Siembra directa de maíz, arroz y soya en rotación, y el manejo de

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ESTACION EXPERIMENTAL TROPICAL PICHILINGUE DEPARTAMENTO NACIONAL DE MANEJ O DE SUELOS Y AGUAS “Evaluación de la siembra directa de maíz, arroz y soya en rotación, y el manejo de sus residuos vegetales en la sostenibilidad del recurso suelo; e incidencia de insectos­plagas y malezas en la zona central del Litoral ecuatoriano”. INFORME TÉCNICO FINAL QUEVEDO­ LOS RIOS– ECUADOR
1 2003 Resumen del pr oyecto. “Evaluación de los efectos de la siembra dir ecta de maíz, ar r oz y soya en rotación y del manejo de sus r esiduos vegetales en la sostenibilidad del r ecurso suelo; e incidencia de insectos­plagas y malezas en la zona central del Litoral ecuatoriano” Los suelos de la zona Central del Litoral Ecuatoriano dedicados a cultivos de ciclo corto como ar roz, maíz y soya se han deteriorado debido al fenómeno de la erosión. Esto es debido principalmente al mal manejo que le han proporcionado los agricultores a este importante recur so. Concientes de la problemática que ocasiona la degradación de los suelos en la producción agrícola del país, con la fir ma de este convenio se iniciaron estos estudios desde mar zo del 2000 hasta mar zo del 2003, con el fin de mejorar la capacidad productiva de los suelos y dar le sostenibilidad a este recur so, a través de la siembra Directa en cultivos de ciclo corto de la zona Central del Litoral Ecuatoriano; siendo el objetivo principal de este trabajo “Mantener o mejorar la capacidad productiva del suelo a través de la siembra Directa de ar roz, maíz, soya y el reciclaje del material de dichos cultivos, evitando que esto ocasione problemas fitosanitarios”. Los r esultados derivados del pr esente trabajo de investigación indicaron que en el sistema de siembra Directa (SD), ya se empezaron a observar incr ementos en el porcentaje de materia orgánica del suelo (MOS), en los 10 primeros cm de
2 profundidad, lo cual es el efecto de la acumulación sostenida de los residuos vegetales de las cosechas anteriores. Otro r esultado importante que hay que destacar de la siembra Dir ecta es la humedad acumulada en el suelo en la época seca, donde el sistema pr esentó mayor cantidad de agua acumulada en el suelo, por lo que los cultivos desar rollados en dichas épocas bajo este sistema tuvieron más humedad remanente que favoreció al desar rollo del potencial productivo de los mismos. De la misma manera, los rendimientos obtenidos con siembra Directa en los cultivos de maíz, ar roz y soya se han mostrado superiores a los de la siembra Convencional en la mayoría de las localidades evaluadas, lo que indica que con siembra Directa se están incrementando los niveles productivos de los cultivos y por ende mejorando los ingr esos económicos de los productor es. En lo que se refiere a insectos plagas, se ha deter minado el comportamiento de la población incidente en la rotación de los cultivos, donde el principal problema lo constituyeron los insectos del suelo. Además se observó la presencia de nuevas plagas como pulgones de color café (n.i.), trips, cochinillas radicular es. En cuanto a los insectos del follaje, sus daños fueron bajos, apreciándose un incremento en el desempeño de los enemigos naturales de los mismos, lo que conlleva a la disminuir la aplicación de insecticidas para su control en la siembra Directa.
3 En lo que tiene que ver con las malezas, se cuantificó los cambios en el comportamiento de las mismas y se observó la disminución de ciertas malezas que son consideradas como problema; sin embargo, no se observó claramente el efecto que tiene la siembra Directa sobre ellas. Los resultados obtenidos en el presente trabajo lleva a concluir que en los suelos de la zona Central del Litoral Ecuatoriano, la siembra Directa es la mejor alternativa y se destaca como una estrategia eficaz para proteger al suelo de la degradación, al promover la mejoría de las propiedades físicas (agregación, porosidad, aireación, infiltración del agua) por la acumulación de los residuos de las cosechas anteriores y su posterior descomposición que origina mayor cantidad de materia orgánica. Esta última mejora también las propiedades y su capacidad productiva al incrementarse la liberación de nutrientes en los estratos superiores del suelo con lo que se está logrando obtener rendimientos sostenibles en función del tiempo y que sin duda alguna está incentivando a los productores a adoptar el sistema. Cabe mencionar que la adopción de la siembra Directa constituye un acontecimiento y una estrategia eficaz para la preservación de los recursos naturales y socioeconómicos de la zona. De las conclusiones obtenidas en la presente investigación, podemos inferir como recomendaciones que se deben realizar investigaciones que permitan deter minar la cantidad de residuos vegetales que queda en el suelo luego de las cosechas, para estimar su aporte de nutrientes al suelo; también se deberían realizar estudios para conocer la cantidad de fertilizantes adecuados que se necesitan en los sistemas siembra Directa; así como trabajos para estimar los beneficios económicos de la siembra Directa en el Ecuador.
4 Identificación del pr oyecto. ­ Código: IG – CV – 022. ­ Título del Pr oyecto: “Evaluación de los efectos de la siembra Directa de maíz, arroz y soya en rotación y del manejo de sus residuos vegetales en la sostenibilidad del recurso suelo; e incidencia de insectos­plagas y malezas en la zona Central del Litoral Ecuatoriano”. ­ Rubr o y Ár ea: Manejo de suelos, aguas y plantas; Manejo integrado de plagas y enfermedades en cultivos Arroz, Maíz, Soya. ­ Fecha de inicio y fin del pr oyecto: 8 de Marzo 2000 – 8 de marzo 2003. ­ Institución ejecutor a: Estación Experimental Tropical Pichilingue (EET­P) del Instituto Nacional Autónomo de Investigaciones Agropecuarias (INIAP). ­ Instituciones colabor ador as: MONSANTO/ ECUAQUIMICA E INPOFOS. ­ Investigador pr incipal: Ing. Wuellins Durango.
5 ­ Técnicos colabor ador es: Ings. Francisco Mite, Raúl Quijije, Braulio Lahuathe, Renato Betancourt y Dr. José Espinoza. Tecnólogos Betty Ribadeneira, Maira Macías y Luis Albán. Indice de Contenido Pág. 1. Justificación del proyecto 1 2. Objetivos de la investigación 2 2.1. Objetivo General 2 2.2. Objetivos Específicos 2 3. Actividades desarrolladas 3 4. Resultados obtenidos 7 4.1. Suelos 7 4.1.1. Características químicas de los suelos 7 4.1.1.1. Análisis químicos de los suelos 7 4.1.1.2. Contenidos de materia orgánica de los suelos (MOS) 16 4.1.2. Características físicas de los suelos 18 4.1.2.1. Textura 18 4.1.2.2. Densidad aparente del suelo 21 4.1.2.3. Agua almacenada en el suelo 23 4.1.3. Rendimientos de los cultivos 26
4.1.3.1 Manejo de sistemas de siembra 29 4.2. Entomología 33 4.3. Malezas 37 5. Discusión de los resultados 50 6. Situación del grupo meta 53 7. Estimación de efectos e impactos 54 8. Productos del proyecto 55 9. Logros adicionales 55 10. Limitaciones en el desarrollo del proyecto y soluciones 56
6 11. Conclusiones y Recomendaciones 57 12. Bibliografía 60 Indice de Figur as. Pág. Figura 1. Sembradora utilizada en la siembra durante la ejecución de los ensayos experimentales bajo el convenio INIAP­PROMSA­MONSANTO­ INPOFOS. 5 Figura 2. Variación de la Materia Orgánica en el suelo de Pichilingue bajo dos 16 sistemas de siembra. 2000­2002. Figura 3. Variación de la Materia Orgánica en el suelo de Buena Fe bajo dos 17 sistemas de siembra. 2000­2002. Figura 4. Variación de la Materia Orgánica en el suelo de Mocache bajo dos 17 sistemas de siembra. 2000­2002. Figura 5. Variación de la Materia Orgánica en el suelo de Babahoyo bajo dos 18 sistemas de siembra. 2000­2001. Figura 6. Variación de la Densidad Aparente en el suelo de Pichilingue bajo dos 21 sistemas de siembra. 2000­2002. Figura 7. Variación de la Densidad Aparente en el suelo de Buena Fe bajo dos 21 sistemas de siembra. 2000­2002. Figura 8. Variación de la Densidad Aparente en el suelo de Mocache bajo dos 22 sistemas de siembra. 2000­2002. Figura 9. Variación de la Densidad Aparente en el suelo de Babahoyo bajo dos 22 sistemas de siembra. 2000­2001. Figura 10. Promedios de lámina de agua en el suelo de Pichilingue durante las 23 épocas lluviosas del período 2000­2002. Figura 11. Promedios de lámina de agua en el suelo de Pichilingue durante las 24 épocas secas del período 2000­2002. Figura 12. Promedios de lámina de agua en el suelo de Buena Fe durante las 24 épocas lluviosas del período 2000­2002. Figura 13. Promedios de lámina de agua en el suelo de Buena Fe durante las 25
7 épocas secas del período 2000­2002. Figura 14. Promedios de lámina de agua en el suelo de Mocache durante las 25 épocas lluviosas del período 2000­2002. Figura 15. Promedios de lámina de agua en el suelo de Mocache durante las 26 épocas secas del período 2000­2002. Figura 16. Rendimiento de los cultivos logrados en Pichilingue en función de dos 27 sistemas de siembra. 2000­2002 Pág. Figura 17. Rendimiento de los cultivos logrados en Buena Fe en función de dos 27 sistemas de siembra. 2000­2002 Figura 18. Rendimiento de los cultivos logrados en Mocache en función de dos 28 sistemas de siembra. 2000­2002 Figura 19. Rendimiento de los cultivos logrados en Babahoyo en función de dos 29 sistemas de siembra. 2000­2001 Figura 20. Rendimientos del cultivo de arroz, desarrollados bajo los tratamientos 30 siembra Convencional y Directa en cuatro localidades, durante el período 2000­2002 Figura 21. Rendimientos promedio del cultivo de arroz, de los sistemas de 30 siembra estudiados, en las localidades evaluadas durante el período 2000­2002 Figura 22. Rendimientos del cultivo de soya, desarrollados bajo los tratamientos 31 siembra Convencional y Directa en cuatro localidades, durante el período 2000­2002 Figura 23. Rendimientos promedio del cultivo de soya, de los sistemas de siembra 32 estudiados, en las localidades evaluadas durante el período 2000­2002 Figura 24. Rendimientos del cultivo de maíz, desarrollados bajo los tratamientos 34 siembra Convencional y Directa en Mocache, durante el año 2002 Indice de Cuadr os Pág. Cuadro 1. Ubicación de las lotes experimentales 4 Cuadro 2. Análisis químico en suelo de Pichilingue realizado al inicio del experimento, en función de dos sistemas de siembra. 8
8 Cuadro 3. Análisis químico en suelo de Buena Fe realizado al inicio del 9 experimento, en función de dos sistemas de siembra. Cuadro 4. Análisis químico en suelo de Mocache realizado al inicio del 10 experimento, en función de dos sistemas de siembra. Cuadro 5. Análisis químico en suelo de Babahoyo realizado al inicio del experimento, en función de dos sistemas de siembra. Cuadro 6. 11 Pág. Análisis químico en suelo de Pichilingue realizado al final del 12 experimento, en función de dos sistemas de siembra. Cuadro 7. Análisis químico en suelo de Buena Fe realizado al final del 13 experimento, en función de dos sistemas de siembra. Cuadro 8. Análisis químico en suelo de Mocache realizado al final del 14 experimento, en función de dos sistemas de siembra. Cuadro 9. Análisis químico en suelo de Babahoyo realizado al final del 15 experimento, en función de dos sistemas de siembra. Cuadro 10. Porcentaje de partículas minerales y clasificación textural del suelo de 19 Pichilingue. Cuadro 11. Porcentaje de partículas minerales y clasificación textural del suelo de 19 Buena Fe. Cuadro 12. Porcentaje de partículas minerales y clasificación textural del suelo de 20 Mocache. Cuadro 13. Porcentaje de partículas minerales y clasificación textural del suelo de 20 Babahoyo. Cuadro 14. Promedio de orozcos y grillotopos m ­2 registrados en los sistemas de 33 siembra Convencional y siembra Directa, evaluados en dos épocas, procedentes de cuatro localidades durante el período 2000­2002. Cuadro 15. Registro promedio de plagas evaluadas en dos sistemas de siembra y 35 dos épocas (seca y lluviosa), tomadas de cuatro localidades durante el período 200­2002. Cuadro 16. Respuesta promedio de los enemigos naturales presentes en dos 36 sistemas de siembra y dos épocas (seca y lluviosa), procedentes de cuatro localidades durante el período 2000­2002. Cuadro 17. Composición inicial (%) de los complejos de malezas incidentes bajo 38
dos sistemas de siembra en Pichilingue, épocas lluviosa y seca durante el período 2000­2002 9 Cuadro 18. Número promedio de malezas incidentes en Pichilingue en los 39 cultivos de arroz y soya, bajo dos sistemas de siembra. Epocas lluviosa y seca del período 2000­2002. Cuadro 19. Peso de materia seca (g m ­2 ) promedio de malezas incidentes en 39 Pichilingue en los cultivos de arroz y soya, bajo dos sistemas de siembra. Epocas lluviosa y seca del período 2000­2002. Cuadro 20. Composición inicial (%) de los complejos de malezas incidentes bajo 41 dos sistemas de siembra en Buena Fe, épocas lluviosa y seca durante el período 2000­2002. Cuadro 21. Número promedio de malezas incidentes en Buena Fe en los cultivos 42 de arroz y soya, bajo dos sistemas de siembra. Epocas lluviosa y seca del período 2000­2002. Cuadro 22. Peso de materia seca (g m ­2 ) promedio de malezas incidentes en 42 Buena Fe en los cultivos de arroz y soya, bajo dos sistemas de siembra. Epocas lluviosa y seca del período 2000­2002. Cuadro 23. Composición inicial (%) de los complejos de malezas incidentes bajo 44 dos sistemas de siembra en Mocache, épocas lluviosa y seca durante el período 2000­2002. Cuadro 24 Número promedio de malezas incidentes en Mocache en los cultivos 45 de arroz, maíz y soya, bajo dos sistemas de siembra. Epocas lluviosa y seca del período 2000­2002. Cuadro 25. Peso de materia seca (g m ­2 ) promedio de malezas incidentes en 45 Mocache en los cultivos de arroz, maíz y soya, bajo dos sistemas de siembra. Epocas lluviosa y seca del período 2000­2002. Cuadro 26. Composición inicial (%) de los complejos de malezas incidentes bajo 47 dos sistemas de siembra en Babahoyo, épocas lluviosa y seca durante el período 2000­2001. Cuadro 27. Número promedio de malezas incidentes en Babahoyo en los cultivos 48 de arroz y soya, bajo dos sistemas de siembra. Epocas lluviosa y seca del período 2000­2001. Cuadro 28. Peso de materia seca promedio de malezas incidentes en Babahoyo en 49 los cultivos de arroz y soya, bajo dos sistemas de siembra. Epocas lluviosa y seca del período 2000­2001. Indice del Anexo. Cuadro 1A. Porcentajes de variación de la Materia Orgánica en el suelo de Pichilingue bajo dos sistemas de siembra, 2000­2002.
10 Cuadro 2A. Porcentajes de variación de la Materia Orgánica en el suelo de Buena Fe bajo dos sistemas de siembra, 2000­2002. Cuadro 3A. Porcentajes de variación de la Materia Orgánica en el suelo de Mocache bajo dos sistemas de siembra, 2000­2002. Cuadro 4A. Porcentajes de variación de la Materia Orgánica en el suelo de Babahoyo bajo dos sistemas de siembra, 2000­2001. Cuadro 5A. Variación de la Densidad Aparente en el suelo de Pichilingue bajo dos sistemas de siembra, 2000­2002. Cuadro 6A. Variación de la Densidad Aparente en el suelo de Buena Fe bajo dos sistemas de siembra, 2000­2002. Cuadro 7A. Variación de la Densidad Aparente en el suelo de Mocache bajo dos sistemas de siembra, 2000­2002. Cuadro 8A. Variación de la Densidad Aparente en el suelo de Babahoyo bajo dos sistemas de siembra, 2000­2001. Cuadro 9A. Agua acumulada (mm) en el suelo de Pichilingue durante las épocas lluviosas del período 2000­2002. Cuadro 10A. Agua acumulada (mm) en el suelo de Pichilingue durante las épocas secas del período 2000­2002. Cuadro 11A. Agua acumulada (mm) en el suelo de Buena Fe durante las épocas lluviosas del período 2000­2002. Cuadro 12A. Agua acumulada (mm) en el suelo de Buena Fe durante las épocas secas del período 2000­2002. Cuadro 13A. Agua acumulada (mm) en el suelo de Mocache durante las épocas lluviosas del período 2000­2002. Cuadro 14A. Agua acumulada (mm) en el suelo de Mocache durante las épocas secas del período 2000­2002. Cuadro 15A. Rendimiento (kg ha ­1 ) de los cultivos logrados en Pichilingue en función de dos sistemas de siembra, 2000­2002. Cuadro 16A. Rendimiento (kg ha ­1 ) de los cultivos logrados en Buena Fe en función de dos sistemas de siembra, 2000­2002. Cuadro 17A. Rendimiento (kg ha ­1 ) de los cultivos logrados en Mocache en función de dos sistemas de siembra, 2000­2002. Cuadro 18A. Rendimiento (kg ha ­1 ) de los cultivos logrados en Babahoyo en función de dos sistemas de siembra, 2000­2001. Cuadro 19A. Rendimiento del cultivo de Arroz (kg ha ­1 ), desarrollados bajo los tratamientos de siembra Convencional y Directa en cuatro localidades de la zona Central durante el período 2000­2002. Cuadro 20A. Rendimiento del cultivo de Soya (kg ha ­1 ), desarrollados bajo los tratamientos de siembra Convencional y Directa en cuatro localidades de la zona Central durante el período 2000­2002.
11 Cuadro 21A. Rendimiento (kg ha ­1 ) y análisis estadístico del cultivo de maíz, desarrollado bajo los tratamientos de siembra Convencional y Directa en la localidad de Mocache durante el año 2002. Cuadro 22A. Análisis de variancia del rendimiento de los cultivos de arroz y soya desarrollados bajo los tratamientos de siembra Convencional y Directa en cuatro localidades de la zona Central durante el período 2000­2002. Cuadro 23A. Registro promedio de la población de orozcos m ­2 en dos sistemas de siembra evaluados en cuatro localidades y dos épocas del período 2000­ 2002. Cuadro 24A. Registro promedio de la población de grillotopos m ­2 en dos sistemas de siembra evaluados en cuatro localidades y dos épocas del período 2000­ 2002. Cuadro 25A. Registro promedio de la población de langostas cortadoras m ­1 en dos sistemas de siembra evaluados en cuatro localidades y dos épocas del período 2000­2002. Cuadro 26A. Registro promedio de la población de crisomélidos m ­1 en dos sistemas de siembra evaluados en cuatro localidades y dos épocas del período 2000­2002. Cuadro 27A. Registro promedio de la población de langostas defoliadoras m ­1 en dos sistemas de siembra evaluados en cuatro localidades y dos épocas del período 2000­2002. Cuadro 28A. Registro promedio de la población de mosca blanca foliolo ­1 en dos sistemas de siembra evaluados en cuatro localidades y dos épocas del período 2000­2002. Cuadro 29A. Registro porcentual de plantas trozadas en dos sistemas de siembra, evaluados en cuatro localidades y dos épocas del período 2000­2002. Cuadro 30A. Registro porcentual de defoliación causada por insectos, en dos sistemas de siembra, evaluados en cuatro localidades y dos épocas del período 2000­2002. Cuadro 31A. Registro porcentual de plantas con pulgones radiculares, en dos sistemas de siembra, evaluados en cuatro localidades y dos épocas del período 2000­2002. Cuadro 32A. Registro porcentual de plantas con cochinillas radiculares, en dos sistemas de siembra, evaluados en cuatro localidades y dos épocas del período 2000­2002. Cuadro 33A. Registro porcentual de plantas con trips, en dos sistemas de siembra, evaluados en cuatro localidades y dos épocas del período 2000­2002. Cuadro 34A. Registro de depredadores (avispas, hormigas comunes, hormigas tostadas, escarabajos verdes, libélulas, taquínidos y arañas/trampa) en dos sistemas de siembra, evaluados en cuatro localidades y dos épocas del período 2000­2002. Cuadro 35A. Registro porcentual de larvas con parasitoides (hymenopteros y dípteros), en dos sistemas de siembra, evaluados en cuatro localidades y dos épocas del período 2000­2002.
12 Cuadro 36A. Registro porcentual larvas con hongos entomopatógenos (Nomuraea rileyi y Cordyceps sp) en dos sistemas de siembra, evaluados en cuatro localidades y dos épocas del período 2000­2002. Cuadro 37A. Resumen analítico de los cuadrados medios de los factores estudiados (sistema, época y localidad), en diferentes variables comprendidas en el período 2000­2002. Cuadro 38A. Propietarios de sembradoras directas y el área sembrada con este sistema en la zona Central, 2002­2003. 1. J ustificación del Pr oyecto En el Ecuador, el área agrícola cultivada con palma africana, se está incrementando considerablemente, debido al aumento en la demanda de aceite y a la estabilidad de su precio. En la actualidad, existen sembradas alrededor de 146.314 ha con palma africana (SICA, 2002). A nivel nacional en la mayoría de las plantaciones, las plantas presentan amarillamiento de casi toda su área foliar, generada principalmente por desbalances nutricionales, debido a que los agricultores realizan la fertilización sin criterios técnicos, práctica que provoca el deterioro de las plantaciones y la reducción de sus rendimientos. En ensayo conducido por el Departamento Nacional de Manejo de Suelos y Aguas (DNMSA) de la Estación Experimental Tropical Pichilingue del INIAP, se reporta que se puede bajar el índice de amarillamiento foliar y elevar el rendimiento de la palma africana a través de una fertilización balanceada en base de nitrógeno (N), fósforo (P), potasio (K), calcio (Ca), magnesio (Mg) y azufre (S). Por otro lado, el hecho de que el área de Quevedo ­ Patricia Pilar y su entorno se encuentre sometida a un régimen de humedad marcadamente Ustico, donde los suelos pasan secos por más de 90 días; la producción de palma africana se ve afectada por falta de agua en el suelo, especialmente desde los meses de Julio a Diciembre; afectando aún más su rendimiento, principalmente porque atraviesan un estrés hídrico y baja disponibilidad de nutrientes. A su vez experiencias adquiridas en la EET­Pichilingue, muestran el efecto favorable del suministro complementario del riego en la producción de la palma africana y en la reducción del amarillamiento foliar. Es importante anotar, que muchos agricultores y técnicos involucrados en el cultivo de palma africana, acuden a la EET­Pichilingue del INIAP en busca de información para solucionar los problemas de nutrición. Por lo tanto, se necesita conducir ensayos combinados de fertilización química complementada con riego en la época de escasez de agua de lluvia, para tener un mayor criterio técnico sobre estos aspectos y difundir los resultados en el área de influencia.
13 Con estos antecedentes el INIAP en convenio con PROMSA e INPOFOS planificaron ejecutar un experimento de campo para estudiar el problema del amarillamiento foliar de la palma africana y elevar su rendimiento a través de la fertilización química balanceada y el suministro de riego complementario. 2. Objetivos de la investigación General. Incrementar el rendimiento de la palma africana, a través de la fertilización balanceada y el riego complementario suministrado en la época seca. Específicos. Cuantificar la respuesta de la palma africana a la fertilización química y el riego. Investigar de que manera influye la fertilización y el riego, sobre el trastorno nutricional conocido como “amarillamiento de la palma”. Seleccionar la mejor estrategia para fertilizar el cultivo de palma africana en la zona central del litoral ecuatoriano. Actividades desar r olladas. 3.1. Localidad Pichilingue. El lote experimental se encontró ubicado en el Km. 5.5 vía Quevedo ­ El Empalme y constituye parte de una plantación comercial de 100 ha de palma africana sembradas en Enero de 1991 y que al inicio del estudio tenía 9 años de edad. El material cultivado corresponde al híbrido “Tenera INIAP” con una población estimada de 143 plantas ha ­1 . Se estudiaron tratamientos con y sin riego y las combinaciones de fertilizantes T, N, NPK, NPKSMg y NPKSMgCa, registrando
14 datos de cantidades de nutrientes en el suelo y foliar, rendimiento, número de racimos y amarillamiento foliar de la palma africana. Estas variables fueron analizadas bajo un diseño de bloques completamente al azar bajo parcelas divididas. Características del lote experimental. Total de Repeticiones Total de tratamientos Número de subparcelas Área de subparcela Área útil de subparcela Número de plantas por subparcela Número de hileras Numero de hileras útiles Total de plantas útiles Disposición de las plantas Distanciamiento entre plantas Distanciamiento entre hileras Superficie total del experimento 4 10 40 1958 m2 699 m2 28 4 2 10 Tres bolillo 9.0 m 7.8 m 5.7 ha En el transcurso del ensayo localizado en la Estación Experimental Tropical “Pichilingue”, se realizaron labores de mantenimiento tales como: control manual y químico de malezas. Se realizaron podas sanitarias por lo general a mediados de cada año y consistió en eliminar las hojas viejas y secas, las cuales luego de fraccionarlas en tres secciones, la parte con espinas se colocó en la “palera” y el resto cubriendo toda la superficie del suelo, fuera de la corona para obtener una mejor distribución, protección del suelo contra la erosión y aprovechamiento de la materia orgánica y del reciclaje de nutrientes. Para evitar el traslape de raíces entre las parcelas de los diferentes tratamientos y repeticiones, se reacondicionó y profundizó las zanjas entre parcelas, cada año. Las fertilizaciones basadas en N, K, S y Mg se fraccionaron en dos partes, las mismas que fueron aplicadas durante el período de lluvias. Por otro lado, todo el súper fosfato triple y carbonato de calcio se aplicó en una sola fracción en los primeros meses de cada año. Además, se realizó una aplicación general de boro (Bórax) a todas las plantas del experimento en cantidad de 60 g planta ­1 distribuida en la corona.
15 En la época seca se efectuaron los seis riegos planificados para el período, con seis horas de duración cada uno. Para su efecto se aplicó en 6 ocasiones una lámina de agua equivalente a 150 mm cada 30 días, usando riego subfoliar, empezando desde junio hasta diciembre. En Noviembre del 2002, se instaló el nuevo equipo de riego sub­foliar estable, permitiendo suministrar riego bajo este sistema en el mes de diciembre. De enero a diciembre de cada año se realizaron 12 recolecciones de fruta, donde se registraron datos de rendimiento y número de racimos. Además, en el mes de noviembre de cada año, se calificó la incidencia del amarillamiento de la palma africana, usando la escala establecida por la sociedad Inglesa de Micología. En el mes de noviembre de cada año, se realizó el muestreo de suelos y hojas para sus respectivos análisis. 3.2. Localidad Patricia Pilar En el ensayo localizado en la Hda “Miguel Ángel 3” (Km. 44 vía Quevedo – Sto. Domingo), el material de siembra utilizado fue la variedad DELY GHANA de 4 años de edad y con una población promedio de 143 plantas ha ­1 . Se estudiaron los mismos tratamientos de fertilización y colectaron iguales variables que Pichilingue. Además se realizaron labores de mantenimiento del ensayo tales como: control manual y químico de malezas, debido a que las malezas presentes, en su mayoría fueron de hoja ancha y angosta (camacho, ortiga y saboya). Se realizaron podas sanitarias por lo general a mediados de cada año y consistió en eliminar las hojas secas, las cuales luego se fraccionaron en tres secciones fueron colocadas en la palera. Característica del lote experimental. Total de Repeticiones Total de tratamientos Número de subparcelas Área de subparcela Área útil de subparcela Número de plantas por subparcela Número de hileras Numero de hileras útiles Total de plantas útiles Disposición de las plantas Distanciamiento entre plantas Distanciamiento entre hileras Superficie total del experimento 1 10 10 1958 m2 699 m2 28 4 2 10 Tres bolillo 9.0 m 7.8 m 1.1 ha
16 Las aplicaciones de fertilizantes en cantidades, frecuencia y fraccionamiento, fueron similares a las utilizadas en las parcelas de Pichilingue. En cuanto a las aplicaciones de riego en la época seca, en esta localidad no se cumplió, debido a un inconveniente con el sistema de tuberías las cuales se encontraban mal instaladas. De enero a diciembre de cada año se realizaron 25 recolecciones de fruta (una cada 15 días). En ellos se registraron datos de rendimiento y número de racimos. Además, anualmente en el mes de noviembre, se calificó la incidencia del amarillamiento de la palma africana y en octubre se realizó el muestreo de suelos y foliar para el análisis químico respectivo. Cantidades de fertilizantes usados en los ensayos de Pichilingue y Patricia Pilar. T N P K S Mg Ca SIN RIEGO = 0 fertilizante = 1600 g N planta ­1 año ­1 = 644 g P2O5 ­1 planta año ­1 = 2100 g K2O planta ­1 año ­1 = 308 g S planta ­1 año ­1 = 377 g MgO planta ­1 año ­1 = 7000 g CaCO3 planta ­1 año ­1 4. Resultados obtenidos. T N P K S Mg Ca CON RIEGO = 0 fertilizante = 1600 g N planta ­1 año ­1 = 644 g P2O5 ­1 planta año ­1 = 2100 g K2O planta ­1 año ­1 = 308 g S planta ­1 año ­1 = 377 g MgO planta ­1 año ­1 = 7000 g CaCO3 planta ­1 año ­1 4.1. Localidad Pichilingue. 4.1.1 Análisis de suelo y foliar. De acuerdo a los análisis de suelos presentados en los Cuadros 1 y 2, se observa que la aplicación de N provoca una disminución fuerte del pH en los primeros 20 cm de profundidad del suelo, excepto en las parcelas que llevan CO3Ca, donde este se encuentra cerca del valor de pH del tratamiento testigo. Los contenidos de N del suelo en general son bajos, en tanto que el P se encuentra en cantidades altas. El K, S y Mg están más disponibles en los tratamientos donde se fertiliza con estos nutrientes. Se aprecia cantidades menores de estos nutrientes en las parcelas testigo y donde solo se aplica nitrógeno. Adicionalmente, se ha hecho la caracterización de la acidez de los estratos de suelo cada 10 cm. Se ha encontrado mayor acidez en la primera capa con un pH de hasta 4.5 y es donde se aplicó NPK. La disponibilidad del Mg en este año es baja en todos los tratamientos estudiados, incluso en aquellos en donde se fertiliza con este nutriente y al parecer la cantidad aplicada no es suficiente para llegar a un nivel óptimo. Cuadro 1 y 2. El análisis de hojas indica que las concentraciones de N, K y S se encuentran en niveles deficientes en todos los tratamientos. Así mismo la aplicación de Boro ha
17 ayudado a incrementar las concentraciones en el suelo (Cuadro 1, 2) pero no lo suficiente como para llegar a un nivel adecuado en el área foliar (Cuadro 3). 4.1.2. Rendimiento En el gráfico 1, se observa los efectos individuales (p= 0,05) que el riego provocó sobre el rendimiento de la palma africana, con 24.3 t ha ­1 año ­1 , superando al tratamiento sin riego en 1.8 t ha ­1 año ­1 .
18 Cuadro 1. Resultados de los análisis de suelos obtenidos en ensayo de palma africana (sin riego). Pichilingue, Noviembre del 2002. TRATAMIENTO S pH N ppm P S meq mL ­1 Ca Mg K T 0 – 10* 6.2 LAc 12 B 26 A M 0.39 A T 10 – 20 6.2 LAc 13 B 27 A 11 M 0.80 A T 20 – 30 6.2 LAc 13 B 23 A 10 M 0.74 A T 30 – 40 N 0 ­ 10 N 10 ­ 20 N 20 ­ 30 N 30 ­ 40 NPK 0 ­ 10 NPK 10 ­ 20 NPK 20 ­ 30 NPK 30 ­ 40 6.2 4.8 LAc MAc Ac MeAc MeAc MAc MAc Ac MeAc 13 B 20 A 10 M RC 10 B 47 A 9 M 0.70 0.36 A M NPKSMg 0 ­ 10 NPKSMg 10 ­ 20 NPKSMg 20 ­ 30 NPKSMg 30 ­ 40 NPKSMgCa 0 ­ 10 NPKSMgCa 10 ­ 20 NPKSMgCa 20 ­ 30 NPKSMgCa 30 ­ 6.1 5.1 5.6 5.8 4.5 4.9 5.4 5.8 9 1 0 1 0 1 0 1 0 6 Cu Fe ppm Mn Zn B A 1.2 B 5.6 A 148 A 5.9 M 4.2 M 1.17 A A 1.1 B 12.5 A 153 A 11.9 M 7.2 A 0.99 A A 1.1 B 12.0 A 160 A 11.7 M 7.4 A 0.76 A A 1.1 B M 0.7 B 12.0 A 162 A 4.8 A 206 A 11 18.2 M 6.7 M A 4.4 M 0.73 2.15 A A RC 23 B 47 A 10 M 0.30 M 7 M 0.7 B 10.8 A 136 A 11.5 M 6.7 M A A 13 B 46 A 11 M 0.30 M 9 A 0.7 B 11.9 A 182 A 8.7 M 6.7 M 1.87 1.10 12 B 45 A 11 M 0.32 M 9 A 0.9 B 12.0 A 168 A 7.6 M 6.8 M 0.58 A RC 14 B 52 A 11 M 1.02 A 5 M 0.6 B 5.1 A 206 A 5.5 M 4.1 M RC 21 B 50 A 9 M 1.01 A 5 M 0.6 B 9.6 A 152 A 14.8 M 4.6 M RC 17 B 35 A 10 M 1.05 A 7 M 0.7 B 11.1 A 167 A 10.3 M 4.8 M 1.55 10.50 A A 1.04 A 12 B 25 A 10 M 1.24 9.4 A 156 A 10.4 M 4.9 M 1.01 A 0.97 A 8 M 0.8 B 1 A 3 A 1.9 M 7 B 33 A 18 A 5.3 A 149 A 5.5 M 5.6 M 0.49 M RC 10 B 62 A 20 A RC 13 B 33 A 20 A 0.98 A 8 M 1.2 B 9.2 A 118 A 15.2 A 5.6 M 0.36 M 12 B 23 A 20 A 1.00 1.01 A 8 M 1.2 B A 9 A 1.1 B 9.9 9.9 A 150 A A 139 A 15.4 15.4 A 5.3 M A 5.3 M 0.35 0.36 M M 5.4 5.8 LAc Ac Ac MeAc 5.9 MeAc 7 B 50 A 14 A 1.10 1 A 3 A 1.3 B 8.1 A 166 A 9.1 M 5.1 M 0.92 A 5.8 MeAc 9 B 37 A 17 A 0.96 1 A 0 A 1.2 B 10.9 A 130 A 11.8 M 4.9 M 0.92 A 5.9 MeAc LAc 11 B 35 A 18 A 0.94 A 9 A 0.9 B 11.3 A 123 A 11.6 M 4.6 M 0.51 A 13 B 31 A 19 A 0.88 A 9 A 0.9 B 10.6 A 134 A 19.9 A 4.3 M 0.48 M
5.2 6.1 19 40 INTERPRETACIÓN pH Elementos: de N a B MAc = Muy ácido LAc = Liger. Ácido Lal = Lige. Alcalino B = Bajo Ac = Ácido PN = Prac. Neutro MeAl = Media. Alcalino M= Medio MeAc = Media ácido N = Neutro Rc = Requiere cal A= Alto * Profundidad de la muestra (cm). Cuadro 2. Resultados de los análisis de suelos obtenidos en ensayo de palma africana (con riego). Pichilingue, Noviembre del 2002. TRATAMIENTOS T+R 0 – 10* T+R 10 – 20 T+R 20 – 30 T+R 30 – 40 N+R 0 ­ 10 N+R 10 ­ 20 N+R 20 ­ 30 N+R 30 ­ 40 NPK+R 0 ­ 10 NPK+R 10 ­ 20 NPK+R 20 ­ 30 NPK+R 30 ­ 40 NPKSMg + R 0 ­ 10 NPKSMg + R 10 ­ 20 NPKSMg + R 20 ­ 30 NPKSMg + R 30 ­ 40 pH 6.3 6.1 6.2 6.3 4.9 5.3 5.6 5.8 5.1 5.3 5.5 5.7 5.0 5.3 5.6 5.6 LAc LAc LAc LAc MAc RC Ac RC MeAc MeAc Ac RC Ac RC Ac RC MeAc RC Ac RC Ac RC MeAc MeAc N ppm P S 11 B 34 A meq mL ­1 K Ca Mg Cu Fe ppm Mn Zn B 7 M 0.31 M 12 A 1.3 B 5.3 A 141 A 5.2 M 7.0 M 0.47 M 13 B 30 A 11 M 0.29 M 10 A 0.9 B 9.6 A 118 A 4.5 B 6.7 M 0.32 M 13 B 30 A 11 M 0.29 M 10 A 0.9 B 10.3 A 116 A 4.4 B 6.3 M 0.27 M 17 B 31 A 10 M 0.26 M 8 M 0.7 B 10.5 A 115 A 4.2 B 5.6 M 0.23 M 10 B 44 A 9 M 0.25 M 6 M 0.8 B 4.9 A 207 A 12.7 M 4.8 M 0.91 A 18 B 38 A 10 M 0.24 M 7 M 0.6 B 8.5 A 150 A 12.5 M 4.9 M 0.55 A 15 B 31 A 12 M 0.25 M 9 A 0.8 B 9.5 A 149 A 10.6 M 5.4 M 0.37 M 16 B 25 A 13 A 0.29 M 9 A 0.9 B 9.9 A 138 A 12 M 5.9 M 0.25 M 7 M 0.94 A 4 B 0.6 B 5.4 A 211 A 18.4 A 7.1 A 0.91 A 21 B 69 A 10 M 0.95 A 7 M 0.5 B 10.7 A 168 A 18.4 A 7.6 A 0.91 A 15 B 51 A 10 M 1.00 A 8 M 0.5 B 10.8 A 166 A 12.6 M 5.4 M 0.99 A 19 B 42 A 10 M 1.01 A 9 A 0.5 B 9.9 A 138 A 9.3 M 4.8 M 1.01 A 11 B 67 A 18 A 0.93 A 6 M 1.1 B 5.7 A 210 A 16.6 A 11.4 A 0.89 A 12 B 54 A 18 A 0.88 A 7 M 1.0 B 9.6 A 117 A 18.6 A 10.7 A 0.89 A 14 B 32 A 18 A 0.84 A 8 M 1.2 B 10.2 A 149 A 9.6 M 8.5 A 0.46 M 15 B 26 A 17 A 0.85 A 8 M 1.3 B 10.2 A 122 A 7.6 M 7.8 A 0.35 M
9 B 72 A 20 NPKSMgCa + R 0 ­ 10 NPKSMgCa + R 10 ­ 20 NPKSMgCa + R 20 ­ 30 NPKSMgCa + R 30 ­ 40 5.9 6.0 6.0 6.0 MAc RC MeAc MeAc MeAc 14 B 54 A 20 A 1.02 A 6 M 1.2 B 5.8 A 210 A 21.6 A 6.2 M 2.37 A 14 B 55 A 19 A 0.85 A 9 A 1.2 B 9.1 A 228 A 7.8 M 5.9 M 1.24 A 17 B 53 A 19 A 0.84 A 9 A 1.0 B 9.4 A 125 A 7.4 M 5.8 M 0.28 M 17 B 50 A 19 A 0.82 A 9 A 1.0 B 9.5 A 124 A 5.7 M 5.5 M 0.23 M INTERPRETACIÓN pH Elementos: de N a B MAc = Muy ácido LAc = Liger. Ácido Lal = Lige. Alcalino B = Bajo Ac = Ácido PN = Prac. Neutro MeAl = Media. Alcalino M= Medio MeAc = Media ácido N = Neutro Rc = Requiere cal A= Alto * Profundidad de la muestra (cm)
21 Cuadro 3. Resultados de los análisis foliares del ensayo de palma africana. Pichilingue, Noviembre del 2002 TRATAMIENTOS T N NPK NPKSMg NPKSMgCa T + R * N + R NPK + R NPKSMg + R NPKSMgCa + R N Concentración K Ca P Mg S Cu Fe ppm Mn Zn B 1.7 D 0.12 D 1.07 D 0.52 A 0.20 D 0.15 D 8 D 201 A 79 D 22 E 14 D 1.8 D 0.14 D 1.06 D 0.49 D 0.19 D 0.13 D 7 D 147 A 76 D 18 A 15 D D 0.14 D 1.09 D 0.59 A 0.19 D 0.11 D 8 D 181 A 136 D 18 A 10 D 1.8 D 0.15 D 0.89 D 0.72 E 0.22 D 0.15 D 7 D 150 A 119 D 20 A 13 D 1.9 D 0.14 D 0.88 D 0.54 A 0.18 D 0.11 D 9 D 129 A 2 1.1 2.2 2 2.1 2.7 D D D D A 0.16 0.11 0.12 0.13 0.16 A 0.94 D 0.6 A 0.22 D D 0.96 D 0.41 D 0.16 D D 0.7 D 0.55 A 0.16 D D 0.8 D 0.63 A 0.19 D A 1.0 D 0.51 A 0.15 D D= Deficiente; A= Adecuado y E= Excesivo * Con Riego
22 0.11 0.08 0.10 0.13 0.09 D D D D D 5 6 7 5 10 D 145 A D 73 D D 91 A D 128 A A 68 D 50 D 15 A 8 D 82 47 75 96 36 D D D D D 9 9 8 6 8 D D D D D 25 13 17 17 12 E D A A D 24.3 t ha año ­1 22.5 t ha año ­1 ­ 1 ­ 1 a b
CON RIEGO SIN RIEGO Figura 1. Rendimiento promedio anual de de la palma africana, influenciado por el riego, durante el período 2000­2002. EET­Pichilingue. Las aplicaciones de fertilizantes minerales produjeron incrementos estadísticos significativos en el rendimiento, como se aprecia en el Gráfico 2, donde, el mejor tratamiento resultó cuando se fertilizó con NPKSMgCa. En este tratamiento se alcanzó un rendimiento de 25.9 t ha ­1 año ­1 y se encontró diferencias estadísticas significativas en comparación con el tratamiento testigo y N, donde se obtuvieron menos de 22.0 t ha ­1 año ­1 . Esto quiere decir que, mientras más completa y balanceada sea la fertilización los rendimientos son mejores. Figura 2. Rendimiento promedio anual de la palma afr icana, influenciado por la fertilización, durante el período 2000­2002. EET­Pichilingue. 23 Las interacciones entre el riego y la fertilización se presentan en el Gráfico 3; donde se encontró que los tratamientos no presentaron diferencias estadísticas significativas. Se observó solamente una diferencia numérica de 7.7 t ha ­1 año ­1 entre el tratamiento de fertilización con NPKSMgCa más riego (27.8 t ha ­1 año ­1 ) y el tratamiento testigo (20.1 t ha ­1 año ­1 ). Figura 3. Rendimiento promedio anual de la palma africana, influenciado por la interacción entr e el riego y la fertilización, durante el período 2000­ 2002. EET­Pichilingue. 4.1.3. Número de racimos. La aplicación de riego provocó un ligero incremento en el número de racimos ha ­1 (Gráfico 4), alcanzando a colectarse un promedio de 1183 racimos ha ­1 año ­1 en el tratamiento donde se aplicó riego, el cual llegó a superar al tratamiento sin riego (1134 racimos ha ­1 año ­1 ) con 49 racimos, cantidad que no resulta significativa estadísticamente. C O N R I E G O S I N R I E G O a a 1183 r acimos ha ­1 año ­1
1134 r acimos ha ­1 año ­1 Figura 4. Número de racimos promedio anual, influenciado por el riego en el cultivo de la palma afr icana, durante el período 2000­2002. EET­ Pichilingue. 24 En el Gráfico 5, se aprecia los efectos de la aplicación de fertilizantes sobre el número de racimos recolectados en estos tres años. La diferencia de 146 racimos entre el tratamiento que mostró mayor número de racimos (NPKSMgCa) con 1227 racimos ha ­1 año ­1 y el tratamiento testigo con 1081 racimos ha ­1 año ­1 , no fue suficiente para alcanzar significación estadística. Figura 5. Número de racimos promedio anual, influenciado por la fertilización en el cultivo de palma africana, durante el per íodo 2000­2002 EET­ Pichilingue. Las interacciones que resultaron entre el suministro de riego y la fertilización química sobre el número de racimos se presentan en el Gráfico 6; donde se observa que los tratamientos no presentaron diferencias estadísticas significativas. Sin embargo, los resultados presentaron una diferencia positiva de 179 racimos ha –1 para el tratamiento de fertilización con NPKSMg, más riego (1255 racimos ha –1 año ­1 ), en comparación con el tratamiento testigo (1076 racimos ha ­1 año ­1 ). Figura 6. Número de racimos promedio anual, influenciado por la interacción entre el riego y la fertilización en el cultivo de palma africana, durante el período 2000­2002 EET­Pichilingue.
25 4.1.4. Peso de racimos. En el Gráfico 7, se destaca el peso promedio de racimos alcanzado en el tratamiento de fertilización con NPKSMgCa mas riego, que con un peso promedio de 27.9 kg racimo ­1 supera en 5.8 kg al tratamiento testigo sin riego (22.1 kg racimo ­1 promedio) que mostró el peso más bajo. Figura 7. Peso promedio de racimos, influenciado por la interacción entre el riego y la fertilización en el cultivo de palma africana. EET­Pichilingue, 2002.
4.1.5. Resultados acumulados. A continuación se presentan los resultados de los datos de rendimiento y número de racimos acumulados en diez años de investigación. 4.1.5.1. Rendimiento y Número de racimos En el Gráfico 8, se aprecia que el efecto del riego sobre el rendimiento continúa siendo alto. En los primeros diez años de producción se ha logrado una diferencia de 41 t ha ­1 . Esto, resulta un promedio anual de ± 4.1 t ha ­1 . En este mismo Gráfico, también se presentan los resultados logrados para el número de racimos. En el tratamiento con riego (17291 racimos ha ­1 ), se alcanzó a recolectar 2700 racimos ha ­1 mas, que en comparación con el tratamiento sin suministro de riego, donde se han cosechado 14591 racimos ha ­1 , en los primeros diez años de producción. 26 Figura 8. Rendimiento y númer o de racimos acumulados en diez Años (1993­ 2002), influenciados por el riego en palma africana. EET­Pichilingue. En el Gráfico 9, se observa que en el mejor de los tratamientos de fertilización NPKSMgCa, se logró una diferencia de rendimiento de 49 t ha ­1 acumuladas con respecto al tratamiento testigo. El tratamiento con mayor número de racimos recolectados resultó el de fertilización con NPKSMgCa, donde se logró cosechar 16756 racimos ha ­1 , o sea 1188 racimos más que el tratamiento testigo (15568). T
Figura 9. N NPK NPKSMg NPKSMgCa Rendimiento y número de racimos acumulados en diez años (1993­ 2002), influenciados por la fertilización en palma africana. EET­ Pichilingue. 27 La interacción entre el suministro de riego y la fertilización en el rendimiento acumulado, se aprecia en el Gráfico 10, donde con el tratamiento de riego y fertilización con NPKSMgCa, se ha logrado producir 275 t ha ­1 que superó al resto de tratamientos en especial al testigo que con un rendimiento acumulado de 179 t ha ­1 de fruta fue el más bajo. Figura 10. Rendimiento y número de racimos acumulados en diez años (1993­ 2002), influenciados por la interacción entre el riego y la fertilización en Palma africana. EET­Pichilingue. En este mismo Gráfico, se observa que en cuanto al número de racimos recolectados en los diez años, el tratamiento de fertilización con NPKSMg, tendió a presentar cierta disminución con respecto al tratamiento de fertilización testigo; esto ha sido consistente en años anteriores. Además, está bastante clara la interacción positiva que existe entre las dos variables en estudio, destacándose el tratamiento de fertilización con NPKSMgCa, con suplementos hídricos, donde se obtuvo 17918 racimos ha ­1 y superó con 3824 racimos ha ­1 al tratamiento testigo (14094 racimos ha ­1 ) que fue el que menos racimos produjo. 4.1.6. Amarillamiento Como todos los años, en el mes de noviembre se registró el porcentaje de amarillamiento ocurrido en los diferentes tratamientos. Se pudo observar que la aplicación del riego (Gráfico 11), provocó una disminución del porcentaje de amarillamiento del 3.6%, diferencia que fue estadísticamente significativa en comparación con la parcela en donde no se regó, la cual presenta el mayor porcentaje de amarillamiento con un valor de 8,6 %.
28 CON RIEGO 5.0 % a SIN RIEGO 8.6 % b Figura 11. Amarillamiento de la palma africana, influenciado por el riego, durante el período 2000­2002. EET­Pichilingue. En el Gráfico 12, se observa que el efecto de la fertilización influye directamente sobre el porcentaje de amarillamiento, indicando que con una fertilización completa (NPKSMgCa), el amarillamiento tiende a disminuir presentando índices del 4.4 % y se incrementa con la suspensión de cada uno de los nutrientes, llegando a presentar diferencias estadísticas con el tratamiento testigo que mostró el mayor porcentaje (10.2 %) de amarillamiento. Figura 12. Amarillamiento de la palma africana, influenciado por la fertilización, durante el período 2000­2002. EET­Pichilingue. En los Gráficos 13 y 14, se observa el efecto de la interacción entre el riego y la fertilización sobre el porcentaje de amarillamiento en siete años de estudio, encontrando que el porcentaje de amarillamiento disminuye cuando se utiliza la fertilización
29 completa NPKSMgCa, más riego, en comparación con los tratamientos testigos y donde se aplica NPK. También se tiene que considerar que la precipitación media anual, ejerce efecto sobre el porcentaje de amarillamiento, observándose en los gráficos 13 y 14, que los años 1996 y 2000, fueron los más secos, con un porcentaje de amarillamiento mayor ocurriendo tanto en tratamientos con y sin riego 35 ) % ( 30 o t 25 n e i 20 m a l l i r 15 a m 10 A 5 PRECIPITACION T NP K NK SMg Ca SIN RIEGO 0 6000 P 5000 r e c i 4000 p i t a c 3000 i ó n m 2000 ( m 1000 ) 0 1996 1997 1998 1999 2000 2001 2002 añ os Figura 13. Registro del amarillamiento de la palma africana en siete años (1996­ 2002), influenciado por la interacción entre el r iego y la fertilización. EET­Pichilingue. 30 ) % ( 25 o t n 20 e i m 15 a l l i r a 10 m A CON RIEGO
PRECIPITA CIO N 6000 5000 T+R NPK +R NPK SMg Ca+R 4000 3000 2000 5 1000 0 0 1996 1997 1998 1999 2000 2001 P r e c i p i t a c i ó n ( m m ) 2002 añ os Figura 14. Registro del amarillamiento de la palma africana en siete años (1996­ 2002), influenciado por la interacción entre el r iego y la fertilización. EET­Pichilingue. 30 4.2. Localidad Patr icia Pilar . 4.2.1. Análisis de suelos y foliares. De acuerdo a los análisis de suelos presentados en los cuadros 4 y 5, se observa que la aplicación de N provocó una disminución del pH del suelo, excepto en las parcelas que llevan CO3Ca, que se encontraron cercanos del valor de pH del tratamiento testigo. Los contenidos de N son bajos, en tanto que el P se encuentra en cantidades medias a altas. El K y S están más disponibles en los tratamientos donde se fertilizó con estos nutrientes sea con o sin riego; apreciando cantidades bastante bajas de estos nutrientes en las parcelas testigo y donde solo se aplicó nitrógeno. La disponibilidad del Mg es baja. No obstante, se presenta mayor cantidad en los tratamientos donde se fertiliza con este nutriente; pero al parecer la cantidad aplicada no es suficiente para llegar a un nivel adecuado. Los resultados del análisis de hojas (cuadro 6), indican que las concentraciones de N, K y S se encuentran en niveles deficientes. En los tratamientos donde se obtienen los mayores rendimientos, se tienen en cantidades más bajas, especialmente en los cationes K y Mg, pudiendo deberse este efecto a una mayor translocación hacia los racimos. La aplicación del boro ha ayudado a incrementar las concentraciones en la hoja pero no lo suficiente como para llegar a un nivel adecuado. Debido a una mala instalación de la tubería, el equipo de riego no funcionó, durante el desarrollo del experimento
31 Cuadro 4. Resultados de los análisis de suelos obtenidos en el ensayo de palma africana (Sin Riego), Patricia Pilar, Octubre del 2002. TRATAMIENTOS T 0 – 10* T 10 – 20* T 20 – 30* T 30 – 40* N 0 ­ 10 N 10 ­ 20 N 20 ­ 30 N 30 ­ 40 NPK 0 ­ 10 NPK 10 ­ 20 NPK 20 ­ 30 NPK 30 ­ 40 NPKSMg 0 ­ 10 NPKSMg 10 ­ 20 NPKSMg 20 ­ 30 NPKSMg 30 ­ 40 NPKSMgCa 0 ­ 10 NPKSMgCa 10 ­ 20 NPKSMgCa 20 ­ 30 NPKSMgCa 30 ­ 40 pH 5.8 MeAc 5.6 MeAc N ppm P K Ca meq mL ­1 Mg S Cu Fe ppm Mn Zn B 13 B 27 A 0.44 A 13 B 13 M 0.25 M 6 M 0.9 B 11 M 3.2 M 177 A 3 B 0.6 B 15 A 2.6 M 124 A 6.7 M 3.7 M 1.19 A 4.1 B 2.6 B 0.61 A 5.4 5.4 5.1 Ac RC 12 B 8 M 0.18 B Ac RC 8 B 6 B 0.18 B Ac RC 15 B 14 M 0.23 M 2 B 0.6 B 16 A 2.4 M 106 A 2 B 0.6 B 16 A 2.4 M 99 A 4 B 0.6 B 22 A 2.6 M 187 A 3.7 B 1.1 B 0.39 M 3.5 B 1.0 B 0.32 M 8.2 M 3.6 M 1.71 A 5.1 5.3 Ac RC 12 B 6 B 0.15 B Ac Rc 10 B 6 B 0.15 B 4 B 0.7 B 15 A 3.1 M 124 A 4 B 0.6 B 15 A 3.0 M 102 A 5 M 2.1 B 2.51 A 3.5 B 1.5 B 2.52 A 5.3 Ac Rc 7 B 4 B 0.16 B 4,6 MAc RC 15 B 32 A 0.46 A 5 M 0.6 B 15 A 3.0 M 90 A 3.2 B 1.3 B 2.59 A 4 B 0.6 B 17 A 3.4 M 176 A 12.7 M 1.9 B 4.30 A 4.7 MAc RC 13 B 12 M 0.44 A 4.8 MAc RC 11 B 10 M 0.44 A 5.0 Ac RC 6 B 7 B 0.42 A 4 B 0.6 B 20 A 3.3 M 144 A 4 B 0.6 B 20 A 3.2 M 128 A 4 B 0.8 B 21 A 3.2 M 124 A 5.0 Ac RC 14 B 39 A 0.58 A 3 B 0.7 B 28 A 4.8 M 216 A 12.6 M 4.8 M 2.03 A 5.2 5.5 Ac RC Ac RC 12 B 19 A 0.55 A 10 B 10 M 0.54 A 3 B 0.8 B 31 A 3.2 M 158 A 10.2 M 4.2 M 2.47 A 3 B 0.9 B 25 A 3.2 M 124 A 6.7 M 3.2 M 2.47 A 5.8 MeAc 5.1 5.4 5.4 Ac RC Ac RC Ac RC 5.6 MeAc 7 B 7 B 0.51 A 22 B 27 A 1.71 A 13 B 20 A 1.1 A 9 B 10 M 1.03 A 9 B 9 M 0.73 A INTERPRETACIÓN pH MAc = Muy ácido LAc = Liger. Ácido Lal = Lige. Alcalino Ac = Ácido PN = Prac. Neutro MeAl = Media. Alcalino MeAc = Media ácido N = Neutro Rc = Requiere cal 4 B 1.5 B 24 A 2.2 B 112 A 32 4.8 B 2.2 B 2.06 A 5 M 2.0 M 54 A 3.8 M 166 A 16.7 A 3.8 M 2.87 A 5 M 1.2 B 37 A 3.8 M 136 A 13.2 M 3.8 M 4.76 A 5 M 1.0 B 24 A 3.5 M 130 A 9.8 M 3.5 M 4.76 A 6 M 1.0 B 23 A 2.6 B 120 A Elementos: de N a B B = Bajo M= Medio A= Alto * Profundidad de la muestra (cm)
9.6 M 1.4 B 4.49 A 6.6 M 1.1 B 5.66 A 4.6 B 1.2 B 5.67 A 4.9 B 2.6 B 4.65 A Cuadro 5. Resultados de los análisis de suelos obtenidos en el ensayo de palma africana (con riego), Patricia Pilar, Octubre del 2002. TRATAMIENTOS pH N ppm P K Ca meq mL ­1 Mg S Cu 3. 5 2. 8 2. 6 2. 5 2. 2 2. 1 2. 2 3. 1 2. 7 2. 7 2. 8 2. 8 3. 5 4. 6 5. 8 9. 4 T+R 0 – 10* 5.3 Ac RC 47 A 53 A 0.89 A 9 A 1.2 B 72 A T+R 10 – 20 5.4 Ac RC 20 B 25 A 0.67 A 6 M 1.0 B 39 A T+R 20 – 30 5.4 Ac RC 20 B 20 A 0.65 A 6 M 1.0 B 25 A T+R 30 – 40 5.6 MeAc 19 B 12 M 0.43 A 6 M 1.0 B 23 A N+R 0 ­ 10 4.6 MAc RC 19 B 41 A 0.45 A 4 B 0.7 B 24 A N+R 10 ­ 20 4.6 MAc RC 18 B 40 A 0.29 M 4 B 0.7 B 23 A N+R 20 ­ 30 4.7 MAc 18 B 29 A 0.28 M 4 B 0.6 B 22 A N+R 30 ­ 40 5.4 Ac 15 B 20 A 0.28 M 5 M 0.6 B 21 A NPK+R 0 ­ 10 6.3 LAc 104 B 375 A 2.71 A 4 B 2.0 M 100 A NPK+R 10 ­ 20 5.9 MeAc 14 A 355 A 2.51 A 4 B 2.8 A 47 A NPK+R 20 ­ 30 5.2 Ac RC 17 B 108 A 1.59 A 3 B 2.5 A 28 A NPK+R 30 ­ 40 5.0 Ac RC 17 B 23 A 0.68 A 3 B 2.5 A 30.0 A NPKSMg+R 0 ­ 10 4.7 MAc RC 53 A 234 A 1.26 A 4 B 1.5 B 53.0 A NPKSMg+R 10 ­ 20 4.7 MAc RC 13 B 240 A 0.98 A 4 B 1.5 B 28.0 A NPKSMg+R 20 ­ 30 5.0 Ac RC 8 B 237 A 0.76 A 5 M 1.6 M 22.0 A NPKSMg+R 30 ­ 40 NPKSMgCa+R 0 ­ 5.3 Ac RC 7 B 213 A 0.75 A 5 M 1.8 M 22.0 A 5.4 Ac RC 17 B 57 A 0.84 A 5 M 1.3 B 46.0 A 2. M RC 33 Fe ppm Mn Zn B M 212 A 12.3 M 8.1 A 2.91 A M 115 A 9.4 M 6.2 M 4.30 A M 142 A 8.2 M 3.9 M 4.66 A M 112 A 4.7 B 2.2 B 4.68 A M 230 A 17.7 A 5.6 M 5.91 A M 148 A 17.1 A 5.8 M 5.98 A M 120 A 13.4 M 5.8 M 5.48 A M 101 A 10.2 M 2.7 B 4.73 A M 177 A 25.4 A 5.2 M 13.9 A M 130 A 25.2 A 4.1 M 5.08 A M 110 A 13.7 M 1.6 B 4.44 A M 110 A 5.8 M 1.1 B 4.40 M M 212 A 13.9 M 2.6 B 5.56 M A 186 A 13.2 M 3.0 M 5.36 M A 160 A 12.0 M 3.0 M 5.44 M A 148 A 9.5 M 3.3 M 5.41 M 151 A 10.7 M 4.0 M 5.61 M
10 NPKSMgCa+R 10 ­ 20 NPKSMgCa+R 20 ­ 30 NPKSMgCa+R 30 ­ 40 6 5.7 MeAc 12 B 57 A 0.86 A 6 M 1.2 B 5. 29.0 A 4 A 106 A 9.5 M 4.0 M 5.80 M 6.0 MeAc 7 B 39 A 0.76 A 6 M 1.0 B 5. 26.0 A 5 A 92 A 6.7 M 3.6 M 5.89 M 6.0 MeAc 6 B 21 A 0.53 A 6 M 1.0 B 5. 23.0 A 5 A 84 A 5.1 M 2.3 B 6.15 M INTERPRETACIÓN pH MAc = Muy ácido LAc = Liger. Ácido Lal = Lige. Alcalino Ac = Ácido PN = Prac. Neutro MeAl = Media. Alcalino MeAc = Media ácido N = Neutro Rc = Requiere cal Elementos: de N a B B = Bajo M= Medio A= Alto · Profundidad de la muestra (cm) Cuadro 6. Resultados de los análisis foliares obtenidos en el ensayo de Palma africana, Patricia Pilar, Octubre del 2002 TRATAMIENTOS T N NPK NPKSMg NPKSMgCa T+R * N+R NPK+R NPKSMg+R NPKSMgCa+R Fe ppm Mn Zn B 1.6 D 0.14 D 1.34 A 0.84 E 0.16 D 0.12 D 7 D 1.8 D 0.13 D 1.59 A 0.8 E 0.17 D 0.13 D 7 D 102 A 105 A 45 D 14 D 87 D 14 D 11 D 6 D 1.8 D 0.12 D 1.91 E 0.88 E 0.17 D 0.13 D 7 D 132 A 62 D 15 A 9 D 2.0 D 0.14 D 1.74 A 0.98 E 0.19 D 0.13 D 7 D 1.8 D 0.14 D 1.51 A 1.05 E 0.19 D 0.14 D 7 D 162 A 120 A 107 D 15 A 83 D 16 A 5 D 8 D 1.7 D 0.12 D N P Concentración K Ca Mg S Cu 1.4 A 0.75 E 0.14 D 0.14 D 5 D 102 A 41 D 17 A 7 D 1.7 D 0.11 D 1.71 A 0.79 E 0.13 D 0.14 D 4 D 123 A 81 D 18 A 17 D 1.6 D 0.12 D 1.35 A 0.84 E 0.15 D 0.15 D 4 D 1.6 D 0.14 D 1.52 A 1.13 E 0.21 D 0.13 D 5 D 110 A 117 A 99 D 21 E 123 D 24 E 12 D 15 D 1.7 D 0.13 D 1.22 A 1.06 E 0.18 D 0.13 D 6 D 125 A 82 D 21 E 15 D D= Deficiente; A= Adecuado y E= Excesivo * Más Riego
34 35
4.2.2. Rendimiento. Las aplicaciones de fertilizantes minerales a la palma produjeron incrementos en el rendimiento, como se aprecia en el Gráfico 15, donde, el mejor tratamiento resultó con la fertilización con NPKSMgCa, que alcanzó un rendimiento de 12.1 ton ha ­1 , diferenciándose con el tratamiento testigo (6.0 t ha ­1 ), al que llegó a superar en 6.1 ton ha ­1 . Figura 15. Rendimiento promedio anual de la palma africana, influenciado por la fertilización, durante el período 2001­2002. Patricia Pilar. 4.2.3. Número de racimos. En el Gráfico 16, se aprecia que la aplicación de fertilizantes afecta el número de racimos recolectados, encontrando una diferencia de 302 racimos entre el tratamiento que mayor número de racimos mostró (NPKSMgCa con 1409 racimos ha ­1 ) y el tratamiento testigo (1107 racimos ha ­1 ). Figura 16. Número de racimos promedio anual, influenciado por la fertilización en Palma africana, durante el período 2001­2002. Patricia Pilar.
36 4.2.4. Amarillamiento. Los resultados de porcentaje de amarillamiento se observan en el Gráfico 17; donde nuevamente se tiene que la fertilización afecta directamente esta variable. Al realizar la corrección de la mayoría de deficiencias presentes tanto en el suelo y la planta, se observó una disminución del amarillamiento. El tratamiento de fertilización completa NPKSMgCa, presenta 16.3 % de amarillamiento y va incrementándose de acuerdo a la suspensión de cada uno de los nutrientes, llegando a presentar diferencias estadísticas con el tratamiento testigo que mostró un 32.0 % de amarillamiento. Figura 17. Amarillamiento promedio de la palma africana, influenciada por la fertilización, durante el período 2001­2002. Patricia Pilar. 5. Discusión de los r esultados. De acuerdo a los resultados encontrados la fertilización nitrogenada estimuló el crecimiento en la palma africana como era de esperarse debido a los sustanciales requerimientos de nitrógeno de las plantas y bajos contenidos en el suelo, hecho que corroboran en uno de sus trabajos, Mite, et al (1999), indicando que las plantaciones jóvenes responden positivamente a la fertilización a base de N, incrementando su desarrollo vegetativo y el rendimiento, siendo la respuesta mayor en suelos que ya han sido explotados por otros cultivos. En cambio, la falta de respuesta a los otros nutrientes aplicados, sugiere la existencia de suficientes reservas nutritivas en el suelo para satisfacer las exigencias del cultivo, lo cual fue confirmado por los análisis de suelos tomados en el área
37 experimental. Además los requerimientos de P, K y Mg son relativamente modestos en estos 10 años de la plantación, ayudando esto a explicar la falta de respuesta a los elementos indicados. Según Mutert, (1997), es necesario esperar varios meses o años para conseguir repuesta de P y K, particularmente, si el suelo presenta un nivel satisfactorio de fertilidad. Respecto al Ca, este elemento fue aplicado con el fin de prevenir la acidificación del suelo, derivado especialmente de las reacciones de los fertilizantes nitrogenados, pero siendo este un fenómeno a mediano o largo plazo, aun más si se tiene en cuenta que el suelo donde se llevo a cabo el estudio posee una alta capacidad amortiguadora. Lainez, (1997) y Mite, et al (1999); más, se encontró acidificación en tratamientos sin aplicación de CO3Ca Como se conoce la palma africana posee una alta demanda hídrica, por lo que prospera mejor en zonas tropicales húmedas, sin períodos secos prolongados. Esto podría explicar la respuesta al riego efectuado durante la época seca, pues los 150 mm de agua aplicados, habrían sido suficientes para una época seca tan prolongada y con una alta evapotranspiración; así mismo Mite, et al (1999), menciona que, la irrigación realizada estimula apreciablemente el crecimiento, incluido el de las plantas en el tratamiento sin fertilización, principalmente por la cantidad de agua aplicada durante la época seca. La cosecha de los frutos registrada durante esta investigación, reflejó la influencia beneficiosa de la fertilización y el riego. La superioridad del rendimiento en los tratamientos fertilizados con y sin riego, justifica el uso de los fertilizantes. Las diferencias fueron mayores cuando la fertilización interactúa con el riego, con el tratamiento de fertilización completa, hecho encontrado anteriormente por Mite, et al (1999) Al analizar la incidencia del trastorno conocido como amarillamiento­ secamiento de la palma, es evidente que la mejor nutrición de las plantas se encontró en las parcelas con fertilización lo cual contribuyó a reducir los síntomas del problema antes mencionado. El hecho de que los más bajos porcentajes correspondan a las parcelas fertilizadas con Mg, sugiere que la adición de este elemento pudo haber mejorado el balance catiónico en el suelo, con el consiguiente beneficio para la nutrición de las plantas; y según Lainez, (1989) y Mite, et al (1999), una de las razones a la que se atribuye el amarillamiento­ secamiento, es precisamente al desbalance o insuficiencia del Mg en relación con los otros cationes del suelo, específicamente el K. En los tratamientos evaluados –se encontraron desbalances entre nutrientes, inclusive en las parcelas fertilizadas, especialmente debido a los bajos contenidos foliares de N y Mg. Así, Quiñónez, (1993), menciona que las relaciones de los principales elementos demuestran la importancia que tienen en la nutrición balanceada de la palma africana, por el balance que debe existir entre ellos, si se considera la relación N/P, Fe / Mn, Ca / Mg, Mg / K y Ca + Mg / K.
38 6. Situación del Gr upo Meta En relación a la situación general del Grupo Meta en este proyecto se puede mencionar lo siguiente. ü Mediante charlas y conferencias dirigidas a técnicos, agricultores y estudiantes de colegios y Universidades del país, se ha logrado demostrar los efectos de la fertilización balanceada, corrección del pH y la aplicación de riego en la época seca, sobre el incremento del rendimiento y la disminución del porcentaje de amarillamiento de la palma africana. ü Algunos palmicultores de la Zona Central han empezado a utilizar riego en el cultivo de palma africana, consientes de los beneficios de esta práctica. ü Las muestras de suelo y tejidos recibidos en el laboratorio del DNMSA de la Estación Experimental Tropical Pichilingue del INIAP, procedentes de plantaciones de palma africana, se han incrementado, siendo indicativo de que el palmicultor desea realizar una fertilización balanceada de acuerdo al suelo y requerimientos del cultivo. 7. Estimación de efectos e Impactos La simple aplicación de riego en la palma, produce incrementos en el rendimiento, cosa similar ocurre con la aplicación de fertilizantes, todo esto repercute en incrementar los réditos económicos para el palmicultor. Por otro lado, al suministrar riego en la época seca, se podría fraccionar mayormente los fertilizantes usados, aplicando durante todo el año en 4 o 6 veces, con un consiguiente incremento en el aprovechamiento de los nutrientes, disminuyendo las pérdidas, por ende, reduciendo posibles problemas de contaminación de las fuentes de agua. 8. Pr oductos del pr oyecto Entre los productos obtenidos por el proyecto se puede mencionar los siguientes: ü Se posee una base de datos de 10 años de investigación relacionada al cultivo de palma africana; en cuanto a análisis de suelo ­ foliar, rendimiento, número de racimos y porcentaje de amarillamiento foliar de la palma africana. ü Basándose en la tecnología desarrollada en este trabajo, tres estudiantes universitarios han conseguido obtener el titulo de Ingenieros agrónomos. ü Se está realizando un trabajo de tesis a nivel de postgrado con los suelos y datos generados en esta investigación. ü Se cuenta con un nuevo sistema de riego sub­foliar estable en la plantación.
39 ü Atendiendo la invitación de ANCUPA e INPOFOS se dictó conferencias a palmicultores exponiendo los resultados del ensayo de palma africana que se realiza en la Estación Experimental Tropical Pichilingue. ü Se instaló una réplica del ensayo de palma africana de la Estación Experimental Tropical Pichilingue, en la Estación Experimental Santo Domingo del INIAP. Logr os adicionales ü Parte de la tecnología generada en este proyecto ha sido extrapolada a otras áreas productoras de palma. Se está realizando un trabajo similar al que se conduce en la Estación Experimental Tropical Pichilingue, con el Grupo Wong en la Hacienda “La Maravilla”. ü Se ha incentivado a los productores a realizar análisis de suelos y foliares, para que en base a los resultados preparen sus programas de fertilización. ü Se han incrementado las áreas de siembra de palma africana en esta región basadas en la factibilidad de lograr altos rendimientos. ü El Ing. Braulio Lahuathe, investigador asociado del proyecto, participó en “Taller de gestión de datos técnicos científicos producidos por la investigación agropecuaria y de recursos naturales”, ofrecido por la Universidad de Guayaquil ü Se cuenta con el apoyo y fortalecimiento interinstitucional de INPOFOS, mediante la participación de su Director Dr. José Espinoza, quien ha venido colaborando económicamente con el desarrollo de este proyecto. 10. Limitaciones en el desar r ollo del pr oyecto y soluciones Las limitaciones que se presentaron en estos tres años de investigación, fueron una de las causas por la cual no se pudo cumplir con el normal desarrollo de actividades programadas en los hitos del proyecto y por ende sirven para explicar el porqué algunos objetivos no se hayan cumplido a cabalidad. Los inconvenientes que se presentaron en este proyecto estuvieron relacionados con la parte económica, donde inclusive en muchas ocasiones quién estaba a cargo del proyecto tenía que utilizar recursos propios para continuar con las actividades programadas en el mismo. En la localidad de Patricia Pilar se tuvo problemas con la utilización del equipo de riego el cual no funcionó adecuadamente debido a problemas en su instalación. Por este motivo en esta localidad no fue posible estudiar este factor.
40 11. Conclusiones y Recomendaciones. En base a los resultados obtenidos en la presente investigación se llegó a las siguientes conclusiones: ü El rendimiento de la palma africana se ve favorecido por la fertilización química. ü A medida que la planta se desarrolla, es más evidente los efectos positivos de los fertilizantes. El cultivo respondió mejor a la fertilización balanceada a base de NPKSMgCa. ü La adición de riego durante la época seca provocó incrementos en el rendimiento en el orden de 4.1 t ha ­1 año ­1 de fruta. ü Se ha podido observar que en estos tres años de investigación, el efecto del riego, mejoró el aprovechamiento de los fertilizantes aplicados al suelo. ü La interacción fertilización y riego provocó incrementos en el rendimiento en el orden de 9.6 t ha ­1 año ­1 de fruta. ü Las aplicaciones de carbonato de calcio permiten mantener el pH del suelo y evitar su acidificación. ü La fertilización balanceada ejerce un efecto positivo sobre la disminución del porcentaje de amarillamiento foliar. Mientras más completa es su nutrición menor es el porcentaje de hojas con amarillamiento. Como recomendaciones se plantean las siguientes. ü Realizar al inicio de cada año el respectivo análisis de suelo y foliar para de este modo preparar un buen plan de fertilización. ü Se recomienda fraccionar el fertilizante por lo menos tres veces al año para evitar pérdidas de nutrientes por erosión, infiltración y volatilización. ü Realizar aplicaciones de carbonato de calcio para mantener los niveles adecuados de pH y evitar problemas de acidez.
41 12. Bibliogr afía. 1. Mutert. E. 1997. La palma aceitera el cultivo dorado de los trópicos. Informaciones Agronómicas, N° 29; 1 – 3 p. 2. Mite F. Carrillo M. y Espinosa J. 1999. Influencia de la fertilización y el riego sobre el desarrollo, nutrición y rendimiento de la palma africana en Ecuador. Informaciones Agronómicas, N° 36; 1­8 p. 3. Mite F. Carrillo M. y Espinosa J. 1999. Fertilizer Use Efficiency in Oil Palm is Increased Under Irrigation in Ecuador. Better Crops International. Volumen 13. 30 ­ 32 p. 4. Quiñónez H. (1993). Influencia combinada de la fertilización y el riego sobre el crecimiento, nutrición y rendimiento de la palma africana en la zona de Quevedo. Tesis de Ingeniero Agrónomo. Universidad técnica de Babahoyo. Babahoyo, Ecuador; 62 p 5. SICA, 2002. III Censo Nacional Agropecuario. Resultados nacionales y provinciales. INEC – MAG – SICA. Quito, Ecuador. 1: 255. 6. Lainez, J. 1989. Avances de la investigación del problema Amarillamiento – Secamiento de la palma africana en el Ecuador. INIAP. Quito, Ecuador. Publicación Miscelánea N° 51. 21 p.
42 ANEXOS
43 Anexo 1. Escala establecida por la Sociedad Inglesa de Micología, para evaluar el índice de amarillamiento en el cultivo de palma africana. INDICE DE AMARILLAMIENTO Se utilizó la escala arbitraria establecida para evaluar el índice de amarillamiento y la formula de la Sociedad Inglesa de Micología. n x V I = X 100 Z x N en donde: I = Índice amarillamiento n = Número de hojas afectadas por grado V = Grado de afección : 0.1.2.3 Z = Número de grado de afección N = Número total de hojas por planta Escala arbitraria establecida para evaluar el índice de amarillamiento. Escala Grado de afección 0 1 2 3 Sin amarillamiento Amarillamiento inicial Amarillamiento medio Amarillamiento avanzado Área afectada 0 1/3 2/3 + 2/3 44 Equivalencia % 0 1­9 10­19 +20
Anexo. 2 Rendimiento promedio anual de palma africana influenciados por la fertilización y riego, evaluado en el periodo 2000 ­ 2002, EET Pichilingue. Riego Tr atamientos 2000 1 Años 2001 Pr omedio anual 2002 t ha ­1 T N Sin Riego NPK NPKSMg NPKSMgCa T N Con Riego NPK NPKSMg NPKSMgCa PROMEDIO 24.97 24.67 26.09 27.47 27.44 25.36 26.00 29.30 27.33 28.79 267.43 19.36 20.85 21.13 24.09 24.55 20.54 21.00 25.61 25.23 27.69 230.05 16.05 18.05 21.28 21.54 19.70 17.55 18.23 20.88 23.58 26.86 203.73 Tr atamientos 20.1 ns 21.2 ns 22.8 ns 24.4 ns 23.9 ns 21.2 ns 21.7 ns ns 25.3 25.4 ns 27.8 ns ns 1 = Cada dato r epr esenta una medía de 40 plantas distr ibuidas en 4 r epeticiones. n.s = No significativo (α = 5% ). 45 Riego 22.5 b 24.3 a *
Anexo 3. Número de racimos promedio anual de palma africana influenciados por la fertilización y riego, evaluado en el periodo 2000 ­ 2002, EET Pichilingue. Riego Tr atamientos 2000 1 Años 2001 Pr omedio anual 2002 kg ha ­1 T N Sin Riego NPK NPKSMg NPKSMgCa T N Con Riego NPK NPKSMg NPKSMgCa PROMEDIO 726 779 874 828 834 738 804 808 920 964 8276 995 1019 1077 1091 1163 1015 1117 1131 1204 1206 11019 1508 1470 1537 1487 1625 1502 1606 1528 1638 1565 15466
Tr atamientos 1076 1089 1163 1135 1207 1085 1176 1156 1254 1245 1 = Cada dato r epr esenta una medía de 40 plantas distr ibuidas en 4 r epeticiones. n.s = No significativo (α = 5% ) 46 Riego 1134 1183 Anexo 4. Amarillamiento promedio anual de palma africana influenciado por la fertilización y riego, evaluado en el periodo 2000 ­ 2002, EET Pichilingue. Riego Tr atamiento 2000 1 Años 2001 Pr omedio anual 2002 % T N Sin Riego NPK NPKSMg NPKSMgCa T N Con Riego NPK NPKSMg NPKSMgCa + R PROMEDIO 19.9 12.1 8.4 13.8 7.8 4.8 17.1 5.3 2.9 13.0 3.7 2.0 13.8 2.3 2.1 8.4 7.4 4.9 6.6 5.9 3.8 8.8 4.2 3.1 9.1 2.4 2.5 5.5 1.4 1.1 116 52 35
Tr atamiento 13.4 8.8 8.4 6.2 6.1 6.9 5.4 5.3 4.7 2.7 1 = Cada dato r epr esenta una medía de 40 plantas distr ibuidas en 4 r epeticiones. n.s = No significativo (α = 5% ) 47 Riego 8.6 5.0 Anexo 5. Rendimiento promedio anual de palma africana influenciado por la interacción entre la fertilización y riego, evaluado en el periodos 2000 ­ 2002, EET Pichilingue. Tratamientos Riego T 1 N NPK NPKSMg NPKSMgCa Promedio Riego t ha ­1 Sin Riego 2 20.10 21.20 22.80 24.40 23.90 22.5 b Con Riego 21.20 21.70 25.30 25.40 27.80 24.3 a Pr omedio Tr at. 20.60 d 21.50 cd 24.10 abc 24.90 ab 25.80 a 1 = Cada dato r epr esenta una medía de 40 plantas distr ibuidas en 4 r epeticiones. 2 = Cada dato r epr esenta una medía de 200 plantas distr ibuidas en 5 tr atamientos y 4 r epeticiones. n.s = No significativo (α = 5% )
48 Anexo 6. Número de racimos promedio anual de palma africana, influenciado por la interacción entre la fertilización y riego, evaluado en el periodo 2000 ­ 2002, EET Pichilingue. Tratamientos Riego T N NPK NPKSMg NPKSMgCa Promedio Riego kg ha ­1 Sin Riego 2 1076 1089 1163 1135 1207 1134 Con Riego 1085 1176 1156 1254 1245 1183 Pr omedio Tr at. 1081 1133 1159 1195 1226 1 = Cada dato r epr esenta una medía de 40 plantas distr ibuidas en 4 r epeticiones. 2 = Cada dato r epr esenta una medía de 200 plantas distr ibuidas en 5 tr atamientos y 4 r epeticiones. n.s = No significativo (α = 5% )
49 Anexo 7. Amarillamiento promedio anual de palma africana, influenciado por la interacción entre la fertilización y riego, evaluado en el periodo 2000 ­ 2002, EET Pichilingue. Tratamientos T 1 N NPK NPKSMg NPKSMgCa Promedio Riego Sin Riego 2 13.4 8.8 8.4 6.2 6.1 9 b Con Riego 6.9 5.4 5.3 4.7 2.7 5 a 10.2 a 7.1 b 6.9 b 5.4 b 4.4 b Riego Pr omedio Tr at. 1 = Cada dato r epr esenta una medía de 40 plantas distr ibuidas en 4 r epeticiones. 2 = Cada dato r epr esenta una medía de 200 plantas distr ibuidas en 5 tr atamientos y 4 r epeticiones. n.s = No significativo (α = 5% )
50 Anexo 8. Cuadrados medios del análisis de variancia de las variables estudiadas en experimento de fertilización y riego en palma africana. Cuadrados Medios variables g.l. Repetición Riego (R) Error Fertilización (F) R x F Error TOTAL 3 1 3 4 4
24 39 Coeficiente de var iación (% ) Rendimiento 3.97 31.68 1.16 40.19 3.69 4.86 N° de Racimo Amarillamiento 13466.75 24453.02 8147.22 25349.66 5490.83 8202.45 9.43 7.10 127.44 3.29 38.48 6.76 1.93 7.82 20.48
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