HISTORIA RECIENTE: LOS CRISTIANOS MARXISTAS DE LA DÉCADA DEL ´60 EN LA ARGENTINA. INTRODUCCIÓN. La documentación escrita y las fuentes orales analizadas reconocen que durante la década del ´60, en nuestro país hubo un acercamiento entre estos dos marcos teóricos que a simple vista tienden a repelerse, ellos son el cristianismo y el marxismo. Si bien este encuentro se venía llevando a cabo desde años anteriores, se va a profundizar durante fines de los ´60 y comienzos de los ´70. La concreción de esta unión tuvo lugar en la aparición de una revista que se llamo Cristianismo y Revolución, que se publicó entre 1966-1971. Uno de los objetivos de esta publicación era ser un vehículo de ideas progresistas para formar conciencia revolucionaria, siempre desde una égida cristiana tercermundista y marxista. . Aquí tenemos un problema por resolver que es la conceptualización terminológica, ¿qué se entiende por ideas progresistas y conciencia revolucionaria?. La primera es un cúmulo de ideas que aspiran a modificar un proceso epocal de un tiempo y un espacio determinado, mientras que la conciencia revolucionaria para el staff de Cristianismo y Revolución, era el estado mental que alcanzan algunos grupos sociales cuando toman conocimiento del lugar que ocupan dentro del proceso histórico y desde ahí aparece la urgencia de provocar cambios profundos en la sociedad. 1 El trabajo que hoy se presenta a modo de ponencia es parte de una producción mas extensa que consistió en realizar un examen exhaustivo de los treinta números de la revista e identificar que artículos tenían una marcada connotación cristiana y tercermundista y cuales pertenecían al marxismo. Lo atractivo de reconstruir un fragmento de la realidad de la década del ´60 fue analizar ese acontecer desde diferentes contextos. Para analizar la naturaleza ideológica de un sector de la población hubo que interpretar la realidad por contextos separados, que si bien estaban interactuando permanentemente, se los dividió en: a) Contexto Eclesiástico, b) Contexto Político Internacional, c) Contexto Político Nacional, d) Contexto Económico, e) Contexto Intelectual. a) Contexto Eclesiastico. En 1962 El Centro de Estudios de La Facultad de Filosofía y Letras de La Universidad de Buenos Aires, publicaba en el nº 2 de la revista “Correo de CE y FIL”, en la tapa y como nota principal el siguiente título: “CRISTIANISMO Y MARXISMO”. Este era un reportaje a Conrado Eggers Lan, profesor de filosofía antigua en esa facultad. En el reportaje Eggers Lan analiza el concepto de lucha de clases, sosteniendo que Cristo antes que Marx, señaló los conflictos entre clases sociales. También y a modo de hipótesis decía que “el marxismo es la secularización del pensamiento cristiano”1, ya que esta línea de pensamiento podía ser interpretada como la traducción científica de los textos sagrados. En el mismo año que se publicó el reportaje a Conrado Eggers Lan, comenzaba el Concilio Vaticano II (11-10-62 hasta 08-12-65), inaugurado por el Papa Juan XXIII y finalizado durante el pontificado de Paulo VI. El Concilio se encargó de: • Iniciar un proceso de reformulación de las prácticas en la Iglesia. • No realizar condenas por herejía, sino escuchar los reclamos de distintos sectores de la sociedad. • 1 Permitir la reubicación de la Iglesia en los grandes problemas del mundo. Sarlo Beatriz. (2001). La Batalla de las ideas 1943-1973. BS AS, Editorial Ariel, página 54. 2 • Los sacramentos y las injusticias, serían temas que debían profundizarse a fin de acercar la Iglesia a los problemas sociales. • Dejar en claro que la Iglesia como parte del mundo deberá seguir los procesos humanos y no tratar de dictar normas, sino comprender dichos procesos. • La Iglesia no sería la única portadora de la verdad, sino que debería escuchar aquellas voces que piensan diferente. • La principal misión de la Iglesia sería transformar el mundo. La muerte de Juan XXIII EN 1963, no frenó el proceso de renovación de la Iglesia, Paulo VI a través de las Encíclicas Populorum Progressio, se profundiza la mirada crítica hacia la realidad, condenando las causas de la pobreza y sentando las bases de una propuesta de desarrollo, con la Octogésimo Anno, se hablará del derecho de los pueblos al uso de la violencia para reivindicar sus derechos fundamentales y se reconocerá al marxismo como método para interpretar sociológicamente la realidad. Una de las consecuencias del Concilio Vaticano II, será que en diferentes regiones del tercer mundo, algunos obispos adoptarían estos fundamentos renovadores. En nuestro país la organización que se identificó con el Concilio y sus propuestas fue el Movimiento de Sacerdotes para el Tercer Mundo (MSTM). Con la anuencia del Vaticano, en 1968, diferentes agrupaciones tercermundistas se reunieron en Medellín, Colombia, en la Segunda Conferencia del Episcopado Latinoamericano (CELAM). El producto final de ese encuentro fue la elaboración de “Los Documentos de Medellín”, donde entre otros puntos se cuestiona la influencia del imperialismo en la región y sus vínculos con las elites nacionales. b) Contexto Internacional. Políticamente el mundo estaba polarizado por la Guerra Fría, Los EEUU y 3 las aspiraciones de la Unión Soviética para influenciar sobre China y Checoslovaquia eran evidentes. En Vietnam se libraba una guerra contra el imperialismo que servía como inspiración para muchos movimientos guerrilleros del tercer mundo. En Latinoamérica la Revolución Cubana había encendido una luz de esperanza…el concepto de revolución dejaba de ser una utopía para convertirse en una posible realidad. c) Contexto político nacional. En 1966 una nueva dictadura militar interrumpía el orden Constitucional, la “Revolución Argentina” liderada por el General Juan Carlos Onganía, establecía entre otras cosas que había que reorganizar el país en diferentes tiempos: políticos, sociales y económicos. Pero la característica mas relevante de esta dictadura era la asociación que tenía con el sector mas conservador de la Iglesia (preconciliar), el imperialismo y el odio al marxismo. d) Contexto Económico. Los Estados Unidos a través de La Alianza para el Progreso, prometía la solución a las asimetrías socioeconómicas que había en Latinoamérica, el desarrollismo que predicaban algunos tecnócratas del momento querían establecer una nueva relación entre el Estado y los organismos financieros internacionales. Los hechos decían lo contrario, el país durante la década del ´60 había tenido un crecimiento menor que en la década anterior2. Como si esto fuera poco el Ministro de economía José Ver Gelbard en 1969 señalaba que de las cien mayores empresas del país, ochenta y tres eran extranjeras o tenían participación de capitales del exterior3. e) Contexto Intelectual. Los círculos intelectuales durante la década del ´60 analizaban la persistencia del peronismo, las formas que se aplicaron para neutralizarlo, desde la proscripción 2 Furtado Celso. 1969. La economía latinoamericana desde la conquista ibérica hasta la revolución cubana. Editorial Siglo XXI, PÁGINA 141. 3 Brailovsky Antonio Elio. 1985. 1880-1982 Historia de las crisis argentinas. BS AS Editorial de Belgrano, página 32. 4 hasta la represión habían fracasado. El peronismo comenzaba a ser visto como un fenómeno social. Los partidos políticos no pudieron absorber la masa electoral vacante, esta, ansiaba el retorno del líder que se encontraba en el exilio. Algunos intelectuales se acercaron a los sindicatos, otros desde alguna publicación socializaban sus preocupaciones políticas y otros optaron por la lucha armada en alguna organización guerrillera con el objetivo de acelerar el proceso revolucionario que se vivía en el mundo entero. Sobre esta base, los cristianos marxistas de la década del `60 supieron hacer coincidir algunas ideas del cristianismo como el discurso mesiánico y redentor, mostrar a Cristo como un hombre que es consciente de la realidad y que está dispuesto a morir por sus ideales y la religión como un indiscutible común denominador entre los países latinoamericanos. Esto lo hacía posible la Encíclica Populorum Progressio. Del marxismo adoptaron la hipótesis de que el motor de la historia es la lucha entre clases sociales, el socialismo como modo de producción ideal y también un corpus conceptual para interpretar la realidad social. Estos planteos llevados a la realidad se cristalizaron a través de dos personalidades muy fuertes en ese momento como el sacerdote guerrillero colombiano Camilo Torres y Ernesto “Che” Guevara. Para el staff de la revista Cristianismo y Revolución, estas figuras eran el punto de encuentro entre el cristianismo revolucionario y el marxismo. Cristianismo y Revolución fue una revista que al analizar por separado las dos palabras que forman su nombre le generan al lector una doble sensación donde se mezcla el compromiso social con una suerte de pedagogía de cambios bastante extensa ya que abarcaba desde los dieciséis principios de la revolución cultural China hasta la mas férrea y descarnada incentivación para tomar las armas y alistarse en una organización guerrillera. La revista unía el pasado con el presente y se proyectaba hacia el futuro, reivindicaba la herencia cultural cristiana para unirla con el marxismo. El concepto de violencia era analizado desde diferentes aristas, por un lado, la violencia que generaba la elite dominante a través de planes económicos y por otro lado la violencia que nacía 5 de los sectores populares como consecuencia de la violencia de los sectores de poder. La violencia no era la revolución, esta es parte del proceso revolucionario. Los agitadores de las minas bolivianas o los miembros de algún comando guerrillero no se consideraban asesinos, ellos eran una consecuencia de la violencia de las elites. En los treinta números que se publicaron aparecieron entrevistas, artículos de Raimundo Ongaro, Jhon William Cooke y los sacerdotes tercermundistas Drí y Ramondetti, editoriales y programas de organizaciones guerrilleras. También cartas de Perón , proclamas de la Agrupación Tupamaros y artículos extraídos de otras revistas como los de Thomas Merton. El director fundador de la revista fue el ex seminarista Juan García Elorrio, a partir del número veintitrés y como consecuencia de la muerte de García Elorrio, la Directora sería Casiana Ahumada. La revista Cristianismo y Revolución articulaba sus acciones con una organización guerrillera que se llamó “Comando Camilo Torres”. El 1º de mayo de 1967, el Comando tuvo su primera aparición pública, en un paso previo a la lucha armada. García Elorrio y Fernando Abal Medina irrumpieron a los gritos en la Catedral Metropolitana durante la misa que celebraba el Cardenal Caggiano por del día del Trabajador, García Elorrio tomó el micrófono y lanzó un mensaje que criticaba las claudicaciones de la Iglesia y su traición a los pobres. Simultáneamente el mensaje era “volanteado” por Casiana Ahumada y Abal Medina4. Los Cristianos Marxistas de la década del ´60 se distanciaron del partido comunista argentino y criticaron a los partidos comunistas latinoamericanos por ser interlocutores de las decisiones que se resolvían en Moscú, desatendiendo a los movimientos revolucionarios que había en la región. Por este motivo adoptarán una postura pro-china y maoísta. Sobre sus relaciones con el sindicalismo argentino, se apartaron de la Confederación General del Trabajo (C.G.T) que lideraba Augusto Vandor porque optó 4 Morello Gustavo. 2005. Los orígenes intelectuales de la guerrilla Argentina. Editorial Universidad Católica de Córdoba. Colección THesys, página 147. 6 por una postura dialoguista frente al gobierno y traicionar al proletariado. Por esto, se vincularon con la Confederación General del Trabajo de los Argentinos (C.G.T.A) que dirigía Raimundo Ongaro ya que comparada con la primera, esta, tenía una naturaleza combativa, revolucionaria y defensora de los derechos de los trabajadores. Con respecto a la relación Cristianismo y Revolución-peronismo, la revista tuvo un lazo muy fuerte porque veían en este movimiento político como la vía para llegar al socialismo. Cuando los intelectuales toman las armas… El hecho de que los intelectuales tomen las armas, debe ser analizado dentro de un contexto preciso que fue analizado por separado pero que en realidad fue un entramado de relaciones políticas, sociales y económicas. Este grupo social, en mas de una oportunidad hartos de no poder cambiar la realidad desde el discurso optaron por la vía armada como método para acelerar el proceso revolucionario. Algunos miembros del staff de la revista Cristianismo y Revolución tomaron esa decisión motivados por el “Che” y Camilo Torres. Ellos fueron el director de la revista Juan García Elorrio, que falleció en enero de 1970 en un confuso accidente de tránsito y Emilio Mariano Jáuregui, Licenciado en Ciencias Políticas, que murió por las balas de policiales el 27 de junio de 1969, durante una manifestación en contra de la visita a nuestro país de Rockefeller. Mientras que Casiana Ahumada, no terminó como sus compañeros, pero cuando toma el rolde directora de la revista fue perseguida y detenida en mas de una oportunidad por la policía, a raíz de esto tomo la decisión de exiliarse en 1972. Para reflexionar… La revista Cristianismo y Revolución se publicó durante 1966 y 1971, estos fueron años muy particulares para nuestra historia, durante el “onganiato” se ensayaron modelos económicos que se implementarían en 1976 y que se prolongarían hasta casi fines del siglo XX. También fue una época de violaciones a los Derechos Humanos, 7 comenzaban las desapariciones de personas y la represión se hacía cada vez mas cruel. Las fórmulas aplicadas para desperonizar a la sociedad habían fracasado donde un amplio sector de la sociedad esperaba el retorno del líder. En este contexto, los cristianos marxistas supieron reconciliar dos marcos teóricos que a simple vista son opuestos. El mensaje que dejaron para la intelectualidad revolucionaria consiste en que no es recomendable importar proyectos que se desarrollaron en otros contextos. Frente a esta situación, se reconoció la existencia de una impronta cultural como el cristianismo, que identificaba a una región desde una perspectiva tercermundista y sobre esa base se elaboró un proyecto social revolucionario, era imposible no tener en cuenta la religión en países que tiene quinientos años de impronta cristiana. Si bien estas ideas no alcanzaron a masificarse, no murieron, están en un letargo esperando ser despertadas. Obviamente que el mundo necesita paz, que las armas no solucionan los problemas estructurales de la sociedad, pero en el contexto histórico en que vivimos los intelectuales que se identifican con los sectores populares y comprenden las necesidades de los grupos vulnerables deben cumplir un rol protagónico ya que sus ideas pueden contribuir a fortalecer los proyectos políticos y económicos donde la redistribución de la renta pública sea uno de los pilares de la justicia social y la defensa de los Derechos Humanos. Este es el legado intelectual de Cristianismo y Revolución para los que luchamos por un mundo mejor. 8 BIBLIOGRAFÍA. • Brailovsky, Antonio Elio. 1880-1982 Historia de las crisis Argentinas. Bs As. Editorial de Belgrano 1985. • Colección completa de la Revista Cristianismo y Revolución. 30 números, septiembre 1966, septiembre 1971. • Di Tella, Torcuato. Sociología de los procesos políticos. Bs As. Editorial Grupo Editor Latinoamericano. Colección Estudios Políticos y Sociales 1985. • Furtado, Celso. La economía latinoamericana desde la conquista ibérica hasta la Revolución cubana. Editorial Siglo XXI. 1969. • Halperin Donghi, Tulio. Argentina en el callejón. Edición definitiva Bs As, Editorial Ariel 1994. • Instituto de Ciencia Política de la Universidad Nacional del Salvador. La Revolución Argentina, análisis y prospectiva. Bs As Ediciones de Parma. 1966. • Marsal, Juan. Cambio social en América Latina, Crítica de algunas interpretaciones dominantes en las Ciencias Sociales. 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