TRATAMIENTO DE LAS PARÁLISIS DE CUERDA VOCAL. El tratamiento de las parálisis laríngeas tiene cuatro objetivos: 1. 2. 3. 4. Corregir o mejorar la disfonía resultante. Evitar la aspiración de sólidos o líquidos en la deglución. Corregir la disnea o la dificultad respiratoria, si existe. Mejorar la eficacia de la tos. El momento en que hay que iniciar el tratamiento depende tanto del origen de la lesión como del estado general del paciente y la compensación natural que se ha realizado en la motilidad de la musculatura laríngea. El manejo inicial es rehabilitador, con colaboración de un logopeda experimentado en este tipo de problemas. En la mayoría de los casos es suficiente. La naturaleza misma y los ejercicios de foniatría bien dirigidos, producen una compensación del cierre glótico, con sobreaproximación de la cuerda sana a la línea media. Si no se presenta compromiso para la deglución o para la respiración y el paciente no lo demanda por razones coherentes (tipo de profesión, imagen pública, etc), se deben esperar un mínimo de seis meses antes de realizar un tratamiento quirúrgico. Cuando se opta por un tratamiento precoz en los casos en los que hay esperanza de recuperación espontánea con el tiempo, la intervención quirúrgica debe ser siempre reversible. Las vertientes del tratamiento quirúrgico de las parálisis cordales en la actualidad son las siguientes: 1. En parálisis bilaterales en adducción (aproximación) con espacio glótico insuficiente para la respiración: a. Traqueotomía. b. Resección intraoral con láser de aritenoides y/o tercio posterior de cuerda vocal. c. Lateralización de aritenoides mediante otros instrumentales diferentes al láser. 2. En parálisis unilaterales en abducción (separación), con espacio glótico insuficiente para la fonación: a. Tiroplastia de medialización. b. Inyección intracordal con materiales diversos, absorbibles o no (teflón, colágeno, grasa...). c. Colgajo mucoso sobre cuerda vocal. d. Cirugía neuromuscular, de reinervación de la musculatura. Cada una de estas técnicas tiene sus indicaciones, sus contraindicaciones, sus éxitos, sus fracasos y sus posibles complicaciones. Es el laringólogo el que debe decidir, según cada circunstancia, qué tipo de cirugía es la más adecuada en cada paciente. Debe explicarse al paciente que las posibilidades de recuperación de una voz normal son limitadas y que en ocasiones son precisas varias intervenciones sucesivas. www.orlgetafe.com.