Estado Libre Asociado de Puerto Rico

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DEPARTAMENTO DE ASUNTOS DEL CONSUMIDOR
Oficina Regional de Humacao
Centro de Gobierno
45 Calle Cruz Ortiz Stella, N Ste 9
Humacao, Puerto Rico 00791-3751
Tel. (787) 285-7555/Fax. (787) 285-7566
ANDRES SANABRIA TORRES
Querellante
QUERELLA NUM. 700000327
SOBRE:
v.
CASCO SALES CO.
Querellado
PRODUCTO DEFECTUOSO
RESOLUCION DE CONTRATO
RESOLUCION
Ante nuestra consideración tenemos que dilucidar si el querellante tiene derecho a
resolver el contrato de compraventa suscrito con la firma querellada por producto
defectuoso, pasados más de siete (7) años desde su adquisición, así como recibir una
compensación en daños.
Resolvemos, luego de aquilatar la prueba obrante en autos, así como el derecho
aplicable, que no procede la resolución del contrato ni la concesión de los daños según
solicitado por la parte querellante.
Conforme a la prueba que desfilada y a la que obra en autos, se formulan las
siguientes:
DETERMINACIONES DE HECHOS
1. El querellante, Andrés Sanabria Torres, en adelante, “el querellante”, adquirió a
través de su hijo, Eduardo Sanabria, un generador de electricidad, marca
Mitsubishi, Modelo E-480, serie número 1001059, en adelante “el equipo”, de la
firma querellada el 30 de septiembre de 1998, por el precio de $2,482.00.1
2. La referida transacción, incluyó una garantía en el generador de (1) año en piezas
y servicios.
1
Según información provista por la firma querellada, la cual surge de la factura S10875 emitida por éstos,
toda vez que el querellante alegó en la querella que la había adquirido el 18 de septiembre de 2000, pero no
proveyó evidencia al respecto. En la vista se aceptó la referida fecha como la de adquisición del equipo. El
documento fue marcado como exhíbit III del querellado.
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3. El 28 de agosto de 2000, el querellante acudió por primera vez a las facilidades de
la firma querellada para reparación de la unidad. En esa ocasión se alegó que no
generaba carga 240. Se le reemplazó “el coil” y se le facturó al querellante la
suma de $31.99.2
4. El 6 de septiembre de 2000 el querellante acudió a las facilidades de la firma
querellada alegando que el equipo tenía problemas con el carburador y no
generaba “240”.3
5. En esa ocasión se le reemplazó el carburador y el querellante pagó la suma de
$141.00 por la reparación4.
6. El querellante volvió a las facilidades de la firma querellada el 14 de julio de 2003
para solicitar servicio para el generador, toda vez que no generaba voltaje5.
7. El 22 de julio de 2003 se le entregó el generador al querellante, pagando éste la
cantidad de $35.00 por la reparación.6 No obstante no surge qué tipo de
reparación se realizó al referido equipo.
8. El 26 de abril de 2004, el querellante acudió a las facilidades de la firma
querellada para servicio a su equipo por problemas con voltaje.7
9. En esa ocasión se le reemplazó el “brush holder” del equipo, pagando el
querellante la suma de $3.538; y se recomendó una reparación ascendente a
$304.339, la cual fue autorizada por el querellante.
10. El 7 de julio de 2004 el querellante acudió a las facilidades de la firma querellada
para verificar el status del equipo, no obstante, no pagó la factura de $304.33,
porque no tenía el dinero, por lo que en la firma querellada le reinstalaron la
tarjeta que tenía el equipo.10
11. El equipo fue dejado por el querellante en las facilidades de la firma querellada.
12. La parte querellante fue a las facilidades de la firma querellada nuevamente en
septiembre de 200411 a recoger el equipo; el mismo no funcionó cuando un
representante del querellado lo probó, porque no fue reparado12 ante la acción del
2
Según surge del documento marcado con el número 1, anejo de la querella; factura número W16522.
Según surge del anejo 5 de la querella.
4
Según surge del anejo 3 de la querella; factura W16805 fechada 9 de octubre de 2000.
5
Documento marcado como exhíbit I del querellante.
6
Según surge de la factura número W26731, marcado como exhíbit II del querellante.
7
Documento marcado como exhíbit I del querellado.
8
Según surge del anejo de la querella marcado con el número 2; factura P60484, fue pagada por el
querellante.
9
Según surge del anejo 4 de la querella; factura número W29266 del 22 de junio de 2004.
10
Es decir, la firma querellada volvió el equipo a su condición original.
11
Dos días después de la Tormenta Jeanne, es decir el 17 de septiembre de 2004. La Tormenta Jeanne pasó
por Puerto Rico, el 15 de septiembre de 2004.
12
Cabe recordar que el querellante no pagó la reparación estimada en $304.33, por lo que el querellado
retiró la pieza instalada por la que trajo el equipo, aparentemente defectuosa.
3
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querellante de no pagar la reparación de abril. En esa ocasión al instalarle una
tarjeta reguladora de voltaje nueva, el equipo funcionó.13
13. El querellante exigió la reparación del equipo sin costo o que le cambiaran el
mismo porque el mismo estaba defectuoso. En la firma querellada solamente se
comprometieron a investigar que tenía el equipo, a repararlo a la mayor brevedad
posible ante las condiciones en que se encontraban luego del paso de la Tormenta
Jeanne y a llevarle el mismo al querellante; le informaron que tampoco tenían una
planta que prestarle en esos momentos.14
14. Finalmente, el 4 de octubre de 2004, la firma querellada le envío al querellante
una cotización para la reparación de su equipo, ascendente a $1,924.15 en primera
alternativa y en segunda alternativa $304.33.15
15. El 14 de octubre de 2004 la firma querellada, mediante comunicación escrita al
querellante le informó nuevamente a éste sobre las alternativas de reparación de
su equipo y su costo, así como la condición que tenía el mismo16. Se le concedió
un término de 45 días para tomar una decisión sobre la reparación.17 El
querellante informó que no interesaba la reparación, aunque la firma querellada le
solicitó reconsideración a la misma.18
16. La presente reclamación fue radicada el 15 de octubre de 2004. En la misma se
reclamó en síntesis, que el generador adquirido de la firma querellada tiene
problemas con el voltaje, que el querellante ha tenido que pagar las reparaciones
porque el equipo no tiene garantía, que los gastos ascienden a $2,500.00
(incluyendo daños y perjuicios) y que a pesar de todas las reparaciones el equipo
continúa con el mismo problema. Solicita la reparación de la unidad sin costo
alguno o el cambio de la misma.
17. Luego de múltiples trámites procesales, se celebró la vista administrativa el 19 de
abril de 2005.19
13
Dicha instalación fue la realizada mediante la orden de abril de 2004 aunque posteriormente se retiró la
pieza instalada ante la falta de pago y/o la no autorización de la reparación.
14
En la planta no había energía eléctrica.
15
Según surge del documento marcado como anejo 6 de la querella. En la referida comunicación se le
informó al querellante que se había encontrado el rotor y estator dañados y que el costo de reemplazo de los
mismos era $1,924.15. No obstante se le sugirió al querellante reemplazar esas piezas por unas usadas sin
costo y facturarle solamente $304.33 por concepto de la tarjeta reguladora del voltaje (la cual también debía
ser cambiada) y la labor.
16
Documento marcado como exhíbit II del querellado. Había que reemplazar la tarjeta generadora de
voltaje, rotor y estartor dañado.
17
Documento marcado como exhíbit II del querellado. Las alternativas de reparación fueron las siguientes:
a) $1924.15 reparación con piezas nuevas.
b) $304.33 reparación con piezas usadas.
18
Según surge del exhibit II del querellado.
19
A la misma compareció el querellante, representado por la Lcda. Ligia E. Santos, acompañada del Sr.
Eduardo Sanabria y por la Sra. Olga Sanabria. La firma querellada compareció representada por el Lcdo.
Rafael Vázquez acompañado del Sr. Miguel Santana, Gerente y la Sra. Johanna Rivé, VP de Operaciones.
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18. En la vista administrativa, se enmendó la querella por las alegaciones para
reclamar la resolución del contrato de compraventa y el pago de daños
ascendentes a $4,200.0020 por producto defectuoso.
19. El querellante no verificó el funcionamiento del equipo antes de sacarlo de las
facilidades de la firma querellada en las primeras tres ocasiones en que se llevó a
reparar ni al llevar el equipo a su residencia de forma inmediata.
A base de lo antes expuesto, este Departamento, formula las siguientes:
CONCLUSIONES DE DERECHO
El contrato existe desde que una o varias personas consienten en obligarse
respecto de otra u otras, a dar alguna cosa, o prestar algún servicio21 Por otro lado, los
contratos se perfeccionan por el mero consentimiento, y desde entonces obligan, no sólo
al cumplimiento de lo expresamente pactado, sino también a todas las circunstancias que
según su naturaleza sean conforme a la buena fe, al uso y a la ley22.
Cuando los contratos son válidos y legales, son la ley entre las partes y deben
cumplirse al tenor de sus términos. El artículo 1044 del Código Civil de Puerto Rico,
obliga a las partes a cumplir estrictamente lo contratado23; es por eso que la validez y el
cumplimiento de los contratos no pueden dejarse al arbitrio de uno de los contratantes24.
En el presente caso, nos encontramos inicialmente, ante un contrato de
compraventa de un generador de electricidad, junto con un contrato de garantía, otorgado
entre las partes de epígrafe.
Surge de la prueba desfilada que la parte querellante cumplió su obligación de
pagar la totalidad del precio convenido y que el vendedor entregó la mercancía adquirida,
así como se comprometió a ofrecerle servicio, mediante un contrato de garantía. El
referido contrato establecía que el equipo vendido tenía una garantía de un (1) año en
piezas y labor. Ante esa situación, el contrato de garantía no estaba vigente al momento
en que el querellante llevó a reparar el generador por primera ocasión en el año 2000.
El querellante acudió a la firma querellada para servicio en dos (2) ocasiones en
agosto de 2000, posteriormente en el año 2003 y en una (1) ocasión en el 2004, fecha
20
Surge de la Moción en Cumplimiento de Orden Sometiendo Escrito sobre Daños, radicada por la parte
querellante que los $4,200.00 se dividen de la siguiente forma: $2,423.00 del costo del generador y
$1,777.00 en daños “generales”.
21
Artículo 1206 del Código Civil de Puerto Rico, 31 LPRA 3171
22
Artículo 1210 del citado Código, 31 LPRA 3375
31 LPRA 2994
23
24
Artículo 1208 del Código Civil, 31 LPRA 3373 .
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desde la cual el equipo no ha sido reparado según antes determinado. Todas estas
reparaciones fueron realizadas pasado el término de la garantía del equipo. Ante lo
anterior, las reparaciones realizadas al equipo fueron pagadas por el querellante. Hay
duda en cuanto a la primera reparación realizada en el año 2000, toda vez que el
querellante alega que fue realizada en garantía, lo cierto es que al menos pagó la cantidad
de $31.99 y la garantía del equipo había expirado hacia más de un (1) año.
Por lo tanto, en el presente caso, se configuró en un tercer contrato,
independiente del contrato de garantía y del contrato de compraventa. Es decir, un
contrato de servicios donde la firma querellada, se comprometió con el querellante en
reparar su generador a cambio de un precio cierto. En cada ocasión en que el querellante
requirió los servicios de la firma querellada, surgió un contrato el cual obligaba a las
partes, no sólo al cumplimiento de lo expresamente pactado, sino también a todas las
circunstancias que según su naturaleza sean conforme a la buena fe, al uso y a la ley.25
En este caso, el contrato se regula por las disposiciones del Código Civil de Puerto Rico,
específicamente sobre obligaciones y contratos, algunas citadas previamente.
Nuestro ordenamiento jurídico establece que las partes al momento de contratar se
obligan no sólo a lo contratado, sino a las consecuencias de dicho acto. 26 La validez y el
cumplimiento de los contratos no pueden dejarse al arbitrio de uno de los contratantes.27
Asimismo, si el obligado a hacer alguna cosa no la hiciere, se mandará a ejecutar
a su costa, incluyendo si la ejecutó en contravención a la obligación contraída. En el
presente caso, surge de la prueba desfilada que el querellante llevó el equipo en 4
ocasiones a la firma querellada con el mismo problema -que no generaba 240-. Cabe
destacar que dichas reparaciones oscilan entre dos años desde la compra, tres (3) años
desde la primera y la segunda reparación y un (1) año en la última reparación. Desde
entonces, el equipo no ha sido reparado debido a que el querellante no pagó la reparación.
La prueba desfilada demostró que el querellante llevó por primera ocasión a
reparación su generador en agosto de 2000, en segunda ocasión en septiembre de 2000 y
en tercera julio de 2003. Aunque el querellante alegó que en el año 1998 posterior al
paso de la Tormenta “Georges” el generador tuvo problemas, no surge que se haya
llevado a reparar a la firma querellada, sino hasta el año 2000. Posterior a la primera
reparación, pasado menos de un mes se llevó nuevamente el equipo, donde se le realizó
una reparación distinta ya que presentaba problemas con el carburador, según informó el
querellante a la firma querellada. Antes de la tercera reparación en el 2003, el generador
25
Artículo 1210 del citado Código, 31 LPRA 3375
Los contratos se perfeccionan por el mero consentimiento, y desde entonces obligan, no sólo al
cumplimiento de lo expresamente pactado, sino también a todas las circunstancias que según su naturaleza
sean conforme a la buena fe, al uso y a la ley. Artículo 1210 del citado Código, 31 LPRA 3375 .
26
27
Artículo 1208 del Código Civil, 31 LPRA 3373
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alegadamente no produjo el voltaje de acuerdo a sus especificaciones; no obstante, no se
pudo justificar fehacientemente que eso sucedió y si sucedió, porqué no se llevó el
generador inmediatamente se produjo el mal funcionamiento a reparar, sino hasta pasados
casi tres (3) años de la reparación anterior. Ciertamente si surgió la condición tan pronto
se probó el equipo, la misma fue después de transcurrido tres (3) años desde la reparación
de septiembre de 2000.
Alegó el querellante que no le exigió a la firma querellada que probara la planta
antes de sacarla de sus facilidades y se daba cuenta de que no estaba funcionando cuando
la iba a utilizar. Ante esa situación, no se puede determinar que la primera reparación fue
defectuosa, como alegó la parte querellante en la vista administrativa, debido a que si se
toma como cierto lo anterior, por ejemplo, las reparaciones del 2000 y entre las del 2003,
el querellante no uso ni verificó su equipo por tres (3) años. Tampoco el querellante
proveyó evidencia de que haya llevado a reparar el equipo a un tercero o, que buscara un
diagnóstico de la condición del equipo, con posterioridad a las reparaciones del 2000 y
del 2003. Por lo que debemos entender que el equipo funcionó de forma adecuada, a
pesar de los dichos del querellante o por el contrario, el equipo no fue utilizado de forma
alguna. No le damos credibilidad al testimonio del querellante de que cuando se le
entregaba el equipo reparado, no estaba reparado, toda vez que según su testimonio, daba
el mantenimiento recomendado al equipo y solamente la utilizaba cuando la necesitaba.
Si se toma como cierto que se usó el equipo, se mantuvo adecuadamente y se llevó el
equipo a reparar inmediatamente surgió la condición esto, esto sucedió dos (2) años
después de la compra, tres (3) años después de la primera y segunda reparación y así
consecuentemente. No obstante, alegó el querellante que el mismo continuaba con el
problema, a pesar del tiempo transcurrido entre las primeras dos reparaciones. Ante ese
escenario, reiteramos, no podemos determinar que la primera reparación fuese una
defectuosa, como lo fue reclamado en la vista administrativa, debido al tiempo
transcurrido entre reparaciones. Tampoco podemos determinar que, efectivamente, se le
dio el mantenimiento y uso recomendado.
Ahora bien, en cuanto a las demás reparaciones, surge del historial del equipo que
se llevó el mismo nuevamente en julio de 2003 y posteriormente en abril de 2004,
permaneciendo el equipo desde esa fecha hasta la celebración de la vista administrativa,
en las facilidades de la firma querellada. El tiempo transcurrido entre dichas
reparaciones, varía entre casi un año. Ante ese escenario, dado al tiempo transcurrido y a
falta de prueba en contrario, tampoco podemos determinar que la tercera reparación fuese
inefectiva o deficiente.
Ante la prueba desfilada procede determinar si los querellados fueron o no
negligentes en el cumplimiento de su obligación surgida en el contrato de reparación en
abril de 2004, toda vez que aunque ofrecieron los servicios solicitados, los mismos
alegadamente no fueron efectivos y/o no dieron con el problema del equipo teniendo el
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querellante que dejar el equipo, sin pagar la reparación. En esa última ocasión, el
querellante no estuvo de acuerdo en pagar $304.33 por la reparación realizada, entiéndase
el cambio de la tarjeta reguladora de voltaje, por lo que la firma querellada procedió a
dejar el equipo sin reparar. Igualmente, a pesar de lo anterior, la firma querellada realizó
un estimado de reparación final del equipo y/o las alternativas de reparación del equipo,
lo que tampoco fue aceptado por el querellante28. Como el equipo no fue reparado, no se
puede determinar si lo diagnosticado en la última ocasión y la reparación recomendada
resolverían el problema del equipo.
En materia de obligaciones contractuales existe la facultad resolutoria tácita, la
cual establece que en las obligaciones contractuales recíprocas, como lo es en este caso,
el contratante que ha cumplido sus prestaciones puede exigir del otro que no ha cumplido
las suyas que se dé por resuelto el contrato y le indemnice en daños e intereses o que
cumpla de inmediato con sus obligaciones.29 En este caso, el querellante no pagó la
reparación de abril de 2004. En este caso, al querellante negarse a pagar la reparación
que había sido autorizada, el querellado no tenía obligación de reparar el mismo30. Y
ante la negativa del querellante de pagar la cantidad de $304.33 por la reparación de abril
de 2004, el querellado tiene el derecho a retener la obra si la ha reparado31 o como
indicáramos, no reparar el mismo. Esto último fue la opción del querellado. Por lo tanto,
no podemos determinar que ha habido negligencia alguna de los querellados en los
hechos acaecidos desde abril de 2004 hasta la radicación de la presente acción.
- ii Por otro lado, la parte querellante solicitó la concesión de una partida en daños
“generales”, los cuales ascienden a $1,777.00. Veamos.
La existencia del dolo, la negligencia o la morosidad es una cuestión de hecho,32
sujeta a ser justificada, pues no se presume33, igual que la existencia y la cuantía de los
daños para poder obtener su indemnización.34 (énfasis nuestro)
Este Departamento tiene amplios poderes para conceder como remedio la
indemnización de daños probados que hayan sido causados por la omisión de la parte
28
Entiéndase el estimado realizado acorde a lo establecido en la determinación de hechos número 14.
29
Art. 1077 del Código Civil de Puerto Rico, 31 LPRA 3052
30
Art. 1208 del Código Civil, supra.
31
El Artículo 1492 del Código Civil, 31 LPRA 4133, establece que: “El que ha ejecutado una obra en cosa mueble
tiene el derecho de retenerla en prenda hasta que se le pague.” En el presente caso, el querellado está en su derecho de
retener el equipo del querellante en tanto y en cuanto le sea satisfecha la cuantía de la reparación.
32
Olazábal v. U.S. Fidelity, 103 DPR 448 (1975)
Carrasquillo v. Lippit & Simmonpietri, Inc. 98 DPR 659 (1970)
34
Rodríguez v. John Hancock Mutual Life, 110 DPR 1 (1980)
33
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querellada.35 Para que prospere una acción en daños en nuestra jurisdicción, es preciso
que el [querellante] demuestre, por preponderancia de prueba, la realidad del daño
sufrido, la existencia de un acto u omisión negligente y, además, el elemento de
causalidad. La suficiencia, contundencia o tipo de prueba presentada, así como el valor
que los tribunales le darán, dependerá, naturalmente, de las circunstancias particulares de
cada caso de conformidad con nuestro derecho probatorio. Sin embargo, la prueba
presentada deberá demostrar que el daño sufrido se debió con mayores probabilidades a
la negligencia que el querellante imputa. Se requiere, además, que la relación de
causalidad entre el daño sufrido y el acto negligente no se establezca a base de una mera
especulación o conjetura.36
En el caso ante nos, la privación del uso del generador de energía eléctrica se ha
debido única y exclusivamente a la voluntad del querellante, toda vez que, aunque alega
que el mismo nunca ha sido reparado satisfactoriamente, tardó en llevarlo a reparar, como
hemos establecido anteriormente y se ha negado a pagar por las reparaciones necesarias.
En cuanto a la última vez que el generador fue llevado a las facilidades de la firma
querellada, fue el querellante, quien ante el estimado de reparación no aceptó pagar el
mismo y no recogió el referido equipo de la firma querellada. Con dicha actuación,
entiéndase, la no reparación del equipo –lo cual es decisión del querellante- vis a vis con
dejar el equipo en las facilidades de la firma querellada a pesar de no querer pagar por la
reparación, es la que le ha causado al querellante que la privación del uso del equipo.
Bien pudo llevar el equipo a un tercero, a lo que tenía derecho, para su reparación y
exigir el reembolso de los gastos incurridos en tal reparación, si se hubiese demostrado
que las reparaciones realizadas por el querellado fueron deficientes o mal diagnosticadas,
lo que provocase que no funcionase el equipo adecuadamente, como alega el querellante.
Nuestro ordenamiento jurídico ha establecido una norma de equidad en relación a
lo antes expuesto, conocida como la doctrina de los actos propios. El contenido de dicha
doctrina establece que a nadie es lícito ir contra los propios actos basada en el principio
general de Derecho que ordena proceder de buena fe en la vida jurídica. La conducta
contradictoria no tiene lugar en el campo del Derecho y debe ser impedida.
Ante los hechos expuestos, el querellado no es responsable de que el querellante
no pueda usar el generador de energía eléctrica o no lo tenga disponible para su uso y
disfrute, toda vez que fue su decisión libre y voluntaria de no pagar por la reparación del
equipo; primeramente, porque no fue reparado en abril de 2004 (ante el no pago de la
factura de $304.33) y en segunda instancia por no estar de acuerdo con el estimado final
realizado –entiéndase el de octubre de 2004. Por lo tanto, no procede conceder partida
alguna por daños “generales” (siendo el término utilizado por la parte querellante) al
35
36
Quiñónes Irizarry v. San Rafael Estates, S.E., 143 D.P.R.53 (1997)
Alberto O. Bacó v. Almacén Ramón Rosa Delgado, Inc., 2000 TSPR. 111; Castro Ortiz v. Mun. de Carolina, 134
D.P.R. 783, 793 (1993); Rodríguez Crespo v Hernández, 121 D.P.R. 639, 649-650 (1988). III
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amparo del artículo 105437 del Código Civil, que es el articulado aplicable al caso de
autos; no el artículo 1802.38
- iiiAhora bien, debemos resolver la alegación de la parte querellante de que el
producto vendido es uno defectuoso, por lo que solicita, en adición a la compensación en
daños, la resolución del contrato de compraventa.
La parte querellante hace una analogía con el Reglamento de Garantías de
Vehículos de Motor. Específicamente, hace alusión al Artículo 2 del referido
reglamento. Dicho articulado establece el propósito para el cual fue creado el referido
reglamento, en ese caso el asegurarle al consumidor que el vehículo adquirido sirva para
los propósitos para los cuales se compró.
Ciertamente, el querellante adquirió un generador de energía eléctrica para
utilizarlo en casos en que no se cuente con el referido servicio, especialmente en época de
huracanes. En el presente caso, podemos tomar conocimiento administrativo39 que desde
el año 1999 hasta el 2004, no nos azotó un fenómeno atmosférico de la categoría de un
huracán o tormenta, no así para septiembre de 2004. Por lo que al menos (dado a que no
se presentó prueba en contrario), durante ese término de tiempo, el querellante, no
necesitó el referido equipo.
Si utilizamos la misma analogía presentada por la parte querellante, nuestro
ordenamiento jurídico ha establecido que el paso inicial para las acciones de saneamiento
por vicios ocultos, consiste en determinar si los defectos que adolecen la cosa objeto del
contrato que se pretende rescindir, constituyen vicios redhibitorios. Estos han sido
definidos como aquellos defectos que exceden las imperfecciones menores que cabe
esperar normalmente en un producto determinado, no siendo necesarios que dichos
defectos imposibiliten el uso de la cosa vendida, basta que mermen notablemente su
valor.40 El propósito de la adquisición de la cosa es para servirse de ella y dicho
propósito dejaría de realizarse si, una vez hecha la entrega, el comprador se ve privado de
37
31 LPRA 3018
31 LPRA 5141. Cabe destacar que el Art. 1802 son daños y perjuicios causados por culpa u omisión en
una relación extracontractual; el artículo 1054 son daños y perjuicios consecuentes de un incumplimiento
de contrato, siendo esto último lo alegado en la querella ante nos.
39
Art. 4, inciso (t) del Reglamento de Procedimiento Adjudicativos de este Departamento, el cual reza de la
siguiente forma:
Conocimiento Administrativo - Conocimiento sobre determinados hechos y
circunstancias que los Jueces Administrativos y los Oficiales Examinadores pueden tomar propiamente y
actuar sobre los mismos sin necesidad de prueba.
38
40
García Viera v. Ciudad Chevrolet, Inc. 110 DPR 158 (1980); DACO v. Marcelino Mercury Inc., 105 DPR 80 (1976)
Ferrer v. General Motors, 100 DPR 246 (1971)
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la cosa o imposibilitado de aplicarla a los usos que le sean propios. 41 En este caso lo
único que la parte querellante tiene que probar es que se ha privada o imposibilitada de
usar [la cosa adquirida] y que la vendedora tuvo oportunidad de corregir los defectos
pero no los corrigió o no pudo corregirlos.42
Recalcamos, de la prueba desfilada surge que el querellante llevó a la firma
querellada el generador adquirido alegando que el mismo no generaba voltaje 240. No
obstante, si tomamos como cierto lo anterior, debido al lapso de tiempo transcurrido entre
las reparaciones, no surge o, no nos puede llevar a concluir, que el querellante se haya
visto privado del uso del generador. Vamos más allá, al establecer que del testimonio del
querellante, nunca surgió que el generador no generara carga alguna, sino que no
generaba el voltaje que se supone generara y/o que tuviera la necesidad de usarlo y no
pudo. El uso se pudo limitar, pero siempre se pudo usar. Las veces que se ha vista
privado del uso del equipo, es porque el mismo ha estado en reparación.
En cuanto a la oportunidad del vendedor de corregir los defectos, ciertamente se
llevó en cuatro (4) ocasiones a reparar, con lapsos de tiempo extensos, excepto el
transcurrido entre abril de 2004 al presente, tiempo en que el equipo no fue entregado ni
reparado, toda vez que la reparación no se completó ante la negativa del querellante de
pagar por la reparación, por las razones que fuesen –entiéndase porque no había sido
reparado satisfactoriamente o porque el querellante entendiese que el estimado de
reparación era muy alto. Es decir, el querellante ha privado al querellado de reparar el
equipo, ante la falta de pago de la reparación. En cuanto a las reparaciones anteriores,
aunque ha alegado el mismo problema, el tiempo transcurrido entre visitas a la firma
querella, no nos puede llevar a concluir que se le dio oportunidad de corregir lo mal
hecho, ante la falta de evidencia al respecto. Por lo que no procede utilizar lo antedicho
para resolver el contrato de compraventa.
Tenemos que destacar que del desfile de prueba y de la evidencia obrante en
autos, no surge que la condición por la cual se llevó el generador a reparar allá para el
año 2000 hasta el presente fuese un defecto de manufactura; simplemente el generador
no generaba voltaje 240. Por el estimado de reparación realizado por la firma querellada
allá para septiembre de 2004, surge que la tarjeta reguladora de voltaje debía ser
reemplazada, así como el rotor y el estartor estaban dañados; siendo ello diagnosticado
por primera vez en esa última ocasión. Un diagnóstico erróneo o una reparación
defectuosa, no significa de por sí, que la condición que tiene el equipo es un defecto de
manufactura. Debemos considerar que el equipo fue llevado a reparar por primera
ocasión, pasados dos (2) años de su adquisición. Igualmente, debemos recordar que han
pasado casi siete (7) años desde su compra y es en esta ocasión (ante el estimado de
41
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Ferrer v. General Motors, supra
id
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reparación de octubre de 2004) que se trae a colación el defecto de fábrica y la solicitud
de resolución del contrato de compraventa sin más prueba conducente a determinar la
existencia de un defecto de fábrica.
No habiendo prueba fehaciente más allá de duda razonable, no podemos
determinar que el generador del querellante tiene un defecto de fábrica. Por lo que no
procede la resolución del contrato, según solicitado.
- iv No debemos olvidar, por otro lado, los incumplimientos del querellado para con
las órdenes de este Departamento.
El Reglamento de Procedimientos Adjudicativos establece que cuando una parte
dejare de cumplir con una orden, el funcionario que presida la vista administrativa podrá,
a iniciativa propia, imponer una sanción económica a favor del Departamento.43
En el presente caso, terminado el desfile de prueba, se le ordenó a las partes a que
sometieran memorandos de derecho en el término de veinte (20) días contados a partir de
la fecha de la vista, donde discutirán qué responsabilidad, si alguna, tenía la firma
querellada en reparar y bajó qué términos de garantía, si alguna. Se le apercibió a las
partes que el incumplimiento con la referida orden conllevaría la imposición de
sanciones.
Transcurrido en exceso el término concedido para someter los referidos
documentos, la parte querellada no ha cumplido con la referida orden, no siendo esta la
primera ocasión en que la querellada ha incumplido con órdenes nuestras.
Mediante Orden de Mostrar Causa emitida el pasado 29 de junio de 2005, se le
ordenó al querellado a que en el término de diez (10) días contados a partir de la fecha de
notificación de la referida Orden, mostrara causas por las cuales no se le debiese imponer
una multa administrativa de $200.00 00 por su incumplimiento con la orden del 19 de
abril de 2005, notificada por escrito el 21 de abril de 2005, archivada en autos el 2 de
mayo de 2005. Se le ordenó que dentro del referido término, cumpliese con la misma.
Transcurrido el término concedido, el querellado no ha cumplido con las ante
dichas ordenes.
En vista de lo antes expuesto y al amparo de las facultades concedidas por la Ley
Núm. 5 de 23 de abril de 1973, según enmendada, este Departamento emite la siguiente:
43
Regla 22 del referido reglamento
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ORDEN
Se declara no ha lugar la resolución del contrato de compraventa según
solicitado, así como la concesión de daños según reclamados. Se decreta el cierre y
archivo del presente caso con perjuicio.
Se le impone a la parte querellada, por conducto de su representación legal,
Lcdo. Rafael Vázquez, $200.00 de sanción administrativa por incumplimiento de las
órdenes antes referidas.
Se deberá pagar la referida sanción dentro de los veinte (20) días contados a
partir de la fecha de notificación de la presente Resolución, el cual deberá remitir
mediante giro postal o cheque certificado a favor del Secretario del Departamento de
Asuntos del Consumidor o en efectivo a la siguiente dirección: Apartado 1031, Caguas,
Puerto Rico 00726 o personalmente, a la Oficina Regional de Caguas, ubicada en el
Centro de Gobierno, Oficina 103, Caguas, Puerto Rico.
Se apercibe a la parte querellada que de no cumplir con lo ordenado en la
resolución, este Departamento podrá impone una multa administrativa de hasta diez mil
dólares ($10,000) y se tomará la acción legal correspondiente para el cobro de la misma.
El pago de la expresada multa no le relevará de cumplir con todo lo ordenado en la
presente resolución. Este Departamento solicitará el auxilio del Tribunal de Primera
Instancia para hacer cumplirla.
Aquella parte afectada por la presente Resolución podrá solicitar al Departamento
una Reconsideración de la misma, en el plazo de veinte (20) días contados a partir de la
fecha de archivo en autos de dicha resolución. En la alternativa, la parte afectada podrá
acudir directamente al Tribunal de Apelaciones en revisión judicial, dentro del término de
treinta (30) días del archivo en autos de la resolución emitida. Ley Número 201 de 22 de
agosto de 2003. Severiano Aponte Correa vs. Policía de Puerto Rico, 142 DPR 75
(1996). Los términos comprendidos en los presentes apercibimientos se computan
basándose en días naturales.
Si la parte afectada opta por solicitar la reconsideración de la resolución emitida,
dicha solicitud deberá ser por escrito, consignándose claramente la palabra
reconsideración como título y en el sobre de envío. La misma será remitida a la siguiente
dirección: OFICINA REGIONAL DE HUMACAO, 45 CRUZ ORTIZ STELLA,
SUITE 9, HUMACAO, PUERTO RICO 0791. Copia de dicha solicitud deberá ser
enviada a la otra parte. De no hacerlo así, la presente resolución advendrá final y
firme.
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Si el Departamento dejare de tomar alguna acción con relación a la moción de
reconsideración dentro de los quince (15) días de recibida, se considerará rechazada de
plano por lo cual, el término de treinta (30) días para solicitar revisión judicial al Tribunal
de Circuito de Apelaciones comenzará a contar a partir de ese momento.
Si el Departamento tomase alguna determinación sobre la moción radicada, el
término para solicitar revisión judicial empezará a contarse desde la fecha en que se
archivó en autos una copia de la notificación de la resolución de la agencia, resolviendo
definitivamente la moción cuya reconsideración fue solicitada. Dicha resolución deberá
ser emitida y archivada en autos dentro de los noventa (90) días siguientes a la radicación
de la reconsideración. De lo contrario, la agencia perderá jurisdicción sobre dicha
solicitud de reconsideración y el término para solicitar revisión judicial empezará a
contarse nuevamente a partir de la expiración del plazo de noventa (90) días, salvo que el
Departamento por justa causa y previo al vencimiento del término de noventa días,
prorrogue dicho término por un período que no excederá de treinta (30) días adicionales.
En Humacao, Puerto Rico, hoy, 12 de julio de 2005.
Lcdo. Alejandro García Padilla
Secretario
Lcdo. Francisco de Jesús Aponte
Director Regional
Lcda. Vickmary Sepúlveda Santiago
Juez Administrativo
AGP/FDJA/VSS
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NOTIFICACION
CERTIFICO que hoy ___________________ se archivó en autos copia de la presente
Resolución y de haber enviado copia de este documento a las siguientes personas:
Andrés Sanabria Torres
Calle 20 Q-5
Villa Universitaria
Humacao, Puerto Rico 00791
Lcda. Ligia E. Santos Torres
Apartado 6251
Caguas, PR 00726
Casco Sales Company
Att: Sra. Johanna Rivé
PO Box 366279
San Juan, Puerto Rico 00936-6279
Lcdo. Rafael J. Vázquez González
PO Box 364168
San Juan, PR 00936-4168
________________
FIRMA
___________
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