Hoy Vivimos en zozobra. Miramos mucho hacia el pasado. Soñamos demasiado en el futuro. Olvidamos el presente. Esto nos hace inestables, inseguros/as, insatisfechos/as. Vivir el Hoy es tarea pendiente en nuestras responsabilidades. Asumirlo en todas sus consecuencias, disfrutarlo y construirlo como trampolín de nuestra felicidad, es apenas una obligación. Josué le pide a los Israelitas “escoger Hoy a quien servir”. Para vivir el hoy intensamente necesitamos opciones. A quién y por qué. Cuando tenemos un “por qué” claro, el cómo viene por añadidura. Somos veletas tiradas a cualquier viento ideológico, pasional, egoísta sin conciencia y sin madurez. Falta peso en nuestras convicciones. Pablo va más allá. Parte de la relación de pareja, hombre y mujer en convivencia respetuosa, afectuosa, responsable. Hoy hablamos de la crisis de la familia. Habría que comenzar por la crisis del corazón. La palabra “hogar” quiere decir, fuego, llamarada, pasión. Y nuestros hogares están fríos, yertos. Se enfrió el corazón, se apagó el hogar. Tras el discurso de Jesús, viene la crisis. Un cristianismo sin compromisos, sin radicalidad, tiene que entrar en crisis y ojalá desaparezca. El cristianismo no es facilismo ni seguridad, ni confort. Es asumir la bandera del Reino en justicia, solidaridad y fraternidad. A eso invita hoy la Palabra. “Solo tú tienes Palabras de vida eterna”. Cochabamba 23.08.09 jesús e. osorno g. mxy [email protected]