Archivo General de la Nación boletín 6a época • abril-junio 2008 • número 20 Boletín del AGN 6ª época • abril-junio 2008 • número 20 Edición Marco Antonio Silva Martínez Jefe del Departamento de Publicaciones Asistencia Editorial Alberto Álvarez, Elizabeth Zamudio, Elvia Alaniz e Israel Reséndiz Diseño y formación Elisa Cruz Cabello ISSN-0185-1926 D.R. © Secretaría de Gobernación Abraham González 48, Col. Juárez, Delegación Cuauhtémoc 06699, México, D.F. D.R. © Archivo General de la Nación-México Eduardo Molina y Albañiles s/n, Col. Penitenciaría Ampliación, Delegación Venustiano Carranza 15350, México, D.F. Boletín del Archivo General de la Nación, publicación trimestral, abril-junio 2008. Edición y difusión: 5133-9900 exts. 19325, 19424 y 19330. Fax: 5789-5296. Correo electrónico: [email protected]; www.agn.gob.mx. Domicilio de la publicación: Palacio de Lecumberri, Av. Eduardo Molina y Albañiles s/n, colonia Penitenciaría Ampliación, Delegación Venustiano Carranza, C.P. 15350, México, D.F. Reserva al título en derecho de autor, certificado de licitud de título y certificado de licitud de contenido, en trámite. Derechos reservados conforme a la Ley. Impreso en México. Directorio Director General Jorge Ruiz Dueñas Director de Publicaciones y Difusión Miguel Ángel Quemain Sáenz Directora del Archivo Histórico Central Dulce María Liahut Baldomar Directora del Sistema Nacional de Archivos Araceli Alday García Directora de Investigación y Normatividad Archivística Yolia Tortolero Cervantes Director de Tecnologías de la Información Benjamín Torres Bautista Director de Administración Jesús Manuel Martínez Rivera Índice EDITORIAL GALERÍAS La secularización de las misiones en la Alta California Martha Ortega 10 El departamento naval de San Blas y sus relaciones con las Filipinas a finales del siglo XVIII y principios del XIX Claudia Patricia Pardo Hernández 40 El menaje asiático de las casa de élite comercial del virreinato novohispano en el siglo XVII Berenice Ballesteros Flores 59 PANÓPTICO La política eclesiástica en el Segundo Imperio Tomás Rivas Gómez 114 Consecuencias del pensamiento ilustrado y aspiración de libertad de conciencia. Un caso en Campeche, 1795 Guillermo Sierra Araujo 140 HACIA EL BICENTENARIO Excomunión de Miguel Hidalgo y Costilla, 1810 151 Levantamiento de la excomunión al cura Hidalgo y sus seqüaces, 1810 159 HACIA EL CENTENARIO Ricardo y Enrique Flores Magón, noviembre de 1906 162 Expediente de los hermanos Flores Magón, 1905-1909 164 CALEIDOSCOPIO Archivos históricos, patrimonio documental y transparencia Jorge Ruiz Dueñas 176 Homenaje a Celia Medina Mondragón Archivista, paleógrafa y docente Elvia Alaniz Ontiveros 181 Joyas del mes 187 Exposiciones 189 Página web 193 PUBLICACIONES Historial del Bajío Convocatoria Asociación Latinoamericana de Archivos ILUSTRACIONES Las imágenes contenidas en este número pertenecen a los acervos gráficos del AGN, con excepción de las del texto de Berenice Ballesteros Flores, que fueron obtenidas de los siguientes títulos: Los mexicanos pintados por ellos mismos. Tipos y costumbres nacionales, ed., pról. y notas de Andrés Henestrosa, México, Imp. de M. Murguía y Comp.,1854. AGUILERA, Carmen, et al., El mueble mexicano. Historia, evolución e influencias, México, Fomento Cultural Banamex A.C. 1985. 195 198 Editor ial Tras el descubrimiento de la ruta transpacífica que comunicó el mundo asiático y el americano, los conglomerados sociales de uno y otro establecieron relaciones diversas, principalmente intercambios económicos que, al mismo tiempo, les permitieron conocerse, medir y comparar sus modos de vida, usos y cosumbres. En esta vigésima edición del Boletín del agn, Gal er ías presenta tres investigaciones relacionadas con el Pacífico novohispano. En la primera se da cuenta cómo el imperio español –decidido a precaverse de una posible incursión rusa en sus territorios del noroeste americano– mandó al virrey José de Gálvez a que colonizara la Alta California. La segunda se detiene en los siglos xviii y xix para recuperar algunos aspectos del flujo naval entre los puertos de San Blas y las Filipinas. En otro texto se ofrece un pormenarizado recuento del menaje oriental (muebles, joyas, telas, etc.) que las familias ricas encargaban a los comerciantes transpacíficos. Panópt ico desentraña, por un lado, las relaciones entre el gobierno de Maximiliano y el clero y, por otro, parte de la vida cotidiana de la sociedad novohispana del XVIII, mediante el comentario de un expediente de la Inquisición en Campeche. En CALEIDOSCOPIO los lectores podrán asomarse a los recuerdos de la maestra Celia Medina Mondragón, quien el Día del Archivista recibió un reconocimiento por sus más de 50 años de servicio en el Archivo; en la misma sección se incluye el texto “Archivos históricos, patrimonio documental y transparencia”, del director general del AGN, Jorge Ruiz Dueñas. Los documentos paleográficos de la excomunión del cura Miguel Hidalgo, así como el de la aparente suspensión de tal medida, se consignan en HACIA EL BICENTENARIO. Por su parte, HACIA EL CENTENARIO se ocupa del expediente “Revoltosos mago- nistas”, referido a los hermanos Ricardo y Enrique Flores Magón. En Joyas del mes: Hermenegildo Galeana, Miguel Hidalgo y Juan Aldama protagonizan, respectivamente, abril mayo y junio. 8 G alerías LA SECUL ARIZ ACIÓN DE L AS MISIONES EN L A A LTA C A L I F O R N I A Martha Ortega* INTRODUCCIÓN En 1761 el marqués de Almodávar llegó ción en la que participaban más de 300 hombres.1 Ante esta noticia, el gobierno español se alarmó por las pretensiones como embajador de Su Majestad Católica expansivas rusas en América. El marqués ante el imperio ruso –debido a la alian- de Grimaldi expresó la preocupación de za entre España y Rusia– para participar la corona española por sus fronteras en en la Guerra de Siete Años (1756-1763). el norte de América, en un informe que Durante su estancia en San Petersburgo, envió al virrey de Nueva España marqués Almodávar informó a la corona española de Croix (mayo de 1768), junto con la or- sobre los avances rusos en el norte del den de ocupar el puerto de Monterrey lo Pacífico y el extremo noroeste de Amé- antes posible. En enero de 1768, el virrey rica. Almodávar aseguraba que en aquél había mandado un despacho al visitador momento la situación no era alarmante general de Nueva España, José de Gál- puesto que las colonias rusas eran muy vez, en el que proponía la ocupación de la débiles, de cualquier manera era menes- Alta California. Así, para ese año existía ter tenerlo presente. En 1764, Herrería, un acuerdo acerca de colonizar Alta Cali- sustituto de Almodávar, hizo saber a su fornia como medida estratégica de defen- gobierno que tres años antes la zarina sa y consolidación de la frontera noroeste Catalina II había autorizado una expedi- de Nueva España.2 1 La expedición tuvo lugar entre 1768 y 1770. Estuvo bajo el mando de Piotr Krenitzin, quien navegaba en el Santa Catalina. La nave consorte era la San Pablo y fue capitaneada por Levashev Mijail. 2 Francisco Palou, Noticias de la Nueva California, 2 t., en Documentos para la historia de México, ts. VI y VII, t. I, pp. 247-250 (en adelante, Noticias…; C. Alan Hutchinson, Frontier Settlement in Mexican 10 Sin perder tiempo, Gálvez elaboró blecimientos temporales que en diez años un plan para la colonización del territo- cumplirían su cometido, transcurrido ese rio. Dicho plan consistió en fundar tres lapso las misiones deberían secularizar- misiones y un presidio, es decir, echó se para que los misioneros prosiguieran mano de aquellas instituciones que en el su avance colonizador extendiendo así la pasado habían probado ser eficaces en frontera. De esta manera, la corona ga- la expansión novohispana en el norte del naba tierras, hombres, rentas y recursos virreinato. Las misiones eran “institucio- naturales.4 nes de frontera” cuyo objetivo principal Por lo común, las misiones fueron cen- consistía en congregar a los indios nóma- tros de población aislados del resto de la das que habitaban en el norte. Ahí se les sociedad colonial puesto que se fundaban enseñaba a cultivar la tierra, a cuidar el en tierra de gentiles, desarrollaban una ganado y se les inculcaba el cristianismo. economía agropecuaria y autosuficiente De acuerdo con los patrones europeos, 3 cuya tarea evangelizadora, protegida por las misiones servían para “civilizar a los el rey, les proporcionaban privilegios tem- nativos con el fin de incorporarlos a la so- porales sobre los colonos que llegaran ciedad colonial. Por su carácter de avan- a establecerse en la región en cuestión. zadas colonizadoras, la corona financia- Así, a pesar de constituir elementos in- ba y apoyaba a las misiones en su afán dispensables para la colonización porque de ampliar sus dominios y cumplir con su adiestraban a la fuerza laboral indígena, compromiso de incorporar nuevos fieles a más tarde entraban en conflicto con la la iglesia católica. Las consideraba esta- nueva sociedad que habían ayudado a California. The Híjar-Padrés Colony, and its Origins, 1769-1835, pp. 3-5; Herbert Ingram Priestley, José de Gálvez Visitor-General of New Spain (1765-1771), p. 471; Irving Berdine Richman, California Under Spain and Mexico, p. 64. 3 De acuerdo con esta tradición, sólo los pueblos cultivadores que construían ciudades, que formaban familias monogámicas y que practicaban el cristianismo católico romano, eran civilizados; el resto vivía en la barbarie. 4 Enrique Florescano, “Colonización, ocupación del suelo y ‘frontera’ en el norte de Nueva España, 15211750”, en Álvaro Jara (ed), Tierras nuevas, expansión territorial y ocupación del suelo en América (siglos XVI-XIX), pp. 63 y 71; H.E. Bolton, “La misión como institución de la frontera en el septentrión de Nueva España”, en David J. Weber (comp.), El México perdido. Antología de ensayos escogidos sobre el antiguo norte de México (1540-1821), pp. 37-39; S.F. Cook y W. Borah, Ensayos sobre historia de la población. 3. México y California, pp. 166, 248. 11 fundar, cuando los colonos querían dispo- promovieron pocos cambios en el norte, ner de esos mismos trabajadores. Cabe de hecho, los que hubo se debieron más a subrayar que la fuente principal del con- la dinámica local que a una política gene- flicto consistían en que el objetivo de los ral. En Alta California las instituciones co- misioneros era cristianizar pero para ello loniales permanecieron, en un principio, tal obligaban a los neófitos a transformarse y como habían sido organizadas. Los go- en cultivadores, de manera que la misión biernos republicanos se preocuparon por pudiera sostenerse con la riqueza que ge- fomentar la colonización de aquella vasta neraba ese trabajo, mientras que el fin de región sin conseguirlo. También quedaron la corona era conseguir nuevas tierras y sin subsidio los centros de población que nuevos tributarios. En Alta California se existían pues el gobierno nacional no tuvo agregó otro interés por parte del gobierno fondos para mantenerlo.5 Alta California español: poblar con colonos, cuya lealtad fue considerada como una avanzada es- estuviera en primera instancia dirigida a tratégica y tal vez por ello, fue blanco, en la corona, una región de importancia es- mayor medida, de los proyectos de los go- tratégica. También es menester conside- biernos republicanos, en comparación con rar que el establecimiento de las misiones el resto de los territorios y estados del nor- de Alta California tuvo lugar después de te de la república mexicana. Ahí se ensa- la expulsión de los jesuitas (1768) y por yaron proyectos colonizadores tales como ello la oposición que los colonos tuvieron el envío de grandes grupos de vagos, mal- hacia ellas recibió el apoyo de las autori- vivientes y presidiarios o la secularización dades virreinales. De hecho, el gobierno de las misiones para repartir sus tierras a virreinal exigió a los franciscanos aceptar colonos llegados desde el centro de la re- el asentamiento de colonos en algunas pública, como en el caso de la colonia Hí- misiones de la Alta California. Es decir, jar-Padrés. Esta nueva política repercutió deseaban que se aplicara una práctica de de manera definitiva sobre las misiones de convivencia entre nativos y colonos. Alta California hasta el punto de que, debi- Cuando el movimiento de Indepen- do a la Ley de Secularización dictada por dencia triunfó, los gobiernos republicanos el gobierno de Valentín Gómez Farías en 5 María del Carmen Velázquez, Tres estudios sobre las Provincias Internas de Nueva España, pp. 76-82. 12 1833, fueron destruidas por completo. No fundamentales: el político y económico obstante, las misiones ya habían dejado su –ampliar sus dominios y conseguir rique- huella en la sociedad de Alta California. za– y el misional –compromiso de propa- En este breve artículo presentare- gar la fe cristiana que le impuso la bula de mos una breve descripción del estable- Alejandro VI de 1493–, ambos quedaron cimiento, desarrollo y destrucción de expresados en las Leyes de Indias.6 En las misiones de Alta California. Con ello teoría, los nativos fueron considerados pretendemos destacar el papel que des- súbditos de la corona, esencialmente empeñaron en la formación de una nueva libres pero debido al escaso desarrollo entidad socioeconómica mexicana que de su razón, a su inocencia y a su inca- más tarde, debido a su propia dinámica, pacidad para defenderse, deberían reci- habría de destruirlas. bir su protección. Pero esta percepción equivalía a considerar salvajes a quienes 1. LAS MISIONES EN LA ÉPOCA COLONIAL además de convertir al cristianismo era menester “civilizar”, es decir, integrar a 1.1 Los objetivos de la colonización misional la sociedad colonial relacionándolos y sometiéndolos a los colonizadores. Por En el siglo xvi, cuando se planteó la nece- tanto, era necesario crear una disciplina sidad de colonizar los nuevos territorios para que moral, social y económicamente incorporados al imperio español, se defi- se alcanzara este objetivo.7 Fue por ello nieron los proyectos con los que debería que la corona siempre estuvo dispuesta a llevarse a cabo. En el tema que nos ocu- financiar y proteger a las misiones como pa, tanto la corona como los misioneros un instrumento más de inversión a media- definieron sendos proyectos que en al- no plazo pues esperaba que, una vez se- gunos puntos coincidieron pero en otros cularizadas, los indios se transformaran estuvieron en franca contradicción. en sus tributarios. Para la corona, la conquista y colo- La corona española se apoyó en las nización de América tenía dos aspectos órdenes religiosas para realizar esta la- 6 7 Vicente D. Sierra, El sentido misional de la conquista de América, p. 45. Sierra, op.cit., p. 45; Bolton, op. cit., pp. 38, 45 y 50. 13 bor pues así se aseguraba la continuidad plasmar todo el ideal cristiano. Con una del trabajo misional. Franciscanos, domi- instrucción adecuada, el mundo predi- nicos, agustinos y, más tarde, jesuitas, cado por Jesucristo podría realizarse en fueron las órdenes de mayor actividad la tierra. Pero para ello era indispensa- evangelizadora en América. Los fran- ble segregar a los indios de la sociedad ciscanos fueron los primeros que se ex- española para evitar que los pecadores tendieron en todo el continente. El Papa los corrompieran y, así, “civilizarlos”. En León X los señaló como los misioneros efecto, el proyecto misional consistía en más aptos en la bula Dilectis filis (1521). crear comunidades aisladas del resto Por ello a la larga los franciscanos supe- de la sociedad colonial, cuyos miembros raron en número a los misioneros de las fueran sedentarios y practicaran la agri- otras órdenes y puede decirse que cons- cultura, la ganadería y la artesanía para tituyeron la vanguardia misional en Amé- que fueran autosifucientes y preservaran rica. La observancia severa de sus votos su asilamiento,9 aunque fueran secula- les granjeó la confianza y complacencia rizados más tarde, cuando ya no fueran del gobierno español, sobre todo porque presa fácil del pecado. Tanto el gobierno su voto de pobreza limitaba un poco su español como los misioneros partían del poder temporal. principio de que los aborígenes eran sal- 8 Por otra parte, el objetivo principal de vajes por lo que, punto fundamental tanto los misioneros era catequizar a los aborí- de la obra colonizadora como de la obra genes mediante la predicación para que evangelizadora, era sacarlos de esa bar- así llegaran a convencerse de la verdad barie “civilizándolos” según los cánones del cristianismo católico. Con el cristia- de la sociedad conquistadora. nismo, los misioneros les inculcaban todo El norte de la Nueva España fue una un concepto del mundo y de la vida. Los de las regiones más propicias para que nativos, en su inocencia –como califica- los misioneros pusieran en práctica sus ban los frailes su forma de vida– eran la proyectos, pero también fue ahí donde la materia en la que los misioneros podían corona requirió más del apoyo misional 8 9 Sierra, op. cit., p. 85; Richman, op. cit., p. 62; R. Konetzke, América Latina II. La época colonial, p. 239. Konetzke, op. cit., pp. 232 y 250; Richman, op. cit., p. 41; Bolton, op. cit., pp. 45 y 50. 14 para su expansión. La lejanía de estos se inició en 1769, el visitador Gálvez re- territorios respecto del centro político y currió a los franciscanos del Colegio de económico del virreinato, así como la San Fernando de Propaganda Fide de la condición nómada o seminómada de sus ciudad de México para realizarla. No obs- habitantes obligaban, por una parte, a tante, fue gracias al trabajo jesuítico que emplear el método de reducción para in- la ocupación pudo efectuarse pues las tegrarlos y, por otra, favorecía la oportuni- misiones de Baja California y de Sonora dad de los misioneros para asilarlos. Las fueron los cimientos sobre los cuales se características geográficas de la región fincó la nueva colonización. influyeron en los rasgos particulares de estas misiones. Éstas tuvieron un acento 1.2 La práctica misionera mayor como avanzadas de colonización. Se utilizó el método de congregar a los Dadas las prerrogativas que el Real Pa- nativos para realizar la labor evangeliza- tronato concedía al gobierno español, la dora. En los casos de Texas y Alta Cali- decisión para fundar nuevas misiones fornia la colonización de estas provincias dependía, en última instancia, de él. El adquirió el carácter de puntos estratégi- financiamiento de las mismas también cos de defensa para el virreinato. era su responsabilidad. Para el caso de 10 El noroeste de Nueva España fue lu- Alta California los mil pesos que debía gar de penetración jesuítica mientras que otorgar para la fundación de una misión el noreste lo fue de la franciscana. Hasta y los 400 pesos anuales de sínodo para el momento de su expulsión (1768), los los misioneros, los cubría con las utilida- jesuitas llevaron la frontera a las provin- des que dejaba el Fondo Piadoso de las cias de Sonora y Baja California. Como la Californias.11 colonización de la región que nos ocupa La autoridad administrativa y religiosa Bolton, op. cit., p. 42. Este fondo lo habían creado los jesuitas buscando el apoyo económico de personajes pudientes de Nueva España. Con los recursos reunidos adquirieron haciendas en el reino americano. De esta manera tenían continuamente dinero para sufragar los gastos de la colonización de la península de Baja California llevada a cabo en el siglo XVII. Cuando los jesuitas fueron expulsados, el Fondo Piadoso de las Californias quedó bajo la administración de la Real Hacienda. Con gran parte de esas riquezas fue financiada la colonización de Alta California. 10 11 15 en la misión recaía sobre el misionero. Éste, a su vez, estaba sujeto a la autoridad del padre presidente de las misiones, quien estaba bajo las órdenes del padre guardián del Colegio de San Fernando. El comisionado general de los franciscanos tenía autoridad sobre el padre guardián. El poder secular tenía derecho de intervenir en las causas criminales. En las misiones, los neófitos deberían elegir alcaldes y regidores para estar organizados como los pueblos. Las misiones contaban con un procurador de misiones que era Colección Felipe Teixidor. P 5 - C 4 - F 309. el encargado de comprar todos los efec- gentiles por lo que las misiones tenían tos que se les enviaban vía San Blas. En asignada una escolta.12 ese puerto había un síndico cuya función Los conflictos entre misioneros y mi- consistía en recibir las mercancías que litares, representantes del poder secular, venían desde la ciudad de México y que por definir los límites del poder de cada debería remitir a Alta California. Como uno tanto sobre los nativos como entre podemos observar, la administración ellos mismos, no se hicieron esperar. El temporal y espiritual estaba en manos interés fundamental de Gálvez fue crear de los misioneros, salvo en el caso de la una colonia que fuera eficaz para la de- justicia en delitos de sangre. Además, las fensa en contra de posibles incursiones autoridades militares estaban obligadas a extranjeras. Por eso, las misiones debe- prestarles protección y defensa en contra rían ubicarse de manera que formaran un de los nativos tanto congregados como cinturón costero y se comunicaran fácil- 12 Charles E. Chapman, A History of California. The Spanish Period, p. 181; H.H. Bancroft, History of California, vol. II 1801-1824, en The Works, vol. XIX, p. 165; Richman, op. cit., pp. 141 y 148; José Antonio de Vrizar, Simon Ant., D.C. Mirafuentes, Juan Francisco Anda Juan Jacobo Ugarte y Loyola, Informe sobre el conflicto Fages-Misioneros, México, 12 enero 1787, en Archivo General de la Nación (AGN), Californias, vol. 12, exp. 1, fs. 2-4. 16 mente entre sí. También estaba planeado de 1773. En él se ratificó que el misionero fomentar la colonización de laicos que era el único que tenía autoridad sobre los trabajaran en armonía con los militares y neófitos “como un padre con sus hijos”. los religiosos.13 El comandante de la pro- El comandante sólo tendría poder en ma- vincia, Pedro Fages, y los misioneros re- teria criminal, pero únicamente él podía presentados por el padre presidente fray disponer de los presidiales, incluidos los Junípero Serra, se disputaron la capaci- miembros de las escoltas misionales. dad de disponer de la fuerza de trabajo, En las instrucciones que Bucareli dio al tanto de los neófitos como de los presidia- nuevo comandante general, Fernando de les, que tanto escaseaba en tiempos tem- Rivera y Moncada, el virrey reafirmó la pranos de la colonización. Los misioneros capacidad del poder secular para distri- demandaban que los soldados de la es- buir solares y suertes entre los particula- colta trabajaran en las misiones mientras res, indios o “gente de razón”. En ambos que el comandante argüía que era tarea documentos el virrey Bucareli abría la de los neófitos ayudar en los quehaceres posibilidad de que se aceptara el asenta- propios de la fundación de nuevas misio- miento de colonos en las misiones que se nes. El comandante, decían los misione- fundaran en lo sucesivo. El virrey también ros, sólo autorizaba nuevas fundaciones propuso la apertura de la comunicación cuando contaba con escolta y los frailes entre Alta California y Sonora para faci- querían establecerlas aun sin ella. Serra litar la llegada de colonos.14 viajó a la ciudad de México (1772) para Cuando en 1776 asumió su cargo el exponer el conflicto al virrey Antonio Ma- nuevo gobernador de Las Californias, Fe- ría de Bucareli. Para resolver los proble- lipe de Neve, las querellas aumentaron. mas se emitió el Reglamento Provisional Neve cuestionó el poder de los misioneros Francisco Palou, Relación histórica de la vida y apostólicas tareas del venerable padre fray Junípero Serra y de las misiones que fundó en la California septentrional, y nuevos establecimientos de Monterrey, p. 80; Priestley, op. cit., p. 250; Palou, Noticias…, t. I, p. 509; Reglamento e instrucción provisional para el gobierno de San Blas y establecimientos de Californias, firmado por Echeveste, 24 mayo 1773, AGN, Californias, vol. 36, f. 203; Carta a José Robos de Matías Carmona. Real de Santa Ana, 27 octubre 1770, Californias, vol. 76, f. 287vs. 14 Fray Junípero Serra a Bucareli, México, 13 marzo 1773, AGN, Californias, vol. 36, fs. 147vs.-148; Richman, op. cit., pp. 92-102, 128, 431; Fernando de Rivera y Moncada, Diario del capitán comandante, t. I, Ernest J. Burrus (ed.), 2 vols., pp. 376-377 y 384. 13 17 para administrar los bienes temporales de de sus proyectos. Tras la fundación de las misiones. Les negaba el derecho a re- la misión de San Buenaventura (marzo cibir financiamiento real e incluso puso en de 1782) en la que se asentaron algunos duda su capacidad para confirmar a los colonos, los franciscanos reaccionaron. neófitos. Neve propuso fundar nuevas Estas acciones minaban las bases tem- misiones en el canal de Santa Bárbara porales de las misiones e impedían aislar en las que los misioneros se limitarían a los neófitos de la comunidad española a evangelizar a los nativos sin obligarlos por la presencia de colonos en las nuevas a abandonar sus rancherías. También misiones.15 sugería que las misiones ya existentes El enfrentamiento continuó cuando quedaran bajo la jurisdicción de la mitra Pedro Fages retomó la gubernatura en de Guadalajara. Otro paso para contra- 1784. En la disputa que sostuvo con el rrestar el poder de los misioneros fue padre presidente de las misiones Fermín fundar pueblos. Sobrepasaba así la an- Francisco de Lasuén puede apreciarse terior sugerencia de Bucareli. El objetivo que el militar buscaba terminar con el principal del establecimiento de los pue- aislamiento de las misiones e imponer su blos de San José de Guadalupe (1777) autoridad sobre ellas. Fages reclamaba y de Nuestra Señora de los Ángeles de el derecho de controlar la salida y entra- Porciúncula (1781) fue generar productos da de los misioneros de Alta California, agropecuarios para romper la dependen- exigía que éstos le entregaran informes cia de los presidios del abastecimiento sobre la producción en las misiones para misional. En 1781, el virrey aprobó las ini- fijar los precios a los que deberían ven- ciativas de Neve pues así se completaría der el sobrante, criticaba que los misio- el cordón costero de protección para la neros enseñaran a montar a los neófitos provincia. Al año siguiente, Neve expidió y denunciaba que aquéllos no prestaban un Reglamento para guiar la realización servicio religioso en los presidios. Los 15 Carta del guardián del Colegio de San Fernando, fray Rafael Verger al virrey Iturrigaray, México, 5 enero 1780, AGN, Californias, vol. 71, exp. 10, f. 362vs.; Chapman, op. cit., pp. 361-362; Palou, Noticias…, pp. 348, 388; Richman, op.cit., pp. 91, 105, 124, 129, 139-140; H.H. Bancroft, History of California, vol. I, 1542-1800, pp. 373-375; Luis Navarro García, Don José de Gálvez y la Comandancia General de las Provincias Internas del norte de Nueva España, pról. José Antonio Calderón Quijano, pp. 397-398; Alfonso Trueba, California-tierra perdida, vol. I, pp. 52-69. 18 misioneros se defendían señalando la presidios. Durante el conflicto, la funda- invalidez de que el gobernador apelara ción de misiones estaba detenida, por ello al Real Patronato pues en tierra de gen- el comandante de las Provincias Internas, tiles no se aplicaba. Argumentaban que Teodoro de Croix ordenó en 1783 que se el rey les había otorgado el derecho de fundaran misiones al viejo estilo, es de- gobernar y administrar las misiones, de cir, sin colonos en ellas. Los franciscanos manera que no informarían al gobernador del Colegio de San Fernando, lograron acerca de la producción misional. Decían detener las innovaciones. No obstante que su obligación era cuidar los intereses pedía que, en la medida de lo posible, se de los neófitos y en función de ellos fija- acatara el Reglamento de Neve. Tan sólo ban los precios de los productos por lo concedió al gobernador que controlara la que deberían respetarse. Si los capitanes salida y entrada de misioneros.16 de los presidios no estaban de acuerdo El gobernador Diego de Borica (1794- en pagar dichos precios podrían recurrir 1800) investigó la vida en las misiones y a los pueblos. Sostenían que ellos sólo concluyó que los neófitos trabajaban mu- debían rendir cuentas al padre guardián. chísimo y vivían en pésimas condiciones. Ponían énfasis en denunciar que los pue- Sembró la duda acerca de si los francis- blos perjudicaban la propiedad territorial canos se estaban enriqueciendo a costa de las misiones y la labor de evangeliza- de los nativos. Obligó a los frailes a nom- ción. Según los frailes desde la fundación brar alcaldes y regidores entre los indios de los pueblos, los gentiles presentaban reducidos para que las misiones se ase- mayor resistencia a la reducción. Res- mejaran a pueblos de indios.17 Después pecto de enseñar a montar a los neófitos de Borica, los ataques de las autoridades –actividad reservada para la “gente de locales en contra de las misiones cesaron razón”– apuntaban que no había más pues hubo problemas más urgentes que vaqueros disponibles. Enfatizaban que atender. proporcionaban servicio religioso a los AGN, Californias, vol. 12, exps. 1 y 2 completos, 1785-1787; Bancroft, op. cit., vol. I, pp. 398-404. Informe de Diego de Borica al marqués de Branciforte, Monterrey, 3 abril 1795, AGN, Californias, vol. 12, exp. 3, fs. 58-71; Diego de Borica al marqués de Branciforte, Monterrey, 19 noviembre 1796, AGN, vol. 65, f. 321; Richman, op. cit., pp. 177-182 y 454. 16 17 19 Las comunidades indígenas que vi- definida. Como vivían de la recolección vían en lo que hoy es el estado de Califor- y de la cacería defendían sus arboledas nia, eran múltiples y diversas. Se estima y cotos de caza con gran celo. También que al momento del contacto habitaban la practicaban la pesca para la que usaban región entre 250,000 y 300,000 nativos. ganchos, arpones y redes. Almacenaban Para su estudio, éstos se han agrupado sus alimentos en cestas, la cestería esta- en tres áreas culturales: los grupos del ba muy desarrollada mientras que pocos norte están clasificados como pertene- de ellos conocían la cerámica. Utilizaban cientes a la cultura de los indios de la poca ropa, para protegerse del frío lleva- costa del noroeste, ellos casi no fueron ban capas de piel ya fuera de venado o afectados por la colonización española. de nutria marina. Para el transporte acuá- Las comunidades del centro fueron las tico construían canoas y balsas. Las co- que sufrieron el mayor impacto de la co- munidades reconocían un jefe que tenía lonización, entre ellos se encontraban un poder muy limitado. Practicaban el pueblos como los miwok, los costonoa- chamanismo y la poliginia.19 nos, los esselen, los salinan, los chu- Las misiones fundadas en la franja mash y los yokuts. De los grupos indíge- costera reunían miembros de distintas nas del sur tan sólo fueron afectados por comunidades que no hablaban la misma la colonización española los shoshone, lengua, por ello se les instruía en espa- los cahuilla y los yuma.18 ñol. En primera instancia se congregaba Los pueblos del centro y del sur te- a aquéllos que vivían en la localidad y nían características antropológicas y después el misionero salía a reclutar indi- culturales diferentes, pero todos ellos viduos de otras rancherías. El impacto co- pueden considerarse como bandas de re- lonizador de inmediato se manifestó en un colectores- cazadores con territorialidad desequilibrio demográfico. La disminución 18 S.F. Cook, “The Aboriginal Population of Upper California”, en R.F. Heizer y M.A. Whipple (comps.), The California Indians. A Source Book, pp. 66-72; S.F. Cook, The Conflict Between the California Indians and de White Civilization I. The Indian Versus the Spanish Mission, pp. 162-194, charts; Kent G. Lightfoot, Indians, Missionaries, and Merchants. The Legacy of Colonial Encounters on the California Frontiers, p. 3. 19 A.L. Kroeber, “Elements of Culture in Native California”, en Heizer, op.cit., pp. 3-65; Julián Nava y Bob Barger, California Five Centuries of Cultural Contrasts, pp. 28-42. 20 de la población indígena se debió tanto a la reducción de los aborígenes como al contagio de enfermedades europeas que causaron gran mortandad entre ellos. Por ejemplo, en las misiones de San Antonio y San Miguel el índice de defunciones por cada mil neófitos era: para los adultos, de 41.5% y 47.5%, respectivamente, y para los niños de 167.5% y 137%. El pueblo esselen despareció por completo. Estos porcentajes también fueron resultado de la resistencia de los nativos a ser atendi- Colección Felipe Teixidor. P 5 - C 4 - F 309. dos por los remedios que ofrecían los mi- fito debería transformarse en sedentario, sioneros o los mestizos recién llegados. 20 para lo que se necesataba que aprendie- Cuando los colonizadores llegaron, ra a cultivar la tierra y a criar el ganado, los aborígenes huían de ellos, pero mer- es decir, que abandonara su forma tradi- ced a la política de atracción –que con- cional de sobrevivencia. El indio aprendía sistía en darles regalos y comida– poco además a vestir a la usanza española y a poco se acercaron a las misiones. 21 debía participar en las ceremonias y ritua- Una vez en ellas, los frailes se daban a les católicos y le estaba prohibido asistir la tarea de evangelizarlos y “civilizarlos”. a sus ceremonias religiosas tradicionales. Los catecúmenos recibían el bautismo Para alcanzar estos objetivos, los neó- cuando daban muestras de entender la fitos tenían que someterse a un estricto doctrina que se les inculcaba. Aceptarlo régimen disciplinario en las misiones. Al significaba entre otras cosas, que el na- amanecer se reunían a rezar sus oracio- tivo debería renunciar a la poligamia y nes matutinas, Después desayunaban y formaría una familia monogámica. El neó- realizaban las tareas que los misioneros Nava, op. cit., p. 6; Cook, “The Conflict...”, pp. 186-188; Cook y Borah, op. cit., pp. 179-180. Bancroft, op. cit., vol. I, pp. 180 y 188. parte, f. 194; Bancroft, op. cit., vol. I, pp. 201 y 299; Cook y Borah, op. cit., pp. 251-257; Palou, Noticias..., vol. I, pp. 222-239; Palou, Relación..., pp. 149 y 203; Richman, op. cit, pp. 335-337. 20 21 21 les habían asignado. Terminado el traba- tuación fue cada vez más difícil. A fines jo, que podía ser agropecuario o artesa- del siglo XVIII y principios del XIX la deser- nal, comían. Por las tardes se les instruía ción de los indios reducidos en las misio- en el catecismo, a las 7 de la noche se les nes del norte de Alta California era tan daba de cenar y después iban a dormir.22 severa que las misiones de Santa Cruz Cuando los neófitos no observaban esta y de San Juan Bautista compartían a los disciplina recibían un castigo que por lo neófitos. Fermín Francisco de Lasuén de- común consistía en azotes. nunciaba aterrorizado que las mujeres se La conversión despertó la resistencia negaban a dar a luz. Los ataques en con- de los nativos. Éstos huían de las misio- tra de los misioneros eran cada vez más nes, en ocasiones atacaban –en forma frecuentes y los gentiles robaban con ma- individual o colectiva– a los misioneros yor insistencia el ganado.24 En noviembre y la natalidad entre los indios congrega- de 1775 tuvo lugar un levantamiento en dos se redujo drásticamente. Los motivos las misiones del sur que fue controlado que argumentaban para explicar tales rápidamente. Algunos de los neófitos se acciones eran “los tres muchos, que son mezclaron con los colonos que vivían en mucho trabajo, muchos castigos y mucha los pueblos.25 hambre...”.23 Algunos neófitos decían que En las misiones de Alta California se preferían vivir en los presidios donde dis- desarrolló una economía básicamente frutaban de mayor libertad. A pesar de agropecuaria.26 Las tierras misionales y lo que el Reglamento de Neve ordenaba que en ellas se producía eran propiedad suavizar el maltrato a los neófitos, la si- comunal de los neófitos. Las misiones te- 22 Fray Isidro Alonso Salazar al virrey Branciforte, México, 11 mayo 1796, AGN, Californias, vol. 49, 1a. parte, f. 194; Bancroft, op. cit., vol. I, pp. 201 y 299; Cook y Borah, op. cit., pp. 251-257; Palou, Noticias..., vol. I, pp. 222-239; Palou, Relación..., pp. 149 y 203; Richman, op. cit., pp. 335-337. 23 Interrogatorio al sargento de caballería de San Francisco (San Francisco), 12 septiembre 1796, AGN, Californias, vol. 65, exp. 2, f. 114vs. 24 AGN, Californias, exp. 2, fs. 113vs-114; Diario de don Pablo Cota alférez de la compañía del presidio de Santa Bárbara en el registro del paraje de Calahuasá, Santa Bárbara, 27 octubre 1798, AGN, vol. 45, exp. 15, f. 179; ibid., vol. 49, 1a. parte, f. 120; Bancroft, op. cit., vol. I, pp. 304, 314, 587-594; Richman, op. cit., pp. 219-220. 25 Cook y Borah, op. cit., pp. 245 y 265. 26 Martha Ortega, Alta California: una frontera olvidada del noroeste de México 1769-1846, pp. 87 y passim. 22 nían el privilegio de ocupar las mejores no todas las misiones tenían los mismos tierras y sus derechos estaban por en- índices de producción, era costumbre cima de los de cualquier otro centro de que se ayudaran entre sí. En general, población. A lo largo de su existencia las las misiones del sur, ubicadas en las tie- tierras misionales aumentaron en virtud rras más fértiles, tenían una producción de la ampliación del territorio ocupado así mayor. Las misiones eran, al final de la como por la fundación de nuevas misio- Colonia, los poblados que generaban la nes. Los neófitos aportaban la mano de producción agrícola más grande. obra necesaria; el misionero organizaba En el sector pecuario, las misiones el trabajo, apoyado por los propios ma- también eran las más favorecidas. Cuan- yordomos indígenas, y administraba la do se fundaban, cada misión recibía 18 producción. En ocasiones, los indios re- cabezas de ganado vacuno. Este ganado ducidos trabajaban fuera de las misiones, creció tanto que, a fines de la Colonia, se en cuyo caso se les pagaba un jornal que hacían matanzas en octubre para regular también administraba el religioso. Los el número de reses. El ganado ovino tuvo cultivos más importantes eran los de ce- un crecimiento espectacular, el número reales, trigo y maíz, también había huer- de animales superaba con creces al de tos para hortalizas y frutas. En cuanto a cualquier otra especie. La lana de estos la ganadería, los ganados vacuno y ovino numerosísimos ganados se empleaba en eran los más numerosos. tejer frazadas para los neófitos. Poco a poco se creó un sistema de En 1791, los misioneros recibieron infraestructura para favorecer el desa- con los brazos abiertos al grupo de arte- rrollo agrícola –por ejemplo, se constru- sanos que contrató el gobierno virreinal yó un sistema de regadío–. El éxito de –gracias a la insistencia de Pedro Fages– estos trabajos fue palpable cuando, en para instruir a los indios reducidos en sus 1787, la provincia pudo prescindir de los respectivos oficios. Llegaron tejedores, productos agrícolas enviados desde San zapateros, albañiles, carpinteros, cante- Blas; es decir, las misiones eran ya au- ros y herreros, entre otros. Los neófitos tosuficientes e incluso podían satisfacer aprovecharon muy bien la instrucción y la demanda de los presidios. Puesto que así en el siglo XIX había en las misiones 23 una pequeña industria artesanal. No obs- de nutria y productos agropecuarios, los tante, gran diversidad de manufacturas misioneros recibían herramientas y hasta siguieron llegando desde la cuidad de artículos de lujo tales como porcelanas México pues la producción local era redu- y sedas chinas. No tenían reparo en co- cida y de mala calidad. merciar con ingleses, estadounidenses o El intercambio fue otra actividad que rusos mientras les pagaran un buen pre- contribuyó al desarrollo económico de las cio por sus productos. Los gobernadores misiones. El intercambio interno lo reali- denunciaban a los misioneros como los zaban con los presidios, los que, a cambio principales contrabandistas de la provin- de cereales y carne, les daban manufac- cia ya que el comercio con extranjeros turas que recibían vía San Blas. Aunque estaba prohibido. los precios de sus productos eran altos, La bonanza económica de las misio- los efectos remitidos desde la ciudad de nes agudizó los problemas con los colonos México eran todavía más caros. Desde y los pesidiales radicados en la provincia. 1785, aprovechando la apertura del libre En 1787, Lasuén se quejaba de que los comercio entre San Blas y Alta Califor- capitanes de los presidios apresaban a nia, los misioneros vendían a los barcos los neófitos para forzarlos a trabajar para abastecedores sebo, cuero y pieles de ellos. Los colonos, por su parte, exigían nutria, aunque en pequeñas cantidades. que los neófitos fueran a ayudarles en el A principios del siglo XIX empezaron a arri- trabajo agrícola.28 El conflicto no se limita- bar a las costas de Alta California barcos ba a la disputa por el control de la mano procedentes de puertos del virreinato de de obra, también estaban en discusión los Perú. Pero el intercambio más reditua- derechos sobre la propiedad territorial. ble fue el que practicaron con los comer- Por ejemplo, la misión de Santa Clara lo- ciantes extranjeros. A cambio de pieles gró que se cambiara de lugar el pueblo de 27 Oficio número 85 del gobernador de California (s.I.), 8 julio 1817, AGN, Californias, vol. 37, exp. 2, f. 109; Noticias que da el capitán y maestro de la fragata Cazadora, Carlos María Garcia, del estado en que se hallaban los puntos de Alta California en el tiempo que permaneció en ellos, Acapulco, 8 septiembre 1818, es copia; Informe firmado por Rionda, Acapulco, 22 agosto 1818, AGN, vol. 8, exp. 3, f. 69. 28 Declaración del padre Fermín Francisco de Lasuén al señor comandante general Jacobo Negrete y Loyola, Misión de San Carlos de Monterrey, 20 octubre 1787, AGN, Californias, vol. 12, f. 52; Bancroft, op. cit., vol. II, p. 90. 27 24 San José para que no afectara sus terre- Además el éxito de la ocupación dependía nos. En 1798, Pedro Fages tuvo un plei- del desarrollo económico de las misiones. to con los misioneros de San Francisco Como prueba de esta aseveración, cabe porque aquél deseaba fundar un rancho mencionar que cuando el movimiento in- real en las tierras que éstos consideraban surgente interrumpió el abastecimiento y propiedad de los neófitos. Entre 1804 y financiamiento de la provincia, las misio- 1810 tuvo lugar una querella entre los mi- nes tuvieron la capacidad de sostener a sioneros de San Juan Bautista y Mariano toda la población de la Alta California. Castro e Ignacio Ortega, porque los colonos solicitaban unas tierras que según los 2. LAS MISIONES EN LA ÉPOCA INDEPENDIENTE religiosos eran propiedad de la misión. Como podemos observar, desde el 2.1 PRIM E ROS P A SOS HA CIA LA SE CULA RIZA CIÓN momento que se inició la colonización de Alta California empezaron a develarse las Durante la crisis de la Independencia, el diferencias entre el proyecto estratégico gobierno español emitió decretos que te- de la corona y el proyecto fundamental- nían como objetivo modificar la situación mente evangelizador de los franciscanos. de las misiones. Las Cortes de Cádiz, en El objetivo de reducir a los indios y ais- las que participaron diputados liberales, larlos de la sociedad española estaba en consideraron que las misiones, lejos de conflicto con el interés de las autoridades fomentar la adhesión a la Corona, cons- reales de fundar una colonia que sirviera tituían monopolios eclesiásticos que sólo como avanzada defensiva del virreinato. enriquecían a las órdenes religiosas. Ade- Con este fin las autoridades apoyaron el más, esta institución limitaba la libertad establecimiento de colonos e impulsaron de los neófitos. El 13 de septiembre de las iniciativas para fomentarlo. Sin em- 1813, las Cortes promulgaron un Decreto bargo, durante el periodo colonial fue ne- de Secularización. Ante los vaivenes po- cesario ceder ante las exigencias de los líticos en España, el decreto no se aplicó misioneros porque los objetivos de cris- en ese momento. El gobierno español tianizar y “civilizar” a los nativos, que am- emitió un decreto para que se organiza- bos poderes compartían, eran prioritarios. ra una Junta de Californias que estudiara 25 la situación de las misiones. En 1817, la fue heredada por el gobierno imperial, Junta consideró adecuado el Decreto de primero, y por el republicano después. Secularización elaborado por las cortes. Ambos consideraron vital para el interés El 20 de enero de 1821 se dictó una real nacional proteger a la provincia de una orden para aplicar el decreto de 1813. posible invasión extranjera.30 En el caso de las misiones de las Cali- Ante tales circunstancias durante el fornias, la orden no se puso en práctica periodo mexicano, Alta California fue de- porque el obispo de Sonora, a cargo de clarada territorio sujeto a las disposicio- estas provincias, no contó con suficientes nes del gobierno federal, el que intentó párrocos para sustituir a los misioneros. 29 promover la colonización y el fomento Entretanto, a nivel regional, el movimien- económico del territorio para reforzar su to insurgente interrumpió la comunicación carácter estratégico. Entre 1825 y 1827 entre Alta California y el resto del virreina- se creó un organismo especial para es- to. Gracias a ese aislamiento, en 1812 los tudiar la situación de las Californias: la rusos pudieron establecer, sin problema Junta de Fomento de Californias. Ésta alguno, una pequeña colonia al norte de entregó un informe al gobierno federal en la bahía de San Francisco que recibió el el cual se cuestionaba la eficiencia de las nombre de Fuerte Ross. Los comercian- misiones como instituciones colonizado- tes estadounidenses, por su parte, visi- ras.31 La crítica retomaba en gran parte taban cada vez con mayor frecuencia las aquélla que habían hecho las Cortes de costas de la provincia. Cuando México Cádiz. Poco después, la Junta de Califor- obtuvo su independencia, la preocupa- nias redactó un Plan para el Arreglo de ción por defender este punto estratégico los Territorios de la Alta y Baja California 29 Felipe de Goycoechea al virrey, México, 7 diciembre 1805, AGN, Californias, vol. 49, 1a. parte, exp. 1, f. 124; fray Josef G[ilegible] G[ilegible] a don José Manuel de Herrera, México, Colegio de San Fernando, 21 marzo 1822, AGN, vol. 45, exp. 1, f. 18vs; Richman, op. cit., pp. 222-225; Real orden al virrey de Nueva España, Madrid, 5 julio 1814, en Las misiones de Alta California, pp. 111-112. 30 Resumen sin firma (México, 1811), AGN, Californias, vol. 37, exp. 1, f. 1; Richman, op. cit., pp. 213-215; H.H. Bancroft, California Pastoral 1760-1848, en The Works, vol. XXXIV, pp. 468-470; Walton Bean, California, an Interpretative History, pp. 75-80; Alan. C. Hutchinson, “The Mexican Government and the Mission Indians of Upper California”, en The Americas, XXI: 4, pp. 335-362. 31 Bancroft, Hist. of Cal., vol. II, pp. 34-35; Richman, op. cit., pp. 239-242. 26 que, en síntesis, proponía la seculariza- guieron siendo agropecuarios.33 En 1827, ción de las misiones.32 Así, el gobierno José María de Herrera informaba que la republicano no vaciló en apoyar las pro- riqueza que había en las misiones cau- puestas de secularización que se elabo- saba la envidia y el descontento entre los raron a nivel local. colonos. Señalaba que la mayoría de las A pesar de haber solventado los tierras de la franja colonizada estaba en gastos de los presidios y, en general, de poder de las misiones y ningún colono te- toda la población de la Alta California, al nía acceso a ellas. Decía que si alguien consumarse la independencia de México solicitaba esos territorios “El pretendiente las misiones seguían siendo los centros se queda con la negada porque a todos económicos más pujantes del territorio. tiros gana el padre, y aunque jamás la Cuando, forzado por las circunstancias cultivan ni un palmo de la tierra negada ya de aislamiento, el gobierno local tuvo que nadie tiene acción a pedirla”.34 En cuanto aceptar el comercio con los extranjeros al comercio, los misioneros tenían el más durante la crisis de la independencia, lucrativo porque daban más baratos sus las misiones fueron los centros mejor productos que cualquier otro habitante capacitados para intercambiar produc- del territorio ya que las misiones produ- tos con ellos. La situación se mantuvo cían más. Concluía “Los misioneros han así cuando al establecerse la república tratado siempre, y lo han conseguido, de los puertos del territorio fueron abiertos absorver hasta la más trivial industria que al comercio exterior. Los productos que cualquier otro que no sea ellos, pone en Alta California ofrecía a los extranjeros si- ejecución”.35 Estos testimonios no deben 32 Plan para el arreglo de las misiones de los territorios de la Alta y Baja California propuesto por la Junta de Fomento de aquélla península, 11 pp., en Biblioteca Nacional de México (BNM), Colección Lafragua, Miscelánea 31. 33 Fray Josef G[ilegible] a José Manuel Herrera, Colegio de San Fernando, México, 21 marzo 1822, AGN, Californias, vol. 45, exp 1, f. 18; Noticia de las misiones que ocupan los religiosos de N.P.S. Francisco, firmada por José Señan, San Buenaventura, 30 mayo 1821, AGN, vol. 45, exp. 1, fs. 20-21; José María Narváez al gobernador político de esta provincia, Guadalajara, 1 enero 1822, AGN, f, 32; Hutchinson, “The Mexican...”, p. 336; Chapman, op. cit., pp. 384, 371-383, 386-387, 438-439 y 456; Richman, op. cit., p. 201; Bancroft, Cal. Pastoral, pp. 445-448, 471 y 474. 34 José María Herrera, Informe al comisario general del Estado Libre de Occidente, Monterrey, 31 marzo 1827, AGN, Californias, vol. 18, f. 261. 27 hacer creer que la riqueza de las misiones demostraba que sabía cultivar. También era cuantiosa. Pero en un territorio donde se estipulaba que los castigos hacia los la gran producción agropecuaria no se aborígenes deberían suavizarse.37 Cabe traducía en una mayor comodidad para enfatizar que los mestizos hacían suyo el quien la generaba como la Alta California, principio español de “civilización”. Eran una ganancia regular, que daba acceso a “civilizados” y capaces de vivir en la so- ciertas comodidades, se concebía como ciedad de Alta California sólo aquéllos abundancia y riqueza sin límites. Por ello nativos que tuvieran un modo de vida se- los colonos ambicionaban los bienes mi- dentario y que se hubiesen transformado sionales y sus relaciones comerciales. en cultivadores, de otra manera no era En 1825, el gobierno republicano posible convivir con ellos a menos que nombró al ingeniero José de Echeandía vivieran en las misiones cuyo fin último jefe político de Alta California. Entre las seguía siendo el de “civilizarlos”. Para los atribuciones del jefe político estaba la de habitantes de Alta California la desapa- otorgar tierras en propiedad privada a rición de las misiones sólo era deseable los aborígenes que las solicitaran. Este y posible en la medida en que hubiesen funcionario y la diputación territorial, ór- cumplido su tarea “civilizadora”. 36 gano de gobierno local, consideraron que Los nativos, por su parte, apoyaron la los nativos habían perdido su libertad en disposición del jefe político en la medida las misiones. Por ello, en 1826, promulga- en que les dio la oportunidad de salir de ron un Decreto de Emancipación a Favor las misiones e irse al interior para reen- de los Neófitos. Dicho decreto ordenaba contrarse con sus antiguas comunidades. que todo aquél indio que hubiese vivido Algunos se fueron a trabajar para los ca- en las misiones por más de quince años lifornios y la minoría permaneció en las y quisiera abandonarlas podría hacerlo si misiones. Para comprender cómo la diputación provincial se había transformado en diputación territorial con poderes legislativos, véase Martha Ortega Soto, “Autonomía política en Alta California: el papel de la Diputación, 1822-1845”, en Memoria 1998. Seminario de Historia de Baja California, A.C., 8° Ciclo de conferencias, pp. 3-24. 37 Hutchinson, “The Mexican...”, p. 346; Richman, op. cit., p. 242; H.H. Bancroft, History of California, vol. III, 1825-1840, en The Works, vol. XX, San Francisco, A.L. Bancroft and Company Publishers, 1885, pp. 102-103. 36 28 En 1828, Echeandía promulgó el Plan para Convertir en Pueblos las Misiones. Este plan proponía transformar, poco a poco, las misiones en pueblos. Echeandía, apoyado por la diputación territorial, planteó la idea de repartir las tierras y el ganado misional entre los neófitos en propiedad privada. Los frailes ocuparían el puesto de curas. Echeandía también proponía que se fundaran dos conventos, uno en Santa Clara y otro en San Gabriel para que se formaran los ministros necesarios para atender las necesidades religiosas del territorio.38 En efecto, para esa fecha el Colegio de San Fernando ya no Colección Felipe Teixidor. P 5 - C 4 - F 309. contaba con misioneros disponibles para promulgó un Decreto de Secularización enviar al territorio, así que el Colegio de de Misiones que tenía como base el de- Franciscanos de Zacatecas empezó a en- creto emitido tres años antes. En cuanto viar misioneros para que atendieran las llegó el nuevo jefe político, Manuel Vic- misiones. Por lo tanto, en ese momento toria, suspendió su aplicación. Pero en las misiones de Alta California estaban 1832 Echeandía –quíen tenía poder en sujetas a dos autoridades franciscanas. la región del sur del territorio– insistió y Además las misiones estaban bajo la ju- elaboró un Reglamento de Seculariza- risdicción de la diócesis de Sonora hasta ción.40 Secularizar, como veíamos, no que con la Ley de 1836 se creó el obispa- era un asunto sencillo, algunos neófitos do de Las Californias. 39 se negaban a abandonar las misiones En 1831, el jefe político Echeandía pues habían perdido su forma tradicional 38 José María de Echeandía al ministro de Relaciones, Monterrey, 7 septiembre 1830, AGN, Temporalidades, vol. 19, f. 276; Bancroft, Hist. of Cal., vol.III, pp. 302-303. 39 Richman, op. cit., p. 243. 40 Bancroft, Hist. of Cal., vol. III, pp. 305-306, 314-315. 29 de sobrevivencia, pero aún no se habían señalar que los indios serían víctimas de adaptado por completo a vivir en una los californios, quienes sólo buscaban la economía agrícola. Otros indios se vieron manera de someterlos a su servicio. liberados de un trabajo que no querían hacer y se negaron a cultivar el campo; la 2.2 La secularización de las misiones mayoría de ellos perdieron las tierras que habían recibido, se reintegraron a sus El plan mejor delineado para fomentar la antiguas comunidades y reaprendieron a colonización en Alta California con base vivir como cazadores-recolectores. Las en la secularización de las misiones fue misiones, pues, empezaron a perder su el promulgado por el gobierno liberal de base económica al ser despojadas de Valentín Gómez Farías. Los liberales: 41 sus tierras y perder a la fuerza de trabajo indígena. Por otra parte, la reducción de …contemplaban una república federal nuevos indios se había suspendido desde democrática, gobernada por instituciones tiempo atrás. representativas; una sociedad secular A todas estas acciones los misione- libre de la influencia clerical; una nación ros demostraron una limitada capacidad de pequeños propietarios, campesinos de respuesta. Algunos se oponían deci- y maestros artesanos; con el libre juego didamente a la secularización pues con- del interés individual liberado por las le- sideraban que los neófitos no estaban yes restictivas y el privilegio artificial [...] preparados aún para vivir en la sociedad asumían la doctrina económica clásica mestiza por mantener muy arraigadas de la mano invisible que armonizaba los sus antiguas costumbres. Otros, veían el intereses del individuo con los de la socie- proceso secularizador como inevitable e dad [...] Pensaban que la libertad traería irreversible y participaban en él procuran- el progreso y la prosperidad...42 do no abandonar a los nativos a su suerte. Sin embargo, todos ellos coincidían en Para ellos, el concepto del indio como el Echeandía al secretario de Estado del Departamento de Relaciones, San Diego, 11 diciembre 1829, Californias, vol. 18, f. 457; Hutchinson, “The Mexican...”, pp. 350, 361. 42 David Brading, Los orígenes del nacionalismo mexicano, pp. 158-159. 41 AGN, 30 que necesitaba protección legal no era los colonos no residentes en las misio- aceptable, antes bien, proclamaban la nes. Ésta fue la única ley que permitía igualdad de los nativos con la del resto que las propiedades de las misiones se de la sociedad. En última instancia, los distribuyeran entre la población que no liberales de este periodo pretendieron ig- vivía en ellas.43 En agosto de 1833, Gó- norar las diferencias que prevalecían entre mez Farías decretó la Ley de Seculariza- las comunidades indígenas y la sociedad ción de las Misiones de las Californias, al mestiza, por esto resolvieron que eran mismo tiempo que organizaba la colonia iguales entre sí. Por tanto, las misiones Híjar-Padrés que sería enviada a Alta Ca- fueron consideradas un obstáculo para el lifornia. El proyecto colonizador consistía desarrollo económico y social de Alta Cali- en que José María Híjar partiera hacia el fornia. La razón principal por la que las mi- territorio del noroeste con un grupo de in- siones constituían un obstáculo para crear migrantes y que asumiera el cargo de jefe la sociedad con la que los liberales soña- político. Híjar llevaba órdenes de hacer ban era el régimen de propiedad comunal efectiva la secularización de las misiones que existía en ellas. Para los liberales la al ejercer dicho cargo. Debería fundar posibilidad del progreso social recaía fun- pueblos en los que se avecindaran tanto damentalmente en el principio de la propie- mestizos como nativos pues, suponían dad privada individual de la tierra que haría los liberales, el ejemplo de los primeros de los propietarios ciudadanos diligentes, “civilizaría” a los segundos. Por ello, les productivos y defensores del Estado. parecía legítimo que la propiedad de los El Proyecto de Colonización de abril neófitos se repartiera también entre los de 1833, al que después se asoció la Ley colonos. El translado de la colonia se de Secularización de las Misiones de las financió con los recursos del Fondo Pia- Californias, señalaba que las propieda- doso de las Californias. La colonia partió des muebles e inmuebles de las misio- de la ciudad de México el 14 de abril de nes se repartirían entre los neófitos, los 1834. Cuando los inmigrantes llegaron a bienes que sobraran se distribuirían entre Alta California se encontraron con que 43 Hutchinson, “The Mexican...”, pp. 351-352. 31 el gobierno de Antonio López de Santa las misiones. Una vez más se apuntaba Anna había ordenado, el 26 de julio de que si los aborígenes se negaban a cul- ese año, que se suspendiera el proyec- tivar, se les reintegraría a una misión.45 to. El gobierno territorial permitió que los Esta medida era indispensable porque la colonos se quedaran en Alta California sociedad mestiza necesitaba trabajado- pero no se les distribuyeron bienes de las res y desde luego esperaba que fueran misiones. Cabe señalar que el supuesto los aborígenes quienes desempeñaran del que partieron los liberales deja claro ese papel. En el modelo de sociedad que que ellos tampoco consideraban que los había aparecido en Alta California los gru- indios estuvieran “civilizados” lo que no pos de recolectores-cazadores no tenían obstaba para que los consideraran legal- lugar, era necesario que se transformaran mente iguales al resto de los ciudadanos en agricultores al igual que en el periodo que, desde su punto de vista, sí estaban anterior. Pero en esta etapa, los califor- “civilizados”. nios ya no querían esperar más tiempo 44 Entre tanto, en Alta California había para disponer de la mano de obra de los llegado a principio de 1833 un jefe polí- nativos, sólo estaban dispuestos a ceder tico nuevo: José Figueroa. Éste llevaba cuando aquéllos no estuvieran capacita- instrucciones de consumar el proceso dos aún para trabajar para ellos, pero en- de secularización. Para cumplir su man- tonces deberían aplicarse medidas coer- dato, atendió los intereses de los califor- citivas para preservar y aumentar dicha nios para secularizar a las misiones de fuerza de trabajo. Pero ya no existían las acuerdo con las expectativas locales. En condiciones para forzar a los aborígenes julio de ese año, dictó las Prevenciones a permanecer en la franja colonizada, Provisionales para la Emancipación de puesto que los presidios habían desapa- los Indios Reducidos, que retomaban los recido transformándose en pueblos y sin proyectos de la época de Echeandía pues los misioneros no había autoridad ni mili- planteaban la paulatina secularización de tar ni religiosa que los obligara. Ibid., pp. 351-357; Bancroft, Hist. of Cal., vol. II, pp. 259-260, 266,272, 274-280; Bustamante, op. cit., pp. 193, 256, 294-295. 45 Hutchinson, “The Mexican...”, pp. 349-350; Richman, op. cit., p. 252. 44 32 Cuando Figueroa aplicaba las pre- sionales. En 1835, el barón Ferdiand von venciones, llegó a la Alta California la Wrangel ex gobernador de la América colonia Híjar-Padrés con todo el cuerpo Rusa, de visita en Alta California, decía legal emitido por el gobierno de Gómez que la secularización había propiciado la Farías. Los californios temieron que los destrucción de asentamientos hasta ha- bienes misionales pasaran a manos ex- cía poco florecientes.46 trañas y presionaron a Figueroa para que Cuando el gobierno republicano tuvo los bienes fueran distribuidos entre los noticia de las consecuencias de la secula- viejos vecinos de la región. En agosto de rización decretó, en 1835, que se suspen- 1834, con el apoyo de la diputación te- diera la ley. Pero todo esfuerzo por salvar rritorial, Figueroa proclamó el Reglamen- a las misiones fue inútil pues el gobierno to Provisional para la Secularización de nacional las había privado de una fuente las Misiones de Alta California. En este de financiamiento fundamental: el Fondo reglamento se indicaba que en cada mi- Piadoso de Las Californias. En efecto, en sión se nombraría un mayordomo, quien 1832, el gobierno echó mano de dicho sería el encargado de repartir las propie- Fondo para sufragar sus propios gastos. dades misionales entre los neófitos. La Aunque en algunos momentos se intentó secularización sería gradual, primero se restaurar los beneficios del fondo a las aplicaría en diez misiones. Para regular el misiones, hacia 1844 casi todos los bie- funcionamiento de las misiones seculari- nes habían sido vendidos y las ganancias zadas, el gobierno territorial promulgó un de la venta no llegaron hasta Las Califor- Reglamento de Misiones Secularizadas. nias.47 Pero ninguna medida detuvo el saqueo Los propios californios resintieron de las misiones porque los propios go- el colapso de las misiones, por ello, en bernadores nombraban a sus seguidores 1840, el gobernador en turno Juan Bau- mayordomos o comisionados y les permi- tista Alvarado decretó un Reglamento tían que se adueñaran de los bienes mi- de Misiones con el cual pretendía res- 46 F.P. Wrangel, De Sitka a San Petersburgo al través de México. Diario de una expedición (13 de octubre de 1835 al 22 de mayo de 1836), pp. 40-45. 47 “El llamado ‘Fondo Piadoso’ de las Californias”, en Tejas y el Fondo Piadoso de las Californias, pp. 33-63, texto completo. 33 catarlas de la destrucción total. Pero ya construir. Los gobiernos nacionales les no fue posible reintegrarles los bienes de retiraron su apoyo e incluso las ataca- los que se habían posesionado los veci- ron porque el proyecto misional era por nos del territorio ni obligar a los neófitos completo ajeno a los proyectos del nuevo a regresar a ellas. Los objetivos que el gobierno; pero sobre todo porque el libe- reglamento señalaba coincidían con los ralismo no les concedía a las misiones que en su momento plantearon los fran- la misma capacidad civilizadora que les ciscanos: congregar, evangelizar, aislar y atribuía el gobierno colonial. “civilizar” a los aborígenes. En 1843, Ma- Así, quedaron sin defensa frente al nuel Micheltorena, a la sazón gobernador embate de la población local que exigía de Alta California, hizo un último esfuer- la desaparición de estas instituciones. zo y promulgó un decreto por el que se En poco tiempo las misiones fueron des- devolvía la administración de los bienes manteladas por los californios, quienes misionales a los frailes franciscanos. Fray se apoderaron de las tierras y el ganado Francisco Durán, el padre presidente, su- pero no pudieron retener a los trabaja- girió que los más sensato era rematar los dores que los misioneros habían puesto pocos bienes que aún quedaban y utilizar tanto empeño en adiestrar. las ganancias en organizar la defensa de Alta California en contra de las agresio- CONCLUSIONES nes estadounidenses.48 Los misioneros franciscanos no pu- El proceso histórico de las misiones de dieron ajustar su proyecto religioso misio- Alta California es un ejemplo de las ins- nal a las cambiantes circunstancias y, en tituciones que fueron cimiento de la or- el siglo XIX, el conflicto que de suyo tenía ganización de una sociedad con la que con el poder secular se agudizó en vir- posteriormente entraron en conflicto. tud de que el liberalismo las consideró un Para la realización del proyecto de la obstáculo para la integración y el desa- corona española de crear una colonia de rrollo de la nueva sociedad que deseaba defensa estratégica, las misiones fueron 48 Richman, op. cit., pp. 262-264, 282-285; H.H. Bancroft, History of California. vol. IV, 1840-1845, en The Works, vol. XXI, pp. 369. 34 una institución indispensable. El gobierno dependencia de México se consumó fue español las apoyó porque gracias a ellas creándose un nuevo sistema de relaciones podría alcanzar los objetivos de cristiani- que propició la secularización de las mi- zar y “civilizar” a la población indígena a siones. El proyecto de colonización repu- fin de incorporarla a la sociedad colonial blicano no consideraba que las misiones y por ende a sus dominios. El proyecto pudiesen desempeñar papel alguno. Los del poder español coincidía con el de los proyectos se plantearon sobre bases secu- misioneros franciscanos en tanto que am- lares. Los liberales que impulsaron la refor- bos consideraban tarea fundamental cris- ma de 1833, creían que con el mero ejem- tianizar y “civilizar” a los naturales; pero plo, los pueblos de recolectores-cazadores la contradicción entre ellos surgió cuando podían transformarse en agricultores. Los los misioneros intentaron aislar a los na- gobiernos que encabezaron, le retiraron su tivos y fundar con ellos comunidades se- apoyo a las misiones e incluso sentaron las paradas del resto de la sociedad colonial bases para destruirlas. Para los liberales, el evitando de esta forma los abusos de los principio de la propiedad privada de la tierra colonizadores en contra de los nativos. era base del progreso de cualquier pueblo Por ello, los misioneros crearon centros y las comunidades indígenas, así como las de población autosuficientes, lo que entró misiones tenían como principio la propiedad en conflicto con el propósito real de crear comunal de la tierra. Esto hacía aparecer a una economía regional que integrara a los aborígenes ante los ojos de los liberales todos los habitantes y que permitiera a como sectores atrasados que limitaban el la colonia sostenerse a sí misma sin, por progreso social. Por ello, había que destruir ello, desvincularse del resto del virreina- a la comunidad agraria y dejar a los indios to. El conflicto no se solucionó durante el competir como iguales con otros sectores periodo colonial ya que las circunstancias sociales. Ello sería el paso fundamental políticas y administrativas aseguraron la que los forzaría a “civilizarse” o a desapa- permanencia de las misiones. recer de una nueva sociedad que no los La crisis de la Independencia empezó consideraba dignos de incorporarse a ella a modificar la situación pues los vínculos si no eran capaces de adaptarse a las nue- coloniales desaparecieron. Cuando la in- vas condiciones que se les imponían. 35 A nivel regional los vecinos apoyaron había sido insuficiente para lograr esos la secularización porque deseaban apo- objetivos, la mayoría de los nativos no derarse de los bienes misionales y con- adoptó una forma de vida sedentaria. Por trolar la fuerza de trabajo que había en otra parte, para la sociedad liberal que ellas. Ante el embate de los californios, se estaba gestando los indios no eran un las bases económicas de las misiones elemento muy valioso. Los aborígenes, fueron destruidas. Esto propició que la por su parte, se negaron a participar en el relación entre los misioneros y los neó- esquema social que se les había querido fitos quedara rota. Tan sólo las misiones imponer y se reincorporaron a las comu- contaban con una organización capaz de nidades de recolectores-cazadores. Así, forzar a los nativos a adquirir una nueva la sociedad mexicana de Alta California forma de vida. El tiempo durante el cual perdió una porción sustancial de la pobla- se les había intentado enseñar a adop- ción que gracias al esfuerzo de los misio- tar una nueva disciplina laboral y social neros había formado parte de ella. ARCHIVOS Archivo General de la Nación, México (AGN) Fondo Reservado, Biblioteca Nacional de México (BNM) OBRAS CONSULTADAS Bancroft, H.H., California Pastoral 1760-1848, en The Works, v. XXXIV, San Francisco, The History Company, Publishers, 1888, 808 pp. _________, History of California, v. I 1542-1800, en The Works, v. XVIII, San Francisco, A.L. Bancroft and Company, Publishers, 1884, 744 pp., charts, maps. __________, History of California”, v. II 1801-1824, en The Works, v. XIX, San Francisco, A.L. Bancroft and Company, Publishers, 1885, 796 pp.,maps. __________, “History of California”, v. III 1825-1840 en The Works, v. XX, San Francisco, A.L. Bancroft and Company Publishers, 1885, 792 pp. 36 __________, History of California, v. IV 1840-1845, en The Works, v. XXI, San Francisco, The History Company Publishers, 1886, 786 pp. Bean, Walton, California, an Interpretative History, 2a ed. USA, Mc Graw-Hill Book Company, (1967), maps., pp.75-80. Brading, David, Los orígenes del nacionalismo mexicano, trad. Soledad Loaeza, México, Secretaría de Educación Púbica, 1973, 223 pp. (Sepsetentas, 82). Cook, S.F., The Conflict Between the California Indians and de White Civilization I. The Indian Versus the Spanish Mission, Berkeley and Los Angeles, University of California Press, 1943, 194 pp., charts, (Ibero-americana, 21). Cook, S.F. y W. Borah, Ensayos sobre historia de la población 3. México y California, trad. Clementina Zamora, México, Siglo XXI, 1980, 248 pp., cuads., (Celecc. América Nuestra, América colonizada, 29). Chapman, Charles E., A History of California. The Spanish Period, 7a ed., New York, The Viking Press, 1956, p 81. “El llamado ‘Fondo Piadoso’ de las Californias”, en Tejas y el Fondo Piadoso de las Californias, México, Cámara de Diputados, Congreso de la Unión, 1937, pp.33-63. Florescano, Enrique, “Colonización, ocupación del suelo y ‘frontera’ en el norte de Nueva España, 1521-1750”, en Álvaro Jara (ed), Tierras nuevas, expansión territorial y ocupación del suelo en América (siglos XVI-XIX), 1a reimp., México, El Colegio de México, Centro de Estudios Históricos, 1973, 138 pp., cuads., mapas. (Nueva Serie, 7). Heizer, R. F. and M. A. Whipple (comps), The California Indians. A Source Book. 2a ed. California, University of California Press, 1971, 620 pp., charts, maps, pp. 66-72. Hutchinson, C. Alan, Frontier Settlement in Mexican California. The Híjar-Padrés Colony, and its Origins, 1769-1835, New Haven, Yale University Press, 1969, 457 pp. ___________, “The Mexican Government and the Mission Indians of Upper California”, en The Americas, XXI: 4, pp. 335-362, pp. 335-342. Konetzke, R., América Latina II. La época colonial, trad. Pedro Searon. 9a ed. México, Siglo XXI, 1979, 398 pp. (Historia Universal Siglo Veintiuno, 22). 37 Lightfoot, Kent G., Indians, Missionaries, and Merchants. The Legacy of Colonial Encounters on the California Frontiers, Berkeley, Los Angeles, London, 2006, 340 pp., ils. y mapas. Las misiones de Alta California, México, Tipografía de la oficina impresora de estampillas, 1914, 270 pp. (Archivo y biblioteca de la Secretaría de Hacienda, Colecc. Documentos Históricos, t. II), p. 111-112. Nava Julián and Bob Barger, California Five Centuries of Cultural Contrasts, Encino, Glencoe Press, 1976, 428 pp., charts, maps. Navarro García, Luis, Don José de Gálvez y la Comandancia General de las Provincias Internas del norte de Nueva España, pról., José Antonio Calderón Quijano, Sevilla, Escuela de Estudios Hispanoamericanos de Sevilla, 1964, 602 pp., láms. Ortega Soto, Martha, Alta California: una frontera olvidada del noroeste de México 1769-1846, México, UAM-I, Plaza y Valdés, 2001, 494 pp., ils., cuads. y mapas. __________, “Autonomía política en Alta California: el papel de la Diputación, 1822-1845” en Memoria 1998 Seminario de Historia de Baja California, A.C., 8° Ciclo de conferencias, Ensenada, Seminario de Historia de Baja California, A.C., 1998, 218 pp. Palou, Francisco. Noticias de la Nueva California. 2 t. En Documentos para la historia de México, t. VI y VII, cuarta serie. México, Imprenta de Vicente García Torres, 1857. __________, Relación histórica de la vida y apostólicas tareas del venerable padre fray Junípero Serra y de las misiones que fundó en la California septentrional, y nuevos establecimientos de Monterrey, Pref. e introd. Miguel León-Portilla, México, Porrúa, 1970, 244 pp., ils., mapa. Plan para el arreglo de las misiones de los territorios de la Alta y Baja California propuesto por la Junta de Fomento de aquélla península, México, Imprenta de Galván a cargo de Mariano Arévalo, 1827, 11pp. Priestley, Herbert Ingram, José de Gálvez Visitor-General of New Spain (1765-1771), Reimp. Philadelphia, Porcupine Press, 1980, 449 pp., maps, láms. Richman, Irving Berdine, California Under Spain and Mexico, New York, Cooper Square Publishers, Inc., 1965. 542 pp., charts, plans, maps. Rivera y Moncada, Fernando de, Diario del capitán comandante. Ernest J. Burrus (ed). 38 2 vols. Madrid, José Porrúa Turanzas, 1967, mapas. (Colecc. Chimalistac de Libros y Documentos acerca de la Nueva España, 24 y 25). Sierra, Vicente D., El sentido misional de la conquista de América, pról. Carlos Ibarguren, Buenos Aires, Ediciones de “Orientación española”, 1942, 406 pp., ils. Trueba, Alfonso, California -tierra perdida, 2 vols. México, Ed. Jus, 1956-1958, Mapas (Figuras y episodios de la historia de México, 36 y 47). Velázquez, María del Carmen, Tres estudios sobre las Provincias Internas de Nueva España, México, El Colegio de México, Centro de Estudios Históricos, 1979, 170 pp. (Jornadas, 87). Weber, David J. (comp), El México perdido. Antología ensayos escogidos sobre el antiguo norte de México (1540-1821), trad. Ana Elena Zúñiga, Héctor Aguilar Camín e Isabel Gil Sánchez, México, Secretaría de Educación Pública, 1976, 168 pp., mapa. (Sepsetentas, 265). Wrangel, F.P., De Sitka a San Petersburgo al través de México. Diario de una expedición (13 de octubre de 1835 al 22 de mayo de 1836), pról. y trad. Luisa Pintós Mimó, México, Secretaría de Educación Pública, 1975, 159 pp., apéndices, (Sepsetentas, 183). Colección Felipe Teixidor. P 5 - C 4 - F 309. *Área de Historia del Estado y la Sociedad, Cuerpo Académico de Historia Mundial, UAM-Iztapalapa. 39 EL D E P A R TA M E N T O N A V A L D E SAN BLAS Y SUS REL ACIONES CON L AS FI LI PI N A S A FIN A LES DEL SIG LO X VIII Y PRINCIPIOS DEL XIX Claudia Patricia Pardo Hernández* LOS INICIOS DEL DEPARTAMENTO NAVAL En el año de 1768 se fundó el departa- Con este artículo se desea presentar a grandes rasgos las características principales que tuvo el puerto de San Blas mento de San Blas en las costas de Nueva desde su fundación y, sobre todo, esta- Galicia. Su establecimiento obedecía a va- blecer los tipos de contacto que mantuvo rias razones, casi todas de tipo estratégico- con las Filipinas. Tradicionalmente siem- militar: para prestar auxilios vía marítima a pre se vio al puerto de Acapulco como el los presidios y misiones de California, como poseedor del monopolio del comercio que base militar para vigilar las posesiones del se constituyó con el archipiélago; no obs- rey y repeler ataque de enemigos, así como tante, San Blas también sostuvo, prácti- para organizar expediciones geográficas camente desde su fundación, un contacto al noroeste del continente.1 Era necesario frecuente con las islas. mantener los litorales del Mar del Sur se- En un extenso informe que presentó guros, sobre todo ante el supuesto avance el conde de Revillagigedo a Carlos IV en de los rusos al norte de California. También 1793, se recuerdan los inicios del puerto: era preciso dotar a las costas del Pacífico “el mencionado año de 1768 ocupamos de un apostadero que proveyera los navíos felizmente los referidos puertos [los de necesarios para cumplir tales tareas, ésa Alta California] y se estableció el depar- sería una de las funciones principales que tamento de San Blas, con la principal se esperó de San Blas. mira de auxiliar la expedición militar de- 1 Virginia González Claverán, La expedición científica de Malaspina en Nueva España. 1789-1794, México, El Colegio de México, 1988, p. 79. 40 terminada contra los indios bárbaros se- Ylustrísimo Sr. Dn. Joseph de Gálvez en ris y pimas que hostilizaban la Sonora y la visita que hizo a las Provincias Internas para establecer después el comercio con y a la California en 1766.”3 esa provincia y la de las Californias”.2 El comercio, la segunda meta, según Revi- Cuando fue necesario, las cercanas islas llagigedo, fue en un principio secundaria Marías proveyeron de palo María, que por y sería, para finales del siglo y prin- liviano era utilizado en las arboladuras y tarea fundamental para el el guayacán que servía para la fabrica- cipios del XIX, XVIII fondeadero. ción de rondanas. La elección para el apostadero tuvo No obstante, casi desde su fundación que ver con la proximidad de la ribera del el puerto presentó un grave problema, la río Santiago, que tenía una gran cantidad desembocadura del río Santiago en épo- de maderas como el cedro, álamo blanco, cas de lluvias arrastraba gran cantidad ébano, mesquite, guayacán y otras mu- de arena azolvando la pequeña rada en chas de magnífica calidad, que eran ade- donde anclaban las embarcaciones. Los cuadas para la construcción de barcos. barcos de gran calado tenían que fondear fuera del puerto a merced de los vientos, La abundancia de buenas maderas y en por lo que los movimientos de carga y particular de cedros excelentes llamaron descarga de las naves se dificultaba. Esto la atención hacia el Río de Santiago dis- influyó para que, casi desde su estableci- tante del puerto de San Blas menos de miento, se hablara de buscar otro lugar 12 leguas, para poner en su margen las para trasladar el astillero. quillas para dos paquebotes pequeños y dos goletas que quedaran finalizados en LA POBLACIÓN Y EL POBLADO un año, y debían servir a los proyectos y cumplimiento de las ordenes de llevó el Las primeras casas con que contó el Archivo General de Indias (en adelante AGI), “En que el virrey de Nueva España, Conde de Revillagigedo, da cuenta a S. M. por conducto del excelentísimo Sr. Duque de la Alcudia de los asuntos de California y Departamento de Marina de San Blas, año de 1793”, Estado, 21, N. 57, f. 10. En el citado informe también se tiene un breve extracto de cada una de las siete exploraciones de altura que salieron de San Blas al norte del continente con el fin de ocupar puertos para contrarrestar la presencia rusa e inglesa. 3 Archivo del Museo Naval de Madrid (en adelante AMNM), Pacífico, América II, doc. 12, f. 260. 2 41 puerto se hicieron en una parte baja, muy La pequeña población presentó pro- cercana al estero llamado del Pozo, pero blemas de crecimiento, para 1774 ape- la gran cantidad de mosquitos y otros in- nas llegaba a 752 habitantes. Una de las sectos, así como los temporales, ocasio- causas fue que gran parte de los oficiales naron que se buscara un sitio más segu- y de la marinería emigraban a Tepic o ro. En 1773 la población se trasladó hacia hasta Guadalajara en época de lluvias, el cerro de Bacilio en cuya explanada se ya que el puerto quedaba prácticamente planeó la edificación del pueblo, con los aislado. En la última década del siglo XVIII edificios de la contaduría y la iglesia con se calculó que en tiempos de sequía la su plaza. El almacén, el arsenal y los ta- población podía llegar hasta los 4,500 lleres de la maestranza continuaron a un pobladores, de los cuales unos 600 eran costado del estero del Pozo. hombres europeos, 200 criollos de am- Cuando se fundó el puerto se estable- bos sexos, y el resto eran castas y unos ció que se hiciera con 100 vecinos, “o a lo cuantos indios.6 El departamento de San menos por ahora con 40 o 50 pobladores Blas estaba formado por varias secciones útiles”. Pese a que se planearon incen- como se describió en los presupuestos de tivos como proveerlos de herramientas, gastos de los años de 1796 y 1797: 4 animales de granja y un espacio para sembrar los habitantes no aumentaron, tenemos oficiales de mar y a la marinería, por lo que se pidió a las autoridades que la tropa de tierra, los empleados adminis- enviaran presidiarios, así como marineros trativos, servicios médicos y religiosos, y artesanos de la maestranza de Vera- más los artesanos. Dentro de los artesa- cruz. El contar con una población estable nos encontramos maestros, capataces y que le diera un crecimiento constante al peones o aprendices de diferentes y va- puerto fue un problema recurrente desde riados oficios como carpinteros, calafatea- su fundación. dores, toneleros, aserradores, cordeleros, 5 4 Marcial Gutiérrez Camarena, San Blas y las Californias. Estudio histórico del puerto, México, Editorial Jus, 1956, p. 85. Enrique Cárdenas de la Peña, San Blas de Nayarit, México, Secretaría de Marina, 1968, t. II, p. 10. 5 González Claverán, op. cit., p. 79. 6 Ibid., p. 82. 42 Correspondencia de Virreyes: 1a Serie, vol. 81, exp. 44, f. 253. armeros, faroleros, hacheros, etc., con- llegaron al puerto eran europeos y los de- formando un total de 1 105 hombres em- más eran “gente del país”. La maestranza pleados en la conducción, administración, y la marinería aparentemente tenían la fabricación y reparación de naves. gente necesaria, pero cuando un navío 7 regresaba de viaje los marineros se esAntonio Gutiérrez de Ulloa estimó en 1803 parcían por los pueblos cercanos y sólo que la población de San Blas era de 3 300 volvían cuando se les daba un anticipo pobladores. Esto hace pensar que los ofi- por un nuevo viaje. Desde la fundación, ciales, marinería y trabajadores del astille- José de Gálvez promovió que se les die- ro aportaban cerca de la tercera parte de ra matrícula de marineros a los vecinos la población, cifra considerable, sin contar de los pueblos cercanos. A pesar de que que la cuenta era menor a la calculada en se publicó y pregonó los privilegios que la última década del siglo xviii. tendrían los que se matricularan de mari- 8 Los primeros artesanos y oficiales que neros, la falta de hombres fue una cons- Archivo General de la Nación (en adelante AGN), Marina, vol. 90, fs. 143-161. Jean Meyer, Colección de documentos para la historia de Nayarit, II. Nuevas mutaciones. El siglo XVIII, México, Universidad de Guadalajara-CEMCA, 1990, p. 25. 7 8 43 tante que se atribuyó a ser “indios y otras Con este motivo, y con la tropa de la com- castas sujetas al pago de tributos con pañía fija de San Blas, hay mucho comer- privilegio de que se les mire con piedad, cio y el pueblo tiene buenas fábricas”.10 no se saquen de sus hogares y se cuide su conservación”.9 Una fuente segura Es decir, la plana mayor del departa- para proveerse de tripulantes, y de paso mento vivía de hecho en Tepic, mientras de habitantes, que no funcionó tal vez por que en San Blas sólo quedaba la gente la falta de tradición marinera entre la po- indispensable que en ocasiones no po- blación nativa. día ofrecer los auxilios necesarios a las Cuando era época de lluvias el puerto embarcaciones que llegaban desde las era prácticamente abandonado. Los ofi- Californias o las Filipinas, como sucedió ciales y los pobladores con más recursos algunas veces, y en otras no se contaba se refugiaban principalmente en Tepic, ya con los oficiales y marinos necesarios que durante esa temporada el apostade- para algún viaje. ro quedaba prácticamente incomunicado Pese a los grandes planes que se por tierra. El camino de Tepic a San Blas tuvieron para el puerto, la realidad no estaba a 17 leguas, unos 100 kilómetros, correspondió a lo planeado. A cinco años y de Tepic se decía: de su fundación contaba con “113 casas de palos techadas con palmas y sólo dos Es bastante grande y con mucha gente eran de piedra y lodo”.11 En 1791 arribó lucida, especialmente el cuerpo de mari- Alejandro Malaspina al frente de una ex- na que reside aquí la mayor parte del año pedición científica y su descripción del con un comandante capitán de navío, tres pueblo era semejante: “La población tiene tenientes, tres alférez, dos pilotos gradua- pocos edificios y se compone de chozas dos, diez numerarios, cinco capellanes cubiertas de paja, que dan un aspecto po- con dos más auxiliares y cuatro cirujanos. bre y miserable; las mejores son las cons- Marina, vol. 105, fs. 212-213. Jean Meyer, op. cit., p. 256. 11 Enrique Cárdenas de la Peña, “Presencia del puerto de San Blas de Nayarit en el siglo XVIII”, en autores varios, San Blas de Nayarit, Zapopan, El Colegio de Jalisco, 1993, p. 54. 12 Pedro López González, “San Blas visto por Malaspina”, en autores varios, San Blas de Nayarit, Zapopan, El Colegio de Jalisco, 1993, p. 86. 9 AGN, 10 44 truidas por el rey”.12 El tiempo pasaba y el jera noticias entre San Blas y Manila, pero puerto no lograba tener una urbanización se topó con la oposición de los fiscales de acorde con la importancia que se supone la Real Hacienda que argumentaron que debía de tener. al recibir y despachar correos sería muy El proyecto inicial del poblado tenía difícil de controlar los contrabandos y sali- planeada una plaza principal con la traza das de plata, en pago de los mismos y que de damero para las calles que salían de se llevaría a cabo en las embarcaciones ésta, pero tal parece que todo quedo en involucradas. La entrada de mercancía un propósito frustrado. Las calles no esta- asiática y el derrame de plata mexicana ban alineadas, estaban llenas de piedras en el archipiélago estaban reguladas por de todos los tamaños y las casas en su el viaje anual del galeón de Manila que mayoría eran chozas. hacía feria en Acapulco. En 1794 ante la falta de noticias de la nao, el virrey Revillagigedo mandó que LOS CORREOS EXTRAORDINARIOS se despachara un navío para que trasporSA N tara la correspondencia pública, un so- BLA S SE COM E NZA RON A DA R A UN A NTE S DE LA corro urgente y dinero para el auxilio de FUNDA CIÓN FORM A L DE L P UE RTO. EN 1767 P A R- Filipinas y las Marianas.14 El galeón anual MA - que llegaba a Acapulco y que mantenía el NILA LLE VA NDO LA NOTICIA DE LA E XP ULSIÓN DE contacto económico y comercial entre el LOS JE SUITA S . E L SA N archipiélago y Nueva España ya no era CON E L INFORM E suficiente, una nueva dinámica se anun- LOS INTE RCA M B IOS E NTRE FILIP INA S Y TIÓ UN CORRE O E XTRA ORDINA RIO RUM B O A CA RLOS EN OCTUB RE DE ZA RP Ó HA CIA DE LA GUE RRA E NTRE EL PRÍ NCIP E MA NILA ESP A ÑA 1779, E INGLA TE RRA . NA VE GÓ CON E L M ISM O DE STINO CONDUCIE NDO P LIE GOS DE L RE A L SE RVICIO. 13 ciaba y ésta se aceleraba con las guerras de finales del siglo XVIII. El pliego duplicado de la paz con Fran- Para 1780, se planteó la posibilidad de cia y correspondencia diversa fue el correo establecer un correo marítimo que condu- que el bergantín Activo condujo a Manila 13 El conde de Gálvez mandó construir dos buques en 1776 para conducir lo indispensable a Sonora. En agosto de 1767, el San Carlos quedó listo y a principios de octubre se concluyó El Príncipe. Cárdenas de la Peña, Enrique, San Blas de Nayarit, t. I, p. 125. 14 AGN, Reales cédulas (originales), vol. 157, f. 378. 45 y Macao desde San Blas en diciembre de Humboldt refirió que el destacado 1795. Regresó al apostadero hasta agos- piloto Francisco Mourelle navegó desde 15 to del siguiente año. Para 1798 por real San Blas hasta Manila, casi 3,000 leguas orden de 22 de mayo, el rey se dio por marinas en una lancha de navío, La So- enterado de que había regresado a San nora, para llevar el aviso del rompimiento Blas el bergantín Activo, que había sido de relaciones entre España e Inglaterra. despachado desde enero de 1797 del En Cavite se conservó durante algún citado puerto con rumbo a Manila con el tiempo la embarcación.18 aviso de guerra en contra de los ingleses enviado al gobernador de las islas y al co- SAN BLAS Y SU FUNCIONAMIENTO COMO mandante de la escuadra de operaciones ASTILLERO de aquellos mares a fin de que tomara las providencias necesarias.16 Desde su fundación, proveer de barcos a En octubre de 1801, a sugerencia de las costas novohispanas del Mar del Sur y Manuel Godoy, el rey ordenó al virrey Félix el reparar navíos averiados fue su mayor Berenguer de Marquina que se dispusiera actividad. Varios elementos se unían para el buque más adecuado de San Blas para esto, primero, la gran cantidad de made- que saliera a la mayor brevedad posible ras adecuadas y su cercanía para obte- con rumbo a Manila con unos avisos y nerlas; segundo, su privilegiada ubicación el resto de la correspondencia de esas que permitía que las naves rendidas de islas.17 En diciembre del mismo año la las largas travesías de las Californias, y fragata La Concepción zarpó llevando los hasta las provenientes de Filipinas, en- preliminares de la paz con Inglaterra y va- contraran reparaciones desde las más rias órdenes que se enviaron a la armada sencillas hasta las mayores. Sin embar- de las islas. Nuevamente el puerto propor- go, su clima poco sano, las enfermedades cionó los medios para conducir los pliegos que sufrían sus habitantes, las dificulta- que no podían esperar al galeón anual. des de acceso por tierra, sobre todo en 15 AGN, 16 AGN, Reales cédulas (originales), vol. 164, f. 35. Marina, vol. 88, f. 186v. Reales cédulas (originales), vol. 169, f. 286. 17 AGN, Reales cédulas (originales), vol. 181, f. 73. 18 Humboldt, Alejandro, Ensayo político sobre el reino de la Nueva España, México, Porrúa, 1991, p. 489. 46 épocas de lluvias, así como el constante a explotar los yacimientos de este metal azolve del río Santiago, motivaron que que se localizaron en la isla de Luzón.20 se planeara cambiar la marina a un lugar Para 1780 se vio la necesidad de más adecuado, y casi desde su fundación mantener contacto por medio de correos se buscó un sitio para reubicar el departa- entre Manila y San Blas. El gobernador mento naval, como ya se mencionó. de Filipinas pidió permiso al rey para Se pensaron en varios sitios para construir en Cavite dos fragatas para el cambiar al departamento, como Acapul- puerto neogallego, pues argumentaba co, el Realejo en Nicaragua y Cavite en que salían a la mitad de precio, ya que la las Filipinas. Este último lugar, desde mu- mano de obra filipina era más económica cho antes de la fundación de San Blas, y se decía que era más eficiente, además tenía una larga historia en la construcción también se pensó que el contacto de los de navíos, además de una larga tradi- marineros del archipiélago con los del ción marinera entre los malayos. En las departamento mejoraría la navegación islas había excelentes maderas como el con Nueva España.21 Sin embargo, la molave, la teca o el lañang; las jarcias y construcción de navíos en las islas le qui- cuerdas se obtenían de las fibras del aba- taba una de sus funciones principales al cá, y el algodón de Ilocos servía para el departamento que era dotar de navíos a velamen de los galeones que hacían el las costas del Mar del Sur. viaje anual de Manila-Acapulco.19 Durante La fragata Aranzazu de 205 toneladas los siglos XVI y XVII en el archipiélago hizo y el paquebote San Carlos alias El Filipi- falta hierro para las embarcaciones, por no de 196 toneladas fueron construidos lo que se tenía que exportar de China o en Cavite, pero las condiciones en que Europa. Para el siglo XVIII se comenzaron llegaron a San Blas fueron tan lamenta- 19 María Fernanda García de los Arcos, “Galeones españoles y trabajo asiático. Un caso de combinación de recursos coloniales”, en Signos. Anuario de Humanidades, México, UAM-Iztapalapa, 1992, pp. 47-69. 20 Ibid., p. 53. María de Lourdes Díaz-Trechuelo, “Filipinas”, en Historia general de España y América, Madrid, Rialp, 1983, XI-1, p. 524. Ana María Prieto Lucena, Filipinas durante el gobierno del Manrique de Lara. 1653-1663, Sevilla, Escuela de Estudios Hispanoamericanos, 1984. Esta autora refiere, con relación al plomo, que cuando se producía un naufragio en las islas se intentaba recuperar la clavazón para reutilizarla al igual que las piezas de artillería. 21 Enrique Cárdenas de la Peña, op. cit., t. I, pp. 125-132. 47 bles que para la Aranzazu se necesitó ca- abundancia de cedros que el río Santia- renarla en firme lo que aumentó su costo go ofrece sin contar con los del río San inicial de 8,000 mil pesos a 32,000; sin Pedro.22 embargo, quedó poco consistente. Para el San Carlos, sus reparaciones consis- También se compraron barcos en el Rea- tieron en ponerle forro falso por fuera y lejo y en Lima. En 1777 se envió al piloto por dentro, ya que llegó con las maderas Juan Pantoja al Realejo para comprar la podridas. Como las autoridades de San fragata Concepción, alias San Matías de Blas no podían permitir que otro puerto 400 toneladas. Cuando la nave llegó al compitiera con ellos en la construcción puerto de San Blas el casco estaba car- de barcos y atacaron la construcción de comido por una epidemia de broma que naves filipinas: padecía el puerto nicaragüense.23 La reparación que necesitó la nave consistió La culpa la tienen las maderas, porque en una carena completa lo que incremen- como las filipinas las de mayor consisten- tó considerablemente su costo.24 En 1778 cia se pudren en el agua, como se expe- se compró en Lima la fragata La Favorita rimenta en las naos que vienen de Aca- de 193 toneladas, fue conducida hasta el pulco que anualmente necesitan forros y puerto por Juan Francisco de la Bodega y partes de sus fondos nuevos, y unas son Cuadra, pero las condiciones en que llegó muy flojas y otras tan fuertes que no admi- también hicieron necesaria una repara- ten flexibilidad, y si se construyen los bar- ción mayor que significó un considerable cos con las primeras resultan inutilizados aumento en su costo. en un viaje, y si con las segundas están La compra de estos dos navíos se de- entablados con pequeñas tablas, cuando bió a que la Real Hacienda sopesó la con- según la buena construcción debe ligar- veniencia económica de la construcción se el buque desde la popa hasta la proa de navíos en San Blas o del traslado del con sólo tres tablas... es preferible usar la departamento a las costas centroameri- Loc. cit. Broma: molusco que se adhiere a las maderas de las embarcaciones y se alimenta de éstas. 24 Cárdenas de la Peña, Enrique, op.cit., t. I, p.131. 22 23 48 canas o a otras convenientes en donde el En San Blas, en 23 años únicamente se costo de las naves y los sueldos de la ma- llegaron a construir once navíos. Con mu- rinería, así como el de los artesanos de cho la producción de San Blas era míni- la maestranza, pudieran lograr un ahorro. ma, además, en un extenso informe del Se sabe que los precios de construcción puerto, se decía: en La Habana resultaban cuatro veces más altos que en el Realejo que también La construcción de los buques en este contaba con maderas adecuadas pero Departamento no ha merecido a la verdad carecía, al igual que San Blas, de velas, la mayor atención cuando por la razón de jarcias, clavazón, y otros insumos que sus muchos costos exigía el mayor esme- tenían que enviarse desde La Habana o ro para que fueren la mejor posible. Cuasi Veracruz. El acopio de material para el todas son de muy malas propiedades, puerto podía llegar hasta de las Filipinas, incomodas y feas. Estas faltas son tanto ya que la Real Compañía de Filipinas más imperdonables cuanto que con gran- ofreció en venta, a las autoridades del dísima facilidad pudieran haber adquirido puerto, una serie de efectos navales con planos regulares para construir por ellos, un descuento de cinco por ciento. del constructor de La Habana.27 25 Aunque la comparación es forzada y no había semejanza entre las instalacio- La baja producción naval del puerto obe- nes que se tenían en el astillero del Ferrol decía a muchos factores entre los que en Galicia y el de San Blas, tenemos que destacaremos la falta de pertrechos nava- en el primero sólo en el año de 1770 se les que se tenían que enviar desde Vera- llegaron a construir cuatro navíos: una cruz o La Habana y la falta de personal, bombarda, una goleta, un paquebote y pues eran constantes las peticiones de ofi- una fragata. Entre 1770 y 1776, es de- ciales, marinos, médicos y artesanos para cir, en sólo siete años, se armaron en el laborar en el puerto. El puerto, como ya Ferrol 20 barcos de diferente tonelaje. se mencionó, tampoco logró una urbani- 26 AGN, Reales cédulas (originales), vol. 158, fs. 156-170. Cárdenas de la Peña, Enrique, op.cit., t. II, p. 73. 27 AMNM, Pacífico, América II, doc. 12, p. 261v. 25 26 49 zación tal que resultara atractiva a los po- de su tripulación ingresaron al hospital de sibles pobladores. Factores, entre otros, San Blas, uno de ellos, de oficio carpin- que hacían poco atractivo a San Blas. tero, murió y los demás permanecieron Además de la construcción naval, el en el hospital del puerto hasta que fueron prestar auxilio a naves averiadas también embarcados sanos con rumbo a Lima en fue una de las actividades de San Blas. la fragata San Francisco Xavier, alias La El 11 de noviembre de 1791, después de Filipina, propiedad de la Real Compañía 121 días de navegación, llegó la fragata de Filipinas, que se encontraba en traba- San Andrés con carga del comercio de jos de carena en el puerto.29 Manila. Le hacía falta partes de hierro, Del otro lado del océano, en las is- el palo de la mesana y otras piezas de las Filipinas, en la bahía de Manila se la arboladura, que sabían que no podían encuentra el puerto de Cavite, a una encontrar en Acapulco, su destino final, distancia aproximada de 33 kilómetros así que el departamento proporcionó todo de la ciudad de Manila, mucho más cer- lo necesario. ca de la distancia que había entre Tepic 28 Corrió con menos suerte la fragata y San Blas. La comunicación marítima San Rafael, alias La Palas, que pertene- entre Manila y Cavite era fácil y rápida. cía a la Real Compañía de Filipinas. Salió Por su parte, la ciudad de Manila era de Manila con rumbo directo a Lima. Los una ciudad con mucho movimiento. Ca- temporales del mar de China retardaron vite, en cambio, era una fortificación muy su salida y los vientos del sur la hicieron completa que tenía edificaciones de muy elevar su navegación hasta los 43 grados buena factura: el castillo de San Felipe, norte alejándola de las costas peruanas. El la casa del Castellano, los reales alma- escorbuto y la falta de víveres obligaron a cenes, una zona de carenaje, maderería su capitán a pedir auxilio a las autoridades y carpintería, herrería, cámara para arbo- de San Blas para cargar agua y comida laduras, el convento de Santo Domingo, fresca. La estancia de La Palas fue corta, una parroquia, el colegio de jesuitas, el de menos de una semana, ocho miembros hospital de San Juan de Dios, el convento 28 AGN, 29 AGN, 50 Filipinas, vol. 24, f. 352. Filipinas, vol. 48, fs 3-4. de los agustinos descalzos, una ermita y nicaragüense. El argumento también se sus respectivos baluartes, todo esto amu- centraba en la calidad y abundancia de rallado. Cavite tenía muchos años de las maderas, así como el bajo costo que estar armando barcos y, aunque tampoco tendrían los barcos en comparación de era un destino muy atractivo para la ma- los armados en La Habana. 30 rinería, tenía algunas ventajas sobre San En 1790 el virrey Juan Vicente Güe- Blas: su cercanía a una ciudad como Ma- mes, segundo conde de Revillagigedo, nila, una infraestructura completa para la consultó, entre otros, a los navegantes construcción de naves, así como acceso Alejandro Malaspina y José de Busta- a mano de obra barata y abundante. mante y Guerra así como a Juan Fran- Así se inició una serie de alegatos cisco de la Bodega y Cuadra, sobre la entre las autoridades de ambos apos- conveniencia de trasladar hacia Acapulco taderos defendiendo su posición en la el departamento naval de San Blas. Las construcción de bajeles y centrando sus opiniones en general se inclinaron a fa- argumentos en la calidad de materiales, vor de Acapulco, ya que brindaba mejo- la madera, con que contaba cada astille- res condiciones para el arribo de barcos ro. La travesía para cruzar el océano era de gran calado, la bahía era grande y larga, en ocasiones llegó a tomar hasta estaba protegida por los vientos. Cinco seis meses, así que por buenas que fue- años después el ministro de Guerra en ran las maderas presentaban problemas España consideró que no era convenien- al llegar a cualquiera de los destinos. En te reunir al Castellano de Acapulco con realidad ambos apostaderos contaban la comandancia del departamento en un con maderas adecuadas para la cons- mismo puerto, pues se podían suscitar trucción de navíos, sin embargo, San problemas de mando. Por otra parte, el Blas tenía en su contra su lejanía de una costo del traslado era muy alto para la población atractiva como Tepic, y su falta Real Hacienda. Por su parte la adminis- de infraestructura urbana. tración y contaduría general de la aduana Entre 1787 y 1789 se pensó en trasla- de Guadalajara y la aduana de Tepic ma- dar el departamento al Realejo, el puerto nifestaron que el traslado les acarrearía 30 AGI, Filipinas 44, 1764. 51 una serie de pérdidas económicas.31 El el añil, daban buenos resultados.32 La de- apostadero no era importante únicamen- pendencia económica de las las islas con te por las expediciones que se hacían al Nueva España por medio del situado que norte del continente, por el contacto con se había mantenido desde que práctica- las Californias y por la conquista de So- mente Urdaneta descubrió el tornaviaje nora, sino también por que su función co- también, al igual que el galeón, tendría mercial estaba siendo significativa en una pocos años de vida. amplia zona en la que el desarrollo de cir- El año de 1796 fue definitivo en la vida cuitos comerciales para ciudades, como de San Blas. La posibilidad de trasladar Guadalajara, con un crecimiento urbano el departamento al Realejo o a Acapulco acelerado eran necesarios. quedó olvidada. El 2 de mayo por medio Al mismo tiempo, las Filipinas, a fi- de una real orden San Blas fue habilitado nales del siglo XVIII, habían dejado de ser como puerto comercial para tener tráfico la lejana colonia asiática. Su localización con los de Perú, Santa Fe, Guatemala y era estratégica para establecer un comer- con el resto de los de Nueva España.33 cio directo con China y el sudeste asiá- San Blas como puerto comercial benefi- tico. La fundación de la Real Compañía ciaba, entre otros, al consulado de Gua- de Filipinas y la comunicación directa con dalajara, creado en 1795, con el pago de la metrópoli por la vía del cabo de Bue- 0.5% sobre las mercancías que entraran na Esperanza hacía ver que la larga vida por su jurisdicción, ya que el apostadero del comercio transpacífico del galeón de estaba dentro de los límites de la inten- Manila tenía un fin cercano. También es dencia de Guadalajara. necesario recordar que para este periodo En septiembre del mismo año, desde las islas comenzaron a ser importantes, la metrópoli se tomó la decisión de tras- pues los frutos de una agricultura comer- ladar el departamento a Cavite, con esto cial como la caña de azúcar, el tabaco y quedaron terminados todos los alegatos Enrique Cárdenas de la Peña, op.cit., t. I, p. 279. María Fernanda García de los Arcos, Estado y clero en Filipinas del siglo XVIII, México, UAM-Iztapalapa, 1988, pp. 34-35. 33 AGN, Reales cédulas (originales), vol 164, f. 3. 31 32 52 Filipinas, vol. 3, fc. 61. que se habían dado respecto a donde con que contaba. Pero la seguridad era establecer el departamento naval. Las lo primordial: 34 razones que manifestó el rey fueron que la conservación de las islas, de su pobla- se forme allí un astillero capaz de poner ción, la riqueza de su suelo y las venta- a cubierto aquellos establecimientos de jas que a la balanza nacional daba su las fuerzas europeas y de las piraterías comercio con Asia las hacía atractivas a de los mahometanos que ocupan las islas los enemigos de España, por lo tanto la vecinas, y de auxiliar con dobles fuerzas y marina real y la navegación se tenían que recursos nuestras escuadras de la Améri- fomentar. Y añadía que la población era ca meridional.35 adecuada para la navegación, así como la ventaja que tenían las islas por los También se decía que los barcos fabri- numerosos materiales de buena calidad cados en Cavite eran defectuosos, por 34 35 AGN, Reales cédulas (originales), vol. 165-C, expedientes, 6, 46, 81 y 256. Loc. cit. 53 lo que se comisionaba a Juan Villar, ayu- contacto con Nutka, Nueva España vio la dante de construcción graduado de alfé- posibilidad de entrar al lucrativo comercio rez de fragata y anteriormente destinado de pieles, principalmente de nutria. La fal- a La Habana, a que con un capataz de ta de azogue y su alta demanda en la mi- carpintería de ribera, y otro de calafate, nería llevaron a pensar a las autoridades estuviera a cargo de los planos y todas la posibilidad de intercambiar pieles por las explicaciones para la construcción de azogue en China. Vicente Basadre propu- toda clase de bajeles así como de tam- so que los barcos que regresaban de las bién de todos los integrantes de la maes- Californias a San Blas podían traer pieles tranza y dotación de San Blas. para ser llevadas después a Filipinas y de Sabemos por el presupuesto presenta- ahí a Cantón para el intercambio. Así lo do por la Real Hacienda que fueron 91 indi- rectificó una carta enviada a Revillagige- viduos de la maestranza los destinados al do: “se ha enterado el rey de la remesa puerto de Cavite y que el costo del traslado hecha al gobernador de Filipinas de tres ascendió a 13,300 pesos. A mediados de mil trescientas cincuenta y seis pieles de año se embarcaron en la fragata Aranzazu nutria para su venta en cantón de cuenta y llegaron a Cavite el 23 de diciembre de de Real Hacienda en cambio de azogue”.37 1797 al mando de Juan Villar. La duración Dicho comercio prometía ser floreciente, de San Blas como departamento naval ha- pero Nueva España lo dejó de lado y sólo bía terminado pero no su vida, el comercio quedó en unas pocas remesas. 36 le inyectó nuevos bríos. Como ya se mencionó San Blas fue habilitado como puerto comercial el 2 de EL COMERCIO mayo de 1796. Al año siguiente el consulado de Guadalajara propuso al rey que A raíz de las expediciones de altura y del 36 AGN, 37 AGN, se estableciera el comercio recíproco en- Marina, vol. 90, fs 153-154 y 210. Reales cédulas (originales), vol. 149, f. 341. Salvador Bernabeu Albert, “Sobre intercambios comerciales entre China y California en el último tercio del siglo XVIII. El oro suave”, en Francisco de Solano, Extremo Oriente Ibérico. Investigaciones históricas: metodología y estado de la cuestión, Madrid, Agencia Española de Cooperación Internacional-Centro de Estudios Históricos-Departamento de Historia de América-CSIC, 1989, pp. 471-484. 54 tre Manila y San Blas, por ser este último apostadero que hacían el viaje a las islas más propio y seguro para la conducción o por la nao, así que había para la última del situado, la navegación entre ambos década del siglo puertos era muy segura y se podía fo- barcos angloamericanos que introducían mentar la población y la extracción de ri- de contrabando mercancías asiáticas por quezas de esas costas, que de otra forma diversos puertos.40 XVIII y principios del XIX continuarían despobladas. El rey pidió al El puerto de San Blas alcanzó parte virrey Branciforte que evaluara si la des- del comercio con Asia que comenzó a carga de la nao y la feria de Tepic o el finales del siglo comercio en buques particulares serviría Por su lado Manila se había convertido como medio para fomentar el poblamien- en puerto franco desde la creación de la to y prosperidad de las Provincias Inter- Real Compañía de Filipinas en 1785, pero nas, las que tenían que cuidar y fomentar sólo para naciones asiáticas y que a raíz a sus habitantes ante el avance de otras de una comisión formada para evaluar los potencias como Rusia e Inglaterra al nor- resultados se llegó a solicitar la apertura te del continente. de Manila como puerto a todas las nacio- 38 En la feria de San Juan de los Lagos de 1796 se supo que “pozuelos finos de XVIII y principios del XIX. nes europeas por tres años a partir del primero de septiembre de 1790.41 China”, “coletillas” y un “cajoncito de rue- El destino del comercio con Filipinas dos de bolas” introducidos con guía de como se efectuaba tradicionalmente por Tepic produjo por derecho de avería tre- el puerto de Acapulco se vio legalmente ce pesos con cinco reales. La entrada suprimido en 1813 cuando las Cortes de de mercancía asiática ya entraba por San Cádiz tomaron la decisión de terminar el Blas, no necesariamente por barcos del viejo sistema del galeón habilitado por los 39 Reales cédulas (originales), vol. 167, fs. 279-280. José Ramírez Flores, El Real Consulado de Guadalajara. Notas históricas, Guadalajara, Banco Refaccionario de Jalisco, 1952, pp. 75-76. 40 Véase el artículo de Dení Trejo Barajas, “El puerto de San Blas, el contrabando y el inicio de la internacionalización del comercio en el Pacífico noroeste”, en Tzintzun. Revista de Estudios Históricos, núm. 44, julio-diciembre de 2006. 41 María Lourdes Díaz-Trechuelo Spinola, “Manila: puerto franco. El comercio libre en la última década del siglo XVIII”, en Verhandlungen des XXXVIII Internationales Amerikanistekongresses, Stuttgart-Munchen, 1968, pp. 501-508. 38 AGN, 39 55 comerciantes de Manila para realizar su tuó el fraude, ya que proporcionaron a los comercio con buques particulares con un compradores de San Blas y de Tepic los permiso de 500,000 pesos y 1,000,000 de documentos que garantizaban los pagos retorno, al igual que lo estipulado para el de alcabalas e internación. El Consulado galeón. Dicha orden se recibió hasta julio de Guadalajara decomisó las mercancías de 1814 y se anotó al final de la misma: con la sorpresa de que los compradores “No corrió esta Real Orden porque al engañados protestaron ante el rey. Se dis- tiempo de cumplirla se hizo la restitución puso que se regresara las mercancías a de nuestro soberano Sr. Don Fernando sus compradores previo pago de 16.66% VII al trono”. Sin embargo, el final del de derechos de Comercio de Manila. A los comercio Manila-Acapulco por medio del oficiales de Nuestra Señora del Pilar, se galeón había llegado a su fin. les impuso el pago de otro 16.66%, mien- 42 Por otra parte, en San Blas habían tras que los oficiales del puerto fueron estado recibiendo mercancías asiáticas amonestados severamente y advertidos por diversos motivos. En 1799 la fragata de que perderían sus empleos si se repe- Nuestra Señora del Pilar, que navegó en tían acciones semejantes.43 compañía de la nao, tuvo que abandonar- En el año de 1801 había llegado la fra- la por un temporal y llegó de arribada a gata La Filipina, propiedad de la Real Com- San Blas. La venta de productos traídos pañía de Filipinas y cuyo destino era Lima de Manila fue tan escandalosa que la no- y Cádiz. El arribo se debió a que el barco ticia llegó hasta el rey quien ordenó, en necesitaba una reparación mayor. La jun- 1806, al virrey José de Iturrigaray que se ta superior de la Real Hacienda y el factor tomaran medidas en contra de sucesos de la compañía acordaron la descarga y semejantes. Se descubrió que los oficia- venta de los efectos en el puerto, lo que les del puerto y los de la fragata eran res- propició una controversia sobre el pago de ponsables de la introducción clandestina los derechos. El representante de la Com- de 118,284 pesos de mercancías chinas. pañía de Filipinas solicitaba los privilegios Entre los oficiales mencionados se efec- y exenciones de la rebaja de 12% sobre el 42 AGN, 43 AGN, 56 Filipinas, vol. 43, f. 113. Reales cédulas (originales), vol. 197, fs. 322-325 y 330-331. valor del cargamento, igual al que gozaba chos comerciantes se negaron a la aper- la nao, pero el Tribunal de Cuentas exigió tura de la feria, decían que dañaría sus el pago de “33.33% sobre valores de Mani- intereses ya que si se verificaba tendrían la, el 6% de alcabala de internación sobre que esperar un mes, por lo que el trasla- el valor de San Blas y otro 6% de la tierra do posterior de los efectos a Guadalajara de México sobre sus aforos”. coincidiría con la época de lluvias que por 44 En 1817 fondeó en San Blas, proce- lo intransitable de los caminos, ocasiona- dente de Manila, la fragata Santa Rita ría daños en la mercancía. El administra- con permiso de abrir feria en Tepic “con- dor de Tepic se había adelantado dando forme a las reglas estipuladas”. Pero el permisos para la conducción de los pro- cargamento ocasionó varios conflictos, el ductos aun antes de tener el permiso del primero de ellos fue la solicitud del capi- virrey para la “aceptación judicial o renun- tán Francisco Dapena para la extracción cia de ese privilegio”, de abrir o no la feria de 60,000 pesos de plata quintada, con o en Tepic. Los comerciantes finalmente sin el permiso correspondiente. Como se enviaron sus géneros a Guadalajara y la efectuó la descarga y el retorno de la fra- tal esperada feria no se llevó a cabo. Los gata en un tiempo muy corto, no alcanzó intereses personales de unos negocian- a llegar desde Guadalajara la negativa a tes estuvieron por encima de los antiguos la petición de Dapena. La salida de plata reglamentos, comisarios y oficiales en- quintada de Nueva España estaba prohi- cargados de cumplirlos. 45 bida, las embarcaciones procedentes de Así una feria comercial semejante a Manila debían retornar con el doble de lo las de Xalapa o Acapulco, que alguna vez que habían traído, pero en moneda. se pensó se podría celebrar al norte de El segundo conflicto fue la feria de Nueva España, quedó, por mecanismos Tepic que no llegó a celebrarse por la diferentes, sujeta al monopolio de unos polémica venta anticipada de los efectos cuantos comerciantes que movieron la de la Santa Rita a cinco comerciantes. Di- mercancía a su conveniencia, además 44 AGN, 45 AGN, Filipinas, vol. 182, f. 306. Filipinas, vol. 43 fs., 297-313. 57 los tiempos que se avecinaban serían Sus relaciones con las Filipinas co- muy distintos a los que había rodeado al menzaron con los correos extraordinarios círculo comercial Manila-Acapulco. y otra serie de comunicaciones urgentes que no podían esperar a la nao para en- UNA REFLEXIÓN FINAL viar y tener noticias del archipiélago. La construcción de barcos se mantu- A finales del siglo xviii la dinámica que se vo en un nivel bajo si se le compara con había establecido entre las islas y Nueva la producción que se tenía en otros asti- España requería de contactos más fre- lleros, aun así las reparaciones urgentes, cuentes, por tanto San Blas con sus bar- desde las más sencillas hasta las mayo- cos podía satisfacer esta necesidad. res fue una tarea que se efectuó y de la Desde que inició su vida como de- que fueron objeto algunas embarcacio- partamento naval, San Blas presentó nes que hacían el viaje Manila-Acapulco diversos problemas que hicieron que se y otras que transportaban efectos desde pensara en su reubicación. Entre las di- Manila a puertos sudamericanos, como ficultades tenemos su clima “enfermo”, la fue el caso de algunas naves de la Real gran cantidad de moscos y alimañas que Compañía de Filipinas. por las cercanías del estero molestaban a El destino del fin del departamento sus habitantes; asimismo, el pueblo no se quedó sellado cuando en 1796 éste fue llegó a urbanizar adecuadamente como trasladado a Cavite con su personal de la para dar las comodidades básicas a una maestranza. Pero, a diferencia de lo que población que no aumentaba, por lo que han planteado algunos autores de que la mayor parte del tiempo los oficiales y San Blas decayó después de que termi- otros miembros de dicho departamento te- naron las expediciones de altura y de su nía que huir a Tepic en busca de mejores traslado, el comercio, primero ocasional aires. La abundancia de maderas propias y poco a poco más frecuente, le dio un para la construcción de navíos no era sufi- segundo aire que se mantuvo hasta bien ciente, pues la rada se mantenía azolvada entrado el siglo XIX. y los grandes barcos no podían fondear. * Instituto de Investigaciones Dr. José María Luis Mora. 58 EL M E N A J E A S I ÁT I C O D E L A S C A S A S D E L A É L I T E C O M E R C I A L D E L V I R R E I N AT O N OVO H I S PA N O E N E L S I G LO X V I I Berenice Ballesteros Flores La historia de Asia y América ha esta- traídos desde Manila a la Nueva España do estrechamente vinculada desde el se modificaran y adquirieran nuevos usos; descubrimiento de la ruta transpacífica así como que otros tantos –hechos ex hecho por el fraile agustino Andrés de Ur- profeso en “la tierra”— tomaran del reper- daneta. El comercio que se generó entre torio asiático ideas, decoración, formas y ambos continentes trajo consigo hombres materiales. Estos intercambios iban des- e ideas que, al igual que las mercancías de la mera imitación, hasta la formación que se comerciaron en la nao de China, de objetos nuevos. Los bienes comenza- impactaron hondamente en la cultura de ron a ser introducidos dentro de la cultura los lugares a donde llegaron. América novohispana y adquirieron una identidad dejó una importante huella cultural en los propia, es decir, diferente respecto a los enclaves españoles en Asia. De igual ma- bienes suntuarios que les dieron origen. nera, la cultura asiática tuvo gran impacto En los inventarios de bienes de la dentro de las formas de ser y represen- época novohispana, se registran términos tarse de las élites novohispanas, es decir, como “achinados” y “japones”. Estos ob- en el ajuar de sus casas y en la cultura jetos de elaboración novohispana muchas material en su conjunto. Fue este inter- veces superan en precio y calidad a los cambio cultural el que propició —gracias traídos en la nao de China. Dichas piezas al comercio— que muchos de los objetos de factura virreinal, a pesar de ser obje- 1 1 Entiéndase por cultura material a “la cultura producto de la adaptación y la integración, de la unión y la fusión, del compartir y del intercambiar productos, técnicas, combinaciones de formas y conceptos que da como resultado un nuevo paisaje material”. Véase al respecto: Enrique Florescano, Virginia García Acosta (coords.), Mestizaje tecnológico y cambios culturales en México, 2004, p.7. 59 tos “de la tierra”, tuvieron la característica mercaderes del Consulado de la Ciudad distintiva de tomar del repertorio asiático, de México (del siglo XVII) encontrados técnicas, formas y ornamentaciones que en el Archivo General de la Nación.2 Por se adaptaron al medio en el que se pro- medio de esta documentación se refiere dujeron. Respecto a los objetos asiáticos, la manera como estaban distribuidos los podemos decir que recorrieron un camino espacios interiores de sus casas, desta- interesante al llegar al virreinato, pues en cando los que albergaron los bienes de un principio —como ya se ha dicho— se mayor lujo. En un segundo apartado se alojaron en las casas de las élites, no sólo muestra cómo los bienes de tipo o pro- las de los comerciantes sino también en cedencia asiáticas fueron colocados en las de la aristocracia, los clérigos, los ri- el interior de las casas y los lugares don- cos mineros y los funcionarios reales con de predominaron. Se hace también una gran poder económico. Poco a poco, los comparación entre los precios de estos objetos comenzaron a ser adaptados a objetos y sus similares procedentes de las necesidades, usos y gustos de los no- Europa, de América, o de las distintas vohispanos, hasta llegar a la creación de regiones de la Nueva España. Finalmen- objetos de factura novohispana con téc- te se muestran los cambios que tuvieron nicas, materiales, formas y ornamentacio- los bienes suntuarios de Asia, tanto en su nes que se informaron en las asiáticas. uso, como en su manufactura y materia- Su importancia se manifiesta en el gran les, dentro del ámbito novohispano. número de ellos que aparecen registrados en los inventarios de bienes de casas LAS RESIDENCIAS DE LOS MERCADERES de gran lustre social y los altos precios que alcanzaron cuando fueron valuados. Una de las características de esta éli- Lo que ahora se presenta es el aná- te comercial, es decir, la del grupo de lisis de los inventarios de bienes de once mercaderes del Consulado, fue que sus 2 Estos mercaderes fueron los que al estar dentro del consulado, invirtieron su capital en el comercio transpacífico, ellos fueron: Antonio Díaz Cáceres, Antonio de la Mota y Portugal, Luis Vázquez Medina, Lope de Osorio, Álvaro de Lorenzana, Diego de Serralde, Bernardo Ruiz Guerra, Dámaso Saldívar, Juan Díaz de Posada y el inventario de María Teresa Retes Paz y Vera, la única heredera del mercader José Retes Largacha (a falta del inventario de este mercader). 60 miembros se establecieron en la ciudad siguieron las mansiones de la ciudad de de México. Este centro urbano fue el imán México, aunque el modelo pudo variar en- que atrajo a gran parte de la élite y, por tre el mismo grupo.5 Si bien hubo un pa- consiguiente, considerables riquezas de trón de los espacios interiores, existieron la provincia.3 Las mansiones donde vivie- numerosas variantes en casas de otros ron los potentados novohispanos durante estratos sociales. el siglo xvii fueron las más grandes y lujosas de la ciudad: Para el caso de las casas de los mercaderes, se encontraron dos descripciones en los inventarios de bienes de los solían tener dos patios: el principal, alrede- comerciantes Dámaso Saldívar y Juan dor del cual se distribuían las habitaciones Díaz de Posada. De éste, la valuación más importantes, y el patio de servicio que la hizo el maestro de arquitectura Pedro se abría, a manera de azotehuela, a un cos- de Arrieta, quien otorgó el precio de 25 tado de la escalera. También solían tener 294 pesos a una casa de “veinte y cuatro dos niveles de altura: el bajo estaba siempre varas y dos tercias de frente, y [de] fon- destinado para ‘casitas accesorias’, y el alto do cincuenta, con sus salas, recámaras para la habitación de los dueños o de los in- y demás oficinas de que se compone”.6 quilinos adinerados.4 La casa de Dámaso Saldívar fue, con mucho, más grande que la de Juan Díaz. Las residencias también se caracteriza- Fue apreciada en 32 mil pesos, y se des- ban por tener un zahuán y una cochera. cribió de este modo. Algunas tenían un entresuelo, característico de las casas de este siglo. Éste En la ciudad de México [Dámaso Saldívar] era en general el patrón establecido que vivió en una casa en calle principal; grande, 3 John. E Kicza, “Formación, identidad y estabilidad dentro de la élite colonial mexicana en los siglos XVI y XVII”, en Bernd Scröter y Chiristian Büschges (eds.), Beneméritos, aristócratas y empresarios. Identidades y estructuras sociales de las capas altas urbanas en América hispánica, p. 22. Martha Fernández, “De puertas adentro: La casa habitación”, en Pilar Gonzalbo (dir.), Antonio Rubial (coord.), Historia de la vida cotidiana en México. La ciudad barroca, vol. 2, p.56. En el siguiente apartado se hablará del interior de dichas mansiones. 5 Ibidem, pp. 56-57. 6 AGN, Bienes Nacionales, vol. 1505, exp. 19, 1699. 4 61 con privilegio del oratorio y merced de agua, La descripción de estas casas, per- con barandillas de fierro en el corredor y dos mite ver la forma como vivieron aquellos cocheras a la calle. Otra casa principal a su mercaderes pertenecientes a la élite co- linde y dos balcones de fierro a la calle y tres mercial. Las casas restantes, los comer- tiendas con sus tapancos. Y todo esto con- cios y las accesorias, al rentarse, produ- fronta con casas del mayorazgo de Alonso cían entradas económicas adicionales. de Cuevas Ávalos, en la calle que viene de Muchas de estas casas de comerciantes Montserrate al Espíritu Santo, y da la vuel- mayoristas, albergaban las bodegas y los ta a la calle de Caselada que llaman de las expendios al menudeo. Capuchinas, por donde se compone de una Los inventarios de bienes también tienda de esquina y otras tres tiendas con mencionan los nombres de las calles en sus tapancos, ventanas de reja a la calle donde se encontraron ubicadas las ca- debajo de dicha casa principal, y después sas de estos hombres, así, se sabe que se sigue otra casa principal con su balcón el mercader Álvaro de Lorenzana vivió de reja a la calle y otra casita pequeña sin en la calle de San Francisco y que en la su patio, con su entresuelo, y su reja a la parte inferior de dicha casa, tuvo tiendas calle, que linda con casas del secretario Luis que lindaron con casas pertenecientes al Tobar Godinez, de tal suerte que toda la po- hospital del Espíritu Santo.8 Por su parte, sesión se compone de doce casas y tiendas Lope de Osorio vivió en una casa en la y dos cocheras, y todas tienen dentro y fuera calle de Santo Domingo, aunque también treinta y dos rejas y balcones de fierro. 7 poseyó casas en los portales de Texada.9 Alonso de Ulibarri vivió en una casa de su Cabe señalar que más que una casa sola propiedad en la calle del convento de las se trató de un conjunto de varias casas Capuchinas. Juan Díaz de Posada vivía relacionadas con la casa principal, tal y en la calle Don Juan Manuel, cuya casa como deja ver la interesante descripción —arriba mencionada— lindó con la del documental. ilustre capitán don Pedro Ruiz Castañe- 7 AGN, 8 AGN, Tierras, vol. 1256, exp. 1, 1695. Bienes Nacionales, vol. 1294, exp. 1, 1653. 9 AGN, Tierras, vol. 3371, exp. 1, 1645. 62 da y con el convento de religiosas de San esos enormes espacios que conformaron Bernardo. el interior de las casas, aunque cabe acla- 10 Una casa tipo de este periodo dividió rar que no todas poseyeron todos los es- sus interiores alrededor de dos o más pacios que aquí se mencionan.12 Para los patios —como la residencia de Dámaso fines de la presente investigación se ha- Saldívar—. La planta baja fue utilizada blará de esos lugares donde se alberga- para la cochera, las caballerizas, las ha- ron las piezas de mayor lujo al interior de bitaciones de la servidumbre masculina, las residencias, pues fue allí donde dichos un corral y la despensa. La planta alta se objetos suntuarios encontraron acomodo utilizó como el espacio de convivencia y sirvieron al repertorio de representación y reposo de los dueños, ahí también se de la élite comercial del virreinato para encontraban las recámaras de la familia mostrar, con gran ostentación, su riqueza y los dormitorios de la servidumbre fe- frente a los demás, reconocerse frente a menina. Algunas casas tuvieron también sus iguales y también para confirmarse a entrepisos que fueron ocupados por los sí mismos dentro del orden social. administradores de las haciendas de Los dormitorios, por principio de cuen- sus dueños; por alguna rama pobre de tas, se dividieron en dormitorios para el o, empleados para guardar hombre y la mujer, (aunque fuesen cón- mercancías cuando los propietarios eran yuges) y se aderezaron con muebles y comerciantes. lienzos de gran riqueza, como la cama la familia 11 Los interiores de las residencias se con dosel, un enorme y lujoso biombo dividieron en espacios destinados a ac- de cama, alfombras, espejos y lienzos de tividades específicas: los dormitorios, el imágenes religiosas y civiles.13 salón de dosel —si se era noble—, el ora- Dos espacios de importancia trascen- torio y el estrado fueron sólo algunos de dente al interior de las residencias, fueron Tierras, vol. 405, exp. 4, 1722 y Bienes Nacionales, vol. 1505, exp. 19, 1699. Gustavo Curiel y Antonio Rubial, “Los espejos de lo propio: ritos públicos y usos privados en la pintura virreinal”, en Pintura y vida cotidiana en México, 1650-1950, p. 103. 12 Martha Fernández, op. cit., pp.58-61. 13 Gustavo Curiel y Antonio Rubial, op. cit., pp. 148-149. Descripción hecha con base en el cuadro de José de Páez, Exvoto con la virgen de los Dolores de Xaltocan de 1751, pp. 144-145. 10 AGN, 11 63 tanto el salón de juegos como el oratorio, diante un protocolo muy especial y esta- ambos complementarios de la vida coti- ba destinada a recibir a las visitas de los diana de los ricos mercaderes novohis- dueños de la casa de cierto rango social. panos. El salón de juegos contaba con En esta misma sala se encontraba el es- una mesa de trucos que se aderezaba de trado, que no era más que un entarimado costosos complementos de tacos y bolas de madera, o mampostería, construido a de marfil. El oratorio, por su parte, era cierta altura del piso, donde se colocaban el lugar donde los miembros de la élite los muebles más ricos de la casa. Aquí se rezaban y cumplían con su labor de cris- dieron cita los invitados de la señora de la tianos. Toda familia de importancia tenía casa, pues este espacio fue ante todo, de en su casa un oratorio. Para el caso de carácter femenino. 14 los mercaderes, los únicos oratorios que El estrado también sirvió para reunio- se tienen registrados son los de Dámaso nes de mujeres que se dedicaban a bor- Saldívar y la hija de José Retes. dar, tocar música y, por supuesto, comer 15 Además del oratorio y el salón de jue- y beber chocolate. Las reuniones en el gos, los espacios más importantes para estrado fueron el pretexto idóneo para el aparato de representación dentro de conseguir algún favor que beneficiara a las residencias novohispanas como las la familia, por ello, la señora de la casa de los comerciantes fueron la sala para puso siempre especial énfasis en los de- visitas de cumplimiento y el estrado. La talles sociales y de protocolo16 —había sala para visitas de cumplimiento gene- un maestresala encargado de indicar los ralmente se situaba en la planta alta de la tiempos en los que debían servirse el cho- residencia, con acceso directo al balcón colate, los dulces y las viandas—. Ahí, las central de la fachada. Funcionaba me- mujeres se sentaban sobre enormes coji- 14 Esta mesa de trucos es el antecedente de la mesa de billar. Agradezco al doctor Gustavo Curiel la información respecto a este punto. 15 AGN, Tierras, vol.1256, exp. 1, 1695. Gustavo Curiel, “El efímero caudal de una joven noble. Inventario y aprecio de los bienes de la marquesa doña Teresa Francisca María de Guadalupe Retes Paz Vera. (Ciudad de México, 1695)” en, Anales del Museo de América, pp. 87-89. Recuérdese que para tener oratorio dentro de la casa era necesario un privilegio por parte del arzobispado. 16 Gustavo Curiel, “Ajuares domésticos. Los rituales de lo cotidiano”, en Pilar Gonzalbo Aizpuru (dir.), Antonio Rubial García (coord.) Historia de la vida cotidiana en México. La ciudad barroca, vol.2, p. 82. 64 nes, a la usanza morisca, y los hombres España perteneciente a Lope de Osorio.18 sobre canapés o “sillas de sentar”. Este Finalmente, la subdivisión de este espacio, como mencionan Gustavo Curiel espacio con el de la sala para visitas de y Antonio Rubial, era el que “reflejaba las cumplimiento corrió a cargo de los biom- aspiraciones de la familia, su imagen ha- bos de estrado, los cuales se caracteri- cia el exterior y por ello no sólo se relacio- zaron por su baja altura (nunca fueron naba con las reuniones placenteras, sino tan altos como los biombos de cama), también era el lugar de duelos”. el gran número de hojas y la riqueza de 17 Parece ser que el estrado fue el es- sus materiales, así como las escenas que pacio de mayor lujo dentro de las casas, se pintaron en ellos. Vistas de la ciudad, prueba de ello son las piezas inventaria- escenas históricas o representaciones de das destinadas a él, cuya función visual las culturas griega y romana, fueron las fue mayor que en otros lugares de la casa. escenografías que mostraron a los demás Los mercaderes que tuvieron estrados en la cultura de los señores de la casa.19 sus casas fueron Lope de Osorio, Álvaro Si ya de por si la casa, como bien de Lorenzana, Dámaso Saldívar, Antonio mueble, era un signo de estatus social, de la Mota y Portugal, José Retes, Juan el interior, es decir los componentes del Díaz de Posada y Luis Vázquez Medina. ajuar doméstico, fueron el escenario Esto se demuestra por las piezas de estra- donde se reafirmaba la posición social a do encontradas en los bienes entre los co- la que se pertenecía. La casa y sus es- merciantes tales son: los rodaestrados de pacios de sociabilidad fueron también el Dámaso Saldivar y Juan Díaz de Posada, marco perfecto para establecer relacio- el biombo de China de estrado de Álvaro nes de todo tipo con los demás grupos de de Lorenzana y la estera de estrado de iguales, inmersos en colores y texturas de Gustavo Curiel y Antonio Rubial, op. cit., pp. 118-119. AGN, Tierras, vol. 1256 y 1257, exp. 1, 1695, vol. 3371, exp. 1, 1645; Bienes Nacionales, vol. 1505, exp. 19, 1699, vol. 1294, exp. 1, 1653. Cabe señalar que en los inventarios existen objetos que si bien, no especifican el espacio al que estaban destinados, se puede advertir su uso dentro del estrado, por ejemplo, las alfombras, los cojines y los pañuelos utilizados por las señoras para beber chocolate en sus reuniones en este espacio. 19 Gustavo Curiel, “Los biombos novohispanos: escenografías de poder y transculturación en el ámbito doméstico”, en Viento detenido, p. 19. 17 18 65 gran lujo, que más que comodidad, refle- cios de las casas y formar parte de la vida jaban su riqueza y señorío. Con todo ello, cotidiana de sus dueños. ponían de manifiesto su posición social como grupo en el virreinato.20 El mueble más importante del dormitorio fue sin duda la cama, y aunque en Más allá de los bienes que pudieron el siglo XVI por lo general fueron austeras necesitar para las actividades cotidianas, y no alcanzaron gran importancia,22 para los interiores de las mansiones se vieron el siglo provistos de alfombras, tapicerías, cris- necesaria para convertirse en un mue- tales, piezas de plata, y sorprendentes ble de lujo extremo. Tener una cama de muebles de gran calidad y en abundante importancia significó erogar fuertes canti- cantidad. Estos bienes de carácter sun- dades de dinero. En general, la cama se tuario, aunque también lo fueron de uso componía de un riquísimo cielo de tela, cotidiano, les permitieron vivir con lujo. Se a modo de dosel, y ostentosos cortinajes trató de una actitud nueva que pronto pasó que cerraban el lecho; también contaba a ser una necesidad, es decir, una forma con piesera y cabecera a veces de made- de representación y pertenencia de grupo, ra torneada maque o bronce.23 La “ropa que produjo cambios notables en la con- blanca” completaba el conjunto de la cepción de la elegancia y el aprecio de los cama; las sábanas, las colchas, las so- objetos de uso cotidiano como medio de brecamas, las almohadas, los rodapiés, ostentación.21 De los objetos encontrados los acericos, las colgaduras y los flecos, en las residencias de esta élite novohispa- fueron ampliamente apreciados por los na, hubo una importante variedad en cuan- ricos novohispanos. Esto se vio reflejado to a tamaños y procedencias se refiere; los en los precios que alcanzaron, pues pue- bienes lograron convivir —no importando de decirse que el valor de las telas que su procedencia— al interior de los espa- cubrían las camas superó por mucho el XVII alcanzaron la suntuosidad Gustavo Curiel, “Ajuares domésticos. Los rituales de lo cotidiano”…, p. 81. Pilar Gonzalbo Aizpuru, “Ajuar doméstico y vida familiar”, en El arte y la vida cotidiana. XVI Coloquio Internacional de Historia del Arte, pp. 125-136. 22 Era un armazón de cuatro postes planos unidos por bastidores a su vez cubiertos de telas, cortinas, rodapié, cabecera, dosel o cielo, goteras y sobrecama. Federico Gómez Orozco, op. cit., pp. 48-49. 23 Gustavo Curiel y Antonio Rubial, op. cit., pp. 114-115 y 148-149. 20 21 66 de la cama misma.24 La enorme cantidad cribieron arriba, pero elaborada con telas, de varas de telas de lujo extremo fue un sábanas y cortinajes de Castilla.26 Véase símbolo social presente en todas las ca- cómo se usan indistintamente colgaduras mas de relevancia social. de cama chinas y españolas. También Como ejemplo, se encuentran las las hubo más sencillas como las camas dos espectaculares camas descritas en con telas de raso, u ormesí de China, con el inventario de bienes de Lope de Oso- flecos de oro, y los catrecillos de maque rio, cuyo precio se desconoce pero por de China, o de madera de tapincirán, con la descripción se supone que debieron bronces embutidos de naranjo y lináloe, haber costado una elevada suma de pe- con valor de 14 pesos. Los primeros per- sos. Dichas camas fueron de madera de tenecieron a Álvaro de Lorenzana y los granadillo, con cabeceras, sólo que la pri- últimos catres a Juan Díaz de Posada.27 mera tuvo un hermoso herraje dorado y En las partes bajas de las camas, para la colgadura de tela era azul, con hilos de mayor adorno, se disponían otros texti- oro, hecha en China.La segunda, estuvo les de gran riqueza como los rodapiés. guarnecida de bronces sobredorados y la Estaban confeccionados, por lo general, colgadura era de raso azul y oro, con seis con sedas de China; rodeaban las patas cortinas, cielo y rodapiés, las cortinas fo- de la cama y cubrían la parte baja. En las rradas de tafetán amarillo, con alamares recámaras había también algunas cajas y y flecos de oro, y seda azul, con tres col- baúles que sirvieron para el resguardo del chones forrados de damasquillos de Chi- vestuario personal. Los baúles y las cajas na. Por su parte; Antonio de la Mota y fueron muebles indispensables ya que, re- Portugal, tiene registrada en sus inventa- cuérdese, todavía no se habían inventado rios de bienes una cama con valor de 500 los roperos ni las cómodas. Otros objetos pesos —cantidad importantísima en esa más, como tibores de cerámica o porcela- época—, muy parecida a las que se des- na con candados de hierro, resguardaban 25 Pilar Gonzalbo Aizpuru, “Ajuares domésticos y vida familiar”…, pp.128-129 y Gustavo Curiel, “Ajuares domésticos. Los rituales de lo cotidiano”…, p. 97. 25 AGN, Tierras, vol. 3371, exp. 1, 1645. 26 AGN, Vínculos y Mayorazgos, vol. 265, exp. 4, 1628. 27 AGN, Bienes Nacionales, vol. 1294, exp. 1, 1653, vol. 1505, exp. 19, 1699. 24 67 los granos de cacao para preparar el cho- puertas de las habitaciones.30 Este tipo colate que se bebía a la menor provoca- de piezas estuvieron en las residencias ción. Tan codiciados granos se colocaban de los mercaderes Antonio de la Mota y dentro de esos tibores y se guardaban Portugal y Lope de Osorio; las del primero bajo las camas para que la dueña de la fueron confeccionadas con tapiz de lana casa tuviera el control; cada vez que se y seda de Bruselas; las del segundo, con necesitaba hacer chocolate ella lo propor- damasco de China. Es de lamentar que cionaba a la cocina. Otros muebles que se no se hayan consignado los precios de mencionan raras veces en inventarios, fue- ninguna de las antepuertas.31 ron las mesillas de cama. Se cubrían con Ya que se ha entrado al rubro de tex- telas de seda, damascos o terciopelos, y tiles, cabe aquí mencionar la ropa de los hacían juego con la colcha. Se ocupaban mercaderes, pues si bien no fue parte del para guardar bajo ellas, las bacinicas.28 arreglo interior de los dormitorios, sí estuvo Para el caso de los mercaderes, no se en- dentro de ellos, o en los llamados tocadores, contró registro alguno de dichas mesillas. espacios para vestirse y arreglar el cuerpo, Hay menciones en la documentación que contiguos a las recámaras. La vestimenta manejan dos taburetes dorados de China. fue un fuerte aparato de representación De ellos se dice que eran viejos y estaban utilizado por la élite novohispana para sus quebrados. Pertenecieron a Lorenzana. 29 paseos, procesiones, fiestas públicas y Aunque parece ser que estaban en la re- privadas, o bien, para sus reuniones en el cámara, estos muebles eran más propios estrado. Por ambos lados del mar llegaron del estrado. a la Nueva España los productos que me- Llaman la atención, aunque pocos jor simbolizaron la prosperidad de la élite ejemplos se han conservado, las ante- del virreinato y es que fue por medio de su puertas destinadas a los dormitorios, indumentaria que el hombre novohispano cuya función principal era decorar las comunicó su posición de clase y gusto.32 Pilar Gonzalbo Aizpuru, “Ajuar doméstico y vida familiar” en…, pp. 125-137. AGN, Bienes Nacionales, vol. 1294, exp. 1, 1653. 30 Gustavo Curiel y Antonio Rubial, op. cit., p. 148. 31 AGN, Tierras, vol. 3371, exp. 1, 1645; Vínculos y Mayorazgos, vol. 265, exp. 4, 1628. 32 José Lameiras Olvera, “Ser y vestir. Tangibilidades y representaciones de la indumentaria en el pasado colonial mexicano”, en Rafael Diego Fernández Sotelo (editor), Herencia española en la cultura material 28 29 68 Los mexicanos pintados por ellos mismos. Tipos y costumbres nacionales, pp. 147 y 171. Vestidos, ropones, jubones, sayas, cal- ninguna mención a esta prenda en los zones, medias y polleras fueron parte de inventarios de bienes de los mercaderes. la vestimenta de hombres y mujeres. Pre- Tampoco se encontraron golillas pero sí dominan menciones a los colores negro, valonas.34 Éste es el término usado para verde, azul, blanco, colorado y amarillo; en ese adorno del cuello en esta época. Tam- menor medida los documentos registran: bién se inventariaron jubones, ropillas, fe- morado, rosado, carmesí y naranja. Las rreruelos y calzones, es decir, los comple- prendas de vestir fueron aderezadas con mentos básicos del traje típico masculino,35 hilos de seda, oro y plata, botones de lujo el cual se hizo rígido y estrecho al recortar y otros aditamentos metálicos. Pese a que el cuerpo en las ajustadas calzas que lle- durante el reinado de Felipe II y hasta Fe- gaban hasta medio muslo y obligaban al lipe IV (1621) se utilizó la gorguera como usuario a adoptar una actitud afectada, parte del traje masculino, no se encontró donde el cuerpo carecía de movilidad.36 33 de las regiones de México, pp. 213 y 348. 33 Tomado de los inventarios de bienes revisados. 34 Seis valonas pertenecientes al mercader Lope de Osorio, llanas y elaboradas con lienzo inzón de China. AGN, Tierras, vol. 3371, exp. 1, 1645. 35 James Laver, Breve historia del traje y la moda, 2ª ed., Madrid, Cátedra, 1989, pp. 324-327. 36 Abelardo Carrillo Gariel, El traje en la Nueva España, p. 118. 69 Para el caso de la indumentaria femenina, el traje se formó por el cuerpo 37 otras prendas y adornos como zapatos con hebillas, sombreros y multitud de jo- y las sayas. Las faldas o sayas —como yas. Para el siglo también las llamaban— eran utilizadas hombres eran adornados con enormes ro- en forma doble, es decir, una sobrefalda setones hechos con lazos, encajes y lente- recogida hacia arriba y otra en la parte de juelas; también utilizaron las botas.39 Los abajo. Para el segundo cuarto del siglo de las mujeres generalmente estaban afo- XVII, la moda femenina cambió y comen- rrados de tafetán y fueron cosidos con hilo zaron a utilizarse escotes. Las sayas ad- de oro y seda, con una sola oreja, y con quirieron dimensiones enormes debido al varillas de plata sobre las suelas; se ata- uso de los famosos guardainfantes. Las ban con botones de piedras preciosas.40 XVII, los zapatos de los largas cinturas en punta se hicieron más Los sombreros, por su parte, fueron estrechas y la silueta femenina se hizo los de tipo francés con ala ancha y copa cada vez más rígida. Las telas utiliza- más corta.41 No obstante, en los docu- das para la confección de estas piezas mentos sólo se encontró un “sombrero fueron principalmente sedas, encajes, blanco mexicano” perteneciente al mer- brocados, tafetanes, inzón, rasos, cha- cader Luis Vázquez Medina.42 Los precios melotes, chaúles, terciopelos, tafetanes, de la indumentaria novohispana fueron en lamas, teletones, capicholas. Aparece general altos. Un vestido oscilaba entre una mención a una tela columbina, térmi- los 100 y los 350 pesos, dependiendo del no que debe referirse al color de la tela material con el que estuviera confeccio- inventariada, es decir blanca, o de color nado; mientras que las medias de seda de paloma. iban desde los dos tomines hasta los tres 38 Estos trajes fueron aderezados con pesos. 37 Conocido también como corpiño a veces tenía un escote extravagante y una decoración de encaje y cintas de seda por delante. El encaje estaba con frecuencia cubierto con una “pieza” p “pechera”. Las mangas eran amplias, podían ir con bandas y se hinchaban con relleno. James Lover, op. cit., p.109. 38 Ibidem, pp. 109, 114-115 y 327. 39 James Lover, op. cit., pp. 108-109. 40 Virginia Armella de Aspe (et. al.), La historia de México a través de su indumentaria, p. 57. 41 James Lover, op. cit., p. 126. 42 AGN, Tierras, vol. 108, exp. 2, 1644. 70 A la indumentaria utilizada en la las hijas de caciques, modificaron los hui- Nueva España se agregaron, además, piles. Tal es el caso de la noble doña Jua- elementos locales y de Asia, de tal modo na María Chimalpopoca, cuyo retrato se encontramos en los inventarios de bie- conserva en el Museo Nacional de Histo- nes hupiles, rebozos y quesquémiles con ria (Castillo de Chapultepec) o el de doña adornos que proceden del mundo indíge- Sebastiana Ynés Josefa de San Agustín na. Hay también menciones a quimonos. del Museo Franz Mayer de la ciudad de Todas estas piezas fueron adaptadas al México. En ambos casos las prendas in- tipo de vestimenta novohispana. Fueron dígenas fueron modificadas con aumen- confeccionadas con ricas telas, como la tos de lujo para adecuarlas a su gusto seda y el brocado, y utilizadas de forma occidental. diferente a su uso original. Por ejemplo, Continuando con los dormitorios, algo el huipil fue utilizado por las señoras que no podía faltar en estos espacios era novohispanas como blusa; se ceñía a la el biombo de cama. Destinados a aislar cintura. Los precios de los huipiles van los lechos de las indiscretas miradas de desde los 15 hasta los 50 pesos. Los sirvientes y visitas, estos muebles fueron quesquémiles aparecen valuados en 12 colocados a los pies de las camas, que pesos, y un ropón de sangley registra un debido al uso de enormes doseles o cie- valor de 15 pesos. Sobre los precios de los resultaron muy altas, lo que provocó los quimonos no hay registro en los inven- que se elevara la altura de dichos biom- tarios revisados. Muchas de las prendas bos.44 Ejemplos de estos artefactos, son tradicionales de “la tierra”, como los hui- los biombos inventariados dentro de los piles y los quesquémiles, fueron prendas bienes de Lope de Osorio y la marquesa mestizas adaptadas al gusto occidental. de San Jorge, cuya altura osciló entre las Se llenaron de encajes europeos, de la- dos y tres varas de alto. El de Lope fue zos y rosas de sedas asiáticas. de ocho lienzos (hojas) con las Virtudes 43 Incluso las indígenas nobles, o sea y Sentidos pintados por ambos lados del 43 A diferencia de las indígenas que los usaban como vestidos. Véase el cuadro de castas, en Gustavo Curiel y Antonio Rubial, op. cit., p. 122. 44 Gustavo Curiel, “Los biombos novohispanos: escenografías de poder y transculturación en el ámbito doméstico”…, pp. 19-20. 71 mueble. Los de la marquesa de San Jor- sa de San Jorge. En él se encontró un ge, fueron de diez, doce y ocho tablas, colateral de madera dorado con más de pero no se menciona cuáles fueron los te- tres varas de alto. El retablo albergaba mas que se representaron en sus hojas. un crucifijo de madera de Michoacán en Sus precios oscilaron entre los 50 y los su cruz, de tres cuartas; una hechura de 120 pesos. Llama pues, la atención el Nuestra Señora de la Asunción de vara tema de los biombos de Lope. Virtudes y con su palma, corona de plata, garganti- Sentidos en forma alegórica debieron ha- lla y pulseras de perlas menudas con su ber transmitido mensajes moralizantes; vidriera; un niño Jesús de una tercia de en este sentido cabe preguntarse si sería alto, con su peana de tapincirán, y cuatro en realidad un biombo de estrado o uno láminas quebradas, junto con otras cuatro de cama, pues el tema es más bien recu- más pequeñas redondas. Esta magnífica rrente en los destinados al estrado. pieza fue valuada en 525 pesos; junto con 45 Como ya se mencionó, el oratorio ella se inventariaron tres ornamentos de formó parte importante de las residen- lama47 de la tierra y brocado de China, cias de los ricos novohispanos y para los dos albas, un amito y “todo lo necesario mercaderes no fue la excepción. Cabe para celebrar misa”, cuyo valor alcanzó señalar que no todos gozaron de este los 155 pesos.48 espacio dentro de sus casas. Los bie- Para el caso del salón del dosel, los nes encontrados en los oratorios fueron complementos fueron la tarima donde principalmente retablos pequeños, mesas se colocaba la silla o trono, cubierta por para el altar, manteles, palias, espejos, una alfombra de calidad y un cojín para vinajeras, salvas, campanillas, cálices y los pies, que se situaba frente al trono. palabreros, entre otras cosas. Uno de los Símbolos inconfundibles de este espacio oratorios más impresionantes de la Nueva fueron los lienzos con la figura del mo- España del siglo narca en turno. En algunas ocasiones 46 XVII fue el de la marque- AGN, Tierras, vol. 3371, exp. 1, 1645; Vínculos y Mayorazgos, vol. 170, 1695. Gustavo Curiel, “Ajuares domésticos. Los rituales de lo cotidiano”…, pp. 93-94 y 101 47 Tela de oro o plata en que los hilos de estos metales forman el tejido. Véase el glosario. 48 Gustavo Curiel, “El efímero caudal de una joven noble…”, op. cit. y AGN, Vínculos y Mayorazgos, vol. 170, 1695. 45 46 72 aparecen en los inventarios lienzos con de la China. Los precios de las alfombras la imagen de virreyes y sus esposas, que fueron aproximadamente de 635 pesos.51 sin duda también fueron colocados en es- En cuanto a precios, recuerde el lector tos espacios. Las paredes, al igual que en los 500 pesos empleados en una cama los oratorios, se forraban de cordobanes, de lujo, ya descrita, para poder darse una es decir, cueros repujados y dorados y idea del valor económico de los bienes de pintados, o con telas de gran riqueza o carácter suntuario. papeles de China. Además de las alfombras, los pisos 49 Para cerrar este apartado se hablará de los estrados se encontraron adereza- del espacio que albergó mayor riqueza al dos con tapetes como los de Álvaro de interior de las casas de la Nueva Espa- Lorenzana y Lope de Osorio, hechos ña, es decir el estrado. Ataviado por los con brocatel de Italia. También se cita muebles y telas más ricas y costosas, otro tapete, de Japón, bordado de seda dicho espacio se decoró con alfombras de colores y aforrado en chaul amarillo. y cojines. Con frecuencia había también Estas magníficas piezas alcanzaron los taburetes y escabeles. Completaban el 50 pesos en los inventarios. Llama la adorno de este espacio, los bufetillos, atención la estera de estrado, de España, escritorios y biombos de estrado. Ejem- que se inventarió en los bienes de Lope plos del menaje de este espacio, los en- de Osorio.52 50 contramos en los inventarios de bienes Para los asientos de las señoras, los de los mercaderes que aquí se analizan. estrados fueron provistos de enormes co- Respecto a las alfombras, los inventarios jines hechos con ricas telas de diversas de Antonio de la Mota y Portugal y la procedencias. Dentro de los bienes de marquesa de San Jorge, muestran cómo los mercaderes se encontraron cojines de esta pieza era preferentemente asiática, brocatel de la tierra, damasco de Granada específicamente turquesca, morisca, o y otros bordados de oro y plata, de China. Ibidem, pp. 92-93. Pilar Gonzalbo, “Ajuar doméstico y vida familiar”…, pp. 128 y 130. 51 AGN, Vínculos y Mayorazgos, vol. 265, exp. 4, 1628; vol. 170, 1695. 52 AGN, Bienes Nacionales, vol. 1294, exp. 1, 1653; Tierras, vol. 3371, exp. 1, 1645. 49 50 73 Sus precios oscilaron entre los 3 y los 22 120. Los escaparates fueron las “cáma- pesos, aproximadamente. Los más caros, ras de maravillas” de los miembros de provenían de Asia. Además de estos co- la élite novohispana. Eran muebles muy jines, fueron los paños y las servilletas los lujosos de finas maderas como el ébano textiles que ocuparon un lugar preponde- y otros materiales, como el marfil. Tuvie- rante en el protocolo que se siguió en el ron vidrieras traslúcidas; allí se exhibían estrado. Los hubo de distintos usos: pa- las piezas de carácter preciosista, obje- ños de manos, de chocolate, de narices, tos raros y juguetes. Los hubo con plata, de rodillas, entre otros. Su manufactura piezas de porcelana o vidrios de Venecia, también fue diversa; fueron confecciona- cocos chocolateros y pequeñas piezas de dos con seda, liencesillo y algodón; sus oro y plata.55 En el inventario de bienes adornos eran las puntas de hilo de pita de la marquesa de San Jorge se regis- y los deshilados. Sus precios llegaron a traron tres muebles de este tipo; todos alcanzar hasta los 30 pesos. albergaron curiosas piezas de porcelana, 53 54 Respecto a los muebles, en los estra- vidrios de Venecia, alhajas de oro y plata, dos estuvieron los más ricos en materia- tecomates y diamantes. El precio que se les y su precio se elevó considerablemen- les dio a dichos muebles fue de 450, 120 te. Abundaron los escritorios de madera y 75 pesos respectivamente.56 de La Habana; de la sierra; con incrus- Falta mencionar el mueble más im- taciones de marfil y concha; y de maque. portante de este espacio, es decir, el Algunos fueron cubiertos con ricas telas biombo de estrado. También conocidos como el terciopelo carmesí. Sus precios, como rodaestrados, rodastrados, arrima- según sus materiales, tamaño y antigüe- dores o arrimadores de estrado, estos dad, fueron desde los 15 pesos hasta los muebles de origen asiático se convirtie- AGN, Bienes Nacionales, vol. 1294, exp. 1, 1653; Tierras, vol. 108, exp. 2, 1644; Vínculos y Mayorazgos, vol. 170, 1695. 54 AGN, Bienes Nacionales, vol. 1294, exp. 1, 1653; Real Fisco de la Inquisición, vol. 13, exp. 1, 1644; Tierras, vol. 1256 y 1257, exp. 1, 1695; vol.3371, exp. 1, 1645; Vínculos y Mayorazgos, vol. 170, 1695. 55 Véase la descripción que hace de los escaparates Gustavo Curiel, “Ajuares domésticos. Los rituales de lo cotidiano”…, op. cit., p. 89. 56 AGN, Vínculos y Mayorazgos, vol. 170, 1695. 53 74 ron en la escenografía de tan importante loza de China, es decir de porcelana. espacio. Fueron tan significativos que Respecto a las telas, se debe des- en los inventarios de bienes de los merca- tacar que se importaron en enormes deres Juan Díaz de Posada, Dámaso Sal- cantidades. Las que llegaron a la Nueva dívar, Álvaro de Lorenzana y la marquesa España fueron de diferentes tipos y diver- de San Jorge se registran varios de estos sas calidades. La que más abundó fue la muebles que llegaron a tener de ocho seda, ya haya sido cruda, torcida de pri- a veintidós tablas y una altura de entre mera, segunda y tercera calidad. Ésta era vara y media hasta tres varas. Sobre este destinada para la confección de piezas de mueble, sus materiales y los temas que la cama, el dosel o la ropa de los señores. se pintaron en sus hojas, se profundizará Otras telas como el damasco de seda, el en el siguiente apartado. terciopelo de seda, la saya, la sinabafa, los 57 buratillos, etcétera, ingresaron a la Nueva EL MENAJE ASIÁTICO DE CASA España por el comercio con Manila. El hilo de oro de China también ocupó un lugar Como ya se mencionó, los objetos asiáti- importante para la confección de piezas cos son los que con mayor frecuencia se de ropa en los menajes novohispanos.58 encuentran referidos en los inventarios de El galeón de Manila transportó a la bienes de los 11 mercaderes encontrados Nueva España todo tipo de sedas. A su en la documentación. Los hay, desde las vez, al Parián de Manila llegaban desde sedas que abundaron durante todo el distintos puntos de Asia, como Japón y periodo virreinal, hasta los biombos, al- Siam, seda labrada en rasos, damascos fombras y tibores de porcelana traídos de negros y de colores y brocateles.59 Lo China y del Japón. También estuvieron mismo que algodones de la India. presentes las piezas de uso cotidiano, Para el caso de los mercaderes, la como las lacas, cojines, ropa y vajillas de adquisición de estas materias primas, Gustavo Curiel, “Los biombos novohispanos: escenografías de poder y transculturación en el ámbito doméstico”…, p.19. 58 Virginia Armella de Aspe, “Artes asiáticas y novohispanas”, en Fernando Benítez (et al.), El Galeón del Pacífico. Acapulco-Manila. 1565-1815, p. 223. 59 Ibidem, p. 225. 57 75 no fue la excepción. Abundan en sus in- de bienes telilla de Japón, damasquillo, ventarios de bienes enormes cantidades tabi, seda floja, capichola, elefante y bro- de telas traídas de Asia, destinadas a la cado.62 Finalmente, en dicha documen- confección de ropa y piezas de tela que tación se hacen referencias aisladas a adornaron los espacios interiores de sus la sinabafa, mantellina de la India, seda residencias, o bien se destinaron a la cruda, fleco de oro y seda, hilo de oro, venta local y externa. En los inventarios listones, bocadillos, holandillas, rengue, que se estudian se encuentran registra- espumilla, saya, seda fina, lampacillo, das principalmente piezas de damasco chorreado, rato, gasas y mitán.63 El mitán de seda. Esta rica tela de seda se obtuvo de la India fue también muy comerciado. dando relieve a los lienzos en el telar para Un último comentario respecto a la obtener el diseño deseado en diversas palabra tabi. A decir de Gustavo Curiel texturas de un mismo color.60 el nombre de esta tela procede de la Además del damasco, otros tipos de población yucateca de tabi. Es muy po- sedas fueron preferidas por los merca- sible, señala este autor, que en un inicio deres de la ciudad de México; entre ellas se haya tratado de una tela de algodón estuvo la seda torcida, el tafetán, el ter- (por la cercanía de esa población con ciopelo, el raso de China, el chaúl y las Campeche, donde se cultivó el algodón pasamanerías de oro y seda. En menor en forma extensiva), teñida con el palo de medida se mencionan en los inventarios Campeche. Como sucedió con muchas 61 Virginia Armella de Aspe, “Artes asiáticas y novohispanas”…, p. 225. El tafetán denominado también sencillo, doble o doblete era de un tupido tejido y bastante requerido para el traje de recepción. El terciopelo se obtuvo de la unión de tres pelos o clases de seda que dieron como resultado una tela velluda cuyo uso fue mayor a principios del siglo XVII. El raso de China fue una de las telas más finas y de variados colores cuyo uso fue preferido para las fiestas oficiales. Virginia Armella Aspe, “Artes asiáticas y novohispanas”… pp. 225-228. Benítez José R., El traje y el adorno en México. 1500-1910, pp.130 y 134. 62 La capichola era un tipo de seda importada de China muy semejante al burato cuya utilización fue mayor a partir de 1700 para el adorno del vestido. La seda floja servía para bordar. Los brocados combinan varias texturas de sedas y colores durante el procedimiento textil. José Lameiras Olvera, “Ser y vestir. Tangibilidades y representaciones de la indumentaria en el pasado colonial mexicano”, en Rafael Diego Fernández, op. cit., p. 299; Benítez, El traje y el adorno en México...; Virginia Armella Aspe, “Artes asiáticas y novohispanas”…, pp. 225-226. 63 Ver apéndice “telas sin manufactura”. 60 61 76 telas, la palabra de origen se volvió gené- explicación de la presencia en inventarios rica (ruán, morlés, bretaña, etcétera). Es de tabi asiático.64 También por ello se usa posible, por lo anterior, que ésta sea la con minúscula. Gráfica 1. Telas que se exportaron de Asia a la Nueva España según los inventarios de los mercaderes del Consulado de la ciudad de México 64 Comunicación personal de Gustavo Curiel (febrero de 2007). 77 Respecto a las manufacturas confec- En contraposición, las gasas fueron los cionadas con estas telas, diversos tipos de textiles que llegaron en menor cantidad piezas fueron elaboradas para el ajuar do- a la Nueva España. En la documentación méstico de los mercaderes y sus prendas utilizada para esta tesis, destacan las de vestir. La ropa blanca o de cama, por menciones de telas como el elefante, la ejemplo, fueron las almohadas, sábanas, mantellina de la India, la sinabafa, entre sobrecamas, cobijas, mantas, cortinas, otras.66 cielos, rodapiés y colgaduras de cama. Las ricas telas de seda de Asia se Abundaron las confecciones con damasco, usaron para confeccionar la llamada cin- oro y seda, raso, inzón, seda con matices, ta, es decir, el baldaquino del estrado que rengue y ormesí; en colores: azul, amarillo, resguardaba al Cristo, la escultura más verde, oro, carmesí, plata, morado, blanco importante de la casa. Por otra parte, los o de colores. Llaman la atención las cinco cojines, paños de rodillas y servilletas colchas de la India pertenecientes, tres a que fueron destinados al estrado para Antonio de la Mota Portugal, una a Lope que se sentaran las señoras en los prime- de Osorio y otra a Álvaro de Lorenzana; ros y para colocarse sobre las piernas al todas bordadas y sólo una con precio de momento de beber chocolate los segun- 20 pesos. Como se verá en el desarrollo dos, también fueron confeccionados con de este apartado, dicha región tuvo una sedas. Se bordaron con costosos hilos de importante presencia en los menajes de oro, seda y plata, traídos de Asia, aun- casa de los comerciantes.65 que también los hubo de Europa o de la Los textiles para elaborar todas estas tierra. Como si esto no hubiese sido lujo manufacturas fueron traídos de diversos suficiente, este espacio se recubrió ade- lugares del mundo conocido. En el caso más con una “colgadura de estrado” a de las telas de Asia, abundaron los da- manera de gran dosel, siempre elaborado mascos y las sedas de todas calidades. con ricas telas de importación.67 Sobre los AGN, Bienes Nacionales, vol. 1294, exp. 1, Tierras, vol. 3371, exp. 1, 1645, Vínculos y Mayorazgos, vol. 265, exp. 4, 1628. 66 Véase la gráfica 1. 67 Gustavo Curiel, “Los biombos novohispanos: escenografías de poder y transculturación en el ámbito doméstico”…, p. 84. 65 78 cojines para el estrado, destacan los que Los bienes de uso personal de los tuvo la marquesa de San Jorge, bordados comerciantes y sus familias fueron prin- de oro y plata, cuyo valor fue de 550 pe- cipalmente: calzones, jubones, sayas, sos por 24 cojines de China.68 Respecto a camisas, vestidos, abanicos y medias. La los paños de manos, de beber chocolate, mayor parte de los abanicos procedían de de narices o servilletas para el estrado, China. La ropa también llegó en el Ga- abundaron las elaboradas con seda y león de Manila. Abundaron, sin duda, las liencesillo de China, algunos con puntas medias de seda de todos colores, para de hilo o hilo de pita. hombres, mujeres y niños. Estas piezas Las alfombras tuvieron un papel de destinadas al adorno personal se carac- gran relevancia al interior de las casas de terizaron por estar confeccionadas con los comerciantes. Las de mejor calidad, las más bellas y costosas telas traídas de sin duda, estuvieron destinadas al es- Asia. Destacan las de damasco azul, raso trado; muchas de ellas fueron traídas de negro, hilo de oro y plata, entre otros. Los Asia. Las más caras fueron las de seda vestidos más costosos manufacturados china por el colorido y la riqueza; también con materiales de Asia fueron los encon- se cuentan entre éstas las turquescas trados en los inventarios de bienes de la que procedían de Turquía y las cairinas hija de José Retes y Dámaso Saldívar; sus que, aunque españolas, reproducían el precios fueron de 350, y 80 pesos para el nudo egipcio de Fostat (el Cairo).69 So- segundo. El primero fue hecho de raso bre estas piezas se encontraron registros azul y bordado de oro y plata. El segundo de las alfombras de Antonio de la Mota vestido fue hecho de raso y guarnecido y Portugal, una turquesca y una morisca, con encajes negros, todo de China. Hubo de siete y nueve varas de largo, y tres de además, dos vestidos negros, uno hecho la marquesa de San Jorge, procedentes con teletón de China y aforrado en broca- de China, cuyo precio se calculó en 633 do, con franjas plata y oro fino.71 pesos cada una.70 Muebles, porcelanas, lacas y joyas AGN, Vínculos y Mayorazgos, vol. 170, 1695. Ibidem, p. 82. 70 AGN, Vínculos y Mayorazgos, vol. 265, exp. 4, 1628; vol. 170, 1695. 71 AGN, Tierras, vol. 1256, exp. 1, 1695; Vínculos y Mayorazgos, vol. 170, 1695. 68 69 79 procedentes de Asia hicieron su aparición con maderas de las más altas calidades en las casas de potentados de la Nueva como la narra, el cedro y el ébano. Aun- España. Los muebles, por su parte, eran que la generalidad era que los muebles de arcones y cajones; también hubo cajone- madera que llegaban a la Nueva España ras con puertas y cajones internos, mesas, procediesen de La Habana, hubo escrito- bufetes, bufetillos, armarios y toda clase rios de importación procedentes de Mani- de cajas. Los muebles que abundaron la como los que aparecen registrados en sin duda fueron los escritorios que, más el inventario de bienes de la marquesa de que para escribir, estaban destinados al San Jorge. Éstos procedían de la China, adorno de los espacios al interior de las elaborados con la técnica maki-e y ma- mansiones, pues revestían de prestigio dera de tapincirán.73 De estos muebles, social a los poseedores. también destacan los dos escritorios per- En los inventarios de bienes de los tenecientes a Dámaso Saldívar, ambos mercaderes, no se encontraron arco- embutidos de concha nácar, cuyo precio nes, aunque sí cajoneras y cajas. Estas fue de 60 pesos cada uno.74 Otros escri- últimas abundan por la utilidad de guar- torios cuyo precio se desconoce, por no dar allí bienes y mercancías. Destacan, estar consignado en los inventarios, fue- dentro de las cajas, las llamadas cajas ron los de Álvaro de Lorenzana. Se trata marineras del mercader Lope de Osorio, de dos ricas piezas embutidas de marfil cuyas medidas fueron de tres a cinco pal- y metidas en cajones de cedro con llave; mos y medio. Estaban destinadas a guar- uno con una escribanía colorada “que dar otras cajas u otros objetos. pareció de China” y el otro con escriba- 72 Sobre estas cajas y escritorios los nía encima embutida también en marfil.75 hubo de altos precios, aderezados con También se cita un escritorio nuevo, del materiales como el marfil, embutidos de Japón, perteneciente al mercader Lope concha nácar, carey y plata, elaborados de Osorio.76 Tierras, vol. 3371, Exp. 1, 1645. Gustavo Curiel, “El efímero caudal de una joven noble…”, op. cit., pp. 81 y 84. El maki-e es la técnica de laqueado o maque oriental. El término es japonés. 74 AGN, Tierras, vol. 1257, exp. 1, 1695. 75 AGN, Bienes Nacionales, vol. 1294, exp. 1, 1653. 76 AGN, Tierras, vol. 3371, exp. 1, 1645. 72 AGN, 73 80 Además de los escritorios, otros muebles asiáticas que se encontraron en el y concha, fueron los materiales que aderezaron estos objetos.78 interior de las casas del virreinato fueron Finalmente, los biombos fueron mue- las papeleras, bufetes (mesas), bufetillos, bles que hicieron una importante aporta- contadores y escribanías, todos estos ción al menaje de las residencias novo- muebles están relacionados con la escri- hispanas, al permitir subdividir a capricho tura. Para complementar el repertorio en los espacios de las habitaciones. Cabe torno a los muebles, se agregaron al me- señalar que fueron catalogados dentro naje novohispano los escaparates, algu- del rubro de los lienzos y las láminas de nos con puertas de alambre. Fueron con- pintura en los inventarios de bienes. De feccionados con ébano o marfil y vidrieras una complejidad extrema, se sabe que traslucidas.77 Se agregaron a este reper- los primeros biombos que llegaron a Oc- torio los baúles, armarios, cajones de ma- cidente, procedentes del Japón, (Cipan- dera y nichos para el oratorio. También se go) fueron regalos al rey Felipe II, quien registraron camas y catres de maque, así los puso de moda en las cortes europeas, como sillas de brocatel de China. a partir de 1585.79 Catalogados también como muebles, A Nueva España debieron haber lle- se encontraron descritos baulitos, co- gado con la apertura de la ruta comercial fres y cajas de China. Tenían diversas en el Pacífico en las últimas décadas del funciones aunque comúnmente eran uti- siglo XVI. No obstante, resulta difícil pre- lizados como joyeros o cajas de rapé, o cisar las fechas concretas del arribo de bien servían para guardar el cacao para los biombos a la Nueva España. El pri- el chocolate, la ropa y los complementos mer dato lo proporciona Rodrigo Vivero del rico vestuario, dependiendo del tama- de Velasco —gobernador saliente de ño de estos muebles. En su manufactura, Filipinas en 1608— quien al dejar Manila las telas de más alta calidad, así como la para trasladarse a Acapulco naufragó. La laca asiática, embutidos de marfil, hueso nave en la que viajaba se hizo pedazos Curiel, “Ajuares domésticos. Los rituales de lo cotidiano”…, pp. 86-89. Ibidem. 79 Gustavo Curiel, “Los biombos novohispanos: escenografías de poder y transculturación en el ámbito doméstico”…, p. 10. 77 78 81 en las costas del Japón, con un saldo de antiguos, que unían las hojas por medio 56 ahogados. Don Rodrigo de Vivero fue de tiras de cuero y cortaban el desarrollo auxiliado por los nativos de aquellas cos- integral de las escenas representadas en tas y llevado ante el shogun Ieyasú, quien ellos; los coreanos, que solucionaron este no sólo le proporcionó una nave que le problema, al sujetar sus hojas con tiras de permitió regresar a la Nueva España —el tela o de seda y los destinados a occiden- galeón llamado Buenaventura, hecho por te, que se unieron con machiembrados el inglés William Adams— sino que tam- de metal (adaptación de las bisagras de bién lo hizo acompañarse por 24 japone- papel coreanas). Sobre estos últimos los ses en 1610. hubo de pintura sobre lienzo, a imitación 80 Este fortuito accidente ocasionó que del maque asiático y de tela.82 el virrey en ese entonces, Luis de Velasco Las técnicas que se utilizaron a la par hijo, organizara una expedición, en 1612, con estos materiales, también fueron de que le llevara obsequios a Ieyasú, a la vez tres tipos; la togidashi-e (laca asiática), que le invitara a iniciar el comercio con la hiramaki-e, que recubría al biombo de Nueva España desde Manila o Nagasaki laca con oro y la takamaki-e, que utilizaba y le solicitara la entrada de misioneros ca- laca con plata.83 En cuanto a los temas, al tólicos en su territorio. Como respuesta, principio se pintaron en las hojas de estos el shogun envió al virrey varios regalos objetos representaciones de paisajes de entre los cuales venían cinco cajas de Asia y mapas de esas regiones (como el biombos dorados de maque.81 que le regalaron a Felipe II que contenía a estos muebles un mapa de Japón).84 Para el siglo XVII en se les añadieron zancos con los cuales aquellos destinados a la Nueva España, alcanzaron mayor altura. En cuanto a se comenzaron a representar temas de los materiales, existieron tres tipos, los carácter occidental como escenas de his- Para el siglo XVII, José Kouichi Oizumi Akasaka, Intercambio comercial-diplomático entre el Japón y la Nueva España, México, Letras, 1971, p. 26. 81 Gustavo Curiel, “Los biombos novohispanos…”, op. cit., p. 13-18 y Virginia Armella de Aspe, “Artes asiáticas y novohispanas”…, pp. 219-220. 82 Curiel, “Los biombos novohispanos: escenografías de poder…”, op. cit., pp. 12 y 19. 83 Idem. 84 Ibidem, pp. 10-11. 80 82 toria, literatura, mitología, mapas, vistas res de la ciudad de México data de 1645 y urbanas, vida cotidiana, protocolo de la perteneció a Lope de Osorio. Es una pieza vida de la élite (como el biombo con es- muy importante pues no procede de China. cenas de montería citado en la lista del Es un “beobo de la tierra, nuevo, de ocho artículo de Gustavo Curiel y fechado en lienzos con las Virtudes y Sentidos pinta- 1679), enseñanzas morales, escenas ga- das en él; de dos varas poco más, pintado lantes, tiempos del año, etcétera. por ambas partes, metido dentro de un 85 Finalmente, además de usarse para cajón”.87 Por desgracia el precio no viene subdividir espacios a voluntad, los biom- en el inventario. Este biombo destaca tan- bos fueron utilizados para mostrar la to por su antigüedad como por la temática modernidad y cultura de sus propietarios que se encuentra en sus hojas. Es posible mediante los temas pintados en sus ho- que se haya tratado de un Espejo de virtu- jas. Servían para proporcionar privacidad des y una alegoría de los Cinco Sentidos. en las recámaras; también como esce- Tampoco se tenía noticia de un biombo nografías en los estrados o para ocultar fabricado en la Nueva España anterior a a los músicos y los instrumentos en los 1652; sobre esto se hablará ampliamente banquetes. Los biombos de cama eran en el tercer apartado. Posteriores a este colocados a los pies de la misma, pues mueble están los tres biombos pertene- al ser de gran altura, aislaban el lecho de cientes a Álvaro de Lorenzana, estos sí los criados o visitantes, con lo cual, pro- de China; el primero de estrado con ocho porcionaban un espacio de intimidad, tal tablas, y los otros dos, que son más bien vez el único, para el propietario de la resi- medios biombos fueron “de cuatro tablas, dencia. Estos muebles evitaron la mirada con los remates dorados y en medio unas de los curiosos invitados en las reuniones tarjas y jeroglíficos de varios colores”. El de la señora de la casa. que hayan incluido “jeroglíficos” indica que 86 El biombo más antiguo encontrado en tenían escenas con emblemas.88 El pre- los inventarios de bienes de los mercade- cio al que se avaluaron estos dos últimos Ibidem, pp. 20-21 y 24. Ibidem, p.19. 87 AGN, Tierras, vol. 3371, exp. 1, 1645. 85 86 83 Carmen Aguilera, El mueble mexicano. Historia, evolución e influencias, pp. 124-125. biombos fue de 250 pesos.89 También la por ello que en muchas ocasiones esta hija de José Retes tuvo este tipo de mue- alegoría sensorial se haya representada bles en su casa. En total se encontraron en las hojas de los biombos de lienzo. entre sus bienes tres biombos, uno de ma- Este tema estuvo de moda en la pintura que de doce tablas en 120 pesos; dos de flamenca del siglo lienzo de diez y ocho tablas en 50 pesos fundió al resto de Europa, de allí pasó a cada uno, todos de China; y un arrimador, la Nueva España. Ahora bien, en cuanto también de maque en 115 pesos.90 al tema de las Virtudes en el biombo del XVI, de donde se di- El tema de los Cinco sentidos fue uno comerciante Lope de Osorio, es posible de los favoritos de los novohispanos; es que se halla tratado, como ya se dijo, de 88 Véase el trabajo coordinado por Jaime Cuadriello, Juego de ingenio y agudeza. La pintura emblemática de la Nueva España, México. En particular el artículo de este autor “Los jeroglíficos de la Nueva España”, pp. 84-113. 89 AGN, Bienes Nacionales, vol. 1294, exp. 1, 1653. 90 AGN, Vínculos y Mayorazgos, vol. 170, 1695. 84 un Espejo de virtudes, o de una escena pectivamente, cuyas descripciones arro- alegórica que incluyera las siete virtudes jan poca información.93 Por otro lado, del teologales: prudencia, justicia, fortaleza, análisis de estas piezas, se obtiene que templanza, fe, esperanza y caridad.91 los biombos de maque alcanzaron mayo- Este tema, a diferencia del de los Cinco res precios en comparación con los ela- Sentidos, resulta poco común en la épo- borados con lienzos de pintura. ca. Es posible que, como muchas otras Las joyas fueron otro fenómeno im- imágenes alegóricas, la iconografía de portante en el lujo y la apariencia de los este biombo haya tenido una función edu- mercaderes de la ciudad de México. Se cadora y moralizante para aquellos ante trata de joyas hechas con oro de China. quienes estuvo expuesto, sea el mismo Al virreinato llegaron anillos, zarcillos y Lope de Osorio, los miembros de su fami- cadenas, algunas veces como ternos, lia o los invitados a su residencia. otras joyas por separado, que se unieron Por su parte, Dámaso Saldivar pose- con piedras preciosas como los rubíes, yó uno de estos bimbos de lienzo pintado las perlas y los diamantes para formar de ocho tablas, cuyo tema fue, de un lado, impactantes adornos, tanto por el alto el de los Cinco sentidos, y del otro el de precio que alcanzaron, como por el refi- las Cuatro estaciones del año. Su precio namiento. También llegaron joyas realiza- fue de 30 pesos. Además de éste, tuvo das en tumbaga, es decir una aleación de entre sus pertenencias, un rodaestrado oro, plata y cobre que se utilizó en anillos de 6 tablas, de una vara de alto, que fue y cadenas.94 Dichas joyas fueron utiliza- tazado en 30 pesos. También, fue dueño das para complementar el vestuario de de otro biombo de maque de China, de los hombres y las mujeres del virreinato. vara y media, con 22 tablas, con precio de El oro fue utilizado para gargantillas como 70 pesos. Por su parte, el comerciante la que poseyó Teresa Retes, de granates, Juan Díaz de Posada poseyó un biombo con 26 extremos de oro de China cuyo y un rodaestrado de 30 y 12 pesos res- precio alcanzó los 12 pesos.95 92 Josef Pieper, Las virtudes fundamentales, pp. 14-27. AGN, Tierras, vol. 1257, exp.1, 1695. 93 AGN, Bienes Nacionales, vol. 1505, exp. 19, 1699. 94 Curiel, “El efímero caudal de una joven noble…”, pp. 76-77. 91 92 85 Otras joyas encontradas en los inven- “dos escritorios embutidos en marfil con tarios de bienes de los comerciantes fue- sus cajones de cedro y escribanía colora- ron sortijas, zarcillos y rosarios, también da, que parecen de China”.99 de oro de China. Estos generalmente se Finalmente, otros bienes de eminente guardaron en cajas también traídas de carácter suntuario fueron los espejos, cuyo Asia, pero aderezadas con materiales valor fue muy elevado durante todo el vi- como la plata. Otras cajas que fueron rreinato. Por la dificultad de su hechura consideradas joyas por los materiales con y la riqueza de los materiales con que se que fueron elaboradas o aderezadas tu- aderezaron sus marcos, fueron piezas de vieron funciones específicas, por ejemplo, gran valor. De estos espejos hay dos re- las tabaqueras encontradas en los apre- gistrados en la documentación de Lope de cios de bienes de Lope de Osorio, ambas Osorio, uno de China, y otro “guarnecido de hechas con cocos de China y guarneci- carey con sus puertas al modo de Filipinas das, una con plata y la otra con oro. de media vara con guarnición y todo”.100 96 Dentro de este rubro de las joyas Un grupo importante de bienes sun- cabe mencionar las piezas de marfil que tuarios traídos en la Nao de China fue sin llegaron a la Nueva España vía el Pacífi- duda el de las porcelanas. Vajillas, tibores, co. Aunque estas piezas fueron mayorita- jarrones y bacías fueron de los objetos riamente de índole religioso, también se que más se importaron al virreinato. Las trabajaron objetos de carácter civil.97 Fue formas, colores y calidades de estas pie- el mercader Lope de Osorio quien tuvo zas responden a las dinastías Ming (1368- entre sus bienes dos crucifijos de marfil 1644) y K’ang-hi (1662-1722), pues fueron de China, uno de ellos era para la cinta las que ocuparon el poder en China duran- del estrado. Por otro lado, en el inventa- te el periodo en el que se desarrolló el co- rio de Álvaro de Lorenzana se mencionan mercio entre el Asia y la Nueva España.101 98 95 AGN, 96 AGN, Vínculos y Mayorazgos, vol. 265, exp. 4, 1628; vol. 170, 1695. Tierras, vol. 3371, exp. 1, 1645. 97 Beatriz Sánchez Navarro de Pintado, “Marfiles”, en Artes de México, núm. 190, México, 1977, p. 22 98 AGN, Tierras, vol. 3371, exp. 1, 1645. 99 AGN, Bienes Nacionales, vol. 1294, exp. 1, 1653. 100 AGN, Tierras, vol. 3371, exp. 1, 1645. 101 Virginia Armella de Aspe, “Artes asiáticas y novohispanas”…, p. 234. 86 Predominan en la porcelana de la di- mente, no hay ninguna que ejemplifique nastía Ming los colores azul y blanco. La los temas tratados en ella, pues las des- decoración se concentra en el borde exte- cripciones hechas por los valuadores re- rior de los platos y la parte inferior de las sultan muy escuetas. vasijas divididas en rectángulos, con un Abundan los platos y tazas de este diseño que se repite; la parte central de material, algunas de estas últimas fue- esta pieza tiene generalmente una repre- ron descritas como chocolateras; otras sentación zoomorfa. En la porcelana de la más estaban guarnecidas con labores de siguiente dinastía predomina en cambio, plata. Es decir, que las piezas asiáticas el color rosa, por eso es conocida como fueron mandadas con los plateros para “familia rosa”. También destacan las he- que se les agregaran aditamentos occi- churas polícromas y las de mayor calidad dentales ya en la Nueva España. con el color grueso aplicado en forma de Los tibores también recibieron bue- esmalte y decoradas con diseños que se na acogida al interior de las residencias repiten a lo largo de la pieza. novohispanas. A éstos se les agregaron 102 La mayoría de las veces, la piezas de tapas de metal, como la plata. De acuer- porcelana fueron mandadas hacer ex pro- do con el tamaño, sirvieron para guardar feso a China por las familias más acau- granos de cacao (tibores chocolateros), daladas de la Nueva España. En ellas se o como floreros, pese a que en Asia, pedía que se representasen los escudos estos fueran destinados para almacenar nobiliarios de la familia o escenas occi- granos, o como adornos de sus casas.104 dentales. No obstante, a la Nueva Espa- Estas piezas son las que mayor presencia ña llegaron vajillas con temas netamente tuvieron en el menaje de casa de los mer- asiáticos. En los inventarios de bienes caderes respecto al rubro de la loza. Los de los mercaderes se registra una gran hubo de todos tamaños, largos, angostos, cantidad de esta loza, pero desgraciada- pequeños, “de buen tamaño”, con o sin ta- 103 Ibidem, pp. 234-235. Gustavo Curiel, “Consideraciones sobre el comercio de obras suntuarias en la Nueva España de los siglos XVII y XVIII”, en Regionalización en el arte, pp. 132. 104 María Ángeles Albert, op. cit., p. 329. Jorge René Gonzáles, “Porcelana china de exportación”, en Artes de México, núm. 190, 1977, p. 61. 102 103 87 paderas, pero todos de porcelana de Chi- de los escaparates. Destacan los ya men- na. Como ya se mencionó, los usos que cionados Perros de Fo. En los inventarios tuvieron estos objetos en Asia, y en Nueva de bienes de la marquesa de San Jorge España, fueron totalmente diferentes. y Lope de Osorio encontramos varios En la documentación consultada se ejemplos de estas piezas. El mercader menciona que uno de los tibores que po- Lope de Osorio registró 10 leoncitos, dos seyó el comerciante Lope de Osorio con- caballitos y una garza pequeña de loza tenía al momento de ser avaluado “ámbar de China. Destaca finalmente un unicor- Como nio elaborado con caracolillos, también se observa, los tibores sirvieron para con- de China.106 Asimismo, Teresa Retes tener en su interior materias primas caras tuvo en sus dos escaparates leoncitos y o de difícil consecución. aproximadamente 66 piezas pequeñas de pico” y “ámbar gris en polvo”. 105 Además de los tibores, se registraron de loza de China, sin mayor descripción, enormes cantidades de frasqueras, frascos cuyos precios fueron siempre menores a con tapaderas, algunos de ellos con llaves un peso novohispano.107 de plata; botes, bandejas y macetas de Ahora bien, los objetos realizados en loza de China, igualmente con tapaderas, y lacas asiáticas tuvieron gran auge en el cuyas funciones variaron de acuerdo con la virreinato debido a la existencia de las la- disposición que tuvieron dentro de las ca- cas de antecedente prehispánico.108 Esta sas. Los precios oscilaron entre los 2 y los técnica fue utilizada para dar los acaba- 4 pesos, por pieza, dependiendo del tama- dos en muebles, como es el caso de los ño y materias con que fueron guarnecidas. biombos y escritorios. Pero también se Otras piezas consideradas de ca- hicieron baúles, cajitas de rapé y otras rácter suntuario fueron las miniaturas o piezas de maque, ya asiático, ya de fa- juguetes destinados a guardarse dentro bricación novohispana. Nombrados como 105 AGN, 106 AGN, Tierras, vol. 3371, exp. 1, 1645. Tierras, vol. 3371, exp. 1, 1645. 107 AGN, Vínculos y Mayorazgos, vol. 170, 1695. 108 La diferencia entre ambas técnicas consiste en la base de preparación de la materia que sirve para laquear los objetos, la oriental es de base vegetal y la mexicana de base animal. María Ángeles Albert, op. cit., p. 323. 88 maque o maquili en la documentación, paisajes del mundo occidental, algunos existen menciones a catres, escritorios, incluso referentes a la religión católica, bufetes, biombos y tazas de este mate- pues no hay que olvidar que muchos fue- rial. Algunos de estos escritorios fueron ron mandados hacer ex profeso desde embutidos también con concha.109 Europa o la Nueva España en el Asia. En los documentos se encuentran Tanto en las piezas netamente asiáti- registrados los siguientes bienes de este cas como en las que tuvieron iconografías tipo: una cama de maquili entera, cuatro compartidas, es decir asiáticas y occiden- escritorios de maque de China, otros dos tales llegaron motivos iconográficos que más pequeños y dos escritorios de a ter- se consideran como “netamente” asiáticos. cia de maque de China. Deidades, flora y fauna, y algunos temas 110 Por último, se deben mencionar los con discursos simbólicos llegaron en los símbolos asiáticos (iconografía) que lle- objetos del Galeón de Manila y mostraron garon al virreinato novohispano vía el una visión diferente del mundo, que al ser Galeón de Manila. En todos los objetos introducida a las residencias de los novo- anteriormente mencionados hubo mul- hispanos, adquirió un nuevo sentido. Junto titud de imágenes asiáticas. Pagodas, con la imaginería hispana e indígena, con- puentes, paisajes, flora y fauna, vesti- vivieron objetos con concepciones diferen- menta y rasgos físicos asiáticos fueron tes.112 En la documentación que se mane- los ornamentos que acompañaron a los ja, los ejemplos sobre este rubro resultan objetos suntuarios que arribaron al puerto escasos, no por falta de ellos, sino por las de Acapulco, procedentes de Manila. 111 limitaciones de la documentación cuyas Como se sabe en Asia fueron elaborados descripciones, hechas por los valuadores, objetos destinados a la exportación que no son amplias. A esta clase de bienes co- la mayoría de las veces tenían temas o rresponden las porcelana, los muebles, y Aún existen dudas respecto al término “maquili”, pues no se sabe si se refiere al maque o a un tipo de madera proveniente de la América tropical. Véase el glosario al final de este trabajo. 110 Estos muebles se encuentran en los inventarios de bienes de Álvaro de Lorenzana y Teresa Retes. AGN, Bienes Nacionales, vol. 1294, exp. 1, 1653; Vínculos y Mayorazgos, vol. 170, 1695. 111 Gustavo Curiel, “Consideraciones sobre el comercio de obras suntuarias en la Nueva España de los siglos XVII y XVIII”…, pp. 134-137. 112 Ibidem. 109 89 tal vez, dos lienzos con “Las batallas de tos asiáticos los que ocuparon gran parte Filipinas” pertenecientes a Lope de Oso- de los espacios interiores de las casas rio, y varios crucifijos de marfil en los de potentados. No obstante, dentro de que, cabría suponer, existió la influencia este grupo de bienes es necesario hacer del arte asiático en los rasgos anatómicos distinciones, pues como veremos a conti- del Cristo, como lo son los ojos almendra- nuación, no todos los objetos registrados También se encontraron, entre las como asiáticos hasta este momento lo ya mencionadas piezas pequeñas de loza fueron. En los inventarios de bienes apa- de China, destinadas a los escaparates, recen registros de objetos catalogados “leoncitos” pertenecientes al propio Lope como: “achinados”, “japones” o “a la ma- de Osorio y a la marquesa de San Jorge, 115 nera de China” o “a la manera del Japón”. que posiblemente hayan sido los llamados ¿Qué fueron en realidad? En otros casos perros de Fo. Por último, en los biombos, los inventarios registran bienes califica- vajillas, tibores, frascos y macetas, estuvo dos como “al remedo de la China” o “al presente este repertorio simbólico al que remedo del Japón”. Como ha demostrado se ha hecho mención. Difícilmente los sím- Gustavo Curiel,116 se está ante la presen- bolos religiosos que pasaron a la Nueva cia de objetos en los que se mezclaron España en las superficies de estos objetos técnicas y materiales tanto asiáticos como se entendieron bajo una lectura correcta novohispanos que siguen de alguna ma- de los significados. nera las formas e iconografía de Asia. dos. 114 113 Debe quedar claro que un gran número LO “ACHINADO” Y LO “JAPÓN”. CAMBIOS EN LOS USOS Y APROPIACIÓN DE LOS BIENES DE ASIA de bienes suntuarios asiáticos se introdujeron dentro de las residencias de los ricos comerciantes novohispanos, como hasta Como ya se mencionó, fueron los obje- ahora se ha visto. Estos objetos, que lla- AGN, Tierras, vol. 3371, exp. 1, 1645. Beatriz Sánchez Navarro de Pintado, op. cit., p. 22. 115 AGN, Vínculos y Mayorazgos, vol. 170, 1695. 116 Gustavo Curiel, “ ‘Al remedo de la China’: el lenguaje ‘achinado’ y la formación de un gusto dentro de las casas novohispanas” en, “Orientes-Occidendentes”. El arte y la mirada del otro, XXVII Coloquio internacional de historia del arte, México, Universidad Nacional Autónoma de México-Instituto de Investigaciones Estéticas, 2003, (en prensa). 113 114 90 maremos originales, convivieron con otros a la Nueva España vía el puerto de Vera- objetos de procedencia europea, peruana cruz y mostraron bajo la mirada europea o de las regiones de la Nueva España lo que para ellos era el arte y los ricos ma- fuera de la ciudad de México, es decir teriales de Asia. Con la apertura comercial “de la tierra”. A raíz de esta convivencia, en el Pacífico, el gusto por lo asiático se comenzó a haber modificaciones en los retomó con mayor avidez y la importación objetos de la tierra, los cuales se vieron de sedas, muebles, joyas y otras piezas influenciados o copiaron abiertamente suntuarias traídas en el galeón de Manila los repertorios ornamentales de los obje- fue superior. Sin embargo, la apropiación tos de importación. Surgió así una gran de estos bienes enfrentó modificaciones variedad de objetos hechos en Nueva propias derivadas de las necesidades y España con técnicas y significados asiá- costumbres propias del virreinato. ticos, pero con funciones y usos dados En Asia, principalmente en Japón y por los propios novohispanos. Esta clase China, se elaboraron porcelanas, mue- de bienes suntuarios también formaron bles, telas, pinturas y otros objetos des- parte del ajuar de las residencias virrei- tinados a la exportación; es decir, piezas nales. Se modificaron pues, las formas cuyas características fueron hechas para de representación del espacio interior de satisfacer la demanda de los mercados las casas y también las maneras de os- europeos y americanos con iconografías tentación entre los grupos o estamentos y formas occidentales. Dicha demanda sociales en los que los mercaderes se fue tal, que en ocasiones tuvieron que encontraban inmersos. echar mano de los objetos destinados al El distinguido gusto por los objetos consumo local, en los cuales quedaron suntuarios de Asia inició, como ya se ha impresos el arte, los gustos y las formas mencionado, desde la Europa misma, me- propias de Asia. Prueba de ello, fue la diante la importación de objetos origina- llegada de ropa asiática, ajena a las cos- les y la posterior producción de los bienes tumbres occidentales, como los kimonos de la llamada chinoiserie. Estos objetos, con florecillas de oro encontrados en el in- es decir, los que imitaron en Europa a los ventario de bienes del comerciante Lope bienes originales, se importaron también de Osorio,117 o los ropones de sangley de 91 Antonio Díaz Cáceres y Dámaso Saldívar, de los kimonos y los ropones de sangley, de 2 pesos y 25 pesos respectivamente, pudo suceder algo parecido con los hui- que se registraron en sus inventarios y ya piles utilizados por las mujeres novohis- fueron mencionados líneas atrás.118 panas, los cuales fueron adaptados como En la Nueva España comenzaron a parte de su vestimenta y aumentados con conocerse ciertas técnicas del arte asiá- labores occidentales transformándose, en tico. Los artistas novohispanos echaron consecuencia, en prendas mestizas.119 mano de estas nuevas herramientas para Además del término “achinado”, en inspirarse en sus creaciones y elaborar la documentación se encontraron califi- copias de estos objetos, adaptándose por cativos como “turquescos” o “moriscos” consiguiente, las primeras producciones, para referirse a las alfombras y tapetes a las necesidades y gustos locales. Natu- asiáticos. Estas piezas, como ya se ha di- ralmente las copias que se hicieron de los cho, fueron utilizadas en los espacios de bienes suntuarios asiáticos también sufrie- mayor relevancia social al interior de las ron procesos de adaptación en el virreina- casas, como el estrado, la recámara o la to y dieron origen a piezas que mezclaron sala de cumplimiento. características del arte asiático y occiden- Los biombos son sin duda los objetos tal. Dichas adaptaciones respondieron a la suntuarios que dan una clara muestra de estética de la época —manierismo, barro- la apropiación del ajuar doméstico asiáti- co, neoclásico, etcétera—. Con el tiempo co por los novohispanos, así como de su se hicieron muebles y otros muchos tipos readaptación al menaje virreinal. El mue- de piezas y objetos suntuarios que siguen ble es en esencia asiático, con técnicas de cerca a los objetos importados. Estas occidentales y temas locales, por ejem- piezas aparecen catalogadas en los docu- plo, se presentaron vistas de la alameda mentos como “achinadas”, o al remedo de de México o el paseo de Ixtacalco. Ya se la China o del Japón. ha mencionado el “biombo de la tierra” Volviendo de nueva cuenta al ejemplo 117 AGN, 118 AGN, perteneciente a Lope de Osorio, hecho Tierras, vol. 3371, exp. 1, 1645. Real Fisco de la Inquisición, vol. 3, exp. 51, 1589; Tierras, vol. 1257, exp. 1, 1695. 119 Gustavo Curiel y Antonio Rubial, op. cit., p. 122 y “Consideraciones sobre el comercio de obras suntuarias en la Nueva España de los siglos XVII y XVIII”…, p.150. 92 de lienzo, en el que fueron representados menciona que los biombos hechos en las Virtudes y los Sentidos. Este mueble Nueva España, fueron de tres tipos, los cuya manufactura fue novohispana, uti- de maque a imitación de los de China, los lizó la técnica del mueble asiático pero de pintura al óleo y los de tela (también con el uso de lienzo al óleo —algo que ni en menor cuantía los hubo de cordobán). en Japón ni en China se hacía en estos En los inventarios de bienes de los mer- a la vez que se represen- caderes estuvieron presentes estos tres taron en sus hojas temas occidentales. tipos de biombos, aunque hubo un mayor Por su altura —dos varas— pudo haber predominio de los biombos de “maque de sido destinado al estrado, lo cual le impri- China”, es decir, biombos originales de me una forma diferente de utilización a la importación. Los precios de estas pie- acostumbrada en Asia. Llama la atención zas fueron mayores a los demás tipos de en esta pieza suntuaria el tema de las Vir- biombos por tratarse sin duda de piezas tudes pintado en una de sus vistas, pues asiáticas originales de gran lujo. Todo no se habían encontrado referencias a indica que hubo biombos que imitaron la asuntos religiosos. Lo que ahora intere- técnica del maque asiático, pero sin duda sa destacar sobre este impresionante se trató de adaptaciones locales que imi- mueble es el carácter mestizo de su fa- taron los trabajos de Asia.121 muebles—, 120 bricación, pues ejemplifica el proceso de Cabe mencionar que además de la adopción, copia y reinterpretación de es- técnica que sigue de cerca la del maque tos bienes suntuarios. asiático, hubo otras como el maque fin- Como ya hemos visto, Gustavo Curiel gido, en el cual se emplearon materiales 120 Gustavo Curiel, “Los biombos novohispanos: escenografías de poder y transculturación en el ámbito doméstico”…, p. 22. 121 Las lacas prehispánicas fueron elaboradas con un barniz cuya base animal fue extraída del cuerpo del axe o aje, un aceite secante como el obtenido de la semilla de la chía y una tierra blanca de origen mineral reducida a polvo como la dolomía. A diferencia de ésta, la laca oriental, tuvo como base de preparación un barniz vegetal, cuya resina se extraía del árbol “sumac”; ésta forma una película espesa sobre los objetos. Esta laca se aplica por capas sobre madera pulida previamente enlienzada con una tela de seda muy delgada, su color natural es amarillo pero se le añaden pigmentos para obtener diversos colores. Graciela Romandia de Cantú, “Supervivencia de un arte”, en Artes de México. El arte en el comercio con Asia, no.190, 1977, p.41 y Teresa Castelló Yturbide, Biombos mexicanos, p. 146. Véase también Gustavo Curiel, “Biombos novohispanos…”. 93 occidentales como la pintura al óleo o los del “Asia portátil” conviviendo con casas, charoles y maques occidentales. Otro tipos físicos y vestimenta novohispanos. método de laqueado, utilizado en la Eu- No se trató de una copia simple sino de dada la imposibilidad una reelaboración o readaptación de los de conseguir los acabados que daba la libretos a los intereses y la diferencia de resina productora de las lacas asiáticas, una nueva sociedad, la novohispana.123 fue el conocido en Inglaterra como el Ja- También se importaron en los dibujos que paning, técnica sencilla que consistió en adornaron la loza peonías, crisantemos, aplicar a los objetos una goma que imita- bambúes, plantas de lichee y otras repre- ba el maque asiático. 122 sentaciones que, al igual que los insec- Finalmente, fue en la porcelana china tos, mariposas, peces y aves, tomaron donde los objetos exportaron un reperto- carta de naturalización en la decoración rio amplio de los signos y símbolos de las de Nueva España. Hubo otros símbolos culturas asiáticas. Llegaron las aves fé- como el ave fénix, que llevaron un pro- nix, ciertas deidades, símbolos tahoístas, ceso más largo, ya que este símbolo la flora y la fauna de aquellos lejanos lu- tiene su origen en Japón, aunque des- gares, tipos físicos y vestimentas, e inclu- pués pasó a China y de aquí a América so poemas. Símbolos que fueron dotados y Europa.124 A este repertorio de formas e de nuevos significados, nuevas caracte- imágenes también se sumaron las pago- rísticas y mezclados con otros repertorios das, los puentes y las vestimentas de uso ornamentales del arte novohispano o cotidiano en Asia.125 ropa del siglo XVIII, el europeo. En varias piezas de loza de La decoración y formas asiáticas, al Puebla, mal llamada talavera, se observa ser reinterpretadas por los artistas del vi- la convivencia de signos y símbolos asiá- rreinato, adquirieron nuevos significados. ticos con flora y fauna americana. En una Por ejemplo, los dragones de Fo Kien misma pieza pueden aparecer elementos fueron considerados en la Nueva España 122 Sonia Pérez Carrillo y Carmen Rodríguez Tembleque, “Influencias orientales y europeas”, en Lacas mexicanas, México, Museo Franz Mayer-Artes de México, 1997, p. 39. 123 Gustavo Curiel, “Los biombos novohispanos: escenografías de poder y transculturación en el ámbito doméstico”…, p. 138. 124 Ibid., pp. 138 y 141. 125 Rodrigo Rivero Lake, La visión de un anticuario, 2ª ed., México, Landucci editores, 1999, p. 226. 94 como “perros de Fo”. Cabe la posibilidad también, que los leoncitos de China —que aparecen en el inventario de la marquesa de San Jorge, dentro de su escaparate— hayan sido en realidad dragoncitos.126 Además de los perros de Fo, otros símbolos que modificaron su significado al arribar a la Nueva España fueron las deidades asiáticas, que en el virreinato fueron vistos como juguetes para los escaparates. Los cuencos de porcelana y los kimonos Carmen Aguilera, op. cit., p. 128. también fueron adaptados y utilizados de acuerdo con el gusto y necesidades de y otros países de Europa llegó la chinoi- quienes los adquirieron. Los primeros, que serie europea que, imitando las formas eran utilizados para beber té, en la Nueva de Asia, mostró a los novohispanos los España sirvieron para tomar chocolate. modos de ver y representar las culturas Los segundos, terminaron siendo batas asiáticas desde la mirada europea. Estas tanto para hombres como para mujeres. 127 piezas formaron parte del rico menaje de Esta diversidad cultural y la diferencia en casa de los miembros más ricos de la la intención artística son características sociedad virreinal, entre ellos, los comer- relevantes de todos y cada uno de los ob- ciantes almaceneros. jetos suntuarios que arribaron a la Nueva España por las vías comerciales. Es aquí, en este intercambio artístico donde surgió un nuevo tipo de objeto, el 128 XVII cual, para su elaboración, tomó de todos piezas asiáticas originales y las de tipo estos repertorios, formas, ornamentacio- asiático europeas llegaban a la Nueva nes e imágenes. En la documentación España por sus dos afluentes comercia- estos objetos se catalogan como “achina- les, el Atlántico y el Pacífico. De España dos”, “japones” o “a la manera de China” Como se observa, para el siglo AGN, Vínculos y Mayorazgos, vol. 170, 1695. Agradezco al doctor Gustavo Curiel la información a este respecto. 128 Gustavo Curiel, “Consideraciones sobre el comercio…”, pp. 134-137. 126 127 95 y “a la manera del Japón”, al “remedo de sido elaborados en el virreinato. Con esto China” o al “remedo del Japón”. se llega a la conclusión de que fueron los objetos novohispanos los que mayormente CONCLUSIÓN abundaron en las casas de comerciantes, seguidos de los asiáticos, los europeos y Los objetos suntuarios traídos de diferen- los procedentes de América. tes regiones de Europa y Asia llegaron a De gran importancia resultó hacerse la Nueva España, pese a las prohibicio- de las piezas asiáticas de gran lujo y pre- nes del sistema monopólico impuesto por ciosismo que llegaron en la nao de Chi- la Metrópoli. La demanda de piezas de na, y que sirvieron como complemento al lujo del virreinato encontró dos vías más menaje castellano. Estos géneros de Asia para conseguirlas, ya por medio de los in- gestaron un peculiar gusto en esta época, tercambios comerciales con el virreinato de tal modo que el menaje de casa novo- peruano o ya por la compra de productos hispano registró importantes cantidades suntuarios en las diferentes regiones que de bienes suntuarios traídos de Asia.129 conformaron la Nueva España. Los bienes suntuarios, al ser intro- Todo ello quedó de manifiesto en los ducidos en las residencias de los co- menajes de las casas de los novohispanos merciantes, comenzaron a formar parte y, en este caso, en los ajuares domésticos del repertorio novohispano y convivieron de los once mercaderes aquí analizados. con otros objetos que vinieron de todas Gracias al auge del comercio en el Pacífi- partes del mundo conocido. Esto imprimió co, hubo una mayor cantidad de piezas de al menaje de casa novohispano un sello lujo asiáticos en el interior de las casas de particular. A la vez, el repertorio asiático los comerciantes. No obstante, la mayor comenzó a ser copiado, imitado y repre- parte de objetos registrados en los inven- sentado por los artesanos novohispanos, tarios de bienes de los mercaderes, no tie- quienes crearon piezas de gran valor tan- nen mención alguna respecto a su origen. to económico como artístico. Es muy probable que estos bienes hayan 129 96 Cada objeto suntuario, requiere de Curiel, “Ajuares domésticos. Los rituales de lo cotidiano”…, p. 81. estudios a fondo que permitan seguir Nueva España y acceder a los privilegios aportando nuevos conocimientos en tor- que gozaban los grupos con mayor poder no a ellos o sus materiales, sus técnicas, adquisitivo del virreinato. sus diseños y su utilización. La presen- El mundo asiático ha sido parte fun- te investigación aporta al estudio de los damental de la cultura de México desde biombos, el biombo “de la tierra” más los tiempos virreinales. Estudios recien- antiguo hasta ahora encontrado en la tes hablan de las diversas raíces cultu- documentación. También fueron encon- rales que han conformado este país. Se tradas piezas como los catres de maque, habla de las raíces indígena e hispana y, de los cuales, desgraciadamente no se recientemente, se agrega una tercera, la conservan ejemplares, pero que sin duda de las culturas africanas que llegaron con son claves importantes para las nuevas los esclavos durante el periodo virreinal. investigaciones en torno a la cultura ma- Valdría la pena hablar aquí de una cuar- terial de la Nueva España. ta raíz cultural, que vino de Asia con los Estos objetos dan muestra clara de la objetos y personas que viajaron en la nao multitud de culturas que convergieron y de China durante tres siglos. Éstos deja- convivieron en la Nueva España durante ron una importante huella en las formas el siglo XVII, a la vez que nos permiten co- de representación del arte novohispano. nocer de qué forma vivieron los hombres Huella que sigue presente en las vajillas del virreinato. En este caso particular, de porcelana, las piezas artesanales de nos permiten ver cómo los mercaderes loza, principalmente de Puebla, y en una del Consulado de la Ciudad de México enorme variedad de símbolos que se han hicieron del lujo una necesidad de repre- mezclado con lo propio, para conformar sentación, cuyo fin fue el obtener el acce- nuestra abigarrada cultura mexicana. so a los estratos sociales más altos de la 97 GLOSARIO A Abanillo: Especie de lechuguilla o adorno de lienzo afollado de que se formaban ciertos cuellos alechugados. Aburelado: semejante o perteneciente al color o paño buriel, que es un paño con el cual se vestían los pobres. Aceituní: Procedente del Zeitan, ciudad de China. Rica de tela de Asia muy usada en la Edad Media. Acerico: Almohada pequeña que sirve para clavar agujas y alfileres. Acijada: De color de acije (sulfato de cobre para hacer tinta). Alamar: Presilla y botón u ojal sobrepuesto que se cose a la orilla del vestido o capa. Sirve para abotonarse; también se usa en forma de adorno, como un cairel o guarnición que queda colgando en los extremos de algunas ropas. Adorno llamativo del vestido. Lazo trenzado. Prestilla o botón u ojal sobrepuesto que se cose a la orilla del vestido o capa. Alcanto: Alicanto. Arbusto que se cultiva en los jardines por su flor, que es bastante olorosa. Aljófar: Perla de figura irregular y comúnmente pequeña como las gotas de rocío. Amusco: Musco, pardo. De color pardo. Flores amuscas, flores pardas. Anasaya: Anafaya. Cierta especie de tela o tejido que antiguamente se hacía de algodón y modernamente se hace de seda. Fabricada en Valencia. Anear: Que se mide por anas. La ana se utilizaba para medir las tapicerías y va desde el codo a la mano. Anteado: Del color de ante. Siglo XVII. Piel de ante adobada y curtida. Tauromaquia. Dícese el color del pelo del toro colorado claro con manchas coloradas oscuras. Antojos de camino: anteojos Arcabucero: Soldado armado de arcabuz. Armador: Jubón, vestidura que cubre desde los hombros hasta la cintura y ajusta al cuerpo. 98 Armiño: Figura convencional a manera de mota negra sobre campo que imita el remate de la cola del armiño. (Tal vez del latín armenius mus, rata de Armenia). Siglos XIII al XX, mamífero carnívoro de veinticinco centímetros de largo y ocho de cola, de piel muy suave y delicada, parda en verano y blanquísima en invierno, excepto de la cola que es siempre negra. Arrimador: tronco o leño grueso que se pone en las chimeneas para apoyar en él otros al quemarlos. B Badana: (Del árabe battana y bitana, forro). Siglos XV al XX. Piel curtida de carnero u oveja. Baldaquín: (Del Balzac). Nombre dado en la Edad Media en España a la ciudad de Bagdad, de donde venía la tela preciosa, dosel, pabellón que cubre el altar; por analogía: construcciones, fijas, edículos de piedra, mármol o metal. Baldaquino que cubre un altar mayor. Telas preciosas que se colocaban encima de los tronos de los grandes dignatarios y principalmente de los obispos, lo mismo que los doseles sobre los altares. Balleta: Manta de lana y algodón. Bayeta: Tela de lana floja y poco tupida. Bejuquillo: Cadenita de oro fabricada en la China y con la que se adornan el cuello las mujeres. Bengala: Muselina. Se llamó así por haber venido las primeras de Bengala. Bocadillo: Abertura hecha por adorno en el vestido. Cierto lienzo delgado y poco fino. Especie de cinta de la más angosta. Bofetán: Bófeta. Cierta tela de algodón delgada y tiesa. Bolillo: (Bolo). Siglos XVII al XVIII. Palo pequeño torneado que sirve para hacer encajes. Siglos XVIII al XX. Horma para aderezar vuelos de encaje o gasa. Siglos XVIII al XX. Cada uno de estos vuelos. Borlilla: Borlón. Tela de lino y algodón sembrada de borlitas semejante a la cotonía. Brocatel: (de brocado). Dícese del mármol de varios colores. Siglos XVII al XX. Tejido 99 de cáñamo y seda, a modo de damasco, que se emplea en muebles y colgaduras. Zarcillo que es un óvalo de oro con una esmeralda. Brocato: Brocado. Decíase de la tela entretejida con oro y plata. Bufete: Mesa de escritorio con cajones. Mesa de comer. Bufete de estrado. Mueble derivado del bargueño, conocido igualmente como bufetillo o cajonera, que se colocaba sobre el estrado o en el salón que contenía dicha tarima. C Cambaya: Tejido ordinario de algodón. Es tela usada para ropa de obreros y campesinos. Camelote: (Del griego kameelótee, de cámeelos, camello). Siglos XIV al XX. Tejido fuerte e impermeable que antes se hacía con el pelo del camello y después con el de la cabra mezclado con lana y hoy sólo con lana. Camelote de aguas. El pesado y lustroso. Camelote de pelo. El que es muy fino. Cantonera: (De cantón). Pieza que se pone en las esquinas de libros, muebles y otros objetos como refuerzo o adorno. Cantoneras de metal, estañadas, de plata. Capichola: (Del italiano capicchiola, de cappitzzio, estopa de lino o de cáñamo). Tejido de seda que forma un cordoncillo a manera de burato. Había capichola de China, de Italia y de España según inventarios del siglo XVIII. Capillejo: Madeja de seda, doblada y torcida en disposición de usarla para coser. Capote: Capa de abrigo hecha con tela doble y forrada, y con menos vuelo que la capa común. Carena: Reparo y compostura que se hace en el casco de la nave para que pueda volver a servir. Carisea: Tela basta de estopa que se tejía en Inglaterra. Fue muy usada en España para ropas de cama. Catana: Sable, en especial el largo. Catre: Cama ligera para una sola persona. Cenefa: (Del árabe zanifa). Borde del vestido. Lista sobrepuesta o tejida en los bordes de las cortinas, doseles, pañuelos, etcétera, de la misma tela y a veces de otra 100 distinta. Dibujo de ornamentación que se pone a lo largo de los muros, pavimentos y techos y suele consistir en elementos repetidos de un mismo adorno. Cualquier orla o adorno que rodea el canto de una cosa o se extiende a lo largo de sus líneas principales. Siglos XVII al XX. En las casullas, lista de en medio, la cual suele ser de tela o color diferente de la de los lados. Orilla, borde, ribete. Ceñidor: Faja, cinta, correa, cordón, etcétera con que se ciñe el cuerpo por la cintura. Chamelote: Tejido de seda que hacía visos. Chaúl: Cierta tela de seda de China. Chorrado: Chorreado. Aplícase a cierta especie de raso. Contador: Mesa de madera que suelen tener los cambistas y mercaderes para contar en sus casas el dinero. Especie de escritorio o papelera. Cotense: Tela burda de cáñamo. Crea: Cierto lienzo entrefino del que se hacía mucho uso para sábanas, camisas, forros, etcétera. D Damasco: Tela fuerte de seda o lana y con dibujos formados con el tejido. Damasquillo: Cierto tejido de lana o seda parecido al damasco en la labor, pero no tan doble. Devanador: Que devana hilo. E Encarnado: Encarnar. (Del latín incarnare). Siglos XVII al XX. En pintura y escultura: dar color de carne a las representaciones humanas. Escribanía: Papelera o escritorio. Recado de escribir generalmente compuesto de tintero, salvadera y otras piezas y colocado en un pie o platillo. Caja portátil en que se llevaban las plumas y el tintero. Escudilla: Vasija ancha de la forma de una media esfera para servir la sopa y el caldo. Espumilla: Tejido muy ligero y delicado semejante al crespón. Lienzo muy delicado y ralo. 101 Estera: Tejido grueso de esparto, juncos, palma, etcétera o formado por varias pleitas cosidas, que sirve para cubrir el suelo de las habitaciones y otros usos. F Faldellín: Falda corta que se sobrepone a la que llega a los pies. Ferreruelo: Capa corta con sólo cuello sin capilla que se usó antiguamente. Fresada: Guarnecida con franjas, flecos, etcétera. Acción y efecto de fresar, abrir agujeros, labrar metales con la fresa. Frezada. Frazada. Manta peluda con que se envolvían los retablos para ser cargados a lomo de mula. Frisado: Tejido de seda cuyo pelo se frisaba formando borlillas. Frontal: Paramento con que se adorna el frente de la mesa del altar. Especie de toca que cubre la frente. Tela negra que se pone a los caballos sobre la cabeza en señal de luto. G Gabacha: Dengue de paño que usan las aldeanas de Zamora y Sanabria. Granadillo: Árbol leguminoso de madera dura y compacta, de grano fino, de color rojo amarillo, muy apreciado en la ebanistería. Árbol de la India, de madera dura y de color oscuro. (De Granada). Por el color de la madera. Guangoche: Costal. Tela basta. Guardapiés: Prenda exterior del traje de las mujeres, especie de falda suelta. Gurbión: Tela de seda de torcidillo o cordoncillo. Cierta especie de torzal grueso usado por los bordadores en las guarniciones y bordados. Se importaba de España. H Holandilla: Lienzo teñido y prensado usado generalmente para forros de vestidos. Huipil: Antigua prenda de mujer azteca, camisa de algodón sin mangas, descotada, larga hasta las caderas y ancha, con bordados, adornos y bellas labores. Úsanlo hoy todavía las indias de México y Centroamérica, lugares a donde alcanza el área geográfica de la voz. En Yucatán es prenda típica de la mestiza. 102 I Inzón: Ynsón: Cierta tela de China. J Jergueta: Jerga, tela gruesa y tosca. Jubón: Vestidura que cubre desde los hombros hasta la cintura ceñida y ajustada al cuerpo. En Navarra, blusa interior de tela blanca, por lo general, que llevaban las mujeres bajo la chaqueta. Vestido que se les ponía a los niños y que consistía en una blusa corta de tela blanca. L Lama: Tela de oro o plata en que los hilos de estos metales forman el tejido y brillan por su haz sin pasar al envés. Lampasillo: Lampazo. Paño de lampazo. Tapiz que sólo representa vegetales. Lampote: Tela de algodón que se fabrica en Filipinas. Nombre que se da en México a una planta compuesta. Lencezuelo: Lenzuelo. Pieza de lienzo que sirve y se usa para limpiarse el sudor y las narices. Liencesillo (liencillo): Tela ordinaria de algodón parecida al ruán pero de calidad inferior. Limetilla: Limeta. Botella de vientre ancho y corto y cuello bastante largo. Vasija redonda. Botella de vino. Lináloe: Palo de áloe. Planta liliácea de cuyas hojas se extrae un jugo resinoso y muy amargo que se emplea en medicina. Su madera fue muy apreciada en ebanistería. Listado: Que se aplica al tejido u otra cualquier cosa que está guarnecida, tejida o pintada con listas de diferentes colores. Dícese más comúnmente alistado. M Mantellina: Mantilla. Paño de seda, lana u otro tejido con guarnición de tul o encaje o sin ella que usan las mujeres para cubrirse la cabeza. Hay mantillas de tul, blonda o encaje. 103 Maquili: Maquile. Macuilís. Bellísimo árbol de la América tropical abundante principalmente en Tabasco; de la familia de las bignoniáceas; de fronda alta y ancha de color verde claro, tallo erguido, rollizo; hojas caedizas, en largos pecíolos, compuesta de cinco hojuelas, palmadas, a lo cual débese el aztequismo que da nombre a la planta; madera blanca, amarillenta, preciosa, recia, flexible, muy usada para hacer remos y útiles de labranza o de la industria campesina. Matices: Matiz. Combinación de colores mezclados agradablemente en las pinturas, bordados, etcétera. Medriñaque: Tejido filipino hecho con las fibras del abacá, del burí y de algunas otras plantas que se usan en Europa y América para forrar y ahuecar los vestidos de las mujeres. Algunos biombos se hicieron de medriñaque. Mitán: Tela de Holanda, holandilla. Montera: Prenda para abrigo de la cabeza que generalmente se hace de paño. Cubierta de cristales sobre un patio, galería, etcétera. N Narra: Árbol de Filipinas de la familia de las leguminosas de unos veinte metros de altura. Las raíces y cortezas dan un tinte encarnado, y la madera, que es dura, de grano fino, susceptible de hermoso pulimento, es muy usada en Manila para objetos de ebanistería, y su infusión produce un agua azul que se tiene por diurética. Noguerado: Color pardo, oscuro, como el del nogal. O Ormesí: Tela fuerte de seda que hace visos y aguas. P Pasamanos: Género de galón o trencilla, cordones, borlas, flecos y demás adornos de oro, plata, seda, algodón o lana, que se hace y sirve para guarnecer y adornar los vestidos y otras cosas. Listón que sujeta por encima de los balustres. Pebetero: Vaso o aparato con cubierta agujerada para quemar perfumes y esparcirlos. 104 Pita: Planta vivaz, amarilídea, oriunda de México. De sus hojas se saca fibra textil, y de una de las variedades se obtiene por incisiones en su tronco, un líquido azucarado de que se hace el pulque. Hilo que se hace de las hojas de esta planta. Pollera: Falda que las mujeres se ponían sobre el guardainfante y encima de la cual se asentaba la basquiña o la saya. Q Quapastle: Cuapastle. De color leonado que tira a café. Quapachtle. (Del náhuatl quauitl, árbol y pachtli, heno). Que tiene el color del árbol del heno. Color leonado, violeta claro. Quesquemil: Especie de pañoleta que cubre la espalda y pecho de la mujer. Quimón: Tela de algodón muy fina estampada y pintada, las mejores se fabrican en el Japón. Quimono: Túnica japonesa o hecha a su semejanza que usan las mujeres. R Randa: Encaje labrado con aguja que se suele poner por adornos en vestidos y ropas. Raso: Tela de seda lustrosa de más cuerpo que el tafetán y menos que el terciopelo. Rebecillo: Rebezo. Gamusa. Rengue: Tela ordinaria transparente. Ribete: Cinta o cosa análoga con que se guarnece y refuerza la orilla del vestido, calzado, etcétera. Ropón: Ropa larga que regularmente se pone suelta sobre los demás vestidos. Ruán: Tela de algodón estampada en colores que se fabrica en Ruán, ciudad de Francia. S Salvilla: Bandeja con una o varias encajaduras, donde se aseguran las copas, tazas o jícaras que se sirven en ella. Sarasa: Zaraza. Tela de algodón muy ancha, tan fina como la holanda y con listas de colores o flores estampadas sobre fondo blanco, que se traía de Asia y era muy estimada en España. Saya: Falda que usan las mujeres. Regalo en dinero que en equivalencia de vestido solían dar las reinas a sus servidoras cuando éstas tomaban estado. Sinabafa: Tela blanca parecida a la holanda, pero menos fina. Sobrecama: Colcha. Sobremesas: Tapete que se pone sobre la mesa por adorno, limpieza o comodidad. Sobrerropa: Sobretodo. Prenda de vestir ancha, larga, con mangas que se lleva sobre el traje ordinario. Es, en general, más ligera que el gabán. Soleta: Pieza de tela con que se remienda la planta del pie de la media o calcetín cuando se rompe. T Tabaquera: Petaca o petaquilla de bolsa o bolsita para llevar cigarros, o puros, o tabaco picado. Tabi: Tela antigua de seda con labores que forman aguas. Taburete: (Del francés tabouret). Siglos XVII al XX. Asiento sin brazos ni respaldo para una persona. Siglos XVII al XX. Silla con el respaldo muy estrecho, guarnecida de baqueta, terciopelo, etcétera. Tafetán: (Del persa taftah, tejido). Siglos XVI al XX. Tela delgada de seda, muy tupida, de que hay varias especies, como doble, doblete, sencillo, etcétera. Siglos XVI al XX. Galas de mujer. Tafetán de heridas, inglés. El que está cubierto por una cara con cola de pescado y se empleaba como aglutinante para cubrir y juntar los bordes de las heridas. Tahalí: Tira de cuero, ante, lienzo u otra materia, que cruza desde el hombro derecho por el lado izquierdo hasta la cintura, donde se juntan los dos cabos y se pone la espada. Caja de cuero pequeña en que los soldados moros solían llevar un alcorán, y los cristianos reliquias y oraciones. Talegas: Cantidad de mil pesos duros en plata. Caudal monetario o dinero. Bolsa para dinero. 106 Saco o bolsa ancha y corta, de lienzo basto u otra tela que sirve para llevar o guardar las cosas o provisiones. Bolsa de lienzo o tafetán que usaban las mujeres para preservar el peinado. Tapapiés: Brial de las mujeres. Tapincirán: Madera para labores de ebanistería. Madera muy dura que abunda en Guerrero. Tarja: Escudo grande que cubría todo el cuerpo y más especialmente la pieza de la armadura que se aplicaba sobre el hombro izquierdo como defensa de la lanza contraria. Tecomate: (En México. Del náhuatl, tecomatl). Nombre de la cucurbitácea cresentia alata. Vasija hecha del pericarpio de algunos frutos, como cocos, guajes, jícaras, etcétera. Esta clase de vasijas. Vasija de barro a manera de taza honda. Tenían fama por su belleza, los decorados con maque de Peribán en la zona michoacana. Aún se hacen en esa localidad pero desgraciadamente usan en la decoración pinturas acrílicas. Teletón: Tela de seda parecida al tafetán, con cordoncillo menudo, pero de mucho más cuerpo y lustre que él. Tibor: Vaso grande de barro [más bien porcelana], de China o del Japón, por lo regular en forma de tinaja, aunque los hay de varias hechuras, y decorado exteriormente. Toca: Prenda de tela generalmente delgada de diferentes hechuras, según los tiempos y países, con que se cubría la cabeza por abrigo, comodidad o adorno. Prenda de lienzo blanco que ceñida al rostro usan las monjas para cubrir la cabeza, y la llevaban antes las viudas y algunas veces las mujeres casadas. Tela delgada y rala, de lino o seda, especie de beatilla, de que ordinariamente se hacen las tocas. Tocas blancas: las que en los siglos XVI y XVII llevaban las viudas. Torcidillo: Hebra gruesa de seda. Torsal: Torzal. Cordoncillo delgado de seda, hecho de varias hebras torcidas, que se emplea para coser y bordar. 107 Tumbado: De figura de tumba; como lo baúles, los coches etcétera. U Ungarina: Hungarita, anguarina, gabán sin cuello ni forma de talle y con mangas muy largas. Lo usan los labradores. V Valona: Cuello grande de camisa y vuelto sobre la espalda, hombros y pecho que se usó en otro tiempo Vano: Cuero sin agujeros fijo en un aro de madera usado para zarandar granos. Z Zarcillos: Pendiente, arete con adorno colgante o sin él. En la Nueva España recibieron sobrenombres este tipo de aretes según su forma; así tenemos consignados: zarcillos de mirasoles, zarcillos de pepita, zarcillos chambergos, etcétera. BIBLIOGRAFÍA AGN Archivo General de la Nación. FUENTES DE ARCHIVO Archivo General de la Nación. México. Real Fisco de la Inquisición, vol. 3, exp. 51, 1589. Inventario y secuestro de los bienes de Antonio Díaz Cáceres. Inquisición, vol. 243, exp. 41 y 68, 1597. Denuncias ante el Santo Oficio contra Fulana Rodríguez y la mujer de Juan Rico por vestir seda, siendo hijas de reconciliados. Vínculos y Mayorazgos, vol. 265, exp. 4, 1628. Inventario de bienes del mercader An- 108 tonio de la Mota y Portugal. Tierras, vol.108, exp.2, 1644. Inventario de bienes del mercader Luis Vázquez Medina. Real Fisco de la Inquisición, vol. 13, exp. 1, 1644. Inventario de bienes del mercader Francisco Nieto. Tierras, vol. 3371, exp. 1, 1645. Inventario de bienes del mercader Lope de Osorio. Bienes Nacionales, vol, 1294, exp. 1, 1653. Inventario de bienes del mercader Álvaro de Lorenzana. Bienes Nacionales, vol. 1037, Exp. 35, 1685. Inventario de bienes del capitán Diego de Serralde. Bienes Nacionales, vol. 311, exp. 12, 1687. Inventario de bienes del mercader Bernardo Ruiz Guerra. Vínculos y Mayorazgos, vol. 170, 1695. Inventarios de bienes de María Teresa Retes Paz y Vera. Marquesa de San Jorge. Hija del mercader José Retes Largacha. Tierras, vols. 1256 y 1257 exp.1, 1695. Inventarios de bienes del mercader Dámaso Saldívar. Bienes Nacionales, vol. 1505 exp.19, 1699. Inventario de bienes del capitán Juan Díaz de Posada. Tierras, vol. 405, exp. 4, 1722. Inventario de bienes del mercader Alonso de Ulibarri. FUENTES IMPRESAS Albert de León, María Ángeles, “Artes decorativas en el virreinato de Nueva España”, en Ramón Gutiérrez (coord.), Pintura, escultura y artes útiles en Iberoamérica. 1500-1825, Madrid, Manuales de Arte Cátedra, 1995. Alonso, Martín, Enciclopedia del idioma. Diccionario histórico de la lengua española (siglos xii al xx), etimológico, tecnológico, regional e hispanoamericano, Madrid, Ediciones Aguilar, 1982. Armella de Aspe, Virginia (et. al.), La historia de México a través de su indumentaria, México, Inversora Bursátil-Casa de Bolsa, 1988. _______, “Artes asiáticas y novohispanas”, en Fernando Benítez (et.al.), El Galeón del 109 Pacífico. Acapulco-Manila. 1565-1815, México, Espejo de Obsidiana, 1992. Benítez, José R., El traje y el adorno en México. 1500-1910, Guadalajara, Imprenta Universitaria, 1946. Carrillo Gariel, Abelardo, El traje en la Nueva España, México, Instituto Nacional de Antropología e Historia-Dirección de Monumentos Coloniales, núm. 7, 1959. Castelló Yturbide, Teresa y Marita Martínez del Río Redo, Biombos mexicanos, México, Instituto Nacional de Antropología e historia, 1970. Cuadriello Jaime, Juego de ingenio y agudeza. La pintura emblemática de la Nueva España, México, Patronato del Museo Nacional de Arte, Instituto Nacional de Bellas Artes, 1994. Curiel, Gustavo, “Glosario de términos de arte y legislación de los siglos XVII y XVIII”, en Elisa Vargas Lugo, Gustavo Curiel, Juan Correa. Su vida y su obra, Cuerpo de documentos, t. III, México, Universidad Nacional Autónoma de México-Instituto de Investigaciones Estéticas, 1991. _______, “Consideraciones sobre el comercio de obras suntuarias en la Nueva España de los siglos XVII y XVIII”, en Regionalización en el arte, México, Universidad Nacional Autónoma de México-Instituto de Investigaciones Estéticas, 1992. _______, “Biombos novohispanos: escenografías de poder y transculturación en el ámbito dóméstico”, en Viento detenido, México, Museo Soumaya, 1999. _______ y Antonio Rubial, “Los espejos de lo propio: ritos públicos y usos privados en la pintura virreinal”, en Pintura y vida cotidiana en México, 1650-1950, México, Fomento Cultural Banamex-CONACULTA, 1999. _______, “El efímero caudal de una joven noble. Inventario y aprecio de los bienes de la marquesa doña Teresa Francisca María de Guadalupe Retes Paz Vera. (Ciudad de México, 1695)” en, Anales del Museo de América, 8, México, 2000. _______, “‘Al remedo de la China’: el lenguaje ‘achinado’ y la formación de un gusto dentro de las casas novohispanas”, en “Orientes-Occidendentes”. El arte y la mirada del otro, XXVII Coloquio internacional de historia del arte, México, Universidad Nacional Autónoma de México-Instituto de Investigaciones Estéticas, 2003, (en prensa). 110 _______, “Ajuares domésticos. Los rituales de lo cotidiano”, en Pilar Gonzalbo Aizpuru (dir.), Antonio Rubial García (coord.) Historia de la vida cotidiana en México. La ciudad barroca, vol.2, Fondo de Cultura Económica-Colegio de México, 2005. Diccionario de autoridades de la Real Academia Española, Madrid, Gredos, 1963. Diccionario de la lengua española, 21 ed., Madrid, Brosmac, 1998. Florescano, Enrique, Virginia García Acosta coord., Mestizaje tecnológico y cambios culturales en México, México, CIESAS-Porrúa, 2004. Fernández, Martha, “De puertas adentro: La casa habitación”, en Pilar Gonzalbo (dir.), Antonio Rubial (coord.), Historia de la vida cotidiana en México. La ciudad barroca, vol. 2, México, Fondo de Cultura Económica-El Colegio de México, 2005. Gonzalbo Aizpuru, Pilar, “Ajuar doméstico y vida familiar”, en El arte y la vida cotidiana. XVI Coloquio Internacional de Historia del Arte, México, Universidad Nacional Autó- noma de México. Instituto de Investigaciones Estéticas, 1995 (Estudios de arte y estética 36). _______, “De la penuria y el lujo en la Nueva España. Siglos XVI y XVII”, en Revista de Indias, vol. LVI, enero-abril de 1996, núm. 206. González, Jorge René, “Porcelana china de exportación”, en Artes de México, núm. 190, 1977. Kicza, John. E., “Formación, identidad y estabilidad dentro de la élite colonial mexicana en los siglos XVI y XVII”, en Bernd Scröter y Chiristian Büschges (eds.), Beneméritos, aristócratas y empresarios. Identidades y estructuras sociales de las capas altas urbanas en América hispánica, Madrid, Iberoamericana, 1999. Lameiras Olvera, José, “Ser y vestir. Tangibilidades y representaciones de la indumentaria en el pasado colonial mexicano”, en Diego Fernández Rafael (editor), Herencia española en la cultura material de las regiones de México, México, El Colegio de Michoacán, 1993. Laver, James, Breve historia del traje y la moda, 2ª ed., Madrid, Cátedra, 1989. Oizumi Akasaka, Kouichi, Intercambio comercial-diplomático entre el Japón y la Nueva España, México, Letras, 1971. Pérez Carrillo, Sonia y Carmen Rodríguez Tembleque, “Influencias orientales y euro- 111 peas”, en Lacas mexicanas, México, Museo Franz Mayer-Artes de México, 1997. Pieper, Josef, Las virtudes fundamentales, 3ª ed., Madrid, Ediciones Rialp, 1990. Rivero Lake, Rodrigo, La visión de un anticuario, 2ª ed., México, Landucci editores, 1999. Sánchez Navarro de Pintado, Beatriz, “Marfiles”, en Artes de México, no. 190, México, 1977. Romandia de Cantú, Graciela, “Supervivencia de un arte”, en Artes de México. El arte en el comercio con Asia, núm. 190, 1977. Santamaría, Francisco J., Diccionario de Mejicanismos. Razonado, comprobado con citas de autoridades; comparado con el de americanismos y el de vocabularios provinciales de los más distinguidos diccionaristas hispanoamericanos, México, Porrúa, 1959. Carmen Aguilera, op. cit., p.156. 112 P anóptico LA POLÍTICA ECLESIÁSTICA EN EL SEGUNDO IMPERIO Tomás Rivas Gómez* INTRODUCCIÓN Las relaciones entre la Iglesia católica y el Estado mexicano han estado mar- evidenciaron las diferencias entre las dos instituciones, lo cual fue determinante para la no consolidación del proyecto del Estado liberal. cadas por encuentros y desencuentros. Los diversos estudios realizados en De la misma manera han desempeñado torno a las relaciones Iglesia-Estado re- un papel determinante en el devenir de flejan una visión maniquea, característica la historia mexicana, particularmente la de los trabajos decimonónicos. La histo- del siglo XIX. En esa centuria se dieron los riografía tradicional siguió dos tenden- enfrentamientos más difíciles entre las cias: en la primera, los autores acusaban dos instituciones; la lucha por imponer y a la Iglesia de haber colaborado con el mantener el control de una sobre la otra imperio, por lo que a los eclesiásticos se llevó los partidarios de cada cual a escri- les definió como traidores de la patria; bir las páginas más crueles, que atizaron en la segunda, otros autores, de filiación los enfrentamientos y guerras civiles con conservadora, justificaron el comporta- los cuales se perfiló el rumbo de estas miento de los promotores del imperio relaciones que, ahora, es necesario revi- en consonancia con su visión católica. sar para entender mejor su impacto en la De los trabajos de corte tradicional, se historia de nuestro país. En este trabajo puede citar el de Alfonso Toro, titulado hago hincapié en el periodo conocido La Iglesia y el Estado en México (Estu- como el Segundo Imperio o imperio de dio sobre los conflictos entre el clero ca- Maximiliano, porque en este episodio se tólico y los gobiernos mexicanos desde 114 la independencia hasta nuestros días) Un trabajo relevante es Las relacio- (México, Secretaría de Gobernación, nes Iglesia-Estado durante el Segundo Publicaciones del Archivo General de la Imperio, de Patricia Galeana, en el cual Nación, Talleres Gráficos de la Nación), se nos presentan como punto central las material que apareció por primera vez en reformas eclesiásticas emprendidas por 1927; es un estudio bastante crítico sobre los gobiernos liberales relacionando és- el papel de la Iglesia a lo largo del siglo tas con las emprendidas por Maximiliano. XIX. Para Galeana, a lo largo del siglo Algunos clérigos estudiosos de estos XIX se vínculos entre las dos instituciones no se experimentaron tres reformas: la primera desprenden de la camiseta que los cobija en 1833 durante el gobierno interino del y por ello sus trabajos, aunque interesan- vicepresidente Gómez Farías; la segun- tes, están signados por una tendencia: la da, de 1855 a 1859 con las Leyes de defensa de la Iglesia y el ataque, primero Reforma; la tercera, en el mismo imperio a los gobiernos liberales y luego al mismo de Maximiliano, a partir de las medidas gobierno imperial, sobre todo porque éste adoptadas por el emperador. Al hablar de no cumplió éste las expectativas que la la tercera, la autora señala que tal reforma Iglesia tenía sobre la instauración de la estuvo influiada por las medidas de los li- monarquía en el país. Quizá uno de los berales mexicanos. En esta parte estoy de trabajos más representativos de esta ten- acuerdo con ella, pero considero que no dencia sea el del canónigo Jesús García sólo las ideas liberales mexicanas marca- Gutiérrez, La Iglesia mejicana en el Se- ron el actuar del archiduque. Maximiliano gundo Imperio. tenía toda una ideología heredada de su Al pasar los años, el estudio de las re- educación y de la situación reinante en la laciones entre las dos instituciones se ha Europa que le tocó vivir. En este punto, hecho a partir del acceso a los nuevos re- considero que un aspecto fundamental positorios y también, de forma más objetiva, es la tradición josefinista1 con la que el para entender el papel de estas instituciones archiduque estaba relacionado. Esta co- en la conformación del Estado mexicano. rriente de pensamiento influyó mucho en 1 El josefinismo era la corriente político religiosa que se desarrolló en el imperio Austro-Húngaro, la cual estuvo marcada por el dominio por parte del Estado sobre la Iglesia. Este movimiento tenía sus orígenes, 115 Maximiliano, por lo tanto, él ya tenía una cual se le debía marcar bien su territorio clara idea de lo que debería ser la Iglesia y supeditarla al Estado. La Iglesia se vio y su papel en la sociedad. En consecuen- libre del Regio Patronato ejercido por los cia, la tercera reforma es la mezcla del reyes españoles, pero debió enfrentar josefinismo y las ideas de los liberales las acciones encaminadas a lograr su mexicanos, aunque estas últimas como sumisión; luchó contra los proyectos de parte de la tradición liberal de la época y concordatos planteados por los diferentes no exclusivas de los mexicanos, como lo gobiernos que se sucedían de manera considera Patricia Galeana. vertiginosa y, por tanto, no tenían la capacidad para conservar el poder y lograr LAS RELACIONES IGLESIA-ESTADO ANTES DEL el control de las instituciones. Para Patricia Galeana, la Iglesia des- SEGUNDO IMPERIO empeñó un papel fuerte a lo largo de la A lo largo del siglo XIX, la Iglesia sufrió primera mitad del XIX porque la nación grandes trasformaciones en su interior y carecía de identidad propia. Mientras vivió serios conflictos al exterior. El Es- tanto, la alta jerarquía se encargaba de tado, por su parte, se encontraba en un obstaculizar la formación del Estado mo- proceso de gestación: las instituciones derno.2 Esta idea de Galeana me parece antiguas se adaptaron a la nueva reali- un poco extrema. Por una parte la Iglesia dad del país, mientras otras, surgidas a sirvió de aglutinador social, pero también partir de la transición del periodo emanci- hubo miembros del clero, tanto del alto pador, buscaban su propia identidad y su como del bajo, que compartían las ideas función en la sociedad, lo que condujo al emancipadoras y, por tanto, trabajaron enfrentamiento con las instituciones que para crear una identidad nacional.3 Por podían limitarle y dificultar su accionar. supuesto, estuvieron en contra de los ex- Una de ellas era la Iglesia católica, a la cesos que, según su punto de vista, fue- entre otros, en el galicanismo francés. Para ampliar este punto se recomienda E. Preclin y E., Jorry, “Luchas doctrinales”, en Agustín Fliche y Victor Martín, Historia de la Iglesia. De los orígenes a nuestros días, vol. XXII, España, EDICEP, s.a., p. 514. 2 Patricia Galeana, Las relaciones Iglesia-Estado durante el Segundo Imperio, 1991, México, UNAM, p. 2. 3 Para comprender más sobre la participación del clero según las ideas emancipadoras, se recomiendan 116 ron cometidos por los gobiernos, y más de la lucha de independencia se venía si éstos afectaban sus intereses. Una cuestionando la “preeminencia del clero idea de la misma autora que me parece en el país”, objetándose su participación XIX, política porque “su colaboración con el es la que se refiere a la polarización de Estado no obedecía los lineamientos de la sociedad en torno a la participación subordinación que la monarquía preten- política del clero. El clero, acostumbrado día”. Bajo la óptica de este autor, algu- a participar en los asuntos civiles, no vio nos clérigos aceptaban la subordinación con muy buenos ojos que se tratara de de la Iglesia al Estado, pero la mayoría limitar su participación en las cuestiones insistía en la noción de “las dos espadas políticas; por otra parte, para algunos o las dos soberanías, una terrena y otra sectores de la sociedad decimonónica el trascendental”. Uno de los principales papel del clero debía de centrarse en el problemas era la cuestión de los fueros; cumplimiento de su ministerio, es decir, la los miembros del clero tenían sus propios administración de los sacramentos y no la tribunales para ser juzgados y por tanto administración pública. Esta perspectiva no se sujetaban a las cortes civiles.5 Esta favorecía la división de funciones entre situación contradecía los postulados del las dos instituciones, misma que con el Estado liberal, el cual habla de la igualdad tiempo dio paso a la separación Iglesia- de los ciudadanos ante la ley, sin impor- Estado, consagrada parcialmente en la tar su pertenencia a alguna corporación, constitución de 1857 y, de manera cabal, gremio o, como en este caso, a un grupo en las Leyes de Reforma promulgadas en confesional como la Iglesia católica. más acorde con la realidad del siglo 4 1859 por Benito Juárez. Brian Connaughton señala que antes Para Anne Staples en “muchos campos, las miras y metas del Altar y de la los textos de Brian Connaughton, “Clérigos federalistas: ¿fenómeno de afinidad ideológica en la crisis de dos potestades?”, en Manuel Miño Grijalva, Mariana Terán Fuentes et al., (coords.), Raíces del federalismo mexicano, México, Universidad Autónoma de Zacatecas-Secretaría de Educación y Cultura del Gobierno del Estado de Zacatecas, 2005, pp. 71-87; Brian Connaughton, “Religión, conservadurismo y liberalismo. La economía política de la fe, 1821-1857”, en prensa (original facilitado por el autor). 4 Cf. Patricia Galena, “Presentación” en Patricia Galeana (comp.), Relaciones Estado-Iglesia: encuentros y desencuentros, México, AGN, 1999, p. 8. 5 Cf. Brian Connaughton, “La Iglesia y el Estado en México, 1821-1856”, en Gran historia de México ilustrada, México, Planeta DeAgostini-CONACULTA-INAH, 2001, p. 304 (fascículo 36). 117 corona eran semejantes”. Agrega que la sus tareas pastorales con mucha expe- guerra de independencia vino a romper riencia política”, dando referencia de los esa unidad y, “más todavía, cambió radi- cargos que ocupó dentro de los diferentes calmente la forma de participación políti- gobiernos.7 Por otro lado, los curas loca- ca del clero, haciendo que su actuación les desempeñaban un papel importante dependiera, en gran medida, del lugar del para aglutinar a la sociedad promoviendo individuo dentro de la jerarquía eclesiás- un “nacionalismo providencial desarro- tica”. Para esta autora, existió una clara llado en función del ‘pueblo’ mexicano”.8 división entre los miembros del clero. Los Además, la cercanía que tenían con las obispos, por un lado, condenaron la in- personas en las regiones y localidades surgencia y la combatieron con la palabra menores del país “los hacia especialmen- desde sus sedes apostólicas; el bajo cle- te atractivos como representantes del ro, por su parte, combatió con las armas pueblo con deseos de proyectarse en los y formó parte de los grupos insurgentes. 6 ámbitos estatal o federal, y no es extraño Este aspecto es de suma importancia, la que reflejaran a su vez los intereses de participación de los miembros del clero esas comarcas”.9 en asuntos políticos estuvo marcada, Esto hacía que los clérigos tuvieran después de la guerra de independencia, un papel relevante al interior de la socie- por su lugar al interior de la jerarquía. Por dad. Pero para las autoridades civiles, un lado, se tiene la participación de algu- las surgidas de la lucha emancipadora, la nos miembros del clero en los congresos participación del clero iba más allá de lo durante la primera mitad del siglo XIX. Cita permitido por las nuevas leyes. Se quería la autora algunos casos como el del clé- crear una nación nueva, con ciudadanos rigo Juan Cayetano Portugal, quien llegó en lugar de súbditos, por tanto, la cons- a ser obispo de Michoacán y “compaginó trucción ideológica ejercida por el clero Cf. Anne Staples, “La participación política del clero: Estado, Iglesia y poder en el México independiente”, en Brian F., Connaughton y Andrés Lira González (coords.), Las fuentes eclesiásticas para la historia social de México, México, UAM Iztapalapa-Instituto Mora, 1996, p. 333. 7 Cf. ibid., p. 342. 8 Brian F. Connaughton, “El clero y la fundamentación del Estado-nación mexicano”, en Brian F., Connaughton y Andrés Lira González (coords.), op. cit., 1996, p. 354. 9 Ibid., p. 23. 6 118 en la sociedad era contraria a las aspira- respecto a la Iglesia, aviso que la jerar- ciones del Estado y de alguna manera se quía católica no supo escuchar para au- le debía limitar. En la primera mitad del torreformarse y, a la larga, esto cultivó el siglo XIX esta separación ideológica no fue conflicto entre las dos instituciones. contundente y se mezclaron en la prácti- Es necesario aclarar que la lucha de ca clero y política, haciendo esta relación los hombres del Estado era contra la Igle- de claroscuros. Las providencias más sia como institución, en particular contra notables encaminadas a lograr la limita- el clericalismo, entendido éste como “el ción del clero, después de consumada la aprovechamiento de la calidad sacerdotal independencia, se dieron en 1833: “las para asuntos ajenos al culto religioso”.12 medidas determinadas por el gobierno Es decir, contra el abuso en que incurría del vicepresidente Valentín Gómez Fa- algún sector del clero que prestaba más rías entre 1833 y 1834 expresaban estos atención a asuntos que le eran ajenos, valores respecto de la Iglesia y su papel sobre todo políticos, y descuidaba su ver- en la sociedad mexicana”. Entre las pre- dadera función, la administración de los venciones tomadas se pueden señalar al- sacramentos. La mayoría de los liberales gunas como la prohibición de “los discur- mexicanos eran católicos, pero eran tam- sos políticos por el clero, se secularizaron bién anticlericales, esto es, “combatían la las misiones, se cerró la Universidad de acción política del clero”.13 Por lo tanto, México para crear el Departamento de muchas medidas tomadas por los gobier- educación Pública”, entre otras más.10 A nos –en particular por los liberales tras su este periodo, y las medidas adoptadas triunfo sobre la dictadura santanista, al por el gobierno de Gómez Farías, Galea- mediar la década de los años 50– estu- na lo llama “la primer reforma contra el vieron encaminadas a lograr ese control clero”. Se podría decir que fue un primer sobre el clero, limitando su acción política aviso de las intenciones del Estado con y sujetándolo a las leyes civiles como a 11 Cf. Brian Connaughton, “La Iglesia y el…”, p. 309 (fascículo 36). Cf. Patricia Galeana, Las relaciones…, pp. 17-18. 12 Patricia Galeana, “Clericalismo y soberanía”, en Patricia Galeana (comp.), Relaciones Estado-Iglesia: encuentros y desencuentros, 1999, p. 97. 13 Idem. 10 11 119 cualquier otro ciudadano. Patricia Galea- primer orden entre estas dos soberanías, na señala que “[a]ntes de 1855, la Iglesia pero también reveló que por debajo “de la había constituido una especie de Estado superficie se confrontaban […] dos apre- dentro de otro”,14 lo cual iba abonando ciaciones distintas y enfrentadas de lo el terreno para el enfrentamiento entre que era ser católico apostólico y romano las dos instituciones. Por ejemplo, Brian y ciudadano en México”.16 Connaughton señala que a mediados de Mediante las medidas tomadas por la década de los 50 se “contrapusieron los gobiernos en los años posteriores al claramente dos soberanías que disputa- triunfo liberal, las llamadas “Ley Juárez”17 ron la lealtad de los habitantes de México: y “Ley Lerdo”18 y la promulgación de la el Estado, representado por las leyes […] Constitución de 1857, se produjo el inten- y la Iglesia”. Continúa señalando que esto to de lograr el control del clero por parte quedó más claro a partir de las Leyes de del Estado. A estas medidas y la publica- Reforma porque, por primera vez, la Igle- ción de las Leyes de Reforma, realizada sia se encontró con “leyes que juzgaba por el presidente Juárez en el puerto de como totalmente injustas y adversas a Veracruz en 1859, Patricia Galeana llama sus intereses, y una resistencia no me- “la Segunda Reforma”.19 Al parecer ésta nos total de parte de los gobernantes tuvo más éxito que la primera. El proceso para cambiarlas”. Este enfrentamiento de sometimiento del clero se intensificó, propició un conflicto de conciencia de al grado de que éste llegó a financiar, de 15 Ibid., p. 98. Brian Connaughton, “Soberanía y religiosidad. La disputa por la grey en el movimiento de la Reforma”, en Alicia Tecuanhuey Sandoval, (coord.), Clérigos, políticos y política. Las relaciones Iglesia y Estado en Puebla, siglos XIX y XX, México, Benemérita Universidad Autónoma de Puebla, Instituto de Ciencias Sociales y Humanidades, 2002, p. 101. 16 Idem. 17 Esta ley fue promulgada el 23 de noviembre de 1855 por el ministro de la Suprema Corte, Benito Juárez. Su objetivo era reducir los fueros o jurisdicciones privativas de los tribunales eclesiásticos y militares. Para ampliar este tema se recomienda Brian Connaughton, “La Iglesia y el…”, p. 319 (fascículo 36). 18 Esta ley se promulgó el 25 de junio de 1856, la cual declaró la desamortización de los bienes raíces de la Iglesia a nivel nacional. Cf. Brian Connaughton, “La Iglesia y el…”, 2001, p. 319 (fascículo 36); cf. Francisco Morales, “Las leyes de Reforma y la respuesta de los obispos”, en Patricia Galeana (comp.), Relaciones Estado-Iglesia: encuentros y desencuentros, p. 74; cf. Agustín Churruca Peláez, S.J., Historia de la Iglesia en México, México, Obra Nacional de la Buena Prensa, 2002, p. 145. 19 Cf. Patricia Galeana, Las relaciones…, pp. 19-28. 14 15 120 forma discreta, algunas revueltas para lograr defender sus bienes.20 LAS RELACIONES IGLESIA-ESTADO EN EL IMPERIO DE MAXIMILIANO La Guerra de Tres Años, o de Reforma, marca el enfrentamiento cabal entre el Estado y la Iglesia. En apariencia el levantamiento era contra la Constitución del 57, pero detrás de este movimiento estaba el clero apoyándolo, con la mira puesta en recuperar sus fueros y los bienes Colección Gobernadores de México. P6 - C3 - F 099. que ya habían empezado a enajenarle. para establecer la monarquía en México El triunfo liberal, momentáneo, preparó el como un protectorado europeo. Entre los terreno para la intervención extranjera de principales monarquistas estaban José 1862. En la Guerra de Tres Años, ambos María Gutiérrez de Estrada, Francisco de bandos habían buscado apoyo externo, Paula y Arrangoiz, José Manuel Hidalgo, los liberales en Estados Unidos y los con- Ignacio Aguilar y Marocho; entre los clé- servadores en Europa; en esta coyuntu- rigos, Pelagio Antonio de Labastida y Dá- ra, la idea de monarquía se hizo presente valos y Clemente de Jesús Munguía. Este con más fuerza, al grado de que un grupo grupo se dedicó a cabildear en las cortes de mexicanos exiliados en Europa, entre europeas hasta que su propuesta encon- ellos varios clérigos, comenzaron la labor tró eco en la corte francesa de Napoleón en las distintas cortes de ese continente III, quien a su vez apoyó a estos monar- con la finalidad de encontrar la ayuda quistas para lograr el beneplácito de Ingla- 20 Un ejemplo es el levantamiento de Puebla el 19 de diciembre de 1855, al grito de “Religión y fueros”, la cual fue apoyada por el clero de la diócesis poblana. En respuesta, el gobierno combatió y derrotó a los alzados y ordenó la confiscación de los bienes de esa diócesis por el apoyo brindado al levantamiento. Cf. Brian Connaughton, “La Iglesia y el…”, p. 319 (fascículo 36), y cf. Agustín Churruca Peláez, S.J., Historia de la…, p. 156. 121 terra y España, con la idea de formar un el Vaticano, los emperadores continua- dique para contener a Estados Unidos ron su viaje para llegar a su nueva patria. en su avance sobre América Latina. Los Maximiliano desconocía que tanto Napo- monarquistas se dieron a la tarea de se- león leccionar al candidato ideal para esta mi- propios intereses para apoyar la empresa sión. Tras revisar a varios postulantes se mexicana. Básicamente, el pontífice bus- determinó que el elegido era Maximiliano, caba la restauración de la Iglesia en todas de la casa de Habsburgo. las prerrogativas que tenía hasta antes de III como el propio Pío IX tenían sus El 10 de abril de 1864, se inició for- las Leyes de Reforma, incluidos los bie- malmente el llamado Segundo Imperio nes que ya habían sido nacionalizados.22 Mexicano, con la invitación hecha al ar- Maximiliano consiguió algunas preben- chiduque austriaco y con su aceptación das de parte del obispo de Roma, la más de la corona. Este comienzo estaría mar- importante en relación con los cambios cado por las primeras diferencias entre el en la liturgia para que se incluyera una archiduque austriaco y la jerarquía cató- oración con el nombre del emperador, la lica. Al salir del castillo de Miramar con cual debería rezarse en todas las iglesias dirección a México, Maximiliano y Carlota de México.23 Un punto importante a des- realizaron una visita al Papa Pío IX; no se tacar es que ninguna de las dos partes se sabe a ciencia cierta lo que los dos perso- comprometió entre sí, Maximiliano no le najes hablaron, pero se especula sobre lo ofreció nada al sumo pontífice y el Papa que no dijeron, lo cual pudo quizá salvar tampoco se comprometió con el empera- al imperio. Después de esta escala en dor, lo que causó que desde un principio 21 21 Cf. Luis Medina Ascencio, S.J., México y el Vaticano. La Iglesia y el Estado liberal, t. II, México, JUS, 1984, p. 242; Egon Caesar Conte Corti, Maximiliano y Carlota, México, FCE, 5a. reimpresión, 1997, p. 232; Cf. Patricia Galeana, Las relaciones Iglesia…, pp. 82-83, y cf. José Manuel Hidalgo, Proyectos de monarquía en México, México, JUS, 1962, p. 159. 22 Cf. Egon Caesar Conte Corti, op. cit., p. 270. 23 Patricia Galeana, Las relaciones…, p. 85. Véase, Jesús García Gutiérrez, La iglesia mejicana en el Segundo Imperio, México, Editorial Campeador, distribuido por editorial Jus, 1955 (Figuras y episodios de la historia de México), p. 47. En este texto el autor nos dice que Maximiliano pidió al Sumo Pontífice que se dignara conceder las mismas preces que anteriores papas habían otorgado a varios monarcas tanto austriacos como franceses. Consiguió que se introdujeran diversos cambios en la liturgia, no sólo la oración por el emperador, sino otras modificaciones que van desde el canon de la misa pasando por la letanía de los santos, incluido el pregón pascual del Sábado Santo. 122 la relación entre las dos potestades fuera En este párrafo destaca su deseo de difícil y trascendental en el devenir del im- unir a todos los partidos bajo la dirección perio mexicano. del monarca para crear un gobierno fuer- La pareja imperial arribó al puerto de te capaz de sacar a México adelante de Veracruz el 28 de mayo de 1864. El reci- tantos años de luchas internas. El clero bimiento fue frío por parte de la población se manifestó hasta el 12 de junio, día en del puerto. Algunos autores refieren que que los monarcas hicieron su entrada en se recibió con salvas de cañones a los la ciudad de México. Con esa fecha, la monarcas, pero la versión más aceptada jerarquía católica publicó una carta pas- es la primera. El desembarco se efectúo toral en la cual manifestaba su apoyo a al día siguiente; al descender, Maximiliano Maximiliano; el párrafo introductorio es dio un discurso en el cual se pueden apre- muy significativo: 24 ciar las ideas que reflejaban su posición ante la Iglesia: En los momentos solemnes en que la presencia del nuevo Soberano, precedida de Las bendiciones del cielo, y con ellas el pro- los deseos y de las esperanzas, inicia en greso y la libertad, no nos faltarán segura- México una era nueva, que será de ventura mente, si todos los partidos, dejándose con- o desdicha según el uso que hagamos de ducir por un Gobierno fuerte y leal, se unen las gracias que Dios Nuestro Señor nos dis- para realizar el objeto que acabo de indicar, pensa; Nosotros, animados de nuestro celo y si continuamos siempre animados del sen- Pastoral, os dirigimos la palabra para exhor- timiento religioso, por el cual nuestra bella tarlos con el apóstol San Pablo a no recibir patria se ha distinguido aun en los tiempos en vano esta gracia de reparación, que aca- más desgraciados. so podrá ser la última.26 25 24 Cf. José Manuel Hidalgo, Proyectos de…, pp. 161-162; Cf. Egon Caesar Conte Corti, Maximiliano y…, p. 277. 25 Francisco de Paula y Arrangoiz, México desde 1808 hasta 1867, prólogo de Martín Quirarte, México, Porrúa, 1968 (“Sepan cuantos…”, 82), p. 585. Cf., Egon Caesar Conte Corti, Maximiliano y…, p. 277. 26 Carta pastoral colectiva en ocasión de la entrada a México, de los emperadores Maximiliano y Carlota. México, 12 de junio de 1864, en Alfonso Alcalá y Manuel Olimón, Episcopado y gobierno en México. Cartas pastorales colectivas del episcopado mexicano (1859-1875), México, Universidad Pontificia de México, 1989 (Ediciones Paulinas), p. 112. 123 El clero veía en la figura del emperador Un punto importante y que, desde mi una solución a los problemas de Méxi- punto de vista, fue determinante para las co, además de una bendición de Dios, relaciones entre la Iglesia y el emperador, que por ser un monarca católico traería fue que el nuncio papal, el cual tardó en la salvación a esta patria desgraciada. llegar al país. Esto tensó más las relacio- El resto de la carta continúa en esta lí- nes entre las dos potestades. Ante esta nea, le habla al pueblo diciéndole que de demora, el emperador insistía a su repre- ellos dependerá la salvación de la patria; sentante ante el papa para que éste envia- destacan el catolicismo del emperador ra pronto al nuncio, porque había muchos para ponerlo al servicio de la nación que asuntos que requerían su presencia para vino a gobernar. En la segunda parte de solucionarlos y, de no llegar el nuncio, el la carta, los obispos mexicanos fijan su emperador tomaría las medidas necesa- posición ante el monarca, le ofrecen un rias.29 Por su parte, el clero también ha- pueblo abnegado, siempre que le sean cía presión para el envío del nuncio; los respetados sus derechos y devueltos sus arzobispos de México y Michoacán, junto bienes. Esta carta de alguna manera con el obispo de Oaxaca, remitieron una marcó el rumbo que tomarían las relacio- carta al secretario de Estado del Vaticano nes entre el emperador y la alta jerarquía, donde se quejaban de la situación por la ésta estaba dispuesta a apoyar al monar- que estaba atravesando la Iglesia, “peor ca siempre y cuando él le devolviera los que en tiempos de Juárez”, y le urgían bienes y cuidara de la Iglesia como los al secretario papal el envío del nuncio.30 obispos esperaban, es decir, crear una La llegada del representante del papa se monarquía católica supeditada al clero y produjo hasta diciembre de 1864. El em- no liberal como se daba en Europa. perador trató de evitar todo contacto del 27 28 Ibid., pp. 112-116. Ibid., pp. 117-120. 29 Secretaría de Relaciones Exteriores, Archivo Histórico y Diplomático Genaro Estrada (en adelante SRE, AHD, Genaro Estrada, LE-82). Este texto corresponde a los informes que se enviaron al representante del imperio en Liverpool y tiene fecha de 1865. 30 “Carta de los obispos Labastida, Munguía y José María Covarrubias y Mejía al cardenal, secretario de Estado Antonelli. México, 28 de julio de 1864”, en Alfonso Alcalá y Manuel Olimón, Episcopado y gobierno en…, pp. 127-130. 27 28 124 nuncio con la jerarquía para arreglar por cultos que no estén prohibidos por las leyes; su cuenta los pendientes que se tenían, pero protege el católico, apostólico, romano, pero los prelados lograron entrevistarse como religión de Estado. con él, que era monseñor Meglia, el cual II. El tesoro público proveerá a los gas- gozaba de fama de conservador. Esto tos del culto católico y del sostenimiento de hizo albergar esperanzas a los obispos sus miembros en la misma forma, propor- de que se lograría restituirle a la Iglesia ción y preferencia con que se cubra la lista todo lo perdido durante los gobiernos re- civil del Estado. publicanos, particularmente el asunto de los bienes del clero. III. Los ministros del culto católico admi- nistrarán los sacramentos y ejercerán su mi- La ceremonia de recepción del nuncio nisterio gratuitamente y sin que ellos tengan se verificó el 10 de diciembre de 1864; en derecho a cobrar, ni los fieles obligación de ella, monseñor Meglia leyó un discurso pagar estipendio, emolumento o cosa algu- en el que le recordaba a Maximiliano su na, a título de derechos parroquiales, dis- compromiso como monarca católico y su pensas, diezmos, primicias o cualquier otro. papel frente a la Iglesia. El emperador 31 IV. La Iglesia cede y traspasa al gobier- respondió con otro discurso y, con breves no mejicano todos lo derechos con que se palabras, fijó la postura del gobierno ante considera, respecto de los bienes eclesiás- la Iglesia. Posteriormente, Maximiliano ticos que se declararon nacionales durante entregó al nuncio el proyecto de con- la República. 32 cordato que se aplicaría para el Imperio V. El emperador Maximiliano y sus suce- Mexicano; este documento resultó con- sores en el trono ejercerán in perpetuam en trario a lo esperado, no sólo por el nuncio, la Iglesia mejicana los mismos derechos que sino por la alta jerarquía mexicana, sus los reyes de España ejercieron en la Iglesia nueve puntos señalaban lo siguiente: de América. VI. I. El Gobierno Mejicano tolera todos los El Santo Padre, de acuerdo con el emperador, determinará cuáles de las ór- SRE, AHD, Genaro Estrada, LE-82. Véase Patricia Galeana, Las relaciones…, p. 107. La autora es la única en mencionar el discurso de monseñor Meglia y en su texto da una pequeña referencia al mismo. 32 SRE, AHD, Genaro Estrada, LE-82. Véase Patricia Galeana, Las relaciones…, p. 108. 31 125 denes de religiosas, extinguidas durante do a crear una monarquía católica y no la República, deben ser restablecidas y en buscaba acabar con la Iglesia, como fue qué forma y términos. Las comunidades de considerado por la alta jerarquía católica. religiosas que de hecho existen hoy, conti- La respuesta del nuncio fue que carecía nuarán, pero con los noviciados cerrados de instrucciones para tratar un asunto tan hasta que el Santo Padre, de acuerdo con delicado, que debería de esperarlas de el emperador, determine la forma y términos parte del papa. Ante este panorama, días en que deben continuar. después, Maximiliano envió una carta al VII. ministro Escudero para que se tomaran Fueros. En los lugares en que el empera- las medidas para solucionar las cuestio- dor lo juzgue conveniente, encomendará el nes con la Iglesia.34 El clero no esperó registro civil de nacimientos, matrimonios y más y le escribió una carta al emperador fallecimientos, a los párrocos católicos, quie- en reproche a la misiva al ministro Escu- nes deberán desempeñar este cargo como dero, y le planteó lo difícil que sería la funcionarios del orden civil. relación entre el emperador y la jerarquía VIII. IX. Secularización de cementerios. 33 católica.35 Arrangoiz señala que “Ningún efec- Como se puede ver, el concordato pro- to produjo la Exposición en el ánimo de puesto por Maximiliano estaba encamina- Maximiliano”. La respuesta que les dio a 33 SRE, AHD, Genaro Estrada, LE-82; Patricia Galeana, Las relaciones…, pp. 112-113. En este libro de Patricia Galeana aparece la versión del concordato igual a la del documento del Archivo de Relaciones Exteriores, éste firmado por el subsecretario de Justicia Francisco de P. Tabera. Una versión con pocas variantes del texto y también firmado por el mismo personaje puede ser consultado en: Francisco de Paula y Arrangoiz, México desde…, pp. 599-600, y Jesús García Gutiérrez, La Iglesia mejicana…, pp. 56-57. 34 Cf. Francisco de Paula y Arrangoiz, México desde…, pp. 601-602; Jesús García Gutiérrez, La Iglesia mejicana…, p. 60; Patricia Galeana, Las relaciones…, p. 123. Todos los autores, salvo Arrangoiz, hacen referencia a la carta; Arrangoiz, presenta la carta de Maximiliano al ministro Pedro Escudero. 35 Cf. Carta de S. M. el Emperador al Exmo. Sr. Ministro de Justicia. Seguida de una exposición que dirigieron á S. Ma. con motivo de las declaraciones y disposiciones que en ella se contienen, los Ylmos. Sres. Arzobispos de México y Michoacán, y Obispos de Oajaca y Queretaro, en Archivo Histórico del Arzobispado de México (AHAM), Archivo de Pelagio Antonio Labastida y Dávalos, fondo Episcopal, sección Secretaría Arzobispal, caja 23, exp. 1, fs. 1-2. Véase Francisco de Paula y Arrangoiz, México desde…, 1985, pp. 601-602; Alfonso Alcalá y Manuel Olimón, Episcopado y gobierno…, pp. 147-157. 126 los obispos fue una “reprimenda amisto- reformista del siglo sa”.36 Así, el año de 1864 llegaba a su fin periodo marcó la separación definitiva entre en medio de una gran tormenta; la actitud el monarca y el alto clero mexicano. El em- del nuncio hacía pensar a la pareja impe- perador, al no haber logrado la solución del rial que Roma los abandonaba. Por otro problema eclesiástico, aun con la presencia lado, el año siguiente no mostraba nubes del nuncio, decidió tomar medidas que fue- ni cielos claros en el horizonte del imperio, ron poniendo en práctica los puntos del con- es decir, que se enfrentarían nuevas difi- cordato presentado a monseñor Meglia.38 cultades en 1865. Las acciones tomadas Ya se comentó la carta del 27 de diciembre por Maximiliano parecían no tener vuelta al ministro Pedro Escudero, la cual marcó el atrás, se tenía que continuar por ese ca- inicio de estas medidas y la reacción de los mino. El episcopado mexicano, a su vez, obispos. La siguiente medida fue tomada a se preparaba para combatir las nuevas los pocos días, el 7 de enero: XIX mexicano”.37 Este medidas que emprendería el emperador. Resuelto Maximiliano a no detenerse en LAS LEYES “ANTICLERICALES” DE 1865 su marcha anticatólica e imprudente, expidió (…) el decreto siguiente: ‘Para fijar la De acuerdo con Patricia Galeana, de di- forma en que debe obtenerse el pase de ciembre de 1864 a diciembre de 1865, los Bulas, Breves, Rescriptos y Despachos decretos, leyes y circulares que se apro- de la Corte de Roma, en la organización baron por parte del gobierno “bien pueden política que hoy tiene la nación, Hemos considerarse como el tercer movimiento decretado y decretamos lo siguiente: Francisco de Paula y Arrangoiz, México desde…, p. 604. Patricia Galeana, Las relaciones…, p. 123. 38 Para Patricia Galeana, fueron ocho las medidas tomadas por el gobierno de Maximiliano: 1. Ratificación de las Leyes de Reforma dadas por la República relativas a los bienes del clero y supresión del pago de obvenciones parroquiales, en el documento conocido como la Carta a Escudero (27 de diciembre de 1864); 2. Decreto del pase de Bulas y Rescriptos (7 de enero de 1865); 3. Decreto de Tolerancia de Cultos (26 de febrero de 1865); 4. Decreto relativo a los bienes de la Iglesia (26 de febrero de 1865); 5. Circular secularizando los cementerios (12 de marzo de 1865); 6. El Estatuto Provisional del Imperio (10 de abril de 1865) incorporó en el título XV de las garantías individuales, el decreto de Libertad de Cultos (Art. 58), estableciendo también la Libertad de Prensa en el Art. 76 del mismo título; 7. Ley de Registro Civil (1 de noviembre de 1865) y Ley de Instrucción Pública (27 de diciembre de 1865). Véase, Patricia Galeana, Las relaciones…, p. 123. 36 37 127 Artículo 1º Están vigentes en el Imperio las leyes y decretos expedidos antes y después de la independencia, sobre pase de Bulas, Breves, Rescriptos y Despachos de la Corte de Roma. Articulo 2º Los Breves, Bulas, Rescriptos y despachos se presentarán a Nos por nuestro ministerio de Justicia y Negocios Eclesiásticos, para obtener el pase respectivo. Colección Gobernadores de México. P6 - C3 - F 100. Este decreto se depositará en los archi- a día se tornaba en verdadera aversión”, vos del Imperio, publicándose en el periódi- en particular hacia monseñor Meglia y el co oficial. arzobispo Labastida; de hecho considera- 39 ba como un verdadero “golpe de Estado” Con esta medida, el gobierno imperial la actitud asumida por el clero.40 buscaba tener control sobre los escritos En febrero se dictaron dos nuevos enviados por la curia romana. El primer decretos que afectaban los intereses de documento papal en tramitarse de acuer- la Iglesia. El primero tenía que ver con la do con este derecho fue la bula publicada tolerancia de cultos, condenado de ante- en Roma en diciembre de 1864, la cual mano por el Episcopado mexicano. Dicho daba a conocer el sylabus moderno con- decreto señalaba: denado por la Santa Sede. La política religiosa del imperio siguió las directrices marcadas por Maximiliano. Artículo 1º El Imperio protege la Religión Católica, Apostólica, Romana, como Religión del Estado. El clima de opinión en el gobierno se pulsa Art. 2º Tendrá amplia y franca tole- en el enojo de Carlota, según lo describe rancia en el territorio del Imperio todos los Patricia Galeana: “La antipatía que siem- cultos que no se opongan a la moral, a la pre había sentido Carlota por el clero, día civilización, o las buenas costumbres. Para Francisco de Paula y Arrangoiz, México desde…, p. 605. El decreto sobre el pase de bulas y documentos papales, se publicó en el Diario del Imperio, t. I, México, núm. 14, 18 de enero de 1865, p. 53. 40 Cf. Patricia Galeana, Las relaciones…, p. 128. 39 128 el establecimiento de un culto se recabará el imperio fuesen adecuadas. El mismo previamente la autorización del Gobierno. día 26 se publicó en el Diario del Imperio Art. 3º Conforme lo vayan exigiendo las otro decreto, éste sobre la revisión de los circunstancias, se expedirán los Reglamen- bienes nacionalizados, el cual mandaba tos de policía para el ejercicio de los cultos. que: “El Consejo de Estado revisara todas Art. 4º El Consejo de Estado conocerá las operaciones de desamortización y na- de los abusos que las autoridades cometan cionalización de bienes eclesiásticos, eje- contra el ejercicio de los cultos, y contra la cutadas a consecuencia de las leyes de libertad que las leyes garantizan a sus mi- 25 de junio de 1856 y 12 y 13 de julio de nistros. 1859 y sus concordantes, y creando una Este decreto se depositará en los archi- Administración de bienes nacionales”.42 vos del Imperio, publicándose en el periódi- La respuesta del alto clero no se hizo co oficial. Dado en el Palacio de México, a esperar. Los arzobispos de México, La- 26 de febrero de 1865.41 bastida, y de Michoacán, Munguía, escribieron dos cartas colectivas al emperador Con este decreto se cumplía el punto Maximiliano en marzo para protestar por primero del concordato. En el fondo, el estos decretos y defender los derechos gobierno imperial pensaba que, promo- que tenía la religión católica. A continua- viendo la tolerancia de cultos, se origi- ción hablaré de estas cartas, comenzan- naría la inmigración europea a México. do por la del 1 de marzo. Para los obispos esto era imposible de Es una carta bastante larga, por lo sostener porque argumentaban que el cual sólo destaco los párrafos más inte- país era totalmente católico y que no se resantes que nos permiten ver la manera debía permitir otro culto. La inmigración en que estos dos arzobispos defendieron podría llegar aun de población católica si los intereses de la Iglesia ante las dispo- las condiciones de vida que se dieran en siciones de Maximiliano. En esta primera “Decreto sobre la tolerancia de cultos” en Diario del Imperio, t. I, núm. 48, México, 27 de febrero de 1865, pp. 193-194; Francisco de Paula y Arrangoiz, México desde…, pp. 614-615; Alfonso Alcalá y Manuel Olimón, Episcopado y gobierno…, p. 163. Cf. Egon Caesar Conte Corti, Maximiliano y…, p. 326. 42 Francisco de Paula y Arrangoiz, México desde…, p. 615. Cf. Diario del Imperio, t. I, núm. 48, México, 27 de febrero de 1865, pp. 193-194. 41 129 epístola, además de protestar por la de- que le proporcionaría su existencia, o sin claración de tolerancia de cultos, también el sufrimiento de males mayores que los lo hacen contra lo escrito por Maximiliano que le traería sobre él la tolerancia”.44 a su ministro Escudero, el 27 de diciem- De nuevo refieren que la tolerancia bre de 1864, así como contra el decreto no debe aplicarse para México porque le de enero sobre el pase de bulas y demás traería más males que bienes. Continúan escritos pontificios. Le señalan al empe- señalando la importancia que tiene la re- rador que: “Nunca, pues, más necesario ligión para las sociedades, las cuales no que hoy apurar nuestra solicitud y nuestro podrían subsistir sin ella; por tanto, esta celo para conjurar este mal con los recur- medida puede ser considerada atentato- sos que nos ministra la razón, la justicia y ria para la sociedad mexicana, así como la libertad legal, apelando al mismo Sobe- contraria a la verdad, “perseguidora de la rano que ha dado la ley para que, mejor justicia y opuesta diametralmente a los informado, se sirva derogarla”. principios de la convivencia pública”.45 43 Con esto le decían al monarca de for- Más adelante, al seguir descalificando la ma velada que no conocía la realidad de tolerancia de cultos, los prelados señalan México, en donde la única religión, según un punto importante al decir: los prelados, era la católica, por lo que cualquier otro culto era contrario a la idio- Porque, en primer lugar: ataca los dere- sincrasia del mexicano. Líneas más ade- chos de la Religión católica. Cuando ésta lante le dicen con respecto a la tolerancia domina exclusivamente en el Estado, to- de cultos que es: “[E]l sufrimiento de un dos los individuos que le componen están mal necesario; luego no debe admitirse sujetos a dos potestades que, si bien son cuando este mal puede evitarse, es decir: diferentes entre si, no por esto dejan de cuando un pueblo puede librarse de él sin estar unidas y concertadas recíprocamen- el sacrificio de bienes mayores que los te por derecho. Este concierto de la au- 43 “Exposición de los Ilustrísimos Señores Arzobispos de México y Michoacán a Su Majestad el Emperador pidiendo la derogación de la ley de 26 de febrero de 1865 sobre tolerancia religiosa, precedida del texto de la ley”, México, 1 de marzo de 1865, en Alfonso Alcalá y Manuel Olimón, Episcopado y gobierno…, p. 166. 44 Ibid., p. 168. 45 Ibid., p. 170. 130 toridad espiritual y la autoridad temporal es, que los intereses temporales están su- no es el resultado de un pacto libre que bordinados a los intereses eternos, los del verifican ambas, sino la subordinación in- cuerpo a los del espíritu, los humanos a los dispensable de la constitución de la socie- divinos; que nunca pueden estar opuestos dad a las leyes eternas e imprescriptibles estos dos intereses, y que todos los medios de la naturaleza.46 empleados, así para los unos como para los otros, lejos de pugnar alguna vez, deben Este párrafo es muy interesante debido a conspirar constantemente al mismo fin: el que no sólo cuestionan la tolerancia de tercero, por último, es, que la salvación debe cultos, sino que dejan ver el tipo de socie- ocupar el primer lugar entre los más caros dad que buscaban. Labastida y Munguía intereses del hombre, y que por tanto, a ella son muy claros al señalar que las socie- debe sacrificarse inflexiblemente cuanto dades deben estar sujetas a las leyes pueda menoscabar o destruir la esperanza eternas, es decir, a las dictadas por Dios de obtenerla [la salvación].47 y sólo después ocuparse de defender los intereses de la misma sociedad. Se deja Éstos serían los párrafos más significa- ver aquí cómo los dos poderes, el tempo- tivos, desde mi punto de vista, de esta ral y el eterno, deben caminar juntos, con carta enviada al emperador Maximiliano el temporal sujeto al poder eterno. Más por los arzobispos Labastida y Munguía. adelante, los obispos exponen los princi- Más adelante, retoman el tema de la to- pios sociales profesados por la Iglesia y lerancia de cultos y la migración diciendo los cuales deben servir de sustento a las que no se debería de sacrificar la religión sociedades. Señalan: con el fin de lograr un incremento en la población, esto resultaría más perjudicial El primer principio social que profesa la Igle- que benéfico.48 Esta carta es notablemen- sia y cuantos en su seno vivimos, es que te redundante en las ideas expuestas. La fuera de ella no hay salvación: el segundo principal, como vimos, fue la oposición a Ibid., p. 171. Ibid., p. 174. 48 Cf. ibid., p. 193. 46 47 131 la tolerancia de cultos, con lo cual se daba Santa, tememos por V. M. y tememos por cumplimiento al primer punto del concor- nuestros hijos y maridos. dato, como ya habíamos señalado. Los disidentes aborrecen y persiguen la Es relevante en este contexto presen- Yglesia en todo tiempo, y sin cesar pertur- tar dos documentos encontrados en el ban la paz, origen de todos los bienes socia- AGN, uno lo dirige al emperador un grupo les. Por eso en nuestra cualidad de católicas de mujeres de la ciudad de México para defendemos la fe, y con la fe la libertad de la manifestarle su desacuerdo con la políti- Yglesia y la paz pública. ca que éste ha seguido en relación con la Amamos á V.M. á quien aceptamos con Iglesia y en particular contra la tolerancia entuciasmo delirante porque sabiamos que de cultos. El otro es de la comunidad de era un principe tan católico como piadoso, Monte Bajo, también contra la tolerancia digno descendiente del gran Carlos V.; y te- de cultos. Son textos importantes por su memos por la augusta persona de V.M. por- contenido argumentativo. Se ve que la que tenemos el convencimiento de que ese sociedad estaba preparada o tenía con- fatal decreto, á cuya sancion le orillan sus ciencia de los problemas que se daban entrañables enemigos, le enajenará para entre la Iglesia y el emperador. Presento siempre todos los corazones verdaderamen- el primero: te mexicanos, que no quieren otra fe que la de la Yglesia Romana. Señor: Las que suscribimos subditas Tememos, en fin, como madres y es- de V.M. y católicas ante todo, respetuo- posas, porque el error legalizado, puede samente esponemos: que ha llegado á corromper los corazones y la inteligencia de nuestros oidos el rumor de que se preten- nuestros hijos y maridos, y perturbar para de arrancar del ánimo piadoso de V.M. el siempre la paz de la familia, con riesgo de funesto decreto de Tolerancia de Cultos, ó perdicion eterna de las almas. mejor dicho de sectas publicas, enemigas declaradas de la fe y de la Yglesia. 132 Por lo expuesto, y mucho mas que omitimos en obsequio de la brevedad, á V.M. Llamadas justamente, como católicas, rogamos, que teniendo presente que Dios como amantes del Ymperio y como esposas lo trajo á México para que salvase su Yn- y madres de familia, tememos por la Yglesia dependencia y su Santísima Religión, no escuche consejos de hombres inmorales, Guadalupe Nieto de las Hoz y no permita que en México haya mas cul- Juana de la Hoz”50 to que el católico, apostólico, Romano. Así [Seguida de muchas firmas más]. Dios le lebrará [sic] de todos sus enemigos, afirmará su trono y dinastía y le colmara de En el otro texto le dicen a Maximiliano: bendiciones.49 Señor Líneas más adelante abordan otro asun- Los que suscribimos, autoridades y veci- to, referente a la situación en que viven nos de la Municipalidad de Monte Bajo; los miembros del clero y las religiosas ante V.M.Y. como sus mas fieles basayos bajo estas circunstancias: parecemos y decimos: que animados por la abnegación de V. M. y de nuestra ma- Ahora, por incidencia añadiremos: que de dre, su augusta esposa; así como por los la piedad y manificencia de su corazon esfuerzos que lo animan para reparar, con real, esperamos tambien que dé una mi- bienes inmenzos, los males que nos ser- rada compasiva á los Ministros del Señor, can; arrojados a vuestros piez imploramos hundidos en una dolorosa miseria, y á las de V. M: se digne benignamente amparar vírgenes consagradas al mismo Señor y proteger nuestra Santa Religión, Católi- nuestro Dios, que se consumen de ham- ca, Apostólica, Romana, sin tolerancia de bre y de dolor, y que para haber sido des- otra alguna: pues ella es nuestro consuelo pojadas de sus bienes legítimos y de sus como la unica verdadera: nos la legaron claustros, y ser objeto de la persecución nuestros padres para que pase á nuestros de los libertinos é impios, no han tenido hijos. Por ella la inmenza mayoria de los otro crimen que su virtud. Por tanto A V.M. mexicanos ha sufrido sus angustias y el suplicamos acceda á nuestra petición. Dios eterno, por su gran clemencia, apre- Señor, por comision de muchas señoras: surado los dias de su misericordia, nos Lorenza Cervantes de Paredes envío á V.V. M.M. Y.Y. como prenda de AGN, fondo Segundo Imperio, vol. 41, exp. 45, s/f, ff. 10-12. Francisco de Paula hace una breve referencia a este texto: Francisco de Paula y Arrangoiz, México desde…, p. 615. 50 AGN, fondo Segundo Imperio, vol. 41, exp. 45, s.f., f. 12. 49 133 visión histórica de las disposiciones que nuestra felicidad. Ympuesto que su fe es el Norte que había tenido la Iglesia a lo largo de la his- conduce á nuestro Augusto Soberano; y que toria de México, para justificar su derecho la religión del Crucificado es el laso que une a poseer bienes.53 Al ser muy extensa á sus pueblos, demostrandole la justicia y la la carta, nuevamente destacaré sólo al- verdad, respectuosamente suplicamos á S. gunos puntos que me parecen los más M. Y. se digne acoger nuestra humilde supli- importantes. En principio, los prelados ca puesta al abrigo de su paternal y compa- reprochan al emperador señalando que sivo amor así á nosotros. todas “las esperanzas han desaparecido” El comisario El comisario suplente porque la reparación de los bienes ecle- J. Ant. Jácome Vicente Romero siásticos no se ha hecho como la Iglesia 51 esperaba. Critican las leyes dictadas soComo era de esperarse, estos documen- bre esta cuestión en tiempos de la repú- tos no alteraron en nada las decisiones ya blica, y agregan: tomadas por Maximiliano, quien continuó con la misma política eclesiástica. En vista de esto, Señor, no podemos El 12 de marzo de 1865, los arzobis- menos que clamar a Vuestra Majestad a pos Labastida y Munguía le escriben de favor de esta Iglesia, que sobre despoja- nuevo al emperador Maximiliano; en esta da, arruinada y abandonada, recibe nue- ocasión, la protesta es por el dictamen vos golpes cuando esperaba un alivio, y sobre los bienes del clero, el cual también ve que este nuevo orden de cosas, cuya fue publicado el 26 de febrero en el Diario sola expectativa había bastado para dar del Imperio, como lo habíamos indicado. 52 algunas treguas a sus pesares, radica de- Esta carta, bastante larga, hace una re- finitivamente el mal, y aumenta y estrecha AGN, fondo Segundo Imperio, vol. 41, exp. 45, s/f., ff. 1-3. Se respetó la ortografía original. Cf. Diario del Imperio, t. I, núm. 48, México, 27 de febrero de 1865, pp. 193-194. 53 “Representación que los Ilustrísimos señores Arzobispos de México y Michoacán dirigieron a su Majestad el Emperador, pidiendo la derogación de las Leyes de 25 de Junio de 1856, 12 y 13de Julio de 1859 y disposiciones concordantes, a que se refiere el Decreto de 26 de febrero de 1865, sobre revisión de todas las operaciones de desamortización y nacionalización de bienes eclesiásticos, ejecutados a consecuencia de dichas leyes”, en Alfonso Alcalá y Manuel Olimón, Episcopado y gobierno…, 1989, pp. 211-256. 51 52 134 sus cadenas, y roba a sus ojos hasta los cana, desde el principio, del ejercicio libre últimos resquicios de luz que pudiese ali- de sus dominio, y aun de los títulos funda- mentar sus esperanzas. mentales de su derecho de propiedad”.56 54 Lo que sigue de la carta es la justificaEnseguida le hacen las peticiones per- ción de este derecho a poseer que, según tinentes para resolver el problema de la los arzobispos, la Iglesia debía tener y revisión de los bienes del clero y le piden conservar en la difícil situación del impe- a Maximiliano: rio. Es interesante ver cómo los arzobispos Labastida y Munguía defendían este [P]rimero, que se digne derogar las leyes derecho alegando que los bienes que que deben servir de base a la revisión poseía la Iglesia le habían sido donados decretada […]; segundo, que en conse- por los mismos propietarios como agra- cuencia del recobro que hace la Iglesia de decimiento o pago de algún beneficio reli- su derecho de adquirir y conservar lo no gioso, bien fuesen misas, rosarios o algún enajenado, en suma, de su derecho pleno otro servicio al momento de su muerte o de propiedad, vuelvan a su poder todas en situación igualmente delicada. Seña- las fincas o valores que por efecto de la laban que no había existido ley alguna revisión decretada resulten disponibles; al respecto hasta la de 1856, misma que tercero, que se arregle con la Silla apos- no se justificaba. De modo sutil le decían tólica la compensación más equitativa que al gobierno que no debería meterse con sea posible, por las pérdidas sufridas en los bienes del clero por provenir éstos de consecuencia de las operaciones que fue- un intercambio entre particulares y, por ren ratificadas. tanto, los bienes que ya habían sido na- 55 cionalizados deberían ser devueltos a la Y agregan líneas más adelante que van a institución religiosa. desarrollar las razones y argumentos con- Sin embargo, otras medidas fueron tra las leyes que “privaron a la Iglesia mexi- dictadas en los días y meses siguientes. Ibid., pp. 214-215. Ibid., p. 216. 56 Ibid., p. 217. 54 55 135 Por ejemplo, el mismo 12 de marzo se destacar el artículo 58, el cual hablaba de dio a conocer la circular donde se secu- la “igualdad ante la ley, la seguridad per- larizaban los cementerios. En concor- sonal, el ejercicio libre de cultos”.59 Esta dancia con esta medida, se publicó el 16 disposición fue criticada por los miembros de marzo en el Diario del Imperio que se del alto clero, debido a que daba todavía permitiría la entrada en los cementerios a mayor sustento a la libertad de cultos pro- todos los ministros de cultos autorizados, movida por el concordato de diciembre es decir, los que la libertad de cultos au- del año anterior. torizaba. Otra disposición publicada por Desde mi punto de vista, estas me- Maximiliano que afectaba los intereses de didas adoptadas por el régimen de Maxi- la Iglesia se dio el 10 de abril de ese mis- miliano son las que más afectaron a la mo año, celebrando el primer aniversario Iglesia como institución y por las cuales de la aceptación del trono por parte de el Estado pretendía ejercer un mayor con- Maximiliano. Ese día se divulgó el Estatu- trol sobre la Iglesia. A lo largo de 1865 to Provisional del Imperio que contenía se dictaron otras disposiciones relativas a las normas que regirían la vida pública la relación de la Iglesia con el Estado, de del Imperio Mexicano mientras se lograba impacto relativamente menor, pero que la paz, tras lo cual se elaboraría su pro- hicieron que la relación entre el clero y pia Constitución. El Estatuto Provisional el emperador Maximiliano se deteriorara es básico porque en él se declaran las aún más. Galeana señala que “[l]os em- garantías individuales, como lo había he- peradores se encontraban tan tensos y cho la Constitución de 1857. Nos interesa no había nada que les desagradara más 57 58 Cf. Diario del Imperio, t. I, núm. 68, México, 16 de marzo de 1865, p. 249. Diario del Imperio, t. I, núm. 83, México, 10 de abril de 1865, pp. 333-335. Véase Patricia Galeana, Las relaciones…, pp. 143-144; Konrad Ratz, Maximiliano de Habsburgo, México, Planeta DeAgostini, 2003, p. 118. Para tener una visión más amplia sobre el Estatuto Provisional del Imperio, se recomiendan los textos de Patricia Galeana y Jaime del Arenal Fenochio, “Estatuto Provisional del Imperio Mexicano, 1865”, Marco Histórico y Marco Jurídico, en Patricia Galeana (comp.), México y sus constituciones, México, FCE-AGN, 1998, pp. 284-313, y Antonio Martínez Báez, La política de Maximiliano a través de sus leyes y decretos, México, sobretiro de la Asociación Mexicana de Historiadores-Instituto Francés de América Latina, 1965, pp. 111-128; en El Colegio de México, Archivo Histórico, Archivo Incorporado Antonio Martínez Báez, sección: obras (1932-1998), serie: publicaciones (1952-1995), caja: 55, carpeta: 5. 59 Patricia Galeana, México y sus…, p. 294. 57 58 136 que encontrarse con el clero. Maximiliano lado, no se había logrado pacificar al en particular, eludía cualquier encuentro país y por consiguiente la derrota de las con el arzobispo Labastida”. Así, mien- tropas juaristas se veía lejana. La situa- tras la situación del imperio se iba com- ción imperante en Europa había forzado plicando cada vez más, las medidas que a Napoleón III a retirar paulatinamente y el gobierno había adoptado respecto a la antes de tiempo a las tropas francesas Iglesia le provocaron tal distanciamiento de México. Por los problemas entre los que “no se debía esperar ninguna ayuda militares europeos y los conservadores ni apoyo de parte del clero”. Pese a ello, mexicanos, tampoco se había consoli- el emperador conservaba una última es- dado el ejército imperial. Por su parte peranza: lograr un acuerdo con la Santa el clero, al ver la política seguida por el Sede, es decir, la firma de un concordato monarca, fue retirándole su apoyo. El que le permitiera asegurar el apoyo de la emperador comenzaba a quedarse solo. Iglesia al imperio. Era la última carta que Ante este panorama y con el fracaso de le quedaba porque Napoleón III ya le ha- las negociaciones con el enviado papal, bía comentado la posibilidad de retirar las Maximiliano decidió tomar otras medidas tropas francesas de México con motivo que le permitieran lograr un acuerdo con de la situación que enfrentaba en Europa. la Santa Sede y conseguir la aprobación El horizonte no era nada halagador para de un concordato. Nombró el archiduque Maximiliano y fue en esta encrucijada que una comisión que iría a Roma a negociar inició un último esfuerzo para congratular- directamente con el papa. Ésta estuvo se con la Iglesia católica y su jerarquía. integrada por tres personajes de ideolo- 60 61 gía bastante diferente. La formaron don CONSIDERACIONES FINALES Joaquín Velázquez de León, connotado conservador; el franciscano fray Francis- El año de 1866 no resultó fácil para las co Ramírez (obispo titular de Caradro y aspiraciones de Maximiliano. Por un vicario apostólico de Tamaulipas, entre Patricia Galeana, Las relaciones…, p. 169. Egon Caesar Conte Corti, Maximiliano y…, p. 308. 62 Cf. Patricia Galeana, Las relaciones…, pp. 139-140; Luis Medina Ascencio, S.J., México y el…, p. 252. 60 61 137 otros cargos) y el licenciado don Joa- triz perdió la razón y el imperio. El archi- quín Degollado (hijo del liberal Santos duque pensó en abdicar, pero el Consejo Degollado). Con esta formación, Maximi- de Ministros lo convenció de no hacerlo liano quizá buscaba unificar a los grupos y de preparar la lucha contra las tropas liberal y conservador, debido a que tomó juaristas con lo poco que le quedaba de un representante de cada grupo para la fuerzas tanto europeas como mexicanas. importante misión. A la par de la llegada El final del Segundo Imperio Mexicano de la comisión a Roma, arribaron también era ya un hecho para principios de 1867. las noticias de las acciones emprendidas Así lo mostraban varios factores. La gue- por Maximiliano, lo cual dificultó el resul- rra de secesión en los Estados Unidos tado positivo de la empresa. llegaba a su fin y la presión por parte de 62 Frente a este panorama, el archidu- esta nación sobre Napoleón III se incre- que comenzó a ceder frente al clero para mentaba. Los grupos de soldados que lograr recuperar su apoyo, La jerarquía se habían mantenido fieles al presidente católica vio la posibilidad de lograr la res- Juárez ganaban cada día más terreno. tauración de sus bienes, así como la su- El ejército imperial, a causa de las envi- premacía de la Iglesia frente al Estado. El dias y resentimientos entre los generales Vaticano había ordenado que se formara mexicanos, no había logrado formarse de una comisión de obispos mexicanos para manera que pudiera enfrentar con éxito a que revisaran el proyecto de concordato, los republicanos. Los conflictos al interior lo cual representaba un duro golpe a la del imperio no se resolvían. A pesar de La fuerza del que Maximiliano colocó a prominentes emperador se iba debilitando a lo largo conservadores en el Ministerio, no se re- del año. En octubre recibió las noticias cuperó el apoyo de este sector. Además de la enfermedad de Carlota, la cual salió de que el problema de la Iglesia no se de México, meses atrás, para buscar el había solucionado, el proyecto de concor- apoyo de Napoleón III y del papa Pío IX; dato propuesto por la comisión diocesana ante el fracaso de su misión, la empera- no se logró firmar. El mismo proyecto, en política de Maximiliano. 63 63 Cf. Patricia Galeana, Las relaciones…, pp. 169-170. 138 realidad, representaba una derrota para lidad del México moderno. Tras la derrota el emperador. Todo apuntaba a que Maxi- del Imperio y la restauración de la Repú- miliano sería derrotado tarde o temprano; blica, el Estado logró imponerse al clero sólo era cuestión de tiempo. El imperio al consolidar la separación entre ambos. parecía destinado al fracaso, sobre todo Sin embargo, los conflictos entre las dos por la falta de capacidad de su emperador instituciones han seguido presentes en el para imponer su propia visión, problema desarrollo histórico de México; sólo basta que se había mostrado desde su arribo. recordar el problema cristero de la déca- Esa misma incapacidad le hizo quedarse da de los años 20 del siglo pasado. Las solo, sin el apoyo del grupo que lo trajo. relaciones entre la Iglesia y el Estado en Éste nunca se convenció de que el pro- el imperio de Maximiliano son un botón yecto del emperador crearía una monar- de muestra de lo importante que es el quía moderna en donde las propuestas estudio de éstas en otros momentos de del partido liberal tenían cabida sin perjui- la historia de México, y que realizarlo nos cio del conservadurismo. permitirá tener una mejor visión de la or- Como se puede ver, las relaciones denación del Estado moderno mexicano y entre la Iglesia y el Estado mexicano han lo difícil que ha resultado su formación y sido fundamentales para entender la rea- consolidación. Tierras: vol. 1345, exp. 2, f.8. * Maestro en historia por la Universidad Autónoma Metropolitana-Iztapalapa. 139 CONSECUENCIAS DEL PENSAMIENTO ILUSTRADO Y ASPIRACIÓN DE LIBERTAD DE CONCIENCIA. UN CASO EN C A M P E C H E , 179 5 Guillermo Sierra Araujo* La posibilidad de tener en nuestras ma- pales en un diálogo entre el pasado y el nos los legajos que los hombres del pa- presente. sado produjeron en las instituciones co- El documento es muy extenso, en loniales del siglo XVIII causa cierto deleite, él, los oficiales de la Inquisición regis- ya que al tratar de descifrarlos e interpre- traron los ingterrogatorios practicados a tarlos advertimos que aquellos remotos varias personas que fueron testigos de personajes reviven a partir de nuestra los acontecimientos ocurridos. Aquí, sólo percepción histórica. Automáticamente consideraremos una declaración, la que renunciamos a comprender el periodo a mi parecer, contiene más elementos a colonial como una gran totalidad de acon- examinar. tecimientos homogéneos, al contrario, El contexto histórico mundial fue de reparamos que aquellos seres humanos gran importancia para el desarrollo políti- –los de carne y hueso– sí existieron y no co y social de la entonces Nueva España. fueron la tradicional masa aglutinante a la Los hechos influyeron en el espacio co- que hoy en día estamos habituados, sino lonial y fueron captados por la sociedad personas reales con vidas históricas tan- novohispana, principalmente la letrada, la gibles. primera en comprender y difundir aque- Este texto se desarrolla con esa re- llas ideas hasta entonces incrédulas, flexión, y parte de un manuscrito del siglo religiosamente hablando, y sediciosas, XVIII. tomando en cuenta el perfil faccioso de Su trascendencia histórica radica en los componentes que por sí solo nos ofrece y busca plasmar las ideas princi- 140 las confesiones. Para ello se realizaron algunas hipó- tesis que nos ofrecerán elementos inte- de los proto-independistas mexicanos y, resantes para comprender este proceso. como veremos, también en los medios Los acontecimientos clave que predomi- en donde el ejercicio de la disertación naron en el sujeto examinado fueron: a) política no era fundamental, asimismo se pensamiento ilustrado e ideas de libertad; contienen ciertos factores que insinúan b) ideas que estaban contenidas en el aquella libertad del ser tan deseada. proceso del pensamiento independien- A continuación se presenta un pe- te de los Estados Unidos (1775) y de la queño segmento del expediente que es Revolución Francesa (1789), c) las signi- realizado por la Inquisición de la Villa de ficativas controversias que el protestan- Campeche y que fue extraído del Archivo tismo sostenía frente al catolicismo; y d) General de la Nación.1 la apertura de una reestructuración de la institución inquisitorial para establecer los [...] Contra Don Jose Ma. Calderon lineamientos necesarios con vistas hacia Ten[ien]te de milicias diciplinadas de esta la modernidad, establecido ello a partir de plaza y residente en aquel pueblo [de Ke- las Reformas Borbónicas. kelchekan] [...] Sobre barias proposicio- Estos y otros más pudieron haber nes ereticas y escandalosas que con la sido los factores que tuvieron que ver mayor libertad a producido en diferentes para comprender, a partir de este peque- combersaciones en el refer[id]o pueblo de ño relato, las maneras políticas, sociales esta jurisdicz[ió]n [...] 2 y culturales que en 1795 posibilitaron la vida de los individuos, tanto de las clases [...] Posteriormente e llegado a entender dominantes como de las marginadas. Se que siguiendo el referido Calderon sus distinguen ciertos efectos perturbadores, perbersas ideas tubo el arrojo de llegarse por ello es indispensable atender las se- a recivir la Sagrada Eucaristia en el referi- cuelas ilustradas e insurrectas que la Re- do pueblo sin aver antes espiado sus cul- volución Francesa causó en las mentes pas por el sacramento de la peniten[ci]a y Grupo Documental: Inquisición; volumen 1354, expediente 1, fs. 1-204, Archivo General de la Nación, México. 2 Ibid., f. 1. 1 AGN, 141 que recombenido por los Sacerdotes de Romana ley Evangelica que predica y en- dicho pueblo se esplico en terminos ereti- seña la S[an]ta M[adr]e Yg[lesi]a C[atóli]ca cos de la real escritura de Jesus X[cris]to R[omana] o contra el recto y livre exerci- en ella y negando la potestad de las llaves cio del S[an]to Oficio. Dixo: que Don Jose cuio echo abiendo sido entendido no se Maria Calderon Teniente de Milicias Dici- por que conducto por el S[eñ]or Ten[ien]te plinadas havia dicho que el fornicar no es de rey de esta plaza le a mandado traer a pecado, que el infierno no es eterno sino esta ciudad y le a puesto en arresto [...] temporal, que la Religion es pura ojaras- 3 ca, y que para irse al cielo no necesita uno [...] En el pueblo de Kekelchekan a los de bautismo ni de Religion alguna, que no diez y seis dias del mes de Mayo de mil hay ni cree en tal Ynquisicion, que no setecientos noventa y cinco años, ante el creia que San Jose siendo tan hermosa R[everendo] Fr[ay] Fernando Dominguez: Maria dexase de tener acto [sexual], que comisario de la presente Ynquisicion pare- esto [el país] pararia en breve tiempo en cio siendo llamado Don Clemente Truxillo Republica, que tomara ser franceses, que Alferes de milicias diciplinadas vezino de lo que quiere es la livertad de conciencia, este dicho pueblo, de quien recivio jura- y que esta es la verdad por el juramento mento a las quatro de la tarde, de edad de que tiene hecho y siendole leido dixo que treinta y cinco años el que hizo por Dios estaba bien escrito y que esto no lo hacia n[uest]ro s[eñ]or y una señal de la cruz de por odio, prometio secreto y lo firmo de su decir verdad y guardar secreto de todo lo nombre [...]4 que fuere preguntado [...] [...] preguntado 3 4 si sabe o presume la causa por que ha En el fragmento anterior se expone uno sido llamado, dixo que no sabe ni la pre- de los tantos casos que atrajo el Santo sume. Preguntado si sabe o a oido decir Oficio de la Villa de Campeche, que du- que alguna persona halla dicho o hecho rante el siglo XVIII era solamente una pro- cosa alguna que sea o paresca ser contra vincia más del actual estado de Yucatán. n[uest]ra S[an]ta fe Catholica Apostolica Éste era un modelo de pensamiento Ibid., fs. 1-1v. Ibid., f. 7. 142 del siglo que se expresaba constan- De igual manera operaba un proble- temente, pues a partir de este pequeño ma de catalogación humana acerca de segmento, la posibilidad de informarnos los comportamientos, por un lado, los que e instruirnos es vasta, es decir, si pensa- se manifestaban como seres de una cul- mos cuántas preguntas le podemos hacer tura civilizada, extremadamente selecti- a la misma fuente nos asombraríamos y va, con innegable sentido eurocentrista; y las perspectivas reflexivas darían para por otro, los que eran considerados como mucho. incivilizados, que curiosamente eran los XVIII El caso de Don José María Calderón incultos, los salvajes en su forma de vida es sometible, sin duda, a las perspectivas y los que no piensan como “yo”, los otros, teóricas que se deseen, sin embargo, los que cuestionaban a las clases aven- aquí lo veremos desde los aspectos que tajadas; nos dice Eagleton que la cultura la historia social nos ofrece. puede ser una forma crítica del capitalis- Existe un problema de conductas éti- mo, pero al mismo tiempo puede juzgar a cas que una sociedad bien definida expo- quien lo reprocha. La cultura enfrenta a nía con el fin de que las ideas presentadas todo un conjunto de valores de creencias, fueran respetadas de manera estricta; el de costumbres y prácticas, que sin duda, espíritu, la civilización y los elementos el clero del intelectuales estaban de por medio, pre- fin de someter a los avasallados. XVIII tuvo a su servicio con el valecía una cultura popular inherente que Se advierte en el fragmento el plan- se había formado y desarrollado a partir teamiento de la institución eclesiástica (en de varios componentes ideológicos. Te- este caso la Inquisición) sobre ciertas ma- rry Eaglenton nos dice que la cultura “no niobras que fueron capaces de adoptar, consiste en una historia unilineal de una el uso del poder estaba inmerso y aunque humanidad universal, sino de una diversi- el acusado, Don José María Calderón no dad de formas de vida específicas cada pertenecía a las clases subalternas, fue una con sus propias y peculiares leyes de afectado de igual manera. El historiador evolución”.5 italiano Carlo Ginzburg comenta que den- 5 Eagleton, Terry, La idea de la cultura. Una mirada política sobre los conflictos culturales, Ed. Paidós, España, 2001, p. 26. 143 tro de los análisis de la historia cultural se orientara ahí su pensamiento espiritual. comprenden este tipo de relaciones, que Se quería moldear a la gente de acuerdo generalmente se establecen entre las cla- con las conveniencias y por ello resultaba ses dominantes y las subalternas, y como una cultura impuesta, de valores y com- efecto de ello se produce el despliegue de portamientos moralmente religiosos. los fundamentos de la opresión de clase. El Santo Oficio de la Inquisición, De esa manera, podemos juzgar al como aparato regulador de la fe, incurrió manuscrito con respecto a la exploración también en las contrariedades que conte- de lo que la historia cultural nos ofrece, nía tanto el mito como el rito. De alguna si ponemos atención a la gran cantidad manera las prácticas moldeadoras (a ve- de símbolos que ahí aparecen; alusiones ces por vía del terror) apuntaban que con que la misma Iglesia, como institución de el preservado dogmatismo se reflejaba poder, instauró para mayor inspección y una visión occidentalizada del poder en control de la gente. Las ideas y creencias una escala de estratificación de clases, eran llevadas a los extremos, para ello, creando y aclarando con ello el concepto las esferas sometidas resultaban un per- de cultura popular. fecto vehículo para la transmisión de la disciplina religiosa. A pesar de ser éste uno de los cuantiosos expedientes hechos por la Inquisi- Esta fuente de primera mano señala ción, sabemos que nos puede aportar va- lo que se pretendía en la sociedad no- rios datos acerca de los comportamientos vohispana. En una comunidad con cierto establecidos a partir de la fe católica en tipo de razonamiento relacionado con la la Nueva España, en este caso en Cam- fe, la posibilidad de manifestar otro tipo peche. de creencias, también cristianas, (como “[...] sobre barias proposiciones ereti- el luteranismo) resultaba nula. Por ello, el cas y escandalosas [...]”.6 Hoy en día sa- llamado de atención hacia la colectividad bemos que se dictó un número conside- humana era manifiesto, el catolicismo en rable de registros como este, no iguales este caso era lo único aplicable, practica- pero sí parecidos, de esa manera pode- ble y creíble, con el fin de que la plebe mos advertir que en este caso, el actor 6 Véase nota 2. 144 principal fue sometido para jugarse la a lo políticamente establecido en el siglo vida en un problema de creencias, ya que XVIII. en la regulación de conductas en el siglo alguno, pues las formas espirituales co- XVIII, de ninguna manera se aceptaba la lectivas ya habían sido rebasadas y era crítica y las ideologías que deformaran necesario establecer orden por otro me- los preceptos establecidos, como resultó dio: el luteranismo, el cual, al parecer le con la herejía manifestada por Don José ofreció, por un lado, esa tranquilidad indi- María Calderón, al cual la duda espiritual vidual anímica y, por otro, fue la causa por podía haberle causado hasta la muerte. la que fue sometido ante tal aparato de 7 Él no experimentó arrepentimiento “[...] que no creía que San Jose sien- intimidación, “las víctimas de la exclusión do tan hermosa Maria dexase de tener social se convierten en depositarias del acto [...]”.8 No era posible hacer tales afir- único discurso radicalmente alternativo a maciones acerca de la religión y de tan las mentiras de la sociedad establecida”.9 notables y celestiales personajes como J. M. Calderón fue un relegado social que José y María, aparentes progenitores de no se ajustó a dichos criterios religiosos, Jesucristo, sin embargo, debemos tener por ello fue víctima de represión: esto era muy en consideración que ya para 1795 lo que la Inquisición sabía hacer mejor, ya algunos componentes del pensamiento sea psicológica o físicamente. ilustrado habían hecho revuelo en el mun- Con base en ello, es interesante do occidental, al igual que las tendencias cuestionarnos acerca de la relevancia del protestantismo que eran objeto de las del pensamiento de J. M. Calderón en el influencias que se desperdigaron por la Campeche de 1795. Sin duda, este caso Nueva España. no causó gran notoriedad, pero como Hay que reflexionar acerca de la im- ya indicamos, es uno de tantos sucesos portante crítica que hace J. M. Calderón que tenían la difícil tarea de exteriorizar 7 En la foja núm. 202 se da una notificación sobre la muerte de J. M. Calderón, ocurrida en el Hospital de San Hipólito en 1799, a causa de un “delirio formal”, dándole tiempo, sin embargo, de confesar sus penas y recibir los santos sacramentos como “buen cristiano” y como él mismo lo pidió. 8 Véase nota 4. 9 Ginzburg, Carlo. El queso y los gusanos. El cosmos según un molinero del siglo XV, Ed. Océano, México, 1997, p. 22. 145 el programa protestante. La explicación una persona desarticulada de la fe; un de ese fenómeno no parte de un sólo he- individuo de tantos que estorbaba y que cho, expuesto en este caso a través de contaminaba el desarrollo de la religión la persona de J. M. Calderón, incapaz de en la Nueva España. provocar una mentalidad colectiva. Por lo Los cambios en los idearios políticos tanto, es necesario percibir la fuerza de ya se estaban provocando y con ello los las influencias ideológicas frente al cato- sujetos inquisitoriales, al servicio de un licismo, en una modalidad de elaboración industrialismo en vías de desarrollo, apa- de coordenadas mentales que resultaron recían dispuestos a presionar para lograr sumamente peligrosas para tal desarrollo un control más efectivo de la sociedad. La filosófico-dogmático, y dentro de la idio- represión y las formas de sometimiento sincrasia de la cultura popular mexicana atraían consigo una complicada composi- del XVIII esto podría resultar altamente re- ción de corrientes dogmáticas por un lado, presentativo. y por otro, la elaboración de una sociedad En el texto podemos advertir que la premoderna con sus respectivas transfor- movilidad de estratos sociales es nula. maciones sufridas posteriormente a partir Los dirigentes del clero seguían siendo de una incipiente revolución industrial. poderosos, eran los que controlaban los En América los resultados de ello se asuntos legales, los educativos y la regu- originaron más tardíamente, sin embargo, lación del comportamiento durante la Co- las influencias de pensamientos causaron lonia, aún con las Reformas Borbónicas una combinación entre las transformacio- en plena práctica. La gente común y co- nes tecnológicas y las ideas de libertad, rriente, las clases subalternas, las castas, que se fueron diseminando con la idea de las que estaban inmersas en el desarrollo romper la concepción moderna de clase. de la cultura popular, tampoco salían de El caso expuesto en el documento su marginalidad, pues el sometimiento está colmado de estos elementos, pues era abierto, aunque la idea de exteriorizar la época los exigía, y es necesario poner la resistencia ya comenzaba a percibirse, atención a los símbolos que ahí apare- como lo hizo en su momento J. M. Calde- cen, por ejemplo: “…que esto pararia en rón, que sin embargo, era juzgado como breve tiempo en republica, que tomara 146 ser franceses, que lo que quiere es la li- de sociedad que se pretendía para domi- vertad de conciencia [...]” . Un conjunto nar a las personas comunes y corrientes de frases sugerentes que contienen toda con un fundamento religioso. La Iglesia una carga de revelación y rebelión de una era violenta y, sin duda, aún era partíci- sociedad apenas con una precaria noción pe de las ideas latifundistas para oprimir de la idea independentista de nación, re- todavía más a la sociedad. De esa mane- cordemos que deberían pasar todavía 15 ra se pone en tela de juicio la necesidad años para el inicio de las acciones nacio- que las personas tenían de manifestarse. nalistas libertarias en México. Pero, sin La violación de las garantías humanas duda, aquella idea rondaba en la América individuales era evidente, además de la colonial, y J. M. Calderón, como un militar idea de apaciguarse ante el poder, y si insatisfecho de los sectores informados y por algún caso aparecían perturbaciones letrados de la sociedad, exponía de esa contrarias, había que retenerlas. J. M. manera los empleos políticos de la coro- Calderón estaba convencido de las pro- na española. posiciones hechas ante el Santo Oficio, 10 Concebir este caso dentro de la histo- según el testigo Don Clemente Trujillo, ria social se comprende como una cons- pues él, a pesar de ser un Teniente de trucción de la noción del espíritu que tiene Milicias Disciplinadas, estaba siendo so- sus implicaciones en la idea de incorporar juzgado por sus ideas heréticas, que en el concepto de entendimiento, para de una sociedad colonial de ninguna manera esa manera poder profundizar sobre to- correspondían. dos los ingredientes que ahí aparecen, ya “[...] que esto pararia en breve tiempo que son propicios a la explicación. Por lo en republica, que tomara ser franceses, tanto, J. M. Calderón, como sujeto histó- que lo que quiere es la livertad de con- rico, debe ser sometido a tal explicación ciencia [...]”11 Existe una confianza en las histórica, ser comprendido bajo los pre- afirmaciones hechas por el acusado, pues ceptos de su ser social. si los franceses llegaran al poder, como él En el relato se explica cuál es la idea 10 11 supone, arrebatando estas tierras a Es- Véase nota 4. Idem. 147 paña, la independencia, además de terri- flejan con sus respectivos intereses. El torial tendría todas las formas de libertad, legajo se percibe desde varias perspec- como resultado de su previa revolución. tivas: económicas, sociales, políticas y La figura de la república era la finalidad culturales. Esta historia de sociedad por a la que aspiraban muchos, con la noción medio de un individuo evoca la cara hu- de romper con las monarquías impues- mana del pasado, la tendencia de ser una tas. Con ello se estipulaban todos los de- historia más analítica que narrativa y más rechos de los hombres que los pensado- temática que cronológica.12 res de la Revolución Francesa trazaron y Este texto puede ser tomado como una que dieron la vuelta al mundo occidental, historia desde abajo, una historia de lo po- como lo presenta el testimonio expuesto, pular. Se nota la idea de sociedad que se ya que J. M. Calderón, español, al per- quería, tanto del lado de los dominantes, tenecer a una clase militar, de ninguna como de los dominados; y el personaje manera pasaba inadvertido, sus posturas que dio el testimonio fue igualmente so- frente a la Iglesia eran manifiestas. Ello metido como el acusado de herejía. nos habla sobre varios factores que tie- Se distinguen, sin que se exhiban en nen que ver con el estudio de la historia el manuscrito, las formas populares de la social. J. M. Calderón no pertenecía a las idiosincrasia ordinaria devota, es decir, clases oprimidas, estaba siendo oprimido todas aquellas frases con motivos y exal- él mismo por un fuerte aparato modera- tación religiosos como: “el fornicar no es dor a favor de la cerrazón de ideas. pecado, que el infierno no es eterno sino Se puede advertir que en este caso temporal, que la Religion es pura ojaras- aparecen algunos elementos que recono- ca, y que para irse al cielo no necesita uno cen varios caminos para la investigación, de bautismo ni de Religion alguna, que no sin perder de vista que las dimensiones hay ni cree en tal Ynquisicion, que no creía ofrecidas varían de acuerdo con las dis- que San Jose siendo tan hermosa Maria tintas necesidades de estudio, es decir, dexase de tener acto”,13 lo cual nos habla en este mismo relato las visiones se re- de una colectividad con reglas permitidas 12 13 Casanova, Julian. La historia social y los historiadores, Ed. Crítica, Barcelona, 1997, p. 39. Véase nota 4. 148 y no permitidas; de una vida cotidiana que Conseguimos dar cuenta de que, sin se ha fundado con el eje medular de la analizar gran cantidad de fuentes y ex- fe, mismo que debía ser respetado, de lo pedientes, la posibilidad de fundamentar contrario la fuerza bruta de la represión la vida cotidiana colonial no es lo más caería sobre quien se atreviera a desafiar sencillo. La crítica de fuentes está de por las normas instituidas. medio, y el análisis detallado de los docu- Concluyendo. A partir de la descrip- mentos testimoniales no debe pasar inad- ción y de estructurar esta historia podre- vertido para detallar los elementos que la mos señalar que el poder de los fenó- historia social nos ofrece, esta historia es menos colectivos se puede extraer no parte de la historia de las relaciones so- rompiendo, pero si desestructurando la ciales; de la vida cotidiana de las clases fuerza individual que el personaje princi- y grupos sociales contemplados en este pal presenta. extracto. BIBLIOGRAFÍA Casanova, Julián, La historia social y los historiadores, Ed. Crítica, Barcelona, España, 1997. Ginzburg, Carlo, El queso y los gusanos. El cosmos según un molinero del siglo XV, Ed. Océano, México, 1997. Eagleton, Terry, La idea de la cultura. Una mirada política sobre los conflictos culturales, Ed. Paidós, España, 2001. FUENTE DOCUMENTAL Grupo Documental: Inquisición; volumen 1354, expediente 1. Archivo General de la Nación, AGN, México. *Estudió en la ENAH y trabaja en el AGN. 149 H acia el Bicentenario Excomunión de Miguel Hidalgo y Costilla, 1810 Manuel Abad y Queipo, obispo electo de la diócesis de Valladolid, Michoacán, solició publicar el edicto de excomunión de Miguel Hidalgo y Costilla. Presentamos el ejemplar del periódico que contiene el documento emitido por Abad y Queipo donde se declara que Hidalgo, Allende, Aldama y Abasolo eran perturbadores del orden público, seductores del pueblo, sacrílegos y perjuros, que incurrieron en la excomunión mayor del canon siquis saudante diabolo, por haber atentado contra la persona y libertad del sacristán de Dolores, del cura de Chumacuero y de otros religiosos del convento del Carmen, en Celaya. El edicto fue firmado en Valladolid, el 24 de septiembre de 1810. Abad y Queipo lo mandó publicar en la iglesia catedral de Valladolid, así como en todas las parroquias del arzobispado. Gazeta extraordinaria del Gobierno de México, núm. 112, 28 de septiembre de 1810, pp. 807-813. 151 152 153 154 155 156 157 158 Levantamiento de la excomunión al cura Hidalgo y sus seqüaces, 1810 El 29 de diciembre de 1910, el licenciado Mariano Escandón –conde de Sierra Gorda y gobernador del obispado de Valladolid, hoy Morelia– expidió un documento para levantar la excomunión dictada en contra del cura Miguel Hidalgo y “sus seqüaces”, impuesta por el abad Manuel Abad y Queipo. El conde de Sierra Gorda tomó en cuenta que la censura eclesiástica hecha a los insurgentes “causó gran novedad en los conventos de religiosas” y conmoción en la “gente baxa”, la cual consideró que la exomunión era ineficaz por haber sido “fulminada por un europeo, y que aún no estaba consagrado”. Por temor a que creciera el descontento y se derramara más sangre en un “pueblo dividido ya en partidos” si no se levantaba la excomunión, Escandón se hizo cargo del asunto y, tras consultar a teólogos y juristas, ordenó que “se fixen rotulones, levantando la excomunión, con lo que en efecto se sosegó la inquietud del pueblo rudo y no se despreció escandalosamente la censura”. Impresos oficiales, vol. 31, exp. 30, f. 210. 159 160 H acia el Centenario PRESENTACIÓN El Archivo General de la Nación desea contribuir a un mayor y mejor entendimiento de la Revolución mexicana y aquí presenta una selección de documentos para invitar a estudiar tan importante acervo. Este período de nuestro pasado común está amenazado con la fatiga de las interpretaciones amparadas en su celebración. Fluyen demasiadas opiniones no fundamentadas en la evidencia empírica, excesos verbales sin el respaldo de las fuentes primarias. Ricardo y Enrique Flores Magón, noviembre de 1906 El 26 de noviembre de 1906, la Secretaría de Estado y Despacho de Relaciones Exteriores formó un expediente con el número 3107 en el que se incluyeron los retratos de los hermanos Ricardo y Enrique Flores Magón, que fueron remitidos al cónsul general de México en Montreal, Canadá, para la identificación de los mismos. Contiene fotografías de los Flores Magón, tomadas al ser detenidos. Gobernación, “Revoltosos magonistas”, caja 4, exp. 5. 162 163 Expediente de los hermanos Flores Magón, 1905-1909 En febrero de 1905, los hermanos Ricardo y Enrique Flores Magón publicaron el periódico Regeneración, y constituyeron la Junta Organizadora del Partido Liberal Mexicano. El 26 de septiembre del mismo año publicaron su primer manifiesto a la nación y, por separado, un documento titulado “Resolución de la Junta Organizadora del Partido Liberal Mexicano”. En julio de 1906 publicaron el Programa del Partido Liberal Mexicano, donde propusieron algunas reformas a la Constitución, y llamaron al pueblo a iniciar un movimiento armado; en El Paso, Texas, se organizó un grupo de revolucionarios que intentó atacar Ciudad Juárez, pero el gobierno de Porfirio Díaz intervino para evitar un incidente mayor. El expediente, emitido por la Secretaría de Estado y Despacho de Gobernación, se integra con los siguientes documentos: Conspiración para asaltar y robar la aduana de Nogales, Sonora: El día 3 de septiembre de 1906, gente de inmigración de Tucson, Estados Unidos, envió un telegrama al Gral. Luis E. Torres, que se encontraba en Cananea, informándole de la aprehensión de Galos Humbert, Bruno Treviño y de Genaro Villarreal, quienes eran los jefes de una conspiración que tenía por objetivo asaltar la Aduana de Nogales con la ayuda de Abraham Salcido, quien era jefe de una banda en Douglas, Arizona. El Sr. Webb los deportó a México y sólo Tomás D. Espinosa, otro de los asaltantes, fue juzgado en Estados Unidos bajo la acusación de violación de las leyes de neutralidad. El asalto fue atribuido a Bruno Treviño, quien estuvo de común acuerdo con la Junta Revolucionaria de San Luis. Asalto a Jiménez, Coahuila: El 26 de septiembre de 1906, un grupo de revolucionarios cruzó la línea divisoria entre Estados Unidos y México, bajo el mando de Juan José Arredondo y Calixto Guerra, que residía en la hacienda de Victoria, asaltando el pueblo de Jiménez, Coahuila. Para el día 27 fueron derrotados por Herculano Bermea, frente a la susodicha hacienda; en la contienda fue herido Patricio González, perteneciente a las filas del gobierno, y murió Antonio Villarreal, uno de los asaltantes. 164 Ciudad Juárez, Chihuahua: El 19 de octubre de 1906 fueron aprendidos en la casa de Vicente de la Torre, en Ciudad Juárez, Juan Sarabia, vicepresidente de la Junta de San Luis y César Canales, a quienes aparte de ser acusados de conspiración se les encontraron documentos, carabinas, parque y dinamita; Vicente de la Torre declaró ante el juez que la Junta le había proporcionado todo el armamento, mismo que fue decomisado. Levantamiento en Acayucan y soborno a los militares: En la población de Acayucan, Veracruz, el día 29 de septiembre de 1906, el jefe Enrique Novoa informó sobre la revuelta de los señores Ricardo y Enrique Flores Magón, Antonio Villarreal y Librado Rivera, sofocada en este estado, obligándolos a dispersarse en el territorio nacional y en el extranjero; además informó que las actividades de estos revolucionarios no cesaron, sino que siguieron emitiendo publicaciones con sentido revolucionario; entre éstas destacó una dirigida a las fuerzas militares ubicadas en San Juan de Ulúa, Veracruz, en la que los incitaban a abandonar las filas del gobierno e integrarse a las revolucionarias. Prisión en Los Ángeles, California: Los señores Ricardo y Enrique Flores Magón, Antonio I. Villarreal y Librado Rivera se reunieron en Los Ángeles, California, en mayo de 1907, donde fundaron un periódico de nombre Revolución, y publicaron su primer número el 1 de junio del mismo año, destacando su lenguaje revolucionario y escandaloso, lo que puso en alerta a las autoridades de Estados Unidos, mismas que aprehendieron a Ricardo Flores Magón, Villarreal y Rivera, acusados de violar las leyes de neutralidad y, además, de organizar en Arizona una invasión armada en contra de México. Sólo quedó en libertad Enrique Flores Magón. Los trabajos revolucionarios en la cárcel de Los Ángeles, California: Se acusó a Enrique Flores Magón de continuar en contacto por correspondencia con su hermano Ricardo, Villarreal y Rivera, y de publicar un artículo donde instó a la revuelta. A Enrique se unió Praxedis Guerrero, quien le ayudó a continuar en El Paso, Texas, con la organización armada de México y de juntas secretas que se llevaron a cabo en la casa de Prisciliano Silva. Ante tales circunstancias, las autoridades texanas catearon la casa del señor Silva y en ella encontraron armamento y correspondencia escrita en 165 clave, misma que fue descifrada y con ello se descubrió el plan revolucionario para la intervención armada en contra del gobierno del general Porfirio Díaz. Prisión de los revoltosos y sentencia de Silva y Treviño: El 24 de octubre de 1908 fueron aprehendidos en El Paso, Texas, los señores Prisciliano Silva, Benjamín G. Silva, Leocadio B. Treviño y José María G. Ramírez, acusados de violar las leyes de neutralidad; fueron remitidos a la prisión de Leaverworth, Kansas. Curiosamente, se pidió que este informe fuera borrado de la memoria, tal vez en atención a los asuntos diplomáticos y el estado de revolución en que se encontraba México. Trabajos en San Antonio, Río Wago y otras poblaciones de Texas: Antonio de P. Araujo y Aarón López Manzano, quienes eran delegados generales de propaganda y organización de los grupos revolucionarios en las poblaciones de San Antonio, Río Wago y entidades aledañas a Texas, junto con el coronel Encarnación Díaz y Guerra y el capitán Néstor López, organizaron un plan de invasión a los estados de Coahuila y Tamaulipas. Asalto a Villa de Viezca: Un grupo asaltó un banco, el Correo Express atacó a la policía y liberó a los prisioneros, para después huir al monte Prieto, lugar en donde fueron acorralados por las fuerzas del gobierno que los derrotaron, dejando como saldo por parte de las filas del gobierno a tres gendarmes muertos y tres heridos; los jefes de este ataque fueron Juan B. Hernández y Patricio Polando. El acontecimiento ocurrió en Villa de Viezca, Coahuila, el día 25 de junio de 1908. Asalto a Las Vacas, Coahuila: el 26 de junio de 1908, el coronel Encarnación Díaz Guerra asaltó la población Las Vacas, Coahuila, que fue defendida por 50 hombres de las fuerzas militares que replegaron al coronel y a su tropa al lado americano, dejando como consecuencia 15 muertos, entre ellos el cabecilla Héctor López. Ataque a Palomas y Conspiración en Casas Grandes, Chihuahua: En un pequeño poblado de nombre Las Palomas, ubicado en Chihuahua, se registró una contienda armada. Praxedis Guerrero, minero mexicano, junto con otros revolucionarios dirigidos y organizados por Inés Salazar y Manuel Orozco, tomaron por sorpresa a la población, la cual resistió los ataques e hizo que los revolucionarios se dispersaran, aunque fueron capturados oportunamente Praxedis Guerrero y su ejército, quedando en libertad Inés Salazar y Manuel Orozco, quienes huyeron a Estados Unidos. El acontecimiento tuvo 166 por fecha el 26 de junio de 1908. Prisión de Araujo, Díaz Guerra y otros: Antonio de la P. Araujo, jefe organizador, y Encarnación Díaz Guerra, jefe militar, atacaron la población Las Vacas, Coahuila; denunciados por la prensa americana y la opinión pública, el primero fue capturado en Waco, Texas, el 14 de septiembre de 1908, y el segundo en Wilburton, Okla, el 25 de noviembre del mismo año, acusados de violar las leyes de neutralidad, por lo que fueron condenados a dos años seis meses en la prisión de Leaverworth, Kansas. Sentencia en Tombstone, Arizona, de Ricardo Flores Magón, Antonio I. Villarreal y Librado Rivera: Después de ser trasladados a Tombstone, los señores Villarreal, Rivera y Ricardo Flores Magón fueron sentenciados a una pena de 18 meses por el delito de violación a las leyes de neutralidad; dicha sentencia se acató desde el 19 de mayo de 1909 en la prisión de Yuma, Arizona. Las pérdidas humanas en la relación de los acontecimientos antes mencionados fueron muchas, por lo que se decidió que Flores Magón, Villarreal, Rivera, Manuel Sarabia y Praxedis Guerrero fueran juzgados con vehemencia; todos ellos justificaron sus hechos con la defensa de los ideales de la Revolución. Gobernación, “Revoltosos magonistas”, caja 4, exp. 2, fs. 1-6. 167 168 169 170 171 172 173 174 C aleidoscopio A RCHIVOS H I S T Ó R I C O S , P AT R I M O N I O D O C U M E N TA L Y T R A N S P A R E N C I A 1 Jorge Ruiz Dueñas* Agradezco la oportunidad de estar con y activos en las oficinas públicas. Las ustedes bajo los auspicios del Instituto sociedades iberoamericanas padecen la Morelense de Información Pública y Es- imperfección de sus sistemas políticos, tadística y acogidos por la hospitalidad de pero los documentos que dan cuenta de esta Casa de la Cultura Jurídica “Ministro la acción gubernamental, su tramitación y Teófilo Olea y Leyva”. Hoy, nos dispo- el derecho a la información implícito, re- nemos a escuchar una serie de comu- presentan una vinculación con los ciuda- nicaciones en el marco de este coloquio danos insuficientemente valorada. internacional sobre archivos históricos, Sin embargo, para hacer de los avan- patrimonio documental y transparencia, ces tecnológicos una herramienta del para bien de la cultura democrática. rendimiento de cuentas, se precisan ade- Los documentos que despliega a dia- cuados dispositivos jurídicos orientados rio nuestra sociedad se expanden ante al acceso a la información y a la preserva- nosotros como una nueva caja de Pando- ción de la intimidad, pero, sobre todo, se ra. Esta característica se ha profundizado requieren repositorios con los elementos después de la segunda mitad del siglo XX necesarios para su organización, descrip- y ahora se pretende en los ámbitos del ción, conservación y gestión. Estado elevar la calidad de la democra- Asistimos en los últimos tiempos al cia mientras los acervos están vigentes despliegue de una súbita preocupación Texto leído en el Primer Coloquio Internacional: Archivos históricos, patrimonio documental y transparencia, organizado por el Instituto Morelense de Información Pública y Estadística, del 14 al 16 de noviembre, en la ciudad de Cuernavaca. 1 176 por la transparencia y el acceso a la in- rios. Pero es así como se desarrollan las formación gubernamental, que en el país tesis que animan las instituciones demo- se ha manifestado en la promulgación de cráticas. Por supuesto, también ha flore- leyes para garantizar ese derecho corre- cido una próspera industria de asesorías lativo de obligaciones para las autorida- a dependencias y entidades, muchas ve- des y aun de adiciones constitucionales. ces con resultados insatisfactorios por la Otras tareas en la misma dirección, no infiltración de impostores. Sin embargo, siempre bien orientadas desde la pers- no debemos perder de vista que todo este pectiva técnica, pretenden colmar vacíos proceso en favor de la apertura tiene una legislativos sobre archivos y datos per- convergencia incuestionable: los archivos sonales. Igualmente se han desplegado públicos. esfuerzos bien orientados a la instalación Quisiera expresar una reflexión a de organismos robustos que garanticen la nombre de los cientos de archivos pú- transparencia, a efecto de impedir hacer blicos diseminados a lo largo de nuestro nugatorio el derecho de los ciudadanos. país. Sin ellos no hay materia sobre la Por supuesto, antes se han dado debates cual discernir acceso documental alguno. en espacios vitales como los medios y, en Más aún, la gestión archivística tiene nor- ocasiones, en las instituciones de educa- mas desarrolladas a través de prácticas ción superior, prolongados en reuniones inveteradas que deben respetarse, por- como ésta donde se busca la circulación que así conviene incluso a la transparen- de las ideas. El surgimiento de estudiosos cia, no por moda o interés político, sino de nuevo cuño, empeñados en hacer el porque la experiencia de quienes se han recuento de acciones exitosas en otras desarrollado en los repositorios y no en latitudes, de las cuales se puede sacar los escritorios, así lo ha reconocido. Pero, partido para no transitar por sendas equi- la dignificación de esta actividad mediante vocadas, avanza hacia la conformación instalaciones adecuadas y presupuestos de una doctrina que deseamos adecuada congruentes, no se ha dado de manera a nuestra realidad. La formación de este integral ni justa en el todo el país. corpus no está exenta de criterios diver- Es necesario reconocer la realidad gentes, contrarios e incluso contradicto- nacional y superar las evidencias que 177 muestran cuánto se desconoce la labor acervos públicos para fortalecer su ges- de los archivistas empíricos que han tión, así como el equipamiento y la ca- conformado la mayoría de los acervos pacitación con el propósito de estar en del país. Sus actividades, independien- condiciones de articular los mecanismos temente de lo que suponen algunos correspondientes. No basta con impul- con perspectiva soberbia, han sido de sar dispositivos jurídicos o adecuaciones carácter multi e interdisciplinaria: archi- constitucionales estentóreas de segun- vonomía, conservación y restauración, da generación, de buena voluntad pero administración pública, historia, derecho, voluntaristas, ni la adopción acrítica de ciencias de la comunicación y tecnolo- tecnologías de la información, si antes la gías de la información, son algunas de preocupación por los archivos no se vuel- las disciplinas que han paulatinamente ve genuina ocupación de sus partidas incorporado los responsables de la docu- presupuestarias. No sirven a la sociedad mentación a su bagaje de conocimientos. órganos de vigilancia bien aviados, con Más meritorio aún, si advertimos que en archivos miserables. No es socialmente el “Diagnóstico de la situación profesional útil el pronunciamiento por el derecho a de los archivistas del país y expectativas la información si no se traduce en capaci- de profesionalización”, que llevó a cabo el dad de operación para los repositorios. La con la ENBA (la institución federal que fuerza de la cadena es la del eslabón más afortunadamente imparte esta formación débil. Mal hacemos, pues, si ponemos la ahora tan demanda), sólo 41% de los ar- carreta adelante del caballo. AGN chivistas encuestados contaban con algu- Preguntarse por los edificios y el na licenciatura (fuese o no de archivono- equipamiento de los archivos, por la for- mía); 30% tenía bachillerato; 18% informó mación de los archivistas y su desarrollo haber cursado únicamente la secundaria; como verdadera opción de desempeño 5% sólo la primaria y apenas 1% manifes- en el servicio civil de carrera, con suel- tó poseer algún postgrado. dos adecuados a su responsabilidad y En el ámbito nacional la verdadera desempeño, así como por su capacita- transparencia debe iniciar con el incre- ción; no confundir las bibliotecas con los mento de los recursos destinados a los archivos y sus técnicas de descripción; 178 comprender que el criterio funcional en formación convertido en exclusividad del el ámbito internacional para los instru- aparato gubernamental, en rezago demo- mentos de consulta contemporáneos es crático o en discurso falaz. Si es condi- de orden funcional no el primario segui- ción necesaria para los juzgadores saber miento de los organigramas, todo ello, es derecho, no sería mala idea que quienes requisito sine qua non para que fructifique están llamados a pronunciarse sobre la la anhelada transparencia, más allá de la transparencia, el rendimiento de cuentas búsqueda de lo políticamente correcto, y el combate a la corrupción, se entera- del cúmulo legislativo y de las institucio- sen de los elementos de la archivística y nes que le acompañan. su complejidad operativa. Quizá debería- Más aún, para evitar las tensiones mos también precisar las inquietudes de que como sino de los maniqueísmos la sociedad: qué desea saber ésta, evitar latinoamericanos nos amagan recurren- confundir las unidades de enlace con ca- temente, dividiendo ahora a los actores setas de informes o centros de maquila políticos en dos bandos: los opacos y los de tesis y ensayos, y no pensar en una transparentes, es menester desplegar la modernidad aséptica en busca de la re- voluntad política bien avenida con la cele- dención política por el camino de una tec- ridad que el aparato público y los erarios nología alejada de las mayorías, sin dis- pueden proporcionar en congruencia con tinguir la desigualdad de los municipios y su pretendido interés por el derecho a la dependencias del país y el desequilibrio información. Si una de las manifestacio- de sus fuerzas. nes del subdesarrollo es la convivencia Cumplir con las tareas que impone la de las etapas pretecnológicas con las de transparencia, y el acceso a la informa- punta, no es diferente el caso de la ad- ción pública a las diversas instancias del ministración pública mexicana en los tres Estado mexicano, contribuirá sin duda órdenes de gobierno. Por ello, mal hace- al desarrollo y modernización de los ar- mos si la transparencia buscada se mon- chivos. Mas la correcta aplicación de la ta en la hipótesis de un país uniforme y técnica que han formulado para sí estos desarrollado, o bien, si en el otro extremo repositorios, homologada en el ámbito se despliega el patrimonialismo de la in- internacional, es la verdadera garantía 179 para que su cumplimiento no sea una De no bastar estos argumentos para mera obligación burocrática. Persiste la echar una mirada benévola en favor de equívoca idea que la modernidad extin- las muchas veces olvidadas oficinas de gue los reservorios con respaldo en pa- archivo; si se sigue por la senda de una pel, pero debe advertirse que los archivos transparencia de cristal que se astilla con electrónicos vistos como panacea no po- el peso de los hechos; si no fuese sufi- drán ser eximidos de las normas básicas ciente la necesidad de darle a los nuevos de clasificación de acervos, sobre todo tiempos nuevos equilibrios inclinados a lo después de resolverse las dudas vincu- sustantivo y no a lo adjetivo, al menos, ha- ladas a la confiabilidad y permanencia de bría que recordar al patrimonio documen- estos soportes, de acuerdo con los estu- tal como nutriente del pasado común. No dios del Grupo Interpares patrocinado por puede haber reflexión sobre el ser nacio- Esto es así, porque a pesar nal que no fluya por las fuentes primarias, del sordo reclamo competencial entre aunque siga estimulándose la inaceptable nuestras dependencias, para normar su e indolente práctica académica de publi- empleo y desarrollo, en el ámbito interna- car y hasta celebrar obras históricas y de cional, no dejan de ser archivos sujetos análisis social de autores que no abrevan precisamente a su normativa. De existir en ellas e ignoran los acervos documen- los recursos necesarios, sería válido pre- tales. Lo que sí hay en los archivos es un guntarnos qué pasaría si los administra- rendimiento de cuentas inapelable, el del dores de archivos pudiésemos convertir juicio de la Historia que busca su huella la tramitación y la información de manera en los repositorios. No olvidemos que con autónoma en una red de autopistas de el paso de los años todos habremos de acceso. Seguramente muchas institucio- someternos a su veredicto. la UNESCO. nes de transparencia, de vigilancia y de control tendrían serias dificultades para justificar presupuestos golosos. * Director general del Archivo General de la Nación. 180 Cuernavaca, Morelos. Noviembre 14 de 2007. HOMENAJE A CELIA MEDINA MONDR AGÓN A R C H I V I S TA , P A L E Ó G R A F A Y D O C E N T E Elvia Alaniz Ontiveros Más de medio siglo de recuerdos pre- Medina Mondragón se jubiló en 2001, servan, imborrable, la imagen primera a los 71 años de edad y a los 49 de ser- percibida una mañana por Celia Medina vicio. Pero no se retiró de su espacio de Mondragón: una mujer de alta silueta es- trabajo. A partir de entonces, ajustó sus cribía en una máquina mecánica –cuyos actividades para continuar la cita que tipos se desprendían del corazón del ins- acordara consigo misma, como quien trumento semejando unas delgadas y rá- hace una promesa sin darse cuenta de pidas patas de araña– rodeada por el olor ello. Hoy continúa acudiendo diariamen- a viejo de los documentos. Era una figura te y de manera voluntaria al lugar que de equiparable a una pintura de Remedios joven la deslumbró y la hizo entrar en otro Varo, enigmática, lejana, ensimismada. mundo. Siente nostalgia sólo de pensar Esa mañana, Celia iba al Archivo ubicado entonces en Palacio Nacional en no ver más documentos, expedientes y paleografías. por encargo de su maestro Jorge Ignacio Por su profesionalismo y tesón en el Rubio Mañé, a realizar un trabajo escolar. trabajo paleográfico, que ha desempe- Fue el inicio de una aventura que pocas ñado 55 años ininterrumpidamente, el mujeres de su época se atrevían a reali- pasado 27 de marzo, Día del Archivista, zar: estudiar una licenciatura y trabajar en se le otorgó un diploma en homenaje y el AGN. Tenía entonces 22 años de edad y reconocimiento. no imaginaba que un año después, aquel La rutina no ha menguado su capaci- lugar impresionante se convertiría en su dad de sorpresa. Cada vez que abre un casa laboral. expediente la curiosidad se anima y la 181 universitarios, pese a que para ingresar se les pedía comprobar “su limpieza de sangre”; éste era un documento que avalaba a quien lo poseía provenir de español, o bien ser hijo de indígena noble. La impresionó el caso de un mulato que no pudo titularse de médico, pues carecía de padre, pero sobre todo que existieran tantas restricciones para conseguir un grado académico superior. Su interés por la vida cotidiana de la Colonia la llevó a escudriñar en esos siglos; comprobó documentalmente que transporta a un pasado que ella considera de la unión de “europeos con indígenas cíclico. Compara con insistencia el pasa- resultaría el pueblo que somos ahora”, un do y el presente. pueblo que, está convencida, es creador Le gusta reconstruir la historia como e inteligente. Con la Conquista, considera si, por ejemplo, hubiera atestiguado la la maestra Celia, “dimos un salto bastante manera en que los españoles conquis- grande”. taron a los indígenas: “me puedo imagi- En esa inmersión a nuestros oríge- nar la batalla que tuvieron”. Y comienza nes, la escandalizó que los pobladores a describir imágenes que son fugitivas al nativos tuvieran las mismas condiciones documento: “una noche, por casualidad, que hoy. “No podían asistir, dice, a la uni- una mujer salió tal vez por agua o por- versidad por su condición indígena; había que tenía necesidad de salir, calculo que ese racismo que nos caracteriza”; aún deben haber sido las once de la noche, así, tropezó con varios indios que, por su cuando se dio cuenta que los españoles calidad de caciques, pudieron estudiar en los tenían sitiados”. la universidad. Cuando estuvo a cargo del fondo de La maestra Medina Mondragón in- Universidad descubrió que hubo negros gresó como paleógrafa al Archivo el 1 de 182 septiembre de 1952. Le sorprendió enton- repetidas ocasiones llegó a pensar que ces que la mayoría de los empleados le los documentos que estudiaba estaban al doblaban o triplicaban la edad. Aunque revés, de tan compleja y distinta que era la intuía que la conversación sería una em- escritura. Tuvo que descifrar letra por le- presa difícil fue recibida con generosidad tra para conocer el contenido de los expe- amable por la doctora Guadalupe Pérez dientes. Poco a poco se familiarizó con la San Vicente, Beatriz Arteaga Garza y el escritura y pronto descubrió que ya podía doctor Ernesto de la Torre Villar, quien paleografiar los documentos, por antiguos era entonces subdirector del Archivo. que fueran. Trabajar este fondo le permi- A la doctora San Vicente, doña Celia tió conocer la vida y obra de don Miguel la recuerda como una persona “muy tra- Hidalgo y Costilla, Antonio López de San- table, sencilla con aire de distinción”. A su ta Anna y José María Morelos y Pavón. lado aprendió los procedimientos para la Supo también que Porfirio Díaz hizo es- elaboración de catálogos y la realización tudios de leyes, pero no logró convertirse de investigaciones. en abogado porque –supone la maestra Su primera tarea en el Archivo fue Celia– provenía de una familia humilde, la producción de fichas catalográficas. pues incluso fue carpintero, zapatero y Primero debía leer el documento, luego desempeñó algunos otros oficios. sacar los datos principales y en seguida Uno de los documentos que la emo- hacer la ficha. Sin más experiencia que cionaron sobremanera fue la solicitud un curso de paleografía en la Facultad de para el examen de licenciatura de Juan Filosofía y Letras de la UNAM, buena parte Ruiz de Alarcón, al que conocía a través de su labor se orientó hacia esa tarea. Al de sus obras y por quien sentía gran ad- principio le encomendaron archivos del miración. Cuando vio su petición pensó: siglo No tuvo mayores problemas, “qué bueno que tengo la oportunidad de muchos de los documentos estaban me- ver estos documentos”. La maestra Me- canografiados. dina ha tenido el privilegio de conocer a XIX. Posteriormente, le asignaron el fondo muchos otros personajes de la historia de de Universidad. Ahí se enfrentó con un México. De Benito Juárez encontró es- mar de letras receloso y desconocido. En critos de su época como presidente, y el 183 sólo hecho de ver su firma la conmovió. Entre los documentos que más la han tiempos de agitación, se ofrecieron para acompañarla hasta su casa. impresionado, uno de ellos forma parte El 2 de octubre salió del Archivo y se del fondo de Inquisición. Recuerda que, dirigió a la colonia Roma para impartir su cuando leía el texto, no daba crédito: de- clase de historia. En ese tiempo pensaba trás de una letra ilegible se escondía el que el movimiento estudiantil del 68 era tormento aplicado a una mujer. Por no ser una muestra de adelanto en los jóvenes, católica la pusieron en el potro y le esti- querían que se tomara en cuenta sus raron las extremidades hasta zafárselas, ideas de progreso, libertad y democracia. Cuando el sólo por ser judía. AGN estaba en Palacio Cuando el Archivo General de la Na- Nacional conoció al historiador Edmundo ción se encontraba en Palacio Nacional, O´Gorman. A él lo recuerda como un hom- tuvo la oportunidad de presenciar algunos bre agradable. Inspiraba confianza y trata- de los sucesos que antecedieron a la ma- ba a las personas “con mucho cariño”. De tanza en Tlatelolco el 2 de octubre de 1968, él, añade, “incluso trabajó en Palacio Na- “hubo varios acontecimientos antes del 68 cional, fue empleado del Archivo y una de y a mí me tocó hasta cierto punto vivirlos”, sus compañeras le enseñó paleografía”. En 1973, cuando el Archivo era di- por ejemplo el bazucazo a la preparatoria uno, el 29 de julio de ese año. Al llegar a la calle de Guatemala se rigido por Jorge Ignacio Rubio Mañé, el AGN fue trasladado al segundo piso del ex encontró con dos de sus compañeros de Palacio de las Comunicaciones, ubicado la universidad. Uno, Mario Moya Palencia, en la Plaza Tolsá, en la calle de Tacuba. quien sería secretario de Gobernación De ese cambio la maestra recuerda que durante el mandato del presidente Luis el director no estuvo de acuerdo con la Echeverría Álvarez, y el otro Héctor Azar, nueva sede porque temía que el piso no que además de dramaturgo sería un gran soportara el peso de tantos documentos. promotor del arte escénico. Ambos ami- Debido a que el espacio era insuficien- gos habían atestiguado el “bazucazo” y, te fue necesario contar con otro lugar en ante el peligro que representaba para una el que se resguardara parte del material mujer caminar por el centro en aquellos hemerográfico, así se utilizó como bodega 184 la llamada “Casa amarilla”, ubicada en Tacubaya, lugar donde también trabajó Celia haciendo fichas. Recuerda “una cantidad de documentos verdaderamente extraordinaria, no estaban amontonados, sino que ya estaban agrupados en secciones”. Cuando el AGN dirigido por Alejandra Moreno Toscano fue reubicado en 1982 en el ex Palacio de Lecumberri, el personal no sólo había crecido numéricamente, sino que las funciones ya estaban mejor delimitadas, pues anteriormente los empleados lo mismo podían hacer una paleografía, que atender a un investigador paso de los años, ha olvidado cuáles y o contestar el teléfono. A ella le tocó en cuántas fueron. parte desempacar y clasificar los docu- La cátedra le sirvió para no perder el mentos, apenas bajaban de los camiones contacto con los jóvenes, porque dentro de mudanzas. del Archivo el trato con ellos no existía Un año antes de trabajar en el Archi- para ella. La búsqueda de ese acerca- vo, Celia comenzó su labor docente. Ini- miento con la juventud era en realidad ció en la secundaria del Gordon College, una especie de retroalimentación de quien donde impartió historia durante dos cur- trataba de entender el comportamiento y sos. Después, la invitaron a trabajar en la manera en que los jóvenes pensaban, la preparatoria de la misma institución, y además era como mirar hacia atrás y ver- luego al Colegio de las Vizcaínas, donde se como estudiante, “me hacía recordar estuvo seis años. También fue maestra cuando yo tenía la edad de ellos”. Por su en la preparatoria 5 de la UNAM, en la cual trabajo académico la maestra Medina ha permaneció 33 años; dio clases en el Co- recibido diversas distinciones, pero re- legio Alemán Alexander von Humbolt y en cuerda una en especial, la que le dieron escuelas secundarias técnicas que, por el con motivo de sus 25 años en el magis- 185 terio dentro de la UNAM, ceremonia que le Martínez Bibriesca, quien se convirtió pareció “muy emotiva”. años más tarde en su esposo. Entonces Celia fue la mayor de 10 hermanos, ella estaba en la secundaria. Sin em- su padre tenía una sastrería y su madre, bargo, entre ellos no hubo siquiera una antes de casarse, trabajó algún tiempo palabra. Fue hasta 1952 cuando tuvo un en el gobierno. La familia Medina Mon- acercamiento con ese hombre, cuyos dragón vivía muy cerca de San Juan de ojos verdes habían llamado su atención: Letrán, actual eje Lázaro Cárdenas. En “lo encontré trabajando en el Archivo”. esos años estudiar para una señorita ya Entonces entre documentos, paleografías “no era mal visto”, incluso en la Facultad y archivos comenzaron una relación de de Filosofía y Letras las mujeres supera- noviazgo que terminó en boda en 1959. A ban numéricamente a los hombres; a ella los dos años nació Gonzalo Gilberto Mar- le tocó crecer en una familia en la que se tínez Medina, su único hijo. acostumbraba que las mujeres estudiaran y trabajaran. Han pasado más de cincuenta años desde que Celia cruzó las puertas del Ar- Fue su padre quien la animó a solicitar chivo General de la Nación con una mo- su ingreso a la universidad en la carrera chila de estudiante al hombro. Entonces de historia y no en la de leyes, como ella iba llena de ilusiones y con un trabajo es- pensaba, pues según él Celia perdería fá- colar pendiente. Hoy llega como el primer cilmente los casos “porque era muy eno- día, pero con un paso más lento y menos jona”. Que no servía para abogada fueron firme que antaño. Acude al Archivo no con las palabras pronunciadas por Bardomia- la incertidumbre de quien no tiene idea de no Medina antes que su hija, “en un mo- lo que encontrará, sino con la certeza de mento”, aceptara seguir la profesión a la conocer parte del universo que hay aquí. cual se dedicaría tantos años. El Archivo ya no es el de antes ni volverá En una biblioteca, ubicada en el Palacio de Bellas Artes, conoció a Gilberto 186 a serlo, tampoco ella. Joyas del mes Hermenegildo Galeana ABRIL Natalicio 13 de abril de 1762 Fue de los jefes más destacados en la primera etapa insurgente. Nació el 13 de abril de 1762, en Tecpan, Guerrero. En noviembre de 1810, cuando el ejército de José María Morelos y Pavón pasó por Tecpan, se unió al grupo, en compañía de sus hermanos. Consiguió distintos triunfos que le permitieron encabezar una de fue presa fácil para su captor, Joaquín de las tres grandes divisiones del ejército de León, quien le dio muerte con un disparo Morelos. Al tratar de disuadir a los realis- en la cabeza el 27 de junio de 1814. El 19 tas, chocó contra la rama de una árbol y de julio de 1823, el Congreso lo declaró cayó del caballo con la cabeza rota, así Benemérito de la Patria. MAYO Miguel Hidalgo Natalicio 8 de mayo de 1753 Nació en la hacienda de Corralejo, en Pénjamo, Guanajuato, el 8 de mayo de 1753. Estudió en el Colegio de San Nicolás Obispo, del que fue catedrático y rector. Descubierta la conspiración, decidió adelantar los planes. Al amanecer del 16 de septiembre de 1810 dio el “Grito de Trujillo en el monte de las Cruces. Sin Dolores”, iniciando la contienda. De sus embargo, en el Puente de Calderón, los batallas destaca el triunfo del 30 de octu- realistas lo derrotaron. Hidalgo fue enjui- bre de 1810, cuando derrotó a Torcuato ciado y ejecutado el 30 de julio de 1811. 187 Joyas del mes JUNIO Ignacio Aldama Aniversario luctuoso 20 de junio de 1811 Este caudillo insurgente, originario de San Miguel el Grande, actualmente San Miguel de Allende, Guanajuato, realizó sus estudios como abogado en la ciudad de México, pero abandonó su carrera para dedicarse al comercio de granos agrícolas. Su incursión en el movimiento nombrado embajador ante los Estado insurgente se dio después del Grito de Unidos de América el 6 de febrero de Dolores, incorporándose junto con su fa- 1811 en Saltillo, Coahuila. Rumbo a la milia a las tropas de Miguel Hidalgo dos frontera, fue aprehendido y fusilado el 20 días antes de la batalla de Aculco. Fue de junio del mismo año. FEBRERO-DICIEMBRE Sala de Banderas Documentos de la Independencia de México El nacimiento de la patria es un proceso decantado en el tiempo y surge entre estertores sociales provenientes de silenciosas tomas de conciencia sobre la forma de ser y estar en el mundo. Ante el Bicentenario del surgimiento de México, el Archivo General de la Nación desea ilustrar algunas palpitaciones de esa ges- cumentos que dan prueba de los sucesos ta mediante una selecta muestra de do- durante la guerra de independencia. 188 Sala Siqueiros Las constituciones de México La Constitución o carta magna, es la expresión de la soberanía del pueblo. Es la ley fundamental de un Estado en la cual se establecen los derechos y obligaciones de los ciudadanos y gobernantes. Es la norma jurídica suprema y ninguna ley o precepto pueden estar sobre ella. En 1916 el Congreso de la Unión se reunió PREPARATORIA 8 como Congreso Constituyente en Querétaro, donde se reformó la constitución de A partir del mes de mayo, usted podra ver 1857. La nueva constitución se promulgó esta exposicion en la preparatoria 8, Mi- el 5 de febrero de 1857. guel E. Schulz. MAYO-JULIO Delegación Venustiano Carranza Venustiano Carranza Nació el 19 de diciembre de 1859 en Cuatro Ciénegas Coahuila. Su participación en la Revolución fue determinante para formar el nuevo Estado mexicano. Encabezó el Poder Ejecutivo en 1914, según lo estipulaba el Plan de Guadalupe, pero algunos jefes revolucionarios se inconformaron y, reunidos en la Convención de Aguascalientes, lo desconocieron. Él mandó a Obregón a enfrentarlos alar- Zapata y Villa, Carranza fue electo presi- gando la guerra civil. Una vez derrotados dente en 1917. 189 Exposiciones FEBRERO-ABRIL ABRIL metro Zapata Tierra y libertad. Emiliano Zapata y el movimiento revolucionario Emiliano Zapata Salazar (Anenecuilco, Morelos, 8 de agosto de 1879) planteó desde 1906 la defensa de los campesinos morelenses. Proclamó el Plan de Ayala (1911), en el que se reflejaron los anhe- frase “Tierra y libertad”. El 10 de abril de los de los campesinos, sintetizados en la 1919 fue asesinado en una emboscada. MAYO metro Pantitlán Diosas del ayer La vedette que animó la capital de México, tras las rupturas sociales posrevoulucionarias, fue el espectáculo más concurrido en los veinte. Estas divas, ícono de belleza y esplendor, divirtieron y mostraron al México de la posguerra los placeres banales y la frivolidad del Porfiriato. JUNIO El tribunal del Santo Oficio La Inquisición fue establecida formalmente en la ciudad de México el 4 de noviembre de 1571, aunque ya funcionaba desde 1522, y en fechas posteriores en el resto de la Nueva España. Su misión era conservar la fe; pero fue utilizada en muchas ocasiones como arma política. 190 metro Candelaria cine Venustiano Carranza ABRIL Niños y niñas Aquí se plasma, en documentos y fotografías seleccionados por el AGN, la infancia en la historia, su presencia frente a cambios sociales, culturales y políticos colonización de la Nueva España hasta el que han trasformado su entorno, desde la México moderno. Casa de la Cultura Heberto Castillo ABRIL El séptimo arte en el cine. Colección de carteles del cine mexicano Los carteles ayudan a: promover una película con el fin de convertirla en un éxito taquillero. El Archivo General de la Nación muestra una colección que proviene del Instituto Mexicano de Cinematografía (Imcine), compouesta de carteles distribuidos por Películas Mexicanas S. A. de C. V. de 1940 a 1980. JUNIO Casa de la Cultura Prof. Enrique Ramírez y Ramírez Rotonda de las personas ilustres Reposan en este lugar los restos de personajes destacados en diferentes campos. Hombres y mujeres que nos dieron identidad nacional; que han engrandecido a México con sus obra intelectual o artística, o que han contribuido decisivamente a la vida de nuestras instituciones. 191 ABRIL Los niños de la guerra. Una mirada a la memoria Escuela Nacional Preparatoria Plantel 7. Ezequiel A. Chávez En 1937, el presidente Lázaro Cárdenas recibió a cerca de 400 niños españoles que llegaron a Veracruz desde Burdeos. El relato visual de esta primera avanzada del exilio español, conocida como ‘’los niños de Morelia”, es posible gracias a las lentes de Díaz, Delgado y García, fotógrafos del periodismo mexicano. MAYO Mujeres del siglo XX En el siglo xx la mujer hizo grandes avances en su reivindicación social, desde el derecho a la educación hasta el votar y ser votada. El Archivo General de la Nación presenta esta muestra fotográfica sobre mujeres en diversos ámbitos y escenarios en el México del siglo pasado. 192 Escuela Nacional Preparatoria Plantel 2. E. Castellanos Quinto Página web: www.agn.gob.mx Visite también: Portal de la Independencia: www.agn.gob.mx/independencia/ Portal de la Revolución: www.agn.gob.mx/revolucion/ y el Portal de la celebración del 150 aniversario de la Constitución política de 1857 193 P ublicaciones HISTORIAL DEL BAJÍO Archivo Historico Municipal de Irapuato, Boletín 1, Nueva época, H. Ayuntamiento de Irapuato/Hábitat/Archivo Histórico Municipal de Guanajuato/Sedesol/Ediciones La Rana, 2007, 120 pp. En su nueva época, la primera edición de este boletín reúne documentos, acompañados de su paleografía, en torno del memorable y más distinguido benefactor de la localidad, don Ramón Barreto de Tábora, quien destinó sus posesiones al bien común, por ejemplo, la construcción de una escuela para niñas, que hoy ocupa la Presidencia Municipal. “Reacomodos de la población étnica: la experiencia de los tarascos en el siglo XVI”, de Carlos Paredes muestra parte de la cultura tarasca en relación con otros grupos lingüísticos mesoamericanos en del pueblo de Aldama, siglos las primeras décadas del siglo XVI. así reconstruye una etapa de la historia XVII y XVIII”; Dulce María Guadalupe Vázquez de ese poblado que durante la colonia fue Mendiola explora en torno de la “Hacien- un “punto estratégico dentro de la red de da de Jaripitío, un inicio hacia la historia caminos novohispanos”. 195 En “Ánimas y Molino de Santa Ana: glo XVIII”, de Juan Leonardo Hernández dos haciendas irapuatenses durante la Lozoya, revisa las principales transforma- Revolución mexicana, 1910-1917”, Luz ciones del asentamiento urbano irapua- Antonia Miranda Félix analiza cómo la tense en el siglo XVIII y principios del XIX; Revolución mexicana afectó las activi- se incluyen algunas ilustraciones. dades económicas de las haciendas y José Andrés Márquez elabora una ranchos irapuatenses, pues durante 1911 breve descripción sobre las circunstan- hubo más grupos o “gavillas” de bandole- cias y características demográficas (de- ros. Pese a que éste no era un fenómeno sarrollo poblacional, alfabetismo, política nuevo en la localidad, “la revolución favo- y economía) registradas en Guanajuato reció el desarrollo de este bandidaje”. en vísperas y al final de la Revolución “Configuración de la cabecera de la mexicana. Congregación de Irapuato durante el si- Archivo Histórico Municipal de Irapuato, Boletín 2, Nueva época, H. Ayuntamiento de Irapuato/Hábitat/Archivo Histórico Municipal de Guanajuato/Sedesol/Ediciones La Rana, 2007, 104 pp. En las páginas iniciales se publican tres de la población irapuatense desde el si- documentos que forman parte del archivo glo XVI; indaga también algunos aspectos municipal: en uno se enumeran los bie- sobre historias de familia: genealogías, nes dotales de una mujer en el siglo XVIII; organización, costumbres, actividades otro es la carta de venta de un esclavo, y económicas y pertenencia a instituciones el tercero, es el acta testimonial de una sociales. mujer que denuncia a su marido por haberla golpeado. En “Deporte y modernidad postrevoluconaria en Irapuato”, César Federico En su texto “Irapuato: población diver- señala que los gobiernos priistas enten- sa”, María Guevara Sanginés realiza una dieron las ventajas de utilizar los simbo- radiografía sobre los diversos orígenes lismos del deporte como representación 196 de la nueva nación, por ello procuraron incluirlos en las festividades cívicas. Hacia 1930 en Irapuato, sólo 0.36% de la población practicaba algún deporte. Sobre “La expedición de Xavier Mina, de Inglaterra a Guanajuato” escribe Liria Olimpia Flores Carreno; detalla la manera en que, desde Europa, Mina planeó la expedición libertadora en apoyo del general Morelos y del congreso mexicano que en Nueva España se enfrentaba al absolutismo de Fernando VII. “El intento por tomar la ciudad de Guanajuato fue un fracaso rotundo”, debido entre otros factores a que Mina no conocía la ciudad y a la indisciplina de sus tropas. nóstico Municipal sobre la situación de las “La Casa del Museo de la Ciudad, mujeres, con perspectiva de género”, rea- siglos XVII-XIX”, de Jesús Martín Martínez lizado por el Instituto de Mujeres Irapua- Hidalgo, es una cronología sobre ese tenses, donde se ordenan y relacionan inmueble, sus dueños y los cambios he- las principales carencias y desigualdades chos a la que, tradicionalmente, se cono- de las residentes en esa localidad. (Elvia ce como la Casa de la Inquisición. Alaniz Ontiveros) Paola Monroy Flores estudia el “Diag- 197 La Asociación Latinoamericana de Archivos se eligió al nuevo Comité Directivo y, luego de (ALA) fue creada en Lima el 6 de abril de 1973 más de dos décadas, México fue selecciona- para estudiar, establecer y mantener relacio- do para presidir la Asociación en el periodo nes entre las instituciones archivísticas y or- 2007-2011. La mesa directiva quedó integrada ganismos profesionales de carácter público y como sigue: privado, en países con archivos de tradición Presidente: Jorge Ruiz Dueñas (México), ibérica. Actualmente integra a países de len- Primer Vicepresidente: Mónica María Eugenia gua española y portuguesa de Latinoamérica, Barrientos Harbin (Chile), Segundo Vicepre- así como a España y Portugal. sidente: José Ramón Cruz Mundet (España), La Asociación, a su vez, se afilió como Secretaria General: Martha Marina Ferriol rama regional al Consejo Internacional de Marchena (Cuba), Primer Vocal: Silvestre de Archivos (CIA) y ha reformado sucesivamente Almeida Lacerda (Portugal), Segundo Vocal: sus estatutos para mantenerse en sintonía con Marcela Inch Calvimonte (Bolivia), Tesorera: las directrices del Consejo. Claudia Delgado Martínez (México), Secreta- Desde su origen, la misión de la Aso- ria Ejecutiva: Yolia Tortolero (México) ciación es la colaboración mutua entre sus A partir de la resolución anterior, la Aso- miembros en beneficio del desarrollo de los ciación confirmó su interés en estrechar los archivos y la preservación y uso del patrimonio lazos de cooperación con la comunidad archi- documental de sus países. vística de tradición ibérica. En el marco del V Seminario Internacional Por este conducto invitamos a los archi- de Archivos de Tradición Ibérica “Los archivos vos nacionales, federales, estatales, munici- al servicio de la sociedad”, celebrado en San pales, a las universidades, a las asociaciones José de Costa Rica del 2 al 5 de julio de 2007, archivísticas y a los profesionales de la región, la ALA realizó su Asamblea General Ordinaria. a afiliarse a la Entre los puntos a tratar en el orden del día para sus miembros son los siguientes: 198 ALA. Los principales beneficios • Formar parte del directorio de archivistas y expertos de la región. • Recibir gratuitamente las publicaciones de la Asociación. les, regionales, estatales, departamentales o municipales públicos y privados. Pagan $75 dólares anuales. MIEMBROS CLASE D: Corresponden a • Recibir por correo electrónico los bole- centros de formación vinculados con activida- tines, noticias, convocatorias e información des archivísticas. Pagan $50 dólares anuales. sobre cursos, becas y actividades nacionales, MIEMBROS CLASE E: Corresponden a regionales e internacionales. • Recibir invitaciones a las actividades y reuniones o seminarios programados a nivel nacional, regional e internacional. archivistas y a funcionarios de archivos, bibliotecas y centros de documentación. Pagan $20 dólares anuales. Para obtener un formato de inscripción • Actualizarse a través de lecturas y textos agradeceremos enviarnos una carta por correo sobre archivística que la Asociación les envíe electrónico o postal a la dirección electrónica por vía electrónica. aquí referidos, indicando su interés de perte- • Compartir artículos, lecturas, manuales necer a la Asociación, así como una síntesis u otros materiales sobre archivística de interés curricular o una breve reseña institucional que para los miembros de la Asociación. incluya sus datos completos (nombre, institu- • Sugerir propuestas y proyectos para el programa de trabajo anual de la Asociación. ción, cargo, dirección, teléfonos de contacto y correo electrónico). • Establecer contactos e intercambiar experiencias con otros archivistas de habla his- Jorge Ruiz Dueñas pana en Latinoamérica, España y Portugal. Presidente de la Asociación Para formar parte de la Asociación existen las siguientes categorías de afiliación: Latinoamericana de Archivos, 2007-2011 Archivo General de la Nación, México MIEMBROS CLASE B: Corresponden a Avenida Eduardo Molina s/n, colonia Peni- asociaciones nacionales de archivistas. Para tenciaría Ampliación, Delegación Venustiano afiliarse requieren enviar copia simple de sus Carranza, C.P. 15350, México, Distrito Fede- estatutos. Pagan $100 dólares anuales. ral. Tel. (0052) (55) 51339900, ext. 19301 a la MIEMBROS CLASE C: Corresponden a archivos históricos y administrativos, federa- 19303. Correo electrónico: ALA.presidencia@ segob.gob.mx 199 El Boletín del Archivo General de la Nación, núm. 20, 6a. época, se terminó de imprimir en marzo de 2008 en Promodel Diseño S.A de C.V Se tiraron 1000 ejemplares.