Documento descargado de http://www.elsevier.es el 29/11/2016. Copia para uso personal, se prohíbe la transmisión de este documento por cualquier medio o formato. Rev Esp Patol. 2012;45(4):204---214 R E V I S TA E S PA Ñ O L A D E Patología www.elsevier.es/patologia REVISIÓN Citodiagnóstico urinario: aspectos de interés para el citotécnico Rafael Martínez Girón a,∗ y Julio Velasco Alonso b a b CFGS Anatomía Patológica y Citología, Instituto de Piedras Blancas, Asturias, España Servicio de Anatomía Patológica, Hospital San Agustín, Avilés, Asturias, España Recibido el 13 de junio de 2012; aceptado el 1 de agosto de 2012 Disponible en Internet el 12 de octubre de 2012 PALABRAS CLAVE Citodiagnóstico; Orina; Técnicas citológicas KEYWORDS Cytodiagnosis; Urine; Cytological techniques ∗ Resumen El citodiagnóstico urinario es un procedimiento que ha mostrado su eficacia en el diagnóstico inicial del carcinoma urotelial, sobre todo en los de alto grado, y en el seguimiento de pacientes que han sido intervenidos por dicha patología. El papel que desempeña el citotécnico en el citodiagnóstico urinario es importante, ya que a la tarea de la citopreparación de las muestras se añade la observación microscópica de los extendidos citológicos. Entre los aspectos que pueden resultar de interés al citotécnico sobre el citodiagnóstico urinario caben mencionar los procedimientos de obtención y los tipos de muestras en citología urinaria, las técnicas de procesado de muestras en citología de orina y la utilidad de los biomarcadores en el diagnóstico del carcinoma urotelial. La finalidad de este trabajo es propugnar nuestra idea de que un mayor conocimiento, por parte del citotécnico, acerca de las técnicas que se llevan a cabo de forma rutinaria en el laboratorio de citología, junto a la posibilidad de incorporar otras más novedosas, puede contribuir a mejorar la calidad de su tarea como profesional en el campo de la citopatología urinaria. © 2012 SEAP y SEC. Publicado por Elsevier España, S.L. Todos los derechos reservados. Urinary cytological diagnosis: points of interest for the cytotechnologist Abstract Urinary cytodiagnosis is effective in the initial diagnosis of urothelial carcinoma, especially high grade tumours, and in patient monitoring following surgery. Cytotechnologists play an important role in this diagnostic procedure as they not only prepare the cytological smear but also examine it microscopically. Therefore, the various types of urinary cytology, the procedures employed in the obtaining of specimens, processing techniques and the usefulness of biomarkers in the diagnosis of urothelial carcinoma are all aspects of interest for the cytotechnologist. This paper advocates our firm belief that if cytotechnologists have a better understanding of both routine and recent, innovative cytological techniques, it will help to improve the quality of their work in the field of urinary cytopathology. © 2012 SEAP y SEC. Published by Elsevier España, S.L. All rights reserved. Autor para correspondencia. Correo electrónico: [email protected] (R. Martínez Girón). 1699-8855/$ – see front matter © 2012 SEAP y SEC. Publicado por Elsevier España, S.L. Todos los derechos reservados. http://dx.doi.org/10.1016/j.patol.2012.08.002 Documento descargado de http://www.elsevier.es el 29/11/2016. Copia para uso personal, se prohíbe la transmisión de este documento por cualquier medio o formato. Citodiagnóstico urinario: aspectos de interés para el citotécnico Introducción La citología de orina (citodiagnóstico urinario) es una prueba basada fundamentalmente en la capacidad que poseen las lesiones proliferativas del urotelio, tanto benignas como malignas, de exfoliar células, y la habilidad de reconocer alteraciones morfológicas en ellas por parte del observador. Entre sus principales indicaciones figuran: pacientes con sintomatología relacionada con las vías urinarias (a destacar la presencia de hematuria), seguimiento de pacientes que han sido tratados por haber padecido alguna forma de cáncer en las vías urinarias, y personas con un mayor riesgo de padecer cáncer de vías urinarias y expuestas a una serie de factores como el tabaquismo, la exposición a ciertas sustancias químicas como anilinas y derivados de la bencidina, y la infestación por el trematodo Schistosoma haematobium (sobre todo en el continente africano). Como cualquier otra prueba diagnóstica, la eficacia de la citología urinaria está basada en la capacidad para detectar correctamente la presencia o ausencia de enfermedad (en su caso y principalmente el carcinoma urotelial). Para ello se utilizan una serie de parámetros con expresión matemática entre los que podemos destacar, desde un punto de vista práctico, la sensibilidad y la especificidad. La sensibilidad nos indica la capacidad de una prueba diagnóstica para identificar una enfermedad (tasa o proporción de verdaderos positivos). La especificidad valora la utilidad de una prueba con el fin de identificar a los no enfermos (tasa o proporción de verdaderos negativos). Con respecto a la citología urinaria, varios estudios1-3 muestran que es una prueba con una baja sensibilidad, sobre todo para los casos de carcinoma urotelial de bajo grado, con valores comprendidos entre el 12,2 y el 79%, mientras que en el caso de la especificidad los valores se sitúan entre el 78,4 y el 99,4%. Entre las causas de una baja sensibilidad para los tumores uroteliales de bajo grado, y por tanto una elevada proporción de falsos negativos, podemos mencionar: la escasa celularidad que en ocasiones muestran dichos tumores en los extendidos citológicos, los problemas inherentes al procesado de los mismos (recolección celular inapropiada, defectos de fijación, escasa coloración nuclear, etc.) y la subjetividad al examen microscópico de ciertas alteraciones morfológicas en las células tumorales (aspecto de la cromatina y contornos nucleares, tonalidad de los citoplasmas, disposición celular con especial atención a las agrupaciones, etc.) que, en ocasiones, son difíciles de distinguir de las aparecen en procesos de naturaleza benigna4-6 , incluso en extendidos citológicos procesados mediante citología en capa fina7 . Aunque la citología de orina y la cistoscopia (pese a los inconvenientes y riesgos que presenta para el paciente) siguen siendo los procedimientos estándar para el diagnóstico inicial y el seguimiento del carcinoma urotelial8-10 , desde hace ya varios años se vienen desarrollado nuevas técnicas para el reconocimiento de células uroteliales cancerosas, basadas en la detección de marcadores tumorales (Bladder Tumor Antigen, Nuclear Matrix Protein-22, ImmunoCyt, etc.) y en la expresión nuclear de ciertas anomalías cromosómicas mediante FISH (fluorescent in situ hybridization). En relación a alguna de estas novedosas técnicas, hay estudios prometedores11-13 que señalan que, en combinación con la citología urinaria, pueden mejorar la eficacia 205 diagnóstica tanto inicial como en el seguimiento de pacientes afectados por un carcinoma urotelial. El papel que desempeña el citotécnico en el citodiagnóstico urinario es importante. A la tarea de la citopreparación de la muestras se añade la observación microscópica de los extendidos citológicos. Así, la principal finalidad de este trabajo es propugnar nuestra idea de que un mayor conocimiento, por parte del citotécnico, acerca de las técnicas que se llevan a cabo de forma rutinaria en el laboratorio de citología, junto a la posibilidad de incorporar otras más novedosas, puede contribuir a mejorar la calidad de su tarea como profesional en un campo de la citología, como es la urinaria, no exento de cierta problemática. Por otra parte, y debido a la presumible disminución de puestos de trabajo en el cribado cervicovaginal14 , se hace imprescindible la orientación de la citotecnología hacia otros campos del citodiagnóstico. Breve reseña histórica del citodiagnóstico urinario Todo procedimiento diagnóstico es la suma de una serie de innumerables trabajos que, a lo largo de la historia, han hecho posible su actual desarrollo. El examen de la orina es uno de los métodos de diagnóstico que cuenta con descripciones de hace miles de años15 . No obstante, las primeras observaciones de células tumorales en muestras de orina se atribuyen a dos autores, Wilhelm Lambl en 1856 y William R. Sanders en 186416,17 . Pero quizás el primer trabajo sobre citología urinaria con relevancia en la práctica clínica como procedimiento diagnóstico del carcinoma urotelial sea el atribuido a G.N. Papanicolaou y a V.F. Marshall en 194518 . A modo de curiosidad ----pues en la actualidad está en desuso----, en 1953 el profesor argentino L.J. Lencioni19 publicó un trabajo sobre el urocitograma, una técnica basada en el examen morfológico de las células pavimentosas exfoliadas en la orina como complemento a la citología hormonal femenina. Esta técnica se basa en la capacidad que tiene el epitelio que reviste el trígono vesical (de similares características al que tapiza la vagina y el ectocérvix) de responder a los influjos hormonales. En esa misma década, Andrew Ricci, un citotécnico que trabajaba en el laboratorio del Dr. L.G. Koss, observó en las células uroteliales las alteraciones morfológicas que años más tarde se vincularían al virus del polioma. Dichas células las dio a conocer con el nombre de decoy cells (células señuelo)20 , pues presentan unas alteraciones morfológicas que pueden ser confundidas con las de un carcinoma urotelial de alto grado21 . En el año 1961, M.R. Melamed y W.H. Wolinska establecieron el significado de unas inclusiones acidófilas en el citoplasma de las células uroteliales degeneradas22 y que, en la actualidad, las conocemos con el nombre de cuerpos de Melamed y Wolinska. A comienzos de los años setenta empieza a introducirse la tecnología informática en la citología urinaria, citando entre sus impulsores a nombres tan destacados como L.G. Koss, P.H. Bartels, M. Bibbo y G.L. Wied23,24 . A partir de aquí, son casi innumerables los trabajos sobre la utilidad del citodiagnóstico urinario en la detección y el seguimiento del carcinoma urotelial, así como la aplicación de nuevas tecnologías (citometría, inmunocitoquímica, biología Documento descargado de http://www.elsevier.es el 29/11/2016. Copia para uso personal, se prohíbe la transmisión de este documento por cualquier medio o formato. 206 R. Martínez Girón, J. Velasco Alonso molecular, etc.) como valiosa ayuda y complemento a los estudios morfológicos. Procedimientos de obtención y tipos de muestras en citología de orina Tener conocimiento sobre el procedimiento que se ha utilizado para obtener la muestra de orina remitida al laboratorio es uno de los aspectos que el citotécnico debe tener en cuenta, pues en ocasiones, y sobre todo en las muestras obtenidas mediante sondaje y/o cateterización, suelen aparecer cambios tanto en el número y la disposición de las células (mayor celularidad y tendencia al agrupamiento) como en las características morfológicas de estas (cariomegalias, presencia de nucléolos) que pueden simular la existencia de un proceso tumoral25 . Fundamentalmente podemos distinguir, según su procedencia, 3 tipos de muestras de orina: a) Mediante micción espontánea (lo más frecuente). b) Mediante sondaje y/o cateterización (incluidos los lavados y cepillados vesicales, ureterales y de pelvis renal). c) Muestras procedentes de procedimientos derivativos tras cistectomía (orina ileal y de neovejiga). Orina mediante micción espontánea La obtención de orina mediante micción espontánea, además de ser un método no invasivo, es el que proporciona el mayor volumen de muestras para estudio citológico. Cuando el paciente acude al laboratorio de citología con la hoja de petición de estudio citológico es importante recordarle e insistir en que el análisis de orina en citología, a diferencia de otros estudios (bioquímicos y/o microbiológicos), no requiere la recogida de la muestra durante la primera micción de la mañana. Ello es debido a que en dicha orina las células exfoliadas llevan tiempo suspendidas y sometidas a la acción de una solución hipertónica y tóxica, experimentando con frecuencia fenómenos degenerativos que se traducen en la observación microscópica: poca nitidez en los detalles morfológicos de las células, con núcleos hipercromáticos y retraídos, densos citoplasmas de tonalidad aumentada y abundantes detritus (fig. 1A). Para evitar dichos cambios, es preferible obtener y procesar orinas recién emitidas, desechando el primer chorro miccional y, después de hidratar al paciente, requerirle 3 muestras consecutivas26 . No obstante, otros autores recomiendan realizar los estudios citológicos con solo 2 muestras y en el mismo día, una correspondiente a la segunda micción de la mañana y la otra tras hidratación27 . En el caso de realizar análisis complementarios, se ha descrito también la utilización de una sola muestra de orina recién emitida y separándola en 2 alícuotas28 . Debido a que la citología de orina es una prueba con una baja sensibilidad para detectar cáncer, a nuestro entender la forma racional de elevar su sensibilidad es incrementando el número de muestras de manera seriada. Aun así, conviene mencionar que puede haber limitaciones en la gestión del gasto y un aumento en la carga de trabajo. Por otra parte, las orinas que no han sido recién emitidas suelen mostrar sobrecrecimiento bacteriano, generalmente Figura 1 A) Cambios degenerativos en células uroteliales con tendencia a la hipercromasia, vacuolizaciones citoplasmáticas y mala preservación celular (Papanicolaou, 400×). B) Cristales de ácido úrico en un sedimento urinario. Se reconocen por su forma romboidal y tonalidad amarillenta (Papanicolaou, 400×). cuando transcurre más de una hora, y precipitación de cristales, sobre todo de ácido úrico (fig. 1B), con el descenso de la temperatura y el pH (orinas guardadas en el refrigerador). La presencia de otros microorganismos como los hongos (fig. 2A), a menos de que exista alguna condición patológica de base, suele ser debida a contaminación del tracto genital (sobre todo en mujeres). En el caso de los varones, pueden observarse la presencia de espermatozoides y células del epitelio de las vesículas seminales29 . Estas últimas conviene reconocerlas, pues suelen presentar núcleos hipercromáticos y cierta alteración en la relación N/C (fig. 2B). En algunas de ellas puede observarse la presencia de un pigmento intracitoplasmático de coloración marrón-dorada (lipofucsina). Orina mediante sondaje y/o cateterización A diferencia de las obtenidas mediante micción espontánea, las muestras que se obtienen por instrumentalización son invasivas y pueden conllevar algún problema para el paciente, como malestar y, sobre todo, riesgo de infección. La orina obtenida mediante sondaje y/o cateterización suele contener una mayor cantidad de células exfoliadas en los extendidos citológicos y presentar una serie de cambios tanto en la disposición de las células (tendencia al agrupamiento) como en sus características morfológicas, sobre Documento descargado de http://www.elsevier.es el 29/11/2016. Copia para uso personal, se prohíbe la transmisión de este documento por cualquier medio o formato. Citodiagnóstico urinario: aspectos de interés para el citotécnico Figura 2 A) Levaduras y estructuras filamentosas, correspondientes a seudohifas, acompañadas de células pavimentosas de contaminación vulvar (Papanicolaou, 400×). B) Citología de orina después de un masaje prostático. Se observan numerosos espermatozoides junto a un grupo de células de las vesículas seminales (Papanicolaou, 400×). todo en los núcleos. Este aspecto es importante tenerlo en cuenta, pues así como los grupos celulares observados en las muestras obtenidas mediante micción espontánea, y con ciertas matizaciones (irregularidad en los contornos, superposiciones nucleares), suelen tener una correlación con la existencia de un carcinoma urotelial de bajo grado30,31 , en el caso de las muestras obtenidas por sondaje y/o cateterización la observación de grupos celulares en los extendidos citológicos puede ser un hecho inherente a dicho procedimiento y sin ninguna relación con un proceso tumoral. Los grupos celulares que pueden observarse en las muestras obtenidas por sondaje y/o cataterización (fig. 3A) presentan una serie de rasgos morfológicos más o menos definidos: grupos de aspecto seudopapilar o forma redondeada, cohesivos, con bordes lisos y límites citoplasmáticos marcados (presencia de umbrella cells), núcleos en posición central, relación núcleo/citoplasma (N/C) mantenida, cromatinas finas y bien distribuidas, con bordes nucleares regulares32 . A diferencia de estos, los grupos celulares de un carcinoma urotelial de bajo grado (fig. 3B) se caracterizan por tener bordes irregulares con superposiciones nucleares y pérdida de polaridad, la relación N/C está alterada y las membranas nucleares son irregulares33 . 207 Figura 3 A) Extendido citológico de una muestra de orina poscateterismo. Grupo de células uroteliales de aspecto seudopapilar con bordes citoplasmáticos lisos y bien definidos. Los núcleos son de tamaño uniforme y no hay alteración en el patrón cromatínico (Papanicolaou, 400×). B) Grupo celular correspondiente a un carcinoma urotelial de bajo grado, con la presencia de una ligera anisocariosis, nucléolos y pérdida de polaridad nuclear. Se observa la presencia de hematuria (Papanicolaou, 400×). En el caso de los lavados, las muestras suelen ser muy celulares con la presencia de extensas placas celulares (fig. 4A) con núcleos ligeramente aumentados de tamaño pero con preservación de la relación N/C. Es frecuente también la presencia de grandes células superficiales multinucleadas (fig. 4B). Mediante análisis de imagen, estudiando una serie de parámetros como el tamaño nuclear, la relación N/C y la densidad cromatínica en muestras mediante micción espontánea y obtenidas por sondaje, se ha observado que el modo de obtención de la orina influye en las características morfológicas de las células, sobre todo de las procedentes de un carcinoma urotelial34 . No obstante, la observación al microscopio de extendidos citológicos está sujeta a una cierta subjetividad, por lo que en ocasiones es sumamente difícil distinguir, a partir de una serie de características morfológicas, entre células malignas o no. Así, varios autores hacen hincapié en el uso de una categoría intermedia (atipia) que, realizado un seguimiento, en algunos casos ha llegado a ser diagnóstica de tumores uroteliales de alto grado35-37 . Documento descargado de http://www.elsevier.es el 29/11/2016. Copia para uso personal, se prohíbe la transmisión de este documento por cualquier medio o formato. 208 Figura 4 A) Placa cohesiva de células uroteliales procedentes de una muestra obtenida por lavado vesical (Papanicolaou, 400×). B) Célula urotelial superficial multinucleada tipo umbrella cell (Papanicolaou, 400×). Orina procedente de procedimientos derivativos La extirpación de la vejiga urinaria (cistectomía radical) es una de las opciones terapéuticas en pacientes que han desarrollado un carcinoma vesical infiltrante. Para preservar la función urinaria, la orina ha de ser eliminada mediante algún tipo de procedimiento derivativo. Entre los diversos procedimientos podemos destacar: la anastomosis de los uréteres a un segmento de íleon terminal, el cual se aboca al exterior a través de la pared intestinal (conducto ileal), y la creación de un reservorio con un segmento de íleon y/o colon donde se anastomosan ambos uréteres y la uretra (neovejiga ortostática). En ambos casos la acción tóxica de la orina sobre la mucosa intestinal va a provocar una serie de cambios histológicos, como la atrofia de las vellosidades con aplanamiento progresivo de la mucosa intestinal y el desarrollo de un infiltrado inflamatorio en la lámina propia38 . El hecho de estudiar dichas muestras de orina obedece fundamentalmente a 2 situaciones: riesgo de recidiva de un carcinoma urotelial en otros tramos de las vías urinarias (pelvis renal, uréteres y uretra)39,40 , oscilando entre el 3 y el 6% y siendo mayor para el conducto ileal que para la neovejiga41 , y la posibilidad de desarrollar un carcinoma en el propio segmento intestinal de la derivación. El problema de examinar este tipo de muestras al microscopio42,43 estriba en que los extendidos citológicos suelen ser muy celulares, con células columnares R. Martínez Girón, J. Velasco Alonso Figura 5 A) Citología de una muestra de orina procedente de derivación ileal. Se observan algunas células columnares, macrófagos, células mal preservadas y presencia de moco y detritus (Papanicolaou, 400×) Imagen cortesía del Dr. L. Pantanowitz, Pittsburgh (EE. UU.). B) Células vegetales presentes en una muestra de orina procedente de conducto ileal. Junto a un denso infiltrado inflamatorio se observan estructuras de forma poligonal con gruesas paredes celulares y dispuestas en forma de placa (Papanicolaou, 200×). epiteliales, tanto sueltas como en grupos, que presentan cambios degenerativos con tendencia a la hipercromasia nuclear y cariorrexis (fig. 5A). Dichas células, debido a los cambios degenerativos, pueden perder su forma columnar y aparecer de forma redondeada con una morfología parecida a la de los macrófagos. Además, se suele observar infiltrado inflamatorio y fondo con abundantes bacterias y detritus celulares (fig. 5B). Dichos cambios degenerativos deben ser diferenciados de las alteraciones que pueden aparecer en las propias células malignas uroteliales, y en ocasiones dicha tarea es sumamente difícil. Así, ciertos estudios complementarios como la citometría de ADN pueden ser de utilidad para establecer el diagnóstico diferencial entre células epiteliales intestinales degeneradas y células malignas uroteliales44 . De todas formas, y a diferencia de lo que sucede con las muestras obtenidas mediante sondaje, el diagnóstico citológico de atipia parece ser que tiene un menor significado clínico45 . Documento descargado de http://www.elsevier.es el 29/11/2016. Copia para uso personal, se prohíbe la transmisión de este documento por cualquier medio o formato. Citodiagnóstico urinario: aspectos de interés para el citotécnico Técnicas de procesado de muestras en citología de orina: ventajas e inconvenientes El procesado de muestras de orina tiene como objetivo conseguir extendidos citológicos que, una vez fijados y teñidos, sean apropiados para su observación microscópica. Para ello, el citotécnico ha de tener presentes 2 importantes premisas: obtener de la muestra el mayor número posible de células del tracto urinario (sobre todo en los casos de micción espontánea) y preservar al máximo los detalles morfológicos de las células exfoliadas. Este último aspecto es muy importante, pues un retraso en la fijación de los extendidos puede acarrear una desecación de estos, con la aparición de los consiguientes artefactos en la tinción (cariomegalias, hipocromasia nuclear, acidofilia citoplasmática, pequeñas vacuolizaciones tanto en los citoplasmas como en los núcleos, etc.). En este sentido, y ya desde hace muchos años46-49 , ha habido cierta controversia respecto a realizar o no una prefijación de las muestras antes de su procesado. La mayoría de autores coinciden en que lo «ideal» es procesar inmediatamente la orina recién emitida y luego realizar la fijación de los extendidos. En caso de un posible retraso en el procesado lo fundamental es evitar el sobrecrecimiento bacteriano y el aumento del pH urinario, aconsejándose guardar la muestra en la nevera (4 ◦ C) y/o añadiendo una cantidad equivalente de etanol al 50%. Otros autores, con el desarrollo de las técnicas de citología líquida (CL), aconsejan la utilización de diferentes tipos de líquidos (Cytolyt, PreservCyt, CytoRich, etc.), con propiedades preservantes y hemolizantes, mezclados en diferentes proporciones con las muestras de orina antes de su procesado50,51 . Todos estos aspectos han influido en el desarrollo de varias técnicas que, aunque encaminadas todas ellas a proporcionar células en las mejores condiciones posibles para su estudio al microscopio, difieren a la hora de ofrecer ventajas e inconvenientes. Para procesar muestras en citología de orina contamos con los siguientes procedimientos: centrifugación convencional, citocentrifugación, filtros de membrana y CL. Centrifugación convencional Mediante el empleo de una centrífuga se obtiene un sedimento del cual, y mediante aspiración con una pipeta tipo Pasteur, se deposita una pequeña cantidad en un portaobjetos y se realiza un extendido con la ayuda de otro porta mediante deslizamiento. Es quizás el procedimiento más sencillo para realizar extendidos citológicos y el de menor coste económico. Entre sus inconvenientes podemos destacar la poca celularidad obtenida (salvo las muestras muy celulares), la dispersión celular y el tiempo empleado en la observación microscópica de todo el extendido. En la actualidad, dicho procedimiento se suele utilizar como paso previo al empleo de otros como la citocentrifugación y la CL, intentando de este modo conseguir una mayor concentración celular. Citocentrifugación El empleo de la citocentrífuga supuso una revolución en el procesado citológico de muestras líquidas. Con su utilización 209 se obtienen extendidos citológicos que ocupan un área circular de aproximadamente 8 mm de diámetro sobre la superficie del portaobjetos. Tiene la ventaja, en comparación con la centrifugación convencional, de obtener extendidos con una mayor cantidad de células, menor dispersión y mayor facilidad de observación al microscopio con un menor tiempo de lectura. Por el contrario, como principales inconvenientes figura una elaboración de los extendidos más complicada, que lleva más tiempo y es más costosa. Filtros de membrana Los denominados filtros de membrana suponen un método alternativo a los 2 anteriores para la realización de extendidos citológicos de muestras de orina. Dichos filtros, en forma de discos de unos 25 mm de diámetro, están realizados a base de mezclas de nitrocelulosa y acetato de celulosa (Millipore), o bien a base de policarbonato (Nucleopore). Además, en su composición suelen llevar agentes tensioactivos y glicerol para aumentar su flexibilidad, por lo que, si no se realiza un prelavado previo, estos materiales pueden contaminar el filtrado. Debido al pequeño tamaño de los poros (entre 0,2 y 20 micras) y a la propia tensión superficial de la membrana, los líquidos no atraviesan el filtro con facilidad mediante la fuerza de la gravedad, por lo que se suele emplear presión con jeringa o succión mediante un sistema de vacío. Una vez realizado el filtrado, se procede a la fijación y tinción del filtro. Finalmente se procede a la disolución de la membrana con algún tipo de disolvente (triclorometano, cloroformo, etc.). En ocasiones, si no se logra una total disolución de la membrana, pueden aparecer restos de la misma en el extendido citológico. Todos estos pasos no están automatizados, por lo que se requiere una continua atención por parte del citotécnico y una cuidadosa manipulación técnica, siendo además un procedimiento que necesita más tiempo en su ejecución. No obstante, se han descrito modalidades de este sistema con una mayor simplicidad de realización52 . En algunos trabajos en los que se comparan los métodos de centrifugación con los de membrana53,54 , estos últimos logran una mayor concentración celular, junto a una menor superposición de elementos. Citología líquida La CL surge en un principio como técnica aplicada a la citología ginecológica. No obstante, sus principales cualidades (óptima recolección celular, extendidos en monocapa y notable ausencia del material de fondo) han hecho que su utilización se haya aplicado a otro tipo de muestras, incluida la orina55,56 . Este aspecto ha supuesto que, a día de hoy, muchos laboratorios hayan optado por introducir la CL en el procesado de muestras de orina. De todas formas, y a la vista de las numerosas publicaciones existentes que comparan esta nueva tecnología con las ya existentes, creemos interesante ofrecer una visión al respecto. Existen varios detalles, tanto morfológicos como técnicos, que permiten establecer una serie de comparaciones, evidenciando ventajas, inconvenientes y también ciertas contradicciones. Documento descargado de http://www.elsevier.es el 29/11/2016. Copia para uso personal, se prohíbe la transmisión de este documento por cualquier medio o formato. 210 Respecto al número de células presentes en los extendidos, hay bastante unanimidad en afirmar que la CL, en comparación con los métodos convencionales (filtros de membrana y citocentrifugación), es la técnica que proporciona una mayor celularidad57-59 . No sucede lo mismo respecto a la preservación celular y a los detalles citomorfológicos, pues hay cierta discordancia. Así, hay autores que relatan una mejor calidad de los extendidos preparados con citocentrífuga frente a la CL60-62 . No obstante, a la hora de realizar el cribado de laminillas (dificultad y tiempo empleado) hay una clara preferencia por la CL63,64 . Sobre un aspecto tan importante como es el diagnóstico citológico del carcinoma urotelial, en los de bajo grado la CL y la citocentrifugación muestran resultados similares7 , mientras que para los de alto grado la CL resulta mejor, pues las células malignas se identifican más fácilmente sobre un fondo limpio65 . En este sentido, es importante mencionar una serie de artefactos que pueden observarse en los extendidos citológicos de orina procesados mediante CL, como son la retracción de los núcleos, la disminución del tamaño celular con tendencia al redondeamiento, y el aplanamiento de los grupos papilares con pérdida de la tridimensionalidad66 . En relación a otros aspectos más técnicos (automatización, tiempo de procesado empleado, coste económico, etc.), la CL también difiere de los métodos convencionales67,68 . Así, la CL es el método de procesado de muestras con un mayor grado de automatización, aunque el tiempo empleado supera al de los métodos convencionales. Por otra parte, el coste que supone la utilización de la CL está muy por encima de la citocentrifugación y de los filtros de membrana, aunque con esta tecnología también hay diferencias de costes según el método empleado69 . Por último, cabe mencionar que una ventaja añadida de la CL en el citodiagnóstico urinario es la posibilidad de realizar otro tipo de técnicas adicionales como inmunocitoquímica y pruebas de biología molecular. Biomarcadores en el diagnóstico del carcinoma urotelial Aunque la citología de orina y la cistoscopia representan en la actualidad los principales procedimientos para el diagnóstico inicial del carcinoma urotelial, la baja sensibilidad que, en términos generales, ofrece la citología, junto al riesgo y malestar que una cistoscopia supone para el paciente, han sido la base principal para el desarrollo de biomarcadores aplicados a muestras de orina en este tipo de lesiones70 . Por otra parte, en el caso de seguimiento de recidiva tumoral el empleo de dichos marcadores puede aumentar la sensibilidad en el diagnóstico tumoral, sobre todo para los carcinomas de alto grado, y lograr además un mayor intervalo de tiempo de las cistoscopias71 . La incorporación de tecnologías basadas en la utilización de biomarcadores en el laboratorio de citología, para el diagnóstico del carcinoma urotelial, puede suponer aspectos de mucho interés para el citotécnico. Así, la integración de una nueva técnica suele suponer unos requisitos que demanden formación. Este aspecto, sumado al hecho de mantener al personal técnico en tareas rutinarias durante mucho tiempo, va a suponer un incentivo y una mayor motivación en su trabajo diario. R. Martínez Girón, J. Velasco Alonso Por otra parte, alguna de estas técnicas diagnósticas no solo implican al citotécnico en labores puramente técnicas, sino que, como en el caso de la FISH, se pueden llevar a cabo tareas de cribado morfológico al microscopio (identificación de células uroteliales y control de la calidad de la hibridación), lo que cabe suponer un ahorro de tiempo considerable al patólogo72 . El uso de biomarcadores en muestras de orina para el diagnóstico del carcinoma urotelial presenta 2 aspectos importantes: son técnicas no invasivas y tienen una mayor sensibilidad que la citología urinaria convencional (aunque no se puede decir lo mismo con respecto a la especificidad), tanto para un diagnóstico inicial como para las recidivas73,74 . Desde un punto de vista práctico, estos marcadores tumorales pueden dividirse en 2 categorías: los que detectan determinadas moléculas en la orina y los que detectan anomalías en las células uroteliales75 . En el caso de los primeros, aunque de una forma directa no atañen a la tarea de un laboratorio de citopatología, existen estudios que mencionan su utilidad, como técnicas complementarias, en combinación con la citología76,77 . Entre ellos podemos citar la proteína NMP-22 (nuclear matrix protein) y el antígeno tumoral de vejiga (BTA). La NMP-22 es una proteína que forma parte del grupo que constituye la matriz nuclear, contribuyendo a su estructura, replicación del ADN, síntesis del ARN durante la mitosis y regulación de la expresión génica. Por medio de técnicas de inmunoanálisis se ha demostrado que la concentración de NMP-22 en la orina de pacientes con cáncer urotelial es 5 veces más elevada que los pacientes sin cáncer78 . Aunque parece tener una sensibilidad mayor que la citología, sobre todo para los tumores de bajo grado, por el contrario la especificidad es más baja, y los procesos inflamatorios de las vías urinarias (cistitis, litiasis, piuria, hematuria, etc.) son la causa de muchos falsos positivos79 . El BTA es una proteína relacionada con el factor H del sistema del complemento (al interactuar con el factor C3b interrumpe la cascada del complemento). Dicha proteína también es detectada en la orina por inmunoanálisis, y muestra una sensibilidad media del 67% (puede ser mayor para los carcinomas de alto grado) y una especificidad del 78%.80 Al igual que la NMP-22, los procesos infecciosos y la urolitiasis también pueden ser causa de falsos positivos. En el caso de los segundos, podemos destacar 2: el denominado ImmunoCyt y la hibridación in situ de fluorescencia (FISH). • ImmunoCyt (uCyt+ en Europa) es una prueba de inmunofluorescencia que utiliza anticuerpos monoclonales para detectar formas glucosiladas del antígeno carcinoembrionario (CEA) y glucoproteínas mucinosas que se expresan en las células cancerosas uroteliales exfoliadas, pero no en las células normales. Las muestras de orina pueden ser procesadas tanto por métodos convencionales como por CL, y la lectura de los extendidos se realiza por medio de un microscopio de fluorescencia81 (fig. 6A). Dicha prueba posee una sensibilidad media del 81% y una especificidad del 75%, y las causas de falsos positivos son la hematuria, la cistitis y la hiperplasia prostática82 . En comparación con la citología y con relación al diagnóstico de carcinomas de bajo grado, ImmunoCyt logra una mayor Documento descargado de http://www.elsevier.es el 29/11/2016. Copia para uso personal, se prohíbe la transmisión de este documento por cualquier medio o formato. Citodiagnóstico urinario: aspectos de interés para el citotécnico 211 ventajas añadidas de menos molestias y riesgos para el paciente y un menor coste económico. • La FISH es una técnica que permite evidenciar determinadas secuencias de ácidos nucleicos, tanto en extendidos citológicos como en secciones histológicas, utilizando un marcador fluorescente que va unido a un fragmento de ácido nucleico (también llamado sonda) cuya secuencia nucleotídica es complementaria a la del ácido nucleico que se va a detectar en la muestra (secuencia diana). En el caso de extendidos citológicos de orina la FISH se comercializa bajo el nombre UroVysion87 . Esta prueba consiste en la utilización de un cóctel de 4 sondas (CEP 3, CEP 7, CEP 17 y LSI 9p21) que detectan anomalías cromosómicas como aneuploidías y deleciones en las células de los carcinomas uroteliales, concretamente en las regiones pericentroméricas de los cromosomas 3, 7, 17 y el locus 9p2188 . Las señales de hibridación aparecen en los núcleos de las células en interfase como puntos luminosos de color rojo (CEP 3), verde (CEP 7), azul (CEP 17) y amarillo (LSI 9p21) (fig. 6B). Varios estudios señalan que la FISH posee una mayor sensibilidad que la citología urinaria (80% frente al 63%) en la detección de células uroteliales malignas, tanto en el diagnóstico inicial como en los casos de seguimiento por recidivas89-93 . Por el contrario, y al igual que otras pruebas (ImmunoCyt y NMP22), la especificidad de la FISH está por debajo de la citología convencional94 . Es interesante mencionar que entre las causas de falsos positivos con FISH figuran la presencia en los extendidos de células umbrella (se deben evitar las muestras obtenidas por lavado), la infección por el virus del polioma, y las células de las vesículas seminales95 . Además, las muestras obtenidas de procedimientos derivativos no son muy adecuadas por la gran cantidad de células inflamatorias, abundantes bacterias y células epiteliales pobremente preservadas. Responsabilidades éticas Figura 6 A) La técnica uCyt +TM consta de una mezcla de anticuerpos monoclonales. Una reacción engloba 2 anticuerpos (M344 y LDQ10) que reaccionan con una glucoproteína (color verde) y un anticuerpo (19A211) específico para una forma glucosilada de antígeno carcinoembrionario. La imagen muestra una célula positiva para (M344 y LDQ10), en verde, y otra para el anticuerpo (19A211), con fluorescencia roja. B) Célula en interfase positiva con el Kit UroVysion para FISH que muestra 2 copias del cromosoma 3 (rojo), 4 copias del cromosoma 7 (verde), 5 copias del cromosoma 17 (azul) y una copia del gen p16 (amarillo). sensibilidad83 . Por otra parte, varios estudios señalan que ImmunoCyt, unido a la citología, aumentaría la sensibilidad diagnóstica hasta un 96% sin un descenso apreciable de la especificidad84,85 . Utilizando este protocolo (ImmunoCyt y citología) se podría reducir considerablemente el número de cistoscopias realizadas para el seguimiento de pacientes afectados por un carcinoma urotelial86 , con las Protección de personas y animales. Los autores declaran que para esta investigación no se han realizado experimentos en seres humanos ni en animales. Confidencialidad de los datos. Los autores declaran que en este artículo no aparecen datos de pacientes. Derecho a la privacidad y consentimiento informado. Los autores declaran que en este artículo no aparecen datos de pacientes. Conflicto de intereses Los autores declaran no tener ningún conflicto de intereses. Bibliografía 1. Nabi G, Greene DR, O’Donnell M. How important is urinary cytology in the diagnosis of urological malignancies? 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