Descargar edición aquí - Universidad Sergio Arboleda Bogotá

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UNA PUBLICACIÓN DE LA UNIVERSIDAD SERGIO ARBOLEDA
60 PÁGINAS
enero - abril 2012
Política de
Seguridad:
7
ajustes
necesarios
ARMAS LEGALES Y
SEGURIDAD: ¿SIRVE LA
PROHIBICIÓN?
Centro Seguridad y Democracia
Editorial
E
EL DETERIORO DE LA SEGURIDAD
l retroceso de los principales indicadores demuestra que la seguridad en el país se
está deteriorando y la opinión pública también lo registra de esa forma en las más
recientes encuestas. En efecto, la encuesta del mes de abril de Ipsos-Napoleón
Franco, la del mes de febrero de Invamer Gallup y la más reciente de Datexco
registran tendencias similares de malestar ciudadano con la situación de seguridad.
Así, en la primera encuesta la opinión favorable al manejo gubernamental de la
seguridad baja de 80% a 49% entre noviembre de 2010 y abril de 2012, y la seguridad
se señala como el segundo tema de preocupación de los ciudadanos, solo superado por
el desempleo; en la segunda encuesta, la opinión favorable de esa misma gestión es solo
de 30% mientras que la desfavorable asciende al 68%, siendo la seguridad el principal
tema de preocupación ciudadana; y en la tercera encuesta mencionada el 49% de los
consultados considera que Colombia es menos segura que hace dos años y sólo el 29%
estima que es más segura.
Todas las encuestas no pueden estar equivocadas, ni la mayoría de los colombianos
pueden tener una estimación errada del deterioro de la seguridad de su entorno. En
consecuencia, corresponde al Gobierno aceptar esta realidad, como un primer paso
necesario para introducir los ajustes indispensables en sus estrategias de seguridad.
En este segundo número de nuestra revista analizamos los hechos que han dado
origen a esta preocupación creciente de los ciudadanos por la seguridad del país que se
verifica en todas las encuestas, mediante un examen de lo sucedido en la seguridad en el
primer trimestre del presente año con relación a primeros trimestres de años anteriores, y
con un estudio sobre el comportamiento de los ocho delitos que más afectan la seguridad
urbana en las 27 principales ciudades país en los últimos años.
De igual manera, en esta entrega señalamos los que a nuestro juicio serían los principales
cambios que se deberían realizar en cuanto a la seguridad, identificando los siete ajustes
necesarios que en consecuencia se deberían llevar a cabo para enderezar el rumbo. Así
mismo, queremos animar el debate público sobre la medida de la prohibición del porte
de armas legales por parte de la ciudadanía en algunas ciudades de Colombia, señalando
las limitaciones que esta medida tiene a la luz de la experiencia internacional y de nuestra
propia situación local. Finalmente, presentamos a nuestros lectores un sugerente artículo
de un polémico pensador británico cuyas reflexiones estimamos de gran pertinencia en la
actual coyuntura que vive nuestro país.
Alfredo Rangel
Director
Centro Seguridad y Democracia
Universidad Sergio Arboleda
3
SD
UNA PUBLICACIÓN DE LA UNIVERSIDAD SERGIO ARBOLEDA
Universidad Sergio Arboleda
Rector Fundador
Rodrigo Noguera Laborde
Rector
Rodrigo Noguera Calderón
Presidente Consejo Académico
Orlando García-Herreros Salcedo
Vicerrector Académico
Germán Quintero Andrade
Centro Seguridad y Democracia
Director
Alfredo Rangel
Investigador
Rafael Ibarra
Director de Arte
Andrés Prieto R.
oficina de comunicaciones
Editor
Óscar Núñez Riaño
Corrección de Estilo
Bibiana Mendoza C.
4
SD
Carrera 13 No. 78-17
Tel. (57 1) 325 0075 Ext. 2499, Bogotá D.C.,
Colombia
[email protected]
www.usergioarboleda.edu.co
Prohibida la reproducción total o parcial sin
autorización manifiesta de los editores.
La opinión expresada en los artículos es
responsabilidad exclusiva de sus autores y no refleja
necesariamente el pensamiento de la revista.
POLÍTICA DE
SEGURIDAD:
7 AJUSTES
NECESARIOS
PERSISTE
EL DETERIORO
DE LA
SEGURIDAD
La percepción negativa de la situación de deterioro de la seguridad en
el país por parte de la opinión pública
es reiterada por todas las encuestas,
apreciación producida por una acumulación de hechos violentos cuyo escalamiento es cada vez mayor. El primer
mes del presente año ha sido el más
violento de los últimos ocho, pero es
la continuación de una tendencia que
ya viene de años anteriores. Existe un
rebrote de los ataques de la guerrilla
contra la Fuerza Pública y la población
civil, así como un inusitado aumento
de los atentados contra la infraestructura económica nacional...
En relación con años anteriores, durante el primer trimestre de 2012 se
sigue evidenciando un deterioro de la
seguridad nacional. Esto se evidencia
en la persistencia del incremento de
las actividades violentas de los grupos
armados irregulares, y en la constante
caída del número de combates contra
estos grupos por parte de las Fuerzas
Militares. En efecto, en este primer
trimestre hubo un incremento de los
atentados contra la infraestructura
económica nacional y de los retenes
ilegales, así como un aumento bimestral de los secuestros. También se presentó un leve descenso de los ataques
guerrilleros ...
ARMAS
LEGALES Y
SEGURIDAD:
¿SIRVE LA
PROHIBICIÓN?
Por cuenta de la medida adoptada
por el recién posesionado alcalde de
Bogotá, Gustavo Petro, se ha revivido
en el país el debate sobre la conveniencia o inconveniencia de restringir
el porte legal de armas cortas por
parte de la población civil. Queremos
sumarnos a esta discusión aportando
algunos argumentos en contra de dicha restricción. Los argumentos que
aquí expondremos buscan animar el
debate público y llamar la atención
de aquellos que piensan que con la
prohibición de las armas legales se
solucionarán como por ensalmo las
preocupantes situaciones de seguridad que aún vive...
SEGURIDAD
URBANA:
MÁS
RETROCESOS
QUE AVANCES
ROGER
SCRUTON
Y LOS
USOS DEL
PESIMISMO
La evolución reciente de la seguridad urbana en Colombia presenta
un panorama bastante disparejo con
estancamientos, avances y retrocesos
según las ciudades y los delitos de que
se trate. En efecto, en los últimos años
el homicidio urbano aparece prácticamente estancado, simultáneamente
se han incrementado en forma significativa las lesiones personales, el hurto
a personas, a bancos y de vehículos,
mientras ha disminuido la piratería
terrestre, el hurto al comercio y de
residencias. O sea que de los 8 principales delitos que más afectan a los
habitantes de los centros urbanos, 4
presentan retrocesos...
Roger Scruton es quizás uno
de los filósofos más polémicos
hoy en el Reino Unido. Su obra
es muy diversa: más de treinta
ensayos sobre filosofía, política, arte, arquitectura y música,
novelas y relatos de ficción e
incluso ha compuesto el libreto
y la música de dos óperas que
han llegado a ser representadas
en Inglaterra. Entre sus obras
se podrían destacar las siguientes: The meaning of Conservatism (1980), From Descartes to
Wittgenstein: A short history of
modern Philosophy (1981)...
5
SD
06 20344050
Política de Seguridad:
7
ajustes
necesarios
6
SD
La percepción negativa de la situación de deterioro de la
seguridad en el país por parte de la opinión pública es reiterada por todas las encuestas, apreciación producida por una
acumulación de hechos violentos cuyo escalamiento es cada
vez mayor. El primer mes del presente año ha sido el más
violento de los últimos ocho, pero es la continuación de una
tendencia que ya viene de años anteriores. Existe un rebrote
de los ataques de la guerrilla contra la Fuerza Pública y la población civil, así como un inusitado aumento de los atentados
contra la infraestructura económica nacional, del secuestro
y de la extorsión. Recientemente las bandas criminales han
hecho demostraciones sin antecedentes de la capacidad de
intimidación violenta contra poblaciones enteras. La alianza
de las estructuras guerrilleras con estas bandas criminales
constituye una nueva, inédita y repotenciada amenaza contra
la seguridad colectiva. De los 8 delitos que más afectan la seguridad en los centros urbanos, hay retrocesos en 4 delitos,
estancamiento en 1, y avances en 3.
Ante la opinión pública y los medios de comunicación estos
hechos a veces pasan desapercibidos tras la espectacularidad
de las bajas de algunos de los principales líderes de la guerrilla. Por ejemplo, si no hubiera sido por la muerte de alias
Alfonso Cano, la evaluación mediática de la gestión gubernamental en seguridad en el año 2011 hubiera sido negativa. Sin
embargo, esa muerte salvó el año del gobierno en los medios
de comunicación y minimizó el impacto
del rebrote de la violencia guerrillera en
muchas zonas del país.
No obstante, la opinión empieza a tener
la sensación de que no se está haciendo
lo suficiente para controlar el deterioro de
la seguridad y para neutralizar las intenciones de los grupos armados irregulares. Estimamos que es necesario abrir un
debate democrático acerca de la gestión
gubernamental en este campo, que lleve
a identificar eventuales debilidades de las
políticas públicas y a plantear opciones
que permitan mejorar la situación.
Como contribución a este debate proponemos los que a nuestro parecer son los siete
principales ajustes de la política de seguridad:
7
1
Reconocer
la realidad
El Gobierno ha sido insistente en que la situación de seguridad del país ha estado mejorando
consistentemente durante los meses transcurridos de su administración y ha señalado que quienes critican su gestión en este campo lo hacen
por razones políticas. En el mejor de los casos los
considera “idiotas útiles” de los enemigos del Estado. Recientemente ha hecho un llamado a los
mandatarios locales a no “magnificar” los hechos
violentos de que son víctimas las poblaciones y
la Fuerza Pública en sus departamentos y municipios e insiste en señalar que el leve descenso
que gradualmente se está presentando en las cifras de homicidio es prueba del mejoramiento de
la situación.
El Gobierno considera que las acciones violentas de la guerrilla son resultado de su debili-
tamiento y su desesperación ante el avance de
las tropas oficiales, en lo que puede llevar razón.
Pero no existe un reconocimiento del incremento
del número y la osadía de sus acciones violentas,
ni de su retorno más callado a zonas de las que
había sido expulsada por la acción de la Fuerza
Pública.
No obstante, según un estudio del Centro Seguridad y Democracia, con relación al año anterior,
en el 2011 aumentaron un 24 % los ataques de
la guerrilla, entendidos estos como hostigamientos, emboscadas y ataques contra instalaciones
militares y policiales. Estos ataques vienen creciendo desde el año 2009 y en el 2011 triplicaron
en número a los ocurridos en el 2008. De igual
forma crecieron en un 32 % los atentados contra la infraestructura económica nacional, siendo
SD
particularmente alto el incremento de los atentados contra el sector petrolero que crecieron en un
80 %. Estos atentados tuvieron en el 2011 el más
alto número de los últimos 5 años. De igual forma, el secuestro creció en un 10 % con relación
al año anterior, pero comparado con el 2009 ha
aumentado un 45 %.1
8
SD
Esta tendencia al aumento de la violencia ha
continuado en lo que va corrido del presente
año. En efecto, el mes de enero del 2012 ha
sido el más violento de los últimos 8 años en
lo que a ataques guerrilleros contra la Fuerza
Pública se refiere. Con relación al año anterior el incremento fue de 81 %, pasando de
21 casos a 38 entre esos años, y habría que
ir hasta el 2004 para encontrar un año con un
mayor número de ataques. De igual manera,
el número de atentados contra la infraestructura económica se multiplicó por 4.2
En lo que atañe a la seguridad urbana, la
situación también es preocupante. De los 8
delitos que principalmente afectan la seguridad ciudadana en los 27 centros urbanos con
más de 200 mil habitantes en el país, hay retrocesos en 4 delitos, estancamiento en 1 y
avances en 3.
En efecto, entre 2010 y 2011 el homicidio
urbano se redujo sólo en 1 %. El hurto a personas es hoy el doble de hace 9 años. Los
casos de lesiones personales crecieron 27 %
con relación al 2010 y fue el número más alto
en los últimos 9 años, excluyendo el 2009.
El hurto a entidades financieras se incrementó en 76 % con respecto al 2010 y registró
el más alto número de los últimos 8 años. El
hurto de automotores también está en alza
y fue en el 2011 el más alto de los últimos 5
años, exceptuando el 2010. Únicamente se
presentaron avances en piratería terrestre,
hurto de residencias y hurto al comercio.3
Toda esta situación ha llevado a que, según
las encuestas de la firma Invamer -Gallup, la
percepción ciudadana de que la inseguridad
1. La Seguridad Nacional en Colombia 2011. Centro
Seguridad y Democracia, Universidad Sergio Arboleda.
Bogotá, noviembre de 2011.
2. El enero más violento en ocho años. Centro Seguridad y
Democracia, Universidad Sergio Arboleda, Bogotá, febrero
de 2012.
3. Seguridad Urbana: Más Retrocesos que Avances. Centro
Seguridad y Democracia, Universidad Sergio Arboleda,
Bogotá, febrero de 2012.
entre 2010 y 2011 el
homicidio urbano se
redujo sólo en 1 %.
El hurto a personas es
hoy el doble de hace
9 años. Los casos de
lesiones personales
crecieron 27 % con
relación al 2010 y fue
el número más alto
en los últimos 9 años,
excluyendo el 2009.
está empeorando subió de 48 % en julio del
2010, a 67% en diciembre del 2011, mientras
que la percepción de que el problema de la
guerrilla empeoró pasó de 33 % a 58 %, en
el mismo período. De otra parte, la aprobación de la forma como el presidente estaba
manejando la inseguridad bajó de 71 % a 38
%, mientras que la aprobación al manejo del
problema de la guerrilla bajó de 82 % a 54 %,
luego de descender a 43 % antes de la muerte de alias Alfonso Cano.4
Esto significa que la percepción de inseguridad refleja en la opinión pública la tendencia objetiva de deterioro, evidenciada en el
seguimiento y la contrastación de las cifras
de los hechos de violencia que ocurren en el
país. No es un problema de excesivo cubrimiento mediático de los hechos de violencia,
la opinión lo siente y las cifras lo reflejan: hay
un deterioro de la situación de seguridad en
el país. Lo grave es que la negación de esta
realidad impida introducir los ajustes necesarios a sus políticas de seguridad. Y sin estos
ajustes, la situación se seguirá deteriorando.
4. Gallup Poll Bimestral, Poll 86, Gallup Colombia,
diciembre de 2011.
2
CONTRA LAS BACRIM
Ejercito y Policia
Los grupos armados denominados
por unos Bacrim o bandas criminales, y por otros neoparamilitares, son
una amenaza a la seguridad nacional
que no ha sido suficientemente comprendida ni evaluada. Se les considera
únicamente como bandas de narcotraficantes, unos aparatos mafiosos que
son solamente un problema policial.
Pero para combatirlos no se ha tenido
en cuenta su estrecha alianza con los
frentes guerrilleros, ni su demostrada
capacidad para amenazar y controlar
poblaciones y regiones enteras, ni su
capacidad de confrontación militar, ni
sus estructuras jerarquizadas.
A partir de una enorme dispersión
inicial de numerosas bandas, algunas
fuertes y muchas relativamente débiles, estas bandas se han ido concentrando en unas pocas organizaciones
con mayor capacidad de violencia,
enormes recursos, mayor penetración
entre la población, más potencial de
corrupción y más capacidad para concertar acciones a nivel regional. Sus
alianzas con las guerrillas las han repotenciado desde el punto de vista logístico, de inteligencia y de capacidad
de control territorial. En su momento
alias el Mono Jojoy, comandante de las
FARC, estableció como política general realizar alianzas con estos grupos.
Su presencia abarca a más de 150 municipios en 17 departamentos, según la
Policía Nacional, y están en cerca de
340 municipios de 31 departamentos,
según Indepaz.5
Pero el Gobierno decidió, por razones de tipo conceptual, que a estas
bandas solamente las persiguiera la
Policía Nacional, dejando a un lado la
posibilidad de que las Fuerzas Militares también las repriman allí donde se
encuentren, con lo cual el Estado se
está amarrando a sí mismo una mano
que puede ser definitiva para combatirlas con éxito. Pero con la creencia de
que las Fuerzas Militares deben solamente perseguir a los grupos guerrilleros, porque estos son insurgentes con
motivaciones políticas, mientras que la
Policía debe reprimir a los delincuentes comunes que no tienen intereses
políticos, el Estado está olvidando que
en su momento, a pesar de que varias
sentencias de la Corte Suprema de
Justicia las declaró como mera delincuencia común, las Fuerzas Militares
también combatieron y con mucha
contundencia a las organizaciones pa5. Para la versión de la Policía Nacional, ver:
Bacrim, una amenaza y hay que contenerlas, dice
Naranjo. El Colombiano, Medellín, 26 de enero de
2011. Para la versión de Indepaz, ver: http://m.
elespectador.com/impreso/judicial/articulo-327595bacrim-crecen-todo-el-pais
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10
SD
ramilitares, forzándolas a
aceptar las condiciones de desmovilización que finalmente les impuso el
Estado.
Estas organizaciones paramilitares desmovilizaron a 32 mil integrantes, 16 mil
de los cuales entregaron sus armas de
asalto porque pertenecían a estructuras
armadas, mientras que el resto hacía
parte de sus redes de apoyo logístico y
de inteligencia. La pregunta es si estas
organizaciones paramilitares se hubieran
desmovilizado de no haber sido por el
concurso de la presión de las Fuerzas Militares en multitud de combates que produjeron centenares de bajas y capturas
de sus integrantes. Estas organizaciones
eran actores del conflicto armado interno
y por ser actores del conflicto fueron sujetos de la justicia transicional mediante la
Ley de Justicia y Paz, que no se aprobó
por el Congreso Nacional ni se la declaró exequible la Corte Constitucional para
ser aplicada a delincuentes comunes.
Pues bien, todo parece indicar que los
sucesores de estos grupos paramilitares, unos y otros muy vinculados al narcotráfico, que han conservado muchas
de sus formas organizativas y de sus
modos de operar, ahora no combaten
contra la guerrilla sino que están aliados
con ella, constituyendo esta alianza una
amenaza inédita contra la seguridad
nacional que debe ser combatida por
el conjunto de las fuerzas represivas
del Estado, tanto militares como policiales. En Colombia las Fuerzas Militares combaten contra el narcotráfico
y contra las bandas de secuestradores, que son delincuencia común.
No hay razón para que no combatan
también a estos grupos irregulares vinculados al narcotráfico y aliados a la
guerrilla. Porque estas alianzas no son
excepcionales ni puntuales, sino, como
hemos dicho arriba, una política general de las FARC. Muchos documentos
de la Fiscalía General, de la Policía
Nacional y de las Fuerzas Militares dan
fe de la persistencia de estas alianzas
y del mutuo apoyo que en muchos sitios del país se prestan estos grupos.
Se sospecha que algunos de los más
recientes atentados terroristas han sido
perpetrados conjuntamente por Bacrim
y guerrillas.
Se echa, pues, de menos, una estrategia específica para hacer frente a esta
alianza, estrategia que debería utilizar
toda la contundencia del Estado.
3
Claridad SOBRE
DIaLOGOS DE PAZ
Según lo estiman algunos analistas, las guerri- neamente, las FARC incrementan sus acciones
llas han exacerbado sus acciones violentas ante violentas como argumento para respaldar su
la posibilidad de que el Gobierno acceda a reali- disposición a dialogar; al mismo tiempo, con las
zar con ellas conversaciones de paz, posibilidad expectativas de liberar a unos cuantos secuesque, si no se dan antes los condicionamientos trados, exigen que sea aprobada una ley de
necesarios, podría desmoralizar a las Fuerzas canje para dar base legal a futuros intercambios
Militares y desorientar a la opinión pública.
de guerrilleros presos por secuestrados, y obteEl Gobierno no parece haber manejado de ner así un tácito reconocimiento como fuerza
la manera más adecuada este tema. Primero beligerante que intercambia prisioneros en conplanteó que habría diálogos de paz solamente diciones de igualdad con el Estado. Aun más,
si la guerrilla abandona en forma definitiva y ve- reclaman que los guerrilleros extraditados a
rificable todas sus acciones violentas contra la Estados Unidos por narcotráfico sean repatriaFuerza Pública y contra la sociedad civil. Luego,
dos y que la agenda de la negociación
concretó sus exigencias a que la guerrilla prosea la aprobada en los
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dujera “hechos de paz”. Adicionalmente, impulsó
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un proyecto de Ley Marco para la Paz que antia vuelt
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cipadamente ofrece suspensión de procesos jur su vie
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diciales, lo que podría conllevar impunidad a los d
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guerrilleros que se desmovilicen, gabela que no
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y hacer exigencias para ganar terreno. Efecara ga
nar
tivamente, el nuevo jefe de las FARC, alias terren
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Timochenko, ha hecho públicas varias cartas
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en las que plantea su disposición para hablar el nuevo
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de paz, como quien le hace un favor al país; a
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eso sí, deja en claro que para la guerrilla la
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como un replanteamiento del orden exisblicas
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de la democracia” mediante el desmonte
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“las realidades económicas, sociales,
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políticas, culturales y hasta ambientales
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del momento contemporáneo mundial,
latinoamericano y nacional”. Simultá-
11
SD
anteriores frustrados diálogos del Caguán,
agenda que incluía prácticamente todos los
temas nacionales.
Probablemente toda esta ofensiva política y militar no la estaría haciendo la guerrilla –como no la hizo durante la anterior
administración– si no se estuviera generando un ambiente de expectativa sobre la
proximidad de unos diálogos de paz. Los
más suspicaces dirían que esa ofensiva es
la respuesta de la guerrilla a mensajes que
por vías no oficiales se le ha dirigido auscultando las posibilidades de un acercamiento
con vistas a realizar diálogos de paz.
El reiterado mensaje, según el cual el Presidente tiene las llaves de la paz en el bolsillo y bastarían “hechos de paz” de la guerrilla para dar inicio a las conversaciones,
ha llevado a sectores de la opinión pública
a creer que sería suficiente que la guerrilla,
por ejemplo, libere secuestrados para que
12
SD
4
se abra la puerta de unas conversaciones
de paz. De esta manera, sería la guerrilla
la que impondría sus propias condiciones
para arrancar un proceso de paz, cuyo solo
anuncio le representaría una enorme ganancia política y mediática.
Con esa expectativa la guerrilla observa
con satisfacción cómo, sin siquiera haberse
sentado a la mesa de negociaciones, ya está
logrando una ley que abra la posibilidad de
un indulto que le perdonaría sus crímenes y
le permitiría reincorporarse a la vida normal
del país como si no hubiera pasado nada.
A nuestro modo de ver, el Gobierno debería dejar en claro que sus condiciones para
el diálogo son las iniciales: una tregua unilateral, incondicional y permanente por parte de la guerrilla; la liberación de todos los
secuestrados, y el cese definitivo de todo
tipo de violencia o amenaza contra la población civil.
Seguridad juridica
para la Fuerza Publica
Las Fuerzas Militares de Colombia son el único ejército en el mundo que combate en un conflicto
armado sin contar con fuero militar, institución centenaria que está vigente en la inmensa mayoría de los países democráticos del mundo. Adicionalmente, las recientes reformas al Manual de
Operaciones de las Fuerzas Militares han introducido una enorme incertidumbre jurídica y se han
convertido en una traba insuperable a su disposición ofensiva.
El desmonte del fuero militar
viene ya de varios años atrás,
pero el puntillazo final lo dio
el acuerdo interadministrativo
entre los entonces Ministro de
Defensa, Camilo Ospina, y el
Fiscal General de la Nación,
Mario Iguarán, mediante el
cual la Fuerza Pública renunció
al fuero militar en primera instancia, para otorgarle de oficio
a la Fiscalía y a la justicia civil
el inicio del conocimiento, la investigación y el juzgamiento de
todos los hechos de violencia
en que resulten involucrados
sus miembros. De esta manera, por ejemplo, las bajas de
grupos irregulares resultado
de combates contra la Fuerza
Pública se transforman automáticamente en objeto de engorrosos procesos en la justicia ordinaria que involucran
a los soldados, suboficiales y
oficiales que intervinieron en la
acción.
Esta situación, sumada a la
actitud hostil de algunos jueces y fiscales civiles en contra de los miembros de la
Fuerza Pública, que se ha traducido en fallos que la opinión pública ha considerado
no excentos de imparcialidad y objetividad, ha ocasionado una sensación de inseguridad jurídica generalizada entre los miembros de la
Fuerza Pública. La consecuencia es una muy comprensible desmotivación que, en opinión de algunos,
ha llevado a una preocupante caída de los niveles
de operaciones ofensivas de las Fuerzas Militares
contra la guerrilla. Según un estudio del Centro Seguridad y Democracia, en el año 2011 las Fuerzas
Militares realizaron un número de operaciones equivalente a solo el 20% de las que realizaron en el año
2003, es decir, hay una caída del 80% en su nivel de
operaciones ofensivas, a pesar de que en este periodo su pie de fuerza pasó de 203 mil a 286 mil integrantes, se incrementó la movilidad aérea al pasar de
428 aeronaves a 525, y el presupuesto de defensa
subió de 13 billones de pesos a 21 billones.6 No obs-
El desmonte del fuero
militar viene ya de varios
años atrás, pero el
puntillazo final lo dio el
acuerdo interadministrativo
entre los entonces Ministro
de Defensa, Camilo Ospina,
y el Fiscal General de la
Nación, Mario Iguarán,
mediante el cual la Fuerza
Pública renunció al fuero
militar en primera instancia,
para otorgarle de oficio a
la Fiscalía y a la justicia civil
tante este incremento de medios, el descenso en
6. La Seguridad Nacional en Colombia 2011, óp. cit.
13
SD
uero milita
En lo relativo al fuero militar
la situación que vive el país es
francamente inconstitucional.
En efecto, el artículo 221 de la
Constitución Política señala
taxativamente que todos los delitos
que cometieren los miembros
de la Fuerza Pública en servicio
activo, durante la ejecución de sus
funciones institucionales, serán
conocidos por tribunales militares,
sin excepción.
14
SD
el nivel de operaciones de las Fuerzas
Militares, ha permitido a la guerrilla un
margen de maniobra que no tenía y que
ha sabido aprovechar para incrementar
sus acciones violentas.
En lo relativo al fuero militar la situación
que vive el país es francamente inconstitucional. En efecto, el artículo 221 de la
Constitución Política señala taxativamente
que todos los delitos que cometieren los
miembros de la Fuerza Pública en servicio
activo, durante la ejecución de sus funciones institucionales, serán conocidos por
tribunales militares, sin excepción. La ley
establece que en caso de reclamo de competencia por parte de la justicia civil, será
el Consejo Superior de la Judicatura la que
dirima la diferencia.
Actualmente el Congreso Nacional tramita una reforma que no deja totalmente claro el alcance del fuero. Un fuero
militar recortado, que no abarque todos
los presuntos delitos cometidos por la
Fuerza Pública en ejercicio de sus funciones institucionales, como está establecido en los países democráticos, es
decir, en desarrollo del servicio, conducirá a una frustración y será causa de
desaliento.
Finalmente, el reciente Manual de Derecho Operacional de las Fuerzas Militares puesto en vigencia, se ha convertido en un engorroso instrumento que en
vez de facilitar y hacer más efectivas las
operaciones militares, dentro del necesario respeto a las leyes, parece actuar
más como un disuasivo a la iniciativa y
a la disposición ofensiva de las fuerzas
del Estado. Este Manual ha introducido
incertidumbre jurídica y muchos condicionamientos, trámites y procedimientos que rayan en la irrealidad, lo cual,
sumado a la carencia de fuero militar,
es un motivo adicional de desestímulo
y confusión dentro de las Fuerzas Militares. Dicho Manual no parece haberse
elaborado bajo la presunción de buena
fe y legalidad del accionar de los integrantes de las fuerzas, sino como una
talanquera para impedir su supuesta y
generalizada tendencia al abuso y extralimitación en la aplicación de la fuerza
legítima del Estado. Se hace necesario
entonces una revisión del Manual para
que facilite y dé claridad a las operaciones militares en el marco de la legalidad, y así le proporcione confianza a las
tropas.
5
Mas exigencia
a Chavez
La opinión pública ha aplaudido la
normalización de las relaciones diplomáticas y comerciales con Venezuela.
Sin embargo, persisten muchas dudas
sobre la sinceridad con que el Gobierno del país vecino ha asumido los
compromisos binacionales relacionados con la seguridad. A esto se suma
la –probable para algunos, pero probada para otros– presencia de algunos
de los principales líderes de la guerrilla
colombiana en territorio venezolano, al
parecer con la anuencia de funcionarios gubernamentales de ese país. Se
sospecha que dos de los principales líderes de las FARC, alias Timochenko,
y alias Iván Márquez, estarían en Venezuela desde hace ya varios años.
También se cree que líderes del ELN
como alias Gabino y Antonio García
estarían protegidos por autoridades
venezolanas en su territorio. Son frecuentes las quejas de los ciudadanos
venezolanos de ser objeto de extorsiones y secuestros por reductos de las
guerrillas colombianas y se continúa
denunciando la existencia de campamentos guerrilleros en Venezuela.
El Presidente Hugo Chávez nombró
recientemente como Ministro de Defensa al General Henry Rangel Silva,
con probados vínculos de apoyo a la
guerrilla de las FARC, y quien ha sido
señalado por el Departamento del Tesoro de Estados Unidos de relaciones
con el narcotráfico. Este nombramiento ha sido tachado como un acto desconsiderado hacia Colombia.
El punto es que al ubicar como objetivo fundamental mantener buenas
relaciones diplomáticas y comerciales
con el Gobierno de Chávez, el Gobierno colombiano ha tenido que pagar el
costo de no poder hacer ningún tipo de
presión ni de reclamo público al Gobierno venezolano alrededor de los temas de seguridad.
Los eventuales reclamos se limitan a
reuniones cerradas que no trascienden
al público y que, por tanto, no tienen
consecuencias políticas. De esta forma,
y aun en contra de su voluntad, el Gobierno colombiano envía el mensaje a la
opinión nacional e internacional de que
confía en la sinceridad y trasparencia
del Gobierno venezolano, desvirtuando
de hecho los señalamientos de sus críticos. También queda en cuestión la cooperación que se pueda esperar con las
autoridades venezolanas para combatir
el narcotráfico transfronterizo.
Las consecuencias son graves para
la seguridad nacional en Colombia. La
guerrilla está consolidando en Venezuela un santuario activo que le permite proteger a sus principales líderes y
evitar que sean objeto de bajas o capturas por las autoridades colombianas.
De igual manera, Venezuela se consolida como una fuente de recursos económicos y logísticos para la guerrilla
colombiana, lugar de recuperación y
descanso de guerrilleros, escenario de
entrenamiento de sus tropas, y corredor de tránsito a lo largo de la frontera
binacional. La presión militar del Estado colombiano para obligar a la guerrilla a abandonar la lucha armada tiene
un burladero, una vía de alivio y desfogue en el apoyo venezolano.
15
SD
Así mismo, Venezuela se ha convertido en
plataforma de salida por vía aérea del narcotráfico originado en Colombia. Al igual que
lo que sucede con la lucha contrainsurgente,
los esfuerzos de las autoridades colombianas
para reducir el narcotráfico también se ven
burlados por la aquiescencia y la complicidad
de sectores venezolanos con los narcotraficantes colombianos.
6
16
SD
Tarde o temprano el Gobierno colombiano
tendrá que hacer públicos los reclamos y la inconformidad que hasta ahora ha expresado en
privado, aun a costa de poner en vilo la normalidad de las relaciones binacionales. Porque es
obvio que no puede haber normalidad en esas
relaciones mientras se mantengan dudas sobre
la lealtad del Gobierno venezolano con el Gobierno colombiano en el terreno de la seguridad.
ulllaerras
Desucaturratsic
guerri
estr
El país ha aplaudido la forma como la Fuerza Pública ha venido descabezando la cúpula
de las FARC, que hasta hace unos años parecía intocable. Sin lugar a dudas, las bajas de
los alias Raúl Reyes, el Mono Jojoy y Alfonso
Cano, han constituido notorios éxitos de la contrainsurgencia estatal.
A pesar de que esas bajas constituyeron duros
golpes que afectaron ostensiblemente la moral
y el liderazgo político y militar de la guerrilla,
ésta ha demostrado una inusitada capacidad
para reconformar sus cuadros de mando y para
sobreponerse a esas circunstancias. De hecho,
formalmente las FARC de manera permanente
y rutinaria tiene reemplazantes para cada mando, cualquiera sea su nivel en la organización,
que están prestos a tomar el lugar de quien
sea dado de baja o capturado. Las escuelas de
mando, aunque muy reducidas ahora debido al
debilitamiento estructural de la guerrilla, continúan sin embargo proveyendo a la organización de nuevos mandos y reemplazantes.
Así, a diferencia de casos de guerrillas caudillistas como el de Sendero Luminoso en Perú,
grupo que prácticamente se desbarató luego
de que fuera capturado su máximo líder Abimael Guzmán, las FARC han demostrado tener
mayor capacidad de supervivencia frente a la
r
i
t
a
b
m
co
caída de sus líderes. Esto no quiere
decir, obviamente, que la guerrilla no
haya sufrido ningún impacto o que
no haya sido afectada con la
pérdida de sus líderes históricos. Pero está demostrado
que por la sola vía de la captura o baja de sus principales
líderes, las FARC no van a
dejar de existir ni tampoco
van a dejar de combatir.
Adicionalmente, a fuerza de repetir la dosis, tanto al interior de las FARC, como dentro de la opinión pública, el impacto y la espectacularidad de
las primeras bajas tiende a irse debilitando tanto
en su intensidad como en su duración, con lo cual
sería de esperar que hacia el futuro la repetición
de nuevas bajas de dirigentes tenga menores
consecuencias. A esto hay que agregar que debido al refugio seguro que han encontrado los jefes
de las FARC en Venezuela, cada vez será menos
probable y más difícil que se repitan dichas bajas.
Lo que preocupa es que esta estrategia de búsqueda de cabecillas u objetivos de alto valor se
adelante con descuido de la búsqueda y destrucción de otros objetivos como los frentes, las columnas y las escuadras de las FARC, que son
estructuras que continúan operando en muchas
zonas del país, a pesar de su debilitamiento y reducción. Son estas estructuras las responsables
de los ataques contra la Fuerza Pública, los sabotajes contra la infraestructura económica na-
estrategia
cional, los actos terroristas, los secuestros, la extorsión violenta y muchas formas
de presión armada contra la población civil. Muchas de esas estructuras se están recomponiendo y están regresando a zonas del país de donde
habían sido expulsadas por la acción de las autoridades. Están recuperando presencia territorial
y están, en su jerga, “abriendo zona” por medio
del “boleteo” contra todo tipo de empresarios del
campo, comerciantes, transportistas, etc.
La caída de los niveles de operatividad del grueso de las Fuerzas Militares ha disminuido la presión sobre estas estructuras guerrilleras, que están aprovechando el nuevo margen de maniobra
para incrementar tanto su presencia soterrada
como sus acciones violentas en muchas zonas
del país. Mientras tanto, paralelamente, las fuerzas de élite han continuado una intensa labor que
se ha concentrado precisamente en la búsqueda
de los cabecillas de la guerrilla. La caída de la
actividad del grueso de la tropa y la intensa actividad de los grupos de élite quizá se explique
en parte porque para el conjunto de la tropa no
opera el fuero militar y es objeto del control por la
justicia civil, mientras que las fuerzas de élite, por
el tipo de blanco que persigue, de hecho no son
objeto del control judicial de la justicia civil. Para
ilustrar el caso: la baja de un guerrillero raso puede generar un proceso judicial en la justicia civil y
“empapelar” al pelotón de soldados involucrados,
mientras que la baja de alias Alfonso Cano nunca
17
SD
tropa
FARC
a
i
c
n
e
v
i
v
r
e
p
u
s
será objeto de una imputación judicial a la
fuerza élite, porque la opinión pública no lo
soportaría.
Mediante la recuperación del fuero militar,
es necesario volver a incrementar los niveles de operatividad que tuvieron las Fuerzas
Militares en años anteriores, con el fin de
7
18
SD
aplicar estrategias orientadas a disminuir y
neutralizar el rebrote de las acciones violentas de la guerrilla, así como para contener su retorno a aquellas zonas de donde
había sido expulsada, reeditando el esfuerzo para debilitar al máximo y desvertebrar
todo tipo de estructuras guerrilleras.
Reeditar los informantes
de las tomas guerrilleras de poblaciones. Por
algo la guerrilla, en represalia, realizó muchos
atentados terroristas contra esos soldados. De
otro lado, la recuperación de la seguridad en
las carreteras se logró, no solo con una mayor presencia en ellas de la Fuerza Pública,
sino por la colaboración activa de la población
organizada en “Redes de Cooperantes”, que
contribuyeron a evitar decenas de atentados,
estuvieron detrás de centenares de capturas
de terroristas y permitieron la desarticulación de muchas estructuras de milicianos
de la guerrilla y de otros grupos irregulares.
Sin embargo, a pesar de su éxito, estos
programas se han venido a menos, en el caso
de los “Soldados de mi Pueblo”, y se han prácticamente desmontado, en el caso de las “Redes de Cooperantes”.
Sería conveniente que el Gobierno analizara
seriamente la posibilidad de volver a reeditar
estos programas muy útiles para contrarrestar
el rebrote de las acciones violentas de la guerri-
Sería c
onven
iente
que el
Gobier
analiza
no
ra seri
amente
la pos
ibilidad
volver
de
a reed
itar est
progr
os
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uy útile
para c
s
ontrar
restar
el rebr
ote de
accio
las
nes vio
lentas
de
la gue
rrilla.
lla en buena parte ejecutadas por medio de sus organizaciones
de milicias, neutralizar sus planes de recuperar
terreno perdido y también para apoyar los programas de consolidación del control territorial
que están siendo amenazados precisamente
por esta nueva ofensiva de la guerrilla.
y los soldados campesinos
La ejecución masiva del programa
“Soldados de mi Pueblo” y el de las
“Redes de Cooperantes”, explica en
buena parte el enorme éxito de la Política de Seguridad Democrática en su
propósito de recuperar la soberanía del
Estado sobre el territorio.
El programa “Soldados de mi Pueblo”,
consistía en que los jóvenes de las poblaciones rurales prestaban su servicio
militar en su propio pueblo, se organizaban y entrenaban para apoyar la defensa de los puestos de policía que eran
blanco de los ataques de la guerrilla, reforzaban la seguridad de los municipios
para que los alcaldes pudieran gober-
nar y la población llevara una vida normal sin ser objeto unos y otros de las
amenazas de la guerrilla. Por su parte,
las “Redes de Cooperantes” eran civiles
voluntarios, desarmados, entrenados y
organizados por la Fuerza Pública para
que sirvieran de ojos y oídos del Estado
con el fin de prevenir ataques y atentados de los grupos irregulares.
La eficacia de los “Soldados de mi
Pueblo” para recuperar la seguridad
en las zonas rurales se manifestó en el
hecho de que más de dos centenares
de alcaldes pudieron retornar a ejercer
sus labores desde sus municipios y
se disminuyó radicalmente el número
CONCLUSIoN
Con ánimo constructivo, hemos hecho este
análisis sobre las causas que, en nuestra
opinión y de cara a las cifras, generan que
la situación de seguridad se haya deteriorado y demuestran la necesidad de introducir
ajustes en aquellos frentes que se revelan
más problemáticos. Seguramente el Gobierno ha advertido ya la necesidad de introducir
correctivos urgentes. Los asuntos mencio-
nados en este documento no son temas aislados, sino que se imbrican unos con otros,
lo que plantea la necesidad de redefinir la
estrategia de seguridad. Para ello es no solo
conveniente sino necesario, además, concitar el respaldo de los partidos políticos, de
las ramas del poder y de la ciudadanía, con
el fin de presentar un solo y unido frente contra los violentos.
19
SD
Primer Trimestre 2012
PERSISTE
EL DETERIORO DE
LA SEGURIDAD
21
SD
2012
RESUMEN
20
SD
En relación con años anteriores, durante el primer
trimestre de 2012 se sigue evidenciando un deterioro
de la seguridad nacional. Esto se evidencia en la persistencia del incremento de las actividades violentas
de los grupos armados irregulares, y en la constante
caída del número de combates contra estos grupos
por parte de las Fuerzas Militares. En efecto, en este
primer trimestre hubo un incremento de los atentados
contra la infraestructura económica nacional, los retenes ilegales, y los secuestros. También se presentó
un leve descenso de los ataques guerrilleros contra la
Fuerza Pública, originado por una disminución de la
actividad armada del ELN. Finalmente, aunque el número de bajas de la guerrilla aumentó por obra de dos
bombardeos de la Fuerza Aérea, el nivel de operatividad general de las Fuerzas Militares contra la guerrilla
ha seguido descendiendo.
El secuestro presentó un incremento del 11% con re-
ENERO
lación al año anterior y es el número más alto de los últimos cuatro años. A finales de febrero las FARC
anunciaron la suspensión del secuestro
a civiles y, de hecho, ya habían disminuido sus plagios en un 73% durante el primer
bimestre. Pero se evidencia que la delincuencia
común está relevando a las FARC como principal
agente del secuestro, razón por la cual la disminución
de los plagios de este grupo guerrillero ha disminuido
solo en 9% el total de los secuestros extorsivos, ya
que la delincuencia común sigue incrementando los
que son de su autoría. Arauca y Bogotá concentran
casi la mitad de los plagios, y es inquietante la utilización por los delincuentes de la zona fronteriza con
Venezuela para ocultar y negociar los secuestros.
FEBRERO
MARZO
22
SD
Los retenes ilegales presentaron el más alto nal al mismo nivel del año anterior. No obsincremento de los indicadores de seguridad tante, la disminución del número de ataques,
aquí analizados, al aumentar en un 400% con el índice de letalidad de estos –esto es, el
relación al año anterior, siendo el presente promedio de bajas de militares y policías por
trimestre el de más alto número de casos en ataque-, aumentó ligeramente de 0.47 bajas a
los últimos 6 años. Norte de Santander fue de 0.53, es decir, un 12%.
lejos el departamento que más alto número
Finalmente, en el número de combates por
presentó (8 casos), seguido de Cauca y Valle iniciativa de la Fuerza Pública contra los grudel Cauca (3 casos cada uno). Diez departa- pos irregulares se presenta una situación
mentos sufrieron estos ataques, y en prome- paradójica. De un lado, durante el presente
dio se presentó uno cada 3.6 días.
trimestre se registra una caída de 52% con
Los ataques contra la infraesrelación al año pasado, ese número
tructura económica nacional
de combates es el más bajo de
En el primer
aumentaron en este trilos últimos 5 años, y represenmestre en un 57% con
ta solo el 10% del número
trimestre
relación al año anterior,
de combates que desarrohubo un aumento
siendo el número más
lló la Fuerza Pública en el
de los sabotajes a
alto de los últimos
año 2008. De hecho, el
la
infraestructura
5 años.
Un 72%
número de ataques de la
de estos sabotajes económica, de los retenes guerrilla contra la Fuerlos sufrió la indusilegales y del secuestro. za Pública duplica el nútria petrolera, que
mero de combates por
Los ataques contra la
vio aumentado en
iniciativa de las Fuerzas
Fuerza Pública fueron
un 160% los ataques
Militares contra la guerrilos más numerosos en lla, con lo cual se evidenen su contra por parte
de la guerrilla, con un
5 años, exceptuando cia que la iniciativa la tiene
promedio de un sabotaje
la guerrilla y que las Fuerzas
el 2010.
cada 3 días. Norte de SanMilitares están a la defensiva.
tander concentró el 42% de los
Pero, de otro lado, los dos últimos
sabotajes económicos, y con relación
bombardeos de la Fuerza Aérea produjeal año anterior allí se incrementaron estos ac- ron un alto número de bajas en la guerrilla, lo
tos en un 150%; le siguieron Caquetá con un que generó la percepción contraria, es decir,
25%, y Arauca con 14% del total.
que las Fuerzas Militares están a la ofensiva
El número de ataques de los grupos irregula- mientras que la guerrilla se defiende. Es preres contra la Fuerza Pública disminuyó en un ciso señalar, por tanto, que esos dos comba15%, pero sigue siendo el más alto en los úl- tes no alteran por sí mismos la dinámica de
timos 5 años, con excepción del año anterior. la confrontación armada, ni recuperan por sí
De hecho, los ataques del presente trimestre solos la iniciativa para las fuerzas del Estado.
casi triplican los ocurridos en el año 2008. El Para que esto suceda, los ataques contunmayor incremento se vio en los ataques a las dentes del Estado tendrían que ser continuos
instalaciones de la Policía Nacional y en las y no esporádicos, y generar una caída en el
emboscadas. Es de subrayar que la disminu- número de acciones de la guerrilla en contra
ción de los ataques se debió en gran parte a la del Estado, de la sociedad y de la economía
caída de las acciones del ELN, pues las FARC nacional. Es lo que está por verse en el futuro.
prácticamente mantuvieron su nivel operacio-
1.secuestros
En los tres primeros meses del 2012 se registraron en Colombia 81 secuestros los cuales se configuraron como la cifra
más alta de los últimos cuatro años. En comparación con el
mismo periodo del año anterior se evidencia un incremento
del 11% al registrarse entre trimestres 8 casos más.
23
SD
Del total de los hechos del trimestre, el 51% correspondió
a secuestros extorsivos los cuales descendieron un 9% en
comparación con lo ocurrido entre enero y marzo de 2011.
Los secuestros simples concentraron el 49% restante y evidenciaron un aumento del 43%, pasando de 28 hechos en
el primer trimestre del año anterior a 40 en el mismo del
presente año.
En cuanto a los autores de los plagios, la delincuencia común fue responsable del 88% de los secuestros del periodo
mostrando un aumento frente al primer trimestre de 2011
del 54% pasando de 46 secuestros a 71. EL ELN fue el segundo grupo con el 9% de los secuestros sin mostrar ninguna variación entre ambos periodos. Las Farc se constituyeron
como el último grupo generador de secuestros en el país con
el 4% del total de los hechos y redujo su accionar en un 84%
en comparación con el mismo periodo de 2011, teniendo
en cuenta que durante el mes de marzo no realizaron ningún secuestro.
Del total de las víctimas de secuestro, el 47% (38) fueron liberadas por sus captores, fueron rescatadas el 25%
(20), permanecen en cautiverio el 14% (11), fueron liberadas bajo presión de las autoridades el 11% (9), se fugaron
el 2% (2) y murieron en cautiverio el 1% restante (1).
En términos departamentales, las mayores afectaciones
24
SD
se registraron en Bogotá con el 21% (17) de los secuestros del primer trimestre del 2012, seguido por Arauca
con el 19% (15), con el 10% (8) Nariño y con el 7% el
departamento de Cesar.
Los mayores aumentos entre los primeros trimestres de
2011 y 2012 se evidenciaron en el departamento de Tolima con un incremento del 400% al pasar de ningún caso
a 4, y en Bolívar (300%) al pasar de ningún caso a 3,
Arauca con un aumento del 200% pasando de 5 a 15 y en
Cesar con un aumento igual en términos de proporción
(200%) al pasar de 2 casos a 6 y en la capital del país
donde los plagios aumentaron un 183% pasando de 6 casos entre enero y marzo de 2011 a 17 durante los mismos
meses del presente año.
Habría que preguntarse si la frontera con Venezuela está
siendo utilizada por los secuestradores para ocultar a sus
plagiados y si esto ha contribuido a que sea Arauca el
departamento con más plagios en el país. Otra pregunta
que surge es si a mediano plazo el cese del secuestro por
parte de las FARC va a tener o no un impacto significativo
en la disminución total del secuestro en el país, puesto
que lo que se evidencia en el trimestre del presente año es
que, a pesar de que este grupo guerrillero disminuyó sus
plagios en un 84%, sin embargo los secuestros extorsivos
solo disminuyeron un 9%, debido a que el principal agente
del secuestro es la delincuencia común que ejecuta el 88%
de los plagios y aumentó sus secuestros en un 54% entre
los dos trimestres analizados.
Secuestros en Colombia entre
enero y febrero
2011-2012
Rótulos de fila
BOGOTA D.C.
ARAUCA
NARIÑO
CESAR
TOLIMA
META
NORTE SANTANDER
VALLE
BOLIVAR
CASANARE
CAQUETA
ATLANTICO
CHOCO
ANTIOQUIA
BOYACA
LA GUAJIRA
CALDAS
CUNDINAMARCA
CAUCA
CORDOBA
GUAVIARE
HUILA
PUTUMAYO
VICHADA
Total general
2011
6
5
10
2
0
2
3
7
0
2
3
1
2
4
0
0
2
3
7
4
1
3
5
1
73
2012
17
15
8
6
4
4
4
4
3
3
3
2
2
2
1
1
1
1
0
0
0
0
0
0
81
Var% par%2012
183%
21%
200%
19%
-20%
10%
200%
7%
400%
5%
100%
5%
33%
5%
-43%
5%
300%
4%
50%
4%
0%
4%
100%
2%
0%
2%
-50%
2%
100%
1%
100%
1%
-50%
1%
-67%
1%
-100%
0%
-100%
0%
-100%
0%
-100%
0%
-100%
0%
-100%
0%
11%
100%
Fuente: Dirección operativa para la defensa de la libertad personal, procesado por Centro Seguridad y Democracia.
25
SD
Número de retenes entre enero y marzo
2011-2012
2.RETENES
Durante el primer trimestre del 2012 se registraron en el
territorio colombiano 25 retenes, los cuales en comparación con el mismo trimestre de 2011, registra un aumento del 400% al pasar de 5 casos entre enero y marzo de
2011 a 25 en el mismo periodo del presente año.
En cuanto a la autoría de los
retenes ocurridos en el primer
trimestre de 2012, el
76%
fueron cometidos por las FARC, el
12% por el ELN, el 8% por las Bacrim y
el 4% por los grupos sin determinar.
DEPTO.
Norte de santander
Cauca
Valle
Guajira
Meta
Nariño
Risaralda
Antioquia
Caquetá
Chocó
Arauca
Total general
2011
1
0
0
0
0
0
0
0
0
1
3
5
2012
8
3
3
2
2
2
2
1
1
1
0
25
Var%
700%
300%
300%
200%
200%
200%
200%
100%
100%
0%
-100%
400%
par%2012
32%
12%
12%
8%
8%
8%
8%
4%
4%
4%
0%
100%
Fuente: Centro Seguridad y Democracia
a 3. De los 10 departamentos donde se
presentaron retenes en el presente año,
8 no habían presentado ningún caso en el año anterior.
27
SD
3.COMBATES
26
SD
En cuanto a la autoría de los retenes ocurridos en el primer trimestre de 2012, el 76% fueron cometidos por las
FARC, el 12% por el ELN, el 8% por las Bacrim y el 4%
por los grupos sin determinar. Todos los autores de los
retenes ilegales mostraron aumentos entre los primeros
trimestres de 2011 y 2012, siendo el mayor el evidenciado por el ELN (300%) al pasar de ningún caso durante el
primer trimestre de 2011 a 3 en el mismo trimestre de
2012. Le siguieron en aumento los retenes perpetrados
por las Farc los cuales crecieron un 280% pasando de 5 a
19, los cometidos por las Bacrim con un 200% más que
en el primer trimestre de 2011 (de ninguno a 2).
A nivel departamental, los retenes entre enero y marzo de
2012 se concentraron en Norte de Santander (32%), y en
Cauca y Valle del Cauca con el 12% en cada uno. A pesar
que solo se registraron hechos de este tipo en el 30% de
los departamentos del territorio nacional durante los tres
primeros meses de 2012, en la mayor parte de ellos se
registraron aumentos siendo el más significativo el registrado en Norte de Santander, (700%) al pasar de 1 caso
entre enero y marzo de 2011 a 8 en los mismos meses de
2012. Le siguieron los aumentos en Cauca y Valle del Cauca con un 300% más en cada uno, al pasar de ningún caso
Entre enero y marzo se registraron en Colombia 44 combates
por iniciativa de la Fuerza Pública, los cuales en comparación
con los mismos meses de 2011 muestran un descenso del
52% con 46 contactos armados menos. Así mismo, la cifra de
combates este trimestre se consolida como la más baja de los
últimos cinco años.
Número de combates por iniciativa de la Fuerza Pública entre
enero y marzo
2011-2012
28
SD
El grupo más combatido durante
el primer trimestre de 2012 fueron
las FARC con el 88% de los combates del periodo, le siguieron los
DEPTO.
2011
2012
Var%
par% 2012
combates contra las bandas emerMETA
32
7
-78%
16%
gentes al igual que los entablados
ANTIOQUIA
7
6
-14%
14%
contra el ELN con un 5% en cada
CAQUETA
8
5
-38%
12%
uno.
Al comparar la dinámica de los
CAUCA
7
4
-43%
9%
grupos
combatidos entre los primeARAUCA
8
3
-63%
7%
ros trimestres de 2011 y 2012, toCESAR
0
2
200%
5%
dos los grupos registraron descenCORDOBA
1
2
100%
5%
sos siendo el mayor el presentado
NORTE SANTANDER
1
2
100%
5%
contra el ELN (-67%) al pasar de 5
a 2, los combates contra las FARC
PUTUMAYO
0
2
200%
5%
con un descenso entre los primeros
TOLIMA
5
2
-60%
5%
trimestres del 2011 y el 2012 del
BOYACA
0
1
100%
2%
51%, al pasar de 78 contactos arCHOCO
5
1
-80%
2%
mados a 38 y con la menor reducGUAVIARE
2
1
-50%
2%
ción entre trimestres los combates
contra las Bacrim (-33%) al pasar
HUILA
4
1
-75%
2%
de 3 a 2.
RISARALDA
0
1
100%
2%
A pesar de la notable reducción
SANTANDER
0
1
100%
2%
en el número de combates entre
VALLE
0
1
100%
2%
los primeros trimestres de 2011 y
VICHADA
2
1
-50%
2%
2012 el índice de letalidad de estos
-expresado en el promedio de bajas
BOLIVAR
1
0
-100%
0%
por combate-, aumentó ostensibleCALDAS
1
0
-100%
0%
mente como resultado de las opeCASANARE
1
0
-100%
0%
raciones “Faraón” y “Armagedón”
GUAJIRA
1
0
-100%
0%
en las cuales en dos bombardeos
fueron dados de baja 69 guerrilleNARIÑO
2
0
-100%
0%
ros de las FARC, dando como resulQUINDIO
1
0
-100%
0%
tado un incremento en el índice de
Total general
89
43
-52%
100%
letalidad de las Fuerzas Militares de
Fuente: Centro Seguridad y Democracia
un 370% al pasar de 0,62 bajas por
combate en 2011 a 2,91 en 2012.
La mayor letalidad durante el 2012
se registró en los combates por iniciativa de la Fuerza Pública contra las FARC con
3,11 bajas por combate seguida por la letalidad contra el ELN con 2,50 bajas por
combate.
En términos departamentales, en el 54% del territorio nacional se registraron
combates por iniciativa de la Fuerza Pública siendo el departamento del Meta el de
mayor operatividad al registrar la mayor cantidad de combates del primer trimestre de 2012 con el 16%. Le siguieron los departamentos de Antioquia con el 14%,
Caquetá con el 12%, Cauca con el 9% y con el 7% el departamento de Arauca.
Así mismo, los mayores aumentos entre trimestres se presentaron en los departamentos del Cesar y Putumayo, donde se pasó de ningún combate entre enero y
marzo de 2011 a 2 en los mismos meses de 2012; en Córdoba y Norte de Santander donde los combates por iniciativa de la Fuerza Pública aumentaron un 200% y
Boyacá donde se registró un incremento del 100%.
4. ataques
Los ataques de los grupos irregulares contra la Fuerza Pública, los
cuales se entienden para el análisis como los hostigamientos, emboscadas y ataques contra instalaciones tanto militares como policiales,
descendieron un 15% pasando de 115 entre enero y marzo de 2011 a
98 durante los mismos meses de 2012.
29
SD
Las FARC fueron responsables del 90% de los ataques contra la Fuerza Pública ocurridos durante el primer trimestre de 2012 y en comparación con el mismo trimestre de 2011 se evidenció un leve descenso
(-1%) pasando de 88 a 89 casos. Le siguieron los ataques perpetrados
por grupos no identificados con una concentración del 6% y con un
descenso del 54% pasando de 13 ataques durante el primer trimestre de 2011 a 6 en el mismo periodo de 2012, los ataques realizados
por las Bacrim con el 3% mostrando entre trimestres un aumento del
200% al pasar de 1 caso a 3 y con el 1% restante el ELN, los cuales redujeron su accionar en un 92% pasando de 12 casos a 1. En resumen,
se puede verificar que las FARC prácticamente mantuvieron su nivel
operativo en los dos últimos años, mientras que la caída en la operatividad del ELN explica en su mayor parte el descenso de los ataques
de los grupos irregulares contra la Fuerza Pública.
La modalidad de ataque más utilizada por los grupos irregulares
contra la Fuerza Pública fueron las emboscadas que representaron el
43% del total de los hechos del trimestre en cuestión. Le siguieron los
hostigamientos con el 31%, los ataques contra las instalaciones de la
Policía Nacional con el 19% y, finalmente, los ataques contra las instalaciones de las Fuerzas Militares con el 7%.
Tipos de ataques de los grupos irregulares contra la
Fuerza Pública
entre enero - marzo2011-2012
Tipo de ataque
2011
2012
Var%
Par% 2012
Emboscada
Hostigamiento
Ataque instalación Policía Nacional
Ataques instalación Fuerzas Militares
Total general
37
59
11
8
115
42
30
19
7
98
14%
-49%
73%
-13%
-15%
43%
31%
19%
7%
100%
Fuente: Centro Seguridad y Democracia
30
SD
Al analizar el comportamiento
de las modalidades usadas por
Número de ataques por iniciativa de los
los grupos irregulares contra la
grupos irregulares entre enero y marzo
Fuerza Pública, se evidenciaron
2011-2012
aumentos en los ataques conDEPTO.
2011
2012
Var%
Par% 2012
tra las instalaciones de la Policía
CAUCA
22
28
27%
29%
Nacional con el mayor aumento
NORTE SANTANDER
9
21
133%
21%
entre trimestres (73%) pasando
ANTIOQUIA
5
9
80%
9%
de 11 acciones en 2011 a 19 en
CAQUETA
9
7
-22%
7%
NARINO
14
7
-50%
7%
2012 y en las emboscadas las
ARAUCA
17
6
-65%
6%
cuales crecieron un 14% al paMETA
4
5
25%
5%
sar de 37 hechos a 42. A su vez,
PUTUMAYO
5
5
0%
5%
se registraron descensos entre
VALLE
6
3
-50%
3%
los primeros trimestres de 2011
GUAJIRA
2
2
0%
2%
HUILA
3
2
-33%
2%
y 2012 en los hostigamientos
BOLIVAR
1
100%
1%
(-49%) pasando de 59 casos enCHOCO
3
1
-67%
1%
tre enero y marzo de 2011 a 30
TOLIMA
7
1
-86%
1%
en los mismos meses de 2012, y
CALDAS
1
0
-100%
0%
en los ataques contra instalacioCASANARE
2
0
-100%
0%
nes de las Fuerzas Militares los
CESAR
1
0
-100%
0%
CORDOBA
2
0
-100%
0%
cuales descendieron un (13%)
CUNDINAMARCA
1
0
-100%
0%
pasando de 8 casos a 7.
QUINDIO
1
0
-100%
0%
El índice de letalidad de los ataVICHADA
1
0
-100%
0%
ques
de los grupos irregulares
Total general
115
98
-15%
100%
contra la Fuerza Pública –o sea,
Fuente: Centro Seguridad y Democracia
el promedio de bajas de militares y policías por cada ataque
de la guerrilla–, aumentó un 13%
entre los primeros trimestres de
2011 y 2012 al pasar de 0,47 bajas
por ataque a 0,531.
En términos geográficos, de los 33 departamentos que conforman el territorio nacional
en el 42% se registraron ataques entre los
meses de enero y marzo del 2012, siendo los
más afectados los departamentos de Cauca
con el 29% del total de los ataques del trimestre. Le siguieron Norte de Santander con el
21%, Antioquia con el 9%, Caquetá y Nariño
con el 8% en cada uno y Arauca con el 6%.
Al comparar la dinámica regional de los ataques entre los primeros trimestres de 2011 y
2012, los mayores aumentos de ataques contra la Fuerza Pública se registraron en los departamentos de Norte de Santander (133%)
al pasar de 9 casos a 21, Bolívar (100%)
donde se pasó de ningún caso a 1, Antioquia
con un incremento del 80% (de 5 a 9), Cauca
donde las acciones ofensivas contra la Fuerza
Pública aumentaron un 27% pasando de 22
a 28 y Meta con un incremento del 25% al
pasar de 4 ataques a 5.
5. El índice de letalidad de
los ataques de los grupos
irregulares contra la
Fuerza Pública –o sea,
el promedio de bajas
de militares y policías
por cada ataque de la
guerrilla–, aumentó un
13% entre los primeros
trimestres de 2011 y 2012
al pasar de 0,47 bajas por
ataque a 0,531.
SABOTAJE
Las acciones de sabotaje, las cuales pretenden alterar la economía local
y nacional por medio de ataques a las distintas infraestructuras económicas del país, aumentaron un 55% con respecto al tercer trimestre del
31
SD
año anterior, pasando de 64 a 99. De los últimos
9 años, el tercer trimestre de 2011 se configura
como la tercera cifra más alta en cuanto a número
de sabotajes.
Entre enero y marzo de 2012, la modalidad de
sabotaje más utilizada por los grupos irregulares
fueron los ataques contra la infraestructura petrolera con el 72% del total de los hechos del trimestre evidenciando, en comparación con el mismo
trimestre del 2011, un ascenso del 160% al pasar
de 10 casos a 26. Le siguieron los ataques contra
la infraestructura energética con el 14% de los casos, mostrando una reducción del 44% en comparación con el primer trimestre de 2011 al pasar de
9 a 5, los ataques contra la infraestructura vial con
un 11% y con un incremento en comparación con
el mismo trimestre de 2011 del 33% al pasar de
3 a 4 casos y con el 3% restante los ataques contra la infraestructura de las comunicaciones, sin
ninguna variación en comparación con el primer
trimestre de 2011.
Número de sabotajes contra la infraestructura económica entre enero y marzo
2011-2012
DEPTO.
Norte de santander
Caquetá
Arauca
Cauca
Antioquia
Chocó
Meta
Nariño
Casanare
Guajira
Guaviare
Total general
2011
6
1
6
0
4
0
0
2
1
2
1
23
2012
15
9
5
3
1
1
1
1
0
0
0
36
Var%
150%
800%
-17%
300%
-75%
100%
100%
-50%
-100%
-100%
-100%
57%
Fuente: Centro Seguridad y Democracia
32
SD
La distribución porcentual de los autores de las
acciones de sabotaje, presentadas entre enero y
marzo de 2012, ubican a las FARC como el principal generador de los hechos al concentrar el 94%
de los casos (34), y evidenciaron el único aumento al comparar los primeros trimestres de 2011
y 2012 al pasar de 17 casos a 34 (100%). Le siguieron en concentración los grupos sin identificar,
dentro de los que se cuenta a la delincuencia común,
con el 3% al igual que el ELN. Estos dos últimos grupos mostraron descensos en su accionar, el primero
mostró una reducción del 75% y el segundo del 50%.
En términos departamentales, las mayores afectaciones en cuanto al número de sabotajes se presentaron en los departamentos de Norte de Santander
con el 42% de los sabotajes ocurridos en Colombia
durante el primer trimestre de 2012. Le siguieron los
departamentos de Caquetá con el 25%, Arauca con
el 14% y con el 8% el departamento de Cauca. Así
mismo, se registraron aumentos entre los primeros
trimestres de 2011 y 2012 en los departamentos de
Caquetá pasando de 1 caso a 9 (800%), Cauca con un
incremento del 300% al pasar de ningún caso entre
enero y marzo de 2011 a 3 en los mismos meses de
2012 y Norte de Santander donde los sabotajes contra la infraestructura económica aumentaron un 42%
al pasar de 6 acciones a 15.
par% 2012
42%
25%
14%
8%
3%
3%
3%
3%
0%
0%
0%
100%
33
SD
tonces que si se quiere disminuir
de manera importante la violencia
y el crimen, la primera urgencia es
desarticular las bandas de crimen
organizado y los grupos armados
irregulares, y golpear duramente el
mercado negro de armas ilegales
que está detrás de la inmensa mayoría de los delitos.
ARMAS LEGALES Y SEGURIDAD:
¿SIRVE LA PROHIBICIÓN?
P
34
SD
or cuenta de la medida adoptada por
el recién posesionado alcalde de Bogotá, Gustavo Petro, se ha revivido en el
país el debate sobre la conveniencia o
inconveniencia de restringir el porte legal de
armas cortas por parte de la población civil.
Queremos sumarnos a esta discusión aportando algunos argumentos en contra de dicha
restricción. Los argumentos que aquí expondremos buscan animar el debate público y
llamar la atención de aquellos que piensan
que con la prohibición de las armas legales se
solucionarán como por ensalmo las preocupantes situaciones de seguridad que aún vive
el país. Para compensar la escasez de análisis
nacionales rigurosos y concienzudos sobre el
tema, es pertinente apelar a la experiencia y a
los análisis comparativos internacionales para
procurar evitar repetir los errores cometidos
en otras latitudes.
Colombia: a pesar de los avances,
persiste la violencia
Para empezar, solo un vistazo panorámico a nuestra situación de seguridad. A pesar de los avances alcanzados en los últimos años, y que han
reducido la tasa de homicidio a cerca
de la mitad de lo que era hace poco
más de una década, Colombia está aún
lejos de tener una situación aceptable de
seguridad. De hecho, según Naciones Unidas, con 36 homicidios por cien mil habitantes tenemos la quinta tasa de homicidio más
alta del área después de Honduras, Salvador,
Venezuela y Guatemala. Un país como México que ha adquirido notoriedad en la prensa
mundial por el incremento reciente de su violencia homicida tiene, sin embargo, una tasa
de homicidio que equivale a una quinta parte
de la nuestra. Adicionalmente, en el conjunto
de las 27 principales ciudades de Colombia
–cada una con más de 200 mil habitantes– el
número de secuestros del año 2011 ha sido
el más alto de los últimos tres años; el hurto de automotores el más alto de los últimos
cinco años, exceptuando el año 2010; el hurto
a entidades financieras el más alto de los últimos ocho años; el hurto a personas el más
alto de los últimos nueve años, y el homicidio
el más alto de los últimos seis años, exceptuando el 2010.1 Así, las disminuciones re1. Ver, Revista Seguridad & Democracia. Universidad
Sergio Arboleda, Centro Seguridad y Democracia. Bogotá,
Edición 001, diciembre de 2011.
cientes de la violencia en nuestro país son de
una muy preocupante y reducida gradualidad,
que de continuar en los próximos años nos
colocarían frente a un horizonte temporal muy
amplio de persistencia de tasas de violencia
relativamente altas.
Crimen organizado y armas ilegales,
principal causa del delito
Pero está suficientemente demostrado que
la violencia y el homicidio en Colombia tienen
como causa principal la acción violenta de las
estructuras del crimen organizado, las cuales,
por definición, no usan armas legales, sino
armas sin registros ni salvoconductos, es decir, armas ilegales. Además de que en nuestro
medio por cada arma legal hay cerca de cinco armas ilegales, estas armas ilegales son
responsables del 96 % de los homicidios
y otros delitos en el país. En efecto, en
el año 2001 el Ministerio de Defensa
Nacional presentó un estudio según
el cual sólo el 3.8 % de las armas
involucradas en homicidios eran
legales, aunque sin discriminar
cuántos de estos homicidios correspondían a legítima defensa
y cuántos a hechos delictivos.2
En consecuencia, la restricción
al porte de armas legales solo
tendría, en el mejor de los casos, un impacto muy marginal
en la reducción de la violencia
en el país. Se puede concluir en2. Ministerio de Defensa Nacional de Colombia Homicidio
y Control de Armas en Colombia. 2001. Disponible en:
www.mindefensa.gov.co
En Colombia no hay armamentismo civil
De otra parte, Colombia no se caracteriza
por tener una amplia proliferación de armas
legales entre la población. Esa cultura armamentista, que existe en otros países, es ajena
a nuestro entorno. En efecto, si nos comparamos con otros países, veremos, por ejemplo,
que mientras en Colombia hay un arma legal
por cada 45 habitantes, en Argentina hay un
arma por cada 15 habitantes, en Estados Unidos una por cada 1.5 habitantes, y en Suiza
un arma por cada habitante. Es decir, en proporción a su población, Colombia tiene tres
35
SD
por
cada arma legal
hay cerca de
cinco armas
ilegales, estas
estas armas
armas
ilegales
ilegales son
son responsables
responsables del
del
96 %
de los
homicidios y otros
delitos en el
país.
36
SD
veces menos armas que Argentina y treinta
veces menos que Estados Unidos. Esta brecha es aún más amplia si nos comparamos
con Finlandia, Israel o Nueva Zelanda. Y todos
estos países tienen tasas de crimen mucho
menores que las colombianas.
De la misma manera, Colombia es un país
que se caracteriza por tener una de las legislaciones más exigentes y restrictivas sobre el porte y la tenencia de armas entre
sus ciudadanos. Así por ejemplo, mientras
en Estados Unidos solamente es necesario
tener cierta edad y esperar unos días para
acceder al arma, en Colombia es necesario
que el ciudadano pruebe ante las autoridades la necesidad de tener un arma para su
defensa, realizar un curso de manejo de armas, aprobar unas pruebas sicológicas, no
tener antecedentes judiciales, entre otros
requisitos. Cualquier ciudadano que lo haya
intentado puede dar testimonio del camino
tortuoso que significa en este país acceder
legalmente a un arma. En contraste, con los
contactos necesarios el acceso a cualquier
tipo de armas ilegales es expedito, su precio es cinco veces menor que el de un arma
legal, existe una amplia oferta y disponibilidad de todo tipo de armas, y son muchas
las modalidades de acceso, que van desde
la venta hasta el alquiler temporal por precios irrisorios.
Más armas legales, menos delitos
Pero tampoco está demostrado que a mayor disponibilidad de armas legales entre la
población haya un mayor número de delitos.
Son muchos los ejemplos internacionales que
más bien demuestran lo contrario, es decir,
que existe una coincidencia entre una alta
tasa de armas legales y un bajo número de
delitos. Por ejemplo, Suiza tiene la más alta
tasa de armas legales del mundo entre su población, pero su tasa de delitos es solo una
pequeña fracción de la que existe en su vecina
Alemania donde son muy duras las restricciones a la tenencia y porte de armas entre los
civiles. La comparación puede hacerse entre
Nueva Zelanda y Australia: alta disponibilidad
de armas y poca delincuencia en la primera,
muchas restricciones y más alta delincuencia
en la segunda. Israel, con muy alto armamentismo civil, tiene menos crimen que Canadá,
donde las armas están prohibidas. Pero viniendo a un entorno más cercano, podemos
corroborar que, por ejemplo, Argentina tiene
tres veces más armas legales que Colombia,
pero simultáneamente su tasa de criminalidad es cuatro veces menor que la nuestra.
Esta coincidencia internacional entre un
alto número de armas legales en la población y bajas tasas de delitos también se
cumple en nuestro entorno nacional. En
efecto, si comparamos algunas de nuestras
ciudades principales vemos cómo algunas
de ellas tienen tasas altas de armas legales entre la población y al mismo tiempo
presentan tasas relativamente bajas de delitos y de homicidios, como son los casos
de Bucaramanga y Popayán. En contraste,
otras ciudades con bajas tasas de armas
legales tienen no obstante altas tasas de
crimen y de homicidio, por ejemplo Cali y
también Pereira. Lo que hace la diferencia
es la baja presencia del crimen organizado
en las primeras y su alta presencia, factor
que también en el conjunto del país es el
que determina la frecuencia del delito con
sus armas ilegales.3
Los estudios de John Lott4 para el caso de
Estado Unidos, también parecen demostrar
la falta de correspondencia entre disponibilidad de armas legales y altas tasas de delitos.
Argentina tiene 3 veces más armas
legales per cápita que Colombia, pero
su tasa de crimen es 4 veces menor. Se
explica porque en Colombia hay muchas
más armas ilegales, responsables del
96%
d e
lo s
d e l i t o s.
3. Ver, Violencia, Crimen y Tráfico Ilegal de Armas en
Colombia. UNODC- Fundación Seguridad y Democracia,
Bogotá, 2006.
4. Ver, John, Lott. More Guns, Less Crime. Understanding
Crime and Guns Control Laws. The University of Chicago
Press, Chicago, 1998.
Incluso este autor va más allá y después de
haber estudiado el caso de Estados Unidos
durante 20 años, haciendo un acopio de información no igualado en ningún otro análisis,
su principal conclusión es que entre más armas legales disponga el público, menos crimen habrá en la sociedad. Así, según Lott, los
29 estados que permiten las armas han tenido reducciones dramáticas en el crimen, en
particular los asesinatos, las violaciones y los
asaltos agravados. Sus tasas de crimen cayeron en relación con los Estados que prohíben
las armas. Según las cifras oficiales recopiladas por Lott, los homicidios son un 81 % más
bajos en los Estados donde hay libre porte de
armas.
El desarme desprotege a la población
Más aún, según Lott, el paso de la permisión a la prohibición tiene consecuencias muy
negativas para la seguridad. Así, antes de la
prohibición Washington tenía una tasa de homicidio 28 % más alta que el promedio de las
grandes ciudades en Estados Unidos. Veinte
años después de la prohibición esa misma
tasa era un 98 % más alta que ese mismo
promedio. Según el criminalista Joyce Lee
Malcom5, la ley que en Inglaterra prohibió
en 1977 el porte de armas, es la principal
causa del aumento de los delitos. Se refiere
este analista a que antes de la prohibición la
gente estaba armada, había poca delincuencia y la policía, los famosos “bobbies”, estaban desarmados; diez años después la gente
está desarmada, la delincuencia se disparó y
los “bobbies” tuvieron que armarse. Solo en
2005 aumentaron en Inglaterra un 50 % los
crímenes violentos. Desde que en 1996 prohibieron en Australia las armas, los asaltos
con armas ilegales han aumentado un 44 %.
La experiencia colombiana también es digna
de mención: la ciudad de Medellín ha restringido durante los últimos años el porte de ar5. JOYCE, Lee Malcolm. Guns & Violence : The English
Experience. Harvard University Press, Cambridge ,2000.
Citado por MACIEL, Guillermo. Armas de Fuego, Seguridad
y Delincuencia. En, tacticalcg.com/Articulos/Armas de
Fuego.pdf
37
SD
38
SD
mas legales, y durante esos mismos años el bieran estado armados. Adicionalmente, un
homicidio no ha dejado de crecer.
estudio en Estados Unidos demostró que el
Todo lo anterior tiene sentido si analizamos 34 % de los delincuentes presos fue asuslos hechos a la luz de la teoría económica del tado, herido o capturado por una víctima
crimen, que establece que todo criminal tie- que en el momento del asalto criminal se
ne su propia racionalidad y antes de actuar encontraba armada.
hace un balance entre los beneficios potenPero este efecto disuasorio de las armas
ciales y los riesgos eventuales de cometer legales contra el delito, no convierte a quieuna fechoría. Es de bulto que una víctima nes las portan en un factor de inseguridad y
desarmada representa un menor riesgo para violencia. De acuerdo con el estudio de Lott,
el delincuente que una víctima armada,
en el 85 % de los casos en que se usó un
y que, por tanto, el desarme general
arma legal el agresor atacó primero
Para
reduce los costos de los delincuena su víctima. El 91 % de los que
un delintes y los induce a incrementar su
cuente, la pres- se defendieron con su arma no
actividad criminal. Esto ocurre
tuvieron necesidad de herir o
encia de un vigiporque mientras la ciudadanía
matar a su agresor, aún cuanlante armado es un do en un 60 % de los casos la
que está dentro de la ley es
desarmada, los delincuentes factor más disuasivo víctima fue atacada por dos o
continúan armados aún des- que la de uno desar- más delincuentes. Detalle de
mado. La disuasión no menor importancia es que
pués de la prohibición.
En contra del porte de armas se demuestra con el en el 80 % de los casos la vícse argumenta que quien posee hecho de que en los tima llevaba el arma oculta,
un arma tiene 40 veces más últimos cuatro años sin hacer ninguna ostentación
posibilidades de morir violen- los vigilantes priva- de ella.
tamente que quien no la tiene. dos en Colombia
La disuasión también opera
Es un argumento sofístico. solo han tenido que para el caso de la vigilancia
También podría decirse que usar sus armas en 23 privada. Para un delincuente,
quien usualmente conduce un ocasiones, es decir, la presencia de un vigilante arautomóvil tiene muchas veces
en el 0.093 % de las sit- mado es un factor más disuamás posibilidades de morir en
sivo que la de uno desarmado.
uaciones de peligro.
un accidente automotriz que
La disuasión se demuestra
quien anda a pie, pero esto
con el hecho de que en los últino se puede esgrimir como armos cuatro años los vigilantes
gumento para prohibir los auprivados en Colombia solo han
tomóviles. Ni quien porta un arma ni quien tenido que usar sus armas en 23 ocasiones,
conduce un automóvil está condenado por es decir, en el 0.093 % de las situaciones
ese solo hecho a morir violentamente.
de peligro. Esto demuestra también que los
vigilantes no usan su arma en forma indiscriLas armas legales disuaden a los delincuentes minada, que no representan un riesgo para
En contraste, debe acentuarse el com- los ciudadanos, y que los delincuentes sí son
probado efecto disuasorio que frente a los disuadidos por los vigilantes armados. Adicriminales conlleva portar un arma. Según cionalmente, la poca cultura armamentista
Lott, cada 13 segundos un norteamericano de nuestro país también se corrobora si se
usa un arma para defenderse de un crimi- tiene en cuenta que solo hay disponible un
nal; el 16 % de quienes se han defendido arma legal por cada cuatro vigilantes pricon un arma tienen la certeza de que hubie- vados.6
ran resultado muertos o heridos si no hu- 6. El Tiempo, lunes 16 de enero de 2012, página 3.
Después de la
prohibición de las
armas legales, los
crímenes violentos
aumentaron un 50%
en Inglaterra y un
44% en Australia.
Mantener el control nacional sobre las armas
Finalmente, son mezquinos los argumentos
que señalan que por el hecho de que en Colombia el monopolio de la fabricación y venta
de armas legales lo tiene el Ejército Nacional,
esta institución estaría interesada en la proliferación de armas entre la población. Es un argumento improcedente a favor de la prohibición.
En primer lugar, como hemos visto, en Colombia no hay una cultura armamentista generalizada entre la población y el mercado legal de
las armas es estructuralmente restringido, lo
que no hace de su producción y venta un gran
negocio, económicamente hablando. En segundo lugar, los ingresos por este rublo son francamente marginales con respecto al presupuesto
total de las Fuerzas Militares. Y en tercer lugar, porque aunque formal y legalmente es el
Ejército el que autoriza o restringe el porte de
armas en los departamentos y municipios del
país, esta institución está adscrita al Ministerio
de Defensa Nacional y se encuentra sometida
a las determinaciones del poder civil en cuestiones de seguridad nacional y ciudadana; por
tanto, según la legislación actual, es el Gobierno
Nacional el que en última instancia tiene en sus
manos el control del porte de armas por parte de
los civiles.
En una situación tan compleja de seguridad como
la que aún vivimos los colombianos, es aconsejable que sea el Gobierno Nacional el que, a través
del Ejército Nacional, siga determinando cómo se
maneja el porte de las armas por civiles en los
departamentos y municipios del país, con el fin
de garantizar un manejo consistente del tema, en
coherencia con las políticas nacionales de seguridad. En consecuencia, por muy democrática y
civilista que parezca la iniciativa de darle autonomía a alcaldes y gobernadores para determinar si
en su jurisdicción se prohíbe o se permite el porte
de armas, esta medida puede atentar contra la
coherencia y desarticular las políticas y las estrategias nacionales de seguridad. Aún falta mucho
por andar en el camino de la normalización del
país en el campo de la seguridad para que semejante iniciativa sea recomendable.
39
SD
L
40
SD
SEGURIDAD URBANA:
MÁS RETROCESOS
QUE AVANCES
a evolución reciente de la seguridad urbana
en Colombia presenta un panorama bastante disparejo con estancamientos, avances y
retrocesos según las ciudades y los delitos
de que se trate. En efecto, en los últimos años el
homicidio urbano aparece prácticamente estancado, simultáneamente se han incrementado en
forma significativa las lesiones personales, el hurto a personas, a bancos y de vehículos, mientras
ha disminuido la piratería terrestre, el hurto al comercio y de residencias. O sea que de los 8 principales delitos que más afectan a los habitantes
de los centros urbanos, 4 presentan retrocesos,
en uno hay estancamiento y solo hay avances
claros en 3.
Como conclusión general se puede señalar que
en la actualidad Villavicencio es de lejos la ciudad
con los peores indicadores de seguridad, seguida
de Neiva y Cali. Las ciudades con los mejores indicadores son Bello, Medellín y Buenaventura. Y
En la actualidad Villavicencio
es de lejos la ciudad con
los peores indicadores de
seguridad, seguida de Neiva
y Cali. Las ciudades con
los mejores indicadores
son Bello, Medellín y
Buenaventura. Y las ciudades
que, sin ser las más seguras
ni las más inseguras, han
visto deteriorar de manera
más grave su situación de
seguridad en el último año
son Pasto, Cúcuta, Santa
Marta y Cartagena.
las ciudades que, sin ser las más seguras ni las
más inseguras, han visto deteriorar de manera
más grave su situación de seguridad en el último
año son Pasto, Cúcuta, Santa Marta y Cartagena.
41
SD
Homicidios en las 27 ciudades
principales
Hurto a personas en las 27
ciudades principales
43
SD
42
SD
HOMICIDIO
En el conjunto de estas ciudades, entre los años 2003
y el 2011 se registra una reducción del homicidio del
29%, al pasar de 10.853 casos en el 2003 a 7.736 en
el 2011, y de una tasa por cien mil habitantes promedio
51,3 a 36,5. Sin embargo, luego de una disminución
importante entre 2003 y 2008, este delito se resiste
a disminuir sustancialmente en los últimos años. De
hecho, se volvió a incrementar a partir del 2009, a tal
punto que en el año 2011 el número de homicidios
urbanos fue superior al que se presentó en el 2006,
2007 y 2008. Entre el 2010 y 2011 la reducción fue
de tan solo el 1%. Las ciudades con más altas tasas de homicidio son Palmira, Cali, Itagüí, Medellín
y Villavicencio. Pero son muy preocupantes los incrementos del último año en Santa Marta (19%), Pasto
(18%), Armenia (15%), Montería (15%) y Sincelejo
(15%). Las que menos tasas presentaron en el 2011
fueron Floridablanca, Bucaramanga, y Bogotá, D.C.
HURTO A PERSONAS
El hurto a personas es otro delito que presenta una tendencia
sostenida al alza desde hace 9 años. Hoy en las ciudades de Colombia hay el doble de hurtos a personas que hace 9 años. La
inmensa mayoría de los casos están relacionados con hurto de
teléfonos celulares, cuyo mercado negro es realizado por bandas
de crimen organizado que aprovechan la falta de reglamentación
y de control de las autoridades. Todavía no se ve un impacto positivo de los anuncios ni las medidas que se han tomado para atacar este mercado negro. Las ciudades con las más altas tasas de
hurtos por cien mil habitantes son: Villavicencio (640), Sincelejo
(475), Bucaramanga (470), Neiva (369) y Manizales (340). Las
que tienen menores tasas son Bello (26), Buenaventura (59) y
Medellín (61). Como se puede comprobar, existe diez veces más
riesgo de que a una persona le roben el teléfono celular en Villavicencio que en Medellín. También se registraron aumentos importantes de hurto a personas en Pasto –donde se duplicaron los
casos–, Cúcuta, Cartagena y Santa Marta.
Lesiones personales en las 27
ciudades principales
Hurto a entidades financieras en las
27 ciudades principales
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SD
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SD
LESIONES PERSONALES
Con relación a las lesiones personales no se ha avanzado
nada en los últimos nueve años, más bien se ha retrocedido,
como se evidencia en el hecho de que en el año 2011 se
presentó el mayor número de casos en los últimos 9 años,
excluyendo el 2009. Así, en el 2011 hubo un incremento de
21% con relación al 2003, y de 27% con relación al 2010.
La tendencia general es al alza. Las ciudades con más alta
tasa de lesiones personales por cien mil habitantes son: Villavicencio (356), Bucaramanga (387), Neiva (347), Barrancabermeja (326) y Pasto (291). Las que tienen menos tasa
son Bello (12), Itagüí (30) y Medellín (31). En Villavicencio
hay 30 veces más riñas que en Bello. Se presentaron aumentos importantes en Pasto (donde se triplicaron), Cúcuta (con
dos veces y media más riñas), Cartagena, Armenia, Santa
Marta, Cali y Barranquilla.
HURTO A ENTIDADES FINANCIERAS
Con la misma tendencia creciente en el largo
plazo se encuentra el hurto a entidades financieras, siendo el 2011 el año que registró el más
alto número de estos delitos en los últimos 8
años, con un incremento del 83% con relación al
2004 y de 76% con respecto al 2010. Las ciudades con mayores tasas fueron Itagüí, Barranquilla, Bogotá y Cali. Por razones de concentración
de la actividad del sector financiero, en Bogotá
ocurrió el 58% de los hechos, seguida por Barranquilla y Cali con 10% cada una, y Medellín
con un 9% del total.
En el 2011 se
registró el más
alto número
de hurtos a
entidades financieras de los últimos 8 años,
con un incremento del 83% con relación al
2004 y de 76% con respecto al 2010.
Hurto a vehículos en las 27
ciudades principales
Pirateria en las 27
ciudades principales
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SD
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SD
HURTO DE AUTOMOTORES
Aunque este delito descendió de manera significativa entre
el 2003 y el 2007, a partir de este último año el hurto de automotores también presenta una tendencia sostenida al alza,
pero menos acentuada que los anteriores delitos. Con todo,
el 2011 fue el año con mayor número de robos de automotores de los últimos 5 años, exceptuando el 2010. Las ciudades
con mayores tasas por cien mil habitantes en este delito son
Cali (92), Pasto (63), Bogotá (40), Medellín (36) y Barranquilla
(34). Con las menores tasas están Buenaventura, Sincelejo y
Armenia, cuyas tasas oscilaron entre 2 y 3, muy lejos de las
ciudades con las más altas tasas. Los mayores aumentos en el
último año se presentaron en Pasto –donde casi se triplicó el
delito–, Neiva y Villavicencio –casi duplican sus tasas–, Barranquilla y Popayán.
PIRATERÍA TERRESTRE
El delito urbano que presenta la más acentuada tendencia a la baja es el de la piratería terrestre, debido a que
una mayor presencia de las autoridades en las carreteras
y al mejoramiento de los sistemas de control en vehículos
de carga por parte de las empresas privadas, ha incidido
positivamente en su reducción. El 2011 tuvo solamente un
18% de los casos del año 2003. Sin embargo, las ciudades con el mayor número de casos en el último año fueron
Medellín que concentró el 28% de estos delitos, Bogotá
con 27%, Bello con 9%, Itagüí e Ibagué, ambas con 5%
del total. Los mayores aumentos se presentaron en Itagüí,
Cartagena, Ibagué, Barrancabermeja y Buenaventura.
Hurto a residencias en las 26
ciudades principales
Hurto de comercio en las 26
ciudades principales
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SD
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SD
HURTO DE RESIDENCIAS
Otro delito con tendencia a la baja es el
hurto de residencias, aunque con un descenso muy débil del 8% en los últimos 9
años. Las ciudades con más altas tasas
por cien mil habitantes son: Villavicencio
(285), Valledupar (106), Pereira (103),
Neiva (90), e Ibagué (67). Las que menos
tienen son Bello, Medellín y Soledad. Las
que tuvieron mayor incremento en el último año son Buenaventura, Pasto y Cúcuta, cuyas tasas oscilan entre 3 y 10. Es
impresionante constatar que la tasa de
hurto de residencias es 57 veces más alta
en Villavicencio que en Medellín.
HURTO A COMERCIO
Finalmente, aunque con importantes
oscilaciones, el hurto a comercio también ha descendido en los últimos años:
ha bajado un 18% en los últimos 9 años,
un 17% desde el 2009, y un 8% con relación al 2010. No obstante, las ciudades
con las más altas tasas por cada cien
mil habitantes son: Villavicencio (186),
Pereira (117), Neiva (113), Santa Marta
(90), y Valledupar (77). Las más bajas
tasas están en Sincelejo (4), y Medellín,
Palmira y Bello, cuyas tasas oscilan entre 10 y 12. Las ciudades donde se ha
agravado el delito en el último año son
Buenaventura –donde casi se triplicó el
delito–, Neiva y Pasto, cuyas tasas casi
se duplicaron, y Pereira, donde este delito aumentó un 64% en el 2011.
CONCLUSIÓN
Todavía queda mucho por hacer en lo que respecta a la seguridad ciudadana. No basta
con señalar que el homicidio es ahora el más bajo, pues su muy lenta caída en los últimos
años señala unos factores estructurales de persistencia que se empecinan en impedir que
Colombia logre las tasas promedio de la región o, incluso, de países con imagen reciente
de violentos, como México, que, no obstante sus complicaciones de seguridad, tiene una
tasa de homicidio por cien mil habitantes de 14, menos de la mitad de la nuestra.
Ese estancamiento en el homicidio urbano, junto con la tendencia creciente de los hurtos a personas, las lesiones personales y del hurto de vehículos, además del muy leve
descenso del hurto de residencias, se suman y se refuerzan y produce como resultado
que la mayor parte de la ciudadanía perciba que su entorno más cercano de seguridad se
sigue deteriorando. A todo esto se agrega una creciente sensación de desgobierno en ciudades como Bogotá que se han visto sacudidas por protestas ciudadanas que se salieron
de control, se convirtieron en asonadas y produjeron graves daños a la infraestructura de
movilidad, ante la mirada impasible de las autoridades, deteriorando aún más la sensación de seguridad ciudadana. Los nuevos alcaldes deben actuar de forma más decidida
y apoderarse del manejo de la seguridad de sus ciudades, para así enviar al menos el
mensaje tranquilizador a la ciudadanía, de que en su entorno hay alguien que se ocupa
directamente de hacer efectivo este derecho ciudadano.
R
50
SD
ROGER SCRUTON
Y LOS USOS DEL
PESIMISMO
oger Scruton es quizás uno de los filósofos más
polémicos hoy en el Reino Unido. Su obra es
muy diversa: más de treinta ensayos sobre filosofía, política, arte, arquitectura y música, novelas y relatos de ficción e incluso ha compuesto
el libreto y la música de dos óperas que han
llegado a ser representadas en Inglaterra. Entre
sus obras se podrían destacar las siguientes: The meaning
of Conservatism (1980), From Descartes to Wittgenstein:
A short history of modern Philosophy (1981), Thinkers of
the new Left (1985), An intelligent person’s Guide to Philosophy (1996), The Aesthetics of Music (1997), The need for
Nations (2004), A political Philosophy: Arguments for Conservatism (2006), News from somewhere (2004) y las dos
más recientes, I drink therefore I am: A philosopher’s Guide
to Wine, publicada en 2009, y The uses of pessimism and
the danger of false hope, en 2010.
Scruton se define a sí mismo como conservador “no porque quiera serlo, sino porque mi pensamiento me obliga
a ello”. Vivió en París los sucesos de Mayo del 68. Aquella
izquierda subversiva que estaba dispuesta a llevarse por
delante todas las instituciones académicas, y cuyo ideal era
la Revolución Cultural China ,
hizo emerger su conservadurismo: “yo quería conservar lo
que ellos pretendían destruir”.
Al final de los noventa, Scruton decidió instalarse a vivir,
con su mujer e hijos, en una
granja que posee en un pueblecito del condado de Wiltshire, al sureste de Inglaterra.
El último libro de Scruton,
The uses of pessimism and
La sociedad tiene
síntomas de haberse
dejado seducir por las
falacias de un puñado
de ilusionistas utópicos,
vendedores de sueños
irrealizables. Para
neutralizarlos, Scruton
apela a los pesimistas
razonables.
51
SD
the danger of false hope, publicado por
Ariel con el título Usos del pesimismo. El
peligro de la falsa esperanza, está dirigido
a los “pesimistas” razonables. Es decir,
a esas personas que creen que vivimos
en un momento de desconcierto ideológico, moral, cultural y político y buscan argumentos para combatir la sinrazón que parece haberse apoderado
de nuestra sociedad. Una sociedad que
da síntomas de haberse dejado seducir
por las falacias de un puñado de ilusionistas utópicos, vendedores de sueños
irrealizables.
Scruton rastrea en la historia, en la
psicología, en la filosofía y en la política
para analizar de dónde viene el poder
de sugestión de esos vendedores de falsas esperanzas y cuáles son las falacias
que se esconden tras sus discursos optimistas. Toma de Schopenhauer el significado del “optimismo” para conducir
al lector a la conclusión de que debe huir
de las utopías irrealizables y concentrar sus
energías en la defensa de la “libertad con
restricciones” y de la felicidad conseguida
con sacrificios: “En este libro examino el optimismo en el sentido en que Schopenhauer
llamaba su modalidad ‘perversa’ o ‘sin escrúpulos’, y analizo el papel que desempeña
el pesimismo cuando se trata de restablecer
el equilibrio y la sensatez en la dirección de
los asuntos humanos”.
Así pues, un “optimista sin escrúpulos”
será, para Scruton, aquel que quiere resolver los conflictos humanos aferrándose
siempre a la que considera solución ideal,
al “mejor caso posible”, y se niega a analizar cualquier otra posibilidad. Lejos de asumir la responsabilidad de equivocarse, estos “optimistas” siempre están dispuestos
a hacer recaer sobre otros la culpa de sus
errores, descalifican a quienes les critican o
tratan de poner freno a su afán reformador,
considerándolos “seres diabólicos” que, poseídos de un cinismo cruel, pretenden destruir “las esperanzas de la humanidad”.
El optimista sin escrúpulos actúa como un
devoto que dominado por la arrogancia que
le da su fe aspira a la mejora de “la espe-
Scruton revela que los
errores más obvios
son los más difíciles de
rectificar. Los optimistas sin
escrúpulos aceptan falacias
que se apoderan de su
mente y quedan adheridas
en lo más profundo de sus
emociones.
52
SD
cie”, al tiempo que ignora y desprecia las
necesidades de sus semejantes; no gusta
de soluciones individuales, sueña con planificaciones a gran escala, transformaciones
redentoras cuyas consecuencias desconoce.
En su optimismo y su afán redentor pone
en peligro, y a veces destruye, las instituciones y los procedimientos que podrían servir
para corregir los errores.
La falsa esperanza de estos optimistas,
advierte Scruton, nada tiene que ver con la
esperanza del que cree en una vida eterna,
que sabe que el Reino de Dios no es de este
mundo y “que cualquier intento de construir
el cielo en la tierra sería tan presuntuoso
como irracional”. Tampoco tiene que ver con
la forma de actuar de los que Scruton considera optimistas “con escrúpulos”, quienes,
antes de tomar una decisión, acuden a las
fuentes del conocimiento respetando la jerarquía del saber, consideran la posibilidad
de equivocarse y optan por la que piensan
será mejor decisión, asumiendo los riesgos
de un posible error.
El uso del pesimismo sirve de freno a la
falsa esperanza de los “optimistas sin escrúpulos” que están dispuestos a redimir a
los hombres y establecer el Reino de Dios
en la Tierra. “El pesimismo –escribe Scruton– nos enseña a no idealizar a los seres
humanos, para así perdonar sus errores y
podernos esforzar en privado para enmendarlos”.
El estudio de Scruton sobre los usos del
pesimismo “revelará un rasgo todavía más
interesante de la naturaleza humana: que
los errores más obvios son los más difíciles
de rectificar”. Esa dificultad de rectificar los
errores reside en el hecho de que las decisiones que llevaron a cometerlos no fueron
dictadas por la razón sino por la aceptación
de una serie de falacias que, una vez se
apoderan de la mente del hombre, quedan
adheridas a lo más profundo de sus emociones. Los individuos que sucumban al poder
de esos engaños intelectuales se verán sumergidos en un mundo de ilusiones tan confortable que inventarán cualquier estrategia
y utilizarán todas las armas posibles con tal
de no verse obligados a abandonarlo.
Además de “la falacia del mejor caso posible”, que definiría el optimismo sin escrúpulos, Scruton analiza otras seis falacias, a
las que llama “el nacidos en libertad”, “la
utopía”, “la suma cero”, “la planificación”,
“el movimiento del espíritu” y “la agregación”. En su estudio recorre los graves errores a los que conduce la creencia en las
falsas ilusiones que producen y alerta del
poder que aún ejercen en nuestro tiempo.
Merece la pena exponer brevemente cómo
analiza Scruton estas falacias.
LA FALACIA DEL ‘NACIDOS EN LIBERTAD’
El artífice de esta falacia fue Rousseau, que
en su Contrato social “anunció de manera
grandilocuente que el hombre nace libre,
pero que en cualquier parte del mundo se
encuentra cubierto de cadenas”.
No se decide Scruton a situar a Rousseau
entre los optimistas, pero afirma con rotundidad que el autor de las Confesiones “suministró el lenguaje y las líneas de pensamiento con las que presentar un nuevo concepto
de libertad humana, de acuerdo con el cual
la libertad es lo que queda cuando retiramos todas las instituciones, restricciones,
leyes y jerarquías”.
53
SD
Desde la Revolución francesa, esa idea de
que la libertad es una condición natural del
género humano que exige la eliminación de
las instituciones y de la jerarquía ha ido ganando fuerza en la filosofía, en la política
y en la educación. Una interpretación de la
libertad que para Scruton es absolutamente
falaz, pues “Instituciones, leyes, restricciones y disciplina moral son una parte de la
libertad y no su enemigo, liberarse de ellas
acabaría rápidamente con la libertad”.
El niño solamente cuando sale de su yo
egoísta tiene la oportunidad de entrar en el
mundo de los otros y de aprender a respetarlos. Y sólo entonces, cuando es capaz de
respetar a los otros, puede respetarse a sí
mismo. Solamente cuando ha aprendido a
compartir el mundo con los demás, cuando
ha llegado a aceptar las restricciones que
hacen posible el disfrute de la libertad en un
grupo humano, habrá aprendido lo que es la
54
SD
libertad. El niño debe aprender que el disfrute de la libertad exige responsabilizarse
de las consecuencias de nuestras acciones.
Así que, concluye Scruton, no nacemos libres, “La libertad, aunque valiosa en sí misma, no es un regalo de la naturaleza, sino el
resultado de un proceso educativo, algo que
debemos obtener a través de la disciplina y
el sacrificio”. El filósofo nos induce a llegar
a la conclusión de que sería absurdo pensar
que nacemos libres cuando es evidente que
no nacemos responsables.
Scruton encuentra un magnífico ejemplo
de esta falacia en “la revolución que barrió
las escuelas y departamentos de educación
durante los años cincuenta y sesenta, y que
nos indicó, enarbolando la autoridad de una
ristra de pensadores que iban de Rousseau a
Dewey, que la educación no debía fundamentarse en la obediencia y el estudio, sino en la
expresión de la personalidad y el juego”.
Y como ejemplo concreto cita el informe
Children and their Primary Schools, realizado en 1967 en Inglaterra por el Consejo
Central de Educación, presidido por Lady
Plowden, con el que se obligó a las escuelas
bri-tánicas a sustituir los métodos tradicionales de enseñanza por una “pedagogía progresista”. La aplicación del informe se llevó
por delante los programas tradicionales, la
disciplina en las aulas, la instrucción y la autoridad académica de los profesores para,
aparentemente, hacer triunfar la creatividad
del niño, el autoaprendizaje o la libre y lúdica construcción del propio conocimiento. Y
por si acaso algo fallaba, para protegerse del
posible error, el informe descargaba de toda
responsabilidad a los responsables directos
de la educación, es decir, a los padres, profesores y alumnos, y señalaba como únicos
culpables a la sociedad, a los jerarcas y a la
falta de recursos económicos.
No es necesario ser un experto en educación para estar de acuerdo con Scruton en
que esta falacia del “nacido libre” ha dominado el pensamiento educativo a lo largo del
Los utópicos, según
Scruton, ven el
mundo de una forma
muy particular. Son
capaces de ignorar o
desechar los hallazgos
de la experiencia o
del sentido común, y
colocar en el centro
de cada deliberación
un proyecto que
saben es absurdo e
irrealizable.
siglo XX. Una falacia que se apoderó de las
mentes de unos optimistas que carecieron
de escrúpulos para imponerla a la sociedad
y lograron encontrar las armas necesarias
para protegerse de la realidad.
LA FALACIA DE LA UTOPÍA
Los utópicos, según Scruton, ven el mundo
de una forma muy particular. Son capaces
de ignorar o desechar los hallazgos de la experiencia o del sentido común, y colocar en
el centro de cada deliberación un proyecto
que saben es absurdo e irrealizable. Pero el
hecho de ser absurdo, en vez de considerarlo un defecto, lo utilizan como forma de
descalificar a quien se atreva a señalar que
la idea es descabellada.
La utopía se protege de la refutación, de la
realidad de los hechos, mediante la descalificación moral: “El ideal se vuelve tan puro como
se pretendía. Quienes creen que pueden refu-
tarlo recurriendo a los hechos, es evidente que
están guiados por ‘conciencias falsas’”.
“Este marco mental –escribe Scruton– ha
desempeñado durante dos siglos un papel
determinante en la política europea, y en
ningún caso la experiencia de los desastres
ha tenido el menor efecto para conseguir algún resultado a la hora de frenar a
los nuevos reclutas”.
No le faltan ejemplos a Scruton para describir la tragedia que puede sobrevenir
cuando un puñado de
utópicos alcanza el poder. Ante cualquier sospecha de que la realidad
pueda empañar sus sueños, buscarán víctimas
propiciatorias contra las
que dirigir su cólera. Lo
hicieron los jacobinos
contra los aristócratas, lo
hizo Hitler contra los judíos,
lo hicieron los bolcheviques
contra los burgueses, los kulaks, y “cualquier grupo que pudiera
satisfacer el papel de víctima sacrificial, tal y
como exige la falacia de la utopía”.
LA FALACIA DE
LA SUMA CERO
Cuando los optimistas sin escrúpulos deben afrontar un fracaso buscan siempre un
culpable. Instintivamente les funciona un
cierto sentido de compensación: si yo fracaso es porque alguien ha tenido éxito. Es
lo que Scruton llama “falacia de la suma
cero”, en la que “cada pérdida es la ganancia de otro”. El norte será cada vez más rico
a costa de que el sur se empobrezca. La pobreza del Tercer Mundo se debe al enriquecimiento de sus colonizadores.
Esta falacia, que “ha sido la raíz del pensamiento socialista desde los escritos de SaintSimon, pero sólo se ha convertido en un clásico después de que Marx formulase la teoría
de la plusvalía”, conduce inexorablemente al
resentimiento y a la confusión entre igualdad y
justicia que ha gobernado las reformas educativas de las sociedades occidentales.
Scruton cuenta cómo siendo de familia pobre tuvo la
suerte de conseguir
una plaza en la Grammar School de su
distrito. Las Grammar
Schools eran centros públicos de enseñanza secundaria en los que sólo podían matricularse los niños que obtenían
una buena nota en los exámenes conocidos como Eleven
plus que todos debían realizar
a los once años, edad en que
finalizaban la educación primaria. Este sistema se implantó en Inglaterra en 1944 y se
mantuvo hasta que, en 1965, el
ministro de Educación laborista,
Anthony Crosland, decidiera cerrar las Grammar Schools e imponer
como único modelo de enseñanza secundaria el de las Comprehensive Schools, en
las que ingresaban todos los niños de once
años y permanecían hasta los dieciséis recibiendo las mismas enseñanzas.
Para Scruton, la explicación del odio de los
laboristas hacia las Grammar Schools puede encontrarse en esta falacia de “la suma
cero”. Un sistema que permitía el éxito de
algunos inevitablemente permitiría el fracaso de otros. No se podía permitir que unos
gozaran de todas las oportunidades mientras otros quedaban al margen.
“De este modo –escribe Scruton– nació el
movimiento de la educación comprehensiva,
junto con la hostilidad a las clases tradicionales y la degradación de los exámenes, con
el propósito de evitar que el sistema educativo produzca y reproduzca ‘desigualdades’”.
Era fácil asegurar la igualdad en el campo
de la educación, bastaba con retirar todas
55
SD
rimen organizad
Scruton rastrea
lo largo de la
que estuvieron
organización
las posibilidades de prosperar, de manera que ningún
estudiante consiguiera aprender algo. “Un sistema que
ofrecía a niños de familias
pobres una oportunidad de
avanzar por los méritos de su
talento o de su esfuerzo, fue
destruido sin más, por la simple razón de que distinguía a los que
triunfaban de los que fracasaban”.
Con una pequeña dosis de realismo, añade Scruton, se podría haber
pensado que un chico puede triunfar en una cosa y fracasar en otra.
“Sólo un sistema educativo diversificado, con exámenes rigurosos y bien
diseña-dos, permitiría a los críos desarrollar su pericia, su habilidad o
su vocación hacia el campo que les
resultase.
56
SD
LA FALACIA DE LA PLANIFICACIÓN
Como ejemplo del efecto de esta
falacia que, según Scruton, domina
a políticos de diferentes ideologías,
el escritor hace una crítica demoledora del funcionamiento de la Unión
Europea, en la que altos funcionarios
diseñan normas que han de aplicarse en países muy diversos. “La institución carece de medios para rectificar los errores y es muy difícil pedir
responsabilidades a las personas
que toman decisiones. (…) Algunas
regulaciones son tan ridículas que
pueden provocar las carcajadas de
toda la Unión Europea, pero la risotada resuena en el vacío, pues no hay
ningún responsable para sonrojarse
o responder”.
LA FALACIA DEL MOVIMIENTO
DEL ESPÍRITU
El tiempo avanza, avanzar con el
tiempo siempre es progresar. Volver
hacia atrás es intolerable. Esta falacia, que protege a los optimistas sin
escrúpulos de toda rectificación, se ve
“agravada por el mito del ‘progreso’”.
El progreso científico se produce
añadiendo descubrimientos a los
conocimientos adquiridos por la generación anterior. Esto, que es cierto en el campo de la ciencia, no es
trasladable a otros campos en los
que no hay una acumulación de saberes sobre los que construir. Y no lo
es, por ejemplo, en la esfera política, donde el cambio unas veces es a
mejor y otras a peor. Scruton explora también el campo del arte y de la
arquitectura y se despacha a gusto
contra la obligatoria modernidad de
sus cánones de belleza.
LA FALACIA DE LA AGREGACIÓN
“Cuando los revolucionarios franceses compusieron su lema ‘Libertad,
igualdad y fraternidad’, se sentían
en un estado de exaltación utópica
que les impedía ver ningún error. A
sus ojos, la libertad era buena, la
igualdad era buena y la fraternidad
era buena, así que la combinación
de las tres era, por definición, buena”. “Ni siquiera cuando Robespierre
proclamó fanáticamente ‘el despotismo de la libertad’ se les ocurrió a
los jacobinos considerar que estaban
inmersos en una contradicción. Sólo
cuando se pusieron en marcha los
tribunales revolucionarios, los más
sensatos de entre ellos captaron que
el objetivo de la igualdad requería la
destrucción de la libertad. Las cabezas jacobinas en las que germinó
este pensamiento crítico fueron rá-
el poder de todas estas falacias a
historia y llega a la conclusión de
presentes y fueron necesarias en la
social del hombre prehistórico
pidamente cortadas para evitar que
la idea diera sus frutos. Desde entonces, una y otra vez la humanidad
ha cometido el mismo error, al considerar la búsqueda de la igualdad
como la verdadera vía para alcanzar
la libertad y defendiendo la sumisión
al Estado como la ‘liberación’ de las
masas ante las ataduras de la explotación”.
Vuelve Scruton a referirse a la educación para buscar ejemplos que
muestren el error de esta nueva falacia. Los optimistas sin escrúpulos,
al considerar la educación de los inmigrantes, apostaron por el multiculturalismo. Si una cultura es buena,
dos culturas serían mejor y muchas
culturas, algo muchísimo mejor. El
multiculturalismo no ha sido capaz
de crear nuevos programas de estudio, sólo ha destruido los que había.
El multiculturalismo ha criado una
generación de jóvenes de origen inmigrante que no se sienten identificados ni con el país que los acoge ni
con su lugar de origen.
Scruton rastrea el poder de todas
estas falacias a lo largo de la historia
y llega a la conclusión de que estuvieron presentes y fueron necesarias
en la organización social del hombre
prehistórico, y que vuelven a aparecer en tiempos de guerra o en casos
de emergencia en los que peligra el
mantenimiento de la paz. Son situaciones en las que la población pone
su voluntad en manos del líder con la
confianza ciega de que velará por su
seguridad. Pero en tiempos de paz,
dice Scruton, deben escucharse las
voces de los “pesimistas”, con sus
“Las falacias que he diagnosticado en este libro no lo son porque el
pensamiento que ejemplifican sea
absurdo, sino porque pretenden aplicar en tiempos de paz y cooperación
social la actitud propia de la guerra”.
De vez en cuando, a lo largo de la
historia, han surgido grupos de “optimistas sin escrúpulos” que han intentado utilizar todo tipo de falacias
para destruir la forma asentada de
gobierno. Lo hizo “una minúscula
banda de bolcheviques” y, ahora,
quieren hacerlo los islamistas que
persiguen imponer en los países musulmanes una forma de vida tribal.
Termina Scruton con una reflexión
sobre dos valores que considera irrenunciables del legado espiritual de la
manera europea de vivir: la ironía y el
perdón. La ironía, que no el “sarcasmo”, sería la facultad que tenemos
de observarnos desde fuera, como
si fuéramos otra persona. Somos
capaces de juzgar nuestras propias
acciones como si fueran de otro, y
reconocer en ellas los aciertos y los
errores. La ironía, dice Scruton “permite que incluso en nuestros peores
momentos deseemos vivir”.
Scruton considera que en ese “barullo de las falsas esperanzas”, de
las utopías irrealizables, se ha perdido uno de los mensajes más propios
de nuestra cultura: el de que “la felicidad no proviene de la persecución
57
SD
del placer ni está garantizada por la libertad. La felicidad
viene del sacrificio (…). Y en la tradición judeocristiana el
acto primero del sacrificio es el perdón”.
El perdón nos ofrece la oportunidad de reparar las cosas,
de encontrar soluciones a los conflictos y evitar la llamada
a la venganza. Pero el perdón sólo puede ser concedido si
el que ha injuriado reconoce su falta. Un reconocimiento
que, según Scruton, requiere penitencia y expiación: “A través de estos actos fundamentales el malhechor se dirige de
nuevo a su víctima y restablece la igualdad moral que hace
el perdón posible”.
Scruton se refiere al terrorismo islámico cuando habla del
perdón. La mayor parte de los musulmanes que viven en
Occidente querrían vivir en paz, aceptar las reglas del juego
del país que les acoge, pero los islamistas han recurrido al
terror para imponerles una sociedad tribal, incompatible
con nuestra organización ciudadana.
“Al-Qaeda es un producto de las falacias que he descrito
en este libro. Promete un plan divino, un gobierno topdown (que emana de arriba hacia abajo) y una visión utópica; y que considera el éxito de los otros como una causa
suficiente para castigarles”.
Para poner fin a su ensayo, Scruton cita al poeta irlandés
William Butler Yeats:
C
M
Y
CM
MY
CY
CMY
58
SD
The best lack all conviction, while the worst Are full of passionate
intensity. (Los mejores carecen de convicción, mientras los peores
Rebosan intensidad apasionada)
Versos que escribió el poeta en 1919 “probablemente –dice Scruton– como reacción contra la Revolución Rusa, una anticipada visión apocalíptica de la destrucción venidera. Pero también pueden
ser leídos de otro modo: como una verdad universal”.
Scruton anima a las gentes de buena voluntad que quieran preservar
los valores tradicionales de la cultura europea a afianzarse en sus convicciones y a hacer uso de un pesimismo razonable para “restablecer
el equilibrio y la sensatez en la dirección de los asuntos humanos” y
frenar así las peligrosas consecuencias que podrían derivarse de la
toma del poder de estos ilusionistas utópicos, capaces de cualquier
cosa con tal de no renunciar a sus sueños irrealizables.
Alicia Delibes / Viceconsejera de Educación de la Comunidad de Madrid
Revista Cuadernos de Pensamiento Político 29
Fundación para el Análisis y los Estudios Sociales - FAES
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