El desahogo de la pareja más longeva del “Barne”

DEPORTES
VIERNES 30 DE MAYO DE 2014
LUIS BOZZO B./ARCHIVO
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BENJAMÍN VALENCIA Y GIOCONDA MOYA CELEBRARON LOGRO
El desahogo de la
pareja más longeva
del “Barne”
El matrimonio de hinchas festejó por separado el histórico ascenso a
Primera. “Sólo pido que lleguen a la mitad de la tabla, nada más”, dice el
socio más antiguo y ex jugador de la época amateur del club.
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Por Cristian González Farfán
a emoción desborda la casa de Benjamín Valencia
(89) y Gioconda Moya
(76) cuando su hija Clara se decide
a hablar sobre el ascenso de Barnechea. “Era lo único que querían, su
sueño de siempre”, alcanza a murmurar con un hilo de voz.
Benjamín y Gioconda ya son
adultos mayores, pero vibran como
adolescentes cuando alguien les
nombra al “Barne”. Él conserva su
carnet de socio número 9, que lo
acredita como el hincha más antiguo del club, pues siete antecesores murieron y su hermano congeló la militancia. Ella, ex jugadora de
L
89
años
tiene Benjamín
Valencia, el
socio más
antiguo del club.
la rama de básquet de la institución, extravió su credencial, no así
la pasión. Antenoche, y como
siempre, alentó al equipo en el estadio y festejó el histórico logro.
“Yo, en cambio, no pude ir porque tengo un problema a la pierna
y me quedé en casa”, dice Valencia, quien fuese centro-half en la
época amateur del club, en la liga
de Las Condes. Hoy, después de
tanta espera, sólo pide que “nos tenemos que reforzar, pero me con-
formo con que lleguen a la mitad
de la tabla en Primera, nada más”.
Sobre ambos, eso sí, pesa un dilema que deberán resolver en el
corto plazo: ambos son barnecheínos y colocolinos. “Yo voy a ir al estadio con las dos banderas, estamos
en un país libre, ¿no?”, desafía Gioconda, mientras que Benjamín, a
quien prácticamente hay que gritarle las preguntas por su problema
auditivo, no sabe por cuál se inclinará. “Mejor me quedo callado”,
ríe, antes de despedirse en el jardín
de la casa y mostrar un pequeño
santuario con la Virgen del Carmen. “Cuando nos fuimos a penales con San Luis, vine para acá y le
prendí dos velitas y funcionó, ¿ve?”.