países industrializados como en vías de desarrollo, porque “resiente la productividad”. En consecuencia aconseja a las empresas a organizar al trabajo y al ambiente laboral de forma tal que ayuden a hacer “frente al estrés”, “en función de aptitudes y aspiraciones humanas”, lo que facultaría a una empresa a ser más competitiva. Éste es un criterio más económico que médico y no pone el acento en el trabajador afectado sino en su incidencia en la productividad, alejando al concepto distrés laboral del criterio de protección del obrero o trabajador. El estudio del distrés laboral debe llevar a un concepto epidemiológico de prevención de factores 106 Kerman y Kertész - El manejo del stress, 1985 Los datos de la Fundación Europea y del Instituto de Manchester han sido difundidos en el 2005 108 Selye H. – STRESS Y ENFERMEDAD CARDIOVASCULAR, Rev. Rassegna (3): 20-26, 1980 107 132 Antonio Paolasso – INFORTUNIO Y MEDICINA LABORAL de riesgos, que consiste, lisa y llanamente, en la supresión de los mismos, para evitar que una ocupación cualquiera enferme a quien la ejerce por razones distresantes. No es lo mismo suprimir que “ayudar a hacer frente”, ya que este último concepto involucra que el factor de distrés persiste y sólo se buscaría adiestrar al trabajador para que no se enfrente con él. Naturalmente es prácticamente imposible determinar que esta actitud por sí, eliminaría los efectos del distrés laboral, pues implica en alguna medida uniformar las reacciones individuales diversas. Es más coherente el consejo que la misma OIT hace en el sentido de “reacondicionar el lugar de trabajo” pues esto, concretamente, significa empezar a evitar o eliminar factores de distrés laboral. En referencia a la denominada globalización que aplicada a la economía e industrialización con la denominada economía de mercado, esto significó un factor psicosocial de distrés laboral porque en muchos países el proceso de globalización económica-industrial-comercial significó un receso y condiciones de trabajo penosas para una gran masa de trabajadores de países subdesarrollados, no desarrollados y aquellos cuya economía se regía con pautas socialistas y que entraron en crisis en la década del 90‟ (Rusia, Finlandia, Suecia, países europeos bajo la férula comunista que fueron liberados como Yugoslavia, Alemania Oriental, Polonia, Hungría, etc.) Estos países con graves problemas económicos que inciden en forma inmediata y preponderantemente sobre el trabajador, aumentan el distrés laboral, especialmente con trastornos o desórdenes psico-mentales que llevan a la OIT a decir que en los países industrializados, uno de cada diez trabajadores sufre por causa de problemas laborales, depresión, ansiedad, fatiga crónica y distrés. En los países con los problemas que hemos comentado, esta situación afecta a más del 50% de los trabajadores. El proceso distresante no es privativo de países desarrollados o subdesarrollados, sino de los países con conflictos laborales permanentes como es la desocupación laboral que trajo aparejada la globalización. Esto ocurre principalmente en países latinoamericanos. El IV CONGRESO INTERNACIONAL DE MEDICINA DEL TRABAJO, HIGIENE Y SEGURIDAD109 destacó que la precarización laboral que significaba la inestabilidad en los puestos de trabajo y los despidos permanentes para no crear derechos adquiridos de antigüedad o por razones de fluctuaciones de la producción y el comercio de los productos, ha creado una nueva forma de tensión o distrés laboral que se le ha denominado el estrés o distrés de la cornisa (el trabajador se encuentra como en el borde de una cornisa con el temor constante de perder el puesto de trabajo. Jorge Solanas, fundador del Centro de Psicodrama Psicoanalítico, describe a este síndrome de estrés crónico como “el estrés del pre-despido, también llamado estrés de la cornisa, aqueja a aquellas personas que tienen empleo pero advierten el peligro de perderlo”. Volviendo al tema de la negación e importancia del estrés, como causa en sí de enfermedades, criterio particularmente sostenido por algunos autores en Medicina del Trabajo, esto ha llevado en forma concatenada, a qué abogados y jueces se enrolen en esta opinión a fin de minimizar jurídicamente al estrés, como causa “per se” de enfermedades. Éste es un craso error porque, como luego veremos, el distrés laboral u ocupacional existe como entidad autónoma, independiente de otras causas cotidianas de estrés, siendo sus causas una serie de estresantes, propios del ambiente y relaciones laborales, que causan la llamada enfermedad-accidente.110 Distrés laboral crónico El distrés laboral crónico ha sido definido por la Comisión Europea en el 2002, como el “conjunto de reacciones cognitivas, emocionales, fisiológicas y del comportamiento a ciertos aspectos adversos o nocivos del contenido, la organización o el entorno del trabajo. Es un estado caracterizado por altos niveles de 109 reunido en Buenos Aires, 2000 Patología cuya causa no depende estrictamente del trabajo en forma única, pero que es ocasionada cuando se realiza el mismo y por factores exclusivamente ligados al trabajo 110 133 Antonio Paolasso – INFORTUNIO Y MEDICINA LABORAL excitación y de angustia con la frecuente sensación de no poder hacer nada frente a una situación laboral adversa”. La OMS ha catalogado al distrés laboral crónico como la “epidemia global” mayor responsable del ausentismo laboral y el único riesgo laboral que puede afectar a la totalidad de los trabajadores porque altera la salud, a la vez que disminuye el rendimiento y aumenta las enfermedades y accidentes por el trabajo o en ocasión del trabajo. Según la OIT esta epidemia global (pandemia), económicamente causa gastos que involucran un 4% del PBI mundial. Los factores de distrés laboral más reconocidos son la deshumanización de la relación laboral, la precarización contractual (inestabilidad laboral por contratos de corto lapso o trabajo “en negro”), el falso concepto de que “un cierto grado de estrés e inseguridad laboral mejora la productividad” y otros eufemismos que encubren nuevas formas de explotación irracional del trabajador originan el reconocimiento como patología laboral del acoso o mobbing y del propio distrés laboral. El distrés laboral es una entidad hasta ahora omitida o ignorada no sólo por la Medicina Laboral, la Ley de Riesgos del Trabajo, sino también por los propios médicos laborales de las empresas y ARTs que desdeñan al distrés como factor de riesgo de patología laboral y no tienen la más mínima noción de los mecanismos del distrés laboral en los síndromes metabólicos (hiperlipemia, obesidad, hipertensión arterial y diabetes II) en la endocrinopatías y en los trastornos inmunológico de autoinmunidad (autoanticuerpos que provocan enfermedades autoinmunes) y, obviamente, los trastornos psíquicos y psicofícos (enfermedades psicosomáticas dermatológicas, cardiovasculares, respiratorias, digestivas, etc.). La Asociación Americana de Psicología (APA) realizó un estudio mediante encuestas denominado “APA 2007” que demostró que la tercera parte de la población de EE.UU. vive en distrés extremo siendo las causas principales del mismo, en primer lugar el empleo, seguido por el dinero. El University College de Londres presentó en enero del 2008 el resultado del estudio denominado Whitehall II (prolongación del Whitehall I iniciado en 1967), realizado en una población de 10.000 funcionarios empleados en la administración civil británica. El estudio demostró que los participantes con empleos más bajos y menos posibilidades económicas, tenían mayores probabilidades de morir prematuramente, en relación con aquellos que se desempeñaban en empleos más cualificados. El estudio incluyó ambos sexos y distintos niveles jerárquicos (desde jefes de alto nivel a simples mensajeros). Contempló los factores de morbimortalidad: cómo se sentían en su trabajo, nivel de distrés laboral, etc. El estudio se realizó con el monitoreo de las siguientes variables: frecuencia cardíaca, tensión arterial y concentración de cortisol en sangre (cortisolemia), datos de dieta, consumo de alcohol, hábito de fumar y actividad física. En este estudio, mediante un seguimiento de 12 años, se comprobó fehacientemente que la asociación de distrés laboral crónico con enfermedad coronaria era, estadísticamente, más importante entre hombres y mujeres de menos de 50 años, que en los de edad de retiro. Los investigadores concluyeron también que si bien el estilo de vida es un factor clave en la prevención de las coronariopatías, los resultados de esta medulosa investigación parecen demostrar que los desequilibrios inducidos por el distrés crónico en el sistema neurovegetativo, juegan un rol fundamental en el distrés laboral crónico y enfermedad coronaria. Este sistema neurovegetativo con sus sistemas transmisores, acetilcolina y adrenalina y sus amplias conexiones con el sistema neuroendocrino, al ser afectado en su conjunto por el distrés laboral crónico, explica las alteraciones en el control de la actividad del corazón y su ritmo, así como en los muy estresados en presencia de niveles elevados de cortisol (hormona del distrés crónico) por la mañana.(University College de Londres, Whitehall II, Nov. 2008) Diversos estudios realizados a fines de 2008 (algunos de ellos reportados on line) sobre la base de una encuesta de 250.000 trabajadores, han demostrado que el mal trato patronal a sus empleados, no sólo hace que el trabajo sea distresante sino que aumenta el riesgo de enfermedades, principalmente cardíacas, y que existe una sensación subjetiva en muchos empleados de que tienen menos saludad por razones personales.111 En Medicina ya está acuñada la definición de estrés como “tensión provocada por situaciones agobiantes que originan reacciones psicosomáticas y trastornos psicológicos a veces graves” (definición adoptada por la Real Academia 111 Bernardo Boskis – ESTADO ACTUAL DEL ESTRÉS PSICOSOCIAL Y SUS CONSECUENCIAS CARDIOVASCULARES, Federación Internacional de Cardiología, agosto 2009 134 Antonio Paolasso – INFORTUNIO Y MEDICINA LABORAL Española). Con esto termina la antigua idea de que el estrés, por ser un elemento natural de la vida, no podía causar enfermedad. En las neurociencias y la psiquiatría se ha preferido optar el nombre de distrés, para diferenciar el estrés fisiológico (reacción de alarma de Hans Selye) del estrés que enferma. Así el estrés natural de la vida es el eustrés (estrés bueno) mientras que distrés es el estrés patológico (estrés malo). Alexander postula que los factores externos actúan como estresores (agentes causantes de estrés) a causa de las singulares experiencias psicológicas del individuo, de tal forma que el estresor libera una ansiedad abrumadora, la cual es resuelta al dirigirla hacia un sistema de órganos específicos, que son los más vulnerables. El efecto del estímulo psíquico sobre un órgano se ha denominado somatización y al proceso conversión somática. La conversión somática originó la rama de la Medicina llamada Medicina Psicosomática, la cual ha demostrado incuestionablemente que el asma, la úlcera gástrica, gastritis, coronariopatía, hipertensión arterial, infarto de miocardio, enfermedades autoinmunes como artritis reumatoide, dermatopatías (neurodermatitis), colon irritable, dispepsias, progeria, síndrome metabólico, están completamente asociadas a la tensión psíquica crónica. Hoy se está estableciendo con mayor precisión la relación entre el estrés (distrés) crónico y la patogenia de enfermedades como la migraña familiar, la diabetes mellitus II, la obesidad, la hiperglucemia (tríada del llamado síndrome metabólico la tensión premenstrual y algunas endocrinopatías que involucran a la tiroides y al sistema inmunitario, el que además de enfermedades autoinmunes juega un rol estratégico en algunos cánceres.112 Incluso las neurociencias están demostrando cómo el distrés actúa como factor mutante genético y ocasiona mutaciones genéticas adquiridas no transmisibles. Esta rama de investigación científica médica se ha denominado Psiconeuroinmunoendocrinología, siendo las neurociencias la herramienta especial de trabajo. Por lo tanto, el término estrés puede significar las fuerzas externas que actúan sobre el organismo, o los cambios corporales que resultan de la acción de esas fuerzas externas. Es decir, el estrés es una respuesta con ansiedad a influencias externas que origina patogénesis de las llamadas enfermedades psicosomáticas. La autoperpetuación de un estresor o distresor (cronicidad) puede ser por diferentes variables: la persistencia del estímulo distresante, o bien, una vez desarrollada la enfermedad psicosomática genera un fuerte estímulo distresante que ayuda a la perpetuación del cuadro.113 Distresantes ocupacionales Las causas de distrés ocupacional (distresantes ocupacionales) han sido estudiadas por diferentes autores y en estudios multicéntricos, donde se han destacado algunos de los principales distresantes laborales u ocupacionales. La lista es muy larga y heterogénea en razón de las situaciones diversas en que estos distresantes se generan, por lo que no hay posibilidad inmediata de confeccionar un catálogo completo hasta tanto no se sistematicen todas las variables, lo que se logrará con la investigación permanente y nuevos enfoques etiopatogénicos. Provisoriamente relevaremos tres grandes categorías de distresantes ocupacionales: 112 distresantes físicos; distresantes psicosociales; distresantes emocionales, psíquicos o mentales. A. Martínez Pina – PATOLOGÍA PSICOSOMÁTICA: 171 Fascículo II, Bs. As. 1976 (Malcom Lader – ANSIEDAD, ESTRÉS Y ENFERMEDADES RELACIONADAS, Universidad de Londres, Reino Unido, 2000) (Yehuda Shoenfeld & Gisele Zandman-Goddard – ASPECTOS PSICOLÓGICOS DE LAS ENFERMEDADES AUTOINMUNES- Separata Química Montpellier: 36, Bs. As. 2003) 113 135 Antonio Paolasso – INFORTUNIO Y MEDICINA LABORAL Distresantes físicos 1) sedentarismo (trabajo sedente o en posición sedente prolongada); factores ambientales (ruidos, temperaturas extremas, inadecuadas o no confortantes, aislamiento o hacinamiento)114 2) Cambios bruscos de funciones; prisas y horarios (prolongados o jornadas excesivas por horas extras (sobrecarga laboral), cambiados bruscamente, alternantes: rotatorios o discontinuos); tránsito denso, desordenado o prolongado 115 3) levantar objetos pesados (esfuerzo físico); límites de tiempo para realizar una tarea por “razones de servicio” que obliga a prescindir de las necesidades fisiológicas o postergarlas en forma inconveniente, con disminución progresiva de la reserva funcional de su organismo; exceso de trabajo,116 ruido industrial 117 4) estado crónico de vigilancia (controladores de tránsito aéreo, estado policial); conducción de vehículos en forma profesional (viajantes, camiones, ómnibus); tránsito urbano. (Estudio Aptecar) 118 5) fatiga física 119 6) Situaciones de peligro o muerte probable (baleo, lucha cuerpo a cuerpo con armas, situaciones de alto riesgo como grandes incendios, derrumbamientos, catástrofes naturales como inundaciones, terremotos, aludes etc. o catástrofes públicas como guerras, motines, manifestaciones, etc.) que se dan en agentes de la seguridad pública (policías, bomberos, militares, gendarmes, guardabosques y otros). Inseguridad y amenaza física permanente ante la alta incidencia de agresiones y asaltos (especialmente en horas de la noche) como ocurre con los chóferes de micros y taxis, lo que genera un estado de “alarma orgánica” permanente (León Cohen) 7) posiciones viciosas, estación bípeda prolongada, vibraciones que se transmiten a todo el cuerpo. 8) otros distresantes físicos (contaminación ambiental, contagio infeccioso, alteración del ritmo circadiano, etc.) (días de descanso que se trabajan para incrementar el salario)(Cohen) 9) acosamiento o agobio tecnológico (sobrecarga de tecnología): el exceso de aparatos tecnológicos (computadoras, bips, teléfonos y/o celulares) agotan con los excesos de llamados o gran cantidad de e-mail. A esta sobrecarga se le denomina depresión digital.120 Distresantes psicosociales preocupaciones laborales de todo tipo: conflictos, rivalidades interpersonales, trato descortés por superiores (von Eiff) frustraciones laborales (salarios bajos, falta de promociones o ascensos, tareas no acordes con la capacidad laboral, no reconocimiento de méritos, sanciones disciplinarias justas o 114 (Del Mancini - CARDIOPATÍA ISQUÉMICA) (A. W. von Eiff - SEELISCHE UND KOPERLICHE STORINGEN DURCH STRESS) 115 H. Schaeffer - STRESS ALS GESELLSCHAFLICHES PROBLEM 116 Tanto los “límites de tiempo” como el exceso de trabajo constituyen un síndrome de abrumación (agobio y molestia, sensación de peso intolerable) 117 Selye, H. - Stress y enfermedad cardiovascular - RASSEGNA (3): 20-26, 1980 118 Stress e hipertensión - FRONTERAS EN CARDIOLOGÍA, Vol. 3 N° 6, 1986. 119 Cortes Arboleda - PSICOLOGÍA DEL TRABAJO 120 Término acuñado por Daniel Stamp, empresario de Vancouver, EE.UU. Antonio Paolasso – INFORTUNIO Y MEDICINA LABORAL 136 injustas) (Cortes Arboleda). La flexibilización laboral que implica inestabilidad, despido sin indemnización, jornadas laborales extensas y bajos salarios es gran causa de frustración. cambios bruscos de vida: traslados laborales a lugares no satisfactorios, despido laboral tensiones121y amenazas resultantes de las relaciones interpersonales, querellas violentas con los superiores (Selye). Decisiones inconsultas de los superiores: cambio brusco de turno sin notificación previa, aumento de tareas sin ninguna compensación económica o de horarios. Inseguridad y temor frente a represalias laborales (temor o amenaza de despido) (Cohen). Acoso sexual como violencia laboral (UNIÓN PERSONAL CIVIL DE LA NACIÓN Argentina) ambigüedad de roles, juegos de poder, inestabilidad económica, enfrentamiento de situaciones graves que requieren soluciones rápidas (urgencias) (Kerman y Kertész) Escasa protección frente a imprevistos que debe resolver sólo sin apoyo (Cohen). mobbing Estos conceptos se relacionan con la tensión psicológica que significa tener responsabilidades muy altas, sobre todo al tener que tomar decisiones de peso (responsabilidades variables y en gran número, pedido de adaptación a situaciones nuevas o inestables, búsqueda de eficacia en marcha contra el reloj, inseguridad laboral, etc.) Distresantes emocionales o mentales 1. 2. 3. 4. tensión emocional (Del Mancini) presiones psíquicas (Schaeffer) (Garcilaso y Ardariz)122 competitividad profesional (Nieri) esfuerzo emocional: situaciones o incidentes laborales que provocan ansiedad o resentimientos (Selye) 5. insatisfacción global con el trabajo (N. Kaplan)123 (Cortes Arboleda) (síndrome del trabajo a disgusto) 6. falta de influencia y control del ambiente laboral por disminución de los sentimientos de competencia y autoestima, como ocurre cuando hay desprestigio del puesto de trabajo, trabajos miserables, falta de confort laboral, cargos ínfimos, etc. (Cortes Arboleda) 7. monotonía, aburrimiento, fatiga mental, rutina por falta de estimulación o por estimulación escasa, (Cortes Arboleda) 124 8. trabajo intelectual excesivo o tensión psíquica crónica 9. Alejamiento de la familia (trabajos de tiempo completo o en lugares distantes del hogar, o que exigen desplazamiento por largo tiempo) 10. distrés generado por el trato con personas (síndrome de Tomás de Maslach y Jackson, 1976)125 Clasificación LaDou LaDou clasifica los distresantes ocupacionales en seis categorías, de acuerdo al cuadro siguiente: 121 Rahe - J. PSYCHOSOM. RES. 11:213, 1967 Garcilazo y Ardariz: El stress, enemigo solapado - PSICOSOMATISMO Y STRESS- Resp. Científ., Buenos Aires, 1980 123 Kaplan, N. - Hipertensión clínica I, 1991 124 Cortes Arboleda - PSICOLOGÍA DEL TRABAJO - QUORUM T. 14, 1987. 125 Ricardo Sardi y Horacio Fisher – EL SÍNDROME DE TOMÁS. ¿UNA NUEVA ENFERMEDAD?, 1994 122 137 Antonio Paolasso – INFORTUNIO Y MEDICINA LABORAL 1. organizacional cambio falta de comunicación conflicto interpersonal conflicto con objetivos de la organización 2. desarrollo profesional falta de oportunidad promocional nuevas responsabilidades que superan la capacidad desempleo 3. función conflicto de funciones ambigüedad de funciones falta de recursos para cumplir con el trabajo falta de autoridad para cumplir con el trabajo 4. tarea sobrecarga cualitativa y/o cuantitativa trabajo escaso cuantitativo y/o cualitativo responsabilidad de la vida y bienestar de otros escasa libertad para formular decisiones 5. ambiente de trabajo estética inadecuada exposiciones físicas problemas ergonómicos ruido olores riesgos de seguridad 6. rotación de turnos de trabajo Debe quedar bien claro y en forma definitiva: el estrés crónico o agudo profesional u ocupacional es factor de enfermedad como agente causante o desencadenante y sus mecanismos quedan plenamente clarificados a través de la acción de los neurotransmisores. El acoso laboral como distrés laboral Concepto de acoso laboral Cuando se estudia el distrés laboral (estrés crónico producido por el trabajo o en ocasión del trabajo), actúan los llamados distresantes psicosociales, los cuales acabamos de analizar. De ellos destacamos una forma de acoso laboral que era el acoso sexual. A continuación nos explayaremos sobre todas las formas de acoso laboral. 138 Antonio Paolasso – INFORTUNIO Y MEDICINA LABORAL El acoso laboral es, entonces, un distresante psicosocial crónico provocado por una persecución sin tregua ni reposo dentro del ámbito laboral, de un empleado u obrero o trabajador de cualquier naturaleza y sexo, al se le apremia, importuna con molestias, requerimiento o medidas abiertamente hostiles y agraviantes. Las causas persecutorias son diversas como veremos luego. El acoso laboral tiene variaciones lingüísticas. En español, la RAE define a acosar como un término que deriva del antiguo castellano cosso que significaba carrera y le asigna las acepciones de “perseguir sin darle tregua ni reposo a un animal o a una persona, o, perseguir, apremiar importunar a alguien con molestias o requerimientos”. Esta última acepción, asociada a persecución sin tregua ni reposo, es la que se adapta al criterio del acoso a un ser humano como acoso laboral, el cual es parte del acoso social. El acoso social es una especie de violencia o terror social que la sociedad o un grupo social determinado ejerce sobre una persona o un grupo de personas. Si bien algunos estudiosos creen que el acoso es por un problema de envidia o de oposición a que alguien brillante triunfe y se imponga socialmente sobre el grupo (acción competitiva), también es usual que el acoso social sea una discriminación abierta hacia un individuo o un grupo de individuos. Asimismo, acosar puede ser una mera acción de “ejercicio de poder” similar a la que ejercían los amos de los antiguos esclavos, a los cuales aterraban o castigaban como una manera de ejercer y hacer reconocer su poder. Quizá este motivo sea uno de los que actualmente predomina cuando un superior acosa a un inferior. Finalmente, entre las causas probables del acoso o violencia social debemos incluir a diferentes factores como la frustración, el sentimiento de agresión inmotivada (la naturaleza violenta) o el producto de bajos instintos o de pasiones ocultas. Acá analizaremos el mobbing o acoso laboral En inglés (Inglaterra) se ha denominado mobbing (del inglés to mob = atacar, agredir, maltratar)126 en donde el acoso laboral es una especie “ataque laboral” consistente en maltrato perverso y sistemático al que se somete al empleado de una empresa, ya sea por parte de jefes o superiores o bien por parte de compañeros de trabajo. Los norteamericanos prefieren llamarlo bullying (viene de bully = matón, matona)127 y que también puede entenderse como intimidar. Tanto el mobbing como el bullying128 constituyen el denominado psicoterror laboral y constituyen un método clandestino (pues nunca se realiza en forma abierta, directa y pública sino en privado o en formas tan sutiles que no dejan ver la verdadera intención de una actitud o de una acción). Este método clandestino degrada la vida personal y laboral de muchas empresas y es una estrategia intimidatoria muy extendida, pero poco conocida debido a su carácter rastrero y solapado de ocultamiento y clandestinidad. Afecta vejando a un número creciente de empleados y constituye un factor de socavación de la capacidad productiva. Es ejercido por diferentes motivos que van desde el interés personal de empresarios o dirigentes de empresas para lograr la renuncia o el despido de determinados empleados, a sentimientos desleales de competencia o de celos profesionales, a pasiones sexuales, al abuso de autoridad o a la simple maldad personal contra quien no “cae simpático” o “no pertenece al grupo”. Por todos estos caracteres, básicamente el mobbing es, en el ámbito laboral, una acción o conducta hostil (hostigamiento laboral) hacia un trabajador, desde una posición jerárquica superior o desde un grupo de iguales. Dicha conducta tiene característica de reiterativa y persistente en el tiempo y suele tener como objetivo adoctrinar al acosado, o quebrarlo psicológicamente u obligarlo a renunciar. 126 En inglés, acoso puede harassment que deriva de harasned que significa agobiado, presionado. El acoso sexual se designa harassment sexual. También acoso puede designarse como relentless pursuit que significa caza o persecución cruel y despiadada. Finalmente, hay otra forma de designar el acoso con la palabra hounding que se refiere a persecución o acoso, especialmente a la realizada como caza con jauría de perros. 127 El término bulling fue aplicado en la década del „60 por Konrad Lorenz para definir el comportamiento agresivo de los escolares con sus pares, pero Leymann lo introdujo en el entorno laboral y lo asimiló como mobbing, pasando a ser el mobbing una especie de bulling laboral. La última tendencia es que mobbing se reserve para lo laboral y bulling para lo escolar, según el empleo histórico de ambos términos 128 Mobbing, bulling y psicoterror son los términos introducidos por el psicólogo sueco Heinz Leymann, en el Congreso de Higiene Laboral y Seguridad en el Trabajo, Hamburgo, 1990 139 Antonio Paolasso – INFORTUNIO Y MEDICINA LABORAL Leymann, originariamente había definido a mobbing como “el encadenamiento, en un período bastante corto, de intentos o acciones hostiles consumadas, expresadas o manifestadas por una o varias personas hacia una tercera: el objetivo”. En este caso, el objetivo es el acosado. Esta definición no deja muy claro lo relativo a “período bastante corto”, en el sentido de si es usada para referirse al tiempo que media entre una y otra acción acosadora o a la duración del acoso. Nosotros preferimos interpretarla como el tiempo que media entre una y otra acción acosadora, dado que la realidad ha mostrado que la duración de un acoso es “persistente en el tiempo”, es decir, tiene el carácter de crónico. La dimensión del acoso laboral, fenómeno que ha existido “desde siempre” como el resto de los acosos sociales, creció geométricamente en los siglos XX y XXI a tal punto que lo llevó a la “eclosión” actual de hacerlo notoriamente público, tratarlo en el marco legal y buscar su represión y anulación. La magnitud del problema lo ha llevado a ser un problema que sale a luz y la OIT ya lo ha tratado y lo ha incorporado como un factor negativo en las relaciones laborales. La sociedad ha comprendido mejor sus derechos humanos, su respeto por la vida y dignidad personal y lucha por ellos con más empeño y mejor información. El mejor y mayor conocimiento han desintegrado viejos conceptos y mitos de las estructuras de poder y del ejercicio maléfico de éste. A pesar de los hechos injustos e inhumanos que siguen ocurriendo en el mundo como es la esclavitud, el trabajo infantil, el maltrato violento de niños y mujeres intrafamiliarmente y las opresiones políticas de gobiernos dictatoriales, la humanidad ha reaccionado tomando conciencia de la impostura de estos hechos y cada vez se los condena y denuncia más, en forma pública. Sin embargo, si bien las acciones abusivas públicas que cercenan la libertad y agravian la dignidad personal se reconocen y combaten en muchos frentes, los moldes sociales ocultan los abusos privados personales, que sólo salen a luz cuando son muy graves o reiterados y degradan o privan de la vida. Estos abusos propios de parejas, miembros de familia y del ámbito laboral son la materia del mobbing y del bullying. La agresión acosadora no siempre llega a la violencia del golpe o paliza física sino que finca normalmente en una acción dirigida a lo psicológico, si bien se basa en hechos físicos concretos. Es una violencia invisible que no deja rastros testimoniables por lo que el acosado rara vez puede tener “pruebas irrefutables” del acoso. Pero la acción acosadora es igualmente dolorosa e insufrible y sus secuelas pueden invertir mucho tiempo en borrarse y lograr la recuperación, más allá de lo previsible o esperable. Muchas expresiones acosadoras se basan en el desmerecimiento sutil o explosiones de ira, la indiferencia glacial o la prepotencia, el sarcasmo burlón o el reproche silencioso y son los elementos más comunes, además de los que se agregan cuando hay acoso sexual laboral. Generalmente, el acoso laboral es propio de empresas cuya organización es de tipo cerrado y carácter conservador y se ve favorecido por un estilo de mando autoritario abusivo que presiona abiertamente a los trabajadores. No obstante, el acoso laboral puede producirse en cualquier tipo de empresa que originen mala organización, pobreza en el manejo y resolución de conflictos y relaciones interpersonales intraempresariales que afectan la armonía entre jefes y empleados, entre los mismos empleados o entre los mismos funcionarios de la empresa. Es decir, el acoso puede ser entre los propios compañeros de trabajo, entre los trabajadores y sus jefes y supervisores o bien los propios jefes y supervisores pelean entre ellos por diferentes motivos. Según Rosa Montero129 este maltrato es “ruin, con el fin de comerte la moral, volverte paranoico y deteriorarte de tal manera que te pueden quitar de en medio fácilmente”. Esta autora da como cifra promedio, para España, de un 11% a un 16% de casos de acoso laboral. A su vez, legisladores españoles socialistas instaron al gobierno a que promueva un plan de información y divulgación entre empresarios y trabajadores, sobre los riesgos del mobbing laboral y consecuencias negativas para la salud. También solicitaron que dentro de los objetivos de la Inspección de Trabajo y de Seguridad Social se incluyan 129 Nota publicada el 21/10/02 140 Antonio Paolasso – INFORTUNIO Y MEDICINA LABORAL funciones y programas de actuación ordinaria de ese organismo para que controlen la existencia de prácticas laborales determinantes de acoso laboral y para que difunda entre los médicos responsables de la atención de trabajadores y del sistema de salud español, las secuelas del acoso laboral, a fin de estar en condiciones de diagnosticarlas adecuadamente, considerarla como “enfermedad originada por el trabajo” y proceder a su denuncia y tratamiento. Además, muchos fallos judiciales españoles han considerado al mobbing como “accidente de trabajo”. En un estudio realizado en 1996 en los quince estados de la Unión Europea y que abarcó 15.800 entrevistas, arrojó que cerca de 12 millones de trabajadores fueron víctimas de malos tratos psicológicos (8,1% de la población trabajadora). La Tercera Encuesta Europea sobre Condiciones de Trabajo publicada por la Organización Internacional del Trabajo en el año 2000 indicó que se habían detectado ya 13 millones de víctimas de mobbing (9% de los trabajadores). Portugal es el primer país que trata en forma organizada y pública el psicoterrorismo laboral y en diciembre de 2001 presenta un proyecto de ley sobre terrorismo psicológico. Uno de sus artículos dictamina que “los comportamientos dolosos de los empleadores, conducidos por la entidad patronal y/o sus representantes, sean ellos superiores jerárquicos, colegas y/o cualquier otra persona con poder de ipso para tal efecto en el local de trabajo y que comporten contenidos vejatorios y por la finalidad persecutoria y/o de aislamiento y que se traducen en consideraciones, insinuaciones o amenazas verbales y en actitudes que provoquen la desestabilización psíquica de los trabajadores, con el fin de provocar el despido, la dimisión forzada, el perjuicio de las perspectivas de progreso en la carrera, el retiro injustificado de tareas anteriormente atribuidas, la despromoción injustificada, serán penados con prisión de uno a tres años o al pago de una sanción de cincuenta millones de escudos. Toda la organización empresarial y los superiores jerárquicos de los autores materiales de los actos de terrorismo psicológico incurrirán solidariamente en las sanciones previstas, cuando estuvieren de algún modo envueltos en tal estrategia, de forma activa, como ejecutores; o en forma pasiva, teniendo conocimiento de los actos y no habiendo hecho nada para impedirlos”. En EE.UU., la Universidad de Michigan realizó en el 2001 un estudio sobre 1.110 trabajadores, y constató que el 71% de ellos padeció o padecía maltrato laboral psicológico y que el bullying o mobbing se está convirtiendo en la primera causa de baja laboral en EE.UU., con graves conflictos en la productividad y daño de la salud mental de los trabajadores. El estudio Michigan señaló que prevalecían situaciones de prepotencia o condescendencia empresarial con las conductas directamente rudas en los lugares de trabajo. También se determinó que dos de cada tres empleados que ofrecieron resistencia al maltrato denigrante sufrieron represalias laborales, algunas de ellas como pérdida de promoción o como ostracismo social. En Argentina no se han realizados estudios cuantitativos ni cualitativos, pero hay demandas judiciales y protestas sindicales que acreditan la existencia del fenómeno con rasgos plenamente identificables de acoso laboral. Modos o formas de acoso laboral Los efectos del mobbing son especialmente cualitativos en lo laboral, y no se ven signos físicos violentos (golpes, moretones, heridas, ojos morados o fracturas óseas, ni elemento físico para analizar como es el semen) como ocurren en las abuso sexual o violaciones o en el maltrato físico violento, generalmente propio entre parejas. Como no hay signos físicos visibles, la calidad de la experiencia traumática del mobbing en la experiencia personal de la víctima, define el grado de abuso moral. El acoso, por ser solapado y clandestino, sólo es percibido por el acosado, la mayoría de las veces. Adopta diferentes disfraces o formas de acción o actitudes que rebajan sistemáticamente la autoestima de la persona maltratada, la que es socavada repetitivamente por la violencia encubierta. El mobbing, además de ser síntoma de problemas personales, se suma a otros problemas globales y culturales que se originan en el 141 Antonio Paolasso – INFORTUNIO Y MEDICINA LABORAL abuso de poder. Algunos de los efectos de esos problemas paradigmáticos de “vida conflictiva”, son la contaminación ambiental, la potencial aniquilación del planeta, el hambre, el desamparo, la guerra, el prejuicio y la tiranía, como degradaciones de la dignidad humana y de la calidad de vida. En el contexto actual de auge de la violencia social en general, se puede afirmar que “todos tenemos algo de acosadores” y que la liberación irrefrenable de la prepotencia, la anulación de la humillación, la arrogancia, la oposición, la discriminación, la intolerancia, la crítica mordaz y la intimidación en todas sus formas son aceptados por muchos como “parte del juego del poder”. El poder perverso se basa en la idea de denigrar a una persona para reducirla a una condición humana humillante que permita dominarla. La denigración es, así, un instrumento de poder para afirmar el dominio sobre otra persona. Dijimos que las formas del acoso laboral son múltiples, pero en general, se pueden considerar las siguientes: 1. sexual (tanto por parte de compañeros como de superiores) 2. trato indigno y humillante por parte de superiores que incluyen agresiones verbales (gritos, insultos, tratos con evidente mal modo), desmedro público ante sus compañeros del trabajo o labor realizada (acción de superiores sobre subordinado) 3. maledicencia o rumores por parte de los compañeros, mediante cargos infundados (acciones entre pares) o que tanto superiores como compañeros hagan correr rumores mal intencionados sobre su persona. 4. denuncias falsas que le adosen culpas en forma injustificada o hagan cargo de tareas o situaciones en las que el acosado evidentemente no participó 5. informes internos empresariales que no reflejan la realidad de la capacidad y eficiencia del acosado, desprecien el esfuerzo laboral y minimicen el resultado del mismo ocultándolo o negándolo, o dando méritos a otros por la labor realizada por el acosado 6. impartición de ordenes no pertinentes en forma verbal para después desprestigiar la acción cometida negando dichas órdenes 7. acciones solapadas de tortura psicológica: amenaza solapada o directa de despido o ante reclamos decir “si no le gusta, renuncie”, trato basado en hablarle en voz alta y con modales intimidantes, amenazas continuas con tomar medidas disciplinarias que no corresponden 8. control excesivo, personalizado, agobiante e intencionado tanto sobre las tareas como otras acciones del acosado, por ejemplo, control de cuánto tiempo demora en ir al baño o contestar una llamada telefónica laboral o personal. Este control no se ejerce en otros empleados. 9. ataques a la víctima con medidas de organización del trabajo: no darle tareas específicas, ocultar o negarle herramientas, formación de enredos y trampas que simulen una mala conducta del acosado, asignación de tareas sobrecargadas o no acordes con la jerarquía social y empresarial del acosado o imposibles de realizar, horarios rotativos, cambios continuos de lugares de trabajo, modificación continua de un plazo para entregar o ejecutar una tarea, cambio continuo de tareas, etc. 10. aislamiento laboral: prohibir que hable con compañeros u ordenar a sus compañeros que no hablen con él, le nieguen medios de comunicación como hablar por teléfono, le retiren el saludo o no le permitan participar en reuniones laborales 11. ataques a la vida privada de la víctima con críticas, terrorismo telefónico (mensajes anónimos, llamadas a altas horas de la noche sin hablar y colgar apenas se contesta el llamado) mofa o burla de los familiares, especialmente si presentan discapacidades evidentes o carencias sociales o educacionales. 12. ataques discriminativos que involucren creencias religiosas, políticas o ideas personales, su raza o nacionalidad, su contextura física, etc. 142 Antonio Paolasso – INFORTUNIO Y MEDICINA LABORAL 13. acciones de los subordinados contra un superior: surgen de sentimientos diversos en los subordinados hacia un superior, ya sea por la exigencia justa de un rendimiento laboral efectivo; porque el superior es un controlador exigente; sentimientos de envidia, frustración o competitividad cuando un compañero es promovido a jefe, o cuando dicho compañero es promovido debido a una actitud servil o artera de su parte (acomodado) como es utilizar recomendaciones y no posee la capacitación para el cargo; cuando el superior nombrado es ajeno al grupo laboral que tiene normas grupales de carácter informal y este grupo intenta que el nuevo jefe se adapte a dichas normas (sometimiento o “domesticación” del jefe), etc. Las acciones del o de los superiores en contra del subordinado son frecuentes en el empleo público o administración gubernamental. Se ocasiona por situaciones de carácter político (porque el subordinado pertenece a una fracción o partido político distinto al de los superiores) o por un cambio de la jerarquía administrativa (normalmente ocasionada por la asunción de equipo de gobierno de signo político distinto al saliente) y que exige un grupo administrativo “colaborador” o “de confianza” por lo que se intenta desplazar a los “empleados o funcionarios de carrera” que ejercen un puesto o cargo por “derecho adquirido” en el ejercicio de la carrera administrativa. En el orden privado, se da cuando una empresa sufre embates económicos (baja de ventas o de la producción) que le provoca déficit y necesita desprenderse de personal, o bien, cuando considera “conflictivo” a un empleado u obrero, por diversas circunstancias. En todos los casos, ocurre el acoso cuando se intenta desplazar a alguno de un cargo que se desea para otra persona del agrado de los superiores (situación provocada por nepotismo o el llamado “acomodo” o situación de favor personal o de parientes). Andrea Mc Donald, abogada argentina, tipifica a los acosadores como personas seductoras y en apariencia afables. Cree que pueden actuar por envidia o por sentirse amenazados por una probable situación de sensación de inferioridad respecto al acosado. Estas personas suelen actuar sutilmente más que en forma directa y lo hacen tratando de conseguir adeptos en el entorno para realizar el mobbing oculto y, sobre todo, obtener el silencio sobre las conductas acosadoras. Asimismo, sostiene que por lo general “las víctimas de mobbing son personas elegidas por su brillantez, por su deseo de crecer y por su inteligencia y eso es lo que el hostigador no quiere aceptar de algunas personas”. De nuestra parte aceptamos que hay las situaciones descritas por la investigadora, pero que el mobbing tiene causas más amplias y diversas, algunas sin una clara explicación ni interpretación. Todas las formas consideradas en el mobbing, pueden sintetizarse en los grupos siguientes: acoso físico: como puede ser el acoso sexual, asignación de tareas que afecten lo físico por falta de preparación (ejemplo rotación de horarios, horas extras, etc.), la agresión verbal o física y todo acto directo de palabras o golpes (que veremos luego como acoso por maltrato). acoso moral:130 cuando se atenta contra costumbres, ideas, creencias o se discrimina, se hace dudar de la integridad o de la idoneidad. La Subsecretaría de Trabajo de la Provincia de Mendoza, considera acoso moral a la existencia de una presión psicológica por parte de una empresa o patronal hacia los trabajadores, con el fin de obligarlos a hacer algo. Ese algo es que renuncie. La necesidad de mantener un 130 Término introducido por la psiquiatra francesa Marie France Hirigoyen y lo define como todo lo que “tiene que ver con lo que nosotros aprobamos y no aprobamos, con lo que es correcto y con lo que no es correcto y además por la necesidad de ponerle a la perversión una denominación diferente para hacerla penalizable en el ámbito de la Unión Europea”. Esta autora da así un marco teórico desde el punto de vista legal para la penalización del mobbing. 143 Antonio Paolasso – INFORTUNIO Y MEDICINA LABORAL trabajo en una época de escasez de puestos laborales, hace que las víctimas toleren el acoso hasta llegar al extremo de la enfermedad, por temor a “perder el puesto” o “perder el trabajo”. Es muy común el acoso moral que se aplica a las mujeres que se embarazan durante el trabajo. La otra forma de acoso moral es el acoso psicológico acoso psicológico: se ejerce estrictamente como una acción trastornadora de lo psíquico, de forma tal que socave la mente y la trastorne, especialmente con un sentimiento de terror. Consiste, entre acciones sutiles, en la invención de situaciones, denigración individual, rumores infundados. En este acoso, la empresa inventa “causas de despido” que son inexistentes. El acoso por indiferencia es también una forma de acoso psíquico. Acoso por maltrato: en esta forma, directamente, el empleado u obrero es objeto de agresiones verbales, insultos, malos gestos o groserías que constituyen un maltrato personal degradante. El acoso por maltrato debe ser constante y sistemático y debe tener una duración no menor de seis meses Acoso por indiferencia: si es acción de superior a inferior, se le brinda un trato frío e impersonal, en relación al trato dado a otros subordinados; si es acción entre pares, consiste en no hablar o colaborar con el acosado; si es acción de subordinado a superior, es aplicar un trato irrespetuoso o ignorar o desvirtuar las indicaciones u órdenes, atribuyendo el defecto al superior. El informe Lusverti131 considera a estos acosos como distrés laboral que se genera en la mayoría de los casos, especialmente cuando el resultado afecta físicamente como puede las presiones por exceso de trabajo a través del régimen llamado “horas extras” o de “recargos compensatorios” o “ a compensar” (el día o las horas trabajadas de más se recompensan con licencias especiales). El régimen de “horas extras” viola el régimen obligatorio de doce horas de descanso diario. El pago de las horas extras o su compensación con licencias no exime al empleado del daño físico y psíquico que el régimen le provoca. Estas circunstancias producen en el acosado un gran estrés que generan enfermedades psiquiátricas o trastornos psicológicos que como antes advertimos, en algunos países europeos se consideran accidentes de trabajo siendo, los mismos, responsabilidad directa de la empresa y por lo tanto deben ser atendidos por las ART (aseguradoras de riesgos del trabajo). Este informe da el dato de que las denuncias en Mendoza, por acoso laboral, constituyen un 20% de todas las denuncias de irregularidades laborales, pero son difíciles de probar por falta de testigos u otros elementos probatorios. Cuando el acosado intenta defenderse, por lo general hay una conspiración de silencio, pues nadie lo acusa ni defiende públicamente, pero mediante acciones ocultas llevan a cabo o favorecen el desarrollo del acoso. Naturalmente, a la hora de tener testigos, nadie se compromete a declarar a favor del acosado, por diversas causas, entre ellas el temor de caer en la lista de los acosados o, directamente, ser despedido de la empresa, si el acoso es por parte de superiores. Esta indefensión del acosado no le permite llevar el caso a la justicia. Cuando reúne elementos y puede formalizar una acusación y juicio, generalmente la justicia lo apoya y se le indemniza. Generalmente, los estudios realizados sobre los casos conocidos de hostigamiento, los acosadores laborales son personas envidiosas, con una mediocridad en su capacidad intelectual y laboral. Sin embargo, hay situaciones especiales como la relatada por Peter Perl132 sobre el caso de Marta Bradley en EE.UU. en el que su amabilidad con los compañeros de trabajos, debido a su belleza física, creó en uno de ellos una 131 Realizado por el abogado laboralista Dr. Marino Lusverti, abogado y asesor de la Subsecretaría de Trabajo de la Provincia de Mendoza, y publicado el 19/6/05 132 ¡ACOSADA!, artículo publicado en Octubre de 2002 144 Antonio Paolasso – INFORTUNIO Y MEDICINA LABORAL obsesión morbosa que no sólo significó acoso en el ámbito laboral, sino que llegó a dañar el domicilio y la familia de la acosada. Fue otro caso resonante llevado a los estrados. Incluso, también sobre acoso sexual laboral, fue filmada una película con los actores Michael Douglas y Demi More. Tanto en el caso Bradley como en la trama de dicha película, las maniobras acosadoras adquirieron sesgos violentos y de una saña tenaz. Rosa Montero escribe: “sin duda, el malestar laboral, el abuso sistemático y el pisoteo de la dignidad personal es algo de lo más común dentro del mundo del trabajo en esta bonita sociedad neocapitalista en la que vivimos. Basta con llevar algún tiempo como asalariado para haber conocido alguna vez presiones de este tipo”. Pero indudablemente, no sólo en la empresa neocapitalista hay acoso. La denuncia pública de la Unión de Personal Civil de la Nación, fue publicada en Mendoza, donde el personal femenino es víctima de acoso sexual permanente, y a las mujeres asalariadas o que necesitan de algún trámite personal en la administración pública, generalmente se le pide “favores sexuales” a cambio de otorgar lo que necesita o merece. Este acoso es tanto en las dependencias públicas de toda naturaleza como en las otras instituciones estatales de los tres poderes. Lógicamente, al no poderse comprobar los acosos efectuados muy hábilmente, no es posible hacer una denuncia formal y la impunidad alienta a los acosadores. Más aun: cuando alguien insinúa una situación de acoso, hay una reacción inmediata del acosador pidiendo que se pruebe tal hecho o se amenaza con una acción judicial por injurias y calumnias. La dificultad extrema para probar fehacientemente un acoso es lo que causa un gran distrés laboral para el acosado. El acoso laboral es más denunciado y probado en el ámbito laboral del empleo público o gubernamental que en el empleo privado. Desde nuestro criterio, habría que incluir el llamado “acoso laboral institucional” como es el trabajo precario, no sólo el tradicional “en negro” sino el instituido por muchas empresas, tanto pequeñas como multinacionales o transnacionales que han tomado como hábito no permitir que un trabajador cumpla un ciclo de un determinado lapso que va desde un mes a pocos años (generalmente no más de tres), lo cual es fuente de ansiedad o angustia laboral, de saber que se está trabajando en forma inestable y que certeramente puede ser despedido en cualquier momento, sin que medie causa alguna (incluso, el despido es sólo para un mero cambio de un trabajador por otro, puesto que en forma inmediata al despido se contrata otro trabajador para igual tarea). Esto ha creado en las empresas actuales el criterio de trabajador fungible (el que puede ser eliminado y repuesto por otro sin que haya causa evidente para esto). El mayor factor de “fungibilidad” suele ser la edad y la apariencia física. Muchas empresas se desprende de trabajadores que superen los 40 años de edad y no aceptan nuevos empleados con esa edad o mayor de ella. Algo similar ocurre con un trabajador con signos de envejecimiento (canas, arrugas) o de pérdida de estética física (obesidad, adelgazamiento extremo, falta de pulcritud, etc.). Se tiende a tener empleados jóvenes, de buena presencia y cuidado extremo de su presencia personal (vestimenta, peinado, etc.) XIII Congreso Argentino de Medicina del Trabajo II Congreso Internacional de Seguridad y Riesgos del trabajo (Mendoza, junio 2004) Este Congreso fijó las claves del acoso psicológico laboral: 1. aislamiento físico del trabajador 2. hostigamiento y falta de comunicación 3. propagación de conceptos peyorativos Antonio Paolasso – INFORTUNIO Y MEDICINA LABORAL 145 4. 5. 6. 7. 8. 9. 10. 11. 12. 13. 14. asignación de tareas humillantes o vergonzantes dar tareas de muy difícil realización retarlo en público, agraviarlo o menoscabar su imagen cambio constante y arbitrario de las formas de trabajo trabajo en condiciones antiergonómicas (posiciones viciosas) sabiendo que esto constituye un daño para cualquier persona acusar y culpar injustamente por hechos que le son ajenos utilizar técnicas para sabotear sus tareas molestar e interrumpir los trabajos que intenta realizar insultarlo y ridiculizarlo intentar agredir físicamente al trabajador impedir que utilice los sanitarios para sus necesidades fisiológicas El “ataque laboral” produce situaciones muy humillantes para el trabajador, el cual no sólo está expuesto a un sufrimiento moral sino también a adquirir enfermedades psicosomáticas o padecer un grave shock que le lleve a un infarto o a la muerte súbita. Estas condiciones pueden convertir al acoso laboral en un verdadero estrés de la indignidad, puesto que el acoso laboral afecta sensiblemente la dignidad humana del trabajador, al ser tratado en forma indigna. El hostigamiento laboral va desde un hostigamiento verbal (insultos, retos, palabras peyorativas, amenazas verbales, trato interpersonal despreciativo o humillante, etc.), hostigamiento institucional (negación de vacaciones, salarios bajos o falta de concesión de aumentos otorgados por convenios laborales o leyes, incumplimiento de leyes laborales o de protección contra riesgos laborales, trabajo en negro, cambio de tareas para las cuales fue contratado específicamente a otras de menor jerarquía); a un hostigamiento físico (tareas con posiciones viciosas antiergonómicas, tareas penosas de gran sobreesfuerzo físico, exceso de horas extras, cambios intempestivos de horarios, horarios inadecuados u horarios rotativos, falta de elementos de trabajo que prevengan los riesgos laborales, especialmente los contaminantes, ambientes laborales inadecuados por falta de espacio, temperaturas desagradables o insalubres, ruido ambiental, etc.; negación del uso de sanitarios para necesidades fisiológicas, etc.) El acosador usa del no compartir, contradecir, humillar, hacer bromas que encubren el problema, bloquear y desviar, acusar y culpar, juzgar y criticar, amenazar, insultar, olvidar, ordenar, negar y actuar con ira. Son muchas las formas y se dan con diferente intensidad en las relaciones interpersonales. Algunas son notorias y experimentan una escalada con aumento de la intensidad, frecuencia y variedad. En una relación debe haber más que un mero intercambio de información. Patricia Evans133 explica que aunque dos personas no siempre se entiendan, la incapacidad de compartir una relación es decisiva. Es lo que ocurre entre acosador y acosado. En tanto, contradecir es la respuesta dominante del acosador y una de las más destructivas de las relaciones porque impide toda posibilidad de discusión y niega la realidad de la víctima. Cuando se humilla, se subestima; cuando son bromas las que asoman, se oculta el problema; quien bloquea y desvía información controla la comunicación interpersonal. El acosador trivializa y socava. Trivializar es decir con muchas palabras lo que la víctima ha hecho o dicho negativamente en forma insignificante; y viceversa: cuando ha producido un acto importante o trascendente, se minimiza con el silencio o se comenta con pocas palabras. Mientras que al socavar no sólo se retira el apoyo emocional, además, se erosiona la confianza y la determinación. Quien insulta y demuestra su ira no anda con sutilezas. El mobbing no es una lucha de dos por el poder, sino el poder dominante indebido que uno ejerce sobre el otro, quien no compite con nada, sino es sólo la víctima de un psicópata o de un explotador. 133 Psicóloga conductora de talleres de entrenamiento profesional, EE.UU., trata del abuso verbal y el psicoterror del mobbing 146 Antonio Paolasso – INFORTUNIO Y MEDICINA LABORAL El trabajador no conoce prácticamente nada sobre acoso laboral, ni las instituciones sindicales lo asesoran ni protegen y por eso soportan situaciones muy humillantes. Incluso lo sufren mucho los profesionales universitarios, a los cuales el famoso “pago de derecho de piso” puede constituirse en una verdadera ofensa laboral que configure un acoso. Las formas del maltrato son a través de un menoscabo soterrado. La elección de la víctima es astuta, ya que el blanco es generalmente alguien que demora en darse cuenta de lo que es víctima. Esto ocurre así en las relaciones laborales (pero también es parte del acoso familiar de la pareja o de algunas relaciones sociales o presuntamente “amistosas”). La cosa es que el agresor o agresora fuente del acoso, aparezca en sociedad como una “persona corriente”, incluso de “buenos modales” y, de cierto modo, con tendencia a mostrarse como si buscara una empatía especial. En el momento de realizarse el ultraje acosador del otro, el maltratador se las ingenia para que el acosado aparezca como culpable de faltas inexistentes, inventadas por el perverso deseo del acosador de lastimar a su víctima. Todo ocurre de forma tal que si el acosado se enoja, el acosador intenta sacarlo más de casillas con todo tipo de artimañas, especialmente con amenazas tácitas y veladas. De ese modo aprovecha “su poder” sobre la víctima basado en una jerarquía superior o porque goza de la confianza de sus jefes y compañeros, más que la víctima. El acosado, por temor a perder su trabajo, no reacciona más abiertamente y permite, de algún modo, que se acentúe el acoso. También el acosado, frecuentemente, calla el acoso por miedo de ser sojuzgado por sus compañeros y que hagan llegar (denuncien) sus protestas ante los jefes.134 Algunos de los medios usados por el acosador para que el acosado pierda la estabilidad moral, es burlarse de sus convicciones, no dirigirle la palabra, ridiculizarlo, no dejarle expresar sus ideas, insistir o remarcar sus defectos o fallas, minimizar los méritos, referirse despectivamente o en forma desagradable sobre el accionar del acosado o dudar de su juicio y resolución. Como una reacción paradójica, puede ocurrir que el acosado se sienta depresivo y angustiado por las humillaciones que recibe tan solapadamente que parecen “invisibles”. Es como no poder demostrar tales humillaciones y esto lo vuelve impotente. Puede llegar a creer que realmente sus acciones son pésimas o culpables y de esto se vale el acosador. El damnificado tarda en darse cuenta de que es completamente inocente, y lo hace mucho tiempo después de instalado el acoso. Hay casos en que intentan congraciarse con el acosador, creyendo que la actitud acosadora puede ser fruto de un trato indebido que él ocasionó. Esto permite que el acosador se afirme más y empeore el acoso. El empleado sometido así, aumenta la pérdida de autoestima y crece en inseguridad hasta el punto de cometer equivocaciones u errores reales. Naturalmente, esto “envalentona” más al acosador que aprovecha esos errores para justificar su conducta agresiva. Para salir de este círculo vicioso de maltrato psicológico, el acosado debe buscar apoyo en los compañeros que han advertido su situación, en el apoyo de amigos y la familia. Si es posible, ellos pueden “testificar” el maltrato y la verdadera calidad humana del maltratado. Se deberá trabajar muy profundamente para erradicar todo miedo o vacilación y adquirir el empuje suficiente para contrarrestar el acoso o maltrato laboral. No se debe tratar de minimizar o ignorar el daño, hasta el punto de negarlo, sino, por el contrario, tratar de ponerlo en evidencia. No debe olvidarse que los acosadores, cuando advierten el dominio que ejercen sobre el acosado, se transforman en un personaje pernicioso que busca alcanzar el éxito en diversos niveles sociales, “a costa” de “desmerecer” a otros y logra sus objetivos la mayor de las veces, porque todo ocurre en una sociedad que es indiferente a las emociones está carente de espiritualidad. Por otro lado, un compañero de trabajo que niega el apoyo al acosado, permitiendo que el acoso se “institucionalice”, se convierte en una víctima potencial de presunto futuro acosado, porque una vez que el acosador se afirma y gana la contienda, estará al acecho de otra víctima. Tampoco es infrecuente que las víctimas sean varias simultáneamente. El miedo de que el acoso le lleve a renunciar o sea despedido, hace que en muchos casos el acosado tenga una conducta de tolerancia. Esta tolerancia puede ser aparente o real. Es tolerancia aparente cuando el 134 Marie France Irigoyen – EL ACOSO MORAL. EL MALTRATO PATOLÓGICO EN LA VIDA COTIDIANA, Francia, 1999 Antonio Paolasso – INFORTUNIO Y MEDICINA LABORAL 147 acosado aparentemente acepta el acoso y no se queja pero aprende a realizar acciones para eludir el acoso o se “la desquita” con alguna acción de sabotaje (trabajo lento, robo hormiga, destrucción de los elementos de trabajos, etc.). La tolerancia real es cuando el acosado adopta una conducta de resignación total donde soporta pasivamente todo tipo de acoso. En otros casos, el acosado se defiende activamente provocando una conducta de rebelión pues contesta agravios mediante denuncias o notas donde destaca los hechos denigrantes del acoso. Luego veremos en detalle las formas de defensa del acoso. Mondelli traza el perfil siguiente de un “acosador común”, en general: “suelen ser personas que se desarrollan exitosamente en su carrera profesional y con apariencia de „realización plena‟ en su vida personal; mediante una carencia de escrúpulos, de sentimientos de culpa y de responsabilidad sobre las consecuencias de sus actos, todo les facilita el abuso de las personas que les rodean especialmente aquellas que se encuentran en un lugar de subordinación. Una vez que el líder-perverso comienza los ataques y el desprestigio hacia la víctima, el resto del grupo también le va haciendo el vacío hasta que lo convierten en el chivo expiatorio de todos los acontecimientos frustrantes del grupo”. Alejandro Castro Santander135 describe a acosadores y acosados de este modo: “el agresor tiene una tendencia a la personalidad antisocial, baja autoestima y altos niveles de ansiedad. En el caso de las víctimas, la investigación muestra tres tipos: la clásica, físicamente débil, con pocas habilidades sociales, pocos amigos y, en consecuencia, menos protección de compañeros y más probabilidades de ser rechazado; la provocadora que contribuye a la conducta de acoso por presentar diferencias físicas (estatura, color de piel), culturales (ropa) o maneras de pensar propias (mística) que difieren con el grupo; el agresor-víctima que por una parte es victimizado por algunos compañeros y, a su vez, victimiza a otros. En general, tanto víctimas como victimarios tienen un déficit en sus habilidades sociales” Este autor sostiene la tesis de “muchos de aquellos que fueron acosados en la escuela, hoy sufren mobbing laboral convenidos que ése es el rol que les toca en los grupos” (rol de víctima). Fases del acoso laboral136 En líneas generales, muchos investigadores consideran que el acoso laboral implica un proceso de varias fases y se han insinuado las siguientes: 1º. 2º. 135 Fase de comienzo o fase de conflicto: el roce interpersonal, en toda sociedad o grupo, genera amores u odios por distintas razones. En una empresa existen los mismos problemas interpersonales, especialmente en lo relativo a la competencia, celos profesionales o envidia, que se suman a los factores normales que generan simpatía o antipatía hacia determinadas personas. El factor sexual es universal, pero se transforma en conflicto cuando hay factores de poderes o complacencia social que permiten y ocultan el acoso sexual directo. La instalación de un conflicto irremediable marca el comienzo de esta etapa, la que produce un cambio repentino en relaciones hasta ese momento consideradas neutras o relativamente positivas o sin signos negativos. Una o varias de las posibles causas (envidia, competición, promociones no otorgadas u otorgadas indebida o inmerecidamente a otros o la inclusión de nuevas personas con algunas preferencias) inicia la relación acosadora y la víctima para a ser criticada, aislada, reprendida o cambiada de trabajo, etc. Fase de de estigmatización: a la concreción de actitudes o actos acosadores comienza una especie de cruzada de estigmatización a través de una verdadera campaña de hostigamiento personal en la que interviene una o varias personas en contra de un determinado empleado Psicopedagogo especializado en Gestión Educativa, en la UCA (Universidad Católica Argentina), autor de los libros DESAPRENDER LA VIOLENCIA, LA VIOLENCIA SILENCIOSA EN LA ESCUELA. 136 PSICOTERROR LABORAL, Revista EMPRESALUD, N° 55; 36-45, octubre-noviembre 2001, Córdoba, Argentina Antonio Paolasso – INFORTUNIO Y MEDICINA LABORAL 148 3º. 4º. (acosado). Es la fase invisible o subterránea porque por una parte, como mecanismo psicológico de defensa, el acosado “trata de ignorar” el hecho realizado una evasión psíquica como evitación o negación de la realidad, mientras que los compañeros que no participan se muestran indiferentes a lo que ocurre y los jefes, directivos o supervisores o desconocen o se hacen los distraídos con la situación. Los sindicatos, al no recibir una denuncia formal, no intervienen. Esta fase, además de los hechos, está marcada por la imposibilidad absoluta por parte del acosado de probar tal acoso y las carencias del sistema judicial. Por otro lado, la cruzada de estigmatización ya “creó un clima” de desprestigio personal del acosado ofendiendo la reputación de la víctima mediante calumnias, exposición al ridículo, negación de la comunicación y de la expansión, ocultación de tareas o sabotaje de las mismas, trampas tendidas para hacer aparecer al acosador como infractor (por ejemplo, ocultar la tarjeta de horario para que no marque o marque tarde y no reconocer el “extravío” de la tarjeta aduciendo que nadie comprobó la ausencia de la misma al momento de marcar); alteración de maquinarias para que fallen al momento en que el acosado las maneje, etc. Las formas de estigmatización son múltiples. Finalmente, el golpe peor es cuando se aplica una sanción indebida por las situaciones falseadas o supuestas o se le asignan tareas insignificantes o humillantes en relación con las que habitualmente desarrollaba. Fase de intervención desde la empresa: La empresa puede intervenir negativa o positivamente. Negativa es cuando sanciona al acosado por la “conducta indebida” creada o inventada por los acosadores. En este caso, las medidas van desde las bajas médicas sucesivas hasta el despido del trabajador afectado o la pensión por invalidez permanente. El caso llega a conocimiento del servicio de personal y los colegas descalifican a la víctima argumentando que la causa principal del problema proviene de su personalidad y minimizan al cual extremo cualquier factor acosador que puede atribuírseles. En cambio, la empresa es positiva es cuando dependiendo del lugar, legislación y cultura de la empresa, ésta toma medidas desde algún sector empresarial (departamento de personal, departamento médico o la misma dirección de la empresa) encaminadas a la resolución positiva del conflicto (cambio de funciones a puestos más dignos y menos expuestos a factores de acosos, castigo de acosadores, cursos de buen trato interpersonal entre todos los miembros de la empresa, etc.) Fase de marginación de la vida laboral: es la fase terminal o culminante del proceso. El empleado acosado compatibiliza su trabajo con largas temporadas de baja, o queda excluido definitivamente del mundo laboral con una pensión de incapacidad, cuando el acosado queda enfermo mentalmente en forma irremediable. Esto contribuye no sólo al castigo del acosado sino que aumenta las cargas económicas y sociales del Estado. En esta situación, el acosado convive con diversas patologías (fallas de la memoria, depresión, apatía, agresividad, inseguridad, sudoración, palpitaciones e insomnio u otras alteraciones del sueño), todas ellas secuelas del psicoterror laboral sufrido. Así, la víctima queda aislada o marginada de la vida laboral en forma transitoria o definitiva, según la gravedad de la lesión mental que le produce un período de malestar general signado con alteraciones del equilibrio socioemotivo y psicofisiológico (que puede somatizar con enfermedades orgánicas como gastritis, coronariopatías, hipertensión arterial y otras enfermedades psicosomáticas). Ante esta situación sin retorno, hay un mobbing consumado y con severos trastornos secuelares. Mobbing como secuela de la globalización. Teoría Leymann En 1984 Heinz Leymann fue el primer investigador en encontrar en Europa el fenómeno del acoso laboral. La consideró como una “comunicación hostil, direccionada de forma sistemática, por uno o varios individuos, sobre una persona o grupo de personas que es llevada a posición de disminución o flaqueza 149 Antonio Paolasso – INFORTUNIO Y MEDICINA LABORAL psicológica”. Para Leymann esta práctica se acentúa en los países ricos y constituye una maniobra empresarial para que determinados empleados se desgasten psicológicamente para disminuir su eficacia y conseguir así la autoexclusión o la creación de situaciones que justifiquen un despido o baja laboral. Se trata de una técnica de intimidación propia de empresas que no quieren o no pueden proceder al despido, por lo que utiliza el poder de la superioridad jerárquica para hostigar al subalterno elegido hasta acabar por inutilizarlo, después de un lento proceso de desgaste con métodos que no dejen huellas aparentes (bajos salarios, horarios extensos, cambios súbitos y numerosos de turnos, reducción de los períodos de descanso, anulación de las vacaciones anuales, negación de derechos laborales y económicos, amenaza de despidos o suspensión laboral, etc.). Según el estudio realizado por psicólogos en muchas víctimas del mobbing, el acosado termina en muchos casos en una especie de confusión mental en la que llega a creerse responsable de lo que le ocurre por piensa “algo hago mal” o “no sirvo para nada”. Esto deteriora su capacidad productiva y de autoestima. Si esto se prolonga por varios meses (algunos estiman más de seis meses), si el acosado aumenta su labilidad psíquica llega al trastorno mental o a la enfermedad psicosomática (algunos investigadores que el distrés laboral puede favorecer determinados cánceres, el vuelco a las adicciones de tabaco, drogas o alcohol o a depresiones extremas que pueden llegar al suicidio o al infarto súbito en el acto de maltrato). La ubicación precisa del fenómeno (época, tipo de empresas y causas del acoso), en nuestra opinión, es fruto de la economía neoliberal conocida como globalización que involucró en forma especial a la economía y al mercado produciendo un deterioro laboral. En Argentina, especialmente, se derogaron las leyes laborales consideradas como conquistas de justicia social y dignidad personal del trabajador, para dar lugar a un régimen legal de dudosa constitucionalidad y de efectos tan perniciosos que demolió la organización industrial y productiva en general, con la “flexibilización laboral” que permitía el despido sin causas y con bajas o nulas indemnizaciones y el no reconocimiento de las enfermedades y accidentes producidos por el trabajo, negando indemnizaciones o tratamientos adecuados por la incapacidad laboral generada por la precarización laboral. El mobbing fue uno de los mayores instrumentos de esta globalización perversa que destruyó al trabajo en todo mundo, pero especialmente en los países pobres o subdesarrollados, siendo la principal fuente de pobreza, distribución desigual de la riqueza con hambre y enfermedad. Leymann interpreta a esto que “en todas las sociedades altamente industrializadas de Occidente, el lugar de trabajo es el único campo de batalla que queda donde la gente puede matar a otro sin correr el riesgo de enfrentar a los tribunales”. La expresión de este autor es muy gráfica cuando un empleado pierde su vida “en ocasión del trabajo” pero la ley le niega el derecho a que su muerte sea reconocida por “causa laboral” y generalmente se atribuye a “causas extralaborales” o “factores de riesgos personales” o a “concausas no laborales” o son enfermedades “inculpables”. Así, el caso del obrero que le da un infarto en el momento de ser insultado soezmente por su capataz, el chofer que padece un infarto tras un viaje agotador, el que se suicida por una depresión laboral, el que muere por un cáncer por causas laborales pero que al no ser un cáncer reconocido como “enfermedad profesional” se niega lo laboral, las enfermedades psicomáticas letales que causa el distrés laboral, etc. Hay decenas de casos que ilustran literalmente la afirmación de Leymann. Las mañas empresariales y los vacíos legales son lo que permiten que el mobbing y otras causas de riesgo o descuido laboral que llevan a la muerte sean olímpicamente desconocidos por la justicia y la sociedad, negados cuando se conocen e, incluso, se fabrican hábiles argumentos de inocencia e impunidad, que terminan generalmente, en perjuicio del trabajador, al cual el mobbing ya se encargó de que fuera prejuzgado como culpable. El mobbing quedó enraizado en nuestra cultura empresarial con el fenómeno de la globalización y la precariedad laboral establecida en la década del ‟90 por las leyes argentinas. Dicha precariedad y las luchas políticas sectoriales dividieron a la hegemonía sindical, y los sindicatos perdieron su poder regulador y defensor de los derechos del trabajador, los cuales fueron menoscabados tanto por las leyes como por las empresas. La única víctima de todo este proceso, fue el trabajador que perdió todos sus derechos, las fuentes laborales y se hipotecó el 150 Antonio Paolasso – INFORTUNIO Y MEDICINA LABORAL futuro económico del país, perdiéndose mano de obra especializada y creció la pobreza a expensas de la falta de fuentes laborales (desempleo). El acoso sexual laboral137 El estudio Hodges, que abarca una serie de estudios o investigaciones realizados por Jane Aeberhard-Hodges,138 define al acoso sexual como: 1. un comportamiento de carácter sexual no deseado por la víctima 2. la víctima lo percibe como algo que se ha convertido en un elemento habitual en sus condiciones de trabajo 3. ha gestado un entorno laboral hostil, intimidatorio y humillante, creando un terror psíquico o constituyendo un factor de agresión física El acoso sexual puede adoptar diferentes formas: contactos físicos no buscados ni deseados, perturbantes y molestos proposiciones o insinuaciones sexuales indecentes comentarios o chistes de contenido sexual degradante exhibición de material pornográfico humillante comentarios fuera de lugar y no deseados sobre determinadas partes anatómicas de la víctima o aspectos de su persona miradas o gestos mortificantes de contenido sexual Generalmente la víctima del acoso sexual son las mujeres, pero también pueden serlo los hombres. La OIT ha demostrado que el acoso sexual laboral va en aumento y hoy es un problema bien conocido y definido puesto que se llega a los estrados judiciales y los jueces deben examinarlo bajo otros aspectos distintos a la forma en que tradicionalmente se consideraban a estos problemas y en el orden judicial deben saber los jueces en qué consiste puntualmente el acoso, que reglas deben aplicarse y cuáles son los límites que establece la categoría de acoso sexual. Las víctimas mujeres son generalmente jóvenes de cierta belleza o atractivo físico o mujeres en condiciones vulnerables por su estado social (viuda o separada, de edad mayor y con dificultad para ingresar a trabajos o carencia de estudios y preparación suficiente). En estos casos, el acosador supone que la acosada o necesita del empleo y esto le obliga a aceptar sus insinuaciones, o está en una situación de carencia de afectos o de insatisfacción de deseos o instintos e intenta aprovecharse de esas carencias, proponiendo un medio de suplirlas. En otros casos hay condicionamientos o factores sociales propiciadores (timidez, escasos medios económicos, deseos de escalar o lograr una determinada situación económica o social). La acosada no tiene suficiente valor para rechazar u oponerse al acoso o bien, sus expectativas o necesidades económicas la hacen susceptible de ceder al acoso aparentemente. Cuando la mujer es muy atractiva, especialmente por atributos físicos anatómicos, esto exacerba los instintos primarios sexuales del acosador y lo excita a tal punto de no medir ni los medios ni las consecuencias del acoso. Sólo piensa en lograr satisfacer sus desmedidos deseos a cualquier precio. En algunos medios, el acoso sexual es tolerado y aceptado ya sea para conseguir, mantener un empleo u obtener ascensos o posiciones socioeconómicos superiores. La falta de denuncia puede deberse a 137 EL ACOSO SEXUAL EN EL LUGAR DE TRABAJO, Revista Empresalud , N° 53:22-23, junio-julio 2001, Córdoba, Argentina 138 Miembro del Servicio de Coordinación de Igualdad y Derechos Humanos de la Organización Internacional del Trabajo, Ginebra, Suiza 151 Antonio Paolasso – INFORTUNIO Y MEDICINA LABORAL muchos factores, especialmente, insisto, el miedo a perder el empleo o por la carencia de pruebas que impida demostrar la existencia de tal acoso. El crecimiento del fenómeno y la cuantía del daño que produce tanto en lo psíquico, como en lo físico (enfermedad psicosomática o daños por intentos de violación o el uso de prendas inadecuadas para evitar la atracción de miradas o resalto de partes anatómicas) han llevado a la sociedad a preocuparse para evitar o detener tal práctica nociva. Para ello ha contribuido la constitución de instituciones tales como asociaciones femeninas en defensa de la mujer, las organizaciones no gubernamentales, especialmente de derechos humanos y personalísimos y las organizaciones sindicales. También la ONU lo trató a través de la CUARTA CONFERENCIA MUNDIAL SOBRE LA MUJER, realizada en Pekín en 1995. Asimismo, la OIT se ha preocupado a través del Servicio de Coordinación de Igualdad y Derechos Humanos, como lo demuestra el estudio Hodges. Las denuncias de casos de acoso sexual es abordado en EE.UU. por la Comisión para Igualdad de Oportunidades de Empleo de los Estados Unidos (EEOC) que desde 1980 viene observando un aumento de las denuncias que pasan de seis anuales de esa época a quince mil anuales en 1996. Hasta 1980 no existían muchas normativas específicas sobre el acoso sexual. Pero a partir de esa época hay normas que ya consideran ilícito el acoso sexual en los lugares de trabajo. En muchos países están insertas en los Códigos Laborales. Internacionalmente hay pocas normas, pero fue reconocido tal acoso en la Recomendación General de 1992 adoptada en el marco de la Convención de las Naciones Unidas sobre la Eliminación de la Discriminación Contra la Mujer. La OIT ha elaborado el Convenio 111 sobre el marco de la discriminación por razón de sexo y de hecho prohíbe el acoso sexual, especialmente el ejercido en mujeres indígenas. El estudio Hodges trata de que se instale una legislación explícita para que regule, por ejemplo, el Código Deontológico de la Comisión Europea sobre el acoso sexual en el lugar de trabajo, pero resalta que son de aplicación las normativas sobre igualdad de oportunidades laborales (discriminación, de derechos humanos, de legislación laboral, las normas de responsabilidad civil extracontractual, e incluso la legislación penal vigente. Prácticas defensivas del acoso laboral Una vez que se toma la decisión de dejar de ser “un acosado”, se puede recurrir a diversas medidas defensivas: emplazamiento extrajudicial: pedir en forma directa o escrita (presentación de nota administrativa, carta documento) el cese de las formas de acoso, detallando las mismas; denuncia ante el gremio o sindicato; denuncia ante las autoridades laborales (dependencias del Ministerio del Trabajo) abstención del débito laboral (suspensión indirecta individual): bajo asesoramiento legal debe presentar ante las autoridades empresariales o dueño de la empresa laboral un comunicado diciendo que no va dar su prestación normal de trabajo hasta que no se solucione el problema Certificación del daño de salud: en caso de daño físico o psíquico, acudir a un profesional médico para que certifique dicho daño y certifique su causa por acoso o, al menos, su compatibilidad con acoso laboral. Reunión de pruebas: Si hay pruebas materiales (notas, memorandos, testigos dispuestos a testificar) debe hacerse acopio de estas pruebas de algún modo (fotocopias, copias de la notificación, etc.) Negación a notificarse bajo firma: Negarse a firmar o firmar bajo protesta las notificaciones de tareas indebidas, aceptación de órdenes o condiciones de trabajos que no estén de acuerdo con lo estipulado o resulten humillantes. Esto significa no prestar consentimiento escrito a ningún acto laboral indebido. Denunciar por escrito la condición de indebido de lo solicitado verbalmente o por escrito. 152 Antonio Paolasso – INFORTUNIO Y MEDICINA LABORAL Desvinculación personal: Si el acosador es evidentemente un psicópata, lo primero es desvincularse totalmente de él, sobre todo, cuando el daño es muy grande Rechazo de altas médicas indebidas: Cuando la empresa o la ART pretende darle el alta indebida por una lesión o enfermedad causada por el trabajo y no se encuentra en condiciones de desarrollar sus tareas habituales, debe rechazarse dicha alta no firmando su aceptación. La falta de asistencia, la negación de enfermedad o la inculpabilidad presunta de afecciones producidas por el trabajo, por parte de la patronal o el servicio médico empresarial o la ART es otro modo del mobbing laboral debido a la alta frecuencia con qué ocurre y deja desprotegido al trabajador realmente enfermo por el trabajo. Prevención del acoso El acoso laboral puede ser susceptible de prevenirse o, al menos, una vez instalado tender a neutralizarlo o registrarlo como hecho evidente. Para esto, algunos especialistas aconsejan tomar las siguientes medidas: 1. Instituir organismos sindicales especializados: que cuenten con investigadores, equipos de profesionales adiestrados (médico, abogados, psicólogos, trabajadores sociales, etc.). A esos organismos sindicales especializados no sólo recibirán las denuncias puntuales o anónimas o de terceros, sino que se dedicarán a investigar metódicamente la existencia del mobbing, asistirán y defenderán al acosado, tratarán de inhibir al acosador hasta eliminarlo o dejarlo completamente inactivo. 2. Formación de los directivos empresariales y empresarios: para que no caigan en la “victimización” del trabajador evitando o no produciendo el acoso laboral. Estos empresarios o directivos empresariales deben estudiar y conocer y distinguir dos tipos de acciones: las preventivas para atenuar o evitar el mobbing y las correctivas: establecer mecanismos para detectar el mobbing e inmediatamente erradicarlo de la empresa. La formación de empresarios y directivos empresariales debe ser de contenidos específicos y claros sobre la naturaleza, formas o tipos del mobbing y los perjuicios que causa al trabajador y a la empresa 3. legislar leyes específicas y puntuales sobre la prohibición y castigo de acciones acosadoras laborales: se pueden tomar como base las leyes existentes en otros países y realizar estudios específicos del medio laboral argentino para saber cuál debe ser el contenido de las leyes a realizar. Las leyes deben ser amplias para no dejar resquicios legales y lo suficientemente bien articuladas para evitar su aplicación mediante artilugios legales (libertad de empresa, de comercio, de trabajo, inconstitucionalidad, etc.) propias de los abogados que defienden intereses empresariales espurios, especialmente el de las empresas evasoras de todo régimen legal en lo relativo a la prevención del riesgo laboral y de los derechos de los trabajadores.. Las leyes deben reconocer específicamente las figuras del acosador y del acosado (victimario y víctima) para lograr erradicar esa práctica propia de los empresarios argentinos, especialmente de las empresas y pymes unipersonales, que utilizan el mobbing para no dejar derechos adquiridos en cuanto a antigüedad y estabilidad laboral. De ese modo, van renovando al personal que se harta de maniobras acosadoras (bajo sueldos, exceso de horas de trabajos, no reconocimiento de derechos del trabajador y el maltrato físico y psicológico, entre otras prácticas anormales e inhumanas). Es común que se acepte personal de empresa o trabajadores “en negro”, fuera de todo régimen laboral, para someterlos a estas vejaciones. O asignarle carácter temporal que en realidad no es tal, porque inmediatamente que se despide un empleado es remplazado por otro, lo cual descarta la “temporalidad” o “precariedad” del Antonio Paolasso – INFORTUNIO Y MEDICINA LABORAL 153 4. 5. 6. 7. 139 puesto laboral. El trabajo temporal es el que se realiza en una determinada temporada. Por ejemplo, el de cosechadores, el de las fábricas envasadoras de alimentos naturales productos de una época determinada (frutas, verduras, etc.). Una empresa de ventas de determinados productos puede necesitar reforzar el personal ante fechas puntuales (navidad, reyes, fiestas recordatorios o época de turismo), pero un supermercado no está sujeto a esos vaivenes, puesto que vende artículos necesarios los 365 días del año y por lo tanto debe organizar el personal para satisfacer la demanda. Si la demanda crece por un factor especial y debe recargar el trabajo, hay formas legales para compensar al trabajador recargado: pago de horas extras, reposición de períodos de descansos, vacaciones programadas, no exceder un número razonable de horas de trabajo etc. a fin de evitar la expoliación del trabajador y su agotamiento psicofísico. Un trabajador remunerado adecuadamente es estimulado a un mejor rendimiento y a una jornada mayor de trabajo. El desahogo económico le incita a producir más. Pero si se intenta un mayor rendimiento laboral a un costo menos y a una remuneración insuficiente que no cubre ni siquiera los costos de más viajes, comidas fuera del hogar, gastos de higiene, etc. se crea una injusticia laboral y una explotación abierta. Esto es parte del mobbing. Técnicas de evasión: cuando hay acosos, por ejemplo, que provienen de gente de mal carácter, gruñona, hostil y mal educada, hay que buscar la forma de evitar los contactos o bien, darle la razón o no contestar sus agravios. Para no enfurecer más al acosador con un desprecio evidente, la evasión debe ser realizada con sutileza de forma tal que el acosador crea que ha logrado su cumplido. Confrontación: cuando las circunstancias lo permiten hay que poner en evidencia al acosador o intratable, destacando en voz alta las maniobras acosadoras ante el resto del personal o de los superiores, según corresponda el caso. Otra forma de confrontación es el llamado “frente común”, el que se realiza con el resto de los compañeros de trabajo, ya que todos pueden y deben comprender que tarde o temprano, cualquiera de ellos puede ser víctima de los acosadores de la empresa. Cuando un acosador se encuentra con una “defensa de grupo” suele retroceder o disminuir la cantidad de acosos o las formas de acoso. Esta técnica es aconsejada por Marilyn Noble.139 El “frente común” consiste en no permitir que la víctima quede sola frente al acosador, a fin de que no pueda defenderse ni testificar el acto de acoso (presencia de testigos) y, también, de defenderlo frente al acto de acoso (intervención de moderadores) Técnicas de persuasión y disuasión: ya adelantamos que la conducta rebelde puede ser una forma de disuadir al acosador para que ponga fin a la conducta acosadora. La rebelión abierta, el frente común, la denuncia, etc. son formas de disuasión directa. El sabotaje de funciones o trabajos impertinentes es una forma indirecta. Otra forma de disuasión, más difícil pero eficaz, es el uso del tacto social oportuno donde hay que buscar las formas y situaciones en que el acosador no pueda realizar su acción. Si la situación es íntima y sin testigos, el recuerdo de las leyes o marcar las consecuencias del acoso, por parte del acosado, puede ser una forma de remediarlo (marcar límites) Acción de denuncia: en lo posible todo trabajador debe instruirse en sus derechos y cuando advierta una situación de mobbing debe buscar asesorarse para efectuar la denuncia ante un organismo pertinente. En primer lugar debe encontrar un abogado ducho en el tema e iniciar la denuncia legal (juicio a la empresa por mobbing). Esta denuncia es pertinente en las provincias donde existen leyes antimobbing. Otra opción es la denuncia social ante el sindicato u ONG como la constituida por Denuncias de Violencia Laboral con sede en la Investigadora de la violencia y el maltrato en el trabajo y codirectora de un equipo de estudio de la Universidad de Nueva Brunswick, EE.UU. 154 Antonio Paolasso – INFORTUNIO Y MEDICINA LABORAL Capital Federal, o ante el Ministerio de Trabajo en las comisiones ad hoc. Mendoza tiene la Subsecretaría de Trabajo donde se pueden denunciar las situaciones de trabajo en negro u homologar otras situaciones generadas por riesgos del trabajo como los accidentes laborales o bien exigir la aplicación de las leyes de seguridad e higiene del trabajo para evitar el riesgo laboral, o denunciar el incumplimiento de las disposiciones que regulan el pago de un salario. 8. Mantenerse alerta y aprender a reaccionar: mantenerse alerta es usar las técnicas de evasión, de disuasión, de confrontación y denuncias, a fin de evitar que el acoso avance o se institucionalice. Cuando el problema es potencial, si plantear directamente el efecto acoso de determinadas conductas y actitudes, no hace que el acosador cese su actitud, se pasa a la etapa de denuncia a los superiores o ante el ente gremial. La prevención el mejor remedio. 140 En plena coincidencia con este lema, Kenneth Wethues141 afirma: “cuando vamos a trabajar, todos los empleados nos subimos al mismo barco. Somos responsables del bienestar de los demás, y cuando uno de nosotros es víctima o testigo de un ejercicio injustificado de poder de una persona sobre otra (sea de colega a colega, de jefe a subordinado, o de subordinado a jefe) nos convertimos en parte del problema. Soy un partidario convencido de la responsabilidad colectiva en el lugar de trabajo para que las cosas marchen bien y los empleados se respeten”. La mejor defensa es aprender a reaccionar cuando: Hay encuentros con personas que siempre culpan a otros, incluido a uno: hay que hacerlas conscientes de esa actitud haciéndole ver que la culpa no es sólo de otros Existen personas que apropian de ideas o méritos ajenos, hay que evitar tal cosa haciendo que todo trabajo o idea sea efectuada en un marco de identificación real y efectivo a fin de que no queden dudas de la autoría. Cuando se trata de una idea no escrita, inmediatamente que es birlada hay que invertir la situación demostrando o haciendo ver que la idea es de uno y no del plagiador. Si se trata de escritos hay que estampar la firma en ellos y presentarlos con el sello propio. Hayan personas cuya manía consisten en interrumpir en forma permanente lo que uno hace o dice, no hay que tolerarle y decirle directamente y en tono cortante que espere a que uno termine lo que está haciendo o diciendo para que él intervenga Existen individuos que siempre tratan de ridiculizar a otros. Hay que ponerlos en evidencia en forma directa (“parando el carro”) o en forma irónica, demostrando públicamente la conducta de burla El problema es la gente que no cumple con sus deberes y afecta a sus compañeros o superiores, lo mejor es pedirle directamente que corrija su actitud o, en su defecto, denunciar que perjudica a compañeros y superiores. El conflicto en la propagación de chismes y rumores, hay que poner en evidencia públicamente la calidad del chisme Se produce la agresión verbal sobre temas como el sexo, la edad o la condición social de las personas, de forma tal que se procede permanentemente a malinterpretar cuando uno hace o dice, aún en la esfera privada o íntima. A este acosador se le como “policía de alcoba” o “censor”.142 140 Afirmación o recomendación de Francine Martel-Vaillancourt, directora general de la Comisión de Normas Laborales de Québec, Canadá. Canadá es uno de los pocos países que en junio del 2004 promulgó la ley antiacoso laboral 141 Profesor de Sociología y estudioso del conflicto laboral ambiental, Universidad de Waterloo, EE. UU. 142 Gerry Smith – Shaun Belding – CÓMO TRATAR CON GENTE DIFÍCIL EN EL TRABAJO, EE.UU. 155 Antonio Paolasso – INFORTUNIO Y MEDICINA LABORAL El mobbing como factor de riesgo laboral Ya hemos definido qué es el riesgo en general y el riesgo laboral en particular en un parágrafo anterior. Queda así completado el concepto médico de riesgo y riesgo del trabajo o de la profesión en el sentido de que es un elemento que contiene las siguientes características: 1. es toda cosa que sea contingencia en el sentido de posibilidad o probabilidad de ser potencialmente causa de un daño (factor de riesgo) 2. que ese factor de riesgo se encuentre en el sitio de trabajo, entre los instrumentos o herramientas que usa el trabajador o en el ambiente en que realiza el trabajo o profesión 3. que el factor conlleve un pronóstico de prevalencia de daño o enfermedad 4. que el trabajador esté en condiciones reales de exposición a ese factor de riesgo 5. que todo factor de riesgo debe ser estudiado y conocido pues es un factor previsible por su carácter de pronosticable. Estos conceptos médicos de riesgo laboral clarifican el sentido de considerar al mobbing como riesgo laboral, el cual sería originado por los siguientes factores: factor de riesgo psicosocial: patente en las acciones originadas desde el superior al subordinado, acciones entre pares o acciones de subordinados hacia el superior factor de riesgo por la organización del trabajo: consiste en todas las acciones concretas que alteran el ritmo normal de trabajo del acosado y que hemos venido analizando factor de riesgo por conflictos interpersonales: naturalmente se refiere a los conflictos creados y no naturales del trabajo, especialmente de superiores con los inferiores o entre pares. El mobbing como daño laboral Hemos aclarado a riesgo laboral desde el punto de vista médico. Ahora debemos hacerlo con el concepto de daño laboral. Según la RAE daño es el “efecto de dañar” y dañar es “causar detrimento, perjuicio, menoscabo, dolor o molestia. Maltratar o echar a perder una cosa”. Desde el punto de vista de la jurisprudencia, muchas sentencias han consagrado, desde la perspectiva de daño corporal, los siguientes conceptos: a. Toda alteración de la salud o enfermedad contraída, tenga, o no, origen traumático b. Toda acción u omisión que genere una pérdida o disminución de la integridad corporal humana o de la capacidad laboral, o que también cause una perturbación de la incolumidad (estado de sano, sin lesión ni menoscabo, o sea, bienestar corporal sin pérdida de la salud misma, o produzca cualquier perturbación de la salud en el sentido más laxo y que consista en un malestar físico o psíquico o social). Generalmente, la situación de acoso laboral genera: 1. Daño personal en el acosado: daño psicofísico (enfermedad psicosomática o trastorno psíquico), social (muchas empresas tienen en cuenta el legajo personal de un despedido de 156 Antonio Paolasso – INFORTUNIO Y MEDICINA LABORAL otras empresas y sus antecedentes. Luego, si una empresa, en virtud del mobbing crea en el ámbito empresarial la idea de que el despedido tiene defectos laborales, se abstendrán de atender un pedido de ingreso (este caso es común entre los agentes de propaganda médica (APM). Cuando un laboratorio despide un APM por presunto desempeño laboral defectuoso, ningún otro laboratorio lo contrata); y daño moral (sufrimiento) 2. Daño en la organización del trabajo: las acciones acosadoras afectan tanto al acosado como a los acosadores pues en ambos provoca falta de atención concentrada en el trabajo lo que lleva a una disminución del rendimiento. Los conflictos interpersonales general problemas de comunicación y “clima sociolaboral” peyorativo. Por parte del acosado aumenta el ausentismo laboral y la infortunística laboral (accidente laboral) 3. Daño social: aparte del daño personal y del entorno familiar del acosado, la sociedad sufre porque la alteración en la organización del trabajo y la consecuencia del despido o renuncia trae como secuela inmediata la pérdida de potencia laboral. Por otra parte la enfermedad del damnificado ocasiona aumento del gasto social a través de la asistencia médica de sus enfermedades o de la pensión por invalidez, el aumento de la tasa de desocupación, precarización laboral, etc. Trastornos por acoso laboral143 El acoso laboral, como distrés, es fuente o causa de alteraciones psicosomáticas o afecciones que se despiertan como consecuencia o secuela de la tensión psíquica, el desgaste o sufrimiento espiritual y la ansiedad surgida del “estado de humillación” provocado por lo que hemos llamado el “distrés de la indignidad”. Al lesionarse la dignidad144 con un trato que está por fuera de toda consideración, se provoca un estado de angustia que altera los mecanismos fisiológicos normales y el cuerpo responde con una serie de signos y síntomas que abarcan lo orgánico y lo mental. Diferentes investigadores han estudiado los efectos del distrés del acoso y en nuestro medio, los psicoanalistas han detectado una serie de alteraciones, según el esquema siguiente: 1. Efectos cognitivos e hiperreacción psíquica: trastornos de atención y memoria, irritabilidad, ansiedad, depresión, sentimientos de inseguridad 2. Síntomas psicosomáticos de estrés: cefaleas, alteración del apetito y trastornos intestinales, llanto, aislamiento, sensación de nudo en la garganta 3. Síntomas de desajuste en el sistema nervioso: sudoración, ahogos, palpitaciones, hipertensión 4. Síntomas de desgaste físico producido por estrés crónico: lumbalgia, cervicalgia, cervicobraquialgia, polimialgias, poliartralgias, enfermedades psicosomáticas (gastritis, úlcera péptica, angina de pecho, infarto, coronariopatías, etc.) 5. Trastornos del sueño: dificultad de conciliación, insomnio, hipersomnia, somnolencia, pesadillas, sueño entrecortado 6. Trastornos de la dinamia: astenia psicofísica, sensación de debilidad, desmayos, temblores, fatiga crónica o cansancio crónico, estado de agotamiento A esta lista hay que agregar dos secuelas preponderantes: 1. el síndrome depresivo 143 María Adela Mondelli, psicoanalista argentina Entenderemos por dignidad a la “excelencia o realce de lo que corresponde a una persona, proporcionado al mérito y condición de ser humano” 144 157 Antonio Paolasso – INFORTUNIO Y MEDICINA LABORAL 2. una fobia específica situacional: “fobia al ámbito laboral” Además de todos los signos y síntomas de la depresión (como es el estado de ensimismamiento, tristeza, ideas de ruina, llantos, aislamiento, ideas de muerte, disminución de la autoestima, imposibilidad de superar el decaimiento), se instala un estado de aprehensión que consiste en una especie de “resistencia a asistir al trabajo”. El afectado siente una especie de repulsa por el ámbito de trabajo y crea una verdadera “conducta de evitación” que le impulsa a buscar todos los medios posibles para no concurrir a trabajar. Ir al trabajo le provoca un terror inconmensurable y un malestar intenso. Si debe concurrir “por fuerza mayor”, el malestar general se traduce por sensación de ahogo u opresión, palpitaciones, sudor profuso, temblores, etc. Éste es el cuadro clasificado por el DSM IV como fobia específica situacional, en este caso, para asistir al trabajo, constituyendo una verdadera “fobia laboral”.145 PSICOPATOLOGÍAS POR DISTRÉS LABORAL (ENFERMEDADES PSICOSOMÁTICAS PSICOPATOLOGÍA CARDIOVASCULAR Distrés ocupacional como causa de hipertensión arterial (HTA) Ofreceremos una serie de citas de autores que han investigado al distrés ocupacional como causa de HTA. “Las condiciones de trabajo estresantes y la insatisfacción global con el trabajo fueron factores significativos de hipertensión diastólica”.146 “El hipertenso (...) es sujeto que inhibe y controla constantemente sus reacciones emocionales (...). La inhibición consciente y voluntaria de la tensión emocional, que tiene por base la agresividad y ansiedad laboral o profesional, hace que éstas no encuentren una salida o solución aceptable para el sujeto”.147 “Es ciertamente habitual observar (...) una estrecha relación entre crisis hipertensiva y stress ocupacional”.148 En 1989 los suecos investigaron la correlación entre el ruido industrial y la HTA. Este trabajo fue posteriormente verificado en Italia por el Proyecto Augusta, en 10.000 empleados de empresas del Grupo Augusta, donde se comprobó que el “estrés por ruido”, después de los 80 a 85 db de intensidad, provocaba hipertensión lábil (cesaba al terminar el ruido). Sin embargo, un proyecto similar, el Programa Ford Motor Company realizado en Norteamérica, determinó que con el tiempo y sin tratamiento médico adecuado, un 90% de los estresados por ruido, terminan con la instalación definitiva de una HTA. “Lo cierto es que los enfermos comienzan por sufrir labilidad tensional ocupacional y acaban con la hipertensión permanente”.149 “La HTA está asociada al sedentarismo con distrés laboral”. (N. Kaplan, op. cit.) “La hipertrofia ventricular izquierda por HTA, tiene una correlación mucho más estrecha con los roles tensionales, medidos ambulatoriamente en situaciones de estrés laboral” (Devereux, 1989). Los trabajos e investigaciones citadas 145 La American Psychiatric Association publicó su Manual de Diagnósticos y Estadísticas de Trastornos Mentales, conocido como DSM (Diagnosis Statistic Manual) y proporcionó una nueva perspectiva en la clasificación de trastornos psicológicos y psiquiátricos. Esta nueva clasificación definió con mayor precisión los subtipos de trastornos y esta nueva sistematización dio mayor operatividad a los criterios diagnósticos. Por su parte, la Internacional Clasificación of Diseases, 10ª edición (ICD-10) da pautas y criterios diagnósticos para la investigación, basándose en el principio de operatividad en la definición de trastornos mentales. Se publicaron sucesivas ediciones del DSM hasta llegar a la actual: el DSM IV (Editorial Masson, España 1995) con una puesta al día en todo lo relativo a la clasificación y estadística de los trastornos mentales, incluyendo los trastornos de ansiedad. 146 Kaplan, N. - Hipertensión clínica I, 1991 147 Delteil y Gerbeaux, 1966, citado en N. Kaplan 148 Camera y Mayorga - PSICOSOMATISMO Y STRESS - Resp. Científ., Buenos Aires, 1980. 149 Martínez Pina - Patología Psicosomática, 1979 158 Antonio Paolasso – INFORTUNIO Y MEDICINA LABORAL han sido experimentados sobre la relación entre distrés ocupacional e HTA, juntamente con otros científicos, los cuales no citamos por razones de brevedad. Los métodos usados en la investigación han sido semiológicos, clínicos y por alta tecnología, aplicados a personas en estudios multicéntricos recesivos y prospectivos. Las condiciones para determinar que una HTA se debe a distrés ocupacional, son las mismas que se aplica a toda enfermedad-accidente u ocupacional: que el trabajador no tenga HTA al ingreso laboral (HTA preexistente) debe carecer de antecedentes heredofamiliares en absoluto en el trabajo realizado tienen que estar presentes los distresantes laborales que causan HTA. Es decir, que para atribuir al distrés ocupacional la causa absoluta de la HTA en un trabajador, deben concurrir las condiciones antes enumeradas, sin excepción alguna. En el caso de que el trabajador no cumpla una o varias de estas condiciones, el distrés ocupacional no será causa, sino factor de agravamiento (concausa) de HTA. Por ejemplo, si existen factores personales de riesgos como tabaquismo, obesidad, etc. Mecanismos fisiopatológicos de HTA por distrés ocupacional El trastorno fisiopatológico central de la HTA es el aumento crónico de la resistencia periférica. Este aumento puede producirse por: 1) fenómenos humorales (noradrenalina, angiotensina II, mineralcorticoides, otros péptidos). La noradrenalina activa el sistema renina-angiotensina. 2) estímulos neurogénicos del sistema nervioso simpático (Camera y Mayorga, op. cit.) Al estudiar los mecanismos fisiopatológicos del estrés, hemos visto la activación del sistema simpático-adrenal, por la cual aumenta la actividad automática del corazón y por lo tanto, la frecuencia cardiaca, el inotropismo y, consiguientemente, la descarga sistólica, circunstancias que tienden a elevar el volumen minuto. Por otra parte, acentúa la contractilidad del músculo liso vascular produciendo vasoconstricción y aumento de la resistencia periférica total por lo que se elevan las presiones arteriales sistólica, diastólica y media. El cerebro, a través de neurotransmisores (sustancias que transmiten el impulso nervioso, tales como las catecolaminas), actúa sobre el sistema nervioso autónomo (el que no depende de la voluntad y rige las funciones automáticas de los órganos), provocando el desequilibrio funcional por alteración del tono (distonía). La hipertonía adrenal (aumento del tono) desatada por la hipersecreción de catecolaminas en el distrés laboral, afecta al aparato cardiovascular. Cuando opera sobre las arterias periféricas provoca primero, en forma funcional, una vasoconstricción y eleva la tensión arterial en forma lábil. Pero si persiste el factor estresante, el sistema de catecolaminas, sobre todo el generado en las suprarrenales por acción de la ACTH, actúa sobre la mácula densa del riñón y libera renina a través de la vía del receptor -adrenérgico (operada específicamente a través de la noradrenalina). La suba exagerada de la presión por acción de catecolaminas (pico hipertensivo o crisis hipertensiva), si altera la presión arterial en los vasos preglomerulares del riñón aumentando la misma, activan otra vía de la mácula densa para producir renina: vía del barorreceptor intrarrenal. De esta manera se activa el sistema renina-angiotensina y si el 159 Antonio Paolasso – INFORTUNIO Y MEDICINA LABORAL proceso cronifica, por acción distresante sostenida, se llega a la HTA crónica.150 Los más afectados por el sistema de renina son los poseen personalidad A, especialmente la H, de ahí que los factores estresantes que llevan a un desfasaje emocional provocando enojo o ira que bien podríamos llamar estado de furibundia, que es la propensión a entrar en estado de furia, enojo o ira. El estudio de la HTA por distrés ocupacional y sus mecanismos fisiopatológicos, se ha realizado multicéntricamente con: 1) medición bioquímica de los niveles sanguíneos de las hormonas que intervienen en el distrés; 2) sistema Holter de dos y tres canales, por 24, 48 o más horas; 3) Doppler en reposo y esfuerzo; 4) Tomografía por emisión de positrones (PET); 5) Cinecoronariografía standard y/o cuantitativa; 6) historias clínicas y exámenes catastrales periódicos. Estudios epidemiológicos recientes, que incluyen a la mayoría de los países de Europa, han registrado una disminución en las expectativas de vida, en los últimos diez años en Europa Oriental en comparación con los países de Europa Occidental. Esto se atribuyó al brusco cambio de vida al que se vieron sometidos con la caída del régimen comunista. El aumento de eventos se destacó en la población masculina de 40 a 60 años. Esta franja de la población fue la que tuvo que adaptarse a la economía de libre mercado sin estar preparada para ella. Igualmente importante fue el cambio de dieta y el aumento de consumo de cigarrillos que se dio simultáneamente con el cambio económico, especialmente las condiciones laborales nuevas, con alta exigencia de rendimiento y competencia, adquisición de tecnología, etc. Enfermedad cardioisquémica por distrés ocupacional Los últimos estudios médicos multicéntricos mundiales, indican que en la mayoría de las personas, los estresores psíquicos, mentales o emocionales, contribuyen al desencadenamiento de cardiovasculopatías mucho más que los agentes etiológicos de índole somática. De estos estresantes, uno de los más importantes, es el psicosocial y emocional y dentro de éste, los desarrollados en el ámbito del trabajo, ocupación o profesión.151 Los principales estudios e investigaciones se hicieron con alta tecnología (Holter, Doppler, PET, cinecoronariografía, etc.) y a través de: a) experiencias en modelos animales apropiados; b) en humanos, con observaciones clínico patológicas y clínica cardiológica retrospectiva, prospectiva y experimental. Los principales cuadros de enfermedad isquémica cardiovascular a estudiar en el distrés ocupacional, son: muerte súbita, infarto por coronariopatía isquémica o ateroesclerótica, coronariopatía isquémica. El estudio Cleveland152 demostró en las coronariopatías una mutación del gen MEF2A (ligada al aumento del 150 (Boskis, B.: Stress, reactividad y aparato cardiovascular - Buenos Aires, 1990) (Goodman & Gilman - LAS BASES FARMACOLÓGICAS DE LA TERAPÉUTICA, Vol. I, 9ª edic., México, 1996) 151 Selye, H. - Stress y enfermedad cardiovascular - RASSEGNA (3): 20-26, 1980 152 Cleveland Clinic, USA, 2003 160 Antonio Paolasso – INFORTUNIO Y MEDICINA LABORAL riesgo de padecer un infarto) Dada la relación entre estrés y enfermedad coronaria e infarto de miocardio, es probable que sea una mutación genética adquirida por factores distresantes. El Dr. Néstor Vita153 destaca al estrés crónico como factor de riesgo de la enfermedad coronaria y cardiovascular en general. El estrés crónico y la hostilidad están asociados con un aumento de reactividad de las plaquetas y del fibrinógeno que incrementarían el riesgo de infarto. Kazucmi y col. estudiaron los cambios en la TA, viscosidad sanguínea, fibrina y funcionamiento endotelial en 1995. Los grupos que tuvieron un algo grado de estrés mostraron los cambios más significativos del inhibidor t-PA (PAI). Maseri y col. publicaron hallazgos similares en un grupo de pacientes con síndromes coronarios agudos comparados con un grupo de control de igual edad y factores de riesgo, detectando en el 85% de sus pacientes, altos niveles de distrés psicológico en las semanas previas a la internación. Los extremos emocionales tienen valor clínico en la capacidad de afrontamiento al estrés y la vulnerabilidad de los pacientes. En el estrés crónico es posible vislumbrar la interfase mente-cerebro y, aún, mente-cerebro-cuerpo. En los últimos años un creciente cuerpo de evidencias científicas y estudios prospectivos han proporcionado elementos de gran soporte científico que permiten considerar al estrés como uno de los factores de riesgo que el cardiólogo clínico debe diagnosticar, evaluar, cuantificar, tratar y prevenir. La vida es un sistema de alto dinamismo, con cambios permanentes y, como ocurre actualmente, estos cambios pueden ser numerosos y rápidos y no permiten adaptarse correctamente a ellos. Para esto, la vida moderna debe tratar de mantenerse en equilibrio, en continuo conflicto con las noxas que le acechan y de las cuales debe auto preservarse. Precisamente, se llama allostasis a la habilidad de adquirir la estabilidad a través del cambio debido. Esto ocurre porque la estabilidad es crítica en la sobrevida y en la búsqueda de ella, el sistema nervioso autónomo y el eje hipotálamo-hipofisiario-suprarrenal interactúan con los sistemas cardiovascular, inmune y metabólico, en respuesta al estrés agudo o crónico, externo o interno. Hasta ahora, la medida apropiada de esta respuesta es lo que ha permitido al hombre ser una de las especies que mejor ha soportado los cambios del ambiente o medio en el cual habita. Pero desde mediados del siglo XX y, ya francamente, en el comienzo del siglo XXI es donde se presenta el máximo desafío ante la mayor divergencia entre el estrés y su reacción de “huida o lucha” y la inmovilización frente al estrés físico y mental, más especialmente frente al mental, en los cuales la respuesta al desafío no se puede corporizar o manifestar como “huida o lucha” y entonces aparece el conflicto que lleva a la enfermedad psicosomática. En muchas situaciones, el estrés mental crónico o agudo gatilla una serie de respuestas del sistema circulatorio que, cuando son exageradas y no limitadas por los propios servo sistemas, pueden determinar, incluso, la muerte del paciente. El estrés agudo es el más reconocido y fácil de comprender porque gatilla en forma evidente una sucesión de respuestas de adaptación para la lucha. El incremento de la frecuencia cardiaca (pulso o latido) o taquicardia y la tensión arterial (hipertensión arterial), acompañan a la liberación de catecolaminas (adrenalina y noradrenalina) con aumento del gasto cardíaco y vasoconstricción periférica. Ambos efectos se producen porque la intención es buscar un aumento de flujo sanguíneo a cerebro y corazón, ambos órganos importantes para decidir la lucha o la huida. En el plano mental, estos fenómenos se acompañan de agitación, ansiedad y angustia. 153 Presidente de la Federación Argentina de Cardiología, en su trabajo EL ESTRÉS COMO FACTOR DE VULNERABILIDAD CARDIOVASCULAR (publicación de Información Científica: 9-13 Gador, Bs. As. 2.000) 161 Antonio Paolasso – INFORTUNIO Y MEDICINA LABORAL El médico y el cardiólogo regularmente reconocen la taquicardia, la hipertensión y los cambios simpáticos de temperatura (hipertermia) y humedad de la piel (transpiración) y su vasodilatación que se traduce como rubor intenso, todos estos signos secundarios a la potente y rápida descarga adrenérgica. Todo esto ocurre normalmente en un hombre sano. Yeung ha demostrada por cinecoronariografía que en el endotelio enfermo previamente por episodios frecuentes de estrés agudo o por un estrés agudo intenso, se produce vasoconstricción en el ámbito coronario. Estos enfermos, la mayoría de las veces se consideran sanos porque padecen lesiones silentes (silenciosas) que no provocan signos o síntomas apreciables (y si los hay no son tan importantes como para reparar en ellos) Anecdóticamente, la gente cuenta estas situaciones conflictivas con frases tales como “muerto de miedo”, “se preocupó hasta la muerte”, “se me parte el corazón”, etc. La literatura médica informa que episodios de estrés agudo producidos por los combates de guerra, las catástrofes naturales (terremotos, tormentas, aluviones, inundaciones, etc.) provocan un claro aumento en el número de infartos agudos de miocardio y muerte súbita. Esto se comprobó fehacientemente en el estudio hecho por Meisel y col. en la ciudad de Tel Aviv (Israel) durante el ataque de mísiles en la Guerra del Golfo. Comparando el año del ataque con las muertes por infarto del año anterior, se concluyó claramente que el número de infartos de miocardio fue mayor durante el ataque de los mísiles, sobre todo cuando se escuchaba la sirena que anunciaba dicho ataque. Jain y col. ha investigado la isquemia gatillada por estrés, que estaría mediada por una disminución del aporte debido a la vasoconstricción general, con un menor doble producto cardiaco produciendo una caída en la fracción de eyección (FE). Midieron en 21 pacientes simultáneamente, la resistencia periférica, el gasto cardíaco, la contractilidad y la elastancia arterial y ventricular. Este estudio detectó un efecto constrictor periférico, observado durante el estrés mental y no durante el ejercicio físico, el cual contribuía a la reducción de la FE en los pacientes estudiados. Pepine y col. realizaron el estudio PIMI sobre 196 pacientes con enfermedad coronaria y encontró una relación inversa entre FE y la resistencia periférica (a mayor resistencia, menor FE). En esta reacción interviene la liberación brusca de epinefrina en presencia de un sustrato isquémico y esto sería la causa inductora de arritmias ventriculares frecuentes. Hay profesiones u ocupaciones que son altamente distresantes tanto agudas como crónicas y una de las más afectadas es la relativa a la seguridad policial o la de los bomberos. En la Policía de Mendoza, el Dr. Marcelo Buttani estimó que más de 121 policías tienen trastornos mentales siendo un 50 % de ellos depresivos y el 50%, la gran mayoría es distrés. Dicho funcionario afirma que aún así el porcentaje de afectados detectados “es bastante bajo teniendo en cuenta la situación de permanente distrés a la que están sometidos. Los exámenes de ingreso son cada vez más estrictos porque el crecimiento poblacional lleva a que tengamos más presiones y más distrés, por eso las evaluaciones se vuelven tan importantes”.154 En referencia al bajo porcentaje de afectados detectados, puede deberse en parte, a que hay “portadores sanos” de lesiones, como es el caso de la isquemia silente que antes comentamos. Buttani asevera que se han realizado más de 1.200 encuestas y análisis de sangre para determinar el riesgo cardiovascular en la policía porque el tipo de actividades que la misma desarrolla, que además de estrés provoca otras dolencias debido a la gran cantidad de horas de patrullaje y que debe de permanecer parado. El artículo hace referencia a las persecuciones con disparos de armas de fuego, a la lucha cuerpo a 154 declaraciones a Diario UNO 21 de noviembre 2000, Mendoza cuando ejercía como director de la División Sanidad Policial. 162 Antonio Paolasso – INFORTUNIO Y MEDICINA LABORAL cuerpo, a los proyectiles de motines y levantamientos, etc., que además de estrés agudo provocan magullones y heridas por armas blancas y de fuego. Muerte súbita (símil a infarto de miocardio agudo fatal) Los investigadores Skirmer (American College of Cardiology) y Eliot, ambos en EE.UU.; Baroldi (Bolonia) y Rossi (Milán) en Italia; y Milei en Argentina, experimentaron sobre muerte súbita en animales e investigaron por necropsias a personas fallecidas por muerte súbita. Estos autores (y otros), encontraron que la dramática respuesta de la activación aguda e intensa del sistema simpático-adrenomedular, producía muerte súbita. En los animales de laboratorio encontraron que, a los pocos minutos de un bolo de isoproterenol (equivalente químico de las catecolaminas), había severas corrientes electrocardiográficas de lesión, fibrilación y muerte. La autopsia de estos animales mostró la existencia en el músculo cardíaco, de una miocitólisis degenerativa (degeneración miofibrilar). Es un tipo de necrosis hiperquinética o por sobreactividad miocárdica, caracterizada por rexis de las miofibrillas, con banda de contractura, aunque al principio, sin daño nuclear. Las bandas de contracción transversal, irregulares y anormales, variables en tamaño y forma, están constituidas por coagulación de sarcómeras hipercontracturadas (esto debe explicarse como si fuera una coagulación de las proteínas de las fibras musculares cardíacas). La miocitólisis coagulativa (muerte de las células musculares cardíacas por coagulación de las fibrillas) es signo patognomónico (típico) de muerte súbita por distrés emocional u ocupacional. En los cadáveres humanos, en que el distrés ocasionó muerte súbita, se encontraron las mismas lesiones, con coronarias normales y sin valvulopatía. El 50% de los cadáveres humanos estudiados en estas circunstancias, presentaban agrandamiento cardíaco y fibrosis miocárdica, sugiriendo lesiones crónicas por injuria catecolamínica, anteriores a la muerte súbita y que no fueron fatales en su oportunidad. Esta muerte súbita, clínicamente, suele confundirse con el infarto de miocardio. Para hacer un diagnóstico correcto, en todos los casos, debe hacerse autopsia y estudio anatomopatológico microscópico. Infarto por coronariopatía aterosclerótica Se ha explicado que el distrés crónico desencadena un proceso metabólico que, entre otros efectos, eleva el azúcar sanguíneo (hiperglucemia), los ácidos grasos (hipertrigliceridemia) y las lipoproteínas portadoras de colesterol (hiperlipoproteinemia e hipercolesterolemia). Asimismo, ese distrés por otros mecanismos, lesiona la pared de los vasos. La lesión de los vasos y el alto nivel de colesterol, en forma crónica, por diversos mecanismos, forman placas de ateroma (depósito de colesterol en la pared arterial). Cuando este proceso se da en las arterias coronarias, se desarrolla la aterosclerosis coronaria o ateromatosis coronaria. Si una de estas placas crece mucho o se desprende, hay oclusión u obstrucción coronaria que en casos graves desencadenan un infarto de miocardio. Vita y col.155 comprueban que el estrés crónico puede ocasionar alteraciones metabólicas que originan o aceleran la aterosclerosis coronaria. El estudio KUOPIO relacionó la exagerada respuesta presora durante el estrés mental crónico en 901 hombres entre 42 y 60 años. Los pacientes hiperreactores al estrés tiene un significativo aumento de la aterosclerosis luego de tomar en cuenta otros factores de riesgo, siendo el grosor promedio de la íntima en la carótida interna, estadísticamente mayor que en la población control no 155 presidente de la Federación Argentina de Cardiología, en su trabajo EL ESTRÉS COMO FACTOR DE VULNERABILIDAD CARDIOVASCULAR (publicación de Información Científica: 9-13 Bs. As. 2.000) 163 Antonio Paolasso – INFORTUNIO Y MEDICINA LABORAL reactora. La Teoría Carruthers156 postulaba el fundamento del impacto del estrés como uno de los orígenes de la aterosclerosis. Este autor sugiere que el estrés aumenta la actividad simpática produciendo movilización de ácidos grasos libres del sistema adiposo que, en ausencia de demanda metabólica, se convierten en triglicéridos. Esta respuesta es mucho mayor en los obesos y en personas con vida sedentaria. Los ácidos grasos convertidos en triglicéridos recirculan tendiendo a depositarse en la pared arterial. Existiría una correlación lineal entre las catecolaminas y el aumento de ácidos grasos. La norepinefrina es liberada durante los estados de agresividad en tanto que la epinefrina aumenta con el miedo y la ansiedad. Ambas tienen como vía final común la lesión endotelial, la liberación de triglicéridos y el cortisol. Mediante estos cambios, el estrés mental no sólo intervendría como gatillos de eventos agudos, sino que también jugaría un rol en la progresión de la aterosclerosis. Coronariopatía isquémica La vasoconstricción arteriolar provocada por catecolaminas puede dar un ataque isquémico transitorio que clínicamente se traduce como colapso pasajero y/o arritmias e HTA (hipertensión arterial). En ocasiones puede haber angor (precordialgia), pero lo más común es que curse sin dolor (isquemia silente). Cuando el ataque isquémico es prolongado o crónico, se produce una importante disminución de la luz arterial (estenosis), llegando en casos graves (agudos o crónicos) a provocar obstrucción arterial estenótica completa, con producción de un infarto por isquemia. La isquemia prolongada afecta primero a las coronarias y luego al músculo cardíaco. (Boskis, op. cit.) El distrés produce un incremento en los niveles de catecolaminas circulantes tales como la adrenalina, noradrenalina, serotonina y bradikininas. Estas sustancias pueden causar daño endotelial directo, aglutinación de plaquetas e hipercontracción del músculo liso arterial.157 Hay conexión importante (85% de casos), entre distrés emocional e isquemia miocárdica (Freeman)158 El estrés psicológico (mental) exacerba la isquemia miocárdica, la cual se presenta frecuentemente asintomática (isquemia silente) y asociada a la tensión emocional crónica o sostenida.159 El estrés emocional (psíquico, mental) crónico, además de la ACTH, endorfinas y hormona del crecimiento, eleva la liberación de neuropéptidos en el eje hipotalámico-hipofisiario. Entre estos neuropéptidos se destacan: 1) beta-endorfinas (factor supresor del dolor; muy elevadas en las isquemias silentes). 2) CRF: factor estimulante de liberación de ACTH (efecto ansiógeno). 3) NPY: neuropéptido Y (factor isquemiante). El NPY está asociado a obstrucción distal localizada en los pequeños vasos (efecto predominantemente arteriolar) que sugiere un nuevo tipo de isquemia primaria (en otros casos de angina). Datos recientes establecen un vínculo entre isquemia silente y el estrés mental, en presencia de enfermedad coronaria. El monitoreo ambulatorio (Holter), la prueba ergométrica graduada y estudios ecocardiográficos y radioisotópicos, tanto en reposo como en el esfuerzo, permiten observar objetivamente que la mayoría de 156 publicada en THE LANCET alrededor de 1980 Merck & Co., EE.UU., Inc. 1981 158 Deanfield y Tzivoni -CONGRESO EUROPEO DE CARDIOLOGÍA, Viena, 1988 Mazzuero y Tavazzi CONGRESO MUNDIAL DE REHABILITACIÓN CARDIACA, Brisbane, 1988 Wawachi y col. -CIRCULATION (90): 2225-2229, 1994 (Selye, op. cit.) 159 (Freeman y col. -PSYCHOLOGICAL STRESS AND SILENT MYOCARDIAL ISCHEMIA - Am. Heart J. (114): 477-482, 1987) (Boskis, op. cit,) 157 164 Antonio Paolasso – INFORTUNIO Y MEDICINA LABORAL episodios de isquemia transitoria son asintomáticos (ausencia de dolor de pecho o angor). Estos episodios isquémicos silentes cursan con: a) frecuencia cardiaca relativamente baja; b) con dos picos de ritmo circadiano: uno desde la hora 6 AM hasta el mediodía y otro vespertino; c) vinculación con la actividad mental del paciente. El estudio de estos episodios se hacía con control de la reactividad psicofísica de cada paciente (RHESSI = Reactividad Hemodinámica y Electrofisiológica al Stress Simulado). En los pacientes coronariopáticos con desnivel isquémico, en la Prueba Ergométrica Graduada (PEG) se encontró: 1) arritmia extrasistólica polifocal; 2) bigeminismo o trigeminismos; 3) mayor aumento de betaendorfinas en el distrés mental. Todos los cambios fisiopatológicos, demostrados por tecnología adecuada ya descripta, indican que son los mismos para la isquemia silente como para la isquemia sintomática.. La isquemia silente puede cursar con HTA, arritmias, infarto agudo de miocardio (IAM) y muerte súbita. Incluso los hallazgos clínicos, tanto en el IAM como en otras lesiones, suelen ser fortuitos (generalmente por exámenes catastrales). En la isquemia silente el paciente desarrolla su actividad normal (cotidiana y ocupacional) sin acusar dificultades. Sólo siente síntomas incapacitantes cuando hay lesiones severas en dos o tres vasos, o infartos múltiples. Generalmente estas lesiones son tan severas que se debe recurrir a la cirugía (by pass o trasplante cardíaco)160 Por su carácter de silente, esta isquemia se suma a la diabetes y a la HTA, en el carácter de asesinos silenciosos. Finalmente queda un interrogante: ¿la isquemia es silente para todo signo y síntoma o sólo para el dolor? Los estudios experimentales han demostrado que en el curso de la isquemia silente se detectan arritmias extrasistólicas, HTA, frecuencia cardiaca relativamente baja, si bien no había dolor. Tanto la HTA, como la arritmia y la frecuencia baja son elementos que no expresan síntomas, sino son signos que únicamente aparecen en el examen físico con el estudio mediante instrumentos médicos. Si el paciente no acude a consulta médica por no tener síntomas, evidentemente no se detectan estos signos. Pero puede ocurrir que realmente vaya a la consulta y que el médico registre su HTA, su arritmia y su baja frecuencia, pero como éstos no son signos patognomónicos de isquemia, suelen ser interpretados como no indicadores de la misma. Por esto sería conveniente que cuando un médico encuentre estos signos, oriente la anamnesis a buscar factores de estrés emocional y los estudios hacia una posible isquemia. Probablemente estos signos den algunos síntomas como palpitaciones, sensación disneica o malestares intranscendentes asociados a la HTA (mareos ligeros, cefaleas leves y pasajeras, sensación opresiva en tórax etc.). Pero estos síntomas son interpretados por la mayoría de los pacientes como pocos alarmantes y no acuden al médico. Y si van a la consulta y los refieren al médico, éste tampoco los relaciona con isquemia. En nuestra experiencia personal, por estudios regresivos en 10 pacientes, a través de la historia clínica, se advirtió que los signos y síntomas se conocían pero no se asociaron con isquemia, hasta que un hallazgo fortuito de infarto o lesión coronaria o miocárdica en isquemias silentes (sin signos patognomónicos de isquemia), puso en la pista, tardíamente, de la lesión isquémica. 160 Boskis, B.: Stress, reactividad y aparato cardiovascular - Buenos Aires, 1990 165 Antonio Paolasso – INFORTUNIO Y MEDICINA LABORAL Generalmente, en la clínica práctica, sólo se asocia a la isquemia, el dolor precordial o el trazo electrocardiográfico que la indica, siendo éstos los elementos más comunes de diagnóstico. La inexistencia de estos signos y síntomas lleva a conclusiones que descartan el proceso isquémico. Pero acá, el silencio predominante es el del dolor. Por esto pensamos que lo silente está más referido al dolor que a otros signos y síntomas. Como corolario, debemos concluir que ante casos de síntomas aparentemente banales como las palpitaciones, cefaleas, sensación disneica que se acompañan de signos de bradicardia relativa, arritmias extrasistólicas e HTA lábil, conviene profundizar por Holter, radioisótopos, Doppler, PET y cinecoronariografía, a fin de poder detectar precozmente el daño isquémico y no permitir su avance a lesiones irreversibles. Luego, tampoco el solo hecho de hallar daño isquémico grave sin dolor, debe llevar a extender el concepto de silente a la ausencia de todo signo y síntoma, sino limitarlo única y principalmente a la inexistencia del dolor y secundariamente a la de signos electrocardiográficos. Síncope por estrés El síncope (pérdida pasajera del conocimiento por flujo cerebral inadecuado) se debe a una vasodepresión por lo que se le suele llamar síndrome vasodepresivo161 o síncope vasodepresor o síncope vasomotor psicógeno.162 Ocurre en diferentes situaciones de una gran conmoción emocional estresante. Una de estas situaciones es cuando la persona se encuentra bajo emoción fuerte o situación de peligro. Tras una primera fase rápida de tensión muscular y aflujo sanguíneo (acaloramiento y sudación), los mecanismos neurofisiológicos fallan y sucede el fracaso del tono arterial (vasodepresión), con pérdida del conocimiento por isquemia cerebral transitoria. Esto se debe a una hipotensión vagal (por hipertonía vagal) y el síncope constituye una lipotimia en términos médicos o un “desmayo” en términos vulgares (Massie y Solow). Otra situación se da en ocasiones de estrés, dolor intenso o pánico bajo la forma de fobias (claustrofobias, hematofobias, etc.). Por esto, se le llama síncope vasomotor psicógeno. Depresión, estrés y enfermedad cardiovascular Un estudio argentino163 realizado por Taragano mostró que la depresión es factor de riesgo cardiovascular, de menor incidencia en personas sanas, pero muy importante en pacientes con enfermedad cardiaca previa. Este estudio comprobó que: pacientes con posIAM tienen a los 6 meses de sobrevida, 4 veces más riesgo de morir si padecen depresión. En un año, con puntajes de Beck de 19 o más, aumenta en 7 veces el riesgo de mortalidad cardiovascular. Los pacientes con angina inestable tiene seis veces más riesgo de sufrir un ataque cuando tienen un puntaje de Beck mayor de 9. Si tienen una fracción de eyección menor del 46%, la probabilidad de riesgo de un ataque es 4 veces mayor. En personas sanas, el estrés y la depresión están relacionados con la isquemia, la hipertensión, la agregación plaquetaria, la retención hidrosalina y las arritmias. Estos factores aumentan el riesgo de IAM y muerte súbita. El estudio Framingham identificó dentro de los factores de riesgo cardiovascular a los factores psicosociales de depresión, ansiedad y estrés crónico. 161 Martínez Pina, op. cit. Tierney y col. – DIAGNÓSTICO CLÍNICO Y TRATAMIENTO, 34ª edición, editorial Manual Moderno, 1997 163 presentado en el XX Congreso Nacional de Cardiología, Córdoba, Argentina, mayo 2001 162 166 Antonio Paolasso – INFORTUNIO Y MEDICINA LABORAL El estudio Precursor Hopkins demostró que un solo evento depresivo aumenta el riesgo cardiovascular y lo mantiene aumentado por los siguientes 10 años. Otros factores identificados como riesgo cardiovascular fueron el carácter irascible y el aislamiento social. De este modo, la depresión es un factor de riesgo y factor de pronóstico negativo cardiovascular para el enfermo cardíaco. Tanto la depresión leve, como la ansiedad y el estrés crónico concurren por separado o concomitantemente a constituir factores de riesgo o de pronóstico negativo, por lo que deben estudiarse en todos los casos clínicos y cardiológicos y, detectados, deben ser tratados inmediatamente. PSICOPATOLOGÍA METABÓLICA Diabetes y distrés ocupacional En 1993, McEwen, en un estudio sobre estrés-enfermedad, afirma que el estrés acelera el inicio de la diabetes tipo I e interviene en el curso o aparición de la diabetes tipo II.164 En la diabetes del adulto o tipo II no insulinodependiente, la producción del déficit insulínico reconoce diversos mecanismos, entre ellos la insulinorresistencia. Entre los mecanismos de insulinorresistencia están los antagonistas prerreceptores de la acción insulínica y entre estos antagonistas se encuentran los antagonistas hormonales (GH, cortisol, glucagon, catecolaminas y hormonas tiroideas). Si recordamos el mecanismo fisiopatológico del estrés crónico, éstas eran las hormonas secretadas por el eje hipofisocorticosuprarrenal.165 “Las catecolaminas (adrenalina-noradrenalina) aumentan la glucogénesis y la lipólisis en el adipocito y pueden tener una acción directa sobre los tejidos sensibles. Algunos estudios hacen referencia a la acción inhibidora sobre la actividad de la quinasa del receptor insulínico y del transporte de glucosa. Desde el punto de vista clínico, en la situación de estrés, la hipersecreción de catecolaminas puede inducir una situación de insulinorresistencia” Estas reflexiones de los investigadores abre el interrogante de como una hiperglucemia por estrés, debidamente sostenida si el estrés es crónico, puede desencadenar una diabetes por antagonismo prerreceptor de catecolaminas, acción hiperglucemiante directa de glucagon y cortisol y glucotoxicidad, aunque el apoyo genético no sea claramente específico, pero sí sospechado. Otra hormona que aumenta sensiblemente en el estrés, es el glucagon. La respuesta hiperglucémica es más importante con el glucagon que con las catecolaminas, debido a la intensa acción glucogenolítica hepática.166 Se ha reconocido que la diabetes tiene un componente psicofisiológico en algunas personas y que probablemente los factores ocupacionales puedan contribuir a su patogenia. Hay manifestaciones sugestivas de que los controladores de tránsito aéreo tengan proporciones más altas de diabetes no dependiente de insulina.167 No se ha comprobado un gen específico para diabetes II sino un grupo de genes (enfermedad poligénica) asociados a la diabetes del adulto, grupo que ha medida que se profundizan los estudios se van modificando y hay diferencia genética muy importante entre una diabetes infantojuvenil (diabetes I) y una diabetes del adulto (diabetes II), existiendo para la diabetes I un determinismo genético marcado para la 164 Bruce McEwen -ARCHIVES OF INTERNAL MEDICINE, 1993 De Marco y col. -DIABETES MELLITUS: 2l-30, 1993 166 Jadzinsky - ARTERIOSCLEROSIS (5): 5-6, 1982. Goldawa y col. - Stress and anxiety - STRESS DISEASES (6): 35l, 1979 167 LaDou MEDICINA LABORAL (35): 634, México, 1993 165 167 Antonio Paolasso – INFORTUNIO Y MEDICINA LABORAL autoinmunidad, porque probablemente el factor genético HLA juega un papel más preponderante en ella que en la diabetes II. “Pero en cualquier caso, lo que probablemente puede heredarse es la susceptibilidad para desarrollar la enfermedad, cuya realización va a depender de factores ambientales” 168 Es decir, una predisposición diabética genética (genotipo), sólo tendrá expresión fenotípica si existe un factor ambiental que actúa como causa desencadenante del síndrome diabético y uno de estos factores ambientales es el estrés emocional o psicosocial tanto agudo (que actúa por catecolaminas y produce la crisis diabética) como el crónico que actúa a través del cortisol y el glucagon. Únicamente en los casos en que hay una historia familiar comprobada en padres y consanguíneos, se puede considerar a la predisposición genética como factor de riesgo en la diabetes II. 169 Estas reflexiones de los investigadores abren el interrogante de como una hiperglucemia por estrés, debidamente sostenida si el estrés es crónico, puede desencadenar una diabetes por antagonismo prerreceptor de catecolaminas, acción hiperglucemiante directa de glucagon y cortisol y glucotoxicidad.170 En este caso existe un fenómeno genético que es la mutación genética por factores ambientales, como explicaremos a continuación. De todos modos, hemos visto anteriormente, en la acción del estrés sobre el sistema inmunológico, que el estrés puede ser causa de mutaciones genéticas y por lo tanto generar genes específicos para una patología, lo que deja abierta la puerta a que las deleciones genéticas por acción de agentes ambientales o por intervención de los neurotransmisores, den origen a genes reguladores de diabetes, lo que explicaría el aumento de los casos de diabetes II sin existencia de factores de predisposición genética previos (inexistencia de antecedentes heredofamiliares). Estas deleciones operarían por acción de radicales libres y peróxidos a nivel del DNA mitocondrial y provocaría las mutaciones genéticas adquiridas no transmisibles. Ocurren en células somáticas, y causan trastornos poligénicos no transmisibles, como puede ser HTA, diabetes, hiperlipemias, etc.171 Hiperlipidemias y distrés ocupacional En el distrés crónico, por mediación del eje hipofisocorticorrenal hay, repetimos, aumento de secreción de GH, cortisol, glucagon, catecolaminas y hormona tiroidea. Sobre esta base neuroendocrina se elevan las concentraciones circulantes en la sangre de lipoproteínas.172 El aumento de glucagon en el distrés ejerce acción sobre la lipólisis, similar a las catecolaminas, porque en forma idéntica es mediada por la lipasa hormonosensible, desencadenando hiperlipoproteinemia. El cortisol, también aumentado sensiblemente en el distrés crónico, estimula la lipólisis acompañándose con cetogénesis y neoglucogénesis y como respuesta hipertrigliceridemia, hipercolesterolemia e hiperglucemia.173 El distrés psíquico “a través de las manifestaciones metabólicas derivadas de la presencia de catecolaminas, tales como la lipólisis, la hiperglucemia, el freno a la secreción de la insulina, etc., 168 De Marco y col., op. cit.; Martínez Pina, op. cit. De Marco y col. op. cit.: 35 170 La diabetes por estrés es siempre de tipo II 169 171 Solari A. J. – GENÉTICA HUMANA, editorial Panamericana 172 (Krupp-Chatton - DIAGNOSTICO CLÍNICO Y TRATAMIENTO: 799, 1986) (Jadzinsky, op. cit.) (Goldawa, op. cit.) 173 Antonio Paolasso – INFORTUNIO Y MEDICINA LABORAL 168 circunstancias que producen una serie de situaciones biohormonales (...) que llevan a una elevación de los lípidos séricos”. 174 La incidencia porcentual de los factores de riesgos en las hiperlipidemias es: 175 a. b. c. d. e. f. g. diabetes: 6,9% antecedentes familiares: 10,9% hipertensión arterial: 17.3% sedentarismo: 44.8% tabaquismo: 35% sobrepeso (obesidad): 40,9% estrés psicosocial: 49,5 Como notablemente se aprecia, el estrés hiperlipoproteinemias que los otros factores de riesgo. pesa mucho más en la producción de OTRAS PSICOPATOLOGÍAS Cáncer y distrés laboral El cáncer profesional u ocupacional tiene como origen mecanismos oncogénicos debidos fundamentalmente a factores ambientales: mutación genética adquirida no transmisible, depresión inmunológica y la activación de oncogenes (genes promotores de cáncer).176 Entenderemos por contaminación ambiental genética a todos los factores ambientales que producen mutaciones genéticas, llamadas mutaciones genéticas adquiridas (las que luego estudiaremos en detalles), las cuales pueden ser no heredables cuando afectan células somáticas o heredables cuando afectan a células gonadales. No se transmite ni la enfermedad ni la predisposición genética.177 Estos factores ambientales, reconocidos y señalados por diferentes investigadores y estudios multicéntricos son: factores virales radiaciones ambientales naturales o artificiales estrés alimentos otros (drogas, tóxicos químicos, minerales o vegetales, factores ocupacionales o laborales, etc.) Luego referiremos los efectos de las radiaciones electromagnéticas naturales y artificiales sobre el ADN y el ARN. Entre los mecanismos que intervienen en la producción de cáncer por trastornos mentales, se encuentra especialmente el estrés y en este caso, el distrés laboral, el cual a través de una excesiva secreción de corticoides (catecolaminas y cortisol) y la cadena de las citocinas, actúa sobre los linfocitos T, B, y K y 174 (Dres. Smud y Sermikslis - ARTERIOSCLEROSIS: l8-l9) (Mesa 5 FORUM ARGENTINO EN DISLIPIDEMIAS, Córdoba, 1993) ( Mosso SIMPOSIO INTERNACIONAL DE ATEROSCLEROSIS, Bs. As., 1983) (FarrerasRozman- MEDICINA INTERNA, Vol. II, 13ª edición, Editorial Mosby/Doyma libros, Sec. 19: 2636-2654, Madrid, España, 1995) 175 (Estudio sobre 462 personas presentado en MESA REDONDA DE ACTUALIZACIÓN SOBRE REPERCUSIÓN CLÍNICA DE LAS HIPERLIPOPROTEINEMIAS, Córdoba, l98l). El mecanismo de oncogenes lo explica Joseph LaDou – MEDICINA LABORAL: 231-264, Editorial Manual Moderno, Méjico, 1995 176 177 Solari – GENÉTICA HUMANA, 2ª edición, editorial Panamericana, Bs. As. y otros autores 169 Antonio Paolasso – INFORTUNIO Y MEDICINA LABORAL sobre componentes tímicos, originando depresión inmunológica (Riley) (Canónico) (Santos Moreira) con pérdida de las capacidades de: 1. reconocer los elementos propios del organismo (autoinmunopatías) 2. anular las células malignas, originando neoplasias (oncogénesis por falla inmunológica) La relación de las catecolaminas con el cáncer fue revelada por el estudio Glaser178el que comprobó que la noradrenalina que estimula los oncogenes y favorece el desarrollo de tumores. Una vez que éstos se forman, la noradrenalina favorece la producción de citosinas procancerosas, agrupadas en tres tipos de sustancias, dos de las cuales contribuyen a movilizar las células cancerosas y dar metástasis y la tercera ayuda a formar nutrientes que favorecen el crecimiento tanto los tumores originales como las metástasis. Enfermedad ulceropéptica por distrés La enfermedad ulceropéptica por estrés es una “enfermedad producida por estrés”, gastrointestinal con gastritis, duodenitis y úlcera gastroduodenal y trastorno mental por estado depresivo (Di Doménica). El estrés profesional, ocupacional o laboral es una entidad ampliamente reconocida en la actualidad por todos los tratadistas de Medicina del Trabajo. “Los estudiosos del estrés profesional intentan clarificar su relación con enfermedad (...) hay varias pruebas epidemiológicas que lo relacionan con muchas enfermedades (...). La repuesta al estrés se ha relacionado con diversas alteraciones fisiológicas que se pueden postular como mediadores en el desarrollo de enfermedad. Con frecuencia el eje hipotalámicohipofisario, el sistema nervioso autónomo y la respuesta a catecolaminas, son sensibles a estrés. Estos y otros sistemas neurológicos y endocrinos pueden ser actores importantes en la cadena de sucesos que inducen trastornos cardiovasculares, gastrointestinales, endocrinos y otros relacionados con estrés. (...) la úlcera péptica, desde hace mucho se ha relacionado con estrés y alteraciones emocionales. (...) Existen varios mecanismos fisiológicos que originan la relación de estrés con úlcera. La actividad del sistema nervioso autónomo participa en gran parte en la secreción de ácido gástrico. Las concentraciones de pepsinógeno sérico a menudo están a menudo elevadas en personas predispuestas a úlcera. La secreción de ácido gástrico en respuesta a la estimulación por catecolaminas también puede ser un factor contribuyente.179 Hipertiroidismo y distrés Los mecanismos que inician y controlan la respuesta autoinmunitaria contra el R-TsH y otros autoantígenos tiroideos (tiroglobulina, tiroperoxidasa-TPO) en la enfermedad Graves-Basedow (y las tiroideopatías autoinmunitarias en general) siguen sin conocerse a pesar de haberse investigado en detalle. Existen datos que sugieren que intervienen en la patogénesis tanto las alteraciones a nivel del propio tejido tiroideo (expresión excesiva de moléculas de HLA y de moléculas de adhesión, de citocinas y quimiocinas que inducen la infiltración linfocitaria) como las disfunciones en los mecanismos centrales que mantienen la tolerancia.180 Los mecanismos de citosinas y quimosinas son gatillados por el estrés, así como las disfunciones en los mecanismos centrales, según la biofisiopatología del estrés. Volpé sugiere que el factor básico para el desarrollo de la enfermedad de Graves es un defecto órgano-específico de la función de 178 Efectuado por Ronald Glaser en el Centro Médico de la Universidad Estatal de Ohio y publicado en la Rev. Cancer Research, en noviembre de 2006 179 LaDou - MEDICINA LABORAL (35):632-634, México, 1993 180 Farreras-Rozman – MEDICINA INTERNA: 2342-2343, editorial Harcourt, Madrid, 2000 170 Antonio Paolasso – INFORTUNIO Y MEDICINA LABORAL los linfocitos T supresores, genéticamente inducido y en relación con el sistema HLA. 181 La acción de factores precipitantes (estrés, infección, drogas, trauma, etc.) lleva a una reducción generalizada de la función de los T supresores, que se suma a las anormalidades antígeno-específicas de los T supresoras.182 El estrés como agente etiológico de patología tiroidea está también presente también en los hechos traumáticos, razón por la que un trauma puede producir daño directo o indirecto en la función de tiroides. Hay ciertos aspectos orgánicos que desde nuestro punto de vista son estrictamente psicosomáticos también (incluye una larga lista de enfermedades psicosomáticas y entre ellas el bocio)183 El estrés psicológico también se relaciona con las enfermedades autoinmunes. Las exacerbaciones y su remisión son características de las enfermedades autoinmunes.184 ENFERMEDAD MENTAL POR DISTRÉS LABORAL Clasificación Los cuadros desencadenados por el distrés laboral afectan tanto lo físico como lo psíquico. En lo psíquico, el distrés laboral produce patologías que se van identificando en diversos estudios en la medida que las mismas se producen y se detectan. El estudio estadístico y la investigación multicéntrica han permitido clasificar varias entidades nosológicas de “enfermedad mental” causada por el distrés laboral. De la misma forma que Cía y otros autores citados, LaDou especifica que los efectos del estrés en la salud mental “se presentan de manera continua y pueden ser síntomas subjetivos que ejercen un efecto relativamente discreto en la vida diaria, hasta enfermedad psiquiátrica significativa con deterioro funcional”. Propone el siguiente cuadro, para agrupar las afecciones mentales por distrés: 1. subjetivas leves ansiedad tensión enojo o ira depresión concentración disminuida irritabilidad 2. conductuales leves disminución de la participación familiar discordias maritales reducción de actividades sociales arriesgarse excesivamente (esto conlleva riesgos de accidentes laborales) 181 Volpé R. – AUTOINMUNITY CAUSING THYROID DISFUNCTION, Rev. Endocrinol. Metab. Clín. North Am. 1991; 20:565-587 182 Ricardo Güell – ENFERMEDADES DEL TIROIDES: 90, editorial Permanyer Publications, Barcelona, 1998 183 A. Martínez Pina – PATOLOGÍA PSICOSOMÁTICA: 171 Fascículo II, Bs. As. 1976 184 Yehuda Shoenfeld & Gisele Zandman-Goddard – ASPECTOS PSICOLÓGICOS DE LAS ENFERMEDADES AUTOINMUNES- Separata Montpellier: 36, Bs. As. 2003 171 Antonio Paolasso – INFORTUNIO Y MEDICINA LABORAL 3. trastornos psiquiátricos trastornos de ajuste trastornos afectivos trastornos de ansiedad (toda la gama descripta en el DSM IV) trastornos somatoformes y psicofisiológicos exacerbación de trastornos médicos y psiquiátricos preexistentes abuso de sustancias. Síndromes de estrés mental crónico ocupacional Estrés o distrés del pre-despido o de la cornisa Ya dijimos que este nuevo tipo de distrés ha cobrado especial jerarquía por la cantidad de pacientes que afecta en los últimos años (desde 1995 en adelante) a trabajadores latinoamericanos, en forma particular a los argentinos, cuya causa principal es el temor de perder el empleo o cuando se advierte el peligro de un despido inminente. La forma clínica del síndrome de distrés de la cornisa o pre-despido dependerá de distintas variables: 1. edad de sujeto: a mayor edad, mayor estrés 2. nivel cultural: cuanto menos preparación intelectual o escolar se tenga, mayor será la reacción distresante 3. la personalidad de base 4. la contención afectiva en el seno familiar 5. en general, el lugar que ocupa el trabajo en la vida social de cada persona y en los términos de satisfacción personal En casi todos los casos, el síndrome básicamente implica una reacción depresiva (cuadros depresivos reactivos), a la cual acompañarán otras afecciones psicosomáticas de acuerdo a las variables que acabamos de analizar. Solanas asevera que “el miedo es, en estos casos, el emergente más significativo, que se traduce en una gran desorientación acompañada de síntomas psicosomáticos de lo más variados, que se confunden con trastornos funcionales, aunque no son sino la derivación al área corporal de los propios miedos ligados al riesgo del desempleo”. Roberto Pinto, presidente de la Sociedad Argentina de Medicina del Trabajo agrega que, más allá del riesgo eventual de un despido, todas las actividades comparten una misma respuesta al distrés, el cual es “una reacción fisiológica natural del organismo frente a factores tensionantes. Si la consecuencia de estas reacciones se produce con frecuencias cada vez más cortas, se llega al distrés, que condiciona al cuerpo a sufrir diversas enfermedades.” Las afecciones más comunes son aquellas que afectan el funcionamiento vascular (hipertensión arterial severa, infartos), el aparato digestivo (aparición de gastritis crónicas y úlceras gastrointestinales, colon irritable, hemorroides, hemorragias digestivas, trastornos del esófago), la piel (alergias) y otros órganos y sistemas. Incluso, Pinto remarca que otro capítulo especial merece aquellas enfermedades consideradas psicosomáticas (que se inician por tensión o estrés mental y luego se manifiestan con signos y síntomas de enfermedades orgánicas o somáticas) que involucran trastornos del sueño y la libido y pueden, en situaciones 172 Antonio Paolasso – INFORTUNIO Y MEDICINA LABORAL graves o extremas, disparar un desequilibrio en el sistema endocrino-inmunológico, capaz de originar infecciones severas, discrasias sanguíneas y hasta cáncer. En el III CONGRESO MUNDIAL DE ESTADOS DEPRESIVOS, Mendoza 1997, se presentaron tres trabajos sobre las reacciones depresivas por los cambios estructurales y la inestabilidad laboral. Santiago Wallace en su trabajo afirma: “En la sociedad argentina los cambios estructurales y en el mercado de trabajo estarían provocando transformaciones en el valor y en el sentido que el trabajo ha tenido históricamente para los trabajadores. Los cambios de la situación objetiva, peso social, valoración y prestigio del trabajo darían lugar a la desestructuración de las viejas identidades laborales”.185 Ricardo Angelino en su investigación informa: “Se estudia la prevalencia de trastornos mentales en población del Gran Buenos Aires utilizando una amplia muestra de trabajadores durante los últimos diez años y el concepto de depresión y su incidencia en una muestra de atenciones en el Servicio de Salud Mental para primer y segundo cordones del Gran Buenos Aires y los últimos datos (sobre casos de depresión reactiva) se relacionan con los conceptos de precarización laboral, sobre todo a partir de 1995”.186 Daniel Cieza, en su estudio concluye: “Se analiza la relación entre el aumento del desempleo y los cambios en los procesos de trabajo con el aumento de trastornos depresivos en comunidades laborales del Gran Buenos Aires. La inseguridad laboral, el aumento de los ritmos de trabajo y de la jornada y el autoritarismo en el proceso organizacional serían factores de riesgo para el desarrollo de trastornos depresivos”.187 Síndrome de la rotación de turnos de trabajo Analizaremos este último punto de la rotación de turnos de trabajos, por ser una situación obligatoria para personal de seguridad y de salud y de todos los servicios de prestación continua (las 24 horas del día y los 365 días del año), pero también últimamente, con la flexibilización laboral que modifica sensiblemente la modalidad de trabajo en casi todos los medios, especialmente los comerciales, donde se ha prolongado notoriamente la jornada. De ocho horas, tradicionalmente trabajadas en dos turnos de cuatro horas cada uno, se ha pasado a un régimen de horario continuo, de doce o más horas que exigen diferentes turnos, sobre todo si el trabajo se extiende a feriados y domingos. Esta modalidad de horarios corridos iguales o superiores a doce horas y extendidos a todos los días de la semana (sin distinguir hábiles de feriados ni días domingos), trajo el problema de horarios rotatorios. LaDou, acertadamente, hace notar que los horarios rotativos alteran en forma importante los ritmos circadianos o reloj biológico natural, conformado en principio por un ciclo de 24 horas (destacando LaDou que en realidad el ciclo circadiano es de 25 horas, provocando el calendario y el reloj un desfasaje de una hora entre el ciclo biológico real y el marcado por el tiempo del calendario y el reloj). La rotación de horarios hace que el trabajador deba levantarse más temprano o acostarse más tarde y esto obliga a atrasar o adelantar, según correspondan, el horario interno del ritmo natural. La Cronobiología ha destacado la importancia del ciclo luz / sombra (reflejado en la sucesión día / noche). Lo normal y natural es que se trabaje con luz del día y se descanse en la oscuridad de la noche. La alteración de este ritmo implica anormalidad. Si el cambio rotatorio es permanente, es decir, se sucede ininterrumpidamente un cambio a otro, esto provoca un desfasaje evidente de los ritmos propios de cada persona. Esto es más evidente cuando se rota de horarios nocturnos a diurnos y viceversa. Pero también altera 185 Santiago Wallace - LA VIVENCIA SUBJETIVA DEL TRABAJO EN UN CONTEXTO DE CAMBIOS ESTRUCTURALES 186 Ricardo Angelino - PROBLEMÁTICA LABORAL Y SALUD MENTAL: DEPRESIÓN 187 Daniel Cieza - DESEMPLEO, PRECARIZACIÓN Y SALUD MENTAL Antonio Paolasso – INFORTUNIO Y MEDICINA LABORAL 173 el ritmo circadiano trabajar “de corrido” (cumplir el horario laboral de una vez) sólo de mañana o de tarde hasta la noche, pues los esquemas de comidas y reposo son gravemente perturbados. En los trabajos de turnos obligados de rotación (seguridad y salud), los dirigentes responsables de fijar los turnos deben concordar con cada trabajador, cuál es el turno que mejor sobrelleva y cuáles serían las modalidades de rotación. LaDou aconseja que los cambios sean lentos y que medie, por lo menos, cinco días entre uno y otro. Se preocupa también que para considerar la rotación de turnos se tengan en cuenta los factores del lugar de trabajo que posiblemente aumenten el riesgo para trabajadores por turno, los cuales serían: 1. 2. 3. 4. 5. 6. 7. 8. calendarización de turnos localización y transporte exposiciones físicas (calor, otros) exposición a elementos químicos factores de seguridad (ej. alumbrado) disponibilidad de alimentos ambiente social acceso a atención médica En este último punto referente al acceso a atención médica, que de acuerdo a la nueva Ley de Riesgos del Trabajo es obligatoria, LaDou aconseja exámenes de seguimiento de trabajadores que rotan turnos y que consistirían en controlar: salud y funcionamiento en el trabajo sueño: calidad y cantidad ambiente durante el sueño (ruido, etc.) fatiga crónica, siestas enfermedades gastrointestinales uso de medicamentos consumo de alcohol, cafeína, tabaco o drogas problemas psicológicos problemas sociales y familiares En forma coincidente con nuestras apreciaciones en las enfermedades por estrés, LaDou detalla que la rotación de turnos es un riesgo real para las siguientes afecciones: 1. 2. 3. 4. trastornos del sueño enfermedades gastrointestinales afecciones cardiovasculares enfermedades crónicas. Entre los factores que aumentan el riesgo están: edad avanzada problemas psicológicos problemas familiares y sociales. 174 Antonio Paolasso – INFORTUNIO Y MEDICINA LABORAL Los trastornos del sueño primariamente afectan la calidad y la cantidad del mismo (sueño entrecortado, pesadillas, insomnio, sueño liviano, sueño pesado, despertar desagradable o con diversas afecciones que abarcan cefaleas, pesadez, confusión, dolores, fatiga, etc.). Cuando se intenta descansar en horarios que habitualmente son para la actividad del entorno familiar y vecinal, se agrega un factor acuciante como es el ruido familiar y/o el ruido urbano. Los trastornos gastrointestinales van desde algunas molestias (dispepsias) a síndrome de intestino irritable, enfermedad ulceropéptica (gastritis, úlceras, etc.). Motivan estos trastornos en parte, el modo y el tipo de alimentación, el agregado de factores de riesgo (tabaquismo, cafeinismo) que conllevan turnos extensos o en determinados horarios. Los trastornos cardiovasculares pueden ir de simples molestias pasajeras (taquicardias, palpitaciones, sensación disneica) a trastornos gravitacionales (edemas o estasis) hasta trastornos isquémicos (anginas, infartos) o de tensión arterial (generalmente hipertensión arterial). Estas afecciones pueden ser pasajeras o crónicas y todas ellas traen aparejados algún grado crónico de trastornos psiquiátricos o enfermedades psicosomáticas crónicas, de las descriptas oportunamente, según sea el órgano blanco sensible en el afectado. El estudio Boston188 reveló que un grupo de mujeres que habían trabajado por lo menos tres turnos nocturnos al mes durante 15 años, se volvieron propensas al cáncer. El estudio se realizó con un grupo testigo que trabajó exclusivamente de día. Del grupo de trabajadoras nocturnas un 51% fue más propensa al cáncer de recto con relación al grupo que trabajaba de día, mientras que un 32 de las trabajadoras nocturnas fueron propensas al cáncer de colon. Se explicó este fenómeno por la disminución de la concentración de melatonina que sufren los que no duermen de noche y se encuentran en ambientes iluminados. Se comprobaron tasas bajas de melatonina en las propensas al cáncer. Este estudio confirmó uno anterior que también encontró relación entre el trabajo nocturno, el cáncer de mama y las tasas bajas de melatonina. Se ha investigado si los complementos de la hormona son seguros y de confirmarse con nuevos estudios futuros, la solución a la propensión al cáncer en trabajadoras nocturnas, sería la administración preventiva de complementos de melatonina cuando deban trabajar de noche. La propensión al cáncer por los niveles bajos de melatonina se explicaría por las acciones de la misma sobre el sistema endocrinoinmunitario y su efecto antioxidante. Seguidamente, analizaremos afecciones importantes, desencadenadas por el distrés ocupacional, coincidentes o independientes de los factores de predisposición. Sobre este particular se ha intentado relacionar el estrés con la enfermedad y a pesar de tener certeza de la clara relación de los cuadros psicosomáticos con el estrés, so pretexto de no conocer los mecanismos, se insistía en que el estrés es inespecífico, como factor ambiental, para producir enfermedades, dado que éstas dependían más de factores predisponentes o genéticos, factores personales de condicionamiento y herencia. Lo cierto es que el estudio de los neurotransmisores y sus efectos específicos dan categoría al estrés, en muchas circunstancias, como agente causante o desencadenante de la enfermedad, independiente o coincidentemente con factores de predisposición familiar. De todos modos, una predisposición familiar podría no haber tenido expresión patológica de no mediar el estrés. En este caso, el estrés es un factor desencadenante pero extrínsecamente funciona como causa inmediata o “gatillo” de la predisposición subyacente. Este concepto es fundamental sobre todo en el distrés laboral, dado que el daño que ese distrés cause, conlleva un litigio judicial en busca de una indemnización, la que es indiscutible cuando el distrés es por causa de una mala política u organización empresarial. Síndrome del estado crónico de vigilancia (hipervigilancia) Otra situación distresante ocurre en las personas sometidas a un “estado crónico de vigilancia” como, por ejemplo, sucede en los controladores de aeropuertos y los que trabajan en “estado policial” 188 Realizado por oncóloga Eva Chemhammer en el Hospital Brigham, Boston, EE.UU. 2003 Antonio Paolasso – INFORTUNIO Y MEDICINA LABORAL 175 (fuerzas de seguridad: policiales, militares, investigadores, gendarmes, etc.), en los cuales la incidencia de cardiopatías e hipertensión arterial es muy elevada. El Estudio Aptecar de Argentina, confirmó la importancia del estrés crónico en el estado de permanente vigilancia, como factor de riesgo o causa importante para accidentes cardiovasculares. Este estudio demostró que los chóferes o conductores profesionales de vehículos, especialmente de ómnibus, padecían más afecciones cardiovasculares que los ejecutivos que toman importantes decisiones industriales o financieras.189 Síndrome del trabajador quemado o síndrome del desgaste profesional El síndrome del trabajador quemado fue descrito por primera vez en 1974 por el psiquiatra norteamericano Herbert Freudenberger que le observó en sus colegas que estaban sometidos a trabajos agotadores y desgastadores. Lo denominó en primera instancia burnout syndrome (que en inglés significa “síndrome del quemado”). En 1976, la psicóloga social Cristine o Christina Maslach lo acuña como nombre de un síndrome de estrés crónico aplicable a todos los profesionales a los cuales el agotamiento por el ejercicio profesional angustiante les conduce gradualmente a una pérdida de la responsabilidad profesional y desinterés (casi cínico) tanto en sus relaciones con colegas profesionales como con las personas a las que debían atender en función de su profesión. En este caso se denomina síndrome de estrés crónico del profesional. Consiste en un “estado de agotamiento mental, físico y emocional producido por involucrarse en forma crónica y desmedida en el trabajo con situaciones emocionalmente demandantes”. Es autora del Test de Maslach para establecer la existencia del burnout y establecer el grado del mismo. El Test consta de 22 preguntas pero se puede aplicar un test de Maslach abreviado, con las siguientes cuestiones: 1. cansancio emocional: a) me siento deshecho al final de la jornada; b) tengo fatiga cuando me levanto; c) trabajar con gente es para mí una gran tensión; d) me siento “quemado”; e) me siento frustrado con mi trabajo 2. despersonalización: a) trato a la gente como objetos; b) estoy más insensible; c) no me importa lo que les pase a las personas que atiendo; d) me preocupa que me esté endureciendo emocionalmente 3. logro profesional: a) no puedo comprender con facilidad lo que sienten mis pacientes; b) no a bordo de forma efectiva los problemas; c) no siento que influya positivamente; d) no he conseguido cosas valiosas en mi trabajo Posteriormente Francisco Alonso-Fernández,190 psiquiatra español, ha precisado que el síndrome del trabajador quemado abarca a todos los trabajadores (aunque algunas ocupaciones tengan más riesgos que otras) que por las presiones psíquicas crónicas y desgastadoras empezaron a padecer signos y síntomas similares entre sí y es un trastorno de adaptación que padece un trabajador por agotamiento profesional, en el que confluyen factores de personalidad y factores ambientales. Tanto Alonso-Fernández como José Carlos Mingote, establecen como factores estresantes de este síndrome a los siguientes: 189 190 estrés de la competitividad: afecta mayormente a empresarios, directivos de empresas, profesionales de profesiones competitivas, etc. Stress e hipertensión - FRONTERAS EN CARDIOLOGÍA, Vol. 3 N° 6, 1986. Francisco Alonso-Fernández – PSICOPATOLOGÍA DEL TRABAJO Antonio Paolasso – INFORTUNIO Y MEDICINA LABORAL 176 estrés de la creatividad: ocurre cuando la creatividad disminuye o no se hace presente y es propio de escritores, artistas, investigadores y otras ocupaciones que necesitan de la creatividad estrés de las relaciones: ocurre en todas las ocupaciones que exigen un contacto directo con las personas: médicos, abogados, profesores, funcionarios, vendedores, supervisores, etc. El trato constante con personas ansiosas, enojadas, estresadas o traumatizadas colma al cerebro de emociones negativas y activa los centros del estrés. Igualmente la relación con superiores difíciles. estrés de la responsabilidad y entrega: está presente en las ocupaciones que exigen un servicio de entrega personal y a su vez exige una alta responsabilidad. Es propio de médicos, enfermeros, cuidadores de maternidades y de geriátricos, etc. estrés de la prisa: aparece en las profesiones que determinan un resultado rápido o urgente por lo que se instala en médicos de emergencias o guardias, en periodistas, en salvavidas o rescatadores y bomberos, etc. estrés del miedo o terror: se presenta en las ocupaciones que enfrentan situaciones de peligro para la integridad física o la vida, tales como militares en guerra, policías que deben luchar directamente contra los delincuentes, ya sea cuerpo a cuerpo o mediante el uso de armas, agentes de la seguridad que actúan en el fragor de una catástrofe natural o artificial estrés del aburrimiento o tedio: es propio de las profesiones sometidas a trabajos rutinarios y monótonos y del mismo tenor. Estrés de la organización autoritaria y alienante: es el síndrome de las ocupaciones que por exigir obediencia y acatamiento incondicional a superiores déspotas, autoritarios e injustos produce el estrés crónico y la enfermedad subsiguiente o, incluso, la muerte súbita (por colapso, infarto, etc.). Es una especie de mobbing. El distrés emocional en el trabajo afecta en las “querellas violentas con los superiores” (Selye). Un hecho de esta naturaleza puede llegar a niveles tan violentos que causen la muerte de un trabajador. Como ejemplo fehaciente de esto, fue el ocurrido en Posadas, Misiones (Argentina), en diciembre de l993, cuando el obrero llamado Carlos Verdura, fue “reprendido en muy duros términos por el jefe de mantenimiento”. El “capataz que fue agredido de palabra por un superior en presencia de varios operarios, falleció víctima de una descompensación cardiaca”. Los compañeros de trabajo testificaron que el jefe profería voces “prácticamente irreproducibles”.191 estrés del desplazamiento penoso desde el hogar al trabajo: cuando el trabajador vive muy distanciado del lugar de trabajo o no hay medios de transportes eficientes, el traslado o desplazamiento desde su hogar al trabajo resulta tan penoso que al producirse todos los días constituye un estrés crónico importante que determina un agotamiento invalidante. El traslado es penoso si: debe tomar dos o más vehículos para viajar, usar un vehículo agotador como la bicicleta o un motociclo, sobre todo cuando debe hacerlo con climas destemplados; viajar parado; en vehículos vibrantes o llenos de humos intoxicantes; ruidos molestos; hacinamiento; en transportes con horarios o frecuencias inseguras, etc. estrés de la cornisa: es parte del síndrome del quemado cuando obliga al exceso laboral para evitar el despido. El síndrome del quemado nace de la observación del trabajo médico agotador. Por lo tanto, las profesiones que más frecuentemente se ven afectadas por el síndrome son las que exigen entrega, implicación, idealismo y servicio a los demás. 191 Diario LOS ANDES, edición del 6 de diciembre de l993, Sección Policiales, página l3, Mendoza, Argentina 177 Antonio Paolasso – INFORTUNIO Y MEDICINA LABORAL En EE.UU. se cree que afecta al 10% de los médicos. Los estudios psiquiátricos y psicológicos posteriores determinaron que este síndrome, siguen en importancia estadística, en paramédicos (enfermeros), luego en maestros y profesores, personal de seguridad (equipos de rescate, policías, bomberos), trabajadores sociales y, en menor escala, en otras profesiones. Los signos y síntomas del síndrome son: 1. sensación subjetiva de falta de realización personal, con minusvalía de su trabajo, falta de ilusiones e ideales y actitudes pesimistas, niveles bajos de autoestima 2. desmotivación 3. carencia de expectativas de promoción 4. agotamiento físico y mental (astenia psicofísica) que no desaparece con el descanso habitual que se caracteriza por una progresiva pérdida de energía vital y una desproporción creciente entre el trabajo realizado y el cansancio experimentado. El afectado se vuelve irritable, insatisfecho y quejumbroso. 5. sensación permanente de frustración 6. riesgo doble de suicidio con relación a la población general 192 7. bajo rendimiento laboral por inadecuada adaptación al trabajo, desmotivación, hastío y desinterés 8. aumento del absentismo laboral 9. mayor tendencia al divorcio por las relaciones conflictivas con la familia (el trabajador lleva el conflicto laboral al hogar) 10. trato cínico: el trabajador afectado debe simular un trato cortés o afable cuando en el fondo detesta lo que está haciendo. Esto ocurre cuando debe simular optimismo frente a un cuadro terminal. 11. síncope o muerte súbita por colapso, infarto, etc. 12. enfermedades de desadaptación crónica o enfermedades psicosomáticas (hipertensión arterial, coronariopatías, cefaleas, alteraciones gastrointestinales, trastornos metabólicos con hiperglucemias, hipercolesterolemia, hiperuricemia, hipertrigliceridemia, alergias de piel, aparato respiratorio, gastrointestinales, etc.) 13. manifestaciones físicas de distrés: dificultad de concentración, déficit de memoria, aumento de la susceptibilidad, alteraciones del sueño (insomnio, hipersomnia diurna con insomnio nocturno, sueño sobresaltado, etc.) 14. despersonalización o deshumanización que se traduce como labilidad emocional con manifestaciones de irritabilidad o agresividad que configuran conductas negativas, agresivas y de insensibilidad hacia las personas receptoras de servicios. Trastornos de ansiedad y depresión (depresión anérgica) y alternación de la depresión con la hostilidad 15. trastornos o inhibición del deseo sexual 16. tendencia a las adicciones (alcohol o drogas) Muruaga y Colombo193 consideran que los signos guiones del síndrome del Burnout (del inglés bur nout = quemarse, agotarse) son tres: 1. agotamiento emocional 2. falta de iniciativa laboral 3. despersonalización 192 193 THE LANCET, 1994 Mónica Muruaga y Daniel Colombo – PREPARADOS, LISTOS… ¡OUT!, Buenos Aires, 2006 Antonio Paolasso – INFORTUNIO Y MEDICINA LABORAL 178 El agotamiento emocional puede operar como desgano laboral (sensación de no tener ganas de ir a trabajar) o desmotivación laboral (no encontrarle sentido al trabajo) o desmotivación espiritual (no encontrarle sentido a la vida). La falta de iniciativa laboral es una sensación que se percibe como no estar cumpliendo expectativas propias y ajenas ni obtener logros tanto en lo laboral como en la vida personal, en especial, en determinados momentos de la vida. La despersonalización consiste en una especie de síntoma que no sólo opera sobre el afectado sino que modifica la conducta de todas las personas de su entorno porque despersonalizarse significa adoptar conductas irritables con el medio o gente que le rodea, o desarrollar conductas negativas o tener muy baja tolerancia a la frustración. Estos síntomas pueden acompañarse de cefaleas, insomnio, problemas digestivos, alteraciones en el apetito, problemas respiratorios, alergias, etc. Según Muruaga, el perfil del candidato al síndrome del Burnout es una persona que: 1. 2. 3. 4. 5. 6. 7. 8. 9. es perfeccionista y exigente se propone metas inalcanzables es extremadamente controladora tiene gran dificultad para aceptar el error propio y ajeno sufre enojo porque las cosas le salen o pueden salirle mal tiene dificultades en delegar responsabilidades quiere abarcarlo todo no sabe negociar al enfrentar un problema o crisis da respuestas rápidas, impensadas y sin haber evaluado si es la respuesta correcta, porque le cuesta mucho “tomar tiempo” para encontrar una respuesta adecuada 10. se siente excesivamente omnipotente 11. se empeña en alcanzar sus objetivos a cualquier precio, sin medir las consecuencias psicofísicas o sociales 12. vive conectado al celular Para estos autores, los factores desencadenantes del síndrome del Burnout son * * * * * * * * estructura de la personalidad escala de valores, creencias y mandatos familiares falta de autoconocimiento la profesión y el tipo de trabajo la organización de la empresa donde se desempeña las condiciones laborales el grupo familiar en el que vive la red afectiva pobre o mal constituida Muruaga y Colombo creen que las situaciones que generan síndrome del Bournout más frecuentemente, son: 1. 2. 3. 4. mobbing jornadas de trabajo excesivamente largas trabajo en negro deterioro del salario real 179 Antonio Paolasso – INFORTUNIO Y MEDICINA LABORAL El síndrome es estrictamente de origen laboral y puede darse en personas que dependen de una empresa o que realizan trabajos por sí mismos, en forma independiente y es muy común en los que están sobrepasados de trabajo. Esto ocurre normalmente a profesionales y ejecutivos sometidos a alta presión de exigencias profesionales, policías, médicos, enfermeras, en los cuales sus objetivos no se alcanzan plenamente o se obtienen con gran agotamiento parecido al síndrome del agotamiento vital. Rosa Sender194 sostiene, con relación a los médicos, que el síndrome aparece debido a una presión psicológica generada en la misma personalidad del médico. En consecuencia, sufren más los médicos que tienen “una personalidad perfeccionista, con un alto grado de autoexigencia, idealista y con gran tendencia a implicarse en el trabajo”. José Luis Caballero195 atribuye la aparición del síndrome, tanto en médicos como en docentes, una especie de vulnerabilidad a este trastorno de adaptación. Considera que las decepciones y desilusiones en el trabajo deben irse reciclando y adaptando a un estilo de vida en el que las expectativas no superen la realidad, puesto que, de lo contrario, el punto final es la depresión. El trabajador que se siente desgastado profesionalmente tiende a neurotizarse, a rumiar constantemente su problema y se lo lleva a todas partes, por lo que nunca se desconecta del mismo. Por lo tanto, su vida gira alrededor del trabajo y de la profunda insatisfacción que le produce e interfiere de lleno en su vida cotidiana, no sólo laboral, sino también familiar y social. En España un estudio realizado por el catedrático Jesualdo Masia Alamar concluye que es la principal psicopatología laboral en el ámbito jurídico. Manuel Fernández196 considera que es una patología psiquiátrica laboral que tiene una duración media de 103 días (una vez iniciado el tratamiento y suspendida la causa del síndrome). Representa un 1/3 del 20% de las bajas laborales por problemas psicológicos. Para Jesús Vicenç197 el síndrome del “burnout” desarrolla una incapacidad total para volver a trabajar. Entre los profesores provoca un 30% de bajas laborales, de igual modo que en el personal sanitario, asistentes sociales y trabajadores que desempeñan cargos sindicales. Agrega que se trata de personas que ejercen su vocación, les gusta su trabajo, pero sienten que no pueden realizarlo por problema de macroorganización. Es una enfermedad ocupacional que afecta a los profesionales cuya labor está basada en la relación con otras personas, ya sean clientes, o personal de la empresa al mismo u otro nivel jerárquico. 198 El profesor Pedro Mondelo expresa que por deficiente estructuración del horario y tareas del trabajo, esta patología es fruto de “una negligencia en la organización del trabajo por parte de la empresa”. Unzeta199 destacó que es un problema creciente en lo últimos años y que afecta a la mayoría de países europeos por lo que debería desarrollarse programas concretos destinados a prevenir el síndrome, 194 profesora titular de la cátedra de Psiquiatría de la Universidad de Barcelona, España psiquiatra del Hospital Puerta de Hierro de Madrid, España 196 Médico y director del Departamento de Salud Laboral de Correos y Telégrafos de España 197 Psicólogo y profesor de la Universidad de Barcelona 198 también puede afectar a personal subalterno, según vimos anteriormente 199 Subdirector general de Seguridad y Condiciones de Salud en el Trabajo de la Generalitat 195 Antonio Paolasso – INFORTUNIO Y MEDICINA LABORAL 180 como así también incluirlo como enfermedad profesional, moción en la que coinciden diversos expertos europeos en materia laboral y sanitaria.200 Síndrome de intoxicación por el trabajo (laboradicción) Fue estudiado por primera vez en los trabajadores japoneses y a pesar de ser muy similar al síndrome del trabajador quemado, se diferencia de éste porque la intoxicación por el trabajo es debido a una compulsión voluntaria del trabajador para dedicarse a trabajar de lleno la mayor parte del día, a tal punto que puede superar más de 20 horas diarias de trabajo y trabajar los 365 días del año. Se debe a una compulsión perfeccionista del trabajador que encuentra en el trabajo una especie de pasión que le absorbe la vida, a tal punto de trastornarlo y ocasionarle enfermedad y muerte201 por el estrés crónico, tanto mental como psíquico que le produce su trabajo. Se han denominado laboradictos a los adictos al trabajo y el perfil de los mismos, según AlonsoFernández202 y Rosa Sender203 es el de una persona: 1. 2. 3. 4. 5. hiperambiciosa: habituada a la lucha despiadada para imponer sus proyectos profesionales competitiva: necesita supremacía sobre los demás culpabilizada: asume la sobrecarga de trabajo para aliviar sus necesidades de revivir castigos insegura: busca en la aprobación de los superiores una mayor autoestima y autoafirmación aislada y solitaria: sin amistades y familiares de solidez, sólo hayan en el entorno profesional la ansiada interacción con los demás. No actúa en equipo. 6. hostil, prepotente, despectivo, e impaciente 7. controladora: no comparte responsabilidades y es recelosa de evaluar los éxitos de los demás, autoritario, muy exigente y tiránico con sus colaboradores. Cree que nada saldrá bien si escapa a su control 8. da preeminencia al éxito social (gran receptividad a los logros obtenidos y buscan el éxito a corto plazo) y a la búsqueda de bienes materiales 9. hiperactiva: tiende a la productividad extrema (alto nivel de actividad) 10. con estilo de vida anárquico e irregular 11. se medica únicamente para poder seguir sosteniendo el tren de hipertrabajo 12. sufre de alguna forma de vacío existencial al que llena con el exceso de trabajo Distrés del chofer El manejo de vehículos pesados como camiones, colectivos y maquinarias agroindustriales, además de las lesiones físicas, configuran un factor de distrés laboral condicionado por la llamada “tensión del volante”. Esta tensión se genera y acentúa cuando el manejo de un vehículo es rutinario y conlleva el manejar con tránsito denso en zonas urbanas, o bien, transitar largas distancias en condiciones de soledad, que llevan a la fatiga psicofísica. 200 Artículo SÍNDROME DE “ESTAR QUEMADO” publica por la revista EMPRESALUD, N° 53, Córdoba, Argentina, Junio-Julio 20001 201 La muerte ocasionada por el exceso de trabajo se denominó en Japón problema social de Karoshi, que afecta en un 95% a hombres 202 Francisco Alonso-Fernández – PSICOPATOLOGÍA DEL TRABAJO, Madrid, España. Es autor también de LAS NUEVAS ADICCIONES 203 Investigadores de la Universidad Complutense de Madrid, España 181 Antonio Paolasso – INFORTUNIO Y MEDICINA LABORAL El distrés laboral por manejo de vehículos pesados, fue estudiado por León Cohen204 en chóferes de colectivos. De ese estudio pueden extraerse conclusiones más o menos generales para todo chofer de vehículo pesado como son los camiones. Los factores psicopatógenos laborales en chóferes, entre otros, son: Jornada excesiva de trabajo: generalmente los chóferes de vehículos de carga y de pasajeros suelen desarrollar recorridos muy extensos, los que le insume jornadas que superan las 12 horas diarias o más y esto puede ocurrirle de dos a tres días seguidos o más, según el kilometraje desde la salida (partida) hasta la llegada del vehículo a punto de destino. Tanto camioneros como colectiveros de larga distancia, generalmente apenas llegan a destino tienen algunas horas de descanso y vuelven a retomar el servicio para cumplir con horarios y frecuencias de los viajes Horarios rotativos: generalmente los chóferes de camiones y de carga y de colectivos de larga distancia, tienen horarios rotativos en que una vez les toca conducir de día y otra vez de noche y el esfuerzo de adaptación que esto implica exige a las glándulas suprarrenales un sobreesfuerzo debido a las variaciones del ritmo nictemeral orgánico. Exigencias de cumplimiento de horarios: se basan en razones de servicios y de rendimiento empresarial. Generalmente afecta a las necesidades fisiológicas del chofer (dormir lo suficiente, comer con tranquilidad, manejo inadecuado de esfínteres con retención intestinal o vesical). Esto conduce al estado de fatiga por disminución progresiva de la reserva funcional de su organismo Escasos días de descanso, en especial, si hay necesidad de realizar viajes continuos Escasa protección frente a los imprevistos: debe resolver solo los problemas de imprevistos como desperfectos del vehículo, accidentes, malestares físicos personales, etc. Inseguridad física permanente: sobre todo en las últimas décadas del siglo XX y lo que va del XXI, frente a los continuos asaltos o el ataque de los llamados “piratas del asfalto”. Esto crea el estado de hipervigilancia en vista de la amenaza física permanente por la alta incidencia de agresiones y asaltos (especialmente en horas de la noche o lugares solitarios) que genera un estado de “alarma orgánica” permanente. Temor a las represalias patronales: especialmente cuando hay determinada exigencia y la posibilidad de despidos. El temor a perder el puesto o a que le reduzcan el trabajo, y con ello el salario, o recibir otras sanciones, lleva al conductor a no presentar partes de enfermo, a pesar de sentirse mal, particularmente cuando padece una patología que implica crisis de enfermedad seguidas y largas. Desarrolla tolerancia a las razones de fuerza mayor presentadas como razones de servicio. Asimismo, tolera con fuerte impacto mental y angustia reprimida, los acosos laborales, las reprimendas injustas y cualquier divergencia que surja de la relación interpersonal entre patrón-empleado Posiciones viciosas del cuerpo: la sola condición de estar sentado (posición sedente prolongada) durante más de 6 a 8 horas, ya produce un gran distrés físico, sobre todo debido a las vibraciones del vehículo, la fatiga física y la tensión muscular, la congestión pelviana, etc. Exposición a factores geográficos y climáticos: los trayectos a recorrer por empresas de cargas o pasajeros involucran geografías de altura (cruce de cordilleras), de temperaturas extremas (sur patagónico o norte o noroeste argentino), exposición a frentes meteorológicos 204 León Cohen – STRESS EN CHÓFERES DE COLECTIVOS, Rev. De la Sociedad de Medicina del Trabajo de la Provincia de Buenos Aires, N° 62, enero-marzo 1996 182 Antonio Paolasso – INFORTUNIO Y MEDICINA LABORAL cambiantes (vientos como la sudestada, zonda, bajas temperaturas alternadas con altas temperaturas) que además de la carga iónica ambiental, actúan como agentes físicos que provocan enfermedades (hipoxia, frío, golpe de calor, etc.) La carga iónica ambiental surge de vientos calurosos como el zonda o de calor sofocante y produce cambios neuroquímicos similares al estrés. El distrés laboral del chofer, además del distrés físico, es un distrés mental fundamentalmente. Es una de las víctimas del distrés por rotación de horarios. Otra situación distresante ocurre en las personas sometidas a un “estado crónico de vigilancia” El Estudio Aptecar de Argentina, confirmó la importancia del estrés crónico en el estado de permanente vigilancia, como factor de riesgo o causa importante para accidentes cardiovasculares. Este estudio demostró que los chóferes o conductores profesionales de vehículos, especialmente de ómnibus, padecían más afecciones cardiovasculares que los ejecutivos que toman importantes decisiones industriales o financieras.205 En el distrés del chofer profesional hay que considerar los factores del tránsito: Tránsito denso y anómico: cuando se circula a determinadas horas las rutas suelen estar atestadas de vehículos, los cuales realizan maniobras antirreglamentarias o bruscas, lo que exige al chofer de vehículos de carga a poner máxima concentración dado lo difícil que es frenar bruscamente un vehículo de gran peso o realizar una maniobra abrupta de esquive. Ruido vehicular: el ruido de bocinas, de escapes de motores y otros que provocan los vehículos que circulan por la ruta, tienen una cierta intensidad, cantidad y calidad que suele provocar gran inquietud a quienes lo perciben en forma repetitiva y esto conduce al distrés. También es causa de hipoacusias laborales Circulación nocturna: manejar de noche tiene muchos inconvenientes porque las rutas suelen ser oscuras, sin iluminación, con indicaciones escasas o nulas o deterioradas y a la sombra crepuscular, se suman los encandilamientos y ello provoca la angustia y ansiedad que conlleva al distrés. Cuando se circula por rutas oscuras, la falta de luz aumenta la secreción de melatonina y aparece una somnolencia muy difícil de combatir. En este caso, mantenerse despierto es muy distresante. Factores climáticos: como vientos, lluvias intensas, inundación de la ruta, etc. dificultan tanto el tránsito que aumenta la tensión y elevado el grado de distrés. Pueden inducir enfermedades respiratorias crónicas (EPOC). También en el distrés del chofer profesional hay factores psicosociales más específicos: Relaciones interpersonales conflictivas: generalmente se establece entre patrón y empleado, pero puede suceder que también se presenten dificultades con compañeros de trabajo u otras personas con las cuales el trabajador debe relacionarse en ocasión de su trabajo, en el caso de micros, con los pasajeros; tensiones206 y amenazas resultantes de las relaciones interpersonales, querellas violentas con los superiores, compañeros o pasajeros agresivos (Selye). 205 206 Stress e hipertensión - FRONTERAS EN CARDIOLOGÍA, Vol. 3 N° 6, 1986. Rahe - J. PSYCHOSOM. RES. 11:213, 1967 183 Antonio Paolasso – INFORTUNIO Y MEDICINA LABORAL presiones psíquicas (Schaeffer) (Garcilaso y Ardariz)207 especialmente con las ausencias prolongadas del hogar que relajan o debilitan las relaciones con esposa e hijos y otros parientes, creando una inestabilidad de los vínculos familiares y conyugales monotonía, aburrimiento, fatiga mental, rutina por falta de estimulación o por estimulación escasa, etc. Esto puede ocurrir en chóferes de larga distancia o en aquellos que después de muchos años de una misma rutina caen en apatía (tedio del volante) (Cortes Arboleda) 208 Conclusiones sobre el distrés laboral crónico Vistos los cuadros anteriores del distrés laboral crónico, muchos investigadores o expertos en salud laboral concluyen en que estos fenómenos de distrés que conllevan la fatiga o el cansancio profesional, se debe en gran parte a la nueva visión del trabajo que se tienen en las empresas modernas, sobre todo en el nivel gerencial. Todo sucede como que el propósito central es un ritmo frenético de actividad por las distintas motivaciones que hemos analizado en parte. Como consecuencia de ese ritmo (impuesto para algunos miembros de la empresa por ellos mismos, como ocurre en los estratos gerenciales; otras veces impuestos a los obreros o profesionales subalternos por necesidades de la empresa), se trabaja con horarios extensos y ausencia práctica de períodos de ocio o de descanso y de vacaciones. No se alterna la jornada de trabajo con espacios de ocio útil. Por eso, en la década del „70, Bertil Gardell encontró un síndrome del ocio desperdiciado signado por el síntoma-guión del cansancio o fatiga psicofísica crónica. Esto ocurría, según Gardell porque esos trabajadores sobrecargados de horarios y tareas, no tomaban en el curso de la jornada un lapso reparador y cuando regresaban a sus hogares no atinaban a realizar actividades regocijantes y/o relajadoras y sólo querían dormir, pero con esto no obtenían el descanso o la relajación suficiente, pues no existía un “desenchufe” o desconexión total de su rutina laboral. Eusebio Rial-González 209 estima que la decisión de los gerentes de empresas de auto imponerse una jornada laboral extensa se debe porque esa gerencia cree que esta acción serviría como ejemplo para presionar a los otros niveles empresariales menores para que imiten esta conducta que supuestamente se ve como modelo de progreso empresarial. Pero los grados de alta tensión que esa conducta involucra, a los postres terminan demoliendo el organismo, aun de los más resistentes. La seudo sensación de poderío que invade a los que determinan trabajar intensamente, hace creer que son invulnerables al cansancio y por esto pierden la óptica del verdadero riesgo. Cuando se ha llegado a un grado intenso de distrés y fatiga, Rial-González ha establecido que en ese momento se impone, por lo menos, más de dos semanas de total distensión con desconexión profunda de la rutina laboral. Luis Risco210 ha descrito tres etapas o grados de cansancio o fatiga crónica por distrés laboral crónico: 1. Primera etapa o Grado 1: comienza con una falsa euforia manifestada por una sensación de energía, sobre todo en aquellos gerentes o trabajadores que recién ingresan a la empresa o en aquellos que buscan el perfeccionamiento del trabajo y rendimiento empresarial. Esa seudo euforia se plasma en un exagerado entusiasmo por el trabajo. Para Risco, en la intención o propósito, esta sensación de gran energía laboral es positiva para el buen rendimiento empresarial, pero la conditio sine qua non es que debe realizarse por un corto período, 207 Garcilazo y Ardariz: El stress, enemigo solapado - PSICOSOMATISMO Y STRESS- Resp. Científ., Buenos Aires, 1980 208 Cortes Arboleda - PSICOLOGÍA DEL TRABAJO - QUORUM T. 14, 1987. 209 experto en salud laboral de la Universidad de Nottingham, Inglaterra 210 profesor de Psiquiatría de la Universidad de Chile 184 Antonio Paolasso – INFORTUNIO Y MEDICINA LABORAL intercalando períodos efectivos de descanso y modulando la actividad laboral para mantenerla por más tiempo. 2. Segunda etapa o Grado 2: si no se planifica así, las consecuencias de esta primera etapa es un distrés laboral de grado 2 que consiste síntomas incipientes de cansancio físico, estado de alerta permanente, reducción lenta de la energía general y de la capacidad de memorizar (almacenar) datos y hechos. Claus Behn211 remarca que cuando una persona está bajo fuerte distrés no puede aprender porque se deterioran las funciones del aprendizaje. Risco refuerza este concepto aludiendo a que también disminuye la velocidad del pensamiento. 3. Tercera etapa o Grado 3: según Risco se ha superado la etapa segunda de los signos incipientes, para caer en un síndrome franco de fatiga o cansancio donde hay decaimiento psicofísico importante, trastornos del sueño, obsesión por el trabajo y la resolución de los problemas del mismo. Esto se acompaña de cefaleas, hiperestesia sensorial que se traduce por intolerancia a los ruidos y luces e incapacidad para soportar estímulos. Aparece el síndrome del fin de semana en el cual el último día laboral de la semana (viernes o mediodía de sábado) el afectado se encuentra sin energías, pero el domingo en la noche tiene muy leve recuperación en los primeros estadios de esta etapa, teniendo la sensación de estar más animado para enfrentar la jornada que viene. Si en este momento el afectado no toma unas vacaciones o descanso prolongado y opta por la terapéutica correcta, seguir su rutina le producirá un agotamiento extremo del cual no podrá recuperarse. La etapa final del Grado 3 es el colapso total con la mente en blanco, imposibilidad de levantarse de la cama por la mañana y no tendrá la recuperación del fin de semana. Suele aparecer ataques o crisis de pánico y un desbalance general de hormonas, hay mayor grado de enfermedad y la ausencia total de la resistencia psicofísica. Esto nos lleva a finalizar postulando que para evitar caer en el distrés laboral crónico hay que: Buscar resolver los conflictos laborales inmediatos (“tomar el toro por las astas”) Planificar la rutina evitando el exceso laboral e intercalando períodos de ocio útil (desconexión total por un instante del problema y tarea laborales, recrearse con algo y reencontrarse consigo mismo, tomar una colación reconfortante, etc.) Ante los primeros síntomas de cansancio por distrés laboral crónico, tomar dos o más semanas de vacaciones, alejándose física y espiritualmente de toda conexión laboral El diagnóstico de distrés en la pericia laboral Es común que muchos abogados impugnen la idoneidad del médico laboral, y de los médicos no psiquiatras en general, para efectuar diagnósticos psiquiátricos o de trastornos mentales. La labor pericial no involucra, como acto médico, ser médico personal del actor, ni especializado, sino simplemente establecer diagnósticos. El perito realiza diagnósticos únicamente y para esto está habilitado sólo por poseer el título de médico, puesto que la carrera implica abarcar todas las especialidades médicas y todo egresado está, tácitamente, habilitado para ejercer cualquier rama de la medicina para la cual se haya optado y entrenado. En el caso del diagnóstico psiquiátrico o de enfermedad mental, el médico general no psiquiatra utiliza el manual denominado DSM IV. La American Psychiatric Association publicó su Manual de Diagnósticos y Estadísticas de Trastornos Mentales, conocido como DSM (Diagnosis Statistic Manual) y proporcionó una nueva perspectiva en la clasificación de trastornos psicológicos y psiquiátricos suprimiendo los viejos conceptos de neurosis y psicosis y hablando sólo de trastornos o desórdenes. Esta nueva clasificación definió con mayor precisión los subtipos de trastornos y sistematizó con mayor operatividad a los criterios 211 médico experto en fisiología del cansancio 185 Antonio Paolasso – INFORTUNIO Y MEDICINA LABORAL diagnósticos. Por su parte, la Internacional Clasificación of Diseases, 10ª edición (ICD-10) da pautas y criterios diagnósticos para la investigación, basándose en el principio de operatividad en la definición de trastornos mentales. Se publicaron sucesivas ediciones del DSM hasta llegar al DSM IV (Editorial Masson, España 1995) con una puesta al día en todo lo relativo a la clasificación y estadística de los trastornos mentales, incluyendo los trastornos de ansiedad. Está en marcha el DSM V. En su Introducción, el Manual dice textualmente: “Uno de los objetivos más importantes del DSM IV es proporcionar criterios diagnósticos para aumentar la fiabilidad de los juicios diagnósticos. El clínico desea disponer de un manual apropiado... que sólo contenga la clasificación del DSM IV y los criterios diagnósticos”. El diagnóstico de trastornos mentales es muy variado en la patología laboral. Las causas de trastornos mentales en el trabajo conllevan una asociación con hechos traumáticos físicos o psíquicos. Sin embargo, la Tabla de Incapacidades de la ley 24.557 es magra en el capítulo de psiquiatría para reconocer cuadros de trastornos psíquicos originados por el trabajo y pretenden únicamente aceptar trastornos que surjan de enfermedades profesionales o accidentes de trabajo. Pero, paradójicamente aclaran que en el caso de coexistir dos patologías psiquiátricas de distintas naturalezas, sólo indemnizarán la de mayor incapacidad. Este criterio insólito, arbitrario e injusto desconoce que la conmorbilidad (conjunción de dos o más patologías) causa mayor incapacidad que una sola afección. Por otro lado, si el trabajo es fuente de más de una afección, el criterio justo es que deban indemnizarse todas las lesiones, pues el daño emergente no está sujeto a criterios de economía (ahorro de indemnizaciones) sino al imperio del derecho que postula que todo daño probado debe indemnizarse. La exclusión de daños no es criterio sujeto a la voluntad del indemnizador, ni de leyes mal redactadas que van contra principios fundamentales del derecho, y son abiertamente inconstitucionales e inaplicables. La pésima confección e inclusión de afecciones de la Tabla de Incapacidades de la ley 24.557 tuvo que ser revocada con dos decretos posteriores (1278/00 y 410/01) que reconocieron abiertamente las falencias de la Tabla y aceptaron que las patologías producidas por el trabajo, cualquiera fuera su naturaleza, debían ser indemnizadas. Lamentablemente, el error de esos decretos eran peores que los contenidos en la Tabla. En primer lugar designan como autoridad competente para reconocer a patología originada en el trabajo a la Comisión Médica específica. Dicha Comisión ha sido abiertamente impugnada en los estrados judiciales por los groseros errores cometidos al no reconocer ni las propias patologías contenidas en la Tabla (ej. Hernias de discos intervertebrales, neuropatías postraumáticas). Luego, la tendencia es no reconocer ninguna patología fuera de la Tabla, a pesar de los decretos mencionados, bajo el mote de “inculpable”. El segundo error grosero de los decretos mencionados es imponer que las patologías reconocidas fuera de la Tabla sean evaluadas por el Baremo Oficial. El Baremo Oficial es sólo para el foro previsional y no reconoce fracturas, rupturas de tendones o músculos, determinadas patologías psiquiátricas, minimiza las lesiones de la columna vertebral, etc. Otro criterio del Baremo Oficial que perjudica notablemente al trabajador lesionado es la obligación del descuento porcentual lesión por lesión, lo que disminuye notablemente el grado real de incapacidad llevándolo a términos ridículos e irrisorios. Es de completa inutilidad pues contiene los mismos errores de la Tabla de la Ley 24.557, a la vez que es más fuertemente excluyente de patologías específicas como enfermedades accidentes. De todos modos, los decretos aludidos tienen un valor legal inapreciable como es haber reconocido abiertamente las falencias de la Tabla de Incapacidades de la ley 24.557 y en ese sentido deben ser aceptados, apartándose de los errores mencionados. En cuanto a los errores de la Tabla de Incapacidades ley 24.557 en el orden de los trastornos psíquicos es el uso de un lenguaje médico obsoleto. El término de reacción vivencial anormal neurótica (RVAN) ha sido suprimido en los diagnósticos médicos, siendo la tendencia moderna hablar de trastornos y no de reacciones. De igual modo procede con los términos neurosis y psicosis, que han sido debidamente remplazados por otra terminología más moderna, menos difusa en sus significados y más precisa con la descripción y sentido de las patologías a las cuales se 186 Antonio Paolasso – INFORTUNIO Y MEDICINA LABORAL refieren. Así, la tabla menciona las depresiones, las fobias, el trastorno obsesivo compulsivo, las manifestaciones psicosomáticas, las manifestaciones histéricas y las manifestaciones hipocondríaca, los estados paranoides, la depresión psicótica y la neurosis de renta. El histerismo, la hipocondría y la neurosis de rentas son estados patológicos ocasionados por una percepción subjetiva personal del afectado que agrava una presunta patología efectiva existente. Sin embargo, entre las contradicciones de la Tabla encontramos que indemnizan al histerismo y la hipocondría, pero no a la neurosis de renta, la cual es reconocida e indemnizada en el Baremo Oficial. Salvadas algunas de las objeciones importantes que contiene el actual sistema de indemnizaciones por daño emergente de patologías ocasionadas por el trabajo, transcribiré algunas de las patologías contenidas en dicha Tabla y otras afines, que conllevan la particularidad de ser conmórbidas con el distrés laboral, es decir, acompañan o emergen de dicho distrés. Emplearé y describiré las particularidades (signos y síntomas) que hacen a su diagnóstico y etiología, de acuerdo a criterios diagnósticos del DSM IV y de bibliografía especializada, según normas de la Medicina de la Evidencia. Otros trastornos psíquicos emergentes del distrés laboral Ansiedad El trastorno de ansiedad generalizada (F 41.1; 300.02. DSM IV) se caracteriza por: A) ansiedad y preocupación excesivas (expectación aprensiva) sobre una amplia gama de acontecimientos o actividades (como el rendimiento laboral) que se prolongan por más de 6 meses; B) al individuo le resulta difícil controlar este estado de constante preocupación; c) la ansiedad y preocupación se asocian a tres o más de los síntomas siguientes: inquietud o impaciencia, fatigabilidad fácil, dificultad para concentrarse o tener la mente en blanco, irritabilidad, tensión muscular, alteraciones del sueño como dificultad para conciliar el sueño o mantener el sueño o sensación al despertarse de sueño no reparador. D) estos síntomas no deben ser provocados por otros trastornos psíquicos (crisis de angustia, fobias, trastorno compulsivo-obsesivo, ansiedad por separación, anorexia nerviosa, trastorno de somatización, hipocondría, estrés postraumático). E) la ansiedad, la preocupación o los síntomas físicos provocan malestar clínicamente significativo o deterioro social, laboral o de otras áreas importantes de la actividad del individuo. F) estas alteraciones no se deben al uso de drogas ni a enfermedades como el hipertiroidismo, psicopatías. Trastorno por estrés postraumático (TEP) El trastorno por estrés postraumático (DSM IV – F43.1-309.81) ocurre cuando una persona ha experimentado un acontecimiento caracterizado por amenaza para su integridad física o la de los demás y ha respondido con un temor intenso. El acontecimiento traumático es reexperimentado persistentemente a través de una o más de las formas siguientes: recuerdos recurrentes del acontecimiento que provocan malestar; sueños de carácter recurrente que producen malestar; sensación de que el acontecimiento está ocurriendo (episodios de flash back) (reexperiencia); malestar psicológico intenso al exponerse a estímulos internos o externos que recuerdan aspectos del acontecimiento traumático; respuestas fisiológicas al exponerse a esos estímulos. A esto lo acompaña una conducta de evitación persistente para evitar pensamientos, actividades o bien, reducir la participación en actividades significativas. Este trastorno se acompaña de uno o más de los siguientes síntomas: dificultades para conciliar o mantener el sueño, irritabilidad o ataques de ira, dificultades para concentrarse, hipervigilancia y respuestas exageradas de sobresalto o ataques de pánico. Estas alteraciones se prolongan más allá de un mes (por tiempo indefinido) (tendencia a la cronicidad) y provocan malestar clínico significativo o deterioro social, laboral o de otras áreas importantes de la actividad del individuo. TEPT ocurre con grandes accidentes mientras se viaja en medios de transportes (autos, aviones, buques, trenes, etc.), participación en acciones de guerra, cuando se sufre con catástrofes naturales o provocadas (terremotos, aludes, inundaciones, caída de rayos, explosiones violentas, derrumbes de edificios, 187 Antonio Paolasso – INFORTUNIO Y MEDICINA LABORAL caída dentro de un ascensor, etc.), pero puede instalarse con cualquier hecho traumático que impacte a la mente. Otros hallazgos neurológicos son: anomalías en la reactividad del SNA, alteraciones de la función adrenérgica, alteraciones del eje hipotalámico-hipofisario-adrenal, alteraciones de la función tiroidea, definiciones inmunológicas, volumen reducido del hipocampo y alteraciones electrofisiológicas. En casos graves hay severas alteraciones de la memoria, en los procesos abstractivos y la orientación espaciotemporal lo que permite desde un punto de vista clínico ser considerado como un cuadro de “pseudodemencia” por los déficits cognitivos y algunos fenómenos disociativos. La intervención farmacológica o tratamiento por psicofármacos (ansiolíticos y antidepresivos), el tratamiento intensivo en lo cognitivo, psicológico y social, si son realizados dentro de los dos o tres años después de sucedido el evento traumático es una chance probable de una mejor recuperación, que si estos tratamientos se demoran por más del tiempo indicado.212 El DSM IV (Manual de Diagnósticos) marca los siguientes criterios diagnósticos para el TEP: A. La persona ha estado expuesta a un acontecimiento traumático en el que han existido: 1) La persona ha experimentado, presenciado o le han explicado uno o más acontecimientos caracterizados por muertes o amenazas para su integridad física o la de los demás 2) La persona ha respondido con un temor, una desesperanza o un horror intenso. Nota: en los niños estas respuestas pueden expresarse en comportamiento desestructurados o agitados B. El acontecimiento traumático es reexperimentado persistentemente a través de una o más de las siguientes formas: 1) Recuerdos del acontecimiento recurrentes e intrusos que provocan malestar y en los que se incluyen imágenes, pensamientos o percepciones. Nota: En los niños pequeños esto puede expresarse en juegos repetitivos donde aparecen temas o aspectos característicos del trauma 2) Sueños de carácter recurrente sobre el acontecimiento que produce malestar. Nota: en los niños pueden haber sueños terroríficos de contenido irreconocible 3) El individuo actúa o tiene la sensación de que el acontecimiento traumático está ocurriendo (se incluye la sensación de estar reviviendo la experiencia, ilusiones, alucinaciones y episodios disociativos de flash back, incluso los que aparecen al despertarse o al intoxicarse). Nota: Los niños pequeños puede reescenificar el acontecimiento traumático específico 4) Malestar psicológico intenso al exponerse a estímulos internos o externos que simbolizan o recuerdan un aspecto del acontecimiento traumático C. Evitación persistente de estímulos asociados al trauma y embotamiento de la reactividad general del individuo (ausente antes del trauma), tal y como indican tres (o más) de los siguientes síntomas: 1) Esfuerzos para evitar pensamientos, sentimientos o conversaciones sobre el suceso traumático 212 (Goleman, DSM IV (F 43.l - 309.81 - 211); (Renato Alarcón en el SIMPOSIO DE ANSIEDAD Y DEPRESION A LAS PUERTAS DEL TERCER MILENIO y otros autores) Antonio Paolasso – INFORTUNIO Y MEDICINA LABORAL 188 2) 3) 4) 5) 6) 7) Esfuerzos para evitar actividades, lugares o personas que motivan recuerdos del trauma Incapacidad para recordar un aspecto importante del trauma Reducción acusada del interés o la participación en actividades significativas Sensación de desapego o enajenación frente a los demás Restricción de la vida afectiva (p. ej., incapacidad para tener sentimientos de amor) Sensación de un futuro desolador (p. ej., no espera obtener un empleo, casarse, formar una familia o, en definitiva, llevar una vida normal) D. Síntomas persistentes de aumento de la activación (arousal) (ausente antes del trauma), tal y como indican dos (o más) de los siguientes síntomas: 1) 2) 3) 4) 5) Dificultades para conciliar o mantener el sueño Irritabilidad o ataques de ira Dificultades para concentrarse Hipervigilancia Respuestas exageradas de sobresalto E. Estas alteraciones (síntomas de los Criterios B, C y D) se prolongan más de un mes. F. Estas alteraciones provocan malestar clínico significativo o deterioro social, laboral o de otras áreas importantes de la actividad del individuo El cuadro es: 1. Agudo: si los síntomas duran menos de tres meses 2. Crónico: si los síntomas duran tres meses o más 3. De inicio demorado: cuando pasan, como mínimo, 6 meses entre el acontecimiento traumático y el inicio de los síntomas De esto se deduce que el estrés postraumático es el estado distresante producido por un gran traumatismo que pone en peligro la vida produciendo un gran horror. El recuerdo reiterado del episodio traumático (memoria del horror), acompañado de signos y síntomas de una especie de ataque de pánico, es lo que se llama trastorno por estrés postraumático. Epidemiología El Dr. Stephen J. O’Brien, médico norteamericano, ha investigado que el estrés postraumático, característico de exposición a situaciones extremas que pueden ser breves en duración (el más común es un accidente vial) o prolongado, es padecido por cuatro de cada diez personas en EE.UU. a lo largo de la vida. Un 25% de estos casos es debido al hecho de haber presenciado un episodio traumático, por lo que también pueden desarrollar otros trastornos de angustia o depresión (conmorbilidad del TEP). Los individuos que padecen estrés postraumático, en un 50%, de no ser tratados debidamente o no responder a la medicación, pueden sufrir este padecimiento por décadas. El TEP fue reconocido en 1980 por Asociación Psiquiátrica Americana (APA) y consideró que era una entidad diagnóstica independiente y con este criterio lo incluyó en el DSM. La diferencia en los casos de predisposición o no-predisposición, no reside en que sufra, o no, TEP sino que en los predispuestos el TEP es más intenso y más difícil de superar y puede afectar de por vida. No así en los no-predispuestos que es de menor intensidad y puede recuperarse en semanas o pocos meses. La predisposición explica por qué algunas personas tienen una reacción de TEP en mayor o menor grado, pero no es la causa o concausa del TEP, el que sólo reconoce como etiología al hecho 189 Antonio Paolasso – INFORTUNIO Y MEDICINA LABORAL traumático. Sin trauma no hay TEP. Los no-afectados por TEC en un mismo evento traumático, generalmente, es porque: tuvieron una experiencia de distinta calidad y duración (en relación con los que padecieron TEP) o son resilientes. Por esto es importante comprobar frente a un afectado o no-afectado si estamos en presencia de casos de vulnerabilidad y de resiliencia. Esta observación es muy importante para tener en cuenta como opera el evento traumático para provocar, o no, TEP. Otro hecho importante a destacar en el diagnóstico de TEP, son tres cosas importantes: 1. el “gatillo” del trauma es un evento traumático que oficia de estrés agudo intenso 2. en su evolución se transforma en un estrés crónico 3. se manifiesta, esencialmente, con ataques de pánico frente al flash back Esto permite diferenciar al TEP de un estrés crónico y de los ataques de pánico o de episodios de recuerdos repetitivos de hechos no traumáticos (trastorno compulsivo-obsesivo). Es incontrovertible que el proceso de TEP se instala en horas, pero no sabemos si consolida en días o meses. A veces un TEP es diagnosticado varios meses después de instalado. Las víctimas, biológicamente, pueden no ser nunca más las mismas que eran antes del TEP. El hecho de que se vayan incorporando nuevas formas y causas de TEP no se debe a una modificación del concepto de TEP, sino porque cada vez se profundiza más el fenómeno, se conocen nuevos aspectos y el DSM ha ayudado a reconocer los cuadros. Finalizaremos este tema del TEP que la forma de estudiarlo siempre es retrospectiva, pues se necesita el trauma y la instalación del cuadro para investigarlo. No es posible en seres humanos realizar estudios prospectivos. La existencia de estudios preexistentes al trauma y que detecten atrofias encefálicas e hipercortisolemia u otras secreciones exageradas o disminuidas de neurotransmisores, insistimos, no indica que esto sea la causa del TEP. Si en estudios muy inmediatos al trauma aparecen lesiones encefálicas y otros trastornos, debemos recordar que pueden ser producidas por el estrés agudo intenso que cronifica, o ser preexistentes. Dentro de la epidemiología del TEP es necesario repasar un poco lo referido a la “victimología” desde el punto de vista médico. Es un fenómeno que sufre la persona que es sometida a la acción de un trauma psicológico y que está causada por la vulnerabilidad humana a los desastres naturales y los hechos malvados de seres humanos. Luchar o correr son extremos de la ecuación de la supervivencia, la que permite a un individuo adaptarse a las condiciones imperantes en el medio en el cual vive. Sin embargo, hay una zona gris entre ambos extremos y es cuando hay situaciones prácticas en las cuales no es posible ninguna alternativa: ni correr, ni luchar. Es en esta zona donde se produce el trauma psíquico. La vida cotidiana expone a las personas a experiencias para las cuales no existe un entrenamiento o educación posibles en las actuales condiciones de vida social del hombre. Esa falta de educación para enfrente las circunstancias horribles de orden natural o humano es la que lleva al hombre en dificultades al límite de su capacidad de adaptación. Hay un espectro de desórdenes traumáticos, extendidos desde los efectos de un solo acontecimiento abrumador, a los efectos más complicados de un abuso prolongado y repetido. El perpetrador de la victimización puede tener mil caras que van desde las catástrofes naturales, los accidentes personales, a los desastres políticos del Estado, a las relaciones familiares violentas y a los hechos violentos individuales cometidos por terceros. La presencia de los afectados por los perpetradores, crea el fenómeno de la víctima. Mordechal Benyakar ha publicado un libro213 donde trata la ocurrencia de hechos disruptivos, y propone que las personas afectadas por los mismos no sean llamadas víctimas sino más bien damnificados, pues esta palabra denota mejor las secuelas que las disrupciones dejan en el tejido social y cultural de la humanidad. Damnificado, en la denotación de la Real Academia Española (RAE) es lo que “dícese de la persona o cosa que ha sufrido grave daño de carácter colectivo”. Esto nos muestra que la definición de damnificado encierra lo colectivo, pues el daño disruptivo es siempre colectivo, mientras que víctima, según la RAE es la “persona que padece daño por culpa ajena o por causa fortuita”, es decir, el término es más personal y general, pues comprende tanto las causas que pueden ser disruptivas como cualquier otro fenómeno dañino, incluyendo las catástrofes naturales. Circunscribimos así el término de 213 Benyakar, Mordechal – LO DISRUPTIVO, Editorial Biblos, Bs. As., 2003 190 Antonio Paolasso – INFORTUNIO Y MEDICINA LABORAL víctima a cada afectado en particular, y no colectivamente, por un daño provocado por una acción culposa ajena o por una causa fortuita, ya sea accidental o natural. Esto da origen a una nueva ciencia que es la victimología que trata el rol del médico y otras estructuras sociales que asisten a las víctimas. La condición de toda víctima es la impotencia frente al hecho traumático, frente a la cual se encuentra en situación de pasividad porque no puede desarrollar una actividad defensiva. En los hechos traumáticos, la impotencia siempre es la condición imperante, mientras que la pasividad puede ser una ocurrencia natural o una estrategia adoptada por la víctima para sobrevivir. El proceso de victimización, por parte del victimizador, consiste en poner a la víctima en una posición de impotente frente al perpetrador, hasta que la víctima adopta un comportamiento pasivo y obediente impulsado por el sentimiento de preservar su vida (Anne Jones). Etiología (causas) De acuerdo a las situaciones o agentes estresores que lo producen, el estrés postraumático ha recibido diferentes nombres: Post Traumatic Stress Disorder (PTSD) y cuando se debe a situaciones dramáticas como guerra, rapto, violación o abuso deshonesto, también se ha denominado “corazón de soldado”, “fatiga de combate”, “neurosis de guerra”, “síndrome de Da Costa”, “síndrome post-Vietnam”, “síndrome posviolación”, “síndrome de abuso infantil”, “síndrome traumático del rapto”, “disturbio circunstancial transitorio”, “síndrome de la Guerra del Golfo”, “síndrome post-Malvinas”. Los trastornos del estrés postraumático, en la opinión de algunos autores, constituyen una “enfermedad de estrés postraumático” y los traumas que lo ocasionan más frecuentemente entre los varones serían: exposición a un combate bélico (en Argentina ocurrió con los ex-combatientes de la Guerra de las Malvinas); haber sido testigo de un ataque a alguien que fue malherido o asesinado. Entre las mujeres: el acoso o la violación sexual (Kessler y col.). Otros autores consideran causas tales como: Catástrofes naturales violentas (terremotos, inundaciones, vientos) Víctimas de torturas o ataques físicos reiterados e intensos Víctimas de terrorismo (Cía) Pérdida de varios seres queridos en forma inmediata o continuada (Cía) Incendio de la vivienda (Cía) Atracos, asaltos o secuestros. (Cía) Accidentes automovilísticos (Goleman) (accidente vial) Hay que diferenciar la naturaleza de los hechos traumáticos que conducen al TEP: 1. El accidente automovilístico es, frecuentemente, causa de estrés postraumático (Goleman). En nuestra experiencia, sobre más de 50 casos de accidentes viales, hemos comprobado la existencia del TEP que, en este caso, afecta mayoritariamente a mujeres y en las circunstancias en que han sido accidentes muy importantes, en los cuales los actores han tenido la impresión intensa de “muerte inminente”. 2. Cuando los hechos traumáticos que producen TEP son consecuencias de un trauma biopsicosocial que surge de tener que superar abruptamente situaciones sociales como las que ocurren al pasar de niño a adolescente y de este estado al de adulto; en que las personas de cualquier edad, condición y sexo terminan con el molde de una cómoda vida de dependencia económica y social para pasar a tener que automantenerse y sostenerse por sí mismo, tanto económica y socialmente, como así también en las vivencias psíquicas, este hecho produce un trauma psíquico equivalente a TEP y que algunos autores denominan “reacción de ajuste a la vida adulta”. 191 Antonio Paolasso – INFORTUNIO Y MEDICINA LABORAL 3. Los actos violentos son más dañinos que las catástrofes naturales porque las víctimas de la violencia, a diferencia de las de un desastre natural, quedan con la sensación de “haber sido seleccionadas” como blancos del azar o de la maldad del acto violento que en particular les tocó vivir. En estos casos, el mundo social se convierte en un lugar peligroso, en donde la gente ha perdido la credibilidad de la honradez y es una amenaza potencial a la seguridad. La huella que el horror deja en la memoria, y la consecuente actitud de hipervigilancia, puede durar toda una vida. Este fenómeno se estudió en víctimas del Holocausto que, cincuenta años después, seguían recordando las atrocidades vividas. El TEP representa un peligroso descenso del punto nervioso donde se asienta el estado de alarma, lo que hace que la persona reaccione ante los momentos corrientes de la vida, como si fueran emergencias, en tanto y en cuanto, esos momentos puedan recordarle el horror que sufrió. El TEP oficia como horror congelado en la memoria. El recuerdo está en relación directa con la brutalidad: cuánto más horrendo y brutal sea el episodio, más indeleble es el recuerdo. En consecuencia, el TEP puede resumirse en los siguientes caracteres: ser provocado primaria y principalmente por un hecho intensamente perturbador que crea una situación que escapa a todo control por parte del damnificado, sobre todo cuando hay peligro de muerte inminente, que causa trauma, herida o injuria mental o cerebral. Esto es muy importante de tener en cuenta porque evita la creencia de que el síndrome TEP pueda ser causado por otros agentes. Sin hecho traumático, no hay TEP. Es decir, si hay un síndrome TEP provocado por una circunstancia traumática, es el trauma la única causa de TEP y no otra cosa. Queda grabado en forma indeleble el recuerdo de un hecho perturbador, el que permanente vuelve a la conciencia, reproduciendo todo mecanismo de alarma, pero con características de hipersecreción (mayor secreción que la ocurrida en una reacción normal) Provoca una reacción exagerada ante un nuevo hecho inocente y totalmente carente de peligro, pero que por sus características puede despertar la sensación de estar viviendo el episodio gatillo del TEP Puede darse en personas normales o en personas hiperreactivas e hipersecretoras de las hormonas del estrés (catecolaminas, CRF, acetilcolina y endorfinas) Mecanismos fisiopatológicos del TEP El TEP se basa en una profunda alteración química del cerebro, puesta en marcha por una única muestra de terror abrumador. Cualquier estrés incontrolable puede tener el mismo impacto biológico, sobre todo cuando se está a punto de perder la vida o vivir un incidente como que amenaza gravemente a la vida. La impotencia ante un acontecimiento traumático es lo que hace que el mismo sea subjetivamente abrumador. La sensación de que “no nada que hacer para escapar a ello”, es lo que provoca el cambio bioquímico del cerebro. Los cambios bioquímicos se producen en el circuito límbico y se concentran en la amígdala (Start). Estos cambios ocurrirían en forma diferente, por lo cual se han asociados en cuatro grupos: 4. Primer grupo: los cambios claves se produce en el locus ceruleus que regula la secreción de catecolaminas, las que actúan frente a una emergencia. La misma catecolamina es la que graba los recuerdos con especial intensidad. En el TEP, el sistema de catecolaminas se vuelve hiperreactivo y segrega dosis elevadas en respuesta a situaciones de poca o ninguna 192 Antonio Paolasso – INFORTUNIO Y MEDICINA LABORAL amenaza, pero en alguna manera recuerdan el trauma original. El locus ceruleus y la amígdala están relacionados íntimamente, junto con el hipocampo y el hipotálamo, de manera tal que el circuito de catecolaminas se extiende hasta la corteza. El cambio de esos circuitos provoca ansiedad, temor, hipervigilancia, quedar fácilmente perturbado o excitado, la disposición para el ataque o la fuga y la indeleble codificación de intensos recuerdos emocionales. 5. Segundo grupo: otros cambios se producen en el circuito de la región límbica, con la glándula pituitaria que regula la liberación de CRF, principal hormona del estrés, cuya secreción en exceso, sobre todo en la amígdala, el hipocampo y el locus ceruleus, alertan indebidamente al organismo para una emergencia que no existen en la realidad. Demasiado CRF hace que el individuo reaccione excesivamente (Nemeroff) Ante un sobresalto cualquiera se desata una secreción CRF que permite una rápida reacción. Cuando el sobresalto se repite, normalmente va disminuyendo la secreción de CRF y las reacciones son cada vez de menor intensidad. Pero ante un hiperreactivo, hipersecretor de CRF, las reacciones siempre serán de igual o mayor intensidad ante el mismo sobresalto, o solo el amago de él. Por este mecanismo, se segrega el cortisol que sube en una primera instancia y luego, por regulación en baja, viene un descenso del mismo. Cuando el proceso estresante es de cierta intensidad y muy sostenido, puede perderse la regulación en baja y queda una hipercortisolemia crónica, que lleva a la atrofia de estructuras de la amígdala. En este grupo el estrés crónico predispone, pero no causa el TEP. 6. Tercer grupo: los cambios se producen en el sistema opioide del cerebro, productor de endorfinas, hormonas que embotan la sensación del dolor, aumentando el umbral de tolerancia al mismo. Este circuito nervioso involucra a la amígdala con una región de la corteza cerebral. Ante una hipersecreción de opioides, éstos actúan como poderosos agentes paralizantes. En el TEP, la hipersecreción de endorfinas provoca un entumecimiento de ciertos sentimientos, lo que explica los síntomas psicológicos negativos del TEP: anhedonia (incapacidad de sentir placer), paralización emocional general con la sensación de estar escindido de la vida o la despreocupación por los sentimientos de los demás. Los que viven cerca de una persona que padece TEP, pueden considerar esta indiferencia como una falta de empatía (incapacidad para conectarse o comunicarse con los demás). Asimismo, las endorfinas pueden provocar disociación que se manifiesta como incapacidad para recordar minutos, horas e incluso días cruciales del traumático acontecimiento (esto también puede provocar la llamada amnesia retrógrada postraumática) 7. Cuarto grupo: estaría siendo investigado por Hermona Soreq214 en las ratas, donde ha encontrando que colocando en animales en situación de estrés traumático, producen en su cerebro una ACE (enzima o proteína acetilcolinesterasa) responsable de la degradación de la acetilcolina (AC). El estrés traumático induce la secreción de una proteína anómala 215 de ACE lo que lleva a un aumento de nivel cerebral de AC y que produce un nivel de hipersensibilidad por despolarización sostenida de la membrana celular con la secuela de altos niveles de actividad eléctrica sostenida que duraron semanas. Es probable que esto pueda estar relacionado con las proteínas del estrés. Explicaría la exacerbación de la memoria, que presenta el TEP. Coincidiendo con esto, Jean-Marie Meunier y Alexandre Shvaloff describen la existencia de falsos transmisores colinérgicos.216 Por todo lo expuesto, hemos observado la existencia de un sistema cuádruple compuesto por: 214 Investigador de la Universidad Hebrea. Publicó el trabajo en la Rev. Science, enero 2002 Desde la década del ‟60 se vienen describiendo casos de hormonas y enzimas “biológicamente inactivas” 216 Meunier-Shvaloff – NEUROTRANSMISORES: 89, Editorial Polemos, 2 a edic., Bs. As. 1999 215 Antonio Paolasso – INFORTUNIO Y MEDICINA LABORAL 193 1. 2. 3. 4. catecolaminas CRF endorfinas acetilcolina que actúa normalmente en toda reacción de estrés postraumático. Si bien, parte de los elementos del sistema, también están presentes en la reacción normal de estrés que prepara al organismo para actuar con rapidez y decisión de huir o pelear ante un peligro o sensación de peligro, en el TEP nos encontramos con otras situaciones que nos puede llevar a: una reacción anormal y exagerada un recuerdo imborrable de un hecho traumático un síndrome específico. Hay investigadores que encuentran en los afectados por TEP diversas alteraciones como ser atrofias en las estructuras límbicas (atrofia dendrital de células piramidales del hipocampo) y descenso del cortisol, alteraciones en la secreción y cantidad de CRF. Esto es correcto, como lo explica la biofisiopatología del estrés, ya que el estudio Jones encontró en estrés crónico atrofias de estructuras límbicas y variaciones en los niveles de cortisol. Halbreich estudió las diferencias entre estrés crónico y el TEP, encontrando en el TEP ausencia de hipercortisolemia, lo cual lo diferencia de la depresión y del estrés crónico. Yehuda evidenció la disminución de receptores Gc en el TEP y aumento de los mismos en la depresión y estrés crónico. Esto involucra el concepto de que hay hiposensibilidad al feedback de Gc en la depresión e hipersensibilidad al feedback en el TEP o PTSD. En la depresión o estrés crónico predomina el aumento del CRH, en el TEP generalmente hay disminución, pues la secreción tiene variaciones cíclicas. Ya analizamos y citamos a Mc Ewen,217 quien demostró con estudios de RMN que el estrés agudo también atrofia neuronas de la región CA3 del hipotálamo, lo que cronifica el impacto emocional agudo. Los principales estudios sobre TEP son el Estudio de Kulka (1990) (Trauma and the Vietnam War Generation) sobre veteranos de la guerra de Vietnam, el Estudio de Mac Farlane sobre víctimas de desastres naturales, el Estudio de Veteranos de la Segunda Guerra Mundial (1997); el Estudio Cañibe (Grupo de Albuquerque), sobre la base de estudios de neuroimágenes (RMN) y electrofisiológicos (magnetoencefalograma y EEG) encontraron anomalías en la reactividad del sistema nervioso autónomo, alteraciones de la función adrenérgica y glándulas suprarrenales (hipertrofia) y el volumen reducido (atrofia) del hipocampo. En los casos de traumas por ruidos sostenidos (explosiones) se realizaron estudios de potenciales evocados auditivos. En este estudio intervino el Grupo de Pache donde los afectados de TEP mostraban patrones anormales de actividad auditiva evocada según un patrón que llamaron paradigma de aumento y reducción. Sobre los estudios neuroanatómicos de atrofias de hipocampo, queda por determinar si las mismas son preexistentes y determinan el desenlace en un TEP o sin son provocadas por el TEP. El TEP puede ser considerado, en opinión de algunos autores, como la memoria del horror, porque los momentos terroríficos vividos se convierten en recuerdos grabados en el circuito emocional. El centro del temor y del horror ubicaría en la amígdala y sus conexiones. En los casos en que se presenta el TEP, pareciera preexistir una amígdala excesivamente excitada o hiperreactiva, que impulsa los recuerdos vividos en un momento traumático, inmiscuyéndose en la memoria. Así los recuerdos traumáticos se convierten en verdaderos gatillos emocionales dispuestos para provocar el disparo de alarma al menor indicio real o irreal (imaginado), de que el espantoso momento está a punto de producirse nuevamente. Este fenómeno del gatillo 217 Catedrático investigador de la Universidad Rockefeller, de los efectos del estrés en el cerebro. 194 Antonio Paolasso – INFORTUNIO Y MEDICINA LABORAL emocional es patognomónico de todo trauma emocional. El gatillo del horror se instala cuando la situación que lo genera es incontrolable. Cientos o miles de personas en el año padecen diferentes clases de traumatismos o desastres y muchas de ellas, la mayoría, quedan con “herida emocional” (injuria) que deja en el cerebro la huella de la memoria del horror. Por esta razón, el Grupo de Albuquerque plantea una serie de preguntas y tiene en mente estudios futuros orientados a ver qué tipos de anormalidades estructurales preceden o suceden al TEP (sobre todo en el hipocampo) y el papel que juegan los mecanismos neurofisiológicos de la memoria en la producción del TEP. Diferencias entre TEP y otros trastornos de ansiedad Vamos a analizar ahora, la particular situación que se plantea en relación el TEP y el estrés crónico y la susceptibilidad para padecer TEP. Ya describimos que el TEP aparece siempre que tenga como antecedente un hecho traumático. Esto desvirtúa la concepción de que el TEP se debe a lesiones previas en el circuito cerebral y no al trauma en sí. Para apoyar esta teoría, tiene que existir un claro antecedente, en todos los casos, de que dicha lesión existe antes de la vivencia traumática. Puede darse el caso de que las lesiones cerebrales encontradas en el TEP sean preexistentes debido, por ejemplo, a un estrés crónico, pero sin síndrome TEP o haber sido provocadas en la faz crónica del TEP. Para descartar esto hay que realizar estudios inmediatos anteriores y posteriores al TEP. Cuando hay lesiones preexistentes sin TEP y el hecho traumático provoca TEC (traumatismo encefalocraneano), el síndrome no se debe a la lesión previa, la cual favorece la instalación del cuadro, pero no la provoca, porque el gatillo, según vimos, es el hecho traumático. Sin hecho traumático, dijimos, no hay TEP. La tesis de que el trauma no es causa de TEP es defendida y alentada por las compañías de seguros de EE.UU. que pagan o costean programas de investigación de los que padecen TEP y, a pesar haber comprobado la lesiones cerebrales, no han presentado un estudio de comprobación rigurosa de preexistencia de la misma ni si son secuelas de la cronicidad del TEP (recordemos que hay TEP agudo y uno crónico) pues los estudios no indican si fueron realizados inmediatamente al diagnóstico de TEP. De todos modos hay un hecho incontrovertible: antes del hecho traumático no hay TEP y éste aparece después del hecho. Esto es una prueba lapidaria de que el trauma es el gatillo o desencadenante del síndrome, lo que quiere decir que es la causa directa. Las lesiones similares del estrés crónico se deben al entrampamiento y la imposibilidad de escapar de una situación estresante que acosa en forma permanente, sea real o irrealmente. Pero acá no hay síndrome TEP (recuerdo imborrable de un hecho traumático que aparece reiterativamente y desencadena una crisis de pánico). El estrés crónico produce fobias (fobias específicas, social y agorafobia) pero la fobia sólo se desata frente a lo que la causa exclusivamente. También hay otros desórdenes como ataques de pánico u otros trastornos de ansiedad o un trastorno de ánimo como es la depresión, pues todos estos trastornos, al tener una vía común neuropsicofisiopatológica (que luego estudiaremos), se encadenan naturalmente y se entremezclan junto con los trastornos somáticos, configurando una reacción en bloque, donde es muy difícil distinguir una cosa de otra. Consecuentemente, es la fuente de las graves alteraciones homeostáticas que llevan a enfermedades psicosomáticas descritas. Insistimos en que el TEP fue descrito primariamente para los afectados por eventos traumáticos. El fenómeno de la existencia de cuadros similares al TEP, sin evento traumático, no significa, bajo ningún punto de vista que el TEP pueda ser causado sin hecho traumático. En el caso de existencia de un cuadro similar al TEP pero sin suceso traumático habría que darle una nomenclatura distinta a TEP. Que el trauma afecte a unos y a otros no, no es una observación válida para concluir que sólo tendrá TEP “quien pueda pero no quien quiera”. La aparición de TEP en algunas personas que participan de un mismo hecho traumático y la falta de aparición en otras, se debe: 1. Al grado de estrés sufrido. Quien padece mayor intensidad de estrés, tiene mayor probabilidad de tener un TEP. Por ejemplo, en un choque de tren o de auto, el conductor y su 195 Antonio Paolasso – INFORTUNIO Y MEDICINA LABORAL acompañante suelen ser los más damnificados si el accidente afecta la parte delantera del vehículo, mientras que los que viajan en otros compartimientos y no presencian directamente el impacto o no son afectados por lesiones, tienen menos posibilidades de ser afectados por TEP. De los heridos, quien queda atrapado entre hierros mucho tiempo o sufre heridas de mayor consideración tiene mayor posibilidad de sufrir TEP que quienes sólo padecen heridas de menor grado. Luego haber presenciado directamente el impacto (ver que el otro vehículo “se me viene encima” o ver como el vehículo rueda en caso de descarrilamiento) y sufrir lesiones graves o situaciones angustiantes que lo ponen al borde de la muerte es lo que causa mayor estrés y favorece el desarrollo de un TEP. 2. Las personas que tengan susceptibilidad de padecer TEP son los hiperreactivos que ya describimos. Pero también están los que padecen vulnerabilidad (que se deben a factores ambientales o al haber padecido traumatismos en edades tempranas). Frente a ellos están los no-hiperreactivos y los resilientes (aquellos que padecieron y sufrieron traumatismos en edades tempranas pero adquirieron la capacidad de resistir las secuelas por haber adquirido una especie de fortalecimiento ante hechos traumáticos) 3. El TEP se puede injertar sobre un estrés crónico u otro trastorno o desorden de ansiedad o del ánimo, preexistentes, dando que el estrés crónico, la ansiedad y la depresión están universalmente instalado en la sociedad Fobia específica La fobia específica, tipo situacional (antes fobia simple) según el DSM IV (F 40.00) (300.29) tiene, en términos generales, las siguientes características de diagnóstico clínico: A) temor acusado y persistente que es excesivo o irracional, desencadenado por la presencia o anticipación de un objeto o situación específicos (p. ej.: volar, precipicios, viajar, animales, visión de sangre, etc.). B) la exposición al estímulo fóbico provoca invariablemente una respuesta inmediata de ansiedad que puede tomar la forma de una crisis de angustia situacional o más o menos relacionada con una situación determinada. C) la persona reconoce que este miedo es excesivo o irracional. D) las situaciones fóbicas se evitan o soportan a costa de una intensa ansiedad o malestar. E) los comportamientos de evitación, la anticipación ansiosa, o el malestar provocados por las situaciones temidas interfieren acusadamente con la rutina normal de la persona, con las relaciones laborales (o académicas) o sociales, o bien provocan un malestar clínicamente significativo. F) la ansiedad, las crisis de angustia o los comportamientos de evitación fóbica asociados a objetos o situaciones específicos no pueden explicarse mejor por la presencia de otro trastorno mental (obsesivo-compulsivo, estrés postraumático, otras fobias o trastorno de angustia). En la fobia específica tipo situacional, el miedo hace referencia a situaciones también específicas como transportes (públicos o privados) túneles, puentes, ascensores, aviones, aparatos de estudios por imágenes (TAC, RMN)), etc. Mèlennec describe como secuelas de accidentes viales, fobias específicas para la conducción de vehículos, a atravesar calles o viajar en vehículos, especialmente trenes.218 Cuando no se puede evitar la situación que provoca fobia, estar colocado en ella, además del terror, otros de los signos principales son palpitaciones o taquicardia, temblores, sudoración, ahogo, sensación de vacío o dolor de estómago, etc. La fobia para manejar vehículos se denomina amaxofobia (del latín amaxo = vehículo y fobia = miedo) y ataca 218 (Mèlennec, L – AFECCIONES PSIQUIÁTRICAS POSTRAUMÁTICAS: 57-66 (Affections psychiatriques posttraumátiques), Editorial Masson, París, 1983) (Hernández Cueto, Claudio – VALORACIÓN MÉDICA DEL DAÑO CORPORAL: 286-290, Editorial Masson, Barcelona, 1995) 196 Antonio Paolasso – INFORTUNIO Y MEDICINA LABORAL más a las mujeres que a los hombres. Alfredo Cía cita a los accidentes viales que dejan secuelas físicas y psíquicas como una de las causas principales de la amaxofobia.219 Trastorno somatomorfo El trastorno somatomorfo indiferenciado, clasificado en el DSM IV como F 45.1 y 300.81, se caracteriza en el actor por a) por uno o más síntomas físicos (fatiga, pérdida de peso, síntomas gastrointestinales, síntomas urinarios); b) (1) en el examen los signos y síntomas no se deben a abuso de drogas ni enfermedad previa al accidente (enfermedad conocida) (2) estos signos y síntomas provocan deterioro social y laboral excesivos en comparación con lo que cabría esperar por la historia clínica; c) los síntomas provocan malestar clínico significativo y deterioro social y laboral y en otras áreas importantes de la actividad del individuo; d) la duración del trastorno es mayor de 6 meses; e) la alteración no se debe a otro trastorno mental; f) los síntomas no son simulados. Trastorno distímico El trastorno distímico (clasificado por el DSM IV en los ítems F34.1 y 300.4) caracteriza a este trastorno como: A) un estado de ánimo crónicamente depresivo, la mayor parte del día de la mayoría de los días, manifestado por el sujeto u observado por los demás, durante al menos dos años (o más). B) presencia, mientras está depresivo, de dos (o más) de los siguientes síntomas: pérdida o aumento del apetito, insomnio o hipersomnia, falta de energía o fatiga, baja autoestima, dificultades para concentrarse o para tomar decisiones, sentimientos de desesperanza. En otros puntos el DSM IV fija las pautas de diagnóstico diferencial con los episodios depresivos mayores, episodios maníacos o hipomaníaco o mixto, que el estado distímico no se debe a esquizofrenia o trastorno delirante, que no se deben a la ingesta de sustancias o una enfermedad concomitante. Los síntomas deben causar un malestar clínicamente significativo o deterioro social, laboral o de otras áreas importantes de la actividad del individuo. El trastorno es temprano si se inicia antes de los 21 años de edad y es tardío si aparece después de los 21 años. Trastorno depresivo mayor recidivante Es lo que clásicamente se conoce como depresión con sentido de enfermedad crónica. El trastorno depresivo mayor recidivante (DSM IV F.33.x /296.3x) se caracteriza por la presencia de dos o más episodios depresivos mayores. Según el Manual de Diagnósticos DSM IV (Editorial Masson, España, 1995) un episodio depresivo mayor se destaca por la presencia de cinco o más de los siguientes síntomas durante un período de 2 semanas que representan un cambio respecto a la actividad previa; uno de los síntomas debe ser estado de ánimo depresivo o pérdida de interés o de la capacidad para el placer. Los síntomas son: 1) estado de ánimo depresivo la mayor parte del día, casi cada día según lo indica el propio sujeto o la observación realizada por otros (ej. llanto); 2) disminución acusada del interés o de la capacidad para placer en todas o casi todas las actividades, la mayor parte del día o casi cada día; 3) pérdida importante de peso sin hacer régimen o pérdida del apetito casi cada día; 4) insomnio o hipersomnia casi cada día; 5) agitación o enlentecimiento psicomotores casi cada día; 6) fatiga o pérdida de energía casi cada día; 7) sentimiento de inutilidad o de culpa excesivos o inapropiados; 8) disminución de la capacidad para pensar o concentrarse o indecisión cada día; 9) pensamientos recurrentes de muerte, ideación suicida recurrente sin un plan específico o una tentativa de suicidio o un plan específico para suicidarse. No se explican mejor por 219 Hernández Cueto, Claudio – VALORACIÓN MÉDICA DEL DAÑO CORPORAL: 286-290, Editorial Masson, Barcelona, 1995 Antonio Paolasso – INFORTUNIO Y MEDICINA LABORAL 197 presencia de otro trastorno psicótico y no se han producido episodios maníacos. Los síntomas melancólicos son: pérdida de placer en todas o casi todas las actividades, falta de reactividad a los estímulos habitualmente placenteros (no se siente mejor, ni siquiera temporalmente, cuando sucede algo bueno), estado de ánimo depresivo (tristeza, llanto, idea suicida, pérdida de la autoestima), la depresión es habitualmente peor por la mañana, Hay despertar precoz, enlentecimiento o agitación psicomotores, anorexia significativa o pérdida de peso, culpabilidad excesiva o inapropiada. Test de Beck El test de Beck, específico para depresión, identifica un número de pacientes que no fueron tomados como depresivos por otros scores, por lo cual hay varios estudios que no presentan iguales resultados, de lo cual el test de Beck resulta ser el test más específico para diagnosticar depresión. Es posible que un score elevado del Test de Beck pueda ser predictor a futuro de depresiones en pacientes quienes no encontraron un criterio estándar para depresión mayor.220 Neurosis de renta Los resultados de algunos estudios sobre esta afección son los que han hecho dudar de los mismos, creyéndose que se deben a simulación o a una pretensión de indemnización (neurosis de renta, neurosis por accidente, neurosis de compensación por daño) La neurosis de renta es un cuadro descrito en 1908 por Brisaud como parte del síndrome postconmocional y este autor lo define como “Estado mental particular de algunos individuos siniestrados o accidentados, que exageran la impotencia funcional, prolongan anormalmente la incapacidad laboral, acentúan (exageran) las secuelas objetivas, a menudo mínimas, con otras subjetivas y emprenden una actividad paranoide creciente en busca de una indemnización máxima” La neurosis de renta, según se describe, tiene las siguientes características 1. aparece en accidentes viales e industriales o en las personas que tienen un seguro, y en los afectados predomina un interés inusitado por la indemnización 2. rara vez se da en personas normales y es más común en las que tienen un fondo psíquico alterado o en psicopatías previas al traumatismo (personalidad pretraumática) En los conceptos psiquiátricos actuales se tiende a sustituir los nombres de neurosis y psicosis por los de trastornos o desórdenes. Los nuevos manuales de diagnósticos como el DSM IV no emplean la palabra neurosis. Para diagnosticar la supuesta “neurosis de renta” se tiene que: 1. tener antecedentes fehacientes de la personalidad pretraumática 2. una constancia clínica de la exageración de secuelas 3. la insistencia del afectado para ser indemnizado con la mayor cantidad posible de dinero. Si no hay probanza de estos tres elementos no puede hablarse de neurosis de renta basado, por ejemplo, en que el litigante posee una situación económica mala. El signo guión de la llamada neurosis de renta es el reclamo expreso y continuo de una indemnización y la evidencia de simulación o exageración evidente de síntomas y signos. El DSM IV no habla de neurosis de rentas sino de problemas médicos por simulación a los fines de obtener una indemnización.) Miller habla de una “neurosis por accidente”. “Sin embargo, los datos más recientes apoyan el concepto de que estos síntomas tienen una base orgánica, aunque normalmente desaparecen con rapidez; sólo en algunos casos persisten síntomas y aparece 220 Bevacqua, Raúl, Hospital Ramos Mejía, Bs. As., julio 1997 198 Antonio Paolasso – INFORTUNIO Y MEDICINA LABORAL depresión o ansiedad secundaria” “El desarrollo de un síndrome debido a influencias secundarias, ya sean somáticas o motivadas por consideraciones de éxito en un litigio, sólo debería ser objeto de sospechas cuando los síntomas parecen desproporcionados en grado y duración respecto a la gravedad de la lesión o cuando las quejas aparecen de nuevo después de un período de recuperación satisfactoria”.221 La sospecha de simulación o exageración es procedente cuando el quejoso está en litigio: 1. los síntomas referidos no son claros o coherentes, no responden a un algoritmo propio de síntomas postraumáticos de TEC 2. son desproporcionados en grado y duración respecto a la gravedad de la lesión inicial 3. las quejas aparecen de nuevo, después de un comprobado período de recuperación satisfactoria Esto implica que el médico que debe estudiar y comprobar el síndrome postraumático de TEC debe ser debidamente entrenado para ello y conocer a fondo las características de signos y síntomas y su correlación con estudios multicéntricos y bibliografía (investigación de actualización bibliográfica) según postulados de la Medicina de la Evidencia (nueva disciplina médica que obliga a buscar la certeza de un diagnóstico no sólo sobre la base del examen clínico, sino con la correlación etiológica descrita en trabajos de investigación multicéntrica y bibliografía fehaciente y debidamente aceptada como tal). Deben descartarse estudios publicados únicamente por Internet y no avalados por estudios multicéntricos certificados debidamente. Esto deja de lado a la impericia médica de errar un diagnóstico o aceptar la simulación o exageración de síntomas sin la debida comprobación. La estimación de existencia de un problema basado en el interés de litigar por indemnización del daño sin fundamentos patológicos puede deberse a un desconocimiento médico del síndrome postraumático del TEC. “Nuestra conclusión es que el daño que acarrean y los síntomas que subsiguientemente se sufren después de traumatismo craneales leves con frecuencia se subestiman. A ello contribuyen varios factores. Uno es que muchos de los médicos de hospital que tratan a pacientes con lesiones leves no están al día de los estudios realizados en este campo, y en cualquier caso no están acostumbrados a hacer frente a las quejas, principalmente subjetivas, que constituyen el rasgo característico de incapacidad persistente en estos pacientes. Por otra parte, los que están acostumbrados a tratar casos graves de traumatismo craneal suelen considerar al paciente cuya contusión es leve, como afortunado por haber escapado a una lesión grave, lo cual constituye una comparación de escaso significado para el paciente. Parece existir grandes dudas de que los síntomas de estos pacientes pueden intensificarse y prolongarse porque sus médicos no prestan la debida atención”.222 Obviamente, si los médicos “no prestan la debida atención” habrá diagnóstico errado y tratamiento indebido o ausencia de tratamiento. El Baremo Oficial, recomendado por el decreto 1278/2000 y su agregado 410/01 para patologías no evaluadas por la Tabla de Incapacidades Ley 24557, Dcto. 459/96, establece que la neurosis de rentas posee tres estadios o grados según su gravedad: 1. Leve o Grado I: síndrome postconmocional, por traumatismos leves, en caracteropatía histérica o “necesitada de estima” de K. Schneider, personalidades psicopáticas y débiles mentales leves o disarmónicos. El comportamiento general frente a las pruebas patológicas muestra a modo de ejemplo: test de Bender: distorsión, perseveración, sustitución de puntos por líneas, inversión, omisión, algunas figuras “fuera del contexto esperado” según los antecedentes médicos y la personalidad de base: el tiempo se halla lentificado, no correspondiéndose con el ritmo del pensamiento, etc. Test de Rorschach: evitación de 221 Brian Jennet y Graham Teasdale - DIAGNÓSTICO Y TRATAMIENTO DE LOS TRAUMATISMOS CRANEOENCEFÁLICOS: 280, Editorial Salvat, Barcelona, 1986 222 Brian Jennet y Graham Teasdale, op. cit 199 Antonio Paolasso – INFORTUNIO Y MEDICINA LABORAL respuestas populares y/o reticencia en las láminas III-IV-VIII-X u otras (las que deberán ser encuestadas), que no condicen con la sintomatología que aduce ni el juicio de realidad, que se encuentra conservado. Las respuestas suelen ser arbitrarias, no concordando con lo percibido ni con ningún otro cuadro clínico. Test PMK: inhibición, expansión, evitación en los lineogramas, discordante con las perturbaciones afectivas reales y compatible con psicopatías constitucionales, etc. La actitud frente a los entrevistadores es siempre patética, ya sea expresiva, florida o de aparente inhibición, es coherente con el terreno de personalidad anterior, influenciable, susceptible de mejoría con los cambios ambientales, y proporcional al grado de beneficio secundario. Incapacidad: 0% 2. Moderada o grado II: el terreno es siempre una personalidad anormal, más frecuente en caracteropatías como los “necesitados de estima” e “inseguros de sí mismos” de K. Schneider. En éstos puede haberse injertado alguna situación vital previa, que el traumatismo puso de manifiesto, una “vivencia de pánico agudo” por el accidente o factores iatrogénicos en el período inmediato de atención. Incapacidad: 5 a 10% 3. Severa reversible o grado III: en personalidades anormales severas, marcadamente paranoides, depresivas o hipocondríacas pueden desarrollarse la “psiconeurosis emotiva de Dupré” con fobias y obsesiones o reacciones vivenciales anormales paranoides, “pasibles de curación” con tratamiento adecuado. La evolución hacia una psicosis duradera, propia de personalidades litigantes, una neurosis grave o un síndrome “neurasténico hipocondríaco depresivo” grave o irreversible. Incapacidad: 30 a 40% DISTRÉS Y CONTAMINACIÓN ELECTROMAGNÉTICA Contaminación electromagnética Entenderemos por contaminación electromagnética a la llamada contaminación electromagnética o de campos magnéticos, tanto naturales como artificiales. A pesar de que algunos autores le llaman smog eléctrico y la generalidad contaminación electromagnética, en realidad es contaminación por campo magnético propiamente dicho. Por que “estrictamente hablando no hay campos electromagnéticos sino un efecto de fuerza electromagnética que es la suma de un campo eléctrico y un campo magnético. La potencia del campo eléctrico se mide en voltios por metro, mientras que la densidad del flujo magnético que induce un campo magnético, se mide en Teslas”.223 Hasta 1950, la Física Biológica (ciencia que estudia los efectos de los fenómenos físicos en los seres vivos), distinguía dos tipos de radiaciones: a) radiación ondulatoria electromagnética referida principalmente a los campos magnéticos generados por emisoras de corrientes alternas y ondas radiofónicas (cortas, medianas y largas), a las que se agregaba el espectro de la luz solar (rayos infrarrojos, de luz visible y ultravioletas) (rayos visibles e invisibles). b) radiación corpuscular: originada en fuentes de emisión de corpúsculos libres o partículas materiales en movimiento: rayos alfa, beta y gamma; radiación Roentgeniana (Rayos X) y cuerpos radiactivos (uranio, radioisótopos, bomba atómica y similares)224 Pero a partir de esa década, los conocimientos físicos aplicados hasta entonces en el área militar, como era el radar (microondas), son llevados a las áreas industriales y juntamente con la aplicación de tubos de rayos catódicos y otros avances tecnológicos, a manera de “boom”, aparecen la televisión, los hornos 223 Bengt Knave - LAS CONSECUENCIAS DE LOS CAMPOS ELÉCTRICOS Y MAGNÉTICOS EN LA SALUD, Salud Ocupacional, diciembre 1995 224 Wernicke CURSO DE FÍSICA BIOLÓGICA, 1955 200 Antonio Paolasso – INFORTUNIO Y MEDICINA LABORAL microondas, la luz fluorescente y otras aplicaciones de tecnología avanzada, como la comunicación satelital. A partir de la década del 70 el mercado se inunda con televisores y asoman las computadoras personales (PC). Con el origen de las computadoras, se inicia la llama “era de las pantallas”. Paralelamente se propaga la comunicación satelital y empiezan a sumarse a las antenas de televisión y radio, las antenas satelitales y de microondas. Finalmente aparecen los artefactos inalámbricos y se popularizan los micrófonos, teléfonos, etc. hasta que en la década del 90 surge el teléfono celular. La industria de electrodomésticos inunda las áreas residenciales, industriales, comerciales y administrativas y el área urbana ocupa más del 95% de su superficie con miles de millones de artefactos eléctricos que trabajan con la radiación electromagnética. En el comienzo del siglo XXI, contamos con edificios totalmente computarizados, y esta computarización abarca el área residencial, comercial, industrial, militar, gubernamental, es decir, prácticamente todo lo que el hombre actual maneja. La demanda de energía eléctrica creció en forma geométrica y esto obliga al tendido de líneas de alta tensión interconectadas que pasan por áreas rurales y urbanas, en apretadas redes. Junto al crecimiento del uso de artefactos que generaban radiación electromagnética (EM), comienzan a conocerse comunicaciones aisladas o denuncias personales, de alteraciones sufridas por el cuerpo humano, en personas que estaban trabajando muchas horas con estos aparatos generadores de radiación EM, o, especialmente, en los moradores que residían bajo o hasta un radio menor de l50 metros de torres y redes o tendidos de líneas de alta tensión que llevan o superan los 100.000 voltios o 700.000 vatios.225 Se perfeccionan nuevos “detectores de radiación” en diferentes rangos y grados de sensibilidad, para medir con precisión la contaminación electromagnética. Pero, salvo los efectos de la luz visible por sus rayos infrarrojos y ultravioletas, no se conocían efectos de las radiaciones electromagnéticas no ionizantes, sobre todo, la de origen artificial. Esta radiación, motivo de este estudio, aparecerá con la proliferación desmedida del uso eléctrico y de artefactos eléctricos que generan campos electromagnéticos no ionizantes. Los primeros estudios fueron en la década del 60 en la Unión Soviética y en las décadas del 70 al 80 en Estados Unidos se conformaron otras investigaciones. En lo que va de la década del 80 al 90, desde países escandinavos y europeos, se efectúan estudios más normalizados sobre los efectos nocivos de la radiación electromagnética no ionizante artificial. Probablemente existen variables en cada investigación que llevan a conclusiones aparentemente contradictorias. Esas variables pueden ser: tamaño y tipo de población estudiada; diferencias en los campos electromagnéticos, particularmente de los estudios a “cielo abierto”, ya que en ellos intervienen las variables meteoropáticas. Finalmente deben considerarse factores personales como la sensibilidad a la electricidad, que luego estudiaremos. De todos modos no hay dudas sobre los puntos siguientes: La contaminación electromagnética artificial existe y va en aumento Es nociva para la salud de humanos y animales se superpone y potencia a otras contaminaciones. 225 Estas observaciones y fenómenos se presentaban en forma errática como efectos estocásticos (debidos al azar) y muchos de ellos ofertaron hallazgos que por su naturaleza debían considerarse como serendepidad (“suerte para hallar cosas valiosas por accidente o azar”) La palabra inglesa serendepity, que el español adecuó como serendepia o serendepidad fue acuñada por el británico Horace Walpole. Con ella se alude, sobre todo en investigación, a los hallazgos de respuestas a enigmas, o de documentaciones importantes, que se hacen en forma aparentemente casual. De todos modos, despiertan el interés en muchos países para ser estudiados y así diferentes grupos de investigadores comienzan a realizar estudios en diferentes sectores (trabajadores que manipulan electricidad y artefactos que generan campos electromagnéticos, sectores que residen en la vecindad de las líneas de alta tensión, usos de electrodomésticos, etc.) 201 Antonio Paolasso – INFORTUNIO Y MEDICINA LABORAL Naturaleza de las ondas EM Las ondas electromagnéticas propiamente dichas, son originadas por los circuitos que conducen corrientes oscilantes (campo eléctrico cambiante) de alta frecuencia y que radian energía en forma de dos campos: uno eléctrico y otro magnético, tendiendo cada uno de ellos a mantener al otro. Asimismo, un campo magnético cambiante da lugar a la formación de un campo eléctrico. La radiación EM consiste en ondas electromagnéticas que viajan a velocidad luz (300 Km./seg.). La relación entre onda EM y luz la establece Maxwell diciendo que ambas eran de la misma naturaleza (teoría Maxwell). Esta teoría es confirmada experimentalmente por Hertz y sus experimentos facilitarán la aparición de la radio y la televisión. Por esto, a las ondas EM se les llama también ondas hertzianas, que se clasifican en: 1. macroondas: (longitud entre 2.000 a 50 metros) que se subdividen ondas cortas, largas e intermedias (ondas RF = radiofónicas) 2. microondas: (longitud entre 30 cm. a 1 mm.) 3. ondas de luz: infrarrojos, visible, ultravioleta. 4. ondas ionizantes: Rayos X, gamma y otros. Según el espectro de la radiación EM, las radiaciones de los campos eléctricos y magnéticos son de baja frecuencia. Sabemos que con frecuencia baja y longitud de onda mayor de 200 nm, hay radiación no ionizante. Efectos biológicos de las radiaciones EM ¿Cómo actúan las radiaciones EM en el hombre? Un campo eléctrico induce corrientes en el cuerpo humano de mayor intensidad que la generada en un campo magnético. El campo magnético induce una corriente aún más débil que la actividad bioeléctrica normal generada en los tejidos y células nerviosas y musculares, especialmente en el cerebro y músculo cardíaco. A esta inducción de corrientes por campos eléctricos y magnéticos se suman los efectos ionizantes y no ionizantes descriptos. Cuando se crea un campo magnético, la inducción de un campo se mide en el Sistema Internacional de Unidades (SI) como Tesla (T), siendo el valor de un Tesla igual a 100.000 G.226 El SI es el aplicado en la práctica para el estudio de las radiaciones magnéticas y sus efectos en la salud del cuerpo humano, en su acción patológica. Las subunidades del T son: el miliTesla (mT), el microTesla ( T) y nanoTesla (nT). ¿Cuales serían los mecanismos de acción de las radiaciones no ionizantes?. De lo expuesto anteriormente, hay mecanismos bien comprobados como son: efecto térmico: la energía fotónica produce un efecto térmico importante que a su vez es mecanismo de un efecto secuelar: la coagulación proteica. La alteración proteica por coagulación desnaturaliza las proteínas que a su vez, según las teorías no comprobadas de algunos investigadores, estas proteínas desnaturalizadas podrían ocasionar por dos circunstancias: proteínas desnaturalizadas exógenas (las cocinadas en hornos microondas y/o las proteínas de las propias células radiadas en el cuerpo humano.) formación intratisular de cristales de magnetita: esto es un hallazgo por azar y aún no se conoce una significación patológica exacta, pero teóricamente la formación de cristales en los tejidos 226 Galloni - FÍSICA, 1985 202 Antonio Paolasso – INFORTUNIO Y MEDICINA LABORAL provoca inflamación y otras alteraciones. La formación de cristales en el oído interno puede alterar la mecánica del equilibrio (mareos) y la alteración de la cóclea (hipoacusias). Alteración psicomental y neuroendocrina: está comprobada la acción de las radiaciones EM como estimulantes para la secreción de catecolaminas, ACTH, serotonina e histamina (hormonas del estrés y la alergia), como asimismo la disminución de la melatonina nocturna. Estas disfunciones de la secreción neuroendocrina provocan efectos en el S.N.C y en el SNP o autónomo, responsables de los síndromes neurovegetativos y neuroconductuales y de la desincronización de los “relojes internos”. alteración del sistema inmunológico: la alteración leucocitaria y dentro de ella particularmente la linfocitaria, traen aparejados cambios fisiopatológicos de la defensa inmunológica y de la serie blanca, que pueden ser la causa de discrasias sanguíneas (leucemia) y tumores linfáticos. defectos en la síntesis de ADN y ARN. Estos mecanismos interjuegan un rol importante para provocar estos defectos celulares oncogénicos: 1. cambios en la superficie celular y de su membrana, afectando receptores y el transporte de iones de calcio 2. interrupción de la comunicación celular 3. la modulación del crecimiento celular 4. la activación de secuencias específicas de genes por la trascripción modulada de ARN 5. la modulación de la actividad de decarboxylasa ornitina 6. posible interrupción del control antitumoral del sistema hormonal e inmune. Últimamente llama la atención de los investigadores la depresión de la melatonina, la que se ha denomina “pista de la melatonina”. En animales se ha estudiado un efecto oncostático de esta hormona. Es también un importante eliminador de radical hidroxilo, el cual daña el ADN. Luego la disminución de la melatonina favorecía la oncogénesis y haría más sensible el ADN al ataque oxidante del radical hidroxilo. (Knave). De todos estos elementos nosotros rescatamos la acción neuroendocrina de las radiaciones EM que es la que tiene relación con el estrés, especialmente el estrés crónico y como veremos más adelante con el llamado “tecnoestrés”. Factores de riesgos para la contaminación EM Se han comprobado como factores de riesgo para los efectos nocivos de la contaminación EM, a los siguientes: 1. edad: son más afectados los grupos etarios extremos (especialmente niñez) 2. ocupación: son más afectadas las ocupaciones o profesiones que están en contacto directo con artefactos eléctricos o trabajan con electricidad, particularmente de alto voltaje (“profesiones eléctricas”) 3. sexo: es más afectado el sexo femenino 4. tiempo de exposición: existe una relación proporcional directa entre riesgo y tiempo de exposición: a mayor tiempo, mayor riesgo y viceversa. 203 Antonio Paolasso – INFORTUNIO Y MEDICINA LABORAL 5. estado metabólico previo: por regla general, los efectos de agentes físicos sobre el organismo, se toleran mejor durante la fase de reposo en la que el anabolismo supera al catabolismo, en un metabolismo globalmente lentificado.227 6. fuentes contaminantes: en las fuentes contaminantes el riesgo estará con relación a los siguientes factores: si son residenciales u ocupacionales, la cantidad de las mismas y la proximidad entre sí, el uso simultáneo de las mismas en un mismo ambiente (sumación de fuentes), la proximidad a las mismas y la calidad de contaminación (ionizante o no ionizante). 7. condiciones ambientales previas: si en el medio ambiente hay factores de contaminación ambiental natural o artificial que potencien la contaminación EM 8. ritmo circadiano: es importante los factores luz / sombras en los efectos de la contaminación EM, por que, por ejemplo, la luz favorece el daño por IR y UV. La sombra exige el uso de luz artificial y, por ejemplo, si la misma es fluorescente se aumenta el riesgo de acción UV. El sueño (reposo) da menor riesgo que la actividad. 9. superación de los límites de radiación-exposición 10. hipersensibilidad a la electricidad (alergia a la electricidad): reacción de sensibilidad personal que luego estudiaremos. 11. estado de estrés previo Condiciones de la situación ambiental que favorecen la contaminación EM En el entorno habitual del biotipo humano, hay una contaminación natural y una contaminación artificial. La contaminación natural proviene de agentes físicos que dependen de las variaciones, suficientemente intensas, en los parámetros habituales del biotipo humano. Entre estos agentes encontramos: un flujo energético, básicamente solar, caracterizado por luz visible, rayos infrarrojos, ultravioletas y radiaciones ionizantes (radiaciones cósmicas) un campo gravitatorio dado por el desplazamiento de la masa terrestre alrededor de su eje y del sol. Este campo es de naturaleza magnética, que asegura la coherencia de los elementos terrestres, afecta a los seres vivos y permite la existencia de una atmósfera favorable a la biogénesis y al desarrollo de fenómenos biológicos. las variaciones atmosféricas o ritmo cosmoclimático que determinan la climatología. Las variaciones irregulares, naturales y caóticas del clima se manifiestan en las variaciones del estado del tiempo, que determinan la meteorología. Todos estos agentes físicos adquieren poder patógeno a través de las variaciones de la iluminación, temperatura, ionización, presión atmosférica global y presiones parciales de oxígeno o vapor de agua (humedad). La contaminación artificial, mucho más importante que la natural desde el punto de vista fisiopatológico, es originada por las actividades del hombre a través de: la tecnología que permite al hombre desplazarse en el espacio físico y variar bruscamente de longitud o de latitud geográficas, variando también en forma brusca, el horario solar y la sucesión de estaciones (síndrome del jet). La variación de altura o altitud a través del montañismo, la aeronavegación o el submarinismo. Asimismo la tecnología introduce la comunicación satelital y la radiofónica y telefonía celular operada por microondas a través 227 Battestini Pons ENFERMEDADES POR AGENTES FÍSICOS, Sección 19 de MEDICINA INTERNA de FarrerasRozman, 1995 204 Antonio Paolasso – INFORTUNIO Y MEDICINA LABORAL de antenas monumentales que contaminan el ambiente y son fuentes de trastornos psicofísicos por la “radiación microonda”. la actividad industrial añade agentes químicos y físicos potencialmente patológicos que provocan smog, poluciones térmica, lumínica, radiactiva, acústica y electromagnética, por exceso de cargas eléctricas o de fuentes de radiaciones. los vehículos actuales sean aéreos o terrestres que, además de la contaminación que surge de sus motores, pueden desplazarse a grandes velocidades y así pasan de la supergravedad a la microgravedad y de las aceleraciones angulares a desaceleraciones instantáneas, según sea aeronavegación espacial o militar, de un bólido de Fórmula 1, una motocicleta o de un modesto viaje en autopista. Esta contaminación artificial causa “estado de estrés”228 lo que se manifiesta por alteraciones del sueño, descompensaciones cardiovasculares (arritmia, hipertensión arterial), alteraciones gastrointestinales (dispepsias gástrica, intestinales o gastrointestinales, gastritis, etc.), alteraciones del aparato respiratorio (disnea, exacerbación de las alergias respiratorias tanto de las vías respiratorias altas como el asma), alteraciones del sistema nervioso (agitación excitación, molestias psicofísicas, mareos o vértigos, cefaleas, etc.). Los agentes físicos, a pesar de su carácter de externos, inducen cambios de índole bioquímica y fenómenos fisiopatológicos, debido a su frecuencia e intensidad (Battestini Pons). De esta forma una contaminación natural por luz visible, infrarrojos o ultravioletas, debido al “agujero del ozono” provocado por la acumulación de gases artificiales en la atmósfera, ha determinado un “efecto invernadero” que aumenta la temperatura ambiental con un calor mayor. A determinadas horas del día (de l3 a l8 PM) en que la intensidad solar es mayor, en el verano la temperatura puede elevarse tanto que se torna bochornosa e intolerable. El efecto más común de la hipertermia meteorológica es el “golpe de calor” y la deshidratación (que puede causar el “calambre por calor” o el “colapso por calor”). Pero la luz solar visible también actúa a través de rayos UV, con efectos nocivos y una exposición prolongada a ella, en determinados horarios (de 11 AM a 17 PM) y provoca un estrés físico: 1. trastornos visuales: los rayos UV afectan la conjuntiva, la retina y el cristalino, provocando conjuntivitis, queratoconjuntivitis, retinitis y cataratas. La luz reflejada aumenta la acción UV y así, por ejemplo, si la reflección es en la nieve, produce la queratoconjuntivitis actínica. La exposición crónica y agresiva a radiación UV de determinada potencia, puede producir pterigión y carcinoma epidermoide de conjuntiva. 2. trastornos de piel: en la piel la radiación UV provoca desplazamiento de melanina (hiperpigmentación), reacción de fotosensibilidad y deshidratación. Los efectos térmicos o de calor de rayos UV producen coagulación proteínica y necrosis tisular con efectos agudos al comienzo (“quemadura o eritema solar”) y con exposición reiterada o crónica, da “envejecimiento acelerado de la piel” con pérdida de la elasticidad que lleva a la formación de pliegues (arrugas), hiperpigmentación que da manchas melánicas (pecas), telangiectasias y, finalmente, cáncer de piel. Otros trastornos por luz visible son los trastornos cronobiológicos o alteración del ritmo circadiano, debido a cambios que provocan alteración de la alternancia luz / oscuridad y en este concepto están las depresiones estacionales (invernales y estivales), desajustes del ritmo sueño-vigilia, trastornos por trabajo de turnos rotados y el síndrome de los husos horarios (jet lag). En nuestro caso particular, hemos hecho una observación personal sobre 200 empleados administrativos de la Municipalidad de la Ciudad de Mendoza, que trabajaban exclusivamente con luz fluorescente (luz blanca fría). En 1981, el Departamento de Sanidad, 228 El estado de estrés opera como todos los períodos de estado de una enfermedad, la cual ya está instalada con todos el cortejo de síntomas y signos y éstos se reiteran o recidivan crónicamente. 205 Antonio Paolasso – INFORTUNIO Y MEDICINA LABORAL encargado de la salud ocupacional de empleados y obreros, comenzó a recibir consultas por conjuntivitis crónicas y molestias psicofísicas (fatiga, hipersomnia, cefalea, irritabilidad o agresividad) en empleados que trabajaban con luz fluorescente en jornada de 7 hs. diarias (de 7 a l4 hs.). Se comprobaron 40 casos de empleados administrativos, 12 casos de personal nocturno (serenos, maestranza, seguridad) y 26 casos de empleados del centro de cómputos. Se estudiaron factores de riesgos como ser conflictos interpersonales, estrés no laboral, ingesta en la jornada de trabajo, hábitos tóxicos, patologías preexistentes. Descartados los factores de riesgos (se corrigieron hábitos tóxicos de tabaquismo y cafeinismo, ingesta de grasas e ingesta excesiva de hidratos de carbono tales como golosinas, facturas, frutas, lácteos, consumo de azúcar común excesivo, relaciones conflictivas) y no hubo gran mejoría ni disminución de casos (menos del 6%). En forma azarosa se averiguó (por anamnesis) que los síntomas y signos cedían al terminar la jornada laboral y recidivaban en la jornada siguiente, sobre todo al promediar la misma. Entonces se comenzó una rotación de personal. Los que fueron a oficinas con luz natural o mezcla de luz natural y artificial, mejoraron sensiblemente y en un 69% de casos cedió completamente. Los empleados que siguieron con predominio de luz fluorescente, atenuaron muy poco el síndrome. Al proponer colocar tubos de luz mezcla (luz amarillenta) o tratar de arbitrar medios para que se mezclase luz natural con artificial, los cuadros cedieron sensiblemente. Nosotros llamamos a este cuadro “síndrome del estrés UV del oficinista”. Los empleados del centro de cómputos y otras áreas que usaban aire acondicionado, agregaron al síndrome, hipertensión arterial (8 casos) y trastornos obstructivos de las vías respiratorias superiores (rinitis, faringitis, laringitis, traqueítis o la combinación de estos cuadros). El “síndrome UV” se agravó cuando se instalaron terminales de pantallas de vídeo y se agregaban otros síntomas, que años después fueron estudiados como “síndromes de las terminales de pantallas de videos” pero que en esa época no se habían difundido los estudios sobre el particular. 229 Contaminación eléctrica La electricidad, dentro de la contaminación EM, actúa a través de dos mecanismos: 1. acumulación de cargas estáticas, es decir, acumulación inmóvil de simples electrones o de núcleos rodeados por órbitas incompletas (iones) 2. corriente eléctrica propiamente dicha o flujo de electrones. El organismo humano puede ser afectado por dos tipos de corrientes eléctricas: corriente eléctrica natural que actúa como acumulación de cargas estáticas en el ambiente por fenómenos meteoropáticos (vientos secos y calientes), polvo ambiental, humedad o bien provenientes de frentes tormentosos que luego provocarán relámpagos y rayos corriente eléctrica artificial, representada por torres y tendidos de cables de alta tensión o el uso excesivo de electrodomésticos y que también pueden actuar por acumulación de carga estática iónica o bien, por descarga directa (golpe de electricidad), cuya gravedad variará según sea corriente residencial (bajo voltaje) de alta tensión. ¿Cómo actúa la acumulación de carga estática o sobrecarga iónica?. Los iones ambientales de las cargas estáticas pueden ser iones positivos (cationes) o iones negativos (aniones). La acumulación excesiva de esos iones pueden generar una sobrecarga catiónica o una sobrecarga aniónica. La sobrecarga catiónica aumenta con el aire acondicionado, moquetas con fibras artificiales, pantallas de TV u otros videos, otras 229 Nuestra observación personal llevó a publicar en 1982 el trabajo CONTAMINACIÓN ELECTROMAGNÉTICA ACCIÓN NOCIVA en la Revista de la Cruz Roja - Filial Mendoza. 206 Antonio Paolasso – INFORTUNIO Y MEDICINA LABORAL fuentes de electricidad estática, el smog que lleva iones positivos (humos y gases industriales) y elementos naturales como los vientos secos y calientes, polvo ambiental o polvo del desierto, hipertermia meteorológica, estados previos a frentes tormentosos. Según la Escuela de Salman estos cationes provocan alteración de los neurotransmisores, especialmente serotonina e histamina, incrementando su descarga a un nivel de sinapsis y torrentes sanguíneos y esas descargas generan una auténtica cascada de reacciones bioquímicas que abarcan desde un aumento de la agregación plaquetaria, discrasias sanguíneas, hasta espasmos de la musculatura lisa vascular, bronquial, intestinal o de vías urinarias. Por otro lado, determinan reacciones psíquicas diversas, en las que predominan los estados depresivos. Algunos de los síntomas que provoca la sobrecarga catiónica son: malestar general, cansancio, migraña, congestión laríngea e hipoxia renal y hepática (riesgos de esteatosis) (Battestini Pons). Por este mecanismo de alteración de los neurotransmisores es el punto principal que sustenta el fenómeno observado de cómo la radiación EM causa o predispone al estrés. Este estrés puede ser estrés agudo si las condiciones de contaminación son muy violentas y duran poco, o puede ser estrés crónico si la radiación no es de gran magnitud pero dura un tiempo determinado, generalmente prolongado. La sobrecarga aniónica está representada por aniones del tipo oxiones que están relacionados con el oxígeno monoatómico que se desprende de la fotosíntesis vegetal o después de la descarga de una tormenta (efecto ozono). Estos oxiones actúan estimulando la corteza suprarrenal y determinando un aumento en la descarga de catecolaminas, principalmente noradrenalina y, por otro lado, potencia los procesos oxidativos. Luego, tienen acciones broncodilatadoras que alivian procesos obstructivos pulmonares (asma, bronquitis, alergias) porque restaura la ventilación pulmonar por mecanismo de broncodilatación y activación de cilias respiratorias. Además deprimen la secreción de serotonina e histamina y otras secreciones endocrinas. Regulan el sistema neurovegetativo dando predominio al tono vagal produciendo bradicardia y regulación de la presión arterial. De esta forma también resuelven trastornos funcionales (HTA, disendocrinias, ansiedad, cefaleas, miopatías, dispepsias) y trastornos orgánicos (cicatrización de heridas). En la esfera psíquica dan sensación de euforia lo que mejora el humor, levanta el ánimo, produce mayor rendimiento laboral y da efectos de sedación. Para producir los efectos biológicos en el hombre, los oxiones alcanzan las estructuras neurológicas a través del bulbo olfatorio (pasaje directo) o bien atravesando la membrana alveolocapilar y alcanzando la circulación general. Los oxiones aumentan en determinados microclimas (efecto Lenard), como lluvias, cascadas, surtidores de agua, oleaje y mares. Disminuyen con la polución atmosférica y el aumento de electricidad estática (sobrecarga estática). El mecanismo de acción, entonces, de la acumulación de iones en la sobrecarga estática, es a través del sistema neurovegetativo y endocrino, ambos regulados por catecolaminas, serotonina, histamina, ACTH y melatonina, estos dos últimos elementos también alterados por la sobrecarga iónica. Esta particular acción es lo que ensambla a la contaminación EM directamente con el estrés. Por este mecanismo la contaminación EM se suma a la larga lista de agentes estresores. Pero por otro lado, la acción de los oxiones posibilita usar un “factor antiestrés” puesto en práctica con el uso de aparatos ionizadores de ambientes, que producen los oxiones necesarios para disminuir o anular un estado de estrés. Con este estudio de las radiaciones EM y la contaminación EM sabemos que de acuerdo a la modalidad o naturaleza de esas radiaciones, la acción sobre el estrés puede ser positiva o negativa, pero de ninguna manera es posible negar que la contaminación EM tiene efectos sobre el estrés. Fenómeno de “efectos diferidos” Battestini Pons, estudiando al fenómeno de atracción de cargas estáticas que esos campos magnéticos generan y forman auténticas nubes de gases ionizados, con predominio de cargas positivas, que 207 Antonio Paolasso – INFORTUNIO Y MEDICINA LABORAL pueden superponerse o no a elementos meteoropáticos crónicos, describe lo que llama “efectos diferidos” (otros autores lo consideran efectos tardíos) que se refieren a los efectos nocivos sobre la salud humana. En relación con estos efectos y fenómenos se realizaron diversos estudios en diferentes países que detallaremos a continuación. Estudio Marino: a fines de la década del 70, Andrew Marino230 realizó un estudio, remedando en el laboratorio las condiciones de contaminación electromagnética que generan campos magnéticos, como ocurre con las líneas de alta tensión, y los aplicó a seres humanos voluntarios. El estudio Marino comprobó las siguientes reacciones en las personas: a) sensaciones subjetivas: hormigueos (parestesia), inquietud o nerviosismo, agotamiento físico y nervioso, cefalea, somnolencia (hipersomnia) b) alteraciones orgánicas específicas: 1. cambios hematológicos en la composición de la sangre y leucocitosis en un 50% por encima de los valores normales 2. arritmias cardíacas 3. hipertensión arterial 4. disfunción sexual 5. erección del cabello o vello de la piel (“piel de gallina”). Estudio Suecia: en la década del 80 los suecos estudiaron fenómenos que se daban en operadores de terminales de pantallas de vídeo, en los que se encontraron síntomas moderados no específicos de piel. Estudiando estas enfermedades de la piel, se encontraron factores de riesgos tales como el sexo (predominaban en el femenino), carga laboral y factores psicosociales. La medición de campos eléctricos dio valores más altos en los lugares en que se daban estos casos de enfermedad. Desde 1990 se estudió un grupo reducido de operadores de terminales de pantallas de vídeo que presentaban síntomas más severos de piel, pero combinados con afectación del sistema nervioso, órganos de los sentidos, tracto respiratorio superior, tracto gastrointestinal y otros órganos. Estos mismos síntomas fueron encontrados por los suecos, además de los operadores de terminales de pantallas de vídeo, en gente que habitaba en vecindad a líneas de distribución de energía eléctrica de alto voltaje y, a veces, en campos generados por motores y máquinas eléctricas, electrodomésticos y similares. Según folleto de la Powertronics la tensión de la red aérea de los trolebuses oscila entre 400 a 700 Vcc. con un valor promedio de 600 Vcc. Es decir que los conductores de trolebuses, además de la exposición a motores eléctricos (los que pueden estar trabajando con corrientes eléctricas de 220 Vcc o más) están expuesto indirectamente a la alta tensión de la red de distribución y directamente a la contaminación de los motores eléctricos descriptos por los diferentes investigadores de la contaminación electromagnética (EM) en los trabajadores con equipos electromagnéticos. Estos factores se potencian con la contaminación o polución ambiental que pueden sumar factores meteorológicos (vientos, humedad, radiaciones), gases de caños de escapes, otras fuentes de contaminación electromagnética (líneas de alto voltaje, uso de motores electromagnéticos, como ocurre con equipos que realizan trabajos en la vía pública, etc.). Los hipersensibles a la electricidad que conducen trolebuses pueden ser afectados de: trastornos del ánimo (depresión), trastornos cardiovasculares (HTA), discrasias sanguíneas, etc. Pero los conductores de trole también están expuestos a otros factores distresantes no electromagnéticos, que anteriormente hemos estudiados (estrés físico por rotación exagerada de columna lumbar por el uso del volante, posición sedente prolongada, tensión por el tránsito anómalo o desorganizado, interrelaciones personales conflictivas con pasajeros, compañeros de trabajo o supervisores de la empresa, etc.) En estas circunstancias, los mismos afectados por estos fenómenos, auto definieron su condición como 230 biofísico del Centro Médico de la División de Ex-Combatientes, Syracuse, Nueva York, Estados Unidos 208 Antonio Paolasso – INFORTUNIO Y MEDICINA LABORAL de “hipersensibles a la electricidad” y las condiciones que provocaban esos signos y síntomas tienen el denominador común de cercanía a elementos eléctricos. El síndrome de hipersensibilidad a la electricidad abarca los siguientes signos y síntomas: trastornos difusos de piel, principalmente en la cara: enrojecimiento, rubor, calor, sensación de escozor (picaduras), dolor, tirantez, hormigueos (parestesias) trastornos del sistema nervioso: cefalea, vértigo, fatiga, debilidad, escozor o picadura en las extremidades (acroparestesia), falta de aliento o disnea, palpitaciones, sudor profuso trastornos neuroconductuales: depresión, dificultades en la memoria. Distrés mental Si bien se le ha llamado “hipersensibilidad a la electricidad”, su origen es más polifactorial, es decir, puede deberse tanto a campos eléctricos como magnéticos y a condiciones especiales personales, dado que esos hipersensibles poseen niveles mayores de “hormonas del estrés”, que las personas testigos o no sensibles a la electricidad. A este fenómeno de exceso hormonal se le denominó “tecnostress” (“tecnoestrés” o estrés de la tecnología) y es propio en operadores de terminales de pantallas de vídeo. La hipersensibilidad a la electricidad es un fenómeno recientemente descrito a partir de 1986. Estos efectos encontrados en forma azarosa en estudios empíricos fuera de laboratorios, llevaron a los investigadores a realizar experiencias pautadas en laboratorios, con personas voluntarias, totalmente sanos y con niveles hormonales normales en todas sus hormonas. Estas personas recibieron una exposición combinada de un campo eléctrico (9 Kv . m-1) y de un campo magnético (20 T). Los resultados de estas experiencias fue la producción de los siguientes cambios fisiológicos: disminución del ritmo cardíaco (bradicardia) cambios en los componentes últimos electroencefalográficos). de potenciales cerebrales (cambios Estudio Adey: Los fenómenos provocados por la radiación en los ritmos circadianos fueron analizados, en parte, por W. Ros Adey.231 Este investigador realizó un experimento cronobiológico con monos.232 Según la teoría Adey, los ritmos biológicos están sincronizados con el campo magnético natural creado por la Tierra y otros campos naturales, factores que también varían cíclica y rítmicamente durante las 24 horas del día, obligando al organismo a adecuar en forma continua y permanente, los relojes internos. Los fotobiólogos han llamado a este nuevo tipo de estrés tensión lumínica, en la que actuaría el “mecanismo de 231 en el Instituto de Investigación Central de la Universidad de California, Los Ángeles, EE.UU. 1973 La Cronobiología es una ciencia auxiliar de la Medicina que estudia los procesos rítmicos que presentan una periodicidad diaria (ritmo circadiano) y que regula las funciones corporales en general, pero especialmente estudia la actividad psíquica, cardiaca, estudios de vigilia y sueño, sentido del transcurso del tiempo (distinción entre día y noche), la presión arterial, la temperatura corporal y el metabolismo. Todo esto configura el biorritmo (ritmo biológico) que se ajusta a un reloj o cronómetro interior (“relojes internos”) para regular los ritmos circadianos (ritmo propio o “tempo” de cada función que en el conjunto trabaja coordinada y coherentemente para mantener la armonía o equilibrio funcional orgánico conocido como homeostasis). Estos “relojes internos” marcan la sucesión temporal durante las 24 horas del día y constituyen una especie de “sentido del tiempo” que indica la vigilia diurna, el reposo nocturno y regulan el despertar, los estados de vigilia y otros procesos unidos al tiempo biológico. Los fotobiólogos alemanes consideran a la luz eléctrica artificial como un nuevo tipo de estrés capaz de producir en el organismo humano cambios iguales o mayores a los que provoca el estrés psicofísico al alterar la armonía, equilibrio y sincronización de los “cronómetros biológicos internos”. 232 209 Antonio Paolasso – INFORTUNIO Y MEDICINA LABORAL las hormonas del estrés”. Adey experimentando en laboratorio con monos, reprodujo una atmósfera con sobrecarga eléctrica adecuada y observó que los monos expuestos sufrían: alteraciones del comportamiento (alteraciones neuroconductuales) cambios en los ritmos circadianos. Por lo tanto, de acuerdo a sus experimentos, postuló para su teoría, que las radiaciones parásitas de fuentes de contaminación EM artificiales constituyen un subcampo magnético artificial dentro del campo natural y trastocan a ese magnetismo natural, induciendo trastornos funcionales en los organismos animales, incluyendo al hombre. La cronificación de esos disfuncionalismos por exposición prolongada a radiaciones no ionizantes, provoca daño orgánico. Estudio Argentina: la Universidad de la Plata, Buenos Aires, realizó un trabajo sobre efectos biológicos de campos eléctricos o magnéticos y sus conclusiones son: cambios de funciones celulares y tisulares disminución de la hormona melatonina alteraciones del sistema inmunológico aceleración del crecimiento tumoral cambios del biorritmo cambios de la actividad bioeléctrica cerebral alteración de la frecuencia cardiaca cambios en el flujo del calcio en membranas celulares efectos en la síntesis del ADN y ARN efectos en neurotransmisión y células secretoras de hormonas. Contaminación por microondas y radiofrecuencia Las microondas son el último “boom” en el tema de la contaminación EM, ya que el uso primario en el área militar (radar) fue trasladado al uso civil, primeramente en electrodomésticos (horno a microondas), luego a aparatos terapéuticos y, finalmente, al campo de las comunicaciones (micrófonos y teléfonos inalámbricos, antenas satelitales y teléfonos celulares). Los efectos dañinos de las microondas comenzaron a ser comunicados anecdóticamente por los operadores de radar expuestos en forma esporádica al flujo o foco de ondas emitidas y consistían en episodios de quemaduras y hematomas. Esto da origen a estudios que culminan con el descubrimiento del efecto térmico y la consecuente degradación proteica (coagulación). Este fenómeno se debe a que las microondas tienen oscilaciones electrónicas (de electrones) más rápidas que las otras ondas de radiofrecuencia. Las lesiones por efectos térmicos se producen a una exposición aguda a elevados niveles de radiación por microondas. Los efectos no térmicos se deben a la exposición crónica a bajos flujos de radiación y se han comprobado en estudios con animales pero su significado en seres humanos aún no está muy claro, aunque se cree que pueden estar relacionados con los efectos de las otras radiaciones EM no ionizantes. La radiación por radiofrecuencia (RF) no posee suficiente energía para causar ionización molecular, pero causa vibración y rotación de moléculas, en especial de aquellas que tienen distribución asimétrica de su carga o son de estructura polar. La absorción de la radiación por RF es dependiente de la orientación del cuerpo en relación con la dirección de la onda EM. Los factores que afectan la conducción de la radiación RF dentro del organismo, son: 1. espesor de los tejidos 210 Antonio Paolasso – INFORTUNIO Y MEDICINA LABORAL 2. distribución y contenido de agua de los mismos. La elevación del contenido acuoso tisular aumenta la absorción de la energía radiante RF, particularmente con microondas y se exacerba el efecto térmico. La radiación RF se modula con la amplitud (AM) y la frecuencia (FM) y puede ser generada en forma continua o por pulsos. Las ondas pulsátiles se consideran más peligrosas para la salud humana y las reacciones biológicas. Los factores de riesgos de lesión aumentan con: intensidades más altas de radiación proximidad más cercana al foco de emisión humedad o temperatura ambiental: a mayor valor de estos parámetros, mayor lesión conexión a tierra: sin aislamiento suficiente, la conexión a tierra facilita la lesión sensibilidad tisular: puede deberse a aumento de vascularidad, hipersensibilidad a la hipertermia (ejemplo: testículos),carencia de barreras anatómicas a la radiación externa (ejemplo: ojo) exposición más allá del tiempo límite, provoca desfasajes en los ritmos biológicos, hipertrigliceridemia con riesgo consecutivo de afecciones cardíacas. Los operadores de equipos con FEB (ELF) tuvieron dificultades para operaciones matemáticas, incluso resolver sencillas cuentas de suma y resta (trastornos de memoria y atención). Esto configura el “síndrome de estrés de operadores de equipo”. La exposición aguda a altas dosis provoca: (LaDou) percepción de tibieza en la zona expuesta, seguida por sensación de calor o piel quemante sensación de chasquido o de zumbido durante la exposición molestias psicofísicas: irritabilidad, cefalea, sensación de mareo o vértigo, anorexia signos o síntomas tales como lagrimeo y/o conjuntivitis, disfagia, cólico abdominal y nauseas dolor en el sitio de exposición síntomas tardíos: aparecen varios días después de la exposición y consisten en masas localizadas que se deben a edema intersticial y necrosis por coagulación. En algunos casos hay hipertensión arterial después de 1 a 54 meses de la exposición. en piel hay eritema e induración (piel quemada) o vesiculación y ampollas elevación de la creatinfosfoquinasa (CPK) Trastorno Por Estrés Posconmocional (TPET): se presenta muy raramente y cursa con labilidad emocional e insomnio persistente hasta un año después de la exposición. “Efecto celular” El uso en aumento de los teléfonos celulares u otros artefactos microfónicos que emiten microondas en un rango mínimo y que teóricamente, por sí, estas microondas no dañan al hombre, pero en la realidad el uso prolongado en el tiempo y períodos de tiempo extensos (que superan los diez o quince minutos), empiezan a ser objetos de comunicaciones de diversos medios que están atentos a los efectos de las microondas, especialmente las microfónicas de celulares y similares. En una observación personal hemos constatado la presencia de tres fenómenos que se han dado en algunos telefonistas y usuarios compulsivos de celulares: 211 Antonio Paolasso – INFORTUNIO Y MEDICINA LABORAL 1. fenómeno de la “oreja colorada”: consiste en dolor, eritema y calentamiento o rubor del pabellón de la oreja después del uso prolongado de auricular y aparatos celulares. No se debe, como lo atribuyen los damnificados a la presión o compresión de la oreja por el auricular, sino al efecto térmico por radiación débil debido a la extrema cercanía a una fuente de escasa emisión 2. hipoacusia microfónica: ha sido comprobado en estudios prospectivos en demandas judiciales laborales, en telefonistas que ingresaron sin hipoacusia y al cabo de meses o años egresan con una levísima hipoacusia. Describen sensación leve de aturdimiento o ensordecimiento después de una jornada de trabajo. También se ha observado en usuarios compulsivos, que “charlan” varios minutos y gran cantidad de veces en el día a través de celulares. No se ha establecido una certeza de causa por no contar con estudios prospectivos. Sólo se ha trabajado sobre la base de estudios retrospectivos y con la tesis de probabilidad por factor de riesgo (no se manifiesta otro factor de riesgo que no sea el uso compulsivo del celular). 3. síndrome de fonoadicción: este síndrome no tiene por causa la radiación RF por microondas, pero se ha observado en varios cientos de usuarios de celulares que exageran, sin necesidad, el uso del celular (uso patológico). Realizan llamadas continuas y charlas prolongadas sin motivo aparente o banal. Piden a sus amigos y familiares que le llamen a una hora determinada y llama a los mismos para que coloquen en sus agendas, el número del celular. Este fenómeno puede deberse a varias causas: esnobismo (fenómeno de “estar a la moda”, “hacer pinta” a tal punto que muchos usan celulares de juguete); afición lúdica (el celular es un juego) o trastorno por obsesión compulsiva. El síndrome de fonoadicción y más particularmente la adicción al teléfono celular, por nosotros advertida desde 1990, a principios de este siglo XXI ya constituye una verdadera “plaga social” que castiga a sus usuarios con una verdadera marginación institucional (por lo que algunos autores llaman a estos compulsivos adictos leprosos sociales). Muchas instituciones públicas y privadas han prohibido o reducido expresamente el uso de celulares en su ámbito por diferentes razones, siendo las principales: evitar interferencias en los sistemas electrónicos: todas las instituciones con aparatos o sistemas electrónicos aconsejan no usar dentro de los edificios o instalaciones que tengan esos sistemas, los celulares. Las interferencias electromagnéticas interrumpen los sistemas de computación y los aparatos electrónicos usados en medicina como los marcapasos. Por eso se aconseja no usar celulares en bancos, supermercados, hospitales, etc. ruido molesto: el tintineo o las musiquillas de los celulares, a veces lo suficientemente intensos para romper el silencio de una sala que lo necesita, ha llevado a la prohibición del uso de celulares dentro de teatros, salas de conferencias y medios judiciales (tribunales) razones de seguridad: se dividen en dos categorías, las razones de seguridad para evitar la contaminación electromagnética que supone la concentración de microondas cuando funcionan varios celulares al mismo tiempo en un lugar relativamente poco espacioso y por otro lado, la probable comunicación entre delincuentes para pasar “datos” desde una institución al exterior para informar sobre portadores de grandes sumas de dinero o planificar un asalto ubicando a los puntos de control o vigilancia para neutralizarlos o eludirlos. Invasión de la privacidad ajena: a veces la mala recepción de estos aparatos obliga a quien lo usa a hablar en voz alta molestando visiblemente a otras personas a quienes 212 Antonio Paolasso – INFORTUNIO Y MEDICINA LABORAL alteran la voz casi gritada. Otras veces la calidad del lenguaje no es del todo aceptable para ser expresada a voz viva o el tenor de conversaciones insulsas que molestan a quienes conversan temas de cierto interés. Estas circunstancias descriptas han planteado la objeción de que se tiene derecho a la libertad de comunicarse. Es cierto. Pero toda libertad y derecho conlleva la responsabilidad de no vulnerar la libertad y el derecho ajeno. Luego, implícitamente, todo derecho personal queda restringido cuando lesiona el derecho personal de otro. El ejercicio de la libertad con responsabilidad y disciplina es un requisito inexcusable para vivir correctamente en sociedad. Lo contrario nos transforma en verdaderos marginados sociales. Otro fenómeno de la fonoadicción es el uso desmesurado del teléfono como un sustituto de las relaciones interpersonales directas por las relaciones intertelefónicas. Muchas amas de casa, amigas o amigos u hombres de negocios, profesionales, etc., usan varias horas del día el teléfono, con o sin razón, con necesidad o sin ella y gastan tantos minutos que una conversación puede llegar a la hora y rebasarla. El teléfono no es ya un instrumento de comunicación instantánea de un hecho necesario, sino el medio de descargar vanidades o banalidades personales o comunes (comentar una moda, un evento político, deportivo o delictivo, un conflicto socioeconómico, un chimento familiar o vecinal, una película o telenovela o “sacar el cuero” a alguien, etc.) No es usar el teléfono por algo necesario, sino simplemente hacer una especie de catarsis telefónica del tedio o del vacío espiritual, del aburrimiento existencial que no causa el aislamiento social, la alineación y otras cosas que nos afectan espiritualmente. Con los fenómenos mediáticos y telefónicos descriptos nos convertimos en el hecho espectacular de constituir una “vasta red de personas aisladas que interactúan con datos falsos” y no se comunican directa y personalmente unos con los otros. Esta conducta colectiva, irracional y autómata nos transforma en una especie de borregos de un ganado, o abejas de un panal que desarrollan conductas fijadas por un molde inmutable y que encasilla a cada uno en un rol determinado y con un destino fatal, predeterminado, el que no puede cambiar de ningún modo. Esto es la despersonalización, la alienación, la estupidización, la deshumanización producto de esta contaminación ambiental (tanto en lo electromagnético como en lo mental o espiritual) mental o espiritual que tratamos de destacar y esclarecer para poder prevenirla y protegernos de sus efectos, recuperando el uso auténtico y esencial de la inteligencia propia del hombre para aplicarle tal cual es inherente a nuestra esencia de seres inteligentes, afectivos y volitivos. Sobre el efecto celular, la primera pista de que un uso continuo y prolongado de teléfonos celulares por largos períodos puede tener efectos dañinos y duraderos sobre la salud, fue dada por Colin Blakemore.233 El efecto Blakemore fue llamado por este observador “vacío de conciencia” al que explicaba como una “sensación de vacío cognitivo mientras se usa el celular”, pues no “no se tiene conciencia de lo rodea al usuario en ese momento”. Estos efectos duran hasta diez minutos después de finalizada una comunicación. El Estudio Bristol Royal Infirmary (Instituto de Inglaterra) fue una de las primeras investigaciones científicas sobre los efectos del uso prolongado del teléfono celular. Consistió en un conjunto de 36 voluntarios de iguales edades y condiciones físicas y psíquicas, al que dividieron en dos grupos de 18 voluntarios. Al primer grupo se le hacía hablar por períodos de media hora, varias veces al día, en los celulares que normalmente están en venta actualmente en todo el mundo. El segundo grupo no fue expuesto a la acción de las microondas de celulares. Terminado el experimento, los 36 voluntarios fueron sometidos a los testes comunes de exámenes psicológicos que se usan para medir el grado de actividad de las funciones intelectuales (Rorscharch, Weschler, etc.). Los 18 voluntarios sometidos al uso prolongado de celulares 233 profesor de Psicología en la Universidad de Oxford, Inglaterra y consejero del National Radiological Protection Board, entidad inglesa que controla el uso en el sector de teléfonos móviles 213 Antonio Paolasso – INFORTUNIO Y MEDICINA LABORAL tuvieron notables alteraciones de la memoria (pérdida de memoria y de concentración) lo que incidía en los mecanismos del aprendizaje. Por los fenómenos descriptos y otros que aún no se conocen, el uso prolongado de celulares implica varios riesgos. Uno de esos riesgos, muy común en esta época del furor del uso de celulares mientras se conduce un vehículo, es que el conductor que habla por un celular mientras viaja: no presta atención al tránsito si disminuye la marcha entorpece la circulación al disminuir el efecto conciencia, tiene mayores posibilidades de un accidente. Lo que más preocupa a los investigadores es la contaminación electromagnética por el “efecto celular” dado que esto se explicaría por el uso de los aparatos telefónicos que deben adosarse directamente a la oreja, sin antena ni auriculares, los que absorberían un 50% más de energía radiante que emiten las microondas. Los investigadores de países norteamericanos y europeos insisten en que el 79% de la radiación electromagnética que emiten los teléfonos celulares móviles, es absorbida por el cerebro. Esa circunstancia sería un factor etiológico latente para un tumor cerebral, ya que según distintas investigaciones han confirmado la alteración del ADN, lo que sería causa probable del desarrollo de células oncógenas (cancerígenas) por activación de oncogenes. La labilidad del cerebro por su alta permeabilidad a la radiación electromagnética le hace un órgano especialmente sensible para el desarrollo de esos tumores. Tampoco hay que descartar la fisiopatología en el S.N.C. que se ha comprobado en la alteración de los neurotransmisores, en modo particular la “cascada de las catecolaminas”. No está excluido otro mecanismo a través de neurotransmisores distintos de las catecolaminas, especialmente la serotonina o sus derivados, como está indicado en la llamada “pista de la melatonina”. Esta investigación, como ya se afirmó, ha tenido efectos estocásticos, debido a que no se han unificado las técnicas y los parámetros de investigación, en el sentido de la selección de población, cantidad y tipo de radiación a usar, criterios de unificación, etc. Pero la profusión de estudios multicéntricos, las estadísticas acumuladas en casuística muy puntual y la coincidencia de resultados, dan pie firme a aceptar los riesgos señalados como posibles. Contaminación por electrodomésticos Los electrodomésticos, de acuerdo a la distancia que se encuentran, generarán campos magnéticos de diferentes valores, algunos muy poderosos cuyos valores y riesgos varían en razón inversa a la distancia: a menor distancia mayor valor y riesgo, a mayor distancia menor valor y riesgo. Otro concepto importante es que el riesgo suele ser mínimo porque la exposición frente a electrodomésticos suele ser breve (salvo con TV o PC). De todos modos, la permanencia prolongada en un ambiente donde pueden estar funcionando simultáneamente varios artefactos electrodomésticos como ser un equipo de aire acondicionado, un televisor, un microondas, tubos fluorescentes, etc., esta exposición cuando se prolonga por varios minutos u horas, pueden provocar el “síndrome de estrés del ama de casa” que consiste en: un estado de excitación psicofísica otros signos de estrés físicos (cefaleas, vértigos o mareos, malestar general, conjuntivitis, o sensaciones o signos de disfunción orgánica en los diferentes aparatos orgánicos que oficien como “órganos dianas” del estrés). 214 Antonio Paolasso – INFORTUNIO Y MEDICINA LABORAL relaciones interpersonales conflictivas con los miembros de la familia debido a un estado de irritabilidad. Todo esto, cuando se debe específicamente al síndrome de estrés del ama de casa por causa de un exceso de exposición a radiaciones EM, cede inmediatamente hay recuperación total una vez que cesa dicha exposición. Nuevos conceptos de contaminación por radiación Concepto de geobiología Se ha investigado y averiguado que hay nuevas formas de contaminación por radiación, especialmente la que provendría de la tierra. Este tipo de contaminación es de efectos deletéreos y sólo cuando hay una exposición muy puntual puede llegar a afectar a las personas. Es importante conocer estos datos recientes para poder evaluar la posibilidad de exponerse a este tipo de radiación por cuestiones laborales, ya sea porque el edificio del ámbito laboral o el suelo sobre el cual se trabaja puede estar siendo una fuente radioactiva. La palabra geobiología es un neologismo que proviene del griego geo = Tierra y bios = vida, pero no se refiere al estudio de la vida sobre la Tierra, sino a la contaminación de las radiaciones que actúan sobre la corteza terrestre que provienen de fuentes naturales (cósmicas, terrestres) o artificiales (radiaciones de la tecnología, de campos eléctricos y electromagnéticos formados por aparatos tecnológicos, especialmente las microondas) y que afectan a los seres vivos. Estudia las relaciones entre los seres vivos y las energías que emanan de la tierra misma, por efectos de las radiaciones cósmicas y las que generan la actividad humana. La tensión geopática es originada en el interior de la tierra y son radiaciones naturales que en una zona determinada son modificadas cuando en el subsuelo hay corrientes de aguas subterráneas, fracturas geológicas, bolsas de aire, masas de minerales o cambios en la composición telúrica. Se trata de alteraciones telúricas. Las fallas o fracturas son producidas por ruptura de los estratos y bóvedas que originan un hundimiento. Entre estas capas más permeables puede circular agua. Sobre estos lugares, de acuerdo con las características de la perturbación geofísica, suele haber no sólo variaciones del campo magnético, sino otras de distinta índole, tales como: variaciones de la electroconductividad del terreno, de los niveles de radiactividad, mayor ionización positiva, condensación de gas radón, modificaciones de la radiación de infrarrojos, especialmente los provenientes de la luz solar. También las microondas afectan estos terrenos. Como es sabido, la tierra tiene su propio magnetismo. Con las radiaciones procedentes del suelo, forma una trama llamada malla o Red Hartmann234 que está constituida por una red electromagnética que envuelve a la Tierra como una malla, y que tiende a disminuir su entramado yendo hacia los polos. Su radiación telúrica consiste en una débil radiactividad natural que parece ascender desde el suelo hasta grandes alturas. Los rayos telúricos no son perjudiciales en sí mismos; los trastornos que provocan cuando se permanece en un mismo sitio durante un tiempo prolongado se deben al cruce de sus radiaciones, que siempre originan perturbaciones importantes. Para que las radiaciones telúricas produzcan alteraciones de la salud deben constituir lo que se llama nudo geopatógeno que es el punto de la corteza donde confluyen las corrientes de aguas subterráneas o los bolsones de gas, las fallas rocosas o los yacimientos minerales y se conjugan con otras radiaciones para tener los efectos adversos. Concepto de geopatogenia La Geopatogenia es una rama de la geobiología que estudia los mecanismos y los efectos que las radiaciones telúricas combinadas con las de la tecnología y las cósmicas producen sobre la salud de los seres 234 Llamada así por ser descubierta por Ernst Hartmann, médico alemán de la Universidad de Heidelberg, Alemania. 215 Antonio Paolasso – INFORTUNIO Y MEDICINA LABORAL vivos, especialmente en el hombre. La acumulación de artefactos que son fuentes de radiación, en un ambiente cerrado como puede ser el dormitorio, la denota Elba Vercellini. Esta contaminación electromagnética que produce la “tecnovida” (vida moderna sustentada por el confort de aparatos producidos por la tecnología o tecnociencia), se suma a la contaminación telúrica y cósmica y origina muchas afecciones. La Geobiología es también una ciencia que estudia la prevención de los efectos dañinos de estas radiaciones y trata temas muy amplios como: Examen del terreno a edificar Correcta elección de los materiales de edificación, evitando usar aquellos que produzcan radioactividad, revistan cierta peligrosidad a corto o medio para los moradores de una vivienda El diseño de las viviendas, las que deben tender a un mayor confort biológico La ubicación de muebles, especialmente la cama, dentro de la vivienda para orientar la disposición del cuerpo en el sentido benéfico, o sea, evitar las “malas ondas” de la radiación. Debido a esto, la Geobiología se relaciona con la geología, la geofísica, la biología, la biofísica, la bioingeniería, la arquitectura y el diseño o decoración interior de la vivienda. Es un conocimiento interdisciplinario aplicado a cualquier rama de la ciencia. En Argentina esta nueva ciencia es estudiada por la Asociación de Estudios Geobiológicos (GEA), que es una institución mundial pero tiene su rama argentina. No constituye una carrera de grado, pero sí existen cursos de postgrado que se dictan en varios países. En España, República Checa, México, Rusia y Brasil, es una asignatura incluida en varias carreras universitarias. Esta expansión se debe la pretensión final de esta ciencia: todo aquello del medio o ambiente que afecta al ser humano es campo de aplicación de la geobiología. “Sería una necedad negar los rayos cósmicos, la radiación terrestre, los materiales radiactivos, sea cual fuera su causa de emisión”235 LESIÓN EMOCIONAL POSTRAUMÁTICA O TRASTORNOS PSÍQUICOS POSTRAUMÁTICOS Daño psíquico o emocional (daño moral) Es común que después de un hecho traumático surja un cuadro de angustia, el que es desatado por la sensación de peligro. Según la RAE, peligro es “riesgo o contingencia inminente de que suceda algún mal”. Según Weiss236 comúnmente se considera como peligro a “cualquier amenaza a la integridad o al bienestar del individuo”. En condiciones normales todas las personas poseen mecanismos mentales o físicos que constituyen verdaderas barreras de defensa (en alemán Reizschutz) y por esa razón, cuando existe la sensación de peligro u ocurre un hecho peligroso, el organismo tiende a defenderse y mantener un equilibrio en sus funciones. Este equilibro se denomina instable, en oposición a estable. No es un equilibrio “siempre igual” sino que varía constantemente para mantener al cuerpo en condiciones estables de funcionamiento. Algunos conceptos médicos describen a la homeostasia u homeostasis como la “tendencia a la estabilización en estados corporales normales del organismo”, es decir, una estabilización referida al medio interno. La RAE da la primera acepción desde el punto de vista de la Biología, como “conjunto de fenómenos de autorregulación, conducentes al mantenimiento de una relativa constancia en las composiciones y las 235 Juan Carlos Russo, profesor miembro de GEA delegación argentina y de la Unión Científica Internacional de Radiestesia y de la Asociación Argentina de Radiestesia. 236 Edoardo Weiss – LOS FUNDAMENTOS DE LA PSICODINÁMICA, Editorial Psiquis, Bs. As., 1957 216 Antonio Paolasso – INFORTUNIO Y MEDICINA LABORAL propiedades del medio interno de un organismo”.237 Pero la homeostasis no sólo es la barrera defensiva de lo somático o corporal sino también de la mente. Hay una homeostasis psíquica o mental. La tensión nerviosa es permanente modificada por estímulos y alteraciones propios del proceso de la vida, ya sea en lo interno como en lo externo (entorno o medio). Cuando todo cambio de esa tensión nerviosa es advertido por el cuerpo como anormal, especialmente todo aumento tensional por encima del nivel normal, la actividad vital tiende a restablecer la tensión al nivel anterior al estímulo. Este principio de estabilidad constituye la homeostasis psíquica o mental. Cuando el cambio de la tensión nerviosa es anormal, hay dolor en lo físico y angustia en lo psíquico. Weiss centra en el yo el mecanismo de percepción del peligro y afirma que ese yo no percibe sensación de amenaza de peligro cuando puede disponer de defensas adecuadas. En este caso hay homeostasis psíquica o mental. En sentido contrario, cuando el yo “percibe el peligro” es porque siente que sus defensas no son adecuadas para la situación que debe enfrentar. Ante las circunstancias que ese yo no puede dominar, se desata la angustia. Esto se debe a que hay situación de peligro que “expondría el aparato mental a una estimulación tan ingobernable que la homeostasis no podría mantener más. Tal ruptura de la homeostasis se denomina trauma”.238 Weiss da acá, la interpretación de que trauma es lo que causa la ruptura de la homeostasis. La medicina considera como trauma a cualquier herida o lesión traumática de origen físico o psíquico. Al trauma psíquico se le denomina “choque emocional” que produce una impresión duradera en la mente, sobre todo en el subconsciente. Mientras las escuelas sajonas se resisten a aceptar los términos de lesión o injuria emocional o mental o psíquica, las escuelas psicoanalistas no dudan de su existencia. Igualmente, algunas escuelas médicas tratan de diferenciar entre trauma y traumatismo, siendo el trauma la herida o lesión directa mientras que traumatismo es el estado que resulta del trauma. Nosotros preferimos no distinguir entre trauma y traumatismo y los utilizamos como sinónimos. Etimológicamente trauma viene del griego y significa herida y la RAE tampoco distingue entre trauma y traumatismo aceptando que son una misma palabra. Retomando el trauma psíquico, al cual Weiss distingue meticulosamente del trauma físico que afecta a las estructuras anatómicas, habíamos definido a sensación de peligro como un tren de estímulos que llegan al cerebro y superan sus barreras defensivas. Cuando debemos hacer referencia a lo subjetivo, evitaremos a Weiss y no hablaremos del yo, sino que lo reemplazaremos por conciencia, mente, cerebro etc. aunque de ninguna manera esto significa que sean equivalentes al yo. Las neurociencias han probado actualmente que los traumas psíquicos alteran la neuroquímica neuronal y por ese mecanismo, y la alteración del sistema endocrino-inmunitario, se lesionan circuitos cerebrales que alteran la mente. Siendo la mente y el cerebro el sostén de todas las funciones psíquicas, naturalmente una alteración neuroendocrinoinmunitaria neuronal induce una disfunción psíquica. Lo que interesa a este trabajo es el mecanismo psíquico por el cual se produce angustia y se llega al trauma psíquico. Se toma como base la teoría de Weiss del tren excesivo y anómalo de estímulos. 237 Homeostasis nace de la teoría de Fechner basada en el “principio de estabilidad” de todos los procesos fisicoquímicos en general. Según ese principio, la tensión inherente a dichos procesos, tiende siempre a permanecer en el mismo nivel y el sistema nervioso reacciona constantemente ante cada aumento de tensión determinado por un estímulo, de modo de restablecer el nivel que existía anteriormente (principio de irritabilidad de la Biología). En fisiología Claude Bernard llamó equilibrio instable del medio interno al principio de estabilidad y Cannon (LA SABIDURÍA DEL CUERPO) lo aplicó a todos los fenómenos fisiológicos y denominó homeostasis. Weiss considera a la homeostasis como una “expresión general del instinto de conservación, ya que tiende a permanecer constante aquel grado de tensión que es el más favorable al principio de la vida. El medio interno es el elemento fisiológico constituido por los elementos químicos de la sangre y la linfa (Bernard le llamó miliex interne y Cannon fluid matriz) y es el eje principal de la homeostasis por sustentar el “principio de constancia”. La pérdida del nivel normal del medio interno lleva a la enfermedad y a la muerte (desequilibrio ácido-base, composición química y presión osmótica, tensión de gases) 238 El yo utilizado por los psicoanalistas equivale a la palabra conciencia 217 Antonio Paolasso – INFORTUNIO Y MEDICINA LABORAL ¿Qué sucede cuando llega a la conciencia un tren de estímulos (exceso de estímulos)? Weiss expresa que la mente pone la barrera defensiva e impide que ese tren llegue a provocar una sobrecarga de estimulación (mecanismo de homeostasis). Pero si la barrera es traspasada, se instala el trauma (ruptura de la homeostasis) y entonces aparecen otros medios defensivos.239 Esos medios defensivos secundarios a la barrera primaria sobrepasada, aparecen, según lo describe Weiss, cuando las excitaciones son “contenidas” o “ligadas”, lo que significa aisladas y soportadas. Este mecanismo de aislamiento y soporte del tren de estímulos es el mecanismo previo que se instala para darle tiempo a la mente a que busque “metas definidas e inmediatas a través de las vías de descarga disponibles, con objeto de establecer un nuevo estado de equilibrio sano... por la continua esperanza por parte del individuo de hallar una solución de su problema y de descubrir un medio para escapar del trauma mismo”. Sin embargo, ni los mecanismos primarios ni los secundarios pueden evitar que la estimulación excesiva de la mente, especialmente proveniente de un hecho traumático físico o mental, produzca un estado de shock en la persona afectada. Esta estimulación excesiva proviene normalmente de grandes o violentas catástrofes, tanto naturales (terremotos, aluviones, inundaciones, etc.) como las provenientes de accidentes producidos por máquinas o armas (guerra, descarrilamientos, accidentes viales, etc.). En estos casos, Weiss explica: “La abrumadora excitación consiste no sólo en fuertes estímulos sensoriales, sino también en la comprensión, o repentina intuición, de la gravedad de una situación que el individuo no puede dominar”. Equivale a decir que no sólo está presente el estímulo sensorial sino que se agrega una especie de interpretación (comprensión) que abarca la sensación que despierta el estímulo sensorial (dolor, lesión anatómica) y el “tomar conciencia” o darse cuenta de que se está atravesando una situación grave que compromete a la integridad física y psíquica y a la vida misma. Esta “apreciación del peligro” (sensación de peligro) es la que despierta la crisis de angustia y se suma, al estímulo sensorial, el estímulo emocional (tren de estímulos)240 Freud llama “señal de angustia” a lo primero que el individuo siente ante posible situación traumática. Esta señal constituye una forma leve de angustia que no altera la mente sino la prepara para obrar rehuyendo o previniendo el peligro. Sería como una primera barrera defensiva contra estímulos amenazantes, para actuar en forma adecuada en el afrontamiento con lo peligroso. Cuando el grado de angustia avanza a niveles medianos o graves, se produce la paralización del individuo ante el peligro, pues la situación escapa a su control y no puede actuar de ninguna forma. Es consecuencia del “ataque de angustia” que paraliza el sistema motor y las funciones mentales y emotivas. Pero desencadenan reacciones fisiológicas excesivas. Freud ha descripto a las palpitaciones, temblores, dificultades respiratorias y otras actividades fisiológicas intensificadas como “manifestaciones fisiológicas de la angustia”. Hoy, este cuadro se describe en varios 239 Weiss habla en términos psicoanalíticos donde emplea las palabras catexia y contracatexia. La catexia (traducción inglesa – cathexis- de la Besetzungenergie de Freud) sería una especie de concentración consciente o inconsciente de la energía mental, en una persona, cosa u objeto. Es la capacidad de la energía mental para alcanzar una meta. Aunque las catexias difieren en cualidad, sea cual sea su origen, por regla general, varias catexias pueden ir dirigidas hacia un determinado objeto o una determinada meta La mente, frente al trauma recurre a una barrera defensiva secundaria a las normales y que denomina contracatexia porque impide que el individuo trate de concentrarse en los estímulos que recibe. Sigue la teoría de Freud en el sentido de que la concentración en un estímulo dañino produce “aumento enorme de catexia localizada” y “el yo pierde el control de sus propias reacciones” haciendo que el individuo sufra un colapso que puede ir desde un simple desmayo a un estado de shock, de acuerdo a la gravedad o intensidad del estímulo 240 En este punto, Weiss distingue que un mismo hecho despierta igual trauma psíquico tanto en la víctima (efecto directo) como en el espectador. El espectador no sufre daño directo pero al observar la gravedad de una catástrofe de cualquier naturaleza participa primero por la identificación por resonancia (se identifica con la situación de la víctima y la vive como propia) o en segundo lugar hay una reacción aprensiva apriorística: “puede darse cuenta de que él mismo podría ser víctima de la misma suerte” 218 Antonio Paolasso – INFORTUNIO Y MEDICINA LABORAL trastornos psíquicos, pero en el caso del trauma físico o psíquico se considera como parte del “estrés agudo” o “ataque de pánico”, según sean sus características y causas (fuentes de peligro). Weiss remarca que “las fuentes de peligro difieren entre sí” y distingue entre fuentes de peligros reales e irreales. Así, la angustia puede ser desatada por un peligro externo real y constituye un “miedo de algo existente en la realidad” (Real-Angst de Freud). Este estímulo real proveniente del “mundo exterior”, de lo objetivo o peligro real pueden afectar a las defensas mentales y provocar un “trauma emotivo” debido a la ruptura de la protección dinámica externa. Si la intensidad del peligro o daño es leve, sólo genera una reacción de defensa y queda como una especie de “memoria del peligro o fuente de trauma” y esta defensa le sirve a la persona para que cuando se encuentre nuevamente con la misma o similar fuente de peligro, sepa que es dañina y traumática y huya o evite confrontarla. Pero si el trauma es muy intenso y lesivo, lo que queda es la llamada “memoria del horror” que acosa a la persona afectada con el recuerdo iterativo del hecho traumático (compulsión de repetición de Freud). El cuadro se conoce hoy como “trastorno por estrés postraumático”. Pero el nombre de estrés postraumático se asocia a una serie de trastornos psíquicos que llevan a confundir cuando se titulan como estrés postraumático a cuadros diversos. El DSM IV ha reservado el nombre de estrés postraumático únicamente para el estrés desatado por un trauma físico o psíquico que se recuerda en forma repetitiva y se acompaña de ataque de pánico (miedo intenso y manifestaciones fisiológicas de angustia). La angustia, primordialmente, es un sentimiento. Puede ser despertado por varios factores etiológicos o agentes causales. El trauma es uno de ellos. Pero existe una valla lingüística que ha generado escuelas filosóficas, psicológicas y médicas sobre conceptos diferentes, confusos, e, incluso, equívocos. Para dejar una idea clara es preciso desmadejar primero la palabra o vocablo angustia desde su etimología. Proviene del latín, de tres raíces: angor, ango, angustiæ. Ango es oprimir, atormentar, llenar de pena. Angor es congoja, aflicción y tristeza. Angustiæ (etimología elegida por la RAE) es estrechez, angostura, escasez, penuria, falta, dificultad y apuros. Las tres palabras están referidas a la angustia y comparten el criterio de congoja. La RAE define a congoja como “aflicción del ánimo”. Luego, el sentimiento de angustia es un sentimiento de aflicción del ánimo que deja una sensación de opresión, atormenta y provoca pena o tristeza. La aflicción es un estado de molestia o sufrimiento físico que causa tristeza o sufrimiento moral, por lo que conlleva preocupación e inquietud. La aflicción es sentimiento que percibe sufrimiento físico o pesadumbre moral. La etimología y denotaciones de la palabra angustia nos determinan claramente un cuadro puro en el que predomina la parte sentimental, es decir, lo que se siente, se percibe. Es un sentimiento de sufrimiento, de dolor, de aflicción del ánimo, referido tanto a lo físico como a lo psíquico y a lo moral. Se despierta frente a la falta de algo necesario, o una dificultad o un factor que causa apuro. Cuando se transforma en la emoción angustia produce efectos como el miedo o pánico con todos los trastornos psíquicos y físicos descriptos en el estado de angustia. Es muy importante distinguir entre el estado de sentimiento (estado pasivo) y el estado de emoción (estado activo). En el sentimiento sólo se siente o percibe algo pero no mueve a nada. Cuando el sentimiento es el motor de una acción o efecto determinado, pasa a ser una emoción. Si no distinguimos esto claramente, en el caso específico de la angustia no podremos comprender todos los fenómenos que en torno a ella se describe desde varios puntos de vista (filosofía, psicología, psiquiatría, religión, etc.). El angor filosófico es un sentimiento puro, la angustia de la psiquiatría y la medicina es una emoción de angustia. El concepto médico queda claramente expresado en los autores siguientes: Muñoz Martín y Feduchi Canosa conceptúan a la angustia como “una emoción: la emoción de angustia”, la cual se caracteriza por “fenómenos de orden fisiológico y psicológico”.241 Nosotros adelantamos en las definiciones denotativas de 241 Martín-Canosa – LA ANGUSTIA INFANTIL, España, 1986 219 Antonio Paolasso – INFORTUNIO Y MEDICINA LABORAL la Real Academia Española que angustia era “aflicción, congoja”; “temor opresivo sin causa aparente” y en las definiciones connotativas médicas como “temor morboso ante un peligro imaginario”; “estado afectivo exacerbado en los psicópatas, combinación de disgusto y tensión interna, sensación de inquietud y espera de sucesos dolorosos” o “estado de aprensión, intranquilidad y temor desproporcionado a la amenaza real, la principal característica de la neurosis, acompañados de síntomas somáticos”. La angustia está al fondo de la cuestión de la salud mental, pues figura entre las causas de enfermedad mental, la cual está muy ligada a la “comprensión del origen, manifestaciones y transformaciones de la emoción de angustia”. Cualquier estado de emoción o afecto tiene la posibilidad de ser apreciado por quien lo vivencia como “un estado de excitación de su organismo”. El poder concienciar los estados de excitación o tensión que eventualmente afecten al organismo, se debe a factores madurativos y del desarrollo, que están tanto en lo biológico como en lo psicológico. La exposición previa a un estado de tensión es la condición para que se presente una emoción. Muñoz Martín y Feduchi Canosa resaltan que “muchos autores han querido ver en estos estados de tensión y en las modificaciones correspondientes del organismo, el fundamento y el prototipo de las manifestaciones emocionales que caracterizan la vida del ser humano”. Estos autores piensan que la angustia es una de esas manifestaciones emocionales, a la que consideran fundamental por su importancia en la organización del mundo. Este concepto lo subrayamos al repasar la escuela existencialista. En consecuencia, la angustia está en relación tanto al desarrollo intelectual y a la maduración afectiva, normales, como al proceso del desequilibrio mental. Como nota fundamental de la esencia humana, tiene un correlato anatómico y fisiológico muy específico que es la zona cerebral de la emoción ampliamente estudiada a través del sistema límbico y sus conexiones, y el locus ceruleus. Dentro de este centro de emociones está inmersa la angustia por lo que muchos autores sostienen la “prefiguración de la angustia” a manera de “existencia de un componente constitucional presente desde el nacimiento”. Vistos estos conceptos podemos resumir que la angustia como emoción normal o patológica es algo inseparable de la existencia humana y se despierta como “sentimiento de peligro inminente”, tanto en lo orgánico como en lo psíquico y trastoca profundamente la personalidad, ocasionando un desequilibrio que puede llevar a la despersonalización, sobre todo en la angustia crónica (la que se prolonga en el tiempo). Angustia y angor tiene una raíz común con angina. Angor y angina, en lo orgánico, se refiere a un “dolor constrictivo”, a sensación de opresión y estrechamiento (estrechamiento psíquico, no físico o estenosis). Probablemente la angustia esté emparentada con el angor y la angina por la sensación de opresión que produce. Sin embargo, esto no es tan simple, por lo que vale la afirmación de Ajuriaguerra de que “las manifestaciones neurovegetativas y las vivencias emocionales, el malestar fisiológico y el sufrimiento psíquico, se entrelazan de tal manera que resultan muy difícil, si no imposible, de identificarlos por separado”. En este terreno conviene tener bien claro que hasta ahora, angustia se relaciona, corresponde o refiere a acontecimientos imaginarios, no reales, es decir, fantasía inconsciente sin origen en la realidad, mientras que miedo es una reacción de defensa o respuesta en forma de huida o inmovilización frente a un peligro real y presente. La angustia es así un sentimiento que se despierta ante “algo desconocido”, difícilmente identificable con un objeto concreto. En este estado produce pánico. Cuando se identifica con algo concreto, se transforma en fobia, como miedo irracional, absurdo, a determinadas cosas. El miedo se experimenta siempre “ante algo conocido y peligroso” (acontecimientos claramente identificables y fatales, en forma inmediata, para la integridad del individuo que los afrenta). Cuando una persona se altera profundamente y no puede distinguir entre lo real y lo irreal, e indistintamente reacciona con angustia en forma de miedo o temor, estamos ante una reacción fóbica. Por estos conceptos, la ciencia 220 Antonio Paolasso – INFORTUNIO Y MEDICINA LABORAL médica incluye actualmente a la angustia dentro de los trastornos de la ansiedad, como pánico y fobia. Mantiene la relación indisoluble entre angustia y ansiedad, que siempre van unidas en grados distintos. Conclusiones De todo lo que hemos expuesto hay una nítida conclusión: los traumas o traumatismos, sean físicos o psíquicos, dañan la mente o psiquis y dejan como primera huella la emoción de la angustia. A ella, de acuerdo al tipo de trauma, calidad e intensidad, se sumarán otros factores como el miedo o pánico y las secuelas de estos (amnesia postraumática, trastorno por estrés postraumático). En forma independiente de los trastornos psíquicos postraumáticos, queda en la mente del traumatizado un sentimiento de angustia que frente a otros conflictos físicos, psíquicos o morales, exacerba y despierta a la emoción angustia. Es una especie de sentimiento crónico de angustia que se perpetúa o autoperpetúa ante otros estímulos distintos al trauma original o a nuevos traumas. Hay que separar el sentimiento postraumático de angustia (daño psicológico) de la emoción de angustia (trastorno psíquico). Si bien ambos, sentimiento y emoción operan sobre lo psíquico, el sentimiento, iteramos, es un sufrimiento pasivo, subjetivo, mientras que la emoción se hace objetiva a través de signos y síntomas físicos. Las cefaleas, los mareos, las fobias, el estrés postraumático, la amnesia, la memoria del horror, palpitaciones y miedo, etc., son efectos de lesiones o alteraciones neuronales microscópicas producidas por lesión de la neurona o por alteración de los neurotransmisores. En cambio el sentimiento de angustia es sólo una sensación que abarca todo el complejo de sensaciones descriptas en la etimología de la palabra, pero no se relaciona con daño anatómico ni fisiológico sino con el daño psíquico. Esto es el matiz de diferencia entre el daño psicológico y lo que hemos llamado trastorno psíquico. “El sufrimiento psíquico, que tal vez sea el mayor sufrimiento que puede experimentar el ser humano, se agrava y profundiza con la soledad, con la incomunicabilidad, con lo inefable e incompartible”.242 Con estas palabras la escritora española quiere significar que el daño o sufrimiento psíquico es más terrible que el daño físico porque moralmente aísla al que lo padece, debido a que no puede expresar lo que siente. Se sufre en sí mismo y no se puede compartir con otros. Es un sufrimiento invisible porque no es apreciable por los sentidos. En esto comparte el concepto de moral que la Real Academia Española da en la segunda acepción del vocablo moral: “que no pertenece al campo de los sentidos por ser de la apreciación del entendimiento o de la conciencia”. En este estado, el sufrimiento psíquico afecta al “estado de ánimo individual” (séptima acepción de la RAE de moral). Éste es el principal fundamento médico del daño moral. Pero puede suceder, y de hecho sucede, que muchas veces sea discutida la existencia de este daño, pues como también lo define la RAE, suele considerarse “que no concierne al orden jurídico, sino al fuero interno o respeto humano”. De esta forma, el daño moral es del fuero interno y sólo puede ser reconocido por el “respeto humano” como una obligación de ser considerado para ayudar a quien lo padece y resarcirlo por las causas que lo provocaron. Incluso algunos dictámenes judiciales243 en la que se acepta la figura de “aflicción espiritual” dan lugar a la indemnización por el daño moral como sufrimiento psíquico o emocional que causa aflicción espiritual. OTROS TRASTORNOS PSIQUICOS EN RELACION CON EL TRABAJO Síndrome post-vacaciones: distrés del retorno laboral Cuando por alguna razón (enfermedad, licencia o vacaciones) se produce un ausentismo laboral prolongado, al regresar a las tareas habituales es común sentir una serie de signos y síntomas que conforman 242 243 Rosa Montero – LA VERDADERA LOCURA ES NO SER VISTO, artículo publicado el 5 de noviembre de 2006 Corte Suprema de Justicia de la Nación, caso Mario Nicolás Tortorelli – confusión de identidad con un homónimo 221 Antonio Paolasso – INFORTUNIO Y MEDICINA LABORAL un distrés del retorno laboral y que en el caso de vacaciones, se le ha designado síndrome post-vacaciones o postvacacional. Consiste en trastornos del sueño (como insomnio o hipersomnia o estado somnoliento), sensación de debilidad generalizada, trastornos del apetito (normalmente anorexia o pérdida de apetito), intolerancia a las tareas habituales (desgano o desidia para realizarlas o hastío al hacerlas), otros trastornos psicofísicos. Este fenómeno se da en un 35% de las personas que retornan al trabajo tras un período más o menos largo de ausencia. Es frecuente en personas mayores de 30 años y predomina en el sexo masculino, especialmente en individuos vulnerables. Los factores es el traslado de una realidad cotidiana a otro escenario o realidad, que en el caso de las vacaciones, oficia como una “realidad ideal” o deseada. Es sabido que salvo algunas excepciones, la mayoría de los trabajadores sufren una especie de fastidio laboral por la rutina de sus labores, al que se suma la frustración de no alcanzar determinadas metas de autoestima laboral como puede ser una buena posición dentro de la empresa, ejercer un cargo, tener promociones económicas o jerárquicas, gozar del respeto de compañeros y superiores. La conflictividad con las relaciones interpersonales con superiores o compañeros por trato descortés, acoso laboral, falta de apoyo o negación de medios son elementos cotidianos que producen displacer y rechazo por las tareas a realizar. Si a esto se suma horarios inadecuados, sueldos o salarios magros, falta de infraestructura, imprevisión de riesgos laborales con obligación de realizar tareas riesgosas sin la protección debida, etc., los actos laborales son microestresores que al sucederse diariamente producen el estado de furibundia. Se concurre a trabajar por obligación o por temor a sanciones o al despido. La resignación y el cumplimiento automático de tareas producen el rito cotidiano del trabajo como sufrimiento más que placer. La “realidad laboral” no siempre es una realidad a la cual se aspire y se desee vivir día a día. No es una “realidad ideal”. Todo lo que representa lo contrario al fastidio laboral cotidiano conforma la realidad aspirada como un ideal. El ausentismo (absentismo) laboral, por sí, aleja al trabajado disconforme de su realidad y lo traslada a otro escenario de la realidad en el cual no están los elementos laborales que le producen angustia y ansiedad. No debe cumplir horarios, recibir órdenes, realizar tareas aburridas o esforzadas, etc. No le rodea el entorno humano que le puede ser hostil. El porcentaje de trabajadores que “sufren” su profesión, oficio o trabajo es alto. El resto de los trabajadores pueden estar en una atmósfera laboral agradable, gratificante y sumamente placentera. Naturalmente, el ausentismo puede afectarlo o no. En el caso de los trabajadores afectados los factores que intervienen en el cambio producido por el absentismo, son: 1. variación del ritmo circadiano: al no cumplir horario obligado, cambia sus horarios de ocio, sueño, comidas, etc. 2. períodos de ocio y esparcimientos 3. cambios de las relaciones interpersonales 4. mayor contacto con la familia y amigos Si el síndrome de retorno laboral o postvacacional se prolonga más allá de lo esperado y no se logra la integración plena a las tareas habituales, puede llegar a convertirse en un trastorno crónico del ánimo o de ansiedad, que lleva a la enfermedad psicofísica o psicosomática. Dentro de los trastornos del ánimo puede surgir una depresión e instalarse un estado de melancolía o tristeza crónica de diferentes grados, ideas de ruina, apatía, desvitalización o adinamia (como falta de fuerzas) etc. y otros signos o síntomas propios del síndrome depresivo. Los trastornos de ansiedad (trastorno de ansiedad general, fobias, pánico, etc.) se acompañan de signos y síntomas preocupantes o alarmantes como puede ser arritmias (con taquicardia y palpitaciones), hipertensión arterial, temblores, sudoración profusa, cefaleas, mareos o vértigos, disnea o sensación de sofocamiento, opresión precordial, desasosiego o intranquilidad, etc. 222 Antonio Paolasso – INFORTUNIO Y MEDICINA LABORAL Naturalmente, el grado de levedad o gravedad del síndrome dependerá si la persona afectada es vulnerable o resiliente. A mayor vulnerabilidad, mayor repercusión. Luego, habría que tratar de tomar medidas preventivas o, de ser necesario, realizar tratamiento psicofísico de readaptación. Entre las medidas de prevención hay que saber: el síndrome tiene un tiempo de duración relativamente corto se debe evitar que la frustración y el hastío del regreso laboral se transforme en una obsesión compulsiva bajo el pensamiento: “tengo que esperar once meses para volver a vacacionar” o como pretextar una nueva licencia concentrarse en los aspectos positivos del trabajo, minimizando los negativos buscar la regulación de los trastornos de sueño, apetito y ansiedad en forma gradual y no permitir que la angustie y la preocupación induzcan el deseo vehemente de una solución rápida intentar renovar la rutina o transformarla creativamente para evitar sus efectos y permitir un crecimiento personal en lo laboral evitar decisiones apresuradas sobre un cambio laboral, como es renunciar o buscar en forma inmediata otros trabajos que no garantizan un futuro mejor. Si hay necesidad de tener otro horizonte o lugar de trabajo, esto debe ser planificado y estudiado de forma tal que sea un proyecto mediato para evitar nuevas frustraciones que serían peores que las actuales encontrar tareas de esparcimiento o placer fuera del horario de trabajo que obren como “minivacaciones” diarias, de forma tal que se encuentre gran placer fuera del trabajo para compensar la frustración o tedio laboral. Ejercitar técnicas de “desenchufe” laboral si es posible, dentro y fuera del horario laboral. Cuando se egresa del ámbito laboral, no “llevar a cuestas” los problemas y las anécdotas laborales, recordando aquella frase vulgar de “no llevar al hogar los problemas de la oficina” (o la profesión o cualquiera sea el trabajo que se realice) Antonio Paolasso – INFORTUNIO Y MEDICINA LABORAL 223 BIBLIOGRAFÍA ESTRÉS/DISTRES 1. 2. 3. 4. 5. 6. 7. 8. 9. 10. 11. 12. 13. 14. 15. 16. 17. 18. 19. 20. 21. 22. 23. 24. 25. 26. 27. 28. 29. 30. 31. 32. 33. 34. 35. 36. 37. 38. 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Néstor Vita y col. - EL ESTRÉS COMO FACTOR DE VULNERABILIDAD CARDIOVASCULAR (publicación de Información Científica: 9-13 Gador, Bs. As. 2.000) 225 Antonio Paolasso – INFORTUNIO Y MEDICINA LABORAL CAPÍTULO VII PATOLOGÍA CARDIOVASCULAR LABORAL FLEBOPATÍA VARICOSA OCUPACIONAL Concepto de flebopatía varicosa ocupacional Sabemos que la flebopatía varicosa tiene varias. Pero cuando una de esas causas es el trabajo u ocupación, estamos frente a una flebopatía ocupacional. Las condiciones para ser considerada, estrictamente, una flebopatía causada por el trabajo u ocupación son cuatro: que 1. el afectado no registre en el examen prelaboral una flebopatía varicosa (preexistente) 2. no posea antecedentes heredofamiliares 3. no tenga factores personales de riesgo o factores predisponentes (obesidad, trastornos endocrinos o metabólicos, medicación flebopatógena, embarazo, alcoholismo, prendas de vestir ajustadas o impropias, etc.) 4. el trabajo realizado tenga uno o más factores de riesgo o factores desencadenantes o causales: ortostatismo, sedentarismo, esfuerzo, traumatismo o distrés laboral. En el caso de que haya patología previa o preexistencia, factores de riesgos predisponentes o predisposición heredofamiliar y durante el ejercicio de la ocupación el cuadro preexistente se agrava o se manifiesta una flebopatía no preexistente, en este caso el trabajo u ocupación pasa a ser concausa, factor desencadenante o factor de agravamiento, si el trabajo ejercido tiene los factores de riesgo para flebopatía. Factores laborales de riesgo para flebopatías Los factores de riesgo del trabajo que pueden provocar flebopatía varicosa son, de acuerdo a un orden de importancia: 1. ortostatismo (posición de pie prolongada); 2. sedentarismo (posición sedente (sentado) prolongada); 3. sobreesfuerzos que generen presión hidrostática en miembros o presión intraabdominal o torácica; 4. traumatismos directos o propiamente dichos, indirectos por agentes físicos (temperaturas ambientales excesivas tanto de frío como calor; humedad excesiva; radiaciones que provoquen radiodermitis) o por agentes químicos (ácidos o álcalis); 5. trombosis por distrés laboral 244 Estos factores son tan agresivos que provocan flebopatías independientemente de que si hay o no predisposición familiar. Los alarmantes índices de absentismos laborales por enfermedad varicosa y la 244 (de Parades -GUIDE PRATIQUE DE PHEBOLOGIE) (Coget-Merlen - GAZ. MED. FRANCE 187 (24): 31443150, 1980). 226 Antonio Paolasso – INFORTUNIO Y MEDICINA LABORAL situación social en general, de los varicosos, han llevado a ciertos autores a calificar a las várices como enfermedad social. En EE.UU. se pierden 5.900.000 jornadas laborales por año a causa de las várices.245 Citaremos algunos de los autores que sean ocupados de investigar las causas laborales de flebopatías. Las várices inciden “preferentemente en varones que permanecen la mayor parte del día, de pie (camareros, vigilantes, guardias, peluqueros)”. 246 En Argentina se realizó el estudio Cinelli-Ciffoniello que luego citaremos. “Los períodos de presión venosa alta al estar de pie por tiempo prolongado o levantar objetos pesados son factores contribuyentes (para flebopatía)”.247 El ortostatismo profesional, el calor excesivo y los traumatismos favorecen la patología venosa.248 La estación bípeda prolongada por jornadas laborales excesivas no sólo afectan al aparato muscular y al sistema nervioso, sino también al vascular, especialmente al venoso y al linfático. Las tareas laborales de pie o sentado (estación sedente prolongada) provocan patología venosa. 249 En la enfermedad varicosa por causa laboral hay gran variedad o complejidad etiopatogénica en la que cobran importancia los factores mecánicos y los factores físicos. Entre los factores físicos tenemos las profesiones que se desempeñan en ambientes con altas temperaturas o humedad (fogoneros, fundiciones, cocinas, etc.). Entre los factores mecánicos están los estáticos, de los cuales los exógenos tiene fuerte expresión en profesiones en que hay actividad con extensas estaciones bípedas (ya citamos algunas) o inmovilidad (personal de guardia fija), o que desarrollan esfuerzos que generen empujes hipertensivos abdominales o torácicos (estibadores, cargadores de depósitos o vehículos, levantadores de pesos, etc.) y que eleven la hipertensión gravitacional ortostática, o las profesiones con sedentarismos prolongados (oficinistas, modistas, etc.).250 El ortostatismo y el sedentarismo prolongado de muchas profesiones, especialmente el manejo prolongado de automotores u otros vehículos, generan patología venosa. 251 En la patología venosa de miembros inferiores intervienen factores profesionales tales como el uso prolongado de automotores, el calor excesivo y la posición erecta prolongada. 252 En las ocupaciones con esfuerzos que lleven al aumento de la presión intraabdominal y torácica y los traumatismos con presiones directas, provocan lesiones de pared venosa y trombosis que llevan a la enfermedad varicosa. En la insuficiencia crónica profunda intervienen las trombosis venosas agudas.253 El estrés, y en especial el distrés laboral, se genera por diversos factores tales como conflictos psicosociales, tensión nerviosa o choques emotivos, ruidos, traumatismos, esfuerzos y diferentes contaminantes ambientales que “alteran la homeostasis y provocan alostasis por trastornos neuroendocrinos y reguladores interactivos como las prostaglandinas que afectan la hemostasia y generan 245 Varicose Veins-Rowden Foote, EE.UU. Farreras-Rozman MEDICINA INTERNA I(2): 598, 1979 247 Tierney y cols. DIAGNÓSTICO CLÍNICO Y TRATAMIENTO (10): 409, 1994 248 (Zweitach AMERICAN 200: l, 1959) (Folkow TRIÁNGULO 8: 3, 1968). 249 Altenkämper-Eldenburg FARBATLAS DER PHLEBOLOGIE (1): 9, 1993 250 del Campo PATOLOGÍA VENOSA (1): 13, y (2): 27-32 251 Rimpler DT. APOTHE. ZGT. 11 (43): 1711-1715, 1970 252 Zsotér-Cronin CANAD. MED. AS. J. 94: 1293, 1966 253 Pietravallo – FLEBOPATÍAS SUPERFICIALES Y PROFUNDAS (1): 11-13 y (5): 180, 1995 246 227 Antonio Paolasso – INFORTUNIO Y MEDICINA LABORAL trombosis” (trombosis por distrés).254 Las trombosis venosas en miembros superiores “se observan vinculadas a esfuerzos físicos, muchas veces banales o habituales y responde a la existencia de compresiones extrínsecas de los vasos en el desfiladero toraco-cervico-axilar” (thoracic outlet síndrome o síndrome de la desembocadura torácica).255 Los mecanismos fisiopatológicos de la flebopatía varicosa ocupacional se debe a la presión hidrostática venosa por el simple peso de la columna sanguínea venosa (ortostatismo) o por compresión u obliteración de troncos venosos por esfuerzos que generen hipertensión intraabdominal o torácica, o vasodilatación extrema por calor, o vasoconstricción extrema por frío; lesiones de la pared venosa por factores químicos, radiaciones, traumatismos, etc. La hipertensión venosa hidrostática provoca estasis con dilatación de venas, vénulas y capilares. La alteración capilar, por cualquiera de los factores etiopatogénicos, lesiona la pared capilar por isquemia y se liberan los mediadores de la inflamación (histamina, acetilcolina, bradikininas, serotonina, etc.) que producen dolor e inflamación o flebitis. Estos procesos acentúan la estasis venosa del esfuerzo o lesión primaria y aumenta la presión capilar y se instalan el edema, la anoxia y la trombosis, iniciando un círculo vicioso.256 Con el tiempo, la estasis crónica y pronunciada lleva a la insuficiencia valvular, a la distensión y elongamiento de las y se producen deformaciones o várices por alargamiento y tortuosidad (várices serpenteadas o sarmentosas) o agrandamientos saculares (golfos o várices sacciformes). Clasificación de flebopatías superficiales o varicosidades Las flebopatías superficiales se clasifican, según su ubicación, en: 1. varicosidades dérmicas o varículas257 2. varicosidades de venas periféricas o várices propiamente dicha Las varículas se clasifican en: 1. varicosis dérmicas (varículas propiamente dichas) 2. telangiectasias Las varicosidades dérmicas cobran importancia patológica y dan incapacidad laboral cuando: se complican con variculorragia intensa postraumática (formación de colecciones hemáticas) o con ulceración y sangrado externo o variculoflebitis (inflamación de la varícula) hay trastornos funcionales asociados: edemas, parestesias (ardor, calambres, hormigueos), dolor punzante o urente, sensación de pesadez De acuerdo a su gravedad, las várices se clasifican en: 1º. grado: trayecto venoso dilatado, palpable únicamente 2º. grado: trayecto venoso dilatado, elongado y procidente. Se palpa y se ve. 254 (Pavlovsky-Carreras MEDICINE (18): 1400-1413, 1979) (Drouet LE QUOTIDIEN DU MEDICINE 2072 (35): 45-49, 1983) (Eliot) (Bridges) 255 del Campo op. cit. (4): 108 256 de Parades, op. cit. 257 del Campo, op. cit. 228 Antonio Paolasso – INFORTUNIO Y MEDICINA LABORAL 3º. grado: trayecto venoso dilatado, elongado, procidente y con tortuosidades (corresponde a várices fusiformes: serpenteadas o sarmentosas y sacciformes o golfos) Cuadro de clasificación de flebopatías varicosas (FV) (modificado, extraído de Pietrovallo I – Flebopatías varicosas superficiales o periféricas 1. congénitas (factores genéticos) a) sin insuficiencia del sistema profundo b) con insuficiencia del sistema profundo 2. adquiridas A) várices primarias o idiopáticas a) por predisposición familiar b) por factores de riesgos predisponentes B) várices secundarias a) por factores endógenos: obstrucción, trombosis b) por factores exógenos: 1) estáticos: sedentarismo, ortostatismo 2) mecánicos: traumatismos, esfuerzos 3) físicos: frío, calor y humedad excesivos, radiaciones 4) químicos: ácidos, álcalis 5) psicofísicos: distrés II – Flebopatías varicosas profundas A) congénitas (factores genéticos): defectos genéticos: agenesia, atresia hipoplasia valvular, estenosis tronculares, otros defectos parciales de desarrollo B) adquiridas: trombosis y otras etiopatogenias Flebopatía y predisposición o herencia Actualmente hay autores que siguen considerando a las flebopatías varicosas de miembros inferiores como producto de una predisposición heredofamiliar obligatoria, pero no aportan estudios ni pruebas para esa aserción. Diversos estudios multicéntricos señalan que no todos los casos de várices son por predisposición familiar. Farreras-Rozman acepta predisposición sólo en un 50% de casos y deja otro amplio 50% sin predisposición. Otros autores como Lue-Pratt elevan la predisposición a un 70 u 80% de casos, dejando un margen entre un 20 y un 30% sin predisposición. Coget-Merlen no realizan ningún estudio ni aportan pruebas, pero afirman sólo por creencia que “sin herencia no hay insuficiencia venosa”. Lo cierto es que los porcentajes varían según la población investigada y de acuerdo al sexo, edad y factores personales o de riesgos. Cuando los estudios se realizan en poblaciones de sexo femenino, de edades promedio (20-40 años), los factores endocrinos, la medicación anticonceptiva o los embarazos, elevan el número de patología y en estos casos hay más probabilidades de que a la descendencia de esas mujeres, a pesar de que la flebopatía no es hereditaria, se les considere con predisposición familiar. Actualmente los conceptos nuevos a la luz de la 229 Antonio Paolasso – INFORTUNIO Y MEDICINA LABORAL biología molecular genética, hablan de variabilidad. El estudio del genoma humano deparó muchos datos sorpresivos y hoy la biología molecular ha aclarado que existen varios mecanismos de cambios genéticos y algunos ya clásicamente conocidos como las deleciones, sustituciones o transversiones pueden ser gatillados por factores ambientales, a tal punto que Solari258 concluye que las variaciones fenotípicas son producidas por variaciones genotípicas + variaciones ambientales. El genotipo y el ambiente tienen relaciones muy complejas que sólo ahora se van conociendo a medida que se va develando el genoma humano. Un ejemplo que Solari remarca es la existencia de las llamadas fenocopias que son rasgos provocados por factores ambientales concretos (drogas, virus) que remedan los efectos de una alteración del genotipo. Actualmente, en el estudio de las metabolopatías con expresiones genéticas como la diabetes 2, se concluyen que los factores ambientales pueden provocar mutaciones sobre todo del ADN mitocondrial de células somáticas (estrés respiratorio), las que alterarían sus funciones normales originando cuadros patológicos. El estrés es uno de los factores ambientales que inducen cambios genéticos a través de los neurotransmisores que llevan a la producción de radicales libres y éstos son la causa de las alteraciones genéticas espontáneas. A este tipo de variación genética se les llama provisoriamente, mutaciones genéticas adquiridas no transmisibles. Provocan la enfermedad de un feto, un niño o un adulto, pero el defecto genético no es transmisible por ocurrir en células somáticas. Generalmente son cuadros patológicos poligénicos. (diabetes 2, HTA, etc.) Vulnerabilidad genética (por predisposición o adquirida) Factores ambientales (factores personales de riesgo) (factores predisponentes laborales) Fenotipo vulnerable Flebopatía varicosa La creatividad médica para plantear viejos problemas con nuevos puntos de vistas, lleva a utilizar palabras nuevas (neologismos) para viejos problemas. Todos sabíamos de aquellas personas que parecen ser “hechas con un molde determinado” al que tradicionalmente llamábamos predisposición o, en términos médicos, diátesis. Siempre se suponía, en la base de todos estos términos, un esquema genético ligado con lo heredofamiliar. Se es así porque “se viene de familia”. O bien aquellos a los cuales, si bien no tenían antecedentes heredofamiliares o genéticos presumibles o demostrables, se les consideraba idiopáticos o idiosincrásicos o primarios. Nosotros preferimos llamarlo misterio ontológico (al que nace barrigón es al ñudo que lo fajen) y seguir con una pregunta abierta a nuevos puntos de vista para dilucidar las cuestiones indescifrables. Sin dudas que siempre habrá un inquieto que quiera plantear la cuestión de lo indescifrable y nuevas postulaciones traen las nuevas palabras. Así aparecen hoy neologismos tales como: vulnerabilidad. 258 Alberto Juan Solari –GENÉTICA HUMANA, Bs. As. 1996 230 Antonio Paolasso – INFORTUNIO Y MEDICINA LABORAL En nuestro idioma español, vulnerabilidad era la condición del “que puede ser herido, o recibir lesión física o moralmente”, pero el neologismo médico adquiere otra connotación. Juan Carlos Stagnaro259 afirma: “El término vulnerabilidad ha sustituido al de diátesis. Se refiere explícitamente a una predisposición en el ámbito genético, ambiental y fenotípico. Pero se puede ir más allá en el análisis de este concepto y pensarla no como defecto sino como potencia. En otros términos, la vulnerabilidad puede ser definida como una disposición innata expresada en función de lo adquirido, en diversos momentos de la vida, aún muy tempranos; a un determinado desarrollo fenotípico, es decir, una capacidad, y no un destino irremediable e irreversible. Esta perspectiva para entender la vulnerabilidad le otorga al concepto una fructífera utilidad, ya que permite articular los datos provenientes del patrimonio genético de un individuo con los determinantes ambientales, ya fueran estos precoces, durante la etapa del desarrollo, o más tardíos. El término vulnerabilidad así entendido, significa que una persona tiene una aptitud fenotípica para desarrollar patologías específicas en ciertas condiciones. Se despeja así el riesgo de caer en determinismos rígidos y se puede analizar cada caso en sus aspectos etiopatogénicos, pronósticos y terapéuticos, combinando factores en una ecuación dinámica y plástica a la vez”. En esta cita, el autor deja claramente señalada la conveniencia de que se enfoquen aquellos aspectos médicos que se creían irreversiblemente condicionados por factores genéticos, especialmente en lo fenotípico (expresión física de acciones genéticas), con un punto de vista más relativista y menos absolutista, a fin de que se considere la reversibilidad o la prevención de esos fenotipos a cuya expresión contribuyen factores ambientales. Frente a la excesiva aceptación incondicional del determinismo genético, el Dr. Alberto J. Solari260 considera que existe “menoscabo de los factores ambientales en la enfermedad: el excesivo protagonismo de la Genética puede oscurecer los factores dietarios, infecciosos, tóxicos y ocupacionales de la enfermedad”. Esto significa que la vulnerabilidad, si bien puede tener fenotipias que se relacionen con lo genético, es indudable que el agente más poderoso es la acción de los factores ambientales. Luego el conocimiento de esos factores puede ayudar a frenar, revertir o prevenir a la vulnerabilidad. Para que una varicopatía sea considerada como predisposición familiar pura debe existir un claro árbol genealógico donde la transmisión de padres a hijos sea clara en ambos sexos, además de abuelos, tíos, etc. padezcan la enfermedad y en todos ellos haya poco o ningún factor exógeno o personal, de riesgo. ¿Cuándo se habla de herencia genética absoluta?. Cuando se nace con o falla congénita del sistema vascular venoso (atresia, hipoplasia, insuficiencia infanto-juvenil, etc.). En los demás casos de genealogía varicosa, pero sin fallas congénitas, no se hereda la enfermedad sino la predisposición a enfermar.261 Cuando no hay genealogía ni falla congénita, es cuando la flebopatía se debe absolutamente a una causa ambiental. En el caso de la flebopatía varicosa ocupacional, la causa, repetimos, es el trabajo u ocupación o profesión. Las flebopatías ocupacionales ocurren sin predisposición previa. Cuando existe esa predisposición las flebopatías aparecen más tempranamente y con una gravedad absoluta.262. La investigación moderna multicéntrica, realizada en poblaciones mixtas y, muy especialmente, en ambientes laborales, ha demostrado 259 Subdirector de Carrera de Médico especialista en Psiquiatría y Jefe de Trabajos Prácticos de Salud Mental y del Instituto de Historia de la Medicina (Universidad de Buenos Aires) autor de VULNERABILIDAD AL ESTRÉS, ANSIEDAD Y DEPRESIÓN, trabajo presentado en el X CONGRESO DE LA ASOCIACIÓN ARGENTINA DE PSIQUIATRAS, Bs. As., octubre 2000 y presentado por Publicaciones Gador, Bs. As., 2001 260 Investigador Superior del CONICET, autor de la obra GENÉTICA HUMANA y uno de los mayores especialista argentino en Genética 261 Altenkämper, Pietravallo, otros autores 262 del Campo - PATOLOGIA VENOSA (1):13 y (2):27-32 231 Antonio Paolasso – INFORTUNIO Y MEDICINA LABORAL los cuadros varicosos sin predisposición y con causas directas claras. Esto invalida la generalización de Coget-Merlen. Folkow determinó en un estudio importante que ciertos individuos tendrán várices y otros no, a pesar de estar sometidos a factores de riesgo iguales. Esto da la razón a los autores que aseveran que hay un gran porcentaje (del 20 al 50%) que no tiene factores familiares o de predisposición para tener várices. Luego, cualquier persona, tenga o no predisposición familiar, puede desarrollar várices si está sometida a determinados factores ambientales causales o desencadenantes. Las várices inciden preferentemente en varones que permanecen la mayor parte del día, de pie.263 La magnitud de la patología venosa en medios laborales es alta.264 Además de la presión ortostática por estar de pie influye en la patología venosa el hacer sobreesfuerzos que aumenten la presión intraabdominal, como es levantar pesos o estar mucho tiempo de pie y agachado.265 Las flebopatías ocupacionales pueden ser uni o bilaterales, dependiendo de cual miembro reciba más presión ortostática.266 En los litigios por flebopatía varicosa ocupacional, existe en medios jurídicos, médicos laborales y algunos tratadistas de Medicina Laboral, la idea de que las várices tienen que ser bilaterales para ser indemnizables. Sin embargo los flebólogos investigadores han demostrado que sólo el del 50 al 60% de la flebopatías en general, incluidas las laborales267 Luego, estadísticamente, un poco menos del 50% son várices unilaterales. En nuestro caso, en 27 pacientes hemos observado que ocupacionalmente las várices unilaterales son producidas por posiciones especiales, como ocurre cuando uno de los miembros debe aumentar y mantener la contracción muscular o la posición ortostática. El primer caso ocurre en el chofer de larga distancia que debe mantener por varias horas apretado el acelerador del colectivo o camión. En los conductores de vehículos puede ocurrir que las várices sean bilaterales (la mayor frecuencia), pero en algunos conductores se observa la predominancia de la gravedad, en caso de bilateralidad, o directamente la unilateralidad de la várice del miembro inferior derecho (pie del acelerador). Contrariamente, en los afiladores de cuchillo u obreros de curtiembre o hilanderos que manejan instrumentos o amoladoras o ruecas a unipedal, el miembro inferior izquierdo que debe sustentar el peso del cuerpo y realizar la contrafuerza, es que el padece con más frecuencia várices unilaterales. De todos modos, aunque médicos laborales, abogados y jueces piensen que la várice unilateral no es indemnizable, los tratados médicos y los baremos demuestran lo contrario, pues los primeros afirman la existencia de la várice unilateral y los segundos la incluyen para ser indemnizadas. Flebopatía ocupacional y LRT Como otras enfermedades accidentes, las flebopatías ocupacionales no están contempladas en la LRT ni en la Tabla de Incapacidades de la misma y por lo tanto es otro daño laboral, que como las hernias inguinales, han quedado fuera de la ley por información médica errónea o preconceptos no debidamente comprobados. La experiencia demuestra que los argumentos esgrimidos para la exclusión de hernias y flebopatías y otras enfermedades accidentes, no tienen ningún asidero científico y dejan sin indemnización a los trabajadores damnificados por el trabajo. Es una injusticia que debe ser corregida y permita ser catalogadas estas enfermedades accidentes como culpables. La nueva reglamentación (decretos 1278/00 y 410/009 reconoce abiertamente la falencia de la Tabla de Incapacidades y de la propia ley en cuanto a la omisión de todas las lesiones producidas en ocasión del trabajo y que deben ser indemnizadas, pero ha dejado supeditada a las Comisiones Médicas el criterio de admisión de las enfermedades accidentes. Pero si esas 263 Farreras-Rozman MEDICINA INTERNA 1 (2):598, 1979 Cinelli-Ciffoniello- IMPORTANCIA DE LA PRESION VENOSA AMBULATORIA EN EL MEDIO LABORAL Rev. Arg.. Fleb. (5): 273-278 265 Tierney y cols. DIAGNOSTICO CLINICO Y TRATAMIENTO (10): 409, 1994 266 Pietrovallo - FLEBOPATIAS SUPERFICIALES Y PROFUNDAS (1): 11-13 Y (5): 180, Bs. As. 1995 267 del Campo, op. cit. 264 232 Antonio Paolasso – INFORTUNIO Y MEDICINA LABORAL Comisiones son las que juzgan en lo médico a la LRT y aún no reconocen a las enfermedades incluidas en la misma como la artrosis ocupacional y la hernia de disco no operada, menos van a reconocer lo que tradicionalmente han querido rechazar como son las enfermedades accidentes. Este tipo de patología laboral debe ser incluida taxativamente dentro de la ley, en su listado de enfermedades y en la Tabla de Incapacidad. PATOLOGÍA CARDIOVASCULAR LABORAL Y ESTRÉS El estrés como factor de vulnerabilidad cardiovascular En el parágrafo anterior sobre estrés/distrés labora vims que Néstor Vita,268 destaca al estrés crónico como factor de riesgo de la enfermedad coronaria y cardiovascular en general. En ese capítulo estudiamos las isquemias silentes, la ateroesclerosis coronaria, la hipertensión arterial, las coronariopatías, etc. Ahora estudiaremos otros cuadros vasculares patológicos desencadenados por estrés/distrés. Depresión, estrés y enfermedad cardiovascular Un estudio argentino realizado por Taragano (presentado en el XX Congreso Nacional de Cardiología, Córdoba, Argentina, mayo 2001) mostró que la depresión es factor de riesgo cardiovascular, de menor incidencia en personas sanas, pero muy importante en pacientes con enfermedad cardiaca previa. Este estudio comprobó que: pacientes con posIAM tienen a los 6 meses de sobrevida, 4 veces más riesgo de morir si padecen depresión. En un año, con puntajes de Beck de 19 o más, aumenta en 7 veces el riesgo de mortalidad cardiovascular. Los pacientes con angina inestable tiene seis veces más riesgo de sufrir un ataque cuando tienen un puntaje de Beck mayor de 9. Si tienen una fracción de eyección menor del 46%, la probabilidad de riesgo de un ataque es 4 veces mayor. En personas sanas, el estrés y la depresión están relacionados con la isquemia, la hipertensión, la agregación plaquetaria, la retención hidrosalina y las arritmias. Estos factores aumentan el riesgo de IAM y muerte súbita. El estudio Framingham identificó dentro de los factores de riesgo cardiovascular a los factores psicosociales de depresión, ansiedad y estrés crónico. El estudio Precursor Hopkins demostró que un solo evento depresivo aumenta el riesgo cardiovascular y lo mantiene aumentado por los siguientes 10 años. Otros factores identificados como riesgo cardiovascular fueron el carácter irascible y el aislamiento social. De este modo, la depresión es un factor de riesgo y factor de pronóstico negativo cardiovascular para el enfermo cardíaco. Tanto la depresión leve, como la ansiedad y el estrés crónico concurren por separado o concomitantemente a constituir factores de riesgo o de pronóstico negativo, por lo que deben estudiarse en todos los casos clínicos y cardiológicos y, detectados, deben ser tratados inmediatamente. Síncope cardíaco El síncope cardíaco ha sido calificado como enfermedad-accidente ocasionada por el trabajo por Tissembaum Se considera indemnizable.269 Puede ser por distrés agudo o crónico, intoxicaciones o contusiones. Síncope por enfermedad del seno Se presenta como disfunción del nódulo sinusal y una de las formas es la enfermedad del nodo. Cuando las arritmias conllevan incompetencia cronotrópica auriculoventricular la enfermedad puede ser 268 EL ESTRÉS COMO FACTOR DE VULNERABILIDAD CARDIOVASCULAR (publicación de Información Científica: 9-13 Gador, Bs. As. 2.000 269 Juan Kaplan – MEDICINA DEL TRABAJO: 312, Editorial El Ateneo, Buenos Aires, 1976 233 Antonio Paolasso – INFORTUNIO Y MEDICINA LABORAL causada o desencadenada por esfuerzo físico o un estrés emocional.270 Esto constituye una respuesta sinusal inadecuada al ejercicio o al estrés.271 El síncope, especialmente el síncope situacional, también puede ser producido por el síndrome del seno carotideo y la enfermedad del seno aórtico. La existencia de un elevado tono vagal y la ausencia de daño cardiovascular evidente pueden provocar síncope en situaciones de ansiedad.272 Taquicardia supraventricular sinusal de origen auricular La taquicardia supraventricular sinusal de origen auricular que se manifiesta por taquicardia auricular nodal y que se acompaña de extrasistolia auricular y fibrilación auricular es una arritmia que se de a esfuerzos físicos y trastornos de ansiedad o emocionales (distrés mental o psíquico) porque se presentan en personas con corazones sanos. Cuando son auriculares afectan más al sexo femenino. Algunos casos pueden ser tratados con radiofrecuencia y suelen ser refractarios a tratamiento con antiarrítmicos. Se detectan por ECG, PEG y Holter.273 TRAUMATISMOS CARDIACOS Traumatismos cardiacos no penetrantes Michael H. Crawford ha investigado dos tipos básicos de traumatismos cardíacos no penetrantes: mecánicos y eléctricos. Las lesiones mecánicas que pueden afectar el corazón son las lesiones de desaceleración, como las que se producen en accidentes de tránsito, lesiones de aceleración, como las que se dan en las explosiones, golpes y lesiones de aplastamiento torácico. Las lesiones eléctricas se deben a rayos o descargas de corriente eléctrica doméstica. Excepcionalmente, la electricidad provocada por el motor de un automóvil (dínamo o alternador o distribuidor) (corrientes alternas no rectificadas de aproximadamente 80 voltios) puede causar lesiones importantes. De igual modo ocurre con otros motores que generen corrientes eléctricas en el ámbito laboral. Tipos frecuentes de traumatismos cardíacos no penetrantes Lesiones por contusión Las lesiones más frecuentes del corazón son las de contusión.274 La contusión da lugar a un hematoma y necrosis hística. Las contusiones leves pueden no producir ningún problema y cicatrizar sin secuelas. Las contusiones más graves pueden producir rotura miocárdica, que puede afectar a la pared libre, los músculos papilares o el tabique interventricular. Estas lesiones pueden dar lugar a trombos intracavitarios y a la formación de aneurismas, tanto verdaderos como seudo aneurismas. Las lesiones por contusión pueden manifestarse por un taponamiento pericárdico debido a la presencia de sangre en el pericardio, por un infarto de miocardio o por una insuficiencia cardiaca debida a una lesión ventricular. Además, la contusión puede causar arritmias importantes, tanto auriculares como ventriculares, que pueden ser la manifestación de una presentación inicial. Los traumatismos y trombosis de las arterias coronarias son poco frecuentes. 270 MKSAP 10, American College of Physicians, MEDICINA CARDIOVASCULAR, Vol.1 Nº 2, publicado por Americana de Publicaciones S. A., Bs. As., 1997 271 PROAMI, Cuarto Ciclo, Fascículo 3, Editorial Panamericana, Bs. As., 1999 272 PROAMI, Cuarto Ciclo, Fascículo 1, Editorial Panamericana, Bs. As., 1999 273 Farreras, Rozman – MEDICINA INTERNA: 575-580, 14ª. Edición, Editorial Harcourt, España, 2000 274 (Fabian-Cicala-Croce y col. J. TRAUMA, 1991, 31:653-660) (Foil-Mackersie-Furst y col. AM. J. SURG 1990, 160: 638-642) 234 Antonio Paolasso – INFORTUNIO Y MEDICINA LABORAL Rotura de estructuras cardiacas Otro trastorno frecuente en los traumatismos mecánicos es la rotura de estructuras cardíacas.275 El pericardio puede romperse lo que da lugar a una herniación del corazón.276 Puede producirse una rotura de las valvas y de las cuerdas tendinosas, que dé lugar a una disfunción valvular aguda. Esto es especialmente frecuente en las válvulas auriculoventriculares, mientras que es raro en las semilunares. Puede producirse una laceración de la aorta, que cause una rotura manifiesta o un aneurisma disecante. Los traumatismos aórticos se producen con frecuencia en la raíz aórtica o en la zona de unión del ligamento arterioso. La laceración de una arteria coronaria es poco frecuente. Si se produce una laceración de arterias y venas, puede formarse una fístula arteriovenosa. Concusión cardiaca (conmoción cardiaca) El tipo menos frecuente de traumatismo mecánico del corazón es la concusión cardiaca (commotio cordis). Esta lesión se de a un golpe súbito en el tórax, que puede causar una lesión pequeña o nula en el tórax o el corazón. Sin embargo, la onda de concusión causa taquiarritmias o bradiarritmias ventriculares que pueden provocar una muerte súbita.277 Se ha descrito este tipo de muerte súbita como consecuencia de golpes producidos por pelotas de béisbol, discos de hockey sobre hielo u otros objetos similares en el tórax. La muerte súbita por concusión cardiaca es rara, aunque importante causa de muerte súbita puesto que suele producirse en individuos jóvenes sanos. Lesión eléctrica La importancia de una lesión eléctrica depende de la cantidad de corriente y la duración del flujo de ésta en el organismo. Los rayos producen una corriente muy intensa, pero durante un período de tiempo muy breve. (Algo similar ocurre con las corrientes de alta tensión que pueden afectar por accidente de cortes de cables o a los operarios que trabajan en estas líneas). Así pues muchas de las descargas producidas por rayos (o fuentes de alta tensión) no llegan a penetrar en el cuerpo, pero dejan quemaduras cutáneas significativas. Cuando un rayo (o descarga de alta tensión) llega al corazón, suele causar asistolia. La corriente eléctrica doméstica, a pesar de que el contacto con los polos se produzca antes de la reducción del voltaje a niveles existentes en los hogares, tiene una intensidad muy inferior a los rayos. Sin embargo, los accidentes que se producen con esta corriente implican a menudo una exposición más prolongada, y por lo tanto, una mayor probabilidad de que la corriente llegue al corazón. La corriente doméstica suele causar una fibrilación auricular o ventricular.278 Según la intensidad y duración de la exposición del miocardio a la corriente, puede inducir una necrosis miocárdica o un infarto claro de grosor completo. Ello puede dar lugar a arritmias después de finalizado el contacto con la electricidad.279 La exposición prolongada a la corriente alterna doméstica puede causar una considerable producción de calor que puede provocar también lesiones del corazón. Por último, muchos pacientes que tienen contacto con la corriente sufren heridas causadas por las caídas asociadas. Otro factor que determina la lesión cardíaca es el tipo de corriente. La corriente directa es mucho menos peligrosa que la alterna. A su vez, la corriente alterna de alto voltaje con una gran cantidad de ciclos por segundo (Hertz, Hz) puede ser menos grave que un voltaje bajo con pocos ciclos por segundo. Así, con corrientes alternas de 25 a 300 Hz., los bajos voltajes (menos de 220 Hz) suelen producir fibrilación ventricular y los altos voltajes (más de 1000 Hz.) insuficiencia respiratoria. Los voltajes intermedios (de 200 275 Baxa ANN EMERG. MED.1991, 20: 902-904 Fulda-Rodríguez-Turney-Cowley J. CARDIOVASC. SURG. (Turín) 1990, 31:525-530 277 Link - N. ENGL. J. MED. 1998, 38: 1805-1181 278 Chandra-Siu-Munster - CRIT. CARE MED. 1990, 18:293-297 279 Cunningham - MIL. MED. 1991, 156:254-255 276 235 Antonio Paolasso – INFORTUNIO Y MEDICINA LABORAL a 1000 Hz) producen ambas. Por acuerdo general, más de 100 mA de corriente doméstica (AC) de 110 volts a 60 Hz es peligrosa porque puede causar fibrilación ventricular. Asimismo, es más probable que el contacto con la corriente DC cause asistolia. Las lesiones por rayos difieren de las lesiones por choque eléctrico de alto voltaje, en que las primeras implican voltajes más altos pero una duración de contacto más breve por lo que suelen producir asistolia en vez de fibrilación ventricular, daño al sistema nervioso central y afección patológica multisistémica. El riesgo de daño cardíaco es mayor cuando la corriente del electrochoque sigue una vía transtorácica (mano-mano o mano-pie).280 El paro cardiorrespiratorio es relativamente común en personas que han recibido descargas de alto voltaje. Se puede producir por fibrilación ventricular, por asistolia, o bien es secundario a paro respiratorio. Inmediatamente después o durante las horas posteriores al accidente o durante las horas posteriores al accidente pueden aparecer arritmias cardíacas. Los efectos sobre el miocardio incluyen trastornos de la conducción y del ritmo y necrosis miocárdica. Ésta puede corresponder a lesión tisular directa o a accidente coronario agudo.281 Se emprendió un estudio prospectivo para determinar la incidencia de posibles daños del miocardio consecutivos a una lesión eléctrica. Dieciséis pacientes con injurias por choque eléctrico se evaluaron utilizando electrocardiogramas seriados consecutivos a las lesiones eléctricas, determinaciones de la creatinkinasa (CK) y de la isoenzima MB-CK, escaneo con pirofosfato de tecnecio 99m y monitoreo con Holter de 24 horas. Los resultados mostraron que cinco pacientes (31%) tienen ECG anormal, nueve pacientes (56%) tenían elevaciones de la isoenzima MB-CK y un paciente tenía anormalidades transitorias en el Holter. Ningún paciente tenía anormal el escaneo con pirofosfato de tecnecio. De los nueve pacientes con elevación de los niveles de MB-CK, sólo dos tenían ECG anormal. Ninguno de los pacientes tenía evidencia clínica de disfunción cardíaca. Estos resultados indican una correlación pobre de la elevación de los niveles de MB-CK con ECG anormales y demuestran una relativamente baja incidencia de daño del miocardio en asociación con lesiones eléctricas.282 Este estudio realizado en EE.UU. se ha hecho sobre la base de casos sometidos a corrientes alternas de 110 voltios, menores que los usado en otros países como Argentina que es de 220 voltios y con la características de baja seguridad en las instalaciones lo que da una exposición mucho más prolongada. En EE.UU. hay mayor sistema de seguridad que asegura exposiciones menores y a esta situación y el bajo voltaje relativo, puede inducir resultados como los observados en este estudio. Durante los años 1980-1990, 49 pacientes (38 hombres y 11 mujeres) fueron tratados en este Departamento por diferentes lesiones eléctricas. La edad del promedio era 27 años (2-78 años). Treinta y nueve casos habían sufrido accidentes por bajo voltaje (menos que 1000 voltios) y diez casos habían sufrido accidentes por alto voltaje (más de 1000 voltios). Como resultado se ha informado la incidencia y tipo de paro cardíaco, pérdida de conciencia en la escena del accidente, mioglobinuria, fasciotomías agudas, intervenciones quirúrgicas, amputaciones, complicaciones cardiovasculares. El hallazgo más importante era que no se observaron anormalidades cardíacas con los pacientes que clínicamente presentaron paro cardíaco primario. A pesar de este hallazgo, a 18 de los pacientes se le trajeron inicialmente a este departamento médico para un monitoreo electrocardiográfico. Esto podría retardar claramente una intervención quirúrgica, aunque no pareció afectar las consecuencias finales (con algunas reservaciones). Se concluyó que sólo en los 280 Tierney Jr. y cols. – DIAGNÓSTICO CLÍNICO Y TRATAMIENTO: 1499-1500, 35ª. Edición, Editorial Manual Moderno, México 2000 281 Farreras-Rozman – MEDICINA INTERNA: 3045, 14ª edición, Vol. 2, Editorial Harcourt, Madrid, 2000 282 Housinger T. A. y cols – J. Trauma 1986 jul; 26 (7):659 236 Antonio Paolasso – INFORTUNIO Y MEDICINA LABORAL casos de ECGs anormales se debe indicar el monitoreo electrocardiográfico. Por otra parte una lesión eléctrica es materia quirúrgica.283 La electricidad y los rayos pueden causar lesión de varias maneras, y algunas de estas lesiones pueden quedar ocultas a un médico confiado hasta que es demasiado tarde. Se debe aplicar la resurrección en forma rápida y prolongada lo que es necesario y de un beneficio probado. Se debe prestarle particular atención al paciente que sufre lesión por alto voltaje, y no se deben excluir quemaduras electrotérmicas profundas con daño en órganos vitales. Con cierta frecuencia se ven secuelas tardías por lo que tales pacientes requieren cuidado apropiado.284 ENFERMEDAD DE LAS MONTAÑAS Se pueden producir en trabajadores que deben realizar obras en alta montaña, en militares, en guías turísticos y otras profesiones que eventualmente deban trabajar en alturas montañosas considerables. Se producen por la falta de tiempo suficiente para la aclimatación, el incremento en la actividad física y los grados variables de salud, son los responsables de las alteraciones agudas, subagudas y crónicas que se producen por hipoxia a alturas mayores de 2.000 metros.285 Los efectos nocivos de la altitud se deben a que la presión barométrica disminuye a medida que aumenta la altura en forma exponencial. Varía también con la temperatura y la latitud terrestre. Las grandes altitudes (2.000 a 5.000 metros sobre nivel de mar) repercuten sobre la mayoría de los órganos y el rendimiento físico máximo. Se produce la denominada hipoxia hipobárica y su aparición depende del grado de altitud, rapidez de ascenso y tiempo de permanencia. Existe un riesgo por encima de los 2.000 metros donde generalmente, la saturación arterial de oxígeno cae por debajo del 90%. El ejercicio o trabajo físico incrementa la hipoxemia e hipocapnia.286 La enfermedad de las montañas afecta a la circulación cerebral (edema cerebral) y a la circulación pulmonar. Enfermedad aguda de las montañas Los síntomas iniciales de la enfermedad aguda de las montañas son: cefaleas (el síntoma más grave y persistente), mareos, vértigos, disnea, cianosis, náuseas y vómitos, palidez facial. En un grado más tardío o avanzado hay rubor facial, vértigos, mayor disnea, debilidad por el ejercicio físico, insomnio, irritabilidad, aumento de la cefalea (por edema cerebral), palpitaciones, taquicardia, trastornos respiratorios y otros síntomas.287 Pueden ser sufridas por los que ejercen profesiones en las montañas: militares, guías turísticos, personal de hoteles, toda personal que eventualmente deba trabajar en grandes alturas. Enfermedad subaguda de las montañas La enfermedad de las montañas puede presentarse en grandes alturas y personas no aclimatadas con signos como hematocrito elevado y ECG y radiografía de tórax con hipertrofia de ventrículo derecho. El 283 Partoft S. y cols. MONITOREO CARDÍACO EN LESIONES POR ELECTRICIDAD (Hospital Hvidore) Ugesdr Laeger 1997 Dec 1: 159 (49): 7316 – 8 Related Articles, Books 284 Jain s., Bandl V. (Department of Pulmonary and Critical Care Medicine, Ben Taud General Hospital, Baylor College of Medicine, Houston, Texas, USA) Crit Care Clin. 1999 Apr; 15 (2):319-31 Related Articles, Books, LinkOut 285 Tierney Jr. y colaboradores – DIAGNÓSTICO CLÍNICO Y TRATAMIENTO:1504 –1505, Editorial Manual Moderno, México, 2000 286 Farreras-Rozman – MEDICINA INTERNA, Vol. II: 3020-3021, Editorial Harcourt, Madrid, España, 2000 287 Tierney Jr. y colaboradores – DIAGNÓSTICO CLÍNICO Y TRATAMIENTO: 1504 –1505, Editorial Manual Moderno, México, 2000 237 Antonio Paolasso – INFORTUNIO Y MEDICINA LABORAL tratamiento consiste en reposo, administración de oxígeno y retorno a alturas menores.288 Corresponde a un cor pulmonale cuyas manifestaciones clínicas aparecen tras varios meses de permanencia en alturas extremas. En los niños produce cardiopatía congestiva grave que puede conducir a la muerte.289 Contraindicaciones para grandes alturas Son contraindicaciones para grandes alturas: insuficiencia respiratoria y renal, las cardiopatías isquémica y congestiva y la hipertensión pulmonar. La hipertensión arterial no compensada. La obesidad altera los mecanismos de aclimatación.290 ACCIDENTE CEREBROVASCULAR (ACV) Etiología de ACV isquémico “En función del síndrome clínico y del resultado de pruebas complementarias el AVC isquémico se clasifica en los siguientes subtipos: arteriosclerótico de gran vaso, cardioembólico, arteriosclerótico de pequeño vaso, secundario a otras causas y de etiología incierta. El AVC arteriosclerótico de gran vaso es el asociado a una estenosis arterial superior al 50%... Los síntomas se deben preferentemente a la formación de trombos murales en la placa estenosante que al desprenderse ocluyen ramas distales de la circulación cerebral (embolia arterio-arterial). El AVC cardioembólico representa un tercio aproximadamente de los AVC isquémicos y puede ser secundario a un nutrido grupo de enfermedades cardíacas de riesgo embólico… El AVC arteriosclerótico de pequeño vaso (infarto lacunar)… representan el 20% de AVC isquémicos y la anomalía arterial subyacente más frecuente es una placa de microateroma asentada en el origen o tercio proximal del vaso perforante. El AVC secundario a otras causas puede asociarse a un largo listado etiológico, especialmente en adultos jóvenes sin factores de riesgo. Destacan por su relativa frecuencia la disección arterial, la displasia fibromuscular, la dolicoectasia y el síndrome antifosfolipídico. El AVC de etiología incierta en un 30/40%, obedecen a una causa no identificada a pesar de realizar un estudio diagnóstico completo. La incerteza diagnóstica puede también deberse a la detección en el mismo paciente de más de una etiología. Se ha sugerido que los infartos de causa incierta recurren con menor frecuencia”.291 Etiología de ACV hemorrágico La mayoría de los casos de hemorragia intracerebral (HIC) (45-65%) ocurren como resultado de los efectos de la hipertensión arterial. La hipertensión arterial crónica da lugar a la formación de lesiones en las pequeñas arterias de la sustancia cerebral (arterias perforantes), las cuales pueden romperse, presumiblemente coincidiendo con elevaciones agudas de la presión arterial. Estas lesiones vasculares son los microaneurismas de Charcot y Bouchard y áreas de degeneración hialina de la pared arterial. Tales cambios vasculares tienden a ocurrir en arterias de las zonas profundas de los hemisferios cerebrales, cerebelo y tronco cerebral… Otras causas de HIC son: angiopatía cerebral amiloidea, malformaciones vasculares, tumores cerebrales, uso de anticoagulantes, agentes fibrinolíticos, fármacos simpaticomiméticos, vasculitis”.292 En cuanto a la etiología de la hipertensión arterial: la causa de la elevación de la presión arterial se desconoce en la mayoría de los casos, y la prevalencia de la hipertensión de etiología conocida (hipertensión 288 Tierney Jr. y colaboradores – DIAGNÓSTICO CLÍNICO Y TRATAMIENTO: 1504 –1505, Editorial Manual Moderno, México, 2000 289 Farreras-Rozman – MEDICINA INTERNA, Vol. II: 3020-3021, Editorial Harcourt, Madrid, España, 2000 290 Farreras-Rozman – MEDICINA INTERNA, Vol. II: 3020-3021, Editorial Harcourt, Madrid, España, 2000 291 Farreras-Rozman – MEDICINA INTERNA: 1640, Editorial Harcourt, 14ª edición, Madrid, 2000 292 Farreras-Rozman – MEDICINA INTERNA: 1640, Editorial Harcourt, 14ª edición, Madrid, 2000 238 Antonio Paolasso – INFORTUNIO Y MEDICINA LABORAL secundaria) varía de unos centros a otros, aunque puede cifrarse en el 1-15% de todos los hipertensos y alrededor del 6% entre los varones de edad mediana. La hipertensión de causa desconocida se denomina primaria, esencial o idiomática y a ella corresponde la gran mayoría de pacientes hipertensos (80 a 95% de todos los casos) Entre los factores de la epidemiología de la hipertensión arterial encontramos a los factores ambientales. Se ha sugerido múltiples veces que el estrés es un factor importante de la hipertensión. También se han implicado el tamaño de la familia, el hacinamiento, la ocupación, factores dietéticos, etc. Algunos estudios sobre poblaciones rurales han demostrado cifras de presión elevadas, incluso superiores a las de poblaciones urbanas genéticamente similares. La exposición durante mucho tiempo a ambientes psicosociales adversos pueden ser importante y originar hipertensión permanente, con independencia del área rural o urbana. La prevalencia de hipertensión es mayor cuanto más bajo es el nivel socioeconómico y educativo. Los factores de personalidad son importantes y entre ellos se han citado la tendencia a la ansiedad y la depresión, los conflictos de autoridad, el perfeccionismo, la suspicacia y la agresividad.293 TRAUMATISMOS VASCULARES Traumatismo arterial venoso y linfático El traumatismo vascular ocurre tanto en el sistema arterial y venoso como en el linfático. En el 80 a 90% de los casos ocurre en las extremidades (miembros superiores y miembros inferiores). Clínicamente pueden presentar isquemia o hemorragia y suelen asociarse a lesiones osteoarticulares y/o neurológicas de las extremidades como secuela del traumatismo vascular. Las causas más frecuentes de estos traumatismos son el accidente de tráfico, el accidente laboral, el accidente doméstico y la iatrogenia. En determinados casos, la causa es la violencia civil o el accidente por el manejo de armas tanto de fuego como blancas. Pero, alrededor de una tercera parte de los traumatismos vasculares son iatrogénicos, por causa de exploraciones hemodinámicas y de procedimientos endovasculares o por una inyección intravascular muy traumatizantes, generalmente debido a impericia del que introduce la aguja o la gran dificultad de encontrar un vaso para canalizarlo. La iatrogenia por cirugías o exploración endoscópica es menos frecuente. Otra causa de traumatismo vascular punzante ocurre en los drogadictos en los se complican con la infección o las drogas inyectadas. La caza puede producir traumatismos vasculares por las astas punzantes de algunos animales o las armas de caza. En general, los traumatismos vasculares representan una baja frecuencia en el orden general de los traumatismos, estando alrededor de un 3% del total de los traumatismos. La herida de un vaso puede ser por punción o por contusión. La herida punzante producidas por instrumentos punzantes o cortantes, lesionan la piel y provocan sobre el vaso la lesión de algunas o varias de sus capas. El signo más frecuente es la hemorragia. Según el grado de afección de la pared arterial se distinguen cuatro tipos de lesiones arteriales: laceración, sección, falso aneurisma y fístula arteriovenosa. La laceración es producida por una herida transversal o longitudinal que puede afectar las capas superficiales o bien todas las capas del vaso. En la sección hay división de las tres capas de la arteria y puede afectar parcial o totalmente a la circunferencia arterial. Se habla de falso aneurisma cuando la lesión arterial queda encubierta por proliferación de tejidos vecinos y se manifiesta como una tumoración formada por el hematoma que cohíbe la hemorragia. La fístula arteriovenosa consiste en la comunicación entre y una vena. En las lesiones contusas, el traumatismo no produce solución de continuidad en la piel, la que se observa indemne pero se transmite al vaso según la intensidad con que actúa el agente traumático. El signo más frecuente de una contusión es la isquemia. Se debe distinguir tres tipos de lesiones vasculares contusas: 293 Farreras-Rozman – MEDICINA INTERNA: 667-668, Editorial Harcourt, 14ª edición, Madrid, 2000 239 Antonio Paolasso – INFORTUNIO Y MEDICINA LABORAL espasmo arterial, contusión y trombosis. En el caso de la contusión puede asociarse a falso aneurisma. El espasmo arterial, sin lesión orgánica, se produce por una contracción de la musculatura lisa de la capa media. Es más frecuente en niños. La contusión y trombosis se deben a una rotura de la capa media o íntima del vaso lo que lleva a que se forme una lengüeta en la cavidad luminar del vaso a la que se añade una trombosis consecutiva. La contusión y el falso aneurisma están provocados por el debilitamiento de la pared arterial, secuela del traumatismo que le hace perder su elasticidad. Cerca de un 20% de casos de traumatismo arterial no presentan clínica de inmediato y desarrollan posteriormente un falso aneurisma, una fístula arteriovenosa o una isquemia crónica. El mecanismo de las lesiones venosas es muy similar al de la lesión arterial. Los traumatismos del sistema venoso profundo se asocian en el 90% de los casos a un traumatismo arterial. Las lesiones venosas pueden presentar hemorragia venosa, o trombosis, la que origina edema crónico de extremidades. Asimismo puede coexistir una flebitis postraumático o una tromboflebitis postraumática. La causa más frecuente del traumatismo linfático es la cirugía, especialmente las radicales que exigen gran extirpación de tejidos o bien a un accidente quirúrgico que secciona algún ganglio, tronco o conducto linfático. El traumatismo linfático puede presentar linforragia externa o interna o bien encapsularse dando origen a un linfocele.294 Equimosis y hematoma postraumáticos Cuando hay lesiones postraumáticas en tejidos blandos se producen equimosis y hematomas. Si se provoca una extravasación difusa de sangre en el interior de un tejido se llama equimosis y se reconoce en piel y mucosas por una coloración violácea o mancha violácea no elevada, mayor que una petequia, en el tejido celular subcutáneo y que generalmente es producida por ruptura de capilares. Cuando la ruptura acaece sobre capilares, vénulas o venas propiamente dichas o arteriolas o arterias, puede formarse una colección hemática de sangre coagulada y en este caso se denomina hematoma,295 el cual además de la coloración violácea forma una masa tumoral y presenta signo de flogosis. Se denomina equimoma a la tumefacción causada por una magulladura y formada por extravasación subcutánea de sangre.296 Cuando hay excoriación en la zona de contusión, puede haber puerta de entrada de gérmenes y el hematoma puede formar abceso. Igualmente ocurre cuando la piel lesionada queda con trastornos tróficos. Edemas localizados postraumáticos Los edemas localizados afectan a territorios del organismo con una localización preferente en extremidades. Su distribución suele ser asimétrica y apenas se modifican con los cambios posturales. Se producen por un aumento de la permeabilidad capilar debido a procesos inflamatorios y pueden deberse a traumatismos o quemaduras, entre otras causas.297 Traumatismos vasculares periféricos El traumatismo vascular ocurre tanto en el sistema arterial y venoso como en el linfático. En el 80 a 90% de los casos ocurre en las extremidades (miembros superiores y miembros inferiores). Clínicamente pueden presentar isquemia o hemorragia y suelen asociarse a lesiones osteoarticulares y/o neurológicas de las extremidades como secuela del traumatismo vascular. Las causas más frecuentes de estos traumatismos son el 294 Farreras-Rozman – MEDICINA INTERNA: 796, Editorial Harcourt, 14ª edición, Madrid, 2000 Hematoma es la “acumulación de sangre en un tejido por rotura de un vaso sanguíneo” (Diccionario Médico Dorland) 296 Diccionarios Médicos Salvat y Dorland 297 Farreras-Rozman – MEDICINA INTERNA: 2078, Editorial Harcourt, Madrid, 2000 295 240 Antonio Paolasso – INFORTUNIO Y MEDICINA LABORAL accidente de tráfico, el accidente laboral, el accidente doméstico y la iatrogenia. En determinados casos, la causa es la violencia civil o el accidente por el manejo de armas tanto de fuego como blancas. Pero, alrededor de una tercera parte de los traumatismos vasculares son iatrogénicos, por causa de exploraciones hemodinámicas y de procedimientos endovasculares o por una inyección intravascular muy traumatizantes, generalmente debido a impericia del que introduce la aguja o la gran dificultad de encontrar un vaso para canalizarlo. La iatrogenia por cirugías o exploración endoscópica es menos frecuente. Otra causa de traumatismo vascular punzante ocurre en los drogadictos en los se complican con la infección o las drogas inyectadas. La caza puede producir traumatismos vasculares por las astas punzantes de algunos animales o las armas de caza. En general, los traumatismos vasculares representan una baja frecuencia en el orden general de los traumatismos, estando alrededor de un 3% del total de los traumatismos. La herida de un vaso puede ser por punción o por contusión. La herida punzante producidas por instrumentos punzantes o cortantes, lesionan la piel y provocan sobre el vaso la lesión de algunas o varias de sus capas. El signo más frecuente es la hemorragia. Según el grado de afección de la pared arterial se distinguen cuatro tipos de lesiones arteriales: laceración, sección, falso aneurisma y fístula arteriovenosa. La laceración es producida por una herida transversal o longitudinal que puede afectar las capas superficiales o bien todas las capas del vaso. La laceración arterial es la lesión vascular más frecuente y consiste en una lesión parcial de la circunferencia arterial. El sector en la pared que permanece intacto impide la retracción y la trombosis de los sectores lesionados, por lo que generalmente la hemostasis no se realiza. El sangrado puede ser, entonces, externo cuando hay una solución de continuidad de partes blandas o constituir un hematoma difuso o cerrado. El hematoma difuso puede ser arterial o venoso. Corresponde frecuentemente a heridas punzantes o perforantes, especialmente por armas de fuego. En este tipo de lesión, la piel y planos musculares se obliteran tras la perforación retracción elástica, originándose el hematoma. Éste puede comprimir otros elementos venosos y arteriales colaterales, produciendo una isquemia secundaria, que agrava la sintomatología. Cuando el sangrado arterial se da dentro de un compartimiento próximo a espacios anatómicos bien delimitados, como el triángulo de Scarpa, hueco poplíteo o pliegue del codo, puede producir un hematoma capsulado. El hematoma capsulado aumenta su tamaño hasta que su presión se equilibra con la tensión arterial. y permanece en comunicación con la luz arterial.298 Esta comunicación la luz arterial permite la embolización distal de pequeños coágulos contenidos en el hematoma (microémbolos) que en sentido centrípeto van obliterando progresivamente su luz. Se forma un hematoma pulsátil conocido como falso aneurisma, o seudoaneurisma traumático. Se habla de falso aneurisma cuando la lesión arterial queda encubierta por proliferación de tejidos vecinos y se manifiesta como una tumoración formada por el hematoma que cohíbe la hemorragia. Según Del Sel, luego de dos a tres semanas de producido el hematoma capsulado, su contenido se licua por un proceso de fibrinólisis. Los estratos periféricos de fibrina se mantienen y forman la pared del seudoaneurisma o falso aneurisma, que mantiene la comunicación con la arteria y ésta le transmite su latido.299 En la sección vascular hay división de las tres capas de la arteria (rotura completa de la pared arterial) y puede afectar parcial o totalmente a la circunferencia arterial llevando a la desvinculación de ambos segmentos, proximal y distal. En estos casos los 298 Del Sel y col. – ORTOPEDIA Y TRAUMATOLOGÍA: 53, 2ª edición, Editorial López Libreros Editores, Bs. As., 1976 299 Del Sel y col. – ORTOPEDIA Y TRAUMATOLOGÍA: 53, 2ª edición, Editorial López Libreros Editores, Bs. As., 1976 241 Antonio Paolasso – INFORTUNIO Y MEDICINA LABORAL segmentos arteriales, generalmente, sufren espasmo con retracción de la íntima y trombosis con disminución del sangrado. La fístula arteriovenosa consiste en la comunicación entre y una vena. En las lesiones contusas, el traumatismo no produce solución de continuidad en la piel, la que se observa indemne pero se transmite al vaso según la intensidad con que actúa el agente traumático. El signo más frecuente de una contusión es la isquemia. Se debe distinguir tres tipos de lesiones vasculares contusas: espasmo arterial, contusión y trombosis. En el caso de la contusión, especialmente con formación de hematoma intramural, éste puede resulta de un golpe directo o el efecto contusivo de una bala. Este hematoma puede estrechar u ocluir la pared arterial o incluso debilitarla pudiendo asociarse a falso aneurisma. El espasmo arterial, sin lesión orgánica, se produce por una contracción de la musculatura lisa de la capa media. Es más frecuente en niños. La trombosis se debe a una rotura de la capa media o íntima del vaso lo que lleva a que se forme una lengüeta en la cavidad luminar del vaso a la que se añade una trombosis consecutiva. La contusión y el falso aneurisma están provocados por el debilitamiento de la pared arterial, secuela del traumatismo que le hace perder su elasticidad. Cerca de un 20% de casos de traumatismo arterial no presentan clínica de inmediato y desarrollan posteriormente un falso aneurisma, una fístula arteriovenosa o una isquemia crónica. Independientemente del mecanismo lesional, la interrupción brusca del flujo arterial determina isquemia del miembro. Esto se genera por un disbalance entre la oferta y la demanda de oxígeno a los tejidos. El tejido nervioso es particularmente sensible a la isquemia por su elevado requerimiento energizante y, por tanto, los nervios periféricos son los que primero se manifiestan. El músculo tolera mejor la isquemia hasta un período de seis horas sin sufrir lesiones irreversibles. Dentro de la contusión vascular se debe considerar la lesión de la íntima arterial que puede darse por la tracción de un vaso debido a una luxación o fractura ósea o por el efecto expansivo de una bala. Este tipo de lesiones generalmente conduce a la disección intimal distal y la trombosis que se propaga en sentido proximal y distal. El mecanismo de las lesiones venosas es muy similar al de la lesión arterial. Los traumatismos del sistema venoso profundo se asocian en el 90% de los casos a un traumatismo arterial. Las lesiones venosas pueden presentar hemorragia venosa, o trombosis, la que origina edema crónico de extremidades. Asimismo puede coexistir una flebitis postraumática o una tromboflebitis postraumática. Las lesiones venosas también pueden ser muy variables, desde laceraciones pequeñas hasta secciones completas. Los sangrados por lesiones venosas pueden producir hematomas importantes pero no seudoaneurismas. La trombosis distal, secundaria a lesiones venosas, generalmente es mayor que la secundaria a lesiones arteriales. Esto es debido al régimen circulatorio más lento del sistema venoso; por otra parte, la trombosis puede conducir a la formación de edema por congestión venosa del miembro. En la lesión de aquellas venas mayores, con escasa colateralidad (como la vena poplítea), la trombosis y el edema es particularmente importante, lo que lleva al enlentecimiento e incluso a la obstrucción del flujo e hipertensión venosa. La causa más frecuente del traumatismo linfático es la cirugía, especialmente las radicales que exigen gran extirpación de tejidos o bien a un accidente quirúrgico que secciona algún ganglio, tronco o conducto linfático. El traumatismo linfático puede presentar linforragia externa o interna o bien encapsularse dando origen a un linfocele.300 En las heridas por proyectiles las características físicas y dinámicas del proyectil son importantes para determinar el tipo y grado de lesión. Mientras que las armas de fuego de baja velocidad provocan daño por acción directa, las de alta velocidad no sólo producen lesión por acción directa, sino especialmente por la 300 (Farreras-Rozman – MEDICINA INTERNA: 796, Editorial Harcourt, 14ª edición, Madrid, 2000) (Juambeltz, Machado y Trostchansky, TRAUMA: 658, Editorial Arena, Uruguay, 2005) 242 Antonio Paolasso – INFORTUNIO Y MEDICINA LABORAL onda expansiva que generan. Es así que se produce lesión en tejidos que están alejados de la trayectoria de la bala, generando desvitalización tisular con lesión de la circulación colateral. También pueden existir lesiones por los llamados proyectiles secundarios (fragmentos del propio proyectil o fragmentos óseos en el caso de que se afecte un hueso). Asimismo, se genera una cavidad temporal como resultado de las fuerzas radiales de la bala que resulta en un efecto de aspiración de restos de ropas y partículas del ambiente; y pueden llegar a constituir un síndrome compartimental (aumento de la presión en un espacio limitado que compromete la circulación y la función de los tejidos en dicho espacio. En los casos que produce edema y hemorragia provoca injuria de tejidos blandos). Estas lesiones, por tanto, son graves, complejas, con gran destrucción de partes blandas, generalmente con lesiones osteoarticulares asociadas y contaminación infecciosa.301 301 Juambeltz, Machado y Trostchansky, TRAUMA: 658, Editorial Arena, Uruguay, 2005 243 Antonio Paolasso – INFORTUNIO Y MEDICINA LABORAL CAPÍTULO VIII TRAUMATOLOGÍA DEL SISTEMA NERVIOSO LESIONES NEUROLÓGICAS LESIONES DE NERVIOS PERIFÉRICOS Tipos de lesiones Los tipos más frecuentes de lesiones de los nervios periféricos son la laceración, la contusión, la elongación y la compresión, con ruptura o sin ella. Macroscópicamente pueden comprobarse cinco tipo de lesiones: sección completa del nervio, división parcial del nervio, inflamación de un segmento del nervio sin ruptura, lesiones en que el nervio conserva un aspecto relativamente normal y transformaciones fibrosas tardías. Las causas de estas lesiones pueden ser: a) instrumentos: navajas, trozos de vidrio, otros instrumentos punzocortantes; b) agentes que producen lesiones relativamente localizadas: disparo de arma de fuego: desprende una fuerza que se distribuye por las zonas adyacentes. Los fragmentos de proyectil rara vez lesionan o seccionan al nervio directamente sino que al pasar por tejidos adyacentes producen un efecto cavitario y causa al nervio una lesión por elongación y contusión; c) daño de segmentos largos del nervio por elongación por dislocación de una extremidad; d) comprensión, aplastamiento o contusión que generalmente son el resultado de accidentes automovilísticos, aunque algunas veces son causados por objetos romos; e) comprensión causada por inflamación que puede ocurrir debajo de un molde o vendaje rígido o que obedece a una contusión; fracturas que producen contusión o elongación del nervio, o ambos, o que provocan aplastamiento del nervio por encierro en el callo óseo; g) inyecciones mal colocadas. Microscópicamente las lesiones son: a) neurotmesis que es el corte de un nervio con sección de axones; b) neuropraxia: cuando los axones conservan su continuidad pero pierden la función y no hay degeneración walleriana; c) axonotmesis: el tejido conectivo que sirve de sostén de los nervios sigue inalterado pero la lesión es tan grave que los axones se rompen o fragmentan y aparece una degeneración walleriana delante de la lesión.302 Traumatismo por heridas cortantes o ruptura de nervios periféricos Una lesión de un nervio periférico puede provocar neurotmesis. La neurotmesis es la lesión nerviosa que cursa con solución de continuidad del axón, de la membrana basal y del tejido conjuntivo del perineurio, de tal modo que la regeneración no es posible si no se procede a una reparación quirúrgica. El diagnóstico se establece a partir de las manifestaciones clínicas y de resultados de la electromiografía (EMG) y neurografía. El tratamiento de una sección traumática de un nervio periférico debe intentarse con la anastomosis quirúrgica término-terminal o, si ésta no es posible, con la implantación de un injerto homólogo.303 Las 302 303 NEUROPATÍAS PERIFÉRICAS: 125-127, Organización mundial de la Salud, Ginebra, Bs. As., 1980 Farreras – Rozman, MEDICINA INTERNA: 1753, Editorial Harcourt, Madrid, 2000 244 Antonio Paolasso – INFORTUNIO Y MEDICINA LABORAL lesiones de los nervios periféricos pueden evaluarse por regla de cálculo para lesiones de nervios periféricos de la Tabla de Incapacidades ley 24557, Dcto. 659/96 publicada por el Dr. Rubinstein.304 Neuropatías compresivas La enfermedad por microtrauma como causa de neuropatías compresivas La enfermedad por microtrauma puede provocar neuropatías compresivas. Un movimiento brusco de rotación o movimientos rotatorios reiterados que fuerzan a la articulación más de los límites normales, provocan lesiones que llevan a la distensión de un músculo o ligamento. El traumatismo acumulativo ocurre a fuerza de adoptar posturas incorrectas y hacer malos movimientos durante mucho tiempo (meses o años) (Sheila Reid). Las lesiones por esfuerzos repetitivos o repetitive strain injury (RSI) pueden causar deformaciones postraumáticas que llevan a la inflamación crónica primero y a la fibrosis después. El RSI o microtrauma produce la enfermedad por microtrauma en cuatro etapas: primero inflamación, luego inestabilidad, le sigue la rigidez y finalmente la compensación a distancia. Se localiza en dos sectores: el osteoarticular y en pasajes anatómicos preexistentes donde causa los mal llamados “síndromes por atrapamiento”. Cualquiera de las dos localizaciones se complica por compresiones de nervios, médula o vasos. Las neurodocitis es la consecuencia más común de estas lesiones. En ese sector, tanto las malformaciones como las deformaciones postraumáticas tienen el factor mecánico como común denominador para el progreso (malformación) o causa (deformación postraumática). En la primera etapa pueden actuar fuerzas por hiperpresión anormal (mantener posturas anormales de una articulación en rotación o flexoextensión forzadas muchas horas) o esfuerzos repetitivos (rotaciones forzadas repetidas, o flexoextensiones forzadas repetidas, vibraciones, etc.). El microtrauma genera irritación de los receptores osteomusculares en estas articulaciones durante los esfuerzos de la vida cotidiana y esto provoca cambios musculares y metabólicos que llevan al espasmo o contracción sostenida de los músculos regionales y el primer estadio son los síndromes miofasciales o síndrome por sobrecarga anormal crónica (SAC). Esto hace perder congruencia funcional de la articulación por desplazamiento anormal de tejidos periarticulares y los huesos y lleva a una subluxación o entorsis articular. Esto se debe a que el SAC y la inflamación consecutiva producen elongación ligamentaria por sí misma o el esfuerzo producen desplazamientos como se explicó. Aparece el síndrome de movilidad anormal crónica (MAC) que lleva a una inestabilidad articular y es la segunda etapa de la enfermedad por microtrauma. En la tercera etapa de la enfermedad por microtrauma se produce fijación autogenerada en las estructuras dañadas y lleva a una aparente “estabilidad” que es totalmente anormal y debida a que los tejidos inflamados y desplazados cobran rigidez por procesos de artrosis, fibrosis o capsulitis adhesiva y hay “inercia ligamentaria” que lleva al síndrome de estabilidad anormal crónica (EAC). En la cuarta etapa o estadio de la enfermedad por microtrauma. La fijación espontánea o quirúrgica soluciona la inestabilidad en el sector afectado directamente pero genera por acción vicariante un nuevo proceso en otro lugar (a distancia). La estabilización no es solución porque produce descompensación articular a distancia. Así la capsulitis lleva a la artrosis. La capsulitis adhesiva provoca dolor e impotencia 304 Dr. Rubinstein – CÓDIGO DE TABLAS DE INCAPACIDADES LABORATIVAS:, Editorial Depalma, Buenos Aires, 1996 245 Antonio Paolasso – INFORTUNIO Y MEDICINA LABORAL funcional. Es una disfunción compensadora por el movimiento perdido. Se produce el síndrome por sobrecarga anormal a distancia (SAD). En esta última etapa se produce periartritis crónica.305 Concepto de neurodocitis La neurodocitis es la inflamación de los conductos óseos, fibrosos o aponeuróticos por los que pasa un nervio con el correspondiente síndrome neurálgico (Diccionario Médico Salvat). La neurodocitis provoca neuritis que afecta a los nervios regionales.306 La neurodocitis abarca un amplio espectro de afecciones que comprenden las llamadas neuropatías compresivas o síndromes de atrapamiento. Neurodocitis vertebral Después de los 30 años de edad, las carillas o facetas articulares presentan alteraciones como consecuencia de esos esfuerzos. Además de las carillas articulares, se lesionan inflamándose las partes blandas (musculares y ligamentosas) y los nervios regionales, conformando todo esto un cuadro que es la neurodocitis, “base anatómica del dolor”.307 La neurodocitis vertebral puede provocar cervicalgias, dorsalgias y lumbalgias.308 Neurodocitis del cubital en el codo (síndrome del túnel epitrocleaolecraniano) La neurodocitis del cubital en el codo o síndrome del túnel epitrocleaolecraniano es una neuropatía compresiva que tiene varias causas como artrosis del codo, osteocondromatosis, secuelas de fracturas y microtraumatismos repetitivos por esfuerzo. Produce primero una neuritis con dolores e hiperestesia en el territorio cubital, luego un déficit neurológico con hipoestesia cubital y finalmente, sino se trata, lleva a una parálisis que afecta al antebrazo, pero mucho más a la mano (garra cubital). El mal se caracteriza por debilidad progresiva del antebrazo y mano y atrofia de mano, dolor y parestesias. El tratamiento es quirúrgico pero sus resultados son erráticos. La recuperación posquirúrgica, sino tiene secuelas, es muy lenta y demora muchos años.309 Neurodocitis del mediano en el canal carpiano (síndrome del túnel carpiano) La etiología de la neurodocitis del mediano, también llamado síndrome del túnel carpiano (STC), está referida a las variaciones en el contenido o continente del canal y en esas causas están los microtraumatismos repetitivos, fracturas de muñeca, luxaciones (especialmente del semilunar) y las inflamaciones como las tenosinovitis. El síndrome se manifiesta por dolores, hipoestesia, parestesias en el territorio del mediano, las que se agravan por la noche (acroparestesia nocturna de Schultze). Los trastornos de la sensibilidad pueden llegar a la anestesia y acompañarse de atrofia de los músculos tenares. El tratamiento es quirúrgico.310 Se considera enfermedad del trabajo en Finlandia y reconocida por la OIT.311 305 Cibeira, José B. – CERVICOBRAQUIALGIAS. ENFERMEDAD POR MICROTRAUMA:165-209, Editorial Panamericana, Buenos Aires, 2001 306 Valls y cols. ORTOPEDIA Y TRAUMATOLOGÍA, Editorial El Ateneo, Bs. As. 1976 Valls y cols. ORTOPEDIA Y TRAUMATOLOGIA (29):399-400, 1976 308 PROAMI, Editorial Panamericana, Segundo Ciclo, Fascículo 2: 166, Bs. As. 1997 309 Del Sel y cols. – ORTOPEDIA Y TRAUMATOLOGÍA, Editorial López Libreros: 190, Bs. As., 1976) (PROAMI, Editorial Panamericana, Segundo Ciclo, Fascículo 2: 166, Bs. As. 1997) 310 Del Sel ORTOPEDIA Y TRAUMATOLOGÍA: 190-191 Editorial López Libreros, Bs. As. 1976 307 246 Antonio Paolasso – INFORTUNIO Y MEDICINA LABORAL El STC es común pero su diagnóstico no siempre es oportuno, lo que impide que se adopten medidas terapéuticas, pero, sobre todo, preventivas. En el caso del STC asociado a causas ocupacionales (más del 50% de STC). Esto sería prevenible con modificaciones ergonométricas de las condiciones laborales, es decir, de confort en el trabajo. Quizá como un reflejo de la inatención que se le presta dentro del marco de la educación a la Medicina Ocupacional, los médicos le dan poca importancia a los factores ambientales laborales de la enfermedad. El Instituto de Salud Ocupacional de los EE.UU. da entre los criterios de diagnóstico, los antecedentes laborales de uso reiterado de la mano (microtraumatismos o traumatismo repetitivos). Las ocupaciones que predisponen al STC tienen como común denominador el uso reiterado de las manos en trabajos en los cuales hay acción repetida de asir, apretar, agarrar, empuñar u oprimir, en especial cuando la mano está en una posición incómoda o cuando se manejan instrumentos vibrátiles como los martillos neumáticos. Entre los trabajadores con alto riesgo, se encuentran las modistas, los carniceros, los mecanógrafos, dactilógrafos o digitadores, los músicos, los empacadores, los cocineros y los carpinteros, las amas de casas posmenopáusicas y otras profesiones afines. Un 47% de estos casos constituyen una “enfermedad profesional”. En ciertas industrias, el 15% de los trabajadores resultan afectados por el proceso, cuando sólo 0.1% de la población general lo sufre por causas no laborales.312 Neurodocitis del cubital en la muñeca (síndrome del canal de Guyón) Es poco frecuente y generalmente suele deberse a la presencia de un ganglión en la zona, pero también puede ser provocado por microtraumatismos repetitivos e inflamaciones como tenosinovitis. Los signos y síntomas son neuralgia y parestesia de la rama sensitiva dorsal y signos motores como parálisis de interóseos con garra cubital. El diagnóstico por EMG localizará exactamente la parte del recorrido del nervio afectado. El tratamiento es quirúrgico.313 Síndrome de compresión nerviosa en traumatismo y atletas En la literatura médica contemporánea se pueden encontrar muchas comunicaciones de síndromes de compresión nerviosa. Los traumatismos agudos (macrotraumatismos ocasionados por un traumatismo contuso o desgarrante único) y, especialmente, los microtraumatismos repetidos son elementos desencadenantes de estas afecciones muy particularmente sufridas por los atletas y que producen el síndrome de la desembocadura torácica que es provocado por compresiones nerviosas en cualquiera de estos tres niveles: 1º. triángulo interescalenos, 2º. espacio costoclavicular, 3º. e inserción del pectoral menor al nivel de la apófisis coracoides. También afecta al codo, principalmente al cubital, a la muñeca (generalmente debido al cubital), en el talón por compromiso del nervio peroneo que queda atrapado al nivel de la salida de la fascia profunda, 12 cm. por encima del maléolo lateral externo y que provoca dolor al caminar o correr.314 311 Revista EMPRESALUD N° 54: 24-25, Córdoba, setiembre 2001 (LANCET I: 393-395, febrero 1990) (Annals of Internal Medicine 112: 317-327, marzo 1990) (Morbidity and Mortality Weekly Report 38: 485-489, julio 1989) 313 Del Sel y col. ORTOPEDIA Y TRAUMATOLOGÍA: 191, Editorial López Libreros, Bs. As. 1976 314 Pécina, M; Bojanic, I. Y Markiewitz, A. – A. CLIN. J. SPORT MED. 3: 36-43, 1993 312 247 Antonio Paolasso – INFORTUNIO Y MEDICINA LABORAL Tenosinovitis estenosante (enfermedad de De Quervain) Es un proceso degenerativo de las vainas tendinosas que produce estenosis de la vaina del extensor corto y abductor largo del pulgar e impide el deslizamiento de esos músculos lo que da dolor, tumefacción y dificultad para la extensión activa de los dedos de la mano, especialmente el pulgar. Signo de Filkenstein: intenso dolor al desviar la mano pasivamente hacia el borde cubital. A veces hay un relieve redondeado o en forma de pequeños nódulos duros. Entre las causas predisponente pueden ser anomalías tendinosas en forma de tendones supernumerarios, pero la causa desencadenante de la tenosinovitis son los microtraumatismos repetitivos por esfuerzos como ocurre en las lavanderas profesionales y otras profesiones que impliquen la rotación bajo presión de la mano y muñeca. El tratamiento es quirúrgico. 315 Es una lesión producida por tensión repetida relacionada con la ocupación debido al abuso crónico de la muñeca o la mano o un traumatismo directo de muñeca. Suele asociarse con el síndrome del túnel carpiano o el dedo o pulgar en gatillo.316 Neuropatías postraumáticas diversas Contusión del trigémino La contusión traumática del trigémino da neuralgia oftálmica, conjuntivitis, neuralgia dental, otalgia y dolor facial 317 Neuritis intercostal postraumática El fundamento de la neuritis intercostal crónica postraumática es el magullamiento de tejidos blandos con lesión de las terminaciones nerviosas finas (filetes nerviosos). Se debe a una atrición de los tejidos blandos en traumatismo torácicos cerrados o abiertos, a intervenciones quirúrgicas o a sobreesfuerzos musculares. Es un dolor agudo, punzante que va desde la parte del tórax hasta la espalda y que se acentúa con la inspiración profunda y el sobreesfuerzo muscular. Se origina en las fibras musculares intercostales provocado por un trauma que produce, además de la atrición, distensión o desgarramientos musculares.318 La neuralgia intercostal por neuritis residuales postraumáticas se deben a lesiones de terminaciones nerviosas finas. Provocan el dolor meteorológico que ocurre con los cambios del estado del tiempo, especialmente los frentes fríos.319 Los aspectos que caracterizan al dolor neurogénico son su persistencia y, en general, su mala reacción a las medicaciones analgésicas.320 La neuritis intercostal postraumática un dolor con un componente muscular en el cual participa, entre otros, el músculo serrato que inerva el torácico largo y otros músculos torácicos dañados por la atrición o magullamiento por contusión torácica.321 Dolor torácico muscular postraumático Acompaña, generalmente a la neuritis intercostal postraumática un dolor muscular en el cual participa, entre otros, el músculo serrato que inerva el torácico largo y otros músculos torácicos dañados por 315 316 317 Del Sel y cols. ORTOPEDIA Y TRAUMATOLOGÍA: 191, editorial López Libreros, Bs. As. 1976 John H. Klippel, Paul A. Dieppe – REUMATOLOGÍA PRÁCTICA, Editorial Mosby, Bs. As. 1998 Fustinoni O. -SEMIOLOGÍA DEL SISTEMA NERVIOSO, 1974 Pare, Peter y Fraser Robert – ENFERMEDADES DEL TÓRAX: 123, Editorial Interamericana, México, 1985 319 Solís, Horacio Daniel - ANALGESIA 2001, Fasc. I, Bs. As. abril 2000 320 Adams y cols.- PRINCIPIOS DE NEUROLOGÍA: 126, Editorial McGraw-Hill-Interamericana, Méjico, 1999 321 Pare, Peter y Fraser Robert – ENFERMEDADES DEL TÓRAX: 123, Editorial Interamericana, México, 1985 318 248 Antonio Paolasso – INFORTUNIO Y MEDICINA LABORAL la atrición o magullamiento por contusión torácica. El dolor también puede deberse a una miositis o fibrositis de músculos de la pared torácica.322 En los traumatismos torácicos la inervación del hueso costal que padece contusión es causa de dolor.323 Parálisis postraumática del cubital El nervio cubital transcurre por la cara interna del brazo, alcanza la epitróclea y a la altura de la extremidad superior del cúbito cruza a la cara anterior del antebrazo donde alcanza la cara anterior de la muñeca en la parte interna, y ahí se divide a nivel del pisiforme en dos ramas. Su parálisis suele ser provocada por traumatismos como heridas en general (cuchillada, bala u otro instrumento cortante), fracturas de la epitróclea o del cúbito, luxación del codo y afectan el trayecto del nervio con una mononeuritis postraumática.324 PATOLOGÍA POSTRAUMÁTICA DEL S.N.C. Hemiparesia/hemiplejía facial postraumática La hemiparesia facial postraumática se debe a lesiones muy pequeñas en la zona motriz cortical y es una monoparesia.325 En un traumatismo puede deberse a dos causas: una funcional debido a la emoción fuerte producida por un accidente o una orgánica debida a pequeñísimos hematomas.326 Son lesiones cerebrales focales que suelen aparecer en los traumatismos por golpes no punzantes sin heridas de cuero cabelludo y sin fractura craneal, pero que se acompañan de un período de inconsciencia. 327 Vértigo postraumático El vértigo es una alteración del sentido del equilibrio caracterizada por una sensación de inestabilidad y de un aparente movimiento rotario (giratorio) del cuerpo o de los objetos que lo rodean. Puede ser originado en causas auriculares (síndrome de Menière), por lesiones cerebrales, por patología del laberinto (síndrome laberíntico), por patología ocular (parálisis de músculos oculares), causas vertebrales cervicales (síndrome vertebro-basilar), insuficiencia cerebrovascular, por cinesis (movimientos de barcos o aviones), etc. Concomitantemente con el vértigo, la persona experimenta trastornos del mantenimiento del equilibrio, de grado variable, desde la imposibilidad de mantenerse de pie o de marchar sin caer irremediablemente; puede sufrir zumbidos de oídos (acúfenos, tinnitus), movimientos oculares involuntarios (nistagmus), palpitaciones, náuseas, sudor frío, etc. En este caso constituye un síndrome vertiginoso. 328 Los exámenes neurootológicos de pacientes que no presentan signos anormales en el examen clínico habitual, han revelado una alta incidencia de disfunción vestibular y de pérdida asimétrica de la audición de altas frecuencias. Esto explicaría los mareos, síndrome de vértigo e hipoacusia, como quejas más comunes de los que padecen TEC. La disfunción vestibular puede manifestarse en forma de vértigo o ataxia o de ambos. En muchos pacientes puede demostrarse una disfunción vestibular después de lesiones bastantes leves, sin que medie fractura 322 Pare, Peter y Fraser Robert – ENFERMEDADES DEL TÓRAX: 123, Editorial Interamericana, México, 1985 Benichou y colaboradores – GUÍA CONTRA EL DOLOR: 104, España, 1999 324 Osvaldo Fustinoni – SEMIOLOGÍA DEL SISTEMA NERVIOSO: 429, Editorial El Ateneo, Bs. As., 1974 325 Fustinoni, Osvaldo – SEMIOLOGÍA DEL SISTEMA NERVIOSO: 127, 9ª edición, Bs. As. 1974. 326 (Fustinoni: op. cit.: 156-157) 327 (Jennet, Bryan y col. DIAGNÓSTICO Y TRATAMIENTO DE LOS TRAUMATISMOS CRANEOENCEFÁLICOS: 106, editorial Salvat, España, 1986) 328 (Fustinoni, Osvaldo – SEMIOLOGÍA DEL SISTEMA NERVIOSO, Editorial El Ateneo, Bs. Aires,1976) (AdamsVictor-Ropper – PRINCIPIOS DE NEUROLOGÍA, Editorial McGraw-Hill-Interamericana, 6ª edición, Méjico, 1999) 323 249 Antonio Paolasso – INFORTUNIO Y MEDICINA LABORAL petrosa. Estas anormalidades puede persistir durante un año o más, lo cual constituye un indicio que apoya la base orgánica de daño cerebral no registrado por imágenes ni otros estudios.329 Barr y Ralston han realizado estudios donde encontraron que en un 25% de traumatizados, el vértigo dura casi 4 años.330 El vértigo siempre es un síntoma y no una enfermedad y se produce por una alteración del sistema vestibular. Hay dos clases de vértigo: 1. el vértigo periférico ocasionado por alteración del laberinto o del nervio vestibular y es el auténtico vértigo. El paciente sufre bruscamente sensación de giro del entorno que le rodea, o de ser él mismo el que se desplaza. Se suele acompañar de cortejo vegetativo como náuseas, vómitos, palidez y sudoración. El paciente permanece postrado e inmóvil y con los ojos cerrados. Puede ser intermitente y agudizarse con los cambios de posición. Suele cursar en forma crónica y se acompaña de pérdida de la audición, acúfenos y sensación de presión en los oídos. El vértigo posicional paroxístico benigno causa en el paciente temor a mover la cabeza o el cuello y puede producirle incapacidad para desarrollar su vida cotidiana y laboral. Se caracteriza por episodios temporales de vértigo súbito asociado al típico nistagmus posicional. Suele acontecer tras un traumatismo craneal o servicial. Su aparición puede retrasarse durante semanas después del traumatismo o aparecer en unos días. 2. El vértigo central es por una lesión traumática o patológica de cerebelo, tronco o cortex central. No es de origen abrupto sino de inicio poco preciso y de larga duración y no empeora con la postura. Las manifestaciones vegetativas no son tan intensas y pueden empeorar con los ojos cerrados. No se acompaña de acúfenos ni de hipoacusia. Puede presentar visón doble o sincopal (nublamiento instantáneo de la vista), disartria, disfagia, hipo, parestesias, pérdida de fuerza en extremidades, trastornos de coordinación y afectación sensitivo-motora de la cara.331 Maniobras para investigar vértigo posicional paroxístico benigno: 1) maniobra de Hallpicke-Dix: consiste en colocar al paciente sentado y con las piernas extendidas sobre la camilla. Sujetándole la cabeza, se le mueve rápidamente de esta posición a la de acostado y al mismo tiempo se le gira la cabeza hacia un lado, colocándola fuera de la camilla y con el oído explorado más bajo de la superficie. La maniobra se hace hacia ambos lados para determinar cuál es la posición de provocación. Con esta maniobra podemos establecer el período de latencia y la fatigabilidad en la aparición de los síntomas. 2) Maniobra de Nylen-Bárány: es la misma maniobra de Hallpicke-Dix pero fijándose únicamente en la aparición del nistagmus provocado por la inclinación de la cabeza a unos 180°, a uno y al otro lado. Estas maniobras dan las siguientes características del vértigo posicional paroxístico benigno: existencia de un tiempo de latencia entre la realización de la maniobra y la aparición del vértigo; duración del 329 Jennet, Bryan y col. DIAGNÓSTICO Y TRATAMIENTO DE LOS TRAUMATISMOS CRANEOENCEFÁLICOS: 301, Editorial Salvat, España, 1986 330 Cávense, W. E. – ONSET AND CESSATION OF FITS FOLLOWING CRANIOCEREBRAL TRAUMA, J. Neurosurg. 20: 570 – 583, 1963 331 Mur de Frenne, L. y cols – VÉRTIGO POSICIONAL PAROXÍSTICO BENIGNO, Interconsulta, Vol. 10, Nº 5, 1996 250 Antonio Paolasso – INFORTUNIO Y MEDICINA LABORAL cuadro inferior a un minuto; el nistagmus es lineal-rotatorio y se observa colocando al paciente gas de Frenzel; puede haber inversión del nistagmus y del vértigo al sentar de nuevo al paciente; fatigabilidad: al repetir varias veces las maniobras se produce disminución de síntomas. Síndrome vértebro-basilar Biemond y DeJong han descrito una clase de nistagmo y vértigo que se origina en las raíces cervicales superiores y en los músculos y ligamentos que inervan y que es el llamado vértigo cervical (al que muchos autores denominan también vértebro-basilar). Se cree que el espasmo de los músculos cervicales, traumatismos de cuello e irritación de las raíces sensitivas cervicales superiores producen estimulación espinovestibular asimétrica y, por tanto, evocan al nistagmo acentuado, vértigo e incapacidad postural en los casos de lesión paramediana al nivel de la unión craneocervical. El vértigo cervical se ha atribuido también a insuficiencia circulatoria en el territorio vértebro-basilar. Toole y Tucker demostraron flujo reducido por estos vasos, cuando se giraba o hiperextendía de la cabeza. En ocasiones ocurre vértigo que dura unos cuantos minutos como preludio de una migraña basilar (Grad y Baloh) Aunque las lesiones de corteza cerebral, ojos, cerebelo y músculos cervicales puedan originar vértigo, no son los orígenes frecuentes de este síntoma. Para todas las finalidades prácticas, el vértigo indica un trastorno de los órganos vestibulares terminales, la división vestibular del octavo nervio o los núcleos vestibulares en el tallo cerebral y sus conexiones inmediatas. 332 Traumatismo encéfalocraneano (TEC) Concusión y contusión craneana La Real Academia Española define a concusión como “conmoción violenta, sacudimiento”. A conmoción la describe como “movimiento o perturbación violenta del ánimo o del cuerpo”. A conmoción cerebral da la acepción de “estado de aturdimiento o de pérdida de conocimiento, producido por un golpe en la cabeza, una descarga eléctrica o por los efectos de una explosión violenta” Por otro lado, define a contusión como “daño que recibe alguna parte del cuerpo por golpe que no causa herida exterior” De esta manera, queda aclarado en el idioma español que se entenderá por concusión cerebral y qué por contusión cerebral. La concusión cerebral es el producto de un sacudimiento o conmoción violenta del cráneo que puede producir un estado de aturdimiento o la pérdida de conocimiento. Mientras que contusión cerebral es el daño del órgano en sí, o sea, un daño cerebral. En realidad, cualquier traumatismo de cabeza más o menos violento produce algún tipo de daño cerebral, lo que ha sido comprobado por necropsias de cadáveres de personas que fallecieron por traumatismos que aparentemente no habían afectado mayormente al cráneo. Pero el estudio anatomopatológico microscópico reveló que había daño axonal y alteración de sinapsis y de membranas neuronales. Éste es el caso de la concusión o conmoción cerebral. Pero en la contusión el daño es macroscópico. Las contusiones provocan lesiones puntuales en la sustancia gris; las conmociones provocan lesiones difusas de la sustancia blanca. Para la escuela médica anglosajona, contusión y conmoción, lingüísticamente, es lo mismo. Pero en el idioma español hay una diferencia de graduación, pues mientras la concusión o conmoción consiste en un sacudimiento o movimiento violento del cráneo a causa de un golpe u otro traumatismo, la contusión es cuando hay daño orgánico cerebral. En cuanto a los Diccionarios Médicos, los españoles, como el Diccionario Médico Salvat, distinguen un poco a conmoción de contusión, pero las definiciones no son precisas. En cambio, los diccionarios Médicos ingleses como el Diccionario Médico Dorland, directamente no habla de conmoción y a contusión la definen como “herida por golpe”. 332 Adams-Victor-Ropper – PRINCIPIOS DE NEUROLOGÍA, Editorial McGraw-Hill-Interamericana, 6ª edición, Méjico, 1999 251 Antonio Paolasso – INFORTUNIO Y MEDICINA LABORAL Uso del término Traumatismo encéfalocraneano (TEC) Incluso, el término TEC (traumatismo encéfalocraneano) o TCE (traumatismo craneoencefálico) es utilizado en forma ambigua. Para la OMS (ICD-9) el término incluye categorías diagnósticas múltiples que van desde la fractura craneal hasta las lesiones cerebrales más graves. Este criterio lleva a muchos autores a considerar como TEC o TCE únicamente a la fractura craneal y a las lesiones del órgano cerebral. Pero otro grupo de autores, especialmente los de la escuela médica española, entre los cuales se encuentra la obra de Farreras-Rozman,333 consideran a TEC o TCE tanto a las lesiones traumáticas que afectan a los tejidos blandos de la cabeza y/o cara, al esqueleto craneofacial o al encéfalo, independientemente de que presenten, o no, afecciones o daños neurológicos. En la edición de 1995, Farreras-Rozman334 diferencia netamente la conmoción o concusión cerebral de la contusión cerebral. La conmoción sería una lesión cerebral benigna sin daño orgánico evidente y que puede ser reversible. Mientras que la contusión provoca laceración cerebral y dan daño orgánico no reversible y se caracterizan por fracturas craneales, y colecciones hemorrágicas. Adams-Víctor-Ropper distinguen entre conmoción cerebral y TEC graves. En el caso de conmoción cerebral hablan de lesiones invisibles y reversibles. Otros autores consideran lesiones latentes y patentes. Lawrence Tierney y cols.335 también diferencian la concusión de la contusión cerebral, en el mismo sentido que hemos venido aclarando. Estos autores incluyen como complicaciones tardías a la cefalea postraumática y a la epilepsia postraumática. Jennett y Teasdale336 hablan de lesiones por impacto y las categorizan como fracturas de cráneo, contusiones cerebrales y lesiones difusas de sustancia blanca, las que se correlacionan con la contusión cerebral (fractura y daño de sustancia gris o contusión cerebral) y con la conmoción cerebral (lesiones difusas de sustancia blanca). Por otro lado, la interacción entre los mecanismos cerebrales normales y los mecanismos trastornados, así como los factores intra y extracraneales, puede resultar compleja, lo que dificulta la identificación del problema primario en una determinada situación clínica concreta. Conmoción o concusión cerebral con pérdida de conocimiento Cuando se produce TEC con pérdida de conocimiento, pero sin hemorragia cerebral ni lesión grave de masa encefálica tales como desgarros o atrofia cerebral y tampoco con fractura de cráneo, se habla de concusión de cráneo. En estos casos, el efecto de la concusión es inmediato y puede durar segundos, minutos, horas o más tiempo (por lo que no se puede establecer un límite de duración a la pérdida de conocimiento para declararla como conmoción o concusión. La presencia por sí de la pérdida de conocimiento es signo de conmoción) pero las complicaciones o secuelas suelen ser tardías y graves en muchos casos. La explicación fisiopatológica de estas lesiones se basa en mecanismos traumáticos que provocan, por golpe y contragolpe, el desplazamiento violento de la masa cerebral, la que golpea contra las paredes óseas del cráneo, lesionando células corticales (con mayor frecuencia en lóbulos temporales, frontales y occipitales) pero sin provocar necrosis importantes, que no son detectables con los medios clásicos o modernos para estudio por imágenes (Rx, TAC, RMN, etc.). Además de la onda de presión originada por el impacto y de las fuerzas lineales de aceleración y desaceleración (estas últimas al chocar contra un objeto físico, situación muy frecuente en los accidentes de tránsito), la cabeza se ve sometida a fuerzas angulares o rotatorias originadas por los movimientos de flexo extensión o lateralización cervical 333 Farreras-Rozman – MEDICINA INTERNA: 1700-1707, Editorial Harcourt, Vol. II, Madrid, 2000 Farreras-Rozman – MEDICINA INTERNA: 1445-1449, Editorial Mosby/Doyma Libros, Madrid, 1995 335 Lawrence Tierney y cols. – DIAGNÓSTICO CLÍNICO Y TRATAMIENTO: 976-977, Editorial Manual Moderno, Méjico, 2000 336 Bryan Jennett; Graham Teasdale – DIAGNÓSTICO Y TRATAMIENTO DE LOS TRAUMATISMOS CRANEOENCEFÁLICOS, Editorial Salvat, Barcelona, España, 1986 334 252 Antonio Paolasso – INFORTUNIO Y MEDICINA LABORAL (contusión por latigazo). El cerebro, anclado en su base por el tronco y los nervios craneales, es relativamente libre en la convexidad (superior) y no sigue al cráneo en sus desplazamientos debido a su mayor inercia por lo que sufre fuertes deformaciones e impactos contra algunas estructuras rígidas y prominentes del cráneo. Estas lesiones por concusión cerebral provocan estado de conmoción cerebral por inflamación y edema cerebral transitorios.337 La lesión anatomopatológica es magullamiento con lesiones microscópicas por cromatólisis, estiramiento o disrupción de axones del área lesional (en este punto Strich sugiere que si se estiran las fibras nerviosas en vez de desgarrarse, las lesiones pueden ser reversibles), fenómenos isquémicos o hipóxicos que desencadenan infartos locales microscópicos, micro hemorragias y disturbios en la actividad normal de neurotransmisores. Estos datos neuropatológicos fueron investigados por Strich, Nevin, Adams y cols. y Gennarelli y cols., quienes les llamaron lesiones axonales por degeneración desigual y difusa de la sustancia blanca cerebral. Fotz y Schmidt demostraron que la actividad eléctrica de la formación reticular medial es la que queda más deprimida por un tiempo más prolongado y a nivel más grave que la de la corteza cerebral. Estas microlesiones, sólo detectables por biopsia cerebral (método cruento e invasivo que provocaría mayores lesiones que el accidente) se manifiestan con complicaciones tardías como cefalea postraumática crónica o el síndrome postconmocional que puede ser subjetivo o más grave con alteraciones electroencefalográficas. 338 Amnesia retrógrada postraumática Bruce McEwen (científico de la Universidad Rockefeller, EE.UU.) estudió los efectos del estrés agudo y crónico. Descubrió que un estrés agudo importante y sumamente impactante en lo emotivo, lesiona el hipotálamo en forma irreversible y afecta, entre otras cosas, la memoria verbal y particularmente en la memoria del contexto, el tiempo y el lugar donde se producen los hechos que más impactan emocionalmente. Este es el mecanismo provocado por un traumatismo craneal ya sea como contusión o concusión y que cuando hay pérdida de conocimiento, al recuperarse éste se padece de amnesia retrógrada inmediata postraumática. Si el estrés agudo es muy intenso puede provocar lesiones de atrofia en ciertas neuronas de la región CA3 del hipotálamo lo que perpetúa en el tiempo el trastorno de la memoria. Testifican estos estudios y conclusiones, las imágenes obtenidas con RMN por McEwen en personas que han sufrido enfermedades relacionadas con el estrés agudo. El mecanismo de amnesia retrógrada postraumática también es mediado por endorfinas. Cuando el estrés físico es muy severo o impresionante, la liberación de endorfinas es mayor y esto embota la atención selectiva, lo que altera el proceso de la memorización de los acontecimientos que en esos momentos ocurren. Esto explicaría la “amnesia por shock” que sufren la mayoría de los individuos sometidos a grandes accidentes (viales, terremotos, derrumbamientos, etc.), tanto en los casos de traumatismos con conmoción cerebral, como en los que ésta no existe. Es muy frecuente escuchar en la anamnesis de estos traumas, la frase “no sé qué pasó” “no recuerdo qué ocurrió”, etc., o bien se efectúa relatos imprecisos o indefinidos. El tiempo de recuperación de la amnesia está en relación con la gravedad del traumatismo.339 TEC sin pérdida de conocimiento El TEC sin pérdida de conocimiento es común en los traumatismos de intensidad menor, razón por la que se le ha llamado traumatismo craneoencefálico menor. En términos generales se pueden reconocer dos 337 (Maguire y col. JAMA 15:2041, 1986).(Farreras-Rozman - MEDICINA INTERNA (12): 1445, 1995) (AdamsVictor-Ropper - PRINCIPIOS DE NEUROLOGÍA: 762 - Edit. Panamericana, Méjico, 1999) 338 (Aminoff DIAGNOSTICO CLÍNICO Y TRATAMIENTO, 21ª edición de Krupp-Chatton y col. (17): 622, 1986) (Farreras-Rozman - MEDICINA INTERNA (12): 1445, 1995) (Adams-Victor-Ropper - PRINCIPIOS DE NEUROLOGÍA: 762 - Edit. Panamericana, Méjico, 1999). 339 Adams-Víctor-Ropper - PRINCIPIOS DE NEUROLOGÍA: 780 - Edit. Panamericana, Méjico, 1999 253 Antonio Paolasso – INFORTUNIO Y MEDICINA LABORAL grados de trastorno de la función dentro de esta categoría: en uno de esos grados el paciente no perdió el conocimiento sino sólo sufre aturdimiento momentáneo y suele referir que “vio estrellas”. Esta lesión, en principio o sea al momento del accidente se juzga insignificante en términos de vida o muerte (no afecta a la vida) y de lesiones encefálicas (no hay hemorragia inmediata). Pero siempre existe la posibilidad de que haya fracturas (especialmente fisuras o diastasis de huesos craneales) y desarrollo ulterior de un hematoma epidural o subdural. El traumatizado está expuesto a un síndrome postraumático complejo consistente en cefalea, mareos, fatigabilidad, insomnio y nerviosismo que puede aparecer poco después del traumatismo o en los pocos días que siguen (este síndrome postraumática es equivalente a un síndrome postconmocional subjetivo). En otro grado puede haber una muy ligera y superficial pérdida de conocimiento, similar a una obnubilación (conciencia estuporosa con ojos abiertos pero visión borrosa y falta fugaz de claridad de conciencia). En los casos en que el traumatizado tenga mente clara al momento del accidente, puede llegar a experimentar algún grado de amnesia de los sucesos que precedieron al accidente y/o siguieron de inmediato al traumatismo. Acá también hay síndrome postconmocional subjetivo por lo que se considera que hay algún grado de conmoción o concusión.340 La explicación fisiopatológica de estas lesiones, del mismo modo que en la concusión, se basa en mecanismos traumáticos que provocan, por golpe y contragolpe, el desplazamiento violento de la masa cerebral, la que golpea contra las paredes óseas del cráneo, lesionando células corticales (con mayor frecuencia en lóbulos temporales, frontales y occipitales) pero sin provocar necrosis importantes, que no son detectables con los medios clásicos o modernos para estudio por imágenes (Rx, TAC, RMN, etc.). Además de la onda de presión originada por el impacto y de las fuerzas lineales de aceleración y desaceleración (estas últimas al chocar contra un objeto físico, situación muy frecuente en los accidentes de tránsito), la cabeza se ve sometida a fuerzas angulares o rotatorias originadas por los movimientos de flexo extensión o lateralización cervical (contusión por latigazo). El cerebro, anclado en su base por el tronco y los nervios craneales, es relativamente libre en la convexidad (superior) y no sigue al cráneo en sus desplazamientos debido a su mayor inercia por lo que sufre fuertes deformaciones e impactos contra algunas estructuras rígidas y prominentes del cráneo. Estas lesiones por concusión cerebral provocan inflamación y edema cerebral transitorios.341 La lesión anatomopatológica es magullamiento con lesiones microscópicas por cromatólisis, estiramiento o disrupción de axones del área lesional (en este punto Strich sugiere que si se estiran las fibras nerviosas en vez de desgarrarse, las lesiones pueden ser reversibles), fenómenos isquémicos o hipóxicos que desencadenan infartos locales microscópicos, micro hemorragias y disturbios en la actividad normal de neurotransmisores. Estos datos neuropatológicos fueron investigados por Strich, Nevin, Adams y cols. y Gennarelli y cols., quienes les llamaron lesiones axonales por degeneración desigual y difusa de la sustancia blanca cerebral. Fotz y Schmidt demostraron que la actividad eléctrica de la formación reticular medial es la que queda más deprimida por un tiempo más prolongado y a nivel más grave que la de la corteza cerebral. Estas microlesiones, sólo detectables por biopsia cerebral (método cruento e invasivo que provocaría mayores lesiones que el accidente) se manifiestan con complicaciones tardías como cefaleas, trastornos de memoria, cambios de la personalidad, confusión o lentitud. Por su naturaleza microscópica Adams-Victor-Ropper los 340 Adams-Victor-Ropper - PRINCIPIOS DE NEUROLOGÍA: 765 - Edit. Panamericana, Méjico, 1999 (Maguire y col. JAMA 15:2041, 1986).(Farreras-Rozman - MEDICINA INTERNA (12): 1445, 1995) (AdamsVictor-Ropper - PRINCIPIOS DE NEUROLOGÍA: 762 - Edit. Panamericana, Méjico, 1999) 341 254 Antonio Paolasso – INFORTUNIO Y MEDICINA LABORAL denominan cambios invisibles y reversibles subyacentes a la conmoción.342 En la mayor parte de los casos de esta clase hay poca necesidad de consulta neurológica, y no se requiere hospitalización en tanto se cuente con un familiar o persona responsable de un control en el domicilio. Pérdida de conocimiento tardía después del TEC La pérdida de conocimiento tardío después del TEC puede ocurrir cuando el lesionado, en forma inmediata al accidente se ve lúcido, camina y se ve normal, pero luego súbitamente se pone pálida y cae sin conocimiento, el que suele recuperar en segundos a muy pocos minutos. En este caso, de no mediar hemorragias o lesiones cerebrales graves, se considera un síncope vasodepresor relacionado con el dolor o el estado emocional trastornado postraumático. Pero el colapso postraumático retrasado de Denny-Brown ocurre cuando tras un breve período de atolondramiento o aturdimiento o de obnubilación, el traumatizado pierde el conocimiento. Pueden ocurrir dos cosas: si hay hemorragia o lesión grave queda en estado de coma. Si las lesiones cerebrales son benignas (conmoción simple) el trastorno deja de evolucionar más y tras un breve período de inquietud, vómitos y cefalea, el paciente se recupera por completo en cuanto al estado de conciencia. No obstante puede quedar con un síndrome postconmocional de distintos grados. Denny Brown sugiere que esto podría deberse a una contusión del bulbo raquídeo. 343 Lesión auditiva en TEC Los traumatismos encéfalocraneanos pueden ocasionar lesiones a todos los niveles del sistema auditivo. No toda fractura del hueso temporal produce pérdida de conciencia, ni es preciso que exista fractura ósea para que resulte dañado el oído interno. La lesión puede ser por concusión laberíntica (fístula laberíntica, laberíntitis, lesión laberinto membranoso), o disrupción de la cadena osicular o lesiones cerebrovascular o neuronitis postraumáticas o hemotímpano. La característica es que el TEC produce trastornos agudos de la audición (hipoacusia súbita o sordera súbita). 344 Contusión cerebral La contusión cerebral es más grave que la conmoción e indica que hay macrolesiones, además de las microlesiones (cromatólisis, disrupción de axones del área lesional, fenómenos isquémicos o hipóxicos que desencadenan infartos locales microscópicos, microhemorragias y disturbios en la actividad normal de neurotransmisores. Estas microlesiones, sólo detectables por biopsia cerebral método cruento e invasivo que provocaría mayores lesiones que el accidente), tales como fracturas, hemorragias, laceraciones, etc. Aunque pueden cursar sin pérdida de conciencia, los focos de contusión cerebral indican una mayor intensidad del traumatismo por lo que auguran una recuperación más lenta y una posible persistencia de secuelas neurológicas. Las fracturas lineales de la bóveda, en el lugar del impacto, se asocian en riesgo elevado a hemorragias epidurales o subdurales. En las complicaciones tardías de la lesiones de la cabeza, aún en casos de lesiones triviales, las manifestaciones clínicas constituyen el síndrome postcontusional pueden consistir en alteraciones mentales como lentitud, somnolencia, cefalea, confusión, trastornos de la memoria, cambios 342 (Aminoff DIAGNOSTICO CLÍNICO Y TRATAMIENTO, 21ª edición de Krupp-Chatton y col. (17): 622, 1986) (Farreras-Rozman - MEDICINA INTERNA (12): 1445, 1995) (Adams-Victor-Ropper - PRINCIPIOS DE NEUROLOGÍA: 762 - Edit. Panamericana, Méjico, 1999) 343 Adams-Victor-Ropper - PRINCIPIOS DE NEUROLOGÍA: 765 - Edit. Panamericana, Méjico, 1999 344 Aguilà Artal, Mañós-Pujol y Romero Maura TRASTORNOS AGUDOS DE LA AUDICIÓN, Rev. Interconsulta, Bs. As. 1998 255 Antonio Paolasso – INFORTUNIO Y MEDICINA LABORAL de personalidad e incluso demencia. También pueden haber déficits neurológicos focales motores o sensitivos. Otras complicaciones tardías pueden ser trastornos convulsivos postraumáticos y cefalea postraumática. La cefalea postraumática, en ocasiones, va seguida por síntomas que persisten por meses y su terapéutica es difícil. La cefalea puede acompañarse de otros síntomas.345 TEC por golpe y contragolpe intracraneal (aceleración y desaceleración) Los traumatismos cervicales o faciales leves o graves, producen movimientos de la cabeza, debido a que cabeza y cuello son entidades anatómicamente contiguas. La cabeza comprende cara y cráneo. De esta forma todo movimiento brusco que provoque desplazamiento de cuello y cabeza produce fuerzas axiales que hacen desplazar al encéfalo dentro de la caja ósea craneana rígida. Estos desplazamientos se denominan por aceleración/desaceleración y producen contusiones del encéfalo y/o tallo encefálico que de acuerdo a la intensidad del desplazamiento (tanto lateral como en sentido anteroposterior). Estas contusiones pueden ser de la misma naturaleza que las producidas por un golpe directo en el cráneo. Por esta razón, este traumatismo corresponde denominarlo TEC por aceleración/desaceleración y es de carácter indirecto.346 No hay necesidad de que existan traumatismos cervicales o faciales graves para que haya secuelas por TEC. Además de la onda de presión originada por el impacto y de las fuerzas lineales de aceleración y desaceleración (estas últimas al chocar contra un objeto físico, situación muy frecuente en los accidentes de tránsito), la cabeza se ve sometida a fuerzas angulares o rotatorias originadas por los movimientos de flexo extensión o lateralización cervical (contusión por latigazo). El cerebro, anclado en su base por el tronco y los nervios craneales, es relativamente libre en la convexidad (superior) y no sigue al cráneo en sus desplazamientos debido a su mayor inercia por lo que sufre fuertes deformaciones e impactos contra algunas estructuras rígidas y prominentes del cráneo. Estas lesiones por concusión cerebral provocan estado de conmoción cerebral por inflamación y edema cerebral transitorios.347 Otras secuelas posTEC Síndrome postconmocional en accidentes laborales El motivo de este tema tratado en particular, es la confusión que hay con el concepto del síndrome tanto en los textos médicos, como en los baremos y en la LRT. Naturalmente, en los litigios con TEC y síndrome postconmocional, al no estar claros los conceptos, se discute: primero si existe o no el síndrome como entidad invalidante que merece evaluación y segundo ¿cuál es la evaluación que corresponde?. Nosotros, sobre la base de nuestra experiencia personal y en más de 86 casos en los que hemos intervenido tanto como médico laboral como perito, hemos acudido a la Medicina de la Evidencia (antecedentes, estudios multicéntricos, trabajos de investigación, estudios complementarios) y en una actualización bibliográfica, más lo observado en la casuística propia, arribamos a las conclusiones de este trabajo. Nosotros ya estudiamos la concusión cerebral o conmoción cerebral y las microlesiones que se producían en el cerebro. 345 (Tierney y col. DIAGNOSTICO CLÍNICO Y TRATAMIENTO 29ª edic. (17): 622, 1994) (Aminoff DIAGNOSTICO CLÍNICO Y TRATAMIENTO, 21ª edición de Krupp-Chatton y col.(17):622, 1986) (FarrerasRozman - MEDICINA INTERNA (12): 1445, 1995). 346 (Adams-Victor-Ropper - PRINCIPIOS DE NEUROLOGÍA - Edit. Panamericana, Méjico, 1999) (Brian Jennet y Graham Teasdale - DIAGNÓSTICO Y TRATAMIENTO DE LOS TRAUMATISMOS CRANEOENCEFÁLICOS, Editorial Salvat, Barcelona, 1986) 347 (Maguire y col. JAMA 15:2041, 1986) (Farreras-Rozman - MEDICINA INTERNA (12): 1445, 1995) (AdamsVíctor-Ropper - PRINCIPIOS DE NEUROLOGÍA: 762 - Edit. Panamericana, Méjico, 1999) ).(Bryan Jennett, Graham Teasdale – DIAGNÓSTICO Y TRATAMIENTO DE LOS TRAUMATISMOS CRANEOENCEFÁLICOS, Editorial Salvat, Barcelona, 1986) 256 Antonio Paolasso – INFORTUNIO Y MEDICINA LABORAL Síndrome postconmocional y síndrome poscontusional Algunos autores confunden a síndrome postconmocional con síndrome postcontusional o usan indistintamente ambos síndromes. Otros prefieren inclinarse por síndrome postconmocional exclusivamente y algunos por síndrome postcontusional. Lo cierto es que ambos síndromes comparten síntomas y esto es lo que ha provocado confusiones. También es cierto que el síndrome postconmocional, como su nombre lo indica es propio de la conmoción cerebral, mientras que el síndrome postcontusional lo es de la contusión cerebral. En la conmoción los daños cerebrales, generalmente, son microscópicos. En la contusión hay daños macroscópicos y graves (fractura de cráneo, hemorragias cerebrales, pérdida de masa cerebral, etc.) y las secuelas son más graves (hemiplejías, epilepsias, etc.) Adams-Víctor-Ropper348 lo llaman síndrome postconmocional y lo consideran como una inestabilidad nerviosa postraumática. Aclara que también se le llama síndrome postraumático, cefalea postraumática, neurastenia postraumática (Symonds) y psicastenia traumática (Mapother). Esto se debe a que la cefalea postraumática es el signo guión o signo principal y pueden acompañarse de mareos o sensación de aturdimiento. Comparte con el síndrome postcontusional los trastornos de memoria. Pero estos trastornos pueden ser leves o difusos y temporales lo que ha llevado a postular que no está alterada la memoria. Sin embargo, hay autores (Leininger) que comprobaron la alteración de la memoria (situación comprobada en otros estudios multicéntricos pero que Adams-Víctor-Ropper descreen en ellos mas no dan una razón probatoria ni estudio valedero. Simplemente se limitan a criticar los estudios efectuados). La lista de síntomas incluye intolerancia al ruido, a la excitación emocional y los aglomerados de gente. Se agrega el estado de tensión psicofísica, inquietud, incapacidad para concentrarse, nerviosismo, fatiga y estado de preocupación, intolerancia al alcohol. No obstante las dudas que puedan tener algunos autores sobre el síndrome postconmocional, debe aceptarse que este síndrome complica tanto a TEC leves como graves. Una vez establecido puede persistir por meses o incluso por años y tiende a resistir todas las variedades de tratamiento. Los síntomas acaban por mitigarse y en algunos casos a desaparecer. Si esto ocurre por años causan algún grado de incapacidad. En resumen: el síndrome postconmocional puede durar horas, días, semanas o años. Depende de la intensidad de las lesiones, y es provocado por lesiones microscópicas del cerebro349 razón por la que no se detectan por ningún tipo de estudios complementarios, salvo la biopsia cerebral o la necropsia con estudio microscópico del cerebro. Pero la biopsia es un método imposible de realizar sopena de causar mayor daño que el TEC. En cuanto al estudio de Mittenberg y colaboradores que consistió en una simple encuesta, carece de valor científico pues depende de la selección de muestras o grupos de personas, pero en general, las preguntas realizadas son de respuesta automática por razones lógicas (ej. si me golpeo la cabeza es obvio que habrá dolor y posiblemente mareos o aturdimiento). Esto no confiere carácter de elaboración psicológica de los síntomas que sienten los traumatizados, que fueron catalogados (estudiados multicéntricamente y en una población variable, en forma objetiva) de casos concretos de traumatismos y no extraídos de meras respuestas subjetivas. Jennett y Teasdale denominan indiscriminadamente como síndrome poscontusional, tanto a los síntomas de los TEC leve o conmoción como a los de los TEC grave o contusión. Basan su elección dado que los últimos estudios han comprobado fehacientemente que en todos los TEC con secuelas hay lesión cerebral 348 Adams-Victor-Ropper – PRINCIPIOS DE NEUROLOGÍA:774, Editorial McGraw-Hill/Interamericana, Méjico, 1999 349 Investigación realizada en humanos mediante necropsias y estudios microscópicos por los investigadores S. J. Strich, Nevin, J. H. Adams- D. E. Mitchell, D. I. Graham, Jellinger y Seitelberger 257 Antonio Paolasso – INFORTUNIO Y MEDICINA LABORAL (contusión) ya sea microscópica (latente) o macroscópica (patente). Esto descartaba la tesis de que los traumatismos leves o menores considerados como conmoción sólo provocaban trastorno funcional transitorio. Estos autores confirman los síntomas del llamado síndrome posconmocional y los signos y síntomas del síndrome poscontusional y echan por tierra las presunciones de que el síndrome postraumático por TEC es una cosa banal y transitoria. Interpretan a los síntomas como elementos señaladores de recuperación, y explican que su perpetuación es variable de acuerdo al grado de daño y la intervención de factores psicológicos no es lo determinante sino lo accesorio, puesto que los síntomas tienen una base orgánica indudable. El hecho de que en algunos casos desaparezcan con rapidez y en otros persistan no depende de factores psicológicos, sino del grado de afección orgánica y del tratamiento oportuno. Los mejores tratados y en forma rápida evolucionan mejor y más rápidamente. La perpetuación de síntomas o la agregación de los mismos pueden depender de un tratamiento inicial incompleto o no eficaz. En los estudios prospectivos (donde se conocen la situación del traumatizado antes y durante el accidente, se han descartado la posibilidad de simulación, o la intervención de factores psicológicos o de personalidad previa. Los que han presentado duda son los estudios retrospectivos (los realizados después del accidente) Síndrome postconmocional subjetivo La cefalea postraumática es un síntoma inespecífico que acontece en las lesiones de la cabeza que se acompaña de otros síntomas neurológicos que persisten por meses o años. Son difíciles de diagnosticar por los medios convencionales de imágenes y su terapéutica es difícil o frustrante.350 El síndrome posconmocional subjetivo es el compuesto por síntomas únicamente y también se conoce como inestabilidad nerviosa postraumática, psicastenia traumática de Mapother o neurastenia traumática de Symonds. Consiste en cefalea, mareos o aturdimiento o inestabilidad de la marcha o sensación de desmayo, vértigos, inestabilidad nerviosa porque no tolera ruidos, presenta excitación emocional o le molesta las aglomeraciones de gente. Hay estado de tensión permanente, inquietud, incapacidad para concentrarse, sentimientos de nerviosidad, fatiga, preocupación, aprensión. A veces, en lugar de síntomas de ansiedad, puede haber trastornos depresivos. En contraste con estos síntomas subjetivos invalidantes y múltiples, las otras funciones intelectuales tienden a ser normales en las pruebas psicométricas. Igualmente no hay lesiones orgánicas en los estudios complementarios (TAC, Rx, EEG, mapeo, etc.). El síndrome posconmocional complica a todos los tipos de TEC, tanto leves como graves. Una vez establecido puede persistir por meses o años y resistir todo tipo de tratamiento.351 Mèlennec considera el síndrome subjetivo caracterizado por cefaleas, vértigos o mareos, dificultades en la atención, concentración y memoria (trastorno cognoscitivo postraumático), fatiga visual, insomnio, ansiedad, ideas depresivas, etc.352 El síndrome postconmocional o postcontusional después de un traumatismo craneal leve comprende dolor de cabeza, mareos, mala concentración, pérdida de memoria o trastorno cognoscitivo, fatiga e irritabilidad. “Esta constelación de quejas subjetivas resulta sorprendentemente fundada en diferentes 350 Tierney col. DIAGNOSTICO CLÍNICO Y TRATAMIENTO, 29ª edic., 1994 Adams-Víctor-Ropper - PRINCIPIOS DE NEUROLOGÍA: 774 - Edit. Panamericana, Méjico, 1999 352 (Mèlennec, L – AFECCIONES PSIQUIÁTRICAS POSTRAUMÁTICAS: 57-66 (Affections psychiatriques posttraumátiques), Editorial Masson, París, 1983) (Hernández Cueto, Claudio – VALORACIÓN MÉDICA DEL DAÑO CORPORAL: 286-290, Editorial Masson, Barcelona, 1995) 351 258 Antonio Paolasso – INFORTUNIO Y MEDICINA LABORAL pacientes, aunque se aprecia una gran variación en el grado y duración de estas quejas, así como en la extensión con la que resultan incapacitantes... La opinión de que tienen estos síntomas una base orgánica descansa en dos vías principales de evidencia. Una es el concepto revisado de contusión, que se ha desarrollado como resultado de los nuevos descubrimientos sobre el sustrato neuropatológico del traumatismo craneal y de los estados detallados de la función neurootológica y psicológica después de las lesiones leves. La otra clase de evidencia procede del interrogatorio de series de pacientes, sin excluir a cuantos no presentan quejas residuales, acerca de los síntomas que han sufrido durante las primeras fases después de los traumatismos craneales... Los patólogos han podido demostrar ahora lesiones en los pacientes que han fallecido después de haber recuperado de una lesión leve. En la actualidad se acepta que incluso una contusión breve suele comportar un cierto daño estructural del cerebro... Nuestra conclusión es que el daño que acarrean y los síntomas que subsiguientemente se sufren después de traumatismo craneales leves con frecuencia se subestiman. A ello contribuyen varios factores. Uno es que muchos de los médicos de hospital que tratan a pacientes con lesiones leves no están al día de los estudios realizados en este campo, y en cualquier caso no están acostumbrados a hacer frente a las quejas, principalmente subjetivas, que constituyen el rasgo característico de incapacidad persistente en estos pacientes. Por otra parte, los que están acostumbrados a tratar casos graves de traumatismo craneal suelen considerar la paciente cuya contusión es leve, como afortunado por haber escapado a una lesión grave, lo cual constituye una comparación de escaso significado para el paciente. Parece existir grandes dudas de que los síntomas de estos pacientes pueden intensificarse y prolongarse porque sus médicos no prestan la debida atención.353 Los TEC graves son los que producen mayor trastorno de la memoria y otros defectos cognoscitivos, lo que con cambios de personalidad. Éstas pueden ser las únicas secuelas duraderas. Según Jennett y Bond, estos cambios mentales y de la personalidad son una invalidez de mayor magnitud que los neurológicos focales en lo que respecta a la adaptación social.354 Clasificación o tipos de síndrome postconmocional A los efectos legales de fijar la incapacidad, conviene distinguir, en nuestro criterio, de acuerdo a la duración del síndrome, dos grandes categorías: 1. temporal: sería el que no deja secuelas y que habitualmente se inicia con una interrupción funcional momentánea de la conciencia debido a una concusión de cráneo. Hay memoria del momento del traumatismo y de unos instantes previos al mismo. El período de inconsciencia es momentáneo o breve. La recuperación suele ser rápida o completa en término de días, semanas o meses que no llegan al año. El cuadro se caracteriza por cefaleas, mareos, falta de concentración y memoria. 2. permanente: es el cuadro que permanece más allá de un año y puede ser estable y no presentar variaciones o inestable y presentar períodos de mejoría con peoría. Puede estar presente durante varios años o ser per vitam. En este caso la concusión presenta una pérdida prolongada de conciencia que puede ser de varios minutos a varias horas. El paciente puede despertar súbitamente o pasar por un período de obnubilación de la conciencia y confusión. Hay amnesia retrógrada postraumática. La recuperación funcional de los síntomas primarios 353 Brian Jennet y Graham Teasdale - DIAGNÓSTICO Y TRATAMIENTO DE LOS TRAUMATISMOS CRANEOENCEFÁLICOS: 280-286, Editorial Salvat, Barcelona, 1986 354 Adams-Victor-Ropper - PRINCIPIOS DE NEUROLOGÍA: 780 - Edit. Panamericana, Méjico, 1999 259 Antonio Paolasso – INFORTUNIO Y MEDICINA LABORAL (pérdida de conciencia, confusión, obnubilación y amnesia retrógrada) es completa, pero quedan secuelas con trastornos de la personalidad y que clínicamente puede presentar cefalea, mareos o vértigos (generalmente mareos), hipersensibilidad a estímulos o enlentecimiento de respuestas, irritabilidad o agresividad. En algunos casos hay apatía, desgano y/o depresión. En otros casos hay cuadros de angustia. A esto se agregan, de acuerdo a la gravedad del cuadro, trastornos de la memoria, del sueño, de la afectividad. En casos graves se agregan síndromes convulsivos o epilepsia y/o demencia. De acuerdo a la gravedad, los síndromes postconmocionales pueden ser: 1. leve (sólo síntomas subjetivos) (síndrome postconmocional subjetivo) 2. mediano: síntomas subjetivos y EEG con alteraciones leves 3. grave: síntomas subjetivos, EEG con alteraciones y síntomas psiquiátricos (convulsiones, demencia, trastornos graves de personalidad postraumáticos, es decir, hay que descartar que no sean previos al traumatismo) Síndrome postconmocional y L.R.T. El síndrome postconmocional subjetivo, tal cual, no está contemplado en la ley 24.557. La Tabla de evaluación de incapacidades laborales de la L.R.T. 24.557 determina únicamente el desorden mental orgánico postraumático, es decir, el síndrome que corresponde a una contusión de cerebro o síndrome cerebral postcontusional. Para este desorden mental determina cuatro grados, de los cuales el Grado I y el Grado II, corresponderían a un síndrome postconmocional, en el primer caso (Grado I) a un síndrome temporal y en el segundo caso (Grado II) a un síndrome permanente, pues se refiere a todo cuadro que se ajuste a la siguiente definición “el traumatismo provoca una pérdida de conciencia desde una a varias horas. El paciente puede despertar súbitamente o pasar por un período de obnubilación de la conciencia y confusión. Hay amnesia postraumática. La recuperación funcional de los síntomas es completa, se acompaña con frecuencia de un trastorno de la personalidad moderado, que se denomina SÍNDROME POST CONTUSIONAL O ESTADO NEURÓTICO POSTCONTUSIONAL. El cuadro clínico se caracteriza por angustia, cefalea y vértigo, hipersensibilidad a los estímulos, apatía y desgano. Las exploraciones neurológicas, tomográficas y electroencefalográficas no son significativas. Las pruebas psicométricas arrojan elementos moderados de organicidad.”. Por este síndrome la Tabla fija un 20% de incapacidad. En este caso habría que cambiar lo de síndrome postcontusional por síndrome postconmocional permanente y suprimir la organicidad que se pide de las pruebas psicométricas porque corresponde a la contusión cerebral. También es necesario tener en cuenta los casos en que no hubo pérdida de conocimiento o la hubo fugazmente y que tiene todos los síntomas del Grado I, pero coparticipan del síndrome postcontusional y se acompañan de EEG anormales. En estos casos, hay que considerar que el daño orgánico es grado I-II y se evalúa con la mitad entre 0% y 20% que fija la Tabla de la LRT: un 10%. Criterios para fijar la incapacidad en el TEC Un problema legal y jurídico es la evaluación de secuelas del TEC en lo relativo al llamado síndrome posconmocional y el síndrome poscontusional, en especial cuando se habla indiscriminadamente de los mismos confundiendo uno con otro. Un criterio de evaluación es que los daños deben ser indemnizados si hay secuelas crónicas (prolongadas en el tiempo) aunque éstos sean sólo sintomáticos y de carácter subjetivo como pueden ser una cefalea, trastornos cognitivos, trastornos de conducta, imposibles de ser detectados por estudios objetivos pero detectables por semiología y pruebas psicométricas. Otro criterio es que sólo debe indemnizarse el daño orgánico patente y emergente. 260 Antonio Paolasso – INFORTUNIO Y MEDICINA LABORAL Siguiendo la tesis de Jennet-Teasdale, tanto lo subjetivo como lo patente tienen un daño orgánico de distinta graduación, es aceptable la indemnización de todo TEC con secuelas. La diferencia de la evaluación será si el cuadro de secuelas es leve, mediano o grave. A mayor gravedad, mayor indemnización y viceversa. Pero bajo el pretexto de que las secuelas leves no generan incapacidad no puede rechazarse una indemnización, la cual es procedente por el daño más que por la incapacidad residual. La evaluación de incapacidad es válida cuando realmente el dañado ha dejado de ejercer una determinada función como trabajar, estudiar o ha perturbado su vida cotidiana en las relaciones sociales (aislamiento, evitación de reuniones, intolerancia al ruido ambiental por hiperacusia, etc.) La evaluación legal y jurídica lo es sobre la base de baremos y tablas de evaluación de incapacidades. Así tenemos baremos y tablas usadas en el foro civil que sólo evalúan síntomas y no daño orgánico patente (tablas o baremos del Dr. Basile, Baremo de Bs. As., Baremo de Francia, Tabla de Méjico, Tabla de Costa Rica, Baremo Neuropsiquiátrico de Castex-Silva, Tabla del Ejército Argentino para personal civil, etc.) mientras que otras tablas como el llamado Baremo Oficial (aplicable sólo al orden previsional) o la Tabla de Incapacidades de la ley 24557 (que sólo evalúa enfermedades profesionales y accidentes de trabajo) que contemplan únicamente el daño orgánico patente, desdeñando la incapacidad funcional por síntomas. Incluso, la Tabla ley 24557 ignora al síndrome posconmocional por no considerarlo como secuela y lo describe en dicha tabla con el agregado de “sin secuelas” atribuyendo cero por ciento de incapacidad. Esto constituye un grave error o contradicción porque los síntomas en sí son secuelas. La Tabla parece querer introducir un nuevo concepto de “secuelas de secuelas”, cosa no probada en el TEC. En el caso particular del Baremo Oficial y de la Tabla ley 24557, nuestra consideración es que no son aplicables en el foro civil por razones obvias: el Baremo Oficial sólo evalúa con criterio previsional (otorgar incapacidad por invalidez total) y descarta el dolor, las fracturas y otras lesiones psicoorgánicas postraumáticas. La Tabla ley 24557 sólo es aplicable en enfermedades profesionales y accidentes laborales como lo estipula taxativamente la ley y por ello indemniza únicamente daño orgánico. El daño psíquico lo evalúa si hay intoxicación cerebral o trauma psíquico al que equivocadamente llama reacción vivencial anormal neurótica, términos inexistentes en la actual clasificación de trastornos psíquicos o mentales (según DSM IV). La denominación de reacción vivencial anormal, neurosis y psicopatía no se usan más y sólo se habla ahora de trastornos y desórdenes, existiendo una clasificación taxativa de los mismos, los que no pueden englobarse en forma general como reacción vivencial anormal, neurosis o psicosis. Ninguna de estas tablas evalúa fracturas en general (sólo algunas puntuales), dolor ni síntomas, las que son usuales en la demanda en el foro civil. Es una tabla incompleta, obsoleta y probablemente, desde el punto de vista legal, sea declarada, como la ley, inconstitucional, por privar del justo resarcimiento del daño. Los criterios pueden resumirse así: 1. Para el caso del síndrome postconmocional temporal la incapacidad es 0%. 2. Para el caso del síndrome postconmocional permanente leve o discreto, o síndrome postconmocional subjetivo, casi todos los baremos están de acuerdo en fijar entre un 8% a un 10%. Es el más frecuente. 3. Para el caso del síndrome postconmocional permanente moderado, se puede asimilar al grado II de la Tabla de Incapacidades de la LRT y algunos baremos (Neuropsiquiátrico de los Dres. Castex-Silva, de Méjico, de Costa Rica, etc.) y la incapacidad estaría entre un 15% y un 20%. Es medianamente frecuente. 4. Para el síndrome postconmocional permanente grave o acentuado, de acuerdo a la mayoría de los baremos (Méjico, Costa Rica, Castex-Silva) se puede estimar de un 30% a un 40%. Este cuadro clínico grave o acentuado es infrecuente 5. (Baremo Internacional de Incapacidades Postraumáticas de Mèlennec: hasta un 15%). A mayor cantidad de síntomas, mayor afectación. 261 Antonio Paolasso – INFORTUNIO Y MEDICINA LABORAL Cabe la salvedad de que la mayoría de los baremos hablan de síndrome postconmocional pero lo hacen con una terminología antigua, en que se confunde conmoción o concusión con contusión cerebral (fractura de cráneo, hemorragia cerebral, otras lesiones anatómicas de cerebro). Por eso los rangos son muy dispares. Nosotros hemos elaborado un rango intermedio y dejamos aclarado bien los conceptos para que se pueda asimilar parcialmente el síndrome postconmocional con otros términos de los baremos o tablas como síndrome cráneo-encefálico. Los baremos de Francia y del Dr. Basile son los únicos que incorporan la figura propia de síndrome postconmocional subjetivo, es decir, en referencia al caso leve. Pero omiten los grados de mediano y grave o acentuado. Teoría freudiana de la “compuerta”: En el concepto moderno de síndrome postconmocional, extraído de estudios multicéntricos reglados, hay que descartar la teoría psiquiátrica de que los síntomas del síndrome se deben a un trastorno previo de la personalidad, el cual es “liberado” por el traumatismo, el que actúa como levantando la “compuerta” que contenía a los trastornos previos de personalidad. Esta teoría es fácilmente rebatible puesto que las cefaleas, los trastornos de memoria, mareos, irritabilidad, etc. que presentan casi todos los casos estudiados, no pertenecen a un modelo de personalidad previa, sino son signos y síntomas compatibles con el daño neurológico. Otros trastornos de personalidad que no están descritos universalmente en los signos y síntomas básicos del síndrome postconmocional, son los que deben investigarse como trastornos previos cuando conllevan características paranoides, esquizoides, ciclotimia, etc., sobre todo, los cuadros de demencia y de epilepsia. Otro caso a tener en cuenta es la neurosis de renta que puede magnificar síntomas o simular los mismos. En todos los casos a verificar hay que realizar maniobras semiológicas para descartar simulación. Cefalea postraumática Es secuela de los TEC en general, cualquiera sea el grado de los mismos (leves, medianos, graves) con o sin pérdida de conocimiento. La cefalea postraumática, en ocasiones, va seguida por síntomas que persisten por meses y su terapéutica es difícil. La cefalea puede acompañarse, en el inicio, de otros síntomas (mareos, náuseas, vómitos).355 La cefalea primariamente aparece en el lugar del golpe, traumatismo o contusión. La cefalalgia postraumática crónica aparece como secuela tardía de la conmoción o contusión cerebral. Aparece tiempo después del traumatismo craneal y se prolonga durante largos períodos y, a veces, años.356 Luego suele extenderse como una banda alrededor de la cabeza, con frecuente localización en regiones occipital y frontoparietal. No es frecuentemente una cefalea continua o permanente, sino que suele presentarse en forma esporádica o episódica, espontánea o ante determinados estímulos (maniobra de Valsalva, inclinación del cuerpo y excitación emocional). Es descripta de diversas maneras como las variantes del dolor sordo, terebrante, pulsátil, penetrante, opresivo, a manera de banda y su variabilidad es notable. Es un dolor que resiste a los analgésicos. Afecta a una quinta parte de pacientes recuperados de TEC. Estas cefaleas pueden constituir un obstáculo de primera importancia para la convalecencia. Se estima que la cefalea postraumática puede aparecer en cualquier momento, a las semanas o a meses o años de ocurrido el trauma.357. La persistencia de la cefalea va desde dos años (24% de casos según Cartlidge – POST CONCUSSIONAL SÍNDROME, Scot. Med. J. 23:103, 1977) a 4 años (35% de casos según Barr y Ralston – HEAD INJURIES IN A PERIFERAL HOSPITAL, Lancet: 519-522, 1964) o más de cinco años (12% de 355 (Tierney y col. DIAGNOSTICO CLÍNICO Y TRATAMIENTO 29ª edic. (17): 622, 1994) (Aminoff DIAGNOSTICO CLÍNICO Y TRATAMIENTO, 21ª edición de Krupp-Chatton y col.(17):622, 1986) (FarrerasRozman - MEDICINA INTERNA (12): 1445, 1995) 356 Hernández Cueto, Claudio – VALORACIÓN MÉDICA DEL DAÑO CORPORAL: 158, Editorial Masson, Barcelona, 1995 357 Adams-Víctor-Ropper - PRINCIPIOS DE NEUROLOGÍA: 774 - Edit. Panamericana, Méjico, 1999 262 Antonio Paolasso – INFORTUNIO Y MEDICINA LABORAL casos según Steadman y Garham – HEAD INJURIES: AN ANÁLISIS AND FOLLOW-UP STUDY, Proc. R. Soc. Med. 63:23-28, 1970). La cefalea postraumática puede estar relacionada con los traumatismos de tejidos blandos que recubren al cráneo, neuralgias postraumáticas o bien por lesiones endocerebrales.358 Para objetivar una cefalea postraumática se usa el siguiente algoritmo: 1) momento de aparición: es referido el TEC y en la mayoría de los casos no hay preexistencia de cefaleas; 2) localización: primero en el lugar del golpe y luego irradia “en banda” localizando en diferentes lugares del cráneo; 3) duración: variable (de algunas horas, días o meses a varios años). Generalmente la cefalea postraumática inmediata (dolor en el lugar del golpe) es la que suele ceder en corto tiempo. Pero los TEC que complican macro o microscópicamente al encéfalo, dan cefaleas crónicas de varios años de duración 4) exacerbación: por diferentes estímulos como factores meteorológicos, maniobra de Valsalva, inclinación del cuerpo y excitación emocional 5) no cede con ningún tipo de analgésicos o anticefaleicos. 6) en algunos casos se acompaña de mareos, vértigos, náuseas, vómitos, visión sincopal (nublamiento de la vista momentánea).359 Cuestión medicolegal del TEC. Neurosis de renta Nosotros ya estudiamos en el capítulo de distrés ocupacional la neurosis de renta y allí aludimos a que una de sus causas principales era el TEC. En esta cuestión, lo primero a determinar, según se explicó anteriormente, es si hay, o no, simulación. En el caso de que no la haya, correspondería indemnizar el síndrome de neurosis de renta como una secuela importante del traumatismo laboral, de acuerdo a criterios explicados en el capítulo respectivo. Trastornos de memoria por hechos traumáticos TEC con amnesia, síndrome postconmocional subjetivo y estrés postraumático Bruce McEwen (científico de la Universidad Rockefeller, EE.UU.) estudió los efectos del estrés agudo y crónico. Descubrió que un estrés agudo importante y sumamente impactante en lo emotivo, lesiona el hipotálamo en forma irreversible y afecta, entre otras cosas, la memoria verbal y particularmente en la memoria del contexto, el tiempo y el lugar donde se producen los hechos que más impactan emocionalmente. Este es el mecanismo provocado por un traumatismo craneal ya sea como contusión o concusión y que cuando hay pérdida de conocimiento, al recuperarse éste se padece de amnesia retrógrada inmediata postraumática. Si el estrés agudo es tan intenso que lleve al trastorno de estrés postraumático, puede provocar lesiones de atrofia en ciertas neuronas de la región CA3 del hipotálamo lo que perpetúa en el tiempo el trastorno de la memoria. Testifican estos estudios y conclusiones, las imágenes obtenidas con RMN por McEwen en personas que han sufrido enfermedades relacionadas con el estrés agudo. El mecanismo de amnesia retrógrada postraumática también es mediado por endorfinas. Cuando el estrés físico es muy severo o impresionante, la liberación de endorfinas es mayor y esto embota la atención selectiva, lo que altera el proceso de la memorización de los acontecimientos que en esos momentos ocurren. Esto explicaría la “amnesia por shock” que sufren la mayoría de los individuos sometidos a grandes accidentes (viales, terremotos, derrumbamientos, etc.), tanto en los casos de traumatismos con conmoción cerebral, como en los que ésta no existe. Es muy frecuente escuchar en la anamnesis de estos traumas, la frase “no sé qué pasó” “no recuerdo qué ocurrió”, etc., o bien se efectúa relatos imprecisos o indefinidos. El estudio Zúrich consistió en realizar un análisis en dos etapas sobre un grupo de hombres cuyas edades ubicaban entre los 20 y los 40 años. En la primera etapa se les pidió que memorizaran 60 sustantivos, para lo cual debían mirar cada sustantivo durante 4 segundos. Luego se les tomaba una evaluación inmediata que consistía en escribir todos 358 Brian Jennet y Graham Teasdale - DIAGNÓSTICO Y TRATAMIENTO DE LOS TRAUMATISMOS CRANEOENCEFÁLICOS: 283-285, Editorial Salvat, Barcelona, 1986 359 Hernández Cueto, Claudio – VALORACIÓN MÉDICA DEL DAÑO CORPORAL: 158 y 234, Editorial Masson, Barcelona, 1996 263 Antonio Paolasso – INFORTUNIO Y MEDICINA LABORAL los sustantivos que recordaran. Después de 24 horas volvía a repetirse la evaluación. En una segunda etapa los investigadores administraron a los mismos voluntarios del grupo en estudio, 24 horas antes de la evaluación, una dosis de cortisona en tabletas (la cortisona al metabolizarse se transforma en cortisol, el glucocorticoide que se secreta en el estrés crónico). Después de esta ingesta, en la evaluación inmediata no hubo efecto sobre la memoria. En la evaluación tardía, a las 24 horas subsiguientes a la prueba, se encontraron fallas en las respuestas, que demostraron la afectación de la memoria. El glucocorticoide afecta el proceso de evocación o recuerdo de la memoria y es el mecanismo que se suma a las lesiones del hipotálamo y acción de las endorfinas, para alterar el proceso de la memoria en situaciones de estrés. Estas conclusiones son importantes en situaciones cotidianas como en hechos traumáticos, o los que han sufrido catástrofes. La acción distresante aumenta el cortisol y endorfinas y esto causa la alteración de la memoria. Esta situación lleva al estudio a aseverar que “sobre la base de los resultados parece probable que los niveles elevados de glucocorticoides, inducen desequilibrios de memoria en situaciones tensas”. (Estudio Zurich realizado por Dominique de Quervain en la Universidad Zúrich (Suiza), juntamente con científicos de la Universidad de California (EE.UU.) (Snyder y cols. Hospital J. Hopkins, EE.UU. 1970) Los cambios bioquímicos asociados al estrés traumático se producen en el circuito límbico y se concentran en la amígdala (Start). Estos cambios ocurrirían en forma diferente, por lo cual se han asociados en tres grupos: 8. Primer grupo: los cambios claves se produce en el locus ceruleus que regula la secreción de catecolaminas, las que actúan frente a una emergencia. La misma catecolamina es la que graba los recuerdos con especial intensidad. En el TEP, el sistema de catecolaminas se vuelve hiperreactivo y segrega dosis elevadas en respuesta a situaciones de poca o ninguna amenaza, pero en alguna manera recuerdan el trauma original. El locus ceruleus y la amígdala están relacionados íntimamente, junto con el hipocampo y el hipotálamo, de manera tal que el circuito de catecolaminas se extiende hasta la corteza. El cambio de esos circuitos provoca ansiedad, temor, hipervigilancia, quedar fácilmente perturbado o excitado, la disposición para el ataque o la fuga. 9. Segundo grupo: otros cambios se producen en el circuito de la región límbica, con la glándula pituitaria que regula la liberación de CRF, principal hormona del estrés, cuya secreción en exceso, sobre todo en la amígdala, el hipocampo y el locus ceruleus, alertan indebidamente al organismo para una emergencia que no existen en la realidad. Demasiado CRF hace que el individuo reaccione excesivamente (Nemeroff) Ante un sobresalto cualquiera se desata una secreción CRF que permite una rápida reacción. Cuando el sobresalto se repite, normalmente va disminuyendo la secreción de CRF y las reacciones son cada vez de menor intensidad. Pero ante un hiperreactivo, hipersecretor de CRF, las reacciones siempre serán de igual o mayor intensidad ante el mismo sobresalto, o solo el amago de él. Por este mecanismo, se segrega el cortisol que sube en una primera instancia y luego, por regulación en baja, viene un descenso del mismo. Cuando el proceso estresante es de cierta intensidad y muy sostenido, puede perderse la regulación en baja y queda una hipercortisolemia crónica, que lleva a la atrofia de estructuras de la amígdala. 10. Tercer grupo: los cambios se producen en el sistema opioide del cerebro, productor de endorfinas, hormonas que embotan la sensación del dolor, aumentando el umbral de tolerancia al mismo. Este circuito nervioso involucra a la amígdala con una región de la corteza cerebral. Ante una hipersecreción de opioides, éstos actúan como poderosos agentes paralizantes. En el TEP, la hipersecreción de endorfinas provoca un entumecimiento de ciertos sentimientos, lo que explica los síntomas psicológicos negativos del TEP: anhedonia (incapacidad de sentir placer), paralización emocional general con la sensación de estar escindido de la vida o la despreocupación por los sentimientos de los demás. Los que viven cerca de una persona que padece trastornos postraumáticos, pueden considerar esta indiferencia como una falta de empatía (incapacidad para conectarse o comunicarse con los 264 Antonio Paolasso – INFORTUNIO Y MEDICINA LABORAL demás). Asimismo, las endorfinas pueden provocar disociación que se manifiesta como incapacidad para recordar el traumático acontecimiento (esto también puede provocar la llamada amnesia retrógrada postraumática) Discordancia de diagnósticos Es muy frecuente que el relato del actor varíe en relación con los diagnósticos de guardia de hospital o del médico policial, puesto que se puede referir pérdida de conocimiento, pero los diagnósticos de guardia consignan que no hubo pérdida de conocimiento. Esto ocurre porque la obligación del médico de guardia es consignar sólo lo que observa. Si el actor llega a la guardia con el conocimiento recuperado, queda a criterio del médico consignar o no ese detalle (TEC con recuperación de conocimiento). Normalmente se consigna “sin pérdida de conocimiento” si el actor llega lúcido a la guardia. Esta discordancia entre el relato del actor y los diagnósticos de guardia lleva a confusión a peritos, abogados y jueces, estableciendo un principio de duda. Una de las formas de poder confirmar la pérdida de conocimiento es la amnesia retrógrada postraumática, en que el actor no puede recordar detalles del accidente, o los recuerda en forma muy confusa. De todos modos, es irrelevante si hubo, o no, pérdida de conocimiento en un TEC, porque lo que vale son las secuelas que el TEC deja. Esta circunstancia resta todo valor a la pérdida de conocimiento como detalle significante. La pérdida de conocimiento, generalmente, acompaña a la contusión pero no siempre a la concusión de cerebro. La concusión es cuando no hay lesiones cerebrales ni fracturas. La contusión implica fracturas y/o lesiones cerebrales (hemorragia, hematomas, pérdida de masa cerebral o herida cerebral). La concusión, con o sin pérdida de conocimiento produce síndrome postconmocional. La contusión produce síndrome postcontusional. Alteraciones psiquiátricas posTEC (enajenación mental traumática de Meyer) Después de los traumatismos de cráneo (TEC) suelen presentarse alteraciones psiquiátricas que alteran los Ejes I (trastornos clínicos) y II (trastornos de la personalidad). Los criterios de inclusión de alteraciones psiquiátricas post-TEC son: un criterio mayor (cefalea postraumática y náuseas de una semana de duración como mínimo) y criterios menores: pérdida de conocimiento por un minuto o más, amnesia postraumática de 30 minutos o más, síntomas neurológicos (excluidos los del criterio mayor), hallazgos neuro-radiológicos de daño cerebral o alteración del lóbulo frontal. Se necesitan de uno a dos criterios menores para completar el diagnóstico de alteraciones psiquiátricas post-TEC. Se ha comprobado que el 48% de los afectados por un TEC tienen una alteración del Eje I y que el 61% desarrolló al menos una alteración del eje I durante sus vidas. Las alteraciones más comunes del Eje I son: la depresión mayor (26%), alcoholismo (11%), ataques de pánico (incluyendo el estrés postraumático) 8%, fobias específicas (8%) y alteraciones psicóticas (6%). Las alteraciones del Eje II comprenden un 23% de los afectados por TEC y las más frecuentes son: la evitativa (15%), la paranoide (8%) y la esquizoide (6%). Los síndromes orgánicos de personalidad se observaron en el 15% de los pacientes. Conclusión: los traumatismos de cráneos aumentan la incidencia de psicopatologías en las personas. Este efecto se observa a los largo del tiempo por lo que debe realizarse el seguimiento de los pacientes. Las alteraciones más frecuentes son la depresión y las alteraciones de la personalidad. Afectan todas las edades: los niños tiene cambio de carácter. Los adolescentes y adultos manifiestan falta general de inhibición e impulsividad y las personas mayores sufren alteraciones de las funciones intelectuales. Todos estos síntomas tienden a desaparecer con lentitud aunque no por completo. 360 360 (Estudio Turku, realizado en el Hospital Universitario de Turku, Finlandia en período 1950-1971 y publicado en el Am. J. Psychiatry 159: 1315-1321, agosto 2002) (Adams-Victor-Ropper - PRINCIPIOS DE NEUROLOGÍA: 776-777 - Edit. Panamericana, Méjico, 1999) 265 Antonio Paolasso – INFORTUNIO Y MEDICINA LABORAL Entre los trastornos psicóticos postraumáticos361 se encuentran cuatro secuelas importantes: 1) esquizofrenia postraumática, 2) psicosis maníacodepresivas, 3) delirios y 4) demencias y estados deficitarios. Entre los estados deficitarios encontramos el llamado síndrome frontal, que puede presentar las siguientes características: Síndrome frontal muy incompleto: lenguaje un poco enlentecido con ligeros problemas en la memoria y discretos fenómenos de perseverancia (Baremo Internacional de Incapacidades Postraumáticas de Mèlennec: hasta un 15%) Síndrome frontal incompleto: con problemas de la memoria inmediata y lentitud global (Baremo Internacional de Incapacidades Postraumáticas de Mèlennec: 15%) Síndrome frontal moderado: dificultad en la retención de palabras, problemas moderados en la memoria de fijación y evocación y juicio conservado: 15-20% Síndrome frontal con labilidad: labilidad emocional y de humor, logorrea, excesiva familiaridad, problemas de juicio y actividad social conservada: 20% Síndrome frontal con problemas importantes: en la memoria inmediata, el carácter y el comportamiento, sin confusión ni deterioro: 35% Síndrome frontal grave: problemas en el control de esfínteres, trastornos importantes de memoria, carácter y comportamiento (moria, viscosidad, irritabilidad, adhesividad), trastornos de juicio y pérdida del sentido simbólico de las palabras. Con persistencia y afectación de la vida cotidiana: 60-80% Síndrome frontal muy grave: deterioro del lenguaje, pérdida de iniciativa, ausencia de actividades sociales o familiares con conservación de ciertos automatismos (asearse, peinarse, etc.): 80% Afasia leve: lenguaje claro y sin problemas de lengua interior con funciones intelectuales superiores conservadas: (Baremo de Steinbach: inferior o igual al 5% Afasia de Broca completa: con aislamiento: 35% Afasia masiva: con problemas de todas las funciones intelectuales superiores: 60-80% Trastorno de memoria leve: discreto déficit mnésico, ligera torpeza en la comprensión, sin problemas de juicio y sin pérdida de la función simbólica y vida normal: inferior o igual al 5% Trastorno de memoria leve a moderado: discretas dificultades de la memoria inmediata con pequeña lentitud de las respuestas, asociadas a una pequeña alteración de la emotividad o pequeño incremento de la irritabilidad: de 10 a 15% Trastorno de memoria moderado: dificultades de la memoria inmediata, con atención, razonamiento y juicio conservados: 15% Trastorno de memoria de moderado a grave: dificultades de la memoria inmediata a causa de los cuales el sujeto no tiene la misma facilidad para el estudio: 15 al 20% Trastorno de memoria grave con amnesia anterógrada, con indiferencia relativa, fatigabilidad, lentitud, con autonomía conservada: 30% Neumocefalia, aerocele Si se desgarra la piel sobre una fractura de cráneo y sucede lo mismo con las meninges subyacentes, habrá peligro de que entren bacterias en la cavidad craneal, con meningitis o abscesos resultantes. A menudo se produce acumulación de aire en la cavidad craneal (aerocele) después de las fracturas de cráneo. Suele encontrarse por TAC en los espacios subdural o epidural, sobre las convexidades de los hemisferios. Además del peligro de infección descrito, la acumulación importante de aire en la cavidad craneal puede actuar como 361 (Mèlennec, L – AFECCIONES PSIQUIÁTRICAS POSTRAUMÁTICAS: 57-66 (Affections psychiatriques posttraumátiques), Editorial Masson, París, 1983) (Hernández Cueto, Claudio – VALORACIÓN MÉDICA DEL DAÑO CORPORAL: 286-290, Editorial Masson, Barcelona, 1995) 266 Antonio Paolasso – INFORTUNIO Y MEDICINA LABORAL si fuera una lesión que ocupa espacio (masa ocupante) y producir deterioro clínico después de la lesión (neumocráneo a tensión) 362 Diastasis craneana La diastasis es una separación de huesos unidos sin una articulación propiamente dicha y sin luxación. “Las lesiones primarias (en el TEC) se deben a la absorción de energía mecánica por el cráneo en el momento del impacto. El cráneo absorbe la energía deformándose.363 El autor explica que esta deformación puede ser sin consecuencias o cuando el traumatismo es muy intenso puede llegar a producir fracturas. La diastasis es una lesión intermedia ya que no reviste carácter de fractura pero es indicio de un impacto muy violento. Lesiones postraumáticas de pares craneales Las fracturas de etmoides provocan lesiones del I Par craneano o nervio olfatorio provocando alteraciones del olfato como la disminución (hiposmia) o la falta de olfato (anosmia). Los traumatismos craneanos son causa de lesiones del IX Par craneano o glosofaríngeo alterando el gusto con disminución (hipogusia) o desaparición (agusia)364 Hidrocefalia postraumática Es una complicación poco frecuente de los TEC. Las manifestaciones iniciales consisten en cefaleas, vómitos, confusión y somnolencia de ocurrencia intermitente. Más tarde sobrevienen embotamiento mental, apatía y retraso psicomotor y en ese momento la presión del LCR puede haber disminuido hasta un nivel normal (hidrocefalia a presión normal). Es posible que algunos de los mecanismos que intervienen para producir la hidrocefalia postraumática sea el bloqueo del cuarto ventrículo y del acueducto por un coágulo de sangre y/o fibrosis meníngea basilar. La derivación ventriculoperitoneal puede dar reacciones impresionantes.365 La disponibilidad de la exploración por TAC (y RMN) está facilitando el conocimiento de la frecuencia y extensión de la dilatación ventricular después de varios tipos de traumatismo craneal, así como el curso de la historia natural de esta condición. La información de la que en la actualidad se dispone es incompleta, por lo que las opiniones sobre la importancia clínica del hidrocéfalo postraumático son discutibles. No obstante, está claro que existen tres tipos: el provocado por la pérdida de sustancia blanca después de una lesión importante (ex vacuo); el provocado por la deficiencia circulatoria de LCR debida a la presencia de adhesiones en las vías de circulación, probablemente secundarias a una hemorragia (obstructiva); y el hidrocéfalo comunicante (presión normal). El hidrocéfalo obstructivo es raro, aunque manifestará su presencia por el desarrollo de síntomas propios del aumento de presión intracraneal, la cual podrá aliviarse mediante una operación de derivación. El problema real consiste en distinguir entre las otras dos formas de hidrocéfalo. Es probable que sólo se establezca un diagnóstico en firme de hidrocéfalo de presión normal cuando un paciente que ya se ha recuperado en un grado considerable de la lesión desarrolla nuevos síntomas (dificultad mental y trastorno del porte); el diagnóstico depende estos rasgos clínicos característicos y de la evidencia de retraso de la circulación de LCR. Igual que cuando esta condición ocurre de forma espontánea, solamente una proporción de pacientes responden favorablemente a la derivación y no existen criterios para identificar con seguridad cuáles son estos pacientes. En un estudio importante de todo 362 Adams-Victor-Ropper - PRINCIPIOS DE NEUROLOGÍA: 761 - Edit. Panamericana, Méjico, 1999 Farreras-Rozman - MEDICINA INTERNA (12): 1445, 1995 364 Osvaldo Fustinoni – SEMIOLOGÍA DEL SISTEMA NERVIOSO, Editorial El Ateneo, Bs. As. 1974 365 (Zander y Foroglou) (Adams-Victor-Ropper - PRINCIPIOS DE NEUROLOGÍA: 775 - Edit. Panamericana, Méjico, 1999) 363 267 Antonio Paolasso – INFORTUNIO Y MEDICINA LABORAL tipo de hidrocéfalos consecutivos a traumatismo craneal, sólo una cuarta parte de los diagnosticados como hidrocéfalos de presión normal respondieron bien a la derivación.366 La hidrocefalia de presión normal es una condición poco conocida y que cada vez se detecta con mayor frecuencia y en algunos casos el traumatismo es el agente precipitante.367 Trastornos extrapiramidales y cerebelosos Los TEC pueden alterar el cerebelo y el sistema extrapiramidal y provocar una ataxia cerebelosa postraumática con signos extrapiramidales denominado seudosíndrome parkinsoniano postraumático. Es una ataxia a menudo unilateral (puede ser bilateral) y resulta de la lesión del pedúnculo cerebeloso superior. La ataxia de la marcha puede estar unida a la presencia de una hidrocefalia comunicante. Es diferente al síndrome tipo parkinsoniano que forma parte del síndrome “punch-drunk” que afecta a pugilistas con la denominada “demencia pugilística”. En realidad correspondería llamarlo temblor postraumático. Los temblores postraumáticos son temblores patológicos adquiridos por causas traumáticas. Puede ser simple si afecta un solo grupo muscular o compuesto si afecta a varios músculos. Es temblor estático o de reposo si se produce estando en reposo o temblor locomotor o cinético si lo produce el movimiento muscular. El temblor de reposo puede atenuarse, detenerse o bien aumentar con los movimientos, no se controla con la voluntad, puede cesar con el sueño. Ubica de preferencia en diferentes segmentos de miembros superiores y en la cabeza. Más infrecuentemente afecta a miembros inferiores o al tronco. Puede ser localizado o generalizado. Se clasifica en rápido (8 a 12 oscilaciones por segundo), mediano (5 a 7 osc./seg.) o lento (4 o menos osc./seg.). Puede ser temblor fino (pequeñas oscilaciones apenas imperceptibles o visibles) o temblor grueso o grosero (grandes oscilaciones). Puede ser rítmico o arrítmico. Puede deberse a lesiones de nervios periféricos o a lesiones subcorticales o cerebelosas. Se estudia con EMG que revela estallidos rítmicos de descargas de unidades motoras.368 Quistes aracnoideos o subaracnoideos Se deben a quistes hemorrágicos formados por membranas fibrosas (seudomembranas) que crecen a partir de la duramadre. Rabe y colaboradores han demostrado que el factor más importante en la acumulación de líquido subdural es la permeabilidad patológica de los capilares de las seudomembrana exterior. Los elementos sanguíneos dan productos de desdoblamientos en el coágulo que provocan reacción inflamatoria que sirve de estímulo adicional para la formación de neomembranas (seudomembranas).369 TEC e hipertensión arterial postraumática Es frecuente que en muchos casos de TEC se detecte una hipertensión arterial postraumática inmediata. Se debe a una reacción simpáticoadrenal y normalmente desaparece en forma espontánea en cuestión de unas horas o algunos días. A menos que la elevación de la presión arterial sea grave (por arriba de 366 (Brian Jennet y Graham Teasdale - DIAGNÓSTICO Y TRATAMIENTO DE LOS TRAUMATISMOS CRANEOENCEFÁLICOS: 303, Editorial Salvat, Barcelona, 1986) (Zander, E., and Foroglou, G: POSTTRAUMATIC HYDROCEPHALUS, Handbook of clinical Neurology, Vol. 23, North Holland Publishing Co, Ámsterdam, 1976) 367 Brian Jennet y Graham Teasdale - DIAGNÓSTICO Y TRATAMIENTO DE LOS TRAUMATISMOS CRANEOENCEFÁLICOS: 45, Editorial Salvat, Barcelona, 1986 368 Osvaldo Fustinoni – SEMIOLOGÍA DEL SISTEMA NERVIOSO: 281-282, Editorial El Ateneo, Bs. As. 1974 369 Adams-Victor-Ropper - PRINCIPIOS DE NEUROLOGÍA: 771 - Edit. Panamericana, Méjico, 1999 268 Antonio Paolasso – INFORTUNIO Y MEDICINA LABORAL 180/95 mm Hg) se puede dejar sin ninguna medida durante la fase temprana.370 La causa de la reacción simpáticoadrenal es el estrés causado por el trauma. Si el estrés produce otros trastornos mentales postraumáticos, la HTA puede instalarse en forma permanente por autoperpetuación a través de un mecanismo disparado por el trastorno mental postraumático que suelen acompañar a los TEC. Encefalomalacia o infarto cerebral localizado La encefalomalacia es el reblandecimiento cerebral.371 La encefalomalacia es el infarto cerebral que resulta de la suspensión del riego sanguíneo en una zona localizada.372 Desde hace tiempo se conocen ciertos tipos de lesión cerebral isquémica: el infarto focal en la inmediata vecindad de contusiones. Más recientemente se ha sabido que después de un traumatismo craneal suele apreciarse en el cerebro necrosis neuronal dispersa y otros tipos de infarto. Un 66% de estas lesiones se hallaban en el córtex.373 370 Adams-Victor-Ropper - PRINCIPIOS DE NEUROLOGÍA: 779 - Edit. Panamericana, Méjico, 1999 Diccionarios médicos Salvat y Dorland 372 Stanley L. Robbins – TRATADO DE PATOLOGÍA: 1272, Interamericana, 3ª edición, México, 1967 373 Bryan Jennet, Gram. Teasdale – DIAGNÓSTICO Y TRATAMIENTO DE LOS TRAUMATISMOS CRANEOENCEFÁLICOS: 39, Salvat Editores, España, 1986 371 Antonio Paolasso – INFORTUNIO Y MEDICINA LABORAL 269 CAPÍTULO IX CÁNCER PROFESIONAL U OCUPACIONAL Etiología y patogenia del cáncer ocupacional El cáncer profesional u ocupacional tiene como origen dos mecanismos oncogénicos debidos fundamentalmente a factores ambientales: mutación genética adquirida no transmisible y la activación de oncogenes (genes promotores de cáncer).374 Entenderemos por contaminación ambiental genética a todos los factores ambientales que producen mutaciones genéticas, llamadas mutaciones genéticas adquiridas, las cuales pueden ser no heredables cuando afectan células somáticas o heredables cuando afectan a células gonadales. No se transmite ni la enfermedad ni la predisposición genética.375 Estos factores ambientales, reconocidos y señalados por diferentes investigadores y estudios multicéntricos son: factores virales radiaciones ambientales naturales o artificiales estrés alimentos otros (drogas, tóxicos, factores ocupacionales o laborales, etc.) Hemos referidos ya los efectos de las radiaciones electromagnéticas naturales y artificiales sobre el ADN y el ARN. Pero hay otros factores como los virus, que infectando a las células alteran el genoma integrando su genoma viral al genoma humano para convertir a la célula humana en una fábrica de proteínas virales y estas alteraciones producen graves enfermedades que van desde la teratogénesis al cáncer. Las deleciones genéticas y otros cambios, alteran secuencias y genes y por lo tanto cambian las funciones de los proteomas, induciendo la producción de proteínas anómalas que no cumplirán sus funciones fisiológicas normales o bien ejercerán funciones patológicas. Según Solari,376 el estudio del genoma humano traerá beneficios indudables como el desarrollo de métodos de diagnósticos más exactos, comprensión de la patogenia de las enfermedades, posibilidad de una medicina predictiva al individualizar a las personas de alto riesgos de enfermedades genéticas y a establecer una nomenclatura racional de las enfermedades. Por otro lado, el PROYECTO GENOMA HUMANO conlleva los perjuicios patentes377 de algunos investigadores y médicos que creen en el absolutismo genético manifestado por una especie de determinismo o fatalismo genético, en el cual indefectiblemente el gen es el único responsable de todas las afecciones humanas, independientemente de otras causas. Tal concepto, explica Solari, supone un grave error conceptual que lleva al menoscabo de factores ambientales en el desencadenamiento de la enfermedad. Seguramente cuando se complete el estudio del 374 El mecanismo de oncogenes lo explica Joseph LaDou – MEDICINA LABORAL: 231-264, Editorial Manual Moderno, Méjico, 1995 375 (Solari – GENÉTICA HUMANA, 2ª edición, editorial Panamericana, Bs. As. y otros autores). 376 Genetista argentino Investigador Superior del CONICET, autor de la obra GENÉTICA HUMANA y uno de los mayores especialista argentino en Genética 377 al desprecio de los factores ambientales se suma la discriminación genética tanto laboral como para las compañías de seguros y la pérdida de privacidad de los datos genéticos, en países como el nuestro que no cuenta con legislación acorde con los nuevos derechos que deben surgir del conocimiento del genoma y su manipulación por la tecnociencia. 270 Antonio Paolasso – INFORTUNIO Y MEDICINA LABORAL genoma humano, ya no habrá dudas de que nada puede alterarse en el organismo humano sin la participación de los genes porque es probable que esos genes o tengan todas las secuencias necesarias para provocar todos los males o estén sujetos a una plasticidad genética que permita una gran variabilidad mutacional para constituir una secuencia determinada bajo un estímulo o acción diferente como puede ser un factor ambiental. Si bien el motor final de un proceso patológico es un gen, la causa de que dicho motor entre en funcionamiento es el factor ambiental. Si dicho factor no actúa, es poco probable la expresión por sí y esto se ha demostrado fehacientemente en el caso del cáncer, en el cual se sabe que todo el género humano tiene oncogenes o genes generadores de cáncer, pero sólo un porcentaje de la población generará cáncer y de estos, son de bajísima frecuencia los de expresión congénita (que aún no se sabe si también en ellos pueden influir factores ambientales a través de la madre). Anteriormente dijimos que el estudio del genoma humano ha aclarado que existen varios mecanismos de cambios genéticos y algunos ya clásicamente conocidos como las deleciones, sustituciones o transversiones pueden ser gatillados por factores ambientales, a tal punto que Solari concluye que las variaciones fenotípicas son producidas por variaciones genotípicas + variaciones ambientales. A este tipo de variación genética se les llama provisoriamente, mutaciones genéticas adquiridas no transmisibles. Provocan la enfermedad de un feto, un niño o un adulto, pero el defecto genético no es transmisible por ocurrir en células somáticas. Generalmente son cuadros patológicos poligénicos. Las condiciones puntuales para que un cáncer pueda ser catalogado como profesional (causado por el trabajo, ocupación o profesión) son: 1. que en la fuente laboral haya factores cancerígenos comprobados 2. que no exista predisposición familiar ni antecedentes heredofamiliares francos o ampliamente comprobados 3. que no existan factores de riesgos personales (hábitos tóxicos) o ajenos al trabajo 4. que el cáncer no sea preexistente 5. que se desarrolle después de una exposición laboral cierta Si hay un cáncer incipiente al ingreso laboral y en el trabajo factores cancerígenos que aceleren el desarrollo de ese cáncer, se habla de agravación. Si el trabajador tiene factores de riesgos personales o factores ajenos al trabajo, pero la existencia de los factores cancerígenos en el trabajo desarrollado ayudan a la manifestación de un cáncer durante el desempeño laboral, el trabajo es factor desencadenante eficiente.378 Los agentes cancerígenos ocupacionales se dividen en: 379 iniciadores (son genotóxicos o mutagénicos, pueden actuar con una sola exposición o exposición única, tiene acción electrolítica y un umbral no verificable). Se denominan así porque son causa directa del cáncer promotores (no genotóxicos, son epigenéticos porque activan los oncogenes, no son electrolíticos, necesitan una exposición crónica o exposiciones repetitivas, tienen un umbral probable de verificar). Se denominan así promueven o causan indirectamente el cáncer y son coadyuvantes de los iniciadores. completos: son iniciadores y promotores a la vez 378 379 Rubinstein – LOS INFORTUNIOS DEL TRABAJO: 25-29, Depalma, Bs. As. 1993 (LaDou, op. cit) 271 Antonio Paolasso – INFORTUNIO Y MEDICINA LABORAL Los agentes cancerígenos del cáncer profesional son sustancias tóxicas de diversas naturaleza (física, química, polvos, etc.) y actúan por contacto (vía dérmica), por ingestión (vía digestiva) o por inhalación (vía respiratoria). Las sustancias cancerígenas por exposición laboral son: : 1. de acción oncogénica fehaciente: el humo del tabaco (tabaquismo pasivo); arsénico y sus compuestos inorgánicos,* asbesto,* cromo; clorometileter (bis [clorometil] eter (BCME)* y éter dimetil clorometil [CMME]); resinas de alquitrán de hulla; alquitranes y benzopirenos: aceites minerales; gas mostaza; níquel (como óxido y sulfuro); radon; hollín; talio y cloruro de vinilo*. 2. Hay otros cancerígenos probables de cáncer profesional de pulmón: acrilonitrilo,* berilio; cadmio; sílice cristalino y epiclorhidrina Las sustancias con asterisco requieren vigilancia médica. Estos agentes cancerígenos ha sido extraídos pero modificados, de LaDou, op. cit. Para LaDou las causas más frecuentes de cáncer pulmonar ocupacional son la exposición a asbesto, radón y clorometileter. Pero, en general, la exposición a diferentes sustancias químicas puede provocar cáncer de pulmón ocupacional.380 Las bases diagnósticas del cáncer pulmonar profesional son: exposición a factores cancerígenos en el ámbito laboral; clínica con tos hemoptoica, disnea y pérdida de peso, nódulo pulmonar y/o atelectasia y/o adenopatía hiliar o mediastínica y estudios complementarios citológicos o biopsia que certifique presencia de células oncológicas. Las formas anatomopatológicas del cáncer pulmonar profesional pueden ser carcinomas o adenocarcinomas, ambas con todas sus variedades. En algunos adenocarcinomas hay ubicación pulmonar periférica. Cáncer de pulmón profesional (ocupacional o laboral) Las sustancias cancerígenas por exposición laboral son: : 1. de acción oncogénica fehaciente: el humo del tabaco (tabaquismo pasivo); arsénico y sus compuestos inorgánicos,* asbesto,* cromo; clorometileter (bis [clorometil] eter (BCME)* y éter dimetil clorometil [CMME]); resinas de alquitrán de hulla; alquitranes y benzopirenos: aceites minerales; gas mostaza; níquel (como óxido y sulfuro); radon; hollín; talio y cloruro de vinilo*. 2. Hay otros cancerígenos probables de cáncer profesional de pulmón: acrilonitrilo,* berilio; cadmio; sílice cristalino y epiclorhidrina (las sustancias con asterisco requieren vigilancia médica) (Estos agentes cancerígenos ha sido extraídos pero modificados, de LaDou, op. cit.). Las bases diagnósticas del cáncer pulmonar profesional son: exposición a factores cancerígenos en el ámbito laboral; clínica con tos hemoptoica, disnea y pérdida de peso, nódulo pulmonar y/o atelectasia y/o adenopatía hiliar o mediastínica y estudios complementarios citológicos o biopsia que certifique presencia de células oncológicas. Las formas anatomopatológicas del cáncer pulmonar profesional pueden ser carcinomas 380 LaDou, Joseph – MEDICINA LABORAL: 256-259, Editorial El Manual Moderno, México, 1994 272 Antonio Paolasso – INFORTUNIO Y MEDICINA LABORAL o adenocarcinomas, ambas con todas sus variedades. En algunos adenocarcinomas hay ubicación pulmonar periférica. Cáncer de pulmón por exposición al humo del tabaco El tabaco desempeña un papel extraordinariamente importante en la EPOC y el cáncer de pulmón dado que del 80 al 90% de los fumadores (activos y pasivos) tienen exposición al humo del cigarrillo. El humo del tabaco, que contiene diversos tóxicos, entre ellos el benzopireno de carbono y el monóxido de carbono (a los que se agrega el anhídrido carbónico espirado junto al humo mezclado con aire pulmonar) daña la barrera epitelial y facilita la exposición de las terminaciones bronquiales nerviosas aferentes y los receptores irritantes a agentes broncoconstrictores y sustancias proinflamatorias. Las células epiteliales también participan en la inflamación bronquial liberando productos derivados del ácido araquidónico y estimulando las fibras nerviosas no adrenérgicas no colinérgicas (inflamación neurogénica). La inflamación bronquiolar es la anomalía morfológica más constante y temprana de la vía aérea de los fumadores. La inflamación bronquiolar también desempeña un papel importante en la destrucción de tabiques alveolares peribronquiales y del centro del ácino, hechos característicos del enfisema centrolobulillar. A este desequilibrio también puede contribuir la inactivación de la 1-antitripsina, oxidada directamente por el humo del cigarrillo. A los mecanismos ya señalados, cabría añadir el efecto de los radicales libres de oxígeno, moléculas contenidas en el humo de tabaco que tiene acción mutagénica. El humo de tabaco también inhibe la lisiloxidasa, enzima que cataliza los primeros pasos en la formación de elastina y colágeno y altera el proceso de reparación tras la lesión del tejido pulmonar.381 En varios estudios se ha señalado que la exposición pasiva a humo de cigarrillo puede presentar riesgos de salud. En adultos la exposición pasiva a humo de tabaco produce deterioro de la función de vías respiratorias pequeñas. La exposición a humo de cigarrillo en el sitio de trabajo puede ser significativa, y contacto pasivo se puede relacionar con el deterioro de la función respiratoria, así como aumento del riesgo de cáncer pulmonar en no fumadores. Varios estudios han señalado que la exposición pasiva a humo de cigarro es riesgo cierto para enfermedad pulmonar. El sitio de trabajo debe considerarse riesgoso en caso de que el ambiente laboral se comparta con fumadores. El riesgo es más importante cuando el número de fumadores es muy alto y el área laboral mal ventilada y se comparte con no fumadores. Aún con sistema de aire acondicionado central de buena ventilación, se encuentran en los lugares de trabajos con fumadores, importantes concentraciones de monóxido de carbono y otras partículas del humo de tabaco.382 En Mendoza, los trabajadores más expuestos al tabaquismo pasivo son los empleados del Casino, de billares u otros juegos, donde fuman mucho a la vez y saturan el ambiente con el humo espirado, más el humo que se desprende directamente del cigarrillo. Cáncer pulmonar profesional por polvo ambiental de arena o arenisca La arena o arenisca es un producto mineral proveniente de la corteza terrestre por disgregación natural de rocas y otros minerales del suelo. Suele contener sales calcáreas, sílice o cuarzo, níquel (como óxido o sulfuro), cromo, arsénico inorgánico y otros minerales del suelo y las rocas. El polvo que se desprende tanto en el proceso de selección primaria (extracción del material y zarandeo del mismo) como en su transporte y carga al aire libre o su uso en la construcción o en el proceso de industrialización (uso industrial) es un contaminante ambiental que adquiere relieve patológico cuando se encuentra en gran cantidad (polvareda densa), no se usa protección respiratoria adecuada (máscara) y hay exposición prolongada (muchas horas en el día y por varios años consecutivos). Su efecto cancerígeno surge de una exposición densa y muy prolongada en el tiempo, cuyo término medio es de 7 años y los extremos ubican entre 3 y 10 años o más. Los componentes de ese polvo, estudiados aisladamente, tienen acción cancerígena 381 382 Farreras-Rozman – MEDICINA INTERNA, Editorial Harcourt, 14ª edición, Cap. 93: 848-851, España, 2000 Joseph LaDou – MEDICINA LABORAL, Editorial Manual Moderno, Cap. 32: 598-601, Méjico, 1993 273 Antonio Paolasso – INFORTUNIO Y MEDICINA LABORAL comprobada por estudios multicéntricos. El óxido de calcio es un tóxico profesional383 que actúa a niveles ambientales de una concentración cuyo valor límite como tóxico es de 5 mg/m3 (escala USA.) Su mayor concentración es en la cal viva y en el cemento,384 pero el polvo del suelo la contiene en menores concentraciones. Su actuación en la carcinogénesis probablemente se deba a una acción por irritación e inflamación de las vías respiratorias que llevan a la proliferación celular y actuaría como si fuera un factor promotor, pues por sí solo no es cancerígeno. Es intensamente alcalino y cáustico.385 El sílice cristalino proviene del silicio un elemento muy abundante en la corteza terrestre y sus compuestos, afectan al pulmón (silicosis y asbestosis) porque son muy irritantes. En la arena y arenisca se encuentra como -cuarzo. Es fibrogénico y en forma de partículas es irritativo porque es fagocitado por macrófagos cuyos lisosomas se lisan y potencian la acción irritante. W. R. Parkes estudió la relación entre silicosis y la TBC y cáncer del pulmón.386 La acción carcinógena de la exposición a polvos de cromo (en su estado oxidativo de Cr [VI]) es fundamentalmente pulmonar-bronquial, sobre todo, si se asocia a polvos de sílice fibrogénico. El nivel máximo de estos compuestos de cromo, para ser cancerígenos, es de 25 g/cm3.387 El níquel es muy abundante en la corteza terrestre (99 ppm) y se encuentra como óxidos / silicatos o sulfuros. La acción cancerígena del Ni se explica por la formación de complejos de proteínas, a las que se une como hapteno. Los únicos compuestos cancerígenos de Ni, son el óxido y el sulfuro, los que en su forma cristalina actúan como el sílice. Otro factor que explica la acción del Ni como cancerígeno pulmonar, sobre todo los compuestos insolubles, es su permanencia prolongada en el tejido.388 El arsénico está contenido en la corteza terrestre en una proporción de 5 gr. por tonelada, aunque en Argentina la concentración puede ser superior. Existe la exposición a polvos de arsénico que pueden ocasionar en forma aguda neumonitis y en exposición crónica, el cáncer pulmonar.389 Cáncer postraumático El cáncer o tumor postraumático o de origen mecánico ha sido admitido por Velpeau, Verneuil y otros autores. Hay trabajos médicos que establecen la relación entre traumatismo y tumor. El traumatismo es causa desencadenante.390 El oncogen (gen del cáncer) está normalmente presente en las células de todas las personas normales, pero no se expresa fenotípicamente como cáncer debido a una fuerte regulación de su actividad. Pero cuando esa regulación es afectada o estimulada o anulada por diferentes agentes conocidos, tanto endógenos, como exógenos (factores ambientales), el oncogen se activa y convierte a células normales en células cancerosas. Un oncogen sólo se expresa espontáneamente cuando hay fuerte predisposición heredofamiliar en el árbol genealógico.391 Experimentalmente se han provocado tumores cancerosos por agentes promotores locales externos.392 Según Segond hay principios para tipificar la etiología traumática de un tumor: a. Principio 1): “la región traumatizada debe ser previamente sana” (no tener tumor preexistente ni lesiones precancerosas). 383 Mencionado por Kaplan – MEDICINA DEL TRABAJO: 195, editorial El Ateneo, Bs. As. 1976 Hugo Rostagno – LOS RIESGOS DEL CUERPO QUE TRABAJA:56 385 Ladron de Guevara-Moya Pueyo – TOXICOLOGÍA MÉDICA (Laboral): 97, editorial Interamericana, Madrid, 1995. 386 (En su monografía OCUPATIONAL LUNG DISORDERS, Buttenworht, Londres, 1982) (Ladron de Guevara, op. cit.: 222; Kaplan, op. cit.) 387 Ladron de Guevara, op. cit.:115 388 Ladron de Guevara, op. cit.:144; LaDou, op. cit. 389 (Ladron de Guevara, op. cit.:275-276; LaDou, op. cit.) 390 Kaplan MEDICINA DEL TRABAJO: 178, Bs. As. 1976 391 JOURNAL OF THE NATIONAL CANCER INSTITUTE, agosto 1991 392 MEDICAL MAG (2) Edición Especial, 1991 384 274 Antonio Paolasso – INFORTUNIO Y MEDICINA LABORAL b. Principio 2): “el traumatismo debe haber existido realmente y ser de gran intensidad”. c. Principio 3): “el tumor canceroso debe aparecer después de ocurrido el traumatismo y en la misma región u órgano traumatizado”. d. Principio 4): “es necesaria la confirmación objetiva del diagnóstico del tumor canceroso”. 393 Tumor testicular postraumático El tumor canceroso testicular, en general, es de frecuencia bajísima: 5% para tumores de células de Leydig (intersticiales) y de Sertoli.394 Para células intersticiales únicamente, la frecuencia es del 1%.395 Esta baja frecuencia, los antecedentes estudiados y los principios enunciados, son prueba a favor de una causa traumática cuando en el testículo traumatizado se instala un cáncer. Cáncer de labio El epitelioma espinocelular Grado I (clasificación Broders) tiene más del 75% de las células bien diferenciadas y constituyen las formas menos malignas. El grado II tiene un poco menos de células bien diferenciadas. Las formas más diferenciadas (grado II y especialmente Grado I) son la de menor radiosensibilidad. Este concepto debe ser tenido en cuenta en la conducta terapéutica de dichos epiteliomas. 396 Según la nomenclatura del sistema internacional (SI), la unidad de radiación es el gray (Gy) y suele utilizarse el cGy que equivale a 0.01 Gy. Dosis corporales totales por arriba de 3.000 cGy causan daño vascular. La extensión del daño por exposición a la radiación depende de la cantidad de radiación que recibe el cuerpo, así como de la dosis, los órganos expuestos, el tipo de radiación, duración de la radiación y transferencia de energía de la onda o partícula radiactiva al tejido expuesto. La radiación de piel y mucosas causa eritema y epidermólisis.397La dosis utilizadas en carcinomas de radiosensibilidad alta es de 65-75 Gy (6500 a 7500 cGy), con técnicas complejas que permitan una dosis homogénea tumoral con adecuada protección de tejidos sanos. 398 Linfomas pulmonares por antígenos bacterianos Linfomas del tejido linfoide asociado a las mucosas (MALT) La mayoría del tejido linfoide extraganglionar lo constituye el MALT que es un sistema de defensa frente a antígenos en contacto directo con mucosas. Son verdaderos linfomas, aunque algunos autores lo consideran seudolinfomas (simple cúmulo de linfocitos en mucosas). Aparece normalmente en zonas donde hay MALT (placas de Peyer en intestino) pero también puede aparecer en zonas donde en condiciones normales no hay MALT pero que éste se adquiere como consecuencia de estímulos antigénicos bacterianos o inmunológicos. Entre estas localizaciones no gastrointestinales están las localizaciones bronquiales. Si bien estos linfomas suelen ser de bajo grado de malignidad y se comportan como enfermedad localizada, con buena respuesta a tratamientos locales o quimioterapia, pueden también transformarse a linfomas de alto grado más agresivo.399 393 Kaplan - MEDICINA DEL TRABAJO: 178, Bs. As. 1976 Fitzgerald - DIAGNÓSTICO CLÍNICO Y TRATAMIENTO (22): 955, México, 1994 395 Robbins - PATOLOGÍA:991, Bs. As. 1967 396 Gatti – Cardama – MANUAL DE DERMATOLOGÍA: 269, 6a edición, Editorial El Ateneo, Bs. As. 1973 397 Lawrence M. Tierney, Jr. y cols. – DIAGNÓSTICO CLÍNICO Y TRATAMIENTO: 1500-1501, 35ª edición, editorial Manual Moderno, Méjico, 2000 398 Farreras-Rozman – MEDICINA INTERNA:1324, Vol. I, 14ª edición, editorial Harcourt, España, 2000 399 Farreras-Rozman – MEDICINA INTERNA: 1986, Vol. II, 14ª edición, editorial Harcourt, Madrid, España, 2000 394 275 Antonio Paolasso – INFORTUNIO Y MEDICINA LABORAL CAPÍTULO X DOLOR Concepto de dolor La Real Academia Española define a dolor como palabra derivada del latín dolor, oris y que significa “sensación molesta y aflictiva de una parte del cuerpo por causa interior o exterior”. Los diccionarios médicos definen a dolor como “sensación más o menos localizada de malestar, molestia o aflicción, resultante de la estimulación de terminaciones nerviosas especializadas”.400 “Impresión penosa experimentada por un órgano o parte que es transmitida al cerebro por los nervios sensitivos”.401 La Asociación Internacional para Estudio del Dolor (IASP = Internacional Association for Study of Pain) define al dolor como “experiencia sensorial y emocional desagradable, asociada a daño real o potencial de los tejidos o descrito en términos de tales daños”. A todas estas definiciones le faltó agregar el ingrediente de síntoma invalidante para todo trabajo u ocupación. Soslayar o pretender desconocer este aspecto fundamental para la Medicina Laboral, es lo que lleva a muchos médicos a considerar que el dolor no es un “motivo” para dejar de trabajar y lo tratan despectivamente al quejumbroso por dolor con frases tales como “no es nada, ya se le pasará” “vaya a trabajar que eso lo calmará” y otras cosas por el estilo. La Medicina Laboral, como el resto de la medicina, suele no estudiar más profundamente los dolores, debido al “costo”, el “tiempo que lleva” estudiar el dolor y lo que hemos llamado el “miedo semiológico” que despierta la pretendida subjetividad del dolor, como si fuera algo intangible y misterioso, de conocer causas y terapéutica. La Medicina siempre tuvo en claro algunas cosas sobre el dolor: 1º. es percepción sensitiva a través del sistema nervioso, que comienza con el estímulo de receptores específicos o finas terminaciones nerviosas, se transmiten por las fibras nerviosas sensitivas específicas (vía termoalgésica), que lleva estímulos a la medula espinal y por ésta, el estímulo doloroso llega a los centros nerviosos del cerebro. Anatómicamente hay receptores, fibras nerviosas o nervios periféricos (sistema nervioso periférico) y centros nerviosos cerebrales (sistema nervioso central) que procesan la percepción del dolor. 2º. la percepción del dolor tiene diferentes graduaciones en cada persona y esto se denomina umbral del dolor (limen) y se creado una unidad de dolor que es el limen y una fracción denominado dol. Esto significa que el dolor es mensurable. 3º. es un síntoma, esto es, algo subjetivo. Esto hace que sea imposible su detección por estudios por imágenes. La Medicina, tradicionalmente, se enfrentó con algunos problemas frente al dolor: 1. la subjetividad del dolor. No obstante, siempre la Medicina tuvo elementos llamados semióticos o semiológicos para detectar, clasificar y determinar si hay dolor, qué tipo es, probable etiología y terapéutica. La semiología del dolor se recoge mediante una técnica 400 401 Diccionario Médico Dorland Diccionario Médico Salvat 276 Antonio Paolasso – INFORTUNIO Y MEDICINA LABORAL denominada algoritmo.402 Incluso, hay técnicas de medición que originaron la algometría que determinaba la medición de la sensibilidad a estímulos dolorosos. Hoy se ha diseñado el palpómetro digital que consiste en adicionar a la muñeca del palpador una almohadilla provista de un mecanismo registrador de presión y se captan ondas que van a una pantalla de computadora permitiendo visualizar la aparición del dolor y su grado de intensidad. La palpometría junto con otros elementos de estimulación (estímulo eléctrico, punción, temperatura, etc.) permite detectar los puntos dolorosos. El algesímetro es un instrumento empleado para medir la sensibilidad al dolor al pinchar con una punta afilada. En síntesis: el dolor no es signo objetivo pero es un síntoma objetivable. Otros métodos son las escalas, especial la visual (escala visual análoga o VAS) y la escala facial de Wong 2. el umbral personal del dolor: cada individuo percibe de un modo diferente un mismo dolor. Así hay personas sensibles (captan el dolor con umbral normal), hipersensibles (aprecian al dolor con mayor intensidad con bajo umbral), hiposensibles (perciben el dolor con baja intensidad con umbral mediano), insensibles (no manifiestan un dolor por tener un alto umbral). El umbral del dolor está correlacionado con experiencias previas, estado psíquico al momento del dolor, indemnidad de las vías sensitivas, control mental y posición personal (tolerancia o intolerancia), el grado de gravedad de una lesión o enfermedad, zona anatómica donde asienta el dolor. Antes de determinar la gravedad del dolor, el médico no debe estar prejuiciado, sino examinar atentamente al paciente y sus antecedentes y el algoritmo del dolor 3. el proceso del dolor. No se profundizó demasiado sobre los diferentes tipos de dolor, su evolución y su impacto sobre la vía nerviosa y el sistema nervioso en general. Esto llevó a formar algunos “mitos” médicos como el “dolor central”, “dolor histérico” y en general, a descreer mucho sobre el impacto personal y social del dolor, en parte por la impotencia diagnóstica y quirúrgica y en parte por admitir que no es objetivable. Incluso, hay profesionales con grandes dificultades para determinar si hay simulación o disimulación del dolor, cuestión que se supera profundizando el estudio de técnicas semiológicas. La exageración del dolor por bajo umbral o trastorno psíquico o ganancia secundaria (cobro de indemnización) es otro problema que se debe determinar muy bien para no caer en errores de apreciación. Un dolor exagerado no deja de ser dolor. Lo que el médico debe estimar es el grado verdadero del dolor y no desestimarlo en general. 4. impotencia terapéutica. Hasta ahora, el dolor siempre fue un problema médico grave, sobre todo en pacientes con dolencias crónicas (reumatismo, cáncer, neuritis, cefaleas, artralgias, etc.). Hay pacientes muy rebeldes a toda terapéutica. Situación actual de la Medicina frente al dolor A pesar de ser el dolor el signo guión que produce la mayor cantidad de consultas, hasta la década del „70 del siglo XX, la Medicina no se preocupó mayormente del mismo y sólo se concentró en técnicas semiológicas y descriptivas. A partir de esa década comienzan a surgir teorías del dolor, como la teoría de la compuerta. Algunos fisiólogos, como Guyton, empezaron a estudiar los “trenes de estímulos”, similares a la reclutación motora, que viajaban por las vías nerviosas y descubrieron que estímulos a contracorriente del estímulo doloroso podía anular al mismo. Esto explicaba la acupuntura y la digitopuntura que estimulaba con agujas o dedos determinados puntos nerviosos y anulaba el dolor. Algo similar ocurre con las llamadas 402 Procedimiento mecánico para la resolución de ciertos tipos de problemas matemáticos pero que se ha aplicado a medicina como método paso a paso de resolución de un problema o la realización de un diagnóstico. El algoritmo permite dilucidar tipo de dolor, etiología probable y realizar diagnósticos diferenciales, posturas antálgicas y probable terapéutica. La base del algoritmo es la anamnesis. 277 Antonio Paolasso – INFORTUNIO Y MEDICINA LABORAL posturas antálgicas. De igual modo, un estímulo doloroso parece “reclutar” fibras nerviosas sensitivas a medida que se mantiene o aumenta y esto explica como un dolor cronifica o agrava. El impacto psíquico o emocional sobre la percepción del dolor fue demostrado fehacientemente por los expertos del control mental como los clásicos faquires de circo o los maestros yogas o budistas. Frente a estos fenómenos comienza una nueva inquietud médica por conocer mejor al dolor. Mary Murray403 realiza un estudio en la década del ‟90 repasando algunos avances médicos sobre el estudio y tratamiento del dolor y destaca que hasta ese momento, la medicina consideraba al dolor como una faceta desagradable de la vida que no valía la pena prevenir ni curar, si para esto había que realizar grandes esfuerzos técnicos y económicos. Se prefería adoptar una vieja actitud basada en el proverbio popular de “a mal tiempo, buena cara” y se acuñó el aforismo “al dolor, ajo y agua” (frase elíptica que significaba “a joderse”404 y “aguantarse”). Muchos pacientes con dolores crónicos o postraumáticos o posquirúrgicos debían esperar a que el dolor se volviera insoportable para que recibieran medicamentos analgésicos o antinflamatorios. La creencia médica era que el uso abusivo e incontrolado de drogas analgésicas, especialmente las opioides, producían adicción. Por esto evitaban la prescripción de uso continuo de drogas. Pero la realidad era otra. Al recibir al paciente con alto grado de dolor debía prescribir dosis altas y esto era lo que encerraba el riesgo de adicción y secuelas colaterales. El titubeo médico de prescribir analgésicos hizo que muchos pacientes vivieran una verdadera “agonía del dolor”. John Liebskind, psicólogo norteamericano de ese momento, comentó: “antes recomendábamos a los enfermos que no se preocuparan por el dolor, pues éste no lo mataría. Hoy tenemos una opinión distinta. Se ha comprobado que, en algunos casos, el dolor mata”. Efectivamente, un dolor muy agudo e intenso puede provocar colapso, o en el caso de un dolor intenso crónico, como la neuritis del trigémino, ha inducido el suicidio. Muchos cancerosos terminales o cuadros terminales acompañados de dolor intenso no controlable por terapéuticas, lleva a los pacientes a solicitar el “suicidio asistido” o, directamente, a pedir que “lo maten”. Pero a partir de la década del „90 los investigadores médicos descubrieron muchas cosas: 1. el uso correcto de analgésicos no causa adicción: así una morfina aplicada a baja dosis en el momento en que se inicia el dolor, no importa la cantidad de veces que se aplique, atenúa el dolor y no produce adicción. Esto permitió un concepto nuevo del llamado “botón de cabecera” donde el paciente se conectaba a una especie de “bomba de morfina” computadorizada que trabaja a intervalos de minutos, que era un aparato graduado para liberar bajas dosis de morfina y se conectaba a una botonera que el paciente manejaba cuando comenzaba a sentir el dolor. Este método se llamó “analgesia controlada por el paciente” (ACP). La bomba es portátil y puede ser usado en el domicilio por enfermos crónicos o terminales 2. la adición de psicofármacos: siempre el dolor produce depresión y ésta agrava al mismo. El uso de antidepresivos atenúa dolores artrálgicos crónicos (artritis, reumatismo); los ansiolíticos, especialmente el diazepam, ayudan a relajar los músculos y por esa vía alivian las contracciones musculares, sobre las cuales los miorrelajantes clásicos actúan poco o con grandes efectos colaterales indeseadas. 3. la administración de estímulos antiálgicos: acupuntura, digitopuntura, kinesioterapia, temperatura como calor o frío (según etiología del dolor), láser, etc. 403 404 Mary Murray - REVOLUCIONARIOS AVANCES EN LA LUCHA CONTRA EL DOLOR, EE.UU., mayo 1993 El verbo joder está empleado en su acepción de fastidio (fastidiarse) 278 Antonio Paolasso – INFORTUNIO Y MEDICINA LABORAL 4. el uso de nuevas drogas analgésicas: la clonidina antes de una intervención quirúrgica atenúa el dolor de la misma, el sumatriptán como anticefaleico, fentanilo etc. Estas nuevas drogas actúan neutralizando neurotransmisores que intervienen en el dolor 5. la anestesia local: el uso de pomadas con anestésicos locales como la combinación de lidocaína y prilocaína, o el uso de la bupivacaína. Últimamente se utiliza la capsaicina, un principio extraído del ají chile, para el dolor neurítico herpético. 6. combinación de técnicas: la combinación de medicamentos en dupla o tripletes de drogas y medios de aplicación (oral, inyectable o aplicación dérmica por cremas o parchas bombas que liberan gradualmente el analgésico), junto con kinesioterapia (calor, ejercicios, relajación con bioretroalimentación, psicoterapia y otras técnicas, han disminuido o curado muchos dolores crónicos 7. descubrimiento de nuevos procesos y mecanismos neurológicos: el conocimiento de receptores, centros de dolor, neurotransmisores y otras sustancias intermediarias del dolor: el dolor no tratado debilita el sistema inmunitario y acelera el crecimiento de tumores. En el cerebro, los impulsos se procesan en la corteza cerebral, que es el centro del pensamiento consciente. Algunas neuronas envían una señal rápida que provoca la primera sensación del dolor y desata el reflejo de defensa. Otras neuronas transmiten impulsos menos rápidos y son las que prolongan un dolor. Ciertas sustancias químicas o mediadores sensibilizan los nociceptores (receptores del dolor) e intervienen en los circuitos neuronales. El dolor se va intensificando si no se le alivia, porque la repetición de impulsos que pasan por las fibras nerviosas hace que los nervios “aprendan” a sentir más dolor. Los traumas que lesionan terminaciones nerviosas finas y algunos nervios periféricos desatan un proceso de reparación o neurogénesis que genera nuevas fibras nerviosas que constituyen vías alternativas de conducción de estímulos motores, pero también de los sensitivos. Esas vías no restituyen a pleno el nervio original pero permiten recuperar algunas funciones. Otras veces son causas de “neuritis residuales” que provocan neuralgias “per vitam” 8. cirugía correctiva: muchos síndromes dolorosos se pueden curar con determinadas técnicas quirúrgicas: liberación de nervios atrapados, pinzados o simplemente supresión de vías sensitivas. A partir del comienzo del siglo XXI (2000 y 2001) todos esos nuevos conceptos y descubrimientos han permitido un nuevo enfoque del dolor y, aunque parezca paradójico, es ahora que los médicos están aprendiendo a conocer, apreciar y manejar el dolor, en forma más efectiva. A continuación citaremos textualmente algunos de los trabajos actuales y conceptos que hoy se manejan. Los dolores como cefaleas, artralgias y lumbalgias hacen perder a la sociedad millones de horas de trabajo. Esto demuestra que el dolor, por sí solo, es fuente de incapacidad laboral. El hecho de que un dolor no pueda detectarse objetivamente por aparato tecnológico, no motiva que deba ser menospreciado por los evaluadores de incapacidad laboral. Un dolor da tanta o más invalidez que la amputación de un miembro. Mientras la amputación genera incapacidad de una parte del organismo, el dolor invalida a todo el cuerpo, dado que es un fenómeno bipolar: por un lado es sensación (dolor físico) y por otro lado es una emoción de sufrimiento (dolor moral). La subjetividad del dolor no le quita validez como síntoma invalidante. La semiología tiene métodos bien sistematizados para localizar, describir e interpretar un dolor, incluso, para descartar simulación. Para definir un dolor lo mejor es el aforismo “dolor es todo lo que el paciente dice que es” y esta es la mejor definición porque es la que el médico recoge en la anamnesis (interrogatorio médico) y por los dichos del paciente desenrolla el ovillo fisiopatológico que lo lleva a localizar y traducir lo que el dolor significa y cuál es la magnitud del mismo. Su mejor herramienta para el trabajo de diagnosticar un dolor son: 279 Antonio Paolasso – INFORTUNIO Y MEDICINA LABORAL 1. La anamnesis (conjunto de las preguntas claves o interrogatorio) donde se averigua cómo es el dolor, dónde ubica, con qué calma, qué lo origina, formas de presentación, si irradia o no, si tiene horarios, con qué se relaciona, etc. Esto constituye el algoritmo del dolor y es técnica clave tanto para el diagnóstico como para descartar simulación o disimulación. Es una de las formas de “objetivar” el dolor para perder “el miedo semiológico” de su diagnóstico certero. La anamnesis es una excelente metodología semiológica para el diagnóstico diferencial. 2. las palpaciones y maniobras exploratorias (examen físico y neurológico) que metódicamente deben realizar. La exploración de la sensibilidad con monofilamento es un método muy útil para detectar zonas de anestesia, hipoestesia e hiperestesia. 3. el uso de escalas de autoevaluación (escala visual análoga o VAS, escala facial de Wong, 4. estudios complementarios: EEG para cefaleas, EMG para dolores musculares y neuropáticos, estudios por imágenes, electrofisiología, RMN, etc. 5. Medicina de la Evidencia: es la nueva rama de la Medicina que tiende a lograr un diagnóstico certero en lugar de diagnósticos presuntivos. Es la que establece el nexo causal o etiología certera de un dolor. Sus métodos consisten en elegir y cotejar estudios multicéntricos y bibliografía cuya calidad científica sea irreprochable (lo que descarta los trabajos publicados en Internet, salvo que sean reproducciones fieles de trabajos científicos reconocidos o bibliografía excelente). El criterio fundamental de la Medicina de la Evidencia es que la aceptación debe ser únicamente de criterios universales científicamente comprobados. Todos estos elementos semiológicos que sirven para detectar las modalidades de los dolores, pues no todos los dolores son iguales. Aunque el dolor presenta básicamente un significado biológico orientado a la detección de alguna anomalía orgánica, relacionada con el daño tisular, no siempre hay proporción entre la magnitud de la lesión y la intensidad del dolor percibido. Dolor como daño resarcible Hasta el presente, una corriente médica laboral, algunos peritos y las aseguradoras que deben indemnizar un dolor, sostienen que el dolor es subjetivo y no objetivable. Esto lo hemos rebatido en varios parágrafos de este trabajo. Hemos advertido que el dolor es siempre objetivable por la semiología, pues de no ser así la base de la Medicina temblaría dado que la mayoría de las consultas por un dolor. La falacia de que un dolor no es objetivable es insostenible pues que ocurriría con un paciente de unos de esos médicos que sostienen la imposibilidad de objetivar un dolor, cuando a su consultorio cae una consulta por dolor. ¿Se limita a informar al paciente que no tiene medios de diagnosticar su dolencia y lo deja con dolor? ¿O le administra un calmante sin revisarlo? Todo médico sabio y perito en medicina sabe que el dolor se comienza a objetivar con el llamado algoritmo que consiste en preguntar por las características del dolor. Después mediante la palpación y alguna maniobras semiológicas determina la ubicación del dolor y su naturaleza (si es somático o neurológico, o de otra naturaleza). Es de público conocimiento que un dolor crónico, permanente, refractario al tratamiento o irreversible es un elemento sumamente invalidante, porque como hemos dicho anteriormente, un dolor es más incapacitante que una amputación: la amputación afecta únicamente al miembro amputado mientras que un dolor afecta a todo el cuerpo y la mente. El Dr. Santiago Rubinstein ha escrito un trabajo donde se prueba definitivamente, desde lo científico y legal, como el dolor 280 Antonio Paolasso – INFORTUNIO Y MEDICINA LABORAL no es una banalidad sino la más importante causa de incapacidad laboral y que debe ser resarcido como daño autónomo (por sí mismo), sin ningún otro agregado.405 Tipos de dolores y dolor agudo El dolor agudo molesta por su intensidad y la aparición, a veces brusca, y es un dolor nociceptivo (dolor fisiológico) que provocan los receptores normales del dolor ante un agente lesivo o patógeno. Es un dolor somático cuando duele una estructura corporal no visceral como son los huesos, músculos y otros tejidos blandos y es dolor visceral cuando está referido a una víscera: corazón, estómago, intestino, páncreas, hígado, vesícula, vejiga, etc. Es provocado por un evento postraumático inmediato, un postoperatorio o el aparato osteoarticular. Dijimos que puede ser lacerante o agudo, sordo o pulsante o cólico. Pero responde bien a miorrelajantes, antiespasmódicos, opiáceos y AINEs. A veces cronifi