Joyas del mes - Archivo General de la Nación

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Archivo General de la Nación
boletín
6a época • abril-junio 2008 • número
20
Boletín del AGN
6ª época • abril-junio 2008 • número 20
Edición
Marco Antonio Silva Martínez
Jefe del Departamento de Publicaciones
Asistencia Editorial
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Elvia Alaniz e Israel Reséndiz
Diseño y formación
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ISSN-0185-1926
D.R. © Secretaría de Gobernación
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Col. Juárez, Delegación Cuauhtémoc
06699, México, D.F.
D.R. © Archivo General de la Nación-México
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Col. Penitenciaría Ampliación,
Delegación Venustiano Carranza
15350, México, D.F.
Boletín del Archivo General de la Nación, publicación trimestral,
abril-junio 2008.
Edición y difusión: 5133-9900 exts. 19325, 19424 y 19330. Fax: 5789-5296.
Correo electrónico: [email protected]; www.agn.gob.mx.
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y Albañiles s/n, colonia Penitenciaría Ampliación,
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Impreso en México.
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Yolia Tortolero Cervantes
Director de Tecnologías de la Información
Benjamín Torres Bautista
Director de Administración
Jesús Manuel Martínez Rivera
Índice
EDITORIAL
GALERÍAS
La secularización de las misiones en la Alta California
Martha Ortega
10
El departamento naval de San Blas y sus relaciones con las Filipinas
a finales del siglo XVIII y principios del XIX
Claudia Patricia Pardo Hernández
40
El menaje asiático de las casa de élite comercial del virreinato
novohispano en el siglo XVII
Berenice Ballesteros Flores
59
PANÓPTICO
La política eclesiástica en el Segundo Imperio
Tomás Rivas Gómez
114
Consecuencias del pensamiento ilustrado y aspiración de libertad
de conciencia. Un caso en Campeche, 1795
Guillermo Sierra Araujo
140
HACIA EL BICENTENARIO
Excomunión de Miguel Hidalgo y Costilla, 1810
151
Levantamiento de la excomunión al cura Hidalgo y sus seqüaces, 1810
159
HACIA EL CENTENARIO
Ricardo y Enrique Flores Magón, noviembre de 1906
162
Expediente de los hermanos Flores Magón, 1905-1909
164
CALEIDOSCOPIO
Archivos históricos, patrimonio documental y transparencia
Jorge Ruiz Dueñas
176
Homenaje a Celia Medina Mondragón
Archivista, paleógrafa y docente
Elvia Alaniz Ontiveros
181
Joyas del mes
187
Exposiciones
189
Página web
193
PUBLICACIONES
Historial del Bajío
Convocatoria Asociación Latinoamericana de Archivos
ILUSTRACIONES
Las imágenes contenidas en este número pertenecen a los acervos gráficos del AGN, con excepción de las del texto de Berenice Ballesteros Flores,
que fueron obtenidas de los siguientes títulos:
Los mexicanos pintados por ellos mismos. Tipos y costumbres nacionales,
ed., pról. y notas de Andrés Henestrosa, México, Imp. de M. Murguía y
Comp.,1854.
AGUILERA, Carmen, et al., El mueble mexicano. Historia, evolución e influencias, México, Fomento Cultural Banamex A.C. 1985.
195
198
Editor ial
Tras el descubrimiento de la ruta transpacífica que comunicó el mundo asiático y el
americano, los conglomerados sociales de uno y otro establecieron relaciones diversas, principalmente intercambios económicos que, al mismo tiempo, les permitieron
conocerse, medir y comparar sus modos de vida, usos y cosumbres. En esta vigésima
edición del Boletín del agn, Gal er ías presenta tres investigaciones relacionadas con el
Pacífico novohispano. En la primera se da cuenta cómo el imperio español –decidido
a precaverse de una posible incursión rusa en sus territorios del noroeste americano– mandó al virrey José de Gálvez a que colonizara la Alta California. La segunda se
detiene en los siglos xviii y xix para recuperar algunos aspectos del flujo naval entre los
puertos de San Blas y las Filipinas. En otro texto se ofrece un pormenarizado recuento
del menaje oriental (muebles, joyas, telas, etc.) que las familias ricas encargaban a los
comerciantes transpacíficos.
Panópt ico desentraña, por un lado, las relaciones entre el gobierno de Maximiliano
y el clero y, por otro, parte de la vida cotidiana de la sociedad novohispana del
XVIII,
mediante el comentario de un expediente de la Inquisición en Campeche. En CALEIDOSCOPIO
los lectores podrán asomarse a los recuerdos de la maestra Celia Medina
Mondragón, quien el Día del Archivista recibió un reconocimiento por sus más de 50
años de servicio en el Archivo; en la misma sección se incluye el texto “Archivos históricos, patrimonio documental y transparencia”, del director general del AGN, Jorge Ruiz
Dueñas. Los documentos paleográficos de la excomunión del cura Miguel Hidalgo, así
como el de la aparente suspensión de tal medida, se consignan en HACIA EL BICENTENARIO.
Por su parte, HACIA EL CENTENARIO se ocupa del expediente “Revoltosos mago-
nistas”, referido a los hermanos Ricardo y Enrique Flores Magón. En Joyas del mes:
Hermenegildo Galeana, Miguel Hidalgo y Juan Aldama protagonizan, respectivamente,
abril mayo y junio.
8
G
alerías
LA
SECUL ARIZ ACIÓN DE L AS MISIONES EN L A
A LTA C A L I F O R N I A
Martha Ortega*
INTRODUCCIÓN
En 1761 el marqués de Almodávar llegó
ción en la que participaban más de 300
hombres.1 Ante esta noticia, el gobierno
español se alarmó por las pretensiones
como embajador de Su Majestad Católica
expansivas rusas en América. El marqués
ante el imperio ruso –debido a la alian-
de Grimaldi expresó la preocupación de
za entre España y Rusia– para participar
la corona española por sus fronteras en
en la Guerra de Siete Años (1756-1763).
el norte de América, en un informe que
Durante su estancia en San Petersburgo,
envió al virrey de Nueva España marqués
Almodávar informó a la corona española
de Croix (mayo de 1768), junto con la or-
sobre los avances rusos en el norte del
den de ocupar el puerto de Monterrey lo
Pacífico y el extremo noroeste de Amé-
antes posible. En enero de 1768, el virrey
rica. Almodávar aseguraba que en aquél
había mandado un despacho al visitador
momento la situación no era alarmante
general de Nueva España, José de Gál-
puesto que las colonias rusas eran muy
vez, en el que proponía la ocupación de la
débiles, de cualquier manera era menes-
Alta California. Así, para ese año existía
ter tenerlo presente. En 1764, Herrería,
un acuerdo acerca de colonizar Alta Cali-
sustituto de Almodávar, hizo saber a su
fornia como medida estratégica de defen-
gobierno que tres años antes la zarina
sa y consolidación de la frontera noroeste
Catalina II había autorizado una expedi-
de Nueva España.2
1
La expedición tuvo lugar entre 1768 y 1770. Estuvo bajo el mando de Piotr Krenitzin, quien navegaba en
el Santa Catalina. La nave consorte era la San Pablo y fue capitaneada por Levashev Mijail.
2
Francisco Palou, Noticias de la Nueva California, 2 t., en Documentos para la historia de México, ts.
VI y VII, t. I, pp. 247-250 (en adelante, Noticias…; C. Alan Hutchinson, Frontier Settlement in Mexican
10
Sin perder tiempo, Gálvez elaboró
blecimientos temporales que en diez años
un plan para la colonización del territo-
cumplirían su cometido, transcurrido ese
rio. Dicho plan consistió en fundar tres
lapso las misiones deberían secularizar-
misiones y un presidio, es decir, echó
se para que los misioneros prosiguieran
mano de aquellas instituciones que en el
su avance colonizador extendiendo así la
pasado habían probado ser eficaces en
frontera. De esta manera, la corona ga-
la expansión novohispana en el norte del
naba tierras, hombres, rentas y recursos
virreinato. Las misiones eran “institucio-
naturales.4
nes de frontera” cuyo objetivo principal
Por lo común, las misiones fueron cen-
consistía en congregar a los indios nóma-
tros de población aislados del resto de la
das que habitaban en el norte. Ahí se les
sociedad colonial puesto que se fundaban
enseñaba a cultivar la tierra, a cuidar el
en tierra de gentiles, desarrollaban una
ganado y se les inculcaba el cristianismo.
economía agropecuaria y autosuficiente
De acuerdo con los patrones europeos,
3
cuya tarea evangelizadora, protegida por
las misiones servían para “civilizar a los
el rey, les proporcionaban privilegios tem-
nativos con el fin de incorporarlos a la so-
porales sobre los colonos que llegaran
ciedad colonial. Por su carácter de avan-
a establecerse en la región en cuestión.
zadas colonizadoras, la corona financia-
Así, a pesar de constituir elementos in-
ba y apoyaba a las misiones en su afán
dispensables para la colonización porque
de ampliar sus dominios y cumplir con su
adiestraban a la fuerza laboral indígena,
compromiso de incorporar nuevos fieles a
más tarde entraban en conflicto con la
la iglesia católica. Las consideraba esta-
nueva sociedad que habían ayudado a
California. The Híjar-Padrés Colony, and its Origins, 1769-1835, pp. 3-5; Herbert Ingram Priestley, José
de Gálvez Visitor-General of New Spain (1765-1771), p. 471; Irving Berdine Richman, California Under
Spain and Mexico, p. 64.
3
De acuerdo con esta tradición, sólo los pueblos cultivadores que construían ciudades, que formaban
familias monogámicas y que practicaban el cristianismo católico romano, eran civilizados; el resto vivía
en la barbarie.
4
Enrique Florescano, “Colonización, ocupación del suelo y ‘frontera’ en el norte de Nueva España, 15211750”, en Álvaro Jara (ed), Tierras nuevas, expansión territorial y ocupación del suelo en América (siglos
XVI-XIX), pp. 63 y 71; H.E. Bolton, “La misión como institución de la frontera en el septentrión de Nueva
España”, en David J. Weber (comp.), El México perdido. Antología de ensayos escogidos sobre el antiguo
norte de México (1540-1821), pp. 37-39; S.F. Cook y W. Borah, Ensayos sobre historia de la población.
3. México y California, pp. 166, 248.
11
fundar, cuando los colonos querían dispo-
promovieron pocos cambios en el norte,
ner de esos mismos trabajadores. Cabe
de hecho, los que hubo se debieron más a
subrayar que la fuente principal del con-
la dinámica local que a una política gene-
flicto consistían en que el objetivo de los
ral. En Alta California las instituciones co-
misioneros era cristianizar pero para ello
loniales permanecieron, en un principio, tal
obligaban a los neófitos a transformarse
y como habían sido organizadas. Los go-
en cultivadores, de manera que la misión
biernos republicanos se preocuparon por
pudiera sostenerse con la riqueza que ge-
fomentar la colonización de aquella vasta
neraba ese trabajo, mientras que el fin de
región sin conseguirlo. También quedaron
la corona era conseguir nuevas tierras y
sin subsidio los centros de población que
nuevos tributarios. En Alta California se
existían pues el gobierno nacional no tuvo
agregó otro interés por parte del gobierno
fondos para mantenerlo.5 Alta California
español: poblar con colonos, cuya lealtad
fue considerada como una avanzada es-
estuviera en primera instancia dirigida a
tratégica y tal vez por ello, fue blanco, en
la corona, una región de importancia es-
mayor medida, de los proyectos de los go-
tratégica. También es menester conside-
biernos republicanos, en comparación con
rar que el establecimiento de las misiones
el resto de los territorios y estados del nor-
de Alta California tuvo lugar después de
te de la república mexicana. Ahí se ensa-
la expulsión de los jesuitas (1768) y por
yaron proyectos colonizadores tales como
ello la oposición que los colonos tuvieron
el envío de grandes grupos de vagos, mal-
hacia ellas recibió el apoyo de las autori-
vivientes y presidiarios o la secularización
dades virreinales. De hecho, el gobierno
de las misiones para repartir sus tierras a
virreinal exigió a los franciscanos aceptar
colonos llegados desde el centro de la re-
el asentamiento de colonos en algunas
pública, como en el caso de la colonia Hí-
misiones de la Alta California. Es decir,
jar-Padrés. Esta nueva política repercutió
deseaban que se aplicara una práctica de
de manera definitiva sobre las misiones de
convivencia entre nativos y colonos.
Alta California hasta el punto de que, debi-
Cuando el movimiento de Indepen-
do a la Ley de Secularización dictada por
dencia triunfó, los gobiernos republicanos
el gobierno de Valentín Gómez Farías en
5
María del Carmen Velázquez, Tres estudios sobre las Provincias Internas de Nueva España, pp. 76-82.
12
1833, fueron destruidas por completo. No
fundamentales: el político y económico
obstante, las misiones ya habían dejado su
–ampliar sus dominios y conseguir rique-
huella en la sociedad de Alta California.
za– y el misional –compromiso de propa-
En este breve artículo presentare-
gar la fe cristiana que le impuso la bula de
mos una breve descripción del estable-
Alejandro VI de 1493–, ambos quedaron
cimiento, desarrollo y destrucción de
expresados en las Leyes de Indias.6 En
las misiones de Alta California. Con ello
teoría, los nativos fueron considerados
pretendemos destacar el papel que des-
súbditos de la corona, esencialmente
empeñaron en la formación de una nueva
libres pero debido al escaso desarrollo
entidad socioeconómica mexicana que
de su razón, a su inocencia y a su inca-
más tarde, debido a su propia dinámica,
pacidad para defenderse, deberían reci-
habría de destruirlas.
bir su protección. Pero esta percepción
equivalía a considerar salvajes a quienes
1. LAS MISIONES EN LA ÉPOCA COLONIAL
además de convertir al cristianismo era
menester “civilizar”, es decir, integrar a
1.1 Los objetivos de la colonización misional
la sociedad colonial relacionándolos y
sometiéndolos a los colonizadores. Por
En el siglo xvi, cuando se planteó la nece-
tanto, era necesario crear una disciplina
sidad de colonizar los nuevos territorios
para que moral, social y económicamente
incorporados al imperio español, se defi-
se alcanzara este objetivo.7 Fue por ello
nieron los proyectos con los que debería
que la corona siempre estuvo dispuesta a
llevarse a cabo. En el tema que nos ocu-
financiar y proteger a las misiones como
pa, tanto la corona como los misioneros
un instrumento más de inversión a media-
definieron sendos proyectos que en al-
no plazo pues esperaba que, una vez se-
gunos puntos coincidieron pero en otros
cularizadas, los indios se transformaran
estuvieron en franca contradicción.
en sus tributarios.
Para la corona, la conquista y colo-
La corona española se apoyó en las
nización de América tenía dos aspectos
órdenes religiosas para realizar esta la-
6
7
Vicente D. Sierra, El sentido misional de la conquista de América, p. 45.
Sierra, op.cit., p. 45; Bolton, op. cit., pp. 38, 45 y 50.
13
bor pues así se aseguraba la continuidad
plasmar todo el ideal cristiano. Con una
del trabajo misional. Franciscanos, domi-
instrucción adecuada, el mundo predi-
nicos, agustinos y, más tarde, jesuitas,
cado por Jesucristo podría realizarse en
fueron las órdenes de mayor actividad
la tierra. Pero para ello era indispensa-
evangelizadora en América. Los fran-
ble segregar a los indios de la sociedad
ciscanos fueron los primeros que se ex-
española para evitar que los pecadores
tendieron en todo el continente. El Papa
los corrompieran y, así, “civilizarlos”. En
León X los señaló como los misioneros
efecto, el proyecto misional consistía en
más aptos en la bula Dilectis filis (1521).
crear comunidades aisladas del resto
Por ello a la larga los franciscanos supe-
de la sociedad colonial, cuyos miembros
raron en número a los misioneros de las
fueran sedentarios y practicaran la agri-
otras órdenes y puede decirse que cons-
cultura, la ganadería y la artesanía para
tituyeron la vanguardia misional en Amé-
que fueran autosifucientes y preservaran
rica. La observancia severa de sus votos
su asilamiento,9 aunque fueran secula-
les granjeó la confianza y complacencia
rizados más tarde, cuando ya no fueran
del gobierno español, sobre todo porque
presa fácil del pecado. Tanto el gobierno
su voto de pobreza limitaba un poco su
español como los misioneros partían del
poder temporal.
principio de que los aborígenes eran sal-
8
Por otra parte, el objetivo principal de
vajes por lo que, punto fundamental tanto
los misioneros era catequizar a los aborí-
de la obra colonizadora como de la obra
genes mediante la predicación para que
evangelizadora, era sacarlos de esa bar-
así llegaran a convencerse de la verdad
barie “civilizándolos” según los cánones
del cristianismo católico. Con el cristia-
de la sociedad conquistadora.
nismo, los misioneros les inculcaban todo
El norte de la Nueva España fue una
un concepto del mundo y de la vida. Los
de las regiones más propicias para que
nativos, en su inocencia –como califica-
los misioneros pusieran en práctica sus
ban los frailes su forma de vida– eran la
proyectos, pero también fue ahí donde la
materia en la que los misioneros podían
corona requirió más del apoyo misional
8
9
Sierra, op. cit., p. 85; Richman, op. cit., p. 62; R. Konetzke, América Latina II. La época colonial, p. 239.
Konetzke, op. cit., pp. 232 y 250; Richman, op. cit., p. 41; Bolton, op. cit., pp. 45 y 50.
14
para su expansión. La lejanía de estos
se inició en 1769, el visitador Gálvez re-
territorios respecto del centro político y
currió a los franciscanos del Colegio de
económico del virreinato, así como la
San Fernando de Propaganda Fide de la
condición nómada o seminómada de sus
ciudad de México para realizarla. No obs-
habitantes obligaban, por una parte, a
tante, fue gracias al trabajo jesuítico que
emplear el método de reducción para in-
la ocupación pudo efectuarse pues las
tegrarlos y, por otra, favorecía la oportuni-
misiones de Baja California y de Sonora
dad de los misioneros para asilarlos. Las
fueron los cimientos sobre los cuales se
características geográficas de la región
fincó la nueva colonización.
influyeron en los rasgos particulares de
estas misiones. Éstas tuvieron un acento
1.2 La práctica misionera
mayor como avanzadas de colonización.
Se utilizó el método de congregar a los
Dadas las prerrogativas que el Real Pa-
nativos para realizar la labor evangeliza-
tronato concedía al gobierno español, la
dora. En los casos de Texas y Alta Cali-
decisión para fundar nuevas misiones
fornia la colonización de estas provincias
dependía, en última instancia, de él. El
adquirió el carácter de puntos estratégi-
financiamiento de las mismas también
cos de defensa para el virreinato.
era su responsabilidad. Para el caso de
10
El noroeste de Nueva España fue lu-
Alta California los mil pesos que debía
gar de penetración jesuítica mientras que
otorgar para la fundación de una misión
el noreste lo fue de la franciscana. Hasta
y los 400 pesos anuales de sínodo para
el momento de su expulsión (1768), los
los misioneros, los cubría con las utilida-
jesuitas llevaron la frontera a las provin-
des que dejaba el Fondo Piadoso de las
cias de Sonora y Baja California. Como la
Californias.11
colonización de la región que nos ocupa
La autoridad administrativa y religiosa
Bolton, op. cit., p. 42.
Este fondo lo habían creado los jesuitas buscando el apoyo económico de personajes pudientes de
Nueva España. Con los recursos reunidos adquirieron haciendas en el reino americano. De esta manera
tenían continuamente dinero para sufragar los gastos de la colonización de la península de Baja California
llevada a cabo en el siglo XVII. Cuando los jesuitas fueron expulsados, el Fondo Piadoso de las Californias
quedó bajo la administración de la Real Hacienda. Con gran parte de esas riquezas fue financiada la
colonización de Alta California.
10
11
15
en la misión recaía sobre el misionero.
Éste, a su vez, estaba sujeto a la autoridad del padre presidente de las misiones,
quien estaba bajo las órdenes del padre
guardián del Colegio de San Fernando. El
comisionado general de los franciscanos
tenía autoridad sobre el padre guardián.
El poder secular tenía derecho de intervenir en las causas criminales. En las
misiones, los neófitos deberían elegir alcaldes y regidores para estar organizados
como los pueblos. Las misiones contaban
con un procurador de misiones que era
Colección Felipe Teixidor. P 5 - C 4 - F 309.
el encargado de comprar todos los efec-
gentiles por lo que las misiones tenían
tos que se les enviaban vía San Blas. En
asignada una escolta.12
ese puerto había un síndico cuya función
Los conflictos entre misioneros y mi-
consistía en recibir las mercancías que
litares, representantes del poder secular,
venían desde la ciudad de México y que
por definir los límites del poder de cada
debería remitir a Alta California. Como
uno tanto sobre los nativos como entre
podemos observar, la administración
ellos mismos, no se hicieron esperar. El
temporal y espiritual estaba en manos
interés fundamental de Gálvez fue crear
de los misioneros, salvo en el caso de la
una colonia que fuera eficaz para la de-
justicia en delitos de sangre. Además, las
fensa en contra de posibles incursiones
autoridades militares estaban obligadas a
extranjeras. Por eso, las misiones debe-
prestarles protección y defensa en contra
rían ubicarse de manera que formaran un
de los nativos tanto congregados como
cinturón costero y se comunicaran fácil-
12
Charles E. Chapman, A History of California. The Spanish Period, p. 181; H.H. Bancroft, History of California, vol. II 1801-1824, en The Works, vol. XIX, p. 165; Richman, op. cit., pp. 141 y 148; José Antonio de
Vrizar, Simon Ant., D.C. Mirafuentes, Juan Francisco Anda Juan Jacobo Ugarte y Loyola, Informe sobre
el conflicto Fages-Misioneros, México, 12 enero 1787, en Archivo General de la Nación (AGN), Californias,
vol. 12, exp. 1, fs. 2-4.
16
mente entre sí. También estaba planeado
de 1773. En él se ratificó que el misionero
fomentar la colonización de laicos que
era el único que tenía autoridad sobre los
trabajaran en armonía con los militares y
neófitos “como un padre con sus hijos”.
los religiosos.13 El comandante de la pro-
El comandante sólo tendría poder en ma-
vincia, Pedro Fages, y los misioneros re-
teria criminal, pero únicamente él podía
presentados por el padre presidente fray
disponer de los presidiales, incluidos los
Junípero Serra, se disputaron la capaci-
miembros de las escoltas misionales.
dad de disponer de la fuerza de trabajo,
En las instrucciones que Bucareli dio al
tanto de los neófitos como de los presidia-
nuevo comandante general, Fernando de
les, que tanto escaseaba en tiempos tem-
Rivera y Moncada, el virrey reafirmó la
pranos de la colonización. Los misioneros
capacidad del poder secular para distri-
demandaban que los soldados de la es-
buir solares y suertes entre los particula-
colta trabajaran en las misiones mientras
res, indios o “gente de razón”. En ambos
que el comandante argüía que era tarea
documentos el virrey Bucareli abría la
de los neófitos ayudar en los quehaceres
posibilidad de que se aceptara el asenta-
propios de la fundación de nuevas misio-
miento de colonos en las misiones que se
nes. El comandante, decían los misione-
fundaran en lo sucesivo. El virrey también
ros, sólo autorizaba nuevas fundaciones
propuso la apertura de la comunicación
cuando contaba con escolta y los frailes
entre Alta California y Sonora para faci-
querían establecerlas aun sin ella. Serra
litar la llegada de colonos.14
viajó a la ciudad de México (1772) para
Cuando en 1776 asumió su cargo el
exponer el conflicto al virrey Antonio Ma-
nuevo gobernador de Las Californias, Fe-
ría de Bucareli. Para resolver los proble-
lipe de Neve, las querellas aumentaron.
mas se emitió el Reglamento Provisional
Neve cuestionó el poder de los misioneros
Francisco Palou, Relación histórica de la vida y apostólicas tareas del venerable padre fray Junípero
Serra y de las misiones que fundó en la California septentrional, y nuevos establecimientos de Monterrey,
p. 80; Priestley, op. cit., p. 250; Palou, Noticias…, t. I, p. 509; Reglamento e instrucción provisional para
el gobierno de San Blas y establecimientos de Californias, firmado por Echeveste, 24 mayo 1773, AGN,
Californias, vol. 36, f. 203; Carta a José Robos de Matías Carmona. Real de Santa Ana, 27 octubre 1770,
Californias, vol. 76, f. 287vs.
14
Fray Junípero Serra a Bucareli, México, 13 marzo 1773, AGN, Californias, vol. 36, fs. 147vs.-148; Richman, op. cit., pp. 92-102, 128, 431; Fernando de Rivera y Moncada, Diario del capitán comandante, t. I,
Ernest J. Burrus (ed.), 2 vols., pp. 376-377 y 384.
13
17
para administrar los bienes temporales de
de sus proyectos. Tras la fundación de
las misiones. Les negaba el derecho a re-
la misión de San Buenaventura (marzo
cibir financiamiento real e incluso puso en
de 1782) en la que se asentaron algunos
duda su capacidad para confirmar a los
colonos, los franciscanos reaccionaron.
neófitos. Neve propuso fundar nuevas
Estas acciones minaban las bases tem-
misiones en el canal de Santa Bárbara
porales de las misiones e impedían aislar
en las que los misioneros se limitarían
a los neófitos de la comunidad española
a evangelizar a los nativos sin obligarlos
por la presencia de colonos en las nuevas
a abandonar sus rancherías. También
misiones.15
sugería que las misiones ya existentes
El enfrentamiento continuó cuando
quedaran bajo la jurisdicción de la mitra
Pedro Fages retomó la gubernatura en
de Guadalajara. Otro paso para contra-
1784. En la disputa que sostuvo con el
rrestar el poder de los misioneros fue
padre presidente de las misiones Fermín
fundar pueblos. Sobrepasaba así la an-
Francisco de Lasuén puede apreciarse
terior sugerencia de Bucareli. El objetivo
que el militar buscaba terminar con el
principal del establecimiento de los pue-
aislamiento de las misiones e imponer su
blos de San José de Guadalupe (1777)
autoridad sobre ellas. Fages reclamaba
y de Nuestra Señora de los Ángeles de
el derecho de controlar la salida y entra-
Porciúncula (1781) fue generar productos
da de los misioneros de Alta California,
agropecuarios para romper la dependen-
exigía que éstos le entregaran informes
cia de los presidios del abastecimiento
sobre la producción en las misiones para
misional. En 1781, el virrey aprobó las ini-
fijar los precios a los que deberían ven-
ciativas de Neve pues así se completaría
der el sobrante, criticaba que los misio-
el cordón costero de protección para la
neros enseñaran a montar a los neófitos
provincia. Al año siguiente, Neve expidió
y denunciaba que aquéllos no prestaban
un Reglamento para guiar la realización
servicio religioso en los presidios. Los
15
Carta del guardián del Colegio de San Fernando, fray Rafael Verger al virrey Iturrigaray, México, 5
enero 1780, AGN, Californias, vol. 71, exp. 10, f. 362vs.; Chapman, op. cit., pp. 361-362; Palou, Noticias…,
pp. 348, 388; Richman, op.cit., pp. 91, 105, 124, 129, 139-140; H.H. Bancroft, History of California, vol. I,
1542-1800, pp. 373-375; Luis Navarro García, Don José de Gálvez y la Comandancia General de las Provincias Internas del norte de Nueva España, pról. José Antonio Calderón Quijano, pp. 397-398; Alfonso
Trueba, California-tierra perdida, vol. I, pp. 52-69.
18
misioneros se defendían señalando la
presidios. Durante el conflicto, la funda-
invalidez de que el gobernador apelara
ción de misiones estaba detenida, por ello
al Real Patronato pues en tierra de gen-
el comandante de las Provincias Internas,
tiles no se aplicaba. Argumentaban que
Teodoro de Croix ordenó en 1783 que se
el rey les había otorgado el derecho de
fundaran misiones al viejo estilo, es de-
gobernar y administrar las misiones, de
cir, sin colonos en ellas. Los franciscanos
manera que no informarían al gobernador
del Colegio de San Fernando, lograron
acerca de la producción misional. Decían
detener las innovaciones. No obstante
que su obligación era cuidar los intereses
pedía que, en la medida de lo posible, se
de los neófitos y en función de ellos fija-
acatara el Reglamento de Neve. Tan sólo
ban los precios de los productos por lo
concedió al gobernador que controlara la
que deberían respetarse. Si los capitanes
salida y entrada de misioneros.16
de los presidios no estaban de acuerdo
El gobernador Diego de Borica (1794-
en pagar dichos precios podrían recurrir
1800) investigó la vida en las misiones y
a los pueblos. Sostenían que ellos sólo
concluyó que los neófitos trabajaban mu-
debían rendir cuentas al padre guardián.
chísimo y vivían en pésimas condiciones.
Ponían énfasis en denunciar que los pue-
Sembró la duda acerca de si los francis-
blos perjudicaban la propiedad territorial
canos se estaban enriqueciendo a costa
de las misiones y la labor de evangeliza-
de los nativos. Obligó a los frailes a nom-
ción. Según los frailes desde la fundación
brar alcaldes y regidores entre los indios
de los pueblos, los gentiles presentaban
reducidos para que las misiones se ase-
mayor resistencia a la reducción. Res-
mejaran a pueblos de indios.17 Después
pecto de enseñar a montar a los neófitos
de Borica, los ataques de las autoridades
–actividad reservada para la “gente de
locales en contra de las misiones cesaron
razón”– apuntaban que no había más
pues hubo problemas más urgentes que
vaqueros disponibles. Enfatizaban que
atender.
proporcionaban servicio religioso a los
AGN, Californias, vol. 12, exps. 1 y 2 completos, 1785-1787; Bancroft, op. cit., vol. I, pp. 398-404.
Informe de Diego de Borica al marqués de Branciforte, Monterrey, 3 abril 1795, AGN, Californias, vol. 12,
exp. 3, fs. 58-71; Diego de Borica al marqués de Branciforte, Monterrey, 19 noviembre 1796, AGN, vol. 65,
f. 321; Richman, op. cit., pp. 177-182 y 454.
16
17
19
Las comunidades indígenas que vi-
definida. Como vivían de la recolección
vían en lo que hoy es el estado de Califor-
y de la cacería defendían sus arboledas
nia, eran múltiples y diversas. Se estima
y cotos de caza con gran celo. También
que al momento del contacto habitaban la
practicaban la pesca para la que usaban
región entre 250,000 y 300,000 nativos.
ganchos, arpones y redes. Almacenaban
Para su estudio, éstos se han agrupado
sus alimentos en cestas, la cestería esta-
en tres áreas culturales: los grupos del
ba muy desarrollada mientras que pocos
norte están clasificados como pertene-
de ellos conocían la cerámica. Utilizaban
cientes a la cultura de los indios de la
poca ropa, para protegerse del frío lleva-
costa del noroeste, ellos casi no fueron
ban capas de piel ya fuera de venado o
afectados por la colonización española.
de nutria marina. Para el transporte acuá-
Las comunidades del centro fueron las
tico construían canoas y balsas. Las co-
que sufrieron el mayor impacto de la co-
munidades reconocían un jefe que tenía
lonización, entre ellos se encontraban
un poder muy limitado. Practicaban el
pueblos como los miwok, los costonoa-
chamanismo y la poliginia.19
nos, los esselen, los salinan, los chu-
Las misiones fundadas en la franja
mash y los yokuts. De los grupos indíge-
costera reunían miembros de distintas
nas del sur tan sólo fueron afectados por
comunidades que no hablaban la misma
la colonización española los shoshone,
lengua, por ello se les instruía en espa-
los cahuilla y los yuma.18
ñol. En primera instancia se congregaba
Los pueblos del centro y del sur te-
a aquéllos que vivían en la localidad y
nían características antropológicas y
después el misionero salía a reclutar indi-
culturales diferentes, pero todos ellos
viduos de otras rancherías. El impacto co-
pueden considerarse como bandas de re-
lonizador de inmediato se manifestó en un
colectores- cazadores con territorialidad
desequilibrio demográfico. La disminución
18
S.F. Cook, “The Aboriginal Population of Upper California”, en R.F. Heizer y M.A. Whipple (comps.), The
California Indians. A Source Book, pp. 66-72; S.F. Cook, The Conflict Between the California Indians and
de White Civilization I. The Indian Versus the Spanish Mission, pp. 162-194, charts; Kent G. Lightfoot, Indians, Missionaries, and Merchants. The Legacy of Colonial Encounters on the California Frontiers, p. 3.
19
A.L. Kroeber, “Elements of Culture in Native California”, en Heizer, op.cit., pp. 3-65; Julián Nava y Bob
Barger, California Five Centuries of Cultural Contrasts, pp. 28-42.
20
de la población indígena se debió tanto a
la reducción de los aborígenes como al
contagio de enfermedades europeas que
causaron gran mortandad entre ellos. Por
ejemplo, en las misiones de San Antonio
y San Miguel el índice de defunciones por
cada mil neófitos era: para los adultos, de
41.5% y 47.5%, respectivamente, y para
los niños de 167.5% y 137%. El pueblo
esselen despareció por completo. Estos
porcentajes también fueron resultado de
la resistencia de los nativos a ser atendi-
Colección Felipe Teixidor. P 5 - C 4 - F 309.
dos por los remedios que ofrecían los mi-
fito debería transformarse en sedentario,
sioneros o los mestizos recién llegados.
20
para lo que se necesataba que aprendie-
Cuando los colonizadores llegaron,
ra a cultivar la tierra y a criar el ganado,
los aborígenes huían de ellos, pero mer-
es decir, que abandonara su forma tradi-
ced a la política de atracción –que con-
cional de sobrevivencia. El indio aprendía
sistía en darles regalos y comida– poco
además a vestir a la usanza española y
a poco se acercaron a las misiones.
21
debía participar en las ceremonias y ritua-
Una vez en ellas, los frailes se daban a
les católicos y le estaba prohibido asistir
la tarea de evangelizarlos y “civilizarlos”.
a sus ceremonias religiosas tradicionales.
Los catecúmenos recibían el bautismo
Para alcanzar estos objetivos, los neó-
cuando daban muestras de entender la
fitos tenían que someterse a un estricto
doctrina que se les inculcaba. Aceptarlo
régimen disciplinario en las misiones. Al
significaba entre otras cosas, que el na-
amanecer se reunían a rezar sus oracio-
tivo debería renunciar a la poligamia y
nes matutinas, Después desayunaban y
formaría una familia monogámica. El neó-
realizaban las tareas que los misioneros
Nava, op. cit., p. 6; Cook, “The Conflict...”, pp. 186-188; Cook y Borah, op. cit., pp. 179-180.
Bancroft, op. cit., vol. I, pp. 180 y 188.
parte, f. 194; Bancroft, op. cit., vol. I, pp. 201 y 299; Cook y Borah, op. cit., pp. 251-257; Palou, Noticias...,
vol. I, pp. 222-239; Palou, Relación..., pp. 149 y 203; Richman, op. cit, pp. 335-337.
20
21
21
les habían asignado. Terminado el traba-
tuación fue cada vez más difícil. A fines
jo, que podía ser agropecuario o artesa-
del siglo XVIII y principios del XIX la deser-
nal, comían. Por las tardes se les instruía
ción de los indios reducidos en las misio-
en el catecismo, a las 7 de la noche se les
nes del norte de Alta California era tan
daba de cenar y después iban a dormir.22
severa que las misiones de Santa Cruz
Cuando los neófitos no observaban esta
y de San Juan Bautista compartían a los
disciplina recibían un castigo que por lo
neófitos. Fermín Francisco de Lasuén de-
común consistía en azotes.
nunciaba aterrorizado que las mujeres se
La conversión despertó la resistencia
negaban a dar a luz. Los ataques en con-
de los nativos. Éstos huían de las misio-
tra de los misioneros eran cada vez más
nes, en ocasiones atacaban –en forma
frecuentes y los gentiles robaban con ma-
individual o colectiva– a los misioneros
yor insistencia el ganado.24 En noviembre
y la natalidad entre los indios congrega-
de 1775 tuvo lugar un levantamiento en
dos se redujo drásticamente. Los motivos
las misiones del sur que fue controlado
que argumentaban para explicar tales
rápidamente. Algunos de los neófitos se
acciones eran “los tres muchos, que son
mezclaron con los colonos que vivían en
mucho trabajo, muchos castigos y mucha
los pueblos.25
hambre...”.23 Algunos neófitos decían que
En las misiones de Alta California se
preferían vivir en los presidios donde dis-
desarrolló una economía básicamente
frutaban de mayor libertad. A pesar de
agropecuaria.26 Las tierras misionales y lo
que el Reglamento de Neve ordenaba
que en ellas se producía eran propiedad
suavizar el maltrato a los neófitos, la si-
comunal de los neófitos. Las misiones te-
22
Fray Isidro Alonso Salazar al virrey Branciforte, México, 11 mayo 1796, AGN, Californias, vol. 49, 1a.
parte, f. 194; Bancroft, op. cit., vol. I, pp. 201 y 299; Cook y Borah, op. cit., pp. 251-257; Palou, Noticias...,
vol. I, pp. 222-239; Palou, Relación..., pp. 149 y 203; Richman, op. cit., pp. 335-337.
23
Interrogatorio al sargento de caballería de San Francisco (San Francisco), 12 septiembre 1796, AGN,
Californias, vol. 65, exp. 2, f. 114vs.
24
AGN, Californias, exp. 2, fs. 113vs-114; Diario de don Pablo Cota alférez de la compañía del presidio
de Santa Bárbara en el registro del paraje de Calahuasá, Santa Bárbara, 27 octubre 1798, AGN, vol. 45,
exp. 15, f. 179; ibid., vol. 49, 1a. parte, f. 120; Bancroft, op. cit., vol. I, pp. 304, 314, 587-594; Richman,
op. cit., pp. 219-220.
25
Cook y Borah, op. cit., pp. 245 y 265.
26
Martha Ortega, Alta California: una frontera olvidada del noroeste de México 1769-1846, pp. 87 y
passim.
22
nían el privilegio de ocupar las mejores
no todas las misiones tenían los mismos
tierras y sus derechos estaban por en-
índices de producción, era costumbre
cima de los de cualquier otro centro de
que se ayudaran entre sí. En general,
población. A lo largo de su existencia las
las misiones del sur, ubicadas en las tie-
tierras misionales aumentaron en virtud
rras más fértiles, tenían una producción
de la ampliación del territorio ocupado así
mayor. Las misiones eran, al final de la
como por la fundación de nuevas misio-
Colonia, los poblados que generaban la
nes. Los neófitos aportaban la mano de
producción agrícola más grande.
obra necesaria; el misionero organizaba
En el sector pecuario, las misiones
el trabajo, apoyado por los propios ma-
también eran las más favorecidas. Cuan-
yordomos indígenas, y administraba la
do se fundaban, cada misión recibía 18
producción. En ocasiones, los indios re-
cabezas de ganado vacuno. Este ganado
ducidos trabajaban fuera de las misiones,
creció tanto que, a fines de la Colonia, se
en cuyo caso se les pagaba un jornal que
hacían matanzas en octubre para regular
también administraba el religioso. Los
el número de reses. El ganado ovino tuvo
cultivos más importantes eran los de ce-
un crecimiento espectacular, el número
reales, trigo y maíz, también había huer-
de animales superaba con creces al de
tos para hortalizas y frutas. En cuanto a
cualquier otra especie. La lana de estos
la ganadería, los ganados vacuno y ovino
numerosísimos ganados se empleaba en
eran los más numerosos.
tejer frazadas para los neófitos.
Poco a poco se creó un sistema de
En 1791, los misioneros recibieron
infraestructura para favorecer el desa-
con los brazos abiertos al grupo de arte-
rrollo agrícola –por ejemplo, se constru-
sanos que contrató el gobierno virreinal
yó un sistema de regadío–. El éxito de
–gracias a la insistencia de Pedro Fages–
estos trabajos fue palpable cuando, en
para instruir a los indios reducidos en sus
1787, la provincia pudo prescindir de los
respectivos oficios. Llegaron tejedores,
productos agrícolas enviados desde San
zapateros, albañiles, carpinteros, cante-
Blas; es decir, las misiones eran ya au-
ros y herreros, entre otros. Los neófitos
tosuficientes e incluso podían satisfacer
aprovecharon muy bien la instrucción y
la demanda de los presidios. Puesto que
así en el siglo
XIX
había en las misiones
23
una pequeña industria artesanal. No obs-
de nutria y productos agropecuarios, los
tante, gran diversidad de manufacturas
misioneros recibían herramientas y hasta
siguieron llegando desde la cuidad de
artículos de lujo tales como porcelanas
México pues la producción local era redu-
y sedas chinas. No tenían reparo en co-
cida y de mala calidad.
merciar con ingleses, estadounidenses o
El intercambio fue otra actividad que
rusos mientras les pagaran un buen pre-
contribuyó al desarrollo económico de las
cio por sus productos. Los gobernadores
misiones. El intercambio interno lo reali-
denunciaban a los misioneros como los
zaban con los presidios, los que, a cambio
principales contrabandistas de la provin-
de cereales y carne, les daban manufac-
cia ya que el comercio con extranjeros
turas que recibían vía San Blas. Aunque
estaba prohibido.
los precios de sus productos eran altos,
La bonanza económica de las misio-
los efectos remitidos desde la ciudad de
nes agudizó los problemas con los colonos
México eran todavía más caros. Desde
y los pesidiales radicados en la provincia.
1785, aprovechando la apertura del libre
En 1787, Lasuén se quejaba de que los
comercio entre San Blas y Alta Califor-
capitanes de los presidios apresaban a
nia, los misioneros vendían a los barcos
los neófitos para forzarlos a trabajar para
abastecedores sebo, cuero y pieles de
ellos. Los colonos, por su parte, exigían
nutria, aunque en pequeñas cantidades.
que los neófitos fueran a ayudarles en el
A principios del siglo XIX empezaron a arri-
trabajo agrícola.28 El conflicto no se limita-
bar a las costas de Alta California barcos
ba a la disputa por el control de la mano
procedentes de puertos del virreinato de
de obra, también estaban en discusión los
Perú. Pero el intercambio más reditua-
derechos sobre la propiedad territorial.
ble fue el que practicaron con los comer-
Por ejemplo, la misión de Santa Clara lo-
ciantes extranjeros. A cambio de pieles
gró que se cambiara de lugar el pueblo de
27
Oficio número 85 del gobernador de California (s.I.), 8 julio 1817, AGN, Californias, vol. 37, exp. 2, f. 109;
Noticias que da el capitán y maestro de la fragata Cazadora, Carlos María Garcia, del estado en que se
hallaban los puntos de Alta California en el tiempo que permaneció en ellos, Acapulco, 8 septiembre 1818,
es copia; Informe firmado por Rionda, Acapulco, 22 agosto 1818, AGN, vol. 8, exp. 3, f. 69.
28
Declaración del padre Fermín Francisco de Lasuén al señor comandante general Jacobo Negrete y
Loyola, Misión de San Carlos de Monterrey, 20 octubre 1787, AGN, Californias, vol. 12, f. 52; Bancroft, op.
cit., vol. II, p. 90.
27
24
San José para que no afectara sus terre-
Además el éxito de la ocupación dependía
nos. En 1798, Pedro Fages tuvo un plei-
del desarrollo económico de las misiones.
to con los misioneros de San Francisco
Como prueba de esta aseveración, cabe
porque aquél deseaba fundar un rancho
mencionar que cuando el movimiento in-
real en las tierras que éstos consideraban
surgente interrumpió el abastecimiento y
propiedad de los neófitos. Entre 1804 y
financiamiento de la provincia, las misio-
1810 tuvo lugar una querella entre los mi-
nes tuvieron la capacidad de sostener a
sioneros de San Juan Bautista y Mariano
toda la población de la Alta California.
Castro e Ignacio Ortega, porque los colonos solicitaban unas tierras que según los
2. LAS MISIONES EN LA ÉPOCA INDEPENDIENTE
religiosos eran propiedad de la misión.
Como podemos observar, desde el
2.1 PRIM E ROS P A SOS HA CIA
LA SE CULA RIZA CIÓN
momento que se inició la colonización de
Alta California empezaron a develarse las
Durante la crisis de la Independencia, el
diferencias entre el proyecto estratégico
gobierno español emitió decretos que te-
de la corona y el proyecto fundamental-
nían como objetivo modificar la situación
mente evangelizador de los franciscanos.
de las misiones. Las Cortes de Cádiz, en
El objetivo de reducir a los indios y ais-
las que participaron diputados liberales,
larlos de la sociedad española estaba en
consideraron que las misiones, lejos de
conflicto con el interés de las autoridades
fomentar la adhesión a la Corona, cons-
reales de fundar una colonia que sirviera
tituían monopolios eclesiásticos que sólo
como avanzada defensiva del virreinato.
enriquecían a las órdenes religiosas. Ade-
Con este fin las autoridades apoyaron el
más, esta institución limitaba la libertad
establecimiento de colonos e impulsaron
de los neófitos. El 13 de septiembre de
las iniciativas para fomentarlo. Sin em-
1813, las Cortes promulgaron un Decreto
bargo, durante el periodo colonial fue ne-
de Secularización. Ante los vaivenes po-
cesario ceder ante las exigencias de los
líticos en España, el decreto no se aplicó
misioneros porque los objetivos de cris-
en ese momento. El gobierno español
tianizar y “civilizar” a los nativos, que am-
emitió un decreto para que se organiza-
bos poderes compartían, eran prioritarios.
ra una Junta de Californias que estudiara
25
la situación de las misiones. En 1817, la
fue heredada por el gobierno imperial,
Junta consideró adecuado el Decreto de
primero, y por el republicano después.
Secularización elaborado por las cortes.
Ambos consideraron vital para el interés
El 20 de enero de 1821 se dictó una real
nacional proteger a la provincia de una
orden para aplicar el decreto de 1813.
posible invasión extranjera.30
En el caso de las misiones de las Cali-
Ante tales circunstancias durante el
fornias, la orden no se puso en práctica
periodo mexicano, Alta California fue de-
porque el obispo de Sonora, a cargo de
clarada territorio sujeto a las disposicio-
estas provincias, no contó con suficientes
nes del gobierno federal, el que intentó
párrocos para sustituir a los misioneros.
29
promover la colonización y el fomento
Entretanto, a nivel regional, el movimien-
económico del territorio para reforzar su
to insurgente interrumpió la comunicación
carácter estratégico. Entre 1825 y 1827
entre Alta California y el resto del virreina-
se creó un organismo especial para es-
to. Gracias a ese aislamiento, en 1812 los
tudiar la situación de las Californias: la
rusos pudieron establecer, sin problema
Junta de Fomento de Californias. Ésta
alguno, una pequeña colonia al norte de
entregó un informe al gobierno federal en
la bahía de San Francisco que recibió el
el cual se cuestionaba la eficiencia de las
nombre de Fuerte Ross. Los comercian-
misiones como instituciones colonizado-
tes estadounidenses, por su parte, visi-
ras.31 La crítica retomaba en gran parte
taban cada vez con mayor frecuencia las
aquélla que habían hecho las Cortes de
costas de la provincia. Cuando México
Cádiz. Poco después, la Junta de Califor-
obtuvo su independencia, la preocupa-
nias redactó un Plan para el Arreglo de
ción por defender este punto estratégico
los Territorios de la Alta y Baja California
29
Felipe de Goycoechea al virrey, México, 7 diciembre 1805, AGN, Californias, vol. 49, 1a. parte, exp. 1, f.
124; fray Josef G[ilegible] G[ilegible] a don José Manuel de Herrera, México, Colegio de San Fernando,
21 marzo 1822, AGN, vol. 45, exp. 1, f. 18vs; Richman, op. cit., pp. 222-225; Real orden al virrey de Nueva
España, Madrid, 5 julio 1814, en Las misiones de Alta California, pp. 111-112.
30
Resumen sin firma (México, 1811), AGN, Californias, vol. 37, exp. 1, f. 1; Richman, op. cit., pp. 213-215;
H.H. Bancroft, California Pastoral 1760-1848, en The Works, vol. XXXIV, pp. 468-470; Walton Bean, California, an Interpretative History, pp. 75-80; Alan. C. Hutchinson, “The Mexican Government and the Mission
Indians of Upper California”, en The Americas, XXI: 4, pp. 335-362.
31
Bancroft, Hist. of Cal., vol. II, pp. 34-35; Richman, op. cit., pp. 239-242.
26
que, en síntesis, proponía la seculariza-
guieron siendo agropecuarios.33 En 1827,
ción de las misiones.32 Así, el gobierno
José María de Herrera informaba que la
republicano no vaciló en apoyar las pro-
riqueza que había en las misiones cau-
puestas de secularización que se elabo-
saba la envidia y el descontento entre los
raron a nivel local.
colonos. Señalaba que la mayoría de las
A pesar de haber solventado los
tierras de la franja colonizada estaba en
gastos de los presidios y, en general, de
poder de las misiones y ningún colono te-
toda la población de la Alta California, al
nía acceso a ellas. Decía que si alguien
consumarse la independencia de México
solicitaba esos territorios “El pretendiente
las misiones seguían siendo los centros
se queda con la negada porque a todos
económicos más pujantes del territorio.
tiros gana el padre, y aunque jamás la
Cuando, forzado por las circunstancias
cultivan ni un palmo de la tierra negada ya
de aislamiento, el gobierno local tuvo que
nadie tiene acción a pedirla”.34 En cuanto
aceptar el comercio con los extranjeros
al comercio, los misioneros tenían el más
durante la crisis de la independencia,
lucrativo porque daban más baratos sus
las misiones fueron los centros mejor
productos que cualquier otro habitante
capacitados para intercambiar produc-
del territorio ya que las misiones produ-
tos con ellos. La situación se mantuvo
cían más. Concluía “Los misioneros han
así cuando al establecerse la república
tratado siempre, y lo han conseguido, de
los puertos del territorio fueron abiertos
absorver hasta la más trivial industria que
al comercio exterior. Los productos que
cualquier otro que no sea ellos, pone en
Alta California ofrecía a los extranjeros si-
ejecución”.35 Estos testimonios no deben
32
Plan para el arreglo de las misiones de los territorios de la Alta y Baja California propuesto por la Junta
de Fomento de aquélla península, 11 pp., en Biblioteca Nacional de México (BNM), Colección Lafragua,
Miscelánea 31.
33
Fray Josef G[ilegible] a José Manuel Herrera, Colegio de San Fernando, México, 21 marzo 1822, AGN, Californias, vol. 45, exp 1, f. 18; Noticia de las misiones que ocupan los religiosos de N.P.S. Francisco, firmada
por José Señan, San Buenaventura, 30 mayo 1821, AGN, vol. 45, exp. 1, fs. 20-21; José María Narváez al
gobernador político de esta provincia, Guadalajara, 1 enero 1822, AGN, f, 32; Hutchinson, “The Mexican...”,
p. 336; Chapman, op. cit., pp. 384, 371-383, 386-387, 438-439 y 456; Richman, op. cit., p. 201; Bancroft,
Cal. Pastoral, pp. 445-448, 471 y 474.
34
José María Herrera, Informe al comisario general del Estado Libre de Occidente, Monterrey, 31 marzo
1827, AGN, Californias, vol. 18, f. 261.
27
hacer creer que la riqueza de las misiones
demostraba que sabía cultivar. También
era cuantiosa. Pero en un territorio donde
se estipulaba que los castigos hacia los
la gran producción agropecuaria no se
aborígenes deberían suavizarse.37 Cabe
traducía en una mayor comodidad para
enfatizar que los mestizos hacían suyo el
quien la generaba como la Alta California,
principio español de “civilización”. Eran
una ganancia regular, que daba acceso a
“civilizados” y capaces de vivir en la so-
ciertas comodidades, se concebía como
ciedad de Alta California sólo aquéllos
abundancia y riqueza sin límites. Por ello
nativos que tuvieran un modo de vida se-
los colonos ambicionaban los bienes mi-
dentario y que se hubiesen transformado
sionales y sus relaciones comerciales.
en cultivadores, de otra manera no era
En 1825, el gobierno republicano
posible convivir con ellos a menos que
nombró al ingeniero José de Echeandía
vivieran en las misiones cuyo fin último
jefe político de Alta California. Entre las
seguía siendo el de “civilizarlos”. Para los
atribuciones del jefe político estaba la de
habitantes de Alta California la desapa-
otorgar tierras en propiedad privada a
rición de las misiones sólo era deseable
los aborígenes que las solicitaran. Este
y posible en la medida en que hubiesen
funcionario y la diputación territorial, ór-
cumplido su tarea “civilizadora”.
36
gano de gobierno local, consideraron que
Los nativos, por su parte, apoyaron la
los nativos habían perdido su libertad en
disposición del jefe político en la medida
las misiones. Por ello, en 1826, promulga-
en que les dio la oportunidad de salir de
ron un Decreto de Emancipación a Favor
las misiones e irse al interior para reen-
de los Neófitos. Dicho decreto ordenaba
contrarse con sus antiguas comunidades.
que todo aquél indio que hubiese vivido
Algunos se fueron a trabajar para los ca-
en las misiones por más de quince años
lifornios y la minoría permaneció en las
y quisiera abandonarlas podría hacerlo si
misiones.
Para comprender cómo la diputación provincial se había transformado en diputación territorial con
poderes legislativos, véase Martha Ortega Soto, “Autonomía política en Alta California: el papel de la
Diputación, 1822-1845”, en Memoria 1998. Seminario de Historia de Baja California, A.C., 8° Ciclo de
conferencias, pp. 3-24.
37
Hutchinson, “The Mexican...”, p. 346; Richman, op. cit., p. 242; H.H. Bancroft, History of California, vol.
III, 1825-1840, en The Works, vol. XX, San Francisco, A.L. Bancroft and Company Publishers, 1885, pp.
102-103.
36
28
En 1828, Echeandía promulgó el Plan
para Convertir en Pueblos las Misiones.
Este plan proponía transformar, poco a
poco, las misiones en pueblos. Echeandía, apoyado por la diputación territorial,
planteó la idea de repartir las tierras y
el ganado misional entre los neófitos en
propiedad privada. Los frailes ocuparían
el puesto de curas. Echeandía también
proponía que se fundaran dos conventos,
uno en Santa Clara y otro en San Gabriel
para que se formaran los ministros necesarios para atender las necesidades religiosas del territorio.38 En efecto, para esa
fecha el Colegio de San Fernando ya no
Colección Felipe Teixidor. P 5 - C 4 - F 309.
contaba con misioneros disponibles para
promulgó un Decreto de Secularización
enviar al territorio, así que el Colegio de
de Misiones que tenía como base el de-
Franciscanos de Zacatecas empezó a en-
creto emitido tres años antes. En cuanto
viar misioneros para que atendieran las
llegó el nuevo jefe político, Manuel Vic-
misiones. Por lo tanto, en ese momento
toria, suspendió su aplicación. Pero en
las misiones de Alta California estaban
1832 Echeandía –quíen tenía poder en
sujetas a dos autoridades franciscanas.
la región del sur del territorio– insistió y
Además las misiones estaban bajo la ju-
elaboró un Reglamento de Seculariza-
risdicción de la diócesis de Sonora hasta
ción.40 Secularizar, como veíamos, no
que con la Ley de 1836 se creó el obispa-
era un asunto sencillo, algunos neófitos
do de Las Californias.
39
se negaban a abandonar las misiones
En 1831, el jefe político Echeandía
pues habían perdido su forma tradicional
38
José María de Echeandía al ministro de Relaciones, Monterrey, 7 septiembre 1830, AGN, Temporalidades, vol. 19, f. 276; Bancroft, Hist. of Cal., vol.III, pp. 302-303.
39
Richman, op. cit., p. 243.
40
Bancroft, Hist. of Cal., vol. III, pp. 305-306, 314-315.
29
de sobrevivencia, pero aún no se habían
señalar que los indios serían víctimas de
adaptado por completo a vivir en una
los californios, quienes sólo buscaban la
economía agrícola. Otros indios se vieron
manera de someterlos a su servicio.
liberados de un trabajo que no querían
hacer y se negaron a cultivar el campo; la
2.2 La secularización de las misiones
mayoría de ellos perdieron las tierras que
habían recibido, se reintegraron a sus
El plan mejor delineado para fomentar la
antiguas comunidades y reaprendieron a
colonización en Alta California con base
vivir como cazadores-recolectores. Las
en la secularización de las misiones fue
misiones, pues, empezaron a perder su
el promulgado por el gobierno liberal de
base económica al ser despojadas de
Valentín Gómez Farías. Los liberales:
41
sus tierras y perder a la fuerza de trabajo
indígena. Por otra parte, la reducción de
…contemplaban una república federal
nuevos indios se había suspendido desde
democrática, gobernada por instituciones
tiempo atrás.
representativas; una sociedad secular
A todas estas acciones los misione-
libre de la influencia clerical; una nación
ros demostraron una limitada capacidad
de pequeños propietarios, campesinos
de respuesta. Algunos se oponían deci-
y maestros artesanos; con el libre juego
didamente a la secularización pues con-
del interés individual liberado por las le-
sideraban que los neófitos no estaban
yes restictivas y el privilegio artificial [...]
preparados aún para vivir en la sociedad
asumían la doctrina económica clásica
mestiza por mantener muy arraigadas
de la mano invisible que armonizaba los
sus antiguas costumbres. Otros, veían el
intereses del individuo con los de la socie-
proceso secularizador como inevitable e
dad [...] Pensaban que la libertad traería
irreversible y participaban en él procuran-
el progreso y la prosperidad...42
do no abandonar a los nativos a su suerte. Sin embargo, todos ellos coincidían en
Para ellos, el concepto del indio como el
Echeandía al secretario de Estado del Departamento de Relaciones, San Diego, 11 diciembre 1829,
Californias, vol. 18, f. 457; Hutchinson, “The Mexican...”, pp. 350, 361.
42
David Brading, Los orígenes del nacionalismo mexicano, pp. 158-159.
41
AGN,
30
que necesitaba protección legal no era
los colonos no residentes en las misio-
aceptable, antes bien, proclamaban la
nes. Ésta fue la única ley que permitía
igualdad de los nativos con la del resto
que las propiedades de las misiones se
de la sociedad. En última instancia, los
distribuyeran entre la población que no
liberales de este periodo pretendieron ig-
vivía en ellas.43 En agosto de 1833, Gó-
norar las diferencias que prevalecían entre
mez Farías decretó la Ley de Seculariza-
las comunidades indígenas y la sociedad
ción de las Misiones de las Californias, al
mestiza, por esto resolvieron que eran
mismo tiempo que organizaba la colonia
iguales entre sí. Por tanto, las misiones
Híjar-Padrés que sería enviada a Alta Ca-
fueron consideradas un obstáculo para el
lifornia. El proyecto colonizador consistía
desarrollo económico y social de Alta Cali-
en que José María Híjar partiera hacia el
fornia. La razón principal por la que las mi-
territorio del noroeste con un grupo de in-
siones constituían un obstáculo para crear
migrantes y que asumiera el cargo de jefe
la sociedad con la que los liberales soña-
político. Híjar llevaba órdenes de hacer
ban era el régimen de propiedad comunal
efectiva la secularización de las misiones
que existía en ellas. Para los liberales la
al ejercer dicho cargo. Debería fundar
posibilidad del progreso social recaía fun-
pueblos en los que se avecindaran tanto
damentalmente en el principio de la propie-
mestizos como nativos pues, suponían
dad privada individual de la tierra que haría
los liberales, el ejemplo de los primeros
de los propietarios ciudadanos diligentes,
“civilizaría” a los segundos. Por ello, les
productivos y defensores del Estado.
parecía legítimo que la propiedad de los
El Proyecto de Colonización de abril
neófitos se repartiera también entre los
de 1833, al que después se asoció la Ley
colonos. El translado de la colonia se
de Secularización de las Misiones de las
financió con los recursos del Fondo Pia-
Californias, señalaba que las propieda-
doso de las Californias. La colonia partió
des muebles e inmuebles de las misio-
de la ciudad de México el 14 de abril de
nes se repartirían entre los neófitos, los
1834. Cuando los inmigrantes llegaron a
bienes que sobraran se distribuirían entre
Alta California se encontraron con que
43
Hutchinson, “The Mexican...”, pp. 351-352.
31
el gobierno de Antonio López de Santa
las misiones. Una vez más se apuntaba
Anna había ordenado, el 26 de julio de
que si los aborígenes se negaban a cul-
ese año, que se suspendiera el proyec-
tivar, se les reintegraría a una misión.45
to. El gobierno territorial permitió que los
Esta medida era indispensable porque la
colonos se quedaran en Alta California
sociedad mestiza necesitaba trabajado-
pero no se les distribuyeron bienes de las
res y desde luego esperaba que fueran
misiones. Cabe señalar que el supuesto
los aborígenes quienes desempeñaran
del que partieron los liberales deja claro
ese papel. En el modelo de sociedad que
que ellos tampoco consideraban que los
había aparecido en Alta California los gru-
indios estuvieran “civilizados” lo que no
pos de recolectores-cazadores no tenían
obstaba para que los consideraran legal-
lugar, era necesario que se transformaran
mente iguales al resto de los ciudadanos
en agricultores al igual que en el periodo
que, desde su punto de vista, sí estaban
anterior. Pero en esta etapa, los califor-
“civilizados”.
nios ya no querían esperar más tiempo
44
Entre tanto, en Alta California había
para disponer de la mano de obra de los
llegado a principio de 1833 un jefe polí-
nativos, sólo estaban dispuestos a ceder
tico nuevo: José Figueroa. Éste llevaba
cuando aquéllos no estuvieran capacita-
instrucciones de consumar el proceso
dos aún para trabajar para ellos, pero en-
de secularización. Para cumplir su man-
tonces deberían aplicarse medidas coer-
dato, atendió los intereses de los califor-
citivas para preservar y aumentar dicha
nios para secularizar a las misiones de
fuerza de trabajo. Pero ya no existían las
acuerdo con las expectativas locales. En
condiciones para forzar a los aborígenes
julio de ese año, dictó las Prevenciones
a permanecer en la franja colonizada,
Provisionales para la Emancipación de
puesto que los presidios habían desapa-
los Indios Reducidos, que retomaban los
recido transformándose en pueblos y sin
proyectos de la época de Echeandía pues
los misioneros no había autoridad ni mili-
planteaban la paulatina secularización de
tar ni religiosa que los obligara.
Ibid., pp. 351-357; Bancroft, Hist. of Cal., vol. II, pp. 259-260, 266,272, 274-280; Bustamante, op. cit.,
pp. 193, 256, 294-295.
45
Hutchinson, “The Mexican...”, pp. 349-350; Richman, op. cit., p. 252.
44
32
Cuando Figueroa aplicaba las pre-
sionales. En 1835, el barón Ferdiand von
venciones, llegó a la Alta California la
Wrangel ex gobernador de la América
colonia Híjar-Padrés con todo el cuerpo
Rusa, de visita en Alta California, decía
legal emitido por el gobierno de Gómez
que la secularización había propiciado la
Farías. Los californios temieron que los
destrucción de asentamientos hasta ha-
bienes misionales pasaran a manos ex-
cía poco florecientes.46
trañas y presionaron a Figueroa para que
Cuando el gobierno republicano tuvo
los bienes fueran distribuidos entre los
noticia de las consecuencias de la secula-
viejos vecinos de la región. En agosto de
rización decretó, en 1835, que se suspen-
1834, con el apoyo de la diputación te-
diera la ley. Pero todo esfuerzo por salvar
rritorial, Figueroa proclamó el Reglamen-
a las misiones fue inútil pues el gobierno
to Provisional para la Secularización de
nacional las había privado de una fuente
las Misiones de Alta California. En este
de financiamiento fundamental: el Fondo
reglamento se indicaba que en cada mi-
Piadoso de Las Californias. En efecto, en
sión se nombraría un mayordomo, quien
1832, el gobierno echó mano de dicho
sería el encargado de repartir las propie-
Fondo para sufragar sus propios gastos.
dades misionales entre los neófitos. La
Aunque en algunos momentos se intentó
secularización sería gradual, primero se
restaurar los beneficios del fondo a las
aplicaría en diez misiones. Para regular el
misiones, hacia 1844 casi todos los bie-
funcionamiento de las misiones seculari-
nes habían sido vendidos y las ganancias
zadas, el gobierno territorial promulgó un
de la venta no llegaron hasta Las Califor-
Reglamento de Misiones Secularizadas.
nias.47
Pero ninguna medida detuvo el saqueo
Los propios californios resintieron
de las misiones porque los propios go-
el colapso de las misiones, por ello, en
bernadores nombraban a sus seguidores
1840, el gobernador en turno Juan Bau-
mayordomos o comisionados y les permi-
tista Alvarado decretó un Reglamento
tían que se adueñaran de los bienes mi-
de Misiones con el cual pretendía res-
46
F.P. Wrangel, De Sitka a San Petersburgo al través de México. Diario de una expedición (13 de octubre
de 1835 al 22 de mayo de 1836), pp. 40-45.
47
“El llamado ‘Fondo Piadoso’ de las Californias”, en Tejas y el Fondo Piadoso de las Californias, pp.
33-63, texto completo.
33
catarlas de la destrucción total. Pero ya
construir. Los gobiernos nacionales les
no fue posible reintegrarles los bienes de
retiraron su apoyo e incluso las ataca-
los que se habían posesionado los veci-
ron porque el proyecto misional era por
nos del territorio ni obligar a los neófitos
completo ajeno a los proyectos del nuevo
a regresar a ellas. Los objetivos que el
gobierno; pero sobre todo porque el libe-
reglamento señalaba coincidían con los
ralismo no les concedía a las misiones
que en su momento plantearon los fran-
la misma capacidad civilizadora que les
ciscanos: congregar, evangelizar, aislar y
atribuía el gobierno colonial.
“civilizar” a los aborígenes. En 1843, Ma-
Así, quedaron sin defensa frente al
nuel Micheltorena, a la sazón gobernador
embate de la población local que exigía
de Alta California, hizo un último esfuer-
la desaparición de estas instituciones.
zo y promulgó un decreto por el que se
En poco tiempo las misiones fueron des-
devolvía la administración de los bienes
manteladas por los californios, quienes
misionales a los frailes franciscanos. Fray
se apoderaron de las tierras y el ganado
Francisco Durán, el padre presidente, su-
pero no pudieron retener a los trabaja-
girió que los más sensato era rematar los
dores que los misioneros habían puesto
pocos bienes que aún quedaban y utilizar
tanto empeño en adiestrar.
las ganancias en organizar la defensa de
Alta California en contra de las agresio-
CONCLUSIONES
nes estadounidenses.48
Los misioneros franciscanos no pu-
El proceso histórico de las misiones de
dieron ajustar su proyecto religioso misio-
Alta California es un ejemplo de las ins-
nal a las cambiantes circunstancias y, en
tituciones que fueron cimiento de la or-
el siglo XIX, el conflicto que de suyo tenía
ganización de una sociedad con la que
con el poder secular se agudizó en vir-
posteriormente entraron en conflicto.
tud de que el liberalismo las consideró un
Para la realización del proyecto de la
obstáculo para la integración y el desa-
corona española de crear una colonia de
rrollo de la nueva sociedad que deseaba
defensa estratégica, las misiones fueron
48
Richman, op. cit., pp. 262-264, 282-285; H.H. Bancroft, History of California. vol. IV, 1840-1845, en The
Works, vol. XXI, pp. 369.
34
una institución indispensable. El gobierno
dependencia de México se consumó fue
español las apoyó porque gracias a ellas
creándose un nuevo sistema de relaciones
podría alcanzar los objetivos de cristiani-
que propició la secularización de las mi-
zar y “civilizar” a la población indígena a
siones. El proyecto de colonización repu-
fin de incorporarla a la sociedad colonial
blicano no consideraba que las misiones
y por ende a sus dominios. El proyecto
pudiesen desempeñar papel alguno. Los
del poder español coincidía con el de los
proyectos se plantearon sobre bases secu-
misioneros franciscanos en tanto que am-
lares. Los liberales que impulsaron la refor-
bos consideraban tarea fundamental cris-
ma de 1833, creían que con el mero ejem-
tianizar y “civilizar” a los naturales; pero
plo, los pueblos de recolectores-cazadores
la contradicción entre ellos surgió cuando
podían transformarse en agricultores. Los
los misioneros intentaron aislar a los na-
gobiernos que encabezaron, le retiraron su
tivos y fundar con ellos comunidades se-
apoyo a las misiones e incluso sentaron las
paradas del resto de la sociedad colonial
bases para destruirlas. Para los liberales, el
evitando de esta forma los abusos de los
principio de la propiedad privada de la tierra
colonizadores en contra de los nativos.
era base del progreso de cualquier pueblo
Por ello, los misioneros crearon centros
y las comunidades indígenas, así como las
de población autosuficientes, lo que entró
misiones tenían como principio la propiedad
en conflicto con el propósito real de crear
comunal de la tierra. Esto hacía aparecer a
una economía regional que integrara a
los aborígenes ante los ojos de los liberales
todos los habitantes y que permitiera a
como sectores atrasados que limitaban el
la colonia sostenerse a sí misma sin, por
progreso social. Por ello, había que destruir
ello, desvincularse del resto del virreina-
a la comunidad agraria y dejar a los indios
to. El conflicto no se solucionó durante el
competir como iguales con otros sectores
periodo colonial ya que las circunstancias
sociales. Ello sería el paso fundamental
políticas y administrativas aseguraron la
que los forzaría a “civilizarse” o a desapa-
permanencia de las misiones.
recer de una nueva sociedad que no los
La crisis de la Independencia empezó
consideraba dignos de incorporarse a ella
a modificar la situación pues los vínculos
si no eran capaces de adaptarse a las nue-
coloniales desaparecieron. Cuando la in-
vas condiciones que se les imponían.
35
A nivel regional los vecinos apoyaron
había sido insuficiente para lograr esos
la secularización porque deseaban apo-
objetivos, la mayoría de los nativos no
derarse de los bienes misionales y con-
adoptó una forma de vida sedentaria. Por
trolar la fuerza de trabajo que había en
otra parte, para la sociedad liberal que
ellas. Ante el embate de los californios,
se estaba gestando los indios no eran un
las bases económicas de las misiones
elemento muy valioso. Los aborígenes,
fueron destruidas. Esto propició que la
por su parte, se negaron a participar en el
relación entre los misioneros y los neó-
esquema social que se les había querido
fitos quedara rota. Tan sólo las misiones
imponer y se reincorporaron a las comu-
contaban con una organización capaz de
nidades de recolectores-cazadores. Así,
forzar a los nativos a adquirir una nueva
la sociedad mexicana de Alta California
forma de vida. El tiempo durante el cual
perdió una porción sustancial de la pobla-
se les había intentado enseñar a adop-
ción que gracias al esfuerzo de los misio-
tar una nueva disciplina laboral y social
neros había formado parte de ella.
ARCHIVOS
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39
EL
D E P A R TA M E N T O N A V A L D E
SAN BLAS
Y SUS REL ACIONES CON L AS
FI LI PI N A S
A
FIN A LES DEL SIG LO X VIII Y PRINCIPIOS DEL XIX
Claudia Patricia Pardo Hernández*
LOS INICIOS DEL DEPARTAMENTO NAVAL
En el año de 1768 se fundó el departa-
Con este artículo se desea presentar
a grandes rasgos las características principales que tuvo el puerto de San Blas
mento de San Blas en las costas de Nueva
desde su fundación y, sobre todo, esta-
Galicia. Su establecimiento obedecía a va-
blecer los tipos de contacto que mantuvo
rias razones, casi todas de tipo estratégico-
con las Filipinas. Tradicionalmente siem-
militar: para prestar auxilios vía marítima a
pre se vio al puerto de Acapulco como el
los presidios y misiones de California, como
poseedor del monopolio del comercio que
base militar para vigilar las posesiones del
se constituyó con el archipiélago; no obs-
rey y repeler ataque de enemigos, así como
tante, San Blas también sostuvo, prácti-
para organizar expediciones geográficas
camente desde su fundación, un contacto
al noroeste del continente.1 Era necesario
frecuente con las islas.
mantener los litorales del Mar del Sur se-
En un extenso informe que presentó
guros, sobre todo ante el supuesto avance
el conde de Revillagigedo a Carlos IV en
de los rusos al norte de California. También
1793, se recuerdan los inicios del puerto:
era preciso dotar a las costas del Pacífico
“el mencionado año de 1768 ocupamos
de un apostadero que proveyera los navíos
felizmente los referidos puertos [los de
necesarios para cumplir tales tareas, ésa
Alta California] y se estableció el depar-
sería una de las funciones principales que
tamento de San Blas, con la principal
se esperó de San Blas.
mira de auxiliar la expedición militar de-
1
Virginia González Claverán, La expedición científica de Malaspina en Nueva España. 1789-1794, México, El Colegio de México, 1988, p. 79.
40
terminada contra los indios bárbaros se-
Ylustrísimo Sr. Dn. Joseph de Gálvez en
ris y pimas que hostilizaban la Sonora y
la visita que hizo a las Provincias Internas
para establecer después el comercio con
y a la California en 1766.”3
esa provincia y la de las Californias”.2 El
comercio, la segunda meta, según Revi-
Cuando fue necesario, las cercanas islas
llagigedo, fue en un principio secundaria
Marías proveyeron de palo María, que por
y sería, para finales del siglo
y prin-
liviano era utilizado en las arboladuras y
tarea fundamental para el
el guayacán que servía para la fabrica-
cipios del
XIX,
XVIII
fondeadero.
ción de rondanas.
La elección para el apostadero tuvo
No obstante, casi desde su fundación
que ver con la proximidad de la ribera del
el puerto presentó un grave problema, la
río Santiago, que tenía una gran cantidad
desembocadura del río Santiago en épo-
de maderas como el cedro, álamo blanco,
cas de lluvias arrastraba gran cantidad
ébano, mesquite, guayacán y otras mu-
de arena azolvando la pequeña rada en
chas de magnífica calidad, que eran ade-
donde anclaban las embarcaciones. Los
cuadas para la construcción de barcos.
barcos de gran calado tenían que fondear
fuera del puerto a merced de los vientos,
La abundancia de buenas maderas y en
por lo que los movimientos de carga y
particular de cedros excelentes llamaron
descarga de las naves se dificultaba. Esto
la atención hacia el Río de Santiago dis-
influyó para que, casi desde su estableci-
tante del puerto de San Blas menos de
miento, se hablara de buscar otro lugar
12 leguas, para poner en su margen las
para trasladar el astillero.
quillas para dos paquebotes pequeños y
dos goletas que quedaran finalizados en
LA POBLACIÓN Y EL POBLADO
un año, y debían servir a los proyectos y
cumplimiento de las ordenes de llevó el
Las primeras casas con que contó el
Archivo General de Indias (en adelante AGI), “En que el virrey de Nueva España, Conde de Revillagigedo, da cuenta a S. M. por conducto del excelentísimo Sr. Duque de la Alcudia de los asuntos de California
y Departamento de Marina de San Blas, año de 1793”, Estado, 21, N. 57, f. 10. En el citado informe también se tiene un breve extracto de cada una de las siete exploraciones de altura que salieron de San Blas
al norte del continente con el fin de ocupar puertos para contrarrestar la presencia rusa e inglesa.
3
Archivo del Museo Naval de Madrid (en adelante AMNM), Pacífico, América II, doc. 12, f. 260.
2
41
puerto se hicieron en una parte baja, muy
La pequeña población presentó pro-
cercana al estero llamado del Pozo, pero
blemas de crecimiento, para 1774 ape-
la gran cantidad de mosquitos y otros in-
nas llegaba a 752 habitantes. Una de las
sectos, así como los temporales, ocasio-
causas fue que gran parte de los oficiales
naron que se buscara un sitio más segu-
y de la marinería emigraban a Tepic o
ro. En 1773 la población se trasladó hacia
hasta Guadalajara en época de lluvias,
el cerro de Bacilio en cuya explanada se
ya que el puerto quedaba prácticamente
planeó la edificación del pueblo, con los
aislado. En la última década del siglo XVIII
edificios de la contaduría y la iglesia con
se calculó que en tiempos de sequía la
su plaza. El almacén, el arsenal y los ta-
población podía llegar hasta los 4,500
lleres de la maestranza continuaron a un
pobladores, de los cuales unos 600 eran
costado del estero del Pozo.
hombres europeos, 200 criollos de am-
Cuando se fundó el puerto se estable-
bos sexos, y el resto eran castas y unos
ció que se hiciera con 100 vecinos, “o a lo
cuantos indios.6 El departamento de San
menos por ahora con 40 o 50 pobladores
Blas estaba formado por varias secciones
útiles”. Pese a que se planearon incen-
como se describió en los presupuestos de
tivos como proveerlos de herramientas,
gastos de los años de 1796 y 1797:
4
animales de granja y un espacio para
sembrar los habitantes no aumentaron,
tenemos oficiales de mar y a la marinería,
por lo que se pidió a las autoridades que
la tropa de tierra, los empleados adminis-
enviaran presidiarios, así como marineros
trativos, servicios médicos y religiosos,
y artesanos de la maestranza de Vera-
más los artesanos. Dentro de los artesa-
cruz. El contar con una población estable
nos encontramos maestros, capataces y
que le diera un crecimiento constante al
peones o aprendices de diferentes y va-
puerto fue un problema recurrente desde
riados oficios como carpinteros, calafatea-
su fundación.
dores, toneleros, aserradores, cordeleros,
5
4
Marcial Gutiérrez Camarena, San Blas y las Californias. Estudio histórico del puerto, México, Editorial
Jus, 1956, p. 85. Enrique Cárdenas de la Peña, San Blas de Nayarit, México, Secretaría de Marina, 1968,
t. II, p. 10.
5
González Claverán, op. cit., p. 79.
6
Ibid., p. 82.
42
Correspondencia de Virreyes: 1a Serie, vol. 81, exp. 44, f. 253.
armeros, faroleros, hacheros, etc., con-
llegaron al puerto eran europeos y los de-
formando un total de 1 105 hombres em-
más eran “gente del país”. La maestranza
pleados en la conducción, administración,
y la marinería aparentemente tenían la
fabricación y reparación de naves.
gente necesaria, pero cuando un navío
7
regresaba de viaje los marineros se esAntonio Gutiérrez de Ulloa estimó en 1803
parcían por los pueblos cercanos y sólo
que la población de San Blas era de 3 300
volvían cuando se les daba un anticipo
pobladores. Esto hace pensar que los ofi-
por un nuevo viaje. Desde la fundación,
ciales, marinería y trabajadores del astille-
José de Gálvez promovió que se les die-
ro aportaban cerca de la tercera parte de
ra matrícula de marineros a los vecinos
la población, cifra considerable, sin contar
de los pueblos cercanos. A pesar de que
que la cuenta era menor a la calculada en
se publicó y pregonó los privilegios que
la última década del siglo xviii.
tendrían los que se matricularan de mari-
8
Los primeros artesanos y oficiales que
neros, la falta de hombres fue una cons-
Archivo General de la Nación (en adelante AGN), Marina, vol. 90, fs. 143-161.
Jean Meyer, Colección de documentos para la historia de Nayarit, II. Nuevas mutaciones. El siglo XVIII,
México, Universidad de Guadalajara-CEMCA, 1990, p. 25.
7
8
43
tante que se atribuyó a ser “indios y otras
Con este motivo, y con la tropa de la com-
castas sujetas al pago de tributos con
pañía fija de San Blas, hay mucho comer-
privilegio de que se les mire con piedad,
cio y el pueblo tiene buenas fábricas”.10
no se saquen de sus hogares y se cuide su conservación”.9 Una fuente segura
Es decir, la plana mayor del departa-
para proveerse de tripulantes, y de paso
mento vivía de hecho en Tepic, mientras
de habitantes, que no funcionó tal vez por
que en San Blas sólo quedaba la gente
la falta de tradición marinera entre la po-
indispensable que en ocasiones no po-
blación nativa.
día ofrecer los auxilios necesarios a las
Cuando era época de lluvias el puerto
embarcaciones que llegaban desde las
era prácticamente abandonado. Los ofi-
Californias o las Filipinas, como sucedió
ciales y los pobladores con más recursos
algunas veces, y en otras no se contaba
se refugiaban principalmente en Tepic, ya
con los oficiales y marinos necesarios
que durante esa temporada el apostade-
para algún viaje.
ro quedaba prácticamente incomunicado
Pese a los grandes planes que se
por tierra. El camino de Tepic a San Blas
tuvieron para el puerto, la realidad no
estaba a 17 leguas, unos 100 kilómetros,
correspondió a lo planeado. A cinco años
y de Tepic se decía:
de su fundación contaba con “113 casas
de palos techadas con palmas y sólo dos
Es bastante grande y con mucha gente
eran de piedra y lodo”.11 En 1791 arribó
lucida, especialmente el cuerpo de mari-
Alejandro Malaspina al frente de una ex-
na que reside aquí la mayor parte del año
pedición científica y su descripción del
con un comandante capitán de navío, tres
pueblo era semejante: “La población tiene
tenientes, tres alférez, dos pilotos gradua-
pocos edificios y se compone de chozas
dos, diez numerarios, cinco capellanes
cubiertas de paja, que dan un aspecto po-
con dos más auxiliares y cuatro cirujanos.
bre y miserable; las mejores son las cons-
Marina, vol. 105, fs. 212-213.
Jean Meyer, op. cit., p. 256.
11
Enrique Cárdenas de la Peña, “Presencia del puerto de San Blas de Nayarit en el siglo XVIII”, en autores
varios, San Blas de Nayarit, Zapopan, El Colegio de Jalisco, 1993, p. 54.
12
Pedro López González, “San Blas visto por Malaspina”, en autores varios, San Blas de Nayarit, Zapopan, El Colegio de Jalisco, 1993, p. 86.
9
AGN,
10
44
truidas por el rey”.12 El tiempo pasaba y el
jera noticias entre San Blas y Manila, pero
puerto no lograba tener una urbanización
se topó con la oposición de los fiscales de
acorde con la importancia que se supone
la Real Hacienda que argumentaron que
debía de tener.
al recibir y despachar correos sería muy
El proyecto inicial del poblado tenía
difícil de controlar los contrabandos y sali-
planeada una plaza principal con la traza
das de plata, en pago de los mismos y que
de damero para las calles que salían de
se llevaría a cabo en las embarcaciones
ésta, pero tal parece que todo quedo en
involucradas. La entrada de mercancía
un propósito frustrado. Las calles no esta-
asiática y el derrame de plata mexicana
ban alineadas, estaban llenas de piedras
en el archipiélago estaban reguladas por
de todos los tamaños y las casas en su
el viaje anual del galeón de Manila que
mayoría eran chozas.
hacía feria en Acapulco.
En 1794 ante la falta de noticias de
la nao, el virrey Revillagigedo mandó que
LOS CORREOS EXTRAORDINARIOS
se despachara un navío para que trasporSA N
tara la correspondencia pública, un so-
BLA S SE COM E NZA RON A DA R A UN A NTE S DE LA
corro urgente y dinero para el auxilio de
FUNDA CIÓN FORM A L DE L P UE RTO.
EN 1767 P A R-
Filipinas y las Marianas.14 El galeón anual
MA -
que llegaba a Acapulco y que mantenía el
NILA LLE VA NDO LA NOTICIA DE LA E XP ULSIÓN DE
contacto económico y comercial entre el
LOS JE SUITA S .
E L SA N
archipiélago y Nueva España ya no era
CON E L INFORM E
suficiente, una nueva dinámica se anun-
LOS
INTE RCA M B IOS E NTRE
FILIP INA S
Y
TIÓ UN CORRE O E XTRA ORDINA RIO RUM B O A
CA RLOS
EN
OCTUB RE DE
ZA RP Ó HA CIA
DE LA GUE RRA E NTRE
EL PRÍ NCIP E
MA NILA
ESP A ÑA
1779,
E
INGLA TE RRA .
NA VE GÓ CON E L M ISM O DE STINO
CONDUCIE NDO P LIE GOS DE L RE A L SE RVICIO.
13
ciaba y ésta se aceleraba con las guerras
de finales del siglo XVIII.
El pliego duplicado de la paz con Fran-
Para 1780, se planteó la posibilidad de
cia y correspondencia diversa fue el correo
establecer un correo marítimo que condu-
que el bergantín Activo condujo a Manila
13
El conde de Gálvez mandó construir dos buques en 1776 para conducir lo indispensable a Sonora. En
agosto de 1767, el San Carlos quedó listo y a principios de octubre se concluyó El Príncipe. Cárdenas de
la Peña, Enrique, San Blas de Nayarit, t. I, p. 125.
14
AGN, Reales cédulas (originales), vol. 157, f. 378.
45
y Macao desde San Blas en diciembre de
Humboldt refirió que el destacado
1795. Regresó al apostadero hasta agos-
piloto Francisco Mourelle navegó desde
15
to del siguiente año. Para 1798 por real
San Blas hasta Manila, casi 3,000 leguas
orden de 22 de mayo, el rey se dio por
marinas en una lancha de navío, La So-
enterado de que había regresado a San
nora, para llevar el aviso del rompimiento
Blas el bergantín Activo, que había sido
de relaciones entre España e Inglaterra.
despachado desde enero de 1797 del
En Cavite se conservó durante algún
citado puerto con rumbo a Manila con el
tiempo la embarcación.18
aviso de guerra en contra de los ingleses
enviado al gobernador de las islas y al co-
SAN BLAS Y SU FUNCIONAMIENTO COMO
mandante de la escuadra de operaciones
ASTILLERO
de aquellos mares a fin de que tomara las
providencias necesarias.16
Desde su fundación, proveer de barcos a
En octubre de 1801, a sugerencia de
las costas novohispanas del Mar del Sur y
Manuel Godoy, el rey ordenó al virrey Félix
el reparar navíos averiados fue su mayor
Berenguer de Marquina que se dispusiera
actividad. Varios elementos se unían para
el buque más adecuado de San Blas para
esto, primero, la gran cantidad de made-
que saliera a la mayor brevedad posible
ras adecuadas y su cercanía para obte-
con rumbo a Manila con unos avisos y
nerlas; segundo, su privilegiada ubicación
el resto de la correspondencia de esas
que permitía que las naves rendidas de
islas.17 En diciembre del mismo año la
las largas travesías de las Californias, y
fragata La Concepción zarpó llevando los
hasta las provenientes de Filipinas, en-
preliminares de la paz con Inglaterra y va-
contraran reparaciones desde las más
rias órdenes que se enviaron a la armada
sencillas hasta las mayores. Sin embar-
de las islas. Nuevamente el puerto propor-
go, su clima poco sano, las enfermedades
cionó los medios para conducir los pliegos
que sufrían sus habitantes, las dificulta-
que no podían esperar al galeón anual.
des de acceso por tierra, sobre todo en
15
AGN,
16
AGN,
Reales cédulas (originales), vol. 164, f. 35. Marina, vol. 88, f. 186v.
Reales cédulas (originales), vol. 169, f. 286.
17
AGN, Reales cédulas (originales), vol. 181, f. 73.
18
Humboldt, Alejandro, Ensayo político sobre el reino de la Nueva España, México, Porrúa, 1991, p. 489.
46
épocas de lluvias, así como el constante
a explotar los yacimientos de este metal
azolve del río Santiago, motivaron que
que se localizaron en la isla de Luzón.20
se planeara cambiar la marina a un lugar
Para 1780 se vio la necesidad de
más adecuado, y casi desde su fundación
mantener contacto por medio de correos
se buscó un sitio para reubicar el departa-
entre Manila y San Blas. El gobernador
mento naval, como ya se mencionó.
de Filipinas pidió permiso al rey para
Se pensaron en varios sitios para
construir en Cavite dos fragatas para el
cambiar al departamento, como Acapul-
puerto neogallego, pues argumentaba
co, el Realejo en Nicaragua y Cavite en
que salían a la mitad de precio, ya que la
las Filipinas. Este último lugar, desde mu-
mano de obra filipina era más económica
cho antes de la fundación de San Blas,
y se decía que era más eficiente, además
tenía una larga historia en la construcción
también se pensó que el contacto de los
de navíos, además de una larga tradi-
marineros del archipiélago con los del
ción marinera entre los malayos. En las
departamento mejoraría la navegación
islas había excelentes maderas como el
con Nueva España.21 Sin embargo, la
molave, la teca o el lañang; las jarcias y
construcción de navíos en las islas le qui-
cuerdas se obtenían de las fibras del aba-
taba una de sus funciones principales al
cá, y el algodón de Ilocos servía para el
departamento que era dotar de navíos a
velamen de los galeones que hacían el
las costas del Mar del Sur.
viaje anual de Manila-Acapulco.19 Durante
La fragata Aranzazu de 205 toneladas
los siglos XVI y XVII en el archipiélago hizo
y el paquebote San Carlos alias El Filipi-
falta hierro para las embarcaciones, por
no de 196 toneladas fueron construidos
lo que se tenía que exportar de China o
en Cavite, pero las condiciones en que
Europa. Para el siglo XVIII se comenzaron
llegaron a San Blas fueron tan lamenta-
19
María Fernanda García de los Arcos, “Galeones españoles y trabajo asiático. Un caso de combinación
de recursos coloniales”, en Signos. Anuario de Humanidades, México, UAM-Iztapalapa, 1992, pp. 47-69.
20
Ibid., p. 53. María de Lourdes Díaz-Trechuelo, “Filipinas”, en Historia general de España y América,
Madrid, Rialp, 1983, XI-1, p. 524. Ana María Prieto Lucena, Filipinas durante el gobierno del Manrique de
Lara. 1653-1663, Sevilla, Escuela de Estudios Hispanoamericanos, 1984. Esta autora refiere, con relación al plomo, que cuando se producía un naufragio en las islas se intentaba recuperar la clavazón para
reutilizarla al igual que las piezas de artillería.
21
Enrique Cárdenas de la Peña, op. cit., t. I, pp. 125-132.
47
bles que para la Aranzazu se necesitó ca-
abundancia de cedros que el río Santia-
renarla en firme lo que aumentó su costo
go ofrece sin contar con los del río San
inicial de 8,000 mil pesos a 32,000; sin
Pedro.22
embargo, quedó poco consistente. Para
el San Carlos, sus reparaciones consis-
También se compraron barcos en el Rea-
tieron en ponerle forro falso por fuera y
lejo y en Lima. En 1777 se envió al piloto
por dentro, ya que llegó con las maderas
Juan Pantoja al Realejo para comprar la
podridas. Como las autoridades de San
fragata Concepción, alias San Matías de
Blas no podían permitir que otro puerto
400 toneladas. Cuando la nave llegó al
compitiera con ellos en la construcción
puerto de San Blas el casco estaba car-
de barcos y atacaron la construcción de
comido por una epidemia de broma que
naves filipinas:
padecía el puerto nicaragüense.23 La reparación que necesitó la nave consistió
La culpa la tienen las maderas, porque
en una carena completa lo que incremen-
como las filipinas las de mayor consisten-
tó considerablemente su costo.24 En 1778
cia se pudren en el agua, como se expe-
se compró en Lima la fragata La Favorita
rimenta en las naos que vienen de Aca-
de 193 toneladas, fue conducida hasta el
pulco que anualmente necesitan forros y
puerto por Juan Francisco de la Bodega y
partes de sus fondos nuevos, y unas son
Cuadra, pero las condiciones en que llegó
muy flojas y otras tan fuertes que no admi-
también hicieron necesaria una repara-
ten flexibilidad, y si se construyen los bar-
ción mayor que significó un considerable
cos con las primeras resultan inutilizados
aumento en su costo.
en un viaje, y si con las segundas están
La compra de estos dos navíos se de-
entablados con pequeñas tablas, cuando
bió a que la Real Hacienda sopesó la con-
según la buena construcción debe ligar-
veniencia económica de la construcción
se el buque desde la popa hasta la proa
de navíos en San Blas o del traslado del
con sólo tres tablas... es preferible usar la
departamento a las costas centroameri-
Loc. cit.
Broma: molusco que se adhiere a las maderas de las embarcaciones y se alimenta de éstas.
24
Cárdenas de la Peña, Enrique, op.cit., t. I, p.131.
22
23
48
canas o a otras convenientes en donde el
En San Blas, en 23 años únicamente se
costo de las naves y los sueldos de la ma-
llegaron a construir once navíos. Con mu-
rinería, así como el de los artesanos de
cho la producción de San Blas era míni-
la maestranza, pudieran lograr un ahorro.
ma, además, en un extenso informe del
Se sabe que los precios de construcción
puerto, se decía:
en La Habana resultaban cuatro veces
más altos que en el Realejo que también
La construcción de los buques en este
contaba con maderas adecuadas pero
Departamento no ha merecido a la verdad
carecía, al igual que San Blas, de velas,
la mayor atención cuando por la razón de
jarcias, clavazón, y otros insumos que
sus muchos costos exigía el mayor esme-
tenían que enviarse desde La Habana o
ro para que fueren la mejor posible. Cuasi
Veracruz. El acopio de material para el
todas son de muy malas propiedades,
puerto podía llegar hasta de las Filipinas,
incomodas y feas. Estas faltas son tanto
ya que la Real Compañía de Filipinas
más imperdonables cuanto que con gran-
ofreció en venta, a las autoridades del
dísima facilidad pudieran haber adquirido
puerto, una serie de efectos navales con
planos regulares para construir por ellos,
un descuento de cinco por ciento.
del constructor de La Habana.27
25
Aunque la comparación es forzada y
no había semejanza entre las instalacio-
La baja producción naval del puerto obe-
nes que se tenían en el astillero del Ferrol
decía a muchos factores entre los que
en Galicia y el de San Blas, tenemos que
destacaremos la falta de pertrechos nava-
en el primero sólo en el año de 1770 se
les que se tenían que enviar desde Vera-
llegaron a construir cuatro navíos: una
cruz o La Habana y la falta de personal,
bombarda, una goleta, un paquebote y
pues eran constantes las peticiones de ofi-
una fragata. Entre 1770 y 1776, es de-
ciales, marinos, médicos y artesanos para
cir, en sólo siete años, se armaron en el
laborar en el puerto. El puerto, como ya
Ferrol 20 barcos de diferente tonelaje.
se mencionó, tampoco logró una urbani-
26
AGN, Reales cédulas (originales), vol. 158, fs. 156-170.
Cárdenas de la Peña, Enrique, op.cit., t. II, p. 73.
27
AMNM, Pacífico, América II, doc. 12, p. 261v.
25
26
49
zación tal que resultara atractiva a los po-
de su tripulación ingresaron al hospital de
sibles pobladores. Factores, entre otros,
San Blas, uno de ellos, de oficio carpin-
que hacían poco atractivo a San Blas.
tero, murió y los demás permanecieron
Además de la construcción naval, el
en el hospital del puerto hasta que fueron
prestar auxilio a naves averiadas también
embarcados sanos con rumbo a Lima en
fue una de las actividades de San Blas.
la fragata San Francisco Xavier, alias La
El 11 de noviembre de 1791, después de
Filipina, propiedad de la Real Compañía
121 días de navegación, llegó la fragata
de Filipinas, que se encontraba en traba-
San Andrés con carga del comercio de
jos de carena en el puerto.29
Manila. Le hacía falta partes de hierro,
Del otro lado del océano, en las is-
el palo de la mesana y otras piezas de
las Filipinas, en la bahía de Manila se
la arboladura, que sabían que no podían
encuentra el puerto de Cavite, a una
encontrar en Acapulco, su destino final,
distancia aproximada de 33 kilómetros
así que el departamento proporcionó todo
de la ciudad de Manila, mucho más cer-
lo necesario.
ca de la distancia que había entre Tepic
28
Corrió con menos suerte la fragata
y San Blas. La comunicación marítima
San Rafael, alias La Palas, que pertene-
entre Manila y Cavite era fácil y rápida.
cía a la Real Compañía de Filipinas. Salió
Por su parte, la ciudad de Manila era
de Manila con rumbo directo a Lima. Los
una ciudad con mucho movimiento. Ca-
temporales del mar de China retardaron
vite, en cambio, era una fortificación muy
su salida y los vientos del sur la hicieron
completa que tenía edificaciones de muy
elevar su navegación hasta los 43 grados
buena factura: el castillo de San Felipe,
norte alejándola de las costas peruanas. El
la casa del Castellano, los reales alma-
escorbuto y la falta de víveres obligaron a
cenes, una zona de carenaje, maderería
su capitán a pedir auxilio a las autoridades
y carpintería, herrería, cámara para arbo-
de San Blas para cargar agua y comida
laduras, el convento de Santo Domingo,
fresca. La estancia de La Palas fue corta,
una parroquia, el colegio de jesuitas, el
de menos de una semana, ocho miembros
hospital de San Juan de Dios, el convento
28
AGN,
29
AGN,
50
Filipinas, vol. 24, f. 352.
Filipinas, vol. 48, fs 3-4.
de los agustinos descalzos, una ermita y
nicaragüense. El argumento también se
sus respectivos baluartes, todo esto amu-
centraba en la calidad y abundancia de
rallado. Cavite tenía muchos años de
las maderas, así como el bajo costo que
estar armando barcos y, aunque tampoco
tendrían los barcos en comparación de
era un destino muy atractivo para la ma-
los armados en La Habana.
30
rinería, tenía algunas ventajas sobre San
En 1790 el virrey Juan Vicente Güe-
Blas: su cercanía a una ciudad como Ma-
mes, segundo conde de Revillagigedo,
nila, una infraestructura completa para la
consultó, entre otros, a los navegantes
construcción de naves, así como acceso
Alejandro Malaspina y José de Busta-
a mano de obra barata y abundante.
mante y Guerra así como a Juan Fran-
Así se inició una serie de alegatos
cisco de la Bodega y Cuadra, sobre la
entre las autoridades de ambos apos-
conveniencia de trasladar hacia Acapulco
taderos defendiendo su posición en la
el departamento naval de San Blas. Las
construcción de bajeles y centrando sus
opiniones en general se inclinaron a fa-
argumentos en la calidad de materiales,
vor de Acapulco, ya que brindaba mejo-
la madera, con que contaba cada astille-
res condiciones para el arribo de barcos
ro. La travesía para cruzar el océano era
de gran calado, la bahía era grande y
larga, en ocasiones llegó a tomar hasta
estaba protegida por los vientos. Cinco
seis meses, así que por buenas que fue-
años después el ministro de Guerra en
ran las maderas presentaban problemas
España consideró que no era convenien-
al llegar a cualquiera de los destinos. En
te reunir al Castellano de Acapulco con
realidad ambos apostaderos contaban
la comandancia del departamento en un
con maderas adecuadas para la cons-
mismo puerto, pues se podían suscitar
trucción de navíos, sin embargo, San
problemas de mando. Por otra parte, el
Blas tenía en su contra su lejanía de una
costo del traslado era muy alto para la
población atractiva como Tepic, y su falta
Real Hacienda. Por su parte la adminis-
de infraestructura urbana.
tración y contaduría general de la aduana
Entre 1787 y 1789 se pensó en trasla-
de Guadalajara y la aduana de Tepic ma-
dar el departamento al Realejo, el puerto
nifestaron que el traslado les acarrearía
30
AGI,
Filipinas 44, 1764.
51
una serie de pérdidas económicas.31 El
el añil, daban buenos resultados.32 La de-
apostadero no era importante únicamen-
pendencia económica de las las islas con
te por las expediciones que se hacían al
Nueva España por medio del situado que
norte del continente, por el contacto con
se había mantenido desde que práctica-
las Californias y por la conquista de So-
mente Urdaneta descubrió el tornaviaje
nora, sino también por que su función co-
también, al igual que el galeón, tendría
mercial estaba siendo significativa en una
pocos años de vida.
amplia zona en la que el desarrollo de cir-
El año de 1796 fue definitivo en la vida
cuitos comerciales para ciudades, como
de San Blas. La posibilidad de trasladar
Guadalajara, con un crecimiento urbano
el departamento al Realejo o a Acapulco
acelerado eran necesarios.
quedó olvidada. El 2 de mayo por medio
Al mismo tiempo, las Filipinas, a fi-
de una real orden San Blas fue habilitado
nales del siglo XVIII, habían dejado de ser
como puerto comercial para tener tráfico
la lejana colonia asiática. Su localización
con los de Perú, Santa Fe, Guatemala y
era estratégica para establecer un comer-
con el resto de los de Nueva España.33
cio directo con China y el sudeste asiá-
San Blas como puerto comercial benefi-
tico. La fundación de la Real Compañía
ciaba, entre otros, al consulado de Gua-
de Filipinas y la comunicación directa con
dalajara, creado en 1795, con el pago de
la metrópoli por la vía del cabo de Bue-
0.5% sobre las mercancías que entraran
na Esperanza hacía ver que la larga vida
por su jurisdicción, ya que el apostadero
del comercio transpacífico del galeón de
estaba dentro de los límites de la inten-
Manila tenía un fin cercano. También es
dencia de Guadalajara.
necesario recordar que para este periodo
En septiembre del mismo año, desde
las islas comenzaron a ser importantes,
la metrópoli se tomó la decisión de tras-
pues los frutos de una agricultura comer-
ladar el departamento a Cavite, con esto
cial como la caña de azúcar, el tabaco y
quedaron terminados todos los alegatos
Enrique Cárdenas de la Peña, op.cit., t. I, p. 279.
María Fernanda García de los Arcos, Estado y clero en Filipinas del siglo XVIII, México, UAM-Iztapalapa,
1988, pp. 34-35.
33
AGN, Reales cédulas (originales), vol 164, f. 3.
31
32
52
Filipinas, vol. 3, fc. 61.
que se habían dado respecto a donde
con que contaba. Pero la seguridad era
establecer el departamento naval. Las
lo primordial:
34
razones que manifestó el rey fueron que
la conservación de las islas, de su pobla-
se forme allí un astillero capaz de poner
ción, la riqueza de su suelo y las venta-
a cubierto aquellos establecimientos de
jas que a la balanza nacional daba su
las fuerzas europeas y de las piraterías
comercio con Asia las hacía atractivas a
de los mahometanos que ocupan las islas
los enemigos de España, por lo tanto la
vecinas, y de auxiliar con dobles fuerzas y
marina real y la navegación se tenían que
recursos nuestras escuadras de la Améri-
fomentar. Y añadía que la población era
ca meridional.35
adecuada para la navegación, así como
la ventaja que tenían las islas por los
También se decía que los barcos fabri-
numerosos materiales de buena calidad
cados en Cavite eran defectuosos, por
34
35
AGN, Reales cédulas (originales), vol. 165-C, expedientes, 6, 46, 81 y 256.
Loc. cit.
53
lo que se comisionaba a Juan Villar, ayu-
contacto con Nutka, Nueva España vio la
dante de construcción graduado de alfé-
posibilidad de entrar al lucrativo comercio
rez de fragata y anteriormente destinado
de pieles, principalmente de nutria. La fal-
a La Habana, a que con un capataz de
ta de azogue y su alta demanda en la mi-
carpintería de ribera, y otro de calafate,
nería llevaron a pensar a las autoridades
estuviera a cargo de los planos y todas
la posibilidad de intercambiar pieles por
las explicaciones para la construcción de
azogue en China. Vicente Basadre propu-
toda clase de bajeles así como de tam-
so que los barcos que regresaban de las
bién de todos los integrantes de la maes-
Californias a San Blas podían traer pieles
tranza y dotación de San Blas.
para ser llevadas después a Filipinas y de
Sabemos por el presupuesto presenta-
ahí a Cantón para el intercambio. Así lo
do por la Real Hacienda que fueron 91 indi-
rectificó una carta enviada a Revillagige-
viduos de la maestranza los destinados al
do: “se ha enterado el rey de la remesa
puerto de Cavite y que el costo del traslado
hecha al gobernador de Filipinas de tres
ascendió a 13,300 pesos. A mediados de
mil trescientas cincuenta y seis pieles de
año se embarcaron en la fragata Aranzazu
nutria para su venta en cantón de cuenta
y llegaron a Cavite el 23 de diciembre de
de Real Hacienda en cambio de azogue”.37
1797 al mando de Juan Villar. La duración
Dicho comercio prometía ser floreciente,
de San Blas como departamento naval ha-
pero Nueva España lo dejó de lado y sólo
bía terminado pero no su vida, el comercio
quedó en unas pocas remesas.
36
le inyectó nuevos bríos.
Como ya se mencionó San Blas fue
habilitado como puerto comercial el 2 de
EL COMERCIO
mayo de 1796. Al año siguiente el consulado de Guadalajara propuso al rey que
A raíz de las expediciones de altura y del
36
AGN,
37
AGN,
se estableciera el comercio recíproco en-
Marina, vol. 90, fs 153-154 y 210.
Reales cédulas (originales), vol. 149, f. 341. Salvador Bernabeu Albert, “Sobre intercambios comerciales entre China y California en el último tercio del siglo XVIII. El oro suave”, en Francisco de Solano,
Extremo Oriente Ibérico. Investigaciones históricas: metodología y estado de la cuestión, Madrid, Agencia
Española de Cooperación Internacional-Centro de Estudios Históricos-Departamento de Historia de América-CSIC, 1989, pp. 471-484.
54
tre Manila y San Blas, por ser este último
apostadero que hacían el viaje a las islas
más propio y seguro para la conducción
o por la nao, así que había para la última
del situado, la navegación entre ambos
década del siglo
puertos era muy segura y se podía fo-
barcos angloamericanos que introducían
mentar la población y la extracción de ri-
de contrabando mercancías asiáticas por
quezas de esas costas, que de otra forma
diversos puertos.40
XVIII
y principios del
XIX
continuarían despobladas. El rey pidió al
El puerto de San Blas alcanzó parte
virrey Branciforte que evaluara si la des-
del comercio con Asia que comenzó a
carga de la nao y la feria de Tepic o el
finales del siglo
comercio en buques particulares serviría
Por su lado Manila se había convertido
como medio para fomentar el poblamien-
en puerto franco desde la creación de la
to y prosperidad de las Provincias Inter-
Real Compañía de Filipinas en 1785, pero
nas, las que tenían que cuidar y fomentar
sólo para naciones asiáticas y que a raíz
a sus habitantes ante el avance de otras
de una comisión formada para evaluar los
potencias como Rusia e Inglaterra al nor-
resultados se llegó a solicitar la apertura
te del continente.
de Manila como puerto a todas las nacio-
38
En la feria de San Juan de los Lagos
de 1796 se supo que “pozuelos finos de
XVIII
y principios del
XIX.
nes europeas por tres años a partir del
primero de septiembre de 1790.41
China”, “coletillas” y un “cajoncito de rue-
El destino del comercio con Filipinas
dos de bolas” introducidos con guía de
como se efectuaba tradicionalmente por
Tepic produjo por derecho de avería tre-
el puerto de Acapulco se vio legalmente
ce pesos con cinco reales. La entrada
suprimido en 1813 cuando las Cortes de
de mercancía asiática ya entraba por San
Cádiz tomaron la decisión de terminar el
Blas, no necesariamente por barcos del
viejo sistema del galeón habilitado por los
39
Reales cédulas (originales), vol. 167, fs. 279-280.
José Ramírez Flores, El Real Consulado de Guadalajara. Notas históricas, Guadalajara, Banco Refaccionario de Jalisco, 1952, pp. 75-76.
40
Véase el artículo de Dení Trejo Barajas, “El puerto de San Blas, el contrabando y el inicio de la internacionalización del comercio en el Pacífico noroeste”, en Tzintzun. Revista de Estudios Históricos, núm.
44, julio-diciembre de 2006.
41
María Lourdes Díaz-Trechuelo Spinola, “Manila: puerto franco. El comercio libre en la última década
del siglo XVIII”, en Verhandlungen des XXXVIII Internationales Amerikanistekongresses, Stuttgart-Munchen,
1968, pp. 501-508.
38
AGN,
39
55
comerciantes de Manila para realizar su
tuó el fraude, ya que proporcionaron a los
comercio con buques particulares con un
compradores de San Blas y de Tepic los
permiso de 500,000 pesos y 1,000,000 de
documentos que garantizaban los pagos
retorno, al igual que lo estipulado para el
de alcabalas e internación. El Consulado
galeón. Dicha orden se recibió hasta julio
de Guadalajara decomisó las mercancías
de 1814 y se anotó al final de la misma:
con la sorpresa de que los compradores
“No corrió esta Real Orden porque al
engañados protestaron ante el rey. Se dis-
tiempo de cumplirla se hizo la restitución
puso que se regresara las mercancías a
de nuestro soberano Sr. Don Fernando
sus compradores previo pago de 16.66%
VII al trono”. Sin embargo, el final del
de derechos de Comercio de Manila. A los
comercio Manila-Acapulco por medio del
oficiales de Nuestra Señora del Pilar, se
galeón había llegado a su fin.
les impuso el pago de otro 16.66%, mien-
42
Por otra parte, en San Blas habían
tras que los oficiales del puerto fueron
estado recibiendo mercancías asiáticas
amonestados severamente y advertidos
por diversos motivos. En 1799 la fragata
de que perderían sus empleos si se repe-
Nuestra Señora del Pilar, que navegó en
tían acciones semejantes.43
compañía de la nao, tuvo que abandonar-
En el año de 1801 había llegado la fra-
la por un temporal y llegó de arribada a
gata La Filipina, propiedad de la Real Com-
San Blas. La venta de productos traídos
pañía de Filipinas y cuyo destino era Lima
de Manila fue tan escandalosa que la no-
y Cádiz. El arribo se debió a que el barco
ticia llegó hasta el rey quien ordenó, en
necesitaba una reparación mayor. La jun-
1806, al virrey José de Iturrigaray que se
ta superior de la Real Hacienda y el factor
tomaran medidas en contra de sucesos
de la compañía acordaron la descarga y
semejantes. Se descubrió que los oficia-
venta de los efectos en el puerto, lo que
les del puerto y los de la fragata eran res-
propició una controversia sobre el pago de
ponsables de la introducción clandestina
los derechos. El representante de la Com-
de 118,284 pesos de mercancías chinas.
pañía de Filipinas solicitaba los privilegios
Entre los oficiales mencionados se efec-
y exenciones de la rebaja de 12% sobre el
42
AGN,
43
AGN,
56
Filipinas, vol. 43, f. 113.
Reales cédulas (originales), vol. 197, fs. 322-325 y 330-331.
valor del cargamento, igual al que gozaba
chos comerciantes se negaron a la aper-
la nao, pero el Tribunal de Cuentas exigió
tura de la feria, decían que dañaría sus
el pago de “33.33% sobre valores de Mani-
intereses ya que si se verificaba tendrían
la, el 6% de alcabala de internación sobre
que esperar un mes, por lo que el trasla-
el valor de San Blas y otro 6% de la tierra
do posterior de los efectos a Guadalajara
de México sobre sus aforos”.
coincidiría con la época de lluvias que por
44
En 1817 fondeó en San Blas, proce-
lo intransitable de los caminos, ocasiona-
dente de Manila, la fragata Santa Rita
ría daños en la mercancía. El administra-
con permiso de abrir feria en Tepic “con-
dor de Tepic se había adelantado dando
forme a las reglas estipuladas”. Pero el
permisos para la conducción de los pro-
cargamento ocasionó varios conflictos, el
ductos aun antes de tener el permiso del
primero de ellos fue la solicitud del capi-
virrey para la “aceptación judicial o renun-
tán Francisco Dapena para la extracción
cia de ese privilegio”, de abrir o no la feria
de 60,000 pesos de plata quintada, con o
en Tepic. Los comerciantes finalmente
sin el permiso correspondiente. Como se
enviaron sus géneros a Guadalajara y la
efectuó la descarga y el retorno de la fra-
tal esperada feria no se llevó a cabo. Los
gata en un tiempo muy corto, no alcanzó
intereses personales de unos negocian-
a llegar desde Guadalajara la negativa a
tes estuvieron por encima de los antiguos
la petición de Dapena. La salida de plata
reglamentos, comisarios y oficiales en-
quintada de Nueva España estaba prohi-
cargados de cumplirlos.
45
bida, las embarcaciones procedentes de
Así una feria comercial semejante a
Manila debían retornar con el doble de lo
las de Xalapa o Acapulco, que alguna vez
que habían traído, pero en moneda.
se pensó se podría celebrar al norte de
El segundo conflicto fue la feria de
Nueva España, quedó, por mecanismos
Tepic que no llegó a celebrarse por la
diferentes, sujeta al monopolio de unos
polémica venta anticipada de los efectos
cuantos comerciantes que movieron la
de la Santa Rita a cinco comerciantes. Di-
mercancía a su conveniencia, además
44
AGN,
45
AGN,
Filipinas, vol. 182, f. 306.
Filipinas, vol. 43 fs., 297-313.
57
los tiempos que se avecinaban serían
Sus relaciones con las Filipinas co-
muy distintos a los que había rodeado al
menzaron con los correos extraordinarios
círculo comercial Manila-Acapulco.
y otra serie de comunicaciones urgentes
que no podían esperar a la nao para en-
UNA REFLEXIÓN FINAL
viar y tener noticias del archipiélago.
La construcción de barcos se mantu-
A finales del siglo xviii la dinámica que se
vo en un nivel bajo si se le compara con
había establecido entre las islas y Nueva
la producción que se tenía en otros asti-
España requería de contactos más fre-
lleros, aun así las reparaciones urgentes,
cuentes, por tanto San Blas con sus bar-
desde las más sencillas hasta las mayo-
cos podía satisfacer esta necesidad.
res fue una tarea que se efectuó y de la
Desde que inició su vida como de-
que fueron objeto algunas embarcacio-
partamento naval, San Blas presentó
nes que hacían el viaje Manila-Acapulco
diversos problemas que hicieron que se
y otras que transportaban efectos desde
pensara en su reubicación. Entre las di-
Manila a puertos sudamericanos, como
ficultades tenemos su clima “enfermo”, la
fue el caso de algunas naves de la Real
gran cantidad de moscos y alimañas que
Compañía de Filipinas.
por las cercanías del estero molestaban a
El destino del fin del departamento
sus habitantes; asimismo, el pueblo no se
quedó sellado cuando en 1796 éste fue
llegó a urbanizar adecuadamente como
trasladado a Cavite con su personal de la
para dar las comodidades básicas a una
maestranza. Pero, a diferencia de lo que
población que no aumentaba, por lo que
han planteado algunos autores de que
la mayor parte del tiempo los oficiales y
San Blas decayó después de que termi-
otros miembros de dicho departamento te-
naron las expediciones de altura y de su
nía que huir a Tepic en busca de mejores
traslado, el comercio, primero ocasional
aires. La abundancia de maderas propias
y poco a poco más frecuente, le dio un
para la construcción de navíos no era sufi-
segundo aire que se mantuvo hasta bien
ciente, pues la rada se mantenía azolvada
entrado el siglo XIX.
y los grandes barcos no podían fondear.
* Instituto de Investigaciones Dr. José María Luis Mora.
58
EL
M E N A J E A S I ÁT I C O D E
L A S C A S A S D E L A É L I T E C O M E R C I A L D E L V I R R E I N AT O
N OVO H I S PA N O E N E L S I G LO X V I I
Berenice Ballesteros Flores
La historia de Asia y América ha esta-
traídos desde Manila a la Nueva España
do estrechamente vinculada desde el
se modificaran y adquirieran nuevos usos;
descubrimiento de la ruta transpacífica
así como que otros tantos –hechos ex
hecho por el fraile agustino Andrés de Ur-
profeso en “la tierra”— tomaran del reper-
daneta. El comercio que se generó entre
torio asiático ideas, decoración, formas y
ambos continentes trajo consigo hombres
materiales. Estos intercambios iban des-
e ideas que, al igual que las mercancías
de la mera imitación, hasta la formación
que se comerciaron en la nao de China,
de objetos nuevos. Los bienes comenza-
impactaron hondamente en la cultura de
ron a ser introducidos dentro de la cultura
los lugares a donde llegaron. América
novohispana y adquirieron una identidad
dejó una importante huella cultural en los
propia, es decir, diferente respecto a los
enclaves españoles en Asia. De igual ma-
bienes suntuarios que les dieron origen.
nera, la cultura asiática tuvo gran impacto
En los inventarios de bienes de la
dentro de las formas de ser y represen-
época novohispana, se registran términos
tarse de las élites novohispanas, es decir,
como “achinados” y “japones”. Estos ob-
en el ajuar de sus casas y en la cultura
jetos de elaboración novohispana muchas
material en su conjunto. Fue este inter-
veces superan en precio y calidad a los
cambio cultural el que propició —gracias
traídos en la nao de China. Dichas piezas
al comercio— que muchos de los objetos
de factura virreinal, a pesar de ser obje-
1
1
Entiéndase por cultura material a “la cultura producto de la adaptación y la integración, de la unión y la
fusión, del compartir y del intercambiar productos, técnicas, combinaciones de formas y conceptos que
da como resultado un nuevo paisaje material”. Véase al respecto: Enrique Florescano, Virginia García
Acosta (coords.), Mestizaje tecnológico y cambios culturales en México, 2004, p.7.
59
tos “de la tierra”, tuvieron la característica
mercaderes del Consulado de la Ciudad
distintiva de tomar del repertorio asiático,
de México (del siglo XVII) encontrados
técnicas, formas y ornamentaciones que
en el Archivo General de la Nación.2 Por
se adaptaron al medio en el que se pro-
medio de esta documentación se refiere
dujeron. Respecto a los objetos asiáticos,
la manera como estaban distribuidos los
podemos decir que recorrieron un camino
espacios interiores de sus casas, desta-
interesante al llegar al virreinato, pues en
cando los que albergaron los bienes de
un principio —como ya se ha dicho— se
mayor lujo. En un segundo apartado se
alojaron en las casas de las élites, no sólo
muestra cómo los bienes de tipo o pro-
las de los comerciantes sino también en
cedencia asiáticas fueron colocados en
las de la aristocracia, los clérigos, los ri-
el interior de las casas y los lugares don-
cos mineros y los funcionarios reales con
de predominaron. Se hace también una
gran poder económico. Poco a poco, los
comparación entre los precios de estos
objetos comenzaron a ser adaptados a
objetos y sus similares procedentes de
las necesidades, usos y gustos de los no-
Europa, de América, o de las distintas
vohispanos, hasta llegar a la creación de
regiones de la Nueva España. Finalmen-
objetos de factura novohispana con téc-
te se muestran los cambios que tuvieron
nicas, materiales, formas y ornamentacio-
los bienes suntuarios de Asia, tanto en su
nes que se informaron en las asiáticas.
uso, como en su manufactura y materia-
Su importancia se manifiesta en el gran
les, dentro del ámbito novohispano.
número de ellos que aparecen registrados en los inventarios de bienes de casas
LAS RESIDENCIAS DE LOS MERCADERES
de gran lustre social y los altos precios
que alcanzaron cuando fueron valuados.
Una de las características de esta éli-
Lo que ahora se presenta es el aná-
te comercial, es decir, la del grupo de
lisis de los inventarios de bienes de once
mercaderes del Consulado, fue que sus
2
Estos mercaderes fueron los que al estar dentro del consulado, invirtieron su capital en el comercio
transpacífico, ellos fueron: Antonio Díaz Cáceres, Antonio de la Mota y Portugal, Luis Vázquez Medina,
Lope de Osorio, Álvaro de Lorenzana, Diego de Serralde, Bernardo Ruiz Guerra, Dámaso Saldívar, Juan
Díaz de Posada y el inventario de María Teresa Retes Paz y Vera, la única heredera del mercader José
Retes Largacha (a falta del inventario de este mercader).
60
miembros se establecieron en la ciudad
siguieron las mansiones de la ciudad de
de México. Este centro urbano fue el imán
México, aunque el modelo pudo variar en-
que atrajo a gran parte de la élite y, por
tre el mismo grupo.5 Si bien hubo un pa-
consiguiente, considerables riquezas de
trón de los espacios interiores, existieron
la provincia.3 Las mansiones donde vivie-
numerosas variantes en casas de otros
ron los potentados novohispanos durante
estratos sociales.
el siglo xvii fueron las más grandes y lujosas de la ciudad:
Para el caso de las casas de los mercaderes, se encontraron dos descripciones en los inventarios de bienes de los
solían tener dos patios: el principal, alrede-
comerciantes Dámaso Saldívar y Juan
dor del cual se distribuían las habitaciones
Díaz de Posada. De éste, la valuación
más importantes, y el patio de servicio que
la hizo el maestro de arquitectura Pedro
se abría, a manera de azotehuela, a un cos-
de Arrieta, quien otorgó el precio de 25
tado de la escalera. También solían tener
294 pesos a una casa de “veinte y cuatro
dos niveles de altura: el bajo estaba siempre
varas y dos tercias de frente, y [de] fon-
destinado para ‘casitas accesorias’, y el alto
do cincuenta, con sus salas, recámaras
para la habitación de los dueños o de los in-
y demás oficinas de que se compone”.6
quilinos adinerados.4
La casa de Dámaso Saldívar fue, con
mucho, más grande que la de Juan Díaz.
Las residencias también se caracteriza-
Fue apreciada en 32 mil pesos, y se des-
ban por tener un zahuán y una cochera.
cribió de este modo.
Algunas tenían un entresuelo, característico de las casas de este siglo. Éste
En la ciudad de México [Dámaso Saldívar]
era en general el patrón establecido que
vivió en una casa en calle principal; grande,
3
John. E Kicza, “Formación, identidad y estabilidad dentro de la élite colonial mexicana en los siglos XVI y
XVII”, en Bernd Scröter y Chiristian Büschges (eds.), Beneméritos, aristócratas y empresarios. Identidades
y estructuras sociales de las capas altas urbanas en América hispánica, p. 22.
Martha Fernández, “De puertas adentro: La casa habitación”, en Pilar Gonzalbo (dir.), Antonio Rubial
(coord.), Historia de la vida cotidiana en México. La ciudad barroca, vol. 2, p.56. En el siguiente apartado
se hablará del interior de dichas mansiones.
5
Ibidem, pp. 56-57.
6
AGN, Bienes Nacionales, vol. 1505, exp. 19, 1699.
4
61
con privilegio del oratorio y merced de agua,
La descripción de estas casas, per-
con barandillas de fierro en el corredor y dos
mite ver la forma como vivieron aquellos
cocheras a la calle. Otra casa principal a su
mercaderes pertenecientes a la élite co-
linde y dos balcones de fierro a la calle y tres
mercial. Las casas restantes, los comer-
tiendas con sus tapancos. Y todo esto con-
cios y las accesorias, al rentarse, produ-
fronta con casas del mayorazgo de Alonso
cían entradas económicas adicionales.
de Cuevas Ávalos, en la calle que viene de
Muchas de estas casas de comerciantes
Montserrate al Espíritu Santo, y da la vuel-
mayoristas, albergaban las bodegas y los
ta a la calle de Caselada que llaman de las
expendios al menudeo.
Capuchinas, por donde se compone de una
Los inventarios de bienes también
tienda de esquina y otras tres tiendas con
mencionan los nombres de las calles en
sus tapancos, ventanas de reja a la calle
donde se encontraron ubicadas las ca-
debajo de dicha casa principal, y después
sas de estos hombres, así, se sabe que
se sigue otra casa principal con su balcón
el mercader Álvaro de Lorenzana vivió
de reja a la calle y otra casita pequeña sin
en la calle de San Francisco y que en la
su patio, con su entresuelo, y su reja a la
parte inferior de dicha casa, tuvo tiendas
calle, que linda con casas del secretario Luis
que lindaron con casas pertenecientes al
Tobar Godinez, de tal suerte que toda la po-
hospital del Espíritu Santo.8 Por su parte,
sesión se compone de doce casas y tiendas
Lope de Osorio vivió en una casa en la
y dos cocheras, y todas tienen dentro y fuera
calle de Santo Domingo, aunque también
treinta y dos rejas y balcones de fierro.
7
poseyó casas en los portales de Texada.9
Alonso de Ulibarri vivió en una casa de su
Cabe señalar que más que una casa sola
propiedad en la calle del convento de las
se trató de un conjunto de varias casas
Capuchinas. Juan Díaz de Posada vivía
relacionadas con la casa principal, tal y
en la calle Don Juan Manuel, cuya casa
como deja ver la interesante descripción
—arriba mencionada— lindó con la del
documental.
ilustre capitán don Pedro Ruiz Castañe-
7
AGN,
8
AGN,
Tierras, vol. 1256, exp. 1, 1695.
Bienes Nacionales, vol. 1294, exp. 1, 1653.
9
AGN, Tierras, vol. 3371, exp. 1, 1645.
62
da y con el convento de religiosas de San
esos enormes espacios que conformaron
Bernardo.
el interior de las casas, aunque cabe acla-
10
Una casa tipo de este periodo dividió
rar que no todas poseyeron todos los es-
sus interiores alrededor de dos o más
pacios que aquí se mencionan.12 Para los
patios —como la residencia de Dámaso
fines de la presente investigación se ha-
Saldívar—. La planta baja fue utilizada
blará de esos lugares donde se alberga-
para la cochera, las caballerizas, las ha-
ron las piezas de mayor lujo al interior de
bitaciones de la servidumbre masculina,
las residencias, pues fue allí donde dichos
un corral y la despensa. La planta alta se
objetos suntuarios encontraron acomodo
utilizó como el espacio de convivencia
y sirvieron al repertorio de representación
y reposo de los dueños, ahí también se
de la élite comercial del virreinato para
encontraban las recámaras de la familia
mostrar, con gran ostentación, su riqueza
y los dormitorios de la servidumbre fe-
frente a los demás, reconocerse frente a
menina. Algunas casas tuvieron también
sus iguales y también para confirmarse a
entrepisos que fueron ocupados por los
sí mismos dentro del orden social.
administradores de las haciendas de
Los dormitorios, por principio de cuen-
sus dueños; por alguna rama pobre de
tas, se dividieron en dormitorios para el
o, empleados para guardar
hombre y la mujer, (aunque fuesen cón-
mercancías cuando los propietarios eran
yuges) y se aderezaron con muebles y
comerciantes.
lienzos de gran riqueza, como la cama
la familia
11
Los interiores de las residencias se
con dosel, un enorme y lujoso biombo
dividieron en espacios destinados a ac-
de cama, alfombras, espejos y lienzos de
tividades específicas: los dormitorios, el
imágenes religiosas y civiles.13
salón de dosel —si se era noble—, el ora-
Dos espacios de importancia trascen-
torio y el estrado fueron sólo algunos de
dente al interior de las residencias, fueron
Tierras, vol. 405, exp. 4, 1722 y Bienes Nacionales, vol. 1505, exp. 19, 1699.
Gustavo Curiel y Antonio Rubial, “Los espejos de lo propio: ritos públicos y usos privados en la pintura
virreinal”, en Pintura y vida cotidiana en México, 1650-1950, p. 103.
12
Martha Fernández, op. cit., pp.58-61.
13
Gustavo Curiel y Antonio Rubial, op. cit., pp. 148-149. Descripción hecha con base en el cuadro de José
de Páez, Exvoto con la virgen de los Dolores de Xaltocan de 1751, pp. 144-145.
10
AGN,
11
63
tanto el salón de juegos como el oratorio,
diante un protocolo muy especial y esta-
ambos complementarios de la vida coti-
ba destinada a recibir a las visitas de los
diana de los ricos mercaderes novohis-
dueños de la casa de cierto rango social.
panos. El salón de juegos contaba con
En esta misma sala se encontraba el es-
una mesa de trucos que se aderezaba de
trado, que no era más que un entarimado
costosos complementos de tacos y bolas
de madera, o mampostería, construido a
de marfil. El oratorio, por su parte, era
cierta altura del piso, donde se colocaban
el lugar donde los miembros de la élite
los muebles más ricos de la casa. Aquí se
rezaban y cumplían con su labor de cris-
dieron cita los invitados de la señora de la
tianos. Toda familia de importancia tenía
casa, pues este espacio fue ante todo, de
en su casa un oratorio. Para el caso de
carácter femenino.
14
los mercaderes, los únicos oratorios que
El estrado también sirvió para reunio-
se tienen registrados son los de Dámaso
nes de mujeres que se dedicaban a bor-
Saldívar y la hija de José Retes.
dar, tocar música y, por supuesto, comer
15
Además del oratorio y el salón de jue-
y beber chocolate. Las reuniones en el
gos, los espacios más importantes para
estrado fueron el pretexto idóneo para
el aparato de representación dentro de
conseguir algún favor que beneficiara a
las residencias novohispanas como las
la familia, por ello, la señora de la casa
de los comerciantes fueron la sala para
puso siempre especial énfasis en los de-
visitas de cumplimiento y el estrado. La
talles sociales y de protocolo16 —había
sala para visitas de cumplimiento gene-
un maestresala encargado de indicar los
ralmente se situaba en la planta alta de la
tiempos en los que debían servirse el cho-
residencia, con acceso directo al balcón
colate, los dulces y las viandas—. Ahí, las
central de la fachada. Funcionaba me-
mujeres se sentaban sobre enormes coji-
14
Esta mesa de trucos es el antecedente de la mesa de billar. Agradezco al doctor Gustavo Curiel la
información respecto a este punto.
15
AGN, Tierras, vol.1256, exp. 1, 1695. Gustavo Curiel, “El efímero caudal de una joven noble. Inventario y
aprecio de los bienes de la marquesa doña Teresa Francisca María de Guadalupe Retes Paz Vera. (Ciudad de México, 1695)” en, Anales del Museo de América, pp. 87-89. Recuérdese que para tener oratorio
dentro de la casa era necesario un privilegio por parte del arzobispado.
16
Gustavo Curiel, “Ajuares domésticos. Los rituales de lo cotidiano”, en Pilar Gonzalbo Aizpuru (dir.),
Antonio Rubial García (coord.) Historia de la vida cotidiana en México. La ciudad barroca, vol.2, p. 82.
64
nes, a la usanza morisca, y los hombres
España perteneciente a Lope de Osorio.18
sobre canapés o “sillas de sentar”. Este
Finalmente, la subdivisión de este
espacio, como mencionan Gustavo Curiel
espacio con el de la sala para visitas de
y Antonio Rubial, era el que “reflejaba las
cumplimiento corrió a cargo de los biom-
aspiraciones de la familia, su imagen ha-
bos de estrado, los cuales se caracteri-
cia el exterior y por ello no sólo se relacio-
zaron por su baja altura (nunca fueron
naba con las reuniones placenteras, sino
tan altos como los biombos de cama),
también era el lugar de duelos”.
el gran número de hojas y la riqueza de
17
Parece ser que el estrado fue el es-
sus materiales, así como las escenas que
pacio de mayor lujo dentro de las casas,
se pintaron en ellos. Vistas de la ciudad,
prueba de ello son las piezas inventaria-
escenas históricas o representaciones de
das destinadas a él, cuya función visual
las culturas griega y romana, fueron las
fue mayor que en otros lugares de la casa.
escenografías que mostraron a los demás
Los mercaderes que tuvieron estrados en
la cultura de los señores de la casa.19
sus casas fueron Lope de Osorio, Álvaro
Si ya de por si la casa, como bien
de Lorenzana, Dámaso Saldívar, Antonio
mueble, era un signo de estatus social,
de la Mota y Portugal, José Retes, Juan
el interior, es decir los componentes del
Díaz de Posada y Luis Vázquez Medina.
ajuar doméstico, fueron el escenario
Esto se demuestra por las piezas de estra-
donde se reafirmaba la posición social a
do encontradas en los bienes entre los co-
la que se pertenecía. La casa y sus es-
merciantes tales son: los rodaestrados de
pacios de sociabilidad fueron también el
Dámaso Saldivar y Juan Díaz de Posada,
marco perfecto para establecer relacio-
el biombo de China de estrado de Álvaro
nes de todo tipo con los demás grupos de
de Lorenzana y la estera de estrado de
iguales, inmersos en colores y texturas de
Gustavo Curiel y Antonio Rubial, op. cit., pp. 118-119.
AGN, Tierras, vol. 1256 y 1257, exp. 1, 1695, vol. 3371, exp. 1, 1645; Bienes Nacionales, vol. 1505,
exp. 19, 1699, vol. 1294, exp. 1, 1653. Cabe señalar que en los inventarios existen objetos que si bien,
no especifican el espacio al que estaban destinados, se puede advertir su uso dentro del estrado, por
ejemplo, las alfombras, los cojines y los pañuelos utilizados por las señoras para beber chocolate en sus
reuniones en este espacio.
19
Gustavo Curiel, “Los biombos novohispanos: escenografías de poder y transculturación en el ámbito
doméstico”, en Viento detenido, p. 19.
17
18
65
gran lujo, que más que comodidad, refle-
cios de las casas y formar parte de la vida
jaban su riqueza y señorío. Con todo ello,
cotidiana de sus dueños.
ponían de manifiesto su posición social
como grupo en el virreinato.20
El mueble más importante del dormitorio fue sin duda la cama, y aunque en
Más allá de los bienes que pudieron
el siglo XVI por lo general fueron austeras
necesitar para las actividades cotidianas,
y no alcanzaron gran importancia,22 para
los interiores de las mansiones se vieron
el siglo
provistos de alfombras, tapicerías, cris-
necesaria para convertirse en un mue-
tales, piezas de plata, y sorprendentes
ble de lujo extremo. Tener una cama de
muebles de gran calidad y en abundante
importancia significó erogar fuertes canti-
cantidad. Estos bienes de carácter sun-
dades de dinero. En general, la cama se
tuario, aunque también lo fueron de uso
componía de un riquísimo cielo de tela,
cotidiano, les permitieron vivir con lujo. Se
a modo de dosel, y ostentosos cortinajes
trató de una actitud nueva que pronto pasó
que cerraban el lecho; también contaba
a ser una necesidad, es decir, una forma
con piesera y cabecera a veces de made-
de representación y pertenencia de grupo,
ra torneada maque o bronce.23 La “ropa
que produjo cambios notables en la con-
blanca” completaba el conjunto de la
cepción de la elegancia y el aprecio de los
cama; las sábanas, las colchas, las so-
objetos de uso cotidiano como medio de
brecamas, las almohadas, los rodapiés,
ostentación.21 De los objetos encontrados
los acericos, las colgaduras y los flecos,
en las residencias de esta élite novohispa-
fueron ampliamente apreciados por los
na, hubo una importante variedad en cuan-
ricos novohispanos. Esto se vio reflejado
to a tamaños y procedencias se refiere; los
en los precios que alcanzaron, pues pue-
bienes lograron convivir —no importando
de decirse que el valor de las telas que
su procedencia— al interior de los espa-
cubrían las camas superó por mucho el
XVII
alcanzaron la suntuosidad
Gustavo Curiel, “Ajuares domésticos. Los rituales de lo cotidiano”…, p. 81.
Pilar Gonzalbo Aizpuru, “Ajuar doméstico y vida familiar”, en El arte y la vida cotidiana. XVI Coloquio
Internacional de Historia del Arte, pp. 125-136.
22
Era un armazón de cuatro postes planos unidos por bastidores a su vez cubiertos de telas, cortinas,
rodapié, cabecera, dosel o cielo, goteras y sobrecama. Federico Gómez Orozco, op. cit., pp. 48-49.
23
Gustavo Curiel y Antonio Rubial, op. cit., pp. 114-115 y 148-149.
20
21
66
de la cama misma.24 La enorme cantidad
cribieron arriba, pero elaborada con telas,
de varas de telas de lujo extremo fue un
sábanas y cortinajes de Castilla.26 Véase
símbolo social presente en todas las ca-
cómo se usan indistintamente colgaduras
mas de relevancia social.
de cama chinas y españolas. También
Como ejemplo, se encuentran las
las hubo más sencillas como las camas
dos espectaculares camas descritas en
con telas de raso, u ormesí de China, con
el inventario de bienes de Lope de Oso-
flecos de oro, y los catrecillos de maque
rio, cuyo precio se desconoce pero por
de China, o de madera de tapincirán, con
la descripción se supone que debieron
bronces embutidos de naranjo y lináloe,
haber costado una elevada suma de pe-
con valor de 14 pesos. Los primeros per-
sos. Dichas camas fueron de madera de
tenecieron a Álvaro de Lorenzana y los
granadillo, con cabeceras, sólo que la pri-
últimos catres a Juan Díaz de Posada.27
mera tuvo un hermoso herraje dorado y
En las partes bajas de las camas, para
la colgadura de tela era azul, con hilos de
mayor adorno, se disponían otros texti-
oro, hecha en China.La segunda, estuvo
les de gran riqueza como los rodapiés.
guarnecida de bronces sobredorados y la
Estaban confeccionados, por lo general,
colgadura era de raso azul y oro, con seis
con sedas de China; rodeaban las patas
cortinas, cielo y rodapiés, las cortinas fo-
de la cama y cubrían la parte baja. En las
rradas de tafetán amarillo, con alamares
recámaras había también algunas cajas y
y flecos de oro, y seda azul, con tres col-
baúles que sirvieron para el resguardo del
chones forrados de damasquillos de Chi-
vestuario personal. Los baúles y las cajas
na. Por su parte; Antonio de la Mota y
fueron muebles indispensables ya que, re-
Portugal, tiene registrada en sus inventa-
cuérdese, todavía no se habían inventado
rios de bienes una cama con valor de 500
los roperos ni las cómodas. Otros objetos
pesos —cantidad importantísima en esa
más, como tibores de cerámica o porcela-
época—, muy parecida a las que se des-
na con candados de hierro, resguardaban
25
Pilar Gonzalbo Aizpuru, “Ajuares domésticos y vida familiar”…, pp.128-129 y Gustavo Curiel, “Ajuares
domésticos. Los rituales de lo cotidiano”…, p. 97.
25
AGN, Tierras, vol. 3371, exp. 1, 1645.
26
AGN, Vínculos y Mayorazgos, vol. 265, exp. 4, 1628.
27
AGN, Bienes Nacionales, vol. 1294, exp. 1, 1653, vol. 1505, exp. 19, 1699.
24
67
los granos de cacao para preparar el cho-
puertas de las habitaciones.30 Este tipo
colate que se bebía a la menor provoca-
de piezas estuvieron en las residencias
ción. Tan codiciados granos se colocaban
de los mercaderes Antonio de la Mota y
dentro de esos tibores y se guardaban
Portugal y Lope de Osorio; las del primero
bajo las camas para que la dueña de la
fueron confeccionadas con tapiz de lana
casa tuviera el control; cada vez que se
y seda de Bruselas; las del segundo, con
necesitaba hacer chocolate ella lo propor-
damasco de China. Es de lamentar que
cionaba a la cocina. Otros muebles que se
no se hayan consignado los precios de
mencionan raras veces en inventarios, fue-
ninguna de las antepuertas.31
ron las mesillas de cama. Se cubrían con
Ya que se ha entrado al rubro de tex-
telas de seda, damascos o terciopelos, y
tiles, cabe aquí mencionar la ropa de los
hacían juego con la colcha. Se ocupaban
mercaderes, pues si bien no fue parte del
para guardar bajo ellas, las bacinicas.28
arreglo interior de los dormitorios, sí estuvo
Para el caso de los mercaderes, no se en-
dentro de ellos, o en los llamados tocadores,
contró registro alguno de dichas mesillas.
espacios para vestirse y arreglar el cuerpo,
Hay menciones en la documentación que
contiguos a las recámaras. La vestimenta
manejan dos taburetes dorados de China.
fue un fuerte aparato de representación
De ellos se dice que eran viejos y estaban
utilizado por la élite novohispana para sus
quebrados. Pertenecieron a Lorenzana.
29
paseos, procesiones, fiestas públicas y
Aunque parece ser que estaban en la re-
privadas, o bien, para sus reuniones en el
cámara, estos muebles eran más propios
estrado. Por ambos lados del mar llegaron
del estrado.
a la Nueva España los productos que me-
Llaman la atención, aunque pocos
jor simbolizaron la prosperidad de la élite
ejemplos se han conservado, las ante-
del virreinato y es que fue por medio de su
puertas destinadas a los dormitorios,
indumentaria que el hombre novohispano
cuya función principal era decorar las
comunicó su posición de clase y gusto.32
Pilar Gonzalbo Aizpuru, “Ajuar doméstico y vida familiar” en…, pp. 125-137.
AGN, Bienes Nacionales, vol. 1294, exp. 1, 1653.
30
Gustavo Curiel y Antonio Rubial, op. cit., p. 148.
31
AGN, Tierras, vol. 3371, exp. 1, 1645; Vínculos y Mayorazgos, vol. 265, exp. 4, 1628.
32
José Lameiras Olvera, “Ser y vestir. Tangibilidades y representaciones de la indumentaria en el pasado
colonial mexicano”, en Rafael Diego Fernández Sotelo (editor), Herencia española en la cultura material
28
29
68
Los mexicanos pintados por ellos mismos. Tipos y costumbres nacionales, pp. 147 y 171.
Vestidos, ropones, jubones, sayas, cal-
ninguna mención a esta prenda en los
zones, medias y polleras fueron parte de
inventarios de bienes de los mercaderes.
la vestimenta de hombres y mujeres. Pre-
Tampoco se encontraron golillas pero sí
dominan menciones a los colores negro,
valonas.34 Éste es el término usado para
verde, azul, blanco, colorado y amarillo; en
ese adorno del cuello en esta época. Tam-
menor medida los documentos registran:
bién se inventariaron jubones, ropillas, fe-
morado, rosado, carmesí y naranja. Las
rreruelos y calzones, es decir, los comple-
prendas de vestir fueron aderezadas con
mentos básicos del traje típico masculino,35
hilos de seda, oro y plata, botones de lujo
el cual se hizo rígido y estrecho al recortar
y otros aditamentos metálicos. Pese a que
el cuerpo en las ajustadas calzas que lle-
durante el reinado de Felipe II y hasta Fe-
gaban hasta medio muslo y obligaban al
lipe IV (1621) se utilizó la gorguera como
usuario a adoptar una actitud afectada,
parte del traje masculino, no se encontró
donde el cuerpo carecía de movilidad.36
33
de las regiones de México, pp. 213 y 348.
33
Tomado de los inventarios de bienes revisados.
34
Seis valonas pertenecientes al mercader Lope de Osorio, llanas y elaboradas con lienzo inzón de
China. AGN, Tierras, vol. 3371, exp. 1, 1645.
35
James Laver, Breve historia del traje y la moda, 2ª ed., Madrid, Cátedra, 1989, pp. 324-327.
36
Abelardo Carrillo Gariel, El traje en la Nueva España, p. 118.
69
Para el caso de la indumentaria femenina, el traje se formó por el cuerpo
37
otras prendas y adornos como zapatos
con hebillas, sombreros y multitud de jo-
y las sayas. Las faldas o sayas —como
yas. Para el siglo
también las llamaban— eran utilizadas
hombres eran adornados con enormes ro-
en forma doble, es decir, una sobrefalda
setones hechos con lazos, encajes y lente-
recogida hacia arriba y otra en la parte de
juelas; también utilizaron las botas.39 Los
abajo. Para el segundo cuarto del siglo
de las mujeres generalmente estaban afo-
XVII, la moda femenina cambió y comen-
rrados de tafetán y fueron cosidos con hilo
zaron a utilizarse escotes. Las sayas ad-
de oro y seda, con una sola oreja, y con
quirieron dimensiones enormes debido al
varillas de plata sobre las suelas; se ata-
uso de los famosos guardainfantes. Las
ban con botones de piedras preciosas.40
XVII,
los zapatos de los
largas cinturas en punta se hicieron más
Los sombreros, por su parte, fueron
estrechas y la silueta femenina se hizo
los de tipo francés con ala ancha y copa
cada vez más rígida. Las telas utiliza-
más corta.41 No obstante, en los docu-
das para la confección de estas piezas
mentos sólo se encontró un “sombrero
fueron principalmente sedas, encajes,
blanco mexicano” perteneciente al mer-
brocados, tafetanes, inzón, rasos, cha-
cader Luis Vázquez Medina.42 Los precios
melotes, chaúles, terciopelos, tafetanes,
de la indumentaria novohispana fueron en
lamas, teletones, capicholas. Aparece
general altos. Un vestido oscilaba entre
una mención a una tela columbina, térmi-
los 100 y los 350 pesos, dependiendo del
no que debe referirse al color de la tela
material con el que estuviera confeccio-
inventariada, es decir blanca, o de color
nado; mientras que las medias de seda
de paloma.
iban desde los dos tomines hasta los tres
38
Estos trajes fueron aderezados con
pesos.
37
Conocido también como corpiño a veces tenía un escote extravagante y una decoración de encaje y
cintas de seda por delante. El encaje estaba con frecuencia cubierto con una “pieza” p “pechera”. Las
mangas eran amplias, podían ir con bandas y se hinchaban con relleno. James Lover, op. cit., p.109.
38
Ibidem, pp. 109, 114-115 y 327.
39
James Lover, op. cit., pp. 108-109.
40
Virginia Armella de Aspe (et. al.), La historia de México a través de su indumentaria, p. 57.
41
James Lover, op. cit., p. 126.
42
AGN, Tierras, vol. 108, exp. 2, 1644.
70
A la indumentaria utilizada en la
las hijas de caciques, modificaron los hui-
Nueva España se agregaron, además,
piles. Tal es el caso de la noble doña Jua-
elementos locales y de Asia, de tal modo
na María Chimalpopoca, cuyo retrato se
encontramos en los inventarios de bie-
conserva en el Museo Nacional de Histo-
nes hupiles, rebozos y quesquémiles con
ria (Castillo de Chapultepec) o el de doña
adornos que proceden del mundo indíge-
Sebastiana Ynés Josefa de San Agustín
na. Hay también menciones a quimonos.
del Museo Franz Mayer de la ciudad de
Todas estas piezas fueron adaptadas al
México. En ambos casos las prendas in-
tipo de vestimenta novohispana. Fueron
dígenas fueron modificadas con aumen-
confeccionadas con ricas telas, como la
tos de lujo para adecuarlas a su gusto
seda y el brocado, y utilizadas de forma
occidental.
diferente a su uso original. Por ejemplo,
Continuando con los dormitorios, algo
el huipil fue utilizado por las señoras
que no podía faltar en estos espacios era
novohispanas como blusa; se ceñía a la
el biombo de cama. Destinados a aislar
cintura. Los precios de los huipiles van
los lechos de las indiscretas miradas de
desde los 15 hasta los 50 pesos. Los
sirvientes y visitas, estos muebles fueron
quesquémiles aparecen valuados en 12
colocados a los pies de las camas, que
pesos, y un ropón de sangley registra un
debido al uso de enormes doseles o cie-
valor de 15 pesos. Sobre los precios de
los resultaron muy altas, lo que provocó
los quimonos no hay registro en los inven-
que se elevara la altura de dichos biom-
tarios revisados. Muchas de las prendas
bos.44 Ejemplos de estos artefactos, son
tradicionales de “la tierra”, como los hui-
los biombos inventariados dentro de los
piles y los quesquémiles, fueron prendas
bienes de Lope de Osorio y la marquesa
mestizas adaptadas al gusto occidental.
de San Jorge, cuya altura osciló entre las
Se llenaron de encajes europeos, de la-
dos y tres varas de alto. El de Lope fue
zos y rosas de sedas asiáticas.
de ocho lienzos (hojas) con las Virtudes
43
Incluso las indígenas nobles, o sea
y Sentidos pintados por ambos lados del
43
A diferencia de las indígenas que los usaban como vestidos. Véase el cuadro de castas, en Gustavo
Curiel y Antonio Rubial, op. cit., p. 122.
44
Gustavo Curiel, “Los biombos novohispanos: escenografías de poder y transculturación en el ámbito
doméstico”…, pp. 19-20.
71
mueble. Los de la marquesa de San Jor-
sa de San Jorge. En él se encontró un
ge, fueron de diez, doce y ocho tablas,
colateral de madera dorado con más de
pero no se menciona cuáles fueron los te-
tres varas de alto. El retablo albergaba
mas que se representaron en sus hojas.
un crucifijo de madera de Michoacán en
Sus precios oscilaron entre los 50 y los
su cruz, de tres cuartas; una hechura de
120 pesos. Llama pues, la atención el
Nuestra Señora de la Asunción de vara
tema de los biombos de Lope. Virtudes y
con su palma, corona de plata, garganti-
Sentidos en forma alegórica debieron ha-
lla y pulseras de perlas menudas con su
ber transmitido mensajes moralizantes;
vidriera; un niño Jesús de una tercia de
en este sentido cabe preguntarse si sería
alto, con su peana de tapincirán, y cuatro
en realidad un biombo de estrado o uno
láminas quebradas, junto con otras cuatro
de cama, pues el tema es más bien recu-
más pequeñas redondas. Esta magnífica
rrente en los destinados al estrado.
pieza fue valuada en 525 pesos; junto con
45
Como ya se mencionó, el oratorio
ella se inventariaron tres ornamentos de
formó parte importante de las residen-
lama47 de la tierra y brocado de China,
cias de los ricos novohispanos y para los
dos albas, un amito y “todo lo necesario
mercaderes no fue la excepción. Cabe
para celebrar misa”, cuyo valor alcanzó
señalar que no todos gozaron de este
los 155 pesos.48
espacio dentro de sus casas. Los bie-
Para el caso del salón del dosel, los
nes encontrados en los oratorios fueron
complementos fueron la tarima donde
principalmente retablos pequeños, mesas
se colocaba la silla o trono, cubierta por
para el altar, manteles, palias, espejos,
una alfombra de calidad y un cojín para
vinajeras, salvas, campanillas, cálices y
los pies, que se situaba frente al trono.
palabreros, entre otras cosas. Uno de los
Símbolos inconfundibles de este espacio
oratorios más impresionantes de la Nueva
fueron los lienzos con la figura del mo-
España del siglo
narca en turno. En algunas ocasiones
46
XVII
fue el de la marque-
AGN, Tierras, vol. 3371, exp. 1, 1645; Vínculos y Mayorazgos, vol. 170, 1695.
Gustavo Curiel, “Ajuares domésticos. Los rituales de lo cotidiano”…, pp. 93-94 y 101
47
Tela de oro o plata en que los hilos de estos metales forman el tejido. Véase el glosario.
48
Gustavo Curiel, “El efímero caudal de una joven noble…”, op. cit. y AGN, Vínculos y Mayorazgos, vol.
170, 1695.
45
46
72
aparecen en los inventarios lienzos con
de la China. Los precios de las alfombras
la imagen de virreyes y sus esposas, que
fueron aproximadamente de 635 pesos.51
sin duda también fueron colocados en es-
En cuanto a precios, recuerde el lector
tos espacios. Las paredes, al igual que en
los 500 pesos empleados en una cama
los oratorios, se forraban de cordobanes,
de lujo, ya descrita, para poder darse una
es decir, cueros repujados y dorados y
idea del valor económico de los bienes de
pintados, o con telas de gran riqueza o
carácter suntuario.
papeles de China.
Además de las alfombras, los pisos
49
Para cerrar este apartado se hablará
de los estrados se encontraron adereza-
del espacio que albergó mayor riqueza al
dos con tapetes como los de Álvaro de
interior de las casas de la Nueva Espa-
Lorenzana y Lope de Osorio, hechos
ña, es decir el estrado. Ataviado por los
con brocatel de Italia. También se cita
muebles y telas más ricas y costosas,
otro tapete, de Japón, bordado de seda
dicho espacio se decoró con alfombras
de colores y aforrado en chaul amarillo.
y cojines. Con frecuencia había también
Estas magníficas piezas alcanzaron los
taburetes y escabeles. Completaban el
50 pesos en los inventarios. Llama la
adorno de este espacio, los bufetillos,
atención la estera de estrado, de España,
escritorios y biombos de estrado. Ejem-
que se inventarió en los bienes de Lope
plos del menaje de este espacio, los en-
de Osorio.52
50
contramos en los inventarios de bienes
Para los asientos de las señoras, los
de los mercaderes que aquí se analizan.
estrados fueron provistos de enormes co-
Respecto a las alfombras, los inventarios
jines hechos con ricas telas de diversas
de Antonio de la Mota y Portugal y la
procedencias. Dentro de los bienes de
marquesa de San Jorge, muestran cómo
los mercaderes se encontraron cojines de
esta pieza era preferentemente asiática,
brocatel de la tierra, damasco de Granada
específicamente turquesca, morisca, o
y otros bordados de oro y plata, de China.
Ibidem, pp. 92-93.
Pilar Gonzalbo, “Ajuar doméstico y vida familiar”…, pp. 128 y 130.
51
AGN, Vínculos y Mayorazgos, vol. 265, exp. 4, 1628; vol. 170, 1695.
52
AGN, Bienes Nacionales, vol. 1294, exp. 1, 1653; Tierras, vol. 3371, exp. 1, 1645.
49
50
73
Sus precios oscilaron entre los 3 y los 22
120. Los escaparates fueron las “cáma-
pesos, aproximadamente. Los más caros,
ras de maravillas” de los miembros de
provenían de Asia. Además de estos co-
la élite novohispana. Eran muebles muy
jines, fueron los paños y las servilletas los
lujosos de finas maderas como el ébano
textiles que ocuparon un lugar preponde-
y otros materiales, como el marfil. Tuvie-
rante en el protocolo que se siguió en el
ron vidrieras traslúcidas; allí se exhibían
estrado. Los hubo de distintos usos: pa-
las piezas de carácter preciosista, obje-
ños de manos, de chocolate, de narices,
tos raros y juguetes. Los hubo con plata,
de rodillas, entre otros. Su manufactura
piezas de porcelana o vidrios de Venecia,
también fue diversa; fueron confecciona-
cocos chocolateros y pequeñas piezas de
dos con seda, liencesillo y algodón; sus
oro y plata.55 En el inventario de bienes
adornos eran las puntas de hilo de pita
de la marquesa de San Jorge se regis-
y los deshilados. Sus precios llegaron a
traron tres muebles de este tipo; todos
alcanzar hasta los 30 pesos.
albergaron curiosas piezas de porcelana,
53
54
Respecto a los muebles, en los estra-
vidrios de Venecia, alhajas de oro y plata,
dos estuvieron los más ricos en materia-
tecomates y diamantes. El precio que se
les y su precio se elevó considerablemen-
les dio a dichos muebles fue de 450, 120
te. Abundaron los escritorios de madera
y 75 pesos respectivamente.56
de La Habana; de la sierra; con incrus-
Falta mencionar el mueble más im-
taciones de marfil y concha; y de maque.
portante de este espacio, es decir, el
Algunos fueron cubiertos con ricas telas
biombo de estrado. También conocidos
como el terciopelo carmesí. Sus precios,
como rodaestrados, rodastrados, arrima-
según sus materiales, tamaño y antigüe-
dores o arrimadores de estrado, estos
dad, fueron desde los 15 pesos hasta los
muebles de origen asiático se convirtie-
AGN, Bienes Nacionales, vol. 1294, exp. 1, 1653; Tierras, vol. 108, exp. 2, 1644; Vínculos y Mayorazgos,
vol. 170, 1695.
54
AGN, Bienes Nacionales, vol. 1294, exp. 1, 1653; Real Fisco de la Inquisición, vol. 13, exp. 1, 1644;
Tierras, vol. 1256 y 1257, exp. 1, 1695; vol.3371, exp. 1, 1645; Vínculos y Mayorazgos, vol. 170, 1695.
55
Véase la descripción que hace de los escaparates Gustavo Curiel, “Ajuares domésticos. Los rituales de
lo cotidiano”…, op. cit., p. 89.
56
AGN, Vínculos y Mayorazgos, vol. 170, 1695.
53
74
ron en la escenografía de tan importante
loza de China, es decir de porcelana.
espacio. Fueron tan significativos que
Respecto a las telas, se debe des-
en los inventarios de bienes de los merca-
tacar que se importaron en enormes
deres Juan Díaz de Posada, Dámaso Sal-
cantidades. Las que llegaron a la Nueva
dívar, Álvaro de Lorenzana y la marquesa
España fueron de diferentes tipos y diver-
de San Jorge se registran varios de estos
sas calidades. La que más abundó fue la
muebles que llegaron a tener de ocho
seda, ya haya sido cruda, torcida de pri-
a veintidós tablas y una altura de entre
mera, segunda y tercera calidad. Ésta era
vara y media hasta tres varas. Sobre este
destinada para la confección de piezas de
mueble, sus materiales y los temas que
la cama, el dosel o la ropa de los señores.
se pintaron en sus hojas, se profundizará
Otras telas como el damasco de seda, el
en el siguiente apartado.
terciopelo de seda, la saya, la sinabafa, los
57
buratillos, etcétera, ingresaron a la Nueva
EL MENAJE ASIÁTICO DE CASA
España por el comercio con Manila. El hilo
de oro de China también ocupó un lugar
Como ya se mencionó, los objetos asiáti-
importante para la confección de piezas
cos son los que con mayor frecuencia se
de ropa en los menajes novohispanos.58
encuentran referidos en los inventarios de
El galeón de Manila transportó a la
bienes de los 11 mercaderes encontrados
Nueva España todo tipo de sedas. A su
en la documentación. Los hay, desde las
vez, al Parián de Manila llegaban desde
sedas que abundaron durante todo el
distintos puntos de Asia, como Japón y
periodo virreinal, hasta los biombos, al-
Siam, seda labrada en rasos, damascos
fombras y tibores de porcelana traídos de
negros y de colores y brocateles.59 Lo
China y del Japón. También estuvieron
mismo que algodones de la India.
presentes las piezas de uso cotidiano,
Para el caso de los mercaderes, la
como las lacas, cojines, ropa y vajillas de
adquisición de estas materias primas,
Gustavo Curiel, “Los biombos novohispanos: escenografías de poder y transculturación en el ámbito
doméstico”…, p.19.
58
Virginia Armella de Aspe, “Artes asiáticas y novohispanas”, en Fernando Benítez (et al.), El Galeón del
Pacífico. Acapulco-Manila. 1565-1815, p. 223.
59
Ibidem, p. 225.
57
75
no fue la excepción. Abundan en sus in-
de bienes telilla de Japón, damasquillo,
ventarios de bienes enormes cantidades
tabi, seda floja, capichola, elefante y bro-
de telas traídas de Asia, destinadas a la
cado.62 Finalmente, en dicha documen-
confección de ropa y piezas de tela que
tación se hacen referencias aisladas a
adornaron los espacios interiores de sus
la sinabafa, mantellina de la India, seda
residencias, o bien se destinaron a la
cruda, fleco de oro y seda, hilo de oro,
venta local y externa. En los inventarios
listones, bocadillos, holandillas, rengue,
que se estudian se encuentran registra-
espumilla, saya, seda fina, lampacillo,
das principalmente piezas de damasco
chorreado, rato, gasas y mitán.63 El mitán
de seda. Esta rica tela de seda se obtuvo
de la India fue también muy comerciado.
dando relieve a los lienzos en el telar para
Un último comentario respecto a la
obtener el diseño deseado en diversas
palabra tabi. A decir de Gustavo Curiel
texturas de un mismo color.60
el nombre de esta tela procede de la
Además del damasco, otros tipos de
población yucateca de tabi. Es muy po-
sedas fueron preferidas por los merca-
sible, señala este autor, que en un inicio
deres de la ciudad de México; entre ellas
se haya tratado de una tela de algodón
estuvo la seda torcida, el tafetán, el ter-
(por la cercanía de esa población con
ciopelo, el raso de China, el chaúl y las
Campeche, donde se cultivó el algodón
pasamanerías de oro y seda. En menor
en forma extensiva), teñida con el palo de
medida se mencionan en los inventarios
Campeche. Como sucedió con muchas
61
Virginia Armella de Aspe, “Artes asiáticas y novohispanas”…, p. 225.
El tafetán denominado también sencillo, doble o doblete era de un tupido tejido y bastante requerido
para el traje de recepción. El terciopelo se obtuvo de la unión de tres pelos o clases de seda que dieron
como resultado una tela velluda cuyo uso fue mayor a principios del siglo XVII. El raso de China fue una de
las telas más finas y de variados colores cuyo uso fue preferido para las fiestas oficiales. Virginia Armella
Aspe, “Artes asiáticas y novohispanas”… pp. 225-228. Benítez José R., El traje y el adorno en México.
1500-1910, pp.130 y 134.
62
La capichola era un tipo de seda importada de China muy semejante al burato cuya utilización fue
mayor a partir de 1700 para el adorno del vestido. La seda floja servía para bordar. Los brocados combinan varias texturas de sedas y colores durante el procedimiento textil. José Lameiras Olvera, “Ser y
vestir. Tangibilidades y representaciones de la indumentaria en el pasado colonial mexicano”, en Rafael
Diego Fernández, op. cit., p. 299; Benítez, El traje y el adorno en México...; Virginia Armella Aspe, “Artes
asiáticas y novohispanas”…, pp. 225-226.
63
Ver apéndice “telas sin manufactura”.
60
61
76
telas, la palabra de origen se volvió gené-
explicación de la presencia en inventarios
rica (ruán, morlés, bretaña, etcétera). Es
de tabi asiático.64 También por ello se usa
posible, por lo anterior, que ésta sea la
con minúscula.
Gráfica 1. Telas que se exportaron de Asia a la Nueva España según los inventarios de los mercaderes
del Consulado de la ciudad de México
64
Comunicación personal de Gustavo Curiel (febrero de 2007).
77
Respecto a las manufacturas confec-
En contraposición, las gasas fueron los
cionadas con estas telas, diversos tipos de
textiles que llegaron en menor cantidad
piezas fueron elaboradas para el ajuar do-
a la Nueva España. En la documentación
méstico de los mercaderes y sus prendas
utilizada para esta tesis, destacan las
de vestir. La ropa blanca o de cama, por
menciones de telas como el elefante, la
ejemplo, fueron las almohadas, sábanas,
mantellina de la India, la sinabafa, entre
sobrecamas, cobijas, mantas, cortinas,
otras.66
cielos, rodapiés y colgaduras de cama.
Las ricas telas de seda de Asia se
Abundaron las confecciones con damasco,
usaron para confeccionar la llamada cin-
oro y seda, raso, inzón, seda con matices,
ta, es decir, el baldaquino del estrado que
rengue y ormesí; en colores: azul, amarillo,
resguardaba al Cristo, la escultura más
verde, oro, carmesí, plata, morado, blanco
importante de la casa. Por otra parte, los
o de colores. Llaman la atención las cinco
cojines, paños de rodillas y servilletas
colchas de la India pertenecientes, tres a
que fueron destinados al estrado para
Antonio de la Mota Portugal, una a Lope
que se sentaran las señoras en los prime-
de Osorio y otra a Álvaro de Lorenzana;
ros y para colocarse sobre las piernas al
todas bordadas y sólo una con precio de
momento de beber chocolate los segun-
20 pesos. Como se verá en el desarrollo
dos, también fueron confeccionados con
de este apartado, dicha región tuvo una
sedas. Se bordaron con costosos hilos de
importante presencia en los menajes de
oro, seda y plata, traídos de Asia, aun-
casa de los comerciantes.65
que también los hubo de Europa o de la
Los textiles para elaborar todas estas
tierra. Como si esto no hubiese sido lujo
manufacturas fueron traídos de diversos
suficiente, este espacio se recubrió ade-
lugares del mundo conocido. En el caso
más con una “colgadura de estrado” a
de las telas de Asia, abundaron los da-
manera de gran dosel, siempre elaborado
mascos y las sedas de todas calidades.
con ricas telas de importación.67 Sobre los
AGN, Bienes Nacionales, vol. 1294, exp. 1, Tierras, vol. 3371, exp. 1, 1645, Vínculos y Mayorazgos, vol.
265, exp. 4, 1628.
66
Véase la gráfica 1.
67
Gustavo Curiel, “Los biombos novohispanos: escenografías de poder y transculturación en el ámbito
doméstico”…, p. 84.
65
78
cojines para el estrado, destacan los que
Los bienes de uso personal de los
tuvo la marquesa de San Jorge, bordados
comerciantes y sus familias fueron prin-
de oro y plata, cuyo valor fue de 550 pe-
cipalmente: calzones, jubones, sayas,
sos por 24 cojines de China.68 Respecto a
camisas, vestidos, abanicos y medias. La
los paños de manos, de beber chocolate,
mayor parte de los abanicos procedían de
de narices o servilletas para el estrado,
China. La ropa también llegó en el Ga-
abundaron las elaboradas con seda y
león de Manila. Abundaron, sin duda, las
liencesillo de China, algunos con puntas
medias de seda de todos colores, para
de hilo o hilo de pita.
hombres, mujeres y niños. Estas piezas
Las alfombras tuvieron un papel de
destinadas al adorno personal se carac-
gran relevancia al interior de las casas de
terizaron por estar confeccionadas con
los comerciantes. Las de mejor calidad,
las más bellas y costosas telas traídas de
sin duda, estuvieron destinadas al es-
Asia. Destacan las de damasco azul, raso
trado; muchas de ellas fueron traídas de
negro, hilo de oro y plata, entre otros. Los
Asia. Las más caras fueron las de seda
vestidos más costosos manufacturados
china por el colorido y la riqueza; también
con materiales de Asia fueron los encon-
se cuentan entre éstas las turquescas
trados en los inventarios de bienes de la
que procedían de Turquía y las cairinas
hija de José Retes y Dámaso Saldívar; sus
que, aunque españolas, reproducían el
precios fueron de 350, y 80 pesos para el
nudo egipcio de Fostat (el Cairo).69 So-
segundo. El primero fue hecho de raso
bre estas piezas se encontraron registros
azul y bordado de oro y plata. El segundo
de las alfombras de Antonio de la Mota
vestido fue hecho de raso y guarnecido
y Portugal, una turquesca y una morisca,
con encajes negros, todo de China. Hubo
de siete y nueve varas de largo, y tres de
además, dos vestidos negros, uno hecho
la marquesa de San Jorge, procedentes
con teletón de China y aforrado en broca-
de China, cuyo precio se calculó en 633
do, con franjas plata y oro fino.71
pesos cada una.70
Muebles, porcelanas, lacas y joyas
AGN, Vínculos y Mayorazgos, vol. 170, 1695.
Ibidem, p. 82.
70
AGN, Vínculos y Mayorazgos, vol. 265, exp. 4, 1628; vol. 170, 1695.
71
AGN, Tierras, vol. 1256, exp. 1, 1695; Vínculos y Mayorazgos, vol. 170, 1695.
68
69
79
procedentes de Asia hicieron su aparición
con maderas de las más altas calidades
en las casas de potentados de la Nueva
como la narra, el cedro y el ébano. Aun-
España. Los muebles, por su parte, eran
que la generalidad era que los muebles de
arcones y cajones; también hubo cajone-
madera que llegaban a la Nueva España
ras con puertas y cajones internos, mesas,
procediesen de La Habana, hubo escrito-
bufetes, bufetillos, armarios y toda clase
rios de importación procedentes de Mani-
de cajas. Los muebles que abundaron
la como los que aparecen registrados en
sin duda fueron los escritorios que, más
el inventario de bienes de la marquesa de
que para escribir, estaban destinados al
San Jorge. Éstos procedían de la China,
adorno de los espacios al interior de las
elaborados con la técnica maki-e y ma-
mansiones, pues revestían de prestigio
dera de tapincirán.73 De estos muebles,
social a los poseedores.
también destacan los dos escritorios per-
En los inventarios de bienes de los
tenecientes a Dámaso Saldívar, ambos
mercaderes, no se encontraron arco-
embutidos de concha nácar, cuyo precio
nes, aunque sí cajoneras y cajas. Estas
fue de 60 pesos cada uno.74 Otros escri-
últimas abundan por la utilidad de guar-
torios cuyo precio se desconoce, por no
dar allí bienes y mercancías. Destacan,
estar consignado en los inventarios, fue-
dentro de las cajas, las llamadas cajas
ron los de Álvaro de Lorenzana. Se trata
marineras del mercader Lope de Osorio,
de dos ricas piezas embutidas de marfil
cuyas medidas fueron de tres a cinco pal-
y metidas en cajones de cedro con llave;
mos y medio. Estaban destinadas a guar-
uno con una escribanía colorada “que
dar otras cajas u otros objetos.
pareció de China” y el otro con escriba-
72
Sobre estas cajas y escritorios los
nía encima embutida también en marfil.75
hubo de altos precios, aderezados con
También se cita un escritorio nuevo, del
materiales como el marfil, embutidos de
Japón, perteneciente al mercader Lope
concha nácar, carey y plata, elaborados
de Osorio.76
Tierras, vol. 3371, Exp. 1, 1645.
Gustavo Curiel, “El efímero caudal de una joven noble…”, op. cit., pp. 81 y 84. El maki-e es la técnica
de laqueado o maque oriental. El término es japonés.
74
AGN, Tierras, vol. 1257, exp. 1, 1695.
75
AGN, Bienes Nacionales, vol. 1294, exp. 1, 1653.
76
AGN, Tierras, vol. 3371, exp. 1, 1645.
72
AGN,
73
80
Además de los escritorios, otros muebles asiáticas que se encontraron en el
y concha, fueron los materiales que aderezaron estos objetos.78
interior de las casas del virreinato fueron
Finalmente, los biombos fueron mue-
las papeleras, bufetes (mesas), bufetillos,
bles que hicieron una importante aporta-
contadores y escribanías, todos estos
ción al menaje de las residencias novo-
muebles están relacionados con la escri-
hispanas, al permitir subdividir a capricho
tura. Para complementar el repertorio en
los espacios de las habitaciones. Cabe
torno a los muebles, se agregaron al me-
señalar que fueron catalogados dentro
naje novohispano los escaparates, algu-
del rubro de los lienzos y las láminas de
nos con puertas de alambre. Fueron con-
pintura en los inventarios de bienes. De
feccionados con ébano o marfil y vidrieras
una complejidad extrema, se sabe que
traslucidas.77 Se agregaron a este reper-
los primeros biombos que llegaron a Oc-
torio los baúles, armarios, cajones de ma-
cidente, procedentes del Japón, (Cipan-
dera y nichos para el oratorio. También se
go) fueron regalos al rey Felipe II, quien
registraron camas y catres de maque, así
los puso de moda en las cortes europeas,
como sillas de brocatel de China.
a partir de 1585.79
Catalogados también como muebles,
A Nueva España debieron haber lle-
se encontraron descritos baulitos, co-
gado con la apertura de la ruta comercial
fres y cajas de China. Tenían diversas
en el Pacífico en las últimas décadas del
funciones aunque comúnmente eran uti-
siglo XVI. No obstante, resulta difícil pre-
lizados como joyeros o cajas de rapé, o
cisar las fechas concretas del arribo de
bien servían para guardar el cacao para
los biombos a la Nueva España. El pri-
el chocolate, la ropa y los complementos
mer dato lo proporciona Rodrigo Vivero
del rico vestuario, dependiendo del tama-
de Velasco —gobernador saliente de
ño de estos muebles. En su manufactura,
Filipinas en 1608— quien al dejar Manila
las telas de más alta calidad, así como la
para trasladarse a Acapulco naufragó. La
laca asiática, embutidos de marfil, hueso
nave en la que viajaba se hizo pedazos
Curiel, “Ajuares domésticos. Los rituales de lo cotidiano”…, pp. 86-89.
Ibidem.
79
Gustavo Curiel, “Los biombos novohispanos: escenografías de poder y transculturación en el ámbito
doméstico”…, p. 10.
77
78
81
en las costas del Japón, con un saldo de
antiguos, que unían las hojas por medio
56 ahogados. Don Rodrigo de Vivero fue
de tiras de cuero y cortaban el desarrollo
auxiliado por los nativos de aquellas cos-
integral de las escenas representadas en
tas y llevado ante el shogun Ieyasú, quien
ellos; los coreanos, que solucionaron este
no sólo le proporcionó una nave que le
problema, al sujetar sus hojas con tiras de
permitió regresar a la Nueva España —el
tela o de seda y los destinados a occiden-
galeón llamado Buenaventura, hecho por
te, que se unieron con machiembrados
el inglés William Adams— sino que tam-
de metal (adaptación de las bisagras de
bién lo hizo acompañarse por 24 japone-
papel coreanas). Sobre estos últimos los
ses en 1610.
hubo de pintura sobre lienzo, a imitación
80
Este fortuito accidente ocasionó que
del maque asiático y de tela.82
el virrey en ese entonces, Luis de Velasco
Las técnicas que se utilizaron a la par
hijo, organizara una expedición, en 1612,
con estos materiales, también fueron de
que le llevara obsequios a Ieyasú, a la vez
tres tipos; la togidashi-e (laca asiática),
que le invitara a iniciar el comercio con
la hiramaki-e, que recubría al biombo de
Nueva España desde Manila o Nagasaki
laca con oro y la takamaki-e, que utilizaba
y le solicitara la entrada de misioneros ca-
laca con plata.83 En cuanto a los temas, al
tólicos en su territorio. Como respuesta,
principio se pintaron en las hojas de estos
el shogun envió al virrey varios regalos
objetos representaciones de paisajes de
entre los cuales venían cinco cajas de
Asia y mapas de esas regiones (como el
biombos dorados de maque.81
que le regalaron a Felipe II que contenía
a estos muebles
un mapa de Japón).84 Para el siglo XVII en
se les añadieron zancos con los cuales
aquellos destinados a la Nueva España,
alcanzaron mayor altura. En cuanto a
se comenzaron a representar temas de
los materiales, existieron tres tipos, los
carácter occidental como escenas de his-
Para el siglo
XVII,
José Kouichi Oizumi Akasaka, Intercambio comercial-diplomático entre el Japón y la Nueva España,
México, Letras, 1971, p. 26.
81
Gustavo Curiel, “Los biombos novohispanos…”, op. cit., p. 13-18 y Virginia Armella de Aspe, “Artes
asiáticas y novohispanas”…, pp. 219-220.
82
Curiel, “Los biombos novohispanos: escenografías de poder…”, op. cit., pp. 12 y 19.
83
Idem.
84
Ibidem, pp. 10-11.
80
82
toria, literatura, mitología, mapas, vistas
res de la ciudad de México data de 1645 y
urbanas, vida cotidiana, protocolo de la
perteneció a Lope de Osorio. Es una pieza
vida de la élite (como el biombo con es-
muy importante pues no procede de China.
cenas de montería citado en la lista del
Es un “beobo de la tierra, nuevo, de ocho
artículo de Gustavo Curiel y fechado en
lienzos con las Virtudes y Sentidos pinta-
1679), enseñanzas morales, escenas ga-
das en él; de dos varas poco más, pintado
lantes, tiempos del año, etcétera.
por ambas partes, metido dentro de un
85
Finalmente, además de usarse para
cajón”.87 Por desgracia el precio no viene
subdividir espacios a voluntad, los biom-
en el inventario. Este biombo destaca tan-
bos fueron utilizados para mostrar la
to por su antigüedad como por la temática
modernidad y cultura de sus propietarios
que se encuentra en sus hojas. Es posible
mediante los temas pintados en sus ho-
que se haya tratado de un Espejo de virtu-
jas. Servían para proporcionar privacidad
des y una alegoría de los Cinco Sentidos.
en las recámaras; también como esce-
Tampoco se tenía noticia de un biombo
nografías en los estrados o para ocultar
fabricado en la Nueva España anterior a
a los músicos y los instrumentos en los
1652; sobre esto se hablará ampliamente
banquetes. Los biombos de cama eran
en el tercer apartado. Posteriores a este
colocados a los pies de la misma, pues
mueble están los tres biombos pertene-
al ser de gran altura, aislaban el lecho de
cientes a Álvaro de Lorenzana, estos sí
los criados o visitantes, con lo cual, pro-
de China; el primero de estrado con ocho
porcionaban un espacio de intimidad, tal
tablas, y los otros dos, que son más bien
vez el único, para el propietario de la resi-
medios biombos fueron “de cuatro tablas,
dencia. Estos muebles evitaron la mirada
con los remates dorados y en medio unas
de los curiosos invitados en las reuniones
tarjas y jeroglíficos de varios colores”. El
de la señora de la casa.
que hayan incluido “jeroglíficos” indica que
86
El biombo más antiguo encontrado en
tenían escenas con emblemas.88 El pre-
los inventarios de bienes de los mercade-
cio al que se avaluaron estos dos últimos
Ibidem, pp. 20-21 y 24.
Ibidem, p.19.
87
AGN, Tierras, vol. 3371, exp. 1, 1645.
85
86
83
Carmen Aguilera, El mueble mexicano. Historia, evolución e influencias, pp. 124-125.
biombos fue de 250 pesos.89 También la
por ello que en muchas ocasiones esta
hija de José Retes tuvo este tipo de mue-
alegoría sensorial se haya representada
bles en su casa. En total se encontraron
en las hojas de los biombos de lienzo.
entre sus bienes tres biombos, uno de ma-
Este tema estuvo de moda en la pintura
que de doce tablas en 120 pesos; dos de
flamenca del siglo
lienzo de diez y ocho tablas en 50 pesos
fundió al resto de Europa, de allí pasó a
cada uno, todos de China; y un arrimador,
la Nueva España. Ahora bien, en cuanto
también de maque en 115 pesos.90
al tema de las Virtudes en el biombo del
XVI,
de donde se di-
El tema de los Cinco sentidos fue uno
comerciante Lope de Osorio, es posible
de los favoritos de los novohispanos; es
que se halla tratado, como ya se dijo, de
88
Véase el trabajo coordinado por Jaime Cuadriello, Juego de ingenio y agudeza. La pintura emblemática
de la Nueva España, México. En particular el artículo de este autor “Los jeroglíficos de la Nueva España”,
pp. 84-113.
89
AGN, Bienes Nacionales, vol. 1294, exp. 1, 1653.
90
AGN, Vínculos y Mayorazgos, vol. 170, 1695.
84
un Espejo de virtudes, o de una escena
pectivamente, cuyas descripciones arro-
alegórica que incluyera las siete virtudes
jan poca información.93 Por otro lado, del
teologales: prudencia, justicia, fortaleza,
análisis de estas piezas, se obtiene que
templanza, fe, esperanza y caridad.91
los biombos de maque alcanzaron mayo-
Este tema, a diferencia del de los Cinco
res precios en comparación con los ela-
Sentidos, resulta poco común en la épo-
borados con lienzos de pintura.
ca. Es posible que, como muchas otras
Las joyas fueron otro fenómeno im-
imágenes alegóricas, la iconografía de
portante en el lujo y la apariencia de los
este biombo haya tenido una función edu-
mercaderes de la ciudad de México. Se
cadora y moralizante para aquellos ante
trata de joyas hechas con oro de China.
quienes estuvo expuesto, sea el mismo
Al virreinato llegaron anillos, zarcillos y
Lope de Osorio, los miembros de su fami-
cadenas, algunas veces como ternos,
lia o los invitados a su residencia.
otras joyas por separado, que se unieron
Por su parte, Dámaso Saldivar pose-
con piedras preciosas como los rubíes,
yó uno de estos bimbos de lienzo pintado
las perlas y los diamantes para formar
de ocho tablas, cuyo tema fue, de un lado,
impactantes adornos, tanto por el alto
el de los Cinco sentidos, y del otro el de
precio que alcanzaron, como por el refi-
las Cuatro estaciones del año. Su precio
namiento. También llegaron joyas realiza-
fue de 30 pesos. Además de éste, tuvo
das en tumbaga, es decir una aleación de
entre sus pertenencias, un rodaestrado
oro, plata y cobre que se utilizó en anillos
de 6 tablas, de una vara de alto, que fue
y cadenas.94 Dichas joyas fueron utiliza-
tazado en 30 pesos. También, fue dueño
das para complementar el vestuario de
de otro biombo de maque de China, de
los hombres y las mujeres del virreinato.
vara y media, con 22 tablas, con precio de
El oro fue utilizado para gargantillas como
70 pesos. Por su parte, el comerciante
la que poseyó Teresa Retes, de granates,
Juan Díaz de Posada poseyó un biombo
con 26 extremos de oro de China cuyo
y un rodaestrado de 30 y 12 pesos res-
precio alcanzó los 12 pesos.95
92
Josef Pieper, Las virtudes fundamentales, pp. 14-27.
AGN, Tierras, vol. 1257, exp.1, 1695.
93
AGN, Bienes Nacionales, vol. 1505, exp. 19, 1699.
94
Curiel, “El efímero caudal de una joven noble…”, pp. 76-77.
91
92
85
Otras joyas encontradas en los inven-
“dos escritorios embutidos en marfil con
tarios de bienes de los comerciantes fue-
sus cajones de cedro y escribanía colora-
ron sortijas, zarcillos y rosarios, también
da, que parecen de China”.99
de oro de China. Estos generalmente se
Finalmente, otros bienes de eminente
guardaron en cajas también traídas de
carácter suntuario fueron los espejos, cuyo
Asia, pero aderezadas con materiales
valor fue muy elevado durante todo el vi-
como la plata. Otras cajas que fueron
rreinato. Por la dificultad de su hechura
consideradas joyas por los materiales con
y la riqueza de los materiales con que se
que fueron elaboradas o aderezadas tu-
aderezaron sus marcos, fueron piezas de
vieron funciones específicas, por ejemplo,
gran valor. De estos espejos hay dos re-
las tabaqueras encontradas en los apre-
gistrados en la documentación de Lope de
cios de bienes de Lope de Osorio, ambas
Osorio, uno de China, y otro “guarnecido de
hechas con cocos de China y guarneci-
carey con sus puertas al modo de Filipinas
das, una con plata y la otra con oro.
de media vara con guarnición y todo”.100
96
Dentro de este rubro de las joyas
Un grupo importante de bienes sun-
cabe mencionar las piezas de marfil que
tuarios traídos en la Nao de China fue sin
llegaron a la Nueva España vía el Pacífi-
duda el de las porcelanas. Vajillas, tibores,
co. Aunque estas piezas fueron mayorita-
jarrones y bacías fueron de los objetos
riamente de índole religioso, también se
que más se importaron al virreinato. Las
trabajaron objetos de carácter civil.97 Fue
formas, colores y calidades de estas pie-
el mercader Lope de Osorio quien tuvo
zas responden a las dinastías Ming (1368-
entre sus bienes dos crucifijos de marfil
1644) y K’ang-hi (1662-1722), pues fueron
de China, uno de ellos era para la cinta
las que ocuparon el poder en China duran-
del estrado. Por otro lado, en el inventa-
te el periodo en el que se desarrolló el co-
rio de Álvaro de Lorenzana se mencionan
mercio entre el Asia y la Nueva España.101
98
95
AGN,
96
AGN,
Vínculos y Mayorazgos, vol. 265, exp. 4, 1628; vol. 170, 1695.
Tierras, vol. 3371, exp. 1, 1645.
97
Beatriz Sánchez Navarro de Pintado, “Marfiles”, en Artes de México, núm. 190, México, 1977, p. 22
98
AGN, Tierras, vol. 3371, exp. 1, 1645.
99
AGN, Bienes Nacionales, vol. 1294, exp. 1, 1653.
100
AGN, Tierras, vol. 3371, exp. 1, 1645.
101
Virginia Armella de Aspe, “Artes asiáticas y novohispanas”…, p. 234.
86
Predominan en la porcelana de la di-
mente, no hay ninguna que ejemplifique
nastía Ming los colores azul y blanco. La
los temas tratados en ella, pues las des-
decoración se concentra en el borde exte-
cripciones hechas por los valuadores re-
rior de los platos y la parte inferior de las
sultan muy escuetas.
vasijas divididas en rectángulos, con un
Abundan los platos y tazas de este
diseño que se repite; la parte central de
material, algunas de estas últimas fue-
esta pieza tiene generalmente una repre-
ron descritas como chocolateras; otras
sentación zoomorfa. En la porcelana de la
más estaban guarnecidas con labores de
siguiente dinastía predomina en cambio,
plata. Es decir, que las piezas asiáticas
el color rosa, por eso es conocida como
fueron mandadas con los plateros para
“familia rosa”. También destacan las he-
que se les agregaran aditamentos occi-
churas polícromas y las de mayor calidad
dentales ya en la Nueva España.
con el color grueso aplicado en forma de
Los tibores también recibieron bue-
esmalte y decoradas con diseños que se
na acogida al interior de las residencias
repiten a lo largo de la pieza.
novohispanas. A éstos se les agregaron
102
La mayoría de las veces, la piezas de
tapas de metal, como la plata. De acuer-
porcelana fueron mandadas hacer ex pro-
do con el tamaño, sirvieron para guardar
feso a China por las familias más acau-
granos de cacao (tibores chocolateros),
daladas de la Nueva España. En ellas se
o como floreros, pese a que en Asia,
pedía que se representasen los escudos
estos fueran destinados para almacenar
nobiliarios de la familia o escenas occi-
granos, o como adornos de sus casas.104
dentales. No obstante, a la Nueva Espa-
Estas piezas son las que mayor presencia
ña llegaron vajillas con temas netamente
tuvieron en el menaje de casa de los mer-
asiáticos.
En los inventarios de bienes
caderes respecto al rubro de la loza. Los
de los mercaderes se registra una gran
hubo de todos tamaños, largos, angostos,
cantidad de esta loza, pero desgraciada-
pequeños, “de buen tamaño”, con o sin ta-
103
Ibidem, pp. 234-235.
Gustavo Curiel, “Consideraciones sobre el comercio de obras suntuarias en la Nueva España de los
siglos XVII y XVIII”, en Regionalización en el arte, pp. 132.
104
María Ángeles Albert, op. cit., p. 329. Jorge René Gonzáles, “Porcelana china de exportación”, en Artes
de México, núm. 190, 1977, p. 61.
102
103
87
paderas, pero todos de porcelana de Chi-
de los escaparates. Destacan los ya men-
na. Como ya se mencionó, los usos que
cionados Perros de Fo. En los inventarios
tuvieron estos objetos en Asia, y en Nueva
de bienes de la marquesa de San Jorge
España, fueron totalmente diferentes.
y Lope de Osorio encontramos varios
En la documentación consultada se
ejemplos de estas piezas. El mercader
menciona que uno de los tibores que po-
Lope de Osorio registró 10 leoncitos, dos
seyó el comerciante Lope de Osorio con-
caballitos y una garza pequeña de loza
tenía al momento de ser avaluado “ámbar
de China. Destaca finalmente un unicor-
Como
nio elaborado con caracolillos, también
se observa, los tibores sirvieron para con-
de China.106 Asimismo, Teresa Retes
tener en su interior materias primas caras
tuvo en sus dos escaparates leoncitos y
o de difícil consecución.
aproximadamente 66 piezas pequeñas
de pico” y “ámbar gris en polvo”.
105
Además de los tibores, se registraron
de loza de China, sin mayor descripción,
enormes cantidades de frasqueras, frascos
cuyos precios fueron siempre menores a
con tapaderas, algunos de ellos con llaves
un peso novohispano.107
de plata; botes, bandejas y macetas de
Ahora bien, los objetos realizados en
loza de China, igualmente con tapaderas, y
lacas asiáticas tuvieron gran auge en el
cuyas funciones variaron de acuerdo con la
virreinato debido a la existencia de las la-
disposición que tuvieron dentro de las ca-
cas de antecedente prehispánico.108 Esta
sas. Los precios oscilaron entre los 2 y los
técnica fue utilizada para dar los acaba-
4 pesos, por pieza, dependiendo del tama-
dos en muebles, como es el caso de los
ño y materias con que fueron guarnecidas.
biombos y escritorios. Pero también se
Otras piezas consideradas de ca-
hicieron baúles, cajitas de rapé y otras
rácter suntuario fueron las miniaturas o
piezas de maque, ya asiático, ya de fa-
juguetes destinados a guardarse dentro
bricación novohispana. Nombrados como
105
AGN,
106
AGN,
Tierras, vol. 3371, exp. 1, 1645.
Tierras, vol. 3371, exp. 1, 1645.
107
AGN, Vínculos y Mayorazgos, vol. 170, 1695.
108
La diferencia entre ambas técnicas consiste en la base de preparación de la materia que sirve para
laquear los objetos, la oriental es de base vegetal y la mexicana de base animal. María Ángeles Albert,
op. cit., p. 323.
88
maque o maquili en la documentación,
paisajes del mundo occidental, algunos
existen menciones a catres, escritorios,
incluso referentes a la religión católica,
bufetes, biombos y tazas de este mate-
pues no hay que olvidar que muchos fue-
rial. Algunos de estos escritorios fueron
ron mandados hacer ex profeso desde
embutidos también con concha.109
Europa o la Nueva España en el Asia.
En los documentos se encuentran
Tanto en las piezas netamente asiáti-
registrados los siguientes bienes de este
cas como en las que tuvieron iconografías
tipo: una cama de maquili entera, cuatro
compartidas, es decir asiáticas y occiden-
escritorios de maque de China, otros dos
tales llegaron motivos iconográficos que
más pequeños y dos escritorios de a ter-
se consideran como “netamente” asiáticos.
cia de maque de China.
Deidades, flora y fauna, y algunos temas
110
Por último, se deben mencionar los
con discursos simbólicos llegaron en los
símbolos asiáticos (iconografía) que lle-
objetos del Galeón de Manila y mostraron
garon al virreinato novohispano vía el
una visión diferente del mundo, que al ser
Galeón de Manila. En todos los objetos
introducida a las residencias de los novo-
anteriormente mencionados hubo mul-
hispanos, adquirió un nuevo sentido. Junto
titud de imágenes asiáticas. Pagodas,
con la imaginería hispana e indígena, con-
puentes, paisajes, flora y fauna, vesti-
vivieron objetos con concepciones diferen-
menta y rasgos físicos asiáticos fueron
tes.112 En la documentación que se mane-
los ornamentos que acompañaron a los
ja, los ejemplos sobre este rubro resultan
objetos suntuarios que arribaron al puerto
escasos, no por falta de ellos, sino por las
de Acapulco, procedentes de Manila.
111
limitaciones de la documentación cuyas
Como se sabe en Asia fueron elaborados
descripciones, hechas por los valuadores,
objetos destinados a la exportación que
no son amplias. A esta clase de bienes co-
la mayoría de las veces tenían temas o
rresponden las porcelana, los muebles, y
Aún existen dudas respecto al término “maquili”, pues no se sabe si se refiere al maque o a un tipo de
madera proveniente de la América tropical. Véase el glosario al final de este trabajo.
110
Estos muebles se encuentran en los inventarios de bienes de Álvaro de Lorenzana y Teresa Retes.
AGN, Bienes Nacionales, vol. 1294, exp. 1, 1653; Vínculos y Mayorazgos, vol. 170, 1695.
111
Gustavo Curiel, “Consideraciones sobre el comercio de obras suntuarias en la Nueva España de los
siglos XVII y XVIII”…, pp. 134-137.
112
Ibidem.
109
89
tal vez, dos lienzos con “Las batallas de
tos asiáticos los que ocuparon gran parte
Filipinas” pertenecientes a Lope de Oso-
de los espacios interiores de las casas
rio, y varios crucifijos de marfil
en los
de potentados. No obstante, dentro de
que, cabría suponer, existió la influencia
este grupo de bienes es necesario hacer
del arte asiático en los rasgos anatómicos
distinciones, pues como veremos a conti-
del Cristo, como lo son los ojos almendra-
nuación, no todos los objetos registrados
También se encontraron, entre las
como asiáticos hasta este momento lo
ya mencionadas piezas pequeñas de loza
fueron. En los inventarios de bienes apa-
de China, destinadas a los escaparates,
recen registros de objetos catalogados
“leoncitos” pertenecientes al propio Lope
como: “achinados”, “japones” o “a la ma-
de Osorio y a la marquesa de San Jorge,
115
nera de China” o “a la manera del Japón”.
que posiblemente hayan sido los llamados
¿Qué fueron en realidad? En otros casos
perros de Fo. Por último, en los biombos,
los inventarios registran bienes califica-
vajillas, tibores, frascos y macetas, estuvo
dos como “al remedo de la China” o “al
presente este repertorio simbólico al que
remedo del Japón”. Como ha demostrado
se ha hecho mención. Difícilmente los sím-
Gustavo Curiel,116 se está ante la presen-
bolos religiosos que pasaron a la Nueva
cia de objetos en los que se mezclaron
España en las superficies de estos objetos
técnicas y materiales tanto asiáticos como
se entendieron bajo una lectura correcta
novohispanos que siguen de alguna ma-
de los significados.
nera las formas e iconografía de Asia.
dos.
114
113
Debe quedar claro que un gran número
LO “ACHINADO” Y LO “JAPÓN”. CAMBIOS EN LOS
USOS Y APROPIACIÓN DE LOS BIENES DE
ASIA
de bienes suntuarios asiáticos se introdujeron dentro de las residencias de los ricos
comerciantes novohispanos, como hasta
Como ya se mencionó, fueron los obje-
ahora se ha visto. Estos objetos, que lla-
AGN, Tierras, vol. 3371, exp. 1, 1645.
Beatriz Sánchez Navarro de Pintado, op. cit., p. 22.
115
AGN, Vínculos y Mayorazgos, vol. 170, 1695.
116
Gustavo Curiel, “ ‘Al remedo de la China’: el lenguaje ‘achinado’ y la formación de un gusto dentro de
las casas novohispanas” en, “Orientes-Occidendentes”. El arte y la mirada del otro, XXVII Coloquio internacional de historia del arte, México, Universidad Nacional Autónoma de México-Instituto de Investigaciones
Estéticas, 2003, (en prensa).
113
114
90
maremos originales, convivieron con otros
a la Nueva España vía el puerto de Vera-
objetos de procedencia europea, peruana
cruz y mostraron bajo la mirada europea
o de las regiones de la Nueva España
lo que para ellos era el arte y los ricos ma-
fuera de la ciudad de México, es decir
teriales de Asia. Con la apertura comercial
“de la tierra”. A raíz de esta convivencia,
en el Pacífico, el gusto por lo asiático se
comenzó a haber modificaciones en los
retomó con mayor avidez y la importación
objetos de la tierra, los cuales se vieron
de sedas, muebles, joyas y otras piezas
influenciados o copiaron abiertamente
suntuarias traídas en el galeón de Manila
los repertorios ornamentales de los obje-
fue superior. Sin embargo, la apropiación
tos de importación. Surgió así una gran
de estos bienes enfrentó modificaciones
variedad de objetos hechos en Nueva
propias derivadas de las necesidades y
España con técnicas y significados asiá-
costumbres propias del virreinato.
ticos, pero con funciones y usos dados
En Asia, principalmente en Japón y
por los propios novohispanos. Esta clase
China, se elaboraron porcelanas, mue-
de bienes suntuarios también formaron
bles, telas, pinturas y otros objetos des-
parte del ajuar de las residencias virrei-
tinados a la exportación; es decir, piezas
nales. Se modificaron pues, las formas
cuyas características fueron hechas para
de representación del espacio interior de
satisfacer la demanda de los mercados
las casas y también las maneras de os-
europeos y americanos con iconografías
tentación entre los grupos o estamentos
y formas occidentales. Dicha demanda
sociales en los que los mercaderes se
fue tal, que en ocasiones tuvieron que
encontraban inmersos.
echar mano de los objetos destinados al
El distinguido gusto por los objetos
consumo local, en los cuales quedaron
suntuarios de Asia inició, como ya se ha
impresos el arte, los gustos y las formas
mencionado, desde la Europa misma, me-
propias de Asia. Prueba de ello, fue la
diante la importación de objetos origina-
llegada de ropa asiática, ajena a las cos-
les y la posterior producción de los bienes
tumbres occidentales, como los kimonos
de la llamada chinoiserie. Estos objetos,
con florecillas de oro encontrados en el in-
es decir, los que imitaron en Europa a los
ventario de bienes del comerciante Lope
bienes originales, se importaron también
de Osorio,117 o los ropones de sangley de
91
Antonio Díaz Cáceres y Dámaso Saldívar,
de los kimonos y los ropones de sangley,
de 2 pesos y 25 pesos respectivamente,
pudo suceder algo parecido con los hui-
que se registraron en sus inventarios y ya
piles utilizados por las mujeres novohis-
fueron mencionados líneas atrás.118
panas, los cuales fueron adaptados como
En la Nueva España comenzaron a
parte de su vestimenta y aumentados con
conocerse ciertas técnicas del arte asiá-
labores occidentales transformándose, en
tico. Los artistas novohispanos echaron
consecuencia, en prendas mestizas.119
mano de estas nuevas herramientas para
Además del término “achinado”, en
inspirarse en sus creaciones y elaborar
la documentación se encontraron califi-
copias de estos objetos, adaptándose por
cativos como “turquescos” o “moriscos”
consiguiente, las primeras producciones,
para referirse a las alfombras y tapetes
a las necesidades y gustos locales. Natu-
asiáticos. Estas piezas, como ya se ha di-
ralmente las copias que se hicieron de los
cho, fueron utilizadas en los espacios de
bienes suntuarios asiáticos también sufrie-
mayor relevancia social al interior de las
ron procesos de adaptación en el virreina-
casas, como el estrado, la recámara o la
to y dieron origen a piezas que mezclaron
sala de cumplimiento.
características del arte asiático y occiden-
Los biombos son sin duda los objetos
tal. Dichas adaptaciones respondieron a la
suntuarios que dan una clara muestra de
estética de la época —manierismo, barro-
la apropiación del ajuar doméstico asiáti-
co, neoclásico, etcétera—. Con el tiempo
co por los novohispanos, así como de su
se hicieron muebles y otros muchos tipos
readaptación al menaje virreinal. El mue-
de piezas y objetos suntuarios que siguen
ble es en esencia asiático, con técnicas
de cerca a los objetos importados. Estas
occidentales y temas locales, por ejem-
piezas aparecen catalogadas en los docu-
plo, se presentaron vistas de la alameda
mentos como “achinadas”, o al remedo de
de México o el paseo de Ixtacalco. Ya se
la China o del Japón.
ha mencionado el “biombo de la tierra”
Volviendo de nueva cuenta al ejemplo
117
AGN,
118
AGN,
perteneciente a Lope de Osorio, hecho
Tierras, vol. 3371, exp. 1, 1645.
Real Fisco de la Inquisición, vol. 3, exp. 51, 1589; Tierras, vol. 1257, exp. 1, 1695.
119
Gustavo Curiel y Antonio Rubial, op. cit., p. 122 y “Consideraciones sobre el comercio de obras suntuarias en la Nueva España de los siglos XVII y XVIII”…, p.150.
92
de lienzo, en el que fueron representados
menciona que los biombos hechos en
las Virtudes y los Sentidos. Este mueble
Nueva España, fueron de tres tipos, los
cuya manufactura fue novohispana, uti-
de maque a imitación de los de China, los
lizó la técnica del mueble asiático pero
de pintura al óleo y los de tela (también
con el uso de lienzo al óleo —algo que ni
en menor cuantía los hubo de cordobán).
en Japón ni en China se hacía en estos
En los inventarios de bienes de los mer-
a la vez que se represen-
caderes estuvieron presentes estos tres
taron en sus hojas temas occidentales.
tipos de biombos, aunque hubo un mayor
Por su altura —dos varas— pudo haber
predominio de los biombos de “maque de
sido destinado al estrado, lo cual le impri-
China”, es decir, biombos originales de
me una forma diferente de utilización a la
importación. Los precios de estas pie-
acostumbrada en Asia. Llama la atención
zas fueron mayores a los demás tipos de
en esta pieza suntuaria el tema de las Vir-
biombos por tratarse sin duda de piezas
tudes pintado en una de sus vistas, pues
asiáticas originales de gran lujo. Todo
no se habían encontrado referencias a
indica que hubo biombos que imitaron la
asuntos religiosos. Lo que ahora intere-
técnica del maque asiático, pero sin duda
sa destacar sobre este impresionante
se trató de adaptaciones locales que imi-
mueble es el carácter mestizo de su fa-
taron los trabajos de Asia.121
muebles—,
120
bricación, pues ejemplifica el proceso de
Cabe mencionar que además de la
adopción, copia y reinterpretación de es-
técnica que sigue de cerca la del maque
tos bienes suntuarios.
asiático, hubo otras como el maque fin-
Como ya hemos visto, Gustavo Curiel
gido, en el cual se emplearon materiales
120
Gustavo Curiel, “Los biombos novohispanos: escenografías de poder y transculturación en el ámbito
doméstico”…, p. 22.
121
Las lacas prehispánicas fueron elaboradas con un barniz cuya base animal fue extraída del cuerpo del
axe o aje, un aceite secante como el obtenido de la semilla de la chía y una tierra blanca de origen mineral
reducida a polvo como la dolomía. A diferencia de ésta, la laca oriental, tuvo como base de preparación
un barniz vegetal, cuya resina se extraía del árbol “sumac”; ésta forma una película espesa sobre los
objetos. Esta laca se aplica por capas sobre madera pulida previamente enlienzada con una tela de seda
muy delgada, su color natural es amarillo pero se le añaden pigmentos para obtener diversos colores.
Graciela Romandia de Cantú, “Supervivencia de un arte”, en Artes de México. El arte en el comercio con
Asia, no.190, 1977, p.41 y Teresa Castelló Yturbide, Biombos mexicanos, p. 146. Véase también Gustavo
Curiel, “Biombos novohispanos…”.
93
occidentales como la pintura al óleo o los
del “Asia portátil” conviviendo con casas,
charoles y maques occidentales. Otro
tipos físicos y vestimenta novohispanos.
método de laqueado, utilizado en la Eu-
No se trató de una copia simple sino de
dada la imposibilidad
una reelaboración o readaptación de los
de conseguir los acabados que daba la
libretos a los intereses y la diferencia de
resina productora de las lacas asiáticas,
una nueva sociedad, la novohispana.123
fue el conocido en Inglaterra como el Ja-
También se importaron en los dibujos que
paning, técnica sencilla que consistió en
adornaron la loza peonías, crisantemos,
aplicar a los objetos una goma que imita-
bambúes, plantas de lichee y otras repre-
ba el maque asiático.
122
sentaciones que, al igual que los insec-
Finalmente, fue en la porcelana china
tos, mariposas, peces y aves, tomaron
donde los objetos exportaron un reperto-
carta de naturalización en la decoración
rio amplio de los signos y símbolos de las
de Nueva España. Hubo otros símbolos
culturas asiáticas. Llegaron las aves fé-
como el ave fénix, que llevaron un pro-
nix, ciertas deidades, símbolos tahoístas,
ceso más largo, ya que este símbolo
la flora y la fauna de aquellos lejanos lu-
tiene su origen en Japón, aunque des-
gares, tipos físicos y vestimentas, e inclu-
pués pasó a China y de aquí a América
so poemas. Símbolos que fueron dotados
y Europa.124 A este repertorio de formas e
de nuevos significados, nuevas caracte-
imágenes también se sumaron las pago-
rísticas y mezclados con otros repertorios
das, los puentes y las vestimentas de uso
ornamentales del arte novohispano o
cotidiano en Asia.125
ropa del siglo
XVIII,
el europeo. En varias piezas de loza de
La decoración y formas asiáticas, al
Puebla, mal llamada talavera, se observa
ser reinterpretadas por los artistas del vi-
la convivencia de signos y símbolos asiá-
rreinato, adquirieron nuevos significados.
ticos con flora y fauna americana. En una
Por ejemplo, los dragones de Fo Kien
misma pieza pueden aparecer elementos
fueron considerados en la Nueva España
122
Sonia Pérez Carrillo y Carmen Rodríguez Tembleque, “Influencias orientales y europeas”, en Lacas
mexicanas, México, Museo Franz Mayer-Artes de México, 1997, p. 39.
123
Gustavo Curiel, “Los biombos novohispanos: escenografías de poder y transculturación en el ámbito
doméstico”…, p. 138.
124
Ibid., pp. 138 y 141.
125
Rodrigo Rivero Lake, La visión de un anticuario, 2ª ed., México, Landucci editores, 1999, p. 226.
94
como “perros de Fo”. Cabe la posibilidad
también, que los leoncitos de China —que
aparecen en el inventario de la marquesa
de San Jorge, dentro de su escaparate— hayan sido en realidad dragoncitos.126
Además de los perros de Fo, otros símbolos que modificaron su significado al arribar a la Nueva España fueron las deidades
asiáticas, que en el virreinato fueron vistos como juguetes para los escaparates.
Los cuencos de porcelana y los kimonos
Carmen Aguilera, op. cit., p. 128.
también fueron adaptados y utilizados de
acuerdo con el gusto y necesidades de
y otros países de Europa llegó la chinoi-
quienes los adquirieron. Los primeros, que
serie europea que, imitando las formas
eran utilizados para beber té, en la Nueva
de Asia, mostró a los novohispanos los
España sirvieron para tomar chocolate.
modos de ver y representar las culturas
Los segundos, terminaron siendo batas
asiáticas desde la mirada europea. Estas
tanto para hombres como para mujeres.
127
piezas formaron parte del rico menaje de
Esta diversidad cultural y la diferencia en
casa de los miembros más ricos de la
la intención artística son características
sociedad virreinal, entre ellos, los comer-
relevantes de todos y cada uno de los ob-
ciantes almaceneros.
jetos suntuarios que arribaron a la Nueva
España por las vías comerciales.
Es aquí, en este intercambio artístico
donde surgió un nuevo tipo de objeto, el
128
XVII
cual, para su elaboración, tomó de todos
piezas asiáticas originales y las de tipo
estos repertorios, formas, ornamentacio-
asiático europeas llegaban a la Nueva
nes e imágenes. En la documentación
España por sus dos afluentes comercia-
estos objetos se catalogan como “achina-
les, el Atlántico y el Pacífico. De España
dos”, “japones” o “a la manera de China”
Como se observa, para el siglo
AGN, Vínculos y Mayorazgos, vol. 170, 1695.
Agradezco al doctor Gustavo Curiel la información a este respecto.
128
Gustavo Curiel, “Consideraciones sobre el comercio…”, pp. 134-137.
126
127
95
y “a la manera del Japón”, al “remedo de
sido elaborados en el virreinato. Con esto
China” o al “remedo del Japón”.
se llega a la conclusión de que fueron los
objetos novohispanos los que mayormente
CONCLUSIÓN
abundaron en las casas de comerciantes,
seguidos de los asiáticos, los europeos y
Los objetos suntuarios traídos de diferen-
los procedentes de América.
tes regiones de Europa y Asia llegaron a
De gran importancia resultó hacerse
la Nueva España, pese a las prohibicio-
de las piezas asiáticas de gran lujo y pre-
nes del sistema monopólico impuesto por
ciosismo que llegaron en la nao de Chi-
la Metrópoli. La demanda de piezas de
na, y que sirvieron como complemento al
lujo del virreinato encontró dos vías más
menaje castellano. Estos géneros de Asia
para conseguirlas, ya por medio de los in-
gestaron un peculiar gusto en esta época,
tercambios comerciales con el virreinato
de tal modo que el menaje de casa novo-
peruano o ya por la compra de productos
hispano registró importantes cantidades
suntuarios en las diferentes regiones que
de bienes suntuarios traídos de Asia.129
conformaron la Nueva España.
Los bienes suntuarios, al ser intro-
Todo ello quedó de manifiesto en los
ducidos en las residencias de los co-
menajes de las casas de los novohispanos
merciantes, comenzaron a formar parte
y, en este caso, en los ajuares domésticos
del repertorio novohispano y convivieron
de los once mercaderes aquí analizados.
con otros objetos que vinieron de todas
Gracias al auge del comercio en el Pacífi-
partes del mundo conocido. Esto imprimió
co, hubo una mayor cantidad de piezas de
al menaje de casa novohispano un sello
lujo asiáticos en el interior de las casas de
particular. A la vez, el repertorio asiático
los comerciantes. No obstante, la mayor
comenzó a ser copiado, imitado y repre-
parte de objetos registrados en los inven-
sentado por los artesanos novohispanos,
tarios de bienes de los mercaderes, no tie-
quienes crearon piezas de gran valor tan-
nen mención alguna respecto a su origen.
to económico como artístico.
Es muy probable que estos bienes hayan
129
96
Cada objeto suntuario, requiere de
Curiel, “Ajuares domésticos. Los rituales de lo cotidiano”…, p. 81.
estudios a fondo que permitan seguir
Nueva España y acceder a los privilegios
aportando nuevos conocimientos en tor-
que gozaban los grupos con mayor poder
no a ellos o sus materiales, sus técnicas,
adquisitivo del virreinato.
sus diseños y su utilización. La presen-
El mundo asiático ha sido parte fun-
te investigación aporta al estudio de los
damental de la cultura de México desde
biombos, el biombo “de la tierra” más
los tiempos virreinales. Estudios recien-
antiguo hasta ahora encontrado en la
tes hablan de las diversas raíces cultu-
documentación. También fueron encon-
rales que han conformado este país. Se
tradas piezas como los catres de maque,
habla de las raíces indígena e hispana y,
de los cuales, desgraciadamente no se
recientemente, se agrega una tercera, la
conservan ejemplares, pero que sin duda
de las culturas africanas que llegaron con
son claves importantes para las nuevas
los esclavos durante el periodo virreinal.
investigaciones en torno a la cultura ma-
Valdría la pena hablar aquí de una cuar-
terial de la Nueva España.
ta raíz cultural, que vino de Asia con los
Estos objetos dan muestra clara de la
objetos y personas que viajaron en la nao
multitud de culturas que convergieron y
de China durante tres siglos. Éstos deja-
convivieron en la Nueva España durante
ron una importante huella en las formas
el siglo XVII, a la vez que nos permiten co-
de representación del arte novohispano.
nocer de qué forma vivieron los hombres
Huella que sigue presente en las vajillas
del virreinato. En este caso particular,
de porcelana, las piezas artesanales de
nos permiten ver cómo los mercaderes
loza, principalmente de Puebla, y en una
del Consulado de la Ciudad de México
enorme variedad de símbolos que se han
hicieron del lujo una necesidad de repre-
mezclado con lo propio, para conformar
sentación, cuyo fin fue el obtener el acce-
nuestra abigarrada cultura mexicana.
so a los estratos sociales más altos de la
97
GLOSARIO
A
Abanillo: Especie de lechuguilla o adorno de lienzo afollado de que se formaban ciertos
cuellos alechugados.
Aburelado: semejante o perteneciente al color o paño buriel, que es un paño con el cual
se vestían los pobres.
Aceituní: Procedente del Zeitan, ciudad de China. Rica de tela de Asia muy usada en
la Edad Media.
Acerico: Almohada pequeña que sirve para clavar agujas y alfileres.
Acijada: De color de acije (sulfato de cobre para hacer tinta).
Alamar: Presilla y botón u ojal sobrepuesto que se cose a la orilla del vestido o capa.
Sirve para abotonarse; también se usa en forma de adorno, como un cairel o guarnición que queda colgando en los extremos de algunas ropas. Adorno llamativo del
vestido. Lazo trenzado. Prestilla o botón u ojal sobrepuesto que se cose a la orilla
del vestido o capa.
Alcanto: Alicanto. Arbusto que se cultiva en los jardines por su flor, que es bastante
olorosa.
Aljófar: Perla de figura irregular y comúnmente pequeña como las gotas de rocío.
Amusco: Musco, pardo. De color pardo. Flores amuscas, flores pardas.
Anasaya: Anafaya. Cierta especie de tela o tejido que antiguamente se hacía de algodón y modernamente se hace de seda. Fabricada en Valencia.
Anear: Que se mide por anas. La ana se utilizaba para medir las tapicerías y va desde
el codo a la mano.
Anteado: Del color de ante. Siglo
XVII.
Piel de ante adobada y curtida. Tauromaquia.
Dícese el color del pelo del toro colorado claro con manchas coloradas oscuras.
Antojos de camino: anteojos
Arcabucero: Soldado armado de arcabuz.
Armador: Jubón, vestidura que cubre desde los hombros hasta la cintura y ajusta al
cuerpo.
98
Armiño: Figura convencional a manera de mota negra sobre campo que imita el remate
de la cola del armiño. (Tal vez del latín armenius mus, rata de Armenia). Siglos XIII
al XX, mamífero carnívoro de veinticinco centímetros de largo y ocho de cola, de
piel muy suave y delicada, parda en verano y blanquísima en invierno, excepto de
la cola que es siempre negra.
Arrimador: tronco o leño grueso que se pone en las chimeneas para apoyar en él otros
al quemarlos.
B
Badana: (Del árabe battana y bitana, forro). Siglos
XV
al
XX.
Piel curtida de carnero u
oveja.
Baldaquín: (Del Balzac). Nombre dado en la Edad Media en España a la ciudad de
Bagdad, de donde venía la tela preciosa, dosel, pabellón que cubre el altar; por
analogía: construcciones, fijas, edículos de piedra, mármol o metal. Baldaquino que
cubre un altar mayor. Telas preciosas que se colocaban encima de los tronos de
los grandes dignatarios y principalmente de los obispos, lo mismo que los doseles
sobre los altares.
Balleta: Manta de lana y algodón.
Bayeta: Tela de lana floja y poco tupida.
Bejuquillo: Cadenita de oro fabricada en la China y con la que se adornan el cuello las
mujeres.
Bengala: Muselina. Se llamó así por haber venido las primeras de Bengala.
Bocadillo: Abertura hecha por adorno en el vestido. Cierto lienzo delgado y poco fino.
Especie de cinta de la más angosta.
Bofetán: Bófeta. Cierta tela de algodón delgada y tiesa.
Bolillo: (Bolo). Siglos XVII al XVIII. Palo pequeño torneado que sirve para hacer encajes.
Siglos
XVIII
al
XX.
Horma para aderezar vuelos de encaje o gasa. Siglos
XVIII
al
XX.
Cada uno de estos vuelos.
Borlilla: Borlón. Tela de lino y algodón sembrada de borlitas semejante a la cotonía.
Brocatel: (de brocado). Dícese del mármol de varios colores. Siglos
XVII
al
XX.
Tejido
99
de cáñamo y seda, a modo de damasco, que se emplea en muebles y colgaduras.
Zarcillo que es un óvalo de oro con una esmeralda.
Brocato: Brocado. Decíase de la tela entretejida con oro y plata.
Bufete: Mesa de escritorio con cajones. Mesa de comer. Bufete de estrado. Mueble
derivado del bargueño, conocido igualmente como bufetillo o cajonera, que se colocaba sobre el estrado o en el salón que contenía dicha tarima.
C
Cambaya: Tejido ordinario de algodón. Es tela usada para ropa de obreros y campesinos.
Camelote: (Del griego kameelótee, de cámeelos, camello). Siglos XIV al XX. Tejido fuerte
e impermeable que antes se hacía con el pelo del camello y después con el de la
cabra mezclado con lana y hoy sólo con lana. Camelote de aguas. El pesado y
lustroso. Camelote de pelo. El que es muy fino.
Cantonera: (De cantón). Pieza que se pone en las esquinas de libros, muebles y otros
objetos como refuerzo o adorno. Cantoneras de metal, estañadas, de plata.
Capichola: (Del italiano capicchiola, de cappitzzio, estopa de lino o de cáñamo). Tejido
de seda que forma un cordoncillo a manera de burato. Había capichola de China,
de Italia y de España según inventarios del siglo XVIII.
Capillejo: Madeja de seda, doblada y torcida en disposición de usarla para coser.
Capote: Capa de abrigo hecha con tela doble y forrada, y con menos vuelo que la capa
común.
Carena: Reparo y compostura que se hace en el casco de la nave para que pueda
volver a servir.
Carisea: Tela basta de estopa que se tejía en Inglaterra. Fue muy usada en España
para ropas de cama.
Catana: Sable, en especial el largo.
Catre: Cama ligera para una sola persona.
Cenefa: (Del árabe zanifa). Borde del vestido. Lista sobrepuesta o tejida en los bordes
de las cortinas, doseles, pañuelos, etcétera, de la misma tela y a veces de otra
100
distinta. Dibujo de ornamentación que se pone a lo largo de los muros, pavimentos
y techos y suele consistir en elementos repetidos de un mismo adorno. Cualquier
orla o adorno que rodea el canto de una cosa o se extiende a lo largo de sus líneas
principales. Siglos XVII al XX. En las casullas, lista de en medio, la cual suele ser de
tela o color diferente de la de los lados. Orilla, borde, ribete.
Ceñidor: Faja, cinta, correa, cordón, etcétera con que se ciñe el cuerpo por la cintura.
Chamelote: Tejido de seda que hacía visos.
Chaúl: Cierta tela de seda de China.
Chorrado: Chorreado. Aplícase a cierta especie de raso.
Contador: Mesa de madera que suelen tener los cambistas y mercaderes para contar
en sus casas el dinero. Especie de escritorio o papelera.
Cotense: Tela burda de cáñamo.
Crea: Cierto lienzo entrefino del que se hacía mucho uso para sábanas, camisas, forros, etcétera.
D
Damasco: Tela fuerte de seda o lana y con dibujos formados con el tejido.
Damasquillo: Cierto tejido de lana o seda parecido al damasco en la labor, pero no tan
doble.
Devanador: Que devana hilo.
E
Encarnado: Encarnar. (Del latín incarnare). Siglos XVII al XX. En pintura y escultura: dar
color de carne a las representaciones humanas.
Escribanía: Papelera o escritorio. Recado de escribir generalmente compuesto de tintero, salvadera y otras piezas y colocado en un pie o platillo. Caja portátil en que se
llevaban las plumas y el tintero.
Escudilla: Vasija ancha de la forma de una media esfera para servir la sopa y el caldo.
Espumilla: Tejido muy ligero y delicado semejante al crespón. Lienzo muy delicado y
ralo.
101
Estera: Tejido grueso de esparto, juncos, palma, etcétera o formado por varias pleitas
cosidas, que sirve para cubrir el suelo de las habitaciones y otros usos.
F
Faldellín: Falda corta que se sobrepone a la que llega a los pies.
Ferreruelo: Capa corta con sólo cuello sin capilla que se usó antiguamente.
Fresada: Guarnecida con franjas, flecos, etcétera. Acción y efecto de fresar, abrir agujeros, labrar metales con la fresa. Frezada. Frazada. Manta peluda con que se
envolvían los retablos para ser cargados a lomo de mula.
Frisado: Tejido de seda cuyo pelo se frisaba formando borlillas.
Frontal: Paramento con que se adorna el frente de la mesa del altar. Especie de toca
que cubre la frente. Tela negra que se pone a los caballos sobre la cabeza en señal
de luto.
G
Gabacha: Dengue de paño que usan las aldeanas de Zamora y Sanabria.
Granadillo: Árbol leguminoso de madera dura y compacta, de grano fino, de color rojo
amarillo, muy apreciado en la ebanistería. Árbol de la India, de madera dura y de
color oscuro. (De Granada). Por el color de la madera.
Guangoche: Costal. Tela basta.
Guardapiés: Prenda exterior del traje de las mujeres, especie de falda suelta.
Gurbión: Tela de seda de torcidillo o cordoncillo. Cierta especie de torzal grueso usado
por los bordadores en las guarniciones y bordados. Se importaba de España.
H
Holandilla: Lienzo teñido y prensado usado generalmente para forros de vestidos.
Huipil: Antigua prenda de mujer azteca, camisa de algodón sin mangas, descotada,
larga hasta las caderas y ancha, con bordados, adornos y bellas labores. Úsanlo
hoy todavía las indias de México y Centroamérica, lugares a donde alcanza el área
geográfica de la voz. En Yucatán es prenda típica de la mestiza.
102
I
Inzón: Ynsón: Cierta tela de China.
J
Jergueta: Jerga, tela gruesa y tosca.
Jubón: Vestidura que cubre desde los hombros hasta la cintura ceñida y ajustada al
cuerpo. En Navarra, blusa interior de tela blanca, por lo general, que llevaban las
mujeres bajo la chaqueta. Vestido que se les ponía a los niños y que consistía en
una blusa corta de tela blanca.
L
Lama: Tela de oro o plata en que los hilos de estos metales forman el tejido y brillan por
su haz sin pasar al envés.
Lampasillo: Lampazo. Paño de lampazo. Tapiz que sólo representa vegetales.
Lampote: Tela de algodón que se fabrica en Filipinas. Nombre que se da en México a
una planta compuesta.
Lencezuelo: Lenzuelo. Pieza de lienzo que sirve y se usa para limpiarse el sudor y las
narices.
Liencesillo (liencillo): Tela ordinaria de algodón parecida al ruán pero de calidad inferior.
Limetilla: Limeta. Botella de vientre ancho y corto y cuello bastante largo. Vasija redonda. Botella de vino.
Lináloe: Palo de áloe. Planta liliácea de cuyas hojas se extrae un jugo resinoso y muy
amargo que se emplea en medicina. Su madera fue muy apreciada en ebanistería.
Listado: Que se aplica al tejido u otra cualquier cosa que está guarnecida, tejida o pintada con listas de diferentes colores. Dícese más comúnmente alistado.
M
Mantellina: Mantilla. Paño de seda, lana u otro tejido con guarnición de tul o encaje o
sin ella que usan las mujeres para cubrirse la cabeza. Hay mantillas de tul, blonda
o encaje.
103
Maquili: Maquile. Macuilís. Bellísimo árbol de la América tropical abundante principalmente en Tabasco; de la familia de las bignoniáceas; de fronda alta y ancha de color verde claro, tallo erguido, rollizo; hojas caedizas, en largos pecíolos, compuesta
de cinco hojuelas, palmadas, a lo cual débese el aztequismo que da nombre a la
planta; madera blanca, amarillenta, preciosa, recia, flexible, muy usada para hacer
remos y útiles de labranza o de la industria campesina.
Matices: Matiz. Combinación de colores mezclados agradablemente en las pinturas,
bordados, etcétera.
Medriñaque: Tejido filipino hecho con las fibras del abacá, del burí y de algunas otras
plantas que se usan en Europa y América para forrar y ahuecar los vestidos de las
mujeres. Algunos biombos se hicieron de medriñaque.
Mitán: Tela de Holanda, holandilla.
Montera: Prenda para abrigo de la cabeza que generalmente se hace de paño. Cubierta
de cristales sobre un patio, galería, etcétera.
N
Narra: Árbol de Filipinas de la familia de las leguminosas de unos veinte metros de
altura. Las raíces y cortezas dan un tinte encarnado, y la madera, que es dura, de
grano fino, susceptible de hermoso pulimento, es muy usada en Manila para objetos
de ebanistería, y su infusión produce un agua azul que se tiene por diurética.
Noguerado: Color pardo, oscuro, como el del nogal.
O
Ormesí: Tela fuerte de seda que hace visos y aguas.
P
Pasamanos: Género de galón o trencilla, cordones, borlas, flecos y demás adornos de
oro, plata, seda, algodón o lana, que se hace y sirve para guarnecer y adornar los
vestidos y otras cosas. Listón que sujeta por encima de los balustres.
Pebetero: Vaso o aparato con cubierta agujerada para quemar perfumes y esparcirlos.
104
Pita: Planta vivaz, amarilídea, oriunda de México. De sus hojas se saca fibra textil, y de
una de las variedades se obtiene por incisiones en su tronco, un líquido azucarado
de que se hace el pulque. Hilo que se hace de las hojas de esta planta.
Pollera: Falda que las mujeres se ponían sobre el guardainfante y encima de la cual se
asentaba la basquiña o la saya.
Q
Quapastle: Cuapastle. De color leonado que tira a café.
Quapachtle. (Del náhuatl quauitl, árbol y pachtli, heno). Que tiene el color del árbol del
heno. Color leonado, violeta claro.
Quesquemil: Especie de pañoleta que cubre la espalda y pecho de la mujer.
Quimón: Tela de algodón muy fina estampada y pintada, las mejores se fabrican en el
Japón.
Quimono: Túnica japonesa o hecha a su semejanza que usan las mujeres.
R
Randa: Encaje labrado con aguja que se suele poner por adornos en vestidos y ropas.
Raso: Tela de seda lustrosa de más cuerpo que el tafetán y menos que el terciopelo.
Rebecillo: Rebezo. Gamusa.
Rengue: Tela ordinaria transparente.
Ribete: Cinta o cosa análoga con que se guarnece y refuerza la orilla del vestido, calzado, etcétera.
Ropón: Ropa larga que regularmente se pone suelta sobre los demás vestidos.
Ruán: Tela de algodón estampada en colores que se fabrica en Ruán, ciudad de Francia.
S
Salvilla: Bandeja con una o varias encajaduras, donde se aseguran las copas, tazas o
jícaras que se sirven en ella.
Sarasa: Zaraza. Tela de algodón muy ancha, tan fina como la holanda y con listas de
colores o flores estampadas sobre fondo blanco, que se traía de Asia y era muy
estimada en España.
Saya: Falda que usan las mujeres. Regalo en dinero que en equivalencia de vestido
solían dar las reinas a sus servidoras cuando éstas tomaban estado.
Sinabafa: Tela blanca parecida a la holanda, pero menos fina.
Sobrecama: Colcha.
Sobremesas: Tapete que se pone sobre la mesa por adorno, limpieza o comodidad.
Sobrerropa: Sobretodo. Prenda de vestir ancha, larga, con mangas que se lleva sobre
el traje ordinario. Es, en general, más ligera que el gabán.
Soleta: Pieza de tela con que se remienda la planta del pie de la media o calcetín
cuando se rompe.
T
Tabaquera: Petaca o petaquilla de bolsa o bolsita para llevar cigarros, o puros, o tabaco
picado.
Tabi: Tela antigua de seda con labores que forman aguas.
Taburete: (Del francés tabouret). Siglos XVII al XX. Asiento sin brazos ni respaldo para
una persona. Siglos
XVII
al
XX.
Silla con el respaldo muy estrecho, guarnecida de
baqueta, terciopelo, etcétera.
Tafetán: (Del persa taftah, tejido). Siglos
XVI
al XX. Tela delgada de seda, muy tupida,
de que hay varias especies, como doble, doblete, sencillo, etcétera. Siglos XVI al XX.
Galas de mujer. Tafetán de heridas, inglés. El que está cubierto por una cara con
cola de pescado y se empleaba como aglutinante para cubrir y juntar los bordes de
las heridas.
Tahalí: Tira de cuero, ante, lienzo u otra materia, que cruza desde el hombro derecho
por el lado izquierdo hasta la cintura, donde se juntan los dos cabos y se pone la
espada. Caja de cuero pequeña en que los soldados moros solían llevar un alcorán,
y los cristianos reliquias y oraciones.
Talegas: Cantidad de mil pesos duros en plata. Caudal monetario o dinero. Bolsa para
dinero.
106
Saco o bolsa ancha y corta, de lienzo basto u otra tela que sirve para llevar o guardar
las cosas o provisiones. Bolsa de lienzo o tafetán que usaban las mujeres para
preservar el peinado.
Tapapiés: Brial de las mujeres.
Tapincirán: Madera para labores de ebanistería. Madera muy dura que abunda en Guerrero.
Tarja: Escudo grande que cubría todo el cuerpo y más especialmente la pieza de la
armadura que se aplicaba sobre el hombro izquierdo como defensa de la lanza
contraria.
Tecomate: (En México. Del náhuatl, tecomatl). Nombre de la cucurbitácea cresentia
alata. Vasija hecha del pericarpio de algunos frutos, como cocos, guajes, jícaras,
etcétera. Esta clase de vasijas. Vasija de barro a manera de taza honda. Tenían
fama por su belleza, los decorados con maque de Peribán en la zona michoacana.
Aún se hacen en esa localidad pero desgraciadamente usan en la decoración pinturas acrílicas.
Teletón: Tela de seda parecida al tafetán, con cordoncillo menudo, pero de mucho más
cuerpo y lustre que él.
Tibor: Vaso grande de barro [más bien porcelana], de China o del Japón, por lo regular
en forma de tinaja, aunque los hay de varias hechuras, y decorado exteriormente.
Toca: Prenda de tela generalmente delgada de diferentes hechuras, según los tiempos
y países, con que se cubría la cabeza por abrigo, comodidad o adorno. Prenda de
lienzo blanco que ceñida al rostro usan las monjas para cubrir la cabeza, y la llevaban antes las viudas y algunas veces las mujeres casadas. Tela delgada y rala, de
lino o seda, especie de beatilla, de que ordinariamente se hacen las tocas. Tocas
blancas: las que en los siglos XVI y XVII llevaban las viudas.
Torcidillo: Hebra gruesa de seda.
Torsal: Torzal. Cordoncillo delgado de seda, hecho de varias hebras torcidas, que se
emplea para coser y bordar.
107
Tumbado: De figura de tumba; como lo baúles, los coches etcétera.
U
Ungarina: Hungarita, anguarina, gabán sin cuello ni forma de talle y con mangas muy
largas. Lo usan los labradores.
V
Valona: Cuello grande de camisa y vuelto sobre la espalda, hombros y pecho que se
usó en otro tiempo
Vano: Cuero sin agujeros fijo en un aro de madera usado para zarandar granos.
Z
Zarcillos: Pendiente, arete con adorno colgante o sin él. En la Nueva España recibieron
sobrenombres este tipo de aretes según su forma; así tenemos consignados: zarcillos de mirasoles, zarcillos de pepita, zarcillos chambergos, etcétera.
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Carmen Aguilera, op. cit., p.156.
112
P
anóptico
LA
POLÍTICA ECLESIÁSTICA EN EL
SEGUNDO IMPERIO
Tomás Rivas Gómez*
INTRODUCCIÓN
Las relaciones entre la Iglesia católica
y el Estado mexicano han estado mar-
evidenciaron las diferencias entre las dos
instituciones, lo cual fue determinante
para la no consolidación del proyecto del
Estado liberal.
cadas por encuentros y desencuentros.
Los diversos estudios realizados en
De la misma manera han desempeñado
torno a las relaciones Iglesia-Estado re-
un papel determinante en el devenir de
flejan una visión maniquea, característica
la historia mexicana, particularmente la
de los trabajos decimonónicos. La histo-
del siglo XIX. En esa centuria se dieron los
riografía tradicional siguió dos tenden-
enfrentamientos más difíciles entre las
cias: en la primera, los autores acusaban
dos instituciones; la lucha por imponer y
a la Iglesia de haber colaborado con el
mantener el control de una sobre la otra
imperio, por lo que a los eclesiásticos se
llevó los partidarios de cada cual a escri-
les definió como traidores de la patria;
bir las páginas más crueles, que atizaron
en la segunda, otros autores, de filiación
los enfrentamientos y guerras civiles con
conservadora, justificaron el comporta-
los cuales se perfiló el rumbo de estas
miento de los promotores del imperio
relaciones que, ahora, es necesario revi-
en consonancia con su visión católica.
sar para entender mejor su impacto en la
De los trabajos de corte tradicional, se
historia de nuestro país. En este trabajo
puede citar el de Alfonso Toro, titulado
hago hincapié en el periodo conocido
La Iglesia y el Estado en México (Estu-
como el Segundo Imperio o imperio de
dio sobre los conflictos entre el clero ca-
Maximiliano, porque en este episodio se
tólico y los gobiernos mexicanos desde
114
la independencia hasta nuestros días)
Un trabajo relevante es Las relacio-
(México, Secretaría de Gobernación,
nes Iglesia-Estado durante el Segundo
Publicaciones del Archivo General de la
Imperio, de Patricia Galeana, en el cual
Nación, Talleres Gráficos de la Nación),
se nos presentan como punto central las
material que apareció por primera vez en
reformas eclesiásticas emprendidas por
1927; es un estudio bastante crítico sobre
los gobiernos liberales relacionando és-
el papel de la Iglesia a lo largo del siglo
tas con las emprendidas por Maximiliano.
XIX.
Para Galeana, a lo largo del siglo
Algunos clérigos estudiosos de estos
XIX
se
vínculos entre las dos instituciones no se
experimentaron tres reformas: la primera
desprenden de la camiseta que los cobija
en 1833 durante el gobierno interino del
y por ello sus trabajos, aunque interesan-
vicepresidente Gómez Farías; la segun-
tes, están signados por una tendencia: la
da, de 1855 a 1859 con las Leyes de
defensa de la Iglesia y el ataque, primero
Reforma; la tercera, en el mismo imperio
a los gobiernos liberales y luego al mismo
de Maximiliano, a partir de las medidas
gobierno imperial, sobre todo porque éste
adoptadas por el emperador. Al hablar de
no cumplió éste las expectativas que la
la tercera, la autora señala que tal reforma
Iglesia tenía sobre la instauración de la
estuvo influiada por las medidas de los li-
monarquía en el país. Quizá uno de los
berales mexicanos. En esta parte estoy de
trabajos más representativos de esta ten-
acuerdo con ella, pero considero que no
dencia sea el del canónigo Jesús García
sólo las ideas liberales mexicanas marca-
Gutiérrez, La Iglesia mejicana en el Se-
ron el actuar del archiduque. Maximiliano
gundo Imperio.
tenía toda una ideología heredada de su
Al pasar los años, el estudio de las re-
educación y de la situación reinante en la
laciones entre las dos instituciones se ha
Europa que le tocó vivir. En este punto,
hecho a partir del acceso a los nuevos re-
considero que un aspecto fundamental
positorios y también, de forma más objetiva,
es la tradición josefinista1 con la que el
para entender el papel de estas instituciones
archiduque estaba relacionado. Esta co-
en la conformación del Estado mexicano.
rriente de pensamiento influyó mucho en
1
El josefinismo era la corriente político religiosa que se desarrolló en el imperio Austro-Húngaro, la cual
estuvo marcada por el dominio por parte del Estado sobre la Iglesia. Este movimiento tenía sus orígenes,
115
Maximiliano, por lo tanto, él ya tenía una
cual se le debía marcar bien su territorio
clara idea de lo que debería ser la Iglesia
y supeditarla al Estado. La Iglesia se vio
y su papel en la sociedad. En consecuen-
libre del Regio Patronato ejercido por los
cia, la tercera reforma es la mezcla del
reyes españoles, pero debió enfrentar
josefinismo y las ideas de los liberales
las acciones encaminadas a lograr su
mexicanos, aunque estas últimas como
sumisión; luchó contra los proyectos de
parte de la tradición liberal de la época y
concordatos planteados por los diferentes
no exclusivas de los mexicanos, como lo
gobiernos que se sucedían de manera
considera Patricia Galeana.
vertiginosa y, por tanto, no tenían la capacidad para conservar el poder y lograr
LAS RELACIONES IGLESIA-ESTADO ANTES DEL
el control de las instituciones.
Para Patricia Galeana, la Iglesia des-
SEGUNDO IMPERIO
empeñó un papel fuerte a lo largo de la
A lo largo del siglo
XIX,
la Iglesia sufrió
primera mitad del
XIX
porque la nación
grandes trasformaciones en su interior y
carecía de identidad propia. Mientras
vivió serios conflictos al exterior. El Es-
tanto, la alta jerarquía se encargaba de
tado, por su parte, se encontraba en un
obstaculizar la formación del Estado mo-
proceso de gestación: las instituciones
derno.2 Esta idea de Galeana me parece
antiguas se adaptaron a la nueva reali-
un poco extrema. Por una parte la Iglesia
dad del país, mientras otras, surgidas a
sirvió de aglutinador social, pero también
partir de la transición del periodo emanci-
hubo miembros del clero, tanto del alto
pador, buscaban su propia identidad y su
como del bajo, que compartían las ideas
función en la sociedad, lo que condujo al
emancipadoras y, por tanto, trabajaron
enfrentamiento con las instituciones que
para crear una identidad nacional.3 Por
podían limitarle y dificultar su accionar.
supuesto, estuvieron en contra de los ex-
Una de ellas era la Iglesia católica, a la
cesos que, según su punto de vista, fue-
entre otros, en el galicanismo francés. Para ampliar este punto se recomienda E. Preclin y E., Jorry,
“Luchas doctrinales”, en Agustín Fliche y Victor Martín, Historia de la Iglesia. De los orígenes a nuestros
días, vol. XXII, España, EDICEP, s.a., p. 514.
2
Patricia Galeana, Las relaciones Iglesia-Estado durante el Segundo Imperio, 1991, México, UNAM, p. 2.
3
Para comprender más sobre la participación del clero según las ideas emancipadoras, se recomiendan
116
ron cometidos por los gobiernos, y más
de la lucha de independencia se venía
si éstos afectaban sus intereses. Una
cuestionando la “preeminencia del clero
idea de la misma autora que me parece
en el país”, objetándose su participación
XIX,
política porque “su colaboración con el
es la que se refiere a la polarización de
Estado no obedecía los lineamientos de
la sociedad en torno a la participación
subordinación que la monarquía preten-
política del clero. El clero, acostumbrado
día”. Bajo la óptica de este autor, algu-
a participar en los asuntos civiles, no vio
nos clérigos aceptaban la subordinación
con muy buenos ojos que se tratara de
de la Iglesia al Estado, pero la mayoría
limitar su participación en las cuestiones
insistía en la noción de “las dos espadas
políticas; por otra parte, para algunos
o las dos soberanías, una terrena y otra
sectores de la sociedad decimonónica el
trascendental”. Uno de los principales
papel del clero debía de centrarse en el
problemas era la cuestión de los fueros;
cumplimiento de su ministerio, es decir, la
los miembros del clero tenían sus propios
administración de los sacramentos y no la
tribunales para ser juzgados y por tanto
administración pública. Esta perspectiva
no se sujetaban a las cortes civiles.5 Esta
favorecía la división de funciones entre
situación contradecía los postulados del
las dos instituciones, misma que con el
Estado liberal, el cual habla de la igualdad
tiempo dio paso a la separación Iglesia-
de los ciudadanos ante la ley, sin impor-
Estado, consagrada parcialmente en la
tar su pertenencia a alguna corporación,
constitución de 1857 y, de manera cabal,
gremio o, como en este caso, a un grupo
en las Leyes de Reforma promulgadas en
confesional como la Iglesia católica.
más acorde con la realidad del siglo
4
1859 por Benito Juárez.
Brian Connaughton señala que antes
Para Anne Staples en “muchos campos, las miras y metas del Altar y de la
los textos de Brian Connaughton, “Clérigos federalistas: ¿fenómeno de afinidad ideológica en la crisis
de dos potestades?”, en Manuel Miño Grijalva, Mariana Terán Fuentes et al., (coords.), Raíces del federalismo mexicano, México, Universidad Autónoma de Zacatecas-Secretaría de Educación y Cultura del
Gobierno del Estado de Zacatecas, 2005, pp. 71-87; Brian Connaughton, “Religión, conservadurismo y
liberalismo. La economía política de la fe, 1821-1857”, en prensa (original facilitado por el autor).
4
Cf. Patricia Galena, “Presentación” en Patricia Galeana (comp.), Relaciones Estado-Iglesia: encuentros
y desencuentros, México, AGN, 1999, p. 8.
5
Cf. Brian Connaughton, “La Iglesia y el Estado en México, 1821-1856”, en Gran historia de México
ilustrada, México, Planeta DeAgostini-CONACULTA-INAH, 2001, p. 304 (fascículo 36).
117
corona eran semejantes”. Agrega que la
sus tareas pastorales con mucha expe-
guerra de independencia vino a romper
riencia política”, dando referencia de los
esa unidad y, “más todavía, cambió radi-
cargos que ocupó dentro de los diferentes
calmente la forma de participación políti-
gobiernos.7 Por otro lado, los curas loca-
ca del clero, haciendo que su actuación
les desempeñaban un papel importante
dependiera, en gran medida, del lugar del
para aglutinar a la sociedad promoviendo
individuo dentro de la jerarquía eclesiás-
un “nacionalismo providencial desarro-
tica”. Para esta autora, existió una clara
llado en función del ‘pueblo’ mexicano”.8
división entre los miembros del clero. Los
Además, la cercanía que tenían con las
obispos, por un lado, condenaron la in-
personas en las regiones y localidades
surgencia y la combatieron con la palabra
menores del país “los hacia especialmen-
desde sus sedes apostólicas; el bajo cle-
te atractivos como representantes del
ro, por su parte, combatió con las armas
pueblo con deseos de proyectarse en los
y formó parte de los grupos insurgentes.
6
ámbitos estatal o federal, y no es extraño
Este aspecto es de suma importancia, la
que reflejaran a su vez los intereses de
participación de los miembros del clero
esas comarcas”.9
en asuntos políticos estuvo marcada,
Esto hacía que los clérigos tuvieran
después de la guerra de independencia,
un papel relevante al interior de la socie-
por su lugar al interior de la jerarquía. Por
dad. Pero para las autoridades civiles,
un lado, se tiene la participación de algu-
las surgidas de la lucha emancipadora, la
nos miembros del clero en los congresos
participación del clero iba más allá de lo
durante la primera mitad del siglo XIX. Cita
permitido por las nuevas leyes. Se quería
la autora algunos casos como el del clé-
crear una nación nueva, con ciudadanos
rigo Juan Cayetano Portugal, quien llegó
en lugar de súbditos, por tanto, la cons-
a ser obispo de Michoacán y “compaginó
trucción ideológica ejercida por el clero
Cf. Anne Staples, “La participación política del clero: Estado, Iglesia y poder en el México independiente”, en Brian F., Connaughton y Andrés Lira González (coords.), Las fuentes eclesiásticas para la historia
social de México, México, UAM Iztapalapa-Instituto Mora, 1996, p. 333.
7
Cf. ibid., p. 342.
8
Brian F. Connaughton, “El clero y la fundamentación del Estado-nación mexicano”, en Brian F., Connaughton y Andrés Lira González (coords.), op. cit., 1996, p. 354.
9
Ibid., p. 23.
6
118
en la sociedad era contraria a las aspira-
respecto a la Iglesia, aviso que la jerar-
ciones del Estado y de alguna manera se
quía católica no supo escuchar para au-
le debía limitar. En la primera mitad del
torreformarse y, a la larga, esto cultivó el
siglo XIX esta separación ideológica no fue
conflicto entre las dos instituciones.
contundente y se mezclaron en la prácti-
Es necesario aclarar que la lucha de
ca clero y política, haciendo esta relación
los hombres del Estado era contra la Igle-
de claroscuros. Las providencias más
sia como institución, en particular contra
notables encaminadas a lograr la limita-
el clericalismo, entendido éste como “el
ción del clero, después de consumada la
aprovechamiento de la calidad sacerdotal
independencia, se dieron en 1833: “las
para asuntos ajenos al culto religioso”.12
medidas determinadas por el gobierno
Es decir, contra el abuso en que incurría
del vicepresidente Valentín Gómez Fa-
algún sector del clero que prestaba más
rías entre 1833 y 1834 expresaban estos
atención a asuntos que le eran ajenos,
valores respecto de la Iglesia y su papel
sobre todo políticos, y descuidaba su ver-
en la sociedad mexicana”. Entre las pre-
dadera función, la administración de los
venciones tomadas se pueden señalar al-
sacramentos. La mayoría de los liberales
gunas como la prohibición de “los discur-
mexicanos eran católicos, pero eran tam-
sos políticos por el clero, se secularizaron
bién anticlericales, esto es, “combatían la
las misiones, se cerró la Universidad de
acción política del clero”.13 Por lo tanto,
México para crear el Departamento de
muchas medidas tomadas por los gobier-
educación Pública”, entre otras más.10 A
nos –en particular por los liberales tras su
este periodo, y las medidas adoptadas
triunfo sobre la dictadura santanista, al
por el gobierno de Gómez Farías, Galea-
mediar la década de los años 50– estu-
na lo llama “la primer reforma contra el
vieron encaminadas a lograr ese control
clero”. Se podría decir que fue un primer
sobre el clero, limitando su acción política
aviso de las intenciones del Estado con
y sujetándolo a las leyes civiles como a
11
Cf. Brian Connaughton, “La Iglesia y el…”, p. 309 (fascículo 36).
Cf. Patricia Galeana, Las relaciones…, pp. 17-18.
12
Patricia Galeana, “Clericalismo y soberanía”, en Patricia Galeana (comp.), Relaciones Estado-Iglesia:
encuentros y desencuentros, 1999, p. 97.
13
Idem.
10
11
119
cualquier otro ciudadano. Patricia Galea-
primer orden entre estas dos soberanías,
na señala que “[a]ntes de 1855, la Iglesia
pero también reveló que por debajo “de la
había constituido una especie de Estado
superficie se confrontaban […] dos apre-
dentro de otro”,14 lo cual iba abonando
ciaciones distintas y enfrentadas de lo
el terreno para el enfrentamiento entre
que era ser católico apostólico y romano
las dos instituciones. Por ejemplo, Brian
y ciudadano en México”.16
Connaughton señala que a mediados de
Mediante las medidas tomadas por
la década de los 50 se “contrapusieron
los gobiernos en los años posteriores al
claramente dos soberanías que disputa-
triunfo liberal, las llamadas “Ley Juárez”17
ron la lealtad de los habitantes de México:
y “Ley Lerdo”18 y la promulgación de la
el Estado, representado por las leyes […]
Constitución de 1857, se produjo el inten-
y la Iglesia”. Continúa señalando que esto
to de lograr el control del clero por parte
quedó más claro a partir de las Leyes de
del Estado. A estas medidas y la publica-
Reforma porque, por primera vez, la Igle-
ción de las Leyes de Reforma, realizada
sia se encontró con “leyes que juzgaba
por el presidente Juárez en el puerto de
como totalmente injustas y adversas a
Veracruz en 1859, Patricia Galeana llama
sus intereses, y una resistencia no me-
“la Segunda Reforma”.19 Al parecer ésta
nos total de parte de los gobernantes
tuvo más éxito que la primera. El proceso
para cambiarlas”.
Este enfrentamiento
de sometimiento del clero se intensificó,
propició un conflicto de conciencia de
al grado de que éste llegó a financiar, de
15
Ibid., p. 98.
Brian Connaughton, “Soberanía y religiosidad. La disputa por la grey en el movimiento de la Reforma”,
en Alicia Tecuanhuey Sandoval, (coord.), Clérigos, políticos y política. Las relaciones Iglesia y Estado
en Puebla, siglos XIX y XX, México, Benemérita Universidad Autónoma de Puebla, Instituto de Ciencias
Sociales y Humanidades, 2002, p. 101.
16
Idem.
17
Esta ley fue promulgada el 23 de noviembre de 1855 por el ministro de la Suprema Corte, Benito Juárez.
Su objetivo era reducir los fueros o jurisdicciones privativas de los tribunales eclesiásticos y militares. Para
ampliar este tema se recomienda Brian Connaughton, “La Iglesia y el…”, p. 319 (fascículo 36).
18
Esta ley se promulgó el 25 de junio de 1856, la cual declaró la desamortización de los bienes raíces
de la Iglesia a nivel nacional. Cf. Brian Connaughton, “La Iglesia y el…”, 2001, p. 319 (fascículo 36); cf.
Francisco Morales, “Las leyes de Reforma y la respuesta de los obispos”, en Patricia Galeana (comp.),
Relaciones Estado-Iglesia: encuentros y desencuentros, p. 74; cf. Agustín Churruca Peláez, S.J., Historia
de la Iglesia en México, México, Obra Nacional de la Buena Prensa, 2002, p. 145.
19
Cf. Patricia Galeana, Las relaciones…, pp. 19-28.
14
15
120
forma discreta, algunas revueltas para lograr defender sus bienes.20
LAS RELACIONES IGLESIA-ESTADO EN EL
IMPERIO DE
MAXIMILIANO
La Guerra de Tres Años, o de Reforma,
marca el enfrentamiento cabal entre el
Estado y la Iglesia. En apariencia el levantamiento era contra la Constitución del
57, pero detrás de este movimiento estaba el clero apoyándolo, con la mira puesta en recuperar sus fueros y los bienes
Colección Gobernadores de México. P6 - C3 - F
099.
que ya habían empezado a enajenarle.
para establecer la monarquía en México
El triunfo liberal, momentáneo, preparó el
como un protectorado europeo. Entre los
terreno para la intervención extranjera de
principales monarquistas estaban José
1862. En la Guerra de Tres Años, ambos
María Gutiérrez de Estrada, Francisco de
bandos habían buscado apoyo externo,
Paula y Arrangoiz, José Manuel Hidalgo,
los liberales en Estados Unidos y los con-
Ignacio Aguilar y Marocho; entre los clé-
servadores en Europa; en esta coyuntu-
rigos, Pelagio Antonio de Labastida y Dá-
ra, la idea de monarquía se hizo presente
valos y Clemente de Jesús Munguía. Este
con más fuerza, al grado de que un grupo
grupo se dedicó a cabildear en las cortes
de mexicanos exiliados en Europa, entre
europeas hasta que su propuesta encon-
ellos varios clérigos, comenzaron la labor
tró eco en la corte francesa de Napoleón
en las distintas cortes de ese continente
III, quien a su vez apoyó a estos monar-
con la finalidad de encontrar la ayuda
quistas para lograr el beneplácito de Ingla-
20
Un ejemplo es el levantamiento de Puebla el 19 de diciembre de 1855, al grito de “Religión y fueros”, la
cual fue apoyada por el clero de la diócesis poblana. En respuesta, el gobierno combatió y derrotó a los
alzados y ordenó la confiscación de los bienes de esa diócesis por el apoyo brindado al levantamiento.
Cf. Brian Connaughton, “La Iglesia y el…”, p. 319 (fascículo 36), y cf. Agustín Churruca Peláez, S.J.,
Historia de la…, p. 156.
121
terra y España, con la idea de formar un
el Vaticano, los emperadores continua-
dique para contener a Estados Unidos
ron su viaje para llegar a su nueva patria.
en su avance sobre América Latina. Los
Maximiliano desconocía que tanto Napo-
monarquistas se dieron a la tarea de se-
león
leccionar al candidato ideal para esta mi-
propios intereses para apoyar la empresa
sión. Tras revisar a varios postulantes se
mexicana. Básicamente, el pontífice bus-
determinó que el elegido era Maximiliano,
caba la restauración de la Iglesia en todas
de la casa de Habsburgo.
las prerrogativas que tenía hasta antes de
III
como el propio Pío IX tenían sus
El 10 de abril de 1864, se inició for-
las Leyes de Reforma, incluidos los bie-
malmente el llamado Segundo Imperio
nes que ya habían sido nacionalizados.22
Mexicano, con la invitación hecha al ar-
Maximiliano consiguió algunas preben-
chiduque austriaco y con su aceptación
das de parte del obispo de Roma, la más
de la corona. Este comienzo estaría mar-
importante en relación con los cambios
cado por las primeras diferencias entre el
en la liturgia para que se incluyera una
archiduque austriaco y la jerarquía cató-
oración con el nombre del emperador, la
lica. Al salir del castillo de Miramar con
cual debería rezarse en todas las iglesias
dirección a México, Maximiliano y Carlota
de México.23 Un punto importante a des-
realizaron una visita al Papa Pío IX; no se
tacar es que ninguna de las dos partes se
sabe a ciencia cierta lo que los dos perso-
comprometió entre sí, Maximiliano no le
najes hablaron, pero se especula sobre lo
ofreció nada al sumo pontífice y el Papa
que no dijeron, lo cual pudo quizá salvar
tampoco se comprometió con el empera-
al imperio. Después de esta escala en
dor, lo que causó que desde un principio
21
21
Cf. Luis Medina Ascencio, S.J., México y el Vaticano. La Iglesia y el Estado liberal, t. II, México, JUS,
1984, p. 242; Egon Caesar Conte Corti, Maximiliano y Carlota, México, FCE, 5a. reimpresión, 1997, p.
232; Cf. Patricia Galeana, Las relaciones Iglesia…, pp. 82-83, y cf. José Manuel Hidalgo, Proyectos de
monarquía en México, México, JUS, 1962, p. 159.
22
Cf. Egon Caesar Conte Corti, op. cit., p. 270.
23
Patricia Galeana, Las relaciones…, p. 85. Véase, Jesús García Gutiérrez, La iglesia mejicana en el
Segundo Imperio, México, Editorial Campeador, distribuido por editorial Jus, 1955 (Figuras y episodios
de la historia de México), p. 47. En este texto el autor nos dice que Maximiliano pidió al Sumo Pontífice
que se dignara conceder las mismas preces que anteriores papas habían otorgado a varios monarcas
tanto austriacos como franceses. Consiguió que se introdujeran diversos cambios en la liturgia, no sólo
la oración por el emperador, sino otras modificaciones que van desde el canon de la misa pasando por la
letanía de los santos, incluido el pregón pascual del Sábado Santo.
122
la relación entre las dos potestades fuera
En este párrafo destaca su deseo de
difícil y trascendental en el devenir del im-
unir a todos los partidos bajo la dirección
perio mexicano.
del monarca para crear un gobierno fuer-
La pareja imperial arribó al puerto de
te capaz de sacar a México adelante de
Veracruz el 28 de mayo de 1864. El reci-
tantos años de luchas internas. El clero
bimiento fue frío por parte de la población
se manifestó hasta el 12 de junio, día en
del puerto. Algunos autores refieren que
que los monarcas hicieron su entrada en
se recibió con salvas de cañones a los
la ciudad de México. Con esa fecha, la
monarcas, pero la versión más aceptada
jerarquía católica publicó una carta pas-
es la primera. El desembarco se efectúo
toral en la cual manifestaba su apoyo a
al día siguiente; al descender, Maximiliano
Maximiliano; el párrafo introductorio es
dio un discurso en el cual se pueden apre-
muy significativo:
24
ciar las ideas que reflejaban su posición
ante la Iglesia:
En los momentos solemnes en que la presencia del nuevo Soberano, precedida de
Las bendiciones del cielo, y con ellas el pro-
los deseos y de las esperanzas, inicia en
greso y la libertad, no nos faltarán segura-
México una era nueva, que será de ventura
mente, si todos los partidos, dejándose con-
o desdicha según el uso que hagamos de
ducir por un Gobierno fuerte y leal, se unen
las gracias que Dios Nuestro Señor nos dis-
para realizar el objeto que acabo de indicar,
pensa; Nosotros, animados de nuestro celo
y si continuamos siempre animados del sen-
Pastoral, os dirigimos la palabra para exhor-
timiento religioso, por el cual nuestra bella
tarlos con el apóstol San Pablo a no recibir
patria se ha distinguido aun en los tiempos
en vano esta gracia de reparación, que aca-
más desgraciados.
so podrá ser la última.26
25
24
Cf. José Manuel Hidalgo, Proyectos de…, pp. 161-162; Cf. Egon Caesar Conte Corti, Maximiliano y…,
p. 277.
25
Francisco de Paula y Arrangoiz, México desde 1808 hasta 1867, prólogo de Martín Quirarte, México,
Porrúa, 1968 (“Sepan cuantos…”, 82), p. 585. Cf., Egon Caesar Conte Corti, Maximiliano y…, p. 277.
26
Carta pastoral colectiva en ocasión de la entrada a México, de los emperadores Maximiliano y Carlota.
México, 12 de junio de 1864, en Alfonso Alcalá y Manuel Olimón, Episcopado y gobierno en México.
Cartas pastorales colectivas del episcopado mexicano (1859-1875), México, Universidad Pontificia de
México, 1989 (Ediciones Paulinas), p. 112.
123
El clero veía en la figura del emperador
Un punto importante y que, desde mi
una solución a los problemas de Méxi-
punto de vista, fue determinante para las
co, además de una bendición de Dios,
relaciones entre la Iglesia y el emperador,
que por ser un monarca católico traería
fue que el nuncio papal, el cual tardó en
la salvación a esta patria desgraciada.
llegar al país. Esto tensó más las relacio-
El resto de la carta continúa en esta lí-
nes entre las dos potestades. Ante esta
nea, le habla al pueblo diciéndole que de
demora, el emperador insistía a su repre-
ellos dependerá la salvación de la patria;
sentante ante el papa para que éste envia-
destacan el catolicismo del emperador
ra pronto al nuncio, porque había muchos
para ponerlo al servicio de la nación que
asuntos que requerían su presencia para
vino a gobernar. En la segunda parte de
solucionarlos y, de no llegar el nuncio, el
la carta, los obispos mexicanos fijan su
emperador tomaría las medidas necesa-
posición ante el monarca, le ofrecen un
rias.29 Por su parte, el clero también ha-
pueblo abnegado, siempre que le sean
cía presión para el envío del nuncio; los
respetados sus derechos y devueltos sus
arzobispos de México y Michoacán, junto
bienes.
Esta carta de alguna manera
con el obispo de Oaxaca, remitieron una
marcó el rumbo que tomarían las relacio-
carta al secretario de Estado del Vaticano
nes entre el emperador y la alta jerarquía,
donde se quejaban de la situación por la
ésta estaba dispuesta a apoyar al monar-
que estaba atravesando la Iglesia, “peor
ca siempre y cuando él le devolviera los
que en tiempos de Juárez”, y le urgían
bienes y cuidara de la Iglesia como los
al secretario papal el envío del nuncio.30
obispos esperaban, es decir, crear una
La llegada del representante del papa se
monarquía católica supeditada al clero y
produjo hasta diciembre de 1864. El em-
no liberal como se daba en Europa.
perador trató de evitar todo contacto del
27
28
Ibid., pp. 112-116.
Ibid., pp. 117-120.
29
Secretaría de Relaciones Exteriores, Archivo Histórico y Diplomático Genaro Estrada (en adelante SRE,
AHD, Genaro Estrada, LE-82). Este texto corresponde a los informes que se enviaron al representante del
imperio en Liverpool y tiene fecha de 1865.
30
“Carta de los obispos Labastida, Munguía y José María Covarrubias y Mejía al cardenal, secretario de
Estado Antonelli. México, 28 de julio de 1864”, en Alfonso Alcalá y Manuel Olimón, Episcopado y gobierno
en…, pp. 127-130.
27
28
124
nuncio con la jerarquía para arreglar por
cultos que no estén prohibidos por las leyes;
su cuenta los pendientes que se tenían,
pero protege el católico, apostólico, romano,
pero los prelados lograron entrevistarse
como religión de Estado.
con él, que era monseñor Meglia, el cual
II.
El tesoro público proveerá a los gas-
gozaba de fama de conservador. Esto
tos del culto católico y del sostenimiento de
hizo albergar esperanzas a los obispos
sus miembros en la misma forma, propor-
de que se lograría restituirle a la Iglesia
ción y preferencia con que se cubra la lista
todo lo perdido durante los gobiernos re-
civil del Estado.
publicanos, particularmente el asunto de
los bienes del clero.
III.
Los ministros del culto católico admi-
nistrarán los sacramentos y ejercerán su mi-
La ceremonia de recepción del nuncio
nisterio gratuitamente y sin que ellos tengan
se verificó el 10 de diciembre de 1864; en
derecho a cobrar, ni los fieles obligación de
ella, monseñor Meglia leyó un discurso
pagar estipendio, emolumento o cosa algu-
en el que le recordaba a Maximiliano su
na, a título de derechos parroquiales, dis-
compromiso como monarca católico y su
pensas, diezmos, primicias o cualquier otro.
papel frente a la Iglesia. El emperador
31
IV.
La Iglesia cede y traspasa al gobier-
respondió con otro discurso y, con breves
no mejicano todos lo derechos con que se
palabras, fijó la postura del gobierno ante
considera, respecto de los bienes eclesiás-
la Iglesia. Posteriormente, Maximiliano
ticos que se declararon nacionales durante
entregó al nuncio el proyecto de con-
la República.
32
cordato que se aplicaría para el Imperio
V. El emperador Maximiliano y sus suce-
Mexicano; este documento resultó con-
sores en el trono ejercerán in perpetuam en
trario a lo esperado, no sólo por el nuncio,
la Iglesia mejicana los mismos derechos que
sino por la alta jerarquía mexicana, sus
los reyes de España ejercieron en la Iglesia
nueve puntos señalaban lo siguiente:
de América.
VI.
I.
El Gobierno Mejicano tolera todos los
El Santo Padre, de acuerdo con el
emperador, determinará cuáles de las ór-
SRE, AHD, Genaro Estrada, LE-82. Véase Patricia Galeana, Las relaciones…, p. 107. La autora es la
única en mencionar el discurso de monseñor Meglia y en su texto da una pequeña referencia al mismo.
32
SRE, AHD, Genaro Estrada, LE-82. Véase Patricia Galeana, Las relaciones…, p. 108.
31
125
denes de religiosas, extinguidas durante
do a crear una monarquía católica y no
la República, deben ser restablecidas y en
buscaba acabar con la Iglesia, como fue
qué forma y términos. Las comunidades de
considerado por la alta jerarquía católica.
religiosas que de hecho existen hoy, conti-
La respuesta del nuncio fue que carecía
nuarán, pero con los noviciados cerrados
de instrucciones para tratar un asunto tan
hasta que el Santo Padre, de acuerdo con
delicado, que debería de esperarlas de
el emperador, determine la forma y términos
parte del papa. Ante este panorama, días
en que deben continuar.
después, Maximiliano envió una carta al
VII.
ministro Escudero para que se tomaran
Fueros.
En los lugares en que el empera-
las medidas para solucionar las cuestio-
dor lo juzgue conveniente, encomendará el
nes con la Iglesia.34 El clero no esperó
registro civil de nacimientos, matrimonios y
más y le escribió una carta al emperador
fallecimientos, a los párrocos católicos, quie-
en reproche a la misiva al ministro Escu-
nes deberán desempeñar este cargo como
dero, y le planteó lo difícil que sería la
funcionarios del orden civil.
relación entre el emperador y la jerarquía
VIII.
IX.
Secularización de cementerios.
33
católica.35
Arrangoiz señala que “Ningún efec-
Como se puede ver, el concordato pro-
to produjo la Exposición en el ánimo de
puesto por Maximiliano estaba encamina-
Maximiliano”. La respuesta que les dio a
33
SRE, AHD, Genaro Estrada, LE-82; Patricia Galeana, Las relaciones…, pp. 112-113. En este libro de
Patricia Galeana aparece la versión del concordato igual a la del documento del Archivo de Relaciones
Exteriores, éste firmado por el subsecretario de Justicia Francisco de P. Tabera. Una versión con pocas
variantes del texto y también firmado por el mismo personaje puede ser consultado en: Francisco de
Paula y Arrangoiz, México desde…, pp. 599-600, y Jesús García Gutiérrez, La Iglesia mejicana…, pp.
56-57.
34
Cf. Francisco de Paula y Arrangoiz, México desde…, pp. 601-602; Jesús García Gutiérrez, La Iglesia
mejicana…, p. 60; Patricia Galeana, Las relaciones…, p. 123. Todos los autores, salvo Arrangoiz, hacen
referencia a la carta; Arrangoiz, presenta la carta de Maximiliano al ministro Pedro Escudero.
35
Cf. Carta de S. M. el Emperador al Exmo. Sr. Ministro de Justicia. Seguida de una exposición que
dirigieron á S. Ma. con motivo de las declaraciones y disposiciones que en ella se contienen, los Ylmos.
Sres. Arzobispos de México y Michoacán, y Obispos de Oajaca y Queretaro, en Archivo Histórico del
Arzobispado de México (AHAM), Archivo de Pelagio Antonio Labastida y Dávalos, fondo Episcopal, sección
Secretaría Arzobispal, caja 23, exp. 1, fs. 1-2. Véase Francisco de Paula y Arrangoiz, México desde…,
1985, pp. 601-602; Alfonso Alcalá y Manuel Olimón, Episcopado y gobierno…, pp. 147-157.
126
los obispos fue una “reprimenda amisto-
reformista del siglo
sa”.36 Así, el año de 1864 llegaba a su fin
periodo marcó la separación definitiva entre
en medio de una gran tormenta; la actitud
el monarca y el alto clero mexicano. El em-
del nuncio hacía pensar a la pareja impe-
perador, al no haber logrado la solución del
rial que Roma los abandonaba. Por otro
problema eclesiástico, aun con la presencia
lado, el año siguiente no mostraba nubes
del nuncio, decidió tomar medidas que fue-
ni cielos claros en el horizonte del imperio,
ron poniendo en práctica los puntos del con-
es decir, que se enfrentarían nuevas difi-
cordato presentado a monseñor Meglia.38
cultades en 1865. Las acciones tomadas
Ya se comentó la carta del 27 de diciembre
por Maximiliano parecían no tener vuelta
al ministro Pedro Escudero, la cual marcó el
atrás, se tenía que continuar por ese ca-
inicio de estas medidas y la reacción de los
mino. El episcopado mexicano, a su vez,
obispos. La siguiente medida fue tomada a
se preparaba para combatir las nuevas
los pocos días, el 7 de enero:
XIX
mexicano”.37 Este
medidas que emprendería el emperador.
Resuelto Maximiliano a no detenerse en
LAS LEYES “ANTICLERICALES” DE 1865
su marcha anticatólica e imprudente, expidió (…) el decreto siguiente: ‘Para fijar la
De acuerdo con Patricia Galeana, de di-
forma en que debe obtenerse el pase de
ciembre de 1864 a diciembre de 1865, los
Bulas, Breves, Rescriptos y Despachos
decretos, leyes y circulares que se apro-
de la Corte de Roma, en la organización
baron por parte del gobierno “bien pueden
política que hoy tiene la nación, Hemos
considerarse como el tercer movimiento
decretado y decretamos lo siguiente:
Francisco de Paula y Arrangoiz, México desde…, p. 604.
Patricia Galeana, Las relaciones…, p. 123.
38
Para Patricia Galeana, fueron ocho las medidas tomadas por el gobierno de Maximiliano: 1. Ratificación
de las Leyes de Reforma dadas por la República relativas a los bienes del clero y supresión del pago
de obvenciones parroquiales, en el documento conocido como la Carta a Escudero (27 de diciembre de
1864); 2. Decreto del pase de Bulas y Rescriptos (7 de enero de 1865); 3. Decreto de Tolerancia de Cultos
(26 de febrero de 1865); 4. Decreto relativo a los bienes de la Iglesia (26 de febrero de 1865); 5. Circular
secularizando los cementerios (12 de marzo de 1865); 6. El Estatuto Provisional del Imperio (10 de abril
de 1865) incorporó en el título XV de las garantías individuales, el decreto de Libertad de Cultos (Art. 58),
estableciendo también la Libertad de Prensa en el Art. 76 del mismo título; 7. Ley de Registro Civil (1 de
noviembre de 1865) y Ley de Instrucción Pública (27 de diciembre de 1865). Véase, Patricia Galeana,
Las relaciones…, p. 123.
36
37
127
Artículo 1º Están vigentes en el Imperio las leyes y decretos expedidos antes y
después de la independencia, sobre pase de
Bulas, Breves, Rescriptos y Despachos de la
Corte de Roma.
Articulo 2º Los Breves, Bulas, Rescriptos
y despachos se presentarán a Nos por nuestro ministerio de Justicia y Negocios Eclesiásticos, para obtener el pase respectivo.
Colección Gobernadores de México. P6 - C3 - F
100.
Este decreto se depositará en los archi-
a día se tornaba en verdadera aversión”,
vos del Imperio, publicándose en el periódi-
en particular hacia monseñor Meglia y el
co oficial.
arzobispo Labastida; de hecho considera-
39
ba como un verdadero “golpe de Estado”
Con esta medida, el gobierno imperial
la actitud asumida por el clero.40
buscaba tener control sobre los escritos
En febrero se dictaron dos nuevos
enviados por la curia romana. El primer
decretos que afectaban los intereses de
documento papal en tramitarse de acuer-
la Iglesia. El primero tenía que ver con la
do con este derecho fue la bula publicada
tolerancia de cultos, condenado de ante-
en Roma en diciembre de 1864, la cual
mano por el Episcopado mexicano. Dicho
daba a conocer el sylabus moderno con-
decreto señalaba:
denado por la Santa Sede.
La política religiosa del imperio siguió
las directrices marcadas por Maximiliano.
Artículo 1º El Imperio protege la Religión Católica, Apostólica, Romana, como
Religión del Estado.
El clima de opinión en el gobierno se pulsa
Art. 2º Tendrá amplia y franca tole-
en el enojo de Carlota, según lo describe
rancia en el territorio del Imperio todos los
Patricia Galeana: “La antipatía que siem-
cultos que no se opongan a la moral, a la
pre había sentido Carlota por el clero, día
civilización, o las buenas costumbres. Para
Francisco de Paula y Arrangoiz, México desde…, p. 605. El decreto sobre el pase de bulas y documentos papales, se publicó en el Diario del Imperio, t. I, México, núm. 14, 18 de enero de 1865, p. 53.
40
Cf. Patricia Galeana, Las relaciones…, p. 128.
39
128
el establecimiento de un culto se recabará
el imperio fuesen adecuadas. El mismo
previamente la autorización del Gobierno.
día 26 se publicó en el Diario del Imperio
Art. 3º Conforme lo vayan exigiendo las
otro decreto, éste sobre la revisión de los
circunstancias, se expedirán los Reglamen-
bienes nacionalizados, el cual mandaba
tos de policía para el ejercicio de los cultos.
que: “El Consejo de Estado revisara todas
Art. 4º El Consejo de Estado conocerá
las operaciones de desamortización y na-
de los abusos que las autoridades cometan
cionalización de bienes eclesiásticos, eje-
contra el ejercicio de los cultos, y contra la
cutadas a consecuencia de las leyes de
libertad que las leyes garantizan a sus mi-
25 de junio de 1856 y 12 y 13 de julio de
nistros.
1859 y sus concordantes, y creando una
Este decreto se depositará en los archi-
Administración de bienes nacionales”.42
vos del Imperio, publicándose en el periódi-
La respuesta del alto clero no se hizo
co oficial. Dado en el Palacio de México, a
esperar. Los arzobispos de México, La-
26 de febrero de 1865.41
bastida, y de Michoacán, Munguía, escribieron dos cartas colectivas al emperador
Con este decreto se cumplía el punto
Maximiliano en marzo para protestar por
primero del concordato. En el fondo, el
estos decretos y defender los derechos
gobierno imperial pensaba que, promo-
que tenía la religión católica. A continua-
viendo la tolerancia de cultos, se origi-
ción hablaré de estas cartas, comenzan-
naría la inmigración europea a México.
do por la del 1 de marzo.
Para los obispos esto era imposible de
Es una carta bastante larga, por lo
sostener porque argumentaban que el
cual sólo destaco los párrafos más inte-
país era totalmente católico y que no se
resantes que nos permiten ver la manera
debía permitir otro culto. La inmigración
en que estos dos arzobispos defendieron
podría llegar aun de población católica si
los intereses de la Iglesia ante las dispo-
las condiciones de vida que se dieran en
siciones de Maximiliano. En esta primera
“Decreto sobre la tolerancia de cultos” en Diario del Imperio, t. I, núm. 48, México, 27 de febrero de
1865, pp. 193-194; Francisco de Paula y Arrangoiz, México desde…, pp. 614-615; Alfonso Alcalá y Manuel Olimón, Episcopado y gobierno…, p. 163. Cf. Egon Caesar Conte Corti, Maximiliano y…, p. 326.
42
Francisco de Paula y Arrangoiz, México desde…, p. 615. Cf. Diario del Imperio, t. I, núm. 48, México,
27 de febrero de 1865, pp. 193-194.
41
129
epístola, además de protestar por la de-
que le proporcionaría su existencia, o sin
claración de tolerancia de cultos, también
el sufrimiento de males mayores que los
lo hacen contra lo escrito por Maximiliano
que le traería sobre él la tolerancia”.44
a su ministro Escudero, el 27 de diciem-
De nuevo refieren que la tolerancia
bre de 1864, así como contra el decreto
no debe aplicarse para México porque le
de enero sobre el pase de bulas y demás
traería más males que bienes. Continúan
escritos pontificios. Le señalan al empe-
señalando la importancia que tiene la re-
rador que: “Nunca, pues, más necesario
ligión para las sociedades, las cuales no
que hoy apurar nuestra solicitud y nuestro
podrían subsistir sin ella; por tanto, esta
celo para conjurar este mal con los recur-
medida puede ser considerada atentato-
sos que nos ministra la razón, la justicia y
ria para la sociedad mexicana, así como
la libertad legal, apelando al mismo Sobe-
contraria a la verdad, “perseguidora de la
rano que ha dado la ley para que, mejor
justicia y opuesta diametralmente a los
informado, se sirva derogarla”.
principios de la convivencia pública”.45
43
Con esto le decían al monarca de for-
Más adelante, al seguir descalificando la
ma velada que no conocía la realidad de
tolerancia de cultos, los prelados señalan
México, en donde la única religión, según
un punto importante al decir:
los prelados, era la católica, por lo que
cualquier otro culto era contrario a la idio-
Porque, en primer lugar: ataca los dere-
sincrasia del mexicano. Líneas más ade-
chos de la Religión católica. Cuando ésta
lante le dicen con respecto a la tolerancia
domina exclusivamente en el Estado, to-
de cultos que es: “[E]l sufrimiento de un
dos los individuos que le componen están
mal necesario; luego no debe admitirse
sujetos a dos potestades que, si bien son
cuando este mal puede evitarse, es decir:
diferentes entre si, no por esto dejan de
cuando un pueblo puede librarse de él sin
estar unidas y concertadas recíprocamen-
el sacrificio de bienes mayores que los
te por derecho. Este concierto de la au-
43
“Exposición de los Ilustrísimos Señores Arzobispos de México y Michoacán a Su Majestad el Emperador pidiendo la derogación de la ley de 26 de febrero de 1865 sobre tolerancia religiosa, precedida
del texto de la ley”, México, 1 de marzo de 1865, en Alfonso Alcalá y Manuel Olimón, Episcopado y
gobierno…, p. 166.
44
Ibid., p. 168.
45
Ibid., p. 170.
130
toridad espiritual y la autoridad temporal
es, que los intereses temporales están su-
no es el resultado de un pacto libre que
bordinados a los intereses eternos, los del
verifican ambas, sino la subordinación in-
cuerpo a los del espíritu, los humanos a los
dispensable de la constitución de la socie-
divinos; que nunca pueden estar opuestos
dad a las leyes eternas e imprescriptibles
estos dos intereses, y que todos los medios
de la naturaleza.46
empleados, así para los unos como para los
otros, lejos de pugnar alguna vez, deben
Este párrafo es muy interesante debido a
conspirar constantemente al mismo fin: el
que no sólo cuestionan la tolerancia de
tercero, por último, es, que la salvación debe
cultos, sino que dejan ver el tipo de socie-
ocupar el primer lugar entre los más caros
dad que buscaban. Labastida y Munguía
intereses del hombre, y que por tanto, a ella
son muy claros al señalar que las socie-
debe sacrificarse inflexiblemente cuanto
dades deben estar sujetas a las leyes
pueda menoscabar o destruir la esperanza
eternas, es decir, a las dictadas por Dios
de obtenerla [la salvación].47
y sólo después ocuparse de defender los
intereses de la misma sociedad. Se deja
Éstos serían los párrafos más significa-
ver aquí cómo los dos poderes, el tempo-
tivos, desde mi punto de vista, de esta
ral y el eterno, deben caminar juntos, con
carta enviada al emperador Maximiliano
el temporal sujeto al poder eterno. Más
por los arzobispos Labastida y Munguía.
adelante, los obispos exponen los princi-
Más adelante, retoman el tema de la to-
pios sociales profesados por la Iglesia y
lerancia de cultos y la migración diciendo
los cuales deben servir de sustento a las
que no se debería de sacrificar la religión
sociedades. Señalan:
con el fin de lograr un incremento en la
población, esto resultaría más perjudicial
El primer principio social que profesa la Igle-
que benéfico.48 Esta carta es notablemen-
sia y cuantos en su seno vivimos, es que
te redundante en las ideas expuestas. La
fuera de ella no hay salvación: el segundo
principal, como vimos, fue la oposición a
Ibid., p. 171.
Ibid., p. 174.
48
Cf. ibid., p. 193.
46
47
131
la tolerancia de cultos, con lo cual se daba
Santa, tememos por V. M. y tememos por
cumplimiento al primer punto del concor-
nuestros hijos y maridos.
dato, como ya habíamos señalado.
Los disidentes aborrecen y persiguen la
Es relevante en este contexto presen-
Yglesia en todo tiempo, y sin cesar pertur-
tar dos documentos encontrados en el
ban la paz, origen de todos los bienes socia-
AGN,
uno lo dirige al emperador un grupo
les. Por eso en nuestra cualidad de católicas
de mujeres de la ciudad de México para
defendemos la fe, y con la fe la libertad de la
manifestarle su desacuerdo con la políti-
Yglesia y la paz pública.
ca que éste ha seguido en relación con la
Amamos á V.M. á quien aceptamos con
Iglesia y en particular contra la tolerancia
entuciasmo delirante porque sabiamos que
de cultos. El otro es de la comunidad de
era un principe tan católico como piadoso,
Monte Bajo, también contra la tolerancia
digno descendiente del gran Carlos V.; y te-
de cultos. Son textos importantes por su
memos por la augusta persona de V.M. por-
contenido argumentativo. Se ve que la
que tenemos el convencimiento de que ese
sociedad estaba preparada o tenía con-
fatal decreto, á cuya sancion le orillan sus
ciencia de los problemas que se daban
entrañables enemigos, le enajenará para
entre la Iglesia y el emperador. Presento
siempre todos los corazones verdaderamen-
el primero:
te mexicanos, que no quieren otra fe que la
de la Yglesia Romana.
Señor: Las que suscribimos subditas
Tememos, en fin, como madres y es-
de V.M. y católicas ante todo, respetuo-
posas, porque el error legalizado, puede
samente esponemos: que ha llegado á
corromper los corazones y la inteligencia de
nuestros oidos el rumor de que se preten-
nuestros hijos y maridos, y perturbar para
de arrancar del ánimo piadoso de V.M. el
siempre la paz de la familia, con riesgo de
funesto decreto de Tolerancia de Cultos, ó
perdicion eterna de las almas.
mejor dicho de sectas publicas, enemigas
declaradas de la fe y de la Yglesia.
132
Por lo expuesto, y mucho mas que omitimos en obsequio de la brevedad, á V.M.
Llamadas justamente, como católicas,
rogamos, que teniendo presente que Dios
como amantes del Ymperio y como esposas
lo trajo á México para que salvase su Yn-
y madres de familia, tememos por la Yglesia
dependencia y su Santísima Religión, no
escuche consejos de hombres inmorales,
Guadalupe Nieto de las Hoz
y no permita que en México haya mas cul-
Juana de la Hoz”50
to que el católico, apostólico, Romano. Así
[Seguida de muchas firmas más].
Dios le lebrará [sic] de todos sus enemigos,
afirmará su trono y dinastía y le colmara de
En el otro texto le dicen a Maximiliano:
bendiciones.49
Señor
Líneas más adelante abordan otro asun-
Los que suscribimos, autoridades y veci-
to, referente a la situación en que viven
nos de la Municipalidad de Monte Bajo;
los miembros del clero y las religiosas
ante V.M.Y. como sus mas fieles basayos
bajo estas circunstancias:
parecemos y decimos: que animados por
la abnegación de V. M. y de nuestra ma-
Ahora, por incidencia añadiremos: que de
dre, su augusta esposa; así como por los
la piedad y manificencia de su corazon
esfuerzos que lo animan para reparar, con
real, esperamos tambien que dé una mi-
bienes inmenzos, los males que nos ser-
rada compasiva á los Ministros del Señor,
can; arrojados a vuestros piez imploramos
hundidos en una dolorosa miseria, y á las
de V. M: se digne benignamente amparar
vírgenes consagradas al mismo Señor
y proteger nuestra Santa Religión, Católi-
nuestro Dios, que se consumen de ham-
ca, Apostólica, Romana, sin tolerancia de
bre y de dolor, y que para haber sido des-
otra alguna: pues ella es nuestro consuelo
pojadas de sus bienes legítimos y de sus
como la unica verdadera: nos la legaron
claustros, y ser objeto de la persecución
nuestros padres para que pase á nuestros
de los libertinos é impios, no han tenido
hijos. Por ella la inmenza mayoria de los
otro crimen que su virtud. Por tanto A V.M.
mexicanos ha sufrido sus angustias y el
suplicamos acceda á nuestra petición.
Dios eterno, por su gran clemencia, apre-
Señor, por comision de muchas señoras:
surado los dias de su misericordia, nos
Lorenza Cervantes de Paredes
envío á V.V. M.M. Y.Y. como prenda de
AGN, fondo Segundo Imperio, vol. 41, exp. 45, s/f, ff. 10-12. Francisco de Paula hace una breve referencia a este texto: Francisco de Paula y Arrangoiz, México desde…, p. 615.
50
AGN, fondo Segundo Imperio, vol. 41, exp. 45, s.f., f. 12.
49
133
visión histórica de las disposiciones que
nuestra felicidad.
Ympuesto que su fe es el Norte que
había tenido la Iglesia a lo largo de la his-
conduce á nuestro Augusto Soberano; y que
toria de México, para justificar su derecho
la religión del Crucificado es el laso que une
a poseer bienes.53 Al ser muy extensa
á sus pueblos, demostrandole la justicia y la
la carta, nuevamente destacaré sólo al-
verdad, respectuosamente suplicamos á S.
gunos puntos que me parecen los más
M. Y. se digne acoger nuestra humilde supli-
importantes. En principio, los prelados
ca puesta al abrigo de su paternal y compa-
reprochan al emperador señalando que
sivo amor así á nosotros.
todas “las esperanzas han desaparecido”
El comisario
El comisario suplente
porque la reparación de los bienes ecle-
J. Ant. Jácome
Vicente Romero
siásticos no se ha hecho como la Iglesia
51
esperaba. Critican las leyes dictadas soComo era de esperarse, estos documen-
bre esta cuestión en tiempos de la repú-
tos no alteraron en nada las decisiones ya
blica, y agregan:
tomadas por Maximiliano, quien continuó
con la misma política eclesiástica.
En vista de esto, Señor, no podemos
El 12 de marzo de 1865, los arzobis-
menos que clamar a Vuestra Majestad a
pos Labastida y Munguía le escriben de
favor de esta Iglesia, que sobre despoja-
nuevo al emperador Maximiliano; en esta
da, arruinada y abandonada, recibe nue-
ocasión, la protesta es por el dictamen
vos golpes cuando esperaba un alivio, y
sobre los bienes del clero, el cual también
ve que este nuevo orden de cosas, cuya
fue publicado el 26 de febrero en el Diario
sola expectativa había bastado para dar
del Imperio, como lo habíamos indicado.
52
algunas treguas a sus pesares, radica de-
Esta carta, bastante larga, hace una re-
finitivamente el mal, y aumenta y estrecha
AGN, fondo Segundo Imperio, vol. 41, exp. 45, s/f., ff. 1-3. Se respetó la ortografía original.
Cf. Diario del Imperio, t. I, núm. 48, México, 27 de febrero de 1865, pp. 193-194.
53
“Representación que los Ilustrísimos señores Arzobispos de México y Michoacán dirigieron a su Majestad el Emperador, pidiendo la derogación de las Leyes de 25 de Junio de 1856, 12 y 13de Julio de 1859 y
disposiciones concordantes, a que se refiere el Decreto de 26 de febrero de 1865, sobre revisión de todas
las operaciones de desamortización y nacionalización de bienes eclesiásticos, ejecutados a consecuencia de dichas leyes”, en Alfonso Alcalá y Manuel Olimón, Episcopado y gobierno…, 1989, pp. 211-256.
51
52
134
sus cadenas, y roba a sus ojos hasta los
cana, desde el principio, del ejercicio libre
últimos resquicios de luz que pudiese ali-
de sus dominio, y aun de los títulos funda-
mentar sus esperanzas.
mentales de su derecho de propiedad”.56
54
Lo que sigue de la carta es la justificaEnseguida le hacen las peticiones per-
ción de este derecho a poseer que, según
tinentes para resolver el problema de la
los arzobispos, la Iglesia debía tener y
revisión de los bienes del clero y le piden
conservar en la difícil situación del impe-
a Maximiliano:
rio. Es interesante ver cómo los arzobispos Labastida y Munguía defendían este
[P]rimero, que se digne derogar las leyes
derecho alegando que los bienes que
que deben servir de base a la revisión
poseía la Iglesia le habían sido donados
decretada […]; segundo, que en conse-
por los mismos propietarios como agra-
cuencia del recobro que hace la Iglesia de
decimiento o pago de algún beneficio reli-
su derecho de adquirir y conservar lo no
gioso, bien fuesen misas, rosarios o algún
enajenado, en suma, de su derecho pleno
otro servicio al momento de su muerte o
de propiedad, vuelvan a su poder todas
en situación igualmente delicada. Seña-
las fincas o valores que por efecto de la
laban que no había existido ley alguna
revisión decretada resulten disponibles;
al respecto hasta la de 1856, misma que
tercero, que se arregle con la Silla apos-
no se justificaba. De modo sutil le decían
tólica la compensación más equitativa que
al gobierno que no debería meterse con
sea posible, por las pérdidas sufridas en
los bienes del clero por provenir éstos de
consecuencia de las operaciones que fue-
un intercambio entre particulares y, por
ren ratificadas.
tanto, los bienes que ya habían sido na-
55
cionalizados deberían ser devueltos a la
Y agregan líneas más adelante que van a
institución religiosa.
desarrollar las razones y argumentos con-
Sin embargo, otras medidas fueron
tra las leyes que “privaron a la Iglesia mexi-
dictadas en los días y meses siguientes.
Ibid., pp. 214-215.
Ibid., p. 216.
56
Ibid., p. 217.
54
55
135
Por ejemplo, el mismo 12 de marzo se
destacar el artículo 58, el cual hablaba de
dio a conocer la circular donde se secu-
la “igualdad ante la ley, la seguridad per-
larizaban los cementerios. En concor-
sonal, el ejercicio libre de cultos”.59 Esta
dancia con esta medida, se publicó el 16
disposición fue criticada por los miembros
de marzo en el Diario del Imperio que se
del alto clero, debido a que daba todavía
permitiría la entrada en los cementerios a
mayor sustento a la libertad de cultos pro-
todos los ministros de cultos autorizados,
movida por el concordato de diciembre
es decir, los que la libertad de cultos au-
del año anterior.
torizaba. Otra disposición publicada por
Desde mi punto de vista, estas me-
Maximiliano que afectaba los intereses de
didas adoptadas por el régimen de Maxi-
la Iglesia se dio el 10 de abril de ese mis-
miliano son las que más afectaron a la
mo año, celebrando el primer aniversario
Iglesia como institución y por las cuales
de la aceptación del trono por parte de
el Estado pretendía ejercer un mayor con-
Maximiliano. Ese día se divulgó el Estatu-
trol sobre la Iglesia. A lo largo de 1865
to Provisional del Imperio que contenía
se dictaron otras disposiciones relativas a
las normas que regirían la vida pública
la relación de la Iglesia con el Estado, de
del Imperio Mexicano mientras se lograba
impacto relativamente menor, pero que
la paz, tras lo cual se elaboraría su pro-
hicieron que la relación entre el clero y
pia Constitución. El Estatuto Provisional
el emperador Maximiliano se deteriorara
es básico porque en él se declaran las
aún más. Galeana señala que “[l]os em-
garantías individuales, como lo había he-
peradores se encontraban tan tensos y
cho la Constitución de 1857. Nos interesa
no había nada que les desagradara más
57
58
Cf. Diario del Imperio, t. I, núm. 68, México, 16 de marzo de 1865, p. 249.
Diario del Imperio, t. I, núm. 83, México, 10 de abril de 1865, pp. 333-335. Véase Patricia Galeana, Las
relaciones…, pp. 143-144; Konrad Ratz, Maximiliano de Habsburgo, México, Planeta DeAgostini, 2003, p.
118. Para tener una visión más amplia sobre el Estatuto Provisional del Imperio, se recomiendan los textos de Patricia Galeana y Jaime del Arenal Fenochio, “Estatuto Provisional del Imperio Mexicano, 1865”,
Marco Histórico y Marco Jurídico, en Patricia Galeana (comp.), México y sus constituciones, México,
FCE-AGN, 1998, pp. 284-313, y Antonio Martínez Báez, La política de Maximiliano a través de sus leyes y
decretos, México, sobretiro de la Asociación Mexicana de Historiadores-Instituto Francés de América Latina, 1965, pp. 111-128; en El Colegio de México, Archivo Histórico, Archivo Incorporado Antonio Martínez
Báez, sección: obras (1932-1998), serie: publicaciones (1952-1995), caja: 55, carpeta: 5.
59
Patricia Galeana, México y sus…, p. 294.
57
58
136
que encontrarse con el clero. Maximiliano
lado, no se había logrado pacificar al
en particular, eludía cualquier encuentro
país y por consiguiente la derrota de las
con el arzobispo Labastida”. Así, mien-
tropas juaristas se veía lejana. La situa-
tras la situación del imperio se iba com-
ción imperante en Europa había forzado
plicando cada vez más, las medidas que
a Napoleón III a retirar paulatinamente y
el gobierno había adoptado respecto a la
antes de tiempo a las tropas francesas
Iglesia le provocaron tal distanciamiento
de México. Por los problemas entre los
que “no se debía esperar ninguna ayuda
militares europeos y los conservadores
ni apoyo de parte del clero”. Pese a ello,
mexicanos, tampoco se había consoli-
el emperador conservaba una última es-
dado el ejército imperial. Por su parte
peranza: lograr un acuerdo con la Santa
el clero, al ver la política seguida por el
Sede, es decir, la firma de un concordato
monarca, fue retirándole su apoyo. El
que le permitiera asegurar el apoyo de la
emperador comenzaba a quedarse solo.
Iglesia al imperio. Era la última carta que
Ante este panorama y con el fracaso de
le quedaba porque Napoleón III ya le ha-
las negociaciones con el enviado papal,
bía comentado la posibilidad de retirar las
Maximiliano decidió tomar otras medidas
tropas francesas de México con motivo
que le permitieran lograr un acuerdo con
de la situación que enfrentaba en Europa.
la Santa Sede y conseguir la aprobación
El horizonte no era nada halagador para
de un concordato. Nombró el archiduque
Maximiliano y fue en esta encrucijada que
una comisión que iría a Roma a negociar
inició un último esfuerzo para congratular-
directamente con el papa. Ésta estuvo
se con la Iglesia católica y su jerarquía.
integrada por tres personajes de ideolo-
60
61
gía bastante diferente. La formaron don
CONSIDERACIONES FINALES
Joaquín Velázquez de León, connotado
conservador; el franciscano fray Francis-
El año de 1866 no resultó fácil para las
co Ramírez (obispo titular de Caradro y
aspiraciones de Maximiliano. Por un
vicario apostólico de Tamaulipas, entre
Patricia Galeana, Las relaciones…, p. 169.
Egon Caesar Conte Corti, Maximiliano y…, p. 308.
62
Cf. Patricia Galeana, Las relaciones…, pp. 139-140; Luis Medina Ascencio, S.J., México y el…, p. 252.
60
61
137
otros cargos) y el licenciado don Joa-
triz perdió la razón y el imperio. El archi-
quín Degollado (hijo del liberal Santos
duque pensó en abdicar, pero el Consejo
Degollado). Con esta formación, Maximi-
de Ministros lo convenció de no hacerlo
liano quizá buscaba unificar a los grupos
y de preparar la lucha contra las tropas
liberal y conservador, debido a que tomó
juaristas con lo poco que le quedaba de
un representante de cada grupo para la
fuerzas tanto europeas como mexicanas.
importante misión. A la par de la llegada
El final del Segundo Imperio Mexicano
de la comisión a Roma, arribaron también
era ya un hecho para principios de 1867.
las noticias de las acciones emprendidas
Así lo mostraban varios factores. La gue-
por Maximiliano, lo cual dificultó el resul-
rra de secesión en los Estados Unidos
tado positivo de la empresa.
llegaba a su fin y la presión por parte de
62
Frente a este panorama, el archidu-
esta nación sobre Napoleón III se incre-
que comenzó a ceder frente al clero para
mentaba. Los grupos de soldados que
lograr recuperar su apoyo, La jerarquía
se habían mantenido fieles al presidente
católica vio la posibilidad de lograr la res-
Juárez ganaban cada día más terreno.
tauración de sus bienes, así como la su-
El ejército imperial, a causa de las envi-
premacía de la Iglesia frente al Estado. El
dias y resentimientos entre los generales
Vaticano había ordenado que se formara
mexicanos, no había logrado formarse de
una comisión de obispos mexicanos para
manera que pudiera enfrentar con éxito a
que revisaran el proyecto de concordato,
los republicanos. Los conflictos al interior
lo cual representaba un duro golpe a la
del imperio no se resolvían. A pesar de
La fuerza del
que Maximiliano colocó a prominentes
emperador se iba debilitando a lo largo
conservadores en el Ministerio, no se re-
del año. En octubre recibió las noticias
cuperó el apoyo de este sector. Además
de la enfermedad de Carlota, la cual salió
de que el problema de la Iglesia no se
de México, meses atrás, para buscar el
había solucionado, el proyecto de concor-
apoyo de Napoleón III y del papa Pío IX;
dato propuesto por la comisión diocesana
ante el fracaso de su misión, la empera-
no se logró firmar. El mismo proyecto, en
política de Maximiliano.
63
63
Cf. Patricia Galeana, Las relaciones…, pp. 169-170.
138
realidad, representaba una derrota para
lidad del México moderno. Tras la derrota
el emperador. Todo apuntaba a que Maxi-
del Imperio y la restauración de la Repú-
miliano sería derrotado tarde o temprano;
blica, el Estado logró imponerse al clero
sólo era cuestión de tiempo. El imperio
al consolidar la separación entre ambos.
parecía destinado al fracaso, sobre todo
Sin embargo, los conflictos entre las dos
por la falta de capacidad de su emperador
instituciones han seguido presentes en el
para imponer su propia visión, problema
desarrollo histórico de México; sólo basta
que se había mostrado desde su arribo.
recordar el problema cristero de la déca-
Esa misma incapacidad le hizo quedarse
da de los años 20 del siglo pasado. Las
solo, sin el apoyo del grupo que lo trajo.
relaciones entre la Iglesia y el Estado en
Éste nunca se convenció de que el pro-
el imperio de Maximiliano son un botón
yecto del emperador crearía una monar-
de muestra de lo importante que es el
quía moderna en donde las propuestas
estudio de éstas en otros momentos de
del partido liberal tenían cabida sin perjui-
la historia de México, y que realizarlo nos
cio del conservadurismo.
permitirá tener una mejor visión de la or-
Como se puede ver, las relaciones
denación del Estado moderno mexicano y
entre la Iglesia y el Estado mexicano han
lo difícil que ha resultado su formación y
sido fundamentales para entender la rea-
consolidación.
Tierras: vol. 1345, exp. 2, f.8.
* Maestro en historia por la Universidad Autónoma Metropolitana-Iztapalapa.
139
CONSECUENCIAS
DEL PENSAMIENTO ILUSTRADO Y ASPIRACIÓN DE
LIBERTAD DE CONCIENCIA.
UN
CASO EN
C A M P E C H E , 179 5
Guillermo Sierra Araujo*
La posibilidad de tener en nuestras ma-
pales en un diálogo entre el pasado y el
nos los legajos que los hombres del pa-
presente.
sado produjeron en las instituciones co-
El documento es muy extenso, en
loniales del siglo XVIII causa cierto deleite,
él, los oficiales de la Inquisición regis-
ya que al tratar de descifrarlos e interpre-
traron los ingterrogatorios practicados a
tarlos advertimos que aquellos remotos
varias personas que fueron testigos de
personajes reviven a partir de nuestra
los acontecimientos ocurridos. Aquí, sólo
percepción histórica. Automáticamente
consideraremos una declaración, la que
renunciamos a comprender el periodo
a mi parecer, contiene más elementos a
colonial como una gran totalidad de acon-
examinar.
tecimientos homogéneos, al contrario,
El contexto histórico mundial fue de
reparamos que aquellos seres humanos
gran importancia para el desarrollo políti-
–los de carne y hueso– sí existieron y no
co y social de la entonces Nueva España.
fueron la tradicional masa aglutinante a la
Los hechos influyeron en el espacio co-
que hoy en día estamos habituados, sino
lonial y fueron captados por la sociedad
personas reales con vidas históricas tan-
novohispana, principalmente la letrada, la
gibles.
primera en comprender y difundir aque-
Este texto se desarrolla con esa re-
llas ideas hasta entonces incrédulas,
flexión, y parte de un manuscrito del siglo
religiosamente hablando, y sediciosas,
XVIII.
tomando en cuenta el perfil faccioso de
Su trascendencia histórica radica
en los componentes que por sí solo nos
ofrece y busca plasmar las ideas princi-
140
las confesiones.
Para ello se realizaron algunas hipó-
tesis que nos ofrecerán elementos inte-
de los proto-independistas mexicanos y,
resantes para comprender este proceso.
como veremos, también en los medios
Los acontecimientos clave que predomi-
en donde el ejercicio de la disertación
naron en el sujeto examinado fueron: a)
política no era fundamental, asimismo se
pensamiento ilustrado e ideas de libertad;
contienen ciertos factores que insinúan
b) ideas que estaban contenidas en el
aquella libertad del ser tan deseada.
proceso del pensamiento independien-
A continuación se presenta un pe-
te de los Estados Unidos (1775) y de la
queño segmento del expediente que es
Revolución Francesa (1789), c) las signi-
realizado por la Inquisición de la Villa de
ficativas controversias que el protestan-
Campeche y que fue extraído del Archivo
tismo sostenía frente al catolicismo; y d)
General de la Nación.1
la apertura de una reestructuración de la
institución inquisitorial para establecer los
[...] Contra Don Jose Ma. Calderon
lineamientos necesarios con vistas hacia
Ten[ien]te de milicias diciplinadas de esta
la modernidad, establecido ello a partir de
plaza y residente en aquel pueblo [de Ke-
las Reformas Borbónicas.
kelchekan] [...] Sobre barias proposicio-
Estos y otros más pudieron haber
nes ereticas y escandalosas que con la
sido los factores que tuvieron que ver
mayor libertad a producido en diferentes
para comprender, a partir de este peque-
combersaciones en el refer[id]o pueblo de
ño relato, las maneras políticas, sociales
esta jurisdicz[ió]n [...] 2
y culturales que en 1795 posibilitaron la
vida de los individuos, tanto de las clases
[...] Posteriormente e llegado a entender
dominantes como de las marginadas. Se
que siguiendo el referido Calderon sus
distinguen ciertos efectos perturbadores,
perbersas ideas tubo el arrojo de llegarse
por ello es indispensable atender las se-
a recivir la Sagrada Eucaristia en el referi-
cuelas ilustradas e insurrectas que la Re-
do pueblo sin aver antes espiado sus cul-
volución Francesa causó en las mentes
pas por el sacramento de la peniten[ci]a y
Grupo Documental: Inquisición; volumen 1354, expediente 1, fs. 1-204, Archivo General de la Nación,
México.
2
Ibid., f. 1.
1
AGN,
141
que recombenido por los Sacerdotes de
Romana ley Evangelica que predica y en-
dicho pueblo se esplico en terminos ereti-
seña la S[an]ta M[adr]e Yg[lesi]a C[atóli]ca
cos de la real escritura de Jesus X[cris]to
R[omana] o contra el recto y livre exerci-
en ella y negando la potestad de las llaves
cio del S[an]to Oficio. Dixo: que Don Jose
cuio echo abiendo sido entendido no se
Maria Calderon Teniente de Milicias Dici-
por que conducto por el S[eñ]or Ten[ien]te
plinadas havia dicho que el fornicar no es
de rey de esta plaza le a mandado traer a
pecado, que el infierno no es eterno sino
esta ciudad y le a puesto en arresto [...]
temporal, que la Religion es pura ojaras-
3
ca, y que para irse al cielo no necesita uno
[...] En el pueblo de Kekelchekan a los
de bautismo ni de Religion alguna, que no
diez y seis dias del mes de Mayo de mil
hay ni cree en tal Ynquisicion, que no
setecientos noventa y cinco años, ante el
creia que San Jose siendo tan hermosa
R[everendo] Fr[ay] Fernando Dominguez:
Maria dexase de tener acto [sexual], que
comisario de la presente Ynquisicion pare-
esto [el país] pararia en breve tiempo en
cio siendo llamado Don Clemente Truxillo
Republica, que tomara ser franceses, que
Alferes de milicias diciplinadas vezino de
lo que quiere es la livertad de conciencia,
este dicho pueblo, de quien recivio jura-
y que esta es la verdad por el juramento
mento a las quatro de la tarde, de edad de
que tiene hecho y siendole leido dixo que
treinta y cinco años el que hizo por Dios
estaba bien escrito y que esto no lo hacia
n[uest]ro s[eñ]or y una señal de la cruz de
por odio, prometio secreto y lo firmo de su
decir verdad y guardar secreto de todo lo
nombre [...]4
que fuere preguntado [...] [...] preguntado
3
4
si sabe o presume la causa por que ha
En el fragmento anterior se expone uno
sido llamado, dixo que no sabe ni la pre-
de los tantos casos que atrajo el Santo
sume. Preguntado si sabe o a oido decir
Oficio de la Villa de Campeche, que du-
que alguna persona halla dicho o hecho
rante el siglo XVIII era solamente una pro-
cosa alguna que sea o paresca ser contra
vincia más del actual estado de Yucatán.
n[uest]ra S[an]ta fe Catholica Apostolica
Éste era un modelo de pensamiento
Ibid., fs. 1-1v.
Ibid., f. 7.
142
del siglo
que se expresaba constan-
De igual manera operaba un proble-
temente, pues a partir de este pequeño
ma de catalogación humana acerca de
segmento, la posibilidad de informarnos
los comportamientos, por un lado, los que
e instruirnos es vasta, es decir, si pensa-
se manifestaban como seres de una cul-
mos cuántas preguntas le podemos hacer
tura civilizada, extremadamente selecti-
a la misma fuente nos asombraríamos y
va, con innegable sentido eurocentrista; y
las perspectivas reflexivas darían para
por otro, los que eran considerados como
mucho.
incivilizados, que curiosamente eran los
XVIII
El caso de Don José María Calderón
incultos, los salvajes en su forma de vida
es sometible, sin duda, a las perspectivas
y los que no piensan como “yo”, los otros,
teóricas que se deseen, sin embargo,
los que cuestionaban a las clases aven-
aquí lo veremos desde los aspectos que
tajadas; nos dice Eagleton que la cultura
la historia social nos ofrece.
puede ser una forma crítica del capitalis-
Existe un problema de conductas éti-
mo, pero al mismo tiempo puede juzgar a
cas que una sociedad bien definida expo-
quien lo reprocha. La cultura enfrenta a
nía con el fin de que las ideas presentadas
todo un conjunto de valores de creencias,
fueran respetadas de manera estricta; el
de costumbres y prácticas, que sin duda,
espíritu, la civilización y los elementos
el clero del
intelectuales estaban de por medio, pre-
fin de someter a los avasallados.
XVIII
tuvo a su servicio con el
valecía una cultura popular inherente que
Se advierte en el fragmento el plan-
se había formado y desarrollado a partir
teamiento de la institución eclesiástica (en
de varios componentes ideológicos. Te-
este caso la Inquisición) sobre ciertas ma-
rry Eaglenton nos dice que la cultura “no
niobras que fueron capaces de adoptar,
consiste en una historia unilineal de una
el uso del poder estaba inmerso y aunque
humanidad universal, sino de una diversi-
el acusado, Don José María Calderón no
dad de formas de vida específicas cada
pertenecía a las clases subalternas, fue
una con sus propias y peculiares leyes de
afectado de igual manera. El historiador
evolución”.5
italiano Carlo Ginzburg comenta que den-
5
Eagleton, Terry, La idea de la cultura. Una mirada política sobre los conflictos culturales, Ed. Paidós,
España, 2001, p. 26.
143
tro de los análisis de la historia cultural se
orientara ahí su pensamiento espiritual.
comprenden este tipo de relaciones, que
Se quería moldear a la gente de acuerdo
generalmente se establecen entre las cla-
con las conveniencias y por ello resultaba
ses dominantes y las subalternas, y como
una cultura impuesta, de valores y com-
efecto de ello se produce el despliegue de
portamientos moralmente religiosos.
los fundamentos de la opresión de clase.
El Santo Oficio de la Inquisición,
De esa manera, podemos juzgar al
como aparato regulador de la fe, incurrió
manuscrito con respecto a la exploración
también en las contrariedades que conte-
de lo que la historia cultural nos ofrece,
nía tanto el mito como el rito. De alguna
si ponemos atención a la gran cantidad
manera las prácticas moldeadoras (a ve-
de símbolos que ahí aparecen; alusiones
ces por vía del terror) apuntaban que con
que la misma Iglesia, como institución de
el preservado dogmatismo se reflejaba
poder, instauró para mayor inspección y
una visión occidentalizada del poder en
control de la gente. Las ideas y creencias
una escala de estratificación de clases,
eran llevadas a los extremos, para ello,
creando y aclarando con ello el concepto
las esferas sometidas resultaban un per-
de cultura popular.
fecto vehículo para la transmisión de la
disciplina religiosa.
A pesar de ser éste uno de los cuantiosos expedientes hechos por la Inquisi-
Esta fuente de primera mano señala
ción, sabemos que nos puede aportar va-
lo que se pretendía en la sociedad no-
rios datos acerca de los comportamientos
vohispana. En una comunidad con cierto
establecidos a partir de la fe católica en
tipo de razonamiento relacionado con la
la Nueva España, en este caso en Cam-
fe, la posibilidad de manifestar otro tipo
peche.
de creencias, también cristianas, (como
“[...] sobre barias proposiciones ereti-
el luteranismo) resultaba nula. Por ello, el
cas y escandalosas [...]”.6 Hoy en día sa-
llamado de atención hacia la colectividad
bemos que se dictó un número conside-
humana era manifiesto, el catolicismo en
rable de registros como este, no iguales
este caso era lo único aplicable, practica-
pero sí parecidos, de esa manera pode-
ble y creíble, con el fin de que la plebe
mos advertir que en este caso, el actor
6
Véase nota 2.
144
principal fue sometido para jugarse la
a lo políticamente establecido en el siglo
vida en un problema de creencias, ya que
XVIII.
en la regulación de conductas en el siglo
alguno, pues las formas espirituales co-
XVIII,
de ninguna manera se aceptaba la
lectivas ya habían sido rebasadas y era
crítica y las ideologías que deformaran
necesario establecer orden por otro me-
los preceptos establecidos, como resultó
dio: el luteranismo, el cual, al parecer le
con la herejía manifestada por Don José
ofreció, por un lado, esa tranquilidad indi-
María Calderón, al cual la duda espiritual
vidual anímica y, por otro, fue la causa por
podía haberle causado hasta la muerte.
la que fue sometido ante tal aparato de
7
Él no experimentó arrepentimiento
“[...] que no creía que San Jose sien-
intimidación, “las víctimas de la exclusión
do tan hermosa Maria dexase de tener
social se convierten en depositarias del
acto [...]”.8 No era posible hacer tales afir-
único discurso radicalmente alternativo a
maciones acerca de la religión y de tan
las mentiras de la sociedad establecida”.9
notables y celestiales personajes como
J. M. Calderón fue un relegado social que
José y María, aparentes progenitores de
no se ajustó a dichos criterios religiosos,
Jesucristo, sin embargo, debemos tener
por ello fue víctima de represión: esto era
muy en consideración que ya para 1795
lo que la Inquisición sabía hacer mejor, ya
algunos componentes del pensamiento
sea psicológica o físicamente.
ilustrado habían hecho revuelo en el mun-
Con base en ello, es interesante
do occidental, al igual que las tendencias
cuestionarnos acerca de la relevancia
del protestantismo que eran objeto de las
del pensamiento de J. M. Calderón en el
influencias que se desperdigaron por la
Campeche de 1795. Sin duda, este caso
Nueva España.
no causó gran notoriedad, pero como
Hay que reflexionar acerca de la im-
ya indicamos, es uno de tantos sucesos
portante crítica que hace J. M. Calderón
que tenían la difícil tarea de exteriorizar
7
En la foja núm. 202 se da una notificación sobre la muerte de J. M. Calderón, ocurrida en el Hospital de
San Hipólito en 1799, a causa de un “delirio formal”, dándole tiempo, sin embargo, de confesar sus penas
y recibir los santos sacramentos como “buen cristiano” y como él mismo lo pidió.
8
Véase nota 4.
9
Ginzburg, Carlo. El queso y los gusanos. El cosmos según un molinero del siglo XV, Ed. Océano,
México, 1997, p. 22.
145
el programa protestante. La explicación
una persona desarticulada de la fe; un
de ese fenómeno no parte de un sólo he-
individuo de tantos que estorbaba y que
cho, expuesto en este caso a través de
contaminaba el desarrollo de la religión
la persona de J. M. Calderón, incapaz de
en la Nueva España.
provocar una mentalidad colectiva. Por lo
Los cambios en los idearios políticos
tanto, es necesario percibir la fuerza de
ya se estaban provocando y con ello los
las influencias ideológicas frente al cato-
sujetos inquisitoriales, al servicio de un
licismo, en una modalidad de elaboración
industrialismo en vías de desarrollo, apa-
de coordenadas mentales que resultaron
recían dispuestos a presionar para lograr
sumamente peligrosas para tal desarrollo
un control más efectivo de la sociedad. La
filosófico-dogmático, y dentro de la idio-
represión y las formas de sometimiento
sincrasia de la cultura popular mexicana
atraían consigo una complicada composi-
del XVIII esto podría resultar altamente re-
ción de corrientes dogmáticas por un lado,
presentativo.
y por otro, la elaboración de una sociedad
En el texto podemos advertir que la
premoderna con sus respectivas transfor-
movilidad de estratos sociales es nula.
maciones sufridas posteriormente a partir
Los dirigentes del clero seguían siendo
de una incipiente revolución industrial.
poderosos, eran los que controlaban los
En América los resultados de ello se
asuntos legales, los educativos y la regu-
originaron más tardíamente, sin embargo,
lación del comportamiento durante la Co-
las influencias de pensamientos causaron
lonia, aún con las Reformas Borbónicas
una combinación entre las transformacio-
en plena práctica. La gente común y co-
nes tecnológicas y las ideas de libertad,
rriente, las clases subalternas, las castas,
que se fueron diseminando con la idea de
las que estaban inmersas en el desarrollo
romper la concepción moderna de clase.
de la cultura popular, tampoco salían de
El caso expuesto en el documento
su marginalidad, pues el sometimiento
está colmado de estos elementos, pues
era abierto, aunque la idea de exteriorizar
la época los exigía, y es necesario poner
la resistencia ya comenzaba a percibirse,
atención a los símbolos que ahí apare-
como lo hizo en su momento J. M. Calde-
cen, por ejemplo: “…que esto pararia en
rón, que sin embargo, era juzgado como
breve tiempo en republica, que tomara
146
ser franceses, que lo que quiere es la li-
de sociedad que se pretendía para domi-
vertad de conciencia [...]” . Un conjunto
nar a las personas comunes y corrientes
de frases sugerentes que contienen toda
con un fundamento religioso. La Iglesia
una carga de revelación y rebelión de una
era violenta y, sin duda, aún era partíci-
sociedad apenas con una precaria noción
pe de las ideas latifundistas para oprimir
de la idea independentista de nación, re-
todavía más a la sociedad. De esa mane-
cordemos que deberían pasar todavía 15
ra se pone en tela de juicio la necesidad
años para el inicio de las acciones nacio-
que las personas tenían de manifestarse.
nalistas libertarias en México. Pero, sin
La violación de las garantías humanas
duda, aquella idea rondaba en la América
individuales era evidente, además de la
colonial, y J. M. Calderón, como un militar
idea de apaciguarse ante el poder, y si
insatisfecho de los sectores informados y
por algún caso aparecían perturbaciones
letrados de la sociedad, exponía de esa
contrarias, había que retenerlas. J. M.
manera los empleos políticos de la coro-
Calderón estaba convencido de las pro-
na española.
posiciones hechas ante el Santo Oficio,
10
Concebir este caso dentro de la histo-
según el testigo Don Clemente Trujillo,
ria social se comprende como una cons-
pues él, a pesar de ser un Teniente de
trucción de la noción del espíritu que tiene
Milicias Disciplinadas, estaba siendo so-
sus implicaciones en la idea de incorporar
juzgado por sus ideas heréticas, que en
el concepto de entendimiento, para de
una sociedad colonial de ninguna manera
esa manera poder profundizar sobre to-
correspondían.
dos los ingredientes que ahí aparecen, ya
“[...] que esto pararia en breve tiempo
que son propicios a la explicación. Por lo
en republica, que tomara ser franceses,
tanto, J. M. Calderón, como sujeto histó-
que lo que quiere es la livertad de con-
rico, debe ser sometido a tal explicación
ciencia [...]”11 Existe una confianza en las
histórica, ser comprendido bajo los pre-
afirmaciones hechas por el acusado, pues
ceptos de su ser social.
si los franceses llegaran al poder, como él
En el relato se explica cuál es la idea
10
11
supone, arrebatando estas tierras a Es-
Véase nota 4.
Idem.
147
paña, la independencia, además de terri-
flejan con sus respectivos intereses. El
torial tendría todas las formas de libertad,
legajo se percibe desde varias perspec-
como resultado de su previa revolución.
tivas: económicas, sociales, políticas y
La figura de la república era la finalidad
culturales. Esta historia de sociedad por
a la que aspiraban muchos, con la noción
medio de un individuo evoca la cara hu-
de romper con las monarquías impues-
mana del pasado, la tendencia de ser una
tas. Con ello se estipulaban todos los de-
historia más analítica que narrativa y más
rechos de los hombres que los pensado-
temática que cronológica.12
res de la Revolución Francesa trazaron y
Este texto puede ser tomado como una
que dieron la vuelta al mundo occidental,
historia desde abajo, una historia de lo po-
como lo presenta el testimonio expuesto,
pular. Se nota la idea de sociedad que se
ya que J. M. Calderón, español, al per-
quería, tanto del lado de los dominantes,
tenecer a una clase militar, de ninguna
como de los dominados; y el personaje
manera pasaba inadvertido, sus posturas
que dio el testimonio fue igualmente so-
frente a la Iglesia eran manifiestas. Ello
metido como el acusado de herejía.
nos habla sobre varios factores que tie-
Se distinguen, sin que se exhiban en
nen que ver con el estudio de la historia
el manuscrito, las formas populares de la
social. J. M. Calderón no pertenecía a las
idiosincrasia ordinaria devota, es decir,
clases oprimidas, estaba siendo oprimido
todas aquellas frases con motivos y exal-
él mismo por un fuerte aparato modera-
tación religiosos como: “el fornicar no es
dor a favor de la cerrazón de ideas.
pecado, que el infierno no es eterno sino
Se puede advertir que en este caso
temporal, que la Religion es pura ojaras-
aparecen algunos elementos que recono-
ca, y que para irse al cielo no necesita uno
cen varios caminos para la investigación,
de bautismo ni de Religion alguna, que no
sin perder de vista que las dimensiones
hay ni cree en tal Ynquisicion, que no creía
ofrecidas varían de acuerdo con las dis-
que San Jose siendo tan hermosa Maria
tintas necesidades de estudio, es decir,
dexase de tener acto”,13 lo cual nos habla
en este mismo relato las visiones se re-
de una colectividad con reglas permitidas
12
13
Casanova, Julian. La historia social y los historiadores, Ed. Crítica, Barcelona, 1997, p. 39.
Véase nota 4.
148
y no permitidas; de una vida cotidiana que
Conseguimos dar cuenta de que, sin
se ha fundado con el eje medular de la
analizar gran cantidad de fuentes y ex-
fe, mismo que debía ser respetado, de lo
pedientes, la posibilidad de fundamentar
contrario la fuerza bruta de la represión
la vida cotidiana colonial no es lo más
caería sobre quien se atreviera a desafiar
sencillo. La crítica de fuentes está de por
las normas instituidas.
medio, y el análisis detallado de los docu-
Concluyendo. A partir de la descrip-
mentos testimoniales no debe pasar inad-
ción y de estructurar esta historia podre-
vertido para detallar los elementos que la
mos señalar que el poder de los fenó-
historia social nos ofrece, esta historia es
menos colectivos se puede extraer no
parte de la historia de las relaciones so-
rompiendo, pero si desestructurando la
ciales; de la vida cotidiana de las clases
fuerza individual que el personaje princi-
y grupos sociales contemplados en este
pal presenta.
extracto.
BIBLIOGRAFÍA
Casanova, Julián, La historia social y los historiadores, Ed. Crítica, Barcelona, España,
1997.
Ginzburg, Carlo, El queso y los gusanos. El cosmos según un molinero del siglo XV, Ed.
Océano, México, 1997.
Eagleton, Terry, La idea de la cultura. Una mirada política sobre los conflictos culturales, Ed. Paidós, España, 2001.
FUENTE DOCUMENTAL
Grupo Documental: Inquisición; volumen 1354, expediente 1. Archivo General de la
Nación, AGN, México.
*Estudió en la ENAH y trabaja en el AGN.
149
H
acia el Bicentenario
Excomunión de Miguel Hidalgo y Costilla, 1810
Manuel Abad y Queipo, obispo electo de la diócesis de Valladolid, Michoacán, solició
publicar el edicto de excomunión de Miguel Hidalgo y Costilla.
Presentamos el ejemplar del periódico que contiene el documento emitido por Abad y
Queipo donde se declara que Hidalgo, Allende, Aldama y Abasolo eran perturbadores
del orden público, seductores del pueblo, sacrílegos y perjuros, que incurrieron en la
excomunión mayor del canon siquis saudante diabolo, por haber atentado contra la persona y libertad del sacristán de Dolores, del cura de Chumacuero y de otros religiosos
del convento del Carmen, en Celaya.
El edicto fue firmado en Valladolid, el 24 de septiembre de 1810. Abad y Queipo lo
mandó publicar en la iglesia catedral de Valladolid, así como en todas las parroquias
del arzobispado.
Gazeta extraordinaria del Gobierno de México, núm. 112, 28 de septiembre de 1810, pp. 807-813.
151
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154
155
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157
158
Levantamiento de la excomunión al cura Hidalgo y sus seqüaces, 1810
El 29 de diciembre de 1910, el licenciado Mariano Escandón –conde de Sierra Gorda y
gobernador del obispado de Valladolid, hoy Morelia– expidió un documento para levantar la excomunión dictada en contra del cura Miguel Hidalgo y “sus seqüaces”, impuesta
por el abad Manuel Abad y Queipo.
El conde de Sierra Gorda tomó en cuenta que la censura eclesiástica hecha a los insurgentes “causó gran novedad en los conventos de religiosas” y conmoción en la “gente
baxa”, la cual consideró que la exomunión era ineficaz por haber sido “fulminada por un
europeo, y que aún no estaba consagrado”.
Por temor a que creciera el descontento y se derramara más sangre en un “pueblo
dividido ya en partidos” si no se levantaba la excomunión, Escandón se hizo cargo del
asunto y, tras consultar a teólogos y juristas, ordenó que “se fixen rotulones, levantando
la excomunión, con lo que en efecto se sosegó la inquietud del pueblo rudo y no se
despreció escandalosamente la censura”.
Impresos oficiales, vol. 31, exp. 30, f. 210.
159
160
H
acia el Centenario
PRESENTACIÓN
El Archivo General de la Nación desea contribuir a un mayor y mejor entendimiento de
la Revolución mexicana y aquí presenta una selección de documentos para invitar a estudiar tan importante acervo. Este período de nuestro pasado común está amenazado
con la fatiga de las interpretaciones amparadas en su celebración. Fluyen demasiadas
opiniones no fundamentadas en la evidencia empírica, excesos verbales sin el respaldo
de las fuentes primarias.
Ricardo y Enrique Flores Magón, noviembre de 1906
El 26 de noviembre de 1906, la Secretaría de Estado y Despacho de Relaciones Exteriores formó un expediente con el número 3107 en el que se incluyeron los retratos de
los hermanos Ricardo y Enrique Flores Magón, que fueron remitidos al cónsul general
de México en Montreal, Canadá, para la identificación de los mismos. Contiene fotografías de los Flores Magón, tomadas al ser detenidos.
Gobernación, “Revoltosos magonistas”, caja 4, exp. 5.
162
163
Expediente de los hermanos Flores Magón, 1905-1909
En febrero de 1905, los hermanos Ricardo y Enrique Flores Magón publicaron el periódico Regeneración, y constituyeron la Junta Organizadora del Partido Liberal Mexicano.
El 26 de septiembre del mismo año publicaron su primer manifiesto a la nación y, por
separado, un documento titulado “Resolución de la Junta Organizadora del Partido Liberal Mexicano”.
En julio de 1906 publicaron el Programa del Partido Liberal Mexicano, donde propusieron algunas reformas a la Constitución, y llamaron al pueblo a iniciar un movimiento
armado; en El Paso, Texas, se organizó un grupo de revolucionarios que intentó atacar
Ciudad Juárez, pero el gobierno de Porfirio Díaz intervino para evitar un incidente mayor.
El expediente, emitido por la Secretaría de Estado y Despacho de Gobernación, se
integra con los siguientes documentos:
Conspiración para asaltar y robar la aduana de Nogales, Sonora: El día 3 de
septiembre de 1906, gente de inmigración de Tucson, Estados Unidos, envió un telegrama al Gral. Luis E. Torres, que se encontraba en Cananea, informándole de la
aprehensión de Galos Humbert, Bruno Treviño y de Genaro Villarreal, quienes eran
los jefes de una conspiración que tenía por objetivo asaltar la Aduana de Nogales con
la ayuda de Abraham Salcido, quien era jefe de una banda en Douglas, Arizona. El
Sr. Webb los deportó a México y sólo Tomás D. Espinosa, otro de los asaltantes, fue
juzgado en Estados Unidos bajo la acusación de violación de las leyes de neutralidad.
El asalto fue atribuido a Bruno Treviño, quien estuvo de común acuerdo con la Junta
Revolucionaria de San Luis.
Asalto a Jiménez, Coahuila: El 26 de septiembre de 1906, un grupo de revolucionarios cruzó la línea divisoria entre Estados Unidos y México, bajo el mando de Juan
José Arredondo y Calixto Guerra, que residía en la hacienda de Victoria, asaltando el
pueblo de Jiménez, Coahuila. Para el día 27 fueron derrotados por Herculano Bermea,
frente a la susodicha hacienda; en la contienda fue herido Patricio González, perteneciente a las filas del gobierno, y murió Antonio Villarreal, uno de los asaltantes.
164
Ciudad Juárez, Chihuahua: El 19 de octubre de 1906 fueron aprendidos en la
casa de Vicente de la Torre, en Ciudad Juárez, Juan Sarabia, vicepresidente de la Junta de San Luis y César Canales, a quienes aparte de ser acusados de conspiración se
les encontraron documentos, carabinas, parque y dinamita; Vicente de la Torre declaró
ante el juez que la Junta le había proporcionado todo el armamento, mismo que fue
decomisado.
Levantamiento en Acayucan y soborno a los militares: En la población de Acayucan, Veracruz, el día 29 de septiembre de 1906, el jefe Enrique Novoa informó sobre
la revuelta de los señores Ricardo y Enrique Flores Magón, Antonio Villarreal y Librado
Rivera, sofocada en este estado, obligándolos a dispersarse en el territorio nacional
y en el extranjero; además informó que las actividades de estos revolucionarios no
cesaron, sino que siguieron emitiendo publicaciones con sentido revolucionario; entre éstas destacó una dirigida a las fuerzas militares ubicadas en San Juan de Ulúa,
Veracruz, en la que los incitaban a abandonar las filas del gobierno e integrarse a las
revolucionarias.
Prisión en Los Ángeles, California: Los señores Ricardo y Enrique Flores Magón, Antonio I. Villarreal y Librado Rivera se reunieron en Los Ángeles, California, en
mayo de 1907, donde fundaron un periódico de nombre Revolución, y publicaron su
primer número el 1 de junio del mismo año, destacando su lenguaje revolucionario y
escandaloso, lo que puso en alerta a las autoridades de Estados Unidos, mismas que
aprehendieron a Ricardo Flores Magón, Villarreal y Rivera, acusados de violar las leyes
de neutralidad y, además, de organizar en Arizona una invasión armada en contra de
México. Sólo quedó en libertad Enrique Flores Magón.
Los trabajos revolucionarios en la cárcel de Los Ángeles, California: Se acusó
a Enrique Flores Magón de continuar en contacto por correspondencia con su hermano Ricardo, Villarreal y Rivera, y de publicar un artículo donde instó a la revuelta. A
Enrique se unió Praxedis Guerrero, quien le ayudó a continuar en El Paso, Texas, con
la organización armada de México y de juntas secretas que se llevaron a cabo en la
casa de Prisciliano Silva. Ante tales circunstancias, las autoridades texanas catearon
la casa del señor Silva y en ella encontraron armamento y correspondencia escrita en
165
clave, misma que fue descifrada y con ello se descubrió el plan revolucionario para la
intervención armada en contra del gobierno del general Porfirio Díaz.
Prisión de los revoltosos y sentencia de Silva y Treviño: El 24 de octubre de
1908 fueron aprehendidos en El Paso, Texas, los señores Prisciliano Silva, Benjamín
G. Silva, Leocadio B. Treviño y José María G. Ramírez, acusados de violar las leyes
de neutralidad; fueron remitidos a la prisión de Leaverworth, Kansas. Curiosamente, se
pidió que este informe fuera borrado de la memoria, tal vez en atención a los asuntos
diplomáticos y el estado de revolución en que se encontraba México.
Trabajos en San Antonio, Río Wago y otras poblaciones de Texas: Antonio de
P. Araujo y Aarón López Manzano, quienes eran delegados generales de propaganda y
organización de los grupos revolucionarios en las poblaciones de San Antonio, Río Wago
y entidades aledañas a Texas, junto con el coronel Encarnación Díaz y Guerra y el capitán
Néstor López, organizaron un plan de invasión a los estados de Coahuila y Tamaulipas.
Asalto a Villa de Viezca: Un grupo asaltó un banco, el Correo Express atacó a
la policía y liberó a los prisioneros, para después huir al monte Prieto, lugar en donde
fueron acorralados por las fuerzas del gobierno que los derrotaron, dejando como saldo
por parte de las filas del gobierno a tres gendarmes muertos y tres heridos; los jefes de
este ataque fueron Juan B. Hernández y Patricio Polando. El acontecimiento ocurrió en
Villa de Viezca, Coahuila, el día 25 de junio de 1908.
Asalto a Las Vacas, Coahuila: el 26 de junio de 1908, el coronel Encarnación Díaz
Guerra asaltó la población Las Vacas, Coahuila, que fue defendida por 50 hombres de
las fuerzas militares que replegaron al coronel y a su tropa al lado americano, dejando
como consecuencia 15 muertos, entre ellos el cabecilla Héctor López.
Ataque a Palomas y Conspiración en Casas Grandes, Chihuahua: En un pequeño poblado de nombre Las Palomas, ubicado en Chihuahua, se registró una contienda
armada. Praxedis Guerrero, minero mexicano, junto con otros revolucionarios dirigidos
y organizados por Inés Salazar y Manuel Orozco, tomaron por sorpresa a la población,
la cual resistió los ataques e hizo que los revolucionarios se dispersaran, aunque fueron
capturados oportunamente Praxedis Guerrero y su ejército, quedando en libertad Inés
Salazar y Manuel Orozco, quienes huyeron a Estados Unidos. El acontecimiento tuvo
166
por fecha el 26 de junio de 1908.
Prisión de Araujo, Díaz Guerra y otros: Antonio de la P. Araujo, jefe organizador,
y Encarnación Díaz Guerra, jefe militar, atacaron la población Las Vacas, Coahuila;
denunciados por la prensa americana y la opinión pública, el primero fue capturado
en Waco, Texas, el 14 de septiembre de 1908, y el segundo en Wilburton, Okla, el 25
de noviembre del mismo año, acusados de violar las leyes de neutralidad, por lo que
fueron condenados a dos años seis meses en la prisión de Leaverworth, Kansas.
Sentencia en Tombstone, Arizona, de Ricardo Flores Magón, Antonio I. Villarreal y Librado Rivera: Después de ser trasladados a Tombstone, los señores Villarreal, Rivera y Ricardo Flores Magón fueron sentenciados a una pena de 18 meses por
el delito de violación a las leyes de neutralidad; dicha sentencia se acató desde el 19
de mayo de 1909 en la prisión de Yuma, Arizona.
Las pérdidas humanas en la relación de los acontecimientos antes mencionados
fueron muchas, por lo que se decidió que Flores Magón, Villarreal, Rivera, Manuel
Sarabia y Praxedis Guerrero fueran juzgados con vehemencia; todos ellos justificaron
sus hechos con la defensa de los ideales de la Revolución.
Gobernación, “Revoltosos magonistas”, caja 4, exp. 2, fs. 1-6.
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C
aleidoscopio
A RCHIVOS
H I S T Ó R I C O S , P AT R I M O N I O D O C U M E N TA L Y T R A N S P A R E N C I A 1
Jorge Ruiz Dueñas*
Agradezco la oportunidad de estar con
y activos en las oficinas públicas. Las
ustedes bajo los auspicios del Instituto
sociedades iberoamericanas padecen la
Morelense de Información Pública y Es-
imperfección de sus sistemas políticos,
tadística y acogidos por la hospitalidad de
pero los documentos que dan cuenta de
esta Casa de la Cultura Jurídica “Ministro
la acción gubernamental, su tramitación y
Teófilo Olea y Leyva”. Hoy, nos dispo-
el derecho a la información implícito, re-
nemos a escuchar una serie de comu-
presentan una vinculación con los ciuda-
nicaciones en el marco de este coloquio
danos insuficientemente valorada.
internacional sobre archivos históricos,
Sin embargo, para hacer de los avan-
patrimonio documental y transparencia,
ces tecnológicos una herramienta del
para bien de la cultura democrática.
rendimiento de cuentas, se precisan ade-
Los documentos que despliega a dia-
cuados dispositivos jurídicos orientados
rio nuestra sociedad se expanden ante
al acceso a la información y a la preserva-
nosotros como una nueva caja de Pando-
ción de la intimidad, pero, sobre todo, se
ra. Esta característica se ha profundizado
requieren repositorios con los elementos
después de la segunda mitad del siglo XX
necesarios para su organización, descrip-
y ahora se pretende en los ámbitos del
ción, conservación y gestión.
Estado elevar la calidad de la democra-
Asistimos en los últimos tiempos al
cia mientras los acervos están vigentes
despliegue de una súbita preocupación
Texto leído en el Primer Coloquio Internacional: Archivos históricos, patrimonio documental y transparencia, organizado por el Instituto Morelense de Información Pública y Estadística, del 14 al 16 de
noviembre, en la ciudad de Cuernavaca.
1
176
por la transparencia y el acceso a la in-
rios. Pero es así como se desarrollan las
formación gubernamental, que en el país
tesis que animan las instituciones demo-
se ha manifestado en la promulgación de
cráticas. Por supuesto, también ha flore-
leyes para garantizar ese derecho corre-
cido una próspera industria de asesorías
lativo de obligaciones para las autorida-
a dependencias y entidades, muchas ve-
des y aun de adiciones constitucionales.
ces con resultados insatisfactorios por la
Otras tareas en la misma dirección, no
infiltración de impostores. Sin embargo,
siempre bien orientadas desde la pers-
no debemos perder de vista que todo este
pectiva técnica, pretenden colmar vacíos
proceso en favor de la apertura tiene una
legislativos sobre archivos y datos per-
convergencia incuestionable: los archivos
sonales. Igualmente se han desplegado
públicos.
esfuerzos bien orientados a la instalación
Quisiera expresar una reflexión a
de organismos robustos que garanticen la
nombre de los cientos de archivos pú-
transparencia, a efecto de impedir hacer
blicos diseminados a lo largo de nuestro
nugatorio el derecho de los ciudadanos.
país. Sin ellos no hay materia sobre la
Por supuesto, antes se han dado debates
cual discernir acceso documental alguno.
en espacios vitales como los medios y, en
Más aún, la gestión archivística tiene nor-
ocasiones, en las instituciones de educa-
mas desarrolladas a través de prácticas
ción superior, prolongados en reuniones
inveteradas que deben respetarse, por-
como ésta donde se busca la circulación
que así conviene incluso a la transparen-
de las ideas. El surgimiento de estudiosos
cia, no por moda o interés político, sino
de nuevo cuño, empeñados en hacer el
porque la experiencia de quienes se han
recuento de acciones exitosas en otras
desarrollado en los repositorios y no en
latitudes, de las cuales se puede sacar
los escritorios, así lo ha reconocido. Pero,
partido para no transitar por sendas equi-
la dignificación de esta actividad mediante
vocadas, avanza hacia la conformación
instalaciones adecuadas y presupuestos
de una doctrina que deseamos adecuada
congruentes, no se ha dado de manera
a nuestra realidad. La formación de este
integral ni justa en el todo el país.
corpus no está exenta de criterios diver-
Es necesario reconocer la realidad
gentes, contrarios e incluso contradicto-
nacional y superar las evidencias que
177
muestran cuánto se desconoce la labor
acervos públicos para fortalecer su ges-
de los archivistas empíricos que han
tión, así como el equipamiento y la ca-
conformado la mayoría de los acervos
pacitación con el propósito de estar en
del país. Sus actividades, independien-
condiciones de articular los mecanismos
temente de lo que suponen algunos
correspondientes. No basta con impul-
con perspectiva soberbia, han sido de
sar dispositivos jurídicos o adecuaciones
carácter multi e interdisciplinaria: archi-
constitucionales estentóreas de segun-
vonomía, conservación y restauración,
da generación, de buena voluntad pero
administración pública, historia, derecho,
voluntaristas, ni la adopción acrítica de
ciencias de la comunicación y tecnolo-
tecnologías de la información, si antes la
gías de la información, son algunas de
preocupación por los archivos no se vuel-
las disciplinas que han paulatinamente
ve genuina ocupación de sus partidas
incorporado los responsables de la docu-
presupuestarias. No sirven a la sociedad
mentación a su bagaje de conocimientos.
órganos de vigilancia bien aviados, con
Más meritorio aún, si advertimos que en
archivos miserables. No es socialmente
el “Diagnóstico de la situación profesional
útil el pronunciamiento por el derecho a
de los archivistas del país y expectativas
la información si no se traduce en capaci-
de profesionalización”, que llevó a cabo el
dad de operación para los repositorios. La
con la ENBA (la institución federal que
fuerza de la cadena es la del eslabón más
afortunadamente imparte esta formación
débil. Mal hacemos, pues, si ponemos la
ahora tan demanda), sólo 41% de los ar-
carreta adelante del caballo.
AGN
chivistas encuestados contaban con algu-
Preguntarse por los edificios y el
na licenciatura (fuese o no de archivono-
equipamiento de los archivos, por la for-
mía); 30% tenía bachillerato; 18% informó
mación de los archivistas y su desarrollo
haber cursado únicamente la secundaria;
como verdadera opción de desempeño
5% sólo la primaria y apenas 1% manifes-
en el servicio civil de carrera, con suel-
tó poseer algún postgrado.
dos adecuados a su responsabilidad y
En el ámbito nacional la verdadera
desempeño, así como por su capacita-
transparencia debe iniciar con el incre-
ción; no confundir las bibliotecas con los
mento de los recursos destinados a los
archivos y sus técnicas de descripción;
178
comprender que el criterio funcional en
formación convertido en exclusividad del
el ámbito internacional para los instru-
aparato gubernamental, en rezago demo-
mentos de consulta contemporáneos es
crático o en discurso falaz. Si es condi-
de orden funcional no el primario segui-
ción necesaria para los juzgadores saber
miento de los organigramas, todo ello, es
derecho, no sería mala idea que quienes
requisito sine qua non para que fructifique
están llamados a pronunciarse sobre la
la anhelada transparencia, más allá de la
transparencia, el rendimiento de cuentas
búsqueda de lo políticamente correcto,
y el combate a la corrupción, se entera-
del cúmulo legislativo y de las institucio-
sen de los elementos de la archivística y
nes que le acompañan.
su complejidad operativa. Quizá debería-
Más aún, para evitar las tensiones
mos también precisar las inquietudes de
que como sino de los maniqueísmos
la sociedad: qué desea saber ésta, evitar
latinoamericanos nos amagan recurren-
confundir las unidades de enlace con ca-
temente, dividiendo ahora a los actores
setas de informes o centros de maquila
políticos en dos bandos: los opacos y los
de tesis y ensayos, y no pensar en una
transparentes, es menester desplegar la
modernidad aséptica en busca de la re-
voluntad política bien avenida con la cele-
dención política por el camino de una tec-
ridad que el aparato público y los erarios
nología alejada de las mayorías, sin dis-
pueden proporcionar en congruencia con
tinguir la desigualdad de los municipios y
su pretendido interés por el derecho a la
dependencias del país y el desequilibrio
información. Si una de las manifestacio-
de sus fuerzas.
nes del subdesarrollo es la convivencia
Cumplir con las tareas que impone la
de las etapas pretecnológicas con las de
transparencia, y el acceso a la informa-
punta, no es diferente el caso de la ad-
ción pública a las diversas instancias del
ministración pública mexicana en los tres
Estado mexicano, contribuirá sin duda
órdenes de gobierno. Por ello, mal hace-
al desarrollo y modernización de los ar-
mos si la transparencia buscada se mon-
chivos. Mas la correcta aplicación de la
ta en la hipótesis de un país uniforme y
técnica que han formulado para sí estos
desarrollado, o bien, si en el otro extremo
repositorios, homologada en el ámbito
se despliega el patrimonialismo de la in-
internacional, es la verdadera garantía
179
para que su cumplimiento no sea una
De no bastar estos argumentos para
mera obligación burocrática. Persiste la
echar una mirada benévola en favor de
equívoca idea que la modernidad extin-
las muchas veces olvidadas oficinas de
gue los reservorios con respaldo en pa-
archivo; si se sigue por la senda de una
pel, pero debe advertirse que los archivos
transparencia de cristal que se astilla con
electrónicos vistos como panacea no po-
el peso de los hechos; si no fuese sufi-
drán ser eximidos de las normas básicas
ciente la necesidad de darle a los nuevos
de clasificación de acervos, sobre todo
tiempos nuevos equilibrios inclinados a lo
después de resolverse las dudas vincu-
sustantivo y no a lo adjetivo, al menos, ha-
ladas a la confiabilidad y permanencia de
bría que recordar al patrimonio documen-
estos soportes, de acuerdo con los estu-
tal como nutriente del pasado común. No
dios del Grupo Interpares patrocinado por
puede haber reflexión sobre el ser nacio-
Esto es así, porque a pesar
nal que no fluya por las fuentes primarias,
del sordo reclamo competencial entre
aunque siga estimulándose la inaceptable
nuestras dependencias, para normar su
e indolente práctica académica de publi-
empleo y desarrollo, en el ámbito interna-
car y hasta celebrar obras históricas y de
cional, no dejan de ser archivos sujetos
análisis social de autores que no abrevan
precisamente a su normativa. De existir
en ellas e ignoran los acervos documen-
los recursos necesarios, sería válido pre-
tales. Lo que sí hay en los archivos es un
guntarnos qué pasaría si los administra-
rendimiento de cuentas inapelable, el del
dores de archivos pudiésemos convertir
juicio de la Historia que busca su huella
la tramitación y la información de manera
en los repositorios. No olvidemos que con
autónoma en una red de autopistas de
el paso de los años todos habremos de
acceso. Seguramente muchas institucio-
someternos a su veredicto.
la
UNESCO.
nes de transparencia, de vigilancia y de
control tendrían serias dificultades para
justificar presupuestos golosos.
* Director general del Archivo General de la Nación.
180
Cuernavaca, Morelos.
Noviembre 14 de 2007.
HOMENAJE A CELIA MEDINA MONDR AGÓN
A R C H I V I S TA , P A L E Ó G R A F A Y D O C E N T E
Elvia Alaniz Ontiveros
Más de medio siglo de recuerdos pre-
Medina Mondragón se jubiló en 2001,
servan, imborrable, la imagen primera
a los 71 años de edad y a los 49 de ser-
percibida una mañana por Celia Medina
vicio. Pero no se retiró de su espacio de
Mondragón: una mujer de alta silueta es-
trabajo. A partir de entonces, ajustó sus
cribía en una máquina mecánica –cuyos
actividades para continuar la cita que
tipos se desprendían del corazón del ins-
acordara consigo misma, como quien
trumento semejando unas delgadas y rá-
hace una promesa sin darse cuenta de
pidas patas de araña– rodeada por el olor
ello. Hoy continúa acudiendo diariamen-
a viejo de los documentos. Era una figura
te y de manera voluntaria al lugar que de
equiparable a una pintura de Remedios
joven la deslumbró y la hizo entrar en otro
Varo, enigmática, lejana, ensimismada.
mundo. Siente nostalgia sólo de pensar
Esa mañana, Celia iba al Archivo
ubicado entonces en Palacio Nacional
en no ver más documentos, expedientes
y paleografías.
por encargo de su maestro Jorge Ignacio
Por su profesionalismo y tesón en el
Rubio Mañé, a realizar un trabajo escolar.
trabajo paleográfico, que ha desempe-
Fue el inicio de una aventura que pocas
ñado 55 años ininterrumpidamente, el
mujeres de su época se atrevían a reali-
pasado 27 de marzo, Día del Archivista,
zar: estudiar una licenciatura y trabajar en
se le otorgó un diploma en homenaje y
el AGN. Tenía entonces 22 años de edad y
reconocimiento.
no imaginaba que un año después, aquel
La rutina no ha menguado su capaci-
lugar impresionante se convertiría en su
dad de sorpresa. Cada vez que abre un
casa laboral.
expediente la curiosidad se anima y la
181
universitarios, pese a que para ingresar
se les pedía comprobar “su limpieza de
sangre”; éste era un documento que avalaba a quien lo poseía provenir de español, o bien ser hijo de indígena noble. La
impresionó el caso de un mulato que no
pudo titularse de médico, pues carecía de
padre, pero sobre todo que existieran tantas restricciones para conseguir un grado
académico superior.
Su interés por la vida cotidiana de
la Colonia la llevó a escudriñar en esos
siglos; comprobó documentalmente que
transporta a un pasado que ella considera
de la unión de “europeos con indígenas
cíclico. Compara con insistencia el pasa-
resultaría el pueblo que somos ahora”, un
do y el presente.
pueblo que, está convencida, es creador
Le gusta reconstruir la historia como
e inteligente. Con la Conquista, considera
si, por ejemplo, hubiera atestiguado la
la maestra Celia, “dimos un salto bastante
manera en que los españoles conquis-
grande”.
taron a los indígenas: “me puedo imagi-
En esa inmersión a nuestros oríge-
nar la batalla que tuvieron”. Y comienza
nes, la escandalizó que los pobladores
a describir imágenes que son fugitivas al
nativos tuvieran las mismas condiciones
documento: “una noche, por casualidad,
que hoy. “No podían asistir, dice, a la uni-
una mujer salió tal vez por agua o por-
versidad por su condición indígena; había
que tenía necesidad de salir, calculo que
ese racismo que nos caracteriza”; aún
deben haber sido las once de la noche,
así, tropezó con varios indios que, por su
cuando se dio cuenta que los españoles
calidad de caciques, pudieron estudiar en
los tenían sitiados”.
la universidad.
Cuando estuvo a cargo del fondo de
La maestra Medina Mondragón in-
Universidad descubrió que hubo negros
gresó como paleógrafa al Archivo el 1 de
182
septiembre de 1952. Le sorprendió enton-
repetidas ocasiones llegó a pensar que
ces que la mayoría de los empleados le
los documentos que estudiaba estaban al
doblaban o triplicaban la edad. Aunque
revés, de tan compleja y distinta que era la
intuía que la conversación sería una em-
escritura. Tuvo que descifrar letra por le-
presa difícil fue recibida con generosidad
tra para conocer el contenido de los expe-
amable por la doctora Guadalupe Pérez
dientes. Poco a poco se familiarizó con la
San Vicente, Beatriz Arteaga Garza y el
escritura y pronto descubrió que ya podía
doctor Ernesto de la Torre Villar, quien
paleografiar los documentos, por antiguos
era entonces subdirector del Archivo.
que fueran. Trabajar este fondo le permi-
A la doctora San Vicente, doña Celia
tió conocer la vida y obra de don Miguel
la recuerda como una persona “muy tra-
Hidalgo y Costilla, Antonio López de San-
table, sencilla con aire de distinción”. A su
ta Anna y José María Morelos y Pavón.
lado aprendió los procedimientos para la
Supo también que Porfirio Díaz hizo es-
elaboración de catálogos y la realización
tudios de leyes, pero no logró convertirse
de investigaciones.
en abogado porque –supone la maestra
Su primera tarea en el Archivo fue
Celia– provenía de una familia humilde,
la producción de fichas catalográficas.
pues incluso fue carpintero, zapatero y
Primero debía leer el documento, luego
desempeñó algunos otros oficios.
sacar los datos principales y en seguida
Uno de los documentos que la emo-
hacer la ficha. Sin más experiencia que
cionaron sobremanera fue la solicitud
un curso de paleografía en la Facultad de
para el examen de licenciatura de Juan
Filosofía y Letras de la UNAM, buena parte
Ruiz de Alarcón, al que conocía a través
de su labor se orientó hacia esa tarea. Al
de sus obras y por quien sentía gran ad-
principio le encomendaron archivos del
miración. Cuando vio su petición pensó:
siglo
No tuvo mayores problemas,
“qué bueno que tengo la oportunidad de
muchos de los documentos estaban me-
ver estos documentos”. La maestra Me-
canografiados.
dina ha tenido el privilegio de conocer a
XIX.
Posteriormente, le asignaron el fondo
muchos otros personajes de la historia de
de Universidad. Ahí se enfrentó con un
México. De Benito Juárez encontró es-
mar de letras receloso y desconocido. En
critos de su época como presidente, y el
183
sólo hecho de ver su firma la conmovió.
Entre los documentos que más la han
tiempos de agitación, se ofrecieron para
acompañarla hasta su casa.
impresionado, uno de ellos forma parte
El 2 de octubre salió del Archivo y se
del fondo de Inquisición. Recuerda que,
dirigió a la colonia Roma para impartir su
cuando leía el texto, no daba crédito: de-
clase de historia. En ese tiempo pensaba
trás de una letra ilegible se escondía el
que el movimiento estudiantil del 68 era
tormento aplicado a una mujer. Por no ser
una muestra de adelanto en los jóvenes,
católica la pusieron en el potro y le esti-
querían que se tomara en cuenta sus
raron las extremidades hasta zafárselas,
ideas de progreso, libertad y democracia.
Cuando el
sólo por ser judía.
AGN
estaba en Palacio
Cuando el Archivo General de la Na-
Nacional conoció al historiador Edmundo
ción se encontraba en Palacio Nacional,
O´Gorman. A él lo recuerda como un hom-
tuvo la oportunidad de presenciar algunos
bre agradable. Inspiraba confianza y trata-
de los sucesos que antecedieron a la ma-
ba a las personas “con mucho cariño”. De
tanza en Tlatelolco el 2 de octubre de 1968,
él, añade, “incluso trabajó en Palacio Na-
“hubo varios acontecimientos antes del 68
cional, fue empleado del Archivo y una de
y a mí me tocó hasta cierto punto vivirlos”,
sus compañeras le enseñó paleografía”.
En 1973, cuando el Archivo era di-
por ejemplo el bazucazo a la preparatoria
uno, el 29 de julio de ese año.
Al llegar a la calle de Guatemala se
rigido por Jorge Ignacio Rubio Mañé, el
AGN
fue trasladado al segundo piso del ex
encontró con dos de sus compañeros de
Palacio de las Comunicaciones, ubicado
la universidad. Uno, Mario Moya Palencia,
en la Plaza Tolsá, en la calle de Tacuba.
quien sería secretario de Gobernación
De ese cambio la maestra recuerda que
durante el mandato del presidente Luis
el director no estuvo de acuerdo con la
Echeverría Álvarez, y el otro Héctor Azar,
nueva sede porque temía que el piso no
que además de dramaturgo sería un gran
soportara el peso de tantos documentos.
promotor del arte escénico. Ambos ami-
Debido a que el espacio era insuficien-
gos habían atestiguado el “bazucazo” y,
te fue necesario contar con otro lugar en
ante el peligro que representaba para una
el que se resguardara parte del material
mujer caminar por el centro en aquellos
hemerográfico, así se utilizó como bodega
184
la llamada “Casa amarilla”, ubicada en Tacubaya, lugar donde también trabajó Celia
haciendo fichas. Recuerda “una cantidad
de documentos verdaderamente extraordinaria, no estaban amontonados, sino
que ya estaban agrupados en secciones”.
Cuando el
AGN
dirigido por Alejandra
Moreno Toscano fue reubicado en 1982
en el ex Palacio de Lecumberri, el personal no sólo había crecido numéricamente,
sino que las funciones ya estaban mejor
delimitadas, pues anteriormente los empleados lo mismo podían hacer una paleografía, que atender a un investigador
paso de los años, ha olvidado cuáles y
o contestar el teléfono. A ella le tocó en
cuántas fueron.
parte desempacar y clasificar los docu-
La cátedra le sirvió para no perder el
mentos, apenas bajaban de los camiones
contacto con los jóvenes, porque dentro
de mudanzas.
del Archivo el trato con ellos no existía
Un año antes de trabajar en el Archi-
para ella. La búsqueda de ese acerca-
vo, Celia comenzó su labor docente. Ini-
miento con la juventud era en realidad
ció en la secundaria del Gordon College,
una especie de retroalimentación de quien
donde impartió historia durante dos cur-
trataba de entender el comportamiento y
sos. Después, la invitaron a trabajar en
la manera en que los jóvenes pensaban,
la preparatoria de la misma institución, y
además era como mirar hacia atrás y ver-
luego al Colegio de las Vizcaínas, donde
se como estudiante, “me hacía recordar
estuvo seis años. También fue maestra
cuando yo tenía la edad de ellos”. Por su
en la preparatoria 5 de la UNAM, en la cual
trabajo académico la maestra Medina ha
permaneció 33 años; dio clases en el Co-
recibido diversas distinciones, pero re-
legio Alemán Alexander von Humbolt y en
cuerda una en especial, la que le dieron
escuelas secundarias técnicas que, por el
con motivo de sus 25 años en el magis-
185
terio dentro de la UNAM, ceremonia que le
Martínez Bibriesca, quien se convirtió
pareció “muy emotiva”.
años más tarde en su esposo. Entonces
Celia fue la mayor de 10 hermanos,
ella estaba en la secundaria. Sin em-
su padre tenía una sastrería y su madre,
bargo, entre ellos no hubo siquiera una
antes de casarse, trabajó algún tiempo
palabra. Fue hasta 1952 cuando tuvo un
en el gobierno. La familia Medina Mon-
acercamiento con ese hombre, cuyos
dragón vivía muy cerca de San Juan de
ojos verdes habían llamado su atención:
Letrán, actual eje Lázaro Cárdenas. En
“lo encontré trabajando en el Archivo”.
esos años estudiar para una señorita ya
Entonces entre documentos, paleografías
“no era mal visto”, incluso en la Facultad
y archivos comenzaron una relación de
de Filosofía y Letras las mujeres supera-
noviazgo que terminó en boda en 1959. A
ban numéricamente a los hombres; a ella
los dos años nació Gonzalo Gilberto Mar-
le tocó crecer en una familia en la que se
tínez Medina, su único hijo.
acostumbraba que las mujeres estudiaran
y trabajaran.
Han pasado más de cincuenta años
desde que Celia cruzó las puertas del Ar-
Fue su padre quien la animó a solicitar
chivo General de la Nación con una mo-
su ingreso a la universidad en la carrera
chila de estudiante al hombro. Entonces
de historia y no en la de leyes, como ella
iba llena de ilusiones y con un trabajo es-
pensaba, pues según él Celia perdería fá-
colar pendiente. Hoy llega como el primer
cilmente los casos “porque era muy eno-
día, pero con un paso más lento y menos
jona”. Que no servía para abogada fueron
firme que antaño. Acude al Archivo no con
las palabras pronunciadas por Bardomia-
la incertidumbre de quien no tiene idea de
no Medina antes que su hija, “en un mo-
lo que encontrará, sino con la certeza de
mento”, aceptara seguir la profesión a la
conocer parte del universo que hay aquí.
cual se dedicaría tantos años.
El Archivo ya no es el de antes ni volverá
En una biblioteca, ubicada en el Palacio de Bellas Artes, conoció a Gilberto
186
a serlo, tampoco ella.
Joyas del mes
Hermenegildo Galeana
ABRIL
Natalicio 13 de abril de 1762
Fue de los jefes más destacados en la
primera etapa insurgente. Nació el 13 de
abril de 1762, en Tecpan, Guerrero. En
noviembre de 1810, cuando el ejército
de José María Morelos y Pavón pasó por
Tecpan, se unió al grupo, en compañía de
sus hermanos. Consiguió distintos triunfos que le permitieron encabezar una de
fue presa fácil para su captor, Joaquín de
las tres grandes divisiones del ejército de
León, quien le dio muerte con un disparo
Morelos. Al tratar de disuadir a los realis-
en la cabeza el 27 de junio de 1814. El 19
tas, chocó contra la rama de una árbol y
de julio de 1823, el Congreso lo declaró
cayó del caballo con la cabeza rota, así
Benemérito de la Patria.
MAYO
Miguel Hidalgo
Natalicio 8 de mayo de 1753
Nació en la hacienda de Corralejo, en
Pénjamo, Guanajuato, el 8 de mayo de
1753. Estudió en el Colegio de San Nicolás Obispo, del que fue catedrático y
rector. Descubierta la conspiración, decidió adelantar los planes. Al amanecer del
16 de septiembre de 1810 dio el “Grito de
Trujillo en el monte de las Cruces. Sin
Dolores”, iniciando la contienda. De sus
embargo, en el Puente de Calderón, los
batallas destaca el triunfo del 30 de octu-
realistas lo derrotaron. Hidalgo fue enjui-
bre de 1810, cuando derrotó a Torcuato
ciado y ejecutado el 30 de julio de 1811.
187
Joyas del mes
JUNIO
Ignacio Aldama
Aniversario luctuoso 20 de junio
de 1811
Este caudillo insurgente, originario de
San Miguel el Grande, actualmente San
Miguel de Allende, Guanajuato, realizó
sus estudios como abogado en la ciudad
de México, pero abandonó su carrera
para dedicarse al comercio de granos
agrícolas. Su incursión en el movimiento
nombrado embajador ante los Estado
insurgente se dio después del Grito de
Unidos de América el 6 de febrero de
Dolores, incorporándose junto con su fa-
1811 en Saltillo, Coahuila. Rumbo a la
milia a las tropas de Miguel Hidalgo dos
frontera, fue aprehendido y fusilado el 20
días antes de la batalla de Aculco. Fue
de junio del mismo año.
FEBRERO-DICIEMBRE
Sala de Banderas
Documentos de la Independencia
de México
El nacimiento de la patria es un proceso decantado en el tiempo y surge entre
estertores sociales provenientes de silenciosas tomas de conciencia sobre la
forma de ser y estar en el mundo. Ante el
Bicentenario del surgimiento de México,
el Archivo General de la Nación desea
ilustrar algunas palpitaciones de esa ges-
cumentos que dan prueba de los sucesos
ta mediante una selecta muestra de do-
durante la guerra de independencia.
188
Sala Siqueiros
Las constituciones de México
La Constitución o carta magna, es la expresión de la soberanía del pueblo. Es la
ley fundamental de un Estado en la cual
se establecen los derechos y obligaciones de los ciudadanos y gobernantes. Es
la norma jurídica suprema y ninguna ley
o precepto pueden estar sobre ella. En
1916 el Congreso de la Unión se reunió
PREPARATORIA 8
como Congreso Constituyente en Querétaro, donde se reformó la constitución de
A partir del mes de mayo, usted podra ver
1857. La nueva constitución se promulgó
esta exposicion en la preparatoria 8, Mi-
el 5 de febrero de 1857.
guel E. Schulz.
MAYO-JULIO
Delegación Venustiano Carranza
Venustiano Carranza
Nació el 19 de diciembre de 1859 en Cuatro Ciénegas Coahuila. Su participación
en la Revolución fue determinante para
formar el nuevo Estado mexicano. Encabezó el Poder Ejecutivo en 1914, según
lo estipulaba el Plan de Guadalupe, pero
algunos jefes revolucionarios se inconformaron y, reunidos en la Convención
de Aguascalientes, lo desconocieron. Él
mandó a Obregón a enfrentarlos alar-
Zapata y Villa, Carranza fue electo presi-
gando la guerra civil. Una vez derrotados
dente en 1917.
189
Exposiciones
FEBRERO-ABRIL
ABRIL
metro Zapata
Tierra y libertad. Emiliano Zapata y
el movimiento revolucionario
Emiliano Zapata Salazar (Anenecuilco,
Morelos, 8 de agosto de 1879) planteó
desde 1906 la defensa de los campesinos
morelenses. Proclamó el Plan de Ayala
(1911), en el que se reflejaron los anhe-
frase “Tierra y libertad”. El 10 de abril de
los de los campesinos, sintetizados en la
1919 fue asesinado en una emboscada.
MAYO
metro Pantitlán
Diosas del ayer
La vedette que animó la capital de México,
tras las rupturas sociales posrevoulucionarias, fue el espectáculo más concurrido
en los veinte. Estas divas, ícono de belleza y esplendor, divirtieron y mostraron al
México de la posguerra los placeres banales y la frivolidad del Porfiriato.
JUNIO
El tribunal del Santo Oficio
La Inquisición fue establecida formalmente en la ciudad de México el 4 de noviembre de 1571, aunque ya funcionaba desde
1522, y en fechas posteriores en el resto
de la Nueva España. Su misión era conservar la fe; pero fue utilizada en muchas
ocasiones como arma política.
190
metro Candelaria
cine Venustiano Carranza
ABRIL
Niños y niñas
Aquí se plasma, en documentos y fotografías seleccionados por el AGN, la infancia en la historia, su presencia frente
a cambios sociales, culturales y políticos
colonización de la Nueva España hasta el
que han trasformado su entorno, desde la
México moderno.
Casa de la Cultura Heberto Castillo
ABRIL
El séptimo arte en el cine. Colección de carteles del cine mexicano
Los carteles ayudan a: promover una película con el fin de convertirla en un éxito
taquillero. El Archivo General de la Nación muestra una colección que proviene
del Instituto Mexicano de Cinematografía
(Imcine), compouesta de carteles distribuidos por Películas Mexicanas S. A. de
C. V. de 1940 a 1980.
JUNIO
Casa de la Cultura Prof. Enrique Ramírez y Ramírez
Rotonda de las personas ilustres
Reposan en este lugar los restos de personajes destacados en diferentes campos. Hombres y mujeres que nos dieron
identidad nacional; que han engrandecido
a México con sus obra intelectual o artística, o que han contribuido decisivamente
a la vida de nuestras instituciones.
191
ABRIL
Los niños de la guerra. Una
mirada a la memoria
Escuela Nacional Preparatoria
Plantel 7. Ezequiel A. Chávez
En 1937, el presidente Lázaro Cárdenas
recibió a cerca de 400 niños españoles
que llegaron a Veracruz desde Burdeos.
El relato visual de esta primera avanzada
del exilio español, conocida como ‘’los niños de Morelia”, es posible gracias a las
lentes de Díaz, Delgado y García, fotógrafos del periodismo mexicano.
MAYO
Mujeres del siglo XX
En el siglo xx la mujer hizo grandes avances en su reivindicación social, desde el
derecho a la educación hasta el votar y
ser votada. El Archivo General de la Nación presenta esta muestra fotográfica
sobre mujeres en diversos ámbitos y escenarios en el México del siglo pasado.
192
Escuela Nacional Preparatoria
Plantel 2. E. Castellanos Quinto
Página web: www.agn.gob.mx
Visite también:
Portal de la Independencia: www.agn.gob.mx/independencia/
Portal de la Revolución: www.agn.gob.mx/revolucion/
y el Portal de la celebración del 150 aniversario
de la Constitución política de 1857
193
P
ublicaciones
HISTORIAL
DEL
BAJÍO
Archivo Historico Municipal de Irapuato, Boletín 1, Nueva época, H. Ayuntamiento
de Irapuato/Hábitat/Archivo Histórico Municipal de Guanajuato/Sedesol/Ediciones La
Rana, 2007, 120 pp.
En su nueva época, la primera edición
de este boletín reúne documentos, acompañados de su paleografía, en torno del
memorable y más distinguido benefactor
de la localidad, don Ramón Barreto de
Tábora, quien destinó sus posesiones al
bien común, por ejemplo, la construcción
de una escuela para niñas, que hoy ocupa la Presidencia Municipal.
“Reacomodos de la población étnica:
la experiencia de los tarascos en el siglo
XVI”,
de Carlos Paredes muestra parte de
la cultura tarasca en relación con otros
grupos lingüísticos mesoamericanos en
del pueblo de Aldama, siglos
las primeras décadas del siglo XVI.
así reconstruye una etapa de la historia
XVII
y
XVIII”;
Dulce María Guadalupe Vázquez
de ese poblado que durante la colonia fue
Mendiola explora en torno de la “Hacien-
un “punto estratégico dentro de la red de
da de Jaripitío, un inicio hacia la historia
caminos novohispanos”.
195
En “Ánimas y Molino de Santa Ana:
glo
XVIII”,
de Juan Leonardo Hernández
dos haciendas irapuatenses durante la
Lozoya, revisa las principales transforma-
Revolución mexicana, 1910-1917”, Luz
ciones del asentamiento urbano irapua-
Antonia Miranda Félix analiza cómo la
tense en el siglo XVIII y principios del XIX;
Revolución mexicana afectó las activi-
se incluyen algunas ilustraciones.
dades económicas de las haciendas y
José Andrés Márquez elabora una
ranchos irapuatenses, pues durante 1911
breve descripción sobre las circunstan-
hubo más grupos o “gavillas” de bandole-
cias y características demográficas (de-
ros. Pese a que éste no era un fenómeno
sarrollo poblacional, alfabetismo, política
nuevo en la localidad, “la revolución favo-
y economía) registradas en Guanajuato
reció el desarrollo de este bandidaje”.
en vísperas y al final de la Revolución
“Configuración de la cabecera de la
mexicana.
Congregación de Irapuato durante el si-
Archivo Histórico Municipal de Irapuato, Boletín 2, Nueva época, H. Ayuntamiento
de Irapuato/Hábitat/Archivo Histórico Municipal de Guanajuato/Sedesol/Ediciones La
Rana, 2007, 104 pp.
En las páginas iniciales se publican tres
de la población irapuatense desde el si-
documentos que forman parte del archivo
glo XVI; indaga también algunos aspectos
municipal: en uno se enumeran los bie-
sobre historias de familia: genealogías,
nes dotales de una mujer en el siglo XVIII;
organización, costumbres, actividades
otro es la carta de venta de un esclavo, y
económicas y pertenencia a instituciones
el tercero, es el acta testimonial de una
sociales.
mujer que denuncia a su marido por haberla golpeado.
En “Deporte y modernidad postrevoluconaria en Irapuato”, César Federico
En su texto “Irapuato: población diver-
señala que los gobiernos priistas enten-
sa”, María Guevara Sanginés realiza una
dieron las ventajas de utilizar los simbo-
radiografía sobre los diversos orígenes
lismos del deporte como representación
196
de la nueva nación, por ello procuraron
incluirlos en las festividades cívicas. Hacia 1930 en Irapuato, sólo 0.36% de la
población practicaba algún deporte.
Sobre “La expedición de Xavier Mina,
de Inglaterra a Guanajuato” escribe Liria
Olimpia Flores Carreno; detalla la manera
en que, desde Europa, Mina planeó la expedición libertadora en apoyo del general
Morelos y del congreso mexicano que en
Nueva España se enfrentaba al absolutismo de Fernando VII. “El intento por tomar
la ciudad de Guanajuato fue un fracaso
rotundo”, debido entre otros factores a
que Mina no conocía la ciudad y a la indisciplina de sus tropas.
nóstico Municipal sobre la situación de las
“La Casa del Museo de la Ciudad,
mujeres, con perspectiva de género”, rea-
siglos XVII-XIX”, de Jesús Martín Martínez
lizado por el Instituto de Mujeres Irapua-
Hidalgo, es una cronología sobre ese
tenses, donde se ordenan y relacionan
inmueble, sus dueños y los cambios he-
las principales carencias y desigualdades
chos a la que, tradicionalmente, se cono-
de las residentes en esa localidad. (Elvia
ce como la Casa de la Inquisición.
Alaniz Ontiveros)
Paola Monroy Flores estudia el “Diag-
197
La Asociación Latinoamericana de Archivos
se eligió al nuevo Comité Directivo y, luego de
(ALA) fue creada en Lima el 6 de abril de 1973
más de dos décadas, México fue selecciona-
para estudiar, establecer y mantener relacio-
do para presidir la Asociación en el periodo
nes entre las instituciones archivísticas y or-
2007-2011. La mesa directiva quedó integrada
ganismos profesionales de carácter público y
como sigue:
privado, en países con archivos de tradición
Presidente: Jorge Ruiz Dueñas (México),
ibérica. Actualmente integra a países de len-
Primer Vicepresidente: Mónica María Eugenia
gua española y portuguesa de Latinoamérica,
Barrientos Harbin (Chile), Segundo Vicepre-
así como a España y Portugal.
sidente: José Ramón Cruz Mundet (España),
La Asociación, a su vez, se afilió como
Secretaria General: Martha Marina Ferriol
rama regional al Consejo Internacional de
Marchena (Cuba), Primer Vocal: Silvestre de
Archivos (CIA) y ha reformado sucesivamente
Almeida Lacerda (Portugal), Segundo Vocal:
sus estatutos para mantenerse en sintonía con
Marcela Inch Calvimonte (Bolivia), Tesorera:
las directrices del Consejo.
Claudia Delgado Martínez (México), Secreta-
Desde su origen, la misión de la Aso-
ria Ejecutiva: Yolia Tortolero (México)
ciación es la colaboración mutua entre sus
A partir de la resolución anterior, la Aso-
miembros en beneficio del desarrollo de los
ciación confirmó su interés en estrechar los
archivos y la preservación y uso del patrimonio
lazos de cooperación con la comunidad archi-
documental de sus países.
vística de tradición ibérica.
En el marco del V Seminario Internacional
Por este conducto invitamos a los archi-
de Archivos de Tradición Ibérica “Los archivos
vos nacionales, federales, estatales, munici-
al servicio de la sociedad”, celebrado en San
pales, a las universidades, a las asociaciones
José de Costa Rica del 2 al 5 de julio de 2007,
archivísticas y a los profesionales de la región,
la ALA realizó su Asamblea General Ordinaria.
a afiliarse a la
Entre los puntos a tratar en el orden del día
para sus miembros son los siguientes:
198
ALA.
Los principales beneficios
• Formar parte del directorio de archivistas
y expertos de la región.
• Recibir gratuitamente las publicaciones
de la Asociación.
les, regionales, estatales, departamentales o
municipales públicos y privados. Pagan $75
dólares anuales.
MIEMBROS CLASE D: Corresponden a
• Recibir por correo electrónico los bole-
centros de formación vinculados con activida-
tines, noticias, convocatorias e información
des archivísticas. Pagan $50 dólares anuales.
sobre cursos, becas y actividades nacionales,
MIEMBROS CLASE E: Corresponden a
regionales e internacionales.
• Recibir invitaciones a las actividades y
reuniones o seminarios programados a nivel
nacional, regional e internacional.
archivistas y a funcionarios de archivos, bibliotecas y centros de documentación. Pagan
$20 dólares anuales.
Para obtener un formato de inscripción
• Actualizarse a través de lecturas y textos
agradeceremos enviarnos una carta por correo
sobre archivística que la Asociación les envíe
electrónico o postal a la dirección electrónica
por vía electrónica.
aquí referidos, indicando su interés de perte-
• Compartir artículos, lecturas, manuales
necer a la Asociación, así como una síntesis
u otros materiales sobre archivística de interés
curricular o una breve reseña institucional que
para los miembros de la Asociación.
incluya sus datos completos (nombre, institu-
• Sugerir propuestas y proyectos para el
programa de trabajo anual de la Asociación.
ción, cargo, dirección, teléfonos de contacto y
correo electrónico).
• Establecer contactos e intercambiar experiencias con otros archivistas de habla his-
Jorge Ruiz Dueñas
pana en Latinoamérica, España y Portugal.
Presidente de la Asociación
Para formar parte de la Asociación existen
las siguientes categorías de afiliación:
Latinoamericana de Archivos, 2007-2011
Archivo General de la Nación, México
MIEMBROS CLASE B: Corresponden a
Avenida Eduardo Molina s/n, colonia Peni-
asociaciones nacionales de archivistas. Para
tenciaría Ampliación, Delegación Venustiano
afiliarse requieren enviar copia simple de sus
Carranza, C.P. 15350, México, Distrito Fede-
estatutos. Pagan $100 dólares anuales.
ral. Tel. (0052) (55) 51339900, ext. 19301 a la
MIEMBROS CLASE C: Corresponden a
archivos históricos y administrativos, federa-
19303. Correo electrónico: ALA.presidencia@
segob.gob.mx
199
El Boletín del Archivo General de la Nación, núm. 20,
6a. época, se terminó de imprimir en
marzo de 2008 en Promodel Diseño S.A de C.V
Se tiraron 1000 ejemplares.
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