195-CQCM-12 CÁMARA TERCERA DE LO CIVIL DE LA PRIMERA

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195-CQCM-12
CÁMARA TERCERA DE LO CIVIL DE LA PRIMERA SECCIÓN DEL CENTRO: San
Salvador, a las diez horas de veintidós de noviembre de dos mil doce.
Habiéndose concluido el trámite del recurso de apelación de la sentencia
pronunciada por el señor Juez Quinto de lo Civil y Mercantil, a las quince horas de cuatro de
septiembre del presente año, en el Proceso Común Declarativo de Resolución de Contrato de
Promesa de Venta y Reivindicatorio de inmueble, promovido por los señores Violeta Marisol
G. de R., Nancy Esmeralda G. de E., Carlos Alberto G. A. y Ricardo Antonio G. A., licenciada
en […], respectivamente, todos del domicilio de Mejicanos, por medio de su apoderado
licenciado José Gregorio Rivas Campos, abogado del domicilio de Delgado, contra las señoras
Emilia Isabel H. de G. y Rosa Delia H. de A., empleadas, ambas del domicilio de Mejicanos y
también del de la ciudad de New York, Estados Unidos de Norte América la primera, a fin de que
en sentencia se declare resuelto el contrato de promesa de venta que los vincula y se ordene a las
demandadas restituirles el inmueble objeto de dicho contrato.
La sentencia venida en apelación en lo pertinente de su fallo EXPRESA:
“DECLARASE RESUELTO el contrato de promesa de venta contenido en el Documento Privado
Autenticado de un Contrato de Promesa de venta, celebrado entre los señores VIOLETA
MARISOL G. DE R., NANCY ESMERALDA G. DE E., CARLOS ALBERTO G. A. y
RICARDO ANTONIO G. A., y la señora EMILIA ISABEL H. DE G., el día quince de octubre de
dos mil cuatro, autenticado ante los oficios notariales de RICARDO RAMÍREZ PONCE; 2)
CONDENASE a las demandadas, señoras EMILIA ISABEL H. DE G. y ROSA DELIA H. DE A.,
a restituir la posesión material del inmueble sobre el que recae dicho contrato, asea (sic) la
reivindicación del dominio, todo lo cual recae en el inmueble urbano, propiedad en proindivisión
y en partes iguales de los señores VIOLETA MARISOL G. DE R., NANCY ESMERALDA G.
DE E., CARLOS ALBERTO G. A. y RICARDO ANTONIO G. A., ubicado en la ciudad de
Mejicanos, departamento de San Salvador, marcado en el plano de la Lotificación respectiva con
el número cincuenta y cuatro, inscrito bajo la Matrícula sesenta cero seis cincuenta y siete
veintiocho- cero cero cero cero cero, del Registro de la Propiedad Raíz e Hipotecas de la Primera
Sección del Centro, departamento de San Salvador; 3) DECLARASE SIN LUGAR las
excepciones de PAGO PARCIAL e IMPROPONIBILIDAD DE LA DEMANDA, interpuestas
por las partes demandadas; 4) DECLARASE SIN LUGAR la petición de las partes demandadas,
que en sentencia definitiva, y habiéndose comprobado que la demandada ha pagado la totalidad
del precio fuera declarado que no ha lugar a la Resolución del Contrato solicitada por la parte
demandante. En virtud de no haber sido pedido por la parte demandante, la condenación de
costas procesales, no hay condena en costas procesales en el presente caso. Se le aclara a las
partes demandadas que a partir del día de entrega de esta sentencia definitiva tendrán quince días
para desocupar el inmueble ocupado por la señora demandada ROSA DELIA H. DE A., claro está
si no es interpuesto algún recurso en contra de esta sentencia definitiva, en el plazo
correspondiente a partir del día de su notificación, de lo contrario se procederá a practicar el
desahucio o entrega material del inmueble objeto de litigio con la fuerza pública.
NOTIFÍQUESE”. (fs. 225 p.p.)
Han intervenido en ambas instancias, como demandadas-apelantes doña Emilia
Isabel H. de G. y Rosa Delia H. de A., por medio de sus apoderados licenciados Adolfo Epifanio
Domínguez Palacios, Mirna Delmy Estrada de Cea y Carlos Alberto Fuentes Ramírez; y como
demandantes-apeladas señores Violeta Marisol G. de R., Nancy Esmeralda G. de E., Carlos
Alberto G. A. y Ricardo Antonio G. A., por medio de su apoderado licenciado José Gregorio
Rivas Campos.
LEÍDOS LOS AUTOS; Y,
CONSIDERANDO:
I.- SUSTANCIACIÓN DEL PROCESO.
1. PRIMERA INSTANCIA.
El licenciado José Gregorio Rivas Campos, en la demanda y modificación de la
misma MANIFESTÓ: “1.- Que según consta en Documento Autenticado otorgado en esta
ciudad, el día quince de octubre del dos mil cuatro, mis representados firmaron un contrato de
Promesa de venta ante los oficios del Notario Carlos Alberto Fuentes Ramírez, a favor de la
señora Emilia Isabel H. G., de un inmueble urbano de la propiedad de ellos, en proindivisión y en
partes iguales, ubicado en la ciudad de Mejicanos, departamento de San Salvador, marcado en el
plano de la Lotificación respectiva con el número 54, inscrito bajo la Matrícula 60065728-00000
del Registro de la Propiedad Raíz e Hipotecas de la Primera Sección del Centro, departamento de
San Salvador.- 2. Que en el documento de promesa de venta, las partes determinaron que el valor
total del inmueble sería de VEINTISEIS MIL Dólares de los Estados Unidos, el cual iba a ser
pagado de la siguiente forma: a) mis mandantes recibieron la cantidad de DOS Mil Dólares de los
Estados Unidos de América, aunque en le (sic) documento de promesa de venta se manifiesta que
fueron Cuatro Mil dólares de los Estados Unidos de América; b) CATORCE MIL DOSCIENTOS
SIETE DOLARES CON DOCE CENTAVOS DE DÓLAR, de los Estados Unidos de América,
serían cancelados a la Caja de Crédito de Soyapango, Sociedad Cooperativa de Responsabilidad
Limitada de Capital Variable, debido a que el inmueble objeto del contrato se encontraba con
gravamen hipotecario a favor de dicha institución y que la promitente compradora se
comprometía a cancelarlo desde ese acto con sus respectivos intereses; c) SEIS MIL DOLARES
DE LOS ESTADOS UNIDOS DE AMERICA, éstos iban a ser cancelados el día treinta y uno de
octubre del dos mil cuatro; el cual fue efectivo hasta el día trece de noviembre de ese año, el pago
que quedó evidenciado a través de un acta notarial que se realizó ante los oficios del notario:
Ricardo Ramírez Ponce, en donde la señora Emilia Isabel H. G., por medio de su Apoderada
señora Rosa Delia H. de A., así lo manifiesta el acta notarial, y que a la vez es hermana de la
demandada; fue quien entregó la cantidad de Seis Mil Dólares de los Estados Unidos de América;
d) El resto de la deuda o sea la cantidad de UN MIL SETECIENTOS NOVENTA Y DOS
DOLARES DE (sic) CON OCHENTA Y OCHO CENTAVOS de Dólares, serían pagados el día
veinte de noviembre del dos mil cuatro. Situación que no ocurrió a la fecha.- 3.- En cuanto a la
deuda que se tenía con LA CAJA DE CREDITOS (sic) DE SOYAPANGO, tampoco fue
cumplida, ya que el día veinticuatro de septiembre del año dos mil dos se firmó el gravamen de
PRIMERA HIPOTECA, por la cantidad de DIECISIETE MIL CIENTO CINCUENTA
DOLARES DE LOS ESTADOS UNIDOS DE AMERICA, tal como consta en la copia del
documento de Escritura Pública de Primera Hipoteca; en donde el plazo era de CUATRO AÑOS,
a partir de la fecha en que se firmó el documento, esto implica que la deuda se estaría cancelando
en el año del dos mil seis.- 4. Según constancia de saldos del préstamo número 4213038686,
proporcionado por la CAJA DE CREDITO DE SOYAPANGO, se determina que hubo un crédito
adicional, del cual mis poderdantes no han firmado ningún documento el cual se define como
HIPOTECA CERRADA con vencimiento del 28 de septiembre del 2010; de la cual los
propietarios del inmueble tuvieron que pagar la cantidad de DOS MIL CIENTO NOVENTA Y
SEIS Dólares de los Estados Unidos de Norte América, el día 30 de mayo de este año. Tal pago
se realizó en vista de que la institución acreedora amenazaba a los propietarios con embargar el
inmueble y perderlo completamente. (…) Que por lo antes expresado, en el carácter en que
comparezco, vengo por este medio a demandar en PROCESO COMUN DECLARATIVO DE
RESOLUCION DE CONTRATO Y REIVINDICATORIO, a la señora EMILIA ISABEL H. de
G., (…) Que se declare resuelto el contrato de promesa de venta antes relacionado, y, se condene
a la demandada, a restituir la posesión material del inmueble sobre el que recae dicho contrato,
consistente en un inmueble urbano, propiedad de mis mandantes en proindivisión y en partes
iguales, ubicado en la ciudad Mejicanos, departamento de San Salvador, marcado en el plano de
la Lotificación respectiva con el número 54, inscrito bajo la Matrícula 60065728-00000 del
Registro de la Propiedad Raíz e Hipotecas de la Primera Sección del Centro, departamento de
San Salvador”. (fs. 1 a 4) “a) Que el inmueble, el cual es el objeto de esta demanda se encuentra
poseído materialmente por la señora ROSA DELIA H. de A., quien es hermana de la señora
Emilia Isabel H. de G.; y con fin de que la sentencia definitiva sea reivindicatoria para mis
poderdantes y que obtengan la posesión material de dicho inmueble; y en base a lo requerido en
el artículo 76 CPCM, vengo a demandar a la señora ROSA DELIA H. DE A.”. (fs. 36 p.p.)
Los documentos presentados obran de folios 5 a 20 y 38 a 55 p.p.
Mediante resolución de fs. 56 p.p., se admitió la demanda y se ordenó emplazar a
la parte demandada señoras Emilia Isabel H. de G. y Rosa Delia H. de A. para que contestasen la
demanda en el término de veinte días. Acto de comunicación procesal que obra diligenciado a fs.
99 y 109 p.p.
De fs. 106 a 108 p.p. Obra acta de audiencia preparatoria en la cual se resolvió
suspender el proceso, ordenando que se emplazara debidamente a la señora Rosa Delia H. de A.
Por resolución de fs. 132 a 133 p.p., se tuvo por parte a las demandadas señoras
Emilia Isabel H. de G. y Rosa Delia H. de A., por medio de sus apoderados licenciados Adolfo
Epifanio Domínguez Palacios y Mirna Delmy Estrada de Cea, por cesada del cargo a la
licenciada Karen Renata Flores Palomeque, como curadora ad litem de la señora Emilia I. H. de
G., y a fs. 136 p.p., por contestada la demanda en sentido negativo.
Mediante resolución de fs. 141 a 142 p.p. se tuvo por interpuestas las excepciones
de pago parcial e improponibilidad de la demanda, por propuesta la prueba testimonial y
documental, señalándose día y hora para la práctica de la audiencia preparatoria, cuyo resultado
obra de fs. 147 a 153 p.p.
De fs. 160 a 161 p.p. obra el resultado del reconocimiento judicial del lugar.
Se agregaron documentos de fs. 166 a 175 p.p.
De fs. 190 a 206 p.p. obra el resultado de la audiencia probatoria.
Finalmente, de fs. 207 a 225 p.p. obra la sentencia de la cual se recurre.
A fs. 240 p.p. se tuvo por interpuesto el recurso de apelación por parte de los
licenciados Carlos Alberto Fuentes Ramírez y Adolfo Epifanio Domínguez Palacios, como
apoderados de las demandadas señoras Emilia Isabel H. de G., y Rosa Delia H. de A.
2.- SEGUNDA INSTANCIA.
Por auto de fs. 11 se admitió el recurso ordinario de apelación interpuesto, se tuvo por
parte a las señoras Emilia Isabel H. de G. y Rosa Delia H. de A. por medio de sus apoderados
abogados Carlos Alberto Fuentes Ramírez y Adolfo Epifanio Domínguez Palacios, como
apelante, señalándose lugar, hora y fecha para la práctica de la audiencia especial a que se refiere
el Art. 513 CPCM.
El resultado de la audiencia obra en acta de fs. 18 a 21.
II.- ANTECEDENTES DE HECHO.
1.- PRETENSIONES DE LA ACTORA:
La parte demandante señores Violeta Marisol G. de R., Nancy Esmeralda G. de E.,
Carlos Alberto G. A. y Ricardo Antonio G. A., por medio de su apoderado licenciado José
Gregorio Rivas Campos, pretenden que en sentencia se declare resuelto el contrato de promesa
de venta celebrado entre ellos y la señora Emilia Isabel H. de G. y se le condene a restituirles la
posesión material del inmueble sobre el cual recae el contrato antes dicho, el cual se encuentra en
posesión de la señora Rosa Delia H. de A., quien es hermana de la señora H. de G..
2.- PRETENSIÓN DE LA PARTE DEMANDADA.
La parte demandada señoras Emilia Isabel H. de G. y Rosa Delia H. de A. por medio
de sus apoderados abogados Carlos Alberto F. R. y Adolfo Epifanio D. P. pretenden que se
declare no ha lugar a la resolución del contrato y reivindicación del inmueble de mérito, por
haberse cumplido con la obligación pactada de su parte.
III.- DE LOS AGRAVIOS EN QUE FUNDAMENTA LA APELACIÓN.
A.- El licenciado Adolfo Epifanio Domínguez Palacios, apoderado de ambas
apelantes manifiesta como agravio: 1.- Que en la sentencia no se cumplió con lo establecido en el
Art. 216 CPCM en lo referente a la motivación, ya que de acuerdo al inciso cuarto del Art. 217
CPCM, en la sentencia el Juez debe razonar las bases legales que sustentan los pronunciamientos
del fallo, que no se interpretó el Art. 1360 del Código Civil y que habiendo cantidades de dinero
pagadas por la apelante el Juez no se pronunció sobre la indemnización de perjuicios, cantidades
que siendo parte del precio, debió aplicarse el Art. 1677 Código Civil en lo referente a que el
comprador tendrá derecho para que se le restituya la parte que hubiere pagado del precio, y en
caso de no ser procedente, se debió fundamentar su resolución, lo cual no se hizo. 2.- Menciona
como agravio que en relación a la señora Rosa Delia H. viuda de A., el fallo se pronunció contra
lo establecido en el Art. 1678 del Código Civil, porque la señora Rosa Delia H.viuda de A., es
una tercera en el proceso, por no ser ella parte en el contrato de promesa de venta de cuya
resolución ha sido declarada. 3.- En cuanto a que el señor Juez no valoró los instrumentos
públicos conforme a lo establecido en el artículo 341 CPCM, ya que en el contrato de promesa de
venta se estableció que la promitente compradora, pagó la cantidad de cuatro mil dólares al
suscribir dicho instrumento, pero en la sentencia se tuvo por establecido que la señora Emilia
Isabel H. de G. entregó la cantidad de dos mil dólares de los Estados Unidos de América a los
promitentes vendedores y los otros dos mil dólares de los Estados Unidos de América, fueron
pagados en concepto de abono a la deuda contraída por los demandantes con la Caja de Crédito
de Soyapango, constando que fue la misma señora Violeta Marisol G.de R. quien acompañó a la
promitente compradora a dicha Caja de Crédito, pero el pago lo hicieron a otra deuda que tenían
los promitentes vendedores, o sea ellos pagaron cuatro mil, pero se pagó dos mil a otra cuenta…
4.- que se dió plena credibilidad a lo declarado por los demandantes, aún cuando hubo
contradicciones entre ellos y no aplicó la sana crítica. 5.- que el señor Juez le restó valor a la
constancia de la Caja de Crédito de Soyapango, presentada por las demandadas, manifestando
que es el contador general quien ocupa el puesto de dirección de mayor jerarquía en dicha
institución.
B.- Por su parte el licenciado Carlos Alberto Fuentes Ramírez, apoderado de la
señora EMILIA ISABEL H. DE G., manifiesta: 6.- Que en el proceso de mérito se emplazó mal
a su mandante, ya que en la demanda se dijo que era de este domicilio y del de Nueva York,
Estados Unidos, por lo que debió emplazarse en esta ciudad, de conformidad a lo establecido en
el Art. 191 Inc. 2°, en relación con el Art. 151 CPCM y no como se hizo de conformidad al art.
186 CPCM, manifiesta que si el emplazamiento se realizó a una persona ausente entonces deriva
en ilegitimo, y que en consecuencia es nulo todo lo actuado; 7.- que no está de acuerdo con el
numeral uno del fallo porque para alegar la resolución del contrato se debía demostrar que el
promitente comprador se encontraba en mora, y que los promitentes vendedores se encontraban
solventes en el cumplimiento de la obligación que les correspondía, en base al art. 1423 C. es
decir otorgar la correspondiente escritura de compraventa y hacer la tradición del dominio, por lo
que ambas partes no cumplieron, y que era procedente declarar improponible la demanda, y 8.por último señala que de conformidad a la cláusula V del contrato de promesa de venta se
estableció que en caso de desistimiento de los vendedores, éstos se obligan a devolver la cantidad
de dinero recibida, y en caso de desistimiento de los compradores la cantidad de dinero quedará
como pago de arrendamiento, pero que en el presente caso su mandante no ha desistido, sino que
está dispuesta a cancelar la última cuota pendiente, para que se otorgue la escritura
correspondiente, pero si los demandantes están desistiendo deberán devolver la cantidad recibida
y que la acción resolutoria solo se confiere a la parte que si ha cumplido su obligación.
IV.- FUNDAMENTO DE LA OPOSICIÓN AL RECURSO.
Los recurridos en síntesis manifestó en la audiencia especial celebrada en esta Cámara
que: “ Que no está de acuerdo en ningún punto señalado en el escrito de apelación, que en
cuanto al emplazamiento no se ha violentado ningún principio procesal, que el hecho de que a
la señora Emilia de G. tenga dos domicilios, no significa que se conozcan los dos domicilios,
pero consta en el proceso un poder que le concedió a la otra demandada, donde manifiesta que
se le podía emplazar en el lugar ahí señalado, por lo que no se ha violentado el derecho de
defensa; que en cuanto a la mora, que dice la parte demandante la mora purga la mora,
manifiesta que sus mandantes no cayeron en mora, que en el contrato se determina claramente
las condiciones, en las que las partes estaban otorgando ese contrato y de acuerdo a la
interpretación de los contratos se comprueba que no hubo ninguna mala fe, se hicieron las
especificaciones necesarias en cuanto al incumplimiento, que el que incumplió es la parte
demandada, (…) manifiesta que realmente no se ha incumplido, que a pesar de hacerle cobros
a la parte demandada, no pagó, que desde el quince de octubre de dos mil cuatro no se
cumplió, hasta el dos mil doce, que no hay incumplimiento por parte de sus mandantes, que la
posesión se les dio anticipadamente, se comprobó con la vista judicial que quien posee el
inmueble es la hermana de la demandada quien se demandó por el reivindicatorio, que la
mala fe es por parte de los demandados quienes no cumplieron con el pago pactado, con la
Caja de Crédito, sino que tuvo que ser la parte demandante quien pagó el dinero para
evitar el embargo, y que por eso se hizo la demanda y que todo está apegado a la ley; que la
parte apelante dice que no se le hizo en la sentencia la aclaratoria, el Juez Quinto de lo
Civil y Mercantil fue bien claro y lo determinó en la sentencia, que todos queremos ganar
pero no siempre apegado a la ley, que en relación a la mora (...) nuestra costumbre así lo
determina, que cuando llegamos a pagar a una institución nos cobran intereses moratorios
y que sí existe la mora, que ambas partes se obligaron y no se cumplió, que pide que la
sentencia quede definida y de acuerdo al Art. 1416 Civil (...) tienen que cumplir su
obligación, y que cuando se firmó el contrato ambas partes estaban conociendo lo que
firmaron; se alegó el Art. 1360, pero éste es bien claro y por eso piden que la sentencia
quede firme .”
V.- FUNDAMENTOS DE DERECHO.
1.- DE LOS CONTRATOS Y DE SU RESOLUCIÓN.
A.- Todo contrato nace del acuerdo de voluntades, tal acuerdo es el que determina los
efectos que aquel ha de producir así como su alcance, extensión y duración; en esto consiste
precisamente el principio llamado de la autonomía de la voluntad, que en materia de obligaciones
y contratos no es más que la libertad de que gozan las personas para acordar los contratos que
deseen, determinando, como ya se dijo, su contenido, efectos, alcances y duración, siempre y
cuando no vayan en contra de prohibiciones legales, el orden público o las buenas costumbres.
Tal libertad de contratar es reconocido y garantizado por el Art. 23 de la Constitución.
B.- Así, las personas pueden pactar toda clases de contratos, nominados o
innominados, estén o no especialmente reglados por la ley; combinar unos y otros entre sí;
acordar efectos diferentes de los que le atribuye la ley e inclusive, modificar su estructura puesto
que aún las obligaciones que son de la naturaleza de un contrato determinado pueden ser
alterados, modificados o suprimidos por los contratantes, salvo que sean
de la esencia o
naturaleza misma del contrato que pacten, pues de hacerlo así, o no produce efecto alguno o
degenera en otro diferente; las partes pueden así determinar el contenido del contrato,
principalmente su objeto, contenido, efectos, alcance, y extensión de los derechos y obligaciones
que engendre, fijar su duración, así como establecer las modalidades que han de afectarlos;
asimismo, pueden elegir entre las legislaciones de dos diferentes Estados, acordando aquella por
la cual se ha de regir el contrato, etc.; de allí que de conformidad a nuestra legislación y
Jurisprudencia, se reconoce que el contrato es ley entre las partes, reconocimiento del cual
también participan la doctrina y otras legislaciones. De lo anterior se colige que las leyes
relativas a los contratos son, por lo general, supletorias a la voluntad de las partes y sólo se
aplican ante el silencio de éstos, de donde la misión del juez en caso de litigio sea la de
interpretar a restablecer aquella voluntad pero no crearla ni mucho menos sustituirla por la suya;
así, por ejemplo, en nuestra legislación encontramos las disposiciones siguientes:
El Art. 1416 C.C. PRECEPTÚA: “Todo contrato legalmente celebrado, es
obligatorio para los contratantes, y sólo cesan sus efectos entre las partes por el consentimiento
mutuo de éstas o por causas legales.”
El Art. 1417 C.C. ESTABLECE: “Los contratos deben ejecutarse de buena fe, y por
consiguiente obligan no sólo a lo que en ellos se expresa, sino a todas las cosas que emanan
precisamente de la naturaleza de la obligación, o que por la ley o la costumbre pertenecen a
ella.”
Y el Art. 1431 C.C. DISPONE QUE: “Conocida claramente la intención de los
contratantes, debe estarse a ella más que a lo literal de las palabras.”
C.- Dentro de las varias formas de contratar, encontramos el llamado Contrato
bilateral o sinalagmático perfecto que se da cuando las partes contratantes se obligan
recíprocamente (Art. 1310 C. in fine), y es característico de éste, el estar sujeto en cuanto a los
efectos de la mora de cualquiera de los contratantes, a los Arts. 1360 y 1423 C.; si hubiere
incumplimiento de una de las partes, la otra puede pedir conforme al Art. 1360 la resolución de
dicho contrato ( R.J. Tomo XXXIX, Dic, 21 de 1934, Pág. 251-252). Al respecto, tenemos que
en el Art. 1360 C.C. se contempla la Acción Resolutoria al DISPONER QUE: “En los contratos
bilaterales va envuelta la condición resolutoria de no cumplirse por uno de los contratantes lo
pactado.
Pero en tal caso podrá el otro contratante pedir a su arbitrio o la resolución o el
cumplimiento del contrato, con indemnización de perjuicios en uno u otro caso.”
Asimismo, en el Art. 1423 C.C. se ESTABLECE QUE: “En los contratos
bilaterales ninguno de los contratantes está en mora dejando de cumplir lo pactado, mientras
el otro no lo cumple por su parte, o no se allana a cumplirlo en la forma y tiempo debidos.”
D.- De acuerdo a dichas disposiciones, la Condición Resolutoria Tácita opera
siempre que: a) Se trate de un contrato bilateral; b) que haya un incumplimiento parcial o total; c)
que el incumplimiento se deba a culpa de uno de los contratantes y no a fuerza mayor o caso
fortuito; y, d) que el otro contratante haya incumplido, o sea que exista mora.
E.- Se reconoce que, entre otras, son características de la Resolución las
siguientes: a) Que haya contrato válido; b) solo se refiere al contrato bilateral; c) no hay
restitución salvo excepción (Art. 1358 C.C.); d) no hay reivindicación salvo contra terceros
poseedores de mala fe; e) que la acción se ejercite dentro o en los plazos generales de la
prescripción (Art. 2054 C.C.); y, f) doctrinariamente se dice que también es característico el
operar retroactivamente, en el sentido de que tiene por efecto el que las cosas vuelvan al estado
en que se encontraban o que antes tenían, devolviéndose lo que cada uno hubiese recibido, con
sus intereses legales, aunque con respecto a esta característica, nuestra Jurisprudencia no ha sido
uniforme pues se argumenta en su contra que, en nuestra legislación: “IV. Tratándose de los
efectos de la resolución de un contrato, no hay disposición legal que diga como deben volver al
estado que tenían antes del contrato; solamente se ha señalado como efectos inmediatos los
consignados en los Arts. 1358 y 1359 C., esto es, en términos generales, restituir y no deberse los
frutos percibidos en el tiempo intermedio, salvo los casos determinados por la misma ley- (R.J.
Tomo XLIV, mayo 25 de 1939, Pág. 494): La anterior argumentación es compartida por esta
Cámara.
F.- Es de hacer notar que las anteriores características diferencian a la Resolución
de la llamada Acción Rescisoria, la cual no es del caso analizar en esta sentencia para efectos de
la cuestión que nos ocupa.
2.-DEL CONTRATO DE PROMESA.
A.- La promesa de celebrar un contrato –como también se le ha denominadopuede definirse como aquel en que dos o mas personas se comprometen a celebrar un contrato
futuro, cumpliéndose los requisitos legales.
B.- Este tipo de contrato se encuentra regulado en el Código Civil en el Art. 1425
que literalmente DICE: “La promesa de celebrar un contrato no produce obligación alguna;
salvo que concurran las circunstancias siguientes:
1° Que la promesa conste por escrito;
2° Que el contrato prometido no sea de aquellos que las leyes declaran
ineficaces;
3° Que la promesa contenga un plazo o condición que fije la época de la
celebración del contrato;
4° Que en ella se especifique de tal manera el contrato prometido, que sólo falten
para que sea perfecto, la tradición de la cosa, o las solemnidades que las leyes prescriban.
Concurriendo estas circunstancias habrá lugar a lo prevenido en el artículo
precedente”.
C.- De tal manera que el artículo citado señala las condiciones sine qua non para
que el contrato de promesa de venta produzca sus efectos legales, que consisten en obligar a los
promitentes, y que se explican de la siguiente manera:
1ª Que la promesa conste por escrito. Este contrato es solemne y el legislador ha
exigido que conste por escrito la intención de celebrar un contrato futuro. Pero con ello no ha
querido significar que deba de constituirse por escritura pública, sino que basta el otorgamiento
de documento privado para cumplir con la solemnidad, indistintamente de las solemnidades del
contrato prometido, es decir, la promesa de vender o hipotecar basta que se haga en documento
privado aunque el contrato prometido deba celebrarse en escritura pública.
2ª Que el contrato prometido no sea de aquellos que las leyes declaran
ineficaces. En consecuencia, el contrato prometido no debe ser un contrato nulo o ineficaz, por
ejemplo, los que señalan los Arts. 1600 a 1603 C. o por contener objetos o causas ilicitas. Arts.
1335 y 1338 C.
3ª Que la promesa contenga un plazo o condición que fije la época de la
celebración del contrato. Este requisito exige que la promesa tenga un plazo o una condición que
determine cuando se celebrará el contrato prometido, pues el legislador tiene especial interés en
que esta situación no permanezca en incertidumbre durante mucho tiempo.
4ª Que en ella se especifique de tal manera el contrato prometido que sólo falten
para que sea perfecto, la tradición de la cosa, o las solemnidades que las leyes prescriban. El
contrato de promesa tiene por objeto la perfección del contrato prometido, que no debe
confundirse con el objeto del contrato, que para el caso de la venta, es la cosa vendida, por tal
razón se exige que en el contrato prometido estén especificadas las condiciones, de tal manera
que sólo falten las solemnidades para su perfección. Y además que en el contrato de promesa de
venta, por ejemplo, han de estar bien especificados los elementos del contrato, esto es la cosa
vendida y el precio. La cosa vendida debe estar bien especificada en el contrato de promesa de
modo tal que no exista duda acerca de ella; esta especificación comprende su ubicación,
naturaleza, extensión, descripción e inscripción en el Registro Inmobiliario. En lo que respecta al
precio, éste debe estar determinado en forma pura y simple, sin sujeción a ninguna condición.
Todo ello debe estar determinado en el contrato mismo de promesa y no fuera de éste.
D.-
Acerca de la naturaleza de este contrato podemos decir que es un contrato
bilateral conforme al cual las partes quedan obligadas recíprocamente a una prestación a favor de
la otra, es decir, que se imponen obligaciones simultáneamente a ambas partes, así lo establece el
Art. 1310 C.C. que literalmente DICE: “El contrato es unilateral cuando una de las partes se
obliga para con otra que no contrae obligación alguna; y bilateral, cuando las partes contratantes
se obligan recíprocamente.”
E.- Conforme a lo anterior, dentro de las varias formas de contratar, encontramos,
el llamado contrato bilateral o sinalagmático perfecto que se da cuando las partes contratantes se
obligan recíprocamente y es característico de éste, el estar sujeto en cuanto a los efectos de la
mora de cualquiera de los contratantes.
F.- Si el contrato de promesa de venta es un contrato bilateral, como en verdad lo
es, de él surgen obligaciones reciprocas para las partes, en el caso de la compraventa, la del
promitente vendedor de vender y la del promitente comprador la de comprar; desde luego que el
objeto de la obligación del primero es otorgar la venta, tradición del dominio y posesión al recibir
el precio de la cosa y el objeto de la obligación del segundo es la de aceptar la venta, tradición del
dominio y posesión de la cosa al entregar el precio. Para la ejecución del contrato de promesa de
venta, esto es, por uno de los contratantes vender una cosa y por el otro comprar esa misma cosa
por un precio, conforme se dispone en el artículo 1425 regla 3ª C. los contratantes han de fijar un
plazo o estipular una condición. Llegado el plazo o cumplida la condición se hacen exigibles para
ambos contratantes las obligaciones recíprocas que han contraído, obligaciones que deben tener
igual tratamiento en cuanto a la mora, de modo que ninguno de los contratantes, conforme se
establece en el artículo 1423 C., está en mora dejando de cumplir lo pactado mientras el otro no
lo cumple por su parte o se allana a su cumplimiento.
3.- DE LA REIVINDICACIÓN.
A.- En razón de que los demandantes además de la pretensión de resolución de
contrato promueven la acción reivindicatoria es menester referirnos a dicha figura así: Por
Reivindicación jurídicamente se entiende como aquella acción (pretensión) que puede ejercitar el
propietario que no posee, contra el poseedor que, -frente al propietario-, no puede alegar un título
jurídico que justifique su posesión. Un propietario no poseedor exige la restitución de la cosa,
frente al poseedor no propietario; o sea, que lo reclamado es la posesión y no el dominio. “Es
reclamar con justicia aquello de que se ha desposeído a alguno” (vindicare). Por el ejercicio de
esta acción (pretensión), el propietario vencerá al poseedor o detentador y recuperará la cosa, si
se prueba el dominio por parte del actor, la falta del derecho a poseer del demandado, la tenencia
o posesión de éste y la identidad de la cosa. Dicha acción es de naturaleza real, que puede
ejercitarse contra cualquiera que perturbe o lesione la relación en que el titular del derecho se
encuentra con la cosa. Es pues, una acción recuperatoria, ya que su finalidad es obtener la
restitución de la cosa; y es una acción de condena, toda vez que la sentencia que se obtenga, sea
favorable, impondrá al poseedor-demandado un comportamiento de restitución.
B.- Nuestra legislación consagra así un derecho exclusivo de propiedad, tal que, por
su índole real (Arts. 567 inciso tres, 893 inciso uno y 904 inciso uno, todos C.C.), representa el
vínculo jurídico que une la cosa a un propietario, confiriéndole a éste la facultad para
reivindicarla contra cualquier tenedor o poseedor que perturbe su legítimo disfrute, lo cual
presupone que se comprueba título legítimo a favor del dueño. Legal, doctrinaria y
jurisprudencialmente, los extremos que deben de comprobarse para que se evidencie tal
pretensión son:
1.
que el actor pruebe dominio con título inscrito;
2.
que no esté en posesión de la cosa que se trata de reivindicar;
3.
que el demandado sea poseedor actual de ella. Y,
4.
que la cosa objeto de posesión sea singular.
Y en conformidad a los Arts. 895 a 897 C.C., en principio, dicha acción corresponde al
que tiene la propiedad plena o nuda de la cosa, contra el actual poseedor.
4.- LÍMITES DEL RECURSO.
A.- Los límites de esta sentencia se rigen por el Principio de Congruencia, que en
materia impugnativa contiene dos sub principios: “TANTUM DEVOLUTUM, QUANTUM
APELLATUM”, es decir, tanto se devuelve como cuanto se apela. Y la “NEC REFORMATIO IN
PEJUS”, la prohibición para el tribunal de alzada de reformar la sentencia recurrida en perjuicio
del apelante.
B.- La sentencia se pronuncia exclusivamente sobre los puntos y cuestiones
planteadas en el recurso, todo en estricto cumplimiento a lo ordenado en el inciso segundo del
artículo 515 CPCM.
VI.- ANÁLISIS DE LOS AGRAVIOS.
A.- Respecto del primer agravio, es decir que en la sentencia no se cumplió con
lo establecido en el Art. 216 CPCM en lo referente a la motivación, ya que de acuerdo al inciso
cuarto del Art. 217 CPCM, en la sentencia el Juez debe razonar las bases legales que sustentan
los pronunciamientos del fallo; que no se interpretó el Art. 1360 del Código Civil y que habiendo
cantidades de dinero pagadas por la apelante señora Emilia Isabel H. de G., el Juez no se
pronunció sobre la indemnización de perjuicios, cantidades que siendo parte del precio, debió
aplicarse el Art. 1677 Código Civil en lo referente a que el comprador tendrá derecho para que se
le restituya la parte que hubiere pagado del precio, y en caso de no ser procedente, se debió
fundamentar su resolución, lo cual no se hizo; observa la Cámara que en la sentencia de mérito
específicamente en el romano V, el juez A-quo hace el análisis correspondiente, precisamente en
base al Art. 216 CPCM, valoró cada medio probatorio y dió las argumentaciones que a su juicio
eran pertinentes, ahora bien, el hecho de que la recurrente no comparta el criterio del Juez A-quo,
sobre los argumentos que utilizó para resolver, no quiere decir que hay falta de fundamentación.
a.- Por otro lado manifiesta que el juez A-quo no interpretó el Art. 1360 del
Código Civil, que DICE: “En los contratos bilaterales va envuelta la condición resolutoria de
no cumplirse por uno de los contratantes lo pactado.
Pero en tal caso podrá el otro contratante pedir a su arbitrio o la resolución o el
cumplimiento del contrato, con indemnización de perjuicios en uno u otro caso.”
b.- Al respecto es menester señalar que si bien es cierto la pretensión fue incoada
en base a dicha disposición, y que la misma hace alusión a la indemnización de perjuicios, esta
indemnización es en beneficio de la parte demandante, es decir de quien pide la resolución o el
cumplimiento, consecuentemente si el Juez omitió o no pronunciarse sobre tal indemnización, no
puede estimarse como agravio para la parte demandada sino a su favor, razón por la cual no
puede estimarse como agravio.
c.- En lo tocante a que el Juez debió aplicar el Art. 1677 C. C. ordenando la
restitución de lo pagado, se analizará en el agravio identificado como octavo letra H de este
considerando.
B.- El segundo agravio es que en relación a la señora Rosa Delia Hernández viuda
de Ardón, el fallo se pronunció contra lo establecido en el Art. 1678 del Código Civil, porque la
señora Rosa Delia H. viuda de A., es una tercera en el proceso, por no ser ella parte en el contrato
de promesa de venta de cuya resolución ha sido declarada; en torno a ello dable es recordar que
la pretensión de mérito es “resolución de contrato y Reivindicatorio de dominio”, de consiguiente
era necesario demandar a dicha señora, pues tal como lo manifiesta en su escrito de apelación y
consta en el reconocimiento judicial del lugar de fs. 160 a 161 p.p. la señora Rosa Delia H. viuda
de A. manifestó que el lugar inspeccionado (en su segunda planta) es utilizado para vivienda
familiar, en el cual habita ella y sus dos hijos menores, por lo que siendo la señora Rosa Delia H.
viuda de A., quien se encuentra poseyendo el inmueble de que se trata, es procedente incoar la
acción reivindicatoria en su contra, por lo que no se considera a la señora H. viuda de A. como
tercera en el proceso, sino principal, debiendo desestimarse este agravio.
C.- Señala como tercer agravio que el señor Juez no valoró los instrumentos
públicos conforme a lo establecido en el artículo 341 CPCM, ya que en el contrato de promesa de
venta se estableció que la promitente compradora, pagó la cantidad de cuatro mil dólares al
suscribir dicho instrumento, pero en la sentencia se tuvo por establecido que la señora Emilia
Isabel H. de G. entregó la cantidad de dos mil dólares de los Estados Unidos de América a los
promitentes vendedores y los otros dos mil dólares de los Estados Unidos de América, fueron
pagados en concepto de abono a la deuda contraída por los demandantes con la Caja de Crédito
de Soyapango, constando que fue la misma señora Violeta Marisol G. de R. quien acompañó a la
promitente compradora a dicha Caja de Crédito, pero el pago lo hicieron a otra deuda que tenían
los promitentes vendedores, o sea ella pagó cuatro mil, de los cuales dos mil se abonaron a otra
cuenta que tenían los promitentes vendedores. En cuanto a este agravio es de hacer notar que
para que se constituya como tal es necesario que el mismo sea capaz de revertir la decisión
venida en apelación, y lo argumentado por las recurrente no incide en el objeto debatido en este
proceso, ya que lo alegado en la demanda como motivo para que el Juez haya resuelto el
contrato, es el incumplimiento a la obligación de cancelar totalmente los catorce mil doscientos
siete punto doce centavos de dólar de los Estados Unidos de América, que la promitente
compradora se obligó a cancelar a la Caja de Crédito de Soyapango, Sociedad Cooperativa de
Responsabilidad Limitada, de Capital Variable, debido a que el inmueble objeto de dicho contrato
se encontraba con gravamen hipotecario a favor de dicha institución, y la cuota final de un mil
setecientos noventa y dos dólares de los Estados Unidos de América con ochenta y ocho
centavos ($1,792.88) que tenía que cancelar a los promitentes verdaderos el día veinte de
noviembre de dos mil cuatro y que ella misma a través de sus apoderados licenciados Adolfo
Epifanio Domínguez Palacios y Mirna Delmy Estrada de Cea (fs. 110 a 112 p.p.) acepta que no
pagó y por ello solicitó en el proceso de mérito se le permitiera pagar después de vencido el
plazo; por lo que tal como advierte la Cámara, el destino de un pago, que consta acreditado en el
proceso, no es el que ocasionó incumplimiento por parte del promitente comprador, sino lo que
se dejó de pagar, por lo que su discusión no puede llevarnos en ningún caso a revertir lo fallado,
y consecuentemente se desestima como agravio.
D.- Se menciona como agravio que el señor Juez A-quo dió plena credibilidad a lo
declarado por los demandantes, aún cuando hubo contradicciones entre ellos y no aplicó la sana
crítica. En relación a este agravio es menester señalar que tal como consta en la sentencia
recurrida, con las deposiciones de los demandantes y documentos agregados, el Juez A-quo tuvo
por acreditado lo siguiente: a) que los dueños del inmueble a reivindicar son los demandantes; b)
que efectivamente se celebró un contrato de promesa de venta entre demandantes y demandada,
en determinada fecha; c) que la señora Emilia Isabel H. de G. al momento de firmar el contrato de
promesa de venta, entregó dos mil dólares de los Estados Unidos de América y otros dos mil que
fueron pagados en concepto de abono a deuda contraída por los demandantes; d) que el trece de
noviembre de dos mil cuatro la señora Emilia Isabel H. de G., entregó seis mil dólares de los
Estados Unidos de América; e) que la parte demandada incumplió el contrato de promesa de
venta y que para efectos de no perder la casa por haber caído en mora, fue la señora Violeta
Marisol G. de R., quien pagó la cantidad de dos mil ciento noventa y seis punto sesenta centavos
de dólar de los Estados Unidos de América que faltaba para cancelar la hipoteca; y finalmente f)
que el inmueble objeto del litigio está siendo poseído materialmente por la señora Rosa Delia H.
de A.. La Cámara advierte que todos estos extremos se probaron no solo con la deposición de los
testigos presentados por la parte actora señores Rafael Roberto G. y Doris Guadalupe F. M., sino
también con los documentos presentados, los cuales no fueron desvirtuados por los demandados,
por lo que definitivamente hubo valoración de prueba basada en la sana crítica, ya que el Juez
hizo la decisión respectiva, en forma razonada y crítica, basada en las reglas de la lógica, la
experiencia y la psicología, y en tal sentido no es cierto que el Juez haya verificado tales
extremos basado únicamente en lo declarado por los demandantes, siendo en razón de ello que no
se acoge dicho agravio.
E.- Como quinto agravio dicen los apelantes que el señor Juez le restó valor a la
constancia de la Caja de Crédito de Soyapango, presentada por las demandadas, manifestando
que es el contador general quien ocupa el puesto de dirección de mayor jerarquía en dicha
institución. Al respecto es de hacer notar que en el proceso de mérito, ciertamente no se analizó
la constancia extendida por el contador general de la Caja de Crédito de Soyapango de fecha
veintitrés de julio de dos mil doce de fs. 166 p.p., presentada por las demandadas, pero ésto fue
porque la misma fue desacreditada en audiencia probatoria, a raíz del informe enviado por el
mismo contador general, a petición del tribunal, y que obra a fs. 181 p.p., en el cual se hizo
referencia a la cuenta relacionada al documento objeto del debate; ahora bien el Juez A-quo fue
claro al expresar que quien ocupa el cargo de mayor jerarquía en la Caja de Crédito es el
Contador General, pero especificó que lo es en materia de contabilidad, siendo éste el motivo por
el que se dió valor de plena prueba al informe en comento y en consecuencia se desestima tal
agravio.
F.- Por su parte el licenciado Carlos Alberto Fuentes Ramírez, apoderado de la
señora EMILIA ISABEL H. G., manifiesta como agravio sexto: Que en el proceso de mérito se
emplazó mal a su mandante, ya que en la demanda se dijo que era de este domicilio y del de
Nueva York, Estados Unidos, por lo que debió emplazarse en esta ciudad, de conformidad a lo
establecido en el Art. 191 Inc. 2°, en relación con el Art. 151 CPCM y no como se hizo de
conformidad al Art. 186 CPCM, manifiesta que si el emplazamiento se realizó a una persona
ausente entonces deriva en ilegitimo, y que en consecuencia es nulo todo lo actuado; así las cosas
resulta pertinente recordar que el emplazamiento para contestar una demanda es, ante todo, un
acto de comunicación que tiene por objeto conferir la oportunidad de la defensa de los derechos e
intereses del demandado, de tal forma que al cumplirse con las disposiciones legales respectivas,
el interesado pueda disponer de los medios adecuados para desvirtuar la pretensión contenida en
la demanda incoada en su contra; al respecto es preciso señalar que con escrito de fs. 110 a 112
p.p., ambas demandadas comparecieron a contestar la demandada en sentido negativo y alegaron
la excepción de pago parcial e improponibilidad de la demanda, no así nulidad o falta de
emplazamiento, sino por el contrario en el romano II del mismo, afirman que han sido
emplazadas respecto de la demanda que nos ocupa, en tal sentido no se advierte la nulidad de
emplazamiento a que alude en su escrito de apelación y de consiguiente se desestima este
agravio.
G.- Menciona que no está de acuerdo con el numeral uno del fallo porque para
alegar la resolución del contrato se debía demostrar que el promitente comprador se encontraba
en mora, y que los promitentes vendedores se encontraban solventes en el cumplimiento de la
obligación que les correspondía, en base al Art. 1423 C., es decir otorgar la correspondiente
escritura de compraventa y hacer la tradición del dominio, por lo que ambas partes no
cumplieron, y que era procedente declarar improponible la demanda, al respecto es necesario
recordar que en el contrato de promesa de venta se estipuló que la venta, tradición del dominio y
demás derechos se haría, al cancelarse el precio total pactado, y en el mismo se dijo la fecha en
que se cancelaría la cantidad que quedaba pendiente de pago, señalando para tal fin, el veinte de
noviembre de dos mil cuatro, no obstante lo pactado en el contrato de promesa de venta, en
escrito de fs. 110 a 112 p.p., de fecha veinticinco de mayo del presente año, la parte demandada
al contestar la demanda manifestó que el último pago lo efectuó el treinta de junio de dos mil
ocho y que a la fecha de dicha contestación de demanda, aún se encontraba pendiente de pagar
los mil setecientos noventa y dos punto ochenta y ocho centavos de dólares de los Estados
Unidos de América, de donde es evidente que los promitentes compradores no cumplieron con su
obligación y en consecuencia no existe dicho agravio.
H.- Por último señala como octavo agravio que de conformidad a la cláusula V
del contrato de promesa de venta se estableció que en caso de desistimiento de los vendedores,
éstos se obligan a devolver la cantidad de dinero recibida, y en caso de desistimiento de los
compradores la cantidad de dinero quedará como pago de arrendamiento, pero que en el presente
caso su mandante no ha desistido, sino que está dispuesta a cancelar la última cuota pendiente,
para que se otorgue la escritura correspondiente, pero si los demandantes están desistiendo
deberán devolver la cantidad recibida y que la acción resolutoria solo se confiere a la parte que si
ha cumplido su obligación. En cuanto a este agravio es menester señalar que, tal como lo
mencionan las apelantes, en el presente caso no se ha dado el desistimiento del contrato por
ninguna de las partes, por lo que a tenor de lo pactado, afirmar que la cantidad pagada quedará en
concepto de pago de cánones de arrendamiento, está fuera del texto del contrato, tampoco se
evidencia en el mismo disposición alguna para el caso de resolución, pero tratándose de un
contrato bilateral, la resolución del mismo produce que sus efectos vuelvan al estado al que se
encontraban o que antes tenían, de manera tal, que las partes deben devolver lo recibido en virtud
de la resolución del mismo, pues la obligación se extingue para ambos, debiendo los promitentes
vendedores devolver a la promitente compradora Emilia Isabel H. de G. la cantidad de dinero
recibida a cuenta de la obligación, así: a) CUATRO MIL DOLARES DE LOS ESTADOS
UNIDOS DE AMÉRICA, que según el documento de promesa de venta fueron cancelados al
momento de otorgar el mismo, b) SEIS MIL DÓLARES DE LOS ESTADOS UNIDOS DE
AMÉRICA que fueron cancelados tal como consta en acta de fs. 48 p.p.; y, c) OCHO MIL
OCHOCIENTOS CINCUENTA Y UNO PUNTO SESENTA CENTAVOS DE DÓLAR DE
LOS ESTADOS UNIDOS DE AMÉRICA, que suman las cantidades reflejadas en los recibos
de pago a la cuenta 4213038686, y que fueron presentados por la parte demandada en el proceso
de fs. 120 a 129 p.p., sumando las tres cantidades un total
de DIECIOCHO MIL
OCHOCIENTOS CINCUENTA Y UNO PUNTO SESENTA CENTAVOS DE DÓLAR DE
LOS ESTADOS UNIDOS DE AMÉRICA; y la promitente compradora deberá devolver los
señores Violeta Marisol G. de R., Nancy Esmeralda G. de E., Carlos Alberto G. A. y Ricardo
Antonio G. A. la cosa, es decir el inmueble ubicado en Jurisdicción de Mejicanos, departamento
de San Salvador, marcado en el plano de lotificación respectivo con el número CINCUENTA Y
CUATRO, por lo que la sentencia venida en apelación deberá ser reformada en este sentido.
I.- Respecto de la indemnización de que habla el Art. 1360 C. C., es decir la
indemnización de perjuicios, en el caso en análisis, tal como se dijo al resolver el agravio uno, lo
debía pedir la parte que está ejerciendo su derecho, y que en este caso es la parte apeladademandante quien no lo solicitó en demanda; en dicho sentido no se acoge este agravio.
Concluye la Cámara que en el caso en análisis la parte actora ha probado los
extremos de su pretensión debiendo confirmarse la sentencia venida en apelación y reformarse en
lo pertinente.
POR TANTO: de conformidad a lo antes expuesto, disposiciones citadas y
artículos 1, 2, 11, 15, 18, 172 inc. 3º, 181 Cn.; 1, 2, 3, 14, 15, 216, 217, 514 y 515 CPCM, EN
NOMBRE DE LA REPÚBLICA DE EL SALVADOR ESTA CÁMARA FALLA:
1°) CONFÍRMASE los números 1, 3 y 4 del fallo de la sentencia venida en apelación
pronunciada por el señor Juez Quinto de lo Civil y Mercantil, a las quince horas de cuatro de
septiembre del presente año, en el proceso Común Declarativo de Resolución de Contrato de
Promesa de Venta y Reivindicatorio de Dominio, por encontrarse arreglada a derecho.
2°) REFÓRMASE el número 2 del fallo antes relacionado en el sentido de que se ordena a la
señora EMILIA ISABEL H. DE G. entregar materialmente el inmueble como consecuencia de
haberse resuelto el contrato de promesa de venta; y a la señora ROSA DELIA H. DE A.,
restituya la posesión del referido inmueble por haber declarado ha lugar la reivindicación del
mismo, lo cual de no interponerse ningún recurso, deberán cumplir en el término de treinta días
contados a partir del siguiente de notificada la presente sentencia.
3°) ORDÉNASE como consecuencia de la resolución del contrato de promesa de venta antes
relacionado, que vuelvan las cosas al estado en que se encontraban antes de la celebración del
mismo, esto es, que los señores Violeta Marisol G. de R., Nancy Esmeralda G. de E., Ricardo
Antonio G. A. y Carlos Alberto G. A., devuelvan a la parte demandada señora Emilia Isabel H.
de G., la cantidad de DIECIOCHO MIL OCHOCIENTOS CINCUENTA Y UNO PUNTO
SESENTA CENTAVOS DE DÓLAR DE LOS ESTADOS UNIDOS DE AMÉRICA, que es la
parte del precio recibida por la parte actora en virtud del referido contrato de promesa de venta, lo
que deberá efectuarse en el término señalado en el ordinal 2° del presente fallo, una vez declarada
firma la sentencia.
4º) No habrá especial condenación en costas de esta instancia. Y,
5°) Oportunamente, devuélvase el proceso con la certificación respectiva al lugar de origen para
los fines de rigor. HÁGASE SABER.
PRONUNCIADA POR LOS SEÑORES MAGISTRADOS QUE LA SUSCRIBEN.
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